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Allan Kardec
Organización y traducción:
Simoni Privato Goidanich
Copyright 2010 by
Simoni Privato Goidanich
ISBN 978-9942-02-928-7
1.a edición, junio de 2010.
Quito, Ecuador.
1000 ejemplares.
Portada basada en el cuadro L´Eté, de Claude Monet (1874)
Revisión del idioma español: Fabricio Vásquez (Quito, Ecuador).
Diagramación: Roberto Goidanich y Simoni Privato Goidanich.
La autora costeó todos los gastos de elaboración, diagramación e impresión de este libro, tal
como lo hizo con sus obras anteriores. La autora no recibe ninguna retribución financiera
por los libros que publica, ni siquiera para la restitución de los gastos realizados por las
publicaciones. Todo el trabajo que la autora realiza en la Doctrina Espírita es ad honorem.
Los ejemplares de esta edición han sido donados a instituciones espíritas de varios países.
Se autoriza a las instituciones espíritas beneficiarias a vender los ejemplares recibidos en
donación, con la condición de que los recursos financieros obtenidos por la venta sean
utilizados totalmente para tareas de estudio de las obras de Allan Kardec y de aquellas que
les son fieles o para asistencia y promoción social espírita.
Introducción, p. 15
5 – Del proyecto de caja general de auxilios y otras instituciones para los espíritas,
p. 59
Revista Espírita –Periódico de Estudios Psicológicos, 9.o año, n.o 7, julio de 1866
8 – Los médicos-médiums, p. 95
Revista Espírita –Periódico de Estudios Psicológicos, 10.o año, n.o 10, octubre de 1867
10 – Sesión anual conmemorativa del día de los difuntos (Sociedad de París, 1.o
de noviembre de 1868) – D������� �� �������� ��� �� S�. A���� K����� – ¿El
Espiritismo es una religión?, p. 111
Revista Espírita –Periódico de Estudios Psicológicos, 11.o año, n.o 12, diciembre de 1868
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significado, así como de resaltar frases de los textos poniéndolas en las partes
inferiores y superiores de las páginas. También añadimos algunas notas de pie de
página para mejor comprensión de determinadas expresiones y para referencias a
otros textos de Allan Kardec.
La revisión del idioma español contó con la asesoría de un especialista, con
quien trabajamos personalmente. Utilizamos, como referencia para la revisión,
varios textos de la Real Academia Española, tales como la Gramática de la lengua
española de la Colección Nebrija y Bello, el Diccionario panhispánico de dudas y el
Diccionario de la lengua española, además de la Gramática de la lengua castellana, de
Andrés Bello. Tomamos en consideración usos reconocidos por la nueva gramática
del idioma español.
Como la trilogía termina con la desencarnación de Allan Kardec, decidimos
incluir, a modo de epílogo, en este tercer volumen, la biografía del Codificador
publicada en la Revue Spirite en mayo de 1869.
Sin la autorización y la ayuda espiritual, la elaboración de la trilogía Revista
Espírita –Periódico de Estudios Psicológicos: Colección de Textos de Allan Kardec no
habría sido posible. Por lo tanto, agradecemos inmensamente al Maestro Jesús la
valiosa oportunidad que nos ha sido concedida de realizar este trabajo. Los buenos
Espíritus con quienes hemos trabajado en esta trilogía resaltan siempre que los
agradecimientos deben ser dirigidos al Maestro Jesús, pero no podemos dejar de
agradecerles también.
Registramos, además, nuestra especial gratitud a los nobles Espíritus José María
Fernández Colavida, Joanna de Ángelis y Hermana María, así como al médium
espírita Divaldo Pereira Franco.
Estamos también muy reconocidos a todos los hermanos de buena voluntad,
de varios países, que han estudiado y divulgado la trilogía Revista Espírita –Periódico
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C ada uno es libre para considerar ellos. Los Espíritus no pueden cam-
las cosas a su manera y nosotros, biar el orden inmutable de las cosas.
que reclamamos esta libertad, no se la Por consiguiente, es inútil orarles a
podemos negar a los demás. Pero del ellos.
hecho de que una opinión es libre, no »El Espiritismo es una ciencia pu-
se deduce que no se la pueda discutir, ramente filosófica; no solamente no es
examinar sus puntos fuertes y débiles, una religión, sino que tampoco debe
pesar sus ventajas o inconvenientes. tener ningún carácter religioso. Toda
Decimos eso con relación a la ne- oración dicha en las reuniones tiende
gación de la utilidad de la oración, a mantener la superstición y la beate-
que algunas personas desearían eri- ría».
gir como sistema, para hacer de ello La cuestión de la oración ha sido
la bandera de una escuela disidente. discutida, desde hace bastante tiempo,
Se puede resumir así esta opinión: por lo que es inútil repetir acá lo que
«Dios estableció leyes eternas, a se sabe sobre este asunto. Si el Espiri-
las que todos los seres están someti- tismo proclama la utilidad de la ora-
dos; nada Le podemos pedir y no te- ción, no es con ánimo sistemático, sino
nemos que agradecerLe ninguna gra- porque la observación ha permitido
cia específica. Por lo tanto, es inútil constatar la eficacia y el modo de ac-
orar a Dios. ción de la oración. Puesto que, por las
»La suerte de los Espíritus está leyes fluídicas, comprendemos el po-
trazada. Por lo tanto, es inútil orar por der del pensamiento, comprendemos
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oposición a las ideas consagradas por hechos, no puede ser derribado por
la experiencia y admitidas, de mane- una teoría; al mantenerse constan-
ra general, como principios no podría temente en el nivel de las ideas pro-
conquistar las simpatías de la mayo- gresivas, no podrá ser sobrepasado;
ría, cuyas convicciones contrariaría. al apoyarse en el sentimiento de la
Su existencia efímera se extinguiría mayoría, satisface las aspiraciones de
con su fundador, tal vez incluso antes, un número más grande de personas;
o, por lo menos, con los pocos adeptos fundado sobre esas bases, es impere-
que habría podido reunir. Suponga- cedero, pues allí está su fuerza.
mos al Espiritismo repartido en diez, Allí está también la causa del fra-
en veinte sectas, aquella que tendrá la caso de las tentativas hechas para po-
supremacía y la mayor vitalidad será nerle obstáculos. Hay ideas relaciona-
naturalmente aquella que dé la suma das con el Espiritismo profundamente
más grande de satisfacciones morales, antipáticas a la opinión general y que
que colme el número más grande de ésta rechaza instintivamente; cons-
vacíos del alma, que esté fundada en truir sobre esas ideas, como punto de
las pruebas más positivas y que me- apoyo, un edificio o expectativas cua-
jor se ponga al unísono con la opinión lesquiera es colgarse inhábilmente a
general. ramas rotas. He aquí a qué se redu-
Ahora bien, el Espiritismo, al to- cen aquellos que, al no haber podido
mar como punto de partida de todos derribar al Espiritismo por la fuerza,
sus principios la observación de los intentan derribarlo por sí mismo.
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y se hubieran reído de aquel que hu- Química nos muestra todos los cuer-
biera pretendido encontrar una corre- pos de la naturaleza formados de esos
lación entre el mineral y el vegetal, elementos combinados en diversas
entre el vegetal y el animal. Una obser- proporciones. Es de la variedad infi-
vación atenta ha hecho desaparecer la nita de esas combinaciones que nacen
solución de continuidad y ha proba- las innumerables propiedades de los
do que todos los cuerpos forman una diferentes cuerpos. Es así, por ejem-
cadena no interrumpida; de tal suerte plo, que una molécula de gas oxígeno
que los tres reinos sólo subsisten, en y dos de gas hidrógeno, combinadas,
realidad, debido a las características forman el agua. En su transformación
generales más marcadas; pero, en sus en agua, el oxígeno y el hidrógeno
límites respectivos, se confunden al pierden sus cualidades individuales;
punto que uno vacila en saber dónde ya no hay, propiamente hablando,
termina el uno y dónde empieza el oxígeno e hidrógeno, sino agua. Al
otro y en cuál de ellos se deben situar descomponer el agua, se vuelve a en-
ciertos seres; tales son, por ejemplo, contrar los dos gases en las mismas
los zoófitos o animales plantas, así proporciones. Si, en lugar de una mo-
denominados porque se parecen a la lécula de oxígeno, hay dos, es decir,
vez a un animal y a una planta. dos de cada gas, ya no es agua, sino
Lo mismo sucede en lo que con- un líquido muy corrosivo. Por lo tan-
cierne a la composición de los cuer- to, basta un simple cambio en la pro-
pos. Por mucho tiempo, los cuatro porción de uno de los elementos para
elementos sirvieron de base a las transformar una sustancia saludable
ciencias naturales. Cayeron ante los en una sustancia venenosa. Por una
descubrimientos de la Química mo- operación inversa, si los elementos
derna, que ha reconocido un número de una sustancia deletérea, del arsé-
indeterminado de cuerpos simples. La nico, por ejemplo, son combinados
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aunque sólo se trate de una brizna de tener una potencia muy grande. El ca-
hierba o de una hoja muerta. Después lor divide los cuerpos más duros, los
de haber descompuesto un mineral, reduce a vapor y les da a los líquidos
puede formarlo de nuevo en todas evaporados una fuerza de expansión
sus partes, tal como era anteriormen- irresistible. El choque eléctrico rom-
te; pero cuando ha separado los ele- pe los árboles y las piedras, curva las
mentos de una partícula de materia barras de hierro, funde los metales,
vegetal o animal, no la puede recons- transporta a lo lejos masas enormes.
tituir, menos aún darle vida. Su po- El magnetismo le da al hierro un po-
der se detiene en la materia inerte: el der de atracción capaz de sostener
principio de la vida está en la mano pesos considerables. La luz no posee
de Dios. ese tipo de fuerza, pero ejerce una ac-
La mayoría de los cuerpos sim- ción química sobre la mayoría de los
ples se llaman ponderables, porque se cuerpos y, bajo su influencia, se efec-
puede medir su peso, y ese peso está túan incesantemente composiciones y
en la proporción de la suma de molé- descomposiciones. Sin la luz, los ve-
culas que estén contenidas en un vo- getales y los animales se debilitan, y
lumen dado. Otros son llamados im- los frutos no tienen ni sabor ni colo-
ponderables, porque no tienen ningún ración.
peso para nosotros y porque, si se III
acumulan en otro cuerpo en determi- Todos los cuerpos de la natura-
nada cantidad, no aumentan el peso leza, minerales, vegetales, animales,
de ese cuerpo. Son: el calor, la luz, la animados o inanimados, sólidos, lí-
electricidad, el fluido magnético o del quidos o gaseosos, están formados,
imán; este último es sólo una variedad por lo tanto, de los mismos elemen-
de la electricidad. Aunque son im- tos, combinados de manera que pro-
ponderables, esos fluidos no dejan de duzcan la infinita variedad de los
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de una naturaleza etérea y sutil, no mentales para los Espíritas, era útil
deja de ser materia, así como los flui- recordarlos para la comprensión de
dos imponderables, y, además, mate- las explicaciones subsecuentes y la
ria de la misma naturaleza y del mismo asociación de las ideas.
origen de la materia tangible más grosera, Algunas personas han puesto en
como veremos luego. duda la utilidad del envoltorio peries-
El alma se reviste del periespíritu piritual del alma y, por consiguiente,
no solamente en el estado de Espíritu; su existencia. El alma, dicen, no tie-
es inseparable de ese envoltorio, que ne necesidad de intermediario para
la sigue tanto en la encarnación como actuar sobre el cuerpo y, una vez se-
en el estado errático. En la encarna- parada del cuerpo, él es un accesorio
ción, él es el lazo que la une al envol- superfluo.
torio corporal, el intermediario por Contestamos, en primer lugar,
medio del cual el alma actúa sobre los que el periespíritu no es una creación
órganos y percibe las sensaciones de imaginaria, una hipótesis inventada
las cosas exteriores. Durante la vida, el para llegar a una solución; su exis-
fluido periespiritual se identifica con tencia es un hecho constatado por la
el cuerpo y penetra en todas las par- observación. En cuanto a su utilidad,
tes de él; en la muerte, se libera de él;
el cuerpo privado de vida se disuelve,
«el cuerpo privado de
pero el periespíritu, siempre unido al
alma, es decir, al principio vivificante,
vida se disuelve,
no perece; únicamente, el alma, en lu- pero el periespíritu,
gar de dos envoltorios, sólo conserva siempre unido al alma,
uno: el más liviano, el que está más en es decir, al principio
armonía con su estado espiritual. vivificante, no perece»
Aunque esos principios sean ele-
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grosera. Como se ve, no hay nada de materia, sino que es espiritual e in-
sobrenatural, ya que él se vincula, por material como Dios. Él dijo: «un alma
su principio, a las cosas de la natura- viviente», para especificar que úni-
leza, de las cuales sólo es una varie- camente en ella está el principio de la
dad. vida, mientras que el cuerpo, forma-
Como el fluido universal es el do de materia, por sí mismo no vive.
principio de todos los cuerpos de la Estas palabras «a Su semejanza» impli-
naturaleza, animados o inanimados, can una similitud y no una identidad. Si
y, por consiguiente, de la tierra, de Moisés hubiera considerado el alma
las piedras, Moisés estaba en lo cier- como una porción de la Divinidad, ha-
to cuando dijo: «Dios formó el cuerpo bría dicho: «Dios la animó dándole
del hombre del limo de la tierra». Lo un alma extraída de Su propia sustan-
que no quiere decir que Dios tomó la cia», tal como dijo que el cuerpo era
tierra, la amasó y modeló el cuerpo extraído de la tierra.
del ser humano, como se modela una Esas reflexiones son una respues-
estatua con arcilla, tal como han creí- ta a las personas que acusan al Espiri-
do aquellos que toman las palabras tismo de materializar el alma, porque
bíblicas al pie de la letra, sino que el le da un envoltorio semimaterial.
cuerpo estaba formado de los mismos VIII
principios o elementos que el limo de En el estado normal, el periespí-
la tierra, o que habían servido para ritu es invisible a nuestros ojos e im-
formar el limo de la tierra. palpable a nuestro tacto, tal como lo
Moisés agregó: «Y Él le dio un son una infinidad de fluidos y gases.
alma viviente, hecha a Su semejanza». Sin embargo, la invisibilidad, la im-
Él hace, así, una distinción entre el palpabilidad e incluso la imponde-
alma y el cuerpo; indica que el alma rabilidad del fluido periespiritual no
es de una naturaleza diferente, no es son absolutas; es por eso que decimos
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en el estado normal. Sufre, en ciertos ca- ración, sin pretender que haya simili-
sos, sea tal vez una condensación más tud de causa y de efecto.
grande, sea una modificación molecu- IX
lar de una naturaleza específica, que Algunas personas han criticado
le vuelve momentáneamente visible la calificación de semimaterial dada al
o tangible; es así que se producen las periespíritu, diciendo que una cosa es
apariciones. Sin que haya aparición, materia o no lo es. Aunque se admi-
muchas personas sienten la impresión tiera que la expresión fuera inadecua-
fluídica de los Espíritus por medio de da, se la necesitaría tomar en razón de
la sensación del tacto, lo que es el in- la ausencia de un término específico
dicio de una naturaleza material. para expresar ese estado particular de
Cualquiera que sea la manera en la materia. Si existiera un término más
la que se efectúe la modificación ató- adecuado para esto, los críticos debe-
mica del fluido, no hay cohesión tal rían haberlo indicado. El periespíritu
como en los cuerpos materiales. La es materia, como acabamos de ver,
apariencia se forma instantáneamente filosóficamente hablando, y por su
y se disipa igualmente, lo que explica esencia íntima; nadie podría ponerlo
las apariciones y las desapariciones en duda. Pero no tiene las propieda-
súbitas. Las apariciones, al ser el pro- des de la materia tangible, tal como se
ducto de un fluido material invisible, la concibe ordinariamente; no puede
vuelto visible a consecuencia de un ser sometido al análisis químico; pues,
cambio momentáneo en su constitu- si bien tiene el mismo principio que la
ción molecular, no son más sobrena- carne y el mármol y puede tomar su
turales que los vapores vueltos alter- apariencia, no es, en realidad, ni car-
nativamente visibles o invisibles por ne ni mármol. Por su naturaleza eté-
la condensación o la rarefacción. Cita- rea, posee, a la vez, materialidad, de-
mos el vapor como punto de compa- bido a su sustancia, y espiritualidad,
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N. de la T.: ver el capítulo 1 de este libro.
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saber, con seguridad, por una prueba Espíritus». Ahora bien, como la razón
material, si el Espíritu que se presenta individual está sujeta al error y el ser
con el nombre de Pascal es realmente humano, de manera bastante general,
el del gran Pascal. ¡Qué nos importa, está inclinado a tomar su propia ra-
si dice cosas buenas! Nos corresponde zón y sus ideas como la única expre-
a nosotros sopesar el valor de sus ins- sión de la verdad, aquel que no tiene
trucciones, no según la forma del len- la orgullosa pretensión de creerse in-
guaje, que se sabe que trae frecuente- falible se somete a la apreciación de
mente la marca de la inferioridad del la mayoría. ¿Él debe, por eso, abdicar
instrumento, sino según la grandeza de su opinión? En absoluto; está per-
y la sabiduría de sus pensamientos. fectamente libre para creer que es el
Un gran Espíritu que se comunica único que tiene razón contra todos,
por un médium poco letrado es como pero no impedirá que la opinión del
un hábil calígrafo que se sirve de una número más grande de personas pre-
mala pluma; el conjunto de la escri- valezca y tenga, en definitiva, más au-
tura traerá el sello de su talento, pero toridad que la opinión de uno solo o
los detalles de ejecución, que no de- de algunos.
penden de él, serán imperfectos. Examinemos, ahora, la cuestión
Jamás el Espiritismo ha dicho que desde otro punto de vista. ¿Quién ha
se debería renunciar a la razón y so-
meterse ciegamente al decir de los «Jamás el Espiritismo
Espíritus. Son los propios Espíritus
ha dicho que se debería
los que nos dicen que pasemos todas
sus palabras por la criba de la lógi-
renunciar a la razón y
ca, mientras que ciertos encarnados someterse ciegamente al
dicen: «No creáis sino en lo que de- decir de los Espíritus»
cimos y no creáis en lo que dicen los
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N. de la T.: ver el capítulo 19 del libro Revista Espírita -Periódico de Estudios Psicológicos 1862-1865:
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es debido a ellas que han comprendi- Repetimos acá lo que hemos di-
do la necesidad del bien, de la resig- cho sobre la oración: la manera en la
nación, de la sumisión a la voluntad que el Espiritismo debe ganar en in-
de Dios; es debido a ellas que sopor- fluencia es aumentando la suma de
tan con valor las vicisitudes de la las satisfacciones morales que pro-
vida; debido a ellas, no hay más sepa- porciona. Que aquellos que lo consi-
ración real entre ellos y los destinata- deran insuficiente tal como es se es-
rios de sus más tiernos afectos. ¿No es fuercen en dar más que él; pero no es
equivocarse sobre el corazón humano dando menos, quitándole lo que le da
creer que él pueda renunciar a una encanto, fuerza y popularidad que lo
creencia que hace la felicidad? suplantarán.
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como Él está en nosotros, según las pa- raciones literalmente; más tarde, su
labras del Cristo. Para extender Su so- espíritu, más capaz de comprender las
licitud a las más pequeñas criaturas, abstracciones, espiritualiza las ideas
no necesita, pues, lanzar Su mirada materiales. La idea de un fluido uni-
desde lo alto de la inmensidad, tam- versal inteligente, que todo lo pene-
poco abandonar la morada de Su gloria, tra, como serían los fluidos luminoso,
pues esa morada está en todas partes. calórico, eléctrico u otros cualesquie-
Nuestras oraciones, para ser oídas por ra, si fueran inteligentes, tiene como
Él, no tienen necesidad de atravesar objetivo hacer comprender la posibi-
el espacio, tampoco de ser dichas con lidad de Dios de estar en todas par-
voz atronadora, pues nuestros pensa- tes, de ocuparse de todo, de velar así
mientos, penetrados incesantemente mismo por la brizna de hierba como
por Él, en Él se repercuten. por los mundos. Entre Él y nosotros,
La imagen de un fluido inteligen- la distancia se suprime; comprende-
te universal sólo es, evidentemente, mos Su presencia y ese pensamiento,
una comparación, pero capaz de dar cuando nos dirigimos a Él, aumenta
una idea más exacta de Dios que los nuestra confianza, pues ya no pode-
cuadros que Lo representan con fi- mos decir que Dios está muy lejos y
gura de un anciano de barba larga, es demasiado grande para ocuparse
envuelto en un manto. Solamente de nosotros. Pero ese pensamiento,
podemos tomar nuestros puntos de tan consolador para el humilde y la
comparación en las cosas que conoce- persona de bien, es demasiado aterra-
mos. Es por eso que se dice todos los dor para el malo y el orgulloso endu-
días: el ojo de Dios, la mano de Dios, recidos, que esperarían sustraerse a
la voz de Dios, el soplo de Dios, la faz Él gracias a la distancia y que, en ade-
de Dios. En la infancia de la humani- lante, se sentirán bajo la compresión
dad, el ser humano toma esas compa- de Su poder.
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Nada impide que se admita, para ser oídos; Él sólo puede querer nues-
el principio de soberana inteligencia, tro bien, es por eso que debemos tener
un centro de acción, un foco principal confianza en Él. He aquí lo esencial;
que irradia sin cesar, inunda el uni- en cuanto a lo demás, esperemos que
verso con sus efluvios, como el sol lo seamos dignos de comprenderlo.
inunda con su luz. ¿Pero dónde está
La visión de Dios
ese foco? Es probable que no esté fijo
en un punto determinado, como no Puesto que Dios está en todas
lo está su acción. Si simples Espíri- partes, ¿por qué no Lo vemos? ¿Lo
tus tienen el don de la ubicuidad, esa veremos al dejar la Tierra? Tales son
facultad en Dios debe ser ilimitada. también las preguntas que las perso-
Al llenar Dios el universo, se podría nas se hacen diariamente. La primera
admitir, como hipótesis, que ese foco es fácil de resolver: nuestros órganos
no tiene necesidad de transportarse y materiales tienen percepciones limita-
que se forma en todos los puntos en los das, que los vuelven impropios para
que Su soberana voluntad considere la visión de ciertas cosas, incluso ma-
oportuno producirse, de modo que se teriales. Por esa razón, ciertos fluidos
podría decir que está en todas partes escapan totalmente a nuestra vista y a
y en ninguna. nuestros instrumentos de análisis. Ve-
Ante esos problemas insondables, mos los efectos de la peste y no vemos
nuestra razón debe humillarse. Dios el fluido que la transporta; vemos los
existe: no podríamos dudar de ello. cuerpos que se mueven bajo la in-
Es infinitamente justo y bueno: esta fluencia de la fuerza de la gravitación
es Su esencia. Su solicitud se extiende y no vemos esta fuerza.
a todo: así lo comprendemos ahora. Las cosas de esencia espiritual
Estando sin cesar en contacto con Él, no pueden ser percibidas por órga-
podemos rogarLe con la seguridad de nos materiales; solamente con la vista
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bastarían; sería necesaria una eleva- las intenciones del Espiritismo en una
da capacidad administrativa. Admi- operación de ese tipo? ¿No podrían
tamos, sin embargo, que hayan sido suponer que, bajo un manto, el Espiri-
vencidas las primeras dificultades, tismo oculta otro objetivo? ¿En suma,
¿cómo ejercer un control eficaz sobre no podrían hacer comparaciones que
la extensión y la realidad de las ne- sus adversarios pudieran alegar para
cesidades, sobre la sinceridad de la incitar la desconfianza contra él? El
calidad de Espírita? Semejante insti- Espiritismo, por su naturaleza, no es
tución vería, muy pronto, a adeptos, ni puede ser una afiliación, tampoco
o a supuestos adeptos, surgiendo por una congregación; por lo tanto, debe
millones, pero no serían estos los que evitar, en su propio interés, todo lo
alimentarían la caja. A partir del mo- que tenga la apariencia de eso.
mento en el que la caja existiera, se la ¿Es necesario, pues, que, por te-
creería inagotable y se la vería, muy mor, el Espiritismo permanezca es-
pronto, en la incapacidad de satisfa- tacionario? ¿No es al actuar, se dirá,
cer a todas las exigencias de su man- que mostrará lo que es, que disipará
dato. Basada en una escala tan vasta, las desconfianzas y desbaratará la ca-
la consideramos como impracticable lumnia? Sin ninguna duda, pero no se
y, en lo que nos concierne personal- debe solicitar a un niño lo que exige
mente, no le echaremos una mano. las fuerzas de la edad viril. Lejos de
¿No sería de temer, además, que servir al Espiritismo, mezclar su nom-
se encontrara oposición en la propia bre con cosas quiméricas sería com-
constitución de esa caja? El Espiritis- prometerlo y ofrecérselo a los golpes
mo apenas nace y no es tan bien visto o a la burla de sus adversarios. Sin
todavía al punto de estar a cubierto de ninguna duda, el Espiritismo debe ac-
las suposiciones malévolas. ¿Las per- tuar, pero en el límite de lo posible.
sonas no podrían confundirse sobre Dejémosle, pues, el tiempo de adquirir
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Doctrina y aceptan todas sus conse- Luego están las personas frívolas,
cuencias por sí solos; su abnegación para quienes el Espiritismo está to-
es a toda prueba y sin segunda in- talmente en las manifestaciones. Para
tención; los intereses de la causa, que ellas, el Espiritismo es un hecho y
son los de la humanidad, les son sa- nada más; el lado filosófico pasa desa-
grados y jamás los sacrificarán en fa- percibido; el atractivo de la curiosi-
vor de una cuestión de amor propio dad es su principal móvil; se extasían
o de interés personal. Para ellos, el ante un fenómeno, pero permanecen
lado moral no es una simple teoría: se indiferentes ante una consecuencia
esfuerzan en predicar por medio del moral.
ejemplo; no solamente tienen el valor Hay, en fin, un número todavía
de su opinión: se sienten orgullosos muy grande de Espíritas serios, en
de ella y saben, en caso de necesidad, mayor o en menor grado, que no han
sacrificar a su propia persona. podido colocarse por encima de los
Vienen, a continuación, aquellos prejuicios y del qué dirán, a quienes
que aceptan la idea, como filosofía, les detiene el temor al ridículo; aque-
porque satisface su razón, pero cuya llos cuyas consideraciones personales
fibra moral no es tocada lo suficiente o de familia, intereses frecuentemen-
como para comprender las obligacio- te respetables que manejar, les fuer-
nes que la Doctrina impone a aquellos zan, de alguna manera, a mantenerse
que la asimilan. El hombre viejo siem- al margen; todos aquellos, en suma,
pre está allí, y la reforma de sí mismo que, por una causa u otra, buena o
les parece una tarea demasiado pesa- mala, no se ponen en evidencia. A la
da. Pero, como no dejan de estar con- mayoría de ellos no se le pediría más
vencidos firmemente, se encuentra que declararse espírita, pero ellos no
entre ellos a propagadores y a defen- osarían o no podrían hacerlo. Eso
sores diligentes. vendrá más tarde, a medida que vean
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Lo que acaba de ser dicho sobre Sería una gota de agua en el río y, si
el tema de la creación de una caja hay tantas dificultades para una úni-
general y central de auxilios se apli- ca muestra, incluso a pequeña escala,
ca, naturalmente, a los proyectos de sería mucho peor si se tratara de mul-
fundación de establecimientos hospi- tiplicarla. El dinero así empleado sólo
talarios y otros. Ahora bien, aquí, la beneficiaría, pues, en realidad, a algu-
utopía es más evidente aún. Si es fácil nos individuos, mientras que, juicio-
lanzar un bosquejo sobre el papel, no samente repartido, ayudaría a vivir a
lo es, de igual modo, cuando se llega un gran número de infelices.
a los recursos financieros para la eje- Supongamos que fuera un mo-
cución. Construir un edificio ad hoc ya delo, un ejemplo; ¿pero por qué inge-
es algo enorme y, una vez que se lo niárselas para crear quimeras, cuando
hubiera hecho, sería necesario dotar- las cosas existen ya hechas, armadas,
le de un personal suficiente y capaz, completamente organizadas, con me-
luego garantizar su mantenimiento, dios más poderosos que los medios
pues tales establecimientos cuestan que jamás llegarán a poseer las perso-
mucho y no reportan nada. No son nas? Esos establecimientos dejan que
solamente grandes capitales los que desear; hay abusos; no responden a
son necesarios, sino también gran- todas las necesidades, eso es eviden-
des ingresos. Admitamos, sin embar- te, y, sin embargo, si se los compara a
go, que, a fuerza de perseverancia y lo que eran hace menos de un siglo,
de sacrificios, se llegue a crear, como se constata una inmensa diferencia y
se dice, una pequeña muestra, ¡cuán un progreso constante; cada día, se ve
mínimas serían las necesidades a las que se introduce alguna mejora. Por
cuales podría satisfacer, respecto a la lo tanto, no se puede dudar de que,
masa y a la diseminación de los ne- con el tiempo, nuevos progresos se-
cesitados sobre un vasto territorio! rán realizados inevitablemente. Las
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engaña, en nuestra opinión, sobre ese por algo característico y por una po-
punto no le quita ninguna de sus cua- sición, de alguna manera, oficial y re-
lidades; indudablemente, está anima- conocida. No sucede lo mismo con los
do de excelentes sentimientos. Pero Espíritas, que no están registrados en
un Espíritu puede ser muy bueno, sin ningún lugar como tales y cuya creen-
ser un juez infalible de todas las co- cia no está constatada por ningún tí-
sas; todo buen soldado no es necesa- tulo; los hay en todos los rangos de
riamente un buen general. la sociedad, en todas las profesiones,
Un proyecto de realización me- en todos los cultos, y en ningún lugar
nos quimérico es el de la formación de constituyen una categoría distinta. Al
sociedades de auxilios mutuos entre ser el Espiritismo una creencia fun-
los Espíritas de una misma localidad. dada en una convicción íntima, de la
Pero, incluso aquí, no se puede esca- cual no se debe prestar cuentas a nadie,
par de algunas de las dificultades que solamente se conoce a aquellos que se
hemos señalado: la falta de aglome- ponen en evidencia o frecuentan los
ración y la cifra todavía limitada de grupos, y no al número muy conside-
aquellos con quienes se puede contar rable de aquellos que, sin ocultarse,
para una colaboración efectiva. Otra no hacen parte de ninguna reunión
dificultad proviene de la falsa asimi- regular. A pesar de la certidumbre
lación que se hace de los Espíritas y que se tiene de que los adeptos son
de ciertas categorías de individuos. numerosos, he aquí el motivo por el
Cada profesión presenta una delimi- cual es difícil, frecuentemente, llegar
tación nítidamente marcada; se pue- a una cifra suficiente cuando se trata
de establecer fácilmente una sociedad de una operación colectiva.
de auxilios mutuos entre personas de Respecto a las sociedades de
una misma profesión, entre las de un auxilios mutuos, se presenta otra con-
mismo culto, porque se diferencian sideración. El Espiritismo no forma ni
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debe formar una categoría distinta, ya sidad; beneficiarán a los Espíritas que
que se dirige a todo el mundo. Debido les sean partícipes, así como a todo el
a su propia esencia, debe extender su mundo; ¿por qué, pues, los Espíritas
caridad sin distinción, sin inquirir la las fundarían solamente para ellos y
creencia, porque todas las personas excluirían a los demás? Que ayuden
son hermanas. Si el Espiritismo fun- a propagarlas, ya que son útiles; que,
da instituciones de caridad exclusivas para volverlas mejores, hagan pene-
para los adeptos, está forzado a decir trar en ellas el elemento espírita y, al
a aquel que reclama asistencia: «¿Sois entrar en esas sociedades, los Espíri-
de los nuestros y qué prueba nos dais tas beneficiarían más a sí mismos y a
de eso? Si no es así, nada podemos ha- la Doctrina. En nombre de la caridad
cer por vos». Merecería así el reproche evangélica inscrita en su bandera, en
de intolerancia que se dirige a otros. nombre de los intereses del Espiritis-
No, para hacer el bien, el Espírita no mo, les rogamos evitar todo lo que
debe escrutar la conciencia y la opi- pueda establecer una barrera entre
nión y, si está ante él un desdichado ellos y toda la sociedad. Cuando el
enemigo de su fe, debe ir en su ayuda progreso moral tiende a bajar las pro-
hasta el límite de sus facultades. Es al pias barreras que dividen a los pue-
actuar así que el Espiritismo mostrará blos, el Espiritismo no debe elevarlas;
lo que es y probará que vale más que su esencia es penetrar en todas partes;
aquello que se le opone. su misión es mejorar todo lo que exis-
Las sociedades de auxilios mu- te; faltaría a ella si se aislara.
tuos se multiplican en todas partes y ¿La beneficencia debe permane-
en todas las categorías de trabajado- cer, pues, individual y, en ese caso, su
res. Es una excelente institución, pre- acción no es más limitada que si fue-
ludio del reino de la fraternidad y de ra colectiva? La beneficencia colectiva
la solidaridad, del que se siente nece- tiene ventajas indudables y muy lejos
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adversarios, lejos de calmarlos, au- piedras más duras y acaba por hacer
menta la causa de su irritación. Tal desmoronar las montañas.
fue el caso, en el siglo quince, de la Un hecho notorio es que, en su
numerosa clase de escritores copistas conjunto, el desarrollo del Espiritismo
que hubieran hecho quemar, de buen no ha sufrido ninguna interrupción;
grado, a Gutenberg y a todos los im- ese desarrollo ha podido ser trabado,
presores; no habría sido demostrán- comprimido, ralentizado en algunas
doles los beneficios de la imprenta, localidades por influencias contra-
que los iba a suplantar, que se los apa- rias; pero, como lo hemos dicho, la
ciguaría. corriente, obstaculizada en un punto,
Cuando algo es verdad y el tiem- aparece en otros cientos; en lugar de
po de su eclosión ha llegado, progre- fluir plenamente hasta las orillas, se
sa a pesar de todo. El poder de la ac- divide en una multitud de hilos de
ción del Espiritismo está atestado por agua. Sin embargo, a primera vista, se
su expansión persistente, a pesar de diría que el desarrollo del Espiritismo
los pocos esfuerzos que él hace para es menos rápido de lo que había sido
difundirse. Es un hecho indudable el en los primeros años; ¿se debe infe-
de que los adversarios del Espiritismo rir de eso que se lo abandona, que él
han gastado mil veces más fuerzas para encuentra menos simpatías? No, más
derribarlo, sin conseguirlo, que las fuer- bien simplemente que el trabajo que
zas que sus partidarios han desplegado desempeña, en este momento, es di-
para propagarlo. El Espiritismo avanza, ferente y, por su naturaleza, menos
por así decirlo, completamente solo, ostensible.
semejante a un curso de agua que se Desde el principio, como ya lo he-
infiltra a través de las tierras, se abre mos dicho, el Espiritismo ha reunido
un paso a la derecha si se lo detiene a alrededor de sí a todas las personas
la izquierda y, poco a poco, mina las entre quienes esas ideas estaban, de
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a través de las cuales él se debe abrir aunque sin fanatismo, sobre todos los
paso. Como no se impone jamás por puntos del culto que profesan y con
la fuerza ni por el constreñimiento, los cuales están satisfechos. Esta ca-
sino únicamente por la convicción, el tegoría comprende también las sectas
Espiritismo ha encontrado una resis- que, por haber hecho escisión y efec-
tencia grande, en mayor o menor gra- tuado reformas, se creen en posesión
do, según la naturaleza de las convic- de toda la verdad y son a veces más
ciones existentes, con las cuales podía inflexibles que las religiones madres.
asimilarse más o menos fácilmente; – 0.
de ellas, unas lo han recibido con los 3.o Los creyentes ambiciosos, enemi-
brazos abiertos, mientras que otras lo gos de las ideas emancipadoras, que
rechazan con obstinación. podrían hacerles perder el ascendien-
Dos grandes corrientes de ideas te que ejercen sobre la ignorancia.
dividen entre sí a la sociedad actual: – 0.
el espiritualismo y el materialismo; 4.o Los creyentes por la forma, que,
aunque este último forma una mino- por interés, simulan una fe que no tie-
ría indudable, no se puede disimular nen y casi siempre se muestran más
que ha adquirido una gran extensión rígidos y más intolerantes que los re-
desde hace algunos años. El uno y el ligiosos sinceros. – 0.
otro se fraccionan en una multitud de 5.o Los materialistas por sistema,
matices, que pueden resumirse en las que se apoyan sobre una teoría razo-
principales categorías siguientes: nada, y muchos de los cuales se man-
1.o Los fanáticos de todos los cul- tienen firmes contra la evidencia, por
tos. – 0. orgullo, para no admitir que se han
2.o Los creyentes satisfechos, que podido engañar; son, en su mayoría,
tienen convicciones absolutas, fuer- tan inflexibles y tan intolerantes en
temente decididas y sin restricción, su incredulidad como los fanáticos
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en las creencias en las cuales han sido libre pensamiento, esta designación
acunados, algo que su razón apruebe tiene una acepción más restricta y,
satisfactoriamente; pero entre quie- por así decirlo, exclusiva; para ellos,
nes la incredulidad deja un vacío an- ser libre pensador no es solamente
gustioso, que ellos estarían felices de creer en lo que se quiere, sino tam-
ver colmado. – 9. bién no creer en nada; es liberarse de
14.o Los libres pensadores, nueva todo freno, incluso del temor a Dios y
denominación con la cual se designa al porvenir; la espiritualidad es algo
a aquellos que no se sujetan a la opi- incómodo y ellos no quieren eso. Bajo
nión de nadie en materia de religión ese símbolo de la emancipación in-
y de espiritualidad, que no se creen telectual, buscan disimular lo que la
unidos al culto en el que el nacimiento calidad de materialista y de ateo tie-
les ha ubicado sin su consentimiento, ne de repulsivo para la opinión de las
tampoco obligados a la observación masas; y, cosa singular, es en nombre
de prácticas religiosas cualesquiera. de ese símbolo, que parece ser el de la
Esta calificación no especifica ninguna tolerancia hacia todas las opiniones,
creencia determinada; puede aplicarse que arrojan piedras a quienquiera que
a todos los matices del espiritualismo no piense como ellos. Por lo tanto, hay
razonado, así como a la incredulidad una distinción esencial que hacer en-
más absoluta. Toda creencia ecléctica tre aquellos que se dicen libres pensa-
pertenece al libre pensamiento; todo dores, del mismo modo que se la hace
ser humano que no se guía por la fe entre aquellos que se dicen filósofos.
ciega es, por eso mismo, libre pensa- Ellos se dividen naturalmente en:
dor; por esa razón, los Espíritas son Libres pensadores incrédulos,
también libres pensadores. que entran en la 5.a categoría. – 0.
Pero para aquellos a quienes se Libres pensadores creyentes, que
les puede llamar los radicales del pertenecen a todos los matices del
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que se borran a medida que el objeti- anterior, las ideas espíritas invaden la
vo y las tendencias de la Doctrina son prensa, la literatura, la filosofía; hay
mejor comprendidos, y que desapa- personas que se apropian de ellas sin
recerán con el tiempo. Si uno puede confesarlas; es por eso que se ve que,
sorprenderse de algo, es que, a pesar a cada instante, surgen, en los perió-
de la multiplicidad de los obstáculos dicos, en los libros, en los sermones,
que encuentra, de las trampas que se en el teatro, pensamientos que se di-
le tienden, el Espiritismo ha podido rían extraídos de la propia fuente del
llegar, en algunos años, al punto en el Espiritismo. Sus autores protestarían,
que está hoy en día. sin duda, contra la calificación de Es-
Otro progreso no menos evidente píritas, pero no dejan de sufrir la in-
es aquel de la actitud de la oposición. fluencia de las ideas que circulan y
Aparte de los rasgos de humor bru- que parecen exactas. Es que los prin-
tal lanzados de un tiempo a otro por cipios en los cuales se basa la Doctri-
una pléyade de escritores, casi siempre na son tan racionales que fermentan
los mismos, que sólo ven en todas par-
tes materia para reír, que se reirían
incluso de Dios, y cuyos argumentos
«a pesar de la
se limitan a decir que la humanidad multiplicidad de los
degenera hacia la demencia, que se obstáculos que encuentra,
muestran muy sorprendidos de que de las trampas que se le
el Espiritismo haya caminado sin tienden, el Espiritismo ha
su permiso, muy rara vez se ve a la
podido llegar, en algunos
Doctrina siendo responsabilizada de
males en una polémica seria y funda-
años, al punto en el que
mentada. En lugar de eso, como ya lo está hoy en día»
hemos hecho observar en un artículo
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comprometerlo para volverlo sospecho- lencia hacia todos; repudia toda vio-
so ante la autoridad, y provocar con- lencia hecha contra la conciencia aje-
tra él y sus adeptos medidas legales na, toda charlatanería, todo pensa-
severas. Desconfiemos, pues, de los miento interesado en lo que concierne
besos de Judas y de aquellos que de- a las relaciones con los Espíritus y
seen abrazarnos para sofocarnos. todas las cosas contrarias a la moral
Es necesario imaginarse que es- evangélica, aquel que no se aparta de
tamos en guerra y que los enemigos la línea trazada no puede incurrir ni
están a nuestra puerta, prestos para en sanción fundada, ni en persecucio-
aprovechar la ocasión favorable, y nes legales; mucho más, quienquiera
que se preparan complicidades secre- que tome a la Doctrina como regla de
tas en la fortificación que se sitia. conducta sólo puede granjearse la es-
En esta situación, ¿qué hay que tima y la consideración de las perso-
hacer? Algo muy simple: encerrarse nas imparciales; ante el bien, la pro-
estrictamente en el límite de los pre- pia incredulidad burlona se inclina, y
ceptos de la Doctrina; esforzarse para la calumnia no puede ensuciar lo que
mostrar lo que ella es por medio de no tiene mancha. Es en esas condicio-
su propio ejemplo, y declinar toda so- nes que el Espiritismo atravesará las
lidaridad con lo que podría ser hecho tormentas que se amontonarán so-
en su nombre y sería capaz de desa- bre su camino y saldrá triunfante de
creditarla, pues eso no podría ser el
resultado de adeptos serios y conven-
cidos. No basta con decirse Espírita;
«No basta con decirse
aquel que lo es de corazón lo prueba Espírita; aquel que lo es
por sus actos. Como la Doctrina sólo de corazón lo prueba
predica el bien, el respeto a las leyes, por sus actos»
la caridad, la tolerancia y la benevo-
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7 – Atmósfera espiritual
Revista Espírita –Periódico de Estudios Psicológicos,
10.o año, n.o 5, mayo de 1867
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hay que esforzarse para sólo tener espíritas dar el ejemplo. Aquellos que
buenos pensamientos, rechazar todo hayan poseído la luz serán tanto más
lo que es malo, como se rechaza una reprensibles cuanto más hayan tenido
alimentación que puede volvernos entre las manos los medios de ilumi-
enfermos; en suma, trabajar para narse; incurrirán en la responsabili-
nuestro mejoramiento moral y, para dad de los retrasos que su ejemplo y
servirnos de una comparación del su mala voluntad hayan traído al me-
Evangelio, «no solamente limpiar el joramiento general.
vaso por fuera, sino también limpiar- ¿Esto es una utopía, una vana
lo, sobre todo, por dentro». declamación? No; es una deducción
Al mejorarse, la humanidad verá lógica de los propios hechos que
depurarse la atmósfera fluídica en nos revela, cada día, el Espiritismo.
medio de la cual vive, porque sólo le En efecto, el Espiritismo nos prueba
enviará buenos fluidos, y éstos opon- que el elemento espiritual, que se ha
drán una barrera a la invasión de los considerado, hasta hoy, como la an-
malos. Si un día la Tierra llega a ser títesis del elemento material, tiene,
poblada solamente por personas que con este último, una conexión íntima,
practiquen entre sí las leyes divinas de la cual resulta una multitud de
de amor y de caridad, nadie duda de
que esas personas se encontrarán en
«Aquellos que hayan
condiciones de higiene física y moral
completamente diferentes de aquellas poseído la luz serán
que existen hoy en día. tanto más reprensibles
Ese tiempo está lejos todavía, sin cuanto más hayan tenido
duda, pero, mientras tanto, esas con- entre las manos los
diciones pueden existir parcialmen- medios de iluminarse»
te, y les corresponde a las asambleas
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8 – Los médicos-médiums
Revista Espírita –Periódico de Estudios Psicológicos,
10.o año, n.o 10, octubre de 1867
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ha puesto bajo la mano del hombre, se desarrolla hoy en día, casi exclusi-
colocando el remedio al lado del mal; vamente, más bien entre los ignoran-
el estudio de esas propiedades es de tes que entre los hombres de ciencia?
competencia de la Medicina. Ahora Por la razón muy simple de que, hasta
bien, como los médiums sanadores hoy, los hombres de ciencia la recha-
sólo actúan por influencia fluídica, zan; cuando la acepten, la verán de-
sin el empleo de medicamentos, si un sarrollarse entre ellos como entre los
día debieran suplantar la Medicina, demás. ¿Aquel hombre de ciencia que
resultaría que, al dotar las plantas de la poseyera, hoy en día, la proclama-
propiedades curativas, Dios habría ría? No; la ocultaría con el cuidado
hecho algo inútil, lo que no es admisi- más grande. Puesto que ella sería inú-
ble. Por lo tanto, es necesario conside- til entre sus manos, ¿para qué darle
rar la mediumnidad curativa como un esa facultad? Sería lo mismo que dar
modo específico, y no como un modo un violín a un hombre que no sabe o
absoluto de cura; el fluido, como un no quiere tocarlo.
nuevo agente terapéutico aplicable Para esa situación, hay otro moti-
en ciertos casos, viene a añadirle un vo capital. Dar a los ignorantes el don
nuevo recurso a la Medicina. Por con-
siguiente, la mediumnidad curativa
y la Medicina deben caminar juntas,
«la mediumnidad
de ahora en adelante, destinadas a curativa y la Medicina
ayudarse mutuamente, a suplirse y a deben caminar juntas [...],
complementarse la una a la otra. He destinadas a ayudarse
aquí el motivo por el cual se puede mutuamente, a suplirse
ser médico sin ser médium sanador, y y a complementarse
médium sanador sin ser médico.
la una a la otra»
¿Entonces, por qué esa facultad
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de curar males que no pueden curar dios por intuición, así como la facul-
los sabios es probar a éstos que no tad de videncia, sólo pueden ser atri-
saben todo y que hay leyes naturales butos del Espíritu; prueban, en el ser
aparte de las que reconoce la ciencia. humano, la existencia del ser espiri-
Mientras más grande sea la distancia tual, dotado de percepciones inde-
entre la ignorancia y el saber, más evi- pendientes de los órganos corporales
dente es el hecho. Cuando se produ- y, frecuentemente, de conocimientos
ce en aquel que no sabe nada, es una adquiridos anteriormente, en una
prueba segura de que el saber huma- existencia precedente. Esos fenóme-
no no tiene ninguna parte en eso. nos tienen, pues, como consecuencia,
Pero como la ciencia sólo pue- a la vez, ser útiles a la humanidad y
de ser un atributo de la materia, el probar la existencia del principio es-
conocimiento del mal y de los reme- piritual.
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3
La primera parte de este discurso fue tomada de una publicación anterior sobre la Comunión de
pensamientos, que era necesario recordar, debido a su relación con la idea principal.
[N. de la T.: ver el capítulo 16 del libro Revista Espírita –Periódico de Estudios Psicológicos 1862-1865:
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Por la razón de que hay una única es decir, con el recogimiento y el res-
palabra para expresar dos ideas dife- peto que comporta la naturaleza gra-
rentes y de que, en la opinión general, ve de los asuntos de los cuales se ocu-
la palabra religión es inseparable de pan; incluso se pueden decir allí, si
culto; de que esa palabra revela exclu- llega el caso, oraciones, que, en lugar
sivamente una idea de forma, que el de ser dichas en privado, son dichas
Espiritismo no tiene. Si el Espiritismo en común, sin que las reuniones espí-
se dijera religión, el público sólo vería ritas sean, por eso, lo que se entiende
en él una nueva edición, una varian- por asambleas religiosas. Que no se crea
te, si se quiere, de los principios ab- que eso es jugar con las palabras; el
solutos en materia de fe; una casta sa- matiz es perfectamente claro y la apa-
cerdotal con su cortejo de jerarquías, rente confusión sólo proviene de la
de ceremonias y de privilegios; no lo falta de una palabra para cada idea.
separaría de las ideas de misticismo ¿Cuál es, por lo tanto, el lazo que
y de los abusos contra los cuales la
opinión pública frecuentemente se ha
sublevado.
«Al no tener ninguna de
Al no tener ninguna de las carac- las características de una
terísticas de una religión, en la acep- religión, en la acepción
ción común de la palabra, el Espiritis- común de la palabra, el
mo no podía ni debía adornarse de un Espiritismo no podía ni
título sobre cuyo valor las personas
debía adornarse de un
se confundirían inevitablemente; he
aquí el motivo por el cual se dice sim-
título sobre cuyo valor las
plemente: doctrina filosófica y moral. personas se confundirían
Las reuniones espíritas pueden inevitablemente»
ser realizadas, pues, religiosamente,
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4
N. de la T.: ver, también, sobre el tema los textos «Proyecto – 1868» y «Constitución del Espiritismo
– Exposición de Motivos», publicados en Obras Póstumas.
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5
Hemos tratado específicamente la cuestión de las instituciones espíritas en un artículo de la
Revista, de julio de 1866, página 193, y al cual hacemos referencia para más detalles.
[N. de la T.: ese artículo mencionado está traducido en el capítulo 5 de este libro.]
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mundo. Como este plan puede pres- que contiene están relacionadas direc-
tarse a todo el desarrollo que reserva tamente con nuestro asunto, del cual
el porvenir, le hemos dado a esta cons- son las preliminares indispensables.
titución la calificación de transitoria.
II
El plan que expondré a conti-
Extracto del informe sobre la Caja del
nuación está concebido desde hace
Espiritismo realizado para la Sociedad de
mucho tiempo, porque siempre nos
París, el 5 de mayo de 1865
hemos preocupado del futuro del Es-
piritismo. Hemos dejado que se lo en- Se ha hablado mucho de los rédi-
trevea en diversas circunstancias, va- tos que yo sacaba de mis obras. Na-
gamente, es verdad, pero de manera die, seguramente, cree, en serio, en
suficiente para mostrar que no es hoy mis millones, a pesar de la afirmación
una concepción nueva y que, mien- de aquellos que decían saber, de fuen-
tras trabajábamos en la parte teórica te fidedigna, que yo tenía una vida
de la obra, no nos descuidamos de su principesca, coches de cuatro caballos
lado práctico. y que, en mi casa, sólo se caminaba
Antes de tratar el fondo de la sobre alfombras de Aubusson (Revista
cuestión, nos parece útil recordar al- de junio de 1862, página 179)6. Diga
gunos pasajes del informe que pre- lo que diga, además, el autor de una
sentamos a la Sociedad de París, el publicación que conocéis y que quiere
5 de mayo de 1865, a propósito de probar, por cálculos hiperbólicos, que
la Caja del Espiritismo, y que fue el presupuesto de mis ingresos excede
publicado en la Revista de junio de el del más poderoso soberano de Eu-
1865, página 161. Las consideraciones ropa, porque, solamente en Francia,
6
N. de la T.: ver el capítulo 6 del libro Revista Espírita –Periódico de Estudios Psicológicos 1862-1865:
Colección de Textos de Allan Kardec.
130
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7
Esas sumas se elevaban, en esa época, al total de 14 100 francos, cuyo empleo, en beneficio
exclusivo de la Doctrina, está demostrado por las cuentas.
8
A aquellos que han preguntado por qué vendíamos nuestros libros, en lugar de donarlos, hemos
contestado que los donaríamos si hubiéramos encontrado a un impresor que nos los imprimiera
por nada, a un vendedor que nos proveyera de papel gratuitamente, a libreros que no exigieran
ninguna rebaja para encargarse de difundirlos, una administración de correos que los transportara
por filantropía, etc. Mientras tanto, como no tenemos millones para atender a esos gastos, estamos
obligados a ponerles un precio a nuestros libros.
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tengo ninguna cuenta que rendir a en día puede testificar que nada ha
nadie, creo útil, para la propia causa cambiado en nuestra manera de vivir
a la cual me he consagrado, dar algu- desde que me ocupo del Espiritismo;
nas explicaciones. es tan sencilla ahora como lo era anta-
Diría, en primer lugar, que, como ño. Por lo tanto, es cierto que mis ga-
mis obras no son mi propiedad exclu- nancias, por más enormes que sean,
siva, estoy obligado a comprarlas de no sirven para darnos los disfrutes
mi editor y a pagarlas como un libre- del lujo. ¿Será, pues, que yo tengo la
ro, excepto la Revista; que la ganan- manía de atesorar para tener el pla-
cia se encuentra disminuida singular- cer de contemplar mi dinero? No
mente por los ejemplares no vendidos creo que mi carácter y mis costum-
y las distribuciones gratuitas, hechas bres alguna vez hayan podido hacer
en el interés de la Doctrina, a perso- suponer aquello. ¿Con qué finalidad,
nas que, sin eso, estarían obligadas a entonces, ocurre eso? Puesto que no
privarse de ellas. Un cálculo muy fácil saco provecho alguno, mientras más
prueba que el precio de diez volúme- fabulosa es la suma, más embarazosa
nes perdidos o donados, que no dejo es la respuesta. Un día, se sabrá la ci-
de pagar, basta para absorber la ga- fra exacta, así como el empleo detalla-
nancia de cien volúmenes. Digo esto do, y los forjadores de historias per-
como información y paréntesis. Su- derán sus gastos de imaginación; hoy,
mado todo, hecho el balance, queda, me limito a algunos datos generales
sin embargo, algo. Suponed la cifra para poner un freno a suposiciones
que deseéis; ¿qué hago de ella? Es eso ridículas. Con ese propósito, debo en-
de lo que ciertas personas se preocu- trar en algunos detalles íntimos, por
pan más. los cuales les pido perdón, pero que
Quienquiera que haya visto nues- son necesarios.
tro hogar antiguamente y lo ve hoy En todos los tiempos, hemos
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tenido de qué vivir, muy modesta- sus riendas. Si mi nombre tiene aho-
mente, es verdad, pero lo que hubiera ra alguna popularidad, no soy cierta-
sido poco para ciertas personas nos mente yo quien la ha buscado, pues
bastaba, gracias a nuestros gustos y es notorio que no se la debo ni a la
a nuestras costumbres de orden y de propaganda, ni a la camaradería de
economía. A nuestro pequeño ingreso la prensa, tampoco jamás he sacado
venían a añadirse, como suplemen- provecho de mi posición y de mis
tos, el producto de las obras que pu- relaciones para lanzarme al mundo,
bliqué antes del Espiritismo y el de un aunque eso me hubiera sido muy fá-
modesto empleo que tuve que dejar cil. Pero, a medida que la obra crecía,
cuando los trabajos de la Doctrina ab- un horizonte más vasto se desarrolla-
sorbieron todo mi tiempo. ba ante mí y se ampliaba; entonces,
Al sacarme de la oscuridad, el comprendí la inmensidad de mi tarea
Espiritismo ha venido a lanzarme en y la importancia del trabajo que me
una nueva senda; en poco tiempo, me quedaba por hacer a fin de comple-
he encontrado arrastrado en un mo- tarla; las dificultades y los obstácu-
vimiento que estaba lejos de prever. los, lejos de asustarme, redoblaron mi
Cuando concebí la idea de El libro de energía; vi el objetivo y decidí alcan-
los Espíritus, mi intención no era co- zarlo con la asistencia de los buenos
locarme en evidencia, sino más bien Espíritus. Sentía que no tenía tiempo
permanecer desconocido; pero, rápi-
damente desbordado en mi intención,
«Si mi nombre tiene ahora
eso no me ha sido posible; tuve que
renunciar a mis gustos de retiro, so
alguna popularidad, no
pena de abdicar de la obra empren- soy ciertamente yo
dida y que crecía cada día; me fue quien la ha buscado»
necesario seguir su impulso y tomar
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fuerza, se vuelve una causa de de- pie es sólido y midiendo sus pasos en
bilidad y de ruina para quien no si- base al estado de la opinión general.
gue el movimiento general; rompe la Ha hecho como el navegante que sólo
unidad, porque aquellos que desean avanza con la sonda en las manos y
ir adelante se separan de aquellos consultando los vientos.
que se obstinan en permanecer atrás. IV
Pero, mientras se sigue el movimien-
to progresivo, se lo debe hacer con El dirigente del Espiritismo
cautela y evitar lanzarse imprudente- ¿Pero quién estará encargado de
mente en los ensueños de las utopías mantener al Espiritismo en esa senda?
y de los sistemas. Es necesario hacerlo ¿Quién tendrá incluso la fuerza para
a tiempo, ni demasiado temprano ni eso? ¿Quién tendrá tiempo y perse-
demasiado tarde, y con conocimiento verancia para consagrarse al trabajo
de causa. incesante que exige semejante tarea?
Se comprende que una Doctrina Si el Espiritismo es dejado a sí mismo,
asentada sobre tales bases debe ser sin guía, ¿no es de temer que se des-
realmente fuerte; desafía toda compe- víe de su ruta? ¿Que la malevolencia,
tencia y neutraliza las pretensiones de a la cual estará expuesto por mucho
sus competidores. Es hacia ese punto tiempo todavía, se esfuerce en tergi-
que nuestros esfuerzos tienden a con- versar su esencia? Está allí, en efecto,
ducir la Doctrina Espírita. una cuestión vital y cuya solución es
La experiencia, además, ya ha jus- de un interés mayor para el porvenir
tificado esa previsión. Al haber cami- de la Doctrina.
nado en esa senda desde su origen, la La necesidad de una dirección
Doctrina ha avanzado constantemen- central superior, guardiana vigilante
te, pero sin precipitación, mirando de la unidad progresiva y de los inte-
siempre si el terreno donde pone el reses generales de la Doctrina, es tan
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evidente que ya hay una preocupación ayudarlos a caminar con más segu-
puesto que todavía no se ve a un con- ridad y confianza. (Ver la Revista de
ductor despuntando en el horizonte. abril de 1866, p. 111: El Espiritismo in-
Se comprende que, sin una autoridad dependiente.)
moral, capaz de centralizar los traba- Demostrada la necesidad de una
jos, los estudios y las observaciones, dirección, ¿de dónde provendrán los
de dar impulso, de estimular el celo, poderes que el dirigente regentará?
de defender al débil, de sostener los ¿Será aclamado por la universalidad
corajes vacilantes, de ayudar con con- de los adeptos diseminados en el
sejos de la experiencia, de fijar la opi- mundo entero? Es algo impracticable.
nión sobre los puntos inciertos, el Es- Si se impone por su autoridad perso-
piritismo corría el riesgo de caminar a nal, será aceptado por unos, rechaza-
la deriva. No solamente esa dirección do por otros, y veinte pretendientes
es necesaria, sino también es menester pueden surgir y levantarán bandera
que esté en condiciones suficientes de contra bandera; eso sería a la vez el
fuerza y de estabilidad para afrontar despotismo y la anarquía. Tal acto
las tormentas. sería típico de un ambicioso, y nadie
Aquellos que no desean ninguna sería menos adecuado que un ambi-
autoridad no comprenden los verda- cioso, por eso mismo orgulloso, para
deros intereses de la Doctrina; si al- dirigir una Doctrina basada en la ab-
gunos piensan poder prescindir de negación, en la dedicación, en el de-
toda dirección, la mayoría, aquellos sinterés y en la humildad; al apartarse
que no creen en su infalibilidad y no del principio fundamental de la Doc-
tienen una confianza absoluta en sus trina, sólo podría falsear su espíritu.
propias luces, experimentan la nece- Es lo que habría tenido lugar inevi-
sidad de un punto de apoyo, de un tablemente, si no hubieran sido toma-
guía, aunque fuera solamente para das medidas eficaces, por anticipado,
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ramas de la economía social, en las todos los dirigentes sería aquel que se
que cada uno ejercerá su influencia hiciera pasar por el elegido de Dios.
en beneficio de las ideas nuevas, se- Como no es racional admitir que Dios
gún la especialidad de su posición; confíe tales misiones a ambiciosos o
todos trabajarán, pues, para el esta- a orgullosos, las virtudes caracterís-
blecimiento de la Doctrina, sea en una ticas de un verdadero mesías deben
parte, sea en otra, unos como Jefes de ser, ante todo, la simplicidad, la hu-
Estado, otros como legisladores, otros mildad, la modestia, en suma, el de-
como magistrados, sabios, literatos, sinterés material y moral más comple-
oradores, industriales, etc.; cada uno to; ahora bien, tan sólo la pretensión
demostrará su valía en su parte, des- de ser un mesías sería la negación
de el proletario hasta el soberano, sin de esas cualidades esenciales; pro-
que nada, a excepción de sus obras, le di- baría, en aquel que hiciera alarde de
ferencie del común de los hombres. Si uno un título semejante, o una presunción
de ellos debe tomar parte en la direc-
ción administrativa del Espiritismo,
es probable que será puesto de mane- «las virtudes
ra providencial en posición de llegar características de un
allí por los medios legales que serán verdadero mesías
adoptados; circunstancias, aparente- deben ser, ante todo,
mente fortuitas, lo conducirán a eso, la simplicidad, la
sin designio premeditado de su parte,
humildad, la modestia,
sin siquiera que él tenga conciencia
de su misión. (Revista Espírita: Los me- en suma, el desinterés
sías del Espiritismo, febrero y marzo de material y moral
1868, páginas 45 y 65.) más completo»
En semejante caso, el peor de
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El futuro museo ya posee ocho cuadros de gran dimensión, que sólo aguardan un emplazamiento
conveniente, verdaderas obras maestras de arte, especialmente hechas para el Espiritismo, por un
artista de renombre, que las ha donado generosamente para la Doctrina. Es la inauguración del
arte espírita por un hombre que une la fe sincera al talento de los grandes maestros. Haremos un
informe detallado en el debido tiempo.
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ria, nos queda publicar varios libros, documentos e informaciones que pue-
que no son la parte menos difícil, ni dan interesar al Espiritismo;
la menos pesada. Aunque poseemos 4.o La correspondencia;
todos los elementos para eso y el plan 5.o El mantenimiento, la consoli-
está trazado hasta el último capítulo, dación y la extensión de los vínculos
podríamos dedicarles cuidados más de fraternidad entre los adeptos y las
asiduos y acelerarlos si, por la insti- sociedades particulares de los dife-
tución de la Comisión Central, estu- rentes países;
viéramos liberados de detalles que
6.o La dirección de la Revista, que
absorben una gran parte de nuestro
será el periódico oficial del Espiritis-
tiempo.
mo, a la cual se podrá añadir otra pu-
VIII blicación periódica;
7.o El examen y la apreciación de
Atribuciones de la Comisión
las obras, artículos de periódicos y to-
Las principales atribuciones de la dos los escritos que interesan a la Doc-
Comisión Central serán: trina. La refutación de los ataques, si
1.o El cuidado de los intereses de los hay;
la Doctrina y de su propagación; el 8.o La publicación de las obras
mantenimiento de su unidad por me- fundamentales de la Doctrina, en las
dio de la conservación de la integri- condiciones más propicias para su
dad de los principios reconocidos; el difusión. La elaboración y la publica-
desarrollo de sus consecuencias; ción de aquellas cuyo plan daremos
2.o El estudio de los principios y que no tendríamos tiempo de hacer
nuevos, susceptibles de formar parte en vida. Estímulos a las publicaciones
del cuerpo de la Doctrina; que puedan ser útiles a la causa;
3.o La concentración de todos los 9.o La fundación y la conservación
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N. de la T.: es necesario observar, en el tema de la remuneración, que Allan Kardec ofrece a los
espíritas su ejemplo personal de jamás haber sido remunerado para realizar tareas doctrinarias,
como se resalta posteriormente en este texto.
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viáticos, ni por una causa cualquiera; permiten hacer más, tendremos, por
si jamás hemos pedido nada a nadie lo menos, la satisfacción de haber
para nosotros, lo haríamos aún menos puesto la primera piedra.
en esa circunstancia; nuestro tiempo, Supongamos, pues, que, por un
nuestra vida, todas nuestras fuerzas medio cualquiera, la Comisión Cen-
físicas e intelectuales pertenecen a la tral haya sido puesta en funciona-
Doctrina. Declaramos, pues, termi- miento, en un tiempo dado, lo que
nantemente, que ninguna parte de supone una renta fija, que se limita, al
los recursos de los cuales dispondrá principio, de 25 000 a 30 000 francos,
la Comisión será desviada en nuestro los recursos de toda naturaleza de los
beneficio. cuales dispondrá, en capitales y ré-
Le aportaremos, en cambio, nues- ditos eventuales, constituirán la Caja
tra cuota: General del Espiritismo, que será objeto
1.o por la cesión de los réditos de de una contabilidad rigurosa. Al es-
nuestras obras hechas y por hacer; tar saldados los gastos obligatorios, el
2.o por el aporte de valores mobi- excedente de la renta incrementará el
liarios e inmobiliarios. fondo común; la Comisión atenderá a
Hacemos votos, pues, para la los diversos gastos útiles al desarrollo
realización de nuestro plan, en el in- de la Doctrina, proporcionalmente a
terés de la Doctrina, y no para que los recursos de ese fondo, sin que ja-
nosotros nos propiciemos, con eso, más pueda sacar provecho personal,
una posición, que no necesitamos. Es ni hacer de eso una fuente de especu-
para preparar las sendas de esa ins- lación para ninguno de sus miembros.
talación que hemos consagrado, hasta El empleo de los fondos y la contabi-
hoy, el producto de nuestros trabajos, lidad serán sometidos, además, a la
como lo hemos dicho anteriormente. verificación de comisarios especiales
Si nuestros medios personales no nos delegados, para ese efecto, por los
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N. de la T.: ver el capítulo 5 de este libro.
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debe ser una institución local, de ac- pensar en complicar sus atribucio-
ción circunscrita, cuya prudente or- nes con acciones en las cuales podría
ganización podrá servir de modelo a fracasar. Abarcar demasiadas cosas
las del mismo tipo que podrían crear antes de estar seguro de los medios
las sociedades particulares. Es multi- de ejecución sería una imprudencia.
plicando esas cajas que las Sociedades Se lo comprenderá fácilmente si se
podrán prestar servicios eficaces, y no reflexiona en todos los detalles que
centralizando los medios de acción. comportan los establecimientos de ese
Será mantenida: 1.o por la porción tipo. Sin duda, es bueno tener buenas
asignada de la renta de la Caja Gene- intenciones, pero, ante todo, es nece-
ral del Espiritismo para tal efecto; 2.o sario poder realizarlas.
por las donaciones específicas que le
serán hechas. Capitalizará las sumas IX
recibidas de manera que sea consti- Conclusión
tuida una renta; es de esa renta que
dará auxilios temporales o rentas vi- Tales son las bases principales de
talicias, y cumplirá las obligaciones la organización que nos proponemos
de su mandato, que serán estipuladas dar al Espiritismo, si las circunstan-
en su reglamento constitutivo. cias nos lo permiten; hemos tenido
El proyecto de un asilo de ancia- que desarrollar detenidamente los
nos, en la acepción completa de la motivos, a fin de hacer conocer su
palabra, no puede ser realizado al ini- espíritu. Los detalles serán objeto de
cio, debido a los capitales que exigiría una reglamentación minuciosa en la
una fundación semejante y, además, cual todos los casos estarán previstos
porque es necesario dejar a la admi- de manera que aparten todas las difi-
nistración el tiempo para establecerse cultades de ejecución.
y caminar con regularidad, antes de Consecuentes con los principios
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solidaridad moral, sin subordinación de sus cofrades. Será lo mismo con los
de uno a otro, sin que el de Francia, centros generales del Espiritismo; se-
por ejemplo, tenga pretensiones de rán los observatorios del mundo invi-
imponerse a los Espíritas americanos sible, que se servirán recíprocamente
y viceversa. de lo que tengan de bueno y de apli-
La comparación con los observa- cable a las costumbres de las regiones
torios, que hemos citado anteriormen- donde estén establecidos: su objetivo
te, es perfectamente justa. Hay obser- es el bien de la humanidad, y no la
vatorios sobre diferentes puntos del satisfacción de ambiciones persona-
globo; todos, sea cual sea la nación a les. El Espiritismo es una cuestión de
la cual pertenezcan, están fundados fondo; apegarse a la forma sería una
sobre los principios generales y re- puerilidad indigna de la grandeza del
conocidos de la Astronomía, lo que tema; he aquí el motivo por el cual
no les vuelve, por eso, dependientes los diversos centros, que estén en el
los unos de los otros; cada uno regla- verdadero espíritu del Espiritismo,
menta sus trabajos como lo entiende; deberán tenderse una mano fraternal
ellos se comunican entre sí sus obser- y unirse para combatir a sus enemi-
vaciones, y cada uno emplea útilmen- gos comunes: la incredulidad y el fa-
te para la ciencia los descubrimientos natismo.
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N. de la T.: esta es la grafía correcta del nombre del Codificador, no la que estaba en el texto
original (ver: THIESEN, Francisco; WANTUIL, Zeus. Allan Kardec. 5.a ed. Rio de Janeiro: Federação
Espírita Brasileira, 1999, vol. 1, p. 193-197).
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de la naturaleza y destruye, así, el úl- años, esas ideas han encontrado a nu-
timo refugio de lo maravilloso y uno merosos adeptos en todos los rangos
de los elementos de la superstición. de la sociedad y en todos los países.
Durante los primeros años en los Ese éxito, sin precedentes, se debe
cuales se empezó a tratar los fenóme- indudablemente a las simpatías que
nos espíritas, esas manifestaciones esas ideas han encontrado, pero tam-
fueron más bien un objeto de curiosi- bién, en gran parte, a la claridad, que
dad antes que un tema de meditacio- es una de las características distinti-
nes serias. El libro de los Espíritus hizo vas de los escritos de Allan Kardec.
que se considerara el asunto desde un Absteniéndose de las fórmulas
aspecto completamente diferente. En- abstractas de la metafísica, el autor
tonces, se han abandonado las mesas ha sabido hacerse leer sin fatiga, con-
giratorias, que sólo habían sido un dición esencial para la difusión de
preludio, y las personas se han reu- una idea. Sobre todos los puntos de
nido alrededor de un cuerpo doctri- controversia, su argumentación, de
nario que abarca todas las cuestiones una lógica rigurosa, no da cabida a
que interesan a la humanidad. la refutación y predispone a la con-
De la aparición de El libro de los vicción. Las pruebas materiales que
Espíritus, data la verdadera fundación da el Espiritismo de la existencia del
del Espiritismo, que, hasta entonces, alma y de la vida futura tienden a la
solamente poseía elementos esparci- destrucción de las ideas materialis-
dos sin coordinación y cuyo alcance tas y panteístas. Uno de los princi-
no había podido ser comprendido por pios más fecundos de esa Doctrina, y
todo el mundo; desde ese momen- que deriva de lo que precede, es el de
to también, la Doctrina ha atraído la la pluralidad de las existencias, ya vis-
atención de las personas serias y ha to- lumbrado por muchos filósofos anti-
mado un rápido desarrollo. En pocos guos y modernos y, en estos últimos
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generación, para volver luego con ese lenguaje claro, preciso, que hace
ellos a continuar y concluir la obra de él un modelo en los anales litera-
dejada entre manos abnegadas. rios.
El hombre ya no existe, pero el El hombre ya no existe, lo repeti-
alma permanecerá entre nosotros; mos, pero Allan Kardec es inmortal,
es un protector seguro, una luz más, y su recuerdo, sus trabajos, su Espíri-
un trabajador infatigable con quien tu estarán siempre con aquellos que
se han incrementado las falanges mantengan, de manera firme y alta,
del espacio. Como en la Tierra, sin la bandera que él supo hacer respetar
herir a nadie, sabrá hacer que cada siempre.
uno oiga los consejos convenientes; Una individualidad poderosa
calmará el celo prematuro de los constituyó la obra; era el guía y la
exaltados, secundará a los sinceros luz de todos. La obra, en la Tierra, to-
y a los desinteresados y estimulará mará el lugar del individuo. No nos
a los tibios. ¡Él ve, sabe hoy todo lo reuniremos alrededor de Allan Kar-
que había previsto no hace mucho! dec; nos reuniremos alrededor del
Ya no está sujeto a las incertidum- Espiritismo tal como él lo constituyó
bres, ni a las debilidades, y nos hará y, por sus consejos, bajo su influen-
partícipes de su convicción hacién- cia, avanzaremos con pasos seguros
donos comprender claramente el hacia las fases felices prometidas a la
objetivo, señalándonos la senda, en humanidad regenerada.
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