La salud es reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un estado de
completo bienestar físico, mental y social, y no solamente como la ausencia de afecciones o enfermedades. Al mismo tiempo, es un factor determinante en la calidad de vida de una persona, ya que condiciona su desempeño educativo y laboral, así como la realización de actividades cotidianas. Al ser la salud un derecho fundamental de las personas, es deber de los gobiernos garantizar a la población su acceso a servicios de calidad y a la atención oportuna. Sin embargo, también le compete privilegiar la prevención de enfermedades y la promoción del autocuidado de la salud. El CONEVAL identifica que en Quintana Roo 18.5% de la población no tiene acceso a servicios de salud. Esta cifra es preocupante, pues representa poco más de 284 mil personas en potencial condición de vulnerabilidad ante enfermedades. Benito Juárez, Othón P. Blanco y Solidaridad son los municipios que registran el mayor porcentaje de personas sin derechohabiencia. Asimismo, del porcentaje de la población derechohabiente a servicios de salud, la mayoría se concentra en las instituciones públicas del IMSS y del ISSSTE. A su vez, 28% de la población está inscrita al Seguro Popular, y 3% de la población destina gran parte de sus ingresos al cuidado de su salud en instituciones privadas, lo equivalente a 23 mil 290 personas.
El Anuario de Morbilidad de la Secretaría de Salud registró durante 2104, entre
las principales causas de enfermedad en el estado, infecciones respiratorias agudas, infecciones intestinales, infecciones de vías urinarias, gingivitis, enfermedades periodontales, úlceras, gastritis y duodenitis. En relación con la mortalidad, el INEGI registró en 2014, 5 mil 45 defunciones generales; de éstas 2 mil 999 correspondieron a hombres, 2 mil 45 a mujeres y una no especificado. Del total de defunciones, 283 correspondieron a menores de un año.
Es importante señalar que el índice de mortalidad infantil es un referente de la calidad de la
salud; por un parte, prueba la eficacia de los servicios otorgados y la posibilidad de acceso a estos y, por otra, da cuenta de la educación de las madres en el cuidado y atención de los niños. Además, es un parámetro para evaluar indirectamente los programas de gobierno orientados a concienciar, detectar, prevenir y, en su caso a atender de manera oportuna las enfermedades. Los datos resaltan, en el mismo año de referencia, las muertes por causas no naturales, como los 118 suicidios que ocurrieron en el estado, los cuales representan 18.2% del total de muertes violentas. Esta cifra refleja el grado de descomposición social y acusa la falta de atención a la salud mental. Por ende, habrá que reforzar los servicios en este ámbito, para evitar más muertes por esta causa y detectar oportunamente conductas de riesgo. De acuerdo con datos del INEGI, en Quintana Roo funcionan 257 unidades médicas, entre hospitales, clínicas y centros de salud, de los cuales 230 son operados por el gobierno del estado y en ellos laboran 11 mil 884 médicos. Esto indica que por cada 115 derechohabientes hay únicamente un médico. Esta realidad obliga a realizar esfuerzos no sólo para incrementar el número de unidades médicas, sino para dotarlas de equipo especializado y medicamentos suficientes; además urge contratar una mayor cantidad de médicos que cubran las necesidades del grueso de la población; de otra manera, la atención a los pacientes seguirá siendo deficiente.