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Ayer estuve en el despacho de un procurador en Madrid y se planteó de una forma muy clara la
distinción entre estos dos “tipos de archivo” así que aprovecho la experiencia para tratar este
asunto que tenía pendiente hace tiempo y que da lugar a muchas confusiones. Como el ejemplo
es el recurso del torpe y este tema tiene algunas sutilezas difíciles de explicar, voy a contarlo tal
y como ocurrió ayer. El lector puede cambiar “despacho” por oficina o administración,
“procurador” por abogado, gestor, funcionario del ayuntamiento… y “expediente” por asunto,
legajo o documentos… pero por claridad y economía del lenguaje me ceñiré al despacho del
Nada más empezar a hablar de gestión documental quedó claro que este procurador sabía de
qué estábamos hablando: tenía un ScanSnap encima de la mesa (un modelo anterior pero
similar al que recomendaba hace unos días), pocos papeles a la vista y, sobre todo, ningún
montón de medio metro de altura. De hecho, tiene el mejor programa de gestión documental
posible: integrado como una funcionalidad más en su programa de gestión de expedientes. Esto
quiere decir que en la pantalla, junto a los datos del cliente, fecha de apertura, factura, y demás
datos “alfanuméricos” (lo que técnicamente se llaman “campos” de una base de datos) tenía un
botón adicional con el que accedía a un documento en PDF relacionado con el expediente en
cuestión.
Aquí se acababan las posibilidades de venderle un programa pero, como es una persona que usa
y valora la tecnología como herramienta de productividad, quiso ver lo que habíamos ido a
Sin entrar en detalles, me llamó la atención que se dio cuenta perfectamente de las ventajas de
guardar los archivos en una base de datos (en nuestro caso Oracle) frente a su sistema, que
conserva todos los ficheros PDF (unos 80.000 ya) en una carpeta de Windows sin más. También
documentos asociados a una base de datos con campos alfanuméricos, por lo que encuentra
rápidamente lo que necesita (y es lo que más sorprende a sus colegas y abogados). Lo que más
le gustó fué la introducción de los documentos “arrastrando y soltando” con el ratón. Él lo tiene
que hacer con el odioso botón “Examinar”, un auténtico error propio de los programadores que
archivadores de cartón que estaban más o menos ordenados (más bien apilados) debajo de una
escalera a mis espaldas. Y había un par de docenas más encima de un armario (que luego
resultó estar lleno, pero muy lleno, de subcarpetas con miles y miles de papeles). ¡El archivo
histórico! Ese es su “asunto pendiente”. Tiene muy bien organizado su archivo reciente, lo que
yo llamo el “archivo vivo“: documentos con los que estoy trabajando, que consulto con
actualizado conforme iba trabajando en ese asunto. Pero los documentos anteriores a la compra
de su actual programa de gestión, esos están amontonados, ordenados sí, pero amontonados,
en más de 100 archivadores de cartón con el número de “caja” escrito a mano (de una
Eso es lo que yo llamo el “archivo histórico” y no tiene nada que ver con el “archivo vivo”. Es
más, hay que tratarlos de forma totalmente independiente, con un planteamiento y forma de
trabajo distintos, con medios (técnicos y humanos) distintos. Son dos “proyectos”
independientes y no deben abordarse como una unidad porque lo que sirve para uno no tiene
programa de gestión documental para gestionar (no encuentro otra palabra mejor) un “archivo
correo o de copiarlos, o imprimirlos. Además de garantizar la seguridad para que accedan las
personas adecuadas.
liberar espacio. Nada más, y nada menos. Ayer este procurador me comentaba que librarse de
aquellos 3 ó 4 metros cúbicos de archivadores sería para él una enorma satisfacción. Estaban en
el suelo medio escondidos, encima de los armarios… quedaban fatal en su despacho. Pero,
este gran pero, le daba miedo destruirlos “por si acaso“. ¿Qué le propuse yo?
Cada día, o dos ó tres veces por semana, escaneas un archivador. Tienen 10 ó 12 expedientes,
cada uno de ellos con 50 ó 60 folios de media. La clave es meter muy pocos datos a mano,
interesado. Estamos hablando de menos de un minuto por caja (o sea, por día). Luego, de cada
expediente aceptas el nombre por defecto de los archivos que creas al escanear. No importan los
nombres de los archivos porque con los otros datos ya llegas al documento y “si acaso” tienes
que consultarlo, ese hipotético día ya buscarás manualmente dentro del archivo. ¡Lo más
probable es que nunca tengas que hacerlo! No olvidemos que estaba pensando en destruirlos.
De esta forma puedes liquidar y, ahora sí, destruir un archivador en una media hora. Eso cunde
mucho. Y tienes un premio inmediato. Se nota físicamente que el volumen disminuye. Los
delfines que pasan por un aro en un acuario y las personas que tienen que escanear miles de
archivos necesitan “premios inmediatos”. Cuando hayan pasado un par de semanas y hayan
Me refiero, siempre en en este blog, desde el punto de vista de su gestión. Una rápida
comparación:
“Archivo vivo”:
– Se consulta continuamente.
En todo caso, gracias por tu comentario que me ha permitido repasar un poco esta idea sin
https://gestiondocumentalparagentenormal.com/2010/02/10/archivo-historico-vs-
archivo-vivo/
Definición de Unidad Documental
► Administración, economía y afines
Quizás antes de avanzar sobre la definición de Unidad Documental, sea
necesario revisar el concepto de Documento, el cual es descrito por las
distintas fuentes de Ciencia de la Comunicación, como el testimonio material
y textual de algún trámite que haya hecho alguna persona o institución en el
ejercicio de sus distintas funciones.
https://educacion.elpensante.com/definicion-de-unidad-documental/