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SEXTO DOMINGO DURANTE EL AÑO – 11 de febrero de 2018.

“EXTENDIÓ LA MANO Y LO TOCÓ”

Palabras clave:
"TOCAR - MARGINACIÓN"
OBJETIVO:
“Revalorizar la actitud acogedora de Jesús para con los marginados y excluidos; para que, como Él,
nosotros también compartamos nuestra vida con ellos”
Preparar:
Biblia – velita – Cruz.

ENTRADA
 Saludo a los participantes
 Canto:
 Invocar la luz y la fuerza del Espíritu Santo:

ORACIÓN DE INICIO DE LAS REUNIONES DE LAS


COMUNIDADES BÍBLICAS PARROQUIALES

Señor Jesús, hoy estamos aquí reunidos en tu nombre


para escuchar tu Palabra de vida
en nuestra realidad de todos los días
y en la realidad del Libro Santo: La Biblia.
Ayúdanos a encontrar la verdad en ti, la Imagen del Padre Eterno;
ayúdanos a verte en la vida diaria y en las Palabras Sagradas.
Queremos meditar lo que nos enseñas hoy,
queremos que te hagas carne en nosotros,
así como te hiciste hombre en María.
Danos la alegría de que resuene en nosotros
el eco de tu voz pura que anuncia la salvación,
que trae liberación a nuestro pueblo marginado y pecador;
que rumiemos con ganas lo que hoy recibimos como alimento
celestial,
que sepamos encontrarle el sabor a lo que nos dices,
que nos deje un gusto dulce tu palabra querendona.
Señor, tú que todo lo puedes:
Convierte nuestros silencios en oración al Padre.
Enséñanos a rezar, a pedir lo que necesitamos,
danos la gracia de elevar nuestras vidas a ti
como la mejor oración que podemos hacerte.
Señor, que contemplemos tu Palabra en nuestra vida,
que dejemos actuar en nosotros tu Palabra de Vida Eterna,
que seamos como fuiste tú: Manso y humilde de corazón;
que lo que aprendemos hoy lo vivamos para siempre así,
como tú vivías lo que te enseñaba el Padre Dios.
Que la fuerza de tu Espíritu Santo nos aliente,
nos dé valor, llene de esperanza nuestras vidas,
para que, como verdaderos creyentes, caminemos siempre
por el camino de tu Palabra de Vida Eterna..
Amén.
LECTURA

MIREMOS JUNTOS NUESTRA REALIDAD

Animador(a):

Leemos el libro del Levítico, capítulo 1, versículos 1 al 2 y 45 al 46.


1
El Señor dijo a Moisés y a Aarón: 2Cuando aparezca en la piel de una persona
una hinchazón, una erupción o una mancha lustrosa, que hacen previsible un
caso de lepra, la persona será llevada al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos,
los sacerdotes, 45La persona afectada de lepra llevará la ropa desgarrada y los
cabellos sueltos; se cubrirá hasta la boca e irá gritando: "¡Impuro, impuro!"
46
Será impuro mientras dure su afección. Por ser impuro, vivirá apartado y su
morada estará fuera del campamento.
Palabra de Dios.

1. ¿Qué nos cuenta el texto del Levítico? ¿Cómo tenía que ir la


persona infectada por la calle? ¿Qué gritará?
2. ¿Cuánto tiempo será impuro? ¿Cómo vive mientras dure su
impureza?
3. ¿Qué hace que marginemos a los demás? ¿Por qué razón
actuamos así?
4. ¿Está bien que marginemos? ¿Por qué?
5. ¿Cómo se evita la marginación?

ESCUCHEMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS


Introducción:
Un leproso... Jesús... ¿Se necesita algo más para un milagro?
Abrimos nuestros corazones a la Palabra de Dios, cantando un himno de alabanza...

Lector(a): Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45:


Hacemos un momento de silencio, para que la Palabra de Dios pueda anidar
en nuestros corazones...

MEDITACIÓN
Animador(a):
Vamos a descubrir juntos lo que Dios nos quiere decir en este relato:
1.¿Qué hace el leproso? ¿Cómo se dirige a Jesús?
2.¿Qué responde el Señor? ¿Cuál es su sentimiento? ¿Qué hace?
3.¿Qué hace el leproso una vez curado?
4.Cada uno de nosotros fue, en algún momento, un leproso por el pecado. Jesús nos ha
curado: ¿Cómo reaccionamos ante ello? ¿Somos como el leproso del Evangelio (ver v.
45)?
5.¿Somos, como Jesús, capaces de conmovernos por el dolor ajeno? ¿En qué se nota?
6.La lepra era, y es, una enfermedad que margina a la persona de la comunidad. ¿Qué
situaciones serían hoy para nosotros igual que la lepra? (Pobreza, ignorancia,
prejuicios, pecado, etc.) ¿Cómo reaccionamos ante ellas?

UN ESFUERCITO MÁS, en la comprensión de la Palabra:


Se le acercó para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo...(v.40).
El nombre que la Biblia da a la lepra es shâra’at que viene de shr’ (que significa: castigado por
Dios). Las enfermedades de la piel eran consideradas por el Antiguo Testamento como un
azote de Dios (Puede verse Números 12, 98; Deuteronomio 28, 35) y como impureza. El
leproso, dice Levítico 13, 45-46, debe ser expulsado de la comunidad. El sacerdote era el
autorizado a declarar quien era leproso o quien ya no lo era (Levítico 13, 1-4. 47-49 y Levítico
14, 1-32).
Recordemos que la lepra, por ser una enfermedad contagiosa, excluía a la persona de la
sociedad, alejándola de sus seres queridos, su familia, sus amigos, su vida entera perdía
sentido... un desastre.
Remarquemos los gestos: Se le acercó, cayendo de rodillas. Es como si se nos mostrara la
escena de un hombre que viene caminando y, paulatinamente, se va poniendo de rodillas. Sin
duda, se quiere recalcar la actitud de humildad del leproso, sabe que Jesús es un Santo, que
tiene poder para curar, y, con humildad, se acerca a él. ¡Qué distinto de mí!
Si quieres, puedes purificarme (v.40)
Si quieres, en condicional. Este hombre aprendió en su sufrimiento que a Dios no se le exige,
con Dios no se negocia. No es una compra-venta, no es magia. Si Dios no quiere, no hay. Es
un ser personal, hay que dejarle decidir. Bueno es ver Santiago 4, 13-15.
Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: Lo quiero, queda purificado (v.
41)
Jesús se conmueve, le duele el alma de ver así a este hombre. No pasa por la vida cumpliendo
su tarea, haciendo su trabajo y basta. Él se conmueve cuando ve a alguien marginado o
sufriente. Es importante el gesto de tocarlo, Jesús no tenía ninguna necesidad de tocarlo, no
hacía falta el contacto físico (Jesús cura a diez leproso sin tocarlos: Lucas 17, 11-19). ¿Por qué
lo tocó? ¿Por qué tocarlo antes de que sea curado? Tal vez sólo Él sepa la razón, pero me
gusta imaginar que lo hizo para estar más cerca de él. Es como si dijese: - ¡No me importa
contagiarme, no me importa ensuciarme, no me da asco tu apariencia! ¡Me importa cobijarte,
quiero que sepas que te valoro mucho, que eres muy importante para mí...! Mucho más de lo
que yo podría hacer...
Jesús lo despidió... (v. 43)
Otra cosa genial del Señor. No se aferra a las personas, no quiere admiradores. Imaginamos
que la despedida fue emotiva, alegre, sencillamente espléndida (si me hubiese curado a mí
todavía lo tendría abrazado). Jesús era muy emotivo, muy afectivo, le gustaba la gente (Puede
verse Juan 11, 35: donde llora por su amigo Lázaro; Mateo 19, 13-15) debe haber sido una
gran despedida, pero despedida al fin. Lo deja libre para recomenzar su propia vida, para que
sea feliz con su familia.
Empezó a proclamarlo a todo el mundo... (v. 45)
El hombre no se conformó con la curación, con la reinserción social que Jesús le da. El hombre
no volvió de inmediato a su casa, sino que proclamó lo que Jesús hizo con él.
A nosotros también nos has curado, Señor. A nosotros también nos devolviste la capacidad de
amar y ser amados. Pero no proclamamos tu bondad por todo el mundo, no contamos las
maravillas que hiciste con nosotros. ¿Por qué será?
Una reflexión final: Cuando veas un marginado, un pobre, un enfermo, en suma: un leproso...
¿Podrías imitar aunque sea por un ratito a tu Maestro y Señor? ¡Espero que sí!

ORACIÓN

Animador(a):
Elevemos nuestras oraciones comunitarias al Padre (respondemos Jesús la intención: Te
pedimos Señor o te damos gracias Señor).
Decimos juntos las Palabras que Jesús nos enseñó: PADRE NUESTRO.

CONTEMPLACIÓN

Gesto:
Hoy el Evangelio nos presentó la imagen de Jesús tierno, cariñoso, lleno de amor por los
hombres. Esta es la imagen que queremos imitar de Él y mostrar a nuestros hermanos.
Por eso, como gesto, vamos a poner la mano derecha sobre el hombro izquierdo del hermano
que está a su lado y cada uno va a hacer una oración espontánea por el hermano que está
tocando, pidiendo por su salud física y espiritual, por su familia y seres queridos, por sus
proyectos, etc. Al finalizar cada oración, todos responden:

¡Gracias por sanarnos, Señor!

Una vez que todos terminaron, el animador invita a los miembros de la comunidad a darse un
abrazo y un saludo de paz.

Para finalizar el GESTO:


Entre todos conversamos sobre qué cosa positiva podemos hacer por los más pobres y
necesitados. Compartamos las ideas y tratemos de llevar a la práctica una de ellas. (Por
ejemplo: Ayudar en Cáritas Parroquial, hacer una ofrenda económica a alguna persona de la
comunidad, del barrio, o conocida, que necesite, etc.)

Finalizamos cantando:

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