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,

Bolsillo Era
Chris{ophcr Dornín[(ucz Michacl
I'ROFE'1AS DEL PASADO
CIIRISTOPHER DOMíNGUEZ MICHAEL

PROFETAS
del
PASADO
Quince voces de la historiografía
sobre México

Ediciones Era ,--C&,


A JIón ,)'r:ntO

Edición original: Bih!ioleca Era, 2011


Prillwra edición en Bolsillo Era: 2015
DR © 2015, Ediciones Era, S.A. de c.v.
ISBN: D7H-()07-445-397,,3
Calle del Trab<~jo 31, Cul. La Fama, Tlalpan
142@ México, D.F.
Impreso y hecho en M{~xi('o
PrinlNl (mrl )//(ult' in Mt;xim

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in (w.I'Jófm, withouf w)'il/(!III)l!nnissiol1 fimn ti/(! jJ1/blisllf!/:\'.

www.cdicionescnLconl.mx
Índice

Agradecimientos, 1]
Prólogo, J g

1. Miguel León-Portilla: 2500 ,Ú10S de literatura, 39


]1. Christian Duvcrgcr en su isla, 67
llI. Rodrigo Martíncz Baracs: "La verdadera rcvoluci{¡n
fue la Conquista", 97
IV. Guilhelll Olivier: los 1,lIsos presagios, 127
V. Eduardo Matos Moclczullla y las parad(~jas de! azlc-
quislllO, ] (1:3
VI. I--Jugh 'T'homas y su máquina del tiempo, lbl
VIL El dominio aLhíntico de John H. Elliott, 1117
VIII. El orbe de David A. Brading, ~ 19
IX, Guillermo 'I,,,,ar de 'l,:resa: el esplendor de la Nueva
Espaila, 2T3
X. Brian R. I--lalllllclt: "No SOl) comparables J B10 Y 1910",
2(j~

XI. Eric Van Young: "¡Viva la bola!", 2Hl


XII. Fricdrich Ka!z: "Villa se aparece en mis sucilos", :309
XlIJ. El Leviat;Ín de papel según A1an Knighl, 333
XIV, .lean Me)'e!' o la libertad religiosa, ;El3
Xv. Enrique Krauzc: "Toda historia es contemporánea", 381

Bibliografía selecta, tJ 1~1


Índice onom<lstico, 419
Agradecimientos

Durante 2010 se conmemoró el centenario de la Revolución


mexicana y el bicent.enario de la Independencia de México.
Pensando en ello, EnriC}ue Krauzc y Ricardo Cayuela, direc-
tor y jefe de redacción de I,dras I,ibn~s, me invitaron a hacer,
durallt.e ese aúo, una entrevista mensual a algunos de los
nús importantes entre los historiadores q\le, mexicanos y
CXlr<u~jeros, ¡Jan escrito obras decisivas sobre nuestra his~
lOria. Se trató de que la doble conmcmoración de 1810 y
j 910 les permitiese no sólo hahlar de aquellas revoluciones
sino remontarse al Virreinato y al mundo lllcso<lmericano,
lo mismo que reflexionar sobre el presente y el futuro de
México y de su historiografía.
Conversé -en el orden original en que aparecieron las
cntrevistas en l.etras Libres- con David A. Brading, Migue!
León-Portilla, .lean Meyer, Christian Duvergcr, .1ohn H.
Elliot1., Hugh Thomas, Alan Knight, Brian R. l-JamncII, Eric
Van Young, Guillermo 'rovar de Teresa, e! hnado Friedrich
Katz, Eduardo Matos Moctezllllla y Enriquc Krauze. Algunas
de esLas conversaciones forman parte de la serie de tdevi-
sión La Conquista (Clío TV), dirigida por Nicolás EchevarrÍa.
y a Pn~fi:trL)' del /Jasado aúadí otro par de conversaciones, las
sostenidas con Guilhem Olivier y Rodrigo MarLÍnez Baracs,
reali,,;adas exclusivamente para la serie. Estas quince COll-
versaciones fueron todas ellas revisada,:;;,'!X. autorizadas por

11
los his{Oriadores para aparecer (,Jl este libro. Todas, salvo la Prólogo
de Lord Tllomas, que Iradl~jo Tallya J-IuJllingtoll, se reali-
zaron origillalmente en espal-lOl. Les doy las gracias a Lodos
por el tiempo que me dierol1 y pOI' la gellerosidad ele sus
rcspUcsl;\s.
Les agradezco a Enrique Krauzc y a Ricardo CayucJa esa
invitaciún, que hoy cohra \lna n\lcva forma en este libro, lo AprelldÍ mucho de los quince historiadores que entrevisté
mismo que a Nicolás EchevarrÍa y Andrea MarlÍnez Baracs, durante 2010 Yfueron lllUy variadas las ideas, los argumentos
Vivian<l J'vlol.ta y Rocío Covarrubias (del equipo de Clío TV), y las im,í.gcnes d(~iadas por ellos en mÍ. 1521, ] B10, 1821, 1910
Nick Calori en Londres y Diego Scdano en Los Ángeles. desf-ilanin ante los lectores: recllas simbólicas, anivel'sarios
redondos, númcros quc se repiten. Entre lo más emocionan-
CD1\J, CoyoélGÍll, primavera de 201] te estuvo volver él ver, de la mano de ellos, ese aconteci-
miento histórico absoluto que fue la Conquista de México.
Los historiadores que he reunido en Pndétas del ¡Jasado
consideran perfecto, en t{;l'minos historiogrMicos, lo ocurri-
do entre las primeras noticias recibidas por Moctezullla 1I,
hacia] 51 O, de las circunvalaciones realií',adas, allá lejos en
el mar Caribe, por los extrailos visitantes, hasta el desas-
trado regreso de Hernán Cortés de la expedición a las Hi-
lmeras en 1525. De la Conquista de México lo sabemos casi
todo, a diferencia, por (~jemplo, del misterio de la predica-
ción de Jesucristo en los confines del imperio romano o de
las dudas sobre si realmente Marco Polo llegú a China. A la
perfección hist.oriográfica se suma la perfeccióll dramática:
todo aquello que precede a la caída de México-Tenochti-
tlan está entre las rm:iores historias jamás narradas.
Ocurrida hace quinientos a11os, la Conquista de México
está ricamente documentada gracias al testimonio de los
conquistadores y de los frailes misioneros que los siguie-
ron. Tenemos, además, mucho -llullca~:Ylkien1.e: ya se sa~

12 1'1
Prólogo

be que la historia la escrihe)) los vcnccdores- de lo que gllcrras de conquista son ahominables. Pero, entre los aquí
IVligucl León-Portilla llamó "la visión de los vencidos", pues entrevistados, nadie calificó lo oCllrrido entre J ::J92 y la
el cristianismo fue semhrado sobre la tierra fértil de una Conquista del PerlÍ como un genocidio, si por genocidio
civilización vencida pero no desaparecida. Pocos ;lIJOS des- se Cll!iclldc la destrllcción deliberada y sistemática de Ull
pués de la consumación de la Conquista -en un mérito grupo de personas l.ai cual lo establecieron los juristas de
que algllnos historiadores le atribuyell a Cortés- había na- Núrcmhcrg. Si la justif-icación conceptual de las guerras
cido sobre las minas del imperio azteca otro país, la Nueva de conqllista suele ser (~jcna a un siglo como el XXI, que tie-
Esp;u1a. ne a los derechos humanos ell el centro de su filosofía mo-
En Prq/d.as deljJfl.sado se discute nl<Í.s sobre la naturaleza ral, tampoco el sacrificio realizado por los aztecas y la gran
ele la sociedad azteca que sobre el saldo de la Conquista. Es mayoJ'ía de I()s pllcblos lllcsoamcrican()s ptlcde ser mencio-
natural que así sea: las cOllmemoraciones del quinto cell- nado sólo como una característica cl1lt\\ra1 y religiosa. No se
tenario de aquello que -otra vez melllorablel1lentc- balllizó puede aplicar a una cosa el relativismo y a otra no, pues ello
León-Portilla COlllO el "encuentro de dos mUlldos" fueron equivaldría ajustüicar los ex1cnninios vigesÍlllicos como fc-
muy distintas a las de un siglo atr<Ís, cuando en 1892 b Fil" IlÓmCl10S híSI.ÚI'icos e idiosincrásicos. En nomhre de una
ropa de la Bella I;:poca se f'est<jaba a sí misma por haber !lloral \\niversal, la del Evangelio, Bartolomé de las Casas
llevado el progreso al Nuevo Mundo. En 1992, al contrario, denunció la destrucción de las Indias, convirtiéndose en el
se habló de etllocidio" de cat<Ístrofe epidemiológica, de la primer h{~roe moderno que el Nuevo Mundo le ofreciú a la
culpa de Occidente. De la diferencia entre la historiograf'ía historia, tal cual lo destacan, en Prr~lf'fas del pasado, David A.
del colonialismo y la que le sigllió nos hablaJohn H. ElliotL; Brading y I-Iugh Tholl1as.
él considera que ya estamos en otra etapa, aquella qlle re- (:\lando Cortés clltró a 'n~noclltitlan en ] 519, el sacrificio
chaza el extremo inverso, la idealización de las sociedades conslllnÍa de manera periódica (y creciente) miles y miles
precolombinas. Creo que a todos los historiadores aquí in- de seres humanos. Era el motor, como lo subrayan Christian
quiridos les preocupa, hegelianall1cnte y 1l1,ís alb de Hegel, Duvcrger, Guilhcm Olivier y Rodrigo Mar1.Ínez Baracs, de
una hist.oria universal capaz de incluir, en igualdad metodo- \lJl Estado belicoso y militarista que aterraba a sus súbditos,
lógica, a las civilizaciones Il1csoalllericanas, y entre las con- a sus aliados y a sus enemigos. Esa práctica companida se-
secuencias de asumir esa responsabilidad estú el examen de gún lo prueban los descuhrimientos arqueológicos más
los aztecas, que no fueron Ulla aberración histórica, pero recientes, por los mayas y los teotihuacanos, ant"l1''¡o exalta-
tampoco los habitantes de un paraíso acuático. dos como !mcblos de pacíficos astrúJogos- se explicaba por
Tras las rnatanzas illdustriales del siglo xx, casi ningún la economía religiosa que hacía de la sangre el alimento
historiador evade la obligación moral de decir que todas las indispensable de los dioses, como lo explifW Duverger en ],(J.

l!í
.flor Ida! (lmn) y lo confirmó en nuestra conversación. La sona1es se tambalean ClIando excUrSiOll<lIllOS en tierras, aun··
hip6tcsis calórica de Michac1 Harner, que haría del azteca que vecinas, !lO dcl1.odo propias.
un reino caníbal, dispensador de proteína animal para sus A lo largo de Pn?/é!as de! j)(J.sado, Ddverger y después de
súbditos, a Olivier le parece absurda, mientras que Mart.í~ él Olivicr y Martínez Baracs, influidos por el Montezmna,
nez Baracs pide no descartarla de1l.Odo. OH l'AjJogée pt la chute de l'o1/jJin: Aztlu}q11..e (1994) de Michel

Quienes proyectaron -siguiendo la tradiciún de Ángel Graulich, consideran con mayor frialdad la reacción de Moc-
María Garibay K.-- la cultura náhuatl como un tipo autóc- tezuma 1 y Sil corte frente a los invasores. Para todos ellos (y
tono de humanismo chlsico han retrocedido entre los histo- para Elliou y Eduardo Matos Moctezmna) han quedado de-
riadores, si es que opiniones como las de Duverger, Elliott, sacreditados los celebérrimos presagios que hahrían at.or-
Thomas, Olivier y MarLÍnez Baracs representan el ánimo mentado al emperador ,nteca predisponiéndolo a creer que
general. Es notoria la iJlfluencia -11l;ts visible, como es ob- Cortés era Quetzalcóatl o un enviado de éste. Esta seculari-
vio, entre los franceses- de una visión posestructuralista, zación le quita al drama Ulla parte de su trasfondo metafísico
"antihumanista", de Mesoarnérica, en que Georges Bataille y lo convierte, en esencia, en una derrota militar y tecnoló-
y Claude Lévi-Sl.ranss imperan sobre el padre Garibay )' gica, cuya principal causa, empero, fue la h<'íhiJ alian7.<l que
I,eóll-PortjJla: la guerra permanente, el sacrificio, cllllilitaris- l(:~iió el conquistador con los enemigos de los aztecas cami-
1110 conHgurarían sociedades cuyo arte deslumbra a todos, no de Tenochtitlan.
sin excepción. Creería yo que la visión de José Clemente La sociedad azteca, suhrayada su crueldad, aparece co-
Orozco ha opacado un tanto la de Diego Rivera, rec{)rdan~ mo una rnáqllina de guerra porque vendió cara su derrota,
do el contrast.e que Octavín P<1/, hiciera entre la ritualidad de contrastando la imagen doliente que d(~jaba la narración
la muerte azteca, asociada al asesinato anónimo de la gue~ que va del emperador supersticioso a la leyenda numantina
rra Jlloderna, en el primero, y a la sensualidad, el colorido, emanada de Cuauhtémoc en el sitio de Tcnochtitlan. Y si a
tan emocionante, en el segundo. ello le agregamos la polémica nahuatJizaci6n de todo el ho-
Propongo a Jos lecto:res, sólo en mi papel de moderador rizonte 111esoamericaIlo propuesta por Duvergcl~ los nahllas
entre eruditos, algunas consecuencias que atisbé de los aparecen C01110 el pueblo hegemónico desde 111ucho antes
efectos del llamado "giro lingüístico" del posestructuralis- de la Conquista. Y así, los aztecas d(;~jan de ser un occident de
mo s()hre la Ilistoria mesoarnericalla. Debo confesar -ant.cs- jmn;oun en la crónica multicultural, herodotiana, de Mésoa-
que lo que en literatura suelo ver con desconfianza y hasta
1 Hemos respetado la decisión de cada UllO de los historiadores de
desdén -las teorías derivadas del csLrucmralismo- en histo- llamar :rVloctezlllll<l o MotcCllhzoma al cmperador. Igualmelltc, algunos
ria me pareció refrescante, lo cual acaso rdh-:ja que no soy se refieren a los aztecas como mexicas y viccversa. En otras ocasiones
tan decimonónico como quisiera, o que las ortodoxias per- hablan, nüis en general, de llalmas.

16 17
Prólogo

mé ri ca , pa ra q ueda r en su síntes is m,,]s ex tre ma yacaba- sos del imperio azteca, mal d ice n a la Ma lin ch e d esd e fin es
da. Todo cllo nos prese nta la aztecolalría de l nac ionalismo de! siglo XVI, mu cho ~lIltes de qu e la a na te mi zara e l pa triotis-
mex ica no - mostrada por Paz e n Posdata (1969) al exa minar mo mex ican o. La he ri da es rmÍs vieja y hl marca , imbo rrabl e.
e l Musco Nac io nal de Antro po logía y aquí recordada po r y tal co mo se lo come nté a vari os de los hi storiado res, e l

Matos Moctezuma- paradójicam e nte más fortal ecida d e lo cambi o más no tabl e, qu iá , e n e l ú ltim o med io siglo d e la
qu e es ta ba cuando impe raba n visio nes me nos be li cistas, co- h istoriog ralla mexican a es o tra absolución , la de Cortés, so-
mo la d e Leó n-Portilla, qui e n de be dec irse, sig ue sie nd o e l bre todo tras el ¡·/(fm án Cor lés ( 1990), de José Luis Manínez.
g ran h umanista rom ántico q\le el Méx ico antig uo pedía a gri- Con su proverbial prude ncia, Martínez suge ría qu e Canés
tos desd e e l siglo XIX. es e l fundador de Méx ico, co n es tatuas o sin e ll as, lo qu e
Qued a n en la esce na Moctezum a , Cortés, la Ma linche. pa ra Duve rge r qu ie re decir al go aún más prec iso. Autor de
Q u izá ya no es tán prese ntes com o cua ndo Orozco se asom- una biog ralla co n esian a p ro logada por Martín ez e n 2005,
braba, e n su A u. t ob iogr{~F(l ( J945), de que se hab la ra de e llos Duve rge r afi rma qu e Cortés se habría conce bido a sí mismo
como si e l incend io d e l G ran Teocall i no hubi era sido a como e l cOll ti nuador de l impe ri o d e Moctczu ma, su herede-
p rin ci pi os de l siglo XV I. Pe ro nos siguen intriga nd o . "N un- ro . Esa respo nsabi lidad d e l conq uistado r - {\ q ui e n Gu ill er-
ca sa bre mos qué pe nsaba Moctezuma", co ncluye Ell iotl. mo Tovar de Te resa pre fr e re definir co mo un co ndoti e ro- lo
Pucos se atreve n a llamarlo coba rde o imbécil , como lo hicie- tra nsform a rá, concluye Duve rge r, e n e l prim e r co leccio-
ra Ma nuel O ro zco y Be rra , uno d e nues tros hi sto riado res ni sta y mu seógra fo de esa "escritura comple ta" qu e es e l
d ecimon ó ni cos, y la estampa de l rey atad o de manos por los a rte prehispán ico. De l bandido d e nun ciado por Sc hill e r,
presagios, insisto , ha pasado de moda. d el verdoso sifilíti co pintado por Rive ra ya nadie se ac uer-
En la Ma lin ch e se subraya al go que fascinó a l xx, siglo de da , a l g rado qu e - d es pojada d e la palabre ría hi spanóf·¡la-
lin g üi sta s: su pape l co mo llna tradu ctora qu e a los C!.jos la esca nda losa re ivind icación de Conés qu e h icie ra José
d e los indíge nas (y de los espaiiol es, d e be ag regarse ) com- Vascon celos e n e l med io siglo es tá más acord e con lo di cho
partía inve rosímil me nte el pod e r co n Cortés. Casi todos la actualm e nte po r los hi sLO riadores que e l fu ror aztequi sta
absue lve n de l cargo , difici lme llle suste n table, de tra ición. q ue en aq ue ll a é poca sahu maba una E ul a lia Gu zmán , la
T homas, en cambio, sig uc pe nsan do qu e más allá de las cir- d escub ridora de los falsos h uesos d e CuaU h lémoc. El g uslO
cu nstan cias ate nuantes, no pode mos olvidar q l1 e tra idora por la est.:'l tuaria es uno d e los pocos que no nos heredaron
lo fue, para los aztecas. No le ha bía yo dado importancia a n i los ncoclásicos ni los rom á n ticos, de ta l fo rma qu e es
la insiste n cia de Thomas hasta q ue no d i, po r casual id ad , improbable q ue a algú n histo riado r le in te rese fes tcjar la
con el rec uc nto hec ho por Ma rce lino Me né nd ez Pelayo de ocurre nc ia ve nidera de inmortal izar en bro nce a Cortés e n
los pr imeros poe mas no vo hispanos. l~stos, criollos o rgull o- a lg una p laza me xica na. Quizil e l "nu evo" Cortés se ex prese

18 19
Prólogo

mej o r si n exp resa rse, e n esa ause ncia de re tratos q ue él, La Nueva Espalia duró tres siglos d e historia y estos de~
imita ndo a Moctezurna , Clu iso co mo posteridad, según , otra be n contabili zarse, sugiere Tova r de Teresa , med ian te u na
vez, Duve rge r. clI enla la rga. Lo d ice qu ien ha sido el principal gua rdián
El eco de la vieja d isputa e n tre h ispa n istas y aztequi stas de la me mo ria novoh ispa na y de su patrimo ni o artístico y
podría esc ucharse a l co n u'asta r, e n Profetas del pasado, las a rqu itec tón ico. Lo sostie ne n tam bié n Brad ing y El li otl, co n ~
opin io nes de León~ Po rtil la COIl las de Tova r de Teresa. És te ve ncidos de que la hi storia novo hi spana es h istoria mund ial
ú ltimo d ice qu e n o hu bo ni "fil osofía" n i "poesía" ná hu a tl : y debe estudiarse d ivid ida e n pe riodos d isti ntos, vivos, con-
pasa n po r ta les las glosas y recreaciones castell an izad as y trastan tes. Ajan Knight incl uso cree que la disección de l
alfa be ti za das e n los g ra ndes siglos de la Colonia, que é l a ma Es tado e n Méx ico puede ll evarse a ca bo d istingui e ndo dos
y custodi a. No pued e ha ber filosofía, ni siquie ra escol ás tica , m o rfol ogías o ri ginarias, la de los 1~l abs bu rgo y la de los B or~
ag regaba e l co mba tivo "europe ísta" Edmundo O 'Go nnan , bO lles, la fu erte y la d éb il.
do nde no había noción algun a d e crítica. Leó n~Po rtiJl a, e n De las visio nes palloní m icas sobre e l tiempo n ovo h ispa ~
ca mbi o, ex ti e nde la vi da d e aq ue llas lite ra turas has ta nu es~ no, la de ElIi o ll, a Ll án ti ca, co mpara ex ha usti va me nte la Con ~
tros días y las ha b uscado e n tre los indios actua les de M é ~ qu ista espaliola de México co n la oc urrida UIl siglo después
xico, su preoc upació n m ~\s viva. En e ll os e ncue ntra a los e n Amé ri ca del Norte, busca ndo a qu ienes, all á, juga ro n
herede ros d e un pecu li ar estil o de pe nsar y a los du eños d e papeles eq ui va le ntes a los de Cortés y Las Casas en la N ueva
un a co nce pció n ín tegra d el mund o. Es pa li a. Historiador co n a lm a de geógrafo, Ell iott extie nde,
Yo no agudiza ría demasiado e l o ído pa ra escuchar ese eco. en h njJerios del mundo atlántico (2006), los co nfines de Mesoa-
Leó n~Po rtill a, quie n di ce qu e e l mex icano que odia a Es pa~ mé ri ca hacia el norte, y coloca fren te al impe ri o espali ol a l
ña se odia a sí mi smo, es el he red ero de los fra ncisca nos y p rim er imperio in glés. Este último, al q ue bra rse e n ] 776,
de L'lS Casas, no del pr ín cipe~ poe ta Nezahualcóyo tl . Un Co r~ pa radój icame nte no se disgregó, y a Est¡:ldos Unidos e l plu ~
tés aztequi zado es tambié n un h o m e n ~e a lo mesti zo: e l a pes- ra lismo re ligioso p ro tes lante le dio una fo rmi dable ene rgía
tado maestro de Duve rge r,J acqu es Souste lle, le dU o e n una mode rn a. Co n tod o, ElIi o n voltea las cosas: la inde pe nd e n-
e ntrevista a V. S. Naipau l qu e so ñó su Argelia fran cesa a l cia de la Amé rica hi sp,í ni ca se re trasó has la 182 1 de bido a
reco rdar e l triunfo del mestizaj e e n e l México de los ai10s la fue rza y no a la d eb ilidad de l im pe ri o es p ~lIio l , que n ece~
tre inta . Pa ra mo ri gera r estas g ravedades, recomie nd o la e n ~ sitó de un golpe e n la m e tró poli , las in vasio nes fran cesas,
trevista con Matos Moc tezum a, el a rqu eólogo a qui en le to~ para pe rd e r su perife ri a.
có ope ra r e l ce ntro de la ciudad d e Méxi co pa ra desc ubrir Brad ing, ca tó lico desce n d ie n te d e irlan deses, prefie re
la he rida d e l Te mpl o Mayor, sin bo rra r e l rostro de la c u a~ o tro meridiano: e l d e la gra n civili zación ba rroca q ue se ex~
drícul a colon ia l. te ndía, baj o los Austrias , desde las islas .fj¡ipi nas hasta Sic i ~

20 21
Prólogo

lia y Praga. Para Brading, e n Orbe indiano (J 99 1), México id iosi ncrásico no es la esencia, desde luego , pero es un per-
y Lima se co nvirtie ro n, de in medi ato, e n sedes de un a fume que a veces echo de menos. ,
gra n lite ra tura mestiza, esc rita e n espa li o l: la de la "h is- "¿ Llegaron tarde o te m p ra no las ' inde pen de ncias e n
to ri a d e hi storias" redac tada por J e ró nim o d e Mend ieta, América Latina?", le pregun té a Ellio tt. La ji ribilla de la pre-
por Moto linía, por J ua n d e Torq ue mad a, e n la Nueva Es- gu nta, la e te rn a p regu nta latinoa merica na, es po r qué e ll os
paña, junto a las creaciones supe ri ores, en el Pe rú , de l aca baro n por ser los mod e rn os y no noso tros, toman do en
inca Gua má n Po ma, An to ni o de la Cala ncha o Garci laso c uen ta la traves ura del true q ue de atribu tos. ElI iott se rem i-
de la Vega. te a la vieja evidencia: la d ifere ncia la hi zo la lectura de la
Mie ntras q ue e n Bradin g se pe rcibe la me la ncolía por el Biblia, e l pl ura lis mo re ligioso pro testa n te que, todav ía en el
fin de la ilusión ba rroca, pro lo ngada hasta la Indepen de n- siglo XVII , dista ba d e se r "lo mode rn o". Lo co n fir ma Eric
cia de México en un a figura com o la d e fray Se rva ndo Te re- Va n You ng a l reco rda r que e n 1810 la tasa de a lfabetización
sa de M i e l~ a Ellio tt le ha parec ido imprescin d ible da rl e u na e n las ciudades novoh ispa nas era de la po r cie n to mientras
ex plicación estri cta me nte históri ca a l fin de l imperio es pa- que cua re n ta a li as atrás, cua nd o la revuelta de las trece co-
li ol. No se acabó éste debido a ninguna razón ontológica, lonias e n Nortea mé rica, los s(l bd iLOS que leía n y esc ribía n
di ce: muri ó de ca nsa ncio, debilitado por exceso d e histo- ronda ba n e l 90 por ciento.
ria. Despoj a Elliott a España d e esa "atm ósfera d e h os pita l" Hace mu cho qu e dejó d e sostenerse la idea. de qu e la In-
d e nu nc iada po r Mig uel de Una mu no y cuyo tu fo se vo lvió de pende ncia de Méx ico formó pa rte de la cad e na ilustrada
irrespirable e n 1898. Quita rl e a Espali a, la vieja pote ncia de revo luc io nes, de los Estados U nidos en 1776 y de Fran-
e uro pea, e l privilegio ne uró ti co de su exce pcio nalismo y dis- cia en 1789, Reco nocido e l cura H ida lgo co mo un afrance-
ta nciarse, co mo lo hace Ellio tt, de la qu erella de sus histo- sad o pero del siglo XVII , más afí n a Raci ne q ue a Volta ire (l o
ri ado res so bre a qu é se debió la "excepció n", ti ene efec tos su brayó Enriq ue Krauze e n Siglo de caudillos, de 1994), la
di rectos sobre la pl e na "occid e nta li zación" de tod a la hi s- Inde pende ncia quedaba ma rcada más po r la con tra rrevo-
toriografía a me ri ca n a. Por e ll o ElI iott ins iste ta n to en e l luc ió n que po r la revo luc ión, co mo un mov imie nto conser-
co m paratismo: el mund o a tl án tico es tuvo do min ado po r vador e m pa ren tado co n la g uerra es p<ui ola de 1808 con tra
dos impe ri os cuyas fases de cén it y caída fu eron distintas sin e l in vasor im p ío, es pas mo aj e no a la mod e rnid ad ca nó ni ca,
re med io. Impuesta a EspaIia la re nun cia a sus pro ble mas en el cua l la Nueva Es palia term inaba sus d ías de fe nd ien-
de iden tidad como la clave de su decade nc ia im pe rial, sería do, e n el fatíd ico carisma de Fe rn an do VII ye n e l legenda-
difícil seguir recurri e ndo a lo idi osincrásico co mo ex plica- ri o Sa n to Oficio, sus cade nas.
ció n d e 18 10 o de 19 10. En e ll o concue rdan todos los histo- Esa image n, como la co ntraria q ue prese ntaba él los in-
riadores co n los que hablé y no siem p re me co nve ncen. Lo surgen Les como un os inve ros ímiles ilustrados, tie ne a lgo de

22 23
Prólogo

caricauml. y un a piel.a ese ncial e n ell a no embona: la hi sto- minos e n que fue d iseli ada la hist.o riografía ma rxista, su
ria del liberal ismo hispanoamericano. que pese a se ntirse revue lta rural no fu e agra ri a. es dec ir, ca reció de demandas
despreciado por la ConstilU ción de Cádiz de 18 12, se batió relacionadas co n la propiedad de la tie1Ta. Nos va mos acer""
por e ll a e n Am érica, Van You ng hab la de que e n el modelo ca ndo a 19 I O: para Friedric h Kalz , la gue rra campesina re-
atlá nti co de revol ució n pod ría acomoda rse e l Méx ico in- vo lu ciona ria, tal cua l la estudió e n Engcls. es e l meca ni smo
su rgen te d e Olra manera y Brian R. Hamnett, e l au lor de que pone e n tna rcha toda la histo ria mex ica na.
RL'Volución)' contrarrevolución en Nléxico y el Pe1'lí ( 1978), un Más a ll á de la Nueva Espa iia, e l ciclo de la revo lució n y de
hi storiador m ~ls ce rcano a Maca ulay que a Miche l dc Ce r- la cO l1lrarrevolución adqui e re. lo d ice n Van Yo ung y Ham-
tea u , insiste en la co mp lej idad po lítica de la Es paña qu e iba nett, u n pe rfi l más ilustrado y re pu bli ca no: ciudades abie r-
a di vidirse a l1le la invas ión na po leó ni ca. tas a l mar como Ca racas. Lima (pese a la fidelid ad peruana
Pe ro si se puede di sc uti r e l tempe ra me n to políti co de las a la mon a rquía) o Bue nos Aires fueron propicias para héroes
é litcs novo hi spanas en 1808, e n 18-10, e n 182 1 y e l g rado de más clásicos, co mo Miranda, Bolívar o San Ma rtín , que la
su a pe rtura a las nuevas ideas (las po líticas y tambi é n las ci udad de México o Cuzco. Los indepc nde n t.istas novoh ispa-
co me rci ales), tras La. otra 'rebelión (200 1) , la gran o bra de Van nos (y aq uí me refugio en e l tóp ico de lo intra hi stó ri co)
Young. qu eda poco que dec ir sobre lo ocu r rido en e l mar pa rece n es tar sie mpre m<ís ce rca de la vida mesoamcrica na
r ura l e indíge na de los últimos días d e la Nueva Espa li a. y de l mundo barroco qu e de l he misferio noratlá ntico, sus
Poqu ísimos entre los ca mpesinos insurge ntcs, según los mu- revol ucion es y sus declaraciones de los derechos d el h om-
chos casos estudi ados po r Van Youn g. te nía n idea d e lo que bre y del ci udadano, En ninglm o tro sitio e l imperio espa ñol
ocu rría en E.spa li a o de quién era Napoleón, y les bastaba co n se afe rró tanto a su pasad o co mo en México, y aqu í cobra
cree r las leye ndas sobre e l rapto d el rey Fe rn an do, a q ui e n se n tido la malévo la obser vación d e Martínez Ba racs de qu e
los más créd ul os sOlia ban esco nd ido en a lgú n lugar de Mé- acaso nuestra (¡ n ica y ve rdadera revo lució n haya sido la
xico, Aque ll os rebeldes e ran p rimitivos pe ro co nservadores Co nquista,
y se leva nta ron para dele nde r a sus co munidades tradi cio- La g ra n re be li ón de l8 10- 182 1 aparece, pa ra qui e n lea a
na les de una ~lg res i va o la mode rn izado ra iniciada. medi o Va n You ng. como una furi osa ex p los ión fra tri cida y nihi lis-
siglo atn-ís, po r las rcfo nn as bo rbón icas (b ie n eS lUdiadas por ta. La p resen taci ón de ese caos re ptante le va li ó la críti ca de
Hamnett). Nada sa bía n de la Co nstitución de Cádi z, de la Knig h t. en 2004, qu ie n rec ue rda co rn o nelasto el preceden-
auto no m ía o d e la indepe ndencia, contra los mitos d e l te de cómo los histo ri adores "posmodcrnos" han desprovisto
Méx ico p rofundo , fu e ron escasa me nte respaldados por sus de se ntido, para e mpezar, a la Revo lución fi'a ncesa. co nvir-
cu ras d e pueblo (ele tal modo qu e Hid algo y More los sc rían ti éndo la e n u na sec ue ncia apenas cronológica de e pisodi os
la excepció n y no la regla) y, aso mbrosa me nte. para los té r- cullUra les inconexos. Sin coincidir con ,aextre mo afrance-

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Pró logo

sa mi enlO de la Revolución mex icana de 1910, anteced ida, terodox ia de Kn ig ht toca ría más al Estado q ue a la Revolu-
según Fra n¡;ois-Xavier Guerra, de un Anáen Régime, Knig ht ción: e l Estado pari do por la Revo lució n mex ica na en los
ll a ma a conservar el se ntido progresivo de las revo luciones ali as ve inte fu e déb il , se fortaleció d u r~ n te el ca rde ni smo y
mex icanas, a las c ua les co nside ra ag ra ristas y de mocr,íticas, desde e n tonces ha sido antes un espantapájaros ideológico
ca paces de re novar, e n g rados di verge n tes de debilidad o (o un Leviatán de pa pel, según Kn ig ht) qu e ese pode roso
de ru e rza, e l Es tado. Q ue la Revo lu ción mexicana haya si- Estado se mi co rporativista, al cual nos e nseúaro n a temer y
do, según Kni g ht, un a lucha hobbesia na po r el poder, no la a respetar a va ri as ge ne racio nes d e mex icanos. Si Kni g ht
vuelve incomprensi bl e, ni el conservaduri smo nostálgico de admite su distan cia d el ma rxismo, Katz n o necesita hace rlo ,
los zapatistas -la in fl uyente paradoja pro puesta por J o h n y se d ebe al historiador d e o rige n a ustri aco acla rar e l se nti-
Womack,.lr.- los desca lifica co mo revoluc iona ri os. do de la co mparación: e l Estado posrevo lu cio nari o, e n Mé-
Llegamos as í a uno de los te mas qu e más discu ti e ron, a lo xico, auto rit.a rio )' re p res ivo, nada tuvo qu e ver, ni e n su
la rgo de las co nve rsaciones, los h istoriadores: e l d e la natu- natu raleza n i en sus intencio nes, con e l fascismo (que ins-
raleza de la revo lución e n México. Al e ntre la zar 18 10 Y 1910, piró a l ge ne ral Call es segú n nos rec uerda Meyer) ni con el
pa recería n fi gu ra rse dos ca mpos. Uno, en el cual estarían comunismo, con e l cual apo logis tas y detractores q uisieron
seúa ladam cn te Va n Yo ung y.lean Meye r, co nsidera que las e rnpa renta rl o. Ka tz, cuya simpatía por la Revolución mex i-
revo lu cio nes m exica nas han sido catastróficas explosiones ca na -y su herencia es tata l- es tan manifi esta como la de
de locura colec tiva e n qu e ha n sido e l cri me n, la inocencia o Tovar d e Teresa , la exc ulpa del gran pecado del siglo xx, e l
la desesperació n los pri ncipa les pro tagon istas de una hi storia te r ro r ideológico. Co mo lo hi cie ra , por cie rto , muchos a li as
en la cual el poder d e las é lites, nuevas o vic:;jas, sólo te nni- atn:Ís Paz, sin obtener la aprobac ión de una izqui e rd a qu e
na por fortalecerse, a veces crimin alm e nte. Menos moralis- negaba o re lativizaba ese terror.
ta Van Yo un g que e l ca tó li co Meye r, habie nd o sido ambos Pero siga mos con la Revo lu ciún d e 1910. Impera cie rta
es tudia ntes e n los aúos d uros de l estructura lismo e n París o co nfu sió n period ística e ntre un pa r d e as un tos dife re n tes.
e n Los Ánge les, n i uno ni o tro le e ncue ntra n sentido positi- Una cosa es repudia r el carácte r sa ng rie nto , destru ctivo de
vo (e n el sen tido de l'a.ccélératio'/'l. de l'histoh-e) a las revolucio- las revoluc iones y rec haza rlas corno soluciones sociales ad-
nes n i cree n qu e las masas tengan n in gun a autoco ncie n cia misibles en e l futuro , como lo hace n Brading, Meyer o
d e su m is ió n. K.rau ze, y o tra es negar qu e éstas hayan ocurrido, reduci én-
Contra e llos es taría Kni g ht -e n tan to au tor de La Revolu- dolas a fa nwsmagorías ide ológicas "in ve ntadas" para e nga-
ción mexicana (1996) y co mo crítico de Van You ng-, recu pe- úa r a la poblac ión. Desde hace mu cho se sabe qu e fu eron
rand o el legado de Fran k Ta n ne nba um a l asu mi r que la d e los a li as d e l presiden te Cá rde nas aq ue llos e n que quedó
1910 fue un a revolu ció n agraria , nacional y popular. La he- co nfi gu rada la famosa Ideología de la ~vo luci ó n mex ica-

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Prólogo

na, con LOda su estatolaLría míti ca y mito maníaca. Pe ro de de Danie l Cosía Vill egas, otro de los ma estros d e Krau ze-
e llo a dec ir qu e la Revolución mexica na n o ex istió , hay la q ue la histo ri a d ebe d e se r, mora lmente, la haza lia de la
dista ncia c nu·e la seriedad de las obras de los histo riado res libe rtad , y esa as pirac ió n libe ral le impide adopta r el n ihi-
aquí re un idos )' la pirotecni a con m e morativa que rodeó a lismo metodológi co d e Va n Yo ung o e l pesim ismo , un tanto
las fi es tas de l ~l1io 20 IO. agustin iano , de ese historiador d e la libertad re ligiosa que
La co nversac ión con lVle)'e r, siguiendo ese rumbo , fue es Meyer.
ej e mplar: co mparada co n las alllalio idolatradas revo luci o- Krauze , además, es u n bióg ra fo de caud ill os y presiden-
nes rusa, chi na y cubana, la mexicana qu edada, por haberse tes: se ría rar ísimo qu e lo fuera sin creer e n que los hombres
illle rrumpido su d eseada transformación, e n alguna clase d e so n se res morales do tad os de libre a lbed río. Forza ndo la
socialismo a utorizado por los le nini stas, re miti da a l purga- co mparac ió n , ése no se ría e l caso d e K.:'ltz, cuyo Pancho Villa
to ri o de las "revo lu cio nes de mocrático-bu rg uesas". Meye r ( 1998) no deja de se r una bi ografTa fOljada en un di sc reto
asum e q ue su esce pticismo ante la Revo lu ción mex ica na a l pero e n el fo nd o intransige nte determin ismo hi stórico. Vi-
prin cipio fu e de ese Lipo doctrina rio pa ra transfo rmarse ll a f-u e , para KaLZ, aq ue ll o que la hi sto ri a socia l le pe rmitió
d es pués e n una decepción de o rden mora l y espirilUal. Para ser: un vaqu e ro fro nte ri zo, cau tivo e n las redes tejidas por
que e ll o oc urri e ra , Meyer h ubo d e conveni rse e n e l h isto- su origen . Me dij o mucho Katz cuando se re firió co n adm i-
riador de la Crisli ada, e l sangrie nto episod io hi stór ico que ración a las nove las napo leó ni cas firmadas por Erckm an n-
había sido co nde nado por la Ideología d e la Revo lución· Cha tria n , un par d e fo ll e tinistas del XIX, para quienes sólo
mex ica na a l infi e rn o d e la co ntrarrevolución. Y qu ie n lea Napo león pudo escapar a la ratal idad de su nacimie nto. A
La Crist.iadlL ( 1973- 1975) localiza rá e l momento hi stóri co e n Ka tz y a Knig h t les so rpre nde , fina lmente, la legitimidad
qu e Méx ico es tuvo m,Ís ce rca, b<tio el viejo manto de la g ue- qu e co nse rvan , en las call es, en las plazas y e n los co razo nes
rra de re li gió n , d e l te rro r ideológico. d e los hombres de a p ie, los hé roes mexica nos: a nadie se le
Discípulo, como Meye r, de Lu is Gon zá lez y Go nzá lez, ocu rriría de rribi r una estatua de Zapata, de Obregó n , del
Krau ze f'orma parte de un grupo de h istoriadores pa ra qu ie- cura Hidalgo.
nes fue moralmenLe ind ispensable acomp<lIia r la crítica polí- Finalme nte, un e rudito co n b ma d e colo ni al ista acé rri-
tica al autoritarismo e ncarnado en e l Partido Revo luciona rio mo , co mo lo es Tovar de Te resa, co nsidera e qui va le n tes e n
Insti tucio na l (1'IU) co n la reco nstru cció n de l desastre hu- su esp lendor e l Virre inato y e l régim en d e la Revo lución
mano qu e fu e la Revolución mex ica na para los "revo lucio na- mexicana, lo cua l habla de la co he re ncia -antijacobi na más
dos". Sin e mba rgo, yo ubi ca ría a Kra uze e ntre qui e nes, co mo que conservadora- de l auto r de Crónica de un patrimonio jJer-
Kni glll, as um e n el se ntido progresivo de los ca taclismos his- dido (199 1). Ell o n os lleva ría a la co mp aración diacró ni-
tó ri cos. Oc la Biografia del/Joder ( 1987) se despre nde -como ca que H amne tl preferiría n o hace r, pCfi hace, entre 1810

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Prólogo

eve n tua lme n te como h istoriador, me ensellan m ás u n Kn ig ht


y 1910. Ambos mome ntos - 3 nadi e le interesó hi la rl os
y u n Katz, a u nqu e la crítica mora l t'nás cerca na a m i cora-
med ian te la vit:ja obses ió n ma rxis ta de u n c iclo revo lll cio~
zón se sos te nga en mora listas (en e l seqtid o que le d aba el
nario- ocu r ren e n ti e m pos d e penuria económi ca y son p ro-
G ra n Siglo francés a la pa labra) com o Me ye r y Kra uze.
tago n izad os por masas ca m pes inas ajenas all ibe ral islllo, rea l
Te rmi no es ta se ri e de para lelos con Ham nett y Kra uze.
o SU pUCSlU, de sus é li tes. Esa na lUra leza conservadora, d es-
quienes d ice n q ue es ard ua la ta rea de co mp rende r 18 10
tacada po r VVo m ac k en e l zapausl1l o, la extie nde Van Yo un g
m;:ís 19 10 sin co nsid e ra r a la Refo rm a y a Juá rez co mo aq uc-
a la gran rebe lión de 18 10- 182] Yde ella d uda Knigh t, para
110 que le o torga a n ues tra h istor ia su sen li do de tota li dad.
qu ien la revo lución - fuerza y m ovinlien lo- no es energ ía
En Pmfetas del/Ja.sado, qu e no es m ás q ue u n lib ro de e n tre-
des perdiciada.
vis tas, fa lta ro n las pregun tas dedi ca d as expresa m e n te a la
Im pe ra ro n d os gra nd es dife re ncias, seg'Clll Va n Yo un g:
Refo rm a, y e ll o se de be a qu e los <:jes es taban, e n e l princi-
u n sig lo desp ués d e la Ind epe nd e ncia e l pa ís hab ía dej ad o
pio, e n la Co nquista y, des p ués , en las revol uciones conme-
de ser mayo ri tariam en te ind íge na y en 1910 Es tados Un i-
mo rad as en 20 10. Q ueda pend ie n te esa ta rea.
dos, la n ueva pote nc ia mu ndi a l, e::jerce u na p resió n d ecisiva ,
El horror d e l sig lo xx po r la sa ngre castiga la me m o ria d e
inédita, so bre Méx ico . Y e ll o nos ll eva al pri m er gran libro
los aztecas y d isc ulpa la inte m pe rancia d el Estado pos revo-
d e Ka tz: I ,(¿ guerra. secreta en l\tJéxico ( ] 982). A ambos alum b ra
M

lucio na r io porq ue no le im p uso a la socied ad u n régim e n


mi e n tas los une u na pa rad qja q ue se d es p re nde de co mpa-
d e te rror. Ésta se r ía u na de mi s o bse r vac io nes al re lee r las
ra r las con clusio nes d e Ha mn e tt con las d e Kn ig h t: am bos
entrevistas y p rologa rl as. A Katz. tes tigo d e l nazism o y del
catacl ism os pa r ie ro n gobie rn os breves y Estad os d ébiles. Es
co m un ism o, la Revo lución m ex icana, en su declive o conclu-
cosa d e ver e l fu gaz y pa tibu la r io destin o de Agustín d e Itur-
sión ca rden ista, lo ll e naba de ad m iració n por su desen lace
bide y de Ve nu stiano Ca rra n za.
pacífi co y hasta piadoso. En es ta últi ma ca lifi cac ión esta ría
De la d iscusió n so b re la natu ra leza d e las revo luciones, yo
de ac ue rdo Meye r, ligado no a la URSS, co rno lo estuvo Katz,
mism o no saqu é co ncl us io nes te rm ina n tes. An tes d e con M

si no a la Rusia d e la fe o rto d oxa. En fi n , Meye r, el "revisio-


versar con Meyer y co n Va n You ng, yo te ndía a co m partir
n ista" d e la Revo lución m ex ican a q ue admi ró yescan da li-
ese horro r co nce ptual po r la idea revo luci o na ri a, " la org'ía
zó suces iva m en te a su m aestro Cos ío Vi ll egas, asum e q ue el
neg ra de un co razón he ri do", com o la ll amó e lj ove n C ha M

d esprecio de l ge ne ra l Cárde nas por la sa ng re en mu cho


tea ub r ia nd e n su e nsayo sob re la Revo lució n fra ncesa. Pe ro
ayudó a apagar el fuego d e la Cristiad a. El bióg rafo Kra u ze,
creer, co m o ciud ad anos, d e l to d o ind eseable la revo lu ció n ,
a su vez, no e ncuen tra a l m a l abso luto e n ni ng un o d e los
tal cua l la postul aron los j acobi nos y los bo lch eviq ues no
hé roes m ex icanos, d e la Ind epe nd enci a, de la Reform a, d e
imp lica d esposee r a l fenó m e no revo luciona ri o d e su lógica
la Revo luc ió n y e l Méx ico pos revolucio nar io, a los que ha
políti ca, d e su fa tali dad histórica. Co m o lec tor de h isto ri a y
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:JO
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Prólogo

es tudi ado con d e tall e y co n ampli tud panorámica. Parecie- be prevalece r el hi sto riador co mo profe ta, co mo qui e n le
ra que e n un ll1i o ta n violento como 201 O la vio le nta h isto- otorga a l pasado su se ntido re lig ioso y lo restaura. N i dog-
ri a mexi ca na les ex ige a los histo riadores el contraste co n el má Li ca ni doctrinari a, sin o re lig iosa, es slivocació n in vertida,
ge ni o creativo ele las revo luciones y la presen cia de sus o r- po r la profecía: la labor de reuni r lo dispe rso, de reco nstruir
ga ni zaciones es tatales (d e la Reform a, de l Porfiri alo, del lo arrasado y hacer de esa tarea aque ll o que nos re li ga a
Prialo ) co mo leviata nes civi li zadores. nuestra h istoria y nos pe rmite, por qu é no, mirar con ma-
Creo que todos los autores en trevistados e n PmJelas del/){l- )'0 1' lu cidez el prese n te. No ignoro que la ex presió n "profeta
sacio asentirían a nte la observación de R. G. Co lli ngwood de de l pasado" sue le usa rse peyo rati va me nte co ntra los econo-
qu e los h isto riadores no es tá n para regaiiar a los mue rtos. mistas y los sociólogos cuando fra casa n e n su ilusa misió n
Pe ro ¡qué dificil es no re iiirlos para un historiador, erigido, de predeci r lo qu e va a pasa r e n una so ci ed ad. Ba rbey mi s-
lo qu ie ra o no, e n profe ta de l pasado! Re husa rse ajuzgarlos mo considera ba q ue la eco nom ía políti ca y la sociología
y a rep re nd e rlos req ui e re d e un en trenam ie n to contranatu- e ran "cien cias nu evas e insensa tas", y rec hazaba su domini o
ra que e l bue n hi storiado r, supongo, debe apre nde r a domi - sob re la opin ió n pública. El hi storiad o r, d ecía e l reacciona-
nal: El sobrio Ham ne tt noadmiti ó que el empe rador 11lIrbid e rio Barbey, no p ued e mirar el porve nir sin o dán dol e la es-
pudiese se r amnisLiado por su inse nsata ave n tura y Tova r de palda en busca de lo inmutable e n la experie ncia.
Te resa no pe rd o na a los libe ra les de la Reforma que arrasa- Casi e n todos los hi sto riadores e nco ntré (porque lo bus-
ron la ciudad colonial co n un celo e n el cual Jos me xican os qué) igual ese af¡'l n re lig ioso, tan visible e n Kra uze y sujudaís-
posteriores he mos resultado ser a lumnos ave ntajadísimos. Ya mo mexica no , e n la adm iració n casi ex tática de Duverge r
nad ie rep ite aque ll o de qu e la historia es maestra de la vida. por e l arte pre h ispán ico, e n el amo r piadoso co n que Meyer
Pero ni e l más asé ptico de los h istoriadores hace su trab,uo se propuso preservar la viclajurame ntada de los eristeros, en
sin soi1a r que ll egará e l día en que la vida sea bue na alumn a la e ne rgía hum an is ta, inagotable, de León-Portilla, en la má-
de la histo ria. quina de l tiempo usada po r T homas pa ra llevarnos al en-
El Lítu lo de l libro se lo robé a Jul es Barbey d 'Au revill y, cuentro de Co rtés y Mocte zum a. No fue nada dífi cil ha ll ar
autor de Les Jnvplteles du passé (185 1) , un e nsayo hi stórico e n Brading o e n Ell iott a l hec hi zado por e l Barroco o al de-
sob re los hoy bi e n ponde rados "contrailustraclos" y e nto n- voto de los reb"3 tos veJazqui anos, mientras que O livie !', l-lam-
ces ap es tadísimos e n e mi gos de la Revo lu ción fran cesa y nett o Martínez 13aracs custod ian a Tezcatlipoca, a Juárez o
de su he re ncia moderna. Estoy lejos d e co mpartir e l tra- a don Vasco de Qu iroga como m useóg rafos y como sacer-
dici o nali sm o ultramonta no de aquel dandi y glorioso escri- dotes laicos. Katz, e l último mar xisLa vie nés, deb ió morir en-
tor, pero me encantó su idea d e que fre nte al visionario u-egado al del irio de los espacios abie rtos recorridos por Villa
sulfuroso, e l diseñador de utopías ávi do de impone rl as, de- o po r los cosacos del Don , com o Kni gh t'dclor de Hobbes,

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Prólogo

se maravilla a l encontra r los hu esos de esa g ran balle na qu e cia. Co mo apre nd er él esc ulpir. Ade más, e l gé ne ro es noble
es e l Estado de la Revolu ción mexica na. Y qu é d ec ir de Ma- para el e ntrevistado r, para el e ntrevistado y para e l público:
los Moctezum<l, descubridor d e l Templo Mayo r y su g uar- por fuerza deja ver -me rindo a l luga r Go mún- lo h u ma no
dián co nte mporán eo; de Tova r de Te resa, fisca l de la incuria en e ruditos que de otra ma ne ra se r ía n impenetrables.
mexica na y valedor de la Nueva Espaila; de Van Young, que Los histo ri adores so n pe rsomti es raros que , a d ife re ncia
h izo de cada vida anó nim a perd ida e n los a rchi vos de la de los nove listas o d e los poe tas a qui e nes habitualmente tra-
g ran rebe lió n d e 18 10 u na esce na di g na de la esc uela fla- to, tran sige n poco O nada co n la pu bli cid ad de sus in tim ida-
menca. Todos ellos son profe tas del pasado que al elegir el d es, y hacen bie n . Pe ro a lgo sabremos de David A. Brading,
c uidado d e una SO I ~1 ciudad a nti g ua las prese rvan to das. nilio, de fe ndie nd o a C hurc hill en su colegio irla ndés. A
En Pro/das dllt fJ(1sado se cr uza n me ridianos y pa ra le los: e l Mig uel Le ó n-Portilla lo vere mos, mu y j ove n , convenciendo
Barroco y lo atl ántico, el cul to a los héroes o la devoció n por a l padre Ga ri bay de que po d ía ser, como lo ru c , su más d ig-
e l a rchi vo, e l marx ismo y cllibc ralislll o, las g ue rras de masas no d iscíp ul o. Algo atisbará e ll ecLO r del doble amor (fi lial y
a campo ab ie rto y las intrigas pa lac iegas, la Escue la d e los por e l sa ber) de Rodrigo Martín ez Baracs por su padre. En-
Anales}' el cam pus de Oxford , los u"a bLtios de campo de l a r- tra remos, ta mbi é n , a l domin io a tl ánti co de un ca rtóg rafo ,
q ueó logo }' la m ilitancia po lítica, la UNAM y la ENA I-I , la ne- J o hn 1-1. Elli ott, que co menzó recor ri e nd o so lo una Esp<lIia
cedad y la n eces idad de las revol uciones, la afició n a leer el abandonada a su sue rte por los es tetas y los hi storiado res
sacrific io humano según Bataill e, y e l horror por los crím e- un a vez qu e FI"anco "ganó" la Segunda Guen"a Mu ndial. Es-
nes cometidos e n nombre de la relig ión , la fe catól ica y e l tá n aquí -sólo so n t:.jemplos- la co mún corazonada judía,
desc re imi en to e mpíri co , Méx ico-TenochtitJan , Méx ico bron- a nte Méx ico, de I'ri edri ch Kat z y de Enrique Krau ze, lo mi s-
co, Méx ico b.l rbaro, el es pl e ndo r de la Nueva Esptuia ... mo que las tribu laciones de Ull a rqu eó logo -Ed ua rdo MaLOS
La e n tre vista periodísti ca es una de las pocas artes inven- MOClezuma- que debe se r jllsto, al m ismo liempo y en el
tadas, casi e n su integridad, por e l homb re con tem ponl- mi smo es pacio, co n la ciu dad aZleca, la del siglo XV I y la
neo: hace un sig lo y med io no ex istía; y si lo hubo , ese arte del siglo xx. Entre esas urbcs v i ,~ja , de ida y vue lta , el u bi-
d e e ntrevistar, es a rdu o im aginar qu e m uch as pe rsonas pu- cuo Guille rmo Tovar de Teresa. Vere mos a lord Hug h Tho-
di eran ver, escucha r o leer los resu ltados. Sin pre nsa po líti- mas co mpi tien do de portivam e n te co n William Prescott, su
ca o litcra ri a, sin pantall as g ra neles, pequeñas o d e plasma , il ustre anteceso r, co mo hi sto ri ad or de la Co nqu ista. Estos
sin públi co, la e ntrevista es inconcebible. Yo nun ca había hi stor iadores , nacidos entre 1926 (Leó n-Portil la) y 1962
hec ho en trevistas y al hace rl as me se ntí un ta nto abochor- (G uilhe m Ol ivie r), nos hablan de sus ma estros: Go nzález y
nado , co mo si me toca ra ll egar m uy ta rde a ap rc nd e r un Go nzález, M. S. Alp e róvic h , Cosío Vi ll egas, Kubler, Ta nn-
artc que d e be ría te ner más d e mil , dos m il alias de ex isten- e nba ulTI , Pi e rre Cha un u, J osé Lu is Martwez, Ga ribay, E. P.

34

T ho m pso n , SoustelJe, J ames Lockha rt, O 'Corman , G rau-


¡ieh ... Se refi e re n, tam bié n, a sus lecturas "profanas": la Bibl ia,
Shakespeare, OC Lavio Paz, AJessan d ro Baricco, Ste ndh al,
Ca rlyle , Juan Ru lfo, Shólojov, Ca rl os Fuentes, Wa lter SCO Ll,
Va lé ry, algu nas de e llas decis ivas e n su biografía como histo- La natu'mleza rej)(l1"le desigu.almente sus dones [en-
ri ado res de Méx ico. Se leeni, en Profetas det !Jasado, e l testi- I:re los historiadores}: a unos les da el genio filosófi-
mon io de J ea n Meyer, ex pulsado de Méx ico e n 1968, q ui e n co y la IJenelración intuitiva de las grandes Ú!)Ies de
se lopa, antes de regresa r para qued arse para sie mpre, co n /a evolución hu.mana; a alTOS el talento litermio, la
u na d im inuta iglesia ortodoxa e n Pa rís. Y nos e n te raremos magia del estilo, la adivinación semipoética, el po-
de lo qu e C hristia n Duverge r se ll eva ría a su isla des ie rta: der de 111sucil.ar las generaciones extinguidas y de
todo México-Tcnoc hLitl an. interroga'r a los mu.erlos, leyendo en sus alma,., sus
En fin. Con e ll os los dej o, co n a lgu nos de los profetas de l más 111cóndilos pensamientos, y haciéndoles UlOv(!rSe
pasado. de nuevo con los mismos afectos que los impulsawn
en vida. A alTOS, finalment e, negó estas dos jacul!.rt-
des tan grandes como IJeligmsas, y ni les dio IJOder de
JÍnlesis ni IJOder de estilo, pero sí diligencia incan-
sable, amor a la verdad Ijar sí 'misma, celo de IJ1"O-
!)((garla y difúndida, perseverancia modesta en la
indagación de cad.a detalle, esIJÚÜU, curioso )1 orde-
nador que (iI!s(mlierra. y reúne los materiales de la
hislO1ia jl.ltum.

Marce li no Mené ndez Pelayo,


bsludios de critica hislórica )1 Literaria

36
»

I. Miguel León-Portilla: 2500 años de


literatura

Al habla r, a l platicar - d iría él, subrayando ese a rcaísmo q ue


só lo usamos los mcx icanos-, Mig uel León-Portilla (ci ud ad
de México, 1926) va to man do e l ritmo, las cadencias, e l fra-
seo anecd ó ti co y dia logado d e esa li teratura Il él h uatl a la
que se ha dedicado d ura nte más ele med io siglo y de la q ue
es, no ta n pa radójica men te, fu ndador. Su conve rsación es sa-
brosa, colo rida: podría recoge rse entre los icniuhcuicatl, esos
can tos de amistad que ocupan toda u na sección ele La tinta
negra JI mja (2009), la mag na anto logía de poesía náh uatl
q ue p ub licó acompa iiad a de las imáge nes de Vice n te Roj o.
Discípulo de l pad re Án ge l Ma ría Gari bay Kin ta na (1892-
1967) , León-Portilla es una a ULOr idacl m u nd ia l desde que
pu bl icó La. visión de los vencidos (1959), u no de los libros ImÍs
in fl uye ntes en la hi sLOria mex icana, una pieza de convic-
ción que le da voz a l en mudeci do un ive rso de Méx ico-Te-
noch titla n, la ci udad ap las tada, mili tar y me tafís ica me n te ,
como pocas lo han sido e n la histori a unive rsal, en 152 !.
Yes la hi sto ria u n ive rsal el pu n to de pa rtid a, sie mp re, de
León-Po r tilla. Ha recogido el testigo donde lo dc:.;jaro n Bar-
to lo mé de las Casas y Be rn ard ino de Sahagún, los frai les que
fu nda ron, a l mismo tiempo, e l moderno derecho de gen tes
y la etnografía co mo un a cie ncia jUSla. No d ir ía )'0 q ue
León-Por tilla es un mu lticultura lista o un re la tivista: es un
an tig uo hum a nista em pe Ji ado en que el colegio ind íge n a

39

Miguel Leó n-Porti lla

de Sa nta Cruz de Tlatelolco, como utop ía de conco rd ia y inve n ta ri o cu r ioso y po lifó n ico de pueb los, nacio nes y m a-
fl orec im ie n to, vuelva a abrirse, y a e ll o ha dedicado su o b ra rav ill as. No cree León-Por till a que deba p o ne rse e l sacri-
desde La filosofta náhuall estudiada en sus fuentes ( 1956) has- ficio humano , el Estado m ilita rista, e n él ce ntro del mundo
ta Para entender a Bernardino de Salutgún (2009) , pasando azteca. Sería para é l, me imagi no, co m o colocar a la Inqui-
por Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares sició n e n e l co razón d e Espai1a. Algu no s lo han hec ho y
( 1961 ) Y Quince ¡Joetas del ",undo náltuatl ( 1993). tienen sus ra zones: León-Porti ll a no lo har ía.
Autoridad , e n fin yen pri nci pio, León-Poni lla es lino d e Nos reci be León-Po rtilla en la Un ive rsidad Nacio nal Au-
los m ex ica nos más ve n erados. Tambié n ha sido cues ti o- tóno m a de Méx ico, qu e se r ía su primera patria de no es tar
nado. Se ad vie rte , según alg u n os de sus c ríticos, qu e si e l subord inada, m e pa rece, a un u niverso su perior: el de esa
padre Garibay "hele n izó" la lite ratu ra náh uatl, Leó n-Porti- I,oltecáyotl e n la q ue e l hi sto riado r pasa sus ho ras más fe li-
ll a "aztcqu izó" u n mundo q ue ya estaba irremed iab lemente ces. El motivo de la en trevista es, tal cual estaba pla nead o, la
tocado por el cato lic ismo e uropeo. Se d iscu te, tamb ié n , la historia d e los antig uos m ex icanos y e l trauma de la Co nqui s-
pertinencia d e lIsar, an te e l co rpus preco nesiano, la noción ta, e n e l dob le aniversario que con m emoramos e n 2010:
autoral de literatura. Pero Garibay y, so bre todo, León-Porti- Inde pe ndencia y Revolución. Pero a León-Porti lla, más que
lla no sólo recobraron la ex pres ión escri ta de toda u na cultu- esa hi stor ia m ex ica na que se conoce de memoria al g rado
ra: le die ro n -justa , artificial o tardíarne n te- al roman ticismo de abr ir co m ill as verba les y cita r lite ralm e nte al evoca rla , le
m ex icano esa literatu ra nacional, origi naria y autóctona, interesa la actuali dad cul tural y política de los indíge nas.
qu e en e l siglo X IX no p udo es tablece rse n i fUarse. Le inte resa su fut u ro. Pese a l escepticismo que la desd e ña
Autor d e Tollecáyotl. AS/Jectos de la cultura náhuatl (1981) , co mo u na exper ienc ia literar ia e n ag raz, una literatu ra a la
libro colocado e n e l centro de u na n utrida bibli ografía, a la vez ant icuada e inge n ua, León-Portilla promueve y exa lta
vez e ru d ita y didácti ca, es, insisto , u n renacentista. Mira e l la literatu ra indíge na qu e, al tran sita r d e l siglo xx al XX I, se
mundo con los qjos d e Campa ne lla y Tomás Moro, de Vasco escribe e n ná h ua tl, e n ma ya yuca teco, e n mi xteco y za po-
de Q ui roga. En su d e nostación d e los d estructores d e las teca. Dos veces ha sido pa rte ro Leó n-Por ti ll a y es evid e nte
Indias asoma Erasmo pe ro sus ve rdade ros héroes so n , m e- q ue se enorgullece de lo que ha traído al mu ndo. Es historia-
nos que los artistas y sab ios nah u3s, los tlamal,inúne, los frai- dor, fi lólogo y fi lósofo. Su m u nd o es u na u topía e n la cual
les m ision e ros, fra ncisca nos y domi n icos, etnógrafos p iadosos la he rida de 1521 ha cicatrizado.
q ue log ra ro n , e n el sig lo XVI, hacer subsisti r, e n cue r po y e n
espíri tu, a los vencidos. Y e ntre Heródoto y Tucídides, León-
Portilla m e parece q ue vot.:'1 sin duda rl o por Heródoto, el A La Luz o a la sombra de los fesü:}os de 2010, cenlenm1.0 de la Re-
ge ne roso oteado r d e los extremos de l mu ndo, a u tor d e u n volución mexicana JI bicentenario del comienzo:Jf la IndejJmdencia,

40 41

Miguel León-Portilla

¿desde qué IJerspectiva ve u.sted al México antiguo? ¿La historia del qu e sería la h istori a de la sa lvación. En un e nsayo que p re-
m:undo indígena )la está asumida jJlena1Jumte como lJarle de la se nté hace a iios so bre e l teatro indígena mu estro có mo
hislmia universal? también los ind ios se a pode raron del L<~atro , es d ec il~ ya no
se u'ata so la men te de se r inse rtados en la h isto ria un ive rsal,
Creo q ue la historia universal dura nte Illuchísimo tiempo no sino de inse rtarse a su man e ra. Se introdu ce n a tal grado
ru e uni ve rsal, porque no a ba rca ba e l orbe. Es d ecir, la hi sto- qu e algu nos de los co nci lios eclesiásti cos, aquí en México,
ria q ue se escribía en el siglo, va mos a decir, xv o XVI , e n Italia, prohíben esas represe n taciones porque las ha ll a n vincula-
por ejemplo, no e ra uni versa l. Era nada mé\S de los eu ropeos, das co n la cul tu ra indíge na.
cuando muc ho e ntraban los pueblos de l no rte de África y Es cosa de pensar e n un Robín G. Collin gv.'Ood, qu e me
vagam e nte la Indi a, Ch ina y.Japón. Hasta que e ntra en con- diría: "no ha habido histori a e n se rio más que a panir de los
tacto con lo q ue hoy ll amamos Nuevo Mundo, el Viejo se en- griegos, y lu ego en e l m un do europeo"; de man era qu e si
ca m ina hacia un a h istori a uni ve rsa l. Hace poco es tuvo aqu í yo di go que aquí había hi storia, se ca rcaj ea r ía. Con Edm un -
u n p ro fesor rrancés q ue se d edi ca precisa me n te a la h isto- do O'Gor man tuve ese a lte rcado po rque é l era seguidor d e
ria uni ve rsal y yo le dUe: "¿ Usted no sabe qu e hubo inten- Coll ingwood. De h ec ho , tra d uj o La idea de la historia. En
tos de indíge nas de hacer h isto ri a uni versal?", y se me qu edó el caso de Mesoa mérica, incluidos los mayas, la ge nte de Oa-
vie ndo como di ciendo: "Éste esL:i loco, sie m pre con los ind ios, xaca, e tcé te ra, sí hubo una cie rta co ncie ncia h istó ri ca. Basta
¿ve rdad ?" "Bue no", d Ue , "no , no e n la época p re hi spánica. co n ir a cualq u ie ra d e los sitios mayas, a Ux mal, a Pa le nqu e ,
Pero ya después de la Co nqui sta tan to C himalpah in como a Ti ka l, y ver las estelas. Y en esas estelas ¿qué hay? Hay re-
Alva lx tlil xóchi tl, cuando va n refiriendo los hechos, bie n sea g istros cale ndáricos de e ntron izac iones, de g ue rras, de h is-
de Tezcoco , Cha lco o Amecameca, cuando van refiri e ndo torias, u na man e ra de concie ncia h istórica, au nque no de
todo eso, hace n a lusiones a lo qu e ocu rría e n Eu ropa." filosofía de la hi sto ri a. C uando jos me xicas ve n ce n a los
Los frailes trataron de inse rta r a los pueb los de aqu í en la d e Azca potza1co hacia ]43 J con Itzcóa tl y e l consejero T la-
hi storia unive rsal , e n la hi storia bíblica, judeocristi ana ; e ra caéle l, dice n: "En los li bros de pinturas donde está n nu es-
la úni ca historia que interesaba. Y acudi ero n a e le men tos tras histo rias hay lllu cha mentira. Vamos a quema rl os y
co mo e l teatro náh uatl y misio nal, qu e ti en e un a ca ntidad vamos a esc ribir la ve rd ad e ra historia". Alg uien me d irá : "ya
de hechos d el Antigu o Testamen Lo , de Ab raha m , de lJuicio ve usted , no les interesa ba". Al revés: les inte resaba tan to
Fi na l.. . Y los ind ios, algunos de e ll os como Chim alpahi n y que la que r ían reescri bi r.
como Alva Ixtlil xóch itl, que ya e ran cristianos, aceptan eso, En los códices, por e;je mplo, m ix tecos, qu e son los qu e
y por e ll o establece n sin crono logías (e n g riego sin-, "con ") , nos dan más datos historiográficos, cOI"tiugaban el marco
o sea , corres pon de ncias, cro no log ías pa ra situarse en lo geográ fi co en e l c ual se iban desliza n d~s acon tecimien-

42 43
=
Miguel Leó n-Po rli lla

tos. Espacio y tie mpo , co mo d iría Ka nt, y as í van aparec ie n- nuestro co razón ? ¿Q ué pode mos d ec ir del Dador d e la Vi -
do las fec has e n un esce na ri o co n mOllla ñas y ríos, pue blos da? ¿I-lay vida o hay mue rte d espués de la mu e rte? ¿Vo lve ré
co n sus glilos to po nímicos y a nu'o po ním icos, y los hec hos va n a cll~a r co mo cuaj é po r prim era vez eh e l se n o de mi ma-
ocurrie ndo med ia nte un a co ncie ncia h istórica muy su i gé- d re? ¿Veré a mis padres?" És tos so n los presoc rá ticos, nada
ne ris. La p rueba es qu e cua ndo se consum a la Co nq ui sta se 111<.15 qu e e n náh uall.
e m pieza n a e la bo ra r o tros códices co n la im erve nció n de los Del pad re Ga ribay, cua nd o e mpezó a pu blicar, algun os
fra iles, co mo e l Códice Telleriano-Remensis, e l Vaticano A o mu- d Ue ro n - creo qu e atrib uyé ndoselo a Alfo nso Reyes- que
chos q ue te ne rnos de la é poca colo n ia l, C0l11 0 e l A zcalitlan. "como es te pad reciLO conoce mu y bie n su Ho racio y a los
Es una mane ra historiográ fi ca qu e da e n trada a la cultura presocráticos, a ho ra les po ne plu mas de q ue tzal y res ulta
occide nta l. Ell os, sobre todo esos q ue me nc io na ba an tes, q ue son pa lab ras verdade ras. Ni q ue un indi o fu era a pla n-
es tá n trata ndo de situa rse no ya sólo e n la hi sto ri a sag rada tearse esa pregun ta".
sino e n la h isto ria u n ive rsal. Así co nocí a Gari bay. Regresé a Méx ico y fui a ve r a l doc-
to r Man ue l Gam io, pa rie n te mío m uy ce rcano. Había escri-
Usted. continúa la obra de los grandes cronistas e hislol'iru[ore$ no- to yo una o bra de tea tro, La huida de Quelzalcóatl, y le dij e
vohisfJrt1tos -Salwgún, L as Casas, Clavijero- quienes son lam·
J
q ue si la q ue ría lee r. Me d ij o: "La voy a lee r, pe ro es me-
bién, /Jor qué no decirlo, sus maestros espirit.uales. Pero de los que j o r que la lea el pad re Ga ribay. q ue ése sí sabe de eso. Há-
conoció 'Usted en jJersona destaca el padre Ángel Mada Gm7bay K. bla le ". Le habl é a la Villa de Guada lupe. Garibay no te nía
¿Nos puede hablar de él? tel é fo no propio, pues tenía te le fo no fo b ia. De man e ra q ue
le hablo y vie ne a l te lé fo no: "Pad re , que ría yo hablar... " "¡Ya
Mi prime r co ntac to co n é l fu e indi reclo. Estaba yo es tu- me está ha blando !" "Qu isie ra e nse ña rl e ... " "¡Q ué, qu é me
d iand o e n Los Ánge les, pre para ndo una tesis sob re Las dos qu iere enseñar de qué! " "Q ue e l docto r Gamio me d ij o que
fuentes de la moral)' la religión, de Henri Be rgson, o bra q ue no si lo podía vec " "Bue no, m ire, ve nga el vie rn es a las se is, y si
eS laba tan a l ~j a d a de lo que se rían mis in te reses po rqu e c n no vie ne me da ig ua l."
e ll a e n tra n va ri as cu llll ras: los sufíes, los m ísticos, la re ligió n Ése fue mi prim e r co ntacto co n Garibay. Natura lme nte
din ám ica. Y en ese mo me nto cae n e n mis man os unas ve r- ll egué bastan te te me roso y me d ijo: "Mire, le voy a rega la r
siones d e Ga ribay, la Poesía indígena de la AltilJltmicie, pu- un ejemp lar de mi Llave del nálmatl. Usted d ice qu e q uie re
bli cada aquí, e n la UNAM, e n la Bi bli o teca de l Estud ian te estud ia r el pe nsami e nto ind íge na , ¿sabe ná hua tl ?" "No , no
Uni versita rio. Empiezo e n to nces a leer ex presion cs C0 l11 0 sé náh ua tl." "Aq uí e n Mé xico", co ntin uó , "te n e mos g ran-
éSlas: "¿Pode mos d eci r acaso pa labras ve rdad e ras e n la T ie- des hele ni stas que n o sabe n g riego , g ra ndes es tu diosos d e
r ra? ¿Todo es como u n sue ño? ¿Qué rumbo pod em os da r a Kant y Hegel q ue no sa be n a lemá n . Po r '0, si usted q u ie re

44 45
Miguel León-Portilla

mete rse e n esto, tiene qu e sabe r náhu aLl . Mire , ve nga e n pensamiento indíge na". Y así se d esarro ll ó e l exam e n . Al
quill ce días. Siga las lecciones de mi libro; tiene usted qu e termin ar, Caribay me dU o: " Lo feli cito mucho". "Pe ro ¿po r
sabe r tres o cuatro lecciones. Si no las estudia, mt; jor no qu é, padre?", le pregunté. "Porque le!contestó a Larroyo.
ve nga porque yo no pie rdo e l ti empo ni co n to n tos ni co n Yo no e ntendí nada de lo que preguntaba, qu e qu ié n sabe
flojos." Me puse a es tudi ar. qu é co n la inflac ión de co ncep tos." Bue no, me aprobaron
Caribay e ra un profeso r extraordin ario de la Facultad de con men c ión honorífi ca. Algunos fil ósofos de aq uí se retor-
Filosofía y Letras. Había recibido, con Cam io, co n J a ime cía n de risa, d ice n : "Qué imbecilidad se rá és ta". Un fa moso
Tor res Bodc t, con Re)'es, un doctorado honori s cau sa cuan- profesor de aq uí de Estéticas qu c se decía "marqu és", ya no
do el cuarLO cc ntc nario de la Universidad. Por eso des pués le doy más pistas, vio e n la mesa de .Justin o Fe rnánde z La
fui a ve r a Ca ribay y le dU e: "¿Quiere usted d irigirm e la te- fi losoFa náhuall y d Uo: "Y es t~l necedad ¿qu é es?"
sis?", y res po nde: "¡Ay!, ¿por qué le tengo qu e diri gir ¡.¡ usted?" Co mo a los qu ince días hubo una co mida que daban los
"Bue no , porque usted es un profcsor ex trao rdinari o." "Pues Porrúa a va ri os de los qu e p ublica ban co n e ll os, y es taba este
sí, por eso soy ex traordi nari o, pa ra no tener que hace rl o." seJio r con el padre Caribay, qu e me llamó y le dUo: "Mire
Total, aceptó. usted , le vaya prese ntar a un idiota". Dice: "¡Que qué!, ¿oí
Tuve qu e move r cielo y ti er ra para que se adm itie ra mi bien?" "Le va)' a prese ntar al sel;or Leó n-Portilla, que es un
cstudi o de la fi losofía náhuatl. Tomé cursos co n Ca ribay y id iota." "¿Por qu é es idiola?" "Porque figúrese usted que é l
co n.Justino Fe rnández, que aca baba d e hace r su tesis sobre cree qu e los indios pie nsa n ." "Ay", di ce, "yo de eso no sé
la Coa tl ic ue y te nía un a especie de hi storia d e las ideas es- nada." Le respo ndi ó Ca ribay: "Si no sa be, cállese e nto nces".
té ti cas apli o ldas al arLe indíge na. Tardé como tres "{lOS y As í me fui abrie ndo camino. Durante mucho ti empo creye-
medio e n hace r la tes is y tuve la te me ridad de ponerle co- ron que estaba yo loco. Ni se tomaron la molesti a de leerme.
mo títul o La jilosojia. nálmall estudiada en sus fuentes. Llegó el Ahora puedo decir con gozo qu c e l libro se ha tradu cido
día d e l exame n y lo pres idió e l doctor Francisco La rroyo, a l alemá n, al fi·ancés, al in glés, al ruso y se eS l¡.Í tradu ciendo a l
d irector de la f~\Cultad , un filósofo neoka ntian o que no c roata. Hace poco participé en un co ng reso internac io-
creía en los indios. Vinie ron e l padre Caribay, Juslino Fer- na l de filosofía. Ace ptaro n qu e hab lara yo d e esas "ne ce-
nánd ez, e l sec reta rio de la Facultad Juan Hern án dez Luna, dades", po rque a l fin y a l cabo ¿qu é es la filosof'ía? Es la
un m ichoa ca no extraordi nario que había sido discípulo de reflexió n que hace e l se r human o - !.Odas somos filósofos-
Sarnuel Ram os. Cuando ya estaba muy mal d e Gín ce r, en la sobre una se ri e d e proble mas. Cuand o esc ribí La filosofía
Universidad Mi choaca na le hicieron un homen <~e a He r- nálmatl no lo hi ce nada lll ílS po r inte rés acadé mi co sino por
nández Luna y yo fui expresa mente porque él me hab ía inte rés vital. Yo e ra casi escéptico -sigo sie ndo casi escé pti-
di cho: "Yo lo a poyo a usted . Yo lo apoyo. Sí creo qu e hay un co- pe ro m e e nco ntré un pe nsa mi e nto ~e es poesía, flor y

46 47
Miguel León-Portilla

ca nto. Hay un diálogo p recioso, por ejemplo, en que va Claro. Hay unos prog ramas de telev isión en que apa recen
apareciendo u na serie de sabios para trata r de decir qué es Vasconce los, Alfo nso Jun co y Andrés l-Ienestrosa, que lue-
la fl or y e l can LO, y al final se dice: "tal vez sea la ún ica ma- go la uni versidad ha vue lto a sacar, y~ es te rribl e ve r a ll í a
nera de deci r palabras verdaderas". EnLOnces ec ham os a un Vasconce los. Da tristeza. Lea usted e l prólogo a la Bnroe his-
lado a Hege l, a SanlO Tomás de Aquino y hasta a Ar istóte- toria de México (939), do nde dice: ''Y qué te nemos de los
les, y nos quedamos co n la fl or y el can to. En ese se ntido me indios, la otra sa ng re d e n uestra san gre ... Nada , porq ue
quedo co n Bergson. Él es tambi é n flor y can to. nada de lo q ue hici e ron va lía la pena de conservarse". ¡Así
Así fue mi re lac ión con Ga ribay. Desp ués lo seguí vien do dice!, ¡te rri ble! Y a mí Gamio me con tó cosas terribles de
has ta q ue mur ió en 1967. Yo e ra ya director d e este Institu- Vasco nce1os que prefiero no contar porque no puedo demos-
to de In vestigac iones Históri cas y él e ra investigador. Yo le u'arl as. Vasconcelos ll egó a una actitud fascistoide casi, e ra
decía: "Pad re, tiene usted que mandarme su info rm e de ac- partida rio de Franco, No sé por qu é te rminó así.
tividades". "¡Yo no le mando nada!", respond ía. "Pues me lo Gar ibay levantó otra bande ra. Yo por eso ve n ero profun-
tiene que manda r." Acabé por hace rl e e l in forme, dirigido damente a Gam io y a Gal-ibay. A Gam io tambié n lo ha n acu-
a mí mismo. "Nada más fírmele ahí." Tenía fama de ser hom- sado de que quería ap li car el método de Franz Boas para
bre cascarrabias. Yo, la verdad, tuve con él una relación cor- que los ind ios dejaran de se r indios y se volvie ra n cultural-
dialísima. Hay quien d ice: "Ah , pero sus traducciones tenía n mente mes ti zos. Eso es fa lso de toda fa lsedad. He es pigado
muchos defectos". Si no fuera por los trab-uos de Garibay, sus obras y en un pequeño trab~j o, Pueblos m'iginarios y glo-
casi nadie se dedicaría abo ra a es tas cosas. Ga ri bay trabajó ba{ú.ación, muestro que las afirmac iones de Ga mio casi coi n-
mucho. En su Hislmia. de la lilemtunt náhuatl nos revela e l cide n co n los Acuerdos de Sa n Andrés Larráin za r: qu e los
caudal gigantesco d e fu e ntes que hay. De man e ra que a un- indios se gobiernen internamen te , co n sus represe ntan tes
que haya co metido e rrores, ¿qui én no los com e te ? A mí me en las cá ma ras; que ap rovechen las riquezas de sus territo-
decía: "Mire, usted no sufra con las erratas de los li bros, rios, qu e sus lenguas se ma nte nga n, q ue se cu ltive la lite-
a unque sea n go rdas, no im po rta". "¿Por qué , padre?" "Dios ratura. Eso no es Franz Boas, a qu ien, además, no debe n de
omnipotente", di ce, "hi zo este mundo y está lle no de e r ra- a taca rl o porque é l fu e qu ie n , e n la Un iversidad de Colum-
tas, que somos nosotros, y no nos quitó. Así que no se in- bia, in ic ió mucho de la mode r na a n tropología, exigiendo
quiete usted mucho." Ése e ra Gar ibay. a sus al um nos que aprendieran la le ng ua de l pueblo indí-
ge na con el que trataban. Vaya usted a sabe r si hoy día los
¿La obm de G(wilJa)' es una resjJuesla al desjJrecio hacia las civili- antropólogos mexicanos conocen la lengua indíge na de
zaciones indígenas, al racismo de, por ejemplo, unJosé Vasconcelos aque ll os co n qui e nes trab~j an.
en su úl.l.ima éjJoca?

49
48
F
Migud LCÓIl-POrlilla

Las lenguas il1digena.\' 110 sólo jJersisten, sino que tienen una r,;r,;/}I"(!- ra " infon11antc" qu e se ll a maba dO li a LuzJim énez. d e Milpa
sión literaria. rontemlJoránea que usted ha Tecopilado y divulgado. Al ta. Hablaba míhuall pe rfectamen te y la tenía, como de-
1:;11. 2004 /mblicó usted 'Una antologia, junto con t.-'ar[ ShOl'ris, A n- cían en to nces, de "infonn an tc ". Ell a itfa a su casa, yo a lgu na
tigua y n ueva palabra. Quisiera saber cómo lee 'Us"!d la !Joesía vez fui también, y le dictaba u na histOl-ia ná hua tl yel otro
actual. de los hulíguUls tras haber rescalado el acervo IJrerolomúino, ap un taba y luego e ll a misma Ic ayudaba a hace r la traduc-
de la Conquista y del \lilTfinalo. TCt1Jlbién me da 'mue/u¿ cwiosi- ción, que es co mo h ace n mu chos in ves ti gadores, ma lame n-
dad, finalmen te, saber cómo leen los es¿-rilores indígenas acluales a te, porque no sabe n bie n la le ngua. Do ii a Lu z.Ji mé nez era
sus clásicos, si es qtu' los consideran sus clásicos. ¿ Usted ha leido una perso na exce pc io nal y le di o mu chos textos a Fernan-
con dios, IJor f:ielll.jJlo, Q uin ce poetas del mund o azteca? do, qui e n un día me dij o: "Yo tos qui e ro pub lica r co mo ma-
te rial de lec wra pa ra m is es wdiantes". "No", te dije , "no
Antes vaya reco rdar una frase de Gam io, qu e me decía sie m- co mo mate rial de lectura. Son va tiosís ilTl OS." Yo le ayud é con
pre: "¿'f e interesa e l in d io mu e rto? No te fijes n o más e n e l e l tílUlo, Memmia nált'llall de Millm Alta. DI' lJ''1I/,iliano Zapata a.
ind io Ill ll e n o, chi co, p ie nsa e n e l indio vivo". I-I e procurado P01jiáo Diaz. Es maravilloso e l libro cuando d ice: "un d ía
segu ir sic mp rc ese co nsejo, porque el ind io vivo es el he re- o ím os co mo qu e tronaba cJ ciclo". Se refe rían a qu e había
dero primario de todo eso. Y antes de que Garibay y )10 co ntri- es tall ado la Revo luc ió n . Ella, da li a Lu z, qu e r ía se r ma es tra e
buyése mos a rescata rl o, hubo precurso res en Alemani a. Ell os iba con tando cuadros maravillosos. Hay varias edi ciones; es-
habían hecho traduccion es y las publ ica ro n como ed iciones tá trad ucido al in g lés.
de etnol ogía e n un instituto a le mán , qu e no trascendían. r e m a ndo se in teresó tambi é n por e l tea tro náh uatl . Pu-
Lee rl as, e n e l mundo d e hab la his pana, era un poco co mo bli có aquí en la UNAI\" un a se rie de pi e¡r";;ls de teatro que yo
ir a impo n ar pulque de Ale man ia. Se hi ciero n, a veces, tra- prologué, so bre todo de evan gel izac ió n, y o tro libro sobre
ducciones de traducc iones de l ale mán, co mo las d e Konrad las dan zas de la Co nqui sta. Ha bl o de 1949, 1950; entonces
Preuss; los tex tos que recog ió e ntre los mex icaneros d e Du- no había much os auto res indíge nas. Había alg un o que otro:
ra ngo han sid o trad ucidos no d e náh uiltl sino de l al e mán. don Fidencio Vi ll a nu eva e n Mil pa Alta, que escribía pequ e-
Me e mpecé él vincular con la li teratu ra indígena qu e se iios poemas; un selio r Vill ami l e n Te po ztl á n , o Mar iano
produce acwatm e ll lc g racias, primero, a Fernando I-Iorca- Rojas, que creo qu e e ra sace rd o te y tambi é n esc ribía en
sitas, qu ie n se d edi có a reco ge r textos mod e rn os. Co nfi eso náhuatl. ¿Cómo e mpezó a su rg ir eso? Yo daba co nferencias
que al principi o yo decía: "Pero si te ne mos ta n tos tex tos e n El Colegio Nacional y e mpezaro n a ve nir varios de Milpa
a n tig uos, pa ra qu é va mos a desviar la a ten ció n hac ia los mo- Alta, otros na h uas d e la I-Iuasteca ve racru za na co mo Na ta-
de rn os". Pe ro poco a poco fui cambiando de o pinió n. Qué lio f-I e rn á nd ez, como Librado Silva Ga lea na ... Hacia los a iios
ba rba ridad , q uedé ma¡-avi ll ado. I-I o rcasitas te nía u na sc¡io- cin cue nta no había, exce pto un os cuan 0:S, qu ien se d edica-

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r
MigllCI León-Ponilla

ra e n se ri o a cul tivar su pro pia le ngua, a escr ibi r lite ratura. proresió n tiene?" "Soy abogado pe na lista; ojalcí que n o re·
E m pezaro n a ven ir a lgu nos maes tros, cas i to dos nor mal is- quiera de m is servicios." Bueno, sigue vi ni e n do, ya dejó lo
tas, cua ndo daba yo conferencias so bre los poe tas ind íge- de abogad o pena lista y se dedi ca a lo del ná h uatl.
nas. y es tas cosas les e mpezaro n a atrae r, me venía n él ver Con e l paso del ti e mpo, Ca rl os Mon te mayo r, por ejem-
mu cho. ''Yo qui e ro ir a sus clases", me d ecían. "Bueno, pues plo, ha hec ho un trabajo es pléndido co n los tall e res lite ra·
ven co mo oyen le." Yasí he te n ido al lecultll.iAlfredo RamÍ- r ios, sob re todo co n tzo tzil es, tze lLa les, mayas y yucatecos,
rez, de Xalitla , e n Guerrero, y a o tros de la Hu asteca vera- pa ra que se forme n co mo escritores, y para que aprenda n a
cruzana , de Puebla, de T laxca la y d e aqu í del D. F. escribir e n castell ano. ¿Por qu é? Porq ue e ll os vie ne n a ha-
Al prin cipio, cuando ll ega ban de va rios lu gares no se e n- ce r su propias trad uccio nes, y si las hacen mal va n a dec ir:
te ndían en tre sí. ¿Por qu é? Porque las va ri antes d e l náh uatl "Es una li teratu ra de a cuar tilla qu e no vale nada". "¿Y qui é n
desde la é poca preh ispán ica han sido inte nsas. No nos de- va a lee r nuestras cosas?", me preguntan. En la med ida, les
be de eX lraJi ar: e l ita li ano o e l ale mán tie ne n u na variedad respondo, en qu e haya más gen te qu e conozca la e duca·
tremenda. Pe ro yo les d ecía: "Vamos despac ito. A ve J~ ¿có mo ción bi lingüe, qu e pueda leer, que rea li ce la lec tura d e los
dices tti ahora?" ''Yo digo áxatl." ''Y tú , ¿cómo d ices ahora?" esc ri tos en la pro pia lengua, se lee rá más. Ayuda rá n , en el
"Yo di go aman." "¿Y có mo decía n an tigua m ente?" "Pues ín te rin , los programas radi o fón icos, las radi os co m un itarias
axcan." Me empecé a hacer su ami go y pude plat.ica r co n en le ng ua indíge na ...
e ll os. Antes n o tenía co n qu ie n hablar. Na ta li o H e rn á ndez, Jua n Gregorio y otros crearo n la
Asociación de Escritores e n Lenguas Indíge nas, la Asocia-
Recibió de ellos la (lilllensión coloquial dldlenguaje. ció n de Profesio nal es en Le ng ua Ná h ua tl.. . Así se e mpeza·
ro n a conso lidar estos g rupos, venciendo poco a poco la
Totalme n te. Se me p rese n tó, m e ac uerdo, otro escr itor qu e resisten cia. Cada le ng ua es co mo u na a ta laya. A partiJ- de
sig ue vinie ndo , Cayeta no .Juá rez. Me dUo: "Yo soy Caye tano e ll a se co n te mpla e l m undo. Pa ra conoce r la me nte huma·
.J wirez de la Huasteca hidalgu e nse, mi le ng ua es e l ná hu a tl. na e l mejor camino es estud ia r las le nguas.
¿Me dej a veni r a su sem inario?" "A ve r, ¿d ice usted qu e ná- Fui miembro de laJunta de Go bie rno de la UNAM, y cua n-
h uatl ? Lea aq uí po r b vor pa ra ver si lee e l mi huatl", le d igo , do ve nían filósofos para e legir a su directo r les decía: "En
y me respon de: "El ná huatl no se escri be" . "¿No se escribe? vez de ser eco de ecos, de filosofías europeas, de ma nera
No me di ga que no se escribe. Mi es posa ha publ icad o u na que si hoy hay ex iste ncia lismo, todos so mos ex iste ncia listas,
o bra qu e se ll a ma TejJUztlahcuilolli en que regisLra ce rca de les voy a dar un co nsejo: trate n d e ve r cómo se concep túa,
tres mil tíLu los impresos." "¡Ah caray!", me d Uo, "yo no sa· có mo es e l p roceso cognosci Livo e n una le ng ua indígena.
bía ." "Pues a ho ra ya lo sabe." Y le p regun to: "¿Uste d q ué Eso sí es fi losofía, y van a descubrir p'4]Ld ig mas me nta les

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r
M igllcl Leó n-Portilla

que n i sos pec h an. ¿Cómo segmcllla la rea lidad la mente d e li e ne q ue ver con que he mos o rga nizado, e n e l grupo d el
u n za poteeo ?" se mina r io de culLll ra mí. h ua tl y el g rupo de Monle ma yOl~
I-I orcasilas m urió m uy j oven, d e cinc uen ta y cinco a l; os. reu niones de hablan les d e le nguas ili d ígenas, que e n mí-
Ca rlos Mon temayor ' sig ue tral)¡;~jan do. VíclOr ele la Cruz, huatl se d ice naltua nahicoüztli, e n lugares com o Mil pa Alta,
d el istmo d e Te huan lc pcc, escri be m uy bie n en le ng ua za- Santa Ana T lacotenco ... La ge n te viene, pero por d esgracia
poteca. Es doctor; hizo su tesis conmi go so bre e l pensa- son Im'ls bie n viejos. Las le ng uas, si no se re fuerzan , es tán
mi e n to d e los zapotecos. Hay u n pu répec ha. Irineo Rojas, sie mpre e n pe lig ro. Cua ndo ya so n solame nte cua tro sabios
qu e es tud ió rísica en Ale m a ni a y es defe nso r ta m bién de su los que hab lan cie rta leng ua, es ya un m omento artificia l: e l
le n g ua. Hay rn aza tecos y hay iiali ús. Un t;atiú acaba de tra- kil iwa , el pa ipa i, e l tipai , e l cuca pá en el norte de Méx ico,
d uc ir a l olomí La visión de los v(mcidos. en Baj a Cali fo rn ia, tie ne n cinc uen ta , sese nta ha blan tes , y se
Al pr incipio, lo s escr ito res in d íge nas ca ía n m ucho e n los va n a San Diego o a Ense nad a. ¿Q ué pasa cuand o mu ere
Titornellos, e n ll orar su d esgrac ia o e n co piar te x LOS an Li g uos, u na le ng ua?, d ice u n poema e n ná h ua tl. Es te rr ible , la h u-
al1le lo cua l yo les d ecía: "Us tedes, como cualqu ie r lite rato ma nidad se em pobrece, pa ra aca bar p ron to .
d e hoy, puede n crear, inspirarse en el pasado". Librado Silva Galca na y otros más publi caro n ulla anto lo-
gía de textos antiguos pa ra d istribu irl a e n tre e ll os m ismos.
AsI empieza loda lileratura y usted ha tenido la suerte no sólo de ser J o rge Coco m pech , q ue es m aya d e Yuca tán , tie ne u n lib ro
lesl:igv sino parlero de "Una nueva I.ileratum. m uy bon ito , Los consejos del. abuelo. De l m u ndo maya ta m-
bié n está Brice ida C uevas Cob, que esc r ibe m ag nífica m e n te
Así e m pi eza. Creo que los esc rito res g ri egos m ode rn os así bie n . Hay varias m lue res q ue escri be n , u na hUa d e l m aestro
ha n d e haber empezado, insp irán d ose en Sófocles o en o tros To led o , Na ta lia To le do , por ejem pl o. Entre los zapo tecos,
autores de la an tigüed ad chisica. so bre tod o e n tre los d e l Istmo, ha ha bido sie mpre u na tra-
d ición literaria ; podemos e n con trar tex tos esc r it.os e n 1890.
¿ 'filme algún recuerdo de la ¡:x/Jeriencia de eUos leyendo la jJOesía Víctor d e la Cruz, autor de La flor de la ¡,alabra, ar ra nca con
rnesoamericana. ? inscr ipciones q ue está n e n es te las de Monte Albá n y te n ni-
na e n la actua lidad : 2500 ai10s d e li te ratu ra.
Era u na verdadera ve rgüenza qu e los d esce nd ie n tes de qu ie- En e l qu into ce nte nario, en 1992, pe nsé que podíamos
nes conci bieron eso n o t.u vieran acceso a lo s li bros de sus pu blicar una o b ra importa n tísi m a en náh ua tl , lo s hudmeh-
ances tros. Le voy a co n ta r dos experiencias. Una d e e llas llahtolli. Huehuehl/.ahlolli q ui e re deci r "pa labra an ti g ua" o
"palabra d e los viejos". Be r na rd in o d e Sa hag ú n d ecía que
ICarIos MOll lc ma}'or murió e n fc brero de 20 10, unos meses despu és
de realizada esta entrevislil [N. de E..J. va len nllls q ue los sermones: so n co n s~~ al nu evo gobe r-

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r Miguel Lcó n-Po nilla

na n te, a la much acha y a l mu chacho cuando se va n a casar, eso enriqu eció a la le ngu a espai10la, po rqu e te ne mos pala-
cuando nace un nili o, cua ndo alg ui en aca ba de mo rir. Es la bras d e todas esas le ng uas. Y lambié n ejel ná hua tl ha n pasado
sa bidu ría decantada. Sa hagli n decía en e l libro VI de su a la le ng ua universa l caste llana un bue n núm e r'o de pala-
o bra: "Aquí está la fi losofTa m o ral", Se co noce n va rias reco- bras. So n cen tenares qu e ha n en riquec ido nu es tro léxico,
p ilaciones de los ImehuehtlalttoUi: la qu e hi zo Sa hagllll ce r- n ues tra fo né tica , n uestra man era de es tru ctu ra r la oració n .
ca de 1546; pe ro h u bo otra a ntes que hi zo fray Andrés de La lengua espa liola tiene un a respo nsa bi li dad: respe tar estas
O lm os, que recogió a partir de 1533, la recopi lación más le nguas y no ma tarlas, no cometer un crimen , un idiomacidio
te m prana. Bue no, pues esa recopilació n se publicó e n T latc- o lengüicidio; se ría te rribl e. Debe mos apoyarla". Y he log rado
lolco e n 1600 y no ha bía Jll,\S que dos ejemplares trun cos, que e n la Academia haya ge nte q ue se pa le ng uas indíge nas,
un o e n la BibliotecaJ o hn Ca rte l' Brown y o tro e n la Un ive r- y voy ti lograr qu e e ntren alg un os indíge nas a la Acad e mi a.
sidad de Filadelfia. Co nseguí que me envia ra n fOLOgrafías, y No pue d e haber re presentantes d e las sese nta y tantas le n-
los a rmé. Y le dije a mi a mi go Librado: "Librado, yo hago la g uas ind íge nas, porque e n to nces ya sería la Acade mi a d e las
in troducció n y tú lo trad uces. O si tú quie res la hace mos, Le nguas Indíge nas, pe ro sí por lo Ill e nos de las tres o cua-
pero yo qui ero que tú seas e l traductor". "¿Y por qué lo qu ie- tro princ ipa les: el ná h uatl, el maya yucateco, e l zapoteco y
res así?", me preguntó. "Para qu e sea un o de l mismo li m~je e l m ixteco.
e l qu e ma nte nga la lengua", le respo nd í. Él, qu e habla una
le ng ua mu y parecida a l clásico, lo tradl~jo y lo pub licam os. Regmsando al !Jasado, ¿ignora'llLOJ casi todo sobre el mundo indí-
Hay le ng uas indíge nas qu e no van a mo rir. Quizá voy gena dumnte la gucnn de IndeJJendencia y durante la Revolución
contra la o pinió n de muchos que di ce n: "¡Ay, qu é lástima mexicana?
que haya tant.a Babe l aquí! El ideal es qu e todos ha ble mos
espaii.ol". I-I e ten ido ocasión de ha bla r e n asambleas de la Ig no ra mos casi todo. Es evide nte que la Independe nc ia nos
Academ ia Mexica na d e la Len gua , e n la prime ra re uni ón tl(~jo la posibilidad d e escoger nu estro des tino y de no se r
de la le ng ua abierta, e n Va ll ado lid , hará co mo siete, ocho tr ibu tarios d e un país ex tra nje ro. No sé si ha bríamos e n-
all os. Est.:'lba n e l rey y el presid en te Fox, y les dU e: "Seii.ores, co ntrado nu estro d es tino de otro mo do. Y la Revo lución ,
un tesoro t.en e mos: las le ng uas indíge nas. La le ngua es pa- ¿qu é nos tr~jo? Fue u n sacud imi e nto tre me nd o, qui z"í, pe ro
110la desde que nació co nvivi ó con m uc has le ng uas. Convi- puso e n co ntacto a la pob lac ió n mex ica na de l norte y de l
vió co n la madre de e ll a, que e ra e l latín ; co nvivió con la sur. Nos tr<tio cie fws conquis tas soc ia les, como la restitu-
le ngua de Oc; convivió con los dialectos itali anos; co nvivió ción de las ti e rras co muna les.
co n el vasc ue nce; co nvivió con el ca talá n. Y des pués cuand o Los indígenas en la é poca colo nia l, ¿cómo estuvieron? Fue-
se abrió e l mundo co nvivió co n cen te na res de len g uas, y ro n pateados y enco mendados. Pese a qll~hubo epide mi as

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Miguel León-Portill a

lerribles y por poco desaparecen, legalmeme te nían perso- y se inleresaba por el cul tivo de la seda. I-Iall~índose en Do-
nal idad .iur íd ica, se reco nocía n sus institucio nes pol ílicas, lores, Gua n~u aLO , e n una casa con es pañol es, por la noc he
económicas. Con ciena ambiva lencia se reconocía n sus len- viene All ende y le d ice: "Ya se ha des¿ubierto la co nspira-
g uas, so bre lodo con los Austrias; co n los Barbones ya no ción". D~jó a los cs paiio\es, se rue corriendo y salló a los
ta nto porque e ll os, co mo bue nos rranceses, eran un os ccn- presos, e ntre los cuales había much os indígenas. Junta al
lralistas lc rribles. Llegó e n tonces el arzobis po Lo re nzana, pueblo y le sigue n muchos ind íge nas. Lucas Alalmí n descr i-
desp ués arzobispo de Toledo, a decir cn una ci rcu la r a sus bi ó el momento e n que Hida lgo salió de Dolorcs así: "No
pá rrocos que no reza ran nunca en lengua indígena po rque parecía un ejé rcito. Ve n ían los peo nes en cuad rill as co n sus
era taI ta de respeto a Dios. A ese grado. jefes, tra ía n lanzas, fl echas, arcos, hondas, uno que otro traía
Ull fusil vi~j o, venía n co n 1l1luereS y n ií)os ca rgando. Pa recía
Contra lo que se cree, la jJOLítiw de los esjm'ñoüJs no fue, hasla el más u n pucblo trash u mante que u n ejé rcito".
siglo XIIIII, la de una wslellanización vimlenla. Para la hora de la toma de la Alhóndi ga de Granad itas,
que fue te r rib le, Hidalgo ya lleva ba como cin cue nta mil in-
Los Austrias habían gobernado muc hos telT itorios de Euro- dios y te nía e l Batallón de la Reina , qu c e n Celaya se pasó dc
pa do nde hablaba n checo y una se ri e de le ng uas diferentes, su lado, un batallón qu e co mandaba Allende; pero el g rueso
y por dIo e ran tol e ran les. "H ay Olras lenguas en nuestros era n indios. Durante la toma de la Alhóndi ga, se em p ieza n
re inos d e Ult.ramar, se hab lan ... ", presum ía n. Los francisca- a ll ena r todas las calza das de los a lrededores con indíge nas,
nos incluso ll egaro n a pe nsar qu e el ná h uatl fuera no sólo quienes ll evaba n hachas y con sus hondas ti raban a las ve n-
la le ng ua fra nca sino aque ll a e n que se ensellara todo a los tanas. Los espa íi oles llenaron frascos con pólvo ra, los ar ro-
indios. Pero hay un libro de un hisLOriador, Hamnclt, qu e jaban y mataban a un montón de ind ios. Hasta que por fin
muestra có mo las LÍ e rras de los ind ios iba n reducié ndose los indios lograro n e ntrar, bi e n sea con el Pípila, co n pie-
po rqu e los hace ndados muy ricos, con m ~lIl as y a rtimañas, dras o con una madera COIl la qu e rompen la p ucrta.
log raban com prarl es y expandía n la haci e nda, y los indios Tengo docum e ntados a m ~\ s de cincuenta ca udillos ind í-
pasa ban a se r peones. Natu ra lme nte eso creaba un ambi en- ge nas. No eran nada más carne de call ón: hab ía t.a mbién
te de od io. Hay casos an le riores a 1810 en que hubo re belio- caud illos, y muchos de e ll os te rmi naban fu silados o a horca-
nes de indios en que incluso maLarOIl a hacendados. Vie ne dos o mu ertos en batalla. Hubo casos e n que fu sila ron a mil
en tonces la g ue r ra de Indepe ndenc ia. indios; colgaban la cabeza de sus jefes, co mo hi cieron con
Admiro a H ida lgo. Era un hombre in lelige nte , que había la de Hida lgo. Fue inte nsísima la pa rt.icipación de los indí-
sido reCLO r d e l Coleg io de San Nico lás en Michoacá n , ha- genas. Hubo un indio al qu e le llamaban "el Capador" porque
bía escr ilO tra tados so bre el m étodo de estudiar la teología a cuanto es pa l ol cogía lo ca paba. Ahí ~es u na muestra

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Miguel León-PonilJa

cid odio le rribl e que había. Por ese tiempo se expide la Co ns- En la Revolución se repiLC lo mismo. Es ob ra de indios e
lituc ión de Cád iz de 18 12, y luego en Apatzin gá n la de Mo- indios e indios ... ¿Y qué sacan? Por lo pronLO, que matara n
re los, en 1814, y, y~l cons umada la Independencia, la dc a muchos. En la época de la Independl:ncia a lgunos creye-
1824. y LOdas esas co nslitucio nes partcn de la idea liberal ron que se iba a resta urar el o rden pre hislúnico, incluso
de u n conceplo de ciudada nía n uevo: todos somos iguales, Buswmanle fue mU)1dado a pensar eso. Cuando eSlaba Mo-
no hay nadie que sea superior, y loda idea de las castas hay relos e n Chi lpa n cin go le hi zo un d iscurso que decía: "In-
que abol irla. voco a los manes de Cuau h lémoc y de la malan za del Templo
Mayo r", y de quié n sabe q ui é n. "Ya vendréis desde e l día
Se eS/Jetaúa, que, al inlegraTSe, gracias a la igualdad civil, lit"- run esLO, e l 13 de agosLO, el día de vueslra deslrucción. Ma-
sa/JlI.11Jcü:mn los in{lios. l ana, con la Consti lu ción de Chilpa ncin go, se rá el día de
vuestra liberación." Pa la bras bell as pero nada más.
ExaClamc nle. Nadie de bía le ne r nin gü n pri vi legio n i leyes
es peciales n i nada. Todav ía uSled les dice a muc hos aboga- Cw'¡osmJlenle aquello camúia, du:mnle un breve liemjJo, con Maxi-
dos que los indios deben tener leyes especiales )' les parece 1IIilimlO. C1.t/)'a actitud IJaria los indígenas contrasta con la de Be-
un a locura. Los indios empezaron a ser borrados de l mapa, nito juárez.
y lu ego los gobiernos republi ca nos acentuaron eso cada vez
ITI i\S, y los indios fueron perdiendo las tierras que te nían . Conseguí hace tiempo una colecció n de los decretos en
Con las leyes de Reforma lo que tenemos es el golpe de gracia ná huatJ de Maximi lia no , traducidos por Fausti no Chimal-
porque, a l suprimir la propi edad com un al de la Igles ia, se popoca Ga licia. Es básicame n te e l fundo legal de los pue-
ca rga n también a las cOlllu n idades indígenas, y los voraces blos, registrado con la inte nción de restitu ir la propiedad
co mpran esas tierras y e llalifundismo crece de una man e ra co munal. A Maximiliano le interesaron los ind ios romá n-
te rrible. licamente; ten ía su preceptor im perial d e náhua tl , el mismo
Dice Gonza lo Aguirre Be ltrán que eso ayud ó m ucho al Chi ma lp o poca Cali cia. Cuando eSlaba sitiado en Queré-
mest i z~Ü e. Pues sí, claro, porque, al qu edar desenraizados taro le daba lecciones d e náhu<ltl; u n poco in ge nua la cosa.
los ind íge nas de sus cOlllunidades, se e mpeza ron a mezcla r. Maximi liano se interesó po r los ind ios, e l pobre.
Para m í -y no es una idea nueva: está e n los estudi osos del Pero aho ra va mos con don Be nito. A.Juá rez le decía n e l
siglo XIX, e n los socialistas. en .lean Meyer-, los indios se "Indio", a veces sin cariño, como "el ind io ése". Sus leyes de
e ncon tra ro n peor que an tes, desprotegidos tola lm e nte. ¿A Refo rma fueron d esas trosas para los indios. Decía Vallarta,
qué apelaban ?, ¿"l qui én ? An tes, por lo menos, se podía ape- e l famoso Ignacio L. Va ll arta: "Se nos ha re prochado que al
lar a l tribu n al indíge na. hacer la Constitución y al incorpo ra r l as~eyes de Reforma

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p

Migut:l Leó ll-Portilla

no pensa m os e n los ind ios. C laro que los tuvim os prese n tes un a persona co ncen trada e n defender a los ind ios, pero e n
Lodo e l ti e mpo: quer íamos qu e rue ra n como nosotros. Que cie rtos mo m entos sí se preoc u pó por e ll os.
qui ten esas institu cio nes ton tas CO Ill O la p ro pi ed ad CO tnU ~ 1
nal. Hasta que sea n corno nosotros es ta rá n bien", C ua ndo ¿ Y qué pasa con el indígena en la Revohu;ión ?
se acababa d e recibi r de a bogado, fu e ron li nos ind ios za pa-
tecas con .I uárez para ped irl e que los d e fendi e ra d e l cura , Lo m ismo qu e en la g ue rra d e Indepe nde ncia: m uchos se
que les cobraba lTIu cho po ]' las m isas y los en tierros, y Jmí.- levanta n e n las hacie ndas. ¿Por qu é? Porque o diaban a los
rez fue y los d e fe ndi ó, y logró a lgo. En ese pueb lo gobe rn aba hacendados y a los admi n istradores, qu e ge ne ra lm e nte eran
u n libera l, pero ca mbi ó lodo y quedaron los co nse rvadores. espa lioles. Me va n a d ecir: "Los Serd á n no e ran ind ígenas".
y entonces vo lvió Ju á rez y lo m etiero n preso por d efe nder a Pero eso no qui ta que Álva ro O bregón haya tra ído en sus
los pob res del pueblo aqué l. ESLUVO C01110 tres meses preso. ejércilOS a yaq ui s y m ayos, y Za pa ta , a na hu as. Hubo u na
¿Qué otras cosas hi zo Ju árez? Exp idi ó tres o cua tro d ecretos presenc ia indíge na enor m e. Nad a m ás vea las fotos de l Ar-
e n qu e se co nde naba a mu erte a aque l qu e ll evara in di os ch ivo Casasola: tod os los pelo nes ésos, in cluso los d e l go-
mayas a Cu ba, porque por los aúos en que estaba é l ya de bierno, era n ind ios. ¿Y qu é sacaron? Muchos, morir; otros,
gobe rnante, por 1862, había yuca tecos ri cos que qu e rían recuperar sus tie rras , con e l artícu lo 27 d e la Constituc ión
d eb ilita r cada vez m ~í.s a los indios por la g uer ra de castas, )' de 1917, q ue di ce más o m e ll as así: "ten d rá n derecho a los
e n to nces fin g ía n u n co n trato con u n es p ~\Ii o l d e Cu ba, para ej idos los que e ran co nd ue iiazgos, o las tribus". Las f.ribus:
sus plan tacio nes. pensaban que la palab ra tribu e ra m'i h uatl. Fue muy poco
Luego, cua nd o fue gobe rn ad o r d e Oaxaca, tuvo o tras d is- afortunado d ecir las "tr ibus".
pos iciones para co ntrolar la leva d e indígenas, po rq ue los Los cr íLicos d e Lázaro Cá rde nas dice n qu e repartió mu-
ind íge nas e ran los p rim e ros e n se r pescad os para e l ejé rci- chas ti e rras pe ro n o o freció med ios pa ra cu ltiva rlas. Y es
to. Imagínese có m o es tar ía n las tropas m ex ica nas e n la g ue- verdad e n g ran pa r te: si los ind ígenas h u biera n te nido m e-
rra co n Estados Un idos. En la bata ll a d e El Álamo co n los dios, esta rían hoy florec ie ntísimos, pero vaya usted a Chiapas,
texa nos, cóm o esta rían . Todavía en la época d e Porfiri o Díaz e ntre los Lze lL:'1 les, tzotz il es, tojolabal es, o vaya a la Mixteca , y
a veces les pintaban de neg ro las pi e rnas para qu e parec ie ra al regreso m e platica cómo es tán los c ulti vos. I-I oy qu e hay
que traía n botas, pero estaban d esca lzos. Có mo iban esos agricultura tec nifkada e n g ran esca la, ¿qué puedo hacer
po b res ind ios: con u nos harapos, su ca m a d e peta te, u n ri- con m edia hec tá rea? Ni para co me r. La prue ba es la actua-
fl e vi ~j o d e m ec ha, m al co m idos,junto co n los otros fu e rto- lidad d e las d e ma ndas ind ígenas. Para mí, el a ld abonazo d e
tes que venía n d e vo lunta rios. "No debe mos de pe rmitir la la rebe lió n en Ch iapas fue para despertar a los m ex ica nos:
leva", dU o J WÍ rez. Bue no, ser ía u na m e n tira d ec ir que fue "¿Creías q ue ya no había indios? Pa qlle~ e nteres, sí hay

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Migl lC I LCÓJ I-I'ol'lilla

indi os". Y recue rdo lo que e ll os di cen: "Nun ca más un Mé- El mestizaje fue u n símbolo de la RevoLución mexiuma cuya ve-
xico sin nosotros". Ell os no q ui e ren sobera nía sino a uLOno- mcidad no sóLo ideológica sino demográfica ha sido muy C'llesti~
m ía. Recue rd o que u na vez e l preside nte Zed illo fue a El nada ...
,
Colegio Nac iona l; yo le e m pecé a a legar, y me d Uo : "A ver,
¿<Iu ién me d efi ne q ué es la au tono mía?" "Cuan do qu iera yo El mes tizaj e es un p roceso na wra l qu e ex iste sie mp re. O p o~
se la d efi no", le respo ndí. No confundamos a utonomía co n nerse a é l d e forma viole n ta se ría es túpido. Pie nso q ue hay
sobe ranía. En la uni versidad so mos au tó no mos. ¿Po r qué? a rgu me n tos para cree r que va ri os g ru pos indíge nas, no to-
Porque elegimos a nu es tras a uto ridad es, nos go be rn a mos dos, se van a co nse rvar y se rá n un a riqu eza para Méx ico, un
in te rnam e nte co n a rreglo a nues tros reglame ntos, organi- balua rte co ntra la glo ba lización cultura l ra mpa nte. Ell os
zam os libre me nte nu es tros planes de estudio , admin istra- han soportad o co n tra vie rno y marca cin co siglos d e p e rse~
mos nuestro p res upuesto . Ningú n grupo indígena, qu e yo cuci ó n y manti e ne n rn uchas de sus cos tumbres, de sus l e n ~
se pa, qui e re hace r la re pública de los LOjolaba les. Te ndría guas y de su visió n del mund o. "¿Qué cosa es su visió n de l
que es tar loco. Y ade m¡:is ll evan la bandera In ex ican a. mund o?", se pregu nta rá n . Pues la qu e tie ne mu cha ge n te
Tri steza o deses pe ra nza, no lo sé. Yo d igo que hoy ha}' en Méx ico. A ve r, p regúl1la le a u n tax ista: "¿T ll a q uié n le
un a concie ncia mu cho más ge ne ra lizada, incluso e ntre los rez,,'lS, ma no?" "Le rezo a nues tra madre d e Guadalupe."
indígenas. Mucha ge nte pe nsante está de acue rdo C0 11 la "¿Nada más?" "No, ta mbi é n a n ues tro padre .les ús." "¿Ah
actitud de los ind íge nas y sus de mandas. Au nqu e na tu ra l- sí?" Es la man e ra de co nce bir la di vinidad e n el mund o me-
rne n te hay gen te q ue no qui e re oír hablar de eso, d e los soa meri cano, y no es un a abe rració n . En In gla te rra, Juli ana
ind ios "pa ta r~ a d a". de Norwic h decía qu e Dios es hem bra porqu e es e l p r in c i ~
En los úl timos ailos los indíge nas am e ri ca nos ha n a um e n- pio cós mi co . Los cuáque ros d ice n que es n ues tro padre y
tado. Po r ~j e mp l o, e n Brasil hay estudios de antropólogos que nu estra madre, y qu e es u n mac hismo es pan toso e l de la
di cen qu e, a principios de l siglo xx, no lI e!:,raba n a d oscie ntos Trinidad pues impo ne a tres ho mbres que se a ma n .
mil e n Brasil , y aho ra se ace rcan a milló n y medi o. En Estados
Unidos po r e l a li o 1930 habría 250 mi l indios, y a ho ra p ~l san Eso nos llevm ia a la naturaleza deL cristian'ümo en ¡\!léxico, tal
de dos millon es. En México h ubo un ce nso e n J92 1. e1 ll am a- cual se fOlja, aindiado o sincrético, dumnle la Nueva E'sjmña.
do "censo de las razas", y ah í ponían qu e eran 4- mill o nes 700
mil indios. Ah o ra so n 13.7 mill o nes, segú n el Consej o Nacio- Una vez Stanl ey Ross m e p id ió q ue di e ra una confere n cia
na l d e Po blac ió n . Han a um e ntado , pe ro ha habido g rupos sobre el tema en e l Semi nario Ep iscopalista d e l su res te d e
ind ígenas qu e desa parecie ron, por ej empl o los ó patas. Ya no Estados U nidos. En pocas pa labras les dU e que el cri sti a nis-
hay ó patas, p e ro no los ma tó nadie. Se fu e ro n mes ti zan do. mo esjudío, pe ro d es pués Sa n Pablo in ve n~ un cristi anismo

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nuevo. In ve ntó un cristian ismo helen ísLÍco: el Lagos y los JI. Christian Duverger en su isla
p rósopos. SiJ esús en la Última Ce na le d ice a u n apóstol "tú
eres el Lagos", ¿q ué es eso del Logos? En tonces e l crisLÍanis-
mo se volvió h elenís ti co.
En ton ces yo les d i mi re mate: "En Mesoamé ri ca hubo
otra interpretación de l cristian ismo. Aqu Í se hace llmnace-
hualiztli, que sign ifica 'merecimÍlnzto. Los qu e van a Cha lm a se Christi a n Duverger, e n persona, co rrobora la image n in-
va n azotando, n o co mo e n el cristia nismo por la sa ngre de telectual qu e transmiten sus libros, la d e un h o mbre que
Cristo, sino po r su propia sa ng re". Eso me lo decía Ga ribay, do mina a la perfección , d e man e ra exhaustiva, un e nor-
y lo creo. me imperio. Su con ocimie nto de Mesoamé ri ca es a la vez
Hay mu chos e le me n tos de origen pre hisp<íni co en nues- profundo y detallad o. A dife re ncia de otros eruditos, nun ca
tra visión del mund o: la man e ra de co mporta rnos , la man e- pierde la pe rspectiva gene ra l de las cosas y es notoria, a
ra de habla r es mu cho más indíge na que espailola. Yo estoy través de l to rm en toso Jacqu es So ustell e, su maestro , la pro-
casado con una extremeila, d e manera qu e conozco muy geni tura teó ri ca de Ma rcel Mauss, a su vez inspirador de
bien Espa l; a. Co nozco a los espailoles, son Illuy d iferentes. Geo rges Bataill e. El h ec ho social, como d ice Mauss en su
Decía He nestrosa: "Los es p~lI; o l es habl a n co mo mandando Manual de etnografía (1947), debe se r suficiente para expli-
y los ITlexicanos co mo te mi e ndo". Un poco es verdad , ¿n o? car la tota lidad. Por e ll o, Duve rger (Bu rdeos, Franc ia, 1948)
se tomó e n se ri o las páginas aztecas de Bata ill e, sobre la
energía y su desperd icio, e n La parle maldita, y postu ló, en La
Al fi nal , la e ntrevista se co nvierte e n una conve rsación e n- flor lelal. Economía deL sac1'ificio azteca (1983), una teo ría que
tre And rea Martínez Baracs , Nicolás Echeva rría y yo con hace de los sacrificios humanos la clave para ex plica r e l uni -
Leó n-Portilla , quien vue lve a su pasión , la lite ra tura indíge- verso mesoa me rica no. No es cie rto que el sol da sin exigir
na conte mporánea, y recuerda Las lectums del. libro de doña nad a a ca mbio, corregirá Duverge r a ese temera rio ratón de
Luz j únénezy cue nta cómo se hi zo ese libro. Primero, como biblio teca qu e fue Bata ille.
mate ri al d idácti co para e nseilar ná hua tl. Des pués. se tran s- No te mi ó Duverge r - orgull oso a lumno y ca te drático de
formó en materia lite ra ri a y académi ca. Finalme nte , con- la Esc uela de Altos Estudios de París- pasa r po r un d ile tan-
cluye León-Po rtilla, ha qu edado como lectura de los propios te qu e, tocado por "el mal francés" del estru ctu rali slTlo,
na huas, que lo ti e ne n , sub raya él, co mo "la Biblia d e e ll os traía la frivo lidad lite rar ia y r-ilosofante al hi erático panteón
mi smos". azteca. Se e d ucó Duverge r e n pleno "giro lin gliístico" de
los a ños sese nta del siglo pasado y su ob r~ buja un a para-

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C hdslia n Duvcrgcr

doja aCLUalmemc ya no tan pa radój ica: la de un h isLOriador lo apologético es mu )/ distinto al tono ecwi nim e de la gra n
es tructuralista qu e ha decidido, co n celo de reformadoJ~ mo- biografía cortes iana del erudito mexicano. Y es que desde
dificar una c rono logía mesoa merica na, en s u opinión, e \l~ J-/emán Cortés. Oreador de la nacionalidad ( 194 I ), de J osé Vas-
rocenu'isla y dccimonó nica. co ncelos, no se había escrito a po logía Imis elocuente del
"Soy más política me nte con-ecto que mis adversarios", conquiswdor. Pero hasta aquí ll ega el pa ra lelo: no puede
nos di ce Duverge r, off lhe Tecord, en el descanso qu e nos to- haber visiones m,ls distintas q ue las de Vasconcelos y D uver-
mamos durante la e ntrevista, verificada a prin cipios de 20 10 ge l'. Mient.ras que para el pro reta de la Raza Cósmica Conés
e n una librería de la colo ni a Condesa. Ves q ue Duve rger ha borra un mu ndo lame ntabl e y a f~lIlta s mado que no merecía
sido t.ildado 10 mismo de rad ical q ue de reaccionario, a l des~ conse rva rse salvo como tro feo de l evange lizado r, pa ra 0 11-
ca ltar la re leva ncia hi stórica de u na plu ra lidad de nacio nes ve rge r, e l gen io de Cortés es tá en la p rese rvac ión, medi a nte
ind ígenas qu e le pa rece hec hi za y registra r como ind uda- la me tamor fos is, de l mu ndo azteca. Co rtés es e l ú ltimo tla-
blemen te na hua aq ue l tie m po pre h ispán ico cruzado por lOani y el prime ro de una nueva d inastía, el conse rva dor de l
los fan tasmas de los olmecas o de los to ltecas. El/Jrimer mes~ ná hu atl y del a rte de los mcxi ca nos, el héroe que reafi rma
lizaje. l.a. clave jJara entender el/Jasado mesofl1l1eriwno (2007) le la sacralidad d e los temp los de los venc idos a l co nstruir so~
ha valido las críticas vigo rosas de q u ie nes ve n e n él al res- bre e llos las iglesias de los ve ncedo res, el nuevo emperador
ta urador del nacionalismo azteca, respo nsable de un retro- que ma rcha hasta las H ibue ras p ~lra co nfirmar e l esplen-
ceso en el sabe r ll1u lti cultural ista. dor de Tcnochtillan en los con fin es mayas de Mesoam é rica.
En EL origen de los azlecas (1983), en La conversión de los Si MOlecuh zoma, como Duve rge r prefiere ll amarlo, desa pa-
indios de la Nueva EsjJaiilJ, (1987) ye n Mesoamérica.. A" le y an- rece de la escena miste riosam e nte cs porque ha sido susti-
trojJología (2000). Duverger co mbi na la visión panorá mica tuido po r Co rtés. Esta imagen constanti na de Cortés, en la
de los grandes lib ros de hisloria nacional que se hacían en cua l quien se convierte es el cristian izado r, ha suscitado,
e l siglo X IX con la p resentación de los tratados someLidos al también , críticas seve ras. Pe ro a la hora de l bice ntenar io de
mecan ismo de la estructura. U na y otra vez Duverge r se a le- la Independencia debe leerse el lame nto d e DlIve rger en su
g ra - nos lo d ice en la e n trevista- de cruzar e l espc::jo: de l Co rtés, de plora ndo que la jove n repúbli ca, en 1823, haya
Viej o a l Nuevo Mund o, de la historia a la an tropo logía, de escogido e l ca m in o del pa rricid io.
la an tigua hi storiog ra lla a las ciencias sociales, de l m undo Actualmente Duve rger hace arq ueología e n Mon te Albán ,
p reh ispán ico a l siglo XVI. co nve ncido de q ue e l an tropólogo no debe perde r la evi-
El Corfés (2005) de Duverge r fue a padri n ad o con u n pró- dencia, e l calor, de l nic ho arq ueológico. Del trabaj o de cam~
logo de José Lu is Martín ez, quien, tras pu ntuali za r algunas po pasa Duverger a l deslu mbramiento es té tico: e l u ni verso
difere ncias, no escatimó e n tusiasmo ante una obra cuyo ce- mesoa me rica no es, para él, un siste ma ~e ro de escritura ,

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Christian Du ve rger

un a formidable colección d e imáge nes que ha daci o inqui c+ escuela me escogió a rnÍ. Pe rte nezco a un a familia intelec-
tanLc se ntido a LOcla la histo ria de la civiIi7.ación. H oje~lr wal que puedo ex plica r a través de dos e le me nLOs: la hi s-
Mesoll1l1érica. Arte)' antmlJología o Agua y Juego. Arte sacro intlí· toria en la larga duración y la mezcla cíe los e nfoques. Soy
gena del siglo XVI (2002) o El primer mestizaje re mite al que hi stor iador pe ro Lambié n arqueó logo y antropólogo, y esa
probable me nte haya sido el deslumbramiento original d e l mezcla só lo la autorizaba, en los arios se tenta , la Esc uela de
joven Duvc rge r al1le las hi storias ilustradas del erotismo qu e AllOS Eswdios. En la universidad hu bie ra sido un poco más
esc ribió Bataillc. difícil porque un profeso r de hi storia e ra un profesor d e
Christia n Duverger Li e ne a lma de esteta. hi sto ria , y si se eleg ía una GllTe ra de antropología había que
se r an tropó logo. En la Escue la de Altos Estud ios cada quien
pod ía me zcla r sus e nfoq ues, su manera de practicar la d is-
Tu. obm de.~' l(u;a /Jor contim.wT esa I:radición en que el historiador ciplina, y yo tuve la oporl.Un idad de combinar va rias di sci-
es la'mbién (lHllleólogv. Y como hislO1iador eres aulor de una obm pli nas como la hi storia , la antropolog ía, la arqueología }' un
de vmios libms (!xtraordinariame-nLe ese/itas, panoramas de una poco de lingüística , porque a mí me interesa mu cho el te-
riqueza estética y anlro/Jológica muy vasta, eruditos )' llenos de teo- ma de los idiomas indíge nas, e n particu lar e l Il<ihuatl.
1'¡as cont1Vverlülas, estiumlanLes. ¿ Cómo Le formas/e?
¿ y de Jacques Sotlstelle, tu maestro, qué nos jJUedes decir?
Mi relac ión co n Méx ico es una historia de amOl- y las histo-
rias d e amor no se expl ican, se vive n . Siempre es para mí un .Iacques Soustelle te nía cá tedra e n la Escue la de Altos Estu-
poco difici l expl icar por qué me dediqué a México. De ciel''' dios y en esa época había so lamente una cátedra de Estudios
ta man e ra fue co nsec ue nci a de mi rec hazo a la cu ltu n l qu e Mex icanos, la suya. Yo, siendo muy joven, me acerq ué a
ten íamos e n Fra ncia en esa época, cultura diga mos que "clt'i- Soustelle, qui e n te nía una ca rrera política, pe ro yo no parti-
sica", baStida en la idea de que la Antigi.iedad era ellllu ndo cipé d e nin guna manera e n e lla. Él ve n ía regresando de su
roman o y gri ego; la m osofTa era só lo la filosofla occidental, destierro; hay que saber qu e fu e desterrado por su in con-
y yo que ría , mu y joven , abrirme hacia otras culturas. Fina l- formidad con el ge neral De Gau ll e. Vivió fuera de Francia
mente hice la e le cció n de México, yeso fue un poco al azar, du rante a iias y regresó precisa mente entre 1969 y 1970. Em-
o no lo sé. pecé mi tesis co n Soustell e y res ulLó se r u na bue na relación
Empecé mi tesis e n 1970. Escogí la Esc ue la de Altos Estu- porque e ra un hombre muy libe ra l, respetuoso de las ideas
d ios en Cienc ias Sociales, mi instituc ión desde e l in icio; a llí de sus alumnos. A mí me aceptó como e ra. Después de la
me doctoré y entré en la ca rrera de investigador-p rofesor. tesis fui un poco su asi ste nte, y Lras su muerte me hicie ron
L'l escogí por su tradición histórica o qui z<'í fue a l revés: la e l honor de elegirme para una cá Ledra , ~e dra qu e es per-

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C hristian Duverger

so nal en la Escue la de Altos Estudios. No puedo decir e n- El prob lema qu e tencmos co n l<ls civi lizaciones de la Amé w

to nces que sea el sucesor de So uste ll e pe ro ex iste u n fuene ri ca prch isp¡;íni ca es la cxislcnci¡:¡ d el sac rificio . C uando les
vín cul o e ntre a mbos. expl icaba a mis colegas de la Sor bo na~ que me d edica ba a
estud iar a los aZlecas, había un rec hazo inmediato porque, en
Para lus leclores mexicanos sí eres el sucesor de Souslelle. la visión qu e te níamos de esas culwras , el sacrificio huma-
nO aparecía como la culmin ac ió n de la ba rbarie. Enton ces
So usle ll c se interesaba Illucho e n México, y fue impo rtante decidí dedica rm e a l p roble ma no para nega rl o sino para
la posibi lidad de rec upe rar una image n del Méx ico de los e ntende rl o, pues e l sacrifi cio humano es ulla consta nte e n
alios trein t.a a través d e é l, que hi zo su t rab ,~j o d e ca mpo cada civi lizac ió n . En alg un as , C0 l11 0 e n Méx ico, se de rrama
aquí, e ntre los oto míes y los lacando nes, en tre l 932 y 1936. prop ia me nte la sa ng re; e n o tras e l de rramami e nto es sim-
Y dejó escr itos a l res pecto, pe ro los esc ritos son una cosa, y bólico, como e n la re li gió n cristi ana. Tra té de exp licar por
e l tesLim o n io o ra l, o tra. Aqué ll a fue una man e ra de t:lse ntar qu é se hacía n sacrifi cios e n e l mundo mcsoa me ri cano: se
mi co noci mi e nLO d e México e n la larga durac ió n . De la hi s- hacían por ra zo nes di ga mos qu e e ne rgé ti cas.
toria m e inte resan la co ntinuidad, los elementos de evo- La id ea es q ue cada indiv id uo nace con una energía -en
lu ció n d e las co mu n idades indíge nas, que sin e l testimo ni o na hu <l se di ce lonalli, de la raíz lona, qu e sig nifica "ca lor",
de So uste ll e yo no habría e nte ndido. pero fi nalm ente la palabra mod e rna se ría "energía". Y es te
lonallies u na especie d e propiedad personal, la ene rgía vita l
Cuando ajJareció Ll flor letal. Eco no mía del sac ri fic io azteca que está e n e llonalli d e cada mex ica no d e la é poca pre hi s-
(J 983) a algtmos li!elores les smprendió la jm!sencia de Ceorges pánica. Pe ro ese lonalli sobra y es tá e n re lació n con la necesi-
/3alaille en las conclusiones de un libro en el que los aztecas se inte- dad de la vida: cuando 1II10 muere de mue rte na tu ra l subsiste
gran a la "la parle maldita" fJor excelencia: el sacrificio, el gasto )1 un res iduo ene rgé tico. Te ne mos una descri pció n de lo que
otros lemas de la anlrojJOlogia filosófica.. BataiUe, como discílmlo ocurre con este residuo, y hay qu e e n te nd e rl o a través de la
que fue del antropólogo j\llaTcel l\11auss, escribió sobre eL sacrificio pe regrinac ión de l tonalli, d e l "alma" podríamos traduc ir.
entre los azlecas: lo hizo con genio fJera no sin imprecisión, según La peregrinació n de l a lma d e l l11ue n o d uraba cua tro alios:
escribes tú '1II.iSlIlO. Nada podda estar más lejos de la visión huma- es una ci fra simbólica, una es pecie de regreso a l punto ce-
nista lnulú;ional (ül '//lundo azleca que minimiza el .wu:rijicio hu~ ro, el punto de ini cio no sólo de la vida indi vidual sino de
mano, mientras que tú, por el contrmio, lo colocas en el centtV. la vida del g rupo , de los hombres e n col ectividad. Yen el
J-Iáblanos de La nor le ta l y cómo llegaste a eSCJibir eSi! livm. caso de la mu e rte na tura l, se trata d e un despe rdicio d e esa
en ergía porque no si rve para nada sino para re hacer este
ca mino mi g ra torio fJOSl mor/t'm.. Y la idea <;!s!. sacrifi cio es qu e

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C l11"islia n Duvc rgc r

si se administra la Illuene, si se co ntrola la mu e rte , si se da sacrifi cio human o co mo un espec ie de secreto de la hum a-
la mu erte d e ma ne ra sac rifl cial, relig iosa, y se la o rqu es ta nidad antes qu e co mo c ulpa excl usiva de los aztecas o d e
con Llna puesta en esce na , se recupera la ene rgía vita l de un a lgún otro pueblo supuestam e nte bárbaro. En Ba ta ille im-
indiv iduo para hl colectividad . Ésa es la ¡e1eLI del sacrifi cio. Y pera una cristianización máx ima del sacri fi cio humano. Hay
fin a lm en te tenemos las ex plicaciones e n los tex tos m íticos, cullllras qu e abando naron c l sac rifi cio hum a no y co nse rva-
las desc ripc iones de las fi es tas en las que sie mpre aparece la ro n los sacrificios de an ima les O e l sacrificio sim bóli co , como
rec uperación d e la energía. e l crislian o, e n e l que prevalece la idea de que e l sacrifici o
La administración d e la mu e rte es e ntonces impo rtantí- de Cristo ha de ser e l último. Pcro no es tan evide nte para
sima para los aztecas y para los demás pue blos d e Mcsoa- los creye ntes que e l de C risto sea e ll1 lLim o d e los sacrifi cios,
mér ica : orga n iza a toda la soc ie dad. Po r ejemplo, ha y una pues la misa es una reac tua lización del sacrificio.
distribución de l poder entre los sacerdotes y los guer re ros De cier ta man e ra La flor letal I'ue una r u ptura co n la vi-
qu e ti e nen como fun ció n apresar cautivos en la g ue rra , esas sión "ideal ista" que negaba o m inimi za ba e l sacrifici o, esa
Gue rras Floridas, UIl poco lúdicas, mu y orga ni za da!;. No es tradición del padre Án ge l María Ga ri bay, basada en la no~
un a gue rra s a l v~ü e co mo la de Occidente: ofrecían sus ca u ~ ción de que los aztecas e ran p nlClica mcnte iguales a los a n-
tivos a los sace rdotes que iban a admi nistrar, precisam e nte, tiguos griegos desde e l punto de vista fil osófico. Eso para
la mu erte. Es u na combina ción de g uerra y re li gión. Para mí no tiene se ntido. Lo que me interesa como antropólogo
que no haya co mpetencia e n e l poder, ha)/ una co mpl e m c n ~ es la dife rencia, porque los hombres son múl tiples y e l gé-
lariedad e ntre los g ue r reros y los sace rdotes. Eso se a precia nero h u mano lo es abso lutamente: cada sociedad in ve ntó
cuando apal'cce una clase eco nóm ica importanle, la de los su manera d e pensa r e l mundo. Como an tropólogo, es la
negociantes. los !JOchtecas. Se impone e nto nces la neces idad dil'ere ncia lo que me atrae, y no la repeti ció n del ideal occi-
de integra r a esos poc htecas a la gestión d el sac rificio y se denta l. mediterrán eo.
modifi ca la regla de qu e los cautivos sacrif"icados so n sie mpre
cautivos de g ue rra para integ rar la posibi lidad de co mprar Sigue abierto el caso de los sacrificios hu.manos en Mesoamérica y el
esclavos y ofrece rlos como víclimas sac rifkial es. Se in teg ra expediente se enriquece. 'r"í, le ¡Hegunlas en La flor le tal ¡JOr qué
e l poder eco nó mi co a la ges tión de l poder. los eS¡Jaií,oles SI! horrmizamn ta.nto anle el saC1~ficio humano vi-
Eso fue en esenc ia Laflorletal. En cuanto a Bataill e, al pa~ niendo ellos como venían dI! un '1JL'lmdo a su manera también muy
rece r vi no a Méx ico y regresó a Francia impaclado, y esc ri- cm el. Yo modificaría la ¡Jregunla y te la /ul1i a a ti: vinil!ndo noso-
bió un li bro, La fJat1emaldita ( 1949), que ex plica un poco lo tms del gulag)I de A 'llSc/tWil.Z, ¿¡lOr 1ué 11 os IW1'rorizmnos ?Ese horror
que yo tamb ié n in ves tig ué. Pe ro é l lo hace por otros medi os: a veces es inevitable des¡llegarlo como ttna condena moral. ¿ Por qué
inte ntó e n tender, sin una mirada des pectiva, el proceso del hemos judicializ ado, con mzones que 1105 par/fin juslificadísinulS,

74 75
s
Ch ri stian Duvcrger

todo el1J{fs ado hislórico con la vara. del siglo xx? ¿No nos faltada 50 ,aparente m cn te , para la inauguración del Templo Mayor.
tomaf olra vez U1W dosis de -relativismo cu/tuwl ante pl sacrificio Pero si se compara con e l número d e mu ertos d e las g uc-
az.teca? naS europcas so n m e nos. Y si co nsidefamos qu c nues tras
g uerras occidenta les so n tambi én de índolc sacri ficial , ello
El sac rifi cio h u ma no no es ún icamcntc m exica no: todos los nos induce a u na reflex ió n sobre la barba rie fund am en tal
pucb los p rt: h isp~lnicos lo practicaron cn un grado u o tro. del hombre, pero eso es otra cosa. Como cscritor, a ntropó-
Mi m anera d e relativizar es hacer la yu xtaposición , C0 l11 0 logo e hi stor i adOl~ él mí n o me in te resa dar lecc iones d e
e n mi libro so bre Cortés, e ntre la sangri e n ta inte rve nc ión mo ral.
de los espa iiolcs e n México y la l11 uy vio le n ta Eu ropa d e su
tie mpo. ¡-lago una especic dc mont~ic cine maLOgrá flco d e lo En Mesoamérica. Artc )' an tropo log ía y desdlt El o ri ge n de
qu e es t,l ocurrie nd o en ese mom e nto con las tropas d e Ca r- los aztccas hasta tu libl'O más 'lYúenüt, El p r im e r m es ti zaj e, in-
los Vade Carlos 1, po rq ue eso empieza an tes d e q ue sea sistes en que el mundo llwsomn.ericano timw una base nakua, que
e mp erador de l Sacro Imperio. Ca rl os es crucl con los co- IUl)I un O1igen común. Por ello le han acusarlo de esencialisla, le han
mune ros en 1520 porqu c rechazan e l princi pi o mi smo del puesto en coml)(fñias que f'17 mi opinión 110 son nada malas, como
monarquismo: so n republ ica nos, está n a favor d e la in de- las de SpengleJ; Toynbee o R{mlte. A veces ¡Jarece que efes 'lUla es-
p ende n ci~l d e las ciudadcs, ,"espondcn a l mod elo ita li ano. IJecie de centralista jacobino que disgusta a los estudiosos de Me-
Lo que ha ce Ca rl os 1 es si m étri co a lo que d e bió ocu rrir en soamérica Te{j1"Csando a esa centralización imperial azteca que se
ellllu ndo prch isp<:l n ico co n el sacrificio hlllna no. Ypo r eje m- SU/Jonía superada. El universo nalnw que tú postulas 1"Claliviza,
plo , e n 1539 sc ejcc uta a un indígena, un cac iq ue d e Tex- jJor ejemplo, la existencia de los olmecas o la singularidad de los
coco, tras un proceso dc ido latría. La decisión d e matar y toltecas. Algunos de quienes disere/Jan de tu 1mnto de vista apare-
quemar a este cacique, quc ha bía sido un proteg id o d e Co r- cerían como girondinos 'relativistas que están obsesionados con la
tés, es po r hab er practicado un sacrih c io hUln a no. Para idea de que el mundo mesoamericano no tiene en 1'fxdidad 'lt1l cen-
cas ti gar u n sac rifi cio hum a no, los españoles o rga ni za n o tro 1m y es una galaxia, 'ntulticull.'llnd, 1Jluricentrista. Insisten en que
sacrifi cio humano. Pucstos as í todos los e lemen tos, la rc la- tu tesis del predominio nahua en el sustrato me.<;oamericano es una
tivizació n es absoluta m e nte n o rmal. vuelta 1Jor otm camino al viejo nacionalismo azteca, nacionalismo
Yo no to m o pa rtido en mis libros ni sos te ngo un di sc urso azlaa que los l1wxicanos del siglo XIX y xx de alga'n a manera in-
m o ral. Hay menos gue rras e n e l mund o m csoa m c ricano ventamos. ¿ Cómo le sitúas en esta gran dúcusión?
que e n e l mund o occiden tal , po rqu e acá se hace la g ue rra
para recupe ra r cau tivos sacrifi ciales. Pcro sc necesita un a Mis libros, lo mi smo qu e m i doce ncia cn la Escuela Nacio-
cifra e normc, como los 20 mil cautivos de los quc se dispu- na l d e Antropología e l-listori'l o e n la U AM, se oponen a

76 77
=
Christial l DlIve rger

la visió n d ec imonón ica de la hi sLOri a del México prehispá- me puedo prcsel1l.ar co mo mex icano po r toda la afin idad
ni co. He c riti cado la visió n cristali zada en la segunda milad que te ngo co n este pa ís. Y fin a lme nte creo que pasé a través
d e l siglo XIX en Europa, cuando se inven ta e l Es tado-nació n del espt:jo. 1

que has ta aho ra o rga niza n uestro mund o. Una o rgan izac ió n Hab ía q ue re integra r e le me ntos indíge nas, específicos, a
internacio na l, la ONU, reú ne a las nacio nes que so n Esta- esa visió n, }/ lo hi ce con la ayuda de mi fo rm ació n intelec-
dos-naciones. ¿Y cuá l es la d e finición de nación ? Un te rrito- tua l e n la Escuela de Altos Estudios, que man eja la larga
rio co n sus fron teras, u n pueblo, un id io ma. du ración como man e ra d e a pre ciar la evo lución h istórica;
in troduje esa pe rspec tiva d e la rga duració n a la historia
La definición, ,'a clásica, de l!.."l'nesl Renan ... preh ispánica. Con m i o bra creo que sa limos de una visió n
territoria l y cro nológica frag me ntada, aban do nando ese pa-
Sí, pero hay qu e sabe r que esa defi nición siempre fu e un po- no rama ll eno de microtc rri l.Orios y pueblos fa ntasmas, co-
co dife re nte de la re alidad. Para hacer coin cidir la idea qu e mo los olm ecas, qu e na ce n un d ía, no sa be mos de dó nd e, y
Europa tenía del Estado-nación co n la rea lidad , ho moge ne i- desa parecen. Y d es pués vie ne n los mayas: tampoco sa be-
zaron el id io ma nacional. En la Francia de 1850 sólo ce rca mos de dónd e viene n y d esaparecen , no sabemos si por in-
d e un die z po r cie nto de la població n hablaba y esc rib ía e n fl uencia d e Venus o víc tim as de un a sequía. Yes la misma
francés. Ento n ces, para ciar un idad lin gü ísti ca a esos pa íses, histori a con los to ltecas: que e n u n mom e n to en tra n e n Mé-
se inve ntó la escuel a, lo cual significa qu e la idea de l Esta- xico y fina lmente se es ruman . Te níamos u n le rl"itorio y un a
do-nació n ca recía de consistencia; fu e un a visión "ideo lógi- historia frag me nta dos, d ispersos e n pedazos, sin relació n n i
ca", "rliosóflca" o "histó ri ca", y se adecuó la rea li dad a e ll a. vinculació n entre sí. Ésa es I~I hue ll a de l siglo XIX, junto con
Los prime ros in vestigadores del mundo pre hispáni co, to- la cronología que se man eja ba y qu e todavía se man ej a un
dos e uro peos, clonaron e l mod elo de Estado-nac ión para poco ...
adaptarlo a Mesoa mé rica. Decidieron buscar los linde ros y
las fronteras d e los territo ri os; di scutie ron acerca de Cutí! Preclásico, Clásico ...
era e l te rritorio de tal población y, si había un te rri tor io,
en ton ces había qu e busca r e l pueblo y e l id ioma. De eso Preclás ico, Clcisico, Posclásico. Es el mode lo tripartita d ec i-
s<l li ó un mapa abs urdo: dond e había un pueblo, se inve ntó monón ico, evolucio nista, co n e l cua l es toy en desacuerdo.
un id io ma nacional. Eso ll egó has ta noso tros, y yo hi ce a lgo Mi propuesta es rec uperar la co ntinuidad cronológica: los
de e piste mología para ex plicar que eso e ra un a equivoca- ac tores de la historia mesoame rica na y los e le me n tos cultu-
ció n, con tra la cua l qui se construir u na visión del siglo XX I. ra les que la co nstituye n so n los mismos desde e l principio.
Soy fra ncés y rec hazo esa visión euroce ntri sta. Pero tambié n Re integré e l Illundo nahua a l ini cio d el aoceso, yeso nos

78 79

Ch ristian Du\'crgc r

dio un a ex plicación de la dualidad de la cultura m eSOil m c- ca olmeca, lo cua l sig nifica clue hay una continuidad u'llTI-
ri ca na. A pa rti r de 1200 o 1500 antes de CrislO, Mcsoa l11 é ri c~1 bié n en la man e ra de esc ribir, dado que es un a ve rdade ra
esta ba oc upada po r pueblos sed entarios, esLO es, que tenía n escritura lo que lien e Mesoa mé ri ca. V@ lve re mos a l tema.
sus mi lpas y vivía n de e ll as. Eran agriculLores: no podían irse Pero para te rminar con los na huas: mi visión no tie ne na-
de su pueblo po rqu e les roba ban esas tierras. Los sedc n Ul- da qu e ve r con la visió n ce n tral ista o jacobina, ésa es una
ríos no se mueve n. Y, por otra parte, hay mu chos elementos mala lectura de lo que escribo. Desd e e l in icio de Mesoamé-
mcsoamericanos qu e so n d e ull a cultura nómada. Se pued e ri ca, en LOdo su te rriLOrio, hubo na huas. Fue una ocupación
ver e n los milos, e n las prácticas y rituales. Abu nda n los ri - plu riétn ica , y esto es una visión abso lutamente disti n ta a la
los e n que se ca mina alrededor del p uc blo y se vi<tia e ntre deci mo nó n ica. Yo digo que e n un territorio comú n , e l me-
un ce rro, un río , una lagu na. Había que co mbina r esos dos soamerica no , había dife rentes pueblos que hablaban varios
ele me ntos: el m ll ndo sede n tario y e l mu ndo nómada, yeso id iomas. No veo e n qué ma nera m i obra se ría u na rec upe-
fu e ron Mesoa:lllérica. A1'le y anlm/JOlogia y. 111.1S rccic n te me n te, rac ió n de cualquie r lipa de naciona lismo. En e l siglo XIX,
Elln'Í1ncr mestizaje. los nah uas era n cO n(lu istadores ta rdíos y simbol izaban el
Mesoa méri ca nace d el e nc ue ntro de esos nó madas con poder d el a ltiplano ce ntra l. En mi lectu ra son fundadores y
los sedentarios qu e ya estaba n in situ, yesos nóm adas ¿qu ié- se vuelve n mesoa mericanos autóctonos. Las fronte ras qu e
nes so n sino los nahui:ls (o e l g rupo yuto-azteca), ocupantes hay que buscar son frontems e ntre los centros de organiza-
de pr<1clicamente todo e l suroes te de los aCluales Estados ción territorial, los alléJlel.l, qu e se podría traducir como "ciu-
Unidos hasta Panamá? No hay más ca ndidaLOs para se r los dad", aunque no es co mo una ciudad del Vi ej o Mundo. No
nó madas d e Mesoa mé ri ca qu e los nahuas. A parlir de eso se debemos despla za r co nce ptos que fun ciona n pa ra Europa
postu la la continuidad cronológica; se puede n util izar mu- pero no necesariame n te aquí. He que rido busca r mod e los
chos c le mc nLOs que co noce mos del mam e n LO d e l co nW cto indíge nas para ex plicar có mo func iona Mesoamérica.
de l siglo XV I y de la Con quista para hacer una h isLOria re- Recupera r la larga dura ción sí es una idea o riginada en
g res iva. As í los vestigios a rq ueológicos no se quedan mu- m i fo r mac ió n. L'l ep istemología es tambi é n u na tradición
dos. Co mbino la historia, la eLnoh isto ria, la recuperaci ó n de muy fi"ancesa , y de e ll a me sirvo pa ra e ntende r que la antro-
los datos de l siglo xVI,ju n to con la idea de la con tinu idad pología es una di scipli na m uy recie n te y e n la carre ra de l
h istórica . an tro pó logo es ese ncial e l es tud io de los textos fund ado res
La val idació n d e la hipótesis es que fu ncione la hipótesis: del siglo XIX: es la rebeli ó n de los h ~j os frente a los padres. Yo
con la interp re tación de los glifos aztecas de l mom e nto de vivo la rein terp retación d e la h isto ri a prch isp,l ni ca desde el
la Co nqui sta, se p uede inte rpreta r un glifo tolteca, ve r el espíritu crítico, francés, de la episte mología.
mismo gli fo en la época teotih uaca na)' e l m ismo e n la é po-

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C hrisLian Dm'c rge r

Pasemos ti. la. pm'(1' de I,u obro.. en que aparecen los esjJai1.oles. A mi en las culturas o ral es, qu e no ti e nen tradición escrita. Re-
me gusta mucho La conversión de los indios de la Nueva Es· cuerdo la primera GlLedra que Claude Lévi-Strauss tuvo e n
pa li a, obra que continúa)' completa la de Robe,.! Rica rd, La con- la Escuela d e Altos Estudios, c¡;"í.tcdra qúe estuvo ded icada al
quista espi ritu a l de México ( J94 7). En fu obra está el1l/.undo eSllldio d e los pue blos sin escritu ra y se ll amaba "Antropo-
mesoamcrica.no pero ta:mbién el siglo xv,, y tu siglo XII/fJotilia resu- logía de los pue blos sin esc ri tura". Ésa rue la cáted ra de
mine en ese lItOmcnLo en que el indio se cristianiza y el cristianismo Lévi-Su·auss, lo cual no es c ua lquie r cosa.
se indianiza, según tu ¡nvjJia ¡rase. El vehículo de ese proceso son
los jrancisClt1'los. ¿ /-lasta qué IJunio 1m-m ti México (en la medida. J-Iáb/anos 'Un IJOCO de Clmule Lévi-Slrauss.
en que hablar de IVléxü;o, como !tabla-,. de cualquier nación, sietnlJre
es un poco abstracto) Jigra: siendo un poco el hij'o de esle siglo XVI ? Había una ec uación e n tre antropo logía y pue blos sin eSCl·i-
Si I:u.viems que hacer más taiga lu du,nlción, ¿ qué dhfas, cómo V i:!)' lU n a. Se tra b <~i a b an los m itos, q ue so n una espec ie d e lite-
esle 'mundo de la C01W(:fsión ? ratu ra oral, transmitida ora lm e nte. Buena parte de la obra
de Lévi-S trauss fu e so bre las I'nodifkaciones de esa trad i-
Hay muc ha s cosas qu e decir e n re lación co n eso. Co n e l tí- ción al pasar de un o a o tro g rupo. Los an tropólogos es tán
tulo de mi últim o lib ro , Elpri-mermeslizaje, qu e describe có mo de l lado de la ora lidad, d e la cullUra no escrita , y hay por
se mezclaron los p ueblos nómadas y los pueblos sedenta- ell o una rronte ra "epistemológica" e ntre los historiadores
rios agric ul to res que di ero n inicio a Mesoamé,·ica e n 1200 dedi cados al eSlUdio d e l siglo XV I y los antropólogos y los
antcs de Cri sto , qu ise d ecir que e l mestizaj e co n los esp,lli o- a rqueólogos de lo p reh ispe:l n ico. Por se r un in ves tigador en-
les sería, para mí, no e l segund o si no uno más de una cade- tre dos mundos, un c uro pco que trab~a sobre el mundo
na iniciada in mc fll o rialm e nte. Es una manera de rei ntegrar pre hispán ico y un hombre de l Vi ~jo Mundo dedi cado a l Nue-
un a gnm parte d e hl historia del siglo XVI e n la hi sto ria vo Mundo, }/ a la vez trán sfuga y multidiscipli nario, me puedo
pre hispcínica. Eso impacta un poco porqu e normalmente inte resa r e n e l siglo XVI trabc-uando con los a rchivos que te-
uno se f'o rm a co mo hi sto riador, o como an tropólogo-arqueó- ne mos, y como antropó logo puedo e ntra r en o tra manera
logo, y d esc ubre g ran direre ncia acadé mica e l1lrc tos dos de en te nder los pue blos ind íge ll as, él través d e sus ritos ac-
mund os, e ntre e l mundo de lo escrito y el de lo qu e apa re n- tua les, d e sus idiomas pe rsiste ntes o de sus ves ti gios arqueo-
te men te no es tá csc ri LO. Cua ndo hay escri tura, hay archivos, lógicos; pero n o rm a lme nte no se traspasa la rro ntera. So n
y e l arch ivo d esarrolla la carrera de l hi sto riador. A veces, si pocos los que so n aficionados al siglo XVI y aficio nados a los
hay escritura, se puede enco ntra r algo esc rito en un mon u- siglos an te ri ores. Y creo q ue eso me dio cie rta ve nt-ua para
menLO, por eso la a rq ueo logía de l viejo mundo incluye mo- cuestio nar la visió n tradi cio na l.
numen LOS co n esc ritura. El a n tropólogo suele es pecia lizarse Diría yo que la in trodu cción de los e~'lñoles e n e l Nue-

82 83
r Christian Duvcrgcr

vo M u ndo se h izo dC n Lr"O de un marco muy indígena. En Méx ico. Aceptar a las n1Lu e res e irse co n e llas no era la prác-
Mcsoa méri ca había pueblos sede nwri os que se e n frentaba n tica tradicional. Ésa es la voluntad de los p ueblos, decir:
a pueblos nómadas, como los que de una manera gene ra l "En lugar de hacer la g ue rra con tra nosou'os, ¿por qué no
se ll a maba n "chi ch imccas", u n poco violentos: no tenían se instala n? Te ne mos ti e rras, Méx ico es gra nd e. Y tenemos
ti crras y buscaban la ma nera de acaparar el fruLo de un as esposas pa ra ustedes".
milpas. EnLOllces, ¿c uá l era la reacció n de los sede ntarios? Ése es e l prime r acto. ¿Cmll es el segu nd o? Co rtés viene a
Siempre había u n co ntac to co n el j efe d e la banda. Era n tomar e l co ntro l de México. No hay que o lvidar que él tuvo
g r'upos pequeños de varias fa mi lias, de e ntre oc he nta, cie n un a ex perie ncia d e quince años en las islas, siete en Sa nto
o cien to vci nte personas. ¿Qué pasa ba? Q ue el j ere d e la Domi ngo y oc ho e n Cuba. ¿Y qué ocu r rió en esas dos islas?
ciudad , del (¿[té/Jetl, los invitaba a insta larse en sus tie rras y e l Lo q ue yo lla mo un "genocid io", pues en tre inta años se re-
pacLO se cri stali zaba a través de un in te rca mbi o de muj eres. dlUo la població n de esas dos islas e n un 90 po r cie n to. La
No rmalm en te e l caciq ue ofrecía a su h!j a, una hUa casad era idea de los espa lioles de crear u na rép li ca del mund o espa-
para e l j efe de los chi ch imecas rec ié n ll egados. Regía una !iol en las islas fue un fracaso, y Canés fue testi go de e llo.
dispos ición pa ra integrar a los chi chim eca'i e n e l mundo se- Alrededor el e 15 15 es la ("ec ha de la co nve rsió n de Las
dentario. ¿Po r qué? Porque el proble ma de los sedenta ri os Casas, y estoy seguro que tarnb ién la de la co nversión de Cor-
era prec isa men te que al no po de r move rse les preocupaba tés, quien decide hace r la conqu ista de México por su cuen-
la co nsa ngu inidad . Pa ra renova r un poco e l patrimon io ge- ta e introducir a lgo abso lu ta me nte nuevo: e l mesli z~"tie. Y no
nético del grupo se a provechaba a los que ll egaba n y se daba sólo u n mestiz~je de sa ngres si no cultural. En este sentido
el mestizaj e. Los az tecas no rueron los primeros en e ntrar Cortés entie nde que si cristian iza Mesoamérica ún icame n-
e n Mesoa mé ri ca; ante ri o rmente estuvo la o la de los tolte- te con los clérigos se rá catas tró fi co. Entonces, ¿qué hace?
cas. y hubo o tras a nte ri o res. Tiene amigos franciscanos en su feudo de Belvis, propiedad
¿Qué ocu rre e n 152 1, Y u n poco a ntes? Cortés ll ega e n de su fa milia. Se d irige al convento y a marra a esos francis-
1519 a Ve racruz. Hay que reco rdar que Mesoa mérica co n- ca nos, frai les repub lica nos que están e n la o posició n a la
taba e nto nces co n 25 millon es de ha bitantes, y Cortés venía mo narqu ía es palio la y posee n una g ra n ape rtura in te lec-
co n un gru po m uy reducido de 500 perso nas, sin mlU e res. tua l. No so n sec tarios. So n doce los prime ros que ll ega n , y
¿Qué se va a hace r? Para los indíge nas, en su man era d e fi nal me n te n unca se rán más ele doscie ntos fra nciscanos du-
pob la r, esos español es so n o tros chi ch imecas, nada más qu e ran te el siglo xV l,j unto a cien to cincuen ta domi n icos y u na
ti ene n una tez y u na ma ne ra de vestirse difere n tes. Le ofre- cifra se m <=:. jaI1le d e agustinos.
cen a Ca n és mujeres pa ra que se quede n los espai10les e n e l Cortés no qui ere clonar a Es p ~lIia en México po rqu e eso
pueblo. Ocurre e n Ci n tla , e n Ce m poala, en Tl axc~l l a, e n va a dar el mi smo resu ltado que en las ~ill as: e l ex te nn i-

84 85
p

Ch ristian Ouvcrgc r

nio de las poblaciones. Para co nservar a los indi os hay que sabía exactame nte lo ( IU C ha bía ocu rrido e n SanLO Do m in·
uislianiza d os, po rq ue ésa es la o bligació n jurídica de Espa. go y e n Cuba y lo q ue podía ocu rrir en Méx ico. Había dos
ria. De ese momento te ne mos u n eje mp lo de có mo se adap. opcio nes pa ra los mex ica nos: malar a 16s 500 es pañoles en
tó la trad ició n cristiana en un libro mío, va mos a deci r qu e el desem barco, opc ión aparente men te defend ida po r los
"picLOgrlifico", titu lado Agua)' fuego. Arte sacro indigena del jóvenes más ex tre mistas, co mo Xico té ncatl, hU o del cacique
siglo XIII, sob re el arte de los conve ntos mexiGlIl os hasta de T laxcala, }I respa ldada po r Cuitl áh uac y Cua uh tém oc, o
1572. Allí e nseli o cómo la ico nografía de los co nve ntos de la de Mo tec uh zo ma, que buscaba el d i ~lI ogo y el ac ue rd o:
esa é poca se p uede lee r a través d e los doc um e ntos cristia- sabía q ue ve ndrían ba rcadas tras ba rcadas. Y ta mpoco pod e·
nos y de la ico nogra fía mesoa me rica na. Esa doble lectura, m OS e limin a r po r co mpleLO el deseo de Co rtés de apode rarse
a nte el sac ri fic io, po r ej e mpl o, nos mues tra e l co razó n h u· de Méx ico . Puede vé rsele C0 111 0 un prínc ipe a la Maqui ave-
man o e n dos formas: e l Sag rado Corazó n de J esús y aqu e l lo, que qui ere hacer de México un g ra n fe udo. Pero después
qu e se cx traía a los sac rifi cados. Esa do bl e lec tu ra se aca ba de mi es tud io no lo veo de esa ma nera , sin o co mo un ho m-
e n 1572 con la llegada de la Inqui sición. Se adaptó mu cho la bre de g ue rra y a la vez co mo un supe ri nte lectua l, u n pe r-
re ligió n cri sti a na pa ra inlrodu ci rse e n e l lll und o in d ígena . som~e de u na inte li genc ia a bsoluta me nte excepciona l. E n
la men te de Co rtés sie mpre estuvo la in te nció n de ser el
Leyendo ,.11. biograjia de I-Iemán Cortés uno se encuentra con 1m jefe de la Nueva Espa ri a, pa ra o rga ni zar un tipo d e socie dad
tJOlí/ico extremadamente original, un estJecie de tnincit)(! del Hma.- que sin é l no se haría. Y fina lme nte lo logró , po rque e l Mé-
cimiento con carac/eris/leas cullu'rales e intelectuales que de alguna xico mes tizo es e l pe nsado e inve m ado por Co rtés.
manera ya lo hacen mexicano, novoltisjJltno, alguien que se hace ftn No pode mos j uzga r bie ll el papel de Mo tec uh zo ma cua n·
este lado del Ulundo. Frente a él es inevitable Tecabar tu o/Jinión, do ya es prisio ne ro de los es pa ñoles: no es libre ni e n sus
encuesüt1"le sobre eL ol.m lado, sobre Moclezmna. pláticas ni en sus actos. Una vez e nce rrado MOlec uh zo ma,
Co rtés e m pieza a fun cio na r co mo u n n uevo tla toa ni y du-
Es un as unto de lec has. Coló n ll ega en 1492, pe ro la ins ta- ran le esos se is prim e ros meses no hay resiste nci a po r pa rte
lació n de los espa li o les e n Sa nto Dom ingo sení pe rm a ne n- de los mexicanos, segura me nte po rqu e Cortés no loca los
te. En 15 1-1 los d e Santo Do min go va n a pasa r a Cuba. Cuba te mp los ni a lte ra e n nada la vida no rm al. Es hasta la irru p·
es tá al lado d e Méx ico, y así no pode mos co nce bir esa otra ció n d e un e le me n to cx te riOJ ~ los espa li o les ma ndados po r
idea del siglo XIX: qu e esos mundos estu viese n fracci o na. Diego Ve lázqu ez para no dej a r a Co rtés C0l11 0 du e ño de
d os, sin co ntacto c ntre e ll os. Hubo mu cha co mun icación Méx ico, cuando cambi a la hi sto ria.
e n e l o rbe prc hispán ico. rtb do lo que ocu rría e n e l Ca ribe se Cortés se insta ló co mo ll uevo tl atoan i si n ca mbi a r nada
co nocía en México. Motecu h zom3 (as í prefi ero ll a ma rl o) de la o rga ni zación le rri to rial, convivie nc!S..co n los Olros ca·

86 87

Ch rislian Duvergc r

ciques, con sus esposas, co n la Ma lin che, e n SlI casa ele Co- e n e l ca m po de los ve nc idos. Lo pod e mos ll ama r "re publi-
yoad n . A través de Mal inche e n tra e n el ná hu atl , y obtie ne cano", pues co nside ra qu e e l poder nace de la elección
un a especie de cOlllunió n co n Méx ico. Él ya es taba de l otro demo crá ti ca. ¿Qué hace Co rtés a l ll egar a Ve racru z? No
lado cua ndo e mpi eza su co nqu ista. Era más mex ica no, m¿ís di ce "Vengo por e ncargo de ... co n las cédul as de ... d e par-
indígena, qu e espallol. O diaba a los es pafioles, casi a todos. le de mi seli or", sino que crea un cabildo, un ayuntamie nto.
Es e l tlatoan i de México, e l tlatoani d e Mesoam é ri ca. No Una vez cons titu ido el ayuntam ien to, se e li ge a Cor tés como
acep ta, por ejemplo, aqu e llo de hacer u na mo neda de plata ca pitán ge n e ral y justi cia mayor. La legitimi dad a través de
y d e oro para los es paiioles y otra mo neda, ch iquitita, muy la elecció n de un ay un tam ie n to: ése es el mod e lo qu e trae
delgadi la, d e cobre, para los indi os. Esa idea de l vi rrey Me n- Conés.
do za e ra absolutamente co n traria al mesti z¿~ e.
J!.s el modelo de las comunidades castellanas.
t"-res francés pero también eres mexicano fJor elección. ¿ Cómo valo-
ras la. idenlificación histórica, mitológica de los llwxiat1/os con la Sí, de las co munidad es cas te ll anas, de las ci udad es republi-
derrota. de los mieras, con pste simbolo tardio - que tú. explicas de canas de la Ita lia de ese en tonces. Viene con un mod e lo
ma.nera 'I1wgnijica en uno de tus libros- , el del águila y la sCljJien- a ntimonárquico. Las cartas qu e le escribe al e m pe rador son
le, af}{trecido a fines del XVI, !Jor ahi de J 580. Si Cortés es ellJ1illler lo que hoy ll a maríamos "cartas abiertas" . El desti no de esas
!Jersonaje de la historia 'mexicana, ¿cuál es el símbolo de la nación ca rt3s es la impre nta y la edi ción; esc ribe para la posteri-
quefunda? dad, para que no haya posibilidad d e e li minar la realidad
de su presencia e n Méx ico med ian te las man ipulaciones se-
Co rtés es a la vez u n person;.~e d e la hi stori a pre hi spá ni ca cre tas y subte rráneas de la Co rona. T ie ne una relación COIl
y de la hi storia mode rn a, y a rticula ambos mom e ntos en la e l poder Illu y mod e rn a. Crea, insisto , un país lluevo. Co rtés
hi sto ria mex icana. Veo realm e nte una c ie rta co ntinuidad está e ntre esos dos mundos: aparece como un indíge na, y
e ntre la época p re hi sp<l nica y la é poca actua l a través pre- d e otra ma nera aparece como una perso na qu e sabe man e-
cisamente de lo que ocurri ó e n el siglo XVI, ese encue n tro jar la administración es pañola.
Elc tu a l que n o es producto del azar: es producto d e la vo- En mi libro Cortés, mediante una dobl e lectura, t.rato lo
luntad de un perso naj e que qu e ría re hacer otra EspaJia, de l escudo. Propuse ve r de l lado izqui erdo u n jaguar y un
un hombre en ru ptu ra co n su país de naci m iento. Su nllni- águila. Del águila los historiad o res va n a d ec ir: "es el ág u ila
li a ha bía estado e n e l ba ndo co ntra rio a Isa be l la Católica d e los J-I a bsbu rgo", y del león: "es e l leó n de Cas tilla y
durante la Gue r ra de Sucesió n, después d e la mue rte d e León". Pero el jaguar y e l ¡.í.guila también sig n ifican : "yo soy
Enr ique IV, "el Impo te nte ". Es ta ba, por su o ri ge n famili ar, un gue rre ro", porque el jag uar y e l ~\ g uil a:;1.ran los an ima les

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r
Christian Duvc rger

que rep resen ta ban a l sol ya los gue rreros. Y la fina li dad de la idea de ma nd arse hacer u n retrato , po r dos razones: no le
la g ue rra e ra hace r cau tivos pa ra ofrecer los a l sol, que no se interesa ba e l pode r ni me nos los e le ment.os de l pod e r a
ll ama de otra man e ra que To natiuh , donde rec upe ramos la la mane ra eu ropea, y asu mía la im posi15ilidad indíge na de
ra íz de tona/ti, por ser el sol la sum a de las e ne rgías indi vi- sacar una image n del ros tro h umano. Por eje mplo , en e l
dual es. En e l otro lado de l escudo es tán e l agua y e l fuego. lTI und o indíge na, cuando uno ve ía su rostro e n el agua e ra
El agua, se dirá , "es la laguna de Méx ico" . Pe ro co n e l fu e- un presagio de muert.e , y cuand o había que termin ar co n el
go hay una especie d e juego. Para rep resen ta r e l fu ego se poder de u n bnüo la úni ca ma nera de hace rl o era presen-
pon en tres coronas, un glifo prehispán ico de tres pUIlLólS; y tarle un esp~ j o de obsid ia na p uli da o , a veces, de p irita.
hay ulla re lació n e ntre e l fuego y la cifra "tres" e n el siste ma Co rtés rec haza la idea de te ne r un re tra to po rque fun cio-
icónico mesoamerica no. Las co ronas so n las de Tlacopan , na co mo un mex icano: sa be qu e es una cosa pe li g rosa hace r
Méx ico y Te xcoco . Pe ro , por otro lad o, los ind ígenas que un retra to de un se r humano. Es tamos a nte u n Co rtés mu-
observa n este esc udo ve n tres veces el gli fo de l fuego co n la cho más mestizo que el Co rtés de los libros de texto. Más
lag una de Méx ico; e nto nces lo lee n "agua y ruego", e l al! que un co nquistado r, es un ho mbre con visió n , y por e ll o
fLachil10lti de los nahuas, lo q ue significa que Cortés n o ac- ocupa e l lugar d e Motecu hzoma. Si fin a lmente desaparece
túa como un prín cipe espaiiol, sino qu e busca la ide n tifica- Motecu hzo ma es po rque Co rtés, su he red e ro , ocupa su lu-
ción d e los dos lados. ga r. Un tlatoa ni, no un príncipe d e Maquiavelo.

En ese jJunto desf.aca La intervención de las órdenes religiosas, de A Cltateaubriand, a quien, citas en Mesoamé ri ca. Arte yantro-
ios franciscanos y de los dominicos, cmno quienes jnvjJugnan esa pología, le pamáemn "pomjJosas" Las ruinas mayas jJerdidas en
iconografía simbólica. La selva. Tu obm es histórica y au/ueoLógica !Jero también es La de
un hombre deslumbrado estéticamente. 1tts Libros son grandes exIJO-
Hubo una mi sma disposició n de esp íri tu, y fueron los fran - siciones g rájiws del arte en ¡vlesoalllérica, riquísimas en su d(!~plie­
cisca nos tra ídos po r Cor tés los qu e inventaron e l sistema. gue iconogr4fico. 7e voy a hacer una IJregunta un poco periodística:
Todo se puede ex p lica r, otra vez, CO Il la d oble lec tura , espa- si tuvieras que escoger cinco piezas del a.,.te 'mesomnericano tJ{t'ra
liola e indíge na. Y hay otro detall e, qu e no sé si apun to e n llevártelas (L la hi/Jolétiea )' tJrDverbia/ isLa desierta, ¿cuáLes le lleva-
mis libros: no te ne mos re tratos de Cortés. Si fue ra Cortés das, cuáles son tus jH-eJelidas de las miles de tJiews que conoces JI
un príncipe de l Re n acimi e nto, lo prime ro q ue hubi e ra he- admims?
cho habría sido pagarse un p intor para hacer su re trato y
pon e rlo e n la biblioteca. Hay un a espec ie de culto de la An tes de cont.es tar, qui ero ex plicar que no pode mos segu ir
image n y de l retrato. Pe ro Co rtés recha zó a bsolutamente co nsi derando el arte co mo una cosa di s ti~a d e la escriw -

90 91
Christian Duve rger

En este mund o p re h isp~ínico se esc ribe con dibtüos, con


¡-¡:l. escribir e n va rios sopo rtes, g rabando , pin L:'1 ndo e n estuco o
figuras. Soy de los que respa ldan la idea d e que hay una en un pequetio objeto o e n un a pared g rande , o se puede
escrilU ra-esc ritura e n Mesoamérica, co mo la hay e n el Pe rl¡ hacer en escultura, e n tres dirne nsionés, y hasta organ izar
ye n o tras partes de la Amé ri ca indíge na. No es fonética, co- una ci udad co mpl e l.a. Yo so)' d e los que co nsideran que la
mo nu es tra esc ritura , sino ideográfica, lo que sign ifica quc arqu itectura también es esc ritura , que es parte del mensaje.
lo que se reg istra es la idea, e l pensamiento. AparLc, sie m- De una cierta man e ra se puede esc rib ir e n el espacio.
pre es pos ible ronetizar un glifo, en cua lqui e r idio ma . Voy Me llevaría a la isla des ie na monumentos que so n hi sto-
a da,- un <¿je mplo: las cifras que ma nejamos, por ejemplo, ria: el famoso mo no lito del Calenda rio Azteca, e l d e los
para el número u no o el dos. El 2 lo pode mos lee r e n es pa- Cin co Soles. Me lo puedo llevar faci lmen Le , no por su peso,
,iol como "dos", en inglés co mo lwo, en francés como deux, tone ladas, sino por ser algo que tiene u n mens~je muy de n-
y así en cua lqui e r idioma. Eso sign ifica q ue a un sig no id eo- so. Todo lo escrito e n é l es una fi losofTa del movimi e n to
g ráfico le co rrespo nd e n lectu ras fon é ticas e n cua lqu ier cós mico , de la duración d e la hi storia hum a na , de la s u-
idioma posible . El sistema fu nciona así, con ele me ntos cesión de las eras, de las edades de los soles. Todo está en
ideográficos, y esa escritura se man eja a través de dibu- relación con el calendario, que li e ne, a su vez, un a re lació n
jos. Esos dibuj os pu ed e n se r "abstractos", eso que lI aman10s con e l espacio. No se co ncibe un territo rio sin esa dim en·
gliros, pe ro tambi é n pueden se r "fi g urativos", y e nton ces sió n cronológica y no se puede pe nsar el tiempo sin esa
e ntra mos e n la ca tego ría qu e Occide nte ll ama "a rte": la ubicación territorial. El Cale ndari o Azteca, la Piedra de l
re prese ntació n de la pe rso na hum ana, de la IUltura leza, e t- Sol, es un monum e nto que puedo come ntar durante toda
cé te ra. Pe ro no so n cuad ros, no son represe ntaciones de 1<1 mi vi da. No sólo es una obra de arte ...
naturaleza: so n e le me n tos fi gu rativos que pe rtenece n a un
m e n s~j e esc rito, so n parle de la escri tura. El des tino de esos Es también una encicl0IJedia...
eleme ntos es la lec tura, se pueden leer.
En ton ces la pregunta "¿q ué objetos d e arle mesoameri- Es una enciclopedia de l pe nsa miento, y en es te se ntido me
ca no te gus taría ll evarte a u na isla d es ierta?", es p níctica- interesaría tene rl o e n mi isla.
me nte la m isma qu e "¿cuá les se rían los li bros que qu isie ras Desde e l pu nto de vista estéLico, no me m olesta qu e la
ll evarte a una isla des ie rta ?" Eso es imponante. Y es toy lu- esc ritu ra prehi spánica sea es tética, si po r estét.ico se e ntie nd e
cha ndo para que se reco nozca esa dim e nsió n esc ritural de l "bonito" como expresión d e civili zación. Eso lo co mprendie-
a rLe mesoam e ri cano , qu e es realmente u n testimon io de un ro n los franc isca nos y otros frail es que vi ni ero n aquí: e n te n-
pe nsami e n to. dieron qu e esa escritura a través de glifos tenía su dim e nsión
Otra cosa antes de te rmin ar co n mi res pues ta: se pued e es tética, y también lo e nte ndi ó de m a n e~ muy tempra na

92 93
r Chri Slian Duve rger

Cortés. A veces se o lvida que Cortés fu e el prime r cu rador valc un enc ue ntro en tre dos mu ndos, co n res peto mutuo,
de las colecciones mex icanas e n Europa. Porque, cuando qu e la g ucrra, la co nqui sta, el de r ramamiento de sa ngre.
recibe de Mo tec uh zoma los primeros regalos, Cortés se n iega ,
a fundi r esos objetos para hacer lin go tes, y prefie re expli-
ca rl e al rey que está en una ti e rra donde h ay no solame n- La e n trev ista no habría terminado nunca po rqu e Christi a n
te oro sino artistas que usa ban e l oro para hace r obras de Duve rge r h ubi era querido dotar, co n todo e l arte de Meso-
a rte. Y decidió man dar ese p rim e r envío , y luego otro, q ue américa, su isla desierta.
fue robado por los corsa rios fra nceses, po r e l p irata .l ea n
Fleury. Esos objetos e ran ta n bonitos que los co nsej eros de
Ca rl os, que no es todavía V y está a pu n to de salir a ;\jx-Ia-
Chape ll e para rec ibi r la coro na de rey ge n n.í ni co, d ice n:
"Hay q ue lleva rnos esto para hace r una expos ició n ". Y se
hace una exposició n en e l Palacio de l Ayu ntamie nto de Bru-
selas con tocios esos obj etos, qu e eviden temente despiertan
una e moció n y un impacto e n ormes. Eran obras de a rte de
o ro: esc ri tura e n oro.
Me g ustaría llevar también a mi isla des ie rta esos o~j e tos
qu e fue ron los primeros regalos de Motec uh zoma a Co rtés.
O los obj e tos de pl um as, no sólo e l ll amado "Penac ho de
Motec uh zoma" (que fu e una no muy excelsa rest~ u ración
de l siglo XIX), sino otros, pa rte de l primer regalo. O los có-
di ces que se enviaron a Euro pa, el Códice Vindobonensis, que
se e ncuentra e n Viena, y el otro que no sabemos cuál fu e:
qu izá fu era e l Códice Borgia, que es tá e n el Vatica no . En tre
los regalos de Motec uh zo ma se presen taron códices, yeso
q uería decir, pa ra los aztecas, que si "los espai10les tienen
escritura y libros, nosotros tamb ié n tenemos nu estra escri-
tura , co n figu ras, y te ne mos nuestros libros". Ade más d el
va lor esté ti co, esos cód ices ti e nen un valor afec tivo porq ue
son símbolos de aqu e l e ncue n tro en tre dos mundos. Más

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1I1. Rodrigo MartÍnez Baracs: "La verdadera


revolución fue la Conquista;'

Conocí a Rodri go Martínez Baracs e n octubre de 1989 en la


Reside ncia de Es tud ian tes de Mad rid . Él iba aco mpali ando
a su pad re. e l h istoriad or, críti co y biblió fil o J osé Lu is Ma r-
LÍnez, y a todos nos reu nían a ll í los fes tejos d el ce ntenar io
de l nacimien to de Alfo nso Reyes. Conservo e n un a de las
pa redes de mi estudi o un recue rd o de aq ue ll a celebració n ,
en la que apa recen los Marlínez, padre e hUo, Y. Jaime Car-
cía Terrés, fotografía tomada antes d e que rompi ésemos fi-
las y nos lO pára mos. cada u no po r su lado y viaj a ndo po r e l
viejo con tine nte (lo q ue daba la ilusió n de mayor cerca n ía
co n los hec hos), con la noticia fresca de la caída de l Muro
de Berlín . Todo es to vie ne a cue nto po rque me pa rece qu e
MartÍn ez Baracs pe rtenece a esa clase de h islOriadores pa ra
qu ie nes la h islOria adqui e re se n tido a Lravés de sus ca tástro-
fes. Para é l, es pecia lista en e l Méx ico colo n ia l y co m pi lado r
de las re lacio nes de los cro n istas de In d ias menos conoc i-
dos, la caída de Méx ico-Te noc htitlan es nOLi cia fresca.
En trevisté a Ma rtÍn ez Ba racs e n su nueva casa d e la colo-
n ia Co nd esa, donde alberga u na biblioteca que ll egará a ser
tan vo lu min osa co mo la de su pad re y co n la q ue guarda un
no po r eviden Le me nos notable ai re de fa mil ia. Y co mo pa ra
escribir estas líneas he le ído L a biblioteca de mi padm (201 O),
e l h er moso o púscul o qu e Ma r tínez Ba racs aca ba de publi-
car, no pued o sin o co m parar a mbas bibli o ~as y a mbas per-
Rod rigo Martíll ez Ba racs

so na lid ades. De las virtud es co mpa ni das po r e l pa dre y do acá, a ll á y acull á, e l "encuc ntro e ntre dos mundos", visto
e l hU o, la qu c se pe rcibe co n mayo r ra pidez es la con esía antes y después dc 1492. Pe ro no es lo pro pio d e Ma rtín ez
ca ri liosa. Ba racs el es píritu concilia dor. Educad ofe n los a ños d e las
El día d e la en trevista, e l propio Rodrigo me mos tró , e n gue rras ideo lógicas m a rx is t~ls , co nse rva de aque lla época la
e l co razó n d e Sil biblio teca, tres mu ebles he redad os d e su vocación hete rod oxa , el g usto po r la ve rdad incómoda: d i-
padre. Uno cs un origina l libre ro po rtátil qu e hab ía sido ce que la ll amada tesis p rOlc ínica - el azteca habría sido un
pro p iedad dc.Justo Sie rra y le perm itía a J osé Luis Ma rLín ez Estado caníbal- no de be sc r desca rtada, y no evade soste ne r
te ne r ce rca y a la mano los libros de u-abaj o o las novedades alg unas hipótesis políticam e nte incorrec tas sobre e l desfa w
editoria les. y utili za M ~lrlín ez Baracs la mesa de trab,üo q uc se evo lutivo d e las civil izacio nes mesoam e ricanas. Su paw
su padre recibió en he rencia, a su vez, de su ma es tro J a ime clre, cuenLa Rodrigo e n La biblio/eea de m i jJadre, lo puso a
Torres Bode e la mesa , nada me nos, sob re la que cayó e l lecr Pueblo en vilo, d e Luis Gon zá lcz y Gon zá lez, para m o ri ~
c ue r po del poc ta cuando se sui cidó dándose un tiro e n la gera r aque ll os furores. A este h isLOriado l' min ucioso que es
cueva palati na. A ambos muebl es los reconocí de inm edi a w Rod rigo Manínez Baracs le fascina , insisto, la catástrofe hisw
to g racias a las m uchas veces q ue fui a la casa ~ bib l i o teca de tó ri ca, y por e ll o, para é l, la g ran revolu ción mex icana fu e l<t
la Gllle de Ro usseau , e n la é poca e n qu e J osé Luis Martínez Conqu ista.
y yo hi cimos La literatura mexicana del siglo XX ( 1995). De l te r-
cc r muc ble, un a silla qu e fu c d e don Ig nacio Ma nu e l Alta~
mi ra no, no me ~lCOI'd a ba yo . ¿Cómo comlm rmias a EsJmñ (l, y al1lLundo 1IIexica ? ¿ Qué hacía tan
Al g usto po r e l doc um e nto, del cual es devoLO como bue n distintoJ a estos pueblos del imlJcrio esjJmiol y qué cosas los u nían,
histo ri ador pro fes ional , e n Martínez Ba racs (ciudad dc Mé- si pensalllos en tos meses que jJasan Corté -y M oclezullla juntos en
xico, 1951l) se sum a n una e norm e cu ltura hi sto ri ográ fi ca y ese episodio que es extrañísimo?
la he re dada ex igencia fam iliar de esc ribir bie n para hace rw
se leer como ag ua que corre. Ello lo prue ba Convivencia. y La compa ración entre Espalia y Am é rica no me parece la
u lo/Jia. El gobierno indio y t!sl)(lñol de la "ciudad de M ee/m acan ", m ~íspertinente e n un primc r momen to , p ues compa ra a un
/ 521-1580 (2005) YSlIS páginas dedicadas, sobre lodo, a ¡as país con un co ntin e n te. Lo que e n tra e n contacto a partir de
ave nturas y fu ndacion es del lice nciado Vasco de Q ui roga , cl 1492 es Am é ri ca co n Europa, o rmís bie n co n Eu ras ia , o más
Ic ctor d e Tornás Moro, e l p rimer o bispo de Mi choacá n. Yes bien con el conju nto de Europa, Asia y África, el llamad o
q ue la pasión (y la es pe cialidad como doctor e n hi storia ) Viejo Mu ndo , que e n cie rta forma co nstituía un todo más o
de Ma rtín ez Baracs son las d écadas de aque ll o qu c Mi g ue l me nos comu n icado, integrad o , co n u na muy la rga hi sto ri a
Leó n ~ P o ni ll a llam ó, e n un gesto d e co nciliaci ó n ag radcci w común. La comparación de los desa rro ll o~ara l el os y aislaw

98 99
Rodrigo Manínez Baracs

dos del Viejo Mundo y del Nuevo, durante los miles de aiios portugal represenLaban a sociedades m.ís apegadas a sus
q ue va n del primer poblamiento por Bering al desc ubri - rasgos tri bU La rios trad icionales, con la se paración de dos
miento de América en 1492, permite percibir las si mi litu- grandes estratos de la sociedad, los campesinos y los nobles,
des y grandes diferencias entre los dos mundos que ese a ji o la orga ni zació n corporaliva de la socicdad y la fuerte reli-
se encontraro n , e ntraro n e n contacto. L'1 primera gran d i- giosidad. Había pues muchas cosas que unía n co mo sel"CS
fe re ncia e ntre los dos mundos fue ulla d ifere nci a tecn oló- humanos )' como jefes a Cortés y a Moctcz um a. Esas se me-
gica de mil es de mios, pues la revolución agrícola sucedió e n janzas tradicionales aLcnuaron e l impac Lo inmed ia lo de la
el Viej o Mundo mil es d e aiios antes que en el Nuevo Mun- incorporación de Amé ri ca a ese mundo e n transformación
do, donde se pro(h~j o sin el co mplem enLO de la ga nadería, acelerada.
y la formflc i6 n de las g randes civil izaciones suced ió lambié n De cualqui er modo, la diferencia Lecno lógica era tal que
mil es de ~lIios anles en e l Vit:jo Mundo qu e e n e l Nm.:vo. el efecto de ~j en idad deb ió ser mu y gran de , especialmente
Este d esfase tecnológico ayuda a e ntend e r por qué los espa- pa ra Moctez um a. Tal vez (llI ie n mejo r ca ptó es La ajenidad
lio les fu e ron los co nqui stadores y los indios los co nq uis- ru e nuestro amigo Hugo I-l iriart en su novc la La deslnlcción
tados; por qué los indios no se subi e ron a las naves de Coló n de toda,' las cosas, de 1992.
y se fueron a conqu istar las ci udad es de Europa. Es ta dife-
rencia lecno lógica ayuda La mbi én a en te nde r por qué la ¿ Qué tan cierto es que una. de las causas del desastre de los aztecas
Conquista Lrajo co nsecue ncias tan grandes, fuc rtcs, variadas estuvo en la. noción del individuo? ¿ Qué ta.nto injlu)ló la. salvación
e irreversiblcs c n Amé rica, quc cO llstitu)'cll un a verdade ra de ca.da alma., proPia del calolicismo ~ No suele decirse abiertamen-
revolución, si n duda la más rad ical de la historia a mc rica- /e ho)', Ilero es frecuente creer que la denvla de los az.tecas no sólo se
na, después del primer poblam ie nto. La diferencia LCcnoló- debió (l, la superioridad militar sino a una indecible superioridad
gica mi litar e lllre los co nqui stadores y los co nquistados la religiosa. ¿ Se sulJondda a.l (;ristianislllo 1t'1W religión más conoce-
vemos bien expresada e n la ex posición sobre Moctezuma dora de lo humano que las 'religiones 1Ilesoa:mericanas?
Xocoyotzin e n el Museo de l Templo Mayor: una espada de
hi e rro y un 'm acuáhuül, la maca na de madera co n incrusta- El problema de la individ ua lidad o más bien d el grado de
ciones de picdra. y se agrega que Europa vivía e n e l siglo individualidad de los é1mcri ndi os es un lc ma d ificil , escurridi-
XVI e l inicio d e un a g ran tran sformación tec nológica, cco- zo y au n peli groso. Pero es vilal p¡na e ntendc r la revo lu ción
n óm ica, política y social qu e la ll evaría de las sociedad es que sc prodlUo e n Amé rica a partir de 1492, y es positivo que
agrarias tribu ta rias a las sociedad es industriales ca pita listas. se le pueda co men za r a pensar e i n vesti ga l~ pues e ra un te-
En un segundo momento, sí resulta releva n te la co mpa- ma más bie n vedado, parti cularm e nte por el naci o na lismo
ración particu lar entre América y Esp~lIia, p ues Espalia y mexicano y por lo tJolitically correct, despllé~ de ser presa de

100 JOl
Rodrigo Martínez 13aracs

las diferencias ideológicas del siglo xx o de las co ncepcio- en Grecia en la época de la !Nada. Segllll é l, en esa época la
nes rac istas del XVIII Y XIX. Oj alá se pueda ava nzar en una gente realmente se ntía que oía ti los dioses, que los tenía
in vestigación desprejuiciada. adentro)' le decía n qu é ha cer. El novelista italiano A1essan-
Los esp<uioles y los a merindios difieren en diversos g ra- d ro Baricco hizo el intento (e n Homero, !Hada, 2004) de rees-
dos y formas de indi vid ua lidad y de pervivencia de estruclU- cribir la !liada quitando a los dioses. Yo tuve la debi lidad de
ras com uni ta ri as y co rpora tivas. Ambos se integran , co rno leerme ese libro, )' reconozco que sí racilita e l acceso a un
el resto de la hum anidad, e n un mundo co n una re ligiosi- texto difici l, pero fa lsea la realidad porque en esa época la
dad muy fue n e, qu e reciente men te ha comenzado a ca m- ge nte sí se ntía qu e los dioses es taban ahí. Y, según J aynes,
biar. Pero es cie n o que e l cristian ismo, con su noció n d e Iwbo un ca mbio prop ia mcn te me ntal a partir de ese mo-
salvació n de l alma indiv id ua l, ll evó a prim e r plano la liber- me nto: los dioses se sali e ro n de las cabczas. Más reciente men-
tad ind ivid ua l, la capacidad de obra r bie n o ma l. Al crist.ia- te Paul Veyne publicó un libro q ue res ponde a la pregunta:
n ismo se agregó en Europa un crecim ienLO de las re la ciones ¿Los griegos creyeron en sus müos?
mercantil es, cOlnerciales, que co nviven co n las formas de AJgunos de los estudi osos de l renómeno de la re ligió n
com unidad , pcro tambié n las va n co rro)'e ndo, aum en tan- apuntan técn icas colecti vas fü erte n1Cllte coh es ionadoras.
do e l grado de individualidad. . . como las danzas y los cantos colectivos. En las religiones del
En cuan to al b::ti o g rado de individualidad de los mdlos Vic.: jo Mundo )'a no se bai la, prácticamente; los sufíes L:~I vez
0, si se prefiere, 51.1 alto g rado de integrac ión en las forma- lo hace n un poco, pero)'a no sc baila. En el Nuevo Mundo,
ciones es tata les, co rporativ.:\s y comunitarias, d ebe conside- POl-con traste, todavía la danza es tá prese n te C01110 un fe nó-
rarse como un a herencia del pasado an imal y arcaico, pero meno integrado r de los ind ividuos ti las entidades colecti-
Lambién como una recreación y fortalecimiento de s u in- vas, sean éstas la co m tt nidad, los pueblos o ya de plano los
tegración a dichas formas estata les a través de las gra ndes re inos.
cere mo nias; lo viero n Octavio Paz y Yólotl Gonzá lez Torres:
con ay unos, a bstención, purificac iones, aULOsacriflcios sa n- Darla la únjJresión de que el Sat.'I~ficio humano se ha convertido,
grientos, ba il es y ca ntos prolongados, co nsumo d e drogas, otra vez, en un lema cenlml en la diswsión sobre los aztecas. ¿ Qué
rep rese nlaciones teatra les e n lo a lto de las pi rám id es, co n tan n:lal.ivislas jJo([¡mws ser ante los sacrificios?
los reyes y sace rdo tes d isfrazados d e d ioses (se usa sole m n e-
me n te la palabra "ataviados"), los impres ionantes sac rilkios Los se res h umanos so mos los ú nicos an imales que prac ti ca-
humanos, la visión de los cho rros d e sang re. mos el sacrificio. No fue una cosa exclusiva d e nuestros an-
Deben to marse en cue nta investi gac iones como las de l tepasados mex icas. Ahol-a qu e ya se ha pod ido reubicar las
psicólog0.lulian.Jaynes, segú n e l cual se dio un g ran cam bio rechas de la separació n en tre nu estros L~-abuelos n ea n-

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Rodrigo r. .lartíncz Baracs

d e rtal es y nu estros verdaderos abuelos cromaiiones, sabe- los es tados teocrá ti cos mi lita ristas del PoscJásico, todas eran
mos qu e ambos convivieron, y u na de las hi pó tesis es que sociedades militaristas y sacrifi cia les. Co mo lo descubrió Mi-
hubo una matan za tre menda de los neand e rtales a Inanos guel León-Po rtilla, los mcxicas no solame nte reescribieron
de los cro maiion es. Aquéll os no habrían desaparecido sola- su prop ia hi storia sino re forlllularon sus propias cree nc ias
men te por causa de la inadaptación a pai s~es y climas ca m- religiosas apoyadas por un Es tado, }' al creer que es tos g ran-
bian tes, sino por guer ras y por mestiz,~je . Enton ces, se h a des peri odos ll amados "soles" sc podían aca bar, había q ue
pensado que hu bo no sólo sacrifi cios: se los com ían, sin ¡mis. al imentarlos co n sa ngre hum a na porque si no el sol se iba
Es un a pdctica prese n te ya desd e la trans ició n de la ani- a enqjar y ya no iba a sa lir.
malidad a la hum a nidad y q ue h a ex istido, po ni é nd o nos Muc hos histo riadores y a n t.ropó logos trata n de ex plicar
los sacri fic ios e n té rmin os de las cree ncias re ligiosas que su-
re lativistas radical es, en todas las socied ad es. En el diá logo
co n Pablo Escalante, IlIC prcgu nto por qué es tas pnícticas pues ta me nte te nía la ge nte, y a hora nos damos cuenta qu e
qu e existiero n e n todo el resto d el mundo seguía n prese n- eran más bi e n c ree n cias rel igiosas d ifund idas e impues tas
tes en Am é ri ca e n el siglo xv!.! Mi ex plicació n insiste e n el por las fo rm ac iones eSlaw lcs teoc rá ti cas y mili taristas. No es
desfase tecn ológico. Si hay un desfase de tres mi l a li os en que la ge nte creye ra eso. Es co mo si juzgáramos nu es tras
e l ini cio de la ag ricultura, lo hay también e n el orige n de la sociedades actua les por la propaga nda de los gobie rn os: se-
civi li z~lción , por lo que estas p rácticas, desechadas e n casi
ría incorrecto. Se tra taba de una propaga nda rel igiosa que
le daba un a impo rta ncia desco mu na l a los sacrifi cios. A e ll o
todas las demás partes de l mundo, sig uen presentes, pero
no sólo en Mé xico, sino desde el extre mo norte de) con t,i- se agrega, por eje mpl o, la (~lmosa ex plicación proteínica d e
n e nte hasta el ex tremo sur. He mos de supon er qu e es tas Michae l )-Iarner, qu e en su mom e nto se d esec hó. Yo creo
que no hay q ue desecha rl a, sino tomarla como u n elemen-
prácticas, p resen tes desde la hom ini zació n y en los in icios
americanos, se fueron in te nsi fi cando con las formacio nes to más qu e pudo haber in te rven ido, pues no o lvi demos que
estatales. Con form e han ido ava nzando las in vestigacio- la revo luci ón agríco la ame ri ca na se di o sin ga nadería, de mo-
nes so bre los mayas, se h a d escubi e r to qu e e ll os tambi é n do que probable me n te sí ha bía que co mp le me ntar e l consu-
h acían la gue rra, to rtu ra ban a los ve ncidos, pa rti cula nn e n- mo d e proteínas. Pero hace r u nj uici o ca tegórico a l respecto
te a los reyes, hacían sac rificios h umanos y se co m ía n a la es ar ri esgado. Ade más había g ra nd es d ife rencias e ntre las
ge nte. En la recie n te exposición sobre Teo t,ih uacan nos en- clases sociales; los g ue rre ros, qu e tal vez necesitaban más p ro-
co n tramos con lo mi smo: ya se acabó la famosa di visió n teín a, los sace rdotes, y la gen te co mün que de bía te ne r un
e ntre los estados teoc ráticos del periodo ll amado Cltísico y régi men mu cho más vegeta riano, fruga l, co mo decía Artu-
ro Warman.
Au nque podemos tratar de ap reciar ~ada sociedad e n
1 u/ras Librl''s, Mcxico, e nero de 20 I O.

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p

Rodrigo Maníncz Oaracs

sus propios té rminos ("Así eran"), no podemos dejar de Co rtés e n la Co nqui sta. Su ac tillld efectiva me nle co ntras-
aterramos fre nte a es tas fo rm as de coerción tota litaria te- ta co n la de Gonzalo Gue rrero, qui e n no se quiso regresa r
rro risl.:'l. Pero, a l mismo tiempo, conside rarlas nos hace más co n los suyos a Espalia pOHlue los suyós ya era n los mayas.
c ríLi cos y conscie ntes de las dife re ntes formas de tota li ta ris- Se casÓ CO Il una mujer maya, tuvo hijos, los primeros mesti-
mo y de sac rifi cio que a cada socied ad , y a la nuestra, le LOca zos, y él también les ensclió cosas a los mayas, como e l arte
vivir. Es posible supe rar estas formas terribles de l ex istir h u- de g uer rear co ntra los espalioles. Pero la me n tablemente no
man o; creo qu e pode mos y te ne mos q ue se r mejores y crea r \r~lmos a poder saber mucho ll1<lS so bre la vi da maya de Agui-
sociedades bue nas, y que el hombre lambién ha creado lar y Guerre ro; no va n a su rgi r nuevas fue n tes.
mu chas maravi ll as, pero para mejorar es necesa rio ver de
fre nle es tos co mporlamie n tos qu e nos repug na n y a te rra n Sobre la /Jolítica de alianzas que va ttljiendo Cortés camino de 7e-
e n la hi sto ria de la h uman idad ye n nueslro propio presen- nochtillan, ¿te /){trece que ex/misa las h.abilidades del wnquislad01i
te. No podemos se r relativistas con los mcxicas, pe ro men os so/amen/e, o indica la a'usfmcia, (f¡~ [(t -idea de nación, entre los me-
a l1n co n nosotros mi smos. sua.meriwnos)' prejigu.m. su derrota milita.r)l 'rdigiosa? ¿Es cierto
Los h istoriado res nos da rnos cuen ta de q ue en las histo- aquello que se Te/Jite de que los indios hirieron la Conquista?
rias d e bue nos y ma los, co mo lo d ice Pil ar Go nza lbo, los
buenos no e ran tan buenos y los malos eran al1 n peo res. MesoaméJi ca no era una nación; el impe ri o rn ex ica tam poco
Hay que ab rir los ojos a nu estra negatividad , como lo que- e ra u na nac ió n : era un re ino que te n ía some tidos a muc hos
ría Hegel en la Fenomenología, del espiJitu. otros re inos, más o me nos lo qu e mu chas veces e n te nd e-
mos por la palabra "i mp erio". Pe ro sí ex istía u n naciona-
¿ Qué le dice el contrapunto entre Cerónimo de Aguila.r y Gonzalo lismo o un patriotismo de los mesoa me ri canos, que era el
Guerrem ? ¿ Te gusta.?, ¿no te gusla.? pa trioti smo del allépell, o d el pueblo o de l rei no; e ll os sí
se n tían u n o rg ullo. Se se ntían huexotz incas, tlaxcaltecas,
Parece demas iado bi en hec ho e l pa ralelo, pero así es la mexicas, tl atelolcas, ade más de qu e tenía n una gran ce rcan ía
Co nq uista. La hi storia de Méx ico, particularm ente la de co n su propi o barrio, el llaxila.callie n donde habían nacido.
la Conqui sta, es muy be ll a y parece que fu e imagi nada po r En lOn ces no es lanto que no ex isti e ra una idea de nac ión,
un g ran esc rito r, ele modo qu e nos ll egan este tipo de per- sino que sus nac iones e ran otras. De ahí se deriva todo lo
so n~ es parad ig nüí. ti cos como lo son Ge róni mo de Aguila r, de más, lo que d Olia Ma rina le ayud ó a entende r a He rn án
que mi en tras es tuvo cau tivo no dejó de predicar e l cri sti a- Cortés: la fragilidad de l pode r de la Trip le Ali anza de Me-
n ismo, el cu lt o a la Vi rgen; te nía un Libro ele I-Ioras cuan do xico, Texcoco y T lacopan so bre muchos selioríos, que con
lo cap turaron ; fue rescalado por los espaiioles y ayudó a dife re ntes grados de so metimie nto es t~n más o me nos

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a

Rod rigo Maníncz Baracs

cómodos o incómodos dentro de esta formación imperial. de cocinarlos y comérselos ante la mi rada impasible de los
Co rtés supo aprovechar la incomodidad de los ccmpoal tc· espalioles, qu e no se atrevía n a im pedírselo a sus imprescin-
cas, que formaban parle del impe rio, pero no les gustaba el dibles ali ados indios. Supongo q ue lanHJié n in flu yeron las
tributo y me nos aún el tribu to e n ho mbres para se r sac ri fi- epidem ias tremendas contra las cuales los mesoame rica nos
cados y com idos e n el Templo Mayor. O los tlaxcaltecas, e ne- no ten ía n d e re nsas, pero e n este caso no sólo los mexicas,
mi gos d e los mexiGls, pero e n una situac ión hasta cie rto también los tl axcal tecas y ot.ros al iados de los es pa li o les se
punto artificial que perm itía man tener las G ue rras Flori- viero n mermados. En las rilen tes espai10las se menciona
das, esas prácticas e n qu e losj óve nes milita res se foguea ban poco la participación de los ali ados indígenas de los espa-
e n la gue rra y ca pturaban esclavos para se r sacrifi cados. No Iioles y presenta n o bviame nte la Co nqui sta sólo co mo gran-
es tanto la no ex iste ncia d e un nacional ismo, sino "los na- des gue rras d e los esp<lIi o les co ntra los mex icas.
ciona lismos" q ll e pudo aprovechar Co rtés co ntra los mex i-
caso Sí se puede deci r 'lile Co rtés e nca bezó una re be li ó n ¿ Con qué imagen de Moclta.u'IIU/. le quer/mias ? 'tenemos el reo de
indígena contra los tiran os mex icas. Por eso ll a ma la a ten- las circunstancias, el esclavo de la Jal.alidad n:/igio.m, (d anfitrión
ción ahora que u n partido más o menos progresista co mo que cumPle con las 1t:"i!S de la hospitalidad !Jara salvar a Sll jnieblo,
el P¡:lrtido de la Revol ución Democr¡itica (PRO) se llame a sí eI1·f!)' cobarde que jJinLaron algu.nos historiadores del siglo XiX o ese
mismo "el partido del sol azteca". ¿Qué curi oso, no? ¿Por !Jersonaje que tú agregaste hace un momento, el que 11mlmente no
q ué escoge n ese nomb re? Yo creo que los az tecas, los mex i- entien.de lo que está pasando !Jorque le es Lolalmenle ajeno el 1mm·
cas, no so n una prefigu ración de México, y si es que lo so n, do al que se enfrenta?
son una prefigu rac ión ti!Cí.ni ca y eje rcía n un verdadero te·
rro rismo ti través de la g ue rra y d e los sacrificios, te rrorismo Reos de las circun sta ncias lo so mos lodos)1 lo fu e Moc tezlI-
q ue se les revirtió e n e l mo me nto de la Co nqui sta. ma, pero hay que ver có mo fue su rei nad o, que comie nza
en 1502, di ez años des pués de la ll egada de Cristóbal Coló n
¿Pesó 'mucho la diferencia de tecnología milita-,. o fue más büm el y d e los espalioles a las islas. Precisa me n te cua ndo e mpi eza
estilo de guerra uwxica, basculo en la cajJlUH,¿de jJrisionelVs, lo que e l reinado de MOClezuma , Coló n se enc ue ntra e n el go lfo
hizo que Si! di:sbalanceam milila1'1nente la Conquista? de Ho nduras con un ba rco me rca nte mesoam ericano (las
fu en tes no nos aclaran si e ra mexica o maya; es lo de me-
También sa bían gue rrea r para matar. La matanza d e Cha l u- nos). Era un barco qu e iba costea ndo desde Ce ntroam érica,
la fue un mo me nto de ve ngan za tre menda d e los tlaxca lte· toda la pe nínsula de Yu ca tá n. No sé si e ll os directamente u
G IS co ntra los cho lultecas; los a tacaro n con sum a vio le ncia otros mercaderes ll ega ban a Ve rac ruz donde se in te rn aba n
para malar, des tru)'e ron sus te mplos, y a l fin al no dejaro n las mercancías, )' junto a e ll as v i ~~jaron ~ notici as. Aque l

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r
Rodrigo Martínez Bamc.'i

e nc uentro rue 1l111)' importante. La hislori ograITa sie mpre con una am enaza rue tec no logía militar supe ri or. Hasta su
lo ve desde un punto de vista, por supu esto. es palioJ: "Qué propio nombre, le pregunt<'lba yo ti Ed uardo Matos, "¿ Po r-
tonto Cris Ló b~1I Coló n, de pla no le está n di cie ndo: 'Mi ra , qu é MOClezuma se llama Mocte luma?'i, y me contestó que
a h í es tá México', pero no qu iso ir y siguió e n su infructuosa es un apodo. Mo- quiere decir "tu"; leur-, leclttli, Leuhtli, "se-
bl¡squcda de lIn paso marítimo hacia e l co ntin e nte asiáti- rio r"; zoma, "enoj ad o". Lo cllal da: "Tu se rior enojado" o "Tu
co". Elllonces, Coló n no d escubrió México y muri ó c reye n- se rior está enoj ado". Ponié nd o me a desvariar, me pregun-
do qu e estaba ce rca de Asia. Pero tambi é n debe ve rse qu e to: ¿por qué estaba e nojado Moc tczum a, qu é fu e lo que lo
e n ese 1ll 0111C IlLO, si no es <llI C a ntes, se d io e l desc ubrim ie n- ato rm e ntó, durame su re ill o? Tal vel fue ese con oci mi e nto,
to d e los es pai10 lcs po r los m esoamcri ca nos a través d e las qu e é l trató de bloq uea r. La histo ri ogra lTa n un ca su po muy
rutas Ill crcami lcs. La not icia circ uló de man e ra muy rá pi- bie n có mo trata r esos ';a ug'uri os", I lila sup uesta man e ra mís-
da, y llegó seguro a Moclczum a. Hay Illuchos otros indicios tica, religiosa e n la 'lile los mcsoa rn c rica nos supi e ron de la
de qu e esa noti da circulaba e n Mesoamérica, por ~j elllplo conq ui sta que se a proxi maba . No creo qu e sus dioses ni sus
a través d e los pro pios Agui la r y Guerre ro , qu e es taban des- ad ivi nos les hayan vc nidu a hace r esa adverten cia a los
de : 51 1 e n la isla de Cozum e l, un cen tro de peregrin acio- mcxicas. Debe se r la transmisió n mitologizada de un a in-
nes re li giosas. De boca en boca de bió de circ ular el rum o r: fo rmación o bje ti va. F.so yo no 10 es to)1 invc m anclo, el pri-
"Mire n , (lcluí le ne mos a dos clIxlillecas: uno nos e nse ria cosas mero que lo vio fue Willia m H. PreScolt e n su Historia de la
de una re li gión cx tntri a, con una virgen mU)1 bon ita; otro Conqu.isla de México, de 1843, con me nos datos. Tal vez ahora
nos está e nse ria ndo otras cosas, y nos cue nta n que sus ge n- lo poda mos punwali7. a r muc ho m¡is, pe ro el hecho es que
tes viven e n las islas lejanas". dura nte todo su reinado, de 1502 él J 520, Moctezuma ya
y cwtlldo llegó C rij alva a Cozumel en 15 18 se e nco ntró ti sabía que e n cualquier Illomc mo aqu e llo se iba a aca bar. La
un a mt!jcr que e ra dc J ama ica, que hablaba taíno y maya, y te rrible, espantosa T laltecuhtli, que se acaba de e nco n trar,
que les informó a los d e Coz umel : "Oigan , alllí e n la isla d e es de L506 o sea poco d espués de la muerte de Axayáca tl.
do nde ve ngo - no sé có mo se di ce Jam aica e n taíno-, ahí Matos Moctezuma todavía ti e ne la espe ranza de e ncontr;,l r
eS l~ln unos es pa riol es, a h í es tá el gobernador Ga ra y, así se a llá ab,~o la wmba de su an cestro Axay,katl, 12-Conejo, p e-
llama el capitá n, es mu y devaLO de una diosa mad rc". ro el hec ho es que esa pi cz~1 fu e co nstruid a e n la é poca e n
y Lópcz d c Cáma ra cuc n ta qu e llegó fl ot.ando un baú l y q ue ya se sabía d e la prese ncia cspailola, como lo advirtió
se lo llevaron a Moctezllma, y enlre otras cosas sacaro n u na Alejandra Mo re no Tosca no. De al gllna man e ra, el go bierno
es pada qu c no pod ía romperse, imagínate la d eses pe raci ó n de Moctezuma Xocoyotzin ya no es eSlrictamente pre his-
de no pode r ro mperla. pánico.
Mocl.czllma rei nó sa bie ndo que estaban all í los esparioles

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Rudrigo M;¡rtínez Baracs

E.1~ cuánto fl. Corfés, hace cincuenta mios hubiera. sido más dificil Ca.rlas de relación. Pe ro se acosuHnbra lee rlas como u n lib ro,
fJrt!senlado no sólo como un gran conquistador sino como un /wm- comO una crón ica, )' no co mo unas ca rtas escritas duranle
bre del I?enacimienlo y un genio !Jolítico conslruclO1; tal cual lo los hechos, cuando todavía no se sabía qu é ve ndría des pués.
jJ11JScntan, con mue/Uf. IH'udencia, José Luis J\tIa rlÍnez, tu l)adrt', )', Él parecía lener una ce neza abso luta de qu e las cosas iban
con l1Ul)'Or vehemencia, Christian Duverge,: ¿Percibes eJe cambio de a sa li r bien. Tenía fre nte a sí e l go bie rn o de los m cxicas, un
ojJinión, esa "recorlesización" no sólo de la Conquista sino del na- imperio de mill o nes de habi ta l1lcs, mi lcs dc gucrrcros te-
cimiento di! la NUl'lJ(l ES/Jaiia ? midos por todos; tenía d etr~¡ s d c é l, muy enojados co n tra é l,
él los espailoles d e la isla d e C u ba, a Diego Ve lázquez, q u ie n

El libro de Illi pad re, su I-Iernán Cortés (1990), le sa li ó ta n mandó a Pánfilo d e Narváez. Pero Cortés no dudaba ye n su
bue no no só lo por sus mé ritos li terar ios sino porqu c la ma- tex to parece que tiene pc rfectam c nte claro su ca min o.
te ri a es mag níf"ica , es increíble LOdo lo q ue sucedi ó. Q uie ro Colón y Cortés, adelll~í s, hasta g uada lupa nos resu lta ron:
creer qu e la hi storia mex ica na es, e n cie rto se ntido , más Co ló n, desde su p rim er v i ~~j e, cuando vivió un a te rrible to r-
be ll a, e n igmática, curiosa y sorpre ndente que o tras hi sto~ me nta de regreso, di ce: "Si me salvo de es ta to rm e nta vaya
rías. Colón, qu ie n su p ues ta me nte n unca supo que había visitar a la Virge n de Gl.lada lu pe d e Extre mad u ra", y eso
ll egado a un llu evo contin e nte, tal vez, como lo pe nsó H e nri hi zo, y los frai les j erónimos le dU ero n: "Cua ndo regreses
Vig naud. lo inlU )'Ó antes d e su primer viaje y desp ués se h i ~ ponle e l nombre de Guadal u pe a una isla de l ma r océa no'\
zo a la id ea de que había ll eg~ld o a Asia, pero nun ca pe rdi ó yeso hi zo, en la actua l isla de Guada lupe. Y lo mismo hi zo
de vista qu e había real izado un a empresa de una trasce nd e n- Ca n és e n su vj¡;~e a Espaiia de 1528; tamb ié n é l peregrinó a
ta l im portancia. Se conectaro n dos mundos; se provocó un a ver a la Virgen d e G uada lupe . C ua nd o regresó a México
revo lu ción radi cal en la vida mesoame ri cana, y se puede de- fund ó un a iglesia co n e l no mbre de Guada lupe. Regresó a
cir qu e é l tenía cie rta co ncie nc ia de eso: es insufici e nte ¡üir- México e n 1530; é l e ra am igo del o bispo francisca no fray
mar qu e era a l m ismo ti e mpo un místico y un pe rsonaje del Jua n de Z um ~i rraga. Co rtés. j unto con el o bis po Zum á rra-
Re nacim ie nto. Él in tuía que por su propio 110m bre, C ristóro- ga, los demás fra ncisca nos y los goberna n tes mex icas y tla-
ro Colombus, cra una es pecie de paloma que traía a C risto. te lolcas fun daron e n 153 1 un a iglesia en e l Te pe)'ac.
Lo más notab le e n Co rtés, para mí, so n las Carlas de rela~ De modo que lla)' pre fig uracio nes ex tra iias e n la ac tu a-
ción. Po r un lado , se inscr ibe n dentro d el parad ig ma de l ció n de p erso m~ es co mo Ca n és. Pe ro hay otras cosas que
revo lucion a rio esc ri to r, de alg una man era los g ra ndes revo~ parecen más pro pias de la hi stor iografía rOIl1 ~ínLica. Presco tt
lu cio narios ha n sido g randes esc ri tores, ahí ti enes a Marx, ha destacado m uc ho la hab ili dad po lítica de Cortés y esto
a Le nin , a TrOL"ik)', a Mao , al C he Gueva ra, a Fide l Castro, lo ha criticado J a mes Lockhan e n su prólogo a la Historia
qu e escribe n )' no lo h ace n mal, y Co rtés, que escri be esta s de Presco tt pues. como lo vio ta mbi én Scrge G ruzi nski, la

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Rodrigo r. .lartínez l3aracs

prop ia lOma de Granada im p licó u n mant: jo sel11~j a n lc de tuVO otros h Uos a los que pred ispuso para hereda r ese re ino
la dip lom<lciaj unLO a la g ue rra. Esa ha bi lidad di plomática sometido a los mex icas. Su pad re la había vend ido a un os
de ma neja r los co nflicLOs in ternos de los enemi gos es muy de Illercade res, que a su vez la habrían vc!nd ido como esclava
su época, y por e ll o mi pad re puso u na cita de Ma(luiavc!o a los tabasq ueilos. Sale n victoriosos los espalioles al pasar
fre n te él cada cap íwlo de su Hemán Cortés. por a llí y, para se ll ar esa a li a nza po lítica y relig iosa, Co rtés
Otros eleme n tos u1.J11b ié n son im po n an les: Sil vio Zavala les da una cruz, un a image n d e la Vi rgen, y los tabasque lios
usó, pa ra re ferirse a la fase an tillana, la expres ión "la expe- la po nen en su te mpl o y le rega lan a cambio tre in ta Il11Ue-
riencia antill ana". No había claridad de que la ca usa principal res qu e fue ro n de bida me nte ba uti zadas, y e ll a lo fue con el
de la ca tástro f'c d c mog ní fica an tilla na habían si do las epide- no m bre de dOli a Mar ina.
mi as; la res ponsa bilidad caía e n Dios, pero más bie n e n la Muc ha gen te presupone que ya sa be mos su no mb re pre-
cod icia ex tre ma d e lo::; espai1 o les, qu e Co rtés se pro puso no hi spán ico , pe ro no hay '-ue nte qu e nos di ga cómo se llamaba
re petir. En sus "O rde na nzas d e bue n go bie rn o" y e n otros n i có mo fue lla mada e n e l m u ndo na hu a n i pos teri orme nte
pla nes que h izo pa ra la o rga n izació n de Méx ico, sí se ve m uy e n el mu ndo maya. Sabemos que los cs p,uioles le pusieron
claro q ue Can és busca ba un a co nvive ncia pacífi ca, m utua- el nombre de dOlia Ma rina; "dali a" es importante porque
me n te benéfica para indios y es palio les, y no organ izar u n nos in d ica que e ra noble , h Ua de un tla Loa ni ; y "Mar ina ",
régime n de sim ple dep redación. Eso le vien e a Canés de la porque e ra u n nom bre Illuy com llll e ntre los espalioles, y
experiencia a ntilla na, y parece q ue no les tocó a los co n- as í fue co mo se ll amó. Canés se la entregó a Po n oca rrero,
qu istadores de Pe rú, ta l vez po r el d esfase cro no lógico de y cuando los espaIl o les pasa n de la zo na de le ng ua maya a
d iez a li as, pues ll ega n allí después, sin haber vivido esa des- la zona de lengua náh ua Ll , e ll a, qu e hablaba maya y ná hu atl ,
trucción te rrible de la població n an tillana. se va a vo lve r ese ncial en las prime ras u-adu cciones co n los
na hu as,ju n to co n Ge róni m o de Agu il a r, q ue ha blaba espa-
¿ Cómo le descl'ibi1'ias ft la NlaLinche a alguien que no hubiera oído lio l y m aya. Pos terio rm ente, da li a Marin a va a a pre nd er
ltablaT de ella? ¿ Convenddas en que la tmidom se ha converti- espali o l y va a q uedar CO Ill O tradu c to ra ún ica, y Geró nim o
do en u.n simb% f eminista JI IJOsmoderno como traductora ? de Aguil a r q ueda rá rese ntido co ntra Cortés. Auto res inte n-
cionad os cO lll o .Jua n Ca no di ce n qu e hubo opo rtunidad de
La hi s tor i og r~lf'ía ha ava nzad o pe ro no he mos logrado apre n- algú n lig ue en tre da lia Ma rina y Ge ró nim o de Ag uilar; só lo
de r cas i nada n uevo sobre e lla. No sa be mos exactam e nte é l lo dice, po r lo qu e n o le cre o. Pe ro a pa rti r d e ese mo-
dó nde na ció; pos ible men te e n un re in o e n e l te rriLo ri o de men to Cortés se fij a e n e ll a; se la ap rop ia como trad ucto ra,
lo que hoyes Veracruz. Intu imos que su padre era un tl a- como co nseje ra y como tllna n te.
toa ni y q ue mu erto su padre, su madre se vo lvió a casar;

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Rodri go Manínez Bal"acs

Luis González. JI González decía 1I1emomblemrn/r que Iwúfa sido que pre fi g ura e l re nacimi e nto d e Méx ico. Pe ro en cuanto a
una secretaria tl'ili1¡güe.... su vida, la histo riog rafía no ha ava nzado m ucho. Hay un li-
bro muy bue llo d e Ca mi ll a Townsc nd sbbre e l contex to e n
Es muy curi oso ve r los códi ces de la Conquista, a Dunín , las que vivió, có mo se vivía e n un se iio río nahu3 de Veracru z
difere ntes versiones d el Lienzo de Tlaxcala y m uchos otros so metido a los mex icas, có mo e ra n es tos mercaderes, q ué
en qu e salen Cortés y 1<.1 Mal inche , cas i co mo dos deidad es quería decir se r esclava e n tre los mayas (a parle de cocin a,',
masc ulina )1 femenina, co mo e nca rnacion es d e Ometéotl, daba n se rvicios sex ua les) y có mo ru cron caela uno de los
e l d ios d e la Dua lidad ; sie m p re a parecen juntos, cas i del mo mentos de la Co nqu ista e n q ue e ll a participó. El li bro d e
m ismo ti:lma li o. Para los in d ios, deb ió ha ber ten ido u na im- s
Towllse nd ti en e el títul o sa ru 'eano , i ntc resanlc, de l'v1alintún
po rta ncia tre rne nda. Y de a h í viene el n o mbre "Ma lin tz in ". Cho¡ees: An h ulian Wouut'n in tite Conquesl 01 i\llexico (2006), o
Sa bemos que le pusie ro n dO I; a Ma rina y sabe mos qu e los sea, las circu nstanc ias dentro de las cuales d Olia Mari na p u-
nahuas no te nía n el so n ido " 1''', de modo qu e Mari na se do escoger qué hacer y no hace r, y d e n tro de esas ci rcu ns-
vo lvió "Ma lina", "Malinall i", "Ma lin tzin "; de ahí vino el tancias destaca su ge nio. Y para sie mp re q uedará q ue n u nca
nom bre que los esp¡ui o les transformaron bastante pro nto sa bre mos qué les dij o a los mexicas, cómo tran smitió las
en Ma lin che , la Mal inc he . Pe ro lo cu rioso es q ue ese nom- palabras cas te ll anas d e Co rtés.
bre de Ma lintzin q ue le ponen los ind ios a dOJ;a Marina,
ese nomb re tamb ié n se lo ponen a Conés: "el se Ji or Mal in- ¿ 'J egusla el conce/Jlo de "conquista espirüual"?
c he ", di ce n las fu e n tes. "El sc Jio r Ma lintzin , la se li o ra Ma-
lilllzin" revela la e norme impo r ta ncia de ambos j untos. Lo de conqu ista espiri tual est,í en el títu lo d e l libro de Ro-
En la é poca colo nial la h isto riog rafía no le hi zo m uc ho bert Ricard y é l lo to ma d e u n do cu me nto de 1532, una car-
caso a la Ma lin c he, pero era u n personaj e m¡.ís o menos po- la d e los franci sca nos qu e dice: "Fray J ua n de ZlI m,í rraga,
sitivo puesto qu e estuvo de l lado d e Co rtés. En la h istor io- ca pilán desla conqu ista spiritual". La exp res ión, yo la uso
g ra fía d e l siglo XIX, dom inada por los li be rales, la Ma lin che m uch o, co mo todos usamos a veces las pala bras a l ave ntó n .
se vue lve el pro to ti po de la tra ido ra. El siglo xx va adquiri en- Pero no me gusta tanto po rqu e fra nca me n te la pa la bra "es-
do un a co ncepción más obj etiva , porque nos da mos ClI e nla p íri tu" no sé exacta me n te qu é qu ie re dec ir. De pe nde de
que e ra a bsurdo ex ig irl e un pa tri otismo mex ica a d Ol;a Ma- mu chos con tex tos fil osóficos, por 10 que no me parece muy
rina , qu e no e ra mcx ica y formaba par te de u n re in o so me- prec isa, y e n todo caso no creo que haya habido un a conqui s-
tido a los mex icas. w de los esp íritus de los ame rindios. Hay qu e habla r, aparte
I-Ia habido u na se ri e de re fl exiones filosóficas qu e han de la co n qu ista mili ta r, política, de una conq uista religio-
ll egado al extre mo de re tratarla co mo un p e rso m~je m ísti co sa , de u na im posición del cr istian ismo y ele una destr ucción

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Rodrigo Martínez Barats

vio le nta de las re ligiones loca les. Tocio esto, e fecti vame nte , genes ya no prohib iéndolo a la man era iconoclasta de los
ha)' qu e tenerlo Illuy preSCI1lc e n un conlcxlO tambié n pecu- franc isca nos, sino reguh'ind o lo y diciéndoles de p la no a los
liar ele los esp<ui oles que ve nían sa lie ndo de sig los d e convj· ind ios: "Usted es debe n ado rar a C risto, b Dios, qu e es co rn o
vencia con las reli gio nes Illusulmana y judía. el Sol, pero puede n ve ne ra r a la Vi rge n María, que es co-
¿Qué hu biera pasado si no hubiese habido ese rompim ien- m O la Luna, y p uede n ve ne rar ta m bié n a los sanLOs y a las
to de los cristianos cs paiioles co n losjudíos y los Ill us ulma- san tas, que son C0 l11 0 las estre ll as del c ielo". ESLO ya resu ltó
nes ibéricos? ¿l-Il lbi csc n admi tido las religio nes america nas? se r un c ristia n ismo mucho rn ~ís a mistoso pa ra los ind ios y es
La cató lica lúe un a imposició n muy bie n ace ptad a po r los e l qu e rea lmente quedó. Más rcc iCntc m e llle se hic ie ron in-
i ndios. La. conquista esjJirÜual de lVléxico ( 1933), de Ro ben ves ti gaciones so bre rebel iones indíge nas, qu e no e ran anti-
Rica rd, se detie ne e n 1570 y pico, cuando llega n losjes ui tas cristianas, si no a l contra rio, a m e n udo co m enza ban con la
y com ie n za la In qu isición co mo tr ibunal autó nomo. En u n a paric ió n d e u na virge n , co n la sup ues ta a pa rición de un a
siglo, e n dos sig los, hubo un proceso d e acep tació n d e l cr i s~ cruz. Hubo u na ve rdad era ace ptació n de l cristian ism o por
tianismo qu e es rá pi do si co nsid eramos, po r ejemplo, la ace p~ parte de los indi os.
tación del cristian ismo e ll Francia, que tardó dos, tres, ci nco
sig los. Rea lm e n te fue u na transició n rápida qu e merece qu e ¿ Cuál es el motivo dd enérgico IJredominio de la Teligión de los
b usqu e mos una ex plicació n. Los primeros lllomen LOS fu ero n vencedores sobre la de los vencidos? ¿Qué sobrevive dumnle el Vi-
pec uliares )1 d e ace p tació n , d esde Cozumel, Tabasco, Tlax~ rreinato del mundo indígena )1 en qué medida "lo az.teca" es una
ca la, Méx ico. Co rtés sie m p re les regalaba a los ind ios una creación del México inde/Jcndienlp y "lo indigena" una obra del
cru z, una imagen de la Vi rge n , y por lo ge ne ral estos s ílllb o~ nacionalismo mexicano del siglo xx?
los re li g iosos e ran muy bien rec ibidos por los in d ios, qu i e~
nes los veneraro n, Y los fra n cisca nos, mu y puristas, hac i¡:¡ Se ha reco nfigu rado la u nid ad ele aná lis is de l mundo m e-
1540 co me n zaron a preocupa rse por e l cristia nism o idolt'i ~ soa me ri ca no. Antes Mesoa mér-ica e ran só lo los lTI ex icas, pu es
tri co y m ariano d e los indios, y les insistiero n : "Dios no es ll egó Co n és y cayó I e noc h tillan . Pero h ubo un a g ra n refor-
ho mbre, Dios no es l11Lu e r, la Virge n María no es di osa. Dios mu lac ión que operó sobre todo.James Lockh a rt co n e l con-
es li no}' tambi é n es tres ... " ce pto de allépetl o "re in o", reinos qu e se vue lven "pu e bl o s"
Despu és vino ese o tro m ome n to qu e desen traji.ó Ed mll n ~ durante e l pe r io d o co lon ial. Seglll1 co nsid e ra é l, los altéPell
d o O'Go rm a n, en Destierro de sombras ( 1986), su libro sobre a h í eS laba n siempre, so m etidos a g ran des cam bi os. y fueron
la Vi rge n de Guad a lu pe. C uando en 1555 e l a rzo bispo pasa ndo d e los pe riod os de u nidad imperia l, com o la teo ti-
Montú f~¡ r, p refig u rando las co ncl usion es del Co ncil io ele huaca na, a pe ri odos d e d ispe rsió n, y a pe ri odos d e nu eva
Tre n to , co m enzó a reglamentar el cu lto indígena a las imíÍ- reco nnguración im pe ri a l, com o la d e Tu la a n uevos pe rio-

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Rodrigo Martíncz IJaracs

dos d e di spersió n , a nu evos periodos im periales, co mo e l OC Lavio Paz vio muy cla ra men te e n El laberinto de la soledad
te noc hca, )' d espués se adaptaron sin mayo res problemas a l ese pos te rior faCLor co n e l que co ncl uye e l siglo XIX. Al mi s-
imperio de Ca rl os V. mo ti e mpo que les dicen "tú ya no ere!! indio" a los indios,
De modo que lo que sí se man tie ne d el mund o indíge na e ll os qui ere n volver a ser indios. Los libe rales qui e re n ver a
es e l (f,ltéjJel~ pueblos que pe rdura ron a lo la rgo del pe ri odo todo el mundo parc::jo, co mo ciudadanos, y copiar más o
colonial con una muy Fue rte división entre la nobl eza indí- me nos e l mod e lo ¡armer estadounid ense, mientras que los
ge na y los mace hual es, que después se va desdibtuand o , de hislOriado res conse r vado res co mi e nzan a es tudiar a los in-
man e ra dife re ncial según las regiones y las circun sta ncias. dios en sí mismos precisa mente durante es te otro g ran pe-
Se co nserva esta forma co rpo ra tiva d el poder indígena e n ri odo de "il egitimidad",j un to a l pe riodo colon ia l, que fue
qu e los es patio les reconocen sus formas de gobie rno a la e l impe rio de Ma ximil iano. Enton ces aut.ores comoJoaquín
espa li ola, qu e so n cabi ldos o concejos o ayuntam ientos in- Carda Icazbalce ta , Fra n cisco Pim e n tel , José Fernando Ra-
dígenas co n go be rnador ind io , alca ld es y regidores indios y mírez y Manuel Orozco y Be rra publi ca n sus libros)' estudios
otros funcionari os que van a seguir hasta el ~ln a l del pe ri o- sobre los indios y sus le nguas. Son los prime ros inLentos d e
do colonial, reconocidos por las leyes espaiiolas. Es una I)(IX ve r a éstas como con formadas por "d ia lectos", ya no ll aman-
ltisfJ{mica. Los indios no se sienten indios durante LOdo ese d o dialectos a las lenguas, sino a las va riantes d e ntro d e las
pe riodo; se ma nti e ne ese patriotismo de l allépetl. No sólo le nguas indíge nas. Eso es 10 qu e hacen estos autores en la
no se sie nte n indios sino que no se sie nte n mi xtecos, zapo- década d e 1860.
tecos, tarascas, nahuas. No hay una ide ntidad é llli G I ni e n Y esa divisió n de los pue blos ind ios po r leng uas va a se r la
e l mundo pre hi sp;ini co ni e n elll1u ndo colonial : la ide nti- base para que en e l siglo XX los antropólogos co miencen a
dad es la del allé/Jell, y e l alié/JeLl es un pueblo co mpl<::jo con divid ir a los indios e n etnias. Hubo un fenóme no por el
varios barrios qu e puede n se r multi é tn icos. c ual los a ntropólogos les fu e ron di cie nd o a los indios: "O ye,
Cua ndo en e l siglo XIX a los indios les di cen: "Ya no eres tú eres zapoteca. Tú e res mixteco. Tt''¡ e res puré pecha" , e t-
un indio, eres ciudadano mexicano", comie nza el a taque ve r- cé tera, dándoles una ide ntidad qu e no habían te nido, que
dad ero contra esas co rporaciones, porque e ntran los mes ti- yo se pa, ni e n el pe ri odo prehispá n ico ni e n e l periodo co-
zos y los blancos y se acaba el gobie rno indíge na, se acaba lon ial, ni siquie ra d urante e l siglo XIX. Se crean e n e l XX
la autod e fc nsa d e los pueblos como corporaciones. Por e llo una se rie de deformacio nes inducidas e n la autoco ncie ncia
los indios co m ienzan a "rei ndige ni za rse", a querer re indi- indíge na. Sigue prese nte e l patriotismo del alié/Jell, pe ro ya
gen izarse e n e l siglo XIX, como di ce Leticia Reina. Enton- es tán in tervi n ie ndo esos nu evos ele me ntos de la perte ne n-
ces e ll os ya co mi e nzan a qu e rer se ntirse indios pa ra busca r cia a una etnia, o esa palabra a ntipática qu e usa n a veces los
esa fo rma d e autodefensa que son los pue blos d e indios. antropólogos, la "etnicidad".

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R()drigo Maníncz Baracs

Cua nd o ll ega la rcvuclla ncozapatista c n 1 99 ~1 y la d e- zapati stas, fuero n derrotados e n la Revo lució n mex ica na
pero nuevamente, una vez 111,15, se vuel ve n parte de la legi-
manda d c la a utono mía para los pucblos indios, cs la mc n-
tablc la po lilizació n dc una disc usió n quc sc dcbc de ver c n tim ació n de l nu evo Estado, una reserva intocable.
térmi nos obj ctivos, ¿Qué qu icrc dccir "pucblos indios"? Si
Tú has se'ñalado que la historia de Mesoamérica tiende a ser me-
"puc blos indios" quiere dccir "ctn ias ind ias", la a uto nomía
tlida por los esl}ecialistas con l)(lrámetl'Os distintos a los 'Usados co-
dc las etni as indias es pelig rosísima; es d ividir el tcrrito ri o
múnmente en la historia u.niversal? ~na.nscLL,.,.ida la IJrimera.
nacio nal scgún criterios é tni cos, un tcrriLOrio para los mi-
década del siglo XXI, ¿en qué estado sr (mcuenl.m la lúSloriograJía
xes, otro para los m ixtccos, otro para los triquis, ctcéte ra. Si
e n camb io e nte ndemos quc auto nomía de los puc blos in- mesoa1l1erica.na. ?
dios es au to no m ía de csas unida des po líticas, quc sabcmos
Los es tud ios qu e más han aV~ll1zaelo e n los li lLimos tre inta
q ue pod ían sc r Ill ulli é tnicas y en e l caso d c l México co n-
atiOS ele l siglo xx ye n los p rim e ros de l siglo XX I son preci-
te mpor;'l neo in cl uir tam bié n a los mcsti zos o a o tras gc ntcs,
sa men te los eswdi os so bre e l pasado pre hi spá ni co. Los ar-
e nton ccs la autono mía de los pueblos ind ios se vuelvc a lgo
queó logos no so lamen te ve n las pirám ides, sino todas las
acep ta ble y natural, pcro a l m ismo tiempo no solamen te un
formas d e vida ele la ge nte: ya sabe mos qu é co mían , de qu é
d e rech o de los indios. ¿Po r qu é sólo los indi os tendrían d e-
se e nfermaban , cuá ntos e ran ; pode mos sa ber mu c hísim o
rec ho a su auto no mía?
más ele la ge nte , las técni cas a rqu eológicas han mejorado
La Independe ncia lUvO csa peculiaridad d e quc no fue
considerable me nte e n e l se ntido biológico, físico. Por ejem-
u na revuelta me ramc n te crio ll a sino que tuvo al mc nos c n
plo , la T la ltecuhtJi qu e acaban d e saca r, la d ese nte rraron
su prime r mo me nto ese co mponente indígena, mcsti zo,
con las precaucio nes necesa rias para qu e no perdiera sus co-
muy impo rtante, pCl'O qu e fue derrotado cuando pre nd en
lores, mi en tras quc a la Coyolxa uhqui la saca ron demasiado
y matan a Hida lgo ya Marc ias. Pe ro ya nos he mos acos lUm-
rá pido y los perd ió, a unque d e todas maneras se pudiero n
brado al hec ho de qu e los der rotados son in co rpo rados po r
ubi car sus colores, incrustados e n las porosidades de la pie-
los ve ncedores yesos vencedores criollos incorporan a los
d ra volcáni ca, y aho ra co n rayos láse r los proyeClc'ln sobre la
ind ios COI'no parte d e su legitimidad. Nace e nto nces esa
idea de que e l México ind e pe ndi e ntc es una con t.inu ación image n y la vemos: "jAh, así era!" Es ma ravilloso.
Por o tro lado, esta ba la idea de qu e ¿co n qu é derecho
del Méx ico rne xica y que e n me dio es tán esos tres siglos de
estudi amos a los pre hi spán icos si solamente nos basamos
ilegitimidad, co mo lo d Uo Paz e n su pró logo a Qll.el.zalcóatl y
e n lo q ue escrib ie ro n lo espatio les. los cri stia nos ind ios o
C'llüdalujJe ( 1974), d e Jacques La raye. Lo mismo sucede en
los ind ios cristia ni zados? Es una críti ca más o me nos legíti-
la Revo lución mexica na y con e ll o, una pl e na co n tinuación
ma qu e se puede hace r contra cierta h istoriografía, aunque
de esa tradi ció n libe ral : aquí tambi én pues los indios, los
12 ~
122

Rod rigo Maníncz g"racs

los h islo ri adores cs ta mos acoslum brados a hace r la crítica V ha)l cosas qu c ojalá se avcriglie n . En un libro reci e nl.e
d e las fu e nlcs y ti IIsa rl as co n la prude ncia necesa ria. Pero so bre las primeras g ra nuít icas nahlla )' pllré pec ha, Asce n-
ade lTl.ls, sig uen salie ndo m uchísimas cosas de l fo ndo de la sión Hermí.ndez y Migue l Lcón-PortiJl ,\ d cstaca ron que la
tierra. Los frail es es paJio les hab ...:Í. n podido destruir mu c h ísi~ g ra n mayoría de las le ng uas indígenas mesoa meri ca nas son
mos códices p reh ispá n icos, pero no d eslru)le ron la cením ic¡t aglutina ntes. ¿De d ó nd e viene eso? Supon go qu e viene d e
que han estado encontrando los a rq ueólogos, pani c ul anncn~ q ue LOdos los se rcs h umanos a me ri ca nos pasa ron por el es-
te la ce rám ica maya de la época Clásica. Solamente quedaron trecho de Be ring, pe ro no he mos logrado ave rig uar de q ué
tres cód ices mayas; pero de cód ices so bre otros "soportes", le ng ua siberia na, paleosibe ri ana o asiil l.Í ca viene toda esa
co mo hoy se dice, so bre ce rá m ica, e n Ill ura les, b~vo rre l i e~ va ri edad d e le nguas amcrind ias.
ves, e n pied ra, ha n sa lido muc h ísimos ma teriales ll uevas qu e E im pera, por fo rtuna, la idca qu e mencio né al co mie nzo:
es w d iar. Ade más, ha n sido no ta bles los ava nces e n la cp i~ la del encue ntro d e dos ITw ndos, noció n q ue rescató Leó n-
g ra fía, a veces cuestio na bles, pc ro igual son p rogresos e n la Po rl.ill a cuando se es taban p re pa ra ndo las celebraciones de l
lec tu ra de la esc ritu ra maya y ta mbién e n la lec wra d e l le n- qu inlo cente na ri o de 1492 y q ue resu ltó muy importa nte
gu <~e picl.ográfico de los códi ces. para quita rn os ese complejo de inICrioridad. Siempre qu eda-
También fue Lockhan el q ue comenzó a enfatiza r qu e a rá la d udita de si "nos ga naron" e n la Co nqu ista po rq ue
nadi e se le ocurriría hacer histori a de los franceses sin sabe r SO IllOS inferiores, pobres ind itos buen os, víctimas d e los ma-
fra ncés o d e los in gleses sin sa be r inglés, po r lo q ue ya la los cspali oles codi ciosos y c rueles. Ya sa be mos q ue los me-
mayoría de los h isloriado res q ue estud ian so bre los indios soa me ricanos tambié n practicaban la g uerra y e ran crue les.
aprenden le ng ua mí. huatl , maya, mi xteca, pu ré pec ha, e tcé te- Pe ro esa idea del encue n tro de dos mun dos )1 la del desfase
ra. Hay un g ra n ava nce e n la lectu ra de los docu me ntos, eso tec nológico realm e nte nos pe rm iten e nten der mejo r e l Mé-
sí, documentos colo niales de los selioríos, de los pucblos in- xico pre hi sp~í. n ico y ta mbié n e l proceso de transfor maciones
d íge nas, pero q ue nos dan Ill uch a idea so bre la pe rso n a l i~ revolucionarias que es ta mos viviendo desde 1492 o 15 19 has-
dad , so bre las fo rm as d e vida pre h ispáni cas. Q ueda n cosas ta la fecha. Para m í, las sup ues tas revo luciones de I n d e p en~
pendi e n tes e n e l campo de la lingüísti ca: le ng uas de l no rte dencia o la Revo lución ITlex ica na sí ca mbiaron a lgu nas cosas,
de México que es tán desa pareciendo, ha bladas a hora po r pe ro no ta ntas co mo las tra nsformac ioncs p ro fundas que se
ci nco o di ez pe rso nas, q ue u rge ir él resca ta r, al me nos q ue di ero n él pa rti r de esa ve rd adera revo lución america na que
ha ble la ge nte de lante de un a cá mara. Ya des pués ve nd rá e l co me nzó e nto nces. Pe ro nos sig ue costa ndo trab(,v o in cor-
mo men to dc tra ta r de a nali zar esas leng uas, pero cuando m(,.... po ra r esa verdad , por lo q ue d ud o m ucho que e n 2019 va-
nos hay qu e g raba rl os d uran l.e ho ras y horas platican do, an- yamos a festejar co n m uc ho e ntusiasmo e l qu into cen te nario
tes de q ue se acabe n los habla n tes. Es algo urgentísimo. d e la Co n qu ista de México.

124 125
IV. Guilhem O livier: los falsos presagios

Autor de un li bro esplé ndi do, 7ez.catli/Joca. /3u1"las)' mela.11l01'·


fosis de un dios azleca ( 1997), qu e ilumi na -valga e l manido
co ntrasle- una parle osc ura d el panteó n aZleca, Guilh e m
O livier (MoJ1tpe ll ier, 1962) es un a I-¡g ura disLill guida de la
nueva ge ne ració n d e III cx icani stas franceses. Discípulo de
Michel Grauli ch , el biógrafo d e Moclczum a, y de Alfredo
López Au stin, e l sa bio e n la sOJl1bra de los estudios mesoa-
mcricanos, O livier t:jc mplifi ca va ri as de las ca racte rísticas
de los historiado res que e n el nu evo siglo se ocupan del Mé-
xico antig uo. Educados en la he re n cia poseslru clUralisla y
en su comba te al vi ~jo h uma nisIl1 o, e ncue ntran e n Mesoa-
mérica m ás un a Esparta que un a Ate nas. O livier des taca la
naturaleza ferozme nte militarista no sólo d e los aztecas, si-
no de los teo tihua ca nos y de los ma)/as, lo c ual mod ifi ca
favorable men te, ve rbi g racia, la image n d e Moctezuma: ni
rey co barde ni sup ersticioso iluso, sin o in fonun ado e mpe-
rador. Quiso pe ro no pudo, pese a in tentarlo, d errota r a
los invaso res. Decisió n a qu e lo h ab ría e mpl~jado , cue nta
O li vie r, Tezcatl ipoca. Tiene por fa lsos O li vier los presagios
qu e habrían asociado a Q uc tza lcóa tl co n Cortés y a los cs-
pailo les con dioses.
y es qu e el te mid o y des preciado poseslruclU ralismo ha
sido u n defensor Inás recio d e la beligerante a ULOnomía
cul tural mesoa merica na qu e e l mundo d e la toLLecá)'otl o d e

127
>
Guilhclll Olivier

los asu'ó logos mayas. En es ta o pe ración , h istoriadores co- mant:jado que los es p.uioles, y en particular Co rtés, represe n-
mo O li vier-clocLOr por la Uni ve rsidad de Toulouse e inves- taba n e l es píritu dd Re naci mi e nto, mi e ntras qu e los mex i-
tigado r de la UNAM- aflrma n sin taxativas que el sacrific io cas habían es tado inme rsos en un lllu nd6 mágico, co mo lo
hu mano fue e l motor del uni verso azteca. Ell o, también , probarían los presagios qu e les an un ciaro n su d errota.
tie ne su consec ue ncia paradójica: los sacrificios fueron ulla Los testimon ios d e esos presagios nos ll egaron e n fuentes
"comuni ó n" qu e , orga ni zada por una Igl es i a-Est~ldo , se pa- redacwdas después de la Co nquista, e laboraciones aposterio-
rcce más al sacrif-icio cristia no de la e ucaristía que a c ual- "lique han sido utili zadas pa rajusti fkar los acon teci m ie ntos.
qui e r fo rm a de ca nibalismo. Sacri fi car, nos rec ue rda O li vie r Eso es a lgo que nos e ncon tramos también e n la li te ra tu ra
e n un a rtíc ul o recie nte, es "hace r sagrad o",! Y por e ll o, e l a ntig ua; por eje mpl o, en las histo ri as de los ro ma nos. Tito
e mpe rador d e los aztecas e ra , simbó li ca me nte, e l p rim e r Li vio, T~lcito y otros más narran aco ntecimie ntos relevantes
sac rifi cado. e ntendidos como co nsec uenci a de presagios qu e los a nun-
Gui lh e m O livie !", qu e tiene aspecto de p4jaro, nos rec ibe ciaba n , co mo la fund ac ió n de Roma. También hubo p re-
e n la biblioteca del Instituto de In vestigaciones Histó ri cas sagios en e l lad o espa li ol. Los esp,llioles asegu ra n qu e e n
d e l a UNAM . va ri as ocasiones se les a pareció Sa ntiago en tre los co mba-
tie ntes: e n mo menlOS difíciles aparece el sa nto yeso espan-
ta a los indios qu e sale n hu ye nd o. Y e ntre los mex icas se
¿ Qué supersticiones, qué IJresagios, qué ideas se enfrentaron, en el di ce que algu nas de idades se aperso nan para a nunciar la
sentido Telibrioso, eSIJirilual, metafísico, entre los espaiioles j' elmu.n- derrota , e n particular Tezca tlipoca.
do mesoame,ica.no ? A mí me ha ll a mado muc ho la a ten ción la presencia e n-
lre las hu estes de Cortés de un perso n~je muy peculiar qu e
Las co ncepcio nes del mu ndo de los esp<lIioles y los mesoa- se ll ama Bias BOle llo, qui e n había vivido e n Iw lia y a quien se
meri canos tiene n a la vez puntos de co nverge ncia y d ife re n- describe e n las fue ntes co mo un ad ivino a qui e n Cortés le
cias profundas. Las diferencias o bviamente rad ican e n e l hacía mucho caso, sobre lodo durante la Noche Triste , cllan-
monoteísmo de los espalioles, e n su cree nc ia e n un solo do los espa ñoles se e ncuen tran rodeados y a p lin to d e se r
d ios, mi e ntras que los mexicas eran politeístas. Pero e n cuan- an iquilados por los mex icas. Varias fllentes fid edi g nas ase-
to a las supu estas supe rsticio nes que se atribu)'en a los indios g ura n que Bias Bote ll o dictó la fec ha y la h o ra precisas para
y que habría n sido una d e las cau sas d e la d e rro ta , se ha escapar de la ciudad. Tambi é n e ntre los es pañ oles impe raba
lo que para noso t.ros se ría irracional.
1 Guil hem O livier, "Sacrificio humano, mito)' pode r entre los mex i-
cas", l.e/ras Libres, Mé xico, c n el"O de 20 10.

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Guilhem Olivie r

Suele tlecirsI! que la sociedad azleca, coleclivista, era aJena a la no- hígado )' era el equilibrio e ntre esas tres e ntidades anímicas
ción de individuo, mientras que el mundo, ya fuera nmacelllista o
\ el dete rminante para que un a pe rso na tuvi e ra buena salu d o
medieval, de los conquistadores estaba basado en la salvación indi- se enfermara. Y aparte había tambi én eSa noció n del doble
vidual de cada alma. "Cómo se IJroduce, en tu ojJinión, ese choque? a nimal , cuya vida corría paralelamenLc a la vida del indivi-
duo, y cada vez que le sucedía a igo al ani mal le sucedía ,",,'1m-
Los cristianos posee n una con cepción de l alma individ ual bié n a la perso na. Esas mismas entidades a nímicas estaban
que , oLOrgada por Dios, se rá el fundam e nto de un indi vi- relac io nadas con de idades, con la familia , co n secto res socia-
du a lismo qu e irá crecie ndo e n la é poca de l Re nacimi e n to. les; es decir, ex istía una interdepende ncia entre lo que noso-
y d e l lado d e los indígenas, en e fe cto, impera lo colec ti- tros llamaríamos la noció n d e perso na y la de colectividad .
vo so bre 10 individual. Por <;.je m p lo, una perso na, por sus
tra nsgres iones, por sus actos, p uede suscitar qu e su bllllilia En cuanto a La factura r¡ue se les I}({sa. a. lo.\' aztecas lJOr haber C(f:111*
se enferme. Un acto qu e nosotros co nsidera ríamos co mo ciclo di! nación JI de nacionaUs'lllo, ¿ coincididas en u.no de los tójJi-
ind ividual pllede te ner co nsecue ncias a ni vel colect.ivo, in- cos de la. hislo17.'a de la Conquista, 'fUf: dice que son los indios los que
cluso pa ra un pue blo e nte ro: si el rey ac túa mal , e ll o puede se conquistamn a sí mismos al aliane a Cortés cont'ra los 11Iexicas?
dese ncad ena r consec uencias ne rastas para todo su pueblo.
Pe ro e n los ú ltimos alios, la noción de persona, tanl.O pa ra La Mesoamé ri ca de la é poca del contacto es tá co mpuesta
Mesoa mé rica como para O ccidente , h ~l sido es tudi ada e n por mu chos pueblos que habla n muy diversas le nguas. El
Lé nninos di stintos a esa dicotomía entre cue rpo y alma. Des- imperio mexica es un imperio reciente: ti e ne en t.on ces un
de San Pablo e nconLramos un a visión tripartita: el hombre siglo , un poq ui to m,ls, y carece de ple na unidad política
es t~i formad o de espíritu , alma y cuerpo. Después, Sa nto To- au n en e l centro de México. T laxca la sigue siendo el ejemplo
más de Aquino nos va a deci r que el espíriLu y e l alma son más notable; esul basL.:l' Ilte ce rca del co razón del imperio pe-
la misma cosa. Luego aparecerá el ángel g uardi ~ln qu e cada ro goza d e autonomía. Co rtés, e n es te as pecto, sí es un a
uno te ndríamos, y a parte también un d ia blo pe rso na l que persona basta nte mod e rna , con te mporánea de Maquiavelo:
tamb ié n ex iste. Lu chan e l ángel g ua rdi án y el diablo , lo cual se da cuenta de ma ne ra mu y rá pida de esas divi siones inter-
co m pl ica t.odo. nas. A través de la Ma linche y de Geró nim o de Aguilar, des-
Los t.rab(~os de Alfredo López Aus tin , en e l aspec to me- de que ll ega a la zo na de los LOtonacos de Ce mpoala, e ntie nde
soamerica no, nos ofrece n un a co nce pción de la persona q ue es tá n peleados e nt.re e ll os. Se aprovec ha al máximo
sum ame nte compl <:ja: él nos dice qu e los mesoa mericanos d e esas dife rencias para jun ta r un c.: jército e nor me que ex-
pensa ban qu e cada individuo tenía tres entidades anímicas, plica q ue haya podido LOmar un a ciudad de l ta maii.o de
o tres a lm as: una en la ca beza, o tra en el corazón , o tra e n el Tenoc htit.lan. Y después, para la con quisii de zo nas co mo

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Gui!hcl11 Olivier

Guatema la , Mi c hoacá n, las zo nas se pte ntriona les, no olvi- im<lgenes de C risto y d e la Virgen, ex cluye ndo a las deida-
d e mos que los c:jérciLOs de los conquisl.:'ldores estaba n co n- des nativas. Yo creo que a los III cx icas les hubi e ra parecido
formados en m ~ís del 80 por cie nto po r al iados indíge nas. muy bien una co nvive nc ia de las illl,ígetl cs e n algú n te mplo
El te ma d e los a li ados se está u-abajando todavía e r\lre los especial ded icado a los crisLÍanos. Pe ro qu izá fu e el po li teís-
hi sLOriadOl-es: no se les mencionaba en e l siglo XVI, para mo de los aZlceas lo que los hi zo re belarse.
resa llar el he roís mo de los conquistadores.
¿ Qué lugar le das --/JOrque en esto hay 1ItucJw IJolémiw entre lisie-
El liPo de dominación !Jolitica. que habia en el mundo mesoamel'i- dt!S los erudilos- al sacrificio humano UI. la ela/m final del mundo
cano antes dI! la llegada de los eS/Ja11,0Ies se !Jrestaba a que 10.5 !IIle- azlera ?
blos tributarios S/1 !Jasaran al tdért:ilo de los vencedores. ¿lis cierto lo
que dicen algunos hisLorirulores de qve no m/J/'esentaba l1Ul)'Or C011/.- El sacrifi c io hum ano file u tili zado co mo p retexto paraj us-
!Jlicación ull.igiosa, Imm los lIaxwltecas, alim·~'e con Corté.\'? ¿ Qué tin car la Co nqu ista. Co n és le escribe a Ca rl os V: "Es qu e
tanto !Jcrcibian los mesoamericanos anlia.zlecas, !Jor así. Ua:lIUl'''¡oS, los ind ios todos so n sodomi tas, co me n ca rn e hum ana y sa~
la diferencia 1'eligiosa entre .\ 'tl ul'l/.ndo y el de los conquist.adores es- cri fi ca n a sus p rój imos". Ése es un leitmotiv e n la lite nllUrct
lJa"1iol.es? ¿ O sólo lo percibiemn a la hora de la denvta? pro hi spana: la Co nqu ista co mo remedi o a los sac ri fic ios
h u manos. Y te ne mos ta mbi é n otra co rrie n te , op ues ta , qu e
En un primer mo me nto , COrLés fue muy cau te loso, pa ra no prete nde que fucron los esp"Hioles qui e nes inve ntaron esa
chocar co n las pnk ticas in dígenas. Después d e la Noche Tris- idea del sac rificio hum a no, qu e los mesoam ericanos nu nca
te va n a co nq ui star u na zo na rebelde, al rededor de T laxca- h icieron tales prácticas, y qu e si bien ex iste n a lg u nas imáge-
la. Allí, en Tc peaca, los ali ados sac rifica n a los vencidos y nes son metafó ri cas, pero que e n la práctica n u nca suced ió
Canés d ice que lo lamenta mucho pero no podía prohibirles y que fu e un a calum nia esgri mida po r los es paJioles pa ra
segu ir S LlS cos lUlllbres. El choque re li gioso y la im posición j ustifi car su e mpresa.
del Dios cristiano es u na segu nda e tapa del proceso, au n- Te ne mos trabl~os exce pcio nales d e a ntropó logos físicos,
qu e alg unos h istoriado res c reen que el hec ho de de rroca r qu e a pa rtir de restos óseos puede n detc rmin ar el tipo de
a los ído los, tira r las estatuas de los d ioses en e l Te m p lo mu erte, probando, por ej e m p lo, la ca rdi ectomíll , es decir,
Mayo r, rue un o de los motivos de la re bel ió n de Te nocluitlan la extracción de l co razó n, a partir de h ue ll as que producen
tras un perio do de oc ho meses de cogobierno e n tre Mocte- los instrum en tos que uloi li zaro n pa ra rea liza r esos sac rificios.
zu ma y Co rtés, q ue parecía fu ncio nar basta nte bien. Tam- Se puede af"i rmar cO l1lund e ntement.e que esas prácticas sa~
poco se ha eSlUd iado m ucho ese mom ento en que Co nés cr ificiales ex istieron. Uno de los ejemplos m¡:Ís antiguos es-
dec id e te rmi na r con e l culto a I-Iu itzilopochtl i e impon e r liÍ e n la zo na de Puebla en las cuevas de ~xca tl á n que so n

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C ui lhclll Olivier

de 5000, 6000 an tes de Cristo. Hay o tros ej e mpl os e n las zo- te n ía mos niri os pa ra pe rso n ifi ca r a los Llaloques, los di oses
nas o lm cca, maya y tcolih uaca na. Ta mbi é n está registrado de la lluvia, jóvenes de gra n be ll eza q ue e ra n los rep rese n-
e l incre me n to de las prácticas sacrificiales e n víspe ras de la ta ntes de l d ios de l fuego, o de Tezca tli poca, e l d ios del des-
Conquista: hay testim o ni os e n las fu en tes esc ritas qu e nos Li no, o u na a ncia na qu e e ra la re prese n t~lIl te d e la d iosa de
d ice n qu e fu e ro n los mex icas qui e nes in ve nta ron la prác- la Li e r ra. ¿Po r qué pe rsoniFI ca ba n a los di oses? Po rque los
tica sacrifici a l y o bli bra ron a sus provincias co nqui stadas a d ioses nace n y mu e re n de mane ra cícl ica, y e n e1mo rn enlO
reali zar sac rifi cios. Pe ro los testim o ni os arqueológicos. in- de la m ue rte el sacri fic io les propo rciona una nueva e nergía
sisto , son co ntund entes: de bctio de la pirámide d el templo pa ra renacer. Había qu e pe rso ni fica r a los di oses, maLarias
de Q uctzalcóat] e n Teolihu aca n se han e nco ntra ron 137 per- y de ahí propicia r su re naci mi e nlo.
son as co n las Inall OS alad as y co n signos evidentes d e habe r Pe ro qui sie ra reco rd a r qu e e n la re li gió n cri stia n a e l
sido sacrifi cadas; más rec ie n tem e nte, e n la p irámide de la sacrificio es ta mbié n un e le m e n to ce nlral: el sac ri fic io d e
Luna, se e nco ntró a o tros 37 sacrifi cados; en la zo na maya , Cri sto es o bvia me nte la he re nc ia d e toda un a lradi ció n
tambi é n e n la é poca Clás ica , hay prue bas arque ológicas a l sac rifi cial qu e te ne m os e n e l Me di o O ri e nte, qu e ex istía
res peclo. la mbié n e n tre los g riegos, entre los romanos, e n fin . Ob-
Esa idea de qu e Teotihuaca n o los mayas clásicos e ran vi am e nte, en el caso d e los c ri sti a nos, e l sacrificio de C ris-
sociedades leoc rá ti cas dedi cadas a observar las eslre llas, co- to se supon e qu e es e l últim o, pues co n é l se da la red e n ció n
mo se man ej ó hasla los aii os sese nu1. y se ten ta , ya no se sostie- de la hum a nidad.
ne. Te ne mos ahora un co-nlinumn de las p rác ti cas sacrifi cia les
desd e el Precléís ico has La la llegada d e los espa ri oles. Es di- ¿ y sobre la. idea de que el azteca Juera un Estado caníbal?
fícil d e le rrninar si sacrifi caba n más e n tal o cua l é poca po r
fa lw d e docum e nLa ció n. Mi chae l Harn e r p rete nd ía q ue e l sacrificio humano se rea-
El acto sacrifi cial es motor, es fundador e n los procesos li za ba porque había una gra n ra lta d e proteín a e n la di e ta
de creació n , y po r lo mi smo los dioses necesitan del sacrifi- mesoamericana. Eso es tota lme nle f~ll so . Si bi e n e l consum o
cio d e la ge nte , e n prime r lugar, para a lime ntarse. Hay qu e de víctimas h um anas es tá co mpro bado tan to por los antro-
d islin gu ir dos categorías d e sacrificados: los prision eros d e pólogos físicos como por las fue ntes esc ritas e iconográfi-
guer ra , qu e e ran la comida de los d ioses, y d espués o lras cas, e n rea lidad lo qu e se comía n e ran pequelias parles del
perso nas d e d ive rsas categorías sociales y edades, d esde ni- cue rpo de la víclima, comida qu e era compartida entre va ri as
ños a ancia nas, esclavos e n su mayoría, m uchas veces proce- pe rsonas. Incluso le ne mos recetas e n la o bra de Sahag ún ,
d e nles de las mismas co munidades. Esos sac rifi cados e ra n como la de l famoso /)ozo[e q ue nos describe n los info rman-
imáge n es d e los di oses, pe rsonificaban a las de idades; a h í tes, qu e conte nía peda zos de car ne hUI11J.pa; pe ro yo c reo

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Guil hcm Olivier

que e l va lo r nulriLivo d e esa comicia excep cio nal e ra insig- bía ma ne ra de \/encer a los cspa li olcs, y prefirió o ptar por
nifl o llllc . Era u n aCLO ri tual que se asemejaba más él una ot ras estrategias.
comuni ó n qu e a un ba nquete caníbal. La f~l m osa mata nza de C h o lu la o la' m él La n za de la fi es ta
d e TóxcaLi e n e l Templo Mayor so n d os momentos clave en
Cada historiador di: la Conqui.~ l.a tiene su Moclez:ullw, ¿cuál es eL la Co nq u ista y se han inte rpretado a me n udo C0l110 u ll a
luyo? prue ba de la cru e ldad gratu ita d e Conés, quien ll ega a eho-
lula, se e nte ra d e un su puesto co mplot y aprovec ha para
¿C uál rue la actiwd de Moctez um<l a la ll egada de los espa- hacer u na des tr ucció n , u na m asacre. Po r las desc ripciones
li o les? Sic m p re se ha co mparado con la d e C uauhté m oc. ele las fu en tes, Las Casas, por ej e mp lo, da la impresió n de
Hay una imagcn muy contrastan te entre e l vende pa trias que los indios iban a hí COI1 sus m a ntitas, casi e ncuerados ,
que sería Moctcz ul1la , porqu e e ra extre madam e nte re li gio- y qu e los ma taron co mo si fu eran bo rregos. Esa im agen del
so y creyó qu e Q ue tzal cóatl había regresado y e ntregó su indio ine rm e -"po breciLOs, y los viniero n a matar y e ll os no
impc ri o, y del ot.ro lad o Cuau hté m oc, que rep resellla e l na- se d efe nd ían"- es muy d e los frai les y se e labora d esp ués d e
ciona lismo Il1cxi ca , quien hasta sus últim as co nsecue ncias la Co nqui sta. Cuando uno conoce el poder de los ejérciLOs
peleó contra los espa¡io les, incluso él costa d e qu e se d estru- d e la Tripl e Alianza, se puede dudar un poco d e esa imagen:
yera toda su ciudad y muri e ra toda su ge n te. Por ejemplo, los mex icas o bviamente se sa bían d e fe nder. Sí hubo u n in -
no suel e darse e l no mbre d e Moctezuma a un n iIio aquí e n ten to d e aca bar co n los espaiio les en C ho lula, u na ten ta ti va
Méx ico, mi e ntras que Cua uhté m oc es un no mbre pro pi o d e aprovechar un espacio ce rrado donde los Guio nes y los
mu y po pu lar; es u n nombre común . caball os no pod ían interve n ir d e m a ne ra ta n e fi caz co mo en
Est,í el Monlezmna ( 1994), d e Michel Grau lic h, biografía u n terreno raso. Yeso se re pi tió durante la fi esta de Tóxcatl
bastal1Le seria y d oc umentada, que m od ifi ca esa visió n ne- e n Tenochtitla n, cuando ocurrió la f~lI11 osa matan za d e Pe-
ga ti va qu e ten íamos d e Mocte zum a y d esgraciadame n te no dro d e AJvarado, otro in te n to dc ap rovec ha r q ue Cortés es-
es tá traducida a l es p ~lIi o l. Grauli ch presenta d e un a mane ra ta ba fu e ra d e la ciudad; se ha bía ido a pe lear co ntra Na rváez
noved osa al tlatoan i d icie ndo que antes de la ll egada de los y e l grupo de es p¡:uio lcs cra m ~ls chico. Y u no de los elemen-
cspa ,i oles hab ía habido un in ten to de hacer reformas po lí- tos qu e co mpru e ban esa teo ría es que a l mi sm o ti e mpo tra-
ti cas, administrati vas pa ra darl e más co hes ión al impe ri o. Y ta n d e matar a los es p¡;ui o lcs que se qu edaron e n Ve racruz.
que, ad e m ás, e n el mo m e n t.o de la Conqu ista se d io cue nta , Entonces, b ~j o es ta ó ptica, se puede ve r a Ull Moc tez um a
porq ue estaba muy bien informado d e todos los movimi e n- m ás bien pragm ático y qu e inte ntó ap rovecha r al g unos 1110-
tos d e Co rtés y de sus batallas y po r la derrota d e un ejército m e ntas de d e bilidad de los espaiio les para acabar co n el los.
tan fu erte co m o e l de Tlax ca la, que e n te r reno raso no ha- Yah í la imagcn d e ven d e patrias se dcsval ece un poco.

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$

Cui lhem Ol ivier

l hmbién IUt tenido '//lucho IJeso La idea de que los 'I1lexiclIs estaban fi co como e n sus fun cion es. Es decir, que a l final de este
amarrados de manos ¡Jorque creian que la llegada de los eS/Jaiioles ciclo, norma lmente, e l qu e iba a rcgre~a r y a tomar e l lugar
coincidía con el 11!greso Invfttiuulo de Quetzalcóatl. Tú eres el gran de l dios qu e es taba ri g ie ndo e ra QuclZa1cóatl. y aparte de
eS/Jedalisla de Tezcallipoca. jJe1V en este caso le !Jedi1ia que nos ha- que la fecha de llega.da de los eSl~aiioJ es coincide en el cal el~­
blaras de su enemigo Queualcóatl)l en qué medida crees en los Jamo- dario prehispán ico, I-Cal; a (Ce Acali ) es e l nombre cale nda-
sos presagios. rico de Quetza1cóatl. Esos ele me ntos pued en explicar a nivel
de miLOS cosmogó n icos que la ll egada d e los espalioles haya
Ha hec ho co rrer mucha tinta e l ÜU110S0 regreso d e Q uetzal- sido interpretada co mo e l regreso de Que tzalcóatl. Es d ecir
cóa Ll . Según a lg u nos autores, eso habría sido un in ve nto d e que es taba en la naturaleza de los ciclos cósmi cos pensar qu e
Co rtés, en una de las Cartas de Telación, me ntira que le pe r- regresa ba Quetzalcóa tl.
mitía d eci r qu e Moctezuma le había e ntregado su re in o. Y
tenemos dos discu rsos de Moctezuma: un o, cuando se e n- ¿ y aquello de que los azlecas creyeron dioses a los esjmll.oles?
cuen tra n po r prim e ra vez, y o tro, m<ls tarde, c uando e l tla-
LO<ln i le dij o a Cortés a través de la Malinche que é l }' su Alg u nos testimonios ta nto entre las fue ll tes espaii.olas co-
gente, los propios aztecas, e ra n adve nedi zos e n esas tie rras , mo e n las indíge nas nos di ce n que a los es pafi.oles se les
y que un gnll1 seii.o r les había dado el imperio y que ese desig nó co mo tetéot~ es d ec il~ utili za nd o el plu ral de Léotl,
seiior se ha bía ido, y que les había di cho que alg ún día re- "dioses" . De allí provie ne la idea de qu e los mexicas, los
gresa ría po r el rumbo d e d o nd e venía n los es palioles. indios e n ge ne ral, se qu edaron pas mados frente a los con-
Sabemos qu e cuando llega Co rtés a Méx ico no ti ene el po- qui stadores. El te ma es compli cado. En prime r término, la
de rjurídi co para realií'.ar la Co nqui sta. Diego Ve lázqu ez, de traducción de la palabra azteca léotl po r "dios". Tene mos
hecho , le va a armar un ple ito po r ese motivo. Enton ces, a que to mar e n cue nl.:1. qu e la palabra léotl tenía un cam po
nivel jurídi co , ese in ve n to le permitiría justifica r tambi é n la se mánti co mucho más a mpli o qu e la palabra "d ios" e n es-
Co nqu ista. Pe ro e n los mitos mesoameri ca nos tenemos una paliol ; es decir qu e Mol! es un califica tivo que se puede apli-
idea de l ti e ll1po que es bastante importante: la idea de los car a todo lo maravilloso, a algo fuera de lo co mún. Tambié n
ciclos. Cada uno de esos ciclos es tá domin ado po r una dei- es un términ o que se uti liza para des ignar e l color n eg ro.
dad , d esde e l principio, y esas de idades que se alte rnan y se No cabe duda qu e ve r ll egar ge nte co n co razas de fierro }'
pelean e nlre e ll as son Tezca tlipoca y Q uetzalcóaLl . En el sobre caball os y demás e ra cosa exce pciona l: era n leléotl,
momento e n que ll egan los espafi.oles esta mos en la é poca gente fu e ra de lo co mún. Que rue ran inmortales como di o-
del sol de Tezcatlipoca, que se identifica co n HuilZilopoc h- ses es otro tema. De hecho sabe mos que después de ca ptu-
tli : a mbas deidades so n muy cercanas ta n to a ni ve l ico nográ- rar a un espaiiol , le pusie ro n la cabeza ·'&¡ el agua para ver

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ClIilhcrn O li\'icr

qu é pasa ba con é l, con el ,'esu ltado qu e lin o p ued e imag i. y la Malinche, ¿seria olra advctU:diza. ?
na .. : se di e ron ClI e nta mu y ráp idame nte que e ran mortal es
como ellos. La iclca de que lo s cons ideraba n se res sob re na- El d iscurso sobre e ll a ha ca mbiado lllucI{o. Hasta la Indepen~
tural es n o se sos ti e ne. AJ pri n cipio sí se prcgulllaro ll , por cie ncia de Méx ico no era val o rada , y a pani r de e nton ces se
t:jc mplo, qué comía n e ll os, y hay U Il fragmento de una eró- vuelve el modelo de la mujer que se ve nd ió a los enem igos.
n iGI q ue di ce q ue se les o fi-cció carne de gente sacrificada Me ac uerdo e n pa rticular d e una h istoriadora es ta d ou n i ~
pa ra ver si les g ustaba y no les g ustó. Eso es un ami lisis que dense que la describe de una ma ne ra bastante peyo rati va
hace Cla ude Lcvi-S trauss: los in d ios se pregun ta ban q ué li- dicie ndo que como ml~j c r indíge na estaba Illu y cerca na a
pa de cue rpo te nían los cs pa i~l o l cs y éstos qué lipo de alma los anim ales, pues pa ra e ll a el conce plO de virginidad no
te nían los in d ios. ex istía y que po r eso se podíaju ntar co n Cortés. So n o bser~
vacio nes de un racis mo profundo y ta mbi é n misógi no , q ue
¿PadrEas insistir en la condición de advenedizos de la q'lle al/mm- co mbi na n e l desprecio por el indígena con el desp recio
cer !Ht1su'mfa.n los azlecas? por la m uj e r.
La Ma lin che no te nía, de nin g una man e ra , una perte-
Los me xicas obviamente eran gente recién ll egada y se a pl"O- ne ncia nacional. Era una perso na qu e hab laba náh ua tl de
piaron de un luga r, de un imperio. diciendo que rec upe ra- orige n ; a llí las versiones so n d istimas; qu e si la ven d ieron
ban la he rencia tolteca. En Mesoa mérica, a di fe rencia de la mercaderes o sus prop ios parie mcs, o por q ué se e n con tra~
tradició n e uro pea e n hl q ue un o se vanagloria d e pene- ba en un área maya y por eso co nocía clmaya. Ella no tic ne
nece r- a un lugar y de se r autóctono, en e l pe nsam iento ide ntidad, y si se e ncue n tra con Canés se queda con Cor~
rn esoamerica no , al co ntrario: los a utóctonos son los d é b i ~ tés. Traicio nó a su pue blo, pero ¿cuál era el pueblo de esta
les, los que so n as im ilados co mo mluc res, como agric ulto- muje r? No tenía u n pueblo m uy d e fin ido. So n increíbl es
res, y los q ue va n a ven ce r son los extranjeros, los qu e viene n sus habil idades a nivell ingiHsLico: sabe n<íhuatl, sabe maya ,
de fuera pe ro que son va lie ntes}' se apode ra n de las rique- pero u no tiene q ue reco rda r que e l ná hu atl que el la ha bla
zas de los <l Ulócto nos. Los mexicas no hace n sino cum pli r es segura me n te m uy d isti n to de l ná hua tl de Te noc htitlan.
co n un mode lo ideológico qu e es an tiguo y mu y d ifu ndi do. Ade más, e n la co rte de Moctezllma no se ha bla ba el mismo
Es o tra la d isc usión necesar ia pa ra saber si los az tecas ve~ náh uatl qu e e n la call e o e n un p ueblo; e ra un ná huatl muy
nía n de Lan lejos co mo e ll os d ecía n o si reco nstruyeron su re fin ado. Igua l co n cI maya: e ll a conoce un maya de la zo na
hi storia , y cómo lo h icieron. El caso es que los mexicas no de Cam peche, pero ya desp ués, cua nd o acompaii.a a Co rtés
se sie n Len ave rgon zados de su pasado de pobres mig rames a Las H ibue ras, all á e n H ond uras , va a habla r co n ge nte
que ll egan. maya de al hí, qu e es o tro tipo de maya; i r~lso los li ng('¡istas

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actuales sl.Ib ra)'a n la dificultad que ti en en para e nte nd erse V. Eduardo Matos Moctezuma y las paradojas
e n Lrc ellos. Apanc d e sabe r esos idiomas, rá pida mente apren- del aztequ ismo
dió es palio l, incluso las varia ntes lin g üísticas.
Se di o un proceso rasci llante a nivel de cOllluni cación . Por
ejemplo, cua ncl o se enc uen tran e n la zo na de Veracruz con
los to lonacos: ¿có mo se comunicaron , co n cuántos ca mbios
d e idi o m as? De españo l a l maya co n Agui jar, co n la Ma lin- Entre las g rand es h isto r ias d e la arqueología mundial está
che, q ue sabía maya y mihuaLl, pero co n los LOtonacos, ¿có- la qu e se ini cia la m adrugada de l 2 1 de fe bre ro de 1978
mo se hacía? Los to to nacos tenía n ge nte conocedora d el cuand o trab',D adores d e la Co mpa liía d e Lu z y Fuerza del
míh uatl, e n t.o nces pasaba n al ná hua tl con la Ma li nc h e y des- Ce ntro , rea li za ndo ta reas d e cab leado eléctri co, se topan co n
p ués e ll os mi smos trad ucían a l tOLOnaCQ. ¿Te imag inas la u n a p ie dra esc u lpida q ue res u lta se r la Coyo lxa u hq u i. A
cantidad de traducciones, tra icio n es, qu e se podían dar e n sólo u nos pasos de! Zóca lo y a escasos d os metros del n ive l
ese tipo de diü logo? d e la ca ll e d e G uate mala yacía la h e r ma n a d e I-I ui t z ilo ~
Es difíci l im agin a r esas co n ve rsac iones, pero sabe m os pochlli e hija de Coatlicll e. Lo cll en ta e l pro pio Edu ardo
qu e la Ma lin ch e fue una pi e7..a clave en e l éx ito de Cortés Matos Moctezu ma (c iudad d e Méx ico, 1940) e n LasjJiedras
pa ra en te nder todas esas ene m istad es m esoa m e ri ca nas. Es negadas. De la Coallicue al TemjJlo M a)'or ( 1997), u n o de los
un p e rso naj e exce pcional d e la h istoria d e la Con quisla, libros d e l arqueólogo m ex ica no qui e n es e! fundador y
para b ien o para mal , y ti e n e un pape l clave qu e se re fl eja a pro tagon ista d e l proyecto, vige nte , d e l Templo Mayor. Le
la p e rfecc ió n e n las cró ni cas indíge nas y en las im áge n es tocó a Malos Moctezum a e nrre ntar aquella po lé mi ca d c~
de la Con qui sta. Por eje mplo , en el Lienzo de Tlaxcala o e n sa tada po r la Coyo lxa uhqui d e fin es d e los alias se tenta y
e l Códice l'lorenüno, sie mpre a pareceju nto a Co rtés y a veces qu e d ivid ió a la o p ini ón pública entre h is panófi los y az-
h asta de mayor tamalio qu e é l. Ell a era la inte rlocu to ra. Es teq u istas - ll amémos les así- sobre có mo reco n figurar -reto
pro bab le que los Jl1cxi cas vie ran a Cortés y a la Ma lin ch e arqueológico, a rq u itectó n ico e h istórico- e l lugar exacto del
como u n a fi g ura política b ipo lar, eq u ival e n te a la q ue e ll os nac im ie n to d e Méx ico , el sitio preciso del tra u ma de su na~
tenía n con e ltl atoa ni y el cilmacóaU, la "serpi e n te h e mb ra", cimien to.
q u e e ra como e! vi rrey, la segunda potestad del impe r io. Al fi n a l, no se d estruyó, C0 l11 0 alg unos temían, medio cen~
Qu izá fuero n u na pare:ia qu e co rrespon día un poco a esa tro co lo ni a l para res tau rar aqu e l Tem pl o Mayo r que He r-
image n del poder co n u n aspec to feme n ino y u n o m asc ul i ~ n á n Cortés arrasó en 152 1, sa bedor d e qu e ése y no o tro
n o. Bue n o, ta l vez sea sólo u na el ucubración. era, para los ven cidos, e l ombligo d el mu ndo. Lo que q u e~
da de! Te mp lo Mayo r, a u n cos tado de la Ca tedra l, es u na

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Edua rd o MalOS MoctCluma

cicuri z sin la cua l ya no reco noceríam os e l rostro d e la ciu- A Eduardo Matos Moctezuma [a n ta las cosas d e los dioses
d ad , el rostro d e la nació n . como las cosas d e la cie ncia lo po ne n de buen humor.
Bien conocid o por su bon homía, Matos Moctezu ma es
todo mcnos un pancgirista de lo azteca. Es un cien tíflco Olcos- ¿ Cómo I.razll1'Ías, cada. una IJor su lado, a Es/}(l1ia y a los jJlleblos
tu m brado al cquilibri o y bromea, co n indisc utible a utoridad , del Nueuo JWundo antes de la Conquista? ¿ Qué hacía tan distintos
sobre la f~llllla u rbana qu e rodea al Templo Ma yo r, pero a los pueblos 11lesO{Ufle,icanos del imlJmio eS/JlLiiol? ¿Algunas cosas
habla con mu chísim o res pe to del tlatoa ni Moctezum a, qui- los u.nía.n?
ó su tejano pa ri e nte, a qui e n, a dife re nc ia de muchos otros
h isto riadores, co nsid e ra la prin ci pa l autoridad rel ig iosa y Espaiia esta ba sali e ndo d e u na guerra muy d esgastan te con-
es piritua l d e los Jl1 cx icas, es d ecir, algu ie n qu e tomó las de- tra los moros. Las arcas habían qu edado un tan to vacías y se
cisiones q ue co nsideró más inspiradas. Na rra co n d e le ite, impo n ía la necesidad d e obte ne r e l oro para soste ner e l im-
Ma tos Moctczu ma , la Co nqui sta: se la sa be, pa labra po r pa- pe rio. Mesoamé ri ca, po r su pa rte, pasa ba por u n mom e n to
la bra, d c m c m o r ia, y se la ha con tado , prin cipal a u to ri dad d e apogeo: los mex icas estaban , a principios de! sig lo XVI,
inte rn aciona l d e nu estra arqucol ogía , a dos o tres mund os. en pl e na ex pan sió n . Moctezuma, qu e había as umido e l
La obra escrita d e Malos Moctezuma es ex tensa y va d esd e mando e n ] 502, había logrado, a l ig ua l que sus anteceso res,
los e ruditos Estudios 11Iexicas - publicados e n va ri os tomos ex pandir e l impe rio d e un a fo rma impresio nan te. Se da el
por El Colegio Nacio na l, al que perte nece d esd e 1993- has- e ncue ntro en tre ambas cul tu ras co n d ife rencias notorias e n
ta obras amp liam e nte divul ga das, a la vez co ncisas y ri cas, todos los as pec tos: e l siste m a económ ico, e! siste ma po lítico,
co m o 1enoc/tlitlan (2006) y La muerle enlTe los mexicas (20 IO), la relig ión d esd e luego. Esms ge ntes qu e vie ne n d e la m e t.ró-
por m e ncio nar sólo dos d e las más recien tes. po li, d e los ase ntami entos que se han dado ya e n el Ca ribe,
Matos Moctezum a ha oc upado el tránsi to entre los sig los e n La Espaiiola o en San to Do mingo, en C uba, ya tie nen el
xx y XXI, co mo a n tes qu e é l Leo poldo Batres rep rese ntó la pie en América, ti e nen sus propias formas d e pensa mi e nto
arqueología d e l Po diriato y Alfonso Caso y Manuel Ga mi o y de re pe nte se enc ue ntran co n un mundo totalmente aje-
(s u pri ncipa l insp iración ) la del esplendor d e l rég im e n d e no a e ll os. Voy a d ar un breve eje mpl o. En el aspecto econó-
la Revo luci ó n mex ica na. Él mi smo se concibe, qui zá, co mo la mico, los pueblos mesoamericanos te nían como ese ncia l e!
culmi naciólI d e aquel ciclo ini ciado el1 3 d e agosto d e 1790, siste m a tributario y basaban su economía e n tres as pectos
cuando se cumplían 269 aúos d e la caíd a d e Ten ochtitlan y fu ndamen tales. Uno, la agri cultura, la base, esa presenc ia
los tra b (~ad ores a l se rvicio d e l segundo conde de Revillagige- ag rícola re f1ejada en su temp lo principal d edi cado a T lá loc;
d o, virrey d c la Nueva Espaii a, d escubri eron la Coa tli cue y, y al lado tenían , segundo aspecto, e l templo principal dedi-
cuatro meses despu és, el Calenda ri o Azteca o Pi edra d el Sol. cado al dios sola r y d e la g ue rra, l-h.litz~po c htJi , es d ec ir,

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p

Eduardo Malos Moctezwna

símbo lo d e la im posición militar a otros g ru pos para ex i- Siempre se ha man ej ado en nu estra hi sto ri a: "Es que Moe-
g irles un tributo. El terce r aspec to era el come rcio. leZlI ma pe nsa ba qu e COrLés e ra Q uctzaJcóatl. qu e regresa ba
como en los miLOs", Yo creo qu e los di e'z prime ros minutos
En cuanto a la !lOlílica de alianzas que va ltljiendo Cortés camino pensó qu e sí se lI-alaba de Qucl.zalcóatl , pero al minuto on-
de "enoc!tlillan, ¿fe parece que exlHesa las habilidades del conq uis~ ce)'a se daba ClIe n ta d e que no e ra t.a l, porque si eS lás espe-
leU/DI; solamen/e, o indica la lHlsencia de la idea de nación entre los ra ndo que ve nga es le dios tan impo rtan te e n el panteón
'1IIesoamerim,nos y jJrefigura su derrota militar y 1"eligiosa? ¿t.:'I cier- l1l ex ica pues lo vas ti reci bi r de inmedi a to y no lo qui e res
lo aquello que Sf! Tt!/Jile de que los indios hicieron la Conquisla ? alejar co n obsequios: "Vele, te mando es to". Sa be mos qu e
ya e n su avance ha cia Te noclllitlan , Moctez um<l pone es-
C uando Co rtés ll ega a Veracruz, ca pta d e inmed ia to que cuad rones cerca de los volcanes para ataca rl o y pron to é l se
hay una d esavencncia de los pueblos cos teros, tOLOnacos, da cuenta de que no es un a d eidad la qu e reg resa, sin o qu e
co n el ce ntro, p rovocada prec isa me nte por ese siste ma tri- es ge nte de ca rn e y hu eso, y trata por to d os los medios de
butario. Lo prim ero qu e ha ce n es tos g rupos cos tc li os es a leja rlo.
qll c.:ja rse co n é l: "Oye. es que e l seli o r de a ll ~í atr;:l s de las
Ill ontalias nos tie ne so metid os". Y Co rtés, muy hábil , di ce: y hablando de la. estralf!gia.mililal': (J. lo la.1'f;o1'() de las {!I1/,revistas que
"No , tú ya no vas a paga r nada , tú )'a no ti e nes qu e pagar hemos tenido con arqueólogos e historiadores se insiste mucho, no sé
nada a Tenochtit.l an n i a l SCliOl- Moctezuma, sin o que )'0 tú. qué Ilienses, en qu.e a la !tora. de la gucrra la estrategia. se vio
ve ngo e n re prcse nLació n del rey de Espalia y yo te voy a determinadrt lJ01' una 110ción lol.almen/(! distinta de lo que cm fJe-
apoyar". Ca nés pone un pie firm e aquí en Méx ico y ma nd a lem: ¿ Qué diferencias encuentras en la estrategia mililm; entre las
e ncallar las naves - pues nun ca las quemó. Había desobede- conven.ciones de guel'ra de los eslJañoles y de los az.tecas? J\I1ás que las
cid o cie n Cls órde nes d e Diego Velázquez, go be rnad o r e n distintas armas, más que lo lr'cnológico, ¿fue determinante que
Cuba , y a lg unas de sus ge ntes te nían la inq u ie LLld de reg re- 'lUlO...\' IJe/eamn lJara malrtry o!.I'os Imm hacer IJ1iJionnvs?
sa rse, e ntonces é l e nca ll a es tas naves y, ahora sí que co mo
César, alea úu;/.a es!., aquí la suerte es tá echada, y va mos pa ra Fue ron dos los facLa res impo rtantes e n la co nce pción de
ade lante. Él quiere ir más a ll ~'i de los volca nes, hacia T'enoc h- cada grupo e n pu g na con sus prop ias id eas d e lo qu e era e l
titlan. Mo ctez ulll a comete un e rror, qui d e l p rim ero : es- combat.e. E. I mex ica iba, di gamos, e n co ntra de sus e nemi-
tando Co rtés e n Veracruz le e nvía obsequ ios, le e nvía un ~1 gos para ca ptura rl os vivos para e l sacrificio a sus dioses,
ca ntidad de obsequ ios de plum a ri a, de 0 1'0, de másca ras, e n a unque hab ía mu ertes, d esd e luego. E.sto marca una dife-
f-in , y es to lo (mi co qu e hace es aviva r mu cho más el inte rés, re nci a fundamental con e l co nce pto d e g uerra de ir a mata r
la cod ic ia po r e l oro. y mi e ntras más ma tas m uch o m t;jo r, q~ era e l concepto

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espa ño l. Debe n reco rda rse las famosas Guerras Floridas,
r Ed lLardo Matos Moclezuma

e n q ue moría. Impo rtaba mu cho el d estino del individu o


practicadas p recisa m en te con e l fin d e ca ptu rar e n em igos d es pués de la Illuene.
para el sacrifi cio. Al gue rrc ¡'o m ue rto en co mbate o G lplU ra-
d o y sacrifi cado e n ho no r d e HuilZil opochtl i se le d e paraba ¿File iYloclezuma el reo de las drcunstancias, el esclavo de la fata-
qui z,ís el m ejor luga r despu és d e la IllUCrle , que e ra aco lll - lidad religiosa, el anfitrión que cltmlJlt! con lcL.1i leyes de la hos¡Jilali-
pa ii:a r al Sol e n un a parte de su recorrido. Por o tro lado, dad pam salvar a su IJlleblo, o ttl 1ey cobanle que lJinlcuvn alg u.n os
esta ba tambi én e l as pecto tec nol ógico: aunqu e hubi e ra historiadores del siglo XIX?
ho nda s y ncc has, nada de eso podía ser tan m OrLífcro co-
mo e nfre ntarse a lo s a rcabu ces di sparados desd e larga clis- El Ll atoani nun ca supo qu e iba a provoca r m ás de no sé
ta nci a. cuántas ó pe ras que ll eva n su nombre o libros qu e le están
Hay que recordar qu e Cortés es capwrado en los combates d edi cados. No sé, e n ca mbio , si hay una ópe ra d edi cada a
por Tcnocht:i tlan )' ya se lo ll evaban para sacrifi carlo, pe ro Cuau h té moc. En cua n LO a có m o con cibo yo la fi gura d el
sus so ldad os se dan C lI Cllla, arreme te n y log ran rescatarl o . tlaLOani , de Moctezu ma: es impo rtante ve r e n é l a un pro-
Tanto el aspccLO ideológico como e l tecnológ ico juga ro n u n fun do conoced o r d e su re li g ió n, u n sace rd ote 1 ~lInilia rizado
papel impo nante, pero tambi é n acué rd ate d e qu e sie mpre co n los milOS, las cree ncias y aqu ell os símbo los aciagos que
se ha di cho: "Ah , ¿cómo que o choc ie ntos espaiioles conquis- lo hacen tem er: teme la caída d e s u imper io. Tanto MlI1ioz
taro n a mil es y mil es d e indíge nas?" No fu e ron ochocientos Camargo, co mo Sahagú n, e n fi n , hay varios cro nistas que
espaii.o1es o mil, sin o mi les y mil es de co nLinge ntes indíge- mencio nan cóm o van aparecie ndo LOda una se ri e d e signos.
nas co n los que Cortés co ntaba: cie n mil indígenas e nem i- Alg unos d e ellos creo que nun ca oc urri e ro n : son parte de
gos de Tenoch titla n que ve ían la oponunidad de libe rarse la fantasía popular; pe ro eS Lá el hec ho de qu e haya apareci-
d e l yugo m ex ica. d o el co m eLa y hay im ágenes en cód ices e n que el co m e ta
está sobre el palac io d e Moctcz uma. Ac ué rd a te qu e e l com e-
¿t.s l'orreclo lJensm· que la sociedad azteca era {qena a la noción de La e n Europa e n aqu e lla é poca causaba también to cla una
individuo mientras que el mundo católico se basa en· la. saLvación serie de trastorn os y temo res d e C]u e se iba a acabar el mun-
de l'ada aluw ? do. Esto siem pre es t~í muy a pegado a interpretaciones su-
pe rsticiosas; el come ta es inte rpretado como a lgo nefasto
En Mesoam é ri ca ig ua lm ente había una concepción impor- que está anunciando la caída d e l im pe ri o.
tante d e l individuo co mo tal y lo vemos refl ejado en mu- Moctezuma sabe a li os a ntes d e la ll egad a d e Cortés qu e
chos aspectos. Po r ejemplo, e l individuo esta ba d estinado a ya anda merod eando en la costa ge nte ex tnul a, como Gri-
ir d es pu és de la muerte a un lugar o a otro, según la form a jalva, y va rios más que ll ega n a costear. El:r.IilLOani se apesa-

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Edwu'do Matos Moct.ezu ll1a

dumbra, se ca ll a, es tá inquieto, es tá vien d o esLOS p resagios, miento qu e él tenía d e su p ropi a hi stori a.


ll ega n y le di ce n d e otros presagios rea les o invcnlados. Ve
o prevé que p ued e ve nirse abajo e l impe rio, porque ad e- ,Con qué imagen de Cortés te quedruias? Eh los últimos años la
m ás sa be que hay mu chos pu eblos qu e no le so n lea les, har- histOliografia tiende a mirarlo ron ojos beneuolenles, de admira.-
tos del f~\ln oso tribu lO. Él mide todo esLO y era para esta r ción ante el lJolitico del Renacimiento, como un conquistador de
inquieto e l hec ho de qu e fue ra a ocurrir. Trata po r e ll o de nuevo tipo, aquel que construye sus iglesias sobre los tem/Jlos, como
alejar a Conés, le e nvía obsequ ios clIa ndo es tá e n Vcracruz, un nuevo llaloani. ¿E~ lás d(' acuerdo ?
cuando viene avanzando po ne escuadro nes para a tacarl o,
pero Cortés es avi sad o y los evade . An te lo inmin e n te , cua n- Co rtés indiscutiblem e nte e ra un hombre muy inte ligente,
do ya va a e ntrar a Tcnochtitl a n, lo reci be, lo acoge e n el preparado; había sido nota ri o. Te nía una sagacidad impre-
palacio d e su pad re, d e Axayácatl , lo aposenta ahíy me ima- siona n te; fu e un g ra n es tratega qu e capt.aba d e inm edi ato
g ino que ha d e habe r te nido e n ton ces un sufrim iento enor- los aspec tos d e cada circun stan cia y e n dónde po d ía haber
m e. Flaquea. Varias de sus ge ntes le d ice n: "Oye, estas al g llll e rror o d e bi lidad del e ne mi go para aprovecharlo de
pe rso nas ya es t~i n aquí, hay que hace r algo", y é l te m e, no inm ediato. Él va a ir aprovec hand o las o po rtu n idad es qu e
sabe bien có rn o aClUar hasta que lo tom an p r isio nero, y sa- se le dan , avanzando siempre co n pi e firm e , ma neja nd o la
bemos las co nsecue ncias. política d e hace r su yos a aqucllos qu e se se ntían oprimi-
Desp ués avisa rá n a Co n és (¡ue a la costa han llegad o es- dos por e l mexica. Vienen e n to nces esas batallas relatadas
pa li ol es, Pá nfilo d e Na rv"iez. Él tie ne que ir inm ediau1me nte maravillosame nte por Be rnal Día1. del Cas tillo y por el mismo
alhl. para so roca rl o y d eja e n TenochtitJan e l mando d e las Cortés e n sus Carlas de Telación. Es impres io nante ver qu e un
ru erzas es paiio las a l tonatiult, Pedro de Alvarado, obses io na- día cuentan có mo han ava n zad o, han tOlnado cie rtas ace-
d o co n el o ro . És te ve e n la fiesta a Te zcatlipoca que cst,i n quias y canales, y al día sigui e ntc los rec u pe ra el mexica.
todos ad o rnados, hac ie ndo sus ce re monias, sus "a rcitos" Pese a la pes til encia que había ya después de la guerra d e
como dicen algu nos croni stas, y en tra a fue go y espada a qu i- Conquista, dicen que "los cadáve res estaban tirados a llí,
tarl es todo; ento nces exacerba totalmente al m exica: se le- muti lados, hedía todo"". En fin , co n todo e llo, Cortés deci-
va ntan y e mpi eza e l aco so tre mendo al palacio de Axayácatl. de d ejar pasar unos días pa ra fund a r la capital n ovoh ispa na
Co rtés se e nte ra y regresa haciendo g ra nd es jornadas hacia e n e l sitio e n qu e había es tado Te noch titl an. Lo más fáci l,
Tenoclllitlan, pero se e ncuentra una si tuaci ón treme nd a. d es pués de esa guerra d evastado ra , con todo muti lado y des-
A la fi g ura d e Moctezum a hay qu e pe nsa rl a e n ese mo- truido, co n muertos por todos lados, hubi e ra sido instalarla
m e nto , e n esas circunstancias, ni cobarde ni sagaz. AClUÓ en otro lugar, e n Coyoacán. Pero no, su sagac idad le dice :
e n ocas iones con d ebilidad, e n ocas iones con ese conoci- "Vamos a coloca rl a exactam e nte donde estaba e l poder",

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Eduardo MalOS MOC l eZUm¡¡

porqu e veía ll1 ~ís alhi y pe nsa ba: "Si esta mos aquí, qu e cra el n.ag io , pe ro bue no , dicen qu e é l le ía su Libro de I-I oras; yo
ce ntro d el imperio a nte ri o r, a hora va a ser el cc n tro de Ole imagino que al pasar una nHu e r maya ni volteaba a ve r-
nues tro imperio para pod e r co nquistar toda Mesoa méri ca la, se clava ba e n su Libro d e Horas. GOliza lo Guerrero no:
y más a ll á". Y lo sa be mos porq ue nos lo cuellLa n frai les cro- é l se casa, em pie za a te ner h ijos. Reco rde mos aqu el mo-
nistas co mo MOLOlinía: có mo e mpieza n a destru ir ídolos , me nto e n qu e Go nza lo Gue rrero es invitado por Gerónim o
te mp los, y con esos mismos ma te ria les co nstruye n las prime- a que se una a Cortés y le di ce: "Yo soy aq u í capi tán en
ras igles ias, los p rim eros co nve ntos. MOLOlinía ll ega a co m- épocas de g ue rra, soy seli or, mira mis hiji cos cua n bon icos
pa rar la e recció n d e la n ueva ciudad novohi spana co n las son. No voy a ir". Y, e n e fecLO, parece que mue re peleando
plagas de l Apoca lipsis y hace todo un relato d e lo que ocu- a favo r de los mayas. Ce rón imo de Agui la r e n cambio se
rre; e ntonces co mi enza la ll a mada "conqu ista es p i r i t u ~I I " : se une de inmediato.
tratará de ca mb ia r, imagínate, la forma d e pe nsami e nto Fue obsequiada la Ma linchc j u nto con o tras nllueres a
que hab ía p reva lec ido en Mesoam é rica du rante cie m os y Co rtés, a los espali o les, y Co rtés se va a apoya r much o en
mi les d e ai10s. e ll a , co mo lo ve mos en los re latos de Bernal Díaz y de Cortés
mismo. Se tri angu lan hls le nguas: Co rtés habla e n espaliol y
Si tuvieras r¡ue desc,ibir el /Ja.pel de la. Ma.linclte a alguien r¡ue ja.- Geró nim o se lo tradu ce al maya a la Malin che - que hablaba
más hubiem oído /tablar de ella, ¿cómo la. /JinlaJias a ella y a su el maya, e l náhuatl y otras le ng uas indíge nas. Se orga ni za e l
hislO1ia? Tal /Jarece r¡ue /Ja.Só de ser la imagen de la lraición ti. U"1W diálogo. Esta triang ulación va a trae r tamb ié n consecue n-
especie de símbolo fem.inista, IJor así decú-Lo: la lIlujer r¡ue I.raduce el cias fuertes d e incompre nsió n . Mi image n de la Malinche no
encuenlro entre varios -mundos. es la de un a traidora: e lla cs taba sufriendo el aspecto domi-
na nte del mex ica, la tributació n , la imposición.
La Ma lin che era una mlu er de g ran cul tura e n su medio
mesoam c ri ca no: hablaba va ri as le ng uas indígenas yeso va a y la incomprensión de las lenguas ...
ser de gra n ayuda pa ra Co rtés. Por la importan cia que esto
tiene qu isie ra re mon tarm e un poco él cuando Cor tés ll ega Cua ndo Cuauhtémoc es capturado e n Tla te lolco, esa ci u-
a COlum e l )' se e ntera de que hay dos espalioles, por lo me- dad es e l ú ltimo redu cto de la res istencia mex ica; allí se va n
n os, qu e han na ufragado , así qu e rna nda ll amarlos y los ill- co nce n trando las fu erzas a su man d o pa ra la última bata-
vita a que se in corpo re n a su fuerza. Geró n imo d e Ag uilar ll a contra los es pa¡:-¡oles y sus aliados. El 13 de agosto d e
es uno de e ll os, Go nza lo Gue rrero es e l otro. Ge ró nim o e ra 152 1 Cuauhtémoc es cap turado y ll evado ante Cortés. Aquí
hombre de clerecía, dice n que hasta leía un Libro d e Horas; vie ne algo muy interesa nte. Primero, el nombre qu e se le
no sé có mo lo prese rvaría porque e llos venían de un nau- daba al máximo gobe rn ante e ra llaloani. & ué qui ere decir

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Eduardo Matos Moctezum a

tlaloani? Es "el (Iue tien e el poder del hab la ", "el q ue ti e ne Vieron qu e e n sus fiestas los mex icas te nían mu cha gen te
elle ng uajc", "el que habla". La consecuencia es qu e los de- celebrando con da nzas y rituales, y lr~ti e ro n dan zas desd e
mils call an y qu ie n habla es e l máx imo gobe rnallle. Él, co- Espa li a, lo m ismo que aUlaS qu e re preSelltan el Juicio Final
mo tlatoani , ;'IGtba de se r hecho prisio ne ro por las fue rzas pa ra darl e un poco de te mor al ind íge na con las cosas de l
espai':tolas, ll ega ame Cortés y no ll ega ve ncido, sino a ltivo, infierno, d icié nd ole adem¡.ís qu e sus d ioses e ran demonios.
y le di ce -esul n las pala bras e n Bernal Díaz: "Seriar Malin- Emp ieza a echarse a a ndar ese apa raLa de l cua l las danzas
che, he hec ho lo posib le en defe nsa de mi ciudad y ya no de moros Y cri stianos so n un a sobrevive ncia. Olro detall e
puedo rmís, por lo ta nto, LOma el cuchill o qu e ti e ncs e n e l fue e l de las capi ll as abie rtas. El indígena no estaba acos-
cinto y m,í ta mc luego con él". En tonces la Ma lin che se lo tu mbrado a e ntra r a l te mpl o: é l panicipaba d e las festivi-
tradu ce ~lsí a Ce rón imo y Ccró nilll o a Co n és, nada m,ís qu e dades, de las ce re monias, desde las g randes plazas, ta n
e n ese tna ngu lo lo que se le di ce a Co rtés es: "Dice e1 I.1 atoa- abu ndantes en Mesoam érica - e n Tcolihuacéln, e n Te noch-
ni qu e é l ha pe rd ido y que lo ~j ec u tes". Y no e ra eso lo que titlan , en Monte AlIxín , po r eje mpl o. En el templo, propia-
quería de cir Cua uh témoc; lo qu e qu e ría deci r e ra: "Toma men le dich o, ade n tro, sólo eS La ba el in iciado; e n cam bio,
ese cuchillo y sacrifícame con é l", que es muy d ife rente: en el ca toli cismo el fel ig rés enlra a la iglesia a e ncon trarse
"sacrifTca mc ", porque el destino de l g uerre ro prisionero con el sace rdo te.
e ra se r o fi·endado a los di oses, y por lo tanLa sign ifi ca "sacri- En tonces, ¿qu é hace el frail e? Las capi llas a bie rtas, de las
fTca me a mis dioses para yo co mp letar mi ciclo de ir a acom- que te ne mos magnífi cos eje m plos, para que e n el atrio,
p;;ui ara l Sol". Es la in compre nsión tota l: Cortés lo perdona, frente a la iglesia o el convento, se co nce nlraran los ind íge-
mu y crislia no. Cuau hté moc no sale d e s u asombro: en vez nas a esc uch ar la m isa o los se rm ones y poco a poco fueran
de q ue se le di e ra la muerte dig na de l g uerrero prisio nero inco rporándose al interior d e las iglesias. Surgen los cate-
para aco mpa ri ar a l Sol, se le pe rdo na: no lo dej a n co mpletar c ismos testerianos, d e fraY .lacobo de Testera. Manejaban
~ u ciclo. Imag ín ate nada llli.lS lo que eso sign ifica para este códices y pi ntaban catecismos él ma ne ra de cód ices: o racio-
Joven g ue rrero. nes, el credo , pasajes bíbli cos. Ell o apa rejado, además, con
la des trucción d e sus p ro pios templos. Pero e l indígena e m-
¿ Cuál es el motivo del. predominio VelOZ)I ca.si absoluto de la 1·eli-
pieza a res istirse. MOLOlin ía escribe e n sus me mo rial es có-
gión de los vencedores sobre los vencidos? mo e n la ciud ad de Méx ico y e n T laxca la los e nga ñaban: e l
indíge na ti en e e l enca rgo de co nstruir las igles ias y e n un
~ I que triunfa sie mpre ll eva la ventaja de la opres ión y de mo me n to dado se las in ge ni a para esconder a uno de sus
Impo ner nu evas fo rmas de pe nsa mi e nto. Fue enorme la sa- dioses en la pro p ia image n cristiana.
gacidad d e los frai les para lleva r a cabo la eva ngeli zació n .

154 155
Eduardo ~'l aIOS Moctezum¡¡

Los "idolos tras los aliares ", como se titula aqllellibro de 1929 de decir, una form a de pe nsam ie n to co ntra otra, e n que la re-
A ni/a /3 rennm: .. ligió n po r ambos ladosj ugaba u n pape l importa ntísi mo. Al
princi pio se destruye, se I.ra ta de implan tar la nueva religión.
Fray Diego de Landa, fra ncisca no, se da cuellla de que mu- Pero, por ejemplo, e l mismo fray Bernardino de Sa hagú n
chos de sus ayuda ntes e n la catequi zac ión,jóve n es mayas, le tiene inte rés e n co noce r, ig ua l que o tros fra iles, la historia,
rendían CU lLO a sus dioses e n cuevas, y se arma la g ra nd e: las ca racte rísticas re ligiosas del pue blo recié n conquistado.
q ue ma n los cód ices, qu e man ídolos y LO rtura n a estas gen- Ve mos clara me nLe lo qu e Sa hagún advie rte al p rincipio d e
tes; los cuelga n , los azotan. Finalme nte, hay un di os qu e es sus doce libros: "Así co mo el médi co ti e ne qu e co noce r muy
T la ltecu htli, q ue es e l seli or-seño ra de la Tie rra. ESl.e d ios se bien las dolen cias hum anas pa ra trata r de cura rl as , tamb ié n
tall aba e n pied ra , pcro sie mpre iba colocado bocab~j o, por- mis hermanos los fra il es debe n co n oce r proFunda me n te las
qu e a l se r sC lio r-sc li ora de la Tie rra tenía qu e ir pegado a la cos tumbres de es tas ge nt.es para qu e no los e nga li e n apa-
I.i e rra. Cuand o vie ne la destrucción d e ído los y d e te mplos, re n tand o qu e es tá n hac ie ndo a lg ún ritua l ca tólico cuan do
se orde na qu e aparte n buenas piedras d e és tos para la co ns- en realidad est"Ín hacie ndo u n riltl al pa ra e ll os paga no".
trucció n de las p rim e ras igles ias coloniales, y e ntonces el in- Ese procedimi e nl.O prodlU o u n ca udal de información ma-
díge na e mpi eza (1 sepa rar los Tla ltec uhtlis y a ta ll ar en e ll os ravi ll oso para el historiado r, para el arqueólogo. Pero la pre-
una base de column a colo ni al, prese rvan do la escull.ura de se rvació n de mu chos mo num e ntos del pasado se va a dar
su deidad a b,Uo. Yo he rec reado esa esce na: el indíge na est.Í muy tardíam en te, hasta el siglo XV III , po r eje mplo, cua ndo
e mpez~l1l do a ta ll a r la base de una columna colo ni a l, pasa apa rece la Coatli cue, la mo num e ntal escul tura, en la Plaza
el fra ile po r a hí, o el a lari fe, y le dice: "O ye, ti enes a hí uno Mayor de Méx ico, o cuan do aparece el 17 de dicie mbre de
de tus d e mo ni os". "No se p reocupe, s u me rced, va a ir boca 1790 el Cale ndario Azt.eca.
ab,Uo. " "Ah , bue no."
Hubo resistencia, y todavía actua lmen te los a lllropó logos ¿ Cuál crees tú que sea el balance actual de la Conquista? ¿ Qué ha
qu e es tud ia n d ive rsas poblacio nes e n e l área rura l con mu- cambiado en las 11limdas sobre la Conquista, con todas las n-ucvas
cha tradic ió n indíge na se e ncue n tra n , ya di sminuidos, esos investigaciones que se han hecho?
vestigios co nvivi e ndo co n el ca toli cismo.
Noso tros ten e mo s cuatro mo m e ntos hi stóricos d e gran
¿ Te gusta el cona/Jlo de conqu.ista. espiritual? re levancia: un o es la Co nqu ista , de l qu e h e mos es tado ha-
bla ndo , e l otro es clesd e luego su co nsecue ncia, la Ind e-
El XV I fu e e l siglo de la con quista mi litar y luego ve mos la pende nci a, e l o tro el movimienl.O d e Re fo rma y el otro la
es piritual. Ac ué rdate d e qu e era una lu cha ideológica, es Revolució n. Pero veamos la Ind epe nd e ncia. Después de

156 157
Eduardo roo-la(Os Moclc~Hma

va rios sig los d e d o mini o espail o l se va a dar es te movimi e n- se basó e n la d estrucció n de es LOS pueblos, reivindicar el
to insurge n te que LOma como bandera inicia l a la Virge n d e sím bolo de Te noch ti tlan . No sé po r qué no se pregu nta n
Guada lupe , un aglutinante d e fu erzas alrededor de la cau- po r qu é la Virgen no se qu edó e n el colo r blan co.
sa. Al final, también o bservamos có mo el EjérciLO Trigaran-
te , co n Iw r bide a l fre nte, G uerrero )' demás , ellLra a la ¿Qllr sabía ¡'ylorelos dfl11l1l:ndo IJrecorll!sümo, qué libms había leído
ca pital )' trae la bande ra , e n aquel momento co n band~ls sobre el ¡\!léxico azteca?
d iagonales, pero ya co n los colores de la bandera aCll1a l.
¿Por q ué? -y cre o qu e es LO no se lo han pregullLado los es- Yo creo que no fueron mu c hos los lib ros qu e leyó al res-
tudiosos de la ba nde ra nacion al-, ¿po r qué e n la pa rte d e l pecto. ¿Sabes quién e ra e l qu e 10 ayudaba? Carlos María
color blanco q ue re prese n ta la pu reza de la re lig ión católi- de Bust<lmante. Parece q ue ese d isc urso in cl uso se 10 ha ce
ca no q ueda p lasmada la image n de la Virgen d e Guada lu- é l: e ra e l intelec tua l qu e estaba ¡¡ su lado , q uie n hab ía leí-
pe, q ue había sido la ca pita na de l ~jé rc i to insu rge nte y q ue d o a Leó n y Gama, y a H umbo ldt, algull as fuentes ya tra-
lo había ag lu tin ado? Recordemos que G uada lu pe Victo ri a du cidas.
inclu so cambia su nombre por eso. ¿Por qu é no qu eda la
image n ca tólica, co n toda su relevancia, e n la bande ra na- ¿Conocía.n la. Brev ísima re lació n de I,as Casas?
ciona l, e n esa parte de l colo r blanco?, y ¿qué es lo que qu eda
e n cam bio? El símbolo azteca, e l sím bolo mexica de Te noch- Sí, había algunas fuentes nada 111 '\S. Se nutrían de eso; ade-
titlan p revalece, e l ílgu ila pa rada so bre el nopal d evora ndo más lo ma nejan como ele me nto políti co, diciéndose: "Espa-
a la se rpi e nte. ña desu"uyó es to , vamos a re ivind icar que ésas eran nu estras
La respuesta es el colofón de esa situación histó ri ca. Los raíces"
ins urgentes ti e nen una necesidad e no rme d e encontra r e l
co rdón umb ilical hacia el m un do q ue había sido destr ui - ¿ y IJor qué en el Museo de Al1tro¡Jologia la sala IJ/'incifJal es la
do por España. El insu rge nte trata d e un ir ese cordón , y lo azleca ?
ve mos e n va ri as ex presiones: e n el disc urso de Mo re los
e n Chilpa n cingo en 18 13, e n e l q ue exalta como hé roes a Lo q ue los aztecas no ha bían log rado en el mu ndo p rehis-
Cuau htémoc, Moctezum a, etcéte ra. Em p ieza a m ezcla r a pánico, la conqu ista de LOda Mesoamérica, 10 va n a lograr
qu ie n es e ran ene m igos acérrimos, co m o los ta rascos )' los d espués, com o el Cid . Oc tav io Pa z m encio na p recisa mente
mexi cas, pla n teando la idea de q ue aq ué ll a era una gran ese azteq uismo y LOma co mo ejemplo e l Museo d e An tro-
na ción que fue d estruida po r Espa li a. Q uie re re ivindi car pología, que tien e ese ce ntra lism o: tÍ! e mpi ezas e l recorri-
ese ele me nto, insistir en q ue todo el movimiento colonial do por los antecedentes e n e l Val le d e Mé -jco, Teotih uacan ,

158 159

Tula, e tcé tc ra, pe ro e n e l lugar ce ntral vie n e la sala mex ica VI. H ugh T ho mas y SU máquina de l ti empo
y despu és las Olras c ulwras mesoam e ri canas. Em o nccs,
ad e l11 tls, la sala mexica es la ú ni ca quc no tie ne e nci ma
o tra sala d e e ln ogra fía, como ocurre e n las otras culturas.
Ticnc su lec ho dc lripl e allura y e n e l a lla r- mayo r cS lá e l
Ca lendario AZleca.
H ugh Tho mas (Wi rlClso r, 1 9~ 1 ) pe n e nece a la eSlirpe d e
los ave nlu re ros. De los hislo riado res ave nlu reros, para ser
exac LOS. Lo rd Tho mas de Swy nn e rlo n desde 198-1 vive a
una cuadra de 1-lollancl Ave n ue , e n Londres, y se d e fin e
co mo Ull "hjj o del impe rio" qu e f'o rlll ó parle d e l se rvicio
dip lo lllático de l Re ino Uni do y re nun ció a és te e n 1956 co-
m O protesta por la in vasió n f'ra nco brit.ínica d e l Cana l d e
Suez. Esa d ec isió n lo ll evó a l Pa n ido La bo ri sta , co n e l mi s-
mo a fá n inconfor mi sta qu e lo col ocó vc in le a li as d espués
en las fi las de l Panid o Co nse rv.:ld o r, e n e l cua l fue un a fi g u-
ra mu y ce rca na al go bie rn o d e Ma rgare l Thalc he r.
Do ndequi e ra que se haya n movid o las aguas de l siglo xx
ha es tado Tho mas, d(~jando libros ese nci a les qu e son , a la
vez, el lestimon io dife rid o de un con te mpo rá neo y o bras
h isló ri cas qu e nos sobrcvivinín . Ta nLO La. Guena Civil es/m-
"-lo/a ( 1961 ) como Cuba: la lurlut /Jor la libertad ( 197 1) han te-
nido inAu e ncia so bre mil es y miles d e lecto res como la
tuvieron , antes, las h istorias de las revo luc iones escritas por
Michele l, Ca rl yle , E. 1-1 . Can.. . No es sorp re nd e me su des-
dé n por las t.e orías de la histo ria. Sí lo es, a l e ntrevista rl o , S ll
pas ió n po r los deta ll es (c ree rá, co n Vo ltaire, qu e el demonio
se ocu lta en e ll os) y su indifere ncia anle las visio nes pa no-
r~i m i cas, e n é l, un o d e los pocos mo rta les qu e se ha n atrev i-
d o, precedid o e n esa exce ntri cidad po r s~alle r Ral eig h y

160
161
s
I-IlIgh T homas

H. G. "Vells, a escribi r su propia h istoria del mundo (An co urt (a qu ie n le dedicó su hi sto ri a del Illundo) ju nto a las
UllFnished /-/islo,)' o/lhe Wo,-Id, ] 979). memorias d e a lg ún ministro del ge neral Fra n co o a l lad o
Esa viveza co ntem poni nea vue lve ex trao rd ina ri a La COl1 ~ de un a cró ni o l de Ind ias. ApellLls me to pé co n u n librito de
quisla de México (1993), la prime ra gran incursión de T ho mas Ma urice Barin g, el políg rafo ed ua rdian o, que ha bía p e rdi ~
más a ll ~i del siglo xx, de cu}'a Gue rra Fría tamb ié n fu e hi s~ do su lugar mi steriosa me n te y pa recía d esco nce rtado e ntre
toriad o r. Sólo re m o nt~í nd o se a ese g ra n pred eceso r suyo, los co rtesanos de Felipe JI.
\'Vi llia m H. Presco n, co n q uie n es notorio que com pite dc~ De buen hum or, bendecido po r esa pi zca de excen trici ~
poniva me ntc, puede e nco ntrarse un libro qu e log re es tar a dad ins ul a r qu e u no espe ra e nco ntra r y e ncue ntra , a Hug h
la a ltura de la m ~ü es tad de su tema. La ConqniJta de Méx;co, la Th o mas, según descubrimos Nicol<is Echeva rría yyo dura nte
d e Thomas, es irres istible: lo es para el e ru d iLO y lo es para la e ntre vista , le fascinan , insisto, los d eta ll cs. Le ma ravilla,
e l lego. Es ti na obra qu e le rmi nó po r suscit.a r una trilogía de la Co nqu ista , todo: caba ll os, arma s, di chos, tes tim o n ios.
info rmal sob re e l Nuevo Mund o, j unto con La I:rala de eJ~ posee esa impertine nc ia qu e d esd e tie mp os d el doctor
clavos ( / 440- / 870) en 1997 y El ¡",/mio e.l/)(,·,iol. De Colón a NIa- .Jo hn son es patrimo ni o de cie rta clase d e co nse rvado res. Le
gallanes (2003). Su madre amaba la Ind ia, do nde el la nació, in teresa recalca r lo inco nve ni e nte: as um c qu e sí, que la Ma~
mi en tras qu e Tho mas, deso bed ec ié nd o la , se vo lvió ama nte li nche e ra una trai dora, qu e él no es re lativista y sí un cris~
d e l Nuevo Mund o. Y sobre todo de México, pa ís qu e, como Lia no practica nte que no le d ese~lría a nadi e vivir ni morir
bue na pane de Am é rica La tina, le me rece u na mejor o pi ~ e ntre los aztecas. De su horror por la di ctadura cas tri sta , él ,
ni ó n d e la qu e impe ra ge ne ralm e nte e n e l plane ta. ta n co rtt;jado como e l prime r hi storiador de la Revolución
Hu g h Thomils trab"tia actua lmente en una hisLOria de Caro cubana, no qu eda nin g una dud'l co mo tampoco se ausenta
los V y e ll o puede d escubrirse, tras varios minu LOs de c u r i o~ su d isposición a es pera nzarse ~lI1te una ve n ta na qu e pudie-
seo, e n su biblioteca, qu e oc upa e l no m u}'a mp lio só ta no de ra abrirse, pa ra las libertades, e n Cuba.
su casa lo ndin e nse. El desord e n domés tico, acoged o r }' po l- Tras la e n trevista, acom paña mos a lord Thomas a tomar
vorie nto d e la biblioteca , m ~is pro p io d e l escritor (Thomas su sher ry y e n la c ha rla info rma l, ta m o o más agradabl e qu e
ha esc rito ta mbié n nove las , una de e ll as sobre MoctezulTla ) la e ntrevisU'l, nos ha bla de la vida y milagros de med io Mé-
qu e d e l acadé mi co, es sólo a pare nte. Los anaq ue les corres- xico. A la otra mitad la co nocení, sin duda , e n su próximo
ponde n a los cap ítulos de una h isLOria de lmulldo, del o rbe v i ~~ j e a Méx ico, qu e pre pa ra e ntusiasmadísimo co n celo d e

que salió de la pe nínsula ibé rica: Espa lia an tig ua y m oder~ ex pedicionar io. Salí d e su casa me nos inqu ie to de lo que
na , Re n acim ie nl.O, siglo XVIII , siglo XIX, G uerra Civi l es pa- e ntré en e lla: Thomas parec ie ra garantiza r qu e se hará pre~
Iio la, histo ri a mod erna d e Am é rica Latina ... Sería impos ible .'len te, de inmediato, an te cua lqlli e r trastorno revolucio nario
e nco ntrar una biografTa de su admirado RÓlllulo Beta n- que sufra la histori a, vi'Üando a l siglo XV~ al evan esce n te

162 163
F H ugh Th ornas

siglo xx. G ra ci<ls a é l no nos perderemos ning ún detalle: é l qui e n fu e e mperador del Sacro Imperio Ro mano )' se co n-
domina la avcnUl ra e n e l tiempo. Posee su pro pia rmíq uin tl sideraba co mo tal¡ y su misión e n Eu ropa co nsistía en res-
d e l ticmpo, m¡,ís precisa qu e la di se liada por 1-1. G. Wc lls, w urar el aspecto re ligioso Lanto del impe rio espaliol como
y bie n probtlda en el Popocaté pe tl , cuya cumbrc alcanza- del alemán. A5í qu e hubo a lg unas g randes semeja nzas que
ron los soldados de Con és, en el barracó n virgin ia no dond e me ll amaro n la aLención , y ot ras pequ e lias, como la cos-
padecía n los CScl ~lVoS negros, e n e l ha ll del Hotcl Claridgc LUmbre de baULizar, q ue los Illexicas tambi é n t.enían aun -
do nde An l.hony t:den le advie rte a Léo n Blum que sea pru- que no de la m isma man e ra.
d e nte e n el e nvío de a r mas a la República es pé-uiola víc ti- Las d iferenc ias eran g randísimas: la Iglesia de Roma , co n
ma d e la sublevació n de 19:\6, d u rante las sofocantes nochcs todas sus f~llI as}' sus gra nd ezas, es un a institución q ue ha apo-
d e ho tc l d e Guev;¡ra en La Habana , e n a lg unas d e las ú lli- yado a l ind ivid uo como perso na. Cada a lm a es u n co nce pto
mas preces del e mpe rador Ca rl os V, c ua ndo ya no e ra e lll- inde pe nd ie nte. Eso 11 0 fue cie rto e n el Méx ico a n tiguo, cuya
perad ot~ e n el mo nasterio de Yus tc. En tod os esos lugares religió n es más d u ra qu e la c ri stiana. Y ése fue e l c hoq ue,
ha es tado I-Il.1g h T homas. e l con tras te. ES La ba , La mbié n, la dife re ncia e n el a rm ame n-
to. L1S espadas de acero d e To le do q ue traían los esp<uioles
e ran extre madam e nte e fec ti vas, in fl igie ro n much o da lio,
Eu LI Conq uista de México y en El imperio es paJiol Itay un mi e ntras q ue las espadas d e mad e ra d e los Ill ex icas sólo ser-
psJuerw jJP1'11utnen/e jJor docum,enlrtr el enCllen/m en/re los dos vían pa ra la captura d e p risio ne ros y para su sac rifi cio , más
mundos, 1Il0slr(I'Ju/o lo mismo a la M esoamérica precolombina qUf: adelante. Luego estaba e l uso de caballos, lo cua l, supo ngo,
a la 1<:5/)(1,11.(1 dtd Siglo de Om. ¿ Cuáles serían, dicho g rosso modo, es a lgo q ue pod ría habe r ocurrido e n el Méx ico antiguo: he
las /JlincijJales diferencias y las semejanzas enl.re aquellas dos par- pe nsado que ta l vez los ve nados podrían habe rl es comu n ica-
les del m,l( mio fJll P .'1(' ignoraban ? do a los mexicas la posib ilidad de uti lización dc los a nimales
para fines agrícolas. Y no les 1~II Laba m uc ho pa ra obte ne r la
Co nform e co me nzaba a tra b~j a r me im presio naron muc ho rucda: hay m uchos o bj e tos que so n circ ulares e n tre los ves-
m¡.ís las selll t: ja nzas que los co ntrastes. El tvléx ico a ntig uo ti gios mexicas. Pero no di spo nían de la ru eda ta l y co mo los
te nía u na mo narqu ía de ín dole im pe ria l. Moc tez urna l'I.lc¡ europeos la tenía mos. Hay un mill ón de di fe re ncias téc ni-
des pués de todo, el se li or de vari os reyes sú bditos. Ig ua l cas como ésas, pe ro las qu e impo rtan n1<Ís so n la re lig ión }'
q ue Carl os V, hab ía una nobleza que pe n e necía a la m isma la mo narq u ía.
f~lI11 i li a )' u na Igles ia que te nía m ucho q ue ve r con la políti-
ca mex icana . El rc)', cl e mperador, tenía un pa pe l en aque- Ten.emos el caso de Gerónimo dt' Aguilar)' Gonzalo G1le1'reIV, los
ll o. Y de alg una ma ne ra eso tamb ién es cieno para Ca rlos V, dos náufragos que llegan a Yucaló'lI e l l / 511. 'on eljm~álllbulo de

165
s
I-I llgh Thamas

la Conquista. y cada uno de ellos tiene una actitud distinta hacia dente para Moctezuma y su corte q ue IIn a ml~e r se d irigie-
los conquis tadores. Uno colabora como /.raductor y el ol.ro acaba
fa a el los , lo cual era insól ito. Algo ¡'lsí n o había oc urrido
luchando contra los esl)(lñol.eJ. ¿Esta diferencia entre Gonzalo Cue- antes. Sa hagún siellle u n gran amo r por los sermones y d is-
n-ero y Geróni-mo de Aguilar traza ¡Jam usted la ambigüedad antf' cursos q ue lranscribe, pero no hay n ingun o hec ho por u na
el "mundo i'ndígena que será la actitud distintiva de la Conquista nntier. No creo, si n e mba rgo, q ue p ueda d ec irse que haya
es/Jaiiola en 1-elación con otras emlJresas colonizadoras? sido el p rimer paso hacia la li beración feme ni na e n las
Am é ricas. Te rm ino con la distinción entre Guerre ro y Agui-
Ése es un p u n to de vis ta mu y in te resa nte. No lo había pe n- la r: Agui lar no te nía una 1'~l mi l ia)' Gue rrero sí. Para cllan d o
sado e n esos té rmin os es pecíficos a ntes, pero ya veo qu e ll ega Co rtés, Gue r re ro tenía I11 I.!j e r e h!j os, qu e ya e ra n yu-
se ría un muy bue n te ma sob re e l cua l ind aga r. Ge ró nirn o cateCOS. No los que ría dej a r. No sé si Gue rrero, como laico
d e Ag u ila r vin o d e Éc ija, e n tre Sevill a y Córdoba, p ro ve- qu e e ra, le haya dado crédi to a aqu e l con cc pLO, pe ro fu e un
n ía d e una ramili a baSla nte reconocida. Aguilar no e ra u n esposo más leal ele lo que era n mu chos es p<1I1o les de aque ll a
pa rti da rio muy leal de Co n és, po r cie rto. Y Guc rre ro , un época. La manera e n q ue lo has p rese n tado es extre mada-
ho m bre dc ma r, nació e n a lg ún luga r de la cOSla, ce rca de menle inleresanLe, y debo pensar m;:ís en cllo. El contrastc
J-Iue lva. Pero sus lrayeclO ri as so n muy dife ren tes, tie nes e ntre Gue rre ro y Agu ilar: ta l vez se podría comisionar u na
razó n . y res ulta inte resame sabe r po r qué Gonza lo Gue rre- o bra de lea tro sobre el tema.
ro, a qu ien se celebra co mo el p rim e r mes li zo, to mó la de-
cisió n que lOrnó. Él no q ue ría vo lver a [sp<1I1a. Él no qu e ría En México se sigue 'lIsando, como 'Ust('(l sabi', la palabra "malin-
volve r con los espaiioles. Y peleó co ntra e ll os has ta qu e fu e dú. .f"1no" como sinónimo de enl.rega. Sl1}vU al extranjem. Pero la ima-
d e rrotado po r Fra ncisco d e Mon tej o, e l conq ui stador d e gen de la J\tl alinche ha Cllmbiado en la hisl.oriografia sobre México
Yu calá n . Ge ró n imo de Agu ila r luvo un pa pel viLa l po rq ue )' se le ve ya no exactamenle como una traidom sino como una 1"C-
hablaba, o bvia men te, cs pa llol, )' vivie ndo a ll í e n Yucat¡.í n presentación de lo !el1wnino, tl1Ul eS/Jede de tiJa. del mestizaje, y se
ap re n dió a lgo de maya y fue capaz d e com un ica rse con la subraya su l-ugar como lmductora.. Se hacen 'm.udws 1Ileléifoms so-
esclava, o a man te, d e Co rtés: la Ma linc he, o Ma rina, co mo bre ,m traducción, algunas -mU)' inleresanles, otnlS medio extmñ,a.s,
es m<::jo r ll am a rla. Yaunqu e era un proceso bas Lanle la rgo, enlof/u.eádas. ¿ Cómo ve '/lSled a/alvlal.int:he? ¿ Qué imagen le gus-
les pe rmilía hablar co n los líde res indíge nas y sus seguido- la más de ella?
res y hacer d isc ursos d e una ma ne ra q ue los mcx icas no
pod ían . Realmcnte ru e ta n impo rlante Aguila r co rn o Ma rina. La Malinche, o Ma ri na, vin o de l surocs le extre mo de Jos
Mar ina es más dral11,ítica, po r supueslO, porq ue e ra Illl!jer y do m inios Ill exicas. Y creo que e l mí hu a tl que e ll a hab(aba
hab laba maya y ná huatl. Y ha de ha ber sido muy so rp ren- no era e l ná huatl perfecto que bab ría m<ij.,enco n trado en

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D

I lugh Thu mas

Tcnoc h tithm, así que tal vez hubo a lgu nas confusio nes. Ya visto que se haya reali zado un estudi o adecuado sobre las
sé q ue pa rece mu y dificil es tudi a rlo , pe ro resuh.aría in terc~ ITIlue res e n la Co nq uista. Es un bue n tema.
I
sa nte sa be r có mo los mcxicas apre hend ie ron lo que esta ban
d icie ndo los espai1o les. Po r supuesto, ca pta ban el se n tido Christian, D u.verger nos dijo ql/e uslrd había encontrado una
ge ne ral. Pe ro de algunos d e esos disc ursos de Cortés, lradu ~ alJlvximación a la fecha dr la U/,llerle de M alinche. Fue mucho más
cidos a l maya y luego al ll,í huatl por Agui lar y luego por hacia mediados de .riglo de lo que.'if' !)(!11saba, hacia / 552 )la estaba
Marina , d eb ió pe rd e rse algo ese nci al. A Cortés le int e resó ¡nuerla ...
desd e el princi pio a ll egarse intérpretes, y lo mismo pasó e n
el Perú cua nd o Pi za rm partió e n su primer vi¡;Ue: ll evó cons i ~ Sí, creo que eso es cie rt o. Pe ro a ho ra no es toy lan seguro d e
go d e vuc lta (\ a lgunos peruanos a quienes insistía en ense~ ell o co mo cuan do esc ribí mi li bro.
liar es¡x lIi o l, y fu e ron bastante líliles, aunque ciena me nte
poco cOlüi a bles. Hubo un intérprete qu e dio u na impre~ Si la Conquista de M ,í;úro ,ts IJ/vbablmmmle la hi.~/Ol'ia. más lIurr({,-
sió n bastante 1 ~l lsa d e l a poyo que Atahualpa recibiría de a l ~ villosa ja'11ut5 contada, el. (mw enl,IV, la convivencia, la compl.ici~
g uno de sus ge nerales, y fue parcia lme nte respo nsable de dad en/.re M OC{¿7,W1W)' Corlésfomwn un contras/e dramático que
su juic io y de la ,:jec ución a lgo repentina. Es una hisLO ri a hubiera conmovido a lodos los hiJlorúu{ores de la A nligüedad )'
rca lme n te inte resa n te . .John I-I e mmin g, un am igo mío que qur nos sigue Jasci:nmulo. ¿ Qué es lo esmcial, ¡m'm 'Usted, de la
ha escrito la h istor ia de la Co nquista d e los in cas, a bunda 11Jlación entre J\lloclezuma y C.orlés?
basta nte sobre el asu nto.
Vol vie nd o a la Malinche, supongo qu e es u na traidora, Aq ue ll os seis meses e ntre novie mb re y ab ril -o un poquito
por sup uesto, de los indígenas, de los mex icas. Pe ro LI la vez me n os-, cuando Cortés tuvo (1 Moctez um a vivie ndo con é l,
e lla ha bía sufrido mu cho en ma ll os d e su fa mili a, la hab ían fue ron cruciales. Y hllbo mu chas conversacio nes. Co rtés e n
ve nd ido co mo esclava. Ca recía de lealtades. Era , me a trevo algÍln mom e nto le d Uo: "Con nuestras a rm as y co n sus ho m-
a de cir, una muj e r mu y amarga da. Fue una de las mu chas bres pod ríam os seguir ad e lan te y co nqui star China". Co rtés
amantes de Co rtés, qu e nun ca d ~j ó d e e ncontra r damas, fue muy a mbi cioso e n lo qu e al Pacíf-i co loca ba. Hubo un
es tu viese donde es tu viese. Y ése es Ull aspecto ilnpona nte día en qu e le e nse lió a Moct.ez uma , o trató de e nse ti a rl e ,
de la Conqui sta de Méx ico: todo el mundo e ncontraba a man ~ có mo usa r e l arca bu z. Sa lían de ca zaj ulltos. Era una re l a~
tes bastante ráp ido , incluso fi gu ras ITle nores co mo Be rnal ció n no d e l todo mala. Creo que Moctez uma andaba sie m·
Díaz de l Castill o, quien dice que Moctezuma le dio una . Las pre inseguro , e ra muy dilic il lidiar co n é l aunqu e fue un
nnüeres q ue atend ie ro n a Ca nés y a sus soldados so n run~ indi viduo ex trao rd inario. Y Co rtés te n ía muchos defectos
dam e lltal es. Y la Malin che, Marina, las represe n ta. No he pe ro tambi én g ra ndes cua lidades: nun c\l1e rd ía el templ e,

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Hugh T hom<ls

POI- c::jc mp lo. En los Jl1 0 lll CnLOS de g randes diflcu lwdes e ra ' si s'l les e n Londres, ves ti a lg ui e n perdiendo la cabeza
ca Il e . '
l
cua ndo se c ncon tra ba m¡:ís tranqui lo. J a más mostraba Sus LOdos los días. De cualquie r fo rm a, "tan ed ucado como un
se n tim ientos f¡'ente a Moc tezullla n i frente a nadie, co n la ind ígena mcx ica no" es un a g ran frase.
excepción ta l vez de sus da mas. No sé, no lo sabcmos. Sie n ~
to que Co n és fu e, ta l vez en es píritu, un ca pitá n lípico de Cua.ndo Cortés visitó el 1emplo Ma)'or le preguntó a i\ifoclez.uma si
Cas ti ll a, capaz de aguanta r todo tipo de pe n u rias. Nun ca podia. colocar la. C1'l/.Z ) ' la. Virgen en el tem/Jio. Probablemente se
pa reció sufrir al qu edar ex puesto a los e le me ntos, o por la volvió la.jJrimera discusión fuerte que kubo entre a.mbos. ¿Puede
f ~\l i ga. ¿Te ac ue rdas qu e hubo un momento e n qu e é l )', contamos u.n poco sobre aq /1ello?
creo, And rés de Tap ia, subi e ro n el Te m plo Mayo r e n Tc-
noc h tit.lan , lo cua l era-con aq ue ll a a rm adura puesta, y co n Los mcx icas, co mo el resto de los in díge nas, esta ban acos-
aq ue ll os esca lones, co rno pode mos ver g ra cias a los qu e so- Lll mbrados a l hec ho de q uc q ui c n co nqui st.aba otro territo-
breviven hoy e n la ciudad d e Méx ico- basta nte di fic il, y, ri o o a o tra tribu ll eva ba co nsigo a su pro pio di os, el cua l se
cuando ll egaron has ta arriba, a llí es taba Moctez uma. Y d Uo colocaba e n ese lu gar. Los mex icas lo había n hec ho e n Ve-
co n su habitua l ed ucación: "De be usted descan sar, selio l~ se racn\l': o e n Cholu la. Así qu e no cre o que se hayan so rpre n-
ha de haber ca nsado". Y Co rtés co n testó: "Los cspalioles d ido mucho. Ex tra li a me nle, file a Sa n Cristóbal a qu ien se
jam~ís n os ca nsa mos". colocó c n el Tem plo Mayor, y Co rtés sa bía mucho sobre la
C'1s ualmc ntc, eso me lleva a Olra cosa de intc rés. Había un rel igió n : sus padres pe nsa ban que a lo mc::jo r se haría cura.
refrá n e n la Nueva Espa lia de l siglo XVI o XV II so bre la CO I.... Se rmon eaba bien. Lc habl aba mu ch o a la ge nte de T lax-
tesía de los indígenas. Octavio Paz lo ci ta en a lg ún lugar cala y a la ge n te d e México sobre lo que e ra la re li gió n cris-
dicic ndo: "Fuc t.a n edu cado como un ind íge na mex ica no". tiana. Poseía cualidades didá c tic~l s. Es espcCLacul a r ver cómo
Eso es algo quc hoy nOla dc inmed ia to el vitti c ro mode rno: las ma nejaba, )' es to c ra así porque tuvo lazos estrec hos co n
los mex icanos so n muy bie n ed ucados; en rea li dad , la mayor la Iglcs ia en la infanc ia. La infanc ia de Co rtés sie mpre me
parte d e los latinoame ricanos lo so n, e n co mpa ración co n la ha inte resado. Es muy so rp rc ndc nte qu e haya sido h Uo {¡ ni-
mayor parte d e los cu ropeos. Yeso incl uye, me temo, ta nto co. Los hUos 1~l11i cos c ran a lgo muy raro e n la vieja Espaii.a.
a los es palio les co mo a los in gleses. He mos perd ido al go de No sabe mos si su madre, Ca ta li na , lUvO a otros hU os qu e se
n uestra co rtesía eleb ido ti nues tro g ran éx ito eco nó mico y muri e ron , o si no podía tener más hU os co n Martín Cor-
a nu estros éx itos e n tie mpos de g ue rra. Pe ro Méx ico es u n tés ... Hay algo miste ri oso, sec reto, e n esa n ili cz, así C0 l11 0
luga r ele mu cha edu cació n. Po r supuesto, tambi é n es un país impe ra el m iste rio sobre sus finanzas. Estoy di vaga nd o: me
vio len to. No té cuando vü~ aba po r Méx ico e n 1988 q ue sólo inte resa n ta ntís imo estos de ta ll es.
prese nc ié una ocasió n e n qu e algui e n perdió la ca beza e n la

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D

¡-llIg h Thomas

¿La hisloriogmJía H'timte, aun la mexicana, IUI anmisliado a un poco a lg unos de sus amigos clérigos. Es posible. Había
Corlés? A qw'l.IJcrsonajt' a.1{l. vez lenelnuso)' ridículo que pintó Diebro dos o tres curas co n é l. Pero de LOdas maneras él d ebió se r
Rivera o (.¡ bandido denunciado IJOr Schiller ha ido desal)(lreciendo el principal responsable de las Cltl'lasdendación: si se edi tara
d" los libros SNios: SI' I"('(onoee en él a un !tombr" ¡)Orlen loso, ti 110 de una colección de literaLllra del siglo XVI, é l destacaría por
los grandes calJilmws de la historia, con, sus luces y sombras. Sin muc ho.
embargo, en iHéxico sigue sin haba estatuas de Cortés )1la 'l/layar/a Pi za rra no sa bía escri bi r. Y Pon ce de León no escribía.
dt! los lúsloriru/ores mt'XiUt/lOS ¡mifieren no jJresenlarlo como el fun - Alg un os de los otros co nqui st.adores sí esc ribían IllU)' bien,
dador di' l/na 1nlf"l)fI. narión. U51ed que ha escrito libros soon: elJisodios co mo Díaz d e l Castillo. Tener el h,í bito d e escri bi r, por
en la historia del '/I/,uudo marrados ¡Jor la controversia 'moral, de la supuesto , de recordar cosas, es al go que la Co nqu ista de
Irata de (lsc!nvos a la, Guerra Civil e~l){d1.o{fI., ¿ cómo observa la México con memo ra bast.a nte bien. Yo enco ntré que había
historio de la imagen, lústoriográjiw de Cortés? a lrededor de di ez cróni Gls de liberada me nte esc ritas so bre
lo que ha bía pasado, info rmes de se rvicios)' mé ritos. Yen-
Desde q ue esLOy inte resado en la Co nqui sta de Méxi co, ha co n tré q ue h ubo trescie n ta s o cua trocie n tas pe rsonas q ue
habido algunos cambios interesantes a l res pecto. Sus g ran - algo o mucho dUcron sobre su tiempo a la hora de la Con-
des aULOres, Octavio Paz y también Ca rl os Fuentes, han sido qu ista. Fue un descub rimi e nto absol utamente maravilloso.
e n real idad bastan te f~lVora bl es a Cortés, es pecialmente Oc- Creo que ha sido e l mayor p lacer de mi vida literaria, en-
tavio. Yes rea lmente cie rto el con traste de Méxi co co n o tros con trar esos docume ntos y cróni cas inéd itas de perso m~jes
países. Ex iste n es tatu as de Pi za r ra e n el Perú; Puerto Rico qu e había n es tado con Co n és. y un abogado les hab d a di -
tiene un a de Pon ce de León , existe n e n La Esptlli ola ... Pero cho: "Y bie n, ¿có mo lo sa bes?" "Porque yo esta ba allí, lo vi
sí, hay la se nsación d e que Co rtés ha sido recupe rado para co n mis propios oj os." R.e~lIm en le cO ll movedor.
la h uma nidad. Yen e ll o ayud ó much o la biogralTa de .l osé
Lu is Marrínez: a hora es di fici l pe nsa rl o co mo una person a- Cortés I~S el fundador de la lill'ralu:m mexicana y lali.noameriulTUt.
lidad co mpl e t~Hnc nte nega tiva. Y creo qu e debería agrega r- y nos queda /tablar de otro /JI!I:~OI1flje: l\IIoclta.uma. ¿ Le /HlHxe que
se o tra cosa: era mu y buen escrito r. Vale la pe na lee r sus sigue /m!so d" tI,na suerte de l'Iuxmla:múm,lo, la del n")' cuya libertad
Cm'las (ÜfTelación, au n si no te in teresa Méx ico. So n un a de las de acción es/á i1n/Jt:dida Ijar la !ataüdrul, una suerle de Tea de sus
pocas ob ras d e l te mpran o sig lo XVI que todavía se puede n dioses, de sus ¡m:ju.idos, d(' sus lcmoms? ¿ Qué es lo (:senáaL, para
Ieee .. No hay nada entonces ta n in te resante como Co rtés. 'lLSü!fl, de Moclezuma, personaji! r:onsagrado, además, por la -recien-
Son textos mu y cu ltos, escr itos por a lg ui e n qu e obvia me nte le exposición UlOntlmental en el Mw'CO Británico?
asisti6 a una bue na univers idad y, sobre LOdo, qu e pensaba
Illucho lo que iba a dec ir. Supo ngo q ue le echaron la mano

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&

Il lIgh T homas

É.I no sa bía qu é hacel" allle esos roraste ros, qu e llega ban dc ce na ex istió, si tuvo lugar realmente. Yo creo que sí oc urri ó,
repe n tc co n sus caba ll os, sus armas, sus es padas. Eran mu y porqu e he encontrad o e n esas hoj as d e se rvic ios y mé ri -
fuencs)' ta mbi é n m il )' interesa ntes. Ten ían su Iglesia, su vil'· toS de los conqu istadores a lg un a nueva docum en tació n qu e
ge n , sus S~H1 lOS. No sabía qu é ha ce l~ as í qu e antes que nada descri be lo que pe nsaban Andrés d e Tap ia o va ri os otros
salió a da rl es la bienven ida. Inte ntó d isuadirlos de ll ega r a p e rso n;:~es. Todo apa rece, ade m{¡s, en el texto del juicio de

Tenoch ti tlan, y les ma ndó dec ir que era muy dificil , que per· residen cia que le lOmaron a Co n és, el c ual nunca ha sido
d e rían la vida, que el cl ima era Illuy malo a ll í ar riba , qu e publicado de bidame nte. J osé Lui s Martínez publ icó algo
se ría Illuc ho mejor queda rse e n la costa. Pero Co rtés tcnía pe ro e l texto en tero de la res idencia de Co rtés de be pu b l i ~
la de te rmin ación de subi r y lo hi zo. Mandó a Ordaz hasta ca rse. Me g usta ría ed ita rl o yo mismo a lgllll día.
a rriba para cncon tra r ni eve cn la cima del Po pocatépe tl - Io
he pronunciado m u)' m<:\I -, y, cosa que sie m p re me ha pa re· ¿PodJimnos haúla.r un /JOCO dl~ la (/.iJerencia enlre la Conquista. de
cido mil )' cX lnllia , jO rdaz vo lvió co n ni eve! ¿Có mo log ró i\IJéxico )' la de Perú ?¿Hay slmu!iam.a.s ()ntre la 1U1cción de los incas
que no se desh icie ra e n e l v i ~~j c hacia ab~o ? )' la de los aztecas?
Moctczum<1 rea lmente no sabía qu é ha cel~ y c nton ces pen·
só: si va n a ve ni r, e nto nces les debo dar la bi enven ida. Ésa Ha)' cie rtas se m cjanz~, s. Hab ía un mona rca, cuya fami lia e ra
era una rea cción típ ica de indígena mexica n o: la bue na relativamente nueva e n e l poder; qui e ro de c il ~ lJ evaban cien
educación. No sé si podría habe rse resistido al secuestro. a li os. Dominaban él basta ntes trib us me nores, las cuales a n-
No me qu cd¡, cla ro que lo pod ría habe r hecho. Pero como te rio rm e nte habían sido inde pendientes. Tanto los aztecas
sea no lo hi zo. Y e mpezó aq ue l pe riodo d e seis meses e n co mo los incas habían sido e n a lg ú n mo rn e nto una tribu
qu e vivie ro n los dos juntos. Co mo para no creerse cuando menor, tan sólo cie n <lÚOS antes, pe ro hab ían ll egado a esta-
u no pie nsa en la viole ncia dese ncade nada por Alvarado )' blece r Sil prcemin e ncia. Se las a rreglaba n de manera bas-
continuada po r Cortés dura nte e l sitio de Tenoch titla n, cuan- ta nte diferen te, e n México)' cn Perll, después de todo. En
do uno pi e nsa c n esos ba rcos maravillosos que hi cieron los México la clase me rca ntil e ra cx trclnadam c nle importallle,
es pa{lO les para surca r por e l g ra n lago ... mi e ntras que en Perú no ha bía co me rcio, en rea lidad. Creo
Co rtés h izo ciertas promesas, las cua les no e ra n precisa· qu e e l libre me rcado ex istía e n Méx ico, as í que Reaga n y la
men te tales, supo ngo, sin o m,:\s bien buenos propósitos enca- se ú o ra Thatch c r hubi e ra n estado COllle ntos all í.
minados a lograr qu e Moctez ulTl<l aceptara a Ca rl os V co mo La d ife re ncia e ntre las perso nalidades de Co rtés)' d e Pi za-
su se j)or supremo. Algun os histo riado res han ex p resado sus rro es co nside rable. Pi zarro te nía sus cualidades. No sabía
dudas ace rca de la veraci dad de aque ll a esce na de Moclezu- leer, pe ro e ra un hombre ge ne roso, tra b~ad o r. Se es me ril-
ma y sus nobles co ncesiones. Se duda si en reali chtd esa es- ba mu cho con sus homb res. Fue cru e l, p~o tam bié n lo fue

174 175
s
I-I ugh Th olllaS

Conés cuando lo consideró necesa rio. Y no creo que Piza. Fue incansable el hombre, <l lnwesó el AtJcíntico alrcd edor
.. ro haya titu beado ni un segu ndo con respecto ti la ejec u- de doce veces. Yera con tunde nte cua ndo hablaba. Habló de
ción d e Atah ll a lpa. Deb ió sorpre nderse bas tante a l recibi r manera persuasiva a Carlos V en va rias ocasiones. En 15 19
la ca rla de Ca rlos V que decía: "'A los reyes no se les mala; fue muy efectiva su insiste ncia en qu e se inten ta ra otro trato
cncarcéla los, pero no puedes malarlos", a los indígenas; fue responsable po r e l hecho de que aq ue-
Pi za rro sufrió muc ho porque no sabía lec r ni escribir, y llos cuatro prioresjerónimos tennina ran co nvirtié nd ose en
Atahua lpa lo notó. Pudo ve r que a lgunos de los o tros co n- los regidores del imperio es p<.u io l e n las Américas, lo cual es
quistadores e ra n más lislOS que Pizarro, qu e tenía ulla g ra n <ligo extraordinari o . Y lu ego estuvo mu y ac ti vo corno ob ispo,
ca pacidad h uma na; creo qu e esjusto decirlo. Fue un gra n lí- co mo responsa ble de las Nuevas Leyes en la d écada d e 1540.
der, no cabe d uda. No sabía mo nta r Illu y bien , siemp re an- Nueva men te ha bló co n Ca rl os V después de vc inte alias. Es
cla ba co n la infa ntería e n luga r de co n la caba llcr í;l,)' Ca n és noto ri o el hecho d e qu e se preocupaba po r el destino de los
era un bue n jincte: po r lo ge ne ral , anda ba él caba ll o. ¿Qué indíge nas, pero no por c l de los negros. Es u n hecho curi o-
más te p uedo dec ir so bre las d ife re ncias e ntre las dos socie~ so, y pe rfec ta me nte cie rto: así lo reco noció é l mi smo más
dades? Es dific il sabe rl o. Dos estadou nide nses han escrit o un tarde. Se dio cue nta de su error, y cscribió algo e n ese sen ti-
li b ro en qu e co mparan a las dos. Es un tomo in te resa n LC: do. Pero no olvidemos qu c mu chos de sus libros no se cono~
pero Méx ico le gana por una cabeza a Pe rú, por el hecho cie ron, como aq uel doc umento, sino hasta el siglo XIX.
de qu e su vida Ill crcanti l estaba 111 <\ S desa rro ll ada , Sil pintu~
ra fue s u per io r. Se prod l.~j ero n Illuchos o l~j e tos de oro en y junio con Las Casas ajJal1!ren los -misioneros franciscanos, que
Perú , ancl~\Ctos maravi ll osos, pero los diferentes tipos de son, /JO/" lo menos en la. historia I.radicional de k lf .\'ico, la ol.ra cara.
pin tura )1 escu ltura que son caracte rísticas del México anti- Cortés era. el mal absoluto, IJl1ro su maldlul, su fWr/m; em r:o"IILjJnl.-
g uo no se reprod uce n cn e l Perú. sado Ijar los misionmvs, que hicif'lvn lo que se l/ama la conquisla
ItslJiril,uaL de i\lléxico. ¿ NeaLmenl11 se IJllede sejJarar a la cruz de la e5-
Hn La trata de esclavos uslttd se jJregunta IJOr qué Bariolollu: di' j){tda en esa historia?
l({.s Casas no exllmdió sus simjJafías Ijar los indios a los negros.
¿ Qué I)lW("t decir sobre el olro Las Casos, aquel. que JIW lftn c,.itica- Los francisca nos fuero n los prirncros, seguidos por los do-
do co mo ruü¡':ce de 1ft Leyenda. N('gra, el. conl:/"Oversisla acusado d" mini cos, los agustin os )', e n últim a instan cia, losj esuitas. Los
exagera:,.? ¿I::Jlal'ü" dlt ftcuerdo en que Las Crtsas es d l)(w~01u,:j(' francisca nos insisti e ro n e n qu e los mi e mbros de su o rd e n
de aq'lwl dramo lit:' siglo XVI que mayor influencia I.uvo .\"Obre f'l si- apre nd iera n los id iomas nativos. El gran c::je m plo es, por
glo XX, "/f"/la. {('/ltU:,ÚI. atravesada/JOI" la violación sistemática de los su puesto, Sa hagll1l, cuyo trah;üo sobre cómo e ra el Méx ico
d"n'chos hU"/II.fI:nos ? an ti guo es una d e las g randes fu e ntes p, ra la historia de la

17G 177

I-Iugh Thomas

vida m cx ica. Es u na obra maravillosa. Sa hagú n aprendió


tías para mí. No obsta n te , el cr istian ismo es un a reli gión
míhuatl, y vivió en México-TenoclllitJan dura nte cua renta
uc sí presLa Illucha mención al a lm a indi vidua l, lo cu~1 11 0
aúas a n tes d e terminar la ob ra, que fue a fin de ClIe n tas
~Ie el caso e n el Méx ico antig uo. Soy un cristi ano pracLJcan~
presentada a Felipe 11 y, no eslOy seguro por qué, e ntrega-
te y apoyo ese conccpLO. Por supu csto, la Ig lesia ha causad o
da a los gra ndes duques de la Tosca na. Es tá en Flo re ncia )'
muchas dificultades. Se puede debatir con respecto a la
po r eso se ll ama e l Códice Florenl.ino. Pero es en realidad , por
Iglesia, que ha come tido muchos acLOS ve rg~ n zo.sos,. ~i r i gi~
su puesto, una o bra espéOlIio la, mex icana. Y yo la he lI sado
da po r cardena les que al pa recer no han SIdo lIl c(¡ vld uos
bastamc. La nónica de la Co nqu isL:'1 es muy buena. Tal vez
cri stianos muy adecuados, pero aun así, e n ge ne ra l, la I gl e~
no todo sea cieno, pero de cua lqui e r modo pode mos co n-
sia ha sido ben ig na para la mayo ría d e aqu ell os países don-
U'astar lo qu e di ce co n otras fuentes. Habla d e las var ias
de ha sido un poder inte lec tual e id eo lógico ex itoso.
fi es tas y las va ria s ce le brac iones q ue so n costumbres co tid ia-
nas , y así suces iva m e nte. Escrita e n la d écada d e 1550, 1560 ,
listo nos llevada a las rliscusio"/1{{s .wbre 105 sacrificios hu.uumos.
Ytermin ad a e n la de 1570, es la prime ra g ra n ob ra de antro~
Oscilan los historiadores (mire Lomados a.necdóticos o co1/.vert.irlos
pología e n las Anl é ri cas...
en (:[ cora.zón de la sociedad aztecu. l/ay una página en La Con~
quista de México donde usted dice ,!Uf no sabemos en calidad de
H ablando de IJema rdino de Sahflgún, podemos1Jasar al balance
qué, IJor ejempLo, los aztecas sacrificaron a Los esjJ(J.1ioles cautivos,
moral de la. Conquista. Usted habla con mucha precisión)' con
sobre todo en los ú.ltimos 'momentos de Ir¿ Conquista. ¿ Qué fJ(l.saba
mucho lino, en dlJrólogo de La Conquista de Méx ico, de que nos
con ellos, los esjJañoles, una V('' Z :;acrijicados, según la teogonla
hemos vuello un tanl.o ·relativistas JI que casi todos los cullos ·religio-
azteca? ¿Adónde iban sus alm(ls~ No sabemos ni siquiera si eso se
sos noslJurecen aulénticos. ¿En qué sentido lodos somos -como lo
lo llegaron a jJregltntal; teológicamente, los me.'(icas.
dice usted 1Hmsando en ww de S"llS imjJiradores, J:.ilWllrtl Gibbon-
gibbonianos ? ¿Debl'1llos volver a IJümlearnosla 1Jregunta dd nuu'-
Díaz del C"lS ull o afirma que, vie ndo hacia atr"lS d esd e el pu e n ~
qués de ¡\Iloncada (m. / 770, nwndo ?"egala el malJa de Quiuaf.z.in ,
te, desde la ca lzada , pudo ver có mo ll eva ban hasta la cim a
sobre q¡úiine.\· eran los verdaderos bárbmvs?
d e la pirámide y sac rificaban a a lg un as perso nas a qu ie nes
creía reconocer, como Vel<ízquez el e León. Creo que dUo
No crco se r un relativista. C re o e n la su pe riorid ad d e la i n ~
a lgo así. Y d ebe mos supon er que los tre in ta o cincu en ta
terpretació n cri stian a d e la vida. Pre fe riría po r mu cho vivir
es paJioles capturados durante e l p rin cipio d e aquella n o~
d e ntro de u na comunidad crist.iana que en un a azteca. Y d e-
che fueron sacrifi cados. Pero no 1I 0S queda claro si fuero n
bo d ecir, a unqu e tal vez so brev iviría co m o un gue rre ro o un
sacrifi cados pa ra saca rl os d e la conti e nda. No creo que los
gene ra l, que no estoy seguro de que hubi e ra habid o gara n-
mexicas hayan que rido tomar p resos, co.u¡o ta mpoco los es-

178
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F Hugh ThOlllas

paiioles qu e rían hace rl o , por cieno. Ex iste n pruebas qu e fu e ra ciego es tan no table: esc ribió esos libros ma ravillosos
nos hacen pe nsal" que el sacrificio e r¡¡ c¡¡da vez meis domi- el1 e'ligo ll amado II n nocLógrrafo q ue él ,m ismo desa rroll ó. y
1l<lIHe en el Mé xico allli g uo, y creo habe r sugerido alguna ue traía - no sé si has eswdo e n su casa de Bosto n- alam -
vez que hay a lgo que nos indica que Moctez ll ma se oponía a q
bres e ncima, para que e' 1 escn'b'lera esa l lI1
' ea. y 1llego la'SI-
aq uello, qu e esperaba el regreso de Quetza lcóaLl, qu ien g ui ente línea, y así hasta ll egar hasta ab¡üo.; entonces s~
a bo liría a l sac rifi cio h uma no. No estoy seguro de có rno me cambiaba el papel. El hec ho de qu e n o p ud ie ra leer POSi-
hi ce de esa idea, pero tal vez hubo una d isc usión tre me nda ble me n te m<::jo ró su prosa, po rque te n ía la dete rmi nación
e n la co m u n idad rnexica a ntes de] 5 18 sobre c1te ma. Ha bía de se l" e locue nte y cie rtamente lo cs. Es un gra n libro . pero
aque ll os q ue decían: va mos, debe mos seguir adelante, no creo que sea re leva nt.e e n n uestro ti e mpo. Tan to ha pa-
mi ent ras qu e Moc tez urna se p regu n taba si podía e ncontrar sad o en la hi sto riografía desde e ntonces q ue é l es más bie n
a lgu na ma ne ra d e z;¡ f~lI'se d e el lo. Es ta l vez por eso que rile un auto r impo rta n te del siglo XIX. nada qu e nos ayud e a ho-
tan hosp ita lario co n Co rtés. ra. Por ejem plo , no e ntendía para nada a los mayas. La pa-
la bra maya no aparece e n e l ín d ice. He co m prado bastan tes
Le jJrf'gul1. to lo que debí emjJezar IJor jJreguntarle: ¿IJor qw; elcribiú ed icio nes de Presco Lt, incl uso p rologué una para la Folio
La Co nqu isla de Méx ico JI cuál es la. Telación entre la suya)' In Society. pe ro no creo q ue me haya in fl u ido , excepto para
gran obra. jJrroia en ltmgua inglesa, la de Willimn 1-1. PrescolI, pensar que lin o puede escribir un bue n li bro, bie n escrito ,
al){Jrecida. 1m /843? sobre u n g ra n evento d ra má lico )', e n e l se n tido griego de
la pa lab r':l. trágico, co mo ("uc la Conqu ista de Méx ico. Por
Le í a Prescon l" p ri mera vez q ue ru i a México, e n los a li as o tra parle, leí h ace relativa rncnte poco su bue n libro , de
sese n ta. Y lo leí de n uevo e n los alios oche llla , cua ndo an- 1837, sobre Fernando e Isabel. Sus p¡.igi nas so bre la conquis-
daba u"ab;.Ua ndo en una historia del m undo. No es toy seguro ta de G ranada son realm e nte excelentes.
de por qu é h ice eso elllo nces, pero lo h ice. Cuando estaba
escribiendo j ,{f. Conquista de l\IIéxico, pensé en lee rl o de n ue- Para muchos de sus lectores, (mtre los cuales me incluyo, e/libro de
vo , u na te rcera vez, pero e nto nces deci d í n o hace rl o, po r- cabecera sobre la Conqu.ista di! M éxico ) Ia no es el. di! P ·' "f!SCOU sino
q ue iba a in ter fe rir con mi prop ia inves tigació n. Me doy e/. de Hugh T/WUUlJ .
c uenta de q ue Presco tt se re fi ere al jui cio d e res idencia co n
un to no basla llle despectivo. Yo no es taba de ac uerdo con eso Me di o m ucho g usto e n lerar me de qu e e n la Biblio teca PÚ-
y el jui cio de res id e nc ia rue extremadame n te importa nte bli ca de Nueva York mi li bro se e ncue n tra en los anaquel es
para mí y pa ra los lecto res. PI"escott fu e un g ran hom bre , lo abie rtos para la co nsul ta ge ne ra l, m ie ntras que Prescott no
reco nozco, y he estado en su casa en Bastan. El hecho de que est;.Í a ll í. Fue una verdadera satisfacción

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$

I-I ugh Thomas

Para jiua!i,zm; UD)' a. lIarer/e un par de pregu.ntas Ul1 poro '/I/tÍs df'l bibl io teca de la Ciudade la. Vi¡:~jé ex te nsa me nt e por Méx ico,
siglo xx, sobm la situación del nacionalismo mexicano en el mo. fui ¡¡ Yucatá n )1 ~1I norte. El ún ico lu ga r d e México qu e no
mento en que se festeja el bircnlenllrio de la IndejJ"ndencia. ¿ Cree conozco Ill uy bie n es la costa es te. I-I e ido a Monte rrey. pe ro
que Mé:.;.ü;o l'S 'U na nación que se origina o se identifica con una no he visto el h\l11 0S0 río , e l río Bravo.
derrota como la raída (/(1 [0 nueva Tenochtillan ? ,O la natu rale-
za del nacionalismo mexicano !J1vviene de una suerte di' usw1m - Cemo historiador de la Uevol'l.l,ción ntbana, ¿liene algún !utro.le-
ción de la idea únjJelial azle(;a? lo qUf' ofreremos ent re ésta ji la Rl1"f)oluclón mexicana? Oclavio Paz,
que /Jerten('óó lL una genfmtión 1m la que jJ/ivaba una identifim-
Se d ice <l men udo qu e los hé roes de México so n aqu e ll os áón ínli/lw con la Ulroolutión IIIltXÜ;ana, decía en .HiS 'últimos
qu e fue ron derro t.ados, como Mad e ro, Vi ll a o Za pata , y no aíios que ésta, pese (/ lodos sus defectos, r¿ la C01'I'u/Jóón JI al aut01i-
O bregó n , que gan ó toda s s us batall as e n la Revo lució n . !arislllo, lib ró a ¡\!léxico dd Ilwror irü:otr)gú;o. j-Iru;e IlUís de vánlr;
No es toy LO ta lme ntc de ac ue rd o. Lo que yo e ncue n tro inte- mjos, en una entrC'oisla 'lile It, tOntf'r/ió a /~müllle KrauZf', desla((f-
resa llle so bre Méx ico es e l hec ho de qu e es una co munidad 1m 'Usted que urootu,riones COlllO la c-ubana JI la mexicana basaban
mesti za m u)' cxiLOsa. Es cie r to qu e la ge nte de o rige n espa- sus mitologías en "seguir OCUl'I'if'11do", A sus ojos, ¿rn qué momen-
li ol parece ge ne ra lm e nte ser la de a rriba, pero de todos lo dejó de "ocurrir" la RlVolw:ión IIlI'xicana? Si terminó su ciclo,
modos ex iste un mes ti zaj e, lo cua l es muy importante. Alg u- ¿cómo Lermi'1ló?
na vez hi ce la suge re ncia de que si la gellle d e Yugoslavia
q ue ría a pre nde r có mo ll evarse bien con sus vecinos d e be- L.:'1 Revolució n cuba na sc c reía he re de ra de la Revo lu ción
ría e nvi a r a u n m e n s<~ e ro espec ia l, un a mi sió n de indag~l­ me xicana, pero no es e l caso. Ha sid o la Revo lución d e un a
ció n , a Méx ico para desc ubri r cómo los mexica nos res ue lven sola f~lInilia : Cas tro , Fide l, y Castro, Raúl ,j unlo co n sus vie-
el prob le ma de sus min or ías. No lo tomaron en se ri o co mo jos am igos qu e an daban con e ll os e n la Sic rra Maes tra , o
suge re ncia. No sé po r qué. México es un país mara villoso, in cl uso en el cuarte l d e Mun eada en J953. Es un sistema
me g usta mu cho. Me da pe na no haber ido desde hace mu- Illu y es tan cado , el cuban o. Cuba es 111'1 país hermoso , pe ro

chos ¡uios, pero espero ir a fines de és te . Inte lectu a lmen te le tengo mucha lástima: los c uban os han te n ido qu e aguan-
es mu y vivaz. La ciud ad de Méx ico , au nqu e tiene sus pro- tar ese régime n po r ta nto tie mpo, y al pa rece r te nd rán que
blemas, parti cula rmente e l c rim e n , es un lu ga r ma ravi ll osa- aguanta rl o Imis. Ta l vez Raú l ho:II'<1 al go, no lo sé. 1e nía mu-
ITlc nte culto. Q ui e ro dec ir, p uedes e nco ntra r lo qu e qu ie ras c hísimas espe ran zas al comie nzo d e qu e lo haría, pero tal
a llí. Viví mu y fe lizme nte en la ca ll e Made ro durante m ucho vez no lo haga. Tal vez inte n te co nge la r e l régime n político,
tiempo m ie ntras trab~aba e n es te libro, trabaj a ndo e n pa r- como lo han hech o los chin os, pe ro a un así se ría mejor de
te e n la Biblio teca Naciona l, de la UNAM, y en parte en la lo qu e ha ocurr id o e n e l pasado. He id o Cuba va rias veces

I R2 183
F H llgh T holllas

a lo largo d e los llllimos d iez aiios, y me he qu edado ató nito Lamuch o vi ~ja r por América Latina. Espe ro que es te otOlio
a nte la belleza de La Haba na , la cual se e n cue n tra , po r su- pu eda vola r hasLa un lll ga r d O Il~l c n ll~lC~1 he ~stado, para I~i
puesto, decaída , pero eso la vuel ve más atrac ti va. "Se cae en gra n ve rg üenza, que es Pana ma. Q Ui e ro b~ar en Pa nam a.
pedazos, d icen, La Habana ... " Sí. Me ac ue rd o de que Ga- Quiero ver la lín ea del Ca na l, y qui ero ir a om bre d e Dios
bri e l Carda Márquez vi no a Londres al rededo r de 1970,)' en Po rLObclo. He estado en Ve racruz, pe ro no en esa otra
le dU c qu e se ntía mucho lo d e La Haba na. Tocios es ta m os base d e la armada impe ria l espaliola.
e n d ecad e ncia, dUo é l, po r eso me gusta.
& m,u)' emocionante ver t!esd,' el avión el ranal de Panamá...
¿ Cómo encuentra a las m/níúliats lalinoamniwnas (!l1. el bicenlt1"
nario de las inde/Jeltdencias? SI! habla de que SOUlOS '/(.n conlhwn lf Tradu cc ió n d e Tanya 1-I1Inting ton I-I yde
olvidado...

C reo qu e es posibl e a labarlas. A di fere n cia d e Aliia y Euro-


pa, 11 0 ha hab ido en abso luto gue r ras e ntre los países. Jl u-
bo la guerra e nt re Pe rú y Chil e, pe ro eso ru e LOdo. QlI iero
decir: es tán los esfu e rzos d e Castro d e ll e var a cabo una
g ue rra de g uc rrill as e n Ven ezuela y Colo mbi a , pe ro de to-
das m ane ras no es nada co mpa rado co n los al e man es que
in vadi ero n Francia, a lgo que han hec ho tres veces, o los viet-
namilas qu e d es troza ro n su co munidad. Es rea lm e nte OLra
cosa , Am é r ica Latin a, y conse l'va a lg unas d e las cual idad es
d e l im perio es pa ño l, aunque no creo qu e la ge n te es té lTluy
co nte lHa co n la herencia d e l imperio espa il o l. Hay un pue-
blo hasta a rr iba del río Magdalena , e n Co lo mbia , dond e la
e mb<~jada esp<ui o la ha res laurado un pueblo colonia l hc!'-
moso, Santa Cr uz de Mo m pox. Y e l e mb<uador espa lio l
mandó una mi sió n para recibir el ag rad ecimie nto de l pu e-
blo por e l din e ro qu e le ha dado la España m ode rna ,)' por
supu esto, ca ntaron e l himn o nac ional colombiano dedi ca-
d o a d e nun ciar los d oscienLOs a ll OS d e ex po li ación. Me glls-

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VII. El dominio atlántico deJohn H. Elliott

El es tudiO de sir .Io hl1 I-1u xtab le Ell iolL es tá p res idido por
u no de los retra tos qu e Diego Ve l,ízqu cz le hi ciera al con-
de-d uqu e de O li vares, e l fa moso va li do de l rey Feli pe IV.
Ése es el único dela ll e qu e llama la atenció n a qui e n e rllra
en la c¡ilida y bien ordenada habitación do nde Lrab~a, en
Oxfo rd , uno el e los profesores más di stin g uidos del Re ino
Uni do. Fui mos a en trevistarlo , e l ci neasta Nicolás Ech eva-
rría y yo, so bre la hi sLO ri a de l Nuevo Mundo pues a la ho-
ra de l bicen te na rio de lo que Elli ott qui zá p referiría llama r
la "d esintegración d el impe ri o espa íi o l e n Amér ica" e ra im-
posible no contar con él.
La co nve rsació n d uró m ás d e tres ho ras, sólo inte rrumpi-
da por el caté en el inve rn adero que nos ofrec ieron nuestros
anfitri o nes a la lu z de l sol de invierno. Todo se planeó co n
a ntelación: a Elliolt se le e nvia ron previame nte las pregun-
tas por co rreo e lectrón ico y cuando e m pezó la charl a me d i
cuenta de que se a poyaba en sus p ro pias respues tas escritas.
La tard e a nte ri or nos pidió que lo visitáramos dura nte unos
minutos pa ra cerciorarse de que las condiciones para la filma-
ció n fueran las adecuadas. Y pese a todos esos prolegóme nos,
la enu'cvista flu yó naturalmente pues la cordiali dad aparecía
pa ra reco mpensar el orden , el ri gol~ la elegancia, tal como lo
co rroboro leyendo los testimo nios de los discípu los de Ell iOLt
e n Cambridge, e n Londres, en Pri nce ton en Oxford.

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./01111 11. Elli on

Una vez es tabl ecido el derrotero , ElIio tLse co ndu ce 111 <1s Franco se huía corno de la peste y acerca rse a la pe nín sul a
co n las providcnc ias d e l admini strador de un impcrio ibérica había dejado d e ser una aventura lírica. Fue, di gá~
que co n las libc n ades de u n navega llte. No me extr¡lIia que 1110sl0 as í, d e la perife ria a l ce nl.ro, de Portugal y Catallllla
su libro mayor UJ ronde-duque de Oliva.res. /~.:l!JOlíliro f'tl. una a l corazó n del imperio, es p ecia li z~í nd ose en e l siglo XVII )'
¿!JOca de di'cadencia, 1986), un mo numen Lo de biog rcdTa, esté de butando con La rebdión de los mlafa.nes, / 598~ / 640 ( l 963),
de dicado , p recisa melHe, a un universitario, un fun c io nari o títu lo cu)'a es tri cta se ri edad académica les dijo más a los
y u n co n esa no sin el cual el lado de aGiono hubi e ra sido el ca talanes de prin cipios de la d écada de 1960 de lo qu e
111 iSlllo. Ellioll admi tiría. A ese clásico de l h ispanismo lo aco mpaii ó,
Todo e l Illundo athí nü co parece estar b<tio e l con trol de tamb ié n en 1963, La f spmla i'm/}(!rial, 1 469~¡7J6, ade más d e
Elliott y e n e llo ha y algo más qu e un sí mil : la convcrsa~ una serie de tratados e ntre los que deSl.aca J~~~IJ(ti:¡, a), su 1I/.'ltn~
c ió n qu e é l guía re fl<::ja su o bra e ntera y va d esde las li e~ do, ¡500~ J 700 ( 1990) Y /!.s!HI:/ia, ¡':u:ro!)(/. y el mundo de ult-m~
ITas co n las qu e acaso se toparon los vikin gos a ntes qu e Colón mw; 1500-/800 (20 10). Ellio tt habla y escribe un es paiiol
hasta e l Cabo de Bue na Esperanza, pasa por Sevilla, Vera ~ casi pe rfec to y cu ida co n especia l atención las ve rsiones ca s~
cru z. Ca nagena, La Habana y, tras LOcar varios punt.os de l te ll anas d e su o bra.
Árrica occide ntal , va a da r a l Río de la Plata y allll rmis al sur. La misió n de Ellio Ll ha sido, va lga la redundancia, hi stó~
Se int.e rna , por supuesto, en tierro. firme : Tenoc htitla n, F'ila~ ri ca: re incorpora r a España ti Europa, a la h istoria e uro pea.
d e lfla, Lillla. A lo largo de los tres siglos)' medi o que Ell iott Ha d esec hado ElI io ttl a vi<::ja. persislt: nte)' perniciosa idea de
gobierml, de I ~1 92 a 1830, a parece n no sólo los previsibles que el te mpe ra me nto espariol (sea quU ot.esco o sa nchesco,
perso najes es tel ares -Colón, los Reyes Ca tóli cos, Canés, Moc- mágico o reco ntracatóli co, in tegrist.a O in ve rtebrado, rna ci~
tezuma, Ca rl os V y los Fel ipes, la re ina Isabel , el Glrde nal zo o multi cultu ral) es inco mpa tibl e con la mode rnidad. Ni
Ri chel ie u-, sino un a lujosa co rte d e ca racte res secll ndarios lo es n i lo fu e, di ce ElIion. El fracaso de Esp<1I1a, su ause n cia
que el lecto r verá pasar de lejos a lo largo de esta e ntrevis ta de la Ilustración, aque ll a d ecade ncia de los pueblos penin-
y pod rá mirar de frente a través de la bibliog rafía de Ell iott, sulares, la de rro ta de 1898 ll orada por los e nsayistas y los
el hombre qu e, se di ce, ha hec ho para el mundo atJ¡:Ít1li co poe tas, se de bió a un exceso no d e reli gió n ni de irre ligió n
lo que Fernand Braudel para el ma r Mediterdn eo. Elmu n- sin o de historia. El impe ri o esp<u-101, para decirlo vulga nn e n-
do de Ell iot!: ti e ne , e mpe ro , un ce ntro: Espa ña. le, se mur ió de éx it.o. Y las g ue rras de indepe nd e ncia de
Nac ido e n Readin g, Inglaterra, e l 23 dejunio de 1930, sir Méx ico y del resto de las re p(¡J) li cas lat.inoam e ri canas se re~
.John - hecho caballero por la re ina e n ] 994- es e l hi s pani s~ lrasa rOll hasta 182 1, y m;:ÍS all<í , d e bido no a la debi li dad ,
la qu e decid ió rean udar e l amo río e ntre los ingleses y Espa ~ sino a l poderío d e un imperio espallol ca paz de pospon er
iia e n e l mo me nto más inoportuno, cua ndo d e l régi me n d e aquello que los ingleses, una ge neració n a trás, n o pudiero n

188 189
.1 Ohll H. EllioH

posponel-. De se r así, el orige n de Estados U nid os (la Ill e di ~


Antonio Domíng uez Ortiz, e n u na ca rta qu e este últim o
da, la ilusión y la desgracia de todos los latinoameri ca nos) <l • .,~Il su ))rólogo a un hOlllenaje
Cl t~1 e .'
a ElliotL' Le dU oJ o hn 1-1 .
. .. .
se ría aún más inqui eta nte.
Ell iot.l al fi nado hi sto riador seVillano que los Vl~J ~S Ill ltos de
La Es pa iia democrática ha recompensado e l ce lo e u ro~
la histo ria oficial mex ica na es ta ban e n d ecadenCia.
pe ísta de l historiador con e l Pre mio Príncipe de Astu rias en
Ojalá)' así sea.
1996. Pero de los honores que la monarquía espalio la le ha
conced ido a es te súbdito británico (cuya G\tedra e n Oxlord
es p rovisió n d irecta d e la Coro na), creo que ElIiott debe
El en.cUfml.m en/.re el Viejo )1 el Nu.evo Mundo es uno lit: los I:rrandes
se ntirse partic ul arme n te e ncariliado con la ll ave de l Museo
temas de su obra, motivo rle un pl!/'Jlumente ejercicio di: ('()111-1){1.r(l.~
de l Prado qu e signi fi ca su asie nto co mo mi e mbro de la co~
ción, fl tal grado que se habla, gracias a. usted, de una historia del
misión de planificación de la pinaco teca.
·mu.11do allríntico que va del cenl:m a la lJeriferia)l de la /)eriJeria. al
Más a ll á de Un ¡Jalado ¡Jara el nry-e l es tudi o del Palacio del
centro. A lo la:'go rle S'lIS cincu.enta mi.os como h.istoriar/O/; ¿ cómo ha
Bue n Re tiro (1980) e n cola bo rac ión co n .fonatha n Brown-
cambiarlo la percejJción riel Descubrimienlo )1 de la. Conquista?
y de t.:s/Jaiia, t.;umjJa)' el m.undo de ultramm; 1500~.l 800, li bros
qu e colman la fa scinación artísti ca de ElI iott, a lgo hay qu e
Se ha puesto de moda úl timame nte la historia atlántica , y es
dec ir, para te rmin ar esta se mbl an za, de l Nuevo Mu ndo, de
impo rtante qu e así sea: ver y mirar las dos orillas del At~ án~
la parte mex icana de la historia unive rsa l. Al re~haza r e l ti co, incorporar la h istoria de Europa, de l occide nte de Af"ri-
excepcionalismo espaliol, Elliott nos ayud a a combati r su
ca y de las Ind ias de ntro de un corUun to. Pero es te n uevo
secue la y su parodia, e l exce pcio nal ismo latin oam e ri ca no.
e nfoque a th\nl.i co ha sido más importa n te para es tu d iar la
Para é l, ta l cual lo ilustran los ma pas de Im/Jerios del ul:ttndo
coloni zación qu e e l Desc ubrim ie n to o la Co nquista , pues to
atlántico (2006), ambas pa rtes de l mund o e n el siglo XVI
q ue la h istoria del Descubrimi e nto siempre se ha puesto d e n ~
e ran equivalen tes: e n la visió n e lliottia na lo mejor de l mun-
tro de u n context.o atlá n tico .
do siemp re ha sido g lobal. El desc ubrimiento de Amé rica y
El ani ve rsari o e n 1892 del Desc ubrimie n to de Amé rica
la Co nq u ista de Méx ico, de la qu e nos habla con detall e,
por Coló n fu e una co nm e morac ió n muy triunfali sta en la
fu e ron aco ntecimientos mundial es. El azar y la locu ra d e la
qu e sólo se exaltó la superioridad e uropea, el triunfo d e sus
hi storia , e lem en tos co n los qu e un antideterm in ista co mo
pri ncip ios racionalistas, de su ciencia, de su tecnología. Aho~
Elli ouj uega y juega m ucho, h iciero n el resto: co nve rt.ir e n
naciona listas, primero que nad ie, a los hi storiadores. Pero I Richard L. K... gan y GeofTrey Parker (comps.) . ES/Jfula, E1II"olm. )' el
a Elli o lt le en tusias ma el giro que ha tomado la histo ri og ralia m.undQ a/lánlico. Homenaje ajolm H. }:,·{/iOIl, traducció n d e Lucía Blasco
me xica na e n los ú ltimos alios. Ello no me lo dUo a mí, sino ¡"'Iayor)' María Con clor, Marci al Pons/Junt<l de Castilla y León , Madrid ,
200 1.

190
191
.l ohn H . Eltiolt

ra, si uno se tras lada al a ni versa ri o de 1992 se aprecia una casi un siglo des/Jués, la conquista ingll'.sa. de lo que sería. Estados
d iferenc ia eno rm e: la imagen de Coló n perdió mu cho de Unidos. A su vez, usted mbraya. su lugar en el liemlJO, discute la
s u esple nd o r )' a pa rece como una fig ura emb l e m ~¡ tica de I ~, ?loción que distingue a. una. y otra. en tanto "iJlnfJresa de conquist(J,"
avaricia, la codicia, la a rroganc ia de los e uro peos y d e su JI "empresa de comercio", 11!clwza IJor tJOCO convincente la diferencia-
imperial ismo. Eso se de be, e n g ran pane, al rechazo de l co- ción, de Clive 8elilh, entl1! pi erizo esjmiiol )' el zorro inglés, !Jero a
lo nia lismo durante la segunda mitad del siglo xx, un rechazo fin de cuentas acej){(t usted la idea de David Hume sobm que los
que e n Europa aparece reves tid o de un arán de inculpa rsc espa'-ioles ingleses,/Jorl.ugl.leses y holandeses se distinguen hasta en
J

po r ta ntos siglos de domin ac ión. Ese nuevo e n fo qu e (¡un. el tróPico. En 11!S1.WUm, ¿es eltijJo de crisl.ianislIlo el calólico y el
J

bia mu cho n ues tra perce pció n de lo q ue pasó a fi nal es de l !Jmlesta.n.te la difemnci.a esencial enln: una y otra emtJresa?
J

siglo xv y princip ios del XVI. Pe ro a l m ismo ti e mpo crcció


el in te rés por lo q ue Mig uc l León·Po rLi lJ a ll amó hace ci n. No es cie rto que aceptc la d isti nción qu e hace David HU Tll e
cue n ta aiios "la visió n de los ve ncidos". Siempre ha impe ra. entre la importa ncia primordia l de la cul tu ra so bre el Tlled io
do la visió n de los ve ncedo res y ha sido m ucho nhís difici l ambiente, culture versus nalure. No esta ba inte n ta ndo hacer
descubrí¡-, ¡de n1 ifkar e inte rp retar la visión de los venc idos, eso en m i libro so bre los imperios de l mundo atlán tico. Tra-
posib le me nte por ra lta d e documel1lación. té de d e mostrar qu e hay u na ten sión permanente e ntre Ine-
El gra n ac ie rto de estos últimos ,lilaS ha sido una cie na dia ambie n te y cultu ra po rqu e el ambien te pudo refo rzar las
recuperación de có mo se miraba e n las Indi as, en México, ideas cultura les co n que aparecieron los europeos. Tome·
en e l Pe rú , a los in vaso res. Es dificil interpretar las pruebas mos por ejemplo e l caso de los co nquistado res espalloles,
qu e te ne rnos, po rque muc ho no quedó escr iLO; había un qu ienes, gracias a la recon<lui sta de la península ibé rica, lI e·
tipo de esc ritura en Méx ico, pero no en el Pe rú . Mu c hos ga ro n con una visión de la riqueza co mo botín , tributos y
cód ices so n de una é poca posterior y hay qu e fUad os, lo meta les preciosos. Descub re n lo que cspe raban descubrir, y
cua l da lugar a mu chas difi cultades de interp retació n . Pero e llo refuen:a las actitudes y la ll1 e n t~l l idad de los espa¡loles de
a pesa r de todo aho ra tenernos un a visió n más equi lib rada. fi na les del siglo XV. Los in gleses arri baro n al norte de l con·
El reto actual es c uidarse del pelig ro de l se ntime ntal ismo ti nen te co n un a visió n se meja n te, pe ro no e nco n traron e n
an te los co nq ui stados y lograr un equi librio e n tre la visió n Virgi n ia n i minas n i g randes poblaciones d e ind ios. Tuvieron
d e los ve ncedo res y la de los venci dos. que aba ndonar hasta cie rto pu nto la búsq ueda de l oro, de la
plata y de los tributos, para ex plOlar la Li CITa por su propia
Usted /W 1mbojado 1I/.uclw en ese equilibro. En Impe rios de l mun - cuen ta y, sólo m,1S tarde, con la ayuda d e los esclavos negros
do atlántico co1ll1Jll.ro los diferentes hIJOS de conquista: la ronqu.is- importados. Ello reforzó la me nta lidad inglesa del siglo XVI Y
ta. del Caribe )1 dt' México a./JrincijJios del siglo XVI con la ocurrida. XVII en favor del trabaj o d uro de los co l on~ En ambos casos

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John 1-1 . Ell iott

innuye mucho e l ambiente, al refOl-ltt r c¡c nas tendencias en ponerse, ll eva por fuerza a una aceptación d e la tolerancia
una sociedad en lugar de otras, yeso trato de demostrar como necesidad. Es fundamcnta l la importa ncia del p lu-
e n e l curso de mi li bro: que no todo es cuestió n de cultura o ra lismo e n las sociedades protes tantes del norte de América.
de ambiente, sino e l resu ltado de esa interacción. Ninguna de esas re ligio nes, ni la anglica na ni la co ngrega-
Us ted ha hablado de la cuestión re ligiosa, del pro tes~ cionalista de los puritanos, pudo imponerse. El resu ltado
tantismo y e l ca to licismo, y del impacLO de estas d ifere nc ias fue un p lura lismo re ligioso que con dlU o tamb ié n a un plu-
re li giosas sob re la colo ni zación. Es funda memalla re ligión , ralismo en la manera dc pensa r y de vivi r. En cualq ui er so-
pero ta l vez no e n la ma ne ra e n q ue se la ha desCI:ito tra~ ciedad, el pluralismo trae co nsigo mayo res posibi lidad es de
di cio na lme nte. Se ha hablado muc ho de la visión de Max crealividad y de re novació n d inám ica e n comparación con
,""eber, de la é ti ca protes tan te de l tra bajo qu e ha dado a las la uniformidad de un a sola Igles ia que se impone en todo.
sociedades p rot.es ta n tes un co nce pto distinto de la riqu eza,
y dc los gra ndes proyectos empresa rial es que im pu lsaro n a ju.nto a la fragmentación y el jJlu1{¡{ülIw, es 1IlU)' sugerente su com~
las nucvas sociedades de Améri ca de l None. Pero e n el caso jJaración entre Cortés y Cltrisloplutr Newporl, entre Üt confederación
de las In d ias espaliolas, si uno mira a I-I e r ná n Cort.és, t.e n e~ que encabe:wba Mor.lt'Z1t1fW y su versión a escala, los dominios al~
mas a un cmpresario co n plantacio nes de azúcar y grandes gonquinos de Powltatan. J:.,¡ México (o el Perú) tendemos a jJemar
proyectos para el co me rcio e n e l Pacífico. No hay f~dta de desde una suerte de etnocenl.lis11lo 11Iesoamencanisla, deslmxiando
ca pacidad empresaria l e n esa primera generación dc con~ tm /Joco el olro mundo indígena, ellnvjJiamenle norteamericano. Es
qu isLadores y poblado res d e las Indias. Si n e mbargo, debi ~ frecuente comparar el destino de los im/Jelios inca y azteca, mientras
do a la riqueza minera y a l eno rm e tribu to oLOrgado po r la que mra vez se conlrasta el Ulundo indígena mesoamericano con el
población indígena se impuso, durant.e la segunda y la ter~ universo, tan diverso, de los indios norteamericanos. ¿ Qué elementos
cera generación de colo ni zadores, ese co ncepto de vivir de deben considerarse en esa comparación que, qltiuí, va más allá de
sus renlas e n lugar de ltra b<tio d uro. En las In dias es péui olas las habituales diferencias de desarrollo enlTe (tIllbas civiLizaciones?
la explo tació n de las minas en tre los siglos XVI YXVIII impre-
siona por la capacidad e mpresaria l qu e con ll evó. En e l sur de los aCLllal es Es tados Un idos ha bía civili zaciones
El caLOli cismo, a pesa r d e sus luc has illle m as, fue y si- muy pa rec idas a la de los mcxicas. Hubo g randes centros
gu ió sie ndo una rel igió n en e l fondo monolítica, yeso ll eva cere monial es, co mo e n Kao kia , cerca del río Miss issippi. La
natu ra lm c ntc a la co nfo rmi dad y a la uniformidad impues- civiliza ci ó n mesoa me ri cana se ex ti e nd e hacia e l norte, eso
tas, además, po r la ce nsura y la Inquisició n . En ca mbi o, el se olvida muchas veces. Al mi smo ti e mpo, cuand o uno ll ega
protestantismo ti ene una te ndencia a fragme ntarse y esa frag- más a l norte, no se cu lLi va con I.a nl.a facilidad e l maíz, y por
mentación , do nde una igles ia protest.a n te no co nsig ue im ~ lo mismo es inevitab le la ex iste ll cia dc sociedades más de di -

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J ohn H . Elliott

cada s a la caza, más móvi les, nómadas, q ue abandona n sus pregu. nta que !tace (J,1Z0S ~e !tizo J!.lIrique ~rlll~ze :me ~igue fJanxien-
pueblos cuando se ago ta la Lierra )' va n a otros sitios yahí do apasionan/e: ¿/Jor que no hubo, en el (1mb/Lo mgles, 1.1.11. BarLolo-
e mpi ezan de n uevo a re n ov",u "la Lierra. Estas sociedades, en mé de las Casas?
la visión d e los conq uistadores y d e los eu ropeos d e los si-
g los XV I )' XV II , no e ran tan civilizadas como las de los An- Es un a pregunta fasci na n te. Hay que acordarse de qu e sí
des y del ce ntro de Méx ico, pero g racias a su ca pacidad de L1e tuvimos un Banolomé d e las Casas, un Las Casas "en
adapta rse a la ecología formaron sociedades igua lme nte in- ~linúscu las", se puede deci r, cn la pe rsona dc alguien que
te resan tes y co here ntes que las de los g ra ndes imperios . ll evaba mi propio no mb re , J o hn El io t, un ministro purita-
Se o lvida co mpa rar a las g randes civi lizaciones de l ce n lro no en Massach use lts en el siglo XV II , q u ien fundó cato rce
de Méx ico y a los in cas co n los otros indios de las In d ias es- pueblos pa ra los ind ios co nve rtidos: jJmyingLowns, "pueblos
pai:-lOlas. Es mu cho más dramático d esc ribi r la ca ída de los de o ración ". Fue es te El io t Ull apósto l ele los indios e n la
g rand es imperios, d e civi li zaciones cel1lra li zadas. Pe ro uno misma pau ta que Las Casas, Pe ro por va rias ra zo nes no h u-
ti e ne qu e pe nsa r qu e la co nquista de Yu ca t~ín d uró décadas bo esa di scusión so bre la hmnanidad de los indios, co mo la
po rqu e, a pesa r d e ser ll1u y sofisticada , no fu e la maya u na del gran de ba te de Vallado lid, e n 1550, e ntre Gin és de Se-
civili zac ió n ce ntra li zada , y por esa razó n fue mu cho m,ís púlveda y Las Casas.
dificil conqui sta rl a que a los mex icas y a l resto de las tr ibus Esta a use nc ia se deb ió, en g ran part.e, a qu e los ingleses
del centro. Y los es p<ui o les tambi é n lUviero n sus indios b.h- no t.e n ía n esas e normes poblacio nes ele indios subyugados,
baros, co mo los mapuc hes de Chile o los c hich imecas e n e l muc hos de los cua les es taban a l ma rge n de las sociedad es
norLe de Méx ico. Los ind ios bárba ros del nOrLe de los ac- coloniales. En comparación, los esp.uiol es, g rac ias a la don a-
tuales Estados Un idos se escondiero n de los europeos e n ción papal, tuvieron la obligació n d e evangeliza r y co nver-
los densos bosques y no se presta ro n a los tribu tos que pu- tir a sus indios, u'a tarlos bie n e in co rpora rl os socialme nte . y
d ie ran imponer los espalioles e n México y en los An des. cuando hay una población subyugada del tipo que se e nc uc n-
u'a e n las Indias espaliolas, pe ro no e n Amé ri ca del No r te,
Subrayando lo que acaba 'Usted de mencionar de que cada quien la ex plo tació n ta n visib le provoca una reacció n e ntre los
tenia sus indios bárbams y sus indios civiliz.ado.\·, quisiera jJregun- frail es o bligados a proteger y co nve rti r a sus indios. Eso es
tadB, más que sobre la difusión 'Unive1:wl de la Leyerula Negra, una d ife re ncia e no rme. El protestant.ismo no se pres tó L:'l n
sobre la mnjJüa úifluencia, en el mundo de los Esluan/'o y de los bie n a la evange lización po rqu e no había órde nes rel igiosas
Tudm; del jJenSmnienlo esjJmlo1 sobre el Descubrimiento JI la Con- ded icadas a la evangel izació n e n las Iglesias protes tantes.
quista. SI! uyó mucho a Pedro MártiT de Anglelia, a Cómara y, a La Igles ia a nglica na res ultó se r mu )' d ébi l: no hubo ni u n
tmvés de éste, las Ca rtas d e re lación de Cm . tés .... Sin embargo, la solo obispo angli ca no duran te esos dos siglos d e coloni za-

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John H . Etli ou

c ió n en Amé rica de l Norte. Los p uri tanos se interesa ban Antes del enc uen tro co n Moc tezuma, me parece fascina nte
mucho más po r su pro pia salvació n q ue por la sa lvación de la capacidad de Cortés pa ra enco ntrar al iados en el curso
los ind ios, porque pa ra e ll os, en ú ltimo té rm ino, la sa l va~ de su marcha a Tenoch ti tl an. Era e no nTIe e l resen tim iento
ció n depe ndía de la grac ia de Dios. contra la do minació n de los mex icas. Lo vemos especia l-
mente en la reacción, al f, na l, de T laxca la. La aportac ió n
EL asunto de La f))'(fl[estinación ... de los enemigos trad icio na les de Tenoc hlitlan ca mbia m u-
cho nues tra pe rce pción de la Co nq uis ta, que e n e l siglo XIX,
E.xacto, exacto. en la obra de Will ia m Prescott, se re prese ntaba como un
gran triun fo eu ro peo: h ubo u na te nde ncia a o lvidar la ayu-
¿ Qué piensa de la l\IIalinche? ts una figura clt),a percejJción en d,l funda me ntal qu e d iero n esos indios a los co nqu isladores.
México Iw cambiado: fJasó de ser La tmidora /Jor antonomasia a Du rante los últi mos años hemos logrado una visió n m,ís
I'ransfonna1"Se en una especie de sÍ'mbolo fJoscolonial: la mujer ace rtada de cómo tri unfó Cortés. Fascina, desde luego , el e n-
que tra.duce, la "mujer mpta.da.. cuen tro emble má tico, co mo sie mpre se h a visto , en tre dos
mu ndos tota lme n te ignorantes el u no del otro hasta mu y
Yo te ngo la impresión de qu e esa re in terpre tación de la poco an tes de la ll egada de Cortés a las cos tas del Go lfo de
Ma li nc he es tá todavía bas tante red ucida a los círculos aca- Méx ico. Ambos era n tota lm en te ignoran tes de la me nta li-
dé mi cos y univers ita ri os; no se ha d ifundido entre la socie- dad, de la manera de ser d e l o tro, y co mpa rtían ese mismo
dad mexicana e n ge neral. pro ble ma de có mo leer las se ña les de l o tro en ese mo men-
LO. Eso ocu rre tam bié n dura nte las pr ime ras se manas d e la
A caba usted de publica?' un ensa)lo magnífico sobre M oclez:uma, prisión de Moctezum a, cuya reacció n me ülsci na. Ten e mos
fJam el catálogo de /a gran exjJosición reáén dausnmda en el Mu- una idea basta nte clara de! carácte r de Cortés, de su as tu-
seo Británico. ¿ Cuál de todos los ejJisodios de La Conquista de M é- cia, de có mo ma ni pu laba todo. En ca mb io , in terp reta r las
xico lefascina más? ¿El encuentm enln: Cortés y l\Iloclezuma )l/a reacc io nes de Moctezu ma ha res ul tado muy d ifícil. Tradi-
convivencia entre ambos lms el. secueslm del emperador azlPr.:a? ¿ EL ciona lme n te se le represe n ta como a un co barde; se ha bla
horror de Los españoles ante los sacrificios humanos? ¿ La conciencia mucho d e l mito de Q uetzal cóa tl , q ue influyó en orme m e n-
de la fatalidad en M oclezuma.? ¿La alianza hábilmente estableci- te e n su reacción an te la ll egada d e estos extraños se res. A
da enlTe Cortés )1 los enemigos indígenas de los aztecas? ¿El sitio y m i modo de ve r, e! mi LO de Q uetzalcóa tl no es decisivo en
la caída de '/tmochlitlan? la me nta lidad de Moctezum a. Yo c reo q ue es un descubri-
m ie nto de la é poca poste ri o r a la Conqu is ta, cua ndo hu bo
q ue explica r la reacc ión de Moctezu ma. Eie nso en otras po-

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John 11. ElIiott

sibi li dadcs. Por eje mplo, la man era u'ad icio nal de rec ibir Siem!Jrt! liene que mencionarse 1m una conversación como ésla el
e n Mcsoamériot a los representa n tes de otros caciqu es, de asunl.O de los sacrificios h:wnanos. ¿ Qué dosis de Telativismo pode-
o tros g randes prínci pes, co n una cortesía que Co rtés malin- mOS jJollerle al asunLo quiefU!s venimos de tnt siglo como el siglo

te rpreta. O tra posibi lidad es la arroga ncia, y no la coba rdía, XX ? A)'er /-Jugh Tlwmas nos decía: "No, no, )'0 no soy 'relativista.
de Moctezum a, un hombre que había derrotado a tantos Yo creo en la sulJelioridael de la civilización cristiana. No tengo
e ne mi gos qu e, cua ndo se ve cn frentado co n u n puñado d e ningún problema JJO,. ese lado ". Pem ¿ cómo tralar históricamente el
es p¡:uioles, los subes tima. Es un problema fra nca me nte si n {(sunl.o de los sacrificios Immanos, j)(u'liendo de la base de que no
soluci ó n: nu nca conocere mos tan b ien a Moctezum a co mo es función del historiador '/'egañ,ar a los '/nuertos, como 'Usled elice?
a Co n és.
Se en ti e n de muy b ien la re acción de los esp<uioles y los e u-
¡\!fe gustaría ({tU! no.\' hablara sobre el encu.entro que tu.vieron (m. el ropeos ti'e n te a los sac rif-icios hum anos. La mex ica fue un a
'lillll/J{o 1\lla)'O/; cu(mdo Corlés le jJide a Moctnu'1IIa que instale una civilizació n hecha a base de sa ng re, pero fu e también una ci-
cruz y una imagen de la Vi1gen en t:I TemjJlo Ma)'01; jJrl'figum:rulo "il izac ió n mu y sofisticada e n m uc hísill l0S aspectos. Pasa ron
su d('cisión dl' constmir fas iglesias sobre fas ntil1as de las pirámides. cosas que efecti va mcn te so n co ntra la humanid ad , q ue se
de bían a la cosmogo nía d e los mex icas, sí, pero que son
Los espa,ioles insistían en visita r e l Templo Mayor y ha ce r inaceptables.
ahí un templo pa ra la Virge n . Querían pone r imágenes de
la Virgen y de Sa n Cristóbal. Ig noramos qu é fue lo que pa- Ha cambiado en medio siglo, en Mb.:ico, la imagen de Hernán
só, porq ue d epe nd emos de una sola fue nte, las CarLas de Cortés. Hay 'Ull fallloso fragmenlo que segumlllenle usted Iw visto
relación co rtesianas. Eso de destruir los íd o los no pasó e n e l del mural de Diego I?ivera 1m. el Palacio Nacional de Mé.\"¡co donde
Te mpl o Mayo r, qu izá porque Con és que ría prese nta rsc co- ajJarece un Cortés sijilíl.ico, una encamación venenosa del mal. y,
mo e l g ra n re presenta nte de la cristiandad católica e n aque l (J,'ltnque l\IJéxico sigue siendo, CO/ll.O usted sabe también, un j)(l;Ís
Illundo paga no, re fl eja nd o la determi nac ión de los es paii.o- donde no ha)1eslatuas de los conquisladores, se Ita modificado la
les de eva nge li za r. Tengo la impresió n de que fue e l pri ncipi o 1Jet'ce/Jción de Cortés entre los hi...'itmiruLores mexicanos. Awu{ue no
d e la pérdida d e prestigio de Moctezum a a nte los mexicas, todos admill'1l lla.lI/.f/.rlo el fund ador de México, se (/¡tslaca. al gran
especia lme nte en tre los sacerdotes. Ese me noscabo d e su ctl.jJitán del Renacimiento y no ti. aquel J4i! (1ft ba.ndidos que dibuja.-
prestigio, de su parcial di vini dad, lo enco ntra mos ta mbi é n ba Schilla
e n e l g ra n alboroto per petrado por Pedro de Alvarado e n
Tenochtitlan , cua ndo !'VIocte zum a no puede salir en e l mo- Me parece muy sa na esa re in terpre Lación de Co n és, por-
me nto culm ina nte y se desac raliza. qu e su apo rtación ha sido rundam e ntal e.n la me zcla de las

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.I ohn H . ElliOlt

l~l 1'...:1.S y e n la co habitación en tre los conquis tadores y las prin. espaiio les querían conserva r ~os repúblicas: ~lI1a república
cesas aztecas. Pero hay que matizar la personalidad de Co r- de los ind ios y otra de los espa no les. Se co mpli caro n mucho
tés: fue un hombre I11U}' cruel , con u n capacidad e norme las cosas con el mesti z¡;~ie, yeso creó una 1sociedad de cas tas,
para reinventarse a sí m ismo. Se represe n tó en sus Ca'1'tas de de mesti zos, de ind ios puros, de gen te mezclada, de arrica-
relación co mo el a uté nti co fie l se rvidor de Ca rl os V y lo Con- nO,S
de la que se fo rm ó efectiva me nte e l México mode rn o.
sigui ó co n brilla ntez, g rac ias a l éxi to de la Conqui sta y a las
riquezas que e nvió a Espa iia . Fue un hombre maq iliavél ico Para terminaJ' con el lema di! la. Conquista, nos IJOdda hablar de
en e l fondo. La rei nte rpre lílción de la que habla usted nos los últimos mios de Cortés, de Los que se sabe y habla poco.
ha ll evado a un a visión más equilibrada de los acontecimien-
tos porque los papeles tradi c ionales de Co rtés, de Moctezu- Gracias a esa desas trosa expedi ció n a Las Hibue ras, reg resó
ma, de Cu.w hté moc, fue ron mo ld eados, so bre todo , por la a México-Tenochti tlan un h o mbre des hec ho , Illuy e n fer-
ideología d e la Revolución mexica na de 19 10. Esa ideolo- 1110, ago tadísimo. Y sí, había pe rdido mu ch o de su antigua
gía simplifkó la hi sto ri a tan co mpl eja de la Co nqui sta. Pero ca pacidad. Después de la Conqui sta , vinie ron los n uevos
después de U II siglo esta mos ll egando a u na visión más de- conquistado res en la forma de buróc ra tas, funcionarios de l
ta ll ada de lo que se representaba e n los g ra nd es murales rey, )' poco a poco consigu ie ron co nstrcJiir a l co nqui stador
de Diego Ri ve ra y de .losé Cle me nte Orozco, P,lrll quie- de Méx ico, limita r su capacidad d e acción , y al final tuvo
n es la Conqui sta e ra la imposición de una bru ta l socie d ~ld que regresa r a Espaii.a pa ra pro testa r. Recibió mu chos h o-
eu ropea sobre una civili zac ión india caracterizada POl- su nores, su títul o, y regresó a México. Pero no tenía las posi-
pureza. bilidades de antes. La Co ro na tenía mi edo d e un excesivo
poder de los co nquistad o res, de Ulla sociedad fe udal como
/-Ia.y o/.ra visión de Orozco en la que Cortés a.JJarece desnudo con la la que eSUlban intentando destruir e n la península ibé ri ca,
Malinche, lomada de la mano, como dos enamorados Inúnordirdes, no querían perder e l control al otro lado del AtJ¡intico. A la
Adán y Eva del Nuevo Mundo. ¿Cómo no ver a México y E~p(t1ifl, Corona le e nca ntó sabe r qu e Co rtés regresa ba defll1 itiva-
como dos paises que chocan, se odian yfinalmente se llegan a auuu; me nte a Espalia. Participó en la famosa ex pedición de Ar-
aunqw! ha)'fI, un muerlo a sus pies? ge l y perdió ahí sus j oyas, para morir poco des pués.

Yo hablaría m;:ís de co habitación qu e de e namora mi e nto. Hablando 'Un IJOCO más de hisl.oria e hisloriografía, lo que m(lS me
Pe ro e fec ti va me nte, co mo todos sabemos, se creó una civi li- gusta de su obra. es quizá. la larga halallrt que ha dado por soca.vm·
zació n mesLiza. Ahora, lo d ifícil fue inco rpora r a estos mes- hist01iográjica.menle la idea de la "exce/JCionalidad esl)(l1iola ", )1
Lizos de n tro d e una llueva sociedad en la que al p rincipio los hacer de la historia. de t:sIJafia no sólo una historia eum/Jea, sino

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John H . Ell iou

una de las grande.\' !lisiO/ias cwvlJeas. Usted sugiere que el.jJlrJble- aco ntecimie n tos m ode rn os. El régi me n de Fra nco se e n or~
l1W esencial de la dl'Cadencia del i1lljJc'¿o esj){lñol. (el gran tTllUma. gu ll ecía d e esa "dife re ncia", q ue prese ntaba a Espaiia como
de los rsjmúoles) 110 es otra rosa que el resultado de una sobreca1ga el ólli mo red ucLO de los grandes valores lrasce ndentales, una
estratégica, o IJara decirlo de otra manera, de "un exceso de hisllr nación q ue se de ICnd ía a sí misma de fe nd ie ndo a l mundo
.,.ia ". Leyendo el/Jrólogv que hizo Antonio Domillgun:. Orfiz al libra co ntra e l li be ra lismo, e l a leís mo, e l mate ri al ismo , e l m a r~
de homenaje qur Ir drdicamn a usted, él dia que a/. jOf!1!11.Jo!m 1-1. xismo, la maso ne ría , e lcé te ra. De a llí viene n esas dos exp l i~
Elliolt 110 Ir i111presó mucho la /Jolémica entrr América Caslm )' cae io nes, la de Castro y la d e Sá n chez Albo rn oz, a m bos
Claudio Srínclll'Z. Albornoz sobre cuál era el origen de la ext:ejJciona~ insislie ndo e n la d ife re ncia de Espa ña e n e l con lex to d e l
lidad es/m1iola, si aquel "jmraúo" de la tolerancia ndigiosn qUi' ese ncialismo. Sá nchez Albo rn oz desc ubría las raíces de Es~
dibl~.jÓ Amé/ico Caslro o la lJioüm.cia /wbbesiana fu:ribnnda, Ht/.rala~ IXHi a e n la é poca rom a na y visigoda, y Cast.ro e n la c on vi ~
({n /JO"- Sánc!u:z. Albo/'/wz. Cuando 'Usted llega a la histmia e~/Ja'¡i.o~ ve neia d e las lres ci vilizacio nes de mo ros,j ud íos y cristia nos
fa y (,'Iwnda usted llega fl f~~lm1ia, ¿cuál (tra el ambiente? du ran le la Edad Medi a. Fue im po rta nLe la a po rtació n de
Castro a l rescatar a los judíos y los moros, q ue es ta ba n en
Cuando ll egué ah í a p rincip ios de los ali os ci nc uenta del pa rle ma rginados de la h istoria. Pcro todo e l c nfoq ue esta-
siglo pasado, rea lme nle ve nía yo desde Fue ra, co n una visió n ba equivocad o: ambos hi sloriado res in lerpre taban la hi sloria
ex tJ"lI~j e ra de la h istoria de Espaiia y con buen conocimie nlo de Espa ña de n tro de la Inisma pa uta, porque estaba n p e n ~
de la hi sto ri a e uro pea e n ge nera l. A mí me ll amó la a le nción sando e n algo bio lógico, ese ncial, m¡ls que h istó ri co.
ese Ic ma de l régi me n d el ge ne ra l Fra nco, "Espaii" es di fe- Yo p refie ro ver la hi sto ri a de Esp¡;lIi a e n té rmin os d e los
re nle". Se lut blaba mucho de esa "d ife rencia" y e ra un re rl c:jo acon tec im ie n LOs y las pe rso na lidades. Po r ':;je mpl o, e l h e~
de la pe rce pció n d e la h islO ri a es pa ño la desde el siglo XIX. cho d e qu e Espa ña haya sido e l prim e r pode r e n crear un
Con las g randes de r rotas de l 98 se e mpezó a hace r u na in- impe rio eX lrae uropeo mundi al fue de impo rta ncia e no rm e.
trospecció n colectiva que ex plicaba la hislO ri a es paiio la e n El ha ll azgo de meLales p reciosos fue funda men ta l ta m bié n
lé rmi nos d e sus fracasos. Y esta me n tal idad d e fracaso se pa ra ex pl icar la hislOria de Esptllia d e ntro de Euro pa . Lo
a rra igó con la Ge ne ració n de l 98, qu e se ex pl icaba ese rra~ qu e más ll a mó mi atenc ió n no fue ro n las d ifere ncias sin o
caso en lé rmin os del te mpe ra me nto d e los es palioles ... más las sim ilitud es e n tre Es p a í~·la y las socie dades e uropeas
en ese mom e nto. La obsesió n co n e l ho no r, por ~ j e mpl o,
Una. su(!rle de fatalidad biológica.... se e ncue ntra en lodas pa rtes, lo mismo qu e esas críticas es-
p,lliolas al af¡in d e las élites por e l h!j o, jun to a la de nun cia
Exac lO. Busca ba n un Lipo de ese ncia lismo es pa liol q ue du- de la pe reza de los t rab ,~ja d o res, q ue se re pite muchas veces
1I1 le e l curso de los siglos ca mbi a ra poco y expli cara los
1.. e n Francia, en Ingla le rra , en o tras pa rle t:.i-0 impo rta nle e n

204 205
.I o hll 1-1. ElJiou

los ,-uios c incue nta y sese nta de l siglo pasado era rc in co rpo_ tal de la desinll'g'ración dl'l i'mperio e.\jJo.i1.ol, a.ñ.o del cual no Je
ra r la h istor ia de Espíl1i a d entro de la h isto ria c uro pea ge- habla con 1JlUclw frecuencia. {I. los estudia.n/es en México. Así co-
ne ral , sin esco nder las difere ncias. 1/10 hace Talo hicimos la comparación ent re los dos ti/JOS de conquis-

Cada país p ie nsa que es exce pciona l d e una man e ra u ta, el inglés y el esl)(J,ñ.ol, ¿/JOdemos hacer lo mismo !Jem con lo que
otra, pe ro el exce pcional ismo espaliol ha sido muy fuerte, y 1lslellllama "la gran crisis de los i'//lIJe/ioJ" a fines del siglo XVIfI JI
se ha re forzado por es¡l se nsación de fracaso. Lo i.l1lc resan- plincipios del XIX, con la indelHtndencia de lisiados Unidos y con
te para mí, que he vivi do la época de Franco y la tran sició n, la desintegración del imperio esprn1.ol?
ha sido ver có mo ú ltimamente y poco a poco ha ido ca m-
bia ndo la hi sto riografía es pailola: la n ueva ge ne ración no Hay se mejan zas mu y inte resantes. Yo quisie ra insistir e n la
lo inte rpreta todo e n té rminos de fracaso, co rn o sus antece- e no rm e impo rtan cia d e la Gue r ra de los Siete Ali a s, entre
sores, g racias a los éx itos de la trans ició n . No sabe rn os lo que 1756 y 1763, po rqu e e l impacto de esa g ue r ra ta n to pa ra e l
va a pasar en el futuro , pe ro hay cie rta rei nterpret;;lció n, así impc rio británico como para el imperio es pai101 fue preci-
co rn o la ac tual hi sto riografía mex icana est,l renová ndose. sam e nte la necesidad, vis ta desde Madrid y desde Lond res,
de ex trae r más recursos d e sus colo ni as para subvencionar
En América Latina lteredmnoJ eso que Ortega y Gasselllrunaúa la los gastos de la de fe nsa del impe ri o. Eso d io un gran impul-
"al.mós!era, r/e /wsfJilal": vivimos, desde Una:muno, en un morir/cm so al re formismo: a las 1 ~lm OS¡,I S re fonn ¡js borbó nicas e n las
donde nos la l)(Jsamos quejándonos de lodos los males histó/icos, In d ias es paliolas, a los in le ntos de re forma por parte de los
ontolóbricos y úiológicos. ministe rios d e Jorge 111 e n In glate rra, por los ailos sese nta
y prin cipios de los a li as se tcnta. Yesos intentos en las colo-
Efectiva me nte, se trasladó a la otra ori ll a del Atlán ti co el nias británicas ll evaro n rápidame n te a la rebe lión d e los
exce pcio nal ismo es p ~\lio l. Por ejem plo, cuando se ac hacan colonos e n 1773, a la Bosto n Tea Party, y des pués a la pro-
al legado es paii.o l los de fectos y fracasos de l siglo XIX y xx clamac ión dc la indc pe nde nc ia e n 1776, que term inó e n
latinoa mc ri ca nos. Lo mismo pasa al criticar a Estados Un i- bue na parte gracias a la ay uda d e los fra nceses y de los espa-
dos y a Gran Bretaii a por habe r dominado durante tanto lio les a los rebeld es.
tiempo la eco nomía de estas nuevas na cio nes lati noa me ri- Si un o mira la Am é rica es pai1ola, tam bié n esas reformas
ca nas. Otra vez se insiste e n la d iferenc ia de Am érica Latina; provoca ron re be li o nes, co mo la de Túpac Amaru e n los
no se buscan las se mej a nzas, y hay que re pe nsa rl o todo. Andes hac ia 1780 o la rebe li ó n de los co mun e ros d e Nue-
va Gra nada en ese mi smo mom e n to. Pe ro , en co ntraste
Con las conmemoraciones del úicenlena:rio de las inde/Jenrltmúas co n lo q ue pasó e n Amé ri ca d e l No rte, e l impe rio es paliol
de los paises lalinoamericanos, se !ml'le de 1808 como el mio capi- dom in ó esas re beli ones, e n part.e p o r~ los rebeldes no

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John H . Elliou

tuvie ro n ayuda desde ruera, co mo sí la tuvie ro n los rebel- reunión de todos los esptllioles de ambos he misfe ri os. Yeso
des brit~¡n i cos. Yasí se co nservó la dominación espaJiola de eS precisamente lo que q ue rían oír los colonos, las socieda-
las Indias d urante treinta <:u;os: una gene ración e ntera !luís des colon ia les. Quería n quedar como p a rle de la monar-
qu e e n e l nOrLe de Amé ri ca. Cua ndo vino la insurrecció n , quía hispán ica, una monarquía que abarca ra ese orbe en pie
vino no por causa de rebe li o n es en la pe riferia sin o POl- e l de igualdad.
co lapso de l cent ro g racias a la invasió n n apoleó"ni ca de Pero ocurrió que los procurado res de las Cortes espmio-
la península e n 1808. Y esa oc upación de Espatia por los les sabía n muy poco de las Indias, no e nlendían bien los
rra nceses, con exce pción de Cád iz y su enlOrno, d ejó un agravios de las poblacio nes coloniales y deseaban co nse rvar
vacío de poder en los dos lados. Para ll e nar ese vacío sur- el monopolio de los mercade res de Cádi z e n el co mercio
g ie ron e n a m bas o rillas d e l Atlá nti co juntas qu e gobe rn a- trasa tlántico. Eso co ndtuo a un distanciamiento entre las
ron en no mbre d e Fernando VII. En la Amér ica es pañ o la colon ias y la me trópoli, pero al mi smo tiempo e mpezó, g ra-
había una minoría mu y peque iia qu e estaba pe nsa ndo e n cias a la nueva Co nstitució n , un g ra n expe rim e nto por todo
la ind e pe nd e ncia , apenas un grupo en Ve nez ue la y otro el mundo hi spán ico, lleno de nu evas lecciones, con la for-
en e l Río de la Plata, los dos puntos más abiertos al co m er- mación de nuevos ayulllam ie ntos. H ubo m,1s participació n
c io de l mundo atl<i nti co y tal vez más rece ptivos a las nu e- política e n las In d ias en esos días que du rante los tres pri-
vas ideas e uropeas. Pe ro por lo ge n eral estas sociedades meros siglos de colonizació n . Llegó tarde, pero llegó, el
fueron sum a me nte leales a l rey. La cos tumbre e n las In- gra n experimen to co nstiwci onal. El g ran desastre no fu e
dias dura nte tres siglos había sido sie mp re, para los rebel- tanto la reacció n, bastante ton ta, de las Co rtes d e Cidiz, si no
des, d ecir, tanlO e n Europa como en América: "¡Viva e l la restauración de Fe rn a ndo VII , un hombre ¿~je n o al mun-
rey!" y "¡M ue ran los tra ido res!" Los traidores eran sie m p re do del XIX, con una vis ión mu y reacciona ria y abso lutista
los ministros, los magistrados. del poder de la Co ro na. Y gracias a esta reacción, después de
Se creía que e l re)', bi e n e nte rado de lo que pasaba e n sus ]8 15, el env ío de ejércitos para ap lastar lo qu e qu e d aba
domi ni os, haría dimitir a sus tirán icos ministros y qu e la ~ i ­ de las rebeliones, qu e por lo ge ne ral habían sido sofocadas,
w ac ión qu edaría co mo an tes. Es lo q ue pasó tanto e n Mé- provocó exact..:1 me nte lo con u"lrio de lo que se espe raba co n-
xico co mo en Perú y e n gra n parle de las Ind ias e nlre 1808 seguir: les dio un nu evo impulso a los rebeldes, a ge nte como
y 18 11 . En J8 10 se co nvoca ro n las Co rtes de Cádi z, do nde Bolívar, e n es pecial. Y e mpezó la larga y cru e llla gue rra de
estaba represe lllada, au nqu e no de un a ma nera mu y satis- e ma ncipación e n una nació n 1.ras o tra.
bctoria, la Amé rica espatiola. En la famosa Co nstitució n d e
las Co rtes de Cádiz, la co nslilución libe ra l de 18 12, es taba Sin embwgo, a'u nque mudws sabemos que la f){dabm liberaL es de
e l bmoso artíc ul o que decía q ue la nac ión espa tiola era la origen espaiioL, siempre se cuenta esa histor!fiinsist.iendo en que

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.I obll 1-1. ElIion

t:sl.ados Unidos entra con eL llie derecho a la modemúlad)1la Amé~ Durante esoS vein le, I.reint.a ailos, acal~arllron u l~a parle im-
rica eS/}(II1.ola ro11 plllie izquierdo. ¿ Cómo seguir confando esa Itis~ -lal1te de l comercio athinlico y lUvleron un Importante
pOI < ,
loria? co nómico. Hubo un cimie nto est~lb l e dcb¡;~o de la
lItlge e . .
~
IlUe h •
I-e ))ública ,
mientras que las nuevas naCio nes lalll1oa~
Si uno co mpara co n lo qu e estaba pasa nd o e n América del medcanas ll ega ron de masiado ta rde o demasiado tempra~
None, en los nu evos ESlados Unidos, e ncon tra mos e n pri ~ nO a la independencia.
me r lugar un a gue rra mucho m.ís larga y devastadora Cn la
América es p'lliola. La du ració n de la gue rra, adem<1s, dio Quizá sea un asunto misterioso, romo lo que I)osabo p~r l~¿ 1IIen~e de
oportu nidades pa ra e l surgim ie n to de numcrosos ca udi ~ Moclez1f.1na, saber si llegll1vn larde o lmnlJrano {as n/mbLzcas lusjJa-
1I0s, CO II SII S fidel idades regio nales y sus g rupos de scgu id o~ t/.oamelicanas a la independencia. Se JIU! ocu.rre, a pa'rlir de sus li-
res. Ya l mismo tie m po surgie ron a la supe rfk ic las pasio nes bros, que Itay un IJmbltmw similar que invohu:ra. a '10m Paine ya
é tni cas y socia les. As í, hubo mu chísimas lu chas inte rnas e n Bolívar: eL INvblema, de alguna /llanera clásico, de crear fJequeii.as
wdas partes. Iba a se r mucho más difícil, como lo fue, Con. re/n'iblicas desgajadas de los grandes imjJerios que I)OCO tiempo des-
seguir la cS lab ilidad c llando a l final sc emanciparon es tas pués sucumben a la tenlación de la gran república continental. ¿Por
sociedades rOljadas en e l curso de las g uerras. qué lo que tuvo éxito en l::S fados Unidos fracasó en América del Sur?
Tambié n hay que lOmar e n cue nta las venl~j as de los es~
tadou nidenses. En lrc los padres fundadores había ge nte d e Hay que pensar que había rcpúblio ls en la Europa d e la
mu cha la ll a quc vio la necesidad de fOlja r un co m pro miso. época moderna, pero sólo e n Es tados peque li os como Ve-
y tuviero n e n Geo rge Washington un ca udill o sum amc nte necia o Su iza. Y la opinión o rtodoxa decía e n e l siglo XV III
prudentc qu e no pensaba e n sí mismo sino en la comunidad, qu e el sistema republ ica nu no fu ncionaría para Estados gran~
y tenía un g ran a l~í n de esmbili zar y co nsolidar las cosas. des, y e l g ran reto para los padres fundadores de los esta-
Pero lúe m uy deli cado lo oc urrido durante la Convenció n dounidenses fue precisa mente re futar esa opi ni ó n o rlod oxa
Co nstilllciona l de 1787; hubo mom en tos e n los cuales se y probar que sí, que e ra posible constru ir una nu eva y enor~
cre ía que Es tados Unid os iba a desi ntegra rse en dos o tres me re pú bli ca. Y a l fin a l lo co nsigu ieron g racias a ese afá n,
co nfe deraciones dife re n tes, grac ias en parte al gra n proble- insisto , de e nco ntra r un co mprom iso y co nstruil- un siste ma
ma de la esclavitud , que al final se aplazó. El co nato de des in- muy inte li gen te, fede ral , bica me ral : una cá mara co n repre·
tegració n ll egó sese nta a ilos más ta rd e. Eso le di o liempo él se ntación política de la població n por su la m,uio e n los es ta-
Estados Unid os de consolidarse; ade m ~ís lUviero n la g ran dos , y o tra, el senado , co n e l mismo núm e ro de se nadores
vent.'1i<l de sc r neUlra les durante las g uerras europeas des- por cada estado. A fin a les del XVI II Y para e l siglo XIX, fue
pués de la Revo luc ión francesa y la ll egada de Napoleó n . un a solu ción o ri gin a l y dicaz a l probl~a de equil ibrar

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.1 0 1111 H. E.lliol!

la unidad y la di ve rsidad de estas sociedadcs. Probaron CO n que había educado a las é lites e n el di ülogo y e n la búsqueda
esa novedad qu e Montesqu ieu no te n ía razón: era pos ible de acuerdos negoc iados.
constru ir u na repúbl ica g rande qu e iba exte nd ié ndose más Otro obstácu lo q ue hay qu e tene r e l~ me nte es la dura-
aún co n la penetració n en e l inte rior de América del No rte ción de la época colonia l e n la América espai10la. Se habían
a partir de 1800. Se fo rmó un g ran impe rio c~ nti n e nta l , formado lealtades, cierto tipo d e patriotismo de l q ue hab la
pero un imperio que co nse rvó su sistema re publ icano inte- David Brad ing, especialme n te e n Nueva Espalia y e n Pe rú ;
g rando nu cvos estados cua ndo estos se formaban c n e l in- ese se ntido de co nstrucción de una patria co n su p ropia
te rior. Fue un admira ble acie rto de los estadou n ide nses. ide ntidad , co n sus propios sa ntos, distiJ1la de la Espa,ia pe-
Hu biera sido m ucho más difíc il conseguir a lgo pa recido nin sular. y yo tengo la im p res ió n d e que ese pa trio tismo
en la Amé rica es p ~lIio l a , e n primer luga r por la ex te nsión. incipie nte - no habla ré de "naciona lismo"- fue m<-.Í.s fu erte
Es fasc ina nte pe nsar q ue la su pe rfi cie de l im perio espaf10l por eje m plo e n Méx ico y en Pe r(1 qlle en Virgini a o Massa-
e n Amé rica e ra de li nos trece mi ll o nes de kilóme tros cuad ra- chu se tB. y cua ndo vino la d esintegrac ió n , patrias y ciudades
dos, e n co m pa rac ión con e l impe rio co nti nen tal de Gra n im pusiero n su dom in io sob re el hinterland. y se for maro n
Bre taiia, qu e tc nía 824 m il. H ubi e ra sido imposib le fo rm a r casi como m in ipatrias. Eso compl icó eno rm e me n te la ta rca
una rep líb l i c~1 so bre la base del an tig uo im perio. La frag- de Bolívar para co nstru ir una co m unidad müs extensa. Esas
me ntación hasta cie rto pun to fue inevitable. Bolíva r ve ía las fron te ras de los vi n-eina tos, de las a udi e ncias, duran te la
difi cu ltad es de imi tar el sistema federal de Estados Un idos época co lon ia l p refiguraron espacios geognifi cos qu e a l fi-
y esperaba fo rma r por lo me nos u ll a g ra n reptlb lica e n la na l se cons truye ron como nacio nes indepe nd ientes.
Gran Colombia, ex tendida desde Venezue la hasta Ch ile. El número d e obsuícul os fue formidable. A pesar de la
Pe ro fue imposible, po r los obstüculos geográficos y por la brillantez un poco vo lát.il de Bo líva r, h ubi e ra sido im posi-
mezcla de razas, por las pasio nes, rencores y rival idad es que bl e, dadas las di fic ultades del mo me nto, qu e las nu evas re-
había n su rgido dura n te el curso de las gue rras de inde pe n- públicas lati noamericanas logra ran algo sim ilar a Estados
denc ia. Unidos. Ade müs, los co me rciantes es tado un ide nses}' britá-
Ya e ll o debe sum arse la fa lta de pre pa ración d e estas so- n icos ya ha bían pe ne trado ta nto e n e l mu ndo colon ial de la
ciedades para la pa rti cipac ió n po lítica activa, a pesar de ese América espaJiola q ue no hu bo posi bi lidades de crec im ie n-
g ra n ex pe rimen to constitucio na l de 18 12 y de qu e las e lec- to eco nómico propio.
cio nes q ue convocó fueron mucho m¡:ís abi er tas qu e las de
Estados Uni dos e n ese mo mento, p ues incl uye ro n e l de re- Un vújo dicho sost.iene qW! en México 1ft Conquisl.a la hicieron los
cho al voto de los ind ios. Pero no había asa m bleas co lonia- indios y la. IndejJendencia los e.\"1)(l'ñ.oles... Decía Octavio Paz que
les, un tipo de pa rl amento p ropio d e cada colonia brit.:l n ica , lfls g uerras de indejJendencifl, en México y entlilllériw del SU?; sólo

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p
John 1-1 . Elliou

se IJ{Jreren cngm1.osameI11e. A '-/ir/algo y a Moretas les Jalta. la.jor. b~ o e l estandarte d e la Virgen de Guadalupe , plantea ndo
moción ilustrada )' clásica de Miranda )' Bolív(u; mientras que la así una guerra al mismo tie mpo sa nLa)' patriótica; movi lizó
historiografía mexicana, almenas la oficial, trala de equilibrar esa grupOS muy d istintos dentro d e la sociedad del Bajío, el nor-
carencia SUbm)'lmdo el contenido social deljJrogral1w de esa ¡)rime- te de México, a alg unos crio ll os, a muchos ind ios y mesti zos
'ra elapa dI' la guerra de 1ndelJendencia de México. ¿ Que Hidalgo tambi én , a los pobres" Y durante a lg un os meses co nse rvó a
y Moreios hayan sido sacerdotes católicos es en verdad ünJJorlanle? esa ge nte bajo e l esta nd arte de la Virge n de G uada lupe co-
E Itw'bide, que culmina la IndejJcndencia, no le gusta a casi na- mO un gru po relativamente unido" Pero ru e una unidad muy
die. Usted mismo dice, con cierta 'resignación, que no fue ni un rrági l. co mo se mostró cuando se tro pezaron con la resis-
Bolívar ni un Washington ... En México, usted lo sabl!, Se festeja te nci a d e los crioll os. Ya l final fracasa ro n estas re belion es
1810 Y no /82J. ¿ Tien.e Temedio esa /m:dilección, a estas allU'ras y sociales porque fue ron re be li o ncs en nomb re del rey.
en mi ojJiniún un floco extmvaganle, quizás hÜa de la /ummcia li- Llegó a cree rse q uc Ferna ndo VII mismo eS laba viaja nd o
beral del XIX Y de la ideología de [(1. Revolución mexicana? en coche po r Méx ico y qu e algun os campesinos ya lo ha-
bían vis to pasa r. Ése e ra el nive l de lea ltad a l rey, co nce bido
Hay basta ntes se meja nzas e ntre la Independencia de Méx ico col110 padre de su pueblo. Pero a l ver los crioll os la ana r-
y la de Pe rú . Los d os antiguos vi rrei natos e ran sociedades quía surgida tuvie ron un miedo e norme. Gracias a la rebe-
mu cho ..mis estab les y consolidadas que, po r ejem plo, Ve ne- lión de Túpac Amaru e n e l Perú, se sabía cómo termin a ba n
zuel a, Nueva G ra nada o el Río de la Pla ta. En esos an lig uos esas rebe li o nes. Se había visto la rebelión de los esclavos d e
virre ina tos había muc hos inte reses creados que clue rían Haití a principios d e l siglo XIX, e n Saint-Domingue. Yvinie-
conserva rse den tro de la mo narquía hispá ni ca aprovechan- ron el caos y las atrocidades de la insurrección de Hid algo
do las ga na ncias colon ia les, y por eso ll ega tan ta rd e la inde- y MOI"clos. Y por eso los c riollos y mu chos eclesiásticos y
pendencia tanto e n Pe rt'i co mo en México, prec isa me nte militares querían co nse rva r sus privil egios, su domin io d e
po r la fu erza de es tas o ligarquías de los cri o ll os, sus g rand es es las sociedades donde hab ía hab ido e rectiva men le un te-
intereses co mercia les y eclesiás li cos. Ésa fu e la razó n por la ITemoLO e n J 810. Ya pesa r de los re ncores en lre los crio llos
que a mbos v i ~jo s virre inatos ll egaron tarde, e n co mpa ra- y los pen insulares, a l fi nal resolviero n lodos, a princ ipios d e
ción con Ve nez ue la o Bue n os Ai res, a la indepe nden cia. En 1820, conse rvar una cie rta u nidad e nlre las clases domin a n-
cuanto al papel de los curas y la gra n insurrección de H idal- tes que dejara abienas las pos ibilidad es de un regreso de la
go y Ma rc ias, e l hec ho de que fu e ran sacerdoles fue impa r. mo narq uía. As í ll egó el Plan de Ig uala, con un a ofe r ta d e
ta ntísimo. La ,"e1igió n I"ural te nía mu cha fuerza y es tos cu ras a uton o mía. lLu rbide no es nada simpático ni ca rismá ti co,
e ran muy cerca nos a sus fel igreses, conocían bien a los cam- pe ro fue un ho mbre capaz.
pesi nos y su mundo. Hida lgo acertó al proclamar su rebelión

214 2 15
John 1-1 . Ellion

V la Slt)'ft f ue U1W soLución inteligente. Pasé vc inte allOS d e mi vida esc ribie ndo la biografía del con-
de-duq ue de O liva res)' no me a petece mu cho d edicar los
Ta l vez la üni ca solu ció n posible para co nse rva,· el do mini o (lÚas qu e me qu edan a Otra biog rafía , qu e represen ta una
de estos g rupos sobre la sociedad mex ica na. No fue he ro i. investigación a fo ndo , q ue necesita much ísimas pesq uisas
ca, como los hechos de 1810, Y el heroísmo ll a ma nuís la por los arch ivos, ye n la q ue Li e nes que c ntrar e n la me l1la-
ate nción que la in te li ge nc ia e n e l curso de la histo ria. Y lidad de l ho mbre q ue eS I¡.ís biograt-la ndo. Es fasci na nte, pero
cua ndo vi no la Revo lución de 19 10 pasó exacta me nte lo m is. es u na vida muy d ura , en e l se ntido de q ue yo pasaba noch es
111 0 que co n la Conq ui sta: un a simpli ficac ió n de la histo ri a. pensando e n los prob le mas de l con de-d uqu e, in te nta ndo
El Méx ico revo lu cio nario encon tró sus hé roes e n Hid a lgo y solucion ar sus pro bl e mas (por c:.: je mplo, "¿Qué hacemos co n
Morclos, y los o ríge nes de l nu evo Méx ico en el ind ige n is· Fla ndes?"), y no q u iero hace r Olra vez la mi sma cosa. Veláz-
1110 , en la ins ur recció n d e los pobres co nt.ra los ri cos. As í se qu ez, obviam e nte, lIl C fasci na. Grac ias a é l e mpecé a trab¡.Var
creó toda un a histo riogra f'ía o fici a l basa da e n la p ropaga n· en la biogra fTa de l co nde·d uque, des pués de ve r sus o bras e n
da de los regímenes del PRi. La hi sto ri a no se dib,ti a e n el Museo de l Prado, tras co nte mpl ar la pintura de la Espa-
bla nco y negro: hay mu chos g ri ses. La hisLOria es compleja. Ila de l Siglo de O ro .
Hay qu e recupera r esos grises pa ra ente nde r cómo viero n y En cuanto a la biogra fTa de VeUzquez, falta doc um enta-
en te nd iero n las cosas las ge neracio nes pasadas. Y vamos a ción. Fue un ho mb re mu y f1 e m ~í.ti c o. Tengo la imp resió n de
ll ega r a otras co ncl usiones, po rque las interpre Lacio nes del qu e escri bió poco, o casi nada se ha co nse rvado de su pU llO
siglo xx ha n si do po lílica me n Le m uy correc t¡:IS pero dcfo r· )' lN ra. Mi colaborado r y g l"4:l11 amigo J onalhan Brown, con
maro n la co m plej idad de l pasado. qui en escribí Un ¡Jalado Im,m el1"f!)', ha hec ho es tud ios muy
bue nos sobre Vehí.zq uez; ha d icho lo que se p uede deci r
La úLtima pregunla se Tejiere un fJOCO más a .5U fJersonalit.lruL como ton base e n la docum e ntación d ispon ible e incluso más, par-
/úsloriadm; Usütd escribió una gran biografta ( El co nde-d uq ue tiendo d e las o bras: lo más impo rta nte de un a rti sta. Y para
de O li va res, / 986), una de las biograJias esenciales sobre un jJer- m í es sufi cie nte, en cuan to a Vc hh .q uez, con Le mp la r las o bras
.wnaji! del1ltundo ltisjJánico. Me da cmiosidrul jJreguntarle di! qué de un ho mbre qu e fue rmís g ra nde qu e cua lqu ier histo ri a-
olm jJerJonaje quisiera usted escribiT una biografta de (:SllS diuwn- dor. Las o bras de hi sto ri a por su na tura leza so n tra nsitorias
siones. Yo !te leido la ol'm jmTle de su obra, su. trayectoria COIltO c/i - mi e ntras q ue las grand es o bras de a rte so n inm o rtal es.
lico de a1·{t:, conocedor del arle (tsjJañol, deL GTeco J' de la. ilusión
barrofXt. Usted, j101"ejemPlo, nos ha llevado de la mano IJor el Pala-
cio del lJuen Reliro. ¿No le gustada eSClibi,. una biografía de Diego
Velázq-uez ?

2 16 2 17
VIII. El orbe de David A. Brading

Orbe indiano ( J 991) es u no de mis li bros de cabecera. Leyé n-


dolo me voy de tenie ndo a nte Las Casas, "el profeta derro-
tado", o fre nte al in ca Gua mán Po ma, "el pe regrin o de los
Ancles"; an te esa bóveda do nde se p inta, co n tintes colo ri-
dos, la controversia e n tre los fran cisca nos y los dom in icos. O
miro el g ran re trato d e ese per fccLO y p"í1ido pre lado tride ll-
ti no, donjuan d e Pa lafox y Me ndoza ... Pese a que Brading
no se permite escr ibi r nin gun a línea ,~jena a la o bed ie nc ia
o rLocloxa d e l hi storiador, co n la lectura de Orbe indiano. De
la.lIlonan/uía católica a la 11t!Júbliw criolla, -' 492- J867, me sie n-
LO colmado po r un se ntimi e nto de plc niw d anística, co mo
si hubi era mirado y compl'c ndido, po r ej emplo. Laex/JOsición
del cueljJo de San Buenave-ntu:ra, de Fra ncisco d e Zurbarán.
Gracias a Brading, u n hisLOri aclor qu e eje rce co mo pintor
ba rroco, me imagi no que sé, a la perfecció n, qui énes son y
qué sig nifi can cada un o d e los clé rigos y prín cipes de la Igle-
sia qu e rod ean, e n ese cuadro, a San Buenave ntura. Orbe úf-
{liano me ofrece esa se nsació n: la LOtal idad de un mundo
que se revela a través de un lie nzo hi stó ri co . En fin: he le í-
do a Bradi ng en mi condición de historiador a fi cio n ado y
lo he leído, la mbi é n , g uiad o po r esa curi osidad qui squillo-
sa qu e rige las relacio nes de los verdade ros hi storiadores,
co mo lo es él, co n su p(,bl ico.
Dos de sus úllimos libros so n de tema g uadal upano. Uno,

2 19
La Virgl'11 de Guadalu.pe. Imagen)' Lradiáón (200 1), su ú ltima
r Davi d A. Brading

Nie l7..5che saqué ti re lucir) ye n ca mbi o le brill a ro n los oj os


g ra n ob ra, es el resumen más vivo y erud ito q ue se ha esc ri- (oj os de pi ntor, de cazado r de (ormas) cua ndo fue ro n sali e n-
LO sobre las aparicio nes, su hi storia y su sign ificado, desde do a la conve rsació n Las Casas, Bcrn ardin o de Sa hagún ,
153 1 h ast~l nu es tra época. Es un a o bra de h istoriador pe ro Clavije ro , fray Se rva ndo Teresa de Mi er, e l ge ne ra l Bern ardo
tambié n de co n trove rsista teo lógico qu e hace de su p ropia Reyes Y Alfo nso Reyes, OClavioPaz ... Br"ldin g vive la h isto-
ba ta ll a po r Guada lu pe u na e mpresa de resta uració n, de fi- ria como un prese nte perpe luo e n que esos personajes sal-
j ació n histórica, de icono logía. Gracias a Bradi ng, a la Vi r- tan de los cuad ros y cha rl a n e n las galerías de l palacio de la
ge n se le p uede ver de muchas mane ras: d e cerca, de It;.jos, me mo ria. Sí, e n ese g ra n palacio d e la memo ria, d el que
e n pe rspect.iva, con esce pticismo, co n te rn u ra. Otro, más habla Sa n Agustín , pie nso cua nd o recor ro me ntalme nte el
rec ie n te, es La canonización de./uar¿ Diego (2009), un a Ix ev í- o rbe d e Dav id Brad ing.
si ma puesta a l día de la cues tió n g uad alupa na en la q ue
Bradi ng de r-l e nd e, co n tacto y de te rmi nació n , su pa pe l co-
mo e rud ito e n la po lé mi ca qu e, a princi pios del sig lo XX I, A Lo Imgo de eslas semanas he ?"eleillo tu obra, tan vasta, j! mtijico
revivió la vi<:ja ba ta lla e n t.re la Igles ia católica y sus hi sto ri a- que O rbe indian o está en el cenlm. I:.s uno de los libros más com-
do res. Ye n el terreno de lo poé ti co-profano, publicó Oclavj() pletos, signijicativos y apasionantes que se han esc1"ilo en toda La
Paz y la poética de la hisloria mexicana (2002). historiografía sobre el Nuevo Mundo. Me IJregunlaba, relC)'éndolo,
Brad in g d ice que es pe rezoso y a l mislllo t.i e mpo confiesa sobre D(wül A. Brading. Quisiera que nos conlaras un IJOCO cómo
- la verdad co ntra la f~dsa modestia, e l Ille nos grave d e los ha sido la peregrinación del hislorl(uI01: No sé si tú lo ves como una
de lectos- que hu bie ra co ntinuado Orbe indiano h ~lsta e n tra r IJereg,inación o COtllO un vastísimo trabajo de campo por los a:nti-
a saco en e l siglo XX si sus edi tores de Cambridge, su un ive r- guos , .einos de lv/éxico y Perú.
sid ad, no le hubie ra n a rrebatado el ma n uscri to. Brad ing
co noce m uy bie n a México y a sus in t.clec w a les y por e ll o no Desd e mis p rim e ros rec ue rd os te ngo me mo ri a de mi a fi-
cae en las invo lunta ri as tra mpas idios inc rás icas qu e le po n- ció n po r la historia. A la ed ad de oc ho a ilos, porque tuve un
go dura nte nu es tra conve rsac ión, la cual oc urri ó e n un ho- aúo de ex ilio e n Escocia, ya me rec ue rdo leye ndo obritas y
te l de la ci ud ad de Méx ico, con e l viejo y sag rado bosq ue de cosas h istó ri cas. A los trece aúos le í a Prescott, la Historia de
Cha pu lte pec a las es pa ld as d e l g ran hi sto ri ador, ca tó lico la Conquista de México y la Historia de la Conquista del Perú, e n
de o ríge nes irlandeses, nac id o e n Londres e n 1936. No le la biblio teca pública d el sitio d o nd e vivía. Y o bviame nte
hi zo mayo r caso a un a p regun ta mía, no sólo ma l formu- des pués, ya e n mi s alios de Ca mbridge, dediqu é tres alios a
lada sino pedan te -afra ncesada, diga mos- so bre las utilida- la histori a euro pea, la hi sto ri a de las ideas po líticas, y un
des y los in co nve ni e n t.es de la h isto ria pa ra la vida (hasLa a <\lio d espués en Va le , posgrad uad o, fui estudi and o la histo-

220 22 1
David A, Brading

ria estado unid e nse y vin e a México a pa rLir d e l vera no de s I)ero uno es su ca rác te r de novela hi stórica, e n la
fica do '
aqu e l alio. Tras pasearm e dos m eses po r e l pa ís e n el ve ra- u ndan las d escril)cio nes. En Waucrley, Scott escoge
qLle 'ab
no d e 1961, d ecidí es tudia r la hi storia d e México. Tengo un sublíllllo /-lace sesenta (Úios. Bue no,. La guerra)1la Im.z
co ln O
diari o d e la visita y muestra mi fascinación por las ig lesias fue cscri ta , tambi é n , cincuenta a li os d es pu és d e las guc rras
barrocas )' churri g ue rescas. En mi s días d e es tudiante e n napoleó ni cas.
Ca mbridge qu ed é pre ndado de la arquitectura, pero hasta
en ton ccs n un ca había cruzado el canal d e L'l Man c ha. Ha-
bía ido a Hon g Kon g para hacer mi servicio militar, d espu és
,ciones
.Cuando lees La g ue rra y la paz de Tolstói, ¿ le saltas las diserta-
historiográficas? Yo lo llago.
fui a Estados Unidos, y Méx ico fu e mi le rcer pa ís antes d e
visitar la Euro pa co ntine ntal. Fue mi prime r e nc ue ntro En mis prime ras lecturas dc La.gllermy la fJaz, porqllc es un a
co n la civi li zació n cat ó li ca, con trarrefo rm ista y barroca. obra que he leído varias veces, m c salt~lba esas pág inas rápi-
dam c nte. Pero e n la última lecw ra, e n los ~lIios noventa ,
Quizá./JO'I' ello las figu.ras 1m {as que se no/a mfÍs 1.'/1. fJasió'n intelec- te ngo que co nfesa r que , co mo m c estoy acc rca ndo ya a u na
lual sean aqlwllas que forman IJa1'le de aquel mundo 1'enacen/.isla edad avan zada, m e aburrieron un poco la cri atu ra Natasha
JI barrara. J:;n O rbe indi a no destacan Las Casas, Colón como )' sus amores. Aho ra p refie ro la d escripci ó n de las bata llas y
histmiad01; fray A n/onio de Calrmcha, Gregario Gal1;ía, el inca las reflexion es políticas de Tolstó i.
Guamá.n Poma, el a1ZobisfJO PalaJox, hasta llegar a los jesuitas del
siglo X\flll. Los has leido como figuras históricas fJera también como Ya 'tue esta mas en esl.o de la lileral,u.m )1 de las novelas, sigamos por
fuentes de hisloriografia. junto a los historiadores /Jra/Jiamenle del ese camino. ¿ Cómo lees la novela lalinoamerica:na que al){lTlxe al
Nuevo IHundo, ¿cuáles son los lúslOliadores clásicos o modernos mismo tiempo que empiez.a tu. carrera de historiador? Viniste Ijar
eura/Jeos que tú lites o relt!(!s? pri.mera vez. a México en / 96 1 y ésos son también los mlmi en que
empieza la difusión de la gran novda. lalinoamerica'na. ¿ Cómo la
Dado qu e soy un hi sto l-iador profesional, los he leído toda leíste como historiador? ¿La novela lal'inoa.'/Iwriwna de aq"uellos
mi vida. Pero cuando qui ero lee r algo para refrescar mi in - mios -Carlos Fuentes, Gabriel Garda ¡\¡lárque1.¡ Mario V(ugas Llo-
tel ecLO, voy m<:ls bie n a la litera tura. Soy aficionado, y sic mpre sa.- qué importancia I:uvo fmm, ti?
lo he sid o, desde m i n itiez , a la nove la histó r io L Todavía
pue d o leer co n gozo las o bras de sir Wa ltc r Sco tt, qu e crcó Creo que tuvie ron mu cha impo rtan cia ... He tra b¡:ü ad o mu-
la novc la histó ri ca co n la pub licación d e Waue"¡ey e n 18 14; cho e n mi vida , pe ro tambi é n soy intelec tualm e nte muy pe-
bu e no, no todas, porquc a lg un as son muy ab u r rid as. Por rezosO. Nun ca estud ié rea lm e nte el idi o m a espaiiol , pasé
otro lado, La glwrm y la /mz, d e Tolstói, ti e ne mu chos sig ni- nada más un m es en un colegio, in te rnado de ve ra no. Le n-

222 223
David t\. Bradi ng

lamente fui leye nd o docume ntos, pero no tuve el vocabul ak Admiro mucho la obra de Carl yle sob re los hé roes y el cu l-
río y e l dominio d e la gra mática para entende r hici lm cntc to a los héroes, pero no soy rea lm c nte muy dado a tene r
aq ue llas novelas. Fui hojeándo las, hqjeá nd olas. Alg un as VCk héroes. Claro, cn In glaterra lodos en cierto modo tenemos
ccs, e nsciiando historia de México, cuando eS lUve en Calirol''' nuestro héroe, Ch urchill , porque é l salvó realme n te a la na-
nia, utilicé como li bro de texto La muerte de Artemio Cnu, de ción inglesa. Yo tenía och o atlOs cua ndo termi nó la guerra
Fuentes. Y después utilicé a lgu na nove la de Va rgas Ll osa. y participé de esa adulac ión. Recue rd o en mi escuela pri-
Pero cua nd o hay muchos diálogos pierdo e l hil o, a veces. l11 a ria, cuan do se celebraro n las e lecciones d e 1945, aque ll a
Cua ndo a partir de m is cua re n ta ali os aprendí a hab la r y a lucha en tre conse rvadores y labor ist.as. Era un a prim ar ia
lee r nH~j o r es p,,-uiol, he leído más novelas. católica }' muc hos d e los ni l-los e ran descendi e ntes de irlan-
deses, co mo yo mismo, pero me ma ntuve a l lad o d e Chur-
No sé si tengas alguno oPinión sobre novelas hisló,icas como las de ch ill cuan do la mayo ría, po r e l co ntra rio, est.aba de l lad o de
Can:ía M án¡uez () Fernando del Paso. ¿ Qué le dictt, /JOr ejlUltplo, la los laborisLas. Tenía yo entre oc ho}' nueve alios.
imagen de Bolívar en El ge ne ral e n su laberinto o la de Maxi-
miliano en Noticias del Im perio ? SOI1 aquellas elecciones en las que Churdtill, /.ras /w.úf:r ganado la
guerra, /Jierde, inrrdúlemenlt'...
La nove la de Ca rcía Má rq uez se basa e n las ca rtas de Bolí-
va r, qu e fue esc ribie ndo su propia nove la. Él es un a de esas Entre las g ra ndes Hguras a las qu e respeto esul, en primer
fi g uras neoclásicas que actlm n com o si estuvieran e n un sitio, Bartolomé de las Casas. Cuando le í por prim era vez la
teatro, un teatro plibli co, ab ie rto al mund o. All í lo ve mos Brevisima -relación de la deslmcción de las Indias, se ntí un g ran
decla ma ndo. Aun e n sus ca rtas declama y crea su prop ia desp rec io hacia é l, por ta nLa repetició n , ta nta matanza. Pe-
fi g ura. Y e n to nces lo que ha hec ho Carcía Márq ueí'. nada ro cuan do lo fui estudiando bie n, leye ndo la H isloria de las
m<\s es po ne rl o co mo novela. Y Vargas Llosa, e n La guerra Indias y después la A/)ologéliw ltistO"lia l'lI:1Iwria, su obra maes-
del fin del mundo, basada e n Los sertones de Euclides da Cu n- tra , lo reconocí como uno d e los gra ndes pe nsadores e uro-
ha, compone una novela con una histo ri a ya hecha. peos del siglo XV I, que po r haberse dedi cado a Amé ri ca ha
quedado e n la pe num bra. Pe ro es aut.or de ull a obra d e
En los cuestionarios que se hacen a los escritores es ¡recuenle la /m:k g ran origina lidad,
gu.nta soúre sus !Jel:wnajes histó,'icos favoritos. No sé si sea im/Jerli-
rumie hacerle e,\'(J, misma /Jregu-nta a un historiadm: M ás allá de tus I,as Casas )lfra)' Servando 'lfm!sa de M ie,; el/m,. de dominicos, son
!av01itos CO lllO hist01iador deL N1.U!tJo Mundo, ¿a qué hémes o villa- jJersonajes que lo emocio"/1an a uno /Jorque entienden la Conquista.
nos admiras? auno 'lI1W historia amelicana.. Al lef!rle .\'e nO((l .lu predilección inle-

224 225
David A I3rading

lecluallJOr ellos ..eLlos TejJresenlan, f/uizá, la lesis IJ1'incilJaI de Or.. más interesa ntes, superiores a los auto res de la Nueva Espa l':"la.
be ind iano, dú'igida IJOr ti, l;'/1. pálller término, al púúlico de por ~jemp l o: no hay ni ngún escritor mexicano equ ival e n te
habla inglesa: que 1a.IJrimera. A méJ'ica fue la eslJa'1/.ola y la IJorlu- a Garci laso de la Vega ni ni ngú n a utor indígena semejan-
guesa, un IJ1úner Nuevo Mundo que no es u.na negación m.dical de te a Guam<Í.n Poma de Aya la , y n ingú n cro ni sta mexicano
t;umpa IJera tmnjJOco una siutlJ!e réjJlica. 7Yi le has esJárzado en eS tan complejo y m ilagroso como An to ni o de la Calancha,
jJresenlar un 'Inundo coherente, en (lilntjar los msgos y hosf/u~jar los autores que en e l Pe rú ya n o tuvieron sucesores del m ismo
jJersonajes de loda una civilización. Aunque la imagen sea un lJOco tal11a¡io. Pero lo que sí tie ne Méx ico es la cró n ica, la hi sto-
manida, Orbe ind ia no es un gran muml. ¿ Tú crees que esla idea, ri a de hi sto rias, como la de Ju an de Torque mada o J eró n i-
Ijar la. cual hist01iadores como tú han. batallado tanto, de la. aulono- 111 0 de Mendieta o parte de la de Motolin ía. Co n la n ueva
."da )' originalidad del mundo hislJano(lmc1iwno, se les ha IJodido gene ración, la de Sigli e n za y Gó ngo ra y OU·os, C0 l11 0 [fray
transmitir a los leclores, al mundo académico? ¿ Crees qlW ahora que Agus tín de] Beta ncou rt, est<Í. la con tinuación)' creación de
SI! inverti'reí tanto (In celebrar el bicentenario de las in{f¿1}endencia.~ una verdade ra trad ic ión q ue se p ro longa en e l siglo XVIII.
ame,ü;anas, la tradición hislJanoameriwna seguirá 1"fJlegada, co- Llegamos a Clavüero, que hace un com pe nd io d e Torq ue-
'lllO ocu'n e desde los tiemjJos de Las Casm~ (J. (r¿ IJeliferia. intelectual? mada , pero tambi é n escribe con otro pu n to de vista, e l de
sus hlIllosas Diserta.ciones, en la línea de la defensa de l Nuevo
A ra íz d e la inde pe nde ncia y la crisis de l m undo h ispano, Mundo con tra esos ho rrendos fi lósofos que fuero n e l abate
crisis po lítica y cu ltu ral oc urri da a princ ip ios de siglo XIX, Rayna l, Co rn ei ll e de Pa uw y Will iam Ro bertson. Ro bertso n
h ubo u n rechazo de todo aq ue l m u ndo barroco. Es el mo- no lo es ta n to, pero la o bra de Ray nal e n su p rime ra edi-
me n to neoclás ico, q ue se pro longa d uran te todo e l siglo ción, aunque corregida después, es un co m pe nd io ta mbién,
XIX, e n que la lite ratu ra espaiiola mi sma rechaza a Cóngora pues par te de lo escri to por Diderot y otros au to res, yes pe-
y toda esa trad ición . Empeza ndo .1 880, ya con el Mode rni s- cialmen te Co rn e lius de Pauw, un fi lósofo que se desplazaba
mo, se va impo niendo u na nu eva a prec iación de la cultura po r el m u ndo insulta ndo a casi tod os los pue blos de la Tie-
bar roca ta n to e n Espa iia co mo e n e l Nuevo Mu ndo. Pero rra. Pero aquí hay u na trad ic ión de de fensa de l Nuevo Mun-
parecía m uy claro que, apa rte de So r.Jua na y algu nos o tros do de la cu a l fray Servando es e l heredero. Una tradi ció n
pocos, no ha bía un a g ran lite ratura amer icana e n los si- q ue acaba con él.
glos XVI }' XVII. Po r e ll o es q ue hay que ir a las gra nd es cró-
nicas, donde se encue n tra la o rigi na li dad , e l legado cul tu ra l lise mundo atnelica.no, 1"(:nacenlista, úarroco e üuslmdo (o con-
del siglo XVII . I.müuslrado), ¿es o no ·ltnafuente admitida. de la riqueza del 'Inundo
Lo fascina n te fue co mpa rar e l Pe rú co n la Nueva Espalia. occidental?
Es cu ri oso q ue los a uto res a nd inos sean e n cie r to modo

226 227
David A. Bradill g

Si se qui e re e nte nder lo qu e aqu e ll a cu lt ura barroca fu e, )'(/. que Iwblauws de la Guadalulmna me gustmia lJ1"egunla:rle so-
debe d ec irse que es un a c reación d e las tier ras ca tóli cas bre dos dI: tus úll.únos libros, La Virge n de Guadal u pe. Imagen
y, especia lm ente, d e las d os a las de la cultura ca tó lica b~j o tradic ió n )' Octavio Paz y la poética de 'la hi storia mex ica-
la casa de Habsb urgo. La ve rdad e ra co mparación de Amé~ ~a. Se trata de dos wpÍlulos centulles de la historia. de México, de
rica Latina (incluida Espalia) de be hace rse co n la Europa fa hisloria del Nuevo Mundo )' lambién de la obra de David A.
ce ntral y d e l este, co n e l imperio que incluía a Austria , Hun~ Brruli'l1g, jJorque si Grw(/alulJe es la g ran epifanía fundadora de
gría, Eslovaq uia y Polonia, pues esas tierras cató li cas tenía n la México, en el siglo xx la obra. de Oclavio Paz es el trabajo del gran
mi sma cultura. Llegar::í e l día en que se hará un g ran CO n~ poeta SI!CUltl1' mexicano. ¿ Cómo 1"Clacionas esos dos /Junto.\·?
g reso para co mparar Amé rica Latina con estos pue blos. Tie-
nen el mi smo ritmo; yo me di cuenta de eso cuando fui a No soy poeta, pero me encanta n la poesía y los g randes mi-
Praga y me encon tré la ex traordi naria igles ia de San Nico- toS de la hi storia. Tuve la primera idea de Th.e Firsl America
l<Ís, que no es ch urri g ueresca pe ro sí barroca. Y la c ultura de (título de OliJe indiano e n in glés) e n d icie mbre de 1971.
Austria , de la Ale mania católi ca, tu vo ig ua lmen te un a g ra n Quise hacer una hi slO ri a inte lectua l del princip io hasta e l
influencia aquí e n Méx ico. Las obras de Kirch e r, por t:jel1l- fin , o sea, hasta O c tav io Paz, po rq\le , respondi e nd o él 11.1 pre-
plo, ese g ran mo nstruo de la cultura barroca instalado en gunta anterio r, tal vez no fu e ron novelas las que me influ-
Roma y autor de tornos vo lumi nosos, fueron bien recib idas ye ron , pe ro sí la obra d e Oc tavio: El laberinto de la soledad,
acü. Y e n mi libro so bre la Guada lupana, e n los primeros especialme nte, que leí e n los años sese nta. Te nía e ntonces
ca pítul os, d edi cados a la é poca virre ina l, se e ncue ntra t.a m~ dos obras e n me nte: un es tudio d e la hi sto ria intel ectual y
bié n la evidencia de ese proceso. Se ha n estudiado los san tu a- política de México y otro destinado a ha cer la co mpara ción
dos y cultos de Espalia, muy semt;jan tes a los de l virre ina to, e l e ntre Méx ico}' el Peni El primer inte nto fue buscar los
de Nuestra Seliora del Pilar, e n Zaragoza ... Pero en Méx ico orígenes del patriotismo criollo y p ubliqué e n '1973 Los mi-
se utili zó la teolog ía neoplató nica para mag nifi ca r }' ex pli- genes del nacionalismo mexicano. Publiqué tam bién, en inglés,
car la imagen gl.l adal upana , lo cll a l fu e pa ra mí u na sorpre~ Milo )' /JroJeda en la historia de J'vléxico, e n 1984. Fu i res umien ~
sao Solamente despllés de tenn ina r Orbe indiano fui leye ndo do , compactando d esd e e l siglo XV I h asta la Revo luc ió n
esos se rm o nes en el o ri gin a l. El trab~~jo de Francisco d e la mexica na, pe ro tuve al flna l que abandona r e l asunto por-
Maza sobre e l g uadall.lpanismo mex icano sie mpre ha sido que los ca pítu los fue ron crecie ndo y creciendo. Espec ial-
para mí un a ins piración, junto co n las obras de Edmun- me nt.e la parte peruana tomó un papel ce ntra l y por fuer za
do O 'Gorman , pero aql.le lli brito d e De la Maza fue funda- hube de terminar con la Independencia. Ya ap robado el
rn e nta!. Fue un a sellal , un a revelació n para mí. libro, luve seis meses para termi nar y me metí e n otras pá-
ginas más y seguí hasta la Reforma , hasta.l860.

228 229
David A. Urading

¿Entonces le hubiera gustado segui-,- hasta la Revolución mexicana ? ron oLras g ue r ras civi les, co mo la de los crisLeros, res La u ra-
doras Ycreadoras d e un ESLado fUCrLC y capaz de organ izar
Sí, claro. Eswve escribie nd o nueve allos y ya no tuve fue rza las fuer-las pop ul ares en insLiluciones, inco rporando a los
p~lra m¡.ís. Pero sigo leye nd o y escribiendo: he Lenninado campesinos y a los Lrab¡.~adores y sus insLiwciones dentro
un e nsa)'o so bre JusLO Sie rra que se va a pub liGlr. de un parlido hege móni co. Ta l vez si Madero se h ubiera
qu edado e n el poder se habría eSLablecido un a forma m á:;
Quizá quieras Im}'ti,. de j usto Sierra lJam hablar un IJOCO de Úl. ab ierta de políLica ... Pero la Revo lu ció n es la he redera d e
Revolución mexicana. Últimamente, de cara a la hislO'/ia contem- Díaz y de l gob ie r no <I u LO rit ario que .I uárez es ta blec ió des-
!Joránea de México, en estos mios del siglo XXI se lut Intesto di! moda pués d e la InLe rvención francesa ... Porq ue e l oche n ta por
lIeuar(l(/wtllo de O'Cormrl'n. di: la invención de América ala inVf!'ll.- cie nLO de la pobla ción e ra campesina o ileLrada, el pa ís no
ción de todo: todo se constl'l.t)'e, nada existe en esencia. 1-/a)1 quien es taba Lo d avía li sLO para Llna democ racia fo rm al. Tras e l
ajirma qW! la N(!1JOlución lIw:xicrma en realidad no ('xistió, que es mode rni smo y bajo la influe ncia de los viejos libe rales posi-
mUl. invfmción, qlU! jue jablicadrt en el sentido en que se sulJon e Livis Las, o bse rvamos la fasc in a m e o po rLu nid ad ofrec ida a
,!Uf' se fabrirrl11 las [osas ('11 la hislmia de las men talidades. ¿ Cómo los in te lecu ral es d e e ntrar a l go bie rn o y fo rmul ar d esd e a ll í
ves como historiador la Revolución mexicana? ¿Qué es lo que te sus planes. En con LrasLe est.í n las f-i g uras co mo Vasconcelos,
sigue IJareúendo a/){lsionanle, y qué revismias? r..IJan uel Gamio o Andrés Mo lina Enríquez - de los que ha-
blo en Mito)' fJroJecí.a en la historia de México.
L1. Revo lución fue un a rea lid ad y esa rea li dad fu e muy lris- El proble ma es definir qué fue esa revolució n. No hay n in-
Le, d esasLrosa para la población. No es e l mc::jor modo de guna respuesLa f.ícil po rquc es un movimienLo complejo,
hacer las COS~lS, tina revo lución, y menos cuand o es ta n in es- ú nico e n América Litina; pero es, cspero, el (dlim o d e esos
perada. Al fa ll ece r Madero LOdo el mundo pe nsó que la so- tres momenLOS de gue rra civil que fuero n la Insu rge ncia, la
lució n a l co nni clo había ll egad o ... Pero la Revoluc ión no se Refo rm a y la Revo lución. Y !lO hay cosa m ás Le rribl e q ue
puede co nfu ndi r co n la d errota de Po r fi rio Díaz y d e su la a na rquía de u na g ue rra civi l. ES ll.lve leyen d o una de las
régim e n os ificad o. Buln es hi zo la d escripció n d e los úlLimos úlLiTll as obras en las que in te rvino OC Lavio Paz, aq uel posfa w

di ez a i10s de l Po rflriaLo com o u n caos o rga ni zado. Si Be r- cio a Algunas ca.m/){l·J1.as, d e su abue lo tre nca Paz, que salió
nardo Reyes hubi e ra sido e legido ta l vez habría si d o posibl e en 1997. Ese li bro de m e m o rias nove ladas es bsci nante d e-
hace r cam bios sin vio le ncia. Ta n to la Revo lu ción co rno la bid o a la candid ez d e l a u t.or y la fra nqueza de sus desc r ip~
insu rgc ncia de 18 10 fueron movimientos qu e ocu rrieron si n cio nes: los acLOS d e lr e neo son de lo más irrespo nsabl e que
planificación, si n fin p red eLermin ad o. La lógica la marcaron u no se puede imaginar. Y Algunas cam/Jafws tamb ié n es un
los acollLecim ienLos. Fuero n g uerras civi les que p rovoca- tesli m o n io de la in uLil idad de la re beli ~. TesLi go d e los

230 231
acontecimientos, ¡re nco hab la de có mo el p ueblo d e Za-
pothín fue capturado po r las ru e¡-zas pa tdó ticas, la m iwd d e IX. Guill e rm o Tovar de Teresa: el esplendor
las cuales es taban compuestas por ba ndidos qu e se apodera- de la Nu eva Espa li a
ba n, de los caball os y d e las nllüe res, lo más prec iado q ue
habla. La g uc rra civil sie mpre se trata d e eso, fin a lm e nte:
de apoderarse d e caba ll os y d e nllU e res .

El historiador G uill e rm o Tova r d e Teresa me ci la e n su casa


¿ Llegará el dia 1m. que conmemorar guerras civiles sea visto como
una !Of,' u.:m /m:hú'/(íticfl, nmlOla? porllr ia na d e la co lo ni a Ro ma , casa qu e é l mi sm o res tau-
ró , po ni en do el ~j e mpl o e n la qu e ha sido su mi sió n: rec u pe-
No, no creo qu e ll eg ue ese día. rar el pa tr im o ni o pe rdi do d e la ci udad d e México. Resca te
bibliográ fico, rescate iconog rá/-i co y rescate mora l: po r a llí
d o nd e ha pasado la p ique ta , tarde o te mprano a pa rece es te
g ran a utodidacla a da r re d e las destruccion es, so bre todo
de aq ué ll as, co losales, e mpren did as durante los s ig los XIX y
XX co ntra la que ('tI er"l capita l vir re ina!. Al final de nu estra
larga con versación , qu e ve rsó so bre todo lo gene ra l y sobrc
no pocos d eta ll es d e mo níacos, co m o es habitua l entre per-
so nas reac ias al orde n académ ico, Tova r de Te resa me
an u nció la secuela d e La Ciudad de los Palacios: crónica de un
/){ltrimonio IJenlido (199 1), en la que l rab,~ja y que abarca rá
ya no só lo a la ca pital sin o él toda la rep ú bli ca.
Nada edifi ca nte se rá la lectura y la visión d e ese monu-
mento dedicado a nues tras ruin as. Y d igo visió n porque la
mayo r parte d e los libros d e Tovar d e Te resa so n para se r
leídos y para se r vistos, como lo prueban a lgunos d e g ra n
f'ormato y be llame n te ilustrados , com o es e l caso de Miguel
Cabrera, fJinlor de cáma.ra de la Reina. Celestial ( 1995), del cua l
Tovar se sie nte tan org l1l1 oso. Y I1n resum e n d e su mund o
-a l cuall c d ed ica m os mu chos minutos d e cha rl a-está en El
Pegaso o el mundo baT/uco novohisl}{1.no en.¡¡j..\·iglo XVII ( 1993),
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Gui llcrlllo Tova r dc l b -esa

donde la presencia de un caballo aJado en una fuenle de l h"lc e r la breve an tesa la, a l recibido r donde e l erudilO ex hi·
Palac io Nac iona l se co nvi e n e, para el e nsayista elocuen te)' be sus fOLOgra fías ramiliares y personales, e ntre las que desw·
sin tético, e n un a mel.¡Ho ra de los tres siglos d e l VilTe inato, can los recue rd os de su labo r, a los doce alias, co mo asesor
va rios mundos e n tres siglos qu e para Tova,- de Teresa so n de la Presidencia de la Re pública e ll arte colonial. En la
e l ep ice ntro de n ucs tra hi storia. CTónira de una familia mtrf' mesa del salón estaban las revistas apareci das e n la ciudad
dos mundos. Los Niú{uleneim en México y EsjHtña (2009 ), a su apenas e l domingo a nte ri o r, pero tam bié n ej e mplares de
vez, es la muestra más rec ie ntc del re rvor colon ia lista d e las publ icadas, aq u í mismo, ha ce un siglo y aun antes, lo
Tovar de Te resa. cua l me pa rec ió lógico, pues a Tova r de Teresa lo visitamos
Nombrad o cro nis1.a d e la c iudad de Méx ico e n 1985, re· los vivos y los mue r tos, clases disLintas de fa ntasmas, y e l
nu nció a l ca rgo hono ra rio q ue ha bían dese mpeiiad o a ll1.es anfi trió n ofrece lectura aClUa l para todos. Pe ro, de fec to pro-
Lu is GO ll zi:ílez O bregón, An e m ia de Va ll e·Ari zpe, Sa lvad o r fesional , lo que más me interesó d e los impresos que es ta-
Novo, Mig uel LeólI· Po rtilla ), J asé Luis ManÍn ez para ha ce r ban fren te a mí fue una edi ció n comú n )' co rri en te d e La
d e la cró nica e l lrab¡:ti o de un cue rpo colegiado. Y es qu e Rochcro uca uld, do nde caí en un a máx ima muy a propósito
Tovar de Te resa (c iudad de Méx ico, 1956) no eS,co Jl1 u se lo del án im o co n qu e Guill er mo Tova r de Te resa nos mira él
imaginan a lgu nos, un an ticuari o o bsesio nado con la Colo nia los mex icanos e n nu es tro pertinaz e inve recundo oficio
sino II n co nte mporáneo ac tivo, ag udo co me nta rista d e la destructo r: "Todo e l mun do se lame nta de su me mo ria , y
e ncrucijada que padece mos e n tre la glo ba li zació n y e l fun· nadi e d e su crite ri o".
dame nwlismo. Actualmente l1<lbaja, é l, q ui en es un o de nucs--
tros p rin ci pa les coleccion istas, en un a historia docum e ntal
de la fotog ra!'ía e n Méx ico. Y si acaba d e publ ica r, co n Cris· Los festejos por el bicenlenario de la /ndejJendencia enfatizan fatal·
LÍ na Cómez Alvarcz, un li bro so bre las lecturas pe rseguid as mente la rujJlum con el orden colonial. Desde tu persfJectiva, la de
po r la Inquisició n (Censura y nmolución, 20 I O) , su pas ión po r un historiador del Virreinalo que ha sido tan im/Jorlante en la Te-
la Revolución mex ica na se demuestra con su reciente ed ici6n cu/Jeración de ese patrimonio in telectual, segu;ralllenle querrás su·
de una se ri e de fotografTas in éditas sobre lo qu e é l denne, a braym· el esjJlendor de la Nueva ¡"spaña. Quizá 1M !Tes siglos de la
la ma ne ra o ncia l de l siglo pasado, como un g ran movimi e n· Colonia ),a no son aquella edad de las I.inieúla.s con la que nos
lO naci o na l rege ne rado r. Se u·ata de Lft jJ/únem gran nroolIt· ofuscaúan los liberales )' los /JO'1jil'isl.as, ¿qué queda de ese viejo /)(L·
cióndelsigloxx. México, / 910- / 92 / (2010 ). tri1l1Onio, de la d udad novoltis/Ja.na en general?
Min utos allles de qu e apa reciera C uill e nn o y leva nta ra
los brazos para sal ud arm e, pues hacía mu cho tiem po que Hay que sabe r distin g uir: una cosa es e l pasado, los hech os
no nos veía mos, sus ayudantes me hab ían hecho pasa r, para reales, )' otra la constru cció n me ntal que elabo ramos e n

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Gu illermu Tova r de -Icresa

to rn o a esos hec h os reales. N ues tra hi sto ri a ti e nd e a se r csui co nsti luido por un a se rie de dibtüos -es ca lig n'ífico-, lo
milo lógica, extre mada me nte aglu tina nte en a rqu etipos y mismo que el japonés; d e hec ho , los g randes ca lígra fos fue-
paradig mas. Po r ej e mplo, habl a mos de la Colo ni a y nos o l- ro n los g ra nd es lingü istas, co mo Mi)'a mOLO Musas hi , el au-
vidamos qu e dlll-ó m<ís ti e mpo qu e e l qu e ll eva mos d e se r LO r de El libro de 105 cinco cirrulos. En el Méx ico del siglo XVI
un Méx ico indepe ndi e nte. La Coloni a e mpi eza co n la Co n- hubo que crear un labora to rio in te leC lU al para fabr ica r u n
qui sLa y co nclu ye con la co nsumación de la Inde pe nden- lenguaj e alfa bé ti co, qu e se dio en T latclolco, con la gra n ha-
cia; es ta mos habla nd o de tres siglos, de 152 1 a 182 1. Y por za iia de fray Ju a n Foche r, qui en fo rm a un g rupo d e francis-
ej e mp lo, todo mundo d ice "la Co nquista de México se di o canos eS lUdi osos, e lllre e ll os su di scípulo más directo , fray
de un pl uma zo, e l 13 d e agos to de 152-1", mi e ntras qu e és ta Diego Valad és, qu e es ni e to el c u n co nqui st.ador y a uto r de
no se co mpl et.ó;.¡ lo la rgo d e l dil a tado virre inato de la Nuc- una Net.ól'ú:a cristiana q ue se pu blica e n Ita li a y q ue contie-
va Espaila hasta f"in es del sig lo XVIII. La Conq ui sta d uró dc m : una se rie de g rabad os d o nd e se habl a d e l proceso de
manera pc nn a nc nt.c hast.a e l siglo xx, cua nd o tratan d e do- eva nge lización. El p ropi o Foche r pll bl ica en Sevilla en -1574
m inar a los yaq uis y los manda n a Yucatán y los so mc te Hu c r- un Itinerario del. 'l/úsionero (/n 1\ 'IIIérim [ltinerwiu.1Il cat/wlictt'11/.
ta ... En /-in , la Co nq u ista fu e pe rman e nte. Tras la ca íd a de jJrojiciscellliuU/ ad illjide/f's convertendos] d o nd e ha bla de la
Tenoc h tit.lan vino la conqu ista d e Mi clloaCi-í n, y vino la re- me LOdología para la co nve rsió n , qu e co nsistía en mu y bue-
vuel ta de l Mi xtó n e n 1,1j4 1, e n la que murió Pedro d e Alva- na me dida e n introd ucir es te l e n g u <~ j e a lfabético y dar así
rada, po r c;jc mpl o. Así va mos viendo sucesiva men te cómo paso a la imple me ntació n d e la im pre nta: la "Ca rtilla pa ra
se va so mc ti e ndo a los di stintos g rupos: a los tepe huan es, adultos" de ZUlm'i rraga es e l imp reso más a nti guo que co-
a los indígen as del se pte ntrió n mex ica no - que a vcccs so n noce mos, e n Ma.nua.l de arlultosde 1540, imp reso por.Jua n
g rupos inas iblcs porque vive n e n luga res re motos a los que Crombe rge r. Aq uel mo mc nto es e rasmista, suste n tado e n
diríci lm e lltc ll ega n los misio ne ros. En este sentido, res ulta una població n e ntren ada e n e l aprend i z~tie de los signos,
m ~ís efi caz la co nqu ista espiritua l que la militar, porq ue es ele las Iet.ras, de o rige n occidental. En las hí min as de la R ell).·
por la vía del convenci mi ento que van asimi la ndo los indios rica cristiana de Valadés hay g ra bados donde para enseiia r
esta nu eva forma de se r qu e es la occide ntal. Y ese proceso la for ma de la letra A po ne n un a escale ra , y a base de im ~í~
no se ha aqu il atado de bidam e nte porque el l e ll gu<~j e mc- ge nes va n crea ndo e ll la me m a lid ad ind ígena e l co ncepto
soa me ri cano cs un l e n gu ~~j c pic tográfico e n qu e la gentc se del al fa be to. Po r eso es Ull poco cxt.J'aiio que de re pe nte
e xp resa a través d e ilmíge nes: los sig nificantes no so n las haya qu ienes habl e n d e fil osofía o de poesía ná hua tl ; por-
pa la bras a lf~lbé ti ca m c n te conside rada s. que la qu e conocemos fu e la qu e nos ll egó a través d e g lo-
La propia esc ri tu ra maya se compon e de re prese ntac io nes sas, de gen te del XV I, ya cri o ll a, qu e gracias a la lradición
qu e no so n trazos sign ificativos, no son un a lfabeto. El ch ino oral rec upe ró textos y pe nsa mi c ntos qtl - [10 co nocemos en

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Guille l'lIlo Toval' d e Te resa

sus ruenLes origina les. Son sólo inte rp re tac io nes las que nos est:iÍn en Roma y que sobrepasan al im pe rio es paiiol, sino
pueden ofrecer a uto res como Alva Ixtlil xóch itl. Po r eje rn~ por la Igles ia o~cia l , ql~e s~ impo ne cl:eando ob i sp~lc~ os }'
p lo, e l li bro de Sahagú n de d o nde sa li ó La visión de los ven- mod ifica el sen udo te rn tona l. Es tos obispados se o n gllla n
cidos es ya un tex to a lfabé ti co, de un tes tigo de có mo cayó la en e l de México, ina ug urad o por Zum árraga, el de Puebla
antigua ci udad de Méx ico-Tenoc htitl an .. po r fray Ju l i ~\ n Garcés, etcétera.
Se impo ne u n o rde n e piscopal sobre los fra il es y se crea n
Aquello )'a forllla J)(trle del fenómeno de la I:/'aducción, de la con- repúbl icas ep iscopa les en lugar de las vit;jas provi ncias de
quista no sólo esJJi1itua!. sino intelectuaL .. las órdenes. y en e l caso de los conqu is tado res, van sien d o
reemp l ~lZa d os por la au to ridad civil, una auto ridad constiw i-
Exac ta me nte. Insisto: la Colo ni a tie ne mu chas e ta pas, mu- da: el virrey y los func io narios, las a ud ie ncias para esta blece r
chísi mas e tapas. No es lo mismo, en e l propio siglo XV I, la un eswdo de de recho, y con e ll o un a se rie d e fu ncio na rios
ob ra d e los co n q ui stado res y d e los fra iles q ue lo oc urri - rea les q ue se dedica n a co brar los tributos qu e be nefici an a
do después: e l apode ra m ie nto de l te rriLOrio; la creació n de la Coro na. Pe ro todo esto es tá m uy bie n hasta que un día
u na ex te nsa red de co nventos, de casas de agustinos, fi'an- llega la inundación de la ciudad de Méx ico, que que da d e-
cisca nos, do mi n icos, etcé te ra, d isemi nados po r un te rri to- vas tada e n 1629, y se p rod uce un a d iáspora hacia Pac huca,
rio cruzado por la p rese ncia de e m presa rios de la g ue r ra, G \l adah~jara, Va ll ado lid en Mi choacán. Eso da o ri ge n a las
de co ndo tieros co mo es e l caso de l pro pio He rn án Ca n és ci udades de provincia: cada repúb lica episcopal crea su ca-
-si lo ana li zas desde un pu n to de vista distin to a l que a men u- pi ta l. Po r eje mpl o, Michoacá n origina lmen te te nía su cap i-
do se e mpl ea, eso fue: un con dotie ro. Todos los que vie nen tal en Pá tzcuaro, pe ro a pa rtir de esta oficializac ió n de las
aquí a hacer la Co nquista h ic ie ro n un con trato y po r eso ins ti tuciones se va a lo qu e era Va ll ad olid. Puebla se qu eda
ex iste una Casa de la Co n tra tació n en Sevilla, según e l cua l e n su mi smo si tio, pero se vuelve la ca pital de l o bispad o de
va n a rec ibir be neficios a ca mb io de su acc ión mi lita r, y p re- Puebla.
se nta n sus in[o rm es de m éritos y servicios. La Co nq uista se Esas c iudades se vue lven sitios que irradi a n be nd icios a
hace a base de e mpresa rios. Hay un trabajo excele n te de las regiones po rq ue ti ene n esc uelas, e le men tos que pe rmi-
don Sil via Zava la so bre la Conquista de Nueva Espalia co- te n accede r a la re d q ue desd e la capita l se está o rde nan do
mo un a e m p resa pe rsona l. pa ra f~l ci l i da d de l gobie rn o en la península. Es eje mp lar e l
La suma de todos estos pe rso naj es, conqu istadores-em- caso d e la di áspo ra que a rruin a la ciudad de México y hace
presa ri os de la g uerra, confo rma u na e tapa muy diferen te a qu e Puebla de p ro nto se co nvie rta pnicti ca men te e n la ca-
aq ue ll a en la q ue se ree m plaza a los frailes por e l cl ero se- pita l del virre inato, al mi sm o ti empo que ll ega un perso na-
cul ar, co ntro lado ya no por las órdenes trasnacio na les qu e j e clave para dectua r un a g ran re fo rm a s~a l yjuríd ica, una

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Guillen no 1'0",1 1' de Teresa

re forma d e l Estado: .Iuan de Palafox)' Me ndoza. Llega pri- dlll"Ó IIn .ui o, ni Fe rn ando VI, ti ll evar a ca bo alguna acció n
me ro co mo visitado r; desp ués, al mori r en el Glmi no Fclicia- de fondo sino has ta liempos de Carlos 11], qu e es cua ndo se
no d e la Vega , qu eda como arzo bispo de México ,)' lu ego lo empre nden las fam osas refo rmas bo rbó ni cas. Estas reformas
hace n virrey po rqu e h ~ly pro blemas co n e l marqu és de Vi- viene n a se r el prime r g ran ca mbio de la socied ad novo hi s-
ll e na. pana. Uno d~ los m o ti\~os pro rllndo~ c.le la Indepe n~encia
fue el sacudll"se las ref o rm as borbon lcas, protago n izadas
El¡amoso "vi n rJ..a rzobis/Jo ", ('1 archienemigo d" los jes uilas... por fun ciona rios qu e lI egall co n una misió n bl~rocl~hica ,Y
de explotació n: e mpi eza a tratarse a la Nueva Espana mas
Palafox es virrey·arzobispo y v isitadOl~ un g ra n reformador como colonia qu e co mo vir re inato. Ordenan e l territorio
qu e moder n iza lo he redado hasta ese mo men to )' se en fren- ya no e n pa íses ep isco pales sin o e n in te nde ncias, y esas in-
ta con las co rporacio nes, los g ru pos privados qlt e res isl.e n a l te nd encias son te r rito rios constituidos po r una ley, por un
Es tado novo hispano -c1 más seiia lado de todos, losjesu ilas. reglame nto p ubl icado e n Mad rid . En co ntra , los j esuitas
Se desata un co nrJi cto tre me ndo e ntrcjesuitas y cle ro sec u- ha n sc mbrado un nacio na lismo qu e respo nde él una políti-
lar qu e dura hasta la ex pulsió n en 1767. Ha}/ un gran p le ito ca de sincretismo universa l, es te sincre lismo qu e se o ri gina
en tre los dos porque li e ne n dos visiones mu )' dife re nl es: la desd e la fundació n de la CO l11p~lli ía dc.Jcsús. So n ilalianos
visió n rega lista , oficial , frente a la visió n tra snac io na l d e y vascos, co mo e l padre Acquaviva y como Atanasio Kirch er;
la Iglesia de Ro ma. ti e nc n una visión ve rsátil Y uni versa l. Kirche r escribe libros
A fines de l XV II , la ca pita l recupera su carác te r de Atenas sobre Ch ina, China 1IIonumenlis, por eje mp lo ; después se
de l Nuevo Mund o. Es la ciudad de México d e Sor.Jua na, de me te co n Egipto en el OedifJus A"gY/JI.iacus... Lo importante
Sigi.ie nza y GÓ ngo ra. Ell os ya son co nscien tes d e que vive n es que existe un solo se nLido de la di vinidad y q ue cada
e n una urbe q ue ti e ne o tro ca rác te r. Cuando e ntra un vi- pueblo lo vive d e di sLint<l man e ra y hay qu e tratar d e enten·
r re)', SorJ uana le esc ribe e l N"'/Jluno a/egáriro. Sigüenza esc ribe der su me ntalidad para que se tran sfo rme n e n creyentes de l
Teatro de virludes jJolít.ims. Es ya un conce pto co mp letamen le dios de los catól icos.
d ife re nte: se trata de una ciudad de México restituida corno
corazón del vir re inato tra s un pe riodo que pe rmitió el desa- el de Los jesuitas es '¡,m a s'llerle de '1Itullir:tt.ltumhw/.O avan tl a le ttre .. ,
rro ll o de toda una cultura e n las region es.
El siglo XV II I sig ni f-i ca otra g ra n trans formación, porque Hllbo , más bien , un sin cre tismo un ive rsal de la Co m pa Jiía
vien e un cambio de d inastía e n la pen ínsula: deja n de go- de .J esús, como le llamó Octavio Paz. Este sincre ti smo per-
be rnar los Austrias y se e mpoderan los modern izadores Bor- mite qu e e n México, por ej e mpl o, un j esu ita, e l padre Flo-
bo nes. Pe ro no se atreve n, ni Fe lipe V, ni menos Luis que rencia , escriba un texto clave como el&diaco mariano, la

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Guillermo Tovar d e Te resa

h istoria ele todas las d evocion es de la Virge n Mar ía en los 1'J1 0 )


' co nstituyen a la Guadal u pana e n monarca celestia l,
dist intos lugares del terri Lorio novohis pano. Da a conoce r empeza ndo así otra e tapa d e la vid a novo hispana. Contra
más d e trescie ntas advocacio nes veneradas e n la Nueva Es~ esa devoció n tan po pu lar, ta n ge ne ral izada y tan profun da
paila . Es una geograt-Ta ma rio lógica que co mple ta el padre empi eza, simu!t.;;Í neam e n te , la in trusión d e la modern idad ,
Ovied o, colombiano qu e ll egó e n e l XVII I. ero de una mane ra qu e casi lla mar ía yo d e co ntrabando.
Desp ués d e la peste de 1737, tamb ié n co noc ida co mo e l ~s cuando a parece n u na se r ie de lecturas p ro h ibi?as, qu e
1llatlazáltuat.l, su rge la fi g u ra ITI¡:Ís re leva n te , que es la Virgen es el tema d el libro que hi cimos C ristina Gómez Alvarez y
d e Guadalu pe , g racias a la crónica d e Cayet.:'l no Ca bre ra y )'0. Nos percata m os d e cómo fuero n I~OCO a poco pe n e 1.ra~l ­
Qu intero, q ui e n e n el esc udo d e ar mas d e Méx ico d eja m uy do una se rie d e lec tu ras e n las m e n talid ades d e los novohls-
b ien establecido qu e se rec u rr ió a cas i todas las d evocio nes pa no s d e la segun da mitad de l XV III , hasta que este p roceso
que había e n la capi tal: a l Cr isto d e TotoJapan , a la Vi rge n empieza a vo lve rse: más acele rado, más in te nso co nform e
d el Rosa ri o de Santo Do min go, a la im age n de l N ilio d e nos ace rcam os a la In d e pe nden cia. Y ya c uando ll ega m os a l
Sa n.J uan de la Pe n ite nc ia, y se hace n oc tava rios y proces io. pe r iod o que es tud ia m os, apare ce la in ll ltración de mate-
nes co n esas im,lge nes, pero n inguna resue lve la e pidem ia. ria l subve rsivo.
En to nces traen a la Virgen de Guadal upe del Tepeyac, re.
co rre la ciudad y se cura n todos: eso hace que la p roclame n Se discule 1nucho qué tan exógenas fueron las causas del levanta·
re ina d e la ciudad d e Méx ico )' em piezan a ve ni r un a serie miento de 1810. ¿ Tú, crees que había. u.n femu:nlo intelecl.u.al de
de juras en todo e l vi rre in ato: cada ciudad va ju rando a la modernidad iLustrada difuntlido en fa Nuev a. Españ.a? E/libro al
Virge n de Guad a lupe co m o patrona, hasta que ll ega u n mo- que le ha.s "eferido, Censura y revo luc ió n. Libros p roh ib idos
m enLo en q ue se vuelve esc udo de arm as d e Méxi co y s u por la In qu isic ión de México (2009), que pubLicasle con CTisli-
celestia l p rotección. na Cómez Álva'rez, ilumina juslo los años en que .'B nmruBbmja eL
No pod em os ha ce r la indepe ndencia po lítica, mate ria l, ?nundo viTreinal. A la luz de lo que se leía en La Nueva Ls IHt'ñ.a JI
pero sí hacer u na indepe nde ncia esp iri tua l, y la reina será lo que se fJrohibía, ¿ tú crees que la Inl/(fjJendenda era inevitable o
la Virge n de Guad a lupe. Por eso un o d e m is lib ros se titul a que el Pegaso, un símboLo quizá desalJ1VlJeclwdo, pudo habernos
Miguel Cabrera, fJi'11,tor de cá:mmn de La Reina CelestiaL (1995) , ahorrado esa mfandlul del sigLo XIX tan dm:múticam(''11.le ilusl'rada
porque es e l qu e la consagra, movido po r los j esu itas, y le por la desl'l'ucC'Íón Liberal de La áudad de México?
hace excla mar a u n po n tífice, a Be ned icto X IV, "Non fecit
laLiLeromni nationi", o sea: "No se ha visto u n m ilag ro así e n Nues tros países nacie ron auspiciados, tutelados, po r la Co-
n ingu na nació n". rona cspali o la, q ue p roc u ró ma n te ner nos en e l a isla m ie n-
Ento nces los m ex ica nos se vuelcan en e l g uadal u pan is- to. Es deci r, e l cambio que ve nía d e fuer~ ra filtrado d esd e

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Guillermo Tovar d e Te resa

la penínsu la y e n México por las instilUcio nes, entre e llas el ace rca de la exp ul sió n de los j esui tas, pero e n rigor lo que
Santo Oficio de la Inquisición. hay es un repudio de la Co rona a la. posibi.l i~ad d.e q u ~ s~
Si tú Ices la folletería de fin es de l XVIII , prin cipios de l empi ece a introduc ir un mod e lo soc Ial, religIOSO, Ideologl-
XIX, sob re todo la qu e se desata cuando hay libertad de ex- cO di stinto.
p res ión en 18 ] 3-1814, en ti empos de Fernández de Liza rd i, Los jesuitas, ade n1<í.s, e mpezaro n a vo lverse propieta rios
te vas a da r cuel1la de qu e no todos en ti e nd en bie n a los de g randes exte nsion es de tie rra, u n poco co mo los te mpla-
filósofos. Hay un os que sí; tú lo sabes l1lt:jo r qu e nad ie por- rios. A Ca rl os 111 , que viene de Italia, que ha sido duque de
que has es tu d iado a fray Serva nd o: la tran sfo rm ac ión que Toscana, re)' de Ná pol es, e n fll1, que tie ne una visión afi'an-
ti ene el frai le dom inico novohispano, un hombre moderno cesada e italian izan te, no le gusta mucho que losjes uitas se
li gado e n Londres co n .l osé María Bla nco Wh ite y con acce- co nstilU)'an en acto res ta n importantes e n las colonias por-
so a u na se rie de lecturas y de quebrantos y de sinsabores. qu e Espa ila no tien e con tro lada a la Compaliía deJesús.
Fray Se r van do vive un a cosa terrible, "un t.riunfo h umi llan- La expulsió n es uno de los moti vos qu e tambi én se ad uce n
te": le dan la razó n en e l se n tido de que lo perdona la Co- co mo a ntecede ntes d e la In d e pende ncia, po rq ue mu c h os
rolla espaliola por se r un inge nuo que cre)'ó en la Virgen de esosj esuitas empiezan a publicar, desde e l destierro, una
de Guada lupe. El hombre se vu el ve u n activo libe ra l moder- se ri e d e textos que res ul ta n fu ndacio na les. Por prim e ra
no y e mp ieza a te ne r co ntacto co n los am e ri canos. Su caso vez se empieza a hacer historia antig ua d e México. Des-
es un ejemplo pe rfec to de có mo se transforma un novohis- de e l siglo XV I no se h acía, d esd e Torqucmada, Sa hag ún ,
pano en mexicano. Motol inía, Me n dieta. Pero lle ga Cla vijero)' publi ca e n
Ita lia S ll f-l islmút anl:igua de M éxico: es la h istor ia qu e difun-
Retrocediendo un fJow, en ese cruce entre t/,ruoción guadalupana e de la grandeza del Méx ico a nterior a los es pailo les. Clavi-
infiltración de las ideas ilustradas en la Nueva I~SPfl:ñrt, ¿Olmo jero forma parte d e un n uevo a mbiente d e co ncienc ia e n
inlel1Jrelas la ex/misión de losjesuilas? Europa gTac ias a ese lib ro q ue , aun que in icia lme nte apa-
rece imp reso en Ital ia, es reed itado e n In glate rra e n 1787,
El su)'o e ra un pro)'ecto político, reli gioso, ideológico dife- y es tan vige n te qu e lo vue lve a reedita r Acke rmann e n
re nte a los inte reses de la Coro na. Esa diferencia em pieza a 1826, desp u és de la Indepe n dencia. Ha)' una re ivindica-
acen tuarse, )' lo que le da la voz de alarma a la Co ron a espa- c ió n d e Clavijero d es pués de la In dependenc ia; se vuel ve
liola d e esta intrusió n de la esfe ra de los j esui tas e n el á mbi - un texto o fi cial de la hi sto ria a nti gua d e México, )' está
to regalista es el caso de l Pa raguay, qu e va a tener un efecto escrito por unjesui ta novohispano. Lo mi smo pasa con la
clarísimo en la visió n de la Coro na es palio la de Ca rlos 111 Rusticalio mexicana, de La ndíva r, qu e aunqu e es d e origen
so bre la Co mpailía de J es ús. Hay mil es de inte rpretaciones gua te malteco es m ex ica no , no vo hi s pa l~ o tro texto que

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Gui llermo Tovar de lcn:~sa

cxa lla e l amor él la tierra y que tamb ién se vue lve LOdo \1n
hiLO. , borde de l Pacífico
ce esta! . ·,1 ' y la. I)osibilidad de e mi gra r
'
deseI e a <11" " China ,
de conocer Onente. Aparece e nton • ~
ces

Ha.u"/Ja.S(U!O rasi veinte años desde que IJUblicaslP La Ci udad de ese o t J·o t"'rriLOrio
... .. . que tamble n .for~
, qu e a veces olvidamos, "
J1l0, parle de la vida novo hispa na: FlI lplIlilS. Desde e l vl ¡'~J e
los Palacios: crón ica de un patrimonio pe rdido ( 1991). De~
de Legazpi, desde la cxpedi ción de Urdaneta , cuando Juan
das entonces que del siglo X1'/ no había quedado un solo edificio,
Pa blo Caneó n co nslr uye aqucllos ba rcos y encue n tran el
,,"ue en Mrxico un siglo destl'lt)'e al anleJiOl: Supongo que tu b{Jlan~
derrotero hacia las islas: esto les pe rm ite luego e l acerca-
ce de/. siglo xx nu Ita ca.mbiado, jJeJV quizá encuentras una actitud
l11 ienLO a C hina, a J apó n. Son los francisca nos descal zos y
rlistinla a comiellzo.\· del nuevo siglo. Ante la tU/OIia, legüima o
los jesu itas los q ue ll eva n a cabo esa co nqui ~ta. Hubo m ucho
inducida, q/le relr:bra los aniveJJruios de nueslms n;voluciona~
mexi ca no que a nd uvo po r all;:í en esas reglOnes re mot.as de
¿qué 1WVI!darll'J encuenlras, como ltislorüulOJ; en eL estudio actual
O ri ente, pe rso mu cs qu e n o se ha n es t.ud iado y son fa bul o~
del Virminato, WUt ti/Jaca - ,m dice que ésos fucIVn los grandes si-
50S, co mo Cuido d e Lavezaris, que es pdc ti ca m e nte el se~
glos mexica.nos- "U(! 110 fue "rr,.'VolucionaJia" lal cual. lo aprecian
los lIlOdl!rnos? gundo go be rn ad or d e las islas Filip inas, un s~ lio r d e o r igen
ita liano que vie ne asociado co m o em presario con un ale-
111<.1n )1 co n algu na otra gen te, y su "~II11 i li a, los Isla , que se
Ya no abu ndan las hi sto ri as ge nerales d e la Nueva Espa iia
insta lan e n Noch istl án, Zacatecas. El se li or se va a Fi lipinas
porque es Illu y difícil abo rdar ese pedodo e n co njunto, pe~
)' d e ahí a la Ind ia, a Ch in a, a Macao, al TíbeL Es una es pe~
1'0 ha hab ido imen tos de s íntesis que a veces fun cionan y
cíe de Ma rco Polo m exica no, novohispa no: ahí está e l ma~
qu e so n atractivos y s ugestivos. La penetrac ió n d e la vida
terial sobre Cuido d e Lavezaris esperando e n el Arch ivo de
propiamente novoh ispana lodavía depende Illucho de la
Indias y e n el Arc hi vo Ceneral de la Nación, de Méxi co.
gra n investigación qu e se ll eve a cabo d e los arc hi vos de
Pero co mo ese perso mu e te pucdo deci r qu e hay m il es de
protoco los, no e l d e México ni el de Pueb la o e l de Cuada-
casos a los cua les va ld ría la pe na ace rcarse con esa metod o~
I ~j a ra sino o tros, de interés: e l d e Morelí a, por <;jemp lo, que
logía tan lú cida q ue p la nteó e n su momento el hi sto r iador
ha trab;:uado El Co legio de Michoacá n.
Luis Conzález y Co n zá lez, la m ic roh is1.oria.
Hay muchos arc hivos que te o ti'ece n cosas impres io nan-
tes, por <;je m p lo e l el e Co lim a , que lo tra b~u ó .J osé Migue l
Quizá. no todos los lectores conocen El Pegaso o el mundo barro~
Romero el e Salís. Es im p res io nante la publicación d e A 11.da~
co novoh ispano e n e l sig lo XVI I ( / 993), que es un símbolo dt>nlro
-riegos JI IJO b/adores, u na m a ravi ll a qu e ha bla d e un a se ri e d e
de 01:1V símbolo: 1r:.m"me en I.a ltislO1ia. de aquellr¿ fuente enigm.áti~
persomucs insó litos, qu e no te expli cas có m o van a dar a
ca de Palacio Nacional no sólo el dmuw criollo del siglo X\'II, sino
Co lima en el XV I más que por la fascin ació n qu e les produ-
loda tu obm histórica e iconográjim. ¿ CómoWJIJ1.cilias ese símbolo,
246
247
F Guillermo Tovar de l eresa

dor, es decapitada por Perseo, qu e es la volun tad, y co n su


1"cservado O sermlo, qw' p.s p[ PI'gaso, ron o/ms simbo/o.<; 1111'xicanos
sangre se recunda la Li c ITa y na ce la imag in ación, que es
1IIás visibles )'!recwmllu!os, como el águila JI la setfJienle, la Vúgen
el ca ballo alado. Esa imagen de la Nueva Espaila co mo un
de Guadal'lljJf'?
caba Jlo alado, es dcci l-, co mo un a ru e nte, C0 l110 un manan-
tial , es una idca muy sugestiva.
El libro se reeditó en Sevi ll a, en la ed itoria l Re nacimiento
-ya se agotó esa edi ción- co n un estud io introd uctorio de
Un verdadero simbo lo ...
David Bradillg. otro de J acqllcs L.:lf~lye y otro de .losé Pas-
c ll~d Bu xó~ los tres hace n co me nta rios so bre el tex to, cuyo
Otro t.e ma qu e me in teresó mu cho fu e e l de la uto pía, y e n
o n ge n esta en la interrogante de por qu é es taba pues to un
su mom e nto d esc ubrí que e l vi rrey Me ndoza hab ía sido lec-
Pegaso , un caball o alado, e n la fuente de l Pa lacio Nac iona l.
tor de Leon Battista Albe rti, ho mbrc clave de la corte de los
Co ntesta r esa prcgu ma me llevó ve inte alias; fue un tc ma
Med ici en Florencia}' a utor de un tratado de urbanismo
obsesivo que me ll evó de un día para otro a cap t.a r de go lpe
qu e se llama De 're ae(IYica.loria, es decir, De las cosas de la edi-
n~ucl~ ¡:I S cosas. Cua nd o a l fin, por inspiración o por lo qu c
jiwrión, co n la idea de q ue un a ciudad es una civili zación.
tu qllleras, me se n té a hacer el libro, lo h ice e n U IJa se mana,
Ha}' un texto prec ioso de Paz al respecto qu e cito e n el lib ro,
pero des pués de vei n te años.
y d ice qu e la po lis es la o bra d e a rte de la política. Enton ces
Lo qu e plan teo a hí es la ex iste ncia de un péuriotismo cí-
hay un a utopía social - qu e es lo que busca Moro- en los
vico indiano de co rte renace ntista qu e tien e que ver co n
hospitales-pueblo de Mic hmlcá n }' Santa Fe, una utopía ca-
una visió n de l siglo XVI qu e responde a la ciudad ante rio r a
nón ica que da con te nidos, e n lo re lig ioso, d e búsqueda de
la in undación, que es la d el Pegaso. El Pegaso co mo el sím-
la ve rdad. L'l ut.opía de Mendoza busca lo bello; la de Moro,
bolo d e la Nueva Espalia, no só lo po r razones simból icas
leído por Vasco de Qu iroga, lo bue no. }' Erasmo leído por
sino au n etimo lóg icas: resu lta <llIe Pegaso viene de 1tllY1í
Zum á rraga busca lo ve rd adero. Por eso hi ce un libro qlle se
[/legué], que signi fica "fu en te" o "man a nti a l". ~Ib rqll c rnada
ll am a Lo bello, lo tJcrdadmv Y 1.0 bue'no, que ll eva u n e nsayo de
com para la ciudad de Méx ico co n un a fuen te o manantia l,
do n Sil via Zavala sobre Q uiroga, o tro de León-Portilla so-
y e l nombre de Méx ico lo e nti e nd e así: "Pegaso quiere de-
bre Zumárraga, otro mío sobre Albe rti y un pró logo d e Paz
c ir 'México' y q ui ere decir ' fu e nte' }' por eso estéí e ncima
p recioso, titulado "El tres y el cua tro", dond e hace u na sín-
de un a fuente". Tambié n es un em blema de la imag inació n
tes is fantásti ca de lo que es este pro}'cc to ut.ópico de la Nue-
nac ida a panir d e la culpabi lid ad , van idosamente re primi-
va Espalia e n el siglo XVI. A princi pios de l siglo xx, a esta
da. Usas la van idad para reprim ir la culpa}' eso te crea u n
manera de ser nu estra don An toni o Casu la de nominó co mo
estancam iento. Cua ndo te liberas de ese esta nca miento,
el "bovarislll o mex ica no", es decir, qu e sie mpre ten e mos
surge la imagi nació n. La Medusa, que es el e n e migo int.e-
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248
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Gui llermo Tovar d e Teresa

muchos s lI cilOS , nos abandonamos a e ll os, vivimos soslaya n- La colo ni zación m ex icana no fu e rea li zada por cuatre ros
do la rcalid ad. ni ven im os de la esco ri a de la sociedad es pa li ola, que es lo
que man eja la histo ria id co log izada eX lra l~j era. Ll ega ron
P('rleneCt!s, /Jresem,íl1dola, a ww antigua tradición, la del escritor.. perso nas re leva ntes que pudie ron ha be rse quedado en Es-
cmnisl.a de la ciu.dad de México, la de Luis Conzález Obregón, la paiia tra nquila me nte co n sus rec ursos a ll eva r un a bl1~na
d,' Artemio dI' \lalle~ArizIJe, ),Jnisle el último cmnisla anü:s de que vida , pero que dec idiero n invcnir cn el Nuevo Mundo. Q Ui en
aquella enfOmiellda SI' convirtiera en un consejo, el rua1Im!sidiste. nO conoce el con texto es muy dilTci l q\l e atin e a aprehen-
En Crónica d e una f ~\Illili a e nlre dos mun dos. Los Ribad c~ der la inte nci ó n del libro y su sig nificado; no se puede to-
neira e n México y España, e n laces y sucesiones (2009), ha.~ rnar como una especie de hi sto ria socialmct.ida e n un a IaLa
bias de ta historia (h: un linaje, de una genealogía, JI d(: alguno. de sa rdinas ll e na d e nomb res, y si no identifi cas a los perso-
'IIwnem cuentas la historia que lleva a. la tuya como (Jse jJrecoz h. '¡s~ m~ es no vas a inte resarLe e n e l le ma , q ue es crucial para los
toriador colonial. que fuiste, 'J"dralado en una emotiva !JlÍgina, Ijar siglos XVI y XV II mex ica nos. De ra íz le ne mos un proble ma
cierto, de fU:fique Kmuze. ¿ Qué es ser historiador de una ciudad ? con la Indepe nde n cia: e l co nrli cto e nlrc los aULO nomislas,
¿ Cóm,o ha údo fn,'xIJe17mria romo I'i In-il1ri/Jal historiador d('/ (11"/1' que son seli ores que pi ensan qu e no d e bemos d esvi n c lll ar~
colonial mexicano ? nos co mo co munidad hi sp"í.ni ca, qu e son los mismos de las
Ca n es de C~l. di z , los dipulados a Canes qu e re prese nlan a
En ese libro yo lo que quise Fue eswdi ar a una f~1Jni li a pro~ LOdos los e lemenLOS del impe ri o español...
min e nle dd Virreinato que eS la blece un a se ri e d e redes y se
co nsliwye e n una e n lidad poderosa económica e id eo l óg i ~ Que emn la mayoría en /82/.
cam e nle. Sería un a especie de cOl1lribució n a la hisloria de
la in iciativa privada e n Méx ico. PreFe rí publicarlo en Es pa ~ A", í es, y desd e 18 12 asum e n la sobe rania del imperio espa~
lia porque pe nsé qu e aquí no iba a llamar lanLO la ale nción , tio l, ya no las junlas co mo la de Sevilla, sino u n co ng reso
que no iba a lener leclores, porque eS le Lipa de temas no representa li vo por la prese ncia de ge nle de LOdas las regiones
so n afi nes al gusLO mex icano. Se lrata de reivi ndi ca r a l pc rso~ d e l Nuevo Mundo y de la pe n ínsula. Es ta idea es el pr in c i ~
m~e de l que dos g ra ndes hi sloriadores, e l pe ruan o Lohmann pio de lo que pudo habe r sido una Cou/.IIwnwealth. hi sp,i ni ca,
Villcna y e l mex ica no Gu ill e rmo Porras Mlllioz, pe nsaro n por llamarl e de al g un a man e ra: una comunid ad ~co nólll i­
qu e se había casado en Va ll ado lid y a ll á se había qucdado. ca ibe roam eri ca na qu e nos ll1anLuvie ra unidos. Esa e ra la
Pe ro no: Caspar de Ribadc ne ira, el viejo, se casó dos veces idea autonomista, la de Lu cas Alamá n por ejemplo. Pero
e n Méx ico)1 luvo un a inme nsa desce ndencia, y esa d esce n~ eSlá la o tra, la visión insurgc nte qu e es nacional iSla, se para ~
ciencia aba rca a muchos p erso m~ cs Illuy inleresa ntes. Lisla, y qu e en rigor no eSlá la n in volu crada co n la idea de

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p
Guillermo Tovar de Ten:sa

cua lqu ie r ti po de vin cu lació n co n la Corona cspa iiola n i ble su influe ncia, por sus a liados. Por ejemplo un Lo re nzo
con el resto de la Amé rica ta mbi é n espai1ola. En to nces, ya de Z¡;¡va la , que era mu )' in tc li gcllIe, e ll cierto modo el pa-
de e n trada surge n , d iga mos, los a ULo no m is tas y los i ns u rgen~ dre del libe ral ismo mex icano, y que res ul tó ser un tru chi -
les, q ue es u na idea que de ma ne ra muy br illan te ha desa- mán q ue acabó de vice pres ide nte de la repúb lica de Texas,
rro llado Cristina Gó mcz ÁJvarez. ded icándose a la especu lació n de terre nos e n esa parle de l
Los aULO ll o mi slas qu ie re n (rea l' u na mona rqu ía e n Méx i- ant.iguo te rri to ri o mex ica no. Es lamen ta ble un ho m bre co-
co po rque es lo q ue se fir mó e n los Tra tados de Córdoba: mO Zavab. a d ifere ncia de .J osé Ma ría Lu is Mora, q ue fue u n
qu e se viniera un hij o de Fe rn a ndo VII a gobe rn a r el re ino de ho m bre tan lú cido y t.a n in te li gen te pero que tuvo qu e ex-
la Nueva Espaii.a; pero, e n virlud de que no vie ne, e l vacío patria rse.
de po de r lo asum e Agus tín d e Iturbid c. Lo hace d e man e-
ra un poco mega ló ma na, <I utoc1e no min á ndose e mpe rado r: ¿ y del POIjiri.alo, qué 'JIU! dices?
to davía estaba n tod os Illuy influidos po r la prese ncia na po-
leó ni ca. Y eso le cOs tó todo: si é l se hu biera co nve n ido e n El verdade ro mo na rca rep ubli ca no , e l qu e e mpi eza co m o
jefe POIíLico no se hab ría meLido en mayor lío; si se con for- gue rr ill ero y acaba sien d o IIn ká ise r, es don Porfi ri o. Do n
ma co n re insta la r la mo narqu ía y pe rm a necer del lado m¡ts Por fi r io crea todo un pe ri o d o q ue puedc ve rse e n tres eta-
conse rvador del movi rni e n to d e in de pe nd e ncia, co ntra los pas. La pr ime ra , la de mil ita r: el soldado de l 2 de abril q ue
ava nzados, los verdad e ros insurge n tes. Pe ro se orig ina un a vence a Márquez e n San Lorenzo y loma la ci udad de Méx i-
po larid ad e n la vi da mex ica na po rq ue los a ULono mistas d e- co qu e estaba e n ma nos de los im pe rial istas, es e l pe rso l1(~ e
rivan en moná rqu icos, y los insurge nLes e n re pu bl icanos. más querido y po pula r e n el periodo últ.i mo de J uárez y en
C uan do cae Itu rbide surge la re pública de Guada lupe Vic- el inicia l de Lerdo d e Tejada. Co mo mil iLa r, e n esa prim e ra
to ri a que tra la de co nci li a r y de aglu tina r a to dos, y ti e ne un e tapa, t.i e ne un g ra n éxiLO. Luego vie ne una segund a e ta pa
go bie rn o muy exi toso, ta n ex itoso q ue es el ún ico que c um- q ue es c ua nd o se casa co n Ca rm e n Ro me ro Rubi o y crea la
pl e e l pe riod o co mpl e to. ali a nza co n e l pad re de e ll a , qu ic n hab ía sido secreta ri o de
Go be rn ac ión de Le rdo de 1ej ada. A los so ldados y al e;jé rci-
y está la fascinaci6n con t"!."{(ulos Unidos, el fa'nal ·reIJUblica:no, Lo les sum a ah o ra a los po líti cos)' los in t.e lec lllales: ese Po r-
como lo Llamada jht)1 Semando. liri o D íaz se vuelve ecum é ni co, po de rosísimo)' so bre to d o
pres t.ig iado. Y hay un te rce r POltiri o Díaz, qu e es e l qu e se
Hay una se ri e de sucesos qu e ex pli ca n qu e Méx ico haya asoci a con lo qu e po dría mos ll ama r los "pre-neolibe ra les"
optado po r la repllbli ca)' por tirar a Iturbide co n I ~l prese n- como Liman to ur, q ui en c rea escue la. Hasta hay un li bro
cia de l e mbaj ado rJ oel Ro be r t.s POi nSell. Ento nces es le r ri- que se ll ama Ellimanlowls1no de f\lladcm, ~rqu e Made ro es

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p
Guill e rmo "Iova r de l cl-csa

un producto PUl-O d e LimanLOur, paradój icamclllc. Al PR lle la ciudad se constituye e n el paraíso del crim en o rga ni za do ;
pasó lo mism o. 1-lllbo una eta pa milita,"c lIando fu e Illu y po- es Illu y cu rioso ese caso.
d e l"oso, una etapa po líti ca e inte lectual cua ndo fue muy La Revo lución, e ntre Madero y Díaz, d u ra meses, porq ue
co nslHlClivo, e l mil agro me xicano, y u na e ta pa n co libentl se Vd don Porfirio e n el Ipiml1ga y se queda viviendo en Eu-
que le hizo mucho daño. ropa y se acabó. Lo qu e vie ne no es la n to una revo lución
co l110 u na guerra civil, un a d esp iadada y e nca rni zada luch a
SOl/Hende, fina lmente, en un e~pbilu ba1'1vco como eituyo, el reco- por e l pod er. Pero el actor principal de esa lu cha es el pueblo
nocimiento que le afrea!s a. la Revolución mexicana ¡JO" habemos mi smo. En la mitolog ía que nos ha n creado d e la Revo lución
l1!concilirulo con la Nueva E.~/)mi.a, gracias al historiador Manuel siemp re nos hab la n d e caudi ll os: la revo lu ción d e Ob re-
Toussainl y a José Vasconcelos, de quien fue secretario. Octavio gón, la de Zapata , la d e Vill a. Pero la Revo lu ció n fue una
j Jaz 'mismo, /tijo legitimo de la RInJOlución mexicana, conli'n úa (!sa con distin tas variables: no es c ie rto q ue fue ron muchas re·
'reconciliación en El labe rin to de la so led ad )' la cubnina en vo luciones; fu e e l mi smo m ovim ie n to co ntra el a n tiguo régi-
So r.Juíln a Inés de la C r u z o las trampas d e la fe . ¿Fue /910, me n. La Revolución m ex icana es U II intenlO re ivindi cad o r
de 'IIl(mem jigll:rada, una suerte de TroO[Ur.1Ó17 aslron ómira que de vo lve r a lo n uestro, e ntre otnls co sas porqu e e n todo el
nos devolvió, quizá, rt ese momento en que el humanismo de las XIX el cambi o ve nía d e fue ra)' se vo lvió a ~e lerado por la im i ~
ónle-nes mendicantes busca la conquista eSIJúilual de los indios, lac ió n de Francia y d e Estados Un idos, paradi g mas d e la mo-
'rescatándolos como unrt gran civilización t){lgana, aquella. que d e rnidad.
Sigüen.za -recomendaba exalllU; en lugaT de a los héroes de la Anti- Ento nces perde m os la tradi ción , nos vo lve m os e ne migos
güedad? d e lo he redad o; por eso vie ne Lanla destrucc ió n d e edifi·
cios, no sólo e n la capi tal sino e n todas las c iudades de la
Do n Porfirio ca po tea las co n tradicciones he redadas d el XIX repú blica, po rque confun de n las id eas co n las pied ras. C o-
g rac ias a l po d e r inm enso que agl utina, pe ro es un hec ho mo co nsec ue nc ia d e e ll o hay una cru zad a e n co n tra d e la
qu e es t{¡ late n te el prob le ma d e la tie rra , las d ema nd as la· Colonia durante ese pe ri odo mod e rni zado r libera l. La Re-
boral es, las hu e lgas de Ca nan ea y Río Blanco. Esas re ivin- vo lu ció n nos d evuel ve la identidad; su co nsecuencia es un a
d icac io nes e lem e n ta les d e la ti erra, o las laborales, Made ro lu cha d e los intelectuales y la ge n te d e c ultura por recupe-
no las res ue lve cuand o ll ega a l pode r. La Revo lu ción rea l es ra r u n pasado qu e hab ía s ido n egado. Desd e los atene ístas
la d e Made ro por e l leva n ta mi e n to d e C iudad.lu á rez, d on- hasta los red acto res de las primeras revistas e n el cu rso d e
de paradqjicamente Ci udadJu;:irez es lOdo un símbo lo. Ahí la Revoluc ió n mi sm a, la Larca d e los colon ia li sLas como Fra n-
se encuentra e l p res id e nte mexicano con el p res iden te cs- cisco Monterde y Ane mi o d e Va ll e-Ari z.pe es p roponer y
tado u nid e nse, se in icia la Re vo lución, y cie n tlli os d espués practica r la co ncili ació n qu e desd e los ti ~pos d e Altam i-

254 255
Guillermo l o"ar de Teresa

rano se había dado: la co ncil ia ció n entre Méx ico y la Co~


la co nclusió n de que vivimos un a patria epopéyica, millona-
lonia.
ria y pomposa. Eso y.a se ~ca bó: des pués e.le, la Revolució,n
volve moS a Ulla patna mas mod esta y qUl za po r e ll o mas
No Lodo el mu.ndo sabe lo que estás diciendo, que la Revolución preciosa - di ce-, vo lva mos a la auten ticidad .."La suave pa-
mexicana no es anlicolonial. u'ia" no es más que u n canto a esa n ueva patna, a esa dulce
patria. Las revistas son 1.I 1~ síntoma d~ toda esa visión y esa
Al co ntra rio, es m uy partidaria de la Colon ia. Ce na ra Estra~ sensibilidad cultural qu e Impe ra, hacia el pasado: lo ves e n
da , qu e es de Sinaloa, de l gr upo de los ca ll istas y es, a la El NJaesl:/'O, e n México iWoderno, e n Forma, e n Mexican Al'l and
vez, ministro d e Re lacio nes y g ra n p rotector de todos los Life, en La Falange, hasta e n ConlemlJorú1Mos hay u na rec upe-
colo ni a listas, esc ribe incluso una novela colonia lista , Pero ración de la cultura n ovo hispa na.
Calín, e n 1926, y Visionario de la Nueva l..!.'s/JaFta (1921 ), un
texto p rec ioso. En 1993/JUbticaste en ül1'evisla Vuel ta un al'lÍculo titulado "Mé-
xico entre e l fundam en ta lismo y la globa lizació n " que yo no
Además, Cenmv Estrada escribe en un (~sfJmio/. sólo aj){f:/'enlemenlr había 1·eleído. Lo hice este fin de sema.na. JI me llamó la atención .Hl.
arcaizante.
valor profético en el cual se cruzan el enamorado del BaTlvco, la
fascinación por la Revolución mexicana. JI el análisis de la conlem-
Es muy mod e rn o, así es ..l unto a Estrada está n Manue l Tous~ pomneidad.
saint y el propio Albe rtoPani , qu e desde la Secretaría de
Hacie nda publica Iglesias de J'vIéxico. La ge nte estaba apa~ En 1993 acababa de volve r de Espa lia después d e tres alios
sionada por la Nueva Es paii a en los a li os ve inte. Obregón de vivir e n Sevilla, y había pe nsad o m ucho e n Méx ico desde
ordena la publicación de los libros qu e le propon e .l osé Vas- all á, desde fuera. Las conclusio ncs)' las ideas qu e había re u-
cancelas como sec re ta rio, co nvencido de la importan cia q ue nido se me ocurrió po ne rlas en ese tcxto, y e n muchos ca-
tiene e l pe riodo virre ina l negado po r e l XIX, y su rei vindi ca- sos fueron atrev idas. Desde e l título, porq ue entonces no se
ción , categó rica, forma parte d e la vanguardia revol ucio- hab laba m ucho de globa li zac ión ni d e fu ndamenta lismo .
naria: recu pe rar [o nu estro , vo lve r a se r lo que somos. López Lo escribí antes del leva n tam ie nto de Ch iapas, en los días
Velarde vo ltea a Anda lucía, vo ltea a los pi n to res an da luces previos a la e ntrada en vigo r del Tratado de Libre Comer-
y él las revistas litera rias es pa iio tas: Fue nsanta es la portada cio, y di go ahí que el cambio no va a ven ir de fuera sino d e
de una de esas revistas. Ló pez Vela rd e habla de la provin- dentro: "No caigamos e n el fll ndamental ismo y cuid é mo-
cia, de la tradici ó n, del costum brismo, de la vida aco mpa sa- nos de la globalización". Lo dUe advirtie ndo contra la es tllpi-
da e íntima d e los lu gares recó nditos d e la patria. Y ll ega a d ización y la ba na lidad. La ines tabi lidad c ~o ley universal

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G uill ermo Tovar d e Te resa

es lo pro pio de Méx ico. Tocio fo rma parte de un todo, de e n su casa se hablaba de Alzate y del XVIII ilustrado , de Bar-
u n proceso pe nnan e n te, un fllU o q ue p redom ina ya no lo wl ac he. etcéte ra. Eran u nas co nversaciones alucinantes y
cíclico qu e vie ne de la sociedad agrícola n i lo lin eal progre- ahora va loro al triple lo que yo e n ese mom en to veía como
sivo qu e viene d e la mod e rn idad , sino la pluralidad, lo si- muy co tidiano. Pe nsé que iba a durar sie mpre, y ahora qu e
mu ltá neo, lo propi o d e la sociedad tec nológica y ecológica. estamos e n este p,l ramo sie nto mu cha tristeza y cie rta sole-
dad po r no co ntar con pe rson<,!jes de esa ca tegoría y d e ese
Sólo me debes alg'l/.nas palabras sobre /.'11. formación intelectual. calibre. Recue rdo tambi é n a don Diego Ang ula Íii. ig uez,
qu e e ra e l director de la Real Academi a d e la Histo ria y de l
Yo tuve una suerte infi nita, q ue creo que compartimos: nos Museo del Prado de Madrid, y que me mo tivó a que publi-
tocó convivir con la mejor gen te de Méx ico, que a hora ha cara Pinlum y escullum . del Rtmacimienlo en lV/éxico (1978) . Él
desapare cido , pe rso nas de u na va lía imp res ionante, y for- me lo prologó. ¡VIéxico ba1'1vco (1981), qu e resul tó se r u n po-
marnos co n e ll os. Desde muy peque iio fu i muy ami go de co psicodéli co y un a mala síntesis, porq ue me la reco rta ro n
don Fel ipe Teixidor, de Octavio Paz - te co nsta-, d e Fernan- )' me la re hi cie ron , me lo prologó Ceo rge Kubler, un hOITl-
do Be nÍtez, de J osé Luis Martínez, d e don Luis Gonzá lez y bre con una fo rm ac ión fo rmi dab le , y luego me d eslumb ró
Conzález. En el caso de la historia , me ace rqué a la ge n te la fi gura de Paz cuando los tres se pusieron de acue rdo e n
que sabía: a Fra ncisco de la Maza , a do n Sil vio Zavala. Era propon e rm e para qu e me di e ran la beca Gugge nh e im ,
una maravi ll a p laticar porque no te nían la pequeliez ni la en 1985. Fue una marav illa; me dio la idea de qu e yo pod ía
insig nifi ca nci a de vo lve rse e nvid iosos, que es lo q ue pre- ser ind ependien te.
dom ina, con sus hon ros ísimas exce pciones, e n los medios
académ icos. Yo siempre qu ise moverme por mi cue n ta , d e Tú, como )10, casi no fuiste a la universidad.
manera independiente . y en ese se ntido tuve la suerte de ta-
parme co n esos personajes. Me formé a la a ntig ua, asoc iado No. Evité totalm en te e l co n tacto. Te ngo m uch ísimos am igos
a un tutor qu e me iba orientan do e n mis lecturas o que con acadé m icos pero ese ¡:ímbito e ntra en con flicto con mi pro-
sus disc usiones me iba al ime n ta nd o y seña lá ndome obje ti- pia na tura leza. Yo decidí forma r me por mi cue nta.
vos fascinantes. Me volví independ ien te del gobie rn o, también , tras habe r
sido asesor de Ju a nJ osé Bre m e r e n la Subsecre taría de Cul-
A veces IJarece haber un abismo entre los dos siglos... tura en 1983. Quedé como cron ista honorario de la ciudad
de México, pero e n ] 985 me d i cuen ta de que e ra un absu r-
Sí. Po r ej e mplo. de un Robe rto Moreno d e los Arcos }'a na- do qu e hubi e ra un croni sta para un a ciudad d e tantos mi-
di e se ac uerda y para mí fue crucial , po rque en las tertul ias llones de habiLo'l ntes, in abarca ble; qu e h ~a qu e hacer la

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Gllil1l'J'1ll0 Tovar de Te resa

crón ica de mu chísi mos tó picos y un solo cron ista e ra in ú til. ra a la f-otografla de g rupo. La fOl ogra fTa además implica
La crónica finalmente es un a labor colectiva a la que con tri - una p res ión so bre el anisl.a pintor, que se ve forzado a ser
buimos de man era muy d iversa todos los in te resados. Por fi e l reprod uctor de la realidad, lo que obliga a un He nnene-
eso se me ocurrió hacer u n Consejo de la Cró nica, al qu e gildo Bustos, por ejemplo , a ejercer un rea lismo impresionan-
entra ron jusulI'nentc Paz, Ferna ndo Camboa, Fe rnando Be- te. Tam bién estoy p re parando la crón ica del patrimonio
níte z, Emma nuc l Cm'ball o, Ruf-ino Tama)'o, don Lu is Co n- perd ido , ya no sólo d e la ciudad de Méx ico, sino de toda la
z~í.I ez)' Go nzá lez, do n Silv io Zavala, Ramó n Xi ra u, e n fin , un República. Es un re U'a to de la destrucció n de l pa trim on io
gru po mu y ri co del cua l so brevive n tres pe rso nas. Tras ese en las d ifere ntes ciud ades de la Repúb lica Mex ica na. Nos
primer Co nsc:jo, se forma un segundo, cuya pres ide nci a de- va mos a ll eva r unas so rp resas lre me ndas porqu e vam os a
j é al cum pli r el periodo de tres mios. Aho ra lo pres ide Ho- ve r có mo he mos d es truid o med io país. Es un a ba rbaridad,
mero AricUi s. es u na salvajada lo q ue ha oc urrid o aq uí e n Méxi co.

¿A qué le dediws actual'1lumle COUto historiador?

A la histo ri a de la fotogralla. de l siglo XIX sobre todo. Es tu-


d io la introd ucción de la lotogra fía e n Méx ico, có mo pre-
domina e n un in icio e l papel salado sobre el daguerrotipo
practicado por los estadou nid e nses -e n ca mb io e l papel
salado era propio d e qui enes venía n d e la trad ició n litog rá-
fica. Esto)1 estudi a nd o la figura d e Juli o Micha ud , que est;i
muy asoc iada con Le Me rcie r, un ed itor fra ncés q ue le per-
mitió trae rse a México a Aug uste Massé)' a J ose ph Decaen .
La litog ra fTa y la fo tografTa se constituye n e n un imaginario
qu e pe rmite qu e e n México ten ga mos idea de lo de fuera
y qu e afuera ten ga n idea de 10 de Méx ico. No sólo estoy es-
tudi ando a los prec urso res, pe rson'Ües realm e nte relevantes,
sino có mo la fo tografTa se va co nstituye ndo e n un ele men to
de ide n tidad persona l e n u n periodo d e individua lismo. Me
he d edi cado el estud ia r a los fotógrafos d e la prov incia e n
LOdos los fo rmatos, que va n pasando del retrato e n miniatu-

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)(. Brian R. Hamnett: "No son comparables
1810 y 19 10"

Biógrafo de Be niLo.Jw'i rez y cnttnlOrado del barroco , Brian


R. Hamne ll nos reci be , du ra nte las ho ras de desca nso que
le deja una reuni ó n académica, e n u n ho tel de Puebla. Se
formó en Ca mbrid ge y ha hec ho vida uni ve rsitaria e n Nue-
va Yo rk , e n Escoc ia (en la Uni versidad de Strathcl yde) ye n
la Uni ve rsidad de Essex, d e la cua l es profeso r in ves ti gado r
desde 1998. Mi e mbro de la Royal Historical Society, Ha m-
nctl es u n hombre de pocas palabras, sislcmáLi co, resuelto
e n su adm iración por los g ra ndes libe rales lati noamerica-
nos -s u Benito j uán!z. Benemérito de las Américas aparec ió e n
2006- y poco compl acie nte an te la reivind icación de espíri-
lLIS tiránicos y e rrá ticos corn o el del em perado r Iturbide.
Tampoco se deja sorpre nde r con f~lCi li dad po r las leye ndas
negras: exa min a sin e l m ín imo sobresalto a l va lido Manue l
de Godoy y a Fe rna ndo VII. No se apres ura él califica rl os co-
mo los padres de l Gwd ill ismo ibé ri co y americano. Al me n os
tres de los lib ros de Hamn e tt, Revolución JI contrarrevolución
en México JI el Perú. Liberalúmo, realeza JI separatismo en 1800-
/824 ( 1978), La política eS¡Jari.ola en ww éjJoca Tevolucionmia,
1790-1820 (1985) )' Raíces de la insm-gencia en México. Hisloria
1"Cgional, 1750-.1 824 (1990) , han sido decisivos para insertar
a la Inde pe ndencia d e la Nueva Es paii.a en el o rbe d e las
revo luciones inte rn aciona les duran te e l tránsito e ntre los
siglos XVIII y XIX. No cree e l docto r I-I am~t en las co mpa-

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Urian R. Hamnell

raciones diacrónicas, las rch úyc instintivam entc y, e nLre 18 10 México supuso mi prin1e r e ncue ntro con el co ntin e nte ame·
Y 1910, nos rccuc rda , transcurrió, adcmás, la qu e acaso Sca ri ca no. Había vittiado mucho por el Medio Oriente, por el sur
la vida mcx ica na m,h importante de todos los ti e mpos, la de Europa y el norte de África, y aquello rue un tipo de pre-
d e Ben ito Jwirez, Met icul oso observador de ) nacimiento y paració n para ca mbi ar de co ntin e nte . Pe ro cuando vine a
el d esarroll o de nu es tras re plibliGls, I-Iamnett las estudia Con Méx ico fue una experie ncia co mp le tam e lll.e dislilll.a: no po-
la seve ridad política, un tan to esto ica, con la que los historia· día construir m i conocimie nto de l país co n base e n mis viajes
dores romanos vie ron la tonn e ntosajuventud de su ci udad. anterio res ruera d e Europa. Au nqu e el primer país ameri-
ca no que visité fue Ven ezuc la , Méx ico fu e e l primer país
americano en que viví, y no Estados Uni dos, porque hay que
¿Por qué SI: interesó l.ull!d en la indeJJendencia de A U/.érü:a? ¿ Cómo dec ir q ue n unca he tenido mu cho in terés e n esa nación : los
se veía entre Losjóvenes de la década. de /960 el migen de la A "1Iu!. estado unide nses no ti cnen una ve rdadera hi storia. México,
rica Latina indeJH!n.ditm.le? e n cambio, tiene una h istoria larga y p ro fu nda , mu ch o más
allá de la Conqu isla es p¡;l Iio la e n 15 19, y qui zá porque em-
La respuesta ti e ne dos dim e nsiones: mi pun to de vista co- pecé mi carrera co mo estudi a nte de le nguas clásicas y civi-
mo hi storiador y co mo pe rsona. Co mo hi storiador e nco n· li zacio nes a ntiguas gravité hacia este país.
tré e l tema mien Lras estudiaba la crisis del absolu tismo en
las monarquías e uropeas a fines d el siglo XV III. Como no se ¿ Cómo era eL ambiente universitario clwndo em.fJezó usted su in.ves-
es tudiaba mu cho la ex pe riencia de la monarquía y del im- tigación sobre la indeJJemlencia de 1\lléxico JI de Perú ?
pe rio esp'llio les, profundicé un poco más en e ll o y así e n-
comré el proble ma de la indepe nde ncia iberoamericana; Estud ié en la Unive rsidad de Ca mbridge y me gradué e n
decidí estudiarlo porque reflejaba algo sobre la crisis de las 1964, anLes de la difusión de los eSLudi os latinoamerica nos
viejas mo narquías e n Europa. Pe ro cuando llegué a Méx ico en Gran Bretalia o en otros países europeos, exce pción he-
por pr ime ra vez me e nco ntré con una realidad muy difere n- cha de Espaila, po rque siempre ha habido un a escuela de
te de la que es taba es tudiando. El tema adq uirió dim e nsio- estudios america nos en Sevilla. ES l.á la Escuela de Estud ios
nes insospec hadas y profundicé e n la participación popu lar Hispano-America nos, adonde fui para in vestiga r en e l Arch i-
en las ind e pende ncias, co mparan do a México con otros paí- vo de Indias. All í me encontré co n mu chos peruanos, urugua-
ses iberoamericanos. yos, ch ilenos; mu chos m,:ls sudamer ica nos que mexica n os,
porque México no te nía entonces rclacio nes d iplomáticas
¿ }' la dinwnsión m.lÍs !JersonaL? con la Espalia de Fran co. En la docu me ntación de Sevilla
me topé con cosas fant¡.í sticas y empecé ~o n s lruir la com·

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Ilrian R. I-Ia nmctt

paración que hice más tarde entre Mé xico y e l Perú, las dos . Usted estaría de acuerdo con aqueLLa. tesis que dice que la indefJen-
gra nd es c ivili z~tc ion es precolo mbinas, los dos g ra nd es vin-ei. , cUt ' ,le j'vJéxico)' del7-es/o de los ¡míses de Iberoamérica es Tesulta.-
den
natos, las dos d istintas man e ras d e hacer la in depend e ncia. do del fracaso de las reformas borbónicas?

A la hora de conmemorar el bicentenmio de J 8/ O, da la im/Jresión Aunq ue e mpecé mi in vestigación e n el doc~o.rado estudia n-


de qW!, al menos en México, no ha sido fácil conciliar la visión na-
(oI las reformas borbón icas, a ho ra estoy revlslta ndo el tema f'
cionalista decimonónica de la./nde/Jcndencia con o/m inlel1Jrelación, aCllla hn en te mi inte r pretación es más negativa. Esas re or~
esa que habla de fenómenos universales - la. é/Joca nruolucionm"ia ymas co ntribuye ro n muc ho a l desa rroll o de los terri torios
qzw ananca con la. 7l'Volución en Estados Unidos, la desintegración colo nial es de Espalia y luego al de los países independien-
del imlJel'io eSIJa:;iol en ¡\mérica- y cu)'as consecuencias ocurren en teS, porque e l liberalismo h ispan oame rica no se re monta a
virreinatos donde a/Jenas se vislumbraba algún liPo de autonomía la política d e la Il us tració n espali ola e n Améri ca, cuyas re-
hacia J8/ O. ¿ /-Ia sido dificil1wn-a1' una historia que em/Jieza en fo rmas fiscales , econó m icas y adm ini strativas tuvie ron, e n
t:sl){J·iia, en J 808, con la invasión na/JOleónica, J' no en ellmeMo mu chos aspectos, un a influ e ncia positiva e n e l d esa rro ll o
de Dolores en /8/0, con pi grifo de Hidalgo, como nos la contaban político y social de Hispanoa mérica. Pero entre 1760 y 1 8?~ ,
en la escuela a los niñ.os mexicanos? con la consolidación de los va les reales, las reformas bo rb01ll-
cas dividieron mucho , separando no tan to a los pen insulares
L ... historiografla bril~í n i Gl ha hecho una contribu ción a una de los crioll os, sino a los pe nin sulares e ntre e ll os. Hubo, e n
n ueva versió n de la indepe nde ncia hispanoame ri ca na co n e l co nsul ado de Lima y e n la audie ncia d e México, pen in su~
los trabaj os de Ro bin l-Iumphries, J oh n Lynch, David Bra~ lares qu e se oponían a las reformas por razones co merciales
ding, J oh n Fisher, Anthony McFarla ne y otros colegas. Pero y políticas. Pero ta mbi é n hubo fuertes pa rti darios d e las re-
forma parte además de una nueva pe rspectiva que compa r- fo rm as, como los co me rc ia n tes de Ve racruz y Guada laj ara.
te n histo ri adores mexica nos, es tadounidenses y eu ro peos.
Yo diría qu e se había puesto de mas iado énfasis en el comi e n- Se C01lllJa1"O., con mucha fi-ecuencia, Üt Conquis/.a de México con la.
zo de l proceso de las independe ncias latinoa meri canas. Se Conquista del Perú, pem ese ej(!rcicio compamlivo se hace menos
prefe ría inveSLiga r la historia española d urante el XVIII e n vez con el desenlace: la indelJendencia en 'Uno y otTO de los grandes vi-
del orige n de la divis ió n e ntre la parte europea y la parte rreinatos. Usted, autor de Revoluc ión y con tra rrevolució n e n
am e rica na de la vi~ja mo narquía. La inde pendencia o el pro- Méx ico y e l Pe rú (J 978), ha. trabajado esa compamción. ¿Po-
ceso de sepa ración de los territo rios hi spanoameri canos no {[Iia hacerla tJam nosotros?
se in icia co n e l decli ve de la mo narquía es pañola; su desmo-
ronamien to es anteri o r a J 808, a las invas io nes napo leóni cas.

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$
Urian R. H am n ctl

Una dire rcncia Illu y sig nificativa fue que la ca pital de l vi ~ la unidad d e la mo narquía. Ad crmls. e l impacto de las refo r-
rre inalo de la Nueva Espalia e ra Tenoc h titlan, mi e raras mas borbónicas en el Pe rú fue distinLO qu e e n México. Hay
que la capi ta l del virre inato d e l Perú no fue C uzco n i Q uito simil itudes, como la oposició n de l Co nsulado de México a
sino Lima, u na ciudad co mp le ta me nte llueva, construida las re ro rmas, que tambi é n lU VO su correlaLO e n Lima.
por los es péuiol es pa ra se r la ca pital de la Co nqui sta, un a México estaba e n p le no auge e n ese pe ri odo. Pese a la di-
ciudad ce rca na al Pacífico co n com uni caciones re la ti va me n- visión ter ribl e e ntre las clases soc iales y a la pésima distribu-
te d irectas hacia Cádi z, Sevilla y los prin ci pa les pue rtos de ción de las riquezas, Méx ico era un país muy ri co, so bre todo
esa época. Yeso es m uy d iferente, po rque to da la he re ncia en co mpa rac ió n co n Esp,lIi a; no o lvid e mos qu e fu e acree-
ind íge na e n la Nueva Espatia es taba a lrededo r de la ca pita l, dor del go bie rn o metropolitano espatio l, so bre todo e n la
mi en tras que e n el virrei nato del Perú impe raba una po la- dé cada de ] 790- 1800. Eso no pasó con e l Pe rú, qu e , au nq ue
rizac ión e n tre e l Cuzco co n su here nci a inca ica y la ll ueva mantenía un cie rto sup e dvit e n Sil p res u puest.o antes de
ci udad , casi marítima, de Lima, el Call ao. 18 10, tenía un crec im ie nto d e la producció n min e ra mu-
Esa primera d ifere ncia ti e ne mucha sig n ifi cación, so bre cho más le nto y vuln e rabl e, y su situación econ ó mi ca ge ne-
LOdo e n e l siglo XV III , cua nd o crece una nu eva concie ncia ral era mucho más po bre qu e la de México. C uando oc urri ó
e ntre la no bleza indíge na cu zqueJia y és ta com ie nza a pro- la crisis de la inde pe nd e ncia y se prese n taron las revo lu cio-
poner una visió n alternativa él la de los desce ndi e n tes d e la nes de Buenos Aires o de l Alto Pe rla , la situación puso a l
Co nquista esp¡;II~lO l a, los du e iios del vi rre in a to d e Lim a. Es- vir re inato del Perú e n una cr isis que, co n perspectiva, po-
taba creciendo la regionali zac ión etnocultu ral e n el Perú , y de mos afirma r que e ra mortal.
no pasó nada parecido e n la Nueva Espa iia. porque no ha-
bía ningu na nobl eza preco lombina comparab le con la de l ¿J:.'n qué medida el valido Manuel de Godoy, el PJinci/Je de la Paz,
sur a ndino. La situac ió n e tl'1 ocu ltural era distillla e n la Nue- al cual le loca jugar gftneralmenle el lJlI/Jel de villano en J808, in-
va Es ptllia, do nd e e l m es Li zí:~ e fu e más profundo qu e e n e l venia "un estilo personal di! gobenuu·" --pa·m usa r la conocida ex-
Perú. Y si e ntramos en e l pe riodo de la crisis de la monal'· !Jresión de Daniel Cosía Vilütgas- que se volverá la esencia del
quía, México comenzó co n la po lítica equ ivocada. ambiva- caudillismo en todo el mundo ltislJánico dura.nte los siglos XIX, xx
len t.e mejor d icho, de l vir reyJ osé de Iturrigaray, a qu ie n los J' quizá el XXi? ¿O más bien es el fantasma d(t Fernando VTI el que
gac hu pi nes derrocaron e n se ptiembre de J808. No pasó nos dom.inó dumnle tanto l:iemlJo ?
nada com parable e n el Perú, porque el virreyJ osé Fernando
de Abascal, e n tre 1806 y 18 17, eje rcía un g ran co ntrol po- No estoy de ac ue rdo co n su visión de Ma n uel d e Godoy, y
lítico. Fue mu y hábi l ese vi rrey: de n ingu na ma nera se per- ya habla re mos de su gra n e ne mi go. Fernando V IL Godoy
miti ó la ambigüedad; fu e un políti co ded icado ti mante ner no es u n primer caudi ll o hi spanoa me riGa no, d e ni ngun a

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f Brian R. J-I am llel1

manera, ni tampoco es un ca udill o e n la historia de Esp~lIia. absolu ti sLa, carlista. Todo sc origina enLre J8 14 y 1820: el
Fuc, e n Illu chos aspec tos, un accidente. Favorito de Ca rl os gra n periodo de fracaso e n la hisLO ria de la EspaJia impe rial
IV y d e María Luisa d e Pa rma. la reina, su subida al poder' es el abso lutismo res la urado de Fe rn a ndo VII.
fue resultado de una crisis e n la po líLica espa il0la de bida a l
impacto de la Revo lución rrancesa y la ejecución de Luis Pero, hablando de Cádiz, de sus Cortes)' de la inc01n!Jrensión de las
XV1. Hasta ese mom e nto los ilustrados habían co nse rvado demandas americanas IJor tmrle deL liberalismo IJeninsular, ¿ no es
u n ci eno predomi ni o de ntro de los mi niste rios d e los reyes en ese mio de /8/2 cuando se escribe el guión de lo que ocunircí
Carl os 111 y Ca rl os rv, pero apenas podía n manLe nerse por desjJ1lés de 1820 ? ¿Por qué, siendo LalJalabra "liberaL" de origen
la p res ió n conse rvado ra y cl erical de los CÍrc ulos rcacc io. MslJánico, flemo.\' vivido doscientos lnios con la sensación de que
na rios. Enton ces, Ca rlos IV, q ue no e ra u n ho m bre m uy enl rll'1nOS tarde, y con d júe ú.quierdo en la, Ulodemidad ? Dice us-
J

im e ligen lc n i tampoco un po líti co agudo , es ta ba a PUllto ted, en La po lítica es patiola e n un a é poca revo luc ionaria,
de pe rde r el con tro l e n un momen to mu y pe ligroso, y se 1790-1820 (1985), que tanto el lilJemliww de 1812 j' de 1820
li gó CO Il e l j ove n funciona rio Godoy, eligié ndo lo C0 l110 u n COIIIO el bonajHu·tismo de los afrancesados jJ1vvúmen de un tTOnco

Lipa d e fig ura inte rm edi a en Lre los dos eXLremos, au nqu c lo COIIIÚ11 , absoLutista jNm ilus/rodo. ¿Qué oftmió enlo11ces?

odiaban m.ls los conservadores y los clerica les qu e los ilus-


Lrados )' sus suceso res, qu e lo menosp reciaban. Y cuando L.o'l experiencia gadilana es fundamellla l para compre nder
creció, odiado, Fernando VII como Príncipe de Aswrias e n la hisLoria d e la Améri ca esp'lIiola e n las décadas de 1810 y,
el pa lacio, Go~oy fue viSLO como u n pel ig ro para su suce- adelantando un poqu iLO meis, d e 1820, porque la Constiw-
sión al U·o no. Esa es la posic ión ve rdadera de Godo)' e n la ción de Cádi z Luvo influencia más all¡i d e su vigencia parti-
h isLo ri a ; e ll o exp li ca su Glída co n e l motín d e Aranju ez, cular. Estuvo en vigor la ConsLiwció n de C<ld iz en México, a
la desgracia de l pobre Ca rl os IV y d e Ma ría Lu isa, quie nes partir de la Independencia, por<lue Ilurbide la reco noció, y
d ~j a n u n hueco e n e l cenlro de la política espaiiola qu e pro- hasta el triu n Fo d e l Plan de Casa Mata, en la primavera de
voca la crisis e n Am é rica. 1823, cuando las provincias se re belaron co nLra e l ce n Lral is-
Fernando VII es OLro fe nóme no: en J808 era, verdadera- 1110 de Méx ico, lo cua l imp licó, a su vez, la des tr ucción del

menLe, el sím bo lo de la un idad de la monarqu ía. Pero cua n- sisLema gad ila no. Porque la Co nsLiLució n gad ila na y la po-
do ll egó en pe rso na a Es palia, e n abri l-mayo de 18 14, lo IíLica de los liberales d e las CO rLes busca ba mante n e r la
hizo co mo sím bo lo de las d ivisiones inc ura bles q ue pe rd u- uni dad de la mona rqu ía hi spánica. Ell os esLaba n conti nu a n-
raro n d uranLe siglo y med io , la polarización e n tre las dos do , por otros cami nos, la vi<::j a política de los m in istros bo r-
Espalias: la Espalia libe ral , constilUcional , reformado ra, y la bó nicos que u'ataban de malllcn e r la un idad del imperio
Espa li a cle rical, co nse rvadora, reaccionaria, mon.í rq uica, por medio del absoluLismo re novado y ~casa ron. Por eso

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I3riall R. I-I amnett

cayó el régimen, y los libera les se adueii.aron del poder en ¿Qué jJ{lSÓ con el 11lundo de lengua eSjmiiola a la lLOra de entrar en
J 8 1O; trataban de remodeJar ta n to el imperio co mo la nación el siglo XIX, liberal y democrático? 1....J!)'éndolo a1lsted, inlel1J1'(][0 que
esp¡.uiola. La Co nstitu ció n está hecha e n nombre de la na. había dos tradiciones, por así Ilmnm"/as, 1Il0derrUls, que entmn
ción y la define por primera vez. Esta nación no es sólo Espa. en confliclo en la. Es/mñrt de /808 y dum.nle la. siguiente década. en
1ia y sus provincias: está co nstituida por los re inos de Espatia His/mnoa.mériw; dos tradiciones que provenían del desjJOtis11l0
qu e formaban parte de la nación espa iiola: incluían a toda il'uslrado: por u.n lado, el 'feivindicado IJOr los afrancesados, NajJo-
América, las islas Fili pinas y otras islas del Pacífico, como las león y la f?irvolución francesa )', lJOI' el otro, el absolutismo ilustrado
M.aria nLls y las Ca roli nas. Obviamente esa defi nició n ele "na- local, de Amnda y Floridablanw y todos ellos. Estas dos lmdido-
ció n" ll egó a ser inaceptable pa ra los se paratistas ame ri ca nos. nes clwca.m1/., no se combinaron, y j){¿1'(]ce ser que el mu.ndo de len-
El p rob le ma de ntro de las Cortes fue que los dipu tados gua española llega, lJongmnos una fecha, cuando mue1'(] Fernando
ame rica nos nu nca pud iero n co nve nce r a la mayoría pe nin- VII en 1833, a. 'U.na situación de agotamiento. Se nos cerró la Imer-
sular de que les oLO rgase n un a verdadera igua ldad de re- la en la ca'ra.
p rcscllLación, basada e n u n critcrio de mográ fi co, ya q ue la
población ame ri ca na era mayo r que la poblac ió n espa1':"lOla. Tengo la im p res ión de q ue hubo una divi sión muy fue rte
Para los cs patiolcs esto representaba la amenaza de qu e hu- dentro de l gru po iluslrado, cuya prime ra generación , d u-
bie ra u n do mini o de los americanos, y las Cortes no esta- ran te los reinad os de Feli pe V, Ferna ndo VI y Ca rl os l!l,
ba n di spuestas a devo lver el pode r a nad ie: n i a las regio nes giró al rededo r del ministerio. Pero, durante el rei nado de
dentro de la pen ínsula ni a las Amé ricas. A qu ienes aho ra Ca rlos IV, estuvo muy desa nimado ese g rupo, desil usionado
llamamos, retrospectiva me nte, los "au tonom istas de 1808" de la capacidad política d e l go bierno real para co ntinua r la
era n grupos de poder que ya dom inaban e n México. Eso política ilustrada de Ca rl os 111. Varios indi vid uos e ntre e ll os
sig nifi caba "autogobi e rn o", y las Canes se opusie ron po r esta ban dispuestos a a linearse co n el bonapartismo co n el
co mpleto. Las Ca nes de Cádi z rec hazaron , en conclusión, fin de lograr los objetivos modernizadores que habían de·
la verdade ra igua ldad de represe ntac ión, así co mo cualq ui er seado bajo el go bie rn o de Ca rl os IV. Así oc urri ó: la prime ra
versión de a uto no mía, y se o pusieron a la igua ldad de co- Co nstitución en e l mun do hi spa no no rue la de Cidi z sino
me rcio de los p uenos a me ri ca n os co n los p uertos es pa- la Co nsti tución napo leó ni ca de Bayona, y e n e ll a hubo re~
li o les. Mi en tras ql lC los pue rtos de Es paña podían comerciar p rese ntación america na, por lo menos en teoría. El régime n
libre me nte , pagan do impuestos, con o tros pue rtos autor i- de José Bonapan e, de hec ho Na poleó n , a bo li ó e l Sa n to
zados qu e estuviese n e n paz con España, eso les fue negado Oficio d e la Inquisició n e n 1808, que en ca mb io so brevivió
a los pue rtos america nos, obligados por ley a respe tar e l cinco <lli os más e n el régimen gad itano, porq ue los libera-
monopo lio eco nómico peni nsu lar. les no pudieron abo lir ese tribu nal s i r~h asta feb re ro de

272 273
s
Brian R. J-I amneu

18 13. EnLOllces ya había muc ho d esá ni mo, yeso exp li ca la LOria de México (200/ )' 2006) ? ¿ /8/ O)' /9/ O se ¡¡¡/edell '"COI'
posición que LOm~l ron no solamente los afrancesados, sino darju:nlos ?
también indi vid uos co m o J osé María Blanco \"'h ilC, que se
fue de Espa li a, hac ia In g late rra , e n 1810, cua ndo cayó laJun- Hida lgo, MOI'dos y los jefes inic iales d e la insurgenc ia le-
ta Sup rema d e Sevi ll a. Bla nco V\' hi te, u n li bera l, se ali neó con nían se n timi el1LOs más b ie n que raíces; sen limie ntos hacia
la políti ca inglesa, porqu e cre ía e n la form a de gobie rn o de la genle ord in aria, y e ll o es ex plica ble tam bién po rque M é~
In g lalerra como un modelo para la España d e l porvenir. La xico hab ía e nlrado en un a c ri sis eco nó mi ca y soc ia l profun-
po la ri zació n no fue ú ni came n te entre los ilustrados, p ronto da. Más a lLí d el g rilo de Do lores e n 18 10 , e l país padecía
ba u tizad os C0 ll10 libera les, ca pturados en e l impu lso pa tri ó- una di slocació n e n la produ cció n min e ra , crisis en las ha~
tico, y los co nse rvado res. Es tos ú ltimos se hacían o ír ¡llene cie ncias, alza de prec ios, escasez de co m es tibles básicos ...
y S il influ e nc ia fu e aume n ta ndo hasta qu e, cuand o es taba Sace rdo tes de parro quia co rn o Hida lgo y Morelos eran bien
liberada g ra n pan e d e la pe n ínsula , la mayo ría votó por los co nscientes d e e ll o, a pesa r de sus p ro pósi tos políticos ma~
se rvil es e h icieron perder a los liberales su mayo ría e n las yores, y ése no fu e exacta m e nle e l caso de los caudillos cle la
Co n es para q ue Fe rnando es tablec ie ra su abso luti smo . Los insurrección en América del Sur.
afrancesados fue ro n ll amados traidores y escaparon , los que Hida lgo a bol ió la esclaviwd en GuadahUa ra. Si n e mb ar~
p udi e ron , a Francia. Hubo lambi é n un a asociación d e algu~ go, hay que d istin g ui r a México, por ejemplo, de Venez u e~
nos iluslrados y reformadores con los ingleses, co n el círc ul o la: México no era u n pa ís d e esclavos)' po r lo mi sm o podía
de l lo rd 1~l o ll a nd , por ejemplo, e n Sevill a. abo li r la esclavitud sin de m asiados problemas. Pe ro más il1l ~
ponante es qui zá la decla l"lció n d e Morc los e n Aguacatill o.
Usted hace, en Raíces de la insurgencia en Méxi co, 'll1Ut histo- e n Tierra Caliente, a fin es d e .1 8 10, e n que abo lió las dife~
Tia 'regional de cómo fue IJOr denl./v esa agitación social que llevó a renc ias d e casta prese rvadas e n el siste m ajurídico y lega l de
la Indepen.dencia, de cuál fue la naturaleza de la insurgencia. la Colo ni a. ESla ba n minando lodo e l edi ficioj u ríd ico d e la
¿ Concuerda usted wn esa versión de la IndejJendencia de M éxico Colo nia esp.;uiola , nega ndo la dislinc ió n o fi cial d e caslas,
que dice que Hida lgo y Morelos fw:ron, lJor su carácter de J(lcer~ etnias, razas, corpo rac io nes, cue rpos, la d ife re ncia entre re~
do/es l)1vvincianos, re!Hddes IJojnüan:s más interesados en la cosa públicas d e indi os ye l res lo de la població n. Eso imp licó,
.\'Ocial que los g ra:ndes ca:rulillos de la IndejJeJUlencia el/. América nega tivam en te)' durante todo e l res to del sig lo XIX, d es truir
de/, Su".? ¿ Qué 11S lo que los hace idiosincrású;os o cuál es la utrac~ la protecció n co rporaliva a las repllbli cas d e in d ios ex po-
lerlJl.ica que, según usted, e.\· más proPia de /-lidalgo y M orelos? niendo a la po bl ac ión indíge na, a la co munidad y a las c t~
¿En qué medida, finalmente, 18 / O se refleja en el espigo de fa n ias, a esla r si n p rolección lega l pa ra sus liCITas, mismas que
l?evoLuúón mexica:na, qlU' usled también ha estudiado ,,11. su H is~ la mbi é n le nían ing resos y II n p ropós i ~ religioso. La di ~

274 275
Urian R. Ha mneu

me nsió n social del movim ie nto se notó cuando la rebel ió n ni More los, ni López Rayó n , ni Guer re ro ll egaro n a ser e l
se volvió insu rge ncia sin direcci ó n coordin ada, b,uo jefes y George \lVashington o e l Thomas J e fTerson de los Estados
band as loca les qu e a ntes eran bandidos, con trabandistas o UnidoS Mex ica nos. En ese se ntido, como políticos, fracasa·
ladrones d e o llTlinos pero también campesinos y u'abajado. ro n, aunque la insurge ncia co nti n uara com batiendo hasL:1.
res de l ca mpo, jorn aleros y ga li a nes. Esa dime nsió n social tal punto que el .::jé rci lo realista a pe nas podía sostener más
distin g ue profunda mente a la insu rgenc ia mexicana de las la lucha y que, por los años 18 18· 182 1, Ilurbide se vio vir·
rebe liones sudame ri canas. Au nqu e debe d eci rse que a ll á, tualmen te obligad o a ll egar a un ac ue rdo co n Vi ce nte Gue·
en mu chas local idad es, e n Nueva Gra n ada, e n Ve nezuela rrero po rqu e no pod ía de r rota rl o e n Tie rra Cali en te,
ye n e l Perú, hubo una ma rcada participac ión po pula r. Fue ento nces cuando ambos ll egaron a u n ac ue rdo , y el
grupo qu e pe rdi ó a causa de ese acuerdo en Iguala fue e l d e
¿Le ¡mret:e normal. que en Méxil'O se ¡mJjierrt 1'el'Orda1' J8/ OY no los pe n insula res, identifi cados con la uni dad de l impe rio,
/ 82/? ¿ 01Je qUI', ¡Jor ejemjJlo, Agustín de Iturúide, que /w sido el co n la din as tía, con la hege monía pen insul ar y co n e l viejo
¡Jorlador de una leyenda negra en la hist01ia mexicana, aUiúe¡JOr Si:/' estil o absol utista. Iturbide sac rifi có a l régime n rea liSla, qu e
mivindic{J(lo tras el exa'wen cu.idadoso )1objetivo de tantos histOlia· había d efe ndido en 18 10, para ll egar a un acuerdo con e l
dores, usted entre ellos? ¿No ha sido suficiente toda esa investi· resto de la ins urgenc ia e imponer una n ueva sol ució n , Pero
gación ¡mm quitarle ese hálito de tmidory de fmuLadorninguneado de todos modos, a l pe n e tra r Iturbide e n T ie rra Calie n te,
de un ¡mis? e n 1820, se arriesga ba a un a derrota pese a estar a punto de
recupe ra r su posición polítiOl ante e l gobie rn o virreinal,
México se se paró, co n el triunfo del Plan de Ig ua la e n se p· que lo había deslilLlido e n 18 16, Il.urbide no es "el hombre
tie mb re de 182 1, del gobie rn o espaliol, pero no de la mo· de la situació n"; es un a ma la e lecció n por parle del destino:
narquía hi spa na ni de la di nastía de los Borbones. E nto nces, no era un político capaz, co mo se ve en su cond ucta política
e n ese se ntido, la In dependencia data d e esta fecha o , si se durante e l periodo de su hege monía. Entonces el primer
pre He re, ele 1823, cua ndo cayó el iturbidismo y México se Impe rio mex icano solame nte sob revivió u nos meses po r la
e nca m inó hac ia e l re p " blica ni smo y e l fede ra lismo. Pero, incapac idad pol ítica de Iturb icle.
habie nd o di cho eso, no hay man e ra de nega r el profun do,
insospechado im pacto de la re be lió n de J 81O Yse puede ar· /!.xisle una inleljmJl,aciún denlm di! la empntsa ocu.jJada en quitarle
g um e ntar q ue sí, qu e el proceso de independe ncia co me nzó a Itwbide algo de su. peso muerto que tiende a 1'C!JjJonsaúiliza',. al
e l 16 de sep Liembre de 18 JO cuando el padre H ida lgo tocó Congreso del fracaso dd hnjJelio. ¿De alguna manera ftul'bide fue
la ca mpa na de Dolores, Pero n o te r m inó en 18-10 ni Méxi· vit:lima. de u.na asamúlea. ú'resjJonsable?
co logró su independe ncia e n 1810: ni Hid algo, n i All e nd e,

276 277
I3ri an R. l-I amnC ll

No lo creo. IlUrbide era un político incapaz que no tenía la mienLOS revolucio narios del siglo xx, y Lie nc una d imensió n
intención d e conlinuar con un congreso de ese lipa y que comparativa rmis rica e n relación con las otras revoluciones
favorecía un tipo de congreso más bien corporaLivo y cier. de la época, en e l resLO del rnundo. Con respecto a la cele-
tamenle un se nado de forma corpo raLiva. No fue un liberal bración de l bicentenario d e 18 10, que involucra e l tema de
IlUrbide, a pesar de que la Co nstituc ión de Cádiz quedó la formación de la nación , la ident idad y la autopercep-
vige nte dura n te su régimen. Itu rbide no fue víctima del ción de los latinoamericanos e n ge ne ral , sería desas troso
Congreso, si no víctima d e su propio pasado durallLc la in· caer en pequeli os nacionalismos, viendo e l mun do o vien-
su rgcncia, víctima de su propia conduc La. do la historia mexica na por u n te lesco pio. El bicentenario
es una opo rtu nidad pa ra hacer estud ios co mparaLivos de los
Usted ha escrito tamúién 'WUl breve historia de M éxico y ha trabfl_ procesos oc urridos en pa íses co mo Guat.ema la o Cuba, don-
jada aJuárez)1 la é/JOCfl de la Re/mww. Quisiera. tHegu:nlarle: ¿ qué de no hubo una revolu ción de independe ncia. Co mpa rar
signijica jmm usted esta conjunción que se da ent're el bicentenario todos estos territo ri os, p rin cipalme nte dentro d el mun do
de la lndependlmcia en / 8/ O)' el cenlenmio de la Revolución mexi· hispano ha blante y lu ego e n relació n con Brasil, pa ra luego
cana de 19JO? continuar h aciéndolo entre distintas ci udad es y con las dos
viejas monarquías ibé ri cas, relacionando regiones, provin-
A mí no me gusta n, instinLivamente, las co mparaciones dia· cias y ce ntros: eso se ría una h aza lia maravillosa.
c rónicas, co mo la de 18 10)11910. De vez e n cuando, claro,
hay que hacer esa clase de comparaciones, pero en este ca-
so reslllLaría no sólo diacrónica sino anac rón ica, porque
om itiría la imponancia de la Reforma, y no se puede co m·
prender la Revolución mexica na sin estudia r la Reforma,
la Co nstitució n de 1857 y las consecue ncias del triunfo de la
república e n 1867; por eso me m e tí en e l es tudi o de .Ju~irez.
Además, te nía yo otras razones: me inte resa ba su pasado en
Oaxaca porque ha b ía es tudi ado esa región dura llle m i doc-
torado. Es interesante ver e l co n te nido socia l d e la revo lu-
ción de 18 10 Yel marcado carácter social y económico de la
revo lución de 19 10, pero la pos ición de Méx ico e n el mundo
ye n la econolT¡ía mundial era muy d iferen te e n 1910 que un
siglo an tes. Ade lmís, 19 10 es e l p rim e ro de los grandes movi·

278 279
XI. Eric Van You ng: "¡Viva la bola!"

No muy lejos de l centro de San Diego vive Eric Van You ng,
el aulOr de un o d e los libros más emocio nan tes que se han
esc ri to sobre la In depend e ncia d e Méx ico: La atm 1rJbelión
(200 1), una inves ti gació n de arch ivo de casi mil páginas
so bre có mo y po r qu é los ca mpesin os indíge nas de la Nue·
va Es¡nllia se rebe laro n e n 1810}' convulsio na ron aqu el rei no
durante un a larga décad a. De caso e n caso va construyen-
do Van Young un libro que se Ice - use mos la frase hech a-
co mo un a novela, y ello qui zá se deba a que su autor es un
h isLO riador que lee nove las y lo confi esa. Stcndhal com par-
te con Albe rt Sobo ul y Charles T illy - los maestros de la his-
toria social de las revolucion es modernas que admi ra- un
lu gar p rinc ipal en la b iblio leca de Van Young, un di stingui-
do h isLO riador de la Un ive rsidad de Calirorn ia, nacido e n
Los Ánge les, criado entre a rtislas de Holl ywood, educado
en Berkeley y Chi cago.
En La otra rebelión. La lucha IJor la indelJemlimcia de M éxico,
1810- / 821, asisti mos a un co nm ovido ensayo de restitució n :
Van Young \es devue lve no sólo su n o mbre y su rango a d e-
ce nas de combatie ntes qu e sin é l h ubieran permanec ido
se pultados en la fosa co m(1Il de los archi vos, sino tambi é n su
historia, su desconcertante hi storia. Tod os aque llos novohis-
panas (la inm ensa mayoría indígenas) ru ero n informados
de que su It:.ja no rey, Ferna ndo VII , hab~ido secueslrado

28 1
$
Eric Va n Young

por los impíos franceses y ll evado muy ' c;jos, de tal forma hi storiador rec urrió a un hé roe n ove lesco, a l desconce r-
que debían rebelarse y g ua rda rl e s u trono e n custod ia. In. tado y enamo radi zo Fa bri zio d e l Dango e n la batalla de
c1uso se es parcieron rUlllores de que Fernando Vil estaba Wate rloo , segú n lo cue nta Stendha l e n La CttTluja de Parma.
e n la Nueva Espalia, de in cógn ito, escond id o entre los más El magnífico fresco históri co de Va n Young, muy bie n
fieles de sus sú bdi tos. Esa ve rsión e ra un cue nto de hadas. esc ri to, ha causado mu cha pol é mi ca y la segu irá causando.
La ve rdad e ra aú n más novelesca: casi nin gu no de los indí- Su co n te mporáneo britán ico (y querido colega, aclara Eri c)
ge nas apresados, intcrrogados,juzgados (y muchos de e ll os Alan Knight esc ribió una m e ti culosa rese ii a de La olm Tebe-
i l~d~lI Uldos tras su confesión) se rebelaron por causas muy [ión, reconociéndose tan admirado por la o bra d e Van Young
d lstlll WS a las que creíam os. Lo igno raban todo sobre Napo- co mo convencido d e no creerle una palabra. Tomando, im-
leó n y su desve nturada em presa tran spire na ica, nad a sa bían plícitamente, el esta ndarte de una "vieja" historia de las re-
de las cons LiLucion es fra ncesas o d e l texto constitu cion a l d e vo luciones, orientada por el derrotero d e sus causas, d e su
Cádi z y no mostra ban n in g ún in terés en la independencia d esarro ll o y d e su desen lace , Kn ight rec hazaba la "n ueva"
o la auton o mía del reino. Más sorprenden te aún fu e desc u- historia cultural , orlada d e poses tru cturali smo (co nocid o
b rir qu e , sie ndo pobres, no parecían se r vícumas del hambre ta mbi én , en la anglo!.fera, como "el g iro lin gi.i ísti co"), de Va n
ni pelear por los "tradici ona les" agravios de l orden agrario. Young. Las muy pertin e ntes o bservac iones críti cas de Kn ig ht
Sa be m os mu cho d e Mig ue l Hidalgo, nos dirá Van Young e n le reclama n a Van Youn g e l habe r conver tido a la g uerra de
las pr im e ras pág in as d e La gran rebelión, pe ro no sa be mos Ind epe nd e ncia en una suerte de monum e nta l psicodra-
nad a d e la ge nte qu e lo sigu ió a él y a otros curas insumi- ma nihilista (la expresión es mía) donde aq ue ll a frase m ac-
sos. Cabría agregar que esa ge nte tiene u na h isto ri a, otra bethi ana de qu e la hi stori a es un cue nto na rrado por un
historia, g racias a l libro que le d edi có, cas i dos siglos después, idiota parece ad ue ii arse de aq ue llo que n ecesita, para el
es te h isto riador eSLadounidense na cido e n 1946 y descen- historiador a la a n tig ua, te ner un sen udo. Van Young, con
di e nte d e vieneses y hún garos qu e viero n modificada la pa r- mucho brío y co n buena prosa de pol e mista, le contestó a
tíc ul a de su ape lli do al ll ega r a la isla ElIi s. Knigh t; la pol é mica es u no d e los e pisodios más fecundos
El misterio ll evó a Van You ng a reconstruir la trama d e las de la historiog rafía m ex ica na co n temporánea.)
rebel iones rurales de 18 10, narrando los amo res, las espe- No parece ser Van Young u n frío posmode rno , sin o u n
r~lIlZas, la re ligiosidad y las ave nturas e n comba te ele cientos lector de novelas qu e ha sabido lee r, escrupuloso, aquell o
de indígenas, a quien es co nsid era (siguie n do la pista des- que es taba a rch ivado y omitía narrar la hi storia de bro nce.
cub ie rLa po rJ o hn Woma ckJr. e n 1970 cuanelo es tudió a sus
descendientes, los zapati stas) ca mpes inos conservadores. Pa- ) PUC(\(: consultarse, traducida al espaiiol, en /-lisloria mexicalla, vol.
ra ex plica rse lo mu cho que hubo d e casua l en su d estino, el LlV, núm. 2, El Colegio de México, octubre-diciem bre de 2004.

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p
Eric Van YO IIIl g'

Nos ,'cci bió e n la sala de su casa y empezamos la e ntrevista Cierta exage ración forma parte de la retórica que es el estilo
una vez qu e su esposa, psicote,'apeuta, sali ó rumbo a su de todo hisloriado r. Lo qu e estoy haci e ndo e n La otra 1'fJbe-
co nsu ltorio, Conve rsa mos custodiados por los cuadros d e lión no es ta n to rec haza r otnts ex plicaciones, si no modifica r-
SllS padres, dos pintores que lo co nvini e ro n a é l e n u n pin- las, enfatizando la actuació n d e los g rupos populares, so bre
tor de rebeldes, de con trarrevo luciona rios, de revo luc iona- LOdo de la gen te indíge na. Sí, tu vie ron mu cha importa ncia
dos (como diría Go nzá lez y Gonzá lez), AClualme n te, Van los eve ntos e n Espa ña: el derrumbe d e la monarquía, la in-
You ng lr~l bt~j a en una de las gra ndes biog ra fías mexica nas vas ió n de la península y la Co nstitució n de Cádi z tan cele-
qu e necesitamos lee r, la de Lucas AJam ~ln. brada últimame nte. No hay duda de la im portancia de los
No fu e f~lci l despedirse de Eric Va n You ng: me d ie ro n procesos consti tucio nales y toda esa gama de f~tCtores qu e tie-
ga nas d e pedirl e que la co nve rsació n con tinu a ra en a lgu no nc n que ve r co n lo qu e ll a ma ría }'O la "alta po lítica" qu e
de los llluSeos de l sur de Ca li forni a. cstimul ó los movimie n tos popu la res. En cua nto a la situa-
ción econó mi ca d e l país sa be mos Illuy bie n qu e es taban e n
fl orecim ie n to las g ra nd es e mpresas m ineras y qu e hubo mu-
La Tiqueza de La otra re beli ón. L'l lucha por la indepe nden- cha comerciali zació n . En u n trab,uo anteri or sobre el sistema
cia de Méx ico, 18 J 0- 182 .1 , tu pri-ncij)(¿l obra, se debe a la varieda(l de las hac ie ndas d e la región de Guadaltuara y aba rcando
de las fu.entes consultadas, a la voz ot01gada a cientos de testimo- ta mbié n otras regiones, traté de ex pl ica r el crecim ie nto de
nios que yacian olvidados en los archivos )' a la belleza del libro la comercializació n e n la agricultura )/ Ias presiones casi mal-
como obm de kisloriad01: Pero lambién creo que esa riqueza se O1i- tu sia nas impuestas sob re la po blac ión rura l.
gi11a en la fo1Ww en que 'rechazas, con mayor o menor énfasis, la Hubo p roblemas u o portunidades e n un con texto d e alta
mayoda de las intmiJrelaciones histó,icas previas de la guerra de política. Fue impo rlante la presencia de grandes personaj es
Independencia. Así, según tú" aquella Tebelión no fue mestiza, ni se como e l padre Hida lgo. No hay que negar que todos esos
debió a la a,premianle necesidad material de los novohispanos insur- facto res jugaro n su papel. Pe ro en el mo mento de e nfre n-
gentes. TamjJoco fue 'Una consecuencia directa de los acontecimientos tann e con los documentos e n los a rchivos, con los datos
esjJ(t'lioles de /808 ni una u1llcción esjJOnlánea - "j)(¿v loviana "- a primordi ales, me en contré co n poca evidencia d e que to-
la ocurrencia de H idalgo de a.b.aTSe l'faS eljJendón de la Vúgen de dos esos factores fue ran ese nciales en cuanto a motiva r los
GlladalujJe. Asumiendo que la 'resjntesta no jmede sino shnjJlijicm· brotes insurge ntes que va mos a ve r durante toda esa d écada.
la dtmsa mgu,menl.ación que sustenta La otra rebe li ó n, ¿a qué se Insisto: no e ncontré en tre grupos po pulares casi n ingu-
debió aqueLla g uerra que duró una década? n a evide ncia d e qu e e ll os pe nsara n e n la Co nstitu ción de
Cádiz, e n e l derrumbe d e la mo narq uía o en la in vas ión
de Napo león . Algo h ubo e n la retó rica de los líde res en el

284 285
$
[ri e Van Youn g

sen tido d e que "vamos a d e fe nder N ueva Espa iia co n tra los antro])olog'h,. Tuve
. que I)e nsa
' r en los fac tores cu ltura les,
. en
franceses ateístas" ... Yeso, e n la alqu imi a de l pensa mi en to el se ntido más a mpli o d e la palabra, qu e p uede.n e~p il car la
popula r, se tracl lU o en la reac ti vac ión d e fo rm as d e se n s ibi~ actua C,"o" " ,le las masas
. . , sob re todo d e la ge nte II1cil gena, en
¡idad religiosa Illuy fu e rtes, pero que no atri buyeron a las vez de apl icar d e un a m a nera mu y mecán ica esos ractores
amenazas co ntra la re ligió n ni asociaro n con los fra nceses de los cuales no enco ntré n in g u na ev id e nci a.
o co n la situación po lítica. Pa ra regresa r a tu pregu n ta ce n tral de a qu é se deb ió 18 I0,
Rev isé m il es de ex ped ie ntes d e insu rgen tes, sobre todo yo diría que , por lo 11l ~ nos_ para la I~ayor parte ~Ie .Ia ge nte
ele los p rocesad os por sus actividades como insu rgen tes y indígena d e la Nueva Es pana, se U'at.O d e un m OVl1ll1 e nto de
no e ncontré cas i n ing ún prog ra ma agra rio o qu t;jas eco nó- aulOdcfcnsa de las formas comunita rias d e vida religiosa }'
micas ge ne ra lizadas o SiSLc ll1 <íticas a l es til o d e "estam os per- política ame nazadas por las refo rmas bo rbó ni ~a~, un es-
d ie ndo nuestras tierras y q ue re mos re ivindi car n ues tros fuerzo d e rn od e rn ización del país donde los c1e n gos, por
derechos e n cua nto a e llas", o d e qu e "los sa lari os so n de- t: jemp lo, se habían en tro m e tido de man er<~ inadecuada e n
mas iado b"uos" o "los prec ios sube n y nos esta m os e mpo- la vid a de los pueb los. Hubo inten tos, p ropIOs de la Il ust.ra-
brecie ndo". No d a r con esas evi d e ncias abre , obviamen te , ció n , co m o nos lo han di cho Bradi ng y o tros a u tores, d e
cieno espac io inte rp re ta tivo y obli ga a p regu n tarse, ¿qué puri fica r u n poco las formas loca les de la expres ión re.ligio-
otros racto res p ud iero n influ ir e n motivar a la ge nte común sao An te e ll o los indíge nas d efen di eron las fo rm as d e Iden-
para qu e en trara n e n la insurgenci a? Yo em pecé co n ex pli- tidad con las qu e habían vivi do toda su ex iste ncia.
cacio nes ne tamente m a te ri a listas. El p la n orig ina l del libro
e l'a e n ratizar la combinación d e los ca mbi os e n la alla po lí- Esto nos lleva nalumbnenle a la. st!gunda !Jregun/.{t. Una de las
ti ca con la influencia d e l liderazgo d e Hida lgo y otros, la grandes jJaradojas que cruzan La otra re be lió n es conslal.ar que,
pres ión agrar ia, el d eclive d e los nive les d e vida en la pob la- siendo el indlgena campesino eljJersonr4e jJrincifJal de la guerra de
ció n. E iba a hacer yo varios estudios d e caso por regió n: uno IndejJendencia, fue una n~beüán 1'uml sin ser necesa:riamenle ag1'a-
so bre Guadalajara, otro sobre la región az ucarera d e More- 'da, es deci?; no susl.enlada en la vindicación de agravios 1"daciona-
los, otros so bre la I-Iu <lsteca, e tcé te ra. Pero no e nco lltra nd o dos con la. tierra ni diseñada sobre la base de los sueiios u/.ájJicos de
n in g u na evi d e ncia co ncreta o muy poco d e e ll a, m e p use a las mbeLiones cam.pesinas. ¿En 1821 había cambiado I.odo jJant
pe nsar e n qu é otros fac tores podía n exp li car la insu rgenc ia. que no cambiam nada (LamjJed:llsa clixit) o se I.·ralá de una demos-
Ye n ese mom e nto , cua ndo yo es taba formu la ndo mi s pre- tración a escala gigan.lesca del ca.,.úcler wnservadO/; I:radicionalis-
g Ull tas de in vestigación, a los hi storiado res en todo Es tad os la, de la guerra camjJesina?
Unid os nos cayó enc im a el "giro lin g üístico" y se impusie-
ron la hi storia cultural , los estudi os cu ltu ra les, la teo ría y la

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Eric Van Young

Una res puesta corta se ría: sí. teS de l8 10, e ntrando más e n e l siglo XIX y hasla la Revo lu-
Una respuesta ana lítica, más exte nd ida, se ría que la moda .• 111exicana la ca raCle rísti ca ese nc ia l de l cam pes in ado
Clan "
entre los hi stori adores y tamb ién e ntre a lg un os antropólo_ 'xico es su co nse rvaduri smo. A e ll o le sig ue la pa ra-
en Me .
gos que ha n e n trado a estudi a r las re beli o nes, revo luc iones doja , en e fec to, de u n movi miento rural pero no agrano,
y movimi en tos populares a g ra n escala que formaron los Es- otro de los pro blemas qu e pla nteo en La ol'm 'rebdión. Sí hu-
tados nac iones ha sido usar el co ncepto de "agencia" para bo de ma ndas agrari as y hu bo brotes t.umu ltua ri os durante
ex p lica r esa ga ma de fe nó me nos. Una vez q ue yo uti licé la toda la época colo ni a l ya un paso ace le rado sobre lodo du-
pa lab ra "age ncia" [a.gen9], que no e ra co mún y co rrien te rante el siglo XV II I, pero fue ro n ese nc ialm en te movim ie n-
e n es paliol, me co rrigieron y me dij eron que se de bía trad u- toS de autoelefe nsa , de CO llll1n idades qu e qu e rían cobra r sus
ci r como "li bre albed río", qu e es obviamente u n términ o teo- propios im p uestos.
lógico que sig nifi cafir:ewill, mi entras qu e "age ncia" qui ere
d ecir la posibi lidad de los ac to res histó ri cos d e crea r un En los an;hivos casi no enconl'rasle !esliuwnios de las motivaciones
es pac io para su propia actu ac ió n, p;lJ-a influi r sobre e l con- ideológiws de los n01!ohisfJanos que, sobre todo 1m el wmfJo, se rebe~
texto político, socia l, eco nóm ico, e n qu e tran sc ur re su vida. ¡aran, C01l/.0 si hubieran decidido dejar a las ciudades, atónitas
Desde e nton ces esa palabra, "agencia", se usa más y más. durante lada la década, la, resfJonsaúitidad jJolítica. e inffdectual de
Está mu y de moda esa cuestió n de la "agencia" co mo fo rm a liga-,- a la i'l1sU'/gtm.cia con la l ndeJJtmdenófl., a la Nueva Espaiia
d e pa rti cipación positi va de la ge nte co mú n, de los g rupos con el mundo_ Por eso se llama. tu l'ibro La o tra re be li ó n, fJorque
populares, e n la in ve n ció n de un Estado-nación, lo cual trata un mundo ntnd que al}(t'rece desconectado del mundo urbano
mod ifi ca la idea de q ue los ca mpes inos so n na turalme nte de los inlelecl'uales, de los e/bigas, de at)'o testimonio saldrá La
conse rva dores y ti e nd en a retraerse sobre sus propias co- h.istoria oficial de la IndeJJendencia. ¿Nos equivoca:mos al creer que
m u nid ades, éue nos a la po lítica a nive l naciona l. la guerra de fndejJendencia formó lmr1e de una ola de u."lJOluciones
Trato de re ivindicar, no tan to por motivos teó ricos sino modernas )' modernizadoras?
por mi leclUra de las fu e ntes, la postura d e qu e, po r lo me-
nos e n cuanto a la indepe nd e ncia de México, los ca mpes inos Hay un g ru po de hi sto riadores espailol es muy in teresa nt.es,
era n conse rvadores y qui sie ron "conse rva r" sus cOlllunida- Portill o, Ma nu e l Chu st y varios otros qu e es tán tr<l b~uan do
des con tra las fuer zas di solve n tes de la comercializac ión de en de fin ir la natu ra leza básica de la "revo luc ión hi sp;:í nica",
la agr icultura y co ntra la interve nció n de l Estado en sus de la Co nstitució n ele Cádi z d e 1812, co n los q ue estoy de
prácticas re ligiosas. Para ell os "conse rvar" sus fo rmas trad i- acuerdo. También he pa rticipad o e n esas d isc usiones co n
cional es de cOlll uni dad e ra más impo rtante qu e e n trar e n mi <lm igo J a ime Rodríg uez y otros historiadores me xica nos,
e l proceso d e constitució n de un Estado-nació n . Desde a n- co mo Roberto Bre ila y Alfred o Ávila, qlli ~es ti e nen a lg u-

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Eri c Van Youug

nas dudas sobre e l caní.Cle r atlá n tico de las revolu ciones de dencia, te n emosj usLO lo co ntrario: un a lfabetismo entre los
ind epe ndenc ia , la relación de la Constitució n de Cád iz Con hombres de a lrededo r del noventa por ciento. Ell os leían
la francesa de 1790 )' el problema del ge ni o político hisp<¡~ periódicoS Y panfletos, discutían e n sus Labernas las ideas
nico. Yo creo que sobre lOdo e l liderazgo u rbano , intelec~ políticas, im buidos de LOdas las formas de discurso pllblico,
lUal, de los crio ll os de la Nueva Espai)a sí co mparle muchos con una esfera civilllluy desa rro ll ada. Tenemos esos elemen·
e lemenLOs co n las revo lu cio nes atlánticas. LOS, en la Nueva Esp~"i a, sólo en ciertas capas de las ciudades.

Pero la manera de reconciliar las visiones a thí.nticas o his. En eso esLOy en co ntra de l g ran hisLoriador Franc;ois-Xavier
pán icas es reconoce r que toda revo lu ción funciona po r la Guerra, quien di ce que sí hubo formas de discurso político
arlicu lación bue na o ma la de capas, es decil~ de niveles. Hay que penetraban en la población e n genera l. No veo nin g u~
mu chos g ru pos que est..í.n aClUando por moti vos distintos. na evide ncia d e ell o; ni cwíndo ll ega n las ideas ni qui én sa-
Los líde res crio ll os en toda la América hi spá ni ca, por ~j em. be cuáles so n los ca na les o las ru tas a Lravés d e las cual es se
plo, obedecían a LOda un a ga ma de mo tivaciones; a lg un os des pla za n las ideas; por se rmon es de los clérigos, por alglll1
era n muy co nservadores, pa rtidarios de co nse rva r gob ier. otro pan neto qu e pe netra has ta esos pueblos a islados: e llo
nos monárqui cos, como oc urre en los Tra tados de Córdo- no es sufici e nLe. Cuando ll egan las ideas, ade más, está n tan
ba, mientras qu e otra ala Illuy a la izqui erda es republicana, deformadas y tie ne n 11m poca rel ación co n e l o ri ge n que to-
pasando por las poslU ras intermedias. Pero ese debaLe sobre man la form a de ex presio nes reli giosas, utópicas y mil enaris-
la reconstrucción Ill o nárq ui ca o republicana del Es tado ocu- tas, como las que rodearon al rey Fernando V1I, e l Deseado.
rre en una ca pa no a islada sino bastan Le lim itada de genLe y la utopía no e ra una uLOpía proyecwda a l nivel del Esta-
educada y a lfabeLizada de las ciudades. dcrnac ió n . El espacio utó pico operaba dentro de las co mu·
Si se pone uno a eSlUdia r a las masas rurales es otra cosa: nidades. Las limitaciones e n cua nto a l alfabetismo requerido
incluso LOmando e n cue nta la a rticu lació n de las capas y los para la transmis ió n de las ideas a g ran esca la, de las retormas
canales de tran smis ión de las nu evas ideas, yo calcula ría políticas que se es t¡.í.n discutiendo e n Cád iz y en la ciudad
que la tasa de Lll fabetismo e n la Nueva Espalia era de diez de México son acenllladísimas en cuanLO a la masa rural.
por cienLo, yeso se ría e n las ciudades, entre la población Para unifi ca r ese movim ie nto se recurre, segú n el loC'us
crioll a. Entre la ge nte indíge na la tasa de a nam\bC Lismo era clasicus del nacionalismo mex ica no , al g ran íco no, a la Vir-
casi LO La l y au nque no haya todav ía buenos eS Ludios en cw\n· ge n de Guad alupe. Pero, proyectá ndo lo hacia atrás, apare-
to a eso pode mos d ecir q ue , e n co mparac ió n co n Nueva ce, d uran Le la é poca de la insurge ncia, muy poca evidencia
In gla Le rra ya rese rva de exte nd e rnos sobre ese pa ral e lo, la de que la gente aclamara a la Virgen de Guadalupe e n e l
diferencia es a bismal. En Nueva In glaLerra, en el ce ntro de se ntido políti co de formar causa comllll con las o tras capas
las colo nias briLánicas a la hora de su revol ució n de indepen- del liderazgo de l movi mi enLO , co n los cri ollos por eje mpl o.

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Eric Va n Youn g

Tenemos, SCgllll lo co ncl uí yo, dos rebe lio nes: la de l lide_ LO de la Nueva Esp<lIia co n la riqueza de ese co ntexto teóri-
°
n lzgo orie ntado bien hac ia Espa lia o bie n hac ia el Athín _ co. Un segundo motivo fue u na ci rcun stanc ia muy parLicular
tico revo lucio nario, y otra, la rebel ión po pular. Por eso el mía co mo hi sLOriador estadou nide nse. De ntro de la acade-
título de l libro, La otra rrbelión. mia estado un ide nse, nu es tro g remio de hi sto riadores d e
Am é rica L..:"1tina tenía, e n todas las f~l c ulta d es d e las g ran des
)'rt jJrfÍrlicamen le me con/es/aste la cuarta jJregu.nla, 17! ' erida a la universidades, mu cho me nos impona ncia qu e el g re mi o
conocida jJoMmica que sostuviste con Alan Knighl en 2004, en que dedi cado a la historia de Europa }' de Es tados Uni dos. Ha-
se tocaba, entre varios te'mas, id interés noral.lánlico de la nJVob.lción bía que contrarrestar la d esvc l1l<~ja de dedi ca rse a l estudio
de Nueva. J_'slmiia)' sn n:lación con las revoluáones de Estados Uni- de América Latina a la hora de e ntrar en los di sc ursos,
dos)I dlt Frrwria. Pi!1V debo insistir: los lectoms de ltislmia. dlt Mé;...ico los de bates, las controversias qu e dominan la academ ia es-
.nwlen ser llevados IJO,. los h.isloriadores hacia la comjJaración del jin wd o uni de nse. Prop use esas co mparaciones histó ricas para
de la Nnevn 1:.~pa:;1.(L wn el 'mundo, de ajJmiencia adánica, creado que me to mara ll más e n se ri o mi s colegas.
JJO,. /3olívltl: ¿ Cómo cond:ucirias al ütcL01; en c.w: ord/!/1. com/){/,m!ivo, Un punto de co mpa ra ció n ese ncial es la e tnicidad. Méx i-
hacia el IU111lüferio norte? y, 1m contras/e con la habitual com/){f.ra- co y otros pa íses de Hispan oa mé rica te nían poblacio nes in-
ción ¡wc/U/. con A'IIlélica del Sw; nxuerdo una página de Oclavio dígenas de mu cha impo rta ncia, tanto e n la región a ndina
Paz don,de dice que la guerra de h ulelJendencia de México )' las como en Mesoa mé ri ca. Una circ unsta ncia muy di stinta de
guerras boüvm'irmas parnen IIW)' seml'janles jJem no lo SOIl. lo que te ne mos e n las poblaciones m,í.s homogéneas de o ri-
ge n e uropeo, co mo las de las colon ias britán icas. El peso de
Cuand o vi,vamos fue ra d e la Nueva Espaiia las cosas e mpi e- la població n indíge na, e n tér min os d e po blación total y
za n a compli ca rse. Yo elegí hacer la comparaci ó n de la Nueva de civili 7..ación , enl mu cho me nor en el los. Era mayor, e n-
Espalia co n Fran cia y Estados Unidos, lo mismo qu e co n la to nces, la re lac ión d e México co n la regió n a nd ina en ese
Revo lu ción mexica na de 1910 e n la co nclusió n del libro, se ntido y el nexo de sus movimie ntos de inde pe nd encia
po r cie nas razo nes. Me pa rece o me parecía interesa nte la co n las g ra nd es re belion es panandinas de fines del siglo
comparac ió n po rqu e la liLe ratura sociológica, la cie ncia po- XVIII , sobre Lodo co n el mo vimie nto de Túpac Amaru, de
lílica , toda esa lite ra tura teó rica sobre las revo lu cion es eS La- Túpac Katari. Aunqu e exp resiones Lan b{¡rbaras no las veo,
ba muy desa rro llada e n cuan to a la Revo lució n fra ncesa , la e n esas dim e nsiolles de vio le ll cia colectiva , e n la Nueva Es-
Revolució n ru sa, la Revolución estado unid e nse. Había tam- pa li a dura n te la insurgencia, hay bases para ha ce r al g unas
bi én una litera tura e mpíri ca muy rica so bre las revo lu- co mpara cion es suges tivas e n cuanLo a las formas de exp re-
c iones boli va ri a nas, pe ro menos desarrollad a e n e l se ntido sión re ligiosa, a la in te nsidad de lea lLades ha cia las com un i-
teó ri co. Era esencia l co mparar la revo lución o e lmovim ien- dades)' a las man e ras de ide ntid ad étni ca, de relacionarse

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Eric Van Young

los indíge nas con las capas dominantes en las ciudades. Pero al régimen momírquico. Muchas veces, cuando llegaban gru-
pa ra mi selecció n de casos co mparati vos más inlcresa mcs, pos de ins lII-gc ll lCS o cuando se producían brotes muy vio len-
por los motivos qu e he exp li cado , prefiero la comparació n LOS, los clé rigos, en los pue blos como tambié n e n las villas y
con las revolu cio nes atlá nti cas. las ciudades provinciales, se esca paban a la ciudad de Mé xi-
cO por su p ropia seguridad . y pasado e l brote regresa ban a
Otra cosa inleresantísima de L'l otra rebeli ó n es el asunto deL SUS parroquias. Co n base en los datos que he encontrado
c/mv. Por 11.11. lado está la evaluación que hiciste de los casos, una puedo dec ir que cua nd o rn e nos el vc inte po r cie nto de los
investigación que arrojó cifras que a unos les IJllmcen considm·a- se is o siete mil clérigos de la Nueva Esp<uia, e ntre los que
úles, a OlTOS no, de nn veinte o un tTeinla jlOr ciento de sacerdotes, poseía n sus curatos y los qu e es taban haciendo otras co-
de los jJllrrocos de la Nueva EsjJll'ñ.a, que encontraste comjJrometi- sas, se rebela ro n. De todos e ll os hubo, cua ndo mucho, un os
dos con la inswgencia. Aquí estamos ante otm j}(,radoja: la histo- qu inientos o seiscientos involu c rados activame nte e n el mo-
ria oficial 'IIu:xicana que (iS laica, n:jmúl'icana, l)one UlUe/lO (unjJeñ.o vimie nto, a lg unos ll1u cho como Hidal go, Matamoros, More-
~jJaradoja dentro di: laIJaUl,doja- en 'rewlcm; casi {ifecluosam.en/e, los, e l padre Cos y varios o tros qu e co noce mos muy bien.
que Hid.algo y Moreios eran curas. Como si el hecho dll que lo f ue- Otros tuvie ro n una participación ll1 <ís equívoca y se quedaro n
mn suúrayase una. intimidad con el catolicismo que quiere deci1; o atr,ís e n sus parroquias para tra ta r de co nlrolar la vio le ncia,
así io entendemos los mexicanos, intimidad con los indios, porque e n vez de funcionar co mo líde res.
el catolicismo es lutmdójicamente lo '1llCts indio... De ntro d e los qu e po dríamos caracterizar como involu-
crados e n la insu rge ncia, aparte comple ta me nte de los qu e
Es el Méx ico, el México profundo ... se escaparon para resguardarse, tenemos to da una gama de
g rados de participación e n la violenc ia. Si LOmamos eso e n
Exacto. En/onces la guerra de 1ndelJendencirt no fue lan, dericaL cuen ta se reduce aún más la participación activa d e los clé-
como IJensamos. ¿ Cómo les con/arias a qu.ienes leen esla entrevista ri gos co mo líd eres. H e e ncontrado a lg unos casos indi cati-
- que no son necesariamente los que leyeron tu libro- cómo funcionó vos de que hubo qu ie nes só lo participaro n e n la insurgencia
el clero novohispano y SUJ jmnm¡uÍlts du.mnle la guerra de Inde- para seguir a sus feligreses y diri girlos como líderes. Jnte n-
jJenden.cia ? laban , como d Uo Porfirio Díaz hablando de Madero, do-
mar al tig re que Olros habían liberado.
Para e laborar un poco lo qu e me acabas d e decir, e n La ol:ra En muchos casos he te nid o la impres ió n de que los pá-
Teúelión, que es básicam e nte un come nta rio ex ten so so bre ITOCOS, e n vez de estar conve ncidos como insurge ntes en e l
los da las que he e ncon trado e n los arch ivos, mu estro qu e se n tido ideo lógico, trata ro n de no pe rde r el control de s us
un oc he nla po r cie llLo de los cl é ri gos permanecieron leales ICl igreses. Ou·os, e n núm ero importante~guraron co mo

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Eric Va n You ng

dil-igc ntes ill lc leclUal es y revolu cio narios de la insurge ncia. me!' y (l¡timo e mperador leg ítimo, no intruso, sino legíLi mo,
Pc ro la cuestión es ¿por qu é los párrocos y los curas plldi e~ de Méx ico, es tuvo invol ucrado en Morelia e n un a co n spi ,:a~
ro n eje rce r esa influe ncia so bre sus felig reses? Hay qu e sabe r ción, la de Carcía Obeso ... Pe ro la pregu n La no debe I-efe nr~
si ese i,ü!lUo era por e l catoli cismo )' por la re lac ió n ín tima se wnto a Hida lgo co rno a Na poleó n, porque é l es la causa
que te nían co n sus felig reses o por o tros motivos, co mo qu e rim era, la espo le ta d etonad o ra que desarregla con ta nta
e n esos pueblos de indi os ha bía muy poca ge nte educada , ~iolencia e l mundo , el mun do hi spánico. Pero e n -1808 ya
de mi mane ra qu e los clé rigos era n más líde res d e la CO mll ~ esta ban dadas todas las co ndi cio nes políticas pa ra que los
nid ad , in vo lucrad os e n cues li o nes electo ral es d e los ay u n ~ acontec imie n tos de la pe n íns ula impac ta ra n como lo h icj e~
!am ie ntos, que rep rese nta ntes de la reli gión ca tó li ca. Y en ro n e n el Nuevo Mu ndo,)' tarde O te mpra no hubi era su r gi~
eICcto: Illuchas co mu ni dades e ra n a la vez mu )' catól icas )' do un protago nista.
Illu y a nticlerica les. O tros mu chos puebl os aclUaron por su El personaje de Hid algo, co rn o lo pinta Alamán ,)' tam bié n
propia cll e nta y no hubo necesidad de qu e ex isti e ra un líder o tros historiadores, puso su p ropio sell o en el movimi e n-
ide nt,i f-icado co mo cura y sa ntifi cado por e l ca to licismo de to. Campano la image n qu e diblüa a l intele ctu al algo d i s~
sus relig reses. traído, con bue nas intencio nes, lTIu y bie n edu cado e n la
"pequeña Francia": esa image n bie n es tablecida de un Hidal~
}'Ó dúill que una de las mraclerislicas del calolicümo mexicano es go que habi e ndo iniciado un movimie nto luego no lo pu~
que s'Uelt' ser a.nlicleriral. Pmn entremos entonces al asunto di' J-li~ do O no lo qui so conLro lar. Q u iz¡-'i hubi e ra sido distinto co n
dalgo. La otra rebe lión Si' nulre de una. historia social di'sligada All ende, co n otra discip lirnt o trasfo ndo militar, por eje m-
di' la. Cffenda en Ia./Jlimordial ún!Jorlanaa. del 1m/Jet del indirJiduo plo, porc¡ue sabemos muy bie n qu e AJ le nde e Hida lgo LUvi e~
en Irt historia. Pero ello no obsta, dado que eres amante de la. pintu~ ron co nfl ictos muy fue rtes e n cmul to alm<tn c::jo de las huestes
m, jJll.ra que le dflliques unas !Híginas a Hida.lgo insPirado en los re be ldes. Co n otro líder, la insurge ncia ha bría te nido otro
murales de Oroz.co. ./ugando con lo conlraJactual, que a veces es ca rácte r, pe ro so)' de la o pinió lI que e l movi mi e nto se h a~
divertido e ilwninador: ¿qué h-llbütm. pasado sin Hidalgo?, ¿qué bría dado con o sin Hidalgo.
ta.n imlJOrta.nle fue su JeJatum? ¿ Las cosas hubieran s'ucerlido d(:
manera distinla, si'1'/. él, enlre j 81OY j 81 j ? Junio al grito de Dolon:s está su {ü:úsión de lomar el j)(mdón de la
Vi/ gen de Gurula,{u/Je. ¿ Ru dllutl/.lt: fu e una. OCtl.'I'1"L'1ICÚt?, ¿fue una
De ntro de poco ti e mpo hab ría e mergido ot.ro perso n<Ü e casualidad?
para , por lo me nos, come nza r e l proceso insurge nte. Mu ~
c has de las co nspirac iones e mpezaron e n los alias nove nta Estamos e ntre dos posl.llras fre nte al proceso hi stó rico. Una
d e l siglo XV II I. Agus tín de Iturbide, el qu e iba a se r e l pri ~ nos di ce qu e le nemos circun stan cias co ncretas, casua les,

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Eric Van Young

coi ncidencias, la prese nc ia de un individuo 1I OLro. Ci rcun s.- . urgentes se a utoide ntiflca ba co mo indígena, Co n-
de J ~,ns .
ta ncias completamente casuales. Y tenemos Olra opción, la 'to de la histo ria de bron ce, ésa no es propiamente
u'a e J I1l1 "~, _
de medir y sopesa r las fuerzas estructurales, no en el se n ti.
la e nu.a (la de los mestizos e n el esce na n o hl sto n co de Me-
do marxista necesa riamente, sino como estru cturas de te l'- , I1CJUC la figura prototípica de e ll o sea MOI'elOS, un
XICO, a u ., , .
minan tes de las relaciones de clase o de la culLura. En La .. o Mo relos con sus e le me n tos a fri canos e IIldlgenas,
m~z ' " .
oha 'rebeliónju ego enLre las dos cosas: la pura casua lidad y lo
es ma"s o menos el modelo de l hombre cosmlCO, e l repre·
estructu ra l. Ta l vez fue estrictamente cas ua l que Hidalgo senWnLe de la Raza Cósm ica. . ~
agarrara ese esta ndarte, pero dad o el desarrollo del culto de La otro.1·ebeLión es una investigación en la que realice, ca·
la Virgen de Guada lupe, tan importante desde medi ados mO lo hace todo historiado r, un a na rrativa para organizar
del siglo XV II , como nos lo ha d icho Brading, fu e decisivo. un ~"' ,·ealidad caótica , en fa ti za ndo cienos temas y disci pli-
Pe nsa nd o e n ese momento ta n icónico, e l guada lupanisrn o
nalldo Jo s hechos ' cn tre co millas, "hi stó ri cos". Terminé po r
se habría cruzado tarde o tem p ra no con la insu rgencia, armar u na anti narra ti va. Ése es el motivo por e l que he in·
vacado ese pas~~j e de La w 'rtuja de Parma, de Ste ndh al, la
¡\!le sm1;rendió len; !Jemando en la. Vida de fra y Servando (2004 J, expe ri encia tan desorientada de F'abrizio en la batalla de
que )'0 mismo escribí, que las 'resjmestas a. los interrogalmios de Waterloo. El tipo se enc ue n tra allí casi por casualidad y su
olms insurgentes, e/higos a veces !Jero de origen muy !JO/JUtar)' que presencia es un tropo para la ex periencia de la av~ntul~a de
carefÍan de la tra)'ectoria co.wn.o/Jolita de fra)' Sel1Jando, siguen, la gen Le co mún y corri en te en una gue rra, que trate ele IIlVO~
como en su caso en. el Santo Oficio en J8 J 7, el mismo jJalTón en ({ue cal': la caball ería va po r allá y por acá, hay artill e ría explOlan·
el acusado finge no saber por qué se Tebeló ni qué hacia en una do por todos lados, re ina e l caos, hay gente murie ndo por
guerra. de las dinumsiones de nuesl'ra lnde/Jendencia, En 1Jwchos todos lados, Fabrizio n o sa be dónde está vVe ll ington, o el ón~
de los !Jersonajes 'rescalados en La otra rebe lión j)(trsúllt esa do- de está Napo leó n , o dónde están sus fu erzas respectivas,
blez, que yo lIa.lIlm{a. pic(t'/1!sca, y que asocias, sin Om.iti1" cierta osa- Ése es para m í un tropo muy poderoso para ex plicar la
día de intmspeaión !Júcológica que )10 agradezco como ViTlud del ex pe ri e ncia de la ge n te duran te la insu rgencia, Y una vez
hisl.oáad01; al "monmvuismo ingenuo ", ¿ Cómo vivüt la guerra ca ptu rados los insurge n tes po r los realistas, a la ho ra de los
de Inde/Jendf.'}zcüt ese insU1gente prolotí!Jü;O que en La otra re be· in te r rogatorios y ele las co nfes iones judiciales, e llos trata n
li ó n detallas a través de numerosos casos? de ocultar su participación d iciendo: "No sé q ué pasaba. A
mí me p,-esionaron algu nos insurgentes y me llevaro n hasta
Ese insurgente protolípico, co n todas sus ca racterísticas de· tal pueblo y me d Ueron vas a luc har o te matamos. Y luego
mográficas, e ra un h om bre indígena de más o me nos ve in- me pagaro n dos reales diarios, que pa ra mí e ra un salario
unueve, u'einta aúos, Y como cincu enta y ci nco por ciento muy elevado, y m i primo .losé me agalTó-~me dijo lam bién

298 299
f

Eric Va n Young

que fu é ramos a la batalla", Todos esos faClares íntimos y ramilia rival. Esa ingenu idad a lg unas veces es aULOdefen-
mundanos aparecen y ti veces e llos invocan esos motivos pa- sa para ocuhar s u partic ipación y, otras, estra tegia para
ra protege rse; ni modo que dUeran: "Mueran LOdos los esca par de las consecuencias lega les de sus acciones. Pero
gach upines y ma ldiLO el rey Fern a nd o VII , vamos a cons- a lg unas veces es la exprcsión genu ina de su co nfusión.
truir aq uí una re p(iblica donde todos sea mos igua les". Los
iban ti matar )' po r eso se pintaban co mo in oce ntes, co mo Has mencionado una lJ(tlaúm que quizá. nos sea muy útil: "la
inge nu os. Era una estrategia para ocu ltar su participac ión y bola Esto de la bola 1//(' S1rV(' 1)(I.'m dos cosas: lJ/illlt>lv para reto-
It. J

d efe nderse. También e lltró el rac tor de qu e a los indígenas, m,a'" la nilica. que le hizo Alan Kniglt/. /:); dificil. no In'minar de leer
e n genera l, los Glsl igaro n me nos severamen te, po rq ue e n La otra rebe lión sin comlmrlir (![ desasosiego de Knighl ante un
aqu e l tie mpo p rivaba la visión d e los indíg'c nas CO mo mc- anticlímax lIUlcbel,himw de t¡lW lodo ({(luell.o fUi! ",'nido)I fu.ria Cfl-
nos res ponsables, más bárbaros, menos edu cad os, etcét.era, mn'" de signijicrulo ", lec/um" qu:iztÍ, sim.ila.r a. la que di! la Hello/u-
loda esa ga ma de caractc rÍst ictls de inferioridad q ue sup ues- ció//. mexicana ofrece Oclavio Paz f!n, El la be rinto de la so ledad ,
ta me nte era n p ropias de los in díge nas , me nos res po nsa bles sobre el. wníclf:r wl'navales(,'o dI! la. bola., la. pes/u de las balas, un
cn e l mOlllento d e tomar las a rm as po rq ue es taba n innu i- ({I /'navaL ajJocalÍ/)!iro.,. ¿Qué signijira.lI, ¡mm, un historiador co-
dos por sus cllras O por SIlS líderes. H ubo otros casos tam- mo tú., Ia.s n:vo/uciones? ¿Q/lé idea de aquella. mbelión le gustada
bién e n los q ue, e n vez d e defende rse co nsciente men te , es qlle quedara en tus leclores?
notorio (Iue ve rdade ra me nte no sabían qué les había pasa-
do. Por eje mp lo: ~ I osé Ferna ndo, fu lano d e ta l, mi hU o, se E.stoy de acuerdo con Paz en ese se ntido, pero no compl e-
fu e a la bata ll a. Mi esposa me d ijo ve te para a ll á y salva a tu tame nte. En La otra n!belión com bino los elementos de lo
hij o po rque lo van a matar. Ento nces mo nté en mi Glba ll o cas ua l y d e lo estrll ctura l, lo qu e llaman los antropó logos
-si es que lo tenía- y e mpecé a segu ir a la ba nda d e ta l ca- lo "émi co")' lo "ético". Es d ec ir, ver los eve ntOs desde ade n w

becilla hasta que los e nco ntré a ori ll as de u n pucblo que tro, la ex pe rie ncia tan caó tica, inex pl ica ble y e mocionante
es taban in vadi endo. Me agarraro n cuando mi h Uo ya es taba de un indi vi duo, de m uchos in d ivid uos me tidos a la bola
muerto". co n tOdo lo qu e ti e ne de ca rna va lesca y de picaresca, Pero
Formaban pa rte de la bola si n darse cue l1la de una ma ne- la respo nsab il idad de l h istoriador es ve rl o tocio desde afu e-
ra muy co nsciente de lo que les estaba p<'lsa ndo, o no te nían ra , ana liza r esa ex per ienc ia dc los evc ntos m"í.s all á de los
ideas mu y d esa rro ll adas, só lo resen timientos vagos contra cvenLOS q ue es lo "é mi co", allí do nde , e n lo s ll~ieti vo, yace n
los poderosos locales, por eje mp lo; un rn otivo basta nte im- los ele me n tos de explicació n a n ive l íntim o y hl ll1iliar, Aqu í
parla nte de rebeli ó n : ve ngarse co ntra un funcio na rio o un sigue e l punto de vista é Li co necesar io para la o rga ni zació n
terratenien te, con tra e l podel"oso de un clan o p uesto, una de la narrativa, pues me parece que la r'Ql?o nsabi lidad dc l

300 301
-----------------.------- Eric Van Youllg

historiador es ofrecer un a estructura exp licativa. Yo juego Ullue nte pero que al paso del tiempo produce las circuns-
con las dos cosas en e l libro. Para mí no es un e pisodio de Lancia s en las cuales se va a desa rro ll ar la nación mexica na
"so nido y ruria <IUC no sig nifica nada", Trato de extraer a l- durante el siglo XIX.
gllll juego explicativo para enfatizar mis planteam ie ntos
recalcando la im ponancia de esos movimientos colecLivos t~lJ~ ¿ )' cómo compararía.s entOllces /8/0 ron / 9/0, ron la segunda. bola ?
violc n LOs qu e duraro n lIna década y que abren paso a loela
la hi sLO ri a tan co mpli cada del siglo XIX que abarcó hasta Hay muchos elementos en com ún. Tenemos crisis política
19] O. Pongo é nf~ls i s e n la ctni cidad , qu e es una ca rac terísti- y de sucesión, obviamelllc con don Po rfirio como ta mbi én
ca de la historia mexica na, e n la prese ncia de l indíge na. Eso co n la us urpació n d e la Co ro na por Napoleó n . Tene mos un
co ntradice la cree ncia e n ese mo me nto mes ti zo: e l México trasfo ndo con u na situación eco nómica bastante dillci l,
de la insurge nc ia es ma yor itar iam ente indíge na y predo- w ntoen 18 JO co moe n 19 -10.l-Ia)'un dec1 ivee n losestá nda-
mina la se nsibi lidad indígena e nfocada en asu ntos locales. res de vi da, es decir, en e l va lor de los sa la rios rea les, rea les
Im pera la co mllnid ad en tensió n con la soc iedad bla nca o para la gen te tra b <~ja d ora. Eso lo tenemos e n 18 -10}' tam-
mes tiza o crio lla. Ésa es la ca racte rística es tru ctu ra l d e la in- bién en 1910. Im pe ra un a con tracción crediti cia en a mbos
surge ncia. Otro f ~lc tor im po rtante que va más a ll á de la bola, casos: co n lo de los vales reales en 1800, desde 1804 a 18 10,
d e esa ex periencia caó tica y su tüetiva, lo confi gura n las for- una política de Espa iia para reca udar fondos para las gue-
mas de se nsibilidad re li g iosa propias de los indígenas. rras. Ya partir de 1907 hu bo una con tracción muy abrupta
Importa tambi é n, co mo me lo aca bas de suger ir, la rura- de la banca que produce a lg un as circunsta ncias sim ilares
lidad de México. No hay necesa ri ame n te confli cto e n lre ci u- a las que sufriero n personalm en te el pad re Hidalgo, por
dad y campo, sino aislam iento, mal e nte ndimi e n to, fa lta de ejemplo, y All e nde y o tros in vo lu crados, que viero n crecer
a rticulación entre ambos m un dos. ¿Por qu é su rge tanta vio- sus de udas co n pocas pos ibi lidades de pagarlas.
le ncia?, ¿por qué se dan los p rim e ros pasos e n la formación Pero para mí las d ife re ncias so n aún más impo rtantes. El
de un Es tado-nació n que va a ser ta n débil ? Tenemos proce- México de 1910 es muc ho menos indíge na: las for mas de
sos políticos que ll evan a la f~ll ta de legitimidad de la j oven vida in dígena no se han d isue lto sino qu e se ha n debi li ta-
república duran te las prime ras d écad as desp ués d e hu r- do mu cho debido a los ca mbi os d e mográfi cos, a formas de
bidt!. Mu cho de eso se ex pl ica por la na turaleza de l movi- comun icación co mo los ferrocarril es, so bre todo, por la pro-
mi enLO, q ue no es so lame nle una bola , si no u na ocu rrencia. life ración de las im p rentas, los pe ri ód icos, por el crecimiento
La respo nsabi lidad de l hi sto riado r es a rti cular, insisto, lo de la esfe ra pública, de la sociedad civil. Tenemos ta mbi én
émico y lo ético, examinar cómo los ind ividuos actúa n en un a e n 19 10 la presencia d e u n vec ino pode roso a l n o rte que va
situ ació n que e ll os mi s mos no pueden exp li car comple- a infl uir mucho, no solamente e n casos ~v i os como la ex-

302 303
Eric Van Young

ped ició n después de Colu m bus o la ocu pac ión de Ve racn¡z 'lile debió ser el JJrin ciPio: sé /1Om di' lu biogmfia intelectual, sé que
o los embargos de ar mas. Es dec isiva, e n s u COI"U unto , la ws padres ¡llelVn dos /Jinlores notablt!J, así que me imagino que tu
actuac ión dip l om~í ti ca de Estadus Unidos y e l peso de su formación transcurlió mire I'i arte JI la ni/;ca, la litl!mtura)1 la
econo mía sobre la Revolución mex icana. !úslOl1a . Me gustlUia finalizar ron una incursión en esas fronteras.
Tenemos un México, e n 19 10, me nos rel ig ioso y m ~¡s se-
cula r, a l que se le han superpues to otras formas de co ncie ncia Me has ab ierto tod o un e no rm e pa nora ma de posibilid a-
de clase, de formas po líticas co mo el a narqu ismo. Es un a des pero me lim ito ~l respo nder de una manera concisa. La
mezcla po lítica e ideológica CO n e le me ntos de l extnll1je ro prim era cosa q ue diré la co mprendeds bi e n tú qu e has
má s innu ye n tcs q ue e n 18 10. Pero lo que un e para mí los actuado co m o hi stor iado r y tamb it: n co mo críti co y co m o
d os mo men tos es que la Inde pe nde n cia d eja una agenda novelista: sabes qu e las fro n te ras so n muy porosas, pero si
po lítica, social y eco nó mi ca dec isiva e n clla nto a las fo rmas excavas, e n todo hi storiado r vas a e nco ntra r de b<:u o de la
de d istribuci ó n, d e pode r, d e riqu eza, lo mi smo que pl antea supe rfi cie a un novelista. Yo co nozco a m uchos h istoriadores
cues ti ones institu ciona les co mo la forma de l Estado, fe d e ra l qu e se ded ica n e n un mo mento dado a esc ribir una novela .
o ce n tral, o lo qu e sea. Dc:ia e n la age nda problemas qu e no Y d igo eso para ilustrar los pro ble mas q ue yo he te nido co-
se res ue lve n durante e l sig lo XIX. Hay esfue rzos por reso l- mo h istor iado r a l a travesar esa fro n te ra en tre la ¡-]ceión y la
ve rl os co n la Reforma y con lo que hace el régim en po rf-irista. histo ria. Mis in vestigacio nes de los últim os diez a li os las h e
Pero los pro blc mas se o ri g in a n básica me nte en el movi mi en- ded icado a escribir un a biogra lia perso nal pero también
to por la Indepe nd e ncia )' no se resue lve n durante todo el política e intelectua l de LU G ts AJamcí n , un a d e las g ra nd es
largo sig lo X IX. En 19 10 toca afrollla rl os. fig uras decimo nón icas mex ica nas y la bestia neg ra de la his-
to ri a libe ral , de la hi sto ria de bronce del siglo XIX.
Pasada a la. última ¡JI'Cgunla, q'Ue res/mrulisle en /)(trie hablando An tes de esa investigac ió n , había yo e mpezado a esc ribi r
de Fab,izio dd Dongo, dt! La ca rtlua de Parma, como imagen del un a nove la basada e n la figu ra de .losé de la C ruz, uno de
l lv/JOde la gen.te (;omún 1m la guerra JI en la revolución. A ud 'lile los gra ndes ge ne ra les espa iio lcs, qu ien desde C uadahu a ra
gustó, me llamó 'linte/lO la alendón la confianza con que admites lu chaba con tra los insurge ntes. Encon tré en los archivos su
en el Clll!lyJO de tu texlo la frontera o la. contigüidad de la novela cor respond e ncia co n otro g ran milita r es palio l, Fé li x María
1IIOd(!1'na con la, historia. Gl'11.eralmenle a los hisloriadorf.s uno Ü!J Calleja, qui en iba a ser virrey de la Nueva Es p ~tlia muy poco
IJregu.nta, esto )1 Je incomodan, como si fu.era indecente admitir que después. Es una corres po nd e ncia fasci nan te , mu y ri ca, con
Stendhallmnbién nos sirve Jwn¡, entender a. Na/Joleón. En lu. caso todo lipa de referencias. Había avanzado un as cuare nta
no: sin confmuli-rtl! hablas de la novela como una. fuen1f' dt! fono-- cuartill as d u ra nt.e var ios aiios, e n mi s mo mentos libres, pe-
cimiento histórico. Yo creo que ¡1O(hia. e/ecirJe así. Termino /Jor lo ro e m pecé a investiga r sobre Ala mán, ave rigua ndo cosas

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s
Eric Van YOllng

imp0rLan tes sobre su g ran Historia de ¡Héxico. Ento nces se última mesa alg ui e n me hi zo la pregunta d e cuál es la dil~­
me ocu r rió po ne r a Ala má n CO IllO o tro perso naje e n la no. re n cia e n Lre lo q ue hace un novelista y lo. qu e h a,c~ e l hi S-
vela en cie rn es. toriador, y yo res pondí que las n otas a pie de pagI na. ,La
Esc ribí a lg unos pas<-~ es co n Ala mán ya g ra nd e esc ribien. palab ra a di sc uti r es flclio, es d ec ir, hace r, ma n ufacturar: esa
do su Historia. de México, revisa ndo las cartas entre De la Cruz es la fun ción de la hisLOr ia y de la n ovela , pe ro no vamos a
y Félix María Ca ll ~ j a, y pensa ndo e n su sig nifl cación. Co ns- e llLr<U ahora en la discusión fil osófica de sus lím ites.
truí un Ala m ~í ll basado e n la inves ti gación pe ro proyectado En cuan LO a mí, sie nd o m is pad res am bos artistas y ha-
más a il á d e esa co rresponde ncia y de un a lectu ra Illu y de ta- biéndome criado e n Los Ánge les e n los años ci ncue nta y
llada de su Historia de México. Im aginé un h istor iador inven- sese nw , de nLro de un con texto de escri to res, d e aCLOres, d e
tado , un Ala mán fi cti cio. Te ngo en tonces al Alamán de la gente de H o llywood, su po ngo que mi fon,ll ~c i ón estuvo in-
novela y al Alam¡;í n de mi biog rafía. Lo q ue a mí me preocu- fluida muy fu erte men te por LOd o e ll o. Mas Importante fue
pa es que el pe rso naj e in vc lllado o ficti cio va a aparece r e n ve r a m is padres pi nLa nd o; muy sugerc nte. O Lros hi storia-
el Ala mán biografiado y desde los hec hos de la vida de uno dores sigue n mo delos d istintos, re ivindica ndo u na postura
estoy in ve n tan do a l otro. Ya su vez el falllas ma de l AJamán pol ílica, radi ca l o co nse rvadora. Algu nos tuvi~ron. mode ~ os
ficLic io va a influ ir so bre el A1amán qu e estoy inventan do científi cos, m ie ntras qu e mi modelo como hl sto nad o r fue
pa ra la biografía . Ésa es para mí la am e naza y tambi é n la esté ti co. En e l caso de La otra nJbetión, me ha dado satisbc-
ve n taja o pro mesa de trab~ti a r entre los dos gé ne ros. ció n na rra r la co he rencia d e la in cohe re ncia, porque es
Para mí la novela -y sie m pre estoy leye ndo nove las, las una antinarrati va qu e in te n ta re producir la expe rie ncia h u-
clásicas, las po liciacas- o rrece la li bertad de ir más all á de mana de esa época, sin dejar de impo ner, desde a fuera ,
los hec hos, p royec t.a ndo y ex tra po lan d o los pensam ie ntos, cie rta di sc iplin a, co mo ya he e xpli cado.
oc urre ncias o im pres io nes d e los agentes hi stóricos qu e Los h isto riadores estamos e n d iá logo ta nto co n el pasad o
estoy estudi an do, y así puedo aprovecharme d e la se nsibil i- como con e l presen te. Cada gene raci ó n d e historiadores
dad y la penetración de los novelis tas. Es un exa me n de re inven ta, reformul a o revisa la h isto ri a e n conso nan cia co n
posibilidades. Ése es e l valor d e invoca r a Fabrizio d e l Don- lo que está pasando e n e l momento, aun que sea d e mane ra
go, porque no te n ía nin g ún tes timoni o conc re to de ese tÍ- in co nsc ie n te. Me e ncan LarÍa, por o tro lado, ace rca rm e cie n-
. po de participació n e n u na batalla, por eje mplo, y así m e tíficame nte al pasado; no soy tan radi calm en te posmode r-
se rví de ese pasaj c ta n poderoso e n La cartu}a de Panlla. no C0 l110 para no desea rl o. Pero dada la natura leza d e los
Una vez es taba yo dando un a serie de confe re ncias e n hec hos no se ría su fic iente co n desente rrarl os. La docu-
España, e n un programa de maestría para la histo ria de Amé- mentació n , m i prop io cere bro, ex ige n una co nstrucc ión.
rica La tina , co n latinoamericanos, co n españoles, y en la Sí, en La o tra re be li ó n se nota 'Una. inleli:"ncia que viene de

306 307
rierlo conoúmümlo pictórico; es Ul1 libro d,' alguna 'IIlrmem dib 'l~ja~ XII. Friedrich Katz: "Villa se aparece
do, ¡Jintado. en mIs -"
. suenas

Así es. Yo, por ejemplo, he e mpl eado el co nce pto d e impas~
lo, una técnica ele los pinLOres donde hay un nive l de color
y lu ego otros amontonados so bre el pr imer nive l, que ca m ~
bia e n e l mom ento de llegar al qu into, sexLO nive l, lo cual friedric h Katz, maestro de maestros, me rec ib ió en su depar-
influye mucho e n la calidad final de l color. Me g'usta n las tamento de fi l adel~1a , donde estaba b<.tio tratamienLO médi-
metáfo ras espaciales, l<ls empleo, lo mismo que las vis ua les. co, a l ~j ado de Chi cago, S il hogar desd e hace cuare n ta alias
Para mí la hi storia yace e ntre lo cien tífico y lo artístico, lo )' cáted ra desde la cual formó a varias ge ne raciones de h is-
cual me pe rmi te -sobre todo los elemenLOs estéticos- i n ~ toriadores dedicados a Méx ico. Aun que nunca lo había visto
te nta r u na colorida in vocac ió n de la experiencia de los hu ~ en persona, su hospitalidad me hizo se ntir muy cómodo
manos ya d esa parecidos. porque creía co noce rl o desde qu e I1 á n Semo, cuando ha-
cíamoS a pr inc ipios de los a lias oche n ta la revista El Buscón,
me nar raba con frui ción nove lesca los capítu los que iba le-
ye ndo de La guerra secreta en México ( 1981). Como much os
de SllS lectores descubrí, a l mismo tiempo, a Ka tz y a l tele-
g rama Zimmermann , e l men s<~e cifrado que pucia a rras-
trar a México, en 1917, a la g ue r ra con Estados Unidos
co ma al iado d el káiser. Esto, a unado a su co ndició n de víc-
tima de los nazis y asilado en México, co nvirLió a Kalz e n
Lino de los p rinci pa les especialisL:"1s de la influe ncia alema-
na e n América Latina.
Katz (Vie na, 1927) murió el 16 de oc tubre de 2010. Fue
un vie nés mexicano: pasó los alias d ecisivos de la adoles-
cencia a lajuventud en el México d e l ge ne ra l Lázaro Cárde-
nas. Me narraba, mientras quedaba a pu nto e l eq ui po de
filmación , lo e motivo que fu e para é l I le ga l~ junto con su
fam ilia judía }' co munisLa, y tras el ex ilio en Fra ncia y Es ta-
dos Un idos, a Méx ico. En 1940 e l lll1 ico\Ojcena ri o de una

308 309
Friedrich K,,·uz

"revolución victoriosa", emprendida por un gobierno po. l11


énez Moreno, Mesoamérica. Katz , co n Sit.uación ero-nóm.ica
pular que imponía profundas tra nslormacio nes sociales sin social de los azlems durante los Jiglos Xli) Xl'! ( 1966) )' con 71le
recurrir a l terror de Estado, estaba en México, aseguraba e l ~llcienl A medran CivilizlIlions ( 1969) , fue de los primeros en
historiador. Por e ll o , quizá la pieza más co nvincen te de u-ala r d e enle nde r e l mund o mesoamcricano \ralién dose
Nuevos ensayos mexica.nos (2006) sea la com paració n que del Jl1 <lrxismo" No sé qué tanto éx ito haya len ido pero ca w

Katz ll eva a cabo e ntre las revo lu ciones rusa y me xicana, be destacar que, desde el principio de su ca rrera, Katz, a
enco n trando que la nuestra, abundante en fechorías e ini· u-avés de lo hegeli a no que hay c n todo ma rxista, se e mpe iló
quidades, nada tuvo qu e ver con la in geniería social del te· en universal iza r la historia d e México. Sólo desp ués se con·
ITor. "Libre de culpa" (no creo que KaLz lo hubiera d icho "irtió l<.t.llZ e n eswdioso e rudito de la Revolución mex ica na,
así) queda la Revo lución mexi ca na de l gran pecado d e l si- con La guerra secreta en México y S il biograría de Pancho Villa
glo xx. Es t.uvo Katz e ntre los defe nsores de la Revo lu ción (1998), e l gran libro a l cual qu eda r,í asociado su nombre
mex icana: sin deci rl o dogmáticamente, es te investi gado r de histo riado r. Trab,uó, hasta que I ~I enfe rm edad se lo pe r-
de la servidumbre agraria dura nte el Pornriato co nside ró mili ó, en una biografTa d e Madero, a qui e n admiraba más
qu e no hubiera sido posible (ni deseable) evitarla. que a Villa , pues hizo en 19"1 1 "u na revolución perfecta",
El ca rd e ni smo fu e, para Ka tz, la tie rra prometida: el asilo eficaz y con escaso costo d e sa ng rc. Pero Madero no pudo
alcanzado en el país que había conde nado la anexión hitl e· defender ni sostener su obra, víclima eje m piar de la co nlra-
ria na de Austria e n 1938. El desen lace fel iz de la actuación rrevolución. Marxista de su siglo, Katz ad miraba a los a rlífi·
de Gi lbeno Bosques al salva r a mil es de refug iados antifas- ces de las revo luciones.
ciSlas, republ icanos y judíos, llevó a KaLZ, co n sus padres, a Hijo de co munistas, enca rn ó la tradición del socialismo
recibirlo, e n la estación ferroviaria de Buenavista, e n 1944. judío, aque lla que , lras reci bir, uno a un o, los devastadores
El diplom á ti co mexicano, internado por los a lema nes e n el gol pes del siglo , ha pe rseve rad o. Con pasaporte auslriaco,
ca mpo de l3ad Godesbe rg, había sido ca njeado po r unos I<.t.ltz pasó ca torce a lias cn un a Re pLlblica De mocráti ca Ale-
agen tes de l Te rce r Rei ch . En aq ue ll a noche fresca que '"C· mana (ROA) presti giada, afirmó, por los antinazis que la
cuerda Kal.z e n Nuevos ensayos mexicanos, no sólo se anudó fundaron. Pe ro aque ll o, tras 1968, se vo lvió irrespirable, ca·
para siemp re -se me OC UITC- su pasión mex ica na, sino el mo siniestra le parecía la vecina dictadura checoslovaca,
deber de escribir las hi sto ri as d e nuestras g ue rras sec retas.
1J o hn H. Coalsworlh, "Semblanza d e Fricdrich Kalz", e n.l avier CM·
Tras es tudiar en e l Liceo Franco Mex icano y e n Nueva
dadiego y Emilio Kourí (comps.), Hello/l/cilÍn)' f'xilio en la historia de Mti-
York, Katz h izo un posgrado e n la Escuela Naciona l de An· :";co. Del amO/" de "111/. historiador (1 Sil Jml/ir, adoJJfiva. HOII/Cllajf' a Fried,ich
lropología e Histo ria y regresó a Austria, dond e se es tableci ó Kal7., El Colegio de t..,léxico"Ce llll"U ¡{¡u z de la Universidad de Chi cago-
e n J954. Su primera pasió n fue, de la mano de Wigbc rlo.li- Era. México, 2010.

3 11
:l10
I'riedric h Kalz

que conoció bien. "Nad ie puede tener nostalgia de todo ca exalta a Vill a , nun ca lo denigra. Decía Katz que soiiaba
aquello", dUo Kalz esa maiiana d e julio. Me co n tó que nun- co n él. No lo d udo: d ebieron ser sueños co njeturados, en el
ca había querido co nsuhar su ex pedi e nte e n la Stasi, pa ra desier to , e n la inme nsidad.
evi tarse la d e presión de encon trarse a llí con ~lI g un os a mi- por e l camin o de Villa, aque l 13 de julio de 2010 e n que
gos y profeso res y acaso, e n di ve rsas medidas, delato res. A Katz nos dio para Letras Libres Ulla de sus últim as e n trevis-
KalZ le LOCÓ esta r, ta mbi é n , en México, du ran te el movi- taS, ll ega mos a esas "mult.ibi ografías" que so n las novelas, las
mi enLO es wdia n til de 1968. viejas novelas. Recue rda f¿ Don ajJacible, la novela de MUaíl
El a nLi esta lin ismo no bo rró e n él la im pro nta, el mo lde Shó loj ov, el Pre mi o Nobe l d e 1965, sobre los cosacos. "¿Qué
de su marxismo, u n marxismo analítico, a la a ustriaca, d is- habrá sido de la literalUra sovié ti cfl?'\ me preg unto, mi e n-
pues to co mo un meca nismo de re loj ería, preciso y por fue r- tras Katz se re ma n ta l11 ,h a t.rás y cit.a, en tre las n ovelas que lo
za re pe tit.ivo de la inte rpre tación socia l de la hi storia. No se formaron como historiador, las d e Erck mann-C hatrian, los
o lvide q ue e n la ROA y e n la URSS hubo un a se lecta eSC Ue- dos novelistas al sacian os a uto res, a l alimón , de la e popeya
la de hiSl.O riado res dedi cados a América Latina y de e ll a, de los soldados napoleónicos e n libros como Histmia de un
a bando nando los esquemat.ismos p resentes en sus prim e- quinfO dI' /8/3, / ,a invasión () el loco Yégo¡' Cuent.os de las orillas
ros artícu los e in vestigacio nes, Katz fu e un o de los g randes del Rin, Wa terloo... Pero Friedrich I{alz sie mpre regresa a ese
so brevivient.es: de a lg un a manera, su o bra es un a repara- país de la larga Revo lución mex ica na que lo acogió , un es-
ción de l hec ho de que ning un o de los ma rx isli1s d e la Se- pacio utópico que se desplaza en el ti e mpo de la h istoria,
g unda y de la Te rce ra InLe rn acional (con la fat.a l exce pció n en el cual é l vivió. No en balde, cua ndo se re fe ría a algo que
d e Trotsky) se ocuparo n de la mex ica na, la prime ra revo lu- sucedía e n Méx ico, Fried rich Ka tz decía sie mpre "aquí". En
ción del siglo. el co razó n .
Su Pancho Villa es menos un a biog rafía que u n re traLO
colec Li vo: e l ca rácte r psicológico de Villa le impo n aba poco
a Katz. O mtís bi e n : fue a través de los villistas que Ka Lz di- Aunque es ·usted 1t1W de los grandes historiadores de ¿a Revolución
bL~j Ó su e norme retrato , prese ntando al Ce ntauro co mo un mexicana, su obra., me flarea, e,\'lá al:ravesada IJor el tnincitJio de
instrum e nto (nada ciego) de la comunidad f1ot.a nt.e, e rra- la compamción enl:re dis/.inta.s épocas hislÓl'icas de México y entre
bunda, e lástica, ca prichosa d e su ge n t.e , los fro nt.erizos, los (lislinlas 1·egiones. En Nuevos e nsayos mex ica nos (2006), u.na
vaqu eros qu e formaron la División del Non e. Kalz fue a bus- u.lilísiuw introducción a .\'1t obra )' a ¿os lemas que la consl,itu)'cn,
car mu y It¿jos los mo t.i vos de esos rebeldes: e nt.re los hun os, usted comtJara. el prestigio póstumo de las civilizaciones azleca. e
los mon goles y los cosacos. No e ra Villa n i un a aberrac ió n inca, IJera tam.bién rllet'ror relJoluci011mio en México )' en la URSS
ni un caso fo lclórico. También es hi sto ria. Su biógrafo nU I1- dumnte el siglo xx. !-Iay otra, cmnpamción o~·luna, dado el em-

3 12 1\13
Fricdri ch I\.alz
l
l)(tlme enire los aniversarios de los inicios de la Independencia)1de el Bajío, e n la zona de Guadalétiara, Gue rrero , zonas mu ch o
la I?evolurión: ¿cree usted que la historia mexicana, como 50sfe- más indígenas que Ch ihu ah ua y So nora e n 19 10. Esto le
nfa.n algu110s lIw l ) •.-islas, ¡mee/e leerse a. través de un ciclo de 1"CU().. dio otro mati z a la Revo lución. Aunqu e hubo u'unbi én , hace
luciones~ ¿ O es un g ra.n Estado, desde la Colonia, el /no/agonista ? U11 siglo, revolucion es indíge nas como la d e Marcias, tal
¿QLU! une )' qué se/Jara a /810)' a 1910? como lo muestra J oh n Womack. Lo que pasó e n Yucatá n ba-
jo Ca rrillo Pue rto fue una revolución indígena, por ejemplo.
Hay similitudes)' ta mbi é n dire rencias bastante g randes: las Una le rce ra difere ncia es qu e en la revolución de 18 J 0, o
dos revoluc io nes e mpeza ron co mo leva ntami e ntos popu- más bie n , e n la contrarrevo luci ó n qu e provocó, la Igles ia
la res. Pienso e n Hida lgo y Morelos, y también e n e l mad c- jugó un papel mu cho mayo r qu e e n 19 10. Se op uso la Igle-
rismo, y desp ués e n 191 3 y 19 14 co n Vill a y Za pata. Estas sia, aunque no aClivamentc, ti la revo luci ó n made ri sta; el
revue ltas fuero n d e rrotadas e n ambos casos po r g rupos más arzobispo de Méx ico d io una m isa de acción de g rac ias cua n-
conse rvadores: e ll 18 12 o 18 13 po r una coa lición d e es pa- do fu e derrocado Mad e ro. Des pués vi no [a Gue rra Criste ra.
iioles y criollos; e nl 9 15 po r los carra ncistas. Ta mbi é n hay Pero la Igles ia e n 19.10 no te nía e l poder qu e había tenido
una simi litud e n el se n tido de que a las dos revolucio nes les c n J8 10; no pud ieron ma ta r a dirige ntes revolucionarios,
sigui ó una época d e de bilidad de l Estado. Méx ico era, ade- co mo sí hi ciero n co n Hidal go )' Morclos.
más, un o l~j e ti vo facil para las naciones ex tra nj e ras. Ot.ra O tra dife re ncia sumam e nte impo rtante es qu e el cam bio
se mejan za fu e el auge de los movi mi e ntos ca mpesin os. Des- social después d e 18 10 fu e meno r qu e e l ca mbio social tras
de 182 1 hasta los a lbo res d e l Porfiriato fue una hi st.oria d e 19 10. La hacienda era la base fundam c n w1 dc la economía
co nsta ntes revuelLaS ca mpes inas o d e al i anz~ls de ca mpesi- mex icana en 19 10 Ylos hace ndados -j unto con los financi e-
nos con ol iga rcas locales-co mo fue e l caso de Ju an Álvarez ros, el g rupo más pode roso- perd ie ron mucho e ntre 1910
en Guerrero o de Lui s Te rrélz.:1S e n Chihuahua. Hubo ta m- y 1940 Y fue ro n reem p lazados por un a é lile industria l, e n
bié n movi mi e ntos qu e e mpezaron co mo al ia nzas y termina- Lanto que en la revo lución de 18 10 la hacienda qu edó co-
ron como sub levacio nes ind ígenas: es e l caso d e los mayas mo la e mpresa fundamental. Yaunque la Iglesia es tuvo lejos
e n Yu catán y los yaqui s en el no rte. de co nse rvar las p ro piedad es que tu vo antes, no rue reem-
El periodo d e a narquía, de de bil idad del Es tado , duró plazada en 1821 po r la clase med ia rura l, sino por g rand es
m ucho nHís después de 18 10 que des pués de 19 10. Pe ro hay hace ndados que adqui riero n sus tie rras. Hasta 1910 d esa-
o tras d ifere ncias mu y g randes. La primera es qu e hubo u n pareció la h acienda.
resultado l1l e:ís co ncreto e n 18 10: la Inde pe nd e ncia. La se- En 18 10, e n c.ontraste co n 19 10, no había fronte ra con
g unda: la revo lu ción de J8 JO fue mucho m ~ís indíge na qu e Eswdos Unidos, fromera qu e jugó un ptlPel decisivo e n la
la de 19 10; fu e u na revo lu ción ocurrida ese ncialm ente e n revolución d e 1910, porque surtía d e a rm as m odernas a

3 14 3 1!l
,
Frit.:drich Katz

los revo lu cio narios. El ejército d e Mo relos no tenía el mis. ladrones jJor o/m ? ¿ Cómo qliNla la Nl'vol./láón II/I'Xical1(l, !Jara
Ill Q a nnam e nlo que el ~j é rc i to espa iio l, ye n ca mbi o la Divi. decirlo de tuW lIum('1rt más seria, (1.11((' la n 'Vis i ólI de los conserva-
sió n d el Norte de Fra ncisco Vill a tenía las mismas armas dores, que la ven como l.t1ut mntimwción del Antiguo Régimen, )'
mode rn as de q uc d is po nía el ej é rciLO d e Victoriano I-Iu cr. la revisión de los mdicales, insalisf ecJws ante un jJlvceso inconcLu-
la. Además, la p rese ncia estado u n ide nse fu e un a a me naza so, inlerl'Um1JüJo, l.micio'/UuLo?
consta nte qu e res trin g ió e n Illuchos se n tid os la actividad
d e los revo luc io nar ios, aunqu e la expu lsión de los estadou. Todas las revoluci o nes co mi e nza n po r un programa utópi-
nid c nscs d e Méx ico no hub ie ra sido posib le C0 l11 0 lo fu e la co, e m pezando co n la Revoluci ón fra ncesa: "liberté, égalité,
ex pulsión d e los cspalio les después de 18 10. jralerniLé ", le ma que obvia m cn t~ no se c umpl~ ó, pues pa~a­
ron cie n aiios allles d e qu e hub ie ra d e mocraCia e n FranCia;
¿Le fJa11!CI! que/orman !Jarle de un mismo ciclo dt! nruol!.u;iolles? la igual dad fu e m ayo r, pero la fraternidad rue utó pica. La
Revolución bolch eviquc , q\l e qu e ría establece r un régim e n
Abso lu ta rl'l e nte. Dc un ciclo inte resante porqu e e n u na y utó pi co -e l co munismo- do nde cada u n o tend ría bastante
otra forma d e revo lució n libe ra l juga ron un pa pe l d ec isivo para sus neces idad es, nun ca resu ltó. J uzgar un a revo luci ó n
los ca mpes in os. La d e 18 10 fue práctica m e nte un a revo lu. a la luz d e sus prim e ros p ro n u nc iam ie ntos utópi cos m e pa-
ción del Gun po; e n 1910 participaro n los obreros y los mi. rece , por ell o, bastante injusto. Para ca li ficar a lgo como
neros ju nto a la pequc li a burg ues ía, pe ro la masa d e una revolu ción lla}' muchas de fini ciones, pe ro para mí un a
revo luc iona ri os vi no elel ca mpo cn ambos casos. revo lución es un m ovimie n to de las clases popula res que
ca mbi a aspectos ru ndamenta les de la situació n social, polí-
En La gue rra secre ta e n Méx ico (1981) Y I.:on 1Ila)'or delalle (o ti ca y eco nó mi ca.
con cierto grado de escejJticismo) en Pa nch o Villa ( J998) sostiene ¿Qué ca mbios e nton ces tn~ o la Revo lución m ex icana? El
usted que la J?evoüu:ión mexicana fue ww gra''!/. nruolución sociaL primero, que ya d esc ribí a ntes, fue la eliminació n d e la cia-
que, además, UlO(L-ificó el 'J"égimen !Jolítü;o. A la lu.z del revisionismo se d e los hace ndados co mo f~lctor po lítico d e primera im-
de los años sesenta )1 setenta, que ha /mesto en duda la natu.raleza pOrLancia. Fueron reemplazados por olra é lite, industria l,
nruolucionaria de la Hevolución (valga la 11;dundancirt) o la. hrt com e rcia l, fin an cie ra ... pe ro ha y una d ife re n cia profu nda
descalificado en cout/Ja:ración a otras 'nrvoluciones ideológiamwnte e ntre u n a é lite d e hace ndados y o tra d e com e rcian tes, in-
más deci.\·ivas en la historia. moderna, ¿cómo ajm?cia usted hoy el du str iales y nnancieros, pues es ta úl tima es rJ ex ible . En u na
estado de la IJoJémica. sobre la Revolución? ¿Puede decú',WI, así sea industria el o bre ro pide m<:Ís sa lario y cua ndo hay bastante
metafóricamente, que no fXisl.ió? ¿O fue, como La w ricalu1izó el presión se lo d an, y ell o no sign ifica qu e d esapa rezca la in-
escritor esfJaiwl Vicente masco lbáñcz la su.stÜuúón de una élite de
J
dustria com o en la revo lución com un ista. El industrial si-

3 16 3 17
Fri cdric h K.atz

gue cO llLro la ndo su industri a y e l comerciante su comercio;


ni, 01 'g',nizaciones
< "
pO lnda res: el Estado nun ca se interesó,
en tanto q ue en la hacienda piden tie rras y si se repa rten las con exce pción de poquísimos sind icatos, en con tro lar los
Li erras ya no hay hacie nda. Esto no se no ta sólo en la mayor . , ,' entos pOI)ulares. Los dominaba, los echaba fuera del
m ~n . • . .
flex ib il idad de la clase de los 11 0 hacendados, sino tambi é n proceso político. Lo poc~ de iI ~e~·tad po\¡u~a que habla.l~
en una ac titud muy difere nte hacia la educación pop ul ar. 'do an tes - la autonomla mUIllClpa l, e l del echo de eJegn.
~,
El industrial necesita una clase obrera educada, formada , sus alcaldes, a sus p residentes l1lun ici pales- se desecho
que pueda trab~ar e n sus e mpresas. Cuando le dij eron a :011 Porfirio Díaz, qu ie n a través de sus jefes políticos nom-
Luis Terrazas, uno de los hacendados más ricos que qu e rían braba a los presidentes mun icipales. Así que es to fu e tam-
establece r escuelas en sus haciendas, respondió; "No n ece~ bién una difere ncia fundam ental. y gracias al progreso de la
SiLO abogados. Necesito labrado res". educación , la modern ización se hi zo más rápidamente en
En los países de Améri ca de l Sur e n que subsistió la ol i. México después de la revolució n de 19'10 qu e un siglo a ntes.
garquía terraten ie n te , que ésta apoyara dictaduras milita.
res fu e mu cho más híci l. Mie ntras que los te rratenientes Impem la. idea de que [as revoluciones solu sirven ~J(t1Yl. 1·evitalll.ini-
necesitan una d ictadura para manten e r sus tierras, las cia- zar a Los viejos 1::slados: el antiguo régimen tJo1ji'/'lano se conmerle
ses burguesas pueden acomodarse tamb ién con un régime n
en el, ·/Jodemso
r Estado de La Revolución que desanvUa una palencia
de mocráLico, como es el caso de Estados U n idos, co n un que ya existía jJnrvimnenle. Entiendo que a u.sle(l esa visión no le
régime n democnítico y u na ele las clases domi nantes más parece de/todo histórica...
fuertes qu e hay en e l m undo.
Una cosa que hizo la Revolució n mex icana fu e incorpo· Los presidentes, hasta ]940, fue ron revo luc ionarios, y des-
rar a las clases populares en e l Estado. Pero esa incorpora- pués de 1940 te ne mos la dic tadura de un partido, pero,
ció n se hizo de manera su mam e n te difere llLe. Bajo Obregó n aun así, ese partido tuvo que hacer concesiones a las clases
fuero n al iados, porque necesi taba de los agrar istas y au n de populares que Porfirio Díaz n unca hi zo. También se imple-
los sind icatos para combatir a g rupos rebe ldes del ejército; mentó e l sexe nio, qu e cambiaba no al régimen político pe ro
bajo Cá rd e nas, la Con federac ión de Tralntiado res de Méx i- sí a los m iembros d e la clase política. Limantour decía que
co y la Co nfe deración Naciona l Campesi na fueron socios uno de los g raves errores de l Porfiriato e ra no haber sa bido
de l go bie rno con u n alto grado de libertad; hacía n huelgas cam bia r a las élites.
y ocupaban tierras; b~jo el Pa rLido Revol ucio nario Institu-
cional ( PR J) es taban su bordinadas las clases populares a l }'Ó no le vaya IJreguntcn' si va a haber otra revolución en 2010,
Estado, lo q ue n o signi fi ca que e l PRJ no tuvie ra que hacer- !Jem quisiera jJregunlm'w si cree, como Alan Knighl, que los genes
les concesiones. Durante el Pornriato no había sindicaLOs de la J?irvo/ución están vivos en el cue/lm sociaL.mexiwno.

3 18 3 19
$

Hay rnu cha insatisracción en México con las con d ic iones en las propuestas de la Co nve nció n de Aguascalie ntes y e n
sociales, con los sala ri os, co n la mise ri a, co n la pobreza que la co nstiLU Ció n , muc has de las formu lac iones de la Revolu-
no se abo lió. Pero de a llí a un a revol ución , es d istimo: la ción mexicana ya se había n dado: la rerorma agraria, el ar-
mayor parle d e la izquierda no a boga por la revo luc ión - n i úculo J 23, la prop iedad nacional de l subsuelo. Lo que h izo
e l Partido de la Revo lu ción Democrática ni Cual.l htémoc el ca rdenismo fue rero rmu la r y ,l1iadir alg un as cosas, como
Cá rd e nas ni López Obrador hab la n de u na revo lució n . Las la idea del socialismo, qu e a ntes no se da ba. Hubo a lg u nos
revo lu c iones com unistas prego naba n que a través de l con. teóricos socia listas du rante la Revol ución: Anto n io Díaz
tro l d e l Es tado iba a habe r prosperidad media n te una eca. Soto y Gama, po r eje mplo, que hablaba del socia lismo en
nomía planificada . Con el derrum be d e la URSS esto resu ltó sus d iscu rsos e n Aguasca lie ntes, co mo lo hi zo Feli pe Ánge-
u na uto pía. les en sus e ntrevistas y a un e n sus l1 llimos días, duran te su
En Méx ico, hoy día, en con traste con la é poca de Por ~l ri o juicio, pues hab ía leído a Kautsky y a Marx. Pe ro la idea de l
Diaz, ex iste una pos ibilidad rea l de camb ia r las cosas a lravés socialismo mex ica no vino con C~írd e n as; la edu cación so-
de elecciones. En 18 10 había una alte rnaliva: la Independen. cialisLo'l, por ejem plo, a un que su régimen no e ra la de l socia-
cia. En 1910, Olra: Madero, q ue prometió la d emocracia. lismo soviético. Era de índo le cOlnplcla me m e dire re nte: sin
Ah ora te ne mos democracia y lene mos pobreza. Hay genes de di cwdura, si n expro piació n de la economía. El socialismo de
la Revo lt1ció n , es verdad , pero es los ge nes no ha n provoca· Cárde nas tenía más aspectos socia ldemóc ratas qu e com u-
d o d esde 19 10 -d iga mos d esde 1920- un movimie n to vio· nistas. Fue una verdadera ideo logía, el ca rde nismo.
le nto e n con tra de l régi me n ex iste nte, lo que di ce mucho; Los revo luciona ri os de 19 10, ad emás, ve ían e n la refor-
la insali s f~lcció n no necesa riamente provoca revolución. ma agra ria u na soluci ón qu e no pasaba necesariamente
por el ejido. Muchos no n e li os no lo q ue ría n , a dire re ncia
Usted es un hij'o ado/Jt.ivo de la Revolución mexicana, acogido (;0- de lo que oc urría e n e l su r, do nde cl ej ido te nía antecede n-
dit niño y con su ¡a'1ll'ilia, IJOr elgohiemo delgclUtml Cárde-
'fiLO fue, tes histó ricos. As í q ue la fo rm u lació n del ejido co mo base
nas. En J\lléxico se salvamn uslttdes de la !)enecución nazi y el de toda la re fo rma agrar ia no e ra un a de ma nda mayo rita-
cardl'nismo forma !)(lrltt de su biografía. Por ello, no deja. de ser emo- ria d e los revo luc io na ri os d e 19 10 y sí e ra una dema nda de
tivo I)regunla.d.e cuál es la '"elación entre el cardenis11lo )1 la. Rroolu- Cárd e nas. Ahí vie n e la ideología carde n ista. El a n ticlerica-
úón 'I1wxiauU/.. Tal fJareciaa que la l/amada ideologta de la lismo, por otra pa rte, se fo rm ul ó e n la Revolu ción, e n la
Revolución ¡Uf' ohm del cardenismo. Co nstilu ció n de ]91 7, y de bo decir qu e lanto Carranza co-
mo Call es e ran mu c ho más anticlericales qu e Cá rdenas. La
No creo q ue lOda la Revo lución, lOda la ideología de la Re- ideología ca rd e ni sta e nglobó todo, lo sisle mati zó.
vo luc ió n, proviniesc del ca rd c nismo. En e l Plan de A)/a la,

320 321
,
Fricd ric h f(atz

Un libro como La g ucrra sec re ta e n Méx ico fue una bocanada n O se enc uen tre un a sola me nc ió n de la Revo lución mex i-
de aire fresco. Es tma crónica diplomática de cómo Venusliano Ca- C¡¡na. Me pregunLo por qué: ¿era desprecio de l ca mpesina-
rranza 1rJsjJaldó en los hechos, con gran valentia y astucia, el na- do?, ¿igno ra ncia de lo qu e pasó en México?
cionalismo mexicano. Paradójica)1aforlunlulamenle, fue un libro El q ue sí se había in te resado por Méx ico e ra Ma r x: cua n-
que universalizó la hislO1ia de la Revolución 'me,üca.na, convirtién_ do vinie ron los fra nceses te ll ía un tre me nd o inte rés po r
dola en un cajJÍlulo imjJOrlanle en el lJllnorltma de la Primera Guerra Méx ico, escrib ía a rlíc ulos para pe ri ód icos a le ma nes e in gle-
M undiaL. ¡, Qué tanlo, desde entonces, ha cambiado, en ese senlido seS. Pe ro e n el mo me n to qu e cSLall ó la Revo lu ción d e 19 10,
universaLista)1 wmjJllralivo, la ltislOliografia de la Revolución? estoS revo lucio narios de primera no te nía n n in g ú n in te rés.
Rosa Luxe mbu rgo se inte resó e n Amé rica La ti na; esc ribi ó
Se ~j erce n esas co mpa rac ion es mu ch o nús a ho ra q ue a ntes. todo un e nsayo so bre si e ra o no socia lisLa e l régim e n de los
Esul, po r ej e mp lo, e l lib ro dc .l ohn Maso n Ha rL, e n qu e co n,- incas, pe ro ¿y la Revo lució n mex ica na?
pa ra a la Revo luci ó n mex ican a co n la Revoluc ió n turca,
con la ira ní, co n LOda un a serie d e revue1 las qu e oc ur ri e ro n ¿ Cuál se/fa el IJlúJl.er lllll'rxisla no '/IIexiwno que se OCUIJÓ de la
e n otras pa rles; Alan Kni gh t tam bié n es tablece comparacio- Revolución mexiwna?
nes co n la Revolució n fran cesa; mi colega J o hn CoaLSworLh
com pa ra ba las sub levacio nes cam pesinas en Méx ico co n las Probable me n te el p rime ro fue M. N. Roy, hi nd ú, un o de los
a nd inas; Pab lo Ya n ke k vic h ana liza e l papel que tuvo la Re- fund ad ores d e l Pa rtid o Co munisLa en 19 19, qu e vino a
volució n mexica na e n Amé rica d el Sur, y Euge ni a Meyer Méx ico po r causalidad , po rqu e ha bía conspirado con los
exa mina el pa pel de los pe ri odistas eSu'ld o u n ide nses en la alemanes para o rga ni zar u na revo lución en la Ind ia co ntra
Revoluc ió n mex ica na. los ingleses y vivía e n Estados Unid os. Cua ndo los estadou nj·
Pe ro es ta revolució n que es ta ll ó e n 19 10 )' se p ro longa dcnses e mpezaron a e n te rarse de lo qu e hacía se fu gó a
has ta 19 14, cua ndo es ta ll a la Prime ra Gue rra Mundia l, no México. Hab ía rec ibido Illucho d ine ro de los a le ma nes pa-
le interesó a nin g un o de los g randes revolucio na ri os marxis· ra fo me n ta r una revol ució n e n la India . Él vio muy pro nto
tas q ue vivía n e n Eu ropa en aq ue l entonces: Le n in, TrOL'iki, q ue eso e ra imposible desde Méx ico y lo q ue hi zo fue ulili-
Kautsky, Rosa Lu xe mbu rgo , Ka rl Liebknec ht. La lll1ica iz· zar ese d ine ro pa ra fu nda r e l Pa rtid o COlllu nista Mex icano.
q uie rd a q ue verdad e ram e nte se in te resó fue la de Es tados Él fue e l p rime ro q ue se preoc upó po r lo que hab ía sido la
Unidos: no sólo John Ke nn e th Tu rn e r o J o h n Reed , incl uso Revolució n me xica na.
a escrito res moderad os qu e no e ran d e izqu ie rda, como
Walte r Lippm <lI1n , les preocupó la Revolució n . Es un fe nó- }'tt que estamos en el marxismo, IJlms(l'l~.do en su. ensayo compara·

meno Illuy ex tnui o que en e l índi ce de las o bras de Le n in tivo enltr el ferror)1 la violencia en las revoluciones mexicana y

323
Fri edrich Kal z

ntsa, se dijo - lu dijo Frrt.neois Furet- que, a jin de cuentas y ante abtU 0 '" que es una revol uc ión popular, e norm e, y otro pe-
la ruina. del Muro de Berlín, la Unión Soviética no había hereda.... riodo, "la revo lución d e ar ri ba", e n que los nuevos dirigen-
do tuW civilización aL 11lundo. ¿ Qué heredó la. Revolución mexi~ teS que forman e l nuevo Es tado tratan de imple mentar sus
cana? ideas. En la Revolución fran cesa, 1<1 primera fue u na revo-
lución popular e n 1789 y también e n 1793, y la segunda
En con traste co n la situac ión de Rusia hoy, la Revo lu ción ocu rrió ya bajo el Terror revo lu ciona ri o: una revolu ció n
mex ica na sig ue ten iendo legitimidad . Eso se exp resa Illuy de arriba co n muchas víctimas. El segundo inte nto d e im-
simplemente e n los cambios de nombres: e n Ru sia, Lenin~ ple men ta r la revolución desde arriba e n Francia fue e l ré-
g rado cambió de nombre por Sa n Petersbu rgo, y todos los gi me n napo leónico.
no mbres de [os revo lu ciona rios rusos h an sido borrados de En Rusia hubo la revolución de ab~jo , la de marzo de
las ciudad es. Creo qu c hay todavía algu na me nción a St.a li n 1917 co ntra el zar, y hasta cierto punto la de octubre que tu-
en Go ri, dond c é l na ció, e n e l Cá ucaso, pe ro ahí termina el vo un apoyo de ma sas, por lo q ue Lenin hi zo la pa z co n
as unto. y aunque e l Partido Comunista de Rusia, que no es Alemania y d io la tier ra a los ca mpesin os ... Pero la revolu~
actua lm e nte muy ru e rte, d ice que es he redero de Sta lin , no ción "desde arri ba" fue la estalini ana que les quitó todos los
se puede dec ir q ue los revoluc io nari os ru sos sea n perso n a~ privilegios a los o bre ros, desarti cul ó la reforma agraria
jes muy populares. Cua ndo yo le he preguntado a emigrados crea nd o Jwijoses-comunidade s que no era n como los ej idos
ru sos: "¿qui é nes son sus héroes a hora?", a lgunos vue lven mexicanos si n o colecti vizac io nes impues tas por el gobier-
al za r y la mayoría aprec ia n a los ma riscales que d irigieron no- y sac rifi có a mill ones de pe rso nas, masacradas, man da-
la g ue rra co ntra Ale mania, co mo Zhúkov, que sig ue siendo das al g ulag, ejecutadas. En Ch in¡.l tenemos la Revolución
un perso müe sum ame nte popu la r. Cul tura l co n sus millon es de víc timas, tambi én implemen-
En México la Revo lu ció n sig ue ten ie ndo legi timid ad . tada desde arriba.
Nadi e ha ca mbiado la ave nida División de l Norte po r la En México tenemos un a gnlll di fe rencia co n la revo luci ón
ave nid a Victoriano Huerta. La Revo luci ó n sig ue in s piran ~ ca rde nista, qu e desde arriba impone e l ca mbi o sin mayo r
d o a g rupos popu lares qu e toman el nombre d e Zapata o derramam ie n to de sa ng re, si n te rro r revo lucionario. Sigue
d e Villa ; eso ya da id ea d e u na legitim idad mayor. Pe ro existie n do una oposición, y cuand o Cá rd e nas, e l dirigen-
tambi é n ha y o tro factor qu e le da u n matiz mu y di fe re nte te de la revo lución, termi na sus seis alios, a d iferencia de
a la Revo luc ió n mex icana: e l cardenismo. Para ex p licar un Stalin, d e Mao, de Len in, hace elecciones y se va de l pode r.
poco la d ifere n cia e ntre e l ca rden ismo y lo qu e pasó e n Eso es único: u n régime n ta l qu e impl e me nta refo rm as pro-
otras revo luciones, de bo decir que en casi todas las revo lu- fu ndas sin violencia, un régi me n revoluciona ri o qu e da li-
c io nes hay un pe ri odo que )/0 llamaría "la revolución de bertades ta les co mo las de C~\rde n as; es~o d ife re ncia de

324 325
Friedrich Ka!:!'.

todas las revolu cio nes. Y creo qu e en México la tradición cal'.. el' estoS obst<'iculos? Em pecemos con los vi\l istas y desp ués
denista sigue viva, sig ue siendo un modelo. :olveré a Vi ll a. Mi primera idea fue co nsidera r que e ra n va..
Finalmente hay otra di fe re ncia también e ntre Rusia y Mé.. 'os' Chi h uah ua era un estado donde había vacas y u na
que l , . , . .
xico. Co n todos los problemas que México tie ne aho ra, di- rall parte de la poblaclOll c naba an llna les. Enton ces me
ría q ue hay más democrac ia , m~ls libertad para la oposición ~use a estud iar si había precedel~tes ~e revo ll.¡cionarios va..
e n el México de ahora que en la Rusia de Puti n , don de los qlterOs , Yera n muy pocos ~n la hl s ~on a: e n As Ia est~ ban .105
pa rtidos de oposición ya n o cue nta n, do nde los gobernado .. vaqueros de Mongolia baJO Ge ngls Kan , pe ro ya !maglllo
res so n nomb rados por el pres idente. Así qu e am bos países los tilll la res: "Katz dice: Vi ll a, e l Gengis Ka n de l siglo xx".
siguiero n ca min os co mpl e tam ente d iferentes. Eso recorda ría aq ue ll o de que Zapata e ra e l "Atila de l su r".
En fin: los mongoles e ran a lgo muy d iferen te d e lo que ha-
FTiedrich Katz es aulor de una de las grandes biografias mexica- bía en el norte d e Méx ico.
nas, la de Pancho Villa, un libm donde el historiador de la servi- Luego exa min é a los cosacos; all í sí había mate ria de COIll~
dumbre agraria)' el hislmiador diPlomático que ltabia sido usted paració n . Los cosacos cu ltivaban la tier r~ pe ro a l m i sl~o
conflu)'en ante una le)'enda. ¿Qué d"[¡;cu.lt,ades encontró, como bió- tiempo tenían sus caball os y eran algo nomadas. Ademas.
graJo, ante Villa y sus l'res leye'ndas: la negra, la blanca '1 la épica? vivían e n la rronte ra y form aban colonias militares. Cuando
¿ Cómo lmnsitó usted la fivntera, que a los antiguos griegos y a los mi ré al norte d e Méx ico, e nco ntré más se mejan zas; e ncon ..
historiadoms alemanes del siglo XIX les jJaTecía tan elam, entre tré qu e, por c:;:jemp lo, e l ce ntro de la Revolución e n Chihua-
la historia y la biografia? ¿ fhl)l, finalmente, un Pancho Villa en hua fue el distrito Gue rre ro , y e n e l distrito Gue rrero en e l
sus sueños, en su memoria corno biógrafo e hislm'lrulor? siglo XVIII , co mo tambié n e n otras par tes del estado, la Co ..
rOll a estableció colonias m ilitares para lu char contra los
Las difi c ultades era n eno rm es po rque, en contraste con Ca- apaches y los co man ches. Esos colonos subsisti ero n ; les die-
rran za y co n Cá rdenas, Villa n o d c:;: jó archivo. Había u na ron privilegios, ti er ras, ar mas - lo que se prohibió completa..
tremenda ca nti dad de leye ndas, a l pro pio Vi ll a le g ustaba me nte a los ca mpesin os d el su r. La ca ntidad de ti erras que
hacer leyendas sobre sí mismo. Pero la p regu llta qu e me esos colonos te nían era considerable y formaba n una espe..
parec ió m ~ls importante e ra qui én es e ran los vill istas y de de de clase media ca mpesina. Con tinuaron lucha ndo contra
dónde venían . En todos los libros se enc ue ntra u no co n los los apaches durante todo el tie mpo de la p rim e ra Repúbli ..
vill istas h e ro icos; algu nos dicen que fu ero n como Vi ll a, an .. ca, de la ana rqu ía, de la Rep úbl ica Restaurada, hasta que
tiguos ba ndid os, otros hablan de que era n vaq ueros o tipos bajo Porfir io Díaz termin ó la g uerra apache. En ese mo ..
fronteri zos bastan te ma rginados. Esto para mí era u n p roble .. mento el Estado ya no los necesitaba.
ma fundam e n ta l y a llí ligo biografTa e histo ria. ¿Có mo ven .. Por otra parte. el mismo ailo e n que fU-SL0n ve ncidos los

326 :127
Friedrich K;-l.lz

apaches, en 1884, co n la derrOla de Ge rónimo en Es tados Pero la. versión de J3auclU! Alcalde es la que 1tsauí, MaTtín L uis
Un idos, se estableció la primera línea ferroviaria en tre Mé. OI /'Zlll,án.
xico y Estados Unidos, y e ntre e l norte d e México y la capi.
ta l. El resultado fue qu e aume n tó tremendamente el valor Exactamen te. Él usa a Bauche Alca lde de man era muy inte re·
de la tie rra, los hacendados e mpezaro n a cultivar ti er ras san le. Martín Luis Guzmán de n ingu na rnan era ni ega habe r
que antes no habían culLi vado. Y em pezó un a ola de exprQ. utili zad o las Memorias y de hec ho e n los co ntratos qu e fir-
piaciones e n esos pueblos. Cuando res isti e ro n , les quitaron mó Guzmá n para el li bro de Vi lla se ve que cedió una parte
el instr um e nto para pro tes tar, su a u tonom ía muni cipal, y de las regalías a Nellie Campobello, qu e le había proporcio·
les imp us ie ron a los jefes políticos que a su vez im p usie ro n nado el libro de Bauche Alcalde. Pe ro, y ésa es una d e las
a sus propi os ho mbres co mo caciques y como pres identes cosas in teresan tes de Guzmán , o mi te todas las referencias de
m uni cipales. Esos colonos m il itares so n , para mí, la base de Villa a cuestiones ideológicas: para é l Vi lla no pudo te ne r
la Revolución e n Chi huah ua, y e n menor escala tam bién en ideología.
Durango. Y lo que me con ve nció aú n más fu e la lectu ra de Yo leí las en trevistas con todas las perso nas qu e trab~a­
dos entrevistas: una que le d io Vi ll a a J o hn Reeel, en que ron con Vi ll a. Muchos dt:;jaron memorias. Por ej e mplo uno
desc ri be su sue íi o de q ue al ll ega r la paz todos sus hombres de sus secretarios, no me acue rdo e l n ombre, publicó un
se irán a viv ir e n colonias milita res, donde se e n trenarían li bro b~jó el pse udón imo de ':Juve nal" e n 1916, qu e descr i-
para defe nd er a la patria d ura n te tres cuartas partes d el bía muchos aspec tos desconocidos de l pe rson ~j e. Otro , qu e
tie mpo y e l resto se ded ica rían a cultiva r la ti e rra. Yotra, una fu e secreta ri o de Made ro y de Villa, tambi é n dejó memo·
e n trevista similar q ue dio Villa a un enviado de Woodrow ri as; es to ya es muy interesa nte, porque se ve a Villa desde
Wilso n co n e l que tuvo conversaciones e n 191 5. otro l'íng ulo.
As í que Villa as um ió esa vieja trad ició n norte iia d e las y después encontré pa peles de mucha ge nte que se escri·
colonias m il ita res, y así pude sa be r qui é n es e ran los villis· bió con Vi lla, por ejemplo Silvestre Terrazas, e l secretario de
tas, lo cua l me p uso en d isposició n de averiguar finalmente Estado de Villa. En esa cor responde nci a y en las memorias
qu ié n e ra Villa. El problema e ra e ntonces de dó nde sacar la del pro pio Terrazas se ve n mu chos aspectos del pe rso n ~e .
méd ul a h istórica de un personaje que no dc::;jó m em o rias ... Por el contrari o, las memo rias de sus difere ntes esposas ti c·
Estaban las en trevistas co nced idas por Vi ll a, y las llamadas ne n un va lor li mitado: lo mu es tran como es poso, pero Villa
Mem01ias de Villa tambi én, au nque las M emmias fueron re· no tomaba en se ri o a las mlu eres y no hab laba con e ll as. Lo
dactadas después por Man ue l Bauche AJcald e y no es claro que ayud ó eno rmeme n te fueron los in fo rmes d e los diplo·
lo que e ra de Villa y lo que e ra de Bauche Alcald e. máti cos qu e lo conocie ron y de los se rvicios secre tos, qu e a
veces te n ían a sus age n tes cerca d e Vi ll a infor mantes bas·

328 329
Fricdric h K;'\ I /.

tante bue nos, obje tivos. Tomando todo es lo e n su cO I~junto en/e es un hombre de buena !'Jlu'nlo. i'vlás al/.rí d(:l1'i-
Ustec,t ji/,'11 "l",
" "" , ' . . ~ .
pude tener una mejor idea de l pe rso n'li e . - 1 {edual), docwnenl.al, sus bbros .\'e leen m:u)' bien. I!.llusl.o-
gorm e , . ..
Es obvio que Villa cambió: para ciertos pe ri odos había _ 1 (!s un escril.01: ¿ Cuáles son los c/.aSlCOS de la IllStorw
nat 01-lllllbién
,¿ , •
fue ntes muy nutridas, como las que cubren a l Villa revo lucio_ 01'1lwron ? ¿ Los lexl.os de Marx, los de R(mlte, Los de Mzdw-
que o I ji . " . ' :
nario, de 1910 a 1915, mi e ntras qu e escasean las referencias , Usted ad'lltzm much.o a /\llm'lln Lws Guzma.n como el novebs~
para e l periodo en tre 19 15 y 19 18. Otro de los revolu cio na_ M- - Imiado/" l¡Ue salvó mucho de La 'IIleIl101"ut - de "vZtia. ¿ Q'ue OlfOS
ta~ Ius _
rios que anduvi eron con él y que escribió sus memorias y} eventualmente, lo acomjmnamn,
nove/s .,,,, lo
1- 1','- , ),formaron
, . de ma-
cue n ta las sa lv~jadas que co metió Villa como g uer rillero. En- neta e),.."IJlícil.a o imjJlicila, al escribir su Pan cho Vi lla ?
tre 19 10 y .l 9J4 nunca obligó a nadie a entrar a la Divisió n
del Norte, eran vol un ta ri os; pero de 19 J 5 a 19 18, en la época Entre los historiadores, Ma rx, pero sob re todo Engels. La
g'uerrill era, co n la ge nle ya ca nsada de luchar y derrotada, lerra cmnjJeSÚUl en Alema.nia, de Enge ls, me inspiró bastan-

te. ~a'llbién
Vi lla los obl igaba a entrar a su c::;j é rcito. Tomaba re presa li as gt como h istoriado r modern o Eric Hobsbawm;
1<
con tra las famil ias de quie nes se opon ía n a co mbatir co n él. soy amigo de é l, es a ustria co co mo yo y sus. o bras me hal.1
Me ayudaron muc ho los datos de inteligencia que reco- inspirado profundamente. En cuanto a la literatura mexl-
gió la ex pedició n de Pershi ng, cuyos agen tes e ntrevistaron
ca " "a las ob ras d e Martín Luis Guz mán o Ca rl os Fuentes:
a mu cha gen te: ex vi ll istas, soldados ca pturados ... Ellos nos Artemio Cn¡,z es u n libro qu e encuen tro mu y bueno para te-
ofrecen el aspecto nega ti vo de Vi lla. Ta mbién los espaúoles ner una idea d e la Revo lución. Y d es pués, esc ri tores qu e
ma nda ron a lg un a gente con é l en J914 y 19 ] 5, p ues espe- escribieron sobre otras revol uciones, por e::jemplo MUaíl
raba n que Vi ll a d evolvie ra sus prop iedad es a los es pailoles. Shólqjov, el escr itor soviético q ue escribió un libro so bre
y los ale manes tenía n age m es con Villa. los cosacos, El Don apacible. Esa nove la me hi zo pe nsar mu-
cho sobre Villa, porque los cosacos de El Don ajJacible era n
¿ y el frmtaslIla de Pancho Villa? fro nte ri zos que también h abían luchado por sus privile-
gios. Y Aleksé i Tolstói, no e l gran To lstói, sino su desce n-
Se me apa rece. Se me aparece no sólo a mí sino a mi espo- d ien te, que escribi ó sobre la Revo lu ció n rusa. Y desp ués
sa, que recuerda qu e cada vez qu e íbamos de vacacio nes algo que pro bablemente nad ie conoce hoy, q ue leí d e ni-
éram os tres: e ll a, yo y Panch o Vi ll a, porque seguía trab~ti a n­ ¡10: las nove las francesas de d os escritores a lsacianos q ue
do so bre Villa. No era demas iado raro e ncontra rme e n una escri bía n juntos y fir maban Erckm an n-Chatrian , a utores
conversació n con Vi lla , e n la cual me decía: "Esta preg unta de histo ri as sobre Napo león y sob re la revo lución de ] 789.
es imbéc il, lo vaya fusi lar". Se me aparece co n basta n te Toda esa mezcla me ayudó m ucho e n la h isto ri ografía, sin
frecue ncia en mis sueilos también. olvida r a autores como Mich elet.

330 33 1
s

XIII. El Leviatán de papel según


Atan Knight

AJa n Kn ig ht nos co nduce co n toda na tu ra lidad a su d espa-


cho, bie n ilu minado por la tarde, e n el Ce n tro de Estudios
Lati noamerica nos de la Un iversidad de Oxford. En é l h u-
bi era sido impos ible film a r la e ntrev ista dacia la me tódi-
ca ca ntidad de lib ros, papeles y ex ped ientes d ispuestos e n
mo nton es m¡is o me nos simétricos a lo la rgo de toda la ha-
bitación. Es como si e n ell a cup ie ra mate rialme nte lo m uch í-
simo que sa be Knight (1946) sobre la Revo lución mexicana
y so bre algu nos otros perio dos d e nu estra h isto ri a. Su h isto-
ria de la Revolució n mexicana, pu bli cada e n in glés en 1986
ye n es pañol e n 1996, acaba de se r ree di tada po r el Fondo
de Cultura Económica (201 1). Equivale qui zá, por su am-
plitud minuc iosa, a la escrita por Frank Ta nn e nbau m e n la
primera mitad de l siglo xx .
Kni gh t -e n otra oficina- contesta rá pido a mi s p regu n-
tas, co mo si tuvie ra prisa de vo lve r a sus as un tos , lo cua l le
da a la e ntrev ista cie rta elocue nc ia periodística qu e no ha-
bía a pa recido e n las o tras conversacion es reali zadas pa ra
Lel:ras Liúres e n este a li o de an iversar ios. T ie ne K.ni g ht, ade-
más, ese trato fác il y ca ma rade ril pro pio d e la ge neración
del 68, la que co rresponde a mis herman os mayores, de ta l
for ma que el tuteo se impo ne na tura lme nte.
Ad mirado po r sus a lumnos (ha sido profeso r en Essex,
San Diego, Aus tin , Cambridge) por su ~or ico noclas ta ,

333
Alan Knight

Kni g h t. I~~ les teme a los lugares co mun es a utorizad os por este inglés, g ran conocedor d e las hi storias revol uciona~
la tracliclOn y ha co mbatido, é l mismo co nvertido precoz~ rías esc ritas desde tiempos de CrOl1l\vell (es Kni g hl. qui e n
mente e n un hi storiado r clásico, lo q ue en tér min os gene~ me rec uerda que la pr ime ra cabeza de rey co rtada fue la de
rales puede ll ama rse e l "revisionisrno" e n la ma te ria de la Carlos I en 1649), vea co n m uc ha co nside rac ió n al Es tad o
Revo lu ción mex icana. No le gusta nada e l es tad o e n q ue de la Revo lución mexica na. Lo exa mina b~-u o la h ipótesis de
qu edó, g racias a la sospec ha mc todo lógica, la Revolución un "Levia t¡.Ín de pape l", es d ec ir, como un Estado qu e siem-
fran cesa , co nvertida, de bido a la revisió n d e los a i;os sese n ~ pre pro metió muc ho más de lo qu e podía da r, e n tér min os
ta y sete n ta, en una caótica sucesión de episodios in conexos de justi cia social, }' qu e simul ó un poder amenazan te d el
y arbitrarios, despoj ada de su orde n hi stórico y de todo se n ~ que pro bable me nte ca recía, tal cua l lo ha expli cado recien~
tielo sociológico. Intuyó Knig ht que la Revolu ción mexicana teme nte e l historiador brit.:l n ico e n los foros acad é mi cos
podía sufrir un destino simi lar y se atrevió a reivindicarla, a donde su p rese ncia sue le se r e l pla to fu erte. No es que la
co ntra co rri e nte de la con tracorri en te, co mo una revo lu ció n Revo lución mexicana no haya ex istido , como suponen, pe-
ag raria , nac ionalista y popular. Si "rcvolución " es sólo aque- riodísticamc m e, a lg un os es tudi osos. Oc urre qu e su mito~
Jl a que modifica los an tes ll a mados "modos de prod ucción", logía sigue cumpl ie nd o su misió n de defo rmar lo que fue y,
tambi én la Revolució n fran cesa hubie ra sido, solamente, una co ntra la o ri ginal volun tad mitif"icadora, ha acabado, paradó-
"gran rebel ión". Ell o no qu ie re decir que Kni g ht - qui e n no jicamente, po r di sminuirla. Esta e ntrevista , quizá, les da rá
se asu me co mo ma rx ista- apele a la ideol ogía para d efini r artill ería a qui e nes di scuten actualm e nte qué ta n b Jlid o es
la guerra civi l: pocos han estudiad o con tanto deta ll e las el Es tado mex icano. Kni gh t, co n d isc reción , sabe qu e la his-
di stintas olas d e que se comp uso la Revo luc ión, para utili zar toria sie mpre es un problema del presen te. DUo ha ce tie m-
la me táfora oceáni ca usada por Tann enbaum y qu e Knig ht po e l historiador qu e, si la Revolución m ex ica na muri ó, e llo
ciw ulla y otra vez. no quiere decir que no se conserve algo de su mate ri al ge-
Que "la gigantesca mOllulI;a revo lucion a ri a de 1910" ha- nético en e l cue rpo de Méx ico.\!
ya procreado a l "ratoncito políLico de 1920" no le quita a la Si AJan Kn ig ht tuvie ra un escudo de a nTIas, estaría re p re~
Revo lución su natural eza revo lu cionaria, d ice Knigh t. Que se ntado por un a poderosa lupa y u n rompecabezas al fin
la Revo luc ión haya defra udad o a qui enes d ie ron la vida por res uelto.
e lla, y resu lte sos pec hosa pa ra sus nietos y bisni e tos, forma
lOa historiográl-ico: Ala n Knight y.John Womack frente al carácter de la
parte d e la historia de la violencia, seglll1 Jo asume Kni g ht,
revolución", en www.unpocodchisLOri a.coll1.
lector d e T homas I~lobb es y d e Georges Sore!. 1Y no es qu e 2 Alan Knight, "Fran k Tanncnballlll}' la Revol ución mexicana", Es,"udios
1 Un bue n resumcn d c la po.~iciótl d e Kn iglH puede C; 11COlHrarse e n de /-lis/oria Moderna)' Co/)Iem/Joránra de México, vol. 19, n . 245, traducción
e l trab~o de Ll.Iciana Anapios, "La Revolución mexicana como proble~ de María Vi nós, Un ive rsidad Nacional AutÓnoma.de México, 2006.

335
334
Alan Knight

Dices en The Colon ial Era (2002), e/segundo lomo de tu Histo- ecas llegó a ser de escala industrial. Hay que tomar e n
ria gene ra l de México, qu(' la historia de México es inusl.lalmen. l nta la tesis de que e l sacri f'i cio respondía a la falla de
cue
te lmga, romo la de GnJcia, lLalia, China o lrán. ¿Nos fJUedes rOleína, si n duda, pero yo concluyo que ése no fue el meo-
narrar cómo has transitado desde la historia de la Revolución ~o del asu nto , como ta mpoco lo es la tesis idealista de que
mexicana, en la cual has destacado como u.no de los intéytJreles los aztecas quería n ,~utrir o satisfacer a los dioses para man-
imlJrescindibles, hasta una historia general? te ne r el uni verso. Esa es o tra interpretación vá lida pero
muy parcial. Es im pona nte LOmar e n cuen ta la natura leza
Ambos proyectos me fuero n suger idos, de tal fo nn a qu e los del impe riali smo azteca y qu e e l sac rific io fue una man e-
e mpecé sin tomar en cue nta el trabajo que necesi ta ba n. En ra de impresionar a sus propios súbditos y de aterrorizar a
cua nto a la J-/istoriageneml de México, mi interés era profun _ sus enemigos. De be n conside rarse todas las posibles inte r-
d iza r e n el M ~xico a n te ri or a la Revolución. Obviamente pretaciones sin in cu rrir e njui cios mora les, tratando de e n-
es dife re ntc a La. l?evolución mexicana, qu e es una in ves tiga_ ten der el caso az teca desde una óp ti ca co mparativa, racio nal
ción de arc hi vo, de tall ada, más original e n cie rLO se ntid o, y científica. Sólo así ava nza poco a poco la hi sto ria.
mi e ntras que mis li bros sobre la época pre hi spánica y colo-
nia l so n obras ele síntes is, interpretaciones de la rgo plazo. Como estudioso de las formaciones estatales, de su fuerza y de sus
lim.itaciones, has hablado de dos maneras de hacer el Estado, (le
¿ Qué es lo que m.ás te impresiona de la Conquista? ¿ La pel'sonali. organizarlo, en el mundo hispánico, de dos estilos: el de los /-1 abs-
dad de Moctezuuw o la de Cortés, la alianza de los jJueblos 1ivales burgo y el de los Borbones. ¿Podrías exJJlicarnos, someramente, qué
de los aztecas contra 7fmoc/tlitlan, el patJel de la Malinche, el ho- caracteriza a uno y otro, y cómo estas maneras aparecieron J' de-
nvr de los españoles ante los sacrificios humanos, que tú IJOnderas saparecieron en la IndeJJcndencia)' a lo la-rgo del siglo XiX?
hablando de la tesis que los alribu.."e a la necesidad que tenían los
az/eeas de !Jlvleín.a animal? La idea surgió a ra íz de mi investigación de l pe riodo co-
lonia l y de co mpara r sus dos ca pítulos din ásticos, el ele los
Q ui zá sea un poco m ~ls Eki l hacer una síntes is si llllO no es Habsburgo y e l d e los Ba rbones. Con los Habsburgo te-
un ex pe rto e n e l pe ri odo, puesto que se ti e ne me nos mi edo ne mos un Estado bastante dé bil y mod es to. Aunque tras la
a equi vocarse. La cues tión no es d e juicios mo rales. En Conquista había mu cha viole ncia, y pese a las rebe li o nes y
cuanto a l sacrificio humano: mi gra n in terrogación es sa be r protestas de los p ue blos, di gamos qu e e n el siglo XVII apa-
por qué e n la sociedad az teca llegó a ser un fe nóm eno tan rece un Estado basta nte seguro. Salvo en las fronteras del
e norm e. El sacrificio hum a no ha ex istido en muchís imas no rte, es basta nte fue rLe: co n mucha segu ri dad y legi timi-
sociedades, incluso c n In glaterra, pero e n e l caso d e los az~ dad , gob ie rna co n e l a poyo de la I g l cs i ~ on un a suerte de

336 337
$

Aran KniglH

hegemo nía sag rada sin el apoyo de un ejército regu lar. Con
tal1 Pode roso co mo e l mex icano ha y qu e di stin g uir e ntre lo
los Barbones ten e mos un Estado de otra índo le, aún más habsb úrgu ico Y lo bo rbó ni co. EslO no qu ie re dec ir que por
fue n e, más cen tra lizado, con una recaudación fi scal mu cho se r m¡ís mod esto un Estado es me nos fuerte o ti e ne me nos
mayo r, la necesa ria para co mpetir co n las otras pote ncias autoridad.
imperia listas e n e l mundo. Pe ro ese Estado p rovocó muchí·
sima más res iste ncia, C0l110 cuando ocurrió la ex pulsi ón de Qu.izás una de las wmcterístiws esenciales de La Revo lución
los jesuitas. Fue hasta fines d e l periodo, con la insurge ncia mexi cana sea la. noción IJolisémica que ofreces del concepto de re-
de Hida lgo e n 1810, cuando nos enco ntramos con un Estado volución , que se aleja tanto de las simlJlijicaciones marxistas
que está perdie ndo su legitim idad deb ido a su pol íti ca de como de las camclmiwci01U!.\' jJro/mcsl.rts IJor las lemias de la uwder-
ce ntrali zac ión , a la violenc ia de su reca udación d e impues· nizaúón. ¿Po(úi as ofrecernos una pequeña -rejlexión de cóm.o se
tos. Hay una frase d e David Bradin g que resum e muy bi e n manifestaron ante ti las revoluciones JI su historia? ¿A ntes de la
la dife re nci a: di ce que los Habsburgo gobe rnaban g rac ias a Revoll.l.ción mexicana. esl.udiaste, com/)(lmlivmllenle, la Revolución
los sace rdo tes}' los Barbon es gracias a los so ldados. francesa)' la. Revolución 1'llsa. o fue al1"evés? ¿ Tu C'llTlosidad nació
Yo creo que cau te losamente se pueden ut ili zar estos dos de las g randi:5 visiones, de las ieor/as de la histori.a () a. través de lo
modelos. No es una g ran te oría de cie nc ia política, sólo ImrÚcu/a.r, de lo em/JÍri.co?
una ma nera d e e ntende r u n poco la h istoria de los regíme-
nes mex icanos. Tomando el caso d el Estado pri ista de la En cie rto se n tido e l modelo clave es la Revol ució n fra ncesa,
d écada de los cillc ue nta , la edad de o ro del priismo , diría no sin toma r e n cuenta que tambi én tuvimos un a Revo lu-
qu e fu e un Es tado con ciertos rasgos habsbúrg u icos e n e l ción in g lesa un siglo antes: aq uí lambi é n le corta ron la
se ntido de que el régim e n de l PRI , durante los gobie rn os d e cabeza al rey. Antes de ocuparme d e México yo había estu-
Rui z Co r tines y d e López Matea s, e ra bastante modesto , d iado historia e n ge neral e h isto ria de Amér ica La tina e n
co n num erosos pactos soc ia les con los sindicatos, con los particu lar, y los casos de las revo luciones rusa, c h ina y fran -
campesin os, incluso co n la burguesía. Su gasto fe de ral , por cesa e n me no r medida. Ten ía ciertas ideas acerca de las re-
eje mpl o, era reducido. Si se obse rva e l PRI poste rior, el de vo luciones c uando com encé, no una teoría, y hoy e n día
los ailos sete nta , co n Ech eve r ría y López Po rtillo , ento n ces tampoco tengo una teoría d e la h istor ia universal , es d ec ir,
te ne mos un Estado co n más ambicio n es al est il o borbóni- no me co nsid e ro ma rxista , au nque haya cie rtos rasgos mar-
co: con un gasto co nsiderable, proyectos muy ambi ciosos, xistas en mi análisi s, co mo los hay en muchos histor iadores
pe ro al mismo ti e mpo minado por c ierta falta de legitim i- de mi ge neración, form ados en los a ilos sese nta y se te n ta.
dad man ifi esta en los movimie n tos cívicos y e n la protesta Es importa nte es tudiar a México rea li za ndo cie rtas com pa-
estud ia ntil. Mi co nclusión se ría que cua ndo un Estado es rac iones con otros casos, pe ro insisto en~e no hay leyes de

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Alan Kn iglll

la hi sto ri a. Esto mc rec uerda lo q ue dijo e l poeta Kipl ing: la r ni prog res ista n i agnlria. Hablo de mi propi o g re mi o de
.. Wlwt Imows he o/ England who only Euglll1ul knows"", "¿Qué hisLOriadores, ~lunque haya otras pe rspecti vas desde e l mun-
co noce de Inglaterra (l<luel qu e sólo Inglate rra conoce?" do de la política o de la gen te misma. Es d ifícil sa be r lo qu e
Por o tra parte, hay un a cOITien te I-evisionista que le ni e- la opinión pllblica actua l pie nsa sobre la Revoluc ió n. Como
ga la catego ría de "revo luc ió n" a la Revoluc ión mex ica na. historiador, creo qu e !.Odo e l mund o acepta hoy que la Re-
Estos h istoriado rcs lo hace n así porque no e ntie nd en muy volució n no fue tan monolíti ca: fuero n muchas revolucio nes,
bie n las dcm <:ís revo luciones; a veces di cen qu e nada más la con impo rtan tes d ife re ncias regio nal es. Nues tro conocimien-
revolució n socia lista-comunista al estil o ruso o chin o es ve r- to de l as ulllO es tá 1l1,ís ma tizado. Incluso si un o lee lo que
dade ra. A mi modo d e ver, la mex icana fue un a re volució n es tá apareciendo ho)' co n c l ce nte nario)' lo co mpa ra con lo
e n cuanto a la natu ra leza d e l ca mbio, a l derroca mi e nto d el qu e sa lió hace cin cuc nta ,1I1 0S o bse rvad una d iferencia n o-
An ti guo Régime n. Toda la tra)'ecto ria social y política de la tabl e. Ya no ha)' libros co mo 50 mi,os de I?evolución, ta n com-
Revo lu ció n mex ica na merece la etique ta d e "revo lució n", placie n tes, di ciendo qu e la Rcvolució n fue ta n bue na, tan
a unque de la misma man e ra que la fl-ancesa, ta mpoco fu e positiva, tan co nse nsua l.
com uni sta.
Los cincuenta a'ños de felicidad mexicana.
Leyendo eljJrólogo de La Revolución mex icana entiendo que era
lógico que la generación a la cual le tocó el Prialo en su esPlendor Mi interpre tación era un poco 111,1S co nservad ora, antirrevi-
desjJótico lo invirtiera lodo en desmitificar la Revolución mexica· sion ista e n el se ntido d e que yo creo todavía que la Revolu-
na. Tras la denvltl, del PIU en el año 2000, en la ojJinión ¡Jeriodís- ció n sí tuvo un fue rte a poyo pop ula r, a veces por razones
Üca se mdicalizó ese sentimiento: la Revolución mexicana no sólo agrarias, a veces po r razones más políticas, de mocrá ti cas.
había sido algo que "cambió todo pam no ca1Jlbill1· nada n, sino Fue un d esafío fu e rte al An tig uo Régime n , hubo un c ho-
"un pais " o un ''jJtlsado n que quizá no existió, u.na invención com- qu e de difere ntes pe rspecti vas po líticas, de inte reses socia-
¡Jleta de un régimen derrotado lms setenta )l un años de dominio. les y, de vez en cua ndo , d e g rupos é tni cos. Fue por tanto un
En el 2010, ¿qué impera: ese negacionismo o una ola nD.\'lálgiw? ca mbio mu y rad ica l e n la historia d e Méx ico. Fue una revo-
¿ Qué Hevol'lU,:ión mexicana ¡Juede conrnemorane? lució n . Rec hazo la idea de qu e fue u na revo lución qu e
"cambió todo para no ca mbiar nada", co mo en el céle bre
Durante casi !.Oda m i vicia acadé m ica como histo riador d e di cho de Lampedusa. Cla ram en te rechazo la idea de Maca ri o
México m e ha tocado conocer corrientes revisionistas, y ne- Schettino d e que qui ú la Revo lución mex icana nunca exis-
gaci o ni stas si se qui ere, qu e e nfatizan el hecho de qu e la tió; es una buena frase. Él co me nzó su li bro con e ll a, pe ro
Revo lu ció n n o fu e, co rno e l discurso oficial decía, ni pop u- no c reo que rea lme n tc pie nse así, qui z~s un ga ncho pa-

340 34 1
Ajan Kn ig h t

ra inte resar a l lec tor. Lo que é l qu iere decir, creo yo, es qu e Se han uLili zado mu chos ac!ietivos: revolución inLervenida,
había un miLO de la Revo luc ión establecido po r e l régimen ; interrumpida, parcial... Q Ui Zéí habría que pensar e n un a re-
é l di ce: "con Cá rde nas la Revo luci ó n fue establ ec ida co mo volució n sin acljeLivos. O bvia me nte no fue u na revolución
mito". Sí, e n cie n o sen tid o Li e ne razón: el ,-égimen se miti- com unista , au nqu e había cienas co rri e ntes socia listas den-
fi có, co mo muchos otros regím e nes revoluc io narios, pe ro u-o de la Revo lució n mexiollla. Fue en cieno se ntido una
eso no qui e re dec ir qu e no haya habido un a rea l revolllción revolución naciona lista q ue pasó po r un periodo de con·
social y po lítica. Los historiado res sabe mos (Iu e an tes d el f1icLO , de gue rra civil, pa ra ll egar desp ués a un régimc n que
mi LO hubo u na realidad . Tratamos d e inves ti gar la realidad tanto política co mo social y eco nómi ca me nte era difere n te
y d e se pa ra rl a del mito , porque e l mito es o tra cosa. El he· al Po rfi rialo.
cho de qu e Cá rd e nas o e l PRl hi cie ra n d isc u rsos ace rca de Mi di scre pa ncia es con Gue rra, no ta n lo co n Meyer, po r-
la Revolución co mo mi to no qui ere decir que LOd o lo qu e q ue la g ra n o bra de Meye !' es La Cris/.tada, co n la qu e yo
d ij e ro n fu e ra e rró neo y qu e nu nca h ubi e ra hab ido un a re- discre po e n alg'o au nqu e é l ha ma ti zado cie n os as pectos re·
vo lució n . Hubo II na revo lució n y hubo un m ito ta mbi é n , cientem e n tc_ Con Gue rra sí h ubo discre pa ncias gnlves e in-
renómeno hi stóri co qu e pode mos tratar d e desag rega r y cluso un deba te e n una revista es tado unid ense. Gue rra era
e nte nd e r. muy erudito, una pe rso na bie n preparada pero qu e trató de
imponer u n mode lo fra ncés a Méx ico, d icie ndo qu e como
Digamos que tú. estaJÍas por separar la hislOlia del milo, es deci1; lo en la Revolución fran cesa había ha bido un de rrocam ie nto
que antes se llamaba "la legitimidad ideológica" que un rutado del Anliguo Régime n po r medio de un a revo lució n, un cam-
necesita crear ¡mm subsistil; un fenómeno muy proPio de las revo-. bio rápido y violen to de un Es tado y un a sociedad u-adiciona-
luciones, del esludio 1J1vjJimllenle dicho de lo que OC11:rJia en el1mÍJ. les a una sociedad mi:ís mod e rn a, tenía que haber por fuerz.:'1
Ya casi lo conteslaste lodo, pero yo insistiría en saber cuáles fueron algo similar e n México. En efecto, la Revo lu ció n fra n cesa
los 1J!Ullos esenciales de lUjJOlémü;a con los 1'f!Uisionistas, con I';·(ul~oi.\·. introdlÜo una n ueva política co n nuevas asociacio nes mo·
Xavier Guerm ( Méx ico: dd Antiguo Régime n a la Revolució n dern as, pe ro es muy d ifíci l deci r qu e la trayec to ria política e
a!Jareció casi a/. -miS1f1O tiem1Jo que tu libro, a mediados de los a'ños histó ri ca d e Méx ico haya sido ig ual , precisa men te porq ue
ochenta), o can j ean Meyer')' otros histmiadores que considemba:n el An ti g uo Régim e n Jl1exicano fue el Po rf-iri ato, un régim e n
que, ¡JOr su. /rjrmírt dd modelo leninisla y soviético, la Nevolución qu e por sus oríge nes, libe rales y d esp ués positivistas, por ser
mexicana (1m una 1"(,'Volución abortada, inlerTurnpida. () de .wtgun· auto ritari o pero no mo ná rquico n i sagrado , e ra muy direre n·
da calegOlia, encasillada en eufemismos emno el de "17!Volución d¿J.. te del Antiguo Régimen rran cés. Es difícil sostener ta mbi é n
mocráticrt burguesa. ". q ue los revol ucio na ri os mex iGl nos, made ristas o magon istas,
eran inn ovadores e n e l sentido político; ~ clu bes mad eris·

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Alan Knight

tas, los grupos de artesanos o los círcu los po líticos qu e se Como h i stori adOl~ la historia mc a trae de dos ma neras d istin·
o p usie ron a l régime n de Díaz no fu e ron , e n rea lidad, t.:1. n taSo Est,l, por u na pane, la h istori a en cie no sen tido cie ntí-
novedosos. Es decir, había un a larga u'ad ició n de moviliza· fi ca, aq ll e lla qu e nos perm ite arma r expl icacio nes racio nales
ción política dcsde la Ind epende ncia. Los maso nes so n otro conforme a datos e mpíricos, a rmar hipótesis. etcétera. Pe ro ,
eje mp lo que Guerra enl"atizó, pero los masones estuviero n por otro lado, ex iste una atracc ió n d isti n ta hacia los perso--
p rese ntes d esde los aiios ve in te}' u'einLa del siglo XIX. Hay n ~ es, lo s acon teci mie ntos y ILls traged ias; no es exactamente
u na frase de Ana Lo kureva qu e d ice q ue la Revo lució n mex i· una atracción li teraria pe ro tiene más qu e ver con la h isto--
can a co mi e nza co n u n ll amamie n to al pasado, es decir, co n ria narrativa.
Mad e ro y otros dici e ndo: "Va mos a rei nsti tui r el antig uo libe· En cua n to a los pe rso m~ cs , yo no me co nside ro bióg ra-
ralism o d e .Iuárcz". Ab unda la invocació n a .I u¡;írez y a la Fo. Estoy trab<~j ando actu a lme nte un estudio d e l Méx ico
Constitució n d e [857 e n el made rismo. En Méx ico la Revo· de los arios treinta , pe ro no es un a biografía de Cá rd enas,
lució n co m ie nza co n una suerte de resta urac ió n de l a nt.i guo pues pre fi ero e nfocarme e n cie r tas te nde n cias socia les y
libe ra lismo en con tra de l au toritarismo positi vista de Día z. políticas. En e l viej o deba te e ntre los g ra nd es hom bres (y Itl S
Después aparecen nu evas cor rientes, co mo e l za paLismo, e l g randes muj e res tambi én) y las fu e rzas sociales generales,
ag,'arismo o el ca rd e n ismo, y la Revolución co bra más fue r· me inclino m ás por estas (¡) timas. Es verdad q u e los indi-
za con las g ra nd es refo rmas socia les y eco nóm iGls. Creo, en· viduos tie n en bastante peso. Irnpona, po r c.: je m plo , e l ca-
LOnces, qu e el mode lo de Guerra es muy equi vocado, a unq ue rácter de Díaz, que fue un estad ist.a muy su til cuyo régime n
hay que agregar que e l li bro es bueno en alg unos otros sen· pe rdió al fi nal ca pac idad de bido a la edad d e l propio D iaz.
tidos, tie ne mucha información bue na, po r <:je mp lo, so bre Hubiera sido pos ible q ue DÍ<:lz man ip ulara su sucesió n con
las redes de poder trad icionales del régi me n porfirista. más ti no nombrando a Be rn ardo Reyes co mo su sucesor.
Pe ro se resistió , no que ría instilUc ionali za r su régim en y
La Revo luc ión mex ica na, además de la inquietud que causó por tanto vino la Revo lució n q ue qu izás, usa ndo una h ipó·
como una nueva inlmln-elacióll, es 'Un libro muy logrado de historia tesis tota lme nte co ntraF,íctica , h ubiera sido posi ble ev itar o
nmntliva. Deut'lleslras que no hay ninguna contradicción entre la min imi zar. Habi e nd o go be rn ado Díaz co n bas tan te ti no e
hislmia seria)' la Itislmia narrada. Me gustada que lutblams un in te lige ncia d u rante m uc hos aiios, a l fi n fa ll ó po r culpa de
floco de los jJersmu~ies hislóticos con los que te has topado. ¿/::n qué su ca rác te r.
tJiensas c1.wndo tJiensas 1m Pmjili o Diaz, o qué te ocurre con M(u/e· Madero e ra una pe rso na bastan te since ra, idealis ta , inca-
m? ¿ Qué le dicen ZajJata, Villa, C(¡,Tranza? Quizá, dado que La paz d e sobrevivi r e n un ambien te hos til, e n aque l fu ego
Revolució n mex ica na rtjJm-eció !tare más de veinte afws, eslos cr uzado e ntre los za pa listas y los o rozqu istas, por un lado,)'
fanlcts1llas se han movido de lugm: los an tig uos porfl ristas y el ej é rcito fed e l~ po r el otro.

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Ala n Knighl

Otra pe rsona qu e no me ncio naste , po rq ue obviamen te dounide nse, co mo cuando mandó a Luis Cabre ra , un voce-
rO muy capaz, a Washington, para conseguir e l apoyo de
no es revo luciona rio, es Victoriano Hu e rta: también en su
caso hubo un esfuerzo por restaurar el Antiguo Rég im en. Woodro w Wilson , q ue al final logró. Car ranza mantuvo una
Hacie ndo comparacio nes con otros regímenes m ili ta res de posición nacional ista fre n te a Estados Unidos cuando la in-
Amé rica Latina, puede dec irse qu e e l cua rte la zo de Hue rta vasió n de Veracruz y después con la Exped ició n Pu ni tiva:
tuvo un resu ltado co n tra prod uce n te pa ra su propia ca usa, en ambos casos la política exte ri o r de Carranza fue hábi l y
pues lo que hi zo fue acele rar, fom e ntar y fortalece r la Revo.. exitosa, Y po r lo tanto la Revo lució n mex ica na, no obsta n te
lución. E n var ios mom e ntos los indi vi duos, ya sea n Díaz, estas invasio nes es tado uni denses, fue un a revol ución deter-
Mad e ro o H ue rta , importan d entro de un a co rri e nte d e minada más que nada por los esfu e rzos de los propios
sucesos sociales y políticos en la qu e ti en e n cierta capaci- mex icanos. Es deci r, había in te r venc iones, pero no creo e n
la versió n marx ista de una "revolu ción inte rvenida" e n la
dad de man iobra.
que las g randes po tencias decidieron el resultado, como es el
¿ y Carranza? A Ca1'1Tlnza lit ha locado desempe'Í1.ar las 'últimas casO del h istoriado rJ oh n Hart, qui en más o menos di ce que
décadas un IJape! muy i'ngralo; la historiogmJf.a. marxista de la
Estados Unidos apoyó a Ca rranza y por eso llegó al pode r.
Revohl.áón mexicana lo IJ'USO como ellJeor de los lermidonanos.
Ot ra vez, como e n Díaz, es e n el último mome n to cuando
Los acl.uales intentos de Htscatado insisten en ligado demasiado al
vemos e l fracaso de Ca rra nza: SOlió con impone r a su suce-
siglo anteri01: En mi caso, como leclor de historia de México, ya no sor, algo recu rre nte e n la hi sto ri a de México: el pres iden-
sé qué jJensa,- de Carranza a estas altums.
te qu e trata de trascende r su pode r. En e l caso de Ca rran za
nominó a Ignacio Bonill as, qu e tenía m uy poco apoyo , po r..
Ha)' que reco n oce r q ue tuvo éx ito hasta el últim o mome n- que no quería que Obregó n ll ega ra a la pres idencia y por eso
to. No fu e e l líder de la revo lución co nstitu cionalista e n e l cayó asesinado, o se su icidó quiú. Le fa ll ó su inte lige ncia.
se n tido am plio, po rqu e és ta fue una revolución d e masiado
he te rogé nea, caótica. Su liderazgo a veces era formal ; trata.. ¿ Qué te dice el mito de la/Jala?
ba de con tro lar a m uchos grupos, los villistas, los so noren-
ses, ni habla r de los zapa tistas. Su au toridad e ntonces fu e Zapa ta, más qu e otros de es tos líde res o caudill os, e ra re-
muy limi tada. Pe ro fue una pe rsona capaz d e navega r e n presentante de un grupo, de un a corri e nte revol ucio naria.
esos ríos revueltos con cierta in te li gen cia. Probableme nte el Panc ho Villa, por eje mplo , es más co mplejo: hay más que
aspec to de la po lítica de Ca r ra nza que más me impresiona deba tir acerca de su ca rácter, su política, su relació n co n
es su manejo de las re lac iones exteriores, su re lación co n Es tados Un idos. Za pata fue un líder bastante sencillo , muy
Estados U nidos, su habi lidad pa ra suavizar la po lítica esta- ligado a su movi mi ento, un ca mpes ino ~u y atado a su te-

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Ala n Kllighl

rnlllo en Anenec ui 1co, Mo relos, a ncl ado en una ,-egió n de En 1-elación con la memoria que gurur.lamos de los héroes de la He-
la quc no qucría salir. Ésa fue su fuerza y su debilidad: no vol-ución, el P/U tenía un.a jJráctica, Ijar así llamarla, polileísta.
quería asumir su parlc en un gobie rn o central. Cuan do se Quienes crecimos durante lo que tú consideras los mios dorados del
celebró la Convención de Aguascalie ntes, mandó a sus VOce- PRl estábamos acostumbrados (L que, aunque se hubieran matado
ros inteleclUales, como Soto y Gama y Palafox, a habla ,-, pues unoS (L otros los caudillos Tfruolucionarios, descansa.ran en jJaz bajo
é l no quería asistir. Segün Womack, cua ndo Zapata fue a la el mismo Monumento a la Hevolución. Era una historia oficial que
ciudad de Méx ico, a fi nes de 1914, ésta no le gustó mu cho; borrablt las conl,radicciones enlTI! estos personajes. Pem ha)' quien
estuvo c n u n hotel u n par de días}' regresó a Cuaull a. Se le dice, lo decía Oclavio Paz, que eso tenía un lado lJosilivo: corrobo-
ve CO I Tect~llllcnte co mo una fig ura heroica, en cieno scmi- mba que la Revolución mexicana, wna vC1dadera nroolución pa'ra
do tn¡gica, asesi nado e n u na maniobra muy sucia de Pablo él), jJam, lodos los Iwmbrf's de su geJU:ración, había evitado ww de Los
Gonzá lez y de C w~jardo. Pero ¿qué habr ía pasado con Za- honores del siglo xx, ese terror ideológico que no hubo en México.
pata si so brevive? Yo creo que para la re pu tac ión póslllma
de todo ca udill o rcvol uciona ri o es mejor morir j oven, co- El m ito oficial postu ló u na im agen realm e nte errónea: la
mo Zapata en 1919. Incluso ViJla murió joven , porclue se de una hislOria revoluciona ri a de consensos, un movimiento
retiró tres aiios a ntes de su ases inato. Los ca udill os que so- unificado que e n realidad no lo fu e. Hubo un a luc ha casi
brevivie ron, o pe rd iero n el poder, se su bleva ro n , fue ron darwiniana por sobrevivir. Hubo demas iados ases inatos: de
asesi nad os o ll ega ro n a scr los caciq ues más ri cos de los Carranza por los o bregon islas, de Vi lla por los obregon is-
aiios ve inte y tre inta. Si uno lOma, por ej emplo, e l caso de ras-ca llistas, la masacre de Huilzilac e n 1927 ... Creo qu e fu e
SalLlrnino Ced illo, pa recido a Za pa ta e n cienos aspeclOs, se en la Cá mara de Diptilados, en cu)/o muro de ho nor están
ve que rue un ranchc r-o de Sa n Lu is Potosí que Jl egó a ser grabados e n oro los no mbres de va ri os líde res que se ha-
un gra n cacique, corrup to, auto rita rio, y que se lanza e n bían matado unos a o tros. donde un dip tllado dijo un a vez:
u na rebel ión to talmen te quijotesca en 1938- 1939 co ntra "Ése parece más bie n un templo de Hui tzi lopocht1i". Otras
Cá rd enas. En camb io, al mo rir, Zapata todavía ten ía ese es- revol ucio nes han tenido una h isto ria se mejan te, y además
ta lLls ge n u ino de un hé roc rcprese n tan te de los pueblos hay que distin g uir e ntre con f1i ctos, ases inatos qu e ti enen
campes in os d e Marcias. Su hij o, NicoJ¡:ís Zapata, se vo lvió cier ta lógica político-social y otros sólo irraciona les. Por
un caciq uc loca l, un poco más al es til o de Cedill a. Sobrevi- eje mplo, yo creo que las rebel io nes de los aiios ve inte , co-
vir usua lmen te sig nifI ca hacerse de una reputación Illucho mo las d e De la Huerta y Ser rano, ya no ponía n en tela de
menos he roica. j ui cio la lógica, la trayec to ri a de la Revo lución. En los años
vei n te, e l curso d e la Revo lución ya Csu\ más o men os decidi-
do: priva cierto conse nso en cua nto a las reformas políticas,

349
348
Ajan Knigll1

sociales, económicas. Si uno com pa ra la Revol ución mex i ~


_ . n po~
los mUl"ales , !)ese a su poder de legi_ti mació n, t.ambié
cana co n o tras revo luciones, más que nada la rusa o la china, _ 11 ser muy crít.icos. Muy poco tema que ve r e l MexICo de
vere mos que su n ivel de viole ncia fue muc ho meno r, aU n ~ dla - os vei nte y trelll
' co n a U nl"on SoVle
ta ! . - Uca.
.
loS all
que sabe mos por la n ueva h isto ri a de mográ fi ca qu e d u ra nte
e l pe riodo de la revolució n armada, no tanto por las b ata~ Se deda que en la Unión Soviética 'restaban! que en el t.stado d~ la
Has sino po r e p ide mi as, co mo la in n ue nza, h ubo una caída Revolución mexicana sumaban. Pa'ra lermmw; en un ll!xl.o n:Clen~
de la població n muy no table, una pérd ida de dos mill o nes de
te, Il aú!as/e
'
del "LelJialán (h: jJa!JeL" !Ja!'an:!eri:rle a los Estados que
.
pe rso nas. Fue una ex pe ri encia desastrosa, y es rn uy im por~ ofrecen 1l/.w:Jw JI dan poco a la. s~czedad, !)oseedores de una f~erza
ta nte no crear una image n rom á ntica de la Revolu ció n . Pero más simbólica. que ·real. Has alJbcado este co'/'/,ce/Jio al P01finat.o y
no hay co mpa rac ió n co n la Revolució n rusa, es pe cia lmente también al1igiuwn /JOsrevolucionario, /JOr lo 11Ienos Itasla j 930.
d ura nte e l pe ri odo de Sta lin : no h ubo terror ni co l ec tivi za~ Ahora que I:sl.ás lrabajando en el lercer lomo de /.11. Historia ge n e~
ción forzosa. Al co ntra rio, d uran te los a ilos ve in te y tre in ta ral de México, debo IJreguulaTle: qu.ienes vivimos tantos mios bajo
priva un cie rto p rogreso hac ia un ES lad o más estable y me- los 1'Cgí1llenes heredems de la Revolución mexicana, ¿viviuws enga~
nos vio le n to. Un bue n eje mp lo es cua ndo CI rdenas ex ilió liados, en'yendo 1m un Le-uialól1 de I)(lPel. que no era. ta'n todopode-
a Call es: hay fu e ntes co n fiab les que afi r man que Call es es~ roso? ¿Hn qué medida el Estado mexicano que conmemora, un siglo
pe raba que lo fusil a ra n de inm ed ia to y, al co n trario, lo pu~ después, la Revolución mexicana es o no es un Leviatán de pa/Jel?
siero n e n un avión, se fue a Califo rni a d ura nte var ios ali as
y regresó. Las é lites mex icanas, yen cie rto se nti do ta m bié n La frase "Leviatá n d e papel" surgió en una con ferencia y
las capas po pu la res de la población, ll egaro n a ciertos ac u er~ alude a u n Es tado que sup uestame nte tie ne m uc hísimos
dos e n e l manejo político y se evitó la expe riencia r usa, sin poderes pero en realidad es un giga n te eOIl p ies de ba rro.
ma tanzas ni ca mpos de conce n trac ió n . Ta mb ién se ría suge- En México, co mo e n m uchos o tros países, hay u na brecha
ren te co m para r a Cá rd e nas co n SL:1. lin co mo líderes co n- e nt.re los p rinci p ios polí ticos, la Constitución , las leyes y la
te mpo rá neos. Cá rdenas, como di ce Enrique Kra uze, fue un rea lidad. Eso provoca la ex istencia de u n Es tado qu e sim u~
zorro en tr . .~e de fra ncisca no: un a perso na muy imel igente la una fuerza qu e no tiene o qu e se considera "m uy de mocrá-
que no e ra sanguina ria y qu e ría evitar la vio le ncia tan to tico", con un discurso social igua litar io que en los úl ti mos
co mo le fue ra posible. El Estado mex ica no nu nca fue tota- cinc uenta a ilos ha ll evado a cabo po líticas e m po b recedo~
lita ri o, n un ca con t.ro ló tod os los med ios de co mu ni cació n; ras, creado ras de un a e no rm e des ig ua ldad. H ay una brecha
siem pre h ubo u na prensa libre, a veces muy críLi ca de l rég i ~ entre lo d icho y lo prác ti co, lo fo rm al y lo cotidia no. M u ~
meno En la lit.eratura, po r t;jemplo, h ubo novelas co mo las chos aspectos de Méx ico tie nen q ue ve r con ese d ua lismo
de Ma ria no Azuela, muy c ríti cas de la Revo luc ión; e n e l arte, en tre los ideales y la reali dad .

350 35 1
En cua n to a la fue r7.a de l Estado y e l Levia tán de pape l, XIV. Jean Meyer O la libe rtad re ligiosa
tie ne qu e ve r u n poco co n aqu ell o de los estados habsbú r_
g uicos o bo rbó ni cos. Insisto: el Estado mex icano d irigido po r
e l PRI tras la Segun da Gue rra Mund ial n o fue u n Es tado tan
fue n e como lo creía n los h istoriadores y los polilólogos.
J óvenes histo ri ado res están estud ia ndo co n muc ho cuidado
la fo rm ació n del pode r priista, su estruc tu ra e n los diversos Mé xico, corno Franc ia, es u n país qu e adop ta. Y de los escr i-
estados d e la re pública, la na turaleza de sus redes locales, to res fra nceses que ha n hec ho una segund a vida en Méx ico
su relació n co n los caciqu es, co n el e:jército. Me ha so rp re n_ pocos tan que ridos co mo .l ean Me)'er y qu izá n ing uno ta n
d id o lee r una tes is rec ie n te q ue a fi rm a qu e, aun en los a ri os ce rca no al co razón ele qu ie nes e nco ntra ro n en é l no sólo un a
ci ncuen ta, e l ejé rcito mex ican o se basaba e n a lg u nos fe udos voz, sino u na ruente de reco nocimien to ca paz de o to rga rl e
locales d o nd e el co manda n te m ilitar impo rtaba m¡.í s q ue e l se ntido a la hi sto ri a pro pia. Y si Meye r, de hlln ili a al saciana
pode r político. )' nacido e n Niza e n 1942 , nu nca hu bie ra hecho un a vida
Hoy incid irían nuevos factores , como los na rcos. El Est.a- mex icana co mo la ha hec ho desde qu e ll egó al país en 1965
do m ex icano es más fue n e , sin d ud a, qu e e l pe ruano, po r siguiendo las hu e llas de los cristeros, si tras publi ca r La C,.is-
eje mp lo, y ha te n id o co ntin u idad sin golpes mi li ta res. Pero liada, su tri logía (1973-1975), se hubi ese des in teresado por
su capacidad , al estil o bo rbó ni co, para in te rve nir y ca mbiar co mpleto d e Méx ico, nuestra deuda au n así se ría inme nsa.
hl sociedad h a sido bas tante reducida. Incluso se pued e n La CTisliada es d e aque llas obras que aparece n muy oca-
ve r casos d e preside ntes muy a mbi ciosos, co mo Echeve r ría, sio nalm e nte e n la h isLOria de la hisLOria )' se co nvie rte n e n
que tra taro n si n éx ito d e introduci r nu evas po líticas, co mo episodi os, casi mi lagrosos, de restitució n. Meyer rec uperó el
la re fo rm a fiscal, o está e l caso de las re fo rm as e ne rgé ticas, o ri gen, e l fragor y las co nsec ue ncias de una gue rra civil que
cuya fa lta de conc reció n ha bla más d e la de bili d ad qu e de entre 1926 y -1933, con una tregua de tres a ri os que sólo si r-
la fue rza de l Es t.ado mex icano , un Estado más dé bil d e lo vió pa ra d esarm a r a q uie nes se había n re nd ido o bedecie n-
qu e se pie nsa. HLly un pol itólogo es tad o un ide nse que ha- do una ord e n qu e no se p o elí~l desobedece r sin incurrir e n
bló de l Estad o p riista , incl uso e n su apogeo de los a ri os se- he rej ía, costó la vicia de 250 m il pe rson as, de las cuales 90
se n ta , C0 l11 0 un qu eso grn)1ere.. . Q uizá la ex pres ió n "Leviatá n mil era n so ldados de ambos bandos. A d ire re ncia de las víc-
de papel" sea un poco exagerada, pe ro creo q ue el Es tad o timas de la Revolució n mex icana, cuya co nta bil idad se ha-
mex ica no ha sido mu cho men os fue rte, me nos dom ina n te, bría ce rrado ofi cia lme n te co n la Co nstitu ció n de 1917,
de lo qu e he mos sup ues to. sobre los cri ste ros - ta l cua l se lo advirti ó a .lea n Meye !' su
maestro Lu is Go nzá lez y Go nZ<:Í lez en SaQ.iosé de Grac ia-,

352 35:\
.l ea n Meye r

a l est ig ma de la derrola se su maba la le tra esca rla ta de la 1989, YLos tambores de Calth!rón, 1993). La h islo riog rafía, ade-
mu e rte civil. Los miasmas azufrosos de la Reacción sofoca_ .na," es y de be se r una ra ma de la lite ralLlra, por lo cual la
ban a un régime n más j acobino que li beral al cual se avin ie_ tentación nove lísli ca de Meye r se co mpre nd e. Quien lea
ron, a camb io de lraic iona r una rebel ión ca mpesina, la la parle apo logé tica d e La Rlroolución mexicana encontrará,
j e ra rquía católica mex ica na y e l Va ti cano. Todo eso está e n conce ntradas, las virtudes lite rarias de Meye r: sin caer e n la
La. C1istiada, obra maestra de la hi stori ografía del siglo xx, arenga ro mán tica, ,~ e n o a l panfle to político, sólo amparán-
u no de esos lib ros, insisto, que modifl ca n el registro mo ral, dose en el vigo r mora l de la evide ncia, va dando a l traste co n
a lteran la sec ue ncia de los hechos y obli ga n a u na Cultura un a mito logía completa.
en te ra a re leer y a reesc ribi r. Meye r es el gra n h is to riad o r Yo no sé si pueda se r una cie nci,¡ la hi sto ri a, pe ro d e lo
mex ica no de la libe rtad re ligiosa. qu e estoy seg uro ante o bras co mo la de Meyer es de qu e
Meye r, en esa ave nt.ura , no se conformó (lo cue nta Co n- forma pa rt.e de la imaginació n vívida , esc uc hada y escrita,
z,'iIez y Go nzá lez e n su p rólogo a la ed ició n de -1992 d e La de una nación , co mo e l lec to r lo puede averig uar leye ndo
Hevolución mexicmw) co n apli car e l marx ism o unive rsitario esa autobi ografía des pl azada e n e l ti e mpo q ue es Vi), elfran-
de los a l; os sesen ta ni se e ncerró en la ciudad de r.,'léx ico ni cés. La inteJiJención en /,,-¡mera lJersolla (2 002), e l libro qu e
aceptó la versió n frag uada por los gob ie rnos pos revo lu cio- recoge Y recrea los tes tim o ni os de los o flcial es franceses
na rios al g lo rifi ca r su e m pe iio (d ete nido por esa mezcla que e n el siglo XIX ll ega ro n y se fuero n co n el e mperado r
d e se ntid o comllll y co mpasión qu e h izo g ran d e a l ge ne ral Maximil ia no. l~unb i én puede pro barse, e n Samuel R:uiz en
Láza ro Cá rde nas) de dese nrai za r e l catolicismo ru ral mex i- San C1islóbal (2000 ), la aplitud de Meye r como histo riado r
ca no. Antes d e qu e se volvie ra ve rdad period ísti ca el de be r del prese nte, al t.est.ifica r la co nfli ctiva actuación , en Chi a-
d e me mori a, Meye r lo cu mpli ó con La Cristiada. En La gran pas, de los calecllllle nos indíge nas y de su o bispo, antes,
ronlrovcrs;a. Las IgleJirlS católica JI ortodoxa de los migenes a nues- dura nle y desp ués de l levanta m ie n to neozapa lista de 1994.
lms días (2006) afirma Meyer qu e el h istoriado r no d ebe No se cont.entó Meyer co n se r mex ica n ista: las histo rias
e mular a ChateClll brian d , qui e n, ensom brecido por Napo- nac io na les, junto con las lite ra turas nacio nales, se va n vo l-
leó n, se pro puso co nve rtirse en el vengado r d e la hi storia. viendo in t.ra nsitables para los espíritus unive rsales. Tras se r
Duda Meye r d e lajud iciali zació n del pasado al qu e co ndu- un extraño caso de ex iliado político fran cés qu e ll ega a Pa-
ce co n frec uc ncia ese escrut.inio públi co. rís en 1969 ex pulsad o de Méx ico por e l régimen m ex ica-
I-I e mc ncio nado a Meyer entre los escrit.o res fra nceses no , aprend ió ruso. No sólo le in t.eresa ba a Meye r segu ir en
que se hici e ron mexica nos no sólo pOI-qu e esc ribe e n es pa- prime ra línea, con e l rigo r del histo ri ado r q ue se propone
1; 01desde med iados de los años sese nlc'l y e n n uest.ra le ng ua conoce r la le ng ua d e quien es est.udi a, los protagon istas de
ha publicado un par d e novelas h istóricas (A la voz. del rey, la desintegraci ó n d e la Un ión Sov i é ti ca ,~c om p a ra r lo in-

354 355
.lean Meyer

compa rabl e, el caso cristc ro co n la destrucción comun ista Iglesias católica y orlodoxa: de Alwcia a Ni:w, empujado POlola
del ca mpesinado ruso , sino co mpl e tar el conoci mi en to cs. Segunda Guerra Mundial, con tus pacll"fs, católicos, /tasta al des-
p irilUa l d e l catoli cismo mex ica no con la hisLOria de la Igle. cub17miento de ¡\!léxico, 'J' de un M éxico, el crislttro, que sacaste,
sia o rtodoxa. casi solo, del olvido y de la ignominia . Si tuviaa que dtifinirte de
Si se e nLi e nde e l cc umeni sl110 C0l110 Hna sustilUció n de la manera sucinta, dida: :'lean i\!{e)'er es un historiador de la libertad
re ligió n por la é Li ca, es probable que ~l,Il e)ler sea catól ico si n religiosa ... Si es así, ¿cómo llegaste a. ser ese ti/Jo de historiador?
se r ec um é ni co. Sabemos q ue b uscó los san tuarios perd idos
de l B ¡:~jío y del occid e n te de Méx ico e n la pequc li a pa rro· A la d ista ncia, e n luga r de ve r clara me n te qué cam ino to mé
qu ia o rtodoxa de Saint·lrénée d e Pa rís, cismMica e ntre los y po r qu é, me pierdo. Por lo lan to no me es fác il da r una
cisl11 <í Licos. Dice Meyer, C0 l110 e l poe ta polaco Czesla", Milosz, res puesta clara. ¿Vocació n de hi storiado r? Mi padre e ra
se n tirse a la intem pe rie en un l11 u nd o en que desapareci e- maes tro de hi sto ria )' geogra na po rqu e e n Fra ncia, duran te
ron el Paraíso y el Inf-ie rn o, y donde la crec ncia cn la vida la secu nda ria )1 la prepa, no se sepa ra n las dos mate ri as. Mi
después de la mu erte se ha d eb il ita d o; por e ll o, le ha pa- padre e ra un excele nte maes tro, ado ra ba su o fic io, pe ro en
recido qu e la historia religiosa es la primera que debe ser Francia co mo en México la e ns(' li anztl de la h istoria e n la
co ntada. Co ntada - agrcgo- si n entusiasmo: a Meyer e l LraLO escuela es bast.ante lamentab le, muy abu rrida , una ma te ri a
juve n il co n e l pes im ismo de Paul Valéry lo amargó un poco, de la que los m ~l c h achos huye n. Y m i pad re, ta n enamo ra-
para bie n . En ese re lato, Meye r se h a hec ho aCOl11p¡'lI;ar de do de su oncio , le pidió perm iso al direc tor para tenerme
Juan RuJ io y del Andréi Hubliov de Ta rkovsk i y ha sido "¡ el, a e n su salón. De ta l man e ra qu e mi padre me e nseJi ó a ama r
través de muc hos libros, a sus maestros: el infaLigab le Pie rre la h isto ria y la geogre:lfía. Pe ro a l termin ar la prepa, con e l
Chaunu, e l cron ista de las cruzadas Steven Run cima n, e l pase aUlomático a la un iversidad, yo no te nía ni nguna voca-
g ran m icro historiador Luis Go n z~\ l ez y Gonz¡.í. lez. ció n clara. Po r in e rcia me fui a le tras y c ua ndo me especia-
Co n su a ire a lo Clint Eas twood, J ea n Meye r esuí. imanta- licé lo hice sin pe nsa rl o e n historia: mi padre me montó
do de lo qu e el pri mero de sus maes tros, Fe rnand Braudel, sobre u n ri e l del c ua l nun ca me b¡~j é.
co nside ra ba la milagrosa potestad del historiador: su ca pa~ Después la fo rm ación mc obli gó a e ntrar a la No rm a l
cidad pa ra rev ivir todo lo qu e toca, rodeándose d e seres Superior. Al lí Fui de la gencración d e Régis Oebray, Étie nn e
ex trao rd ina ri os, y así ve ncer a la mue rte. Bali bar y Nicos Po ul an tzas; fu imos co mpa li e ros de ma n ifes-
tació n co ntra la g ue r ra de Arge lia. Desp ués c ursé la lice n-
ciatura en la Sorbona. Soy u n histo riad o r surgido de un a
Sobre tu. formación intelectual acabo de leer los ji"(lgmenLos que nos camada d e com palie ros f-ilósofos, a lg unos de los cual es des-
oJreces en La g ra n co ntrove rsia, tu g ran libro sobre el cisma de las pués Fue ron psicoa nalistas, co mo Franc;o is Lebovits. Y hubo

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.l ea n Meye !'

en LO nces un "antago ni smo" e n e l bue n se ntido g r-iego de la iba a hace r una tes is sobre la histo ri a de Es tados Un id os,
palabra: el mu chacho provincia no fre nte a esos cO l11pa li e- pero e nto nces se prese n tó un acci de n te: e l prim er vue lo
ros pa risinos, a lg un os co mo Régis De bray de alc urni a, to- dwrlerde la hi sto ri a. Lo recue rdo muy bie n : e n e l pa!-O illo de
d os mar xistas, m ilita r1les ya de l Pa rtido Co munisUl, qu e me la Sorbona vi mos un ca rte l que decía " Pa rís~Nueva York. Ida
ataca ba n a mistosa me nte, re t i nd o me: "Te ex Uo que me in- y vuel ta. 500 francos". Eso e ra m i beca d e un mes, o sea ba-
vern aríes tu co nce pto de Dios". Yo e ra ca tó li co, tra nquil a- ratísi mo. Con un co mpa riero d e l Pa rtido dec idimos ir a Cu-
me nte ca tó li co, de fa mili a católi ca de mu chas ge ne rac io nes. ba pasan do por Méx ico. Una de nuestras a mi gas e ra muy
y sa be mos lo de las "mu chas ge ne racio nes" po r un hec ho ami ga de Chris Ma r kc r, y Marke r e n ese mo me nto estaba
m uy feo : Alsacia fue a nexada por Hi tle r e n 19 40 y mi abuc- tcnn ina nd o su fabu loso, ro má ntico doc um e nta l to talm e n le
lo paterno , qu e se ll a ma ta mbi é n Jose p h Meye r, tuvo que pro castrista tiwlad o ¡Cuúa. si.' Marker ha inspirado a canti-
justificar limpieza de san g re .. _ dad de jóve nes d irec LOrcs; incluso mi h Uo Matías me d ice
que La.jetée d e Chri s Marke r fue co rn o un partcagu<ls,}' tam-
De cuatro genaaciones ... bié n LeJond de ['airesl m uge. As í ll egué a Méx ico, a unqu e no
a Cuba, po rqu e cua ndo fui mos al aero puerto nos d imos
De cuatro ge ne racio n es, co mo 10 ex igían los es ta tutos de cuenta de que los age ntes mex ica nos sell aban los pasapor-
Nllre mbe rg de 1935. Te ne mos un ce rtificado nazi d e lim- tes co n la leye nda "Ha e ntrado a Cuba" y co n eso ya no se
pieza de sa ng re, co n la esvás ti ca. Un día qu e mi abue lo me pod ía pasa r por Es tados Unid os. Q ui e n fue a Cu ba e n m i
co m a ba es to, le pregunté a mi padre: "Oye, ¿tú ti en es ese lugar fu e Régis De bray po rque Ch ris Marke r nos daría un a
ce nifi cado?" Y mi padre me dU o: "¡ Lo que mé !" Pe ro cuan- carta d e p rese ntac ió n con F'ide l Castro y co n e l Che C ueva-
do mu rió mi pad re e ncontré el ce rtifi cado: lo te nía pe ro ra, y nos iba a pres ta r u na cá mara ...
me nta lme nte lo h¡¿lbía qu e mado.
La Normal Superio r ru e muy impo r ta n te po r ponerme La madeja del destino ...
en contacLO con el mundo de la milita ncia po lítica. Era yo
u n bue n estudi a nte pe ro re almente lo que me apasio naba Así se armó e l destin o de Régis Dc bray, pe ro tambi én el mío,
e ra la hun osa Ciné math equ e de Henri Langlois. Tengo re- po rque d ura mos trcs mcses e n Méx ico dando la vue lta como
cue rd os rabulosos: a la cine mateca ve nía Godard , ve nía e l turistas mochil eros. Méx ico me sed LUo . A la ho ra d e hacer la
viejo Jori s Ive ns a prese ntar sus documental es sobre la g ue- tesis de d octorado le dU c a mi maestro: "Estados Un idos n o.
rra de Espalia, vin o Van Ste rnberg a presentarnos I~'l ángel Yo qui ero trabaj ar la historia de Méx ico, la Revolución m ex i ~
azul co n Ma rle ne Die trich. El cin e e ra lo qu e me rasci naba. ca na". y fe li zmen te ese ho mbre ,J ea n-Ba ptiste Du roselle, c o~
En tré realm e nte a la hi sLOri a a la hora de l docto rado. Yo noda México. R;:úacl Segovia, que había ido su alumn o, lo

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.l ean Merer

había invitado a El Colegio de Méx ico dos o tres veranos a . como el Estado te nían cerrados los arc h ivos, e l tema n o
dar una clase de histo ri a de las rel aciones internacionales. Sla , .. , - . b
U'abajaba. Yo tema ve lllU l.res anos, era.l0ve n }' es ta a eno-
Una pe rsona muy im porta nte para mí fue PieITe Chaunu. ~edo: "Ma lvados <u-lo bispos, ma lvad os políticos, malvados
que acaba d e mo rir a los 86 años, un hi sto riador del lama. Ja
ge ne "ales"
< •
Tengo una ca rla de la Sec reta ría de la Defe •
nsa
i1 0 de Marc Bloc h y Fe m an d Braudel. La prime ra mitad d e e se me di ce mU )1 co rtésmente que por d esgraCia no
en ql' . .
su vida la ded icó a la Amé ri ca colo nial ya la Espa i1a del si. hallaro n abso lutame nte nada so bre la Cn suacla. Actua lme n-
glo XVI y XVII. En una segu nda e tapa aba ndo na América y está ab ierto ese arch ivo: es cs tupen do , un galeró n más
te ya
e ntra a la histo ri a mod e rna de Euro pa. Es un gigante qu e grande qu e mi casa.
dc:: jó una o bra de c in cue n ta vo lúme nes. Chaunu te nía el Ya ChaullLl me lo había an ti cipado: "Usled se va a lo pa r
(lIlico se minari o de docto rad o d e hi stori a d e Amé rica Lati- con arch ivos ce rrad os. Tiene que hacer co mo Osea r Lewis.
na. Era más bien de hi sto ria colonial, pe ro ace ptaba de to- -Usted leyó a Osca r Lc\vis?" Yo no sabía qui é n e ra Osca r
do. Ento nces ahí presenté )'0 mi proyec to sobre Zapata, y ~ewis y me di ce: "Gall ima rd acaba de pu bli ca r Los hijos de
Cha unu me admi tió. Sánchez; ti ene uSled qu e lee rl o y lie ne usted qu e trab~j a l'
C0l11 0 él, es decir, ir con una g rabadora e n la mochila".
ILabio, salido ellióm de John Womach, J1: , Zapata y la Revo·
¿ )Ir¿ El prime r ai10 lo pasé en~j adísimo , b usca nd o a rchivos
lu ció n mex ica na ( 1969)? como loco. H¡:,lsta que un día e l viejo don Mi g ue l Palo m ar y
Vizcarra , qu e había sido d e los más furibu ndos dirige ntes
No, te estoy habla nd o de 1964, 1965; Womack estaba e mpe· de la Li ga de la Defe nsa de la Libe rtad Religiosa, me di ce:
za ndo a hace r su tes is. En ese semin ario había un j esu ita "Hay un buen hombre que n u nca fu e a la esc ue la y no e n-
mexicano, el padre López Moctezuma, que e mpeza ba una tie nde mu cho , pero rue u n gra n cri sle ro. Es un héroe y vive
tesis sobre e l g ra n e ne mi go de los j esui tas, e l arzobispo de aquí muy cerca. Se ll ama AU l'el io Acevedo. Vaya a ve rlo de
Puebla, Pa la fox, y por desgracia no la pudo term inar. El pa· mi parte". Y otra vez, di ga mos, me abre n una pue rta.
dre López Moctczum a me dUo: "Mire, está muy bien Zapa ta. Aure li o Aceved o, qu e hab ía sido ge ne ral crisle ro, inclu-
Pe ro si usted qui e re lrab é~ jar un cap ítul o virgen de la hi sto· so go be rn ador civi l crislero del estad o d e Zacatecas, tenía
ri a de la Revo lución mex icana ahí es tá la Cri stiada". Yo n i un e no r me a rchivo pe rsonal d e toda la Cristiada. Publ ica-
ha bía oído la palab ra "cristi ada", pero es le homb re me co n- ba u n pequ e i10 boletín me nsual , D(wid, pa ra los ve te ra n os
ve nci ó. Fue otro acc ide nte. Y pude ll ega r a Méx ico e n exce- cri ste ros y te nía un fic hero de tres mil d ireccio nes. Me hi zo
len tes co ndi ciones, co mo profeso r visitante e n El Colegio e l f ~lVo r de lleva rm e al cerro d e l Cubil e le a la pe reg ri na-
de Méx ico, donde duré cuatro , cin co aúos, los de m i traba- ción de los criste ros, do nd e me prese ntó co n esa multitud
jo d e ca mpo. Me topé co n el pro ble ma de que tan to la Iglc- para mí a nónim a d e cuatroc ie nlas, qu~ellta s personas,

360 361
.lean Meye r

an te los c l.la l es~ dijo: "A este joven h istor iado r fran cés hay el cielo, lo que me ll eva, e n la segund a mitad de mi vida,
I

qu e ayudarl o. El va a esc ribir la hi sto ria de la Cristiada. Es ) artir de 1985, a la histo ria de Rusia y de sus campes inos.
ap
nu estra {¡ Itim a trinc hera. Antes de morir tenemos qu e ayu_
darlo". Hicis/e 'una historia com.jJa.mtlva. en/.re el rampesino mexicano y el
·,-uso.
'le Itas de haber sentido muy comIJ1'Ometido...
En los alias ve inte e l go bi e rn o sovié tico e mprende su e n o r-
Ni ng un o de mis estud ios de hi sto ria a nti g ua, d e hi storia de rn e ob ra de e rrad icació n d e l ca m pesin ado ruso e n dos ni-
la Edad Media, me hab ía pre parado para eso. Ta mpoco e ra veles: te r rena lme nte, CO Il la colec tiv iz.ació n de la lierra, y
pe riodista. En las p rim e ras entrevistas yo no sabía po r dó n- es piritu alm e nte, co n la d estrucc ió n de la re li gión. En Méx i-
de ir. Rca lm c llt:e la investigació n de La. CTistiada fu e e l par- co no se prete ndía d eslru ir la re ligión, sólo a la Igles ia cató-
teaguas de mi vida pe rsonal y profes ional. lica. Coin cide e nton ces e l in te n to de Mo ro nes, en 1925, d e
crea r una Iglesia cism¡üica con e l mod e lo d e Lc nin , qu e
71> rO II.verlisle (m tut hislO/iador de la. libertad religiosa .. había impulsado u n cisma e n el se no de la ortodoxia, la ll a-
mada Iglesia Vi va. De h echo, ése es el detonad or de la crisis
No lo había pe nsado e n esa {'o nn a, pero de cie rta man e ra del confli cto reli gioso e n Méx ico, po rqu e la h istoria de Mé-
así fu c. También he que rid o se r un historiado r que in tcllla xico es parle de la h istoria Illundial.
crea r pue ntcs e ntre la tierra y e l cielo. Ac ué rd:.ne quc al
prin cip io lo que me intcresaba cra Za pata, qui zá porquc ¿Calles sabía que había. un precedente en RtlSia?
soy de extracció n ca mpesina. Mis abuelos, los dos, e ran
maestros d c prima ria y de famili as ca mpesi nas, ca mpes inos No estoy seguro de que Call es lo supi e ra , pe ro el Vaticano sí
po bres, ~lI sacia n os, mi crofundi stas. Mi abuelo sa bía o rde- y se asustó. El cisma mex icano fue grotesco, y fracasó inme-
li ar y man <=:ia r la g uadaña y mc ll eva ba a l ca mpo. Uno de diatame n te esa Iglesia ll amada "católi ca, apostól ica y m e-
mis tíos, inte lec tual y profesor, se metió e n una vida pa ra le- xica na". De cua lquier modo fue tnígico porque provocó la
la d e ca mpes ino, y mi abu elo estaba muy fe li z con lo qu c mov il ización de los c,Hóli cos mexica nos, la creación de la
ll ama ba e l "éx ito ra nche ro" d e ese tío, que fue mi padrino Liga de la Defe nsa de la Libe rtad Reli giosa, qu e sería el ins-
y pesó mu cho e n mi vida. Yo tenía tambi é n un sue li o cam - trum ento belige rante.
pes ino qu e nun ca rea licé, y por eso buena pa rte d e mi tra- Pues sí, hi storiador d e la libertad re li giosa. Pe ro yo pen-
b~tio es hi sto ria agra ria. En La Crisliada no descuido e l sa ría más en la escale r,1 deJaco b, dond e los án ge les suben y
elemen to agrari o . Se tra ta de lanzar pue ntes e ntre la ti e rra bajan de la Tie rra al Cielo. Yo diría que I~fo rm é en las d os

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.Ican Me)'e r

din1ensioncs, la formació n h islórica qu e recibí en Francia, la "eír y se le b"tia e l bigoLe a SÍ, es que eSlá planeando una
s0l1 1
de la Escuela dc los Anales co ncentrada en la eco nomía y lOrrible". Para e llos Rusia e ra nuestro gran aliado e n
cosa J
la sociedad, mi e nLras que la h istoria de las me nLa lidades v i~ la Prime ra Guerra Mundial , el (lue sa lvó a Francia e n agosLo
no después , cn México. de 1914 cuando los a lemanes iban a Lom ar París. So l z h e~
ni"tsyn lo cuenLa en ese libro f~lbu l oso que es Agosto de 19/4.
La historia de las 11/pnlalidades seria el ler(./,r -momento de la 1~~·Clle-. Volviendo atr¡;ís, Chaunu eS Laba en el jurado cuando pre~
la dr los A /lales. se nté la tesis. Era un hombre exa l1.ado y generoso. Cua ndo
hablaba, ya fue ra e n su sa lón de clase, e n un coloqu io o en
Sí. AnLcs era econom ía ysoc icdad , y tan es así que el primer un exa me n p rofesiona l, Le n ía, además de mucho co n oc i ~
subLítulo de m i Lcsis, cuan do se regis Lra en Pa rís, es J::conomla, mi ento, una inspiración in creíble. Cua ndo co menLó m i te~
so(:iedfld I! idl'ologfa t:n e/. t'vléxico n:volw;ionario. Tuve qu e mete r sis nO sólo no me hi zo nin gu ll a pregunta , si no que rea lizó
de contrabando al pl·incipa l aCLOr: la reli gión como icleologí<l. un OS come nta rios i nf-ini taJl1cn IC supe ri o res a lo que yo había
sostenido. Esos comen Larios los reLOm é a la hora de rerre-
Un amigo mU~1 querido, el edilor de cine RaJrwl Cast{medo, que lú daclar la 1.esis para la publiolción e n Méx ico d e La Crisliada.
también conociSllt )1que nació (Ul. Guanaju.alo, tierra crislera, me Recuerdo cómo se Ievam6, b;~j ó del podio y siguió ca minan ~
dijo qu.e ese orig·en. lo fJredisfJUso 1){lra conmoverse, desde ese extremo do e nLre el públi co, para Le rmin a r d iciendo: "Ese Méx ico
religioso de Occidenlf! que I!S el occidente mexicano ¡JOr el olm ext"e~ del alLip lano, e n la hi sLO ria de la Iglesia, co mparLe un lu ga r
-mo de Occiden.te, la Ilusla ortodoxa. "Es que a mi lo ruso me viene privilegiado co n la Europa de la Edad Med ia y con Rusia".
¡Jorque soy de Salvatierra ", decía cuando se conllwvia a.nte las En mi libro recojo lo de Chau n u. De la misma manera é l
¡Jelü'ulas de 7i:u1rovshi. Llegaste a México -como le describe Luis entendía que los cristeros "no podían quedar bie n con na-
González)1 González- a los veintitrés años )1 te volviste, de varias die, ni co n la Iglesia n i co n el ESLad o, porque eran los com~
maneras, mexicano. A fines de los ochenta afmnulisle ruso como palieros de la imposible fide li dad ". Por eso la dedicatoria
autodidacla y ahora, además de ser un historiador mexicano, eres ele La Cristitulaes para Aurelio Acevedo y los com paiieros d e
también un historiador 'ruso, IJOr asi decú·/o. ¿ Cómo Ita sido esa la imposib le le<lILad. La fórmu la es de Chau n u.
IJemgrinaáón, Sl: es que ése es el nombre adecuado? Así es qu e Rusia, in co nscie nte m enLe, ya eS laba en ese
mom en Lo, en 1973, cua ndo pu bl ico La Cl'isl,iada. y aquí te n ~
Ha)' otra vez ra íces f ~lInili <l res de por med io. Recue rdo a mis go que re nd ir h Ol11em~je a Arnalel o O rfi la , direc Lor de la
padres y m is a bue los cuand o yo era ch ico, ha blando bie n ed iLorial Siglo XX I, que Lu vO el va lo r y la ge nerosidad de p u~
de Rusia, no d c la Un ión Soviética. Y rec uerdo a mi abuelo bl icar ese libro en un a ediLO ri al la n marxista. Todos sus co n ~
mate rn o hablando de SLa lin : "Ten cu idado, clla nclo lo ves seje ros le decía n: "Docto r, usted le va a Q,¡cer la ba rba a la

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J ean Mere r

reacción". Pero lo publicó. En ese momelllo yo no sabía que bién una reacció n muy ge nc rosa po r pa rte de l sec tor aca dé-
d iez a li os desp ués me iba a ec har un clavado e n la h istoria mico francés. El Cc ntrc Na tional de la Reche rchcScicn ti fi q ue
profunda de Ru sia y de la Un ión Soviéti ca. Lo que pasa Cs (CNRS) co nvocó a u na sesión ex traord inaria de vera no e n
que en trc tanto me ex pulsaro n de Méx ico en 1969 ... que se dec id ió CO lllrata r a tres personas e n cali dad de re fu-
giados políticos: uno era Ferna nd o J-I e n rique Ca rdoso, q ue
¿Por qué te 1!),.1nüsarol1 de J\IIéxico? luego fue presiden te de Bras il ; o tro u n polaco cuyo no m-
bre se me esca pa y que hu ía de l an tise mi tismo fc roz que
T ie nes el mayo de 1968 e n Francia. El movimi e n to es tu- desa taba e n ese mom e n to el régimen com unista de Va rso-
dia ntil e n Méx ico. Un <ui o des pués la revista fra ncesa lisprit via, y yo, un fra ncés que vo lvía a Fra ncia co mo refugiad o
a rma u n núm e ro especia l sobre e l 68, sob re e l movim ie nto político. No reg resé sin o hasta 1972, cuando do n Dani e l, a
es tud ia ntil e n e l rnu nel o, y me encarga un artícu lo so bre través de Lu is Go nzá lez y Go nzá lcz, me man dó e l mc nsaj e:
América La l.in a, e n q ue ha blo de Brasil, Ch ile y o tras par- "Puede regresar". Era la ape rJ ura de mocrá tica de l presi-
tes. A Méx ico le dediqué sólo tres páginas, pero di go: "No dente Ec heve rría. As í q ue te d igo: no hay mal que por bi e n
se sa be bien a bie n q uié n es el respo nsable ele la repres ión, no venga.
pe ro el res po nsable es e l go bie rn o mex ica no". La revista
sale en mayo, la c mb (~a d a de Méx ico info rm a a la Secreta- 'fu libro sobre La Revo lu ció n mex icana ( 1973) cambió muchas
ria d e Go be rn ació n , pide que me ap liq ue n e l a rlícul o 33, y cosas. Introdujo -estoy eSIJeculando- cierla cadencia de la cuenta
lo hace n . Yo te n ía e n ese mo me nto cua tro ali os e n México, larga de Bmudel a la historia de México. Así como la Revolución
no pe nsaba volve r a Fnm cia sino de vacacio nes, y acababa francesa fue Teil11eJ1Jrelada como mw vida del Ancie n Régime
de rea n uda r mi co ntrato con El Colegio de México. A los más allá de la muerte, y la Revolución "usa agravó hasta el pa-
cua tro d ías tuve qu e sali r de l pa ís. roxismo el autmiLmismo ''uso. ¿ La Revolución mexicana jJrolonga
Todo aq ue ll o fue otro favo rable acci den te de la historia: y fortalece la historia del {<,'stacio en J\IIéxico? ¿Eso jJeflsabas en
me h izo hé roe y m::í rtir sin q ue re rlo , lo q ue me va lió a mis- 1973? ¿Eso piensas a·ú.n? ¿A la ReTJOlución mexicana la inventó
tad es. No me a trevo a llamarl e "amistad", pe ro me val ió un a la ideologia de la Rltooluúón mexicana?
re laci6 n pe rsonal con d on Da nie l Cosío Vill egas y co n e l rec-
to r Ig nac io C h ~í vez, qu e me o rga niza ro n una co mid a e n el Eso pe nsaba yeso sigo pe nsan do . Ese libro es como un post
resto rá n La Lo rrai ne e l día an tes de mi salida. Yo e ra un scríptull1 a La Crisl-iada. Yo aca baba d e po ner pu mo fi nal a
m uchacho de ve in lisiete alios, y es taba rod eado de esos ho m- las dos mil cuartil las ele La C1i5liada, qu e todavía no defe nd ía
bres qu e e ra n , q ue sig ue n sie ndo , adm ira bles. De e nto nces como tes is, cua ndo Franc;o is Chevalicr, el g ra n h isto riado r
vie ne ta mbi én mi a mistad co n Anton io AJa torre. Hubo ta 111- de la N ueva Espa li a, e l a Ulor de La fom~!.!¡¡.ión de los latifun-

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.I can Mcre r

dios, qu ie n ocupaba la recié n creada cá tedra de h istoria de rista. Call es es e l g ran estad ista de la Revo lución mexica na
América LaLina e n la So rbona, me pidió sustituirlo. Un día que vie ne, co mo Alejandro. a co rta r el nudo gordiano. Re-
me invita a co me r y me dice que ti ene un proble ma. Se trata- suel ve tod o e l reto d e l siglo XIX: crcar Ull EjeCllli vo fue r-
ba de un co mpro miso co n la ed itorial Calmann-Lévy: te nía te. Espero que a lgún día Ull perso naje notable co mo Phil
qu e e n trega rl es e n mayo o junio un libro sobre la Revo lu- Weiga ndte rmine su li bro , que pro bará d e manera ind iscu-
ció n mex ica na para u na co lecció n qu e se llamaba "Las g ran- tible qu e el fasc ismo ital iano fue e l insp in ld o r de Call es.
des o las revo luc iona ri as" , y no te nía ti e mpo pa ra escribi rl o. Wciga nd. arqueólogo es tadou nid e nse}' sa belotodo, e ncon-
"¿Uste d pued e?", me di ce y ace pté e l reto. En to nces tuve tró un ej e mplar de los estatutos de l partido f~l SC j S W an otado
que esc ribir ese lib ro {tu/ii de la IJlwne. so bre la marcha, e n mi por Call es. Des pués Cá rdenas organ iza e l parti do so bre cua-
O liveloloi Le tte ra 22. Co nocía bastante bie n e l te ma, y creo tro pilares , es decir, el model o cor poraLivista. Esa he ren c ia
qu e esc ribí e l libro dura nte ci nco o siete se ma nas, 330 Cua r- corpora ti vista se la de be mos a l régime n Call es-Cá rde n as,
tillas, pn1ctica me nt e sin consu lta r nada, casi d e me mo ri a. cuyo modelo fue el f ~t sc i s l11 o d e Mllssolini . Lo d igo fríame n-
Pero aClllé co mo "plagi ario inte leclllal " de "lbcquevi ll e, el de te, pues e n esos a li os vei nte y tre inta, an tes de la cala mitosa
I~'i Antiguo Régimen )1 la. Reuoiuciól1. En cse momcnLO Fran(ois alian za q ue su bord ina a Mussolin i co n Hitle r, mu c hísimos
Fure t, que e m pezaba a da rse a conoce r co mo el tc rribl e jóvenes de Europa ve ían a Mussolini co mo un líder revo lu-
d e mo ledo r d e la miLO logía hisLO riognHica d e la Revo lu ción cionario. ta l C0 l110 m i gc neración vio ti Castro.
francesa, hab ía logrado que Ga llimard publica ra e n li bro
de bolsillo fl Anliguo H.éginu.'1t )1 la Revolución, y Tocquev illc La. clilica de la I?euolución mexiral1a, desde tu. libm, ha. /la.sado
me d io la clave: la idea fundam e l1lal de qu e los j acobi nos y fJor al menos dos momentos. Primem, uino Út crítica marxista de la
apoleón te rmin an la obra e mpre nd ida po r ht mona rquía. Ncvoiuúón 11IcxiclUza., que se fue IJor (ti lado de que la nuestra no
La ma no in vis ible de la hi storia actúa dond e el revo lucio- fue una -revolución tan verdadera. porque no era una "Tevolución"
lurio cree des tru ir un a ntig uo régimen. Es una ironía de la a. la soviética. RL'Voiución que no (ml de origen marxista-leninista,
histo ri a que qui en cree des tr uir un régime n lo ll eve a su COIltO la rusa o la china, em una 1'f:lJoiución de segunda calegoria,

perfección. La o bra ce ntral izadora de los mo narcas fran ce- y quedaba en "gran 'reúelión ". Después se Ita implUtslo ol'm noción,
ses desde el siglo X hasta Luis XIV, y qu e fracasa co n Lui s actualmente muy IJolntla:r en ttl periodismo y en la academia, que
XV I, la reali zan Robesp ic lTe }' Napoleó n. Así ta mbién, e n dice que en realidad no hubo Hevolución mexicana. E~ una suerte
los sup uestos e ne mi gos de Po rfiri o Díaz, y di go "supuestos" dI' boula ngisme que se origina en honrar la r:onvicáón tní.úlica de
porq ue en O bregó n , qu e e ra un hombre muy intel ige nte que los jJolit.icos son sieml}/r! iguales y las nrvolw;iones sólo sustilu-
- decía qu e "el úni co e rro r de do n Porfirio había sido ll egar )'en a unos ladmnes fJor otros ladrones y que ItSOS ladmlles inventan
a viejo"-, no había n in g ún e le men to ideológico arlLiporfi- una ideologia estatai que los cubra. De esas_ lesmislificaciones se

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J can Me}'cr

pasa a. ponel' en duda r¡ue haya habido un millón de muertos. Fue-


,n c"ica na diciendo "no es una revolución". Pero desde lue-
mn 1JIeno.\~ se dice, se murieml1 de grille o se fuemn a vivir a Estados o que lo fue . Fue un ca tacl ismo. Hubiera sido una revo lu-
Unidos, como si la disminución en la cantidad variara la natura_ ~jón "bla nca" o un "golpe seco", como di cen alg un os, si no
leza Hmol.l.lr:lonaria del fenómeno. H ay, en ese negacionismo, no sé hubiera venido "la co ntra rrevo lució n", en la cual HuerLa
si I.lí. estés de aClu!l'do, una confusión de míz: en el siglo XXt, des- fue el instrum ento para asesi na r a Madero.
Imés de la exlJeriencia de las revoluciones del siglo xx, las conside_ El fa moso mill ón de mu e rLos nun ca lo pudimos cOlHabi-
raUlOS calríSl.mfes r¡ue la. voluntad pública debe evitar mediante la li zar, )' creo que no va a se r f~ici l hacerlo. EfeCLivame n te
democracia. Pem ello no IJUede llevaT al decreto historiográfico de ahora se ha pues LO m uy de moda decir qu e la g ripe espaiio-
que las 'H!Vohtciones, siendo sus consecuencias inhu'" w"UIS e '¡nace/J_ la mató más gen te. Yo creo que la h isto ri a de esa epide mia
lab/es, no hayan l!xislido. sí se podría escribir, porque ha)' registros de defunc io n es,
al men os e n la ci ud ad d e México. Lo que pasa es qu e la
Tie nes razón. De hec ho, cuando yo escribo La. Revolución gente considera que la eta pa viol e nta d e la Revo lució n ter-
lIlc:..-ica'l1(t co mpa rto todav ía esa idea ma rxis ta d e que la lmi- min a en 19 ] 9 o cua ndo se ¡-inde Villa. No: hay qu e meter la
ca revolución es la soviética, o la maoísta, porque incluso a Cristiada, que costó 250 m il vidas, no sólo de co mbatientes,
la Revolución fra ncesa tan admirada por Len in o Ma rx ... si no de civiles, víc timas de los da¡ios colatera les. Por ejempl o,
se hi zo lo qu e en todas las g ue l'1'tls colo niales o civiles moder-
Se le encontraron mue/lOs defectos ... nas: con cen trar a la po b lación civil , práctica qu e e mpezó,
quizá, precisamen te, el es paiiol ' '''eyler e n Guba a fi nes dd
Para e ll a es taba el casille ro "revolució n bu rg uesa", un paso siglo XIX, luego los es tado unidenses e n Filipinas y los ingle-
en el cam ino hacia la ve rdad e ra, la g ra n revo lu ción que ses con tra los bóe rs, y se ge ne ral iza e n e l sigo xx.
pondría fin a la hi storia. En re~llid a d ace ptaba yo esa tesis
marx isla por e nojo co ntra el México de ese mo me nto, bttio La Crisliada es la entrada de J\lléxico al siglo xx.
e l im pacto d e T lale lo\co y de lJu eves de Corpus de 197 1. Yo
no sabía que iba a ve nir la ape rtura de moc rática y d espués Sí. De repe nte co nce n tra n ti toda la població n de los Altos
la inter min ab le pe ro fln a lme n te lograda tra nsición d e mo- ele J al isco e n cinco pue blos g ra ndes o ciudades, e n Ara n-
crá ti ca. Cua ndo termin o mi libro, no se me oc u rre escribir, das, en Ocotl.í n , e n Leó n . E.s invie rno , de un día para o tro
como lo dUo Ma ri o Vargas Ll osa, qu e e l rég im e n es inve nci- la ge nte sale a pie, carga ndo lo que puede: bebés, vit:.jitos ...
ble po rq ue es una d iClad u ra perfecta, pe ro sí d igo: "es u lla Cae agua nieve, hay ca mpam e ntos improvisados y de pron-
revo lu c ión q ue ti e ne co m o a mb ic ió n pro hibir lOda nu e- LO se suelta n las viruelas. ¿Cwintas personas mu ere n e n ese
va revolución ". Co n ese e noj o d escalifico a la Revo lución 1ll0 me nLO? No lo sabe m os. Pero el ge nC{i! Garfias, qu e fue

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.lean Me}'er

direCLOr del Arc h ivo Ilislórico anles de ser recLorde 1<1 Ull i- /Jire Bmudel qlle l'l ojirio dI' hislO/iador e.s milagroso porque C011-
ve rsidad de las Tres Anmls, calcu ló la cifra de 250 mil vidas. vil.rlc en vivos 1I lodos los seres quP locamos, que e.s unll vicioria.
Además, la Crisliada y su represión asoló a todo el B¡tiío , sobre la muerle. La Cr isLiHda, me /Hlrece, es eSlL clase de victo-
LOdo el ce ntro-<>ccidente de México. A la hora de escribi r ria. Asumiéndolo, ¿ 110 crees qu/' actlta/mm/f' SI! confimde la condena.
mi libro sobre e l apoyo de los ca ló li cos es tado unid enses a moral de la. v;olencü, Júsló,ira en 100/as sus ¡armas COIJ la. negación
los ca ló li cos m ex ic¡'lIlos (/..fl rt'l12.ada por México, 2008) lile JúslO/iográjiw de la existencia de la.s revoluciones?
enconlré CO II e l dalO d e que mill ó n y med io de Inex icanos
LOmaron el camin o d el exi lio e nlre 1926 )' 1929, hu)'e nd o de Ésas so n fórmulas mu y bon itas y ca plan un e lemcnLO d e
una d evas tació n qu e fue ma yo r e n el ca mpo que e n la c iu- ve rdad. Hay una vic:ja formu la hltina, crco que eS Lá e n Cé-
dad . Porque había dos Méx icos: e n la ciudad, a11le las mi sas sar e n La. guctra df! Calias o e n 1\ ícilO, qu e d ice "a sa ngre y
clandcstinas, cae la po licía, arreslan al sacerdot:e )' ¡¡ las sc- ru ego y sangre". Ha)' ot.ra fórmu la latina , H'Ilseel a.ratm, "con
íio ras, in cl uso s i cs la es posa del ge ne ral Amaro, pero las el arado y con la g uad ::lI-m" , qu e anun c ia )'a la reco nslru c-
suelta n y no fusi lan al sacerdo te; en el ca mpo se fu sil aba ci ó n. La Revoluci ó n me xica na llIvn las dos e tapas. Eso lo
se ncillam en le porqu e algu ie n había pueslo un listó n negro dice Luis Gonú lel y Go nl.¡.llc/. IIlll chu llI c:jor q ue yo c n Pue-
a la e nt.rad¡¡ de su casa, e nca rce laban a las nllü e res por(luc blo eu vilo ( 1968), libro al qu c le d e bo La n LO co mo a mis vi-
veslía n d e luLO o mataban a los so ld ados que u'Llían esca pu- ve ncias con Luis e n Sa n J osé d e Graci a, largas le mporadas
larios. En e l ca mpo, pues, nos e nco nlram os CO II la barbarie en que é l me presenló a sus líos - LOdos había n sido crisle-
absolm<l. Se cortan ca bezas, se ex po ne n los cad;í.veres, se 1'05-, vivencias sin las cual es mi conocimiento de los hechos
queman los pueblos, se saquca. hubiera sido muy dife rente , Luis, e n fin . decía: "Antes de
1916, solamente la ge nt e d e la ci udad se se n lía realm e nle
F.so idea dp[a Urooluóón 11IP>:iclI1lfl como un Jwnvr/){Jra los civi- mexicana. La. primera lea lLad de los del campo era co n su
les, esp ü'o5/;IIIOl1io df' /l'tlll vprdadera calamidad qUf' es/lÍ f'tI Iu obm pue blo, con su parroquia, )' e l lmi co l ~l cLOr co mún e ra e l
y PJl, lo di' l.u is Com,á/ez y González, contrasta murho co // la idf'a ca LOlicismo, e l g uad a lupanism o ". La Revoluci ón mexicana,
de [a. bf('lwmciún {/./IlniO/; /HV/JiU de Oclavio Paz en Ellabe rinLO de menos qu e permilir e l ree ncue ntro del mexicano co nsigo
la so led ad ( /950 J, dI' "lI(' fado aqu.ello fue, .~iU/,bÚliCft J' .w,c/'ijü:ial.- m ismo, fOlja al m ex ica no. Cuando Ga mio di ce "FOIjando
mente J' It'ido rm ('/on/N1 df' la jilosofia de la. lrrmsgl'fl.~'ión, 'tIUf/. fo'i,'sla Palria", liene razó n, aunquc é l es t<-Í pensando en la obra
a I.mvé.\' de la. w allos IIlpxir.anos se 'reconocen en [0.5 II1pxirr/.11,os ... edu caliva)' conslrucliva, pero mu cho se rOJ:jó, tambié n , e n
el fue go de los in ce ndi os, d e los balazos, d e los lüsilamien-
La fiCSLa de las balas ... Méx ico se reell cuentra a sí mi smo, LOS y e n la sangre de la g uernl. Co m o d ecían los g riegos, "la
gue rra es la madre d e LOdas las cosas". ~ie no , palLl bien

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.lean Meyer

o para mal. Esa dim e nsión de la Revolución mexicana tie- Al siglo XIX e ntré de la sig ui e nte ma ne ra. En aque l enton-
nes que aceptarla. Lanzó más de dos mill o nes de mex ica nos ces en Francia debías hacer la tes is de docto rado de Es tad o,
a E.stados Un idos. Fue Ru lfo qu ien me lo dijo: "Es cuando una tes is mo n umenta l que te ll evaba mu chos alios. Co mo si
Los Án ge les se vo lvió mexican a". Él iba a Los Ánge les y de- nO fue ra sufic ien te deb ías escribir u na tes ina, un libro sobre
cía: "Cmzaba la calle, y puro Sayula; tres calles más ade lan- un tema rad icalme nte dif-e re nte, no podía se r un a nexo des~
te, puro Zacoa1co". La hi storia co ntin en tal no rteame ri cana colgado de tu. tes is. Cuando ll egué a Méx ico Luis Gonz¡;ílez)'
hace qu e la n ues tra sea inseparabl e de la de Es tados Un i- Go nzá lez me presentó a un viejo erudito local, don J osé Ra-
dos, y a l revés. Lo qu e pasa es q ue nosotros e mpeza mos a J1lírez Flores, de G uadalaj a ra, que me dijo: "Hay un perso-
saberlo, e ll os todavía no, o 10 en ti enden de una man e ra muy naje fab llloso n inguneado, cal um n iado. prototipo de líde r
nega tiva con reacc iones ra cistas contra los in mi g ra ntes. En agrario, que fu e un Zapata much o antes de Za pata. Es Ma-
fin , esa Revolución mexica na, a la cual los marxistas le repro- nue l Lozada, el Tigre de Álica". ¡Ah! Entonccs registré como
chan no haber sido una revol ució n in ternaciona l, ca mbi ó tes is secund aria el estud io de un líde r protoagra rio e n Méxi-
Nortea mérica. Fue una revol ució n , qué d uda ca be, y con co, Man ue l Lozada. Pe ro de re pen te se reforman los eS La tu-
consecuencias e nor mes, y no te hablo de los a iios feli ces, LOS acadé mi cos y ya no e ra necesaria la tesis secu nda ri a, de tal

los mlos dorados d e la reco nstr ucción de 1920 a 1924, cuyo man era qu e n UIl Gllleg ué a esc ribi r un libro defin itivo sobre
relato é pico h izo Vasconce los e n su calidad de héroe conti- Lazada pero escribí ese libri to que se ll a ma EsjJerando aLoza-
ne ntal y que tanta impresión causó e n Amé ri ca Latina. da, evide ntcm e nte infl uido por E5!Jerandoa CodoL. Todo esto
para decirte qu e sobre e l siglo XIX he escriLO mu cho pe ro en
josé Vasconcelos es el que le quila el signo de sangre a la Revolución artícu los desperdigados e n revistas se rias de his toria agraria.
y la ofrece como el inicio de una. civilización. Yo, el francés es u n libro que escribo después ele tre in ta
a ll os de fae na profesional, cuando uno ya no le tie nc mi edo
Hasta la fec ha es tamos vivie ndo de esa herencia, por 10 me- a la acad e mia y tienes un ed itor C01110 Tusqu cts qu e acep ta
nos en la cultura. tus inte ntos de jucgo. Te n ía un mate rial tan co mplicado
que había que inve n tar a lg una nu eva forma , y la e nco ntré
Tu obra mexica.na /.lene, también, un lado más son1'iente)' noveles- e n un escr itor r uso, And ré i Bítov, au tor de un lib ro hermo-
co, el decimonónico, el de Yo, e l francés)' el de tu novela sobre la. sísimo que se llama La. Casa Pushkin ( 1978), en realidad dos
IndcjJendencia (Los tambores de Cald e ró n ). Para ti, ¿hay un libros que juegan dial éc ticamente. Yo me tí tres, nada más
siglo XiX cÓ11lico-novelesco y un siglo XX trágico-religioso, el de La para de mostra rl e a la acade mi a que sí es taba fun da me nta-
Cristiada , el del desenlace de La gra n controversia d:u.ranle el do todo lo que dccía e n las dos o tras partes. Me d ivertí rnu-
colltu.nis1ll,0 soviético? ch o escribie ndo ese libro.

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.l ea n Meyer

¿Cómo l/es tu eX/Jeriencia diez mios desjmés? ¿ Cómo se sinlió un


S{, es nfrJesca'nle leerlo una vez que se le/'lnina, como yo Lo hice, con
liberal ca/ótico frente al carisma - y el jJoder carismático siempre (:s
Los (·res tomos de La Cristiada y el horror del sigLo xx que hay en
integrisW- de don Sarnuel?
eLla.
Geo rges Duby, q ue tenía un a manera m uy in te resan te de
Le decía a nuestro hijo Pa blo , que esLo'Í. en Nueva York, q ue
trabaj ar, d ialoga ndo, d icta n do o e n e n trevista, d ecía que e l
hace q uince días , cuando Oba ma p ron u nció su d iscu rso en
oc he nta por ciento de su obra ha bía sido escr ita por e ncal'-
\I\'es t Poinl y a nunció q ue iba a manda r tre inta mil hombres
go y que a l fina l de su vida , viendo e l resultado, estaba m uy
a Argan istán , yo me aco rdé de Yo, eljrancés. De berían releer el
satisfecho. Yo no puedo hab lar de un ochen ta por cie n to ,
tes tim o ni o de los oficiales franceses q ue recojo. U no de
pero sí de un ci ncuen ta , y ta m bié n estoy sa tisfech o. En esLe
ell os, e n la últi ma carta q ue memda a sus pad res, les di ce: "No
casa se me acercó un ho mbre buen o, Alberto Ath ié , q ue e ra
fu imos derrotados mi li tarmente. Yo co n m i batería de a rti-
sacerdoLe e n tonces y qu e ha sido muy castigado por su pro-
ll e ría -es decir, cuatro cali o nes y sus mulas- y mis cincuenta
pia Iglesia po r ha ber denu nciado lo de l pad re Ma rcial Ma-
soldados ahori ta mismo puedo atravesar Méx ico de Verac ruz
ciel, y me dijo: "M ira , te n e mos un pro blema, la mayoría de
a Ma nzan illo y me abro ca m ino. Pero j amás va mos a domi-
los o bispos no sabe qué pensar de don Sam uel. H ay u na mi-
na r este país". Me da tristeza pero eso le va a pasa r a Obama
noría radi ca l to ta lme nte sa mu e lin a, y una m in oría intra n-
co n es te últi m o in te n to de d izque con trola r Afga n istá n .
sigen te q ue es t~'i to ca nd o la pue r ta en Ro ma pa ra q ue se
cas tig ue a do n Sam uel. Pe ro la mayo ría no sabe q ué pensa r.
Finalicemos con una incunión, política en la historio conlemjJorá-
Pensarnos que un h isto ri ado r profesio na l, im parcial - ilus ió n,
nea de J\IIéxico. ¡-Iáblmne de lo que ·rodea Sa m uel Ruiz e n San
pobres de e ll os-, pod ría hacer u na in vestigació n. ¿Acep ta-
Cristó bal, que hiciste ya hace dü!z mios, de la dijicnUad que signi-
rías? Te paga mos los gastos de investigación ,}' una pequeli a
ficó pam ti aceptar el encmgo de dm' una visión de alguna '/llanera
ca ntidad de d ine ro". Le co ntesté: "Si me dan acceso a todos
hnpa1"Cial sobre la relación del obispo Smnuel Ruiz. )' la IglPsia en
los person~es, y si la arqu idi ócesis me da acceso a l arch ivo,
Chiapas con el levanlmnú,tn lo zaj)(llisla en 1994. Es u.na tri/Jle
sí. No qui ero di ne ro , sólo pa ra un ayudante de in vesti gac ión,
posición la que lomas ahí: como hisloriad01; como catól-ico, como
Ju lio Ríos", que res ul tó , po r cie r to , un esplénd ido ayudante.
mexicano. Ahora que lo nleí, fue para mí muy interesante verle y
Aceptaron m is cond ic iones. De bo decir que me sor prendi ó
leerle en calidad de historiador del presenle. ¿ Qué lan d~fícil fue
de ma nera ex trao rdin a ria qu e d o n Sam ue l me dej ara me-
jJanL eL historiador de la CTisliada ú' a hacer una encuesta -nunca
terme a l arc hi vo, y por eso pude p ub lica r documen tos d o n-
fue más justa La paLabra mmiliénrlonos a I-/eródoto y ({.fray BerIUlT-
de él no aparece b,yo la mt.;jor luz: cua ndo no hace caso a
dino- al1nundo de Smnuel Ruiz, el obisjJO de Chia/)(LS anles y du-
las peticiones de los ind ígenas expul sados de la zo na con-
nmle fa Teúelión neoza/Jal,isla.? ¿Por qué ace/JI,a,sle esa encomienda ?
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Jean Meyer

trolada por e l E.jército Zapatista de Liberación Nacional loS italianos de l gru po de Sa nt'Egidio , un a ONG eX lraordin a·
(EZLN). Terminé mi tralntio , lo entregué a AlberLo; Albeno da. Tiene su local en la parroquia de Sa nt'Egid io e n Roma.
lo pasó a la Co nre re ncia Episcopal y le dUe: "Mande por El director es Andrea Ri ccardi , que tie ne una doble vi da d e
ravor una copia el don Samue l". Evidenteme n te , n unca reci· historiador )' de m ili tante ca tó li co, que rund ó ese grupo ha·
bí ni cO l1les tació n ni co mentari os de é l. Yo había pasado ce varias décadas para lucha r co ntra la pobreza, prot.ege r a
horas y días con clon Samuel, vié ndol o e n e l te rreno: es un los gita nos y defe nder a los trab~jadores in migran tes e n lw-
glilll sed ucto r y cua nd o estás co n é l es imposible no caer lía. Luego se me ti ero n de mediadores d iscre tísimos e n co n·
b;:uo su d umn. Me hicieron sa ber qu e é l es ta ba mu y do lido ni ctoS inte rn ac iona les, tanto e n Cel1lroamé rica co rn o e n
por cie rto cap íwl o qu e no es taba "COl1lex tu ali zado". Lo Áfri ca. Ellos son, por ej e mp lo, los padres del fin de la g ue rra
co ntcx t.ua licé. Me ayudó mu chís imo e n t.odo.luan Pedro Vi· civil en Moza mbique. E. n Italia lograron se ntar en la misma
q ue ira, qui en es uno de los mejores co nocedo res de Chi a- mesa a co ron eles y barbu d os a rgel inos. Y lo mismo e n la
pas. Por cie rto, aho ra que lo acabas de relee r, ¿te diste gue rra civil d e El Sa lva dor. Ell os in t roduj e ro n e n Roma
cue n ta d e la crítica vclada a don Samue l o no? la ca usa de la beatificació n de monseño r Rom ero, pero se
topaban con críticos qu e d ecía n : "Monse li or Romero es de
Sí, me !mnxió más Clítico ahora. que cuando lo leí hace diez. a-;ios, la teología d e la liberación, un partidario d e la violencia".
¡Jorque lodos nos hemos ido enfriando en nuestras !JOsiúones de Ento nces e ll os me dij eron: "No es cie rto , y n ecesita mos un
enfonces soúre ChialJlls, que inevitablemente IJecaban de exceso historiador que lo docum ente. Te pasamos toda la docu-
de celo. Cuando hicimos aquella. presentación, me jHI,reció que Sa- me ntación habida y por haber tanto del Vatican o co mo del
muel Rui z e n Sa n Cristóbal era. un tanto enlwiasta, quiJ..á de- gobie rn o salvado re li o. toda la cró ni ca de la g ue rra civil e n
masiado. Temí que le ""1Convirl.ieras... El Salvador, todos los pape les oficia les, la correspo ndenc ia
oficial del a rzobispo y sus d iar ios perso nales". Yarmé un li·
No, no e ra tan e ntusiasta. Ocurre que en to nces hubi era si- brito que se publicó all á, e n ita li ano. So n dos ex periencias
do catast.róflca la ex pulsió n de don Sam uel, que e ra lo que Ill uy in te resan tes de histo ri a inmedi ata. Me fue imposib le
q ue ría n mo nsc li o r Prigio ne, e l nu ncio, y e l secre ta ri o de Ca· no simpati zar con cie rtos aspectos de don Samu e l y co n la
be rn ació n . to talidad d e la pe rso nalidad de Ósca r Ro mero.

En ese ,\'(ml.ú/.o, ¿ crees que elliúro influyó a fa.vor de don Sautuel? ¿ y ha tenido efeclo tu libro .mbre la causa de beatificación?

No hay manera de saber cómo sucedi eron las cosas. Pe ro No te ngo la meno r idea. Un día d e ést.os le va)' a escri bir a
tuve otra ex perie ncia se mejan te, otra vez por e nca rgo, con Andrea Ricca rd i para preguntarl e. Hay ~sas d e beatifica·

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ció n que so n ó mn ib us, hace n LOdas las paradas y va n m uy xv. Enrique Krauze: "Toda h istoria
le n tas, y las hay re lampaguea n tes, co rn o la deJuan Pab lo 11 , es contemporánea"
q ue va a sali r mu y pro nto. Pe ro ha de te ne r monselior Ro-
mero sus enem igos en la c uria , po rq ue la cuda es m u)/ co n-
servadora }/ ¡lu nque no sepa nada de hi sLO ria de Amé rica
Latina bas ta co n que a lgu ie n les di ga que "era un cura g ue-
r rill e ro" para q ue no pase la ca usa. De todos los h istoriad ores co n te m porá neos dedicados a Mé-
xi co, ni nguno corresponde mejo r, actua li zándo la, a la flgu ra
1:;11. la H isLO ri a ele los cristia nos e n América Lati na. Siglos del h isto ri ado,· ta l cua l lo imagi nó el siglo XIX que Enr ique
X IX Y XX (1989) diCt!'\" que la Iglesia ayudó m.ue/w a /Ja'ú· (t n/litS- Kra uze. Es el histo ri ador e n d iá logo co n s us lec tores, a la
lTas naciones. ¿ Doscientos ai'ios de~jmés de la. Inde!Jendenóa. y un vez sus co nte mpo ráneos c n la po lis. El de ber de me mo ri a,
siglo rft:sfJués di: la Revolución mexicana la nuesl:/"a sigui' siendo el ta la nte pro fé ti co, la af"ición po líti co-teológica fo rm an
una historia. I:clesiásliw? parle indi sociable de su ed ucación co mo hUo de in mi g ra n-
tes j udíos, prove ni e ntes de Polo n ia, naci do e n la ciudad de
Creo q ue no. Una h isLOria de ese ti po, pa ra e mpeza r, ten- México e l 16 de se p tiem bre de 1947.
dr ía q ue se r, más q ue cri sti an a, re li giosa, po rqu e hay q ue Krauze hace hi sto ri a para el lecto r co m ún -"I.!te com1Jlon
incl uir a hora a los rl1 0rm0 l1 es, a los Tes tigos de J e hová y a re(uld' al qu e Virginia Woo lf tenía po r ídolo- mul tip li ca-
Olras fam ilias q ue ya franca me nte no so n cristia nas. El e le- do e n miles y mi les de ho m b res y Iln ueres, estud ia n tes o
me nLO actua l más fuerte es el eva ngeJ ismo, esa fami li a es- aficio nad os, doctos o di lc Lant.es, pa ra los cua les e l cono-
pi ritua l de l pro tes tan tismo que se está pro pagan do e n e l ci mi e n to de la hi storia es un de ber de mocr<í tico, u na he-
mundo co mo ruego e n el p<-Ua r. Los go bie rn os van a descu- rra mienta sin la c ua l no hay CO nLraLO socia l ni vida c ivil.
brir q ue e ra l11 t:jo r te ne r un c ue rpo ecles i,:ÍS ti co co n e l c ual DevoLO d e ese de ber, Kra uze lo ha ho n rado , co mo pocos
te pe leabas pe ro ta mb ién co n e l cua l podías po ne r te d e hi sto ri ad o res 10 ha bía n hec ho, a través de sus lib ros y de la
acue rd o. Aq ue l cue rpo e cles iás ti co qu e podía o rd e rl<\I~ co- televisión. Y co rn o a punta J avier Ga rciad iego e n EllemfJle
mo 10 hi zo co n los cri ste ros e n 1929: "Se acabó, de po nga n liberal (20 07) , fu e Kra uze qui e n, no sa tisfec ho co n ser aca-
las a rm as". En ca mbio, ¿có mo u·ata r co n dece nas d e mil es dé mi co - discípulo e n El Colegio de Méx ico de Daniel Cosía
de comunid ades de "aleluyas", de eva ngé li cos, las ll a madas Vill egas y Luis Gon zá lez y Go nzá lez-, decidió construir pa-
"asambl eas d e Di os" que nun ca pasan de cie n famili as? All í ra sí un luga r socia l d esde e l cual esc ribir. ' En ese pu nto, e l
se verá cuá nto van a extraii.a r los go bie rn os e l an tiguo co n- I Fcmando Carda Ramírcz (comp .), El [f' lII/,I!! libeml. Acerramien[o a la
fli cto e ntre la Igles ia y e l Estado. obra de Hmiquc Kmllu, Tusqtlcts, Méxi co, 2009.

380 38 1
Enrique Krauze

hi sLO ri ado r se e ncue ntra, por na lU rale za y por necesidad, da popular" a l domini o de los historiadores calificados.
con el e mpresario cultural. González y Gon zá lez, Charl es Ha le, Brading , Kni gh t, Hug h
Krau ze ha escrito sobre hé roes, pero más qu e el método Thomas, Lore nzo Me}'er }' .J ean Me)/er, han subrayado los
de Ca rl yle, del cual é l mismo se ha ido aleja ndo gracias al hall azgos historiogní.ficos de Krauze.2 Y lo ha n criticado
escepticismo qu e la de mocracia supon e para las inte l i gc n ~ (e llos y oU'os inté rp retes, a veces libe ral es de observancia
cias prude ntes, e n sus biograflas está una noció n más amab le prele ndidamen te m ~í.s es tri cla) po r deja rse seducir por el
y co mpre nsiva, la de l e me rso ni ano "hombre rep resen taLi ~ gen io de l mestiz¡;ue mex ican o o por ideali za r algun os e piso·
vo", tal cua l lo ve David A. Bradi ng, un o de los grandes his~ dios naciona les, co mo la Re pllblica Resla urada o la comu-
toriadorcs qu e han esc rito sob re Krauze. No cree d el todo nidad zapatista. Otras críticas vin ieron de l ho rror a l vacío
Krauzc - lo selialó Ala n Kni g h t cuand o apareció IJiogmfí.a qu e en cie rta acade rni a posmode rni sla provoca e l público:
del podel'- en la p re ponde rancia vitali sta o mes iá ni ca de l in- j uez más seve ro y caprichoso qu e los prio res del co nve n to o
di viduo en la histo ria. Su admirac ión por Vasconcclos, te m- las abadesas del claustro.
plada po r los alios, le sirvió de an tídoto. Se hi zo bióg rafo La re hab ili tación de un gé ne ro , lo m ismo que su pasión
bajo e l infltÜo de una pcrsonalísima psico h istoria - es Knight li beral, le tnuo a Kra uze ho no res in espe rados)' no de l lodo
q uie n lo di cc- e n la cual lo qu e importa -soy yo qui en lo ag radables, co mo el de habe r sido víc lima de libelos, simul·
agrega- es la forma e n que e l ca rácter se plasma e n e l ti e m- l.<í. neos en el tie mpo y comp le me ntarios e n su antisemitismo,
po: Hidalgo, IlUrbide. Lu cas Alamán ,José Fernando Ramí- de la extre ma d e rec ha ca tó lica y d e la m.í.s rancia izqui e rda
rez, Porfirio Diaz, Zapa ta, Ca rran7..a, Obregón , Cárde nas, naciona lista. ''Tal furor descalificalo ri o no se veía desde
Daniel Cosío Vi ll egas ya no son exactame n te lo qu e era n Buln es", ha escrito G¡;l rciadi ego. 3
a ntes de Krau ze. Es fác il dec irlo pero, a través de Biografía El propósito vital d e Krauze reque ría de una narrali va
dellJOder ( 1987), Siglo de caudillos ( 1994) Y La fJ,",<idencia im- histórica dispues ta e n e l ca rnin o co mo el es pejo slendh a lia·
perial ( 1997) , Krau ze ha re hecho, con su es tilo co nversado no, tal cual lo ha visto otro de sus lecto res, .fosé de la Colin a.
y epigra rmí.tico, e l álbu m fam iliar de la hi sto riografla mex i- Libro tras libro, esc ribi endo vidas paralelas y ejempla res o
ca na. eje rcien do e l a rlículo de co mbate o el breve e nsayo hi stó ri-
Emp re nd ió Kra uzc, hace m ,1s d e ve in te aiios, la J'ec ll pe~ co, Krauze ha hec ho u na o bra vo lu min osa qu e se cuen ta
ració n de l ho nor y de la eficacia de la hi sto ri a como "C l lipo e n tre las más leídas po r u n públi co sie mpre a nsioso de lee r
más po pular d e esc ritura, puesto que puede adaptarse a las h isto ria, desde ese siglo XIX e n qu e se proba ron sus ances-
capacidades más altas y 1l1 'í.s bajas", según d ecía G ib bo n,
ll amado a compa rece r por Kn ig ht, qui en sosluvo qu e co n 2 ¡bid. , p. 187.
la saga iniciada co n la Biog'rafia del poder regresa ba la "histo~ :1 ¡bid., p. 11 6.

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Enrique Krauzc

lros, los histo riadores cuya biogra fía coleCli va es la male ria Asum e Kl"auze que la hi sto ri a no es, info rtunadam ente,
d e Lapresenúa.deL IJasado (2005). De la Colina cila, tambi é n , maes tra ni de la vida ni d e la po lítica y que e l pasado de
a propósito de la savia lite ra ria de la qu e se nutre e l histo- poco nos sirve ante el México viole mísimo de nuestros días.
riador, las Vidas imaginarias, d e MarceI Schwob, lo cual me Sí, acaso, deja ndo la pue rta e ntreabierta, a lgo e n trará de la
ll eva a d ecir qu e Krau ze ha vlle lto reales las qu e e ran vidas LOlerancia ideo lógica y de l res peLO por la ley de los hom-
imagina rias de nuestros caudillos cu lturales y políticos. bres de la Reforma , e n cuyo hogar busca co nsue lo , otra vez,
Tuve eSla co nve rsación con Enriq ue Krau ze a fines de en el más rec iente de sus libros: De héroes y mitos (20 10) . Se
20 10, e n la redacció n de Lelms Libres, y no fue fáci l hace rl a refiere Enrique Krauze, e n esta co nve rsación , a los insur-
dado qu e es uno de mis mejores amigos: la ce rcanía intc lec- gen tes de 18 10, a los revo lucio narios d e 19 10, a los histo ri a-
tua l, a veces, inhibe o ti e nde a da r por se ntado lo qu c pue- dores decimonónicos, y a los monarcas sexe na les en los
de se r esenci~l l para e l lecto r. Nos co nocimos Enrique y yo que nos tocó confia r o a los cuales aborrecimos. Sin e mbar-
e n marzo de 1986, en la Feria d e l Libro de l Palacio de Mi - go, me pareció qu e, de lo ha blado , lo qu e más le emociona-
nería, e n una mesa redo nda ded icada al décimo aniversa- ba era la vida a la vez modes ta y org ullosa d e los habitantes
ri o de la muerte d e Cosío Vi llegas. Ese mismo día me invitó a de Naolin co , un pue blo ve racruza no qu e visilÓ el aúo ante-
Vuelta, de la que e ra subd irector, y allí, en la revista de Oc- pasado, dond e es probable que esté n un J)Llliad o d e esos
tavio Paz, pasaron doce aiios qu e se han vue lto vci nticmuro lectores qu e lo leen, lo ven y lo esc uchan a lo largo d e todo
en Lel·ra.s Libres. México.
Tenie ndo como eje al hi sto riado r, eSla conve rsació n pudo
haber durado va ri os días y hube d e esfor1...,·ume para no in-
vitarlo a abundar e n LOdo lo humano y e n algo de lo divin o En eLtexto "Mé>..-ico en clave bibtiw ", tino de los ensayos incluidos
qu e he mos comparlido. Krauze nos habla, aquí, de su edu- en De héroes y mitos (20 / 0), Ctientas una anécdota. familia.,.
cació n judía e n e l México de la pres ide nc ia imperia l, de la 'mU)1 significativa. Tu hUo León, a los cu.alm mios )1 durante la

form ac ió n de una co nciencia liberal e n una é poca e n que noche del Pesaj, 'respondió a la IJregunla de su abuelo sobre d moti-
e ra muy difici l escapa r a l imperio inte lec tua l y u ni versiwr io vo de la celebración confundien.do la salida de los judíos de l:;giIJ10
del ma rxismo, de sus polémicas co n los whigs me xica nos. con la IJ1Vfecía que tll,'vó a los aztecas a fundm· su. ciudad en arrue-
Habl ~l de sus libros de cabece ra: la H istoria 'I7lodel'1'U¡, de Méxi- lla laguna donde esl'll.viera un, águila r{¡:vorando a una se1pienle.
co, Pueblo en, viLo, 1.;:1. loberinto de la soú:dad. Va deJ e rusalé n él la Esa ?nueslra de mesl.izaje cuLt.ura.lle 1·egocijó, segú.n cuentas. A los
Magna Grecia, de Spinoza a Plutarco y de allí a Isaac DcuLS- nombres de fra.y Diego Dwún, Gregorio Ca'reía, Ángel Mmia Cari-
cher, a Karl Popper, a Isa iah Berl in. Enfatiza su crítica de la ba)' K. , ¿agregarías el luyo como un historiador que ha buscado,
mala hi storia acadé mi ca, logocida y endog,í mi ca. desde la lmdición laica y liberal, la clave bíblice¡fe México?

384 385
En riq llc Kra uzc

Co n el ti e mpo he llegado a pen sa r y a e n te nde r que e l ha- cie rta medid a, y esa clave teo lógico-po líli ca me pe r mitió
be rm e ro n mtd o - d esde e l kínde r hasta la prepara loria- e n co mpre nde r a cie n os perso naj cs e n los Lé nni n os que les
e l Colegio Israe lita, do nd e recib í una fo rmació n no rel igio_ so n pro pios. Esa clave es, creo, f'undame n ta l en la hi storia
sa pe ro sí cullU ra l ampli a e n e l hum anismo judío, lUvo un a de Méx ico . Luis Go n z~\l ez y Go nzü lez lo creía ta mb ié n . En
innue ncia ind uda ble e n mi visió n d e hi sto riado r. Te d iré alg una ocasió n escribió q ue si ha bía dos pue blos e n donde
a lgo evid en te: la Biblia p ued e ve rse como una biogra fía d el gravitara e l pasado como un a o bsesió n, p ue blos -digamos-
pode r y co mo un a biografTa d e l saber; es u na sucesió n de be ndec idos po r e l pasado pe ro tamb ié n las trados po r é l,
reyes, ele ca udi ll os, de j ueces y d e p rofe tas. Bie n vista , es la esOS pueblos e ran e l Plle blo jud ío y el p ue blo mex ica no. De
h isLOria de l pueb lo de Israel nar rada alrededor d e esas fi gu- modo que ten ía Sil razó n de se r transfe ri r la vocació n de re-
ras mag né Li cas, desd e Abra ha m hasta Salo món . Cada u no co rdar, ta n p ropi a d e la actitud judía a n te la vida , a la hi sLO-
de sus Li bros está ma rcado po r esas fi g uras ind iv id ua les e n ria de Méx ico. Reco rda r es casi un man da mi e nto para los
con tacLO co n Dios. Esa fi li ació n se me fue reve la nd o a l paso j ud íos; reco rda r es lo qu e los judíos hace n cada Día de l Pe r-
d e l tie mpo pe ro me quedó de l todo clara e n J e rusalé n ha- dó n, al hace r me moria de sus a nte pasados. En ese im pe ra-
cia 1989, cua nd o Am os Elo n , un gra n hisLO ri ad or de la vida tivo "recorda r" tambi é n tuvo m ucho qu e ver, e n m i vida , la
judía e n Eu ro pa ye n Aleman ia, al escuchar u na con fe re ncia prese ncia d e mis ab uelos y de m is bisa buelos, modestos pa-
mía sobre Vascon celos y su cr uzada edu cativa (esa im preg- triarcasjudíos. Mis bisab ue los n i siqu ie ra habla ban espaiiol,
nació n re ligiosa d e qu ie nes se sUlllaron a su a pos to lado) , se pero h iciero n qu e yo pe nsa ra mu cho m,h e n e l pasado que
me ace rcó y n'lC dUo: "Todos noso tros somos h isLOriado rcs en el prese m e.
de la religió n". Oc modo que esa dob le clave , d igam os, tea- Fue un e n trena mi ento e n e l htbo rato ri o de la memo ria.
lógico-po lÍlica , imp regna una parte importa nte de m i ob ra, En nuestro caso e ra una me mo ri a nost¡Ugica, la de u na fa-
d esd e mi p ri me r libro, ll e no d e fi g uras profé ticas y de a lu- milia muy doli da po r la p rese ncia ce rcan ís ima del Ho lo-
sio nes a aspec tos d e la sociología re li giosa. causto. Ha bía una urge ncia de reco rd ar e n e l se ntido de
rescalar d e l olvido. Todos ésos so n fa ctores de un a matriz
En ese '1JI,om,ento, salvo id caso deJean Me')'e1; la historiografía. mexi- j udía, que d e u na mane ra m ~ís O menos na tu ra l me ll evaro n
cana. no em 'muy dada ni a Lo leológico~jJolÍlico ni a ü, .wcioLogia de a inte resa rm e por e l pasado d e mi p ropio pa ís, por México .
la ·mligión ...
t1-es biógrafo JI eres historiad01: 'l it jJ/imer libro, Ca udill os cu ltu-
No , no lo e ra. Clavij e ro tie ne u na frase q ue en ese ncia elice: ral es en la Revo lución mexica na ( 1976), fue el Tetmto de u na
"La política y la rel igión Li e ne n u n peso fun dam c nta l e n la generación y aquel que le abrió LlIs ¡merlas del gran jJ1lblico; mien-
vida d e Méx ico". Yo creo q ue así ha sido y así es tod av ía e n tras que Biog ra fla d e l pode r (198 7) es 'un~lisI01'ia deljJOder

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En¡'iqllc Krauzc

IJolítico en México. Pasando deJe1'llsalén a Atenas, del mundo ju- corre e l peligro de simplifica r a l perso n ~j c, de hace r pe nsa r
dío almul1do griego)1lalino, esa fivntem que le quedaba tan clam que cualqu ie r hec ho que pudiése mos resca tar, por más ni-
a Plutw"[Q entre la biografia. y la historia, ¿cómo la IJercibes act'lUll- l11io, es ya me morable e n sí mismo. Eso es un a ton te ría. Y
mente, haciendo 'l/.1W eslJecie de corie de caja entre Ca udill os cu l- por otro lado es tá el pelig ro de s ubsum ir la historia d e un
tllla les e n la Revolución mex ica na y De hé roes y mitos, lu país, de un pue blo, de una socied ad , en un ind ividuo. En
'último liblV? La.I)17',Sidencia imlJerial yo intenté hace r al go disti nto: servirme
de la fi g ura de los p res identes porque fuero n muy im po r-
En la tradición in glesa se escr ibe n b iog rafías que so n m,1s tantes en la marcha de l país. Ese li bro lo esc ribí con mu cha
qu e una biografía: la biografía del person,-~e y su tiempo. pas ión po rqu e ti e ne e le me ntos a utobiográ ficos, dado que
Qu ie ro creer qu e e n las bi ogra fías q ue he esc ri to es tá e l yo e ra, tam bié n , un tes tigo d e esa é poca. Pe ro La IJresidencia
homb re co nec tado co n su tie mpo. So n libros qu e a rrqjan imjJelial. no es sólo la biog ra fla de Diaz O rdaz o Rui z Co rri-
lu z sobre e l al ma d e esos pe rsom:ti es, pe ro e nmarcados en su nes o Mi gue l Al e m ~\n ; es la vi da de esos pe rso n ~j es e n lo
ci rc unsta ncia. La biografía es u n instrum en to muy lllj l a un- que tenía d e sig ni fica tiva po r sí misma (sobre todo psicoló-
qu e tiene muchas limitaciones. N un ca he pretendido q ue gica me nte ), pe ro ta mbié n es la hi sLOria de có mo esa vi da se
la biogra f'ía des place a la hi storia. Rec ue rdo muy bien la pro)'ectó sobre el país, en UIl co ntexto e n el qu e hay mu-
prescripción d e I-Iui zin ga, quien se ñala el vicio de "antro- chas o tras fu erzas actua ndo: ob reros, ca mpesinos. e l PR I, la
pomorfiza r" la h istoria, de red ucirl a a l indi vid uo. Eso es lo oposición , las uni ve rsidad es, los inte lectuales, los goberna-
qu e hace la historia de bronce, qu e puede ll evar a una g ro- dores, los pode res f'o rm a les e info rmal es. Todos a pa recen
tesca simp lifi cació n; lo es tamos vien do en la profusió n de e n ese teatro qu e es la hi sto ria política de Mé xico, cuyo
biog rafias fác iles, ma ni q ueas y a necdóti cas ... pe rson'Üe ce ntral e ra e l pres ide nte e mpe rador. La trad uc-
ció n al inglés de esa tril ogía -Siglo de caudillos, Biografía del
Biografías novdadas. poder y La IJresidencia imjJerial- la llamé Biogm/Jlty oJpowerpo r-
que creo que el pe rsom,ü e ce n tra l de Méx ico fu e precisa-
No son biografias ni novelas, sino un híbrid o fa llido , plaga- me nte e l pode r.
do de efe mé rides bobas. A la an écdota, como decía Alfo nso En sum a, hay pue ntes que conec tan a la biog ratla y a la
Reyes, hay qu e re ivindica rl a. El d iab lo y la vida están e n los h isto ria; la biog rafía es un gé n e ro me nor comparado co n
de ta ll es, y u na a nécdota bie n con tada es a veces más sig nifi- la hi storia , q ue es u n te rrito ri o infi ni tam e nte más am pli o
ca tiva o reveladora qu e cie n páginas. Pe ro }'O creo que la en d onde in tervie ne n fu erzas de toda índole: eco nómi cas,
biografla, si no se la a bo rda con e l rigo r co n qu e la toma n políticas, sociales, culturales, ideológicas, reli giosas, loca-
los in gleses y los es tado unidenses, la trad ició n anglosajona, les, regionales, nac ionales, internacionales etcéte r-a. Me he

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Enrique Kr,luze

conce ntrado en el gé ne ro biográfi co po r g usLO, por voca~ Pronto ad ve rtí tamb ié n que és ta era la in te rpretación
ción , pero tambi é n po r lim itación: un a hisLO ria al esti lo de rvJúg de la h isto ria , y el asu nto me re mitió a una vieja polé-
los g ra nd es lie nzos qu e hacen J o hn Elli ott o Hugh T ho mas mi ca en Inglate rra de có mo los whigs (de la rgo predominio
no me la he propuesto; qui zás se ría incapaz de hace rla. e n la historia inglesa) había n im puesto su vers ió n del pasa-
do. Aquell o e ra g rave: estam os hablando de los alios oche nta,
Recordando la polémica de J 980-1981 con los historiadores, 1IlU- cua ndo res urge la guer rill a e n América Latina. En Mé xico
citOS de ellos de lu I:,reneración, que politizaban el/Jasado y hacían se acaba de terminar la G ue rra Suci a, impe ra la rad ica li za-
una "interpretación whi g de la hislO1ia", ¿crees que ese ti/JO de ció n pol ítica, y e n esos C'lIios m i ge ne rac ión te nía ese áni mo
h:isIOl'iol:,T'rafí.a Ita ü[o /Jenüendo su prominencia en los alios del si- revo lu ciona ri o y qu e ría impo ne rl e a la hi stor ia ese ca rta-
glo XXI que lll!vmllos o, como temen algunos, la historia se ha "ju- bón . Escribo en to nces un e nsayo publ icado más ta rd e en
dü;ialiuulo" a extremos alaTlllantes? ¿Estamos ante una n'l.UrlJCt Caras de la hisloria ( 1983), qu e si ma l no rec uerdo no es tá
generación dt! gUCI'IÜÜtroS históricos? e n la obra re un ida e n Tusq uelS.
Lo esc rib í con muc ho fe rvor y se lo ll evé a Ferna ndo Be-
Reco rdemos la circun stancia. Acompañados por alg un os nítez a Unomásuno, y Benítez me hab ló y me dUo: "Es mU)1
maestros de la ge ne ració n an terior, co mo Luis Go n z~" cz )1 bue no , he rm an ito, pero te aconst:jo no publicarlo porque
Go n úlez y Lu is Villoro, otros miembros de m i ge n eració n te van a d estrozar". Pero le pedí que 10 pub licara y lo hi zo
(a lg un os mayores, como Ado lfo Gi lly, a qu ie n lo veo más en e l supl emento Sábado, y luego se hi zo un acto pú blico a l
co mo gente d e m i ge ne ración , pero tamb ié n Enrique Flo- que acudi e ron Alejandra More no, Enri que Florescano )1
rescano, Ca rl os Pereyra, Héctor Agui la r Ca mín y otros) se otros más, y hubo de ve rdad un lin cha mi e nto; yo estaba allí
ju ntaron para hacer, co n u na idea de AJejandra More no y d!j e que no q uita ba n i un a co ma del e nsayo qu e había es-
Tosca no, un libro muy bon ito , que fu e mu y ex itoso, que crito. Se susc itó en ton ces un ¡:1 po lé mi o l con G ill y, co n Ama l-
qu izá sigue a la ven ta, m uy de lgado , muy bie n hec ho y co n do Córdova y co n algun os más e n Unomásuno, e n la qu e yo
un títul o ge ni al, H istoria ¿IJam qué? ( 1980) . Le í H ist01Ü' ,1)(l- me defendí. Fue mi p rim e ra pol é mi ca, dura, pe ro c reo qu e
m qué? Yme di cue nta que te nía, salvo a lg un os cap ítul os, un rue de altura. Y yo d e fe ndía que a la h isto ri a había que ace r-
común denomin ador, sobre todo e n los capítulos escritos cárse le co mo un sa be r. Y dde ndía la hi sto ri a co mo Lu is
por a uto res d e mi generación: se empe li aban e n po liti za r la Go nzález y Go nzá lez la co nce bía, co mo un sabe r al que hay
hisLOria , e n some te rla aj uici o e im pone rl e ca tego rías po lí- que ace rcarse con e l me no r número de prc~jlli c ios posi ble o
ti cas de l prese nte, ,-e partie n do pre mios y casti gos e ntre los almen a s co n prej ui cios claros y co nscie ntes, y U·a lar de e n-
pcrsom!jes históricos: "Éstos e ran revolu cionarios y és tos no, te nder el pasado e n sus propios té rm inos, sin usa r al pasa-
és LOs eran reaccionarios y aqué ll os no". do y menos ab usa r de él. Por o tra parte, ~sa bía m uy bien,

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Ellrique Kr.wze

por Marc Bloc h , que enlre el pasado y el presellle hay vasos críti ca" en real idad deberí~tmos llamarla obra de "los mi li-
cOlTIUniollltcs fruclífe ros, necesarios y además ineviwhles, tantes de la hisLOria" o, co mo Itl los ll amas, "los guerrilleros
porquc no puede uno dejar de ver el pasado con los ojos de la h isloria".
del presellle. "Toda hisLOria es hisLOria conlempor..ínea", Los problemas de la historia actual en Méx ico están en
dUo Coll inb1'\vood. Pero al mismo tiempo e l eSlud io del pa- olro lado. De haber predominado en 20 10 esos gue lTi lleros
sado ilu m ina mu chas cosas de l presenle. Insislía yo e n re i- de la histo ri a, los hubiéramos visto defender sus punlos de
rnagi nar, reinvcn lar. repensa r lo q ue los pe rsonajes de l visw en libros y congresos. Lo qu e se vio, venlurosamente,
pasado viviero n o sin tieron y ésa fu e la susLa ncia, creo que por t::iempl o, es q ue e n Pmr.eso, un a revista de una izqu ie rda
vá lid a, de esa po lé mi ca. Esa polé mi ca, po r cie rLO, provocó a veces mu y rad ica l, se pu b li ca ra n va ri os cuade rn os va li osos
qu e mi g ra ll a mi go Hugo Hiri arL, a l da rse cue nta de qu e es- do nde, e n lu gar ele vio le n t<l r la histo ri a con ca tegorías p re-
taba n realm e nte lod os co nlra mí, e nsayara va ri os tipos de se nLes, se prese nta un a hi sto ri a el e la Revo lució n mex ica na
de d iclIto ri as en "El arte de la de d ica lOri a" y esc ribi era: desde va ri as f~t ce tas. Yo creo q ue la hisLoria e n te nd ida C0 l11 0
"no debemos o lvidar las ded icato T"i as excl uye ntes, C0 l11 0 por sa ber todavía palp ila e n la ole rta ed ito ri a l y periodísti ca ele
cje mp lo éSLa: Dedi co esLOS poemas a lOda la hlllnanidad me-
I México.
nos a Enriq ue Kra uzc·".
A lreinta a¡)os de ese ba utizo polémico, considero q ue De los historiadores que 11,' fmtrevislllllo el ,!Uf más ha hablado de
avanzó mds la hisloria del sabe r que la historia de l poder; historiografia er,,s /.lÍ, lo mal parecería conlmdrcir a. "los guen'ille-
creció el conocimiento hisló rico. In cluso, los a uLOres de ros académicos" que le consideran u,n hislO1iador más cercano a la
Hisloria ¿IJara quér y sus discípu los a portaron mucho más a literatura 'Y allJlíblico que a la /úslorill JJrelem/itlamente "cienlifi-
la h istoria como conocimienlO que a la h istoria como ins- ca ". f/(wla,me de tu 1l lación con el 11Iarxismo, qUf' mOllolJOlizaba la
trumenLO político. ciencia histó,ica rua.ndo lú tI' hiciste historiadm: ¿t.rrs 11.110 de los
jJocos historiadores df' Iu, gellerariñl1, la del 68, en quien apenas
Pero sigue habiendo "guenül.eros históricos lO. in/luyó el marxismo?

Los úni cos g ue rrill e ros h istó ricos qu e qu eda n en México No exactam e nLe, d4jall1 e CO nta rLe. Yo es laba e n los últim os
so n los poseíd os po r un a visió n m ili la n te d e la h iswri a y so n a li as de inge ni e ría , y C0 l11 0 toda mi ge neració n lU ve IllU-
a lgu nos pe ri odi stas dogmá ti cos obcecados e n las ca Lego- chas leclUras de marx ismo y de lI e lc rodoxia marx ista. Ad-
rías revo lu ciona ri as de l siglo xx, a lg un os jóvenes uni ve rsi- mira ba mucho a T I'OLS ki. le í la biogra fTa de De uLSche r, y
tarios, eX lrav iados , pero no so n muc hos mels. Ésa q ue Luis obras de Deu tsche r C0l110 lilfudio nojwlfo, y la biografTa de
Gonzá lez y Go n z~í. l cz ll amaba piadosamenle la "hi sLoria Ma rx de Isaia h Berl in . Yen una de las p~as experienci~ls

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Ellriquc Kra uzc

de pro reso l' que lUye e n mi vi da (rue e n la Facultad de In- bien porque le te nía mu cho afecto, leva ntó la mano y me
ge ni e rí¡'l, en un a clase de la cua l e ra yo ayuda n te y qu e se dUo: "¿ Le puedo deci .-a lgo,joven En rique?" "Sí. " "Pues ése
ll ama ba "Recursos y necesidades d e Méx ico"), hablaba yo es e l proble ma que tenemos nosotros, que usted no ti e ne
d e rmtrxismo. Aunque le parezca increíble, lo que hi ce d u- utilidad es, por eso estamos ta n fregados. Mejor te nga ga-
rante ese trimestre rue leerles partes de EL capitaL de Ma rx. nan cias y así nos va ti poder paga r bien y esta fá brica va a
Sin e mbargo, no lUve c nlUsias mo por la Revolución cuba- seguir, porque si esto sig ue así va a que bra r." Esa pequeiia
na, ni me agradó e n abso luto la invasión soviéti ca a Checos- anécdota fue tan importa nte como la lectura mu y temp ra-
lovaqui a, pero vi co n muy bue nos oj os la ll egada a l pode r na de Karl Popper.
d e Salvador All en de, por la vía pacífica y e lec toral. Profesa- Lo miseria del historidsmo, d e Po pper, nos la dejó a lee r
ba yo un a es pec ie d e socialismo vago; po r aquel ti e mpo leí Luis Go nzá lez y Gonz¡:í! ez e n El Colegio de Méx ico hacia
a Ca mus y descubrí e l a narqu ismo, y e n tendí qu e era mayor 1970. Fue, corno se d ice e n inglés, u n l')'C ojJencr, po rqu e e n-
m i sim patía po r el anarqu ismo clásico (el pacífico, el de tendí lo que e ra e l idealismo hege liano here dado po r Ma l'x,
Kropotkin ) qu e po r e l marxismo propiamen te, co nstituido y cómo esa filoso fTa de la hi sto ri a e ra f~li az , esas leyes de la
po r u na rigidel. qu e me fu e 11l0lcsu'l ndo con e l tiempo. historia eran ficticias. Hasta p rese n té un trabajo que fu e
Otro ractor que in te rvi no y que nu nca he co ntado fue mi muy criticado por mis co mpaii e ros del se minari o. Po pper
larga y no fáci l ex perie ncia, desde J 965 hasta final es de los fue el p rim e ro que me ab ri ó los oj os. Y luego sigui ó Be r-
oche nta, co mo empresa ri o a cargo d e unas fábricas ra mili a- tra nd Russell , qu e escribió un libro tempranísimo con tra la
res. Esa experie ncia me marcó mu cho pOHlue me permitió Revo lución rusa. M;:ís tarde vino Berlin )', e n fin , ya u na la r-
ver la vida eco nó n1ica e n co ncreto, ob reros de ve rdad, no ga sucesió n : O rwe ll , Koestl e r, e l propio Paz, desde lu ego ...
obre ros abstractos, abogados, clie ntes, ven ded ores; todo e l todos críticos d e la Revolu ció n rusa. Y luego Kolakowski , e l
proceso eco nóm ico sobre e l te rreno, e n la rea lidad, con los crítico integral , clásico, del ma rxismo.
ri esgos, te mo res, difi cultades, tri unfos y va rias d e rrotas que Yo me libré de la rígida utili zac ión de las catego rías eco-
I.LIve en esos aiios fo rmativos. nómicas co mo leyes e n la h istoria g racias a un a ex pe rienci a
Recuerd o que una vez yo, cá ndidam ente, les dij e a los o bre- de e mpresario y a la lectura de Karl Po ppe r. No obstante,
ros de una fá brica, re un idos en una pequeii.a fi esta de fin es to no qu ie re decir que le res te importan cia al fe nó me no
de a iio , qu e en esa, mi fáb rica, yo no o bte nía plusvalía. Les eco nó mi co e n la vi da. De hec ho , mi en tras yo estaba trata n-
dij e así, "plusvalía". Me imaginé qu e no habían e nte ndido do de sortear las crisis de mis empresas esc ribí en 1977 la
lo q ue era la palabra "plusvalía" y lo repe tí de o tra man e ra: his toria de có mo Calles so rteó la crisis económi ca de Méx i-
"Yo aqu í no te ngo utilidad es" . Y e n tonces u n o brero de co e n 1928- J934, y ese libro, Lfl11tCOllSl"lI.cúón económica (el
Oaxaca qu e se ll a maba Reyes J uárez, a l que rec uerdo mu y tomo ] O de la j-list01ia de la Revolución lIuffi¡.ana, de El Cole-

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Enrique Krauzc

gio de México), baslante olvidado y que no ha vue lLO a ree- vo lar y extravia rn os, perdernos y enco ntrarnos. El Colegio
di tarse, es el libro de un emp resario que está aprendie ndo de Méx ico fue -como otras instilllcio nes e n Méx ico, pe ro
por la vía difícil qué hay q ue hacer con las finanz,,'ls, la pro- 11ablo de la q ue conocí Il1cÍs- u na insLilllció n a la a ltura de
ducció n y los (life ren tes ele mentos q ue es tá n e n sus manos Oxford, Cambridge o Harvard. Formó a varias ge nera-
para salir ava nte. Me di cue n ta con ad mi ració n de que Ca- ciones de hi storia d o res: de a h í sal iero n Moisés Go n zá lez
ll es, a uxiliado po r Pan i, Montes de Oca, Gómez Mo rin y Navarro, Luis Go n z~Í l ez y Gonzá lez, Enrique Flo resca no,
po r todo un gr upo de abogados que sa bían economía, h izo And rés Li ra, Lo re n zo Meyer, LOdos e ll os (y los que estoy
b ien muchas cosas q ue luego se estropearían. Me p use a dejando fue ra) con un a ob ra sólida de his toria.
eS lUdiar la eco no m ía de Méx ico co n los instr ulll e n LOs que Pero la vida acad é mi ca e n Méx ico sufri ó u n cam b io de
me ha bían dado la inge n ie ría industrial y e l tra b~ti o de e m- paradigma e n la é poca de Ec h eve rría, cambió de escala. Se
presa rio. hizo gigantesca y pode rosa , se hizo mu cho más visible, cre-
ció numé rica me n te, se hi zo de un a ca rga ad mi n istrativa y
Decidiste, '//tU)' temjJrano 1m tu WTrera, hacer historia. di! olra lIUt- burocní. ti ca q ue natura lmente ll evó él la for mac ió n de sind i-
nera, 1igwma y fJojJula1" )' con una prosa que núvindicara (L la catos académ icos y de trabajado res. Y empezó a vo lverse
historiografía como 1.l.na de las viejas y nobles -ramas de la literatu- más pa raesta tal. En la época d e López Portillo come nzaro n
m, diJigiéndola hacia el gran IJlíblico, como lo hacian, por cierto, los salari os magnífi cos; te e ncontra bas co n acadé mi cos tra-
los hislmiadorp-s del siglo XIX. ¿ Cómo has hecho tu obra a veces al baj a ndo e n el sector público q ue te decían: "Hay ta nto d i-
margen, a veces en contra, de la academia? ne ro q ue necesita mos ap re nde r a gastar".
Cosío Vi ll egas hab ía sufrido horrores busca ndo fin anc ia-
Yo sie mp re he estad o muy o rgu ll oso de haber sido egresa- mie nto para su Hisloria. lIzodema. de México y lo enco ntró e n
do de El Coleg io de Méx ico. Si h ubo una academia de ex- la Fu ndac ión Rockere ll e r. Hab ía te nido literalme n te que
celencia en e l país, ésa fue El Colegio de Méx ico. Era una me nd igar d inero pa ra po ner en ma rcha e l Fon do de Cu ltu-
co mun idad in te lecw al pequ e il.a, modesta, e n do nde los ra Econó m ica, enco n trá ndose desde luego co n la ce rrazó n
maes tros y los alum nos conve rsábamos mucho e n clase, pe- e n la in iciativa privada de Méx ico, y con e l apoyo de cie rtos
ro sob re tod o fue ra de clase, e n el café, e n los res tora nes o pe rso naj es be ne mé ri tos co mo Ed ua rdo Swírez o Ed ua rdo
e n las casas, nuestras o de los maestros. Era un amb ie nte Vill aseíl.or e n e l secto r públ ico. Al mo rir Cosío Vill egas e n
acad é mi co e n el se nti do g ri ego. Así se e nLi e nd e qu e Lu is 1976, simbólica me nte , lodo e mpezó a cambi a r, no sólo e n El
Go nzá lez y Go nze:í lez, po r ejemplo, nos predi ca ra que no Colegio sin o e n las uni ve rsidades; e l pa rad ig ma uni ve rsi-
hab ía que hace r un a tesis, si n o u na o b ra, y que é l no es tu- tario, que tan bie n ha estu diado Gabriel Za id, sufrió un a
viera e n cima de n osotros con un chi cote, sino dejtíndo nos lra nsformac ió n profunda. UI vocación de1..histOliado r dejó

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Enrique Krau ze

de se r, humildemente, la de un llamado que hay q ue alendel" casi sociológica del sa be r unive rsitario e n la h istoria, fue la
a como dé lugar, al margen de cómo te ganas la vida, y se qu e critiqué e n c l ensa)'o ll amado "Desvaríos h istóricos",
vo lvió una chamba; a lgu nos dirán "una profesión", de acue¡-· publicado en De héroes)' milos.
do, y mu y digna, pero también una chamba, como si la fOl'· Creo que hay muc ho por re formar en la e nseiianza, la
mación de historiadores fuese equiparable a una f~'ibrica que in vestigación, la escriw ra y la difusión de la historia en Mé-
saca quini e ntos o mil hi stor iado res al aiio, como si fuera n xico. Creo qu e a la acadcm ia le Elita una ve rdade ra amocrí·
técnicos élULO lIl otrices. Y e ntonces se dio u n fenómeno que tica y que la crisis de la ciencia histórica e n México (como
persiste e n las un iversi dades: buroc ra tizació n , es pecializa. la ll ama ría don Ed lTlundo Q'Go nn all) está en la acad em ia.
ción excesiva y e ndogam ia, todo basado en la pre te nsió n d e Debe mos lee r críticamen te los lib ros académicos; yo me lo
que "está n haciendo cie ncia". he propuesto y me propo ngo hacerlo en L etras Libres. De-
La h istoria (claro, lo pode mos debatir) es una cie ncia, pe· fen de r la hi storia libre frente a la ma la hi storia académica.
ro no un a ciencia exac ta. Hay que ejerce rla y co nstr uirl a Dic ho todo lo cua l, hay instituciones académ icas e hi s·
con instrum enLOs cien LÍfi cos, sí, pero es también un a rt e, toriado res individua les de p rim erís imo ni ve l dentro de los
una ra ma de la literatura. Muchos acadé mi cos ti e ne n la ámbitos universitarios. Es el caso de El Colegio de Mic hoa-
pretensió n de esta r haciendo cie nci a pura. EnLOn ces, si un a d in , conce ntrado sobre todo en ha ce r un a hi sto ri a ecle-
perso na se queda vein titrés años estudiand o un fenómeno siástica, cosa que le queda muy bien puesto que ti ene los
minúscu lo de histo ria económ ica en un pueblo de San Luis arc hivos de la an tigua Valladolid a la mano, y han hecho
Potosí, te va a decir que e l país tiene que pagarle por eso ed iciones y libros admirab les. Al mismo tiempo, ¿có mo ne-
porque é l "est~\ haciendo cie ncia". Y si ese trab <~o, una vez gar que gra ndes historiadores han sido h Uos predilectos de
terminado, lo leen sólo tres personas, te va a decir: "Pues sí, la universidad, C0 l11 0 Edmun do Q'Gorman o Miguel León·
pero así es de difícil , porque es toy haciendo cie ncia". Portilla? Q ta ntos colegas que te ngo e n la Academ ia de la
L1 hi sto ri a no es física; que un físico escriba un tratado Historia que tienen e normes mé ri tos y ob ra sólida. Todos
que sólo e ntie nden tres perso nas se en ti e nd e, se justifica y est<'in en instituci ones acadé mi cas. Pero sé d e cierto que la
q ui zá le den e l Pre mio No be l. Pe ro un h isto riador que, ma)/oría de e ll os acepta que hay un proble ma en el modo
abandona ndo la tradi ció n de la hi storia como ha sido d es· co mo se e nse ii a, e n la co nce pción de lo q ue se les hace
de e l co mienzo de los tiempos, no escribe una na rrac ión cree r a los m uchac hos que es la hi sto ria.
diri gida a un Pllblico sino a los colegas, para mí no es un Pa ra colmo, en cie rtas uni ve rsidades pr iva das a lg un os
hi storiador si n o una pe rso na que uti liza sus crede nci a les maestros viven cautivos de las lll tim as mod as de Francia, que,
para trepar en la aOldemia. No es casua l que sus obras ter· pasadas por Es tados Un idos, co nside ran como si fueran la
min e n por esta r muy ma l escritas. Ese mal , esa condició n Biblia. El ambi ente de esas escuelas de historia es cer rado,

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E.nriq\le Kr¡Ulze

pobre intelectualmente y endogá mi co, ig nora nte de las yoS me abri ero n la perspectiva y la co mpre nsión del México
verdaderas co rrientes y los ex pone n tes de la historia ac tual , liberal de l siglo XIX, del maderismo, yeso me ll evó a otras
ciego a la trad ició n clásica. No lee n el Times Litenl?y SutJ- lecturas li berales, direcu'1mcnte a lsaia h Berli n , a SlUart Mili,
1JLemenl (no saben que ex iste) ni han leído a Gibbon. Son a los oríge nes de l liberalismo, que por cie rto es tán, según
J ona th an Israel, ante todo en Spinoza, una le ctura muy in-
un fraud e.
tensa mía e n los ailos seten ta. Hasta escribí un tex to que
/-/agamos el ejercicio del que tanlo se sinúó Bmges, el diálogo entre nunca publiqué, una prim e ra confe re n cia sobre Spino za
un hombre en el1Jresenle con su otm )10 en el1Jasado. ¿ Qué le ditia qu e di en la Casa d el Lago. Sie mpre me ha apasionado la
el /::nrique Krauze de hoya aqu(:l esl.tUlianle de hisloria que elJ/.fJez.a- fi gura d e Spinoza, qui zá porque mi ab ue lo se consideraba
ba a escribú'Ca udillos cultural es e n la Revolución m ex icana? spinozista. Spinoza es u na ten tació n irresistible para eljudaís-
!TIa secu la r de todas las épocas, sobre todo de la é poca des-
Yo no re ni ego de l que fui . Segu rame nte me he equivocado pués de la Il ustrac ión: es la mejor heterodoxia deljuda ísmo.
e n mu chas cosas pero desd e e l principio de los añ os se te nta Yo me coloca ba en esa heterodoxia que empalm aba muy
me volv í u n libe ral , y lo sigo siendo, un demócrata libe ral. bien con el liberalismo, tanto con el mex icano como con el
En té rminos de convicció n política, ese joven e ra un libe- liberalismo clás ico europeo, in glés y francés, y aun espa li ol,
ral pero te nía ciertos e ntusiasmos revo lucio narios y una el de O r tega.
cierta credulidad, por eje mplo , ante la fi g ura de Vasconce- Así se fue formando mi co n cie ncia libera l, qu e se fue afi-
los. Es d ec ir, te nía una reve re nci a po r el h éroe d e la cultu- nando co n el tiempo. En fin: en Caudillos culturales en la
ra. Ya no la tengo. Era yo un poco carlylea no, veía la histori a Revolución mexicana te nía yo un a fe exces iva e n e l hero ísmo
poblada por h éroes, y el hé roe mayor e ra Vasconcelos, el cultural. Pero no ren iego de la e moción d e esas p.'íginas y
héroe de la gen e ración de 1915, junto con Madero. Pe ro sobre todo de la clave teológico-política qu e hay en ell as, e l
ese muchacho , el a utor de Caudillos cu.Llurales (mola Nevoluúón habe r quer ido ver "reli giosamente" la historia de Méx ico.
mexicana, no entendía muy bien los reparos que la propia
ge nerac ión de 1915, Góm ez Morin so bre todo , le ponían a ¿ CuáL de /.us libros salvarías del Juego?
Vasco ncelos. Registré esos reparos pe ro no los compre ndí
ca balmen te si no hasta tie mpo después, cuando ca mbi é g ra- Me preguntaron hace poco si los libros podían co mpararse
cias a l escepticismo creativo de Cosío ViJlegas, a su magisteri o co n los hUos y dije que p re fería hacer la co mpa rac ió n con
pe rsona l, a tantos mi ércoles qu e tuve la fortuna de conver- los amores. Son amores a veces largos, a veces breves, a ve-
sa r co n é l y grabar e n trevistas que g uardo y atesoro (h o ras ces se ren os, otros apas ionados, pe ro a todos los amo res los
y horas de entrevista). Su magiste rio , sus libros y sus ensa- recuerda u no.

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Enrique Krau ze

Pe ro probable me nt.e elegiría mi biografía de Dani e l Ca- En las di versas casacas de Cosío Vi ll egas e ncon tré un é!
sio Vi ll egas, porque ah í es tá mu cho ele mi creelo. Era un vocación múltiple que as um ir: la del libe ral, la del h isLOria-
hombre (¡ue creyó se ri a menle en el co noci mielllo y la críli- do r, la de! e mpresar io cullural, la de l editor, la de ll evar la
ca. Un ho mbre que quería hacer algo por México. Ésas fue- hisLO ria a la gente. como é l qu iso. Pocos sabe n qu e la HistOlia.
ron sus palabras. Y ese algo no e ran d iscu rsos o de magogia mínima. de Nléxico que hi zo Cosía Vi l legas fue original me nte
si no obras que qu edaran : lib ros propios y libros d e los d e- un guión para te levisión; él q ucría hace r doc um e nta les de
m¡.Ís. Es e! hombre qu e hi zo e l Fondo de Cul t.ura Econó mi ca, histo ria. Fue un hombre de acción y u n hombre de con tem-
creyen lc e n la letra imp resa, en la imprellla co mo civili za- plac ión. Lo admiré mu cho, ta n to que a mi segu ndo h~jo le
do ra de la vida públ ica. Fue un hi s to ri a d Ol~ un libe ra l y un pusimos Dan iel e n ho no r a é l, y todavía rec ue rdo que le pe-
ho mbre qu e t.e nía un a e n e de "no" e n la rrent.e. No e ra dim os a doii a Emma qu e fue ra su madrina. El día q ue regis-
un rad ica l, no e ra socia lista, es más, él vio co n g ran p reoc u- t.ram OS a Danie l en Sa n Ángel (a princip ios de ] 983, Cosía
pació n la ll egada d e Sal vador All e nd e al poder; e ntre la Vi ll egas Le nía seis a iios de mue rto), doi'ia Em ma ll egó con un
URSS )' Estados Un idos - lo escribió va ri as veces- prefe ría a regalo. Lo ab ri mos Isabe l T urre nl )' yo, y vim os q ue era
Estados Uni dos , }' no lIIvo ni ngu na simpa lía por la Revolu- un ove rol idéntico a l qu e usaba Casio Vi ll egas pero para
ción cuba na. Pero nadie hab laría de Cosía Vi ll egas ca ma niii o, inclu idos los lapic itos qu e solía utili za r en una bolsiu'l
un reacc io na rio. Era un libe ral mexicano y yo he qu erido, del ove rol fe rrocarrilero}' la ca mi sa de cuadros como de
e n mi limitada posibilidad, segu ir su ejempl o. Me g usla re- rra n ela y hasta unos za paliLOs te ni s tipo Converse como los
co rdar a ese muc hac ho de ve inlitrés a iios qu e se acercó por que usaba él colidianan1c nle. Po r todas esas razo nes esco-
primera vez a don Da nie l co n un a e norm e g ra badora y con ge ría Daniel Cosía Villegas, una biografía intelectual co mo mi
esos case Les a ntig uos. Y me dijo: "¿Qué es eso?, ¿qu é Lrae pred il eclo en tre mis libros.
usted ?" Le d ~j e qu é e ra y accedi ó a esa conve rsació n, yas í
acce di ó a u'cillla co nve rsaciones, hasta su muerle. Y luego Has visitarlo)I reuisil.ado la IndelJendencia, desde Siglo de ca udi-
eS Lá e! hecho de qu e ese mismo mu chacho , C0l11 0 hOl'n el1í:~je ll os (1994) hasta los e1zsa)Ios al){t recidos esle mio y recogidos en De
a su macs tro , co mo si fue ra su a bue lo inle! eclUal, escribiese héroes y mi tos; has corregido tu creencia en que los mexicanos
su biogra lla. Dos d ías an tes de qu e se muri e ra revisa mos un idolal.rábamos a nuestnJS héroes a la manera de Carlyle, pensando
par d e capítul os y me dUo: "No sé si t.engan inte rés para e l en que acaso hemos sido menos solemnes y, Ijar fortuna, más capri-
pú bl ico". Eran los capítulos so b re El Co leg io d e Méx ico )' chosos. ¿ Cómo quedan, tras la intensiva n:vi.sión crit.ica, historio-
e l Fo nd o d e Cullura Econó mi ca. ¡Cómo no iban a tener I:rrájica, cinematográfica de esle añ.o, Hidr¿[go, Mondos, llwlJide?
inLe rés! Te rmin é ese libro e n 1980 )' fue un libro d e re rvo r,
de lealt ad, de ad mira ción.

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EIIl'iquc Kr.\uzc

No creo que ha)'a hab ido tal revisión. En el mund o oficial )' 1910. ¿Es así? ¿/-Iay virtudes de la ReJonnll. que no hemos
prevaleció la historia de bro nce. Por ejemplo, los anun cios almmdido?
que salie ron e n el alio 20.1 O Y que transmitió la rad io Son
inocuos, inofensivos, bobos y no le dicen nada a nad ie. No El periodo o lvidado en los festejos fue la Refo rm a. La Re-
creo que el cul to a los hé roes e n México, por lo demás, ha- forma está vige n te po rque los liberales e ntend ie ro n que
ya sido nocivo, pero tampoco hace avanzar e l conocim ie n- solamen te co nstru)/e ndo un Estado de libe rtades, garantías
to. Hubo, es ve rdad, una sa na rectificación con respecto a y \eyes podía verte brarse un país mode rno. Lo mismo e n-
Hi dalgo, incluso con estos excesos, inve n tos y fa ntasías de te ndi ero n los chil e n os o los colo mbianos o los uruguayos, y
la pe líc ul a La historia jamás contada que prese nta un a es pe- déjame dec irte que e n Amé ri ca Latina los países que mej or
cie de H idéllgo al es ti lo de Sha/w5jJemf enamorado. ha n so rteado e l fi n de l siglo xx y e l p rin cipio de l XX I so n los
qu e han sido fie les a un a viej a tradici ó n de es tr uctura polí-
¿ Cuál (15 ahora lafJerce/Jóón fJ'llúl'ica de "los héroes "? ti ca institucional. Y los qu e me nos han pod ido so rtearl o so n
aqu ell os. C0 l11 0 Venezue la , qu e ha n sufrido por un a po líti-
Hab ría que hacer una enc ues ta. Supon go que tras la d ifu- ca personalista y ca udi llista. Todo mundo se so rpre nde de
sión qu e se le ha dado al episodio d e la Alh óndiga de Gra- có mo Colo mbi a ha ido sali e n do de l infierno de viole n cia
nadi tas la gen te ya juzga que , después de todo , e l pad re e n el q ue h a vivido u'Hl tOS alios; u na de las claves está en la
Hidalgo sí fue de masiad o san grie n to. El degüell o de los es- sociedad civil , e n las instituciones y en su co ntinuidad repu-
pai'loles, e n la sensibilidad actua l d e Méx ico, se ve acaso de blicana y d e mocrática: una civil idad visible existe au n e n su
o tro modo. En su ma, creo qu e e l aiio y los héroes del b icen- cu idado d e l lengwDe, e n las fo rm as. Noso tros no tuvim os
te nario pasa ro n sin pena n i glo ria; el país está demasiado esa conti nuidad porq ue e l país que proponía la Refonna se
preocupado por sus problemas p resen tes para pensa r en la desdiblUó e n e l Po rfir iato, e n la Revo lución yen e l siglo xx.
hi storia, o para tratar de saca r de la histo ria lecciones que Hay, en efec to, otro tema que me in teresó estudi ar e n De
qu izá no puede da r nos.
Itémesy mitos: la to le ranc ia. Los libe ra les, d espués de la caída
de San ta An na, era n primo rdi a lme nte libe ra les ca tólicos
La verdadera fundación de México, según insistes, oC1l1'lió tlu- moderados; había unos cuan tos rad icales, los libe rales ro-
mnte la Refm'1Jw y sus secuelas, eL únfJerio dr Maxún'iLiano y la jos, pe ro lo cen tra l en e l cuerpo político de Méx ico e ra la
Re/Júblim Resfaumda. Me dio la impresión, al escuchm' tu d'is- sólida mayoría mode rada: ho mb res co mo Ig nacio Va ll arta
cu'rso de nxejJción del Premio Nacional de Ciencias y Artes, a ji- o co mo J osé Fernando Ra mírez, liberales ca tó licos pero
nes de 20/0, que México debe m.im1·se en el espejo (le la Reforma q ue veía n la necesidad de po ne r coto a la Igles ia y a l poder
y de su lolerancia. anles qu.e en las guenas y revoluciones de 18/ O del clero, firmes e n la necesidad de con~:ui r un régimen

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Enrique Kr;wzc

re publi cano. La Constitució n de 1857 fue el triunfo de los rero de la histo ri a. Y luego, desd ichadamente, ha vue lto a
liberales mod erados, a l grado de que ni siqu iera h ubo una apa recer esa intole ran cia, de 2006 para acá. Está p resente
ley q ue pusiera e n duda la primacía de la re li gió n ca tó lica, en todas partes: en los blogs, e n los si ti os de in te rn et, e n los
n i siqui e ra e n el se ntido de iniciar la tole ra nc ia d e cultos. anóni mos que se ma nda n a la p re nsa, e n los a rtícu los de
Esa co nstituc ión mod e rada fu e a tacada sin piedad e n los cierta prensa doc u'i naria, en las aulas, en los cafés. No so n
cua rte les y en las iglesias. El Vatica no d e Pío IX y muchos de revo luciona rios, n o so n g ue rrille ros, so n simpl e mente te~
los obispos se unifica ro n en el crite ri o de excomulga r a to- rror istas de la palabra, simp lifi cadores de la rea lidad qu e la
do aqu el qu e jura ra la Constitu ción y se le hi zo una g uer ra ve n como d ividida en tre los h e re de ros de la h isto ria d e Mé-
a mu e rte a la Constitución de 57. Ese acto de intoleran cia xico y todo c l resto, que so mos simples traido res. Esa fal ta
conde n ó al Méx ico li be ral moderad o. Esa Iglesia mex icana de tole ra ncia en la vida po líti ca e inte lec tual mex icana es
a li ad a a l Vat ican o de Pío IX, nu est ra Igles ia ul tra monta- algo qu e no le debe mos a la Re fo rm a, sino a la Igles ia y a la
n a , esa Iglesia de Labastida y Dávalos o de Munguía, esa Igle- cu lt.ura ca tó li ca; es algo c uyo naci mi en to es tá p recisa me nLe
sia ah ogó el proyccto mode rn o. Así se preci pi tó la Gue rra e n los arios que va n d e 1856 a J859, en e l mo me nto en q ue
d e Reform a y e n e lla muy p ro n to apa recie ro n b,wbaridades los libera les y los co nservado res de distintos colo res c1(~j aron
co mo la matanza de Tacubaya y ho mbres de talante mod e- de dialogar en tre sí, la mode ració n se agotó y quedaron fren-
rado co mo Altam ira no se vo lvie ro n radi cales, y los radi cal es te a fre nte enemi gos irreco ncil ia bles. He mos t.e ni do en Mé-
co mo Ignacio Ramírez o Me1ch or Oca mpo se volvie ro n más xico, de mane ra late nte, co n distintas va riedades, algo no
radi cales, y e l México j acobino quedó fre nte a l Méx ico ul- muy diferente de lo que pasó e n Espa iia: e l en fren ta miento
tramontano. La qu erell a e ntre libe ral es y conservado res (e n d e dos mi tades qu e se co nsidera n lllutuamenLe excluye n-
la que los moderados rep rese n taba n un princ ipio de civili- tes. Y así segu imos.
dad y d iálogo) qu edó en te rrada, pospuesta, la ten te duran-
te e l Po rfi rialo, y estall ó de nu evo d e manera muy fuerte Ow que la oPinión In¿blica, mbustecida Ijar la democracia, ya. ve
dura nte la Revo lución , co n el ca r ra n cismo y con la é poca con 'm ucha desconfia.nza el elogio de la violenda revoluciona'ria,
de Call es. Y todavía hasta la fecha vivimos los avatares d e sea la de H idalgo y ¡\Ilo)'elos o la de los caudillos de / 910. Los his-
eso que ll a mo "la intole ran c ia mex ica na" , la in ca pacidad toriadores, impulsados IJOr Luis González)I González, investigaron,
de escucha r al otro, de escuc har sus pun tos d e vista, de (li a- documenla'l'On y socializaron el horror de la. guerra civil como la.
logar, de d ebatir. Eso fu e un a consta nte a partir de ento n- esencia de lada revolución. ¿Pero no crees que el jJéndulo se ha ido
ces, y re nació e n alg unos mo mentos de los alias se te n ta y al alTO exlnmlO e imlJem la noción, entre los historiadores, de que
och e nta e n nu estra vida, cuan clo la izquie rda revolucio na- toda Tcvolución es una. eX/Jlosión nihilista, en 'realidad inexjJlica-
ri a co ndenaba a los que pe nsába mos como liberales a l basu- ble, un caos abominable? ¿L os fueros de1tJ({saa como tú has escri-

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Enriquc Krauzc

to, no nos exigen voLver a equilibrar la 11!VoLución )1 la evolución bies. Había una botica de l siglo XIX intac ta. Esas call es, en
como formas del desarrollo histórico? esa mailana brumosa y llu viosa, eS laban ll e nas de gente. A
mí me h ubiera gustado que la ge nte, e n 2010, en vez d e
Entre revo luc ió n y evo luc ión, yo prefiero la idea de la cons- eswr pensando otra vez qué oClllTió e n Chinam eca, qué
trucción. Cuand o uno va a la provincia se ven las cosas de pasó con Vi ll a y con Obregón, hubiese podido co ntarnos la
esa man e ra. Todavía, m ilag,-osamente, existe e l orgu ll o lo· histo ria de los Nao lincos que te ne mos e n México y fo rm ar
cal; si vas por los pequeiios pueblos de Veracruz, alrededor un mapa de o rgull o mi cro h istórico. No se hi zo, pero esas
de Coatepcc, por ej e mpl o, persiste el orgull o de los que ha· cosas hay que intenta rl as.
cen sus p rod ucLOs y manti ene n su cultura local. La suya es la
memoria de un a co nstru cció n complej a y rica, no solamen· ¿Qué jJersonajes de los qu.e Itas /raba:irulo como historiador y fomo
te e nra izada e n las leye ndas o ex perie ncias de vio lenci a. biógrafo regresan, con cuál/uviste esa intimidad exL1mia que hace
Es un país qu e se ha cons truido por mi le nios o por cen· que vuelvan en !flU!1ius o que sigan sOIymmdiendo a lo largo de tu.
turias, y e n el cual los estallidos han sido muy imp0rlantes vüÜt?
pe ro ta rnbi é n catastróficos; los qu e sobreviven se siente n
d ichosos de vivir y urgidos d e constru ir una y o tra vez sobre Regresan a 1l1í, como biógrafo que ha trabajado en sus vidas,
las ru inas, co mo Luis Go nzález y Gonález cue n ta e n Pueblo a veces con e nsayos la rgos, a veces con acuare las chiquitas o
en vilo, que de las ru inas de la Revoluc ión mexicana y de las apuntes, mexicanos emin e ntes co rno Horte nsia Torreblan-
ruinas d el carra ncismo y de las ruinas de la gue rra de los ca, Alfonso Taracena, J osé Luis Martínez, Ju an SOI-iano, y
criste ros, se reconstruyó bíblica mente aque l pueblo para va rios otros con te mponlneos míos. Y e n La jmwmcia del pa-
hacer otra vez quesos. Ah ora otra vez está sie ndo ame na· sado me d i e l Ittio de esc rib ir so bre los de mi gre mio, hace r
zado por las ba ndas cri minal es y tendrá que reconstru irse. la hi sto ria de los hi storiadores de l siglo XIX y sus antepasados:
Yo h ub iera que ri do que en 20 lOse d ifund iera ese ~ín im o re- su ge nealogía, la manera en que reconstruyeron e l pasado, e l
co nstruCLOr. Si me preg untas tú en qué hubiera yo co ncen- modo en que sus sucesivos presentes infl uía n e n su con cep-
u-ado mis esfuerzos, lo h ubie ra hec ho en una es pecie de ción del pasado. Reivindiqué la obra de tres qu e co nsidero
inmensa democracia hi stó ri ca e n la que de todos los pue- los g ra ndes historiadores d e nuestro siglo Xlx: J osé Fe rna n-
blos ll egaran hisLOrias locales a u n g ran sitio de intern e t. Yo do Ra mírez, Ma n uel Orozco y Be rra y.loaquín Carda leaz-
visité el pueblo de Nao linco en Verac ruz en 2009 y vi que balce ta.
tenían magnífi cos productos de cuero: ch ama rras, za patos,
cintu rones, carteras. Comí e n un restorán que es e l mejo r En efecto, de tus libros, quizá el que )10 jJrejiem actualmente sea La
resLOrá n típico que he co n ocido, con dulces casi ini magina- presencia del pasado (2005 J, una. historia !}tl indigenismo y a

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Enrique Krau zc

1ft vez mw histOlia de 1/.lll!sl,f(¡ historiografla del siglo XIX, la. vida siglo xv¡ ll evó a cambiar d e opi n ió n hasta al mismísimo AI-
de esa. otra cla.se de héroes que son los historiadores. lal1lirano. Nos hace f~llta una gra n biogralTa suya y u na re-
cuperación de ese otro gra n a ulo r que fue Orozco y Sena.
En la tradición conse rvadora descue ll a, claro, la figura de y después está n los héroes revolucionarios quc pueblan
Alam¡í n . Y en la li be ra l la de Sierra. Fue un g ran historia- las call es, plazas )1 puentes de México. He querido acercar-
dor, pero creo quc , co n todo lo ge neroso y ecumé ni co que me a ellos busca ndo una sola cosa, que Luis González y Con-
fuc , la g ra n historia la escrib ie ro n, la prepararon, la edita- zá lcz tuvo la gene rosidad de advertir y reco noce r. Yo no iba
ron tres persom!.ies a nte rio res, dos liberales moderados y a a portar muchas cosas lluevas doc ume nta lmente (au nque
LIIlO co nservador. El prim e ro fue J osé Fernando RlI mírez.
creo qu e hi ce a po rtes e n todos, po r c::jc mpl o, en Madero e n
Está tambi é n toda la o bra de recuperació n ed itorial de .l oa- los as pec tos espiritistas, e n Ca rranza con la cOl~j et ura so bre
quín C arda Icazbalcela, un ve rdadero g igante. Y e l hom- su mu erte, e n Call es LOcl a su gcnca logía fami li a r, etcé te ra).
bre que a pesa r de haber te ni do una vida co rta, azarosa y Lo que yo quería e ra (;omlmmt!(tr!os. Co mpre nde rl os, no ex-
ll ena de limitaciones, Manuel Orozco y Berra, escrib ió una plicarlos. Exp lica rl os qu iere decir inse rta rl os de n tro de un
gran hi storia d e l México antiguo)' de la dominación espa- cieno o rden histó rico, como si la cond ucta h uma na fuera
¡lola, adem,ís de ser e l a uto r de bue na parle de las e ntnldas expl ica ble cie n tíficamente. No lo es: el azar y la irraciona li-
d el famoso d iccio nario ilustrado, geogní fi co, histórico que dad cuentan muchísimo. Pc ro uno puede, e n cambi o, acer-
se hi zo a mediados del sig lo XIX. carse a 'repensar sus pmslt1nienLos, pc n ní1.aseme la repetición , a
Qu ise re ivindicar a esos hombres. Son los q ue más me con- penetrar un poco en sus mentes a través de sus ca n as, de sus
mueven , porque pensemos qu e lI-ab~aban cuando no había esc ritos, de sus aclOS, de comprenderlos con la em patía.
ca rninas ni re rrocarri1cs n i car rete ras n i lu z. J osé Fernando Luis Conzález, bas~indose e n u n tex to de J osé Caos, nos
Ramírez re uni e ndo todo el acervo ele h istoria anlig ua ele M¿,- e nseiiaba que e l o fi cio de la historia es un círcul o. El u-aba-
xico y de muchos cód ices, cos teando todo eso co n los d ine- jo de l h istoriado r va desde la idca genera l de una o bra al
ros que saca ba de S il negocio e n Du rango , en lre las vicisitud es acopio y la crítica de las fuc ntes, y de a llí a la com prensión,
de la vida pol íti ca mex ica na que lo terminaron ll eva ndo al mom e nto culm in a nte en que uno tra ta de reve lar el senl.ido
ex ili o )' a la mu e rte, reu nie nd o un a b ibl ioteca ex trao rdina- vi la l de los p e rsoJl(~jes. Y lu ego se tnlla de ex pon e r todo e llo
ri a qu e por desg racia se di spe rsó, y d eja ndo o bras q ue son med ianle una arquitectura ad ec uada y co n u n es tilo deco-
e l rescate de la memor ia histó ri ca de nuestros siglos pre h is- roso para ll ega r al pübl ico.
páni cos: un a sim ie nle que fru ctifi có e n todos los hi storiad o- Caudillos políticos, caudillos cu ltura les, a rti stas, esc ri to-
res pos te ri o res hasta López Austin , Leó n- Portill a y los míls res, historiadores ... lo que yo he querido es, se nci ll amente,
recie ntes. La re ivi nd icación qu e Ca rcía lcazba1ceta hi zo de l co mpre nderlos.

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CaH/s de la h~t(}ri(l, 39 1 CasLilla , 8g, J 70 Chirnalpah in ,42 Colina, J osé de la, 383-84
Carballo, Erl1lnanuel , 260 Cas tro, América, 204-205 Chirnalpopoca Ga li cia , Faustino , Co llin gwood , Ro bin G. , 32, 43,
Cárdenas del Río, L:.ízaro, 27, 3 1, Castro, Fidel, 112, J 83-84,359,369 61 392
63, 309, 318, 320-2 1, 325-26, Castro, Raúl , 183 China, 13, 42, 169, 24 1, 247, 325, Col o mbia, 184,2 12, 405
342,345 ,3'18,350,354,369,382 Catalina (madre de I-I e rná n Cor- 336 Coló n, Cristó bal , 86, 100, 109-10,
Círdenas Solórza no, Cuauht émoc, tés), 17 1 Chill(/. IIIOI/IWlelllis, 241 112-13, 188, 19 1-92,222
320 Cawl uila, 189 Chinameca, 409 Colonial EI"a, Th e, 336
Ca rdoso, Fernando He nrique, 367 Cáucaso, 324 Cholu la, 108, 137, 17 1 Co lumblls, 304
Caribe, mar~ 13,86, 145, 192 Cmulitlos w llumles en la Revolución Churchill , Winston, 3.s, 225 Co mmonweaIth, 25 1
Carlos 1, 76, 94 , 335; véase también me.\'icrtllfl, 387-88, 400-40 1 Chust, Manuel , 289 Co mpatií;¡ de J eslts, 24 1, 244-45
Ca rlos V Cedillo, Saturnin o, 348 Cid, El, 159 Compariía de Luz y Fu e rza del
Carlos 111, 241 , 244--45, 270, 273 Celaya,59 50 mios de Hevolución, 34 1 Centro, 143
Carlos IV, 270, 273 Ce mpoala, 84, 13 1 Cin ématl lcque (París), 358 Conci lio de Trento, 11 8
Carlos V, 76, 94, 120, 133, 162, Censura )' ·revolución. Libros !)/vlribi- Cinlla,84 conde-duquedr. Olivares. I!.'l !)()/ítico en.
164, 174, 176-77, 188,202; véase dos IJor la ¡"u/llisición de IHé:dco, Ciudad de los Palacios: crónica de un una é/Joct/. de dewdellcia, El, 188,
también Carlos I 234,243 JHllrill1onio /Jerdido, La, 233, 246 2 16
Carlyle , Th o mas, 36, 161, 225,382, Centre Natio nal de la Rec he rche CiudadJu,i re z, 254 Cond esa, co lon ia, 68, 97
403 Scielllifiq ue (CN RS), 367 Ciudad ela, 183 Confederación Nacio nal Campe-
Caro linas, islas, 272 Centro de Estuclios L.·llinoamerica- Claridge , hotel , 164 sin a ( CNC), 3 18
Ca rr, E. B ., J 61 nos ( Unive rsidad de Oxford), Clavijero, FranciscoJ avie r, 44, 22 1, Confed eración de Tra b,yadores de
Carran za, Venustiano, 30, 32 1-22, 333 227, 24 5,386 [\'Iéxico (Cl'M), 3 18
326, 344 , 346-47, 349, 382, 411 Cerr troamé rica, 109,3 79 Coate pec, 408 Conferenci a Episcopal , 378
Carreón, Pablo, 247 Certeau , Miche l de, ~4 Coatlicuc, 46, 143-44 , 157 Congreso, 277-78
Carrill o Pue rto , Felipe, 3 15 Chaleo , 42 Coatswo rth ,J ohn, 3 1In.l , 322 conquista espiritual de México, La, 82,
CarL"lge na, 188 Chalma, 66 Coco mpech , jorge,55 11 8
C(l rlasden!lación, 112- 13, 138, 15 1, Chapultepec, bosq ue de, 220 Códice Azct/fillán, Conquista de Méx ico, 13- 14, 17,
172-73, 196,200,202 Chate aubriand , Fran¡;:ois-Re né de, Códice Borgia, 94 2 1,25,3 1,35, 4 1-42, 44, 50-5 1,
Cflrluja de Parma, Lfl, 283, 299, 304, 30,354 Códice Florentino, 142, 178 80,99-100, 106- 109, 112, 116-17,
306 Chatrian, Alexandre, 29, 3 13, 331 Códice '/Nleria:no-Hellle/lsis, 44 125, 129, 13 1, 133-3'1, 136-38,
Casa de la Contratación , 238 Cha un ll, Pie rre , 35, 356, 360-6 1, Códice Vaticauo A, 44 142, 144-46, 15 1, 157, 163-64,
Casa del Lago, 401 365 Códice Vindobon ellsis, 94 166, 168-69, 172-73, 175, 178-
Casa Pushkin, La, 375 Chávez, Ignacio, 366 Colegio Israelita, 386 8 1, 190-9tQ¡l6, 198-99,202-203,

422 423
índi ce Oll o m¡Ístico

2 13, 216, 225, 236, 238, 265, Cos,josé ~...Iaría , 295 D(/vül (bo[etín mensual) , 361 Edcn, Anlhony, 164
267·68, ~%·37 Cosío Vi llegas, Daniel , 28, 3 1, 35. Debra)', Régis, 357-59 Egipto, 24 1, 385
Conqu ista de Pe r'I, 15. 168.267 269, 366,38 1-82,384,397, '100, Dccaen ,J osepl l,260 Ejé rci lo T¡-igarante, 158
Consejo dc la Cró ni ca, 260 402403 J)csl ienv lle sombras, 118 l'~jcrcito Zapatista de Li berac ión
Conseju Nac ional dc Población, Cosío Vil legas, Emma, '103 (lcslrucriólI de/Ollas llls íOSflS, La. 101 Nacional (EZLN), 378
64 Coxcallán, 133 DculSchcr, Isa,lc, 384, 393 Eliot,J ohn, 197
rOllst'jo.f del abur/o, Los, sr, Coyoadn , 88, 15 1 Díaz, Porfiri o, 62, 230-3 1, 2!)3, Ell ioH, j ohn 1-1 ., 11 , 14, 16-18,2 1-
Constiwci ón de Apalzin g,\1I d e Co)'olxau hqu i, 123, 143 255, 295, 3 19-20, 327, 344-47, 23, 33, 35, 1 87~9 1 , 204, 390
18[4,60 Cozumcl, 1 [O, 1 18, 152 368,382 El1is, isla, 282
COllstüución de Cídiz de 18 12,24, Crisliada, 28, 3 1, 360-62. 37 1-72, Díazdcl Casti llo, Bernal , [5 [, 153- Elon, Amos, 386
60, 208-209, 27 1-73, 278, 282, 376 54, 168, 173, 179 Engd s. Fri(:drich, 25, 33 1
285,289-90 Cris/jada, I,a, 28, 343, 353-5'1, 362, Díaz ürdaz, Gustavo, 389 Emiqll c IV, 88
Co nst itución de Chilpan ci ll gD, 01 365,367,373-74,376 Díaz Soto y Gama, Antonio, 32 [ En se nada, 55
COllSlillH;ióll de 182'1. 406 Cri sto, 66, 7fl, 80, 82, 112, 119, Did eJ"OI , De nis, 227 ErasIlIO, 40, :!4!:J
Constitu ción de ISr,7, 278, 344 133-35, 242; véase Ifllllbitin J csu- Di elrich, Ma r[ell e, 358 El"cknlarlll , ~~ m iJe, 29, 3 13, 33 1
Const itución de 19 17,03,32 1,351, cri sto Oiserlar/olles, 227 Escala nl e , [labIo, 104
3!i3 Crolllberger, Jl lan.237 Distrito Federal , 52; vérw¡ /ambihl Escocia, 22 1, 263
Cou/f'IIIIJOl'fÍIlCOS (pl lblicació n perió- Crolllwell , Ü[iver, 335 Méxi co, ciudad de Escuela de Al tos Estudios (Pa rís),
di"a),257 Cró"it:1l de'll1lf1'¡fllllifia ell/'~ dos II1UI/.- División del None, 312, 3 16, 324. 67, 70-72, 79, 83
ConveJl(:ió n de Aguasca lie llles , dos. Los I?ibfldeneim 1'11 iHb:ieo )' 330 Escuela de Jos Anales (Francia),
32 1,348 ES/)(IlIIl. 234, 250 Dolo res, 59, 266, 275-76, 297 34,364
Convenció ll Constit" ciona l de Cruz, José dc la, 305-306 Dorníngucz Ortiz, Anto nio, 191 , E.!.cucJa de E.sLudios I-lisp:ulo-Amc-
1787,210 Cruz,.I ua na Inés dc la, 254 204 ricanos (Sevilla), 265
Collv;venrifl y IlIollía, El gobicmo ill- Cruz, Víctor de la, 54-5!) 0011 (I/)acible, El, 3 13, 33 1 E.'iCllc la NaciOllal de AI III-opología
(lio)' l's/lf//iol de la "cilUlmllle M e- Cl'uzlUla poI' México, La, 372 Dongo. Fabrizio del, 283, 304, 3011 e Il isloria (t:N/\II), 77, 3 10
C/¡W/c(III ~, /52 1-/580,98 Cuauh té moc, 17, 19,61,87. 136, ,los JIU'I/tes de la /l/oral y IfI rclighJI/, Escllda No nnal Supe rior, 357-58
Córdoba, 166 149,153-54,158.202 Las, 44 Eslovaquia, 228
Córdova, Arna ldo, J\O I Cuaulla, 348 Dllby, Ceorges, 377 Esp'llja, 20, 22, 24, 35, 41 ,66, 85-
Cortes, 68, 89 Cuba, 62, 85-87, 11 3. 145-46, 163, Dunín, Di ego, 11 6, 38!) 86,88,99- 100, [07, 1 [3, 145-46,
Cortés, I-I e rmín, UJ-15, 17-2 1,33, 183.279,359,37 1 Durango, 50, 328, 4 10 155, 158·59, [(i2, 164, 166, 17 1,
69, 7G, 84-9 1, 94, 99, 10[ , [07- Cuba: la lucha l)(Jr Iflliber/ad, 1G[ DUJ"Oscl[e, .I can-RaptisLe, 359 184, 188, 189·90,202·206, 208.
108, 112· 19, 127, 129, 131·33, ¡Cuba sil (docllln c mal ), 359 Duvergc r, Christian, 15- 17, 19-20, 2 13,2 17,226,228,245,250-5 [,
[36-!\8, 1'11 -43, 146--5'1, [64, 166- Cubi[e lc, ce rro de l. 36 1 33, 36, 67~70, 95, 1 [2, 1G9 257, 2G5-G7 , 269-74, 28 1, 285,
77, 180, 188. 194·96, 198·203, CI/ cnlos de las m·iltas t!rl Ri1J, 3 13 Eastwood, Clint, 356 292,303,306,358,360,407
238,336 Cuevas Cob, Briccida, r,!í Echevarría , Nicolás, 66, 163, [87 /'~/ltllifl, Hum/}{/.)' f'llI/lllldo allántico.
Cortés, rvlartín, 17 1 Cu itlá hllac,87 Echc\'crría , Luis, 338, 352, 367, 397 l/o/l/f'I/ajf'ajo!III I-1. Ellioll, 19 111. 1
Cones de C;íd iz, 208-209, 25 1,27 [- Cu nha, Euclidcs da, 224 Bconomía, socicl[tul e ideología cn ,,1 eS/)(Ula, H1IIVlJfl y el mundo dc ultra-
72 Cuzco, 25, 268 México revolucionario, 364 111m; /5OQ-..J 800, 189-90

424 425
índi ce onomástico

1~/m'-ifl impedId, 1169- 1716, La, 189 Fellomeno{ogfa del eS/Jililll , 106 Fr<lnco, Francisco, 35, 49, 163, 189, Gonzá lez, Pablo, 348
Es/miia)' Sil IIIllllflo, 1500- / 700, 189 Fe ria del Libro del Palacio de to.'li- 20'1-206, 265 G0Il7...1Icz)' Gonzá lez, Luis, 28, 35,
Esp:ulola , La, 145, In nería, 384 Fuentcs, Carlos, 36, 172, 223-24, 99, 116,247,250,258,260,284,
Espana, 127 Fe rnández, .Il lslin o, '16-47 33 1 353-54, 356, 364, 367, 372~73,
Es/w.mmlo ti Cmlol, 375 Fe rnández de Lizard i, .l osé .1 0<1' Fundación Rockefelte r, 397 375, 38 1, 383, 387, 390-92, 395-
ES/JeHl/¡r/O II Lozar/a, 375 c¡uín , 24'1 Furet, Fr'IIH;o is. 324, 368 97, 407-408,411
Es/nit (publicación pe riódica) , 366 Fernando 1I de Aragón, 18 1; vease Gallirnard (edi to ri al), 36 1, 368 Go nzá lez Navarro, r\'loisés, 397
Estados Unidos de América, 2 1, lambien Reyes G llólicos Cambo'l, Fernando, 260 Go nz;ílez Obrególl, Luis, 234
23,30, 62, 6'1-6:),80, 190, 193, Fe rn ando VI, 24 1, 273 C:unio, Manuel. 45-46, 49-50, 144 , Gonz;ílez l o rres, Yó lo tl, 102
195-96, 206-207, 210-1 3, 222, Fernando VII , 23-24, 208-209, 23 1.273 GOl"i,324
252, 255, 265-66, '277,286,292- 2 15,252,263,269-7 1,273-74, Caos, J osé, 411 Gran Uret,uia , 206, 2 12, 265
93,304,309,3 15,3 \8,322-23, 28 1-82, 29 1, :~ OO Caray, .Iuan, 110 Gran Co lombia, 2 12
328, 3'1&-47, ~l;;9 , 370, 37'1, 399 , Filip in as, islas, 2 1, 247, 27'2, 37 1 Carcés, julián, 239 /,,'·/"(1I1 ('mrflVTJI!rúa. tos ig/esirls Nt{(jli-
402 fi losofía lIÚhllfltl estudiada /11/. sus Carda, Grcgorio, 222, 385 ca)' ortodoxa de los orígenes a.·n ues-
Estrada, C enara, 256 jllenteJ, La, 40, '16 Carda lca'l.balcc la , .J oaquín , 12 1, tros días, l .tI, 354, 356, 374
EstualTlo (casa rea l), 196 Fishe r,J ohn ,26G 409- 10 Gran l'cocalli , 18
1::.sl rul;o<~ II/('x;ws, 144 Flandes, 217 Carda Márquc'l., Gabrie l, 184,223- Granada , 1 14, 18 1
Eurasia , 99 Fleury, J ea n, 94 24 Graul ich, Michcl , 17,35, 127,136
Europa , 14, 42,58,76,78,8 1, 94 , f{or {elal. &OIlOmía del sacrificio aUI!- Carda Obeso ,José María , 297 Grecia, 103, 336, 384
99- 100, 102, 149 , 165, 184, 189, en, La, 15- 16,67,72,74-75 Carda l e rrés, .I aime , 97 Greco, Doméni kos Theotokópou-
191-92,205, '208, 2 11 , 222, 226, }lol" (le {a!JfI{abm, V/, Carciadiego, j avie r, 381 , 383 los, {{ul/lado, El, 2 16
245,255,264-65,293, 322, 360, Flo re ncia , 178, 249 Carfias, Lu is, 37 1 Gl"cgorio,Juan ,53
365,369,386 Florencia , padre, 24 1 Cariba)' Kintana, Ángel Marí'l, 16, G'·ijalva, J I.I<IIl de, 110, 149
Europa ce ntral, 228 Florescano, Eariquc, 390-9 1,397 35, 39-40, 44-5 1,66, 75, 385 Grui'.inski , Scrgc, 11 3
Europa del este, 228 Fl oridablanca , conde de, 273 Caullc, Cha rles de , 7 1 GllildahDaril, 239, 246, 267, 275,
Exped ición ¡' uni tiva, 347 Foche r,Juan , 237 Generación dcJ 98, 204 2B5-R6, 305 , 3 15, 375
r.x!Josicióll riel C!/f'l j)Q lle Sfln BIU/Ifl- Folio Socie ty, 18 1 geneml ell SIl (abelilllo, El, 224 Guadalupc, isla de, 113
TlelllUm (óleo), La, 2 19 j01/d de {'airesl ml/bre, Le (fi lme), 359 Gcngis Kan , 327 GU<ldalllpe, villa de, 45
Extrcmadll ra, 1 I ~ Fondo de CulLU ra Económica, 333, Gibbon, Edward, 178, 382, 400 Gu;Dardo, 348
Fac ultad de Fil osofía y Le u·as 397,402 Gi lly, Ado lro, 390-9 1 Guan ,!jualo,Jesl:ís, 348
(UNAM),46 Forma. (publicació n pe riódica), 257 Ginés de Sepú lveda,Juan , 197 Cuatc m¡¡la, 132, 279
Facult"d de Inge nie ría (UNAM), jomwGÍón de los (atifanllios, La, 367- Godard ,J ean-Luc, 358 Cuatemala (calle ), 143
394 68 Godoy, Manllcl de, 263, 269-70 Gu e rra, Frall I;Ois-X¡¡vier, 25, 29 1,
FlIltw&re, La (pu bli cación periód i- Fox , Vi cente, 56 GÓme'l. Álvare'l., Cristi na, 234, 243, 342-44
ca),257 F¡(.II1cia, 23, 67 , 70-7 1, 74, 78, 118, 252 Gucrra Civil csp,1I10la, 162, 172
Felipe 11 , 163, 178, 188 184, 205, 255, 274, 292, 297, Gó mez Morin , Man llcJ , 396, 400 Cuerm Civil es/)(nio/a, La, 16 1
Felipe IV, 187-88 309,3 17,325,353, 357, 364~67, Góngora, Luis de, 226 f,,'"JelTa cam!Jesina en Alemania, La,
Fel ipe V, 188,240,273 375,399 Gonzal bo , Pilar, 106 33 1

426 427
índice onOlll,íSli co

Guerra Cristera, 3 15 I lcrmíndez PorloC:1ITero, Alonso, I-Iolla nd , lord, 274 Igh:sia ullralll Onlana, 406
g uel'l"a d(,IJiu drlllllll/(/O, 1..11,224 115 J-Iol land A \'C IlU C , 161 Iglesi a Viva , 363
Gue rra Fría , 162 He ródoto, 40, 376 HolI)'wood, 28 1,307 Iglesias l/e México, 256
guerra Ile Gafias, VI, 373 heroes y mi(Q.f, De, ;185. 388, 399, Ho locausto, 387 Ig uala , 277
gUI!I'm y la /)(/1., 1.(1, 222-23 403, 405 HolI/ero, /límla, 103 l/íoda, 103
Guerra de Re rorma . -106 ¡-(i bueras, 13,69, 14 1,203 I-Io ndlll' ls, 14 1 lI uslración, 189,267,287, 40 1
gutrl'm sl!aeffl ('11 México, La. 30, 309, /-lit/algo. La hislorj(l jmlllís mlll(/(I(I Ho ndu ra s, gol fo de, [09 /1II/JI'11osdeJ IIII1IUlollllántico, 2 1, 190,
3 11 (filme),404 Hong Kong, 222 192
Guerra de los Siete ArIOS, 207 H idalgo y Costill a, Migue l, 23·24, Horacio,45 Independe ncia dc ro,'l éxico, 23, 30-
Gue rra de Sucesió n, 88 29,58-59, 122,2 14- 16,266,274. Horcasit<ls, Fe rnando, 50. 54 3 1, 41,57-58,60-6 [, 63, 69 , 122,
Gue rt',l Sucia , 391 78, 282, 284-86, 29'1-98, 303, HU;lstet:il,286 12ri, 14 1, 1!l7, 11:12,2 13·14,229,
G uerras Flori das, 7'1, 108 , 148 3 14- 15,338,382, '103-404, 407 HuasleGI hida lgll('use,:; 1-52 2§\S·3G, 24 1. 2'13, 245, 251,263,
Guerrero , :,2, 3 14- 1!) hijos deSánch n.., Los, 36 1 1-luasleGI veracruzana, :)2 26ü. 27 1, 274, 276, 278, 281.
Gue rre ro, d isl rito, 327 I-l irian , I-l ugo, 101 ,392 1-luelva, IG6 2!{ :~-8'1, 287, 289, 292, 294, 298,

Gu erre ro, GOl1zalo , 106- 107, 11 0, H ispanoaméric<l , 267, 273, 29~ Hue rla , Adol fo de la, 349 304, 3 14, 320, 337, 344, 374,
152·!) 3, 165·(}7 Hisloria al/ligua l fe Mixirv, 2'15 Hue rta, Victoria no, 236, 3 1G, 3~N, 3RO, ·103
GlI{:rrern, Vicente . 158,277 Hislor;n de la CO/lquisla de México, 34 6,37 1 lud ia, 42, 162,2-17,323
Guevara , Ern eslo, llamado el Che, 111,1 13,22 1 huida de QllelWICÓall, ¡" I, 45 Indias, [5,'1O,!)7, 163, 191-92, 194,
11 2, 164,359 Hisloria de la Co/lq//is/a l/el /'>mí, ¡-Iuitzilac, 349 196-97,207·209,225,247,265
Guggen he im, beca , 259 221 Huitzilo pochLli , 132, 138, 14 3, 14:', Ing l,ue lT<l , 65, 188,205,207,225,
Guzm;ín, Eu lalia , 19 HiSlorja de los clls/ilmlOs e11 AmhlCll 148,349 245,274,290,336,340,39 1
Guzm;ín , Martín Luis, 329, 331 Lalina, 380 1-lu i'l.inga ,Johan , 388 Insti tu lo de Investigaciones Esléti-
Habana, 1...1, 164 , 184, 188 H is(0I1a general df' ,\t'b:ico, 336, 35 1 Humbold t, Alcx ander \'on, 159 cas (UNAM), 128
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58,263·64 mán),306 Ibc l"Oanu! rica, 267 illllflsiu" (J ¡:{ loco Végof, LII, 3 13
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14,45,48, 106 /-/ülmla. "/IIodel'lla de IHéxico, 384, 397 [g lesia católica, 60, 164, 17 1,179, Re)'es Calóli cos e Isabel la Ca-
Hem ming, .I o hn , 168 H ü/mla ¿!)(Ira qué1, 390, 392 195, 2 19, 220, 3 15, ~37, 357, ló lica, 18 1, 188
Il e neslrosa , Andrés, 49, 66 /-lislmin de la Revolución '/11I'XI"aI/UI, 3(jO-6 1. 363, 365. ~76-77, 380. Isabel la Cató li ca. 1Jh/l/Sl! lambién. Re-
Herná n Corlés. Cr('(/dor dI' la 1!acio- 333,395 405, 407 )'es Cató licos e Isabel I de G'1.Sti-
Iwlid(ul, 69 /-l islmia lle 1/11 ql/.inlo de /8 / 3, 3 13 Iglesia Illexicana, 363, 406 lla,88
I lcrn,lnde'l.. Ascensi ó n, 125 Hiller, Adolf, 358. 369 Iglesia ortod oxa, 356-57 Isla, fa milia, 247
He rmín dez, Natalio , 5 1,53 Hobbcs, T ho mas, 33. 334 Iglesia prolesta nte, 197 Israel. 386
Hermí ndez 1.lI ua,.J uan , '16 l-I obsbawm, Eric, 33 1 Igl esia romana, 165, 239-40 I s rae l , .J o nalh~, 401

428 429
Índ ice o Tl o mástico

105, 125, 192, 234, 249, 399, l.ópcz de Sant a AnTI a, Anto nio,
Italia, '12, 89, 129, 237, 245, 336, Ka uuk)', IZa rl , 32 1-22
410 40!)
379 Kipling, Rud )'a rd , 340
Le rdo de Tejada, Sebasli:í n, 253 Ló pcz Vclan le, Ramón, 256
/tille/mio delmi.siolletl'J 1'11 A1IIhic(l l /ti- Kirche r, A!anasio, 228, 2'11
Le/ros Libres (publicación perió d i- Lore nza na, Fra ncisco de, 58
'IIemrill/ll wtho/iclIlII l JlTJjiciscelllilllll Kn ight, Ala n, 2 1, 25·30, 33, 283,
ca) , 3 13, 333, 384, 399 Lo rrai ne , 1... (rcstorá n), 366
lul illjitleks rmllH.'l"tendos]. 237 292,30 1,3 19,322,333-35,382-
Lévi-Str.\Uss, Claude . 16,83 l.ozad(l, Ma n uel , 375
Itu rbide, Agustín de, 30, 32, 158, 83
Leviatá n, 27, 333, 335, 35 1·52 Luis XIV, 368
2 14- ló, 252, 263, 27 1, 271l-78, Koestler, Arth ur, 395
Lewis, Osea r, 361 Lu is XVI, 270, 368
296,302,382, 403 Ko la kowski, Lcszek, 395
Leyes de Re forma, 6 1 l,u lI a, pirámide de 1<1, 13'1
1!IlITigaraY.J osé de, 268 Krauze, Dan iel , 403
Krauzc, En rique, 23, 27-29, 3 1,33, libro de los cinco círculos, El, 237 Lll xc lllburgo, Rosa, 322-23
Itzcóa tl, 43 Liebknecht, \{¡lfl, 322 L)'nch,.J 0 hn , 266
1vc ns, .I 0ris, 358 35, 183, 197, 250,38 1-85,392,
Lienzo (le 11axCtlIIl, 116, 142 Macao, 247
J acob,363 400
Liga de la Defensa de la Libe rtad Mac,m la)', T ho lllas, 2'1
J alisco,37 1 Krauze , León , 385
Rel igiosa , 36 1, 363 Maciel , rvlarcial , 377
Jamaica, 110 Kro po lkin , Pio lr, 394
Li ma, 2 J, 25, 188, 267-69 , 3 19 Madero, ca lle de, 182
.I apó n,42,247 Ku bler, George , 35, 259
Lim antot tr, .l osé Yves, 253-54 Madero, Fra ncisco 1., 182,230-3 1,
,1 a)'lIcs, J, dian , 102- 103 lu voz del re)', A, 354
lill/rw/ol/lismo de M adero, EI,253 253-55, 295, 3 11, 3 15, 320, 329,
.I effe rson , T ho mas, 277 L<lbastida)' Dávalos, Pelagio Anto-
Lippman n, Walter, 322 3'14-46, 371, 400- 11
j e rusalé n , 384, 386, 388 nio de, 406
Li ra, And rés, 397 Mad rid , 97, 207, 241 , 259
J esucristo, 13; véase Imnbirn Ct-is!o laberin/o de la solellad, El, 12 1, 229,
lilemlura. mexiClllla del siglo xx, Lll, Mal'.sllTJ, J::l (publicació n periódica),
je/ée, Lll ( III mc), 359 254, 30 1,372, 384
98 257
Ji méllcz, Luz, 5 1 La faye, J acqu cs, 122,248
L/ave Ilellláltu(lt/, 45 Magdale na , río, 184
.1 imé ncz Mo re no, Wigbcrto, 3 10- 11 L.'unpedusa, Gil tse ppe To masi de, Lock han ,J ames, 35, 113, 119, 124 Mag na Grecia , 384
.I o h nson , Samucl , 163 287,34 1
Loll ma nn Vi l\c na, GIli llc rtllO, 250 Ma linchc, vt>tmse Itllllbién Mal intzin
J orge 111 , 207 Landa, Diego de, 156
Lokureva , Ana, 344 y Marina, 18,88, 114, 116, 13 1,
.l ua n Pabl o 11, 380 Landívar, Rafael , 245
Lo ndres, 16 1, 17 1, 184, 187,207, 138, 14 1...42, 152-54, 163, 166-
J mí rez, lle ni to, 3 1. 33, 6 1-62, 23 1, L.. nglo is, He nd, 358 220,244 69, 198, 202,336
2ó3, 263-64, 278, 344 Larroyo, Francisco, 46-47
Ló pez Austin , Alfredo, 127, 130, Ma li nlzi n , vellnselambiéll Malin che
Jmí rez, Caye tano, 52 L lvczaris, Guido de, 247
41 0 )' Mari na, 116- 17
J u,l rez, Reyes, 3H4 Le Mercier (edito r fl~.\Il cés), 260
Ló pez de Góma ra, Fra ncisco , 11 0 MIINntÚII s CllOices: AII IlIdian Wo-
judío '/lOj wlío, 1\1, 393 Lebovits, Fran (o is, 357
Ló pe z de Legazpi , Miguel , 247 1/1 (1 1/ in t/¡e ú m'lllest of Mexico, 117
_Ju li o César, 146 Le nin , Vlad ímir lI ich Uli ,ínov, lIa·
Lópe z Mateos, Adolfo , 338 Man cha , canal de La, 222
.l u li an a de No rwich , 65 mado, 112, 322, 325, 363, 370
López MOClew rn a, pad re, 360 MIII/ ual dI! adultos, 237
,1u nco , Alfonso, 49 Lc ningrado, 324
Ló pcz O bT<ldo r, Andrés Man ue l, Ma nzan illo, 276
JUIl W Su pre ma de Sevilla, 274 León (Cuamyuato ), 37 1
320 MilO Tse-Tung, 112, 325
Kant , EIl1Tl1an llel , 44~4 5 Leó n (reino espail o l), 89
Ló pez Portillo,J osé, 338, 39 7 Maquia\'e lo, Nicohis, 87, 9 1, 114,
Ka okia, 195 León )' Gama, Anton io, 1:)9
Ló pez Rayó n, J osé Ig nacio Anto- 13 1
Katz, Friedrich, 25, 27, 29-3 1, 33, León-Po rtilla, Mi guel, 14, 16, 18, nio , 277
20, 33, 35, 39-4 1, 47, 66, 98, Ma rco Po lo, l3, 247
35,309-10, 3 11-13,321l-27

43 1
430
índicc onomiÍstico

127, 130, 13 1, 140, 1 4~j, 148, l\,]eyCf, Euge nia, 322 Monlema)'or, Carlos, 53-55
r-,'Iaría Luisa de I'arma, 270
152,155, 159, lh4 , 200,293,3 11 Me)'c r,.J ean, 26-3 1,33,36,60,342- Mon tcrde, Francisco, 255
Marianas, islas, 272
Marina, lIe(UlSe tambiéll Malill che)' Mesoamérica. Ar/e)' aulro/Jofogía, 68, 43,353-57,383,386 Mo ntcrrey, 183
Malintzin, 107, 11 5- [7, [66-68 70,77,80,9 1 Meyer,Joseph,358 MonlCs de Oca, I.uis, 396
MexiwII !Ir/ {lIId UJe (publi cación ¡vleyer, Lo re nzo, 383, 397 Monlcsquicu, Charl es Lo uis de
Marker, Ch ris, ~59
pe riódi ca),257 Me)'er, Matías, 359 Sccondal, ba rón de, 2 12
M;írquei'" Leollilrd o, 253
Manínez,.Iosé Luis, 19,35,68,97- México, 13, 18-28, 30-3 1, M-M, Me)'e!", Pabl o, 376 Montezl/./l/a, O1J.I'AIJOgée e/la chute de
42-43, 45, 55, 63-65, 70, 72-74, Mi chaud,.J uli o, 260 l'em¡Jire f/zther¡ue, 17, 136
98, I 12, 17'2, 175, 2~H , 258, 409
Manillez Baracs, I\ndn.: a, 66 76, 78-79, 82, 85-90, 97, 104, Mi chelc t,J ulcs, 16 1, 33 1 Mo ntpelli cr, 127
106, 108, 110, 11 3- 14, 11 7- 19, Michoacán, 58 , 98, 132,236,239, Mo nlúrar, Alonso de, 11 8
Manínez Baracs, Rodri go, 1:;-16-
17,25, :n, 35, 97-99 122, 124-25, 127 ,1 3 1, 136,138, 246,249,399 Monum ento él la Revolución, 349
Marx, l<ar1. 11 2,32 1, :{23, 33 1,370, 141,143,146,159, 162-65,167- Miel', Se rvando Teresa de, 22, 22 1, Mora, J osé María Luis, 253
73, 175-77 , 1 79-8~, 1 89-90, 192, 225,227,244,252,298 Morelia , 24 6, 297
393-95
195-96, 198, 20 1-203, 207-208, Miguel Calnrm, !JÜ¡/o)' de cámara de Morelos (estado) , 286, 348
Massacl luse tls, 197,2 1:-1
2 13- 16, 220-24, 227-30, 234, la Reil/o Celes/ial, 233, 242 Morclos )' Pavón, .losé María , 24,
Massé, Augustc, 260
236-37, 239-42, 24 4-48, 250, Mill,Jobn Stuarl, 40 [ 60-61,122,158-59,214- 16,274-
Mal¡ltllorOs, ¡"Iariano, 295
Matos Moclezuma, Eduardo, 17- 252, 2S0-58, 260-6 1, 264-69, Milosz, Cwslaw, 356 75, 277, 294-95, 299, 3 14-16,
I ~, 20, :m-35, 111 , 14 ~-45 271-72, 274-76, 278, 28 1, 288- Milpa Alta, 5 1,55 403,407
89, 29 1-94, 297, 299, 302-304, Mi randa , Francisco de, 25, 2 14 Moreno de los Arcos, Roberto,
Mauss, Marcel, 67, 72
Maximi[iano d e Ha bsburgo, 61, ~ 09- 1 6, 3 19-20, 322-28, 335-36, miseria del his/oricislI/o, Ln, 395 258
339-4 1,343-47,349, :\5 1, 35~, Mississ ippi , río, 195 More no Toscan o, A[ejand ra, 11 1,
121, 224, S:i5, 40'1
Maza, Francisco de la, 228, 258 355-57, 359-60 , 363-67, 370-72, Mi/o y IHvfeda en. la hú/()ria de Méxi- 390-9 1
375-76, 38 1, 384-89, 39 1-97, co, 229, 23 1 Moro, TOIl1¡ís, 40, 98, 249
Mc Farlane, Anl,holl)', 266
399,40 1-4 02,404-407,409- 11 Mixleca,63 Morones, Luis N., 363
Medi ci, familia, 249
Méx ico, ciudad de, 20-21, 2!), 39, Mi x1.Ón , revuelta del. 236 Motccuhzoma Xoco)'o lzin, 17n.l ,
Medio Oriente, 135, 265
98, 143, 155, 157, 170, 182,220, Moelewm¡¡ 11 , [3, 17-20,33,86, 69, 86-87, 9 1, 94 ; véase también
Mec1iterni.nco, 188
233-~4, 239-40, 242-43, 2,18, 99-101, [09-11, 127, 132, 136- MoctCZll ma 11
Medusa, 2'18
Memoria n,íltuall de Mit¡m Al/a, De 250, 253, 259, 261, 29 1, 295, 38, 141 , 144-47, 1'19-50, 158, MOLOlinía, To ribio de BenavelHe,
Emiliallo Za/mlo l/. Porfirio Díaz, 348,354,371, 38 1; véase también 162, 164, 167-7 1, 173- 174, 180, Itamrulo, 22, 152, 155,227,245
Di strito Fede ral , 188, 19S, 198-200,202,2 11,336; Mozambiquc,379
51
vé(l,~e /alllhién Motccu hzoma muerte ,le Artemio Cmz, La, 224, 33 1
Memorias (de Francisco Vi lla), 328 r-,']éx ico, golfo de, 199
Mendi cw, .l erónimo de, 22, 227, Méx ico, valle de, 159 Molina Enríquez, Andrés, 23 1 Mu ng uía , Clemente de J esús, 406
México br/livco, 259 Mo neada, cua rte! de, 183 Muil oz Camargo, Diego, 149
245
Me ndoza, Antonio de, 88, 249 ¡\Iléxico Moderno (pu bli cación pe- Moneada, Fran cisco, marqués de, Musashi, Miya moto, 237
Mené ndez Pela)'o, Marce\ino, [8 riódica),257 178, Musco Británico (Lond res), 173,
Mcsoamérica, 16- 18,2 1,43,66-70, México-Te nochtitl<L n, 13, 34, 36, Mongolia, 327 198
74-75, 77-78, 80-82, 84-85, 88, 39, 97, 178, 203, 2~{ 8; uúase /a.m- Mome At bán , 55, 69, 155 Musco Nacional de Antropología
9 1-92, 95, 107, 110, 119, 123, biéll Tenochlitlan Momejo, Fran cisco de, 166 ( M éxico )~ 8, 159

433
4~2
índice onomáslico

Musco dd Prado (Madrid ), 190, Nú rc mbc rg, juicios de, 15,358 I'achuca, 239 Pauw, Comeil le (Cornclius) de.
2 17,259 O'Gonnan, Edmundo, 20, 35, 43, I'acífico, océa no, 169, 194 , 247, 227
t...luseo d el Templo !\b)'or (Méx i- 118, 228, 230, 399 268,272 Paz, ¡reneo, 23 1
co), IOO OaxaGl, 43, 62 , 278, 394 ¡l .. ine, Tom , 22 1 Paz, OClavio, 16, 18,27,36, 102,
Mussolini , Benito, 369 Obama, B,W<lCk, 376 1);lIacio del Ayuntamiento (Bruse- 12 1-22, 159, 170, 172, 183,2 13,
N'lipaul , Vidiadhar Sunyprasad , Obregó n, Álvaro, 29, 63, 182,255- las),94 220-2 1, 229, 23 1, 241 , 249, 254,
20 56,3 18,347,368,382,409 I'a laciode l Buen Reliro (Madrid) , 258-60, 292, 30 1, 349, 372, 384,
Naolin co, 385, 408 Ocampo, ¡..tclchor, 406 190,216 395
N.ípol es, 2,15 Ocotlán, 37 1 pa lacio Nacional (Méx ico), 201 , Pegaso, 243, 248
Nan ..ícz, P,ínfilo de, 113, 137, 150 Octavio Paz)' il//'oCliClI de la historia 234,24748 Pegaso o el mUl/do /)(11'1"0(:0 novohis/}{/ -
Ne/Huno fllt'góriro, 240 mexifOlU/, 220, 229 /mlacio /)(II'{J PI rey. E/Hilen I?eliro ), la no en el siglo XVII, El, 233, 247
Newport, Christophc r, 195 Oedi/Jlls Aeg)'/JliaclIs, 24 I corle (le I'HijJe I\~ VII, Pc rc)'ri.\, Ca rl os, 390
Nezahltakú)'otl,20 O li vares, co nde-d uqu e de, 187, !'alafox )' MCl ldoza, Juan de, 2 19, Pero CalÍ1l, 256
Nie li',Sc he, Fricdrich , 22 1 2 17 222,240,348,360 Pe rseo, 249
NitclO de San .luan (!t.: la Peni te n- Olivie r, GuilhcllI, 15- 17, 33, 35, Palenque, 43 Pc rshin g, ,l ohn j. ,330
cia, 242 127-28 I'a loma r y Vizcarra, Mig uel, 36 1 Perú, 15, 22, 92, 114, 168, 172,
Niza, 35:1, 357 Olmos, Andrés de, 56 I' anamá, 80, 185 175-76, 184, 192, 195,208,2 13-
Noche Trisl.e, 129, 132 Omeléotl, 116 I'anam,i, canal de, 185 15, 221, 226-27, 229, 265-69,
Nochistlán, 247 Orbe illdiano. Oc la IIIO"ar'Jllía cato. Pa1]fho Villa, 29, 3 11-12, 3 16, ~3 1 276
Nombre dc Di os, 185 lica. 1I la re/Jlíblica criolla, 1492- I'ani , Albeno, 256, 396 JJ;ptlms negadas. De la Cont!ic¡¡e al
Non eaméri ca, 23, 374 /867 ('11/e Firsl ¡\mcriCtl), 2 1, p([1'{J tmtel/tlC1' (l BCI'lIt11r!ino de Stllw- 'firll//JW Ma)'OI; Las, 143
Noticias (Iel l m/}erio, 224 219-22 , 226,228-29 gll",40 I'¡ me nt e l, Fra ncisco, 121
Novo. Salvador, 234 Orma, Arnaldo, 365 )' arag uay, 244 Pilllllrtl Y 1'.$('111111)'(1 del &naómiel/to
Nueslra Se l-lOl" del I)ilar, 228 origen (le los mleca.f, El, 68, 77 )'<trís, 26, 36, 67, 35:)-56, 359, 364- en México, 259
Nueva E.spaña , 14, 20-25, 34, 65, Orígelles llel IIllcionalismo mexiCllllo, 65 Pío IX, 406
87, 112, 144, 170,2 13,226-27, Los, 229 parte lIlultlila, LlI, 67, 74 Pípi la,59
235-36, 238, 24 1-4 '1, 246, 248- Orozco, José Cle me nte, 16, 202, Pa1'lido Comu nista Fran cés, 358 Pizarro, Fran cisco, 168, 172-73,
49,252,254,256,263,268,282, 296 Part ido Comunista Mexicano, 323 175-76
286-87, 289-94, 305 , 367 Orozco y Berra, Manuel , 18, 12 1, Partido Comu nisla de Rusia, Plan de Ayala, 320
Nueva Granada , 207, 2 14 , 276 409-11 Partido Conservador, /6/ Plan de Casa Mata, 27 1
Nueva Inglaterra, 290 Ortega)' Gasscl, J osé, 206 Partido de la Revolución Oe mo- Plan de Iguala, 215, 276
Nueva York, 181, 263, 3 lO, 359 , O rwc\1, George, 395 crática (I'RO), 108,320 Plaza Mayor (México), 157; véase
376 olra 'rnbelión, La/l/ella I,or la jllde/leI/.- Pa1'lido Laborista, 16 1 lambien Zócalo
Nuevo Mundo, 14-15, 42.68,83· rlencia ,le lvfexico, 18/0-182 / , La, Partido Revolucionario Institucio- Plularco, 384 , 388
84, 100 , 103 , 145, 162 , 187, 190- 24, 28 1, 283-85, 287, 289, 292, nal (1'Rt), 28, 2 16, 25'1, 3 18, Poe.~í(/. indígena de la Al!i/Jlrmiáe, 44

91, 202, 221 -22, 224, 226-27, 294 ,296, 298-99, 301, 307 338,340 ,342,349,352,389 jJolít;((I eS/Ho ioltl en una éfmea mm·
229, 240, 25 1,297 Oviedo, padre, 242 Paso, Fernando del , 224 t¡¡donada, / 790- 1820, La, 263,
N IIC/Jos el/su)'os 11Iexic(I//ol', 3 J O, 3 13 O xford , 187 Pátzcuaro, 239 27 1

434 435
índice o nOlmístico

Polonia, 228, 38 1 Pue bla (estado ), 52 , 133 Re ina, Leticia, 120 Revol ución rusa, 292, 33 1, 339,
Poma de Ayal a, Gu,Ul'dn, 22, 2 19, Puebla (obispado de), 239, 360 Re illo Uni do, 161, 187 3GO, 367, 395; véase también Re-
222,227 PII/'blo en vilo, 99 , 373, 384, 408 Renan, Ern esl, 78 volución bolchevique
POll ce de León ,.I uan, 172-73 Pllebfo.~ origil/arios)' glol)([lizadún, 49 Replíblica Democnítica Ale ma na Revolu ci6n turca, 322
POpocillé petl, 164, 174 Puerto Rico, 172 (RDA),3 11 Reycs, Alfo nso, 45-46, 97, 22 1,388
Poppe r, Karl , 384, 395 PUlin , Vladímir, 326 Repúbli ca espa li ola, 16'1 Reyes, Bern ardo, 22 1, 230, 345
Porfirimo, 32, 144,230,253,3 10, Querétaro,6 1 Resid encia de Estudiantes, 97 Reyes Cató licos, 188
~14, 3 18- 19, 343, 35 1, 405-406 Qlletzalcóatl, 17, 127, 134, 136, Relón'ca cristiana, 237 Ribade neira, Ga~par de, 250
Po r r¡¡~ MUlioz, Guillermo, 250 138-39,147,180, 199 Revillagigedo, segun do con de de, Rica rd, Robert, 82,117-18
Po rdra, l~\milia , 47 Quelz.alcóatl)' Glladalll!JIJ, 122 144 Riccardi, Andrea, 379
Porti llo, J osé María , 289 Ql1inal Zin , mapa de , 178 Revo lución bolchevique, 3 17; véa- Ri chel ieu, cardenal, 188
POJ'lobelo, 185 QuiU/:e /)OdlH del 111 11 IIf{Q 1Ifíll1wtl, 40, se también Revo lución rusa, Río de la Plata, 188, 208, 2 14
Portugal, 101, 189 50 I?evolución )' conlmrmvolllción en Ríos, .I ulio, 377
Posdala, 18 Qu iroga, Vasco de, 33, 40, 98, 249 México )' el Pmí. Libnalismo, 'rea- Ri vera, Diego, 16, 19, 172,20 1-202
PoUl¡¡ntZils, Nicos, 357 QUilO, 268 leza)' SI:/HlrtltisIllO en 1800-1824, Ro berts Poi nseu ,.Ioel, 252
Powh alan , 195 Racine, J cill1 ,23 24,263,267 Robertsoll , vVillialll , 227
Praga, 21 , 228 Ra{ces de la inswgellcia en J\t/é.>:iw. Revol llción cu bana , 163, 183, S94, Robespierre, Maxilllilien, 3G8
Premio Nacio na l de Cienci as)' Ar- J-/isIOlia. I"Cbriollm, J 750- /824, 203 , 402 Roc heroucauld, rralH,;ois de La,
tes, 404 274 Revolución Cultural china, 325 235
Prem io Nobcl de Lite ratura, 313 Raleigh, Waller, 16 1 Revo[ución eswdounidcnse, 292 Rodríguez, J aime, 280
Premio Príncipe de Asturias, 190 Ra mírez, Alfredo , 52 Revolución francesa, 25, SO, 32, Rojas, h'i neo, 54
Prcscott, Willi am 1-1 ., 35, 11 1, 113, Ramírez, Ign acio, 406 2 10, 270, 273, 292, 3 17, 322, Rojas, Mariano, 5 1
162,180-8 1, 199,22 1 Ramírez, J osé Fel'l1alldo, 12 1,282, 325,334,339,343,367-68,370 Rojo, Vice nte, 39
presencia del/mslIdo, La, 38'1, '109 '105, '109- 10 Revo lución inglesa, 339 Roma, 129, 165, 228, 239-40, 377,
presidencia im/Jcrial, La, 382, 389 Ramírez Flores, .I osé, 375 Revo lución mexicana, 25-29, 3 1, 379
Preuss, Konrad , 50 Ramos, Sam uel, 46 33,4 1, ri l , 57. 61 , 63, 65, 122- Roma, col on ia, 233
Prigio ne, Girolamo, 378 Ranke, Leo pold von, 77, 3:i 1 23, 125, 144, 157, 182-83,202, Rom ero, Óscar, 379·80
/))illl&r mestizaje, l. a clave /)(Im entell- Ra)'nal , Guillaulllc-Thomas, 227 2 14, 216, 229-3 1, 234, 254-5 7, Ro mero Rubi o, Carmen, 253
del' el pasado lIIe.\·O(l.11u:ricmw, Hl, re aedificalOliu, De, 249 274, 278, 289, 292, 30 1, 304, Ro mero de So lís, J osé Miguel , 246
68,70,77,80,82 Reading, 188 3 10-11,313-24,327-28,331 ,333- Ross, Stanl ey, 65
/)limera gran revol1/.ción dlll siglo xx. Reag<lIl, Rona ld , 175 36,339-47,349-5 1,353,359-60, Rousseau, cal le de, 98
México, 1910-/92/, I.a, 234 Real Academ ia de la Historia, 259 367-74, 380, 393, 400, 405-4 06, Roy, M. N., 323
Primera Guerra Mundial , 322. 365 H:belión de los wlalmlffs, /598- / 640, 408 Royal I-l isto rical Society, 263
Proceso (publicación periódica), 393 La, 189 I?evolucióll mexicana, La (de Alan Ruiz, Sa ml.lcl , 376
ProJetas (Iel Imsado, 13- 15, 17, 20, reconslrucción económica, La, 395 Knight)' 26, 336, 339-40, 344, Ruiz Conines , Ado lfo, 338, 389
3 1-32, 34,36 Reed, .I oh n , 322, 328 354-55 Ru[fo ,.Iuan , 36, 356, 374
jJro/J!u:tes du /mssé, Les, 32 Rerorma , 3 [-32, 60-6 1, 157,229, Revolución. 'mexicallll, La (de J ean Ru nciman , Steven, 356
Puebla (ci udad ), 239, 246, 263 23 1, 278, 304, 385, 404-407 Meyer), 354-55, 367, 370 Rusia, 3 1, 324-26, 363-66

436 437
Índice o nom;ístico

Russell, Bcrtrand. 395 Santo Domingo, 85-87, 145,242 SolzllenitsYll , Alc ksan d r, 365 Te nochti tla n, véase tombién Méxi-
RwJ'licalio mexicana, 245 Santo oncio de la Inquisición, 41, Sonora, 3 15 co·Tenochtitla n, 15, 17,69, 107,
Sábado (su plemento cultu ral de 86,1 18, 194,234,244,273 Sorel, Georges, 334 119,131-32,137,141, 144,146-
UnomlÍsl/'lw).39 1 Santo Tomás de Aqu in o, 48, 130 Soria no, Juan, 409 48, 150-51, 155, 158-59, 168,
Sacro Impe rio Roma no, [65 Sayu la, 374 Souslclle,J acques, ~O, 35, 67, 7 1-72 170, 174, 182, 188, 198-200,
Sa hagú n , Bernardino de, 39, 44, Schellino, Maca ri o, 34 1 spengler, Oswald, 77 236,268,336
55-56,135,149, 157, 167, 177- Schille r, Friedrich, [ 9, 172,20 1 Spinoza, Baruc h, 38'1, '101 Tcotihuacan, 104, 134, 155, 159
78,22 1, 238, 245 Sc hwob, Marcel, 38'1 Stalin, 1ósi f Vissariónovieh Dzhu- Tepe)'ac, ce rro del, I 13, 2'12
Sailll-Dom ingue, 215 Seall, ,,,valler, 36, 222-23 gashvi li (lomado, 324-25, 350, 364 '[cpozt]án,51
Sai nt-Irénée, parroquia de, 356 Sec retaría de Gobernación, 253, SJasi (M iniste rio para la Seguri- 7epm.tla/¡euilolli, 52
Sa lomón, 386 366,378 dad del Est ado de la an1.igua Te rcer Re ich, 3 10
Salvado r, El , 379 Secretaría de Hacie nda, 256 República DC11'1 ocnltica Ale ma- Te rcera Internac ional, 312
Salvatierra, 364 Secretaría de la Defe nsa, 36 1 na),3 12 Te rrazas, Luis, 3 14, 3 18
.)all/.llel Ruiz en. San Oislólm/, 355, Segovia, Rafael, 35 Sten dhal , Maric'¡'lcnri Scrle, 110- Te rrazas, Silvestre, 329
376,378 Segunda Guerra Mundial , 35, 352, '/liado, 36, 28 1, 283, 299, 304 Teste ra,.lacobo de, 155
San Agustín, 22 1 357 Sternbcrg, .Josefvon, 356 Testigos de.JehO\~:i, 380
San Ángel. 403 Segu nda Inte rnacional, 3 12 Su;írcz, Eduardo, 397 Texas, 253
Sa n Uuen avenlLlnl, 2 19 Selll o, Il<ín, 309 W suave patria, La", 257 Texcoco, 76,90, 107
Sa n Cristóbal , 17 1, 200 Sc rdán , hermanos, 63 Subsecretaría de Cu ltura, 259 Tezcallipoca, 33, 127, 129, 1 ~5,
Sa n Diego. 55, 28 1, :~ 33 Se rrano, Francisco, 349 Suez, ca nal de, 161 138. 150
San.l osé de Gracia, 353, 373 Sevilla, 166, 188, 237-38, 248, 25 1, Su iza, 2 1I 'lez.catli!JOt:II. Burlas y IIIdmIlOl!{),ÚS de
San Lo re nzo, 253 257,265,268,274 Swyn nenon , Th omas de, 161 un dios azlem, 127
San Luis Po tosí, 348, 398 Shakespeare, William , 36 Tabasco, II B Thatchcr, l'v larg;lfct, 161 , 175
San Martín, .I osé de , 25 Sha/¡espe01e enamorado (fi lm e), 404 Tácil0, 129, 273 T holllélS, Hug h, 15- 16, 18,33,35,
San Nicolás, iglesia de, 228 Shól (~jov, MU aíl , 36, 3 13, 33 1 T¡¡cubara, 406 161 -64, 18 1,20 1,390
Sa n Pablo, 65, 130 Shorris, Ead , 50 Tamayo, Rufino, 260 Tho mpson, E. P.,!,\5
San Petersburgo, 324 Sici lia, 2 1 tambon,s de Calderón, Los, 355, 374 Tíbct , 247
S,ínchcz Albo rnoz, Claudio , 204- Sierra Maestra, 183 Tan ncnbau lll , Fra nk, 26, 35, 333-34 Tierra Caliente, 275, 277
205 Sierra,Juslo, 98, 230, 4 10 Tapia, Andrés de, 170, 175 Tikal ,43
Sant'Eg idio (ONG), 379 Siglo de caudillos, 23, 382, 389, 403 Taracena, Alfonso, 409 Ti!ly, Charles, 28 1
Sant'Egidio, parroquia de, 379 Siglo de Oro, 164, 2 17 Tarkovski, Andréi, 356, 364 Times Lile/m)' SU!J!J/emen/, 400
Santa Ana TlacOle nco, 55 Siglo XXI (editorial), 365 'fea/ro de vÚ"lw/es !JOlílica,I', 240 liuta negm )' roja, La, 39
Santa Cruz de Mompox, 184 Sigüe nza y Góngo ra , Ca rl os de, Tehuante pec, istmo de, 54 Tito Livio, 129
Sa nta Cruz de T latelolco, col egio 227,240,254 Teixidor, Fe lipe , 258 Tlacaélel, 43
indígcna de , 40 Silva Galeana , Lib rado, 5 1, 55 lemPle liberal, 1. :1, 38 1 Tlaco pan , 90, [07
Santa Fe. 249 Sinaloa , 256 Tem plo Mayor (Mcx iea), 20, 34, TJ¡íloc, 145
Santiago apóstol, 129 Sobou l, Albert, 28 1 61,77,100,108, 132,137, 143- Tl altecuhtli, 11 1, 123, 156
Santísima Trinidad, 65 Sófocles, 54 44,170-71,200 T latelolco, 56, 153,237,370

439
'138
índi cc o nOln¡íSlico

Tla xcala, 52, 84, 87, 11 8, 13 1-32, UlIji,,¡s/¡e(/ H islory 011"1' World, An, Vcga, Fe lici ano de la, 240 Vllelta (pu blicació n pe riód ica),
136, 155, 17 1, 199 162 Vcga. Garcilaso de la, lIamm/u el 257,384
·lbcqucvill e, Alc xis d c, 368 Unión Soviética (URSS), 3 1,3 12- 13, Inca, 22, 227 v"aona n, Artu ro, 105
l btcdo, 58, 165 320,324,35 1,355,3&1,366,402 Vclázqucz, Diego, 187,2 16-17 Washingto n, D. C., 347
To led o, Fra ncisco, 55 Univcrsidad de California, 28 1 Vchízqucz dc Cuélla r, Diego. 87, \\'ashingto ll , Georgc, 210, 2 14, 277
To ledo, Natal ia, 55 Un iversidad de Ca mbddgc, 187, 113, 138, 146 H~lerfoo, 3 13
To lstó i, Alc kséi, 33 1 220-22,263, 265, 333, 397 VcI;ízqucz d c Leó n, juan , 179 VlI,He rtoo, ba talla dc, 283, 299
TolstiJi, Lcv, 222-23, 33 1 Unive rsidad dc Colum bia, 49 Vc nczuela, 184, 208, 2 12. 2 14, I l'avedl')', 222-23
'/ blleCflJoll. A sj)l!clos de la CI//lltro I/á- Univc rsidad dc Essex, 263, 333 265,275-76,405 Webe r, Ma x, 194
/uUltl, 40 Unive rsidad dc Fi ladel fi a, 56 VC IIUS,79 Weigand , Ph il, 369
T()IIati uh,90 Univc rsidad dc I-I a rvard , 397 Vcracru z, 84, 89, 109, 114, 11 7, \Vc l1in gto l1 , d uq uc de , 299
To rqucmada,.I ua n d c, 22, 227 , 245, Universidad de O xrord , 34, 187, 137, 142, 146, 150, 17 1, 18!í, Wclls, 1-1 . C., 162, 164
2'18 190,333,397 188,267,304,347,376, '108 WCSt 1'0i l1 l, 376
Torrc bl an ca, Ho rtc nsia , 409 Universidad de Princel o ll , 187 Vc)'ue, Paul, 103 W<.:)'lt:r, Val cria no , 37 1
Torrcs Uodc l,J aim c, '16, 98 Univcrsidad de la Sorba na , 73, :~rJ7, Vi cto ria , Cuadalupe, 158, 252 V/ilsO Il , Wood ro\\', 328, 347
l bscana , 178, 245 359, 368 Vit/fu imagillarias, 38'1 Wi ndsor, J61
To tola pan , Cristo d c, 242 Univcrsidad d c Stra tllclyde, 363 Vicj o Mundo, 8 J. 83, 99- 100, 103 WUIl la ck .Ir., J ohn , 26, 30, 282,
TOlLssainl , Manuel , 25<1 , 256 Un i\'c rsidad de las Trcs Armas, 372 Vic na, 94, 309 3 J5,34S,360
Tova r d c Te rcsa , Guillermo , 19- Universidad de'lbulouse, 128 Vignaud , I-I enr)', 112 Woolf, Virginia, 38 1
2 1,27,29, 32, 3 '~35, 233-35 Unive rsi dad de Yal e, 22 1 Vi lla, Francisco, 29, 33, 182, 255, Xali tla.52
Towllsend , Camilla, 117 Univcrsi dad Naci o nal AutÓ noma 3 11-14,3 16,324,326-3 1,34 '1, Xicoléncutl,87
T óxcatl, malan za dc, 137 d c Mé xico (UNA.\I), 34, 4 1, 44, 347-49,37 1, 409 Xi rau , Ra mó n, 260
Toynbee, Arno ld J , 77 5 1,53,77, 128, 182 Villamil (sctlO r), 5 1 Ya nkclcvich, Pablo, 322
tmfa (le escLa1los, I,fI, 162, 176 U,W lluísuno (pcriud ico), 39 1 Villall llc\'a , Fid endo, 5 1 )'0, ellmllc;s. La illferoellciÓlI en jl";-
Tratado d c Libre Comc rcio de Urdan e la, And rcs de, 247 Vill c na , marqués de, 240 mem jJl!rsmuj, 355. 374-76
Amé ric;¡ del Nort.c (TLCAN), 257 Uxmal ,43 Villo ro, Luis, 390 Yo ung, Eric Van, 23-26, 29-30, 34,
Tr.llados de Córdo ba, 252, 290 Valé r)', Paul, 36, 356 Viquc ira, .I ua n Ped ro, 378 28 1-84
Triple Alianza, 107, 137 Va llad olid (Espaii a), 56, 197,250 Virgcn de C uadalupc, 65, 11 3, Ync¡¡ t:íJl ,55, 109, 165-66, 183, 196,
TroLS ki , Leó n, 322, 303 Vallado lid (hoy Morcli a, Mi choa- 118, 158 , 2 15, 229, 242, 24'1, 236,3 14- 15
Tucídides,4 0 cá n), 239, 399 248, 28'1,29 1. 297-98 Yugoslavia, 182
Tudo r ( f~llni1ia real), 196 Vall arla, Ignado L. , 6 1, 405 V¡rgv:11 de GuadalujJf'. Im aglm )' Imdi- Yustc, mo nastc rio de, 164
Tu la , 11 9, 160 Va llc-Arizpc, An c mio de, 234 , 250, cion, I,a, 220, 229 Zaca tccas, 247, 36 1
·rLlpac Ama ru, 207, 2 15, 293 255 Virgc n María, 118- 19,242 Zacoa!co, 374
Tüpac Ka ta ri, 293 Vargas Llosa, Mario , 223-2'1, 370 Virginia , 193, 2 13 Za id , Gabriel , 397
Tu rn e r,.J o h n Ke n nc lh , 322 Varsovia, 367 visioll (le los vencidos, La, 39, 54, 238 Zapata, EllIil ia no, 29, 63, 182,255,
TurrCtH, Isa bel, 403 Vasconcclos, José, 19, 48-49, 69, I'isiollm io dI' la N ueva Esj)(nja, 256 3 14,324, 327, 34 4,347-48,360,
Tusquc tS (edi to rial ), 375, 39 1 23 1,254,256,374,382, 386,400 Va ltai re , Fr¡¡ n ~o i s- Mari e Arollc l, 362, 375,382
Unamun o, Migue l de, 22, 206 Va tican o, 94, 354, 363, 379, 406 llamado, 23, 16 1 Zapa ta , Nico~ 348

440 441
.

Zapol l.ín , 232 Zi1l1lllcrmann, telegrama , :\09


Za ragoza , 228 Zócalo (ci udad de Méxi co), 143;
Zava la, l.orc n7..0 d e, 253, véase tambié" Pla:t.a Mayor
7n"lvala , Si lvio, 114, 238, 249, 258, Zlxliaco Il/arimw, 241
260 Zum;írr.tbra, Jua n de, 113, 117,
Zed il la, Ernesto, &1 237,239,249
Zhúkov, Geo rgi, ~24 Zurbanín, Fra ncisco de , 2 19

Proji:tas rJel j)(/,w (/o


se Lerm inó de impri m ir
el 18 d e mar7.0 d i' 2() l!j
en Li tográlica Ingml1lcx. S.A. de C.V.
Ce n te llO I/j2· I , O!l8 1O Méx ico. D.F.

442
Colección Bolsillo Era

Ferna ndo Be nílcz


Los hongos al-uónf1llles
En la, tierra mágica del jJ¿,lole

Arnaldo Córdova
La formación del/Joder IJoliüco en. México
La !Joliliw de masas del wrrlenismo

Chri sto phcr Do mín g ucz Michacl


Pm/elas de/.j){lsado. Q/lhlfl' llOrl'~' dI' 1(/ his/O/l0gmfít/ ,wbw Mi.I:iro

Juan Carda Ponce


La gaviola.

Pablo Conzález Casa nova


La democraria en México

Erra ín Hue rta


Transa poética.. /lIlJ(OIOJfirl/JCrsQllfll

Franz Kafka
La metaUlO1fosis

Fried ri ch Ka tz
De Diaz a Madem. Odl,,,>nes)' estallido de {(/ Nl1lOlurirín Me:ácmlfl

José Ca rl os Ma ri á tegu i
Siete ensayos de inleljmtlación de la nlO.lidad jJet'ltana

Ca rl os Mo nsiv.iis
A mor !Jerdido
El 68, la tradición de la 'rp.s1stencia

Entrada libre. Crónicas de la sociedad que se OIgfllliw
Los rituales del caos
Días de guantar
"No sin nosolros. " Los días dl'llembfnr

José Em ili o Pacheco


La fábula delliemJ)o. A'IIlología.

Edu a rdo An toni o Parra


Ángeles, ¡nllas, sanlos JI máTtÚ"es

O Clavio Paz
Un sol. más vivo. Antología. poética.

Sergio Pito l
El arle de la fuga

Ele n a Po n iaLOwska
¡-lasta no vertejesús mio
La noche de Tlalelolco
Nada, nadie. Las voces dellemblor
No den las gracias. La. Colonia HuhinJam'lllillo)'
el CüelV ,Huira //0
'finísima

J osé Revue ltas


El luto hu'm ano
La palabra sagrada. Antología
Los erroTeS
Los 1nums de ag ua

J o rge Vol pi
La i'1lloginadón y el poda Una historia intelectual (f¡: /968
L a guerra )' las !Jalabra,s . Una historia intelectual de 1994
C on motivo d e la dobl e conmemoración de 1810 y
1910, Christopher Domínguez Mic hael e ntrevistó
-para la revista Letras Libres y la serie de televisión La Con-
quisttr a algunos de los más importantes e n tre los historia-
dores que, mexicanos y extrar~jeros. han escrito obras de-
cisivas sobre nuestra historia: David A. Brading, Christian
Duverger,john H . Elliott, Brian R. Hamnett, Friedrich Katz,
Ajan Knight, En rique Krauze, Miguel León-Portilla, Rodrigo
Martínez Baracs, Eduardo Matos Moctezuma, Jean Meyer,
Guilhem Olivier, Hugh Thomas, Gui llermo Tovar de Teresa
y Eri c Van Young.
A lo largo de estas conversacio nes, los historiadores par-
tieron del mundo mesoamericano reflexionando sobre los
sacrificios humanos entre los aztecas, el esplendor barroco de
la Nueva Espaiia, las condiciones modernas o antimodernas
de nuestra Independencia, la intemperancia de las guerras de
Reforma, la violencia durante la Revolución y e l terror duran-
te la Cd stiada; el régimen carden ista y la falsa o relativa forta-
leza del Estado surgido de la Constitución de 1917.
El resultado de estas conversaciones, en las que quien pre-
gunta lo hace desde un conocimiento extraordinariamente
amplio de la historia de México y de la obra de cada uno de
los e ntrevistados, es un panorama a la vez abarcador y vivísi-
mo, en el que los puntos de vista y los enfoques historiográfi-
cos contrastan; los lugares comunes, los hábitos y las manías
de la historia oficial se impugnan o desechan; las seguridades
ideológicas se disipan o fl exibiliza n, y se anuncian plantea-
mie ntos y vías novedosos, mé todos de investigación distintos,
corpus históricos no explorados, sluetos y documentos hasta
ahora ignorados, de forma tal que e l conjunto nos pronos-
tica cuáles serán los rasgos nuevos que tendrá en adelante
nuestro pasado.

Ediciones @ Era

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