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El papel de los

El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

dedos en la 1
fundación de las
matemáticas
Rubén Espinoza Cóndor

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El papel de los
dedos en la
fundación de las
matemáticas
El papel de los
dedos en la
fundación de las
matemáticas
Rubén Espinoza Cóndor

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2018
DEDICATORIA

A mi amigo Pepe Lucho (José Luis de la Cruz


Montes), el amigo de mi hermano mayor que
se convirtió en mi hermano mayor. Gracias
por tus enseñanzas y por tu biblioteca.
Índice General
Dedicatoria 5
Índice General 6

Introducción 7
1 PRIMERA PARTE
Una historia que se empezó a contar con los dedos 11
1.1 Los dedos en la historia de la aritmética 12
1.2 El cardinal y el ordinal de un numero 23
1.3 Los dedos y los números enteros positivos 28
2 SEGUNDA PARTE
Percibir y discriminar nuestros dedos: los primeros pasos para el
conteo 37
2.1 La gnosis digital o el conocimiento de nuestros dedos 38
2.2 Dos puntos de vista opuestos con respecto al conteo con los
dedos: neurólogos y educadores 47
3 TERCERA PARTE
Como es posible “agarrar” los números 60
3.1 Efecto de la magnitud numérica en la abertura de agarre de la
mano 61
3.2 Efecto de los movimientos de agarre en el procesamiento de la
magnitud numérica 68
3.3 La interacción entre el espacio, los números y las manos 73

4 CUARTA PARTE
El conteo con los dedos influye en la aritmética desde la niñez
hasta la adultez 83
4.1 El conteo con los dedos en los niños 84
4.2 Ubicación del conteo con los dedos en el desarrollo de la
aritmética temprana 92
4.3 El conteo con los dedos en los adultos 97

5 QUINTA PARTE
Nuestro cerebro cuenta con los dedos 110
5.1 La relación entre los dedos y los números en el cerebro 111
5.2 La teoría del Reciclaje Neuronal 130
CONCLUSIÓN 142
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Introducciónl

T
odos los seres humanos normales poseemos un sentido numérico innato que nos permite
representar y procesar los estímulos numéricos no simbólicos presentes en el medio am-
biente, una habilidad que está presente incluso en etapas tan tempranas como a los pocos
días de nacido, y que es, además, independiente de la educación y el lenguaje. Esta habilidad para
responder a los estímulos numéricos visuales, sonoros o táctiles, es también compartido por varias
especies de animales. La cantidad de estímulos discretos que contienen los conjuntos de estímu-
los no simbólicos, se denomina numerosidad. Mediante experimentos estrictamente controlados,
los científicos han logrado determinar que muchas aves y otras especies de animales son capaces
de percibir la numerosidad de los estímulos sin la necesidad de un entrenamiento especial. Sin
embargo, también han logrado determinar que esta percepción no es exactamente precisa, ya que
esta precisión disminuye a medida que se incrementa la magnitud del número. Las aves, por ejem-
plo, solo pueden distinguir en forma correcta hasta 2 o 3 estímulos. Al igual que en los animales,
el sentido numérico en los seres humanos es también bastante limitado. Las investigaciones han
logrado determinar que el sentido numérico visual de un hombre civilizado promedio rara vez se
extiende más allá del cuatro. ¿Cómo hizo el ser humano para moverse más allá de un sistema nu-
mérico aproximado, propio de los animales? Aunque los bebes humanos han nacido con el mismo
sentido rudimentario observado en ratas y chimpancés, ellos poseen dos capacidades aritméticas
que rápidamente los han separado de del resto de animales. Uno es la habilidad del conteo. El otro
es el uso y la manipulación de símbolos que representan cantidades numéricas.

Como adultos educados utilizamos un sistema de símbolos abstractos culturalmente desarrollado


para representar las numerosidades exactas, en particular las palabras numéricas y los números
arábigos. Para llegar a alcanzar esta etapa, sin embargo, hemos tenido que pasar por una etapa
aparentemente transitoria en la que el conteo y el cálculo con los dedos era la actividad principal
cuando se trataba de representar y procesar las numerosidades. De hecho, el uso de los dedos
para representar la numerosidad es algo común en todas las épocas y culturas. Aún hoy en día, es
el único sistema que les permite a ciertas culturas primitivas realizar las actividades del conteo y
el cálculo.

Los niños utilizan sus dedos para contar espontáneamente, incluso si se les prohíbe hacerlo (ya sea
ocultando sus manos detrás de la espalda o debajo del pupitre), en la mayoría de las ocasiones mu-
cho antes de aprender a pronunciar la secuencia de las palabras numéricas. Además, la estrategia
del conteo con los dedos puede ser también utilizado por adultos diagnosticados con discalculia,
una enfermedad que no les permite a quienes lo padecen realizar una correcta representación
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numérica. Las ventajas del conteo con los dedos son evidentes: los dedos están fácilmente dispo-
nibles y son perceptualmente notables; la representación numérica con los dedos ayuda a sobre-
llevar la carga de la memoria de corto plazo; proporciona una relación uno a uno entre los objetos
a ser contado y sus representaciones; promueven la comprensión del sistema numérico de base
10 y permiten realizar operaciones aritméticas. Obviamente estas ventajas solo se hacen patente
cuando se trata de procesar números pequeños, de tal forma que un conteo con los dedos real-
mente eficaz está limitado a los números dentro del rango del 1 al 10. Los números más grandes
solo pueden ser representados en una forma menos perceptual: en forma simbólica. Sin embargo,
hasta inicios de nuestro siglo todavía existían manuales que ayudaba a los alumnos a contar con
dedos hasta el ¡9000!, existendo además en la actualidad técnicas para multiplicar con los dedos.

Gracias a sus diez dedos articulados, el ser humano ha podido alcanzar un éxito sorprendente en
el cálculo. Sin este instrumento de técnica numérica, el ser humano quizás no hubiera sido capaz
de avanzar más allá de su rudimentario sentido numérico. El conteo con los dedos es hoy un arte
olvidado entre las personas civilizadas, solamente utilizado por nuestros niños en su proceso de
aprendizaje o por nosotros mismos cuando en raras ocasiones deseamos enfatizar algún conteo
o alguna sucesión de acontecimientos (en primer lugar, esto, en segundo lugar, esto, etc.) El adveni-
miento de la escritura simplificó grandemente la numeración, y la universalización de la escuela
convirtió al conteo en un arte obsoleto y superfluo. Bajo estas circunstancias es normal subesti-
mar el papel que el conteo mediante los dedos ha jugado en el desarrollo de las matemáticas.

En años recientes, diversos estudios han reportado la existencia de una estrecha conexión entre la
representación de los dedos y el procesamiento numérico, sugiriendo que la representación de los
números mediante los dedos no es solo una etapa arbitraria y transitoria del desarrollo cognitivo.
A un nivel de los estudios de desarrollo, por ejemplo, el desempeño en la discriminación de los
dedos ha demostrado ser un buen predictor de las habilidades aritméticas. Consecuentemente,
algunos autores han sugerido que los dedos pueden ser “la herramienta perdida” que sustenta la
asimilación de las habilidades numéricas básicas o “el eslabón perdido” que permite la conexión
entre las numerosidades no simbólicas y la aritmética simbólica.

Desde una perspectiva neurocognitiva, el conteo con los dedos proporciona entradas multisen-
soriales que permiten obtener información sobre el aspecto cardinal y ordinal de los números. En
este punto de vista, el número de dedos y el ordenamiento que tienen en ambas manos permite
construir una representación externa de las magnitudes numéricas (cantidad de objetos, numero
de sonidos, etc.), de tal forma que esta representación sirve para resolver tareas de conteo y de
cálculo. Los dedos de la mano permiten así tener una representación encarnada o corporizada del
conteo. La importancia de la representación corporizada del conteo de la magnitud numérica esta
mayormente ilustrado por los hallazgos que sugieren que los niños ciegos e incluso los niños con
manos y antebrazos amputados utilizan sus manos y sus dedos (fantasmas) como un cuantifica-
dor externo, aunque menos frecuentemente y de una manera menos convencional que los niños
normales.

La representación numérica utilizando los dedos, parece ser un buen ejemplo de cognición encar-
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nada o corporizada. La cognición corporizada o encarnada (embodied cognition) agrupa un conjunto
de teorías que están basadas en la idea de que el conocimiento humano es un producto de la in-
teracción del sistema perceptual y el sistema motor en el mundo. Las formas de pensar, así como
las representaciones del conocimiento y los métodos para organizar y expresar la información, se
ven influenciados por los sistemas perceptuales y motores, incluyendo la forma y el movimiento
del cuerpo, los sistemas neuronales comprometidos con la planificación de la acción, y los sistemas
involucrados en la sensación y la percepción. De esta forma, todo nuestro conocimiento presente
es representado por una actividad sensorial y motora que también estuvo presente durante la
adquisición de este conocimiento. Como consecuencia de esto, incluso una actividad cognitiva
supuestamente abstracta como la cognición numérica reutiliza el substrato neuronal y hereda las
propiedades funcionales de procesos perceptuales y/o motores más básicos. Consistente con esta
suposición, los hábitos de conteo con los dedos y el procesamiento numérico interactúan incluso
en los adultos educados, cuestionando la supuesta la naturaleza abstracta de la representación
numérica.

El enlace entre la representación numérica y la representación de los dedos ha sido establecido


en diferentes estudios y experimentos. Por ejemplo, una línea de investigación ha sido investigar
la relación entre la gnosis de los dedos y las habilidades matemáticas. La gnosis de los dedos es la
habilidad para percibir y distinguir los dedos de nuestra propia mano sin una guía visual. Las típicas
pruebas para evaluar la gnosis de los dedos requieren ocultar la mano del participante de la vista
mientras que el examinador toca ligeramente uno o más dedos. Los participantes luego tienen que
identificar que dedo o dedos han sido tocados. Varios estudios han encontrado que una mejor
gnosis de los dedos está relacionada con altos niveles de competencia numérica.

Otra línea de investigación ha estudiado la influencia de los hábitos de la representación numérica


con los dedos en el procesamiento matemático, encontrando que estos influyen en el procesa-
miento numérico haciendo que se vean facilitados cuando la presentación del problema coincide
con los hábitos de conteo del participante. Además, estos hábitos de conteo (que incluyen con qué
mano empezar el conteo) proporcionan las bases para una representación espacial interna en la
cual, generalmente, las personas ubican los números pequeños en el lado de la mano con la cual
empiezan a contar, y los números grandes en el lado de la mano con la cual terminan el conteo.
También los estudios han encontrado que la magnitud numérica interfiere con la percepción de los
movimientos de agarre: la respuesta al agarre cerrado (preciso, abertura pequeña) se ve facilitado
por la proyección de números pequeños y la respuesta al agarre abierto (agarre de objetos grandes,
abertura grande) se ve facilitado por la proyección de números grandes. Lo opuesto también es
cierto: también los movimientos de agarre influyen en el procesamiento numérico, de tal forma
que los movimientos que imitan un agarre cerrado facilitan el procesamiento de los números pe-
queños, y los movimientos para agarrar cosas grandes, el procesamiento de los números grandes.
Incluso se ha observado estas interferencias de la magnitud numérica cuando las personas sim-
plemente observan o se imaginan un movimiento de los dedos para el conteo o el agarre, sin un
desempeño real. Además, los estudios realizados con imágenes cerebrales han encontrado que
el correlato neuronal de la representación de los dedos y la representación de los números están
localizados en área de la corteza cercanas o incluso, superpuestas, llegando a la conclusión de que
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los sistemas sensoriales y motores de los dedos son un componente intrínseco del procesamiento
numérico en el cerebro.

El objetivo de este libro es presentar las evidencias de que el sistema sensorial y motor de los
dedos han jugado (y juegan) un papel importante no solo en el proceso de asimilación de los
fundamentos del procesamiento numérico y el cálculo durante la niñez, sino que su influencia se
manifiesta incluso (de manera inconsciente), durante los procesos numéricos realizados por las
personas adultas educadas. De esta forma, este libro pone en entredicho la antigua y extendida
creencia de que la representación y el procesamiento numérico son los máximos exponentes de
la manipulación simbólica abstracta de la cognición humana, resaltando el hecho de que los pro-
cesos mentales no son una función exclusiva del cerebro, sino que es un proceso en el cual se ven
comprometidos diversas partes de nuestro cuerpo. Para este fin, se han revisado artículos que han
utilizado distintas metodologías, provenientes de distintas ramas del saber humano como neuro-
científicos del desarrollo, conductuales, educacional y estudios neurológicos trans-culturales. Las
preguntas que pretende responder este libro son los siguientes: ¿El conteo con los dedos es solo
una etapa transitoria y prescindible en el proceso la adquisición de la representación numérica
simbólica o por el contrario es una etapa necesaria? ¿Cuáles son los correlatos neuronales de la
relación dedos/número en el cerebro? ¿el conteo con los dedos influye en el procesamiento numé-
rico de los adultos? ¿Cómo pueden ser clasificados los sistemas de conteo con los dedos y como
los diferentes sistemas de conteo con los dedos influyen en la cognición numérica a través de las
culturas y poblaciones? ¿El conteo con los dedos debería ser alentado o desalentado en la educa-
ción matemática? ¿Cómo están enlazados los trastornos en la gnosis de los dedos y las habilidades
matemáticas?

En la primera parte de este libro se relata la historia del conteo con los dedos a través de las distin-
tas etapas de la historia, en distintas épocas y culturas. En la segunda parte, se muestra la relación
existente entre el reconocimiento de nuestros dedos (gnosis de los dedos) y el procesamiento
matemático. En la tercera parte se establece la existencia de un efecto de la magnitud numérica
en la abertura de agarre de la mano, y viceversa. La cuarta parte proporciona las pruebas de que
el conteo con los dedos influye en la aritmética desde la niñez hasta la adultez. Finalmente, en la
quinta parte, se señalan las relaciones anatómicas y funcionales de los correlatos neuronales del
procesamiento de los dedos y el procesamiento numérico en el cerebro.
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Una historia que se
empezó a
contar con los
dedos
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1.1 Los dedos en la historia de la aritmética

L
a historia de cómo el ser humano llegó a concebir el concepto de número es una historia fasci-
nante que se ha desarrollado en distintos niveles y de una manera sorprendentemente no lineal.
Esta historia a menudo ha involucrado muchas soluciones inesperadas, callejones sin salida, re-
trocesos necesarios y también, por supuesto, ideas ingeniosas y éxitos extraordinarios que luego han
tenido una repercusión de gran alcance. Esto se debe a que las matemáticas, a pesar que muchas
personas piensan lo contrario, no son un cuerpo rígido de conocimiento. Sus objetos, y hasta incluso,
sus modos de razonamiento, han evolucionado en el transcurso de muchas generaciones. Al igual
que las ciencias experimentales, sus construcciones han sido erigidas mediante el ensayo y el error.1
El resultado de esta construcción histórica ha sido la creación de un mundo numérico hermosamente
concebido y totalmente cristalizado en el siglo pasado. Desde entonces, se han añadido algunas ideas
nuevas y algunas otras se han refinado, pero nuestra concepción básica de los sistemas numéricos
está hoy en día firmemente establecida.2

Todos estamos de acuerdo en considerar a los números como una construcción extraordinariamente
útil para describir y representar el mundo que nos rodea. Sin embargo, sus orígenes siguen siendo os-
curos. Muchos artefacto o ideas de difícil concepción, tales como el alfabeto o los circuitos impresos
fueron inventados solo una vez y luego se difundieron por el mundo. La primera posibilidad entonces
es que la invención de los números se debiera a la genialidad de un ser humano iluminado, en un lu-
gar específico y que luego se difundiera a las demás regiones. Otra posibilidad es que haya sido una
invención que surgió en diversas regiones y culturas en forma independiente bajo las circunstancias
adecuadas. Una tercera posibilidad es que la idea de números no sea del todo una invención, sino que
su percepción es en realidad una habilidad innata intrínseca a la naturaleza humana, como la habilidad
para ver los colores o escuchar los sonidos.3,4

Es probable que los primeros humanos pudieran comparar cantidades relativamente grandes antes
que pudieran aprender el algoritmo del conteo. A menudo se requiere menos técnica para comparar
dos conjuntos que para contarlos, por lo que no es necesario un gran desarrollo intelectual. Tobias
Dantzig5 sostiene que el hombre, aun en las etapas inferiores de desarrollo, posee una facultad que,
a falta de un mejor nombre, llama sentido numérico. Esta facultad le permite reconocer que algo ha
cambiado en una colección pequeña cuando, sin su conocimiento directo, un objeto ha sido removido
o añadido a dicha colección. Afirma este autor que el sentido numérico no debe ser confundido con
el conteo, el cual es una actividad exclusivamente humana con una aparición posterior que implica
procesos mentales más complicados. Los animales no han sido capaces de desarrollar el proceso de
conteo, pero si poseen un sentido numérico rudimentario semejante al que poseen los seres huma-
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Figura 1. Variedades del conteo básico hasta el 10 con los dedos. Tomado de Dehaene (2011) 1
13
Rubén Espinoza Cóndor
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Figura 4. La tribu de los Yupno, al igual que muchos de sus vecinos en Papua Nueva Guinea, no tienen palabras especiales
para los números, sino que utilizan las partes de su cuerpo y los nombres de las partes del cuerpo para contar. Se piensa
que incluso, las modernas palabras numéricas europeas fueron derivados de los nombres de las partes del cuerpo. Tomado
de Butterfort (1999)4
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1.2 El cardinal y el ordinal de un numero

C
uando las personas sienten la necesidad de simbolizar la noción de número, pueden escoger
entre dos procedimientos diferentes. El primer procedimiento, denominado “cardinal” consiste
en adoptar un símbolo estándar para el 1 y utilizarlo tantas veces como unidades existan en el
número considerado. El otro procedimiento se denomina “ordinal” y consiste en asignar a los números
enteros consecutivos, empezando con el 1, símbolos distintos no relacionados unos con otros. A pesar
de su aparente simplicidad, el primer procedimiento, no permite un avance en la aritmética ya que
requiere la repetición continua de un símbolo estándar. El segundo procedimiento también entraña
un problema: parece que se requeriría de una invención continua de nuevos símbolos numéricos,
¡un símbolo diferente para cada número! El hecho de que el ser humano haya encontrado formas de
superar ambas dificultades, habla muy bien del grado de ingenio de la mente humana. Estos dos pro-
cedimientos generan dos formas distintas de entender el número final del conteo: como un número
que representa la cantidad total (número cardinal) o como un número que representa el orden en que
está ubicado el último elemento contado (número ordinal). Además, hay que tener en cuenta que la
numeración cardinal solo se apoya en el principio de representación (mapeo), mientras que la nume-
ración ordinal requiere tanto la técnica del emparejamiento como la idea de sucesión. Un ejemplo
de estos dos aspectos del número nos los da el número 31. Podemos decir “Enero tiene 31 días”. El
numero 31 representa el número total de días del mes de enero, por lo tanto, en esta expresión 31 es
un numero cardinal. Pero si escuchamos “la próxima reunión es el 31 de enero”, el numero 31 no está
siendo utilizado en su aspecto cardinal, sino que se utiliza como el orden de un elemento especifico,
en este caso el último elemento de un conjunto que contiene 31 elementos.

Los dedos que el ser humano posee es el instrumento ideal que le ha permitido al ser humano pasar
en forma imperceptible de los números cardinales a los números ordinales. Si necesita mostrar que
un conjunto contiene tres, cuatro, siete o diez elementos, alza o dobla simultáneamente tres, cuatro,
siete o diez dedos, utilizando sus manos como una representación cardinal. Si quiere contar uno por
uno los mismos elementos entonces alza o dobla simultáneamente tres, cuatro, siete o diez dedos en
sucesión, utilizando sus manos como una herramienta para el conteo ordinal. Incluso puede utilizar
estos dos procedimientos en forma simultánea, sin percatarse de ello. Las pruebas irrefutables de
este origen del conteo se haya presente en casi la totalidad de las lenguas primitivas. En la mayoría de
estas lenguas el número “cinco” es expresado por la palabra “mano”, el número “diez” por “dos manos”
o a veces por la palabra “hombre”. Incluso, hoy en día es posible escuchar la expresión “véndame una
mano de plátanos”. También hay que recordar que la palabra dígito (cifra) etimológicamente tenía el
significado de dedo (recordemos que existen las huellas “digitales”, las huellas del dedo). Además, en
algunas lenguas primitivas las palabras que designan a los cuatro primeros números son los mismos
con los que se designan a los cuatro dedos. La mayoría de las lenguas civilizadas han sufrido un proce-
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1 2 3 4 ETC.
PRIMER PRINCIPIO

uno uno-uno uno-uno-uno uno-uno-uno-


uno
SEGUNDO PRINCIPIO

pulgar índice dedo medio dedo tercio

uno dos tres cuatro

Figura 7 . Los procedimientos “cardinales” y “ordinales” para representar los números enteros. Tomado de Ifrah (1985)9
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1.3 Los dedos y los números enteros


positivos

A
lgunos psicólogos del desarrollo19 creen que los números enteros positivos (1,2,3,4,5…) cons-
tituyen la fundación psicológica desde el cual han surgido los otros conceptos numéricos. La
aparente facilidad de la adquisición individual y la facilidad de su difusión cultural parece indi-
car que los números enteros positivos podrían constituir un dominio propio de un módulo conceptual.
Sin embargo, como hemos visto, el sentido numérico solo realiza representaciones aproximadas que
se vuelven más imprecisas a medida que se incrementa la numerosidad. Por consiguiente, los números
enteros positivos deben ser una invención cultural. Si bien es cierto que todos los lenguajes tienen
palabras para designar a los números, también es cierto que existe una considerable variación en el
grado de su elaboración: algunas culturas tienen un elaborado sistema de palabras numéricas mien-
tras que otros tienen un vocabulario de palabras numéricas bastante limitado. Recientes investigacio-
nes han demostrado la existencia de sociedades con cierto grado de cultura que no poseen conceptos
numéricos discretos. Estos estudios indican que no es suficiente la presencia de palabras numéricas
para promover una representación exacta de las numerosidades. Tampoco basta con utilizar los dedos
de la mano para alcanzar un dominio de la aritmética exacta y desarrollar una rutina de conteo exacto.
Existe una representación no verbal de los números proporcionada por nuestro sentido numérico in-
nato, pero la competencia aritmética se ve profundamente transformado una vez que el niño adquiere
un sistema de símbolos numéricos. En este sentido, el lenguaje juega un rol esencial en enlazar la
representación no verbal para crear el concepto de un número grande y exacto.19,20

Estudios recientes indican que las tribus de la Amazonía con un vocabulario numérico limitado (menos
de cinco palabras) solo hacen un uso rudimentario de sus dedos para contar.19,20 La tribu amazónica
de los Mundurukús, por ejemplo, solo conoce los números “uno-dos-varios”, no tiene una secuencia de
conteo para los numerales y aunque algunos de sus pobladores poseen una rudimentaria habilidad
para contar con los dedos, la utilizan muy poco. En estas poblaciones, el fracaso en el desarrollo de
estrategias de conteos basados en los dedos puede estar relacionado con el uso poco frecuente de los
números o por la falta de educación.12

Los mundurukus no utilizan sus numerales en una secuencia de conteo o para referirse a cantidades
precisas. Generalmente pronuncian un numeral sin contar, aunque (si se les pide hacerlo) algunos de
ellos pueden contar muy lentamente y no verbalmente emparejando sus dedos de la mano y los dedos
del pie con el conjunto de puntos mostrados. Con la excepción de las palabras para el 1 y el 2, todos
los numerales son utilizados en relación con un rango de cantidades aproximadas antes que el sentido
de un número preciso. Por ejemplo, la palabra para 5, el cual puede ser traducido como “una mano” o
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El conteo con los dedos en el
Paleolítico Superior

L
os investigadores han tratado de interpretar funcionalidad de la mano, generalmente removiendo
el significado de las impresiones de manos primero el dedo meñique, luego el dedo anular, y así
encontradas en las cuevas del Paleolítico Su- sucesivamente preservando el pulgar, el índice y los
perior desde el mismo momento en que fueron des- dedos principales. Este mismo autor también ha esta-
cubiertas. Típicamente, las impresiones de manos del blecido que las mutilaciones de los dedos producidos
Paleolítico Superior fueron realizadas utilizando una por las practicas históricas son inconsistentes con los
de dos técnicas, ya sea presionando una mano pin- patrones encontrados en las cuevas del Paleolítico Su-
tada contra la pared de la cueva (creando la impre- perior, específicamente, con las impresiones de manos
sión de una mano positiva, la mano misma marcada encontradas en Gargas, Aventignan, en los Pirineos,
en la superficie pintada) o utilizando la mano como las cuales han sido datadas con una antigüedad de 27
una plantilla mientras se sopla o se unta pintura al- 000 años, ya que las impresiones carecían frecuente-
rededor de él (una impresión negativa de la mano o mente del dedo índice y los dedos principales en vez
plantilla, el contorno de la mano). Se han propuesta de los dedos menique y anular; lo que lo ha llevado
diversas explicaciones sobre las razones por las que a sugerir que las impresiones han sido producidas no
las manos fueron impresas: como el producto de ri- mediante mutilaciones sino mediante manos intactas
tuales shamanísticos, cono recuerdos, señales, regis- y con los dedos doblados, quizás con la intención de
tros de crecimiento o simples decoraciones, incluso formar un código.
como imágenes de signos con dedos utilizados para
una comunicación no verbal similares a los utilizados El contexto social de las impresiones de manos de las
por los cazadores modernos. cuevas de Cosquer y Gargas era muy rico. Contenían
artefactos materiales sugestivos de cuantificación y
Otros análisis se han enfocado en las razones de por astronomía, arte representacional, herramientas líticas
qué algunos de los dedos de las manos impresas pa- complejas, materiales exóticos en bruto que sugieren
recen ser más cortas de lo normal. Las primeras in- viajes y comercio, ornamentos hechos de una variedad
terpretaciones especulaban que los dedos cortos pu- de materiales. Una interpretación conservadora de las
dieron haber representado mutilaciones realizados en impresiones apoya la idea de una sociedad con núme-
rituales (amputación intencional) o mutilaciones no ros para las cantidades pequeñas, quizás en camino
intencionales causadas por el congelamiento o los ac- de inventar los conceptos explícitos de las cantidades
cidentes de caza. En una revisión de las mutilaciones más grandes. Además, la ubicación de las impresiones
ritualizadas de los dedos Luquet (1938) ha anotado de Cosquer y Gargas en subterráneos medianamente
que era una costumbre prevalente y ampliamente do- inaccesibles sugiere una tradición esotérica que pue-
cumentada en poblaciones actuales, practicadas por de ser consistente con los temas culturales o con la
razones tales como el luto, sacrificio, propiciación, restricción del conocimiento numérico a un grupo de
protección, expiación, castigo o rito de iniciación. prestigio.
Luquet (1936) ha anotado también que la mutilación
intencional tiende a sacrificar los dedos en una forma Los “enteros” de Cosquer y Gargas son bastante con-
que preserva (en la medida de lo posible) la fuerza y sistentes con las modernas prácticas del conteo con
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los dedos que muestran tendencias tras-culturales re- lucrando una sola mano en un sistema uni-dimensio-
lacionadas con la corporización del sistema percep- nal y acumulativo y puede indicarnos una sociedad
tual para las cantidades con 10 dedos. Estas impresio- trascendiendo las restricciones de la subitizacion (co-
nes pueden representar la intención de cuantificar de nocimiento instantáneo de las cantidades menores a
(a) una manera menos ambigua que solamente utilizando 4 o 3) para desarrollar un concepto emergente del 5
los artefactos materiales, y deberían ser considerados y posiblemente contar hasta el 20 o más (al menos
en el contexto de los artefactos ya conocidos capa- no verbalmente) cuando también se utilizaban imple-
ces de representar las cantidades. El conteo con los mentos materiales.
dedos en Cosquer y Gargas probablemente procedía
desde el pulgar (1) hasta el dedo meñique (5), invo-

Figura 1. (a)Plantilla de una mano humana de la gruta Cosquer, datada hace 27.000 aP, tal como se expone en el Mueso
nacional de Arqueología de Saint-Germain-en-Laye, Francia. (b) Réplica de las manos en negativo pintadas en las pare-
des de la cueva de Gargas (en francés, Grottes de Gargas) situada en la región de los Pirineos de Francia, conocida por su
arte rupestre del período Paleolítico superior, de hace cerca de 27.000 años. Tomado de Overmann (2014)30
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Referencias de la primera parte

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El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

21

2
Percibir y discriminar
nuestros dedos:
los primeros pasos para el
conteo y la aritmética
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

22

2.1 La gnosis digital o el conocimiento


de nuestros dedos

E
n 1942, en Alemania, el neurólogo Josef Gerstmann se encontró con una paciente adulta con
un cuadro clínico muy particular: la paciente no era capaz de nombrar sus propios dedos o se-
ñalarlos cuando se le pedía hacerlo. Las pruebas realizadas con esta paciente revelaron que esta
paciente también tenía dificultades para distinguir su mano derecha de su mano izquierda, o la mano
izquierda o derecha de otra persona. Además, esta paciente se desempeñaba muy mal en las pruebas
de cálculo y tenía dificultades para escribir espontáneamente. Mediante el análisis de imágenes ce-
rebrales se encontró que la fuente de estos síntomas provenía de una lesión cerebral localizado en el
giro angular izquierdo. Por primera vez en la historia se encontraba evidencia de la existencia de una
relación entre los dedos y la aritmética.

Los síntomas anteriormente descritos se agrupan en lo que hoy en día se conoce como el síndrome
de Gerstmann, un clásico desorden compuesto por cuatro alteraciones neuropsicológicas: acalculia
(deterioro de las habilidades aritméticas), agnosia digital (incapacidad para identificar los dedos), con-
fusión derecha/izquierda, y agrafía. Según Gerstmann:

“El cuadro clínico de la agnosia digital es característico. Un paciente con esta incapacidad no se puede
orientar con respecto a los dedos individuales de su propia mano. No puede reconocerlos de ninguna
forma correspondiente a la normal; no puede diferenciar sus dedos en absoluto o en forma parcial (el
pulgar y el índice, el medio,el anular y el meñique); no puede nombrarlos correctamente, no puede indi-
car un dedo específico cuando se le pide y no puede imitar los movimientos de los dedos del examinador,
y comete errores garrafales durante las pruebas respectivas. Esto ocurre a pesar que el paciente posee
los conocimientos teóricos sobre las manos y los dedos y a pesar de la ausencia de cualquier alteración
en la comprensión general óptica y táctil, a pesar que se le guía visualmente y a pesar también de la au-
sencia de cualquier interferencia motora o desorden sensorial. La agnosia digital esta también asociado
con la desorientación para la derecha izquierda (el paciente tiene la incapacidad de distinguir la derecha
de la izquierda en el espacio y con respecto a los objetos externos a su cuerpo y generalmente también, o
al menos en la mayoría de los casos, con una incapacidad para escribir (agrafia). La cuarta característica
del síndrome es la incapacidad para realizar cálculos (acalculia). Este puede involucrar solo operaciones
aritméticas con números más o menos complejos o puede incluso incapacitar al paciente para realizar
operaciones con números simples”.1

Para Gerstmann la coincidencia entre la agnosia digital, la desorientación derecha-izquierda, y la agra-


fia y la acalculia, es comprensible si uno recuerda que los dedos individuales y su lateralidad dere-
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

23
Cognición corporizada o encarnada

L
a cognición corporizada o encarnada (embo- información motora presente durante la experiencia
died cognition) agrupa un conjunto de teorías sensoriomotora real. Para dar un ejemplo concreto,
que están basadas en la idea de que la cogni- en una investigación relacionada con individuos con
ción humana es producto de la interacción del sistema y sin habilidad en una actividad motora tal como la
perceptual y el sistema físico del cuerpo con el mun- danza, los individuos con habilidad para la danza que
do. Las formas de pensar, así como las representacio- observaron videos de danza mostraron una activación
nes del conocimiento y los métodos para organizar y mayor de las regiones del cerebro que realizaban esta
expresar la información, se ven influenciados por los acción motora en comparación con los individuos que
sistemas perceptuales y motores, incluyendo la forma no tenían habilidades para la danza del ballet. Estas
y el movimiento del cuerpo, los sistemas neuronales representaciones neuronales que son el resultado de
comprometidos con la planificación de la acción, y interacciones físicas pueden representar una forma de
los sistemas involucrados en la sensación y la per- cognición encarnada “offline” que puede trasferir el
cepción. La cognición encarnada implica un ciclo aprendizaje obtenido de las acciones físicas a tareas
percepción-acción en el cual la conducta consiste en no físicas.
una sucesión de reacciones motoras que se adaptan
a los cambios medioambientales externos (objetos Existe una amplia evidencia de que los diferentes as-
movibles) e internos (motivaciones). Este ciclo de pectos de las matemáticas son encarnados. Un primer
percepción-acción que subyace a la cognición encar- ejemplo es el uso de los dedos para contar y resolver
nada también se aplica a las representaciones visua- problemas aritméticos. Es bastante común observar
les y simbólicas. Por ejemplo, cuando se utiliza una que los niños utilizan sus dedos en combinación con
imagen mental para entender la posición de objetos las tareas aritméticas. Tal observación no sorprende
tri-dimensionales después de una rotación o cuando dado el hecho de que los dedos están perfectamente
se simulan acciones durante el aprendizaje de un idio- disponibles y cubren el rango numérico dentro del
ma. También los gestos son una consecuencia de las cual los niños empiezan el conteo y la aritmética. Este
acciones simuladas y la precepción. Si bien es cierto uso de los dedos es una manifestación de la cognición
que el movimiento de las manos puede claramente ser encarnada y en el caso del conteo se la ha denominado
considerado como una acción, esta acción no tiene como numerosidad encarnada. El enlace entre la re-
un efecto directo en el mundo, por lo que pueden ser presentación numérica y la representación de los de-
considerados acciones representacionales. Además, dos ha sido establecido en diferentes estudios y expe-
la cognición encarnada también extiende el ciclo per- rimentos. Por ejemplo, una línea de investigación ha
cepción-acción a las representaciones neuronales que sido investigar la relación entre la gnosis de los dedos
conectan las acciones previas con el pensamiento. De y las habilidades matemáticas. La gnosis de los dedos
acuerdo al sistema simbólico perceptual, las represen- es la habilidad para percibir y distinguir los dedos de
taciones neuronales de los eventos están basados en nuestra propia mano sin una guía visual. Las típicas
estados del cerebro que fueron activados en el pasa- pruebas para evaluar la gnosis de los dedos requieren
do durante la percepción real y la interacción con los ocultar la mano del participante de la vista mientras
objetos y los eventos en el mundo real. Se cree que que el examinador toca ligeramente uno o más de-
los símbolos perceptuales son trazas multimodales de dos. Los participantes luego tienen que identificar que
una actividad neuronal que contiene al menos alguna dedo o dedos han sido tocados. Varios estudios han
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

24

2.2 Dos puntos de vista opuestos con respecto al


conteo con los dedos: neurólogos y educadores

E
l uso de los dedos para representar los números tiene un impacto muy importante en la cogni-
ción numérica. Diversos estudios en cognición numérica, realizadas en diversas poblaciones y
culturas y con diferentes grupos etarios han llegado a la conclusión de que los dedos tienen un
papel funcional en el desarrollo de un sistema de conteo maduro. Estas investigaciones han permitido
establecer que los dedos:

1. Proporcionan una representación icónica de los números29


2. Permiten llevar la cuenta de las palabras numéricas pronunciadas mientras se recita la se-
cuencia de conteo30
3. Sustentan el establecimiento del principio de correspondencia uno a uno31 ayudando a los
niños a coordinar el proceso de etiquetado (atribuir una palabra de conteo a cada elemento) y
la partición (aislar los elementos ya contados de aquellos que faltan contar)32
4. Sustentan la asimilación del principio de orden estable (las etiquetas numéricas tienen que
ser enumerados en el mismo orden a través de la secuencia de conteo) propiciando el surgi-
miento de una rutina para enlazar los dedos con los objetos en un orden secuencial estable-
cida culturalmente33
5. Sustentan la comprensión del principio de cardinalidad (el último número pronunciado mien-
tras se cuenta determina el número total de objetos en un conjunto) llevando a los niños a
alcanzar siempre el mismo dedo cuando cuentan un numero especifico de elementos29
6. Promueven la comprensión del sistema numérico de base 10 (ya que en nuestras manos po-
demos representar los números como una suma y/o un múltiplo de 10)34
7. Permiten realizar operaciones aritméticas35,36

En línea con estas aseveraciones, diversos estudios han reportado la existencia de una estrecha cone-
xión entre la representación de los dedos y el procesamiento numérico. A un nivel de los estudios de
desarrollo, por ejemplo, el desempeño en la discriminación de los dedos ha demostrado ser un buen
predictor de las habilidades aritméticas.4,11 Consecuentemente, algunos autores han sugerido que los
dedos pueden ser “la herramienta perdida” que sustenta la asimilación de las habilidades numéricas
básicas37 o “el eslabón perdido” que permite la conexión entre las numerosidades no simbólicas y la
aritmética simbólica.29

A pesar de que todas las investigaciones resaltan el hecho concluyente de que los dedos cumplen un
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

25
Referencias de la segunda parte

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10. Costa, A.J., Lopes Silva, J.B., Pinheiro Chagas P., Krinzinger, H., Lonnemann, J., Willmes, K, ...
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Frontiers in Psychology, 2.
11. Noël, M.P. (2005). Finger gnosia: A predictor of numerical abilities in children? Child Neu-
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13. Penner-Wilger, M., Fast, L., LeFevre, J.A., Smith-Chant, B., Skwarchuk, S.L., Kamawar, D., et al
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El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

26

3
Cómo es posible
“agarrar” los números
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

27

3.1 Efecto de la magnitud numérica en la


abertura de agarre de la mano

U
tilizar los dedos para contar o calcular es un tipo de conducta motora que podría servir de enla-
ce funcional entre dedos y números. La magnitud numérica y la representación del movimiento
de los dedos involucrado en la acción de agarre, se influyen uno al otro. Esto sugiere que el
mecanismo sensorio-motor del acto de agarrar un objeto puede ser el mecanismo subyacente al pro-
cesamiento numérico, debido presumiblemente a que ajustar la apertura del agarre al tamaño del ob-
jeto requiere calcular una magnitud estimada interna.1 La hipótesis de una relación entre los números
y el movimiento de los dedos proviene de las investigaciones realizadas con imágenes cerebrales que
han encontrado que el procesamiento aritmético, la comparación numérica y el procesamiento cuan-
titativo de estímulos no-numéricos (puntos) activan áreas parietales y premotoras que también están
involucradas en la manipulación o el agarre de los objetos.2-4 Aunque la magnitud de tal superposición
todavía está en debate, es plausible pensar que las redes neuronales involucradas en la codificación
de los valores numéricos también contribuyen al proceso de transformar el tamaño de un objeto en
una postura determinada de las manos. Los seres humanos usamos los dedos para contar, pero tam-
bién lo utilizamos para expresar o representar el tamaño de los objetos, por ejemplo, cuando abrimos
desmesuradamente los brazos para representar un objeto muy grande o cuando casi juntamos el dedo
índice y el pulgar para representar una cosa muy pequeña. Una teoría reciente que trata de explicar el
procesamiento de las magnitudes en la corteza parietal sugiere que las cantidades físicas y numéricas
son calculadas de acuerdo a una métrica común para la accion.5 Esta teoría predice efectos de interfe-
rencia entre las diferentes magnitudes. Debido a que el ajuste de la abertura del agarre al tamaño del
objeto requiere la estimación de una magnitud implícita (debemos estimar el tamaño de la abertura
de nuestras manos), este ajuste, según la anterior teoría, debería ser susceptible a la interferencia de
las magnitudes numéricas.

Los experimentos han confirmado que existe una interferencia del procesamiento de las magnitudes
numéricas en el ajuste de la abertura del agarre. Se ha demostrado que los números pequeños retra-
san la iniciación del movimiento de los dedos cuando la respuesta requiere un agarre abierto, mientras
que los números grandes retardan el inicio del movimiento cuando la respuesta requiere un agarre
cerrado.

Andres y col. (2004)6 realizaron un experimento en el cual los participantes tenían que realizar ya sea
un agarre abierto o un agarre cerrado dependiendo de si el número visualmente mostrado era par o
impar. A 26 estudiantes franceses se les presento dígitos arábigos desde el 0 hasta el 9 en el centro de
una pantalla de computadora, mientras permanecían sentados frente a la computadora con la mano
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

28

"impar" "par"

Figura 1. (a) Representación esque-


mática de la postura del sujeto. (b)
Ilustración de las dos posturas de
movimiento que debían ser conside-
rados como respuestas: los números
pares se respondían mediante un
agarre cerrado y los números impa-
res mediante un agarre abierto. (c)
Registro electromiográfico corres-
pondiente a las pruebas. Tomado de
Andres y col. (2004)6

Figura 2. Diferencias en el tiempo


de reacción (dRTs) entre los dos
movimientos (agarre cerrado-agarre
abierto) como función del número
presentado. Los valores negativos
indican una reacción relativamente
más rápida para el agarre cerrado
y los valores positivos indican una
reacción relativamente más rápida
para el agarre abierto. Tomado de
Andres y col. (2004)6
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

29

Figura 4. La abertura del agarre cuando se agarra un bloque de madera con un número pequeño o grande impreso en la
cara visible. Los números grandes inducen un incremento en la abertura del agarre durante las primeras etapas del mo-
vimiento (ilustrado por la razón gris-blanco de los rectángulos) este efecto disminuye progresivamente a medida que la
mano se aproxima al objeto. Tomado de Andres y col. (2008)13
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

30

3.2 Efecto de los movimientos de agarre en el


procesamiento de la magnitud numérica

L
a activación del proceso de estimación de las magnitudes también fluye desde la percepción de
los movimientos de agarre hacia el procesamiento de las magnitudes numéricas. Los movimientos
que imitan un agarre cerrado facilitan el procesamiento de los números pequeños,12,14 y la simple
observación de objetos que pueden ser agarrados (vasos, almendras, pelotas) acelera la estimación
numérica comparado con los objetos que no pueden ser agarrados (átomo, ADN, cactus, llamas), su-
giriendo que la representación de las proporciones de los objetos y los números comparten un mismo
sistema de estimación de las magnitudes.15 Las investigaciones de Badets y Pesenti12,14,16 por ejemplo,
han revelado la existencia tanto de una interacción número-agarre que se dirige desde la expresión
semántica hacia la acción motora como una interacción número-agarre que se dirige desde la acción
motora hacia la expresión semántica. En estos estudios, se les pedía a los participantes determinar si
un numero era par o impar en función ya sea de una observación subsecuente (semántica a motora)
o de una observación previa (motora a semántica) de una acción de agarre cerrado o abierto.12 En la
condición semántica a motora, se observaron unas respuestas más rápidas para los números peque-
ños cuando se observaban agarres cerrados, mientras que observo una respuesta más rápida para los
números grandes después de la observación de agarres abiertos. En las condiciones motoras a semán-
ticas, solo la observación de agarres cerrados influyó en el procesamiento numérico. Hay que resaltar
que las acciones que simulan una mano no biológica no influyeron en el procesamiento numérico,
demostrando que el efecto no surge solamente a partir de la observación de las acciones de cerrar/
abrir de la mano, sino que requiere de un contexto en la cual la acción este dirigida a un objeto. Tam-
bién se ha observado que solamente los objetos grandes/pequeños que pueden ser agarrados (una
almendra o un coco) pueden interferir con el procesamiento numérico, mientras que la observación de
objetos grandes/pequeños que no pueden ser agarrados físicamente (un átomo o un cactus) no tienen
ningún impacto en el procesamiento numérico.15 En este último estudio, el impacto de la acción sobre
el procesamiento numérico estuvo por lo tanto mediado por el tamaño físico del objeto facilitando ya
sea un agarre pequeño o grande.

Sin embargo, aún está en discusión si cualquier acción de cerrar/abrir la mano puede producir una
interacción con la magnitud numérica o si solo las acciones biológicas relacionadas con la aprehen-
sión de objetos pueden producir esta interacción. Ciertamente, otros estudios han demostrado que el
movimiento de apertura de la boca interactúa con el control del movimiento de apertura de la mano,17
y de que las acciones de la mano y la boca comparten algún substrato neuronal.18 Esto se realiza con
el objetivo de implementar correctamente tanto el movimiento de agarre como el movimiento de in-
gesta, el cual necesario para emparejar el tamaño de los trozos de comida con la amplitud de la mano
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

31

"cuatro"

"nueve"

"seis"

"uno"

Figura 6. Secuencia temporal de los ensayos posibles en las condiciones de agarre de los dedos (el cual fue el mismo para
las otras condiciones de acción). En cada prueba, los estímulos en la posición neutral se mostraron y se cambiaron ya sea
hacia una postura cerrada, abierta, azul o roja. Tomado de Grade y col. (2016)22
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

32

3.3 La interacción entre el espacio, los


números y las manos

N
uestra interacción con el mundo depende de que seamos capaces de percibir y entender el
espacio, el tiempo y los números. Estos tres dominios experimentales están sistemáticamen-
te entrelazados en la conducta, el lenguaje y el cerebro. Dos teorías han tratado de explicar
esta interacción. Walsh (2003)5 postula una representación de dominio general de las magnitudes y
argumenta que la interacción conductual que se observa entre los tres dominios se debe a que estos
dominios comparten los mismos recursos neuronales en el cerebro. Esta propuesta se denomina Una
teoría de la Magnitud (ATOM, por sus siglas en ingles). La teoría ATOM afirma que este substrato neu-
ronal compartido proporciona beneficios adaptativos ya que permite la coordinación de las distintas
magnitudes que son relevantes para la acción.5,25 Por ejemplo, cuando los animales humanos y no-hu-
manos quieren coger un montón de semillas, la magnitud es relevante para percibir cuantas semillas
hay y a que distancia se encuentra el montículo. Estas magnitudes numéricas y espaciales, a su vez,
determinan la apertura del agarre y la distancia de alcance. En general, todo tipo de acción, incluyendo
agarrar, lanzar, señalar y correr, requiere una múltiple coordinación simultanea del espacio, el tiempo
y la magnitud numérica. De acuerdo a la teoría del ATOM, además, la capacidad humana para contar
y calcular (el cual involucra operaciones que pueden ser caracterizados en términos de “más que” y
“menos que”) también dependen de este antiguo sistema de magnitudes.25

Por otro lado, La Teoría de la Metáfora conceptual (CMT, por sus siglas en inglés) establece que somos
capaces de entender los dominios abstractos porque los podemos representar en base a la compren-
sión que tenemos de los dominios concretos, tales como el espacio físico.26,27,28 La teoría CMT tuvo
como origen el estudio de las conductas lingüísticas.30 Por ejemplo, a pesar que los números abstrac-
tos literalmente carecen de altura y que los cambios en las magnitudes numéricas no involucran un
movimiento literal, las personas pueden describir a los números como altos o bajos, pequeños o grandes
y pueden expresar los cambios en las cantidades numéricas (los precios, los impuestos, las tasa de
interés) con términos como subiendo o bajando.29,30 Lo mismo sucede con el tiempo, así, es posible es-
cuchar las expresiones: estuve esperándote por un largo rato, se aproxima el fin de semana, las navidades
ya pasaron. En estos casos, estamos describiendo los eventos temporales en términos del movimiento
y el espacio. Un postulado central de la teoría CMT es que estas metáforas lingüísticas sistemáticas,
no son simples herramientas estilísticas, sino que reflejan representaciones conceptuales arraigadas
en diversos dominios cognitivos. De acuerdo con la teoría CMT, entendemos y hablamos de los do-
minios del número y el tiempo (denominados dominio objetivo) representándolos por medio del domino
espacial (denominado dominio fuente). Por ejemplo, los números y la aritmética se basan en un siste-
ma de metáforas espaciales complementarias tales como LOS NUMEROS SON COLECCIONES, LOS
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

33

Indicadores de
dirección

Figura 2. Condiciones y estímulos. Dos arcos (A) fueron


Números
colocados lateralmente con respecto a la posición de los
simbólicos participantes. Se colocaron dos cámaras para rastrear el
movimiento cinemático de los miembros superiores del
participante (B) se pinto con un marcador infrarrojo el
dedo índice de los participantes (C) Los participantes se
Números colocaron al frente de un monitor llevando un pequeña
no simbólicos zapatilla de futbol, al frente de una pequeña pelota de
plástico (D). (E) Los tres tipos de estímulos utilizados en
el experimento. Tomado de Rugani y col. (2017)35
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

34
Una teoría de la magnitud

L
as investigaciones sobre la percepción del espa- coordinadas para la acción o predicción de las con-
cio, el tiempo y la cantidad han generado tres secuencias sensoriomotores inmediatas de la acción.
corrientes separadas. Que el número puede ser Esta posición pretende responder a la pregunta de por
representado espacialmente es, por supuesto, bien qué el córtex parietal, de suprema importancia aquí,
aceptado y constituye la base para las investigacio- puede contener sub regiones que son importantes
nes sobre los aspectos espaciales del procesamien- para alcanzar, coger y para el espacio, la cantidad y el
to numérico. Por otro lado, la conexión entre nú- tiempo. Cajal anota que “todo ordenamiento natural,
mero y tiempo o entre espacio y tiempo, raramente por más caprichosa que parezca, tiene una función "
se discute y no se han considerado las propiedades y yo argumento aquí que el ordenamiento del córtex
que comparten estos tres sistemas. Propongo que el parietal inferior refleja una necesidad común para la
tiempo, el espacio y la cantidad son parte de un sis- información sobre el espacio, el tiempo y la cantidad a
tema de magnitud generalizada. Resaltó el hecho fin de ser utilizada en la transformación sensoriomo-
de que Una Teoría De la Magnitud (ATOM, por sus toras que son los principales objetivos de estas áreas
siglas en inglés) es un marco conceptual nuevo que del córtex.
permite reinterpretar el procesamiento cortical de
estos elementos del medioambiente. El propósito de Indicios de un mecanismo en común
este artículo es proporcionar tanto Una Teoría De la
Magnitud, como mostrar una literatura distinta so- Las conexiones entre el tiempo y la percepción numé-
bre el tiempo, el espacio y el número, y mostrar las rica han sido notados desde los años de 1890 y han
similitudes entre estos tres dominios que indicarían tenido eco en otros paralelos entre tiempo y espacio, o
un mecanismo de procesamiento común, cuyo origen espacio y cantidad. Se ha observado similares funcio-
es nuestra necesidad por la información acerca de la nes conductuales en la estimación de la duración tem-
estructura espacial y temporal del mundo externo. Al- poral y la cantidad numérica en especies no humanas.
gunas de estas propuestas provienen de los trabajos Church y Meck, por ejemplo, han evaluado la habili-
de Gallistel y Gelman quien afirmaba que “la cantidad dad de las ratas para discriminar pequeñas cantidades
contable e incontable (numerosidad y cantidad, dura- (entre dos y ocho tonos) y duraciones pequeñas (entre
ción,etc…) deben estar representados por un mismo dos y ocho segundos). Tanto en las tareas de duración
tipo de símbolos (magnitudes mentales) debido a que como en las numéricas las ratas mostraron una simi-
existen muchos casos en los que dos tipos de cantida- lar conducta de generalización al indicar que el cuatro
des pueden ser combinados…para determinar varia- (tonos o segundos) se encuentra en el punto medio
bles de decisión conductualmente importantes “. Mi entre dos (tonos, segundos) y ocho. También se pue-
punto de partida está completamente de acuerdo con den encontrar evidencias que enlazan el tiempo y el
esta afirmación, aunque estoy más interesado en las espacio en la literatura neurológica. Critchley, revisan-
experiencias sensoriomotoras próximas del procesa- do estudios neurológicos noto un solapamiento entre
miento de las magnitudes. En el contexto de este artí- el déficit de tiempo, espacio, tamaño y numero como
culo, entonces, “las variables de decisión importantes” consecuencia de un daño en el córtex parietal, después
son duraciones cortas de “acción-tiempo” dentro del del cual “la desorientación temporal pura… ocurrien-
rango de milisegundos a segundos, la información es- do independientemente de los desórdenes espaciales,
pacial utilizada para la acción, y las transformaciones es un fenómeno más raro, pues muy a menudo los dos
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

35

Figura 1. Comparación de dos esquemas para el procesamiento del tiempo, el espacio y lla cantidad. Las tres
magnitudes pueden ser analizadas en forma separada y comparadas de acuerdo a su propia métrica (a), o, en un
sistema de magnitud generalizado como se sugiere aquí, calculados de acuerdo a una métrica común. Tomado
de Walsh (2003)5

desordenes se encuentran combinados”. También se Los enlaces perdidos


ha reconocido un enlace entre tiempo y numero en la
psicología del desarrollo, pero como Bryant y Squire Los indicios de una correspondencia, señalado ante-
comentan, cuando pensamos en el número y el espa- riormente, sugieren una base común para las tres par-
cio, los psicólogos generalmente conciben este enlace tículas del ATOM: espacio, tiempo y cantidad. Estas
en forma negativa. El espacio, para ellos, es una parte sugerencias raramente se han seguido y no han ten-
de un problema en las matemáticas de los niños, no dido, por cierto, la atención que la representación es-
parte de la solución. En otras palabras, la tendencia pacial del número ha tenido en las investigaciones. La
ha sido enfatizar las diferencias entre estas fuentes de argumentación del ATOM es que una comprensión de
información antes que en las similitudes informativas, las bases comunes de estos tres sistemas requiere una
lo que limita las estrategias cognitivas que se pueden descripción de lo que ellos comparten en términos de
utilizar en la conducta espacial y más tarde en las ma- recursos para el procesamiento de la información y las
temáticas y el razonamiento. metas conductuales. Así, sostenemos que:
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

36
Referencias de la tercera parte

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El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

37

4
El conteo con los dedos
influye en la
aritmética desde la niñez
hasta la adultez
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

38

4.1 El conteo con los dedos en los niños

M
ientras que los bebes muestran habilidades numéricas pre verbales que les permiten percibir,
discriminar las cantidades numéricas e incluso aproximar el resultado de operaciones aritmé-
ticas simples a los pocos días de nacido (todo esto gracias a su sentido numérico innato), el
aprendizaje del conteo es un largo proceso que puede durar hasta cuatro años. La consolidación de
una rutina estable y continua de conteo se produce aproximadamente entre las edades de dos y seis
años.1 Las estrategias para el conteo que utilizan los dedos como herramienta principal, surgen en el
curso de este proceso. Las observaciones sistemáticas realizadas a los diarios de varias madres indican
que el uso de los dedos para el conteo en los niños se inicia con la observación y la imitación de la con-
ducta de conteo de las otras personas.2 Sin embargo, el conteo con los dedos rápidamente se convier-
te en una estrategia auto-iniciada, espontáneamente observada en la mayoría de las tareas de conteo
y aritméticas, incluso cuando no existen instrucciones explicitas para su uso.3 Estudios grupales han
demostrado que los niños de 2 años de edad muestran un entendimiento práctico de principio de
correspondencia uno a uno cuando se observan los gestos que realizan con las manos en el momento
de realizar tareas de conteo, a pesar que no puedan ser capaces de explicarlo mediante un discurso
hablado,4 y cometen pocos errores en el conteo cuando realizan los gestos por sí mismos o cuando
son realizados por un títere manipulado por el experimentador.5 Esto indica que los niños cuentan los
objetos con más precisión cuando utilizan gestos para contar que cuando se les pide que lo hagan en
forma oral. De hecho, existen muchas evidencias de que los gestos de señalamiento y los gestos de
toque facilitan la precisión en el conteo, tanto en los niños como en los primates no humanos, como
los chimpancés. El enlace entre los gestos de conteo y la precisión en el conteo es más fuerte durante
los años pre-escolares de los niños, tal como Saxe y Kaplan (1981)6 han demostrado. En un estudio
transversal, ellos compararon el desempeño en el conteo de niños de 2, 4 y 6 años de edad bajo dos
condiciones: cuando se les permitía utilizar gestos para el conteo y cuando no se les permitía utilizar
gestos. A la edad de 2 años, los niños rara vez eran precisos en el conteo, incluso cuando se ayudaban
con gestos. A la edad de 6 años, los niños eran consistentemente precisos, y nuevamente los gestos
tuvieron poco impacto en la precisión. Sin embargo, a la edad de 4 años, los niños contaban con más
precisión cuando se les permitía utilizar gestos que cuando se les prohibía utilizarlo. Así, los gestos
parecen ser más beneficiosos para los niños que recién están aprendiendo a contar, antes que se con-
viertan expertos en el conteo. Los gestos con las manos ayudan al niño a desarrollar su comprensión
de la correspondencia uno a uno, de dos maneras: le ayudan a llevar la cuenta de los objetos contados
y le ayudan a coordinar la recitación de las palabras numéricas y el etiquetado de cada uno de los
objetos. Así los gestos activos de los niños no solo le permiten llevar la cuenta, sino que también le
permiten asignar con precisión la palabra numérica a cada objeto contado.5

El desarrollo de las estrategias del conteo con los dedos también puede contribuir a la asimilación del
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

39

Figura 1. Sistemas de conteo utilizados en Alemania, lenguaje de señas (DGS) y en la China.


El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

40

La aritmética y el álgebra
en nuestros dedos

E
xisten docenas de métodos de cálculo basados en los dedos, todos ellos in-
ventados como una ayuda para la resolución de problemas aritméticos con
un mínimo de tiempo y esfuerzo. Algunos son rudimentarios, otros bastante
complejos, todos ellos con matemáticamente correctos. Aquí algunos de ellos.

Multiplicación con los dedos

Este es un antiguo método que permite mul-


tiplicar un número entre 5 y 10 utilizando las
manos. Por ejemplo, para multiplicar 6 por 7
(figura1) baje tantos dedos como las unidades
que existen de diferencia con respecto al 5 en
una mano para el primer operando, y en la
otra mano para el segundo operando (6-5=1:
bajo un dedo en la mano izquierda; 7-5=2:
bajo dos dedos en la mano derecha). Luego,
multiplicamos por el 10 el número total de
dedos bajados (10x3=30), multiplicamos el
número de dedos levantados en cada mano
(4x3=12), y luego sumamos las dos respues-
tas (30+12=42). Este método está basado en el
hecho de que el producto de los dos números,
digamos x y y, es igual a 10[(x-5)+(y-5)] + [
5-(x-5)]. [5-(y-5)]. Se pueden utilizar méto-
dos similares para multiplicar números entre
10 y 15, 15 y 20, 20 y 25, etc.

Figura 1. Un método basado en los dedos para multiplicar cual-


quier número entre 5 y 10
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

41

4.2 Ubicación del conteo con los dedos en


el desarrollo de la aritmética temprana

E
l modelo actual más elaborado para dividir las etapas del desarrollo numérico fue propuesto por
Krajewski y Schneider (2009).27 Estos autores asumen que la competencia numérica se desarrolla
en tres niveles consecutivos a través de una asociación entre las habilidades no numéricas (tales
como la discriminación de la cantidad, la comprensión de la relación entre las partes y el todo, etc.) y
las habilidades numéricas más específicas, tales como el conteo. El argumento principal de este mo-
delo es que las representaciones numéricas basadas en los dedos promueven y hacen accesible las
habilidades numéricas.

Nivel I: habilidades numéricas básicas

En el primer nivel de desarrollo, los niños aprenden a recitar la secuencia numérica verbal exacta y ad-
quieren habilidad en el conteo. En esta etapa muchos de ellos empiezan a utilizar sus dedos adoptan-
do el sistema de conteo con los dedos de su respectiva área cultural, incluso sin ninguna instrucción
específica para hacerlo. En el sistema de conteo alemán -el cual los autores utilizan como ejemplo- la
secuencia del conteo con los dedos empieza con el pulgar levantado para el 1, y luego sigue con el
dedo índice para el 2, el dedo medio para el 3, el dedo anular para el 4, el dedo meñique para el 5,
empezando la misma secuencia en el pulgar de la otra mano para el 6 y así sucesivamente hasta el 10.
De esta manera, cada palabra numérica es enlazada con una palabra numérica específica, como en
el caso de la mayoría de los sistemas de conteo de las culturas occidentales.28,29 Debido a este enlace
entre los dedos y los números, el principio del conteo de la correspondencia uno a uno es fácilmente
entendible. En un nivel básico, incluso la adquisición de las palabras numéricas por si misma puede ser
corroborado haciendo uso de los dedos, ya que una asociación dedo-número puede ayudar a percibir
las palabras numéricas como elementos fonológicos discretos28 y contribuye, como un tipo de marca-
dor, a memorizarlos.30 Adicionalmente, el principio del conteo del orden estable y el concepto ordinal
de los números puede igualmente ser trasmitido,31 ya que la secuencia motora involucrado durante
el conteo con los dedos (alzando el pulgar, alzando el dedo índice, etc.) es casi tan estable como la
secuencia numérica. Esto puede ayudarlos a entender que, por ejemplo “diez”, el cual es asignado al
último dedo contado, viene después del “nueve”, el cual es asociado con el penúltimo dedo contado.

Nivel II: El concepto cantidad-numero

En el nivel II del modelo de desarrollo los niños empiezan a darse cuenta de que el significado de la
cantidad se transmite mediante cada palabra numérica. La adquisición de este concepto denomina-
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

42

dos
Nivel III:
Relaciones numéricas tres dos

Composición/descomposición
de un número
Difrencias entre dos números

cinco tres cinco

Nivel II:
Conepto cantidad-número

Enlace entre la cantidad y la


palabra numérica

uno dos tres cuatro cinco

Nivel I:
Habilidades numéricas básicas

Secuencia exacta de las palabras


numéricas

Figura 3. desarrollo de la expresión numérica verbal en los niños, Karen Fuson y col. (1982)1
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

43

4.3 El conteo con los dedos en los adultos

G
eneralmente, los adultos no continúan utilizando sus dedos para resolver tareas matemáticas
de tal forma que la correlación entre el uso de los dedos y la precisión matemática tiende a dis-
minuir a través del desarrollo.39 Se podría pensar entonces que el enlace entre la gnosis de los
dedos y las habilidades matemáticas o numéricas, debería estar ausente en los adultos. Sin embargo,
existe evidencia de que esto no es así. Aunque los adultos generalmente realizan las tareas numéricas
mentalmente o utilizando la calculadora, se ha demostrado que el proceso y/o representación con los
dedos continúa interactuando con el procesamiento numérico en la adultez. Las evidencias iniciales
para esta afirmación fueron proporcionadas por un estudio en el cual se les pidió a los participantes
identificar dígitos arábigos (1 al 9) presionando las teclas del 1 al 10 con los diez dedos de la mano. En
el experimento 1, la mano derecha fue mayormente utilizada cuando se respondía a dígitos pequeños
(1-5), mientras que no se encontró ninguna superioridad en la mano izquierda. En el experimento 2,
la mano izquierda fue más rápido que la mano derecha cuando estuvo asociado a dígitos grandes
(6-9). Este efecto pequeño-derecha, puede ser explicado por el hecho de que, cuando ambas manos
están disponibles en las actividades de la vida diaria, el conteo siempre empieza con la mano derecha,
mientras que el conteo solo empieza con la mano izquierda cuando la mano derecha está ocupada
(escribiendo o sosteniendo algo). Esto origina el desarrollo de una fuerte asociación de los dígitos pe-
queños y la mano derecha, y también una asociación de los dígitos pequeños y grandes con la mano
izquierda. Estos resultados muestran que cuando se utilizan los 10 dedos para responder, una repre-
sentación congruente con la estrategia de conteo de los participantes produce un mejor desempeño
que una representación congruente con una supuesta línea numérica mental orientada de izquierda a
derecha, en el cual las cantidades pequeñas sestan relacionados con el lado izquierdo y las cantidades
grandes con el lado derecho.10 Además, esta asociación preferida entre los dígitos pequeños y la mano
derecha y los dígitos grandes con la mano izquierda fue observada ya sea que la tarea de elección
fuera realizada con las palmas arriba o con palmas abajo, indicando que la representación espacial
tiene poca influencia en el mapeo dedos-números y demuestra que la estrategia del conteo con los
dedos influyen en la forma en que la información numérica es proyectada en el espacio físico y quizás
también en la forma en que la información numérica es representada y procesada.

Estos datos confirmarían la preponderancia de una representación numérica “encarnada” (embodied)


en la mano, en el cual la representación numérica es congruente con la asignación de los números pe-
queños a los primeros dedos con los que se cuenta y los números grandes a los últimos dedos con los
que se cuenta, en comparación con una representación “desencarnada” en el espacio extra personal
(la línea numérica mental), en la cual los números pequeños están asociados con el lado izquierdo y los
números grandes con el lado derecho. No obstante, otro estudio demostró que esta representación
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

44
SECUENCIA DE LA PRUEBA: POSTURA PRONA SECUENCIA DE LA PRUEBA: POSTURA SUPINA

Fijación Fijación

Objetivo Objetivo

Izquierda Derecha Izquierda Derecha

Figura 1. En cada prueba, los participantes fijaban la vista en el centro de una pantalla donde aparecerían números (1-9,
excluido el 5) por 1,300 ms. En la mitad de los bloques, los dígitos fueron clasificados como mayor/menor/ que 5 y en la
otra mitad como par/impar. Los participantes respondían ya sea con su índice derecho y su dedo medio o con su índice
izquierdo y su dedo medio, y el experimento fue dividido en dos partes principales de acuerdo a la mano con la que se
respondía. Ya que el 9 era grande en el rango experimental, las teclas del lado derecho son compatibles con una representa-
ción izquierda-derecha de los números del 1 al 9, y el lado izquierdo es incompatible. Tomado de Riello y Rusconi (2011)42

Figura 2. (A)En la postura prona,


los dedos de los participantes (ín-
dice y medio de cada mano) fueron
colocados en las teclas V y N de un
teclado. Las teclas de respuesta fue-
ron centrados, mientras que la otra
mano descansaba en la rodilla, en
la misma postura que la mano que
respondía. (B) En la postura supi-
na, los dedos de los participantes
(índice y medio de la misma mano)
fueron colocados en las teclas V y
N de un teclado invertido. Como
en la postura anterior, la mano que
no respondía descansaba en las ro-
dillas en la misma postura que la
mano que respondía. Tomado de
Riello y Rusconi (2011)42
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

45
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El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

46

5
Nuestro cerebro
cuenta
con los dedos
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

47

5.1 La relación entre los dedos y los


números en el cerebro

D
iferentes teorías han tratado de explicar la relación existente entre los dedos y los números a
un nivel cerebral. Estas teorías principalmente tratan de explicar por qué la corteza premotora
y motora relacionados con el conteo con los dedos se activa en el cerebro humano cuando se
realizan tareas aritméticas que no necesariamente necesitan de un proceso de conteo con los dedos.
Las tres principales teorías que tratan de explicar esta relación son la teoría de la relación por locali-
zación, relación por desarrollo (funcionalista) y la relación evolutiva (reciclaje neuronal). Estas teorías
parten del hecho concluyente de que existen redes neuronales compartidas para el procesamiento
numérico y la planeación de un movimiento con las manos.

De acuerdo a la relación por localización1, la presencia simultánea de síntomas relacionados con los
dedos y con el procesamiento numérico que se presentan en los casos de lesiones cerebrales (giro
angular izquierdo)2, y la evidencia encontrada de una superposición neuronal entre los números/pro-
cesamiento de los dedos, se explican por la proximidad anatómica de recursos neuronales cruciales,
tanto para el procesamiento de los dedos como para el procesamiento de los números. La relación
entre la gnosis de los dedos y la habilidad numérica, entonces, puede ser simplemente el resultado de
que la parte del cerebro que responde a los números se encuentra anatómicamente próximo al área
que es activado cuando los sujetos realizan una actividad de señalamiento o de agarre. Los estudios
con imágenes neurofuncionales (fMRI) han proporcionado evidencias convincentes de la existencia
de tal enlace entre el movimiento de los dedos y la respuesta a los números.

Las redes del procesamiento numérico en el cerebro están distribuidas en muchas áreas. De acuerdo
al Modelo del Triple Código (TCM)- un modelo que ha influido significativamente en las discusiones
sobre los correlatos neuronales del procesamiento numérico en las dos últimas décadas- tres áreas
parietales, cada una emparejada a una forma distinta de representación numérica, constituyen el nú-
cleo del correlato neuronal del procesamiento numérico en el cerebro.1

• Primero, un sistema de representación de las magnitudes no verbales, localizado bilateralmente


en el surco intraparietal (IPS), está involucrado en el procesamiento de las magnitudes numéricas
(ej, la relación de tamaño y distancia entre los números). Esta representación analógica de las
magnitudes representa la información cuantitativa numérica de una forma aproximada, y esta ex-
presado en el Sistema Numérico Aproximado (ANS), un sistema de percepción numérica automá-
tica e innata que está presente también en los animales y que a menudo es denominado Sentido
Numérico.
• Segundo, un sistema de representación numérica visual, el cual sustenta el reconocimiento y la
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

48

Figura 4. A) Fotografías de los bloques de madera utilizados en las tareas de discriminación de los dedos. Durante las
tareas, los participantes sostenían un bloque diferente en cada mano, palmas arriba, con el pulgar en una posición lateral.
B) Ilustración del agarre del participante en el boque de madera, con la mitad de los dedos colocados en la parte saliente
(posición superior) y la otra mitad en los hoyos del bloque (posición inferior). C) Curso de tiempo de cada tarea experi-
mental y su referencia. En las tareas aritméticas, tuvieron que multiplicar los dígitos arábigos 3x4 o relizar la sustracción
11 de 13. En la tarea de discriminación de los dedos, los participantes fueron instruidos para decidir si el dedo rojo estaba
en posición inferior diciendo “si” o “no”. La tarea de control consistió en la lectura de letras o en la determinación del color.
Figura 2. D) Superposición de la activación de la discriminación de los dedos y las tareas aritméticas. El diagrama repre-
senta el porcentaje de cambios de señal en los voxeles pico (coordenadaMNI) para cada tarea experimental (negro) y su
referencia (gris). Tomado de Andres y col. (2012)12
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49
El sistema sensorial somático

E
l sistema sensorial somático (o sistema somato- ficar las características de los estímulos, tales como la
sensorial) nos brinda algunas de las experien- intensidad, la duración, la posición, y algunas veces, la
cias más agradables de nuestras vidas, así como dirección. Pero un solo estimulo generalmente activa
algunas de las más irritantes. La sensación somática le muchos receptores. El Sistema Nervioso Central inter-
permite a nuestro cuerpo sentir, sufrir el dolor, sentir preta la actividad de un amplio conjunto de receptores
los caliente o lo frio y saber lo que las partes del cuer- y lo utiliza para generar una percepción coherente.
po están haciendo. Es sensible a muchos tipos de estí-
mulos: la presión de los objetos contra la piel, la posi- Corteza somatosensorial
ción de las junturas y los músculos, la hinchazón de la
vejiga, y la temperatura de los miembros y del mismo Al igual que otros sistemas sensoriales, los niveles más
cerebro. Es el origen de la picazón. Cuando el estímulo complejos de procesamiento somatosensorial ocurren
se vuelve tan fuerte que puede ser dañino, la sensación en la corteza cerebral. La mayoría de la corteza con-
somática también es responsable del sentimiento más cerniente al sistema sensorial somático está localiza-
desagradable-pero de vital importancia-: el dolor. da en el lóbulo parietal. El área de Brodmann 3b, con
respecto a la corteza somatosensorial (S1) es fácil de
El sistema sensorial somático es diferente de los otros encontrar en los humanos ya que se ubica en el giro
sistemas sensoriales, por dos razones muy interesan- post central (detrás del surco central). Otras áreas cor-
tes. Primero, sus receptores están distribuidos por ticales que también procesan la información sensorial
todo el cuerpo, en vez de estar concentrados en re- somática bordean el S1. Estos incluyen el área 3a, 1 y
giones pequeñas y especializadas. Segundo, porque 2 en el giro post central y las áreas 5 y 7 de la corteza
responde a tipos de estímulos muy diferentes. Lo que parietal posterior adyacente. (Figura 1).
hace pensar que agrupa cuatro sentidos en vez de uno
solo: el sentido del tacto, la temperatura, el dolor, y la El área 3b es la corteza sensorial somática primaria ya
posición del cuerpo. El sistema sensorial somático es que (1) recibe las entradas desde el núcleo VP del tá-
en realidad una categoría colectiva para todas las sen- lamo; (2) estas neuronas responden al estímulo soma-
saciones que no pueden ser vistas, oídas, saboreadas, tosensorial (pero no a otros estímulos sensoriales); (3)
olidas, ni tampoco el sentido vestibular del equilibrio. las lesiones en esta área dañan la sensación somática; y
La idea corriente de que tenemos solo cinco sentidos (4) cuando son eléctricamente estimulados, producen
obviamente es demasiado simple. experiencias sensoriales somáticas. El área 3a también
recibe una densa entrada desde el tálamo, sin embar-
Si alguien le toca los dedos, Ud. puede determinar go, esta región tiene que ver con el sentido de la posi-
con precisión el lugar, la presión, el filo, la textura y la ción del cuerpo antes que con el toque.
duración del toque. Si es un alfiler, es imposible con-
fundirlo con un martillo. Si el toque se mueve des- Las áreas 1 y 2 reciben una entrada densa desde el
de su mano hasta su muñeca, y sube desde su brazo área 3b. La proyección desde el área 3b hasta el área
hasta su hombro, Ud. puede rastrear su velocidad y 1, envía principalmente información sobre la textura,
su posición. Asumiendo que Ud. no pueda observar mientras que la proyección hacia el área 2 enfatiza el
la situación, esta información es completamente des- tamaño y la forma. Pequeñas lesiones en el área 1 y
crita por la actividad de los nervios sensoriales de sus 2 producen deficiencias predecibles en la discrimina-
extremidades. Un solo receptor sensorial puede codi- ción de la textura, el tamaño y la forma.
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

50
Corteza somatosensorial

Surco
Central
Corteza parietal posterior

Surco Giro
Central postcentral

Figura 1. Áreas somatosensoriales de la corteza. Todas las áreas ilustradas se ubican en el lóbulo pa-
rietal. El gráfico inferior muestra que el giro post central contiene el S1 y el área 3b. Tomado de Bear
y col. (2016)38
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

51

5.2 La teoría del Reciclaje Neuronal

D
e acuerdo a la teoría evolutiva, el sistema sensoriomotor de los dedos está involucrado en el
procesamiento numérico como producto de un fenómeno evolutivo general denominado “reci-
claje neuronal”.21 Dado que el cerebro humano no ha sufrido un cambio evolutivo significativo
para acomodarse a sus nuevas habilidades cognitivas, tales como el lenguaje verbal y las matemáticas,
la teoría del reciclaje neuronal afirma que las nuevas habilidades cognitivas se sustentan en la reutili-
zación de sistemas corporales ya existentes, las cuales originalmente evolucionaron para realizar otras
funciones corporales (por ejemplo, la función primigenia de los dedos es la realización de movimientos
motores finos con el objetivo de coger y manipular objetos). En el caso del procesamiento numérico,
los circuitos sensoriomotores del dedo, los cuales permiten una representación multimodal indepen-
diente de los dedos, son reutilizados para representar y procesar las cantidades numéricas.22

De acuerdo a la hipótesis del “reciclaje neuronal” la existencia de estas redes neuronales compartidas
tanto por la manipulación de los dedos como por el procesamiento matemático, son el resultado de
una suerte de invasión de los circuitos cerebrales evolutivamente más antiguos (las áreas motoras y
premotoras del movimiento de las manos) por parte de las invenciones culturales más recientes, como
los sistemas numéricos, los cuales, a su vez, heredan muchas de sus restricciones estructurales. Sien-
do las matemáticas una invención cultural relativamente reciente, no ha habido tiempo suficiente en
nuestra historia evolutiva para desarrollar sistemas cerebrales que estén explícitamente dedicados a
la cognición matemática. Básicamente, nuestro cerebro es el mismo que el de los hombres primitivos
ágrafos que realizaban pinturas rupestres hace cientos de miles de años en las profundidades de las
cuevas.

La evolución de las manos ha tenido un papel especial no solo en el desarrollo de las matemáticas,
sino también en la evolución humana en general. Utilizamos (y hemos utilizado en el pasado) nuestras
manos para construir herramientas, para manipular nuestro medioambiente, y para comunicarnos. Las
manos esta representadas desproporcionadamente tanto en el área somatosensorial como en el área
motora primaria de nuestro cerebro. El sistema sensoriomotor que sustenta el funcionamiento de las
manos involucra principalmente la modalidad sensorial (táctil), motora y visual. Estas tres modalidades
coordinan entre sí para permitir los movimientos guiados visualmente de las manos para realizar un
amplio rango de tareas, desde la manipulación de los objetos, hasta los gestos en los que se basa la
comunicación. Además, nuestras experiencias táctiles, las cuales también involucran las modalidades
visuales y motoras, proporciona una rica información (temperatura, textura, dureza) sobre las diferen-
tes características de los objetos y de otros seres vivos a nuestro alrededor.23

El proceso de evolución cognitiva que propone la teoría del reciclaje neuronal es análogo a la reuti-
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

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El sistema motor central

E
l sistema motor central está organizado como tallo cerebral y a la médula espinal. La activación de
una jerarquía de niveles de control, con el cere- las neuronas en el tallo cerebral y la médula espinal
bro anterior en la parte alta y la médula espi- causa luego el movimiento a ser ejecutado. La activa-
nal en la parte inferior. Es útil pensar esta jerarquía de ción apropiada de las neuronas motoras en la médula
control motora como un sistema de tres niveles. El ni- espinal cervical genera un movimiento coordinado
vel más alto, representado por las áreas de asociación del hombro, codo, muñeca y dedos. Simultáneamen-
de la neocorteza y los ganglios basales del cerebro an- te, el tallo cerebral aporta a la medula espinal toráci-
terior, tienen que ver con la estrategia: el objetivo del ca y lumbar, órdenes para un movimiento apropiado
movimiento y la mejor estrategia del movimiento que de las piernas y los ajustes posturales para mantener
permita alcanzar el objetivo. El nivel medio, represen- en pie al lanzador después del lanzamiento. Además,
tado por la corteza motora y el cerebelo, tiene que ver las neuronas motoras del tallo cerebral son activadas
con las tácticas o métodos: la secuencia de contraccio- para mantener los ojos del lanzador fijos en el batea-
nes musculares, organizados en el espacio y el tiempo, dor. (Figura 1).
que se requiere para alcanzar sin contratiempos y con
precisión los objetivos estratégicos. El nivel más bajo, El funcionamiento apropiado de cada nivel de la je-
representado por el tallo cerebral y la médula espinal, rarquía de control motora descansa mayormente en la
tienen que ver con la ejecución: la activación de las información sensorial de tal forma que en el sistema
neuronas motoras y las inter neuronas combinadas motor del cerebro puede ser apropiadamente conside-
que generan el movimiento dirigido al objetivo y que rado como un sistema sensoriomotor. A un nivel alto,
realiza cualquier ajuste necesario de postura. la información sensorial genera una imagen mental
del cuerpo y su relación con el medioambiente. A un
Para apreciar las diferentes contribuciones de los tres nivel medio, las decisiones tácticas están basadas en la
niveles jerárquicos al movimiento, considere las ac- memoria de la información sensorial en base a movi-
ciones de un lanzador de beisbol preparándose para mientos pasados. A un nivel inferior, la retroalimen-
lanzar la pelota al bateador. La neocorteza cerebral tación sensorial es utilizado para mantener la postura,
tiene información basado en la visión, la audición, la la longitud del músculo y la tensión antes y después de
sensación somática y la propiocepción- donde se en- cada movimiento voluntario.
cuentra precisamente el cuerpo en el espacio. Se pue-
den elaborar estrategias para mover el cuerpo desde El planeamiento de los movimientos por la corteza
el estado actual a uno en el cual se envía la pelota y se cerebral
obtiene un resultado deseado (una curva y evitar al
bateador). Están disponibles varias opciones de lan- Aunque el área 4 y 6 son denominados corteza moto-
zamiento- una bola curva, una bola rápida, deslizar, y ra, es importante reconocer que el control del movi-
asi- y estas alternativas son filtradas a través del gan- miento voluntario involucra a casi toda la corteza. El
glio basal y regresan a la corteza hasta que se toma una movimiento dirigido a un objetivo depende del cono-
decisión final, basado en gran medida en las experien- cimiento de donde está el cuerpo en el espacio, a don-
cias pasadas (“este bateador lanzó un homerun la últi- de intenta ir, y la selección de un plan para alcanzarlo.
ma vez que lanzé una bola rápida”). Las áreas motoras Una vez que se ha seleccionado un plan, debe man-
de la corteza y el cerebelo realizan luego la decisión tenerse en la memoria hasta el momento apropiado.
táctica (lanzar una bola curva) y da instrucciones al Finalmente, las instrucciones deben ser enviadas para
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

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Figura 3. Un mapa motor somatópico del giro precentral humano. El área 4 del giro precentral también es conocido
como la corteza motora primaria (M1). Tomado de Bear y col. (2016)38
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

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Referencias de la quinta parte

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55

6
A modo de conclusión
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

56

L
as evidencias históricas y neurológicas indican que el surgimiento y la subsiguiente expansión de
las matemáticas como un concepto cultural se ha visto influenciados por las estructuras evolu-
tivas presentes en el cerebro humano. La percepción humana está determinada por las propie-
dades del circuito cerebral, de tal forma que solo podemos percibir un estímulo de forma directa, si
es que nuestro cerebro posee neuronas que respondan a dichos estímulos. Como todo animal bien
adaptado a su medio ambiente, nuestros circuitos cerebrales han evolucionado para percibir e inter-
pretar las propiedades del medioambiente físico. La numerosidad, al igual que el color o el movimien-
to es una propiedad básica del medioambiente, un atributo perceptual primario.

El hecho de que los números sean una invención múltiple y frecuente en todas las culturas puede
ser explicado solo por el hecho de que se adaptan perfectamente a las intuiciones proporcionadas
por un módulo numérico innato (sentido numérico) ubicado en el cerebro humano. El ser humano no
hubiese sido capaz de elaborar un sistema matemático basado en los números, si es que su cerebro
no hubiese antes capaz de captar la cantidad de estímulos discretos presentes en el medio ambiente
(la numerosidad), tal como lo hace la mayoría de los animales. El mérito del ser humano consiste en
haber convertido su limitado y pobre sentido numérico en un elaborado y potente sistema que le ha
permitido convertir la numerosidad en número.

No existe en nuestro cerebro una región circunscrita y única para el procesamiento numérico. Dado
que las matemáticas son un producto cultural de reciente data, nuestro cerebro solo es capaz de
procesar esta información reutilizando o reciclando módulos básicos ya existentes en él. Como con-
secuencia de esto una actividad cognitiva supuestamente abstracta como la cognición numérica
reutiliza el substrato neuronal y hereda las propiedades funcionales de procesos perceptuales y/o
motores más básicos. Dos de estos módulos reutilizados son el sistema sensorial y el sistema motor
de los dedos. El área del sistema motor de los dedos juega un papel importante en la planificación
de los movimientos voluntarios, particularmente en las secuencias de movimientos complejos, una
actividad que se realizaba mucho antes de que se inventara las matemáticas. La función de este
módulo es útil para el procesamiento numérico ya que toda planificación implica desarrollar etapas
secuenciales una vez que se ha determinado los objetivos del movimiento: cuál es el movimiento que
se tiene que hacer primero, cual es el movimiento que se tienen que hacer después, y después y des-
pués, etc. La secuencia numérica reutiliza esta secuencia procedimental. El área del sistema sensorial
de los dedos permite determinar la intensidad, la duración, la posición, y algunas veces, la dirección
de los estímulos, permitiendo distinguir, por ejemplo, un estímulo de corta duración de otro de larga
duración, la ubicación de dos objetos con respecto a los dedos, etc.., informaciones que son esen-
ciales para la correcta función motora de los dedos. El funcionamiento apropiado de cada nivel de la
jerarquía del control motor de los dedos descansa principalmente en la información sensorial de tal
forma que en el sistema motor del cerebro puede ser apropiadamente considerado como un sistema
sensoriomotor. ¿Cómo el procesamiento numérico reutiliza el sistema sensoriomotor de los dedos?
Por ejemplo, si un hombre primitivo tuviera que determinar la cantidad de granos de un montón de
una manera sistemática, lo realizaría en tres niveles básicos. A un nivel alto, la información sensorial
procedente de los dedos (tocando cada grano con un dedo) genera una imagen mental del cuerpo
y su relación con el medioambiente (cada grano, un dedo). A un nivel medio, las decisiones tácticas
están basadas en la memoria de la información sensorial en base a movimientos pasados (siempre
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

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que he bajado/levantado un dedo por cada grano he obtenido la cantidad correcta de granos). A
un nivel inferior, la retroalimentación sensorial es utilizado para mantener la postura, la longitud del
músculo y la tensión antes y después de cada movimiento voluntario (en este caso, el movimiento de
levantar/bajar cada dedo). De esta forma se construye un ciclo: objeto en el mundo-percepción del
estímulo-estimulación motora-activación neuronal. Con el tiempo ya no será necesario la presencia
de un objeto para producir la activación neuronal. Bastará pensar o imaginar una situación similar para
activar las regiones neuronales correspondientes, activando al mismo tiempo (de manera inconscien-
te) las regiones sensoriomotoras que alguna vez le dieron origen.

Existe una amplia evidencia de que los diferentes aspectos de las matemáticas son producto de la in-
teracción del sistema perceptual y el sistema motor de los dedos, en su relación con los objetos en el
mundo. Por ejemplo, la gnosis de los dedos (la habilidad para percibir y distinguir los dedos de nuestra
propia mano sin una guía visual) es un predictor de la competencia matemática, de tal forma que un
niño con una buena gnosis de los dedos también tiende a desempeñarse mejor en las tareas aritméti-
cas. Aunque algunos investigadores cuestionan su valor predictivo por considerarla muy baja (2-4%),
estudios de intervención realizados en el 2017 han determinado que un entrenamiento numérico sim-
bólico y no simbólico, acompañado de un entrenamiento en la gnosis de los dedos mejora el puntaje
numérico de los participantes, comparado con los participantes que no recibieron tal entrenamiento.
Otra línea de investigación ha estudiado la influencia de los hábitos de la representación numérica con
los dedos en el procesamiento matemático, encontrando que estos influyen en el procesamiento nu-
mérico haciendo que se vean facilitados cuando la presentación del problema coincide con los hábitos
de conteo del participante. También los estudios han encontrado que la magnitud numérica interfiere
con la percepción de los movimientos de agarre: la respuesta al agarre cerrado (preciso, abertura
pequeña) se ve facilitado por la proyección de números pequeños y la respuesta al agarre abierto
(agarre de objetos grandes, abertura grande) se ve facilitado por la proyección de números grandes.
Lo opuesto también es cierto: también los movimientos de agarre influyen en el procesamiento numé-
rico, de tal forma que los movimientos que imitan un agarre cerrado facilitan el procesamiento de los
números pequeños, y los movimientos para agarrar cosas grandes, el procesamiento de los números
grandes. También el cálculo mental se ve influenciado por los dedos ya que se ha encontrado una alta
ocurrencia, entre los niños, de un error que se desvía por +-5 unidades (una mano) de la respuesta
correcta, como si durante el proceso de cálculo se hubiera añadido o perdido una mano del conteo.
Por último, las investigaciones electrofisiológicas han encontrado que los músculos de los dedos pre-
sentan actividad eléctrica cuando se realizan actividades numéricas de conteo y cálculo, y también las
investigaciones con imágenes del cerebro han encontrado una activación de la región somatosenso-
rial de los dedos durante tareas de conteo y cálculo. Lo más notable de estas investigaciones es que
los hábitos de conteo con los dedos y el procesamiento numérico interactúan incluso en los adultos
educados, cuestionando la supuesta la naturaleza abstracta de la representación numérica. Incluso
cuando no estamos utilizando los dedos para el cálculo, “vemos” una representación de nuestros de-
dos en nuestro cerebro.

El conteo con los dedos parece haberse convertido en una actividad innata en los seres humanos,
lo mismo que el habla o la locomoción bípeda. Los niños utilizan sus dedos para contar espontánea-
mente, incluso si se les prohíbe hacerlo y en la mayoría de las ocasiones mucho antes de aprender
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

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a pronunciar la secuencia de las palabras numéricas Se ha encontrado que incluso los niños ciegos
y los niños con manos y antebrazos amputados utilizan sus manos y sus dedos (fantasmas) como un
cuantificador externo, aunque menos frecuentemente y de una manera menos convencional que los
niños normales. Estas investigaciones, además, han permitido establecer que los dedos: proporcio-
nan una representación icónica de los números; permiten llevar la cuenta de las palabras numéricas
pronunciadas mientras se recita la secuencia de conteo; sustentan el establecimiento del principio
de correspondencia uno a uno; sustentan la asimilación del principio de orden estable; sustentan la
comprensión del principio de cardinalidad; promueven la comprensión del sistema numérico de base
10; y permiten realizar operaciones aritméticas.

El empleo de los dedos, como un instrumento de conteo, muestra una notable variabilidad cultural. La
existencia de diversos sistemas de conteo con los dedos muestra un grado sorprendente de variabili-
dad, no solo en términos de cómo y dónde se realiza el conteo, sino también en cuanto a los principios
en los que se basa este conteo. Con respecto al simple uso de los dedos para contar del 1 al 10, se
puede observar una gran variabilidad en la forma en que se realiza: (a) la palma puede estar al frente o
volteada, (b) los dedos pueden estar extendidos o doblados, (c) el conteo puede empezar con la mano
izquierda o con la derecha, con el pulgar, el índice o el dedo meñique, y d) el cambio de manos puede
estar basado en la simetría anatómica o en la continuación espacial.

Por supuesto, esto no quiere decir que basta con utilizar los dedos de la mano para alcanzar un do-
minio de la aritmética exacta y desarrollar una rutina de conteo exacto. Tampoco vivir en una cultura
numerada es una condición suficiente para desarrollar una rutina de conteo impecable. Existe una
representación no verbal de los números proporcionada por nuestro sentido numérico innato, pero la
competencia aritmética se ve profundamente transformado una vez que el niño adquiere un sistema
de símbolos numéricos. En este sentido, el lenguaje juega un rol esencial en enlazar la representación
no verbal para crear el concepto de un número grande y exacto.

En cuanto a las implicancias pedagógicas, se ha encontrado que una intervención combinada que
incorporé tanto el entrenamiento de los dedos como los juegos numéricos simbólicos mejoran signifi-
cativamente el puntaje numérico de los niños. El desarrollo del sentido numérico de los niños se ve in-
crementado por la experiencia de una combinación de representaciones numéricas, que incluyan a los
dedos, además de las representaciones verbales, simbólicas y no simbólicas, antes que una enseñanza
aislada de estas representaciones. En ese sentido, los dedos representanta para los niños un puente
que une las diferentes representaciones numéricas (verbales, simbólicas, no simbólicas) y que, a su
vez, contribuyen a desarrollar el entendimiento del niño, por lo cual se constituye en una herramienta
de suma utilidad para el profesor. Debería pues promoverse clases que incluyan un entrenamiento
muy intensivo de diferenciación de los dedos ya que esto produciría una mejora en las habilidades
numéricas de los niños participantes.

A pesar de que todas las investigaciones resaltan el hecho concluyente de que los dedos cumplen un
papel importante en la adquisición de las habilidades numéricas, también existen discrepancias entre
ellas. Por un lado, mucha de la literatura neurocognitiva indica una correlación funcional y benéfica
entre la representación numérica basada en los dedos y el desarrollo numérico/aritmético en términos
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

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de una representación de la numerosidad corporizada o encarnada. Por otro lado, las investigaciones
en educación matemática parecen ver a las estrategias del conteo y el cálculo con los dedos como
un punto de inicio que debe ser superado en favor de una representación más elaborada y abstracta
sobre la cual la cognición numérica opera. Estos diferentes puntos de vista claramente muestran que
hay una falta de comunicación sistemática entre dos disciplinas. Además, los postulados teóricos y
suposiciones que surgen de estos dos campos diferentes necesitan ser direccionados de tal forma que
tengan como objetivo fundamental el desarrollo de una mejor habilidad numérica. Para cambiar esta
situación, se necesita con urgencia un discurso interdisciplinario que abarque tanto la ciencia neuro-
cognitiva y la educación matemática y realizar más estudios de largo plazo.
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

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Pixel Editora
Lima-Perú
2018
El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

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xiste una amplia evidencia científica de que la cognición numérica es un producto de la interacción del
sistema perceptual y el sistema motor en el mundo. Específicamente, las representaciones numéricas
y los métodos para organizar y expresar esta representación, se ven influenciados por los sistemas
perceptuales y motores de los dedos, de tal forma que todo nuestro conocimiento numérico presente es
representado por una actividad sensorial y motora que también estuvo presente durante la adquisición de
este conocimiento. De esta forma, los sistemas sensoriales y motores de los dedos son un componente intrín-
61
seco del procesamiento numérico en el cerebro. Multitud de estudios han corroborado esta aseveración. Por
ejemplo, la gnosis de los dedos (la habilidad para percibir y distinguir los dedos de nuestra propia mano sin
una guía visual) es un predictor de la competencia matemática, de tal forma que un niño con una buena gno-
sis de los dedos también tiende a desempeñarse mejor en las tareas aritméticas. Otra línea de investigación
ha estudiado la influencia de los hábitos de la representación numérica con los dedos en el procesamiento
matemático, encontrando que estos influyen en el procesamiento numérico haciendo que se vean facilitados
cuando la presentación del problema coincide con los hábitos de conteo del participante. También los estu-
dios han encontrado que la magnitud numérica interfiere con la percepción de los movimientos de agarre:
la respuesta al agarre cerrado (preciso, abertura pequeña) se ve facilitado por la proyección de números
pequeños y la respuesta al agarre abierto (agarre de objetos grandes, abertura grande) se ve facilitado por la
proyección de números grandes. Lo opuesto también es cierto: los movimientos de agarre influyen en el pro-
cesamiento numérico. También el cálculo mental se ve influenciado por los dedos ya que se ha encontrado
una alta ocurrencia, entre los niños, de un error que se desvía por +-5 unidades (una mano) de la respuesta
correcta, como si durante el proceso de cálculo se hubiera añadido o perdido una mano del conteo. Por últi-
mo, las investigaciones electrofisiológicas han encontrado que los músculos de los dedos presentan actividad
eléctrica cuando se realizan actividades numéricas de conteo y cálculo, y las investigaciones con imágenes del
cerebro han encontrado una activación de la región somatosensorial de los dedos durante tareas de conteo
y cálculo. Lo más notable de estas investigaciones es que los hábitos de conteo con los dedos y el procesa-
miento numérico interactúan incluso en los adultos educados, cuestionando la supuesta naturaleza abstracta
de la representación numérica. Incluso cuando no estamos utilizando los dedos para el cálculo, “vemos” una
representación de nuestros dedos en nuestro cerebro.

Rubén Espinoza Cóndor (Junín, 1970), profesor de


matemáticas y traductor, con estudios de Ingenie-
ría Electrónica en la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos proporciona en este libro las evi-
dencias de que el sistema sensorial y motor de los
dedos han jugado (y juegan) un papel importante
no solo en el proceso de asimilación de los funda-
mentos del procesamiento numérico y el cálculo
durante la niñez, sino que su influencia se mani-
fiesta incluso (de manera inconsciente), durante
los procesos numéricos realizados por las perso-
nas adultas educadas. De esta forma, este libro
pone en entredicho la antigua y extendida creen-
cia de que la representación y el procesamiento
numérico son los máximos exponentes de la ma-
nipulación simbólica abstracta
de la cognición humana, resal-
tando el hecho de que los proce-
sos mentales no son una función
exclusiva del cerebro, sino que
es un proceso en el cual se ven
comprometidos diversas partes
de nuestro cuerpo.

Correo electrónico: ruben_espincond@hotmail.com


El papel de los dedos en la fundación de las matemáticas Rubén Espinoza Cóndor

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