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El estilo coercitivo en la gestión empresarial

Un jefe coercitivo es un líder rígido e inflexible. Cuando se usa este estilo el líder opta por dar
muchas órdenes directas sin ofrecer a sus subordinados la oportunidad de expresar sus ideas y
opiniones.
Este líder no sólo no opta por el sistema de recompensas sino que, además, se centra en criticar y
castigar los fallos generados por las desobediencias. Por tanto, la motivación del equipo se
resiente enormemente ante la imposibilidad por parte de los empleados de percibir que gracias a
su trabajo se están alcanzando los objetivos empresariales.
Por lo general se trata del estilo de gestión menos efectivo pero… puede ser el recomendado en
situaciones de crisis cuando es necesario mostrar autoridad y los empleados necesitan órdenes
claras y directas.

El estilo orientativo dentro de una empresa


Esta clase de liderazgo se centra en crear una visión y explicar a los trabajadores qué hay detrás de
ella. En este estilo de gestión sí que se tiene en cuenta la opinión y las ideas de los trabajadores.
Respecto a los sistemas de recompensas, el estilo de gestión orientativo premia el buen
rendimiento pero también penaliza los fallos. Los trabajadores entienden perfectamente qué es lo
que se espera de ellos y son conscientes de su importancia en la organización, maximizando el
compromiso hacia los objetivos.
Esta clase de gestión es eficaz en equipos en los que el líder es percibido como un experto en la
materia capaz de establecer instrucciones y de motivar a los trabajadores.

El estilo de gestión afiliativo: lo importante son las personas


El líder afiliativo se caracteriza por fomentar lazos afectivos entre los trabajadores. La prioridad de
este líder consiste en promover un ambiente agradable en la empresa descuidando aspectos como
la dirección y la fijación de objetivos: lo prioritario son las personas.
Respecto al sistema de recompensas, este líder premia el buen desempeño pero es incapaz de
castigar el malo para evitar confrontaciones.
Si bien este estilo puede ser efectivo en situaciones en las que haya un mal clima laboral y sea
necesario generar armonía, por lo general esta clase de líder es totalmente ineficiente ante
situaciones de crisis o en las que haya que penalizar el mal desempeño. A pesar de que pueda ser
percibido como un líder débil, lo cierto en que en muchos casos este líder cosecha la lealtad de sus
empleados.

El estilo participativo, una gestión basada en la confianza


Este estilo de gestión se basa en la confianza en los trabajadores, por lo que sus opiniones e ideas
son tenidas en cuenta buscando siempre el consenso. Este líder fomenta la confianza, el respeto y
el compromiso del grupo.

Respecto al sistema de recompensas, este líder se centra en premiar el buen desempeño sin ser
demasiado severo con el malo.
¿Cuándo será útil el estilo participativo? En aquellos casos en los que los miembros del equipo son
competentes o en equipos en los que es necesario un mayor nivel de coordinación. Sin embargo
son muy comunes reuniones interminables en las que se suele aplazar la toma de decisiones
difíciles.

El estilo imitativo: dirige dando ejemplo


Nada más estimulante que comprobar que tu jefe se implica en el trabajo predicando con el
ejemplo. En el estilo de gestión imitativo el líder marca unos objetivos elevados y los ejemplifica
tomando como estándares la rapidez y la capacidad.
Ante los problemas, opta por resolverlos él mismo sin contribuir al desarrollo del empleado. Sin
embargo, esto puede convertirse en un problema para la empresa ante situaciones en los que el
líder sea incapaz de atender todo el trabajo personalmente.

Y por último, el estilo capacitador


En esta última clase de estilo de gestión, el líder ayuda a sus trabajadores a conocer sus propias
fortalezas y debilidades. Ofrece autonomía al equipo para que marque sus propios objetivos
proporcionando orientación al trabajador para fomentar su desarrollo profesional.
Esta clase de estilo directivo es muy eficaz en el caso de contar con empleados ambiciosos,
motivados y dispuestos a tomar decisiones asumiendo riesgos.

Los cuatro estilos directivos


Publicado en 18 julio, 2017
La mejor decisión, la más acertada, suele ser aquella que se toma en base a una mejor información
sobre los hechos objeto de dicha decisión.

Por ello, a pesar de que se han escrito centenares de artículos académicos, libros y ensayos sobre
la función directiva empresarial, resulta sorprendente comprobar que pocas veces se ha estudiado
la tarea directiva en función del nivel de información en que se asienta la toma de decisiones.

Lo que voy a exponer en este ensayo es una teoría que clasifica los estilos directivos en función del
nivel de información que tienden a utilizar los directivos en su función.

Estilo Directivo.

En primer lugar debo definir lo que aquí voy a denominar como “estilo directivo”:

El “estilo” es el modo, forma o manera de hacer algo.


Y el término “directivo” se refiere a la función de dirigir o gestionar ejercida por parte de una
persona.
A esta persona que ejerce la función de dirección se la denomina por igualación a la propia
función, es decir, como un directivo.
Así todo ello, el estilo directivo sería la forma o modo en que los directivos realizan su función de
dirección.

Categorías.
Por tanto lo que pretendo es categorizar los diferentes modos o formas en que un directivo puede
llevar a cabo su trabajo en función del nivel de información que implican o fundamentan sus
decisiones.

Las variables de clasificación.

Dirigir supone tomar decisiones, y las decisiones pueden tomarse básicamente en función de dos
variables:

Los datos. La toma de decisiones en función de los datos supone realizar un análisis de los mismos,
y determinar un diagnóstico a partir del resultado de dicho análisis. Si no se utilizan los datos para
tomar decisiones, la decisión estará basada en la opinión del directivo, que puede ser más o
menos informada y con criterio suficiente, pero no se fundamentaría desde luego en un análisis
formal de datos.
El conocimiento e implicación directa del negocio. La toma de decisiones en base a un profundo
conocimiento del negocio implica un alto grado de implicación del directivo en cada detalle de los
procesos y los productos. Si no existe este conocimiento directo, las decisiones se fundamentarán
en un conocimiento genérico e indirecto de los detalles del proceso de negocio y de los productos
o servicios de la compañía.
Matriz de clasificación.

Voy a construir por tanto las categorías de estilos directivos a partir del cruce de estas dos
variables:

La influencia del análisis de datos en la toma de decisiones. Los directivos pueden basar sus
decisiones basándose en el análisis de datos en mayor o menor medida. En tanto que los datos y
su análisis tiene un menor peso en los motivos que fundamentan su decisión, ésta se basará en
mayor medida en su propia intuición o conocimiento personal. Por el contrario, cuanto más
fundamentada esté su decisión en base al estudio y análisis de los datos disponibles, menos
intuitiva y más racional tenderá a ser la misma.

El grado de conocimiento e involucración en el negocio: Los directivos pueden conocer cada


pequeño detalle de su negocio; o bien abstraerse de los detalles, y mantenerse al margen de los
elementos concretos del negocio, por considerar que deben elevarse y concentrar su esfuerzo en
la estrategia.
Si creamos una matriz que cruce ambas variables obtendremos las cuatro intersecciones a las que
da lugar, siendo cada una de ellas un estilo directivo determinado, que denominaremos por un
número del 1 al 4.

estilos directivos

Estilo 1: Toma de decisiones basada en el análisis de datos y en un gran conocimiento del negocio.
Estilo 2: Toma de decisiones basa en el análisis de datos desde una perspectiva alejada de los
detalles concretos del negocio.

Estilo 3: Toma de decisiones sin análisis de datos, y desde un gran conocimiento de cada detalle
del negocio.

Estilo 4: Toma de decisiones sin análisis de datos, y sin un conocimiento exhaustivo del negocio.

Partiendo de la premisa de que la mejor toma de decisiones es la que tiene en cuenta un mayor
conocimiento del negocio, así como un mejor análisis de datos, podemos ordenar los estilos
directivos descritos, siendo el 1 el estilo más deseable y el 4 el estilo directivo menos deseable.

estilos_directivos_2

Veamos ahora el detalle de cada uno de ellos, comenzando por el que hemos considerado el peor
estilo directivo, y subiendo hasta el estilo 1.

Estilo 4: Toma de decisiones sin análisis de datos, y sin un conocimiento exhaustivo del negocio.

Este estilo es propio de los directivos menos informados, aquellos que se limitan a opinar a la hora
de dirigir, y que además no conocen su negocio. ¿Cómo han llegado este tipo de pesonas a ser
directivos? Pues por ejemplo por estar puestos a dedo en su función, como en el caso de los
políticos que ocupan cargos de libre designación en empresas públicas o participadas por la
Administración central, autonómica o local. Otro ejemplo sería el de los que han heredado el
negocio, o han sido designados por amistad o filiación por parte de los propietarios o de otros
directivos con suficiente poder para ello.

Estilo 3: Toma de decisiones sin análisis de datos, y desde un gran conocimiento de cada detalle
del negocio.

Este estilo es propio de los directivos que fundamentan sus decisiones en un alto grado de
conocimiento e implicación personal en los procesos y elementos del negocio, sin realizar análisis
de datos que fundamente la decisión.

Suele ser el caso de los pequeños y medianos empresarios, que han creado desde cero su negocio,
o llevan muchos años trabajando en él, y conocen cada detalle de las ventas, los clientes, los
productos, la fabricación, la negociación con proveedores, los empleados en plantilla, los recursos
materiales, etc… En este caso puede tener poca importancia el fundamentar con análisis de datos
cada una de las decisiones que toma el directivo, dado que su alto grado de conocimiento del
negocio ya implica el conocimiento de los principales datos a tener en cuenta, lo cual además es
más factible cuanto menor es la dimensión o escala del negocio.

Estilo 2: Toma de decisiones basa en el análisis de datos desde una perspectiva alejada de los
detalles concretos del negocio.
Este estilo es propio de los directivos que realizan un profundo análisis de datos que dé soporte a
la toma de decisiones, pero desde una perspectiva alejada del “día a día” del negocio.

El directivo de Estilo 2 vive abstraído de los pormenores de su negocio, y considera que su labor es
más elevada y debe centrarse en la estrategia. Desde su razonamiento, inmiscuirse en los detalles
del negocio supondría una pérdida de tiempo y recursos, pues considera que su labor está por
encima de todo ello.

Y no es él directamente quien realiza el análisis de datos, sino que su equipo le presenta el


resultado del análisis para que él pueda decidir a la luz de todo ello.

Es un estilo propio de la alta dirección de las grandes empresas, donde se toman decisiones que
implican a procesos de negocio de amplio espectro (miles de empleados, millones de clientes,
millones de accionistas, miles de millones de facturación, etc…).

Este tipo de puestos directivos tienen a ocuparse cada vez más por profesionales que provienen
del mundo de la consultoría y la auditoría, acostumbrados al análisis de datos, el razonamiento
lógico y el pensamiento estratégico. Dado que suelen haber hecho carrera como analistas y más
tarde jefes de equipo de consultoría, estudiando negocios ajenos y proponiendo soluciones para
sus clientes en base al resultado de los análisis de datos, el pasar a posiciones directivas les resulta
relativamente sencillo: pasan a ocupar el puesto que antes ocupaba su cliente, dado que sus
interlocutores son directivos de la empresa cliente que toman decisiones en base a las
recomendaciones del consultor.

Sin embargo, al no adentrarse en los detalles del negocio que dirigen (porque están elevados en la
estrategia) y no haber hecho carrera desde las posiciones funcionales o ejecutivas del negocio
(dado que no han escalado desde dentro de la industria, sino desde fuera, en empresas de
consultoría o auditoría que asesoran a la industria) su grado de conocimiento del negocio es
lejano: no conocen al detalle los productos y servicios que vende su propia compañía, nunca han
atendido personalmente las necesidades de un cliente de su empresa, no entienden el
funcionamiento de los procesos productivos de sus fábricas o instalaciones, etc…

La falta de apego al negocio de estos directivos suele ser compensada por un equipo ejecutivo que
intenta transmitir este conocimiento mediante informes y análisis, pero resulta difícil que el alto
directivo pueda “sentir” el negocio en primera persona a través de informes de terceros.

Por lo expuesto, este tipo de directivo profesional no tendría el mayor grado posible de
conocimiento en la toma de decisiones.

Además también es destacable el hecho de que el perfil consultor, muy analítico y de pensamiento
lógico, raramente innova o inventa sobre el negocio actual, y ello porque este tipo de
razonamiento es muy efectivo y potente, pero se limita a estudiar los datos de lo que pasa y ha
pasado, y no a “inventar” nuevas formas de hacer que las cosas sucedan de forma distinta.
Estilo 1: Toma de decisiones basada en el análisis de datos y desde un gran conocimiento del
negocio.

Este tipo de directivos tienen en cuenta el análisis de datos, de la misma forma que los directivos
del Estilo 2, pero se distinguen en su profundo conocimiento de su negocio, su mercado y su
industria.

Es decir, conocen cada detalle de sus productos, sus clientes, su llegada al mercado, sus procesos
productivos, y en definitiva de su negocio.

Este mayor conocimiento de los procesos tiende a tener su origen en que suelen haber hecho
carrera en la propia empresa, o bien en otras compañías del mismo sector. Especialmente en
puestos de primera línea de negocio, fabricando y vendiendo.

También es un tipo de estilo directivo propio de los empresarios que han fundado una empresa
que con su esfuerzo y visión ha llegado a convertirse en una gran empresa, y por tanto conocen el
negocio desde abajo y en profundidad, dado que han sido ellos quienes lo han construido. Este
podría ser el caso de famosos empresarios como Amancio Ortega (Inditex), Juan Roig
(Mercadona), Gabriel Escarrel (Sol Melia), Steve Jobs (Apple), Jeff Bezos (Amazon), Mark
Zuckerberg (Facebook), Ingvar Kamprad (Ikea), Sam Walton (Wallmart), Bill Gates (Microsoft), Ray
Krock (Mc Donalds), Larry Page y Serguei Brin (Google), Warren Buffet (Berkshire Hathaway), H.D.
Sanders (KFC), Kiichiro Toyoda (Toyota), Jack Ma (Alibaba), etc…

Este tipo de directivos suele visitar de forma asidua sus fábricas, tiendas, hoteles de su cadena,
restaurantes de su compañía, supermercados de su empresa, o en general puntos de servicio a sus
clientes, y tienden a conocer cada detalle de los productos y servicios que comercializan.

Intentan mantenerse muy pegados por tanto a lo que Jan Carlzon denominaba “el momento de la
verdad”, que no es sino la primera línea de atención al cliente, al proveedor, al empleado de base
y a los procesos de fabricación.

Por ello tienen una opinión muy cualificada a la hora de tomar decisiones, que no obstante deben
reforzar con el estudio y análisis de datos, dado que en un momento determinado el negocio llega
a tener una gran escala (miles de tiendas, miles de empleados,

Este estilo directivo es el más completo, y de mayor visión de negocio. Requiere una alta
implicación del directivo, y permite tomar decisiones con el mayor conocimiento e información
posibles, y desde una perspectiva realista y centrada en el negocio.

Además permite al directivo ser más innovador, e inventar nuevas fórmulas que no se basen solo
en los datos existentes, sino en imaginar nuevos procesos, productos y formas de llegar al cliente.
Cuando se trata de dirigir un grupo de personas en una organización, es importante saber cuál
es el estilo de dirección que se está aplicando. Dicho estilo directivo influirá en todo el trabajo,
tanto a nivel estratégico como táctico. En gran medida, los estilos directivos pueden influir
también en la consecución de objetivos y en el clima laboral de la empresa.

Existen muchos estudiosos del tema que han intentado definir los diferentes estilos directivos. Con
esta información, podrás reconocer cuál es el estilo de dirección de la empresa en la que trabajas
o de las empresas en las que has trabajado en el pasado. También es importante saber cuáles son
los estilos directivos para entender cuál aplica mejor a cada tipo de empresa o a cada tipo de
equipo a gestionar. Los estilos de dirección pueden variar según la grandeza del equipo, las tareas
a realizar, la cultura corporativa, las capacidades de las personas que trabajan en el equipo, etc.

A continuación, haremos un repaso por los principales estilos de dirección que actualmente
existen.

Estilos directivos existentes


1. Estilo democrático
El estilo directivo democrático es aquel en el cual el directivo trabaja manteniendo un equilibrio
entre su autoridad y la libertad de los empleados. El directivo permite que todos los miembros del
equipo participen en la toma de decisiones, pero es él quien da las orientaciones y marca las
pautas del trabajo. Este estilo está en auge desde hace ya algunos años, ya que contribuye a crear
un clima de trabajo agradable y empodera a los empleados, lo que aumenta su motivación y nivel
de involucración. Sin embargo, en algunos entornos no siempre es eficiente como método de
gestión.

2. Estilo burocrático
Este estilo directivo se relaciona con una estructura jerárquica y funciona bien en las
organizaciones más tradicionales, donde reinan las normas y pautas de actuación rígidas. Existe
una pirámide jerárquica muy específica que todos los empleados conocen y, por tanto, todas las
acciones se deben desarrollar conforme a las normas existentes. El directivo debe hacer respetar
dichas normas en todo momento.

3. Estilo institucional
En este caso, el estilo directivo se debe adaptar a la situación de trabajo concreta. El directivo
debe tener grandes dotes comunicativas y ser muy tolerante, fomentar el ambiente de confianza
en sus colaboradores para que exista una buena dosis de participación. Será muy importante
recompensar el trabajo realizado, mejor de forma oficial, para aumentar la institucionalidad y
reforzar las relaciones entre la empresa y sus trabajadores.

4. Estilo “dejar hacer”


Un estilo poco recomendado actualmente es aquel en el que el directivo no interviene en las
decisiones, no motiva y da instrucciones de trabajo a sus empleados. Por el contrario, deja total
libertad de actuación de cada uno de los miembros del equipo, quienes pueden realizar su trabajo
de manera libre tomando sus propias decisiones. En este caso, el ambiente puede verse afectado
por un desconcierto generalizado, ya que no existen límites ni pautas de trabajo claras. En algunos
entornos puede funcionar, aunque por norma general es poco adaptable al mundo competitivo en
el que conviven las empresas actualmente.

5. Estilo paternalista
En el estilo directivo paternalista, el jefe adopta una actitud de protección hacia sus empleados,
interesándose como prioridad por sus problemas e intentando facilitar en todo momento el
desarrollo de sus potencialidades. Esto no quiere decir que los empleados tengan libertad de
decisión, sino que, por el contrario, es el jefe el que toma todas las decisiones y ejerce una máxima
autoridad. Este estilo directivo ha sido muy usado en las décadas pasadas, pero actualmente ha
quedado un poco obsoleto.

6. Estilo autocrático
En este estilo de dirección, el jefe impone normas y criterios, si necesidad de consultar con sus
empleados. Todo el peso estratégico, de diseño, planificación y asignación de actividades cae en
manos del directivo. Su grado de autoridad es muy elevado y, aunque en algunos sectores puede
funcionar bien, genera ambientes de trabajo tensos. Es una forma de liderazgo transaccional,
donde el directivo tiene un poder absoluto sobre sus equipos y los miembros de los mismos tienen
una corta oportunidad de sugerir. Algunos trabajadores pueden sentirse ofendidos por este tipo
de trato, lo que conlleva la alta rotación del personal y niveles de absentismo elevados.

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