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Temas DE FOTOGRAFIA y SCHED AD Qoo Boot rises pecesviscosos, Eouanbo Grossian Dinecrones Slivia Pérez Fernéndez Eduardo Garaglia 1 V Comite Eoisear Eduardo Garaglia Silvia Perez Fernéndez Daniel Ponce 1 i Comire Aseson Ana Longonl ‘iguet Marteott sulla Menajovsy Mariano Mestman Alia Sanguinett very Ricardo Sanguinetti Susana Sel Verdnica Tell Tony Valder veregereey Cotasonagones Guadalupe Fara] Estala Fares Valentin Gotzman Alejandra Marin Liliana Pariato ‘Matias Russi wW vw erekereetss fernas ole Loboqrafin 4 soviedadl Pvowenot 7 Covsponan ca este womene * Fernando Aguayo Gabriela Brook Eduardo Garaglia Eduardo Grossman ‘Ana Longon Miguel Martelott Julio Menajousky Mariano Mestman Silvia Pérez Ferndndez Danie! Ponce luis Priamo Lourdes Roca Hecmenegildo sabat éctor santul Marisa Strelezenia Verénica Tell Tony Valdez Rodoita Walsh ven voreverereygrere ' Coneccron Daniel Ponce ' = Diseae oe maguers Marta Almeida ' ron: Quis priamrec ponencia presentada en si omadas de FES {Ua Septiembre de 2003 en fs mesa "880 ~ 1530. Imagenes stay socidad,Fautad de Gens Soles Ideas del etada modemo" pe oa es =» Fotografia y modernidad son sinénimos. Una de las consignas de la foto~ srafia en sus origenes fue dacumentar, precsamente, el fendmeno de la ‘modemidad. En tal sentido la fotografia fue, simulténeamente, una ex- presién del progreso maderno (del desartolo de la ciencia quimica y isi~ a) y una herramienta especitica creada por él para documentarse a si ‘mismo. Por otra part, a expansién imperalista del capitalismo decimo~ inénico a os tertoris periféricos fue uno de los ojes esenciales de la mo~ dernidad, necesidad y expresién de la misma. De alli también que la fo~ ‘tografia, con el ferrocai et Tusil de repetcion, Tuera ce las puntas de lanza tecnoldgicas mis notorias de la modernidad en nuestos tertorios. Primera conclusién, entances: la fotografia y el estado moderno periferico tuvieron relaciones esencialesy de origen; uno se nombra alot, por ash decir. ios utes La identicacién entre fotografia y estado modemo puede analizarse incluso desde el punto de vista de los génerosfotogrificas. El retrato, por jemplo, que solemos relacionar slo con el mundo de la socabilidad burguesa a través dela retratstica social, encontrs en la que conocemos como foto-camet (Ia cabecitaen tres cuartos de perfil derecho) una fun cidn tanto o més profunda que aquella en el mundo moderna, ya que sir- v6 directamente al estado burgués en su actividad de control social. Por otra parte, is foto-caznet tienen una extreordinaria fuerza simbélica,re- ferida al tema que tratamos: basta observar una serie de planchas de con tactos lenas de cabecitas andnimas y proyectarlas a los millones y miles Ge millones de seres registrados de igual modo ~sSbanas y sibanas ten= digas al infnito-, para darnos una idea sobrecogedora -una epitanis, més bien del yo burgués como ménada. En este sentido, la foto-carnet es una especie de epitome de la identidad burguesa: todus los hombres pueden, a fin, tener su retrato fotogréfico ~una conquista democitica~, pero slo para aistinguirios como Fulanos, es decir para informarie al ‘agente de control que el Fulana que tiene en frente es Fulono de Ta. spren- Qe todos mods, la heraientaftogrifica tard fo suo en dese (parcalmente, al menos) de su sina inci: heedera tcc, y en tal sentido dudosay contaicaria, de as bells arts, Dina rena se tmatelizaba en lacontnuidad de génerosconsorados por és era= tos, paises, costumbves (en ste imo, y en nuestros teritorospenté- tees, pnien do éniasis en io exis}. Cre que el primer géneo, si po- demos lamar as, con el que la fotografia omen a tomar distancia de las bela ates, fe la documentacén funcional, téenic © arcivistia, gue empresas yonganismosprvacosy bios comenzaron a reunirc- ‘mo antecadente de su actvi¢ad, También la del mismo estado en cuan~ total nesta direccién,podemes ubiar cato proyectos oogsfios del siio XX deicados a oto tntos emprendimientos del estado moderno argentino. Uno deelos es el dloum que el gobierno de Sarmiento salc- 16 fotiga italiano Césare Roca sobre la primers exposicién industrial de Cérdoba.€ segundo fueron fos sbumes pei del Ministerio de Educacién sobre Ios escueas de Buenos Ars, {ecores el porta sobre Ia construccién ce a cudad dela Plata, e2~ lizado por George Sadie 2 peda de gbemador Darda Roch, que cn clay con la ein de dos slbumes. & cua. proyecto no fu, hasta don de sabemos, un encargo del estado, sino producto de Inilativas personales. Nos referimos al registo defo campafa del Desi, ralza- por Antonio Pozzo en el ect de uo, Roca (1878), y por Peto Mo rel, contota po las Ingeniaostopraos Cros Enna y Edgardo Mo reno, en el de Conrado Villegas (182-83) a Pls de las manzanas, en el samuel Boots realizé a Fre ee foe eo SfensseFoogstis test ie 12.8 ecient ‘actual teritorio de Neuquén. En mi opinién, estos cuatro trabajos fueron los primeros protaensayos fotogrétics dedicados al estado mademno ar- tics cues gentino, 0 a su proyecto, Esto Litimo es evidente en el objetivo armen soe tino de echar las bases de una industria nacional, que al momento de la exposicin de Cérdoba era Inexistente. También en ta insistencia de a cla~ ‘se dirigente del period snbee Ia educacién pilin como sistonto de una sociedad moderna. & su ver, la construccin de La Plata fue un poderoso gesto de voluntad fundante: una ciudad modema brotada del desierto temitico de los como simbolo del nuevo pais. Por Gitimo, el extermina si pueblos aborigenes para disponer a voluntad de las tiaras de la pampa hhdmeda y el sur del pais, en fa perspective del programa de insercién de la Argentina en el mercado mundial a nueva escala también era esencial al proyecto de estado maderno. Por otra parte, signticaba el dominio ca~ bal dal estado nacional en tetitorios no controlados a través de la violen~ a militar ierestrcta, todo un simbolo. En igor, los repaftajes de Pozza y Morelli (cuyo nombre ha desaparecido detés de los de Encina y Moreno) bundan 05, de un ejécclto casual que dicha campata persiguiera ionales (que, por supue autizades @ in 5 sister fueron los primeros registros, radonal en campafia. ¥ nop: Considerados tales hasta encontrarse sometidos, es de corporados coma mana de obra esclava o semiesclava a la actividad pro- arece casual que en gracién de conn a6 0 quebrachales). Como tampoce dductiva en es ningun de los dos reportajes haya fotos de indios muertas 0 encerrados en raclén como el de Valchetta, en Rio Negro (lo cual hhace que hoy se nos figuren los protodesaparecdos de nuestra historla nacional). Eta actitud vergonzante se extenci en el siglo X: no tenemas fotos militares de la represién en la Patagonia, ni de las grandes huelgas dela Semana Trica o La Forestal, ni de la quera de Malvinas o, ms pre= Visiblemente, de la masacre de los setenta Otro de los expacios de accidn del estado moderna dande a fotografia. tuvo partcipacién fue en las grandes exposiciones industrials del sigla XI En la primera de las cuales quedé constancia, hasta dande nosotros alizads en Paris, donde Jaime Arufé (agt smpos de conce sabemas, fue en la de 1864 rmensor de oficio y fotdgrafo amateur) present6 una Colecién de fotogra= fias hechas en la ciudad y la prov fo, titulado La Repiiblica Argentina en fa ia de Buenos Alves. Vistas veriadas, ean dice en el catslogo dele i Exposicidn Universo! de 1867 en | es, 1868, No se conoce una sola imagen referenciada de di \ En las exposiciones de Filadetfia, en 1876, y de Pars, en 178, Christiano t . | | \ Imprenta del Porvenit, uenos Ai~ 1 conjunta, Junior partcipé con sus dlbumes Vistas de la Provincia de Buenos Aires. Sen hued os asters ce ast dds Pts abcades en ues de Buenos Asp Clin ralmente, en fa particularmente recordada Exposicin Universal de Pars iegtles. Mnse d anami, up de haya de tio cml ‘de 1890, donde la Argentina monté uno de los pabellones més espléndi~ dos, utllizado més tarde en la plaza San Martin como Museo Nacional de Bellas Artes, lo fotdgrafos Alejandro Witcomb, de Buencs Aires, y Emesto I. Sehlie, de Esperanza, Santa Fe, presentaron, respectivamenta, fotos de fa cludad capital y de las colonias agricolas santafecnas. En ambos casos énfosis estaba puesto sobre los logros de la modermidad y el progreso argentinos: urbano en el caso de Witcomb, rural en el deShile. De hecho, fen todas las exposiciones industiales realizadas en el pais, desde la sar~ rnientina de x87 la fotografia concursé como un producto nacional mas. fn la obra inconclusa de Christiano Junior titulads Vistas de fa Repi biica Argentina, encontramos el primer ejemplo de adhesion consciente y rnilitante de Ia fotografia al proyecto de estado moderno propuesto por la clase diigente argentina. Christiano Junior fue un fotégrafo de origen por~ tugués que llegé al Brasil muy joven, a princpios de los afs sesenta det siglo XIK.A fines de 1868 se mudé a Buenos Aires, abr su estudio y tuvo un rdpid éxito como retratisa, Fotografié a hombres natorios dela clase diigente (Mansilla,Alsina 0 Sarmiento, por ejemplo), cn la cual se rela~ cioné de un modo bastante orgénico, ya que fue el primer fotdgrao ly también socio) de la recientemente creada Sociedad Rural Argentina, pa~ ra la cual documents sus primeras exposiciones. En 1876 publicé un lum con doce fotografias de Buenos Aires y sus arededores,ttulado Vstos de Ja Reptiblica Argentina. Provincia de Buenos Aires. Nii, en una breve in= troduccidn, anunciaba su proyecto: una serle de dIbumes similares dedi~ cados a diversas regiones del pafs, conde no se ocuparia, coma fo habfan hecho artistas anteriores a él (casi seguramente se refierea Benito Panun= 2iyy Esteban Gonnet), de presentar “nicamente escenas del campo, don- de sélo se trasparenta Ia vida rstica, sino, de aquellos signos inequivo- cos del progreso, que elevan sus clpulas arrogantes en el centro de las cudades". ¥ agrega: "La Repiblica Argentina monumental y atistca, no ‘es conocida’. Al aio siguiente publics su segundo album dela sere, tam~ bign dedicado a la Provincia de Buenos Aires y asimismo con doce fotos, cada una de las cuales llevaba un comentario escrito bastante extanso (al rededor de ciento cincuenta palabras), cuyos autores eran ls historiado~ tes Mariano Peliza y Angel Carranza. Esta combinacién conviete al pr. yecto de Christiano Junior en el primer ensayo fotogréfico propiamente dicho que se planteé en el pals. Su propésito era convert sus élbumes fen una fuente de informacion de primer orden sobre las caracteristicas mis prometedoras de la Argentina en tE:minos de progreso, de modo tal {que sirvieran como herramientas de promocién a los gobiernos y empre- satlos empetiados en el desarrllo del pals, tanto aqui como en et exte- fio. se fue, precisamente, e! mercado al que apunté con sus élbumes, | { \ os por lo cual también desde este punto de vista fue un proyecto pionero, ya ‘que se plantes dasde el inicio como una propuesta de fotografia comer- cial, concepto inexistente por la época La primera decisién orgénica del estado maderno de incorporara la fo- tografia como herramienta documental desu actividad, ue tomada por el, Ministerio de Obras Pblicas, creado a fines del sig XIX, durante el se- ‘gundo gobierno de Julio A. Roca. En sus dos direcciones, la de Obras Hi~ dréulicas y la de Arquitectura, se abrieron departamentos de fotografia ‘que, con el corer de los aos, reunieron colecionas fotogrficas extraor- dinarias y, por fortuna, en buena medida ain existentes,e incluso par~ cialmente disponibles para la consulta (el archivo de la antigua Direcién de Arquitectura se encuenta en el CEDIA, perfectamente conservado y con tun alto porcentaje de sus imagenes escaneadas y consultables. El de Obras Hidrulicasesté en civersosdistrits de ta Direccién Nacional de Puerts y Vias Navegables: Buenos res, Parané, Rosario, Corientes, Comadoro Ri~ vadavia, Bahia Blanca). En los dos casos la actividad fotogréfica estaba destinada a dacumentar el desarrollo de las obras de arquitectua pibli~ cen todo el pais y de construccién y mantenimiento de puertos, como asi también de I produccién de los astilleros que la direccin de Obras Wi= ‘rdulicas monts en Buenas Aires, Rosario, arand y Corrientes Con el mis imo criteria, la Direccién de Paseos de la Municipalidad de Buenos Aires 26 en 1915 una divisién fotografica que funcioné en el Jardin Botsnico, ‘cuyo archivo, en buena parte, atin se conserva también. La documenta

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