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REALISMO y NATURALISMO
El Realismo es una tendencia artística que persigue reflejar los problemas del
individuo en su entorno, en su medio social. Pretende reaccionar contra los excesos
románticos, por lo que sustituyó el idealismo por el racionalismo y la imaginación por la
observación, pues pretendía reflejar la vida cotidiana y social tal y como es. Si el romántico
busca la inspiración en el mundo interior, el realista muestra la realidad exterior de forma
objetiva y despersonalizada. Coincide con la consolidación en el poder de la burguesía, que,
una vez alcanzado, abandona los ideales revolucionarios y se vuelve conservadora.
o Narrador omnisciente. Controla hasta el último detalle lo que va a contar, conoce hasta
el fondo a sus personajes, organiza el tiempo y los hechos a su antojo, cambia la
perspectiva según su voluntad e interviene frecuentemente en el relato emitiendo juicios
o avanzando hechos que sucederán más tarde (prolepsis).
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o Estructura lineal. Los hechos transcurren de forma lineal, aunque, a veces, se intercales
episodios pasados que interrumpen solo provisionalmente el hilo narrativo.
En las últimas décadas del siglo XIX comenzaron a llegar a España las novedades de la
estética naturalista, impulsada por el francés Émile Zola. El Naturalismo considera
determinante la influencia de los factores biológicos y ambientales en la formación del
carácter y de la personalidad y defendía la validez de un análisis minucioso de la conducta
humana. Como consecuencia, las narraciones naturalistas mostraron a menudo temas sórdidos
y escabrosos con técnicas objetivas y detalladas en la descripción de personajes y situaciones,
ya que veían la sociedad, cuyos males denuncian, como un cuerpo enfermo. En España su
influjo fue escaso y sólo influyó de forma limitada en algunos escritores: Galdós, Clarín, la
Pardo Bazán, en cuyo ensayo La cuestión palpitante rechaza el determinismo materialista de
Zola, y Blasco lbáñez.
Al final de este siglo, la estética realista entra en crisis y surgen otros movimientos
estéticos en Europa: Impresionismo, Parnasianismo, Simbolismo, Modernismo, etc.
NOVELISTAS REALISTAS.
Los distintos puntos de vista con que se enfocan los temas marcan principalmente la
diferencia entre los escritores.
Los hay que fustigaron las nuevas costumbres y actitudes desde la ortodoxia católica:
• José M' de Pereda, cuyas novelas más apreciadas por la crítica son las que tratan de
los paisajes, costumbres y tipos de su tierra cántabra. Obras como Sotileza, un canto a
la vida, llena de peligros y sacrificios de las gentes del mar o Peñas arriba, la novela
de la montaña.
• Juan Valera, cuya obra más famosa es la novela epistolar Pepita Jiménez, en que
refleja la lucha interior del seminarista Luis entre los sentimientos religiosos y el amor
que siente hacia Pepita, joven viuda a la que pretende su padre.
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• Emilia Pardo Bazán, cuyo naturalismo excluye el determinismo social, suavizado por
su visión religiosa y optimista de la sociedad, en obras como Los pazos de Ulloa y La
madre naturaleza, en que plantea el choque entre dos formas de vida: las costumbres
primitivas de la vida rural y las formas civilizadas de la ciudad.
Y los partidarios del progreso, que criticaron agudamente las contradicciones más
sangrantes de su tiempo:
Fue también un gran escritor de cuentos, ¡Adiós, cordera¡, y novelas cortas, Doña
Berta, en los que destaca su espíritu crítico y su sensibilidad hacia las situaciones
humanas.
Encarna, por su extensión y calidad, lo mejor del realismo decimonónico. Nació en Las Palmas
de Gran Canaria, en el seno de una familia acomodada de clase media. A los dieciocho años se trasladó
a Madrid para estudiar Derecho, pero abandonó los estudios para dedicarse a escribir. Viajó por varios
países europeos e intervino en política como diputado. Sus ideas liberales y republicanas perjudicaron
su carrera de escritor. Así, no fue elegido miembro de la RAE hasta 1894 y se boicoteó su candidatura
al Nobel. En los últimos años, quedó ciego y sufrió dificultades económicas.
Fue uno de los escritores más prolífico de la época, con unas 80 novelas, 24 obras teatrales,
Artículos y ensayos. Desde sus primeras obras aborda los grandes problemas de la sociedad española:
las libertades individuales, la educación, la libertad religiosa, el progreso, el anticlericalismo, la
miseria... que tratará desde diversas perspectivas. La clase media urbana y el pueblo constituyen el
material inagotable del que parte. En su narrativa se distinguen:
Episodios Nacionales:
Constituidos por 46 novelas agrupadas en cinco series de diez obras cada una, excepto la última.
En ellas ofrece una crónica de los conflictos que marcaron la historia de España, es la historia novelada
del s. XIX, desde la Batalla de Trafalgar en 1805, hasta el comienzo de la Restauración en 1875.
En la 1ª serie narra la guerra de la Independencia y en ella predomina el tono patriótico frente al
invasor, mientras que en la 2ª relata el reinado de Fernando VII y la lucha entre las dos Españas, entre
absolutistas y liberales, representados por dos hermanos hostiles.
A ellas pertenecen los episodios más famosos: Trafalgar, El dos de mayo, Zaragoza...
Las demás series comprenden la 1ª guerra carlista, el reinado de Isabel II, su expulsión y el comienzo
de la Restauración.
En ellas Galdós manifiesta una actitud más crítica ante la intolerancia de los españoles.
Con esta obra Galdós creó un nuevo tipo de novela histórica, distinta de la romántica por su esfuerzo en
la documentación y su propósito de objetividad.
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- Las novelas de la primera época:
Escritas en la década de los setenta, destacan las novelas de tesis: Doña Perfecta, Gloria y La familia
de León Roch, en las que critica la intolerancia y el fanatismo. Para desarrollar esta crítica, el autor
presenta el enfrentamiento entre dos mundos opuestos: el tradicional, de una religiosidad intransigente
y sectaria, y el progresista, partidario de lo liberal y moderno. Así, Doña Perfecta narra la lucha entre la
intolerante protagonista y el joven ingeniero Pepe Rey, en el ambiente provinciano de Orbajosa.
A este periodo pertenece también Marianela, dramática novela que cuenta el golpe sufrido por la Nela
cuando es abandonada por el joven ciego a quien servía de lazarillo, tras recuperar la vista y comprobar
la fealdad de la joven.
Las Novelas españolas contemporáneas:
Así denominó a las 24 novelas publicadas entre 1881 y 1889. En ellas describe la sociedad
contemporánea, y por sus páginas desfilan las distintas clases sociales, especialmente las clases medias
madrileñas. Ahora se muestra más imparcial, no divide a los personajes esquemáticamente en buenos y
malos, sino que los retrata de forma más profunda y compleja. La novela maestra de este periodo es
Fortunata y Jacinta, en la que narra la relación de Juanito Santa Cruz con su mujer Jacinta, ambos
pertenecientes a la burguesía madrileña, y con su querida, Fortunata, una joven de clase baja, que
representa los valores del pueblo llano, que chocan contra las convenciones morales de la época. Al
final, Fortunata muere, después de entregar su hijo a Jacinta, como murieron los ideales de la Gloriosa.
En esta novela alcanza su cumbre el realismo galdosiano, que no es ya un simple retrato verosímil de
caracteres y ambientes, sino que incorpora recuerdos, sueños, imaginación, locura, símbolos...
Otras novelas son Tormento, Miau y Torquemada en la hoguera.
Las novelas espirituales:
En la década de 1990, se centra en los temas espirituales y morales, sin abandonar la observación
detallada de la realidad. Novelas como Nazarin y Misericordia, en la que destaca la figura de la
protagonista, la señá Benina, quien pasa privaciones para ayudar a los demás. En ellas ensaya
originales procedimientos narrativos: novelas dialogadas, narraciones epistolares, introducción de
elementos fantásticos...
El interés de su obra reside en que supo trazar un panorama de la sociedad contemporánea, en el que
refleja su visión total de la historia coetánea de España. Admirado y discutido en su tiempo, ha sufrido
altibajos en la estimación posterior. En los años 20 y 30, era moda despreciar su obra. Su fama empezó
a crecer cuando la literatura, en la década de los 50, se orienta hacia un realismo social y crítico. Hoy,
Galdós, representa una de las cimas de la novela española, siguiendo los pasos de su gran modelo,
Cervantes.