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Protestantismo

PRINCIPIOS CARACTERISTICOS PROTESTANTES

El protestante va directamente a la Palabra de Dios para buscar instrucciones y al trono de gracia


en sus devociones, de este principio general de libertad evangélica, y de relación directa del
creyente con Cristo, proceden las tres principales doctrinas del Protestantismo:

I. Absoluta supremacía de La Palabra o Sola Scriptura (Solo la Escritura),


II. Absoluta supremacía la gracia de Cristo o Sola Fide ("Sólo la Fe") y
III. El sacerdocio universal de los creyentes.

1. Sola Scriptura (Solo la Escritura)

El primer objetivo o principio (formal) proclama que las Escrituras canónicas, especialmente el
Nuevo Testamento, son la única fuente infalible y regla de fe y práctica y afirma el derecho a la
interpretación privada de la misma.

“La Biblia, toda la Biblia y nada más que la Biblia, es la religión de los protestantes” (

El punto de vista católico declara que la Biblia y la Tradición son fuentes coordinadas y reglas de fe
y hace de la Tradición, especialmente los decretos de los papas y de los concilios el único
intérprete legítimo e infalible de la Biblia.

Sin embargo, el Protestantismo no desprecia o rechaza en absoluto la autoridad de la iglesia, sino


que retuvo una gran cantidad de tradición y sólo rechazó las doctrinas y ceremonias para las que
no había una clara justificación en la Biblia, pero las ramas Calvinistas, luteranos y anglicanos están
unidos en el rechazo de la autoridad del papa.

2. Sola Fide ("Sólo la Fe")

Cristo declaro que el pecador está justificado ante Dios (i.e. libre de culpa y declarado justo)
solamente sobre la base de los méritos totalmente suficientes de Cristo, en oposición a los
establecido por el concilio de Trento, que hace de fe y las buenas obras la fuente compartida de
justificación (salvación), poniendo el acento sobre las obras. El protestantismo no desprecia las
obras pero niega su valor como fuente o condición de la justificación e insiste en ellas como frutos
necesarios de la fe y prueba de la justificación.
<<Precisamente la Iglesia, que aprovecha sin cesar los infinitos recursos de la redención,
introduciéndola en la vida de la humanidad, es la dimensión en la que el sufrimiento redentor de
Cristo puede ser completado constantemente por el sufrimiento del hombre. Con esto se pone de
relieve la naturaleza divino-humana de la Iglesia. (…) Por eso, tiene igualmente un valor especial
ante la Iglesia. Es un bien ante el cual la Iglesia se inclina con veneración, con toda la profundidad
de su fe en la redención. Se inclina, juntamente con toda la profundidad de aquella fe, con la que
abraza en sí misma el inefable misterio del Cuerpo de Cristo.>>

Carta Apostólica Doloris Salvifici (Beato Juan Pablo II)

<<Ahora me gozo en mis padecimientos por vosotros y completo en mi carne lo que falta a la
pasión de Cristo>> (Col 1,24)

3. Sacerdocio universal de los creyentes

El sacerdocio universal de los creyentes implica el derecho y el deber de los laicos cristianos no
solo de leer la Biblia en su propio idioma, sino también de tomar parte en el gobierno y en todos
los asuntos públicos de la Iglesia. Se opone al sistema jerárquico que pone la esencia y autoridad
de la iglesia en el sacerdocio exclusivo y hace que los sacerdotes ordenados sean los mediadores
necesarios entre Dios y el pueblo”. Ver Schaff “El Principio del protestantismo alemán e inglés.
(1845)

DISCUSION DE LOS TRES PRINCIPALES PRINCIPIOS DEL PROTESTANTISMO

Supremacía de Biblia (Sola Scriptura)

La creencia en la Biblia como única fuente de la fe es

a) Ahistórica,
b) Ilógica, fatal para la virtud de la fe y
c) Destructiva de la unidad.

a) “De ahí que no cesemos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios que os
predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino como palabra de Dios cual es
en verdad” ( Tes. 2:13) . La palabra oída se recibe a través de un maestro humano y se cree
por la autoridad de Dios, que es el primer autor (cf. Rom. 10:17). Pero si en el tiempo de
los Apóstoles la fe consistía en el sometimiento a la enseñanza autorizada, también es así
hoy, porque la esencia de las cosas nunca cambia y los fundamentos de la Iglesia y de
nuestra salvación son inamovibles.
b) Ilógico. El juicio privado es fatal para la virtud teológica de la fe. John Henry Newman
dice:” Pienso que puede asumir que esta virtud, ejercida por los primeros cristianos, es
completamente desconocida entre los protestantes hoy o, al menos, si aun quedan
ejemplos de ella, se ejercita hacia aquellos, quiero decir los maestros y adivinos que
expresamente dicen que no son objetos de ella y que exhortan a su gente a juzgar por si
mismos” (“Discourses to Mixed Congregations", Faith and Private Judgment).

Y como prueba aduce la inestabilidad de la llamada fe protestante: “Son como niños zarandeados
aquí y allá y arrastrados por cualquier tormenta de doctrina. Si tuvieran fe no cambiarían. Miran la
simple fe de los católicos cono si fuera indigna de la naturaleza humana, y sin crítica y tonta.” Pero
sobre esa simple y obediente fe se construyó la iglesia y se mantiene firme y unida hoy”. Donde
falta la confianza absoluta en la palabra de Dios, proclamada por sus embajadores acreditados, es
decir donde no hay virtud de la fe, no puede haber unidad de la Iglesia. Es razonable y la historia
protestante lo confirma. Las “infelices divisiones”, no sólo entre secta y secta sino hasta dentro de
la misma secta se han convertido en lo norma y corriente. Se debe al orgullo del intelecto privado
y solo se cura con una humilde sumisión a la autoridad Divina

Justificación por la Fe Solamente (Sola Fide)

Sacerdocio universal de todos los creyentes

El “sacerdocio universal de los creyentes” es una ilusión querida que va bien con todas las
doctrinas del protestantismo ya que cada hombre es su propio y supremo maestro y es capaz de
justificarse a si mismo por un fácil acto de fe, no hay necesidad de otros maestros ordenados ni
ministros del sacrificio y de los sacramentos, Los mismos sacramentos, de hecho, son superfluos.
La abolición del los sacerdotes, sacrificios y sacramentos es la consecuencia lógica de las falsas
premisas, i.e., el derecho al juicio privado y la justificación por la sola fe, y es por consiguiente tan
ilusorio como ellos. Más aún, es contrario a la Escritura a la tradición y a la razón. La postura
protestante es que el clero era originalmente representante del pueblo y derivaba todo el peder
de él, y que lo que hace el clero es mantener por cuestión de orden y conveniencia lo que los
laicos podrían también hacer. Pero la Escritora habla de obispos, sacerdotes, diáconos como
investidos con poderes espirituales no poseídos por la comunidad en si y transmitidos por un signo
externo, la imposición de manos, creando así un orden separado, una jerarquía. La Escritura
muestra a la Iglesia que empieza con un sacerdocio ordenado como su elemento central. La
historia igualmente muestra este sacerdocio que vive en una sucesión ininterrumpida hasta el
presente en oriente y occidente, hasta en las iglesias separadas de Roma. Y la razón requiere una
institución así: una sociedad que se confiesa establecida para continuar la obra salvífica de Cristo
debe poseer y perpetuar Su poder salvífico, debe tener un orden comisionado por Cristo que
enseñe y administre, de la misma forma que Cristo fue comisionado por Dios: “ Como el Padre me
ha enviado yo os envío a vosotros (Juan 20:21). Las sectas que son como sombras de las Iglesias
crecen y decrecen con los poderes sacerdotales que subconscientemente o instintivamente
atribuyen a sus pastores, ancianos, ministros, predicadores y otros líderes.

Fuente: Wilhelm, Joseph. "Protestantism." The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert
Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/12495a.htm>.

Tomado de la Transcrito por Douglas J. Potter . Dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.

Traducido por Pedro Royo

Fuente

http://ec.aciprensa.com/wiki/Protestantismo

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