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Revista de las Literartes en

Comunión n° 6
REVISTA DE LAS LITERARTES EN COMUNIÓN N° 6
Primera edición: Marzo de 2007 Diciembre de 2017

Composición y edición: Nicolás Mestre.


Diseño de portada: Juan Pedro Montefinale.
Ilustraciones: Juan Pedro Montefinale (1. Nefertiti, 2. Pequeña y deformada realidad no
cotidiana (ave migratoria), 3. Algún día tod@s entraremos en pánico, 4. Pájaro (o la
oprobiosa conversión del hombre gallina), 5. #41), Daniel Cisternas (En nombre de Dios),
Velardi (Bocetos, Buenos Aires, 1946).
Collages: Nicolás Mestre
ÍNDICE

EDITORIAL

LÍRICA

Nana Gutiérrez, Para Dios 1967.


Ernesto Alaimo, Cuando no se diga más “mujer”.
Daniel Cisternas, Placeres.
Carolina Cortés, Invasión de mujeres raras.
Habitación pobre.
Rodolfo Herrera, Cronosis.
Pretérita Imprfecta.
Darío Lafferte, Hojas.
A la hora del té.
Viva Chile.
Novia de Azapa.
Arte por el arte.
Nicolás Mestre, Epitafio.
Éste no es un poema.
Breve poema inconcluso sobre la
memoria.
Apuntes para un poema sobre la
muerte.
Mónica Miranda, Y la pregunta es.
No quiero ser huaso, “la paya”.
Jaime Moya, Elevación.
Incompatibilidad.
Recuperando el juicio.
Dignado poeta.
Verte.
Formulación.
Poema de amor.
Marcos Quisbert, Una persona de Chile.
La visita.
Adquisición.
Mr. Ripley, El término.
Ernesto Roberto, Lacanianas (I).
Sardanápalo, El espejo inevitable.
Juegos infantiles.
José Segura, El sueño terrible.
La Tarde.
Homero Sepúlveda, Una energía.
Poema para un árbol.
La luz en la tristeza (por qué tengo
tanta pena)
El mundo gira y gira, y me deja aquí.
José Miguel Villegas, Menos de ti.
Perdido.
Siempre hay algo para ti.
Laura Zambrano, La Florida City.
Misiva.
Sentencia final.
Si la muerte.

NARRATIVA

Ernesto Alaimo, Noviembre.


Darío Lafferte, Todo por una luca.
Golpes detrás de la puerta.
El baño de la “214”.
Nicolás Mestre, Posibilidades de un cuento.
Mónica Miranda, Fantasma urbano.
Estadía incierta.
La muerte.
Mr. Ripley, Martes.
José Segura, La espada.
Álvaro Valverde, Andrea.
Arturo.
Cordura.
Lugares comunes (sala de espera).
Odio.
Esquinas.

ENSAYO

Olivia Contreras, Introducirse a la sincronía.


José Luis Dávila, Espacios de saber.
Roberto Robles, El concepto de hegemonía cultural en
el álgebra del marxismo dialéctico.
Javiera Vargas, Al final somos todos indios.
Super jirous.
Velardi, Neo-realismo.

RESEÑAS (Algunas)
EDITORIAL
“…un fantasma de claridad cuyo contorno artificioso y trémulo se
encerraba en una red de sombra.”
-Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, 1919.

“…los carceleros de la humanidad no me atraparán, dos veces con la


misma red.”
-Charly García, “No soy un extraño”, Clics modernos, 1983.

“Les hommes sont si nécessairement fous, que ce serait être fou, par un
autre tour de folie, de n’être pas fou”.
-Blaise Pascal, Pensées, siglo xvii.

El presente número de Literartes originalmente iba a


publicarse en el mes de marzo del año dos mil siete en Arica,
pero distintas circunstancias hicieron que apareciera diez
años después, en el mes de diciembre de dos mil diecisiete,
en un formato digital editado desde distintos lugares: San
Carlos (Ñuble, Chile), Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). El
porqué de esta excesiva demora es lo que esta editorial
brevemente intentará dilucidar, aunque sea solamente de un
modo fragmentario y sinuoso.

Pero antes de eso, -y cómo no, si ha pasado tanto tiempo-,


queremos agradecer y disculparnos con los escritores que
ayer y hoy han enviado sus textos (poemas, cuentos, ensayos)
para que fueran publicados en nuestra Revista. ¡Gracias por
su confianza y disculpen por la demora! Bien vale aquí
recordar ese dicho que dice “más vale tarde que nunca”.

Entonces, para comenzar a esbozar los motivos que hicieron


a la demora en la publicación de este número, quizá sea
necesario que quienes nos leen por primera vez conozcan,
aunque sea de manera sucinta parte de la historia de
Literartes.
Todo comenzó hace quince años atrás (año dos mil dos) en
un bar de la nortina ciudad de Arica, donde un grupo de
amigas y amigos, interesados en el arte, la pintura, la
literatura, la música, el teatro –y por qué no decirlo también,
en el amor, la vida, la alegría-, nos reunimos a conversar
sobre todo ello y pasar un buen rato.

Mientras las cervezas iban y venían, alguien dijo –no


recuerdo muy bien quién, pues probablemente los licores ya
habían hecho parte de su efecto- “¡por qué no hacemos una
revista!”. “¡Sí!”, dijimos todos al unísono.

Luego de eso, y una vez transcurrida la resaca, es decir,


varias semanas después. Juan Pedro Montefinale, Patricia
Ramírez y quien les escribe nos pusimos manos a la obra para
editar el primer número de Literartes que apareció en los
últimos meses del año dos mil dos. Conversando con las y los
secuaces literarios, les pedíamos textos, y les instábamos a
escribir para la Revista. No nos movía el afán perfeccionista
del Gran Arte, sino simplemente el deseo de crear y
compartir.

Juntamos dinero entre los mismos participantes, algo así


como quinientos pesos cada uno, y sacamos el primer
número. Cómo el entusiasmo febril artístico-literario era alto,
logramos sacar también dentro del mismo año el número dos,
bajo esa modalidad de autofinanciamiento. Corregimos
algunos aspectos, falta esto, había que mejorar esto otro. Y
bueno, ¡le echamos pa’elante nomás!

Al año siguiente, conseguimos financiamiento institucional


por parte de la Universidad de Tarapacá, y su Departamento
de Extensión, quien nos facilitó las imprentas del Campus
Velásquez, ubicado al frente del borde costero, para editar los
números siguientes. ¡Cuántas peripecias no tuvimos que
hacer para trabajar ahí! Imagínense ustedes cargando entre
doscientos y cuatrocientos ejemplares a pie, para llegar a casa
de alguno de los editores para compaginarlas, ordenarlas y
luego distribuirlas. Ese era el peor de los casos. El mejor era
cuando nos conseguíamos el auto de la familia de
Montefinale.

En ese formato, que nos permitió expandir nuestra


comunidad de lectores, logramos editar los números tres,
cuatro y cinco durante el año 2003. Recuerdo también que
realizábamos actos poéticos para su difusión en el Campus
Saucache, disfrazándonos y leyendo poemas en medio del
comedor universitario. No sé si era la mejor estrategia.
Todavía tengo presente la imagen de una estudiante
comiendo, con cara de no saber qué pasaba, y nosotros al
frente con la cara pintada y leyendo a Benedetti.

¿Qué pasó después? En primer lugar, el financiamiento que


sostenía ese tiraje, se vino cuesta abajo. No había plata para
editar la Revista, por lo demás ésta tampoco se ajustaba a
ningún criterio “universitario”, lo que era mirado con
sospecha, además de los sui géneris actos poéticos. Luego se
sumaron otras circunstancias quiebres, cambios, rupturas,
(des)amores varios, idas y vueltas, todo lo que hace al bagaje
vital, tan necesario como imprescindible para la creación de
artistas y escritores.

En este momento, que escribo estas palabras, todos esos


recuerdos se mezclan con una serie de hechos,
acontecimientos y episodios, así como quizá le ocurra
también a quienes estuvieron de un u otro modo ahí, por lo
que probablemente no sean tan fieles a la rigurosidad
positivista que nos impone esta época dominada por la
ciencia, la técnica y el capital. Pero precisamente esa es la
gracia de la literatura: viene al rescate de nuestra humanidad
perdida, en el mejor de los casos, cuando menos sirve de
consuelo, de remedio ante nuestra calamitosa y desértica vida
cultural, chilensis al menos. Por lo demás como decía
Roberto Matta “¡Nunca le creas del todo a un surrealista!”.

Quizá hacia fines de 2006, o tal vez antes, no lo sé muy bien,


aquí ya el terreno se vuelve extremadamente brumoso, poco
claro. Como si fuéramos en la carretera y nos encontrásemos
con una espesa neblina. La cosa es que el primer registro
escrito que existe de una gestión asociada a la Revista
número seis, fue la medianoche del día lunes cinco de febrero
del año dos mil siete, cuando le escribo a algunos amigos y
cercanos que en marzo volveríamos a editar –“resucitar”
dijeron algunos- Literartes.

Poco a poco comienzan a llegar textos. El primero en enviar


sus escritos –hay que reconocerlo por eso- fue un escritor de
Iquique, estudiante de ingeniería, José Segura, quien a los
tres días de enviada la convocatoria, hizo llegar sus poemas.

Transcurridos las semanas y meses (precedidos sí por un


breve período de desazón por la falta de material) comienzo a
recibir más y más textos: poemas, cuentos, ensayos ¡y hasta
incluso una novela completa!, los cuales comienzan a apilarse
progresivamente en mi escritorio universitario, al lado de
textos de Gabriel Salazar, Tomás Moulian, Jacques Lacan,
Michel Foucault, Roland Barthes, Félix Guattari, Juan Luis
Martínez, Nicanor Parra, Rodrigo Lira, Ernesto Sábato, Jorge
Luis Borges, Roberto Bolaño, Roberto Matta, que eran mis
lecturas más frecuentes por esos días.

Por otra parte, en otro nivel de la realidad. Converso y me


reúno con escritores que me entregan sus textos impresos. En
este sentido, particularmente significativa fue una
conversación que tuve con Jaime Moya, quien por ese tiempo
cursaba un cuadro de cáncer que lo llevaría a la muerte el año
dos mil ocho; por su poético sentido de la vida y la muerte,
heredera de la sabiduría oriental (¡ojo que eso se aprecia
también en su poética!) que no cedía un milímetro ante la
presión de las ciencias de la salud contemporáneas, a él van
dedicadas también algunas letras poéticas leídas
posteriormente en la ciudad de La Plata, tras enterarme de su
deceso.

Disculpen los lectores por las sinuosas vueltas para dar


cuenta de este número seis, pero es que han pasado tantos
años desde aquel tiempo que es imposible no teñir esta
editorial de reminiscencias, de recuerdos, de huellas
fragmentarias.

Recuerdo también que nos llegaban textos de personas que ni


siquiera conocíamos. Y, por otra parte, de las personas que
conocíamos, algunas se dignaban a atacar a los editores, con
las armas de las letras, que no son menores por cierto.

En algún momento todo se pierde, se estrella contra el asfalto


de la realidad. No había presupuesto, por una parte. Y por
otra parte, una gran crisis personal sacudía la mente y el
corazón del editor que escribe estas líneas. A tal punto que
guardaría la maqueta de la Revista número seis por diez años
en una carpeta junto a otros documentos importantes, a
resguardo del olvido. ¡Pero estas no son las Confesiones de
San Agustín ni nada que se le parezca! Así que continuemos.

¿Hubo entonces una Revista de Literatura y Artes, en dos mil


siete, lista para la imprenta? Sí. Pero, ¿cómo?, ¿por qué?
Imposible sería dar respuesta a todo eso. Pues si hay algo que
nos ha mostrado el psicoanálisis de ese intelectual
decimonónico vienés apellidado Freud es que no somos
conscientes de nuestros actos, muchos de ellos albergan
motivaciones de segundo orden, o que se mueven en otro
plano de realidad, lo inconsciente. Bien lo sabía la primera
generación de surrealistas, que de eso hicieron su práctica
artística.

Entonces, ¿por qué ahora después de diez años de esa


maqueta, y después de quince del primer número volver a
editar y publicar digitalmente esta Revista? Creo que es algo
así como una deuda por saldar, me siento en deuda con
quienes entregaron sus escritos, a la mayoría los incluimos
íntegramente dentro de nuestras posibilidades, a otros
definitivamente (una novela completa de Reinaldo Vásquez,
A fojas cero) era imposible sumar en una ya extensísima
Revista, que alberga desde los más variados géneros y gustos
artísticos y literarios.

Valga señalar también que editar en formato digital supuso


un arduo trabajo de rescate de los materiales que componían
ese número. De algunos trabajos teníamos su formato digital.
Pero de otros, de muchos, solamente los manuscritos. A eso
se añade que seguimos convocando a amigos de las letras,
vivos y muertos, de otros espacios y de otros tiempos.
Expliquémonos.

La Revista de las Literartes en Comunión número seis,


comienza con la sección Lírica con un homenaje a una anti-
poeta ariqueña, reconocida por Nicanor Parra y Pablo
Neruda, nos referimos a Nana Gutiérrez. Incluimos uno de
los textos que aparece en su libro ¡Manos Arriba!, publicado
el año 1968, y que realmente era difícil conseguir por ese
entonces. ¡Perdónenos los señores guardianes de derechos de
autor, por ese sacrilegio de rescatar el pensamiento
(patrimonio) literario de los escritores chilenos! Pero al
menos citamos correctamente y no lucramos con ello.
Respecto a esta variopinta sección, y también a la sección
Narrativa, es necesario aclarar que está compuesto por una
variada gama de autores, algunos ligados al movimiento
artístico y cultural de la ciudad de Arica (Daniel Cisternas,
Carolina Cortés, Rodolfo Herrera, Jaime Moya, Markos
Quisbert, Sardanápalo), otros escritores más relacionados con
la escritura íntima, personal, que conocimos en el camino,
particularmente en el ámbito universitario ariqueño y
quisimos invitar a participar (Mónica Miranda, Homero
Sepúlveda, José Miguel Villegas, Laura Zambrano, Mr.
Ripley, y Álvaro Valverde en Narrativa), un escritor
underground de Iquique (José Segura), a lo cual se añaden
dos escritores de Argentina (Ernesto Roberto de Buenos
Aires, Ernesto Alaimo de La Plata). Pueden leer una
descripción más detallada de las y los autores en la sección
Reseñas, donde se incluyen las que los mismos autores nos
enviaron.

En la sección Ensayo, nos escriben gente comprometida con


algunas ideas que valoramos. Olivia, caminante del cielo
cristal, nos hace una introducción (invitación) a la sincronía;
Roberto Robles, militante trotskista, nos adentra en el
concepto de hegemonía en el marxismo de Gramsci; Jose
Luis Dávila, psicoanalista, desarrolla una reflexiona los
espacios de saber en clave lacaniana; Javiera Vargas, como
el sobrino de Rameau de Diderot, nos despeja un poco con su
sincera palabra. Cierra esta sección, el rescate de un artista
santiaguino de la década del cuarenta del siglo veinte,
Velardi, quien escribiría un manuscrito sobre teoría del arte
socialmente comprometido, añadimos a eso imágenes del
manuscrito junto a algunos bocetos que produjera en Buenos
Aires en mil novecientos cuarenta y seis.
Leer es parafraseando a Jaime Moya, un modo de
desendurecer las palabras. Leer es con calma y paciencia, con
un ojo aquí y el otro puesto más allá, donde las letras no se
ven. Leer nos permite imaginar otros mundos.

Sinceramente esperamos que esta Revista, que es una bisagra


hacia otras realidades, contribuya a la experiencia cultural de
quienes leyeron, leen y leerán estas letras, a la práctica
escritural de quienes nos escribieron, así como al desarrollo
del movimiento artístico y literario de las distintas latitudes
de quienes constituyen nuestra comunidad de lectores:
Arequipa, Perú; Arica, Iquique, Santiago, Concepción, San
Carlos, Chile; Santa Cruz, Bolivia; Buenos Aires, La Plata,
Argentina.

Finalmente, quisiera agradecer a mi querido amigo Juan


Pedro Montefinale, quien con su excelente sentido del arte,
un arte que cruza el surrealismo con la estética
latinoamericana, no sólo ha sido el creador original y genio
creativo de Literartes, sino que constantemente nos sigue
aportando, ahora con nuevas obras cargadas de múltiples
sentidos.

Amigas y amigos: ¡A cambiar la vida y transformar el


mundo!

Nicolás Mestre

San Carlos valle del Punilla, Diciembre de 2017.


L’ Ír & C.a.

Nana Gutiérrez

Ernesto Alaimo

Daniel Cisternas

Carolina Cortés

Rodolfo Herrera

Darío Lafferte

Nicolás Mestre

Mónica Miranda

Jaime Moya

Markos Quisbert

Mr. Ripley

Ernesto Roberto

Sardanápalo

José Segura

Homero Sepúlveda

José Miguel Villegas

Laura Zambrano
PARA DIOS 1967

Buenas tarde, DIOS!


la verdad es que te encuentro
bastante alicaído últimamente.
¡Y no es para menos!
Tus fieles están muy pillos.
Te exigen cada vez más cosa
y te entregan menos.
Te contaré que a tus iglesias
yo entro muy poco.
Que de ti no se nada
sólo lo que escucho a los demás
decirte. Pero me preocupa
como aumentan y aumentan
la magnitud de estas
voces dolientes, de Iglesias.
El otro día, por ejemplo,
por curiosidad fui a este lugar
donde sin ninguna inteligencia
y menos piedad, te exhiben
todavía clavado a una cruz.
¿No sería mejor si te pusieran
a tomar exámenes,
te invitaran a una fiesta,
bajaras un día a fumarte un cigarrillo
o simplemente te encontraras
haciendo cola en una panadería?
Pero la cosa es que estás clavado
a una antiestética
hace ya bastante tiempo.

¿Te has fijado como resulta de odioso


el que estas gentes,
sin dos dedos de frente,
te martiricen a diario
y con tanto calor o tanto frío?
Con sus pedidos estúpidos:
(“-¡Consígueme el Gordo de la Lotería!-”)
Con sus pedidos infantiles:
(“-¡Que vuelva mi marido!-”)
Con sus pedidos deningrantes:
(“-¡Sálvame de quedar embarazada!-”)
¿Y cosas por el estilo?

¡Oye, DIOS, esto no puede ser!


A mí me parece que un día
te decidieras a hablarles.
Que en medio de sus repetidas
manifestaciones ambiciosas
o hipócritas, sonara tu voz
fuerte y segura y les dijeras:
“-¡No les doy nada; nada les concedo
Ingénienselas, rebúsquenselas,
arréglenselas como pueda.
Yo apenas soy DIOS, no soy un mago!
Y por último, bájenme de esta cruz
Me cansé de estar colgado-”
Créeme que, secretamente,
espero este día y esta voz.

Por eso, a veces me permito


Entrar en estos establecimientos
A mirarte largamente
Soportando a los piadosos
Y el desagradable olor a incienso.
Eso es todo; te doy la idea.
Creo que ha llegado el momento de que te bajes,
te coloques un par de pantalones,
tengas un carnet de identidad,
un nombre,
te lustres los zapatos,
subas a las micros,
tengas amigos y enemigos,
una dirección, dinero para
el bolsillo y tu libro
preferido en el velador.
(Y ¿Por qué no?, un
traguito de coñac de
vez en cuando).
Como te decía antes,
tal como están las cosas
bájate de ahí y se, simplemente,
uno de nosotros.
Hasta luego, DIOS.

Nana Gutiérrez, ¡Manos Arriba!. Imprenta Iglesias, Arica,


1968.
CUANDO NO SE DIGA MÁS “MUJER”

Vivimos en la prehistoria de la humanidad.

La verdadera historia va a empezar


cuando en los documentos no esté más el casillero
que separa varón / mujer
y no por decreto de ningún gobierno
sino –siglos después de eso–
porque un mero dato genital no dirá nada
será como decir alto / bajo
pelado / peluda
narigón / bromista
poeta / no creyente.

Cuando se vea a una mujer y se diga “persona”


cuando nacer varón no venga con corona
y no se separen más los nenes de las nenas
los baños de las bañas
y hasta los nombres se degeneren
y cada persona se llame como se le antoje
y se vista como se le antoje
y viva como se le antoje
y no exista el miedo a la muerte
en una esquina a la medianoche
ni el miedo a ser quien se quiera ser
(parece tan sencillo así pensado
pero es una lucha a muerte
y faltan siglos).

Cuando decir “mujer” no tenga más peso


que decir “pecosa” o “solitario”
y no implique una sola consecuencia social
más que la gracia de gestar vidas dentro
y se use como genérico para la especie
sin audacia alguna, sin pensarlo
como decir “homo sapiens”, “mujer”
sabremos que hemos llegado
al principio de los buenos tiempos
y miraremos nuestro pasado de barbarie
de mujeres quemadas, ahorcadas, descuartizadas
sometidas, violadas, esclavizadas
un día tras otro durante miles de años
y lo guardaremos en los manuales de prehistoria
junto a los demás holocaustos y genocidios
y nos causará un poco de gracia pensar
que provenimos de semejantes bestias.

Falta mucho
falta tanto como utópico suena ese futuro
vivimos en plena era de la bestia
muy cerca de las cavernas todavía
pero algo pulsa hacia lo que podemos ser
una fuerza vital que se organiza y crece
con la implacable lógica de la naturaleza
y, sobre todo, con el sentido de la vida a cuestas.

No llegaremos a ver ese día


pero podemos ser su madrugada
podemos ser gallos que lo canten
o gallas, galles, gallinos
podemos tener las agallas
de empujar esta puerta que quema
y dejársela más abierta a quienes lleguen.

Lleva más que una pirámide o una muralla china


más que un continente o un cambio de régimen
es la mismísima puerta de la historia
y nos tocó nacer del lado de afuera
así que empujemos, compañeros, compañeras
hasta que se estrujen las dos letras que nos separan
empujemos la vida entera esta puerta
que si estamos juntos ya tenemos la llave.

Ernesto Alaimo
PLACERES

La copa de tinto
Es muy amiga de la soledad masculina

Como el helado de chocolate


Lo es de la soledad femenina

Un buen día la soledad


Organizo una cita a ciegas
Para su amiga la copa de tinto
Y el helado de chocolate

Bebieron y tomaron cada uno del otro


Conversaron de temas normales
por ejemplo todos los labios con ansias de olvido
Que desde muy copita tuvo que saciar.
El helado de chocolate frío y oscuro
Simpatizo mucho con la copa de tinto
Ya que compartían similar destino,
Ambos eran títeres esclavos del placer ajeno.

Coincidió su segunda cita en un mesa de vidrio


Junto a una EX-pareja humana con ánimos de reconciliación.
Decidieron juntarse bajo las cortinas de la noche
Y de su copula afiebrada de amor y empatía
Nació su primogénito
La Diarrea.

Daniel Cisternas
INVASIÓN DE MUJERES RARAS

Tomó un bus hacia el desierto


para huir de las mujeres de sonrisa amplia,
porque se comen a los musos.
Quizás en el desierto será distinto – pensó.
Desde acá se la ve
odiando a las de tetas grandes
que se hacen las puritanas,
profesan extrañas religiones,
dejan los críos encargados
a algunas de alma blanca y dulce,
y que también se comen a los musos,
pero poco…

Carolina Cortés
HABITACION POBRE

Mal ubicada en un centenario sector de la elite santiaguina


las paredes de color azul piedradura
como el mar o quizás el infierno,
sostienen una ventana que mira hacia el pasado.
Afuera las hojas caen tapizando de otoño
la acera mojada por el tinto.
La cama estampada al piso con olor a madera vieja,
que viaja a cien kilómetros por hora hacia la soledad.
la radio suena,
burlándose del habitante oscuro
(por intelectual le pasa),
el teléfono ya no canta por las noches,
y él, se ríe de su mala fama de poeta cesante.

Carolina Cortés
CRONOSIS

Trazo ecuatorial del pensamiento,


Ausencia visitando el claroscuro,
Fuego de glaciares guiando la retina
Hacia el norte, desde el Norte,
Donde todo es más hondura y menos forma;
Donde cada ser es más nada y menos mismo
Sembrado entre lo estéril.
En este hemisferio se estrena una vigilia
Con más cuerpo y menos fuga.
Las horas azotan
Como cuerda rota en pleno acorde.
Duda y paradoja se unifican
En la hipotética verdad de los sentidos.
A esta altura no hay freno
Contra la gravedad de esta pendiente:
Se aceleran paulatinos los por qué,
Los quizá y los no pude;
Los domingos, los festivos y los duelos,
Los fecundos y los yermos,
En torrentes de oropeles.
Destellantes desde la vida bajan
Anacrónicos fulgores, reflejos sin sendero,
Sonidos sin sustancia
Aun no-donde en que la imaginación fracasa.

Rodolfo E. Herrera Tapia


PRETÉRICA IMPRFECTA

Si fueras como no eres, así


Me hubiera gustado pensarte;
Tanta verdad habría sido sólo un sueño,
Por lo cual resigno lo presente
A lo alto y a lo ancho de tu forma.
Con pasos desiguales mido la superficie de tu ser.
Te concibo precisa y lejana
Como la patria de otros hombres,
Como una agenda de viajes
Que ofrece estrictos días y noches
En estancias vistas a la mar serena,
O a las cumbres penetrantes.
Así quise soñarte,
Pero mis ojos de ciego no lo hacen,
Ni de frente ni perfil,
Ni de arriba ni de abajo…
Especulando sigo cómo debieras haber sido…
Y te derrumbas allá;
Más lejana a mis pupilas
En un sismo de palabras desplomadas
Como un pueblo asentado en la ladera.
Las horas imprimen velocidad al día
Y yo te pienso en instantáneos circuitos
Reciclada indefinidamente,
En un reloj de arena
Vuelta niebla de trigo para un pan ajeno.
¡Qué utopía, verte dentro de mi frente
como en mi antojo te soñara!
Qué fraude, mi bandera
Con tu nombre hacia la cima;
El orgullo,
Vencido como un grumo hacia el abismo.
Cuando te sueñe verdadera
Habrá pasado tanto espacio
Que no estarás ya en el vacío ni en la onda,
Y así te habrás diluido de pura perspectiva;
Inalcanzable como la esperanza;
Cual brillante paradoja de los astros
Que se alejan y nos tientan con su luz.

Rodolfo E. Herrera Tapia


HOJAS

Hojas de papel
Que retratan vida
Es sólo un querer,
De quererte amiga.

Papel de hojas
Suave, que abriga
Dicha de verla,
De saberla mía.

Sol sobre ti,


De oro tu corona
Que ilumina sobre mí
y enaltece tu persona.

Hojas escritas
Que caen como faroles
Hojas marchitas
Que se apagan como soles.

Viento suave y triste


De no saber que hacer,
Fueron hojas que viste
Las que llevaban mi querer.

Hojas vacías
¿eso quieres tener?
Te doy las mías,
De hoy, no de ayer

Darío Lafferte
A LA HORA DEL TÉ

La llevo a mi casa a comer


Con tal de compartir
Junto a algo comestible
La hora del té

Sorpresa tras sorpresa


¿qué le puedo ofrecer?
No puedo ser vulgar
Tampoco descortés

Algo sin sentido…


Un huevo puede ser
No sabemos si él fue el primero
O si fue al revés

En un baño caliente
Los huevos duermen
Mientras con apuro
Comemos su suerte

A la hora del té
Le pedí un beso nuevo
Que para sorpresa
Tuvo sabor a huevo.

Darío Lafferte
VIVA CHILE

Nos invitan a un cumpleaños


y no llevamos regalo;
vamos a un matrimonio
y no somos invitados;
¡nos colamos en las filas,
no pagamos lo adeudado!

Si hay que ayudar


nos corremos por montones;
si hay que gastar
nos apretamos los cinturones;
si debemos plata
nos hacemos los hue’ones

Si queremos pega
buscamos un pitito;
si nos sacan un parte
hay pacos corruptos;
si no estás en dicom
no eres parte de este grupo

En vez de una empanada


me como una hamburguesa:
en cosas de vino
tomamos cerveza:
y para los dieciocho
sólo hay cumbias en nuestras fiestas.

Darío Lafferte
NOVIA DE AZAPA

Si alguna vez
en solitario
por Azapa
has de deambular,
recuerda las historias
ya contadas
de una novia,
muerta y desdichada,
a poco tiempo del altar.
Recorre caminos
sin lunas
buscando aventón
hasta el más allá.

En noche carcomida
por los fríos de la escarcha,
en blanca mortaja,
la novia vistiera al pasar,
has cerrado tus ojos
el espejo no quieres mirar,
sabes que estará sentada
muy cómoda
en la parte de atrás

Los temores
que de niño
te han mordido
reaparecen
bajo tenue luz.
De los fuegos
alguien te ha observado
cuando tu mano
mató tu hermano.
Es la novia
que en carne
ha pagado
la condena
de morir
por culpa ajena
sin saber de amor casado.

Ella está sentada


en un asiento
tras el tuyo
murmurando junto a tu oído.
Con voz de sepulcro
sudas tu valentía
y lloras todo tu escepticismo.
Es la novia
quién ha subido
camino al cementerio.
Ten cuidado
de no acompañarla
que de allí
no volverás

La muerte fue tu testigo


de una boda no consumada,
condenada a deambular
impía por el valle
busca un esposo no encontrado.
El alcohol tiñó tu suerte
de rojo accidente,
de morir con ansiedad,
de vender tu libertad
por seguro marital
Quizás sólo pagas,
una falta aún no acabada.
Quizás sólo tu recuerdo
deambula por Azapa.

La has visto
junto al camino,
cierras tus ojos
muerto de miedo,
una mano tocó tu hombro
y una voz
te invita al cementerio.

Darío Lafferte
ARTE POR EL ARTE

Camino entre la gente


Que gasta el tiempo en vivir
Reloj y bonitos lentes
Sin nada pa’ discutir

El cielo se ha ennegrecido
De tanta mediocridad
Ya nadie te lee un libro
Ni sueña con despertar

Todos piensan en la plata


Que les da para comer
Te invita a sus prisiones
Tu encierro no quieres ver

Se creen muy modernistas


Con su mundo capital
Se compran los ideales
Se pagan con libertad

No puedo ya callar
De ver tanta mediocridad
No puedo ya callar
De ver como la plata manda más

Se compran hasta los pecados


Se paga hasta por los sentimientos
Te venden arte por el arte
Se lo compras y olvidas tu vuelto

Darío Lafferte
EPITAFIO

a Jaime Moya

la tumba
es el centro
del poeta,
su ausencia,
su muerte.

el olvido
su ambición.

la escritura
su memoria.

Nicolás Mestre
éste
no
es
un
poema
BREVE POEMA INCONCLUSO SOBRE LA
MEMORIA

el poeta
recuerda
a la musa
y ella a él.

qué será
de la musa,
se pregunta
el poeta.

ese poeta,
piensa
la musa.

ancestral memoria de la poesía


ellos son.

Nicolás Mestre
APUNTES PARA UN POEMA SOBRE LA MUERTE

la musa y el poeta,
en determinado momento,
mueren.

de ellos,
nadie recuerda
sus batallas y esperanzas,
sus odios y melodías;
ni aquella medianoche
de cercanas lejanías.

desierta la trama del poema


la sombre de la muerte
impone el olvido
de aquelas breves frases
que al oído le decía.

Nicolás Mestre
Y LA PREGUNTA ES

9 borrachos desfilan frente a mí.


5 de ellos son ancianos e indigentes.
4 de esos ancianos indigentes algún día tuvieron un empleo
digno, familia y amigos.
De estos últimos 2 no se quejan de su suerte.
Finalmente uno de estos ancianos, borrachos e indigentes que
un día tuvo familia, un empleo digno y amigos y que no se
queja de su suerte, es feliz.
¿Es que acaso existe algún dato anterior que importe más que
este último?
Para el lector:
Si la respuesta es no entonces: ¿porqué cada vez que
juzgamos a alguien en lo último que nos fijamos es en su
felicidad?
Si la respuesta es sí entonces: ¿Cuáles son los datos de
importancia?
Para el lector que sale a la calle:
¿Porqué cuando lo veas desfilar ante ti lo primero que harás
será exclamar ¡pobre hombre! envés de considerar la
alternativa de que si puede ser feliz sin lo que tu necesitas?

Mónica Miranda
NO QUIERO SER HUASO, “LA PAYA”

Levanten todos su vaso


Y escuchen este relato
En duelo interno me bato
Porque no quiero ser huaso
No quiero ser huaso…

No quiero al alba despertar


con el cantar del gallo aburrido,
Prefiero la alarma del celular
o de la cuidad todos sus ruidos,
No quiero ser huaso…

La chupalla no me gusta
Las espuelas me incomodan
En el campo mis pies se enlodan
Y montar a caballo me asusta
No quiero ser huaso…

De vodka, ron y licores


Llene esta mesa mi barman
Y la chicha ni me mencione
Porque me duele hasta el alma
No quiero ser huaso…

Y mejor ni hablar de humitas


Que eso a mí no me interesa
Yo prefiero una hamburguesa
Rodeá de hartas papas fritas
No quiero ser huaso…

Ya ni se porque canto una paya


Cuando la electrónica me encanta
Y es que en el campo la gente me calla
Cuando digo que ser huaso es chanta
No quiero ser huaso…

Mónica Miranda
ELEVACIÓN

Carente / enterró la fecha


exhumando una sonrisa
como medida de valor

Jaime Moya
INCOMPATIBILIDAD

Las palabras corrientes, simples, puras


suelen ser estructuras teóricas tan complejas
en su interior en su exterior
que todavía no son aceptadas
por algunos… los invisibles
los más escépticos

Jaime Moya
RECUPERANDO EL JUICIO

¿Te imaginaste alguna vez ser y no estar


sin tiempos ni lugares, en ti mismo?

Dame atención
y demasiado no es demasiado

Jaime Moya
DIGNADO POETA

De acuerdo. El poeta exagera


se piensa el ombligo del mundo
cree tener veinte años

En fin: un hombre
y tiene miedo.

Jaime Moya
VERTE

Verte
embelesarse y verte, ¿para qué?
si ya no eres tú.

Jaime Moya
FORMULACIÓN

¿Dónde estaba?
¿dónde estaba?
estaba en el mundo
desendureciendo palabras

Jaime Moya
POEMA DE AMOR


te mereces vivir en una burbuja.

Jaime Moya
UNA PERSONA DE CHILE

Hace unos instantes


tenía ideales de grandeza
ahora se ríe de su actual imagen reflejada en los vidrios...
Pasa horas y horas sentado comiendo aceitunas
leyendo un libro de poemas de Edward Lear
se exaspera refunfuña solo
no quiere probar otro bocado
menos dormir una siesta.

Reiteradamente se da de cachetadas
se levanta da un giro de izquierda a derecha
volviendo a sentarse en su silla de metal.
Mientras el sol refulge en sus gafas
mastica y mastica hasta quebrarse los dientes
partiendo el cuesco del morado fruto.

Markos Quisbert
LA VISITA

Mientras visita a un hombre


Dirigido por control remoto,
Se ufana en ser la chica
De los tacones aguja
Más grandes de la ciudad

Mientras visita a un hombre


Dirigido por control remoto,
Se ufana en ser la chica
De inimitable ternura
Que haría llorar a toda la comarca.

Markos Quisbert
ADQUISICIÓN

La gorda llena de sueños y planes


adquiere un ropero
(de segunda mano).

Allí acumula vestidos


en sinnúmero de diseños
el marido no la entiende
por eso es tan diestro en el billar

Markos Quisbert
EL TÉRMINO

Tu vago recuerdo que por la noche


sombría, hoy me ha vuelto a penar
hace que añore el amplio derroche
de los besos macabros que nos solíamos dar.

Y el diablo que atento observa mi vida


se ríe, de esta, mi angustia latente
y aviva el dolor abriendo la herida
de aquellas caricias de tu cuerpo ardiente.

¿Acaso vida mía podré continuar


con esta existencia carente de ti?
¿Acaso mi alma te podrá olvidar?

Si aún lo recuerdo… aquel frenesí


de aquellas caricias que no volverán
y de los besos macabros que nos solíamos dar…

Mr. Rippley
LACANIANAS (I)

Creo escribirle a mi otro


Pero es mi Otro quien me escribe
Sólo puedo escribirle al otro, al diminuto otro,
Cosas que imagino, mentiras, falsedades, apariencias
Y entonces me pregunto ¿quién soy?
Que ni siquiera puedo alcanzar al cogito cartesiano
“Pienso, luego existo”, porque Descartes no sabía que él no
era
/quien pensaba, sino Otro
Más aún, sólo tenía certezas cuando su Dios convalidaba su
pensar,
Claridad y no contradicción
¿Pero cómo entonces comprender lo soñado?
¿De dónde obtener las certezas?
Dudas que ya padeció Penélope al soñar sobre el regreso de
Ulises
El águila aquella que mataba sus ocas1
Pero “los sueños son ambiguos y oscuros”2

Ernesto Roberto

1
Homero, Odisea, canto XIX, vv-535-561
2
Ver nota precedente.
EL ESPEJO INEVITABLE

¿Qué es eso a lo que vosotros llamáis soledad?


¿Algo temible? ¿aquello que sin tregua debe ser repudiado?
Para mí la soledad es una dama sumergida en la elegancia
Preñada toda ella de formas suntuosas y arcaicas
Tan agobiada en su altiva belleza
Que se hunde en el dulce letargo
De su inmemorial egolatría

Ella extasía el alma de los espíritus solitarios


De aquellos seres que mueren viviendo
Que viven soñando juegos y luces pueriles
Ellos, los que aman tercamente lo inasible
Y terminan siendo no más que una pila de huesos…
Mientras nuestro recuerdo
Impotente y siempre precoz
Delira su ausencia como una vida invisible
Inútil deseo, inocente promesa de justicia y alegría

Mas, en aquellos suaves lienzos


Que son el arte de su danza
Ella eleva también sus salvajes garras
Simétricos zarpazos son los que da y quita
Placer desgarrador, tarea maldita
¡Porque nosotros sabemos que lo decisivo es ella!
Y buscamos en otros el pretexto inexcusable

Vivir su perfume es un abismo burlesco


Y con todo la sabemos desde siempre en nosotros
Arraigada, perpetua como un tumor exquisito
Acompañada sí de una sombra abierta…
Tediosa muerte tras los ágapes del éxtasis
Viaje sin retorno de sangre y lágrimas
¡Entre festejos fugaces debemos enfrentarla!
Cada uno debe amarla, luchar contra sus designios
Y, en una última caricia, evadir su capricho

Sardanápalo
JUEGOS INFANTILES

Desde las oscuras arboledas canta el otoño


Recibe frugal a sus hijos mudos
Y orgulloso atesora la vejez de sus años

¿Has sabido con certeza cómo son ellos?


A la sombra de un aromo ellos besan sus manos
Y brillan los embrujados ojos de esa joven ingenua
Casta y de vacía belleza
¡Tan repugnante y tan sublime!

¿Has visto alguna vez los rituales nocturnos


Cuando a la luz de la luna todo duerme en silencio?
Niños, sombras veloces tras los verdes pilares
Buscando algún despojo de alegría
Vivos y famélicos en la quietud vengativa

¡La palabra de un dios equivale a tantas muertes!


Sordas cuchillas, festival sangriento…
Caricias y hadas procreando mentiras

Sardanápalo
EL SUEÑO TERRIBLE

Azul soy yo y oro a la luz de mi prometida; pero el fulgor rojo


Está en mis ojos; y mis destellos son púrpura y verde.
Púrpura más allá del púrpura; es la luz más alta que la vista
-Aliester Crowley.

Ordalías con sabor a triunfo,


Porque esa es la ley,
Voluntad perversa, particular y desdichada,
Rosas y claveles,
Manosean la conciencia como faunos que acechan carne
rancia,
Extraños recintos que hospedan iconos pasivos sin la
autoridad de ojoncano,
¿Amor y amor?,
Esa es la ley,
Intríngulis demoníacos que se apoderan del “si”,
Si, si, si, si,
Enjutas palabras que se sonsacan de labios inocuos y débiles,
¡¡¡¡Aaaaaa¡¡¡¡, esas palabras,
Pequeñitas, saltan y saltan en compases de celestiales coros,
Si hasta el cordero inmolado,
Inclino su sombría testa,
Ante aquellos sonidos que salían de tu voz,
Maestro,
Pero si rampantes las ordalías se disponen hacia la ciudad,
Se destrozaran cual acacios secos que abandonan en la noche
más oscura del alma,
Los descarrilados hijos de jahbulon,
Y no habrá ni risas ni claveles,
Ni anjanas que resguarden tus ocultas enseñanzas,
Créame,
Porque de sangre están hechas la cosas,
Y el sobresalto traidor,
Despierta las mentes inmortales,
Que esperan pacientemente,
Al devorador de adeptos que a paso lento se acerca,
Créame maestro,
Créame.

P.S.: cuando más solo te sientas, ahí estaré, porque de sueños vive
el hombre, y de
Tragármelos vivo yo.

José Segura
LA TARDE

Lloraban el cierzo, lo mismo que un fagot.


-Paúl Verlaine.

La tarde se mecía monótona en el áureo porvenir,


Olas, gaviotas y arena adornaban el paisaje como
prometiendo ensaladas de júbilo,
Risas, risas, risas y más risas,
Acompañaban un sardonismo muy frágil,
Donde se ocultaban las más blancas traiciones,
Rocíos de ternura rondaban como tamborileando con el
viento,
La tristeza se aglomeraba en las orillas creando espuma oro
rubí,
Pero que bien lo hacían,
Rara vez tomaba atención de aquel juego banal,
Pero esta vez muy tímido,
Observaba como sus lágrimas rondaban y se extraviaban
En la espesura de la gran María,
Y nuevamente gemían en su soledad; ¡olvido!.

En la soledad del poder,


Es xaphan quien acude al mandato,
Sus ojos ladran cual sombras en el día,
Su aspecto señorial sabe cada punto moral humano,
Y una gorra frigia acompaña siempre a su anacrónica cabeza,
Niños, niños, niños.

Y las risas siguieron,


De contracciones faciales amorosas,
Pasaron a gestos perversos y diabólicos,
Una a una pasaron por delante mío,
Si, una a una,
Profanaban cada momento eterno.
La tarde jovial se prestaba a caer,
El sol ya moribundo y cansado,
Se decidía a marcharse,
Y el spleen detrás de él,
Como añorando al traidor matutino.

Yerto en el piso,
Decidí enjuagar mi conciencia,
La oscuridad por el este se acercaba,
Y cada nube,
Era una saeta que se incrustaba en el seno del atardecer,
Muerta esta,
Emano su último deseo,
Un viscoso anaranjado amatista…
Din don,
La señora noche de seda llego,
Su toga radiante y larga,
Como su memoria,
Regalos maduros y frutas de la temporada a nosotros nos
daba,
Que bien,
Sábado era, y octubre ya entregaba su turno a samhain.

Mordí aquel frutal obsequio,


Caí en la pasión del ahogo,
Y me esfume, saxífraga umbría.

P.S.: desde aquí abajo, nula compasión, vivo arrojando dvares,


¡aa!, los dvares, que tristes son, ¿no?, si se parecen a la espuma.

José Segura
UNA ENERGÍA

Vivo en instancias relativas,


de experiencias significativas,
que no se constituyen en lo que soy.

En la escena soy del suceso,


Inmerso,
Y mi mundo cambia
en uno de esos reconocimientos
inactuales y eternos
pero no resueltos.

Fluyo
y me atraviesas
y vuelves a mí,
como un dibujo a mi mente,
me mantienes vivo,
es mi destino
y el resto se alimenta
de su propia constitución.

Homero Sepúlveda
POEMA PARA UN ÁRBOL

Y encontré tu mirada
Hoy miré contigo y por ti, por tus flores y por tu paz.

Los agradecimientos me los trajo el viento,


Que se abrió lento y trajo, como tu sabia, el color de la tierra.

Tus hojas reflejan lo que no puedo nombrar,


Porque en todos los climas de mi ser has estado desde
siempre.

La historia en tu cuerpo
es más antigua que nuestro futuro,
más agua, sin sufrimiento, al alma
brotando como un manantial de nubes, pájaros e insectos,

Con vida eres mi favorito,


Porque te amo,
Porque eres eterno,
Porque eres lo que eres.

Nunca dejes de llorar


Para que algún día escuchemos tu sufrimiento.

Homero Sepúlveda
LA LUZ EN LA TRISTEZA
(POR QUÉ TENGO TANTA PENA)

Si mi mirada obstinada aun no ve su sufrir


Como disfrutaré la luz de mi ser y de otros seres.

¡¡¡Por qué me has hecho así dios!!!


Lo he agradecido pero ahora no.

Cerrando mis ojos la vi


Otro ser me la mostró con amor,
Y mi rabia se transformó en pena
Y en ella vi la luz.

Homero Sepúlveda
EL MUNDO GIRA Y GIRA, Y ME DEJA AQUÍ

Él me da lo que quiero, después de lo que tú quieras.

Y en mi lugar soy un espacio vacío,


voces de acero entre mi fe y mi otra fe,
y yo solo escucho, recuérdalo bien.

Y solo intento amar para ver y recordar los siglos de dinero


que tengo.
Y yo solo amo a dios en momentos de dinero.
Y los versos que tú ocupas,
los ocupas para decirme que estoy primero cada día.

Y yo solo escucho…

Y en mi lugar soy un espacio vacío,


y cuando salgo de mi juventud, lloro.

Y yo solo escucho,
quizás lo hice por primera vez en tu corazón.

¿Puedes creer lo que veo ahora?


¿Puedes creer lo que veo ahora?
¿Puedes?

Homero Sepúlveda
MENOS DE TI

Ya lo dije,
El día que mis ojos
Den su última mirada
No quiero lágrimas
Ni extraños
Solo sensaciones de amor
Tal vez palabras
Pero solo de quienes les nazca

Y aunque no lo he dicho
Para el día que me encuentro vivo,
Quiero más sonrisas,
Menos obligaciones,
Más amor,
Menos distancia y
También menos lágrimas
Más de ti,
Menos de mi…

José Miguel Villegas


PERDIDO

Aquí, la vida
Se me pasa veloz,
Allá, a veces quisiera acelerarla…

Aquí mi vida comienza a


Llenarse de formas,
Allá las formas ya por fin se habían estructurado…

Aquí te tengo,
Allá no…

Aquí suelo no saber dónde queda nada,


Allá, ya no sabía a donde ir para conocer…

Aquí no estás,
Allá tampoco…

En Iquique me dicen llamo


Ahora en Arica me dicen hueco…

José Miguel Villegas


SIEMPRE HAY ALGO PARA TI

A Marjorie

Que nos trae este día,


Que nueva sensación al límite,
Porqué tantas cosas agradables,
Sin tiempo para al menos observar
Tantas bellezas y
Tan poco espacio para
Contemplar lo que el día nos trajo…

Me quedo con tu mirada


Como icono inmodificable,
y tu quédate con mis labios
Como sello de lo que soñamos,
La noche esta cerca
Espero llegar y alcanzar a decirte
Que el día fue más largo de lo que esperaba
Que mañana será diferente
Que te amo más que hoy en la mañana

Buenas noches……..

José Miguel Villegas


LA FLORIDA CITY

Y como si fuera poco


Se nos vino encima la pascua (navidad)
Chilenos todos felices y cargados
De deudas y paquetes

(Me pregunto si los gitanos también


celebran la navidad)

Este país va viento en popa


-cuando corre viento claro-
En todo caso nos excusaremos
-por nuestros pecados anuales anales?-
Ante el niño Dios y Dios Padre
Si es que este año
Se reconciliaron en el alma
De las vírgenes chilenas
-Que las hay seguro-.

En todo caso si es que Chile


No progresa
Por lo menos la Florida sí.

Bendita ella, la amo


Por mentirosa y relamida
Por puta y pechoña
La amo por madrastra de
Tantos quillayes, villa o’higgins
Los navíos, nuevo amanecer
Floridanos más bien erradicados
Desclasados, clasistas y rebeldes
De todo hay en esta viña del
Señor Alcalde.
Amo su florida inmadurez
La cara de niña pobre
Demasiado maquillada.

Hay veces en que temo a su


Desconcertante grito orquestado
Tanto así es el recorrido para
Llegar a sentirla

No hay oda para ti


Pues eres hija de la dictadura
Y eso te hace mala
Aunque sabemos
Que es sólo una trampa tuya
Para burlar al imperialismo.

Mala madre, vendedora de sueños


Shopping center
Bendito lugar para tanto chileno
Descorazonado, asalariado
Guatón culiao, chofer de micro
Y loro de esquina.

Sálvame del martirio de gozarte


Me come la culpa por disfrutar
Tu enmarañada américo vespucio
Que te visita de vez en cuando
Sin compromiso of course.

Me hace bien saberte inagarrable


Se me pasa
Lo que me quedaba de
Omnipotente
Aunque a veces soy tú
Y te odio por comuna de
Unos
Y te amo por vida y habitación de
Otros.

Entonces vivan tus micros irreales


Mentirosas que impresionan
Como que llevan a alguna
Parte de alguna otra
Entonces viva el ingenio
De sus esquinas y santuarios
Sus mujeres hermosas, hermosas
La hora de la once
El tecito
-qué rico el pan con mantequilla-

Me gusta tanto pelearme por ti


Cuanto menos sé que te importo
Soy sólo una asidua pasajera
De la bernardo o’higgins
-cada veinte minutos-

Así te adoro
A tus pies, a tu ancha cadera
De tierra seca y mojada
De transpiraciones
humanas

Bruja contenedora de mis penas


De amores que no fueron y
De otros que fueron algo.

Bendito día
Esas mujeres algo pasadas de kilos
Quieren pasarla bien
Y nosotros, dichosos agentes
Por descubrir algo de lo imaginado
De lo tan largamente deseado

“Eso era, ven, teníamos razón”


En nuestra apasionada confusión
Tuvimos razón
En ese minuto –nada más-
Eso basta para que estos tres
Se vayan contentos a casa
Después de una
Agotadora jornada

Laura Zambrano
MISIVA

Ya que estáis aquí hijos míos


Por lo menos deberíais justificar
Vuestra penosa existencia

Atentamente, Dios Padre

Laura Zambrano
SENTENCIA FINAL

¿Es necesario que abras las ventanas


Para poder ver los fines tortuosos
De tantos históricos dictadores?

Hasta dios se dio el lujo de morir


Y no precisamente en una cruz

Nada es más todopoderoso que la todopoderosa duda

El supremo sacramento:
Abrirse de brazos y piernas
Para recibir el sagrado
Miembro.

Laura Zambrano
SI LA MUERTE

Te llevó
Dile que nunca ganó
Porque los comunistas no se mueren
Hasta que no se muera el sol

Laura Zambrano
Nhᾊr RἇTh & Vhä

Ernesto Alaimo

Darío Lafferte

Nicolás Mestre

Mónica Miranda

Mr. Ripley

José Segura

Álvaro Valverde
NOVIEMBRE

Noviembre: mes en el que aparecen gatos en tu casa y se


muere tu novia y hay elecciones en la universidad y
componés tres canciones que tu novia no va a poder escuchar
y en que aparecen las llaves que perdiste y te llama mucha
gente que cómo te sentís y que lo que necesites y en que
llueve semanas enteras y luego hay sol quemante y luego
vuelve a llover, tocás la guitarra y hay ferias de libros y artes
adonde vas buscando sorprenderte porque la que te
sorprendía vaya que te sorprendió por última vez y para
siempre y necesitás ir viendo bosquecitos con movimiento
propio para salir del pozo sin fondo del sólo pensar en ella, a
la que le dedicás todo pero ya es tarde, noviembre mes tarde,
mes sorpresa, en que el tiempo adquiere una nueva
perspectiva, si se puede decir nueva, y si se puede llamar a
eso perspectiva, los ojos rezan por un punto de fuga pero no
hay dios ni fuga que no se evapore entre los dientes o siga allí
por la mañana. Mes que se te resbala por los dedos, dedos
que por momentos te olvidás para qué sirven, ni te acordás
que los tenés, mes en que todo termina y nada empieza, salvo
algo que parece una cuenta regresiva cuyo rango es secreto
para vos, parece pertenecer a una altura sagrada, que vos
desconocés por naturaleza, porque te faltan algo así como
reencarnaciones (aunque no son reencarnaciones sino
imposibles) para llegar. Mes que no querés que pase ni que se
quede, que no querés, mes que te aplastó como a una mosca
pero te dejó viviendo adentro del vaso, por pura diversión del
ojo que mira y ¿se ríe? Mes en que conocés personas
hermosas con las que querés llenarte pero no podés, en que
recorrés una y veinte veces los mismos lugares cambiando
sólo el momento del derrumbe y su prolongación, en que
hacés llamadas a larga distancia sin pensar en cuánto estás
gastando, en que le das tu amor a una gatita que llegó a la
casa de los amigos donde fuiste a refugiarte como un lobo
moribundo, con la que dormiste su primera noche bajo techo,
a la que mimás como nunca antes a un animal, hasta que
empezás a pensar estupideces como le dicen ahora, tristes
alucinaciones de la presencia de tu novia en la gata o en un
sonido o en un silencio o en un accidente o hasta en el más
ínfimo bicho que se te acerca y te hace dudar si lo matás o no
porque podría ser ella que viene reencarnada a buscarte, a
estar cerca tuyo, y cómo te aliviaría creer esa estupidez como
le dicen ahora, cómo deseás creerla y volverte loco al fin y
descansar del dolor hasta que muera la pulga o la gata o te
mueras vos, porque vos también estás entregado y lo sabés y
ya no importa, es más, haría bien en apurarse la guadaña,
pensás en noviembre. Mes en que encontrás una revista con
los cien mejores guitarristas del siglo y no la leés, la dejás
tirada en la pieza donde ves películas o recitales de Pink
Floyd, y la gata tiene parásitos y la llevás a que la vea tu
amigo veterinario y ahí en el negocio ves una computadora y
ya querés escribir su nombre por enésima vez en el buscador
para ver los mismos resultados de siempre, el mismo video
con la canción que no está tan buena pero qué bien cantada,
qué prodigiosamente, y no pensás en otra cosa que
mostrársela al veterinario y al pintor que trajo la gata a la
casa de noviembre, todo sea por hacerle una caricia
ultraterrena y un tributo a la cantante que se perdió el mundo,
pero no te da el cuero, apenas con imaginar la cara que van a
poner, no te gusta incomodar a la gente, al menos a la que vos
querés, entonces sólo ponés el video de la ucraniana que
también hace magia pero con los dedos y nada más,
retratando la invasión nazi y la resistencia con arena, dibujos
en movimiento, efímeros, y después te vas a pegar carteles en
busca de un baterista para la banda de rock que empezaste a
hacer cuando la conociste a tu novia, años hacía que giraban
los proyectos en tu cabeza solitaria pero cuando la conociste
a ella y su energía y su voz y su mirada y su pelo raro tan
lacio y brillante rodeando sus ojos que nunca se quedaban sin
su delineador negro, ni de día ni de noche de ningún día,
cuando aceptaste sin dudar su invitación a ver El lado oscuro
del corazón aunque ya la habías visto y ella también y cuando
entraste a la casa descubriendo que ya habías estado ahí
haciendo música alguna vez, horizontes antes de ella, cuando
subiste la escalera y entraste a la pieza y la escuchaste cantar
y contarte tantas cosas y le cantaste y le hiciste el amor y le
leíste y la miraste y la abrazaste y pasaste del vino al mate y
de la noche a la mañana y te quedaste tres días seguidos
mientras afuera crecía la epidemia de gripe y todo el mundo
se infectaba o se encerraba o las dos cosas, y vos no podías
pensar en salir y estar sin ella y sólo se despegaron cuando
ella se fue a Azul y a vos no te daba todavía para decirle que
ibas con ella, te quedaste en el chiste de que te metiera en el
bolso, pero la despediste con tanto amor y ella también ya
estaba enamorada de vos, y la saludaste desde abajo del
micro con tanta euforia, haciendo todas las payasadas que se
te venían a la cabeza y eran muchas, hasta que viste en su
cara un gesto de ya está bien y el temor te cortó la inspiración
y la dejaste ir pero tu piel la seguía sintiendo, era increíble,
días y días sin ella pero seguías sintiéndola como si nunca te
hubieras ido de la pieza, como si en algún canal invisible de
la realidad hubieran seguido conversando sin parar, y le
escribiste por acá y por allá hasta que la encontraste y ella
también pensaba en vos y pum, fuegos artificiales, recién
cuando estuvieron así de lejos fue que empezaste a construir
la Banda, buscando gente, grabando tus canciones y
escribiendo arreglos llenos de acordes, para poder tener
ensayos a los que invitarla, y después recitales a los que fuera
a verte, todo para que se diera cuenta de que vos también eras
rock y no sólo un poeta y militante y a lo sumo cantautor de
esos que hay abajo de cualquier piedra, para conquistarla
como ella te había deslumbrado a vos en unos minutos,
tirándote un rayo de energía volcánica, una aleación
estruendosa de imágenes góticas y melodías de colibrí, tenías
que estar a su altura, tenías que correr, saltar y revolcarte por
el piso sin dejar de tocar solos de estrepitoso atletismo, ¿por
qué necesitaría eso para amarte?, pero vos igual te disparaste
a hacer la banda diciendo “es por ella y es por mí”, porque
ella te hizo verte a los ojos de adentro, te hizo volver a ser
vos y querer salir a ganar el mundo otra vez como cuando no
habías perdido ni un perro, y ahora que ella no está no sabés
bien qué hacer y no querés hacer nada, menos aún creer lo
que pasó y que se confirma cada vez que ponés emilia romero
en el buscador y sentís en la piel el tiempo que hace desde la
última tarde que la tuviste enfrente, no te dan ganas de nada
salvo de lo que más te acercaba a ella y más hacían cuando
estaban juntos y que ella amaba cuando te amaba a vos y que
vos amabas hacer con ella, música, aunque ahora no te dan
tantas ganas como antes porque ella no te va a escuchar ni se
va a impresionar con lo bien que toques o cantes, no vas a
poder conmoverla con tus acordes y melodías ni sacudirla
con riffs de power trío, entonces cuesta bastante, pero te decís
que ella quería que vos siguieras, y que le gustaba tu música
y hasta te ayudaba a conseguir instrumentistas con su alegría
de cada minuto, cosa que hería tu orgullo pero alimentaba tu
amor y vos agradecías demasiado poco, pensás ahora, ella
quería que vos tocaras y le robaras la felicidad de los
bolsillos, esa felicidad con la que hacía globos de chicle cada
día más grandes, entonces hacer música sería estar con ella a
la triste y falsa pero única manera que puede ser ahora, y en
la adrenalina condensada de disparar fiebre sobre un
escenario podrías conectarte con la ella eterna, con la
auténtica eternidad que es el momento vivido en el todo
amor, y ahí, recién ahí, descansarías un poco de este dolor,
pero para eso necesitás baterista y salís a buscarlo, pero de
pronto te das cuenta de que hoy es primero de diciembre, ya
es diciembre, te das cuenta, ya quedó en el pasado el mes en
que ella se quedó, ahí sin más días, como si fuera una carrera
a no se sabe dónde y ella un día se hubiera quedado sin nafta,
no, pará, ella sin nafta es imposible, sólo tuvo un accidente y
ya no pudo seguir, y vos quisieras creer que saliendo también
de la carrera volverías a encontrarla, en la cafetería al costado
de la pista donde descansan los asistentes y el público, quizás
te la cruzarías todavía en el pasillo, o ya en la terraza o ya
afuera, en el parque de atrás que se parece al parque de Azul
que recorrieron juntos un sábado, con su andar vibrante y
enamorador a rajatabla, cómo querrías que fuera tan fácil,
pero ya hasta el mes quedó atrás y vos seguís acá y vuelve a
llover como en noviembre, como en las noches encerrados en
su pieza en que vos sacabas tus medias y zapatillas por amor
al sentido del olfato pero sobre todo por orden de ella y a la
mañana estaban ahí empapadas, y vos te ponías las pequeñas
ojotas rosas para bajar a calentar agua o cambiar la yerba o
volver a calentar el agua mientras ella ponía otro tema de otro
disco de Siouxsie o los Pixies o su amada Cura o Bowie o
Rush o Korn o El Otro Yo, pero el otro yo aparecía siempre
cuando terminaban los temas, nos encantaba Alegría, los
niños cantan en el funeral, los niños ríen mientras llorás,
decía la letra en nuestras bocas, te encantaba emilia te
encantaba flaco, ya muy poca cabeza de radio escuchaba ella
justo cuando vos empezabas a sintonizarla, pero a ella le traía
un pasado que habría que ver en qué y cuánto se parece al
pasado que te trae ahora a vos, es diciembre, Radiohead lo
escuchabas en el pasado, y ella se queda ahí también
mirándote a través de un vidrio, y vos no querés dejar de
mirar el vidrio, no querés dejar de escribir sobre noviembre
aunque noviembre ya haya terminado y vos estés de este otro
lado, pensás que vas a poder seguir sacando recuerdos y
enganchándolos infinitamente, hasta que se termine la vida o
por lo menos el mundo, pero cuánto más podrías estar yendo
de espaldas para no dejar de mirar hacia el vidrio, antes de
tropezarte y sangrar por la nariz, con la tristeza de que eso no
alcanza para matarte pero es suficiente para joderte un poco
más la vida, y así no vamos a ninguna parte, ni siquiera al
altar de su memoria y su magia, hasta cuándo entonces, flaco,
qué hacemos con este después que crece.

Ernesto Alaimo
TODO POR UNA LUCA

Va un hombre tambaleándose de lado a lado por esas calles


céntricas. Viene en evidente estado de intemperancia. Pasa
por aquel parque un poco olvidado de la mano de Dios, en
especial en las noches. Él sólo puede pensar con borrachera,
se rebusca en sus bolsillos y encuentra un billete, es verde y
le reconoce al instante. Ya en el parque busca alguien del
sexo opuesto, no ve a nadie, se queda pensando en nada y al
final se decide, qué más da, está bien curado y lo más seguro,
piensa él, es que mañana no recuerde nada. Se acerca a lo
único que le ofrece el parque, mira hacia abajo, prefiere no
ver, sólo imagina a una bella mujer, tal cual lo hubiera
soñado, total, él está ebrio y cree que todo es real. De repente
piensa: “me gasté la última Luca”. Ya no puede imaginar
bien y el billete no le permite mirar lo que quiere ver.

Darío Lafferte
GOLPES DETRÁS DE LA PUERTA

La luz de la ciudad se inmiscuía por aquella descolorida


ventana, vestida de una cortina oscura, dando más bien una
penumbra disimulada que una luminosidad deficiente en
adhesión a la bombilla de baja eficiencia que pretendía
iluminar el lugar. En aquel cuarto, flanqueado por la puerta
de entrada y unas paredes casi desnudas, de no ser por esa
chiquilla en bolas y uno que otro cuadro de mal gusto, un
joven disfrutaba de su música, extasiado de la disonancia de
la melodía, mientras fumaba un cigarrillo. Esas notas de
piano eran acompañadas por el gracioso movimiento de sus
manos, el cual, en conjunción con esa mirada perdida en
algún mundo necesariamente extraño e inexistente, le daban
un aspecto de locura y a la vez de sana demencia. La música
retumbaba en las paredes de tal forma que hubiese llevado a
la tumba cualquier conversación que se hubiera llevado en
aquel momento, o bien, impermeabilizaba aquella habitación
de cualquier ruido que intentase inmiscuirse en el concierto
imaginario que dirigía aquel navegante de los sueños.

En otra de las habitaciones de aquella casa, se encontraba una


persona leyendo. El cuarto se encontraría vacío si no fuese
por él, vestido de túnica, esa música estridente venida de la
otra habitación y aquel enorme libro en el cual fijaba su vista.
La penumbra era recurrente a su alrededor, dándole un aire
erudito a su mirada, cual maquillaje esconde una arruga. Su
postura aparentaba la de un monje tibetano en la más seria de
de las meditaciones, sentado sobre sus piernas. En su regazo
se apoyaba el enorme libro, en el cual mantenía fija su
atención. La página en blanco era recorrida de ton a son por
aquellos ojos tiernos, mostrando una infinita seguridad para
quién mirase a través de ellos.
En un tercer cuarto de aquella casa sucedía una escena
bastante peculiar. Era la pieza de una muchacha, una mujer;
muy recargada con elementos de esa decoración odiosa que
más bien te desagrada y te lleva a marcharte del lugar en vez
de invitarte a reposar tu tiempo en él. Pero para aquellos que
se encontraban en él les importaría un comino la decoración
del lugar. El cuarto estaba habitado en ese momento por unos
cuantos muebles, peluches regados por el suelo, dejando en
claro que eran más de los necesarios; innumerables
fotografías y dibujitos, ubicados de forma aleatoria por las
paredes, un espejo algo gastado por tanto buscar reflejos en él
y una cama prudente en la cual se encontraba esa pareja en
medio de un acto sexual al ritmo de la música clásica que
llegaba desde la otra habitación. Ella mostraba su envés a la
puerta, montada sobre aquel hombre, una sábana blanca le
caía por el dorso, descansando sobre su cintura y permitiendo
entrever el inicio del final de aquella espalda suave y
seductora, arqueada por el placer y abrigada por esa cabellera
espesa llena de furia. La mujer tenía una expresión de total
éxtasis, dando muestras de su pasión mientras abría
levemente su boca, de un carmín disimulado, para recibir la
mano de su acompañante y así poder degustar uno sus dedos
como pretendiendo que fuese otra cosa. Aquel hombre, de
espalda en la cama mostraba en su risa y en su mirada lo
mucho que agradecía a la divina providencia por haberlo
llevado hasta aquella situación y haberle permitido disfrutar
en aquel lugar.

La música empezaba a subir su propia calma y la trasformaba


en fuerza, como anunciado el tan esperado clímax. El joven,
aún con su cigarrillo en la mano seguía dirigiendo con mayor
locura aquella música, como queriendo transmitir esa fuerza
a una audiencia que jamás existió. En aquel mismo momento
en la segunda habitación, el hombre mantenía la mirada fija
en su libro y daba vuelta la página, la cual indudablemente
estaba en blanco. Por otra parte, en el tercer cuarto la mujer
cabalgaba cada vez con más fuerza y mayor intensidad,
llegando a un orgasmo explosivo, asiendo su cabeza con sus
manos, dejando nadar sus dedos en su cabellera, para luego
tomar su pecho y el de su acompañante y tirar de su cabeza
hacia atrás, dejando entrever esa linda dentadura de su boca
abierta del exceso de placer.

En el preciso momento en que la música llegaba al clímax,


golpes ensordecedores se escucharon en la puerta, y así
simultáneamente cada uno actuó de manera distinta. El joven
detuvo su locura por la música y comenzó a gritar de una
manera estridente, como si estuviese en un estado de histeria,
vociferando al techo, otra vez lo mismo, otra vez la mismo,
hasta cuando…Se agarraba su cabellera y tiraba de ella. Su
rostro se deformaba por la rabia y la mirada desorbitada le
daba el broche de oro a aquella escena.

Cuando los golpes cruzaron la casa, el hombre de la lectura


se detuvo y lentamente se devolvió a la página anterior de su
libro, que según él, se podría decir que leía. Al escuchar los
golpes en la puerta y esos gritos dementes, la mujer detuvo su
cabalgar, su rostro se mal formó de un placer enceguecedor a
un miedo fosco y se lanzó a un rincón de la habitación,
tapándose completamente con la sábana, sólo dejando ese
rostro al descubierto, llorando descontroladamente en una
histeria y un pánico demencial. Su acompañante, estupefacto
frente al actuar de la muchacha, preguntando que sucede y
tratando de razonar con ella se le acerca a consolarla. La
muchacha grita y grita y la casa sorpresivamente queda a
oscuras y en un completo silencio.
El joven ya no escuchaba su música, más bien, se encontraba
durmiendo sobre un sillón y con un cigarrillo acabado y
apagado entre sus dedos, los cuales yacían sobre el suelo. En
la otra habitación ya nadie leía ese libro en blanco, la
muchacha se encontraba llorando sobre el cuerpo sin vida del
joven lector de la túnica, quién descansaba su cabeza sobre su
propia sangre. El cuarto de la muchacha se encontraba
completamente vacío.

(De un relato que escuché una noche en un bar, cuyo autor


me es desconocido)

Darío Lafferte
EL BAÑO DE LA “214”

Era día de fiesta en la Universidad. Todas las facultades,


departamentos y carreras se confabularon para hacer de la
casa de estudios algo parecido a fiesta de año nuevo con
mezcla de 18 de Septiembre. Había música por todos lados,
gente a destajo y todo el mundo empinando el brazo. Mucho
choripán y cerveza, y no precisamente de los mejores trigos,
despertaron en mí el llamado de la naturaleza, debía ir a
donde no podía mandar a nadie. ¿Dónde ir? Al baño de la
214, es él más piola. Caminé a paso seguro hasta aquel
lavabo, entré sin preámbulos y busqué el cuartucho más
lejano, como pensando en no molestar a nadie. Sentado ya en
mis cavilaciones, escuché ruidos de pasos venir. En mi
silencio más tibetano escuché como el mundo junto al mío se
llenaba de nuevos inquilinos. No me gusta ser metido, ni
mucho menos copuchento, pero más que casucha de baño, el
metro cuadrado junto al mío parecía suite hotelera en plena
luna de miel. Sin más solución, apuré la obra, limpié la
escena del crimen y pensé en raspar. Mientras me aprontaba a
escapar de lugar, un envoltorio plateado y cuadrado cayo a mi
cubículo, mientras una mano fina y de apariencia suave
tanteaba el terreno en busca de aquel paquetito. Sin más le
alcancé lo que buscaba, le tomé tiernamente la mano, y con
voz segura susurré, “La muerte y este lugar hacen a todos
como tal, la muerte te lleva al final y aquí apestan rico y
pobre por igual”. La respuesta fue igual de inesperada, “he
estado en lugares peores”.

Darío Lafferte
POSIBILIDADES DE UN CUENTO

Ernesto, más conocido como el guatón Méndez, recorría las


calles de Santiago en busca de un amor. Una tarde, una de las
tantas tardes, conoció a una chica en un bar o en una plaza.
Su nombre era Elena y vivía ahí (en la plaza o en el bar).
Conversaron algunas trivialidades, se vieron nuevamente
(alrededor de cuatro veces) e hicieron el amor. De ese
encuentro nació Evaristo, que un día de invierno me narró lo
siguiente:

“Desee nunca haber nacido. Mis padres -si es que alguna vez
existieron- me abandonaron al nacer. Crecí con unas tías
que me adoptaron cuando era un bebé. La verdad es que
eran dos tíos travestis: la Maca y la Pepa. Nunca supe si
efectivamente eran mis familiares, tampoco lo quise saber.
Ellos, o sea, ellas siempre me dijeron que eran mis tías.
Nunca les creí. Las quise eso sí, de eso no me cabe duda,
sólo como un chico pobre y huérfano puede querer: con
indiferencia. Lo último que supe de ellas es que se habían ido
a vivir a Puerto Montt. Perdón, a morir a Puerto Montt. Las
dejé cuando tenía nueve años, un día en que yendo a la
escuela conocí a Gerardo, un ex-militante del
partido comunista, que producto de la represión había
perdido una pierna, un brazo, su dignidad y el proyecto, pero
esto último lo deduje mucho después. En ese minuto, cuando
lo conocí, me pareció descubrir otra manera de vivir:
borracho y feliz. Pero eso me pareció solo al principio,
puesto que poco a poco -aunque de frentón fue en un solo
instante- me di cuenta que su vida era triste, infinitamente
triste, como sólo puede ser triste un sudamericano borracho.
Y que la vida, a diferencia de lo que decía él, era una
desgracia, un desastre y para la mayoría (los que en realidad
son los más desgraciados) una constante resignación ante la
realidad. Eso sí lo aprendí poco a poco."

Cuando Evaristo terminó de hablar, o sea, cuando falleció,


sentí una profunda desesperanza, aunque ese adjetivo está
demás, puesto que toda desesperanza es profunda, sino es
sólo una desilusión pasajera. Tuve que emborracharme para
olvidar lo que me había dicho. Para cuando me di cuenta que
por esa vía era imposible olvidar (salvo los compromisos y
las responsabilidades) dejé de beber. Al menos de esa forma.
Al menos durante un tiempo. (Dos días en los que traté por
todos los medios de conseguir algo de dinero para seguir
bebiendo, sin ningún éxito, ya que por ese entonces había
perdido amigos, familia y trabajo). El olvido sólo reconoce al
tiempo, u obedece al tiempo, no lo sé, no recuerdo bien, pero
algo así le decía el ex-militante a Evaristo. El asunto es que
tiempo después lo conocí. No le faltaba una pierna y un
brazo, como había descrito Evaristo. Ni tampoco era ex-
comunista. Nunca lo había sido. Sólo era un pobre vago
borracho. Un poeta. Un mal poeta. Otro mal poeta que se
creía genial. O sea una persona simpática e interesante. Lo
invité a tomar unos tragos y me aclaró algunas cosas. En
primer lugar, Evaristo no había sido huérfano, ni pobre. Fue
un joven estudiante de Historia que aburrido de la monotonía
de la vida se dedicó a deambular por los bares de Santiago
con la ilusión de que así encontraría un sentido a su vida. No
lo encontró y se quitó la vida el día que Pinochet murió de
viejo. En segundo lugar, Evaristo había sido ex-militante del
partido comunista y no Gerardo, que era un poeta. Y durante
la dictadura había perdido la dignidad y el proyecto.
Finalmente, Gerardo dijo que en eso había consistido la
dictadura. No tanto en la violencia brutal y repudiable, sino
en que la gente perdiera el proyecto, la esperanza, o sea, que
se resignara. Por eso se había suicidado Evaristo.
Luego se alejó o yo me alejé, no recuerdo bien. Y nos
perdimos en ese laberinto llamado Santiago, llamado vida,
llamado destino.

Nicolás Mestre
FANTASMA URBANO

Ya no queda esperanza que mueva tus pasos, tampoco de


mucho te sirve la quietud.

Tu alma que construyó morada para la desdicha hoy se


conforma con una cajita de vino, ya no pide más. El frío ya
no entra por las grietas de tus ilusiones, ahora casi extintas.
Peregrino invisible para todos menos para la miseria con la
que te tropiezas a cada instante.

Sentado, mirando las estrellas que el smog no puede opacar,


te preparas para esta larga noche, una más, otra de tantas bajo
el puente.

Mónica Miranda
ESTADÍA INCIERTA

Cinco almas andaban merodeando un misterioso pantano


llamado deseo, las cinco aferradas a la ilusión de que en ese
lugar encontrarían un antídoto para sus graves heridas,
buscaron y buscaron, internándose cada vez más en las
profundidades del pantano, y mientras más se hundían en él
una especie de anestesia mágica parecía invadirles,
refrescando sus heridas y pesares. Han pasado muchos años
ya desde el día en que estas cinco almas decidieron que aquel
pantano tan cálido para ellas fuera su morada, y esas almas
que algún día se sintieron heridas hoy se sienten tan
confortadas por el pantano que si bien recuerdan cuándo y
cómo llegaron a este lugar les es imposible recordar el por
qué.

Mónica Miranda
LA MUERTE

Un cuerpo yace encima de una roca, el mar no alcanza a


sumergir un alma que minutos atrás floreció en vitalidad. El
pálido dedo índice rosa al rebelde oleaje y el viento le sirve
de manto a un cuerpo por la luna iluminado. Nunca en vida
brilló tanto ese cuerpo, ignorantes el amor, la paz y la
plenitud en lograr el brillo y la gloria del ahora
resplandeciente cadáver, poco importa que no pueda hablar,
demás está si puede o no sentir, con su existencia inexistente
llena el vacío de una roca, del mar, de la luna y el viento.
Ahora forma parte de este mundo como la ausencia que
completa toda presencia.

Mónica Miranda
MARTES

“¿Acaso sufre más el que siempre espera que el


que nunca ha esperado a alguien?”

¡Listo! Bañado, peinado y bien vestido.

Eran las nueve de la noche de un día martes. Un día martes


muy especial, ya que en una madia hora más me encontraría
con una vieja amiga. Había estado preparándome todo el día
para esto. Salí del baño (con un claro aire de galán), tomé mi
cajetilla de cigarros nacionales y mi curiosa cajita de fósforos
con la imagen de Jesús. Agarré mis llaves a prisa y salí de mi
casa.

“Cigarros nacionales” –decía para mis adentros-. Las cosas


que hago a veces-. Me había comprado esta marca de cigarros
(los cuales son bien caros por lo cierto) únicamente porque
ella fumaba de esta marca y, como no la veía desde hace
mucho tiempo, quería causarla una buena impresión. “Mi
ridículo ego” pensaba…

Ahora que me hallaba fuera de mi casa, comencé a ponerme


incómodo. Hace mucho ya que no salía de esta sino para
comprar comida o libros y, ahora que caminaba por las calles,
recordaba el por qué… el paisaje no me era muy agradable:
una cuadra por medio, alguien vendía droga a un niño que
aún no sabía leer o escribir… en cada esquina una muchacha
mostraba su mercancía a los ocultos, anónimos y lujuriosos
transeúntes… Un verdadero “Jardín de las delicias”. Decidí
no pensar más en los rostros extraños y en las miradas
obscenas que me seguían. Prendí un cigarrillo y seguí
caminando.
Eran las 21:15 hrs. Debo apresurarme –dije-. No quiero
hacerla esperar. Comencé a apresurar mi paso y, justo en una
esquina, una joven me adelantó. Al principio dicha jovencita
no llamó mi atención en lo más mínimo, pero al cabo de unos
minutos, la escena se tornó algo curiosa. Parecía como si ella
fuera al mismo lugar que yo, pues doblaba en las mismas
esquinas y se adentraba en los mismos pasajes en los que yo
debía hacerlo, formando una imagen en la que yo parecía
seguirla. Comencé a fijarme en la joven y, de pronto, hubo un
detalle que llamó mucho mi atención: tiene un muy buen
trasero. Muy bueno.

Intenté excusar mi libidinoso pensamiento, mas en aquel


mismo instante, y como si esta señorita hubiese oído mi
pensar, dobló en una dirección contraria a la mía. Giré mi
cabeza para mirarla (de seguro) por última vez… lo más
probable es que jamás sepa nada de ella. ¿Llegará viva esta
noche a su destino? ¿Habrá alguien en casa que la espere?
me preguntaba entre pensamientos. Sólo atine a sonreír.

¿Y este que me viene siguiendo? Cresta, ya me puse


nerviosa. ¡Apostaría a que me viene mirando el culo! Debí
haber dejado que viniera mi papá a dejarme… ya, no,
tranquila… me meto en este pasaje y ahí espero a que pase de
largo, sino, me pongo a correr no más… ya… ya, ahí se está
yendo… menos mal que se… ¡Hey! pe… pero oiga, ¡Hey qué
le pasa! ¡Suélteme! ¡No, no! ¡Auxilio! ¡Auxiliooooo!

Por un momento creí haber oído algo, pero… aunque no


sabría decir el por qué, aquella jovencita me había hecho
sentir un poco más confiado.

Miré la hora: 21:27 hrs. De pronto un pensamiento asaltó mi


mente: ¡No puedo llegar sin un obsequio! Revisé mis
bolsillos y no tenía dinero. Me lo había gastado en mis
famosos “cigarros nacionales”.

Una idea llegó a mi mente. Una técnica de último recurso.


Tuve que cruzar hacia la calle de enfrente para hallar mi
objetivo. Si bien lo que estaba a punto de hacer avergonzaría
e incluso ofendería a muchos, para mí era de los más normal
y divertido… así que con una sonrisa picaresca me acerqué
hasta los pies de una "animita" que se hallaba al comienzo de
una plaza, y en la cual cada tarde ponían flores frescas. Me
agaché y tomé un clavel rojo. Ahora que ya tenía un presente
apropiado, me levanté disimuladamente; arreglé mi chaqueta
y me fui al encuentro tan ansiado. Me hallaba a tan sólo una
cuadra y la ansiedad comenzó a crecer en mí. Parecía un niño
esperando la navidad… Cuando finalmente llegué al lugar de
encuentro miré alrededor y me resigné.

Estaba solo. “Era obvio” –pensé con frustración-. Hacía ya


meses que no hablábamos. Hace mucho que habíamos
discutido y desde aquel entonces no la veía. Ni siquiera sabía
si estaba viva… jamás concretamos una cita. Fui yo quien
imagine que la encontraría, tal y como siempre hubiera sido
en el pasado, sentada en aquel lugar… esperando por mí.
Ahora tendría que esperar yo…

Esa noche no quise devolverme a casa. “¿Y si llega? ¿Y si


pasa por aquí?” –me cuestionaba-. Por un momento creí
haberla visto. Prendí un cigarrillo y el reloj siguió
corriendo…

Ella nunca llegó.

Mr. Rippley
LA ESPADA

Terminaba de saber que mis ramos habían volado lejos con la


tarde ponentina que caracteriza estas yermas tierras… Tierra
de sal, de extraños y exóticos acíbares.

Una felicidad agobiante me embargo en ese momento, la


púrpura sensación de haber pasado todos sin exámenes, una
pasión momentánea que duro alrededor de un instante (¿un
diminuto instante inmenso en el vivir?), después de un
impresionante grito vehemente, vino la solemnidad a tomar el
mando de mi Psique.

Pensé un momento y me dije: Uno siempre permite que lo


engañe el deseo de ser feliz.

La mañana era bautismal, gaviotas cual turpial agreste,


corrían por las entrañas de la ciudad, haciendo pantomimas y
en su juego divino, se alimentaban y revelaban la fuerza
salvaje de la naturaleza docta, nuestra madre común. El sol
brillaba en libertad de nubes, se disipaban las pomposas y
grisáceas en son de un cerúleo porvenir. La mar encrespada
parecía tener en su vientre, miles de delfines que viajaban
presurosos hacia el norte, en bóreas de celestes sucesos.

Mis circunstancias, yo, mis pies y unos cuantos mp3 que


tenía, eran el aderezo perfecto para aquella primaveral
mañana, debía caminar por la playa y respirar del ámbar
sudoroso de la costa de la ciudad. Mientras danzaba mirando
las olas que como caballos (¿o conejos?) trataban de escalar
por las arenas, recordaba al Tío pepe, había muerto hace muy
poco, mi maestro del buen humor y del “reírse de la verdad y
las buenas costumbres de la mala gente”, se marchó, y con él,
una fulgurosa estrellas fugaz. Era adorable, un hombre que
hacia flores de sus penas… ¡Las malas lenguas decían que
hacía reír hasta al diablo!, Neruda golpeo mi cabeza con
estas palabras: Lo conocí y aún no se me borra. Cayeron en
pedazos las carrozas, la guerra destruyó puertas y muros, la
ciudad fue un puñado de cenizas, se hicieron polvo todos los
vestidos, y él para mí subsiste, sobrevive en la arena, cuando
antes parecía todo imborrable menos él.

Muerto estaba… Pero el recuerdo era evidente, las más


pícaras vivencias, era un don nadie que lo tenía todo, hablaba
como un magnate y tenía solo sus recuerdos de infancia,
aquellas pueriles historias que me mantenían expectante. Pero
la mañana era más que eso, ¡mucho más!... La gente
participaba de un éxtasis colectivo, y yo, extasiado también,
puse como meta el infinito, debía parar en el
inconmensurable infinito. O sea, jamás.

Camine y camine, anduve entre barcos de ensueño y esquinas


alunadas, boca arriba me dejaba llevar por el elixir… Quería
encontrar el aleph, ese punto en donde converge todo el
universo, ese mágico punto del cual Borges habló a destajos:
Vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido
Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi propia sangre, vi el
engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el
Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi
cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque
mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo
nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha
mirado: el inconcebible universo. Sentí infinita veneración,
infinita lástima.

No sentí tristeza por no haber encontrado aquel añorado


punto, más bien era un acto de justicia. No merecía mi
existencia tener un gozo tan superior como ese.
De pronto, cuando pensé que esos aires mágicos se habían
acabado, me veo en la península, dije: Tan rápido caminé?, se
acercaba la hora de las 12 y no oí la bocina, pero si sentí la
fuerte energía solar en mi cabeza, debía estar un momento a
la sombra. Apoye mi cuerpo sobre la iglesia que ornamenta el
sector, tomé un poco de oscuridad y observo a una mujer en
la playa, cabello algo cano, estatura baja, una esbeltez y
agilidad significante que hacían de ella algo digno de mirar.
Me acerque a la danza, saltaba entre la arena de una punta a
otra, se movía en una armonía con el cosmos enorme,
¡monstruosa!, la oriental veterana poseía el don del
encantamiento, movía sus brazos y algo plateado, lumínico
emanaba. Cuando precise mis ojos, era una magnifica espada,
con tal destreza la blandía, que parecía parte de su cuerpo, se
doblaba y volvía a la posición normal una decena de veces
miraba solo el movimiento… El movimiento…

Estaba luchando con la muerte, cada golpeteo que ofrecía al


viento, era un empuje más de vida, era la muerte que
retrocedía ante su celoso afán de vivir… Éramos ella
blandiendo la espada, el universo salvaje, la muerte en
posición bélica… y yo en medio de tan magnánimo acto,
¿habré sido el árbitro? No sé… pero un rol cumplía, quizás el
de existir…

Comprendí el aleph en cada blandir de espada, en cada eco,


era el todo… El péndulo tenía razón: He comprendido. La
certeza de que no había nada que comprender, ésa debía ser
mi paz y mi triunfo. Pero estoy aquí, habiéndolo
comprendido todo, y Ellos me buscan, convencidos de que
puedo revelarles el objeto de su sórdido deseo. No basta con
haber comprendido, si los otros se niegan a aceptarlo y
siguen interrogando. Me están buscando, deben de haber
encontrado mis huellas en París saben que ahora estoy aquí,
aún quieren el Mapa. Y por mucho que les diga que no hay
mapas, seguirán queriéndolo. Belbo tenía razón: Jódete,
imbécil, ¿qué quieres, matarme? ¿Pero dónde vas? Mátame,
pero no te voy a decir que el Mapa no existe, aprende a
buscarte la vida.

Volví a casa sin más remedio que un asombro, pensé en ti


largo rato mientras escuchaba música y luego me recosté…El
sueño me acunó en su alcoba y cavilé en la realidad invisible,
esa importante que todos obviamos, esa que habla el lenguaje
de los pájaros y tiene por rey, el más grande de los
nombres… El nombre es… es… es… Me lo dijeron al oído,
como era?... La palabra por no dicha es obviada y por
obviada olvidada…

El cuenta cuentos, José Segura


ANDREA

Me encontraba solo. Acompañado por las aceras grises y los


ruidos ensordecedores de personas sin rumbo, gritos sin
origen que encontraban descanso en mis oídos indiferentes.
Busqué en mi maletín. Desesperado. Como si la felicidad
estuviera a centímetros. Nunca supe que era lo que realmente
necesitaba. Solo había ropa, utensilios personales y la foto de
Andrea. Las rejas negras me recordaban su deprimente
figura, delgada y triste. La melancolía llenó cada espacio de
ese segundo de existencia, yo solo me senté en la acera y
lloré…. Lloré como un niño en una gran ciudad.

Álvaro Valverde
ARTURO

El futuro -ahora presente- contradijo las predicciones de


científicos con alma de Mesías que durante la última década
sólo se preocuparon por el aumento de la temperatura global,
sin pensar que con sus enrevesados cálculos y sus teorías
apocalípticas estaban dando nacimiento a un nuevo fenómeno
mundial peor que la Internet y los chicles sin azúcar. El
proceso de cambio no fue tan gradual, como se esperaba que
sí lo fuera el calentamiento de la tierra. El proceso inverso se
dio de golpe y sin aviso.

“Ni siquiera nos dio tiempo para esperarlo, ya en la colación


todo había cambiado”, –expresó un científico atormentado-.

Los primeros meses del año 2005, los días se refrescaban


inexorablemente. Lo que comenzó como una fresca brisa
otoñal derivó en cataclismos de granizo y tormentas blancas,
cruda señal del nuevo enfriamiento global. Los hielos
eternos se habían tomado el planeta.

Chile, en este contexto desolador, emergió como la última


mega potencia, gracias a sus incontables victorias navales (y
una que otra derrota menor) se encargó de organizar y
encauzar los esfuerzos de los países que albergaran a más de
15 millones de habitantes.

La campaña fue creada y nombrada por su presidente


marítimo y futuro comandante de Tierras y Montañas, Arturo
“El Valiente” Prat. Conocido en el ambiente castrense por ser
un bromista, mitómano y apostador enfermizo, pero también
amigable y buen vecino por conveniencia, que veía en el
enfriamiento global la forma más fácil de invadir países
pequeños.
“El frío me calienta” sería el nombre de esta nueva cruzada
mundial. Al principio la broma más grande de todas. Luego
de crear nuevas alianzas con la India, Paquistán, Irán, Sri
Lanka y la Guyana Francesa -conocidos como las
superpotencias emergentes- La misión del querido Arturo fue
tornándose más sería, y sus esfuerzos se centraron en
recobrar su capacidad organizativa y de liderazgo mundial.
Arturo se paseaba tranquilo por su pequeña mansión marina,
ubicada a 300 millas náuticas de cualquier pedazo de
continente. No se veía ni reflexivo, ni asustado. Su cara
demostraba lo que su espíritu sentía, una increíble
indiferencia hacia todo ser viviente. Su fama le precedía, y
debía tomar las responsabilidades que se le adjudicaban, era
un juego de honor más que de humanidad. Debía utilizar su
capacidad para dar órdenes, la única cualidad que le resultaba
en toda ocasión. Si Arturo te da una orden esta sería
obedecida, sin importar si te mandaba a matar a tu propia
madre, o si te obligaba a invadir nuevos países junto a un
reducido ejército. Todo esto gracias a su única victoria en un
puerto olvidado llamado Iquique, triunfo con el que había
logrado tal fuerza mediática, inflando su figura a la altura de
héroe. Desde los pequeños rumores sobre un loco hundiendo
acorazados, a fotos inéditas en fotologs, blogs y diarios de
renombre mundial, había un sólo paso.

Con todo el peso sobre sus jinetas, pensó en la única solución


para contrarrestar el enfriamiento global. Luego de dar
vueltas sobre su silla (una de sus menos extrañas costumbres)
y practicar breakdance al ritmo del violín para refrescar las
ideas (otra rara costumbre aprendida en su fugaz exilio en la
Legua).

En un momento de extraña inspiración divina, exclamó


riendo. ¡Jajajajaa!, ¡Papita pa’l loro!..., al tiempo que saltó de
su silla, cayendo de costado al piso, con la sonrisa fresca por
esa idea perturbadora pero salvadora a la vez.

Continuará… ¿o no?

Álvaro Valverde
CORDURA

Las calles eran su hogar. Vagaba sin rumbo encontrando un


incierto destino cada día. Lo llamaban loco. La sociedad lo
condenó. Él veía la vida pasar, sentado en su banca, frente a
una de tantas farmacias, como buscando un remedio, pero no
precisamente para su locura. Era un espectador más del
mismo show de siempre. Eso no le molestaba. Vivir la calle
era su decisión más cuerda, la plaza era su patio, las bancas
un preciado living. El transeúnte simplemente era un
desconocido por conocer, invitados esperados en su gran
hogar. Todos lo extrañarán, cuando el sueño de cordura
acabe.

Álvaro Valverde
LUGARES COMUNES
(SALA DE ESPERA)

El tiempo en la sala de espera del doctor se extiende


irremediablemente. Una señora ya entrada en edad espera
junto a su nieta. A su lado, una madre primeriza está sentada
intranquila, se nota nerviosa y atenta a los síntomas que su
pequeña hijita muestra.

-¿Está enfermita la guagüita?


-Claro, por eso la traje.
-Mmm... Pobrecita, tan chiquitita ¿Cuantos meses tiene?
-6 meses, y es primera vez que se enferma. Me tiene
preocupada, lleva todo el día así.
-Es terrible cuando los hijos se enferman. Felizmente, nunca
se me enfermó uno de mis niños, y eso que tuve 8 hijos. Pero
dos se me murieron al nacer.
-¿Tantos?
-Claro, yo me casé para tener hijos. Y me siento orgullosa por
como los crié. Ahora son grandes y la mayoría se fue a vivir
lejos. Les di todo para que no tengan la misma vida que me
tocó a mí.
-¿De verdad nunca se enfermaron?
-Nunca. Bueno, el primero se me enfermó, y la pasé mal.
Pero encontré la solución. Es un remedio casi mágico.
-Ssshh, tranquilita mi niña.
-Que inquieta la niñita. Lo que le decía, es que lo mejor para
que los niños no se enfermen, es usar alcanfor. Son unas
pastillitas que venden en las farmacias. Baratísimas, con $500
le dan un paquetito. Usted pone las pastillitas alrededor de la
niñita, entre su ropa, en su cunita o donde usted quiera. Y va
a ver que el resfriado no se le va a acercar.
-¿Alcanfor me dijo?
-Sí, tiene que pedirlo así no más. Hoy tenía que bajar al
centro a comprar más, porque se me acabó. Y no quiero que
se me resfríen los niños. Siempre se me olvida, y es tan
importante para mí. Nunca tiene que faltar alcanfor en la
casa.
-¿Y de verdad funciona?
-Pero lógico mijita. La verdad es que no sé cómo funciona,
pero sirve. Es como si formara una barrera alrededor del niño
que no deja que los bichos pasen. Usted compra el alcanfor y
santo remedio.
-Voy a anotar el nombre. A ver, déjeme buscar papel y lápiz.
Sosténgame la guagüita un ratito por favor. A ver. A L.... ¿se
escribe con C?... C A N F O R. Gracias por sostenerme la
guagüita, pásemela para acá no más.
-Dígame, ¿usted siempre usa alpargatas? Como esas que trae
ahora.
-Eh... Si, o sea, casi todo el día. Pero prefiero andar a pata
pelada. Me incomodan los zapatos. Es que tengo un cayo
feísimo. Mire.
-¡Ay! Si, que feo. ¿Sabe lo que pasa?, si usted anda con los
pies desabrigados, se le enfría el cuerpo. Y ese frío se le va a
la leche y termina transmitiéndole el frio a la guagüita.
-No sabía eso. Pobrecita mi niña. ¿Por eso se habrá
enfermado?
-Seguramente. Cuando las mamás no se cuidan, las guagüitas
empiezan a hacer caquita verde. Eso significa que la leche
está mala.
-¿Y hay algún remedio para eso?
-Póngase calcetines y zapatos.
-Ah, claro.
-...
-Y usted, ¿por qué vino?
-Traigo a mi nietita. Se me resfriaron en la casa. Y todo
porque se me olvidó comprar alcanfor.

Álvaro Valverde
ODIO

Para entender mi historia de resentimientos, hay que partir


por la base, los orígenes. La multigénesis de la mala onda. Mi
madre. No, no es que odie a mi madre (bueno, quizás sí).
Pero gracias a ella odio todo lo que odio. Desde que tengo
uso de razón, ella se encargó de recordarme que no tengo la
capacidad de sentir satisfacción por las cosas lindas de la
vida, -Nada te gusta- decía ella, aunque yo esbozara una
sonrisa alegre por algún juguete nuevo. Esta simple frase, se
convertiría en un mandato tan poderoso, que ha taladrado mi
inconciente a lo largo de mi vida. Y que ahora, pesa más de
lo necesario. Lo llevo como mochila. Y además de cargar mi
propio peso, debo cargar con lo que odio y que no es mío. Es
de mi madre.

Llevo una linda y super cool mochila de resentimientos y


odios. Las palabras de mi vieja, se transformaron
rápidamente en una profecía autocumplida. Ese loco y ultra
manoseado fenómeno psicológico, en donde las cosas malas
y buenas que me ocurren, suceden porque conciente o
inconscientemente hice todo para que así sea. Y eso
simplemente me daba completa razón para odiar todo y a
todos.

Pensarán que estoy exagerando, que hay algo que deba


gustarme. Que es imposible ver todo con lentes negros. Es
simple, todo lo que soporto, lo soporto porque no queda otra.
Hasta los 18 años estuve encerrado en mi casa, impidiéndome
salir, porque odiaba la vida social y tenía la esperanza de que,
crecer y desarrollarme en completa soledad, fuera una idea
genial. Pero la falta de amigos produce un extraño cáncer,
uno se transforma en una especie de tumor social. Y como
odio más el cáncer que la amistad, ya que también tengo
jerarquías para odiar, me propuse intentar establecer una
bonita y decente vida social.

Ahora, luego de pasar por todo el complicado proceso de


hacer amigos, y vivir fuertes decepciones y caídas
estrepitosas. He podido encontrar, por lo menos, una mayor
funcionalidad en las personas que me rodean. Y me he dado
cuenta de que todo el odio que siento hacía cualquier cosa
exterior a mí, era simplemente el rencor hacia mi propia
imagen.

Álvaro Valverde
ESQUINAS

Noche de alcohol y desenfreno. Mujeres dispuestas a todo,


esperando complacernos por esa sola velada sin magia, para
luego volver al punto de partida. Las esquinas, mudos
testigos de nuestras experiencias. El alcohol nos entregaba
valentía, pero nos quitaba dignidad. Una mezcla que queda
impregnada en las escaleras de la iglesia, aquel albergue
improvisado para beber como si ni siquiera Dios fuera capaz
de detenernos. Luego, un grito del que nadie escapó, la
distancia entre la valentía y el miedo no existe cuando el
enemigo es más silencioso que el interior de las iglesias
abandonadas. Lo mejor fue no movernos. Lo peor fue
quedarnos ahí. Esperando en silencio. Con las bocas y las
almas calladas.

Álvaro Valverde
Hënsa… yo

Olivia Contreras

José Luis Dávila

Roberto Robles

Javiera Vargas

René Velardi
INTRODUCIRSE A LA SINCRONÍA

¿Cuándo fue la última vez que viste salir la luna? Pensando


en esta pregunta me quede sumergida, tratando de dar
respuesta a lo que había significado la última vez que vi salir
la luna y la etapa de mi vida que estaba experimentando en
ese momento. Entonces comprendí que la última vez que la
vi, no era la fecha del día tanto en el mes tanto del año 2000
tanto, si no que era un tiempo/espacio, lleno de experiencia y
sentimientos presentes. Sin necesidad de tener que
reflexionar demasiado, me di cuenta de que existe una gran
diferencia entre el tiempo de la ciudad, tiempo artificial y el
tiempo de la naturaleza.

Entonces me pregunte: ¿Si mi cuerpo es parte de la


naturaleza, porque este no fluye constantemente y de manera
consciente con sus ciclos? Llegue a la conclusión de que para
trascender mis propias limitaciones, mi forma de pensar en
polaridad “bueno” o “malo” y creer que estos polos se
excluyen mutuamente, me impedía moverme libremente. La
luz necesita la oscuridad para poder existir, por lo que
podemos entender que el extremo de la polaridad es limitado.
Me esforcé por mantener una actitud suelta para moverme
libremente y así crecer en mi propio juego de búsqueda de
conocimiento, acerca de las reflexiones poco únicas sobre la
naturaleza de la existencia, del tiempo; búsquedas de
respuestas a porque estoy acá, para que y hacia dónde voy, si
es que voy hacia alguna parte o cual es la misión colectiva de
la humanidad, si es que la tiene. Para lograr dar respuestas
integradas a mi ser y saber con certeza y claridad cuál es el
camino que debo llevar y así, dar pasos sin temores ni
limitaciones he tenido que comprender en mi propia
experiencia de tiempo, durante algunos años, que la vida es
un proceso de ciclos evolutivos, que conducen a posibilidades
de mayor perfección. Los mayas estaban convencidos de
esto.

¿Dónde nos encontramos en el tiempo?, ¿Dónde está el mapa


de ubicación en el tiempo? Ese mapa existe, fue diseñado por
los mayas y muestra que estamos todos en el camino al 2012,
fecha que casi todas las personas han oído.

Ese momento en el tiempo es el ojo del agujero a través del


cual la humanidad debe pasar, momento en el que el planeta
se alineará perfectamente con la elipse solar, con el centro de
la galaxia, Hunab Ku. Hunab Ku dador de movimiento y
medida es también otro nombre para el “Dios”.

El doctor José Argüelles, historiador del arte e investigador


se introdujo en el estudio del TZOLKIN (tiempo maya).
Después de haber gastado una parte de su vida dando vueltas
alrededor de este enigma, llega a un descabellado significado
de este. Relato que comenzó a partir del estudio de un
fenómeno que él ha llegado a interpretar como un código
maestro galáctico, “FACTOR MAYA” y el presentimiento de
que este factor es muy necesario para una ruptura dramática
del modelo científico ordinario. Factor que para comenzar a
comprenderlo, debemos considerar y examinar los siguientes
tres puntos:

- La historia humana está formada en gran parte por un


rayo galáctico a través del cual la tierra y el sol han
estado pasando durante los últimos 5.000 años y que
nos espera un gran momento de transformación a
medida que lleguemos al final del rayo en el año
2012.
- Que las perspectivas y actividades culturales del
mundo siguen la naturaleza de las “Estaciones
Galácticas” cuyo código fue captado
matemáticamente y simbólicamente por los mayas.

- Y que cada persona tiene el poder de conectarse


directamente ya sea de manera sensoria, sensitiva o
electro magnéticamente con la energía / información
de este rayo que emana del corazón galáctico y que
de este modo se puede despertar la verdadera mente
personal, es decir, la mente superior, la mente
profunda.

Aunque estos tres puntos parezcan insólitos, la visión de


Argüelles no está fuera de la lógica de “consciencia de vida”.
Vida que no solo es experimentada en la tierra. Como bien lo
creían nuestros antepasados conocedores de la naturaleza.

¿Por qué los pueblos primitivos empiezan con la misma


convicción? La tierra, el sol, la galaxia, el universo; Todas
las cosas en todas partes, están vivas y son inteligentes.
Argüelles sabe que la única esperanza para la sociedad
occidental, consiste en asimilar plenamente la cosmología de
los pueblos primitivos, en particular la cosmología maya, ya
que ellos descubrieron una ciencia más avanzada, antes que
apareciera el mito del progreso, “Mito de la superioridad
tecnológica que siempre continuara progresando”.

Debemos despojarnos de este materialismo científico,


nosotros que fuimos y somos educados en esta visión del
mundo, porque lo que necesitamos es humildad para
comprender nuestro error fatal: La suposición de que el
universo está muerto y carece de sensibilidad, inteligencia y
propósito.

¿Tendremos el valor suficiente para liberarnos de este engaño


fatal?

Recientemente los astrofísicos se han hecho conscientes de la


manera en que estamos siendo influenciados por los rayos
que pasan a través de la galaxia, rayos que intervienen en la
evolución de esta.

Otros científicos más sensitivos y defensores de una “nueva


ciencia”, como: Frijof Capra, Isaac Bentov y Gary Zukov,
han hecho admirables esfuerzos para dar a conocer la
similitud que hay entre la física cuántica y el misticismo
oriental. Y además, han tratado de informar junto con alertar
al público, que existe un comportamiento irracional en las
personas del mundo, ya que la ciencia actual trata de
implantarnos su pensamiento progresista.

Pero como ha sucedido hasta ahora, estos científicos no han


tenido total llegada con sus postulados, quizás, porqué han
pasado por alto un sistema de pensamiento más
evolucionado, hablo de la ciencia conocida y practicada por
el pueblo Maya, el que dentro de todos sus misterios, el más
grande es su repentina desaparición en el 830 D.C., después
de existir 500 a 600 años con intensa actividad; junto con ese
misterio quedan también bajo el enigma el significado de los
jeroglifos, datos calendáricos, matemáticos y astronómicos.

Este sistema de pensamiento maya es con el que necesitamos


encontrarnos o reencontrarnos para llegar a entender el caos
del mundo y así lograr entrar a un estado mental que nos sea
conveniente para interpretar las pistas de la vida. Aunque la
depresión de nuestro estado mental nos da la posibilidad de
interpretar pistas y sacar conclusiones correctas sobre la vida,
esa no es la forma ideal de llegar a nuestra consciencia,
conclusiones que en general tienen que ver con manejar
asuntos planetarios con rumbo a la TRANSFORMACION y
no a la extinción.

Con miras de poner en orden el tiempo y darnos cuenta del


efecto calendario Gregoriano, debemos estar dispuestos a
conocer e interpretar la sincronía que utilizaron los viajeros
mayas del cosmos, conocedores del tiempo, para así saber
que estamos implicados en las estaciones galácticas y de esta
manera ponernos a tono con la tierra logrando abandonar
nuestra infantil y peligrosa creencia del mito del progreso y la
superioridad tecnológica.

El muy equivocadamente llamado “calendario maya” (origen


calendario: calenda o libros de cuentas) habito que han tenido
algunos de llamar al SINCRONARIO DE 13 LUNAS
(sincronario, proveniente del griego sin=juntos y cronos=
tiempo) es un instrumento sagrado ideado para sacarnos de
este “infierno terrenal”. Nos encontramos sumergidos en el
tiempo del rayo 12:60 que aseguro la esclavitud salarial y el
tiempo es oro.

El sincronario de 13 lunas / 28 días utilizado por los Mayas


es la medida armónica del tiempo, llamada “TIEMPO
ESTANDAR GALACTICO”. Esta cuenta natural de 13 lunas
se basa en 13 giros que da la luna alrededor de la tierra en un
año, donde cada giro o luna dura 28 días.

28(cuatro semanas de siete días) * 13(lunas o giros) + 1 (día


fuera del tiempo)= 365 días o un año.
El tiempo estándar galáctico (T.E.G.) no depende de
variables relativas de diferentes medidas astronómicas
tridimensionales, las que cambian para cada planeta y cuerpo
celeste. Este T.E.G. tiene una definición y una percepción del
tiempo completamente diferente, cuyo objetivo es romper
con el relativismo de los estándares y medidas astronómicas
tridimensionales. La medida astronómica tiempo estándar
galáctico funciona sincronizando e incorpora estas medidas
relativas. Es por esto que el nombre del estándar armónico es
sincronario y no calendario.

El tiempo estándar galáctico utiliza una medida armónica de


la órbita del planeta, independiente de cualquier variable
astronómica, la naturaleza de esta medida armónica es: 28
((f) 4: 7:: 7:13) fractal que puede ser adoptado en cualquier
lugar de la galaxia y adaptado a cualquier orbita (de ahí su
denominación tiempo estándar galáctico).

La utilización del sincronario coloca la mente en alineación


con el tiempo galáctico, tiempo cuatridimensional que
armoniza la vida para experimentar un avance evolutivo de
naturaleza mental y espiritual.

Lograr la evolución de la humanidad es uno de mis grandes


cuestionamientos. Todos hemos elegido estar aquí para éste
gran final o cierre de ciclo, pero puede que no lo sepamos, sin
embargo es la oportunidad para nuestras almas, ya que ella es
la que nos ha convocado, porque este el tiempo para la
perfección humana. Pero debido a las circunstancias caóticas
del cierre y producto del aumento de la población hemos
almacenado inercia kármica, por lo cual debemos cuidarnos
ya que la vida se vuelve más compleja y hay menos tiempo
para los asuntos espirituales. El embotellamiento kármico es
nuestro fantasma mental, producto de una medida errónea del
tiempo y las construcciones de la realidad artificiales. No
puedes escaparte del karma, debemos comprender que todos
hemos creado el mundo como se encuentra hoy. Por eso
debemos aprender a descrearlo, pero de forma
inteligentemente para que no causemos más karma, ya que la
única manera real de sobrevivir, es la supervivencia
espiritual.

Caminante del cielo cristal, Olivia.

Bibliografía

1. Factor Maya (José Arguelles)


2. Sincronario año Luna Magnética (Fundación para la
ley del tiempo)
3. www.13lunas.cl
4. www.tortuga.com
ESPACIOS DE SABER

Del saber del inconsciente nada queremos saber, nos resulta


cómodo el mantenernos en la seguridad de la certidumbre,
parece extraño lo que estoy diciendo, cuanto más si se trata
de un espacio donde hemos venido a aprender algo, salir de
una ignorancia.

Nos duele el nuevo saber, es una ruptura con la condición en


la que nos encontrábamos justo antes del desconocer,
digámoslo así, el saber mata las posibilidades, lo traslada a
una fantasía, solo como fantasía podríamos describir la
condición anterior al saber. Que cosa más fome (rabia) el que
nos cuenten una magia o el final de una película, y si no
obstante la tendencia a descifrarlo ya está presente, hay un
goce ahí que se pierde al significarlo. El conocimiento es
nuestro mejor esfuerzo ante el no-saber en que nos
desenvolvemos, así el lugar de seguridad se desplaza, diría,
que en el acto de posicionarse y desconocerse se esconde tras
el horizonte (como arrojada) alguna certeza.

Lo molesto se encuentra adosado a lo perdido, porque es un


daño sustancial a la concepción del mundo-todo en el que el
sujeto se encuentra, y de cuyo golpe (golpe de saber) no
podemos renegar. Lo perdido fue la forma en la que se
experimentaba el mundo, es decir explicaciones y dinámicas
gracias a las cuales se cree experimentar la existencia.

Al perder una postura, esta queda rezagada para el sujeto, de


ahí en más sólo podrá sugerir o significar eso que perdió
significado y ese como un camino siempre fallido, es no
obstante, fuente de creatividad intelectual, artística, o porque
no, sintomática, porque algo significaba.
Como ejemplo, podemos pensar en lo que significó para los
indígenas encontrarse con estos conquistadores, que se
instalaban y dominaban su territorio diluyendo su cultura, y
lo que sigue significando en hasta hoy.

Pero, ¿por qué duele? Bueno, imaginariamente remite a un


corte real, llámelo antes y después, pero en definitiva un
corte, pasando de un lugar cómodo establecido, a una nueva
disposición que ya no resulta tan cómoda, y cuando
nuevamente se siente seguro en esta posición, algo lo vuelve
a remecer abriendo Otra realidad, desde donde nuevamente
podría especular respecto a su anterior posición, pero no
acceder a esta.

El corte al que nos remitimos es el de la castración, se refiere


al lugar donde se instaura un ideal que difiere de la posición
en la que el infans se encontraba, ya no es uno con su madre.
Podríamos definirlo como un pacto donde el sujeto al acceder
al mundo del lenguaje se adhiere al Nombre del padre
significando el deseo para así en un juego paradójico, retomar
lo que era (lo que supone era), jugar con las nuevas reglas
implica la pérdida del objeto, definido por Lacan como objeto
a. Así, el que entra en el lenguaje es hijo del deseo y siervo
del amor. Ya que antes no amaba, estaba en lo que será el
amor, o una condición que aquí nosotros denominamos como
amor. Eso que se perdió no es accesible, pero no significa que
haya desaparecido, Freud a la acorde a su espacio
epistemológico, se refería en términos de energía, pues a la
par de una de las leyes de la termodinámica, la energía (que
fluía en La-Cosa) no se perdió, se transformó, diría más se
desdobló.

Tomaremos el caso del viejo pascuero en cuyo saco entraron


las hadas, el ratón de los dientes y el conejo de pascua.
La duda se presentó de la siguiente forma, una niña de
primero básico en la clase de religión pregunto:

-¿Cómo puede estar Jesús a la derecha de Dios si Dios


no tiene derecha?
+Jesús está sentado a la derecha de su padre, eso dice
la biblia. Respondió la profesora.
-No puede ser, porque Dios está en todos lados, si
todo es Dios no puede haber un lado (derecha o
izquierda)

Esta respuesta alborotó a las compañeras del colegio católico,


y la profesora se entrevistó con el apoderado, su madre. La
decisión que tomamos fue explicarle que ella no estaba
equivocada, pero que sus compañeras quizá no entenderían
eso que ella se había cuestionado, y que lo contaban así
porque era una forma fácil de asimilar una enseñanza, eso no
significaba que debiese dejar de hacerlo (pensar). Mientras
conversábamos al respecto (aun sin hablar con la niña) nos
dimos cuenta que esto implicaba un cuestionamiento
mórbido. Había otras cosas que no debían ser, como el viejo
pascuero, las hadas, cuantas otras que nosotros denominamos
fantasías. Así fue, llegado el día y mientras preparábamos el
almuerzo, nos contó lo que le había pasado en el colegio,
afirmando su postura con el aval del abuelo, el Tati siempre
me dice que soy inteligente y que tengo que pensar, entonces
además de encontrar un espacio donde se reafirmó un ideal
llevado a cabo, y con la pregunta ¿y por qué lo explican así?
Sobre la historia de Dios y su hijo sentado a la diestra, la
respuesta fue que se trata de una metáfora, una forma de
explicar algo difícil, como un cuento. Como las historias de
Disney, respondió ella.
Mientras jugaba se acercó a su mamá y le preguntó, ¿y el
viejo pascuero?, la mamá le preguntó de vuelta ¿qué crees
tú?, ella dio un grito muy fuerte ¡nooo, ahaaaa! Y se dirigió
a mí, ¿Jóse, y el viejito pascuero?, ¿Podría alguien hacer
todo eso en una noche?, ¡Noooo ahaaaaa, los odio! Se fue
nuevamente donde su mamá y preguntó ¿y el ratón de los
dientes? La mamá la miró con una sonrisa, y ella se
respondió muy enojada, ya se ya se tampoco existe. Me
acerque a ella y le dije: Ahora sabes algo nuevo, es parte de
crecer. Su semblante cambió y dijo: eso sí, mis compañeras
no saben eso… Pero, ¿y las hadas?... Averígüelo.

El espacio compensatorio al que se accede, un saber, no


obstante implica la precariedad de los símbolos respecto al
tramo perdido, nos hace adentrarnos en el dominio de lo que
nos define como especie, el lenguaje. Si bien una vez allí, en
el lugar de lo nuevo, este conocimiento cae pronto en el
agujero de lo real, porque nos encontraremos con una nueva
falta a la que hay que responder y de la que así como antaño,
implicaría un nuevo corte respecto a lo que llamaremos
fantasía.

Ese lugar al que después no tenemos acceso pero que no


obstante pulsa y reclama argumentación, encuentra la más
rica extensión para las manifestaciones culturales en manos
de la sublimación, de cuya suerte se nutren las expectativas
ideales. Pero también, la incomodidad que mencionamos se
manifiesta, y es que si yo estaba bien así, esta nueva puerta
que me vi obligado cruzar sin retorno, carga con mi odio,
exteriorizándose o retornando al objeto (ahora el yo).

“…esto parece lo más importante-, no puede


soslayarse la medida en que la cultura se edifica
sobre la renuncia pulsional, el alto grado en que se
basa, precisamente, en la no satisfacción (mediante
sofocación, represión, ¿o qué otra cosa?) de
poderosas pulsiones. Esta “denegación cultural”
gobierna el vasto ámbito de los vínculos sociales
entre los hombres; ya sabemos que esta es la causa de
la hostilidad contra la que se ven precisadas a luchar
todas las culturas. También a nuestro trabajo
científico plateará serias demandas: tenemos mucho
por esclarecer ahí. No es fácil comprender cómo se
vuelve posible sustraer la satisfacción a una pulsión.
Y en modo alguno deja de tener sus peligros; si uno
no es compensado económicamente, ya puede
prepararse para serias perturbaciones.”
-Freud. S. “El malestar en la cultura”, p. 96.

La restricción de las pulsiones implica el incremento del


material cultural, lo que es decir una "inversión" (tómese
desde la economía y de un "revés") partiendo por su
inauguración en la emergencia del sujeto barrido (ya no está,
se dividió), es decir la prohibición por la imposición de la ley.
El goce es posible en función de que está privado al sujeto
del lenguaje (donde prima la ley), lo que es decir, que ahí,
algo goza de la privación pulsional de ese sujeto (sin ser él), y
eso que goza se incrementa (Otro), eso goza de la privación
pulsional de uno, sin embargo se puede establecer una
relación capitalista, en tanto sujeto, respecto a esa estructura,
donde el sujeto establecería un usufructo de la construcción
de ese camino que el Otro arma de su goce (entiéndase, goza
de la prohibición del sujeto que de todos modos debe ejercer,
para ser, en el entramado simbólico), develando el fantasma
del que es parte, pasaría a ser arte (por darle un nombre). No
deja de aportar a la Otredad, pero ahora, en su andar lo
modifica.
Los que quedan excluidos del beneficio del saber y se ven
obligados a saber, cargan con esta pulsión de muerte
dispuesta a manifestarse como agresión, agresión al Otro,
incluso al Otro en uno (uno por Otro). Es por eso, que toda
entrada en un saber debe contar con el beneplácito de la
inquietud de ese sujeto. Es por regla general, la mayoría,
quienes se ven enfrentados de golpe a una nueva realidad que
coarta su mundo-todo, y ante esta arremetida de lo nuevo se
desdibujan las coordenadas de su posición subjetiva. Es la
idea dominante en un mundo que se cree democrático.

No se nos escapa un punto aun importante, y es que la


extensión de eso perdido diacrónicamente no desaparece,
sino que su pulsación ahora esgrime un sentido y
argumentación, ergo hay aún un resto no significable,
referente a eso que se explica, lo que ocasiona una
profundización del fondo que abre un punto de proyección
infinita, más amplio que el anterior. Lugar de angustia, pero
también de elaboración, como M.C. Escher plasma en sus
trabajos.

José Luis Dávila


EL CONCEPTO DE HEGEMONIA CULTURAL EN EL
ÁLGEBRA DEL MARXISMO DIALÉCTICO

La teoría marxista durante mucho tiempo fue asociada con el


determinismo económico. Se tiene la impresión que el
marxismo otorgo una supremacía unilateral a la importancia
de la economía y de que esta domina todos los demás
campos de la sociedad, entre ellos la cultura, instituciones, el
sistema de ideas.

En los comienzos de siglo XX las transformaciones sociales


y económicas enfrentaron con la realidad cada una de las
premisas teóricas que la teoría marxista había desarrollado
en el siglo anterior. A partir de esta época, comienza un
desarrollo crítico de la interpretación determinista (fatalista)
de la teoría marxista de la sociedad característico del
marxismo posterior a la muerte de Marx. Un grupo de
marxistas retornaron a las raíces hegelianas de la teoría de
Marx en busca de una orientación subjetiva para
complementar el énfasis que la generación anterior de
marxistas (Kaustky, Plejanov) puso en el nivel material y
objetivo. Fue esta generación de autores como Antonio
Gramsci, Georg Lukács , una generación de los marxistas
más connotados que en la primera mitad del siglo intentó
restaurar la dialéctica entre los aspectos subjetivos y
objetivos de la vida social (realidad) y nuestro elegido para
desarrollar nuestro trabajo.

El error en que se incurren al enjuiciar el marxismo, consiste


en ver en él, tan frecuente en profesores universitarios y
apologistas del capital, en lugar de una filosofía critica-
dialéctica –el punto de vista de la totalidad (Lukács) o la
filosofía de la praxis (Gramsci) – un economismo unilateral,
un materialismo mecanicista vulgar para el que la explicación
del hecho humano se reduciría a la explicación de los
determinismos de la base económica. El marxismo oficial,
ligados a los denominados “socialismos reales” y expresión
ideología de las burocracias, redujeron el método dialéctico
marxista convirtiendo a la «interpretación materialista de la
historia» a su caricatura positivista, que como tal elimina lo
que constituye el gran descubrimiento teórico de Marx y
pierde así su gran ventaja intelectual frente a las demás
explicaciones empiristas, positivistas o idealistas.

Para esta generación de pensadores, y en particular Gramsci,


la filosofía y la ciencia no 'reflejan' una realidad
independiente del hombre, sino que son 'verdad' en tanto que
expresan el proceso de desarrollo real de una situación
histórica determinada. Esta posición anti-positivista se debía
a la influencia de Benedetto Croce, probablemente el
intelectual italiano más ampliamente respetado de su época.
Gramsci, a pesar de su nacionalidad italiana, se halla inserto
en la tradición de la filosofía alemana, que recorre, desde
Kant y Marx, pasando por Hegel, a la hora de plasmar los
componentes de su pensamiento.

Basta recordar las raíces filosóficas de los marxistas de la


época, para Plejanov, el padre del Marxismo ruso, la filosofía
más apropiada era la de Spinoza y Feuerbach, mientras que a
Kart Kautsky le parecía el Darwinismo y a Bernstein, el
Kantismo.

II

“El resultado general a que llegué y que, una vez


obtenido, sirvió de hilo conductor a mis estudios,
puede resumirse así: en la producción social de su
vida, los hombres contraen determinadas relaciones
necesarias e independientes de su voluntad,
relaciones de producción, que corresponden a una
determinada fase de desarrollo de sus fuerzas
productivas materiales. El conjunto de esas
relaciones de producción forma la estructura
económica de la sociedad, la base real sobre la que
se levanta la superestructura jurídica y política y a la
que corresponden determinadas formas de conciencia
social. El modo de producción de la vida material
condiciona el proceso de la vida social, política y
espiritual en general. No es la conciencia del hombre
la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser
social es lo que determina su conciencia".
-K. Marx, Prólogo de la Contribución a la crítica de la
economía política.

Este pasaje famosísimo en el que Marx afirma precisamente


que la base económica, la estructura, determina una compleja
superestructura política, moral, ideológica, que está
condicionada por dicha base económica de la sociedad, es
decir, por las relaciones de producción y de cambio. Para
Gramsci, esta es una afirmación de carácter gnoseológico, en
el sentido de que indica el proceso a través del cual se forman
el conocimiento y las ideas, las concepciones del mundo.
Propio de este concepto de hegemonía cultural parte de la
crítica de Gramsci a las deformaciones del marxismo,
entendido como materialismo mecánico y vulgar, que explica
mecánicamente todo y todo lo reduce a la economía. La
polémica de Gramsci está dirigida contra toda una
interpretación del marxismo, la de la II Internacional, que lo
deforma en sentido positivista. En esta interpretación se
pierde de vista el momento de la lucha política, de la acción
cultural, de la influencia de las ideas, que ya para Engels era
el tercer frente de lucha, junto con el económico y el político.
El materialismo mecánico concibe al desarrollo social como
rigurosamente determinado por causas objetivas, que no
dejan espacio efectivo para el sujeto, para la iniciativa
política. Dado este desarrollo de la sociedad, rigurosamente
determinado por causas objetivas, la crisis y el hundimiento
del capitalismo son inevitables y el proletariado fatalmente
está destinado a vencer: esta es sumaria y esquemáticamente
la conclusión a que arriba aquella interpretación del
marxismo.

III
El concepto de hegemonía

El concepto de hegemonía cultural es una de las mayores


innovaciones que se introduce a la tradición marxista.
Gramsci define Hegemonía como el liderazgo cultural
ejercido por la clase dirigente. Compara hegemonía con
coerción, que es ejercida por el estado y la intervención
policial. El determinismo económico marxista solía acentuar
la economía y los aspectos coercitivos de la dominación
estatal.

Apropiándose y retomando ese amplísimo bagaje de


reflexiones, análisis y modelos de pensamiento político,
Antonio Gramsci intentó pensar la hegemonía en sociedades
complejas. No sólo para aquellas donde la dominación se
ejerce, a través de una dictadura salvaje. Sino también para
aquellas otras donde los segmentos hegemónicos de las clases
dominantes apelan a la forma más eficaz de dominación
política: la república parlamentaria.
Se distingue entre dominio y hegemonía, entendiendo al
primero expresado en formas directamente políticas y, en
tiempos de crisis, coercitivas, y al segundo, la hegemonía,
como una expresión de la dominación, pero desde un
"complejo entrecruzamiento de fuerzas políticas, sociales y
culturales". Él distingue dos esferas en el interior de las
superestructuras. Una de ellas es representada por la sociedad
política, conjunto de mecanismos a través de los cuáles la
clase dominante detiene el monopolio legal de la represión y
de la violencia, y que se identifica con los aparatos de
coerción bajo control de los grupos burocráticos ligados a las
fuerzas armadas y policiales y a la aplicación de las leyes. La
otra es la sociedad civil, que designa el conjunto de las
instituciones responsables por la elaboración y difusión de
valores simbólicos y de ideologías, comprendiendo el sistema
escolar, la Iglesia, los partidos políticos, las organizaciones
profesionales, los sindicatos, los medios de comunicación las
instituciones de carácter científico y artístico etc.

El concepto de hegemonía caracteriza el liderazgo cultural-


ideológico de una clase sobre las otras. Las formas históricas
de la hegemonía no siempre son las mismas y varían
conforme la naturaleza de las fuerzas sociales que la ejercen.
Los mundos imaginarios funcionan como materia espiritual
para alcanzarse un consenso reordenador de las relaciones
sociales, consecuentemente orientado para la transformación.

La hegemonía es idéntica a la cultura pero es algo más que la


cultura porque además incluye necesariamente una
distribución específica de poder, jerarquía y de influencia
configurando de conjunto un liderazgo político y cultural
sobre los segmentos sociales "aliados" influidos por ella y
también mediante violencia y coerción sobre los enemigos.
La cultura nunca se acepta de forma pasiva, está sujeta a la
lucha, a la confrontación, a toda una serie de "tironeos". Por
eso quien la ejerce debe todo el tiempo renovarla, recrearla,
defenderla y modificarla, intentando neutralizar a su
adversario incorporando sus reclamos pero desgajados de
toda su peligrosidad. La hegemonía cultural revela la lucha
permanente y tensión por la determinación de la cultura, su
ratificación y renovación. La hegemonía de un grupo social
equivale a la “visión de realidad “que ese grupo logró
generalizar para otros segmentos sociales

La cultura se configura como espacio político por excelencia


y, consecuentemente, como arena de la lucha .Ella engloba el
conjunto de ideologías, visiones de mundo y valores que
atraviesan una dada sociedad y que cohabitan en la sociedad
en tensión permanente entre consensos y antagonismos
múltiples.

Las sociedades concretas, históricamente verificables, no son


sistemas formales y cerrados, absolutamente homogéneos y
articulados. "economía", "política" y "cultura " son apenas
tres momentos internos de una misma totalidad social.
Gramsci rechaza las teorías funcionalistas, puesto que para
él los sistemas nunca se dan como en realidad práctica, sólo
en el papel, por eso son tan cómodos, fáciles, abstractos y
disecados, y nunca explican qué sucede en una sociedad
particular determinada.

Roberto Robles

Bibliografía

• Antonio Gramsci (1971) Maquiavelo y Lenin: Notas


para una teoría marxista. Editorial Nacimiento,
Santiago de Chile.
• Karl Marx, Prólogo de la Contribución a la crítica de
la economía política

• Georgy Lukacs Historia y consciencia de clase. Trad.


de Manuel Sacristan. Bs.As.: Hyspamerica, 1985, 2
vols.

• Francisco Fernández-Santos, “Marxismo como


filosofía “Cuadernos de Ruedo ibérico número dos,
París, agosto-septiembre 1965, disponible en
www.filosofia.org
AL FINAL SOMOS TODOS INDIOS

Indios; interesante concepto que sería bueno definir.

Etimológicamente indio significa, de la india y gracias a


nuestro conquistador, “viva el día de la raza” quien nunca se
convenció por completo que no había llegado a la india,
nosotros los nativos de América pasamos a llamarnos indios.
Entonces nosotros somos indios, o más bien nuestro
antepasados, aquellos que cargan con toda la tradición, ellos;
los originales que cada vez son menos gracias a nuestro
increíble esfuerzo por erradicar nuestro verdadero ser y
copiar indiscriminadamente algún modelo, el que sea pero
que provenga de afuera, no queremos quedarnos atrás!

Pero las definiciones de indio o india no terminan allí


popularmente se denomina indio a aquella persona falta de
modales y de tino, incapaz de relacionarse de manera
civilizada con el resto, casi un insulto y es que nunca he visto
a alguien alegrarse de ser llamado así, y bueno la verdad es
que tampoco he visto que lo utilicen con el fin de halagar.
Por qué nos cuesta tanto asumir nuestra procedencia, hemos
perdido nuestra cosmovisión, cada vez nos alejamos más de
nuestro modelo original y juzgamos a los que no están a tono
con el desarrollo. No podemos salir a la calle sin zapatos y
esperar no ser víctimas de miradas y cuchicheos, sin en
tender que los extraños son ellos, los que usan zapatos, los
que adoptan y se aferran de cuanta cosa aparezca y la
transforman en necesidad. Cuando se convirtió en eso, en una
necesidad, el tener un computador? En qué momento
perdimos la capacidad de jugar y creamos la televisión? Se
nos olvidó como caminar que si no es en colectivo o micro
(con lo caro que está el pasaje) preferimos no ir a ningún
lado.
Aplaudimos la llegada de mac donalds, los tratados de libre
comercio con naciones europeas y las ofertas aéreas para
visitar estados unidos o España pero nos armamos hasta los
dientes cuando se trata de “respetar nuestra soberanía” y
aumentar el impuesto de los productos argentinos (ojo por
ojo), nos carcajeamos en la cara de los que insinúan una
salida al mar para Bolivia ¿dónde quedó el sueño boliviarano
y por qué si se respetó el sueño del tío Sam? Cuando vamos a
entender que somos todos iguales y que esto no se trata de
quien tiene más ni de quien construye más alto si no de
respirar, detenernos por un momento y respirar. Respetar y
respetarnos. Sobre todo los habitantes de esta ciudad
tripartita. ¡¡Viva la tolerancia y la diversidad!! Si al
final…somos todos indios.

Javiera Vargas
SUPER JIROUS

¿Será que la poca realista televisión que nos exacerba la


imaginación o que nos coarta la creatividad nos ha hecho
creer que debemos esperar que sea un SÚPER HEROE el que
venga a velar por nuestras vidas y por nuestros intereses?

Realmente esperaremos que llegue el día en que poseamos


dotes heroísticos, que nos levantemos un día y podamos
volar…imaginémoslo un momento ¿cómo sería nuestro
cotidiano si cada uno poseyera un “súper don”? Si alguno
pudiera hacerse invisible, otros pudieran volar, otro grupo
tele transportarse, los de más allá trepar por las paredes o
saltar edificios…

Si cada uno de nosotros portara alguna de aquellas


cualidades… ¿sería el mundo perfecto? ¿Seríamos todos
súper héroes o súper pillos? ¿Usaríamos la invisibilidad para
robar en el súper? Seríamos obes@s morbid@s por tele
transportarnos a todos lados y ya no caminar? ¿Saldrían
volando l@s niñ@s cada vez que hicieran alguna maldad?

Mmm total habrían quince millones más de personas en chile


que también poseen esas cualidades y perfectamente podrían
dedicarse ell@s a salvar a la humanidad, a sacrificar su vida
por el bien. A luchar por la valoración de la mano de obra o
el trabajo artesanal. Dedicar su vida para luchar contra la
injusticia, contra la opresión. Si todos tienen la posibilidad de
hacer el bien; ¿que uno no lo haga, no va a cambiar el mundo
verdad?

O quizás sea justamente eso contra lo que tengamos que


luchar; contra el letargo, contra la comodidad, vencer la
costumbre de entregar nuestro destino a otros seres (que
tampoco tienen súper poderes), tomar las riendas de nuestra
vida y ejercer nuestro derecho a opinar, a confrontar. Pues ya
sea en ciudad gótica o en Arica, tener uno de aquellos
“DONES” va más allá de utilizarlos a nuestro antojo, traen
con ellos una responsabilidad social, y debemos dejar de
esperar que calcetín con rombosman, el chapulín colorado y
Mafalda sean quienes velen por nuestras vidas. Como dicen
por ahí; el secreto está en ocuparse no en preocuparse… Tal
vez las soluciones están al alcance de nuestras manos y no
requieren poderes mágicos. Tal vez estamos tan inmersos en
nuestro mundo individual que perdimos la capacidad de
ayudar y esperamos que las dificultades se arreglen
mágicamente por seres inventados (o reales) en quienes
depositamos toda nuestra confianza. Tal vez nos haga falta
creer un poco más en nosotros mismos y en nuestras
capacidades para así tomar conciencia del rumbo de nuestras
vidas y dejar de ser marionetas de nuestros “súper héroes”.

Javiera Vargas
NEO-REALISMO3

“Para que el arte pueda aproximarse al pueblo y el pueblo al arte,


debemos elevar primeramente el nivel cultural general”
-V. I. Lenin.

Mucho se ha especulado y muy vagamente sobre el arte


neorrealista. Por ello creo necesario decir algunas palabras al
respecto empleando el lenguaje directo en tan intrincado
tema. Hacer ver la luz abriendo las ventanas de par en par sin
mayor pretensión que la dictación de este momento de
transición, incierto y de desorientación general que vivimos.

Esta época de desorientación no debiera justificar la gran


inquietud por la búsqueda de una salida triunfal en que está
empeñado nuestro artista de hoy. En el artista de hoy, existe
una gran inquietud por una salida, por sacudirse el polvo y
renovarse. También se ha prestado (debido a carencias
económicas, falta de ayuda estatal) a evasiones y
divagaciones, especulando con lo subjetivo, abstracto,
cubismo, existencialismo, surrealismo, etc. Como señala
Garaudy los artistas “giran o cambian según los golpes de la
bolsa del mercado de la pintura” (1).

Para llegar al Neo-realismo, hay que salvar muchos


obstáculos. Es un proceso lento para dar con el camino, que
no se consigue de la mañana a la noche sin antes haberse
creado una conciencia, y dejar de lado estrechos conceptos
que pertenecen al pasado.

3
Transcripción literal de un manuscrito de un artista santiaguino de la
década del ‘40 del siglo XX, llamado Velardi (1917-1998), profesor de
grabado en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile.
A mediados del siglo pasado cuando la palabra Realismo
hacía temblar a la burguesía y a los hombres los median las
ideas, Gustavo Courbet puso por título la palabra Realismo.
Pasos dados en la pintura en oposición al academicismo. Ello
causó revuelo, pero trajo a otros colegas que lo siguieron por
este camino del terreno para convivir con la naturaleza y los
campesinos franceses.

Por esta misma época, como plantea Van Loon “Balzac había
concluido su gigantesco catálogo de todos los tipos sociales
que contribuían a hacer de la nación francesa lo que era.
Víctor Hugo, enemigo de la dictadura, se hallaba desterrado
en una de las islas del canal de la Mancha y no malgastaba
esfuerzo alguno encaminado a abatir las falsas apariencias del
imperio fantasma de Napoleón III”.

Estos hechos de artistas franceses tomados al azar, son


escalones para la construcción que debemos realizar por
medio de una unidad de acción, conciliando la teoría con la
práctica. También es fundamental el conocimiento de la
técnica, altamente desarrollada, a través de cuyo contenido
debe lograrse una verdadera expresión.

El arte es el lenguaje que imprime cada uno de acuerdo a


capacidad y realización creadora. Desde el nacimiento del
arte, éste ha sido una forma de expresión, una herramienta de
lucha, ya sea por el medio de vida, por las condiciones
económicas o bien por el aspecto político o religioso.

La evolución creadora personal e individualista, es más que


todo el reflejo de un estado anímico, que generalmente
conduce a formas y contenido superficiales encerrándolos en
un egoísmo de marfilista.
El ser humano (artista), recoge sus experiencias para expresar
su sentimiento (ideal), plasmándolo en una obra artística.

Si retrocedemos y nos detenemos en la historia del arte


podemos ver que existe una evolución muy marcada, que
señala una etapa en la vida social de los pueblos. De acuerdo
a la vida de sus necesidades espirituales y materiales del
hombre, se puede constatar desde las primeras pinturas y
bajo-relieves encontrados en las cavernas de Europa, como
así mismo, herramientas o instrumentos de caza, tallados en
piedra son la fiel expresión de la época. Hasta nuestros días el
arte ha sido la expresión del medio.

El Neo-realismo encausa el arte por un camino más definido,


es la expresión de la comunidad. La explotación del hombre
por el hombre, la liberación económica de los pueblos, las
guerras, luchas por un mejor sistema de vida, etc., no pueden
pasar desapercibidos para el músico que escucha el clamor
popular. El pintor ve las angustias, injusticias y miserias de la
clase trabajadora. El poeta capta en forma de ritmo el sudor
del campesino por su árido sustento. También para el
novelista no es difícil intuir la plasmación de sus personajes.
“Escribir para el pueblo en forma inseparable”, dice Mao Tse
Tung, herramienta necesaria para conocer y comprender a los
hombres y el mundo.

El artista ante todo es un hombre y como tal con sus


diferentes debilidades biológicas, hoy día quiéranlo o no, se
encamina, aunque por diferentes senderos, ya sea más largo o
más corto hasta encontrar la expresión de sincerarse a sí
mismo. ¿Es posible permanecer indiferente? ¡No podemos
cruzarnos de brazos!, debemos tomar las herramientas
necesarias y gritar junto al clamor popular con nuestros
medios y así marcaremos también las páginas de la historia
por la Liberación Nacional y aún más, con mayor perspectiva
sobre el horizonte.

Víctor Hugo escribía en una de sus cartas: “Los problemas


sociales sobrepasan las fronteras”. Y por otro lado dice:
“¡Decrecería el arte por haberse ampliado! No, un servicio
más. No hay que temblar por ver los brazos de la musa
terminar en manos de sirvienta”.

Estos conceptos vertidos en el siglo XIX por el notable poeta,


bien pueden ajustarse a la pintura contemporánea de Méjico
que es el producto de una revolución social. Tanto la pintura
de caballete como especialmente los murales, son fiel
expresión del vigor de un gran pueblo. Los murales
mejicanos trascienden las fronteras por su proceso de trabajo
creador práctico.

El grabado es el vehículo que da las condiciones, por tener


más fuerza expresiva debido a los contrastes de luz y sombra,
como así mismo la técnica que se aplica.

La forma es un medio de expresión, para aplicar lo


económico dentro de lo nacional, sea lo folklórico, lo
autóctono, el esfuerzo del hombre en contacto con sus
labores, etc.

El contenido es la interpretación universal de los pueblos que


generalmente siempre tienen una relación entre sí. Por
ejemplo: la lucha por la coexistencia pacífica.

La composición o la forma es el vehículo para lograr un


contenido de una verdadera expresión. No se trata de pintar o
interpretar como una fotografía casual, de hecho faltará en
este caso el carácter dinámico del original. Tampoco en la
obra de arte se trata de la realización hacia el affichismo o lo
ilustrativo, si es que se desea conseguir una obra seria.

El arte sin sentido humano es una evasión de la realidad. El


artista es ante todo un hombre y luego artista. Conseguir este
objetivo se puede conseguir por medio de una interpretación
materialista del desarrollo artístico de la humanidad en el
presente. Joseph Billiet plantea que “Toda forma social
completa y acabada debe encontrar en el arte la expresión de
la ideología que la inspira, y los hombres cuyo esfuerzo,
amor y voluntad han construido y mantienen la armonía de
esta formación deben reconocer su sociedad y, por la
conciencia que de ella tienen, así, directamente, profundizar
la ideología, surgida de su necesidad, que los guía y hace la
grandeza de sus realizaciones”.

Así tenemos que en todas partes se está llevando una batalla


consciente por salir del caos incierto, por la superación del
arte en relación al medio, vibrando junto al pueblo en sus
problemas que también son los nuestros. Finalmente señalo
unas notas de Piet Mondrian:

“El proceso de la humanidad estriba en la conquista


de la opresión y es paralelo al progreso del arte. La
opresión es destructiva de por sí, pero opera sin que
la humanidad le oponga su perpetua resistencia […]
y de esta manera nos capacitamos para ver su
necesaria función en nuestra vida.”

Velardi

(1)- Las frases entre comillas pertenecen a los autores que las
preceden.
RESEÑAS
(Algunas)

Ernesto Alaimo: (La Plata, 1986) es un artista totalizante,


que incursiona en todos los lenguajes, géneros y estilos. Entre
sus libros se destacan Diccionario Sinfónico (2016) y
Alquimia para principiantes (2006). De su música, Las cintas
perdidas (Orfeo Vuelve).

Olivia Contreras Cáceres: caminante del cielo cristal,


realizó estudios universitarios de arquitectura en Valparaíso,
posteriormente se tituló de psicóloga en la Universidad de
Tarapacá.

Carolina Cortés Silva: Nacía en Santiago, cuando


veintitantos años después entré a estudiar Filosofía, la verdad,
como que no funcionó, así que agarré mis cuatro pilchas y me
vine al desierto, aquí construí de todo, especialmente arte, y
por supuesto mi profesión de profesora de Historia y
Ciencias Sociales que amo tanto. Soy miembra fundadora
del Colectivo Cultural La Rueca y actual presidenta, en mis
ratos libres las hago de profesora (la mayoría del tiempo) y el
resto de mi vida pienso en qué locura artística hacer (a veces
me resulta), otras peleo con mis amados amigos. No coloco
la fecha aproximada de defunción porque no pienso
morirme... todavía. [Reseña de 2007, Nota del Editor]

Jose Luis Dávila: miembro del “Grupo de Investigación en


Psicoanálisis Françoise Dolto” y “Movimiento Psicoanalítico
del Sur”.

Sardanápalo: ¿una reseña? mi nombre es Pablo Durán


Palacios, soy Licenciado en Filosofía de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso. He publicado poesías y
minicuentos en la revista "Poiesis" y "Krasis" del Instituto de
Filosofía de la misma PUCV y publiqué también años atrás
en Literartes. [Reseña de 2007, Nota del Editor]

José Segura Ayarza: Más que nacido, esculpido por aquellos


años ochenta. Hijo de tantos hombres y mujeres…
Verdaderos Quijotes y Sybilas de la escena. Modelado en la
irregularidad de la roca tarpeya por un dios torvo y sombrío,
quien diariamente golpea al diapasón de un rupestre ritmo.
Llevando la gran obra en perfecta armonía con la naturaleza,
nuestra madre común…Labrar las palabras en amoratados
tonos, en busca de la piedra bella. [Reseña de 2007, Nota del
Editor]

Markos Quisbert Valencia: (1981) Nacido en Arica,


actualmente estudia Lenguaje y Comunicación en la UTA. Su
obra Prospectivas de crissolo fue favorecida por la Beca del
Consejo del Libro y la Lectura para Escritores categoría
Novel (2003). Ha participado en los encuentros: “Atacama
poesía”, Copiapó (2004), “Poquita fe: Encuentro de Poesía
Latinoamericana Actual” (2006). [Reseña de 2007, Nota del
Editor]

Darío Lafferte: alumno de Ingeniería de la UTA. Con las


letras he tenido uno que otro encuentro, en varios concursos
que participé y uno que otro por el cual recibí un diploma, un
apretón de manos y un “muy bien, gracias”, al inicio de mis
estudios. Así que luego de eso escribí sólo para mí, para no
olvidar las ideas, los sueños y los inventos. Pero sin querer
encontré las tertulias del bar 303, para luego conocer en
persona a las Literartes, participar con ellas y conocer otras
palabras, otros sueños, otras ideas. Por otro lado, lo que no
escribí, lo hice de una u otra forma. Soy músico de ganas y
mucha pachorra, integro al grupo “Maitas” y participé de
varias bandas y de otras que no alcanzaron a serlo. Soy
también integrante a mucha honra del Colectivo “La Rueca”,
con quienes he participado de variadas actividades y
realizamos el proyecto audiovisual “¿Cuánto vale una
Luca?”, muestra fotográfica, pictórica y de material
audiovisual. Y ahora de vuelta a las Literartes. [Reseña de
2007, Nota del Editor]

Mónica Miranda Cruz: Alumna en práctica de psicología de


la Universidad de Tarapacá. Perteneciente a la productora
audiovisual Velocet. Co-escribió y produjo el cortometraje
litio. Actualmente está como productora en el cortometraje
Por Olvidar y próxima a co-dirigir su cortometraje Dolores.
Investigadora del mundo de las cuncunas:
www.fotolog.com/todocuncunas. [Reseña de 2007, Nota del
Editor]

Ernesto Roberto: (Buenos Aires, 1940), ha publicado los


siguientes poemarios “Buenos Aires, Amor y Sangre” (Ed.
Albenda, 1981); “De la Espada y la Rosa” (Ed. Albenda,
1983); “Los pies cansados” (Ed. Albenda, 1985); “23 Poemas
y Otros Ensayos” (Ediciones Anzilotti, 1989), y “Poemas /
Metapoemas” (Ediciones Del Dock, 2006); “Notas para un
ensayo sobre Charles Baudelaire” (Editorial Dunken, 2015);
“Notas Para Ocho Ensayos Inconclusos” (Editorial Dunken,
2017).

Roberto Robles: es estudiante de Antropología en la


Universidad de Tarapacá y militante de la agrupación de
estudiantes marxistas Las Armas de la Crítica. [Reseña de
2007, Nota del Editor]

Álvaro Valverde: Siempre reconocido por su gordura y una


distinguida nariz. Entre sus hábitos y costumbres se encuentra
la lectura y la ingesta de bebidas alcohólicas en exceso. Sus
últimos esfuerzos como escritor, guionista y payaso de circo
imaginario, se han enfocado en descubrir nuevas formas para
acabar de una vez por todas con la cultura y sus derivados.
[Reseña de 2007, Nota del Editor]

Velardi: (Santiago, 1917 - 1998).

José Miguel Villegas Robertson: Poeta por probable


maldición de alguien o algo, casi-psicólogo quien sabe
porque, residuos de deportista, padre de familia y obsesivo
por temporadas… amante de su Arica, acostumbrándose
(aguantando) en Iquique, medio niño medio adulto, pensando
en mi angelito todo el día y pensando en ella casi todo el
día… escribo cuando algo me dice que debo hacerlo, y no
cuando alguien me lo pide… [Reseña de 2007, Nota del
Editor]

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