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¿Cuándo se siembran?
La siembra suele realizarse entre los meses de junio a septiembre.
La planta de azafrán suele florecer en la segunda mitad del mes de
octubre o inicio del mes de noviembre, aunque todo depende de las
condiciones climatológicas de la región.
¿Qué tiempo de recogida tiene?
La recogida puede realizarse diariamente, a primeras horas de la
mañana y una vez que la planta ha florecido y se encuentra cerrada.
Una forma sencilla de determinar el momento exacto de la recolección
es al notar los filamentos.
La planta de azafrán suele tener un período de floración de
aproximadamente 20 días, con un período intenso que dura de dos a
seis días, conocido como período de manto.
¿Dónde se siembran?
El azafrán se cultiva fácilmente y no requiere mayores
condiciones. Lo importante es tener los bulbos. El elevado valor en el
precio del azafrán se origina por la mano de obra que necesita.
Por lo general, se planta en surcos en locaciones geográficas de
climas secos y soleados.
Es importante no emplear suelos en los que se hayan cultivado
anteriormente, alfalfa, remolacha, patata, zanahoria o nabo, ya que
estos cultivos son propensos a las mismas plagas que atacan al azafrán,
por lo cual es recomendable dejar descansar el terreno por al menos 3
años.
¿Cómo se riegan?
La planta de azafrán no tiene exigencias importantes durante el
riego, pues está adaptada a climas secos y depende casi en su totalidad
del agua proveniente de las lluvias. Sin embargo, existen dos épocas en
el año cuando sus requerimientos de agua son mayores, por lo cual se
debe recurrir al riego: durante la primavera (entre los meses marzo-
abril para las locaciones geográficas del hemisferio norte y los meses
septiembre-octubre para el hemisferio sur) para favorecer la formación
de los bulbos; y en otoño (meses de septiembre-octubre para las
regiones del hemisferio norte, marzo-abril en el hemisferio sur) para
ayudar al brote y floración.
Es importante tomar en cuenta que a pesar de necesitarse un
sistema de riego en estas fechas, el riego debe ser suficiente más no
abundante, es decir no se deben producir charcos de agua en el terreno,
pues esto ocasionará la pudrición de las raíces.
¿Cómo se mantiene?
Como se ha indicado antes las exigencias en cuanto a
temperatura, humedad y suelo no son muy grandes. Se aconseja
plantar cada 12 años en un mismo terreno una vez agotada la floración.
Mientras tanto, el terreno se puede emplear para plantar cereales o
leguminosas.
Los bulbos por su parte se mantienen y almacenan en lugares con
buena ventilación, cuya temperatura sea de aproximadamente 5 °C y la
humedad relativa se encuentre entre 70-80%.
Una vez obtenida la especie de azafrán, se puede conservar en
bolsas de lana dentro de cajones de madera o en frascos de vidrio
ámbar con tapa hermética. Lo más importante al momento de conservar
y mantener el azafrán es la protección a la luz y a la humedad, ya que la
primera afecta negativamente el color y la humedad por su parte, al
aroma.
¿Cómo se cosecha?
Lo primero a tomar en cuenta es el tipo de suelo y su calidad, ya
se ha descrito la importancia de un suelo sano, sin problemas de
hongos, y permeable. Posteriormente, se deben adquirir los bulbos que
se van a plantar, para ello se deben elegir bulbos de buen tamaño y
calidad que puedan proporcionar una buena cosecha. Es importante
limpiar la tierra y cualquier materia orgánica que puedan tener
adheridos.
Al momento de preparar el terreno, se recomienda un estercolado
(incorporación de estiércol) tres meses antes de la fecha de la
plantación.
La siembra se realiza manualmente y para ello se deben enterrar
los bulbos a 15-20 cm de profundidad, dejando un espacio de al menos
10 cm entre cada uno. Se estima que una densidad de 30-60 bulbos/m2
es adecuada. Para facilitar y mecanizar su recolección, se recomienda
además plantar en surcos que contengan 0,5m de separación.
El primer año el número de flores por cada bulbo será limitado, un
máximo de dos flores, sin embargo este número irá aumentando en los
años subsecuentes. Cuando el número de flores es limitado se pueden
extraer las hebras o filamentos rojos del pistilo con una las uñas o con
pequeños instrumentos como pinzas de cejas, dejando a las flores
intactas. Este procedimiento es conocido como la escamonda. Si la
cantidad de flores es superior, a partir del tercer año aproximadamente
donde se originan unas 8 flores por bulbos, se realiza la recolección
retirando las flores del terreno e inmediatamente después se extraen los
filamentos rojos. Los estambres amarillos y los pétalos morados no
tienen un uso comercial, aunque esta planta siempre puede emplearse
con fines ornamentales.
Después de la cosecha es importante mantener el terreno, para
ello se recomienda cortar al ras del suelo las hojas, sobre todo cuando
comiencen a secarse. Durante los tiempos de reposo, se realizará un
desmalezamiento periódico. Igualmente se recomienda renovar el
cultivo posterior a la tercera o cuarta cosecha y durante la época
invernal. Para ello, con ayuda de una pala se retiran los bulbos del
suelo, con mucho cuidado para no dañarlos, se seleccionan solo los
bulbos sanos y frescos, es decir los retoños, los bulbos madres y los
secos, lesionados o enfermos se deben desechar. Los bulbos a mantener
se deben conservar en un lugar fresco y seco hasta la próxima
plantación.