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Los riñones son los órganos principales del sistema urinario. Se encargan de la
excreción de sustancias de desecho a través de la orina y cuentan con otras
funciones muy importantes como, ser los encargados de mantener la homeostasis
de los líquidos corporales. Cada uno tiene cerca de 1 millón de nefronas, que
constituyen la unidad funcional.
Los espacios bien definidos por las membranas constituyen los compartimentos líquidos.
La masa acuosa de nuestro organismo se halla distribuida en dos grandes compartimentos:
1. la mayor parte del agua (2/3) se encuentra dentro de las células. Este compartimento se
llama líquido intracelular (LIC) 2. El 1/3 restante se encuentra fuera de las células. Este
compartimiento recibe el nombre de líquido extracelular (LEC) o medio interno. Este
espacio, a su vez, comprende los compartimentos líquidos intersticial e intravascular.
Agua corporal
Edades CIC CEC Total Relación entre
agua
intracelular y
extracelular
0-1 días 43.9 35.1 79.0 1.25
2-10 días 39.7 34.3 74.0 1.14
1-3 meses 32.2 40.1 72.3 0.80
4-6 meses 30.1 40.0 70.1 0.75
7-12 27.4 33.0 60.4 0.83
meses
1-2 años 25.6 33.1 58.7 0.77
3-5 años 21.4 40.8 62.2 0.52
6-10 años 22.0 39.5 61.5 0.56
11-16 años 18.7 39.3 58.0 0.48
Fuente: Friis Hansen BJ. Changes in body water during growth. Acta Paediatr Scand 1956: (Suppl
110):25-30.
DESEQUILIBRIO HIDROELECTROLÍTICO
Término usado para referirse a un amplio campo de la patología pediátrica, que
incluyen las alteraciones de la homeostasis del agua y los electrolitos disueltos en
los líquidos biológicos que constituyen el medio interno. Se presentan por exceso
o déficit de agua y se acompañan o no de modificaciones en la concentración de
los electrolitos.
Cuando el intestino está sano, absorbe el agua y los electrolitos. Cuando hay
diarrea, el intestino no trabaja de manera normal. La cantidad de agua y
electrolitos que entran a la sangre es menor y una cantidad mayor pasa de la
sangre al intestino, que se elimina por las evacuaciones diarreicas (pérdida
anormal); por lo tanto, se pierde más que lo que ingresa. Esta pérdida mayor que
la normal da por resultado la deshidratación.
NOTA:
El movimiento de líquidos entre espacios intravascular e intersticial depende
la presión hidrostática capilar y la presión coloidosmotica (fuerzas de
Starling).
Es preciso ingerir y eliminar la misma cantidad de agua.
Su alteración causa hipernatremia o hiponatremia.
Osmorreceptores en parte anterolateral del hipotálamo.
Deben eliminarse mínimo 500ml/día en la diuresis.
Deshidratación
En condiciones normales, la osmolalidad y el volumen del líquido contenido en el
espacio extracelular se mantiene en límites muy estrechos, aún en condiciones de
cambios sustanciales en la ingestión de líquidos, en la temperatura del medio
ambiente o en la actividad física. Esta constancia del líquido extracelular y por
consiguiente del plasma, se mantiene gracias al efecto de diversos mecanismos
reguladores que incluyen la sed, la liberación de hormona antidiurética y los
mecanismos renales de concentración y dilución de la orina. La mayor
susceptibilidad del niño pequeño a la deshidratación por diarrea en relación con el
adulto, radica en primer término, en las características fisiológicas del espacio
"transcelular".
Este espacio, que es parte del líquido extracelular, está constituido esencialmente
por los líquidos que se encuentran en el tubo digestivo y representa alrededor de
1.5% del agua corporal total; sin embargo, la proporción de agua excretada hacia
el tubo gastrointestinal y reabsorbida de él, suma varios litros cada día, por lo cual
el aumento de su secreción o la interferencia con su reabsorción, pueden conducir
a depleción muy rápida del volumen del líquido extracelular.
En tanto que las pérdidas de agua por heces en los lactantes sanos varían entre 5
y 10ml/Kg/24 horas, en los casos de diarrea se han observado volúmenes entre 20
y 40ml/Kg o más, cada periodo de seis horas.
Hipovolemia
La diarrea, al disminuir la ingestión e incrementar el egreso de líquidos, repercute
rápidamente en el volumen del líquido extracelular del niño y lo conduce con
mayor frecuencia y rapidez que al adulto al estado de deshidratación. Los niños
deshidratados por diarrea aguda pierden hasta 10% de su peso en forma brusca;
la pérdida de más de 10% casi siempre se asocia con shock hipovolémico.
El aporte de sodio en el niño varía entre 0.1 a 10mEq/Kg/día (casi siempre oscila
entre 1 y 3mEq/Kg/día) y en la orina su concentración puede ir de 1 a 150mEq/L.
Sin embargo, la dieta puede variar notablemente su contenido de sodio. Así, un
lactante de tres meses de edad sujeto a lactancia materna exclusiva (contenido de
sodio en la leche materna a los tres meses postparto: 13mEq/L), recibe
aproximadamente 1.6mEq/Kg/día, en tanto que si se le alimenta con leche de vaca
en polvo (contenido de sodio entre 18 a 24mEq/L), está ingiriendo
aproximadamente 2.5 a 3mEq/Kg/día.
En las heces, su concentración varía entre 19 y 26mEq/L, con pérdida neta muy
baja ya que el volumen de las heces no es mayor de 10ml/Kg/día; sin embargo, en
casos de diarrea, estas pérdidas pueden ser considerables ya que su
concentración aumenta entre 32 y 48mEq/L (diarrea no colérica) y el volumen de
las heces puede llegar a 300ml/Kg/día.
La variabilidad de las pérdidas de sodio, así como otros factores inherentes al
paciente, tales como su edad, estado nutricional o temperatura, y factores
ambientales como temperatura y humedad, o el aporte de sodio en su
alimentación, determinan variaciones en cuanto a la concentración de sodio sérico
en el paciente deshidratado, lo que permite su diferenciación en:
Deshidratación isonatrémica:
Es la más frecuente, la pérdida de líquidos del espacio extracelular no origina
repercusiones en el volumen líquido intracelular. Indica usualmente un corto
período de evolución del padecimiento de base y el antecedente dietético de leche
materna, maternizada o entera diluida. Predominan los signos universales de DH
(del pliegue, hipotonía ocular y de fontanela, sequedad de mucosas, llanto sin
lágrimas) que se pueden relacionar con los de hipovolemia y ocasionalmente con
los de DH intracelular.
Deshidratación hiponatrémica:
Se observa en desnutridos o en diarrea de evolución prolongada, se relaciona con
la administración de soluciones con pocos solutos o carente de ellos, en particular
sodio (atoles, tizanas, fórmulas lácteas muy diluidas, glucosa sin o con bajo
contenido electrolítico).
Deshidratación hipernatrémica:
Es la menos frecuente, ocurre cuando la pérdida de agua es mayor que la de
electrolitos. Dado que la mayor parte de las secreciones del organismo son
hipotónicas, esto explica la relativa facilidad teórica con que puede presentarse
esta situación.
Hipocalemia:
La disminución del potasio sérico por debajo de 3.5 mEq/L puede ocurrir por:
A pesar del déficit de potasio que presentan los niños con diarrea aguda, el nivel
plasmático se encuentra habitualmente normal y aún puede encontrarse elevado
en las etapas iniciales de la enfermedad, a expensas de la salida de potasio
intracelular que se intercambia con sodio e hidrógeno para amortiguar la acidosis
metabólica.
Hipercalemia:
La elevación del potasio sérico por encima de 5.5 mEq/L resulta de IRA (aguda,
funcional o crónica), durante la acidosis por desplazamiento hacia el LEC, así
como por aporte excesivo. Otras situaciones relacionadas: estrés, hipoglucemia,
insuficiencia suprarrenal, y choque.
BIBLIOGRAFIA: