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COLEGIO NACIONALIZADO FEMENINO DE VILLAVICENCIO

PLAN DE MEJORAMIENTO ACADEMICO


AREA: CIENCIAS SOCIALES

NOMBRE DE LA ESTUDIANTE: ___________________________________________________________________

GRADO: DECIMO______________ PERIDODO: TERCERO FECHA: ___________________________


ESTANDAR: Analizo las transformaciones producidas por los grandes conflictos bélicos del siglo XX y XXI

COMPETENCIA: Analiza los conflictos bélicos presentes en las sociedades contemporáneas, sus causas, consecuencias e
incidencias en la vida cotidiana d los pueblos.

SABERES SABER: sustento de manera individual y SABER HACER: presento un trabajo escrito, con
escrita las temáticas vistas en el periodo. las siguientes actividades para ser corregidas

1. Causas de los 1. Argumento sobre las causas directas e 1- Elabore un gráfico mental, donde explique
conflictos bélicos indirectas que determinan el inicio de los las causas directas e indirectas que
mundiales. conflictos bélicos mundiales. determinaron el inicio de las dos guerras
mundiales.
2. Relación entre 2. Reconozco los efectos de los grandes
las guerras, las conflictos bélicos en la evolución de la 2- Elabore de un cuadro sinóptico que
ciencias, la ciencia, los avances tecnológicos y el impacto demuestre los efectos de la guerra en la
tecnología y la en la economía. ciencia, la tecnología y la economía
economía.

3. Desarrollo de 3. Describo el desarrollo histórico de las 3- Elabore un mapa conceptual donde explique
las grandes guerras y conflictos internacionales y las el desarrollo y los efectos de los grandes
guerras mundiales. consecuencias que provocaron en la conflictos bélicos.
humanidad.

4. La guerra y la 4- En el siguiente texto encontrarán aspectos


4. Explico y represento las transformaciones
transformación relacionados con los últimos temas tratados en
geopolíticas que se dieron en el mundo
geopolítica clase, deberán ser leídos para resolver los
después de los grandes conflictos bélicos.
siguientes aspectos:
a- Realice una línea de tiempo donde ubique los
conflictos presentados durante la guerra
fría.
b- Explique los tratados o acuerdos propuestos
por ESTADOS UNIDOS y la URSS.
c- Elabore un esquema mental donde explique
que son los países tercermundistas y cuáles
son los indicadores del subdesarrollo ,
factores del subdesarrollo y obstáculos para
su desarrollo.
.

SER: DEBO CUMPLIR A CABALIDAD CON LOS SIGUIENTES ACUERDOS.


Entrego en el tiempo indicado y bien elaborados las actividades del saber hacer el día: ________mes: __________ año: _____
Asisto a la sustentación y muestro interés por superar las dificultades presentadas en el periodo el día: _______ mes:
_______ año_____ Doy a conocer el plan de mejoramiento a mis padres o acudientes.

________________________________ _____________________________________________

Nombre y firma de la estudiante Nombre y firma del padre de familia/ o acudiente


LOS CONFLICTOS DE LA GUERRA FRÍA
La Guerra Fría: América Latina

La segunda guerra mundial dejó importantes consecuencias en los países que habían participado en Millones de muertos y
desaparecidos, de los cuales muchos eran civiles; gente desplazada, en su gran mayoría de Europa del este, al oeste; población
hambrienta y con frío; destrucción de ciudades, algunas reducidas a escombros. Nada quedó sin ser afectado: ni puentes, ni
ferrocarriles, ni caminos, ni transportes. La mano de obra se resintió y grandes extensiones de tierras se perdieron para el
cultivo. La actividad industrial se atrasó, faltaban materias primas, herramientas apropiadas, tecnología moderna y energía. Ante
esta realidad, Europa perdió su papel decisivo en la política internacional, y surgió entonces, un nuevo orden mundial
representado por la hegemonía de los Estados Unidos y de la Unión Soviética, alrededor de los cuales, y formando dos bloques
enfrentados, el bloque occidental y el bloque oriental, se alinearon los restantes países del mundo. La tensión entre ellos dio
lugar a la llamada "Guerra fría" que dominó por completo las relaciones internacionales en la última mitad del siglo XX.
Guerra Fría: La formación de los bloques
Luego de la guerra, tanto los Estados Unidos, como la Unión Soviética, no supieron ponerse de acuerdo acerca de la reordenación
del mundo, pues representaban dos formas de organización política, económica y social muy diferentes. Para los Estados Unidos,
los gobiernos debían garantizar el ejercicio de las libertades individuales, la existencia de organizaciones políticas y sindicales y
la libertad ideológica. Para la Unión Soviética, en cambio, se debía garantizar primeramente la igualdad de oportunidades y la
justicia social. Luego sí, se tendrían en cuenta las libertades individuales.
Estas diferencias, al parecer irreconciliables, hicieron que generaciones enteras viviesen bajo la amenaza de una nueva guerra,
ahora con armas nucleares, que arrasaría todo el planeta.
La URSS dominaba, con el apoyo del Ejército Rojo y de partidos comunistas que eliminaron cualquier opositor, Polonia, Rumania,
Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria, Alemania Oriental, Albania y Yugoslavia. Los EE.UU., controlaron el resto del mundo
capitalista, el hemisferio occidental y los océanos, sin intervenir en la zona soviética. Los conflictos, ahora se producirían en las
regiones pertenecientes a los antiguos imperios coloniales, cuyo fin, ya en 1945 resultaba inminente, sin que se conociese con
claridad que orientación política iban a adoptar los nuevos estados postcoloniales. En Europa, la línea de separación de los bloques
se había trazado según los acuerdos de 1943-1945 llevados adelante por Roosevelt. Churchill y Stalin. Alemania quedó dividida en
Oriental y Occidental, y lo mismo sucedió con su capital, Berlín.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, George Marshali, produjo un programa de ayuda para la reconstrucción de Europa.
El Plan Marshali, otorgaba generosas líneas de crédito y donaciones a los Estados Europeos, a cambio de un cierto control por
parte de los Estados Unidos. Esto permitió el crecimiento económico de casi dieciséis países que se repartieron
aproximadamente trece mil millones de dólares. Al mismo tiempo, EE.UU. inició una dura crítica contra el comunismo.
El espionaje adquirió especial importancia, pero los servicios secretos de uno u otro bando, la KGB y la CIA, a pesar de
involucrarse en operaciones complicadas y en asesinatos encubiertos, no tuvieron, salvo algunos casos aislados en países del
tercer mundo, un poder político real. Pero alimentaron la difusión de novelas de espionaje con audaces detectives como
protagonistas, de los cuales, James Bond, será su máximo exponente.
La profunda división entre el bloque oriental y occidental, se popularizó con el nombre de "telón de acero" (cortina de hierro). De
un lado, los Estados Unidos y sus aliados en un acuerdo políticomilitar, la OTAN. Del otro lado, la URSS y sus aliados reunidos en
un comité de información y defensa de sus intereses llamado COMINFORM, que dio lugar, posteriormente, a la creación de un
mercado económico socialista, el COMECON, y de una alianza militar, EL PACTO DE VARSOVIA.
Cuando ambos bloques contaron con un extenso arsenal atómico, la guerra entre ellos, a pesar de ser utilizada como amenaza,
hubiese resultado suicida.
Las guerras de la guerra fría
Sin embargo, tanto los Estados Unidos, como la Unión Soviética, se involucraron en distintas guerras, especialmente en aquellas
que fueron llevadas adelante por países (ex colonias), surgidos luego de lograda su Independencia.
La guerra de Corea:
Antiguamente japonés este país había sido dividido, al fin de la guerra, en dos zonas de ocupación ubicadas a ambos lados del
paralelo 38 N, al norte, la soviética, al sur la norteamericana. Cuando retiraron las tropas, en lugar de producirse la unificación
de ambas regiones, la división de Corea de consolidó. Cuando el norte quiso avanzar por la fuerza hacia el sur, el presidente de los
EE.UU, Truman, decidió intervenir y envió tropas al mando del general Mc. Arthur, las que protagonizaron un gran
enfrentamiento armado que se resolvió en 1953 con la firma del armisticio de Panmunjon, firmado en la Pagoda de la Paz,
restableciendo las fronteras entre los dos coreas iniciales.
La guerra de lndochina:
La indochina francesa, integrada por Vietnam, Laos y Camboya, se dividió, luego de la Segunda Guerra mundial. En el norte se
formó la República Democrática de Vietnam, con capital en Hanoi, organizada por el Viet minh (fuerzas comunistas), y en el sur
se instaló un protectorado francés que no reconoció la independencia de Vietnam del Norte. La URSS y China, apoyaron al norte
comunista, y los EE.UU. a los franceses. Francia finalmente aceptó la división de Vietnam en dos estados y en el sur se formó una
República que se alineó con Norteamérica con el propósito de lograr la ayuda necesaria para terminaron Vietnam del norte. De
esta manera se inició la Guerra de Vietnam, que duró casi veinte años y que terminó con la retirada de las tropas
estadounidenses, que no pudieron derrotar a los comunistas en una larga y cruel guerra de guerrillas. En 1975, las dos zonas se
unificaron en un solo país y quedó conformada la República Socialista de Vietnam.
Los conflictos árabe israelíes:
Luego de haber padecido los horrores del Holocausto, los judíos se plantearon la necesidad de formar su propio estado en las
tierras de su antiguo país, Palestina, que estaba bajo dominio británico. Inglaterra abandonó los territorios y la ONU (Naciones
Unidas), los dividió en dos partes: una bajo el gobierno de los árabes, y otra bajo el dominio de los judíos. Es el nacimiento del
Estado de Israel, que fijó su capital en Te¡ Aviv y tuvo a David Ben Gurión como primer presidente.
Pero los países árabes en general, y el pueblo palestino en particular no reconocieron al nuevo estado judío y se produjo un
enfrentamiento armado que terminó con la división de la ciudad de Jerusalén para judíos y palestinos. A pesar de haber sido
derrotados varias veces, los árabes no aceptaron la situación y comenzaron a organizarse en diferentes asociaciones para
resistir, de las cuales la más importante fue la OLP (Organización para la liberación de Palestina), dirigida por Yasser Arafat. Los
Estados Unidos apoyaron a Israel y la URSS, al mundo árabe.
En 1967 Israel, en una guerra relámpago, extendió sus territorios hacia Belén, Jerusalén, Jericó, el Sinaí hasta Suez, y los altos
del Golán. Esta guerra se denominó de "los seis días" y terminó con la victoria de Israel. Pero, los árabes decidieron atacar
nuevamente y el día del Yom Kippur (fiesta religiosa), del año 1973, avanzaron sobre Israel, pero fueron nuevamente vencidos
gracias a la intervención de los EE.UU., que ayudaron a los judíos a obtener una nueva victoria.
Los países árabes, ante esta realidad, decidieron llevar adelante una guerra económica y embargaron el petróleo de los países que
ayudaron a Israel, al mismo tiempo que reducían las ventas con el propósito de lograr un aumento de los precios. Esto
desequilibró la economía internacional y los EE.UU. y la URSS, acordaron, a través de la ON U, un "alto el fuego".
Guerra Fría: La crisis de los misiles en Cuba:
Cuba, que tenía un gobierno dictatorial bajo el auspicio de los EE.UU., organizó, a partir de 1956, un movimiento revolucionario
nacionalista dirigido por Fidel Castro, que se logró consolidar en el poder en 1959. Una vez allí, el nuevo gobierno nacionalizó los
recursos económicos de la isla, situación que originó el boicot económico de los EE. UU., quienes interrumpieron totalmente los
intercambios y brindaron asilo político y ayuda económica a los disconformes con el nuevo régimen. La URSS, por el contrario,
apoyó a Cuba y en 1960 se establecieron relaciones militares y económicas.
Pero en 1961, se produjo por parte de un grupo de cubanos exiliados, un intento de desembarco en Bahía de los Cochinos, apoyado
por la CIA. Eso motivó que la URSS instalase misiles nucleares en la isla, apuntando a los Estados Unidos. El presidente Kennedy,
ordenó el bloqueo de la isla para impedir la llegada de los barcos soviéticos con las piezas nucleares. Luego de varios días de
tensión, Kruschev ordenó el regreso de los barcos y Kennedy, levantó el bloqueo. Cuba se convirtió en un país comunista aliado a
la URSS y enfrentado a los EE.UU.
Consecuencias de la guerra fría
El enfrentamiento militar y la carrera armamentista, no fueron los aspectos más importantes de la guerra fría, pero sí los más
visibles, pues dieron origen a importantes movimientos pacifistas internacionales. Más significativa fue la política de los dos
bloques enfrentados que dividió al mundo en dos bandos: procomunistas y anticomunistas, haciéndole olvidar antiguos problemas,
pero sobre todo, la guerra fría creó la "Comunidad Europea”, que con el tiempo se mostró lo suficientemente capaz para ocupar
un lugar entre los grandes
UN PODER DESTRUCTIVO SIN PRECEDENTES
Desde Hiroshima (agosto de 1945) no ha dejado de multiplicarse el poder destructivo de las armas nucleares. A la primera
generación, bombas A (atómicas), siguió un nuevo tipo, bombas H (termonucleares), cuyo poder es ilimitado. Si la bomba arrojada
sobre Hiroshima equivalía a la carga de 8.000 bombarderos, una sola bomba H supera en potencial destructivo a todas las bombas
arrojadas sobre Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Estos ingenios de muerte multiplican su onda explosiva con
efectos térmicos y radioactivos; especialmente temibles son las radiaciones, en cuanto que pueden sembrar la muerte a miles de
kilómetros del objetivo. En la panoplia de tipos de armas nucleares se han conseguido variantes, como la bomba de neutrones, que
puede eliminar la vida del área elegida sin producir destrozos materiales.
La revolución nuclear ha ido acompañada de la revolución balística. Como vectores de las armas atómicas se pasó de aviones
subsónicos a aviones supersónicos. Desde 1957 los misiles han tomado el relevo, con un espectro que comprende desde los de
alcance medio, que impactan en un blanco a 2.500 km de distancia, hasta los intercontinentales, con un alcance preciso a 14.500
km, y que pueden ser lanzados desde plataformas móviles, aviones o submarinos nucleares. Con los misiles han desaparecido de la
superficie del planeta los santuarios seguros. Finalmente, la revolución balística se ha completado con la modernización
tecnológica. Instrumentos electrónicos permiten una precisión casi de metros en el lugar del impacto, precisión conseguida por
los SS2O soviéticos y los Pershing II y Cruceros norteamericanos. En esta última generación los misiles son de cabeza múltiple,
lo que quiere decir que portan varias cabezas nucleares, con las cuales se ataca diversos blancos con un solo disparo.
Los técnicos han empezado a calcular cuántas veces podría ser destruido el planeta si se empleara todo el arsenal atómico
acumulado. Y no parece que sea un consuelo el que, tras la reducción de ese arsenal, conseguido en arduas conversaciones, la
Tierra puede ser destruida un menor número de veces.
Guerra Fría: EL CRECIMIENTO DEL CLUB ATÓMICO
En 1945 Estados Unidos poseía el monopolio del arma atómica, pero perdió parte de la ventaja cuando en 1949 la URSS
experimentó su primera bomba en Siberia. A partir de 1950, Estados Unidos y la URSS se concentraron en la producción de la
bomba H, aunque el primero mantenía ventaja por su sistema de bases en el extranjero, por la miniaturización de los ‘mecanismos
y, sobre todo, por la fabricación de los submarinos Polaris, imposibles de detectar por los aparatos de radar para prevenir el
ataque.
UN ARSENAL COSTOSO
Sin embargo, a finales de la década de los 50, la URSS cobró ventaja en la carrera del espacio, cuando puso en órbita el primer
satélite (Sputnik) y el primer astronauta (Yuri Gagarin), conquistas científicas que tenían una inmediata aplicación militar.
Pero en ese momento ya habían aparecido nuevos países en el club atómico. En 1952, Gran Bretaña experimentó su primera bomba
atómica, y en 1960 lo consiguió Francia. Cuatro años después, China realizaba las pruebas y en seguida acumulaba un nutrido
arsenal. Sucesivamente, Israel, India y África del Sur, y probablemente algún otro país, se dotaron del correspondiente arsenal
atómico. De esta forma, las posibilidades de un enfrentamiento de efectos mundiales se multiplicaron. No sólo las armas
atómicas, sino todos los instrumentos bélicos de las últimas generaciones tienen un coste que ha llegado a ser insoportable. Con
el dinero de un avión “invisible” (no detectable por el radar) o un submarino atómico se podrían construir centenares de
hospitales o miles de escuelas. Y aunque en este empeño se concentraron primero los supergrandes, todos los países, incluso los
más pobres, invierten cada vez más en armas.
Esta situación agobiante suscitó conversaciones y acuerdos parciales; si el desarme parecía una meta imposible, al menos se
intentaría la no diseminación del armamento nuclear. En 1968, sesenta y dos países firma. ron en Ginebra el Tratado de No
Proliferación Nuclear, que chinos y franceses se negaron a suscribir. En 1950, el gasto militar mundial se cifraba en 100.000
millones de dólares, en 1980 en 300.000 millones, en 1982 se había elevado bruscamente a 500.000 y en 1985 alcanzaba 870.000
millones. Las superpotencias no podían soportarlo. De hecho, en el hundimiento de la URSS desempeñó un papel el intento ruinoso
de replicar al proyecto Reagan de “guerra de las galaxias”. Y para el Tercer Mundo supuso una aberración histórica invertir en
armamento los recursos que debiera haber destinado al desarrollo.
Guerra Fría:
CONVERSACIONES DE DESARME
Al año siguiente las dos superpotencias iniciaron conversaciones para la limitación de armas estratégicas (SALT), fijando un
techo para el número e instalación de proyectiles balísticos. Así se llegó al acuerdo SALT 1 (1972), que establecía la “paridad
nuclear”. Sería el primer paso para nuevas reducciones, incluidas en el acuerdo SALT II, que no entró en vigor al faltar el
refrendo parlamentario en los dos grandes.
En conjunto la Guerra Fría dejó dos efectos indeseados. En primer lugar, una inversión disparatada en armamento. En segundo
lugar, una imagen casi diabólica del adversario, como resumió el presidente norteamericano Reagan cuando calificó a la Unión
Soviética de “imperio del mal”.
A QUÉ LLAMAMOS TERCER MUNDO
La mayoría de los pueblos descolonizados se han visto enfrentados a graves problemas de hambre, analfabetismo, carencia de
industria; pero estos problemas agobian también a naciones cuya independencia política no es reciente.
Para el conjunto de países que no han realizado la Revolución Industrial se han buscado denominaciones diversas; primero se
habló vagamente de “pueblos subalimentados” —la palabra hambre se rehuyó durante mucho tiempo en la literatura política y
sociológica hasta que rompieron el tabú las publicaciones de Josué de Castro—, más tarde de naciones subdesarrolladas” y “en
vías de desarrollo”. El demógrafo Sauvy acuñó la denominación Tercer Mundo porque veía en estos pueblos la prolongación del
Tercer Estado de la Revolución Francesa, similitud bastante forzada, ya que en el Tercer Estado se integraban también
burgueses adinerados. Esta expresión terminó por aceptarse.
El drama del subdesarrollo afecta a los dos tercios de la población mundial; en pertenecer a uno u otro sector radican las más
profundas diferencias entre las naciones. En 1958 Nehru expresó: “la verdadera división del mundo contemporáneo no se
encuentra entre países comunistas y países no comunistas, sino entre países industrializados y países subequipados”. Algunos
especialistas han ido desvelando la situación angustiosa en que viven la mayor parte de la población en una época legítimamente
orgullosa de sus conquistas científicas y tecnológicas.
Debemos apuntar que bajo una misma denominación se ha incluido a naciones de niveles de riqueza muy dispares. Países
paupérrimos, como Bangla Desh o Mauritania, no deberían ir en el mismo grupo que otros, productores de petróleo que presentan
algunos de los rasgos definitorios del Tercer Mundo, pero unas posibilidades de desarrollo utópicas para los carentes de esta
fuente de ingresos.
Los países del Tercer Mundo se basan en el monocultivo, pero un producto agrícola puede bajar de precio, iniciando una espiral
ruinosa. Los productores de petróleo presentan igualmente un solo producto, pero su artículo les garantiza grandes posibilidades,
aunque se trate de un bien no renovable, explotable durante un ciclo que esos países no parecen estar aprovechando para
industrializarse. Son países en desarrollo, ricos, aunque su opulencia no será eterna. Para ellos se ha intentado la denominación de
Cuarto Mundo, pero es un rótulo equívoco, porque podría pensarse que comprende a los que se encuentran en peor situación, y de
hecho se ha empleado a veces para señalar niveles extremos de pobreza nacional o para referirse a los emigrados de países
pobres que viven en la marginación de ciudades del Primer Mundo.
INDICADORES DEL SUBDESARROLLO
Dejando a un lado la ambigüedad del término, veamos cuáles son los indicadores que caracterizan a los países subdesarrollados, o
en vías de desarrollo, como se ha preferido decir empleando una expresión más esperanzadora.
a) Baja renta por habitante. De la ínfima producción de estos países correspondería a cada habitante, en un teórico reparto
igualitario, una cantidad mínima de bienes. Se dice que en el diálogo Norte-Sur las diferencias entre ricos y pobres se hacen
cada vez mayores. ¿Es sólo un dicho o responde a un fenómeno real? En 1980 en el primer puesto de la tabla de los países
figuraba Emiratos Árabes Unidos con 30.000 dólares de renta per cápita, y Bhután en el último con 80 dólares. En 1997
Luxemburgo figuraba como país más rico con 37.000 dólares y Mauritania como uno de los más pobres. Estas cifras nos permiten
llegar a tres conclusiones: las diferencias entre países ricos y pobres son abismales; esas diferencias no dejan de aumentar;
algunos países pobres, como Mauritania entre otros, han visto empeorar gravemente su situación en los últimos años.
b) Subalimentación. Ingestión alimentaria inferior a las 2.000 calorías diarias y ausencia de proteínas y otros nutrientes en la
dieta, lo que provoca problemas para el crecimiento de los niños. Intermitentemente, al compás de los vaivenes meteorológicos,
hambrunas que diezman la población.
c) Alto crecimiento demográfico, provocado por la elevada natalidad, superior al 2% anual.
d) Escasa densidad de las infraestructuras. Inexistencia de una red de transportes moderna, de organización estadística, etc.
e) Predominio del sector agrícola, sin mecanización ni modernización de los sistemas de cultivos. Consecuencias: dependencia de
las condiciones naturales; elevado empleo de mano de obra, que alcanza hasta el 50% de la población activa; trabajo precoz de los
niños en labores agrarias, con perjuicio de su educación.
f) Industrialización mínima. Habitualmente de tipo extractivo (minas) o que exige empleo abundante de mano de obra.
Dependencia del exterior, en cuanto a la tecnología y la comercialización de los productos.
g) Altas tasas de analfabetismo. Lacra prácticamente extinguida en los países occidentales, en algunos países del Tercer Mundo
aún persisten índices que impiden cualquier programa de desarrollo. En Asia el 73% de Nepal y el 62% de Bangla Desh y Pakistán;
en África el 86% de Níger, 69% de Sierra Leona, representan algunos de los casos más graves. En Mauritania el 62% de
analfabetos ha podido ser uno de los factores en el empobrecimiento que hemos apuntado.
h)Carencia de cuadros dirigentes en la Administración y de técnicos en la producción.
FACTORES DEL SUBDESARROLLO
CAUSAS DEL ATRASO
Hemos visto que algunos países iniciaron su industrialización en fecha tardía, Japón y Rusia constituyen dos ejemplos a este
respecto; sin embargo, los países atrasados se encuentran en la actualidad con obstáculos casi insalvables no sólo para cubrir el
foso que les separa de los más adelantados, sino incluso para iniciar un proceso auténtico de industrialización. Analizaremos luego
las razones de esta dificultad. Pero nos interesa en este momento discernir las del retraso. La más evidente sería la historia
colonial; es una explicación fácil, las metrópolis mantuvieron a sus colonias en una situación de atraso para poder aprovechar sus
riquezas, en concreto para extraer sus materias primas.
Sin negar que esta situación se dio, es un factor insuficiente y, en todo caso, dejaría sin explicar el atraso de las naciones que
son independientes desde el siglo XIX o antes. Bairoch ha aportado otras explicaciones. Según este autor las naciones que
llegaron al año 1900 sin haber iniciado su industrialización se encontraron con una complejidad técnica que imposibilitó su pronta
asimilación; de ser determinante este factor habría que concluir que Japón con el Meiji (1868) y Rusia con la emancipación de los
siervos (1861> “acordaron a tiempo” su programa industrial, treinta años más de dilación les hubiera rezagado inevitablemente.
La distancia sería otro factor; la Revolución Industrial se transmitió a países cercanos a Inglaterra, los del continente europeo, y
a Estados Unidos, a través de un océano que se atravesaba con facilidad; a mayor distancia la recepción masiva y continua de
avances técnicos resultaba una utopía, pero Japón o es una excepción o una refutación de este argumento. También señala
Bairoch diferencias de clima; los avances técnicos de la Revolución Industrial son aplicables a la zona templada, pero no a la
tropical y ecuatorial. Finalmente, es más difícil industrializar naciones de densidad de población muy alta en relación con la
densidad de las naciones europeas a principios del siglo XX. Las teorías de Bairoch han sido discutidas en sus pormenores, pero
en conjunto no hay duda de que el retraso en el inicio de la industrialización complicó la posibilidad de las primeras fases de
despegue y contribuyó a aumentar de forma notoria las diferencias de nivel entre los países industrializados y los no
industrializados.

LOS OBSTÁCULOS PARA EL DESARROLLO: Algunos de los problemas parecen agravarse cada año. ¿Cuáles son los obstáculos
para que estos países de la constelación de la pobreza no puedan iniciar su despegue? Siguiendo a Bairoch vamos a señalar cuatro
tipos diferentes:
a) El obstáculo demográfico. La tasa de aumento de la población, entre un 2,6-2,7% supone, de mantenerse, la multiplicación por
13 de los efectivos humanos en un siglo; este ritmo constituye un hecho enteramente nuevo y absorbe buena parte de las
inversiones. Las economías que iniciaron su desarrollo a lo largo del siglo XIX podían crecer con una acumulación de capital del
orden del 5 al 7%, pero los países subdesarrollados actuales necesitan una acumulación de capital del orden del 12% sólo para que
no disminuya el nivel de vida de una población más numerosa.
Además, este aumento se produce en la población agrícola, a diferencia de Europa, que redujo el sector campesino durante la
Revolución Industrial. Finalmente, la alta natalidad provoca un aumento desorbitado, proporcionalmente, de la población en edad
escolar, lo que supone otras necesidades de inversión que se adicionan a las de alimentación, etc.
b) El obstáculo técnico. En los orígenes de la Revolución Industrial la simplicidad de la técnica permitía su asimilación casi
inmediata; en contraste, la complejidad de la técnica actual supone unos niveles de preparación para su aprendizaje que están
muy lejos de las posibilidades de los países del Tercer Mundo. Además, los bienes de equipo exigen la instalación de grandes
unidades de producción, segundo factor que contribuye a que los países subdesarrollados dependan del exterior para la
adquisición de su maquinaria. Consecuencia de esta dificultad de acceso a la tecnología y a las instalaciones costosas es que los
pueblos atrasados en vez de alcanzar niveles de industrialización moderna están derivando hacia formas de artesanado artístico.
c) El bajo coste de los transportes. En conjunto los precios de coste del transporte han descendido en una proporción de 20 a 1,
lo cual ha suprimido la barrera protectora de la distancia. Esta posibilidad de trasladar con costes bajos artículos entre los
continentes constituye una tragedia para las naciones rezagadas en su industrialización. En el campo de la agricultura importan el
equipo agrícola en vez de fabricarlo, destinan parte de sus tierras a cultivos de plantación para la exportación y faltan tierras
para la subsistencia, se mantienen bajos los salarios y no se produce una demanda interior. Por otra parte es posible la existencia
de minería sin la creación de industrias de transformación; es decir, un país atrasado, en la actualidad, puede tener grandes
riquezas mineras y extraerlas a base de comprar la maquinaria a un país industrial y venderle el minera sin trasformar; se trata
de industrias extractivas- en comparación con lo que significó el carbón para Inglaterra señala inmediatamente las diferencias;
Inglaterra no vendió el carbón ni compró la maquinaria al iniciar su Revolución Industrial, sino que suscitó con su riqueza minera
una industria siderúrgica propia.
En la década de 1980, uno de los acontecimientos que más destacaron en la mayoría de los países latinoamericanos fue el
estallido de una profunda. crisis económica, que se reflejó en el incremento de la deuda externa, lo cual la dejó fuera de control.
El modelo que otorgaba un papel central al Estado fue de gran influencia para las transformaciones políticas y económicas de las
décadas anteriores. En el orden político, la existencia de un estado fuerte y con cierta autonomía formalizaba la representación
de intereses a través de secretos que se adherían a grupos institucionalizados, que se acercaban más a una participación real e a
la simple representación. En el orden económico, se crearon mecanismos de regulación, nacionalizaciones o inversiones directas
en empresas estatales, aun cuando la inserción a una economía internacional se basará fundamentalmente en productos primarios
poco elaborados, a la vez e se dependía de la tecnología extranjera. Sin embargo, los gobiernos tenían poco interés, o baja
capacidad en la política fiscal, para lograr una extracción de recursos que apoyara sus proyectos económicos. Esta debilidad
política motivó el incremento de la deuda externa, lo cual obligó a los gobiernos, por un lado, a canalizar cada vez más recursos al
pago de los compromisos con los organismos financieros internacionales y, por otro, a no poder aumentar el gasto social con la
consecuente caída del nivel de vida de la mayoría de la población.
Algunos indicadores, como los que menciona Norman Hicks en la publicación del Sistema económico Latinoamericano (SELA),
Desarrollo social y programa de ajuste, revelan que al finalizar la década de 1980, la llamada “década perdida”, América Latina
pagó por el servicio de su deuda más del 4 por ciento del producto interno bruto, cuando entre 1985 y 1989 el crecimiento de de
1.5 por ciento. Para 1992, por concepto de intereses y utilidades pagó aproximadamente 30 mil millones de dólares, al tiempo que
su deuda ascendía a 450 mil 875 millones de dólares ese mismo año.
En 1995, Salvador Arriola, secretario permanente del SELA, señaló que la deuda externa latinoamericana superaba los 530 mil
millones de dólares (cifra que duplica los niveles de 1982, ruando estalló la crisis deudora), provocando una transferencia neta de
recursos al exterior mayor los 35 mil millones de dólares. La salida de capital aumentó los índices de pobreza.
El Banco Mundial declaraba: “A principios de 1993, el 20 por ciento más pobre de la población de América Latina recibía apenas 4
por ciento del total del producto interno bruto (PIB), y el porcentaje de personas que vivía en situación de pobreza aumentó de
27 por ciento a 32 por ciento kl total de la población, en el periodo 1980-1989”.
A ello se agregaba la caída de los salarios mínimos y medios en la mayoría de las naciones latinoamericanas, que se encontraba
entre 50 y 70 por ciento para los casos de México, Perú, Brasil, Venezuela en el periodo 1980-1990.
La dificultad de soportar la deuda externa, aunada a diversos factores domésticos, como la pérdida de eficacia y de legitimidad,
desembocaron en la caída de los regímenes autoritarios. Los excesos de los cuerpos represivos generaron una revaloración de la
democracia, como un concepto distintivo y antagónico de la experiencia política anterior. Sin embargo, en la práctica política,
debido al interés por reinstaurar el sistema democrático en los países de América Latina, se planteó ~l problema adicional de
distinguir entre lo que se suponía un mero cambio de régimen político y a efectiva democratización de las instituciones estatales,
de los procedimientos competitivos y de DS mecanismos participativos.
La crisis política y económica afectó a los gobiernos latinoamericanos, pues las contradicciones alcanzaron tal nivel que ya no se
pudo gobernar. El consumo de las clases medias y las políticas ~ bienestar social no sólo se frenaron, sino que se abatieron.
Además, los capitales mediano y pequeño, el público y el social no sólo fueron integrados o privatizados, sino que se les obligó a
contribuir a la concentración especulativa del gran capital. Países y pueblos enteros realizaron grandes diferencias de
excedentes, que cubrían los déficits fiscales y armamentistas de las metrópolis, e incrementaron las tasas de acumulación de los
grandes negocios. Como la reacción popular a esta política no sólo se limitaba a los grupos más explotados, sino que incluía a los
sectores medios y los obreros organizados, la pérdida de los mediadores, la radicalización y la agresividad crecientes, ligados a la
desesperación de los habitantes marginados urbanos, de los campesinos pobres, e las minorías indígenas, de los estudiantes e
intelectuales, representaban una amenaza revolucionaria que los gobernantes de nuevo estilo enfrentaron mediante una
preparación ideológica y militar rigurosamente programada.
Estados Unidos generó mecanismos de control que posibilitaron una continuidad de su hegemonía, tal como la “guerra de baja
intensidad” (GBI), diseñada para satisfacer a la opinión pública estadounidense y que se aplicó en forma sistemática en América
Central. Era una guerra no declarada y sin riesgos para los jóvenes norteamericanos, aunque sí para las poblaciones nativas que
sufrieron ¡os ataques. Se procuraba que no hubiera enfrentamientos directos prolongados de las fuerzas regulares
estadounidenses, y que los conflictos de larga duración estuvieran a cargo de los nativos. Las fuerzas regulares de Estados
Unidos sólo intervendrían y actuarían cuando fuera oportuno, en forma rápida —con radares, aviones, naves— y siempre que las
tropas domésticas hubieran sentado las bases del triunfo.
Al terminar la década de 1980 las transformaciones operadas en el contexto internacional (el derrumbe del bloque socialista y la
desintegración de ¡a Unión Soviética) trajeron una nueva estrategia diplomática hacia América Latina: el 27 de junio de 1990 el
presidente estadounidense George Bush lanzó la “Iniciativa de las Américas”, con la participación de muchos países
latinoamericanos. Con ella se determinaba el final de la etapa militarista y el inicio de una nueva fase democrática, de respeto a
los derechos humanos y de lucha contra la corrupción en todas las naciones del continente americano. Pese a las buenas
intenciones, la realidad latinoamericana empezaría a chocar con tal iniciativa.
La guerra de baja intensidad:
La lucha del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional en El Salvador
Como Nicaragua, El Salvador mantuvo una trayectoria histórico-política de lucha nacional y de resistencia antiimperialista. Tal
carácter lo representó Farabundo Martí, fundador del Partido Comunista en 1925, quien luchó junto a Augusto Sandino en su
resistencia contra la presencia norteamericana en Nicaragua y posteriormente en su país, donde fue encarcelado y fusilado.
Entre 1932 Y 1944 el general Maximiliano Hernández Martínez mantuvo una férrea dictadura. El 90 por ciento de la riqueza
estaba en manos del solo 5 por ciento de la población; no había expectativas de democracia. Durante las décadas de 1960 y 1970
los monopolios se incrementaron. Se producía casi exclusivamente para el exterior y se agudizaba la explotación obrera. Los
movimientos populares se organizaron contra la explotación masiva, la dependencia económica y el mal uso de los recursos
naturales nacionalizados. Las tensiones sociales se acumulaban por el aumento del desempleo y el hambre, la escasa atención
médica y la casi inexistente educación. Los cambios debían ser políticos y sociales para destruir al régimen opresivo.
El engaño en los procesos electorales generó manifestaciones estudiantiles que fueron disueltas con las armas. Campesinos y
obreros eran desaparecidos, en tanto que se torturaba y asesinaba para buscar la “pacificación”. Las huelgas populares se
multiplicaban. La Universidad era ocupada por el ejército y se cerraba. La situación en el campo empeoraba. Se perseguía a la
Iglesia progresista. Entonces empezaron a surgir diferentes movimientos y fuerzas revolucionarias. La lucha guerrillera se hizo
presente a través del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
El 28 de febrero de 1979 el pueblo se concentró en la Plaza de la Libertad para protestar por las elecciones fraudulentas. El
gobierno respondió con una masacre. Se prohibieron los actos organizados a la vez que crecía la represión. En octubre se llevó a
cabo un golpe contra Carlos Humberto Romero, quien ocupaba la presidencia desde 1977. Se reanudaron las luchas por el poder
entre el Estado y los revolucionarios. Los ataques militares contra los salvadoreños eran cada vez más brutales. La Universidad
fue allanada nuevamente con tanques, morteros y cañones; quemaron la biblioteca y, con ella, documentos valiosos. Diversos
organismos internacionales condenaron la violación de los derechos humanos en El Salvador, en tanto que la Iglesia, encabezada
por el arzobispo Óscar Arnulfo Romero, se comprometía abiertamente con el pueblo y con los inminentes cambios sociales. Por su
parte, Estados Unidos apoyaba militar, política y económicamente al régimen.
El arzobispo Romero trató de levantar el ánimo y de suavizar el proceso político, oponiéndose a la violencia, a la intromisión
norteamericana y a la barbarie del ejército; en un proceso de adaptación a las nuevas circunstancias históricas, ¡a Iglesia se
sentía amenazada por la oligarquía, el imperialismo y el descrédito de las masas populares. Romero estaba de acuerdo con la
organización popular, porque la consideraba como la base para la dignidad humana. Se daba cuenta de la inutilidad de diálogo con
el gobierno. Alertaba a los salvadoreños de un presupuesto de 20 millones de dólares, provenientes de Estados Unidos, para
entrenar terroristas en tortura y guerra psicológica, para la construcción de pistas secretas y para sostener a las fuerzas
armadas; además sabía de la existencia de una lista negra de 24 mil personas que el gobierno deseaba eliminar, tanto en
territorio salvadoreña como en el exterior. Romero pedía el cese de la represión y fue asesinado el 24 de marzo de 1980, al
oficiar una misa en la capilla del hospital de la Divina Providencia. El 30 de marzo, durante su sepelio, se reunió una inmensa
multitud que reafirmó su decisión de luchar contra el gobierno. Los francotiradores actuaron; la multitud pretendía refugiarse
en la catedral; luego, los cadáveres y heridos se amontonaban.
El pueblo aprendió la estrategia revolucionaria y siguió su lucha a pesar de la represión militar; de sus errores y aciertos
aprendió el arte de la insurrección.
En la década de 1980 el FMLN tomó fuerza. El gobierno trató de establecer el diálogo y las negociaciones mientras la represión
continuaba. En noviembre de 1987, la guerrilla desencadenó una fuerte ofensiva sobra la capital salvadoreña y los principales
departamentos del país, que hizo tambalear el poder de las fuerzas armadas y del gobierno de Alfredo Cristiani.
En 1990 se reanudó el diálogo de paz con temas negociación como el futuro de las fuerzas armadas, los derechos humanos, los
sistemas judicial y electoral, las reformas a la constitución, los problemas económicos y sociales, que fueron verificados por la
ONU.
En enero de 1992, en el alcázar del Castillo de Chapultepec en la ciudad de México, se firmaron los acuerdos de paz, abriéndose
así el proceso de reconciliación sobre la base de una nueva relación basada en la dignidad, la cooperación y la vida más
conveniente para el pueblo salvadoreño.
CUBA:
Desde que se independizara de España, la vida política de Cuba había estado condicionada por la relación que mantenía con
Estados Unidos. Hasta 1933, en la constitución cubana existía una cláusula, conocida como la 'Enmienda Platt', que permitía la
intervención norteamericana en la isla, "para proteger la vida, la libertad y los bienes' de los ciudadanos de ese país, residentes
en Cuba.
La Estación Naval en la Bahía de Guantánamo se estableció en 1898, cuando Estados Unidos obtuvo el control de Cuba por parte
de España al término de la Guerra hispano-estadounidense, siguiendo con la invasión de la Bahía de Guantánamo en 1898. El
gobierno de Estados Unidos obtuvo una concesión perpetua que comenzó el 23 de febrero de 1903, otorgada por Tomás Estrada
Palma, primer presidente de la República de Cuba.
El recién formado protectorado estadounidense incorporó la Enmienda Platt en la Constitución cubana. El tratado cubano-
estadounidense establecía, entre otras cosas, que Estados Unidos tendría completo control y jurisdicción sobre la bahía de
Guantánamo, con propósitos de operar estaciones navales y de embarque, mientras que reconocía que la República de Cuba
mantenía su soberanía.
Hacia 1952, las empresas norteamericanas controlaban el 47,4% de la producción azucarera, el 90% de la producción de
electricidad y de las redes telefónicas, el 70% de las refinerías de petróleo, el 100% de la producción de níquel y el 25% de las
casas comerciales, los hoteles y la industria de productos alimenticios. Desde que comenzó la revolución, Cuba fue hostigada por
Estados Unidos. En 1960, el gobierno norteamericano dejó de comprar azúcar. Esto condujo a un acercamiento de los cubanos con
la U.R.S.S., que se comprometió a comprar medio millón de toneladas anuales de azúcar durante cuatro años. Estados Unidos
decidió entonces no enviar más petróleo a Cuba, que comenzó a proveerse de la U.R.S.S.
Las compañías norteamericanas en la isla se negaron a trabajar y el gobierno respondió expropiando y nacionalizando todas las
empresas petroleras de ese origen y, luego, las compañías de electricidad y teléfonos.
La economía cubana y la dictadura de Batista
La economía de Cuba dependía de las exportaciones de azúcar, cuya producción y comercialización estaba controlada por
compañías extranjeras. Once empresas estadounidenses controlaban casi 1.200.000 hectáreas, que representaban el 47,4% de
las tierras dedicadas al cultivo de caña de azúcar.
Fuerzas revolucionarias cubanas lideradas por Camilo Cienfuegos, avanzan hacia el latifundio de United Fruit Company para
realizar en nombre del pueblo cubano la intervención y nacionalización de las tierras según dispuesto por la reforma agraria de
Castro en 1959.
Como en otros países de América Latina, existían, además, grandes latifundios. Según un censo de 1945, 4 mil personas eran
dueñas de más de la mitad del territorio.
A partir de 1944, por primera vez la mayoría de la población pudo participar en elecciones. Sin embargo, los gobiernos electos
continuaron bajo la influencia de Estados Unidos.
En los primeros años de la década de 1950 se incrementaron las acusaciones de corrupción y, ante las movilizaciones de protesta,
un sector del ejército apoyado por compañías norteamericanas y empresarios cubanos dio un golpe de Estado. El nuevo dictador
fue Fulgencio Batista.
La dictadura sólo se sostuvo mediante una violenta represión. En poco tiempo, comenzó la resistencia, que unía en sus reclamos la
lucha contra las injusticias y desigualdades del orden social con los planteos de independencia económica y autonomía y, por lo
tanto, contrarios a la injerencia de Estados Unidos en el país y en la región.
En la universidad se colgaron banderas negras como señal de luto por la "muerte de la democracia" y se conformaron las primeras
organizaciones de oposición. Los estudiantes reclamaban el retorno a las formas democráticas de gobierno, y propiciaban, para
ello, como método de lucha válido, incluso la violencia acompañando las protestas masivas de la población.
El inicio de las acciones guerrilleras
Como parte de las acciones rebeldes, el 26 de julio de 1953, un centenar de jóvenes pertenecientes a los sectores medios y
obreros, ¡¡dorados por Fidel Castro, intentaron tomar el cuartel de Moncada, la segunda base militar del país. Buscaban con esta
acción dar comienzo a un proceso que llevara al derrocamiento del dictador. El asalto fracasó, pero permitió al grupo
revolucionario hacer un llamamiento a la insurrección y a la unión de¡ "pueblo" cubano: obreros rurales e industriales, pequeños
agricultores, maestros, comerciantes, profesionales, desocupados, en definitiva, todos los sectores excluidos de la sociedad.
En 1956, los integrantes de¡ Movimiento 26 de Julio -denominado así por los revolucionarios luego de¡ acontecimiento de
Moncada- organizaron desde México una expedición para ingresar clandestinamente en Cuba. A bordo de un pequeño barco de
nombre "Gramma", desembarcaron en las playas de la Isla y se establecieron en Sierra Maestra, donde crearon un foco
guerrillero. Con el tiempo, el grupo inicial terminó convirtiéndose en el "ejército rebelde".
Los guerrilleros dieron a conocer un manifiesto en el cual se expresaba la necesidad de que todas las organizaciones opositoras
cubanas se unieran y formaran un gran frente revolucionario. Éste debía nombrar un gobierno provisional que exigiera la renuncia
del dictador y convocara inmediatamente a elecciones libres.
El ejército rebelde comenzó así a salir de su aislamiento y a encontrar nuevas adhesiones. Se sumaron importantes contingentes
de jóvenes que fueron conducidos por líderes como Camilo Cienfuegos y el argentino Ernesto "Che" Guevara.
Durante los primeros meses de 1958, los guerrilleros intentaron, sin éxito, organizar una huelga general. A partir de este
fracaso, decidieron continuar fortaleciendo las guerrillas rurales para resistir la ofensiva del ejército de Batista y,
posteriormente, invadir los llanos, tomar las provincias centrales y, por fin, derrocar a la dictadura.
En pocos meses fueron conquistando estos objetivos y, con el apoyo de amplios sectores de la población, en enero de 1959,
tomaron La Habana, capital de Cuba. La lucha anti dictatorial por el retorno a las formas democráticas de gobierno, pronto se
transformó en una verdadera revolución social.
Una vez en el poder, se adoptaron un conjunto de medidas que modificaron de raíz el orden social en Cuba. El ejército de la
dictadura fue reemplazado por el "ejército rebelde", los cargos de gobierno fueron asumidos por los jefes revolucionarios y, a
partir de allí, se inició la tarea de transformar a la sociedad cubana.
Los cambios revolucionarios
Para modificar las enormes desigualdades económicas que caracterizaban a la sociedad cubana, el gobierno revolucionario
comenzó a aplicar la Reforma Agraria. Una primera ley de 1959 estableció que serían expropiadas todas aquellas tierras que
excedieran las 400 hectáreas, por lo cual se respetarla la propiedad de pequeños y medianos productores. No obstante, en 1963
otra ley decidió la expropiación de todas las parcelas mayores de 63 hectáreas. La mayor parte de las tierras fueron distribuidas
entre los campesinos que carecían de éstas y el resto pasó a formar parte de las haciendas estatales, las cuales ofrecieron
trabajo a los desocupados de las zonas rurales.
Con la revolución la formación integral de los estudiantes empezó a combinar el estudio con el trabajo.

A pesar de haber iniciado una política industrializadora, los fracasos de la misma llevaron al gobierno revolucionario a reforzar la
producción de bienes primarios, fundamentalmente níquel y azúcar.
La política económica llevada adelante por el gobierno revolucionario afectó, desde un primer momento, los intereses de Estados
Unidos en Cuba.
En 1961 Cuba rompió relaciones con Washington y proclamó el carácter socialista de su gobierno y estrechó sus lazos comerciales
con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) y el resto de los países socialistas. Frente a esta decisión, Estados
Unidos presionó a los demás países de América Latina y logró que expulsaran a Cuba de la Organización de Estados Americanos y
rompieran relaciones con su gobierno. Cuba sólo logró mantener relaciones con México.
Los cambios en la economía fueron acompañados por reformas en otras áreas, que buscaban transformar a la sociedad cubana. En
ese sentido, el gobierno estableció dos áreas de prioridad: la educación y la salud. Se iniciaron campañas masivas de
alfabetización, se crearon nuevas escuelas y universidades, creciendo notablemente el número de alumnos y maestros.
En cuanto a la salud, se implementó una red sanitaria para garantizar en forma gratuita la asistencia a toda la población, se
crearon nuevos hospitales y clínicas, así como también, institutos de investigaciones médicas.
Una nueva ley de alquileres redujo su valor en un 50%. Además, se otorgaron créditos a largo plazo para que los inquilinos
pudieran comprar sus casas. Se estableció la gratuidad de todos los servicios (agua, luz, gas, teléfonos, etc.) y el establecimiento
de una ración de alimentos y vestimenta para cada uno de los cubanos. También se intentó reducir las diferencias salariales entre
los trabajadores.
La adopción de todas estas medidas, que eliminaban el sistema capitalista en Cuba, sus buenas relaciones diplomáticas y
comerciales con los demás países socialistas y el apoyo brindado a las luchas sociales en diversos sitios de¡ planeta, llevaron a que
Estados Unidos buscara por todos los medios aislar a Cuba de los demás países latinoamericanos y ahogarla mediante un bloqueo
económico y marítimo que afecta al pueblo cubano desde hace décadas.
EL GOBIERNO DE CASTRO
LA IMPLANTACIÓN DEL COMUNISMO
El régimen de Castro pronto mostró su tendencia izquierdista. La reforma agraria promulgada en los primeros años afectó
principalmente a los intereses estadounidenses en la industria del azúcar; Castro prohibió el establecimiento de plantaciones
controladas por compañías de accionistas no cubanas y disminuyó el apoyo a la producción de azúcar en favor de otros cultivos
alimenticios.
RUPTURA CON ESTADOS UNIDOS
En 1960 el gobierno cubano nacionalizó todas las compañías estadounidenses de la isla, medida a la que Washington respondió con
la imposición de un embargo comercial. En enero de 1961 se rompieron totalmente las relaciones diplomáticas entre ambos países
y el 17 de abril 1.300 exiliados anticastristas, apoyados y entrenados por Estados Unidos, llevaron a cabo en el sur de Cuba el
desembarco de bahía de Cochinos.
En otoño de 1962 las relaciones entre ambos países se volvieron aún más tensas, cuando Estados Unidos comprobó que Cuba había
instalado en su territorio misiles de origen soviético. El presidente estadounidense John F. Kennedy anunció entonces el bloqueo
naval de la isla para evitar la llegada de más barcos soviéticos con armas. Después de varios días de negociaciones, durante los
cuales la guerra nuclear parecía inminente, el presidente soviético Nikita S. Jruschov aceptó el 28 de octubre desmantelar y
eliminar las bases de misiles, a cambio de la promesa del presidente Kennedy de no invadir la isla. Durante la década de 1960 las
relaciones con Estados Unidos siguieron siendo hostiles; en 1962 Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos
(OEA) debido a la presión que el gobierno estadounidense ejerció en contra del régimen de Castro. En 1965, por mediación de la
Embajada de Suiza en Cuba, los gobiernos de ambos países acordaron permitir a los cubanos emigrar a Estados Unidos: más de
260.000 salieron del país antes de que el puente aéreo se diera por terminado de manera oficial en abril de 1973.
PERIODO DE AISLAMIENTO
Muchas de las actuaciones políticas de Castro distanciaron a Cuba de algunos países de Latinoamérica, aunque fueron aplaudidas
por muchos sectores populares del continente. Después de ser expulsado de la OEA, el gobierno de Castro fue acusado de
intentar fomentar la revolución en Venezuela, Guatemala y Bolivia, país donde el Che, que dirigía un grupo guerrillero, fue
capturado y asesinado en 1967. Mientras tanto, Cuba continuó dependiendo de la ayuda económica de la Unión Soviética y de los
países del bloque socialista. En 1972 se firmaron varios pactos con la URSS que garantizaban la asistencia financiera soviética, el
desarrollo comercial entre ambos países y la prórroga de los pagos de la deuda cubana; además, Cuba se convirtió en miembro del
COMECON, Consejo de Ayuda Mutua Económica.
El I Congreso del Partido Comunista Cubano se realizó a finales de 1975 y un año después se adoptó una nueva Constitución
nacional que incrementó el número de provincias de 6 a 14 y creó la Asamblea Nacional, la cual celebró su primera sesión en
diciembre de 1976 y eligió a Fidel Castro como jefe de Estado y de gobierno.
FIN DEL AISLAMIENTO
A mediados de la década de 1970 Cuba emergió del aislamiento diplomático. En julio de 1975, durante una reunión realizada en la
capital costarricense de San José, la OEA aprobó una resolución de libertad de acción con la que se modificaba el embargo
comercial a Cuba y otras sanciones impuestas en 1964 por esta organización. Las relaciones con Estados Unidos también
comenzaron a mejorar; las restricciones en los viajes a Estados Unidos se hicieron más flexibles y, en septiembre de 1977, los
dos países abrieron delegaciones en las capitales respectivas. No obstante, Estados Unidos advirtió a Cuba que las relaciones no
podrían normalizarse hasta que sus demandas respecto a las propiedades estadounidenses nacionalizadas fueran satisfechas y
Cuba limitara o pusiera fin a sus actividades en África.
PRESENCIA CUBANA EN ÁFRICA Y AMÉRICA
A mediados de la década de 1960 habían comenzado a llegar asesores militares cubanos al continente africano, principalmente a
Angola y Etiopía. Castro envió militares que formaron parte de la guardia personal de figuras como el presidente congoleño
Alphonse Massamba-Débat. No obstante, no fue sino hasta 1975 cuando las fuerzas de combate cubanas entraron en plena
acción en el continente, apoyando al gobierno marxista de Angola. Posteriormente, las tropas cubanas reforzaron al régimen
marxista de Etiopía, que resultó vencedor en su guerra contra Somalia en la región de Ogadén. En 1980 las actividades cubanas
se habían extendido hasta el Oriente Próximo, concretamente a Yemen del Sur. Por lo general, la presencia cubana en el
continente africano fue interpretada por Occidente como la punta de lanza de un creciente dominio soviético en la región. Como
recompensa, Cuba recibió del gobierno soviético ayuda económica por valor de cerca de 3 millones de dólares diarios. En 1979, y
a pesar de su estrecha relación con la URSS, Cuba fue la sede de la VI Cumbre de la Organización de Países No-Alineados, en la
cual Fidel Castro fue elegido presidente para los siguientes tres años.
En 1980 Castro modificó temporalmente las restricciones de salida del país; cerca de 125.000 cubanos huyeron a Estados Unidos
antes de que el flujo volviera a ser detenido, en lo que se conoce como “éxodo del Mariel”. Nuevamente las relaciones con este
país se deterioraron, cuando el gobierno estadounidense acusó a Cuba de ayudar a los rebeldes izquierdistas de El Salvador; otro
punto sensible en las relaciones entre ambos países fue la ayuda brindada por asesores cubanos al gobierno sandinista de
Nicaragua. Además, en octubre de 1983 cientos de trabajadores de la construcción y personal militar cubanos fueron obligados a
abandonar Granada después de la invasión de la isla por las tropas de Estados Unidos.
FIN DE LA AYUDA SOVIÉTICA
En abril de 1989, con motivo de la visita del presidente soviético Mijaíl Gorbachov a La Habana, ambos países firmaron un
tratado de amistad por 25 años,
aunque Fidel Castro rechazó abiertamente la aplicación de las reformas políticas y económicas que Gorbachov había establecido
en la URSS. En julio de ese año cuatro oficiales del Ejército fueron ejecutados y otros diez sentenciados a prisión acusados de
contrabando y tráfico de drogas, el peor escándalo desde que Castro había llegado al poder. Con el colapso de la URSS a
principios de la década de 1990, las ayudas y subsidios comerciales del bloque soviético a Cuba llegaron a su fin y las fuerzas
soviéticas fueron gradualmente retiradas del país. Posteriormente, Estados Unidos endureció aún más las sanciones en contra de
las relaciones comerciales con Cuba y en noviembre de 1992 la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución pidiendo el
cese del embargo estadounidense. Estas resoluciones condenatorias de la ONU se repitieron de forma consecutiva en los años
posteriores. En 1993 todas las tropas soviéticas enviadas a Cuba durante la crisis de los misiles ya habían sido retiradas.
LOS ÚLTIMOS AÑOS
Durante 1993 y 1994 se produjo la denominada “crisis de los balseros”: miles de cubanos cruzaron el estrecho de Florida después
de que fueran levantadas las restricciones de salida; sin embargo, las continuas limitaciones impuestas por Estados Unidos a la
entrada de ciudadanos cubanos en ese país incumplían los acuerdos migratorios a los que se había comprometido después del
“éxodo del Mariel”. Esta situación llevó a los gobiernos cubano y estadounidense a mantener conversaciones bilaterales, cuyo
resultado fue un nuevo acuerdo que normalizó la situación.
En 1996 el Congreso de Estados Unidos aprobó la ley Helms-Burton, que profundizó en el boicot económico ya existente al
pretender penalizar a las empresas que mantuvieran relaciones comerciales con otras (filiales o no) radicadas en la isla. La Unión
Europea, en clara oposición, presentó una serie de medidas aprobadas por los ministros de Asuntos Exteriores de los países
miembros para neutralizar los efectos de esta ley. Esta normativa no ha sancionado todavía a ninguna de las empresas que
comercian con Cuba, pero sí ha disuadido a aquellas que desean tener relaciones comerciales con la isla.
En enero de 1998 el papa Juan Pablo II realizó una histórica visita a la isla de Cuba, durante la cual se mostró a favor de un
cambio de la política de Estados Unidos hacia la isla por “lesionar a los más necesitados”. Fidel Castro criticó el embargo
estadounidense, al que calificó como “genocidio con el que se intenta rendir por hambre al pueblo cubano”. El Papa celebró varias
misas multitudinarias, pidió la reconciliación de todos los cubanos y destacó la importancia capital del catolicismo en la formación
última de la nación. Asimismo, solicitó la liberación de los presos políticos que llevaran más tiempo en las cárceles cubanas,
petición que fue llevada a efecto de manera parcial semanas después por el régimen castrista.
Entre los meses de julio, septiembre y octubre de ese año la isla caribeña se vio sacudida por una serie de desastres naturales:
así, cerca de un millón de personas se vieron afectadas por la devastadora sequía que afectó durante los meses estivales a las
provincias del Oriente insular (Holguín, Las Tunas, Guantánamo, Granma y Santiago de Cuba). Buena parte de las cosechas se
perdieron y la escasez de agua potable obligó al abastecimiento de la población y de la cabaña ganadera mediante de camiones
cisterna.
Poco después, el huracán Georges alcanzó, procedente de la República Dominicana y Haití, el territorio cubano, concretamente
las ya damnificadas provincias orientales, dejando a su paso grandes inundaciones y destrozos, lo que provocó graves pérdidas en
la economía cubana, que vinieron a añadirse a los dañinos efectos de la prolongada sequía.
La ciudad de La Habana fue la sede de la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en noviembre
de 1999. Tan sólo acudieron a ella 21 mandatarios, entre los que se encontraba el rey Juan Carlos I, el primer monarca español
que visitó la isla, y por diversas razones faltaron cinco presidentes americanos (los de Chile, Argentina, Nicaragua, Costa Rica y
El Salvador). Al término de la Cumbre, los asistentes firmaron la llamada Declaración de La Habana, que entre otras afirmaciones
instaba al gobierno estadounidense a poner fin a la aplicación de la ley Helms-Burton.
Guerra de Vietnam:
Enfrentamiento militar que tuvo lugar en Vietnam desde 1959 hasta 1975, cuyo origen fue la determinación de las guerrillas
comunistas (el llamado Vietcong) de Vietnam del Sur, apoyadas por Vietnam del Norte, de derrocar al gobierno survietnamita. El
enfrentamiento desembocó en una guerra entre ambos países que pronto se convirtió en un conflicto internacional cuando
Estados Unidos y otros 40 países más apoyaron a Vietnam del Sur, mientras que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS) y la República Popular China suministraron municiones a Vietnam del Norte y al Vietcong. El conflicto también afectó a
Laos, donde el Pathet Lao (comunista) combatió al gobierno desde los años 1965 hasta 1973 y logró derrocar el régimen
monárquico en 1975, y también involucró a Camboya, cuyo gobierno se rindió en 1973 ante el grupo comunista Jemer Rojo. La
Guerra de Vietnam, tercer y último conflicto-tipo del periodo
Antecedentes: revolución e independencia. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Indochina era una unión de países bajo dominio
colonial francés, formada por Cochinchina, Camboya, Annam, Tonkín y Laos. El proceso de descolonización e independencia se
inicia formalmente en 1940 coincidiendo con la ocupación de las fuerzas japonesas sobre el territorio, aunque ya desde el periodo
entreguerras habían comenzado a surgir movimientos nacionalistas, entre los que destacan el Partido Nacional de Vietnam y el
Partido Comunista Indochino que llegan a unirse bajo la dirección de Ho Chi Minh.
Cuando Japón es derrotado en 1945, los países de la Indochina francesa buscaron aprovechar la oportunidad para separarse de
la unión y proclamar su independencia, en un intento por evitar que los franceses regresasen a recuperar la soberanía colonial. En
septiembre de 1945 es derrocado Bao-Dai, quien desde 1926 había gobernado Vietnam como emperador bajo control de Francia,
y es proclamada la independencia de la República Democrática de Vietnam (del Norte) por la Liga Vietminh de partidos
nacionalistas que, bajo predominio del Partido Comunista, es encabezada por Ho Chi Minh. Este es elegido como presidente del
nuevo país —integrado por Cochinchina, Annam y Tonkín— y establece su gobierno en la ciudad de Hanoi. Por las mismas fechas
se independizaron Camboya y Laos cada una por separado, proclamando las repúblicas respectivas. Pero al regresar los franceses
en octubre de 1945, estos tres pueblos inician una larga lucha libertaria.Partición de Vietnam.
En principio, Francia dio su reconocimiento al nuevo Estado de Vietnam presidido por Ho Chi Minh, pero la imposibilidad de lograr
acuerdos políticos y económicos satisfactorios entre ambos países condujo al enfrentamiento armado, iniciado en diciembre de
1946. Con respaldo de Francia, Bao—Dai instauró el Reino de Vietnam (Vietnam del Sur) enjulio de 1949 y fijó la nueva capital en
Saigón (actual Ciudad de Ho Chi Minh). De esta manera el país quedaba dividido en dos partes, una contra la otra.Estados Unidos
reconoció oficialmente al régimen de Saigón en 1950 y el presidente Truman envió un grupo de “asesores” militares para
adiestrar sudvietnamitas en el manejo de armamento estadounidense. La guerra entre Francia y el Vietminh llegó a su fin cuando
las fuerzas de Ho Chi Minh ocuparon la base francesa de Dien Bien Phu, el 8 de mayo de 1954.
Ese mismo día, en busca de una solución diplomática al conflicto, se celebra la Conferencia de Ginebra en la que se reunieron los
delegados de Vietnam del Norte y Vietnam del Sur con los de Francia, Gran Bretaña, la URSS, Estados Unidos, China, Laos y
Camboya, con el propósito de discutir el futuro de toda Indochina. Los acuerdos más importantes fueron: la retirada de los
franceses de Vietnam y en general de Indochina; el armisticio para Vietnam; la división temporal de Vietnam en dos países
separados por el paralelo 17, uno al norte bajo régimen comunista, y otro al sur en manos del gobierno de Saigón; el
reconocimiento de la independencia de Vietnam del Norte; se estableció además que en 1956 habrían de celebrarse elecciones
para la reunificación del país.
Pero además de que estos acuerdos no fueron cumplidos en su totalidad, esta región pronto empezó a verse involucrada en el
conflicto Oriente-Occidente, debido a la expansión del comunismo proveniente de China sobre territorio vietnamita y a la
intervención de Estados Unidos para contrarrestarla. Este país brindó ayuda militar al régimen de Saigón y llevó a cabo
actividades encubiertas contra el gobierno de Hanoi. En octubre de 1955, Bao-Dai fue depuesto como resultado de un
referendum, y se proclamó la República de Vietnam del Sur con Ngó Dinh Diém como presidente, con apoyo de la oligarquía
latifundista local. Al ocupar el poder, Diém anunció que su gobierno se negaba a realizar elecciones para la reunificación, con el
argumento de que habría fraude electoral pues la población del Norte no sería libre para expresar su deseo
No obstante, el gobierno comunista de Hanoi proclamó su firme propósito de reunificar el país bajo su hegemonía. La paz
acordada en Ginebra comenzó a deteriorarse y, hacia enero de 1957, la Comisión Internacional creada para la aplicación de los
acuerdos de Ginebra denunció las violaciones del armisticio, cometidas tanto por Vietnam del Norte como por Vietnam del Sur. A
lo largo de ese año, los simpatizantes comunistas que habían emigrado al Norte tras la división del país comenzaron a regresar al
Sur. Estos activistas constituyeron el Vietcong (abreviación de Vietnam Con gsan; en vietnamita, “Vietnam Rojo”) y empezaron a
realizar sabotajes contra instalaciones militares estadounidenses, y en 1959 iniciaron ataques guerrilleros contra el gobierno de
Diém. Al año siguiente, para demostrar que el movimiento guerrillero era independiente, el Vietcong creó su propio brazo político,
llamado Frente Nacional de Liberación (FNL), con sede en Hanoi.
El gobierno de Vietnam del Sur contó con la ayuda de Estados Unidos, cuyo gobierno firmó en abril 1961 un tratado de amistad y
cooperación con este país; en diciembre del mismo año, el presidente Kennedy se comprometió a colaborar para mantener su
independencia, amenazada por la expansión del comunismo de la China maoísta. Así empezaron a llegar a Saigón las primeras
tropas estadounidenses, aunque se hizo saber que no eran unidades de combate. Diém intentó sin éxito destruir la influencia
comunista en su territorio, pero su gobierno no pudo sostenerse mucho tiempo debido a varias razones: su intolerancia con la
oposición, su favoritismo hacia los católicos con el descontento de los budistas, y el fracaso de sus programas económicos. Estos
factores llevaron a una sublevación que con apoyo de los comunistas del Norte dio en 1963 un golpe de Estado militar que puso fin
al gobierno de Diém. En la confusión política que siguió al golpe de Estado, la situación en Vietnam del Sur continuó
deteriorándose y en los siguientes dieciocho meses el país tuvo diez gobiernos diferentes. Por fin, en 1965 se formó un Consejo
Director Nacional presidido por el militar anticomunista Nguyén Van Thieu, que restauró el orden político; dos años más tarde se
celebraron elecciones y Thieu fue electo presidente. Pero aquella inestabilidad había propiciado el avance de los comunistas del
Vietcong en Vietnam del Sur y esto preparó el camino hacia la intervención directa de Estados Unidos. Guerra de Vietnam.
A comienzos de 1964, el presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, aprobó el bombardeo sistemático de Vietnam del
Norte y el envío de tropas de combate a Vietnam del Sur, con lo que se inició la implicación de Estados Unidos en la Guerra de
Vietnam, que tan nefastas consecuencias trajo en la historia política de este país. En agosto de 1964, fuerzas vietnamitas
atacaron naves estadounidenses en el golfo de Tonkín. En respuesta, Johnson ordenó el bombardeo de bases navales y oleoductos
de Vietnam del Norte, para defenderse contra cualquier ataque y estar prevenidos para futuras agresiones a las fuerzas
armadas estadounidenses. De esta manera, sin que nunca llegara a declararse oficialmente la guerra, Estados Unidos comenzó a
extender su potencial militar sobre un área cada vez más amplia de la península Indochina. Mientras tanto, el FNL empezó a
recibir apoyo diplomático y militar de Vietnam del Norte.
Hacia 1965, las fuerzas estadounidenses generalizaron los bombardeos sobre Vietnam del Norte, aumentando el número de
tropas de Estados Unidos en Vietnam del Sur, en la confianza de que impondrían su superioridad militar. Pero los bombardeos —
que produjeron enormes daños en las cosechas, en las vías de comunicación y en los centros industriales de los dos Vietnam,
además de causar la muerte a un millón de civiles— no lograron someter a los rebeldes en Vietnam del Sur, ni consiguieron que los
del Norte dejaran de prestar ayuda al FNL. Durante la campaña de

El efecto de las acciones bélicas de EE.UU. fue màs bien contraproducente al estimular la resistencia nacionalista de los
vietnamita. También originó en la propia sociedad estadounidense un fuerte movimiento de rechazo hacia la intervención de su
gobierno en Indochina, actitud que se relacionó en gran medida con los disturbios sociales ocurridos en los años sesenta en la
Unión Americana. En los primeros meses de 1968, el gobierno estadounidense, presionado por la opinión pública de su país, había
llegado a la conclusión de que la Guerra de Vietnam no se podría ganar. El 31 de marzo, el presidente Johnson anunció la
paralización de los bombardeos sobre Vietnam del Norte, gesto que encontró una respuesta positiva de Hanoi, y en mayo
siguiente comenzaron en París las conversaciones de paz entre Estados Unidos, Vietnam del Norte, Vietnam del Sur y el Frente
Nacional de Liberación del Vietcong. Los primeros resultados de las negociaciones fueron negativos a pesar que las incursiones
aéreas estadounidenses habían cesado por completo en noviembre de ese mismo año.
volvió a enviar fuerzas militares a Indochina, invadiendo parcialmente a Camboya y Laos, países a los que se había extendido ya el
comunismo. Esta nueva intervención tampoco tuvo éxito y, en cambio, dio lugar a que aumentara el rechazo de la población
estadounidense hacia la presencia militar de su país en Vietnam. Las negociaciones se mantenían estancadas, ya que las
propuestas de paz no eran consideradas satisfactorias para las partes en conflicto. Mientras tanto, las acciones bélicas
continuaban e incluso se recrudecían y Estados Unidos recurría al uso intenso de bombardeos sobre Vietnam del Norte, sin lograr
derrotarlo.
Por fin, el 27 de enero de 1973, las delegaciones de Estados Unidos, Vietnam del Sur, Vietnam del Norte y del Gobierno
Revolucionario Provisional (instaurado en una porción de Vietnam del Sur por el FNL) concluían las negociaciones de la
Conferencia de París, firmándose unos acuerdos por los que se establecía el cese del fuego y la retirada estadounidense de
Vietnam del Sur. En marzo siguiente, los acuerdos se complementaron con otro que preveía la unificación de los dos territorios.
Tras la retirada de las tropas estadounidenses, la guerra continuó por dos años más hasta que, en abril de 1975, se consumaba la
victoria total del FNL y el fracaso definitivo de los Estados Unidos, con la toma de Saigón y la unión entre el Norte y el Sur,
proclamándose la República Socialista de Vietnam en abril de 1976.
Consecuencias.
La Guerra de Vietnam marcó un hito en la historia militar convencional, tanto por la amplitud del combate guerrillero como por el
creciente uso de los helicópteros, que proporcionaron una gran movilidad en terrenos difíciles. Además, fue esencialmente una
guerra del pueblo porque la mayor parte de la población civil fue movilizada para algún tipo de participación activa y padeció la
situación de guerra casi en las mismas circunstancias que las fuerzas militares. El amplio uso que hizo Estados Unidos de armas
químicas como el napalm, mutiló y mató a miles de civiles; en tanto que el empleo de defoliantes, principalmente el llamado
“agente naranja” utilizado para eliminar la cobertura vegetal, no sólo devastó el medio ambiente de un país esencialmente
agrícola, sino que dejó perjudiciales secuelas para la salud física de los seres humanos —vietnamitas y estadounidenses— que
estuvieron en contacto con ese agente químico.
Como resultado de ocho años de utilización de estas tácticas bélicas, se estima que murieron más de dos millones de vietnamitas,
tres millones fueron heridos y cientos de miles de niños quedaron huérfanos. La población refugiada se ha calculado en 12
millones dc personas; entre abril de 1975 y julio de 1982 aproximadamente 1 218 000 refugiados fueron reubicados en más de 16
países; otros 500 000 intentaron huir de Vietnam por mar, pero murió aproximadamente entre 10 y 15%, y los que sobrevivieron
se enfrentaron más tarde con las trabas y cuotas de inmigración incluso en aquellos países que habían aceptado acogerlos. Las
pérdidas humanas estadounidenses alcanzaron la cifra de 57.685, además de 153.303 heridos. En el momento del acuerdo de alto
al fuego había 587 prisioneros de guerra entre militares y civiles, los cuales fueron posteriormente liberados en su totalidad; sin
embargo, una estimación actualizada no oficial calcula que todavía quedan unos 2.500 desaparecidos.
La Guerra de Vietnam también fue un hito en la historia de Estados Unidos. La derrota constituyó un golpe profundo al orgullo
estadounidense y a la creencia de que su nación era invencible; afectó la confianza de los ciudadanos en su sistema de gobierno y
se sintieron engañados por los líderes políticos que su voto había llevado al poder, pues les habían dado informes falsos acerca de
la guerra. Este sentimiento se hizo extensivo a los soldados que regresaban de Vietnam quienes. heridos física y moralmente, no
fueron bienvenidos en su patria, ni recibieron tratamiento de héroes. Muchos de esos soldados pasaron por grandes dificultades
para conseguir trabajo y readaptarse a la vida familiar; de acuerdo con datos del Departamento de Veteranos, medio millón de
ellos sufrían problemas psicológicos relacionados con las experiencias de la guerra. El síndrome de Vietnam dejó huellas
imborrables en toda una generación de jóvenes y en sus familias, tanto por los daños físicos producidos por las heridas de guerra
y la exposición a los agentes químicos, como por el efecto psicológico provocado por el terrible recuerdo de la muerte y
sufrimientos de numerosos civiles vietnamitas indefensos.
En el ámbito político internacional, la Guerra de Vietnam trajo consigo el desprestigio para Estados Unidos, en un mundo
conmocionado por las imágenes que recibía a través de la televisión y de la prensa escrita, acerca de una guerra que se prolonga
inútilmente por la presencia de Estados Unidos. En cambio, el bloque comunista salió fortalecido con la integración de un nuevo
país miembro en un área de influencia de gran valor estratégico.

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