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El verano supone un desafío para los padres que necesitan dejar a sus hijos a cargo de
una tercera persona o en un campamento. Además, los niños pierden la rutina a la que
están acostumbrados y esto afecta a su actitud. Para los padres que tienen niños con
TDAH este problema se incrementa: un niño con TDAH necesita una atención y un
cuidado muy especial y muchas veces es difícil encontrar actividades o espacios en los
que él y las personas que hay a su alrededor se encuentren cómodos.
“El verano es para pasarlo bien y para que los niños se sientan liberados de la presión
del colegio. Es un tiempo para disfrutar pero también para organizar actividades que
ayuden a los niños con TDAH a aprender a controlar su movimiento.”
En el caso de los niños con TDAH es muy importante dar continuidad al trabajo que
realizan con sus terapeutas.
Estructurar el tiempo
“Es importante que el niño no pierda la organización de horarios que tiene durante el
año. El tiempo sin estructurar, o cambios de planes cada día es realmente perjudicial”.
Aunque no sea tan estricta como durante el curso escolar, la rutina diaria es esencial.
“Muchas veces el problema radica en que los padres también estamos cansados de todo
el curso escolar y del invierno, nos relajamos y no llegamos a seguir unas pautas ni
orden durante las vacaciones
Prevenir y organizar
Para evitar situaciones peligrosas para niños con TDAH, es mejor prevenir y organizar a
priori actividades que les mantengan ocupados y haciendo cosas interesantes, en vez de
esperar que ellos se regulen solos.
“A los niños se les puede motivar con actividades donde ellos puedan participar. Por
ejemplo, si se hace una barbacoa, pueden ayudar a recoger leña, o ayudar en el jardín”.
El niño además aprende a seguir órdenes, pero de una forma lúdica y amena. “Estos
niños están cansados de recibir órdenes y por eso son muy sensibles a ellas. Si se
plantean como un juego, aceptan y de esta manera se llega a conseguir que aprendan a
cumplir lo que les pedimos”.
Es importante tener en cuenta que al relajarse los horarios, los niños pueden pasar más
tiempo sin comer o beber, por lo que hay que darles cosas como zumos, fruta, o algo de
comida en mitad de sus juegos. También es importante dosificar los periodos de juego,
porque ellos no se van a saber moderar por sí solos”.
“La medicación en general debe mantenerse también en verano, porque les ayuda en su
maduración cerebral, a comprender mejor las normas, reducir el negativismo y facilita
que los pocos deberes de verano que puedan tener no se conviertan en una losa para los
niños, que les acarreen castigos, por no hacerlos a tiempo. En el caso de niños que
tienen efectos secundarios intensos, como apetito muy bajo con pérdida de peso, o
retraso del crecimiento, es razonable parar durante un tiempo el tratamiento, siempre
que esto no produzca el retorno de síntomas de TDAH que interfieran mucho con la
vida diaria del niño”
Campamentos de verano
Los niños con TDAH pueden ser muy impulsivos y es bueno que aprendan a seguir
órdenes y reglas de una forma relajada y a través de los juegos. Hay juegos que ayudan
a estarse quieto, como “andar como si fuéramos tortugas” o jugar a ver quién es el
primero que parpadea. Para seguir órdenes, podemos probar con “Simón dice” o “eres
mi sombra”, muy beneficiosos.
Cumplir objetivos
“Es bueno plantearle pequeños retos para que pueda ir cumpliendo. Uno de los objetos
que pueden ayudar con esto son los relojes de arena o cronómetros”. Así, cuando el niño
consiga sus objetivos, se sentirá motivado y le animará a plantearse retos mayores.
Juegos de montaje
“En niños pequeños, hay que animarles a realizar juegos de montaje por piezas,
sencillos y que no lleve más de 10 minutos. Los mayores, de 8 o 9 años, pueden retarse
a montar algo que les lleve no más de dos tardes. De esta manera se marcan objetivos,
se concentran en algo que les gusta, y reciben un premio después: un juguete nuevo”.
Recetas de cocina
Cocinar es una buena forma de aprender a seguir las reglas, ya que en esta ocasión el
hecho de seguir los pasos de las recetas adecuadamente se traduce en un resultado
bueno, como es el poder disfrutar de un helado o un postre. Si las reglas no se cumplen,
el postre no sale o está malo. “El niño toma el mando ya que decide qué postre o comida
se hace. Se pueden ir alternando los días en los que los padres leen las instrucciones y
en los que es el niño el que toma el papel de madre/padre y manda qué es lo que hay que
hacer en cada paso. De esta manera, el niño toma las riendas y puede por fin dar
órdenes”
Estos son algunos juegos para entrenar la planificación y la organización del tiempo:
• El cronómetro mental. Pretende que el niño tenga mayor dominio del tiempo para lo
que se les puede proponer jugar a calcular mentalmente 30 segundos, 1 minuto o 2
minutos, y ver quién se aproxima más al tiempo señalado. Se puede jugar en grupo e
incluso hacer el cálculo mientras realiza alguna tarea que suele tardar mucho en realizar.
Unido a esta actividad podemos aprovechar para potenciar el uso del cronometro por
parte del niño, instándole a comprobar las aproximaciones de cada uno de los
participantes.
• Planificación del día. Algún día se puede designar al niño como organizador de las
actividades, estableciendo con él la pauta de las actividades que se harán durante el día,
así como el orden y la duración de las mismas.
• Yincanas. Juegos en los que la finalidad sea ir siguiendo una serie de pistas hasta un
objetivo final. Cada pista deberá llevarnos a la siguiente. El niño debe planificar como
iremos encontrando esas pistas o juegos escondidos.
Otros juegos que se pueden llevar a cabo para entrenar la atención y la memoria
serían, por ejemplo:
• Juego de palabras encadenadas. Encadenar las palabras por su última sílaba: toalla-
llavero- rodilla- llama- marino- notas.
• Juego de alargar frases. Uno comienza con una frase corta y vamos añadiendo partes
hasta que a alguien le falle la memoria y pierda.
• Juegos que potencien el control del cuerpo. Algunos ejemplos pueden ser los
`duelos` en los que el primero que se ría o parpadee pierde.