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La polimerización en suspensión (2en perlas”).

-La polimerización en emulsión ha probado su


gran resultado para la obtención en gran escala de polímeros de alto peso molecular medio.
Sin embargo, la presencia de emulsionantes y otros productos químicos en la mezcla
reaccionante determina que estos polímeros no resulten enteramente satisfactorios cuando
de ellos se demandan altas características ópticas (transparencia) o eléctricas. Al coagular el
látex quedan siempre retenidas en el polímero algunas cantidades de estos productos, que no
es posible separar completamente por mucha que sea la eficacia de los métodos de lavado a
que se someta. La única manera de purificar un polímero obtenido por emulsión consiste en
disolverle y reprecipitarle repetidas veces, lo cual no es posible económicamente desde el
punto de vista fabril. Por ello ha surgido un nuevo procedimiento de polimerización que,
conservando las ventajas de la polimerización en emulsión puede dar productos de alta
pureza como los obtenidos por polimerización en masa. Tal es el llamado método de
polimerización “en perlas”, que en esencia consiste en mantener en suspensión el monómero
en un medio liquido no disolvente y en ausencia de agentes de emulsión. Por agitación, el
monómero liquido se dispersa en glóbulos de distinto tamaño; después de terminado el
proceso, el polímero queda con forma de esferitas de tamaño muy regular. Si se emplean
condiciones adecuadas, se pueden obtener productos de gran pureza, que además, se separan
muy fácilmente del medio en el que están suspendidos.

La reacción tiene lugar en tres fases. Durante la primera que corresponde al periodo de
inhibición de la polimerización, se forma muy poco polímero, por lo que la viscosidad de los
glóbulos líquidos se eleva solo muy ligeramente. Si durante esta fase se aglomerasen los
glóbulos al chocar entre sí, la agitación mecánica que se aplica se encarga de romper estos
agregados mayores y restituir el estado inicial. Pasado el periodo de inhibición, comienza a
formarse el polímero rápidamente, el cual se disuelve en el monómero que aún queda en el
glóbulo de que se trate. Con esto, el glóbulo se hace más viscoso y resistente y, si en estas
condiciones choca con otro análogo, se une a él formando un glóbulo mayor, que ya no es
capaz de desintegrar la agitación aplicada al sistema. En un periodo muy corto, todas las
partículas se abran aglomerado formando una sola fase. Pero si se vence este periodo sin que
haya aglomeración, está ya no se producirá posteriormente, pues los glóbulos se solidifican al
polimerizarse el producto y ya no es posible su unificación por choque.

Para evitar la aglomeración se hace, no obstante, necesario añadir pequeña cantidades de


sustancias que estabilicen la suspensión, sustancias que se adhieren a la superficie de las
esferas y que impiden el contacto directo de unas con otras durante la segunda fase de la
reacción. Estas sustancias se pueden eliminar fácilmente por lavado, al terminar el proceso de
polimerización.

Los catalizadores más efectivos para este tipo de polimerización son los de tipo peróxido
solubles en el monómero. Esto, el hecho de que la energía de activación de la reacción de
iniciación sea de unas 26 000 cal/mol, y que el consumo de monómeros y el peso molecular
medio del polímero guarden ciertas relaciones con la concentración del catalizados, ck (con la
raíz cuadrada de esta concentración), parece indicar que el mecanismo del proceso es el
mismo que el de la polimerización en masa.
𝑑𝑀 −1
− ̅̅̅̅ =
= √𝑐𝑘 𝐺𝑃
𝑑𝑡 √𝑐𝑘

En efecto, la polimerización en perlas se puede considerar como un conjunto de tantos


procesos en masa como esferitas hay; la mayor superficie con relación al volumen permite, en
este caso, una disipación más rápida del calor engendrado en la reacción. El que se obtengan
productos de más alto peso molecular medio y que la curva de distribución sea más estrecha
en este caso que en la polimerización en masa, revela que en la polimerización en suspensión
no se producen apenas recalentamientos locales.

El tamaño de las perlas se puede variar a voluntad, viniendo determinado por la velocidad y
eficacia del sistema agitador utilizado: por la velocidad de conversión, que a su vez depende d
la temperatura y de la concentración del catalizador; por el pH del sistema. La temperatura
mínima a emplear viene determinada por aquella a la que el catalizador puede empezar a
descomponerse en radicales que inicien la reacción de polimerización; la temperatura máxima
de trabajo la determina el punto de ebullición del medio líquido suspensor o el intervalo de
ablandamiento del polímero formado. Ambos límites de temperatura suelen encontrarse entre
65°C y 90°C.

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