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Biblio 3W

REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y


CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. XVI, nº 944, 15 de octubre de 2011
[Serie documental de Geo Crítica. Cuadernos
Críticos de Geografía Humana]

AGRICULTURA URBANA: ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE SU


ORIGEN E IMPORTANCIA ACTUAL

Miriam-Hermi Zaar
Universidad de Barcelona
miriamzaar@yahoo.es

Recibido: 10 de enero de 2011. Devuelto para revisión: 30 de enero de 2011. Aceptado: 20 de febrero de
2011.

Agricultura urbana: algunas reflexiones sobre su origen e importancia


actual (Resumen)

Las prácticas agrícolas urbanas no son recientes y han estado representadas


principalmente por jardines-huerto y huertos, que han formado parte siempre del
paisaje urbano. Desde la década de 1980 los huertos urbanos han ido ganado
importancia y adquirido nuevas características relacionadas tanto con la
soberanía alimentaria, la calidad de los productos que consumimos y la
generación de empleo, como con la mejora de la calidad de vida, la educación
ambiental, las relaciones sociales, la transformación social y la regeneración
urbana. Para esto han sido importantes los movimientos sociales, la
concienciación y la organización ciudadana; en las últimas décadas han
presionado a sus gobernantes y también han colaborado en la planificación y
creación de nuevos espacios de ciudadanía, de intercambio de experiencias y de
desarrollo de actividades ecológicas. En este trabajo reflexionaremos sobre su
evolución histórica, su importancia actual y su finalidad en diversos países y
regiones.

Palabras clave: agricultura urbana (AU), huertos urbanos, agricultura ecológica,


soberanía alimentaria, participación ciudadana, educación medioambiental.

Urban agriculture: some reflections about the origin and current


importance (Abstract)

The agricultural practices are not new and have been represented mainly by
gardens and vegetable gardens, which have always been part of the urban
landscape. Since the 80's vegetable gardens have become more important and
have obtained new features related to food sovereignty, the quality of the
products consumed, the employment generation, the improvement of quality of
life, the environmental education, the social relations, the social change and the
urban regeneration. Achieve this, the social movements, awareness and civic
organization have been important; they have pressed their government in the
recent decades, and have also collaborated in the planning and creation of new
spaces of citizenship, exchanges experiences and developing ecological
activities. In this paper we want to reflect the historical evolution of vegetable
gardens, their current relevance and their objectives in different countries and
regions.

Key words: urban agriculture (UA), vegetable gardens, organic farming, food
sovereignty, citizen participation, environmental education.

"Si quieres ser feliz una hora, emborráchate. Si quieres ser feliz un día, mata al cerdo.
Si quieres ser feliz una semana, haz un viaje. Si quieres ser feliz un año, cásate.
Si quieres ser feliz toda la vida, ten un huerto"
Proverbio chino

El ejercicio de la agricultura dentro de las ciudades no es reciente, aunque desde


finales de la década de 1980 se ha oído hablar cada vez más de la agricultura
urbana (AU) en el mundo. Se ha desarrollado como fuente indispensable de
alimentación para las personas con mayores carencias alimentarias e instrumento
de reclamo para una alimentación más saludable y un ambiente menos
contaminado.
Aunque existen pocos trabajos que traten de la agricultura urbana
específicamente, los elementos socioeconómicos y ambientales que inciden sobre
su desarrollo han sido ampliamente tratados e investigados. Como veremos más
adelante, su concepto está vinculado a temas como desarrollo sostenible,
insuficiencia alimentaria, agricultura ecológica, educación medioambiental,
calidad de vida, degradación ambiental, entre otros, y aunque su origen es más
remoto, ha sido a partir de la década de 1980 que ha suscitado debates cada vez
más intensos. La agenda 21 y los informes que la sostuvieron, los diferentes
índices de pobreza, las investigaciones sobre los impactos ambientales y la
creciente "huella socio-ecológica" global fueron algunos de los principales
instrumentos que contribuyeron al desarrollo de los conceptos que justifican la
agricultura urbana tal como la conocemos hoy.

Su difusión, como veremos en el transcurso de este trabajo se inserta en una


propuesta que articula necesidades que según las circunstancias se fusionan o se
distancian. Su práctica promueve el consumo de alimentos ecológicos de bajo
coste, colabora con la sostenibilidad ambiental de los entornos urbanos y ha
atraído la atención de un amplio sector de la sociedad, abarcando en un mismo
período varias generaciones que, con trayectos de vida diferentes, poseen
objetivos comunes. Así, mientras niños y jóvenes se unen para aprender y
reivindicar una sociedad más humana, adultos y mayores hacen del cultivo de
productos agrícolas una actividad de ocio y también de intercambio de
experiencias. La educación medioambiental y la actividad en los huertos urbanos
han dado paso a nuevas formas de aprender, de enseñar, de relacionarse, de
entender el mundo.

La difusión que esta actividad ha tenido en los últimos años y las constantes
noticias sobre praxis exitosas en diferentes regiones y países nos hace reflexionar
sobre su finalidad, sobre quiénes están involucrados en el proceso, cómo están
organizados, cuál es la importancia que esta actividad tiene desde el punto de
vista político, social, ambiental y, también, cual es su similitud con la agricultura
periurbana.

Por ello, estructuramos este artículo en cuatro apartados. En el primero


dedicaremos algunos párrafos al concepto de agricultura urbana y sus semejanzas
y diferencias con la agricultura periurbana. A continuación, a través de algunos
ejemplos más significativos, mencionaremos su importancia y su relación con los
jardines urbanos y periurbanos en el transcurso de los siglos, y pondremos
énfasis, en un apartado nuevo, en las experiencias de agricultura urbana más
conocidas en la primera mitad del siglo XX. Finalmente, y como punto
fundamental de este trabajo, analizaremos el papel de la agricultura urbana en la
actualidad, quiénes son sus protagonistas, qué finalidad tiene y cómo, en algunos
países las instituciones públicas han colaborado para su expansión.

Agricultura urbana y agricultura periurbana

El reciente uso de los términos agricultura urbana y periurbana, especialmente el


primero hace que la bibliografía encontrada aún sea muy limitada, y muchas
veces está publicada en documentos on line, en páginas webs oficiales o de
organizaciones como la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO) que desarrollan programas que incentivan a
este tipo de actividades.

El término "Agricultura Urbana y Periurbana" (AUP) fue propuesto en 1999 por


la FAO con el objeto de referirse a un tipo de agricultura que se constituyó en el
marco de la seguridad alimentaria en los países subdesarrollados, aunque también
está en franca expansión en países desarrollados con otros objetivos.

Según la misma organización, el término Agricultura Urbana y Periurbana


(AUP), se refiere a "prácticas agrícolas que se llevan dentro de los límites o en
los alrededores de las ciudades de todo el mundo e incluye la producción, y en
algunos casos el procesamiento de productos agropecuarios, pesqueros y
forestales"[1].

Debido a sus características, algunas similares, con frecuencia el estudio de la


agricultura urbana se asocia a la agricultura periurbana. Sin embargo es necesario
establecer criterios rigurosos de lo que estamos analizando, sobre todo cuando
tratamos de los sujetos involucrados y de las finalidades de éstas prácticas. Por
esto y pese a que nuestro objetivo es estudiar la agricultura practicada por
personas que viven en las ciudades y que no son agricultores (aunque podrían
haberlo sido en el pasado), expondremos a continuación las principales
similitudes y deferencias entre ambas.

Por un lado, se entiende por agricultura urbana "la practicada en pequeñas


superficies (solares, huertos, márgenes, terrazas, recipientes) situadas dentro de
una ciudad y destinadas a la producción de cultivos y la cría de ganado menor o
vacas lecheras para el consumo propio o para la venta en mercados de la
vecindad" (figura 1)[2].

En este contexto, las expresiones agricultura urbana, urban


agriculture, agriculture urbaine o huertos urbanos se refieren a superficies
reducidas situadas en el perímetro urbano que se destinan al cultivo intensivo y la
cría de pequeños animales domésticos, principalmente gallinas u otros similares
y también, aunque raramente, vacas lecheras. Esta producción se realiza
principalmente en solares vacíos, patios y terrazas que se transforman en huertos
comunitarios y familiares; y es practicada exclusivamente por personas que viven
y trabajan en las ciudades.

Por otro lado, la agricultura periurbana tiene una connotación más amplia, y
puede abarcar desde la mini agricultura intensiva y de subsistencia a la
agricultura comercial realizada en el espacio periurbano (figura 1). Las primeras
tentativas de definirla o conceptualizarla proceden de la décadas de 1970 y están
relacionadas con la teoría de la
localización de Johann Heinrich von Thünen desarrollada en la tercera década del
siglo XIX y que estudia la relación y la distribución espacial de las actividades
productivas alrededor de las ciudades.

Figura 1. Agricultura urbana y periurbana, según su situación


Fuente: FAO <http://www.rlc.fao.org/es/agricultura/aup/pdf/expe.pdf>

Como se observa, se considera agricultura periurbana la que se practica en torno


a los centros urbanos, en un espacio intermedio entre la ciudad y el campo. Se
trata de explotaciones localizadas en las cercanías del perímetro de las ciudades,
en un espacio de "confrontación" o transición entre lo urbano y lo rural y que,
dependiendo de la superficie pueden tener otras actividades como la ganadería, la
silvicultura o la pesca.

Con el objetivo de profundizar las diferencias entre agricultura urbana y


agricultura periurbana reproduciremos dos definiciones que se complementan.
Una, de 1979, propuesta por la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Rural (OCDE), con un planteamiento espacial y que define la
agricultura periurbana como aquella practicada dentro de un radio de 20
kilómetros desde un centro urbano de más de 200.000 habitantes, y de 10
kilómetros desde ciudades con población entre 50.000 y 100.000 habitantes. Otra
de la FAO, que expresa, además, las actividades desarrolladas en la agricultura
periurbana, ya que la define como aquella integrada por unidades agrícolas
cercanas a una ciudad que explotan intensivamente granjas comerciales o
semicomerciales para cultivar hortalizas y otros productos hortícolas, criar pollos
y otros animales y producir leche y huevos[3]. En ambos conceptos, las personas
que la practican pueden agruparse en dos colectivos diferentes. Uno, de pequeños
agricultores que viven en la explotación y tienen en esta actividad su profesión y
medio de vida; otro, de asociaciones urbanas en las que sus miembros optaron
por cultivar en pequeñas áreas que están situadas fuera del casco urbano.

Teniendo en cuenta éstas definiciones, podemos decir que, en general, los


conceptos de Agricultura Urbana y de Agricultura Periurbana se asemejan y se
diferencian en aspectos relacionados principalmente con los tipos de cultivo y la
escala de producción y de venta, estos últimos condicionados por la extensión del
terreno cultivado. La afinidad entre ambas agriculturas la encontramos en las
prácticas de cultivos intensivos de hortalizas, de hierbas, de frutales y en la cría
de pequeños animales domésticos y algunas vacas lecheras, principalmente si
estas actividades son practicadas por personas que viven en ciudades. La
discrepancia la hallamos si comparamos por un lado, el tamaño de los huertos y
por otro, el cultivo de algunos productos como los cereales.

Sobre su finalidad, mientras la mayoría de los agricultores urbanos tienen como


objetivo mejorar la alimentación de la familia, ya que las extensiones cultivadas
son habitualmente pequeñas, en espacios reducidos, vacíos o abandonados; los
agricultores periurbanos con extensiones más amplias, aunque menores que una
finca rústica media, tienen como meta, además de la subsistencia, la
comercialización de los excedentes en ferias locales, mercados o supermercados
de la propia ciudad u otras cercanas. Según la FAO,
"La producción agrícola urbana se orienta en general hacia el consumo dentro de la familia. Tan sólo en
algunos países – entre los que se incluyen Bangladesh, Madagascar y Nepal – más de un tercio de la
producción se vende en el mercado. Por ello la agricultura urbana no es en primer lugar una fuente de
ingresos en efectivo, aunque en algunos países (en especial Magadascar y Nigeria) el porcentaje de ingresos
derivados de la agricultura urbana excede el 50 por ciento en el quintil de menores ingresos."[4]

En cuanto al sistema de cultivo, éste depende de la información y de la asistencia


técnica que tengan o reciban tanto los agricultores urbanos como los periurbanos.
Generalmente los productos son cultivados ecológicamente, o con un bajo
porcentaje de substancias químicas, y es posible que el uso de agroquímicos sea
menor en la agricultura urbana y en los huertos intensivos periurbanos cultivados
por residentes en las ciudades, que en la agricultura periurbana con fines
comerciales. Los sistemas más utilizados en Latinoamérica y El Caribe son
variados (cuadro 1):

Cuadro 1
Sistemas utilizados en la agricultura urbana y periurbana de América
Latina y El Caribe

Sistema utilizado Localización Base tecnológica Usuarios Orientación potencial


Huertos intensivos Periurbano Manejo orgánico e inorgánico Familias en trabajo Comercial
colectivo
Huertos Periurbano Manejo y sustrato orgánico Individual o colectivo Autoconsumo/comercial
organopónicos
Micro huertos Urbano Soluciones nutritivas, control y Familiar Autoconsumo
hidropónicos reciclaje de materiales
Huertos caseros y Urbano Manejo agronómico Escuelas o colectivos Autoconsumo/comercial
comunitarios convencional familiares
Huertos integrales Periurbano Depende del modelo Granjas escolares o Autoconsumo/comercial
productivo. Generalmente colectivos familiares
convencional que incluye
especies animales.
Empresa hidropónica Periurbano Solución nutritiva recirculante Empresa familiar Comercial
de mediana escala
Elaboración de la autora a partir de informaciones obtenidas en Reynaldo Treminio. Documento de Trabajo
de la FAO.
Fuente: <http://www.rlc.fao.org/es/agricultura/aup/pdf/expe.pdf>

Jardines y huertos urbanos: una simbiosis entre la estética y la utilidad


La agricultura periurbana fue definida en la década de 1970 y la agricultura
urbana en 1999 por la FAO, pero no obstante la historia de la agricultura urbana
está muy vinculada a la jardinería y tiene múltiples ejemplos en que flores,
frutales, legumbres, hortalizas y hierbas convivían armoniosamente en un mismo
lugar.

Es el caso de los jardines egipcios, griegos, romanos, bizantinos o musulmanes; aunque se


sabe poco sobre qué tipo de vegetales se cultivaban, lo conocido es suficiente para comprobar
la vinculación entre la agricultura intensiva y la jardinería. En Egipto, frutales, palmeras y
vides ordenados simétricamente eran comunes en los jardines y proveían alimentos y
sombra[5]; también los jardines de los templos tenían espacios para el cultivo de hortalizas,
hierbas o plantas especiales, como la lechuga min utilizada en los rituales y ofrendas. Se ha
comprobado en la bibliografía y restos arqueológicos que en la Grecia clásica eran habituales
las parcelas de huertos y jardines vinculados a santuarios. Además, los jardines y los huertos
estuvieron presentes en los espacios vacíos que permitieron la expansión posterior intramuros
de la Roma antigua y en los jardines extramuros de Bizancio, donde con complejos sistemas
de regadío cultivaban viñedos, hortalizas y frutales para el sustento de monjes y
peregrinos[6].

También en la Edad Media la asociación de huertos y jardines era muy común en


los monasterios y conventos. Estando bien cuidados y adecuadamente abonados,
podían producir espárragos, alcachofas y melones que contribuían a la dieta
alimentaria de sus habitantes, y de igual forma ofrecían hierbas medicinales[7].

Más allá de los espacios monásticos, los palacios y casas privadas también
poseían jardines y huertos. En las ciudades italianas medievales existían jardines
y huertos en casas privadas y en amplios espacios verdes en la periferia en los
que el paisaje natural y el espacio bien cultivado representaban la apacible vida
del campo. En un estudio sobre el desarrollo de los jardines y de los espacios
verdes en el diseño urbano se señala que
"El examen de los planos urbanos muestra la gran cantidad de espacios sin edificar que existían intramuros a
finales de la edad media y, todavía en muchos casos, hasta comienzos del siglo XIX: huertos de conventos,
huertos y jardines de palacios nobiliarios, huertos y campos particulares, espacios ganaderos."[8]

A medida que nos acercamos al Renacimiento, especialmente el florentino


aunque no solo en él, los jardines y huertos palaciegos adquieren mayor difusión,
tanto en centro de la ciudad, como en otros espacios intramuros aunque
reservados al uso de sus propietarios.

En pinturas del Renacimiento y concretamente en el Cinquecento, aparecieron


ejemplos plásticos y artísticos de algunos jardines-huerto de entonces, tratados
con realismo o idealizados. Es el caso del tríptico titulado El Jardín de las
Delicias de Jerónimo Boch (El Bosco) o de La Virgen con una multitud de
animales de Alberto Durero y que actualmente se encuentran en el Museo del
Prado (Madrid) y en el Museo Albertina de Viena (Austria) respectivamente.
En El Jardín de las Delicias las frutas (cerezas, frambuesas, uvas, madroños,
etc) del panel central son una clara alusión a la relación de éstas con los placeres
sexuales. Ya en la obra La Virgen con una multitud de animales la fresa, el lirio y
la peonía[9] aluden a la virginidad de María[10].

En Francia, e inspirado en los jardines renacentistas italianos, el jardín del


castillo de Blois, construido por Francisco I a comienzos del siglo XVI tenía,
además de los parterres de flores, una gran variedad de frutas y verduras y
contaba con naranjos y limoneros[11]; y el jardín de Catalina de Médicis,
construido medio siglo más tarde, poseía además de árboles, césped, flores,
huerto y viñedo.

A partir del siglo XVI, el descubrimiento de nuevas especies en los viajes


ultramarinos puso de moda en los jardines europeos, las plantas exóticas
originarias de América y Asia, que tenían como principal objetivo la
ornamentación, la exhibición y el deleite, pero que estaban al alcance de pocos ya
que estaban localizados en espacios privados.

La finalidad de estos jardines podía ser múltiple. Por un lado, para estimular la
catalogación de nuevas especies hasta entonces desconocidas, se crearon jardines
botánicos vinculados a universidades o a institutos de investigación, por lo que se
convirtieron en una importante herramienta para el estudio de la botánica. Por
otro, el acceso de la población a ellos les pudo dar más adelante un carácter
educativo, tanto por la difusión de estos conocimientos en los carteles
identificadores, como por las zonas destinadas a huertos y a la enseñanza de
técnicas de cultivo de hortalizas, legumbres, etc.

Con ambientes naturales o aclimatados, los jardines botánicos podían poseer, ya


entonces millares de especies, unas exóticas y otras autóctonas, que se cultivaban
en grandes parterres y huertos internos, que también fueron representados
pictóricamente. Puede servir de ejemplo la obra Antiguo Jardín Botánico de 1905
del expresionista alemán Max Beckmann, perteneciente a la colección Lothar-
Günther Buchheim, mostrando que formaban parte del paisaje urbano o
suburbano de las grandes ciudades[12].

En el siglo XVIII se puso de moda en Europa la costumbre social del paseo y con
él la necesidad de introducir jardines en la planificación urbana. Los paseos
arbolados, los parques públicos y los jardines botánicos casi siempre construidos
en los límites de la ciudad, donde se disponía de espacio suficiente para ellos,
popularizaron este hábito.
En Francia, a mediados del siglo XVIII Luis XV creó al lado del Jardín de
Versalles de estilo clásico o formal, un "jardín de instrucción", en el que situó
animales domésticos, un huerto y un jardín botánico[13].

En España el 17 de octubre de 1755 Fernando VI ordenó la creación del Real


Jardín Botánico de Madrid, instalado en la Huerta de Migas Calientes, en las
inmediaciones de lo que hoy se denomina Puerta de Hierro, a orillas del río
Manzanares, y en esta época ya contaba con más de 2.000 plantas. En 1774,
Carlos III dio instrucciones para su traslado al actual emplazamiento en el Paseo
del Prado.

Creado con la finalidad de desarrollar la enseñanza de la botánica el jardín poseía


además de plantas originarias del mediterráneo y otras procedentes de clima
ecuatorial, lo que hizo necesaria la construcción de un invernáculo[14].
Actualmente en una de sus alas, la número 6 (figura 2), existe - con finalidad
educativa - un huerto con un gran número de especies, perfectamente clasificadas
entre las que encontramos cereales, leguminosas, solanáceas (lechugas),
cucurbitáceas (calabazas, pepinos), umbelíferas (zanahorias), frutales, palmeras
plataneras y datileras, etc (figuras 3 y 4).

En la placa que introduce el visitante al huerto se puede leer:


"A lo largo de la historia el hombre ha ido domesticando los vegetales que mayor rendimiento alimenticio le
ofrecían. Con las expediciones científicas al Nuevo Mundo llegaron a Europa un buen número de especies
que comenzaron a cultivarse mezclados con las de otros orígenes.

Nuestro huerto pretende mostrar esa variedad de cultivos que se van rotando a lo largo del año según las
estaciones. En otoño, coles y lombardas. En invierno grelos, rábanos, ajos, puerros, y cebollas. En primavera
y verano borrajas, acelgas, espárragos, lechugas, pimientos, berenjenas, sandías, melones, calabazas,
calabacines, remolachas y endivias. También según la época, se cultivan colecciones de calabaza, tomates,
pimientos, tabacos, patatas o maíces."
Figura 2. Plano del Real Jardín Botánico de Madrid
Fuente:<http://www.rjb.csic.es/jardinbotanico/jardin/index.php?Cab=5&SubCab=25&len=es>
Parciales del huerto del Real Jardín Botánico de Madrid
Zaar, junio de 2011.

En las áreas urbanas o periféricas los huertos de la aristocracia solían ser al


mismo tiempo jardines en la parte próxima a la residencia del propietario.
Previendo una expansión posterior, las ciudades amuralladas de toda Europa
poseían en su interior amplios espacios no edificados que se sumaban a otros
localizados en su área perimetral amurallada, y en los que las prácticas agrícolas
eran comunes en tiempos de paz y más aún en períodos de guerra.

Con el proceso de derribo de las murallas que encorsetaban las ciudades que se
prolongó hasta inicios del siglo XX las ciudades se expandieron horizontalmente,
se crean grandes avenidas, nuevas zonas residenciales, parques y jardines
públicos. Una situación que ya se venía produciendo en las ciudades no
amuralladas, como la mayor parte de las ciudades inglesas durante la edad
moderna, en las que su ausencia estimuló tempranamente la creación de
tradiciones de casas con jardines y huertos en la periferia de las ciudades[15].

Los parques públicos que se comenzaron a crear en las ciudades a partir del siglo
XIX tenían muchas funciones, que iban desde la práctica de ejercicios y juegos al
aire libre hasta la formación de huertos para la instrucción infantil, y eran un
eslabón que unía el habitante de la ciudad con la naturaleza. Todo con el objetivo
de educar y mejorar la salud de la población e igualmente con la finalidad de
superar la dicotomía campo-ciudad e introducir la naturaleza en las ciudades[16].

Colaboraron en este proceso, desde mediados del XIX, un gran número de


revistas dedicadas a la jardinería y a la horticultura, como The Horticulturalist o
el Journal de la Royal Agricultural Society, que circulaban con diferentes
propuestas de huertos-jardín, lo que favoreció su difusión entre la población
urbana que disponía de terrenos[17].

Los huertos urbanos de finales del XIX y parte del XX

La mayoría de los ejemplos de huertos urbanos de finales del siglo XIX y la


primera mitad del siglo XX de los que tenemos noticias están relacionados con
períodos de escasez de alimentos.

En los Estados Unidos de América, la Depresión de 1893-1897 hizo que el


alcalde de Detroit destinase terrenos desocupados a personas en paro, para que
pudiesen cultivarlos y producir alimentos. Una práctica que fue seguida por otros
municipios y que, con el nombre de relief gardens se repitió durante la Gran
Depresión entre 1929 y 1935.

También en el mismo país, durante las dos Guerras Mundiales, el


programa Liberty and Victory Gardens estimuló la construcción de huertos
familiares y comunitarios. Se consideró que 20 millones de norteamericanos
respondieron a la llamada y como resultado, en 1943 el 40 por ciento de las frutas
y vegetales frescos consumidos en Estados Unidos provenían de huertos
familiares, escolares o comunitarios[18].

El cottage garden en el Reino Unido, destinado a la subsistencia de las familias y


ampliamente difundido durante el siglo XIX, ganó otra baza durante los bloqueos
de Alemania en las Primera y Segunda Guerras Mundiales con la escasez de
alimentos, cuando se le asignaron nuevas tierras para el cultivo de alimentos.
Durante la Segunda Guerra, la campaña Dig for Victory instruyó el pueblo para
producir parte de su propia comida y los jardines públicos se transformaron en
huertos.

En Alemania los Schrebergärten, huertos familiares para las clases populares y la


creación de la Zentralverband der Arbeiter und Schrebergärten (Unión Central
de Trabajadores y Jardineros), fundada en 1911, contribuyó a la elaboración de
normativas municipales que promovieron la construcción de huertos en la
periferia[19]. Estas iniciativas posibilitaron que los habitantes de las ciudades
hiciesen de los huertos urbanos y periurbanos una importante fuente alimentaria.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, los huertos urbanos fueron adquiriendo


otras funciones, ya que, además de proporcionar alimentos, permitían disfrutar
del contacto con la naturaleza. En Europa, en general, hasta finales de la década
de 1960, eran comunes en áreas urbanas y en las periferias de las regiones
metropolitanas, aunque con la densificación y expansión de las ciudades, fueron
paulatinamente cediendo espacio a nuevas edificaciones e infraestructuras.

Durante la década de 1960, en la región metropolitana de París los efectos


desastrosos de la urbanización difusa redujo sustancialmente los huertos y las
pequeñas fincas situadas en el seno de la Île-de-France[20]. En Buenos Aires, las
tramas de quintas y huertos familiares del cinturón verde de la región
Metropolitana, que habían tenido origen en el siglo XIX, mermaron en las
últimas décadas por la presión de los nuevos emprendimientos inmobiliarios[21].

En España, correspondió al Instituto Nacional de Colonización (INC) en 1950,


durante la dictadura franquista, una de las primeras iniciativas oficiales para la
creación de huertos familiares de carácter marcadamente rural. Posteriormente, y
ligados al proceso de urbanización y crecimiento de las ciudades, los
denominados "huertos en precario" dedicados a los cultivos de subsistencia, que
ocupaban terrenos urbanos o periurbanos sin autorización del propietario, eran
comunes en los paisajes metropolitanos.

¿Cuál es la finalidad de la agricultura urbana hoy?

A primera vista puede parecer incongruente hablar de agricultura urbana cuando


existen enormes extensiones agrícolas destinadas a la producción de alimentos,
de piensos y de biocombustible. Aunque, como es de conocimiento general,
mientras en algunas regiones del mundo, como es el caso de Europa, el
importante excedente alimentario generado por la agricultura intensiva y algunas
reformas de la Política Agraria Común (PAC) influyeron en el abandono de las
actividades agropecuarias[22], la población de otras regiones del mundo sufren
por la inseguridad alimentaria.

En cualquier caso, en años recientes, la expansión de este peculiar tipo de


agricultura, practicada dentro de las ciudades, o por ciudadanos urbanos en la
periferia, es una realidad y camina a pasos agigantados. Por un lado disminuye
las dificultades ocasionadas por la alta de los precios alimentarios que se produjo
en 2007-2008 y que golpeó fuertemente la población pobre de los países en
desarrollo; como explica un documento de la FAO:
"La agricultura puede ayudar a amortiguar los efectos de estas crisis. Si bien la agricultura es en su mayor
parte un fenómeno rural, la agricultura urbana puede ayudar a incrementar la capacidad de resistencia a los
impactos externos de parte de la población urbana pobre y mejorar su acceso a las frutas y hortalizas frescas y
a los productos animales. Este mecanismo tendrá particular importancia en zonas en las que la infraestructura
inadecuada y las elevadas pérdidas durante el transporte se añaden a la escasez y alto coste de los productos
agrícolas. Algunos agricultores urbanos podrían además ofrecer sus productos en los mercados locales,
generando ingresos para ellos mismos y sus familias"[23].

La FAO y el Comité de Agricultura de la Organización de las Naciones Unidas


para la Agricultura y la Alimentación (COAG) han puesto de relieve este
fenómeno y han presentado propuestas sobre el tema en su reunión de enero de
1999 en Roma. También se han creado organizaciones de investigación y han
surgido iniciativas internacionales desde en los inicios de la década de 1990,
como la Red sobre la Agricultura Urbana (1993), el Grupo de Apoyo a la
Agricultura Urbana (1996) y la Iniciativa Mundial sobre la Agricultura
Urbana (1996), en la que participan importantes organismos internacionales y
universidades con el objeto de impulsar la agricultura urbana y periurbana en
países desarrollados y subdesarrollados[24]. Como consecuencia de este trabajo,
y de los programas que desarrolla conjuntamente con los gobiernos de países en
los que actúa,
"se estima que unos 800 millones de habitantes de ciudades de todo el mundo participan en actividades
relacionadas con la agricultura urbana y periurbana, que les producen alimentos y generan ingresos. Una
combinación de datos de censos nacionales, encuestas a hogares y proyectos de investigación señalan que
hasta dos tercios de los hogares urbanos y periurbanos participan en la agricultura. Una gran parte de los
productos de la agricultura urbana se destinan al consumo propio, mientras que los excedentes ocasionales se
venden en el mercado local"[25].

Por otro lado, esta evolución refleja la preocupación por un modo productivo más
sostenible. La agricultura ecológica producida localmente o en circuitos cortos es
una alternativa y, al mismo tiempo, una posibilidad de desarrollar nuevos hábitos
de alimentación, consumo y ocio. Además, respecto a los aspectos ambientales,
la inserción de la naturaleza en las ciudades, no solo en forma de jardines y
parques sino también en forma de huertos, recupera terrenos vacíos, ayuda en el
ciclo del metabolismo urbano (agua, energía y materia) y contribuye a recuperar
variedades locales, lo que aumenta la biodiversidad. Con relación a la dimensión
humana y social, los huertos urbanos dan carácter e identidad a los espacios
públicos que se transforman en recintos de participación, apropiación ciudadana
y también de educación medioambiental.

Con diferentes objetivos que abarcan desde la propia subsistencia, la mejora de la


alimentación, o el complemento de la renta familiar, hasta el ocio y la
preocupación por consumir productos ecológicos con bajo coste, la práctica de la
agricultura urbana está relacionada con una serie de cuestiones que reflejan la
complejidad de la sociedad y muestra cómo sus necesidades promueven la
organización ciudadana, que lleva a cambios de actitud en relación con el uso del
suelo urbano que normalmente posee una calificación y una planificación
definidas.

Es por esto que los huertos urbanos, principales representantes de la agricultura


urbana, suscitan interés; y nada más oportuno que preguntarnos por qué y cómo
en las últimas décadas una actividad mayoritariamente desarrollada en zonas
rurales, aunque también en las periferias de las ciudades, ha ido ganando
importancia y se ha extendido a pequeños espacios disponibles o en desuso en las
medianas y grandes ciudades.

La agricultura urbana como solución a la inseguridad alimentaria y


complemento de la renta familiar

Desde finales del siglo XX, y generalmente apoyados por la FAO, el número de
países subdesarrollados donde se han promovido experiencias relacionadas con la
agricultura urbana se ha incrementado. Con la finalidad de solucionar la carencia
alimentaria, han sido los países que poseen poblaciones con mayor riesgo de
inseguridad alimentaria los que, a partir de la década de 1990, han desarrollado
algún tipo de normativa pública de incentivos para la agricultura urbana, tanto en
las grandes ciudades como en otras poblaciones menores.

Aunque es difícil contabilizar su producción, ya que la actividad es reciente y las


cifras cuantitativas son escasas, la agricultura urbana representa una realidad
importante para muchos países en desarrollo. "Hasta un 70 por ciento de las
familias urbanas participan en actividades agrícolas, según la primera
cuantificación sistemática de la agricultura urbana realizada por la FAO, basada
en datos obtenidos en 15 países en desarrollo y con economías de transición en
las que existen estadísticas comparables (de la base de datos de las Actividades
Generadoras de Ingreso Rural)"[26].

Según la misma organización, la productividad agrícola, sobre todo de hortalizas,


ha crecido en las ciudades y en sus periferias. La práctica intensiva en pequeñas
parcelas tiene un rendimiento alto y responde de inmediato a la necesidad urgente
de alimentos. Por esto y por su carácter perecedero, se adapta a las zonas urbanas
propias donde, si se adoptan técnicas correctas, la productividad puede ser hasta
15 veces superior a la obtenida en la agricultura rural; algunos cálculos dan estos
resultados. Estudios de la FAO revelan que "un micro-huerto de un metro cuadrado puede
producir cualquiera de las siguientes cosechas: unos 200 tomates (30kg) al año; 36 piezas
de lechuga cada 60 días; 10 coles cada 90 días; 100 cebollas cada 120 días"[27].

Los beneficios para la seguridad alimentaria derivados de la agricultura urbana,


especialmente de la horticultura, en que participan hasta un 65 por ciento de las
familias urbanas en algunos países subdesarrollados, se encuentran
principalmente en un mejor acceso a alimentos adicionales y más nutritivos. Los
hogares urbanos involucrados en estas prácticas suelen consumir una mayor
cantidad de alimentos, a veces hasta un 30 por ciento más, y tienen una dieta más
diversificada, como indica el incremento en la variedad de alimentos
consumidos. Un mayor consumo relativo de hortalizas, frutas y productos
cárnicos se traduce, en su conjunto, en un mayor insumo de energía y una mayor
disponibilidad calórica, lo que puede ser crucial para algunos grupos sociales,
como la población más pobre, las mujeres en edad reproductiva y los niños [28].

Las políticas que rigen esta actividad varían de acuerdo con los países, regiones o
ciudades en función de las condiciones locales específicas, de las iniciativas
sociales y del interés que pongan en ella los gobernantes. Por esto, en algunos
países más comprometidos con los problemas de la insuficiencia alimentaria se
han puesto en marcha medidas de cuño nacional, que abarcan varios sectores de
la población y debido a esto tienen más posibilidades de éxito, mientras que en
otros las políticas aún son tímidas ya que los proyectos se desarrollan en estados
o ciudades muy concretas o con pocas ayudas.

Especificando los ámbitos que abarcan, tenemos en Latinoamérica dos grupos de


países. Uno, en que los gobiernos han optado por una legislación de ámbito
nacional, por lo tanto más amplia, lo que ha posibilitado que no solo las capitales
si no también otras ciudades de mediano o gran tamaño posean algún tipo de
incentivo para formar sus huertos.

Otro grupo, en que los proyectos son de carácter local o regional, que cuentan
con la participación de las ONG y que tienen como blanco las poblaciones más
pobres de las grandes áreas metropolitanas. Caracas, Bogotá, Ecuador, Lima, La
Paz, Asunción, Ciudad de México, Guatemala y más recientemente Managua
son ciudades que cuentan con planes más consistentes, aunque con características
dispares.

En el primer grupo está Cuba, quién tomó la delantera en América Latina,


impulsando un plan nacional de incentivo a la agricultura hidropónica urbana y
periurbana en un momento de fuerte crisis alimentaria, provocada por la caída de
la URSS, con quién mantenía el 80 por ciento de su comercio exterior. Casi
siempre practicada en forma de huertos intensivos y organopónicos que, además
de aumentar el número de empleos, más de 22.000 hasta el año 2007, incrementó
la producción de hortalizas y condimentos frescos en el área urbana de La
Habana, con lo que aumentó de 20 mil toneladas en 1997 a 280 toneladas en
2007[29].

En Argentina la puesta en marcha del programa Pro-Huerta estuvo relacionado


con el período de recesión por el que pasó el país durante la década de 1990,
cuando se produjo la quiebra de numerosas empresas y la desaparición de miles
de puestos de trabajo. Desde 2003 y dentro de las Políticas de Inclusión Social se
puso en marcha, con apoyo de la FAO, el programa Huertas Bonaerenses con el
objetivo de estimular el cultivo de productos de subsistencia a ciudadanos con
bajos ingresos. Pretende desarrollar 160.000 huertos familiares y escolares, y
4.500 comunitarios. En 2006 solo la ciudad de Rosario poseía 800 huertas
urbanas comunitarias[30].

En Brasil, el Ministério de Desenvolvimento Social e Combate a Fome (MDS)


promueve la política nacional de agricultura urbana como parte de sus acciones
para garantizar la soberanía alimentaria y nutricional de la población más pobre.
Inicialmente el incentivo a la agricultura urbana formaba parte del Plano
Nacional de Segurança Alimentar e Nutricional (Fome Zero) y delPrograma de
Aquisição de Alimentos de la Agricultura Familiar, en el que participan
principalmente los agricultores familiares que no tienen acceso a las líneas de
crédito del Programa Nacional de Fortalecimento da Agricultura
Familiar (PRONAF)[31].

A partir de 2008 se crearon 14 Centros de Apoio a Agricultura Urbana e


Periurbana (CAAUP) con el objetivo de atender una demanda específica de la
población que reside en las regiones metropolitanas, y que en 2006 contaba con
más de 600 iniciativas de agricultura urbana y también periurbana, en su mayoría
sin apoyo institucional. Desde 2010 son 23 las áreas metropolitanas beneficiadas
con el programa[32]. Se ha señalado que:
"Cada Centro desarrolla acciones de formación, asistencia técnica y fomento que benefician directamente a
miles de agricultores urbanos, a la vez que consolida espacios multiactorales que promueven la agricultura
urbana en las regiones metropolitanas como parte de la política nacional de seguridad alimentaria. En Brasil,
la política de seguridad alimentaria y nutricional incluye la implementación y funcionamiento de restaurantes
populares, cocinas comunitarias, bancos de alimentos y la compra directa de alimentos a los agricultores
familiares a través del Programa de Adquisición de Alimentos (PAA)[33]".

Este programa fomenta actividades agrícolas en pequeñas áreas urbanas y


periurbanas ociosas que se destinan a cultivos de subsistencia y que pueden
generar renta. También financia la industrialización y comercialización de los
alimentos cosechados[34].
Venezuela y México cuentan con el apoyo técnico de Cuba y promueven
políticas que abarcan diversas áreas metropolitanas. En Venezuela el Proyecto
Simon Bolivar está en vigor desde 2007 e incentiva la formación de huertos
familiares, comunitarios y escolares. En enero de 2010 había 75 huertos
familiares, 23 huertos comunitarios y 12 huertos escolares en 36.618 metros
cuadrados y una producción estimada de 95.344 kilos de alimentos, que se
distribuyeron entre las familias más vulnerables de cada comunidad, se vendieron
en ferias agrícolas y se destinaron al autoconsumo. Extendido en 50 municipios
de 21 estados del país, este proyecto atendió a unas 1.440 familias[35].

En México, desde 2007 la Secretaría de Desarrollo y Equidad para las


Comunidades (CEDEREC) de la Ciudad de México apoyó 21 proyectos de
agricultura urbana que se realizaron con la finalidad de incorporar los ciudadanos
a la producción de alimentos dentro de las ciudades, en los cascos urbanos de los
pueblos y asentamientos periurbanos, con principios de agricultura sostenible y
aplicando métodos intensivos, con la finalidad de crear estabilidad de la fuerza de
trabajo y una producción diversificada. En las zonas netamente urbanas, los
agricultores son ciudadanos que han convertido todo o parte de su jardín, azoteas
y balcones en cultivos de hortalizas. Se practican igualmente la agricultura vertical,
es decir, macetas colocadas en baldes superpuestos, la cría de ganado menor y
mayor, y los huertos comunitarios[36]. Este apoyo institucional beneficia tanto a la
Ciudad de México cómo algunos municipios de Jalisco(Guadalajara, Zapopan y
Tlajomulco de Zúñiga). Se estimó que en 2010 pueden haber participado de estas
actividades unas 8.000 personas[37].

En Colombia, en las ciudades de Bogotá, Medellín y Cartagena, los gobiernos


locales, el Jardín Botánico de Bogotá e instituciones internacionales han
capacitado a más de 50 mil personas en técnicas para el cultivo en espacios
urbanos. En el departamento de Antioquia, cuya capital es Medellín, existen
7.500 huertos en 90 municipios[38]. Se trata de iniciativas complementarias al
Plan MANA (Programa de Mejoramiento Alimentario y Nutricional) y al
"Bogotá sin hambre", ya existentes.

En Perú destacan, el Programa Cosecha Urbana del Centro Internacional de la


Papa y una Red de Agricultores Urbanos compuesta por más de 2.800
miembros[39]. En Bolivia sobresale el Proyecto de Micro-jardines Populares,
desarrollado con el apoyo del gobierno belga y de la FAO en el municipio El
Alto, densamente poblado y pobre[40].

Los huertos y micro-huertos también son una solución para el suministro de


alimentos en situaciones catastróficas. Fueron incentivados en Indonesia, después
del tsunami de 2004, y en Haití entre las víctimas del terremoto de enero de
2010. Pero no solamente en estos casos. Estudios realizados en Senegal pusieron
de manifiesto que un 35 por ciento de los productos se destinan al consumo de la
familia, mientras que el resto se vende. En Dakar más de 4.000 habitantes
urbanos, sobre todo mujeres, montaron micro-huertos en sus patios y terrazas.
Los ingresos comunes de un micro-huerto de 10 m2 de una familia van de 15
USD a 30 USD mensuales[41].

Los huertos en las azoteas de El Cairo comenzaron en el inicio de la década de


1990, cuando en la Universidad Ain Shams, un grupo de profesores de
agricultura desarrolló una iniciativa para cultivar verduras orgánicas en las
ciudades egipcias con gran densidad de población. La iniciativa se aplicó a
pequeña escala, hasta que fue oficialmente adoptada por la FAO[42].

Según la FAO, la agricultura urbana goza de particular importancia en países de


bajos ingresos, como Malawi, Nepal y Vietnam; y también en economías más
desarrolladas como Panamá donde un porcentaje elevado de familias urbanas se
dedica a estas actividades agrícolas. En tres cuartas partes de los países
analizados, el porcentaje de familias urbanas que participan en la producción
agrícola y—en menor medida—ganadera, sobrepasa el 30 por ciento. En otros
países, como Indonesia, el porcentaje es mucho menor, pero no está claro si estas
diferencias se deben a factores económicos, a normativas o metodologías de
medición de la agricultura en áreas urbanas[43].

Asimismo se estima que más del 90 por ciento de los hogares en que se practica
la agricultura urbana, conserva y almacena parte de su producción. La meta de
esta agricultura, en todo caso, ha sido crear instrumentos para incrementar de
forma sostenible la suficiencia alimentaria, aumentando la oferta de productos en
el mercado e influyendo en esta medida en la reducción de sus precios, aunque
como sabemos, éstos dependen mucho más del mercado internacional y de las
tasas de cambio que de los procesos internos de oferta y demanda.

Además los inputs agrícolas, representados principalmente por los fertilizantes y


agrotóxicos, también son establecidos por el mercado internacional, provocando,
por un lado, el alza de precios de los productos agrícolas y, por otro,
contribuyendo a la pérdida de eficiencia natural de los suelos y al deterioro
medioambiental[44].

Estos son algunos de los motivos por los que en las áreas más pobladas y pobres
del planeta urge aplicar políticas que incentiven todo tipo de prácticas agrícolas
ecológicas, incluso los huertos y micro-huertos urbanos, ya que promueven la
sustitución de la importación de alimentos por la producción propia [45]. También
es un camino hacia una disminución de la creciente brecha entre ricos y pobres y
para frenar el avance de los graves problemas medioambientales existentes. Y
para ello son determinantes tanto la participación ciudadana y el acceso a la
información, cómo el compromiso político para la continuidad y ampliación de
los proyectos existentes y la creación de condiciones que favorezcan además, el
surgimiento de nuevas experiencias que promuevan la mejora de la calidad de
vida entre la población más pobre. Condiciones ya alcanzadas en los paises
desarrollados y que se refleja en el planteamiento dado a los huertos urbanos
como veremos a continuación.

La agricultura urbana como alternativa para el consumo de productos


ecológicos, la educación medioambiental y el ocio

El consumo de productos de buena calidad y la preocupación con la agricultura


sostenible está implícita en los programas de agricultura urbana, con vistas a
resolver problemas de deficiencia alimentaria en los países subdesarrollados,
aunque en los países desarrollados esta preocupación también existe y
obviamente está desvinculada de la deficiencia alimentaria.

Esto es así porque, aparte de situaciones específicas como fueron las dos grandes
guerras mundiales y otros períodos de hambruna que asolaron Europa en
diferentes siglos, estos países han vivido en las últimas décadas un período de
suficiencia alimentaria y nutricional que ha hecho que los huertos perdiesen la
importancia que tuvieron en períodos de dificultad.

Sin embargo una vez satisfechas las necesidades primarias, aparecen otras que
están implícitas en un nuevo discurso que reivindica más calidad de vida en las
ciudades, la sostenibilidad medioambiental y la integración social. Todo esto
está relacionado con la inmigración hacia las ciudades y con la densificación de
éstas; con nuevas exigencias, como la de estar en contacto con la naturaleza y
consumir productos naturales, y también con experiencias como las de los
huertos urbanos.

Para que se haya producido esta nueva actitud, la información y la


concienciación han sido clave. El interés por alimentos libres de componentes
sintéticos y que promueven el equilibrio del ecosistema ha puesto de manifiesto
que la agricultura comercial y a gran escala, forma parte de sistemas agrarios que
a partir de la "revolución verde" incrementaron de forma descontrolada la energía
externa, representada principalmente por los agrotóxicos y fertilizantes, y que
esto ha reducido drásticamente la eficiencia de los suelos y la disminución de la
calidad de los alimentos. Un informe de la Comisión Europea demuestra que el
consumo de productos ecológicos está creciendo a tasas anuales próximas al diez
por ciento en los principales países miembros[46].

También ha contribuido a esta nueva postura, la percepción de que el consumo de


alimentos ecológicos adquiridos mediante venta directa o circuitos
cortos disminuye los gastos de transporte y la contaminación, y refuerza los
productos endémicos. Una condición que creemos necesaria para frenar los
efectos de la creciente huella socio-ecológica ambiental, resultado de un
deterioro del medio natural sin parangón que nos está llevando a una situación
insostenible y que solo se resolverá a medida que consigamos aplicar nuevos
conceptos de desarrollo[47].

En este sentido son importantes los movimientos urbanos alternativos y


contraculturales que reivindican una sociedad más justa y más respetuosa con el
medioambiente, como el Movimiento 15 M que se inició en Madrid en la Puerta
del Sol el 15 de mayo de 2011. Extendido por la mayoría de las ciudades
españolas y contando con el apoyo de organizaciones sociales como las
asociaciones de vecinos (AA.VV.), grupos de ecologistas y anti-sistema, como
los denominados okupas, estos movimientos promovieron, durante sus
acampadas, charlas y talleres, y construyeron colectivamente, en medio de la
Puerta del Sol en Madrid y en los jardines de la Plaza Cataluña en Barcelona,
huertos urbanos (figuras 5 y 6). Conocidos como "huertos de los indignados",
simbolizaron, según sus organizadores, por un lado, la necesidad de que se
introduzcan las cuestiones ambientales en el centro de la agenda política; y por
otro, representaron la posibilidad de crear nuevas zonas verdes que diversificaran
el paisaje urbano y promovieran espacios interclasistas e intergeneracionales de
encuentro y participación ciudadana, además de ser una herramienta para
promover la educación ambiental[48].
y 6. Fotos de huertos construidos en las acampadas del Movimiento M 15 de Madrid (a izquierda) y Barcelona (a derech
://www.aavvmadrid.org/index.php/aavv/Galeria-de-fotos/Huerto-de-la-acampada-del-15-M-en-la-Puerta-del-Sol> y foto de Miriam H. Zaar (24-5-2011)

Apuntando en esta dirección, en Europa también aumenta el interés y se amplían


las áreas destinadas a los huertos particulares y comunitarios en las ciudades.
Principalmente por la preocupación por hábitos saludables y la necesidad de estar
en contacto con áreas verdes, donde los índices de CO2 son ínfimos o
inexistentes, donde abunda el O2, como en los bosques, jardines y huertos; y que
está asociada a dos tipos fundamentales de proyectos. En uno está presente la
educación ambiental y el aprendizaje sobre los ciclos productivos en los que
participan niños y jóvenes; el otro está relacionado con el ocio y la posibilidad de
relacionarse y de asociarse mediante diversas actividades realizadas
paralelamente a las prácticas agrícolas, como reuniones sociales, comidas y
fiestas. En ambos casos, están implícitos, la producción de alimentos de calidad
con bajo coste y el compromiso medioambiental.

Se trata de un nuevo estilo de vida en que la cultura de lo rural tiene un papel


importante en la biodiversidad de las ciudades (microclima, calidad del aire,
suelos, estética urbana, etc)[49], y promueve el contacto con la naturaleza, el ocio
y el desarrollo de las relaciones sociales en una sociedad cada vez más
multicultural.

Con este abanico de propósitos existen muchas experiencias interesantes en


Europa Occidental, aunque aquí citaremos algunas que consideramos más
representativas, sea por su carácter público, por su especificidad o porque
abarque áreas más amplias. Una de ellas se está produciendo en Londres, y tiene
como objetivo convertir para 2012, un total de 2.012 fincas en huertos urbanos.
El proyecto se denomina Capital Growth y está siendo impulsado por Boris
Johnson, alcalde de la capital inglesa. Tiene como objetivo transformar espacios
urbanos públicos o privados, vacíos o subutilizados en oases of food growing en
el que hasta ahora se comprometieron más de 35.000 londinenses[50].

Además de éste, destaca también en Londres el programa Making Local Food


Work, impulsado por diferentes asociaciones, y el Good Food Camden, de
iniciativa local, y que plantea aumentar la disponibilidad de alimentos frescos
entre la población con rentas más bajas. Como resultado de estas iniciativas, en
2006 había en Londres 737 allotments que se distribuían no solo en los
municipios periféricos sino también en 29 de los 32 municipios del Gran
Londres[51].

En Francia, con el objetivo de frenar la fuerte expansión urbana de la región


parisiense en los años 1960 y preservar espacios verdes y otros destinados a la
agricultura urbana y periurbana se creó, en la década de 1980 la Ceinture
Verte con más de 90.000 hectáreas y situado entre 10 y 30 kilómetros del centro
de París[52].

A él siguió en 2001 otro proyecto denominado Triangle Vert, que abarca una
zona fuertemente urbanizada situada a menos de 25 kilómetros de París. De su
espacio total de 4.800 hectáreas, 1.716 se destinan para la agricultura y están
repartidas entre unos treinta agricultores, la mayoría profesionales aunque
también trabajan personas jubiladas. La meta es asegurar el mantenimiento y el
desarrollo de la agricultura favorecida por la proximidad con la urbe y al mismo
tiempo reconocer el valor medioambiental, paisajístico y cultural del lugar[53].

En Alemania, país de gran tradición de jardines hortícolas privados, se ha


promovido en los últimos años la diversificación de éstos y la construcción de
huertos urbanos. Además está en marcha desde 2003 el proyecto los Jardines
Interculturales (Stiftung Interkultur), que en mayo de 2011 contaba con 112
jardines en 14 länders (estados federados)[54]. Como resultado de esta tradición
y de las iniciativas de la asociaciones locales de jardines comunitarios y de sus
agrupaciones, en 2005 el 4,5 por ciento de su superficie estaba ocupada con
huertos que se concentraban en los bordes de Berlín, al norte (distrito de Pankow)
y sureste (distrito de Treptow-Köpenik), colindantes con áreas de verde urbano,
con grandes terrenos desocupados o con zonas boscosas del norte[55].
En Suiza, la ciudad de Renens ha creado más de 45 huertos en áreas de Censuy y
12 en Simplon en los últimos dos años. Al total existen 249 parcelas de huertos
urbanos[56].

En Italia, al norte de Milán, los huertos urbanos datan de la década de 1980 y tienen
como objetivo crear una conexión entre el Parco Nord Milano y la
ciudad[57]. Además el proyecto Orti Urbani creado en diciembre de 2006
por Italia Nostra, Associazione Nazional per la Tutela del Patrimonio Storico,
Artístico e Naturale Della Nazione ha hecho un llamamiento a todos los
propietarios de superficies verdes de todo el país que se unan a su causa y que las
transformen en jardines, huertos o parques "culturales". Con una preocupación
ambiental, promueve seminarios, conferencias además de divulgar experiencias y
hacer denuncias[58].

En Portugal existen diferentes iniciativas en varias ciudades que tienen como


objetico crear espacios verdes y producir alimentos ecológicos. Una de ellos es
el Plano Verde que pretende crear corredores conectando los parques de la ciudad
de Lisboa que poseen huertos urbanos en zonas próximas a la capital, a lo largo de
un anillo de 7 kilómetros[59]. Otra es el programa Horta de Cascais creado en este
municipio en 2010 con el objetivo de potenciar la calidad de vida de los ciudadanos
y la calidad medioambiental del territorio. Además, en el área urbana de Braga con
32 kilómetros cuadrados había en 2007 cerca de 10 kilómetros cuadrados ocupados
con huertos familiares[60]; y en Oporto, había en octubre de 2009 doce huertas
distribuidas en una superficie de 2,5 hectáreas, con 350 usuarios y una larga lista
de espera de 700 personas[61].

En España, a partir de la década de 1990, urbanitas de diferentes ciudades se han


puesto de acuerdo para solicitar la puesta en marcha de reglamentos que no solo
permitan sino que incluso fomenten los huertos en solares urbanos. Esto ha hecho
que algunas administraciones públicas inicien el proceso de regulación de uso de
terrenos municipales para huertos urbanos. Pero en muchos casos son las
asociaciones, colectivos o comunidades de vecinos los que por su propia
iniciativa aprovechan solares en desuso o parcelas abandonadas para organizar
huertos y otros espacios comunitarios.

En Madrid existen muchas iniciativas de estas características. Unas promovidas


por asociaciones de vecinos, otras por instituciones educacionales y fundaciones.
Una de ellas está situada en la calle Doctor Fourquet, nº 24, en el barrio de
Lavapiés muy denso y sin espacios verdes. Impulsado por el colectivo de
vecinos denominado ¡Esto es una plaza!, el huerto comunitario funciona como
un lugar de intercambio y desarrollo del tejido social con espacios de cultura,
deporte y ocio, según se puede observar en la figura 7. Antes de 2008 era un
espacio abandonado desde hacía más de 30 años. El fuerte apoyo de los vecinos
hizo que en diciembre de 2009 el Ayuntamiento les diera una cesión por 5
años[62].

Figura 7. Distribución del espacio social colectivo ¡Esto es una plaza!, Madrid
Fuente: <http://estaesunaplaza.blogspot.com/2010/01/queremos-recordar.html>

Otra iniciativa la encontramos en el Barrio del Pilar, en el que la Asociación de


Vecinos La Flor gestiona desde 2007 el huerto comunitario Corcubión. En él
participan los vecinos plantando hortalizas de temporada. Está situado en la Plaza
de Corcubión y era un espacio anteriormente en desuso[63].

También podemos citar el Huerto Comunitario de Ventilla (Tetuán), promovido


por la Asociación Vecinal Ventilla-Almenara y la Asociación Radio Almenara.
Comenzó en 2009 con una subvención del Ayuntamiento de Madrid, desarrolla
varios proyectos y talleres (figura 8)[64].
nos trabajando en el Huerto Comunitario de Ventilla, Madrid
ww.aavvmadrid.org/index.php/aavv/Minisitios/Huertos-urbanos/Mapa-de-huertos-comunitarios-promovidos-por-asociaciones-vecinales/Huerto-comunitar
r-el-huerto>

Con características diferentes, en 2011 la Fundación Carmen Pardo-Valcarce,


que trabaja con personas discapacitadas, ha puesto en marcha el proyecto
medioambiental Rus in Urbe. Nos referimos a la Huerta de Montecarmelo
localizada al norte de la ciudad de Madrid que cuenta con 146 huertos de 20
metros cuadrados, que alquilan por 85 € al mes y son trabajados parcialmente por
jóvenes descapacitados. Asimismo poseen expertos que crean y diseñan huertos
urbanos y asesoran a personas que quieren conseguir el máximo rendimiento de
sus huertos[65].

También hemos encontrados en Madrid, huertos que tienen como finalidad la


educación medioambiental. El Huerto Urbano Ecológico Siglo XXI, en
Maratalaz, el huerto universitario de la escuela Técnica Superior de Ingenieros
Agrónomos y el del grupo GRAMA (Grupo de Acción para el Medio Ambiente).

En Sevilla una de las experiencias de huerto urbano más antiguas la encontramos


en el Parque de Miraflores, Barrio de la Macarena. Se trata del Programa Huerta
Las Moreras con 20 años de existencia, ocupa 5 hectáreas del referido parque
con varios subprogramas, entre los que destacamos el del huerto de ocio y el de
los huertos escolares. Para el huerto de ocio, "se dispone de 160 parcelas que
oscilan entre 75 y 150 m2 de agricultura hortofrutícola o floral en terreno
municipal, destinándose los productos de la misma al autoconsumo"[66].

Otra experiencia es la Huerta del Rey Moro que está localizada en la calle
Enladrillada y es el mayor espacio público no urbanizado en el casco histórico de
Sevilla. El destino del solar era otro, la construcción de viviendas; sin embargo la
oposición de los vecinos que reivindicaban un espacio verde, hizo que el
ayuntamiento se volviera atrás y lo transformase en un espacio público de 5.000
metros para actividades comunitarias.

Este cambio de uso del suelo urbano posibilitó la conservación de una área con
importante valor arqueológico ya que allí se encuentran restos de una antigua
huerta del siglo XV y la Casa del Rey Moro de finales del mismo siglo,
considerada la más antigua construcción doméstica tras el Alcázar de
Sevilla. Coordinado por la Asociación de Amigos de la Huerta del Rey Moro "La
Noria", en este solar se desarrollan actividades culturales, ecológicas y comidas
populares, etc. Para las actividades medioambientales se creó un programa de
huertos escolares en que unos 2.000 alumnos han realizado múltiples jornadas de
trabajo en torno a la cultura hortofrutícola. En el huerto colectivo participan unos
150 vecinos y produce frutas como higos, moras, nísperos, limones, naranjas y
hortalizas de temporada[67].

Además no podemos dejar de mencionar los 250 huertos ecológicos existentes en


el Parque Tamarguillo. Un espacio verde que sirve de refugio y reproducción a
diferentes especies de aves y pequeños animales. Los hortelanos crearon la
Asociación de Agricultores Ecológicos y Cultural que reivindica la cancelación
de las obras de una autopista que dividiría el parque en dos, destruyendo parte de
los huertos y del ecosistema que conforma el parque[68].

En Barcelona, como en Madrid y Sevilla, las iniciativas son diversas y están


vinculadas a la demanda popular, en la mayoría de las veces representada por las
asociaciones de vecinos. Una de estas iniciativas lo promueve el ayuntamiento, a
través del Institut Municipal de Parcs i Jardins de Barcelona poniendo en
marcha un programa de huertos que situados en terrenos públicos cuenta en 2011
con una red de 12 parcelas que tienen entre 20 y 40 metros cuadrados y que
están dotadas de infraestructura suficiente para el cultivo biológico. En el
programa pueden participar solo los jubilados mayores de 65 años [69].
Además de esta pequeña red de huertos urbanos municipales, tienen importancia
otras experiencias impulsadas por asociaciones de vecinos y comunidades.
Aunque este tema será profundizado en una investigación posterior, tratamos
aquí de algunas iniciativas más sólidas. Una de ellas se localiza en la masía Can
Masdeu, ocupada desde diciembre del 2001 y que involucra a muchas familias y
grupos de Nou Barris. En su huerto comunitario formado por parcelas en torno a
la masía, unas 80 personas entre 20 y 85 años, cultivan en grupos o de forma
individual hortalizas, varios tipos de legumbres, hierbas medicinales y
aromáticas, etc. Desarrollan un proyecto de educación medioambiental para
niños y jóvenes y otras actividades sociales de tipo lúdico (figura 9)[70].

Figura 9. Huerto comunitario de la masía Can Masdeu, Barcelona


Foto: Miriam H. Zaar (29-4-2011)
Otra iniciativa está situada en el centro histórico de Barcelona, en el Barrio de
Sant Pere, en la plaza Pou de la Figuera, y se denomina L'hortet del forat. Su
origen está vinculado al proceso de reurbanización de la zona y a la
reivindicación vecinal de espacios comunes. Se localiza en un espacio que estaba
abandonado y en él se planteaba la construcción de un hotel y un parking [71]. El
huerto es comunitario y tiene como objetivo promover un cambio de actitud
respecto a las cuestiones ambientales, para esto promueven charlas de
concienciación, organizan talleres que incluyen el aprendizaje de diferentes
aspectos inherentes al cultivo, incluso el proceso de compostaje. Con los
productos cosechados elaboran comidas populares (figuras 10 y 11)[72].

1. L'hortet del Forat, Plaza Pou de la Figuera, Barcelona


rtetdelforat.blogspot.com/> Fechas: 7 de abril de 2010.

Además de los huertos que ya están "dando frutos" existen otros que todavía
están en proceso de busqueda de áreas disponibles y legalización de las
actividades. Uno de ellos es el Projecte d'horts urbans al Poble Sec, también en
un barrio central de Barcelona. Para ello se unieron y están trabajando, desde
julio de 2010, dos asociaciones de vecinos: la Associació de Veïns de Satalia y
la Associació de Veïns de Poble Sec. El informe preliminar señala que tienen
como objetivos promover una alimentación más saludable y mejorar los aspectos
social, medioambiental y paisajístico del barrio[73].

En la América anglosajona la agricultura urbana también está presente y los


objetivos principales son el consumo de alimentos de calidad y el trabajo en
comunidad, aunque, cada caso tiene sus peculiaridades. Entre los ejemplos más
sobresalientes están las políticas desarrolladas en las ciudades de Detroit
(EE.UU.) y Vancouver (Canadá) que comentaremos a continuación.

En Detroit, y dando continuidad a otras experiencias desarrolladas


anteriormente, The Garden Resource Program ha promovido la ocupación de
grandes espacios públicos y de barrios industriales en desuso que suman unas
74.000 hectáreas. El resultado ha sido la construcción de un amplio número de
huertos colectivos cultivados con hortalizas legumbres y frutales. Esta y otras
propuestas individuales o colectivas, como la de las granjas comerciales,
pretende, por un lado, resolver el problema de los solares vacantes localizados en
antiguas áreas industriales y transformar la ciudad en un líder nacional de
producción de alimentos provenientes de la agricultura urbana. Por otro, corregir
los hábitos alimentarios y de salud de la población, y promover la recuperación
de estos barrios respecto al cambio de uso del suelo, formación de áreas verdes y
seguridad ciudadana. Los mayores problemas son el agua y los suelos
industriales contaminados por metales pesados y otros elementos químicos.[74].

Vancouver, una de las ciudades con gran calidad de vida, también ha optado por
incentivar la práctica de agricultura urbana en espacios públicos o infrautilizados.
Según el Vancouver Food Policy Council, esta actividad además de administrar
alimentos, promueve el desarrollo local e involucra a sus habitantes en el sistema
local de producción de alimentos. En 2010 había 80 huertos comunitarios
ocupando más de 6 hectáreas. De ellos, 61 se encontraban en terrenos públicos y
19 en áreas privadas cultivadas individual o colectivamente. En 2002, el 44 por
ciento de los hogares vancuveritas poseían huertos.

Además, y con la finalidad de estimular los circuitos cortos, se fomentan las


empresas de agricultura urbana para que provean la demanda local. En 2010 ocho
empresas utilizaban unos 9.300 metros cuadrados de patios y otras parcelas
urbanas para cultivar alimentos[75].

En este contexto, los huertos urbanos así como los parques y jardines, son una
oportunidad para que los habitantes de las ciudades entren en contacto con la
naturaleza. Además, presentan otras ventajas importantes: son indicadores de un
cambio de valores, recuperan espacios urbanos abandonados o degradados,
satisfacen parte de la demanda de productos ecológicos de bajo coste, fomentan
las relaciones sociales, y el intercambio de experiencias y productos, ya que se
trata también de áreas de ócio al aire libre. Aunque, como hemos visto, la
iniciativa ciudadana individual o colectivamente, casi siempre es quien toma las
decisiones para la implantación de huertos urbanos; las administraciones
públicas, con diferentes niveles de compromiso, también han colaborado y
apoyado proyectos para la creación y el mantenimiento de espacios verdes
urbanos y periurbanos en que las actividades hortícolas tienen un papel
destacado.

Huertos urbanos: ¿un concepto similar para ricos y pobres?

Hemos visto a lo largo de este artículo, como en una sociedad


predominantemente urbana, con una economía cada día más globalizada y
concebida como de "crecimiento ilimitado" y de urbanización generalizada [76],
el consumo de productos ecológicos cultivados colectivamente y en área urbanas
está adquiriendo un creciente interés en todo el mundo. Una realidad que la
geógrafa Josefina Gomez Mendoza, reflejó en una frase que introduce su obra
sobre el Madrid decimonónico: "La ciudad moderna ha querido expulsara la
naturaleza hasta sus confines, sin lograrlo." [77] y que evidencia cómo, contra
muchos intereses, la naturaleza no solo ha conseguido sobrevivir en este espacio,
sino que ha ido ampliándolo favoreciendo así una ciudad más humana y
sostenible.

En la introducción de este artículo hemos señalado que nuestro objetivo es


analizar porque en las últimas décadas, la naturaleza en forma de huertos y micro
huertos se ha multiplicado en los espacios urbanos y cómo algunos factores, entre
ellos, la concienciación, la organización ciudadana y en algunos casos el apoyo
institucional han sido imprescindibles para esto. Sin embargo, al concluir esta
primera fase de nuestra investigación, creemos importante señalar algunos
aspectos fundamentales sobre lo que hemos estudiado. Uno de ellos es el hecho
de que las razones por las que se han impulsado los huertos urbanos en países
desarrollados y subdesarrollados están vinculadas entre si, aunque, de forma
general, pueden presentar, según la realidad de cada región o país, características
diferentes. Así, no podemos decir que los motivos que impulsan a europeos y
latinoamericanos a cultivar sus huertos sean exactamente los mismos, pero si
podemos afirmar que entre los que participan de esta actividad, existe, de los dos
lados del Atlántico, un porcentaje importante de ciudadanos que actúan con
objetivos idénticos.
Es muy probable que un número significativo de latinoamericanos cultiven
huertos en su ciudad porque les preocupa consumir productos de calidad y que,
así como ocurre en Europa, el camino más corto y económico es el huerto propio.
Además, pese a que los problemas de acceso a la alimentación básica están
resueltos en Europa, los períodos de crisis y de altas tasas de paro como el actual
pueden transformarse en ocasiones oportunas para el desarrollo de esta actividad
ya que proporciona alimentación sana, trabajo al aire libre, al mismo tiempo que
fomenta las relaciones sociales.

Otro aspecto que merece ser comentado es que el proceso de densificación


urbana es global y que muchos habitantes de las medianas y grandes ciudades en
cualquier ciudad del mundo tienen las mismas necesidades de disfrutar de áreas
de ocio al aire libre, de participar de actividades sociales y de debatir los
problemas ambientales que les afectan, así como promover la educación
medioambiental.

En este mismo contexto encontramos otra ventaja en la agricultura urbana, que és


el “enverdecimiento” de las ciudades asociado a la mejora el paisaje urbano y a
las condiciones ambientales; y del cual deberían participar todas las ciudades
densamente pobladas, independientemente de su nivel de desarrollo.

Un tercer aspecto, no menos importante, es la iniciativa popular que dependiendo


del grado de organización posee mayor o menor capacitad para presionar a sus
gobiernos y está presente en todos los países democráticos.

Se trata de un proceso que, como ya hemos comentado, presenta singularidades,


pero no es dicotómico. Aunque a primera vista tenemos la impresión que existe
un abismo entre las razones por las que se cultivan huertos urbanos en países
desarrollados y subdesarrollados, en realidad no es así. La simbiosis de
elementos, como la realidad local, puede dar origen a experiencias análogas tanto
en unos como en otros, porque el concepto "huerto urbano" es similar.

Así, por ejemplo, cuando la FAO estima que en algunos países en desarrollo, más
de la mitad de los hogares urbanos practican algún tipo de agricultura urbana en
patios traseros, azoteas, jardineras, huertos comunitarios, escuelas, hospitales y
tierras públicas libres, o cuando señala que la agricultura urbana también genera
microempresas, que suelen dedicarse a la producción de fertilizantes orgánicos, o
al procesamiento y la venta de alimentos, describe una realidad que podría darse
también en el primer mundo. Sin embargo cuando señala que esta producción
puede aportar hasta el 60 por ciento de las necesidades alimenticias de una
familia, mejora substancialmente la nutrición y permite a éstas gastar una parte
mayor de sus ingresos en otras necesidades, como educación y salud, entendemos
que está aludiendo a países en los que parte de la población posee bajos
ingresos[78].

En este contexto, creemos que los huertos urbanos representan mucho más que
un lugar de conexión física entre las ciudades, el medio rural y la agricultura, ya
que por las diversas razones comentadas promueven la mejora de la calidad de
vida en las ciudades. Como parte de la solución de problemas relacionados con la
insuficiencia alimentaria, la calidad de los alimentos o la degradación ambiental
provocada por los inputs agrícolas, la industria y el comercio de productos a
través de los circuitos largos, la iniciativa de construir huertos urbanos ha
asociado a muchas personas y suscitado debates para la búsqueda de una
economía alternativa en una sociedad menos consumista y socialmente más justa.

A ello han contribuido tanto las políticas públicas, como las iniciativas de
organizaciones sociales o particulares y los últimos avances tecnológicos de
información y comunicación (TIC) como Internet y sus redes sociales, haciendo
que comunidades de huertos urbanos de diferentes regiones y países encuentren
en el ciberespacio una oportunidad para intercambiar ideas y experiencias.

En esta dirección, el debate sobre cómo hacer que las ciudades sean más
sostenibles ecológicamente, ha dejado claro que la concienciación de los
ciudadanos y la tecnología tienen un papel fundamental y por esto, en este
aspecto, deben caminar juntas y de forma unívoca. Así, cuentan tanto las
iniciativas individuales o colectivas para, por ejemplo, la instalación de placas
fotovoltaicas, cómo la construcción de "azoteas verdes" o de huertos verticales en
edificios y casas.

Mas importante que promover las denominadas smart cities o "ciudades


inteligentes", una experiencia puntual y al alcance de "unos pocos" en un futuro
cercano, debemos, con la ayuda de la tecnología disponible, poner en marcha
proyectos o ampliar experiencias como las que acabamos de mencionar. Una
práctica que, de la mano de la armonía social y la ecología, creemos que tendrá
cada día más adeptos y que contribuirá a hacer una sociedad más equilibrada,
preocupada con la preservación de los recursos naturales y con el planeta.

Notas
[1] FAO, 2004. <http://www.rlc.fao.org/es/agricultura/aup/pdf/expe.pdf>

[2] FAO-COAG, 1999, capítulos III y IV: <http://www.fao.org/unfao/bodies/COAG/COAG15/X0076S.htm>


[3] FAO-COAG, 1999, capítulos III y IV: <http://www.fao.org/unfao/bodies/COAG/COAG15/X0076S.htm>

[4] <http://www.fao.org/economic/es-policybriefs/briefs-detail/es/?no_cache=1&uid=45052>. Un quintil


equivale a la quinta parte y es utilizado en economía para caracterizar la distribución de los ingresos de una
población humana.

[5] Jules Janick <http://www.hort.purdue.edu/newcrop/history/egypt/egyptpaper.pdf>

[6] History of gardenning: <http://en.wikipedia.org/wiki/History_of_gardening>

[7] J. R. Hale, 1980, p. 16.

[8] Horacio Capel, 2002, p. 230. Sobre el arte de la jardinería, su origen y desarrollo y la elaboración de los
diferentes tipos de jardines como renacentistas, barrocos, formales y naturales véase Horacio Capel, 2002,
tercera parte.

[9] Planta de la familia de las Ranunculáceas, de grandes flores rojas o rosáceas, propia de lugares húmedos y
laderas montañosas. Diccionario de la Lengua Española. Real Academia
Española. <http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=peonía>

[10] Joan Hernández Pijoan, 1964, p. 62 y José Manuel Matilla (ed.), 2005, 128 y 129.

[11] Gardens of the French


Renaissence: < http://en.wikipedia.org/wiki/Gardens_of_the_French_Renaissance>

[12] Puede servir de ejemplo la obra Antiguo Jardín Botánico de 1905 del expresionista alemán Max
Beckmann, perteneciente a la colección Lothar-Günther Buchheim, mostrando que también formaban parte del
paisaje urbano o suburbano de las grandes ciudades. Hans Pribil, 1981, ilustración 296

[13] <http://en.wikipedia.org/wiki/French_landscape_garden#The_Influence_of_Explorers_and_Botanists_on
_the_French_Landscape_Garden>

[14] <http://www.rjb.csic.es/jardinbotanico/jardin/index.php?Cab=10&len=es&Pag=82>

[15] Sobre el papel de las murallas en la estructura urbana véase H. Capel, 2002, p. 125-156.

[16] H. Capel, 2002, p. 318-326.

[17] H. Capel, 2002, p. 350-352.

[18] <http://ucanr.org/blogs/VictoryGrower_Blog/. Para ver un ejemplo publicitaria de la época acceder al


vídeo http://www.vegetablegardener.com/item/8121/video-victory-garden-1942-edition>

[19] H. Capel, 2002, p. 352.

[20] Sobre la reducción de estas unidades agrícolas véase Jean-Pierre Peyon, 1988, p. 145-159.

[21] A. Barsky, 2005 < http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-194-36.htm>

[22] Algunas reformas de la PAC han contribuido directa o indirectamente a reducir la producción agropecuaria
en Europa. Entre ellas las medidas de 2003 por las que se desvincularon las ayudas, de la producción y los
agricultores recibían estas por el solo hecho de poseer una explotación agraria; y continuaron en vigencia para
todos los productores agrícolas siempre que mantuviesen sus fincas en buenas condiciones medioambientales.
Otras reformas están vinculadas a las retiradas de tierra, dejándolas en barbecho; a la diversificación de la finca
con la inclusión de cultivos para fines no alimentarios y al establecimiento de cuotas de producción como la
de la leche, que a partir de 2008-2009 y hasta 2015 se irá incrementando nuevamente y de forma paulatina. Para
ampliar la información se puede consultar, entre otros, el artículo de Eugenio Cejudo García y Juan Carlos
Maroto Martos, 2010 <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-318.htm>

[23] <http://www.fao.org/docrep/012/al377s/al377s00.pdf>

[24] FAO-COAG, 1999, En el apartado 3 sobre La agricultura urbana y periurbana se obtienen mayores
informaciones sobre los las instituciones que participan de estos
proyectos: < http://www.fao.org/unfao/bodies/COAG/COAG15/X0076S.htm>

[25] <http://www.agriculturaurbana.org.br/sitio/textos/FAOAG21RevistaEnfoquesAgricultura%20urbana.htm
>

[26] <http://www.fao.org/docrep/012/al377s/al377s00.pdf>. Para obtener informaciones sobre estas


actividades acceder a http://www.fao.org/economic/riga/riga-home/es/>

[27] <http://www.agriculturaurbana.org.br/sitio/textos/FAOAG21RevistaEnfoquesAgricultura%20urbana.htm
y http://www.fao.org/ag/agp/greenercities/pdf/HD/HUP-HD-6.pdf>

[28] <http://www.fao.org/ag/agp/greenercities/pdf/HD/HUP-HD-
1.pdf y http://www.fao.org/docrep/012/al377s/al377s00.pdf>

[29] <http://www.ipes.org/au/Testimonios_AUP_en_ciudad_de_La_Habana.pdf, p. 7>

[30] <http://www.rlc.fao.org/es/agricultura/aup/pdf/expe.pdf y http://www.desarrollosocial.gba.gov.ar/subsec/


inclusion_social/programas/huertas.php >

[31] <http://www.ipes.org/au/Boletin/Boletin%2014/curso_brasil.html>. Informaciones sobre los programas


de crédito para la agricultura familiar brasileña promovidos por el PRONAF están disponibles, entre otros, en
Miriam H. Zaar, 2011 <http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-351.htm>

[32] Según entrevista del Secretario Nacional de Segurança Alimentar e


Nutricional: <http://www.ipes.org/index.php?option=com_content&view=article&id=186&Itemid=186> y
<http://www.mds.gov.br/segurancaalimentar/desenvolvimentoterritorial/regioesmetropolitanas>

[33] <http://www.ipes.org/au/Boletin/Boletin%2013/curso_brasil.html>

[34] < http://www.mds.gov.br/segurancaalimentar/desenvolvimentoterritorial/regioesmetropolitanas>

[35] <http://www.alopresidente.gob.ve/info/8/1513/gobierno_nacional_fortalece.html y http://www.avn.info.v


e/node/42036?guicktabs_5=8>

[36] Para mayores informaciones consultar la página


oficial <http://www.sederec.df.gob.mx/agricultura_sustentable_np.html>

[37] Más informaciones se pueden encontrar en páginas Webs


como <http://www.sederec.df.gob.mx/agricultura_sustentable_np.html> o Boletín de Agricultura
urbana: <http://www.ipes.org/au/Boletin/boletin9/mexico.html>

[38] <http://www.rlc.fao.org/es/agricultura/aup/pdf/brochurpr.pdf>
[39] <http://www.actaf.co.cu/revistas/revista_au_1-
18/rau16/5lima16.pdf y http://www.rlc.fao.org/es/agricultura/aup/pdf/brochurpr.pdf>

[40] <http://www.rlc.fao.org/es/agricultura/aup/pdf/gcpbol039.pdf>

[41] <http://www.fao.org/ag/agp/greenercities/pdf/HD/HUP-HD-6.pdf>. Para conocer detalles del programa


<http://www.fao.org/docrep/013/i1881s/i1881s00.pdf>, p. 14

[42] <http://www.fao.org/docrep/013/i1881s/i1881s00.pdf>, p. 15

[43] <http://www.fao.org/economic/es-policybriefs/briefs-detail/es/?no_cache=1&uid=45052>

[44] Para un estudio comparativo entre los balances energéticos y los usos del suelo en la agricultura catalana
véase Xavier Cussó, Ramón Garrabou, José Ramón Olarieta y Enric Tello, 2006

[45] Para mayores informaciones sobre la importancia de la política de sustitución de alimentos en los países
subdesarrollados véase José Graziano da Silva et al,
s/f <http://www.rlc.fao.org/es/agricultura/aup/pdf/politica.pdf>

[46] Citado por Manuel González de Molina y Juan Infante Amate, 2010, p.
125. <http://www.historiambiental.org/files/publicaciones/Revista%20de%20Econom%C3%ADa%20Cr%C3
%ADtica_0.pdf>

[47] Para profundizar el tema sobre los balances energéticos en la agricultura consultar los trabajos de Xavier
Cussó, Ramón Garrabou, José Ramón Olarieta y Enric Tello, 2006, los de Óscar Carpintero y Manuel José
Naredo, 2006 y los de Manuel González de Molina y Juan Infante Amate, 2010.

[48] <http://www.aavvmadrid.org/index.php/aavv/Minisitios/Huertos-urbanos/El-simbolo-de-la-huerta-del-
Sol y http://hortdignebcn.wordpress.com/>

[49] Sobre el papel que desempeñañ los espacios urbanos libres, esto es, no construidos en el medioambiente
véase José Feria y Jesús Santiago, 2009. <http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-299.htm>

[50] <http://www.london.gov.uk/london-food/communities-amp-citizens/capital-growth>

[51] Para más detalles sobre las características de los huertos urbanos londinenses y conocer su
localización véase Nerea Norán Alonso, 2008-2009, p. 17-23

[52] Mayores informaciones sobre el Ceinture Verte y su importancia en la región d'Île-de-France pueden ser
encontradas en el trabajo de Xavier de Buyer, 1988, p. 343-354.

[53] Más detalles se pueden encontrar en <http://www.trianglevert.org/IMG/pdf/CharteAgricoleTV.pdf>

[54] <http://www.stiftung-interkultur.de/gardens-in-germany y http://www.stiftung-interkultur.de/program>

[55] Sobre las características de estos huertos véase Nerea Norán Alonso, 2008-2009, p. 28

[56] <http://www.jardins-familiaux.org/pdf/verb/Schweiz-Collet_en.pdf>

[57] Para más detalles sobre estos huertos véase Francesca Lotta, 2010, p.
66 <http://dialnet.unirioja.es/servlet/busquedadoc?db=1&t=francesca+lotta&td=todo>
[58] Otras informaciones en <http://www.italianostra.org/?page_id=209>

[59] <http://www.ambienteonline.pt/noticias/detalhes.php?id=7534>

[60] Para ampliar esta información consultar <http://repositorium.sdum.uminho.pt/handle/1822/7988>, página


130

[61] <http://www.lipor.pt/default.asp?CpContentId=123&cor=0&back=- y http://ecosfera.publico.clix.pt/noti


cia.aspx?id=1403656>

[62] <http://estaesunaplaza.blogspot.com/2010/01/queremos-recordar.html>

[63] <http://www.avlaflor.org/>

[64] <http://www.aavvmadrid.org/index.php/aavv/Minisitios/Huertos-urbanos/Mapa-de-huertos-
comunitarios-promovidos-por-asociaciones-vecinales/Huerto-comunitario-de-Ventilla-Tetuan>

[65] <http://www.pardo-valcarce.com/fcpv/index_historia.php y http://www.lahuertademontecarmelo.com/>

[66] http://huertalasmoreras.wordpress.com/>

[67] Para mayores detalles sobre este huerto véase <http://www.abcdesevilla.es/hemeroteca/historico-10-05-


2005/sevilla/Sevilla/recuperar-la-huerta-del-rey-moro_202387316960.html>

[68] <http://derpolingano.blogspot.com/2010/08/mas-sobre-los-huertos-ecologicos-del.html>

[69] <http://w1.bcn.cat/barcelonablog/tu-ayuntamiento/huertos-urbanos?lang=es>

[70] Para conocer la experiencia de Can Masdeu acceder a <http://www.canmasdeu.net/>

[71] Para entender este proceso véase Manuel Delgado, El "forat de la vergonya". El País, 10 de octubre de
2006. <http://www.elpais.com/articulo/cataluna/forat/vergonya/elpepiespcat/20061010elpcat_12/Tes>

[72] <http://lhortetdelforat.blogspot.com/ y entrevista con un miembro de la organización publicado


en <http://www.santsonalliure.org/audio/2010-06-28/el_cargol_12_horts_urbans_1>

[73] Projecte d'horts hurbans al Poble Sec. Informe preliminar. Unió d' AAVV del Poble Sec.

[74] Para ampliar las informaciones sobre el proyecto acceder a la página


Web <http://law.wayne.edu/pdf/urban_agriculture_policy_paper_mogk.pdf>

[75] Mayores detalles


en <http://www.foodsecurevancouver.ca/sites/default/files/pdf/FSV_2010_Final_may2011_webQ.pdf>

[76] Sobre Las ciudades, el consumo y el crecimiento de suma cero véase H. Capel,
2011. <http://www.ub.edu/geocrit/b3w-930.htm>. Sobre la urbanización generalizada, véase H. Capel, 2010.
< http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-331/sn-331-7.htm>

[77] Josefina Gómez Mendoza, 2003, p. 17. También publicado en Desarrollo Rural y Sostenible, nº 10,
otoño'11, p. 8.
[78] <http://www.fao.org/docrep/013/i1881s/i1881s00.pdf>

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© Copyright Miriam Hermi Zaar, 2011


© Copyright Biblio3W, 2011

Ficha bibliográfica:

ZAAR, Miriam Hermi. Agricultura urbana: algunas reflexiones sobre su origen y


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[En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 15 de octubre de 2011, Vol.
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