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Afirmación científica: Una interpretación puede ser engañosa, mas nunca puede serlo la
realidad de un resultado.
Gerardito recomendaba no tomar nada de lo que enseñaba como verdad, que su última
intención era aumentar nuestro ya hipertrofiado sistema de creencias, donde residen nuestra
ignorancia y absolutamente todas nuestras limitaciones. Así que nos recomendaba leer y
leer apuntes y manuales, y verificar en nuestra experiencia, con nuestros resultados
personales, lo que mientras tanto, por bueno que sea, es sólo concepto. Concepto
verificado = verdad. Como al niño que se le dice: "No metas el dedito al tomacorriente
que te pasa electricidad", para él es un concepto. Cuando de todos modos lo mete y siente el
corrientazo, ahora tiene una verdad.
No se trata tampoco de no creer en nada que nos llegue, pues esa actitud conduce a la
cristalización, definida como la situación de la persona que ya no cambia más, no
evoluciona más en esta experiencia de vida y la cual, a menos que siga siendo útil como
función para otros a su alrededor que si están evolucionando, está lista para separar
archivos, para morirse.
La experiencia de vida del ser humano tiene un propósito muy definido, sencillo: ser feliz y
aprender a amar. Las metas y los objetivos lo complican innecesariamente. Cada quien
lucha para acomodar la realidad de la vida, a sus propios ideales, sin lograr reconocer
cuál es la función de la realidad presente. La mayoría de las personas suponemos que,
logrando el cumplimiento de nuestros anhelos e ideales, y supliendo lo que llamamos
nuestras necesidades, podremos obtener la satisfacción, la felicidad y la paz en nuestras
vidas. Pero la verdad es que ello sólo sirve para después darnos cuenta que tan pronto
alcanzamos una meta, surgen inmediatamente nuevos retos y metas por cumplir. Nuestro
propósito inicial nunca llega a satisfacerse por este medio porque aún no sabemos que
nuestros ideales particulares son contrarios a nuestros propósitos generales.
Todos los ideales de los hombres son válidos, dignos de respeto y, además, necesarios, para
poder tener un referente que permita reconocer el orden universal. Pero, una vez las
personas logran comprender como está organizado el universo los ideales se convierten en:
Por esta razón, la Aceptología es una Nueva Ciencia que, cuando estamos listos para
comprenderla, permite cumplir el propósito general que tienen todos los seres humanos:
ENCONTRAR PLENA SATISFACCIÓN EN SUS VIDAS.
Existen indicadores precisos, resultados, para medir la satisfacción con la vida, para
determinar si se está manejando la vida con sabiduría o con ignorancia:
2) Buenas Relaciones.
3) Disponibilidad de todo lo necesario para la supervivencia. Hay que tener cuidado con
que si no tengo algo es porque no lo necesito. Mientras no valore y use muy bien lo que
tengo, no soy correspondiente con más de lo mismo.
Entonces, los resultados en mi vida es lo único que me permite verificar que yo sé.
Aceptología
3) ¿Dónde puedes reconocer la realidad? En todo lugar donde pueda estar presente y
conciente. En nuestro estado actual ese lugar está limitado, se reduce únicamente a la
tercera dimensión. Prácticamente a lo que aquí y ahora percibo con mis sentidos. La
mente, atención, funciona entre la cuarta y novena dimensiones (o sea que por ahora, está
fuera de mi realidad). Si logro estar presente y conciente de la cuarta en adelante, son reales
también, porque actúo en ellas. Digamos, por ejemplo, cuando soy capaz de estar conciente
en sueños (por lo general en quinta, algo de cuarta).
Todo lo que vemos en un momento como "malo", terminamos apreciándolo como muy
bueno. Solo es cuestión de tiempo.
Empezar a ser discípulo de amor es aceptar y asumir en toda circunstancia que se presente.
Aceptar es no rechazar nada de lo que llega, porque solo sucede lo que necesitamos para
evolucionar. Sólo se da la voluntad del Padre Celestial, no la nuestra. Si coinciden muy
rico, si no, acepto. Aceptar es preguntarse siempre: "¿Qué tengo qué aprender de esto?"
no ¿Por qué me pasa esto...?" Nadie vive ninguna situación que no sea absolutamente
necesaria para su evolución, ni el perfectísimo Plan Universal de Amor permite que alguien
viva algo que no sea capaz de soportar. La peor agresión imaginable que alguien nos haga
no tiene que tomarse personalmente con respecto al agresor, porque él solamente, además
de estar cerca, está agrediéndonos porque tiene la suficiente cantidad de ignorancia para
cumplir esa desagradable función. Si no es él, es otro el que la cumple, porque YO
NECESITO PARA ALGO, QUE SOLO YO PUEDO DETERMINAR, SER AGREDIDO.
Por otro lado, siempre, en todos los casos, todos hacemos lo mejor que podemos desde
nuestra ignorancia. Entonces ACEPTAR es acoger la experiencia como necesaria y para mí.
ASUMIR es no culpar a nadie por lo que me pasa, ni siquiera a mí mismo. Es natural que
me sienta mal, me desespere, me deprima, etc. Esta experiencia es mía, tengo que vivirla,
entonces eso me da, automáticamente, claridad mental, y sé qué hacer, o sea: sólo después
de aceptar y asumir es posible ACTUAR. Finalmente, es importantísimo agradecer la
experiencia a las personas con la función que te ayudaron a aprender algo NECESARIO e
intransferible. El RENCOR, pues, no tiene ya cabida. No hay lugar para él.
Existe una secuencia para la liberación del ser humano, en la cual se pueden distinguir
claramente 5 estados:
1) Creer en el Orden Universal. Aquí está la religión. Sin embargo, creer es parte de la
ignorancia.
2) Saber ciertas cosas del Orden Universal. Aquí está la ciencia, como conocimiento de lo
que funciona y lo que no funciona.
4) Respetar el Orden Universal. Aquí está la Aceptología: si logro aceptar todo, soy feliz,
y como respeto, a nadie forzado pretendo llevarlo en este bus.
La persona sin siquiera 1 y 2, es, naturalmente, un topo lleno de miedo... Las creencias
pues, son importantes... mas sólo en una primera etapa. Luego, los resultados en mi vida,
son lo único que me permite verificar si yo sé.
1) aceptara dejar sus intentos por acomodar la realidad a sus propios e individuales
conceptos e ideales (voluntad del hombre)...
2) aceptara que la realidad presente cumple con un propósito específico (voluntad del
Padre)...
3) aceptara que no es el hombre quien modifica la realidad sino la Ley...
4) aceptara que esto sucede únicamente cuando la realidad presente ya no cumple con las
funciones de enseñarnos la Ley DEL UNIVERSO... y
5) aceptara que esto ocurre porque la persona ha llegado a un nivel de comprensión tal que
ya nada más tiene que aprender de la realidad presente...
Primera Clase: Los que luchan frente a la vida, sin éxito y por tanto con mucho
sufrimiento, tratando de encontrar satisfacción personal, a través de modificar la realidad
presente, para acomodarla a sus ideales. Son los más atrasados espiritualmente, por lo cual,
aún no pueden abandonar el sufrimiento.
Segunda Clase: Quienes traen como misión cambiar el entorno natural, social, económico,
político, científico, religioso, etc. No es que tengan más éxito que los anteriores sino que
logran cambios porque ese entorno ya no corresponde con las personas que allí viven. Estos
de segunda clase son de diferentes niveles de evolución, pero su acción siempre
corresponde con las necesidades de los individuos de primera y segunda clase. Su costo
personal es alto, luchan y sufren...
Tercera clase: Los que aceptan la realidad presente, como una maravillosa oportunidad
para trascender sus limitaciones internas, por lo cual solamente se ocupan de modificar su
propio interior. Son los más adelantados espiritualmente. Ya pasaron por las
correspondencias bajas de los niveles de evolución de los de primera clase y saben que les
corresponde vivir en las realidades creadas por los de segunda clase, cuyas labores no les
corresponde hacer.
Reconozco que
Esto es lo que no estoy aceptando:
experimento:
Rechazo a la Vida La oportunidad de aprendizaje que ofrecen las dificultades
Sobreprotección La experiencia de destino y misión que cada persona trae
Perfeccionismo Que existen diferentes formas de organización y manejo
Preocupación Que puedo perder algo que ya no necesito
Fanatismo Otras formas, caminos, creencias, opciones diferentes a las mías
Mal Genio Lo que otros hacen o dicen, o lo que está sucediendo
Ganas de Condenar Comportamientos y actitudes diferentes a los míos
Rebeldía La necesidad de adaptarme al medio que me correspondió
Angustia Que perdiendo algo, puedo vivir de otra manera
Tristeza La experiencia y comportamientos de otros
Ganas de Criticar Las costumbres, ideas y decisiones de los demás
Rencor Que los demás no tienen la culpa de mis propias experiencias
Ganas de Juzgar Que cada quien hace lo correspondiente con lo mejor que sabe
Que nada ni nadie me pertenece y que siempre tengo todo lo
Apegos
necesario
Estrés Que las cosas pueden salir de otra manera y solo doy lo que puedo
Miedo La posibilidad de perder lo que tengo, o de no lograr lo que quiero
Celos Que no soy dueño de nadie y que solo el amor puede unirnos
Culpa Que yo no tengo la culpa de las experiencias de los demás
Enfermedad Que el problema no está en mi cuerpo sino en mi mente
La no Aceptación lleva directamente a las personas, a tratar de desorganizar los diseños
pedagógicos que han sido creados por los Maestros, para que, a través de ellos, logremos el
desarrollo de la CONCIENCIA PERMANENTE. Esto, la Ley no lo permite. Por esta
razón, la necesidad de aprender la aceptación, como parte fundamental de las Leyes del
Universo, nos enfrenta cada vez con situaciones más difíciles. Estas situaciones son
proporcionalmente intensas, de acuerdo con la terquedad, desobediencia o rebeldía a La
Leyes de la Vida. Por eso cuando previamente, logramos aceptar, en nuestra mente, las
situaciones que nos parecen más difíciles, éstas ya no suceden, puesto que la vida, con esa
situación, ya nada podrá enseñarle a esa persona, porque aquello que le enseñaría, ella ya lo
tiene comprendido.
Si observamos con cuidado lo que acabamos de explicar, nos daremos cuenta de algo
maravilloso: Con lo único que realmente necesitas enfrentarte, es con tu propia MENTE,
con tu propio YO, con tu propia IGNORANCIA. Esto significa que, las dificultades de la
vida se reducen exclusivamente al trabajo de transmutación de la ignorancia, en la sabiduría
que tú haces en tu mente. Si haces un buen trabajo y si logras aceptar, previamente, todo
aquello que te causaría sufrimiento, ya nada podrá sucederte, en la experiencia física, salvo
la extinción de tu cuerpo mortal, cuando ya no te sirva o no lo necesites más, y esto no será
motivo de sufrimiento, sino más bien de alegría.
La Ley de Correspondencia
Todo lo que nos sucede es correspondiente con una lección necesaria e ineludible de
aprender. Aprenderla lo más pronto posible es lo que nos permite salir de una desagradable
situación. A veces, se presentan estas lecciones como situaciones repetitivas que,
generalmente, van aumentando en frecuencia e intensidad hasta que aprendamos la lección,
en el proceso de aceptar primero que todo. Es como en el colegio: hay que aprobar tercero
para poder llegar a cuarto.
Los maestros superiores hacen una recomendación muy útil: usar y repetirnos
constantemente: "¡ ESTO NO ME IMPIDE SER FELIZ !"
Es una frase, un pensamiento, una programación mental que neutraliza el 90% de los
pensamientos negativos.
Si se observa con cuidado, un monje de estos lo que hacía era ponerse en manos de Dios...
y ¡se equilibraba! Él renunciaba a todo, mas lo que hacía en el fondo era aceptar la
realidad. De esa manera, se ponía en las Manos de Dios... Es sencillo...
Hoy en día, la Renuncia se aplica en psicología, como una técnica para ayudar a las
personas a superarse de diversos conflictos mentales, tales como la angustia, el estrés y el
estado de pánico, o en las crisis emocionales o sentimentales. Pero ya no es necesario
internarse en un monasterio ni escaparse del mundo, porque, indudablemente, ésta es una
técnica de entrenamiento mental sustentada en el conocimiento filosófico y en la
comprensión de la realidad de la vida, que bien puede practicarse en la cotidianidad.
RENUNCIA a prohibir que los demás hagan lo que necesitan para aprender.
RENUNCIA a imponer tus creencias, razones o verdades que puedas tener.
RENUNCIA a condenar las actitudes o comportamientos de los demás.
RENUNCIA a la cantaleta, cuando las cosas no salen como tú quieres.
RENUNCIA a replicar, ante aquello con lo cual no estés de acuerdo.
RENUNCIA a protestar, ante aquello que confronta tus conceptos.
RENUNCIA a suponer que puedan suceder cosas desagradables.
RENUNCIA a cumplir funciones que ya no te corresponden.
RENUNCIA a hacer justicia, por lo que te suceda a ti o a otros.
RENUNCIA a estorbar la evolución o las actividades de los otros.
RENUNCIA a ofenderte, por lo que los demás digan o hagan.
RENUNCIA a todo aquello que pueda alterar tu paz interior.
RENUNCIA a celar a las personas o a juzgar sus decisiones.
RENUNCIA a forzar a las personas para que estén contigo.
RENUNCIA a buscar culpables, por las cosas que sucedan.
RENUNCIA a oponerte a la realidad que la vida presenta.
RENUNCIA a impedir las experiencias de otras personas.
RENUNCIA a contradecir la opinión de ninguna persona.
RENUNCIA a sufrir, ante aquello que no puedes cambiar.
RENUNCIA a ser esclavo de las opiniones de los demás.
RENUNCIA a interferir con las decisiones de los demás.
RENUNCIA a angustiarte, por lo que no puedes manejar.
RENUNCIA a luchar, por conseguir lo que no necesitas.
RENUNCIA a sufrir, por aquello que no puedes hacer.
RENUNCIA a sostener tus posiciones ideológicas.
RENUNCIA a agredir a nadie, por ninguna razón.
RENUNCIA a defender la razón que creas tener.
RENUNCIA a preocuparte, por lo que no sabes.
RENUNCIA a sufrir, por lo que pueda suceder.
RENUNCIA a investigar quien te hizo daño.
RENUNCIA a que los demás decidan por ti.
RENUNCIA a temer, por tus seres queridos.
RENUNCIA a discutir, por ninguna cosa.
RENUNCIA a demostrar que tienes razón.
RENUNCIA a retener lo que no necesitas.
RENUNCIA a criticar a nadie ni a nada.
RENUNCIA a tu ego y a tu orgullo.
Las herramientas que utiliza el ego o el orgullo, que lo mismo es, son: agredir, prohibir,
imponer, interferir, forzar, suponer, etc.
Después de una renuncia, no es infrecuente tener un resultado positivo sobre algo que
habíamos buscado mucho... Busca en tu vida y encontrarás verificaciones de esto. A
todos nos ha pasado: renunciamos a algo y obtenemos el resultado inverso.
Las mejores armas que utiliza la mente ignorante, para defenderse, son las justificaciones
que actúan directamente sobre los sentimientos o sobre los conceptos de justicia,
solidaridad, responsabilidad y lucha contra el mal. Por lo cual, cuando una persona
intenta liberarse del sufrimiento, inmediatamente su propia mente comienza a lanzar
mensajes de alerta, como los siguientes: "¡Cuidado que te estás volviendo indolente!", o
"¡Cuidado que estás cayendo en la resignación y el conformismo!".
La comprensión de ningún modo, podrá ser indiferente, ni la aceptación jamás podrá ser
resignación. Lo que sí es claro, es que la comprensión nunca podrá ir, en contra de las leyes
del universo que ya comprende, ni jamás caerá en la resignación de quien se cree y se siente
impotente e incapaz ante la vida, pues quien realmente ha comprendido, es porque
conoce el Poder de la Aceptación.
Esta recuperación podría, eventualmente, llevarlo a comprender que tener paz interior es
más importante que luchar. En consecuencia, en algún momento llegará la luz de la
comprensión a su mente y se dará cuenta que el camino de la liberación del sufrimiento no
está afuera, ni se trata de luchar contra la vida para intentar cambiar la realidad, sino que lo
que se cambia es la concepción interna de la vida. En ese momento, entonces, habrá
trascendido la limitación de la resignación y podrá entrar en el camino de la
comprensión de la Aceptación como la Ciencia que Libera del Sufrimiento.
© weirdvis
ACEPTAR: acepto que el propósito del Padre es perfecto y que todo lo que ocurre es
neutro y necesario. RENUNCIO a intentar cambiar a los demás y, en su lugar, trabajaré
sobre mí mismo. RENUNCIO a luchar y a tratar de modificar el orden perfecto del
Universo y sus procesos necesarios, y, sobre todo, a tratar de interferir con las experiencias
de vida de las demás personas.
ACTUAR: actuaré con total eficacia y serenidad ante cualquier circunstancia que se
presente, dando lo mejor de mí en las labores que me corresponda realizar. RENUNCIO a
agredir de pensamiento, palabra y obra. No agrediré a nada ni a nadie. Tendré absolutas
firmeza y lealtad con los acuerdos y compromisos que libremente establezca. El hacer es la
clave del tener.
VALORAR: valoro y disfruto intensamente todo lo que tengo y todo lo que hago.
Reconozco que siempre tengo conmigo todo lo necesario, y valorándolo, desarrollaré la
capacidad para disfrutar nuevas cosas y relaciones. RENUNCIO a quejarme de lo que
tengo. La queja nos hace pobres. La prosperidad es el resultado de la valoración. El que no
valora lo que tiene está en camino de perder lo que necesita.
RESPETAR: Respeto a todas las personas en sus ideas, costumbres, creencias,
comportamientos, y en su derecho a tomar sus propias decisiones. RENUNCIO a criticar,
descalificar, juzgar, condenar y castigar a toda persona por cualquier motivo, porque
comprendo que cada quien hace lo mejor que puede con lo mejor que sabe, y no soy yo
quien para juzgarlo. Daré información de sabiduría sólo a quien la pida expresamente o a
quien acepte mi ofrecimiento sutil por respetuoso.
¡A partir de hoy sólo pensaré lo mejor, sólo diré lo adecuado y sólo haré lo necesario!
Oraciones mágicas
Hoy Lunes me propongo:
SERVIR
Hoy, expresaré mi amor a la vida, respetando a todo ser viviente en su propia experiencia.
Igualmente respetaré a las personas en sus ideas, costumbres, creencias, comportamientos
y en su derecho a tomar sus propias decisiones.
Renunciaré a la crítica, porque comprendo que cada quien hace
lo mejor que sabe hacer, y no soy yo quien, para juzgarlo.
Compartiré con alegría la experiencia de este día, y seré feliz
por tener nuevos amigos.
Gerardo Schmedling T.
El profundo valor del error
Gerardo Schmedling T.
Existen 2 falsedades: la culpa y el castigo. Son problemas muy complejos que tenemos en
nuestra mente.
Cuando la culpa es hacia afuera, cuando inculpamos a los demás, entonces nos llenamos de
rencores, de odios y de deseos de venganza... nos llenamos de un proceso interno
absolutamente lamentable.
Adicionalmente, todos estos procesos mentales de odios, rencores, violencia, tienen otro
efecto desastroso sobre nuestro cuerpo físico, que llamamos el efecto psicosomático. Se
debilita el sistema inmunológico, se producen procesos autodestructivos y facilitan el
desarrollo de ene-mil enfermedades. El cáncer es una de esas enfermedades originadas en el
proceso de la culpa. Por eso necesitamos limpiar nuestra mente, de la idea de la culpa.
Hemos repetido muchas veces y lo seguiremos repitiendo otras tantas miles de veces, no
importa cuántas veces, hasta que finalmente logremos comprender algo:
El castigo tiene ene-mil formas pero genera todos los traumas en nuestro interior: genera
baja autoestima, situaciones internas de rebeldía, cantidad de procesos complicadísimos en
las relaciones humanas y está directamente asociado a la culpa.
Entonces estos procesos traumáticos internos, donde las personas se sienten inseguras, se
sienten incapaces ante la vida, son resultados de los castigos. Como esto es tan lamentable,
nos proponemos hacer lo siguiente:
Es fundamental comprender que no hay culpable, sino una situación normal dentro
del universo, normal dentro de cualquier pedagogía, que llamamos el error .
El error no lo vamos a ver como algo malo, sino que lo vamos a ver como ES: como la
posibilidad de aprender algo nuevo; y en lugar del castigo, vamos a tomar una
herramienta de amor, que es la enseñanza.
Aprender a enseñar amorosamente, porque entre otras cosas, el castigo no enseña nada; no
enseña lo que esperamos enseñar.
Cuando las personas me dicen que hay niños mentirosos o adultos mentirosos, es evidente
que estas personas fueron castigadas... y la mentira se convierte en un mecanismo de
defensa natural. Para no volver a caer en estas situaciones, vamos a trabajar esto
profundamente.
El error es una herramienta de evaluación, no algo malo. ¿Ustedes conocen alguna persona,
que cuando se levanta en la mañana, se dice a sí misma: "Hoy, me propongo cometer los
siguientes errores", y hace una lista?. Yo no la conozco y no sé si alguno de ustedes la
conoce... o ¿ustedes hacen eso? Es evidente que no.
Sin embargo, al final de un día de nuestras vidas, podríamos decir: "Oiga, mire cuántos
errores cometí en el día de hoy". ¡Eso sí lo conozco!
Eso significa, que la totalidad de los errores que cometemos los seres humanos, son
involuntarios. Nadie tiene la intención de cometer un error. Eso no existe. Evidentemente,
los cometemos y nos falta cometer más. No se vayan a asustar... nos falta cometer muchos
errores. Acuérdense de esta reflexión:
El maestro de sabiduría es alguien que ya cometió todos los errores posibles... ¿y qué hizo?
Aprendió de ellos y por eso ahora el maestro no comete errores. Pero, él no llegó a esa
situación por casualidad, por buena suerte... Llegó a través de los errores mismos. Eso es lo
que se llama EL VALOR PEDAGÓGICO DEL ERROR. Con esto buscamos quitarnos
las ideas de culpa. Los padres, a veces se sienten culpables de que sus hijos tengan ciertas
dificultades... Dicen... yo lo hubiera podido hacer mejor, si hubiera tenido más
información, si hubiera sabido más cosas.
No tienen porque sentirse culpables, porque nadie está obligado a saber lo que no sabe aún.
Lo que necesita es seguir el proceso de aprendizaje. Cuando nosotros cometemos errores,
recordemos que el universo es ciento por ciento eficiente. En el universo, como tal, no hay
ineficiencia.
Entonces, cuando yo agredo a alguien, con el tiempo, me voy a decir: "Bueno, fue un error
haber agredido a alguien". Eso, efectivamente fue un gran error pero, el problema es que
generalmente yo me siento culpable de eso, me voy a sentir muy mal hasta que comprenda
lo siguiente: Yo, solamente cometí un error originado en mi ignorancia.
Por otro lado, la persona que resultó afectada con lo ocurrido, no tiene nada que ver
conmigo, en cuanto a la experiencia de él, porque para él era necesario ser agredido... y
si no lo hubiera sido por mí, lo hubiera sido por otro... pero hubiera sido agredido, porque
él necesitaba ser agredido. En su diseño de destino estaba ser agredido !!. Esto hace que
nos quitemos la idea de la culpa.
Entonces, los padres, por errores que se cometan todos involuntarios, no tienen nada que
ver, fíjense bien... no tienen absolutamente nada que ver con los destinos que sus hijos
traen. ¡Nada! ¿Por qué? Porque los destinos que los niños traen, son previos, son muy
anteriores, a sus mismos padres... y esos destinos no se originaron en ningún tipo de
relación con sus padres... Se originaron por ellos mismos. Y, por supuesto, estos espíritus
han visto en estos padres, la oportunidad perfecta para venir a trabajar sus destinos y a
superarlos. Entonces, los padres se convierten en un excelente apoyo, para el desarrollo
espiritual de sus hijos.
Los hijos cuando se quejan de sus padres, lo hacen porque están precisamente dentro de la
misma ignorancia.
Ellos suponen, creen, que la causa de sus problemas son sus padres, cuando no es así. La
causa de sus problemas, son ellos mismos. Esos padres, son el apoyo para salir de ellos,
pero como todavía no saben esto, pues usan lo que pueden usar y lo que nosotros mismos
les enseñamos: La Culpa y el Castigo.
Si podemos comprender esto, vamos a dejar de culpar a los demás de nuestras situaciones
de aprendizaje.
Para que los habitantes del Planeta Tierra podamos salir de nuestros estados actuales de
Ignorancia (creer que sabemos, o creer que nuestros problemas son de los demás) es
necesario observar y reconocer los siguientes seis pasos:
Esta historia comienza con un príncipe que, por algunas circunstancias que no viene al caso
nombrar, tiene deformado su rostro y enfrenta un grave problema: como en todo cuento, en
éste tampoco falta la presencia de una hermosa princesa y él se encuentra
irremediablemente enamorado de ella. Esta princesa, de inigualable belleza, habita un reino
vecino no muy lejano. El príncipe tuvo oportunidad de conocerle en un corto viaje
quedando prendado al instante de tan singular encanto pero, no atreviéndose a acercársele
por temor a ser rechazado.
Desesperado por lograr conquistarla, busca al mejor orfebre que existe en todo el reino y lo
manda traer a palacio. Estando a solas con él, le encomienda confeccionar la más hermosa
máscara nunca antes vista y que plasme en ese “rostro moldeado a medida” las más
gráciles cualidades, las formas más exquisitas y el atractivo más grande que sus manos
pudieran labrar. Pero, lo más importante, este nuevo “rostro” debería estar elaborado de
materiales tan maleables que pudiesen ajustarse perfectamente a su cara y de esta forma no
permitir que los demás descubrieran que estaba sobrepuesta.
Largos meses duró el orfebre recluido en las habitaciones del castillo que le habían sido
designadas y envuelto de lleno en su labor. Fueron largos meses de añoranza para el
príncipe, pero sabía que tendría que esperar si deseaba tener en sus manos ese preciado
objeto con el cual podría, ahora sí, lanzarse de lleno en la conquista de su amada.
Cuando ella le ve por vez primera, queda totalmente deslumbrada por el embeleso que
transmitía:
El príncipe, por un lado, se sentía feliz de compartir la vida con su amada, pero por otro se
sentía engañándola o con la inquietud de sí ella sería capaz de amarle por él mismo más allá
de ese antifaz. Fue así como transcurrieron varios años en los cuales el príncipe se debatía
internamente entre qué decisión tomar.
- Este es mi rostro.
-Lo sé.
- Esta es la máscara que usé para conquistarte. No te importa que te haya engañado, que te
haya mentido y utilizado una máscara para disfrazar mi fealdad.
La princesa le contesta:
- No sabía que usabas una máscara, Pero en realidad ¡es igual, idéntica a tu rostro!
Entonces, el príncipe corre a mirarse ante el espejo y... se toca, se jala, se pellizca. ¡No
puede creer lo que sus ojos están viendo!: su rostro se transformó en la misma máscara que
llevaba puesta.
****
Esta historia, a pesar de parecer un cuento de los muchos que oímos a lo largo de nuestra
infancia puede, sin embargo, reflejar mucho de nuestra actual condición. La mayoría de los
cuentos que escuchamos durante nuestra infancia encierran claves que hoy podemos
entender mejor, por ejemplo el cuento de “La Bella y la Bestia” habla en forma metafórica
de dos personajes que cohabitan dentro de nosotros. La bella usualmente representa a
nuestra consciencia, nuestra esencia incontaminada e incontaminable, mientras que la bestia
representa a nuestro ego, a los aspectos más densos de nuestra personalidad que arremeten
contra los demás y por supuesto también nos causan mucho daño a nosotros mismos.
En este cuento la deformidad del rostro del príncipe es precisamente eso: la bestia, el ego y
todos sus "quieros" y apabullantes deseos que busca lograr por encima de todo y de todos y
por ende su vida está plagada de luchas, peleas y limitaciones.
Todo cambio comienza en principio con la aceptación de una nueva información que
posteriormente tendrá que llevarse a la practica en el laboratorio de nuestra vida diaria hasta
que los resultados obtenidos nos demuestren que hemos reemplazado los programas
arcaicos y limitantes por unos más amplios y satisfactorios.
“Todo lo que se entrena se fortalece, sea un músculo, una virtud o una
limitación”
Tomemos nuestra propia arcilla y vayamos modelándonos, haciendo “como sí” y re-
programándonos en la expresión de nuestros valores. Para tales efectos les compartimos un
compendio de Comunicación altamente Efectiva y además un excelente método de re-
programación para nuestro diálogo interno:
- Debes - Es necesario
Los valores son los tesoros escondidos de la vida, hacen a los seres humanos
poderosos, exitosos, ricos, felices y pacíficos. Una vida llena de valores es una
vida plena, significativa y digna.
A través de la historia, por encima y más allá de la competencia entre las personas, los
partidos políticos, las religiones, razas, culturas o las rivalidades de los poderes
económicos, ha permanecido una fuerza constante: la incontrolable fuerza de los valores
humanos.
Todas las personas tenemos el deseo común de dar significado a nuestra vida, trascendiendo
nuestras limitaciones, nuestras diferencias étnicas, raciales, de lenguaje o posición social.
No importa quiénes somos, cómo somos para dónde vamos o de dónde venimos, en la vida
todos intentamos encontrar la realización interior, la felicidad y la paz.
Entonces, los valores son nuestra guía a lo largo del camino. Son la base para dar los pasos
más simples y sencillos pero firmes y profundos que damos en la vida. Nos permiten
distinguir el camino correcto, verdadero y adecuado, del incorrecto, falso e inadecuado y
así, por medio de nuestro desarrollo interno, podamos tener la capacidad de elegir el
primero, aunque normalmente sea el más largo y el que demanda un gran esfuerzo de
nuestra parte.
Cuando nuestras decisiones están guiadas por los valores, encontramos paz en nuestro
interior y generamos armonía a nuestro alrededor.
El secreto del éxito consiste en manejar toda situación que la vida nos presente, como una
maravillosa oportunidad de crecimiento y desarrollo de nuestras facultades, para lo cual es
necesario actuar siempre con lo mejor que hay en cada uno de nosotros, sin importar para
nada lo que pueda estar sucediendo o la situación que nos corresponda manejar.
Los valores son los tesoros escondidos de la vida, hacen a los seres humanos poderosos,
exitosos, ricos, felices y pacíficos. Una vida llena de valores es una vida plena, significativa
y digna.
Los valores brindan el poder que hace posible eliminar las debilidades y los defectos
permitiendo desarrollar la capacidad de servir a los demás incondicionalmente y sin
restricción alguna. A medida que desarrollamos los valores en nuestro interior vamos
mejorando nuestra capacidad de relacionarnos armónicamente con el mundo en que
vivimos y construyendo una vida llena de satisfacción.
El desarrollo espiritual permite la expresión externa de un estado interior. Una persona
que realmente reconoce su valor intrínseco y el de los demás, reconoce que el valor no es
algo asignado por fuentes externas, sino que viene de una fuente interna, originada y
sustentada en una fuente Universal, Divina y Eterna.
Hoy la mayoría de las personas reciben influencias y definen su valor en las posesiones
materiales, posición social, poder económico o apariencia externa. Esta descripción
engañosa de la fuente del valor verdadero crea una sociedad posesiva, egoísta, avara y
competitiva, siendo en gran medida causal del conflicto, la guerra, la explotación, la
corrupción y el individualismo.
El valor se reconoce en resultados. Una virtud interna que lleva a producir un resultado
satisfactorio: paz interior y felicidad constante, nos permite comprobar que ahí se utilizaron
valores. Se debe verificar en doble vía: "yo sentirme bien y los demás también". Cuando los
expreso y los demás los reciben, se genera una gran satisfacción y un mejoramiento de la
condición humana.
Sólo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás.
Sólo cuando manejas tu soledad puedes manejar una relación.
Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar, y aceptarte
para aceptar, ya que nadie da lo que no tiene dentro de sí.
Ninguna relación podrá darte la paz que tú tienes que crear en tu interior.
Ninguna relación te brindará felicidad que tú no construyas.
Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando seas capaz de decirle con total
convencimiento y sin el más mínimo enganche, o ironía:
Sólo podrás amar siendo independiente, hasta el punto de no tener que manipular ni
manejar a los que dices amar y a quienes, si mucho, quieres.
(El que quiere cosas y personas -o sea quien hace apegos- es el ego).
Sólo se produce más felicidad en pareja, cuando dos personas felices se unen para
compartir su felicidad.
Difícilmente ocurre cuando cada uno pretende que el otro lo haga feliz.
Sólo estando bien por dentro podemos atraer a nuestra vida personas valiosas.
Para poder amar a otra persona PRIMERO tenemos que aprender a amarnos.
La persona más importante en el mundo, y a la única que sí puedo cambiar,
es a mí mismo.
Firmado solamente por "Su amigo de la red", este texto ha circulado por lo menos desde
los primeros días de 2006. En mí resonó con tanta paz que me nació adicionarle algunas
frases. Las que traía, todas, siguen ahí.
Te recomiendo leerlo muchas veces. Ojalá hasta 30 veces, en distintos momentos, para que
esta programación de comprensión del amor reemplace los automatismos contrarios tu
mente. Así ocurre un proceso bastante parecido al de la regrabación de un casete.
«Todo es Mente»
Primer principio hermético de los Siete del Kybalión
Los pensamientos son entes vivos, ondas de energía muy sutil que se desplazan por el aire a
increíble distancia y gran velocidad. Y de ello es posible encontrar referencia en algunas
tradiciones orientales. Por ejemplo, en el budismo tibetano. Los pensamientos ajenos
ingresan en nosotros, de manera absolutamente inevitable, en cada inhalación. Procesados,
digeridos o no, alquimizados o no -son cosas diferentes-, exhalamos pensamientos ajenos y
propios. De esa manera, hago mi aporte a la masa de aire circundante circundante que
contribuyo a enriquecer con delicados aromas de mi amante corazón o a ennegrecer aún
más con mis limitaciones actuales...
El cerebro es sólo la herramienta física que utiliza la mente. La mente, nuestro primer
archivo no físico, es un cuerpo sutil que cubre todo el cuerpo y hasta sus "auras". Por lo
tanto, eventos bioquímicos y biofísicos, emociones (del instinto), sentimientos (del centro
ídem) y razonamientos, todos se convierten en pensamientos. Aún así sólo un escaso 5% de
los pensamientos de mi mente son propios: es decir totalmente autónomos, producidos por
mí, y de estos, la mayoría son simple procesamiento de las impresiones sensoriales, o sea,
de lo que pienso de lo que percibo por mis cinco sentidos físicos.
Con motivo del drama en Nueva York, transmitido a todo el mundo en vivo y en directo a
través de la televisión, jamás en la historia de la presente civilización terrícola tantas
personas han estado simultáneamente pensando y, ante todo, procesando pensamientos con
lo mejor que pueden y lo mejor que saben -siempre todos hacemos eso- sobre un mismo
tema. ¡Estamos respirando odio, venganza, confusión y muchísimo MIEDO, en
abrumadoras cantidades!! Si no hacemos nada con ello, nuestra energía vital se baja al piso,
produciendo primero que todo oscuridad mental, y luego, angustia, enfermedad, malas
relaciones, miseria, etc.
Sin embargo, y por la perfección de nuestro diseño, hay remedio -individual- al alcance
de cualquiera que quiera remediarlo, para la "oscura e inquieta tiranía" mental. Esa mente
humana poderosa antes descrita es no obstante muy similar a un receptor de radio, y los
pensamientos respirados, de naturaleza vibratoria, son ondas -repito-, como tales tienen una
frecuencia determinada.
El punto donde quería llegar es que es sólo cuestión de decisión personal y de ACTITUD,
sintonizar en mi mente Amor Estéreo o Caos F.M. ¡La frecuencia de recepción la escojo
yo! Tengo el control del dial... Y nadie, absolutamente nadie, puede hacer eso por mí. Así
funcionan las cosas, nos guste o no.
Lo que se llama "algo misteriosamente", estar o ser iluminado, es que gracias a la paz
interior invulnerable, que no es espontánea sino resultado de un entrenamiento, la energía
vital sube, literalmente, y sube y sube hasta hacer algo que se representa con la aureola de
la iconografía de los santos. La persona, cualquiera de nosotros, en ese estadio, aumenta la
finura de su dial y empieza a conectar las mejores emisoras, los pensamientos de las
dimensiones superiores... Los pensamientos de Dios.
Desde tiempos inmemorables, muchas personas han buscado el poder de la magia, para
adquirir el dominio sobre las demás personas, superar las limitaciones humanas, poner a su
servicio las fuerzas de la naturaleza y así, asegurar su satisfacción personal frente a las
dificultades que la vida presenta a los seres humanos.
Buscando alcanzar el poder mágico, los alquimistas trataban de trasformar el plomo en oro.
En vano intentaron descubrir la piedra filosofal que transmutaba los metales en oro y
encontrar el elíxir de larga vida.
La Luz Dorada del Amor irradia desde su centro en el interior de la materia y a ella
obedece toda vida y toda experiencia, mas su irresistible poder, por no ser una fuerza, no
puede ser alcanzado mediante la fuerza. Sólo se puede llegar a ella a través de la
comprensión, la paz, la serenidad, el servicio y las relaciones. Por esta razón, muy pocos de
los magos y alquimistas lograron realmente alcanzar este poder, puesto que trataban de
forzar la naturaleza, en vez de apoyarse en ella.
El secreto del mago es no ceder energía interna a los objetos, personas o situaciones
externas, sino permitir que su energía alcance el nivel normal de radiancia y la
frecuencia del centro de amor. Entonces, se une a su centro superior y actúa desde allí
para sorprenderse el mago de como todas las fuerzas obedecen al amor, de que las Leyes
Universales están a su favor y todas sus facultades latentes se van despertando
paulatinamente, ante el poder irresistible del Amor. Realmente, éste era el propósito de la
magia.
El trabajo del mago consiste en aprender a manejar su energía interna, frente a todas las
situaciones del mundo externo, de tal forma que ningún evento o circunstancia llegue a
alterar su perfecto equilibrio interno. De esta manera, el mago logra mantenerse
constantemente conectado a su propio centro de amor y entra en resonancia con los niveles
superiores del universo, y poco a poco va trascendiendo los niveles densos de la materia.