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El lenguaje y los medios de comunicación


Revista Migrante Edición No. 2
Octubre 2008

Las noticias publicadas por varios medios de comunicación con respecto a la Directiva de Retorno,
han producido una serie de diferencias conceptuales que serán analizadas en el presente artículo.

Varios medios de comunicación utilizan denominativos como “inmigrantes ilegales”, “inmigrantes


indocumentados”, “inmigrantes clandestinos”, otros simplemente los llaman “clandestinos” y
algunos utilizan los términos “sin papeles”. Para ejemplarizar esto, hemos extraído varios titulares
de notas publicadas en sitios web de distintos periódicos:

• “Europa decidió endurecer su postura contra migración ilegal ”


• “La directiva sobre el retorno de 'sin papeles', pendiente del Parlamento Europeo ”
• “La UE permitirá retener hasta 18 meses a los inmigrantes 'sin papeles ’”
• “Ministros del Interior de UE aprueban ley de expulsión de clandestinos ”

Las personas que se encuentran sin regularizar su condición migratoria se deberían denominar
“migrantes en situación de irregularidad”, debido que se encuentran en una posición de
irregularidad administrativa migratoria.

Si nos basamos en la Declaración de los Derechos Humanos, el artículo 13 contempla que “Toda
persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un estado”.
Este derecho dejaría sin piso el carácter delincuencial que se asigna a los migrantes, de ahí la
importancia del uso adecuado de los términos, no solo por parte de los medios sino de la sociedad
en general. No obstante los medios de comunicación tienen la responsabilidad de no promocionar
el uso de estereotipos que desvirtúan la realidad y contribuyen a la generación de imaginarios
negativos entorno, en este caso, a la migración.

La inadecuada utilización de los términos ya mencionados genera un trato delincuencial hacia el


migrante. Esta mala interpretación ha llegado a influir en la Directiva de Retorno, al establecer en
sus políticas un tratamiento sobre la migración que da cuenta de una postura restrictiva y
condenatoria, que es ampliamente difundida por los medios de comunicación masiva.

El uso del lenguaje siempre tiene una intencionalidad y refleja la manera de pensar frente a una
temática determinada. Por ejemplo el diario “El Mundo” en la nota informativa “La UE permitirá
retener hasta 18 meses a los inmigrantes ‘sin papeles’” señala que “La legislación permite
retenerlos un máximo de 18 meses y deja a los Estados miembros la libertad de limitar la
asistencia jurídica gratuita”. Este tipo de medidas son contraproducentes para las garantías de los
migrantes en situación de irregularidad administrativa, cuyos derechos supuestamente se pretende
salvaguardar.

Diario “El País” en la nota informativa “La UE alcanza un acuerdo sobre la norma para devolver a
los inmigrantes ilegales ” dice “Tras dos años de diferencias, los representantes de los 27 Estados
miembros se han puesto de acuerdo en una nueva legislación con normas comunes mínimas sobre
el retorno de los inmigrantes irregulares a sus países de origen. El último punto de discordia, sobre
la garantía de asistencia jurídica para los indocumentados, se cerró con una solución salomónica
por la que esa ayuda legal se ofrecerá en función de las normas de cada país comunitario, según
han dicho fuentes diplomáticas”.

Una de las garantías básicas de toda persona es el derecho a la defensa, en el caso de los
migrantes en situación de irregularidad administrativa, este derecho, tal y como se presenta la
Directiva del Retorno está supeditada a la jurisdicción de cada país miembro, siendo este un claro
retroceso en el tema de derechos.

Los términos ilegales, indocumentados, clandestinos, expulsados, detenidos, aprendidos, entre


otros, que son utilizados en varias de las notas informativas entorno a la Directiva del Retorno, dan
cuenta de una terminología que presenta una connotación sobre personas que han cometido actos
delincuenciales, los migrantes en situación irregular están muy lejos de serlo. Este problema se
da en parte por la adopción unilateral de fuentes informativas generadas en los países de destino,
quienes son miembros de la Directiva de Retorno y que en sus notas informativas criminalizan a la
migración y lamentablemente son reproducidos por la gran comunidad informativa, incluso de los
países de origen.

Es cierto que el lenguaje es limitante, y que en ocasiones se presta a ambigüedades, pero se lo


debe tratar con más coherencia, recordemos a Wittgenstein “Es claro que por muy diferente del
real que se imagine un mundo debe tener algo -una forma- en común con el mundo real”. Ese algo
común, esa forma, es la que se debe establecer en los medios de comunicación para el adecuado
tratamiento entorno a la problemática surgida tras el aparecimiento de la Directiva de Retorno y la
forma en que se muestra a los migrantes en general.

Los medios de comunicación tienen una responsabilidad social, no solo en lo referente al ejercicio
profesional, también en el uso del lenguaje que contribuya a la generación de un clima de respeto
hacia los derechos humanos en una sociedad que debería ser más incluyente, incluso en los
términos que cotidianamente forman parte de nuestro léxico, pues ponen en evidencia nuestra
postura política y social.

Realizado por:
Priscila Chalá y Francisco Obando
comunicaciones_ec@fundacionesperanza.org
Fundación ESPERANZA Ecuador

© 2004 - 2008 por Fundación Esperanz

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