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Los altos niveles de incidencia del maltrato infantil en la familia la colocan como un importante problema de salud pública en América

Latina,
principalmente por las graves consecuencias que puede traer en el desarrollo de los niños (González, Azaola, Duarte y Lemus, 1993; Maddaleno, Morello
e Infante-Espínola, 2003; Kliksberg, 2004; Pérez, 2004). Loredo (1994) menciona que el «maltrato es la conducta es considerada psicológicamente
abusiva cuando lleva un mensaje específico, para ésta cultura, de rechazo o altera un proceso psicológico socialmente importante como el desarrollo de
un concepto positivo coherente del yo» (p. 125). Varios autores coinciden en que las características de un menor agredido, son aplanamiento emocional,
limitaciones para experimentar placer, desorganización conductual, hipervigilancia, dificultades en el establecimientos de vínculos afectivos, inseguridad,
baja autoestima, depresión, antisociabilidad; bajo o mal funcionamiento cognoscitivo y académico, éste último reflejado como bajo aprovechamiento
escolar, además de un aumento en la probabilidad de presentar trastornos más severos como el trastorno de ansiedad por estrés postraumático.
Por tanto, en 1998, la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó la Promulgación Universal de los Derechos de los Niños ((Kliksberg, 2003).
Asimismo, nuestro sistema jurídico resguarda el cumplimiento de leyes que resguardan los derechos infantiles. En México, se sanciona la violencia
familiar con penas privativas de la libertad (de 6 meses a 4 años de prisión); y establece la obligatoriedad de tratamiento psicológico especializado -
rehabilitación- (artículo 343 bis del Código Penal para el Distrito Federal, Coderch, 1997).
Las estadísticas (Pérez, 2004) muestran que las sanciones privativas de libertad se aplican poco y es frecuente la rehabilitación, lo que impide que una
madre ó padre pueda reasumir la responsabilidad de la crianza, que en algunos casos resultaría factible al proporcionar la terapia psicológica apropiada;
quedando las instituciones públicas y privadas bajo resguardo de los infantes, lo que acrecienta la desintegración familiar y la ineficiencia institucional por
sobrepoblación infantil.
La violencia familiar puede ser abordada desde diferentes perspectivas teóricas. Con anterioridad han prevalecido los Modelos Médico-Psicológico; los
que sostiene condicionantes orgánicos ó psicodinámicos para la explicación de la violencia; lo que a juicio de Corsi (1999) han resultado ser
aproximaciones reduccionistas, tendientes a simplificar un fenómeno social de extraordinaria complejidad.
El Modelo Ecológico puede ser el fundamento para la explicación de la violencia familiar desde una perspectiva social compleja (Pérez, 2004). Propuesto
por Bronfenbrenner (citado en Corsi, 1999), considera simultáneamente los distintos contextos en que se desarrolla una persona, siendo éstos: a)
macrosistema; b) exosistema y microsistema. Especifica que el Microsistema esta conformado de 4 dimensiones: a) cognitiva, b) conductual, c)
psicodinámica y d) interaccional. Esta última es definida como pautas de relación y de comunicación interpersonal y básicas para la comprensión de los
patrones de interacción padres-hijos en el síndrome del niño maltratado.
Por su parte, Perrone y Nannini (1997) abordan los problemas de la violencia y abusos sexuales considerando conceptos tanto intra e interpersonales,
como sistémicos; lo que da una visión integradora de dicho fenómeno. Su intervención esta basada en la teoría de la comunicación, la que se apoya en
su concepción de dinámica de la relación, haciendo responsable a los protagonistas conforme a diversos criterios.
Corsi (1999) considera que la dinámica de la violencia tiene dos características: a) su carácter cíclico y b) su intensidad creciente; identificando 3 fases
de violencia en la pareja: la primera fase la denominada la «fase de la acumulación de la tensión»; una segunda fase es llamada «episodio agudo» y una
tercera, «luna de miel»; a partir de la cual se reinicia el ciclo.
Por otro lado, los precursores de una visión sistémica de la familia, basado en la teoría general de sistemas propuesta por Ludwing Von Bertalanffy
(1976)2; tales como Bowen (1960), Haley (1988), Minuchin (1989), Wynne, (1961, Sánchez y Gutiérrez, 2000) sostienen que cuando existen conflictos en
la interacción familiar se generan triángulos patológicos, los cuales son definidos como triangulación. Ésta, es un proceso que implica la formación de
parejas (díada) con exclusión de un tercero, ó contra éste. La principal aportación de Bowen es su pensamiento respecto a la función de los triángulos en
la dinámica familiar. Dicha teoría se equipara a la teoría de los sistemas patológicos de Haley (1988) y al enfoque estructural de Minuchin (1989).
Bowen (1960) asocia la patología a la rigidez e indica que, aunque en todas las familias se crean pautas triádicas, estas pautas se harán más rígidas
cuando la familia se enfrente a un cambio ó sufra una tensión, y serán más flexibles en períodos de calma. De similar manera Bowen (1960) introduce el
concepto de diferenciación. Las familias muestras patologías en la relación cuando presentan una baja diferenciación, es decir, que la masa familiar
pareciera no tener piezas, ni subpartes, ya que los miembros tiene un preexistente necesidad de permanecer juntos, encontrándose fusionadas; a la que
Bowen (1960) denominó masa del ego familiar indeferenciada. Por otro lado, los miembros de una familia pueden presentar alejamiento emocional como
defensa cuando, se observa al niño como un obstáculo a la libertad, a la realización de actividades que se desean hacer porque representa una
obligación que no se desea, rigidez en la definición de la conducta de los padres frente a la paternidad ó maternidad, problemas de comunicación que se
expresan en una real fusión, lo que indica una falta de diferenciación. La indiferenciación mencionada por Bowen, es equivalente a la idea de
pseudomutualidad de Wynne (1961 en Sánchez y Gutiérrez, 2000) y el concepto de Minuchin (1989) de familia «enredada» lo que conlleva a la falta de
un proceso de individuación satisfactorio básico para el desarrollo equilibrado de todo ser humano.
Los teóricos (Soni-Misrachi, 1989; Marcovich, 1997) que comparten una visión piscosocial sostienen que el maltrato infantil puede ser desencadenado
por diversos factores que se interrelacionan en el proceso dando como resultado lo que se ha denominado síndrome del niño maltratado. Se afirma que
uno de los elementos fundamentales de la agresión a los niños es la maternidad obligada. Niños más expuestos al maltrato son niños con una tendencia
a presentar problemas de disciplina, con dificultad para seguir reglas. Asimismo una persona sometida a constante estrés está en mayor riesgo de
convertirse en una persona que maltrata; la influencia de los modelos de crianza a partir de los cuales el maltrato está plenamente justificado, así como la
dificultad para esclarecer las demandas y necesidades de los miembros, no existiendo comprensión de los lenguajes para llamar la atención ó para
solicitar ayuda. Se ha encontrado correlación entre un hijo golpeado y un padre golpeador. Los padres que en su infancia han sido golpeados refuerzan
su experiencia de maltrato, maltratando a sus hijos, presentan baja tolerancia a la frustración; no poseen recursos intelectuales para la solución de
problemas sin utilizar la violencia (Arrauberiera, 1994). Los padres alcohólicos o con alguna adicción a substancias tóxicas, son mas propensos a ejercer
la violencia, que quienes no lo son; así como los padres desempleados, incapacitados físicamente, o sometidos a tensión constante.
En este mismo sentido, varios investigadores (Papalia y Wendkos, 1997; González, et al, 1993; Loredo, 1994; Ortiz, 2005), consideran que los adultos
que maltratan en particular a sus hijos se presentan con mayor frecuencia en familias numerosas y de bajos recursos económicos porque sufren más los
rigores de la vida. Otros factores que también se mencionan como desencadenadores de la violencia intrafamiliar en particular a los niños, son historia de
maltrato en los padres cuando niños; padres con autoconcepto negativo (sentimientos de fracaso); padres o familias como pocas o ninguna red de apoyo
en el enfrentamiento de momentos difíciles; padres que reportan sentirse infelices en el matrimonio; con expectativas irreales acerca de sus hijos; con
grandes necesidades afectivas; menos capaces de controlar la tensión, y en general con recursos limitados para enfrentar situaciones diversas como:
desempleo, matrimonio forzado debido a un embarazo no deseado, casos de hijos de madres solteras ó de uniones libres, funciones de crianza o
paternaje a edades tempranas, y presencia de trastornos emocionales, o capacidades especiales en alguno de los miembros de la familia. Es importante
destacar que los tres modelo brevemente delineados pueden ser retomados como parte de un marco conceptual integrativo que ayude en la
comprensión de la dinámica del maltrato a los niños y adolescentes.
Desde esta perspectiva el objetivo de este trabajo fue analizar los patrones de interacción que se establecen entre padreshijos en familias con problemas
de violencia, particularmente de madres y padres denunciados por maltrato infantil en la Fiscalía de Menores dependiente de la Procuraduría de Justicia
del Distrito Federal, México. Para lo cual se analizaron las secuencias interaccionales en los sistemas paterno- filial con base en el establecimiento de
categorías de análisis, y a partir de la aplicación de una entrevista semiestructurada. Introducción
El Maltrato infantil es uno de los problemas más graves que afecta a niños y niñas en el planeta. La violencia contra los niños y niñas se da en todos los
países del mundo, en distintas formas e intensidad y a menudo están arraigadas en prácticas culturales, económicas y sociales. La Convención de los
Derechos del Niño en su artículo 19 se refiere específicamente al tema, señalando que "Los Estados partes adoptarán todas las medidas legislativas,
administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato
negligente, malos trato o explotación, incluido el abuso sexual"*.
Con la finalidad de dimensionar la violencia que viven niños y niñas en sus hogares por parte de sus padres o cuidadores, UNICEF Chile realizó el año
1994 un estudio de preva-lencia del maltrato infantil en nuestro país, con el objetivo de dar una mayor visibilidad a esta problemática, dando
protagonismo a los propios niños y niñas, quienes son los que dan cuenta de sus vivencias y opiniones en torno al maltrato infantil. Posteriormente se
realizó un estudio el año 2000 y luego el 2006. Las muestras y el instrumento permiten hacer comparaciones entre los tres estudios, de modo de evaluar
el impacto de las políticas implementadas.
En el presente artículo se darán a conocer los resultados del estudio del año 2006 y se compararán los resultados con aquellos obtenidos en las dos
mediciones anteriores. Los resultados que se presentan a continuación corresponden a las opiniones de 1.525 niños/as, de octavo básico, encuestados
durante el año 2006. De ellos, un 75% manifiesta sufrir algún tipo de violencia al interior de su familia.
Los resultados obtenidos pretenden ser un aporte para avanzar como sociedad y enviar el mensaje de que ninguna forma de violencia contra los niños
es justificable y que toda violencia es prevenible.
Conceptualization del Maltrato Infantil
Los niños/as sufren violencia en su casa, en la escuela, en las instituciones y en la comunidad. Viven violencia en aquellos espacios y en lugares que
debieran ser de protección, de estímulo a su desarrollo integral, de resguardo y promoción de sus derechos. Los niveles de dependencia del niño hacia el
adulto o las instituciones que los están agrediendo, lo dejan en una situación de gran vulnerabilidad, siendo la violencia en la familia una de las formas de
maltrato más habituales que viven los niños/as y frecuentemente está relacionada con violencias que se ejerce en otros niveles o instituciones.
No existe una definición única de maltrato infantil, el concepto ha ido evolucionando en la medida que se va conociendo más del fenómeno, ampliando
sus manifestaciones y evaluando su impacto.
"El concepto del maltrato infantil inicialmen-te se hizo en referencia al maltrato físico con un predominio de criterios médicos-clínicos y a la explotación
laboral y trabajo de los niños, para ir evolucionando hacia la situación actual en que las definiciones se basan en las necesidades y derechos de los
niños"**.
La Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, en su Artículo 19, se refiere al maltrato infantil, como: "Toda violencia, perjuicio o
abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, mientras que el niño se encuentre bajo la custodia de sus padres, de un
tutor o de cualquiera otra persona que le tenga a su cargo".
Para construir una definición de maltrato infantil se tienen que considerar al menos los siguientes aspectos:
1. Perspectiva evolutiva: el comportamiento parental debe ser considerado en relación a la etapa evolutiva del niño y niña (es diferente dejar solo a un
niño/a de tres meses que a un adolescente).
2. Perspectiva de factores de vulnerabilidad del niño: para hablar de maltrato se deben considerar las necesidades específicas del niño/a (si un niño/a
padece una enfermedad crónica requiere más cuidados especiales que uno sano).
3. Existencia de daño real o potencial: la presencia del daño es uno de los criterios más difíciles de comprobar, sobre todo en el caso de la violencia
psicológica. El maltrato puede clasificarse desde diversos puntos de vista, vale decir:
• Según el momento en el que se produce el maltrato.
• Según los autores del maltrato.
• Según las acciones concretas que constituyen el maltrato infligido.
En la presente publicación, nos centraremos en la definición de Maltrato Infantil en la familia, llevado a cabo por sus padres o cuidadores, sin desconocer
la existencia de otro tipo de maltratos.

El maltrato a un niño, o la violencia en cualquier forma, puede dañar seriamente su desarrollo y acarrear repercusiones a largo plazo. Es
esencial comprender las ramificaciones del maltrato infantil, tanto para padres como para niños, para poder prevenirlo, detectarlo y erradicarlo en todas
sus formas.
La violencia es un problema arraigado en la sociedad toda, de formas muy diferentes entre sí. Es por esto que siempre vale la pena
reflexionar acerca de ella. Y qué mejor que hacerlo a través de algunas frases célebres. La violencia, sea en la forma que sea, siempre es un hecho
repudiable y que deja mucho margen para la reflexión. Es por esta razón que el ser humano nunca debe dejar de pensar en ella, en su significado, en lo
que se esconde detrás de ella y en tantas cosas más que mejor lo dejamos para esta compilación de frase sobre violencia famosas que se manifiestan
en contra de ella. No tienes más que disfrutarla, sentirla, pensar acerca de todo lo que genera esta problemática y agregar en los comentarios la cita que
te parezca que haga falta.El día mundial de la no violencia se conmemora cada 2 de octubre, nacimiento de Mahatma Gandhi, una de las voces más
reconocidas en la lucha por la paz y no violencia.
Los niños son la parte más sensible de cualquier sociedad, inocentes, confiados...un blanco fácil para personas oscuras que los pueden
hacer sufrir fácilmente. Algunos sufren esta violencia en su hogar, otros en las escuelas y en las calles. Como padre o madre es importante que estés
atento antes cualquier signo de violencia. Además puedes difundir mensajes contra la violencia para decir no al maltrato infantil. Estas son algunas de
las mejores frases contra el maltrato infantil.
La violencia Infantil se puede definir como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los
tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño
a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. El
objetivo de este interesante trabajo es conocer a fondo las principales causas y consecuencia que conllevan la violencia infantil.
Existen varios factores que inciden directamente en el incremento de la violencia infantil estos son los Factores del niño, Factores de los
padres o cuidadores, Factores relacionales y Factores sociales y comunitarios los cuales serán definido y estudiado en el presente trabajo.

Conceptualización
Hablar de violencia infantil es referirse a un tema doloroso, es hablar de una lacra de la humanidad que a pesar de innumerables
esfuerzos, propósitos y programas no pudo ser erradicada. Una lacra aun peor que las pestes y las epidemias que luego de más de 5000 años de
civilización y más de 2000 años de la era cristiana, sigue aquí, en la tierra, aferrada y creciente. Una desgracia originada y mantenida exclusivamente por
los seres humanos, lo que nos hace dudar de la validez de la palabra humanidad.

Lo cierto es que, desde que el mundo es mundo, a los niños como a las mujeres les tocó la peor parte, ya que el concepto de niñez
protegida es realmente muy reciente.

La historia nos muestra que la niñez, desde siempre, fue avasallada y sus derechos conculcados o ignorados, temas que a veces desde
la actividad física el deporte y la recreación, se ven como lejanos.

La lista de padecimientos que les fueron y aun les son infligidos a los niños es interminable, además de ser cruel y escabrosa y cuantas
veces pasa cerca de nosotros la posibilidad de ayudar y no nos damos cuenta.

Desinterés y abandono, miseria e ignorancia colaboraron para sostener este estado de cosas, además de pautas culturales permisivas o
decididamente crueles, por lo menos vistas desde nuestro punto de vista latinoamericano con fuerte raíz europea.

Sin pretender presentar un catálogo de miserias y crueldades humanas, doloroso y escatológico, creo que es necesario recordar, al
menos, algunos de los hitos que la humanidad le ha impuesto a la niñez.

La actitud de la humanidad respecto de la protección o desprotección de la niñez ha sido absolutamente pendular, y ha ido y aun sigue
yendo desde la protección total que ofrecen los países escandinavos, hasta el abandono y la esclavización que imponen algunos países africanos.

Y esto tomó estado público a nivel mundial cuando hace poco tiempo, dos menores de 10 años, secuestraron en un shopping a un niño
de 2 años, y luego de torturarlo con extremo sadismo, le quitaron la vida. Los niños asesinos fueron condenados judicialmente como si fuesen adultos y
además recibieron la repulsa social de los ciudadanos, quienes aun hoy se oponen a la libertad condicional con que los victimarios fueron beneficiados.
Consecuencias del maltrato
El maltrato infantil es una causa de sufrimiento para los niños y las familias, y puede tener consecuencias a largo plazo. El maltrato causa
estrés y se asocia a trastornos del desarrollo cerebral temprano. Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de los sistemas nervioso e
inmunitario. En consecuencia, los adultos que han sufrido maltrato en la infancia corren mayor riesgo de sufrir problemas conductuales, físicos y
mentales, tales como:
Actos de violencia (como víctimas o perpetradores);

Depresión;

Consumo de tabaco;

Obesidad;

Comportamientos sexuales de alto riesgo;

Embarazos no deseados;

Consumo indebido de alcohol y drogas.


La violencia, sea en la forma que sea, siempre es un hecho repudiable y que deja mucho margen para la reflexión. Es por esta razón que el ser humano
nunca debe dejar de pensar en ella, en su significado, en lo que se esconde detrás de ella y en tantas cosas más
"Hoy, a mí lo que más me preocupa, por encima de la situación económica, es la violencia. La violencia en todas sus manifestaciones,
desde la guerra a la intolerancia." "Un niño no es un juguete, es la más grande manifestación de la naturaleza, la divinidad y la inocencia en todo su
noble esplendor… ámalo, cuídalo, cultívalo; NO lo violentes, pues no merece sufrir por tus falencias".

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