Vous êtes sur la page 1sur 11

25/09/2017

Historia Medieval
Prof. Andrea Salvo
Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación

Transformaciones del año mil y sus avances técnicos

Clara Perugorría
5.277.176-6
im.clarasofia@gmail.com

1|Página
Índice
Preámbulo……………………………………………………3
Transformaciones del año mil………………………………..5
Innovaciones técnicas………………………………………..7
Bibliografía………………………………………………….11

2|Página
Preámbulo
Hacia el año mil la Europa ha cambiado, elementos particulares se han
desarrollado, transformado y creado. Cambios notorios se identifican es este
Occidente medieval el cual se convierte en uno distinto del que le precede, no sin
similitudes y permanencias de su pasado cercano y más distante.
Sería adecuado introducir al lector mediante un panorama general de las
características que mueven a la época anterior al año mil. Pero dadas las limitaciones
del presente trabajo, abarcaré estrictamente los cambios más distintivos de este
periodo, con especial atención a las innovaciones técnicas. No obstante, breves
alusiones al pasado del siglo XI serán usuales ya que es claro que los diversos hechos
no surgen de la nada, siendo parte de procesos complejos y de larga data.
La reiteración del análisis y del estudio de los mismos cambios por parte de los
diferentes autores, no deben hacernos suponer la existencia de absolutos consensos.
Con una sucinta revisión de bibliografía podemos notar las diferencias en cuanto a
jerarquización y abordaje de las diferentes temáticas de las que aquí trataré de
presentar en torno a autores de la talla de J. Duby, J. Le Goff, R. Fossier, y L. White
principalmente.
El primer gran problema que presenta el estudio de este periodo son las fuentes.
Al presentarse escasas y dispersas, no es posible la utilización de fuentes
exclusivamente escritas ya que además de su reducido número, poseen la limitación
de estar redactadas por los sectores más pudientes de la sociedad, algunos de los
pocos que poseían el conocimiento de la escritura. Por lo cual desgraciadamente,
artesanos y campesinos emiten pocas palabras (White, 1979, p.152). Para acercarnos
al conocimiento de esta sociedad es necesario entonces, la búsqueda de fuentes de
diversa índole. La arqueología para el estudio de la civilización material es relevante,
aunque presenta limitaciones. Los hallazgos se hallan dispersos y añadido a esto,
están sujetos a la naturaleza de una época en la que los materiales duraderos como
los metales no eran los preponderantes. Así, las disciplinas que estudian los troncos
de los árboles, los glaciares y el polen vienen a contribuir al estudio de una sociedad
donde predominaba el gesto, el simbolismo, el contacto, lo visual por sobre la
escritura (Le Goff, 1999, pp.78-79).
Otro aspecto a tener en cuenta es el hecho de que no podemos abordar el estudio
de toda la Europa medieval como si fuera un todo homogéneo. Por el contrario, los
regionalismos abundan y abruman. En esta Europa coexisten, por ejemplo, diferentes
tradiciones, lenguas, formas de organización, religiones que poco a poco van a
disminuir y sucumbir finalmente ante un cristianismo en expansión, etc. Por otro
lado, las notorias diferencias climáticas repercuten fuertemente en parte de las
innovaciones del siglo XI. Para esclarecer este panorama, Duby (1997) realiza una
subdivisión dentro de los polos de desarrollo que corresponden a tres regiones: “la
Europa salvaje”, “alrededor del Mar del Norte” y “la vertiente meridional”.
Finalizando con esta serie de aclaraciones y para comenzar de lleno con el
presente trabajo, creo oportuna una ilustrativa frase, recurrente entre historiadores del
periodo, del monje borgoñón Raúl Glaber: “Cuando se aproximaba el tercer año que
siguió al año mil, se vio en casi toda la tierra, pero sobre todo en Italia y en la Galia,
renovar las basílicas e iglesias. (...) Era como si el mundo se hubiese sacudido y,
liberándose de su vetustez, hubiese vestido por todas partes una blanca ropa de
iglesia.”

3|Página
La frase anterior funciona perfectamente para exponer los cambios del año mil y
sus consecuencias. Este es uno de los puntos que genera diferencias entre
historiadores, ya que no es fácil distinguir lo que fue causa de lo que fue efecto, al
haberse dado la mayor parte de los aspectos simultáneamente (Le Goff, 1999).
Instalada la discusión procederé a exponer brevemente los cambios más
significativos teniendo presente que no todos sucedieron simultáneamente ni siquiera
proliferaron en todo occidente. Tenemos que tener presente que hacia el año mil se
instaura una paz relativa donde las pérdidas de fuerza de los ataques exteriores
generan un nuevo clima de seguridad conjuntamente con la instauración de un nuevo
orden, el feudal o señorial. Bajo estas nuevas circunstancias se producirán los
cambios.

4|Página
Transformaciones del año mil
De lo que no cabe duda es acerca del crecimiento demográfico. Ya sea por el
aumento de nacimientos o la disminución de la mortandad en el año mil había más
gente. Los historiadores discuten si esto es una causa o una consecuencia. Es decir, si
es que el resto de los factores novedosos son causa del aumento poblacional o si
aquéllos conducen a éste. Un matiz decisivo que los historiadores marcan, que será
conveniente no desarrollar aquí.
Con una población más numerosa fueron necesarias más tierras. El crecimiento
demográfico ya sea causa o efecto del despertar europeo, según Fossier (1985) hizo
más agudo el problema de las relaciones entre el mundo salvaje y el mundo humano,
la necesidad tuvo que vencer al miedo. Debemos pensar a una sociedad en donde el
hambre es bien conocida y la mayoría de la población produce apenas para su
subsistencia, donde los rendimientos agrícolas eran sellados por la escasez, donde las
estructuras mentales eran un freno. Duby (1997) expresa el empeño de la gente en
hacer pan con cualquier producto, como ser: semillas de uva, flores de nogal, raíces
de helecho. Esta situación de desnutrición, mal nutrición se modifica lentamente con
los mejores rendimientos, con la mayor cantidad de alimentos, el companagium, el
incremento de proteínas en la dieta. Esto da como resultado una mejor alimentación
para Le Goff mientras que para Duby este cambio en los campos no sirvió para ello,
sino que, sólo alimentó a más gente.
“El origen de este renacimiento hay que buscarlo en la tierra, que en medioevo es
la base de todo” (Le Goff, 1999, p.56). Las innovaciones en el campo sin dudas
marcaron un hito en la historia. La difusión de la rotación trienal en remplazo de la
bienal produjo un aumento de la productividad de los suelos y una mejor
alimentación ya que además de los cereales se incluyen leguminosas, las cuales
recuperan el suelo y aumentan las proteínas en la dieta de los campesinos. Las causas
de este cambio señaladas por Duby (1997) hablan de la presión de los Señores para
acrecentar su riqueza, de la mejora de las condiciones ecológicas, ya que se sabe que
en ese período Europa gozaba de un clima más propicio para los cultivos, y de la
expansión demográfica.
En cuanto a la instauración de un nuevo orden, que no llamaré feudal, siguiendo
los lineamientos de Fossier (1985) el feudalismo al menos por su polisemia no es
apropiado para caracterizar la época, en cambio, el señorío o régimen señorial
mantiene su pleno valor. De cualquier manera, todos los campesinos sufrían directa o
indirectamente la aplastante tutela del castillo.
Este sistema señorial surge de la descomposición de la autoridad monárquica,
donde se dispersa el poder de los príncipes dejando muchas de sus funciones en
manos de los príncipes regionales, principalmente la defensa del exterior. A su vez,
los grandes principados se disgregaron y es en donde los Señores toman el poder
local. De esta manera el Señor entabla una relación de vasallaje con los campesinos
los cuales deben pagar en forma de servicios, cosechas, tributos, la protección y
seguridad que emana del castillo.
Estos últimos, los castillos medievales se erigieron en esta época, absorbiendo
todos los poderes, económico, político y judicial. En estas grandes construcciones se
emplea la piedra simbolizando la defensa, el prestigio y superioridad frente a la masa
campesina principalmente.

5|Página
La reedificación de las iglesias también se dio en este periodo, haciendo
referencia a la frase del comienzo, la construcción se convirtió en un rubro
importante que incentivó construcciones en piedra de otra índole, como puentes,
almacenes, caminos, granjas, etc. Estas construcciones fueron financiadas por las
iglesias, las cuales habían acumulado grandes cantidades de capital en forma de
tesoros que comienza a utilizar, no sin dotar de carácter divino el hallazgo de los
mismos. Esta es una de las formas que adopta el movimiento de destesaurización
propuesta por Duby (1997).
La industria de la construcción movilizó diversos factores que contribuyeron al
desarrollo de esta sociedad, empleando personas, fomentando nuevas técnicas,
aumentando y mejorando el transporte, avivando la circulación de la moneda,
urbanización, ferias, entre otros.
Estas transformaciones contribuyeron sin duda al progreso de la economía, a la
expansión del comercio, al uso de la moneda para realizar transacciones y al
desarrollo de las ciudades medievales. Estas ciudades crecieron a partir de su función
económica, donde prosperaba la actividad mercantil, a ella iban los excedentes del
campo, el cual nutría y alimentaba con víveres y hombres a los centros urbanos (Le
Goff, 1999).
Respecto al orden de la sociedad, a inicios del siglo XI algunos intelectuales
elaboran una teoría sociológica estableciendo tres órdenes. Esta concepción
jerárquica del pueblo dividido en tres, sienta perfecto para aceptar las desigualdades
y la dominación de unos sobre otros. “Dios, desde la creación, ha dado a los hombres
tareas específicas; unos tienen la misión de rezar por la salvación de todos, otros
están llamados a combatir para proteger al conjunto de la población, y al tercer
grupo, con mucho el más numeroso, le corresponde mantener con su trabajo a las
gentes de Iglesia y a las gentes de guerra” (Duby, 1997, p. 108). Esta concepción se
enmarca en un clima de paz relativa, “la paz de dios” sostenida sobre la base de que
los reyes habían perdido la capacidad de mantener la paz y la justicia que Dios les
había delegado, por lo tanto, esas funciones pasan a manos de los obispos apoyados
por las autoridades locales. Se realizaron asambleas entre los primeros dos órdenes,
los obispos y guerreros, para reglamentar la guerra y establecer ciertas prohibiciones
tales como: el combate durante ciertos días del calendario y atentar contra los
sectores de la población desarmados, obispos, campesinos, animales, etc.

6|Página
Innovaciones Técnicas
Los importantes progresos tecnológicos que surgen y se desarrollan a partir del
siglo XI son más cuantitativos que cualitativos Le Goff (1999). Es decir, más que
innovaciones originales, en el siglo XI se produjo una difusión de herramientas, de
máquinas y de técnicas en su mayoría conocidas desde la antigüedad. Antes de ver
las novedades técnicas, debemos tener presente las diferencias entre máquina y
herramienta ya que, al ser tan rudimentarias en este momento, puede que sea difícil
diferenciarlas.
Distinción esencial entre una máquina y una herramienta reside en el grado de
independencia en el manejo de la habilidad y de la fuerza del operador: la
herramienta se presta por sí misma a la manipulación, la máquina a la acción
automática. El grado de complejidad carece de importancia. (Lewis, 1992, p. 13).
En un territorio donde las tierras eran abundantes, el poder no estaba concentrado
sobre las mismas, sino, sobre los hombres y sus útiles de trabajo. Estos útiles, en
palabras de Duby (1997) “Son peor conocidos que los de los campesinos del
neolítico” (p. 15). El problema de las fuentes aquí hace estragos, de hecho, la historia
de las técnicas es la más difícil de conocer dada la falta de documentos explícitos. La
escasez de las mismas, tanto escritas como materiales hace dificultoso el poseer un
panorama medianamente convincente acerca de las herramientas e innovaciones,
saber a cerca de su uso, cantidad y datación. Aun así, podemos realizar algunas
conjeturas. Los materiales de hierro eran escasos, predominaban los objetos de
madera, pero al igual que la piedra comenzó a sustituir en parte a la madera y demás
materiales livianos, el hierro poco a poco comenzó a establecerse en los campos en
forma de herramientas y máquinas. De esta forma mucho del progreso técnico de la
época se relacionó estrechamente con la difusión del hierro.
Los avances en el ámbito rural proceden los avances en lo militar, la evolución
del armamento y del arte militar ocasiona el progreso de la metalurgia y
posteriormente de la balística. Los campesinos se benefician adaptando el hierro y el
caballo e incluso en la unión de éstos, refiriéndome a las herraduras. Estas herraduras
para caballos fueron decisivas en los territorios más húmedos donde los cascos de los
caballos podían llegar a estragarse y pudrirse. No es posible una datación exacta de la
herradura de clavos, pero lo que podemos afirmar es que este elemento es bastante
anterior al año mil. Lo novedoso es la difusión de su uso, aunque podían ser muy
costosas, al igual que el caballo y su alimentación. La utilización del caballo también
se benefició con el empleo del estribo que significó un mayor control sobre el animal
y mayor estabilidad, lo cual formó parte de la instauración y ascenso en la escala
social de los caballeros medievales.
Los campos se araban con bueyes, utilizando un arado poco eficaz en terrenos
duros (los más fértiles), los campesinos se limitaban a cultivar los suelos menos
resistentes a sus mediocres instrumentos de trabajo que muchas veces eran sus
propias manos. La implementación de las cuatro yuntas de bueyes, una de las dos
grandes innovaciones del siglo XI, fue mucho más eficaz en el arado asimétrico de
ruedas y vertedera, carruca y acompañado del empleo del hierro en sus partes,
permitió un arado más profundo y fecundo. Aunque fue una poderosa mejora, esta
modalidad de arado tenía sus limitaciones. En primer lugar, los animales eran costos
y con la implementación de este nuevo enganche se necesitaban ocho bueyes. Este

7|Página
número de animales no era habitual entre los campesinos, por lo tanto, se incentivó la
unión de bueyes de varios campesinos, al trabajo en conjunto, lo cual era difícil en
zonas poco pobladas. Estas innovaciones no se dieron de la misma forma en el
Mediterráneo que, por sus propias características persisten maneras de explotación de
corte más individualista. Pero en las zonas alrededor del Mar del Norte el asunto
proliferó, la adopción de este nuevo arado hizo posible una mayor producción dado
sus surcos más profundos y sus crestas más altas, y también destruyó las marcas
existentes en los pequeños campos, desdibujando así la propiedad individual. De esta
forma el paisaje se modificó, los campos cambiaron de forma pasando de cuadrados
a largos y estrechos. Este arado era eficaz en los amplios terrenos, por lo cual se
implementó en los nuevos campos, los roturados.
Por otra parte, los bueyes eran lentos y de baja resistencia si los comparamos con
los rápidos y resistentes caballos. El problema radicaba en el costoso precio de los
caballos y su mantenimiento ya que requerían herraduras las cuales hacia el año mil
su uso se generaliza, y avena como alimento.
Por otra parte, en estos terrenos roturados, ganados al bosque o al mar, con un
buen arado implementando el barbecho trienal, se estimula la cría de ganado. Los
que antes estaban dispersos, en el bosque o en tierras alejadas, ahora pastan en la
zona de barbecho abonando los campos, fertilizando la tierra e incrementando la
producción y el excedente. En esta nueva técnica de cultivo la tierra se dividía
aproximadamente en tercios. En una sección se sembraba durante el otoño trigo de
invierno o centeno. En la primavera siguiente se sembraba en el segundo campo:
avena, cebada, guisantes, gavanzos, lentejas, habas y el tercer campo se dejaba en
barbecho. Al año siguiente, en el primer campo se sembraban cultivos de verano, el
segundo campo se dejaba en barbecho y el tercero se sembraban granos de invierno.
Finalmente, la segunda gran novedad del periodo son los molinos, los cuales
databan de la antigüedad y aunque nunca cayeron en completo desuso, hacia el año
mil se incrementan en número y se difunden por toda Europa. Aunque el molino fue
un invento de los Clásicos nunca se difundió ampliamente, tal vez por la masa servil
que existía en ese momento. Lo cierto es que a partir del siglo XI la utilización de
energía no orgánica aumentó continuamente. Utilizando la fuerza eólica e hidráulica1
el campesino se libera de mucho de lo que correspondía a su trabajo manual. Los
molinos se ocupaban de moler el grano, elevar el agua, hacer la pasta de papel con
trapos, hacía funcionar los martillos y las máquinas de cortar de una herrería, serraba
la madera, golpeaba el cuero de las tenerías, brindaba energía para hilar la seda, hacía
girar las pulidoras de los armeros entre otras funciones. Cada comunidad de cierto
tamaño contaba con constructores de molinos que los hacían y reparaban. Por lo
tanto, los molinos se consolidan como las más importantes máquinas de este periodo.
Sin embargo, la construcción de un molino exigía grandes medios Duby (1997).
Podemos suponer entonces, que la iniciativa de construir un molino partía de los
señores para obtener nuevos beneficios cobrando por su utilización. De esta manera
se establecía un nuevo medio de control y luego de opresión por parte de los ricos
hacia los pobres.
La utilización del molino como he mencionado ya, ahorra trabajo, libera mano de
obra la cual puede dedicarse a otras tareas. Por lo tanto, muchos de esos campesinos

1
El molino hidráulico es un invento propio de la Edad Media (Fossier, 1985).

8|Página
se vuelcan al trabajo en talleres, surgen los artesanos a la vez que se incrementa la
producción de harinas y vuelvo a mencionar al companagium, el cual refleja el
aumento del consumo de pan.
Se puede decir que muchos de estos aspectos identificados como las innovaciones
del año mil empujaron afablemente a aquellos hombres y mujeres a la confección de
nuevas labores, procurándose su propio alimento, incentivaban el desarrollo de
rubros relacionados ya no exclusivamente con lo agrario sino con sectores tales como
el artesanado, a la especialización de las funciones y el aumento del tiempo libre.

Para autores como Le Goff y Fossier las estructuras mentales son un gran
condicionante del progreso técnico, en especial las mentalidades de las clases
dominantes las cuales según Le Goff (1999) son antitécnicas. Las innovaciones para
ellos ponían en peligro al equilibrio económico, social y mental.
Por ejemplo, la tendencia predominante a la autarquía violentaba las condiciones
geográficas, edafológicas y climáticas de la producción. Por otro lado, durante
mucho tiempo la Edad Media occidental no compuso ningún tratado técnico, al no
merecer tales cosas el honor de la escritura o al formar parte de un secreto. Este
estancamiento de la economía producto de los hábitos mentales propuesta por Le
Goff podemos achacárselo entonces, a las clases dominantes. Según White (1979)
“los campesinos conocían su oficio y no eran conservadores cuando veían un modo
mejor y más provechoso de hacer las cosas.” (p.160). Para White existía una potencia
creadora que se muestra a partir del año mil.
Una serie de ilustraciones pueden demostrar este punto. En las postrimerías de la
Edad Media hubo una gran curiosidad e interés por la utilización del aire. Hacia
1010, un monje benedictino anglosajón llamado Eilmer construyó un planeador,
se arrojó con él desde la torre de la abadía de Malmesbury y voló unos 180
metros; el aparato se estrelló y él se rompió las piernas. La causa de este desastre
fue, según el diagnóstico de su propio protagonista, que olvidó ponerle una cola
en la parte posterior. (White, 1979, p. 180).

Para Lewis (1992) la máquina misma, es un producto del ingenio humano, de su


esfuerzo: por ello, entender la máquina no es un mero paso para orientar de otra
manera nuestra civilización: es también un medio para entender la sociedad pasada y
en la que vivimos.

En cuanto a las técnicas medievales los mencionados autores poseen sus


moderadas posturas acerca de, cayendo nuevamente en el juego, cuáles fueron las
causas que originaron este progreso y qué consecuencias produjo es mismo. Creo
oportuna mencionar la postura que sostuvo White en relación a lo antedicho:
Pocos inventos han sido tan sencillos como el del estribo, pero pocos ejercieron
una influencia tan catalítica en la historia. Las necesidades de la nueva modalidad
de guerra que el estribo hizo posible hallaron expresión en una nueva forma de
sociedad europea occidental, dominada por una aristocracia de guerreros a
quienes se concedían tierras para que pudiesen combatir con un estilo nuevo y
altamente especializado. Inevitablemente esta nobleza creó formas y pautas
culturales de pensamiento y emoción que respondían a la modalidad del combate
con carga de caballería y a su posición social; como ha dicho Denholm-Young:
“Es imposible ser caballero sin tener un caballo”. El Hombre a Caballo, tal como

9|Página
lo hemos conocido durante el milenio pasado, fue posible gracias al estribo, que
unió al hombre y su cabalgadura en un solo organismo combatiente. La
Antigüedad imaginó el Centauro; la temprana Edad Media lo convirtió en el amo
de Europa. (White, 19973, p.29).
Este autor defiende claramente el determinismo técnico, según el cual es la
tecnología la que marca la pauta del desarrollo histórico (Gille, 1999, p.14). En el
prólogo escrito por Santiago Riera (Gille, 1999) se instala un análisis crítico acerca
de las conclusiones a las que llega White en su obra, la cual, desde su publicación,
generó una gran polémica por su determinismo. No obstante, se reconocen los
objetivos de White: sumar importancia a la historia de las técnicas, para que ocupe el
mismo lugar que la economía, la política, etc. en la construcción de la Historia. Esto
tuvo éxito ya que desde la obra de White la importancia sólo fue en aumento.

10 | P á g i n a
Bibliografía
White, L. (1979). La expansión de la tecnología. 500 - 1500. En Cipolla C. (Ed.),
Historia económica de Europa (1) La Edad Media (pp. 152-185). Barcelona:
Ariel.
Duby, G. (1997). Guerreros y campesinos. Desarrollo inicial de la economía europea
(500 - 1200). México: Siglo XXI .
Fossier, R. (1985). Historia del campesinado en el occidente medieval. Barcelona:
Crítica.
Fossier, R. (1988). La edad media. El despertar de Europa 950-1250. Barcelona:
Crítica.
Riera, S. (1999). Prólogo. En Gille, B. (Ed.), Introducción a la historia de las técnicas.
(pp. 7-24)Barcelona: Crítica.
Le Goff, J. (1999). La civilización del occidente medieval. Barcelona: Paidós.
Lewis, M. (1992). Técnica y civilización. Madrid: Alianza.
White, L. (1973). Tecnología medieval y cambio social. Buenos Aires: Paidós.

11 | P á g i n a

Vous aimerez peut-être aussi