Vous êtes sur la page 1sur 7

CIENCIA POLITICA EN LA GRECIA CLASICA

En la Grecia clásica, por primera vez primó el pensamiento secular, es decir, una
cierta separación de la religión y la política. No es que los griegos no fueran
religiosos: tenían una gran cantidad de dioses y muchos rituales, pero sus dioses
eran sólo algo más que hombres, y su culto se parecía más a un ministerio de
relaciones exteriores que a una adoración estática y temerosa.

Los primeros filósofos políticos propiamente dichos fueron los sofistas, en el siglo
V aC. Fueron los intelectuales de su tiempo, altaneros y engreídos, que se
enorgullecían de su emancipación respecto de la religión tradicional y de la moral
convencional. Rechazaban el patriotismo y los deberes de la ciudadanía, y
planteaban una libertad individual sin trabas y un libre pensamiento. Mucho antes
que Maquiavelo, plantearon una completa separación de la conducta pública y la
moral privada.

Los sofistas enseñaban que el Estado es de origen convencional y contractual;


que las leyes expresan una relación de fuerzas desprovista de toda sacralidad, y
que el derecho se identifica con el poder. Su imagen individual, de intelectuales
desencantados, ciertamente lúcidos en muchas observaciones y hasta simpáticos
en su individualismo anárquico y un tánto cínico, se eclipsaba ante las
consecuencias prácticas graves que podía tener la generalización de sus teorías,
que cuestionaban las bases implícitas de la ciudad misma y el conformismo social
de la mayoría de sus habitantes.

Sus ideas, potencialmente subversivas, convocaron al campo de la controversia a


un pensador incomparablemente más valioso y profundo que ellos: Sócrates (469-
399 aC) quien, con su inimitable dialéctica mostró la falsedad de sus argumentos y
enseñó el carácter natural y necesario del Estado, el fundamento inmutable y
sagrado de la Ley, la necesaria sujeción del Poder al Derecho, la primacía de la
Sociedad sobre el Individuo y el derecho social a exigir los servicios del hombre
más sabio y mejor para su gobierno.

Como una cruel ironía, este hombre sabio y prudente (pero molesto en su
punzante crítica a la mediocridad y corrupción de los poderosos) fue acusado de
impiedad y condenado a muerte! por el ignorante y fanático "demos" de Atenas,
mientras los sofistas seguían difundiendo sus ideas disolventes, en muchos casos
ya convertidas en técnicas apropiadas para el éxito político momentáneo.

El asesinato de Sócrates fue una escandalosa injusticia, el prototipo del acto


inicuo, contra el que debe luchar todo filósofo. Tal convicción animó la obra de
Platón (427-347 aC), que fue su discípulo durante los últimos ocho años de la vida
de Sócrates, y que dio a conocer y desarrolló en sus "Diálogos" las ideas de su
Maestro, aunque quizás nunca sabremos realmente cuál fue el aporte de uno y
otro a la construcción de esa verdadera columna vertebral de la filosofía
occidental.
Los principios fundamentales de la filosofía platónica son: que el fin supremo de la
existencia es la virtud, que la virtud es sinónimo de conocimiento, y que el
intelecto, órgano del conocimiento, es el factor dominante en el hombre. Platón
aplicó tales principios en sus tres diálogos políticos: "La República", "El Político" y
"Las Leyes".

El objeto de "La República" es combatir las ideas políticas de los sofistas, y criticar
las costumbres políticas de los gobiernos griegos de su tiempo -democracias o
monarquías- por su falta de virtud cívica. Plantea en esta obra un ideal político
demasiado abstracto y deshumanizado. En "El Político" formula un sistema más
compatible con la naturaleza humana corriente: en este diálogo se inclina a pensar
que el mejor gobierno posible es el del "Rey-Filósofo", que gobierna de acuerdo
con las leyes. Finalmente, en "Las Leyes", Platón abandona la idea de alcanzar un
ideal metafísico y concluye diciendo que en este mundo imperfecto (donde los
Reyes-Filósofos son muy escasos) un Estado con división y separación de los
poderes es lo mejor que prácticamente puede realizarse.

Aristóteles (384-322 aC) fue un discípulo rebelde y cuestionador (y el más capaz)


de Platón, y tras la muerte de su maestro y muchos viajes, fundó en Atenas su
propia escuela, el Liceo.

Su principal obra de pensamiento político, "La Política", no tiene el encanto


literario de los diálogos platónicos, y al parecer proviene de apuntes de
conferencias recopilados por discípulos. Esta obra continúa y acentúa
decididamente la tendencia, que ya se insinuaba en el último Platón, de
abandonar la vía puramente especulativa y fortalecer la participación del material
empírico en la reflexión política, al punto de que Aristóteles puede ser considerado
"el padre fundador de la Ciencia Política clásica"

Como conclusión, comentar que la política griega, al igual que otros numerosos
campos procedentes de esta magnífica cultura, ha sido de vital trascendencia en
nuestra evolución social a lo largo de los últimos años, sentando las bases de
nuestro "actual" sistema político. Y lo pongo entre comillas, porque hoy en día se
pone en duda la transparencia y realidad de este modelo, gracias a unos cuantos
"tiranos". Parece que hace 2.000 años, nuestros contemporáneos encontraron el
camino correcto a seguir. ¿Hacemos lo mismo nosotros? Por lo menos contaban
con la ayuda de los filósofos, cosa que hoy en día no, ya que se considera una
especie en peligro de extinción.

CIENCIA POLITICA EN EL FEUDALISMO (EDAD MEDIA)

Carlos Magno
El fracaso del proyecto político centralizador de Carlos Magno llevó, en ausencia de
ese contrapeso, a la formación de de un sistema político, económico y social que
los historiadores han convenido en llamar feudalismo, aunque en realidad el nombre
nació como un peyorativo para designar del Antiguo Régimen por parte de sus
críticos ilustrados.
La Revolución francesa suprimió solemnemente "todos los derechos feudales" en
la noche del 4 de agosto de 1789 y "definitivamente el régimen feudal", con el
decreto del 11 de agosto.
La generalización del término permite a muchos historiadores aplicarlo a las
formaciones sociales de todo el territorio europeo occidental, pertenecieran o no al
Imperio carolingio. Los partidarios de un uso restringido, argumentando la
necesidad de no confundir conceptos como feudo, villae, tenure, o señorío lo limitan
tanto en espacio (Francia, Oeste de Alemania y Norte de Italia) como en el tiempo:
un "primer feudalismo" o "feudalismo carolingio" desde el siglo VIII hasta el año 1000
y un "feudalismo clásico" desde el año 1000 hasta el 1240, a su vez dividido en dos
épocas, la primera, hasta el 1160 (la más descentralizada, en que cada señor de
castillo podía considerarse independiente, y se produce el proceso denominado
incastellamento); y la segunda, la propia de la "monarquía feudal"). Habría incluso
"feudalismos de importación": la Inglaterra normanda desde 1066 y los estados
latinos de oriente creados durante las Cruzadas (siglos XII y XIII).[37]
Otros prefieren hablar de "régimen" o "sistema feudal", para diferenciarlo sutilmente
del feudalismo estricto, o de síntesis feudal, para marcar el hecho de que sobreviven
en ella rasgos de la antigüedad clásica mezclados con contribuciones germánicas,
implicando tanto a instituciones como a elementos productivos, y significó la
especificidad del feudalismo europeo occidental como formación económico social
frente a otras también feudales, con consecuencias trascendentales en el futuro
devenir histórico.[38] Más dificultades hay para el uso del término cuando nos
alejamos más: Europa Oriental experimenta un proceso de "feudalización" desde
finales de la Edad Media, justo cuando en muchas zonas de Europa Occidental los
campesinos se liberan de las formas jurídicas de la servidumbre, de modo que suele
hablarse del feudalismo polaco o ruso.
El Antiguo Régimen en Europa, el Islam medieval o el Imperio bizantino fueron
sociedades urbanas y comerciales, y con un grado de centralización política
variable, aunque la explotación del campo se realizaba con relaciones sociales de
producción muy similares al feudalismo medieval. Los historiadores que aplican la
metodología del materialismo histórico (Marx definió el modo de producción feudal
como el estadio intermedio entre el esclavista y el capitalista) no dudan en hablar
de "economía feudal" para referirse a ella, aunque también reconocen la necesidad
de no aplicar el término a cualquier formación social preindustrial no esclavista,
puesto que a lo largo de la historia y de la geografía han existido otros modos de
producción también previstos en la modelización marxista, como el modo de
producción primitivo de las sociedades poco evolucionadas, homogéneas y con
escasa división social -como las de los mismos pueblos germánicos previamente a
las invasiones- y el modo de producción asiático o despotismo hidráulico -Egipto
faraónico, reinos de la India o Imperio chino- caracterizado por la tributación de las
aldeas campesinas a un estado muy centralizado.[39] En lugares aún más lejanos
se ha llegado a utilizar el término feudalismo para describir una época.
Es el caso de Japón y el denominado feudalismo japonés, dadas las innegables
similitudes y paralelismos que la nobleza feudal europea y su mundo tiene con los
samuráis y el suyo. También se ha llegado a aplicarlo a la situación histórica de los
periodos intermedios de la historia de Egipto, en los que, siguiendo un ritmo cíclico
milenario, decae el poder central y la vida en las ciudades, la anarquía militar rompe
la unidad de las tierras del Nilo, y los templos y señores locales que alcanzan a
controlar un espacio de poder gobiernan en él de manera independiente sobre los
campesinos obligados al trabajo.

CIENCIA POLITICA EN EL CAPITALISMO


Una aproximación al estudio del capitalismo desde la perspectiva de la ciencia
política nos provee y tiene una ventaja que nos da un esquema de compresión
multidisciplinario, ya que viene de varias fuentes como por ejemplo: la historia que
nos da la memoria de los acontecimientos tanto domésticos como universales, del
plano filosófico estudia al hombre y a la sociedad desde los principios rectores que
moldearon ambos sujetos, en el plano jurídico se pretende darle una
formación histórica-jurídica del estado. En el plano administrativo comprensión y
estudio más diferenciado y especializado del estado contemporáneo y en el plano
político compuesto por el estudio teórico y el análisis del problema del poder
desde hace 200 años. La literatura y los expertos, ven en esta dirección de
transdisciplinariedad de los complejos problemas de nuestro tiempo y de la visión
amplia que hay que tener para analizarlos, sobre todo, hoy en día, cuando hay
problemas como por ejemplo: la naturaleza de la redistribución, desigualdad y
crecimiento económico al seno del capitalismo contemporáneo son problemas
políticos concretos del día de hoy, analizados tanto por políticos o politólogos o por
economistas como Piketty y Tyler Cowen hoy.

En efecto, los políticos deben comprender los fenómenos económicos, porque


ambos se nutren de los mismos vasos comunicantes. Al convertir el
comportamiento de los políticos en una variable endógena, la política en ese
sentido, debe llevar a entender las particularidades de los fenómenos económicos
(grado e influencia de las empresas, desigualdad, precios, valor, inflación,
intercambio comercial, déficit fiscal, ventajas competitivas y comparativas y los
factores políticos que influyen en el comportamiento de lo económico (liderazgo
político, partidos políticos, ordenamiento constitucional, grupos de presión y el
entorno internacional) que interactúan en una economía capitalista.

Por ello, el índice de Libertad Económica en el Mundo y añadiría yo, pasa por
analizar o evaluar un sistema económico más capitalista liberal o de capitalismo
de estado siguiendo al académico Juan Carlos Hidalgo, diseñado originalmente
por un grupo de economistas liderado por Milton Friedman y publicado anualmente
por el Fraser Institute de Canadá, identifica las cinco grandes áreas que
determinan a mi modo de ver no sólo la libertad económica de un país, sino del
grado o no cuánto capitalista es un sistema económico es: 1) tamaño del Estado,
2) sistema jurídico y derechos de propiedad, 3) solidez de la política monetaria, 4)
libertad de comercio internacional y 5) regulaciones de los mercados crediticio,
laboral y comercial.

Según el estudio del Frase Institute, en su última versión del 2013, todos los
países nórdicos, excepto uno, ocupan posiciones entre las 40 economías más
libres del planeta: Finlandia (7), Dinamarca (14), Suecia (29) y Noruega (31). La
excepción es Islandia, en el lugar 41. En contraposición, solo dos naciones
latinoamericanas están entre las 40 más abiertas y capitalista del mundo: Chile
(11) y Perú (22). Otros países como Colombia y Brasil ocupan un lugar destacado.

Para los abanderados del liberalismo económico y capitalismo liberal a secas, el


debate sobre la desigualdad en América Latina y otras regiones menos
adelantadas del mundo, presenta un serio reto académico y político: nuestro
énfasis debe ser el combate a la pobreza en los sistemas económicos capitalistas.

Así las cosas, contar con un sólido, robusto y con armazón de ideas puede
ayudarnos a una mejor comprensión de ambas realidades, porque esto nos da
una visión del entorno y del desarrollo del capitalismo. Por ello, al analizar el
capitalismo, el juego de poder político y económico a su interior es fundamental en
el siglo XXI, como lo llamó Peter Drucker, el postcapitalismo (podría ser una
avanzada y tecnificada economía de servicios) es clave. Por ello, estudiar sus
modos de crecimiento a lo largo de la historia (cambios institucionales del
capitalismo de carácter sistémico), contar entonces con instrumentos
analíticos flexibles y ecléticos en su modo de abordaje, podemos aproximarnos
mejor al estudio y análisis, ya que hoy en día tenemos economías capitalistas con
características tan contrastantes como China y EEUU, o los países nórdicos, sin
embargo, tienen el tronco común de apoyar a la inversión y tecnología privada y
su fomento entre otros factores que estimulan mayoritariamente el desarrollo de
economías capitalistas hoy en día.

Socialismo.
El socialismo se define como un sistema político cuya ideología defiende una
igualdad política, económica y social para toda la población, para ello propone que
la propiedad y la administración pertenezcan a las clases trabajadoras.

Origen.
Socialismo Utópico.
El socialismo surge en el siglo XVIII junto con la Revolución Francesa en 1789, en
donde la clase feudal fue derribada para dar poder a la clase burguesa.

Sin embargo, fue en Gran Bretaña y Francia, donde aparecen los primeros autores
socialistas casi simultáneamente, Roben Owen (1771-1858) y Henri de Saint-
Simón (1760-1825) respectivamente. Estos autores desarrollan un tipo socialismo
llamado socialismo utópico. Esta ideología nació de la necesidad de crear un
modelo económico diferente que diese respuesta a la situación que vivía la
sociedad. La revolución industrial que se produjo en 1789 también trajo consigo un
nuevo sistema basado en el capital que además explotaba a las clases obreras,
por lo que la desigualdad social era cada vez mayor.

Como su nombre indica el socialismo utópico era un sistema ideal, ya que nunca
se había llevado a la práctica y no existían antecedentes políticos de esta
ideología. Promulga un cambio en la sociedad sin guerra de clases, ni violencia de
ningún tipo, solo mediante la convicción y concienciación de toda la sociedad.

“Hombres laboriosos, productores de la riqueza, del saber y de todo lo que


realmente es valioso en la sociedad, unid hoy vuestras fuerzas para crear una
forma nueva y justa de existencia humana, una situación en la que no habrá más
rivalidad que la de producir la mayor felicidad duradera para la raza humana;
tenéis en vuestras manos todos los elementos necesarios para realizar tal
cambio…”
Álvarez, J.R. (2016) Robert Owen. Textos del socialista utópico. Consejo superior
de investigaciones científicas: Madrid

Vous aimerez peut-être aussi