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El Triángulo Del Proyecto

Es un conjunto de actividades planificadas, ejecutadas y supervisadas que con recursos finitos


tiene como objeto crear un producto o servicias públicos. El triángulo es conformado por tres
factores:

Tiempo: es la fecha límite de un proyecto

Costos: son todos los recursos para llevar a cabo un proyecto tales como las personas, el
equipamiento material o cualquier insumo que requiera recursos financieros. Para todos los
proyectos el costo una delimitación restrictiva. Solo algunos proyectos no estarán sujetos a un
presupuesto.

Ámbito/alcance: el ámbito del producto describe la calidad, características y funciones del


producto (con frecuencia de manera detallada) los documentos que esquematizan esta
información se denominan especificaciones del producto, también describe el trabajo requerido
para lograr el objetivo producto o servicio del proyecto con el ámbito previsto del producto.

Un lado del triángulo no puede ser modificado sin impactar a los otros, además estas
restricciones son competidoras entre sí, por lo que debemos de buscar un balanceo de acuerdo
a los recursos con los que contamos. Una restricción fuerte de tiempo, implica altos costos y
menores alcances. Un proyecto muy ambicioso implica un aumento en el tiempo y el costo. Y
un bajo presupuesto, implica pocos alcances y tiempo extenso de desarrollo.

La regla es que aumentar uno de los lados de este triángulo, implica una disminución en los otros
dos lados del mismo. Por lo que es preciso saber con qué contamos y que queremos para
obtener un buen balance y evitar así, proyectos desastrosamente fracasados.

Por ejemplo, si contamos con poco capital, tenemos que decidirnos por el tiempo o por la
calidad. De igual forma, si tenemos poco tiempo, tenemos que decidir entre realizar un proyecto
costoso, pero con buena calidad o uno barato, pero de calidad regular.

En este proyecto bajamos los costos, nos afecta haciendo que el proyecto sea más tardado y
calidad media.

Pero en este caso requerimos de alta calidad, por lo que incrementando esta restricción y
manteniendo la de costos, hace que el proyecto requiera de mucho tiempo de realización.

La regla es que no podemos tener más de dos restricciones elevadas, por lo que, para disminuir
el tiempo, tenemos que aumentar los cotos, o bajar la calidad del proyecto.

Un gerente siempre va a pedir calidad suprema, tiempo mínimo y costos bajos, pero como
desarrolladores tenemos que poner siempre la perspectiva correcta y planear tomando en
cuenta este triángulo, buscando siempre el mejor balanceo posible.
Principios de rendimientos decrecientes
La Ley de los rendimientos decrecientes (también llamados rendimientos marginales
decrecientes) es la disminución marginal del incremento del producto o servicio (por unidad) en
un proceso productivo conforme se añaden nuevos factores productivos.

La ley de rendimientos decrecientes de los procesos productivos afirma que la adición de un


nuevo factor de producción, manteniendo todos los demás constante (ceteris paribus), hará que
el rendimiento que añade ese nuevo factor sea menor que el que añadió el anterior. Esta sigue
las mismas premisas que las leyes cobre costo marginal creciente e ingreso marginal
decreciente.

Por ejemplo, el uso de fertilizantes aumenta la producción de cultivos en las fincas y en los
jardines, pero en algún momento, la adición de más fertilizantes mejora el rendimiento en
menor medida por unidad de fertilizante, y cantidades excesivas de fertilizantes pueden incluso
reducir el rendimiento. Otro tipo común de ejemplo es la adición de más trabajadores a un
trabajo, como el montaje de un coche en una fábrica. En algún punto, la adición de más
trabajadores causa problemas porque se molestará mientras hacen el trabajo.

Aunque el producto marginal de la mano de obra disminuye a medida que la producción


aumenta, los rendimientos decrecientes no significan rendimientos negativos hasta que (en este
ejemplo) el número de trabajadores es superior a las máquinas disponibles o espacio de trabajo.
En todos estos procesos, producir una unidad más de producto por unidad de tiempo
eventualmente costará cada vez más, debido a que los insumos se utilizan cada vez de forma
menos eficaz.

En principio fue utilizada para entender el aumento de los precios agrícolas en la Gran Bretaña
del siglo XVIII. De hecho, el ejemplo clásico al que siempre se recurre para una explicación más
concreta de su postulado es el de la parcela de tierra:

-En la parcela se cultivan lechuga y maíz. Su labranza implica un aumento de la producción de


estos dos productos.

-Una segunda y una tercera labranza hacen progresar aún más la producción, algo que se
traduce en mayores beneficios para sus propietarios.

-El nivel de producción aumenta varias cosechas más.

-Sin embargo, a partir de la sexta o séptima cosecha el nivel de producción de lechugas y maíz
apenas registra un leve crecimiento.

-De hecho, en una novena o décima cosecha la producción es la misma. O sea, ha llegado a un
punto en el no puede aumentar más.

-El agotamiento del suelo es evidente. Cualquiera que sea la unidad de trabajo implementada,
la producción de lechugas y maíz se mantendrá.

-Los productos estabilizan su radio de consumo.

-Si los propietarios de la parcela invierten más recursos en la producción (por ejemplo, la
contratación de un nuevo trabajador), el precio de los productos irá al alza sin que esto suponga
un aumento en el número de lechugas.
Rendimientos decrecientes: otras consideraciones

Ahora bien, también lo es que la ley de rendimientos decrecientes exige que se cumplan ciertas
condiciones del entorno:

Los factores de producción deben ser homogéneos. Por ejemplo, en el caso de la parcela, la
cantidad de tierra cultivable es siempre la misma. O la dependencia de los trabajadores, que
excluyen la opción de una labranza tecnificada.

La situación requiere estabilidad. No pueden introducirse otros medios técnicos que supongan
alcanzar nuevos rendimientos crecientes, tal como sucede actualmente en muchos sectores de
la industria. Con el ánimo de aumentar sus rendimientos y sus índices de producción, muchas
empresas recurren a tecnologías o infraestructuras que rompen la linealidad de la ley de
rendimientos crecientes.

Los factores de producción nunca van solos. Es decir, siempre que se recurre a uno nuevo, éste,
invariablemente, está ligado a otro. Los trabajadores contratados para labrar la parcela
suponen, por ejemplo, costes en materia de seguridad social y laboral y capital técnico
(herramientas, utensilios, uniformes, entre otros).

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