Vous êtes sur la page 1sur 3

Caca de Vaca

Narrador: Había una vez una caca de vaca, linda la caquita! toda recién nacida, redondita, líquida con mucho humo, como una
linda torta recién salida del horno, con pedacitos verdes y marrones y, ese olor mmmm ese olor del campo ecológico, orgánico,
qué delicia, qué delicia

Pero a pesar de ser una caca muy hermosa, esa caca de vaca tenía problemas…si, problemas grandes de orden metafísico, de
orden filosófico. Y es que la vida de una caca de vaca es breve. Comienza secándose por los bordes y se encoge, se encoge, se
encoge y cuando el centro de la caca, osea el corazón de la caca está seco “fut” Se acabó la caca…

Así que consciente de su muerte cercana, una caca de vaca ve de frente a los problemas esenciales de la vida que son: quién
soy? De dónde vengo? A dónde voy? Y sobre todo había una pregunta trascendental para la caquita y era: ¿Quién es mi mama?

Caquita, caca de vaca… caca blues (2)


¿Quién soy, de dónde vengo a dónde voy? Y quién es mi mamá? (2)
Caquita, caca de vaca… caca blues caquita, caca de vaca… caca blues…. (2)

Narrador: Porque caca se sabía, pero no de vaca… así reflexionaba y reflexionaba caquita. La caquita había probado de todo:
estudios en las grandes universidades del país, no funciono también había probado la meditación trascendental, también la
visualización de imágenes positivas; pero nada de eso funcionaba y se lamentaba y se lamentaba… pobre caca. Así que fue
donde, el psicoanalista.

Psicoanalista: Buenos días, ¿Qué trae a mi consultorio una tan joven caca de vaca?
Caca: Buenos días Sr. Psicoanalista, lo que pasa es que no sé quién soy de dónde vengo ni a donde voy!
Psicoanalista: Yo creo que puedo ayudarte con esto, solo relájate

Narrador: Así el psicoanalista hizo entrar en un trance hipnótico a la caquita y ahí regresó a su infancia, a los sueños de
infancia… el parto, hasta el primer grito y, ¿cuál podría ser el primer grito de vida de un bebé caca de vaca? Un: splat?, fulsh o
quizás un pfffft oh, ella no sabía, no sabía cómo sería.

Caca: Estoy cansada que nada me funcione, yo estoy segura que para contestar a las grandes interrogantes de la vida, hay que
ir a ver la vida.

Narrador: Así que como el campo estaba todo inclinado y como caca estaba jovencita, toda liquida; y comenzó a deslizarse y
deslizarse hasta encontrarse cara a caca con una flor. La flor era rasta con pétalos por todos lados como los dreads de un
rastaman y justamente esa flor tenía su guitarra eléctrica y cantaba:

Ya’ Jesus’s rastaman rastafari I like to sing nite along, jammin’


No, caca, no cry; (2)
No, caca, no cry; why no caquita?
No, caca, no cry.

Oh caquita, qué haces por acá?


Por qué te vas tan apurada?
Oh caquita ven a bacilar…
Vamo a tocar buena músicaaaaa

Mi caquita

Ya verás, vas a estar bien


Ya verás que sonará bien
Ya verás que bailará bien
Ya verás que cantarás bien

Caca:
Oh no, te agradezco, pero
cómo crees que yo quiero tocar música?
Con todo mi amor, con todo mi corazón
si no sé quién soy ni por qué estoy
en la tierra?
Así que te pediré nomas que me digas
quién es mi mamá…

Y tu mamá es una vaca (3)


Caca: Una vaca! Oh gracias flor! Ya tengo la primera respuesta a mi pregunta

Narrador: Y caquita siguió su camino, y pues llegó a un inmenso precipicio.

Caca: Ayayay! Ahora si o me quedo tranquila en mi campo y nunca podré responder a las interrogantes de mi vida o salto y
vamos a ver qué pasa…. qué hago? Qué hago? Ya pues salto, a la 1, a las 2 y a las… no mejor no. Ay ya está bien saltaré.

Narrador: Y delante de caquita se extiende un inmenso desierto lleno de rocas, todo caluroso, con un sol muy caliente y caquita
sintió miedo, tiene que responder a las grandes interrogantes de su vida. La Caquita podría secarse rápido, pero la caquita
sigue adelante y se arrastra en el desierto y el sol la va secando y pedacitos que se van desprendiendo de ella por aquí por allá,
no quiero describir eso ew, pero la caquita sigue firme y en el medio del desierto, se encuentra con una columna de hormigas
rojas que están preparando un campamento para pasar la noche.

H2: Hermano, mira


H1: Hey oye tu!
Caca: Quien yo?
H1: Si tú, ven!
H2: Hola ¿quién eres?
Caca: No sé quién soy.
H1: Angustias eh!?
H2: Nuestra madre nos solía dar té de menta para pasar el mal rato, acá tengo un poco para ti.
Caca: Es que yo estaba…
H1: Por Alá toma el rico té, está a la temperatura perfecta.
Caca: Que rico

Narrador: Que delicia ese té y que delicia la larga conversación de las hormigas y la caquita, se llevan de maravilla porque en 5
minutos son muy amigas.

Caca: Hey miren esto: Árabe (se tapa los ojos) Aranobè
H1: jajajajajajaja eres tan graciosa, sabes tengo una idea caquita, Ven con nosotras, vamos a buscar la sal en el desierto para
venderla en la costa.
H2: Si tu vienes también vas a ganar muuuuucho billete y con eso te comprarás una casa grande y tendrás alguien para que te
cases, alguien físicamente inteligente.
H1: Ya pues caquita ven con nosotros.
Caca: No, gracias hormigas pero, como quieren ustedes que yo pueda aprovechar de los honores de la riqueza si no se quién
soy ni porque estoy en esta tierra, lo que si me podrían decir dónde puedo encontrar una vaca?
H2: Vacas? Oh las vacas se encuentran en la huerta de Don Raúl
H1: Si, del otro lado del desierto.
H2: Es la tierra prometida de todas las cacas de vaca de todo el mundo
H1: Gracias amigas, ya tengo mi segunda respuesta.

Narrador: Y la caquita siguió su camino, luego de caminar por el caliente sol llegó, a la huerta de Don Raúl, el paraíso
prometido. Y hummmm la hierba fresca era rica para la caquita hummmm que lugar tan confortable. Y de pronto, encima de
ella apareció una mosca, saben de esas moscas gordas, verdes y sonoras.

Y la mosca miró a la caquita y caquita miró a la mosquita y la mosca cayó perdidamente enamorada de la caquita.

Mosca:
Oh! caquita, qué linda eres! Qué hermosa eres!
Con tus pedacitos verdes, pedacitos marrones
Sé mía caquita, sé mía mi caquita
Ya verás que tendremos muchos hijitos
yo pondré mis huevitos en tus huequitos jiji
y con tu calorcito vamos a tener un montón de mosquitas.
Y como los niños tienen que trabajar para sus papis,
tendremos una casita en el campo, plata en el banco
y una AFP para la jubilación.
Qué te parece mi caquita pechocha, cásate conmigo
Mua mua mua
Caca: No, gracias mi mosquita, pero, cómo crees que yo podría amarte y amar a nuestros niños como yo debo, si no sé quién
soy, ni de dónde vengo ni por qué estoy en esta tierra. Así que te pediré no más que me digas por favor mosquita, cómo es
una vaca?
Mosca: Una vaca? Conozco bien esos tanques Oh, una vaca es un animal enorme, con patas enormes, un vientre enorme y una
cola con la que da de cachetadas a todas las moscas. Buaaaaaaa buaaaaa, adiós mi caquita, adiós! Caca: Adiós mosquita!

Mosca:
No puede haber
¿dónde la encontrare?
Otra caca igual que tú.

Narrador: Y la mosca se fue a ver su telenovela favorita y caquita continuó su camino en el campo arrastrándose y
arrastrándose. Y de pronto se encuentra con un animal grande, con cuatro patas, un vientre grande y una cola detrás, no hay
duda de que debe ser una vaca.

Caca: Mamá, mamá, oh al fin te he encontrado mamá. No puedo creerlo- Buenos días mamá!
Perro: Grrrr Guau guau! No soy una vaca yo, Soy el perro de Don Raúl no hago cacas como tú horribles. Yo hago caquitas
redonditas, bien duritas y bonitas… así que vete de acá o te cómo!
Caca: Pero yo pensaba que
Perro: Grrrrr
Caca: Esta bien, adiós

Narrador: Y caquita siguió tristemente arrastrándose y arrastrándose en el campo cuando de pronto wuaaaaaauuuu vio un
animal diez veces mucho más grande que el perro, que tenía cuatro patas que parecían columnas de catedral y con un vientre
enorme de color blanco y negro que parecía la vía láctea y tenía una cola detrás que daba de cachetadas y cachetadas a todas
las moscas.

Caca: Perdón, ohm, Señora, buenas, usted no sería de repente una vaca?
Vaca: Pero por supuesto que soy una vaca
Caca: Usted es una vaca entonces?
Vaca: por supuesto
Caca: Mama. Oh mi mama, al fin la encontré, me siento tan feliz. Soy yo, caquita, tu hija
Vaca: Mi hija? Pero si tu no eres hija mía. Mira, mira ves esas vaquitas bebés que están en el campo. Ellas sí que son mis hijas.
Y tú, tú no eres nada, tú no eres nada más que un pedazo de m.
Becerro: (interrumpe) muuuuuu
Vaca: Bueno ya me están llamando
Becerro: Mami mami, te hice este dibujo porque te amo. Eres la mejor mamá del mundo.
Vaca: Que bonito hijito, vámonos porque por aca apesta.
Becerro: Lo que tú digas mami.

Narrador: Pueden imaginar lo que sintió la caquita? después de haberse tirado al precipicio, cruzado valerosamente el desierto
a riesgo de secarse bajo el sol, Pobre caquita, pasar todo eso por buscar a su mamá para luego escuchar esas palabras de s-u
p-r-o-p-i-a- m-a-d-r-e? Oh no, fue demasiado difícil para caquita soportar eso, toda su valentía de fue con el aire, y comenzó a
llorar y llorar todas las lágrimas del mundo esperar la muerte, ya no le quedaba nada más que esperar.

Pero justo antes de morir, sintió algo debajo de ella, algo que crecía y crecia y de pronto, rompió su piel. Y eran dos hermosos
champiñones blancos abriéndose al sol de la madrugada. Oh, eran bellísimos.

Ch1 y Ch2: “buenos días mamá”


Caca: Ah? Pero no, no yo no puedo ser su madre si yo tan solo soy una caca de vaca nomás.
Ch1: Pero cómo que no puedes ser nuestra mamá?
Ch2: Gracias a ti hemos nacido, gracias a ti crece la hierba
Ch1: Las flores
Ch2: El Pasto
Ch1: Los Arboles
Ch2: El congreso

Narrador: Oh, y en ese momento caquita lo supo. Supo el sentido de su vida, lo sintió en su corazón y caquita pudo morir feliz
de saber quién era y porqué estaba en esta tierra. Y yo, cada vez que cuento esta historia, se la dedico a todas esas personas a
quienes les han dicho su familia, sus amigos, en el trabajo que eran unos don nadie, que no valían nada. Porque la moraleja de
mi historia es que inclusive una caca de vaca no es solamente un pedazo de …

Caquita, caca de vaca… caca blues. (2)


¿Quién soy, de dónde vengo a dónde voy? Y quién es mi mamá? (2)
Caquita, caca de vaca… caca blues (2)

Vous aimerez peut-être aussi