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Lesione cutáneas de causas internas

Macula: es una mancha de la piel que ni se eleva ni se deprime del nivel de la piel. Entre estas
estas están:

El eritema, que puede ser generalizado y circunscrito y que se caracteriza por ser de color rojizo,
producto de la congestión vascular y que desaparece al presionarlo, lo cual se evidencia más al
hacerlo con una placa de vidrio. Podemos destacar al eritema de las emociones; de los
rozamientos y presiones sobre la piel; al dermografismo rojo que se ve en el hipertiroidismo, y que
se lo busca haciendo unas rayas sobre la espalda con un objeto romo, se espera unos segundos
entonces y entonces aparecen las líneas trazadas de un color rojo que demora mucho en
desaparecer, también se las ve en algunas neuropatías. Los eritemas de muchas enfermedades
que afectan a la niñez, como el sarampión, la escarlatina, la rubeola, la varicela, y otras que
afectan también a los adultos como la fiebre tifoidea y la erisipela. Mencionamos también a los de
las alergias e intoxicaciones.

Manchas hemorrágicas: equimosis y petequias: las primeras, que pueden ser secundarias a
traumatismos o a trastornos de la coagulación, suponen ruptura vascular y fuga de la sangre al
intersticio; su color varía de acuerdo con el paso de los días y la degradación de la hemoglobina,
desde el azul-morado hasta el amarillento, ocupan una superficie amplia y pueden distribuirse en
variadas zonas del cuerpo. Las petequias, propios de las purpuras, son manchitas rojizas, de forma
redondeada que, igual que la equimosis, no desaparecen con la presión, son de tamaño de
lentejas o más pequeñas como de la cabeza de un alfiler, suelen presentarse en grupos a veces
muy numerosos y asientan en diversas partes del cuerpo, pero se las ve con más frecuencia en el
abdomen y miembros inferiores; son micro hemorragias, producto de trastornos capilares y
plaquetarios, pero también de los trastornos de la coagulación.

Pápulas: son sólidas, del tamaño de una lenteja o arveja, sobresalen en la piel y son patológicas.
Pueden verse en la sífilis, lepra, tuberculosis. Debe diferenciarse de los nódulos que son
elevaciones del tejido duro localizado en la dermis o en el tejido celular subcutáneo. Pueden estar
provocados por procesos inflamatorios o tumorales.

Vesículas: bolsitas que asientan en la epidermis, llenas de líquido seroso que cuando se infecta se
convierte en pus y da la formación el nombre de pústula. En la medicina general interesa las de la
varicela, que son el siguiente paso de las machas eritematosas con las que se inicia la erupción
cutánea de la enfermedad. En la vacuna de la viruela es típico que el eritema del sitio de la vacuna,
se convierta luego en vesícula, más tarde en pústula y por fin en costra, que al caer deja una
cicatriz indeleble. Mencionaremos también a las vesículas del herpes simple, que asientan sobre
todo alrededor de la boca, en los labios y las comisuras, pero alguna vez también alrededor del
ano y genitales. El herpes de las enfermedades febriles también asienta alrededor de la boca. El
más característico es el de la neumonía neumococica. El herpes zoster, en cambio, produce
vesículas que asientan a lo largo de los nervios periféricos, evolucionan a pústulas, luego a costras
que al caer dejan cicatrices indelebles; son infecciosas, producen fiebre e intensos dolores de la
zona afectada. Solo por su frecuencia mencionaremos a las vesículas de las quemaduras de la piel
y de los roces frecuentes de la misma.

Pústulas. Llamamos la atención sobre las del acné que asientan sobre todo en la cara y espalda y
pueden ser responsables de importantes cambios psicológicos sobre todo en los jóvenes

Nódulos: son formaciones patológicas de la piel, de consistencia solidad y de un tamaño variable


entre0.3 y 3 centímetros de diámetro, son redondeados u ovalados y ordinariamente lisos. Por
hoy solo mencionaremos a los de la fiebre reumática, que son raros, subcutáneos, duros,
inconstantes y que se asientan en las superficies de extensión de las articulaciones y sobre los
huesos planos. También mencionaremos a los nódulos del eritema nudoso, que asientan bajo el
eritema correspondiente, son duros, muy dolorosos, de tamaño variable, asientan sobre toda la
cresta tibial, dorso del pie y cara externa de los antebrazos, pero pueden encontrarse también
sobre los muslos; su etiología es múltiple, y no nos corresponde revisarla aquí.

Estrías: son el producto de la hiperdistension de la piel con ruptura de sus fibras elásticas. Las mas
típicas son las del embrazo que asientan en la parte baja del abdomen. Muy semejantes son los de
la ascitis y de los quistes gigantes de ovario. En la enfermedad de Cushing, asientan en la parte
baja del abdomen y muslos, y son de color amoratado. En los anasarcas pueden verse además en
el abdomen y miembros inferiores, en las regiones glúteas, lumbar y aun en los senos. Los obesos
también pueden presentarlas en las zonas más distendidas.

Ulceras: son perdidas circunscritas de substancia que puede afectar solo a la piel o a las capas
profundas. Una de las más frecuentes es la ulcera varicosa, que asienta en la mitad inferior de la
pierna, única o varias, la mayoría de veces unilateral, de bordes festoneados y rojizos y que
pueden estar rodeados de una zona más amplia de piel cianótica. Se ve en las piernas con varices
muy evidentes o no, pero que en todo caso, en el examen, demuestran severo daño en el retorno
venoso. Otras ulceras frecuentes son las de decúbito o escaras, que asientan en la región sacro-
coccígea, glútea, y rara vez en la escapular y en los talones. Se ve en los enfermos muy debilitados
y encamados largo tiempo en decúbitos más o menos fijos. Muchas otras causas, como las
infecciones, traumatismos, trastorno neurológicos, y el cáncer de piel pueden producir ulceras,
pero las enunciadas más arriba son las más frecuentes

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