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SU ORIGEN, SU PREPARACIÓN, SUS APLICACIONES POR M.

R LEON MALO

Consideraciones generales.

E n t r e los productos iiiinerali>gicos que la poderosa actividad


industrial d e este siglo ha sacado d e la oscuridad para darles
un lugar import;inte eii los trabajos públicos, ninguno segura-
mente es niás digiio tle estudio que el asfalto. Empleado pródi- i
galnente por los aritiguos en sus edificios, como lo atestiguan
las ruinas d e Baliiloiiia y d e Menfis, ,abandonado e n seguida,
no se sabe por que, durarite cuatro ó cinco iiiil años y vuelto á
apreciar en fin. por los ilioderiios, el asfalto ha vuelto á conquis-
tar rápidamente el lugar <;ue las civilizaciones ejipcias y asirias
le habían dado )r que los Romanos. á pesar d e su celo por con-
servar su reiiombre cle graiicles constructores. no habían sabido
conservarlo.
Desde hace veinte aiios. las aplicaciones del asfalto, limitadas
en otro tienipo coiiio chapa <le bO\.edas y conio argamasa im-
i
perrneable. han toiiiaclo t;il estensión que hay d e que admirarse ci
5
al ver la iiicliferenci;~coi1 q u e los hombres d e cieiicia tratan to-
davía este producto: cuúndo niás las obras especiales le dedican
algunas lineas, y frecueiiteniente es para dar d e él tina clescrip-

(*) Traducido de los .4nn/es dc P. C. de Fraiici3-.4ño de 1868.


cihn iiiiperfect;i, 6 un ariálisis insignificante. Algunos ingenieros
eminentes ha11 ;ihoi-dado serianiente la cuestión, pero con un
objeto especial. , k i , 3IM. Dui-ej. y d e Coulaine, el priniero en
una notable nieni:>ri;i sobre las calzadas niacadaniisadas d e Loil-
clres y cle París, e1 seguntlo eii iin'i interesante tiiemoria sobre
la ;iplicaciOii d e las s~ist;iiicinsbituiiiiilosas á las calzadas, han
desarrollado con iii~ichaexperiencia y kiutoridad lo que s e refic-
r e á la vi~ibilitl;id;pero rsos t r a h ~ j o han
s sido sobrepasailos hoy
por I\/Ir. Enrique E'ourel. . . . . .

Asfalto

1.O Pi~i?tc~)tz¿e~ j~~r~iiiziei~/osIJI' ~z~/i<zlfi).El-betíiii libi-e sr en-


cueiitra ab~~iid;iiiteineiite rep;irtido eii la superficie del globo, en
casi todos los tcrreiios i.olcánicos impregiiaiiclo á iiienudo la
iiiol;is;i sobrepuesta á la foriiiacióii jurásica. SI,. le encuentra e n
gran carititl;id y briio los aspectos inás diversos en los alredeclo-
res d e C ~ ~ ~ - ~ ~ Z ~ I ya Z ~id- estaclo
F I ~ I[le - Ilibertad
, ~ ~ L perfecta
~ co-
nio en I;i fi-o;olzfni/zr. de P0i.1-,y ; ~riicr.cl;itl~ con areiia fina conio
en C/zn~znLz'21-~~y Ge?,.znf, y.diseiiiinado eii las c;ividades d e una
marga esponjosa como eii Poizt rili Chit~lrtl. L a forma más cb-
niúii del betúii libre es 1;i (le iiiczci;i coi1 las arenas cuarzocas 6
molasas verdes de la foriiincihii iieocciiiiiaiia tal coiiio s e explota
eii Py7iir~ont S~yssi~¿. E l hettiri lil~rese eiicueiitra tnnibi6n en
Jude;i eii el lago Asfi~lteb,eii el imar Caspio dnntle liada eii la
superlicie. eii las .iiitill;ls (Isla clt: 1 ; ~l'riiiida<I) nianchado con
uiia b;ise terrus;i )- s<ilida á la teniperatura ordinaria.
El betúii al est;iclo d e co1iii1iii;ici6ii6 d e mezcla intima es más
raro; hajo l;i esi>ecie (le esqüisto, se eiicueriti-a fáciliiieiite en la
hoy;^ carboiiifcra d e A7ifc;;r en la d e h'z~:ci21-rs en la P7-o;,cncr,
eri el Dni?hii~deii el norte y t ; i i i i l i i l i i en oti-os puiitos; pero
bajo la foriii;l d e calcáreo iio st: co:ii)~eii eii Eurolxl más que
tres 6 cuatro niinas exlilotadas coi1 ventaja.
El esquisto bituniinoso es la niateria prima de una industria
reciente ya muy considerable; se extrae de t l por doble destila-
ción iina hulla liviaiia & incolora residuo de las hullas de alum-
brado mineral.
E n cuanto al calcáreo bit~iiiiiiiosoó asfalto propiamente di-
cho, las más raras de Izis iilanifestacioiies del betúii, es una roca
formada de 90 á 94:; de c:irb«nritoVdecal puro y de lo á 6% de
betúii. S u aspecto es el de la piedra de )-eso, su color de choco-
late oscuro. Cuando se cort;i, la superficie cortada presenta la
apariencia blaiiqueciii;~ que (-1 cuchillo deja tambitn en el cho-
colate; el grano es fino y cuando se exaiiiitiaate~itairieiitesu ex-
tructura. se recoiioci: qiie cada iiiol&cula de calcáreo está envuel-
ta de una capa casi atiiniica de betúii; todo grano está aislado de
su vecino por esa especie de barniz que sirve al mismo tiempo
para unirlos eii&rgic;iiiieiite cntre si. Durante los calores, ese
barniz se pone \.iscoso )- á nie~iudo rl peso sólo de un bloque
basta para roniperlo en clos ii inás fragmentos; en invierno, al
contririo, el betún se pone seco y la roca toma una dureza con-
4
q
.$

siderable.
Los yacimientos de asfaltos son coiitaclos; la naturaleza se ha i
:i
mostrado avara de esta precirisa materia y no seria posible de- 2
.:
terminar la ley según 1:i cual los riiás ricos yacimieritos se en- ?
?
cuentrcln casi coiiceiitrados en una zona niuy estrecha de la car- :i
ta de Europa. . . . . . . . . . :of
El origen del asf;ilto qi~eclatodavía en la duda. Pero cuales-
quiera que sea su forinaci6n, el banco de asfalto que parece ser !
-1
%
de la misnia edad en lo; cuatt-o yacimientos I>rincipalmeiiteex- ,4
plotados (Lobsnnn. \';il-de-Travers, Seyssei y Volant, en fin 4
J*

Chavarnche) pertenece á la parte superior del terreno jurásico


y se encuentra situado inniedi;itarnente debajo de las molasas
verdes. . . . . . . . . .
2 . 0 E,xt7,acciÓi~,puZ~~eriracihz,cernihrra.-se explota el as-
falto coriio los inorrillos de cantera con la broca y la pólvora; á
menudo la roca es bastante blanda para que se pueda practicar
el :igujwn con el taladro. 12a eutraccií~ns r opera por cortes co-
nio en P r y ~ n o n t . S ~ . y s sye leii \';~l-de-Travers, ó por galerías co-
ino en Volant y en Chavaroche.
Los morrillos d e asFaltos so11 apilados eii montones d e roo
inetros cúbicos; luna parte se manda a los trabajos al estado d e
roca y el resto va á los ingenios donde se fabrica el mastic.
Se tiene cuidado d e evitar los graiiclcs aprovisioiiamientos en
verano porque las calores hacen decrepitar la roca qiie por si
sola se reduce á polvo. E s t e inconveniente iio existe si los apro-
visionamiento~se hacen en las galerías. El verano es también
la estación más temida por los mineros cuando la explotación se
hace por corte al aire libre; bajo la acción del sol -1 banco d e
asfalto s e ablanda hasta el punto que los ]jolvornzos no hacen
efecto, y hay que contentarse con el trabajo d e i;q picota, d e la
palanca y d e la cuña. Los gastos d e olxa dt: mano pasan del
siinple al doble del invierno al verano.
L a roca destinada á la fabricación del mastic. se chanca pri-
mero y después se pulveriza.
Chnncnn'2r~-n.-L;1 chancadur,i dc la roca es u11 trabajo senci-
llo, pero que :ione su iinportxncia en el coiijuilto d e las opera-
ciones, á causa del reblancleciinieiito por el calor y que hace que
la chancadura sea fácil en invierno y inuy laboriosa en verano
llegando á ser in~posiblesobre bloqueo qui: han estac11.v expues-
t o á un sol ardiente. Bajo la iicción del sol el betún s e liquida,
la materia pierde toda rigidez y la chaiicadora no golpea más
que sobro una espccie de pasta que s e aplasta. Por esta razon.
se procura hacer la chancadura sólo en invierno á menos q u e se
haga en las galerías donde puede hacerse en todo tiempo. . . .
.La pulverización puede hacerse de dos nianeras:
1.0 E n caliente, por la decrepitación.
2 . 0 E n frio, por la coniprensión.
Prrlí~erzzncid~~ en cnZitiitc.-Sr coloca :a roca asfáltica ya tri-
turacla, en cajas d e latón de fierro cubiert;is. d e i nietro d e largo
go, O'" 60 d e ancho y O"' 2 0 cle alto. Estas c;ij:is se introducen
cn retortas d e fierro f~indido;iiiálo,nas á las retort;is horiznnt;iles
emplead;is eii la destilacitii del esq~iistobituniiiioso !. se niaii-
tiene bajo estos aparatos LIII calor suave y uiiifnrine; el fcii6nie-
no siguien:? se produce: el betíin que iiiipregiia la roc;!. shlido á
la temperatura ordin;iria. se reblandece y se derrite; las iiiolécu-
las c;ilcáreas se sepziran y caeii rccluciclas á po!vo. Sc tiene cui-
dado d e sacudir las cajas rle c~iiiiicloeii cuaiiclo pnrd que el fent-
meno sea conipleto: -ii seguida se extieiide 1;i iiiateria en una
cancha plaii;~ donde se teriiiina I;i i,ul\rerización por niedio tlel
pisón; por fin, se pasa por el cerlazo que retiene las partes resis-
tentes las que sufreii liiia nueva ni;iiio d e pisón y nuev;i cerni-
dura.
S e produce también la decrrpitacióii en aparatos especia!es
d e que hablareinos en el iniportante capitulo de lar. calz;iclas <le
asfalto cornpriinido.
L a ~~ulverizacióiipor tlecrrpitación, que acabamos d e descri-
bir, es el sistema riiás antiguo y present;i la graiicle veiitaja d e
no exigir ningún motor lloro rii caiiibio tiiiie nunierosos iiicon-
venieiites que result;iii dc la dificultad d e producir uii calor u i i i -
fornie en toda la masa.
.......................................................
L a pulverización por decrepitación es Iiues una operaci6ii
esencialinente defectuosa y ni> d i l x recurrirse á ella sino en ca-
s o d e necesidad, es decir. siempre que no se disponga d e una
fuerza motriz suficiente. s i n eiiib;irgo iio se negar que
la idea d e reducir á el c;ilcáreo l>or el siinple reblandeci-
niierito d e los aceites d e inipi-egiiación es u n a . idea seductora y
por esto no hay que sorpreiidersr que aun ho)- mismo no está
cornpletainentc: abandonada y que el día que se pueda obtener
un calentainiento uniforiiie y iiictódico d.- la roca se volverá á él.
Siii eiiibargo, el polvo empleodn eii el establrciiiiietito d e las
calzadas hechas con asfalto com~~rimido, se obtiene por la decre-
pitación como lo henios dicho más arriba.
Pz~Lz~e~-isaci6n
enjrio.-En las fábriws de rnastic de asfalto
se pulveriza la roca en frío empleando al efecto, dos especies de
aparatos:
El primero consiste en una rueda vertical de piedra ó de fun-
dición, provista de rastrillos como de ordiii;lrio.
E l segundo representa bastante bien el molino de cal6 ordi-
nario en grandes diriiensiones; es u n cono de fundición de 60
á o.1T170 de base por o.m So de altura. iiiontada sobre un árbol
vertical y que se mueve en una fornia del mismo metal; el cono
y la forma están provistos de dientes que trituran la roca y la
reducen á polvo.
Al salir del molino el polvo cae en u n cedazo de mallas tu-
pid;is.

Aplicaciones del asfalto.

CaZzadns de nsfaL'to co~1zj~il7zido.-Desde el origen del asfalto


se le reconoció la siguiente propiedad: las carretas qiie transpor-
taban de la mina 1;i roca de asfalto (porque antes que se pensa-
se en aplicar el ;~sfaltocoino iiiastic 6 en 1;is calzadas, se le des-
tilaba para sacar de él un aceite cle alumbrado ;iiiálogo al aceite
de esquisto) dejaban caer á inenucln fr;igiiientos que las ruedas
comprimían, cuando el camino estaban cubierto de esos des-
perdicios, venia el verano, el calor reblandecía el betún de im-
pregnación, los carros que se sucedían cornprimian la materia, y
se formaba una costra sóli<l;l,densa. elástica suave para el tráfi -
co de los animales y de 1111 desgaste casi nulo. Hemos visto en
casi toda las minas de asfalto calzaclas formadas así, y es notable
una en Py-rinioiit-Se)-ssel. cuycis vestisios tienen ya rnás de se-
senta ;tños.
Fu&shlo en ~Sjocuaiido se comeiizó á aprovechar esta lec-
ción (le la casualidad. Uii ingeiiiern suizo, '\Ir. J.161-iaii.estable-
cid en esa époc;~en 1 i i peqiiefia íi1tle;i d e Ti-:irers. una calz;idn
eii roca d e asfalto ca1ent;ida )- cn:iil>riiiiid;i. Eii !a experiencia d e
hsIr. klérian el asfalto fu6 sinigleiiieiite desparraniado sobre la
calzada niacndaniisada y sometido al rodillo; á pesar d e la insta-
bilidad del firme y la irregul;~ridad d e la coiiservacibn esa cal-
zada está todavia en buen est;iclo.
E s e misino año hlr. Darey. iiispector general d e piientes y
calzadas, d e vuelta d e una ii~isidiiespecial en Londres. publica-
ba en los Anales un;[ notable iiieniori;i en que despuis d e expo-
ner y discutir todos los sisteiiias empleados en Londres y e n
Paris, declaraba que la solución del 11roblenia estaba " e n e l e m -
pleo de ln roca nsj%ifz'cnprlesfnr n j i Í o ~ i Las
. experiencias hechas
en París en este sentido no dieron, sin enibargo, más que resiil-
tados incompletos; s e reiiunció. Uii iiigeniern d e la coinl>eteiicia
d e 11. Darey no podía eiip,2iarse h;ista ese punto; iiiás tarde se
ha recoiiocido que s u error único fu6 haber prescrito el empleo
del ;isf;iito e n f v í o . La roca de asfalto a l e n t a d a . pulverizada por
la decrepitación, estiiblecida sobre la forma d e la calzada, apiso-
nada y coiiiprimida con el rodillo, toiiiii después d e enfriada el
estado en que s e encontral~aen sus yaciinientos; es lo que h a .
ce su fuerza. su elasticidad, su hoinogeneida<l,su s o i i d r r f ~ f ~N i ~ot .
s e puede llegar al mismo resultado con 121 roca asfáltic;~puesta
en frío.
EIaci;i la niisni;~época, otro ingeniero distingiiido del cuerpo
d e puentes y calzadas, Alr. (le Coulaine, hacia en el puente d e
Saumur y en los caniinos del departaiiiento d e hlaine-et-Loire,
ensayos análogos, de que di6 cuenta taiiibi6n en los Anales.
E n fin la calzada d e asf;ilto coniprirnido ha obtenido su entra-
da en el teatro obligado d e todas las esperieiicias serias y en
París.
Su priiiier paso fue en la calle Bergere, á lo largo del conser-
vatoric d e música. El resultado fui. tal que hacia fines del a ñ o
1853 la plazacle Palais-Royal. rl punto más fatigado d e todo Pa-
rís, fu& tlesign:iclo por la adniinistracióii para ser macademisado
con asfalto, sigui6iidose un iiúniei-o considerable d e calles q u e
han cambiado su adoquinado por el nuevo paviinento.
Hé aquí como se procede parala instalación d e las calzadas en
asfalto conipriniiclc.
L a roca asfálticn. r s t r a i d ; ~[le los yaciinientos y triturada e n
fragmentos conio los guijai-ros destinados á las calzadas niaca-
damisadas, es clecrepitacl;i rii aparatos especiales que consisten
en grdncles cajas d e ],alastro sostriiiclas sobre pies d e fierro y
bajo las cuales se coloca el liorna; se llevan estos aparatos al pi&
d e obra 6 á prnxiniidad á fin d e que el polvo clecrepitado pierda
lo menos posible s u color. L a forma ó firme d e la calzada h a s i -
d o previamente ciibirrta con una capa d e coiicreto d e ro d e
grueso 15 menos según la coml,resihilid~id dei n i . ( 1 ) . Sobre
ciertos terrenos firnies conio los c;iminos niacadaniisados s e po-
dría llegar á in,b~ivziie~zte~*ai~zt.n¿r. el concreto; sobre otros te-
rrenos inal coinpriniiclos seria preciso auinentarlo á r 5. So-
bre este concreto bieii ;ipisonado linipio (2) reglado según el
perfil d e la calzadii que debe se/- casi plana, se desparr:irna la ma-
teria asfáltica decrepitacl:~,eii capa d e 0.m 04 á 0."' 05 después
d e compiniicla lijcraiiiente coi1 el pisóii. S e regulariza en segui-
d a la compresión paseando enciiiia un rodillo d e 2,500 á 3,000
ltilógramos d f peso, dos horas más tarde la ca1z;ida puede en-
tregarse á la circulación.
L a calzadi clc: ;isfdto así coiistruída presenta una superficie
pareja, suave al rociado de los vehículos, fácil al tirage d e los
aniniales, absorbientlo cornpletarneiite el ruido d e las ruedas; no

( 1 ) Lns pinnchns ciiiil~rndrisde uti puente necesitarían o."'oj i lo m i s (Nota

del traductor.)
(3) hlayor aoli s o l ~ r e~ i ipiiente
i (Xota del traductor).
se produce ni barro ni polvo porque el asfalto no se gasta sino
de una manera imperceptible; la supresióii de estos dos inconve-
nientes. el polvo sobre todo. asegura por sí solo CI txito del
nuevo sistema de calzada. La inipernieabilidad de la capa bitu-
minosa es también una preciosa propiedad, suprimiendo una cau-
sa de insalubridad que los adoquines Ilevaii siempre consigo.
Las junturas de los adoquines, en efecto. almacenan sin cesar
las rn:iterias orgánicas, las cuales por la frrmentación se corrom-
pen y la acción del sol reparte los miasmas en la atmósfera con
gran perjuicio de la higiene pública sobre todo en tiempo de epi-
demias de enfermedades cont;igiosas. S e puede agregar como
preciosa ventaja /a nzrse7zrin ronlpZctn i e uib9-nriones sobre las
construcciones vecinas (3).
E s cierto que las calzadas í i i asfalto compriniido soii calzadas
de lujo y que sólo las ciudades de cierta importancia pueden
co~istruirlas;pero las ventajas son tan numerosas y tan incontes-
tablemente establecidas en el día que toda calle frecuentada es-
tá llamada á recibirla. La cuestión de precio es por otra parte
menos difícil de abordar que lo que á priiiiera vista parece, porque
la calzada de asfalto cuesta un tercio menos que la de adoquines
y la conservación cerca de tres cuartos menos que el niicadan~de
los bulevares de París.

(3) Sobre un firme húmedo el asfalto se parte (Nota del traductor).

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