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Los periódicos recogen noticias tan extraordinarias como la que en 1974 anunciaba a un hombre de Birmania capaz de
recitar de memoria 16.000 páginas de un texto budista. Aunque éste es un caso excepcional, casi todos somos capaces de
recordar un volumen de información asombrosamente grande. Al mismo tiempo, tendemos a olvidar un nuevo número
de teléfono casi inmediatamente después de marcarlo.
¿A qué se debe esta aparente contradicción? Nosotros poseemos dos tipos de memoria: la de corto plazo, que nos permite
recordar seis o siete datos por minuto, y la de largo plazo. Con la que podemos retener información mucho más compleja
durante años, o incluso durante toda la vida.
Los científicos han descubierto que en ambos tipos de memoria intervienen diferentes zonas del cerebro. En la parte
interna de éste tiene lugar la memoria de corto plazo, y en la corteza cerebral opera la de largo plazo. Cuando una persona
pierde la memoria a consecuencia de una enfermedad o de un ataque de apoplejía, puede recordar los sucesos previos a
la aparición de los síntomas, porque forman parte de la memoria de largo plazo, pero ya no consigue retener nueva
información.
Durante los primeros años de vida, un niño normal aprende un vocabulario de 6.000 palabras, aproximadamente. A lo
largo de su vida, adquirirá otras 14.000. Los psicólogos explican que los fundamentos de ese aprendizaje quedan
establecidos antes de que el pequeño aprenda a leer, porque los sonidos de las palabras se aprenden por su significado,
ritmo y entonación, así como por asociación.
La información conservada en la memoria de largo plazo es convertida en una especie de imagen por los más de 100.000
millones de células que integran el cerebro (neuronas), cada una de las cuales tiene 10.000 conexiones con otras células
nerviosas. La información de las neuronas se almacena por medio de sustancias químicas que alteran la manera de
funcionar de cada célula y la forma en que se vincula con los demás.
Mediante la repetición y el aprendizaje es posible trasladar datos de la memoria de corto plazo a la de largo plazo. Se
trasladan a través de moléculas que se desplazan de una neurona a otra.
Texto adaptado de http://aula.el-mundo.es/aula/noticia.php/2002/06/13/aula1023896308.html