Un buen lugar para MORIR
Nota del autor: Para la creación de esta aventura
he destripado la obra de H.P.Lovecraft “La sombra
sobre Innsmouth”y empleado algunos de sus fragmen-
tos que he añadido toscamente a mi propio texto. Esta
aventura al completo es un homenaje a la obra literaria
de Lovecraft y al juego de rol La llamada de Cthulhu
creado por Sandy Petersen. También se la dedico a los
compañeros sectarios y cultistas que pululan por los
lóbregos pasillos de Leyenda.net, a quienes les prometí
esta aventura.
Massachusetts, Condado de Essex, U.S. Route 1.
MP Varghar Gas-oil Service.
19 de enero de 1929. 01:33 am.
Los PJs se encuentran en el restaurante de la M.P
Varghar Gas-oil Service apurando su enésima taza de
café. A estas horas ya no quedan muchos parroquianos
en el local, veamos, dos camioneros cubiertos por sen-
das gorras con visera, barba de varios días y mugrien-
tas camisas de franela a cuadros metida en unos teja-
nos, parecen sacados del mismo patrón. Hablan entre
ellos mientras apuran un plato hasta arriba de patatas
fritas, hamburguesas y huevos fritos, una fiesta para las
arterias.
En una mesa, detrás de la que ocupan los PJs, hay
lo que parece un matrimonio con aspecto agotado que
toma café sin muchas ganas mientras una niña y un
niño de unos cinco o seis años duermen recostados en
el sillón contra la ventana. En cuanto se terminen el
café volverán al coche y continuarán camino hacia
Boston, a donde se dirigen.
Y finalmente, un sacerdote de gruesos lentes e im-
ponente tamaño que lee un desgastado libro en una
esquina de la barra mientras mueve despreocupada-
mente en círculos la cucharilla del café. El padre Moo-
re, así se llama, ha tenido que salir a atender una ur-
gencia a una granja cercana y su coche ha fallado que-
dándose tirado. Desde la granja se ofrecieron a acercar-
lo hasta la gasolinera para que suba al autobús cuando
éste llegue.
La mirada de los PJs se cruza de cuando en cuando
con la de la camarera, una mujer vestida con un uni-
forme amarillo y blanco que, de brazos cruzados, mas-
tica chicle con la boca abierta. Debe tener cuarenta y
pocos o treinta y largos, es hermosa de facciones, la-
bios muy pintados de rojo y pelo recogido. Según reza
la plaquita que lleva en su generoso pecho, se llama
“Miss N.E”. Las siglas corresponden al nombre de
Natalie Edwards. Un par de veces ha echado una mira-
dita al más atractivo de tus PJs.
Detrás, en la cocina, puede verse pasar de cuando
en cuando a un tipo con camiseta de tirantes que trajina
entre las cazuelas.
Los pjs están sentados en una mesa junto a la ven-
tana enorme y rectangular donde repiquetea la lluvia.
Desde ahí pueden ver iluminados por un par de farolas
Un buen lugar para morir
herrumbrosas el Falcon-Knight Sedan azul marino
donde venían viajando, dos pesados camiones, uno de
ellos repleto de cerdos, y dos coches más.
Pueden ver el efecto del viento y la lluvia, un cartel
oxidado se balancea con un chirrido rítmico y constan-
te, los arboles se mecen con furia agitando sus copas.
Ahí afuera la temperatura está en torno a los 2ºC y el
viento muerde los huesos con dientes de hielo.
Sin embargo en el interior del restaurante la cosa es
bien diferente, la temperatura es cálida, y el café ha
hecho milagros en los PJS, que puede que incluso
hayan cenado. Puede oírse el zumbido de los fluores-
centes además del sonido de la lluvia afuera, y una
radio oculta a la vista escupe las notas de un tema de
Bunk Johnson and his Superior Jazz Band.
Uno de los camioneros hace un gesto a la camarera
para que traiga mas bebida, el tipo le guiña un ojo y le
dice algo que a juzgar por el gesto de ella, no debe de
haber sido muy agradable. Ella, acostumbrada a lidiar
en plazas mayores, aguanta el tirón estoicamente y les
sirve lo que piden.
Los PJs vuelven a mirar al exterior, hacia la carrete-
ra.
Nada.
Llegados a este punto será necesario que pongamos
en antecedentes a los jugadores sobre qué demonios
hacen en un mal restaurante de carretera de madrugada
en Massachusetts.
Una semana antes
Los PJs se encontraban en Creekville, su ciudad.
Allí estaban en el cuarto de detrás del Panepinto´s Bar,
jugando a póker entre amigos cuando llegó el capore-
gime, uno de tus PJs, el que goce de mayor confianza
de la Familia. Dijo que había un trabajito que cumplir,
así que sería mejor que fueran recogiendo las cartas, y
así lo hicieron. El trabajito parecía fácil.
Al parecer Jimmy “pasos de ganso” había decidido
que ya no podía más. Así que el muy bocazas se fue
con el cuento a la comisaría del distrito central donde
consiguió captar toda la atención de un sargento, un
teniente, después un detective y finalmente, de toda la
prensa de la ciudad para desespero suyo que veía como
su posible anonimato, al menos hasta el día del juicio,
se iba por el desagüe. Y es que así era… Jimmy “pasos
de ganso” estaba dispuesto a largar una importante
cantidad de información sobre los asuntos de la Fami-
lia, quebrantando la Ley del silencio y pasando a enca-
bezar la lista de hombres perseguidos por la Familia.
Según informó el jefe Boldini Jimmy iba a obtener a
cambio una nueva identidad, casa y dinero para co-
menzar de nuevo a saber dónde.
El juicio se llevó a cabo sin que la Familia pudiera
actuar contra él. La vigilancia que se le puso resultó a
prueba de bombas, ese maldito sargento irlandés se lo
tomó al pie de la letra y le puso más vigilancia que al
1/9 Omerta
candidato Hoover cuando vino de mitin electoral a la
ciudad. Nadie pudo acercarse a Jimmy “pasos de gan-
so” pero si al juez Craig, quien se encargaba del caso.
Digamos que las fotografías que le sacaron con la des-
pampanante Peggy “Montana” sirvieron para que el
abnegado juez, felizmente casado y padre de seis hijos
se pusiera nervioso y moviera los hilos necesarios para
acabar declarando nulo el juicio y desestimar cuanto
Jimmy “pasos de ganso” llevó ante el jurado. El hecho
de que era un hombre con antecedentes, bebedor asiduo
y que tenía numerosas deudas de juego acabó dilapi-
dando todo su discurso.
El revuelo que ha quedado en la ciudad ha sido de
órdago, pero esto no es lo realmente importante.
Jimmy “pasos de ganso” consiguió cuanto se le
ofreció. El sargento irlandés no quería arrojarlo a la
calle de cualquier manera con todo lo que había puesto
en el asador el jodido soplón, así que consiguió que el
departamento dispusiera de los efectivos necesarios
para que se le trasladara a una nueva residencia en
Rochester, New Hampshire. Un buen lugar para morir.
Al parecer el Don no quería que ese maldito soplón
se fuera de rositas, así que habría que esperar a que
abandonara el estado y dar buena cuenta de él. Así no
sólo averiguaron cual iba a ser el destino de Jimmy
sino que además, averiguaron cual iba a ser su ruta.
El grupo está aquí para encargarse de Jimmy “pasos
de ganso”. Ahora mismo está viajando en un coche sin
marcas por dos o tres agentes federales. Estos agentes
deben de sobrevivir, no hay orden de ejecución contra
ellos y si puede ser, no deben enterarse de nada. No así
contra Jimmy a quien hay que darle un paseo lo más
discretamente posible. Después de eso, habrá que des-
hacerse del cadáver, tirarlo al océano o disolverlo en
acido, da igual.
Y en eso estamos.
Según saben los PJs, el coche que transporta a
Jimmy debe pasar por esta carretera de madrugada. No
saben la hora exacta, pero debería hacerlo siempre y
cuando no haya pasado nada extraordinario que les
haya obligado a cambiar de ruta o detenerse antes, cosa
poco probable porque el único motel existente es uno
que queda más adelante, a unos diez kilómetros. Tam-
bién saben que el coche será un Whippet Model 96
color negro. Los PJs venían en su coche dispuestos a
preparar una recepción adecuada a Jimmy, pero una
fuerte tormenta les atrapó en medio de esta carretera
del demonio, afortunadamente vieron el cartel lumino-
so y decidieron detenerse en la MP Varghar Gas-oil
service a esperar a que amainara.
U.S. Route 1
Si salen al exterior recibirán el azote de la tormenta,
viento, lluvia y un frío que se clava en los huesos. Hay
muy poca luz, tan solo un par de farolas y las propias
del restaurante que salen a través de los ventanales.
Son alrededor de las 02:00 am, no se ve un alma aquí
afuera, ni en la parada de autobuses que hay enfrente.
Un buen lugar para morir
Hablando de la parada de autobuses, no tardarán
mucho en detectar una luz que viene desde el lado de
New Hampshire. Poco más tarde descubrirán que efec-
tivamente, se trata de un autobús con cinco o seis
adormilados pasajeros. El sacerdote aparece como una
exhalación desde el restaurante justo a tiempo para
subir al autobús y marcharse con él. El padre Moore
regresará así a Topsfield, la población más cercana, de
unos 900 habitantes
La MP Varghar Gas-oil service es una gasolinera
con restaurante. La señorita Edwards trabaja en el turno
de noche con un cocinero que se marchará a las 02:15,
media hora antes que ella. Pero aunque se cierre el
local y se apaguen las luces, un matrimonio vive en el
edificio de dos plantas sobre la gasolinera. El matrimo-
nio formado por Alan Johnson, su esposa Patsy y el
hijo de ambos, Desmond, de dos años y medio. Los
Johnson simplemente se encargan de llevar la gasoline-
ra y gestionar el negocio. A estas horas están más que
acostados, pero si hay jaleo, como cristales rotos, dis-
paros o similar, se despertarán y llamarán a la policía
que se personará en el lugar en aproximadamente doce
minutos, procedentes de Topsfield.
Será cosa de los PJs decidir qué hacer a continua-
ción.
La tormenta les obligó a detenerse en la gasolinera,
pero ahora parece amainar, así que tendrán que decidir
si seguir aquí o continuar hasta el motel para esperar
allí a Jimmy.
Si deciden aguardar aquí, seguiremos adelante con
la narración desde este punto, si deciden seguir adelan-
te hasta el Motel Kern, deberás pasar a ese apartado.
Si el grupo aguarda aquí, media hora más tarde
unos faros de coche rasgaran la oscuridad atravesando
la cortina de lluvia y un Whippet Model 96 color negro
con matricula de Cleveland cruzará a toda velocidad
frente a la gasolinera, sin detenerse de ningún modo.
Da igual que los PJs hayan preparado cualquier ar-
gucia, como simular tener problemas y pedir ayuda con
la intención de que se detengan o similar, los agentes
no pararán de ningún modo, salvo que la gasolinera
esté en llamas, por motivos humanitarios, hasta llegar
al motel, encárgate de que sea así.
La ruta número 1 a estas horas es un desierto, salvo
por el autobús (que por cierto, era el último hasta ma-
ñana) y el coche de los federales. Otra posibilidad es
que, si quieres, pase una patrulla de carreteras, aunque
con la lluvia que está cayendo sería extraño, que no
imposible.
Motel Kern
Se trata de un viejo motel de carretera. Tiene forma
de L mayúscula y en su ángulo corto se encuentra la
oficina y la vivienda del propietario, donde puede verse
una luz proveniente de una farola justo encima de la
puerta. El cartel luminoso que anuncia el Motel tiene
fundidas la E en la primera palabra y la R en la segun-
da. Para acceder a él, debe tomarse un desvío de la
carretera hacia la derecha. Por este camino de tierra
2/9 Omerta
batida y tras un corto recorrido por un embarrado tre-
cho de doscientos metros, se llegará frente a la oficina.
Si los PJs llegan después de los federales, se en-
contrarán a un tipo de gafas redondas leyendo con
gesto somnoliento tras la recepción, un libro sobre
mitología romana en el que aparece el dios de la medi-
cina Esculapio en el lomo. Este tipo se llama Jeremiah
Kern y es el dueño del motel. Si echan un vistazo al
libro de registros encontrarán automáticamente que la
última entrada pertenece a un tal Robert Wilburn, habi-
tación número 6 y es de hace apenas un rato (calcula
cuanto pueden haber tardado en llegar los federales
aquí).
Si preguntan a Jeremiah Kern por este tal Wilburn,
les dirá que no puede dar información sobre su cliente-
la, ¡faltaría más! pero si usan de la habilidad de intimi-
dar, le dan de 5$ para arriba o simplemente le agarran
del cuello y le ponen un revolver en la cabeza les dará
cuanta información precisen.
Esto es cuanto sabe:
Se trata de tres hombres, visten de forma similar,
gabardina y sombrero de ala ancha. Tienen pinta de
policías o algo así. Solo dos de ellos salieron del coche
y pasaron por aquí. Pagaron por una noche, no tenían
muchas ganas de hablar, se retiraron enseguida a la
habitación número seis. Me asomé a echarles un ojo y
vi que dentro del coche había dos hombres más. El
tercer hombre de aspecto de policía sacó del interior a
un cuarto que metieron a toda prisa en la habitación.
No han pedido cena ni han hecho ninguna llamada.
Es todo.
Efectivamente, el Whippet negro está aparcado
frente a la habitación número seis. Desde la oficina no
podría asegurarse si hay o no hay alguien dentro. No
hay luz en el tramo de las habitaciones, ni fuera, ni
dentro de ellas, al menos que se vea.
Si los PJs llegan antes que los federales, encontra-
rán al dueño del motel, Jeremiah Kern, inmigrante
alemán de origen judío durmiendo plácidamente. Si
entran en la pequeña oficina deberán tocar al timbre de
la recepción insistentemente para que de una puerta
lateral aparezca Jeremiah ajustándose las gafas redon-
das a la punta de su nariz mientras se peina con la pal-
ma de la mano. Evidentemente, estaba dormido como
atestiguan las zapatillas de estar por casa que lleva, la
del derecho en el pie izquierdo y viceversa.
Todas las habitaciones del motel están disponibles,
salvo la número seis, así que podrán alquilar la que
deseen. Jeremiah no es un héroe, así que si los PJs
sacan sus armas o usan de su intimidación para obtener
información o favores de él, colaborará en cuanto le
pidan, pero su estado de nervios resultará evidente para
los ojos entrenados de los agentes federales que están a
punto de llegar, y que notarán casi enseguida que algo
está ocurriendo.
Desde este momento estará en manos de los PJs
como van a hacer las cosas.
Un buen lugar para morir
Por un lado, puede ser que los federales y el soplón
de Jimmy ya estén en el Motel, por otro lado, puede
que no hayan llegado. En este caso, no tardarán en
hacerlo, de hecho, lo recomendable es que apenas les
dejes tiempo para interactuar con Jeremiah. Las luces
del Whippet Model 96 horadar la oscuridad y pasar
frente a la cristalera de la oficina debería ser suficiente
para alertar a los PJs y dejarles claro que deben impro-
visar.
Lluvia y plomo a partes iguales
Este apartado queda completamente abierto en
cuanto a su organización, pero no en cuanto a su final.
Te explico.
Para el correcto desarrollo de la aventura Jimmy
“Pasos de ganso” debe escapar de las garras de los PJs
y además hacerlo en coche, tanto en el propio de los
agentes, como en el de Jeremiah que está detrás de los
apartamentos, cerca de donde da la ventana de detrás
de la habitación. No importa cómo ocurra. Si acaban
con él, la aventura termina, tan sencillo como eso, si
logra escapar, continuaremos adelante.
Para tu información, los agentes federales son tres,
harán guardia de uno en uno hasta el amanecer, mo-
mento en que saldrán de la habitación para montar en
el coche y proseguir camino hasta Rochester. Pero esto
no debería darse, la situación debe haberse desbocado
durante esta lluviosa noche, veamos cómo.
De entrada es posible que las luces del coche de los
PJs haya llamado la atención de los agentes federales,
si no hubo luces, puede que el mismo coche de los PJs
aparcado frente a la oficina de admisiones. Si no hubo
nada de esto, puede que los PJs pasen frente a la venta-
na de la habitación número seis y llamen la atención de
los agentes, también es posible, sobre todo si los PJs
usaron de la fuerza o la intimidación, que el asustado
Jeremiah haga alguna estupidez que sirva de aviso a los
agentes federales y éstos puedan ponerse en alerta.
Puede que uno de ellos salga a echar un cigarrillo al
porche y vea algo raro o puede que cuando llegaron los
federales notaran a Jeremiah especialmente nervioso y
preguntaran qué diablos ocurre. Jeremiah dará dos
pasos hacia atrás mientras grita que “no quiere proble-
mas, ni con ellos ni con los otros”, quizá en este mo-
mento los PJs salgan de algún lugar cercano armas en
mano. Si esto sucede, el tercer agente saldrá de dentro
del coche del mismo modo y Jimmy aprovechará para
pasar adelante y salir a escape.
La cuestión es que llegado el momento, los agentes
sacarán sus armas y dispararán contra los PJs y aprove-
chando la distracción, Jimmy “pasos de ganso” escapa-
rá en coche, bien en el de los agentes, o bien a través de
la ventana en el de Jeremiah, que está en la parte tras-
era de la casa.
Los PJs deberán darse prisa en montar en el suyo
propio y ponerse tras Jimmy si no quieren perderlo de
vista. Los agentes federales son secundarios en esta
aventura, pueden quedarse pegando tiros detrás suyo.
Mantén la tensión con los PJs, diles que sus disparos
3/9 Omerta
rozan el vehículo con un sonido agudo, que vuelan uno
de los retrovisores, agujerean la chapa, etc, pero no
detendrán a los PJs que conseguirán huir.
Jimmy volverá a la carretera y continuará adelante,
hacia New Hampshire, la misma ruta que debía tomar
al día siguiente si todo hubiera ido bien. El coche atra-
vesará la lluvia a toda velocidad, se agarrará a las cur-
vas chirriando con fuerza, se inclinará hacia un lado
amenazando con volcarse. Jimmy sabe que si los PJs le
atrapan será su fin y está poniendo toda la carne en el
asador para mantenerse vivo.
Los PJs deberán hacer lo mismo, pero sería intere-
sante que dejaras algo de margen a Jimmy para que
tenga la ventaja que necesitamos para el devenir de la
aventura. Por ejemplo, la batería del coche de los PJs
falla y deben darle a la manivela de arranque. Para ello
deben salir del coche, introducir la manivela en el mo-
tor de arranque desde delante y darle con fuerza. Para
ello, deberán sacar correctamente una tirada de condu-
cir coche/2 + mecánica/ 2. Cada tirada fallada, es un
intento que no consigue arrancar el motor.
Entendemos que finalmente los PJs se lanzarán a la
carrera tras Jimmy.
La lluvia enturbia el cristal delantero mientras los
haces de luz atraviesan la oscuridad. A lo lejos, se
distinguen las luces rojas del coche de Jimmy, hay
bastante distancia de uno a otro, pero el hecho de que
sea una única carretera y que no haya más tráfico ni
poblaciones que cruzar, hace que sea relativamente
fácil seguirlo. De todos modos, serán necesarias tiradas
de percibir por parte de todos los que ocupan el coche
para ver el coche de Jimmy siempre en el límite de
visión.
Pídele tiradas de conducir coche al PJ que esté al
volante. Descríbeles los chirridos de los neumáticos,
como el coche parece perder agarre en las curvas y
notar cómo se desliza apenas medio metro sin control,
esto puede que no lo noten los pasajeros, pero si lo
notará el conductor. Aplica penalizadores según tu
criterio, se trata de forzar algunos fallos en las tiradas,
para justificar que Jimmy les saque delantera. Si hace
falta tira por Jimmy detrás de la pantalla, haz trampa
con sus tiradas, Jimmy no falla.
Esta persecución debe durar un buen rato. Llévala
al límite. Jimmy se sale de la carretera para entrar de
nuevo en el siguiente tramo, derrapa, parece estar a
punto de perder el control, se pierde de vista tras un
pequeño desnivel. Más tarde invade un terreno privado
atravesando la valla exterior, cruza un sembrado, el
coche se sacude, salta, derrapa y tras atravesar de nue-
vo la valla por el lado opuesto, regresa a la carretera.
Más tarde la carretera llega a una bifurcación y el
coche de Jimmy abandona la ruta número 1, está claro
que ya no va camino de New Hampshire. Esta nueva
carretera se mueve hacia la costa, donde poco después,
podrán alcanzar a ver la playa y el océano, negro y
agitado bajo la lluvia que no cesa. Siguiendo por este
viejo camino con el océano a la derecha, seguirán ade-
lante cruzando decrépitos puentes de madera tendidos
sobre pequeñas rías. Los negros postes telefónicos
Un buen lugar para morir
acompañan a los PJs durante toda la carrera, ni una
casa, ningún coche mas salvo el de Jimmy que sigue
manteniendo la distancia.
Más tarde, el coche de Jimmy tuerce a la izquierda
y se introduce de pleno en un viejo camino de tierra
repleto de baches y charcos que zarandearán a los PJs
en el interior del coche. El conductor deberá esforzarse
para no perder de vista al otro vehículo. Si los PJs
hacen una tirada de percibir -25 mientras la lluvia se
torna en una fina llovizna y la luna asoma de vez en
cuando entre los negros nubarrones, podrán ver apenas
por un segundo, mientras lo dejan atrás a toda veloci-
dad, un viejo y herrumbroso cartel metálico que anun-
cia el nombre de la siguiente población …
Innsmouth
El estrecho camino comienza a subir por una cuesta
pronunciada, los PJs tendrán la sensación de que al
llegar al final del ascenso saldrán disparados hacia el
vacío, no ven el coche de Jimmy, pero no puede haber
salido por ningún sitio ¡tiene que estar al frente seguro!
Un accidentado trecho después, al llegar a lo alto, po-
drán contemplar a la luz de la tímida luna, toda la ex-
tensión del valle donde el río Manuxet desemboca en el
mar, justo al norte de una larga muralla de acantilados
que culmina en Kingston Head y tuerce después hacia
Cape Ann. Un núcleo urbano muy extenso se abre ante
ellos, de casas apretadas, y aparentemente carente de
signos de vida. Un rápido vistazo hacia adelante, les
llevará a descubrir las luces del coche de Jimmy aden-
trándose por una calle principal. Los PJs, presumible-
mente acelerarán a fondo tratando de no perderle de
vista ahora que se interna en esta ciudad dormida.
Al final del descenso, el camino de barro discurre
entre casas desconchadas y torcidas que se van arri-
mando unas a otras, alineándose a ambos lados de la
carretera, y ésta se convierte en una calle que resulta
principal y acaba entrando en la ciudad. Un cartel indi-
cativo en una farola apagada indica que cruzan Fall
street. Ahora que se fijan, es cierto… las luces de las
calles están apagadas, no hay luz ninguna, tampoco en
ninguna de las casas que se agolpan a derecha e iz-
quierda.
Tres elevados campanarios descollan rígidos y le-
prosos contra el oscuro cielo. A uno de ellos se le ha
desmoronado el capitel como verán al pasar a su lado,
los otros dos muestran los negros agujeros donde anta-
ño estuvieran las esferas de sus relojes. La inmensa
marca de techumbres inclinadas y buhardillas puntia-
gudas forman un paisaje desolador. A medida que
avanzan calle abajo, descubren que muchos de los
tejados están totalmente hundidos, como el del negocio
cuyo cartel reza “Berger´s Library” completamente
colapsado como podrán ver al pasar. Hay algunas casas
grandes de estilo georgiano, con tejados de cuatro
aguas, cúpulas y galerías acristaladas, tan sólo una o
dos se conservan en buen estado. A lo lejos la única y
distante luz, la del coche de Jimmy, se pierde de vista
torciendo a la derecha.
4/9 Omerta
 Al llegar al final de esta vía, sin haber visto ni una
sola alma, ni luz en los alrededores, los PJs llegan a un
paseo adoquinado que acompaña el negro río Manuxet
en su desembocadura al océano. Durante su recorrido,
el río tiene una serie de desniveles que producen cata-
ratas a pequeña escala, el sonido de estas puede oírse
sobre el ruido del motor. La lluvia fina y sucia les im-
pide ver correctamente a través de la luna delantera, el
olor a pescado y mar cobra fuerza a medida que avan-
zan. Las luces del coche de Jimmy se pierden de vista
al otro lado del cauce del río, debe de haber cruzado
por uno de los viejos puentes que unen el lado norte y
sur de la ciudad. No tardan los PJs en llegar al primero
de estos puentes y lo atraviesan sin problemas. Las
ruedas protestan a cada nuevo giro, como si no quisie-
ran seguir adelante.
La calle que siguen los PJs sigue hasta una plaza
donde hay tres vías posibles. Al frente, derecha y en
diagonal hacia el mar. Una tirada de percibir les hará
ver por apenas un instante, las luces rojas a lo lejos
perderse de vista por la calle diagonal. Las casas a
oscuras son testigos mudos del paso de los PJs, las
ventanas abiertas parecen cuencas vacías, las puertas
descolgadas, bocas abiertas en un horrible rictus mudo.
El abandono y la ruina se hacen más evidentes aho-
ra que han llegado al barrio marinero, junto a los mue-
lles. Finalmente llegan al puerto, invadido por los ban-
cos de arena, protegido por un antiguo espigón de pie-
dra. En la punta del espigón se adivinan los cimientos
circulares de una construcción en ruinas. Una tirada de
percibir les indicará que se trata de un faro. En el
puerto se ha formado una lengua de arena sobre la cual
hay chozas miserables, algunos botes amarrados y unas
cuantas nasas diseminadas. El único sitio en que parece
haber profundidad es donde el río da la vuelta hacia el
sur y vierte sus aguas en el océano, al otro lado del
espigón. Los muelles de embarque aparecen podridos
de un extremo a otro, los más ruinosos son los de la
parte sur. Y allá lejos, mar adentro, pese a la marea
alta, puede distinguirse iluminado por la mortecina luz
de la luna, una raya larga y negra que apenas aflora del
agua, quizá unos arrecifes. Haz una tirada de Intuir por
uno de los PJs al azar (en el lado del coche que da al
océano). Si la saca correctamente, al ver esos arrecifes
sentirá una sensación extraña cuyo origen parece pro-
venir de ellos. No sabría explicarlo mejor, dile tan sólo
eso. Si se fija en ellos, creerá adivinar algunas siluetas
moverse allí. Si te pide tirar por percibir, saque el
resultado que saque dile que no vuelve a ver esas silue-
tas, no hay nada allí. Por otra parte, sería imposible que
hubiera alguien, la marea cubre casi por completo los
arrecifes, no hay acceso hasta ellos.
No encontrarán a nadie por el camino. La ruta por
water street, como se llama este paseo marítimo les
llevará finalmente hasta el final de la población. En
esta punta, una tirada de percibir les mostrará lo que
parece el vehículo de Jimmy fuera del paseo, a un lado,
detenido. Al parecer, en la última curva las ruedas
fallaron en su agarre y se salió estrellándose contra una
casucha de pescador desierta y desolada. Cuando se
Un buen lugar para morir
detengan los PJs podrán ver que la casa, cuyas venta-
nas están tapadas con harapos, no parece ser vivienda
de nadie, o al menos, no hay nadie ahora. Tampoco hay
rastro de Jimmy.
Ahora que salen del coche y respiran en profundi-
dad el aire del lugar, percibirán sin problemas el nau-
seabundo olor de los estercoleros donde se amontonan
conchas y pescado podrido.
Una vez afuera, si echan un vistazo en el coche de
Jimmy verán la puerta del conductor abierta y que
dentro no hay nadie. El cristal delantero está reventado,
hay manchas de sangre en él y en el salpicadero. Ade-
más encontrarán en el maletero una recortada del 20 y
munición. Con una tirada exitosa de buscar o de se-
guir rastros +25, podrán encontrar pequeñas gotas de
sangre que se alejan del coche siguiendo la dirección
de la calle adoquinada y desierta por la que han venido.
Un cartel oxidado y torcido señala en esa dirección
anunciando que por ahí se va “Al faro”.
Si los PJs echan un vistazo al humeante motor del
coche de Jimmy, con una tirada de mecánica verán que
es irrecuperable, al menos con los medios disponibles.
Por tanto, ahora sólo queda avanzar por water street
hacia el espigón coronado por los restos del faro, la
dirección que parece indicar el rastro de sangre, si es
que quieren encargarse de Jimmy “pasos de ganso”.
El faro
Water street muere dirección al faro. La calle mal
adoquinada repleta de charcos aceitosos, está cerrada al
paso de vehículos por dos pilones de obra que impiden
el paso a cualquiera que no vaya andando o en bicicleta
a lo sumo. La fina llovizna acompaña a los PJs en su
camino, a la derecha algunos botes atracados se mecen
y en uno de ellos suena una campana solitaria.
A la izquierda pueden ver que la playa se extiende
más allá en medio arco ascendente, siendo su parte más
estrecha la que llega hasta el paseo marítimo, donde la
playa se convierte en rompeolas repleto de enormes
piedras oscuras, resbaladizas y angulosas.
Cuando los PJs caminen por aquí dirección al faro
lo harán bajo la lluvia fina, casi imperceptible pero
constante. De cada vez más lejos, les llegará el tañido
de la campana del barco, podrán escuchar el ruido del
mar en las rocas, un sonido denso y pesado del que en
ocasiones, provienen sonidos de succión y burbujeos
distantes.
Una nueva tirada de percibir les mostrará a los PJs
un reflejo fugaz más adelante, muy alejado de ellos y
por apenas un instante. Una sombra se movía hacia el
faro, sin duda es Jimmy, ya casi están encima de él.
Los PJs continuarán la marcha por el paseo hacia el
faro, dese aquí, y ahora que las nubes se han abierto
más, la luna les iluminará la extraña ciudad. Como un
escaparate de losas las casas aparecen combadas, pega-
das unas a otras, sin luz ni rastro de vida en ellas. Las
ventanas y las puertas producen sombras caprichosas
que convierten las fachadas en lúgubres rostros que os
observan con paciencia eterna, como sabedores de
5/9 Omerta
 Nota sobre el Coraje: Quien pierda desde este
momento y hasta que escapen de Innsmouth, más
del 20% del coraje total con el que ha empezado la
aventura, sentirá que algo se quiebra en su mente
para siempre, ya nada tendrá importancia, aunque
todo parecerá cobrar un terrorífico e inquietante
sentido, sus pensamientos se alejarán de aquí, co-
rrerán a refugiarse a un lugar distante y seguro, un
lugar mejor, de donde ya no volverán jamás. El PJ
quedará reducido a un cuerpo sin voluntad, enaje-
nado, ido por completo, la baba caerá por la comi-
sura de sus labios, los ojos serán incapaces de mi-
rar al frente, la voluntad desvanecida… En térmi-
nos de juego, el PJ quedará incapacitado para
seguir adelante con la aventura y el resto de sus
compañeros tendrán que llevarlo de aquí para allí
como un si de un fardo se tratara.
Para recuperarse, el PJ tendrá que precisar de
atención médica profesional siendo necesario al
menos el empleo de dos meses de retiro (en tiempo
de juego) por cada punto perdido de coraje. Duran-
te este tiempo las pesadillas acompañarán al PJ
cada noche despertándose entre alaridos y comple-
tamente cubierto en sudor.
vuestro destino de antemano. Solo deben de esperar a
que éste ocurra.
Una mirada al otro lado mostrará la línea distante
de los arrecifes del que asoman algunas puntiagudas
rocas, nada ni nadie en ellos.
Será entonces, cuando estén bien cerca del faro, a
apenas veinte o treinta metros, cuando deberán hacer
tiradas de escuchar y de percibir para darse cuenta de
los chapoteos que suenan cercanos, justo al otro lado
del desnivel del paseo marítimo, donde solo debería
haber rocas enormes, de ángulos cortantes y cubiertas
de algas resbaladizas, pero… ¿Qué puede estar produ-
ciendo esos chapoteos tan extraños?
Con la tirada de percibir verán que una figura viene
caminando tras ellos.
Al volverse descubrirán una sombra humanoide le-
vemente inclinada hacia la derecha. Su cabeza está
medio enterrada entre sus amplios hombros, su com-
plexión es formidable sin duda. Cojea, su andar es
torpe y sus brazos están pegados al tronco. Al caminar
arrastra la pierna izquierda levemente, como si fuera un
tullido o tuviera algún tipo de enfermedad degenerati-
va.
No hay luz ninguna aquí, salvo la que propicia la
luna, así que los PJs no verán nada más en esta sombra
que se acerca a ellos, una cosa esta clara, no es Jimmy,
eso seguro. Si le dan el alto, le preguntan, increpan o lo
que sea no obtendrán nada de él, salvo gruñidos roncos
y graznidos mal articulados. El paso de la criatura será
cada vez más acelerado, el renqueante bamboleo será
cada vez mas apresurado, sus brazos se levantarán
hasta situarse en ángulo recto con el resto del cuerpo,
sus manos se agitarán agarrando el aire, deseoso de
llenar el espacio entre sus dedos por las gargantas de
los PJs.
Un buen lugar para morir
Si los PJs no hacen nada, la criatura llegará hasta su
altura y les atacará con saña mientras de su garganta
saldrán horribles gorgoteos. Arrancará, despedazará y
morderá y uno tras otro, tratará de acabar con todos los
PJs.
Y los PJs… ¿Qué van a hacer?
Supongo que no tardarán en optar por la vía del
plomo, y así, no costará mucho abatirlo.
Una vez en el suelo, si se acercan a mirar, verán
que no es Jimmy, pero lo que verán resultará cuanto
menos, inquietante. Su color es gris verdoso, el vientre
blanquecino, su piel reluciente y resbaladiza y su dorso
jorobado y cubierto de escamas. Su cabeza diríase que
asemejaba más un pez que un hombre, sus ojos prodi-
giosamente saltones abiertos de par en par clavados en
los PJs. En el cuello descubrirán agallas y sus dedos
palmeados están coronados de grandes zarpas.
Que todos los PJs hagan inmediatamente una tirada
de Coraje. Si sacan la tirada con éxito, a diferencia de
lo normal según el reglamento, no se ganará Coraje. Si
se falla la tirada, perderemos de la forma normal.
En este momento, dos disparos romperán el silencio
desde el faro.
Tanto si desde este punto desean seguir hacia él o
bien regresar inmediatamente a su coche, los siguientes
hechos serán los que deberás describirles según por
donde se vayan moviendo.
El faro como dije estaba en ruinas, apenas son un
par de pisos circulares, algún tramo de escalera de
caracol que no lleva a ningún sitio y ruina.
Allí dentro, hacia donde lleva el rastro de sangre,
encontrarán a Jimmy tirado en el suelo, revolver en
mano, los ojos salidos de sus cuencas y vuelto hacia la
puerta por donde entren los PJs. Sobre él, de cuclillas,
dos criaturas semejantes a la que se encontraron fuera
que juguetean con las entrañas sanguinolentas del des-
graciado soplón.
Nueva tirada de Coraje para todo el mundo.
Al ver llegar a los PJs, lanzarán un desagradable
graznido y saltarán dispuestos a acabar con ellos. Los
PJs deberán solventar esta situación de la mejor mane-
ra, y ahora que se han asegurado que Jimmy no volverá
a decir nada más, podrán si lo desean regresar al coche.
Cuando los PJs salgan del faro hacia su coche, su-
ponemos que tan deprisa como les permitan sus pier-
nas, no tardarán en descubrir hacia la mitad del recorri-
do lo que parece un numeroso grupo de siluetas que
viene directamente hacia ellos. Los croares, aullidos y
gorgoteos provenientes del numeroso grupo se multi-
plicarán tanto en cantidad como en volumen y se aba-
lanzarán hacia los PJs dispuestos a acabar con ellos.
Brincarán de manera irregular, unas veces erguidos,
otras a cuatro patas y correrán, y correrán y sus ojos
jamás parpadean, sus sonidos húmedos y nauseabundos
inundarán los oídos de los PJs.
Por supuesto, nueva tirada de Coraje cuando vean
que una veintena de estas criaturas corren hacia ellos.
La única forma de pasar a través es la de la vía del
plomo, que puta es la vida del PJ.
6/9 Omerta
 Una vez superado de una forma o de otra esta obs- pueden dar o quitar también puntos de Reputación.
táculo, los PJs podrán continuar su huída paseo abajo El Coraje perdido en esta aventura sólo podrá recu-
en dirección a su coche, donde llegarán finalmente perarse con tratamiento médico especializado, no podrá
completamente empapados tanto de lluvia, como de recuperarse de forma normal. El tiempo necesario será
sudor, quizá sangre y puede que del légamo pegajoso de un mes de tiempo de juego de tratamiento por cada
que corre por las venas de las criaturas que habrán dos puntos perdidos.
estado acribillando. Y allí estará el coche aguardando A todo aquel PJ que haya perdido al menos 10 pun-
su llegada. tos de Coraje, les quedará para siempre un miedo irra-
Deja que los PJs suban en el coche, y que le den a cional e inexplicable a las vastas extensiones de agua,
la llave de contacto, para descubrir que el motor de como mares, océanos, lagos, etc.
arranque vuelve a fallar y deben darle a la manivela de
nuevo. Alguien tiene que salir del coche de nuevo y
arrancarlo, mientras a lo lejos, en el horizonte, los
PNJs
relámpagos destellan. Agentes federales
El PJ que salga deberá darle a la manivela tal y co-
mo explicamos antes. Deberán sacar correctamente una
tirada de conducir coche/2 + mecánica/ 2. Cada tirada
fallada, es un intento que no consigue arrancar el mo-
tor.
Sea como sea, en algún momento mientras el PJ tra-
ta de arrancar el motor, mientras el resto de compañe-
ros están atentos a los alrededores, a ver si llegan nue-
vos invitados, todos ellos podrán ver en los arrecifes,
una leve agitación en el océano, un burbujear, y enton-
ces, un ser que surge a la vista sobre las aguas oscuras.
Inmenso, repugnante, una especie de Polifemo que
salta hacia uno de los enormes monolitos que jalonan
los arrecifes, como un monstruo formidable y pesadi-
llesco, y lo rodea con sus brazos enormes y escamosos,
al tiempo que inclina la cabeza y lanza al cielo horri- Este perfil es el mismo para los tres agentes.
bles alaridos graves y acuosos.
Nueva tirada de coraje. En caso de sacarla correc- FUE 14 Alt: varía Pes: varía Edad: variable
tamente, se perderán 1d6 puntos, pero en caso de fallar- AGI 14 Mod. Daño: +1d4
la, se perderá 1d10. CON 14 Ptos de vida: 19
Los PJs podrán, si consiguen arrancar el coche, INT 12 Coraje: 70
abandonar Innsmouth mientras los gorgoteos y aullidos PER 13 Reputación: -
resuenan cada vez más lejanos y distantes y la lluvia COM 11 Aspecto: Del montón
vuelve a cobrar fuerza. DES 12
Apenas dos horas después los primeros rayos del PRE 11
sol saldrán por el horizonte y atraparán a los PJs toda-
vía huyendo a toda velocidad de nuevo por la ruta Habilidades
número 1, desde que salieron de la ciudad desolada Conducir coche 65%
nadie se ha atrevido a abrir la boca. El recuerdo vívido Contabilidad 40%
de lo ocurrido acompañará a los PJs durante mucho, Discreción 60%
muchísimo tiempo. Incluso puede haber quedado como Escuchar 50%
recuerdo de todo ello, la carcasa despojada de voluntad Intimidar 60%
de alguno de sus compañeros, perdido para siempre, Leyes 75%
según como hayan ido las tiradas de Coraje. Percibir 70%
Ya solo queda regresar a Creekville, a la necesaria Revisar libros 40%
cotidianidad. Volver al mundo conocido y evitar los
muelles que arrastran consigo olores a salitre, a mar y Armas
el inquietante sonido del oleaje, porque con todo ello Arma corta (pistola 38) 65% 1d8+1
llegan los recuerdos y de nuevo, las pesadillas. Escopeta (consultar distancias pág. 143) 65%
Pelea 50% 1d3 + 1d4
Recompensas y castigos
Permite la subida de experiencia de la forma habi-
tual.
Entrega un punto de Reputación si la misión fue un
éxito. Recuerda que las actitudes heroicas o cobardes

Un buen lugar para morir 7/9 Omerta

Miss N.E. Jimmy “Pasos de ganso” Duncan
La atenta camarera del MP El soplón a quien tienen que
Varghar Gas-oil service. dar un paseo. Se introducen
sus características pero como
FUE 10 Alt: 1,67 verás en la aventura, son del
AGI 12 Pes: 60 todo innecesarias.
CON 12 Edad: 38
INT 10 Mod. Daño: - FUE 13 Alt: 1,81
PER 11 Ptos. vida: 16 AGI 13 Edad: 37
COM 15 Coraje: 50 CON 14 Pes: 75
DES 12 Aspecto: INT 09 Mod. Daño: +1d4
PRE 13 agradable PER 12 Ptos de vida: 19
COM 13 Coraje: 66
Habilidades DES 13 Reputación: 4
Contabilidad 40% PRE 12 Aspecto: Agradable
Charlatanería 55%
Escuchar 60% Habilidades
Intimidar 42% Callejeo 56%
Intuir 40% Cerraduras 40%
Percibir 45% Conducir coche 70%
Profesión: camarera 78% Correr 70%
Regateo 65% Charlatanería 60%
Seducción 53% Elocuencia 70%
Escuchar 65%
Armas Evitar 40%
Pelea (sonoro bofetón) 60% 1d3 Juego/apuestas 50%
Percibir 70%
Jeremiah Kern Robar 55%
El timorato dueño del motel
de carretera. Armas
Pelea 55% 1d3 + 1d4
FUE 10 Alt: 1,79 Navaja 60% 1d4+1+1d4
Pes: 75 Edad: 36 Pistola del 44 67% 1d10+1
AGI 10 Mod. Daño: - Thompson 57% 1d10+2
CON 11 Ptos de vida: 15
Profundos
INT 15 Coraje: 35
PER 12 Reputación: -
COM 09 Aspecto:
DES 11 Del montón
PRE 11

Habilidades
Académica: Arqueología 55%
Conducir coche 45%
Contabilidad 70%
Esconderse 51%
Idioma: Griego clásico 60%
Idioma: Hebreo 85%
Idioma: latín 65%
Revisar libros 75%

Armas Este es el perfil estándar de los habitantes de Inns-

Carece mouth.

FUE 15 Alt: varía Pes: varía Edad: variable

AGI 10 Mod. Daño: +1d4
CON 15 Ptos de vida: 13
INT 11 Coraje: 00
PER 15 Reputación: -

Un buen lugar para morir 8/9 Omerta

COM 02 Aspecto: Ver descripción en el texto.
DES 09 Padre Dagón
PRE 05 FUE 52 Alt: 7m Pes: 5.6 toneladas Edad: N/A
AGI 20 Mod. Daño: +6d6
Armas CON 50 Ptos de vida: 55
Zarpa 25% 1d6 + 1d4 INT 21 Coraje: 00
Tridente 25% (sólo unos pocos de ellos llevan esta PER 20 Reputación: -
arma) 1d6+1+1d4 COM 10 Aspecto: Un profundo de titánico tamaño.
DES 20
Especial PRE 05
Ignoran un punto de daño por piel y escamas.
Armas
Zarpa 80% 1d6 + 6d6

Especial
Ignora seis puntos de daño por piel y escamas.

Un buen lugar para morir 9/9 Omerta