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IT OT IT ES ol IR ee . am aso BL. cited onk aaa ahaa ob BRL, Ro Vpds aoe / fy. vavevae pb wo Uatecaco + . Recibirlos en la Casa de Narifio a Usted, Sefor Presidente, @ la Sefiora de Sanguinetti ya su ilustre comitiva, tiene significa- ciones espirituales, intelectuales y polfticas para mi pafs y para to- dos los colombianos que los adniramos y respetamos. Significado espiritual, porque se trata de amigos que han recorrido amplios espacios de nuestro territorio fisico y cultu- ral, y que discurren sobre las cosas nuestras con la propiedad y la eficacia de quienes han sabido descubrir los meandros del alm na- cional con 1a misma devocién con que han incursionado por valles, al- deas y ciudades vinculadas a nuestra historia por hechos reales y mfticos que allf se registraron. Han dialogado con campesinos y tra- bajadores rurales con el misno interés que con nuestras gentes inves- ‘ttidas de autoridad o de preeminencia. Significado intelectual porque su categoria de investigado- ves de la historia y del arte, como en el caso suyo y el my profesio- nal de su esposa, los ha inducido a asomarse més de una vez al proce- s0 cultural y social de Colombia. Ab Significado polftico, porque su prestancia en esa arte- sanfa que es la politica, y la accién de algunos de sus acompafian- tes, los hacen seguir el debate permanente, péblico y libre, de nues~ tras ideas, preocupaciones y programas. Le EL DIALOGO Y LA PERSUASION a No creemos en las soluciones de fuerza. Preferimos el di4- | rogo, 22 pereuasisn y 1a paciencia, Sabence dénde nace el reclano jus ‘to y de dénde procede la vocacién de violar la Ley. Pero pensamos que no hay ninguna razin de Estado que justifique la pérdida de una | vida, cuando ello puade evitarse por las rutas del entendimiento. Sin embargo, transitamos caminos de avidez en masas de e | poblacién que no ven todavia resueltos sus problemas esenciales. De~ t bemos tratar con gentes prevenidas que exigen al gobernante actual la = '\ solucién de problemas que nos vienen de my lejos, agudizados ahora por la crisis exégena y tanbién por la acumacién de imprevisiones | y de errores involuntarios o polfticamente inducidos en el 4nbito de muestras jurisdicciones nacionales. Qe LAS TRADICIONES DEMOCRATICAS Su presencia aquf suscita reflexiones que trascienden el j i te 4nbito de muestras relaciones bilaterales, presididas por el res- Peto mituo de dos naciones que atin en trams de adversidad en su vi- da nacional, las han sabido mantener sin sombras, fundadas en los principios que las hicieron fuertes y respetables. Hoy esas relaciones se ven vigorizadas con el renacer de Ja denccracia uruguaya que nunca perdié los valores de su alta cul- tum polftica porque hubo quienes, com Ustedes y aquellos que sufrie~ ron, no abandonaron las tradiciones que hicieron de 1a Reptblica Orien- tal del Uruguay, un pequefio grande Estado demenftico en nuestra Anérica. Hace apenas dos semanas se celebré el 155 aniversario de la jura de la Constitucién. Es un acontecimiento que cobra especial sig- nificacién en esta nueva etapa. Mis de siglo y medio de 1a institucio- nalizacién de 1a naciente Reptblica, se confirma y reafirma ahora con el sometimiento de los poderes piblicos, de las Tuerzas Ammadas y del Pueblo, a los mandatos de la Carta Constitucional que organi2s a la Nacién en un Estado de Derecho. Esa vocacién constitucional identifica nuestra anistad po- lftica y la solidaridad de nuestras naciones, ante las dificultades que enfrentanos todos con la voluntad de superarlas. 3 Paso a paso hemos seguido el nuevo proceso uruguayo. Sabe~ fino mos, Sefior Presidente, de su perseverancia ante dificultades que estd superando por las anchas vias del didlogo y la persuasin, del ‘convencimiento razonado y de la firme conviccién de que la demcra- cia, la libertad y 1a paz no son conceptos abstractos, sino entes casi tangibles, cuya existencia debe ser vivida y preservada. ee PAZ POLITICA Y PAZ SOCIAL Relefa recientenente los escritos de Don José Batlle y Ordéfiez y el programa de su gobierno expuesto hace mis de tres cuar- tos de siglo y cuya vigencia podria hoy ser tan valida com enton- ces. Hacfa el gran reformador el anflisis de los problemas de su tiempo, acumlados a través de la historia en el panorana de 1a so- ciedad uruguaya, para sefialar a urgencia de resolverlos con un plan concebido racionalnente, tonando como finalidad de toda la actividad politica la libertad del honbre. Proponfa devolver 1a soberanfa al pueblo, como Ustedes lo han hecho. En paz. Para rescatar la dignidsd del hombre, independizar las fuentes de produccién, disninuir privi- Jegios y amentar la eficacia del servicio piblico, transformar el medio rural y evitar el abandono del canpo, crear una cultura de ma- sas y, sobre todo, abolir el endeudaniento interno y externo como resultado de consolidar privilegios y de sostener el espejism de una popularidad inexistente, Ese programa es y no es historia, poryue registrado en ella Y 7 no se diferencia ideolégicamente del que aspiranos a llevar a cabo los gobernantes demen{ticos, Tiene camo primera instancia aleanzar la paz: la paz interna y 1a paz internacional, tan ligadas la una a 1a otna comp nunca antes lo estuvieron en el pasado. La paz social fundada en 1a equidad econémica; y la paz polftica, cimentada en los derechos y en la coexistencia de una o de varias altemativas de go- ca biermo que tengan la posibilidad de expresarse libremente. Pero como lo dijo Usted recientenente, Sefior Presidente: "$6lo si todos respetamos ante la legalidad, no tendremos que incli~ narnos ms ante la fuerza’ S.- CONTADORA Y_CONSENSO € Frente a la injusticia de 1a crisis actual, ante la rigi ez del sistema financiero y de los mercados internacionales, hemos c. hecho nuestras formilaciones en los foros y &rbitos adecuados, en procura de soluciones que no dependan exclusivamente de nuestra dis- ciplina y de nuestros esfuerzos ms sacrificados. ‘A través del Consenso de Cartagena ~que no es club para eludir compromisos sino esfuerzo concertado7ara un entendimiento que alivie situaciones extremas- Usted, Sefior Presidente, junto con su brillante Ministro de Relaciones Exteriores, ha evado 1a persone- rfa de once naciones ante quienes tienen el poder polftico y finan- c ta ciero para canbiar las situaciones inequitativas y peligrosas. Contadora ha sido iniciativa de paz que no elude foros naturales de los cuales somos miembros, sino que propone soluciones negociadas para disminuir y atenuar las tensiones. Uruguay y su Gobierno han apoyado nuestro esfuerzo, del mismo modo que otros pafses de la regién y fuera de ella; como lo han hecho las Naciones Unidas y 1a Organizacién de los Estados Americanos, y como acaban de acordarlo un grupo de Jefes de Estado en 1a posesién del Presidente del Perd Alan Garefa, LA ACTUALIZACION DE LA OEA Est4 préxima una Asamblea extraordinaria de la Organizacién de los Estados Americanos, que tiene el propésito de reformar y m- dernizar los estatutos que conforman su estructura, con el fin de ha- cerlos mfs eficaces y rigurosos. La cooperacién de los juristas uruguayos, uno de os cuales por diez aftos desempefé 1a Secretaria General, senf tanto ms valiosa ahora cuando al frente del Gobiemo y de 1as Cénaras Legislativas se encuentran, en representacién de todos Jos matices polfticos, expertos en Derecho Intemmacional y en Ciencias Politicas de consagrada autoridad. AL mismo tiempo, cone consecuencia del encuentro de Montevi- deo y de 1a Declaracién que se aprobé al dfa siguiente de la ina ugura— cién de su gobierno, en el seno de la Asociacién Latinoanericana de Integracién se adelantan trabajos para llevar a la Rueda Regional de Negociaciones, prevista para fines de afo, mecanismos y procedimientos que aceleren una mayor amplitud en el comercio regional y medidas m&s eficaces para conjurar la crisis que ha venido afectando el sec- tor de muestras transacciones de bienes y servicios. Sefior Presidente: Magndnimos como lo fue el Jefe de los Orientales, previsi- vos como Batlle y Ordéfiez, tengams la entereza y talento suyos para ‘trabajar con fe por el destino de nuestros pueblos y para brindar con alegrfa por la salud de 1a gran nacién uruguaya.

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