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CUADROS MITOLÓGICOS

(LOS PRIMEROS, HASTA VENUS RECREÁNDOSE CON LA MÚSICA SON DEL


MUSEO DEL PADRO)

BACANAL
Dioniso y Ariadna
Dioniso era hijo de Sémele y de Zeus. Sémele murió
porque Hera la convenció para que pidiese a Zeus el deseo
de verlo en todo su esplendor. Zeus hizo crecer al hijo de
ambos en su muslo hasta que fue lo bastante fuerte para
nacer. Es el dios del vino y de los sentimientos y va
acompañado por sátiros y bacantes que desfilaban
bebiendo y cantando. Enseñó a los humanos el cultivo de
la vid, producto muy importante en la antigüedad.
Ariadna era una princesa cretense que ayudó a Teseo a
matar al Minotauro y que se escapó con él. Fue
abandonada por Teseo en la isla de Naxos donde la
encontró Dioniso, quien se enamoró de ella y la convirtió
en su mujer. Desde entonces lo acompaña en su recorrido
por el mundo
En el cuadro vemos en primer plano a Ariadna
abandonada en la isla de Naxos a la que acaba de llegar
Dioniso. Los sátiros y las bacantes están en plena fiesta
bebiendo, bailando y medio desnudos

Tiziano (s. XVI)

EL PASO DE LA LAGUNA ESTIGIA

Joachim Patinir (s. XVI)


Los Infiernos
El mundo de los Infiernos estaba gobernado por Hades (Plutón) y su esposa Perséfone (Proserpina). El mundo Infernal y
el de los vivos estaba separado por la Laguna Estigia y los dioses de los Infiernos estaban ayudados, entre otros, por el Can
Cerbero, perro de tres cabezas, que impedía que los muertos saliesen del inframundo. También eran ayudados por Caronte,
barquero viejo, sucio y con barbas, que cruzaba en su barca, previo pago de una moneda, las almas de los muertos a la orilla
Infernal.
En el cuadro las almas de los muertos están en una orilla esperando a que Caronte, el barquero, las lleve a la orilla de los
Infiernos donde vemos la entrada del palacio de Hades y el fuego.
BODAS DE TETIS Y PELEO

Jordaens, s. XVI

Las bodas de Peleo - El Juicio de Paris


Eris, la diosa de la Discordia, no fue invitada a las bodas de Tetis y Peleo; despechada lanzó una manzana de oro en
medio del convite con una leyenda que decía "para la diosa más hermosa". Atenea, Hera y Afrodita pretendieron que la
manzana era para cada una de ellas y pidieron la opinión de Zeus. Zeus temiendo entrar en la disputa nombró juez a Paris que
era un príncipe troyano que había vivido aislado en el monte Ida.
Las tres diosas se presentaron ante Paris, acompañadas por el dios Hermes, mensajero de los dioses. Hera le prometió el
poder sobre Asia, Atenea le ofreció la sabiduría en la guerra y Afrodita el amor de la mujer más bella, Helena la esposa del
rey Menelao. Paris entregó la manzana a Afrodita. Al cabo del tiempo Paris raptó a Helena, provocó la guerra más famosa de
la antigüedad, la guerra de Troya, y dio lugar a La Iliada y La Odisea.
En el cuadro vemos las bodas de Tetis y Peleo. Eris alada ha lanzado la manzana que intentan recoger Atenea (con armadura),
Hera (sentada junto a Zeus) y Afrodita (con Cupido). Vemos también a Hermes con el gorro con alas.

LA TITANOMAQUIA. DERROTA DE LOS TITANES

Jordaens, s. XVI

La Titanomaquia
Los Titanes eran hijos de Gea y Urano, eran seis varones y seis hembras. Liderados por uno de ellos, Crono, destronaron
a Urano y eligieron como señor del universo al mismo Crono que se casó con su hermana Rea.
Crono avisado por un oráculo de que un hijo suyo lo destronaría comía a todos sus hijos conforme nacían. El último de
ellos, Zeus, ayudado por Rea escapó de este destino y, cuando creció hizo que Crono vomitara a sus hermanos, se estableció
en el monte Olimpo y declaró a los Titanes una guerra que duró diez años-.
Zeus fue ayudado por los Hecatonquiros y por los Cíclopes que hicieron el rayo para Zeus, el tridente para Posidón y a
Hades un casco que le hacía invisible. Vencieron los Olímpicos que se convirtieron en los nuevos dioses del universo bajo la
dirección de Zeus.
En el cuadro vemos a los Titanes como seres gigantescos que están removiendo montañas para atacar a los Olímpicos. Varios
de ellos ya han caído y reflejan el dolor en sus rostros
ANDRÓMEDA LIBERADA POR PERSEO

Rubens, s. XVII
Perseo y Andrómeda
Perseo era hijo de Zeus y de Dánae que a su vez era hija de Acrisio, el rey de Argos; Acrisio lo expulsó de Argos junto
con su madre porque un oráculo había asegurado que mataría a su abuelo; cuando se hizo mayor mató a la Medusa, que
convertía en piedra a todo el que la miraba, y regaló su cabeza a Atenea, quien desde entonces la lleva en su escudo.
Andrómeda, hija de Cefeo y de Casiopea, fue castigada a ser devorada por un monstruo marino enviado por Posidón,
porque su madre había ofendido a Las Nereidas diciendo que era más bella que ellas.
Perseo la encuentra cuando viene de matar a la Medusa, mata al monstruo marino, la libera, se casan y después de varias
aventuras llega con ella a la isla de Sérifos donde viven felices en compañía de Dánae.
En la pintura de Rubens vemos a Perseo que vuelve de matar a la Medusa y encuentra a Andrómeda atada a las rocas,
preparada para ser devorada por el monstruo; le está quitando las cadenas, al fondo está el monstruo marino y sobre ellos
unos cupidos como señal de amor entre Perseo y Andrómeda.

MERCURIO Y ARGOS

Rubens, s. XVII
Io - Argos - Hermes
Argos era un monstruo que tenía cien ojos y que nunca dormía del todo, porque, mientras 50 ojos estaban cerrados, los
otros 50 estaban despiertos. Era un guardián muy apreciado por la diosa Hera y, cuando Argos murió, Hera colocó sus cien
ojos en la cola del pavo real, que era su animal emblemático.
Io era una joven de gran belleza de la que se enamoró Zeus. Cuando Hera descubrió este amor, Zeus convirtió a Io en
vaca y se sintió obligada a regalársela a la diosa. Hera puso a Io bajo la custodia de Argos, quien la llevó por toda la tierra,
convertida en vaca, haciéndola sufrir mucho.Por fin Zeus, compadecido, manda a Hermes, Mercurio para los romanos, que
mate a Argos y libere a Io.
En el cuadro vemos a Mercurio que, enviado por Zeus, va a cortar la cabeza de Argos después de conseguir que quede
profundamente dormido. A la izquierda vemos a Io convertida en vaca.

DIANA Y CALISTO

Rubens, s.XVII
Calisto
Considerada ninfa del séquito de Diana, era una joven muy bella y como todas las ninfas de la diosa Diana, Ártemis para
los griegos, guardaba celosamente su virginidad y no tenía ninguna relación con los varones.
Zeus se sintió muy atraído por la ninfa y, convertido en Diana, tuvo amores con Calisto. La ninfa o bien castigada por
Diana o bien por los celos de la esposa de Zeus, Hera, es convertida en osa y su hijo, Ärcade, es criado por el centauro
Quirón, llegando a ser un gran cazador.
Cuando Árcade crece, en una de sus múltiples cacerías por los bosques encuentra a su madre transformada en osa y, sin
reconocerla, la va a matar. Zeus viendo el cruel destino que va a sufrir Calisto y su propio hijo, decide intervenir y la lleva al
cielo convertida en la Osa Mayor y a su hijo Árcade lo transforma en la constelación Arturo.
En el cuadro vemos a Diana expulsando a Calisto al contemplar que está embarazada. El resto de las ninfas miran con enfado
y reproche a la ninfa que pretende ocultar con vergüenza la prueba de su embarazo.

EL RAPTO DE EUROPA

Rubens, s. XVII

Europa
Hija del rey de Tiro y Sidón. Mientras jugaba en la playa, Zeus, inflamado de amor por su belleza,se transformó en un
toro blanco y resplandeciente. Cuando Europa se subió a lomos del toro, éste emprendió una carrera veloz por el mar y la
lleva a Creta.
Europa da tres hijos a Zeus: Minos, Sarpedón y Radamantis. Al cabo del tiempo se casa con el rey de Creta, que adopta a
los hijos de Europa y Zeus.
De todos sus hijos es más famoso es Minos, de cuya familia nacerá posteriormente el Minotauro, monstruo con cabeza de
toro y cuerpo humano. Este monstruo permanecía encerrado en un Laberinto construido por Dédalo y se alimentaba de carne
humana
El toro cuya forma había adoptado Zeus se transformó en una constelación y fue colocado entre los signos del Zodíaco.
En el cuadro vemos representado a Zeus convertido en toro blanco y metido en el mar llevando en su lomo a Europa asustada
por el rapto. En la orilla de la playa están las compañeras de Europa y rodeando a Europa y el toro se encuentran los Cupidos
con sus flechas como símbolo del amor.
LAS TRES GRACIAS

Rubens, s. XVII
Las Tres Gracias
Son hijas de Zeus y de Eurínome que a su vez es hija del Titán Océano y de Temis. A veces son identificadas con las
Horas y en ese caso serían hermanas de Las Parcas.
Diosas de la belleza, juventud y alegría, habitan en el Olimpo y alegran la vida y los banquetes de los dioses. Viven en
compañía de las Musas y pertenecen al séquito de Apolo. Acompañan con gusto a Atenea, Dioniso, Afrodita y Eros.
Son tres y se llaman Eufrósine, Talía y Áglae; suelen aparecer desnudas y cogidas por los hombros; una de ellas está de
espaldas y las otras dos una enfrente de la otra; se tocan entre sí formando un corro.
En el cuadro vemos a las Tres Gracias en un ambiente primaveral, desnudas y tocándose entre sí. Las que no están de
espalda son las dos esposas que tuvo Rubens.

EL JUICIO DE PARIS

Rubens, s. XVII
El Juicio de Paris
Eris, la diosa de la Discordia, no fue invitada a las bodas de Tetis y Peleo; despechada lanzó una manzana de oro en
medio del convite con una leyenda que decía "para la diosa más hermosa". Atenea, Hera y Afrodita pretendieron que la
manzana era para cada una de ellas y pidieron la opinión de Zeus. Zeus temiendo entrar en la disputa nombró juez a Paris que
era un príncipe troyano que había vivido aislado en el monte Ida.
Las tres diosas se presentaron ante Paris, acompañadas por el dios Hermes, mensajero delos dioses. Hera le prometió el
poder sobre Asia, Atenea le ofreció la sabiduría en la guerra y Afrodita el amor de la mujer más bella, Helena la esposa del
rey Menelao.
Paris entregó la manzana a Afrodita. Al cabo del tiempo Paris raptó a Helena y provocó la guerra más famosa de la
antigüedad, la guerra de Troya, y dio lugar a La Ilíada y La Odisea.
En el cuadro vemos a Mercurio con la manzana en la mano y a Paris sentado con gesto pensativo. Las tres diosas son
fácilmente identificables por sus atributos: Atenea con sus armas a los pies, Afrodita acompañada por Cupido y Hera con el
pavo real a su lado.
HERA DA DE MAMAR A HÉRCULES

Rubens, s. XVII

La Vía Láctea
Según la leyenda Hércules, el hijo de Zeus y de Alcmena, se encontraba llorando de hambre cuando Zeus y su esposa
Hera pasaron cerca. Hera al ver un niño tan guapo llorando se compadece de él y se dispone a darle el pecho. El pequeño
Hércules le hace daño al mamar y Hera retira el pecho, haciendo que se derrame del pecho la leche de la diosa.
La leche que se derramó por la fuerza de Hércules a pesar de ser tan pequeño dio lugar en el cielo a la Vía Láctea, que
significa precisamente "camino de leche".
En el cuadro vemos el momento en que Hera aparta el pecho de la boca de Hércules y la leche que se está dispersando. La
diosa es fácilmente identificable por los pavos reales que arrastran un carro. Apartado al fondo está Zeus que con el águila al
lado que lleva el haz de rayos.

RAPTO DE PROSERPINA

Rubens, s. XVII

Hades y Perséfone
Perséfone, Proserpina para los romanos, era hija de Zeus y de Deméter, la diosa de la agricultura.
Hades era el dios de los Infiernos y se sentía muy solo cuando vio a Proserpina; enamorado de ella subió a la tierra, la
raptó y la llevó a los Infiernos. Deméter, hundida por el dolor, se dedicó a buscarla y no se preocupó de los cultivos. La Tierra
no producía frutos y Zeus pidió a Hades que devolviese la joven a su madre.
Proserpina ya había probado los frutos de los Infiernos y no podía estar apartada mucho tiempo de su marido ni de su
reino.
El resultado final es que Proserpina pasa un tiempo en la Tierra con su madre y entonces es primavera y verano porque
Deméter está contenta al lado de su hija; cuando está en los Infiernos Deméter está triste y la Tierra no da frutos, es invierno.
En el cuadro vemos a Hades que está llevándose a la fuerza a Proserpina y a la derecha están los caballos negros del
dios de las profundidades. Atenea con su casco quiere en vano impedir la acción mientras en la parte superior aparece un
Cupido documentando que es un rapto por amor.
SATURNO DEVORANDO A SU HIJO

Rubens, s. XVII
Crono - Saturno
Crono, con el nombre romano de Saturno, era un Titán hijo de Gea y Urano. Después de destronar a su padre el oráculo le
dijo que un hijo suyo haría lo mismo que él había hecho con su padre, destronarlo.
Estaba casado con su hermana Rea y ambos eran los dioses supremos. Saturno decidió comerse a todos sus hijos según
iban naciendo y llegó a comerse a los cinco primeros: Hestia (Vesta), Deméter (Ceres), Hera (Juno), Posidón (Neptuno) y
Hades (Plutón). Rea, sin poder contener más su sufrimiento, cuando tuvo a Zeus (Júpiter) engaño a Saturno dándole una
piedra envuelta en pañales, piedra que comió Saturno creyendo que era su hijo. El oráculo se cumplió y cuando Zeus se hizo
mayor rescató a sus hermanos haciendo que su padre los vomitase y tras una guerra, llamada la titanomaquia, derrotó a los
Titanes y derrocó a su padre.
En el cuadro vemos a Saturno que en una cruel escena está devorando a sus hijos, mientras sus pies descansan en las
nubes como dios supremo y en sus manos lleva la guadaña, que sustituye a la hoz con la que castró a su padre.

PROMETEO

Cossiers, s. XVII

Prometeo
Prometeo es hijo del Titán Japeto y primo por tanto de Zeus. Según unos creó los primeros hombres modelándolos con
arcilla, según otros era un simple benefactor de la humanidad.
Una vez que los hombres ofrecieron un buey a Zeus, él hizo dos partes: una parte tenía los trozos más sabrosos y los
recubrió con el vientre del animal, otra parte tenía los huesos y los cubrió con apetitosa grasa. Zeus cogió la parte mala y
castigó a los hombres impidiéndoles el acceso al fuego.
En la tierra había hambre y frío por la falta de fuego y Prometeo robó el fuego en la rueda del Sol o en la fragua de
Vulcano. Zeus en este caso impuso un doble castigo: encadenó a Prometeo en el Caúcaso mientras un águila le comía por el
día el hígado que se regeneraba por la noche; en cuanto a los hombres les envió un ser bellísimo modelado con todas las
perfecciones pero llevando una caja que contenía todos los males, Pandora..
En el cuadro vemos al Titán Prometeo corriendo por el Cielo después de haber robado al Sol el fuego y dispuesto a
llevárselo a los hombres para que puedan combatir el frío y cocinar sus alimentos
LEDA Y EL CISNE

Correggio, s. XVII
Leda
Zeus era el dios supremo, señor de los dioses y los hombres y el principal de los dioses olímpicos. Estaba casado con la
diosa Hera, pero le fue infiel en muchas ocasiones, en algunas de ellas metamorfoseado en animal.
Leda era una princesa de Etolia y estaba casada con Tindáreo. Zeus se enamoró de ella y convertido en cisne tuvo amores
con Leda. Según la leyenda Leda puso dos huevos, de uno de ellos nacieron Helena, que va a ser la causante de la guerra de
Troya por el rapto de Paris, y Polux, uno de los Dioscuros; del otro huevo nacieron los hijos de Tíndáreo, Cástor, el otro de
los Dioscuros, y Clitem estra que acabará por ser la esposa de Agamenón
En el cuadro vemos a Leda bañándose en un estanque mientras acoge cariñosamente en su seno a un cisne, Zeus, que se
muestra amigable y que acaricia con su pico el hermoso rostro de la princesa.

LAS PARCAS

Goya, s. XIX. Pinturas negras


Las Parcas - Moiras
Son hijas de Zeus y de la Titánide Temis y por tanto hermanas de las Horas. Son la personificación del destino que ni
siquiera los mismos dioses pueden transgredir sin poner en peligro el orden del universo. Son seres a los que se suele colocar
en el mundo de los Infiernos.
Son tres hermanas llamadas Átropo, Cloto y Láquesis y se dedican a trabajar un hilo que es la vida de cada ser humano;
una hilaba el hilo y era la que decidía las cuestiones relacionadas con el nacimiento, otra hacía un ovillo y era responsable de
la vida que iba a llevar cada hombre, por fin la última cortaba el hilo y provocaba con ello el fin de la vida y el paso al mundo
de los muertos.
En este terrible cuadro perteneciente a la época negra de Goya vemos a las tres Parcas; una lleva en la mano el huso,
instrumento de las hilanderas, otra las tijeras para cortar el hilo. El cuarto personaje debe ser el destino.
SATURNO COMIENDO A SU HIJO

Goya, s. XIX. Pinturas negras

Saturno
Crono, con el nombre romano de Saturno, era un Titán hijo de Gea y Urano. Después de destronar a su padre el oráculo
le dijo que un hijo suyo haría lo mismo que él había hecho con su padre, destronarlo.
Estaba casado con su hermana Rea y ambos eran los dioses supremos. Saturno decidió comerse a todos sus hijos según
iban naciendo y llegó a comerse a los cinco primeros: Hestia (Vesta), Deméter (Ceres), Hera (Juno), Posidón (Neptuno) y
Hades (Plutón).
Rea, sin poder contener más su sufrimiento, cuando tuvo a Zeus (Júpiter) engaño a Saturno dándole una piedra envuelta
en pañales, piedra que comió Saturno creyendo que era su hijo.
El oráculo se cumplió y cuando Zeus se hizo mayor rescató a sus hermanos haciendo que su padre los vomitase y tras una
guerra, llamada la titanomaquia, derrotó a los Titanes y derrocó a su padre.
En este cuadro perteneciente a la época negra de Goya, precursor del expresionismo, vemos a Saturno que en una cruel
escena está devorando a sus hijos. En este caso Saturno no lleva ninguno de sus símbolos.

ATALANTA E HIPOMENES

Guido Reni, s. XVII


Atalanta e Hipomenes
Atalanta era hija de Esqueneo que sólo quería tener varones y la abandonó al nacer. La alimentó una osa, la criaron unos
cazadores y se mantuvo virgen dedicándose a la caza como su patrona Ártemis. Era muy veloz y ningún hombre era capaz de
alcanzarla.
Hipomenes deseaba el amor de Atalanta y con las manzanas de oro que le había dado Afrodita acepto el reto. Durante la
carrera, cada vez que Atalanta iba a adelantarlo, tiraba al suelo una manzana que recogía Atalanta retrasando su carrera y
siendo, por tanto, vencida. Atalanta cumplió su palabra y se casó con Hipomenes.
Al cabo del tiempo, durante una cacería, los esposos saciaron su ansia de amor en un santuario de Cibeles (cosa
absolutamente sacrílega) y fueron convertidos en leones. Se dice que desde entonces arrastran el carro de Cibeles, que tiene
los corceles más rápidos del mundo.
En el cuadro vemos en plena carrera a Hipomenes tirando al suelo una de las manzanas de oro que le había dado Afrodita.
Atalanta, sea por amor o por codicia, se agacha para recogerla perdiendo la carrera

MERCURIO Y ARGOS

Velázquez, s. XVII
Argos - Hermes - Io
Argos era un monstruo que tenía cien ojos y que nunca dormía del todo, porque, mientras 50 ojos estaban cerrados, los
otros 50 estaban despiertos. Era un guardián muy apreciado por la diosa Hera y, cuando Argos murió, Hera colocó sus cien
ojos en la cola del pavo real, que era su animal emblemático.
Io era una joven de gran belleza de la que se enamoró Zeus. Cuando Hera descubrió este amor, Zeus convirtió a Io en
vaca y se sintió obligada a regalársela a la diosa. Hera puso a Io bajo la custodia de Argos, quien la llevó por toda la tierra,
convertida en vaca, haciéndola sufrir mucho.Por fin Zeus, compadecido, manda a Hermes, Mercurio para los romanos, que
mate a Argos y libere a Io.
En el cuadro vemos a Hermes con su gorro alado que ha conseguido dormir a Argos, con apariencia humana como es
normal en Velázquez, y se dispone a coger la espada para matarlo. Detrás está Io convertida en vaca.

LA FRAGUA DE VULCANO

Velázquez, s. XVII
LAS HILANDERAS

Velázquez, s. XVII
Atenea y Aracne
Aracne era hija de un tintorero de Lidia; era una gran experta en el arte de tejer y bordar y las ninfas del bosque acudían a
ver su obra considerándola discípula de la diosa Atenea, que era la diosa de las hilanderas y bordadoras.
Aracne no aceptaba ser discípula de nadie, decía que su habilidad la había adquirido ella sola y que desafiaba a la diosa
Atenea a tejer. Se presentó la diosa bajo la forma de una vieja y le aconsejó prudencia y que no desafiase a los dioses, pero la
diosa le contestó con insultos y reiteró su desafío.
Atenea aceptó el desafío y tejió un tapiz mostrando en toda su majestad a los Olímpicos y, en las esquinas, escenas de
los castigos a los mortales que habían desafiado a los dioses.
Aracne tejió otro tapiz burlándose de las metamorfosis de Zeus en toro, cisne, etc. para conseguir el amor de las mortales.
Los tapices eran perfectos pero Atenea furiosa destruye el tapiz y Aracne, asustada se ahorca. Atenea la revive, la convierte en
araña y la condena a tejer toda la vida la telaraña
En el cuadro vemos en primer plano a Atenea convertida en vieja que está aconsejando a Aracne que no ofenda a
los dioses. Al fondo vemos a Atenea convertida ya en diosa, a Aracne y el tapiz que había pintado una de ellas. Es una escena
típica de un telar de la época de Velázquez.

MARTE

Velázquez, s. XVII
APOLO Y DAFNE

Cornelis, s. XVII

Apolo y Dafne
Apolo, hermano gemelo de Ártemis, era hijo de Leto y de Zeus. Era el dios de la proficía, de las artes, de la música y era
identificado con Helios como dios del Sol; sus atributos son la lira, el arco, el laurel y los símbolos del Sol.
A pesar de ser considerado también el dios de la belleza, fue muy poco afortunado en amores. En cierta ocasión se burló
de las pequeñas flechas de Eros, quien enfadado le clavó una flecha del amor mientras contemplaba a Dafne y a ésta le
disparó una flecha de desamor.
Dafne era una ninfa seguidora de Ártemis y que por tanto no tenía relación con varones. Cuanto más la perseguía Apolo
incitado por la flecha de Eros, más huía Dafne impulsada por el desamor, pidiendo la ayuda de los dioses.
Al fin las divinidades se apiadan de la ninfa y la convierten en laurel. Apolo desconsolado lleva una corona de laurel en su
cabeza en recuerdo de Dafne.
En el cuadro vemos a Apolo con las flechas y el carcaj y en la cabeza un círculo dorado como símbolo de dios del Sol,
persiguiendo a Dafne; ésta huye despavorida mientras sus manos se van convirtiendo en las ramas de un laurel

NACIMIENTO DE VENUS

Cornelis, s. XVII
Afrodita - Venus
Hija de Urano, al mezclarse el semen y la sangre de Urano con la espuma del mar, después que el Titán Crono castró a su
padre Urano y arrojó al mar sus genitales. Otra leyenda menos famosa es la que la considera hija de Zeus y Dione.
Es la diosa del amor y de la belleza, suele ir desnuda o con poca ropa, acompañada por Cupido y rodeada por palomas.
Casada con el dios cojo Hefesto tuvo numerosos amores entre los que destaca su tempestuosa relación con Ares, Marte
para los romanos, el dios de la guerra.
En el cuadro vemos a Venus saliendo del mar que llega a la isla de Creta, acompañado por Nereidas y Trirones; va
desnuda, arreglándose el pelo con un grupo de Cupidos.
EL PARNASO

Poussin, s. XVII

Apolo y Las Musas


Apolo, hijo de Leto y de Zeus, era hermano gemelo de la diosa Ártemis formando parte de los dioses Olímpicos.
Dios de gran belleza, tenía un oráculo en Delfos desde donde a todas las preguntas que se le planteaban. Fue identificado
con Helios, el dios del Sol, y conduce por los cielos el carro del astro.
No fue muy afortunado en varios desus amores: Dafne prefirió convertirse en laurel, Casandra fue castigada a profetizar
verdades que nadie creía por haberle rechazado, la princesa Marpesa prefirió el amor de un mortal antes que el de Apolo...
Dios de la música y de las artes era ayudado en su tarea por la Musas, con las que convivía en el monte Parnaso. Las
nueve Musas eran hijas de Zeus y Mnemosine y a cada una de ellas se le asigna una función determinada: a Calíope la poesía
épica, a Clío la historia, a Polimnia la Pantomima, a Euterpe la flauta, a Terpsícore la danza, a Erato la lírica coral, a
Melpomene la tragedia, a Talía la comedia y a Urania la astronomía.
En el cuadro vemos a Apolo en el monte Parnaso rodeado por los principales poetas y sabios de la antigüedad y
rodeado por las Musas llevando sus atributos: la máscara de la tragedia, la flauta, los libros de astronomía,...etc.

DÁNAE RECIBIENDO LA LLUVIA DE ORO

Tiziano, s. XVI
Dánae
Hija de Acrisio, rey de Argos. Cuando Dánae nació, Acrisio consultó un oráculo que le dijo que un hijo de Dánae lo
mataría. Para evitarlo, el rey encerró a su hija en una habitación de bronce, impidiendo que tuviera contacto con algún varón.
Zeus, prendado de la belleza de Dánae, se introdujo en la habitación bajo la forma de lluvia de oro y dejó embarazada a la
joven. El hijo que nació de esta unión fue el héroe Perseo, que mató a la Medusa y liberó a Andrómeda.
En el cuadro aparece Dánae tumbada en el lecho y Zeus acercándose metamorfoseado en lluvia de oro. La criada recoge
ansiosa el oro en su delantal.
DÁNAE (Mabuse)

DÁNAE (Klimt)
VENUS RECREÁNDOSE CON LA MÚSICA

Tiziano, s. XVI

Afrodita - Venus
Hija de Urano, al mezclarse el semen y la sangre de Urano con la espuma del mar, después que el Titán Crono castró a su
padre Urano y arrojó al mar sus genitales. Otra leyenda menos famosa es la que la considera hija de Zeus y Dione.
Es la diosa del amor y de la belleza, suele ir desnuda o con poca ropa, acompañada por Cupido y rodeada por palomas.
Casada con el dios cojo Hefesto tuvo numerosos amores entre los que destaca su tempestuosa relación con Ares, Marte
para los romanos, el dios de la guerra.

EL JUICIO DE PARIS (Rubens)


RAPTO DE GANIMEDES (Rembrandt)

LEDA Y EL CISNE (Moreau)

LEDA Y EL CISNE (Leonardo)


LEDA Y EL CISNE (Período clásico)

LEDA Y EL CISNE (Período moderno)


LEDA Y EL CISNE (Dalí)

RAPTO DE EUROPA (Matisse)


RAPTO DE EUROPA (Botero)

RAPTO DE EUROPA (Perído clásico)


DIANA Y ACTEÓN (Francesco Albani)

MEDUSA (Terracota, ca. 570 a.C.)


PERSEO Y LA MEDUSA (520-510 a.C.)

DÉDALO CONSTRUYENDO LAS ALAS (s. II d.C.)


DÉDALO E ÍCARO (Domenico Piola, s. XVII)

CAÍDA DE ÍCARO (Orazio Samacchini, s. XVI)

ORFEO Y EURÍDICE (Rubens)


ORFEO Y EÚRIDICE (Marcantonio Raimondi (ca. 1480-1527)
Orfeo lleva a Eurídice fuera de los infiernos

AFRODITA
ÁRTEMIS
ATENEA
EOLO, DIOS DE LOS VIENTOS
ENEAS, ANQUISES Y JULO ASCANIO

AQUILES Y PENTESILEA
Castración de Urano, Giorgio Vasari

El nacimiento de Venus, Botticelli


Crono devorando a sus hijos, Rubens y Goya

Rea ofrece a Crono una roca envuelta en pañales, bajorrelieve griego de


época helenística
Atlas sosteniendo la bóveda celeste, escultura helenística

Constelación de Virgo (“La Muchacha”)


Cerámicas griegas de época clásica: el castigo de Prometeo y Hefesto
fabricando a Pandora

-Pandora destapando la caja en dos pinturas del siglo XIX


Cerámica griega: Poseidón persiguiendo al adolescente Pélope

Cerámica griega: Pélope llevando en su carro a Hipodamía

En la mitología griega Hipodamía (en griego Ἱπποδαμία) o Deidamía era una de las mujeres más hermosas de su
generación. Era hija de Butes o de Adrasto, rey de Argos, y esposa de Pirítoo, el rey de los lápitas.

El día de su boda Piritoo invitó a un fastuoso banquete a todos los habitantes de la región, incluidos los centauros. Pero éstos,
que nunca habían probado el vino, se emborracharon y raptaron a Hipodamía, junto al resto de las mujeres e incluso a
algunos hombres jóvenes que habían acudido al banquete. Éste fue el origen de la famosa guerra entre centauros y lápitas,
que acabó con la derrota de los primeros, gracias a la intervención de Pirítoo y de su fiel amigo Teseo.

Piritoo e Hipodamía tuvieron un hijo al que llamaron Polipetes, que intervendría en la guerra de Troya.

Otra Hipodamía fue la madre de los famosos Atreo y Tiestes, esposa de Pélope e hija de Enómao, rey de Pisa o de Olimpia, a
quien un oráculo había dicho que sería muerto por su yerno. Para evitarlo, Enómao retaba a todos los pretendientes a una
carrera de carros en la que se mostraba invencible, pero Pélope, ayudado por los dioses y mediante trampas, le venció y se
casó con Hipodamía.
El padre de Pélope era Tántalo, rey en el monte Sípilo de Anatolia. Queriendo hacer una ofrenda a los olímpicos, Tántalo
descuartizó a Pélope y cocinó un estofado con su carne, que entonces sirvió a los dioses. Démeter, profundamente apenada
tras el rapto de su hija Perséfone por Hades, distraídamente aceptó el ofrecimiento y se comió el hombro izquierdo. Sin
embargo los demás dioses advirtieron la trama y evitaron comer el cuerpo del muchacho, trayéndolo de vuelta a la vida y
reemplazando su hombro con uno de marfil que fabricó para él Hefesto. Tras su resurrección, Pélope era más bello que antes:
Poseidón se enamoró de él, llevándolo al Olimpo, haciéndolo su amante y enseñándole a conducir su divino carro. Más tarde
Zeus expulsó a Pélope del Olimpo, enfadado porque su padre, Tántalo, había robado la comida de los dioses, dándosela a sus
súbditos en la tierra y revelando los secretos que había oído.

Pélope, ya un hombre, quiso casarse con Hipodamía. Enómao, su padre, rey de Pisa o de Olimpia, había matado a treinta
pretendientes de Hipodamía tras vencerles en una carrera de carros. Había hecho esto porque la amaba para sí o,
alternativamente, porque una profecía afirmaba que moriría a manos de su yerno. Pélope fue a pedir la mano de Hipodamía y
se preparó para competir con Enomao. Preocupado por si perdía, fue a la orilla del mar e invocó a Poseidón, su antiguo
amante, y recordándole su amor («dulces regalos de Afrodita») le pidió ayuda. Sonriendo, Poseidón hizo aparecer un carro
tirado por caballos alados. Aún inseguro de sí mismo, Pélope (o alternativamente la propia Hipodamía) convenció al auriga
de Enomao, Mírtilo, para que le ayudase a ganar, prometiéndole la mitad del reino y la primera noche en el lecho de
Hipodamía. La noche anterior a la carrera, mientras Mírtilo estaba montando el carro, cambió las pezoneras de bronce que
sujetaban las ruedas al eje con unas falsas fabricadas de cera de abeja. La carrera comenzó y discurrió durante mucho tiempo.
Pero justo cuando Enomao estaba alcanzando a Pélope y preparándose para matarlo, las ruedas se soltaron y el carro se
rompió. Mírtilo sobrevivió pero Enomao fue arrastrado por sus caballos hasta morir. Pélope mató entonces a Mírtilo porque
éste había intentado violar a Hipodamía. Cuanto moría, Mírtilo maldijo a Pélope por su traición. Éste fue el origen de la
maldición que destruyó a su familia: dos de sus hijos, Atreo y Tiestes, mataron a un tercero, Crisipo, que era su favorito y que
iba a heredar el reino; ambos fueron desterrados junto con Hipodamía, su madre, quien entonces se ahorcó. También
persiguió a sus hijos, nietos y bisnietos, incluyendo a Agamenón, Egisto, Menelao y Orestes.

Pélope controló todo el Peloponeso (término que significa «isla de Pélope»).

Durante la Guerra de Troya, los huesos de Pélope fueron llevados a Troya por los griegos porque un oráculo afirmó que
serían capaces de ganar si lo hacían.
Grupo escultórico del Toro Farnesio: Anfión y Zeto atan a Dirce a los
cuernos de un toro furioso

El Toro Farnesio es una escultura atribuida a los artistas rodios Apolonio de Tralles y su hermano Taurisco. Se sabe esto
gracias a los escritos de Plinio el Viejo. Narra que fue encargado al final del siglo II a. C. y esculpido de un solo bloque de
mármol. Pertenece al periodo helenístico. Fue importado desde Rodas como parte de la increíble colección de arte y
esculturas propiedad de Asinio Polión, un político romano que vivió durante los años entre la la República y el Principado.
Está ampliamente considerada la más grande escultura individual recuperada de la Antigüedad.

Este colosal grupo escultórico de mármol representa el mito de Dirce. Anfión y Zeto, hijos de Antíope, la ataron a un toro
salvaje, pues querían castigarla por el mal trato infligido a su madre, la primera esposa de Lico, rey de Tebas.

Se encontró en el año 1546 en las Termas de Caracalla en Roma durante las excavaciones encargadas por el papa Pablo III
con la esperanza de encontrar esculturas antiguas que adornaran su residencia romana. Actualmente se encuentra en el Museo
Arqueológico Nacional de Nápoles

En la mitología griega Dirce era una ninfa, esposa de Lico y sacerdotisa del dios Dioniso.

Los diversos autores no se ponen de acuerdo sobre quién era su padre. Así, Dirce figura como hija de los dioses-río Aqueloo,
Ismeno o Asopo, o de los dioses Apolo o Helios.

Estando casada con Lico, usurpador del trono de Tebas, hizo la vida imposible a la sobrina de su marido, Antíope, que vivía
con ellos desde que fue repudiada por su esposo, y a la que trataba como una esclava por envidia a su belleza y los rumores
que afirmaban que Lico estaba enamorado de ella. La acusó de haberse acostado con su marido, y disfrutaba dándole salvajes
tirones de sus trenzas y arañando su cara. Su odio visceral la llevó a encerrar a la desafortunada a oscuras, privándole incluso
de agua para beber. Pero Antíope logró escaparse y huyó hasta el monte Citerón, donde vivían sus hijos. Éstos, vengando a su
madre, atacaron Tebas, destronaron a Lico y ataron a Dirce a un toro que la arrastró hasta matarla. Después arrojaron su
cuerpo a un manantial que desde entonces lleva el nombre de la malograda ninfa, bien porque fue allí donde la arrojaron sus
asesinos o bien porque el mismo manantial brotó del cuerpo de Dirce a instancias de Dioniso.

Detalle del Toro Farnesio: Zeto, Dirce y Anfión


Detalle del Toro Farnesio: Anfión sujetando el toro

Detalle del Toro Farnesio: Dirce


Hombre consultando a la Pitia, que aparece sentada sobre un trípode
(cerámica griega)

La Pitia en trance al inhalar el humo (ilustración contemporánea)


Edipo, sentado sobre una roca y vestido como un viajante, medita sobre el
enigma
que le propone la Esfinge, que reposa sobre una columna (cerámica
griega)

Edipo era el hijo del rey de Tebas y al nacer, el Oráculo de Delfos auguró a su padre, Layo, que el niño, una vez adulto, le
daría muerte y desposaría a su mujer. Layo, queriendo evitar tal destino, ordenó a un súbdito que matara a Edipo al nacer.
Apiadado de él, en vez de matarlo, el súbdito lo abandonó en el monte Citerón, colgado de un árbol por los pies, los cuales
perforó. Un pastor halló el bebé y lo entregó al rey Pólibo de Corinto. Peribea o Mérope, la esposa de Pólibo y reina de
Corinto, se encargó de la crianza del bebé, llamándolo Edipo, que significa ‘de pies hinchados’ por haber estado colgado.

Al llegar a la adolescencia, Edipo, por habladurías de sus compañeros de juegos, sospechó que no era hijo de sus pretendidos
padres. Para salir de dudas visitó el Oráculo de Delfos, que le auguró que mataría a su padre y luego desposaría a su madre.
Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado, decidió no regresar nunca a Corinto para huir de su destino.
Emprende un viaje y, en el camino hacia Tebas, Edipo encuentra a Layo en una encrucijada, discuten por la preferencia de
paso y lo mata sin saber que era el rey de Tebas, y su propio padre. Más tarde Edipo encuentra a la esfinge, un monstruo que
daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos, atormentando al reino de Tebas. A la pregunta de «¿cuál es el
ser vivo que camina a cuatro patas al alba, con dos al mediodía y con tres al atardecer?», Edipo respondió correctamente que
es el hombre, La explicación consiste en esto: La mañana, la tarde y la noche traducen las etapas de la vida. El día o
comienzo de la vida muestra al bebe gateando en cuatro pies o patas, la tarde o mitad de la vida es la adultez del ser humano
caminando en dos pies y la noche o final de la vida muestra al anciano con un bastón o sea en tres pies. Había también otro
acertijo: «Son dos hermanas, una de las cuales engendra a la otra y, a su vez, es engendrada por la primera». Edipo contestó:
el día y la noche. Furiosa, la Esfinge se suicida lanzándose al vacío y Edipo es nombrado el salvador de Tebas. Como premio,
Edipo es nombrado rey y se casa con la viuda de Layo, Yocasta, su verdadera madre. Tendrá con ella cuatro hijos: Polinices,
Eteocles, Ismena y Antígona y los dos hermanos se enfrentarían más tarde entre ellos a muerte por el trono tebano.

Al poco, una terrible plaga cae sobre la ciudad (la peste), ya que el asesino de Layo no ha pagado por su crimen y contamina
con su presencia a toda la ciudad.

Edipo emprende las averiguaciones para descubrir el culpable, y gracias a Tiresias descubre que en realidad es hijo de
Yocasta y Layo y que es él mismo el asesino que anda buscando. Al saber Yocasta que Edipo era en realidad su hijo, se da
muerte, colgándose en el palacio. Horrorizado, Edipo se quita los ojos con los broches del vestido de Yocasta en señal de la
ceguera que siente por no haber visto la realidad antes y ordena a Creonte, que lo expulse de la ciudad. Sólo su hija y
hermana Antígona le guía por donde tiene que caminar. La obra concluye con el coro, que advierte a los espectadores: "Que a
nadie se le tenga por dichoso hasta que muera...".

Edipo y la esfinge de Gustave Moreau (1864).


Edipo y Antígona (grupo escultórico contemporáneo)

Edipo ciego guiado por Antígona (pintura contemporánea)


Heracles estrangulando las dos serpientes enviadas por Hera

Zeus, tras dejar embarazada a Alcmena madre de Heracles, proclamó que el próximo hijo nacido en la casa de Perseo se
convertiría en rey. Al oír esto Hera, la esposa de Zeus, hizo que Euristeo naciera dos meses antes, pues pertenecía a la casa de
Perseo, al igual que Heracles, a quien hizo nacer con tres meses de atraso. Cuando Zeus advirtió lo que había sucedido montó
en cólera, pero no obstante su imprudente proclama siguió en pie.

En un ataque de locura provocado por Hera, Heracles mató a sus propios hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos.
Cuando recuperó la cordura y advirtió lo que había hecho se aisló del mundo, marchándose a vivir solo a las tierras salvajes.
Fue hallado por su hermano Ificles y convencido de que visitase el oráculo de Delfos. En penitencia por esta execrable
acción, la sibila délfica le dijo que tenía que llevar a cabo una serie de doce trabajos que dispusiera Euristeo, el hombre que
había usurpado su legítimo derecho a la corona y a quien más odiaba.

Los trabajos

En sus trabajos, Heracles era a menudo acompañado por su amigo (un erómeno), según algunos Licimnio y según otros su
sobrino Yolao. Aunque se suponía que sólo tenía que realizar diez trabajos, esta ayuda hizo que tuviera que sufrir dos más.
Euristeo no tuvo en cuenta el trabajo de la Hidra (donde Yolao le ayudó) ni el de los establos de Augías (porque se le pagó a
cambio o, según otras versiones, porque fueron los ríos quienes hicieron el trabajo), por lo que ordenó dos más, haciendo un
total de doce.

El orden tradicional de los trabajos es:

1. Matar al león de Nemea y tomar su piel


2. Matar a la hidra de Lerna
3. Capturar a la cierva de Cerinia
4. Capturar al jabalí de Erimanto
5. Limpiar los establos de Augías en un día
6. Matar a los pájaros del Estínfalo
7. Capturar al toro de Creta
8. Robar las yeguas de Diomedes
9. Robar el cinturón de Hipólita
10. Robar el ganado de Gerión
11. Robar las manzanas del jardín de las Hespérides
12. Capturar en los infiernos a Cerbero
Heracles y el león de Nemea, metopa del templo de Zeus en Olimpia
Reconstrucción y detalle de la escena
León de Nemea

Hércules y el león de Nemea. Detalle del mosaico de los trabajos de Hércules de Liria (Valencia), en el M.A.N..

En la mitología griega el león de Nemea (en griego λεον Νεμειος leon Nemeios; en latín Leonem Nemeum) era un
despiadado monstruo que vivía en Nemea. Finalmente fue vencido por Heracles. Suele considerársele hijo de Tifón y
Equidna o de Ortos y Quimera, aunque también se ha dicho que habría caído desde la luna, como hijo de Zeus y Selene.

La muerte del león

El primero de los doce trabajos de Heracles fue matar al león de Nemea y despojarle de su piel.

El león había estado aterrorizando los alrededores de Nemea, y tenía una piel tan gruesa que resultaba impenetrable a las
armas. Cuando Heracles se dirigía a cazar al león se hospedó en casa de Molorco, partiendo después hacia la guarida de la
fiera.
Cuando Heracles se enfrentó a él por primera vez, usando su arco y sus flechas, un garrote hecho de un olivo (que él mismo
había arrancado de la tierra) y una espada de bronce, todas las armas resultaron inútiles. La morada del animal tenía dos
entradas: Heracles lo azuzó hasta que el animal penetró en ella, taponó una de las entradas y acorralándolo por la otra lo
atrapó y estranguló metiéndole un brazo por la garganta hasta asfixiarle. (En algunas variantes, Heracles estrangulaba
realmente a la bestia.)
Heracles llevó el cuerpo del león a Micenas para que lo viera el rey Euristeo, quien elegía qué tareas debía cumplir el héroe
en el camino de los doce trabajos. Pero éste se asustó tanto que prohibió a Heracles volver a entrar a la ciudad, y le ordenó
que de ahí en adelante le mostrase el fruto de sus trabajos desde fuera. Euristeo mandó a sus herreros que le forjase una tinaja
de bronce que escondió bajo tierra, y en la que se refugiaba cada vez que se anunciaba a Heracles, comunicándole sus
instrucciones a través de un heraldo.
Heracles empleó horas intentando desollar al león sin éxito. Por fin Atenea, disfrazada de vieja bruja, ayudó a Heracles a
advertir que las mejores herramientas para cortar la piel eran las propias garras del león. De esta forma, con una pequeña
intervención divina, consiguió la piel del león, que desde entonces vistió a modo de armadura.

Heracles luchando contra la Hidra de Lerna (cerámica griega y metopa del


templo de Zeus)
Gustave Moreau, Heracles y la Hidra de (1876).

En la mitología griega, la Hidra de Lerna (en griego antiguo Λερναία Ὕδρα) era un antiguo y despiadado monstruo acuático
ctónico con forma de serpiente policéfala (cuyo número va desde 5 hasta 100 e incluso 10.000 según la fuente) y aliento
venenoso (Higino, 30) a la que Heracles mató en el segundo de sus doce trabajos. Su guarida era el lago de Lerna en el golfo
de la Argólida (cerca de Nauplia), si bien los arqueólogos han confirmado que este lugar sagrado es anterior incluso a la
ciudad micénica de Argos, pues Lerna fue el lugar del mito de las Danaides. Bajo sus aguas había una entrada al Inframundo
que la Hidra guardaba.1
La Hidra era hija de Tifón y la Equidna. Fue criada por Hera bajo un plátano cerca de la fuente Amimone en Lerna. Se decía
que era hermana del León de Nemea y que por ello buscaba venganza por la muerte de éste a manos de Heracles. Por esto se
decía que había sido elegida como trabajo para Heracles, de forma que éste muriese.
Tras llegar a la ciénaga cercana al lago Lerna, Heracles cubrió su boca y nariz con una tela para protegerse de su aliento
venenoso y disparó flechas en llamas a su refugio (la fuente de Amimone) para obligarle a salir. Entonces se enfrentó a ella
con una hoz (según aparece en algunas vasijas pintadas antiguas); Ruck y Staples 2 han señalado que la reacción de esta
criatura ctónica fue botánica: tras cortar cada una de sus cabezas Heracles descubrió que le crecían dos nuevas cabezas, una
expresión de la desesperación de esta lucha para cualquiera salvo para este héroe.
Los detalles del enfrentamiento son explicados por Apolodoro:3 advirtiendo que no podría derrotar a la Hidra de esta forma,
Heracles pidió ayuda a su sobrino Yolao. Éste tuvo la idea (posiblemente inspirada por Atenea) de usar una tela ardiendo para
quemar el muñón del cuello tras cada decapitación. Heracles cortó todas las cabezas y Yolao quemó los cuellos abiertos,
matando así a la Hidra. Heracles tomó entonces su única cabeza inmortal y la enterró bajo una gran roca en el camino sagrado
entre Lerna y Eleia,4 mojando sus flechas en la sangre venenosa de la Hidra y completando así su segundo trabajo.
En una versión alternativa, Hera enviaba un cangrejo para que mordiese los pies de Heracles y le estorbase, esperando
provocar así su muerte. No obstante, Heracles aplastó a la criatura y siguió luchando contra la Hidra.
Cuando Euristeo, el rey que asignaba los trabajos a Heracles, supo que había sido su sobrino quien le había dado la antorcha,
declaró que no había completado el trabajo solo y por tanto no contaba para el total de diez labores que se le habían asignado.
Este elemento mítico es un ambiguo intento de resolver el conflicto entre los antiguos diez trabajos y los doce más recientes.
Heracles lleva el jabalí del Erimanto al rey Euristeo, quien se esconde en
una vasija
(cerámica griega y metopa del templo de Zeus en Olimpia)
En la mitología griega, el jabalí de Erimanto era una criatura que causaba estragos en todo el contorno y que vivía en
Erimanto, un monte de la Arcadia y la Élide (hoy se llama Olonos) y nombre, también, de un afluente del Alfeo (hoy
Diminiza o Azicolos).
En el camino hacia Erimanto, Heracles hizo una parada para visitar a su amigo el centauro Folo, quien en memoria de
tiempos lejanos compartió con él su comida y su vino. Pero los otros centauros, al oler el vino que estaba especialmente
reservado para ellos se enfurecieron de tal manera que atacaron a Heracles, quien primero los rechazó y luego con sus flechas
envenenadas mató a varios de ellos mientras los demás se retiraban.
Mientras Heracles enterraba a sus víctimas, su amigo Folo sacó una de las flechas de Heracles y la examinó asombrado de
que algo tan pequeño pudiese dar muerte a criaturas tan formidables, pero con tan mala suerte que la flecha se le cayó
hiriéndolo en un pie y matándolo. Heracles lo enterró al pie de la montaña que tomó su nombre.
Retomando el trabajo que tenía que finalizar, Heracles encontró al jabalí y, persiguiéndole durante varias horas, lo fue
acorralando a una zona cubierta de nieve donde, saltando sobre su lomo, lo ató con cadenas y se lo llevó a Micenas vivo,
cargándolo sobre sus hombros. Cazar a esta enorme criatura fue el cuarto trabajo de los doce que Euristeo mandó realizar a
Heracles.
Heracles capturando la cierva de Cerinia (altorrelieve griego)

La misma escena y Heracles quitándole a la cierva los cuernos de oro para


llevárselos a Euristeo
(cerámicas griegas)

La Cierva de Cerinia es un animal mitológico, perteneciente a la mitología griega.


Heracles debía capturar a la cierva para llevarla viva a Micenas y entregarla a Euristeo. La cierva de Cerinia, tenía pezuñas de
bronce y cornamenta de oro, estaba consagrada a Artemisa ya que era una de las cinco ciervas que la diosa había intentado
capturar para engancharlas a su carro y había sido la única que había logrado escapar. Pero la cierva era muy veloz y no le fue
fácil atraparla, por lo que la persiguió día y noche sin descanso hasta el país de los Hiperbóreos. Allí la capturó mientras ésta
tomaba agua y la llevó a Euristeo. Heracles tardó 12 meses en capturarla.
Heracles, era consciente de que si derramaba una sola gota de sangre de la cierva de Cerinia tendría que dar explicaciones,
con su consiguiente castigo. Aprovechando que la cierva estaba bebiendo, Heracles le atravesó las dos patas por la piel
utilizando una flecha que hizo pasar entre el tendón y el hueso, sin llegar a derramar su sangre. Una vez inmovilizada, la
apresó y la llevó a Micenas. Su gran hazaña sirvió de ejemplo a otros muchos héroes de la antigüedad como Yhuidr y Casto.

Heracles abatiendo con sus flechas las aves del lago Estínfalo (cerámica
griega)

En la mitología griega, los pájaros del Estinfalo eran unas aves que tenían picos, alas y garras de bronce y cuyos
excrementos venenosos arruinaban los cultivos y también eran carnívoras. Poblaban la región y el bosque alrededor del lago
Estínfalo. Euristeo comandó entonces a Heracles que acabase con la amenaza de dichas aves, como parte de Los doce
trabajos de Heracles, ya que en ocasiones atacaban al ganado o a la población. Heracles se dirigió al Estínfalo, y ahí se
encontró desolado pues la misión era especialmente difícil de completar: las aves eran demasiadas para sus flechas y su
legendaria fuerza no le servía de nada.
Entonces apareció Atenea y le socorrió dándole un cascabel (o una campana) de bronce y le mandó a que lo tocara desde una
colina elevada, al hacerlo las aves asustadas emprendieron vuelo y nunca más se las volvió a ver en el bosque y el lago.
Muchas de ellas fueron derribadas por las flechas de Heracles y las que consiguieron escapar huyeron hacia la isla de Ares, en
el Mar Negro, donde fueron encontradas años después por los Argonautas. Cuando Heracles volvió con Euristeo, éste se
hallaba en su refugio debido a que varios de los pájaros de bronce volaban alrededor de su palacio. Al ver esto, Heracles sonó
su cascabel y los pájaros se alejaron de ahí.
Heracles ofreciendo una de las aves a Atenea, que le asiste en sus
trabajos
(metopa del templo de Zeus en Olimpia)
Atenea señala con su lanza a Heracles el punto en que debe abrir con la
palanca los establos del rey Augias
para dejar paso a la corriente del río Alfeo (metopa del templo de Zeus en
Olimpia)

En la mitología griega Áugeas o Augías (griego antiguo Αυγείας, Augeías ‘brillante’) era un rey de Élide hijo del dios-Sol
Helios y de Naupidame. Otras versiones atribuyen su paternidad a Poseidón, a su hijo Eleo y Eurícide o a Forbante e
Hermine. Se casó con Epicaste, con la que tuvo a Epicaste, Fileo, Agameda, Agastenes y Éurito.
Augías formó parte de la expedición de los argonautas, siendo el encargado de intentar convencer a su hermanastro Eetes de
que entregara el vellocino de oro voluntariamente. A esta iniciativa se unieron sus sobrinos, agradecidos de que los
argonautas les hubieran rescatado tras un naufragio. Pero Eetes no lo quiso reconocer como hermano, y los expulsó de su
palacio amenazándoles con torturarlos y matarlos.
Por designio de los dioses el ganado de Augías no sufría de enfermedades, por lo que logró poseer el mayor rebaño de todo el
país. Doce toros que le había regalado su padre Helios defendían al resto de la manada, haciendo que el ganado de Augías
tampoco sufriera bajas por las fieras de los alrededores. Eran conocidos sus establos, que nunca habían sido limpiados hasta
que lo hizo Heracles en un solo día en cumplimiento de su quinto trabajo. Euristeo le encargó esta extraña misión con el fin
de humillarle y ridiculizarle, pues tal era la cantidad de excrementos acumulados en los establos que era prácticamente
imposible limpiarlos en un sólo día. Así el gran Heracles, vencedor de terribles monstruos y hazañas heroicas, caería
humillado ante una tarea tan denigrante. Pero el astuto héroe cumplió su trabajo abriendo un canal que atravesaba los establos
y desviando por él el cauce de los ríos Alfeo y Peneo, que arrastraron toda la suciedad.
Augías montó entonces en cólera, pues había prometido a Heracles regalarle una parte de su ganado si realizaba la misión en
un sólo día. Se negó a cumplir su promesa alegando que el trabajo lo habían realizado los ríos, y cuando el testimonio de su
hijo Fileo convenció a los jueces para que le dieran la razón a Heracles, Augías le desterró del reino. Euristeo por su parte
tampoco consideró el trabajo como uno de los diez, ya que Heracles había sido contratado por Augias.
Heracles abandonó Élide y buscó alianzas entre los príncipes de toda Grecia para atacar a Augías, pero fue derrotado por los
moliones, que mataron a su hermano Ificles. Los corintios, aliados de Heracles, proclamaron entonces la tregua ítsmica, ante
las numerosas bajas que el ejército de Augías estaba provocando.
Tres años más tarde, Heracles aprovechó que los eleos estaban celebrando un festival en honor a Poseidón para tender una
emboscada en la que mató a los moliones y a Éurito, hijo de Augías, dejándole así sin sus mejores generales. Posteriormente
volvió a reclutar otro ejército entre las ciudades del Peloponeso y con él saqueó la Élide y mató a Augías, poniendo al
desterrado Fileo en el trono de su padre. Para celebrar la victoria, Heracles instauró los famosos juegos olímpicos.

Heracles mata con su maza a Geríones (metopa del templo de Zeus en


Olimpia)

En la mitología griega, Gerión (en griego antiguo Γηρυών Gêruôn o Γηρυόνης Gêruônês) era un monstruoso gigante, hijo de
Crisaor y Calírroe.
Gerión es descrito como un ser antropomorfo formado por tres cuerpos, con sus respectivas cabezas y extremidades, según la
mayoría de las versiones. Aunque no se suele especificar la forma exacta de la unión entre los tres cuerpos, se le suele
representar con una unión lineal o radial entre los cuerpos. A veces se le reatrata con alas, pero no es usual. Aparte de estas
características, su aspecto mayoritario era humano.
Gerión vivía en la isla Eritia (‘la roja’, como una de las Hespérides), más allá de las columnas de Hércules al oeste
Mediterráneo, ya en el curso del Océano. Era dueño de un perro de dos cabezas llamado Ortro, que era el hermano de
Cerbero, y de una espléndida cabaña de ganado que era guardado por Ortro y por un pastor llamado Euritión.
Fue muerto por Heracles cuando después de una de sus misiones éste le robó su rebaño de vacas rojas y bueyes. Gerión fue
en busca de venganza, pero cuando sobrevolaba a Heracles, éste, oculto, le disparó una flecha envenenada con la sangre de la
Hidra que atravesó sus tres cuerpos.

Heracles, ayudado por Atenea, sostiene el cielo mientras Atlas le trae las
manzanas de oro
del Jardín de las Hespérides (metopa del templo de Zeus en Olimpia)

En la mitología griega las Hespérides (en griego antiguo Έσπεριδες, ‘hijas del atardecer’) eran las ninfas que cuidaban un
maravilloso jardín en un lejano rincón del occidente, situado según diversas fuentes en las montañas de Arcadia en Grecia,
cerca de la cordillera del Atlas en Marruecos, o en una distante isla del borde del océano.
Adicionalmente, Hespérides (o también Islas Afortunadas) es un nombre dado por los antiguos a una serie de islas situadas
en el extremo oeste del mundo entonces conocido. Éstas podían haber incluido Canarias, Madeira y Cabo Verde.
Al casarse Hera, Zeus le dio unos manzanos con frutos de oro que fueron plantados en el jardín de las Hespérides bajo la
protección del dragón Ladón. La Discordia se valió de una de esas manzanas para separar a los dioses. Euristeo envió a
Heracles para buscar las manzanas. Prometeo le indicó el camino donde moraban las Hespérides y lo que debía hacer. Al final
fueron recuperadas.
El significado de esta fábula hace referencia al cielo. Las Hespérides son las horas de la tarde, el jardín es el firmamento y las
manzanas de oro las estrellas. El dragón es el horizonte que corta el ecuador en ángulos oblicuos y Heracles el sol, es decir,
que cuando aparece Heracles roba las estrellas y llega el día.
[editar] El jardín de las hespérides
El Jardín de las Hespérides es el huerto de Hera en el oeste, donde un único árbol o bien toda una arboleda daban manzanas
doradas que proporcionaban la inmortalidad. Los manzanos fueron plantados de las ramas con fruta que Gea había dado a
Hera como regalo de su boda con Zeus. A las hespérides se les encomendó la tarea de cuidar de la arboleda, pero
ocasionalmente recolectaban la fruta para sí mismas. Como no confiaba en ellas, Hera también dejó en el jardín un dragón de
cien cabezas llamado Ladón que nunca dormía, como custodio añadido.
Aunque se suponía que Heracles sólo había de realizar diez trabajos, Euristeo no quiso contar aquellos en los que fue
ayudado o pagado, por los que le fueron encomendados dos más. El primero de éstos (el undécimo en total) fue robar las
manzanas del jardín de las hespérides. Para ello Heracles capturó primero a Nereo, el dios del mar que cambiaba de forma,
para averiguar dónde estaba situado el jardín.
En algunas versiones de la historia, Heracles no sabía adónde viajar y por tanto pidió ayuda, siendo dirigido a Prometeo, a
quien liberó de su tortura como pago. Esta variante suele encontrarse más frecuentemente en el lugar del jabalí de Erimanto,
puesto que está asociada con la elección de Quirón de renunciar a su inmortalidad poniéndose en el lugar de Prometeo.
En algunas variaciones Heracles conoce al principio o al final de su tarea a Anteo, quien era invencible siempre que estuviese
en contacto con su madre, Gea, la Tierra. Heracles mató a Anteo separándole de la tierra, suspendido de un árbol.
Ocasionalmente alguna versión cuenta que Heracles se detuvo en Egipto, donde el rey Busiris decidió hacer de él su
sacrificio anual, pero Heracles rompió sus cadenas.
Llegando finalmente al jardín de las hespérides, Heracles engañó a Atlas para que recuperase algunas manzanas de oro
ofreciéndose a sujetar el cielo mientras iba a buscarlas (en esta historia Atlas podría tomarlas pues sería el padre de las
hespérides). Al volver con las manzanas, Atlas decidió no aceptar la devolución de los cielos, y dijo que él mismo llevaría las
manzanas a Euristeo, pero Heracles le engañó de nuevo pidiéndole que sujetase el cielo un momento para que pudiera
ponerse su capa como almohadilla sobre los hombros, a lo que éste accedió. Entonces Heracles tomó las manzanas y se
marchó. Según una versión alternativa, Heracles habría matado a Ladón.
Heracles fue la única persona que logró robar las manzanas, aunque Atenea las devolvió más tarde a su lugar apropiado en el
jardín.
A la izquierda, imagen contemporánea de Cerbero;
a la derecha, Heracles acercándose a Cerbero (cerámica griega)
El último de los doce trabajos de Heracles fue capturar a Cerbero. Viajó primero a Eleusis para ser iniciado en los misterios
eleusinos y aprender así cómo entrar y salir vivo del Hades, y de paso para absolverse a sí mismo de la culpa por haber
matado a sus hijos. Encontró la entrada al inframundo en Tanaerum. Atenea y Hermes le ayudaron a traspasar la entrada a la
ida y a la vuelta. Gracias a la insistencia de Hermes y a su propio aspecto fiero, Caronte le llevó en su barca a través del
Aqueronte.
Mientras estaba en el inframundo, Heracles liberó a Teseo, pero la tierra tembló cuando intentó liberar a Pirítoo, por lo que
tuvo que dejarlo atrás. Ambos habían sido encarcelados por Hades, quien los había sujetado mágicamente a un banco cuando
intentaron secuestrar a Perséfone. Dicha magia era tan fuerte que cuando Heracles tiró de Teseo para liberarlo, parte de los
muslos de éste quedaron pegados al banco, lo que explicaría por qué sus descendientes tenían muslos notablemente delgados.
En algunas versiones, Heracles simplemente pidió permiso a Hades para llevarse a Cerbero, a lo que éste accedió siempre que
Heracles no hiciera daño al perro, pero en otras versiones Heracles disparó una flecha a Hades. Tras esto, en algunas
versiones Heracles luchó con el perro y lo arrastró fuera del Hades, pasando por la cueva Aquerusia, pero en otras Heracles
trató con amabilidad al fiero perro por primera vez, y éste le acompañó afuera dócilmente.
Heracles arrastrando a Cerbero (metopa del templo de Zeus en Olimpia)
El centauro Neso rapta a Deyanira, (cerámicas griegas)

Deyanira ofrece a Heracles la túnica untada con veneno (cerámica griega)


El Minotauro (escultura griega)

A la izquierda, imagen contemporánea del Minotauro;


a la derecha, Teseo dando muerte al Minotauro (cerámica griega)
Ariadna abandonada en Naxos (pintura contemporánea)

Los mensajeros de Agamenón se llevan a Briseida de la tienda de Aquiles,


quien,
sentado sobre una silla y lleno de tristeza, se cubre el cuerpo y la cabeza
con un manto
Aquiles vendando una herida a Patroclo, su amigo íntimo (cerámica griega)

Príamo visita a Aquiles para pedirle el cadáver de su hijo Héctor, que yace
bajo el triclinio del héroe
El sacerdote Laocoonte y sus dos hijos atacados por la serpiente marina
(grupo escultórico helenístico)
El caballo de madera es introducido en Troya (grabado contemporáneo)

Ulises y sus compañeros ciegan al cíclope Polifemo (cerámica griega)


Ulises huye de la cueva oculto bajo un carnero (cerámica griega)

Ulises acechado por las Sirenas (cerámica griega y pintura


contemporánea)
Nausícaa guiando a Ulises hasta el palacio de su padre Alcínoo (ilustración
contemporánea)
Telémaco y Penélope ante el telar (cerámica griega)

Los pretendientes descubren el engaño de Penélope (ilustración


contemporánea)
Euriclea lava los pies a Ulises y lo reconoce por la cicatriz de la pierna
(cerámica griega)

La matanza de los pretendientes (cerámica griega)


O21.4 "Odysseus and the Seirenes"
Athenian Black Figure Oinochoe C6th BC
New York, Callimanopoulos

Detail: Three Seirenes playing musical instruments (lyre, pipes) attempt to charm Odysseus and his crew (only the forepart of his ship is
here shown)

O21.4 "Odysseus and the Seirenes"


Athenian Black Figure Lekythos C6th BC
Athens, National Museum CC958

Detail: A pipe-playing Seiren attempts to charm Odysseus, bound to the ship's mast, with her music

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