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SSsss LA DEFENSA DE LA VIDA EN EL PENSAMIENTO DE JULIAN MARIAS: EL CASO DEL ABORTO Carlos Alberto Sompedro Introducci6n | pensamiento de Julién Marfas se afinca en la vida como realidad radical, es decir, como aquella realidad en la que las demés hacen su aparicién y cobran sentido. A la defensa de esta vida en su estado gestacional, Marfas dedica un pe- quefio, pero significativo apartado de su obra, de forma espe- cial en sus escritos de prensa. En estos se empefia por hacer una denuncia de la aceptacién social del aborto como la més grave amenaza y con razonamientos antropolégicos sefiala la dignidad de la vida humana ante la cosificacién que supone el aborto. Un tema necesario ‘Uno de los signos caracteristicos de nuestro tiempo es la cen- tralidad que el tema de la vida tiene tanto en las agendas pé- blicas como en las privadas. Tal vez esto es més notorio en el campo de la salud y la biotecnologta, asf como en el de la poll tica intemacional. Un claro ejemplo de ello se puede encontrar en el proyecto genoma humano iniciado a finales del siglo XX, 145 Carlos Alberto Sampedro cuyo propésito era descubrir el e6digo hereditario de la vida o, en términos de Collins (2007), el lenguaje de Dios. Findlmente, tras varios afios de investigaci6n, el'mapa ge~ nético del ser humano ha sido completado sin que’ello haya sido ajeno alos intereses de grandes industrias biotecnol6gicas 0 farmacéuticas, que ven en el patrimonio ge- nético la oportunidad de dominacién sobre‘a vida y el futuro de su negocio. En esa_ misma linea, puede sefialarse como ejemplo el incontable ntimero de seres humanos que son producidos en cientos de clinicas de reproduccién asistida. Tan solo en los Estados Unidos, se encuentran habilitadas unas quinientas, que, segtin el profesor Gémez Fajardo (2014), han creado un verdadero mercado de humanos. Las estadis- ticas de los Centers for Disease Control and Prevention (2013) del 2011 indican una cifra promedio de 61.000 personas fabricadas en estas clinicas, a partir de lo cual, el cdlculo més conservador sefiala que otras 427.000 fueron creadas y descartadas en la consecucin de un resultado exitoso. Por otra parte, en el Ambito politico, el mejor ejemplo tiene lugar en los llamados objetivos de desarrollo del milenio (ODM), promovidos por las Naciones Unidas. Es- pecificamente, los objetivos 4-y 6 buscan, respectivamente, la reducci6n de la morta~ lidad infantil y combatir enfermedades como el VIH/sida. Sin embargo, esta misma organizacién, a la vez que promueve estos-nobles propésitos, se empefia en hacer del aborto un derecho humano y una practica ordinaria en las instituciones de salud con la excusa de permitir el goce efectivo de los derechos sexuales y reproductivos.* La politica y legislacién aparentemente tienen a la vida en un alto lugar dentro de los marcos constitucionales, pero en la préctica se legisla y gobiema en contra de ella. Es el caso de los gobiemos de Holanda y Bélgica, en los cuales la eutanasia se esté convirtiendo en Ja solucién a los problemas que el estado actual de la medi- cina no permite resolver. El parlamento belga aprobé, en febrero de 2014, la eutana~ sia infantil sin restriccién de edad y Holanda la permite a partir de los 12 afios. Por via legislativa, se esté Hlevando de la devocién que tiene la medicina por la vida, a un culto por la muerte siempre y cuando sea provocada y rentable. Estos ejemplos tocan la problemética de la vida tanto en sus antecedentes como, en sus inicios, en su desarrollo y al final de esta, y muestran que la centralidad antes mencionada se caracteriza por ser ambivalente: la vida hace parte de los discursos politicos, publicitarios y sociales que gozan de la mayor vigencia,,pero es brutal- 4 Sobre el papel de fas Naciones Unidas en la configuracién de una nusva ética global en tarno a a tiberacién ‘sexual, puede consultarse Peeters (2011), ~ 148 a La dofensa de a vide en el pensorlence de Jullén Maras: el case del boro mente atacada, sobre todo en los momentos en que se presenta con mayor fragili- dad. De ahi la importancia de una defénsa de la vida en todas sus etapas y facetas. Julién Marias, que construye su obra sobre la realidad radical de la vida, dedica un espacio para hacer una denuncia a la vez que una defensa de esta frente al aborto Marias (1982) es enfatico en sefialar que su aceptacign social es lo més grave que ha ocurrido en la historia reciente, y no es menos enfético en indicar las claves an- tropol6gicas para desmontar la cultura de muerte subyacente en los mencionados ataques La vida en Julian Marias La vida como cuestiOn filos6fica aparece en Marfas como herencia de su maestro Ortega y es definida como la realidad radical, es decir, aquella en la que las demas realidades aparecen y cobran su sentido. No significa esto que sea la tinica realidad, ni siquiera la mas importante. Significa que sin ella es imposible hablar de las de- més. esta realidad radical es eminentemente personal, al punto que para ser fiel a ella, debe denominarse siempre con el posesivo de la primera persona si smi vida (Marias, 1947, p. 229). En Antropologta metafisica, Marias (1970) lo explica del siguiente modo: Hl sentido primatio de la expresiOn vida aparece cuando cada uno de nosotros habla de la suya, es decir, cuando se trata de mi vida. Esta y solo esta, es la que Ortega llamé realidad radical, en el sentido de que es raiz de todas las demés, Jas cuales han de constituirse o aparecer en su Ambito 0 érea. Mi vida es lo que yo hago y lo que me pasa; yo con las cosas, haciendo algo con ellas, viviendo. Mi vida es un gerundio. (p. 61) Por eso, de la vida humana solo se puede hablar como biogratia, como narracién de una vida que se hace, de lo contrario se hablaria de una teoria y no de una rea- lidad. En esa narracién biogréfica, mi vida se convierte en comprensién de si mis- ma, de lo que tengo que hacer en ella y con ella? Esa narracién es a la vez futuriza porque mi vida se me insintia como proyecto que cuenta con su argumento propio, no como una determinacién, sino como unas trayectorias posibles.* Asi deviene la 2 “Lavida consiste, pues, en que yo me encuentro con unas cosas ~ mi circunstancia.»enlendo que haceralgo con ellas para vivir" [Marfa 1842, p. 230), 3. “La realidad de le vide humana no se refiere a fa Idea de vida humana, sino a fz realidad misma, vivida, Esa vida ‘iene un carécter biogréfico, es decir, sucede de tal forma que se puede narrar Ala ver, es proyecto y drame que ~ 147 Carlos Alberto Sampedra persona como persona, una forma de auto-narracién, situada circunstancialmente, que es compartida o comentada por otros en un proyecto comtin de personas. ‘A plrtir de ese enfoque de compresién, se ve cbn claridad que aniquilar uria vida humana es cortar abruptamente el hilo conductor de ese proyeeto, introducir un fin © témmino forzado en la narraci6n, abriendo una brecha que impide la radicacién_ de las demés realidades. La destruccién de la vida, como toda destruceién, tiene”su estrato més hondo en un extraiio rencor contra lo que-es real” (Marfas, 2001, p. 3); por eso, es la forma rds brutal de nihilismo, que viene adquiriendo un altisimo ni- vel de sofisticacién en las tiltimas décadas de la historia contemporanea y que lleva a Marias a hablar de la vocacién de muerte y asesinato que tiene nuestra cultura actual (Marias, 1947, p. 93). Por tanto, que aparezca en Marfas una defensa de la vida es una consecuencia légica e ineludible en su pensamiento, y que en el fondo termina siendo un cauce de la filosofia misma. El aborto en los escritos de prensa Julién Marias solfa definirse a sf mismo como un eseritor tanto 0 més que como un filésofo (Marias, 2008, p. 246). Esto explica lo voluminoso de su obra, ya que un. esctitor es, segtin el mismo Marias, aquel que vive escribiendo.> Su labor de escritor encontré dos grandes manifestaciones: la publicacién de libros y la publicacién de innumerables artfculos, sobre todo en Ja prensa espafiola. Su obra ronda el centenar de libros, sin contar los capitulos de obras colectivas y los prélogos o traducciones, No menos abundantes son los escritos preparados y publicados en la prensa y que de alguna manera anteceden sus libros, tanfo porque algunos libros nacieron de la recopilacién de artfculos como porque su vocacién de escritor vio la luz en 1933, en. el diario EI Sol, varios afios antes de publicar su primer libro, Historia de la filosofia, en 1941. La gran mayoria de los artfculos publicados no son sobre asuntos filos6ficos ‘acontece y co-Implica, complica, en sf mismo teda otra realidad que encuentra —Ia circunstancia—, y sobre la tal elerce una presign anticipadora y futuriza. Este complica’ Ie circunstancia en la propfa vida es lo que el pro- fesor Marlas lame la condicién vectorial del yo conereto. Un vector que se define por su intensidad y dlreccién, 2 deci representa una dinémica, un movimienta con una orientacién espectfica”(Aradjo, 1992, p. 37) 4 “Mivocacién filoséfiea era imperiasas no menos, lade escritor La tinica salida auténtica era escribir libros de fllosoffat(Marlas, 2008, p. 249) 5 "Marias piensa con su Vida, pues eso as para éllarazén vital, y por eso tamblén escribe con su vida, desde sus experiencias, y sobre todo, desde sus versiones verbales de aquellas" (Carpintero, 2008. p, 246). ~ 448 Ls defensa do la vida en el pengemiento de Julién Maras: el case del aborto o autores de la tradici6n filoséfica; son articulos de la més variada temética, de temas coyunturales 0 temas imperecedetos, peto todos de cara a la circunstancia de Marfas, y por eso son escritos con filosofia. En sus memorias, Marias (2008) explica su con- cepci6n de la prensa y su posible lugar en su pensamiento: Siempre he dado mucho valor a la colaboraci6n en diarios. No solo por legar a amplios grupos que no tienen habitual acceso a los libros, sino porque el periédico permite tratar asuntos que requieren la extensién det articulo, y no més; hay ademés la posibilidad de escribir series de artfculos, cada uno con su individualidad, destinado a ser lefdo aisladamente, pero que después se suman en la mente del lector y forman un conjunto de doctrina vivaz y fécil- mente asimilable. Algunos de mis libros han sido publicados previamente en periédicos, no creo que sean de los peores. Por si faltara algo, el diario es una excelente escuela de escribir bien: obliga a decir, en pocas palabras, con clari- dad y algin attactivo, lo que hay que decir. El atractivo es primordial, porque sin él se pasa por alto el articulo, y es trabajo perdido. (p. 408) El mismo Ortega tiene una parte de su obra localizada en la prensa. Asi que dada la influencia de su maestro,‘ y la preeminencia que Marfas otorgaba a la prensa para injertar pensamiento en la cultura, es comprensible su continua participacién desde 1951.Y es, sobre todo, desde este ejercicio de escritor que Marfas realiza su defensa de la vida que espera por nacer. A partir de una serie de articulos’ o intervenciones que van desde 1974 (Marias, 1998, p. 3) hasta 2003 va exponiendo y reiterando su andlisis de la cultura de muerte y sus argumentos a favor de la vida, denunciando la relacién entre el aborto y la negacién de la persona. En 1974, Marfas escribe el articulo titulado “Libertad humana y libertad politi ca”, en el cual comenta, entre otras cosas, la ley sueca de liberalizacién del aborto. En 1981 escribe Una vision antropolégica del aborto, que es quizé el texto matriz en que se encuentra la posicién de Marias frente al aborto y que apareceria en el ABC de 1983 y en el ntimero 10 de Cuenta y Razén. Posteriormente, en 1982, aparece 6 “Ortega dijo que toda creacién es atistocracia, pero que en nuestro tiemnpo es menester ser aristécrata en la plazuela, y que fa plazuela es el diario. Con mis articulos aiadta, han hecho ibros formales las Imprentas extran- jeras. Sino recuerdo mal, esto lo dijo hace setents afos" (Marfas, 2002, p.3). 7 Los articulos de Marfas sobre el aborto que se han utilizado para la reflexiéa y In construccién de este texto proceden de la identificaciéa e informacién que Francisco Javier Salgado ha presentado en su blog especializado sobre Julién Maries, El enlace es el siguiente: http:/Marealidadensuconexion.blogs- pot.com/p/aborto.beml ~ 149 carlos Alberto Samposre publicado Las palabras mas enérgicas, en el que comenta la visita de Juan Pablo Ila Espafia y algunas palabras suyas sobre el aborto. En 1983, publica Los paises civiliza- dos y paralelismo, donde indica la paradoja civilizacién-aborto y denuncia el rechazo del partido socialista @ las ermmiendas solicitadas a la ley del aborto. Tras una pausa de un par de afios, aparece en 1986 el articulb” Libertad en juego”, en el cual Marfas denuncia la distorsin en la comprensién de la libertad que leva a considerar el aborto como una liberacién. Al afio siguiente, en el articulo titulado “Totalitarismo legal”, hace una radiografia de la crisis de la democracia y de la disposici6n por via egislativa de lo que el Estado no puede disponer, como la vida. En la década del noventa contintian apareciendo en la prensa espafiola algunos articulos de Marfas entomo a la cuestién del aborto. El primero aparece en 1992 con el titulo“La cuestién del aborto”, el cual es un resumen de Una visién antropolégica del aborto. Este fue reproducido dos afios después, en abril de 1994, en el marco de un anteproyecto de ley sobre el aborto. Este afio también aparecié el articulo“La més grave amenaza”, en el cual el aborto, el terrorismo organizado y el uso de las drogas aparecen como las més graves amenazas de la historia reciente. En 1996, Marias participa del Congreso Internacional Conmemorativo del Primer Aniversa: rio de la Enciclica Evangelium Vitae; ofrece una ponencia titulada”La vida humana y los limites del poder”, que es reproducida en dos articulos en el ABC de Madrid. Finalmente, en 1998, publica el articulo”Desde 1974”, en el que recuerda que desde tal afio viene denunciando el aborto como la forma mas monstruosa de negacién de Ja persona. Las palabras mas enérgicas: denuncia y defensa Este grupo de articulos son una porcién muy reducida si se la compara con los cien- tos de articulos publicados por Marfas, pero revisten una importancia significativa, pues dan cuenta de un frente de su actividad filoséfica, en la que se puede apreciar un doble movimiento: denuncia y defensa Qué es lo que denuncia Marfas? En primer lugar, que “Ia aceptacién social del aborto es lo més grave que ha ocurrido, sin excepcién, en el siglo XX” (Marias, 1983, p. 3) ¥ que tras este fenémeno, se encuentza el progresismo (la ideologia del pro- gteso), el temor de las personas a estar por fuera de las vigencias y ser llamados reaccionarios (Marfas, 1982). A este respecto, resulta impactante el testimonio del mismo Marias: 150 Le dofensa de a vida en ol pensamionto de Juli Marias: el caso del aborto ‘Vivo angustiado hace varios afios al saber que todos los dias,se mata, firfa y met6dicamente, a miles de nifios dun no nacidos, se les impide llegar a ver la luz, se los expulsa del seno materno —la més intima y profunda de todas las casas del hombre—, se los echa a morir, Me angustia todavia ma’ el ver a tantas personas que hace muy pocos afios se hitbiesen horrorizado de esto, mejor dicho que se horrorizaban, aceptarlo sin pestafiear. (Marfas, 1982, p. 3) Sefiala, ademés, que la argumentacin en contra del aborto no puede recurrir a argumentos religiosos 0 incluso cientificos, ya que estos no estén al aleance de todos y; por el contrario, se debe recurrir a lo que es evidente por sf mismo, a una argu- mentacién antropolégica, pues”el nticleo de la cuesti6n es la negaci6n del cardcter personal del hombre” (Marias, 1983, p. 3) y la consecuente reduccién a una cosa como cualquier otra, que puede ser descartada si se lo desea. En su denuncia, Marfas se refiere al proceso de justificacin-cosificacién como un conjunto de refinadas hipocresias (Marias, 1983, p. 3): en primer lugar la que llama al aborto una interrupcién del embarazo, cuando es por completo la terminacién de una vida; otra hipocresfa es la que éstablece plazos segiin el estado gestacional para realizar el aborto, como si ser persona dependiera de una medida temporal; de igual manera, es una hipocresfa pensar que un nifio”anonmal” merece el aborto, ya que este mismo criterio deberfa ser aplicado a todo aquello que no cumpla el estandar de normalidad. En la misma linea, esté el planteamiento que justifica el aborto por el supuesto desborde demografico de los paises y por la violacién de la madre. Estas refinadas hipocresfas son empleadas para ocultar la tremenda monstruosidad que es. Marias, ademés, hace una diferencia fundamental para entender el problema. Por una parte, distingue entre el aborto provocado como un acto personal, que puede ser cometido con o sin atenuantes y que es un delito o un pecado; un acto que ha existido y lamentablemente existiré. Otra cosa distinta es su aceptaci6n social. Dice Marias: Lo inadmisible es que ningtin poder se atribuya el derecho de atentar contra Ja vida de la persona que estd en camino hacia su completa realizacién o que reconozca este derecho a los individuos, favoreciendo asi lo que en mi opinién es lo ms grave que ha ocurrido en el siglo XX: la aceptacién social del abor- to, incluso la creencia de que es un avance o progreso, y no una regresion a las formas més oscuras de la historia, como la tortuza judicial o 1a esclavitud. (Marfas, 1996, p. 3) 45s Carlos Abert Sampedro Esta distincién resulta fundamental, sobre todo cuando se confunde el aborto con sus fines, cuando“se intenta idehtificar el aborto con ciertos propésitos que pare- cen valiosos, convenientes o por lo menos aceptables” (Marfas, 1983, p. 3), como la liberaci6n femenina. Finalmente, realiza una denuncia contra lo que él denominé el totalitarismo legal _ (Marfas, 1987). Se trata de la desdibujaci6n del Estado y sus limites. Hs la errada con- vieci6n de que todo 16 establecido democréticamente es legitimo por el mero hecho de haber surtido los procesos de votacién, ya sea en los parlamentos o en las cortes. El aborto se impone en la sociedad por esta via. Marfas sostiene, por el contrario, que“Ia limitacién primaria y més evidente de todo poder que pretenda ser legitimo es la que se refiere a la vida misma” (Marias, 1996, p. 3) Marias no se queda en sefialar él problema, por el contrario, se inserta en debate y realiza una defensa razonable de la vida ante el sistematico posicionamiento del aborto. Lo primero y més fundamental de su defensa es la distincién entre el qué y el quién, entre la cosa yla persona. Es una distincién que estd al alcance de todos y que el uso comin de la lengua proporciona. Todo el mundo, dice Marfas, en todas las lenguas que conozco, distingue, sin la menor posibilidad de confusi6n, entre qué y quién, algo y alguien, nada y na~ die. Si entro en una habitacién donde no esta ninguna persona, diré: “ne hay nadie”, pero no se me ocurrir4 decir:”no hay nada”, porque puede estar lena de muebles, libros, lamparas, cuadros. Si se oye un gran ruido extrafio, me alarmaré y preguntaré” zqué pasa?”0” qué es eso?”. Pero si oigo el golpe de unos nudillos que aman a la puerta, minca preguntaré”;qué es?”, sino ” ,quién es?”. (Marias, 1983, p. 3) La persona es un quien, un alguien corporal. En ese sentido, cuando hace su apa~ ricién al momento de la concepcién, lo hace como una radical innovacién (Marfas, 1983) que no puede ser reducida a nada de su circunstancia. El hijo, dice Marfas, es “alguien a quien se dice ti, que diré en su momento, dentro de algiin tiempo, yo. Este quien es irreductible a todo y a todos, desde los elementos quimicos a sus pa- dres, ya Dios mismo” (Marias, 1983, p. 3). Por esta raz6n, es falso afirmar que un feto es parte de la madre y que, por ende, esta puede decidir sobre él, despersonalizén- dolo. El hijo est alojado en su cuerpo, pero no es su cuerpo. La lengua viene nueva- mente a esclarecer las cosas:”Una mujer diré,‘estoy embarazada’, nunca’mi cuerpo est embarazado’ Es un asunto personal por parte de la madre” (Marias, 1983, p. 3). — 152 — La defenea de a vida on ol pensamiento de Juli Marfas: el caso del aborto Esta forma de responder al problema del aborto con razones,antropolégicas, al aleance de todos, no siempre encuentra la via despejada y, por el contrario, como lo sefiala Marias, se topa con un grave problema epistemolégico: Para mila cosa es clara: los que no entienden esoxne es que no lo comprendan, es que han sufrido una operacién consistente en daspojarlos de su antigua evidencia y sustituirla por un esquema abstracto, que se resiste a la intelec- cién, pero queda enquistado en sus mentes, bloqueando su inteligencia, impi- diendo el funcionamiento esponténeo de su razén. (Marias, 1982, p. 3) Como toda persona, el hijo que espera nacer esta proyectado al futuro, es futurizo, es una realidad viniente, que se va haciendo y realizando, primero en el vientre ma- terno, en lo profundo de su seno, debajo de su coraz6n, y luego, si se lo deja nacer, en su circunstancia. A modo de conclusi6n La aceptacién social del aborto es una tremnenda tragedia porque supone la deshumanizacién convertida en patrén cultural. Se trata de la negacin del cardcter personal de todo ser humano y su reduccién a una cosa. Ante este oscuro panorama, destaca la esperanza con que Marias afrontaba el asunto, él sabfa que ninguna época explica la totalidad de la historia y que la persona libre debe conquistar todo el tiempo su libertad, que puede comenzar todos los dfas, porque no es un ser acabado, sino un ser que se hace. De esta esperanza nace la conviccién de que las cosas pueden cambiar. En palabra de Marias:“creo que dentro de poco tiempo, una oleada de vergiienza hist6rica invadiré a los hombres, y acaso deje de ser posible ninguna legalizacién del totalitarismo” (Marias, 1987, p. 3) 153 Carlos Alberto Sampedvo Bibliografia Azaiijo, A. M. (1992). El pensamiento Antropolégico de Julian Marias. Bogoté: Universidad de La Sabana. (Carpintero, H. (2008). ulin’ Mlarfas, Una vida en la verdad. Madrid: Biblioteca Nueva. 5 Centers for Disease Control and Prevention. (2013). 2021 assisted reproductive technology fertility clinic success rates report. Atlanta: US Dept of Health and Human Services Collins, F. (2007). :Cémo habla Dios? la evidencia cientifica de la fe. Bogoté: Planeta. Gémez, C. (2014, 29 de julio). Mercado de humanos. E! Mundo. Recuperado de http://www.elmunds.com/portal/opinion/co- luministas/mercado_de_humanos.php# U9hWIVISPQc Marias, J. (1947). Introducci6n a Ia filosofia. Madrid: Revista de Occidente. Marfas, J. (1970). Anntropologia metafisica. 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