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i La nocién de cultura Introduceién Explicar el concepto “cultura” no es facil. En primer lugar, por su grado de abstraccién y por la diversidad y complejidad de los temas que abarea. Ade- més, hay que tener en cuenta el careter histérico de los conceptos; en este caso, su contenido y su aleance han ido cambiando con el paso del tiempo y han sido numerosos los intentos realizados para acotar su sentido. Se trata de un concepto muy utilizado pero no hay acuerdo en cuanto a su definicién, y alos, muchos y diversos significados que le son atribuidos en el campo de lasicien— ccias sociales se agregan los que surgen del/sentido comin: ae Es frecuente usar “cultura” en e(Sentido de erudicién ye refinamiento, lo que tiene alguna relacién con su etimologia que remite a la accién de cultivar? ‘También se suele emplear el término para referirse a cierto tipo dé hienes,)los, vineulados con las artes, la educacién, los libros y, con frecuencia, con los pro- ductos de las industrias culturales. Como se ver4 mas adelante, nos aparta- mos de estos significados reduccionistas que acotan su aleance y sostenemos que la cultura esta presente en todos los niveles de la vida humana: en la)< identidad, en las manifestaciones y caracteristicas de todo grupo humano, en / el pensamiento del hombre y en sus producciones y practicas de todo tipo. | 1. Aunque la preccupacién por la diverscad de los grupos humanos y por las caracteristicas dela fiesta desde los mas antiguas wcidn de cultura Fo ‘Mario Margulis 1 sigl6.xux prevalecieron en Europa lag teorias racialista’ que giraban no a la hipétesis de la superioridad del hombre europe, blanco y moder- wro¥, 1991) ante la necesidad por parte de las metrépolis de gobernar y ‘strar a esos pueblos con los que prontamente establecieron una rela- El tema es complejo; hay una enorme cantidad de definiciones que se han jo -sobre todo en el campo de la antropologia— y los problemas precisar su sentido ratifican que la nocién de cultura es abstracta y difi- embargo, reiteradamente ha sido presentada como oposicién a algo ador: a la nocién de naturaleza humana, muy presente en los pensa- dores de la Dustracién.? aun hipotético hombre natural, a firmes creencias en su superioridad intelectual y moral, la que se suponia stente con el nivel mas elevado que los blancos de origen europeo habrian inzado en el proceso evolutivo. Bsos criterios eran compartidos por pensa- jores de la época considerados progresistas. Las teorias cientificas entonces ‘on boga sostenfan que los pueblos més pobres y atrasados técnicamente | fran porque estaban atin en etapas infantiles de su desarrollo evolutivo: la humanidad avanzaba desde las etapas més simples y primitivas hacia el ‘pro- reso” y la “civilizacién” que -sin duda— eran atributos del hombre blaneo (ecidental. Estas ideas, ampliamente compartidas por gran cantidad de inte- Jectuales del siglo XIX, eran titiles para justificar la expansi6n territorial que (aracteriz6 la politica de los principales paises de Europa y también de Rusia Yide Estados Unidos.¢ ‘A pesar de estos comienzos, la antropologia se va abriendo camino hacia 1 conocimiento y al ir madurando como disciplina comienza a preguntarse por las caracteristicas y la légica interna de la diversidad en los pueblos que bbserva; en consecuencia, va avanzando gradualmente hacia la comprensién fh respeto paro diferente. Y ahf se advierte la importancia del concepto de 5 variaciones observadas serfan meras apariencias, modali- dades de la actuacién de un ser humano genérico, postulado como unénime y ivetsal. Frente a esta idea que prevalecia entre los pensadores del siglo XVII, ¥ en contraste con ella, aparece la evidencia creciente de la enorme va- riedad de formas de vida humana, partir de la gran expansién de la navegacién desde principios del si creciente contacto de los euro- 108 con sociedades lejanas. Estas evi se vineularon con la gradual constitucién de la antropologfa en el marco de las exploraciones y los descubri mientos que se sucedieron clesde comienzos del siglo XIX y del desarrollo del colonialismo protagonizado por Inglaterra y otras potencias europeas (Fran- cia, Holanda, Bélgica, Portugal, Espana y més tardiamente Alemania). Con el avance tecnolégico relacionado con la Revolucién Industrial que in- cluyé grandes mejoras en el Ambito de la navegacién, los europeos se pusieron en contacto con pueblos muy disimiles, con costumbres y lenguas diferentes. En ese contexto ~basicamente colonizador y euroeéntrico- comenzé a desarro- arse la antropologia, Se fue constrayendo como una disciplina que reflexio- naba sobre las costumbres y las formas de vida extrafias que se presentaban en las distantes regiones exploradas y colonizadas por los europeos, lo que era lo otro, una ciencia de lo exético, desarrollada por los paises més ricos que estudiaban a otros pueblos extraiios y pobres que fueron objeto de conquista y explotacion. tura para ir expresando esas caracteristicas tan disfmiles que presentan pusblos con los que se entra en contacto: costumbres a veces muy diferen- os, logicas de vida distintas, multiples lenguas, variedad de religiones, de formas de gobierno, diversidad en las formas de familia y en los regimenes Mhatrimoniales y, en general, en las maneras de relacionarse con el mundo. Jin cultura empieza a ser eoncebida como “el estilo de vida de un pueblo” (Geertz, 1996: 51).7 ad z a {3 "Bl nacimtenta de un concepto cientifice de cultura equivalia ala demolicin (0, or lo menos, Lotro calonizado tuvo que sor prosentado como racial, psicoldgiea y eulturalmente inferior a metropolis, para que la expansién colonial pudieae justficarse y legitimarso" (Stavenhagen, 1994: 19 1h Se va manifestando el eardcter racializado y profundamente euroeéntrio que habia adquirido ‘ldliscurso dominante en el siglo xix. Las teorfas en boga formas del evolucionisme, darwinismo tura. Habiendo buseadola comple- jams habian imaginado, los antro ‘ologes se vieroa empeiados en tun tortuoso esfverzo para ordenazla, Yel finde este proceso no ‘todavia als vista’ (Geertz, 1990; 43). 9 concepeiones actuales de cultura ya muy poco es naturaleza, El hombre no es natural Mario Margulis Entre los antecedentes del concepto “cultura” también hay que tener en cuenta las transformaciones de las naciones europeas en el siglo xtx; en partic cular la unificacién de Alemania. La palabra Kultur, que queria expresar el sentido profundo del espiritu alemsn, su identidad, se opuso en un principio a “civilizacién”, concepto referido, sobre todo, a I: que caracterizaban a la corte francesa y que frente ala corte-, fue transformdndose en nacional: alemanas respecto de otros pueblos, particularmente la c La cultura reflejaba lo caracteristico de eada pueblo, su identidad (el Geis geno de ese nehle), Yaa Gnales del siglo xVII ohana Gotitied Herder plane teaba la-diversidad)de las culturas partiendo de la multiplicidad de las len- gnas; fue un adelantado si se tiene en cuenta la forma actual de concel cultura, Herder pretendia expresar las peculiaridades y la idiosincrasia de Gadiapueblo en opsicién a la ides de universalism dela franeses, propia leks dad, a su orgullo, @su-espiritu particular. Fue en cierto sentido un precursor del relativismo cultural.4 Esos conceptos, que apelaban al particular estilo de un pueblo (VIET que se acufiaron en un contexto epocal de emaneipacién y progreso, fueron deformados cien afios después en Alemania y Austria por los tebricos racistas de ese tiempo y utilizados en forma siniestra por el nazismo medio siglo mas tarde.” ‘Tal vez la definicién més aceptada por la antropologia del siglo xrx es la que en 1871 propone Edward Burnett Tylor en su obra ive Culture. Segin ‘Tylor, “cultura o civilizacién, tomadas en su sentido etnoldgico mas extenso, es todo complejo que comprende las ereencias, el arte, Ia moral, el derecho, las costumbres y las otras capacidades o habitos adquiridos por el hombre en tan- to miembro de la sociedad”.** Esta definiciGn se correspondia con el modo en que en esa época era usado el concepto “cultura”, referido sobre todo a socieda- ay la identidad 48, “Horder, en un texto polémico fundamental, on nombre del -genio nacional» de cada pueblo (olisgeist) tomaba partido por la diversidad de Jas eultu ‘contra del universalismo uniformador de «Las Lue (Cuche, 1999: 17), £8, Sobre todo con el eniplea del téemino blomética en los discursos del partido znazi, que le imprimaié al término wn fuerte tine racsta y antsemsita del que cazecia en tiempos de Herder 10. Bl antrop6logo brtanico Bdward Burne antropologin on Gran Bretaaa.y fue e! primer tit) 892-1917) ool ft de unn edtedra de antropalogia en (1 La necién de eulsura Ey des noindustrializadas y muy diferentes de las europeas. La nocién de cultura tendfa a designar a esas 50 jerdindolas un todo complejo, inelu- yendo sus multiples particularidades. Abarcaba a una totalidad y era seme- Jjante en su aleance al coneepto “formacién social” que fue muy usado por algu- ‘nos escritores marxistas, sobre todo Louis Althusser y sus seguidores, ademés de sus comentaristas y eriticos, alrededor de los atios 60 y'70 del siglo Xx (pero cen este caso referido a toda clase de sociedades y sobre todo a aquellas en que iominaba el modo de produccién capitalista). La definicién de Tylor, des- iva y enumerativa, fue tipiea de la época y de un periodo en la evolucién le la antropologia. Niversos procesps y.acontecimientos-en-la,sociedad. tal jeron para que la nocién de cultura se orientara hacia definicio= nes menos abarcativas: entre estos acontecimientos debemos mencionar Tos~ cambios tecnologitos €tila primes lel siglo Xx, intluyendop}agsarrollo de los medios masivos de comunicacién, las dos guerras mundiale€y la inten; sa urbanizacién;-en-el-campo de Ja antropologia influyé la tendencia crecien ‘extender el émbito de aplicacién de sus estudios hacia la propia sociedad, superando su dedicacién exclusiva al estudio de sociedades sencillas y tecnold- gicamente atrasadas desde la perspectiva de los pafses dominantes. Las in- vvestigaciones de los antropélogos comenzaron a incluir el estudio de las comu- nidades campesinas del propio pais 0 de pafses vecinos y, también, las comuni- dades de inmigrantes o sectores especiales de la poblacién urbana. En los cam- > >" ae ‘Los antropélogos éomenzaron tempranamente a tomar coneiencia de que el contacto con los europeos contribuia a la deformacién o la desaparicién de las se acentué la comunicacién con Occidente, especialmente el ingreso en nuevos cireuitos de eomercio e intereambio sumado a los efectos de la administracion cacién modernos. Ante la urgente necesidad de preservar de alguna manera 0s desarrollos culturalos relativamente auténomos, muchos antropélogos se y, sobre todo, los lenguajes, frente a la creciente amenaza de contaminacién y eventual desaparicién. Porque cada lengua es un tesoro, una produccién origi- de su historia; hay alguna semejanza con los tesoros genéticos —plantas y se- millas~ producidos en el mundo vegetal a lo largo del tiempo, que ahora se indole semejante ha sido el esfuerzo realizado para la descripcién de las cultu- ras yel registro de las lenguas que, efectivamente, en algunos easos desapare- to con otros pueblos y sobre todo con las potencias colonialistas. Esas culturas originales y diversas que se han ido estudiando y describiendo ~principalmen- Emest Bloch, Fernand Braudel, Georges Duby, Jacques Le Goff, ademas de t6ricos. Bl coneepto “cultura” fue modificando su aleance: pasé gradualmente pe iy ae culturas que estudiaban. Eso fue lo que efectivamente comenz6 a ocurrir cuando colonial y, més adelante, la influencia del turismo y de los medios de comuni- ‘ocuparon de registrar, coleccionar y tratar de resguardar esos variados rasgos -petible elaborada por un pueblo en sus précticas hablantes a lo largo trata de resguardar ante los riesgos evidentes de répida desaparieién."” De cieron y en otros se mezelaron, cambiaron o se degradaron al entrar en contac- te on el siglo xix- tendieron a deformarse y a perder sus caracteristicas y, 1a nveién de cultura Fy jentablemente, mucho de esa riqueza cultural y numerosas lenguas, com- jas, originales e irrepetibles, se han perdi Para muchos el lenguaje es ¢1 nivel més convonionte y accesible para abor- dar el estudio de la cultura. Una lengua es algo muy rico y complejo: puede decirse que contiene lo principal de cada cultura. A partir de la perspectiva Ja cultura, euyo centro son los signos y la significacién, la lengua se nos presenta tani ib ee aaa otal parcial sce aca ymponen una cultura. La nocién de cultura que se ha ido elabo- rando en el sigkoXEX'y Ta primera mitad del Xx ha tendido a ser descriptiva: sobre todo un inventario de rasgos, una coleccién de normas, costumbres institueiones. A partir del gran interés por la cultura manifestado en diferen- seiplinas sociales durante el siglo XX y, en especial, por el gran desarrollo ‘tad del siglo XX las definiciones se fueron orientando hacia el plano de las signifieaciones."* El coneepto de cultura que propugno y euya utilidad procuran de- ‘mostrar los ensayos que siguen es esencialmente un concepto si co. Creyendo con Max Weber que el hombre es un anim: tramas de significacién que él mismo ha tejido, considero a es esa urdimbre y que al andlisis de la eultura ha de ser, po jusea de significaciones. Lo que busco es la explicacién, inter~ sado expresionos goeiales que con enigmétieas on su superficie (Geertz, 1990: 20) Es muy importante partir de una caracteristiea prineipal del ser humano: @Lhombre se relaciona con el mundo a través de signos; es su modo de vincula- fi6n con los cbjetos materiales e inmateriales, ton Tos problemas y eon los Jsnberes, con lo que siente y lo que percibe. Bl signo)es un mediador entre el Hombre mismo y los procesos materiales o inmaterfales que presenta la exis- foncia, BI hombre ha desarrollado (y es tal vez el rasgo particular que lo hace }iumano) esa eapacidad de significar. Es su peculiaridad més general e impor- ensamos en gilfstico (que es una de las clases de signos), fertimos que una palabra es un sonido, es decir, algo material que repre- Hidward Sapir, muy tempranamente ~en una obra publicada en 1921-, planteaba que la len- ‘ora Ja base principal de la caltura Al respecto, véas Jmente el elebre capitulo 1, “La deseripein densa hacia una teoria id ln eultura" (en Gacrt, 4 2 Mario Mangulis in sentido}'Sobre esa base el hombre se relaciona con otros hombres, se relaciona con el mundo y articula Jos procesos de comunicaci Lo que solemos llamar “realidad” -el mundo que nos rodea y sus aconteci- mientos, y también nuestro mundo interior 1o captamos y procesamos por medio de esos signos. Los signos son elaborados social y culturalmente, es decir, son producidos. por un grupo humano en su interaccién reefproca a lo largo del tiempo; por consiguiente las palabras son construidas histricamen- te por hombres y mujeres en suvida social: agrupan hechos del mundo externo 0 interno, objetos, ideas o sentimientos y nos permiten clasificar de alguna forma, nombrar e inteligir, o sea, comunicarnos y referirnos a la inmensa va- riedad de objetos que nos presenta el mundo. Incluyen objetos sensibles 0 inte- ligibles de alguna otra manera, también objetos imaginarios (unicornios, fan- tasmas, los dioses 0 los dingeles) a los que nos referimos, que agrupamos y comunicamos por medio de signos. Somos poseedores de signos y esos signos ngs oFientan frente al mundo, Una lengua posee entre sus diferentes signos el signo “mesa")y éste refiere a la inmensa variedad de mesas de todo tipo. Lo que podemos observar y entra en nuestro campo perceptivo no ¢s el concepto (que indica la enorme cantidad de mesas posibles de toda forma, color y tamaiio) sino la mesa particular que identificamos como incluida en ese con- cepto y que ubicamos dentro de esa clase de objetos; es una clasificacion que proporciona la lengua que es una parte de la cultura. Una mesa 0 un arbol es algo comprensible y verificable con nuestros sentidos, pero también dispone- ‘mos de signos como “amor” o “deb jen” o “mal” 0 “ética” que se refieren a cosas mucho menos precisas y tangibles, pero que son igualmente elementos ‘que integran nuestra cultura y que desempefian un papel importante en la interaceién y en la comunicacién. ‘Los.signos lingiifsticos son una construcci6n humana. Cada signo lingufsti- coconstituye una forma posible de agrupar objetos, una clasificacién acerca de algo existente (aunque sea imaginario) en el mundo concreto o en la fantasia, y podriamos decir que implica una manera, entre otras posibles, de eonstruir Jaxealidad y de experimentar ol mundo socal y fisico, afectivo o imaginario, (Es nos envuelve. Por consiguiente, lo que llamamos “realidad” est en gran me senta una id jediia determinado por los signos con los cuales la apresamos y nos la comu- icamos. Lo que consideramos “realidad” en nuestra vida cotidiana depende de los modos de percibir, significar y clasificar caracteristicos de nuestra cul- tura-y en especial, sus cédigos linguifsticos~ que se manifiestan en los signos y sentidos que son construidos por la interaccién humana en el devenir de la vida social. In sintesis, el concepto de cultura que empleamos esté en el plano de los signos, en esta habilidad especial del ser humano que le permite signifi- car, manejarse con signos, reemplazar en la comunicacién o en el pensamiento el mundo material 0 social al que pertenece, y los objetos que lo integran, por , inteligibles y comunicables. a novin de eultara 2 Cultura y naturaleza Volvamos ahora a la relacién entre naturaleza y cultura que sefialamos ;eriormente: habiamos dicho que frente a la nocién de naturaleza humana, , se desarrolla la nocién de cultu- izado por el hombre" y, sobre todo, sn las sociedades humanas. Despier- tan interés las variadas y extrafias sociedades que desarrollaron culturas di- es y han producido sus propios idiomas a lo largo de su historia. En su Haridades y su lejanfa respecto de los a Jas formas de vivir, de apreciar, do percibir, de gustar, de juzgar lo que 0 injusto, To bueno 010 malo, Io fo0 oo bello, dando cuenta de las formas particulares ~caracteristicas de tada cultura de relacionarse con ¢] mundo y de resolver los problemas de la exis- tencia, que muchas veces son claramente contrastantes con los patrones que \eblos europeos han llegado a considerar naturales. Cada idioma creado. _ por un grupo humano implica-una-teoria-sobre-la-realidad, una manera de (lasificar la realidad y a veces incluso de crear la realidad. Y hablar otro idio- ma nos permite a veces acceder a otro mundo cognitivo y a otro mundo senso- rial, a otro mundo sensible, a otras percepciones, a otros afectos. enguaje se presenta como el aspecto més accesible para abordar el estu- una cultura, La Jengua es un sistema que contiene y remite a otros histemas: en su préctica, ademés de los e6digos lingissticos, se metacomuni- fonn también otros e6digos. Perder un idioma (y hay muchos idiomas extingui- flos) es perder también un tesoro de saberes y de maneras de entender el mun- do que contiene Ia cultura que generé ese idioma. Una vez que ese fda, deja de usarse, se torna n omo es imposible recuperar una planta cuyos genes se han | Nada es natural en el comportamiento humano: las formas de responder a Jaw necesidades han sido procesadas por cada cultura, incluyendo las mas bé- ‘sicas como el hambre, la necesidad de abrigo, la sexuallidad y el afecto: es asi 0 se han observado préctieas muy diferentes y variadas en las distintas Jedades investigadas. No existe el hombre natural2E] hombre es producto Juna cultura que los integrantes de una sociedad van constrayendo y trans- itiondo de generacién en generacién, socializando continuamente a nuevos Wividuos que reciben e incorporan la herencia cultural. La cultura es pro- iecién de los hombres y las mujeres en su vida social y esta en constante ‘oambio, La construccién historiea de una cultura es realizada por un grupo fon un mundo ya modifiado por su presencia y ¢1, en tanto colectivo, es Maan acre or euyo medio sorelaciona, comuniea y percibe.

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