EL DERECHO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR, ¿ES DE CORTE
PURAMENTE ADMINISTRATIVO O TIENE TINTES DE DERECHO
PENAL?
En el presente ensayo, se analizará de forma detallada la función del
derecho administrativo sancionador, con la finalidad de verificar si únicamente es de corte puramente administrativo o tiene relación íntima con el derecho penal. Esto debido a que el estado de una u otra forma tiene la facultad de sancionar y hacer que las sanciones impuestas se cumplan de forma coactiva al sujeto que a su decir infringió la norma establecida.
Al paso del tiempo, tratadistas del derecho administrativo han tenido la
intensión de generar una disciplina independiente que sea integrada por la normativa que se encarga de regular el ilícito administrativo, ante lo cual se incluyen los delitos e infracciones o faltas administrativas, disciplina a la cual se le denomina DERECHO PENAL ADMINISTRATIVO (Lucero, 1996)
Para Andrés Serra Rojas, el derecho penal administrativo es aquella rama
que propone un estudio especializado sobre las categorías delictivas y las sanciones que tiene a su disposición el estado para el aseguramiento del orden público, así como para lograr un funcionamiento acorde de los servidores públicos.
Por otra parte nuestra legislación en el numeral 109 de la carta magna
regula a la letra tanto los delitos como las infracciones:
“Artículo 109. Los servidores públicos y particulares que
incurran en responsabilidad frente al Estado, serán sancionados conforme a lo siguiente: II. La comisión de delitos por parte de cualquier servidor público o particulares que incurran en hechos de corrupción, será sancionada en los términos de la legislación penal aplicable.
Las leyes determinarán los casos y las circunstancias en
los que se deba sancionar penalmente por causa de enriquecimiento ilícito a los servidores públicos que durante el tiempo de su encargo, o por motivos del mismo, por sí o por interpósita persona, aumenten su patrimonio, adquieran bienes o se conduzcan como dueños sobre ellos, cuya procedencia lícita no pudiesen justificar. Las leyes penales sancionarán con el decomiso y con la privación de la propiedad de dichos bienes, además de las otras penas que correspondan;”
Ahora bien, cabe definir acorde a la Suprema Corte de Justicia de la Nación
que entiende como Derecho Administrativo Sancionador, ante lo cual resulta ilustrativo el criterio jurisprudencial numero 2013954, de la decima época, publicado en la Gaceta del Semanario Judiciald e la Federación, mismo que a la letra reza:
“DERECHO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR. CONCEPTO
DE SANCIÓN QUE DA LUGAR A SU APLICACIÓN.
El término "sanción" es ambiguo, pues admite distintas formas o
tiene significados diversos. En principio, se concluye que la sanción jurídica es, desde un punto de vista estructural, una reacción - positiva o negativa- frente a ciertas conductas establecidas por el derecho. Ahora bien, partiendo de la noción de sanción que se centra en la reacción negativa prevista por el derecho frente a ciertas conductas, es posible distinguir diferentes acepciones cuya naturaleza diverge considerablemente una de la otra. Así, por ejemplo, la nulidad de un acto puede considerarse como una sanción, pero aquella que establece una consecuencia para el incumplimiento de ciertos requisitos de validez o existencia de un acto jurídico es distinta de la sanción entendida como reproche de una conducta que se desvía de la juridicidad y que da lugar al surgimiento de responsabilidad -civil, política, administrativa o penal-. A partir de los precedentes de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en los que se ha dicho que el derecho administrativo tiene dos grandes vertientes, dependiendo de si el Estado actúa en su faceta reguladora -en ejercicio de su facultad constitucional de planificación de actividades económicas, sociales y culturales, para la realización de ciertos fines- o en la de policía o vigilante, resulta evidente que, aun cuando ambas facetas prevén la imposición de sanciones -comprendiendo incluso nulidades-, sólo la faceta de "Estado-policía" prevé la posibilidad de sancionar, en sentido estricto, infracciones administrativas que dan lugar al surgimiento de responsabilidad a cargo de las y los servidores públicos mediante el uso de la potestad punitiva. Es precisamente éste el ámbito en el cual tiene cabida la intervención de los órganos internos de control y de los tribunales administrativos y en el que, atendiendo a la proyección que tiene sobre la vida de las personas, se ha considerado necesario reconocer la existencia de un debido proceso administrativo, con los alcances que le han dado este alto tribunal y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En estos términos, estaremos ante una manifestación del derecho administrativo sancionador cuando el procedimiento: 1) presuponga la existencia de un tipo administrativo que conlleve el reproche a una infracción - que entrañe la transgresión a la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deban observarse en el desempeño de sus empleos, cargos o comisiones públicos- y dé lugar al surgimiento de responsabilidad administrativa; 2) se siga en forma de juicio, en el cual se determine si la conducta -acción u omisión- de quien desempeñe el servicio público contraviene aquellas prohibiciones a las cuales se sujeta el ejercicio de su función; y, 3) tenga por finalidad procurar la correcta actuación de los servidores públicos, sancionar a los infractores y, en su caso, lograr la restitución de aquellos bienes jurídicos que fueron afectados con su irregular actuación.”
Como podemos observar el apartado tres de la jurisprudencia en mención,
versa sobre la correcta actuación de los servidores públicos, es decir que los mismos pueden incurrir en un ilícito, luego entonces y con relación al numeral 109 fracción II, segundo párrafo (antes citado), pueden ser juzgados en el ámbito penal.
Ahora bien, la finalidad del derecho administrativo sancionador es
mantener el orden del sistema y reprimir por medios coactivos, aquellas conductas contrarias a las políticas del ente estatal, finalidad que resulta similar a la buscada por el Derecho Penal, ante lo cual cabe destacar la similitud existente entre los principios que rigen al primero, a saber:
Legalidad que consiste en que la acción administrativa debe necesariamente,
adecuarse a la totalidad del sistema normativo escrito, dentro del cual podemos encontrar la tipicidad debido proceso, pro homine, imparcialidad, oficiociosidad, y culpabilidad.
Principios que en su mayoría son retomados en el ámbito penal, ya
que hacen referencia a la tipicidad, así como a los delitos por acción u omisión.