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Breve introducción al estudio del Psicodiagnóstico de Rorschach

Observación preliminar.
Ninguno de los factores de la prueba tiene un valor de significación estable, absoluto; cada uno de
ellos cobra su verdadero sentido para la singularidad del caso en su relación con los demás datos.
Todo manual ofrece orientaciones generales; el caso singular debe ser analizado y evaluado como tal,
nunca aplicando mecánicamente lo que los manuales dicen.

1.- Número de respuestas: R. (surge de la suma de los modos de aprehensión). . No todas las
expresiones verbales del sujeto durante la prueba son respuestas; a veces son manifestaciones
de agrado o desagrado, valoraciones estéticas, descripciones, críticas, etc.; tenemos una
respuesta cuando a un área de la lámina se le asigna un contenido mediante por lo menos un
determinante.
La cantidad promedio de respuestas en la población “normal” está alrededor de 24, con
oscilaciones, aprox. entre 18 y 30.
R disminuye debajo de 18 cuando hay depresión, masivo uso de la represión, falta de
motivación o una actitud negativa hacia la situación de prueba, falta de inteligencia,
inhibición para expresarse, organicidad cerebral. Ocasionalmente algún sujeto inteligente, que
busca un rendimiento óptimo, puede dar sólo diez excelentes respuestas, en lo que se llama
“ambición de calidad”.
R aumenta por encima de 30 cuando hay buen humor, buena disposición y motivación,
inteligencia imaginativa, detallismo minucioso, o “ambición de cantidad”: raramente R
excede la cantidad de 50, aunque algunos obsesivos superan largamente este límite..
2.- Tiempos: Los procesos internos que culminan en la respuesta, requieren obviamente un
lapso de tiempo; para el número promedio de respuestas, el tiempo total de la prueba oscila
cerca de los 20’ (no se considera aquí el interrogatorio); se ha observado que los factores que
aumentan el número de respuestas disminuyen el tiempo, mientras que frecuentemente
quienes dan pocas respuestas suelen ser lentos. La demora en dar la primera respuesta
(Tiempo de reacción, T.r. que puede estimarse en unos 30“), aparte de las condiciones
generales, depende en gran medida del impacto que el estímulo de esa lámina produzca en el
sujeto; un T.r. cercano al minuto o mayor puede indicar que alguna característica de la lámina
ha desconcertado al sujeto, que debe “reorganizarse” para responder; si logra hacerlo
adecuadamente, aún después de una considerable demora, es un signo positivo en cuanto a la
capacidad del yo para “digerir” las situaciones traumáticas. Si en cambio, después de una
considerable demora, la respuesta es de mala calidad (F-), es seguro que hay un yo débil que
no logra controlar el impulso activado por la mancha.
3.- Codificación de las respuestas : Cada respuesta es calificada desde cuatro enfoques:
 Si toda la mancha es utilizada para la respuesta, o sólo una parte, o la respuesta se
refiere al espacio blanco (fondo). Tenemos entonces los “modos de aprehensión”
 Qué aspecto o elemento de la mancha ha “determinado” la interpretación: puede ser la
forma de la mancha, o tiene que ver y en qué medida, el color o el claroscuro, o el
sujeto imagina la figura interpretada en movimiento: son los “determinantes”.
 Qué le ha parecido la mancha al sujeto: una persona, un animal, algo de la naturaleza,
algo de anatomía, etc.: son los “contenidos”.
 Según una respuesta aparezca en una gran cantidad de casos, o sólo muy raramente:
es la “frecuencia”.
(En los ejemplos, el número romano indica la lámina, las letras a, b, c, d, la posición de la misma al
darse la respuesta.; “a” es la “posición inicial”, girando en el sentido de las agujas del reloj,
tenemos las otras posiciones),
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3.1.- Modos de Aprehensión: Los Modos nos informan sobre la particular modalidad de enfocar
la realidad; como función intelectual implican mucho de aptitudinal, pero también intervienen otros
aspectos de la personalidad.
Respuestas “Globales”, “G”: Si para dar la respuesta que la consigna solicita se utiliza toda
la mancha, tenemos una respuesta “Global”. Las “G” pueden ser de distintos tipos:
Ge: Global esquemática: respuesta que se basa en la forma que marca el contorno de toda la
mancha; como se prescinde de tomar en cuenta cualquier detalle, se llaman también
“abstractas”; son las globales más frecuentes. Ej.: I a: Mariposa - I c: Corona - IV a: Un
gigante – Va: Mariposa.
Gc.: Global combinatoria: cuando dos o más partes de la mancha se relacionan
orgánicamente para conformar una totalidad; cada parte aislada podría ser interpretada
independientemente, pero relacionadas con sentido forman una sola respuesta: I a: Dos
encapuchados (ambos laterales) sostienen una mujer (centro) - I a: Dos pájaros (laterales)
tomados de un tronco (centro) alimentan sus pichones; dos huevitos todavía no han abierto
(centro arriba).
Ga.: Global amorfa: como su nombre lo indica, no hay forma; la respuesta supone la
presencia difusa del color o del claroscuro. IV: La noche.
Gv.: Global vaga: la forma está presente, de modo impreciso, indefinido: I: una mancha. -
VII nubes-
Gi.: Global impresionista: la forma no es precisa, pero el claroscuro o el color contribuyen
para que la “impresión” sea adecuada: X : Carnaval. X: fiesta infantil.
GB., Gb.: El fondo de alguna manera es incorporado en la respuesta global:
I a: Mariposa de museo, apolillada (por los huecos): Gb. - I c: Corona con piedras preciosas
(las áreas blancas internas): GB.

Valor diagnóstico de las respuestas G:


Dependerá de la cantidad de G que haya en el protocolo, del tipo de G predominante, de la
adecuación realista de su Forma, de su mayor o menor originalidad. Para una inteligencia
algo superior al promedio, se espera que aprox. el 40% de las respuestas sean G ; en números
absolutos, para una inteligencia media no menos de 6 G, para un nivel intelectual mas
elevado, 8 o más.1
Un número elevado de buenas G es índice de la energía de que dispone el sujeto para la
actividad intelectual, de su voluntad para alcanzar buenos rendimientos, de su capacidad para
pensar con amplitud y organizar la experiencia con sentido para el futuro, para abstraer.
También se asocia con una autoestima al menos suficiente.
Pero si las G son banales, sin originalidad, formalmente apenas adecuadas, indican que las
referidas capacidades no alcanzan más nivel que el necesario para manejarse en lo cotidiano.
Muy pocas G, en personas de buena inteligencia, hablan de un déficit significativo en el
narcisismo, y consiguiente baja autoestima.
Si predominan buenas Ge., muy posiblemente hay aptitud para el pensamiento abstracto.
Si hay en el protocolo Gc. de calidad, habrá capacidad analítico – sintética y habilidad para
organizar.
Ga. se asocian a angustia difusa que el yo no puede contener; no se esperan en protocolos
“sanos”. Las Gv., si son varias (alguna es “normal”) hablan de regresión a modos del
pensamiento infantil poco estructurado, regresión causada por la ansiedad; también pueden
indicar la apatía del sujeto no motivado
Gi. aparecen en personas sensibles, impresionables, muchas veces en los que tratan de
intelectualizar sus emociones.
GB., Gb. se encuentran en quienes tienen una disconformidad interior con algo importante de
sí mismo o de sus circunstancias, y por eso se sienten en conflicto con el ambiente.

1
.- De acuerdo al número de G que hemos verificado como promedio, sería más exacto hablar de 6- 8 G para una
inteligencia media, y 10 ó más para una más elevada.
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N.B.: 1.- Para que una respuesta sea considerada G, debe abarcar toda la mancha; la excepción es la
respuesta “Popular” de la lámina III, que se considera, ya desde Rorschach, técnicamente G aunque se
excluyan las manchas rojas. También es G en IV cuando no se incluye el D4, si no se lo excluye
expresamente; lo mismo pasa con el D2 de II.
2.- Al final del cap. V, está la lista de D , Dd, B, con un número; en los ejemplos, eso sirve
para localizarlos en las láminas.

Globales Patológicas:
 Confabuladas: Se parte de interpretar un área, habitualmente pequeña, de la
mancha, y después se extiende el significado a toda ella, sin atender al ajuste realista
de la forma. Ej.: I, a: Cangrejo (por que el detalle superior central parece “dos
pinzas”).
Ocasionalmente puede encontrarse alguna de las más comunes en personas que en sus juicios
no prestan mucha atención a la lógica; pero si hay otros indicadores de regresión, entonces
deben entenderse como expresión de modalidades del proceso primario en el pensamiento
(desplazamiento).
 Contaminadas; Dos contenidos diferentes se superponen en la misma mancha. Ej.: I,
a: Murciélago rezando misa (el centro parece un sacerdote, con las manos alzadas
orando; los laterales, ángeles del altar: todo, un murciélago).
Las contaminaciones equivalen a la “condensación” como modalidad del proceso primario..
Puede aparecer alguna en sujetos inteligentes y creativos, que usan a voluntad el proceso
primario: en estos casos, el sujeto es consciente de la contaminación, y puede separar los dos
perceptos. Las verdaderas contaminadas las dan esquizofrénicos, son incomprensibles, el
enfermo no logra separar los preceptos superpuestos
 Combinaciones confabuladas: en estas respuestas, varias áreas de la lámina pueden
ser vistas aisladamente de modo realista, pero la relación que el examinado ve entre
ellas es arbitraria e irreal. Ej.: VIII, a: Dos toros (rojo lateral) se apoyan en la cabeza
de un bulldog (rojo inferior, en c) para agarrar una mariposa (verde azulado central)
que está en un árbol (extremo superior).
VII: “Dos perros (D1) agarran una mariposa (D4) de las alas”
Suponen fallas serias en la estructura lógica del pensamiento. Holt las considera una forma de
“condensación”.
Estas repuestas en alguna medida indican fallas en el juicio de realidad, confusión entre ésta y
la fantasía, intromisión del proceso primario en el pensamiento; cuanto más incomprensibles
son y más evidente su irrealidad, y menos capaz sea el sujeto de reconocerla, tanto más
seguramente surgen de una estructura psicótica. En sujetos inteligentes y productivos,
alguna respuesta de este tipo puede indicar creatividad, como una regresión voluntariamente
buscada; en tales casos quien da la respuesta es consciente de lo irreal de la misma y puede
hacer una crítica adecuada de su interpretación.
No son raras las llamadas “contaminaciones atenuadas”, que propiamente no son
“condensaciones” (no hay superposición), sino mezclas o combinaciones irreales, como a
veces las vemos en el arte, la mitología, etc.; deben ser juzgadas según el contexto en que
aparecen ; ej.: V: Conejo con alas de murciélago.

Respuestas “Detalle”: “D”. Si en la respuesta se le asigna un contenido a una parte de la


mancha, y tal área es fácilmente separable del resto po r estar espacialmente aislada, o por
tener diferente color o distinto matiz de gris, y por ese motivo “salta a la vista”, de modo que
es frecuentemente elegida para la interpretación, tenemos un “Detalle”. Los D conforman
normalmente alrededor del 50% del total de las respuestas; por su definición se comprende
que quienes tienden a interpretar D sean personas “prácticas”, a las que no se les pasa por alto
lo inmediatamente dado; por lo mismo, los D tienen relación con el “sentido común” y con la
capacidad de mantener contactos sociales; pero también es el modo de aprehensión que por sí
nos informa menos acerca de lo más personal del sujeto.
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Respuestas “Pequeño detalle”: “Dd”. A diferencia de las anteriores, estas respuestas se


refieren a partes de la mancha que no son comúnmente vistas como separadas del todo, sea
por que son muy pequeñas y las personas “normales” no les prestan atención, sea por que
cualquiera sea su tamaño, no tienen características que permitan separarlas fácilmente del
resto de la mancha; razones que explican su escaso número: normalmente no son más de una
o dos por protocolo, o pueden faltar totalmente. A pesar de su nombre, no es el tamaño lo que
los diferencia de los D, sino su menor “segregabilidad”.
Los Dd de tamaño grande surgen de un pensamiento poco convencional; si su forma es
inadecuada o arbitraria, la desviación debe valorarse negativamente, incluso como síntoma
patológico.
Los Dd pequeños, a veces minúsculos, casi siempre con formas muy exactas, abundan en los
protocolos de obsesivos, de perfeccionistas rígidos, de sujetos minuciosos; por su tamaño y la
agudeza de su percepción formal, son las antípodas de las Ga y Gv: mientras que éstas
suponen algún grado de “disolución de la conciencia” por la ansiedad, los Dd indican una
agudización de la misma, constituyendo así una defensa contra la angustia; hablan de
mecanismos tales como intelectualización, aislamiento, desplazamiento a una minucia, etc.,
por eso abundan en protocolos de obsesivos
Quienes ven muchos Dd pequeños suelen dar mucha importancia a lo que objetivamente es
intrascendente, y ponen en ello mucha energía. Pero también esta condición puede tener un
lado positivo: en lo “aptitudinal”, hay actividades que requieren para ser bien desempeñadas
esa aplicación a la minucia .

Los “Detalles oligofrénicos”: “Do”. Cuando tenemos ante nosotros un todo con una
organización gestáltica “fuerte”, tendemos naturalmente a percibirlo integrado, y aún cuando
prestemos particular atención a una parte, no dejamos de tener la representación del todo; esto
es evidente respecto al cuerpo humano, y por analogía, al de los animales. En estas respuestas
Do, el sujeto sólo ve una parte de una figura humana o animal que todos perciben completa..
Ej.: en I a, algunos ven en la parte superior del centro, “dos manos como pidiendo algo”,
cuando la gran mayoría ve en todo el detalle central “una persona con las manos levantadas”.
En II a, hay quienes ven la punta gris central como “dos manos unidas”, siendo que parece
obvio ver como G “dos personas juntando las manos”, Algo en estos casos impide que actúe
la ley gestáltica del “cierre” perceptual, y si no hay una deficiencia intelectual (Rorschach
llamó así a estas respuestas por haberlas encontrado inicialmente en oligofrénicos), entonces
es la angustia la responsable, como lo demostraría el hecho de aparecer Do en “neuróticos
angustiados”, como síntoma de la angustia provocada por un “choque”, y también en
obsesivos; o en perfeccionistas que sólo aceptan las formas que tienen una más ajustada
semejanza con la realidad, y muchas veces interpretan sólo esa parte de un todo. Por eso
algunos autores prefieren llamarlos “Di” = detalles inhibitorios. Cuando aparecen, puede
contarse con algún grado de bloqueo en cuanto al rendimiento intelectual.

Respuestas “primarias” al espacio blanco : “B”. La natural tendencia perceptual es a


privilegiar la captación de la “figura” sobre el “fondo”; éste aparece normalmente detrás de la
figura, como algo poco o nada diferenciado. Sucede sin embargo que nuestra percepción
“invierte” a veces esta relación, y el fondo pasa a ser figura, teniendo como fondo lo que es
habitualmente captado como figura.
En las láminas del Rorschach, el fondo blanco unas veces aparece como un espacio dentro de
la mancha, otras toma forma en las entrantes y salientes de la misma; ejemplos de esta
“inversión” que señalamos como “B” son: en I, los blancos internos son “fantasmas”; en II, un
avión; en V, el espacio entre lo que es muy frecuentemente “patas” del murciélago, aparece
como “una zanahoria”..
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Esta conducta perceptual puede entenderse desde el punto de vista intelectual, como
“flexibilidad” en el manejo de las condiciones de la percepción. Pero desde un enfoque
“caracterológico”, implica una “oposición” a la ley gestáltica de la relación figura – fondo;
por lo que la presencia de estas respuestas en la prueba se asocia a actitud oposicionista y a
agresividad. Un par de estas respuestas es un dato positivo, ya que indican la capacidad para
sostener los propios valores y para enfrentar activamente los obstáculos. Pero si son más, son
señal de que el yo del sujeto se opone a los impulsos que pueden superarlo; esto marca una
“condición neurótica” (deducida de la necesidad de defensa) y su repercusión en la conducta
es el incremento de las actitudes de oposición y de la agresividad.

Respuestas “secundarias” al espacio blanco: “b”. En estas respuestas no hay inversión


figura – fondo; el área blanca es vista como un hueco en la mancha, una rotura o similar;
siempre dan una impresión de precariedad, deterioro; de allí que su significación sea de
inseguridad, sentimientos de insuficiencia; también se ven como ojos o boca, como expresión
de dependencia. No tienen por qué encontrarse en personas sanas, en cambio raramente faltan
en neuróticos.

Aspecto cuantitativo: Para un R medio, se esperan aproximadamente: 40 % G, 50 – 60 %


D, y no mucho más de 10 % de los restantes modos ( Dd, B, b, Do, llamados en conjunto
“modos menores”). Variaciones importantes en estos porcentajes siempre tienen significación,
positiva o no, según el caso. El aumento de los “modos menores” (por encima de 15 %)
siempre es negativo: se lo ha llamado “síndrome de incertidumbre interior”, pues se asocia
con inseguridad, angustia, etc.; pero un juicio más ajustado dependerá de cuál de los modos
menores es el que aumenta.

G%: G.100 = 40-50 ; D%: D . 100 = 50 60 ; Dd + B + b + Do . 100 = 10 -15


R R R

Téngase siempre presente que, si bien la posibilidad de cuantificación es una de las ventajas del
Rorschach sobre otros “proyectivos”, los números son sólo indicadores relativos, y deben ser
evaluados en relación a los demás factores de la prueba. Cualquier cantidad debe entenderse como
indicando una tendencia, señalando siempre “aproximadamente”, nunca taxativamente.

Nivelación de figura y fondo: (N) Hemos visto que el fondo blanco de la lámina puede
pasar a ser “figura”, por un acto perceptual de inversión (”B”), o seguir siendo fondo, visto a
través de un hueco de la mancha (“b”); hay otra posibilidad: que figura y fondo se pongan “al
mismo nivel perceptual”, formando una especie de “superfigura”: Ej.: I : Mariposa con
manchas blancas. – IX : Un lago rodeado de vegetación y costas arenosas,
Este fenómeno no tiene una explicación clara; parecen intervenir factores neurológicos, ya
que es frecuente en epilépticos; pero también se encuentra en personas inteligentes, como
expresión de posibilidad creativa, sobre todo si las N son buenas originales; la razón sería que
se relacionan con el proceso primario, donde las leyes gestálticas no cuentan; en neuróticos es
frecuente que tengan estas respuestas un contenido ligado a complejos.

Sucesión de los modos de aprehensión: Normalmente se tiende ante una situación, a


observarla primero en su conjunto, para después “entrar en detalles” y por último ocuparse de
alguna minucia; esto corresponde, en las láminas, a ver primero la mancha como un todo (G),
después atender a los detalles y recién después a los Dd; o sea, una sucesión G – D – Dd – B..
Si este orden se mantiene en todas las láminas, es una sucesión “rígida”, expresión de la
misma característica en el sujeto que así se conduce; en el otro extremo, en que ninguna
lámina guarda ese orden, tenemos la sucesión “desordenada”, que evidencia un desorden del
pensamiento que incluso hace que se pueda sospechar psicosis.
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Si el citado orden se guarda en la mayoría de las láminas (7 u 8, p.ej.), la sucesión es


“ordenada”, que es la esperable en un sujeto inteligente y normal, con un pensamiento
lógicamente disciplinado; y es “suelta” si sólo en 3 ó 4 láminas se mantiene el orden: es el
caso de sujetos poco inteligentes, neuróticos, personas lábiles de humor, o artistas.
También puede darse el caso de que se proceda “al revés”: Dd – D – G: (sucesión invertida);
entonces se trata de personas cautelosas, inseguras, que por eso “se andan con rodeos” antes
de “entrar en materia”. La inversión de la sucesión en una lámina es casi siempre signo – a
veces el único - de que en la misma hay algún factor perturbador.

4.- Determinantes: Si preguntamos qué llamó en particular la atención del examinado para
asignar tal contenido a un área de la mancha, nos responden los determinantes.
En la mayoría de los casos, la respuesta está determinada por la Forma del área elegida, como
único factor que decide la respuesta, pero la Forma también aparece muchas veces en alguna
manera asociada a otro determinante.

4.1.- Determinante “Forma”: “F”. La Forma representa en la prueba el manejo de la


función intelectual por parte del sujeto, frente a la variedad de estímulos que las láminas
ofrecen; dos terceras partes de todas las respuestas (entre el 60 y 70 %) son normalmente
“formales”; las variaciones de estos porcentajes son significativas: si F % desciende
notablemente (p.ej. por debajo de 50), podemos suponer que en la vida de esa persona hay una
intromisión de afectos, ansiedades o fantasías tal, que pone en cuestión la objetividad de las
reacciones; si en cambio aumenta, por encima de 80, hay un excesivo formalismo, rigidez y
aún represión de los afectos y la fantasía con intelectualización
Pero para juzgar adecuadamente el valor diagnóstico del F %, es decisivo definir si la forma a
que se refiere la respuesta acuerda o no con la forma que en la realidad tiene el contenido: si
ante la lámina I se responde “una mariposa”, la pregunta es: ¿es suficientemente parecida la
forma de la mancha a una mariposa? Si la respuesta es “si”, tenemos entonces una “forma
bien vista”, o F+.
Por supuesto que la semejanza que se requiere para una F+ no es fotográfica, basta un
“suficiente parecido” a juicio del “buen sentido común”, o sea, según el parecer de la “gente
sensata”; establecer esto requiere una amplia experiencia en el uso de la prueba.2
Si la semejanza no es suficiente según el mismo criterio, entonces se considera “forma mal
vista” o F-.
El porcentaje de F+ que esperamos encontrar en un protocolo normal (F+%) oscila entre 80 y
95.
Un buen porcentaje de F+ supone capacidad de atención y concentración, necesaria para tener
percepciones claras e imágenes precisas (fijación); facilidad para disponer de las imágenes
mnésicas (evocación), y a la vez para seleccionar entre éstas las adaptadas a la forma de la
mancha, es decir, ajustadas a las exigencias de la realidad (capacidad crítica y juicio); en otras
palabras, un buen funcionamiento de los recursos intelectuales; lo que implica que los
impulsos han podido ser sometidos a una estimación racional, y demorados o
circunstancialmente reprimidos; de modo que además del buen uso por parte del yo de los
factores de la inteligencia, indica su capacidad para manejar racionalmente los impulsos
adaptando su expresión a la realidad, lo que supone la influencia del súper yo.

Si el F+% desciende, hay deficiencia intelectual, o problemas orgánicos cerebrales, o serios


conflictos afectivos; se considera el 70% como “límite de la salud”. Pero si aumenta - a
veces hasta el 100% -, seguramente hay una actitud perfeccionista, hipercrítica, derivada de
un súper yo muy exigente; por eso suele encontrarse en obsesivos; ocasionalmente puede
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.- Rorschach tuvo claro que calificar el nivel formal con objetividad sería difícil y tal vez no posible; hoy se
tiende a usar un criterio estadístico a mi juicio muy discutible: sería F+ aquella respuesta que aparece al menos
en 4.5% de los protocolos (2.5% según algunos)
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tratarse también de una persona muy inteligente e imaginativa (en este caso las respuestas
serán variadas en cuanto a modos de aprehensión y no carentes de originalidad; los obsesivos
en cambio acumulan F+ como Dd).
Es consiguientemente normal la presencia de alguna F-, como expresión de la posibilidad de
relajación del control superyoico; pero si son varias hay que buscar una explicación: puede
tratarse de deficientes u orgánicos cerebrales; en estos casos los contenidos de las F- no son
significativos; también puede suceder que sean el resultado de la presión de un impulso que
logra imponerse sin atender a la realidad; entonces los contenidos suelen ser directa o
simbólicamente expresiones del impulso, como es típico de neuróticos. .Obviamente que la
pérdida del sentido de realidad en psicóticos se traduce en muchas y a veces aberrantes F-.
Un índice que completa y perfecciona el significado de F+% es el R+%: llamamos R+ a la
suma de todas aquellas respuestas en la que la F es adecuada (F+), ya sea la Forma el único
determinante, o acompañe a otro en la respuesta.
R+% nos informa cómo funcionan los factores intelectuales y el control racional cuando en la
reacción se incorporan los afectos, las ansiedades o fantasías; así, si el F% baja de 50, pero las
F que acompañan al color, o al claroscuro, son adecuadas,( y por tanto el R+% es alto) el
juicio sobre la situación es entonces favorable. El R+% esperable es de 85 – 90.

F%: F . 100 = 60-70 ; F+%: F+ . 100 = 80-95 ; R+ %: resp. con F+.


100 = 85-90
Nª determ. F nº determ.
(En las fórmulas correspondientes a los Determinantes, no se usa como denominador R, por que el
número de aquellos puede ser mayor que el de los Modos, ya que una respuesta puede tener más de un
determinante)

4.2.- Determinante “Color”: C. En la prueba, los colores representan la actuación de los


impulsos sobre el mundo exterior; esto, aparte de la verificación clínica, se apoya en la
experiencia cotidiana de la relación entre los colores y los sentimientos, y en las analogías
que se observan entre la experiencia de los colores y la vida afectiva: como los sentimientos,
los colores aportan placer o displacer, excitan o sedan; igual que un sentimiento, el color nos
invade, y somos pasivos ante ambas experiencias, que nos “afectan” inmediatamente, sin
elaboración alguna. Además, tanto los impulsos como los colores se asocian universalmente
con lo vital. Pero no toda referencia a los colores es una “respuesta”: expresiones como “qué
lindos colores”, “los colores están mal combinados” y similares, son observaciones,
valoraciones, críticas, pero no respuestas.
Cinco láminas presentan colores, de modo que el examinado tiene oportunidades suficientes
para dar respuestas que incluyan el color; sin embargo, hay protocolos en los que no se ha
reaccionado en absoluto ante los colores: esto pasa en depresivos, en formalistas rígidos y
obsesivos que los reemplazan por la intelectualización, con aumento del porcentaje de
Formas, y también donde hay una represión masiva de los impulsos.
En el otro extremo, hay muchas respuestas cromáticas en maníacos e hipomaníacos , en
sujetos muy emotivos y reactivos, en personas impulsivas.
Lo “normal”, para un número medio de respuestas, es de dos a cuatro que incluyan el color.

(En adelante con el símbolo RC designaremos indiferenciadamente toda respuesta que de alguna
manera incluya el color)
Que en un protocolo haya respuestas que incluyen el color, sólo indica que el sujeto es
afectado por estímulos externos y que reacciona ante ellos; las características de esta
reactividad se deducirán de la cantidad, y sobre todo, del tipo de RC.
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Diferentes tipos de respuestas cromáticas: Si, como hemos visto, el Color representa los
impulsos, y la Forma, la función racional y la presencia del súper yo, la combinación de
ambos factores nos dará pautas para juzgar la fuerza del impulso y la capacidad de control del
mismo.

FC, “morfocromáticas”, son respuestas en las que el contenido se expresa en una “forma
coloreada”; predomina el factor formal, de modo que, si faltara el color, el contenido
igualmente sería reconocible por la forma, pero el color le agrega diferenciación, vivacidad:
II: “Un avión a reacción” (el blanco central es el avión, el rojo inferior es el fuego que escapa
por la tobera) – II, mancha roja inferior: “Mariposa tropical” (mariposa por la forma, tropical
por el color; y si este se excluye, la forma de mariposa se reconoce, pero ya sin
diferenciación) – Lo mismo pasa con III, mancha roja central “Moño para el cabello de una
nena”, “Moño de payaso”.
El predominio formal poniendo límite al color, conteniéndolo, en estas respuestas indica que
el impulso está sometido al control racional y ligado al objeto; la afectividad que expresan es
alocéntrica, madura.
CF, “cromoformales”: el color predomina de tal manera que si se suprime, ya no se reconoce
el contenido; la forma juega un rol secundario y es habitualmente imprecisa: III, rojo lateral,
“Mancha de sangre” ( si se retira el color, sigue siendo una mancha, por su forma imprecisa,
pero ya no de sangre) – IX: “Un incendio: humo, llamas” – X: “Jardín en primavera”.
Aquí, a diferencia de las FC, predomina el impulso y el control racional se intenta pero no se
logra; tal afectividad es egocéntrica, lábil, inmadura, es la típica de los neuróticos. Dentro de
un contexto de madurez pueden indicar más bien espontaneidad y vivacidad de la vida
afectiva.
C, “cromáticas puras”: no hay ningún elemento de forma en la respuesta, que se determina
sólo por el color de la mancha: cualquier área roja puede ser “sangre”, si es azul, “agua”, o si
es verde, “vegetación”, etc.. El impulso se expresa crudamente, sin intento siquiera de
adaptación, y la afectividad es muy impulsiva y egocéntrica, las catexias objetales son muy
inestables; se encuentra “color puro” en personas muy inmaduras, en orgánicos cerebrales o
en psicóticos. No se espera encontrarlas en protocolos normales, raramente en neuróticos; sin
embargo, en personas de fuerte y viva reactividad emocional, con suficiente madurez, junto a
varias otras respuestas de color más adaptadas puede verse alguna “C”.

Una persona “madura” debería dar 2 FC, 1 CF y 0C, según la proporción que indicó
Rorschach; sin embargo, en nuestro medio hemos encontrado una relación 2 CF, 1 FC, 0 C ;
sea por la frecuente presencia de rasgos neuróticos como “cosa normal” en nuestros tiempos,
sea por la actual permisividad de la expresión impulsiva, o por el “temperamento latino”, más
espontáneo que el de los suizos con que trató Rorschach en los “años ’20”.

El tipo de “C” que se encuentra en esquizofrénicos y orgánicos cerebrales carece muchas


veces de la vivencia afectiva, siendo mas bien expresión de una experiencia sensorial
pasivamente experimentada. La forma más elemental y menos elaborada de una respuesta C
es simplemente “nombrar el color”: Cn: “Aquí hay rojo” – “Tres colores: rojo, verde y
naranja”, y se encuentra casi exclusivamente en los casos citados.
Personas sin espontaneidad, que disimulan sus emociones, interpretan los colores muchas
veces describiéndolos: X (área central): “El rojo comienza más diluido en los bordes externos
y se va haciendo más intenso hacia el interior, donde entra en contacto con el azul y resulta
un color liláceo….”etc. Es la“descripción del color”, Cd.

Por fin, otra de estas formas “intelectuales” de responder al color, es el “uso simbólico” del
mismo: Cs : X: “Representa la vida humana: los colores cálidos son emociones fuertes, los
fríos, representan el control; pero siempre hay algo de depresión representada por el gris”;
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esta modalidad de responder denuncia el esfuerzo para diluir los afectos mediante recursos
intelectuales; pero esta forma “simbólica” de usar el color con frecuencia tiene claras
connotaciones emocionales.

Hasta aquí nos hemos referido a los colores en su relación con los factores de control; pero es
posible diferenciar la cualidad de los sentimientos predominantes en el examinado atendiendo
al contenido de la respuesta cromática; según esto, las respuestas de color cuyos contenidos
son agradables, estéticos, o relacionados con la vitalidad, sugieren la presencia de
sentimientos positivos en la relación con los demás: bondad, solidaridad, etc.; mientras que
los contenidos desagradables, destructivos, se asocian con sentimientos que dificultan o
perturban el contacto.

Respuestas de color “acromático” RC’. Ocasionalmente el blanco, o el gris o negro de


algunas manchas son usados como si fueran colores: así, el espacio blanco central de II puede
interpretarse como “Una cúpula de mármol blanco”; en VI. puede parecer “Una piel de rata”
por su color gris.
Si aparece alguna de estas respuestas entre otras de verdadero color, se las valora como una
RC más; pero si hay varias, sobre todo si las verdaderas respuestas cromáticas faltan o son
muy pocas, se las interpreta como signo de una reactividad emocional “apagada”, como de
quien quiere ocultar sus afectos; si son de color blanco, puede haber un matiz eufórico en el
estado de ánimo, y más bien depresivo, si son de tono oscuro.

Pueden citarse otras varias modalidades diagnósticamente significativas de responder ante los
colores: p.ej.: la “negación de color”: el sujeto niega que el color haya determinado una
respuesta que obviamente debe incluirlo; habitualmente se acompaña de una racionalización:
III, (rojo lateral): “Sangre, pero sólo por el modo cómo se ha escurrido hasta coagularse”. El
sujeto trata así de mantener lejos de la conciencia el afecto ligado al estímulo perturbador, en
este caso el color rojo.
Hablamos de “colores falsos” - F/C – cuando no hay correspondencia entre el color de la
mancha interpretada con el contenido asignado a la misma: X (azul lateral): “Araña azul”.
Este tipo de respuestas se encuentra en personas que simulan una adaptación afectiva que
realmente no tienen, o que tienen ocasionalmente reacciones inadecuadas a las circunstancias.

Se da también el caso –nada frecuente –en que el examinado atribuye colores a la lámina gris
que interpreta: V: “Una hermosa mariposa de lindos colores”; no es que el sujeto vea
realmente allí colores, sino que hay una “proyección”, de la que el sujeto permanece
consciente; parece ser un esfuerzo para suprimir sentimientos depresivos y reemplazarlos por
otros de tono eufórico. Es la “Proyección de color”: Cp.; se suelen ver en casos de
bipolaridad que tratan de huir de la depresión.

Choque cromático ChC: Es la más importante y significativa reacción ante la presencia de


colores; el sujeto se ve perturbado por estos (o sea, por los impulsos representados), a veces
hasta el punto de no poder responder (“fracaso”), o de lograr alguna respuesta recién después
de un largo tiempo de desconcierto y estimulado por el examinador (“fracaso inicial”).
Se den o no las citadas reacciones, lo más típico del choque cromático es la sensible
disminución cualitativa y/o cuantitativa de las respuestas: así;
 Se alarga el tiempo de reacción y se desordena o invierte la sucesión; disminuyen en
cantidad y/o calidad las G, aumentan los Dd, aparecen Do.
 También disminuyen las F+, las FC son reemplazadas por CF y a veces por C;
disminuyen las M, a veces hasta desaparecer.
 Se dan respuestas anatómicas, sexuales, o sangre, y otras indicadoras de complejo
(como expresión del “retorno de lo reprimido”).
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 Baja el número de las Populares, y pueden verse Originales con F-.


El choque ante el color es “el síntoma más general de neurosis”, en cuanto que evidencia la
presencia de “Represión”, lo que puede explicarse mediante una analogía con la situación de
“trauma psíquico”:si los colores representan los impulsos, la aparición de aquellos en la
particular situación de prueba será experimentada por el sujeto como un refuerzo de estos; si
entonces el sujeto dispone de suficiente energía libre para asimilar este incremento de la
presión impulsiva e integrarlo en la economía personal, sus respuestas podrán ser
normalmente adecuadas; pero si no es el caso, precisamente por tener su energía
comprometida en represiones, no podrá ligar los nuevos estímulos, decaerá su performance
intelectual y su capacidad adaptativa, y a veces por los resquicios de la defensa “retorna lo
reprimido”, p.ej. como respuestas de complejo.
Ocasionalmente se da el caso de personas de carácter esténico, con un yo suficientemente
fuerte como para “sobrecompensar” cuando se ven así presionados, y reaccionar ante la
situación de choque, con sus mejores rendimientos.
El choque cromático es un indicador general de fijaciones infantiles – por eso de neurosis-,
pero es posible precisar mejor los “puntos de fijación” si en el protocolo se encuentran
choques a colores específicos.
Todo choque indica angustia ante los impulsos, y en el choque al rojo ChR, la hay ante los
impulsos agresivos; se asocia con angustia de castración, y fijación en la fase fálica.
También se han establecido choques al color azul o verde, y al marrón, (que difícilmente se
encuentren en el Rorschach, y sí en el Zulliger), Se relacionan respectivamente con fijación en
la fase oral sádica, y en la fase anal, con los síntomas consiguientes.

La ausencia de RC no indica que el sujeto carezca de vida impulsiva o que sea incapaz de
reacciones emocionales; pero tales sujetos no siempre pueden disponer de ellas o actuar sus
afectos adecuadamente; por eso, cuando no hay RC en un protocolo, y por tanto no hay
descarga de las tensiones impulsivas, pueden temerse reacciones abruptas y
desproporcionadas al estímulo.
En estos casos, conviene atender a estas variantes:
 El examinado no interpreta los colores, pero hace frecuente alusión a ellos, usándolos
para referirse a la localización de la respuesta: X:“Lo azul es una araña”; VIII: “ Lo
rojo parecen dos osos”; IX, b: “lo verde me parece una gorda en motoneta”. Este
“citar colores” c.c., a los que se reconoce pero no se los incluye en la respuesta.,
sugiere una actitud ambivalente ante los afectos:
 Puede ser que no haya RC, pero sí un gran número de respuestas en las laminas
polícromas; en tal caso, hay una “reactividad latente” disimulada por
intelectualización. Esto puede establecerse si el número de respuestas en esas tres
últimas láminas conforma un porcentaje superior a 33 (o sea, más de la tercera parte
del total de R). También puede recurrirse al “cociente afectivo”, dividiendo el número
de respuestas de las tres últimas por el de las siete primeras :
 C.af.: R 3 últimas láminas = el término medio es .5
R 7 primeras láminas

Si el resultado es .6 o más, y no hay colores en el protocolo, o sólo alguno, puede suponerse


que hay una latente disposición afectiva, disimulada por intelectualización pero no
fuertemente reprimida, por lo que fácilmente puede activarse en circunstancias dadas.
Si tal resultado se encuentra junto a varias RC, se refuerza la vivacidad y espontaneidad, o
según el caso, la labilidad e impulsividad.
Pero si el resultado es .4 o menor, y no hay RC o sólo alguna, hay inhibición de la expresión
emocional, posiblemente fuerte represión.
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4.3.- Determinante “Claroscuro”: K.3 Respuestas de claroscuro (RK) son aquellas en las
que intervienen los matices o tonos de claridad de la mancha, de modo difuso en cuanto que
no se diferencia ninguna sombra en particular. En términos generales, estas respuestas reflejan
un estado de ánimo angustiado, con más o menos importantes componentes depresivos.
Esta angustia deriva de muy tempranos conflictos en las relaciones objetales, época en que la
percepción visual era indiferenciada y captaba sólo tonos de claridad, más oscuros y difusos
inicialmente, algo más claros y diferenciados después; tales conflictos y dicha modalidad
perceptual quedaron asociados en la experiencia de la persona, de modo que, al serle
presentadas manchas con tonos difusos de mayor o menos oscuridad, revive los sentimientos
de aquel entonces.
Cuanto más oscuro sea el tono al que el sujeto reacciona negativamente, más temprano es el
conflicto en la etapa oral, y mayor la pobreza narcisista y la necesidad de afecto y
dependencia (fijación en fase oral conflictual); si además los contenidos son desagradables,
“disfóricos”, es señal de que el conflicto es mas grave, que la fijación oral es más importante
y que las defensas no funcionan bien: IV, c: “Algo amenazante, un tenebroso ser de las
profundidades”.A este tipo de RK las llamaremos: tipo “A”
Cuando el tono utilizado es gris claro, y los contenidos neutros (es decir, no revelan una carga
emocional; como en VII, “Nubes”) o a veces agradables (VI: “Una mullida piel de corderito”)
la fase oral es preconflictual, y la fijación predominante está en la fase fálica; por eso
habitualmente en tales protocolos hay también respuestas de contenido anatómico y sexual.
Son el tipo ”B”.

Hay otras respuestas de claroscuro, que Binder llamó “sombras”, dándoles el símbolo F(C) ;
en estos casos, el claroscuro no se presenta en forma difusa , sino delineando formas mediante
la utilización de los diferentes tonos de la mancha; IV, c, ½ sup.: “Dos brujas de oscura túnica
con velos de tul volando al viento, hacen conjuros junto a una fuente de mármol negro
veteado”. La presencia de estas respuestas es positiva, ya que indican un yo fuerte capaz de
superar el estado de ánimo negativo que suponen los claroscuros difusos.

De modo análogo a las respuestas de color, puede intervenir la forma como expresión del
control que el yo tiene en cada caso sobre esa angustia:
Si los tonos difusos están contenidos dentro de una estructura formal, pero que sólo da límites
externos al claroscuro, tenemos las respuestas FK : IV; “Piel de un animal peludo”. – VI, b,
mitad superior: “Ruinas de un castillo vistas a través de la niebla”.
Si la F es inadecuada , FK-, podemos pensar en un intento de control no logrado.: IV: “algún
animal marino, no se, como con escamas”
En las KF, algún débil elemento formal está presente, pero impreciso, y el contenido es
reconocido principalmente por los tonos de gris: IV: “Radiografía”; IV: “Un papel quemado”.
– VII: “Nubes”. El intento de control es débil, la ansiedad se impone.
En las K, sólo determina la respuesta la pura y difusa impresión del claroscuro, sin
participación alguna de la Forma: IV: “Ambiente tormentoso”. – “La vía láctea”. Estas
respuestas que no se esperan en una persona “sana”, indican un yo incapaz enteramente de
controlar la vivencia de la angustia..

También en relación con los claroscuros se encuentra el intento de mantener alejados de la


conciencia los sentimientos desagradables que despiertan, mediante recursos intelectuales;
tales son:
Las “reminiscencias científicas”, respuestas con las que se trata de impresionar con
conocimientos especiales para compensar los sentimientos de insuficiencia despertados por el
claroscuro: VI: “Cultivo histológico teñido al nitrato de plata”.

3
.- Utilizamos la inicial en castellano para designar los diversos factores de la prueba; en este caso, para no
confundir con el color, usamos “K” en lugar de “C”, lo que hacen otros autores, como Klopfer y Rapaport.
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Las “respuestas simbólicas al claroscuro”: con el mismo objetivo, ostentan un refinamiento


intelectual o cultural: II: “Una luz de esperanza B en una noche de angustias D1”.
Las “descripciones de claroscuro”, en las que la actitud descriptiva “objetiva” permite al
sujeto mantenerse a distancia de los sentimientos asociados al claroscuro.
VI, D1: “Una mancha, casi negra al centro, se aclara a los costados y después toma un tono
gris más fuerte…etc.”
(Como dijimos de los colores, también las respuestas simbólicas con claroscuro suelen tener
carga emocional)

En cuanto al aspecto cuantitativo: por ser indicadores de conflicto, no necesariamente


deben encontrarse claroscuros en un protocolo; sin embargo raramente están totalmente
ausentes aún en protocolos “normales”, entonces casi siempre con tonos claros y contenidos
no desagradables. (tipo “B”) Es esperable que falten completamente en sujetos de pobre
inteligencia, en melancólicos, esquizofrénicos, y antes de la pubertad.
Cuando no los hay donde otros indicadores (por ej., evidencia de un “choque al gris”)
permiten suponer que “debería haberlos”, sobre todo si hay rasgos obsesivos, probablemente
ha habido alguna pérdida significativa, y el sujeto no puede elaborar el duelo mediante
progresiva descarga de las tensiones angustiosas; también en tales casos hay riesgo de
reacciones desproporcionadas.
Alguna buena FK “B” en un protocolo “normal” es un dato positivo, que habla de
introspección y habilidad sutil en las relaciones humanas.

Respecto a la relación con los colores: los claroscuros corresponden a estados de ánimo
negativos, surgidos de relaciones objetales conflictuales, con la consiguiente pasividad y
retracción de la acción. Los afectos representados por los colores, en cambio nos hablan de la
catexia objetal y de la descarga motriz del impulso; hay pues relación inversa entre cantidad
de claroscuros y colores en un protocolo: cuanto más grave es el conflicto en las relaciones de
objeto y más libido está involucrada en el mismo, más disminuye la capacidad del sujeto para
actuar los impulsos y gozar de los placentero, y consiguientemente van desapareciendo los
colores.
Pero ocasionalmente se encuentran protocolos en los que, junto a muchos claroscuros,
particularmente tipo “A”, hay también muchos colores, sobre todo CF y C: en estos casos se
suman los conflictos objetales con los impulsivos, puede esperarse gran inestabilidad, y
reacciones explosivas de humor disfórico ante la menor frustración.
Si hay muchos colores con algunos claroscuros, se reacciona ante el mundo exterior, pero
estas personas tienden a quedar pasivas por el carácter inhibidor de los claroscuros.

Respuestas de textura (t): la visión del claroscuro puede despertar una sensación táctil; si
ésta es agradable, VI: “Cuero de oveja de vellón suave y mullido”, habla de necesidad de
afecto, muchas veces requerida en forma cercana, casi corporal, como en el niño pequeño, y
en alguna medida satisfecha. Si por el contrario la sensación es desagradable: IV:”Un horrible
ser del pantano, me parece viscoso, qué asco”, se supone que las experiencias afectivas
tempranas han sido penosas, acentuándose los aspectos negativos del claroscuro.

Choque ante el claroscuro:


En el “choque cromático”, como vimos, se trata de represión de la libido; en el “choque K”
hay defensa ante una ansiedad que amenaza inundar el estado de ánimo; por eso este choque
ha sido descrito como “angustia ante la angustia”. Puede manifestarse mediante rechazo de la
lámina hasta el fracaso total, o con aumento de Dd, aparición de Do, varias F-, descripciones,
etc.. Señala intensificados los síntomas negativos relacionados con el claroscuro: tendencia a
estados de ánimo disfórico, pobreza narcisista, necesidad de afecto, disposición regresiva a
reacciones de la fase oral.
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Hay quienes, aún evidenciando claros síntomas de “choque K”, expresan un particular agrado
por las láminas grises; este “Disimulo” que intenta una negación de los sentimientos
negativos, supone una seria falla en la aceptación de la realidad.
Varias respuestas de claroscuro , una tras otra, indican una tendencia a estados de ánimo
disfóricos prolongados; es la “atracción por el claroscuro”.
Mientras que en la “adherencia al claroscuro”, el sujeto da muchas respuestas en láminas
grises, sin utilizar claroscuro: como queriendo probar si puede superar los sentimientos
negativos.

4.4.- Determinante “Movimiento” : M. Son las respuestas en las que se “ve” (en
realidad se imagina o representa) una figura humana realizando un movimiento; la esencia de
las M está en que el sujeto “sienta” en su propia musculatura el movimiento que proyecta
sobre la mancha; por eso debe tratarse (salvo excepción) de figuras que representen una
persona, o un animal antropomorfo (osos, gorilas, etc.) en cuanto realicen movimientos
semejantes a los humanos.
Las M recién aparecen por los 5 ó 6 años, por que por esa edad el niño ya tiene
suficientemente organizado su esquema corporal - condición necesaria para poder proyectar
un movimiento sentido en los propios miembros - , y por que ya la educación le impone
restringir la descarga de los impulsos, “demorando” la misma, lo que se realiza mejor si se
desarrolla la capacidad de encontrar una satisfacción sustitutiva en la fantasía: las M, pues,
hacen referencia a deseos y tendencias muy profundas que no pueden ser actuadas por
factores internos o externos y entonces inervan la actividad de la fantasía. De allí que las M
se relacionen con el desarrollo del pensamiento; Aristóteles decía que el pensamiento viene a
suplir el manejo directo de las cosas, lo que Freud expresará después afirmando que “el
pensamiento es una desviación del camino directo a la gratificación”.
Además las M son expresión del desarrollo psicosexual: representan maduras identificaciones,
que han sido precedidas por la imitación de los padres, educadores, etc.; estas tempranas
identificaciones, en gran medida visual – motrices, conforman las primeras ligazones
emocionales con otras personas, que serán posteriormente introyectadas en el yo; las M
representan entonces el intento de restablecer la situación simbiótica donde no existía la
distinción yo – no yo: lo que es así particularmente cuando hay muchas M y no hay colores en
un protocolo: estos son sujetos muy introtensivos, en los que el interés por el mundo exterior
es reemplazado por una pasiva sumisión a las propias fantasías.
Si a las M se agregan colores alocéntricos (FC) y buen número de contenidos Humanos,
puede haber una buena capacidad de empatía.

Rorschach dividió las M en “extensión” y “flexión”:


M extensión: son aquellas en las que lo “visto” en movimiento presenta la mayor superficie
corporal, se extiende en el espacio, se separa del centro de la lámina: III c: “Un político
arengando a la multitud”. Este tipo de M las dan sujetos con fuertes impulsos de afirmación,
aunque a veces con inhibiciones neuróticas.
M flexión: el movimiento se cierra sobre sí mismo, se inclina hacia el centro (el extremo sería
la posición fetal). Se encuentran en sujetos pasivos, que necesitan apoyarse en alguien más
seguro. IX, c, D inferior: “Dos ancianos haciéndose una reverencia”.
Se distinguen también otros tipos de respuestas M, p.ej.:
M bloqueadas: las tendencias antes citadas se neutralizan: III: “Dos personas intentan
levantar algo muy pesado, y no pueden” – las dan sujetos irresolutos, personas tironeadas por
tendencias opuestas que no pueden conciliar.
M ambiguas: movimientos opuestos en las mismas figuras: III: “Dos que se inclinan para
saludarse, o tratan de levantar algo”: según Zulliger, en personas “que no quieren encontrarse
consigo mismas”
Posturas rígidas, tipo “posición de firmes”: sujetos con inhibiciones para actuar.
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Si la Forma que acompaña al movimiento es inadecuada, tenemos M-, que raramente se


encuentra en normales: I c: “Un chico bailando”.
Sujetos inteligentes, a veces con aptitudes artísticas, suelen dar respuestas que están a la vez
determinadas por el movimiento y el color: MC :II: “Dos borrachos (por la cara roja)
brindando”.
Las: MK : IV: “Gigante vestido con pieles caminando pesadamente”; suponen una especial
disposición a la angustia, y rasgos paranoides.
Cuando la respuesta M hace referencia a áreas muy pequeñas, lo que no es nada frecuente, la
llamamos Mp, o sea, movimiento con pequeña kinestesia; no se consideran auténticas M; se
relacionan más bien con gusto por la fabulación, se encuentran en literatos, sujetos con
aptitudes pedagógicas - en estos casos “fabulación” significa “imaginación creativa”- con un
matiz algo “fantasioso” y casi siempre con un tono lúdico; X, (azul lateral, pequeña saliente):
“Un viejo con bastón caminando encorvado”. En obsesivos y paranoides son una expresión
más de la tendencia a controlar todo (y consiguiente aumento de los Dd)
( Las Mp. no cuentan para el Tipo Vivencial)

M con contenido no Humano:


Siendo esencial para una auténtica M la vivencia del movimiento en el propio cuerpo, es
posible calificar como M movimientos antropomorfos de algunos animales humanosímiles
(osos, por ej.): IV: “Un oso descansando sentado en un tronco”, y aún figuras no animales:
III,c: “Un robot levantando amenazadoramente los brazos”. Excepcionalmente pueden ser
figuras no antropomorfas, si el movimiento que realizan puede representarse como humano, y
hay una fuerte carga emotiva ligada a la respuesta.. En general, las M con contenido no H
suponen el establecer distancia de la identificación, y por tanto de fantasías no enteramente
aceptables. Si predominan, pueden indicar desengaño en el aspecto afectivo de las relaciones
humanas.
Diferente es cuando se trata de animales que realizan movimientos que les son propios: VIII:
“Dos comadrejas trepando a un árbol”, m.an. o cuando son objetos que se mueven: II: “Un
avión volando entre nubes”, m.ob. . Este tipo de respuesta es más común en niños, y si en un
protocolo adulto son varias, pueden asociarse a inmadurez.

En un protocolo normal, debe haber por lo menos 2 M; si hay una buena inteligencia, 4.
En una persona de inteligencia al menos media, la ausencia de M se relaciona con una fuerte
represión de la fantasía: “son personas que se aferran a lo sensorial, por que temen sus fuerzas
inconscientes, y se colocan en una defensa instintiva ante sus fantasías y cualidades
creativas”; esto es frecuente en la pubertad y adolescencia, correspondiendo la represión de M
al intento de renunciar a relaciones objetales infantiles, para acceder a los modos adultos de
relación; si esto no tiene éxito, encontraremos represión de M en la vida adulta, señalando
entonces inmadurez, y algún trastorno en la vida sexual.

Siendo la M “popular” de la lámina III sumamente frecuente, su ausencia requiere una


explicación; casi siempre se trata entonces de un “choque kinestésico”, causado por las
figuras humanas y por las manchas rojas de esa lámina. Ambos estímulos son suficientes para
activar las “fantasías edípicas”, de donde la reacción de angustia, que determina una actitud
defensiva de rigidez muscular, que inhibe la posibilidad de “sentir” el movimiento.

5.-Tipo vivencial : M / C
Habiendo hablado ya del Color y del Movimiento, estamos en condiciones de referirnos a una
de las relaciones más importantes de la prueba; la relación cuantitativa entre ambos tipos de
respuestas permite establecer el “Tipo Vivencial” al que pertenece el sujeto. A tal efecto, se le
asignan puntajes a cada uno de los citados determinantes: cada M vale 1 punto, de modo que
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si hay 3 M en un protocolo, el puntaje M será 3; en cuanto a los colores, cada FC que hay en
el protocolo cuenta como ½ punto, cada CF, 1, y cada C, 1 ½.
Así, en un protocolo donde haya 3 M, 2 CF y 1 FC , el “Tipo Vivencial” será: M/C = 3 / 2
½..
Si el puntaje más alto está del lado de las M, hablamos de “introtensión”, y de “extrotensión”
si está del lado de los colores; “ambigual”, si es aproximadamente el mismo de ambos lados.
Si el valor numérico de cualquiera de los lados es como máximo 1, es del tipo “coartado”; si
es 3, se lo llama “coartativo”, “normal” si el valor es 4 ó 5, y si es aún mayor, “dilatado”.

Describir todo lo referente al “Tipo Vivencial” excede ampliamente nuestro objetivo;


Rorschach le dedicó una parte sustancial de su libro, pues lo consideraba “el eje de la prueba”,
ya que todos los restantes datos tienen sentido confrontados con él; de alguna manera
planteaba allí la relación entre la fantasía - M - y la actuación sobre la realidad – C-; estimaba
que sería de interés investigar cómo se verificaba esta tipología en las diversas profesiones,
culturas y etnias; él mismo comenzó con tales investigaciones, frustradas por su prematura
muerte.
El “introtensivo” se caracteriza por una mayor productividad propia, una inteligencia más
diferenciada, más personal y creativa, un contacto social más intensivo que extensivo,
afectividad más estable; dedica sus energías sobre todo a las fantasías, a la reflexión, a su
mundo interno; si el predominio de M sobre C es muy grande o aún total, seguramente habrá
un recluirse en el propio interior como actitud defensiva ante el mundo externo por las
dificultades que éste plantea, buscando satisfacciones sustitutivas; lo que puede llegar, en el
introtensivo (sin colores o sólo alguno) sobre todo si es dilatado, a cierto autismo, por
reemplazo de la realidad por la fantasía, y al sentimiento de omnipotencia que surge de
restablecer la unión simbiótica originaria.
El “extrotensivo” es más reproductivo en lo intelectual, su afectividad más lábil, sus
relaciones más numerosas pero superficiales, su energía psíquica está aplicada
predominantemente a su relación con el exterior; si hay un fuerte predominio de C sobre M, el
sujeto se defiende de su propio mundo interno, elude sus fantasías, huye hacia fuera, hacia la
actividad, actúa mucho y reflexiona menos, a veces hasta alienarse en la acción.
El tipo ideal sería la ambigualidad sin mucha dilatación: esto supone la posibilidad de un
“flujo y reflujo” de las disposiciones psíquicas, la capacidad de salir al mundo externo para
transmitir, actuar, aprender, confrontar con la realidad, y “volver adentro” para elaborar, crear,
profundizar, y poder salir nuevamente, internamente enriquecido, para a su vez enriquecer la
realidad exterior con el aporte personal.
Pero el “Tipo Vivencial” sólo indica “cómo vivencia, no cómo vive” el sujeto; señala una
modalidad posible, pero por sí sólo no dice qué parte de sus posibilidades hace funcionar en la
vida concreta actual.
Tampoco es algo fijo: el alcohol amplía la extrotensión; también influye así la mucha
actividad externa, mientras que el trabajo mental acentúa la introtensión, y lo mismo aquellas
situaciones que impiden el libre movimiento; enfermedades, cárcel y similares.
El buen humor dilata el tipo vivencial; la depresión, la fatiga y por supuesto la represión, lo
coartan.
Puede agregarse que el tipo vivencial cambia con la edad: en niños tiende a ser extrotensivo y
dilatado (por el predominio impulsivo); se coarta y se aproxima a ambigual en la edad escolar
(exigencias de disciplina, desarrollo del súper yo y del pensamiento), se dilata de nuevo en la
adolescencia con tendencia extrotensiva (refuerzo del ello y represión de las fantasías), en la
madurez hay una tendencia a la introtensión (productividad más personal, conciencia de
límites) y en la vejez vuelve a extrotensión con regular dilatación (se vuelve a un menor
control de impulsos, como en el niño, pero ahora no por inmadurez, sino por decadencia de la
materia cerebral).
Por supuesto que estas tendencias generales pueden verse influidas por circunstancias.
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6- Contenido de las respuestas: Cuando la consigna pregunta al sujeto “que le parece que
es esto”, el examinado reacciona buscando una semejanza entre la mancha y las imágenes
aportadas por su memoria o elaboradas creativamente; tal semejanza se expresa, verbal y
conscientemente como el “contenido” de la respuesta, que depende, por una parte, de la
mancha misma y sus características “objetivas”, por otra, de la cultura, experiencias, intereses,
etc., del sujeto, y también de sus conflictos y necesidades, expresados directa o
simbólicamente.
Para su análisis el contenido puede ser agrupado en “categorías”, o en “temas”, interpretado
según su valor simbólico. En todos los casos se debe seguir una regla fundamental: el análisis
del contenido debe apoyarse en lo estructural, y en relación con los restantes factores de la
misma respuesta y del protocolo todo.

Categorías de contenido: La variedad de interpretaciones que posibilitan las manchas es


muy grande; para hacerlas manejables, se las ha agrupado en categorías genéricas, de las que
citaremos sólo las más importantes:

Respuestas con contenido “Humano”: Figuras humanas completas - H - o parte de las


mismas – Hd ; conforman aproximadamente el 20% de las respuestas. En general indican el
interés del sujeto por los problemas humanos, por lo que su número es habitualmente alto en
profesionales de la Psicología, Sociología, Antropología, etc.; su disminución se asocia a
perturbaciones en las relaciones interpersonales. La relación H – Hd es de 2 a 1; si los Hd
aumentan mucho, se trata de angustia, relaciones humanas ansiosas; y si no hay pobreza
intelectual, probablemente hay algún grado de bloqueo neurótico del rendimiento.
Algunos Hd tienen una importante significación: “boca“ se asocia con dependencia; “ojos”,
sobre todo si son penetrantes, malignos, etc., se ven en paranoides; “máscara”, en sujetos que
disimulan su propia realidad. Muchas “cabezas” o “caras” como D o Dd se encuentran en
fóbicos; “caras” como G, en sujetos que han tenido un particular apego a la madre.

Respuestas con contenido Animal: A, Ad. Es el contenido que más frecuentemente


aparece, posiblemente por que las manchas se prestan para tales semejanzas; por tal motivo,
Rorschach lo asumió como medida de la “estereotipia del pensamiento”, o sea de la
monotonía, automatización del mismo. El porcentaje promedio está entre 40 y 50; por
encima, se supone falta de inteligencia, o falta de agilidad mental, rigidez de los procesos
mentales (por eso aumenta en la edad avanzada). Desciende cuando hay buena inteligencia,
imaginación, intereses variados, temperamento artístico; pero si es muy bajo, -menos de 30-
particularmente sin estas condiciones, puede haber dispersión de intereses y de la atención.
Debe tenerse en cuenta que cuando los contenidos reflejan conflictos de la persona –
sexuales, anatómicas, sangre, u otros contenidos “de complejo”- las respuestas A y Ad
pueden disminuir mucho, estas respuestas son entonces reemplazadas por las que expresan
las preocupaciones o conflictos.
Cuando el contenido H o A se refiere a figuras humanas o animales no reales – seres
mitológicos, extraterrestres, dibujos animados, etc.- se anotan (H) – (A). Deben ser juzgados
según el contenido (figuras mitológicas pueden indicar cultura, dibujos animados,
infantilismo, etc.) A veces sugieren poco realismo .

Respuestas con contenido Anatómico (Anat.) Engloban lo que se refiere al interior del
cuerpo humano: órganos, huesos, también radiografías; no se espera encontrarlas en
protocolos normales, aunque no es raro ni significativo que aparezca alguna de las más
frecuentes. Varias de ellas indican rumiaciones hipocondríacas, o preocupación narcisista por
el esquema corporal; frecuentemente ocultan preocupaciones sexuales; siempre se encuentran
algunas cuando hay perturbaciones afectivas.
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En neuróticos, las formas de estas respuestas son medianamente aceptables: I, “Pelvis” – II


(sólo lo gris) “Una vértebra” - III, rojo central: “Pulmones”; rojo lateral: “Esófago y
estómago”. IX, verde: “Pelvis”. X, gris superior: “Tráquea y bronquios”.
Más graves son las perceptualmente bizarras: IV, “Hígado”. VIII: “Aparato circulatorio”. X,
“Interior del cuerpo humano”. Éstas pueden aparecer en neuróticos más graves o en
psicóticos.
Personas preocupadas por problemas reales de salud suelen dar varias Anatómicas, incluso
muy inexactas (F-)

Respuestas con contenido Sexual (Sex.) Se incluyen aquí órganos sexuales internos o
externos y sus secreciones, sean de seres humanos o de animales; algunas de las manchas se
prestan para estas interpretaciones, que por eso son relativamente comunes: “Vagina” suele
verse en: II: centro rojo inferior. VI: centro más oscuro del detalle mayor. VII: centro detalle
inferior. IX: centro detalle rojo superior. “Pene” es frecuente en el D superior de VI, en línea
central de IX, y en el D gris superior de X. En esta lámina, las manchas amarillas y verde
centrales inferiores son frecuentemente interpretadas como “Ovarios y trompas de Falopio”;
en VI, la pequeñas formas redondeadas de la escotadura inferior central aparecen como
“Testículos”. Se supone que no tiene por qué haber respuestas “Sexuales” donde no hay
problemas con la sexualidad, o, dicho de otro modo, la existencia de conflictos sexuales se
manifiesta casi siempre en la aparición de varias respuestas con este contenido en el
protocolo. Actualmente, por la “destabuización” de lo sexual, puede encontrarse alguna de
estas respuestas más comunes en cualquier protocolo sin que eso tenga alguna significación
particular.
Pero también una educación “victoriana” llena de tabúes, o una fuerte represión neurótica
pueden hacer que no haya tales respuestas, aún cuando existan conflictos.
O, por el contrario, sujetos que se rebelan contra una educación muy represora, o que quieren
mostrarse “desprejuiciados”, suelen dar algunas respuestas sexuales. Cuando las formas con
estos contenidos son muy arbitrarias, a veces con connotaciones desagradables, hacen pensar
en psicosis.
Un modo cómo se pone muy claramente en evidencia la problemática sexual de un
examinado, es cuando la percepción de la semejanza de una mancha a un órgano sexual
produce una reacción manifiestamente negativa, que se denomina “Estupor ante símbolos
sexuales” E.S.S. : hay entonces fracaso inicial o total, demora en la reacción, alteraciones en
la sucesión, vacilaciones, expresiones de desagrado, etc. Se suele encontrar esta reacción
estuporosa ante las áreas arriba indicadas de II, VII, VI.

Contenido “Sangre”. Se lo encuentra en un 10% de normales; alguna al menos suele verse


en casi cualquier patología, y puede no tener significado especial, pero dependiendo del
contexto, se pueden asociar a angustia y culpa, y a sentimientos negativos para la relación
con los demás.

Otras categorías de contenido:


Abstractas: en sujetos de buen nivel intelectual, particularmente interesados en el mundo de
las ideas, X: “Unidad en la diversidad”.
Alfabeto; letras y números; son raras, se las considera infantiles. VII, “U”.
Arquitectura: si son construcciones monumentales; necesidad de reaseguramiento, de
compensar inseguridad.
Ciencia: personas que se adaptan usando sobre todo la inteligencia, que por ese medio tratan
de superar sentimientos de inferioridad,
Comida: como expresión de complejo oral, dentro de un contexto de inmadurez, indica
necesidad de dependencia: VII: “Masitas” – IX c: “Un helado de pistacho y frutilla”.
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Explosión, fuego, volcán; control precario de los impulsos; o deseo (fantaseado) de


afirmación agresiva en sujetos que en la realidad son mas bien pasivos.
Geográficas: Pueden ser muy “vagas” – islas, continentes y similares-, y entonces son
consideradas “respuestas evasivas”; si son más precisas, se asocian a “ambiciones escolares”:
VIII, detalles superior: “El Fuyi-Yama”; y si son rebuscadas y muy específicas, como
“Jutlandia”, denuncian un “deseo de impresionar”.
Heráldica: ambición de prestigio y status social; deseos de ejercer dominio. VIII: “Escudo de
una casa de la nobleza europea”
Humo: ansiedad difusa: VII: “Columnas de humo de un incendio”
Mancha: actitud evasiva; otras veces fracaso en lograr una mejor interpretación por que el
estímulo perturba e impide una elaboración más diferenciada
Naturaleza: Su significación es semejante a las “geográficas”; si son muchas y muy banales
– montañas, lagos, piedras, etc., pueden indicar infantilismo.
Objeto: Por ser un contenido frecuente en niños, si hay varias en un protocolo de un adulto
hacen presumir inmadurez; también pueden ser índice de relaciones frías y distantes con los
demás; pero si son de buena forma y originales, casi seguramente reflejan algún interés
especial.
Vegetal: I, IV: “una hoja”, IV: “Árbol, pino”; no es un contenido frecuente, si son varias,
también infantilismo.
Son muchas más las categorías en que se dividen los contenidos, las citadas son los que se
encuentran con más frecuencia en casi cualquier protocolo.

Contenidos profesionales:
Son los relacionados con el objeto o los instrumentos propios de una profesión o actividad; se
trata casi siempre de respuestas de alguna originalidad, ya que las comunes no facilitan tal
diferenciación: si un médico da como respuestas algunas de las comunes Anatómicas, más
probablemente se tratará de rasgos neuróticos que de intereses profesionales. Además, si
bien la presencia de estos contenidos puede ayudar a conocer los intereses, su ausencia nada
significa: por que no es forzoso que los intereses se expresen de tal manera en la prueba, y por
que las manchas no dan la posibilidad de interpretar contenidos referidos a todas las
profesiones o intereses por igual.
Bohm dice que cuando estas respuestas son F-, sugieren desajuste con la profesión; Salomon
considera que muchas respuestas profesionales siempre se relacionan con conflictos con la
profesión, o el ejercicio profesional como medio de autoafirmación en sujetos inseguros.

Riqueza del contenido: Se supone que en una persona sana y de inteligencia al menos
media, el conjunto de las respuestas H, Hd, A, Ad, Anatómicas, Sexuales y Sangre no debe
sobrepasar aproximadamente el 75% del total de R; es importante saber cual de dichos
contenidos aumenta, ya que eso puede ser un interesante indicador. Consiguientemente, el
resto de los contenidos no debería ser menor al 25%, lo que supone una mínima variedad de
intereses Si son mucho mas, puede ser por dispersión de la atención; pero en esto como en
todos los aspectos de la prueba, hay que atender a la singularidad del caso: un sujeto con
valores medios en H y A, que no tenga Anat., Sex. ni Sangre, puede tener una variación de
contenido del 40%, sin que tal cantidad tenga significado negativo.

Análisis temático: Además de las habituales categorías ya citadas, los contenidos pueden
agruparse según “temas dinámicos”: p,ej.: los contenidos arma, personas discutiendo,
explosión, tigre, si bien pertenecen a cuatro categorías clásicas, pueden unificarse en el tema
“agresividad”. Obviamente se da así una dimensión más profunda al significado del
contenido, en el nivel de interpretación, mientras que las categorías habituales responden más
bien a un enfoque descriptivo. El “análisis temático” se relaciona con lo siguiente.
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Análisis simbólico: El contenido puede decirnos mucho sobre las necesidades, fantasías,
conflictos de una persona; el análisis simbólico es en este aspecto de invalorable ayuda; pero,
como resultado de una deficiente formación, se ha prescindido a veces de toda atención a los
factores formales, como si el test fuera producto de un sueño o de asociaciones libres; esta
especie de “psicoanálisis silvestre" no ha sido avalada por ningún autor serio, al contrario, se
lo ha denunciado como pereza facilista para eludir la laboriosa indagación de los factores
formales; el test permite el desplazamiento entre los niveles adaptativos y autistas, proceso
que se evidencia en la totalidad de la respuesta, por eso una interpretación dinámica debe
incluir todo el proceso de interpretación; la interpretación profunda es un paso a dar después
que se ha hecho la evaluación estadística y formal de todo el protocolo: así, una posible
“respuesta de complejo” sólo puede entenderse como tal si el protocolo da evidencias de una
estructura psicosexual infantil. El protocolo bien trabajado ofrece casi siempre tanta riqueza,
que no se justifica introducirse en el resbaladizo terreno de los símbolos si no se está
capacitado para ello.

8- Frecuencia de las respuestas:

8.1: Las respuestas “populares” “P”:


Son las que alcanzan una frecuencia mínima de 25%, es decir, se encuentran por lo menos en
la cuarta parte de los protocolos de la población “normal”; en nuestro medio las respuestas
que sobrepasan ampliamente esa frecuencia son:
I, a, G : Murciélago – Mariposa.
II, a, G : Dos figuras humanas o humanoides en movimiento.
III, a G : Dos figuras humanas en movimiento, con o sin las manchas rojas.
IV, a G : Figura humana o humanoide.
V, a G : Murciélago – Mariposa.
VI, a G : Cuero de animal, alfombra.
VIII,a : Toda respuesta que incluya los animales laterales como cuadrúpedos.
X.- D , azul lateral: araña, pulpo, cangrejo.

No todas las respuestas Populares tienen que estar en un protocolo; pero siempre hay que
verificar si las ausencias no se deben a alguna perturbación causada por el estímulo de la
lámina. En un protocolo “normal” se esperan 4 - 6 respuestas populares; si son menos, puede
haber un divorcio de la realidad, poco contacto intelectual con el medio, escasa participación
en el pensamiento general, pobre “sentido común”; la disminución de P es menos seria como
síntoma si hay un número normal de F+ y un buen número de respuestas “frecuentes”.
Si las Populares son muchas – sobre todo si no están balanceadas por algunas buenas
respuestas originales – contamos con un pensamiento prosaico, banal; puede haber una
inteligencia no más allá de la media, pobreza cultural y de intereses; pero también puede ser
un modo de eludir la confrontación más comprometida con las manchas – y con la riqueza de
la realidad -, la “huida a la banalidad”, la alienación en la adaptación al grupo.

8.2: El “Indice de realidad”: se consideran las respuestas “más frecuentes” por que tienen el
mayor porcentaje de aparición: III: Dos personas,(como G M), V a. G: Murciélago o
Mariposa, VI: Cuero de animal (G), VIII: Cualquier respuesta que incluya los animales
laterales.
Si estas P aparecen como primera respuesta en la lámina, se le asigna 2 puntos, y sólo 1 si
aparecen después. Lo esperable es un puntaje entre 5 y 7.

9.3:Las Respuestas “originales”: “O”: están en el otro extremo del continuo de frecuencia;
idealmente, se supone que aparecen una vez cada 100 protocolos (lo que es imposible de
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determinar en la práctica; por lo que el criterio operativo es considerar originales las


respuestas que un examinador con mucha experiencia en la prueba considera tales).
Las repuestas originales pueden ser de tres clases:
Originales por el motivo: cuando el contenido es completamente original en una mancha
interpretada habitualmente de otras maneras: V: “Un burro cargado con chivitos que trae de
las sierras”.
Originales por la elaboración: un contenido incluso frecuente se presenta con agregados que
lo hacen novedoso: III: “Personas parasitadas por Alien: el pequeño monstruo está naciendo
de sus pechos”.
Originales por la percepción: pueden encontrarse en los casos de Nivelación de la figura y el
fondo, o en la organización insólita de partes de la mancha habitualmente no relacionadas, en
algunos Dd muy bien vistos y de organización al menos medianamente compleja, en casi
todos los Dd “raros”: VIII, G: “Pote primorosamente decorado” – VII: (todo el D inferior más
el D medio de la derecha): “Juguete, hamaca”.

Las P son por definición F+; las O pueden ser O+, O- según la F de la respuesta. Varias O+ se
encuentran en protocolos de personas inteligentes, con capacidad creativa, “originales” en su
enfoque de la realidad; pero si son más del 30% de R – sobre todo por la percepción- puede
no ser positivo: demasiada originalidad hace sospechar poco contacto con la realidad,
“extravagancia”.
Las O- son siempre un factor negativo, ya que implican una fantasía regida por impulsos y
necesidades que desbordan y distorsionan la realidad; sobre todo en sujetos inteligentes; en
neuróticos son muchas veces respuestas de complejo.

9- Fenómenos Especiales: Se denomina así a las características de algunas respuestas, o a


las verbalizaciones y conductas anexas a las mismas, no puntuables en las columnas del
protocolo, pero que tienen un gran valor de significación.
Bohm estableció más de 70, y otros autores han agregado algunos más; citaremos aquí los
más frecuentes; algunos ya los hemos descrito junto a las respuestas a las que se asocian:
Nivelación, al tratar las respuestas “B”; choque al color y al gris y otros al tratar de C y de
K; E.S.S., cuando nos referimos al contenido “sexual”, etc..

Censura: El contenido impulsivo – casi siempre, sexual – aparece al comienzo


explícitamente, y en sucesivas respuestas va siendo “ocultado”, aunque manteniendo alguna
semejanza o relación simbólica con el tema inicial: es la “censura final”: VI, D superior:
“Pene erecto” → “Una espada” →“Un faro” →“El Cristo del Corcovado”.
En la “censura inicial” sucede a la inversa: el impulso inicialmente “censurado” va
insinuándose hasta aparecer claramente: en el centro del D grande de la misma lámina VI:
“Una hendidura en una piedra” → “Un tajo en un cuero”→ “Una vagina”.
En la censura inicial, hay un yo débil que cede ante la fuerza del impulso; en la censura final,
un yo más fuerte que es capaz de tomar el control y reprimir.

Conciencia de interpretación: Normalmente, quien responde a la consigna de la prueba,


sabe que se trata de manchas casuales que pueden tener algún parecido con algo de la
realidad; o sea, tiene una subyacente conciencia de estar interpretando; pero ocasionalmente
esta actitud pasa al foco de la atención; tal se revela en expresiones como “Por cierto que es
una mancha, sólo que ha tomado la forma de…” o similares. Hablamos entonces de
“Conciencia de interpretación aumentada” (C.I.A.); esto suele verse en sujetos hipercríticos, a
veces en obsesivos y depresivos, y en general en los casos en que hay agudización de la
función consciente.
En el caso opuesto, el sujeto vive la situación como si la lámina fuera una determinada
realidad, entiende la consigna como si debiera descubrir “qué es verdaderamente”; por eso a
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veces pregunta: ¿acerté? o ¿después me va a decir qué es?. Este nivel de “Conciencia de
interpretación disminuida” (C.I.D.) no es serio como síntoma, suele verse en sujetos
inseguros. Pero la disminución es más notable cuando se reacciona ante la lámina como si
fuera muy real, como cuando alguien, ante una mancha roja, experimenta un fuerte rechazo:
“¡Sangre, qué asco, no puedo ni mirarla!”; esta conducta ya es más claramente neurótica. Y es
grave, y seguramente asociada a rasgos psicóticos, cuando la conciencia de interpretación
aparece “anulada”; es el caso de las “autoreferencias”, cuando el sujeto se ve “retratado” en
la lámina, o cree que la misma se refiere a él: VI: “Esta es la radiografía de mis pulmones
arruinados por el tabaco, ¿cómo es que la tiene Ud.?”

Choque al vacío: Se presenta ante la lámina VII, con síntomas tales como fracaso, tiempo de
reacción muy prolongado, expresiones de desagrado o crítica, respuestas infantiles (dibujos
animados, juguetes), respuestas orales, reflejos, etc.; el impacto sería provocado por el
“vacío” del centro de la lámina, que puede semejar un recipiente, y que se asocia – no
conscientemente- con el “seno materno”, este “choque” derivaría de un sentimiento de
abandono e imagen negativa de la madre.

Desvitalización: Figuras humanas o animales son percibidos como cosas inertes o como
explícitamente privados de vida: V: “Murciélago disecado”; VI c: “Hoja petrificada”; VII:
“Estatuillas de porcelana”.
Las dan personas que tienen miedo a entrar en contacto profundo con los demás, lo que las
lleva a una visión fría y rígida de las relaciones humanas.

Fracaso: Cuando ante una lámina el examinado sufre un impacto tal, que ya no le es posible
usar sus normales recursos intelectuales, y no logra responder; es una reacción estuporosa,
evidenciada en la demora, y/o en expresiones tales como: “no se me ocurre nada”, “no veo
nada”; el examinador debe “apoyarlo”, diciendo por ejemplo: “tómese su tiempo, algo se le va
a ocurrir”, o algo parecido; muchas veces esto basta para que el sujeto logre elaborar una
respuesta; en tal caso, consignamos “Fracaso inicial” ; pero si no logra salir del estupor, y
pasan varios minutos (5) sin respuestas, se pasa a la lámina siguiente, y estamos ante un
“Fracaso total”, que aparece con menor frecuencia que el anterior.
Generalmente los fracasos son expresión de un “choque”, y la lámina ante la que se producen
puede dar pistas sobre su valor sintomático.
En I, por el desconcierto que supone la tarea de interpretar; en II y especialmente en VI, como
forma extrema del E.S.S.; en IV, por la masividad del gris oscuro; en VIII y IX, como
manifestación del “choque al color”; en X, por la “dispersión” que presenta, perturbadora para
el neurótico poco integrado.
El fracaso indica siempre más o menos severos rasgos neuróticos; pero en IX no es raro aún
en “normales” (posiblemente por que tampoco falta en “personas sanas” algún rasgo
neurótico)
Los esquizofrénicos pueden fracasar ante cualquier lámina sin razón aparente.

Mutilación: Seres humanos o animales aplastados, o en alguna forma destruidos o


desmembrados: pueden indicar tendencias sádicas o masoquistas, y relacionarse con un
sentimiento de castración. X, D6: “Un animal despellejado, le han arrancado el cuero”

Deterioro: Objetos rotos, arruinados; I: “Hoja seca, rota”; II: “Trozo de tela quemada,
agujereada”; indican inseguridad, disminución de la autoestima (como autoproyección);
pueden ser también expresiones de un sentimiento de castración. Frecuentemente van con el
modo “b”.
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Observaciones críticas: A veces el examinado critica su propio rendimiento: “No tengo


mucha imaginación”. “Seguramente es ridículo lo que digo”. Esta “Crítica del sujeto” (C.S.)
se encuentra en inseguros con sentimientos de insuficiencia y desconfianza en sí mismos.
Pero puede ser también que la actitud crítica se dirija hacia lo interpretado (casi siempre
como crítica de la forma): V: “Murciélago, pero las orejas no tendrían que ser tan grandes”;
esta “Crítica del objeto” (C.O.) es una proyección sobre el medio ambiente de la propia
autocrítica, y tiene el mismo significado que C.S.; suele aparecer en los “eternos
disconformes”, también se ve en perfeccionistas.

“o”: Cuando dos respuestas más o menos semejantes aparecen unidas por una “o” expresando
duda en la interpretación: IV: “Esto es un cuero de animal o un papel quemado”. Cuando hay
varias, sugieren indecisión, inseguridad de juicio.

Represión de la adaptación: También llamado “choque de adaptación”: ante la primera


lámina, el sujeto se ve enfrentado ante una situación para la que no tiene respuestas previstas,
dada la no familiaridad y la ambigüedad del estímulo; eso puede traducirse en vacilaciones,
demoras, rechazo al menos inicial, expresiones de desconcierto; alguna dificultad siempre es
esperable ante lo nuevo, pero se hace muy notable en sujetos de por sí inseguros y
angustiados.

Reflejos: Una mitad de la lámina se ve reflejada en agua, o en un espejo, conformando así


una respuesta más amplia, casi siempre G, y las más de las veces, sobre el eje de simetría –
VII: “Una señora mirándose en un espejo” – VI, b: “Nubes de tormenta se reflejan en un
lago”.
Indican problemas de narcisismo, necesidad de afecto, sentimientos de minusvalía y dificultad
para establecer relaciones objetales maduras; también se las encuentra en quienes están muy
atentos a la impresión que causan en los demás.

Simetría: Si bien la simetría de las manchas es obvia, sólo personas inseguras hacen expresa
referencia a ello, a veces insistentemente; esto puede explicarse por que la simetría es el único
factor estructurante evidente, al que se aferran entonces los que se sienten desconcertados e
inseguros ante la débil estructura del estímulo. – Vale también cuando se niega o se critica la
simetría.
La simetría también permite considerar la lámina como teniendo un equilibrio ponderal, y se
ven llevados a atender este aspecto quienes sienten en cuestión su propio equilibrio interno.

10.- Estructura de las manchas.


Algunas características de la estructura de las manchas dan lugar a reacciones poco
frecuentes, pero de mucho interés por que indican una gran sensibilidad del sujeto ante esa
particularidad. Así, se ha observado que el detalle central representa al mismo examinado, y
los laterales su medio ambiente, pudiendo hacerse hipótesis sobre las relaciones que
mantienen entre ambos; esto puede verse claramente en I.
Otros hacen notar que las figuras “están en el aire”, no tienen un “piso” donde apoyarse;
denuncian así su inseguridad (III, IV); en VIII, los animales laterales “pueden caerse para
atrás”.
En VII hacen referencia a lo inestable de la construcción personas que “temen que se ellos
mismos derrumbarse”
En VIII, pero sobre todo en X, la falta de unidad o “fragmentación” angustia a los que se
sienten internamente poco integrados.

11.- Mecanismos de defensa. Es dable muchas veces establecer qué mecanismos defensivos
son principalmente usados por el examinado, lo que es un buen aporte para el diagnóstico.
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Quien conoce cómo operan estos mecanismos, no tendrá mayores dificultades en reconocerlos
en las respuestas a la prueba. Aquí se presentan sintéticamente sus manifestaciones más
importantes.

Represión: es un mecanismo que “empobrece” las manifestaciones del psiquismo, de modo


que se manifiesta por una disminución notable de la calidad y cantidad de las respuestas; en
particular son expresión de represión los “choques” (al color, claroscuro, kinestésico, E.S.S.),
el Tipo Vivencial tiende a la coartación, aparecen “respuestas de complejo” por “retorno de lo
reprimido”.

Aislamiento: aumento notable del F%; aumento de Dd y disminución de G. Contenidos


generalmente tenidos por desagradables son dados sin emoción alguna, otras veces con un
tono humorístico.

Formación reactiva: particularmente notable cuando se dirige contra los impulsos agresivos:
hay muchos signos de adaptación, inhibición y de amabilidad y “cortesía” para con el
examinador: muchas respuestas, mostrarle dónde se localiza cada respuesta y aún dar otras
explicaciones como queriendo facilitarle la tarea. Pocas o ninguna CF, muchas P
(adaptación). Muchas H y a la vez muchas B (agresividad tras una fachada humanista).
Personas con serios conflictos sexuales que casi siempre llevan a la inhibición, a veces dan
Sex. enteramente “desinhibidas”.

Anulación retroactiva: Después de una respuesta de contenido desagradable, de da otra


“linda”, o se le hacen agregados que minimizan lo negativo.

Intelectualización: Junto a los dos anteriores, es típica de neurosis y aún del “estilo”
obsesivo. En este caso se trata de huir de las emociones hacia la objetividad y la “frialdad” de
lo puramente intelectual. Por eso aumenta mucho el F% y el F+%; muchas respuestas,
frecuentemente con agregados aclaratorios o ampliatorios (no siempre acertados); a veces dan
impresión de “verborragia”. Suele manifestarse en el interés por dar muestras de cultura,
conocimientos, etc., en contenidos científicos, culturales, simbólicos o abstractos

Renegación: se presenta en muy diversas formas: por ejemplo, negando el impacto negativo
de los “choques” (como lo que hemos llamado “disimulo” respecto al choque K); eludiendo
responder al color o claroscuro mediante descripciones, aumentando el número de M y Mp
(negación en la fantasía), excluyendo la parte ansiógena (sexual, p.ej.) de una percepción, por
lo que pueden aumentar Hd y Do; muchas H y P, intentando negar un sentimiento de soledad,
o muy pocas P, negando la realidad inmediata, etc.

Proyección: la desconfianza (paranoide) lleva a pocas respuestas y a no responder, lo que


puede parecer un “fracaso”; la actitud hipercontroladora típica del paranoide supone muchos
Dd; y puede haber muchas G si hay fantasías grandiosas; en este caso también escudos de
nobleza, figuras prominentes: reyes, dioses. La actitud de control hace que aumenten F% y F+
%, también M, ya que lo paranoide da síntomas ideacionales. Es frecuente que las respuestas
incluyan “ojos” penetrantes, malignos, etc.

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