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Costos: son todos los recursos para llevar a cabo un proyecto tales como las personas, el
equipamiento material o cualquier insumo que requiera recursos financieros. Para todos los
proyectos el costo una delimitación restrictiva. Solo algunos proyectos no estarán sujetos a un
presupuesto.
Un lado del triángulo no puede ser modificado sin impactar a los otros, además estas
restricciones son competidoras entre sí, por lo que debemos de buscar un balanceo de acuerdo
a los recursos con los que contamos. Una restricción fuerte de tiempo, implica altos costos y
menores alcances. Un proyecto muy ambicioso implica un aumento en el tiempo y el costo. Y
un bajo presupuesto, implica pocos alcances y tiempo extenso de desarrollo.
La regla es que aumentar uno de los lados de este triángulo, implica una disminución en los otros
dos lados del mismo. Por lo que es preciso saber con qué contamos y que queremos para
obtener un buen balance y evitar así, proyectos desastrosamente fracasados.
Por ejemplo, si contamos con poco capital, tenemos que decidirnos por el tiempo o por la
calidad. De igual forma, si tenemos poco tiempo, tenemos que decidir entre realizar un proyecto
costoso, pero con buena calidad o uno barato, pero de calidad regular.
En este proyecto bajamos los costos, nos afecta haciendo que el proyecto sea más tardado y
calidad media.
Pero en este caso requerimos de alta calidad, por lo que incrementando esta restricción y
manteniendo la de costos, hace que el proyecto requiera de mucho tiempo de realización.
La regla es que no podemos tener más de dos restricciones elevadas, por lo que, para disminuir
el tiempo, tenemos que aumentar los cotos, o bajar la calidad del proyecto.
Un gerente siempre va a pedir calidad suprema, tiempo mínimo y costos bajos, pero como
desarrolladores tenemos que poner siempre la perspectiva correcta y planear tomando en
cuenta este triángulo, buscando siempre el mejor balanceo posible.
Principios de rendimientos decrecientes
La Ley de los rendimientos decrecientes (también llamados rendimientos marginales
decrecientes) es la disminución marginal del incremento del producto o servicio (por unidad) en
un proceso productivo conforme se añaden nuevos factores productivos.
Por ejemplo, el uso de fertilizantes aumenta la producción de cultivos en las fincas y en los
jardines, pero en algún momento, la adición de más fertilizantes mejora el rendimiento en
menor medida por unidad de fertilizante, y cantidades excesivas de fertilizantes pueden incluso
reducir el rendimiento. Otro tipo común de ejemplo es la adición de más trabajadores a un
trabajo, como el montaje de un coche en una fábrica. En algún punto, la adición de más
trabajadores causa problemas porque se molestará mientras hacen el trabajo.
En principio fue utilizada para entender el aumento de los precios agrícolas en la Gran Bretaña
del siglo XVIII. De hecho, el ejemplo clásico al que siempre se recurre para una explicación más
concreta de su postulado es el de la parcela de tierra:
-Una segunda y una tercera labranza hacen progresar aún más la producción, algo que se
traduce en mayores beneficios para sus propietarios.
-Sin embargo, a partir de la sexta o séptima cosecha el nivel de producción de lechugas y maíz
apenas registra un leve crecimiento.
-De hecho, en una novena o décima cosecha la producción es la misma. O sea, ha llegado a un
punto en el no puede aumentar más.
-El agotamiento del suelo es evidente. Cualquiera que sea la unidad de trabajo implementada,
la producción de lechugas y maíz se mantendrá.
-Si los propietarios de la parcela invierten más recursos en la producción (por ejemplo, la
contratación de un nuevo trabajador), el precio de los productos irá al alza sin que esto suponga
un aumento en el número de lechugas.
Rendimientos decrecientes: otras consideraciones
Ahora bien, también lo es que la ley de rendimientos decrecientes exige que se cumplan ciertas
condiciones del entorno:
Los factores de producción deben ser homogéneos. Por ejemplo, en el caso de la parcela, la
cantidad de tierra cultivable es siempre la misma. O la dependencia de los trabajadores, que
excluyen la opción de una labranza tecnificada.
La situación requiere estabilidad. No pueden introducirse otros medios técnicos que supongan
alcanzar nuevos rendimientos crecientes, tal como sucede actualmente en muchos sectores de
la industria. Con el ánimo de aumentar sus rendimientos y sus índices de producción, muchas
empresas recurren a tecnologías o infraestructuras que rompen la linealidad de la ley de
rendimientos crecientes.
Los factores de producción nunca van solos. Es decir, siempre que se recurre a uno nuevo, éste,
invariablemente, está ligado a otro. Los trabajadores contratados para labrar la parcela
suponen, por ejemplo, costes en materia de seguridad social y laboral y capital técnico
(herramientas, utensilios, uniformes, entre otros).