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27 de diciembre de 2017 Historia de la filosofía 5 (Siglos XVII y XVIII)

Ensayo final Ángel Gabriel Rodríguez Ramírez

N° 309318635 -Alumno regular

¿Explica por qué para la Ética de Spinoza la imaginación es el


primer grado de conocimiento y la única fuente de falsedad y
error?

El siguiente ensayo tratara de formular y responder cuál es el papel fundamental de la


imaginación como primer grado de conocimiento en la Ética de Spinoza. La respuesta a la
pregunta de nuestro título nace a partir de la reflexión y exposición sistemática de los
conceptos de cuerpo, mente, idea, imaginación y falsedad, de tal forma que vayan perfilando
a la imaginación como el origen de cierto conocimiento que depende de las ideas que afectan
al cuerpo, es decir, que surge a partir de las acciones de objetos externos u ajenos al cuerpo;
tal modo de conocimiento solo permite saber la naturaleza de las cosas un modo impreciso
o más exactamente inadecuado. Esta hipótesis la tocare abordando la Ética demostrada según
el orden geométrico, especialmente la segunda parte, así como el artículo de El Dios
geométrico de Baruch Spinoza de Rómulo Ramírez Daza y García . Sin embargo considero
que por sí sola la Ética nos puede brindar la información necesaria para generar nuestra
respuesta. Así pues la participación de otro comentarista solo es mínima al punto de ser solo
una referencia .Primero pasare a exponer los conceptos que antes he mencionado y, con esto
en mente, hilar el conjunto de ideas al concepto central de imaginación. En último lugar,
concluir si hemos o no demostrado satisfactoriamente la hipótesis o si hemos llegado a
formular otro tipo de conclusión.

1
La noción que se plantea del cuerpo humano en la parte II de la Ética demostrada según el
orden geométrico es, a grandes rasgos, la idea de un cuerpo existente que engloba dos formas
esenciales y distintas que definen al hombre, estos es, la imaginación y la razón. Sin embargo,
comencemos explicando esta idea desde el atributo de la extensión. Atendamos a la sexta
definición elemental de la parte I de la Ética:

“6. Por Dios entiendo el ser absolutamente infinito, es decir, la sustancia que consta de
infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita.”1

Dios es concebido por Spinoza como la única sustancia absolutamente infinita, un ser por el
cual todo existe y fuera de él no hay nada, ya que si lo hay implicaría la existencia de otra
sustancia u dos infinitos lo que es irracional. No obstante, si existiera una segunda “debería
ser explicada por algún atributo de Dios”2, dado que todos ellos expresan la esencia de la
sustancia, “y de esta manera existirían dos sustancias del mismo atributo”3, por tanto
podemos decir que “no puede darse ninguna sustancia fuera Dios ni […] tampoco
concebirse4”.

Si aprobamos, por ejemplo, que alguna sustancia surja de los atributos de dios, aun así no lo
seria, según la primera y tercer definición de la parte I de la Ética, es decir, una sustancia es
aquello que es en sí, se concibe por sí y es causa de sí misma (cuya esencia implica su
existencia). Por tales motivos se sigue que Dios es único y fuera de él no hay nada.

Ahora bien, la sustancia o Dios consta de infinitos atributos lo cuales expresan una esencia
eterna e infinita que percibe el entendimiento, de este modo los atributos son como el
“camino de la comprensión esencial de Dios, comprensión del pensamiento dado, del cual se
sigue necesariamente la idea de Dios”5

1
Baruch Spinoza. Ética demostrada según el orden geométrico. Edit. Trotta.Madrid.2000. p.39
2
Ibíd., p.48.
3
Ibíd., p.48.
4
Rómulo Ramírez Daza y García. « El Dios Geométrico de Baruch Spinoza », Metafísica y Persona
Filosofía, conocimiento y vida [en línea] Número 8. Málaga. 2012. p. 176.
5
Ibíd., p .166.

2
Según Spinoza, los seres humanos solo podemos conocer dos de estos atributos o formas de
aparición de dios, a saber: “Pensamiento” y “extensión”.El primero de los atributos tiene
mención en la proposición I de la parte II de la Ética y afirma lo siguiente: Todos los
pensamientos “son modos6 que expresan la naturaleza de Dios”7.A Dios pertenece un atributo
que implica todo lo pensado y por medio del cual son concebidos los pensamientos. De hecho
,al ser el pensamiento uno de los atributos de Dios o la sustancia , de alguna forma este se
expresa así mismo, y es que sustancia expresa la esencia eterna de Dios, por lo que
igualmente, si se expresa así mismo él es una cosa pensante. Lo que decir Spinoza quiere
decir es que cada pensamiento nuestro es la expresión de Dios y todo lo pensado es pensado
por el mismo para expresar su esencia, por lo cual él es todo pensamiento y ser pensante.

Atendiendo al atributo de la extensión este expresa la esencia de Dios en la materialidad de


los cuerpos “Por cuerpo entiendo el modo que expresa de cierta y determinada manera la
esencia de Dios, en cuanto que se la considera como extensa”8 es decir, Dios en todas las
cosas corpóreas o más tangibles, por lo que afirma entonces su materialidad y su inmanencia
eternas. Ya sea bajo uno u otro atributo Dios es causa de todas las cosas “y dependen de él
de tal modo que sin él no pueden ni ser ni ser concebidas, y, en fin, que todas las cosas han
sido predeterminadas por Dios”9

Así pues la esfera de la dimensión humana y todas de las cosas que lo rodean están previstas
para expresar a Dios de una u otra forma. Esto supondría que nosotros no tenemos libertad
de lo que ha de suceder con nuestro cuerpo que corresponde al atributo de la extensión, ni
tampoco con lo que pensamos que atiende al atributo del pensamiento. Por eso Spinoza
menciona que sólo Dios es causa libre, existe y actúa por la sola necesidad de su naturaleza.

El Hombre está constituido tanto del atributo del pensamiento como de la extensión; de
cuerpo y alma pero, no solo eso, sino que al ser la unidad de ambas en el cuerpo y en la
mente, conoce a la vez en el entendimiento ambos atributos.

6
Por modo entiendo las afecciones de la sustancia […] aquello que es en otro, por medio del cual también
es concebido. Baruch Spinoza. Ética demostrada según el orden geométrico. p. 39.
7
Baruch Spinoza op. cit., p.78.
8
Ibíd., p. 77.
9
Ibíd., p. 67.

3
El alma en este sentido no es sino “la idea de una cosa singular en acto”10 Si la esencia del
hombre está constituida por ciertas modificaciones de los atributos de Dios, es decir, por
afecciones o modos de pensar, el ser de la sustancia no pertenece a la esencia del hombre,
sino que estas afecciones o modos expresan la naturaleza de Dios como de manera indirecta
en el alma.

El primero modo o afección es por naturaleza la idea y es lo primero que constituye el ser
del alma humana; en efecto, ideas de una u otra cosa que existen en acto. Por eso en la ética
se afirma que “el alma humana es una parte del entendimiento infinito de Dios”11 El
movimiento que sigue continuación es que cuando el alma percibe una u otra cosa; Dios que
constituye la esencia del alma, a través de la modificación de ciertos atributos, concibe
también la idea de las cosas. Sin embargo, Dios no forma parte de la naturaleza del alma de
modo directo sino que son las afecciones u modos lo que lo hacen. Por tanto las ideas que
concibe Dios se le presentan de un modo completo y al alma humana de manera confusa.

Ahora bien, las ideas que constituyen el alma humana deben ser percibidas de alguna manera
para estar en ella. Tiene que ser algo que pueda se afectado por el exterior para dar
necesariamente una idea en el alma, este receptáculo es el cuerpo. En virtud de ello si este es
el receptáculo de las ideas, todo lo que pasa en el cuerpo es necesariamente percibido por el
alma.

Spinoza llama cuerpo al objeto de las ideas; un cierto modo de la extensión que existe en acto
y que constituye el alma humana, es así entonces que tenemos las ideas de las afecciones. De
esto se sigue que el hombre como unidad consta “de alma y cuerpo y que el cuerpo humano
existe tal como lo sentimos”12 ya que a nivel individual no hay otro objeto del alma que
genere en nosotros alguna afección, es decir, padecemos las afecciones en nuestro propio
cuerpo y no en otro.

10
Baruch Spinoza op. cit., p.86.
11
Ibíd., p. 110.
12
Ibíd., p. 52.

4
Para explicar exclusivamente el objeto del alma hemos de atender al cuerpo del hombre en
su constitución. Hemos de decir que todos cuerpos “se distinguen unos de otros en razón del
movimiento y del reposo […] y no en razón de la sustancia”13 En este sentido se formula una
clasificación entre los cuerpos, unos son compuestos y otros singulares .Los singulares “son
cosas […] que se distinguen unas de otras en razón del movimiento y del reposo” 14 a saber,
objetos individuales que están determinados por otros al movimiento o al reposo, y que a su
vez los primeros están determinados por otros anteriores, lo que manifiesta un retroceso
infinito. “De aquí se sigue que un cuerpo en movimiento continúa moviéndose hasta que sea
determinado por otro cuerpo a detenerse; y que un cuerpo en reposo continúa en reposo hasta
que sea determinado por otro a moverse”15 no solo eso, si no que todas las afecciones de uno
pasan a otro de modo que un mismo cuerpo se mueve de distinta forma según la naturaleza
del cuerpo a mover y, al revés, la cosas son movidas de distinta manera por uno y el mismo
cuerpo. Cabe decir que Spinoza también se refiere a estos singulares como “superficies”16.

Los compuestos son unidades o individuos que están formados por grupos de cuerpos
singulares que se relacionan entre sí por medio de su lentitud, movimiento, rapidez u reposo;
cada uno se distingue de los demás por la suma de sus cuerpos.

La cohesión de los cuerpos singulares se efectúa por medio de un choque forzoso con distinto
o mismo grado de rapidez o magnitud, cuanto mayor o menor sean las superficies que chocan
distintas serán las partes del individuo compuesto “De ahí que a los cuerpos cuyas partes
chocan entre sí con grandes superficies, les llamaré duros; a los que chocan con superficies
pequeñas, blandos; y a aquellos cuyas partes se mueven unas entre otras, fluidos”17

Ahora bien el cuerpo humano está constituido por muchos individuos compuestos con
diversa naturaleza duros, blandos y fluidos; cada uno de ellos es afectado de muchísimos
modos por cuerpos exteriores ,así mismo, éstos y el cuerpos humano en general, también
pueden alterar y disponer de los objetos que los afectan.

13
Baruch Spinoza op. cit., p.88.
14
Ibíd., p. 89.
15
Ibíd., p. 89.
16
Ibíd., p. 90.
17
Ibíd., p. 90.

5
Tratemos ahora de unir el cuerpo con el alma. Si el alma percibe todas las cosas que tienen
lugar en el cuerpo, mientras más cosas sienta el cuerpo más cosas percibirá el alma. Esto
revela que “la idea que constituye el ser formal del alma humana, no es simple, sino
compuesta”18 ya que en todo individuo compuesto que constituye el cuerpo humano se da
necesariamente una idea ,de manera que la idea del cuerpo humano está formada por las
muchas ideas individuales de las partes que lo componen. El alma humana en este sentido es
compuesta y se constituye como la mente, percibe entonces la naturaleza de su cuerpo como
la de los externos.

Cuando el cuerpo humano es afectado por externos la mente o alma contempla tal afección
como una idea existente en acto, es decir, como presente pues la afección de un cuerpo
implica necesariamente su idea. La mente entonces registra no solo la idea de la afección sino
también la idea del cuerpo que la implica.

De esta forma cuando el cuerpo humano afecta a otro su mente considera como presente en
acto la idea del cuerpo exterior aunque este ya no exista .Según Spinoza es así como podemos
conceder la existencia de cosas que ya no existen, es decir, la creación de imágenes.

Las imágenes son como un reflejo de los objetos que persiste en el cuerpo a pesar de que
estos hayan desaparecido, “y cuando el alma (o mente) contempla desde esta perspectiva los
cuerpos, diremos que los imagina”19

El movimiento de las imágenes es muy interesante, primeramente diremos que ellas están
íntimamente relacionadas con los afectos. Cuando el cuerpo humano es afectado por muchos
objetos a la vez, al momento de que la mente evoca la imagen de uno, también recordara la
imagen de los demás. Esta suerte de compenetración o enlazamiento de imágenes no es otra
cosa que la memoria. Por otra parte las imágenes se conciben como presentes, es decir, la
afección de una imagen pasada o futura puede afectar el alma con la misma magnitud que la
imagen de una cosa presente y que existe. A partir de aquí podemos entender por qué la
mente pude pasar del pensamiento de una cosa al pensamiento de otra que no tiene
semejanza alguna con la primera.

18
Baruch Spinoza op. cit., p.88.
19
Ibíd., p.95.

6
“un soldado, por ejemplo, al ver en la arena las huellas de un caballo, pasará al instante del
pensamiento del caballo al del jinete, y de éste al de la guerra, etc.; un campesino, en cambio,
del pensamiento del caballo pasará al del arado, del campo, etc. Y así, cada cual, según ha
acostumbrado a unir y concatenar las imágenes de las cosas de tal o cual manera, pasará de
un pensamiento a este o a aquel otro”20

Cuando tocamos el tema del alma o mente hemos dicho que cuando esta percibe una u otra
cosa lo hace a través de la modificación de ciertos atributos, es decir, por afecciones o modos
de pensar, por lo que las ideas son concebidas por el hombre de manera confusa. Ahora bien,
las imágenes son ideas que evoca la imaginación a partir de la idea de una afección que hay
en el cuerpo, lo que implica que las imágenes de los cuerpos exteriores son de igual manera
ideas confusas. Así pues “en cuanto que el alma imagina los cuerpos exteriores, no tiene de
ellos un conocimiento adecuado”21

De aquí se sigue que si el alma percibe las imágenes y el ser de alma está compuesta por
ideas, la mente tiene un conocimiento confuso de sí misma, de su cuerpo y de los cuerpos
exteriores. La naturaleza de las imágenes aunque confusas constituye el primer género de
conocimiento en el hombre. Decimos que es conocimiento precisamente porque a pesar de
que las imágenes son confusas, el cuerpo no se engaña, es así como percibe y siente las
afecciones. Las imágenes son entonces una suerte de ideas inadecuadas porque el
conocimiento que nos presentan es limitado pero no falso.

Ilustremos ahora como es que se da la falsedad en Spinoza. Cuando por ejemplo miramos un
objeto en el horizonte su composición puede hacernos imaginar o que está a cierta distancia
de nosotros o que se mueve a cierta velocidad en una dirección. Estas ideas son inadecuadas
ya que no concretan el conocimiento acertado de lo que pasa con objeto, sin embargo, no es
un conocimiento falso, el error consiste en que mientras lo imaginamos así, ignoramos la
verdadera distancia del objeto y la causa de esta imaginación, en efecto, no imaginamos que
el objeto de tal manera, porque ignoremos su verdadera distancia o velocidad, sino porque la
esencia del objeto implica una afección que es confusa.

20
Baruch Spinoza op. cit., p.96.
21
Ibíd., p.100.

7
Entonces el error o la falsedad consisten en la privación de no poder explicar la causa de
nuestra imaginación y de la ignorancia de la realidad de los objetos externos.

Si al objeto en el horizonte lo imaginamos moviéndose hacia nosotros, pero sabemos que


esta inmóvil, entonces tenemos una idea adecuada del objeto externo. La naturaleza de las
ideas adecuadas obedece una idea “que es común a todos los cuerpos y que está igualmente
en la parte y en el todo de cualquier cuerpo”22 como, por ejemplo, las leyes que describen los
fenómenos físicos, “las cuales implican parcialmente la naturaleza tanto del cuerpo humano
como de los cuerpos exteriores”23De aquí se sigue que “existan nociones comunes a todos
los hombres, ya que todos los cuerpos concuerdan en ciertas cosas que deben ser percibidas
[…] clara y distintamente”24

Una vez explicados los movimientos de la imaginación y de las ideas podemos decir que
existen al menos dos géneros de conocimiento. Uno es llamado “conocimiento de primer
género, opinión o imaginación”25 y se constituye de ideas inadecuadas así como de palabras
que evocan ciertas imágenes. El otro es “razón o conocimiento de segundo generó” 26 y se
constituye de ideas adecuadas así como de nociones comunes.

El conocimiento de primer género es la única causa de falsedad por pertenecerle las ideas
inadecuadas, es más, Spinoza termina refiriéndose a ellas como “percepciones de
conocimiento por experiencia vaga”27

22
Baruch Spinoza op. cit., p.105.
23
Ibíd., p. 105.
24
Ibíd., p. 105.
25
Ibíd., p. 108.
26
Ibíd., p. 108.
27
Ibíd., p 108.

8
Conclusión

La idea que hemos estado desarrollando es que las imágenes que crea la imaginación son
confusas pero no falsas, su naturaleza es así tanto por la constitución del objeto del alma y
el alma misma, y es que las imágenes son la verdadera forma en la que sentimos, el cuerpo
no se engaña al ser afectado. Imaginar es un movimiento natural del alma y no implica
falsedad. El error esta en pensar que las imágenes que se presentan son la existencia actual
de las cosas, pero esto no es así, porque como lo hemos explicado son como un reflejo de los
objetos en la mente que se perciben como presentes. El error es como irse con la finta de que
lo que imaginamos es la real e ignorar tanto la causa de la imaginación como la verdad de
los objetos. Así pues no son cosas reales pero tampoco falsas. El conocimiento que nos
generan podríamos entenderlo como intuitivo o como por experiencia vaga.

Bibliografía:

Baruch Spinoza. Ética demostrada según el orden geométrico. Edit. Trotta.Madrid.2000.


pp.302

Metafísica y Persona Filosofía, conocimiento y vida. [En línea] año4 - Número 8.


Universidad de Málaga. 2012. pp. 177. Recuperado de http://metyper.com/wp-
content/uploads/2014/12/MYP_R8_A7_WEB.pdf

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