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AUTONOMÍA MUNICIPAL

INTRODUCCIÓN
Las municipalidades, sin duda son los órganos de gobierno local llamados a promover
el desarrollo en su comunidad y prestar servicios básicos a las personas que habitan
en sus circunscripciones geográficas, lo cual le fue encomendado mediante la
Constitución y la Ley Orgánica de Municipalidades, las mismas que están orientas a
conseguir dicho desarrollo de las comunidades y por tanto faculta a los municipios
para regular y preservar el espacio físico de sus circunscripciones, prestar servicios
de saneamiento y atención primaria de la salud, prestar servicios de serenazgo o
vigilancia municipal, supervisar la actividad de transporte público, preservar el medio
ambiente, y promover el desarrollo de la micro y la pequeña empresa en las referidas
circunscripciones, todo ello en atención a su AUTONOMÍA MUNICIPAL.
Ciertamente, las especiales tareas asignadas a las municipalices inciden en
importantes y cotidianos derechos e interés de las personas, y es por ello necesario
que las municipalidades o mejor dicho las personas que dirigen en una
MUNICIPALIDAD entiendan la gran importancia de la “Autonomía Municipal” y no sea
usada como una autarquía sino más bien como un instrumento de flexibilidad que
haga que la comuna sea más eficiente y pueda cubrir las necesidades de la gente
circunscrita al mismo.
En ese contexto, y con la finalidad de que se utilice de manera adecuada la
“Autonomía Municipal”, es que realizamos el presente trabajo a fin de dar a conocer
los alcances, definición y límites de la Autonomía Municipal, a fin de propalar el
adecuado uso de esta potestad de la municipalidad y no sea usado más bien como
una especie de “Autoritarismo”.

CONCEPTO Y PRECISIONES DE LA AUTONOMÍA MUNICIPAL


La palabra autonomía, proviene de dos vocablos griegos; “autos”, que significa propio
y “nomos” que significa ley; entonces autonomía significa etimológicamente “que se
da leyes a sí mismo” o “gobernarse por sus propias leyes”.
Sin embargo, el concepto etimológico de autonomía no debe ser entendido como una
capacidad absoluta de auto gobernación, sino que, se entiende que autonomía
significa que los entes públicos puedan dictar normas jurídicas válidas tanto para los
fines de su propia organización como con efecto para los administrados, señalando
que las normas jurídicas precedentes de la autonomía tienen fuerza de leyes
formales, pero nunca de leyes materiales y que tampoco pueden ser contrarias a la
constitución que rige dentro de un estado
La Enciclopedia Visor de la Lengua Española, define en una acepción a la Autonomía
Municipal como el “estado y condición del pueblo que goza de entera independencia
política, en otra acepción, lo refiere como el derecho del que gozan las entidades
regionales de algunos países para dictar normas de carácter general y para la gestión
de los intereses que le son propios (…)”1 .
Al respecto es necesario precisar que autonomía no es soberanía. La soberanía
proviene del latín "superamus", que significa señor supremo; por el contrario, la
autonomía no está sujeta a un señor supremo o jefe, sino que es la voluntad política
que posee un Pueblo con derecho a tomar decisiones para autodeterminarse,
manifestarse, y tomar decisiones con independencia de poderes externos.
Entendido ello, podemos a definir lo que es la “Autonomía Municipal” se entiende que
es la capacidad efectiva de entidades a regular y administrar, en el marco de la Ley,
bajo su propia responsabilidad y en beneficio de su población, una parte importante
de los asuntos públicos. Así pues se describe en el artículo II del Título Preliminar de
la Ley Orgánica de Municipalidades que la autonomía que la Constitución Política del
Perú establece para las municipalidades, radica en la facultad de ejercer actos de
gobierno, administrativos y de administración, con sujeción al ordenamiento jurídico,
esto es que los gobiernos locales gozan de autonomía política, económica y
administrativa en los asuntos de su competencia, por tanto “La autonomía municipal
consiste en la potestad normativa, fiscalizadora ejecutiva, administrativa y técnica
ejercida por el Gobierno Municipal en el ámbito de su jurisdicción territorial y de las
competencias establecidas por Ley.
Así pues, la autonomía municipal implica la capacidad de administrarse, de legislarse,
de elegir a sus autoridades, así también es una cualidad gubernativa que adquiere
una entidad territorial de acuerdo a las condiciones y procedimientos establecidos en
ley orgánica de Municipalidades, lo cual implica:
 La elección directa de sus autoridades por los ciudadanos (as),
 La administración de sus recursos económicos, y
 El ejercicio de facultades (legislativa, reglamentaria, fiscalizadora y ejecutiva)
por sus órganos de gobierno autónomo, en el ámbito de su jurisdicción
territorial y de las competencias y atribuciones establecidas.
La autonomía municipal entonces es una cualidad compuesta de un conjunto de
potestades y competencias emanadas de la Constitución Política del Estado y la Ley,
los cuales son ejercidas debidamente por el Gobierno Municipal, dentro los límites de
sus secciones territoriales legalmente reconocidas.
Antecedentes de la autonomía municipal
La Constitución de 1979
La Constitución Política del Perú del año 1979 otorgaba expresamente a las
municipalidades dos tipos de autonomía: económica y administrativa en los asuntos
de su competencia No hay una definición ni conceptualización sobre qué se entiende
por autonomía municipal, pero podemos indicar que se señalan las materias sobre
las cuales son competentes las municipalidades en forma general y las
municipalidades provinciales en forma particular. Dentro de las competencias

1
Revista Jurídica de la “Autonomía Municipal”, Victor Godos Rázuri, pg. 81.
genéricas se incluye tácitamente la autonomía administrativa al señalar que las
municipalidades son competentes para “acordar su régimen de organización interior”.
Debemos tener presente la frase: “en los asuntos de su competencia”, pues nos
servirá más adelante para definir “autonomía municipal”. Esta Constitución delimita el
concepto de “autonomía municipal” al definir al gobierno como “unitario,
representativo y descentralizado”, y señala como uno de los deberes primordiales del
Estado el de garantizar la plena vigencia de los derechos humanos.2
La Primera Ley Orgánica de Municipalidades
La primera Ley Orgánica de Municipalidades (LOM) del siglo XX, aprobada mediante
el Decreto Legislativo N° 051, reproduce expresamente, como es lógico, los dos tipos
de autonomía señalados por la Constitución de 1979 (económica y administrativa),
pero añade que le son aplicables a las municipalidades las leyes y disposiciones que,
de manera general, regulen las actividades y funcionamiento del Sector Público
Nacional. Esta LOM regula intrínsecamente la autonomía administrativa al señalar
que las municipalidades son competentes en forma general en “acordar su régimen
de organización interior”3. Además, esta ley reproduce la división de Competencias
que señalaba la Constitución de 1979 respecto a las municipalidades en general y a
las municipalidades provinciales. Sin embargo, regula también las funciones de las
municipalidades según su competencia. Las funciones las clasifica en generales,
específicas, las que corresponden a las municipalidades provinciales y las de los
centros poblados menores. Así, las funciones específicas se agrupaban en:
 Acondicionamiento territorial,
 Salud y Saneamiento Ambiental,
 Educación y
 Comercialización.
En cuanto a las funciones específicas, se presumen que son de las municipalidades
distritales tomando en cuenta que existe un capítulo para las municipalidades
provinciales. Sin embargo, esta presunción queda descartada al analizar dichas
funciones específicas, en donde encontramos funciones propias de las
municipalidades provinciales.
En conclusión, esta LOM, en cuanto a la determinación de funciones, producía una
confusión.
La Ley Orgánica de Municipalidades Ley N° 23853
La LOM, Ley N° 23853, al seguir vigente la Constitución de 1979, señala, igualmente,
los dos tipos de autonomía (económica y administrativa), pero añadiendo lo de la LOM
anterior, en el sentido que le son aplicables a las municipalidades las leyes y
disposiciones que, de manera general, regulan las actividades y funcionamiento del
Sector Público Nacional. Igualmente, se regula tácitamente la autonomía
administrativa al señalar que las municipalidades son competentes en forma general
en “acordar su régimen de organización interior”. Esta LOM regula de manera

2
http://jorgemachicado.blogspot.com/2012/02/aumu.html
3
Revista Jurídica de la UNMSM “AUTONOMÍA MUNICIPAL”, Víctor Godos Rázuri. Pag. 86
diferenciada entre Competencias y Funciones. Éstas últimas se clasifican en
generales y específicas. Las segundas son agrupadas como la LOM anterior, pero
agregando la de transporte colectivo, circulación y tránsito. A diferencia de la anterior,
se regula, además de las competencias y funciones, un capítulo denominado “De las
Atribuciones de las Municipales Provinciales, Distritales y Delegadas” que, en sí, eran
competencias adicionales de las dos primeras, lo que trajo mayor confusión4.
La Ley de Bases de la Descentralización
La Ley de Bases de la Descentralización, Ley N° 27783, es una norma muy importante
para efectos del presente artículo, porque define “autonomía”, sus tres clases,
establece la definición de municipalidades, las clases de competencias que tendrán
y, además, su criterio de distribución. La autonomía, según esta norma, es el derecho
y la capacidad del gobierno en sus tres niveles de normar, regular y administrar los
asuntos públicos de su competencia. Se sustenta en afianzar en las poblaciones e
instituciones la responsabilidad y el derecho de promover y gestionar el desarrollo de
sus circunscripciones, en el marco de la unidad de la nación. La autonomía se sujeta
a la Constitución y a las leyes de desarrollo constitucional respectivas. Si bien no
señala que se trata de tipos o clases de autonomía, la Ley de Bases los denomina
“Dimensiones”, que, para nosotros, es la más completa en cuanto a su extensión, y
son:
Autonomía Política; entendida como la facultad de adoptar, aprobar y expedir,
políticas, planes y normas en los asuntos de su competencia, decidir a través de sus
órganos de gobierno, y desarrollar las funciones que le son inherentes.
Autonomía Administrativa; facultad de organizarse internamente, así como
determinar y reglamentar los servicios públicos de su responsabilidad.
Autonomía Económica; que es la facultad de crear, recaudar y administrar sus
rentas e ingresos propios y aprobar sus presupuestos institucionales. Su ejercicio
supone reconocer el derecho de percibir por parte del Estado los recursos que se les
asigne para el cumplimiento de sus funciones y competencia. La Ley de Bases, al
señalar las Competencias que se les asignarán a las municipalidades, indica las
siguientes:
 Competencias exclusivas comunes a municipalidades provinciales y distritales.
 Competencias claramente diferenciadas entre municipalidades provinciales y
distritales.
 Competencias exclusivas para las municipalidades provinciales.
 Competencias diferenciadas para las municipalidades con regímenes
especiales.
 Competencias delegadas del gobierno central que pueden irse transfiriendo
mediante convenio.
 Funciones de competencias ejercidas en mancomunidades de
municipalidades.

4
http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/4A8106894089547505
257DD3005FA5D3/$FILE/1_pdfsam_informe_133.pdf
 Delegación de competencias y funciones a las municipalidades de centros
poblados incluyendo los recursos correspondientes.
La Ley de Bases no desarrolla cada una de las competencias anteriormente
mencionadas, sólo las exclusivas y las compartidas, sin ningún tipo de distinción o
nivel señalando expresamente para ello que las mismas se distribuirán en la Ley
Orgánica de Municipalidades, según la jurisdicción provincial o distrital precisando los
niveles y funciones en cuanto a normatividad, regulación, administración, ejecución,
promoción, supervisión y control.
La actual Ley Orgánica de Municipalidades - Ley N° 27972
La vigente LOM, Ley N° 27972, dada la influencia de la Constitución vigente,
reproduce las tres autonomías ya mencionadas en los asuntos de su competencia.
No obstante, va más allá al señalar que la autonomía que la Constitución otorga a las
municipalidades radica en la facultad de ejercer actos de gobierno y de
administración, con sujeción al ordenamiento jurídico5. Aporta la actual LOM otra
característica de la autonomía municipal al señalar que la estructura, organización y
funciones específicas de los gobiernos locales se cimientan en una visión de
estado democrático, unitario, descentralizado y desconcentrado. Otra
característica que podemos rescatar de la actual LOM en cuanto a definir autonomía
municipal es que establece que los gobiernos locales están sujetos a las leyes y
disposiciones que, de manera general y de conformidad a la Constitución Política del
Perú, regulan las actividades y el funcionamiento del Sector Público; así como a las
normas técnicas referidas a los servicios y bienes públicos, y a los sistemas
administrativos del Estado, que por su naturaleza son de observancia y de
cumplimiento obligatorio. Al analizar el Título V de la vigente LOM, referido a
competencias y funciones específicas de los gobiernos locales, llegamos a la
conclusión de que se confunden los conceptos de competencia y funciones, al
regularse como si fueran lo mismo. Al revisar la exposición de motivos de la LOM
vigente se aprecia que no hay una definición clara de lo que es “autonomía municipal”.
No obstante, ello, se pueden rescatar algunos aspectos que permiten una delimitación
en cuanto su extensión como concepto:
Se señala que la autonomía municipal se refiere a un campo de acción libre e
independiente, dentro de un marco legal en la cual se desenvuelve el municipio. El
municipio forma parte de la estructura de un Estado. Ambos se encuentran vinculados
de modo de ninguno de ellos puede desarrollarse aisladamente del otro existiendo
una relación de dependencia mutua entre ambos.
Las municipalidades se han transformado en entes realizadores, pues los vecinos
centran en ella buena parte de sus expectativas, y ello es gracias a la autonomía
municipal, porque los vecinos ven en el municipio la posibilidad de solución a sus
problemas para no acudir a otros niveles que, de por sí, resultarían inaccesibles.
Asimismo, en la exposición de motivos se define a la autonomía política como el
derecho que tienen los municipios a normarse a sí mismos en atención a sus
necesidades a través de ordenanzas municipales, así como el derecho de elegir a sus

5
Derecho Municipal, José P. Vásquez Campos, Ediciones Jurídicas, Lima – Perú, 2007, pg. 92.
autoridades. Por otro lado, se precisa que la autonomía económica es el derecho a
contar con un patrimonio para administrarlo sin intromisiones. Y, finalmente, se señala
que la autonomía administrativa es el derecho a organizarse por sí mismos de
acuerdo a sus necesidades.
La autonomía municipal según el informe n° 133 de la defensoría del pueblo
Luego de un análisis de múltiples quejas y denuncias contra las municipalidades a
nivel nacional, la Defensoría del Pueblo ha podido constatar que la autonomía
municipal no siempre es ejercida dentro de los parámetros constitucionales y legales.
existe, según se afirma, en muchos casos, un ejercicio incorrecto de dicha institución
constitucional dándole un contenido absoluto. para efectos del presente artículo, si
bien no se define lo que se entiende por autonomía municipal, tomamos algunos
aspectos importantes referidos a ella:
 El ejercicio de la autonomía debe realizarse dentro del ámbito de la
Constitución y las leyes – marco que regula el reparto competencial entre el
gobierno nacional, gobiernos regionales y las municipalidades.
 La autonomía se presenta como una institución importante en el proceso de
descentralización, en tanto está destinada a garantizar la capacidad de
autogobierno de las municipalidades.
 La autonomía tiene cuatro dimensiones:
 Política,
 Normativa,
 Económica y
 Administrativa (se agrega una más a las señaladas en la normatividad:
la normativa).
 Se precisa que todas las dimensiones deben tener en cuenta y respetar las
competencias y funciones del gobierno nacional y de los órganos
constitucionalmente autónomos, así como los demás gobiernos regionales y
locales.
 La autonomía municipal es una institución que brinda protección al municipio,
pero siempre ligada a las competencias y funciones que les corresponde. Esta
protección es de carácter instrumental, pues está orientada a garantizar el
cabal cumplimiento de dichas competencias y funciones.
 La autonomía municipal debe ejercerse en concordancia con los fines y
deberes del Estado previstos en el artículo 44º de la Constitución vigente, como
la de garantizar la plena vigencia de los derechos humanos.
 La forma en que se define en la LOM vigente las competencias y funciones de
los gobiernos locales, según se indica, plantea dificultades de articulación con
el esquema actual del proceso de descentralización, lo que facilita el
surgimiento de conflictos con los otros niveles de gobierno.
 Define a las funciones específicas de cada nivel de gobierno, como las
acciones que deben desarrollar al interior de una materia cuya competencia se
le ha atribuido, en forma exclusiva o compartida.
 Dentro de las recomendaciones que efectúa, hace recordar a las
municipalidades que la autonomía municipal tiene un alcance limitado,
teniendo en cuenta que:
 No es absoluta. No puede entenderse como soberanía ni como
autarquía.
 Debe estar al servicio de la ciudadanía. Su fin es instrumental,
únicamente en cuanto sirva para que cumplan cabalmente con las
competencias y funciones que la Constitución y la LOM le han
encomendado.
 Deben ejercer sus funciones y competencias en el marco del
ordenamiento jurídico estatal en su conjunto. Cabe recordar que éste
último se encuentra compuesto por leyes generales de alcance nacional
y leyes sectoriales que ha sido adoptadas con el fin de que las entidades
del Estado realicen una buena gestión y presten servicios a la
ciudadanía en forma eficiente y eficaz.
 La autonomía municipal no puede ser alegada para incumplir lo
dispuesto por la Constitución, la Ley Orgánica de Municipalidades, ni las
leyes nacionales y sectoriales.
Autonomía municipal en la Constitución Política
La Constitución Política vigente otorga a las municipalidades las tres clases de
autonomía que conocemos: la económica, política y administrativa en los asuntos de
su competencia, no encontramos una definición clara sobre autonomía.
Pero en lo que sí se diferencia de la anterior es que sólo trata de las competencias de
las municipalidades en forma general y no se refiere a las de municipalidades
provinciales.
La “autonomía municipal” debemos deducirla o delimitarla de sus distintos
dispositivos, al definir que el Estado es uno e indivisible. Al respecto, cabe destacar
que éste último tiene, como uno de sus deberes primordiales, garantizar la plena
vigencia de los derechos humanos.
LA AUTONOMÍA MUNICIPAL DESDE LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL PERUANO
A través del presente artículo, lo que se busca es mostrar panorámicamente el
desarrollo jurisprudencial que ha tenido la Autonomía Municipal, contenida en el
artículo 194º de la Constitución Política vigente a través de las diversas sentencias
emitidas por el Tribunal Constitucional Peruano.
Definición
El Tribunal Constitucional, define la autonomía municipal como una garantía
institucional o instituto constitucionalmente protegido que impide que el legislador
pueda desconocerla, vaciarla de contenido o suprimirla; protegiéndola de sus excesos
y haciéndola que, en su tratamiento jurídico, sus rasgos básicos no sean trastocados
de forma que la conviertan en impracticable o irreconocible; es decir, la autonomía
municipal, supone la capacidad de auto desenvolvimiento de las municipalidades
(provinciales y distritales) en el plano administrativo, político y económico sin que ello
restrinja al legislador nacional de regular su régimen jurídico dentro de las relaciones
de coordinación y, excepcionalmente, de subordinación que de manera expresa
establezca la Constitución.
En ese orden de ideas, el supremo interprete de la Constitución, ha señalado que la
autonomía municipal hace referencia a una “administración o autoadministración”
cuyos objetivos se cumplen y cuya actividad se realiza por los propios destinatarios
de la misma bajo su propia responsabilidad; suponiendo, a la vez, una técnica de
organización jurídico-política al servicio de una división vertical del poder que permite
descargar de tareas a la instancia administrativa superior correspondiente, y del
principio democrático, al ser un modo de conectar la sociedad con el Estado.
Contenido
Debido a la diversidad de significados y contenidos relativos a la autonomía municipal,
el Tribunal Constitucional, ha determinado que debe tenerse en consideración:
a) El contenido subjetivo u organizativo de la autonomía, que atañe a la propia
existencia de las municipalidades;
b) El contenido objetivo o sustancial de la autonomía, que alude a la garantía de
gestión de los asuntos de interés comunitario; y,
c) El contenido institucional de la autonomía, referido a la posición de las
municipalidades respecto del desempeño de las funciones públicas conferidas
por el legislador mediante la cual se le otorga cierto grado de libertad e
independencia frente a injerencias de instancias superiores
PARAMETROS Y LIMITES DE LA AUTONOMIA MUNICIPAL
Los Principios Constitucionales:
 Principio de Supremacía Constitucional: La actuación de una municipalidad
requiere desenvolverse en el marco de los principios que inspiran el Estado,
constitucional de derecho, y del proceso constitucional peruano, lo que supone
el afianzamiento de la Constitución, como norma suprema y en esa medida
norma exigible por los ciudadanos; lo cual supone, en primer término, la
legitimación de su carácter vinculante para los ciudadanos y los poderes
públicos, y en segundo término, el pleno reconocimiento de los derechos
fundamentales.
 Principio de Unidad de la Constitución: Si bien la propia Constitución ha
establecido que los gobiernos locales gozan autonomía municipal y que son
competentes para aprobar su organización interna y su presupuesto
gestionando los intereses propios de sus correspondientes colectividades; ello
no implica que tales organismos gocen de una irrestricta discrecionalidad en el
ejercicio de ellas; pues, al no ser ilimitadas, su ejercicio debe ser compatible
con las normas constitucionales que importa que todas sus disposiciones
deben ser entendidas armónicamente.
Los Derechos Constitucionales.
Aunque la Constitución garantiza la autonomía municipal en sus ámbitos político del
que deriva la facultad normativa de las municipalidades convirtiéndolas en órganos
productores de normas generales dentro de su ámbito: Ordenanzas, económico y
administrativo, en los asuntos de su competencia-, un ejercicio enmarcado en tal
premisa no puede vulnerar ni amenazar, per se, derechos constitucionales, salvo que
dicho ejercicio se efectúe al margen del ordenamiento jurídico, y lesione derechos de
los administrados o de otros entes estatales o privados.
La Actuación del Legislador Nacional.
La garantía de la Autonomía municipal no impide que el legislador nacional pueda
regular su régimen jurídico, siempre que, al hacerlo, se respete su contenido esencial;
es decir, implica no sujetar o condicionar la capacidad de auto desenvolvimiento pleno
de los gobiernos locales a relaciones de coordinación y, solo excepcionalmente, de
subordinación, en aquellos casos que la Constitución expresamente lo permita; pues,
de hacerlo, su contenido terminaría siendo vaciado ocasionando de ese modo la
existencia de una situación jurídica que la propia carta constitucional no autoriza y,
antes bien, proscribe.
En ese sentido, la autonomía municipal, sobre todo en el aspecto administrativo, no
debe ser entendida como absoluta y exenta de límites por parte del órgano legislativo
que se encuentra en libertad de dar forma, acuñar, estructurar y concretizar los
términos para el ejercicio de la facultad de autodeterminación responsable que gozan
las municipalidades frente a las tareas que son de su competencia sin que ello
importe, naturalmente, la imposición de instrucciones y la resta de tutela por parte del
estado.
Los Intereses Locales.
La Constitución, según el supremo intérprete de la misma, garantiza a los gobiernos
locales una autonomía plena para aquellas competencias que se encuentran
directamente relacionadas con la satisfacción de los intereses locales; sin embargo,
esta deberá graduarse en intensidad respecto de intereses supralocales debido a que,
en ocasiones, de esas competencias, también coparticipan otros órganos estatales.
En ese sentido, los gobiernos locales deben tener en cuenta que sus actividades
deben desarrollarse dentro del marco legal que regula las actividades y
funcionamiento del sector público nacional y que sus competencias y funciones
específicas deben cumplirse en armonía con las políticas y planes nacionales,
regionales y locales de desarrollo. Por ello, al revisar las facultades otorgadas a las
municipalidades provinciales y distritales, aparece una estructura claramente
ordenada que permite distinguir las competencias otorgadas en cada caso, siendo
necesario que entre ellos exista la debida coordinación en el desempeño de sus
atribuciones y que, en su ejercicio regular, cada uno de ellos proceda respetando las
competencias otorgadas o reconocidas a otros gobiernos locales.
Relaciones con el proceso de descentralización.
El supremo intérprete de la Constitución ha establecido que la consagración de la
autonomía municipal debe ser entendida como un elemento básico en el proceso de
descentralización que se viene implementando y cuyo objetivo fundamental radica en
el desarrollo integral del país teniendo como retos fundamentales:
a) Garantizar la autonomía;
b) Asegurar la unidad del ordenamiento, y
c) Favorecer la integración y el dinamismo del sistema.
PROBLEMAS DETECTADOS EN EL EJERCICIO DE LA AUTONOMÍA MUNICIPAL
Los Gobiernos Locales, en un estado descentralizado pero unitario, deberían estar
mejor posicionados y cercanos para cumplir su funciones que ya están determinadas
para con la sociedad, sin embargo si éstas no les dan cumplimiento en los términos
señalados por la Constitución, la Ley Orgánica de Municipalidades y la legislación
general que regula la actuación de las administraciones públicas, la garantía
institucional denominada autonomía municipal no extiende manto protector a los actos
y normas municipales.
Ciertamente, el cabal cumplimiento de las competencias encomendadas
constitucionalmente a los municipios encuentra su primer escollo en la forma abierta
utilizada para su redacción, tanto en la Constitución como en la Ley Orgánica de
Municipalidades. A esta formulación abierta de las competencias municipales se
suma la ambigua formulación de sus funciones específicas en la mencionada Ley
Orgánica. No obstante, la Ley de Bases de Descentralización y la jurisprudencia de
nuestro Tribunal Constitucional contienen principios y criterios que permiten, frente a
un caso concreto, precisar dichas competencias y funciones específicas. Sin duda,
esos principios normativos y criterios jurisprudenciales no eliminan la posibilidad de
que surjan conflictos entre los municipios y las otras instancias gubernamentales,
pues tal eventualidad no resulta extraña a la dinámica de un Estado constitucional y
democrático, pero sí la limitan sustancialmente.
Aunado a ello, se suma el incumplimiento por parte de éstas de las normas legales
que contienen las reglas generales que deben cumplir las administraciones públicas
para hacer efectivos los servicios o tareas que están llamadas a prestar en beneficio
de los ciudadanos.
Para tener una precisión didáctica, se tiene diferentes supuestos más recurrentes de
incumplimiento de la norma general que regula la actuación de las administraciones
públicas, vale decir, aquellos en los que los Gobiernos Locales, sobrepasando el
contenido de su autonomía constitucional, desatienden el criterio de unidad estatal.
En los siguientes párrafos se examinarán los supuestos más recurrentes sin perjuicio
de existir muchos más:
Incumplimiento de normas del ordenamiento jurídico nacional y de normativa
sectorial.
En el marco de un Estado unitario y descentralizado, el cumplimiento de las leyes
resulta obligatorio para todos los niveles de gobierno en el ejercicio de sus
competencias y funciones. La autonomía municipal reconocida en el artículo 194° de
la Constitución Política, como garantía institucional para el cumplimiento de las
competencias constitucionales de los municipios, no puede ser alegada para incumplir
dichas disposiciones. En todo caso, si alguna municipalidad del país considerase que
una ley sectorial o general invade su ámbito de atribuciones y facultades, ésta podría
cuestionar su constitucionalidad mediante el proceso de inconstitucionalidad, pero no
es constitucionalmente legítimo incumplir dicha ley o, peor aún, afectar derechos o
intereses legítimos de las personas con dicho incumplimiento. Además, tal conducta
de los municipios es contraria a una visión moderna del Estado como ente destinado
a servir de forma eficiente y eficaz a la población de manera que su calidad de vida
mejore.
Existen claro ejemplos, de este incumplimiento normativo, como:
a) Cobro retroactivo de tasas por concepto de revisiones técnicas a vehículos
menores,
b) Revocación de licencias de funcionamiento otorgadas hasta el 31 de diciembre
del 2002,
c) Cobro de derechos de tramitación por la rectificación judicial de partida de
nacimiento sin que dicho procedimiento se encontrara establecido en el TUPA
del municipio,
d) Cobro de peajes no autorizados por el Ministerio de Transporte y
Comunicaciones.
Inadecuada incorporación procedimientos en el Texto Único de Procedimientos
Administrativos (TUPA) de las Municipalidades.
El artículo 74° de la Constitución reconoce a las municipalidades potestad tributaria
para crear, modificar y suprimir contribuciones y tasas, así como para exonerar la
obligación de su cumplimiento. De igual modo, el artículo 195° inciso 4 de la
Constitución señala que los Gobiernos Locales son competentes para crear, modificar
y suprimir contribuciones, tasas, arbitrios, licencias y derechos municipales, conforme
a ley.
De esta forma, el propio Texto Fundamental establece que el ejercicio de la potestad
tributaria municipal se deberá realizar en concordancia con lo que disponga el
Congreso de la República mediante ley. Por su parte, el artículo 40° de la Ley
Orgánica de Municipalidades dispone que, mediante ordenanzas, se crean,
modifican, suprimen o exoneran los arbitrios, tasas, licencias, derechos y
contribuciones, dentro de los límites establecidos por la ley. Asimismo, esta norma
establece que las ordenanzas en materia tributaria que expidan las municipalidades
distritales únicamente tendrán vigencia cuando sean ratificadas por las
municipalidades provinciales.
El artículo 68° de la Ley de Tributación Municipal establece seis tipos de tasas que
pueden ser impuestas por los Gobiernos Locales al prestar servicios a la ciudadanía:
tasas por servicios públicos o arbitrios; tasas por servicios administrativos o derechos;
tasas por licencias de apertura de establecimiento; tasas por estacionamiento de
vehículos; tasas de transporte público; y tasas por actividades de fiscalización o
control extraordinario. En ese sentido, se tiene claros ejemplos de que no ha sido
aplicado estos articulados, como:
a) Cobros efectuados por parqueo vehicular sin que la tasa se haya aprobado por
ordenanza municipal,
b) Pago de tasas por derecho de tramitación por la expedición de una licencia de
funcionamiento de un local comercial que opera después de las 11:00 de la
noche.
CONCLUSIONES
Primera.- La autonomía municipal es una cualidad compuesta de un conjunto de
potestades y competencias emanadas de la Constitución Política, del Estado y la Ley,
los cuales son ejercidas debidamente por el Gobierno Municipal, dentro los límites de
sus secciones territoriales legalmente reconocidas.
Segunda.- Las Constituciones de 1979 y 1993, al no definir autonomía, menos aún
la municipal y sólo mencionar sus formas, hacen que aquella sea producto del análisis
de disposiciones concordadas y conclusiones delimitantes:
Tercera.- El artículo 194º de la Constitución reconoce autonomía a las
municipalidades provinciales y distritales, en su calidad de órganos de Gobierno
Local, en los asuntos de su competencia. La autonomía municipal se constituye así
en una institución que brinda protección a los municipios, pero siempre ligada al
cumplimiento de las competencias y funciones que les corresponde, que se
encuentran enumeradas en el artículo 195° de la Constitución y desarrolladas en la
Ley N° 27972, Ley Orgánica de Municipalidades.
Cuarta.- El propio texto Constitucional y la Ley Orgánica de Municipalidades definen
los límites de la Autonomía Municipal. No obstante, en atención a cada situación
concreta, los alcances y límites de la autonomía municipal se deberían establecer
mediante la interpretación conjunta de las normas mencionadas y las normas que
regular las competencias y atribuciones de los otros órganos del Estado.
Quinta.- No cabe duda que una ordenanza municipal o las normas regionales de
carácter general, entendido de esta manera la autonomía normativa municipal no
puede excederse de sus potestades territoriales, ni competenciales, ni puede salirse
o contravenir el marco legal que encierra el ordenamiento jurídico peruano, suponer
lo contrario equivaldría al desgobierno y a una suerte de anarquía legislativa en las
diversas localidades del Perú, lo que a todas luces está en contra del principio de
unidad que encierra el sistema normativo en conjunto y en el cual se encuentran las
libertades y derechos que la Constitución Política garantiza para hacer realidad una
convivencia sana y sostenible en sintonía con el bien común que estamos llamados
a resguardar todos los ciudadanos peruanos.
Sexta.- Las municipalidades tienen como fin la representación de la comunidad y la
protección de los intereses generales de ésta. Sin embargo, en la práctica, sus
acciones pueden afectar los derechos específicos de las personas. En consecuencia,
se puede afectar el desarrollo local y el acceso a servicios públicos domiciliarios por
parte de todas las personas.
BIBLIOGRAFÍA
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municipal/derechomunicipal4.shtml
7. http://www.monografias.com/trabajos82/limites-autonomia-
politiconormativa/limites-autonomia-politico-normativa2.shtml
8. http://www.uss.edu.pe/uss/RevistasVirtuales/ssias/ssias2/pdf/JPMConstitucio
nsupr emacia.pdf
9. http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/4A810689408954
7505 257DD3005FA5D3/$FILE/1_pdfsam_informe_133.pdf

ANEXO

1.- Constitución Política del Perú Artículo 194°


Las municipalidades provinciales y distritales son los órganos de gobierno local.
Tienen autonomía política, económica y administrativa en los asuntos de su
competencia. Las municipalidades de los centros poblados son creadas conforme a
ley.
La estructura orgánica del gobierno local la conforman el Concejo Municipal como
órgano normativo y fiscalizador y la Alcaldía como órgano ejecutivo, con las funciones
y atribuciones que les señala la ley.
2.- LEY Nº 27972
De acuerdo a lo estipulado en la ley, los gobiernos municipales son entidades básicas
de la organización territorial del estado y además son canales inmediatos de la
participación vecinal en asuntos públicos. De esta manera se institucionaliza y
gestiona con autonomía los intereses propios de las correspondientes colectividades.
Asimismo, las municipalidades se han convertido en un órgano normativo, que emite
acuerdos obligatorios como ordenanzas municipales y también fiscaliza lo
relacionado con la administración de la colectividad.
Los gobiernos locales gozan de autonomía política, económica y administrativa en los
asuntos de su competencia, y que la mencionada autonomía que la constitución
política del Perú establece para las municipalidades, radica en la facultad de ejercer
actos de gobierno, de administración con sujeción al ordenamiento jurídico.
TÍTULO PRELIMINAR
ARTÍCULO II.- AUTONOMÍA
Los gobiernos locales gozan de autonomía política, económica y administrativa en los
asuntos de su competencia. La autonomía que la Constitución Política del Perú
establece para las municipalidades radica en la facultad de ejercer actos de gobierno,
administrativos y de administración, con sujeción al ordenamiento jurídico.
CONCORDANCIA: Constitución Política, Arts. 194° y 195° Ley N° 27783, Arts. 8° y

CAPÍTULO II LAS NORMAS MUNICIPALES Y LOS PROCEDIMIENTOS
ADMINISTRATIVOS
ARTÍCULO 38.-ORDENAMIENTO JURÍDICO MUNICIPAL
El ordenamiento jurídico de las municipalidades está constituido por las normas
emitidas por los órganos de gobierno y administración municipal, de acuerdo al
ordenamiento jurídico nacional. Las normas y disposiciones municipales se rigen por
los principios de exclusividad, territorialidad, legalidad y simplificación administrativa,
sin perjuicio de la vigencia de otros principios generales del derecho administrativo.
Ninguna autoridad puede avocarse a conocer o normar las materias que la presente
ley orgánica establece como competencia exclusiva de las municipalidades. Las
autoridades políticas, administrativas y policiales, ajenas al gobierno local, tienen la
obligación de reconocer y respetar la preeminencia de la autoridad municipal en los
asuntos de su competencia y en todo acto o ceremonia oficial realizada dentro de su
circunscripción. Dichas autoridades no pueden interferir en el cumplimiento de las
normas y disposiciones municipales que se expidan con arreglo al presente
subcapítulo, bajo responsabilidad.
CAPÍTULO II EL PATRIMONIO MUNICIPAL
ARTÍCULO 55.- PATRIMONIO MUNICIPAL
Los bienes, rentas y derechos de cada municipalidad constituyen su patrimonio. El
patrimonio municipal se administra por cada municipalidad en forma autónoma, con
las garantías y responsabilidades de ley. Los bienes de dominio público de las
municipalidades son inalienables e imprescriptibles. Todo acto de disposición o de
garantía sobre el patrimonio municipal debe ser de conocimiento público.
CONCORDANCIA: Constitución Política, Art. 196°.
LAS COMPETENCIAS Y FUNCIONES ESPECÍFICAS DE LOS GOBIERNOS
LOCALES
ARTÍCULO 73.- MATERIAS DE COMPETENCIA MUNICIPAL
La Ley de Bases de la Descentralización establece la condición de exclusiva o
compartida de una competencia. Las funciones específicas municipales que se
derivan de las competencias se ejercen con carácter exclusivo o compartido entre las
municipalidades provinciales y distritales, con arreglo a lo dispuesto en la presente
ley orgánica. Dentro del marco de las competencias y funciones específicas
establecidas en la presente ley, el rol de las municipalidades provinciales comprende:
a) Planificar integralmente el desarrollo local y el ordenamiento territorial, en el
nivel provincial. Las municipalidades provinciales son responsables de
promover e impulsar el proceso de planeamiento para el desarrollo integral
correspondiente al ámbito de su provincia, recogiendo las prioridades
propuestas en los procesos de planeación de desarrollo local de carácter
distrital.
b) Promover, permanentemente la coordinación estratégica de los planes
integrales de desarrollo distrital. Los planes referidos a la organización del
espacio físico y uso del suelo que emitan las municipalidades distritales
deberán sujetarse a los planes y las normas municipales provinciales
generales sobre la materia.
c) Promover, apoyar y ejecutar proyectos de inversión y servicios públicos
municipales que presenten, objetivamente, externalidades o economías de
escala de ámbito provincial; para cuyo efecto, suscriben los convenios
pertinentes con las respectivas municipalidades distritales.
d) Emitir las normas técnicas generales, en materia de organización del espacio
físico y uso del suelo, así como sobre protección y conservación del ambiente.
ARTÍCULO 74.- FUNCIONES ESPECÍFICAS MUNICIPALES
Las municipalidades ejercen, de manera exclusiva o compartida, una función
promotora, normativa y reguladora, así como las de ejecución y de fiscalización y
control, en las materias de su competencia, conforme a la presente ley y la Ley de
Bases de la Descentralización.
ARTÍCULO 75.- EJERCICIO DE LAS COMPETENCIAS Y FUNCIONES
Ninguna persona o autoridad puede ejercer las funciones específicas que son de
competencia municipal exclusiva. Su ejercicio constituye usurpación de funciones.
Las normas municipales en las materias establecidas en la presente ley, que estén
en concordancia con las normas técnicas de carácter nacional, son de cumplimiento
obligatorio por los ciudadanos y las autoridades nacionales y regionales respectivas.
Sólo por ley expresa y con las mismas formalidades exigidas para la aprobación de
la presente ley, se establecen regímenes especiales transitorios por los cuales otros
organismos públicos pueden ejercer competencias que son exclusivas de las
municipalidades. El régimen especial transitorio debe tener un plazo determinado. Las
municipalidades están obligadas a informar y realizar coordinaciones con las
entidades con las que compartan competencias y funciones, antes de ejercerlas.
1. LEY DE BASES DE LA DESCENTRALIZACIÓN LEY Nº 27783
Artículo 8.- Las autonomías de gobierno
La autonomía es el derecho y la capacidad efectiva del gobierno en sus tres niveles,
de normar, regular y administrar los asuntos públicos de su competencia. Se sustenta
en afianzar en las poblaciones e instituciones la responsabilidad y el derecho de
promover y gestionar el desarrollo de sus circunscripciones, en el marco de la unidad
de la nación. La autonomía se sujeta a la Constitución y a las leyes de desarrollo
constitucional respectivas.
Artículo 9.- Dimensiones de las autonomías
9.1. Autonomía política: es la facultad de adoptar y concordar las políticas, planes y
normas en los asuntos de su competencia, aprobar y expedir sus normas, decidir a
través de sus órganos de gobierno y desarrollar las funciones que le son inherentes.
9.2. Autonomía administrativa: es la facultad de organizarse internamente, determinar
y reglamentar los servicios públicos de su responsabilidad.
9.3. Autonomía económica: es la facultad de crear, recaudar y administrar sus rentas
e ingresos propios y aprobar sus presupuestos institucionales conforme a la Ley de
Gestión Presupuestaria del Estado y las Leyes Anuales de Presupuesto. Su ejercicio
supone reconocer el derecho a percibir los recursos que les asigne el Estado para el
cumplimiento de sus funciones y competencias

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