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La mediación

y conciliación
en sede judicial
Nuevo paradigma de acceso a la
justicia en Baja California

Gilberto Daniel González Solís


Elías Meraz Barajas
Poder Legislativo de Baja California
XXI Legislatura

MESA DIRECTIVA
1° DE JUNIO 2016 AL 30 DE SEPTIEMBRE 2016
Presidente
Dip. Mónica Bedoya Serna
Vicepresidente
Dip. Armando Espinoza Arroyo
Secretario
Dip. Rosa Isela Peralta Casillas
Pro-secretario
Dip. Margarita Macrina Corro Arámbula
Secretario Escrutador
Dip. Julio César Vázquez Castillo

INSTITUTO DE OPINIÓN CIUDADANA,


ESTUDIOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Director General
Mtro. Manuel Real Lizardi
Coordinación de Investigación y Estudios
Mtro. Ángel Rivera Granados
Coordinación de Administración
C.P. Ramón Ochoa Rojo
Investigadores
MAF Lizeth Montenegro Machain
MAP Lucía Ariana Miranda Gómez
Lic. Carlos Alberto Delgado Vizcarra
Mtro. Juan Martín Güereña Pérez Brambila

COMITÉ EDITORIAL
Dr. Víctor Alejandro Espinoza Valle
Dr. José Francisco Gómez McDonough
Mtro. José Alberto Saucedo Sánchez
Dra. Marina Del Pilar Olmeda García

Primera edición: Junio de 2016


©Gilberto Daniel González Solís
©Elías Meraz Barajas

D.R. Poder Legislativo de Baja California


ISBN: 978-607-8319-06-0
Edición: Mtro. Ángel Rivera Granados / RR Servicios Editoriales
Formación y diseño editorial: Editorial Artificios / RR Servicios Editoriales
Diseño de portada: Editorial Artificios / RR Servicios Editoriales

Impreso y hecho en México


Prohibida su reproducción por cualquier medio mecánico o electrónico sin la
autorización escrita del editor.
La mediación
y conciliación
en sede judicial
Nuevo paradigma de acceso a la
justicia en Baja California

Gilberto Daniel González Solís


Elías Meraz Barajas

Poder Legislativo de Baja California


XXI Legislatura
Instituto de Opinión Ciudadana,
Estudios Económicos y Sociales
Índice
Presentación...............................................................................7
Prólogo.......................................................................................9
Introducción..............................................................................13

Primera parte
Los métodos alternos de solución de
conflictos en el devenir histórico
Antecedentes históricos..............................................................23
Procedencia de los mecanismos alternativos de solución de
controversias...............................................................................31
Las características de los métodos alternos de solución de
controversias...............................................................................35

Segunda parte
Los métodos alternos de solución de
conflictos y la administración de justicia
En la doctrina.............................................................................45
Los mecanismos alternativos de solución de controversias en el
derecho internacional.................................................................49
América Latina y los métodos alternativos; la experiencia
argentina....................................................................................59
Ubicación de los métodos alternos de solución de controversias.67

Tercera parte
Los métodos alternos de solución
de conflictos en México
Políticas públicas en materia de métodos alternos de solución de
controversias...............................................................................103
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.............133
Los mecanismos alternativos de solución de controversias y el
derecho mexicano ......................................................................143

Cuarta parte
La justicia alternativa en Baja California
Filosofía de los métodos alternos de solución de conflictos.........165
Asuntos mediables en sede judicial, a la luz de la Ley de Justicia
Alternativa para Baja California..................................................175
El proceso de mediación.............................................................193
Eficacia y eficiencia de la justicia alternativa en sede judicial.......209
La mediación y conciliación privada...........................................241
Conclusiones..............................................................................249
Bibliografía.................................................................................257

Semblanza de los autores


Gilberto Daniel González Solís...................................................267
Elías Meraz Barajas.....................................................................269
Presentación

La administración de justicia en nuestro país ha enfren-


tado problemas que afectan la eficiencia y eficacia de sus
resoluciones, debido, principalmente, a la sobrecarga de
trabajo. Los órganos jurisdiccionales se enfrentan ante la
imposibilidad de invertir el tiempo necesario que requie-
re cada caso, reduciéndose así la calidad de sus decisiones
e inhibiéndose el cumplimiento voluntario de las resolu-
ciones dictadas.
Otro de los problemas referentes a la administración de
justicia, es el relativo a los costos que esta función tiene
para el Estado y los ciudadanos, derivados de la gran can-
tidad de casos, lo que repercute en un retraso que afecta
los intereses de las partes en conflicto.
En los últimos años se ha venido desarrollando mun-
dialmente un conjunto de mecanismos de solución de
controversias como formas alternativas a la judicial,
encaminados a la solución pacífica de conflictos. Estos
mecanismos están caracterizados por la voluntariedad,
flexibilidad, neutralidad, confidencialidad y rapidez de
sus decisiones, teniendo entre algunos de sus principales
beneficios evitar la confrontación litigiosa, los excesivos
costos del litigio, así como reducir significativamente los
niveles de congestionamiento en los órganos judiciales.
El presente trabajo trata, precisamente, del análisis de
esos mecanismos alternativos de solución de controver-
sias, particularmente de la institucionalización de la me-
diación y conciliación en materia civil, mercantil y fa-
miliar en sede judicial en Baja California. Hace un desa-
rrollo amplio de los antecedentes de dichos mecanismos,
así como su incorporación como políticas públicas a raíz

7
de las reformas constitucionales de 2008, ejemplificando
el impacto de su implementación en otros estados de la
república. De igual forma, nos muestra una amplia visión
del desarrollo de la justicia alternativa en la entidad, dán-
donos a conocer la creación de las instituciones encarga-
das de la prestación de los servicios de mediación y conci-
liación dependiente del Poder Judicial de Baja California,
así como la importancia de continuar con el desarrollo de
la justicia alternativa en el estado.
Con esta publicación, el Instituto de Opinión Ciuda-
dana, Estudios Económicos y Sociales del H. Congreso
del Estado de Baja California, continúa dando cumpli-
miento a una de sus principales funciones: “la divulga-
ción de la cultura jurídica y democrática en nuestra en-
tidad”, publicando obras que proporcionen información
actualizada respecto a los cambios que en materia de jus-
ticia se han venido dando en los últimos años.

Mtro. Manuel Real Lizardi.


Director General.

8
Prólogo

Es para mí motivo de júbilo prologar este libro producto


del trabajo de investigación de dos excelentes profesionis-
tas, Gilberto Daniel González Solís y Elías Meraz Barajas,
quienes representan dos momentos distintos en tiempo,
pero coincidentes en conocimiento, me refiero a los Mé-
todos Alternativos de Solución de Conflictos en Baja
California, Sede Judicial. Al primero, tengo el gusto de
conocerlo desde que inició su carrera profesional, alguien
que ha logrado éxitos importantes, como convertirse en
legislador en la XVIII Legislatura del Estado de Baja Ca-
lifornia y haber contribuido de manera significativa en la
elaboración y operación para que se aprobara la Ley de
Justicia Alternativa de Baja California, en el año 2007.
Ello le ha permitido ser uno de los precursores, no solo
de la justicia alternativa en la entidad, sino también del
impulso de grandes cambios estructurales y funcionales
en el sistema de justicia, al lograr aprobar en su legislatura
–incluso antes de la reforma federal– un Nuevo Código
de Procedimientos Penales, con el que dio inicio el Nue-
vo Sistema de Justicia Penal Oral en Baja California, co-
laborando de manera directa en la implementación de la
primera etapa de dicho sistema. A Elías Meraz Barajas lo
he encontrado en mí andar, al interesarme e irme especia-
lizando en el estudio e impulso de la justicia alternativa.
Sé de su formación y trayectoria, y como primer director
del Centro Estatal de Justicia Alternativa del Poder Judi-
cial del Estado, lo considero una autoridad en lo que a
Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias
se refiere.

9
El trabajo que ahora se presenta al lector ha sido elabo-
rado con mucho empeño, y representa un doble esfuerzo:
primero, por tratarse de una coautoría y segundo, por-
que implicó adentrarse en una metodología, en principio
desconocida para los autores, por su propia formación
profesional, que es la abogacía. Sin embargo, ello no fue
motivo de desánimo, sino todo lo contrario, ya que ge-
neró en ellos un reto que supieron afrontar a cabalidad.
La investigación realizada por estos profesionistas, ade-
más de enriquecerla en conocimiento, con mayor pro-
fundidad y especialidad, también le dejaron la disciplina
del rigor científico, horas de esfuerzo, fichas de trabajo,
preguntas, encuestas, en fin, todo un bagaje que le per-
mitirá a sus lectores conocer el origen de la información
contenida en la obra, ya que los autores se han desempe-
ñado como docentes e impartidores de cursos y confe-
rencias relacionadas con la justicia alternativa en general.
El presente trabajo es el esfuerzo y dedicación que
los autores han dejado plasmado en estas páginas. Otra
virtud que tiene esta obra es que Gilberto Daniel Gon-
zález Solís y Elías Meraz Barajas no se quedaron con la
investigación documental, sino que se fueron a la fuente
principal de conocimiento, que son los operadores del
Sistema de Justicia Alternativa en Baja California y los
usuarios del servicio de mediación y conciliación, elabo-
rando encuestas para realizar su investigación empírica,
con el propósito de obtener información que permita a
los lectores considerarla para futuras investigaciones, en
las que se puedan hacer propuestas legislativas para que
la justicia alternativa se vaya adecuando a los cambios y
necesidades sociales.

10
Es un trabajo que centra su atención en la mediación y
conciliación como métodos pacíficos de solución de con-
flictos en sede judicial, lo que nos permite afirmar que se
trata de un trabajo único en el estado. La obra aborda un
análisis del origen de los métodos alternativos de solu-
ción de controversias, desde sus primeras manifestaciones
sociales, hasta los distintos modelos que se conocen hoy
en día: modelos de atención de conflictos, a través del
diálogo y en busca de la paz social.
Esta obra es un ejemplo para nuestro sistema de justicia
alternativa en sede judicial, ya que los autores hacen un
análisis de la situación actual y del impacto que la justicia
alternativa ha tenido en la sociedad, de cómo a través de
la mediación y conciliación es posible tener acceso a la
justicia pronta y expedita, un reclamo social que cada día
es mayor.
Los autores hacen una conexión entre el pasado y el
presente, poniendo en relieve la necesidad de conside-
rar los métodos alternativos de solución de conflictos,
como verdaderas políticas públicas, garantizando a los
bajacalifornianos una vía pacífica hacia la solución de sus
conflictos y, sobre todo, a la solución de sus problemas
cotidianos, no solo aquellos que caen en lo legal, sino
de problemas que tienen que ver con la comunidad en
general.
Bajo esta argumentación, los autores logran incorporar
algunos resultados que se han logrado a través de los mé-
todos o mecanismos ya mencionados, proporcionando
resultados de encuestas y entrevistas de salida de los usua-
rios y, sobre todo, algunos datos importantes arrojados
mediante evaluación y encuestas a los propios operadores
del sistema.

11
Este libro debe ser ejemplo para otros dentro de la lite-
ratura sobre mecanismos alternativos de solución de con-
flictos, ya que tiene un sólido aparato argumentativo, que
se alimentó de doctrina tanto nacional como extranjera,
así como de diversas disciplinas, como la administración
y el derecho. La investigación tiene un valor agregado,
ya que representa un estudio transversal sobre la proble-
mática del acceso a la justicia en Baja California, y, como
hemos afirmado, es uno de los primeros trabajos en este
género. La visión de la justicia alternativa en nuestra en-
tidad, será otra a partir de la información que nos pro-
porciona esta obra.
Por todo ello, y cómo alguien a quien le apasiona el
tema de la mediación, invito al lector a que se adentre
en las páginas de este libro, con el propósito de hacer sus
propias conclusiones y aprovecharlo lo mejor posible.

Dip. Cuauhtémoc Cardona Benavides.


Congreso del Estado de Baja California.
Junio de 2016.

12
Introducción
Es difícil, pero es también indispensable, formar-
se el concepto auténtico de la paz. Difícil para
quien cierra los ojos a esa primera intuición que
nos dice que la paz es una cosa profundamente
humana. Este es el mejor camino para llegar al
descubrimiento genuino de la paz: si nos ponemos
a buscar dónde nace verdaderamente, nos damos
cuenta de que ella hunde sus raíces en el auténtico
sentido del hombre. Una paz que no sea resultado
del verdadero respeto del hombre no es verdadera
paz. Y, ¿cómo llamamos a este sentido verdadero
del hombre? Lo llamamos justicia.
Sumo pontífice Pablo VI.

Ronald Dworkin afirma que el derecho es algo mucho


más rico que un sistema rígido de normas jurídicas. Para
ser válido debe permitirle al individuo el ejercicio de sus
libertades específicas y darle posibilidades para resolver
los conflictos. Pero hasta ahora el encuadre del discurso
jurídico político se ha mantenido en el esquema “orden-
conflicto”. Las normas jurídicas son aplicables de modo
disyuntivo: si la norma es válida, la respuesta es aceptada
o no, pero no aporta nada a la decisión. Recientemente
han surgido los llamados métodos alternos de solución de
controversias como una propuesta superadora. Implican
un enfoque distinto del derecho al avanzar en la cons-
trucción de las posibles soluciones con la participación
de los mismos afectados. Con ellos se desjudicializa, en
buena parte, la gestión de conflictos entre particulares,
cuando el litigio ante los tribunales deja de ser la única
respuesta para los ciudadanos.
Esta obra está enfocada en el análisis de esa nueva pro-
puesta, superadora del litigio como única vía para la so-
lución de conflictos: los métodos alternos de solución de

13
controversias en Baja California. Para ello hemos desarro-
llado cuatro capítulos, a través de los cuales presentamos
la radiografía completa del panorama de la justicia alter-
nativa en sede judicial en esta entidad federativa.
El acceso a la justicia es un tema que permanece vigente
en el tiempo, sobre todo, en tiempos en que la percep-
ción de los ciudadanos es que, cada vez resulta más difícil
tener acceso a la justicia; difícil, a su vez, encontrar un
mecanismo a través del cual los derechos sean restituidos.
Es por ello que a esta demanda la denominamos la bús-
queda de nuevos paradigmas.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexi-
canos, así como la Constitución Política del Estado Libre
y Soberano de Baja California reconocen el derecho a la
justicia y ofrecen una nueva forma de acceso a la misma
al establecer como nuevo paradigma que:

Las leyes preverán mecanismos alternativos de solu-


ción de controversias. En la materia penal regularán
su aplicación, asegurarán la reparación del daño y es-
tablecerán los casos en los que se requerirá supervisión
judicial.

Si reconocemos que la jurisdicción es una de las funcio-


nes esenciales del Estado, administrar justicia implica
para éste una alta responsabilidad. La comunidad perci-
be, influida por los medios de comunicación y también
por las propias actuaciones de los órganos judiciales, que
este sistema no funciona, que no ofrece las respuestas ur-
gentes que tiene la población en materia de justicia; atri-
buible a vicios materiales, formales o éticos.
Ante tal situación y con la firme convicción de la
necesidad de un verdadero cambio en la forma de

14
administración e impartición de justicia, en el año 2008
se realizaron reformas constitucionales que incluyen los
métodos alternos de solución de controversias como nue-
vo paradigma de acceso a la justicia en México, y que
Baja California adopta de forma inmediata. Para ser pre-
cisos, a escasos días de concluir la XVIII Legislatura, a fi-
nales del mes de septiembre de 2007, se aprobó la Ley de
Justicia Alternativa de Baja California, la cual fue publi-
cada en el Periódico Oficial del Estado el 19 de octubre
del mismo año, con entrada en vigor gradual y que en su
primera etapa empezó a operar en la Ciudad de Mexicali
en el mes de abril del 2009. Partiendo de esta fecha, el
Estado de Baja California cuenta ya con varios años de
experiencia en el desarrollo de la práctica de los métodos
alternos de solución de controversias.
La puesta en operación de esta denominada “Justicia
Alternativa”, en concepto atractiva y hasta ideal, ha obe-
decido a una serie de cambios que se han venido pre-
sentando en el ámbito de la administración de justicia,
ya que el modelo actual ha sido altamente criticado y el
desgaste de las instituciones en general, le ha ido restando
credibilidad a los órganos judiciales. De ahí la necesidad
de encontrar nuevas formas de administración de justicia
en las que los involucrados en los conflictos tengan un
papel protagónico y bien, involucrándose aún más en la
solución de los mismos; una justicia más participativa, en
la que las partes en conflicto, sean realmente parte en la
solución.
La implementación de los mecanismos alternativos de
solución de controversias en sede judicial, como hemos
señalando, ha obedecido a diversas circunstancias, pero,
en general, su aparición podemos atribuirla a cuatro pun-
tos que continuación se describen:

15
1.- Ampliar el rango de justiciables mediante el ac-
ceso a los mecanismos de impartición de justicia.
2.- Reducir y descongestionar las cargas de trabajo
de los órganos jurisdiccionales.
3.- Reducir costos y los tiempos para acceder a la
justicia tanto para las instituciones del estado como
para las partes.
4.- Reducir los costos económicos y emocionales
que imponen a las partes las prácticas judiciales.

Hoy vemos, con gran satisfacción, que la aprobación de


la Ley de Justicia Alternativa no quedó solo como una
propuesta legislativa más, y que su aprobación ha de-
mostrado su eficacia, ya que existen las instituciones que
operan la mediación y la conciliación en nuestro Estado.
Pero que bien vale la pena observar si, en la puesta en
marcha de estos métodos alternos, ha sido posible lograr
los propósitos originales o se han encontrado algunos
obstáculos para ser más eficaz la prestación del servicio.
Es por ello que, haremos un análisis de la evolución
del Sistema de Justicia Alternativa en Baja California, así
como del marco legal de los mismos, mostrando un pa-
norama general de la situación que prevalece en el Esta-
do en materia de justicia alternativa en las materias civil,
mercantil y familiar. Nos proponemos proporcionar al
lector un panorama actual y real sobre el impacto que han
tenido estos mecanismos alternativos de justicia en la en-
tidad. Ofreceremos información que permitirá hacer ob-
servaciones concretas que se encaminen a la elaboración
de propuestas que tengan como finalidad la modificación
de las disposiciones normativas, cambios estructurales o
funcionales que hagan más eficaces los mecanismos de
Justicia Alternativa en Baja California.

16
Analizaremos los métodos alternos de solución de con-
troversias y el impacto que su institucionalización ha te-
nido en Baja California. Determinaremos la pertinencia,
si es el caso, de algunas modificaciones en la implementa-
ción de dichos métodos alternativos, que permitan hacer
eficientes los procedimientos de mediación y conciliación
como servicios que se prestan a los bajacalifornianos. Asi-
mismo, dicha información podrá ser utilizada para sentar
las bases de un modelo de gestión del desempeño de los
operadores del sistema.
En virtud de lo anterior, se hace indispensable crear
las condiciones necesarias para delinear, proponer y es-
tablecer los programas de evaluación correspondientes,
que tengan como fin la elaboración de un diagnóstico;
identificar claramente las áreas de oportunidad, con el fin
de mejorar las mismas y así continuar en el desarrollo de
estos mecanismos alternos para cimentar una cultura que
apele al diálogo y a la concordia social en Baja California.
Los métodos alternativos de solución de controversias
son herramientas que con creciente frecuencia están sien-
do utilizadas para solucionar diferencias de una manera
amistosa y sin la necesidad de tener que recurrir a medios
adversariales, como el litigio.
Mucho se ha escrito y otro tanto se ha hablado sobre
el tema, por esta razón hemos dedicado el capítulo I al
desarrollo de los antecedentes históricos de los métodos
alternos de solución de controversias, su naturaleza y ca-
racterísticas más significativas, sabedores de que la carac-
terización dependerá del momento histórico en el que
dichos mecanismos se hayan desarrollado.
La historia indica que las primeras formas asumidas
para la resolución de conflictos entre hombres fueron
producto de sus propias decisiones. En principio, porque

17
aplicaban la ley del más fuerte o, bien, porque convenían
una pauta de acercamiento que evitaba profundizar la
crisis. En ambos casos se partía del enfrentamiento in-
dividual, no existían terceros involucrados, y si eventual-
mente participaban, en realidad compartían el interés de
una de las partes en conflicto.
Más adelante, la organización de la familia trajo con-
sigo una inteligencia diferente. La armonía de la convi-
vencia, la interrelación y los efectos, permitieron valo-
rar adecuadamente la conveniencia de implementar una
sociedad sin perturbaciones. Civilizaciones como China,
Japón, Egipto, Grecia y Roma han mostrado que la orga-
nización social, aún primitiva, y el uso del diálogo para
la solución de sus problemas, les permitió un desarrollo
y avance armonioso, atendiendo sus problemas de mane-
ra directa y con el apoyo de figuras reconocidas dentro
del grupo social; hechos que consideramos como antece-
dentes de lo que hoy denominamos métodos alternos de
solución de controversias, haciendo uso para ello de sus
usos y costumbres, en el abordaje de sus conflictos.
En el capítulo II contextualizamos los métodos alternos
de solución de controversias, tanto en el ámbito interna-
cional como en el ámbito nacional, definiendo a la me-
diación y a la conciliación como formas pacíficas de solu-
ción de conflictos, ubicándolos dentro de los sistemas ad-
versariales y no adversariales de solución de controversias.
Asimismo, en este capítulo II, recogemos una de las ex-
periencias más ilustradoras de nuestro tiempo, en lo que
a la resolución pacífica de conflictos se refiere, hablamos
del caso argentino, una sociedad que desde ya hace un
par de décadas ha institucionalizado a la mediación como
forma de acceso a la justicia, a través de nuevos procedi-
mientos no adversariales.

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El capítulo III, tiene la distinción de encuadrar los mé-
todos alternativos de solución de controversias como ver-
daderas políticas de Estado, es decir, reconocer la justicia
alternativa como auténticas políticas públicas, a imple-
mentarse a nivel nacional y, particularmente, en Baja Ca-
lifornia, haciendo para ello un análisis de los diversos Pla-
nes Nacionales y Estatales de Desarrollo. Se ha trabajado
aquí en la identificación de los métodos alternativos de
solución de controversias dentro del marco constitucio-
nal, así como en las distintas expresiones de la mediación
y conciliación en nuestras leyes secundarias, tanto fede-
rales como locales, ejemplificando lo anterior, en estados
como Quintana Roo, Guanajuato, el Distrito Federal y
Nuevo León, como precursores en la implementación de
dichos métodos alternativos.
En estos últimos tiempos han venido creciendo los
deseos de gran parte de los estudiosos y practicantes del
derecho por perfeccionar los actuales métodos de solu-
ción de conflictos con la intención de eludir lo que hasta
hace apenas unas décadas no era más que un imperativo:
la instancia judicial a través del litigio. Ante el desafío
de lograr una evolución de los métodos alternos de so-
lución de controversias, se han desarrollado programas
encaminados al fortalecimiento de la justicia en general,
mediante la creación de Centros de Justicia Alternativa.
Hoy estamos transitando hacia un nuevo paradigma, lo
que damos cuenta en el capítulo IV, el cual está caracte-
rizado por la descripción del actual modelo de gestión y
por la incorporación de los métodos alternos de solución
de controversias como nuevo paradigma de acceso a la
justicia en Baja California, incorporando la mediación y
conciliación a la administración de justicia en sede judi-
cial, en las materias civil, mercantil y familiar.

19
Por último, reconocemos los aportes y avances de la
justicia alternativa en Baja California, a través de la opi-
nión directa, tanto de los usuarios del servicio, como de
los operadores del sistema, aplicando encuestas de salida
y cuestionarios de análisis situacional del Centro Esta-
tal de Justicia Alternativa, cuyos resultados son incluidos
dentro de las conclusiones de este trabajo.

20
Primera Parte
Los métodos alternos de
solución de conflictos en
el devenir histórico
Antecedentes históricos

La historia indica que las primeras formas asumidas para


la resolución de conflictos entre hombres, fueron produc-
to de sus propias decisiones; ya porque aplicaban la ley
del más fuerte, o bien, porque convenían una pauta de
acercamiento que evitaba profundizar la crisis.
En ambos casos, se partía del enfrentamiento indivi-
dual, no existían terceros involucrados, pero si eventual-
mente estaban, en realidad compartían el interés de una
de las partes en conflicto.
La misma “Ley del Talión”1 puede considerarse un avan-
ce en estos ejercicios, al impedir que sólo la fuerza bruta
fuera la causa que diera paso a la justicia, logrando una
satisfacción equivalente al perjuicio sufrido, aun cuando
sea cierto que permanecía la idea de utilizar la venganza o
brutalidad como vía generadora de pacificaciones.
La organización de la familia trajo consigo una inte-
ligencia diferente. La armonía de la convivencia, la in-
terrelación y los efectos, permitieron valorar adecuada-
mente la conveniencia de implementar una sociedad sin
perturbaciones.
De esta manera, el patriarca con sus consejos, el culto
a la sabiduría de la ancianidad, el respeto por el padre o
cabeza de familia, la misma relación parental y los víncu-
los provenientes de la amistad, sugirieron como nuevas
formas de conciliación y avenimiento, pues cada uno en
1)  Término que se refiere a un principio de justicia restaurativa en el que la norma
imponía un castigo que se identificaba con el crimen cometido. La expresión más
conocida de la ley del talión es “ojo por ojo, diente por diente”. Históricamente,
constituye el primer intento de establecer una proporcionalidad entre el daño recibido
en un crimen y daño producido en el castigo, siendo así el primer límite a la venganza
privada.

23
su ocasión y destino, procuraba no afectar la pacífica vida
en comunión.
Pero si la paz y concordia no se podía obtener, era natu-
ral que la causa o motivo de la contienda fuera sometido
al juicio de un tercero, que según su leal saber y enten-
der, buscaba resolver la diferencia. Según De Vicente y
Caravantes:

Basta detenerse en un instante en los hechos que se


realizan en la sociedad, en la manera como se acos-
tumbran a tratar entre sí sus individuos, y terminar
las divisiones que los separan, para comprender que el
arbitraje ha debido ser una de las primeras prácticas
de la humanidad.2

Estas formas de justicia obraron sobre el presupuesto de


la confianza hacia un tercero, un hombre recto y hones-
to, cuya prudencia y sabiduría fundaba el sometimiento
voluntario de las partes. La autoridad era exclusivamente
moral, circunstancia difícil de conseguir cuando la socie-
dad fue desarrollándose en centros aislados que impedían
la uniformidad de conceptos.
Además, se hace evidente cierta desconfianza a los hom-
bres de la justicia que perjudica la imagen y desacredita
la instancia trascendente que la jurisdicción propone. Esa
desconfianza que se asemeja, a nuestro entender, a la vivi-
da en épocas pasadas y que diera uno de los fundamentos
para la aparición, en Europa, de los sistemas de control
de constitucionalidad fuera del ámbito del Poder Judi-
cial, va en ascenso precipitado.
2)  De Vicente y Caravantes, José. Tratado histórico, crítico y filosófico de los
procedimientos judiciales en materia civil según la nueva Ley de Enjuiciamiento (t. i). Ed.
Gaspar y Roig, Madrid, 1856, p. 11.

24
Ante tal desconfianza del pueblo en los altos jueces, re-
sulta razonable que las soluciones se busquen obviando
su presencia.
El aumento desmedido de las causas, que transforma
hasta al último rincón del juzgado en archivo oficial, la
escases de presupuesto necesario que particulariza la pre-
caria asignación de recursos, el aumento de profesionales
matriculados cada vez más inquietante por su número
y calidad resultante, entre distintos registros de variada
preocupación, ponen el acento en las alternativas pensa-
das para lograr la misma seguridad y eficacia que la vía
jurisdiccional promete, pero sin sus vetas negativas.
Renacen así institutos como el arbitraje, la mediación y
los conciliadores, sin olvidar otros carriles de igual moti-
vación descongestiva y con iguales ventajas.
Lo común es que estas alternativas jueguen indiferentes
al proceso judicial, es decir son utilizados como mero for-
malismo en dicho proceso, y la única finalidad con que
se usan dentro de los procesos, son para evitar el curso de
las solemnidades procesales. Lo curioso de este fenómeno
se da en que, de alguna manera, significa una regresión a
la justicia primitiva.
Al no trascender la sustentación del derecho en el man-
dato provisto de jurisdiccionalidad, al no poder cumplir-
se en el ámbito del Poder Judicial, con el mandato que el
pueblo ha transferido a aquél, comienza a interesar so-
lamente solucionar el conflicto, sin los anteriores ingre-
dientes. Lo anterior ha provocado el retorno a la justicia,
pero a aquella justicia en donde las partes se desenvuelven
como actores principales y definitorios. Así renacen los
ahora métodos alternos de solución de conflictos.
En la antigua China, según Confucio, los conflictos se
solucionaban con la “persuasión moral y el acuerdo, no

25
bajo coacción”;3 lo anterior en apariencia rechazaba un
mecanismo de intervención de un adversario que pondría
fin a una relación amistosa; sin embrago, es precisamente
en este imperio donde se sigue ejerciendo por conducto
de comités populares la conciliación y existe una impor-
tancia considerable por el respeto a la autodeterminación
y a la mediación, cada vez que se presenten conflictos que
no puedan resolverse de manera directa.
En Japón, también se tiene noticia histórica de que,
tanto en la ley como en las costumbres, existían las figu-
ras de la conciliación y la mediación a cargo de un líder
que tenía la responsabilidad de ayudar a los miembros de
la población a resolver sus desavenencias.
Así como en medio oriente, África no fue ajena a la
búsqueda pacífica de solución de sus disputas tribales, ya
que sus pobladores solucionaban de manera informal las
discrepancias con una junta de vecinos, en la cual una
persona respetada acercaba a las partes para que llegaran
a resolver su situación; los grupos familiares eran extensos
en estas comunidades, también se acostumbraba a una
solución emitida por parte del cabeza de familia.
En Roma, la figura de la conciliación tuvo mucho
auge, algunos tratadistas atribuyen su origen al contra-
to de transacción que regía en las instituciones romanas.
Otros atribuyen la conciliación a los mandaderos de paz
y avenidores, según aparece en el “Fuero Juzgo” (Ley XV;
título i; libro ii). La Ley de las XII tablas, daba en uno de
sus textos fuerza obligatoria a lo que convenían las partes

3)  Folberg, Jay y Taylor, Alison. Mediación, resolución de conflictos sin litigio. Noriega
Editores, Colombia, 1997, p. 21.

26
al ir a juicio. Cicerón aconsejaba la conciliación porque,
según su afirmación, había que alejarse de los pleitos.4
Durante el periodo clásico en Grecia, existieron los
“tesmótetas”, que eran personas que tenían competencia
para analizar las causas generadoras del litigio y con base
en dichos análisis, intentaban acercar a las partes para ob-
tener un acuerdo por vía de transacción, celebrado por
ellas.
Como podemos observar, desde la antigüedad se ha ve-
nido haciendo uso de alternativas distintas al litigio, en la
resolución de conflictos entre particulares.

Las Instituciones religiosas


Al interior de las instituciones religiosas, el uso de la so-
lución pacífica de conflictos ha sido una práctica común,
éstas siempre han mediado las desavenencias de sus feli-
greses y durante siglos, el sacerdote, ministro o rabino,
han sido llamados para intervenir en los conflictos, tanto
en materia familiar para resolver los problemas de convi-
vencia y reorganizar sus relaciones, como posteriormen-
te lo hizo el derecho canónico, donde hay noticia que
fundados en los pasajes bíblicos ordenaban en todos los
casos la procuración de un arreglo amistoso tendiente
a evitar la litis o si ésta había tenido lugar, a darla por
terminada.5 La mediación aparece en el Nuevo testamen-
to y se manifiesta en el reconocimiento de que Pablo se
dirigió a la congregación de Corintio, pidiéndoles que
no resolvieran sus desavenencias en el tribunal, sino por
personas de la propia comunidad.6 En los siglos vii a xii
4)  Revista Coyuntura Social de Desarrollo. Evolución cuantitativa de justicia. Instituto
Ser. Santa Fe Bogotá, 1996.
5)  Mateo 18, versículos 15 y 16, Sagrada Biblia.
6)  Folberg, Jay y Taylor, Alison. Mediación, resolución de conflictos sin litigio. Noriega
Editores, Colombia, 1997, p. 22.

27
los procedimientos eclesiásticos ordenaban procurar la
reconciliación de las partes antes de acudir en busca de
una solución ante los tribunales judiciales, se trataba de
una alternativa o posibilidad que estaba en manos de los
involucrados en el conflicto, sin que se tratara de una
imposición o una conducta obligatoria.
Con la llegada de la modernidad, la conciliación y la
mediación como formas de solución de conflictos, hi-
cieron presencia en los distintos sistemas de gobierno,
así, por ejemplo, en España, a principios del siglo xix,
introdujeron la conciliación como medida general en su
Carta Política, además de una serie de disposiciones es-
peciales en materia mercantil, como las previstas en las
ordenanzas de Bilbao, en donde se exigía, como requisito
obligatorio, que los cónsules llamaran a los interesados a
proponer transacción entre los mismos, previo a la auto-
rización de un trámite de juicio; lo propio ocurrió con las
autoridades de marina que fueron investidas de la obli-
gación de citar a los matriculados o aforados para ave-
nirlos.7 Asimismo, se expidió un ordenamiento dirigido
a los corregidores, en el que se les ordenaba que evitaran
pleitos a fin de que se encontrara una convergencia amis-
tosa y voluntaria, utilizando medios persuasivos, para
desmontar situaciones irreconciliables y bajar los ánimos
de los litigantes. En este tenor, a los alcaldes de la época,
se les impuso la obligación de presidir los juicios llama-
dos de conciliación, como requisito previo para iniciar
un juicio, imposición hecha por la Ley de enjuiciamiento
civil, de 1855, posteriormente, dicha obligación quedaría
en manos de los jueces de paz.8
7)  Junco Vargas, José Roberto. La conciliación, aspectos sustanciales y procesales (2ª ed.).
Ediciones Jurídicas Radar, 1994, pp. 7 a 12.
8)  Ídem.

28
Nacimiento del Estado moderno
Algunos autores señalan a la Revolución Inglesa de 1688,
como fundamento moderno de la conciliación o de la
solución pacífica de conflictos, época en la que se admite
la autonomía de la voluntad privada en la solución de
disputas.
La conciliación tuvo su mayor impulso con la llegada
de la Revolución Francesa de 1789, así lo relatan los es-
critos de Voltaire y, anterior a ellos, fue prevista por la
carta de 1745, en la que se plasmó la obligación de recu-
rrir ante el tribunal de los jueces conciliadores, a quienes
se les llegó a calificar como hacedores de paz. La revolu-
ción impuso como obligación, la prohibición de admitir
demanda civil sin previo trámite de conciliación.9 Para
1806, el Código de Procedimiento Civil, instituyó la
conciliación obligatoria.
La aparición de lo conciliación como forma de solu-
ción de conflictos, no fue ajena a críticas por parte de
algunos juristas de la época. Así, por ejemplo, Jeremías
Bentham, criticando un fallo del tribunal Superior Labo-
ral, manifestó que:

La conciliación envuelve para uno de los que tran-


sigen la renuncia de parte de su derecho a favor del
otro, y como el Estado no debe procurar transaccio-
nes en materia de justicia, sino que ésta se cumpla en
toda su extensión y sin sacrificio alguno, no puede
prohijar un acto por el cual, si resulta conciliación,
necesariamente ha de haber sacrificio de justicia por

9)  Ley de 16-24 de agosto de 1790.

29
parte de alguno de los litigantes. La conciliación es
un mercado en el que gana más quien más regatea.10

Tras la aparición de las críticas hechas por Bentham, se


siguieron las de otros tratadistas como Bellot, Boncene
y Meyer, según Junco Vargas, quienes señalaban que el
acto conciliatorio debía ser voluntario para los litigantes,
pudiendo quedar a su elección de acudir a la conciliación
o no, según su conveniencia o provecho, pero que no se
exigiera como requisito o trámite previo. Estas críticas
dieron como resultado que, en el Código Ginebrino de
1819, se concibiera la conciliación como acto voluntario,
y no como venía aplicándose. Eliminando la conciliación
como requisito procesal previo. A decir de M. Bellot, ci-
tado por Junco Vargas:

Una especie de pasaporte para poder ingresar al tem-


plo de la justicia […], pasaporte que se toma como
una formalidad del procedimiento sin que ninguno
de los litigantes tenga el menor ánimo de transigir sus
diferencias.11

10)  Junco Vargas, José Roberto. La conciliación, aspectos sustanciales y procesales (2ª


ed.). Ediciones Jurídicas Radar, 1194, p. 9.
11)  Ob. Cit., p. 8.

30
Procedencia de los mecanismos
alternativos de solución de
controversias

Uno de los puntos a esclarecer, en cuanto a los métodos


alternativos de solución de controversias, es el relativo al
significado que tienen estas instituciones que se muestran
opcionales para resolver controversias, y cuyo origen ha
quedado establecido en el apartado anterior. Para algunos
tratadistas, como el caso de Carnelutti, señalan que se
trata de métodos equivalentes del proceso civil,12 en tan-
to otros consideran que son procedimientos sustitutivos
del juicio público,13 como lo manifiesta Leonardo Prieto
Castro. Sin perjuicio de estas posturas, hay fundadas opi-
niones que las refieren como auxiliares de la justicia,14 o
personificando figuras propias de la autocomposición y
la autodefensa,15 que hoy día cobran mayor importancia
como mecanismos de acceso a la justicia.
La definición depende de la perspectiva como la cuestión
se focalice. En efecto, quienes advierten en los métodos al-
ternativos de resolución de controversias, procedimientos su-
pletorios del proceso judicial común, admiten la equivalencia
procesal por tratarse, en definitiva, de una forma implemen-
tada para decidir un conflicto de intereses, posición a la que
nos adherimos, ya que en la actualidad estos mecanismos han
sido institucionalizados y desarrollados legalmente, como
12)  Carnelutti. Francesco. Instituciones del proceso civil (t. i). Editorial, Buenos Aires,
1973, p. 109.
13)  Prieto Castro, Leonardo. Cuestiones de derecho procesal. Editorial Reus, Madrid,
1947, p. 262.
14)  Ver: Calamandrei, Piero. Instituciones de derecho procesal civil (vol. ii). Editorial
Ejea, Buenos Aires, 1986, p. 278.
15)  Cfr. Alcalá Zamora y Castillo. Proceso, autocomposición y autodefensa. Edit. unam,
México, 1991, p. 19.

31
veremos más adelante. La otra postura que encontramos, es
la que agrupa a quienes consideran que estos mecanismos
alternativos de solución de controversias constituyen una to-
lerancia del Estado hacia los particulares, la cual consiste en
un permiso para que sean ellos mismos quienes resuelvan sus
propias controversias, a través de un procedimiento paralelo
o parajudicial, pero, que la verdadera jurisdicción no queda
desplazada, sino postergada, ya que debe preservarse la revi-
sión judicial de las definiciones que se alcancen.
Una visión diferente menciona al proceso como una
consecuencia de los conflictos suscitados por las diferencias
entre los hombres. Producida la crisis, se polarizan dos es-
feras contrapuestas de intereses que podrán encauzarse por
obra de los propios litigantes, o mediante la decisión im-
perativa de un tercero. En esta postura se visualizan, desde
la perspectiva del conflicto y los intereses de las partes, la
decisión de optar por una forma autocompositiva o hete-
rocompisitiva en la solución de la controversia.
En este sentido, es posible que una de las partes resuelva
sacrificar su propio interés, de ser así, estaríamos ante una for-
ma autocompositiva de solución; o bien, imponer al otro el
sometimiento a sus propias aspiraciones, lo que sería una au-
todefensa. De esta forma, el proceso judicial, la autocompo-
sición y la autodefensa, representan alternativas posibles para
resolver un litigio, sin que ello signifique ponerlas en un plano
de igualdad, ni que entre ellas se repelen, anulen o excluyan.
El tema bajo análisis nos genera la interrogante sobre si
estas instituciones alternativas pretenden sustituir o cola-
borar con la justicia. En realidad, cada una de las moda-
lidades arbitraje, conciliación, mediación, etcétera, tiene
una motivación particular que está desprendida del mo-
delo adversarial que tipifican los procedimientos ordina-
rios, es decir, invariablemente son alternativas que surgen

32
a raíz de la necesidad de formas distintas de resolver con-
flictos, diversas a los procedimientos judiciales que, sin
lugar a dudas, constituyen alternativas colaboradoras del
sistema de administración de justicia.
Son fórmulas de entendimiento racional, donde la cri-
sis no se identifica necesariamente con la subsunción de
los hechos en la norma jurídica; es decir, que persiguen la
solución concertada, pacífica, sin tener que encuadrar el
caso concreto en la norma jurídica o bien, el encuadre ju-
rídico donde insertar la motivación que funde la acción.
Lo anterior no se trata de una afirmación respecto a
dejar de lado la aplicación de la jurisdicción, tal y como
la conocemos, cuando la disputa verse sobre estrictas
cuestiones de derecho y que, en la búsqueda de solución,
puedan aplicar deducciones diversas de las normas jurí-
dicas. Las normas darán siempre la base sostenible, nos
referimos a que la intervención del tercero interviniente
cuenta con una dinámica procesal que no lo somete a
las rígidas formas de los procesos ordinarios adversariales,
pues el principio que las rige, fundamentalmente, es el de
la libertad de ellas, es decir, la voluntariedad de las partes.
Por supuesto que todas y cada una de las figuras tie-
nen matices que las distinguen, y las aproximan o las dis-
tancian de los trámites adjetivados en los códigos, pero
sus bases de conocimiento son diferentes, están llamadas
desde la confianza particular que el modelo inspira; des-
de la sabiduría que prometen los jueces seleccionados; y,
esencialmente, del concierto voluntario de las partes para
arribar a una solución sin controversia, a una justicia sin
resentimientos.16
16)  Ver las tesinas de Belgrano. Mediación víctima-ofensor como herramienta para la
justicia restauradora. No. 37. Editado por Universidad de Belgrano, Buenos Aires,
2002, p. 8.

33
Como se ha venido observando del estudio de la doc-
trina, de las legislaciones y de las propuestas programá-
ticas e institucionales de los diferentes países que los
contemplan, los métodos alternativos de resolución de
controversias vienen siendo propuestos y promovidos
como una opción institucional de acceso y mejoramien-
to de la justicia. Desde su consideración en el ámbito
constitucional y/o siendo el objeto de leyes específicas,
los métodos alternativos de resolución de controversias
constituyen un verdadero aporte estructural relevante y
marcan una orientación revalorizante de la función social
de la justicia, como garantía de la convivencia pacífica, en
busca del impulso de la cultura de la paz.
Por otra parte, la utilización del término “alternativos”,
con que se conocen y difunden estos medios y procedi-
mientos, tiene relación y guarda mayor coherencia con el
objetivo y las características no confrontacionales o ad-
versariales de autogestión y de protagonismo ciudadano
en el tratamiento de la conflictividad social, que definen,
principalmente, su aplicación. La mención de “alterna-
tivo” no puede entenderse como la pretensión y la bús-
queda de una cierta privatización de la justicia, o bien, la
búsqueda del Estado de eludir su responsabilidad en una
de sus funciones principales, o como la sola y exclusiva
intención de restarlos de la institucionalidad de la admi-
nistración de justicia y del Poder Judicial en el ámbito del
Estado de Derecho; no, se trata de ofrecer alternativas
viables en la solución pacífica de conflictos, antes de acu-
dir en busca del auxilio de los órganos de administración
de justicia.

34
Las características de
los métodos alternos de
solución de controversias

Antes de exponer las características de los métodos al-


ternos de solución de controversias, hemos de tener en
cuenta que cada uno de ellos (negociación, conciliación,
arbitraje, mediación, etcétera) carecen de los elementos
tipificantes de la función jurisdiccional. No de todos,
pero sí de los más relevantes para conseguir la seguridad
de la ejecución, que son aquellas atribuciones propias e
intransferibles del Estado, aunque, como veremos en los
próximos capítulos, la tendencia va encaminada a otor-
garles la calidad de cosa juzgada, posibilitando la ejecu-
ción forzosa de los convenios celebrados entre las partes.
Los medios que se ofrecen son hábiles, eficaces y pro-
badamente rápidos y seguros, pero tienen el inconvenien-
te de no contar, en su órgano decisor, con facultades de
coerción y ejecución forzada, lo que obliga a acudir ante
los órganos jurisdiccionales en busca de su cumplimiento.
El diálogo es la base de la concertación y entendimiento.
Debemos abandonar la discusión permitiendo soluciones
a partir de actitudes voluntarias. A veces, los problemas
terminan porque uno de los interesados renuncia unilate-
ralmente a su reclamo; en otras, es el sujeto pasivo quien
acepta la demanda formulada; es probable, también, que
ambas partes sean quienes busquen salidas resolutivas; o
bien, que las persigan mediante la decisión de un tercero;
las posibilidades de abordaje en la solución de conflic-
tos son muchas. Las primeras situaciones autocomposi-
tivas, muestran el conflicto finito espontáneamente; las

35
restantes, hallan en la heterocomposición la respuesta a
sus problemas.
Como ya hemos adelantado, cuando nos encontramos
ante el conflicto entre dos personas, ellos pueden:

A. Autodefenderse mediante el uso de la fuerza,


que, generalmente, es ilegítima y prohibida por
la ley, y excepcionalmente aceptada y legitima-
da por ella.
B. Autocomponerse directamente, obteniendo un
resultado consistente en uno de tres supuestos:
allanamiento, desistimiento o transacción.
C. Autocomponerse indirectamente (con la ayuda
de un tercero), mediante la aceptación mutua
de la presencia de un heterocomponedor (sim-
ple conciliador, mediador) para que, actuando
como medio de acercamiento, los interesados
lleguen a desatar el conflicto mediante una au-
tocomposición, que operará como resultado en
una de sus tres fórmulas mencionadas.
D. Heterocomponer directamente el conflicto,
mediante la presentación de las partes ante
un tercero requiriendo una decisión que lo
resuelva.

Ahora bien, los métodos alternativos de solución de con-


troversias, en la práctica, se desarrollan a través de pro-
cesos con características muy singulares, a los cuales se
les atribuye una serie de finalidades que redundan en la
solución pacífica de conflictos. El Dr. Rubén A. Calcate-
rra, afirma que la mediación es un proceso, pero un pro-
ceso singular, por sus características y finalidades. Entre
las primeras se encuentran el ser estructurado, político,

36
estratégico, paradojal, selectivo, que opera en discurso,
negocial, y cuya dirección está a cargo de un tercero.17
Proceso altamente estructurado. De acuerdo con el Dr.
Calcaterra, la mediación y, en general, todo método al-
ternativo, es concebido como un proceso altamente es-
tructurado, es decir, no ordenado de manera normativa
como conocemos en los códigos adjetivos, sino como un
modelo que comunique una estructura cuyo manejo no
se agote en saber solamente que hay cosas que se deben
hacer antes y otras después, sino que demande, además
de un conocimiento técnico operativo de sus etapas, esta-
dios y pasajes, que provea actitud, puntualidad y conse-
cuencia en las acciones del mediador.
Concebido así, el proceso constituye un verdadero re-
curso estratégico que cumple una doble función. Por un
lado, informa al operador, paso a paso, de la inconve-
niencia de pasar de una etapa, estadio o pasaje a otro, si
no se ha agotado o por lo menos desarrollado suficiente-
mente el anterior. Y por el otro, un proceso que se presen-
ta como muy benéfico para el abordaje de la desestructu-
ración que el conflicto ha producido en la relación entre
las partes.
Proceso formal. Según el Diccionario Durvan de la Len-
gua Española, lo formal es lo perteneciente a la forma,
lo contrario a esencial, aquello que tiene formalidad y
está, en tanto exactitud, puntualidad y consecuencia
en las acciones, como parte de los requisitos que se han
de observar para ejecutar una cosa.18 Se trata de proce-
dimientos perfectamente definidos, los cuales han ido

17)  Calcaterra, Rubén A. Mediación estratégica. Editorial Gedisa, Barcelona, España,


2006, p. 33.
18)  Ob. Cit., p. 54.

37
institucionalizando a medida que la sociedad va hacien-
do uso de los mismo y éstos van probando su efectividad.
Es un proceso político. La mediación en particular y los
mecanismos alternativos en general, son procesos políti-
cos porque se ocupan del poder y tienen una ideología.
Por lo que respecta al poder, la implicación se da en dos
aspectos. En uno, se ocupa del poder porque su esencia
es otorgar más poder a las partes involucradas en el con-
flicto en detrimento del poder del operador, que toma así
un rol abiertamente diferenciado del que ejercen los ope-
radores de los procesos de resolución por adjudicación,
en los que el resultado es controlado y decidido por el
operador mismo, como el juez o árbitro.19
Esta suerte de devolución del poder decisional, contri-
buye al aumento de la competencia y de la responsabi-
lidad social de los individuos, que deben así considerar
y evaluar las consecuencias de sus propias decisiones, es
decir, los titulares del conflicto, tienen el poder de resol-
verlo por sí mismos.
El segundo aspecto se refiere a que este proceso tiende a
equilibrar el poder entre las partes mismas, como condi-
ción básica para afrontar una negociación exitosa y arri-
bar a una solución duradera; el empoderamiento de una
de las partes que podría estar en desequilibrio, se hace
latente, así que el poder se equilibra y el acuerdo, resulta-
do de la negociación, se da en igualdad de circunstancias.
En cuanto a la mediación como proceso político, Sara
Cobb, citada por Calcaterra, señala que:

La mediación es un proceso con implicaciones po-


líticas a nivel micro, entre las que se encuentran

19)  Ob. Cit., p. 35.

38
involucrados el poder y la ideología. La misma auto-
ra sostiene que el poder viene de la legitimidad de la
autoridad del que deriva el caso a la mediación. Una
fuente de poder sería, por ejemplo, la del juez que en-
vía el caso o la del profesional de confianza que acon-
seja este medio a las partes en disputa. El mediador
debe invocar ese poder (ej. Estoy aquí, con ustedes,
porque los derivó el juez de la causa o el/la Lic. con-
sidera adecuado este proceso para ustedes). El poder
también proviene de la capacidad del mediador para
construir una realidad, junto a las partes, que reen-
cuadre el conflicto, aunque considera que este poder
es limitado.20

Es un proceso estratégico. Esta característica implica que


quien opera el método alterno obre de una manera es-
tratégica, es decir, organice un plan general de trabajo
a partir de la información obtenida de las partes y las
características del caso mismo, o como señala Calcaterra,
a partir de la inteligencia del caso.21 La estrategia incluye
la fijación de las metas y la elección de las tácticas, que
son las acciones concretas para lograr las metas, teniendo
en cuenta que también existe una estrategia de las partes.
Es un proceso paradojal. Esta característica está íntima-
mente ligada a la anterior, a la mediación como proceso
estratégico. Un recurso de esa naturaleza es el envío de
mensajes paradojales similares a los llamados, como se-
ñala el Dr. Calcaterra, “de doble ligamen terapéutico”.22
Los mensajes operan en dos niveles: verbal y contextual.
En el nivel verbal, los métodos alternos son presentados
20)  Ob. Cit., p. 55.
21)  Ob. Cit., p. 35.
22)  Ob. Cit., p. 36.

39
por el mediador o conciliador como una experiencia que
refuerza la libertad decisional, la autogestión de la propia
existencia, la autonomía y la independencia, y su posi-
ción en el proceso es descrita estratégicamente como la de
un observador neutral en relación a las partes. En el nivel
contextual, induce a las partes a someterse a un proceso
altamente estructurado, dirigido por él bajo reglas bien
precisas.
Los mensajes como “sé espontáneo” o “vuélvete
autónomo”,23 utilizados en contextos especializados, tie-
nen probada eficacia en el quebrantamiento de rigideces
en la interacción dando impulso a una nueva dinámica
de relación entre las partes.
Es un proceso en el discurso. Los métodos alternos se ca-
racterizan como parte del proceso en el discurso y, par-
ticularmente, en la mediación. Podemos afirmar que,
efectivamente, se trata de un proceso en el discurso, pero
un discurso a dos niveles; a) al nivel de contenido de la
historia; y b) el nivel del proceso de contar la historia.24
En el nivel de la historia, podemos afirmar que el con-
flicto no lo vamos a encontrar en los hechos, sino que
está contenido en la historia que cuenta la gente, la cual,
a su vez, depende de cómo cada uno percibe el conflicto,
y por ende, dependerá de cómo cada una de las partes in-
volucradas en la controversia percibe la realidad en torno
a la misma. Cada una de las partes tiene una narrativa
del conflicto de acuerdo a sus percepciones y experiencias
de vida, de acuerdo a la afectación que la situación pro-
blemática le impacta en su vida. La forma en que cada
una percibe el conflicto está en las narrativas y también
en cómo está construido el conflicto, porque la narrativa
23)  Cfr. Ob. Cit., p. 37.
24)  Ídem.

40
abre un espacio que es relacional en la medida que ningu-
na narrativa se da aislada; una depende de la otra.
De acuerdo con lo anterior, como manifiesta el multi-
citado Dr. Calcaterra:

Para la deconstrucción del conflicto, es necesario en-


tender la narrativa y, para ello, es necesario conocer su
estructura. De ahí que abra que la estructura de toda
narrativa está dada por tres interrogantes: 1) ¿Qué se-
cuencia de hechos presenta? 2) ¿Cómo se posiciona y
posiciona a los demás? 3) ¿Cuál es el tema?

En cuanto al nivel del proceso de contar la historia, he-


mos de acudir para su entendimiento, a los discursos do-
minantes percibidos durante el procedimiento del mé-
todo alternativo. Hablaremos de dos tipos de discurso
dominante.

A. El valorizado por la cultura del lugar. Para ex-


plicar este tipo de discurso, el Dr. Calcaterra
señala, por ejemplo, que va a ser mucho más
escuchado y tendrá más peso el discurso pro-
recuperación de las Islas Malvinas en la Argen-
tina, que en Gran Bretaña, lo cual obedece a
que, en la conciencia del pueblo argentino, re-
cuperar el domino sobre las Islas Malvinas tiene
que ver con recuperar parte de su soberanía.
B. El del que habla primero. Aunque resulta un
tanto obvio, el primer tema del que se habla
es el que introduce el que habla primero. Si las
personas involucradas en el conflicto tienen
una historia común, entre ellas se ha desarrolla-
do una manera particular de comunicarse, que

41
incluye el uso de determinados fundamentos,
de cierta lógica para el desarrollo de la trama y
de metáforas con que la historia se cuenta. De
tal manera, aquel que habla primero no sólo
introduce el tema, sino que, además, determina
dichos fundamentos, aquella lógica de la que
hablamos y las metáforas con que la historia es
contada. He aquí el discurso dominante en los
métodos alternos, el que habla primero con-
dicionará el discurso de aquel o aquellos que
hablan después. Lo anterior deberá ser evitado
por el especialista en métodos alternos, buscan-
do el equilibrio de las partes, involucrando su
neutralidad.

Es un proceso negocial. La característica negocial ubica a


los métodos alternativos entre los procesos por consenso,
pero con la ventaja de que en él, la dinámica transaccio-
nal se encuentra favorecida por la posibilidad de selec-
cionar el método guía, según las características propias
del conflicto. Dichas características se identifican con las
siguientes variables: a) naturaleza de la controversia; b)
contexto dentro del que se controvierte; c) características
de las partes; y d) la preparación, estilo, habilidad y auto-
ridad del especialista.
Es un proceso dirigido. Cuando nos referimos a un pro-
ceso dirigido, esto implica directamente al estilo mismo
del especialista en métodos alternos, donde podemos dis-
tinguir dos aspectos. Por un lado, lo relativo a las cuestio-
nes de forma o procesales, es decir, aquellos relacionados
con la dirección o administración del proceso mismo. Por
el otro, las cuestiones de fondo o sustanciales, relaciona-
das con el contenido del conflicto y su solución.

42
Segunda Parte
Los métodos alternos de
solución de conflictos y la
administración de justicia
En la doctrina

En el devenir de la humanidad, los conflictos aparecen


casi como parte de la condición humana. La misma his-
toria es dialéctica, la interacción que entre los individuos
aparece en lo cotidiano es cambiante, semejando un cla-
roscuro en donde los problemas se vislumbran, creemos
que se resuelven, pero no sabemos cuándo regresarán. Es
importante, entonces, evaluarlos de manera continua y
permanente. Al respecto, Acosta León, señala que:

Considerar que los conflictos bélicos del siglo pasado,


que se resolvieron con las armas y las bombas nucleares,
serían resueltos hoy con los mismos mecanismos, es un
equívoco. Los sistemas de convivencia social han cam-
biado, por tanto, los mecanismos a considerar tienen
obligatoriamente que cambiar, considerando, en todo
momento, el contexto político-jurídico, socioeconómi-
co, medio ambiental, socioterritorial, etcétera.1

El término actual de medios alternativos de solución de


controversias, se originó en los Estados Unidos de Amé-
rica, Alternative Dispute Resolution (adr), cuya aparición
en la modernidad es producto del reflejo del alto grado
de frustración, que resulta del costo y demoras propios
de los medios tradicionales de solución de controversias.
Los métodos alternativos de solución de controversias,
también han sido identificados o llamados como de So-
lución Alternativa de Controversias (sac), Resolución
1)  Acosta León, Amelia. Conflicto, medios alternos de solución y pensamiento complejo
en México. Colección Manuel Mestre Ghigliazza, Historia y Pensamiento Social,
Editado por la Universidad Juárez de Tabasco, México, 2010, p. 82.

45
Alternativa de Controversias (rac) o Resolución Alter-
nativa de Disputas (rad). En la mayoría de los casos,
éstas provienen de algunas instituciones de gobierno de
los Estados Unidos de Norte América, universidades o
cortes de justicia, y se han difundido en ámbitos inter-
nacionales. En todos los casos, el objetivo que persiguen
está encaminado al logro de una convivencia pacífica,
considerando como medios alternativos a todos aquellos
que, permitidos por la ley, son susceptibles de utilizarse
en la solución pacífica de conflictos, distintos a los juicios
ante tribunales judiciales.
Al juicio se le reconoce como un sistema de solución de
conflictos por antonomasia. Es necesario, sin embargo,
precisar que dentro del mismo aparece el término alter-
nativo, es decir, a raíz de las características propias del
juicio, es que surgen los mecanismos alternativos, como
una opción que puede evitar llegar ante los tribunales y
hacer cada vez menos uso del juicio como respuesta única
a los problemas que enfrentamos.
Algo similar al juicio sucede con el arbitraje, como ve-
remos más adelante. Éste, en esencia y características, y
por su larga experiencia histórica, es diferente a la conci-
liación y la mediación e inclusive de la negociación, en
donde las partes buscan un ganar-ganar, y sus agentes,
inclusive, van convencidos de que algo tendrán que ce-
der para que la solución favorezca a ambas partes. En el
arbitraje, por el contrario, las partes tienen intereses anta-
gónicos, que someten a un tercero para que termine dán-
dole la razón a uno en detrimento del otro. El objetivo
de las estrategias es: ganar-perder/perder-ganar, es decir,
lograr una decisión favorable sin importar los intereses
del oponente. En el proceso, los actores, en todo momen-
to, intentan convencer al árbitro de tener la razón de su

46
lado, a través de la presentación de pruebas. No obstante
lo anterior, el arbitraje sigue perteneciendo al grupo de
los métodos alternativos de solución de controversias.
Los sistemas alternativos de solución de controversias
son procedimientos voluntarios, flexibles, rápidos, eco-
nómicos, prácticos, privados y confidenciales que, en la
mayoría de las legislaciones, no tienen efecto obligatorio
para las partes, es decir, su utilización queda al libre arbi-
trio de los involucrados en el conflicto, no así sus efectos,
una vez lograda la celebración de convenios.
A continuación, reproducimos algunas definiciones de
los medios alternativos de solución de controversias, con
el fin de mostrar el tratamiento doctrinal que se les ha
venido otorgando, pero que, en esencia, cada concepto
mantiene elementos esenciales coincidentes.
Según se trate de un país u otro, la denominación y las
características que definen específicamente a cada moda-
lidad de tratamiento y resolución de conflictos son, como
señalamos, doctrinaria y, a veces, legalmente diferentes.
Para el objeto de este estudio y en función de la necesi-
dad de homogeneizar los mensajes y su comprensión y
utilización posteriores, hemos de considerar a los medios
alternativos de resolución de controversias como el géne-
ro de los métodos, medios y modalidades de resolución
de conflictos, contiendas y disputas.
Entre estos métodos, medios y modalidades, se pueden
identificar y caracterizar, principalmente, a la concilia-
ción, la mediación y el arbitraje, que son los términos que
desarrollaremos más adelante. En varios países se hace
también partícipe de este concepto a las prácticas cultu-
rales o comunitarias (pueblos indígenas y comunidades
campesinas, principalmente), que llamamos “sistemas
espontáneos o tradicionales” de resolución de conflictos.

47
Para Fernando Estavillo Castro, los medios alternativos
de resolución de controversias pueden ser definidos como:

Una gama de procedimientos que sirven como alter-


nativas a los procedimientos adjudicatarios de litigio y
arbitraje para la solución de controversias, que, por lo
general, aunque no necesariamente involucran la in-
tercesión y asistencia de un tercero neutral que ayuda
a facilitar dicha solución”.2

Según Luis Octavio Vado Grajales:

Los medios alternativos consisten en diversos proce-


dimientos mediante los cuales las personas pueden
resolver sus controversias sin necesidad de la interven-
ción jurisdiccional. Encontramos entre ellos la nego-
ciación, la mediación, la conciliación y el arbitraje,
en los que el poder de las partes puede ser mayor o
menor en términos de la decisión.3

2)  Obtenido de http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/jurid/cont/26/pr/


pr25.pdf
3)  Obtenido de http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/5/2264/19.pdf

48
Los mecanismos alternativos de
solución de controversias en el
derecho internacional

Como hemos venido afirmando, los mecanismos alter-


nativos de solución de controversias no son nuevos, éstos
han venido utilizándose desde hace muchos años, su uso
ha generado gran interés en su institucionalización, reco-
rriendo el camino hacia su incorporación en las distintas
legislaciones, no solamente locales, sino internacionales.
En el ámbito internacional, las Naciones Unidas incor-
poraron estos mecanismos desde 1980, particularmente,
la conciliación, a través de la Comisión de las Naciones
Unidas para el Desarrollo Mercantil Internacional (un-
citral) o United Nations Commission on International
Trade Law (cnudmi), por sus siglas en inglés. La Cáma-
ra Internacional de Comercio (icc o cic), por su parte,
cuenta con un Reglamento de Conciliación Facultativa,
que promueve la solución alternativa de las controversias
suscitadas entre sus agremiados. Por otro lado, encontra-
mos al Centro Internacional para el Arreglo de Contro-
versias sobre Inversiones (International Centre for Sett-
lement of Investment Disputes), conocido por sus siglas
icsid, el cual cuenta con reglas de procedimiento para la
conciliación de controversias en materia de inversiones.
De más reciente aparición, tenemos el Tratado de Li-
bre Comercio de América del Norte (tlcan o nafta), el
cual da fe de los compromisos adquiridos por los países
suscriptores, de promover y facilitar el recurso al arbitraje
y a otros tipos de medios alternativos para la solución de
controversias comerciales internacionales entre particula-
res en la zona de libre comercio.

49
Por último, por lo que se refiere a la creciente aceptación
de los mecanismos alternativos de solución de controver-
sias a nivel internacional, es importante destacar el hecho
de que los Estados Unidos de América promulgaron dos
ordenamientos durante la administración de George Bush,
el primero, la Judicial Improvement Act of 1990 (Acta de
Mejora Judicial de 1990), la que promueve y, en ocasiones,
hace obligatorio el empleo de la solución alternativa de con-
troversias (adr) por los tribunales federales; y el segundo,
la Administrative Dispute Resolution Act of 1990 (Acta
de Solución de Controversias Administrativas de 1990), la
cual, también promueve la utilización de los mecanismos
alternativos por parte de dependencias federales. En el ám-
bito privado no ha sido la excepción, ya que, por ejemplo,
las industrias de seguros, publicidad y valores de los Es-
tados Unidos de América han adoptado reglas uniformes
para el arbitraje de cierto tipo de controversias, y la indus-
tria de la publicidad ha formado una entidad auto regulada
denominada National Advertising Review Board (narb),
para realizar ciertas investigaciones sobre publicidad en-
gañosa o fraudulenta y resolver ciertos asuntos mediante
un papel de tipo arbitral, con resoluciones no obligatorias.
También la National Association of Security Dealers cuen-
ta con procedimiento arbitral para resolver controversias
entre corredores y clientes, y entre los mismos corredores.
Asimismo, empresas como Ford Motor Company, cuentan
con un procedimiento de solución de controversias para
resolver los conflictos surgidos con motivo de su actividad.
Los anteriores son algunos ejemplos de trato que han
tenido los mecanismos alternativos de solución de con-
troversias en el ámbito internacional, los que desarrolla-
remos ampliamente más adelante.

50
La negociación y mediación en el derecho internacional
público
Llegado el fin de la Primera Guerra Mundial, en 1919,
con el Tratado de Versalles, por primera vez se reglamenta
la guerra. A partir de 1929, con el Tratado de General
para la Renuncia a la Guerra se prohibió el recurso a la
fuerza como medio legítimo para resolver controversias.4
En este último tratado, conocido también como Pacto de
París, los Estados convinieron nunca solucionar sus dis-
putas o conflictos de cualquier naturaleza y origen, por
medio de la guerra, sino por medios pacíficos.
A partir de este Pacto de París, la solución de los con-
flictos, además de que debe ser siempre por la vía pacífica,
debe procurar que las partes tengan comunicación cons-
tante, amigable y razonable.5 De la misma forma, gobier-
nos e instituciones privadas internacionales han plasma-
do en distintos instrumentos jurídicos internacionales la
necesidad de agotar la negociación y consultas entre las
partes, antes de acudir a cualquier medio litigioso de so-
lución de conflictos como es el arbitraje, este último, el
más utilizado a nivel internacional.
En la Carta de San Francisco, que da vida a las Nacio-
nes Unidas, en su artículo 33, estableció que:

1. Las partes en una controversia cuya continuación


sea susceptible de poner en peligro el mantenimien-
to de la paz y la seguridad internacional, tratarán de
buscarle solución, en todo, mediante la negociación,
la investigación, la mediación, la conciliación, el

4)  Véase Manual sobre arreglo pacífico de controversias entre Estados. Nueva York, Oficina
de Asuntos Jurídicos. División de Codificación. Naciones Unidas, 1992, ola/cod/2416.
5)  Esta disposición fue aprobada por el Senado Mexicano, el 23 de octubre de 1929
y publicada en el Diario Oficial de la Federación, el 24 de diciembre del mismo año.

51
arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos
o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su
elección.
2. El Consejo de Seguridad, si lo estimare necesario,
instará a las partes a que arreglen sus controversias por
dichos medios.6

De igual forma, la Corte Internacional de Justicia de La


Haya declaró que no es necesario insistir en el carácter
fundamental de las negociaciones como método para re-
solver conflictos. Reconociendo su importancia y prefe-
rencia en la resolución de disputas, antes de la utilización
de cualquier otro método que implique la utilización de
la fuerza.
En la Declaración de Manila sobre el Arreglo Pacífi-
co de Controversias Internacionales, se reconoció a las
negociaciones directas como un medio flexible y eficaz
que las partes deberán tomar en cuenta al escoger un
método para llegar a un arreglo efectivo y rápido de sus
conflictos.7
Por lo que respecta a la solución de conflictos entre Es-
tados, podemos afirmar que, en los tratados, la palabra
diplomacia se usa como sinónimo de negociación. Las
negociaciones bilaterales, por lo general, se realizan direc-
tamente entre delegaciones o representantes debidamente
designados por sus gobiernos. Aunque formalmente los
negociadores suelen ser ministros o funcionarios de los
ministerios de relaciones exteriores de las partes, en reali-
dad muchas controversias se resuelven por negociadores
6)  Firmada por México el 26 de junio de 1945, en San Francisco, publicada en el
Diario Oficial de la Federación, el 17 de octubre de 1945.
7)  Declaración de Manila. Texto en español, en Gutiérrez Espada, Cesáreo y Calvo
Caravaca, Alfonso Luis. Textos de derecho internacional público. Madrid, Tecnos, 1986,
pp. 817 a 821.

52
especializados. Existen casos en que los jefes de Estado o
de gobierno inician las negociaciones y, posteriormente,
se desarrollan a nivel jerárquico inferior o de expertos.
En otras ocasiones es a la inversa, es decir, los jefes de
Estado participan sólo para concluir las negociaciones.
Las misiones diplomáticas permanentes juegan un papel
determinante en la presentación de la postura de sus res-
pectivos gobiernos en las negociaciones con el ministe-
rio de relaciones exteriores del Estado, en el que están
acreditados.
Como podemos observar, los mecanismos alternativos
de solución de controversias están presentes en el ámbito
internacional, en el punto más alto de la intención diplo-
mática de resolver sus diferencias.

El Tratado de Libre Comercio con América del Norte


El Tratado de Libre Comercio con América del Norte o
tlcan por sus siglas, contiene varios mecanismos alterna-
tivos para la solución de controversias.8
En el capítulo xi, sobre inversión, se estableció un no-
vedoso mecanismo para la solución de controversias en
materia de inversión entre una parte y un inversionista
de otra parte. Se acordó que las partes contendientes in-
tentarán primero dirimir la controversia en materia de
inversión por vía de consulta o negociación.
El capítulo xix prevé un mecanismo de consultas entre
las partes para examinar cualquier problema que resulte
de la ejecución u operación de este capítulo y para reco-
mendar soluciones cuando corresponda. Ello con la fir-
me intención de no judicializar las controversias surgidas
8)  Celebrado entre Canadá, Estados Unidos y México como Estados parte. Publicado
en el Diario Oficial de la Federación, el 20 de diciembre de 1993. En vigor desde el 1º
de enero de 1994.

53
entre las partes. En dicho capítulo se establece que en
caso de que una parte adopte reformas legislativas o regla-
mentarias que perjudiquen a la otra, ésta podrá solicitar
la formación de un panel binacional, el cual emitirá una
opinión declarativa. En caso de que exista alguna incon-
formidad con esta opinión, se prevé un proceso de con-
sultas entre las partes, que busca que la parte que adoptó
dichas reformas rectifique su conducta.
No obstante que se plantea como mecanismo novedoso
el sistema de consultas, el tlcan, en el capítulo xx, pre-
vé los mecanismos alternativos para la solución de con-
troversias de consultas, negociaciones, buenos oficios, la
conciliación y el arbitraje. Si no se resuelve el asunto con-
forme a las consultas entre las partes, cualquiera de ellas
podrá acudir a la Comisión de Libre Comercio, la cual se
abocará a la solución de la controversia. La comisión po-
drá recurrir a los buenos oficios, la conciliación, la media-
ción como mecanismos alternativos para la solución de
controversias para apoyar a las partes consultantes o lo-
grar una solución mutuamente satisfactoria del conflicto.
Esta forma novedosa de solución de conflictos, adopta-
da por el tlcan, también se incorpora al Acuerdo Para-
lelo de Cooperación Ambiental (acaan).9 Dentro de las
medidas que las partes se comprometieron a llevar a cabo
con el objeto de aplicar de manera efectiva sus leyes y
reglamentos ambientales, así como de lograr altos niveles
de protección del ambiente, es la de proveer o alentar el
uso de servicios de mediación.
El Acuerdo Paralelo de Cooperación Ambiental reco-
noce que, para realizar los objetivos ambientales del tl-
can, es preciso prevenir o evitar las controversias y, en su
9)  Firmado en las ciudades de México, Ottawa y Washington, D. C., el 14 de
septiembre de 1993.

54
caso, resolverlas de manera conjunta entre las partes, tra-
tando de evitar que la controversia la decida otra persona
distinta a ellas. Asimismo, en caso de haber desacuerdo
sobre la interpretación y la aplicación del Acuerdo Para-
lelo de Cooperación Ambiental, las partes procurarán en
todo momento lograr un consenso sobre el tema y harán
su mayor esfuerzo por resolver, mediante cooperación y
consultas, cualquier asunto que pudiera afectar el funcio-
namiento de dicho acuerdo.10
En materia ambiental también se dispone que, cuando
una parte solicite consultas con cualquier otra parte sobre
la existencia de una pauta persistente de omisiones en
la aplicación efectiva de la legislación ambiental de esa
otra parte, ambas harán todo lo posible por alcanzar una
solución mutuamente satisfactoria del asunto, a través de
las consultas entre ellas. Para el caso de que a través de
las consultas no se llegue a un acuerdo, cualquier parte
podrá solicitar una sesión extraordinaria del consejo. Éste
ayudará a las partes a alcanzar una solución mutuamente
satisfactoria de la controversia y podrá recurrir a los bue-
nos oficios, la conciliación, la mediación o a otros proce-
dimientos de solución de controversias (Art. 23, primer
párrafo del acaan).
Pero ¿qué pasa si aún con la intervención del Consejo,
la controversia no se resuelve?, éste último podrá con-
vocar a un panel arbitral para examinar el asunto. Aun
cuando el panel haya determinado en su informe final
que ha habido una pauta persistente de omisiones de la
parte demandada en la aplicación efectiva de su legis-
lación ambiental, las partes pueden acordar un plan de
acción mutuamente satisfactorio, el cual, por lo general,
10)  Véase Colección de Tratados celebrados por México, México, Senado-SER, t
xxxvii, 1992, pp. 1927 a 1979.

55
se ajustará a las determinaciones y recomendaciones del
panel. Como podemos observar, la intención del derecho
internacional, y por lo que a este tratado en particular
se refiere, privilegian, ante todo, la solución pacífica de
controversias por encima del litigio ante los tribunales
internacionales ya existente.
El tlcan también apoya la solución de controversias
privadas internacionales, ya que no es exclusivo de las
partes integrantes como entes estatales, lo anterior, para
el caso de controversias internacionales sobre asuntos
de inversión y comercio a través del Comité Consultivo
de Controversias Comerciales Privadas, que establece el
artículo 2022. El comité de referencia, ha señalado que
la inclusión de disposiciones apropiadas en contratos
comerciales internacionales que aborden la solución de
controversias comerciales privadas es deseable. El comi-
té ha señalado también que una cláusula sobre mecanis-
mos alternativos para la solución de controversias, bien
redactada, puede significar no solamente una resolución
efectiva de cualquier controversia, adicionalmente puede
disminuir violaciones al contrato al proveer un mecanis-
mo efectivo para ejercer los derechos contractuales.

Ley Modelo de Conciliación Comercial Internacional


de las Naciones Unidas
Ley Modelo de Conciliación Comercial Internacional de
las Naciones Unidas,11 se inspira en la creencia de que los
protagonistas de conflictos legales internacionales pue-
den resolverlos por sí mismos, sin la necesidad de tribu-
nales o árbitros internacionales que, a la postre, resultan

11)  Véase texto en www.uncitral.org.

56
en procedimientos largos y costosos, sobre todo, los lle-
vados a los tribunales.
La ley anterior, fue negociada en la Comisión de las
Naciones Unidas para el derecho mercantil, entre los
años 2000 y 2002. Como resultado de dichas negocia-
ciones se creó la Ley Modelo y una guía explicativa de su
texto y sus antecedentes. La Ley Modelo consta de 14 artí-
culos y busca propiciar una mayor integridad y certeza al
proceso conciliatorio.
La guía se elaboró pensando en los órganos del Poder
Ejecutivo y el Poder Legislativo, que se deben de encargar
de efectuar la revisión legislativa en los países interesa-
dos. También la información de la guía fue concebida
pensando en otros usuarios de la ley, como empresarios,
jueces, abogados en ejercicio y círculos académicos. Cabe
destacar que, durante la presentación de la Ley Modelo,
participaron en el debate, representantes de alrededor
de 90 países, 12 organizaciones intergubernamentales y
22 organizaciones internacionales no gubernamentales,
lo que le da una verdadera cohesión y legitimidad, en el
más honesto interés de crear mecanismos eficaces en la
solución pacífica de controversias.
Posteriormente, la Asamblea General de las Naciones
Unidas, aprueba una resolución, en la que hace la re-
comendación a todos los Estados miembros que consi-
deraran debidamente la posibilidad de incorporar a su
derecho interno la Ley Modelo, en atención a la conve-
niencia de unificar el derecho relativo a los procedimien-
tos de solución de controversias y las necesidades concre-
tas de la práctica comercial internacional, en materia de
conciliación.
El término “conciliación” se utiliza en la Ley Modelo
para designar, en sentido amplio, todo procedimiento

57
por el que una persona o un grupo de personas presten
asistencia a las partes en una controversia para que pue-
dan llegar a una solución amistosa. En la conciliación, el
conciliador ayuda a negociar una transacción en que se
compaginen las necesidades y los intereses de las partes
en la controversia. El tercero neutral no tiene autoridad
para imponer a las partes una solución de la controversia.
Las leyes nacionales y los tratados internacionales usan
diversos términos como conciliación, mediación, amiga-
ble composición, evaluación neutral, grupo de amigos,
dictamen neutral, miniproceso, o expresiones similares,
para significar todo aquel procedimiento por el que las
partes en una controversia reciben ayuda de un tercero
para solucionarla. Todos esos términos representan di-
versas técnicas y adaptaciones de procedimientos para
dirimir controversias, que son denominados métodos al-
ternos a los tradicionales de solución de controversias por
vía judicial.

58
América Latina y los métodos
alternativos; la experiencia
argentina

Antecedentes
El origen de la mediación en Argentina, tal como la co-
nocemos hoy en día, se remonta a los años noventa, con
una experiencia piloto de mediación en la Ciudad Au-
tónoma de Buenos Aires. Si bien, antes se habían hecho
algunas mediaciones, se entremezclaban con la terapia sin
dejar bien en claro el límite y la diferencia entre ellas.
En 1995 se sanciona la Ley 24.573, de mediación pre-
judicial obligatoria, con vigencia de cinco años, que da
un impulso para instaurar el método adr (Alternative
Dispute Resolution) o rad (Resolución Alternativa de
Disputas), en Argentina. A partir de ese momento, la me-
diación se fue afianzando cada vez más y expandiéndose
por otros ámbitos que exceden el jurídico, tales como los
escolares o comunitarios.
Con la promulgación de la ley de referencia, los co-
mentarios, en un sentido y otro, no se hicieron esperar,
al respecto de dicha ley, el Dr. Remo Entelman,12 en el
acto inaugural del xi ciclo académico del Seminario Per-
manente para el Análisis, Prevención y Resolución de
Conflictos en el Consejo Argentino para las Relaciones
Internacionales, el 11 de abril de 1996, pronunció las si-
guientes palabras:

12)  Profesor titular de filosofía del derecho y de introducción al derecho, profesor de


posgrado, director de la carrera de especialización en asesoría jurídica de empresas y
profesor emérito de la uba.

59
Manifesté entonces mi preocupación por la direc-
ción que […] había tomado el P.E.N. (Poder Ejecu-
tivo Nacional) en este tema. De una institución que
el propio [entonces] Presidente de la Nación calificó
de esencialmente voluntaria, su proyecto convertido
en ley había pasado a un procedimiento obligatorio
que se convocaba con el discurso típico de las intima-
ciones judiciales, a cargo de mediadores no elegibles
libremente, sino designados por sorteo, con la parti-
cipación obligatoria, para cada parte, de profesionales
del proceso judicial. Ello pese a que el propósito ori-
ginalmente expuesto para introducir la cultura de la
mediación era el de motivar a la sociedad a prescindir
del litigio y negociar –con la adecuada asistencia– so-
luciones pacíficas que no afectaran la estabilidad de
los vínculos.13

En 1998 comenzó a desarrollarse en Argentina la media-


ción de segunda generación, llamada pccc (Procesos Co-
laborativos de Construcción de Consenso), para resolver
conflictos multipartes, complejos y públicos.
La citada ley, se encuentra en vigencia hasta el momen-
to, mediante prórrogas sucesivas. A pesar de algunas mo-
dificaciones introducidas en estos años, la mayoría de los
puntos que señala el Dr. Entelman, como contrarios a
la naturaleza y espíritu de la mediación, tales como la
obligatoriedad de la comparecencia, la asistencia letrada
obligatoria (comparecer con abogado) y el requisito de
ser abogado para ejercer el rol de mediador, se mantienen
inmodificados. En mayo de 2009, se somete a discusión
13)  Aprea, Adriana. La oportunidad de legislarla mediación en Argentina. La trama,
revista interdisciplinaria de mediación y resolución de conflictos, No. 27, Buenos
Aires, Argentina, mayo de 2009.

60
ante la Cámara de Diputados, el proyecto 14-PE-08, que
impone a la norma carácter definitivo, la cual había sido
aprobada por las comisiones parlamentarias pertinentes.

Modelo normativo, Ley 26.589


Tras una serie de legislaciones con carácter temporal, se
publica en el Boletín Oficial del 6 de mayo de 2010, nú-
mero 31898, la Ley 26,589, que otorga carácter obligato-
rio a la mediación previa a procesos judiciales, es decir, se
establece en la República Argentina, la mediación como
requisito prejudicial, al intentar el acceso a los tribunales.
El objeto de la ley:

Se establece con carácter obligatorio la mediación,


previa a todo proceso judicial, la que se regirá por las
disposiciones de dicha ley, la que promoverá la co-
municación directa entre las partes para la solución
extrajudicial de la controversia.14

A partir de su entrada en vigor, toda persona que intente


el acceso a la justicia a través de los tribunales judiciales,
deberá acreditar haber intentado la mediación para la so-
lución de su conflicto, ya que sin acreditar dicho supues-
to, la demanda no será admitida ante los tribunales.
El imperativo categórico, respecto de la admisión de
demandas judiciales ante los tribunales, queda estableci-
do en el artículo 2º de la ley en análisis, que establece que:
“al promoverse demanda judicial deberá acompañarse
acta expedida y firmada por el mediador interviniente”.15
La mediación adquiere carácter procesal, es decir, se
presenta como una figura procesal que deberá agotarse
14)  Artículo 1º de la Ley 26.589.
15)  Artículo 2º de la Ley 26.589.

61
previo a acudir ante los tribunales, dándole calidad, como
hemos señalado, de requisito procesal previo. Lo que se
pretende, en teoría, es hacer menos uso de la vía judicial
como forma preponderante de solución de controversias,
reduciendo, significativamente, las cargas de los tribuna-
les y, desde el punto de vista del deber ser, transitar hacia
una cultura pacífica de la solución de conflictos.

Competencia
Dentro del procedimiento de mediación prejudicial obli-
gatoria, podrán plantearse todo tipo de controversias,
siempre y cuando no sean de las contempladas como ex-
cepción por la propia ley, enumeradas por exclusión, lo
que representa un mínimo de conflictos no mediables,
en relación a la gama de conflictos surgidos en el seno de
una sociedad.

Artículo 5º. Controversias excluidas del procedimien-


to de mediación prejudicial obligatoria. El procedi-
miento de mediación prejudicial obligatoria no será
aplicable en los siguientes casos:

a) Acciones penales;
b) Acciones de separación personal y divorcio, nuli-
dad de matrimonio, filiación, patria potestad y adop-
ción, con excepción de las cuestiones patrimoniales
derivadas de éstas. El juez deberá dividir los procesos,
derivando la parte patrimonial al mediador;
c) Causas en que el Estado nacional, las provincias, los
municipios o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o
sus entidades descentralizadas sean parte, salvo en el
caso que medie autorización expresa y no se trate de

62
ninguno de los supuestos a que se refiere el artículo
841 del Código Civil;
d) Procesos de inhabilitación, de declaración de inca-
pacidad y de rehabilitación;
e) Amparos, hábeas corpus, hábeas data e interdictos;
f ) Medidas cautelares;
g) Diligencias preliminares y prueba anticipada;
h) Juicios sucesorios;
i) Concursos preventivos y quiebras;
j) Convocatoria a asamblea de copropietarios prevista
por el artículo 10 de la Ley 13.512;
k) Conflictos de competencia de la justicia del trabajo;
l) Procesos voluntarios.

La mediación con carácter obligatorio, además de las ex-


cepciones antes enumeradas, contempla la opción opta-
tiva del procedimiento de mediación en aquellos casos
relacionados con ejecuciones y desalojos, esta potestad
queda a cargo del reclamante, ante la que el requerido,
por disposición de la misma ley, carece de facultades para
impugnar la vía, lo cual representa una novedad en lo
que a procedimientos de ejecución y desalojo se refiere,
eximiendo al requirente de la obligatoriedad de agotar el
procedimiento de mediación prejudicial previo, acudien-
do directamente ante los tribunales, lo cual se entiende,
por el tipo de conflicto de que se trata.

Los principios
Todo actuar debe estar regido por una serie de principios,
los que se convierten en lineamientos a seguir, so pena
de verse involucrado en excesos a la hora de prestar cual-
quier tipo de servicios, en el caso de la mediación, no es
la excepción. El procedimiento de mediación prejudicial

63
obligatoria, según la ley en análisis, deberá a justarse a
los principios de imparcialidad, libertad y voluntariedad,
igualdad, consideración especial sobre menores e inca-
paces, confidencialidad, comunicación directa, celeridad
del procedimiento y conformidad expresa de las partes.
Estos principios están definidos plenamente en la Ley
26,589, en su artículo 7º, que establece:

Artículo 7º: Principios que rigen el procedimiento de


mediación prejudicial obligatoria. El procedimiento
de mediación prejudicial obligatoria se ajustará a los
siguientes principios:
a) Imparcialidad del mediador en relación a los in-
tereses de las partes intervinientes en el proceso de
mediación prejudicial obligatoria;
b) Libertad y voluntariedad de las partes en conflicto
para participar en la mediación;
c) Igualdad de las partes en el procedimiento de
mediación;
d) Consideración especial de los intereses de los me-
nores, personas con discapacidad y personas mayores
dependientes;
e) Confidencialidad respecto de la información divul-
gada por las partes, sus asesores o los terceros citados
durante el procedimiento de mediación prejudicial
obligatoria;
f ) Promoción de la comunicación directa entre las
partes en miras a la búsqueda creativa y cooperativa
de la solución del conflicto;
g) Celeridad del procedimiento en función del avance
de las negociaciones y cumplimiento del término fija-
do, si se hubiere establecido;

64
h) Conformidad expresa de las partes para que perso-
nas ajenas presencien el procedimiento de mediación
prejudicial obligatoria.
En la primera audiencia el mediador deberá in-
formar a las partes sobre los principios que rigen el
procedimiento de mediación prejudicial obligatoria.

Hemos de destacar el principio de confidencialidad por


lo que ello implica. La secrecía en este tipo de procedi-
mientos es una regla que no puede romperse, salvo de-
claración expresa de las partes y con la intención de evi-
tar la comisión de un delito, si éste se está cometiendo,
impedir que continúe cometiéndose. La ley dispone de
la confidencialidad como un imperativo, de observancia
obligatoria, es decir, desde el mismo inicio del procedi-
miento, el contenido de los documentos o cualquier otro
material que las partes hayan elaborado con motivo de
la mediación, están protegidos mediante la confidencia-
lidad, estableciéndose que dicho principio no requiere
acuerdo previo, lo cual es un avance significativo en estos
procedimientos. “La confidencialidad no requiere acuer-
do expreso de las partes”.16
Como ha quedado de manifiesto en América Latina,
Argentina es uno de los países con mayor práctica en la
mediación como solución alternativa de conflictos y, en
general, en los métodos alternativos de solución de con-
troversias, de ahí la importancia de incluir en este trabajo
el desarrollo de la experiencia argentina, que, como se-
ñalamos, ha quedado constatada en párrafos anteriores.

16)  Artículo 8º, segundo párrafo de la Ley 26.589.

65
Ubicación de los métodos
alternos de solución de
controversias

Existen diversas clasificaciones de los métodos alterna-


tivos de solución de controversias, dependiendo de qué
autor consultemos será la clasificación que encontremos,
sin embargo, la gran mayoría coincide en agrupar a la
negociación, mediación, conciliación y el arbitraje, como
los métodos alternativos más desarrollados desde el pun-
to de vista de la práctica.
Se han publicado un sinfín de textos que aluden a los
métodos o mecanismos alternativos de solución de con-
troversias, que han apuntado de la importancia de los
mismos en la solución pacífica de conflictos, como una
alternativa al sistema de justicia tradicional o como se
conoce comúnmente, sistema adversarial, a través del
“litigio”.
Algunos de los métodos alternativos de solución de
controversias que describiremos en este apartado, pueden
verdaderamente ser alternativos al grado de que, even-
tualmente, en algunos casos, pueden llegar a sustituir,
por hacerlos innecesarios, a ciertos medios ortodoxos
o al menos ya conocidos y utilizados en la solución de
controversias. Otros, en cambio, podrían ser considera-
dos como complementarios de medios tradicionales de
solución de controversias, como es el juicio. Asimismo,
algunos métodos alternos pueden ser obligatorios, como
sucedería en el caso de que alguna disposición legal obli-
gue a agotarlos previamente al juicio; o pueden ser volun-
tarios u optativos, cuando quede al arbitrio de las partes
agotarlos o no. En este último caso, las partes pueden

67
hacer obligatorio, contractualmente, que se agote el pro-
cedimiento de un cierto método alternativo previamente
al arbitraje o a la intervención judicial, a través del litigio,
el cual abordaremos previamente.

Sistema tradicional o adversarial


En la vida social las personas se relacionan normalmente
sobre la base del acuerdo de voluntades, del convenio o
del contrato del cumplimiento espontáneo de sus obli-
gaciones. Sin embargo, eventualmente surgen conflictos
de intereses entre los sujetos de derechos. Así, por ejem-
plo, una persona afirma ser la propietaria de un bien y
pretende que se le entregue, y la que posee dicho bien
se resiste a entregarlo, aduciendo que ella también tiene
título de propiedad sobre el mismo bien; es cuando surge
el conflicto que será llevado al terreno legal, en el que las
partes someten sus diferencias ante los tribunales, a través
del “litigio”.

Jurisdiccional
Para Francisco Carnelutti, el litigio es “el conflicto de in-
tereses calificado por la pretensión de uno de los intere-
sados y la resistencia del otro”.17 El conflicto de intereses
sólo se convierte en litigio cuando una persona formula
contra otra una “pretensión”, es decir, exige la subordi-
nación del interés ajeno al interés propio; y frente a esa
pretensión, la otra parte expresa su “resistencia”, o sea, se
opone a la misma, negando subordinar su interés propio
al interés, hecho valer mediante la pretensión. Si ante la
pretensión de la primera, la segunda no opusiera resisten-
cia, no surgiría el litigio.
17)  Carnelutti, Francesco. Sistema de derecho procesal civil (t. i). Editorial uteha,
Buenos Aires, Argentina, 1944, p. 44. 

68
Los elementos del concepto de Carnelutti de litigio
son: la existencia de dos sujetos; uno que pretende y otro
que resiste, y de un bien jurídico que puede ser material
o inmaterial, respecto del cual versan la pretensión y la
resistencia. Cada uno de estos sujetos recibe el nombre
de “parte”.
Pero para Carnelutti, el litigio no es sólo un conflicto
de intereses, sino un conflicto jurídicamente calificado,
es decir, trascendente para el derecho. En efecto, no todo
conflicto de intereses es un litigio. Puede haber conflictos
de intereses de carácter económico, científico, etcétera,
que no estén tutelados por el derecho. Un conflicto que
surja entre dos empresas que tratan de lograr el predo-
minio en un mercado, mientras no traiga consigo una
infracción a las leyes sobre la libre concurrencia, o de al-
guna otra disposición jurídica, no tendrá carácter de liti-
gio y, por tanto, no será susceptible de ser sometido a la
decisión de un juzgador, de un órgano jurisdiccional del
Estado, por medio del proceso. En cambio, cuando en
un conflicto el derecho otorga su tutela a favor de uno de
los interesados en pugna, se puede hablar propiamente
de litigio.
El concepto de litigio es de gran importancia para el
derecho procesal. Primeramente, es útil para determinar
cuándo un conflicto de intereses puede ser considerado
un litigio y es susceptible, por tanto, de ser sometido al
conocimiento y resolución del juzgador, a través de un
proceso. En segundo lugar, este concepto sirve para deli-
mitar la materia, el contenido o el tema sobre el cual va a
versar el proceso, pues el litigio es precisamente el objeto
del proceso.
A partir de la identificación del litigio, por medio de los
sujetos, el bien jurídico y al pretensión, la leyes procesales

69
van a determinar cuándo existe litispendencia, es decir,
cuándo hay un litigio pendiente de resolución por un
juzgador, el cual no puede ser conocido por otro órga-
no jurisdiccional; cuándo existe conexidad en la causa,
es decir, cuándo hay un litigio conexo a otro en virtud
de la causa de pedir (causa petendi), lo que trae como
consecuencia la acumulación de los expedientes de los
dos procesos, a través de los cuales se tramitan los litigios
conexos; cuándo existe cosa juzgada, que significa que el
objeto del proceso (el litigio), resuelto mediante sentencia
firme o inimpugnable deviene inmutable jurídicamente,
por lo que no podrá ser discutido en un proceso posterior
ni en cualquier otra oportunidad procesal.
Por su parte, Niceto Alcalá-Zamora y Castillo ha suge-
rido un concepto más amplio de litigio, diciendo que es
“el conflicto jurídicamente trascendente, que constituya
el punto de partida o causa determinante de un proceso,
de una autocomposición o de una autodefensa”.18
Los medios para solucionar este conflicto de intere-
ses jurídicamente trascendente, como se puede dedu-
cir del concepto de Alcalá-Zamora, se clasifican en tres
grandes grupos: la autotutela, la autocomposición y la
heterocomposición.
Tanto en la autotutela, como en la autocomposición, la
solución va ser dada por una o ambas partes en conflicto,
por eso se califica a estos medios como “parciales”, por
que provienen de las propias partes. En la heterocompo-
sición la solución va a provenir de un tercero ajeno a la
controversia, por lo que se califica de “imparcial”.

18)  Obtenido de http://universidad-derecho.over-blog.com/article-litigio-y-medios-
de-solucion-46703386.html

70
a) Autotutela
La autotutela o autodefensa consiste en la imposición de
la pretensión propia en perjuicio del interés ajeno. Alcalá-
Zamora señala que:

La autodefensa se caracteriza porque uno de los suje-


tos en conflicto […], y aún, a veces, los dos, como en
el duelo o en la guerra, resuelven o intentan resolver
el conflicto pendiente con el otro, mediante su acción
“directa”, en lugar de servirse de la acción “dirigida”
hacia el Estado a través del proceso.

Lo que distingue a la autotutela son dos notas: la ausen-


cia de un tercero ajeno a las partes y la imposición de la
decisión por una de ellas a la otra.
La autotutela o autodefensa, fue en un principio el me-
dio más utilizado para solucionar los conflictos. Actual-
mente, una vez que el Estado ha asumido como propia
la función de solucionar, mediante el proceso jurisdiccio-
nal, los conflictos de trascendencia jurídica, la autotutela
ha quedado prohibida, por regla general.
El artículo 17 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, establece que ninguna persona podrá
hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para re-
clamar su derecho; y, asimismo, señala que toda persona
tiene derecho a que se le administre justicia por tribuna-
les que estarán expeditos para impartirla en los plazos y
términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones
de manera pronta, completa e imparcial. Por lo anterior,
podemos señalar que este precepto constitucional, por un

71
lado, prohíbe la autotutela o autodefensa, pero, por otro
lado, reconoce el derecho a la tutela jurisdiccional.19
La violación a la prohibición de la autotutela tiene una
sanción. Sin embargo, el Estado no puede llegar a la pro-
hibición total o absoluta de la autotutela. Existen deter-
minadas situaciones de emergencia en las que la tutela de
un derecho exige su defensa o ejercicio inmediatos por su
titular, sin que pueda esperar la intervención de los tribu-
nales, ya que ésta sería tardía e ineficaz. Estas hipótesis de
autotutela permitida tienen un carácter excepcional: son
una excepción a la regla general que prohíbe ese medio
de solución.
Alcalá-Zamora clasifica los casos de autotutela permi-
tida, supuestos que no analizaremos a profundidad, úni-
camente nos concretaremos a enunciar los casos en que
la autotutela es permitida por nuestro derecho vigente:

1. La autotutela puede funcionar como una répli-


ca o respuesta a un ataque precedente (legítima
defensa).
2. La autotutela permitida también se puede ma-
nifestar como el ejercicio personal o directo de
un derecho subjetivo, sin que su titular haya
sufrido previo ataque.
3. La autotutela también se puede presentar como
el ejercicio de facultades atribuidas al mando
para hacer frente a situaciones de excepción.
4. La autodefensa se puede expresar como el ejer-
cicio de una potestad de uno de los sujetos en
litigio (facultad disciplinaria).

19)  Ídem.

72
5. La autotutela se presenta, también, como un
combate entre las partes enfrentadas, que fían
a la fuerza y no a la razón la decisión de sus
diferencias. En esta categoría se señala el duelo.
6. La autotutela también puede ser utilizada
como un medio de presión o de coacción sobre
la contraparte para lograr el prevalecimiento de
los propios intereses. Se señala a la huelga o sus-
pensión de labores.

b) Autocomposición
La autocomposición es un medio de solución parcial por-
que proviene de una o de ambas partes en conflicto. Es
unilateral cuando proviene de una de las partes y “bilate-
ral” cuando tiene su origen en ambas partes. Pero, a dife-
rencia de la autodefensa, la autocomposición no consiste
en la imposición de la pretensión propia en perjuicio del
interés ajeno, sino, por el contrario, en la renuncia a la
propia pretensión o en la sumisión a la de la contraparte.
Alcalá-Zamora califica este medio de solución como al-
truista, porque a través de él se hace prevalecer el interés
de la otra parte, el interés ajeno.
Las especies de la autocomposición son: desistimiento,
el perdón del ofendido, el allanamiento y la transacción.
Las tres primeras tienen carácter unilateral y la última
bilateral.

c) Heterocomposición
Otra forma de dar por terminado un litigio es mediante
formas heterocompisitivas, a través de dichas formas, la
solución al conflicto es calificada de imparcial, porque no
va a ser dada por las partes, sino por un tercero ajeno al

73
litigio, un tercero sin interés propio en la controversia,
entre las que tenemos el proceso.
Cuando ese tercero ajeno que decide el conflicto es un
órgano jurisdiccional del Estado, un juzgador con facul-
tades no sólo para emitir una resolución obligatoria para
las partes, sino también para imponerla, por sí mismo, en
forma coactiva, estaremos frente al proceso.
El proceso es la solución heterocompisitiva, es decir, la
solución imparcial a cargo de un órgano de autoridad del
Estado, el juzgador, que interviene a instancia de una de
las partes y cuya autoridad deriva del imperio del propio
Estado y de la fuerza de la ley.
Para que intervenga el órgano jurisdiccional del Estado
no es necesario que las partes hayan acordado previamen-
te someterse a este órgano del Estado; no es requisito un
acuerdo de las partes. Basta con que uno solo de los in-
teresados decida someter la controversia al conocimiento
del órgano jurisdiccional competente del Estado, para
que, por el imperio de éste y la fuerza de la ley, la otra
parte quede sujeta al proceso que se siga ante ese órga-
no jurisdiccional del Estado; y, asimismo, ambas partes
estarán obligadas a cumplir las determinaciones del juz-
gador y su pronunciamiento final, que recibe el nombre
de sentencia.
Una vez que el órgano jurisdiccional del Estado pro-
nuncia la sentencia, y que ésta quede firme, inimpugna-
ble, el interesado puede solicitar al propio juzgador que
ordene la ejecución forzosa de la misma, sin necesidad de
un reconocimiento por parte de un órgano distinto, como
es el caso del laudo emitido por el árbitro, en el cual es
necesario que el interesado lo someta al reconocimiento
u homologación del órgano jurisdiccional competente, a
fin de que ordene la ejecución correspondiente.

74
Resoluciones administrativas
Dentro del sistema de justicia tradicional o adversarial,
tenemos a la justicia administrativa, la que está consti-
tuida por un conjunto de instrumentos jurídicos y pro-
cesales para la tutela de los particulares frente a la admi-
nistración pública. Es en esta área donde se ventilan los
conflictos, cuyo enfrentamiento es eminentemente ad-
versarial entre las dependencias que componen el Poder
Ejecutivo y los particulares, lo cual no quiere decir que,
durante dichos procedimientos, no exista la posibilidad
de acuerdos amistosos que den fin a los procesos adminis-
trativos, los que, en caso de darse, quedan comprendidos
en el proceso mismo.

Sistemas alternativos o no adversariales


Como hemos venido señalando, la resolución de los con-
flictos surgidos en el seno de una sociedad, para su solu-
ción, dicha sociedad ha creado mecanismos diversos en
busca de respuestas que permitan la recomposición de
aquello que ha sido alterado por una o varias personas, es
decir, la solución concreta de sus problemas. De esta ma-
nera, cada sociedad utiliza diversas formas de solución de
las controversias, mayormente, a través de sistemas adver-
sariales, como ha quedado establecido con anterioridad.
Un sistema de justicia que sólo se enfoque en la so-
lución de conflictos a través del litigio ante tribunales
creados ex profeso para ello, hoy en día, podemos afir-
mar que se trata de un sistema de acceso a la justicia que
tiende a ser obsoleto, si no es capaz de combinarse con
otras formas de solución de conflictos, es decir, la imple-
mentación de métodos alternos de solución de contro-
versias, lo que se conoce como sistemas alternativos o no
adversariales, integrados por figuras como la negociación,

75
arbitraje, mediación y conciliación, los que desarrollare-
mos a continuación.

Negociación
Uno de los primeros métodos de solución pacífica de
conflictos es la negociación lisa y llana, es decir, los in-
volucrados en el conflicto, deciden por sí mismos, buscar
una solución pacífica a su problema mediante el diálogo
entre ellos mismos, sin la intervención de un tercero. Este
tipo de solución de conflictos es considerado como de un
alto nivel de eficacia sin las partes en conflicto, empeñan
sus voluntades para la solución de su problema, cuyo re-
sultado final será la satisfacción plena de sus intereses.
La negociación es definida por Moore como: “una dis-
cusión o regateo estructurado donde las partes buscan
plantearse su relación a futuro”.20 La negociación es una
actividad que realizan dos partes en conflicto, pero que a
la vez poseen un elemento de convivencia común, que les
permite obtener solución a su problema.
Para Cristian Blanco, “la negociación consiste
básicamente en una total sumisión de los afectos a la
lógica necesaria para convencer a la otra parte”.21 Como
es de observarse, en la negociación no interviene ningún
tercero para facilitar la comunicación, sino que las partes
por voluntad propia, generalmente porque necesitan
continuar sus relaciones, intentan determinar un arreglo
favorable.
Luis Facciano señala que:

20)  Moore, Christopher. El proceso de mediación, métodos prácticos para resolución de


conflictos (2ª. ed.). Ediciones Granica, Buenos Aires, Argentina, 1995, pp. 31 y 32.
21)  Blanco, Cristian. La clínica de conflictos. Recuperado de www.intermediación.
com.

76
La negociación directa es la forma más común de re-
solver las diferencias y tiene la ventaja de permitir a
las propias partes ejercer el control absoluto sobre el
procedimiento y la solución. Es posiblemente el mé-
todo más habitual y que de ser exitoso no trasciende
del ámbito de los interesados. Pero este modelo no
será siempre y algunas veces tampoco arrojará resul-
tado positivo.22

a) Características de la negociación
Las Naciones Unidas, a través del Centro de Informa-
ción para México, Cuba y República Dominicana, en
2004, acordaron como características de la negociación
las siguientes:

1. Es voluntaria, puesto que nace del interés de


sentarse a negociar la solución más favorable
para ambas.
2. No interviene tercero alguno, pues de ser así,
no estaríamos frente a una negociación sino
frente a una mediación o conciliación, según
sea el caso.
3. Es un procedimiento directo, informal y no
estructurado, pero cuyo resultado tiene efectos
positivos entre los participantes.
4. Toda negociación implica una interacción o in-
tercambio entre las distintas partes que tienen
como objetivo obtener algo de las otras a cam-
bio de ceder algo.

22)  Facciano, Luis. Procedimiento agrario. Importancia del arbitraje en la resolución


de conflictos derivados del comercio granario en la Argentina. Memorias del Congreso
Latinoamericano de Derecho Procesal. Mérida. Venezuela. Editorial Casablanca,
primera edición, 2002, p. 189.

77
5. Las partes, al someterse a una negociación,
tienen que tener muy claros sus objetivos y el
margen dentro del cual pueden realizar conce-
siones y llegar a un acuerdo.

b) Modalidades principales de negociación

1. Negociación basada en los intereses. Es un proce-


dimiento que promueve la negociación integra-
dora en que se combinan los intereses de todas
las partes y se los satisface mediante soluciones
elaboradas conjuntamente.23
2. Negociación basada en posiciones. Consiste en
elegir una serie de posiciones, alternativas espe-
cíficas de arreglo que satisfagan los intereses de
una parte, para presentar estas a un oponente
como la solución del problema en cuestión. La
posición de una parte puede o no satisfacer las
necesidades o los intereses de las otras.24

Arbitraje
Etimológicamente la palabra arbitraje proviene de:

[La] adaptación moderna (siglo xvii) del francés arbi-


trage, procedente del verbo arbitrer que como el caste-
llano arbitrar proviene del latín árbitro, -are o arbitror,
-ari, denominativo de arbiter, -tri “arbitro”. (Couture,
1976:105 citado a su vez por Petzold, 2004,18).25

23)  Moore, Christopher. El proceso de mediación, métodos prácticos para resolución de


conflictos (2ª. ed.). Ediciones Granica, Buenos Aires, Argentina, 1995, p. 32.
24)  Ob. Cit., p. 75.
25)  Celedon Arrieta, Pamela. La cultura del litigio frente a los métodos de resolución de
conflictos. Recuperado de www.monografías.com.

78
El arbitraje es un método de resolución de conflictos
donde se solicita la colaboración de un tercero neu-
tral e imparcial o un panel de terceros que tomaran
una decisión que puede ser vinculante o no para las
partes.26

Freddy Bozo considera que:

La figura del arbitraje se concibe como aquel procedi-


miento en el cual las partes someten la resolución del
conflicto a un tercero neutral (puede tratarse igual-
mente de un órgano colegiado) que ambos han desig-
nado y cuyo laudo se comprometen a aceptar como
definitivo.27

El arbitraje es un procedimiento en el cual las partes eli-


gen un árbitro, individualmente o tribunal arbitral, según
sea el caso, que decidirá la solución de su desavenencia,
luego de escuchar sus posiciones e intereses, mediante un
laudo arbitral.
Cristian Blanco, define al arbitraje como:

Un método alterno de solución de conflictos al cual


las partes someten de mutuo acuerdo sus diferencias
futuras o presentes, para que sean resueltas por uno o
más árbitros, que dictarán luego de un procedimiento,
la solución que deberá ser cumplida por aquellas de
manera obligatoria.28

26)  Ob. Cit., p. 33.


27)  Bozo, Freddy. Estrategias alternativas ante los medios tradicionales de solución de
conflictos laborales. Trabajo de grado para optar al título de magíster en Scientiarum
en derecho laboral y administración del trabajo, Maracaibo, Venezuela, 1999, p. 50.
28)  Blanco, Cristian. La clínica de conflictos. Recuperado de www.intermediación.
com.

79
El arbitraje es un medio de resolución de conflictos en
el cual interviene un tercero o un cuerpo colegiado, por
orden de una autoridad competente o por una cláusula
contractual, para definir el mejor arreglo entre las partes,
el cual se caracteriza por ser vinculante.
El arbitraje constituye una de las formas más antiguas
de solucionar los conflictos que se presentan en el ámbito
social. Aporta a las partes la rapidez, eficacia, economía,
confidencialidad, especialidad e imparcialidad que mu-
chas veces están ausentes en la jurisdicción ordinaria, per-
mitiendo así, el descongestionamiento de los tribunales.
El arbitraje es un procedimiento similar a un juicio,
considerado por muchos autores, un procedimiento no
adversarial, en el sentido de que es un tercero imparcial
quien decide la solución del caso y las partes aceptan la
decisión o laudo arbitral, el cual tiene carácter de cosa
juzgada, en consecuencia, es de obligatorio cumplimien-
to para las partes y es susceptible de impugnación por vía
de nulidad.
El árbitro o el panel de árbitros, ya que pueden ser más
de uno, debe ser seleccionado por las partes intervinien-
tes en la controversia, puesto que la elección del o los
árbitros, es una de las características fundamentales del
arbitraje, la capacidad que tienen ellas mismas de elegir
quién habrá de resolver las diferencias surgidas entre ellas.
Un conflicto puede ser sometido al arbitraje por de-
cisión de las partes o por la remisión establecida en
una disposición contractual, conocida como cláusula
compromisoria.

80
a) Características del arbitraje
A continuación, enunciaremos algunos puntos que ca-
racterizan al arbitraje dentro de la resolución pacífica de
conflictos, características atribuidas por varios autores.

1. Es una institución jurídica destinada a resolver


conflictos, sean individuales, colectivos, jurídi-
cos o de intereses.
2. Su especialidad reside en la intervención de un
tercero, por acuerdo de las partes, cuya decisión
se impone.
3. Es un proceso voluntario, por cuanto las partes
se someten al mismo por decisión propia, sin
ningún tipo de coacción o apremio.
4. En virtud de un compromiso arbitral previo a
la constitución de la junta arbitral o del árbitro
único, las partes se adhieren de antemano al re-
sultado de la actuación de los árbitros.
5. Es más rápido que el juicio ordinario, pues po-
see menos retardos y requisitos a concertar.
6. Los intervinientes deciden conjuntamente
quien será el árbitro o a los miembros que for-
maran la junta arbitral.
7. Cabe la posibilidad de que las partes junto al
árbitro o la junta arbitral, establezcan el proce-
dimiento a seguir en el arbitraje.
8. El laudo arbitral es una decisión que es de obli-
gatorio cumplimiento para los intervinientes
en el conflicto, y puede ser apelable ante los
órganos de la justicia ordinaria.

81
b) Clases de arbitraje
Guillermo Cabanellas de Torres, jurista español, dedi-
cado principalmente a la rama del derecho laboral, cla-
sifica al arbitraje en arbitraje de derecho, y arbitraje de
equidad. En su diccionario jurídico usual, los define, al
primero, como:

[La] decisión de un litigio por árbitros que han de


ser precisamente letrados [abogados], con sujeción a
fuentes jurídicas vigentes […]. A este procedimien-
to se le conoce en doctrina como juicio arbitral, para
diferenciarlo del arbitraje de autocomposición o
amigable.29

Mientras que, al segundo, que se le conoce como arbitra-


je amigable, lo define como:

[Aquel procedimiento cuya decisión] no tendrá que


someterse a formas legales ni ajustarse a derecho en
cuanto al fondo. Los árbitros de equidad deberán, no
obstante, dar a las partes oportunidad adecuada para
ser oídas y presentar las pruebas que estimen necesa-
rias, tras la cual dirimirán el conflicto según su saber
y entender.30

Para Luis Facciano, el arbitraje se clasifica en institucional


y libre o ad hoc:

[Arbitraje institucional:]Existe intermediando, entre


los árbitros y las partes, una entidad especializada que

29)  Cabanellas, Guillermo. Diccionario jurídico usual (t. i, ii y ix). Editorial Heliasta,
Buenos Aires, Argentina, 1998, p. 349.
30)  Ob. Cit., p. 350.

82
administra y organiza el trámite, que habitualmente
tiene un reglamento al cual los litigantes se someten
y que prevé la mayor parte de las contingencias que
pueden ocasionarse en el curso de un procedimiento
arbitral.31

En este tipo de arbitraje, se prevén fórmulas estándar para


pactar el arbitraje a través de modelos de cláusulas com-
promisorias y de compromiso arbitral. Tienen listas de
árbitros entre los cuales las partes eligen aquellos que, a
su entender, les merezcan mayor confianza.

[Arbitraje libre o ad hoc:] No existe ninguna insti-


tución que administre el sistema ni está sometido a
ningún mecanismo predeterminado, de manera que
son las propias partes quienes deberán ponerse de
acuerdo respecto a las reglas sobre las cuales se desa-
rrollará el arbitraje (mecanismo de elección de árbi-
tro, procedimientos aplicables, plazos para apelar el
laudo, etcétera).32

Todos estos aspectos pueden ser convenidos antes del


conflicto mediante una cláusula compromisoria, o bien,
cuando la disputa se ha producido a través de un com-
promiso arbitral.
También existe, para Luis Facciano, una clasificación
de arbitraje interno y arbitraje internacional:

31)  Facciano, Luis. Procedimiento agrario. Importancia del arbitraje en la resolución


de conflictos derivados del comercio granario en la Argentina. Memorias del Congreso
Latinoamericano de Derecho Procesal. Mérida. Venezuela. Editorial Casablanca,
primera edición, 2002, p. 190.
32)  Ob. Cit., p. 190.

83
[...] dependerá de que los elementos que lo com-
ponen tengan relación con un solo Estado o que se
vinculen con más de uno. La Ley modelo de arbitraje
de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil Internacional (cnudmi) (en inglés unici-
tral) establece que será internacional si las partes al
momento de celebrar el acuerdo arbitral tienen sus
establecimientos en Estados diferentes o si el lugar
de arbitraje está pactado fuera del Estado donde las
partes tienen su establecimiento o si el lugar de cum-
plimiento de una parte sustancial de las obligaciones
está fuera o si las partes han convenido expresamen-
te que la cuestión objeto de arbitraje está relacionada
con más de un Estado. La inexistencia de Tribunales
Internacionales que brinden la posibilidad de someter
a su jurisdicción los conflictos derivados del trámite
mercantil internacional es una de las principales cau-
sas porque desde la antigüedad se haya optado por
este sistema en ese ámbito.33

También podemos encontrar una clasificación de arbitra-


je, cuyo criterio de distinción es el modo de actuación de
los árbitros y la naturaleza de la decisión. Así tenemos:

[Árbitro de derecho:] Los árbitros juris, que deben


ser letrados, actuarán con sujeción a formas legales
y decidirán las cuestiones litigiosas según el derecho
positivo. Es decir que resuelven del mismo modo que
lo haría un magistrado debiendo sustentar el laudo en
el derecho positivo.

33)  Ob. Cit., pp. 191 y 192.

84
[Amigables componedores:] Los amigables compo-
nedores o arbitradores pueden prescindir de normas
jurídicas, tanto en la tramitación del proceso como la
fundamentación del laudo. Fallan según su leal saber
y entender. La libertad de fallar, conforme equidad,
prescindiendo de las soluciones del derecho de fondo,
forma parte de la esencia misma de la amigable com-
posición por lo que, si se la restringe, estaríamos en
presencia de un arbitraje de derecho.

Por último, podemos mencionar la distinción que hace


Luis Facciano de acuerdo al origen del arbitraje:34

[Arbitraje voluntario:] Proviene de un acuerdo de


voluntades y es el caso típico y más frecuente. Cabe
señalar que no podrán ser sujetas a arbitraje las cues-
tiones que no puedan ser objeto de transacción según
las leyes de fondo.
[Arbitraje Forzoso:] Es el que ha sido impuesto
por el legislador […]. En este caso es la propia ley la
que le otorga legitimación al árbitro. La norma que
impone el arbitraje hace las veces de cláusula com-
promisoria cumpliendo el mismo cometido: excluir la
jurisdicción judicial para dársela a árbitros.

Mediación
La palabra mediación proviene del latín mediatĭo, -ōnis,
definida por el Diccionario de la Real Academia de la Len-
gua Española, como: “acción y efecto de mediar”. Como
podemos observar, la definición anterior, no nos aporta

34)  Ob. Cit., p. 190.

85
gran información sobre la mediación, por lo que, para su
cabal entendimiento y mejor comprensión, acudiremos a
la doctrina, la cual ha definido con mayor precisión este
concepto.
La palabra mediación, según Martha Burguet, “proviene
de mediatio, entendida como interposición, intermediación
para favorecer nuevas articulaciones en las relaciones
sociales”.35
La mediación es definida por Pinkas Flint:

Como una variante del proceso de negociación. Si


bien aplica esta las mismas reglas generales, difiere
de la negociación en que entra en escena un tercero
denominado mediador. El rol del mediador es de un
facilitador, quien recoge inquietudes, traduce estados
de ánimo y ayuda a las partes a confrontar sus pedi-
dos con la realidad. En su rol, el mediador calma los
estados de ánimos exaltados, rebaja los pedidos exage-
rados, explica posiciones y recibe confidencias”.36

Para Alonso García, citado por Peña Gonzáles:

Con la mediación se persigue entregar a las partes


en litigio la solución del conflicto con el objeto de a
aproximarlas y crear entre ellas, las condiciones ade-
cuadas para obtener, por sus propios y recíprocos con-
vencimientos, la solución conveniente.37

35)  Burguet, Martha. Propuesta para el diálogo. Barcelona, España, 2004. Recuperado


de www.ua.ambit.org.
36)  Peña Gonzáles, Oscar. Mediación y conciliación extrajudicial. Medios alternativos
de solución de conflictos. Teoría y práctica. Flores Editor y Distribuidor, México,
D.F., 2010, p. 39.
37)  Ídem.

86
Para Ruprecht, la mediación:

Es un medio de solución de los conflictos por el cual


las partes ocurren ante un órgano designado por ellas
mismas o instituido oficialmente, el cual propone una
solución que puede o no ser acogida por las partes.38

Caireta Sampere María:

Entendemos la mediación como aquella técnica en


que dos partes o más involucradas en un conflicto,
después de ensayar diferentes posibilidades, conclu-
yen que no pueden resolver solas y deciden pedir a
una tercera que les ayude en su proceso. Para que la
mediación sea exitosa deben ocurrir dos cosas: que
las necesidades contrapuestas se vean resueltas en lo
más esencial y que la relación entre las partes salga
favorecida.39

Para Christopher Moore:

La mediación es una extensión de la negociación, en


el cual las partes aceptan la ayuda de un tercero neutro
e imparcial para que facilite la aceptación y comuni-
cación entre las partes.40

La mayoría de las definiciones anteriores coinciden en


que el objeto de la mediación consiste en ayudar a las
38)  Ibídem.
39)  Caireta Sampere, María. La mediación. ¿una herramienta o un fin? En Revista de
Estudios Sociales y de Sociología Aplicada. Madrid, España. No. 148, enero-marzo
2008, p. 15.
40)  Moore, Christopher. El proceso de mediación, métodos prácticos para resolución de
conflictos (2ª. ed.). Ediciones Granica, C.A. Buenos Aires, Argentina, 1995, p. 32.

87
partes a generar sus propias soluciones para resolver el
conflicto. El mediador dirige el proceso, pero no sugiere
fórmulas de solución. Las partes son las que al final de
dicho proceso definen el contenido del acuerdo.
Por tanto, podemos afirmar que la legitimidad de la
mediación recae en que las partes confrontadas crean
profundamente en ella y, por tanto, que crean en la trans-
formación pacífica de conflictos, ya que, si las partes no
se implican profundamente en el proceso, la mediación
tiene muchas posibilidades de fracasar. En este sentido, la
mediación es responsabilidad de las partes, no del media-
dor. El experto, con sus recursos y voluntad, intenta ayu-
dar a las partes en su proceso, pero no decide nada respec-
to al contenido. Para ello, las partes deben conocer bien
los mecanismos de transformación de conflictos. Dicho
de otra manera, las partes deben haber desarrollado ha-
bilidades y estrategias de transformación no violenta de
conflictos que les permita entender bien la mediación e
introducirse en ella con una actitud y unas capacidades
concretas.
La mediación constituye un mecanismo propulsor de
la paz social, al reducir a niveles tolerables la carga proce-
sal de los tribunales, aún y con toda la insatisfacción que
el sistema tradicional acarrea a los ciudadanos, otorgan-
do así, una solución satisfactoria de controversias para las
partes regentes en el proceso y favoreciendo las prácticas
comunicativas que facilitan el entendimiento y el diálogo.
La mediación no constituye un procedimiento de ca-
rácter obligatorio, por ende, no se puede imponer una
decisión a las partes, además las partes no están obliga-
das a continuar el procedimiento de mediación una vez
comenzado.

88
En la mediación está presente la participación de un
tercero imparcial, quien controlará la dirección del pro-
ceso, pero no la resolución del conflicto.
El mediador participa de la negociación de los conten-
dores en el conflicto, presta sus servicios de intermedia-
ción, aunque jamás podrá actuar con los amplios pode-
res de un juez o árbitro. El mediador es un tercero que
propone soluciones y acuerdos, pero no puede ejecutar
esos acuerdos alcanzados producto de la mediación. Por
lo tanto, las partes tienen la posibilidad de alejarse del
arreglo porque no pueden ser coaccionadas a cumplir-
lo, excepto en aquellos casos en que la ley establezca un
mecanismo para exigir el cumplimiento forzoso de los
compromisos adquiridos mediante convenio.

a) Características de la mediación
Los aspectos más relevantes de la mediación han sido de-
finidos por varios autores, los que coinciden fundamen-
talmente en caracterizarla de la siguiente manera:

1. La intervención de un tercero que conoce los


métodos de resolución de disputas, inyectán-
dole al conflicto un ámbito nuevo y a las partes
estrategias para actuar en forma más eficaz en
la pugna.
2. La aceptabilidad, esto significa que las partes
aceptan la presencia del mediador y están dis-
puestas a escuchar sus sugerencias y su guía du-
rante el proceso.
3. La imparcialidad, que significa que el mediador
no tenga preferencias con alguna de las partes.
4. La neutralidad, que se refiere a que el interven-
tor no ha mantenido una relación previa con

89
alguna de las partes que facilite la tendencia ha-
cia una de ellas.
5. Es un método alternativo no adversarial porque
su cometido principal es que no haya vencedo-
res ni vencidos, de que se acabe el litigio, pero
sin litigar, es decir, no se trata de que una parte
triunfe y la otra sea derrotada, sino que lo im-
portante es lograr que los respectivos intereses
salgan a la luz permitiendo, luego, a partir de
su interrelación, la posibilidad de una solución
satisfactoria.
6. Es un método pacífico de solución de conflictos.
7. Es un método alternativo que tiene como fina-
lidad auxiliar la justicia estatal en todos aquellos
supuestos en que dos partes iguales disponen
de tal forma sus bienes y derechos para lograr
poner fin a la lucha que los enfrenta.
8. La mediación se caracteriza en gran medida por
la voluntariedad, la misma que debe ser ana-
lizada desde tres puntos de vista: para acudir
a la mediación; para participar en la sesión de
mediación; y, para suscribir el acta o convenio
de mediación.

b) Tipos de mediación
El desarrollo de la mediación ha llegado a permear en casi
todas las áreas de la vida social, en todas las relaciones
sociales en que surjan conflictos, la mediación está siendo
llamada como posible respuesta a dicha problemática, de
ahí que se considere como una herramienta de pacifica-
ción social, como hemos venido señalando. A partir de
ello, se han creado clasificaciones de la mediación, depen-
diendo del origen de los conflictos, es decir, según sea el

90
origen del conflicto, estaremos en presencia de un tipo u
otro de mediación.
De acuerdo con José González Escorche, podemos cla-
sificar a la mediación en las siguientes categorías a saber:

1. Comunitaria: Se orienta a la resolución de pro-


blemas de convivencia en el barrio, la colonia
o poblado.
2. Escolar: Busca resolver, de forma pacífica y me-
diante acuerdos, los conflictos que surgen en
comunidades estudiantiles, ya sea entre alum-
nos y maestros o entre cualquier otro grupo de
ellos.
3. Familiar: Atendiendo al hecho de que las re-
laciones familiares implican un conjunto de
actitudes y sentimientos de gran importancia
y que se trata de vínculos que continuarán exis-
tiendo más allá del problema que surja en un
momento dado, la mediación permite tender
un puente concordia y resolver una controver-
sia teniendo como prioridad la conservación y
mantenimiento de la relación.
4. Penal: Puede ser útil en varios delitos cataloga-
dos en las leyes respectivas, en los que pueden
incluirse delitos graves o en los delitos en que
procede el perdón de los ofendidos.
5. Civil y mercantil: Considerando que la materia
civil y mercantil se basa en el principio de la
libre disponibilidad de los derechos, estas áreas
representan un amplio campo donde la media-
ción resulta útil para obtener soluciones pron-
tas y satisfactorias que armonicen los intereses
de las partes.

91
6. Extraprocesal: Se realiza fuera de un proceso ju-
dicial, y no constituye una fase previa al mis-
mo, ya que la ausencia de resultado positivo
no lleva necesariamente al planteamiento de la
demanda.
7. Pre-procesal: Se realiza como un paso necesario
previo al acceso a los tribunales. En ocasiones se
le sustituye por conciliación, ya que suele reali-
zarse ante un organismo público.
8. Intra-procesal: Es la que se realiza dentro de un
proceso judicial, dentro de la audiencia prelimi-
nar o en la etapa correspondiente del proceso.41

c) El proceso de mediación; breve descripción


Se acude a la mediación en forma voluntaria, es decir, es
la mediación un procedimiento que se inicia por el deseo
de una de las partes en conflicto o por el deseo de ambas,
solicitando la intervención de un tercero llamado media-
dor, para que les facilite la comunicación y la obtención
de un arreglo satisfactorio, ya que las negociaciones que
las partes venían desarrollando, se estancaron y no fue
posible por sí mismos, llegar a una solución del conflicto.
Otra vía hacia un procedimiento de mediación, puede
ser a través de la disposición de una autoridad competente,
como en el caso de Argentina, desarrollado anteriormente,
o bien, por el ofrecimiento voluntario del mediador, aun-
que las alternativas más frecuentes son las dos primeras.
El procedimiento inicia con la solicitud del procedi-
miento, sin importar la forma en que llega a la mediación,
el mediador procederá a entrevistarse con las partes, de
41)  González Escorche, José. La conciliación, la mediación y el control de la legalidad
en el juicio de los trabajadores. Intríngulis procesales del nuevo juicio laboral. Editorial
Vadell Hermanos, Caracas, Venezuela, 2004, pp. 57 y 58.

92
preferencia en forma individual, previa a la celebración de
una reunión entre ambas, en donde les explica de que se
trata el procedimiento, sus ventajas y desventajas y, sobre
todo, comunicándoles el carácter voluntario del proceso.
Cuando ambas partes se encuentran dispuestas a en-
tenderse en un proceso mediador, lo primero que deben
hacer es entrevistarse individualmente con el mediador,
quién iniciará una investigación preliminar de los intere-
ses y posiciones en conflicto.
El mediador recoge una serie de datos acerca del pro-
blema y analiza el mismo, previo al proceso mediador,
para trazarse una serie de estrategias de intervención, que
tienen como finalidad encaminar el proceso hacia una
posible solución satisfactoria para todos los involucrados.
Inicialmente el mediador debe dar su discurso inaugu-
ral, dentro del cual debe exponer cuáles son sus creden-
ciales y experiencias exitosas anteriores, para crear la con-
fianza de las partes hacia su persona, este discurso se co-
noce como dam (Discurso de Apertura de la Mediación).
Seguidamente, los involucrados deben realizar sus dis-
cursos, en los cuales deben develar los intereses en con-
flicto, hacer una reseña de la pugna y determinar las po-
sibles soluciones al conflicto.
El mediador puede establecer las reglas a seguir en la
negociación, pero lo recomendable es que las partes esta-
blezcan las normativas, con la ayuda del mediador, para
que exista un mayor compromiso con el proceso.
Dentro de este proceso el mediador debe intentar que
las partes expongan todas las soluciones posibles, y plan-
tearles soluciones intermedias, donde se satisfagan las ex-
pectativas de ambas y desvirtuar los posibles sentimientos
encontrados, que existen muy a menudo en los litigios.

93
Generalmente, cuando las partes acuden a un tercero,
es porque la negociación inicial se encuentra estancada, o
necesitan que un tercero les facilite salir de una negocia-
ción basada en posiciones, para que los ponga en contac-
to con una negociación basada en los intereses.
El mediador debe luchar por arribar a soluciones ganar-
ganar en las cuales ambos contendores se benefician, ce-
diendo algunos intereses para la obtención de otros más
importantes para ellos.
Finalmente, las partes deben firmar un convenio o
acta por escrito donde se comprometen a cumplir con
los acuerdos que suscriben. Aun cuando la participación
en el proceso no es obligatoria, el cumplimiento de los
acuerdos moralmente sí es obligatorio. Y en algunos paí-
ses, como en México, el cumplimiento forzoso puede ser
exigido a través de un procedimiento vía ejecución de
sentencias. Sin embargo, es importante señalar que la
mayoría de los acuerdos son cumplidos, ya que son obli-
gaciones adquiridas por las partes en pleno conocimiento
de sus circunstancias y capacidad de cumplimiento.

Conciliación
Respecto a la conciliación, el doctor Jorge Pesqueira Leal,
en su obra Mediación asociativa y cambio social, manifiesta
que la figura de la conciliación como vía colaborativa de
solución de controversias, es milenaria y ha sido regulada
por todas las legislaciones de las que se tiene registro, por
lo que su permanencia es el mejor aval de sus ventajas.
Pesqueira Leal sostiene que cuando las personas no
logran a través de la negociación construir acuerdos y
siendo ellos los dueños del conflicto, quieren ser los pro-
tagonistas principales del proceso y de la solución, la con-
ciliación es un especio pertinente para que auxiliados por

94
un tercero experto mantengan el dialogo en búsqueda de
la superación del conflicto.42
Para Christopher Moore:

La conciliación es esencialmente una táctica psicoló-


gica aplicada que apunta a corregir las percepciones,
atenuar los temores injustificados y mejorar la co-
municación hasta el punto en que ella permita una
discusión sensata y de hecho posibilite la negociación
racional.43

Freddy Bozo manifiesta que la conciliación:

Es aquella técnica donde la parte neutral se desempe-


ña como comunicador entre las partes, para impulsar
un avance hacia la avenencia, pero sin formular pro-
puestas ni ideas.44

Para algunos autores, la conciliación es el aspecto psico-


lógico de la mediación, pues se trata de las gestiones o
acciones realizadas por un sujeto que no es parte del con-
flicto, para resolver las desavenencias existentes entre los
involucrados.
Básicamente, la conciliación es una intermediación
que realiza un sujeto especializado, en la negociación
de las partes, para sacarlas del estancamiento en que se

42)  Pesqueira Leal, Jorge y Ortíz Aub, Amalia. Mediación Asociativa y Cambio Social.
El arte de lo posible. Editado por la Universidad de Sonora y el Instituto de Mediación
de México, Sonora, México, 2010, p. 194.
43)  Moore, Christopher. El proceso de mediación, métodos prácticos para resolución de
conflictos (2ª. ed.). Ediciones Granica, C.A, Buenos Aires, Argentina, 1995
44)  Bozo, Freddy. Estrategias alternativas ante los medios tradicionales de solución de
conflictos laborales. Trabajo de grado para optar al título de magíster en Scientiarum en
Derecho Laboral y administración del Trabajo, Maracaibo, Venezuela, 1999, p., 48.

95
encuentra el conflicto, derivado de un impasse, de un es-
tado en el que no hay avance.
Por último, para Rangel-Romberg, el conciliador pue-
de tener el rol de un consultor sobre el contenido de la
disputa o del desenlace de su resolución, pero no un rol
determinativo. El conciliador puede aconsejar a determi-
nar el proceso de conciliación mediante el cual es tomada
la resolución; puede hacer sugerencias sobre los términos
del arreglo y animar activamente a los participantes a al-
canzar un acuerdo.45

a) Características de la conciliación
A continuación, enlistamos las características más impor-
tantes que han sido atribuidas por algunos autores a la
conciliación, sin que se trate de una lista de característi-
cas limitativa, sino solo con carácter enunciativo, son las
siguientes:

1. Es un acto jurídico a través del cual las partes re-


curren a un tercero para que les ayude a resolver
un conflicto, por ende, es un acto voluntario.
2. Se requiere la existencia de un tercero; éste no
decide, se limita a señalar el camino posible de
solución del conflicto, pues las partes se aven-
drán o no a las soluciones que ellos mismos es-
timen convenientes.
3. Es un mecanismo alternativo de solución de
conflicto, ya que las partes pueden optar por

45)  Rengel-Romberg, Arístides. Conciliación y Mediación en la Ley Nacional e


Internacional. Boletín de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales. Ponencias
Venezolanas para el xvi Congreso Internacional de Derecho Comparado (Brisbau-
Australia), Nº 139, Año lxviv, Caracas, Venezuela, 2002, p. 156.

96
la conciliación, por arbitraje o por ir al Poder
Judicial.
4. La oralidad e inmediación están siempre pre-
sentes, pues el conciliador estará al lado de las
partes que han solicitado su actuación, las que
se realizan sin intermediarios.
5. El tercero no propone, no decide, ni siquiera
interpreta la norma en conflicto, menos hace
esfuerzo alguno para su aplicación. Se limita,
simplemente, a señalar el camino posible de so-
lución de conflictos, pues en última instancia
las partes se avendrán o no a las soluciones que
ellos mismos estimen conveniente.
6. Pretende evitar un procedimiento heterónomo
o la simple prosecución del proceso ya iniciado.
7. Trata de fomentar un acercamiento entre las
partes con miras a demostrar que dicho acer-
camiento es preferible a su total inexistencia,
propiciando que el dialogo posibilite la solu-
ción del conflicto.
8. Carece de toda formalidad; es un acto informal
por excelencia, por eso es que se ha convertido
en una herramienta flexible por la amplia liber-
tad reservada al conciliador; empero, una vez
institucionalizada en sede judicial, se ha nor-
mado el procedimiento, aunque sigue rigién-
dose bajo el principio de flexibilidad.

b) Clases de conciliación

a. La conciliación representa un acto de cambios


de puntos de vista, de pretensiones y propues-
tas de composición entre partes que discrepan.

97
b. La conciliación puede observarse como un pro-
cedimiento, integrado por trámites y formali-
dades de carácter convencional o de imposición
legal, para posibilitar una coincidencia entre los
que tienen planteado un problema jurídico o
conflicto económico-social.
c. Como acuerdo, la conciliación representa la
fórmula de arreglo concertado por las partes.

La conciliación también puede clasificarse según su con-


dición de etapa procesal:

a. Conciliación judicial: Es aquella donde inter-


viene un juez, como conciliador de los intere-
ses de las partes en litigio, en este supuesto la
conciliación es un acto del proceso, puede ser
voluntaria u obligatoria.
b. Conciliación no judicial: Es la que realiza un ter-
cero imparcial y neutral, que no se considera
un acto procesal.

Por último, a la mediación y conciliación, como métodos


alternativos de solución de controversias, se les han atri-
buido una serie de ventajas y desventajas, con respecto a
la forma tradicional de solución de conflictos mediante
el litigio, ventajas y desventajas entre las que podemos
mencionar las siguientes.

Entre las ventajas, podemos señalar:

1. Es un proceso rápido, informal y económico,


en comparación con el juicio ordinario, puesto

98
que en el proceso de mediación no deben cum-
plirse las fases exigidas al proceso judicial.
2. Se pueden obtener arreglos satisfactorios para
todos los contendores en disputa, pues se po-
nen de manifiesto los intereses de ambos y se
trata de satisfacer medianamente a todos los
involucrados, objetivo que no se logra con el
juicio ordinario.
3. Es un proceso voluntario, por tanto, las partes
participan con mayor compromiso, pues el ca-
rácter obligatorio de someterse al litigio.
4. El mediador o conciliador y las reglas de pro-
cedimiento pueden ser escogidos por las partes
en conflicto, quienes sienten mayor confianza
en ambos, pues son ellos mismos quienes gene-
ralmente los constituyen.

Entre las desventajas exponemos las siguientes:

1. No existe ningún organismo, procedimiento


o autoridad que obligue a las partes a cumplir
el acuerdo al que se llega en la mediación. Por
lo tanto, queda al libre arbitrio de las partes la
obligación de cumplimiento.
2. Tampoco es impugnable o recurrible ante cual-
quier órgano de la justicia por alguna de las
partes, pues no es un acuerdo de carácter ofi-
cial, por el contrario, es un acuerdo privado e
informal.
3. El proceso es voluntario, por lo tanto, no puede
obligarse a una de las partes a participar en el
mismo.

99
4. Como no existen normas jurídicas que regu-
len los abusos e irregularidades cometidas por
el mediador, no son denunciables ante algún
organismo u autoridad competente.

100
Tercera Parte
Los métodos alternos
de solución de
conflictos en México
Políticas públicas en materia de
métodos alternos de solución de
controversias

Antes de adentrarnos en el análisis relativo a los méto-


dos alternos de solución de controversias como políticas
públicas, consideramos necesario hacer un esbozo de lo
que las políticas públicas son, es decir, cual es el origen de
éstas y como han sido conceptualizadas.

Antecedentes y conceptualización de políticas públicas


a) Orígenes de los estudios de políticas públicas
Las políticas públicas es una rama nueva de las ciencias
sociales que encuentra sus primeros orígenes en los Esta-
dos Unidos, afirmación en que coinciden la gran mayoría
de los autores. Estados Unidos de América ha estructu-
rado su administración con fecha posterior a otras nacio-
nes, tras la reforma llevada a cabo por el profesor y luego
presidente norteamericano Woodrow Wilson (1887),
quien sostuvo la necesidad de desarrollar una doctrina
científica aplicada a la administración a través del pos-
tulado defensor de la separación de la decisión política
ante la ejecución burocrática, lo que frontalmente se
oponía al tradicional modelo administrativo basado en
el spoilsystem.1
El impulso ascendente de las políticas públicas, en sus
inicios referidas como ciencias de la política, fue una

1)   González Tachiquín, Marcelo. Orígenes de los Estudios de las Políticas Públicas.
Facultad de Derecho. Universidad Autónoma de Chihuahua. Synthesis, enero-marzo
de 2008, p. 1.

103
forma de conductismo2 multidisciplinario inicial (pero
fuerte), que se formó como reacción frente a los estudios
jurídicos y sociales de la década de 1920, cuyo análisis
ponía más énfasis en los diagramas organizativos antes
que en cómo operaban los individuos y las instituciones.
Esta forma de inicial conductismo concertó su interés
por el estudio de la conducta personal y social, con la pre-
ocupación por los contenidos públicos, interrelacionados
con la reforma política, la democracia, la educación, el
bienestar económico y social, para lo cual juzgaban nece-
sario dotarse de instrumentos de análisis más depurados.
Los iniciadores de las políticas públicas consideraban
fundamental que los aportes de los científicos sociales
contribuyeran en el diseño de las políticas, para lo cual
impulsaban la opción de asuntos normativamente impor-
tantes, que permitían clarificar los fines de los analistas
sociales, así como los que la colectividad esperaba, luego,
analizaban las tendencias existentes, las circunstancias y
los probables desarrollos futuros.3

b) Harold Laswell como pionero en la disciplina


Durante la década de 1950, Laswell manifestó un con-
ductismo al que denominaron ciencias de la política, po-
niendo un significado mayor sobre las cuestiones de po-
lítica, intentando que, en la atención de los problemas y
sus remedios, no se perdiera el análisis científico. Laswell

2)   Entiéndase el conductismo como un enfoque politólogo caracterizado por


el estudio del comportamiento observable de los actores políticos a través de
investigaciones cuantitativas.
3)  Rodríguez, Manuel. Introducción al Estudio de las Políticas Públicas. 2007, extraído
dehttp://cienciadelapolitica.blogspot.com/2007.

104
parte de la inquietud de cómo utilizar los recursos inte-
lectuales con la más sabia economía.4
El autor de referencia sostiene que se ha desenvuelto
una mayor conciencia en el sentido de que el proceso
de la política demanda de estudios propios, fundamen-
talmente con el anhelo de aumentar la racionalidad de
las decisiones. La orientación hacia las políticas tiene un
doble proceso: por una parte, se ocupa del proceso de
las políticas, pero, además, el proceso de las políticas se
ocupa de las carestías de inteligencia de este proceso con
la meta de mejorar el contenido específico de la informa-
ción para los creadores de la política.
Laswell propone que las ciencias de las políticas
incluyan el estudio de los métodos de investigación del
proceso de la política, las consecuencias de los estudios
de las políticas y sus nuevas variantes. Adicionalmente,
diferencia las ciencias de la política de la tradicional
ciencia política, que se ocupa del estudio del poder, en
el sentido de la toma de decisiones. Las ciencias de las
políticas preferirán enfatizar en la teoría de la elección.
Concluye afirmando que significativos aportes a la teoría
general de las decisiones como la teoría de juegos5 o la
teoría de la elección racional han sido consumados por
personas que no son politólogos.
Existen varias exploraciones que habrán de considerar-
se como esenciales para comprender que la política no es
sólo ansia por los mecanismos del poder y la legitimidad,
ni una serie de análisis perfectos de asociaciones políti-
cas, partidos y elecciones. La escuela del publicpolicyse
4)  Cfr. González Tachiquín, Marcelo. Orígenes de los Estudios de las Políticas Públicas.
Facultad de Derecho. Universidad Autónoma de Chihuahua. Synthesis, enero-marzo
de 2008, p. 2.
5)  Ver a Rodríguez U., Manuel Luis. En http://aulas.blogia.com/2006/062303-
introduccion-al-estudio-de-las-politicas-publicas-esquema-de-clases-n-1-para-el-.php.

105
preocupa más por la formación de decisiones políticas
y su puesta en práctica, que por lo que el mundo de las
políticas ha permitido analizar sobre la política en acción.
Harold Laswell analiza la influencia de las dos guerras
mundiales en las ciencias sociales y psicológicas, revelando
que las ciencias que contaban con técnicas cuantitativas
fueron las que tuvieron mayor desarrollo, como ocurrió
con la economía y la psicología. Laswell retoma el criterio
del profesor Lynd, que en 1939 planeó la preponderancia
de utilizar todos los medios posibles de adquisición de
conocimientos, para poder sobresalir a la gigantesca crisis
de nuestro tiempo y a los conflictos básicos de nuestra
civilización, tan vívidamente expuestos por los estudios
científicos de la personalidad y la cultura.
El creador de las políticas públicas y vanguardistas,
Laswell, considera que resulta básica la utilización de
modelos, cuya transformación permita al investigador
tratar con situaciones institucionales complicadas. Plan-
tea que el “Nuevo trato” (New deal, de 1942), de Roose-
velt, permitió superar la crisis económica en la década de
1930, esgrimiendo las contribuciones de Keynes y Han-
sen, quienes exigieron la intervención del gobierno para
prescindir del fantasma del desempleo colectivo y para
reavivar las fuerzas del libre mercado. Laswell señala que
una de las labores de las ciencias de políticas es alcanzar
detalladamente los procesos de transformación social y
concluir que éstas reconocen que los científicos sociales
no son los únicos que pueden contribuir en la hechura
de las políticas, sino también los políticos en activo, los
consultores y los analistas de nueva generación.
La inicial inquietud de Laswell toma relevancia a partir
de la década de 1960, cuando se incluye a analistas y aca-
démicos facultados para la formulación y vigilancia de la

106
eficiencia de acciones de política pública. El gobierno por
políticas públicas gradualmente se ha ido transformando
en una asignatura relevante para el mundo académico, y
en una noticia para la acción gubernamental. Hoy en día,
las políticas públicas son una política de gobierno.

c) La época reciente
A comienzos de la década de los ochenta, una nueva idea
rompió el concepto de considerar las políticas públicas
como una derivación del sistema político. Esta visión
imaginará la política pública como un producto (output)
y supondrá que ésta define la política y constituye un
medio para observar los cambios que se engendran en el
sistema.
Este nuevo camino hacia el análisis de las políticas pú-
blicas, permitió una nueva aproximación al estudio del
Estado, de las instituciones y de los actores del sistema
político, al tiempo que constituyó una separación pau-
latina de los conocimientos y estudios ideológicos basa-
dos en el empirismo puro. Los partidarios de los cambios
marginales lo encontraron compatible con su visión del
Estado, los liberales clásicos lo utilizaron como medio
para reintroducir el concepto de mercado en la política
y los marxistas descubrieron numerosas posibilidades de
unir la clase y el capitalismo a la política. A partir de
ahora, hemos de centrar el debate en las políticas públi-
cas pensando en ellas en términos de hipótesis, usándolas
como indicadores de la naturaleza, el funcionamiento o
la situación socio-económica del Estado.

Conceptualización de políticas públicas


El concepto de política pública se mueve en un rango
de definiciones muy variadas, con énfasis muy distintos,

107
desde opciones de máxima amplitud que prácticamente
abarcan toda la vida del Estado, hasta opciones restricti-
vas a ciertos tipos de acción pública muy específica, que
dejan por fuera dimensiones muy importantes, aunque
complejas, de la interacción Estado y sociedad.
Ahora bien, procederemos a dar algunas definiciones a
fin de dejar de manifiesto lo señalado con anterioridad.
Para Luis F. Aguilar Villanueva, una política pública es:6

A. Un conjunto de acciones, estructuradas en


modo intencional y causal, que se orientan a
realizar objetivos considerados de valor para la
sociedad o a resolver problemas cuya solución
es considerada de interés o beneficio público.
B. Acciones cuya intencionalidad y causalidad
han sido definidas por la interlocución que ha
tenido lugar entre el gobierno y los sectores de
la ciudadanía.
C. Acciones que han sido decididas por autorida-
des públicas legítimas.
D. Acciones que son ejecutadas por actores guber-
namentales o por éstos en asociación con acto-
res sociales.
E. Que dan origen o forman un patrón de com-
portamiento del gobierno y la sociedad.

Una definición que incluye varios aspectos, que en con-


junto ilustran una comprensión inicial básica de la no-
ción de políticas públicas, además de indicar la dificul-
tad del concepto en relación a los aspectos que cualquier
6)  Aguilar Villanueva, Luis F. Estudio introductorio. En G. Majone, Evidencia,
argumentación y persuasión en la formulación de políticas. Fondo de Cultura Económica.
Serie Administración Pública. México D. F. México. 1997.

108
definición descriptiva seria debería incluir, ya que son
comunes las definiciones sucintas, muy de moda, pero
bastante imprecisas o apenas relevantes en algunos de los
aspectos de las políticas públicas, que no son pocos.
Un primer aspecto de la definición propuesta establece
una distinción precisa, las políticas públicas no son deci-
siones aisladas o coyunturales, son un sistema correlacio-
nado, planeado y, por tanto, racional de decisiones, adhi-
riéndose de este modo al principio de racionalidad inhe-
rente a la propuesta de policysciences, de Harold Laswell.
El segundo aspecto se deriva del principio de causalidad,
a su vez, en relación directa con el principio de raciona-
lidad mencionado, que sugiere una intencionalidad ini-
cial de la que derivan acciones específicas, esta, incluso
es una de las acepciones del diccionario sobre el término
política. El tercer elemento se refiere a la interlocución
gobierno-sociedad como espacio de definición del pro-
blema público, en donde éste se visibiliza, se agenda y se
atiende de una u otra forma legítima.
Las políticas públicas son conjuntos de decisiones pla-
neadas con la participación y legitimación de autoridades
representativas del Estado junto con representantes de la
sociedad, tendientes a mejorar, transformar o solucionar
una situación pública problemática o a emprender accio-
nes consideradas útiles para la sociedad.
Es posible encontrar definiciones que agrupan otros
elementos, enfatizando unos sobre otros, u ordenándo-
los de formas diversas. La mayoría de las definiciones de
políticas públicas tienen cuatro elementos coincidentes:
gobierno, problemas, objetivos y proceso.7

7)   Ver: Roth, André-Noel. Políticas Públicas: formulación, implementación y


evaluación. Ediciones Aurora. Bogotá Colombia, 2002.

109
Edith Kauffer Michel8 señala que para acercarnos a
una definición de políticas públicas, hemos de retomar
de la literatura algunas propuestas. Las políticas públi-
cas se refieren a actividades materiales o simbólicas que
gestionan las autoridades públicas. Esta definición se
centra en dos elementos: el primero se relaciona con la
determinación de los principales actores de las políticas,
las autoridades públicas; el segundo nos revela que como
políticas públicas debemos tomar en cuanta acciones
concretas y elementos aparentemente insignificantes, ta-
les como los símbolos. Para entender este último punto,
Kauffer Michel propone una segunda definición, tomada
de Thoenig (1985), que señala que “lo que los gobiernos
deciden realizar o no realizar”. De ninguna manera trata-
mos de afirmar que el no actuar es una política pública,
sino que la decisión de no actuar ante un determinado
problema constituye en sí una política pública, ya que es
una decisión de determinado gobierno no tomar cartas
en el asunto.
De tal manera que podemos afirmar que existen defini-
ciones que integran ambos elementos, es decir, actuar y el
no actuar, y consideran que una política no es solamente
una acción concreta ya que puede tratarse de una acción
simbólica o un no-programa.
Otro elemento clave de definición se refiere a un con-
junto de decisiones cuyo objeto es la distribución de de-
terminados bienes o recursos. Lo anterior nos hace ver
que una política pública no es una acción aislada, una
medida apartada, además de mencionar que en este pro-
ceso se encuentran en juego bienes o recursos que pueden
afectar o privilegiar a determinados individuos y grupos.
8)  Doctora en Ciencias Políticas e investigadora titular de la División de Población
y Salud de Ecosur.

110
Por último, Kauffer Michel, citando a CorinneLarrue,
propone como definición de políticas públicas, el si-
guiente concepto:

Son una concatenación de actividades, decisiones o


medidas coherentes por lo menos en su intención, y
tomadas principalmente por los actores del sistema
político-administrativo de un país con la finalidad
de resolver un problema colectivo. Estas decisiones
dan lugar a actos formalizados, con el objetivo de
modificar el comportamiento de grupos que forman
blancos, los cuales se encuentran supuestamente en el
origen del problema por resolver.9

Se trata de acciones del Estado, encaminadas a la solu-


ción de problemáticas concretas de la sociedad.

Alcances y limitaciones conceptuales


Los alcances y limitaciones del concepto de política pú-
blica y su análisis pueden entenderse mejor cuando lo
ubicamos en un marco más amplio, tal y como la diver-
sidad de conceptos nos han mostrado, podemos analizar-
los como la parte o componente de un sistema político-
gubernamental. Generalmente, en la teoría y estudios
del análisis de políticas públicas este marco no se hace
explicito, sino que queda sobreentendido como el pacto
político estadounidense, principalmente, dado el origen
de los estudios en políticas públicas y su nacimiento en
dicho país.
9)  Kauffer Michel, Edith F. Las Políticas Públicas: algunos apuntes generales.
Tomado de http://conferenciapesmexico2012.com/memorias/wp-content/themes/
tema_memorias_confpes2012/downloads/Cursos/LA_PROMOCION_DE_
LA_SALUD_EN_LAS_POLITICAS_PUBLICAS/Materiales_y_documentos/
Apuntes%20sobre%20pol%C3%ADticas%20p%C3%BAblicas.pdf.

111
Al transferir y aplicar los estudios de política pública en
otros contextos, debe, por lo tanto, tomarse en cuenta el
respectivo marco político de la acción pública. Es decir,
se deben adecuar los estudios y análisis de acuerdo al ré-
gimen político y realidad política en cada Estado. Dicho
marco, entonces, corresponderá en términos generales al
tipo de Estado y régimen político del nuevo contexto.
Para entender mejor dichas limitaciones y alcances,
habrá que señalar que entendemos por Estado. Hay que
aclarar que el Estado o aparato de poder y dominación
política, no es una entidad unificada, sino más bien un
conjunto de relaciones y procesos complejos que se ex-
tienden a lo largo de un territorio.
El Estado está compuesto por tres elementos, con los
que coinciden la mayoría de los autores de estudios so-
bre el Estado. El primero, un conjunto de instituciones
donde las principales corresponden a la fuerza pública y
la coerción. El segundo, dichas instituciones constituyen
el centro neurológico de un territorio geográficamente
delimitado y, generalmente, referido a una sociedad espe-
cífica. Por último, un tercer elemento, la monopolización
en la elaboración de leyes dentro de un territorio; esta
característica propicia la creación de una cultura política
común dentro del territorio.
En este sentido, el Estado se manifiesta en un conjun-
to de organismos, departamentos, niveles, estratos, cada
uno con sus propias normas y recursos y, frecuentemente,
con diversos propósitos y objetivos.
Para analizar las políticas públicas de una sociedad o una
cultura debe tomarse en cuenta entonces, el marco estatal
correspondiente, ello, con la finalidad de distinguir los
diferentes tipos de marcos estatales, es decir, analizar las
políticas públicas de manera específica en cada Estado,

112
tomando en consideración la autonomía y la capacidad
con que cuenta cada Estado en la toma de decisiones y el
ejercicio de la función pública.
La autonomía y capacidad son dos variables que van
a determinar la prioridad que se asigna a los valores que
conllevan las metas de las políticas públicas y los márge-
nes de discusión, decisión y acción que se permitan en un
contexto estatal en particular.10
Cuando hablamos de autonomía estatal, nos referimos
al tipo de relación que tiene el Estado con la sociedad.
A mayor autonomía implica menos participación de la
sociedad, mientras que menor autonomía significa una
mayor interacción y sintonía entre sociedad y estado.
En cuanto a la capacidad del Estado, ésta se traduce en
la habilidad para alcanzar sus propios objetivos. Según el
grado de autonomía que posea, estos objetivos podrán
ser impuestos por la sociedad o pueden ser autodefinidos
por el mismo Estado. Dicha capacidad depende en bue-
na medida del potencial de violencia o coerción que el
estado pueda emplear para el logro de un objetivo deter-
minado. Este potencial o violencia, por su parte, depende
a su vez no sólo de la capacidad de recursos y personal
con que cuenta, sino también de la tecnología social y
de la ingeniería social. Esto significa que la capacidad no
depende del uso de la fuerza y la violencia, sino también
del poder de negociación, persuasión y habilidades para
lograr acuerdos y compromisos.
Utilizando la autonomía y la capacidad del Estado
como parámetros principales, podemos construir una ti-
pología de los marcos posibles del análisis de la acción
pública. De esta forma, podemos ubicar cuatro tipos de
10)   Cfr. Pineda Pablos, Nicolás. El concepto de Políticas Públicas. Alcances y
limitaciones. Seminario de Políticas Públicas. México, febrero de 2007.

113
entornos o marcos estatales en los que se desarrollan las
políticas públicas, que, según Nicolás Pineda Pablos, se-
rían los siguientes:11

1. Estado autónomo y capaz, identificado como


absolutista. Opera sin rendir cuentas a la socie-
dad, pero que tiene instituciones fuertes para
conseguir sus fines y propósitos.
2. Estado con capacidad, pero bajo nivel de auto-
nomía de la sociedad. En este entorno, el apara-
to gubernamental ha desarrollado instituciones
especializadas y está en sintonía con la voluntad
de los ciudadanos. Estado abierto con canales
de comunicación y de participación social.
3. Estado autónomo, pero incompetente. Este
puede ser una dictadura tradicional con un
hombre fuerte o una élite en el poder. En este
caso el análisis de la acción pública se limita a la
mera consejería y asesoría al gobernante, quien
en definitiva termina haciendo lo que él decida
que es mejor.
4. Estado con amplia participación social, pero
incompetente. Se trata de países políticamente
abiertos, generalmente con sistemas revolucio-
narios o desarrollistas que no han desarrollado
sus instituciones ni sus procesos administrati-
vos. El tipo de análisis de la acción pública que
requiere este tipo de entorno se relaciona más
con el desarrollo de instituciones y de capacida-
des institucionales que con problemas o asun-
tos específicos.

11)  Ídem.

114
Como hemos observado, el análisis de las políticas públi-
cas tiende a adoptar diferentes formas y fines según sea el
entorno político en el cual se desarrolle. Su importación a
otro país implica necesariamente su adaptación a nuevas
demandas y prioridades, es decir, adecuar dicho análisis a
la realidad del entorno en estudio.
Así, por ejemplo, en el caso de México, como un siste-
ma político en un proceso de democratización, el análi-
sis de la acción pública ha dejado atrás los esquemas de
consultoría y de planeación central para centrarse cada
vez más en los enfoques de administración pública y de
análisis de problemas y de asuntos públicos.
En este nuevo entorno de análisis de la problemática
social, el Estado mexicano ha reformado sus leyes, parti-
cularmente, en el ámbito de la administración de justicia,
transitando hacia un sistema de administración de justi-
cia ágil, claro y transparente, en el que la participación
ciudadana es fundamental. De tal suerte que se ha creado
un sistema de justicia alternativa, ofertando a los ciuda-
danos la mediación y conciliación como formas pacíficas
de solución de controversias. Empero, cabe mencionar
que la federación, aún no ha creado normas secundarias
o reglamentarias que establezcan un sistema alternativo
de justicia, como propone la reforma de 2008 al artículo
17 constitucional, ya analizada. La falta de normatividad
federal en la materia quizá se deba a que aún no vence
el plazo que la misma reforma puso como límite para su
entrada en vigor, el cual fue de ocho años, a partir de su
publicación.
La afirmación de que los mecanismos alternativos de
solución de controversias se elevan a rango de políticas
públicas, ha quedado contenida en los distintos planes de

115
desarrollo, tanto nacional como estatal, los que analizare-
mos a continuación.

Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012


Durante el primer año de gobierno del presidente Felipe
de Jesús Calderón Hinojosa, es presentado el Plan Nacio-
nal de Desarrollo 2007-2012, quien, en su discurso de
lanzamiento, manifiesta que en dicho plan se establece
una estrategia clara y viable para avanzar en la transfor-
mación de México sobre bases sólidas, realistas y, sobre
todo, responsables.
El Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, fue estruc-
turado en cinco ejes rectores:

1. Estado de Derecho y seguridad.


2. Economía competitiva y generadora de empleos.
3. Igualdad de oportunidades.
4. Sustentabilidad ambiental.
5. Democracia efectiva y política exterior responsable.

El presidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, mani-


festó que dicho Plan:

Asume como premisa básica la búsqueda del Desarro-


llo Humano Sustentable; esto es, del proceso perma-
nente de ampliación de capacidades y libertades que
permita a todos los mexicanos tener una vida digna
sin comprometer el patrimonio de las generaciones
futuras.
Hoy tenemos la oportunidad histórica de impul-
sar el Desarrollo Humano Sustentable como motor
de la transformación de México en el largo plazo y,

116
al mismo tiempo, como un instrumento para que los
mexicanos mejoren sus condiciones de vida.

La asunción de los métodos alternativos de solución de


conflictos como políticas públicas, quedó de manifiesto
en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, en el pri-
mer eje estratégico de dicho Plan, denominado “Estado
de Derecho y seguridad”.
La estrategia 4.5 del Eje 1, hace la primera mención de
los mecanismos alternativos de solución de controversias,
al señalar que dicha estrategia tiene como objetivo:

Impulsar reformas procesales para hacer más expedita


la aplicación de la justicia. Actualmente, los términos
y plazos procesales, así como el número de instancias
por las que se puede pasar durante un litigio, hace
muy tardada la impartición de justicia, lo cual genera
incertidumbre en los ciudadanos. Por lo tanto, se pro-
pondrán reformas que permitan agilizar los tiempos
de resolución de controversias ante los órganos juris-
diccionales. La adopción de juicios orales y de me-
canismos alternativos de resolución de conflictos, están
asociados a esta estrategia.12

Como podemos observar, en la estrategia anterior no se


hace la distinción concreta de las materia en las que se
podrá utilizar los mecanismos alternativos de solución
de conflictos, por lo que serán las leyes secundarias las
que definan las materias en las cuales podremos hacer uso
de dichos mecanismos, lo que ya ha estado sucediendo
en casi todo el país, ya que las entidades federativas han

12)  Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012.

117
legislado en materia de métodos alternos, dando com-
petencia a los Poderes Judiciales locales para la adminis-
tración e implementación de los métodos alternativos,
quienes en uso de sus facultades, proporcionan servicios
de mediación, conciliación, arbitraje, y otras modalida-
des de métodos alternativos de solución de controversias.
Ahora bien, hecha la mención genérica de la necesidad
de adopción de los mecanismos alternativos de solución
o resolución de conflictos a que se refiere el Plan Na-
cional de Desarrollo 2007-2012, es en la estrategia 4.6,
del Eje 1, de dicho Plan, donde se desarrolla con mayor
amplitud la determinación de los métodos alternativos
como políticas públicas, en la que establece como prio-
ridad el “fomentar la reducción de litigios mediante la
implementación de medios alternativos de resolución de
conflictos”.13
La estrategia se funda en que los litigios representan un
costo económico y social elevado para el Estado, así como
para los particulares. Para reducirlos, se promoverán y
adoptarán medios alternativos para solución de contro-
versias como eje toral del sistema de justicia en general,
que permitirán, además, crear una conciencia y una ac-
titud de diálogo y conciliación, más que de confronta-
ción entre la sociedad. En muchos casos, estos métodos
resultan más apropiados, para los fines de la justicia, que
la imposición de una pena de prisión, al resarcir al agra-
viado el pleno goce de sus derechos y reconstruir el orden
social quebrantado por medio de la restitución y no de la
represión.
Estos mecanismos permiten que el Estado centre sus
capacidades institucionales en la persecución de aquellos

13)  Ídem.

118
delitos que verdaderamente atentan contra el orden y la
paz públicos. De manera paralela, sirven para despresu-
rizar el sistema judicial, cuya saturación es un claro obs-
táculo para la impartición de justicia pronta y expedita.
Queda claro que los mecanismos alternativos de solu-
ción de controversias fueron incorporados al sistema de
justicia como políticas públicas, sin embargo, la crítica
que podemos hacer al respecto es que no se definió con
precisión las materias en las cuales podemos hacer uso de
dichos mecanismos, es decir, no se particularizó dentro
del sistema de justicia, y del análisis pareciera que sólo
se está refiriendo al sistema de justicia penal, en general.
¿Qué pasa entonces con las materias civil, mercantil y fa-
miliar, las cuales forman parte del sistema administración
de justicia?
La respuesta a la anterior interrogante la podemos en-
contrar dentro del propio Plan en análisis, es decir, el
Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, se fundó pri-
mordialmente en la transición de México hacia un país
en la búsqueda de un “Desarrollo Humano Sustentable”,
el cual constituye su principio rector. Es así como asume
que:

El propósito del desarrollo consiste en crear una at-


mósfera en que todos puedan aumentar su capacidad
y las oportunidades puedan ampliarse para las genera-
ciones presentes y futuras.14

Es aquí donde encontramos el fundamento para afirmar


que la implementación de mecanismos alternativos de
14)   pnud. Informe Mundial sobre Desarrollo Humano 1994. Una nueva forma de
cooperación para el desarrollo. Septiembre de 1994. http://indh.pnud.org.co/files/rec/
nuevaformacooperacion1994.pdf

119
solución de controversias, deberán incorporarse al siste-
ma de justicia en general, es decir, ser utilizados en la
solución de conflictos de orden civil, mercantil y fami-
liar, promoviéndolos como formas pacíficas de solución
de conflictos, los que nos permitirá transitar hacia una
cultura de paz y concordia, en la que el diálogo sea el
factor determinante y no la violencia o confrontación.

Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018


Con el inicio de cada sexenio de gobierno, nace la obli-
gación de elaborar y presentar a la nación, el plan nacio-
nal de desarrollo que corresponda al periodo del que se
trate, en esta ocasión, correspondió al presidente Enri-
que Peña Nieto presentar su Plan Nacional de Desarrollo
2013-2018.
En este plan se proyecta, en síntesis, hacer de México
una sociedad de derechos, en donde todos tengan acceso
efectivo a los derechos que otorga la Constitución. Ta-
rea ésta, que no resulta nada fácil. Sin embargo, el Plan
2013-2018, a diferencia del de 2007-2012, es estructura-
do de una forma distinta.
Se plantea como objetivo general del Plan Nacional
de Desarrollo 2013-2018: “llevar a México a su máximo
potencial”, a través del establecimiento de cinco metas
nacionales:

1. México en paz.
2. México incluyente.
3. México con educación de calidad.
4. México prospero.
5. México con responsabilidad global.

120
Además de las cinco metas nacionales, se establecen tres
estrategias transversales:

a. Democratizar la productividad.
b. Gobierno cercano y moderno.
c. Perspectiva de género.

En la Constitución se enmarca un pacto social en el que


los ciudadanos otorgan el ejercicio de la autoridad al
gobierno, para que éste haga cumplir la ley, regido por
los principios de legalidad, objetividad, eficacia, eficien-
cia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos
humanos.
En México, debemos fortalecer nuestro pacto social,
reforzar la confianza en el gobierno, alentar la participa-
ción social en la vida democrática y reducir los índices de
inseguridad.
Aspiramos a una sociedad donde todas las personas
puedan ejercer plenamente sus derechos, que participen
activamente y cumplan sus obligaciones en el marco de
una democracia plena; y que, por lo mismo, ninguna per-
sona en México se enfrente a la falta de seguridad, a un
inadecuado sistema de justicia penal o a la opacidad en la
rendición de cuentas.
Una vez descrito el objetivo general del Plan Nacio-
nal de Desarrollo 2013-2018, la duda a despejar es, si
en dicho Plan, se encuentran los mecanismos alternativos
de solución de controversias como políticas públicas, es
decir, si fueron incluidos como parte fundamental para
el desarrollo integral de la administración de justicia en
México. Lo que analizáremos a continuación.
En la descripción de la meta: I. México en Paz, el plan
hace un análisis de la situación en México, el cual es

121
desarrollado en el punto I.1 Diagnóstico: México demanda
un pacto social más fuerte y con plena vigencia, en los que
toca temas relacionados con la seguridad y respeto a los
derechos humanos, principalmente:

1. Gobernabilidad democrática.
2. Federalismo articulado.
3. Seguridad nacional.
4. Defensa exterior y seguridad interior.
5. Seguridad pública.
6. Sistema de justicia penal.
7. Derechos humanos.
8. Protección civil y prevención de desastres.
9. Rendición de cuentas y combate a la corrupción.

El punto que nos interesa analizar, para efectos de nues-


tro trabajo, es el relativo al sistema de justicia penal, ya
que, en el mismo plan, se señala que:

Para la presente Administración, es prioritario im-


pulsar la reforma al Nuevo Sistema de Justicia, que se
caracteriza por la oralidad, transparencia, mediación,
conciliación, reparación del daño y por garantizar los
derechos humanos tanto de la víctima como del im-
putado. En este Sistema existen medios alternativos de
solución de conflictos que permiten descongestionar el
Sistema Penal, hacer eficiente el uso de recursos y gene-
rar condiciones para un adecuado acceso a la justicia.

Es aquí donde encontramos, por primera vez, la mención


a la mediación y conciliación como objetivos fundamen-
tales en la implementación del nuevo sistema de justicia
penal.

122
Ahora bien, dentro de los objetivos del plan se señalan
que una serie de estrategias y líneas de acción encami-
nadas al logro de los objetivos trazados en el mismo. Es
así como se establece la Estrategia 1.5.3., denominada:
proporcionar servicios integrales a las víctimas u ofendidos
de delitos. Estrategia que implementa las siguientes líneas
de acción:

1. Coadyuvar en el funcionamiento del nuevo


Sistema Nacional de Atención a Víctimas en el
marco de la Ley general de víctimas.
2. Promover el cumplimiento de la obligación de
reparación del daño a las víctimas del delito y
de violaciones de derechos humanos.
3. Fortalecer el establecimiento en todo el país
de los medios alternativos de solución de
controversias.
4. Establecer mecanismos que permitan al órga-
no de asistencia jurídica federal de atención a
víctimas, proporcionar sus servicios en forma
estandarizada, organizada y coordinada.
5. Promover la participación y establecer mecanis-
mos de coordinación con instituciones públicas
y privadas que intervienen en la prestación de
servicios a víctimas directas e indirectas.

De las líneas de acción antes descritas, es la relativa a for-


talecer el establecimiento en todo el país de los mecanis-
mos alternativos de solución de controversias, la que nos
permite afirmar que dichos mecanismos forman parte de
las políticas públicas del nuevo gobierno, sin embargo,
dichas políticas van encaminadas al fortalecimiento del
sistema penal en general, y no se hace alusión específica

123
a la utilización de los mecanismos alternativos en otras
materias, crítica que hemos venido sosteniendo desde el
análisis del Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012.

Plan Estatal de Desarrollo 2008-2013


El Plan Estatal de Desarrollo 2008-2013, para el estado
de Baja California, toma como modelo el nacional de
2007-2012, implementado por el entonces presidente de
la república Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
El Plan Estatal de Desarrollo de Baja California 2008-
2013, es creado dentro de las atribuciones y obligaciones
del Ejecutivo Estatal, y se erige como un instrumento
para ordenar la acción de las instituciones del gobierno
del estado en torno a un proyecto viable para el desa-
rrollo de la entidad. En su concepción más amplia, se
busca avanzar hacia una calidad de vida que nos permita
alcanzar los mejores parámetros del país y de la sociedad
global contemporánea. En el plan se plasma una imagen
de futuro construida con base en la participación demo-
crática de los ciudadanos, y en la iniciativa responsable
de la esfera gubernamental y sus instituciones, a partir de
las cuales se convoca, nuevamente, a la sociedad bajaca-
liforniana, a los gobiernos federal y municipales, y a los
poderes legislativo y judicial, para que de manera conjun-
ta desarrollen iniciativas que se conviertan en estrategias
coordinadas que traduzcan la imagen de futuro en una
práctica cotidiana de construcción del desarrollo.
El Plan Estatal de Desarrollo 2008-2013, vigente a la
fecha, está estructurado en seis ejes u objetivos estratégi-
cos a saber:

1. Seguridad y justicia integral.


2. Formación para la vida.

124
3. Desarrollo regional sustentable.
4. Economía competitiva.
5. Bienestar y desarrollo humano.
6. Gobierno al servicio de la gente.

Es el primer eje donde consideramos deben encontrarse


los mecanismos alternativos de solución de controversias,
como parte de las políticas públicas del Estado, ya que se
planteó como objetivo estratégico:

Hacer de la entidad un territorio seguro que garantice


la convivencia social en un ambiente de tranquilidad,
respeto, confianza y paz social, y que sirva de sustento
al progreso de las actividades productivas y al desa-
rrollo humano integral. Con este propósito habrá de
impulsarse la participación proactiva y coordinada de
todos los órdenes de gobierno y la colaboración de
todos los sectores de la sociedad bajacaliforniana.

El objetivo general de este eje, tiene como finalidad sal-


vaguardar la integridad y los derechos de los habitantes
de Baja California, así como sus libertades, el orden y la
paz, mediante la aplicación de una política integral de
seguridad pública y convivencia social, desarrollada bajo
los ejes de coordinación intergubernamental, combate al
crimen, reingeniería institucional y seguridad ciudadana,
con la participación corresponsable de todos los sectores
de la sociedad; así como la decidida instrumentación de
estrategias que conlleven a la prevención de desastres y
reducción de riesgos, reforzando los esfuerzos de sensibi-
lización en derechos humanos en todas las áreas del servi-
cio público, garantizando la vigencia del derecho para el
desarrollo de la entidad.

125
Los contenidos que se articulan con la seguridad y la
justicia integral se organizan en cinco grandes áreas de
intervención: prevención social, sistemas de seguridad,
procuración de justicia, sistema penitenciario y justicia
integral.
El Plan Estatal de Desarrollo 2008-2013 no hace alu-
sión directa a los mecanismos alternativos de solución de
controversias, sin embargo, el artículo 7 de la Constitu-
ción Política del Estado Libre y Soberano de Baja Califor-
nia, a raíz de la reforma sufrida por el Decreto No. 274
del Ejecutivo Estatal, publicada en el Periódico Oficial,
No. 6, de fecha 2 de febrero de 2007, se consagró como
garantía individual que: “las personas tendrán derecho a
acceder a los medios alternativos de justicia para resolver
sus controversias, en la forma y términos establecidos por
las leyes respectivas”.
Esta reforma dio origen a la promulgación de la Ley de
justicia alternativa para el estado de Baja California, publi-
cada el 19 de octubre de 2007, la cual entraría en vigor, a
los 180 días de su publicación en el Periódico Oficial del
Estado.
Al quedar plasmados los mecanismos alternativos de
solución de controversias como garantía individual, co-
rresponde al Estado la creación de programas y, sobre
todo, de políticas públicas encaminadas a poner en prác-
tica los distintos medios alternativos de solución de con-
troversias, mediante la administración y puesta en mar-
cha de un sistema de justicia alternativa, en concordancia
con lo señalado por la propia Constitución Estatal, tema
que abordaremos con mayor amplitud en el capítulo
siguiente.

126
Plan Estatal de Desarrollo 2014-2019
El Plan Estatal de Desarrollo 2014-2019, para el esta-
do de Baja California, toma como modelo el plan del
gobierno saliente, ello podría entenderse ya que la Ley
de Planeación para el estado de Baja California, en su ar-
tículo 4º, establece la continuidad como uno de los re-
quisitos que debe contener el nuevo plan de desarrollo
estatal, es decir, procurar, en lo posible, que los progra-
mas y planes a implementar tengan correlación con aque-
llos que se han venido desarrollando. Sin embargo, esto
no implica elaborar una copia de planes anteriores, sino
buscar que se dé continuidad a aquello que ha venido a
mejorar las condiciones de desarrollo y progreso de los
bajacalifornianos.
El Plan Estatal de Desarrollo 2014-2019 para Baja Ca-
lifornia, es creado dentro de las atribuciones y obligacio-
nes del Ejecutivo Estatal, en cuyo contenido puede leerse
que, a través del mismo, el gobierno aspira a ver un estado
donde los ciudadanos puedan ejercer plenamente sus de-
rechos sociales y la pobreza extrema disminuya; donde los
bajacalifornianos, a través de su propio esfuerzo e inicia-
tiva, hayan logrado alcanzar niveles de vida dignos y sos-
tenibles y un desarrollo humano integral y puedan tener
acceso equitativo a la prosperidad. Una Baja California
con menores brechas de desigualdad entre sus diversas
regiones, con un sistema urbano más equilibrado dentro
de una ordenación territorial sustentable, administrada
localmente con eficiencia y eficacia, y con vivienda digna
para los hogares, equipamiento y servicios públicos ade-
cuados para la población.
El Plan Estatal de Desarrollo 2014-2019, vigente a la
fecha, está estructurado en siete ejes de desarrollo a saber:

127
1. Desarrollo humano y sociedad equitativa.
2. Sociedad saludable.
3. Desarrollo económico sustentable.
4. Educación para la vida.
5. Infraestructura para la competitividad y el
desarrollo.
6. Seguridad integral y Estado de Derecho.
7. Gobierno de resultados y cercano a la gente.

Los ejes anteriores, constituyen los puntos nodales en los


que el gobierno enfocará sus esfuerzos para lograr los ob-
jetivos planteados, de ahí la importancia de cada uno de
ellos. Una vez plasmados en un documento oficial y he-
chos públicos, se convierten en compromisos que habrán
de concretarse de acuerdo con las estrategias y programas
creados para tal fin.
El Plan Estatal de Desarrollo define las políticas públi-
cas que habrán de implementarse a lo largo del periodo
correspondiente, por lo que es aquí donde deberemos
identificar los mecanismos alternativos de solución de
controversias, como parte de dichas políticas públicas.
Ahora bien, el plan en análisis, en su Eje 6. Seguridad inte-
gral y Estado de Derecho, cuyo objetivo está enfocado en ga-
rantizar el orden y la tranquilidad de la sociedad aumentando
la eficiencia de la administración y procuración de la justicia,
mejorando las condiciones de seguridad pública y salvaguar-
dar la integridad y los derechos humanos de los bajacalifor-
nianos, establece 12 puntos esenciales para su desarrollo:

1. Respeto a los derechos humanos.


2. Corresponsabilidad social en la prevención so-
cial del delito.
3. Control policial del delito.

128
4. Profesionalización de las instituciones policiales.
5. Servicios de atención de emergencias y denun-
cia ciudadana.
6. Reinserción y reintegración social.
7. Procuración de justicia.
8. Sistema de justicia alternativa penal.
9. Atención a víctimas del delito.
10. Servicios jurídicos integrales para la sociedad.
11. Transición al nuevo sistema de justicia.
12. Protección civil.

De lo anterior, resulta importante comentar, los puntos 8


y 10, los cuales tienen relación directa con lo que hemos
venido desarrollando en esta obra, veamos.
Por lo que se refiere al punto 8. Sistema de justicia alter-
nativa penal, enfocado a dos aspectos fundamentales; uno,
acceso a servicios de justicia y, otro, al fortalecimiento de
los modelos de solución de conflictos. Con lo anterior, el
objetivo a cumplir está enfocado en promover el desarro-
llo de las relaciones humanas para la resolución de conflic-
tos derivados del delito, en forma práctica y en busca de
una restauración social, a través de alternativas y modelos
fortalecidos con base en el diálogo entre las partes.
De conseguirse dicho objetivo, se habrá logrado:

A. Incrementar el nivel de conocimiento y con-


fianza por parte del ciudadano para presentar
una denuncia.
B. Ampliar la cobertura y calidad de atención,
orientación y solución de conflictos.
C. Incrementar el nivel de confianza del ciudada-
no en el Sistema de Justicia Alternativa Penal.

129
D. Fomentar los espacios para resolución de con-
flictos de materia penal de manera voluntaria
y proactivamente entre las partes a través de la
mediación, conciliación y la restauración.
E. Impulsar la cohesión social mediante la resolu-
ción satisfactoria de conflictos.
F. Fomentar la cultura de la legalidad mediante la
resolución de conflictos.
G. Profesionalizar al personal en el sistema alterna-
tivo incluyendo traductores que den el servicio
a personas que no hablan español.
H. Operar el sistema de gestión de la calidad y
estandarización de procesos de medición para
mejora del servicio.
I. Despresurizar el sistema de investigación de de-
litos o de las agencias del Ministerio Público.

Estrategias a seguir

1. Fortalecer el Sistema Estatal de Justicia Alter-


nativa Penal en el estado, incrementando la
cobertura y calidad de atención, orientación y
solución de conflictos. 1
2. Incrementar el nivel de conocimiento y con-
fianza del ciudadano en el Sistema de Justicia
Alternativa Penal.
3. Dar acceso a personas en situación de vulne-
rabilidad a este sistema para evitar múltiples
victimizaciones.
4. Generar soluciones en los conflictos de ma-
teria penal, en los delitos que la ley permita,
involucrando voluntaria y proactivamente a las

130
partes a través de la mediación, conciliación y
la restauración.
5. Fortalecer el modelo de solución de conflictos
basado en el diálogo entre las partes implemen-
tando el sistema de gestión de la calidad y la
estandarización de procesos de orientación,
atención temprana y medios alternativos para
la mejora del servicio en el estado.

En cuanto al punto 10. Servicios jurídicos integrales para


la sociedad, centra su mirada en la justicia familiar, civil
y penal, cuyo objetivo es brindar una defensa integral,
eficiente y profesional a la ciudadanía de escasos recursos
y grupos vulnerables, en materia penal, familiar, civil y
administrativo, encaminado a lograr:

A. Intensificar la presencia de la defensoría pública


en la comunidad, con un enfoque a la gente de
escasos recursos y grupos vulnerables, sobre los
diversos servicios jurídicos brindados haciendo
que estos servicios sean accesibles a la ciudada-
nía con mecanismos sencillos y entendibles que
les permita acceder a ellos de una manera fácil
e inmediata.
B. Fortalecer la estructura organizativa y capaci-
dad de gestión para proporcionar un mejor ser-
vicio a la población.
C. Brindar capacitación y profesionalización cons-
tante a los servidores públicos encargados de
llevar a cabo las tareas de asesoramiento, orien-
tación y representación legal a la sociedad que
así lo requiera, siempre en busca de la excelen-
cia en el servicio.

131
D. Evitar la múltiple victimización por un servi-
cio limitado en recursos materiales y humanos
especializados.

Estrategias

1. Fortalecer la defensoría pública, contando con


un mayor número de defensores en el área civil
y familiar que permita brindar un servicio in-
tegral, eficiente y profesional a la ciudadanía de
escasos recursos y grupos vulnerables.
2. Brindar información y atención de calidad a
personas en situación de vulnerabilidad.
3. Brindar atención de calidad a la ciudadanía en
materia penal, civil, familiar y administrativa.
4. Fortalecer la defensoría pública contando con
un mayor número de defensores en el área pe-
nal que permita brindar un servicio integral,
eficiente y profesional a la ciudadanía de esca-
sos recursos y grupos vulnerables.
5. Incrementar el personal de defensoría con espe-
cialización en traducción de lenguas indígenas.

Como podemos observar, el Plan de Desarrollo se enfoca


en establecer objetivos y estrategias en materia penal, sin
hacer referencia a la justicia alternativa en materia civil,
mercantil y familiar. No obstante que en el punto 10 del
eje 6 de desarrollo, hace referencia a materias distintas a
la penal, no hace mención concreta al uso de la justicia
alternativa en materia civil y familiar por parte de la de-
fensoría pública como encargada de proporcionar servi-
cios jurídicos gratuitos a la ciudadanía.

132
Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos

El manejo de los conflictos de parte de las sociedades,


históricamente ha respondido a modelos de gestión, apa-
rentemente excluyentes y en ocasiones complementarios.
En uno, quienes tienen el conflicto lo manejan por sí
mismos. En el otro una autoridad resuelve los conflictos.
El Estado mexicano adoptó e incorporó a su Carta
Magna, el sistema que establece que los conflictos deben
ser resueltos por autoridades facultadas y creadas expro-
feso para ello. Estableció como regla inviolable y categó-
rica, la prohibición de hacerse justicia por propia mano,
dejando como facultad exclusiva la administración de
justicia en manos de los tribunales. Al respecto el doctor
Luis Miguel Díaz, señala que:

El texto original de la Constitución adoptó el sistema


de que los conflictos deben ser resueltos por autorida-
des. Estableció la regla de que ninguna persona podría
hacerse justicia por sí misma y que los tribunales ad-
ministrarían justicia.15

Reformas al artículo 17 constitucional


Sin duda, el acceso a la justicia es un tema que permane-
ce vigente en el tiempo, sobre todo, en tiempos en que
la percepción de los ciudadanos es que, cada vez, resulta
más difícil tener acceso a la justicia, encontrar un meca-
nismo a través del cual sus derechos sean restituidos.
15)  Uribarri Carpintero, Gonzalo. EL nuevo artículo 17 Constitucional: Acceso
alternativo a la justicia. Una visión de conjunto sobre los mecanismos alternativos de
solución de controversias. UNAM, México, 2008, p. 708.

133
Partiendo de dicho supuesto y, reconociendo la nece-
sidad de establecer mecanismos de acceso a la justicia
modernos y eficaces, se publica en el Diario Oficial de la
Federación, el 18 de junio de 2008, el decreto que refor-
ma y adiciona diversas disposiciones de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicano, entre ellos, la
adición del párrafo tercero al artículo 17 Constitucional,
estableciendo de manera imperativa, que las leyes preve-
rán mecanismos alternativos de solución de controversias,
estableciendo la posibilidad de que las personas puedan
resolver sus conflictos sin la intervención de autoridades
como un mecanismo complementario al servicio de la
justicia ordinaria, dando lugar a un nuevo paradigma en
el ámbito del acceso a la justicia en nuestro país, veamos:

Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia


por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su
derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le adminis-
tre justicia por tribunales que estarán expeditos para
impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes,
emitiendo sus resoluciones de manera pronta, com-
pleta e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando,
en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.

Nuevo paradigma:

Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución


de controversias. En la materia penal regularán su apli-
cación, asegurarán la reparación del daño y establecerán
los casos en los que se requerirá supervisión judicial.

134
Esta nueva opción constitucional significa que debemos
desaprender la creencia de que, frente a un conflicto, la
única y mejor opción para resolverlo son los tribunales.
La iniciativa dictaminada por la Cámara de Senadores
en conjunto con la minuta de la Cámara de Diputados,
respecto a las propuestas de modificación del artículo 17,
coincidentemente indicaron que: “se adiciona un último
párrafo para que los mecanismos alternativos de solución
de controversias sean eje toral del sistema de justicia en
general y, por supuesto, del penal”.16
El libro blanco de la reforma judicial, que resultó de
la Consulta Nacional para una Reforma Integral y Co-
herente sobre el Sistema de Impartición de Justicia en
el Estado Mexicano, realizado por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación de 2003 a 2005, anticipó la inclu-
sión de los mecanismos alternativos, aunque utilizó otra
terminología:

En el tema legislativo, parece necesario revisar la


terminología empleada y tratar de unificarla. Incluso
hay propuestas que se inclinan por reformar el artículo
17 de la Constitución a fin de incorporar el derecho a
la justicia alternativa.17

De tal manera que, podemos afirmar que la inclusión


en la Constitución de los mecanismos alternativos de
solución de controversias constituye un paso para forta-
lecer la democracia, al crear la posibilidad de acceso a
la justicia a través de dichos mecanismos, privilegiando

16)  http:/www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/legis/reflx.htm.
17)  Libro blanco de la reforma judicial. Una agenda para la justicia en México,
México, SCJN. http://www.scjn.gob.mx/PortalSCJN/RecJur/ReformaJudicial/
LibroBlancoReformajudicial/.

135
la participación de voluntades de los particulares en el
manejo de sus propios conflictos; y así convertir dicha
opción en un derecho fundamental de las personas para
decidir por sí mismas sus conflictos, sin la necesidad de
acudir a la tutela del Estado, a través de sus órganos en-
cargados de administración de justicia.
En tal sentido, podemos afirmar que la jurisdicción es
una de las funciones esenciales del Estado. Administrar
justicia implica para el Estado, a través del sistema ju-
dicial, una alta responsabilidad. La comunidad percibe,
influida por los medios de comunicación, también por
las propias actuaciones de los órganos judiciales, que el
sistema tradicional, no ofrece las respuestas urgentes que
tiene la población en materia de justicia, atribuible a vi-
cios materiales, formales o éticos. Dicho panorama re-
quiere ser modificado, ya que el acceso a la justicia es un
bien inestimable, sin dejar de mencionar que, indudable-
mente, el ejercicio jurisdiccional se realiza con la más alta
diligencia y responsabilidad social posible.
Ante tal situación y con la firme convicción de la nece-
sidad de un verdadero cambio en la forma de administra-
ción de justicia, en el año 2008, como hemos señalado,
se realizaron reformas constitucionales que incluyen los
mecanismos alternativos de resolución de controversias
como nuevo paradigma de acceso a la justicia en México,
y que Baja California, adopta, incluso desde antes de la
reforma federal, como veremos más adelante.

La conciliación y el artículo 123 constitucional


En la tradición jurídica mexicana, la expresión de me-
canismos alternativos de solución de controversias ha
servido para identificar formas para la solución de con-
flictos que no son la forma tradicional proporcionada

136
por los tribunales, es decir, privilegiar mecanismos para
la solución de conflictos que no requieren autoridades
judiciales.
Los mecanismos alternativos de solución de controver-
sias de que hablamos, son: el arbitraje, la negociación,
la mediación y la conciliación, fundamentalmente. De
estos mecanismos alternativos, sólo en el arbitraje una
tercera persona distinta a las partes en conflicto, decide la
controversia. El árbitro o tribunal arbitral sigue un proce-
dimiento legal y decide conforme a reglas jurídicas o con
base en principios de equidad, si las partes así lo acuerdan
previamente.
En todos los demás mecanismos alternativos de solu-
ción de controversias, las partes en conflicto deciden por
sí mismas. En la negociación, por ejemplo, las partes re-
suelven su problema directamente, controlando el pro-
ceso y el resultado final de la negociación, caso único en
que no es necesario el tercero. Con respecto a la concilia-
ción o mediación, como hemos señalado con anteriori-
dad, un tercero asiste a las partes, generando puentes de
comunicación entre ambas, sin que este tenga la calidad
de autoridad para imponer una solución negociada, serán
las partes quienes decidan en definitiva la solución del
conflicto.
En México, desde ya algunos lustros, la conciliación ha
sido un mecanismo de solución de conflictos, sin embar-
go, dicha figura ha sido tratada como una etapa procesal
dentro de un procedimiento legal, como es el caso de las
Juntas de Conciliación y Arbitraje, cuya creación obedece
a lo dispuesto por el artículo 123 constitucional.
El artículo 123 Constitucional establece que:

137
Toda persona tiene derecho al trabajo digno y social-
mente útil; al efecto, se promoverán la creación de
empleos y la organización social de trabajo, conforme
a la ley.
[…] El Congreso de la Unión, sin contravenir a las
bases siguientes deberá expedir leyes sobre el trabajo,
las cuales regirán […].

Dichas leyes deberán regular las bases generales del tra-


bajo remunerado, para hacer una clara diferenciación, el
legislador divide el artículo 123 en dos apartados A y B,
el primero para regular las relaciones laborales entre obre-
ros, jornaleros, empleados domésticos, artesanos y de una
manera general, todo contrato de trabajo. Señalando a
su vez, que las controversias surgidas entre trabajadores y
patrones o bien, como el mismo artículo 123 lo señala en
su fracción xx del apartado A, las diferencias o conflictos
entre el capital y el trabajo, se sujetarán a la decisión de
una Junta de Conciliación y Arbitraje formada por igual
número de representantes de los obreros y de los patro-
nos, y uno del Gobierno.
Por lo que respecta a los conflictos individuales, colec-
tivos o intersindicales, surgidos entre los Poderes de la
Unión, el Gobierno del Distrito Federal y sus trabajado-
res, serán sometidos a un Tribunal Federal de Concilia-
ción y Arbitraje integrado según lo prevenido en la ley
reglamentaria.
Ahora bien, etimológicamente el vocablo “conciliación”
proviene del latín conciliatio, que significa “composición
de ánimos en diferencia”.
Ahora bien, existen diversas definiciones jurídicas de
conciliación, que dependen lógicamente de la corrien-
te doctrinaria a la que se adhiera su autor; entre otras

138
podemos citar las siguientes: “El acuerdo o avenencia de
partes que, mediante renuncia, allanamiento o transac-
ción, hace innecesario el litigio pendiente o evita el litigio
eventual”.18
Ledesma Narváez, señala que:

La conciliación, entendida como expresión acordada


de la voluntad de las partes, constituye un acto ju-
rídico que pone fin al conflicto y que constituye un
medio que suministra el ordenamiento jurídico para
la autodeterminación de las partes, a fin de lograr un
efecto práctico tutelado por el derecho en la solución
del conflicto.19

La Corte Constitucional colombiana, a través de una


sentencia nos da una definición interesante:

Se ha entendido por la doctrina la conciliación como


un medio no judicial de resolución de conflictos me-
diante el cual las partes entre quienes existe una di-
ferencia susceptible de transacción, con la presencia
activa de un tercero conciliador, objetivo e imparcial,
cuya función esencial consiste en impulsar las fórmu-
las de solución planteadas por las partes o por él mis-
mo, buscan la forma de encontrar solución y superar
el conflicto de intereses existente”.20

La conciliación también ha sido definida como:


18)   Couture, Eduardo. Vocabulario Jurídico. Facultad de Derecho, Montevideo,
Uruguay, 1960, p.43.
19)   Ledesma Narváez, Marianella. El procedimiento conciliatorio: un enfoque teórico-
normativo. Gaceta Jurídica, Lima Perú, 2000, pp.74-75.
20)  Sentencia 17/93 de la Corte Constitucional de Colombia, citada por Martínez
Caballero, Alejandro, “Constitución Política de Colombia”, Bogotá, Legis, s/f, p. 231.

139
Un acto jurídico por medio del cual las partes acu-
den por motu proprio, es decir, voluntariamente, a un
tercero debidamente acreditado, un conciliador, con
la finalidad que les ayude a solucionar un conflicto
de intereses y de esa manera alcanzar la paz social en
justicia.21

Es evidente que la finalidad de la figura en estudio es


resolver, mediante el acuerdo de las partes, un conflicto
ya existente, pudiendo ser positivo su efecto (logro del
acuerdo y evitación del proceso o la sentencia, según el
caso), o negativo (no obtención del acuerdo).
Dentro de las tres grandes clasificaciones de figuras
resolutorias de litigios, que explicó con gran claridad el
maestro español Alcalá-Zamora y Castillo, ¿dentro de
cual podemos enmarcar a la conciliación? De entrada, y
sin que requiera mayor explicación, excluimos la autotu-
tela, ya que no se trata de una decisión tomada por una
de las partes prescindiendo de la voluntad de la otra para
terminar el conflicto.
Jaime Guasp, la encuadra dentro de las formas hetero-
compisitivas de solución de conflictos, ya que como he-
mos señalado, la conciliación es un proceso de cognición
especial, considera que la auténtica autocomposición se
presenta cuando las partes, con exclusión de cualquier
otra persona, resuelven el conflicto, y que en la hetero-
composición se resuelve por la intervención de un terce-
ro, ya que interviene ofertando posibles soluciones cuan-
do es llamado por las partes, de ahí que afirmemos que

21)   Peña Gonzáles, Oscar. Mediación y Conciliación Extrajudicial. Medios Alternos


de Solución de Conflictos. Teoría y Práctica. Flores editor y distribuidor, México, D.F.,
2010, p.3.

140
estamos ante la heterocomposición, sin embargo, hace la
siguiente aclaración:

El hecho de que no se pida tanto una resolución con-


creta como una intermediación entre los litigantes, lo
que deja un poco en la sombra la figura de la decisión
en esta clase de procesos, no permite desconocer que
aquí hay una verdadera reclamación entre las partes
y ante el Juez, lo que no tiene porque no merecer el
nombre de satisfacción procesal.22

Así pues, desde el punto de vista de la función que realiza


el encargado de la conciliación (juez o conciliador), pode-
mos decir que el juez “impone la solución” y el conciliador
“propone una o más soluciones”. De este modo podemos
afirmar que la conciliación siempre busca un acuerdo au-
tocompositivo, un arreglo pacífico que evite el proceso en
que se resuelva el fondo del asunto, constituye un mecanis-
mo pacifico de solución de conflictos, en el que se invita
a la paz, tiene carácter de negociación, cuya finalidad es la
autocomposición amigable, mientras que el proceso judi-
cial, constituye un espacio para la disputa, la guerra, per-
sigue la realización de la tutela jurídica, la imposición por
parte del juez de la obligación de hacer o dejar hacer de-
terminada conducta de parte del perdedor en el conflicto.
La conciliación en materia laboral, constituye un avan-
ce importante en el tema relativo a la solución de conflic-
tos en materia laboral, sin embargo, dicha conciliación,
como hemos apuntado, forma parte de una etapa den-
tro de un procedimiento que a la postre, en caso de no
llegar a acuerdo trabajador y patrón, concluirá con una
22)  Guasp, Jaime, citado por Montero Aroca, Juan, Estudios de Derecho Procesal,
Barcelona, Librería Bosh, 1981, p. 196.

141
resolución que tendrá el carácter de obligatoria para las
partes, imponiendo un afectación a una de ellas, al con-
denarla al cumplimiento de las pretensiones de que haya
probado su acción.
La Ley Reglamentaria del apartado A del artículo 123
constitucional, contempla la terminación de juicios la-
borales mediante la conciliación, de ahí el nombre de
sus órganos de resolución: Juntas Federales y Locales de
Conciliación, Juntas Federales y Locales de Conciliación
y Arbitraje. Estos órganos se encargarán de resolver los
conflictos que surjan con motivo de las relaciones de tra-
bajo entre sus participantes.

142
Los mecanismos alternativos de
solución de controversias y el
derecho mexicano

Leyes con referencias a mecanismos alternativos


Como hemos venido sosteniendo, la reforma al artículo
17 Constitucional de 2008, al incorporar los mecanismos
alternativos de solución de controversias, constituye una
novedad normativa en el derecho mexicano. Sin embargo,
los mecanismos alternativos de solución de controversias se
han venido utilizando desde hace ya algunas décadas.
Antes de la entrada en vigor del nuevo artículo 17, ya
existían numerosos preceptos legales sobre los mecanis-
mos alternativos de solución de controversias, esparcidos
en leyes mexicanas con ámbitos muy variados.
Las leyes que se refieren a estos mecanismos alternati-
vos utilizan diversos vocablos para referirse a ellos, que
incluyen: conciliación, mediación, procedimiento de
conciliación, conciliación de intereses, amigable compo-
sición, conciliación entre o de las partes, propuestas de
conciliación, diálogo, grupo de amigos, negociaciones,
concertación, avenimiento, procedimiento conciliatorio,
instancia conciliatoria, composición amistosa.
En estas leyes que hacen referencia a los masc, a decir
del Dr. Luis Miguel Díaz, están: Código Financiero del
Distrito Federal, Ley Agraria, Ley de Instituciones de
Crédito, Código de Procedimientos Civiles para el Dis-
trito Federal, Código Federal de Procedimientos Penales,
Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar,
Ley de la Comisión de los Derechos Humanos del Dis-
trito Federal, Ley de la Comisión Nacional de los Dere-
chos Humanos, Ley del Infonavit, Ley del Seguro Social,

143
Ley Federal de Protección al Consumidor, Ley Federal de
Turismo, Ley Federal de Derechos de Autor, Ley General
de Sociedades Cooperativas, Ley General del Equilibrio
Ecológico y Protección al Ambiente, Ley Orgánica de la
Administración Pública del Distrito Federal, Ley Orgánica
de la Procuraduría General de la República, Ley Orgánica
del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Ley
para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas,
Ley General de Instituciones y Sociedades Mutualistas de
Seguros, Ley Federal de Instituciones de Fianzas, Ley del
Mercado de Valores, la ya referida Ley Federal del Trabajo,
Ley Federal Burocrática, Comisión Nacional de Arbitraje
Médico, entre otras.
Recientemente ha tenido lugar un desarrollo sin
precedentes de la mediación como medio alterno en el
Poder Judicial. Así lo constató El Libro Blanco al reconocer
que los medios alternativos para resolver controversias
han experimentado un rápido desarrollo en los poderes
judiciales del país. Más de la mitad de ellos cuentan ya
con áreas que ofrecen servicios alternativos de justicia.23

Análisis de los mecanismos alternativos de solución de


controversias en algunas entidades federativas
Se han impulsado reformas legales procesales y estable-
cido centros de mediación en los poderes judiciales de
Aguascalientes, Baja California Sur, Chihuahua, Coahui-
la, Colima, Distrito Federal, Guanajuato, Jalisco (a nivel
municipal), Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Puebla,
Querétaro, Quintana Roo, Sonora, Tabasco, Tamaulipas,
entre otros.

2 3 )     h t t p : / / w w w. s c j n . g o b. m x / Po r t a l S C J N / R e c Ju r / R e f o r m a Ju d i c i a l /
LibroBlancoReformajudicial/.

144
A continuación, haremos un breve análisis de algunas
leyes estatales pioneras en mecanismos alternativos de
solución de controversias del país, particularmente ana-
lizaremos las leyes de los estados de Quintana Roo, Gua-
najuato, El Distrito Federal y Nuevo León.
La elección de dichos Estados obedece a que fueron
las primeras normas que regulan los métodos alternos de
solución de controversias en el país, las cuales han servido
de ejemplo para aquellos Estados que posterior a las mis-
mas, han implementado los métodos alternos de solución
de controversias.

a) El estado de Quintana Roo


El estado de Quintana Roo, considerado pionero en el
uso de los mecanismos alternativos de solución de con-
troversias, inició prestando servicios de mediación, con-
ciliación y el arbitraje, a finales de los noventa.
En respuesta a una gran demanda social, el Centro de
Justicia Alternativa en Quintana Roo, entro en funcio-
namiento en el año de 1997, como un mecanismo para
facilitar el acceso a un sistema de justicia digna, completa
e imparcial, sin favoritismos, obedeciendo tan solo a los
principios del derecho y equidad. Institución encargada
de la aplicación de la Ley de Justicia Alternativa para el
estado de Quintana Roo, de agosto de 1997.
Su esencia radica fundamentalmente en introducir sin
menoscabo ni perjuicio de la jurisdicción de los Tribuna-
les Judiciales del Fuero Común, pero con la validez legal
y efectos jurídicos de un laudo o resolución definitiva,
medios alternos de procedimientos no jurisdiccionales,
como la conciliación, la mediación o el arbitraje.
Mediante el establecimiento de medios alternos de
justicia se crea un sistema de Justicia Alternativa que

145
permite al gobernado tener una opción para resolver sus
diferencias jurídicas, acercando a las partes para que ellas
mismas con la intervención de un mediador y con proce-
dimientos previstos en la Ley, den fin a sus controversias
de índole legal.
A partir de esa fecha, se han llevado a la práctica proce-
dimientos de mediación, conciliación y arbitraje, acumu-
lando experiencias que vendrían a robustecer los conoci-
mientos en la materia, para posteriormente dar paso a las
reformas de 2008, en las que se actualiza la Ley de Justicia
Alternativa. Veamos un breve análisis:

Características

I. Se trata de una Ley de orden público e interés


social y de observancia en todo el Estado y sus
prescripciones son irrenunciables.
II. Objeto: establecer medios alternativos a la
justicia ordinaria a fin de que los particulares
resuelvan sus controversias de carácter jurídico
mediante audiencia de conciliación, técnicas
de mediación o procedimiento de arbitraje, en
términos de los Artículos 7 y 108 de la Cons-
titución Política del Estado de Quintana Roo.
III. Se trata de una Ley que regula mecanismos
alternativos a la justicia ordinaria, por lo que
mantienen plena autonomía respecto de las
normas jurisdiccionales.
IV. El Centro de Justicia Alternativa, se crea como
un órgano desconcentrado del Poder Judicial.
V. Se crea el Centro de Justicia Alternativa,
como órgano desconcentrado del Poder Ju-
dicial del Estado, encargado de sustanciar

146
procedimientos de conciliación, mediación
o arbitraje que pongan fin a los conflictos de
carácter jurídico de naturaleza exclusivamente
privada.
VI. Atiende conflictos de carácter jurídico de na-
turaleza exclusivamente privada.
VII. La organización y funcionamiento del Centro
de Justicia Alternativa está regulado por la Ley
de Justicia Alternativa y su Reglamento, este
último expedido por el propio Poder Judicial
de quien depende dicha institución.
VIII. Funciones esenciales:
• Proporcionar mediadores y conciliadores que
acerquen a las partes de un conflicto de natura-
leza jurídica a fin de avenirlas o que propongan
fórmulas de arreglo, asistiéndolos para que am-
bas partes formulen una solución adecuada a su
conflicto.
• Proporcionar árbitros de carácter jurídico, para
la solución de controversias de carácter privado
suscitadas entre particulares, cuando las par-
tes hayan convenido asumir un compromiso
arbitral.
• Solicitar a los Colegios o Asociaciones de Profe-
sionistas proporcione una lista de sus agremiados
a fin de que, de ellos, se seleccione árbitro o árbi-
tros para el caso de que funjan en los compromi-
sos arbitrales, como árbitros especializados;
• Coordinar, organizar, preparar, y designar los ár-
bitros que pertenezcan al Centro, así como ofre-
cer estos servicios a los árbitros externos.
• Orientar a los particulares sobre las instancias
jurisdiccionales competentes para resolver los

147
conflictos de carácter privado que se susciten
entre ellas, en el caso de que no se obtengan
arreglos satisfactorios; El Centro de Justicia Al-
ternativa, en el ejercicio de sus funciones tendrá
legitimación para representar los intereses jurí-
dicos de las personas que asista, así como de los
intereses colectivos de diversos sectores de la po-
blación, a fin de que ejerzan ante los tribunales
competentes las acciones correspondientes.24

Innovaciones

1. Incluye el arbitraje comercial como parte de su


competencia.
2. Para ser Director del Centro, se exigen los mis-
mos requisitos que para ser juez de primera
instancia.
3. Establece la obligatoriedad de informar al
Pleno del Tribunal Superior de Justicia de sus
actividades.
4. La Ley de Justicia Alternativa contempla un ca-
pítulo de medidas de apremio y ejecución de
resoluciones.

b) El estado de Guanajuato
En la exposición de motivos del anteproyecto de la Ley
de Justicia Alternativa para el estado de Guanajuato, se
reconoce que el ser humano es un ente fundamentalmen-
te social porque en la convivencia con sus semejantes en-
cuentra la plenitud de su esencia y la satisfacción de sus
necesidades fundamentales.
24)  Artículo 10 de la Ley de Justicia Alternativa del estado de Quintana Roo,
publicada en agosto de 1997.

148
La propia dinámica de la convivencia social, frecuen-
temente genera roces, fricciones y conflictos de diversas
magnitudes y naturalezas, que no siempre pueden ser re-
sueltos con la sola participación de quienes se encuentran
inmersos en esos conflictos.
Señala que la función esencial del estado de derecho
moderno, es la jurisdiccional, con la que se pretende dar
a esos conflictos su justa solución. Para conseguir la paz
social, y superar el estado de conflicto entre los conciu-
dadanos, hasta ahora se ha utilizado preponderantemente
el proceso jurisdiccional, a través del cual se intenta dar
a cada quien lo que le corresponde, impartiendo justicia
conforme a derecho.
El proceso jurisdiccional es el mejor medio con el que
se cuenta en el estado de derecho para dirimir las con-
troversias que surgen cuando se afecta el interés público,
o cuando esas controversias recaen sobre derechos de los
cuales no se puede disponer libremente. El citado pro-
ceso también se ha utilizado preponderantemente para
resolver los conflictos referidos a derechos sobre los cua-
les sí se tiene la libre disposición, pues aun cuando los
particulares pudieran resolver sus controversias mediante
formas autocompositivas, no han utilizado estos medios,
debido a que la cultura del diálogo y de la solución pací-
fica y voluntaria de los conflictos, no ha sido fomentada
institucionalmente ni cultivada espontáneamente por los
particulares. Sin menoscabo de la forma tradicional e im-
perativa de resolver los conflictos que recaen sobre dere-
chos respecto de los cuales se tiene la libre disposición, y
sin perjuicio de que persista el libre acceso a los órganos
de impartición de justicia, se estima que ha llegado el
momento de que nuestro Estado participe en un movi-
miento nacional e internacional que privilegia la cultura

149
de la paz a través del diálogo libre de los protagonistas del
conflicto; para ello, se crea la Ley de Justicia Alternativa
del Estado de Guanajuato que se finca en los principios
constitucionales de legalidad, imparcialidad, honestidad
y eficiencia y que también se basa en la celeridad, profe-
sionalismo, neutralidad, confidencialidad y equidad pro-
pias de un procedimiento no controversial sustentado en
la mediación y en la conciliación.25

Características

V. Ley de orden público e interés social.


VI. Objeto: regular la mediación y la conciliación
como formas de autocomposición asistida de
las controversias entre interesados, cuando re-
caigan sobre derechos de los cuales sus titula-
res puedan disponer libremente.
VII. El Centro de Justicia Alternativa se crea bajo la
dependencia del Supremo Tribunal de Justicia.
VIII. Los procedimientos de mediación y concilia-
ción podrán ser realizados en sede judicial o
ministerial.
IX. Abre la puerta a la mediación privada al seña-
lar que la mediación y la conciliación también
podrán ser realizadas por los integrantes de
instituciones privadas constituidas para pro-
porcionar tales servicios o por personas físicas.
X. Faculta al Centro de Justicia Alternativa para
certificar instituciones de mediación privadas
y personas físicas.

25)  www.poderjudicial-gto.gob.mx/adjuntos/22073.

150
XI. Permite el ejercicio de la mediación o concilia-
ción privada de personas de otros estados de la
República, previo registro ante el Centro.
XII. Hace una clara separación de la mediación y
conciliación en sede judicial y sede ministe-
rial, como consecuencia, delimita la compe-
tencia en materia civil y penal.

Innovaciones
Una de las novedades que encontramos es que hace una
clara separación entre la materia civil y penal.

1. Califica la mediación y conciliación como mé-


todos de autocomposición asistida.
2. Crea la figura del Subdirector Regional y le da
facultades de elevar a cosa juzgada.
3. Crea las sedes itinerantes del Centro de Justicia
Alternativa.
4. El convenio en materia penal produce efectos
de perdón.
5. La mediación y la conciliación son procedi-
mientos que se podrán realizar sin interrupción
en una sola audiencia.
6. Otorga fe pública al Director y los Subdirecto-
res del Centro.

Cabe mencionar que la Ley de Justicia Alternativa del


estado de Guanajuato, que sufrió su última reforma pu-
blicada en el Periódico Oficial número 98, quinta parte
el 21 de junio de 2011, por el Decreto Número 193, de
la H. Quincuagésima Octava Legislatura Constitucional
del Estado, cuyo impacto modificó todos y cada uno de

151
los artículos de la Ley publicada en el Periódico Oficial
No. 84, tercera parte, del 27 de mayo de 2003.

c) El Distrito Federal
La tradición jurídica del Distrito Federal ha sido para la
mayoría del país un referente en lo que a normatividad
se refiere, por ello, consideramos importante partir de los
antecedentes que, en torno a la institucionalización de
la Justicia Alternativa, marcaron la pauta para el sistema
con el que hoy cuenta el Distrito Federal.

Antecedentes
En la tradición jurídica, la expresión de mecanismos al-
ternativos de solución de controversias ha servido para
significar mecanismos para resolver conflictos que no re-
quieren autoridades cuya función es la jurisdiccional. Sin
embargo, el acceso a la justicia se ha entendido como ac-
ceso a dicha jurisdicción, que se materializa en el derecho
de las personas a ser parte de un proceso y a promover la
actividad jurisdiccional hasta obtener una decisión judi-
cial; sin embargo, esa concepción ha venido experimen-
tando una seria preocupación por el abuso excesivo del
litigio y por su relatividad como acceso para todos.
Ante esta situación, el Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal y el Consejo de la Judicatura del Distrito
Federal, desde el año 2001, han venido programando y
realizando diversas acciones que culminaron con la crea-
ción del Centro de Justicia Alternativa del Tribunal Supe-
rior de Justicia del Distrito Federal creado en 2003.
Como avances previos a la creación del Centro de Jus-
ticia Alternativa, encontramos el proyecto Inicial para la
Inserción de los Métodos Alternos de Solución de Con-
troversias en el Tribunal Superior de Justicia del D.F. para

152
el periodo 2003, en el que prevé la creación del Centro
de Justicia Alternativa, y en el que se propuso iniciar con
la impartición del servicio de mediación, en una primera
etapa, únicamente en la materia familiar a partir del 01
de septiembre de ese mismo año.
En dicho proceso, se efectuaron reformas a la Ley Or-
gánica del tribunal, entre las que se destaca la que fa-
culta al Consejo de la Judicatura a “…expedir acuerdos
generales... para el desarrollo de programas de soluciones
alternativas de controversias”.26
El Acuerdo 16-23/2003, en el que resolvió “autorizar la
aprobación y ejecución del Proyecto de Justicia Alterna-
tiva”, emitido por el Pleno del Consejo de la Judicatura,
facultado en términos del citado artículo 200 de la Ley
Orgánica del Tribunal, del 7 de mayo de 2003. Dicho
Proyecto se centró en el logro de cinco objetivos a al-
canzar antes de la fecha fijada para iniciar el servicio de
mediación familiar, a saber:

1. Establecer la normatividad que rigiera su


funcionamiento.
2. Contar con los mediadores que proporciona-
rían el servicio.
3. Determinar el presupuesto y la estructura orga-
nizacional necesaria.
4. Formalizar los acuerdos con aquellas instancias
que fungirían inicialmente como proveedoras
de los casos materia de mediación.
5. Acondicionar el espacio físico en el que se ins-
talaría el servicio.
26)   Artículo 200 de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal. Reforma promulgada el 1º de abril de 2003.

153
Asimismo, la expedición de las Reglas de Operación del
Centro de Justicia Alternativa del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, que entraron en vigor el 3 de
septiembre de 2003.
Dentro de dichas reglas, se estableció como prioridad,
formar el equipo de profesionistas debidamente califica-
do, requerido para ofrecer el servicio de Mediación en
materia Familiar, por lo que se inició con la determina-
ción de los indicadores de certificación por competencias
laborales del Mediador Familiar que permitieron selec-
cionar a las personas más aptas para ello; después, se llevó
a cabo el concurso de selección correspondiente, consi-
derando un procedimiento de evaluación de las compe-
tencias laborales en materia de mediación, en derecho de
familia y en el ámbito psicológico, de la misma manera
que se impartió el curso pertinente de capacitación y en-
trenamiento, que también incluyó una evaluación selec-
tiva y la consiguiente designación de los nuevos mediado-
res familiares, iniciando funciones el Centro de Justicia
Alternativa en forma experimental, hasta su concreción
definitiva.
El Centro de Justicia Alternativa del Tribunal Superior
de Justicia del Distrito Federal fue creado en 2003 como
órgano del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal
para administrar y desarrollar los métodos alternos de so-
lución de conflictos en el Tribunal, en particular a través
de la mediación, transformándose en una dependencia
del propio Tribunal con autonomía técnica y de gestión
por virtud de las reformas a la Ley Orgánica del Tribunal
de Justicia del Distrito Federal y de la Ley de Justicia Al-
ternativa del Tribunal Superior de Justicia para el Distrito
Federal, ambas de 2008.

154
La creación del Centro, al igual que en otras entidades
federativas, se anticipó a la Reforma al Artículo 17 de la
Constitución Federal de 2008, que ordena que las leyes
preverán mecanismos alternativos de solución de contro-
versias, pues establece la posibilidad de que las personas
puedan resolver sus conflictos sin autoridades como un
mecanismo complementario al servicio de la justicia or-
dinaria. Es en el Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal donde se confluyen la justicia tradicional y la al-
ternativa, las que comparten el mismo propósito, lograr
un sistema de justicia ágil, mediante el uso de metodolo-
gías procedimientos diferentes.
La solución sana de disputas permite que los usuarios
de los servicios de mediación sean beneficiados por una
moderna actitud institucional y democrática que permite
la participación de la ciudadanía en la resolución de sus
conflictos.
La mayor rapidez a la solución de controversias por
mecanismos alternativos propicia una disminución en
los costos, no sólo para las partes involucradas sino para
el sistema de justicia, ya que representa una posibilidad
muy cercana de descongestionar a los tribunales.
El Centro representa la oportunidad que tienen los ciu-
dadanos de solucionar sus conflictos a través de métodos
no contenciosos.
La convivencia social contemporánea se ha vuelto com-
pleja debido al crecimiento de la población, la desigual-
dad económica, el avance tecnológico y la globalización,
factores que han incrementado y creado nuevos conflictos
en la sociedad mexicana, provocando la insuficiencia de
los servicios tradicionales de la administración de justicia.
La sobrecarga de trabajo de los órganos jurisdicciona-
les, el abuso de los recursos que la ley otorga para los

155
procesos judiciales, la dilación de los juicios, el alto costo
que implica el litigio, el desconocimiento del Derecho y
de los procedimientos jurisdiccionales, así como la insa-
tisfacción social frente a la resolución judicial, la inefica-
cia de la vía conciliatoria, la falta de profesionalismo en
el patrocinio de los negocios jurídicos, la carencia de una
actitud institucional democrática que permita la partici-
pación de la ciudadanía en la resolución de sus conflictos,
entre otros, son factores que condujeron al Consejo de la
Judicatura del Distrito Federal a incorporar en el proceso
de reforma judicial, medidas transformadoras para supe-
rar la problemática descrita.
La inclusión de los métodos alternos de solución de
controversias como vías de acceso a la justicia, a través
de la institucionalización y desarrollo de métodos auto-
compositivos capaces de alternar y coexistir con la vía ju-
risdiccional, está constituyendo un pilar importante en
la construcción de un sistema de justicia más humano,
satisfactorio, económico, ágil, expedito y rápido.
Dentro de los citados métodos, la mediación es la vía
pacífica de solución de conflictos que, en términos hu-
manos, de tiempo, recursos y costos, ha mostrado ser
más eficiente que cualquier otro, porque además de pri-
vilegiar la libre decisión de las partes, la cooperación y
el compromiso mutuo, facilita la pacífica continuidad
de las relaciones reduciendo así la posibilidad de futuros
litigios, independientemente de que, en la medida que
se difunda, al ponderarse la responsabilidad de los invo-
lucrados en el arreglo de su conflicto ante la sociedad,
ésta se proyecta como un medio capaz de generar una
cultura pacificadora que recupera la posibilidad de una
armónica convivencia entre los individuos, razones por
las cuales el Consejo de la Judicatura del Distrito Federal

156
resolvió incorporarla al ámbito de la administración e im-
partición de justicia y las nuevas disposiciones legales la
hicieron suya.

Características

I. Se trata de una ley de orden público, interés


general y observancia obligatoria.
II. Solo regula la mediación como medio alterna-
tivo de solución de conflictos.
III. Interrumpe la prescripción por dos meses.
IV. Se permite mediación civil, mercantil, familiar
y penal.
V. Define de manera exhaustiva los principios
que rigen la mediación.
VI. Tendrá directores especializados por materia.
VII. Directores tendrán fe pública.
VIII. Señala las etapas en que se compone el proce-
dimiento de mediación.
IX. Las sesiones de mediación podrán ser indivi-
duales y grupales.
X. Centro con autonomía técnica.

Innovaciones

1. Contempla la co-mediación.
2. Centro automatizado con el uso de tecnología,
es decir, contará con sistemas tecnológicos que
permitan hacer más eficiente el servicio.
3. Cuenta con orientadores especializados, a los
que se les asigna únicamente la función de pro-
porcionar información sobre la institución y
sus servicios.

157
4. Cuenta con la figura de Re-mediación:

Ante el incumplimiento parcial o total de un convenio


celebrado por los mediados, o ante el cambio de las
circunstancias que dieron origen a su celebración, éstos
podrán utilizar la re-mediación en el propio Centro y,
con la reapertura del expediente respectivo, elaborar un
convenio modificatorio o construir uno nuevo.27

Por último, en cuanto al análisis de esta Ley de Justicia


Alternativa del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal en su artículo 2, fracción V, hemos de señalar
que la misma ha provocado una confusión doctrinal, ya
que introduce la co-mediación, como una figura proce-
dimental, lo cual a nuestro entender es erróneo, lo que
constituye una contradicción normativa, el definir la co-
mediación como: “procedimiento complementario de la
mediación, con el cual se enriquece ésta, a partir de la
intervención de otro u otros mediadores”.28
Resulta incorrecto definir la co-mediación como un
procedimiento complementario, ya que solo se trata de
la incorporación de un mediador más al procedimien-
to de mediación en particular, el cual servirá de apoyo
al mediador titular, sin que ello modifique las reglas del
procedimiento de mediación consagrado en la propia ley.

d) El estado de Nuevo León


El 31 de enero de 2005 entró en vigor la Ley de Méto-
dos Alternos para la Solución de Conflictos del Estado

27)  Artículo 37 de la Ley de Justicia Alternativa del Tribunal Superior de Justicia del


Distrito Federal.
28)  Artículo 2, fracción V de la Ley de Justicia Alternativa del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal.

158
de Nuevo León, y otorgó con ello el sustento formal a
los esfuerzos académicos, institucionales y profesionales
que desde antes de esa fecha se habían ya generado en
esa Entidad, con relación a la promoción y operación de
mecanismos alternativos para la resolución de las contro-
versias surgidas en la comunidad.
El surgimiento de la ley de referencia, se da, no sólo se
respaldó del trabajo que diversos agentes sociales que ha-
bían desempeñado en la búsqueda de formas novedosas
para colaborar de manera eficaz en la tarea de solucionar
conflictos de la población: se estableció además por el
legislador local un importante marco regulador encami-
nado, básicamente, a prevenir la generación de conflic-
tos y proponer mecanismos para su solución en forma
alterna a la jurisdicción, como lo son la mediación, la
conciliación, el arbitraje y la amigable composición; esta-
bleciendo para ello determinadas atribuciones específicas
a un órgano central en la materia, dando vida al Centro
Estatal de Métodos Alternos de Solución de Conflictos,
estructura que depende del Consejo de la Judicatura del
Poder Judicial del Estado.
Asimismo, por Decreto publicado en el Periódico Ofi-
cial del Estado del 21 de junio de 2004, mediante el cual
se reformó la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado,
se creó el Centro Estatal de Métodos Alternos de Solu-
ción de Conflictos (cemasc), a quien se le atribuye como
función principal la de brindar a la ciudadanía servicios
gratuitos de métodos alternos; avalar por la vía de la certi-
ficación el ejercicio que venían desarrollando las personas
físicas y morales de los métodos alternos en el Estado,
así como el acreditamiento de programas públicos y pri-
vados en la materia; coordinar junto con el Instituto de

159
la Judicatura la impartición de cursos de capacitación en
la materia; y difundir la cultura de los métodos alternos.
Finalmente, el 23 de mayo de 2005 abrió el Centro
Estatal de Métodos Alternos de Solución de Conflic-
tos, para ofrecer a la comunidad en general los servicios
previstos por la Ley Orgánica, con la participación de
profesionales y expertos en la materia quienes ya habían
colaborado, tanto en el Estado como fuera de éste, en ins-
tituciones similares, tanto en el ámbito académico como
en el campo de la ejecución de programas de mediación y
otros mecanismos alternativos de solución de conflictos.
Desde entonces, el Centro Estatal de Métodos Alternos
de Solución de Conflictos, se ha constituido como un re-
ferente obligado en el Estado en la materia, y contribuido
de manera importante al desarrollo y consolidación de la
justicia alternativa a través de los servicios que presta.

Características

I. Regula los masc y la creación de Centros Pú-


blicos y Privados.
II. Convenio Alternativo tiene eficacia de cosa
Juzgada.
III. Establece Centro Estatal de Métodos Alternos
dependiente del Poder Judicial.
IV. Establece Centros de Métodos Alternos Públi-
cos y Privados, distintos del Centro Estatal.
V. Los métodos alternos son aplicables en asun-
tos susceptibles de convenios, que no alteren
el orden público ni contravengan alguna dis-
posición, pero remite a la ley según la materia
sobre la que verse el conflicto.

160
VI. Regula mediación, conciliación, arbitraje,
amigable composición.
VII. Establecen la confidencialidad, salvo pacto en-
tre las partes.
VIII. Establece cláusula compromisoria.
IX. Para personas morales exige acreditar repre-
sentación con poder general para pleitos y co-
branzas o Especial para someter la solución de
conflictos a través del masc.
X. Los menores de edad representados por quien
ejerza sobre ellos la patria potestad.
XI. Los usuarios nombran a uno o a varios presta-
dores del servicio de masc.

Innovaciones

1. Establece posibilidad de realizar reuniones


individuales.
2. El convenio debe ser presentado por el Juez
que conozca del asunto para una vez aprobado
de por terminado el procedimiento instaurado
ante esa autoridad, con calidad de cosa juzgada.

Por último, hemos de destacar que en el estado de Nuevo


León la ley omitió establecer causales de responsabilidad
administrativa para los funcionarios o prestadores de los
servicios de los centros públicos, así como la forma de
inhabilitar o clausurar centros privados.

161
Cuarta Parte
La justicia alternativa
en Baja California
Filosofía de los
métodos alternos de
solución de conflictos

En estos últimos tiempos han venido creciendo los deseos


de gran parte de los estudiosos y practicantes del dere-
cho de perfeccionar los actuales métodos de resolución
de conflictos con la intención de eludir lo que hasta hace
apenas unas décadas no era más que un imperativo: la
instancia judicial. Ante el desafío de lograr una evolu-
ción en lo que se conoce como métodos alternos de so-
lución de controversias, se han desarrollado programas
encaminados al fortalecimiento de la justicia en general,
mediante la creación de Centros de Justicia Alternativa,
llamados así en algunos países, otros los han denominado
Centros de Mediación, etc.
La Doctora Gladys Stella Álvarez1 señala, en relación
a la filosofía de los métodos alternos de solución de con-
troversias, que existe entre la Filosofía del Derecho y la
mediación particularmente, un estrecho vínculo entre
ambos elementos.

Hoy lo primero que veo es que estamos transitando


un nuevo paradigma, en la terminología de Kuhn
[por el filósofo e historiador Thomas Kuhn (1922-
1996)] aplicado a las Ciencias Sociales, un nuevo
modelo de justicia, de administración de justicia, en

1)  Especialista en Resolución Alternativa de Disputas, Judicial College, Reno,


Universidad de Nevada USA, 1991. Negociación y Mediación Harvard LawSchool,
Cambridge, Massachusett, USA, años 1992, 1993 y 1994. Actualización en
Negociación y Resolución de Conflictos, Universidad Nacional de Buenos Aires.

165
donde la resolución de disputas ha comenzado a tener
un lugar relevante”2.

Con la incorporación de los Métodos Alternativos de So-


lución de Controversias a la Administración de Justicia,
pareciera que existe un paradigma que nos está abando-
nando y otro nuevo que pareciera estar en proceso de for-
mación, ante este estado de cosas, surge la necesidad de
evaluar cómo estas modificaciones repercutirán en mu-
chos de los postulados propios de las Ciencias Jurídicas.
Es decir, cuáles serán los alcances de aquellas modifica-
ciones que sufrirá el sistema jurídico y en este contexto,
cuál será el espacio asignado para la resolución alternativa
de conflictos. Desde hace algunos años es posible apre-
ciar cómo empiezan a vislumbrarse cambios en el modo
tradicional de concebir a la administración de justicia.
De hecho, una de las tantas consecuencias derivadas del
surgimiento de un nuevo paradigma es la redefinición de
muchos de los términos antes empleados.

El modelo tradicional de administración de justicia o


como han llamado algunos “el viejo modelo” ha queda-
do saturado, debido fundamentalmente a que ya no es
posible a través de él explicar los fenómenos actuales de
nuestra realidad social. Desde tiempos no tan lejanos pa-
reciera ser que empezamos a tener cierto escepticismo en
cuanto a la real efectividad del servicio de administración
de justicia. Esta insatisfacción popular puede revertirse
a partir del hecho de entender a la administración de
justicia no sólo como una actividad desarrollada exclu-
sivamente por los magistrados, sino también puesta en
2)  Extraído de: http://www.derecho.uba.ar/derechoaldia/tapa/filosofia-de-la-
solucion-de-controversias/+3919.

166
marcha por medio de los ya mencionados métodos al-
ternativos de resolución de conflictos. En otras palabras,
el servicio de administración de justicia ya no deberá ser
proveído sólo por los órganos judiciales. Aún más, el tér-
mino “acceso a la justicia” no sólo deberá comprender la
posibilidad de que su reclamo sea judicialmente consi-
derado, sino también que pueda encontrar reparo en los
métodos alternativos de resolución de conflictos.
La mediación, uno de los principales métodos alter-
nativos, es definida por Álvarez como “una forma de
facilitar la negociación entre las partes, o una forma en
que las disputas se resuelven con la menor delegación de
poder y con el máximo de satisfacción”. Con base en esto
último, ante un nuevo modelo de justicia, el juez deberá
asumir un nuevo rol en la resolución de conflictos. Así,
su objetivo antes del dictado de una sentencia definitiva
deberá ser, según la expositora, el de lograr una efectiva
conciliación entre las partes que logre zanjar el conflic-
to presentado. Nunca volveremos a ver al juez, como un
ente aislado que tan sólo se limita a observar el hipotético
caso litigioso para luego subsumirlo en la norma corres-
pondiente, para posteriormente comunicar a las partes
los resultados de dicha operatoria. Calificó Álvarez a este
proceso como parte de un modelo que ya se encuentra
saturado.
Sin embargo, no sólo será el juez quien se deberá re-
plantear su rol, sino que también los propios abogados.
Éstos, deberán considerar la aplicación de la abogacía co-
laborativa, en la que ya no se proponen litigar, sino que se
intenta junto a sus colegas que las partes puedan resolver
el conflicto que los enfrenta.
En otro orden de cosas, afirmó que hoy el acceso a
la justicia es una verdadera política de estado -política

167
pública- del Poder Judicial, estableciendo esto también
una insoslayable diferencia con lo ocurrido durante la
vigencia del modelo tradicional que nos disponemos a
abandonar. Tal vez, un caso emblemático sea la creación
de la Oficina de Violencia Doméstica, impulsada por la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, y cuya razón de
ser podría resumirse en la voluntad de facilitar el acceso
a la justicia ante un caso de violencia dentro de un grupo
familiar determinado. Todos estos avances terminan por
incentivar una democratización del poder, en donde la
participación en la elaboración de la norma individual
para cada caso se torna una costumbre, convirtiendo a di-
cha norma en democrática más que en autocrática. A su
vez, a decir de Álvarez, la participación e inclusión de los
sectores vulnerables, trae aparejado la democratización
de nuestro sistema judicial. “Los sectores vulnerables han
encontrado una vía de acceso a la justicia donde pueden
ser escuchados, se sienten que sus derechos son respeta-
dos en un porcentaje sumamente alto”.
Tomó como ejemplo el caso de la Ley 24.573 de me-
diación y conciliación de Argentina, promulgada el 25 de
octubre de 1995, que tuvo como resultado una impor-
tante disminución en los niveles de litigio, especialmente
en materia civil. Entre los años 1996 y 2010 tan sólo el
28,4% de los conflictos terminaron siendo tratados en
sede judicial. En definitiva, se efectúan más mediaciones
que juicios, al menos en el área civil. También los nú-
meros son alentadores en la competencia federal civil y
comercial donde sólo el 36% de los expedientes sortea-
dos vuelve a los juzgados. Son más que prometedoras las
cifras que se manejan en lo relativo a la efectividad de
aquellos métodos de resolución alternativa de conflictos.

168
El actual modelo de gestión
Sin duda, el acceso a la justicia es un tema que permane-
ce vigente en el tiempo, sobre todo, en tiempos en que
la percepción de los ciudadanos es que, cada vez, resulta
más difícil tener acceso a la justicia, encontrar un meca-
nismo a través del cual sus derechos sean restituidos.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexi-
canos, reconoce el derecho a la justicia y ofrece una nueva
forma de acceso a la misma al establecer:

Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia


por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su
derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le adminis-
tre justicia por tribunales que estarán expeditos para
impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes,
emitiendo sus resoluciones de manera pronta, com-
pleta e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando,
en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.

La configuración de un nuevo paradigma:

Las leyes preverán mecanismos alternativos de solu-


ción de controversias. En la materia penal regularán
su aplicación, asegurarán la reparación del daño y es-
tablecerán los casos en los que se requerirá supervisión
judicial.

La jurisdicción es una de las funciones esenciales del Es-


tado. Administrar justicia implica para el Estado, a través
del sistema judicial, una alta responsabilidad. La comu-
nidad percibe, influida por los medios de comunica-
ción, también por las propias actuaciones de los órganos

169
judiciales, que ese sistema no funciona, no ofrece las res-
puestas urgentes que tiene la población en materia de jus-
ticia, atribuible a vicios materiales, formales o éticos. Este
panorama debe cambiar, ya que el acceso a la justicia es
un bien inestimable, sin dejar de mencionar que, induda-
blemente, el ejercicio jurisdiccional se realiza con la más
alta diligencia y responsabilidad social posible.
Ante tal situación y con la firme convicción de la
necesidad de un verdadero cambio en la forma de ad-
ministración de justicia, en el año 2008, se realizaron
reformas constitucionales que incluyen los mecanismos
alternativos de resolución de controversias como nuevo
paradigma de acceso a la justicia en México, y que Baja
California, adopta de forma inmediata.
El 18 de junio de 2008, se reforma el artículo 17 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
en el que se contempla que las leyes establecerán meca-
nismos alternativos de solución de controversias.
Asimismo, Baja California, fiel a su tradición jurídica
y vanguardista, adelantándose a la reforma federal, mo-
difica el artículo séptimo de la Constitución Política del
Estado Libre y Soberano de Baja California, consagrando
como garantía individual y derecho fundamental, el ac-
ceso a los mecanismos alternativos de solución de con-
troversias, señalando que las personas tendrán derecho a
acceder a los medios alternativos de justicia para resolver
sus controversias, en la forma y términos establecidos por
las leyes respectivas, de esta forma, el 19 de octubre de
2007, se pública en el Periódico Oficial del Estado, la Re-
forma a la Ley Orgánica del Poder Judicial, dando origen
al Centro Estatal de Justicia Alternativa del Estado, como
órgano auxiliar del Consejo de la Judicatura.

170
La mediación y conciliación en sede judicial
El Centro Estatal de Justicia Alternativa de Baja Califor-
nia, cuya sede estatal se encuentra en la ciudad de Mexi-
cali, capital del Estado, cuenta con oficinas en los muni-
cipios de Tijuana y Ensenada, con una amplia cobertura
de servicio de los medios alternativos de solución de con-
flictos, cumpliendo satisfactoriamente lo dispuesto por la
Ley de la materia, obteniendo hasta la fecha, resultados
muy satisfactorios.
Los medios alternativos para la solución de controver-
sias jurídicas que establece la Ley, son optativos a la vía
jurisdiccional ordinaria, es decir, no anulan aquella, ju-
risdicción que estará siempre al alcance de los ciudadanos
que, habiendo optado por la mediación o conciliación
para resolver su conflicto, no hayan llegado acuerdo al-
guno, jurisdicción que estará expedita en los términos y
condiciones que establece la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, la Constitución Política del
Estado Libre y Soberano de Baja California y las leyes
ordinarias que las reglamentan.
Los medios alternativos serán aplicables solamente en
los asuntos que sean susceptibles de convenio o acuerdo,
que no contravengan alguna norma de orden público o
afecten derechos de terceros.
Los medios alternativos en sede judicial estarán a cargo
del Centro Estatal de Justicia Alternativa, cuyo servicio
será prestado a través de los especialistas adscritos al mis-
mo. Los medios alternativos se regirán por los principios
de voluntariedad, confidencialidad, flexibilidad, especia-
lidad, neutralidad, imparcialidad, equidad y honestidad.

171
El Centro Estatal de Justicia Alternativa como órgano
de implementación
De conformidad con el artículo 175 fracción VI, de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, el Centro Estatal de
Justicia Alternativa es un órgano auxiliar del Consejo de
la Judicatura del Estado, que tendrá a su cargo de con-
formidad con el numeral 197 BIS, la prestación de los
siguientes servicios:

A. Instrumentar y operar servicios de mediación


y conciliación extrajudicial, en los asuntos sus-
ceptibles de transacción cuyo conocimiento
está encomendado por la Ley a los tribunales
del Poder Judicial del Estado, y en materia
penal en los delitos que sean perseguibles por
querella, así como en aquellos casos que esta-
blezca el Código de la materia.
B. Substanciar procedimientos de mediación y
conciliación que pongan fin a las controversias
judiciales, a petición expresa de parte interesa-
da en los términos de la Ley de la materia.
C. Promover la mediación y la conciliación
como alternativas de prevención y solución de
controversias.

El Centro Estatal de Justicia Alternativa, de conformi-


dad con la Ley de Justicia Alternativa para el estado de
Baja California, tiene competencia para conocer asuntos
relativos a las materias civil, familiar y mercantil, de con-
formidad con el artículo 22 de dicha ley, sin embargo,
es oportuno hacer notar la imprecisión contenida en la
Ley Orgánica del Poder Judicial, que a pesar de su últi-
ma reforma de enero de 2013, no adecuó el contenido

172
del artículo 197 BIS, inciso A, cuya última parte señala
que en materia penal, el Centro tendrá competencia para
atender a través de la mediación y conciliación, los delitos
que sean perseguibles por querella así como en aquellos
casos que establezca el Código de la materia, lo cual no
es correcto afirmar, ya que la mediación y conciliación en
materia penal es competencia exclusiva de la Procuradu-
ría General de Justicia del Estado, de conformidad con lo
señalado por el artículo 8 de la Ley de Justicia Alternativa
para el Estado de Baja California.
La residencia del Centro se encuentra en la ciudad de
Mexicali, capital del Estado, y cuenta a la fecha, con dos
oficinas regionales en las cabeceras municipales que co-
rresponden a Tijuana y Ensenada, sin perjuicio de que el
Consejo de la Judicatura establezca otras sedes de acuer-
do a las necesidades de los justiciables y el presupuesto
asignado.
El Centro cuenta, para el cumplimiento de sus atribu-
ciones, con la siguiente estructura inicial:

a. Un Director.
b. Un Subdirector.
c. Tres coordinadores de especialistas, uno por
sede (Mexicali, Tijuana y Ensenada).
d. Especialistas en mediación y conciliación ads-
critos a las distintas sedes.
e. Los auxiliares administrativos que se requieran
para el auxilio de las actividades sustantivas del
Centro.

173
Asuntos mediables en sede
judicial, a la luz de la Ley
de Justicia Alternativa para
Baja California
Los medios alternativos serán aplicables solamente en los
asuntos que sean susceptibles de convenio o acuerdo, que
no contravengan alguna norma de orden público o afec-
ten derechos de terceros.
A pesar de que la Legislación en Baja California, no
hace referencia clara a las materias que pueden abordarse
en mediación y conciliación judicial, si es posible que por
exclusión, afirmemos que el Poder Judicial de Baja Cali-
fornia, a través del Centro Estatal de Justicia Alternativa,
puede atender asuntos en materia familiar, civil y mer-
cantil, ya que la misma Ley de Justicia Alternativa, señala
que la mediación, conciliación y proceso restaurativo, es
competencia exclusiva de la Procuraduría General de Jus-
ticia del Estado.
De acuerdo con información oficial del Centro Estatal
de Justicia Alternativa, las materias en las que ejerce su
competencia son: familiar, civil y mercantil, abriendo un
tercer rubro denominado: orientación y canalización. A
continuación, les presentamos las materias y casos con-
cretos que se han estado atendiendo en mediación y con-
ciliación en sede judicial.

Materia familiar
El Derecho de Familia es el conjunto de normas que
rigen la constitución, organización disolución de la

175
familia como grupo, en sus aspectos personales y de or-
den patrimonial3. 
El derecho de familia tiene como objeto de estudio a
la familia, entendida ésta como un todo, no obstante, la
mayoría de los conflictos surgidos en el entorno familiar,
son resueltos por los tribunales, a través de juzgados de
familia, encargados de resolver las controversias del or-
den familiar consagradas en el Código Civil o bien en
Códigos de Familia, en aquellos lugares en que la materia
familiar se ha separado de la materia civil, que en Baja
California aún no se ha producido dicha separación.
Algunos autores definen la familia como un conjunto
de personas que se hallan unidas por vínculos de con-
sanguinidad o adopción integrada con base en personas
llamados padres y los hijos de ellos que viven en un hogar
cultivando los afectos necesarios y naturales con intereses
comunes de superación y progreso. Esta concepción de
familia ha ido evolucionando, de modo que hay quienes
incorporan al concepto de familia, a aquellas personas
del mismo sexo que han decidido en los hechos y en el
derecho, formar un matrimonio, y que eventualmente
podrían enfrentar conflictos encuadrados en la materia
familiar.
Como hemos señalado, corresponde a las autoridades
judiciales específicas la solución de los conflictos de or-
den familiar que se presentan en la sociedad, desde luego
aquellos que caen en el orden del derecho, no obstante
ello, la mediación y conciliación han abierto un espacio
más para el diálogo y la búsqueda de solución a través de
la comunicación propiciada por un tercero neutral, quien

3)  Mazeud, Henry, León y Jean, “Lecciones De Derecho Civil”, Bs., As., Argentina,
EJEA, 1968, Vol. 3, pág. 4.

176
estará ante todo, dispuesto a ayudar en la búsqueda de
acuerdos satisfactorios para ambas partes en conflicto.
La mediación y conciliación en materia de familia, no
está permitida en todos los conflictos del orden familiar,
ya que como hemos señalado, se trata de una materia
cuya exclusividad corresponde a los jueces de familia, so-
bre todo en casos en que la mediación este prohibida por
disposición expresa, como lo señalado en la Ley General
de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia:

Artículo 8. Los modelos de atención, prevención y


sanción que establezcan la Federación, las entidades
federativas, el Distrito Federal y los municipios, son
el conjunto de medidas y acciones para proteger a las
víctimas de violencia familiar, como parte de la obli-
gación del Estado, de garantizar a las mujeres su se-
guridad y el ejercicio pleno de sus derechos humanos.
Para ello, deberán tomar en consideración:
Frac. IV. Evitar procedimientos de mediación o con-
ciliación, por ser inviables en una relación de someti-
miento entre el Agresor y la Víctima.

A continuación, presentamos los casos que en materia


familiar interviene el Centro de Justicia Alternativa del
Poder Judicial de Baja California.

a) Guarda y custodia de menores


Por guarda y custodia se entiende vivir, cuidar y asistir a
los hijos. Es independiente de la patria potestad. La guar-
da y custodia se puede atribuir a uno de los cónyuges,
compartida entre ambos o a una tercera persona.
La ley establece el derecho de los padres de visitar a los
hijos. En el caso de que la guarda y custodia se otorgue

177
a uno de los cónyuges, el otro tiene derecho a visitarlos
estableciendo unos horarios, esto último puede hacerse
de manera individual, a través de un acuerdo o convenio
que se denominará de visitas y convivencia.
La intervención del Centro Estatal de Justicia Alter-
nativa, ha sido encaminada a la celebración de convenios
en los que las partes han resuelto la forma y condiciones
en que dicha guarda y custodia deberá hacerse, siempre y
cuando se apegue a lo señalado por la Ley.

b) Visitas y convivencia de menores


Se refiere a aquellos casos en que las partes acuden a me-
diación con la intención de celebrar un convenio en el
que se regule las visitas que podrán hacer los padres que
no tengan la custodia de hecho o de derecho de los me-
nores hijos, así como las reglas de convivencia bajo las
cuales se llevará a cabo ésta.

c) Convenios de pensión alimenticia


Las pensiones alimenticias son las cantidades que el cón-
yuge no custodio debe ingresar mensualmente al cónyuge
custodio que vive con los hijos.
Las pensiones alimenticias se dan si hay hijos meno-
res, si hay hijos mayores de edad dependientes económi-
camente de los padres o si hay hijos incapacitados.
El importe de las pensiones puede acordarse entre los
cónyuges, pero deben ser coherentes con los ingresos de
ambos cónyuges y con los gastos de los hijos.
En estos casos, al celebrarse convenio ante el Centro
Estatal de Justicia Alternativa, se agrega una cláusula es-
pecial, en la que se establece que en caso de transgredirse
o vulnerarse los derechos de las personas antes indicadas,
se dará vista al Ministerio Público y/o al Sistema para el

178
Desarrollo de la Familia (DIF), a fin de que se encarguen
de velar por los intereses de los menores.
Por ello, si acordaran unas pensiones inapropiadas, el
Juez podría desestimar el Convenio y deberían proceder
a iniciar un nuevo proceso, ya que tanto el Juez como el
Ministerio Público velarían, por encima de todo, por el
bienestar de los hijos.
La ley no establece un importe oficial para determinar
las cantidades a establecer, por eso, deben establecer si-
guiendo una coherencia con los ingresos de los cónyuges
y los gastos que generan los hijos.
La pensión será suficiente para satisfacer los alimen-
tos y adoptará las medidas convenientes para asegurar la
efectividad y acomodación de las prestaciones a las cir-
cunstancias económicas y necesidades de los hijos en cada
momento, entendiendo por alimentos no sólo la comida,
sino todo lo que es indispensable para el sustento de los
hijos, como son el alojamiento, el vestido y la asistencia
médica.
La pensión de alimentos normalmente debe satisfacer-
la el progenitor que no ostenta la guardia y custodia de
los hijos. En los casos de custodia compartida, lo normal
es fijar una especie de fondo común al que contribuyen
ambos progenitores en función de sus disponibilidades y
que es administrada por el progenitor que ejerce en cada
caso la custodia.
Todos estos aspectos, son cuidadosamente observados
por parte de los especialistas del Centro Estatal de Justicia
Alternativa, siempre privilegiando el interés superior del
niño y las normas aplicables en materia familiar.

179
d) Convenio de divorcio
Es el acuerdo al que llegan los cónyuges en el que se re-
gulan cómo van a quedar las relaciones con los hijos co-
munes, si los hubiera, y las relaciones patrimoniales. La
intención de la celebración del convenio ante el Centro,
representa ventajas significativas, ya que, al llegar con el
convenio elevado a la categoría de cosa juzgada, el juez
correspondiente, sólo se pronunciaría respecto a la diso-
lución del vínculo matrimonial, lo que hace más ágil la
tramitación de los juicios y el ahorro de tiempo significa-
tivo, contribuyendo a la despresurización de la carga de
trabajo en los órganos jurisdiccionales.
Se da la intervención del Centro Estatal de Justicia
Alternativa, ya que a las partes se les impone por ley, la
obligatoriedad de presentar un convenio regulador en
las demandas divorcio voluntario. En él, ambos cónyu-
ges coincidan en los acuerdos que lo forman, aceptando
todas las cláusulas que lo integran, mediante las que a
través de la autonomía de la voluntad intentan poner una
solución a los problemas conyugales.
Las cláusulas que componen el convenio, son elabo-
radas en sentido positivo y lo más claro posibles, sin que
pueda dejarse su cumplimiento a la voluntad de uno de
los cónyuges. En el mismo, se prevean soluciones alter-
nativas para los supuestos de incumplimiento de algunas
de las cláusulas.
El convenio que celebramos, contiene como mínimo
los siguientes aspectos:
1. El cuidado de los hijos sujetos a la patria potestad
de ambos, el ejercicio de ésta y, en su caso, el régi-
men de comunicación y estancia de los hijos con
el progenitor que no viva habitualmente con ellos.

180
2. La atribución del uso de la vivienda y demás bie-
nes familiares.
3. La contribución a las cargas del matrimonio y
alimentos, así como sus bases de actualización y
garantías en su caso.
4. La liquidación del régimen conyugal, cuando
proceda.

e) Liquidación de sociedad conyugal


La liquidación consiste en repartir los bienes, modifican-
do la propiedad pasando de ser propiedad del matrimo-
nio a propiedad individual de las personas que formaron
el matrimonio. Es lo que formalmente se dice adjudicar
los bienes. En estos casos, la intervención del Centro, se
da cuando las partes solicitan regular lo que de hecho se
está dando, estableciéndose en el convenio que deberán
acudir ante las instancias correspondiente, para que en
su caso, sea la autoridad jurisdiccional la que gire oficios
a las distintas dependencias de gobierno, o en su caso,
realizar de manera personal y directa, los tramites que
sean necesarios para la formalización de dicha liquida-
ción, como son, los tramites ante el Registro Público de
la Propiedad y del Comercio, etc.

f ) Otros conflictos que por su naturaleza recaen en el ámbito


familiar distintos a los ya enunciados
Son aquellos asuntos diversos a la casuística antes descrita
y que por su naturaleza son tan especiales o innomina-
dos y que ocasionalmente son ventilados ante el Centro,
pero que forman parte de la materia familiar. Como, por
ejemplo: obligaciones de crianza de los hijos, reclamos
por falta de comunicación entre padre e hijos, etc.

181
Materia civil y mercantil
Es uno de los conflictos más comunes presentados ante el
Centro de Justicia Alternativa del Poder Judicial de Baja
California, lo constituye el incumplimiento de cualquier
contrato ya sea escrito o verbal. Sabemos que el contrato
es un acuerdo de voluntades mediante el cual, las par-
tes se obligan a la realización o no de determinadas con-
ductas, es decir, se comprometen a ciertas prestaciones
y contraprestaciones. Al presentarse el incumplimiento
por parte de una de ellas, acuden al Centro a solicitar los
servicios de mediación o conciliación, con la finalidad de
encontrar una solución del conflicto, mediante la ayuda
de un especialista.
A continuación, enlistamos algunos de los conflictos
que son llevados a Justicia Alternativa, con la finalidad
de llegar a algún acuerdo extrajudicial y con ello dar por
terminada la disputa, a través del diálogo.

a) Contrato de mutuo
Es llamado también préstamo de consumo. Es el conve-
nio por el cual una persona (mutuante o prestamista), en-
tregaba en propiedad a otra (mutuario o prestario), una
determinada cantidad de cosas fungibles con la obliga-
ción de restituirlas dentro de cierto plazo por otro tanto
del mismo género y calidad.
Es un contrato unilateral ya que solo engendra obli-
gaciones para el mutuario; de derecho estricto, ya que las
facultades del juez estaban limitadas a lo expresamente
convenido por las partes; real, ya que se formalizaba con la
sola entrega de la cosa; no formal; gratuito.
Para que el contrato quede perfecto se requiere ciertos
requisitos: la transferencia de la propiedad de las cosas
prestadas, que tuviera por objeto cosas que se apreciaran

182
por su número, peso o medida (fungibles), que el mutua-
rio se obligara a restituir al prestamista otras tantas de la
misma especie y calidad.
La transferencia de la propiedad exige en el prestamis-
ta la capacidad de enajenar, que tuviera el dominio de la
cosa y que la transmisión sea por medio de la tradición.
Es un contrato unilateral sus efectos necesariamente
están a cargo del mutuario, quien tiene la obligación de
restituir el equivalente de las cosas que había recibido en
préstamo, pero se admitió que las partes podían convenir
en que el mutuario se obligara a devolver una cantidad
menor a la recibida, considerándose que la diferencia en-
trañaba una donación a su favor.
Por ser unilateral, el mutuo no da lugar a una acción
contraria a favor del mutuario y únicamente, para el caso
que este hubiera obrado con dolo, acordándole para lo-
grar el resarcimiento por el daño.
En estos casos, la intervención del Centro consiste en
concientizar a las partes para que lleguen a un acuerdo y
hacerles ver las ventajas que representa resolver el conflic-
to a través de la mediación.

b) Conflictos derivados de incumplimiento del contrato de


arrendamiento
Solicitudes relativas al incumplimiento de contratos de
arrendamiento, que, en muchos casos, las partes no cuen-
tan con contrato en forma escrita, dándose el incumpli-
miento, regularmente por parte del arrendatario, por lo
que acuden al Centro, para que se propicie el dialogo y
lograr acuerdos.
Muchos de los acuerdos van encaminados a la forma-
lización por escrito de la relación contractual, en otras

183
ocasiones, la exigencia del pago de rentas y desocupación
del inmueble.

c) Problemas relacionados con el contrato de comodato


El Comodato es un contrato por el cual una persona (co-
modante) entrega gratuitamente a otra (comodatario) el
uso de una cosa no fungible, asumiendo la obligación de
devolverla en el lugar y tiempo convenidos, al no produ-
cirse la devolución, surge el conflicto.
En las solicitudes que se reciben en el Centro de esta
naturaleza, los especialistas generan la comunicación ne-
cesaria entre ambas partes, para que logren la solución
del conflicto, ya que por tratarse de un contrato en el que
la confianza se perdió, se trabaja en la restauración de la
misma y la continuidad de la relación, logrando acuerdos
respecto al conflicto planteado.
Generalmente se trata de préstamo de casas habita-
ción, y que después las personas no quieren desocupar el
inmueble.

d) Relativos a problemas de copropiedad


Conflictos relativos a copropiedades, en los que las partes
acuden al Centro para dirimir sus diferencias y obtener
un convenio, que les permita hacer uso y disfrute de for-
ma adecuada, de los bienes en copropiedad.

e) Contrato de compraventa
El contrato de compra-venta es aquel contrato bilateral
en el que una de las partes (vendedora) se obliga a la en-
trega de una cosa determinada y la otra (compradora) a
pagar por ella un cierto precio en dinero o signo que lo
represente.
El contrato de compraventa es un:

184
• Contrato nominado o típico, puesto que se en-
cuentra reglamentado en la ley.
• Contrato bilateral, ya que obliga tanto al vende-
dor como al comprador de la cosa.
• Contrato oneroso, requisito esencial porque si no,
no existiría compraventa, sino que derivaría en
uno de donación.
• Contrato consensual, se perfecciona por el mero
consentimiento de las partes.
• Contrato conmutativo, el precio que paga el com-
prador es equivalente al valor de la cosa que se
transfiere.

Elementos del contrato de compraventa:

• Cosa: objeto material, en oposición a los dere-


chos creados sobre él y a las prestaciones perso-
nales. Son bienes o derechos que estén dentro
del comercio.
• Precio: significa valor pecuniario en que se estima
algo, valor que se pide por una cosa o servicio.
Sus condiciones deben ser: cierto, verdadero, en
numerario y justo.
• Personas o partes - el vendedor, que es la persona
física o jurídica que transfiere la propiedad, y el
comprador, que es quien la adquiere.
• Formales: regularmente los contratos de compra-
venta no se otorgan por escrito, ya que la ley no
requiere tal formalidad; sin embargo, en la prác-
tica es habitual que el consentimiento se plasme
en un documento privado que sirva de prueba.
Hay excepciones en diferentes ordenamientos
jurídicos, por ejemplo, para el caso de bienes

185
inmuebles, o ciertos otros contratos que se obli-
gan a realizar por escrito, expresa o tácitamente.
• De validez: la capacidad, en donde el principio
general dice que toda persona capaz de disponer
de sus bienes puede vender y toda persona capaz
de obligarse puede comprar; y el consentimien-
to, que se refiere a que haya un acuerdo de las
partes que recaiga sobre el precio y la cosa.

Al producirse el incumplimiento, las personas acuden al


Centro, solicitando se envié invitación a la parte comple-
mentaria, sea vendedor o comprador, a fin que lograr un
acuerdo entre ambas.

f ) Conflictos derivados de servidumbres


Se entiende por servidumbre aquel derecho real que afec-
ta al dominio de un bien inmueble, limitando algunos
de los derechos inherentes a la propiedad y obligando al
titular del bien a permitir a uno o más terceros, en virtud
de la misma, realizar determinadas actividades.
La mayor parte de los derechos reales (propiedad, usu-
fructo, etc.) se refieren al derecho de una persona sobre
una cosa, siendo por ello derechos de configuración po-
sitiva. La servidumbre, por el contrario, es un derecho
de configuración negativa, dado que se basa en que una
persona tiene derecho a que otra, propietaria de un bien
jurídico, no haga algo con ese bien, o permita que él haga
algo. Es por ello una limitación en el derecho de propie-
dad de otra persona, una carga.
En la mayoría de los conflictos surgidos a raíz de esa
carga impuesta al propietario del bien afectado, las par-
tes desconocen la existencia jurídica de esta figura. Sin
embargo, dicha figura se ha venido actualizando en la

186
práctica a lo largo del tiempo, generalmente, por la bue-
na disposición del afectado por la carga y del beneficiado.
Cuando esa buena disposición termina por algún proble-
ma entre ambos, surgen diferencias que hacen imposible
la instrumentación de la servidumbre, provocando una
situación conflictiva con consecuencias graves para el be-
neficiado por la servidumbre, por lo que la intervención
de los especialistas, va encaminada a informar a las par-
tes de la figura jurídica y las implicaciones que conlleva
su implementación, ya que si bien es cierto, genera una
carga para el propietario, también lo es que, crea obliga-
ciones para el beneficiado, como la conservación de las
condiciones del bien.
En mediación se buscan los acuerdos necesarios para
que las partes mantengan una relación duradera y evitar
futuros conflictos que puedan llevarlos a los tribunales.

g) Conflictos relacionados con garantías de servicios


Son aquellos casos en que las solicitudes van dirigidas
a que el prestador de un servicio y vendedor de alguna
cosa, cubra las garantías correspondientes, en la mayoría
de los casos, se trata de garantías de servicios, como son,
reparación de equipos de aire acondicionado, garantías
por parte del fabricante, etc.

h) Reparación de daños
En efecto, entre esos principios que rigen la materia rela-
tiva a la reparación o resarcimiento de los daños y perjui-
cios, ocupa un lugar esencial y preeminente en la gene-
ralidad de los sistemas jurídicos el denominado principio
de la reparación integral.
Este principio, conocido también en su expresión
latina «restitutio in integrum», se dirige a lograr la más

187
perfecta equivalencia entre los daños sufridos y la repara-
ción obtenida por el perjudicado, de tal manera que éste
quede colocado en una situación lo más parecida posible
a aquélla en la que se encontraría si el hecho dañoso no
hubiera tenido lugar.
Se trata, en otras palabras, de que al perjudicado le
sea reparada la totalidad del daño por él padecido, en la
medida en que dicho daño haya resultado imputable a
un tercero. Ahora bien, para que ello suceda es preciso
que se cumplan dos condiciones: en primer lugar, la re-
paración debe comprender todo el daño resarcible y no
solamente una parte del mismo; y, en segundo lugar, esa
reparación debe limitarse estrictamente al daño efectiva-
mente producido, sin que pueda excederlo o superarlo,
para no comportar un enriquecimiento injusto a favor
del sujeto perjudicado. En definitiva, la reparación ha de
encontrar el justo equilibrio entre la infra compensación
y el enriquecimiento injusto del perjudicado.
Sin embargo, la consecución de este equilibrio y, con
él, la consecución de la reparación integral puede no re-
sultar tan sencilla como a primera vista pudiera parecer.
Por lo que nuestra intervención es fundamental en la
búsqueda del equilibrio en los acuerdos alcanzados. Las
partes logran los acuerdos y la forma de su instrumenta-
ción, ya sea a través de prestaciones en dinero o en espe-
cie, siempre y cuando sea conforme a la ley.

i) Conflictos relacionados con garantías hipotecarias


Una hipoteca es un préstamo que una entidad
bancaria o bien alguna institución hipotecaria –llámese
INFONAVIT, FOVISSSTE, etc.– otorga a una persona
con la garantía de un bien inmueble. Aunque normalmente
se concede para la adquisición de una vivienda, pueden

188
existir otros casos como la construcción de la vivienda, la
rehabilitación de una vivienda habitual o la adquisición de
bienes inmuebles.
La vivienda o bien inmueble funciona como garantía
hipotecaria. Pero, puede ocurrir que como propietarios
del bien hipotecado se den lugar diferentes situaciones:

• Qué seamos propietarios del bien hipotecado, y


que éste lo utilicemos como garantía para una
deuda ajena y no propia. Esta situación se deno-
mina tercer hipotecante.
• que seamos propietarios de un bien hipotecado
anteriormente por otra persona que ha utilizado
la vivienda como garantía. La hipoteca se subro-
ga al adquirir el inmueble hipotecado.

Existen otro tipo de bienes que pueden hipotecarse, para


poder ser gravados, deben ser susceptibles de su inscrip-
ción en el Registro de la Propiedad.
Para que la hipoteca pueda constituirse se necesita que
se den los siguientes casos: se inscriba el bien inmueble en
el Registro de la Propiedad y que se otorgue la escritura
pública. A su vez, la escritura pública debe inscribirse en
el Registro de la Propiedad Inmobiliaria. Sin estas ins-
cripciones que se les denomina constitutivas, el derecho
real de la garantía, la hipoteca, no existe.
Al surgir el conflicto por el incumplimiento de las
obligaciones surgidas mediante el contrato de hipoteca,
una de las partes se ve obligada a exigir de la otra, general-
mente por falta de pago, el cumplimiento de dicha obli-
gación, por lo que acude a mediación o conciliación con
la finalidad de llegar a un acuerdo que permita continuar

189
con la relación contractual y, particularmente el deudor,
no pierda su inmueble.

j) Conflictos derivados de títulos de crédito


El solicitante que cuenta con un título de crédito, ya sea
un pagaré o un crédito hipotecario solicita la intervención
del Centro con la finalidad de agilizar el procedimiento y
evitar someterse a la jurisdicción de los tribunales.

k) Pago de pesos
Es la acción que se entabla cuando existe adeudo en los
contratos de arrendamiento y el arrendador solicita se le
haga el pago de adeudos vencido en pesos, sin el interés
de que la persona desocupe el inmueble.

l) Conflictos vecinales
Son todos aquellos asuntos en los que existe una relación
vecinal y que causan perjuicio directo en el patrimonio
del vecino o que impiden que la convivencia sea armo-
niosa por tratarse de situaciones que jurídicamente no
implican un conflicto grave.

m) Derechos sucesorios
Se refiere a aquellos casos en que los herederos de los bie-
nes del de cujus, solicitan los servicios del Centro Estatal
de Justicia Alternativa, para a través de la mediación lle-
gar a acuerdos, respecto de la repartición de los bienes de
la herencia, lo que les permitirá agilizar el proceso ante
las autoridades jurisdiccionales correspondientes, quie-
nes se pronunciarán, en definitiva, respecto la sucesión
correspondiente.

190
n) Otros conflictos que no encuadran en la lista anterior
Son los asuntos que son diversos a la casuística y que por
su naturaleza misma son tan especiales o innominados y
que ocasionalmente son ventilados ante el Centro.

Orientación y canalización
Se trata de un servicio que se otorga por medio del Cen-
tro Estatal de Justicia Alternativa del Poder Judicial, que
consiste en orientar y en su caso, canalizar a los ciudada-
nos a distintas dependencias públicas o privadas para la
solución de su conflicto, ya que resultaron ser de materia
distinta a la competencia del Centro, como pueden ser,
conflictos derivados de relaciones laborales entre traba-
jador y patrón, conflictos derivados de la comisión de
una conducta posiblemente delictiva, los que recaen en
la materia penal (abuso sexual, despojo, solicitud de or-
den de restricción, violencia familiar y daño culposo por
tránsito), o bien asuntos en materia civil, pero que por su
naturaleza, son de competencia exclusiva de los órganos
jurisdiccionales como: divorcios, inicio de trámite suce-
sorio, entre otros.

191
El proceso de mediación

El procedimiento de mediación lo podríamos definir


como una serie de etapas, mediante las cuales, las partes
en el proceso van en busca de la solución del conflicto,
a través de sus aportes personales, basados en la expe-
riencia vivida dentro del mismo y sus habilidades perso-
nales, motivadas por la guía de un especialista llamado
mediador, concluyendo con un acuerdo que ponga fin al
conflicto, aunque dicho acuerdo puede o no producirse.
La mediación, por lo tanto, consistirá en la conduc-
ción de un proceso, no en la formulación de la solución
más adecuada. Para ello el mediador requerirá conoci-
mientos, pero también una pericia especial puesto que
como toda profesión las técnicas toman sentido en el hilo
general del proceso.
Antes de entrar al análisis de las etapas del proceso de
mediación, abordaremos algunas posturas éticas exigidas
a los especialistas, a fin de delimitar la participación de
éstos durante el proceso.

Consideraciones éticas de la mediación


El proceso de la mediación, como quedó de manifies-
to, consta de una serie de etapas mediante las cuales se
conduce la actuación de las partes, pero estas etapas, no
obstante ser básicas y guía para el proceso, están sujetas a
una serie de principios de los que se deducen sus consi-
deraciones éticas:

1. El especialista es imparcial y como tal debe ser


percibido por las partes. Esto es esencial para la
confianza en él y en el proceso y además debe

193
ser expresamente declarado. Hay veces en que
las suspicacias son tan grandes que por más es-
fuerzos que el especialista haga por demostrar
su imparcialidad siempre existe un fondo de
desconfianza inevitable. Ello en sí no es proble-
ma si el especialista sigue su ética profesional de
imparcialidad y se comporta adecuadamente.
2. La mediación es voluntaria, cualquier parte pue-
de retirarse cuando lo desee. De este modo nadie
se siente coaccionado y la responsabilidad de
las partes es mayor. En la práctica el especialis-
ta puede intentar frenar los intentos de huida
con argumentos que refuercen las ventajas de
buscar el acuerdo. En este punto hay un pano-
rama amplio ya que, por ejemplo, en algunos
casos en EEUU la mediación es de obligado
cumplimiento o requisito previo al litigio. En
cualquier caso, el verdadero espíritu de la me-
diación es la voluntad libre de las partes que
realmente quieren encontrar una solución.
3. El especialista no tiene poder para imponer un
acuerdo. El especialista puede sugerir solucio-
nes -el conciliador- pero no puede obligar a
aceptar un acuerdo determinado ya que en este
caso se violentaría el espíritu de la mediación.
Hay que tener también en cuenta que para las
partes puede ser muy difícil aprender a resolver
sus diferencias y es normal que intenten ma-
nipular o forzar al especialista para que se in-
cline por ellos. Como en todos los principios
que estamos exponiendo, éste también es un
punto que los profesionales reformulan en su
práctica concreta, según su estilo o tendencia.

194
Pueden ser más o menos persuasivos o no. Pero
no podemos olvidar que el estilo no debe rom-
per ciertas reglas básicas, que las reglas no son
fórmulas matemáticas sino criterios básicos que
guían el quehacer profesional.
4. No interesa ni se trata de buscar culpables e ino-
centes, víctimas y verdugos, quién tiene razón y
quién no. Enredarse en un rosario de culpas y
tratar de determinar quién tiene la razón es una
tarea estéril si consideramos que la mediación
busca la colaboración que se basa en la com-
prensión y aceptación del punto de vista ajeno
y que se parte de la base de que los conflictos
implican una interdependencia en la interac-
ción. Cuestión aparte y que en cierto modo
sirve de marco es qué dicen las leyes al respecto
del tema que se esté tratando. Este aspecto debe
tenerse en cuenta. Hay casos más complicados
que otros, pero podemos pensar siempre en las
leyes en positivo, esto es, en superarlas, si es
el caso, hacia mejor. En cualquier caso, no se
puede ir en contra de la ley. Veamos esto con
un ejemplo. En un acuerdo de divorcio de una
pareja con hijos la ley puede establecer un régi-
men determinado de visitas de los padres a los
hijos. En un tribunal ello se puede considerar
un campo de batalla en el que los cónyuges tra-
tan de herirse, por eso la mediación se centraría
en este caso en preservar los derechos de todos
los miembros de la familia centrando el tema
en considerar todos los aspectos implicados en
el bienestar de los hijos, más allá del hecho con-
creto de cuántos días le corresponden al padre.

195
En un conflicto bien llevado la ley es un punto
de partida más que de llegada.
5. Todo lo manifestado en el transcurso de la media-
ción es confidencial. Ello es esencial para guardar
la intimidad de las partes y que las mismas se
sientan libres para abrirse y confiar en el espe-
cialista. Este, como un confesor o un médico,
debe guardar los secretos. Pero no sólo hacia el
exterior sino también debe abstenerse de revelar
a una parte aquello que la otra le ha confiado
en privado y no quiere hacer saber a la primera.
6. La mediación es un proceso de aprendizaje. Por lo
tanto, el especialista es un educador que dispo-
ne las condiciones y guía a las partes para que
aprendan a solucionar sus diferencias construc-
tivamente, llegar a una verdadera resolución del
conflicto y construir para el futuro una relación
más madura y positiva. Es mejor enseñar a al-
guien a solucionar sus problemas que decirle lo
que tiene que hacer o solucionarla por ella.
7. El pilar básico del proceso es la comunicación.
Restablecerla, positivarla, encauzarla y educarla
es la herramienta básica con que cuenta el espe-
cialista. La mediación es la posibilitación de un
diálogo verdadero y constructivo.

La Ley de Justicia Alternativa de Baja California, señala


que los medios alternativos se regirán por los principios
de voluntariedad, confidencialidad, flexibilidad, especia-
lidad, neutralidad, imparcialidad, equidad y honestidad4.

4)  Art. 7. Ley de Justicia Alternativa para el Estado de Baja California, publicada en
el Periódico Oficial del Estado, No. 43, el 19 de octubre de 2007.

196
Etapas del proceso
Aunque existen algunas variaciones en las opiniones de
los autores sobre el proceso a seguir en la mediación bási-
camente todos coinciden. A modo de ejemplo estudiare-
mos tres propuestas distintas que creemos pueden resul-
tar ilustrativas.
Para Singer5, las etapas del procedimiento de media-
ción, consideradas por éste como básicas son seis:

1. Contactos iniciales entre el mediador y las


partes.
2. Establecimiento de líneas generales que guiarán
el conflicto.
3. Recopilación de información e identificación
de los puntos a resolver, acordando un orden
del día.
4. Desarrollo de opciones para solucionar cada
punto.
5. Evaluación de las opciones de acuerdo.
6. Conclusión de un acuerdo global o parcial so-
bre el núcleo sustantivo del conflicto y elabo-
ración del plan necesario para la ejecución, el
control y la ratificación de dicho acuerdo, aun-
que en la actualidad sea imposible.

De acuerdo con las etapas anteriores, se describe dicho


proceso como una transición pasa a paso desde la narra-
ción por las partes de todo lo que quieran manifestar,
de manera que al desahogarse contando su historia so-
bre el conflicto, se produce una descarga emocional, a la
vez que se va reuniendo por parte del especialista, toda la

5)  Singer, L. R. Resolución de conflictos. Barcelona, Paidós.1996.

197
información posible, pasando por una fase más directiva
en la que el mediador o conciliador, estructuran y diri-
gen la conversación canalizando el desarrollo de la misma
hasta llegar a la generación de soluciones y el estableci-
miento del acuerdo, que será completado con un plan
para controlar su cumplimiento.
Duffy,6 elabora un programa estructurado de media-
ción. Ello trata de un organismo centralizado que acoge
los problemas planteados por los ciudadanos derivándo-
los al programa más adecuado dentro de una variedad de
opciones. Si el caso es propicio para la mediación se sigue
el siguiente esquema:

1. Acuerdos preliminares. Reunión de informa-


ción. Organización de la sala. Bienvenida.
2. Primera sesión conjunta: introducción y expo-
sición de las partes.
3. Sesiones individuales: reunir información,
identificación y clarificación del problema.
4. Sesiones conjuntas: reunir información, identifi-
cación y clarificación del problema, generar op-
ciones, negociar, seleccionar y evaluar las opciones.
5. Acuerdo.
6. Seguimiento.

Como vemos las diferencias no son básicas, sino que se


trata de maneras de dar forma a un proceso básico:

1. Reunir información, analizar el caso.


2. Posibilitar el entendimiento entre las partes:
a. Reestructurar la relación.
6)  Duffy, Grover y otros. La mediación y sus contextos de aplicación. Una introducción
para profesionales e investigadores. Barcelona: Paidós. 1996.

198
b. Generación de soluciones.
3. Acuerdo: suscribir un acuerdo y establecer un se-
guimiento. Todos los autores comienzan anali-
zando la sesión inicial o introductoria que debe
realizar el especialista que es considerada fun-
damental ya que va a constituir un marco pre-
vio. A este respecto es importantísimo explicar
con claridad las reglas del procedimiento y sus
características básicas.

Por último, Muldoon7 señala que el primer reto en la me-


diación será la contención del conflicto, que bien puede
ser estática o dinámica. La contención estática consiste
simplemente en hacer que la relación destructiva se ago-
te, retirar la leña del fuego, restablecer el orden al dejar
que el caos se extinga solo. La contención dinámica con-
siste en transformar el conflicto en discusión, para ello se
da a las partes un objetivo, una meta, que les permita en-
contrar un sentido a la discusión y un camino a recorrer.
Esto quiere decir que el mediador puede preguntar algo
así como “¿cómo quiere que sea su vida cuando esto haya
terminado?”. Recordemos que en una situación conflic-
tiva las partes están luchando por dominar al otro y se
ha establecido un patrón de interacción irracional que se
autoalimenta y que, por lo tanto, necesitamos perseve-
rancia y templanza para vencer la resistencia de las partes
a dar por terminado el juego. Cuando el conflicto tiene
un objetivo se convierte en disputa:

El proceso de transformar un conflicto en una dis-


puta resulta extraordinariamente fácil. Lo único que
7)  Muldoom, Brian. El corazón del conflicto. Paidós Mediación 8, Ed. Paidós,
Barcelona, 1998.

199
tenemos que hacer es encontrar un espacio donde
reunir a las partes y pedir a cada una de ellas que
nos cuente la historia del conflicto, o que nos dé su
versión del mismo, o que nos describan su postura.
Las “historias” constituyen posiblemente la estructu-
ra fundamental de la experiencia humana. Una vez
que ordenamos nuestros pensamientos, reacciones
y opiniones en una narración, contenemos el caos.
Empieza a volverse lineal, a tener sentido, y nosotros
empezamos a relajarnos... La esencia de la resolución
de disputas es analizar los diversos puntos, hechos,
teorías y opiniones hasta que las partes identifiquen el
punto esencial que los separa.8

El resultado de la contención es la autodisciplina, el or-


den, la superación del apasionamiento. Los diálogos son
como sistemas de estructuras entrelazadas, son patrones
particulares que se producen en la interacción entre las
partes.
Debe tener presente las características de las partes y
como encajan la una con la otra. Para ir transformando
la situación de conflicto el especialista debe ser un mode-
lador, un apoyo y un refuerzo que empuje a las partes a
funcionar como iguales, que se enfoquen en los intereses,
un reestructurador del proceso de comunicación y teje-
dor de un sistema justo y equilibrado de toma de deci-
siones, ello con la finalidad de llegar a un acuerdo justo
para ambos.
Como pudimos observar, el procedimiento de media-
ción, es un proceso basado en etapas claramente identifi-
cables, donde los autores analizados coinciden en señalar

8)  Ob, cit., pag. 63 y 64.

200
la existencia de pasos estructurados, mediante los cuales
iremos transitando hacia la consecución de la solución
del conflicto, que no necesariamente se podrá traducir en
un acuerdo, sino que es posible que no existiendo acuer-
do, la relación rota por el conflicto, reduzca su tensión
y que las partes logren volver a comunicarse, lo que en
mediación, constituye un éxito.

El procedimiento mediación y/o conciliación en Baja


California
En Baja California, la implementación de los mecanis-
mos alternativos de solución de controversias en materia
civil, mercantil y familiar, está a cargo del Poder Judicial,
a través del Centro de Justicia Alternativa. Por lo que al
procedimiento se refiere, éste podrá iniciarse a solicitud
verbal o por escrito de la parte interesada, es decir, cual-
quier persona que considere que ha sido transgredido su
derecho podrá optar por acudir a justicia alternativa, ex-
poniendo su conflicto, señalando el nombre o nombres
de las personas con las que se tenga la controversia, así
como el domicilio de éstas, a fin de que sean invitadas
(citadas) a una audiencia inicial (Art. 28 LJABC).
Si bien es cierto que es indispensable conocer el do-
micilio de la o las personas a las que se va a invitar a
justicia alternativa, a fin de celebrar la audiencia inicial,
la presencia de ellas puede obtenerse mediante su locali-
zación por cualquier otro medio, ya sea telefónico o bien
por correo electrónico, ya que la misma ley autoriza rea-
lizar la invitación haciendo uso de las nuevas tecnologías
y cualquier medio por el cual se logre la ubicación de
las personas, en caso de no asistencia de la parte invita-
da, se procederá a expedir una segunda invitación a au-
diencia inicial, en caso de persistir la no asistencia, se le

201
informará al solicitante que la participación del Centro
de Justicia Alternativa a concluido, orientándolo sobre
otras instancias.
Una vez recibida la solicitud, sea verbal o por escrito,
el especialista asignado, analizara la cuestión y determi-
nara si el conflicto planeado es competencia del Centro
de Justicia Alternativa y en caso afirmativo, establecer si
la mediación o conciliación son el mecanismo adecua-
do para la solución del conflicto. Por lo que corresponde
al especialista en el uso de sus facultades determinar su
competencia o no. En todo momento, se procurará que
los solicitantes e invitados tengan claro que la mediación
y/o conciliación son la mejor alternativa para la solución
de sus diferencias, de ser su competencia, en caso con-
trario, se les deberá orientar y canalizar a otras instan-
cias públicas o privadas donde puedan ayudarlos con su
conflicto.
De lo anterior, deberá dejarse constancia, es decir,
cuando el especialista determina ser competente, se abri-
rá un expediente (Art. 32 LJABC), en el cual habrá de
integrarse todo lo actuado, desde la constancia de acep-
tación de la mediación o conciliación firmada por el soli-
citante, copia de la invitación generada con motivo de la
solicitud, esto en primera instancia (art.29 LJABC).
La invitación que se genera con motivo de la solicitud,
es entregada al solicitante, ya que es este quien ubica a
la contra parte, sin embrago, puede ser entregada por el
especialista cuando así lo pide el solicitante, ya que en
muchas ocasiones las partes han perdido toda comuni-
cación que, al verse frente a frente, pudiera ocasionar un
conflicto mayor.
En caso de que la parte solicitante haya planteado su
conflicto ante una autoridad judicial, antes de proceder,

202
el especialista deberá recabar la información correspon-
diente, es decir, número de expediente y juzgado de radi-
cación con la finalidad de notificar al juez de la solicitud
de mediación o conciliación, para que tome las medidas
pertinentes de acuerdo a su competencia y a las disposi-
ciones legales correspondientes, como puede ser, la sus-
pensión del procedimiento judicial.
La suspensión aludida con anterioridad, podrá decre-
tarse hasta por dos meses.
La audiencia inicial (Art. 30 LJABC), constituye la
primera entrevista con la parte o partes invitadas a jus-
ticia alternativa, la cual puede acudir sola o bien con
abogado, con la única salvedad de que en caso de solici-
tar la presencia de los abogados en la audiencia, éstos se
abstendrán de emitir opiniones, solo podrán escuchar el
desarrollo de la misma y en caso de consideren necesario
platicar con su cliente, podrá solicitar un receso a efecto
de aconsejarles en cuanto a lo hasta entonces sucedido.
Cuando la parte invitada acepta someterse a justicia
alternativa, deberá firmar la constancia correspondien-
te, la que se integrará al expediente. Es esta constancia
quedará asentado que ha aceptado la mediación o con-
ciliación, así como la plena identificación de las circuns-
tancias de tiempo modo y lugar en que se llevó a cabo la
diligencia (Art. 31 LJABC), así como la hora y fecha de
la sesión conjunta.
La sesión (conjunta) de mediación o conciliación, se
llevará a cabo con la presencia de ambas partes (Art. 33
LJABC), en la cual podrán expresar sus puntos de vista
respecto al origen de la controversia y las razones por las
cuales éste no ha sido solucionado hasta ese momento;
primero intervendrá el solicitante y después el invitado
o invitados.

203
El especialista será un tercero neutral e imparcial, que
procurará en todo momento que las partes intenten re-
solver sus diferencias, motivando una comunicación aser-
tiva y enfocada en los intereses entre ambos, propiciará
un ambiente de cordialidad, equidad y respeto mutuo,
que les permita establecer opciones, alternativas o acuer-
dos que tengan como finalidad solucionar la controversia
(Art. 34 LJABC).
En caso de que una de las partes no acuda a la sesión
conjunta, el especialista señalara nueva fecha y hora para
celebrarla, en caso de que alguna de las partes insista en
no acudir sin causa justificada, se dará por terminado el
procedimiento.
Por tratarse de métodos de solución pacífica de con-
flictos y regidos por el principio de voluntariedad, entre
otros, las partes están en libertad de levantarse de la mesa
de negociación y dar por terminado el procedimiento en
cualquier momento, de lo cual, el especialista asentara
razón y se dará por concluido el procedimiento, a me-
nos que la parte que se levante de la mesa de negocia-
ción, recapacite y solicite continuar la sesión en una fecha
distinta, de lo cual el especialista dejará constancia en el
expediente.
Con la finalidad de solucionar el conflicto, se podrán
celebrar el número de sesiones que sean necesarias (Art.
38 LJABC), la única salvedad que establece la ley es que,
entre una y otra sesión, no transcurran más de diez días.
Esta disposición tiene por objeto que se agoten todas las
posibilidades existentes para que el conflicto sea resuelto,

204
sin embargo, el especialista debe tener la capacidad de es-
tablecer si las negociaciones van en camino de resolver el
conflicto, ya que podría caerse en una serie de reuniones
infructuosas y con ello, una de las partes salir perjudi-
cada. En esta etapa, de cada actuación se levantará acta
circunstanciada (Art. 39 LJABC).
Concluida la sesión o sesiones de mediación o conci-
liación necesarias y se haya llegado a un acuerdo, el espe-
cialista redactará un convenio, estipulando todos y cada
uno de los acuerdos celebrados, con los que se dará fin al
procedimiento. Este acuerdo será por escrito, entregando
un ejemplar a cada una de las partes intervinientes y uno
para el expediente, en caso de que el asunto haya sido re-
mitido por un juzgado, se enviará al mismo un ejemplar
del convenio, por lo que se harán cuatro ejemplares, de
acuerdo con la ley (Art. 40 LJABC).
En la redacción del convenio (Art. 41 LJABC), el es-
pecialista deberá incluir la siguiente información:

1. El lugar y la fecha de su celebración.


2. El nombre, edad, nacionalidad, estado civil,
profesión u oficio y domicilio de cada una de
las partes. Tratándose de representación legal de
alguna persona física o moral, se hará constar el
documento o documentos con los que se haya
acreditado dicho carácter.
3. Un capítulo de declaraciones, si se juzga
necesario.
4. Un capítulo de los antecedentes que motivaron
el procedimiento.
5. Una descripción precisa de las obligaciones de
dar, hacer o no hacer que hubieran acordado las

205
partes, así como la forma y tiempo en que éstas
deban cumplirse.
6. La solicitud expresa de las partes de que el con-
venio se eleve a la categoría de cosa juzgada.
7. La firma o huellas dactilares de quienes lo sus-
criban y, en su caso, el nombre de la persona o
personas que hayan firmado a ruego de una o
ambas partes, cuando éstos no sepan firmar.
8. Cuando así lo soliciten las partes, el nombre y
la firma de los abogados que hayan acompaña-
do a los interesados.
9. La firma del especialista que haya intervenido
en el procedimiento y el sello del Centro en su
caso.

La conclusión del procedimiento de mediación o con-


ciliación, no solo se da con el acuerdo, como hemos se-
ñalado, sino que, de acuerdo con la ley, existen otros su-
puestos mediante los cuales se pone fin al procedimiento
y son los siguientes (Art. 42 LJABC):

1. El convenio o acuerdo en donde se resuelva to-


tal o parcialmente la controversia.
2. La decisión de una de las partes.
3. La inasistencia injustificada de ambas partes a
alguna sesión, o por dos inasistencias injustifi-
cadas de cualquiera de las partes.
4. La negativa de las partes para la suscripción del
convenio o acuerdo en los términos de ley.
5. Resolución del Director del Centro cuando de
la conducta de las partes se desprenda que no
hay voluntad para llegar a un arreglo.

206
6. Que se hayan girado dos invitaciones a la parte
invitada y no se haya logrado su asistencia a la
primera sesión.

Figura esquemática del procedimiento de mediación y


conciliación en sede judicial de conformidad con la Ley
de Justicia Alternativa para el estado de Baja California.

207
Eficacia y eficiencia de la justicia
alternativa en sede judicial

La medición del impacto social es uno de los grandes


desafíos que presenta cualquier intervención en una
comunidad. 
Uno de los aspectos más importantes de todo progra-
ma o proyecto público, es el relacionado con la medición
del mismo. Dicha medición resulta esencial para conocer
cómo avanza dicho programa en función de los objetivos
y la estrategia establecida, posibilitando de esta manera,
la oportunidad de detectar espacios de oportunidad y
promover la mejora continua y el aprendizaje.
Es por ello que la eficacia y eficiencia de la implemen-
tación de la justicia alternativa en Baja California, es lo
que determinará el éxito de los medios alternativos de
solución de controversias, particularmente, la mediación
y conciliación en sede judicial.
Podemos definir la eficiencia como la relación entre
los recursos utilizados en un proyecto y los logros conse-
guidos con el mismo. Se entiende que ésta se da cuando
se utilizan menos recursos para lograr un mismo objetivo.
O, al contrario, cuando se logran más objetivos con los
mismos o menos recursos.
Respecto a la eficacia, podemos definirla como el ni-
vel de consecución de metas y objetivos. La eficacia hace
referencia a nuestra capacidad para lograr lo que nos
proponemos.
La eficacia difiere de la eficiencia en el sentido que la
segunda hace referencia a la mejor utilización de los recur-
sos, en tanto que la primera hace referencia a la capacidad
para alcanzar un objetivo, aunque en el proceso no se haya

209
hecho el mejor uso de los recursos. Podemos ser eficientes
sin ser eficaces y viceversa. Lo que se busca en general y
que sería ideal, es ser eficaces y a la vez ser eficientes.
Con la finalidad de obtener información con fines de
medición, aplicaremos dos baterías, la primera denomi-
nada “encuesta de salida”, dirigida a usuarios del servicio
de mediación y conciliación, y una segunda, a través de
la aplicación de un cuestionario a los operadores de dicho
servicio, denominado “cuestionario de análisis situacio-
nal”, cuyos resultados nos permitirá conocer el impacto
que está teniendo la justicia alternativa en Baja California.

Aplicación de encuestas y entrevistas

A. Encuesta de salida
Como hemos venido señalando, el Centro Estatal de Jus-
ticia Alternativa del Poder Judicial, es un órgano auxiliar
del Consejo de la Judicatura del Estado, al cual se le ha
asignado la tarea: por un lado, instrumentar y operar ser-
vicios de mediación y conciliación extrajudicial, en los
asuntos susceptibles de transacción; por otro, substanciar
procedimientos de mediación y conciliación que pongan
fin a las controversias judiciales, a petición expresa de los
interesados; y, por último, promover la mediación y la
conciliación como alternativas de prevención y solución
de controversias.
Partiendo de la base de que el servicio de mediación
y conciliación está en funcionamiento, la evaluación que
haremos estará enfocada al producto o resultado del pro-
ceso de mediación y/o conciliación, es decir, “descubrir
los efectos de la planeación de los procedimientos y en su
realización durante el proceso mismo de la ejecución del

210
programa”. Para lo cual hemos diseñado un cuestionario
de evaluación denominado “encuesta de salida”.
Dentro del programa de mediación y conciliación,
uno de los aspectos importantes a determinar es la ac-
tuación del mediador y/o conciliador, ya que se trata de
figuras nuevas para el ciudadano, quien por primera vez
se enfrenta a un proceso no adversarial en el que su par-
ticipación es fundamental, por lo que la evalución del
profesionista permitirá establecer si se está llevando el
mensaje correcto al usuario de este servicio y el posible
impacto que tendrá en la población en general, ya que
cada usuario, es un multiplicador potencial en la difusión
de los servicios de mediación y conciliación que propor-
ciona el Centro Estatal de Justicia Alternativa, asimismo,
establecer criterios de actuación del profesionista.

Modelo de evaluación utilizado


Se trata de un modelo de evaluación basado en un esque-
ma participativo-subjetivista y básicamente cualitativo e
interno.
Desde este esquema evaluativo se prioriza la preocu-
pación por los procesos y por las personas que en ellos
participan, adoptándose una perspectiva más subjetivista.
La evaluación atiende, como algo fundamental, a los pro-
cesos que tienen lugar para la consecución de los resul-
tados, en nuestro caso, los procedimientos de mediación
y conciliación. De hecho, estos modelos surgen como
reacción a los planteamientos objetivistas en los que no
se tiene en cuenta el punto de vista de las personas impli-
cadas en los procesos evaluados, ya que las preguntas se
hacen a los usuarios.
Se adopta una perspectiva esencialmente interna de la
evaluación. El evaluador se sitúa en el marco natural en

211
que se desarrolla el programa, asumiendo, por lo general,
una actitud dinamizadora del cambio y de observación
participante. Se trata de que los usuarios reflexionen so-
bre el proceso llevado a cabo, como medio de mejora.

Dimensiones

a. Establecer si los usuarios del servicio, logran


comprender de manera clara cuales son los fi-
nes de la mediación y/o conciliación.
b. El proceso de mediación y/o conciliación agota
las etapas que lo componen o se trata de un
proceso que no sigue la secuencia lógica del
método alterno.
c. El proceso de mediación y/o conciliación
toma en cuenta las necesidades de las partes
involucradas.
d. El mediador y/o el conciliador es un profesio-
nista que domina el proceso, o bien, se requiere
que este sea mejor preparado en temas concre-
tos de la mediación, llámese técnicas y herra-
mientas avanzadas en mediación familiar, civil
o mercantil, que le permita generar un ambien-
te propicio para la obtención de los acuerdos.

Sub-dimensiones

a. Si el proceso de mediación tiene una duración


adecuada.
b. Las fases de la mediación se concluyen suficien-
temente, sin lugar a dudas.
c. El mediador genera un ambiente cordial y de
confianza.

212
d. El mediador es imparcial.
e. El mediador recoge la información suficiente
del conflicto.
f. La participación del mediador es satisfactoria.
g. El servicio que le fue proporcionado lo
recomendaría.
h. Cuál es su sentir final de esta experiencia de la
mediación.

Esta evaluación corresponde al esquema de aprehensión


de la realidad desde la interrogación, formulando una se-
rie de preguntas a los usuarios del servicio de mediación
y/o conciliación, que nos permita conocer como estamos
y en que podemos mejorar.

Indicadores
Respecto de las distintas fases de la mediación:

a. ¿Cómo fueron conducidas las distintas fases de


la mediación?
b. ¿Cuál es su sentir respecto a la información
sobre la mediación como forma alternativa de
solución de controversias?
c. ¿Le fueron explicados suficientemente los prin-
cipios que rigen la mediación?
d. ¿Cómo consideró la recolección de datos res-
pecto de su problema?
e. ¿Considera que el acuerdo final contiene sus
planteamientos dejándolo satisfecho?

En general:

a. ¿Cómo calificaría el proceso de mediación?

213
b. ¿Cómo calificaría el desempeño del mediador?
c. ¿Qué le pareció la duración del proceso?
d. ¿Recomendaría este servicio?
e. ¿Qué recomendaría para mejorar el servicio?

Instrumentos
Como señalamos, se utilizará el esquema de aprehensión
de la realidad desde la interrogación a una muestra de
100 usuarios en el periodo comprendido del 01 de sep-
tiembre al 30 de noviembre de 2013.

Dirigido a
Este instrumento va dirigido a los usuarios del servicio
de mediación y/o conciliación, que acuden al Centro Es-
tatal de Justicia Alternativa en Mexicali, Baja California,
México.

B. Cuestionario de análisis situacional


El cuestionario que hemos diseñado, tiene como finalidad
allegarse de datos relativos: por un lado, a conocer el grado
de satisfacción que genera para los entrevistados pertene-
cer y desarrollarse profesionalmente en el Centro Estatal
de Justicia Alternativa, de ahora en adelante CEJA; y por
otro, información acerca de su compromiso con la insti-
tución, necesidades de adecuaciones en el desarrollo de los
mecanismos alternativos de solución de controversias, ha-
ciendo una evaluación que nos permita llevar a cabo mo-
dificaciones o adecuaciones que impacten positivamente
en la estructura y/o funcionamiento del CEJA, siempre en
pro de mejorar los servicios prestados, así como las condi-
ciones laborales de los encargados de la implementación
de la mediación y conciliación en sede judicial.

214
Las preguntas están enfocadas a la obtención de infor-
mación que nos permita elaborar conclusiones respecto
a la motivación, las condiciones entorno al especio físico
y ambiente de trabajo y, por último, respecto a la forma-
ción e información, enfocada a las necesidades de capaci-
tación del personal.
Con este cuestionario situacional del CEJA, se pre-
tende obtener, por parte de los especialistas en mediación
y conciliación, una valoración basada en tres aspectos
relacionados con su compromiso hacia la institución, la
motivación y la situación del entorno donde desarrollan
su trabajo y la formación e información que se obtiene de
los superiores.
A continuación, detallamos brevemente los aspectos a
evaluar, descritos en cada área:
Motivación: nos aporta información relacionada con
el nivel de identificación por parte de los especialistas
sobre el lugar que ocupa la institución en la sociedad.
También nos aporta información sobre el nivel de cono-
cimiento por parte de los especialistas de las funciones
y responsabilidades de su puesto de trabajo, el nivel de
cohesión y pertenencia al grupo que forma el CEJA.
Con la información obtenida podemos evaluar el
desempeño de manera individual como grupal, ya que
podemos pedir que el cuestionario sea contestado por el
personal especializado adscrito al CEJA en cada una de
sus oficinas regionales, lo que nos permitirá obtener más
conclusiones relativas a las habilidades de gestión y orga-
nización del trabajo en equipo. Estas conclusiones pue-
den ser de gran utilidad a la hora de proponer mejoras
relacionadas con la gestión y optimización del tiempo y
los recursos.

215
Área y ambiente de trabajo: obtenemos información re-
lacionada con las condiciones de trabajo relacionadas con
las necesidades de espacios físicos adecuados, equipamien-
to y relacionados con seguridad e higiene, que también es
importante considerar. Con esta información podemos
detectar y adelantarnos a la adecuación de los puestos de
trabajo, para evitar riesgos y realizar mejoras en las condi-
ciones y acondicionamiento de los espacios de trabajo.
Formación e información: nos aporta información re-
lacionada con los planes de capacitación que podemos
implementar, la formación básica impartida y las posibi-
lidades de desarrollo profesional que se ofrece a los espe-
cialistas en general. A través de esta información pode-
mos detectar tanto nuevas necesidades formativas, como
la necesidad de buscar otras vías de formación, o bien, las
necesidades de desarrollo profesional.

Análisis e interpretación de resultados

A. Encuesta de salida

Metodología: Se llevó a cabo la aplicación de 100 encues-


tas de opinión sobre la experiencia de los usuarios de ser-
vicio que iniciaron procedimiento de mediación o con-
ciliación y que culminaron con la firma de un convenio
elevado a categoría de cosa juzgada, siendo nueve las inte-
rrogantes a contestar, siendo la primer pregunta la identi-
ficación del método alterno utilizado para la solución de
su conflicto, la cual excluiremos de la interpretación de
los resultados, ya que la evaluación no va encaminada a
un método en específico.
Objetivo: El objetivo de dicha aplicación, está encami-
nado a conocer el grado de satisfacción del servicio y las

216
necesidades de los usuarios, con la finalidad de mejorar la
atención que proporciona el CEJA,
Periodo de levantamiento: De septiembre a noviembre de
2013.
Muestra: Se sistematiza la información vertida en 100 en-
cuestas que corresponde al 100% del total de encuestas
aplicadas.
En este apartado hacemos el análisis e interpretación de
los resultados arrojados por las encuestas de salida aplica-
das a los usuarios de los servicios de mediación y/o con-
ciliación proporcionados por el CEJA del Poder Judicial
de Baja California.

Pregunta No. 1
Con respecto a las distintas fases de la mediación y/o con-
ciliación: ¿Cómo cree usted que han sido conducidas?

a) Entrevista o invitación inicial.

Con respecto a esta etapa, el 82% de los encuestados con-


sideró que dicha etapa ha sido conducida “muy bien”,
mientras que el 17% solo calificó la conducción de la
misma como “buena”. El resto de los encuestados, que

217
equivalen al 1%, la consideró que dicha conducción no
se llevó a cabo adecuadamente, calificándola de “mala”.

b) Audiencia inicial.

En la etapa de audiencia inicial, el 85% de los encuestados


calificó de “muy buena” la conducción por parte del es-
pecialista, mientras que el 15% la calificó de “buena”. En
esta etapa es importante destacar que ningún encuestado
consideró que la audiencia inicial se llevó a cabo inade-
cuadamente, ya que como podemos observar en la gráfica
anterior, el 0% corresponde a una “mal” conducción.

c) Información proporcionada sobre los métodos alternativos.

218
El 79% de los encuestados manifestó que la información
proporcionada por el especialista, respecto a los métodos
alternativos de solución de controversias fue “muy bue-
na”, el resto 21% la consideró “buena” y el 0% “mala, es
decir, ningún encuestado quedó insatisfecho con la infor-
mación que se le proporcionó.

d) Recolección de datos.

En cuanto a la recolección de datos y la información pro-


porcionada por parte del especialista, el 78% manifestó
su conformidad y satisfacción con la información recibi-
da y la forma en que dicha información les fue solicitada,
evaluando esta etapa como “muy bien”. El 22 % de la
muestra, evaluó la etapa con un desarrollo “bueno” y 0%
“mal”.

219
e) Acuerdo final.

Una de las formas de terminación del procedimiento de


mediación y/o conciliación es el acuerdo, de ahí que los
encuestados se pronunciaron en un 98% como satisfechos
con su resultado, en virtud de que fue tomada su opinión y
plasmada dentro de los compromisos asumidos en el con-
venio final, mientras que solo el 2% de los encuestados
consideró que su opinión no fue tomada en cuenta.

Pregunta No. 2
En general, ¿cómo calificaría a su mediador y/o conciliador?

a) Equitativo.

220
b) Imparcial.

c) Confiable.

d) Neutral.

221
e) Honesto.

Los encuestados en su mayoría evaluaron a los mediado-


res y conciliadores con un porcentaje superior al 96% y
en otros casos con el 100%, considerando que su actuar
fue equitativo, imparcial, confiable, neutral y honesto.

Pregunta No. 3
¿Qué le pareció la duración de la mediación o conciliación?

De la muestra de encuestados, el 87% de ellos, consideró


que la duración del procedimiento fue el adecuado, es de-
cir, consideraron una duración necesaria, mientras que el
8% la calificó como rápida. El 5% restante, la considera-
ron prolongada, manifestando que fue larga su duración.

222
Pregunta No. 4
¿Recomendaría el servicio? ¿Y por qué?

A la interrogante anterior, el 100% de los encuestados


recomendaría el servicio de mediación y conciliación
brindado por el Centro Estatal de Justicia Alternativa,
por considerarlo rápido, recomendado para la resolución
de cualquier problema, se obtienen buenas resoluciones,
se recibe buena atención, son eficientes, respuestas claras
a sus dudas, entre otros beneficios.

Pregunta No. 5
¿Si tuviese un problema, acudiría de nueva cuenta al
Centro Estatal de Justicia Alternativa?

223
La respuesta fue unánime, el 100% de los encuestados
respondió que regresaría en caso de tener un nuevo con-
flicto que resolver.

Pregunta No. 6
¿Ha quedado satisfecho con el servicio?

Los encuestados fueron cuestionados en torno a si con


el resultado final de los procedimientos de mediación
y/o conciliación quedaron satisfechos o no, dando como
resultado que el 100% de ellos quedo satisfecho con el
servicio recibido.

Pregunta No. 7
Como parte final del cuestionario, se les pidió a los en-
cuestados que manifestaran observaciones y comentarios,
de los cuales plasmamos algunas de sus respuestas.

A la solicitud anterior, fueron emitidas las siguientes opi-


niones en cuanto al servicio en general:

a. Todo está muy bien, el trato, la información, las


soluciones.
b. Servicio muy eficiente y amable.

224
c. Está muy bien el servicio.
d. Sigan ayudando a la gente trabajadora.
e. Ojalá que siempre esté el Centro para que ayu-
den a los que no tenemos recursos para solucionar
nuestros problemas.
f. Porque se trata con respeto y amabilidad.
g. Se dieron soluciones al problema.
h. Se solucionó mi problema.
i. Fue rápido y me dio respuesta.

B. Cuestionario de análisis situacional

Con la finalidad de allegarse de datos relativos: por un


lado, a conocer el grado de satisfacción que genera para
los entrevistados pertenecer y desarrollarse profesional-
mente en el Centro Estatal de Justicia Alternativa (CEJA),
y por otro, información acerca de su compromiso con la
institución, necesidades de adecuaciones en el desarrollo
de los mecanismos alternativos de solución de controver-
sias, haciendo una evaluación que nos permita llevar a
cabo modificaciones o adecuaciones que impacten positi-
vamente en la estructura y/o funcionamiento del Centro,
hemos aplicado un cuestionario de veintiún preguntas,
denominado “cuestionario de análisis situacional”, a una
muestra de 30 especialistas adscritos al Centro Estatal de
Justicia Alternativa en sus distintas sedes.
A continuación, damos a conocer los resultados arro-
jados por los cuestionarios de análisis situacional aplica-
dos, en septiembre de 2013, a la muestra de referencia.
Pregunta No. 1
¿Cómo evaluaría su experiencia trabajando en CEJA?

225
En relación a esta interrogante, el 77% de la muestra,
considera que su experiencia como parte integrante del
equipo del Centro Estatal de Justicia Alternativa ha sido
excelente, un 23% ha considerado como muy buena di-
cha experiencia, no encontrando en la muestra, insatis-
facción o bien, experiencias negativas.

Pregunta No. 2
¿Conoces el origen y desarrollo del Centro Estatal de Jus-
ticia Alternativa?

El 76% de la muestra respondió con un sí a la pregunta


relativa al conocimiento del origen y desarrollo de su fuen-
te de trabajo, un 24% tiene conocimiento pleno, es decir,

226
más allá del sí, es decir mucho conocimiento, ya que ha
profundizado en el análisis del nacimiento del Centro.

Pregunta No. 3
¿Sus funciones y responsabilidades están bien definidas?

El 100% de los encuestados tiene muy claro cuáles son


sus funciones y obligaciones, ya que 76% eligió el sí como
respuesta y el 24% manifestó que mucho.

Pregunta No. 4
¿Recibes información actualizada de cómo desempeñar
tu trabajo en CEJA?

227
En cuanto a la información que se genera en torno al
desempeño de las labores por parte de los especialistas,
de la muestra encuestada, el 10% recibe información al
más alto nivel, eligiendo la opción mucho de la pregunta,
el 63% manifestó que sí recibe información actualizada,
mientras que el 20% eligió la opción poco y el restan-
te 7%, manifestó que no recibe información actualizada
que le ayude al desempeño de su trabajo.

Pregunta No. 5
¿Estás motivado y te gusta el trabajo que desarrollas en
CEJA?

La motivación en el trabajo es una condición fundamen-


tal para el buen desempeño de las actividades encomen-
dadas, a esta interrogante, del total de los especialistas
encuestados, el 70% se manifestó muy motivado, mien-
tras que el 30% restante, eligió la opción sí, lo que nos
permite concluir que el personal especializado se encuen-
tra satisfecho con lo desempeñado hasta ahora.

Pregunta No. 6

228
El impacto del CEJA en la solución pacífica de conflictos y su
posicionamiento en la sociedad, ¿es gratificante para usted?

La función que desempeña el CEJA, frente a la socie-


dad, tiene carácter eminentemente social, de ahí que la
razón de la pregunta anterior, a lo cual, el 63% de los
encuestados valora altamente y considera muy gratifican-
te el poder prestar este servicio, mientras que el 34% lo
considera gratificante, el 3% poco gratificante.

Pregunta No. 7
¿Las condiciones laborales bajo las que se desarrolla, son
buenas para usted?

229
Al preguntar sobre las condiciones laborales de los en-
cuestados, las respuestas fueron las siguientes, el 64%
considera que son muy buenas, el 30% las considera bue-
nas, el 3% poco buenas y solo un 3% considera que las
condiciones bajo las que desarrolla su trabajo son malas.

Pregunta No. 8
¿Cómo califica su relación institucional y con sus
compañeros?

En términos generales, la relación al interior de la insti-


tución es muy buena, ya que el 63% la considera como
excelente, un 34% muy buena y el resto de los encuesta-
dos la considera buena, sin que alguno se haya inclinado
por evaluarla como mala.

Pregunta No. 9
¿Le resulta fácil expresar sus opiniones en su grupo de
trabajo?

230
La aportación de ideas en la fuente laboral es una opor-
tunidad de crecimiento y de obtener reconocimiento por
la labor desempeñada, para lo cual, los superiores y el
propio grupo de trabajo debe, no solo permitir, sino fo-
mentar el aporte de ideas y la expresión de las opiniones,
ante la pregunta directa de si le resulta fácil la expresión
de sus opiniones, el 52% de los encuestados señaló que le
resulta mucho muy fácil, mientras que el 38% le resulta
fácil, al 3% poco fácil y el 7% no le resulta fácil.

Pregunta No. 10
¿Se siente parte de un equipo de trabajo?

231
El 38% de los especialistas encuestados se siente plena-
mente integrado como parte del equipo, esto en el más
alto nivel de satisfacción, mientras que un 62% se mani-
festó integrado, sin que se presentaran valoraciones nega-
tivas o bien, personas que no se sienten parte del grupo.

Pregunta No. 11
¿La comunicación interna dentro de su área de trabajo
funciona correctamente?

Para el 10% de los encuestados, la comunicación funcio-


na muy bien, mientras que el 77% se manifestó con un
si respecto a esta interrogante. Un 10% señaló que la co-
municación interna funciona poco, mientras que el resto
de los encuestados, que equivalen al 3% considera que no
funciona correctamente.

Pregunta No. 12
¿Conoce las tareas que desempeña otras áreas?

232
A la pregunta sobre si conocen las funciones de otras
áreas del CEJA, el 24% se pronunció en el sentido de que
las conoce ampliamente, mientras que el 59% refiere co-
nocerlas, el 14% las conoce poco y el 3% restante refiere
desconocerlas.

Pregunta No. 13
¿Se siente partícipe de los éxitos y fracasos de su área de
trabajo?

La satisfacción laboral proviene de algunos factores,


como el sentirse parte de los éxitos y los fracasos de la
institución para la cual prestas tus servicios, en este senti-
do, el 62% de los encuestados manifestó que si se siente

233
participe de los logros y fracasos, un 38% se manifes-
tó altamente participe, lo que nos permite concluir que
trabajar en el CEJA produce satisfacción al pertenecer a
dicha fuente laboral.

Pregunta No. 14
¿Conoce los riesgos y las medidas de prevención relacio-
nados con su puesto de trabajo?

Los riesgos en el trabajo fueron calificados de la siguiente


manera, el 69% manifestó conocer lo relacionado a ries-
gos y medidas de prevención relacionados a su trabajo,
17% se pronunció como muy conocedor, y el resto de
los encuestados, que equivale al 14%, señaló que conoce
poco respecto a dichas medidas.

Pregunta No. 15
¿Cómo considera la organización del trabajo al interior
del CEJA?

234
La organización al interior de la fuente de trabajo fue ca-
lificada como excelente por 43% de los encuestados, muy
buena por el 27%, calificada como buena por el 30%, sin
que se presentaran calificaciones negativas.

Pregunta No. 16
¿Las condiciones bajo las que trabaja son seguras?

Las condiciones de trabajo son importantes ya que suelen


estimular al trabajador a un mejor desempeño, al respec-
to, el 69% considera que dichas condiciones son buenas,
el 14% muy buenas, un 3% las considera poco buenas,
mientras que un 14% se pronunció en sentido negativo.

235
Pregunta No. 17
¿Las cargas de trabajo están bien distribuidas?

Las cargas de trabajo suelen ser repartidas por personas


físicas encargadas de dicha función, cuando esta reparti-
ción no es equitativa, seguramente generará ciertos pro-
blemas al interior de la fuente laboral, es por ello que se
les realizó esta pregunta, a la cual, el 63% se manifestó a
favor de dicha distribución, un 29% consideró mucho
muy equitativa la distribución, un 4% poco equitativa y
solo el 4% la calificó como no equitativa.

Pregunta No. 18
¿Su lugar de trabajo, físicamente hablando, lo considera
adecuado?

236
A los encuestados se les pidió evaluar su área de trabajo,
pidiéndoles se pronunciaran en el sentido de si era el ade-
cuado o no, a los cual, el 52% opinó que si es adecuado
su espacio físico en el que desarrolla su trabajo, un 45%
lo consideró muy adecuado y el restante 3% lo calificó
como inadecuado.

Pregunta No. 19
¿Puede realizar su trabajo de forma libre y sin presiones?

El 62% se siente libre y sin presiones a la hora de desem-


peñar su trabajo, un 35% manifestó con mucha libertad,
mientras que solo el 3% opinó que no se siente con la
libertad necesaria.

237
Pregunta No. 20
¿La institución le facilita lo necesario para el adecuado
desarrollo de su función?

El suministro de los materiales y requerimientos para el


desarrollo de las funciones encomendadas a un trabajador
son fundamentales, por ellos se les pidió que se pronun-
ciaran en ese sentido, donde el 72% de los encuestados
manifestó que sí se le proporciona lo necesario, un 24%
opinó que más allá del sí, mientras que el restante 4%
consideró como poco apoyo en este sentido.

Pregunta No. 21
En general, ¿qué sugerencias haría en cuanto a modifica-
ciones de estructura, operativas o normativas, que per-
mitieran un mejor desempeño de su función, en pro de
mejorar el servicio prestado?
Esta última pregunta del cuestionario, se trata de una
pregunta abierta, cuya característica principal en este tipo
de preguntas es que, el encuestado pueda dar una res-
puesta sin limitación alguna, vertiendo opiniones y co-
mentarios propios, encaminados a hacer ver determina-
das circunstancias sobre la institución laboral en general.

238
A continuación, reproducimos algunas de las respues-
tas de los encuestados.

1. Homologación de sueldos entre mediadores y


conciliadores.
2. Proponer el cierre de oficinas en los periodos
vacacionales, ya que la función del Centro, por
su naturaleza no es esencialmente necesaria su
apertura continua, ya que genera desgaste adi-
cional de los especialistas debido a que el per-
sonal se divide para cubrir los periodos vacacio-
nales, lo que disminuye la eficacia y eficiencia
del servicio en perjuicio del ciudadano.
3. La elaboración y aprobación de manuales de
organización y procedimientos, con la finalidad
de homologar los procesos en todas las sedes
del Centro.
4. Promover reformas legales que permitan mayor
dinámica en los procedimientos de mediación
y conciliación, evitando las contradicciones
evidentes en la ley, ejemplo de ello lo constitu-
ye en artículo 5 segundo párrafo, que establece:
“El especialista sólo podrá desahogar el proce-
dimiento o proceso para el cual haya quedado
facultado en su nombramiento”. En relación
con el artículo 14 fracción IV, que señala que:
“substanciar la mediación, conciliación o el
proceso restaurativo para poner fin a las con-
troversias de las partes, e incluso modificar el
medio elegido cuando de común acuerdo con
éstas resulte conveniente emplear un medio al-
terno distinto al inicialmente seleccionado”.

239
5. Promover capacitación avanzada en técnicas y
herramientas de mediación y conciliación.
6. La inclusión de la figura del seguimiento en la
Ley de Justicia Alternativa, con la finalidad de
monitorear el proceso de cumplimiento de los
convenios celebrados ante el Centro.

240
La mediación y
conciliación privada

Como hemos venido afirmando, los métodos alternativos


de resolución de controversias vienen siendo propuestos
y promovidos como una opción institucional de acceso
y mejoramiento de la justicia. Desde su consideración
en el ámbito constitucional y/o siendo el objeto de leyes
específicas, los métodos alternativos constituyen un ver-
dadero aporte estructural relevante y marcan una orienta-
ción revalorizante de la función social de la justicia como
garantía de la convivencia pacífica, en busca del impulso
de la cultura de la paz. Empero, no sólo constituyen una
postura u opción institucional, sino que se han abierto
al ámbito privado, regulando su operación en las leyes
secundarias, como es el caso de Baja California, cuya le-
gislación en justicia alternativa, contempla la prestación
de servicios de mediación y conciliación privada.
La afirmación anterior, desde luego es una posibilidad
legalmente reconocida  (artículos 43, 44 y 45 de la Ley
de Justicia Alternativa para el Estado de Baja California),
como manifestación de la capacidad de autorregulación
de los conflictos surgidos entre personas físicas y/o mo-
rales, cuya finalidad es la solución concertada de sus con-
troversias. Capacidad que implica potenciar la autono-
mía de las partes en conflicto, la propia eficacia de los
acuerdos adquiridos y la búsqueda de soluciones basadas
en el consenso y corresponsabilidad de las partes.
La mediación y conciliación en el ámbito privado,
podrá ser proporcionada por personas físicas o bien por
instituciones que deberán, de acuerdo con el artículo 43
de la ley de la materia, reunir los siguientes requisitos:

241
Acreditar la constitución, existencia y representación
de la institución, en los términos de las disposiciones le-
gales aplicables.
Contar con la autorización del Consejo de la Judicatu-
ra del Estado para su operación.
Contar con uno o más especialistas debidamente
registrados.
Contar con un reglamento interno debidamente au-
torizado por el Consejo de la Judicatura, que detalle la
organización de la institución y sus reglas generales de
funcionamiento para la prestación de servicios de media-
ción y conciliación.
Para obtener la autorización y registro para ejercer los
métodos alternativos de solución de conflictos en el ám-
bito privado, los interesados deberán presentar solicitud
ante el Consejo de la Judicatura del Estado, a la que debe-
rán acompañar documentación que acredite su capacita-
ción en materia de mediación y conciliación, a efecto de
acreditar ser aptos para obtener el registro y autorización
correspondiente.
La mediación privada, particularmente, evita que la
posible solución sea impuesta unilateralmente por un
tercero. Toda imposición implica amenaza y conlleva
la automática adopción de una postura defensiva. Esto
puede retroalimentar el conflicto, enquistarlo, generando
desconfianza e imposibilitando una solución al proble-
ma presente y el ingrediente perfecto para la perpetuación
de los problemas y caldo de cultivo para guerras futuras.
La mediación privada según Sánchez Nocea, Myriam9,
reúne una serie de características que la convierten en un
instrumento clave para evitar un estallido incontrolado
9)  Directora de “RHyD, Recursos Humanos y Derecho”. Profesional del Derecho, la
Gestión de Personas y la Mediación.

242
del conflicto (individual o colectivo) y para orientar a las
partes en posibles relaciones a futuro, características que
enunciamos a continuación:

a. No supone renunciar a una posterior vía ofi-


cial (convencional y/o judicial), en caso de no
alcanzar una solución.
b. Se basa y rige exclusivamente por la voluntad
de las partes: son éstas las que deciden si ins-
tauran este sistema de resolución alternativa de
conflictos; son las partes las que consensuan las
reglas por las que discurrirá la negociación; e
incluso podrán establecer una fecha máxima
para dar por finalizado el procedimiento. Igual-
mente, corresponde a las partes designar y/o
aceptar al mediador que les guiará y ayudará
durante el proceso.
c. Implica que las partes son las únicas responsa-
bles de llegar o no a un acuerdo y del cumpli-
miento del mismo. Por tanto, serán las partes
quiénes deben valorar lo que ganan y lo que
pierden en caso de ruptura de las negociaciones
o de incumplimiento de lo que libremente han
aceptado.
d. Se puede obligar a las partes a comparecer por
sí mismas a las diferentes sesiones de negocia-
ción (asistidas si quieren por asesores), lo que
les obliga a verbalizar, exponer y asumir direc-
tamente sus posibles corresponsabilidades tan-
to en el inicio del conflicto como en su desarro-
llo y resolución.
e. La flexibilidad de la que se puede dotar al proce-
dimiento e, incluso a la solución que se alcance:

243
sin lugar a dudas y por su propia naturaleza, la
mediación es un instrumento flexible, que se
acomoda a las circunstancias propias de cada
conflicto, lo que permite establecer un marco
a la medida del problema. Y respecto a la solu-
ción, no se trata de pasar por encima de la ley,
sino de actuar sobre derechos de que se puede
disponer libremente.
f. Inexistencia de un tercero que imponga una so-
lución, de forma que cualquiera de las partes se
sienta vencida. La mediación privada se basa en
la filosofía GANAR/GANAR: cuando se alcan-
za una solución consensuada ambas partes pue-
den sentir que la otra ha aceptado una parte de
sus planteamientos, que se le ha dado al menos
una parte de la razón, que se ha comprendido
su postura.
g. Posibilita e incrementa el feedback positivo:
toda mediación parte de una actitud positiva,
porque aceptarla voluntariamente supone que
las partes acuden a la negociación abiertamente
y sin prejuicios; inician un camino al intercam-
bio de opiniones, posturas e incluso sentimien-
tos. Este intercambio permite reconocer puntos
comunes y aceptar diferencias, enriqueciendo
la posibilidad de hallar una solución pactada y
acorde con todas las opiniones.
h. Ahorro de gastos y de tiempo: no hay que espe-
rar cita ante el organismo oficial para celebrar
las reuniones; no hay que agotar plazos prefija-
dos e inamovibles entre trámites; sólo hay que
pagar los honorarios del mediador, por lo que si
se alcanza una solución se ahorran gastos.

244
Cuando las partes establecen un diálogo flexible y
abierto, sin medio a influir negativamente en aquél en
cuyas manos está la solución y asumiendo la responsa-
bilidad que cada una de ellas tiene en la identificación
de los elementos reales del conflicto, en su evolución
y en su solución, están mirando de frente a las relacio-
nes que existen hoy entre ellas. Así, puede crearse un
clima de confianza mutua, que se extenderá más allá
del conflicto puntual del presente.10

El dialogo entre las partes a través de la mediación pri-


vada implica establecer un puente que permita mante-
ner relaciones futuras, sobre todo en el ámbito familiar,
ya que los conflictos suscitados en dicho ámbito, tienen
afectaciones más allá de los principalmente involucrados,
ya que hay hijos, padres, hermanos y familiares en otros
grados, por ellos la mediación permitirá que dichas rela-
ciones sean duraderas en el tiempo.
Es importante señalar que la ley otorga la posibilidad
de que los convenios celebrados ante instituciones y/o
mediadores privados, sean elevados a la categoría de cosa
juzgada, para lo cual los especialistas privados deberán
promover la solicitud ante el Centro Estatal de Justicia
Alternativa para que los convenios sean elevados a cate-
goría de cosa juzgada.
Los convenios presentados para su ratificación y eleva-
ción a cosa juzgada, que, a juicio del Director del Centro,
afecten intereses de orden público o haya recaído sobre
derechos respecto de los cuales los interesados no tengan
la libre disposición, no serán autorizados, por tanto, no
se elevarán a cosa juzgada.

10)  Idem.

245
La mediación privada como tal, se encuentra debida-
mente reglamentada en Baja California, como ha queda-
do señalado. Sin embargo, para el ejercicio de la misma
se requiere, además del cumplimiento de los requisitos ya
mencionados, una estructura institucional que permita el
desarrollo privado de este mecanismo, es decir, es necesa-
rio que se defina ante que unidad del Consejo de la Judi-
catura deberán presentarse las solicitudes de autorización
y/o certificación.
Asimismo, deberán establecerse los aranceles por la
prestación de los servicios privados de mediación, lo que
evitará cobros excesivos y que la mediación cumpla real-
mente con su objetivo de acceso a la justicia para los ciu-
dadanos, sobre todo de aquellos que no cuentan recursos
económicos para solventar un juicio, si puedan tener ac-
ceso a la justicia a través de la mediación privada.
Ahora bien, es importante distinguir quiénes pueden
ejercer los mecanismos alternativos de solución de con-
troversias en forma privada en Baja California.
La Ley de Justicia Alternativa, solo atinó en mencio-
nar la posibilidad de su ejercicio en forma privada de los
mecanismos alternativos, pudiendo ejercerse por perso-
nas físicas e instituciones debidamente autorizadas y deja
que sea el reglamento correspondiente el que delimite esta
cuestión, por lo que será necesario acudir al Reglamento
de Justicia Alternativa del Poder Judicial (RJAPJE), pu-
blicado en el Boletín Judicial, el 19 de agosto de 2011,
por el Consejo de la Judicatura del Estado.
De acuerdo con dicho Reglamento, se podrá certificar
a personas físicas para la prestación de los mecanismos
alternativos de solución de controversias en forma priva-
da y se autorizará a instituciones con la misma finalidad.

246
La obtención de la certificación se hará a través de un pro-
cedimiento administrativo, a cargo del Consejo de la Judica-
tura, mediante el cual, se podrá otorgar o negar dicha certifi-
cación, siempre y cuando se cumplan una serie de requisitos
que exigen las disposiciones legales correspondientes.
Para aspirar a ser mediador o conciliador privado,
se deberá presentar una solicitud por escrito dirigida al
Consejo de la Judicatura, en la que expondrá los moti-
vos por los que desea obtener la certificación y señalará la
ubicación de las instalaciones en las que desea ofrecer sus
servicios (Art. 43 del RJAPJE). A dicha solicitud deberá
acompañar una serie de requisitos, los cuales van dirigidos
a acreditar su profesión, arraigo en el Estado, capacitación
especializada, entre otros.
En nuestra opinión, la acreditación de la capacitación
es muy importante, ya que es a fin de cuentas la que me
permitirá poder prestar servicios de mediación y concilia-
ción de calidad. ¿Pero qué clase de capacitación debo acre-
ditar? El propio reglamento enlista en forma enunciativa
más no limitativa, los temas en los que el aspirante deberá
acreditar tener conocimiento, entre los que destaca:

a. Desarrollo conceptual e histórico de los medios


alternativos.
b. Teoría del conflicto.
c. Manejo del conflicto.
d. Teoría y habilidades comunicacionales.
e. Fundamentos de Derecho Civil y Familiar y
mercantil;
f. Fundamentos de Derecho Público;
g. Teoría y técnicas de negociación;
h. El proceso de mediación;
i. Ética de la mediación;

247
j. Técnicas para la redacción de convenios y
acuerdos; y
k. Manejo de la ira y control de crisis. Para cada
hora de teoría corresponde una hora de práctica
con lo que se complementa el desarrollo de ha-
bilidades para la mediación y conciliación.

La práctica privada de la justicia alternativa en Baja Ca-


lifornia, podrá llegar a ser una herramienta que permita,
por un lado, el acceso de más personas a la justicia y, por
el otro, la reducción significativa de las cargas de trabajo
de los tribunales. Empero, esto no podrá suceder, si la ins-
titución encargada de la implementación privada, no pro-
porciona las condiciones necesarias para que ello suceda.

248
Conclusiones

En el desarrollo del análisis de los métodos alternos de


solución de controversias, la historia nos arroja que las
primeras formas asumidas para la resolución de conflictos
entre hombres fueron producto de sus propias decisiones.
Ya porque aplicaban la ley del más fuerte, o bien porque
convenían una pauta de acercamiento que evitaba pro-
fundizar la crisis.
La organización de la familia trajo consigo una inte-
ligencia diferente, la armonía de la convivencia, la in-
terrelación y los efectos, permitieron valorar adecuada-
mente la conveniencia de implementar una sociedad sin
perturbaciones.
Con la llegada de la modernidad, la conciliación y la
mediación como formas de solución de conflictos hicie-
ron presencia en los distintos sistemas de gobierno, así
por ejemplo en España, a principios del siglo XIX, intro-
dujeron la conciliación como medida general en su Carta
Política, además de una serie de disposiciones especiales
en materia mercantil, como las previstas en las ordenan-
zas de Bilbao, en donde se exigía como requisito obliga-
torio que los cónsules llamaran a los interesados a propo-
ner transacción entre los mismos, previo a la autorización
de un trámite de juicio.
Uno de los puntos a esclarecer en cuanto a los métodos
alternativos de solución de controversias, fue el relativo a la
naturaleza y significado que tienen estas instituciones que
se muestran opcionales para resolver controversias, y cuyo
origen ha quedado establecido en la última parte del pri-
mer capítulo. En este sentido, llegamos a la conclusión de
que, para algunos tratadistas como el caso de Carnelutti,

249
se trata de métodos equivalentes del proceso civil, en tanto
otros consideran que son procedimientos sustitutivos del
juicio público, como lo manifiesta Leonardo Prieto Castro.
La conceptualización de dichos métodos depende de
la perspectiva como la cuestión se focalice. En efecto,
quienes advierten en los métodos alternativos de reso-
lución de controversias, procedimientos supletorios del
proceso judicial común, admiten la equivalencia procesal
por tratarse, en definitiva, de una forma implementada
para decidir un conflicto de intereses, posición a la que
nos adherimos, ya que en la actualidad estos mecanismos
han sido institucionalizados y desarrollados legalmente,
como ha quedado demostrado.
La otra postura que encontramos, es la que agrupa a
quienes consideran que estos métodos alternos de solu-
ción de controversias, constituyen una tolerancia del Es-
tado hacia los particulares, la cual consiste en un permiso
para que sean ellos mismos quienes resuelvan sus propias
controversias, a través de un procedimiento paralelo o
parajudicial, pero que la verdadera jurisdicción no queda
desplazada, sino postergada ya que debe preservarse la re-
visión judicial de las definiciones que se alcancen.
Una visión diferente menciona al proceso como una
consecuencia de los conflictos suscitados por las diferen-
cias entre los hombres. Producida la crisis, se polarizan dos
esferas contrapuestas de intereses que podrán encauzarse
por obra de los propios litigantes, o mediante la decisión
imperativa de un tercero. En esta postura se visualizan,
desde la perspectiva del conflicto y los intereses de las par-
tes, la decisión de optar por una forma autocompositiva o
heterocompositiva en la solución de la controversia.
Los métodos alternos de solución de controver-
sias, se caracterizan por ser medios hábiles, eficaces y

250
probadamente rápidos y seguros, los cuales han adquiri-
do fuerza coercitiva ya que, a través de su institucionali-
zación, se han creado órganos garantes para el adecuado
desarrollo de los procedimientos y normas claras para
acudir ante los órganos jurisdiccionales en busca de su
cumplimiento.
A través de este análisis, hemos descubierto que el diálo-
go es la base de la concertación y entendimiento. Debemos
abandonar la discusión permitiendo soluciones a partir de
actitudes voluntarias. A veces, los problemas terminan por-
que uno de los interesados renuncia unilateralmente a su
reclamo; en otras, es el sujeto pasivo quien acepta la de-
manda formulada; es probable, también, que ambas partes
sean quienes busquen salidas resolutivas; o bien, que las
persigan mediante la decisión de un tercero, las posibilida-
des de abordaje en la solución de conflictos son muchas.
Las primeras situaciones autocompositivas, muestran el
conflicto finito espontáneamente; las restantes, hallan en
la heterocomposición la respuesta a sus problemas.
Los sistemas alternativos de solución de controversias
son procedimientos voluntarios, flexibles, rápidos, eco-
nómicos, prácticos, privados y confidenciales que, en la
mayoría de las legislaciones, no tienen efecto obligatorio
para las partes, es decir, su utilización queda al libre arbi-
trio de los involucrados en el conflicto, no así sus efectos,
lograda la celebración de convenios, como hemos dejado
claro en líneas anteriores.
Los métodos alternos de resolución de controversias
han sido definidos de diversas maneras, según época, lu-
gar y autor, pero que la mayoría de las definiciones en-
cuentra coincidencia en definirlos como una gama de
procedimientos que sirven como alternativas a los pro-
cedimientos judiciales para la solución de controversias,

251
que cuentan con la intervención y asistencia de un terce-
ro neutral que ayuda a facilitar dicha solución.
La incorporación de los métodos alternos de resolu-
ción de controversias como parte del sistema formal de
solución de conflictos, no solo se ha producido en el ám-
bito nacional, sino que, a nivel internacional, dicha incor-
poración se produjo desde la década de los ochentas. Las
Naciones Unidas incorporaron estos mecanismos desde
1980, particularmente la conciliación, a través de la Co-
misión de las Naciones Unidas para el Desarrollo Mercan-
til Internacional (UNCITRAL) o United Nations Com-
mission on International Trade Law (CNUDMI) por sus
siglas en inglés. La Cámara Internacional de Comercio
(ICC o CIC), por su parte, cuenta con un Reglamento de
Conciliación Facultativa, que promueve la solución alter-
nativa de las controversias suscitadas entre sus agremiados.
Hemos logrado determinar que algunos de los mé-
todos alternativos de solución de controversias ya desa-
rrollados han resultado verdaderamente ser alternativos
al grado de que eventualmente, en algunos casos, han
logrado sustituir a medios tradicionales de solución de
controversias, como son el juicio, por lo que han sido cla-
sificados como parte del sistema de solución de conflictos
no adversarial. Destacamos en este punto, a la mediación
ya que constituye un mecanismo propulsor de la paz so-
cial, al reducir a niveles tolerables la carga procesal de los
tribunales, aun y con toda la insatisfacción que el sistema
tradicional acarrea a los ciudadanos, otorgando así, una
solución satisfactoria de controversias para las partes re-
gentes en el proceso y favoreciendo las prácticas comuni-
cativas que facilitan el entendimiento y el diálogo.
Consideramos que es necesario el diseño de políticas
públicas que contemplen programas para que todos los

252
integrantes de la sociedad aprendan a dialogar democrá-
ticamente, de tal forma, que las diferencias se gestionen
exitosamente aun antes de que surjan los conflictos.
En este nuevo diseño de las políticas públicas debe
estar la mediación como un mecanismo fundamental de
participación ciudadana y se delineen planes de acción
que contemplen la capacitación y la aplicación de esta me-
todología en el abordaje de conflictos públicos, privados y
sociales. En particular, los sistemas de justicia están obli-
gados a diseñar políticas públicas en las que los ciudada-
nos aprendan a solucionar sus conflictos a través de diálo-
gos democráticos, haciendo hincapié en el uso del diálogo
como vía alternativas a la justicia adversarial de solución
de conflictos, como son: la mediación y la conciliación.
Como ha quedado demostrado en esta obra, se han he-
cho esfuerzos por dotar a los ciudadanos de más y mejores
vías de acceso a la justicia, sin embrago, debemos seguir es-
forzándonos porque dichas vías estén al alcance de la mayo-
ría de los ciudadanos, principalmente de aquellos que por
su condición económica difícilmente pueden acceder a los
tribunales en busca de la solución de sus conflictos.
Es posible afirmar lo anterior, ya que las reformas cons-
titucionales de 2008, constituyen parte de ese esfuerzo,
así como la inclusión en los Planes Nacionales y Estatales
de desarrollo aquí analizados, de los métodos alternos de
solución de controversias, sin embargo, debemos llevar
las bondades de la mediación y conciliación como formas
pacíficas de solución de controversias, a todos los lugares
y ámbitos posibles de la sociedad.
En Baja California, la justicia alternativa es una reali-
dad, con la apertura del Centro Estatal de Justicia Alterna-
tiva del Poder Judicial, la mediación y conciliación en sede
judicial se ha venido consolidando en muy poco tiempo.

253
En abril de 2009, se apertura dicho Centro, el que ha ve-
nido atendiendo a un número importante de ciudadanos
que, en su mayoría, el acceso a la justicia había sido prác-
ticamente imposible, por los altos costos que representa
acudir a los tribunales.
La implementación de métodos alternos de solución
de controversias como una vía pacífica de solución de
conflictos y una opción más de acceso a la justicia, a tra-
vés de la práctica de la mediación y conciliación en sede
judicial en Baja California, se ha consolidado profunda-
mente, afirmación que se sustenta en los testimonios de
los ciudadanos que en forma directa optan por la vía del
diálogo para la solución de sus conflictos, así como las ex-
presiones de agrupaciones de profesionistas que han acu-
dido al Centro Estatal de Justicia Alternativa, ofertando
a sus clientes la solución de sus conflictos a través de los
procedimientos de mediación y conciliación implemen-
tados en sede judicial.
A las expresiones anteriores se suman los testimonios
directos de los usuarios, quienes logran una transforma-
ción al experimentar la mediación y conciliación como
herramientas de solución de conflictos, ya que el impacto
de estos procedimientos trasciende más allá del conflic-
to mismo. Expresiones como: “solucione mi problema”,
todos atienden muy bien”, “me trataron bien”, “personal
muy amable, atento e imparcial”, se explican muy bien”,
“ojalá que siempre este Centro para que ayuden a los que
no tenemos recursos para solucionar nuestros problemas”.
Testimonios que hacen evidente la confianza de la sociedad
hacia la justicia alternativa en sede judicial.
La mediación y conciliación en sede judicial como
mecanismos alternativos de solución de controversias,
son hoy una realidad, de ello dan cuenta las expresiones

254
ya mencionadas y sus números, basta señalar, a modo de
ejemplo, que de octubre de 2012 a septiembre de 2013,
se atendieron un total de 11628 solicitudes de servicio,
de las cuales 6852 fueron en materia civil y mercantil,
2838 en materia familiar y se llevaron a cabo un total
de 1938 orientaciones y canalizaciones a diversas depen-
dencias públicas y privadas (esta información puede ser
consultada y actualizada en la página del Poder Judicial
de Baja California).
Se observó que el Poder Judicial de Baja California,
preocupado por proporcionar una administración de
justicia pronta y expedita, como función primordial de
dicha institución, ha encontrado en los métodos alternos
de solución de conflictos, como la mediación y conci-
liación, el camino hacia la construcción una cultura de
la paz en el abordaje de los conflictos que se dan en el
seno de toda sociedad, la que se encuentra en constante
movimiento. La mediación y conciliación, son la apuesta
al respeto, a la responsabilidad y a la confianza en el otro,
la apuesta al ser humano como individuo capaz de resol-
ver sus propios conflictos, como la gran oportunidad de
retomar el papel de protagonista en el conflicto, tal como
lo señala la máxima que reza: “si somos parte del conflicto,
somos parte de la solución”. La mediación y conciliación
son el arte de hacer que todos ganemos.
Por último, es importante destacar la necesidad de
impulsar la mediación y conciliación privada, lo que per-
mitiría ampliar el universo de atención a través de estos
mecanismos, permitiendo a los ciudadanos el acceso a
estas nuevas formas de solución de conflictos, que, por
las limitadas capacidades de las instituciones públicas, en
muchas ocasiones no tienen acceso a dichos servicios.

255
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263
Semblanzas de los autores
Gilberto Daniel González Solís
Gilberto Daniel González Solís es Licenciado en Derecho
por la Universidad Autónoma de Baja California, cuenta
con Maestría en Ciencias Jurídicas por la misma Univer-
sidad (UABC), Magister Artis en Administración Pública
por el Instituto Universitario Ortega y Gasset, adscrito a
la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto de
Administración Pública de España (INAP) y con Maes-
tría en Mecanismos Alternativos de Solución de Contro-
versias por el CUBC.
A lo largo de su formación profesional ha obtenido los
diplomados y distinciones siguientes:
• Diplomado en Administración de Recursos Públicos y
Control de Gestión. UABC.
• Diplomado en Planeación Estratégica en el Sector Públi-
co. Cetys Universidad.
• Diplomado en Procesos Legislativos y Políticas Públicas.
UABC.
• Diplomado en Gobierno Local, Seguridad y Justicia. Direc-
ción Nacional de Escuelas de la Policía Nacional de Colombia.
• Fue invitado por el Departamento de Estado del Gobier-
no de Estados Unidos en el Programa Visitante Internacio-
nal, en el tema de Seguridad y Justicia, participando en reu-
niones con diversas instituciones de ese país.

267
• Fue invitado por la Agencia de los Estados Unidos para
el Desarrollo Internacional (USAID) para conocer experien-
cias del Sistema Acusatorio Adversarial y programas de Justi-
cia Alternativa y Restaurativa, visitando, además de Estados
Unidos, los países de Colombia y Chile.
En su desempeño profesional ha ocupado los siguientes
cargos:
• Regidor del XIV Ayuntamiento de Tijuana.
• Subdirector de la Asociación Nacional de Municipios de
México (AMMAC).
• Director General de Gobierno del XVII Ayuntamiento
de Tijuana.
• Subdelegado Federal de Desarrollo Social y Humano de
la SEDESOL en Baja California.
• Diputado de la XVIII Legislatura del Congreso del Esta-
do de Baja California, presidiendo la Comisión de Justicia y
siendo inicialista y promotor de la Ley de Justicia Alternati-
va del Estado y del Nuevo Código de Procedimientos Penales
(Juicios Orales, incluso antes de la reforma federal) y la Ley
de Justicia para Adolescentes, entre otras.
• Subsecretario de Enlace para Asuntos de Justicia de la Se-
cretaría General de Gobierno del Estado de Baja California,
fungiendo, a su vez, como Secretario Técnico de la Comisión
Interinstitucional de Implementación del Nuevo Sistema de
Justicia Penal en el Estado para la puesta en marcha de su pri-
mera etapa, en el municipio de Mexicali.
• Consejero de la Judicatura del Poder Judicial del Estado,
contribuyendo en la elaboración del Reglamento de Justicia
Alternativa de dicho Poder.
• Secretario de Servicios Parlamentarios del Congreso del
Estado.
• Catedrático de la Facultad de Derecho de la UABC.

268
Elías Meraz Barajas
Elías Meraz Barajas es Doctor en Estudios Legales por la
American Andragogy University (Hawaii, Estados Uni-
dos). Tiene Maestría en Sistemas Penales Comparados
y Problemas Sociales, por la Universidad de Barcelona
(España). Es Master experto en resolución de conflictos,
Master en Mediación Social, y Especialista en Mediación
Intercultural, por la Universidad de Sevilla y Divulgación
Dinámica (España). Cuenta con Especialidad en Ad-
ministración de Prisiones, por el Instituto Nacional de
Ciencias penales. Es Licenciado en Derecho, por la Uni-
versidad Autónoma de Baja California.
Destacan en su formación profesional los siguientes
cursos y diplomados:
• Diplomado en Mediación y Conciliación. Consejo de la
Judicatura del Estado y la Universidad Autónoma de Baja
California.
• Diplomado en Calidad en el Servicio Público. Tecnológi-
co de Monterrey. Diplomado en Transversalidad de la Pers-
pectiva de Género en Acciones de Gobierno. Cetys Universi-
dad e Instituto Nacional para las Mujeres.
• Curso básico de especialización para Secretarios de Juz-
gado de Distrito y Tribunales Unitarios y Colegiados de

269
Circuito. Instituto de la Judicatura Federal, Poder Judicial de
la Federación.
• Diplomado en Derecho Procesal Constitucional. Poder
Judicial de la Federación.
• Diplomado en Derecho Penal de los Estados Unidos de
América. Instituto Nacional de Ciencias Penales.
En su desempeño profesional ha ocupado los siguientes
cargos:
• Director del Centro Estatal de Justicia Alternativa, del Po-
der Judicial del Estado de Baja California, de 2009 a 2014.
• Director del Centro de Readaptación Social de Tijuana,
Coordinador Estatal de Asuntos Internos y Jurídicos y Asesor
de la Subsecretaria del Sistema Estatal Penitenciario.
• Secretario Particular de la Dirección General de Preven-
ción y Tratamiento de Menores del órgano Desconcentrado
Prevención y Readaptación Social de la Secretaria de Seguri-
dad Pública Federal.
• Catedrático de la Facultad de Derecho de la UABC.
• Catedrático UNEA antes Univer, Mexicali, BC.
• Catedrático Instituto Nacional de Ciencias Penales, Mé-
xico, DF.
• Catedrático Universidad Iberoamericana, Campus Pue-
bla, Puebla.
• Catedrático de posgrado de la Universidad Panamericana,
México, DF.
• Catedrático del Cetys Universidad.
• Catedrático de CUT-Universidad.

270
La mediación y conciliación en sede judicial.
Nuevo paradigma de acceso a la justicia en Baja
California, de Gilberto Daniel González Solís
y Elías Meraz Barajas, fue impreso en junio de
2016 en los talleres de Artificios Media, S.A.
de C.V. (Abelardo L. Rodríguez 747, Col.
Maestros Federales, Mexicali, Baja Califor-
nia). El tiraje consta de 250 ejemplares.

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