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ARTERIOESCLEROSIS

DEFINICIÓN. Término generalizado para cualquier enfermedad de las arterias que consiste en que éstas pierden su elasticidad
y se vuelven más gruesas y rígidas. La arteriosclerosis por lo general causa estrechamiento (estenosis) de las arterias que
puede progresar hasta la oclusión (cierre) del vaso impidiendo el flujo de la sangre por la arteria así afectada.
Tipos de arteriosclerosis.
a) Aterosclerosis: Es la forma más frecuente de arteriosclerosis, caracterizada por un engrosamiento de la túnica íntima
con placas, sustancia pegajosa, que contiene macrófagos (células inmunitarias que atacan al colesterol acumulado)
llenos de lípidos (principalmente colesterol oxidado), calcio, colágeno, glóbulos blancos degenerados y otras sustancias
que se encuentran en la sangre; con el tiempo, esta placa se endurece y angosta las arterias; afectando a las arterias
medianas o gruesas y aunque puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, los lugares más críticos son los vasos
coronarios del corazón y las arterias del cerebro. Esta acumulación de lípidos comienza en promedio a los 20 años de
edad, pero los principales síntomas y problemas aparecen pasado los 45, aproximadamente, dependiendo de la genética
de cada persona.
b) Arteriosclerosis obliterante: Es una forma de arteriosclerosis específica de las arterias de las extremidades inferiores,
frecuente en adultos mayores de 55 años, caracterizada por fibrosis (formación de tejido fibroso) de las capas de las
arterias con obliteración (cierre) y estrechamiento considerable de la luz del vaso.
c) Esclerosis de Monckeberg: Poco frecuente, vista especialmente en personas ancianas, y que afecta generalmente a las
arterias de la glándula tiroides y del útero y rara vez se presenta estrechamiento de la luz arterial.
d) Arteriosclerosis hialina o nefrosclerosis: Se refiere al engrosamiento de las paredes de las arterias por depósito de
material hialino (la palabra hialino se deriva del griego hyalos, que significa vidrio), visto generalmente en pacientes con
patologías renales y diabéticos.
e) Esclerosis de la vejez: En la que se observa naturalmente una remodelación de las grandes arterias a medida que
aumenta la edad, caracterizada por rigidez arterial y que se asocia con hipertensión.
f) Arteriolosclerosis: Término empleado exclusivamente para el endurecimiento de las arteriolas o arterias de pequeño
calibre.
FISIOLOGÍA. El pilar sobre el que se fundamenta el origen de la lesión arteriosclerótica es la disfunción endotelial. Se estima
que ciertos trastornos del tejido conjuntivo puedan ser factores de iniciación que, sumados a factores de riesgo, promuevan la
aparición de arteriosclerosis.
Al verse lesionada la pared de un vaso sanguíneo, producto de la inflamación intravascular (por diversos factores que
mencionaremos más adelante), se ponen en marcha una serie de acontecimientos que conducen a la acumulación de unas
células sanguíneas encargadas de taponar la lesión, conocidas como plaquetas. La agrupación de las plaquetas, a su vez,
favorece el depósito de grasa (colesterol) en las paredes de los vasos. De esta manera, se forman las llamadas placas de
ateroma que provocan que las arterias se estrechen progresivamente. La consecuencia de todo esto es que la circulación
sanguínea quede reducida de forma importante y, por lo tanto, exista un déficit en el aporte sanguíneo a los órganos y tejidos
del cuerpo humano, que no reciben los nutrientes necesarios. El mayor peligro del engrosamiento de los vasos sanguíneos y el
depósito de grasa reside en el estrechamiento de las arterias que nutren órganos que son vitales. Cuando estos tejidos no
reciben el aporte necesario de sangre se produce una situación de muerte celular conocida como isquemia . La falta de aporte
sanguíneo a los órganos también puede originarse por la liberación de fragmentos del depósito graso de los vasos, que viajan
por la circulación hasta impactarse en un vaso, ocluyéndolo totalmente, y causando de esta forma la isquemia del tejido
irrigado por dicho vaso. Este trastorno en concreto se denomina embolismo arterial y puede llevar a problemas graves como:
 Enfermedad de las arterias coronarias. Estas arterias llevan sangre al corazón. Cuando se bloquean, pueden
ocasionar una angina de pecho (dolor a nivel del tórax que suele aparecer con el ejercicio y se origina por la carencia
de O2 en la zona) o un ataque cardíaco. Este bloqueo puede ser producido debido a que una placa de ateroma
inflamada se rompe o se forma una grieta en su superficie (fisura). Nuestro organismo reacciona enviando plaquetas
para que repare la avería y se cierre la lesión. Estas plaquetas forman un tapón o trombo provocando a su vez que la
sangre de la zona se coagule y se obstruya de esta manera la arteria. En la medida en que las arterias vayan teniendo
mayor depósito de colesterol, más severa será la angina y se irá presentando cada vez a menor grado de esfuerzo.
Cuando el taponamiento dura solamente unos minutos se produce la angina de pecho: un dolor transitorio que
requiere asistencia médica urgente, aunque no suele dejar secuelas.
Pero cuando la oclusión dura más de media hora, las células que dependen de la arteria afectada se destruyen y se
desencadena el infarto agudo de miocardio. La placa también puede afectar a arterias más pequeñas del corazón
(enfermedad coronaria microvascular).
 Enfermedades de las arterias carótidas. Estas arterias llevan sangre al cerebro. Cuando se bloquean, puede sufrirse
un ataque cerebral conocido como ictus, que consiste en que parte del sistema nervioso deja de funcionar, la mayoría
de las veces irreversiblemente, debido a un déficit de aporte sanguíneo a esa zona concreta. El principal riesgo es el
Accidente Cerebrovascular. Dependiendo del tipo de arteria comprometida se pueden producir alteraciones del habla,
comprensión y sensibilidad, o incluso una hemiplejia, que corresponde a la parálisis completa de un lado del cuerpo.
Por otra parte, si los vasos se rompen se produce una hemorragia o derrame en los tejidos cerebrales.
 Enfermedad arterial periférica. Estas arterias están en brazos, piernas y pelvis. Cuando se bloquean puede haber
adormecimiento local, dolor y a veces infecciones.
SINTOMATOLOGÍA. Generalmente, la arterioesclerosis no presenta síntomas hasta que una arteria se estrecha demasiado o
totalmente. El mayor peligro de la arteriosclerosis, es que no avisa. No nos daremos cuenta del peligro que supone, hasta que
la arteriosclerosis debe esté en un proceso muy avanzado para que hayan síntomas en esa zona.
Según el tipo los síntomas pueden variar.
 En general, los efectos clínicos de la arterioesclerosis aparecen en primer lugar a nivel de las piernas o los pies,
donde encontraremos signos de mala circulación como el entumecimiento, calambres y dolor en las extremidades,
haciendo que sea incómodo sentarse o dormir. Cuando las arterias principales se estrechan disminuye el riego
sanguíneo en estas zonas, y esto suele manifestarse de una forma muy característica como un dolor en las piernas
cuando se camina continuadamente unos 100 o 200 metros. Esto se debe a que al iniciar la actividad física los vasos
más pequeños asumen el aporte de sangre, pero rápidamente se establece la necesidad de un aporte de sangre mayor,
lo que depende de vasos más importantes que, en este caso, se encuentran afectados por la arterioesclerosis, por lo
que dicha necesidad no se satisface y se origina el dolor. Cuando se detiene la actividad el dolor desaparece a los
pocos segundos, para volver a instaurarse si se continúa caminando otros tantos metros. A este conjunto de síntomas,
dolor, reposo, y de nuevo dolor, se le conoce como claudicación intermitente, y es una forma muy típica de
manifestación de la arterioesclerosis. Debido a la reducción del flujo sanguíneo, también puede haber
entumecimiento en las piernas y pies. Suele sentirse tras estar sentado en una misma postura durante bastante
tiempo. Visiblemente pueden tener un color más oscuro y estar frías al tacto. Puede haber también una pérdida
de pelo en las manos y piernas. Es importante recalcar que las extremidades inferiores poseen muchas
interconexiones entre las arterias. Es decir, si una arteria se encuentra bloqueada, existen otras por donde puede
pasar el flujo sanguíneo. Otra forma de manifestación de la arterioesclerosis ocurre cuando algunos de los vasos
sanguíneos quedan totalmente ocluidos. Si esta obstrucción se produce de forma paulatina se pueden formar nuevos
circuitos vasculares que rieguen esa zona, aunque de manera más precaria. La circulación arterial deficiente reduce la
sensibilidad al calor o al frío e, incluso, a la presión, por lo que los pies se vuelven más vulnerables a los traumatismos
menores e infecciones. Si la oclusión es brusca, porque una placa de ateroma interrumpe la circulación sanguínea
repentinamente, puede aparecer un dolor agudo en la pierna, que se pone pálida y fría por debajo del nivel del
bloqueo. En casos más graves, generalmente en diabéticos mal controlados, puede haber gangrena, que es la muerte
de los tejidos que se produce más frecuentemente en las puntas de los dedos del pie o en la zona más inferior de la
pierna.
 La forma de manifestación de peor pronóstico de la arterioesclerosis es aquella que debuta de manera silente hasta
que da la cara en forma de infarto cardiaco o cerebrovascular. Estas son las complicaciones más graves de este
trastorno y las que mayor número de muertes producen. Para casos de obstrucción en arterias cerebrales, es
importante estar atentos ante síntomas como: fuerte dolor de cabeza sin causa aparente, dificultad para caminar,
pérdida del equilibrio, problemas de visión, confusión repentina o adormecimiento en uno de los lados del
cuerpo.
FACTORES DE RIESGO.Influyen enormemente en la aparición de este trastorno, que es muy frecuente en la población adulta.
 No modificables:
 El sexo: Los hombres tienen mayor riesgo de desarrollar arteriosclerosis que las mujeres, tal vez debido al
estrógeno que estas últimas producen pues esta hormona ofrece una pequeña protección natural contra la
enfermedad, no obstante, los niveles de estrógeno disminuyen tras la menopausia y por lo tanto, el riesgo de
padecer arteriosclerosis aumenta.
 La edad: A mayor edad existe una mayor tensión arterial debido a la pérdida de elasticidad de los vasos.
 La genética: Determinará qué tan rápido va a ser la evolución del depósito de colesterol.
 La raza.
 Modificables:
 El tabaco: Aumenta la presión debido a la afección de la microvasculatura generalizada, reduce los niveles de
colesterol protector o HDL, disminuye el flujo sanguíneo al cerebro, habiendo un mayor riesgo de ataques
cerebrales, debilita al endotelio de los vasos sanguíneos y permite la penetración de colesterol a las capas de
la arteria formando placas, lo que crea irregularidades en la superficie interna de los vasos y favorece la
turbulencia del flujo obstruyendo el vaso, además de contener varias toxinas dañinas para las paredes
arteriales (igual afecta a fumadores pasivos).
 La obesidad: El corazón tiene que trabajar más y esto ejerce mayor presión sobre las arterias.
 La diabetes: Los altos niveles de azúcar en sangre también pueden dañar las paredes arteriales.
 El alcohol: El cuerpo lo convierte en grasa saturada, resultando por tanto en un aumento del peso, además el
consumo excesivo de alcohol puede duplicar también los niveles de colesterol en sangre.
 El colesterol.
 La inactividad física.
 La hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo fundamentales que es imprescindible vigilar, ya que
tiende a lesionar la pared de las arterias, lo que las hace más susceptibles a distintas complicaciones y a la
larga, favorece la aparición de arterioesclerosis.
 El aumento de homocisteína en plasma.
 Niveles elevados de la proteína C reactiva (PCR) en la sangre que puede aumentar el riesgo de aterosclerosis
y de ataques al corazón pues altos niveles de PCR son una prueba de inflamación en el cuerpo como respuesta
del organismo a lesiones o infecciones. El daño en la parte interna de las paredes de las arterias parece
desencadenar la inflamación y ayudar al crecimiento de la placa.
 El estrés y otros sentimientos y emociones negativas también influyen en el estado de las arterias, pues
liberan hormonas que pueden crear pequeñas lesiones en las paredes de las arterias y hacerlas más
susceptibles a las placas arteriales.
DIAGNÓSTICO. El diagnóstico suele basarse en una buena historia clínica. Hay que sospechar su existencia cuando el
paciente presente varios factores de riesgo cardiovascular, por ejemplo si se trata de un fumador con el colesterol elevado y
sobrepeso.
A grandes rasgos, podemos suponer su presencia para arterioesclerosis en miembros inferiores si hay:
 Dolor con el ejercicio, que se alivia con el reposo y que reaparece al retomarse la actividad, en cuanto a los problemas
circulatorios de los miembros inferiores.
 Diferencia de presión arterial entre un brazo y el tobillo de ese mismo lado, de forma que la presión en el tobillo es
menor que la del brazo, esto suele significar que las arterias a nivel de la pierna se encuentran estrechadas por la
arterioesclerosis.
En general:
 Entre las pruebas diagnósticas destacan la ecografía, el eco-doppler o la angiografía. Con estas pruebas se puede
determinar a qué nivel se encuentra la oclusión arterial.
TRATAMIENTO. Evitar todos los factores de riesgo. Se ha visto que al día de hoy no existe ningún tratamiento médico que
haya demostrado su efectividad para curar esta enfermedad. El tratamiento farmacológico que consiste en
antihiperlipidémicos, antiagregantes, anticoagulantes o antidiabéticos sirve para disminuir sus causas o sus consecuencias.
Desde el punto de vista naturista, se recomienda, entre otros:
1. Seguir una dieta vegetariana en la cual se irá alternando un día el comer vegetales crudos y al día siguiente sólo
frutas, las más recomendables en este caso son las uvas, durazno, naranja, limón, plátano, toronja, papaya, manzana,
piña (la bromelina ayuda a evitar que las plaquetas sanguíneas se enganchen, también previene la formación de
coágulos sanguíneos y reduce la inflamación cuando se produce un daño o irritación de las arterias), se ha evidenciado
que el hongo reishi contiene ácido ganodérico, el cual reduce la presión sanguínea y el colesterol e inhibe la
agregación plaquetaria, además, posee una acción preventiva y terapéutica significativa contra la construcción de
placa .
2. Tomar jugos de vegetales crudos y de frutas, especialmente de naranja, manzana y uvas.
3. Un día a la semana practicar ayuno. A lo largo de ese día sólo tomar jugo de naranja y agua con jugo de limón fresco.
4. En el caso de existir estreñimiento y/o obesidad es muy importante tratarlo y solucionarlo lo antes posible.
5. Eliminar el café, el té, los pasteles y las harinas refinadas. Es esencial limitar el consumo de grasas trans ya que son
dañinas para el sistema cardiovascular. Las grasas trans aumentan los niveles de colesterol malo y reducen los niveles
de colesterol bueno. Se encuentran en aceites parcialmente hidrogenados y en productos horneados como el pan,
galletas, pasteles y bollos. Incluso los cereales en caja, alimentos congelados y comidas rápidas contienen grasas trans.
6. Todas las noches antes de acostarse se recomienda tomar un vaso del resultado obtenido de la cocción de hojas de
ortiga (diurético) y cebolla (anticoagulante natural).
7. Realizar ejercicio físico, como caminar, pues contribuye a eliminar el colesterol de nuestra sangre, fortalece el
corazón, mejora la circulación y contribuye a consumir las hormonas adrenales que produce el estrés.
8. Efectuar ejercicios respiratorios profundos durante 15 minutos todas las mañanas y a continuación tomar un baño
vital con agua fría de 10 minutos y otro baño por la tarde de 3 horas después de la comida. A lo largo del baño tienes
realizarse fricciones enérgicas con un paño áspero o un cepillo por todo el cuerpo. También se recomiendan el lavado
frío de la parte superior del cuerpo y los baños de pies con temperatura alterna.
9. La calabaza (el fruto o sus semillas) disminuye la absorción de la grasa en las arterias y con ello la posibilidad de que
se adhiera a sus paredes. Además la vitamina C que nos aporta, junto con los betacarotenos, impedirán que muchas de
las células de nuestras arterias degeneren.
10. La fibra en general hará que nuestro intestino absorba menos grasas, con lo que también se reducirá la que vaya a
parar a nuestra sangre.
11. Alimentos capaces de disminuir el colesterol: ajos, aceite primera prensión (maíz girasol), arándanos, cebollas,
ciruelas, fresas, habas, levaduras, limón, miel, soja, yogurt. Otros auxiliares: Aceite de germen de maíz
12. Plantas medicinales que contribuyen de diversas maneras a evitar la arteriosclerosis: espino blanco, bolsa de pastor,
trinitaria, malva, fumaria, muérdago, cola de caballo (diurético), alpiste.

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