Vous êtes sur la page 1sur 6

LOS PUROS DE CORAZÓN

VERÁN A DIOS AL
REMOVER EL VELO – SERIE
LOS PUROS DE CORAZÓN –
TEXTO 1 DE 4

Los mejores amigos siempre tienen una buena historia para contar,
¿verdad? Generalmente, cuanto más cercana es la amistad, más
detallada es la historia. De la misma manera, todo verdadero
cristiano tiene una historia con Dios y sabe exactamente el
momento especial en el cual Dios se hizo realidad para él. ¿Y tú?
¿te acuerdas de tu historia con Dios? En esta serie, vamos a darte la
oportunidad de tener una nueva historia con el Señor.

“Y dijo Dios: sea la luz. Y vio Dios que la luz era buena”
Gen 1:3-4a

La primera frase de Dios que dijo inicio al universo fue: “sea la luz”.
Con esa orden Dios hizo visible aquello que antes era invisible. La luz
del primer día aún era insuficiente, abstracta e indefinida. Pero cuando
llegó al cuarto día, Dios creo el sol: Una fuerte Luz. Esa luz es
creciente. Cuando creemos en el Señor y somos salvos, pasamos a
ver día a día un poco más de nuestras impurezas, pecados y buenas
intenciones. Éste es el principio de la salvación: reconocer que
somos pecadores.

Dentro nuestro aún tenemos una vida egoísta y orgullosa, que va en


contra de Dios y que dificulta nuestro servicio para Dios. Si viéramos
una fuerte luz sólo una vez, no la soportaríamos. Entonces, poco a
poco recibimos esa luz y pasamos a ver nuestra real condición.
Descubrimos que necesitamos cada vez más del Señor. Así, esa luz
va brillando y pasamos a ver todo lo que no percibíamos
anteriormente. Sin embargo, para que eso ocurra, no podemos estar
encubiertos de ninguna manera delante de la presencia de Dios,
osea, el velo tiene que ser retirado.

Por esa razón es que la Biblia dice:


“Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará”.
–2 Corintios 3:16

Los puros de corazón verán a Dios porque no están encubiertos


por nada (Mateo 5:8). Cuando el velo es colocado sobre el rostro de
alguien, encubre sus ojos; pero, cuando es retirado, la persona es
capaz de ver la luz. El velo está relacionado con el corazón. Un puro
de corazón, en la Biblia, hace referencia, principalmente, a un
corazón que Dios desea.

“¿A quién tengo yo en los cielos sino a Ti? Y fuera de Ti nada deseo en la
tierra”.
-Salmos 73:25

El velo se refiere a todo lo que buscamos, que no sea el


Señor. El universo entero se puede convertir en un velo entre
nosotros y Dios.
En el antiguo testamento tenemos el ejemplo de Job, que
fue alguien que no percibía sus pecados hasta que Dios
resplandeció sobre él. Job nunca había tocado a Dios o visto la luz.
Sin embargo, al final de su libro, vemos que él encontró a Dios y le
dijo: “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me
aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:5-6). Joven, ¿por
qué el se arrepintió? Porque vio su impureza. ¿Y tú? ¿cómo
conoces a Dios? ¿Apenas oyes hablar de Él o realmente Lo has visto
con tus propios ojos?

Desde el principio, Dios tiene solamente un propósito:


dispensarse a Si mismo dentro nuestro. Por esa razón, Él debe ganar
nuestro corazón. Un corazón que ama Dios es muchísimo más
precioso y valorizado por Él. Dios desea que el hombre Lo ame y Lo
busque. Todos nosotros, que conocemos a Dios, sabemos que Él
tiene mucha gracia y misericordia para con el hombre y mucho trabajo
para realizar en cada uno de nosotros.

PERO… ¿CUÁL ES LA
MANERA DE COOPERAR
CON DIOS?
Primero, se trata de ¡nuestro corazón! Si queremos
cooperar con Dios y permitir que Él trabaje en nosotros, primero
necesitamos volver nuestro corazón al Señor, pues sólo los puros
de corazón verán a Dios (Mateo 5:8).

¿Cómo el Señor va a
trabajar en personas
como nosotros? Si no lo permites, Él no
puede. Si queremos que Él trabaje en nosotros, primero necesitamos que Él
nos purifique. Es difícil que Dios trabaje en nosotros si nuestro corazón no
está puro. Si nuestro corazón no está adecuado, nuestro foco está
incorrecto.

Pero… ¿y si el hombre no quiere eso? Ciertamente Dios no tiene camino


para hacer nada.

Por lo tanto, dar el corazón a Dios es abrir camino para que Él


trabaje. Él no quiere que el hombre use su fuerza, manera o
sabiduría; Él sólo quiere el corazón del hombre y eso es la parte más
difícil del trabajar de Dios en nosotros.

ALGUNOS TAL VEZ


PREGUNTEN: ¿CÓMO
SABER SI ESTAMOS
CONCENTRADO EN
ALGO QUE NO SEA EL
SEÑOR? ¿CÓMO SABES
QUÉ ES?
Debemos tener un corazón dispuesto a ser trabajado por el Señor. “Pero
cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el
Espíritu; y donde esta el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios
3:16-17). Como resultado sentiremos esta libertad interior, paz en nuestra
conciencia.

Otro problema: si dejamos de recibir la luz por mucho tiempo, perdemos el


sentimiento interior y caemos en tinieblas. Y es en ese momento que
necesitamos arrepentirnos delante del Señor por nuestra incapacidad de
ver la luz. El hombre no entra en tinieblas de una vez. Todos los hombres
cuando entran en tinieblas, lo hacen de modo gradual, sin percibir lo que
acontece. Es de esa forma inconsciente que el hombre es llevado de poco a
poco para algo que no es del Señor. Eso es resultado de la falta de luz
interior.

Ninguno de nosotros, antes de conocer al Señor era puro en sus


pensamientos y emociones; éramos totalmente impuros y malignos
por dentro y por fuera. Sin embargo, el Señor vino un día y Su
evangelio nos alcanzo. Su voz hizo eco en nuestros corazones, Su
Espíritu se compadeció de nosotros y fuimos salvos. El Señor nos
rescató y nos separó del pecado y del mal.

De esta manera, si recibimos constante quebramiento delante del


Señor, la luz en nosotros brillará cada vez más, y así el velo será
removido de nosotros poco a poco.“Crea en mí, oh Dios, un corazón
limpio. y renueva un espíritu recto dentro de mí”. -Salmos 51:10

“Fíate de Jehová de todo tu corazón”. -Proverbios 3:5a


Joven, acuérdate que cualquiera que es insensible a Dios, también es
insensible al pecado. Todas nuestras intenciones y pensamientos interiores
deben ser confesados, uno por uno. Nadie dirá que estamos equivocados
exteriormente, pero por dentro sentiremos eso. El camino de la vida
comienza con nuestra confesión. ¿Qué tal orar ahora mismo y pedir que el
Señor te muestre todo lo que impide que Él trabaje en tu vida? Acércate con
palabras simples, pero sinceras.
Siempre que un corazón se vuelve a Dios, Él lo valoriza mucho. No te
sienta acusado, todos nosotros tenemos dificultades y fallas, pero quiero que
sepas una cosa muy importante: Dios te ama. Él quiere ser tu mejor amigo,
quiere que tengas muchas experiencias e historias con Él. Él quiere llegar
hasta ti, acogerte y abrazarte.
Un corazón que ama a Dios es muy precioso y
valorizado por Él.
Éste es apenas nuestro primer texto de la serie “Los puros de Corazón”.
Quédate al tanto, acompaña los siguientes posts y principalmente: ¡abre tu
corazón para recibir el iluminar del Señor desde ahora! Un abrazo grande y
¡hasta la próxima! ¡Jesús es el Señor!

https://osheescrito.wordpress.com/2017/08/28/los-puros-de-corazon-veran-a-dios-al-
remover-el-velo-serie-los-puros-de-corazon-texto-1-de-4/

Vous aimerez peut-être aussi