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REVISTA ESPAÑOL A

PUBLICACION MENSUA L

Número 3 Octubre 1938

111 Año Triunfa l

APARTADO DB CORREOS 14 0

VALLADOLID .
(PROVISIONAL )

PRECIOS DE SUSCRIPCIO N

ESPAÑ A
Semestre 17 peseta s
Afeo 33 »

SUDAMÉRICA Y PORTUGA L
Año 40 peseta s

OTROS PAISE S
Año 45 pesetas
SE PUBLICA MENSUALMENT E

APARTADO D E CORREOS, 14 0
V ALLADOLID( PRO vI s I o NAL )

OCTUBRE 1938 III AÑO TRIUNFAL N . o 3


REVISTA ESPAÑOLA

Editoria l

La Radio Rural .
SUMARIO Recepció n

Amplificación, por F . A . Cañada, Ingeniero del Instituto


Tecnológico de Massachusetts (Boston E . U .) .
Circuito s

Constantes de los circuitos radioeléctricos, po r


M . Marín . Ingeniero de Telecomunicación, Licenciado e n
Ciencias .
Guerra y Policí a

La Radio y la Guerra, por Armando Rosa, Tenient e


de Ingenieros, Legionario .
Radio-rura l

Estado actual de la Radio rural en el mundo ,


por E . Morales Frayle, Ingeniero Agrónomo, Secretari o
del C . I . R . R .
Señale s

Desarrollo de la Radio en las Marinas Civil y


de Pesca Nacionales, por M . Dorda .
Construcción de aparato s

Cómo obtener verdadera música con su recep -


tor .
Difusión-Receptore s

El Receptor Nacional, por C . Vidal, Ingeniero de Te-


lecomunicación y Licenciado en Ciencias .
Electrónic a

Un multiplicador de electrones, por F . García Amo ,


Ingeniero de Telecomunicación .
Circuito s

La Radio sin cálculos, por M . v .


Temas vario s

Marconi, creador de la Radiocomunicación .


El Talle r

Construcción de un chasis .
Bibliografí a

Revista de Revistas.
LA RADIO RURA L

Como se hizo constar en el primer número de RADIOELECTRICIDAD, nuestro propósit o


es trabajar para España; y ello de una manera eficaz .
Por ésto, desde que comenzamos a planear la publicación de esta Revista, pensamo s
dedicar especial atención a los problemas de la vida rural, nervio y esperanza de nuestr a
Patria, para la resolución de los cuales la Radiodifusión es auxiliar principalísimo .
Sólo este maravilloso medio de comunicación permite llevar con velocidad, economía y
eficacia a los medios rurales la enseñanza, el consejo, la noticia, los latidos todos de l
vivir nacional.
Las emisiones dedicadas expresamente a cuestiones agrícolas, a la escuela rural, al
mejoramiento de la vida y cultivo del espíritu en los lugares apartados, que son los qu e
más lo necesitan, constituyen hoy la preocupación de todos los países progre! ivos .
RADIOELECTRICIDAD se ha esforzado desde su aparición en contribuir a que el nuestr o
reciba los beneficios de la cooperación y figure entre aquellas naciones que se dedican a
resolver estos problemas fundamentales .
Así lo hizo constar en su primer número y hoy empieza a cumplir el doble y gratísim o
deber de dar a conocer lo que se va haciendo en el mundo a este respecto y de poner d e
manifiesto que en tan humanitaria y noble labor figura muy destacadamente un compatrio-
ta; un español ilustre, autor del artículo que el lector encontrará en este mismo número y
de otros que nos honraremos en ir publicando, sobre el mismo tema .
El Sr . Morales Frayle, como otros muchos españoles de la verdadera España, trabaja
intensamente y mantiene el prestigio patrio a la altura que le corresponde en los medio s
científicos internacionales .
Nosotros nos hacemos eco de su labor y prentendemos que, pronto, nuestro país en e l
que tanta importancia tiene este problema, esté a la altura de los más adelantados y recoja
los frutos de esta acertada orientación .
Otro aspecto, también de capital importancia, queremos destacar aquí, porque l a
radio-rural juega asimismo en él un papel muy importante : nos referimos a la defensa de
la vida y la salud del niño .
Con entusiasmo y abnegación que merecen bien de la Patria, han emprendido nues-
tras autoridades sanitarias una intensa propaganda en los medios rurales bajo el hermos o
lema Al servicio de España y del Niño Español para combatir la ignorancia y los prejui-
cios que tanta mortalidad originan en la población infantil .
Con gran acierto han acudido al único medio capaz de difundir estas enseñanzas y
consejos con verdadera eficacia ; han organizado conferencias radiadas dedicadas especial-
mente a estas cuestiones y han redactado frases breves para ser intercaladas en las emisio -
nes ordinarias con análogo fin .
Pero estos y otros proyectos mucho má$ amplios, que tienen en estudio las referida s
autoridades, no lograrán los benéficos resultados que merecen y que España necesita, sin o
se dispone de emisoras adecuadas a estos servicios especiales y una bien nutrida red de
receptores que cubra los más apartados rincones del país .
RADIOELECTRICIDAD, consciente de la vital importancia de este problema, contribuirá a
su resolución, como ya lo hace, habiendo emprendido desde el comienzo de su publicació n
el estudio de un Receptor Nacional que permita una gran difusión y poniéndose incondicio-
nalmente a la disposición de las autoridades agrícolas, sanitarias y pedagógicas y de cuan-
tas entidades y particulares se interesen en estos aspectos de la vida nacional, para cola-
borar con ellos a su resolución empleando todos los elementos de que disponemos y apor-
tando el entusiasmo que siempre pondremos en el servicio de España .

242
Ámp1ificcióri
po r

F . A . Cañad a
Ingeniero del Instituto Tecnológico de Massachusetts (Boston E . U .)

Aunque la palabra «Amplificar» ha sido definida basándose en l a


idea de que la potencia ha de sufrir variación en sentido incrementa l
durante el proceso de amplificación y la palabra «Atenuar» tomando com o
punto de partida la idea de que la potencia ha de decrecer durante el pro -
ceso de atenuación, definiciones que traen como consecuencia que u n
«amplificador» es una fuente de energía y un «atenuador» un consumido r
de energía, existen no obstante casos en que la potencia de salida de un a
instalación es menor que la de entrada y, sin embargo, se ha dado en con-
siderar el proceso como de «amplificación», por haber aumentado durante
el mismo una magnitud, por ejemplo la diferencia de potencial .
Se presentan, en efecto, numerosos casos prácticos en los cuale s
resulta más interesante el aumento de tensión que el de potencia y otro s
en que, aun cuando ambos incrementos se obtengan simultáneamente ,
sólo se aprovecha el incremento de tensión . Tal ocurre, por ejemplo, en
las etapas que preceden a la final de un amplificador de válvulas, el objet o
de las cuales es sencillamente aumentar la magnitud de la tensión aplicad a
a la entrada del amplificador hasta hacerla suficiente para excitar plenamen-
te la rejilla de la válvula final, no interesando el que la potencia aumente ,
ya que el incremento principal de ésta se obtiene, en general, en la propi a
etapa final .
En estos artículos se respetará la definición universalmente aceptada y
que dice: «Si a una instalación cualquiera se aplica una potencia P I y de
la misma, por su solo funcionamiento, puede extraerse una potencia P 2 ,
diferente de PI , el proceso será de «amplificación», cuando P 2 sea mayor

248

que PI y de «atenuación» cuando P 2 sea menos que PI » . No obstante s e


ha de conceder atención a instalaciones que, aún cayendo fuera de l a
definición anterior sirvan para aumentar, por ejemplo, la diferencia d e
potencial . Este tipo de instalaciones ha de considerarse como «amplifica -
dores de tensión» y de todos ellos el más conocido es el transformador ,
que en varias de sus aplicaciones a la Radiolectridad ha de ser discutid o
en estas páginas, puesto que constituye un valioso auxiliar para el proces o
de amplificación según la definición .
Dada la índole de esta Revista se ha de suponer siempre que las se-
ñales amplificadas son pulsatorias, coro frencuencias variables entre algu -
nos períodos por segundo y varios megaciclos por segundo, aun cuand o
es posible amplificar señales de corriente continua, de acuerdo con l a
definición .
Basándose en la frecuencia de la señal pulsatoria los amplificadore s
pueden dividirse en dos grandes grupos generales, a saber : Amplificadores
de Altas Frecuencias (de unos 15000 períodos por segundo en adelante )
y Amplificadores de Bajas Frecuencias (de menos de 15000 períodos po r
segundo) .

Amplificadores de altas frecuencia s


Amplificación de tensión por efecto de resonancia (sin válvulas )

Si se conectan en serie una inductancia L, una capacidad C y un a


resistencia R (que puede ser solamente la de la bobina y el condensador )
y al conjunto se aplica una señal pulsatoria cuya tensión sea E S (fig . 1 )

o-- -
1 c

E$

y cuya trecuencia sea f (pulsación c)), por el circuito CLR circulará un a


corriennte de la misma pulsación la cual, como es sabido, estará desfasad a

244
con respecto a Es en una u otra dirección un ángulo que depende de lo s
valores relativos de C, L y R .
En el caso de que las reactancias de C y L sean iguales, o se a

= L
w C
se tiene un circuito resonante en serie y entonces la corriente 1 estará e n
fase con la tensión Es y su magnitud será determinada par el valor de l a
resistencia R, de modo que

I=
R
corriente que al circular por el condensador C originará entre sus termina -
les una diferencia de potencia l

V~=1Xc= Es
R
y si se disminuye la resistencia R haciéndola menor que Xe , tendremo s
que Vc aumentará con respecto a Es y en el caso hipotético de que l a
resistencia fuese cero, el potencial Vc sería infinito .
De modo que R = Xc y R = 0 son los límites dentro de los cuales V c
es mayor que Es , así es que un circuito resonante en serie la diferencia
de potencial entre los terminales del condensador es mayor que la fuer-
za electromotriz aplicada a los erremos del circuito resonante, siempr e
que la resistencia total del circuito sea menor que la reactancia del con-
densador.
Del mismo modo, la diferencia de potencia VL entre los extremos de l a
inductancia será
L
VL = X Es = -- Es

Se tiene pues que «en un circuito resonante en serie la diferencia d e


potencial entre los extremos de la inductancia es mayor que la fuerza elec -
tromotriz aplicada a los extremos del circuito resonante, siempre que l a
resistencia total del circuito sea menor que la reactancia de la bobina . En
el caso particular de que la resistencia de la bobina sea la única resistenci a
del circuito, la diferencia de potencial entre los extremos de la bobina ser á
siempre mayor que la tuerza electromotriz aplicada al circuito resonante» .
En caso de que la única resistencia del circuito sea la de la bobina la
diferencia de potencial entre los extremos de la bobina será (llamando Q
al factor de calidad de la bobina) VL = QEs y como es posible construi r
bobinas cuyo factor de calidad Q sea muy elevado (100 es un valor c o

245
rriente para determinadas frecuencias) y condensadores cuyo factor de po-
tencia puede ser considerado como cero (resistencia igual a cero), puede n
alcanzarse amplificaciones de tensión por simple efecto de ;resonancia, de l
orden del 100 o más veces .
Una de las aplicaciones más importantes de la propiedad amplifica -
dora de tensión de los circuitos resonantes se halla en los circuitos de an -

Fig 2 Flg 3

tena de los receptores de radio y por eso se examinan a continuación lo s


dos principales casos que se presentan en la práctica .
Una antena como la inmensa mayoría de las empleadas con los recep-
tores de radio, puede ser representada esquemáticamente (prescindiend o
de su inductancia, que suele ser despreciable para los efectos que se exami-
nan) por una fuente de tensión Es (fig . 2), en serie con una capacidad C .
(que suele ser del orden de 200 µµ F que es la capacidad propia de l a
antena . El voltaje E. es el inducido en la antena por la señal que se recibe .
Si el circuito de entrada de un receptor es de la forma del de l a
figura:3 (en el cual el condensador C, tiene por objeto reducir la capacida d
de la antena, que suele ser demasiado elevada en comparación con C 2 y
podría influir demasiado en la sintonía del circuito resonante), al conectar -
se la antena y la tierra se tiene la combinación de la figura 4, en la que C a
y C1 pueden substituirse por su equivalente
C. Cl
Cs _
C. + Cl
dando el circuito de la figura 5 .
Para culcular la amplificación de tensión conviene substituir este cir-
cuito por otro en el que el cálculo sea más sencillo.
Para ello se tendrá en cuenta que un circuito como el de la figura 6 ,
246

bue representa una fuente de tensión en serie con una impedancia Ze (qu e
puede ser la impedancia interna de la fuente de tensión) y con una impe-
dancia de carga Zc , puede ser sustituido por otro equivalente (fig . 7) qu e
representa una fuente de co -
rriente

I= E
Ze
que alimenta a la impedancia d e
carga Zc en paralelo con un a
impedancia igual a Ze .
En efecto, en la figura 6 l a
corriente Ic , que circula por l a
carga Zc es
E 4
Ic = Ze
+Zc
y como en la figura 7 la corriente que circula por Ze e s
Ze E E
Ic =
Ze+- Zc Ze Ze+Zc
los dos circuitos son equivalentes desde el punto de vista de la carga Z, .
Por lo tanto el circuito de la figura 5 puede ser transformado en el d e
la figura 8, en que

= =
,
= E.jw c,
Xca
jw C s
pero como ahora C3 y C2 están en paralelo, pueden combinarse (fig . 9) y
la impedancia total del circuit o
Co en condiciones de resonancia ,
por tratarse de un circuito en
paralelo, será
L
Z
R (C2 + C3 )
y el potencial desarrollado entre
sus extremos, o lo que es lo mis-
mo, entre los terminales de C 2 ,
será
L
Vc, = I Z = E3 I w C3 R (C2+
Fi g 5 C3 )
247

vector cuyo módulo es


L C3 WL
Vol =EgwC 3 =
R ( C2+ C 3) E g C 2+C 3 R
y como solamente interesan las magnitudes y no las tases, resulta que e l
coeficiente de amplificación de tensión es

a — C C3
2 -{-- C 3
Volviendo al circuito original de la figura 4 y haciendo las necesaria s
1
Ze

Fig 6

substituciones, resulta que el coeficiente de amplificación ser á

C. C,
Ca + C, C2 C. C,
a=
Ca C 1 Ca +C 2 C, -{--- C C
C2 }- ` ,
Ca+C

el cual, como se ve, depende del tactor de calidad Q y de los valore s


relativos de C. , C, y C 2 , siendo tanto mayor el incremento de tensió n
cuanto mejor sea la calidad de la bobina (es decir cuanto mayor sea Q)
y cuanto mayor sea el valor de C 1 .
Si se adopta un valor determinado para C 1 y se emplea siempre l a
misma antena (Ca constante) se observará que la amplificación es meno r
a medida que aumenta el valor de C2, es decir a medida que el circuito s e
sintoniza a una mayor longitud de onda .
Por ejemplo, si la capacidad propia de la antena (Ca) es de 200 µµ F
y el condensador C 2 es uno variable de 20 a 500 µµ F y la calidad de l a
bobina Q = 100 (que se supone constante), la amplificación de la tensió n
cuando C 2 se halle en su posición de mínima capacidad ser á
= 200 X 20
X 100 = 47,6 veces
20 X 200 + 20 X 20 + 200 X 20

248
y cuando C 2 se halle en su capacidad máxim a

a— 200 X 20
X 20 X 100 = 5,5 vece s
500 X 200 --- 500 X 20 + 200
por lo cual los receptores que llevan este tipo de circuito de entrada son
menos sensibles, en una daterminada gama de ondas, a medida que v a
aumentándose la longitud de onda a que se sintonizan .
Además, como se ve en las expresiones anteriores, la capacidad de l a
antena puede influir demasiado sobre la sintonía del circuito de antena y
esto, en un receptor con varios circuitos sintonizados representa gran des -
ventaja al variar la sensibilidad del receptor considerablemente cuando s e

~- i

T

Frg . 7

cambia de una antena a otra, ya que se desintoniza el circuito de entrad a


con respecto a los demás circuitos .
Esto último puede corregirse dentro de ciertos límites escogiendo e l
valor más apropiado de C 1 .
Este punto se discute a continuación por su aplicación práctica .
Supóngase que la pulsación de resonancia del circuito de antena (a l a
cual han sido ajustados todos los circuitos del receptor) sea wr habiéndose
hecho el ajuste con una capacidad de antena determinada . Ahora supón-
gase que se substituye la antena por otra de diferente capacidad y que l a
nueva pulsación de resonancia del circuito de antena sea wl . La pulsació n
de resonancia de los restantes circuitos del receptor seguirá siendo wr y la
amplificación de tensión habrá sufrido una disminución con respecto a
la obtenida con ajuste perfecto de todos los circuitos . A esta disminució n
relativa se le llamará d .
Considerando todos los circuitos como un solo circuito resonante a
la pulsación wr y suponiendo que la nueva pulsación col no sea muy dife -
rente de «ir y que Q sea constante puede afirmarse que la disminución d e
la amplificación debida a la desintonización es igual a la razón de la impe-
dancia a la pulsación co l a la impedancia a la pulsación wr , o se a
249

d=-
Z1 pero Zi = \R12 +- X 12 y Zr = R

y como la desintonización no es muy grande puede suponerse que la re-


sistencia es constante (R, = R) y la parte en cuadratura de la impedanci a
Z1 será

L= (w'+w', )(wS--w ~ ) L
xi w12—wr2
i w1 w,

Fi g 8

y como co l + (or puede ser considerado como igual a 2 co l , se tien e


X,=2(w,—cor)L = 20wr L

de donde Z, = \/R2 ± (2 0 wr L)2


y la disminución de la amplificación ser á

d —
+( 20wrL)2 20wr L) 2 + 1
R R
de modo que si se admite una disminución relativa de la amplificació n
igual a d, la variación admitida de la pulsación de resonancia estar á
dada por
~d2 —1X R
áwr= -~---
2L
y la variación relativa por
á wr Vd
2 — 1XR
Wr 2wr L
pero esta variación admitida de la pulsación de resonancia representa un a
variación admisible de la capacidad efectiva del circuito y por lo tanto un a
variación admitida de C3 .

250

Llamando Ce a la capacidad efectiva del circuito se tiene qu e


1
Wr =
1/L C e
y derivando resulta que
d W r 1
dCe 2Ce VLC e
A una variación de la capacidad efectiva á Ce , corresponderá un a
variación de la pulsación de resonanci a

OWr — O Ce
2 Cc 1
1/L C e

1 = j C3

Cr+ C 3

FIg 9

y la variación relativa admitida de Ce ser á


2 w Wr
C̀e = — 2 VLCe á wr = —

o sea

\/d2 Vd2
Ce= + 2 — 1 X R — -1
Ce 2WrL Q
Ahora bien, la capacidad efectiva en el caso que se estudia e s
,
= C 2 + Ca C ¡°
Ce = C 2 + C3
Ca -- 1— C 1
y es preciso proceder por tanteos al escoger el valor dé C 1 para mante-
nerse dentro del límite de variación admitido, teniendo en cuenta qu e
deben de hacerse los cálculos tomando como valor de C 2 el mínimo de
capacidad a que pueda regularse el condensador variable .
Como ejemplo numérico supóngase que la variación de capacida d
que ha de encontrarse entre las diversas antenas sea de 50 qi F a 150 0
µµ F (donde quedan comprendidos todos los casos que tienen importanci a
práctica) . Supóngase, como en el ejemplo anterior, que C 2 sea un con -
251

densador variable de 20 a 500 µµ F y que C, sea, como primer tanteo ,


de 20 µµ F .
Se había calculado la amplificación suponiendo ajuste perfecto d e
lodos los circuitos del receptor con un valor de G . igual a 200 µµ F par a
el cual

200 X 20
Ce = 20 + = 38,2 µµ F
200 + 20
Ahora bien, con una antena cuya capacidad C . sea de 50 µµF se tiene qu e

Ce=20+ 50X20 =34,3 µµ F


50+20

y con una antena en la que C . sea igual a 1500 µµ F

Ce=20 + 1500 X20 =397 µµ F


1500 + 20 '

Fig 1 0

de modo que la variación máxima d e

Ce es á Ce = 5, 4

y la variación relativa máxima es

OCe _ 5,4
=01 4
Ce 38,2 '

pero si se admite una disminución de la amplificación límite, por ejempl o

d =

se tiene, en virtud de la expuesto anteriormente, que la variación relativ a


máxima admisible de Ce ser á

252

OCQ + 1
Ce — Q

y si Q se supone constante e igual a 100, como en el ejemplo anterior, s e


tiene que la variación relaiiva máxima admisible de Ce es de 0,01 y com o
el valor adoptado de C1 da una variación de 0,14 es necesario hacer un
nuevo tanteo con otro valor más pequeño de C 1 .
Haciendo las mismas operaciones anteriores se ve que si C 1 tiene u n
valor de 5 µlt F la -'ariación de Ce cae justamente dentro de los límite s
fijados para la disminución admisible adoptada de la amplificació n

(d=U 2
Ahora bien, al disminuir C 1 para cumplir con esta condición, disminuy e
también considerablemente la amplificación obtenida, por lo cual es preci -

Fig . 1 1

so dar a C 1 el valor máximo que sea compatible con cierto límite de dismi-
nución de la amplificación por desintonización . A fin de poder utilizar
valores mayores de C1 y obtener mayores amplificaciones sin salirse d e
los límites fijados para la variación de la amplificación con diversas ante-
nas puede conectarse una capacidad adicional (por ejemplo de 100 µµ F)
entre los terminales de antena y tierra del receptor . Por lo demás el cálcu-
lo es idéntico y no es necesario considerarlo en detalle.
Otro caso de amplificación de tensión por efecto de resonancia, qu e
tiene aún mayor aplicación práctica en los circuitos de antena de los re-
ceptores, se considera a continuación .
La figura 10 representa el circuito de entrada más comunmente em-
pleado en los receptores . Una vez conectadas la antena y la tierra el cir-
cuito resultante es el de la figura 11, en el que

253

//'
Ea:=;Tensión inducida en la antena por la señal recibida .
Lp = Inductancia del bobinado primario .
L. = Inductancia del bobinado secundario .
Rp = Resistencia del bobinado primario .
R . = Resistencia del bobinado secundario .
M = Inductancia mutua del primario y secundario .
Para los efectos del cálculo puede prescindirse de la resistencia de l
primario Rp , ya que suele ser muy pequeña en comparación con su reac-
tancia jwLp .
Es posible substituir el circuito de la figura 11 por su equivalent e
(fig . 12) y como la reactancia f to M es muy pequeña en relación co n

L .- M L,- M N

. Fi 1 2

1
~c~( Le—M) y con c puede considerarse con gran aproximación que l a
jw
impedancia total entre los extremos de M es

ZM =j(t) M

y por tanto la corriente que circula por M en el circuito de la figura 12 es ,


muy aproximadamente

Ee
IM = = E'
I
lo)M+Po(LP—M)+ jo)C , j w Lp + jtoC e

expresión en la que el denominador es la reactancia del primario en seri e


con la capacidad C . de la antena .
A fin de simplificar los cálculos, esta reactancia con parte inductiva y
parte capacitiva puede ser substituída en las expresiones por una reactan-
cia puramente inductiva .
En efecto, si se considera la pulsación ch, que corresponde a la fre -

284

cuencia de resonancia del primario Lp en serie con la capacidad de l a


antena Ca , se tiene que

1
= Ca
VLp

de donde .
1
Ca = Lp w1 2

y sustituyendo en la expresión del valor de I N, se tiene en el denominado r

1 Lp w, 2
w iwLp+ 1
Lp+ jwca ' u)

y multiplicando numerador y denominador del quebrado por j w y tenien-


do en cuenta que

i tO V— 1

resulta que

1 w1 2
w Lp Lp 1—
j + j w Ca = w w2

que, como puede verse, corresponde a la reactancia de una inductanci a


distinta de Lp y equivalente a la reactancia de Lp y Ca en serie .
Volviendo al valor de I M y substituyendo se tien e

Es
IM
w2
jwLp 1— 2
w`

y el potencial entre los extremos de M será, con gran aproximació n

EsMw2 )
VM = Es wlv[ —Lp(w2—w1Q
w2 X
jw Lp 1 - '
w2

pero como el circuito (Ls — M), Rs , C, es un circuito resonante en serie ,


aplicando los principios enunciados en la primera parte de este artículo ,

255

se tiene que el potencial entre los terminales de C será (prescindiendo de l


ángulo de fase) Vc = Q V M
o se a

M w2 Q
Vc = E. w12
Lp (w2 — )

de modo que el coeficiente de amplificación de la tensión es en este cas o

M w2 (2
a =
Lp(w2 -w, 2 )

donde se observa que siempre que la frecuencia de resonancia del secun-


dario y C sea muy elevada en comparación con la frecuencia de resonan-
cia del primario en serie con la capacidad de la antena Ca , la amplifica-
ción es prácticamente constante para todos los valores del condensado r
variable C, dentro de una gama de ondas .
Para que la pulsación w i sea mucho menor que w sea cual sea l a
capacidad de la antena empleada es preciso construir Lp de tal maner a
que su frecuencia natural de resonancia (sin condensador) caiga precisa -
mente en la región de frecuencias más bajas que puedan sintonizarse po r
medio de C. Para obtener este efecto puede ser necesario conectar otr a
capacidad en paralelo con Lp , dejando igual el resto del circuito en s u
parte esquemática, pero escogiendo los valores adecuados .
La inductancia mutua tiene, como puade verse, gran influencia sobr e
la amplificación obtenida, pero el empleo de valores muy elevados de M
trae como consecuencia un grave efecto de desintonización al cambiar d e
una antena a otra y, además un aplanamiento general de la curva de reso-
nancia del circuito .
En el próximo artfculo se terminanrá la discusión de la amplificació n
por resonancia exponiendo el procedimiento para calcular el valor máxim o
admisible de la inductancia mutua en un circuito análogo al anterior y s e
incluirá un ejemplo numérico de cálculo de un caso general de amplifica-
ción por efecto de resonancia, con acoplamiento por inductancia mutua .

Núm . 3 .—1938 .—I11 Año Triunfal Archivo : Tomo 11 .—Recepció n

256

Cons1n1cs
de los

circuitos radioelécfricos (1 )
por

Manuel Marí n
Ingeniero de Telecomunicación, LIcenciado en Ciencias Física s

ACCIÓN DE ARROLLAMIENTO EN LA RESISTENCIA DE UN CONDUCTOR REC O -


RRIDO POR UNA CORRIENTE DE ALTA FRECUENCIA .--Cuando un hilo es reco -
rrido por una corriente de alta frecuencia, la distribución de la corrient e
en los diferentes puntos de su sección es muy distinta según se trate d e
un conductor rectilíneo o arrollado .
En el primer caso la distribución es sensiblemente superficial, es de-
cir, se reparte por toda la superficie ; pero en el segundo caso o de hilo
arrollado, la corriente se localiza sobre una fracción de la superficie ,
dando por resultado un aumento de resistencia del conductor .
Cuando la relación entre la separación de las espiras o paso p de l
arrollamiento y el diámetro del hilo sea

d >b

la relación entre las resistencias en alta frecuencia Raf y en corriente con-


tinua Rc tiene por expresión según Mesn y

Rcf = 2,35 d

viniendo expresadas, d en milímetros y X, longitud de onda, en kilómetros .


El valor de la resistencia en alta frecuencia será, pues ,

Raf = R 1 x 2,35 d [1]

(1) Véase el núm . 1 .

257

101; v, (, 1 / 11

Cuando el factor
d
2,35 [2 ]

sea menor que la unidad se omite y entonce s

Raf = R,
Es decir, la resistencia en alta frecuencia es igual a la resistencia e n
corriente continua .
Como aplicación tratemos de calcular la resistencia en alta frecuenci a
de una bobina de 15 cm . de diámetro formada por 100 espiras de hilo d e
cobre de 1 mm . de diámetro, que ha de trabajar con ondas de 200 a 2 .00 0
metros de longitud .
La ecuación [2] da ,
a) para X = 200 m . = 0,2 km . : '\,/= N/0,2 = 0,4 4
con lo que

2,55
d = 5,5 4

b) y para X=2 .000m .=km . : U1=2=1,4 1


con lo que

2,55 = 1,6 6

El valor de Re lo hallaremos Con la fórmula conocid a


1
Rc = P s

y como la bobina mide de radio r= 7,5 cm . y contiene 100 espiras, la lon -


gitud 1 del hilo ser á

1=2-nrXn=2X5,14X7,5X 100=4,710 cm .=47,10 metro s


luego
Rc = 0,02 X 47 = 0,94 ohmios
aplicando valores a la ecuación [1] se tien e

Para X = 200 m . : Raf = 0,94 X 5,3 = 4,982 ohmios .


Para X=2 .000 m . : Raf =0,94 X 1,66= 1,562 »
Cuando la relación entre la separación de las espiras y el diámetr o
es menor que 6, la distribución de la corriente en la sección del hilo s e

258

l V,

modifica y la resistencia efectiva aumenta todavía más . Cosa análoga


sucede cuando las espiras son de gran diámetro y pequeño paso .
La densidad de energía en el dieléctrico, es más intensa en el interio r
de la bobina y por consiguiente la superficie de los conductores vuelta
hacia el interior recibirá un máximum de energía y la corriente culminar á
en este lado .
Abraham y Block han estudiado esta cuestión para bobinas de fre-
cuencia infinita y de dimensiones infinitas, asimilando los conductores a
cuerpos de resistividad nula y han determinado la distribución purament e
superficial de las corrientes . Esta distribución es la que corresponde a l a
autoinducción mínima y es aproximadamente la misma para los conducto -
res reales en alta frecuencia .
De esta distribución resulta que para las espiras medias las corrien-
tes se concentran sobre la cara interna ; su resistencia es aproximada -
mente el doble, las espiras extremas sufren el efecto de las corrientes d e
Foucault, producidas por el campo oscilante del solenoide, no compensad o
por el campo inverso de las espiras más extremas .
Los cálculos realizados tienen como expresión fina l
Raf B = Raf Q
en la que
= resistencia en alta frecuencia de la bobina .
RafB
Ra f
= resistencia en alta frecuencia del hilo rectilíneo, calculad a
como vimos en nuestro artículo anterior .
Q = «coeficiente de arrollamiento» que depende de la relació n
píd del paso del arrollamiento al diámetro del hilo, y vien e
dado por la curva de la figura 1 : p/d en abcisas y qo e n
ordenadas .
Palermo y Ciro vea han repetido este estudio para frecuencia y dimen-
siones finitas encontrando valores de qo mucho más elevados . Para fre-
cuencias de 1 .500 Kc/s . y relación p/d = 1,14 ; qo llega a valer más de 6 .
Estos cálculos son muy laboriosos y poco aptos para las aplicacio-
nes prácticas .
Cuando el hilo es de sección rectangr'.-r y está arrollado en espira s
juntas, suponiendo la longitud del arrollamiento muy grande con relación
a su diámetro y éste muy grande con respecto al espesor del conducto r
se emplea la fórmula del Bureau ofStandards .
R af

siendo

259


1 , ,, , 1' (,•.1'l i t . 1 .'

~3=10tiV2 a

en la que
ti espesor del hilo según el radio en centímetros .

a = 0,1985 V['fP
cuyos valores calculados para el cobre se dan en la tabla I .
Pueden aportarse las correcciones siguientes :
1 .° Corrección de arrollamiento .

11

10 2

9 1

8
1, 5
7

5 1, 0

3
0, 5
2

1  WV
<PF
2

0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22
Fig . 1
Constantes de los circuito s

260
TABLA 1

Longitud Ciclos Longitu d Diferenci a


Ciclos Diferencia
por segundo
de onda a tabular por segundo de onda a tabula r
en metros en metro s

100 0,1071 0,0443 50 .000 6 .000 2 .395 0 .229


200 0,1514 0,0341 60 .000 5 .000 2 .624 0 .21 0
300 0,1855 0,0287 70 .000 4 .286 2 .834 0 .195
400 0,2142 0,0253 80 .000 3 .750 3 .029 0 .184
500 0,2395 0,0229 90 .000 3 .333 3 .213 0 .174
600 0,2624 0,0210 100 .000 3 .000 3 .387 0 .76 1
700 0,2834 0,0195 150 .000 2 .000 4 .148 0 .642
800 0,3029 0,0184 200 .000 1 .500 4 .790 0 .565
900 0,3213 0,0174 250 .000 1 .200 5 .355 0 .51 1
1 .000 0,3387 0,1403 300 .000 1 .000 5 .866 0 .31 8
2 .000 0,4790 0,1076 333 .000 900 6 .184 0 .380
3 .000 0,5866 0,0908 375 .000 800 6 .564 0 .452
4 .000 0,6774 0,0799 428 .570 700 7 .012 0 .56 1
5 .000 0,7573 0,0723 500 .000 600 7 .573 0 .723
6 .000 0,8296 0,0664 600 .000 500 8 .296 0 .664
7 .000 0,8960 0,0619 700 .000 429 8 .960 0 .31 5
8 .000 0,9579 0,0581 750 .000 400 9 .275 0 .304
9 .000 1 .0160 0 .055 800 .000 375 9 .579 0.58 1
10 .000 30 .000 1 .071 0 .241 900 000 333 10,16 0,55
15 .000 20 .000 1 .312 0 .202 2,4 1
20 .000 15 .000 1 .514 0 .341 1 .000 .000 300 10,7 1
30 .000 10 .000 1 .855 0 .287 1 .500 .000 200 13,12 2,43
40 .000 7 .500 2 .142 0 .253 3 .000 .000 100 18,55

Análogamente la tabla II da los valores de Raf /Rc calculados para dife-


rentes valores de [3 .

TABLA II

Raf Diferencia Raf Diferencia Raf Diferenci a


Rc tabular Rc tabular Rc tabula r

0 1 .000 1,1 1 .123 0 .047 2,6 `2 .588 0 .109


0,1 1 .000 1,2 1 .170 0 .059 2,7 2 .697 0 .10 6
0,2 1 .000 1,3 1 .229 0 .069 2,8 2 .803 0 .104
0,3 1 .001 1,4 1 .298 0 .080 2,9 2 .907 0 .103
0,4 1 .002 1,5 1 .378 0 .090 3,0 3 .010 0 .10 1
0,5 1 .006 0 .002

0,55 1 .008 0 .004 1,6 1 .468 0 .098 3,1 3 .111 0 .10 1


0,60 1 .012 0 .004 1,7 1 .566 0 .106 3,2 3 .212 0 .09 9
0,65 1 .016 0 .005 1,8 1 .672 0 .111 3,3 3 .311 0 .09 9
0,70 1 .021 0 .007 1,9 1 .783 0 .115 3,4 3 .410 0 .099
0,75 1 .028 0 .008 2,0 1 .898 0 .117 3,5 3 .509 0 .099

0,80 1 .036 0 .009 2,1 2 .015 0 .117 3,6 3 .608 0 .09 8


0,85 1 .045 0 .011 2,2 2 .132 0 .117 3,7 3 .706 0 .09 8
0,90 1 .057 0 .013 2,3 2 .248 0 .115 3,8 3 .804 0 .09 8
0,95 1 .070 0 .016 2,4 2 .364 0 113 3,9 3 .902 0 .098
1,00 1 .086 0 .037 2,5 2 .477 0 .111 4,0 4 .000

:26 1

i~ f ' I I
')

siendo :

b = el espesor del hilo según el eje y


D = el paso del arrollamiento
pero si D > 3 b los valores Raf/Rc resultan demasiado pequeños .
2 .° Corrección por sección circular.
Puede emplearse la fórmula del Bureau ofStandars también con hilo s
de sección circular a cuyo fin se calcula primero Rar/Rc para un hilo cua-
drado de espesor igual al diámetro y se escrib e

R
= 1 + 0,59 Rar - R c
R° R
--

de esta suerte se obtiene una aproximación del 10 °/o •


3 .° Corrección de longitud finita .
Esta corrección debida al hecho de que la longitud del hilo es finit a
es muy difícil de cifrar .
BOBINAS CON VARIAS CAPAS DE ESPIRAS .-La experiencia demuestra qu e
la relación

Raf
Ro

de la resistencia en alta frecuencia a la resistencia en corriente continu a


es mucho mayor en las bobinas con varias capas de espiras que en la s
bobinas con una sola capa . Pero el análisis es mucho más complicado y
la acción de la capacidad repartida o entre espiras es muy difícil de definir.
Se han construido tablas que dan el valor de la anterior relación, d e
las cuales damos la de Howe en la tabla III, calculada para hilos de 1 mm .
de diámetro y espiras juntas .

TABLA 11 1

NÚMERO DE CAPAS NÚMERO DE CAPA S


), en metros X en metro s
2 3 4 2 3 4

3 .000 10 .1 23 .0 39 .6 10 .000 4 .5 8 .6 14 . 0
4 .000 8 .9 19 .3 34 .6 12 .000 3 .5 6 .8 10 . 1
5 .000 7 .8 16 .6 30 .0 14 .000 2 .9 5 .5 7.9
6 .000 6 .8 14 .5 25 .6 16 .000 2 .5 4 .6 6. 6
7 .000 6 .0 12 .8 22 .0 20 .000 2 .1 5 .7 5. 2
8 .000 5 .4 11 .2 19 .0 25 .000 1 .8 3 .0 4. 2
9 .000 4 .8 9 .7 16 .4 30 .000 1 .5 2 .3 3. 2
40 .000 1 .2 1 .3 1 .9

262

;N
N ' NQ 

Si el diámetro en vez de ser de 1 mm . fuera igual a d debería entrars e


en la tabla con la fórmul a

EMPLEO DE CONDUCTOR MULTIFILAR .—Localizándose las corrientes d e


alta frecuencia en la superficie de los conductores, salta a la vista que e l
metal de estos últimos está muy mal aprovechado y en consecuencia, qu e
la resistencia efectiva es mucho mayor que si la densidad de corriente s e
repartiera uniformemente en toda la sección . Para conseguir en lo posibl e
esta uniformidad se emplean hilos delgados, aislados entre sí y trenzado s
formando un cable, cuyos extremos, convenientemente desprovistos de l
aislante se unen entre sí para formar un conductor único .
El Bureau of Standards calcula la relación Raf/Rc para un solo hil o
a la frecuencia empleada, y la misma relación para un conductor maciz o
de sección equivalente a la del cable, es decir, cuyo diámetro D e s

D=d yn

siendo :
d = diámetro de uno de los hilos que integran el conducto r
n = número de hilos que componen el conductor .
La razón Raf/Rc para el cable de varios hilos o conductor multifila r
que deseamos conocer, queda comprendida entre las dos razones ante-
riores (las correspondientes a un solo hilo y a un conductor macizo d e
diámetro equivalente) aproximadamente a / 4 o / 3 del intervalo a partir de l
1 1

límite inferior.
En el caso de un solenoide la razón Raf/Rc es mayor que para el con-
ductor de varios hilos, llegando a ser 2 a 5 veces superior cuando se trat a
de frecuencias medias . Pero si la frecuencia crece, llega un momento e n
que la resistencia puede ser superior a la del hilo macizo de diámetro equi-
valente al cable . A esta frecuencia se la denomina frecuencia crítica y es
tanto mayor cuanto más delgados y menos numerosos son los hilos com-
ponentes .
Abraham ha realizado cálculos aproximados con hilos de diámetro
inferior a 0,15 mm . regularmente tableados para frecuencias 5 ó 4 vece s
más pequeñas que la frecuencia de oscilación propia del solenoide, dand o
como fórmula final
ait r 2 w3 L
R af = R c + [5 1
P

263
en la que :
a~ 1
p = resistividad
r = radi o
= pulsació n
L = coeficiente de autoinducción en henrios, y
nP'rcr 2
=
s
siendo n espiras de P, hilos de radio r, y s la sección de la garganta d e
la bobina del volumen aparente del arrollamiento .
La fórmula [5] es solamente aproximada, pero enseña que no siempr e
es conveniente aumentar la cantidad de cobre, pues dejando invariable s
las espiras en el arrollamiento y variando el número de hilos componen -
tes P se ve que R. varía en razón inversa de P, pero la resistencia suple-
mentaria crece proporcionalmente P a causa del factor a . Existe, pues ,
una cantidad de cobre óptima que hace mínimas las pérdidas, y corres-
ponde al caso en que los dos términos del segundo miembro de [ó] so n
iguales . Es decir, cuando
Raf = 2 R c
El trenzado de los hilos debe realizarse de manera que cada uno d e
ellos ocupe sucesivamente, a lo largo del conductor, todas las posicione s
posibles en su sección recta, 'a fin de que cada uno de los hilos reciba l a
misma fuerza electromotriz y esté recorrido por la misma corriente . S i
algunos de los hilos quedaran siempre en la proximidad del eje, permane-
cerían al abrigo del campo exterior, porque los cubrirían los de la perife-
ria y contribuirían muy poco al paso de la corriente .
Para zanjar este inconveniente suele formarse un primer trenzado co n
tres hilos a manera de una cuerda ordinaria ; después con tres cordone s
trenzados de este modo se fabrica otro nuevo y así sucesivamente .
FÓRMULAS DE BUTTERWORTH .—Butterworth ha realizado un estudio com -
pleto de la resistencia en alta frecuencia, teniendo en cuenta las accione s
recíprocas de las espiras de la bobina y establece los resultados en fun-
ción de las relaciones ; paso del arrollamiento al diámetro (p/d) y longitu d
de la bobina a su diámetro (1/d) .
Aunque estas fórmulas, anteriores a los trabajos de Palermo y Grors ,
Sommerfeld y Abraham, que acabamos de examinar, son sólo aproxima -
das su fácil manipulación las hace recomendables, especialmente si s e
tienen en cuenta las indicaciones de Austin .
Butterworth designa a la relación Raf/Rc de la resistencia en corriente
de alta frecuencia a la resistencia en corriente continua de un conducto r

264

1
I '( .1 (
~
. v, 1, l

rectilíneo, por la expresión (1 + F) y la representa gráficamente en funció n


de z en las curvas de la figura 2 ; y designa, además, por G la acción d e
arrollamiento, o incremento de la resistencia del conductor producido po r
el arrollamiento del hilo .
El valor de z viene dado po r

z=n d v3 µ f
P
siendo :
d = diámetro del hil o
p = resistividad del metal emplead o
= permeabilidad magnética del metal
f = frecuencia en ciclos por segundo .
Como en general se emplea el cobre, y la permeabilidad suele se r

3,5

2,5
2
1, 5
1

0,5
Vd
0 1 2 3 4 5 6 T 8 9 10
Flg . 2
Constantes de los circuito s

igual a la unidad, si expresamos la frecuencia en kilociclos por segundo ,


el diámetro en milímetros y la longitud de onda en kilómetros, se tendrá :
(d, en milímetros ; p = 1 .8000 ; µ = 1 ; f, en Kc/s y 2 en Km . )
dm m
z = 0 .33 dmm . VfKcis = 5,7
VX Km .

Si pues deseamos hallar el valor d e


Rat
1 -+-- F -

.265

para un conductor rectilíneo de cobre recorrido por ondas de 300 y 3.000


metros de longitud hallaremos primeramente los valores de z y tendre-
mos : [4]

1
para l= 300 m . z=5,7V = 10
0.300

para )=3.000 In . z = 5,7 13 = 3,3 .


V

A continuación buscaremos en el eje de abcisas o de valores de z lo s


valores de 10 y 3,3 y siguiendo las ordenadas correspondientes los pun-
tos 3,7 y 1,3 donde encuentren a la curva 1 -}- F leídos en la escala de l a
izquierda son los valores de 1 + F ; es deci r

para X = 300 ni. 1 + F = Ré 3,7

Raf
y para X=3 .000 m. 1-}- =1, 3

Para calcular la resistencia en corriente alterna R af de un conductor


rectilíneo de cobre de 100 metros de longitud cuya resistencia en corrient e
continua R, es de 2 ohmios se aplicarán las fórmulas anteriores y se ten-
drá :
para = 300 Raf = 3,7 X 2 = 7,4 ohmio s
y para = 3.000 Ra f = 2 X 1,3 = 2,6 ohmios
Pueden también calcularse inmediatamente los valores de 1 + F y
de G, aunque con menos precisión, empleando las fórmula s
1d~
1 + F = 0,12 dmm VfKcls + 0,25 = 2,07 + 0,2 5
V m
Km.
y
dm m
G = 0,06 dmm \fKcl$ — 0,123 = 1,04 / _ 0,123
'\/X Km .
Butterworth, con estos valores y los de las tablas IV, V, VI VII y VII I
que damos más adelante ha establecido las siguientes fórmulas para deter-
minar :
a) Resistencia en alta frecuencia de un solenoide con una sola
capa de espiras . Conductor unifilar .

266

2
Raf = Rc a (1 + F) + (~3 ul -i- u 2) G [5]
p
b) Resistencia en alta frecuencia de una bobina con varias capas .
Conductor unifilar.

Raf = R. [(1 + F) +4 (Kn d )2 ]G [6]

c) Resistencia en alta frecuencia de una bobina cualquiera . Con-


ductor multifilar con hilos aislados .

Rar = R (1 + F) + K
F  -i-
4 D
2
(Kn N2 G [7]

En estas tres fórmulas, los valores de (1 + F) y G se buscan en e l


gráfico de la figura 2 ; los valores de u l y u2 en la tabla 1V ; los valore s
de a, [3 y y en la tabla V y los valores de K en las tablas VI, VII y VIII y
en todas ellas, representan :
d = diámetro del conductor unifilar o multifila r
= diámetro de uno de los hilos del conductor multifila r
D = diámetro exterior de la bobin a
1 = longitud del arrollamiento
t = espesor del arrollamiento según un radi o
p = paso del arrollamiento en una capa cilíndric a
n = número total de espira s
N = número de hilos del conductor multifilar
Raf = resistencia de la bobina en alta frecuencia
Rc = resistencia de la bobina en corriente continua .
El empleo de esta fórmula no ofrece dificultad . Así si quisiéramos cal-
cular la resistencia en alta frecuencia de un solenoide de una sola cap a
de hilo de cobre de 1 mm . de diámetro cuyo paso del arrollamiento fuer a
también de 1 mm . con 100 metros de longitud, siendo la longitud del arro-
llamiento igual a su diámetro y empleándose para ondas de 3 .000 metros ,
tendríamos

z = 3,3 a = 1,3 1
(1 + F) =1,3 [3 = 2,29
G=0,4 y=0,49
d=1 mm . u1 = 1,9 4
p=1 mm. u2 =3,35
1/D=1

267

y aplicando valores a la fórmula [5] tendremo s

Raf = 2 [1,31 X 1,3 ± (2,29 X 1,94 + 0,49 X 3,35) 0,4 X 1] = 4,87 ohmios .

De igual manera aplicaríamos las fórmulas [6] y [7] .

TABLA IV

VALORES DE 111 Y 11 2

1/D u, u2 I/D u, ug

0 .0 3 .29 0 .0 0 2 1 .11 5 .4 7
0 .2 5 .15 0 .5 0 4 0 .51 7 .25
0 .4 2 .85 1 .2 5 6 0 .51 8 .07
0 .6 2 .51 1 .99 8 0 .21 8 .52
0 .8 2 .22 2 .7 1 10 0 .17 8 .73
1 .0 1 .94 3 .35 co 0 .00 9 .87

TABLA V

VALORES DE a, P, y

z=1 z=2 z= 3
d/p
a 13 Y a [ Y a R Y
1 .0 1 .01 1 .02 0 .96 1 .09 1 .54 0 .67 1 .51 2 .29 0 .49
0 .9 1 .00 1 .02 0 .97 1 .06 1 .29 0 .72 1 .20 1 .99 0 .55
0 .8 - 1 .02 0 .98 1 .04 1 .25 0 .78 1 .15 1 .75 0 .62
0 .7 - 1 .02 0 98 1 .02 1 .18 0 .85 1 .08 1 .52 0 .68
0 .6 - 1 .01 0 .99 1 .00 1 .15 0 .87 1 .04 1 .56 0 .7 5
0 .5 - 1 .01 0 .99 - 1 .09 0 .91 1 .02 1 .24 0 .82
0 .4 - 1 .01 0 .99 - 1 .06 0 .94 1 .01 1 .14 0 .88
0 .5 - 1 .00 1 .00 - 1 .04 0 .97 1 .00 1 .06 0 .95
0 .2 -- - - - 1 .01 0 .99 - 1 .05 0 .97
0 .1 - - - - 1 .00 1 .00 - 1 .01 0 .9 9

z=4 z=5 z=inf.


d/p
a Y a Y a Y
1 .0 1 .43 3 .61 0 .43 1 .50 4 .91 0 .41 1 .71 inf . 0 .3 5
0 .9 1 .50 2 .75 0 .49 1 .37 3 .59 0 .46 1 .55 12 .45 0 .3 9
0 .8 1 .21 2 .12 0 .55 1 .25 2 .48 0 .53 1 .41 4 .83 0 .4 4
0 .7 1 .12 1 .71 0 .62 1 .15 1 .94 0 .60 1 .27 2 .87 0 .5 2
0 .6 1 .07 1 .51 0 .70 1 .09 1 .60 0 .68 1 .16 2 .03 0 .60
0 .5 1 .03 1 .32 0 .78 1 .04 1 .37 0 .76 1 .08 1 .59 0 .69
0 .4 1 .02 1 .19 0 .85 1 .02 1 .22 0 .84 1 .03 1 .53 0 .78
0 .3 1 .00 1 .10 0 .91 1 .00 1 .11 0 .90 1 .01 1 .17 0 .8 7
0 .2 - 1 .04 0 .96 - 1 .05 0 .96 1 .00 1 .07 0 .94
0 .1 - 1 .01 0 .99 - 1 .01 0 .99 - 1 .02 0 .98

-268

TABLA VI

VALORES DE K

1/ D
tiD
0 .000 0 .125 0 .250 0 .375 0 .50 0

0 .0 inf . 41 .7 21 .2 14 .4 .11 . 0
0 .1 52 .4 23 .5 15 .4 11 .6 9.5
0 .2 27 .4 16 .2 12 .4 9 .9 8.2
0 .3 19 .6 15 .7 10 .7 8 .8 7.5
0 .4 16 .0 12 .0 9 .5 8 .0 6.9
0 .5 15 .8 10 .4 8 .4 7 .0 6 .0

Cuando haya pocas capas se emplearán las dos tablas siguientes :

TABLA VI I

VALORES DE K PARA SOLENOIDES DE 117 CAPAS

1/D
m
0 .125 0 .250 0 .375 0 .500

1 30 .1 15 .6 10 .7 8.3
2 39 .2 ! 20 .0 15 .6 10 . 4
3 40 .6 20 .7 14 .0 10 . 7
ao 41 .7 21 .2 14 .4 11 . 0

TABLA VII
I

VALORES DE K PARA DISCOS DE m CAPAS

t~ D
m -
0 .1 0 .2 0 .3 0 .4 0.5

1 57 .8 20 .6 15 .4 13 .2 11 . 7
2 45 .0 25 .9 18 .6 15 .3 13 . 3
3 51 .0 26 .8 19 .2 15 .7 13 . 6
co 52 .4 27 .4 19 .6 16 .0 15 . 8

26 9

I '(!(! I,F,', (

Los valores de k so n

k 1,55 1,84 1,92


para N — 5 9 27

Butterworth en sus interesantes artículos determina las condicione s


de construcción de una bobina de autoinducción y volumen dados y cuy a
resistencia sea mínima .
RESISTENCIA DE LA BOBINA NORMAL .— Cuando se desea apreciar rápi -
damente la resistencia de una bobina de inductancia dada que ha de tra-
bajar con una longitud de onda conocida se emplea la fórmul a

Raf = 0,68 [8]

en la que

= 3/100 en las bobinas corrientes o comune s


8 = 1/70 en las bobinas cuidada s
8 = 0,3/100 en las bobinas muy cuidada s
L = autoinducción en microhenrio s
X = longitud de onda en metros .

Se consideran bobinas comunes aquellas en las que no se ha tomad o


ninguna precaución especial para escoger los aislantes empleados en lo s
hilos, soportes, pasos del arrollamiento, v . g., bobinas de espiras juntas,
conductor unifilar y la mayor parte de las bobinas, fondo de cesto, panal ,
etcétera y especialmente las destinadas a grandes longitudes de onda .
Bobinas cuidadas son las que tienen buen dieléctrico, y paso no infe-
rior a 2 ó 3 veces el diámetro del hilo .
Bobinas muy cuidadas son las que tienen excelente dieléctrico ; pas o
del arrollamiento no inferior a 3 ó 4 veces el diámetro del hilo y éste bas-
tante grueso .
La inductancia, capacidad y resistencia de las bobinas normales para
los circuitos corrientes de recepción se dan en la tabla IX .
CONSIDERACIONES PRÁCTICAS .—Como resumen y para fijar ideas d e
magnitud conviene recordar que :
1 .° Las corrientes de alta frecuencia se propagan por la superfici e
y penetran en el conductor en razón inversa de la frecuencia y de la per-

-270

TABLA I X

INDUCTANCIA, CAPACIDAD Y RESISTENCIA DE LAS BOBINAS NORMALE S

R EN OHMIO S
L( 1-1) C (m
(m) f(Kc/s)
1~ 1 µ F)
Bobinas Bobinas Bobina s
comunes cuidadas muy cuidada s

15 20 .000 1 .9 0 .033 2 .2 1 035


20 15 .000 2 .7 0 .042 2 .5 1 .1 0.4
50 6 .000 10 0 .07 3 .6 1 .5 0.6
200 1 .500 74 0 .15 6 .4 2 .7 1 . 1
500 600 256 0 .27 9 .4 4 .0 1 .6
1 .000 300 676 0 .42 12 .00 5 2.0
2 .000 150 1 .780 0 .64 16 .0 7 2.7
5 .000 60 6 .450 1 .10 23 .0 10 3.8
10 .000 30 17 .000 1 .67 30 .0 13 -
12 .000 25 21 .900 1 .84 35 .0 14 -
15 .000 20 29 .900 2 .13 36 15 -
20 .000 15 43 .000 2 .52 40 17 -

meabilidad magnética y en consecuencia no deberán emplearse conducto -


res de hierro o acero que tienen gran permeabilida d
2 .° Una película de plata sobre los conductores de cobre disminuy e
la resistencia en alta frecuencia y una película de estaño la aumenta .
5 .° Cuando se quiere obtener alta conductibilidad se emplean con-
ductores tubulares .
4.° Si las ondas tienen una longitud inferior a 500 metros se em-
plearán conductores unifilares .
5.° Según Mesny y Armagnac la resistencia en alta frecuencia de u n
circuito oscilante consta de tres partes : a) resistencia en alta frecuenci a
calculable en la forma anteriormente estudiada ; b) resistencia debida a l a
viscosidad dieléctrica del soporte de la bobina y c) resistencia de los con-
densadores que integran el circuito oscilante y localizada en los dieléc-
tricos que separan entre sí las armaduras .
6 .° La resistencia de los condensadores varía en razón directa d e
la frecuencia y en consecuencia la resistencia de los circuitos oscilantes e s
muy grande para las capacidades mínimas de los condensadores y dismi-
nuye cuando la capacidad de éstos aumenta .

27 1

,5 01, ,141,1.1

BIBLIOGRAFI A

Butterworih .—Resistencia de las bobinas para las altas frecuencias radioeléctricas .


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Mesny .--Radioelectricidad general. Chiron, Editeur . 1935 .

Núm. 3 .—1938 .—111 Año Triunfal Archivo : Tomo 11 .-Circuitos

272
La Radio y lat guerra
por

Armando Ros a
Teniente de Ingenieros, Legionari o

El progreso de la radio es cada día más notable . La técnica se perfeccio-


na, sus aplicaciones aumentan las posibilidades de utilizarla en t(.nos zos
campos se revelan siempre más vastas y maravillosas.
En el aspecto militar, este progreso reclama vivamente la atención de lo s
Mandos para estudiar, con el mayor interés, todas las formas de aplicación de
la radio en las guerras futuras, con el fin de utilizar todas sus ventajas y
evitar todos los peligros.
La radio al servicio de la guerra ss utiliza corno enlace entre cuerpos y
unidades, como medio de captación de noticias e informaciones del enemig o
y como elemento perturbador que imposibilite la cómunicación de 'as dife-
rentes unidades del enemigo entre sí.

LOS ENLACES RADI O

El mayor empleo de la radio en la guerra servirá evidentemente par a


realizar los enlaces, ya sea por la mayar importancia que a éstos se les v a
atribuyendo como consecuencia de la cantidad de combatientes que consti-
tuyen los ejércitos y del aumento del número y de la extensión de los frente s
de operaciones, ya por las necesidades impuestas por los caracteres de la gue-
rra moderna, de preferir en sumo ;grado los medios que ofrezcan facilidad d e
transporte, rapidez de instalación, seguridad de rendimiento y oportunidad
de funcionamiento.
No hay duda alguna : las guerras futuras serán dominadas por el impera-
tivo categórico : "actuar rápidamente" . Se resolverán por la gran táctica y
por la gran estrategia ; no habrá lugar para las pequeñas acciones, que re-
presentarán solamente episodios, ni para largos proyectos, que conducirá n
sólo a una paralización perjudicial .
Por esto, en tal forma de lucha violenta en el tiempo y en el espacio; los
enlaces realizados solamente llevando detrás de sí el cable telefónico y exten-
diendo líneas provisionales o permanentes, representarán un anacronismo .
Sólo la radio podrá permitir las maniobras más rápidas e imprevistas, e l
radio de acción más amplio, las decisiones más audaces, los éxitos más bri-
llantes.
Ya observando el empleo de ese medio en el más reciente acontecimiento
guerrero resuelto y concluido : la guerra abisinia (de la actual no es o portuno

273

f 1 : ./tl O .1 11 ((•14 .1, 1 (

hablar todavía), se puede estar convencido de la afirmación hecha , .ubre el


predominio creciente de la radio.
La aportación dada por ella a la victoria italiana ha sido notable.
Los protagonistas de la campaña declaran explícitamente, o simplement e
lo dejan entrever en la exposición del desarrollo táctico-estratégico de la s
operaciones. La absoluta seguridad en el dominio de la masa ; la completa
confianza en la exacta interpretación y en la inmediata ejecución de las ór-
denes ; la gran elasticidad en los conceptos ; la ejecución de cualquier pro-

Ondeando al viento Una estación captador a

yecto atrevido ; todo ésto, en un inmenso territorio de enormes distancias, n o


se hubiera podido intentar, ni menos obtener, sin el empleo de la radio .
Esta dió al Mariscal Badoglio la posibilidad de realizar "una guerra de
masas, una guerra de maniobras, una guerra efectuada con atrevidas y extre-
mas decisiones" . Esta dió la potencia necesaria para abatir en siete mese s
un Imperio ; para atravesar con marcha segura y triunfal el largo trayect o
Dessié-Addis Aboba y plantar allí la bandera tricolor italiana .
"Hemos podido vencer porque teníamos ésto", tuvo que decir un día e l
gran Jefe al secretario del ilustre marconi, indicando un aparato de radio" .
Nadie puede d ::iar del valor e importancia de juicio de persona tan com-
petente, aunque, como dice muy bien A. Pirzio Biroli (hijo), que es quien h a
trasladado la frase en su suelto de "La Voz de Italia", representa la modes-
tia del hombre verdaderamente grande .

274
CAPTACION RADIO

La historia, nos aconseja a diario descartar el concurso de los imponde-


rables, al considerar el desarrollo de los acontecimientos humanos, confir-
mándonos que el hombre por sí solo, como criatura divina, tiene en sí mism o
la potencia necesaria para dominar las eventualidades, cuando a su inteli-
gencia superior añade una voluntad fuerte y decidida .
Hoy, que la guerra va transformándose en un fenómeno cada vez más
vasto y más complejo, el conocimiento más completo y preciso de los proyec-
tos y de las posibilidades del enemigo, constituyen una de las garantías má s
seguras del éxito y de la victoria.
Federido el Grande, hablando de la batalla de Rosbach dijo : "El Maris-
cal tiene veinte cocineros y un solo espía ; yo, en cambio, tengo veinte espía s
y un solo cocinero. "
De los antiguos espías, se ha llegado a los complejos servicios actuales d e
información, que, dirigidos por personas de gran competencia y de alta ca-
pacidad, son de importantísima y a veces de decisiva ayuda.
Una de las fuentes más importantes a las cuales acude el servicio de in -
formación es la captación de emisiones, que se realiza instalando numeroso s
receptores, con la misión de escuchar todas las transmisiones del enemigo ,
asignando a cada aparato una gama de búsqueda o de exploración .
Las noticias interceptadas, tanto si son incompletas, claras o cifradas, pa -
san a una oficina, donde hábiles criptógrafos proceden a descifrar los radio -
gramas que no están en claro.
Es preciso no poner excesiva confianza en los mensajes cifrados . "Para
un adversario bien preparado, el conocimiento del texto de una comunica-
ción cifrada es sólo cuestión de tiempo", advierten las instrucciones sobr e
los enlaces. »
La historia reciente suministra numerosos casos de hechos afortunado s
o desgraciados que se han producido a continuación de noticias conocida s
a través de la captación de emisiones . En aquella que se llamó "Sala de l a
Radio" o simplemente "Sala 40 O .B." del Palacio del Almirantagzo inglés ,
por ejemplo, bastaron unos hombres capaces de ver claro lo que parecía obs-
curo, para preparar a los alemanes unos golpes decisivos y mortales. La má s
grande batalla naval, la de Jutlandia y la entrada en guerra de los Estado s
Unidos, para citar dos entre los más importantes, fueron consecuencia de l
trabajo silencioso y paciente de la captación de emisiones, hecha por el "In -
teligence service" británico .
El general Max Ronge, en el libro "Espionaje", se burla de los rusos qu e
se sirvieron de la radio en la guerra confiando al éter despachos completa -
mente en claro, como si desconocieran las leyes de la propagación de las ondas .
Cita las numerosas noticias interceptadas y todas las medidas tomadas
por el mando supremo austriaco, dirigidas a frustrar los proyectos tan inge-
nuamente propalados por el adversario.
También en la campaña etiópica, la captación de emisiones contribuy ó
notablemente a la victoria .
El "Corriere della Sera" del 28 de febrero de 1937, expuso detalladament e
el precioso auxilio que este servicio prestó a la destrucción del Ejército del
Ras Destá
Por medio de la captación de mensajes, el Mariscal Graziani supo todo
aquello que el enemigo, fantarrón y presuntuoso, intentaba efectuar . Cono-

275

l~ I
' I ( y,

ció sus fuerzas y su distribución, sus intenciones y sus movimientos, sus po-
sibilidades y sus deficiencias. Siguió atentamente al enemigo día tras día sin
verlo, como un felino pronto a lanzarse. Cuando lo sintió en desesperada cri-
sis, se lanzó, se precipitó como una avalancha sobre el enemigo, aniquilándolo,
Desvanecidos los sueños del iluso Ras, desde aquel momento se decidió su
suerte. Demasiado desleal para rendirse, demasiado vil para combatir, se es-
condió y acabó sus días como un bandolero .
De este modo el Mariscal Badogilo, siguió continuamente los movimien-
tos y las intenciones del enemigo, los proyectos de los varios Ras y de su Em-
perador, su estado de ánimo y sus órdenes, a través del oído siempre vigi-
lante de los receptores radio, y sacando el mayor provecho para sus acciones
y para sus victorias.

PERTURBACIONES RADI O

La perturbación radio tiene por objeto hacer imposible, o al menos difi-


cultosa, la recepción en la radio del adversario . Técnicamente esto se realiz a
con la emisión continua y desordenada de ondas electromagnéticas amorti-
guadas o persistentes, por medio de emisoras de chispa o de válvulas de dis-
tinta potencia, y diferente longitud de ondas, debidamente distribuidas .
¿Cuáles son sus consecuencias?
1) Paralizar la acción de los mando,s poniéndolos en la imposibilidad
de comunicar todas sus decisiones y voluntades a sus subordinados e impedir
a éstos recibir y preguntar. En otras palabras, se suprime en enlace, que s e
considera como "condición indispensable para un buen ejercicio de la acció n
de mando" .
2) Como consecuencia de los efectos antedichos, se obliga al enemigo a
retrasar operaciones en preparación, o bien, si las operaciones estuviesen y a
comenzadas, a obrar en las fases sucesivas del combate con lentitud, con ini-
ciativas independientes y aisladas, sin la necesaria coordinación .
3) Se hiere, en fin, la cohesión moral del enemigo disgregándola y cor-
tándola. En todos, Jefes y subordinados, se origina una desorientación, una
desconfianza y un desaliento, que conduce al convencimiento de la propia
impotencia y de la superioridad del adversario.
Desde luego, es verdad que la aplicación completa de la perturbación n o
es conveniente ni posible sino en circunstancias particulares, en las cuales l a
situación y la propia actitud no exijan para sí mismo más que un escaso des -
arrollo de los enlaces, y sea posible asegurar éstos con otros medios, llegán-
dose a encontrar los de la radio en la misma deficiencia q`ue los adversarios ;
es verdad, también, que el enemigo se encuentra, a su vez, casi siempre, e n
la posibilidad de disponer de otros enlaces, aun cuando éstos sean de limitad o
desarrollo, pero siempre suficientes para poder asegurar las más importante s
comunicaciones y que en consecuencia, los objetos que la perturbación se pro -
pone no se pueden alcanzar totalmente, pero es igualmente verdad que e n
ningún caso, también en el más favorable al adversario, se pueden conside-
rar completamente anulados los efectos antes mencionados . Necesitará sol o
aplicar a éstos un coeficiente de reducción, teniendo en cuenta que dicho coe-
ficiente se aproxin-ará tanto más a la unidad cuanto más dificultosa sea l a
posibilidad del enemigo de aprovecharse de otros medios y cuanto menos per-
fectos resulten éstos .
La perturbación encontrará también amplio campo en la radio-difusión,

f276
supuesto que el empleo de las estaciones radiofónicas territoriales como me -
dio de propaganda ha de ser ampliamente desarrollado.
En los primeros meses del año 1937, el Coronel inglés Staffor, encarga -
do por la British Boadcasting Co . de estudiar unos proyectos relativos al ser-
vicio de las radio-comunicaciones circulares en tiempo de guerra, propus o
destinar unas estaciones transmisoras para la propaganda, con difusión d e

Fraternidad de arm a

las noticias en la lengua de los países enemigos, y otras, a perturbar las radio -
transmisiones organizados en estos países.

¿INTERCEPTAR O PERTURBAR ?

.Estas dos operaciones no son conciliables ni aun posibles en la misma


comunicación .
Es decir, ¿Conviene tratar de conocer las órdenes del enemigo, para ade-
lantarse en la acción, engañarlo, sorprenderlo o es mejor sencillamente origi-
nar la confusión y desorden en los mandos, impidiendo el contacto entre ello s
y por tanto una acción ordenada?

277

La respuesta pertenece más a la táctica y la estrategia que a la técnica ,


pero no son inútiles algunas consideraciones generales .
Distingamos dos categorías de estaciones : estaciones asignadas a los man-
dos de grandes unidades y otras asignadas a los mandos de pequeñas unida -
des. Evidentemente las primeras transmitirán órdenes cuya ejecución no ser á
casi nunca inmediata, mientras que, las de más inmediata actuación será n
las órdenes que transmitan las segundas.
Ahora bien, en la mayor parte de los casos, un radiograma transmitid o
por un mando de gran unidad, dará siempre al que lo intercepta, tiempo su-
ficiente para poder valerse de él, para tratar de derrumbar el éxito de las
acciones enemigas, o por lo menos, para sacar útiles elementos de informa-
ción para futuras decisiones, aun en el caso en que el despacho interceptad o
sea cifrado y su traducción requiera cierto tiempo.
En cambio, en el caso de despacho que se refiera a las pequeñas unida -
des, no habrá muchas probabilidades de valerse de él para obtener ventaja s
sensibles. A lo sumo, las noticias interceptadas podrán servir indirectamente ,
pero nunca para formar elementos de valor directo y decisivo .
De estas consideraciones, se deduce que la adopción de una u otra clas e
de "ataque por radio" (captación o perturbación), puede aconsejarse sola -
mente por la situación del momento.
En líneas generales se puede afirmar que conviene interceptar las comu-
nicaciones relativas a los grandes mandos, además de las estratégicas terri-
toriales ; interceptar también los comunicaciones de las pequeñas unidades ,
solo en determinadas circunstancias, conviniendo casi siempre interferirla s
(perturbarlas), especialmente durante la preparación y el desenvolvimient o
del ataque.
Las medidas dirigidas a "limitar" los desastrosos efectos de la capta-
tación y de la perturbación, son múltiples : estaciones de onda dirigida, em-
pleo de antena de cuadro, adopción de receptores de elevada selectividad ,
control meticuloso de la disciplina en radio, máximo laconismo en los des-
pachos, uso de las claves más perfectas, engaños producidos lanzando radio -
gramas apócrifos, medidas tácticas para el racional empleo de la radio e n
las diversas fases del combate, etc .
"Limitar", he dicho, no eliminar .
Todavía, en el futuro, la captación y la perturbación representarán
siempre una pesadilla para quien no sepa utilizar racionalmente los medio s
de la radio, no sepa justamente disciplinar su empleo, no sepa instruir y edu -
car perfectamente a su personal .

Cuando un día muy cercano, la bandera de Franco ondee al sol de tod a


España y, depuestas las armas, el pueblo español siga su marcha, con u n
deseo de paz, de trabajo y de justicia, para reconquistar su antigua potencia ;
cuando en aquel día sean exaltados el sacrificio cumplido, la sangre derra-
mada y la victoria conquistada, para dar más impulso y más ardor, y sean
también exaltados los heroísmos y glorias, la fe y el tesón, el ingenio y l a
virtud ; en aquel día, se podrá relatar completamente el concurso precios o
ofrecido por la radio en esta víspera de redención, en la actual marcha de la s
tropas victoriosas . . . para que a ella cada uno, asigne en su corazón, un pues-
to de amor y de agradecimiento .

Núm . 3 .—1938 .—111 Año Triunfal Archivo: Tomo 111 .-Guerra

278
Radio-rura l
La radiotelefonía es, sin duda alguna, el vehículo más eficaz para re-
solver los múltiples problemas que plantea la vida rural . Entendiéndolo
así, se or,gan :za en el Nuevo Mundo en los propios albores de la radiodifu-
sión, allá por el año 1923 y tarda tan sólo cinco años en irrumpir en Europa .
Pone al campo en sintonía con la ciudad, imprime a la vida rural el mismo
ritmo de vida, y dota a los habitantes del campo de casi gran parte de lo s
medios culturales de información y de distracción que usufructúan los re-
sidentes de las ciudades .
Se crean organismos nacionales que encauzan los problemas cuya mag-
nitud crece hasta el punto de exigir la inteligencia con los organismos ho-
mólogos de los demás países, el C . I. R . R . o, Centro Internacional Radio
Rural que celebra reuniones en Roma, Viena, Berlín, etc ., y busca una in-
teligencia con la U . I. R. (Unión Internacional de Radiodifusión), par a
armonizar intereses y constrastar ideas que conduzcan en definitiva, al pro-
greso de la radio en sus aplicaciones al campo y se eviten las dificultade s
que sin una estrecha policía del éter, es decir, sin una adecuada distribu-
ción de longitudes de onda conduciría a una eterna Babel creadora de seria s
perturbaciones y conflictos.
La palabra paternal de nuestro Glorioso Caudillo ha dicho cuánta h a
de ser la importancia de la Agricultura en la España Imperial y para ro-
bustecer este sólido pilar de la riqueza patria iniciamos hoy esta Se!-clon e n
la que aportaremos todo nuestro entusiasmo y el de las técnicas agrícolas
y de radio para que juntamente laboren en el progreso y evolución de l a
vida rural .
La radio interesa al campo no sólo como medio de propaganda agrícola
sino como fuente de progreso y de cultura.
No se limita a la especialización técnica, se extiende a dominio má s
vasto y más general que comprende el patrimonio cívico y espiritual de
cada nación .
El problema a resolver no es fácil, pero con entusiasmo, método y te-
nacidad se siega en los campos más áridos e inaccesibles y nosotros co n
obstinación, contribuiremos a la viabilidad o resolución de nuestro propó-
sito seguros de llevar, además del progreso técnico, la alegría al hogar rural ,
plasmando así uno de los postulados de la España Imperial "arriba e l
campo" .
Y esta labor la realizaremos conjuntamente en estrecha competenci a
con la vista fija en un mismo y único ideal ; la grandeza de la Patria, técni-
cos de la agricultura y de la radio empezando hoy el ilustre Ingeniero Agró-
nomo don E. Morales Frayle, Presidente de la Asociación de Prensa Agrí-
cola Española y Vocal del Comité directivo del C . I . R. R. (Centro Inter-
nacional de Radio-Rural), especializado en esta materia, autor de la Po-
nencia general a la asamblea de Berlín y de múltiples trabajos que dará a
conocer a nuestros lectores lo mucho que se ha hecho en los diferente s
países del mundo y lo que se puede y hay que hacer en nuestra amadisima
España

279
Enfado acfua l
de l a

Radio rural en el mundo


por

E. Morales Frayl e
Ingeniero Agrónomo, Secretario del C . I. R . R.

En diversos Congresos Internacionales de agricultura se han aprobad o


conclusiones recomendando, a todos los países agrícolas la organización y
perfeccionamiento de las emisiones radiofónicas dedicadas especialmente a
los habitantes del campa. Todos los que se interesan en estos problemas
coinciden en la urgente necesidad de hacer llegar al medio rural noticia s
rápidas sobre los acontecimientos que afectan a la industria agrícola . Es ,
pues, indispensable crear emisiones especiales esencialmente radio agrícola s
en los países que carezcan de ellas y aumentar su duración y mejo a ar tos
programas en los que disfrutan ya de tan eficaz medio de progreso
Pero, para combatir el "urbanismo" preocupación constante de los di -
versos Gobierz$as, es preciso llevar al ambiente del campo una cultur a
` rural" y por esto la radiofonía de las potentes emisoras con programas
enmarcados para las grandes poblaciones, con música modernísima ., confe-
rencias y consejos para el habitante de la ciudad, producen en el campesin o
un deseo de imitar el ambiente urbano, bien diverso del suyo, imaginándo-
sele con su fantasía, muy superior al rural .
Se ve, pues, que la radio puede contribuir a aumentar el fenómeno del
'urbanismo" si no se organizan programas especiales para • l campo, que
reflejen su ambiente, por la música, el canto, el léxico, y por los problema s
tratados en sus charlas y conferencias .
No abundan, es cierto, los servicios radio agrícolas perfectos, pero s e
observa, sin embargo, una tendencia general a crear y mejorar las emisione s
dedicadas a los agricultores y trabajadores de la tierra de todo el mundo .
Para simplificar y facilitar esta noble tarea dentro de cada paíi . era in-
dispensable la intervención de un Centro internacional de documentación,
que reuniera todo cuanto en los diferentes países del mundo se ha hecho en

280
radio-rural para suministrar preciosos informes y organizar o mejorar lo s
servicios nacionales de radiodifusión rural .

Y fué en Viena, en Septiembre de 1936, en ocasión de reunirse simul-


táneamente la Primera Conferencia Paneuropea agrícola y la VI Asamblea
General de la Federación de Ingenieros Agrónomos (F. I. T. A.) cuando se
acordó por unanimidad crear en la sede de la FITA, de Roma, el Cer .tro In-
ternacional de Radiodifusión Rural .

Me cupo a mi el inmerecido honor de encargarme del Secretariado de l


C. I . R . R. y de realizar los estudios previos para llevar a la práctica l a
idea de reunir la documentación mundial sobre la radio rural, para darla
a conocer a través del nuevo Centro, a fin de divulgar y favorecer el pro-
greso de tales emisiones.

Puesto ya en marcha el nuevo organismo, que viene a enriquecer la s


múltiples actividades de la FITA, en el mismo año 1936 se celebró una re -
unión en París en la que fué aprobado el actual Estatuto del C . I . R. R : ,
habiendo servido de base de discusión, el que tuvimos el honor de someter
a la aprobación previa del Profesor Angelini . Secretario general de la F. I.
T . A. y al que introdujeron modificaciones muy interesanes los represen -
tes de diversos países, siendo dignas de mención especial las introducida s
poi el señor Dovas, secretario general adjunto de la U . I . R . (Unión Inter-
nacional de Radiodifusión), de Ginebra, entidad constituida por los inge-
nieros y representantes de las emisiones de radiodifusión de todos lo s
países.
Se había llegado pues a una compenetración entre los Ingenieros Agró-
nomos y los Ingenieros Radio (Telecomunicación en España), para in!pulsar
la Radiodifusión Rural.
Los fines que el C . I . R. R. persigue, resumidos sucintamente son los
siguientes :

a) Promover la creación de servicios de radiodifusión rural en aque-


llos países donde no existe todavía .

b) Dar a conocer la organización de los servicios más eficaces .

e) Recomendar que la dirección de los servicios de radiodifusión s e


confíe a los técnicos agrónomos que conocen el medio rural .

d) Fomentar las relaciones entre los servicios nacionales de radiodifu -


sión agrícola para mejorar los programas .

e) Facilitar los intercambios de revistas y publicaciones referentes a


la radio rural.

f) Promover la creación en todos los países de Comités naciona-


tes y locales de radiofonía agrícola.

g) Propagar por medio de la FITA y la Federación Internacional d e


Prensa agrícola todo lo que tienda a mejorar y perfeccionar los ser -
vicios de radio rural.

h) Organizar Congresos, Exposiciones y cooperar en las mismas ma-


nifestaciones de carácter nacional .

281
i) Estudiar la posibilidad de establecer en Roma un servicio de radio -
emisión encargado de enviar eventualmente a los diferentes paíse s
noticias y datos importantes sobre la agricultura .

Este programa previene la colaboración con la Unión Internacional d e


Radiodifusión de Ginebra, el Instituto Internacional de Agricultura, Ofici-
na . Internacional del Trabajo y Confederación Internacional de Asociacio-
nes de Agricultura, y requiere para su realización la ayuda y alientos de lo s
organismos nacionales que se ocupan especialmente de los estudios y des -
envolvimiento de la radio pues de otro modo la actividad proyectada que -
daría reducida a letra muerta .

Inmediatamente después de aprobado el Estatuto se remitió una copi a


con un cuestionario a todos los servicios de radiofonía rural agrícola, a lo s
Ministerios de Agricultura de los países que carecían de aquel servicio y a
las personas que se interesan por la radio rural .

1 en nuestro afán de conseguir la máxima eficacia limitamos nuestr a


actuación a Europa ya que de las 1 .000 emisoras en lengua inglesa, 715 co-
rresponden a América, como igualmente de las 500 en lengua española co-
rresponde_ más de 400 al propio Continente, y su experiencia podía serno s
como nos ha sido muy conveniente .

Se ha recibido copiosa información de los países más importantes d e


las cinco partes de mundo .

En sucesivos artículos analizaremos las diferentes modalidades de l a


radio rural para deducir lo que pueda tener de aplicación a nuestra Patria ;
hoy nos limitaremos a resumir o anticipar una impresión general.

El primer programa regular de radiofonía dedicado a los habitantes de l


campo, lo radió la estación comercial de Pittsburg en 1922 y según los in-
formes reunidos, son posteriores los verdaderos servicios agrícolas radiofó-
nicos de los demás países. Es pues América del Norte la que posee mejo r
experiencia en tales cuestiones en el nuevo Continente, y es Checoeslova-
quia en Europa la que a partir del 1926 organizó sus programas rurale s
contemporáneamente al Departamento de Agricultura de los Estados Uni-
dos. Entre 1933 y 1934 organizan diversos países sus servicios radio agrí-
colas, si bien pudiera decirse que con anterioridad existían emisiones, má s
o menos periódicas dedicadas a los habitantes del campo .
La radio rural suele empezar por emisiones eventuales, intercaladas en
los programas generales, en que se dedican consejos a los agricultores, o
conferencias sobre temas de interés para su industria, las cuales despierta n
cierto interés, y más tarde se inicia el servicio agrícola . Al principie°, estas
emisiones se encuentran subordinadas a las de orden general, y esto n o
es suficiente para los países intensamente agrícolas.

El campesino necesita programas especiales preparados para su am -


biente, y a tal fin surgen comisiones mixtas, integradas por técnicos de l a
agricultura y de la radiofonía, encargados de redactar los programas y or-
ganizar las emisiones rurales .

No basta en los países de agricultura variada y con regiones rurales di-


ferentes un programa nacional, es necesario descender al ambiente local y
hablar al campesino de los problemas de su zona, y entonces resulta indis -

282
Adiodeciliadad .

pensable crear Comités locales, en relación con el Comité central, par a


redactar las emisiones de su zona . . .
En países con estaciones regionales independientes éstas organizan sus
programas totales y así el agricultor recibe las informaciones de interés .
En general, los Ccmités nacionales encargados de organizar los progra-
mas de radio rural, se componen de representantes de los servicios de agri-
cultura y de Radiodifusión .
El control de los programas rurales o lo ejerce una Comisión para todo
el país o los informes radiados proceden de entidades de confianza como so n
las Asociaciones [ Sindicatos de productores y exportadores y los Ministe-
rios de Agricultura, Oficinas de previsión del tiempo, etc .

Respecto a la frecuencia de las emisiones, ésta varía según las posibili-


dades o conveniencias de cada país . De los 44 países considerados en est e
estudio rural resulta que :

En 18 países existen programas radio rurales diarios.


En 8 países existen programas radio rurales bisemanales .
En 9 países existen programas radio rurales semanales .
En 5 países no existe radio rura l
En 4 países no conocemos la frecuencia de las emisiones .

Analizados los resultados del cuadro resumen adjunto vemos, que :

3 países tienen programa agrícola diario superior a 1 hora al día.


3 países tienen programa agrícola diario de 1 hora al día .
8 países tienen programa agrícola diario inferior a 1 hora al día. (Oscila
entre los 5' y los 30') .

4 países tienen programa agrícola bi-semanal superior a 1 hora e infe-


rior a 2 horas semana.
4 países radian por semana durante 30' a 6' .
10 países radian por semana, entre los 15' a los 30' .

Vemos pues que los servicios de radio rural actuales, respecto a duración
de los programas, son, en general, poco importantes y que su fn ccuenci a
también deberá aumentarse para darles mayor eficacia.

Los programas más convenientes son los diarios y con emisiones a diver-
sas horas del día, incluso repitiendo ciertas informaciones, a fin de que toda .
los agricultores puedan escucharlas.

Las emisiones más interesantes y que mayor favor gozan en todos los
países son las referentes a previsión del tiempo y mercados .

Las conferencias agrícolas que sustituyen por charlas, discusiones, diálo-


gos, entrevistas entre personajes populares, etc ., de modo que den ameni-
dad a la emisión.

Las emisiones agrícolas necesitan de un complemento artístico fundad o


en la cultura popular, en el folklore rural : música, canto, poesía, literatura ,
etc., todo lo que es necesario para mantener vivo en el habitante del campo

283
su espíritu rural. No es suficiente aumentar el número de aparatos radio-re-
ceptores, es importantísimo procurar programas amenos, a diversas horas de l
día y a ser posible todos los días . Hay que habituar al campesino a escucha r
la radio diariamente al igual que en la ciudad leemos todos los días prensa
diaria.
En los países en que a la agricultura se dedican grandes atenciones, s e
interesaban en los programas generales los especiales agrícolas y son las emi-
soras nacionales las que se encargan de transmitirlos . En otros países
existen además estaciones emisoras exclusivas de radio rural para atende r
mejor tal servicio como sucede en Uruguay, con el Ministerio de Agricultura,
en Chile con la Sociedad Nacional de Agricultura, en la India Inglesa con e l
Instituto Agrícola de Allahabad ; en Estados Unidos las 15 emisoras de lo s
Colegios de Agricultura .
La radio rural tropieza, a veces, coa el inconveniente de resultar caro s
los a paratos receptores, por lo que es necesario conseguir buenos y baratos.
Tal problema no existe en países donde abunda la fabricación y resultan e n
el mercado a precio bajo. Como sucede en Estados Unidos cuando en 1936 se
vendieron 103 .600 aparatos radio receptores a los habitantes del campo, segú n
las estadísticas de los fabricantes.
Donde por el contrario, resultan a precios elevados urge estudiar un tip o
de aparato a precio módico, y buena sonoridad, a fin de que el campesin o
pueda oír los programas rurales . Por esto he visto con satisfacción los es-
fuerzos que realeza RADIOELECTRICIDAD en este sentido al estudiar el
Receptor Nacional que podría venir a ser la solución española de esta part e
del problema rural.
Los concursos convocados para premiar y designar el mejor aparato rural,
la distribución a precio de favor o como premio (merced a las subvencione s
de las asociaciones agrícolas o entidades que favorecen la radio rural), tant o
a las organizaciones agrícolas locales, como a las Escuelas-rurales, ha dado
el mejor resultado.
Las emisiones agrícolas se tiende a que sean escuchadas por el mayo r
número de personas posible, por lo que den buen resultado las audiciones co-
lectivas, las cuales se favorecen y fomentan por medio de la distribución d e
radio receptores a las colectividades, conforme indicamos anteriormente.
La radio agrícola se emplea con éxito creciente como auxiliar de las ex-
plicaciones rurales de las escuelas del campo. Para su mejor eficacia es
recesario preparar conferencias especiales y después que cada maestro elija
las más adecuadas para su ambiente.
Un obstáculo para la extensión de la radio rural es la falta de energía
eléctrica en algunos pueblos, inconveniente que tiende a desaparecer a me-
dida que la electrificación del campo aumenta. .
Otro, también importante, reside en los impuestos que existen en algu-
nos países para el uso de los radio-receptores, este impedimento tiene gra n
importancia donde las condiciones económicas del agricultor son mediocres .
Como final, he aquí las conclusiones que a propuesta mía aprobó la Pri-
mera Asamblea del C . I. R. R. en Berlín para la solución del problema rural.

1.a Que el Centro Internacional de Radiodifusión Rural continúe dand o

284
Adio",ftia-da d
a conocer en todos los países donde aún no existen servicios de radio-
difusión rural, los ya organizados en el mundo, para que su expe-
riencia sirva de orientación a -los de nueva creación .

2. a Que se recomiende a los diferentes servicios nació -ales de radio rural


la organización de servicios exc°-usivos para los agricultores, posible -

mente diarios o de frecuencia mayor que la semanal, a diversas hora s


del día, a fin de facil"tar la escucha por los habitantes del campo .

3.a Que los Comités nacionales y locales de radiodifusión rural estén


integrados por técnicos y sean inspirados por personas conocedora s
del folklore rural a fin de no descuidar tal aspecto, indispensable para
amenizar los programas rurales .

4 .a Que en las emisiones agrícolas ocupen un linar importante los bole-


tines meteorológicos, previsión del tiempo y las informaciones d e
mercados, procedentes de los centros oficiales especializados .

5 .a Que en los países donde los aparatos radio-receptores resulten a pre-


cio elevado, se estudie el medio de conseguir un tipo de aparato de
buena sonoridad y precio económico, capaz de escuchar bien las emi-
siones agrícolas.

285

6. $ Que se recomiende la revisión, reducción o supresión de impuestos


sobre los aparatos de radio rurales a fin de favorecer el aumento del
uso de los mismos.
7 . a Que se recomiende a los Ministerios, Emisoras, Servicios de Radio ru-
ral que emitan frecuentemente informes sobre sus emisiones agrícolas
al C. I . R. R. para que éste a su vez pueda darlos a conocer al mundo
y favorecer los fines de la difusión y progreso de la radio rural .

Núm . 3.—1938 .—111 Año Triunfal. Archivo : Tomo 111 .—Aplicaciones

286
Desarrollo de la Radi o
en las Marinas Civil y
de Pesca Nacionale s
por

M . Dcrc7

Mucho se ha dicho y se ha escrito, se escribe y se dice aún, sobre la cos-


tumbre española de ensalzar lo de fuera y no señalar siquiera—y aún, alguna s
veces, hacerlo sólo para buscarle defectos—lo bueno de dentro .
Se escribe y se dice mucho de lo bueno que se hace en el extranjero y s e
habla poco, o nada, de lo que en casa tenemos de valía .
Así ocurre, que, el común de las gentes, ignora, en la mayoría de los casos ,
lo que en España se labora por las Artes, las Ciencias, el Comercio y .la Indus-
tria . Y hasta llega a copiar del extranjero cosas que ya en nuestro propio paí s
tenemos, no solo iniciadas, sino en pleno desarrollo muchas veces .
Pero bueno será abandonar ya de una vez este vicio y, dejando a un lad o
nuestra innata modestia, sacar a la luz pública para conocimiento de propios y
extraños, lo que tenemos de bueno, sin perjuicio de aprovechar la experienci a
de extraños y propios, para mejorarlo .
Así, en el campo de la Radiotecnia y su aplicación a la Navegación y a l a
Pesca, que es de lo que nosotros podemos hablar con un poco de autoridad, s i
es que alguna tenemos, podemos ofrecer a los lectores de esta gran Revista—qu e
nace bajo los mejores auspicios—lo que en España se ha hecho ; en mucho s
aspectos, antes que otras Naciones de las que, en estos y otros ramos de l a
Ciencia y de la Industria, van a la cabeza .
Las primeras instalaciones que se hicieron en nuestro País en buques mer-
cantes, fué alla por los años 1910 ó 1911, cuando la T . S . H . estaba en los
comienzos de su aplicación a las comunicaciones marítimas .
Se equiparon, entonces, varios vapores de pasaje afectos a las línea s
Nacionales y Trasatlánticas . Lo qua eran aquellas estaciones, ya puede supo-
nerse : Un transmisor con descargador de «setas» y un receptor detector magné-
tico» . Fueron, por razones que no son de este lugar, aunque sí interesante s
desde cierto punto de vista, mantenidas esas estaciones varios años sin mejora s
apreciables, pero pasados aquellos años los transmisores que se instalan e n

287

!.'r r„V: (, 0 ¡

otros barcos son todavía de chispa, porque aún no había estaciones de válvulas ,
pero más perfectos, se emplea el disco rotativo, y se sustituyen los receptore s
por otros de galena .
Varias de estas nuevas estaciones se tnstalaron en barcos mercantes qu e
(no estaban obligados a llevar estación> y aquí empieza ya a dibujarse ese dese o
nuestro de adelantarnos a las demás naciones .
En efecto esto ocurre por los años 1913 y comienzos de 1914 . Y a partir de
esta época la radio entra en franco desarrollo en la Marina Civil y se llega a l
año 1917, en que son equipados la mayoría de los buques, esten o no obligado s
por las leyes Nacionales o Internacionales para la protección de las Vida s
Humanas en el Mar .
Quizás pueda objetarse, y la observación no dejaría de ser justa, que e n
aquella época era precisa la radio por las dificultades creadas a la navegació n
por la Guerra Europea y también posible su desarrollo por las fabulosas ganan-
cias que entonces tuvieron los Armadores en general .
Pero si esa apreciación es exacta, no lo es menos que, pasada aquell a
racha de «vacas gordas=, cuando ya no había ganancias fabulosas, sino todo l o
contrario, siguió la radio en auge en nuestro País y aún se extendió en todos lo s
sentidos : el técnico y el comercial, especialmente .
Es claro que lo uno era consecuencia de lo otro, porque a la demanda d e
los clientes había que responder con instalaciones más modernas .
Poco se mejoraron de momento los equipos transmisores, pero los recep-
tores se sustituyeron cambiando los existentes de galena, por otros de cristal d e
carborundum con amplificadores de válvula y, muy poco después se instalaro n
en todos los barcos receptores de válvulas de una manera definitiva .
Pero mientras tanto y mucho antes de que se obligara a ciertos barcos a
instalar radiogoniómetros, se montaron estos aparatos en aquellos barcos y e n
otros muchos que nunca han estado, ni están, obligados por las leyes a llevarlos .
Los Armadores Españoles respondieron a la labor de propaganda de la s
Compañías de radio-propaganda no solo comercial, sino también más principal -
mente científica «en la ciencia de la navegación,—con un entusiasmo que merec e
consignarse, como lo hacemos, y unas esperanzas que no resultaron defrauda -
das : Los radiogoniómetros han prestado servicios—de ellos hay enormidad d e
testimonios—admirables a los buques mercantes .
Se editaron por las Empresas prestatarias de los servicios de radio, folle-
tos interesantísimos sobre el uso y aplicación de los radiogoniómetros y s e
hicieron trabajos de gran estima, por los Capitanes y Telegrafistas .
Y lodo ello, callada y modestamente : sin darle la menor publicidad .
Todos estos aparatos, rndiogoniómetro y transmisores son objeto de gran -
des transformaciones a partir del año 1933, y nos cabe el orgullo de proclama r
que en las de unos y otros y sobre todo en las de los radiogoniómetros Españ a
ha contribuído en gran parte a sus perfeccionamientos con sus observacione s
sobre su trabajo .
Las Compañías que tienen a sa cargo estos servicios enviaron a sus técni-
cos al extranjero a completar y perfeccionar sus conocimientos en los laborato-
rios de las grandes fábricas y sabemos muy bien que en más de una ocasión s u

288
experiencia ha procurado información preciosa a los técnicos de las mismas .
Aprendieron y enseñaron a la vez, nuestros técnicos, en aquellos laboratorios .
No estará de más advertir que, todo ello, con el propio y exclusivo esfuerz o
de las entidades aludidas .
Las estaciones transmisoras ya en el año 1918 se sustituyeron, muchas d e
ellas, por equipos de chispa amortiguada y después, de onda continua allí dond e
las leyes lo permitían, a fin de asegurar un servicio comercial lo más perfecto
posible .
Otro tanto puede decirse del equipo de socorro, que empezó por una bobin a
(descargador) de 10 pulgadas y fué mejorando hasta el que actualmente se ins-
tala que es una verdadera y completa estación independiente de la principal, per o
con las características exigidas por los reglamentos para esta clase de estacio-
nes, que tantas vidas han salvado y han de salvar aún .
Con lo dicho, aunque en forma tan somera, no sólo por no cansar a nues-
tros lectores, sino por la imposibilidad de concretar fechas, faltos como estamo s
hoy de datos precisos bastaría para justificar esa afirmación nuestra de qu e
hemos ido, en muchas ocasiones, delante de los que el vulgo cree más ade-
lantados .
Queda, sin embargo, lo más Interesante a este respecto .
Hasta aquí va expuesto lo que a la Marina Civil se refiere, que visto e n
sú conjunto y teniendo en cuenta la modestia de medios de muchos de los Arma -
dores y otras circunstancias de orden económico-social y de competencia de
fletes, que ha hecho de tan interesante negoció algo si no ruinoso, si muy mo-
desto, es realmente digno de señalar .
Mas no han parado ahí los progresos de la -radio . Quedaban aún los barco s
pesqueros desprovistos de ese elemento indispensable para protección de la s
vidas de los pescadores y ayuda a los propietarios en sus transaccione s
comerciales .
En efecto, los barcos pesqueros salían a la mar y volvían—aunque no siem-
pre volvían—al puerto, con pescado cuando había abundancia, o sin él cuand o
escaseaba y la balanza de precios y de ganancias del armador estaban supedi-
tadas a estas contingencias .
No hubo que insistir mucho . Los armadores dotaron bien pronto de esta-
ción a sus barcos, a sus «bous»—estos gloriosos barquitos de los que aún n o
se ha hecho el debido elogio por su actuación en nuestra horrenda contienda
actual—y no quedó barco sin instalación .
Más costó, hemos de ser fieles a la verdad, introducir en ellos los radio -
goniómetros .
Pero los barcos hubieron de alejarse de las playas costeras en que acos-
tumbraban a pescar, marcharon a la Grande Sole» y entonces, hacia los año s
1922 ó 23, se fueron instalando gonios en esos barcos . Y fueron los Patrones
españoles—esos obreros tan inteligentísimos—los que encontraron a los radio -
goniómetros aplicaciones prácticas insospechadas .
Y en este tema de la labor de los Patrones españoles—hemos de insisti r
más adelante al tratar de otro aparato, que si no es exactamente de radioelectri-
cidad, tiene grandes semejanzas y aún algún fundamento técnico común con ella .

289
En pleno desarrollo la radiotelegrafía y habiéndose llegado en España a
tener equipados la mayoría de los barcos mercantes y pesqueros—bous»—co n
estaciones modernas, comienza en el mundo entero, con un ímpetu digno d e
mejor suerte, la aplicación del genial invento de Marconi a la telefonía y surgen ,
como por encanto, estaciones de radiodifusión por todas partes . Pero en s u
aplicación a las industrias del mar en país alguno .
Y es España la que inicia esa modalidad y donde menos podría imaginars e
por nadie .
Existe en España, todos lo sabemos, esa industria, de que hemos hablado ,
la de la pesca, en la que aparte de los =bous' . corrientes con el nombre d e

(trawlers» en todos los países del mundo, a ella se dedican otros barcos, co n
otras artes sólo conocidas en España . Nos referimos a las Tarrafas—los céle-
bres Galeones andaluces—las (vacas' y, especialmente las parejas .
Estos barcos, como los <bous> años antes, estaban en el 1926 desprovisto s
de toda comunicación con tierra . Salían a la mar dejando sus tripulantes e n
tierra a propietarios y deudos en la mayor zozobra . Muchas veces salían los do s
barcos juntos y a poco se extraviaban costando horas, interminables horas, e l
encontrarse y reunirse . Muchas veces, muchas, no volvían, sin que nadie lo s
socorriera, sin que nadie volviera a saber nada de ellos jamás .
Se pensó en dotarlos de telegrafía sin hilos, pero no era posible : ni espaci o

290
a bordo ni, en general, medios de ninguna clase—técnicos ni económicos—tenía n
para instalar un equipo de radiotelegrafía en esos insignificantes barcos, por s u
tamaño y tonelaje .
Y en el año 1926 se hicieron las primeras pruebas de telefonía sin hilos e n
tales barcos . Se ensayó una pequeña estación que se calculó para un alcanc e
de 40/50 millas : se obtuvieron 100 y más .
Con este lisonjero éxito, se prosiguió el estudio de nuevos progresos y
se logró una estación que alcanzaba unas 300 millas .
Los armadores, sin embargo, al principio, se mostraron algo reacios, pue s
ya los barcos tenían que ir a buscar playas de pesca a mayor distancia de l a
costa y no tenían, quizás, gran fe en que las estaciones respondieran a esa nece-
sidad, pero al establecerse, poco después, la red de estaciones en almadrabas y
buques auxiliares de las mismas pertenecientes al Consorcio Nacional Almadra-
bero—12 estaciones en total—cuando en país alguno del mundo existía red aná-
loga, fueron interesándose y, un par de años después, se implantaba este servi-
vicio en España, primera Nación que lo ha tenido y en el cual se han inspirad o
después otros países—Francia e Inglaterra entre ellos—completándose con l a
instalación de estaciones en la costa española para la comunicación con lo s
barcos . Y se ha mejorado el material en forma tal que, con una pequeña esta-
ción, manejada por el patrón del barco, se han logrado alcances que, en algun a
ocasión, han llegado y pasado de las MIL millas . No es, pues, extraño que e n
julio de 1936 hubiera en España unos QUINIENTOS barcos-pareja equipado s
con estación de telefonía sin hilos .
Hemos aludido antes a otros aparatos, no de radio, pero sí eléctricos, co n
los que los Patrones de pesca han hecho maravillas . Nos referíamos a la sond a
ultrasonora .
Ha sido España, pese a que el aparato es de origen y fabricación francesa ,
donde se ha dado a este interesantísimo instrumento todo el valor que tiene par a
l a pesca .
Hace ya seis u ocho años, cuando en Francia apenas se conocía y usab a
este aparato, se instalaron en España en esos barcos de pesca—en las simpáti-
cas parejas y en los gloriosos «bous»—y han sido los Patrones de pesca espa-
ñoles los que han enseñado a sus colegas, podemos afirmarlo sin incurrir en
exageración, a buscar playas, a navegar, con esos instrumentos, con esas son -
das ultrasonoras .
Después, varios años después, Inglaterra ha instalado 3 .000 ó más en sus
buques pesqueros, pero ya España en su modesta flota (modesta en comparació n
con la inglesa) llevaba andado mucho camino por los derroteros de la Cienci a
aplicada a las artes de la pesca
Así, los barquitos-parejas, han podido acompañar a sus hermanos los «bous »
a las playas del (Great Sol» para asombrar allí a los de otros países con s u
intrepidez, al hacer un viaje tan largo y con su arte de pesca, tan interesante .
Y en aquel país eminentemente pesquero y en una región a la que, en l a
época de verano acuden barcos de todos los países con sus flotas de pesca, la s
parejas españolas ponen la nota de su modernidad en el aspecto radioeléctrico ,
y de su genuina novedad en el arte de la pesca, que, según nuestras referencias .

291

se proponen imitar esas naciones, como antes imitaron, para orgullo nuestro ,
los servicios de radio .
En este aspecto de la radiotelefonía aplicada a la navegación se hizo alg o
en Inglaterra, Francia y Alemania en sus grandes y modernas unidades trasatlán-
ticas de pasaje y España, si no fué en la vanguardia en esta clase de buques, n o
quedó atrás, que ya en el año 1929 el vapor «Reina Victoria Eugenia= (ho y
llamado Uruguay») llevaba a bordo una estación de telefonía sin hilos qu e
comunicaba con España y con Sud-América durante la travesía .
Después, hasta hace dos años, se han instalado, en barcos de pasaje y d e
nueva construcción aprovechándose los equipos de onda extracorta de que s e
dotaron, transmisores de telefonía, pero estas instalaciones ni en España, n i
fuera de nuestro país, se han popularizado demasiado, por razones que no e s
del caso detallar, siendo una de ellas, la más importante, la carestía del servicio .
Y en cuanto a otros servicios, en España se implantaron varios interesantí-
simos que otros países o no tienen aún o han implantado después .
Allá por el año 1930, se inició el servicio de asistencia médica desde tierr a
a los navegantes en alta mar, del que existen testimonios interesantísimos todos ,
y hasta conmovedores algunos .
El de observaciones meteorológicas en el mar, que se transmitían a tierra
para con ellas confeccionar los boletines que, después volvían a transmitirs e
para seguridad de la navegación de otros buques .
Y otro, de tipo comercial, pero interesante por su novedad : el llamado de
Radio sorpresas que consistía en el envío desde cualquier barco en la mar, e n
combinación, naturalmente, con establecimientos de tierra, de regalos a lo s
familiares, deudos y amigos de los navegantes .
Finalmente, al producirse nuestro Glorioso Movimiento, se encontraba a
bordo del vapor Habana» un aparato (sólo otros dos existían en los buques d e
otras naciones europeas) en el que se recibía, transmitido directamente desd e
New York, un mapa meteorológico trazado por el U . S . Weather Bureau, d e
dicha ciudad . El mapa se recibía a bordo en forma tan clara como nuestros lec-
tores apreciarán, pues nos proponemos dedicar a este aparato nuestro próxim o
artículo, ilustrándolo con la reproducción de un mapa de los recibidos a bordo .
Esbozado, a grandes rasgos y mal pergeñadas líneas, queda cuanto e n
España se ha hecho en materia de Radio en las marinas de Comercio y de Pesca
y señalados los servicios y los adelantos en que España ha ido a la cabeza d e
otros países que han sabido, con su continua propaganda, hacer creer a todo e l
mundo que eran los primeros en ese como lo son, indudablemente, en mucho s
otros aspectos de las Ciencias, las Artes, el Comercio y la Industria .

Núm . 3 .—1938 .—111 Año Triunfal Archivo : Tomo 111 .—Señales

292
Cómo obtener
verdadera músic a
con su recepto r
Las ansias de perfeccionamiento que acompañan al hombre durant e
toda su peregrinación por la tierra, le acucia sin duda alguna con máxim a
intensidad en los aparatos receptores de radio . Cada año, por no deci r
cada estación, irrumpen en el mercado nuevos aparatos con nuevos per-
feccionamientos que en definitiva tienden a dos fines principales : sencillez
de manipulación y nitidez de reproducción .
Dejando hoy la primera, examinaremos el último de los progreso s
que acaba de aparecer en la Exposición de la Radio celebrada el últim o
mes en París .
La fidelidad en la reproducción de la música exige, no sólo la ausen-
cia de distorsión para conservar el timbre de cada uno de los instrumen-
tos, sino que permanezcan constantes en cualquier momento de la recep-
ción, las relaciones de intensidad de los sonidos a reproducir . Así cuando
en una orquesta los fortissimi son por ejemplo 100 .000 veces más intensos
que los pianissimi, el altavoz debería conservar la misma relación entr e
los sonidos más fuertes y más débiles que reproduce .
Y esto, desgraciadamente, no se realiza en los aparatos actuales de-
bido fundadamente a la necesidad de comprimir en la emisión o en l a
impresión fotofónica de los sonidos, el contraste de la intensidad .
Esta necesidad de compresión entre dos límites de potencia máxim a
y mínima proviene, en las emisoras, de las válvulas amplificadoras cuya

293
potencia no puede rebasar su propio máximo si no quiere caerse en l a
peor de las distorsiones, y del ruido de fondo de las válvulas amplificado -
ras del modulador y alta frecuencia del emisor, de cuyo nivel no debe des-
cenderse para no anular la señal . El receptor presenta también dos lími-
tes: uno superior producido por el silbido de las bobinas y otro inferio r
debido al ruido de fondo de las válvulas cembiadoras de frecuencia .
La transmisión racional de la música exige esta compresión de con -
trastes, y a este fin, en lugar de aumentar igualmente todas las amplitude s
en el amplificador de modulación del emisor, se amplifican en menor pro -
porción las fuertes que las débiles, y cosa análoga se verifica en la impre-
sión fotofónica de la música . El límite inferior de las amplitudes vien e
determinado por la granulación de la materia plástica de los discos y e l
límite superior es evidentemente la distancia entre dos surcos próximos .
El máximo de contraste en los órganos es en general de 35 decibe-
lios, pero el piano llega a los 45 decibelios y las grandes orquestas sinfó-
nicas alcanzan los 60 decibelios . La impresión fotofónica reduce esta razó n
a 20 ó 25 decibelios según sea el tipo de impresión .
Existe, pues, una compresión de 40 decibelios entre la audición efec-
tuada por la orquesta en el estudio y la audición reproducida por el ampli-
ficador fonográfico . La audición directa por medio de la radio da una rela-
ción de contrastes más elevada (unos 40 decibelios) y es mucho más agra-
dable que la producida por la música totofónicamente impresa .
Para remediar este aplanamiento de los contrastes, este empobreci-
miento del dinamismo, es preciso restablecer en el amplificador de baj a
frecuencia los contrastes originales entre las diferentes amplitudes, proce-
diendo a la expansión de los contrastes en forma inversa a la compresió n
experimentada en la emisión .
La expansión procura amplificar más las grandes que las débiles am-
plitudes y como existe una pérdida media de 40 decibelios entre el estudi o
y la reproducción, deberán beneficiarse las grandes amplitudes con un a
sobreamplificación de + 40 decibelios .
Ganancia de amplificación de + 40 decibelios en los fortissimi o des-
censo de amplificación de — 40 decibelios en los pianissimi producen e l
mismo resultado . Lo esencial es que la amplificación en baja frecuenci a
varíe en 40 decibelios de los «golpes de orquesta» al solo del violín .
La realización de un expansor presenta bastantes dificultades, muy di-
fíciles de salvar antes de la aparición de las válvulas de características bas-
culantes, por prestarse muy mal las válvulas anteriores a la función ampli-
ficadora de pendiente variable en audiofrecuencia, pero las nuevas válvu-
las de tensión variable permiten la realización de un pequeño aparato ex-
pansor, que se conecta a cualquier radioreceptor, o a cualquier amplifica-
dor fonográfico . Basta que la conexión de la rejilla de la primera válvul a

294
en baja frecuencia sea accesible para conectarla a la entrada del bloqu e
expansor . La salida del expansor se conecta a la rejilla de la propia vál-
vula .
La tensión modulada se encuentra de este modo derivada al expanso r
donde se produce el aumento de la relación de contrastes, para volver e n
seguida a la rejilla de la primera de las válvulas de audiofrecuencia . De
esta suerte se puede contrastar a voluntad sin efectuar la menor modifica -
clon del receptor mismo .
El estudio de nuestro expansor comprende seis partes : funcionamiento ,
relación de contrastes, regulación, distorsión y compensación, construc-
ción del expansor y puesta en funcionamiento .
a) Funcionamiento .—El expansor consta de dos válvulas pento -

Fig . 1
Esquema del expansor
Por los terminales Al y A2 se conecta al receptor . El terminal Si ea el mismo que el de la figura 2

dos EF 9 que funcionan como amplificadora la primera y como expansor a


la segunda y una válvula diodo EB 4 que funciona como rectificadora d e
tensión (fig . 1) .
La conexión de la rejilla de la primera válvula audiofrecuencia de l
receptor se lleva al terminal de entrada A, del expansor, de suelte que l a
emisión recibida por el receptor actúa a través del condensador de 0,1 mi-
crofaradio sobre la rejilla de gobierno de la primera EF 9 que funcion a
como amplificadora de tensión y, una vez amplificada, actúa a través d e
otro condensador de 0,1 microfaradio sobre el diodo rectificador audio-
frecuencia EB 4 montado en doblador de tensión . Se produce aquí un a
rectificación de la tensión en audiofrecuencia que determina una tensió n
continua, de valor variable, proporcional a la amplitud media de las osci-
laciones de audiofrecuencia . Esta tensión se aplica ahora a la rejilla d e
gobierno de la segunda EF 9 o válvula expansora que de esta suerte s e
encuentra sometida a dos tensiones :

295

a) Una tensión modula procedente del receptor o del fonocaptor a


través de un condensador de 10 .000 cm .
b) Una tensión continua de valor variable suministrada por e l
diodo EB 4 .
Durante los pianissimi la primera EF 9 no trabaja o trabaja muy poc o
por lo cual la tensión rectificada por el diodo es nula o insignificante y la
válvula expansora no trabaja por estar su rejilla polarizada a — 28 voltios .
La tensión de salida es igual a la tensión de entrada .
Pero durante los fortissimi la primera válvula EF 9 envía una ciert a
tensión audiofrecuencia al diodo EB 4 que produce ahora una tensión con-
tinua que se aplica a la rejilla de gobierno de la válvula expansora . La
amplificación de ésta aumenta tanto más cuanto más elevada es la tensió n
rectificada y en consecuencia la tensión alternativa que sale del expanso r
es más elevada que la tensión de entrada ; es decir, se ha producido expan-
sión de contrastes .
Se ve, pues, que el expansor equivale a un simple cortocircuito par a
los pianissimo y a un amplificador para los fortissimi es decir, trabaja
como amplificador suplementario durante los picos de modulación .
El acoplamiento entre las diferentes válvulas del expansor se realiz a
por medio de resistencias y condensadores cuyos valores se indican en e l
esquema .
El suministro de energía se verifica directamente de la red del alum -
brado empleando un transformador cuyo primario lleva varias tomas par a
cdnectarse a 110, 125, 150 y 220 voltios y cuyo secundario lleva los tres ,
arrollamientos clásicos, para el encendido d e
los filamentos de las tres válvulas del expan-
sor que son de caldeo indirecto, encendid o
de la rectificadora y la tensión anódica, o d e
las placas, de aquéllas (fig . 2) .
Relación de contrastes.--Cuando se es-
cucha un pianissimo se regula generalment e
7500(.150M) — la potencia de salida a un valor elevado, qu e
fig . 2 supondremos igual a 10 mw . El emisor Ira -
Esquema de suministro de energía baja con una expansión de 20 decibelios, y
al expansor
El terminal SI es el mismo que el d e nuestro expansor con 40 decibelios . La re-
la figura 1 . producción será, pues, muy natural ya que l a
expansión total es de 60 decibelios .
En realidad, no se producirá de este modo porque a un aumento d e
60 decibelios corresponde 10 mw . X 1 .000.000 = 10 Kw . como potencia má -
xima y un amplificador de 10 Kw . de potencia no está al alcance de todos .
Es, pues, indispensable una expansión más reducida cuando se trabaj a
con un amplificador de 4 vatios, que es el caso más general .

296

Un contraste suplementario de 20 decibelios nos procurará picos d e


potencia de 10 mw . X 10.000 = 100 vatios, en el caso de una emisión co n
una expansión de 20 decibelios, y picos de 10 vatios cuando la emisió n
pasa a disco de 10 decibelios .
Estos valores enseñan que :
a) la expansión debe ser regulable ;
b) los pianissimi deben ser lo más débiles posibles .
c) el amplificador debe ser muy potente .
El expansor que describimos admite una expansión máxima de 26 de-
cibelios . Variando la polarización de la primera válvula EF 9 por medi o
del potenciómetro P, se cambia la relación de contrastes .
Regulación .—La válvula de expansión o segunda EF 9 funciona co n
tensión de polarización de — 28 voltios . La pendiente es entonces de 100
microamperios por voltio. Durante los pianissimi la amplificación de dich a
válvula debe ser igual a la unidad . La resistencia de carga o de ánodo R a
se determinará del siguiente modo :

S X Ra=1 R8= S

106
Ra 10 .000 ohmios.
_ 10 0

La pendiente puede variar entre 0,1 y 2,2 miliamperios . por voltio y e n


consecuencia la amplificación variará entre 1 y 2,2, que corresponde a 2 6
decibelios.
Para variar el contraste se variará, pues, la amplificación de la vál-
vula y para variar la amplificación deberá variarse la tensión de polariza-
ción y como ésta la suministra el diodo EB 4, resulta que solamente l a
tensión amplificada por la primera válvula EF 9 es la que puede realizar e l
contraste .
La regulación consiste simplemente en ajustar la tensión de polariza-
ción a un cierto valor que corresponda a la razón de expansión que s e
desee obtener .
Distorsión y compensación .—La distorsión es pequeñísima y mu y
difícil de distinguir por el oído . Se compone solamente del segundo armó-
nico, pues el tercero no llega al 0,25 por 100 . Cuando la segunda válvul a
EF 9 o expansora trabaja con el máximo valor de la pendiente, la tensió n
aplicada a la rejilla de gobierno de la válvula siguiente no excede de 0, 2

297

voltios . Este valor es precisamente el que corresponde a la mayoría d e


los radioreceptores y amplificadores fonográficos cuando la válvula fina l
suministra toda la potencia disponible . Es, pues, una potencia de pico qu e
exige aproximadamente 0,2 voltios a la entrada del amplificador audiofre-
cuencia . En este caso el expansor trabaja con la relación máxima de con -
trastes . La amplificación de la segunda válvula EF 9 e s

K=Smax X R. ; K=2mA X 10 .000=20 .

La tensión en la entrada de la válvula de contraste llega a se r

Vr =0,2 : 20=0,01 ó 10m V.

La admisión de la válvula a — 2 voltios es de 60 m V para 1 °/o de


distorsión . Como la tensión de entrada es sólo de 10 m V, la distorsió n
máxima será :

10
60 X1°/o = 0,17°lo .

Se ve, pues, que la distorsión del expansor es insignificante cuand o


el conjunto expansor-receptor está regulado para el máximo de contrast e
sin distorsión debida a la corriente de rejilla de la válvula final .
En el caso de un paso simétrico o vaivén (impropiamente llamad o
push-pull) 6 L 6 ó 6 V 6 la sensibilidad del amplificador audiofrecuencia e s
menor, y la tensión de entrada más elevada . En lugar de 10 m V durante
la expansión, se puede contar en 180 m V . La distorsión llega a se r

180
== X 1 °/o = 3 °lo

Si el montaje simétrico es con corriente de rejilla la distorsión qu e


introduce el expansor llega a valer el 5 °/o .
La expansión se emplea también con éxito cuando se utiliza una sol a
válvula en audiofrecuencia sin preamplificación, primero para aumenta r
el dinamismo y después para disminuir el coeficiente de distorsión . La apli -
cación práctica de este método puede convenir en muchos casos en lo s
que no es posible emplear la contrareacción .
298

Se funda en el empleo de dos válvulas de manera que sus caracterís-


ticas dinámicas presenten partes acodadas equivalentes cuando se le s
compara con la fundamental . La distorsión debida a las dos válvulas es
entonces inferior a la distorsión de una sola válvula, como sucede e n
nuestro expansor . Su empleo delante de una válvula final (EL 3 por ejem-
plo) reduce la distorsión en 10 90 . Empleada delante de un triodo (AD 1
por ejemplo) la reducción de la distorsión por compensación alcanz a
50 °/o .
Esta última aplicación es importantísima, porque da una excelent e
calidad de reproducción a la vez que una razón de contraste suficiente -
mente elevada para los usos radioeléctricos ; pero necesita una ligera mo-
dificación que consiste en cambiar la resistencia de ánodo de 10 .000 oh-
mios de la segunda válvula EF 9 por otra de 100 .000 ohmios . Con esta
modificación puede emplearse el expansor entre el detector y el triodo d e
salida .
Construcción . —Los elementos que integran este expansor son :
2 válvulas pentodos, EF 9, amplificadora y expansora de la figura 1 .
1 válvula doble diodo EB 4, rectificadora frecuencia andio .
1 » rectificadora, 1882, onda completa .
1 potenciómetro P, de 2 .500 ohmios para regular la polarización .
3 resistencias fijas de 0,5 megohmios .
2 » » » 0,2 »
2 » » 0,1 »
3 » » » 50 .000 ohmios .
2 » » » 25 .000 »
1 » » » 10 .000 »
1 » » » 7 .500 » y 5 vatios .
1 » » » 3 .500 »
1 » » » 250 »
7 condensadores fijos de 0,1 microfaradios .
1 » » de 10 .000 centímetros .
2 » electrolíticos de 32 microfaradios .
1 » » de25 »
1 » » de 8 »
1 transformador de 2 X 350 voltios .
3 terminales .
1 chasis de zinc de plancha 7/10 mm . de espesor y de 240 X 230 mm .
can dos dobleces de 50 mm .
El plano de construcción se da en la figura 3 que muestra las dimen-
siones del chasis a escala y la disposición que deben adoptar en el mis-
mo cada uno de los elementos componentes cuya función hemos estudia -

299

do anteriormente y cuyas características se consignan correlativament e


en el plano de la figura 3 y en el esquema de la figura 1 .
Este aparato exige 250 voltios con 25 miliamperios, energía que se l e
suministra por medio de un pequeño transformador de 2 X 350 voltios .
Se emplea como rectificadora una válvula de caldeo directo 1882 'y e l
filtrado se verifica por medio de una resistencia de 7 .000 ohmios (25 mili -
amperios) y dos condensadores electrolíticos de 8 y de 32 microfaradios .
Las conexiones que van a las rejillas de las dos válvulas EF 9 de-
berán ser blindadas y debe evitarse toda inducción entre las válvulas y
el transformador de alimentación, no descuidando los blindajes ni dispo -

Al T A,
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Fig . 3
Plano de conexiones del expansor
Los distintos elementos están designados del mismo modo que en las figuras 1 y 2

niendo las válvulas demasiado cerca del transformador de alimentación .


Las conexiones entre el receptor y el expansor serán igualmente blindada s
y el chasis de este último así como el blindaje de las conexiones se conec-
tarán a terminales de tierra, con lo cual el expansor tendrá tres : entrada ,
salida y tierra .
Se empieza tendiendo las conexiones que van más próximas al cha -
sis, se cablearán los hilos a y b que van al encendido de las válvula s
por circular por ellos corriente alterna y se dispondrán de hilo rígido de

800
// F i~r 1 ~,~L1~ (, K (( 1 j

2 mm . de diámetro las dos conexiones colectoras que van de la parte ante-


rior a la posterior del chasis para poderle soldar las conexiones de tierr a
de las diferentes conexiones del esquema .
Puesta en tuncionamiento .—Para conectar el expansor, se suelta e n
el aparato receptor la conexión que va a la rejilla de la primera válvula au-
diofrecuencia y se conecta esta conexión con el terminal A, de entrada a l
expansor y la rejilla con el A 2 (fig . 1) de salida del propio expansor .
Cuando se utilice una sola válvula final a continuación de un diodo, s e
realizará la misma modificación en la conexión de rejilla de la válvul a
final
Intercalado el expansor de contrastes, se empiezan las operacione s
de ajuste y a este fin se hace máxima la polarización negativa, llevand o
el potenciómetro P, de polarización de la primera válvula EF 9 al mínimo ,
con lo cual el aparato se comporta como si no hubiera expansor . Se hace
girar gradualmente el potenciómetro para llevarle lentamente a la posició n
de máximo y a medida que avanza, la potencia de salida aumenta en lo s
momentos de los fortissimi . Para evitar una sobrecarga en el paso fina l
de amplificación es necesario reducir la tensión de entrada por medio de l
regulador de intensidad cada vez que se aumenta la expansión con el po-
tenciómetro P, .
Si se comprueba la presencia de distorsión durante la expansión s e
reducirá el regulador de intensidad del receptor .
Si se encuentra que la potencia media es demasiado débil, se aumen-
tará la tensión de entrada, pero disminuyendo a la vez la razón de con -
traste .
Se escogerá para la regulación la condición en que los pianissim i
salgan sin ser afectados por el ruido de fondo, y se regulará después el
contraste hasta obtener una potencia máxima sin distorsión .
La puesta en funcionamiento queda reducida a muy poca cosa . Basta
un poco de paciencia, algo de sentido musical y no exigir demasiado s
vatios a las válvulas de salida cuya distorsión ha de temerse mucho má s
que la del expansor .
Cuando se emplean dos altavoces colocados en puntos distintos d e
la habitación, el conjunto produce una audición clara con una sensació n
de naturalidad y una impresión de presencia efectiva, material, de orques-
ta, que no ha podido conseguirse con ningún otro montaje .
El expansor está llamado a producir una verdadera fiebre de cons-
trucción entre los amantes de la verdadera música y se hará indispensa-
ble en los cinemas sonoros y en la amplificación de audiciones públi-
cas .
Con estas u otras realizaciones se irá consiguiendo perfeccionar l a
recepción . de _1a música y los buenos aficionados y entendidos en tan su -

premo arte encontrarán con ello gran satisfacción porque en realidad l a


reproducción ordinaria es bastante deficiente y sólo la necesidad de ate-
nerse a ella y la imposibilidad de mejorarla hacen que se soporten sus no-
tables deformaciones tanto en la reproducción por discos en los fonógra-
fos como en las transmisiones por radio . Naturalmente cuando se suma n
ambos efectos, como ocurre ahora en España, en casi todas las emisione s
k deformación es aún mayor .
Por ello creemos prestar un buen servicio a los radioaficionados y
amantes de la música al extender hoy el conocimiento y detalles de cons-
trucción del expansor objeto de este artículo .

Núm . 3.—1938 .—11I Año Triunfal . Archivo : Tomo 1V.—Construcción de aparatos


El Receplor Naciona l
por

C . V1da 1
Ingeniero de Telecomunicación y de la E. S. de E . de Parí s

Continuación (1)

Para la detección de las señales sintonizadas por el único circuito, ha


de prescindirse desde luego del empleo de diodos, porque en estos l a
función es puramente detectora y en los triodos y pentodos la función de-
tectora va unida a la amplificadora, lo que resulta conveniente para e l
receptor que estudiamos, por disminuir los elementos necesarios . Entre e l
triodo y el pentodo conviene elegir el pentodo, porque en él la función am -
plificadora es superior al triodo, dando una amplitud de corriente detectada
más grande ; pero es que, además, e l
pentodo permite, utilizando el montaj e
señalado por Strafford, obtener una de- Ala B.F.

Lección equivalente a la que daría un a


característica que tuviese un punto an-
guloso, que es el caso ideal, para la má s
perfecta reproducción de las señales . El
montaje citado es el de la figura 11, e n
el que en la alimentación de placa s e
intercala una resistencia adecuada y e l Fig. 11
acoplo con la baja frecuencia se hace Montaje para detección lineal por pentodo
por un condensador de paso en seri e
con una resistencia . Si la resistencia de placa está bien calculada, la ca-
racterística corriente de placa-tensión de rejilla, tiene una gran pendient e
(lo que da una gran ampliación) y además es rectilínea, presentando casi
un punto anguloso en su unión con la parte horizontal correspondient e
a la saturación . Fijado el funcionamiento en este punto, por una polariza-
ción conveniente de rejilla, que puede tomarse en una resistencia interca-

(1) Ver números 1 y 2 de RADIOBLECTRICIDAD .

508

/ (I'$ !~,f .~Lk t

lada en la vuelta del negativo de alta tensión, la detección sería de gra n


calidad, y por tanto la señal recibida, cualidad de gran importancia e n
este receptor . Además, con el funcionamiento así establecido, la detecció n
supone una disminución en la corriente de placa, en vez de un aumento, lo
que dará origen a tina economía en el consumo durante la recepción d e
las señales .
Por lo que respecta a !a baja frecuencia, yf teniendo en cuenta que e l
paso ha de funcionar en regimen A, para reducir al mínimo la distorsión ,
conviene también el empleo de un pentodo de preferencia a un triodo ,
porque a igualdad de excitación y, por tanto de señal recibida, la potenci a
suministrada por el primero es más grande y por lo mismo mayor la sen-
sibilidad . Como la potencia de salida viene fijada por las condiciones acús -
ticas de recepción a igualdad de esta potencia, la excitación será meno r
con el pentodo y por tanto la polarización de rejilla, lo que facilita el mon-
taje . Además, el rendimiento—para el máximo de potencia—es superior e n
el pentodo (50 °/° en el límite) a en el triodo (25 °I ° en el límite) para el re-
gimen A ; así que a igualdad de potencia de salida, la consumida por l a
lámpara es menor en el caso del pentodo ; lo que unido al ahorro en e l
consumo que puede obtenerse por el sistema de detección preconizado ,
puede reducirse considerablemente el consumo general del receptor . Po r
lo que afecta a la distorsión, . en particular a la aparición del tercer armó-
nico característico de los pentodos de potencia, habrá que tener cuidado d e
elegir el punto de trabajo y reducir la excitación para no salirse nunca ,
durante el funcionamiento, de la parte rectilínea de la característica di-
námica .

Dificultades legislativas actuales para el empleo de l


Receptor Naciona l

Admitido el empleó che la reacción sobre antena y desde el punto d e


vista legal, ya que hoy día la legislación española prohibe el empleo d e
aparatos dotados de este medio, sería preciso que se derogase , esta pro-
hibición por el propio Estado, al reconocerse la necesidad de utilizar apa-
ratos de este tipo, por ser la mejor forma de resolver el problema de l a
radiorecepción para la inmensa mayoría de la Nación . En cuanto a las in-
terferencias que puedan originarse con la reacción, en las condiciones nor-
males de funcionamiento del aparato, no será preciso forzar ésta hast a
molestar a los receptores próximos ; de todos modos, esto constituye sim-
plemente un problema de adiestramiento del radioyente, pudiendo capaci-
társele para manejar el aparato sin producir perturbación, y estableciend o
severos castigos para los que utilizasen este dispositivo malintencionada -
mente .
flt€aad
Podría, desde luego, buscarse otra solución a base de prescindir de l a
reacción ; la técnica moderna de la construcción de válvulas receptora s
múltiples, hasta ocho electrodos, que realizan simultáneamente diversa s
funciones, constituye un manantial de muchas y muy ingeniosas combi-
naciones . El modelo italiano es una demostración utilísima de estas aplica-
ciones.
Pero toda solución que se pusiera en práctica a base de válvulas múl-
tiples, único medio de evitar la simple detección con reacción, supondrí a
un aumento en el precio. del Receptor Nacional que sería por lo meno s
de un 20 a 25 °I O.

Consideraciones finale s
La industria española tiene la palabra en este aspecto, que juzgamo s
interesantísimo, del Receptor Nacional . Al nuevo Estado español le co-
rresponde, en caso necesario, disponer su implantación, paralelamente a l
establecimiento de la Red Nacional de Radiodifusión .
¿Precio del Receptor Nacional? Hemos hecho un cálculo aproximad o
basándonos en el proyecto de construcción de este aparato ; pero no pue-
de fijarse exactamente el de venta al público, de antemano, sin un estudi o
detenido de los sistemas comerciales y de técnica de la construcción qu e
se implantarían para su fabricación . Pero estimamos que, en ningún caso ,
y con una producción en serie debidamente organizada y controlada, de-
bería rebasarse la cifra de 150 a 175 pesetas, para que puedan satisfacers e
las condiciones que hemos ido enumerando y, teniendo en cuenta los ele-
mentos que han de constituirlo y sus características de funcionamiento .
Habrá ademas ligeras diferencias que no pasarán probablemente de un 1 0
por 100 entre los diferentes modelos que hayan de construirse .
Seguramente los industriales que se lancen a esta patriótica tarea d e
construir un verdadero Receptor Nacional, habrán, llegado el caso, d e
reducir en alguna proporción sus beneficios legítimos normales . Y al mis-
mo tiempo que la industria de fabricación del aparato, deberá implantarse ,
claro está, la fabricación de válvulas para repuesto de éstas, y de pieza s
de recambio .
Y el Estado, por su parte, debería de ayudar si fuera preciso, al finan-
ciamiento de un plan para la construcción y venta de estos aparatos « a
plazos», que es una de las bases principales en que estriba el éxito d e
la difusión del Receptor Nacional por toda España .

NOTA .—Las excepcionales condiciones en que se ha compuesto e impreso este


número han ocasionado un error de ajuste . Los apartados que van a continuación,
deben intercalarse en la página anterior (304) antes del apartado general que comienz a
con (Dificultades legislativas

305
Ver nota al final de la página anterio r

5) Altavoz . 5u alimentación y adaptación .—Por lo que respecta a l a


parte verdaderamente acústica, o sea el altavoz y su alimentación, es clar o
que dado el precio módico del aparato no convendrá utilizarlo del tipo di-
námico, sino del magnético ; pero para obtener la debida calidad, y a fin d e
reproducir bien las frecuencias bajas, deberá tener como mínimo un diá-
metro de 20 a 25 cros . Para la alimentación de este altavoz por un pentodo ,
puede utilizarse, para el modelo de corriente alterna, uno cuya potencia en e l
circuito de placa, en clase A, sea del orden de los 5 vatios, con el que podr á
obtenerse una potencia útil de 1 a 1,5 vatios, suficiente para accionar el alta -
voz en las condiciones de empleo del receptor, teniendo en cuenta el rendi-
miento relativamente elevado que puede esperarse de este tipo de altavo-
ces . En el modelo que haya de funcionar con corriente continua, el rendi-
miento del pentodo para las tensiones más bajas de la red será má s
reducido, por venir limitada ,la amplitud de la corriente de baja frecuenci a
por la condición de que la rejilla no se haga positiva a fin de evitar deforma-
ciones ; por ello, para este modelo, el pentodo utilizado ha de tener má s
potencia en placa, de unos 5 a 6 vatios .
El altavoz, ha de poder soportar ampliaineute la carga equivalente a l a
potencia útil que dé el pentodo para que no haya distorsiones y éste ha d e
tener una disipación anódica del orden de la potencia indicada para l a
entrada .
Finalmente, por lo que respecta a la adaptación del altavoz al pentod o
utilizado, se sabe que la potencia de salida es tanto mayor cuanto má s
grande es la carga ; pero el limite, del que no debe pasarse para evita r
distorsiones inadmisibles viene dado por la relación :

V— v
R =
I

siendo R la resistencia de carga máxima, V la tensión de alimentación d e


placa en C . C ., v el valor mínimo que puede alcanzar la tensión de placa ,
que varía con el pentodo utilizado, é 1 la amplitud máxima de la corrient e
de placa, determinada por la parte rectilínea de la característica del pen-
todo . Conocido el valor máximo de la resistencia de carga, y como quier a
que la impedancia de la bobina del altavoz varía con la frecuencia deber á
hacerse la adaptación de impedancias para una frecuencia del orden d e
1 .000 c/s .
6) Alimentación .—La diversidad de fuentes de energía ha de obligar a
crear distintos tipos de receptores ; debiendo hacerse una diferencia entre e l
receptor para ciudades y para el campo o localidades de poca importancia .

306
a) En el primer caso se precisará un modelo para corriente alterna ,
con entradas para 220, 150, 127 y 110 v . que son las tensiones que se en-
cuentran normalmente en España . Pero el existir aún redes de corriente
continua en algunas poblaciones, obligará a fabricar también otro modelo ,
en la cantidad proporcional ` necesaria, no solo para corriente continua ,
sino más bien de la doble corriente, también con entradas a 220, 150, 127 ,
110 v ., por la necesidad de que el receptor tenga aplicación al substituir l a
red de continua por otra alterna, como se está ya haciendo, paulatina -
mente en muchos lugares.
Para el modelo de corriente alterna creemos conveniente emplear un a
válvula rectificadora biplaca, con lo que a igualdad de porcentaje de zum-
bido a la salida del filtro, se reducirá el coste de éste en mayor proporción
de lo que supone el aumento de valor de la válvula . Para el modelo d e
doble corriente, en que la lámpara ha de actuar como rectificadora o com o
simple resistencia, indistintamente, ha de ser el tipo de monoplaca .
Las tensiones normales en placa de las válvulas de recepción que ha n
de utilizarse corno detectora y amplificadora de baja frecuencia, son de l
orden de 200 v . Para este valor, el consumo máximo en placa del pas o
final será, teniendo en cuenta lo expuesto, en (5), de unos 15 m . a . para e l
modelo de corriente alterna y de 30 m . :a . para el de doble corriente, lo qu e
da, dejando un ligero margen para la detectora, una intensidad de 20 y
35 in . a . como corriente rectificada máxima para las válvulas de alimenta-
ción de los dos modelos citados . Por lo que respecta a la tensión máxim a
por placa de la válvula para rectificadora en el modelo de corriente alterna ,
para una tensión útil a la salida del filtro de 200 v., ha de ser 250 v ., tenien -
do en cuenta la caída de tensión en el filtro, válvula y transformador .
Este también será el valor para la válvula de alimentación del modelo d e
doble corriente, pues ha de poder funcionar directamente conectada a l a
red, sin transformador, para tensiones hasta 220 v ., en algunos casos .
Para los dos modelos de que nos ocupamos, estimamos convenient e
unificar el filtrado, haciéndolo a base de una autoinducción en serie, com o
en el modelo italiano y no de resistencia, como en el alemán, constituyend o
con dos condensadores un filtro de paso inferior, cuya impedancia crece co n
la frecuencia . Para el modelo de corriente alterna, con rectificación de dobl e
onda y una frecuencia de red de 50 p . p. s . la frecuencia para la cual e l
filtro debe empezar a producir atenuación ha de ser inferior a 100 p . p. s.
El porcentaje del zumbido que puede tolerarse a la salida del filtro deber á
ser inferior al 0,5 °lo f lo que conduce a emplear un choque del orden d e
30 henrios (para 20 m . a.) y condensadores electrolíticos de 16 microfora-
dios . Si se quisiera sustituir el choque por una resistencia que produjera
el mismo efecto habría de tener la misma impedancia para la frecuencia d e
100 p. p. s ., lo que exigiría una resistencia de casi 19 .000 ohmios, que daría

307
lugar a una caída de tensión inadmisible en los circuitos de placa . En l o
que respecta al filtro para el modelo de doble corriente, tratándose de un a
rectificación de onda sencilla, se precisarían mayores valores de autoinduc-
ciones y capacidades para obtener el mismo porcentaje de zumbido a la sali -
da del filtro ; pero hay que tener en cuenta que en este modelo (ver fig . 5)('),
se suele colocar un condensador a la entrada de la red, que aplanada corrien -
te alterna de alimentación . Con un condensador de unos 4 microfaradio s
basta, generalmente, para que la componente de corriente alterna que s e
obtuviese utilizando el mismo filtro descrito para el modelo, que sería e n
este caso de un 2,5 °1 ó por ser la frecuencia de 50 c/s, se reduzca a me -
nos del 0,5 °lo estipulado . En este caso del aparato de doble corriente ,
conviene que la válvula de alimentación sea de caldeo indirecto .
En lo que respecta al transformador para el modelo de C . A . ya henio s
indicado las tensiones de entrada y de salida (2 X 250 v .); la potencia que e l
devanado secundario ha de ser capaz ele suministrar es inferior a 10 VA ,
lo que unido al consumo necesario para la alimentación de filamentos, d a
una potencia para el primario del transformador de alimentación de uno s
20 vatios .
Tanto el modelo de corriente alterna como el de doble corriente, han d e
ir protegidos por un fusible en la entrada, intercambiable, y variable segú n
la tensión de trabajo utilizada pudiendo hacerse tres tipos para 110-125 v . ,
150 v . y 220 v .
b) Si los dos modelos antes indicados son necesarios para ciudade s
o poblaciones importantes, no hay que olvidar a la población rural que, e n
su mayor parte, no dispone de suministro de energía diurno, y en alguno s
casos carece de él en absoluto, por lo que es indispensable la creación d e
un modelo de Receptor Nacional alimentado por baterías, si se quiere qu e
dicha población pueda beneficiarse del Servicio Nacional de Radiodifusió n
y que éste llegase a todos los rincones del país, aún a los más apartados ,
llevando a ellos el espíritu de la Nueva España, la instrucción y al mism o
tiempo la distracción . No hay que olvidar que en el desarrollo de los pro -
gramas de la futura Red Nacional de Radiofusión ha de consagrarse pre-
ferente atención a las emisiones especiales para la población rural (emi-
siones escolares ; emisiones para agricultores, etc .); en Italia se ha cread o
ya un Organismo especial «Ente Radio Rurale», encargado de desarrolla r
este importantísimo aspecto de la Radiodifusión, habiéndose llegado in-
cluso a la creación de un aparato receptor especial destinado a captar es-
tas emisiones . Fácil es por tanto comprender la importancia que ha d e
tener en España el empleo del Receptor Nacional para la población rural .
El receptor alemán alimentado por baterías, del primitivo modelo, co n

11) Número 1 de RADI°ELBCTQICIDAD .

308
un circuito de entrada hasta la rejilla de la detectora semejante al de lo s
otros modelos, tenía tres válvulas : una detectora y dos amplificadoras de
baja frecuencia acopladas por resistencias y capacidades . Este modelo ,
tiene la particularidad de utilizar la tensión alterna de la placa del últim o
paso, rectificada, para la polarización negativa de éste ; además, la ten-
sión de placa puede ajustarse al valor deseado .
Posteriormente se ha simplificado el esquema, tendiendo a reduci r
el número de válvulas y por tanto el consumo tomado de las baterías ,
empleando como válvula final un pentodo de baja frecuencia, con el qu e
se. obtiene un efecto equivalente al de los dos triodos ; los modelos d e
válvulas empleadas son modernos, especiales para alimentación por bate -
rías y por tanto con tensiones de filamento y placa reducidas (2 v . y 135 v . )
y asimismo con consumo reducido en placa . A continuación detallamo s
las características de dichas válvulas .

Detectora (triodo )

Tensión de filamento : 2 v .
Corriente de encendido : 0,065 A .
Tensión de placa : 135 .
Polarización de rejilla :—1,5 v .
Corriente de placa : 1,2 m . a .
Pendiente : 0,6 ma/v .
Factor de amplificación : 25
Resistencia interna : 40 .000 ohmios .

Paso de salida (pentodo)

Tensión de placa : 2 v .
Corriente de encendido : 0,15 A .
Tensión de placa : 135 v .
Tensión de pantalla : 100 v .
Polarización de rejilla :—6 v.
Corriente de placa : 8 m . a .
Disipación anódica máxima : 1,5 vatios .
Pendiente : 1,7 m . adv .
Resistencia interna : 100 .000 ohmios .

Con esta válvula de salida puede obtenerse una potencia útil del or-
den de 0,35 vatios ; a este valor habría de adaptarse cuanto hemos indi -

509
cado con referencia al altavoz, siendo lógico que con este receptor d e
baterías se obtenga menor potencia sonora que con los alimentados po r
la red .
Las dos válvulas están especialmente elegidas para tener consumo s
reducidos en las baterías de filamento (0,215 amperios), y de placa (11,8 m .a.)
teniendo en cuenta el consumo de la pantalla del pentodo . Para placa pue-
den, desde luego, emplearse bloques de pilas secas del tipo corriente qu e
admiten una descarga máxima del orden de 20 m . a . y que tendrán un a
duración, en el aparato de que nos ocupamos, de unas 500 horas ; para
filamentos se han construfdo también bloques de pilas secas de 2 v ., tip o
de gran capacidad, que permiten descargas del orden de 1 .000 horas, par a
el consumo de filamento antes indicado (un año a tres horas diarias d e
funcionamiento) .
Nosotros estimamos que, aun dentro del aparato Nacional de alimen-
tación por baterías, podrían realizarse dos tipos : uno como el alemán de l
último modelo, con baterías de pilas secas tanto para placas como par a
filamentos, cuya principal aplicación sería en aquellos lugares tan apar-
tados que en ellos no se dispusiera de red de energía, ni la hubiera en la s
proximidades para cargar los acumuladores de encendido ; pero fuera d e
estos lugares creemos más económico y sobre todo más eficaz utiliza r
una batería de acumuladores para el encendido . que permitiera, al mism o
tiempo, emplear un pentodo de salida de mayor potencia útil para aumen-
tar la sonora obtenida en el altavoz . Podría, por ejemplo, emplearse un a
lámpara de estas características :

Paso de salida (pentodo)

Tensión de filamento : 2 v .
Corriente de encendido : 0,26 A .
Tensión de placa : 155 . v .
Tensión de pantalla : 155 v .
Polarización de rejilla :-15,5 v .
Corriente de placa : 14,5 m . a .
Corriente de pantalla : 3 m, a .
Potencia útil de salida (en clase A) : 0,7 vatios .
Pendiente : 1,4 ma/v .
Resistencia interna : 50 .000 ohmios .

Con el empleo de este pentodo cuya tensión de pantalla es igual a l a


de placa se evitaría además una resistencia de caída de tensión . El con-
sumo en filamentos del receptor a base de una detectora equivalente a l a
reseñada para el modelo alemán y un pentodo de salida como el indicado ,
sería de 0,325 A . y en placa (incluido el consumo de pantalla del pento-
do) de 18,7 m . a . cifra aún por debajo del valor límite que permite el blo-
que sencillo de pilas secas .
La potencia sonora máxima que podría obtenerse con el receptor as í
constituído es doble que con el tipo antes indicado, permitiendo por tant o
una recepción más eficaz ; y para ello bastará que la excitación que recib a
el paso final de la detectora sea solo superior en un 20 °/o, teniendo e n
cuenta la diferencia de pendientes de uno y otro pentodo . Desde lueg o
que con este segundo tipo también se obtendrá una potencia acústica infe-
rior a la de los modelos alimentados por la red .
No es necesario repetir aquí lo dicho respecto al altavoz para los mo-
delos enchufables a la red ; bastará tener en cuenta que el paso final ten-
drá una potencia en placa de unos 2 vatios .
La alimentación de placas, podría hacerse a base de un bloque d e
pilas secas corriente de 150 v ., tomando 135 v. para placas y 13,5 v . para
la polarización, con el que podría obtenerse una duración de cerca de 4
meses para un promedio de tres horas diarias de audición .
En lo que respecta a la alimentación de filamentos, creemos adecuad a
una batería de acumuladores, tipo pequeño, de unos 15 A . H . de capaci-
dad en descarga lenta, con la que podría obtenerse un funcionamient o
de 15 días, para la media de 3 horas diarias antes indicada .
Un punto al que debe prestarse especial atención si se quiere obtene r
con el Receptor Nacional de baterías, del segundo tipo descrito, la efica-
cia necesaria, consiste en organizar cuidadosamente el servicio de carg a
y substitución de la batería de encendido . En algunos casos de poblacio-
nes rurales que tienen central propia de energía a base de corriente conti-
nua, pero sin que el servicio sea lo suficientemente estable y seguro par a
permitir la alimentación por aquélla del receptor, está muy indicado el tip o
descrito con un pequeño suplemento o cuadro, para la carga del acumula-
dor, simplemente intercalando una lámpara de alumbrado, que podrí a
emplearse fuera de las horas de emisión . Pero en el caso general, bie n
cuando la red sea de corriente alterna, pero no adecuada para su em-
pleo directo o cuando no la haya, en los que es forzoso acudir al recep-
tor de baterías, es necesario organizar centros de carga de éstas dond e
podría hacerse para todos los aparatos situados dentro de una ciert a
zona.
Reuniendo así gran número de baterías, la carga se haría por un pro-
cedimiento sencillo y a precios reducidísimos . En efecto, admitiendo un a
intensidad de carga de 1 amperio para estas baterías y un rendimient o
en A . H. de 90 °/° y empleando en el centro rectificadores conectados a la

b11
red de alterna que diesen una salida en corriente unidireccional con ten-
sión media de 100 v ., podrían cargarse hasta unas 30 baterías en serie ,
resultando por tan do a muy pocos céntimos, a menos de cinco, el coste d e
carga por batería ; a esta cifra habría que añadir los gastos proporciona -
les de organización, transporte y distribución de las baterías, que podría n
también ser muy reducidos al encargarse el Estado de efectuar este ser -
vicio, utilizando funcionarios de los servicios públicos y elementos d e
éstos .
7) Mandos.—Dada la sencillez obligada del aparato han de queda r
reducidos al mínimo . Para la parte de alta frecuencia : reacción, sintonía y
cambio de margen de ondas, y para la parte de alimentación ; interrupto r
de puesta en marcha . Independientemente de esto, han de poder ser varia-
bles : la toma de antena ; la conexión a la red (para los aparatos enchufa-
bles a ésta) y la regularización del zumbido en el modelo de corriente al -
terna .

Pliego de condiciones para la construcción del Recepto r


Naciona l

Como resumen de lo expuesto anteriormente pueden fijarse las si-


guientes condiciones principales a que debe satisfacer el Receptor Na-
cional :

A).—Tendrá dos bandas de ondas : de 198 a 580 ni . y de 1 .100 a


1 .900 m .

B).--En lo que se refiere a sensibilidad, con una antena exterior d e


15 a 25 m . de desarrollo en la parte horizontal, deberá proporcionar un a
audición suficientemente intensa en una habitación de dimensiones medias ,
con intensidades de campo de 0,5 mv/m . en la banda de ondas media s
(hectométricas) y de 1 mv/m . en la de ondas largas como mínimo .

C).—Para la selectividad, y en la banda de ondas medias, ha de po-


der separar perfectamente dos emisiones correspondientes a dos estacio-
nes cualesquiera de la Red Nacional, con las ondas asignadas a éstas, y
con intensidades de campo del mismo orden . Además deberá poder sepa-
rar perfectamente cualquier emisión de las estaciones de la Red Naciona l
de las de estaciones contiguas (diferencia de frecuencia 9 kc/s) del extran-
jero, en el límite de la zona de audición agradable de aquéllas, con la rela-
ción señal/parásito que corresponda a cada caso particular .

312
Por lo que se refiere a la separación de las emisiones de onda medi a
y de onda larga, debe poder efectuarse para una relación de intensidade s
del orden de 18/1 (24 db .) entre la onda larga y el centro de la banda d e
las ondas medias .

D) .—El circuito ha de ser a base de dos válvulas, una de ellas detec-


tora con reacción regulable . Tendrá des bandas de ondas (medias y lar -
gas), con dos autoinducciones en paralelo para las primeras, accionándos e
por un conmutador, y un solo condensador variable . El circuito de antena
tendrá tres tomas, una para onda larga y dos para ondas medias (200 a
300 m . y 300 a 400 m .) a base de que se utilice una antena de las dimen-
siones indicadas .
La detección se hará por pentodo según el montaje Strafford (lineal )
en los modelos enchufables a la red y por un triodo en los tipos de bate -
rías .
Para la baja frecuencia se utilizará un pentodo funcionando en clase A .

E).—El altavoz ha de ser del tipo magnético de 20 a 25 cm . de diá-


metro ; para su alimentación (paso final) se empleará un pentodo de 3 va-
tios de disipación anódica en el modelo de corriente alterna y de 5 a 6 va-
tios en el de doble corriente . En el caso de alimentación por baterías, di -
cha disipación será de 1 vatio en el tipo que emplee baterías de pilas seca s
de gran capacidad para filamentos, y de 2 vatios cuando se utilicen acu-
muladores para el encendido .
La adaptación del altavoz al pentodo se hará a 1 .000 c/s . Las carga s
que deberá soportar el altavoz, sin distorsión, serán, respectivamente : 1'5
1'5, 0'35 y 0'7 .

F) .—Se construirán tres modelos de receptores :


1. Para alimentación por red de corriente alterna con tensiones d e
220, 150, 127 y 110 v ., válvula rectificadora biplaca (2 X 250 v . 20 m . a .),
filtro a base de una célula en it que reduzca el zumbido a menos del 0,5 °lo
y transformador de conexión a la red de 20 vatios .
2. Para alimentación con redes de corriente alterna o continua indis-
tintamente, con voltajes de 220, 150, 127 y 110 v ., válvula de alimenta-
cion monoplaca (250 v . 35 m . a .) filtro como en el modelo anterior a más
de un condensador de 4 microfaradios (600 v . de prueba) a la entrada d e
la red.
3. Para alimentación por baterías :
1 .° Con baterías de pilas secas de 2 v . y 150 v . para filamentos y
placas, modelos de gran capacidad para 1 .000 horas a 0,215 amperios y
corriente para 20 m . a . máximo, respectivamente .

31á

2.° Con baterías de acumuladores de 2 v . 15 AH para encendido y


de pilas secas de 150 v. (20 m . a. máximo), para placas .
Todas los modelos llevarán un interruptor de puesta en marcha . Los
(1) y (2) llevarán además fusibles intercambiables de protección para
110-125, 150 y 220 v . y el (5) interruptor de baterías y fusible para baja
tensión .

G .—Llevará cuatro mandos en la parte delantera : reacción, sintonía ,


cambio de margen de ondas y conmutador de puesta en marcha . Y en l a
parte posterior, en el chassis : tomas de antena y tierra, variación de l a
+ensión de entrada de la red y regulación del zumbido .

NOTA .—Según se explica en la nota del final de la página 305, continúa est e
trabajo en la página 304 en el apartado Dificultades legislativas actuales para el
emplk o d Receptor Nacional y termina eh la página 305 con el apartado «Conside-
raciones finales», último del artículo .

Núm. 3 .—1938 .—III Afio Triunfal. Archivo : Tomo 111.—Difusión, Receptore s

514
Un multiplicador d e
electrone s
por

F. G rcia Amo
Ingeniero de Telecomunicació n

Desde que la válvula electrónica empezó a formar parte de las instalacione s


radioeléctricas, primero como elemento detector y más tarde como amplificado r
y productor de oscilaciones, ha sido tal su papel en esta materia, que tod o
el desarrollo práctico de tan importante rama del progreso ha dependido en gra n
manera de los perfeccionamientos y mejoras logrados en la fabricación de vál-
vulas, hasta el extremo de que se podría seguir la historia de los últimos año s
de la radiocomunicación, con sólo enumerar los progresos alcanzados en l a
fabricación de este vital elemento y su diverso empleo . Así vemos que, con l a
válvula de Fleeming, empiezan los grandes alcances en radiotelegrafía ; la radio -
telefonía se hace viable tan pronto como se pudieron obtener válvulas triodo d e
regular funcionamiento ; la posibilidad de grandes amplificaciones se obtiene co n
las tetrodo y pentodo ; los montajes heterodinos se realizan gracias a la exacti-
tud de funcionamiento de las nuevas válvulas, así como los de regulación d e
volumen que tan agradables hacen las audiciones radiofónicas ; y por último, l a
televisión, en ensayo desde 1906, no adquiere realidad práctica hasta que s e
empiezan a fabricar válvulas fotoeléctricas de gran sensibilidad y las moderna s
válvulas termoiónicas permiten las grandes amplificaciones necesarias en est e
servicio . Igualmente podría juzgarse de la importancia de las válvulas en el pro-
greso de la radio con sólo leer las reseñas de las diversas exposiciones de ra-
diotecnia que se celebran anualmente, en las que lo más importante de las infor-
maciones suele estar dedicado a describir los nuevos tipos de válvulas .
Los esfuerzos se vienen encaminando a la obtención de un gran coeficient e
de amplificación que permita disminuir el número, etapas sin la producción d e
armónicos, ni oscilaciones perjudiciales .
A ello se oponen, entre otras causas exteriores, las originadas en la propi a
válvula como consecuencia de su capacidad interna, la carga de espacio y la emi-
sión secundaria, que se han ido subsanando por el empleo de rejillas especiales :
de blindado, de carga de espacio y supresora respectivamente .
En este artículo nos proponemos tratar de la emisión secundaria y veremo s
cómo la constancia y trabajo de los hombres de ciencia ha convertido en elemen-
to útil lo que antes era un motivo de perturbación .

315
Los electrones desprendidos del cátodo por cualquiera de los procedimien-
tos térmico, lumínico, etc . y atraídos por el campo eléctrico creado por el ánodo ,
adquieren una velocidad expresada por la fórmul a

v= V2 meE
siendo e la carga eléctrica de un electrón (1,591 X 10—20 en U . E . M .) m
28
su masa en reposo (9,035 X 10- grs ) ; E la diferencia de potencial en U . E . M . ,
y v la velocidad expresada en centímetros por segundo, lo que corresponde a
una velocidad de 5 .930 kms . p . s . para una diferencia de potencial de 100 voltios .
Al quedar bruscamente retenidos por su choque con la placa, los electrone s
pierden la energía cinética adquirida

W=2mv2
transformándose una parte de dicha energía en calor que produce la elevació n
de temperatura en la placa, y otra parte se gasta en aumentar la energía de lo s

.--±1
E2 3

Fig . 2
Sentido de la desviación de electrones some -
Fig . 1 tidos a un campo magnético
Cuando la corriente is ea superior a ii ,
en el circuito DA hay una corriente d e
sentido inverso

electrones en la superficie del metal o muy próximos a ella, los cuales al rompe r
su equilibrio interno, son desprendidos del núcleo atómico correspondiente y
venciendo la fuerza que a él los retiene, salen de la placa con velocidades varia-
bles . A estos electrones así desprendidos, se les llama secundarios y a su con -
junto emisión secundaria .
Al salir de la placa los electrones se encuentran bajo la acción del potencia l
positivo de ésta, que los atrae para volver a caer de nuevo sobre ella, formand o
así una nube de carga negativa próxima a la superficie, que frena la velocida d
de los electrones emitidos por el cátodo ; pero si en la válvula existe otro po-
tencial positivo con relación al del cátodo, los electrones secundarios se dirigen
hacia el positivo más elevado, y si su número es mayor que el de los electro-
nes primarios recibidos, puede dar origen a una corriente de sentido inverso e n
el circuito de placa, como se ve en la figura 1 Sj _ en este esquema ; suprimimos

$t6

'
, Ir .1 ' ,/. i '
1 ,

la conexión de la placa 13, la corriente circulará en el sentido DA ; pero una ve z


conectada 13, la corriente entre D y A podrá seguir el mismo sentido, anularse o
invertirse, según que la emisión secundaria sea menor, igual o mayor que l a
primaria recibida en A . Este caso se presenta a veces en las válvulas tetrod o
con rejilla pantalla, y de ahí la necesidad de emplear la pentodo con rejilla su-
presora para las grandes amplificaciones de potencia .
Compton y Langmuir han resumido así sus observaciones sobre la emisió n
secundaria :
El número de electrones secundarios desprendidos por cada electrón pri-
mario depende en gran manera de las condiciones físicas de la superficie bom -
bardeada . Si ésta está pulimentada y exenta de gases ocluidos, puede emitir u n
máximo de 1 a 1,5 electrones secundarios por electrón primario recibido . Un a
superficie esmerilada o en la que no se hayan eliminado bastante los gases ,
puede emitir hasta 3 ó 4 ; y si aquélla se cubre con una película de un metal elec-
tropositivo, se puede alcanzar un máximo de 8 a 10 .
Su número va aumentando desde cero hasta los máximos antes indicados ,
a medida que aumenta la velocidad de los electrones primarios, que como sabe-
mos depende de la tensión aplicada, hasta los 600 voltios y después disminuy e
a medida que aumenta la velocidad .
Los electrones secundarios salen de la superficie en todas direcciones co n
velocidades variables, pero siempre menores que las de los primarios .
Los clec rones secundarios atraídos por una placa cargada positivament e
con relación al punto de partida, se conducen como electrones primarios, pu-
diendo dar origen a una nueva emisión secundaria .
Estas reglas, conocidas desde muy antiguo, no habían recibido más aplica-
ción que la del dinatrón inventado por Hull .
Antes de entrar en la nueva aplicación de la emisión secundaria en el mul-
tiplicador de electrones, conviene recordar que un electrón en libertad sometid o
a la acción de un campo eléctrico de intensidad B, se mueve según la direcció n
de éste, con una fuerza igual al producto en la intensidad del campo por la carg a
electrónica .
La corriente electrónica puede asimilarse a una corriente eléctrica de inten-
sidad i = e v, teniendo e y v la significación que antes le hemos dado . Esta co-
rriente, bajo la acción de un campo magnético de intensidad H, se halla sometid a
a una fuerza

F=Hi sena -Hev sen a


dirigida normalmente al plano determinado por v y H, siendo a el ángulo for-
mado por v y H (fig . 2) .
Esta fuerza normal a la trayectoria del electrón no puede modificar su velo-
cidad ni su energía cinética, pero sí produce una incurvación en su trayectoria ,
con un radio de curvatura, dado por la fórmula

m v
e H sen a

517
Partiendo de estos principios, y tomando como base el tipo propuesto po r
Slepian, recientemente ha construido Zworykin un multiplicador de electrone s
que según las informaciones que tenemos, puede llegar a ser un poderoso com-
petidor de las válvulas amplificadoras actualmente en uso .
Se compone de dos series de placas cól,ocadas paralela y simétricament e
una enfrente a la otra según se ve en la figura 3 . La serie superior sirve única-
mente para crear un campo electrostático transversal entre las dos series d e
placas . A este fin cada una se mantiene a un potencial positivo con relación a s u
compañera inferior .
Las placas inferiores construidas de plata oxidada y cubierta su superfici e
interior con una capa de cesio, constituyen las emisoras secundarias para l o
cual cada una se mantiene a un potencial positivo con i elación a la anterior e

Placas de emisión secundari a


Fig .
Principio del multiplicador de electrone s

igual a la superior precedente . Un campo magnético normal al eje del tubo y a l


campo eléctrico creado entre las placas (fig . 4) constituye el conjunto del equipo .
Los electrones desprendidos del cátodo son atraídos por el potencial posi-
tivo de la placa A (fig . 3), pero bajo la influencia del campo magnético, conve-
nientemente calculado, sufren una incurváción en su trayectoria de manera qu e
vienen a caer sobre la placa B, dando lugar a la proyección de electrones secun-
darios que atraídos por la C, y desviados por el campo magnético, van a caer
sobre la placa D y así sucesivamente, hasta el final que son recogidos en l a
placa colectora . Si a es el número de electrones secundarios por electrón pri-
mario en cada una de las placas y n el número de éstas el total de electrone s
recogidos en la colectora, será an y una intensidad de corriente l o salida de l
cátodo, se convertiría en 1 — lo an , que como se ve crece extraordinariamente
con el número de etapas de multiplicación .
La fabricación de estos tubos requiere un gran esmero en la colocación d e
de las placas para que éstas mantengan un perfecto paralelismo y que el camp o
eléctrico sea lo más uniforme posible ; su separación ha de ser pequeña par a
aumentar la intensidad de campo sin necesidad de emplear tensiones muy eleva -
das, pero no tanto que los efectos de la carga espacial impidan el movimiento d e
los electrones . La separación mínima fijada es la mitad de la distancia entre lo s
centros de dos placas consecutivas . Para conservar la rigidez de las placas ,
éstas van montadas en dos láminas de mica verticales ; con esto se consigue ,
además, evitar la dispersión lateral, porque las cargas negativas acumuladas e n

318
la superficie producen un efecto de repulsión que obliga a los electrones a cae r
sobre el espacio útil de la placa siguiente, quedando, por decirlo así, canalizado s
en el prisma comprendido entre las dos series de placas y las dos lámina s
de mica .
La capacidad existente entre la placa colectora y las emisoras, produce e l
mismo efecto que en una válvula triodo cuando se emplea con gran amplifica-
ción, es decir que puede dar lugar a oscilaciones ; y lo mismo que en ésta s e

Fig . 4
Flujo electrónico sometido a un campo magnético

disminuyó considerablemente aquella acción perjudicial, intercalando la rejilla


pantalla, que caracteriza a la tetrodo ; también en el multiplicador de electrones ,
se ha intercalado una rejilla pantalla, como se ve en la figura 5, que evita qu e
las variaciones de tensión de la placa colectora reaccionen sobre las anteriore s
dando lugar a oscilaciones ; con ello se pueden alcanzar grandes amplificacione s
sin ningún efecto de reacción apreciable .
Con la disposición descrita del multiplicador, la amplificación sólo está limi-
tada por la temperatura a que puedan llegar las placas por efecto del calo r
desarrollado al chocar los electrones sobre ellas y por la saturación del espaci o

1i 1 1

Resistencias interiores
Fig . 5
Esquema de conexiones del multiplicador de electrone s

comprendido entre las últimas . Hasta ahora se han construido válvulas con 1 2
pasos de amplificación sin alcanzar esos límites previstos .
El gran número de placas que lleva el multiplicador exigiría una montur a
muy complicada con igual número de conexiones, y al objeto de simplificarlas ,
se fabrican las válvulas con algunas de ellas establecidas interiormente . Así po r

319

ejemplo, cada plac- inferior va unida a la superior precedente, como se indic a


en línea de trazos con la figura 5 . Los cinco primeros pasos de amplificación ,
van unidos entre sí por medio de un potenciómetro instalado en el interior de l
tubo, lo que se puede hacer sin ningún inconveniente por ser muy pequeña l a
intensidad que circula en estas primeras etapas . El resto de la instalación s e
completa con un potenciómetro exterior .
El campo magnético necesario para la desviación electrónica, se crea po r
medio de un imán permanente entre cuyas expansiones polares va colocado l a
válvula multiplicadora .
Hasta ahora, la principal aplicación que ha recibido este nuevo elemento, e s
el de amplificador fotoeléctrico en las estaciones emisoras de televisión para l o
que se presta muy bien por la analogía existente entre las superficies de emisió n
secundaria y las fotoeléctricas . Su curva de amplificación es constante par a
todas las frecuencias y es capaz de soportar una gran intensidad de salida . Un a
válvula con 12 pasos de amplificación puede dar 10 amperios por lumen y
resulta de un tamaño un poco mayor que el de una válvula ordinaria de recepto r
radiofónico . Es muy estable en su funcionamiento, dando una separación de 5 0
a 200 veces entre la señal y el ruido de fondo, aún para intensidades de lu z
extremadamente débiles .
Con igual éxito se viene aplicando a la reproducción del sonido en el cin e
sonoro, con economía del número de válvulas por reunir en una sola, la d e
emisión fotoeléctrica y las amplificadoras .
En cambio los ensayos efectuados para aplicar el artificio multiplicador a la s
válvulas termoiónicas con rejilla de mando, no ha dado tan buenos resultados .
Se ha conseguido una gran sensibilidad, pero a condición de no utilizar má s
que una pequeña parte de la corriente catódica . No obstante, . los ensayos conti-
núan y es prematuro enjuiciar sobre las futuras aplicaciones de la nueva dispo-
sición, aunque sólo con lo expuesto es fácil comprender que puede llegar a se r
un poderoso rival del amplificador termoiónico que hasta ahora ha ocupado u n
puesto indiscutible en los dominios de la Radiotecnia .

Núm. 3.—1938 .—111 Año Triunfal . Archivo : Tomo 11 .—Electrónic a

320
La Radio sin cálculo s
Esta Sección va especialmente dirigida al aficionado principian -
te, carente de suficiente preparación matemática, pero estamos segu -
ros de que al técnico, en todas sus diferentes modalidades, desde e l
operador al ingeniero pasando por las diversas clases de mecánicos ,
ha de prestarles una excelente utilidad, porque les servirá, como a lo s
principiantes, para proyectar los circuitos radioléctricos rápida y
cómodamente, y para comprobar en estos resultados gráficos, lo s
valores encontrados con sus cálculos, muchas veces complicados y
siempre laboriosos.
Por esta Sección irá desfilando toda la radio en forma de ábaco s
o nomogramas de fácil aplicación . Les bastará al lector familiarizar-
se—y esto lo conseguirá rápidamente—con la lectura de curvas o
gráficas para obtener, sin fórmulas complicadas, las característica s
de los elementos de los circuitos que proyecta o se propone obtener .
No vamos a describir cómo se deducen _estos nomogramas, o
cómo se transforman las fórmulas en gráficas, porque esto desbor-
daría los límites de divulgación que necesariamente ha de enmarca r
esta Sección . Pero el ingeniero y el técnico estudioso hallarán e n
nuestras gráficas una orientación y una idea de dimensión a que refe -
rir sus estudios teóricos y no desviarse o perderse en el fárrago d e
operaciones en las que un error pequeñísimo en el principio se agran -
da en las sucesivas manipulaciones numéricas y conduce mucha s
veces a errores finales verdaderamente considerables .

321
La Radio sin cálculo s
po r

OR,iFO S

La mayor parte de los problemas de la radio, pueden traducirse e n


curvas o ábacos de interpretación bastante fácil aun para los no iniciados .
Con estas curvas el aficionado puede resolver rápidamente gran númer o
de cuestiones en que los cálculos, además de exigir conocimientos espe-
ciales, ocuparían mucho tiempo y están expuestos a las equivocaciones
propias de su mecanismo .
La Radio sin cálculos llenará pues un gran vacío en esta moderní-
sima ciencia, ayer en la infancia, y hoy en pleno desarrollo de aplicació n
práctica, de estado industrial .
La falta de exactitud propia del cálculo con gráficas no afecta, e n
general, a los resultados prácticos y queda muy compensada con la rapi-
dez y comodidad al obtener los resultados y con la disminución de pro-
balidades de equivocaciones importantes .
No importa que de momento el aficionado maneje microfaradios ,
milihenrios y kilociclos sin conocer a fondo el significado de tales expre-
siones, al igual que no es dificultad que ignore lo que se entiende por tensió n
y kilovatio para utilizar el calor que produce la electricidad en la planch a
eléctrica, o el aire producido por el movimiento de un ventilador .
El aficionado se familiarizará con estos nombres, se acostumbrará a
ver su variación y llegará fácilmente a intuir leyes que acuciarán su ansia d e
saber y lo llevarán como de la mano a leer las otras secciones donde
encontrará la explicación completa de los fenómenos en que esta secció n
lo habrá iniciado .
En este mismo artículo, al examinar más adelante la gráfica de fre-
cuencias y longitudes de onda, deducirá sin esfuerzo mental alguno, la
idea de que ambas magnitudes varían en sentido inverso, es decir que a
medida que crece la frecuencia disminuye la longitud de onda, y recípro-
camente, que a medida que aumenta la longitud de onda disminuye l a
frecuencia .

522

Cuántas veces el aficionado de escasos recursos se ha encontrad o


con materiales buenos y baratos en puestos de lance que no ha sabid o
acoplar . «Dispongo de un condensador de 0,25 microfaradios y no sé qu e
bobina emplear para construirme un aparato que reciba tales o cuale s
ondas», me decía un aficionado .
Estas y otras muchas consultas que hemos recibido a través d e
nuestra experiencia nos ha llevado a desarrollar esta Sección, en la que ,
no solo utilizaremos materiales nuestros, sino naturalmente, los mucho s
y valiosos que la experiencia de los más importantes laboratorios radio -
eléctricos del mundo, ha plasmado, no para vulgarizar, sino para facilita r
una herramienta utilísima de trabajo eficaz, para uso de los ingenieros y
subingenieros de las fábricas .
En una tabla de multiplicar pitagórica, para hallar el producto -4 X 5

o 4 3 6 7 6 g io

Fig . 1
Determinación de un punto por su s
coordenadas

buscamos el 4 en la primera columna de la izquierda y el 5 en la primer a


fila de arriba . A partir del 4 seguimos hacia la derecha la fila que él enca-
beza y a partir del 5 descendemos por la columna que él empieza y el nú-
mero 20 que hallamos donde se encuentran, columna y fila, es el producto .
Para encontrar un punto hemos recorrido dos distancias a partir d e
otro punto ; una horizontal y otra vertical o, al revés, una vertical y otra ho-
rizontal, pues el mismo resultado habríamos obtenido . Al punto de partid a
se le llama origen, a la distancia recorrida verticalmente ordenada y a la
distancia recorrida horizontalmente abcisa ; ambas distancias conjunta -
mente se llaman coordenadas del punto .
Si, pues, trazamos dos rectas perpendiculares entre sí (fig . 1) y lla-
mamos x a la horizontal, y, a la vertical y 0 al punto donde se cortan ten-
dremos los llamados ejes de coordenadas : 0 origen de coordenadas por-
que a partir de 0 se cuentan las distancias, x, eje de abcisas porque en él ,
a partir de 0, se cuentan las distancias horizontales é y, eje de ordenadas ,
porque en él se cuentan las distancias verticales. Si queremos hallar l a
posición de un punto c que tenga por ordenada 2 centímetros y por abcis a

~2b

3 centímetros, buscaremos la división 2 en el eje de las ordenadas llamad o


de las y, y la división 3 en el eje de las abcisas, llamado de las x ; por am-
bas divisiones trazaremos las rectas 2-a y 2-b y el punto c donde se en-
cuentran es el punto buscado .
Estas explicaciones harán casi obvia la explicación del primer nomo-
grama de la radio .
Velocidad, frecuencia y longitud de on ja .—El primer problema d e
radio con que se enfronta todo aficionado ante un programa de emisione s
es la conversión de longitudes de onda en kilociclos ; unas emisoras anun-
cian sus programas en longitudes de onda, otras en kilociclos (llamada s
kilohertzios por los alemanes en honor a Hertz) y otras, en fin, en amba s
magnitudes .
La solución numérica es muy fácil conociendo la relación que une a
ambas cantidades . Esta relación es :

velocidad de propagació n [1 ]
Longitud de onda = -
frecuencia

La longitud de onda se da en kilómetros o metros .


La velocidad de propagación de las ondas es de 500 000 kilómetro s
por segundo .
La frecuencia en ciclos o período por segundo .

Así, a una frecuencia de 100 .000 ciclos por segundo corresponder á


una longitud de onda d e

300 .000
Longitud de onda = = 3 Km .
100.000
(en Km .)
y si quisiéramos expresar la longitud de onda en metros bastaría reduci r
la velocidad de las ondas a metros y tendríamo s
300.000 .000
Longitud de onda = = 5 .000 metros .
100.000
(en metros )
Si la frecuencia fuera doble, es decir, 200 .000 ciclos por segund o
tendríamos
300.000.000
Longitud de onda = 200 .500 metros
.000 = 1
(en m .)
es decir a doble frecuencia corresponde una longitud de ondas mitad .

X24

Inversamente, si se nos diera la longitud de onda, hallaríamos la fre-


cuencia del siguiente modo :
De la igualdad [1] se deduce qu e

velocidad de las ondas


Frecuencia =
longitud de ond a

y para una longitud de onda de 1 .500 metros tendríamos una frecuenci a

300 .000 .000


Frecuencia = = 200 .000 c/s (ciclos segundo) .
1 .500
(en ciclos/segundo )

Si se quiere expresar la frecuencia en kilociclos, basta dividir lo s


ciclos por 1 .000 por ser 1 kilociclo = 1 .000 ciclos .
Estos cálculos son facilísimos, pero exigen hacer una pequeña opera-
ción para cada caso y pueden evitarse todas las operaciones numéricas y
disponer además en pequeño espacio la solución de todos los casos inte-
resantes, transformando en gráfica las fórmulas o igualdades anteriores .
La figura 2 representa este ábaco para el cambio de longitudes d e
onda (expresadas en metros), en frecuencias (expresadas en kilociclos) .
Las frecuencias se han tomado en el eje de ordenados (vertical) y van
desde 100 a 30 .000 kilociclos por segundo (100 .000 a 30 .000 .000 ciclos por
segundo) y las longitudes de onda se han tomado en el eje de abcisa s
(horizontal) y van de 10 a 5 .000 metros .
Para encontrar la frecuencia que corresponde a una onda de 30 0
metros se buscará en el eje de abcisas o de longitudes de onda la divisió n
marcada con el número 300 y se seguirá la vertical que sale de esta divi-
sión hasta encontrar la gráfica o recta inclinada y siguiendo, hacia l a
izquierda, la horizontal que pasa por este punto de encuentro hallaremo s
escrito el número 1 .000 en el eje de ordenadas .
Este número 1 .000 kilociclos es la frecuencia pedida .
De igual suerte hallaríamos que a las ondas de :

50 metros de longitud corresponde una frecuencia de 6 .000 kilociclos .


100 » » » » » de 3 .000 »
200 » » » » » de 1 .500 »

Obsérvese como comprobación que en todos los casos el product o


de la longitud de onda por la frecuencia es igual a 300 .000 es decir la ve-
locidad de propagación de las ondas electromagnéticas .

32 5

Para encontrar la longitud de onda que corresponde a una frecuenci a


dada, por ejemplo de 1 .000 kilociclos, se buscará en el eje de ordenada s
(vertical) o de kilociclos la división marcada con el número 1 .000 y se
seguirá la horizontal que sale de esta división hasta encontrar la gráfic a
o recta inclinada y siguiendo hacia abajo la vertical que pasa por est e
punto de encuentro hallaremos el número 300 en el eje de ordenadas y
este número es la longitud de onda en metros buscada .

3.0 • 0E1111•■■•1111■■111■■~IIi■■■■1■■111■■113 11Z


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100
b 20 JO 4030 116 200 3..0000 WM t6W J000

LONGITUD DB ONDA EN METRO S

Fig . 2
Los puntos de la recta inclinada indican los valores de frecuenci a
y longitud de onda que se corresponden

Del mismo modo encontraríamos que a las frecuencias :


6 .000 kilociclos corresponde una onda de 50 metros .
5.000 » » » » de 100 »
1 .500 » » » » de 200 »
Obsérvese igualmente que el producto de la frecuencia por la longitu d
de onda es igual a 300 .000, es decir la velocidad de propagación de la s
ondas electromagnéticas .
Si se han de emplear cantidades que no figuran en el gráfico, per o
que están comprendidas entre dos de las que allí aparecen, se utilizará n
las líneas sin numerar que representan valores intermedios .
Si tampoco coinciden los valores con los de estas líneas se intercala-
rán, a vista, entre las dos líneas que comprendan el valor con que se opera .

326

íi l,•1(~ .k l '

Recomendamos al principiante que haga muchos ejercicios par a


acostumbrarse a manejar con facilidad este sencillísimo ábaco .
Más sencilla es aún la interpretación de los tres ábacos que represen -
tan las figuras 3, 4 y 5 . Constan cada uno de una sola recta vertica l

Ondas cortas Ondas medias Ondas larga s

30000 10 500 600


65 0
70 0
400 75 0
1- 800
850
20000 -4- 15 900
050
300 1000

15000 if 20

iv

I
o
250
25
0-( o
200 1500
X w
Y G
z
aD 10
o 1000 -j-- 300
10000 30
z
o 000
9000 150 2000
3s G 35 0 ,
~333
~~
8000 - F
– 400
40 z
°
o
7000
45

6000 50 100 300 0

55

5000 CO
Fig . 4
65 -a - 4000
70 Fig . S
4000 - 7 5
80
85
90
95
3000 100

Fig . 3,4yi5
Correlación entre frecuencias y longitudes de ond a

que lleva dos divisiones o graduaciones a ambos lados de la misma . La


de la izquierda expresa la frecuencia en kilociclos y la de la derecha l a
longitud de onda en metros.
32 7

El ábaco de la figura 5 sirve para las ondas cortas o comprendida s


entre 10 y 100 metros o 50 .000 y 5 .000 kilociclos ; el de la figura 4 sirv e
para ondas medias o comprendidas entre 100 y (00 metros de longitud o
5.000 y 500 kilociclos y el de la figura 5 se emplea para las ondas lar -
gas o comprendidas entre 600 y 4 .000 metros o 500 y 75 kilociclos de fre-
cuencia .
En cada ábaco las longitudes de onda aumentan de arriba a bajo y
las frecuencias disminuyen en el mismo sentido, o aumentan en el sentid o
opuesto .
Así, para saber la frecuencia que corresponde a una longitud de ond a
dada, por ejemplo de 15 metros, se buscará 15 en la escala de las longitu-
des de onda y el número que se encuentre a su izquierda en la escala d e
frecuencias es le pedida ; 20.000 kilociclos en nuestro ejemplo .
Circuitos oscilantes .—Todo circuito oscilante está integrado por re-
sistencias, capacidades y autoinducciones, llamadas constantes del cir-
cuito, pero no es indispensable que las tres existan en el mismo circuito ,
sino que puede faltar algunos de ellos, es decir que la 'autoinducción sea
despreciable o que la capacidad no exista, etc .
Convendrá, pues, estudiar separadamente cada una de estas constan -
tes ; empezaremos por la resistencia, y antes de considerarla aisladamente
examinaremos la ley de Ohm .
Ley de Ohm . —Esta ley relaciona las diferencias de potencial con l a
intensidad de la corriente que circula por un conductor y con la resisten-
cia de éste y dice qu e

de potencia l [2]
Intensidad = diferencia
resistenci a

las intensidades se miden en amperios, la diferencia de potencial en voltio s


y la resistencias en ohmios .
Estas unidades tienen múltiplos y submúltiplos y se dic e

milivoltio = 1/1 .000 de volti o


microvoltio = 1/1 .000 .000 de volti o
megohmio = 1 .000 .000 de ohmio s
miliamperio = 1/1 .000 de amperio .

Si, pues, deseamos conocer la intensidad que pasa por un circuito de


100 ohmios de resistencia cuando se le aplica una diferencia de potencia l
de 125 voltios tendremos

328

125
Intensidad = = 1,25 ;amperios.

Del mismo modo se puede determinar la diferencia de potencial que :ha-


brá entre dos puntos . Si en 100 ohmios de resistencia pasa una corrient e

»)/I`io5 Ohmios /'1/»i/re 2 s


-2oa0oo
400-- _

-3
--/00.000
300 -8000 0
_
— 60.000 -4
- 50.O00
200-- -40. 000
— 50.00 0
/50 —
-20.000

/00— — /0. 000


90 — 8.000
80 -6.00o
70 — — 5.000
— 4 000 — /5
60 —
— 3.00o
50 — -20
-2.000
40 —

-30
/.000
40 - 80 0
- 600 -40
- 500
20 — 40 0 -5Ó
— 300
-60
/5 ` — 200 -70
-8 0
90
/0 — -- /00 /00

Fig . 6
Abaco para aplicación de la ley de Ohm . En una recta cualquiera se halla n
los valores de tensión, intensidad y resistencia que cumplen dicha ley ,
medidos en voltios, miliamperios y ohmios respectivamente .

de 1,25 amperios de intensidad, se tendría, deducido de la expresión indi-


cada [2]

Diferencia de potencial = Intensidad X resistencia [5]

329

o sea :
Diferencia de potencial = 1,25 X 100 = 125 voltios.
Por último podríamos calcular la resistencia que habríamos de dar a
un circuito al que se aplica una diferencia de potencial de 125 voltios par a
que pasara una corriente de 1,25 amperios, deduciendo de la expresión [5]
el valor de la resistencia .

Diferencia de potencia l [4]


Resistencia =
Intensida d

o sea
125
Resistencia = 1 ,25 = 100 ohmios .

Todas estas operaciones, aunque facilísimas, se evitan con el ábac o


de la figura 6 . La escala de la izquierda es la de los voltios, la del centr o
la de los ohmios y la de la derecha la de los miliamperios, pues en Radi o
este submúltiplo del amperio es el que suele emplearse. Su manipulación
es muy sencilla ; basta unir con una regla o un hilo, o borde de papel lo s
dos valores conocidos para encontrar en el punto de intersección de l a
recta con la tercera escala, el valor buscado .
Así, para hallar la resistencia que ha de tener un circuito al que se
la aplica una tensión de 200 voltios para que circule una intensidad de 1 0
miliamperios, uniremos 200 de la escala de la izquierda con el 10 de l a
de derecha, con una regla y el número 20 .000 donde corta a la escala de l
centro es el número de ohmios buscado .
Para la comprobación por el cálculo es preciso reducir los miliampe-
rios a amperios al aplicar la fórmula [4] .
Igualmente, si queremos determinar el número de miliamperios qu e
circularán por un circuito de 500 ohmios al que se le aplica una tensió n
de 25 voltios uniremos estas cantidades con una regla y el número 8 5
donde aquella corta a la escala de la derecha, da los miliamperio s
buscados .
El tercer caso o determinación de la tensión, dadas a la resistenci a
y la intensidad, se resuelve del mismo modo con igual rapidez y facilidad .

Núm . 3 .—1938.—111 Año Triunfal. Archivo : Tomo 11 .—Circuito s

530
Marconi ,
creador de la Radiocomunicació n
Extracto de la conferencia pronunciad a
ante el micrófono de Radio Valladolid po r
D. Aurelio López Inclán, Ingeniero Direc-
tor de la Escuela Oficial de Telecomunica-
ción, en la velada necrológica organizad a
por RADIOELECTRICIDAD el día 20 d e
Julio último para honrar la memoria de l
glorioso Marconi, en el primer aniversario
de su muerte .

Para honrar la memoria del glorioso Marconi, creador de l a


Radiocomunicación, dedicará RADIOELECTRICIDAD uno de su s
próximos números a glosar la obra colosal del genio de la raz a
latina que, a través de la historia, dejará la más luminosa y bien -
hechora estela de progreso a la Humanidad .
Como anticipo de este propósito nuestro, organizó RADIOELEC-
TRICIDAD una velada necrológica, en el primer aniversario de l a
muerte del excelso sabio italiano, en la que fueron radiados por e l
micrófono de Radio Valladolid, interesantes trabajos de los ingenie-
ros Sres . Suárez Inclán, Director de la Escuela Oficial de Telecomu-
nicación ; Rosa, teniente legionario, Director de la Escuela de Trans-
misiones, y Marín y Gil Quintana, de la Dirección de nuestra Revista.
A continuacion publicamos un extracto del trabajo del primer o
de los mencionados señores y en el número que RADIOELECTRI-
CIDAD dedicará a Marconi daremos a conocer los restantes .

331
La primera imagen de la telegrafía sin hilos se remonta al año 181 6
en que liiot observó las contracciones que experimentaba una rana sus -
pendida de un hilo y en comunicación con tierra cualndo se hacía salta r
una chispa con una máquina eléctrica colocada a 12 metros de distancia .
La pata de la rana era el "dedo eléctrico" que detectaba el paso de l a
onda producida por la chispa .
En A :42 Henry, profesor de Princetown (E . U . de A.) afirmaba
que una t ;hispa de una pulgada de longitud, producida por una máquin a
eléctrica y recibida en la extremidad de un circuito metálico, colocado e n
una habitación, producía una inducción bastante intensa para imanar
agujas colocadas cerca de un circuito paralelo al primero . Esta experien-
cia fué recogida por Marconi en 1902 tiara construir su detector magnético,
cuyo funcionamiento era seguro y sensible .
En 1866 Hertz, joven profesor de Karisruhe, gloria de la ciencia alemana ,
buscando la manera de aumentar la rapidez de las oscilaciones separó la s
armaduras del condensador, constituyendo un circuito oscilante abierto, e s
decir, cuyo espesor dieléctrico es del mismo orden de magnitud que el cir-
cuito total . Esta disposición producía acciones más intensas a distancia qu e
las de los circuitos cerrados .
Hertz materializaba la teoría de Maxwell dándole realidad física y pro-
ducía ondas amortiguadas de 5 metros de longitud, y poco tiempo después
llegaba a obtener ondas de 60 centímetros mediante , el empleo de la bobina
de Ruhrdkorff, para alimentar el excitador . Estaba integrado por dos
esferas metálicas unidas cada una por una varilla metálica a sendas
esferitas de la misma naturaleza e iguales entre sí, pero de menor diámetr o
que las primeras y puestas en comunicación con los dos polos de una bobin a
de Ruhmkorff .
La chispa oscilante que saltaba entre las dos esferitas engendrag a
ondas electromagnéticas que Hertz medía por medio de un resonador for-
u!ado por un higo n'ietálico drobIado en circunferencia provista en su s
extremos con sendas esferitas una de las cuales estaba atravesada por u n
tornillo micrométrico constituyendo de esta suerte una especie de "micró-
metro de chispa" .
Cada chispa diferente exigía un resonador distinto y a esta circunstan-
cia se debe el nombre de resonador eléctrico.
En 1878 Hughes observaba que la resistencia de su micrófono dismi-
nuía considerablemente por la acción ue una descarga eléctrica a distancia .
En 1884 y 1885 Calzechi Onesti, profesor del Liceo de Fermo (Italia )
realizaba el primer estudio del tubo de limaduras empleando un tubo d e
cristal en el que colocaba limaduras metálicas entre dos varillas de cobre .
Intercalando en el circuito una pila y un galvanómetro comprobó que l a
resistencia disminuida considerablemente :
a) Cuando se interrumpía la corriente en el circuito.
b) Cuando se producía una "descarga inducida", aún cuando el cir-
cuito del tubo no estuviera cerrado .
c) Cuando se la sometía a la influencia electrostática.
Para que las limaduras adquieran nuevamente su resistencia inicial s e
hacía girar el tubo por medio de una manivela o se le imprimía un golp e
al soporte del tubo . La corriente que atravesaba las limaduras era peque -

332

/
I '(,$ (,~F

ííísima, pero suficiente para) accionar un relais que a su vez cerraba el


circuito de un timbre .
Este artificio de Calzechi fué adoptado por Marconi en sus primera s
experiencias de telegrafía sin hilos de gran alcance .
En 1890 Branly, profesor del Instituto Católico de París, reanudó la s
experiencias de Calzechi y las completó demostrando la precisión detector a
de las chispas eléctricas, e ideando, además, la manera de producir ligero s
choques contra el tubo por medio de un martillo para devolverle su sensi-
bilidad en cada instante pero no señaló el papel de las oscilaciones eléc-
tricas.
A estos trabajos siguieron otros muchos entre los cuales merecen citar -
se los de Dragounis, Lodge, Birkelarde, Turpain, Righi, etc .
Pero hasta Marconi ningún físico pensó en utilizar las ondas electro -
magnéticas para la comunicación a distancia .
Crookes por su parte en 1892 publicó un artículo exponiendo los obs-
táculos que a su juicio se oponían para¡ utilizar los descubrimientos de Hert z
para la. transmisión telegráfica y aiñadía que para conseguirlo era necesa-
rio resolver los tres problemas siguientes.
I .° Producción simple y segura de radiaciones de cualquier longitu d
de onda .
2.° Receptor sensible que permitiera con una sencilla maniobra recibi r
una longitud de onda dada.
3 .° Proyección de un haz en una dirección determinada para evitar l a
difusión de la energía en todas direcciones .
Todos estos problemas fueron estudiados por los sabios de la época qu e
realizaron interesantes trabajos, de entre los cuales merecen citarse los d e
Popov, profesor de Cronstad, que instaló en derivación entre un pararrayo s
y tierra un cohesor para registrar las descargas atmosféricas .
Seguían sin resolver los tres problemas apuntados por el físico Crooke s
y ocupando la predilección de los hombres dedicados a invest'gar en e l
campo de la Física . Pero esta vez la solución le estaba reservada a un Jo -
ven italiano, estudiante de la Universidad de Bolonia, que auxiliaba en su s
experiencias al físico Righi, abstraído en la reproducción de las experien-
cias de Lodge. Era este estudiante Guillermo Marconi, nacido cerca d e
Bolonia, de . padre ital iano y de madre inglesa. Entusiasmado por la brillan -
te conferencia de Lodge prosiguió sus investigaciones con una tenacidad e
inteligencia admirables. Instaló en Junio de 1895 una pequeña bobina de in-
ducción en la villa de su padre cerca de Bolonia, y empleó como receptor
de ondas el tubo de limaduras vulgarizado por Lodge . Empezó por mejora r
la sensibil idad del tubo, perfeccionar el interruptor de la bobina y estabili-
zar la chispa del excitador. Después se dedicó a aumentar la potencia y l a
longitud de la chispa llegando a alcanzar distancias de más de mil metros .
Alentado Marconi por este éxito, partió para Inglaterra, donde patent ó
provisionalmente en 1896 un sistema de "perfeccionamiento en la trans-
misión de impulsiones y señales eléctricas y en los aparatos correspond'en-
tes" . Esta patente presentaba solamente modificaciones de detalle en !o s
Ensayos de laboratorio utilizados por todos. En la emisora (a) (figura 1 )
la bobina de inducción B R con su explosor Ex de bolas, y en la receptora (b )
el tubo de limaduras D entre dos conductores provistos de placas A aná-
logas a las empleadas por Lodge . Las dimensiones de las placas se rega'a-
ban como en las experiencias de Hertz para dar al receptor el mismo perío -

535
do sensiblemente del transmisor. El galvanómetro era reemplazado por un
Morse R . Para aumentar la distancia disponía en el foco de espejos el emisor
de bolas y el receptor de tubo de limaduras, y cuando trataba de transmi-
tir a través de la tierra o del agua, unía una de las extremidades del tub o
a tierra y la otra a conductores o placas colocadas en el aire y aisladas de l
suelo, es decir, aplicaba a la recepción de señales la misma disposición qu e
utilizó Popov para recibir las descargas atmosféricas.
En realidad la labor de Lodge y de Popov era tan importante como la
realizada por Marconi y que acaba de patentar provisionalmente ; pero el
mérito de Marconi estriba precisamente en ver en estas experiencias el
germen de un gran descubrimiento y perseguirlo con tenacidad .
En 1896 presentó Marconi al director de Telégrafos inglés, sin William
Preece, su proyecto y sus aparatos . Mr. Preece se encontraba verificand o

u L

b)

Fig .' t

pruebas de telegrafía por inducción en baja frecuencia y facilitó al joven


italiano la instalación de un aparato de estudio . A este fin se realizaron
experiencias entre la central de telégrafos de Londres y una estación pro-
visional instalada a 90 metros de distancia ; pero el empleo de espejos per-
mitió alcanzar hasta Salisbury a 3 km . de distancia. Estos resultados, por
la sencillez de los aparatos conqu'staron la confiainza de Preece que sumi-
nistró a Marconi los medios necesarios para continuar su investigaciones .
Muy pronto perfeccionó la emisión, aplicando el sistema antena-tierra ,
que tanto alcance había ya conseguido al aplicarlo a la recepción .
A este enorme perfeccionamiento siguió después la disposición vertica l
del oscilador de Hertz como consecuencia de una observación análoga a l a
de Lodge en 1889, para aplicar a la emisión la disposición que tan excelen-
tes resultados daba en la recepción. Parece, sin embargo, deducirse de l a
lectura de las patentes de Marconi que la idea directriz, le llevó a eleva r
el emisor para evitar los obstáculos encontrados por la onda como se eleva
un faro para aumentar su visibilidad.
En Marzo de 1897 depositó Marconi la especificación completa de s u
patente y en este texto aparece la idea extraordinariamente nueva de l a
antena emisora . Describe, además, detalladamente el aparato transmisor y
el receptor colocados a 400 metros de distancia .
Las dos placas del oscilador las disponía aJ mismo nivel suspendidas de
dos altos postes, depué unió una de dichas placas con el suelo y por último
la suprimió y reemplazó por la unión directa con el suelo de uno de los

r
i , I, ' ' . í. p; ,F

extremos del explosor, quedando de esta suerte el oscilador, verticalment e


dispuesto .
Marconi añadía : "Cuando, se presentan obstáculos tales como casas ,
colinas, etc ., entre el transmisor y el receptor, he inventado y adoptado un a
disposición que se representa en la figura 2 . En lugar de placas pueden
emplearse gometasi, "láminas radiantes" 'suspendidak de los más4ile%
que soportan o constituyen superficies conductoras . La altura así realizada
aumenta mucho la distancia de la comunicación "
Se ensayó oficialmente el valor práctico de esta nueva disposición de l
c misor en Mayo de 1897 a través del canal de Bristol, entre los mismo s
puntos en que Preece realizaba sus experiencias . Se consiguieron alturas d e
25 a 50 metros y se obtuvo una comunicación regullar entre Lavernock Point
y Brean Drown, separadas por 14 kilómetros de distancia . Y en este nuevo
método empieza la verdadera "invención" de lag Telegrafía sin hilos.

•[1111111 i .

T/'drzsrn/sor .2ecep for ,


4- -1--
Fig 2

En esta experiencia Marconi utilizó en la estación transmisora una bo-


bina de inducción, un explosor Righi y en la estación receptora un tub o
de limaduras vacío de are del mismo principio que el de Calzechi, Branly ,
Lodge y Popov, pero mucho más sencillo ; un re',a .is y un receptor. La des -
cohesión la verificaba como en los l?boratorios, por medio de un golpe o
choque automático.
Marconi se valió, pues, de los elementos muy preciados debidos a Hertz ,
Calzechi, Branly, Lodge y Popov para ebtener con ellos resultados insos-
pechados, completamente nueves, como se valieron Cajal y Pasteur del mi -
croscopio, Wigth del carburador, etc.
Desprovistos, pues, de toda pasión patriótica, Marconi es sin la menor
duda el genio creador de la telegrafía sin hilos, su inventor indiscutible .
El éxito de la anterior experiencia, confirmada por Preece en el Rea l
Instituto, atrajo la atención de los gobiernos, de los físicos, etc., y los mi-
nis .°os italianos de Guerra y Marina rogaron a Marconi la repetición d e
sus e. -periencias en Italia . A este fin se instaló en el arsenal de San Barto-
lomé, le la bahía de Spezia, una estación fiSa y en un barco que iba ale -

535

jándose de la costa, la estación móvil . Se utilizaron antenas de 30 m . y


la comunicación pudo mantenerse hasta 18 kilómetros . Esta nueva . expe-
riencia volvió a poner de manifiesto que la importancia de la altura de l a
antena era uno de los principal es factores de la transmisión .
La tenacidad de Marconi daba al mundo la invención más prodigios a
de la época, la que había de satisfacer las funciones más diversats y llena r
las necesidades más sentidas : la T . S . H. en una palabra.
En 1897 se constituyó una Sociedad inglesa (The Wireless Telegraph
and Signal Co), de la que Marconi fué nombrado director técnico, para ex-
plotar la Telegrafía sin hiles aunque fuera reducido su alcance a 15 o
20 km . y el Parlamento ing'és, a petición de Mr. Preece, subvencionó a Mar-
coni con 15 .000 pesetas anua'es para ayudarle y alentarle en sus investi-
gaciones.
La guerra del Transval confirmó a xnglaterra la eficacia de la T . S . H.
En 1898 establecía Marconi una co&nn&cación entre la isla de Wi,ght y
Bournemouth separada 22,5 kilómetros y el 3 de Junio del propio año Lord
Kelvin enviaba a sir Preece un radiograma que quiso abonar en metálic o
para señalar la aperturas de un servicio comercial .
El 1.° de Julio del mismo 1898 patentaba Marconi el acoplamiento por
inducción de la antena receptora con el circuito del cohesor, consiguiend o
aumentar el alcance y salvar el canal de la Mancha para unir a Inglterra
con Francia .
En 1899 la Wireless Telegraph, propietaria de las patentes de Marconi
en todo el mundo, menos en Italia cuyos derechos se reservó el invento r
para ofrecérselos a su país, conseguía una comunicación entre Boulogn e
(Francia) y South Foreland (Ingl a terra) separadas por 48 km . de distancia .
El 27 de Marzo transmitías a Branly un mensaje radiotelegráfico ata . -
huyendo al sabio francés parte de sus éxitos, y solicitando su simpatía .
En 1900 patentaba Marconi ?a introducción en la antena, de una in-
ductancia Variable y en 1901 las señales de T . S . H . atravesaban el Atlán-
tico.
En 1903 Marconi estableció en Wellfleet (Estados Unidos de América )
una potente estación que transmitía directamente a Poldhu (Inglaterra) a
4.200 km. un mensaje del Presidente Roosevelt al rey Eduardo VII d e
Inglaterra,
Pasaron después muchos años de trabajes para hacer regular y comer-
cial la comunicación entre Europa y América .
En 1916 inició Marconi el empleo de las ondas continuas de pocos me-
tros de longitud y de ondas amortiguadasg de varios kilómetres de longi-
tud, plasmando su idea genial en 1923 en el sistema de haces de ondas a
Las que se debe el sistema de comunicación alrededor del mundo .
En 1929 y 1930 después de experimentar con ondas cortas y u itracortas,
se dedicó Marconi al estudio de la propagación de las microondas en cuya
labor le sorprendió la muerte.
Pocos días antes de morir, afirmaba que en el campo de las microonda s
quedaba muchísimo por hacer .
En Marconi culmina, como en ningún otro sabio, la tenacidad, el ta -
lento y el éxito.

Núm . 3.—1938 .—111 Año Triunfal . Archivo: Tomo 1—Temas varios


El Talle r
La realización de las diferentes operaciones necesarias para montar u n
aparato de radio exigen conocimientos preliminares cuya ignorancia condu-
ce a un inevitable fracaso .
Es cierto que algunos aficionados con predisposición o aptitudes mecá-
nicas consiguen realizarlos de una manera intuitiva, pero en la inmens a
mayoría de los casos el aficionado se decepciona ante los fracasos ,a que lo
conduce su falta de preparación.
Son pocos los que manejan de manera conveniente las diferentes he-
rramientas y menos aún los que saben utilizar el soldador . Cuántos tornillos
rotos por haber utilizado un destornillador excesivamente grande, cuánto s
destornilladores desbocados por haber pretendido desatornillalr don un o
pequeño, un tornillo grande ; cuántos montones de soldadura para fijar un
condensador, cuántas soldaduras "secas" que rompen la continuidad de la s
conexiones aparentemente bien, cuántos aislantes quemados con el lomo de l
soldador por no haber sabido colocarlo convenientemente, etc ., etc.
El conocimiento de las herramientas que deben integrar un taller d e
aficionado y su manipulación adecuada son absolutamente indispensables s i
se quiere conseguir un trabajo eficaz y evitar desalientos y desencantos
prematuros .
Para salvar tales inconvenientes iniciamos hoy esta sección en la qu e
se enseñará al aficionado carente de toda preparación la manera de orde-
nar y realizar las sucesivas operaciones, la selección y preparación del ma-
terial, la disposición adecuada de los órganos etc ., a fin de que de una ma-
nera fácil y metódica aprenda su realización y sirva además para los ini-
ciados como medio de simplificar y mejorar el rendimiento de su trabajo .

537
Construcción de un chea.sis

El montaje de un aparato, una vez escogido el Esquema que se desea em-


plear, comienza por la construcción del chasis donde se han de montar lo s
diferentes elementos.
Su preparación no presenta ninguna dificultad cuando se dispone d e
todos los materiales convenientes de dimensiones adecuad .=s a las que figu-
ran en el plano de construcción . Basta pegarlo sobre una plancha de cin c
y practicar los taladros marcados en el plano . Pero cuando se tienen mate-
teriales procedentes de otros aparatos, su empleo plantea pequeños proble-
mas para su adaptación al chasis, que ha de construirse necesariamente a l a
medida de aquellos materiales .

Consideraremos, pues, el trabajo c ' asificado en partes :


a) Selección del material .
b) Dibujo .
c) Ejecución.
d) Montaje de las piezas o elementos del aparato.

SELECCION DEL MATERIAL.--El chasis de un receptor moderno de-


berá ser metálico ; de plancha de acero, hierro, cobre, aluminio, cinc, segú n
el gusto y los medios de cada uno, pero deberá ser inoxidable y de 6/10 a
8/10 de milímetro de espesor.

DIBUJO .--Para realizar la plantilla se precisan los siguientes instru-


mentos (figura 1) :

a) Una chapa de madera muy plana, preferible contraplacada, d e


60 X 90 cm. aproximadamente .
b) Una regla de dibujo no graduada y que sea más larga que la placa a) .
c) Una escuadra o cartabón de 45° de tamaño medi o
d) Una escuadra grande de longitud mayor que la anchura de la placa .
e) Un metro semirígido.
f) Una caja de compases, aunque sea sencillita .
g) Un lápiz, y
b) Un granete.

3~8

El dibujo del chasis comprende las siguientes operaciones :


1.' Reunirá todas las piezas que se han de montar en el chasis sin omi-
tir ninguna y las agrupará en dos lotes : el de los elementos que se han de
disponer debajo del chasis y el de los que van encima.
2 . x Colocará las piezas de cada lote, sobre una mesa, lo más exacta -
mente posible a la posición que han de ocupar en el aparato, cuidando que
los dos lotes ocupen la misma superficie y que las dimensiones de ésta n o
sean ni demasiado grandes ni demasiado pequeñas .

" Medirá los lados del rectángulo ocupado por el conjunto de las pieza s

--------- --- - maman 4 I`

JI

C maman
ot to o

Fig . 1 Fig . 2
Preparación¡del plano del chasi s Desarrollo del chasi s

y la alturas necesaria para alojar ampliamente las piezas de la parte infe-


rior y se tendrán las tres dimensiones del chasis ?
4." Se fija sobre la placa de madera una hoja de papel de dibuja, do -
blando sus bordes de unos 15 a 20 centímetros por debajo y pegándolos co n
cola.
5 . o. Se coloca la regla plana sobre la hoja de papel en el sentido lon-
gitudinal haciéndo coincidir el borde inferior de la regla con el borde in-
ferior de la hoja y se fija la regla a la plancha en esta posición con dos tor-
nillos (fig . 1) a fin de que la escuadra grande pueda deslizarse fácilmente
a lo largo de la regla .

Se dibuja la plancha metálica de acuerdo con las siguientes operaciones :

a) Se marca el centro de la hoja de papel con ayuda del metro.


b) Se hace pasar una vertical o mediana por este centro valiéndose de
la escuadra.
c) A ambos lados de la vertical, empleando el metro, señálalnse dos
puntos distantes una longitud igual a la semilongitud del chasis y por estos
puntos trazar dos verticales MN y PQ.
d) Se trazan otras dos verticales, AB y CD a derecha e izquierda de las
primeras y a una distancia igual a la altura del chasis .
e) _Marcar sobre la mediana, a ambos lados del centro y a una dis-
tancia de éste igual a la semianchura del chasis,, dos puntos : 3 y 4 ;
deslizar la regla pequeña a lo largo de la grande, hasta que su borde
horizontal pase por el punto 3, y trazar con el lápiz la horizontal 3L;

339
3 deslizar, después, el cartabón pequeño hasta que su borde pase por 4 ,
y trazar con el lápiz la horizontal 4-E . Dar vuelta al catrtabón grande,
para que el lado verticaa quede a la derecha, y pasar el cartabón pequeñ o
a la derecha para . hacer coincidir su borde con los puntos 3 y 4, a fin
de trazar las horizontales 3T y 4F y obtener, en definitiva, las rectas
horizontales EF y LT .
f) Trazas otras dos horizontales : una por encima de EF y otra po r
debajo de LT, 'a una distancia igual a la altura del chasis .
g) Los rectángulos construidos (fiig . 2) : representan : el primero, la bas e
superior del chasis, y el segundo, el desarrollo de todo el chasis. Los cuatro

Tnatfopn for
----------- -

pr 1 ; -

u mi
,

V a
S
Hg . 3
Posición de los elementos en el chasi s

cuadritos sombreados son las partes que se eliminarán cuando se termin e


el chasis.
7.a Se repasarán los dos rectángulos a tinta y no se borrará nin-
guna de las líneas yue queden trazadas a lápiz .
8.' Del lote de piezas que se han de colocar en la parte inferior de l
chasis, se separarán las que han de ir en los paneles verticales, anterior
y posterior ; potenciómetro, combinador, interruptor, etc ., en el anterior,
y jacks del altavoz, antena, tierra, fonocaptor etc ., en el posterior.
Se centrará la posición del potenciómetro, combinador, etc., con Ilel
metro y el compás, y se marcará en el panel vertical anterior la posició n
del centro del eje de rotación de estals piezas, y se trazarán con el compá s
dos círculos concéntricos de radios, OH y OJ (fig. 3), iguales al eje y al
círculo circunscrito al potenciómetro, y se trazarán las tangentes hori-
zontales a ambos círculos, hasta llegar a la porción VURS, que ha de eli-

340
/ I1 4 . 0 , x, ' • /

minarse cuando se termine el chasis y que servirá ahora para dibuja r


auxiliares .
9 ." Sobre las tangentes al círculo pequeño, y a partir de lag verti-
cal VU, tómense distancias iguales a la distancia a que ha de quedar e l
potenciómetro del panel vertical y trácese la recta vertical a b hasta en-
contrar a las tangentes al círculo mayor.
Tómese sobre aquellas dos distancias, a c y b d, un poquito mayores
as; grueso o altura del potenciómetro, y trácese la vertical c d, con lo
cual el rectángulo a b c d representa el potenciómetro .
10. Haciendo centro en U, trácense el arco m n y después la hori-
zontal n p, que marcará la distancia a que quedará en el interior el poten-
ciómetro de la pared anterior.
11. De la misma suerte se marcará la posición de cada uno de los
restantes órganos que se han de colocar en los paneles Verticales par a
determinar el espacio que ocuparán en el interior del chasis, y una ve z
acabada la determinación de la posición de estas piezas, se fija le da la s
que haln de ocupar la cara superior del chasis .
12. A este fin se disponen el transformador de alimentación, los so -
portes de las válvulas, las bobinas, condensador electrolítico, etc., se colo-
carán sobré el rectángulo que representa lb, parte superior del chasis ,
cuidando tanto de conseguir que resulten las conexiones lo más cortas po-
sibles, como del aspecto y de la accesibilidad de los elementos .
13. Terminada esta operación, es decir, la de colocación de los órganos
en los paneles verticales y cara exterior del chasis, se determinará la po-
sición de los elementos que han de ir en la parte interior de la, base de l
chasis, á cuyo fin en otro papel donde se hayan dibujado los mismos
rectángulos de la figura 1, se irán disponiendo los elementos a coloca r
de manera que no interfieran con los proyectados a disponer sobre la cara
exterior superior del chasis, empleando para los rebajtimientos los cua-
dritos laterales sombreados .
14. Se comprobará cuidadosamente la posición de cada elemento e n
el chasis para cerciorarse de que cada uno tiene un lugar independiente
y propio y se pasarán a tinta todas las líneas que indican la posición de
tales elementos, seña¡lando cuidadosamente losl centros y cireulos de la
posición de las partes que han de taladrarse para dejar pasar los eje s
de los órganos móviles, o vaciar para alojar los soportes de válvulas.
los jacks, etc ., etc ., con lo cual queda terminado el dibujo,

EJECUCIO N

Terminado el dibujo, hay que pasairlo a la plancha metálica que ha


de constituir el chasis, y paira ello nos valdremos de papel de calcar ,
escogiendo entre las diferentes clases la que acepta bien la tinta .
Se corta un pedazo de dicho papel y se aplica sobre el tablero, fiján -

341
dolo con cinco o seis chinchetas de dibujo en cada lado, para mantenerl o
bien atirantado y no se combe, pues esto produciría muchos errores .
Con las escuadras marcaremos el centro de cada agujero en tinta y
trozo fino, por medio de dos pequeñas rectas perpendiculares que se cortan .
Y con las propias escuadras trazaremos las cuatro verticales y cuatro ho-
rizontales que determinan los contornos de la plancha metálica que ha
de cortarse .
Tracemos los contornos de las vVentanitas que hay que abrir por medi o
de círculos tangentes entre sí y tangentes a los bordes de las ventatnitas

!WJJUl
r P
Mg . 4
Manera de practicar una ventana en el chasi s

(figura 4), cuidando de dibujar el mayor número posible de circulitos¡


aunque sean de diferentes dimensiones (fig. 5), para reducir al mínimo l a
parte comprendida entre ellos, marcada en sombreado en las figuras.
Terminado el dibujo a tinta, se deja secar durante ,doce o veinticuatr o
horas, con lo cual la labor de "ingeniería" ha Terminado y eiñpieza, la d e
"hojalatería" .
Cortemos el papel con el dibujo dejando un borde de diez a doc e
centímetros, y apliquémosle a la plancha metálica de que vamos a cons-
truir el chasis que se habrá cortado de las dimensiones del dibujo, y
fijemos éste á aquélla empleando cola aplicada a Ios bordes que en exces o
hemos dejado en el dibujo. Para evitar que se combe el papel, se pegan
dos bordes opuestos, atirantando el papel lo más posible y dejando seca r
la cola, y a continuación se pegan los otros dos bordes y se deja seca r
también.
El conjunto plancha-dibujo se lleva sobre la mesa de trababa y co n
el martillo y di granete se marcaran los centros de todos Ios orificios qu e
han de practicarse en el chasis y el vértice de los ángulos de las porcione s
que han de cortarse del mismo .
Terminada esta labor se despega el dibujo, y con la regla y el punzón,
y mejor con un buril u otra herramienta terminada en punta afilada, s e
trazarán lo más profundamente posible los contornos de todo cuanto hay a
de cortarse.

342

.I l í,1 ,01' ;í , V, t'

A continuación se lleva la plancha, con una placa gruesa de madera ,


al taladrador, y se van practicando lodos los orificios señalados, de la s
dimensiones previstas . Después, con una sierra fina, de las que utilizan
los relojeros, se van cortando los puntos de contacto de los círculos (figu-
ra 4) practicados en las ventanas, para dejar solamente la parte som-
breada, que, a su vez, se quita con la misma sierra y una lima, o bien co n
un cortafríos, a 'golpe de martillo, y una lima para el acabado de los bordes .
Paila tan sólo el plegado, y para callo se colocará la plancha metálic a
entre dos tablas de encina gruesas, bien labradas y de dimensiones iguales
a las del rectángulo interior (fig. 2) o base del chasis . Se fijará sólidament e
el conjunto con dos tornillos de mano, cuidando de que la coincidencia de l
rectángulo con las tablas sea rigurosa, y se fijará el conjunto para facilitar

Fig . 5
Trazado de las ventanita s

el trabajo . A continuación se irán doblando Ios cuatro rectángulos laterales ,


uno después de otro, oprimiendo con las manos a través de un listón d e
madera para repartir más uniformemente las fuerzas .
Terminado el plegado, se sueldan los bordes, se limpia y pule o pint a
el exterior al duco, con pintura de aluminio, y el chasis queda terminado ;
pero no se pinte nunca el interior del chasis, porque no se podrían solda r
a su masa las diferentes conexiones de tierra.

MONTAJE DE PIEZA S

Para evitar que se raye o deteriore el chasis, se colocará sobre la mesa


un papel fuerte o de periódico, y encima, el chasis, y se dispondrán en s u
debida posición las piezas que van encima, sin fijadas, para comproba r
que se han practicado todos los orificios, y a continuación se hará lo mism o
con las piezas que han de montarse en el interior. Comprobado que

343

naida se ha omitido, se busca el mejor orden de ir colocando las piezas .


En general, suele empezarse por los soportes de válvulas que suelen fijars e
con pequeños roblones, después los condensadores variables, electrolíticos,
transformador de alimentación y bobinas, no debiendo escasear los elemen-
tos de sujeción, que cuestan poco dinero y evitan muchas molestias y
disgustos.
Se da la vuelta al chasis [ se van fijando las piezas que JC[CP de
colocarse en el interior ; y es muy aconsejable disponer una v'arillai general
de toma tierra y una borna de tierra para hacer una sola soldadura a l
chasis y soldar las tomas de tierra a la varilla y no al chasis .
Cuídese de apretar muy bien Lodos los tornillos con la tuerca y contra -
tuerca, y no olviden de colocar arandelas entre la cabeza del tornillo y
el chasis, y otra entre éste y la tuerca, escogiendo arandelas dentadaÉ, qu e
ofrecen muchas ventajas sobre las planas .

Núm . 3.—1938.—111 Año Triunfal Archivo : Tomo IV.—El Taller

844
Bibliografía
"ALTA FREQUENZA," Julio 1937, VI . 7 . páginas 425 a 43 4
con 9 figuras. Acoplamiento Mutuo electrónico entre cir-
cuitos resonantes y regulación antomática de selectividad ,
por Mario BOELLA.

Fijada la característica esencial que diferencia el acoplamiento eléctric o


y el electrónico entre circuitos resonantes, se enseña cómo se puede actua r
un acoplamiento mutuo electrónico equivalente a aquel eléctrico, desde e l
punto de vista de la forma de la curva de resonancia resultante de los dos sis -
temas . Se demuestra analíticamente la equivalencia para el caso fundamenta l
de un par de circuitos y se expone la extensión del principio a dos pares o
grupos de circuito . Están expresados los resultados experimentales obtenido s
con un sistema de cuatro circuitos . Se considera también la aplicación del
acoplamiento mutuo electrónico para la regulación automática de selecti-
vidad en los radio-receptores.

E. N . T. Septiembre 1937 1-14 p. 293 Nuevo aparato de medi -


da de campo para ondas de Radiodifusión, por Vo n
ARDENE.

El principio de la instalación que describe consiste en comparar la ten-


sión de resonancia de un circuito de cuadro acordado sobre la frecuencia de l
campo que se desea recibir con la que suministra un generador local que s e
puede determinar con exactitud . La instalación permite medir campos de in-
tensidad comprendida entre 0,1 m v/m y 5 m v/m con un error inferior
al 10 % . La medida puede efectuarse aun si un emisor de radiodifusión cuy a
frecuencia difiere de la del campo estudiado en 9000 p :s desarrolla un campo
100 veces mayor que el que se mide . La instalación, fácilmente transporta-
ble, es susceptible de ser alimentada por la red de distribución de energí a
eléctrica.

BULLETIN DE LA SOCIETE FRANCAISE DES ELECTRI-


CIENS, Noviembre 1937 . Amplificadores a contra reac -
ción, por SAPRORES.

Para poder transmitir a gran distancia y de una manera económica las


señales de telefonía y de televisión es indispensable disponer de amplifica-
dores de muy alta calidad . En el caso de cables coaxiales, el diámetro del

345

conductor exterior no puede reducirse al valor más económico si no se dispo-


ne de tales amplificadores .
El autor expone la teoría de los amplificadores a contrareacción y des -
cribe de una manera especial un amplificador experimental estudiado en lo s
laboratorios de Le Materiel Telephonique para un sistema de telefonía d e
corriente portadora que admite 240 vías telefónicas . La ganancia, mu y
uniforme, es del orden de 50 decibelios en la banda de frecuencias de 60 a
100 kilociclos. La distorsión no lineal es pequeña, la estabilidad es muy gran -
de y el ruido queda muy atenuado.

PROCEEDINGS OF TIIE I. R. E . Septiembre 1937, volumen


25 n .° 9 pg . 1 .153 . Multiplicación y división de frecuencias ,
por STERTY.

El autor describe un nuevo tipo de circuito que puede dar lugar a multi-
plicación o a división de frecuencias por medio de la aplicación del princi-
pio de la reacción a circuitos de características no lineales . Con montaj e
apropiado, se ha podido obtener una división por 2 de la frecuencia en una
banda de mas menos 0,2 F (por ejemplo de 800 a 1200 p :s) sin nigún ajust e
del circuito demultiplicador .

PROCEEDINGS OF THE I. R . E . Octubre 1937, volume n


25, n.° 10, página 1 .253 . Perturbaciones bruscas de la
ionosfera, por DELLIN.

Estudio de los fenómenos recientemente descubiertos de desvanecimient o


completo de la propagación de ondas de alta frecuencia, de duración que va -
ría desde algunos minutos a una hora . Se produce solamente de día y pare -
ce debido a una ionización de la capa E, causada por los rayes ultra-.
violetas que emanan de erupciones solares .

ONDE ELECTRIQUE, volumen XVI n.° 190, pg . 553 Octubr e


1937. Medidas de las constantes características de algu -
nos pentodos de alta frecuencia (1 .5 a 300 MC/S) po r
STRUTT .

Las características más importantes de las válvulas amplificadoras e n


alta tensión son la impedancia de entrada, la impedancia de salida, la pen-
diente y la impedancia de reacción .
El autor da en este artículo el resultado de tales medidas realizadas co n
numerosas válvulas así como indicaciones muy interesantes sobre los méto-
dos de medida a muy altas frecuencias, y termina su trabajo con una biblio-
grafía muy completa.

Núm . 3.—1938.—111 Afio Triunfal. Archivo: Tomo 1 .—Bibliografía

346

: :

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