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GustavoValdiviaRivera 2016

II

PARADIGMAS HERMENÉUTICOS: PSICOANÁLISIS

Según Sigmund Freud (1856 - 1939) los principios que explican el funcionamiento
psíquico son: el principio del placer (la libido) que busca satisfacción inmediata, el
principio de la realidad (o ananké) que posterga el placer bajo el respeto de ciertas
normas para adaptarse socialmente; el principio de repetición por compulsión por el cual
se tiende a volver a vivir experiencias intensas no importa si positivas o negativas; y el
principio del nirvana que expresa un impulso tanático al no ser o dejar de ser.
Intervienen los instintos del id (eros y thánatos) frente a las normas del superego. El yo
o ego debe mediar entre estas tensiones para satisfacerlas en su relación con la realidad.
Las tendencias instintivas prohibidas se reprimen depositándose en el subconsciente (en
donde se almacenan los más remotos recuerdos y experiencias asociados a estados de
culpa y ansiedad).
La libido, tendencia a la búsqueda del placer, dinamiza el desarrollo psíquico a través
de las fases oral (satisfacciones que tienen como base las necesidades de ingestión),
anal (satisfacciones que tienen como base las necesidades de excreción) y fálica
(relacionada con las necesidades de reproducción), convirtiéndose las respectivas partes
del cuerpo en ‘zonas erógenas’. Después de este período pre-genital en que se resuelve
la problemática de la tríada edípica, sobreviene el período de latencia con una suspensión
de las manifestaciones libidinales, por la aparición de la vergüenza y la moralidad; y,
finalmente, el período genital con la maduración de las capacidades biológicas de
reproducción, la busca erótica del sexo opuesto y la necesidad de dar y recibir amor.
Esta posición básica ha tenido múltiples derivaciones. Por ejemplo, para C.G.Jung la
psique se divide en tres partes: el Yo o mente consciente, el Inconsciente Personal (todo
contenido no actual en la conciencia, incluyendo lo reprimido, no necesariamente referido
a los instintos); y el Inconsciente Colectivo (depósito psíquico de la experiencia universal
de la especie que se actualiza en las personas en forma de arquetipos y símbolos).
El inconsciente colectivo contiene la experiencia genérica de la humanidad. Sus
contenidos son los arquetipos, patrones de la formación psíquica, estructuras o formas sin
contenido propio que organizan o canalizan el material psicológico; imágenes
primordiales que aparecen en los mitos y el folklore; estos elementos estructurales
regulares de formación en el inconsciente, dan origen tanto a las vidas fantásticas del
individuo como a las mitologías de un pueblo. Los arquetipos se manifiestan mediante
símbolos, que les dan cierta concretitud.
El desarrollo es concebido como un proceso de individuación o de autodesarrollo; es el
proceso de construcción y descubrimiento del Sí Mismo que representa la zona de
integración y conjunción entre lo consciente y lo inconsciente.
Existen dos actitudes: introversión u orientación hacia el interior y extroversión u
orientación hacia el exterior; y cuatro funciones psíquicas: pensamiento (que sirve para
diferenciar lo cierto de lo falso), sentimiento (que diferencia lo agradable de lo
desagradable), sensación (que permite distinguir la experiencia directa en hechos
concretos) e intuición (percepción interna, global, emergente y rápida en el procesamiento
de la información).
Al inconsciente personal de Freud, Jung añadió la idea de inconsciente colectivo. Y a ello
Szondi agregó el concepto de inconsciente familiar: los genes paternos y maternos entran
en conflicto asumiendo rol de conciencia los del sexo correspondiente, mientras que los
del sexo opuesto quedan en niveles subconscientes. Y Fromm introdujo la idea de
inconsciente social. Para Reich el factor que determina el desarrollo no es la libido, sino el
orgon una energía cósmica desde donde se deriva la libido de los individuos. Para Jung

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es el proceso de individuación o de búsqueda del sí mismo; para Adler la superación del


complejo de inferioridad, y el deseo de poder y de dominio; para Erikson la superación de
los conflictos de cada edad.
Otras variantes son: el Psicoanálisis Existencial de Sartre, Frankl y Binswanger y el
Freudo-marxismo de Reich, Osborn y Marcuse. Más actuales son las posiciones de
Erikson y Lacan.

1.El Descubrimiento del Subconsciente: El Caso Anna O.

Anna O., cuidando de su padre enfermo, padeció de una síntomatología múltiple (: tos
nerviosa que la dejaba exhausta, hidrofobia, paresias, ceguera, mutismo, somnolencia, y
otros) que reducía su intensidad mediante conversaciones relativas al tema, tratamiento que
fue la célula germinal del psicoanálisis y que Freud y Breuer denominaron “método catártico”
(catarsis=purgación).
Los síntomas están ubicados en el consciente, pero su origen se halla en un plano
inconsciente; la división de la experiencia en estos planos está determinada por el
mecanismo de represión que hunde los recuerdos tan profundamente que ya no pueden ser
evocados. La terapia catártica consiste en recuperar esos contenidos traumáticos a través de
asociaciones libres (que reemplazaron a las tácticas hipnóticas que a su vez pretendían
simular los estados de ausencia de la paciente). Esta recuperación de recuerdos
acompañada de una descarga emocional determinaba la supresión del síntoma (Davidoff,
1981; 18 y ss).

2.Los Mecanismos de Defensa: El Caso del Pequeño Hans


Con el caso de Hans, Freud pretendió demostrar las ideas expuestas en La
interpretación de los sueños (1900) y Tres ensayos de una teoría sexual (1905).
Cuando Hans tenía 4 años y paseaba con la criada vió que se desplomaba un caballo que
tiraba de un pesado carro. Le sobrevino una grave fobia referida a que los caballos con algo
negro en el hocico –posiblemente el arnés-, lo muerdan. El niño y su padre visitan a Freud
quien convence al chico de que lo que los caballos tienen ante los ojos y sobre la boca, son
algo así como los anteojos y bigotes de su papá y que éste le provocaba intenso miedo.
En las histerias de angustia, hay tres momentos: al comienzo, una angustia flotante, ´sin que
se sepa ante qué; en un segundo tiempo, enlace a una representación sustitutiva -el caballo;
y en un tercero, las medidas evitativas y los parapetos de una fobia. En Hans, según esto, la
aparición del caballo marcaría el pasaje del primer tiempo al segundo. El caballo que cae y
muere, y que puede morderlo, es símbolo del padre. H. desea la muerte de su padre para

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poder estar más tiempo con su madre; son deseos acompañados de culpa, vergüenza y
miedo a la castración que se resuelven en la angustia hacia los caballos.
Resumidamente, el aparato teórico psicoanalítico para explicar el comportamiento es el
siguiente: en el subconsciente se encuentra el ello sede de las pulsiones instintivas que al
manifestarse (libido: principio del placer), tropiezan con las normas de la cultura que se
integran al psiquismo a través del super ego, sede de la moral y de las obligaciones para el
trabajo (ananké: principio de la realidad). Las fuerzas de la naturaleza y la cultura colisionan
y es el ego quien ejecuta las transacciones adaptadas para satisfacer la presión de ambas
instancias: cuando el id se acrecienta surgen las perversiones y cuando el superego se
exacerba, aparecen las neurosis. El subconsciente usa símbolos, disfraces en la forma de
actos fallidos y sintomáticos, sueños y síntomas neuróticos porque la censura moral impide
una manifestación abierta de sus contenidos, transformación que se explica por el uso de
mecanismos de defensa y de la actividad onírica.

Aparte del desplazamiento (traslado de un sentimiento de un objeto a otro) uno de los


mecanismos de defensa más resaltantes es el de proyección: ”proceso inconsciente por el
cual los impulsos emocionales inaceptables son rechazados y atribuidos (proyectados) a
otros”; un medio de disculpar los propios errores y defectos desviando la responsabilidad
a otra persona, objeto o acontecimiento (Frazier, 1969; 42). La represión hace que la
apreciación de la realidad se distorsione en términos de impulsos y necesidades
interiores, adscribiendo al mundo externo los procesos mentales reprimidos pero
experimentándolos como si pertenecieran al mundo y no a sí mismo.
Anna Freud (1895 – 1982) se dedicó al análisis de niños y adolescentes y desarrolló la
Psicología del Yo. Especificó los modos de interacción psicoanalítica mediados por la
edad y la transferencia, pues las habilidades simbólicas de los infantes no están
desarrolladas como para verbalizar sus dificultades emocionales y esconder sus
conflictos tras símbolos y defensas como hacen los adultos.

3. El Desarrollo Libidinal como Desarrollo de la Personalidad


El desarrollo de la libido corresponde a la estimulación de zonas erógenas vinculadas a la
satisfacción de necesidades fisiológicas que a través de la experiencia por pautas de crianza
se transforman en rasgos caracterológicos (Cohen, 1977).

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4. El Desarrollo Perturbado y la Enfermedad Mental


4.1 Objeto Bueno y Objeto Malo: Ambivalencia y Divalencia
Melanie Klein explicó la aparición de los mecanismos de defensa bajo el propósito de
resolver la ambivalencia (un solo objeto que descarga simultáneamente sentimientos de
odio y amor) en divalencia (una separación de esos elementos para evitar la angustia que
provoca su coexistencia); la defensa hace que el elemento positivo se conserve en la
persona y el elemento negativo sea ocultado o desplazado, escisión que alivia la ansiedad
que, según los casos asume dos formas: paranoide y depresiva. El origen de estos
objetos son los pechos maternos bueno o gratificante y malo o frustrante (Mira y López,
1963; 106-112).
Karl Abraham postuló un límite entre las dos subetapas de la organización anal, a las que
adjudica las fijaciones de la psicosis y las neurosis de transferencia, frontera entre ambas.
Su concepción evolutiva es lineal, una sucesión de organizaciones crecientemente
inclusivas más complejas, comandadas y centralizadas por una zona erógena y que
culminan en el Edipo, complejo nuclear de las neurosis. Propone una vinculación de
origen definida entre cada cuadro psicopatológico y el punto de fijación en cierto nivel del
desarrollo libidinal.
Las tendencias sádicas se expresan a través de la retención (dominio-propiedad) o de la
expulsión (destrucción-pérdida). Si triunfan las tendencias anal-sádicas conservadoras -la
retención y control del objeto- el resultado será un cuadro obsesivo-compulsivo. Si
prevalecen las tendencias opuestas anal-sádicas de destrucción-expulsión, se
desencadenará la depresión melancólica, siendo ésta de origen más antiguo pues el
grado de regresión lleva a la ruptura completa de las relaciones objetales que el neurótico
obsesivo conserva, a pesar de la torturante ambivalencia.
Los procesos orgánicos de excreción y alimentación proveen los modelos para el registro
en el inconsciente de la ´pérdida´ y de la ´introyección´ del objeto respectivamente.
El mecanismo generador de la enfermedad es una fijación en algún tramo evolutivo
dejando al sujeto sensibilizado para una regresión a las manifestaciones de ese nivel de

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desarrollo. En el enfrentamiento de una situación crítica o conflictiva o frustrante o


traumática, la angustia de allí surgida y la represión subsecuentes acarrearán una
regresión al punto de fijación; la adopción de conductas del punto de sensibilización
corresponde a un tipo de patología.

4.2 Psicoanálisis y Semiótica

La semiótica es la ciencia del estudio de los signos en forma de indicios, íconos y símbolos
y sus transformaciones mediante tropos.
Jacques Lacan (1901 - 1981) formuló una topología del inconsciente a través de la teoría
de los nudos. Si el nudo borromeo (cruzamiento de 3 anillos de forma que si se cortara uno,
los otros 2 quedarían sueltos) explica las psicosis; el nudo olímpico, las neurosis (los 3
anillos se anudan en sucesión y si se cortara uno de ellos los otros continuarían unidos):
esos tres anillos representan lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico (RSI), que a veces se
separan y a veces se funden; si esto se extrema y estabiliza aparecen enfermedades.
Por el fenómeno de forclusión una represión temprana y extrema hace que el significante
fundamental -el Nombre del Padre- se desgaje de modo fatal y definitivo del significado sin
poder encontrarlo más. En la represión, el retorno de lo reprimido ocurre mediante sueños,
actos fallidos, síntomas neuróticos; en la forclusión el retorno es en forma alucinatorio-
psicótica. Se debe a que la madre, en el estadio del espejo, no ha transmitido la función
paterna (por sus actitudes posesivas o despreciativas o porque el padre asumió actitudes
sádicas provocando un pánico de castración). Este repudio a la función paterna, implica
carencia de la Ley que mediante el Registro de Lo Simbólico mantiene orden en el pensar
(el principio de realidad).
La metáfora de un espejo revela la aparición del Otro: da cuenta de la relación de la mirada
de la madre sobre el niño, estadio fundante de su propia imagen, que permite el traspaso
de lo imaginario a lo simbólico, permitiendo la certeza de la diferencia entre las
representaciones-palabra y las representaciones-cosa, confusión propia del delirio.
El niño pequeño posee una imagen fragmentada de su cuerpo. Para lograr la integración,
pasará por la fase del espejo (6to. a 18vo. mes de la infancia). Es la matriz del yo ideal:
cualquier otro a quien se ame en algo, estará en el lugar de esa imagen en la que confluye
el ideal del yo.
Por estas representaciones, la versión interna que cada quien tiene del mundo real es
imaginaria. Pero cada objeto del mundo real en nuestro mundo interno no sólo está

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representado en imagen, sino que posee un nombre. La palabra que designa al objeto es
un símbolo y toda experiencia humana queda inscrita en los planos imaginario y simbólico:
una palabra escuchada, pronunciada o leída (lo simbólico) remite en el psiquismo a una
representación (lo imaginario), reflejo de una cosa concreta (lo real). Sólo nos es dado
acceder a las cosas por intermediación obligada de imagen y símbolo.

5. Individuo y Sociedad
Ya algunos discípulos de Freud criticaron su biologicismo y desarrollaron conceptos más
vinculados con la sociedad en la formación de la personalidad: se interesaron más en el
principio de la realidad que en el principio del placer.

5.1 El Complejo de Inferioridad


La teoría de Alfred Adler es de tipo finalista (el para qué de la conducta) y no causalista (el
por qué de la conducta). Postuló que la pulsión fundamental del ser humano no es la
libido sino el afán de perfeccionismo, tendencia o motivación básica que inicialmente
denominó pulsión agresiva, compensación o afán de superación: afán de superioridad
(idea tomada del filósofo F. Nietszche): lo que moviliza el desarrollo psíquico es una
fuerza expansiva, la ‘voluntad de poder o de dominio’ surgida de la situación de
desvalidez e inferioridad en la niñez. En esta lucha por compensar su inferioridad y de
liberarse del dominio de otros y alcanzar sus propias metas se forma un ‘estilo de vida’
temprano, en base a las relaciones con los padres y hermanos.
El prototipo de estilo de vida se fija alrededor de los cinco años de edad. Las nuevas
experiencias, serán interpretadas en términos de ese prototipo forzando a encajar la
comprensión dentro de ese estilo. Tres situaciones infantiles básicas conducirían a un
estilo de vida fallido: las inferioridades orgánicas y enfermedades de la niñez; el mimo
o consentimiento y la negligencia. El complejo de inferioridad tratará de ser liberado
mediante compensaciones y sobrecompensaciones.
Así, en lugar de explicar la personalidad por rasgos internos, estructuras y conflictos,
Adler lo hizo en términos de estilo de vida: el modo cómo el sujeto experimenta las
situaciones, maneja sus problemas y las relaciones interpersonales. En el centro de cada
estilo descansa una ficción sobre quiénes somos y adónde vamos impulsados hacia
nuestras metas, propósitos e ideales, llenos de incertidumbre y esperanza.
El filósofo Hans Vaihinger influyó en Adler a través de La Filosofía del ´Como Sí´,
considerando que para fines prácticos necesitamos crear verdades parciales, ficciones de

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uso cuotidiano (finalismo ficticio de la teleología de Adler): la ficción que descansa en el


futuro e influye nuestro comportamiento actual.
Concepto importante también es el de interés social o sentimiento social o comunitario,
una disposición innata, nutrida por la familia y la cultura, relacionada con el cuidado de la
familia, de la comunidad, de la sociedad, de la humanidad. El principal obstáculo para el
desarrollo del interés social es la experiencia de que algo nos falta, impidiéndonos pensar
en los demás, focalizándonos egocéntricamente.
Son las inferioridades de órgano o anatomofisiológicas y las inferioridades psicológicas
(no somos deformes ni débiles, pero así nos percibimos o nos sentimos) que son
enfrentadas por compensaciones para sobreponerse a la deficiencia, de modo que el
órgano inferior o el defecto hace que su contrario se fortalezca o que otros órganos o
aspectos se superdesarrollen.
La persona abrumada por la minusvalía, corporal o psicológica, puede desarrollar
un complejo de inferioridad, que alcanza la dimensión de neurosis con signos de timidez y
vergüenza, inseguridad, indecisión, sumisión, etc. Otras personas esconden la inferioridad
tras una fachada de arrogancia y desdén, haciendo sentir débiles a otros, transgrediendo
derechos o ridiculizando conductas.
En el estilo de vida influiría también el orden el nacimiento, si se es hijo único,
primogénito, segundo o ultimogénito, ya que esto predispone ya sea a una atención
exagerada o a rivalidades por ganar la preeminencia, determinando obediencia o
rebeldía, retirada o enfrentamiento, emulación, contradicción o indiferencia.
El terapeuta descubre las ´ficciones´ en que descansan los estilos de vida y bloquean el
interés social y sus decisiones respecto de su teleología (ideales, valores): desde los
recuerdos infantiles tempranos hasta los sueños, ensoñaciones y fantasías, pues
representan las metas y los problemas para alcanzarlas. Y, por supuesto, los eventos
que encendieron la sintomatología, como obstáculos para esa proyección. El paciente
debe llegar a entender la naturaleza de su estilo de vida y sus raíces en sus ficciones de
autocentramiento. Es el paciente, el que será finalmente responsable de curarse.
Adler consideró todas estas ideas como conceptos heurísticos (ficciones que sirven) que
ayudan a comprender a los demás: no verdades absolutas pues la ciencia lo que hace es
crear incesantemente ideas útiles.

5.2 Las Necesidades Neuróticas


Karen Horney (1885 - 1952) criticó la idea freudiana de envidia al pene, sosteniendo que
eso tenía que ver con el poder masculino en el mundo social. Y que la contrapartida
masculina era la envidia al útero: la capacidad femenina de parir y criar hijos. Entendía la
neurosis como una forma de ´control interpersonal y de adaptación´.
Distinguió 10 patrones particulares de necesidades neuróticas, basados en las cosas que
necesitamos normalmente. Todos necesitamos afecto ¿qué es lo que neurotiza esta
necesidad? Su distorsión e irrealidad, su irracionalidad e indiscriminación. Todos
necesitamos afecto, pero no lo esperamos de todo aquel que conozcamos.
Para Horney en el origen de las neurosis tan perjudicial como el abuso y el rechazo, es la
indiferencia paterna (´maldad básica´): no sentirse aceptado y querido. Los niños
responden con rabia ´hostilidad básica´ y ´ansiedad básica´, un miedo a ser abandonado
y a sentirse desamparados.
Para Horney el self es el centro del ser; su potencial. El self neurótico está escindido en
un self ideal (no como meta positiva sino como algo irreal e inalcanzable) y un self
despreciado (incluso cuando sólo creemos que nos desprecian, internalizaremos esa
sensación como real). Así el neurótico oscila entre odiarse y pretender ser perfecto.

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Horney plasmó en sus libros La Personalidad Neurótica de Nuestro Tiempo (1937) y en


Self-Analysis (1942) la idea de la posición de las personas neuróticas y sanas en un
contínuum, refiriéndose al neurótico existente en toda persona y a la forma de obtener
bienestar por sí misma.

5.3 La Cultura y las Crisis del Desarrollo: el Neopsicoanálisis de Erikson.


Erik Erikson (1902 - 1994), estudió un rito de pasaje de adolescentes de la tribu Oglala
Dakota (o Sioux): iban al bosque solos, sin armas, con simples bragas y mocasines en
busca de un sueño revelador de su destino, que aparecía en medio del hambre, la sed y
la fatiga. Al volver, los ancianos interpretarían su experiencia onírica según sus
tradiciones: el sueño decía si sería buen cazador, gran guerrero, o curandero, sacerdote
o fabricante de armas. El sueño también podría llevar a resolver problemas: soñar con un
´pájaro de trueno´ llevaría a pasar un tiempo como heyoka, a actuar como payaso o loco;
una visión de la luna o de un búfalo blanco, a ser un berdache, un hombre que se viste y
actúa como si fuese una mujer.
Todo cambió cuando los europeos los redujeron a reserva indígena. El búfalo, la fuente
principal de sustento, fue cazado hasta prácticamente su extinción. Soldados blancos y
burócratas del Estado les arrebataron sus bienes y costumbres, buscando convertirlos en
´americanos´ a través de la escuela en su idea de hacerlos civilizados y prósperos; allí
aprendían cosas contrarias a las aprendidas en su comunidad: reglas sobre la belleza
que contradecían su ideal de la modestia: cómo competir, distorsionando su principio de
la igualdad; que hablaran alto y fuerte, cuando el ideal familiar era saber estar quieto y
tranquilo.
Esto lo llevo a pensar en la relatividad de la propuesta psicoanalítica y en la importancia
del ciclo vital de desarrollo en la cultura. Cada estadio puede estar marcado por éxitos o
fracasos en los estadios precedentes: cada fase comprende ciertas tareas o funciones
psicosociales o crisis; cada fase tiene un tiempo óptimo: es inútil empujar con rapidez el
tren de la evolución para convertir a un ser en adulto. Si pasamos bien por un estadio,
ganamos virtudes o fuerzas psicosociales que nos servirán después. De lo contrario se
formarán maladaptaciones (problemas con conservación de elementos
positivos) o malignidades (muchos aspectos negativos), poniendo en riesgo el desarrollo
faltante.
Las cosas ocurren en un cierto orden, variable por un encuentro de marcadores
biológicos (como el entrenamiento de los esfínteres o la maduración sexual) y una
“programación” social (como la escolarización, el trabajo y la jubilación). La
temporalización puede variar: en algunos países los bebés son destetados a los seis
meses y se les enseña el control de esfínteres a los nueve; en otros, son amamantados
hasta los cinco años. Hubo una época en la que las mujeres se casaban a los trece años
y tenían su primer hijo a los quince. Hoy el matrimonio se pospone hasta los treinta. En
otra época y lugar, la jubilación es desconocida.

5.4 El Freudo Marxismo


5.4.1 Wilhelm Reich y la Teoría del Orgon
Las defensas del ego contra la ansiedad crónicamente activas y automáticas se
transforman en rasgos de carácter (´coraza del carácter´) debido a la tensión corporal.
Que se fije un rasgo de carácter indica una solución a una represión: el carácter es la
suma de las fuerzas defensivas de represión organizadas en un patrón coherente en el
ego…..”Las defensas del carácter son particularmente efectivas y habitualmente difíciles
de erradicar porque están bien racionalizadas por el individuo y son experimentadas como
parte de su autoconcepto”. Perturban el desarrollo del carácter genital para experimentar
el orgasmo en forma libre y completa, “descargando en su totalidad el exceso de libido”
(Fadiman y Frager, 1979; 125-127). La terapia consistía en aflojar sistemáticamente la
coraza para dejar que la energía fluya sanamente y así liberar la inhibición de las
sensaciones sexuales y lograr orgasmos satisfactorios.

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Reich fundó el Instituto del Orgon creyendo que existía una energía cósmica que se
individualizaba en forma de libido. Creó aparatos acumuladores para restablecer el flujo
energético en el organismo y curar incluso el cáncer y la epilepsia. Fue diagnosticado
como parafrénico y acusado de falsario.
La energía orgónica tiene como propiedades:
●estar libre de masa, en movimiento constante y en todo lugar incluso en el vacío
●sus concentraciones varían sirviendo de medio para la actividad electromagnética y
gravitacional base de los fenómenos naturales fundamentales;
●sus concentraciones varían y cuando éstas son altas atraen la energía de los
alrededores menos concentrados;
●forma unidades que se convierten en centro de energía creativa: células, plantas,
animales, planetas, estrellas y galaxias.
Después, su discípulo Lowen cambió el término orgon por el de bioenergía con un cuerpo
teórico más accesible y menos fantástico que el de su maestro.
Hizo una vida política activa y buscó integrar las ideas de Freud con las de Marx. Fue
expulsado de ambas instituciones: de la psicoanalista por su militancia política, y de la
socialista por su insistencia en programa radical de educación sexual.
En La Psicología de Masas del Fascismo pretendió relacionar las raíces de la ideología
con el carácter individual. Sostenía que el psicoanálisis era ciencia materialista y que el
conflicto se explica bien a través de la dialéctica.
Su principal actividad política consistió en fundar clínicas de higiene sexual auspiciadas
por el comunismo para los obreros, con características muy de actualidad: distribución
libre de anticonceptivos, abolición de la prohibición del aborto y libertad para el divorcio;
educación e higiene sexual, etc..

5.4.2 Erich Fromm: la Libertad y los Determinismos Biológico y Socioeconómico


Erich Fromm (1900-1980), en su autobiografía Más Allá de las Cadenas de la Ilusión
describe dos eventos significativos de su adolescencia: el primero respecto de una
muchacha que pide ser enterrada junto a su padre y se suicida, hecho que lo hizo
reflexionar sobre la irracionalidad individual para lo que buscó respuestas en el
determinismo biológico del Psicoanálisis; y el otro respecto de la Primera Guerra Mundial
que lo llevó a pensar en la irracionalidad de las masas buscando explicaciones en el
determinismo socioeconómico de Karl Marx.
Añadió a estos sistemas deterministas la idea de libertad como característica central de la
naturaleza humana y el miedo que ésta provoca conduciendo a vías de evasión de la
responsabilidad: mediante el autoritarismo (sometiéndose al poder de otros de modo
pasivo y complaciente; o convirtiéndose uno mismo en un autoritario); la destructividad
(escape de la libertad mediante la violencia -brutalidad, vandalismo, humillación, crimen,
terrorismo-:la obstrucción de la tendencia a dañar se vuelve en contra de la misma
persona en forma de suicidio, adicción a sustancias, actitudes temerarias, etc), Y el
conformismo (escape de la autonomía a través de una jerarquía, del repliegue y el
anonimato dentro de la masa para pasar inadvertido y no experimentar la necesidad de
ser libre y de asumir la responsabilidad).
Una familia sana y productiva es una familia donde los padres asumen la responsabilidad
de enseñar a sus hijos a razonar en una atmósfera de amor, lo que permite valorar su
libertad y tomar responsabilidades por sí y por la sociedad. Las familias son un reflejo de
la sociedad y la cultura en que existen. Debido al inconsciente social, creemos estar
actuando en base a juicio propio, pero estamos siguiendo las órdenes de la costumbre,
tan automáticamente que no las notamos como tales.
Fromm define cinco tipos de personalidad, que llama orientaciones en términos
económicos cuyas características se desarrollan en ciertas familias por impacto de la
sociedad en que viven, asumiendo característicamente ciertas formas de evasión del

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sentido de libertad y responsabilidad. Algunas de estas orientaciones (a las que otros


llaman neuróticas) viven el modo o modelo de tenencia. Se centran en el consumo, en
obtener, en poseer…Se definen por lo que tienen. En cambio la orientación productiva se
experimenta de modo vivencial: se vive todo sin dejar de ser uno mismo.

Las orientaciones productivas y no productivas, sea en el modo de tenencia o de ser


constituyen un esfuerzo para vivir, incluso el neurótico está intentando adaptarse a la
vida. Son todos biófilos, amantes de la vida. Los necrófilos (amantes de la muerte)
experimentan una pasión por la destrucción. El origen de la malevolencia, debe venir de
alguna influencia genética que silencia los afectos por el prójimo; o de una vida de
frustraciones que conduce a la rabia; o de la influencia de una madre también necrófila,
incapaz de brindar amor.
Fromm es una figura de transición, une las teorías freudianas con las neo-freudianas
(especialmente de Adler y Horney) y las teorías humanistas de Maslow y Rogers.

6. Neuropsicoanálisis
La idea de vincular psicoanálisis y fisiología no es nueva, pero no fue interés de los
propios psicoanalistas; otras teorías trataban de denigrarlo o de fundamentarlo; hoy ellos
mismos han asumido este rol biologizante -no todos, pues la mayoría considera que las
interpretaciones psicoanalíticas son autoconsistentes y no requieren de otro fundamento
sino el del análisis estructurado en la relación comprensiva analista-paciente y que la
neurociencia es aun muy macroscópica como para seguir con sus métodos un proceso
psicoterapéutico-.
Gavrílov (1953) intentó decodificar el psicoanálisis a través de los principios
experimentales reflexológico-fisiológicos: vinculó el nivel de conciencia a la excitación y a
la corteza cerebral y el inconsciente a la inhibición y los centros subcorticales. Empleando
conceptos como inhibición vestigial, irradiación-concentración, inhibición-excitación, fases
oniroides y tipos de temperamento, pretendió dar una explicación al eros y al thanatos, a
los mecanismos de defensa y a las formas de patología mental en esa época
denominadas neurastenia, psicastenia e histeria.
Kandel, Premio Nobel de Fisiología y Medicina 2000, hizo estudios en la aplysia, un
caracol marino, y en células nerviosas aisladas. Investigó fenómenos de la memoria que
después relacionó con la biología de la motivación y los procesos conscientes e
inconscientes del deseo para fundamentar científicamente al psicoanálisis. Estableció
diferencias entre elasticidad y plasticidad según el grado de conservación de las huellas
de experiencia (habituación, sensibilización y condicionamiento clásico); todo lo cual
biológicamente corresponde a redes neurales que procesan información. La conciencia es
entendida como producto de la señalización molecular de poblaciones de neuronas
interactuando en circuitos complejos por acoplamiento múltiple de descargas
sincronizadas a ritmo de 40 hz.
Pero gran parte de lo que experimentamos y traducimos psíquicamente no es accesado
por el conocimiento consciente. La modalidad afectiva difiere de otras modalidades
perceptivas (visual, auditiva, somatosensorial, etc) pues registra estados internos con
grados de placer y displacer de una situación concreta: más placer equivale a más
probable que satisfaga necesidades internas y viceversa. Las emociones son, pues,
percepciones de oscilaciones en la tensión de las necesidades instintivas o pulsiones
producto de la evaluación inconsciente del potencial dañino o beneficioso de una situación
y resultado de una integración dinámica del núcleo amigdalino, de factores periféricos
mediados por el hipotálamo y factores centrales de la corteza cerebral.
Antes de que la memoria explícita declarativa autobiográfica esté disponible luego de los
3 primeros años de vida (en que el hipocampo y el cortex orbitofrontal han madurado), la
memoria implícita se activa con participación del cerebelo y el núcleo amigdalino, circuitos
que no provocan sensación de recordar algo; puede haber deterioro de la memoria
explícita con conservación de la memoria implícita: es lo que llamaríamos inconsciente
(´inconsciente procesal´).

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Frente a la memoria declarativa-consciente está la memoria procesal que abarcaría al


inconsciente freudiano, especialmente en lo relativo a los hábitos y habilidades
perceptivas motoras vinculadas a fenómenos motivacional-emocionales percepción
afectiva que capta la repercusión interior con valencias positivas o negativas calibradas en
grados de placer-displacer.
Hay ‘ventanas de tiempo’ en las que un gen presenta acentuada vulnerabilidad para que
las influencias ambientales precipiten la expresión de un reflejo, de una enfermedad
conectándose con ciertos circuitos neurales: muchas células y muchos genes son
requeridos para el desarrollo de una función en un circuito neural.
Lo que el cerebro produce, desde pensamientos recónditos a actos públicos, debe
entenderse como proceso biológico. Los factores ambientales y el aprendizaje harán
aflorar capacidades específicas, alterando la eficacia de las conexiones anatómicas de las
vías ya existentes.
El apego es un proceso social de base neurobiológica que implica búsqueda de
proximidad y respuestas a la separación con cambios en lo sensorial, cognitivo y motor:
oxitocina y vasopresina -neuropéptidos cerebrales- con mediación de neurotransmisores
como la dopamina y la serotonina están relacionados con este vínculo responsable de la
‘matriz de la mente’. Las experiencias tempranas pueden afectar la conducta posterior, sin
necesariamente incluir su recuerdo. Traumas tempranos alterarían el cerebro medio, el
sistema límbico y las estructuras del tallo cerebral, a través de una alteración de las
señales de alarma.
Lo que aportaría el neuropsicoanálisis a través de la imagenología (la anterior
metodología no escapaba de una percepción indirecta de la fisiología cerebral, ahora
establece una mirada en tiempo real, actual, del cerebro mientras funciona) es una
verificación de localizaciones concebidas como movimientos múltiples en varios sectores
y una especificación de los circuitos neurales de asiento biológico a las posibles
transformaciones con intervención de ´operadores de conmutación´, traductores psíquicos
de las conexiones individuo – ambiente.
Preguntas como las siguientes deberá resolver el neuropsicoanálisis: ¿es posible distinguir
neurobiológicamente olvido de represión? ¿es posible establecer diferencias de circuitos
neurales como para diferenciar el recuerdo de una experiencia de seducción sexual de una
fantasía sexual infantil? ¿es posible comprobar la epigénesis psicoanalítica de las fases del
período pre genital y cómo la plasticidad neural determina complejos que inciden en la vida
posterior del individuo? ¿Cómo la subcorteza y la corteza se relacionan con lo inconsciente
y lo consciente y qué patrones sinápticos determinan una represión? ¿Qué relaciones se
establecen entre procesos neurodinámicos, áreas cerebrales y mecanismos de defensa?
¿Cómo se produce sinápticamente una transformación simbólica en el proceso del sueño?

7. Metodología Diagnóstica de las Teorías Psicodinámicas


El tipo de prueba más vinculado al psicoanálisis son los tests proyectivos constituidos por
reactivos informes o débilmente estructurados que estimulan a organizarlo y a dar múltiples
respuestas cuyo significado el sujeto ignora (por ser subconscientes); y por emplear
conceptos psicoanalíticos en la interpretación de esas respuestas. La teoría supone que
sobre la difusa estructuración del estímulo se ofrece a la persona la oportunidad de extraer
sus propios contenidos mentales, sin que se percate de ello, revelando así su propio modo
de ser y de ver las cosas.
La clasificación de los tests proyectivos incluye:
● Tests Constitutivos: El sujeto debe configurar un material no estructurado y plástico,
como en el caso del Test de Rorschach o su versión abreviada el Test de Zulliger. El Ro
está integrado por 10 láminas con manchas. Las respuestas son calificadas considerando
el Modo de Apercepción (las respuestas son globales, de detalle, de pequeño detalle o en

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espacios en blanco), el determinante (la forma, el color o el matizado); el contenido (si es


humano, animal u otro); y la frecuencia (si la respuesta es popular u original).
● Tests Interpretativos: El sujeto debe ofrecer algún sentido o significado a las situaciones
que el test plantea como reactivos. Por ejemplo, el Test de Apercepción Temática (TAT)
presenta un conjunto de láminas con escenas en base a las cuales deben elaborarse
relatos, en base a los cuales el análisis revelará el enfrentamiento de las características del
héroe o protagonista con las presiones del ambiente y los desenlaces positivos o negativos
de esa confrontación. La persona que crea las historias hace proyecciones de sí mismo en
ellas.
● Tests de Elección: El sujeto debe hacer preferencias o rechazos de entre un conjunto de
estímulos. Esto es lo que sucede en el test de Szondi: de un total de 48 fotografías de
rostros presentadas en grupos de 8 el sujeto elige las dos que considera más agradables y
las dos menos agradables.
Son 4 los impulsos o vectores y cada cual conlleva dos factores: el impulso sexual (S) tiene
como factores homosexualidad y sadismo; el impulso paroxismal (P) contiene los factores
epilepsia e histeria; el impulso del Yo (E) los factores catatonia y paranoia y el Impulso de
Contacto (C) los factores depresión y manía. Cada fotografía (son retratos de pacientes
psicóticos y neuróticos) tiene que ver con alguno de los factores; las fotografías agradables
corresponden a los impulsos aceptados, mientras los factores negativos corresponden a los
factores negados y por tanto subconscientes.
● Tests de Completamiento: En base a un estímulo fragmentado, breve y elemental, el
sujeto debe organizar una estructura en forma; En el test de Wartegg se presentan 8
cuadrantes en cuyo interior aparecen algunos estímulos a partir de los cuales se debe
hacer un dibujo cualquiera.
Se analizan los dibujos en sus aspectos de integración (punto, línea recta, ángulos, curvas,
rasgos, cuadrículas, etc), los ideogramas o factores de representación (contenido del
dibujo), para luego vincularlos a determinados significados.
● Tests de Expresión Artística: Consisten en hacer un dibujo bajo el criterio de que los
aspectos del mismo tienen que ver con rasgos de la personalidad de su autor.
Tests proyectivos de este tipo son: el Test de la Figura Humana (o Test de Machover) y el
Test del Árbol (o test de Koch). En ambos se consideran para el análisis la ubicación de la
figura en la hoja, el tipo de línea, el grado de presión, las características de las partes del
dibujo, los borrados y trazos reseguidos, las sombras, etc.
Para ambos vale el simbolismo del espacio: la parte alta correspondería a aspectos
relacionados con la inteligencia y la espiritualidad; la parte baja a la instintividad; la zona de
la izquierda al pasado y a la experiencia personal del sujeto; la zona de la derecha al futuro
y a la relación con el ambiente. En el Test de Machover un cuello muy estrecho es o
interpretado como indicio de represión y si es muy ancho como falta del control del los
impulsos; un trazo conspicuo de la zona media del cuerpo se vincula a problemas de
dependencia: dificultades en el dibujo de las manos a sentimientos de culpabilidad, etc.

8. Crítica al Psicoanálisis

Se consideran dos etapas o procesos de estructuración del conocimiento científico: el


contexto de descubrimiento, intuitivo, creativo, abierto e inductivo, en que se observan los
datos y se hacen conjeturas y relaciones; y el contexto de justificación, para encontrar y
evaluar las pruebas que confirmen estas ideas preliminares u orientadoras utilizando un
método de investigación.
La gran dificultad para efectuar una crítica al psicoanálisis es la diversidad de
planteamientos: unos dominantemente biologicistas y otros culturalistas.
En este análisis crítico del Psicoanálisis vamos a tomar por referencia estos dos momentos
de la construcción de una teoría.
8.1 El Contexto de Justificación

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■Popper “quería distinguir entre la ciencia y la pseudociencia, sabiendo muy bien que la
ciencia a menudo se equivoca y que la pseudociencia a veces da con la verdad” (Antiseri,
1984; 191) y en qué medida el método empírico-inductivo se basta por contraposición a
toda ´metafísica´. El psicoanálisis deslumbra por su aparente poder explicativo, pero la
irrefutabilidad no es virtud sino defecto; es necesaria la testabilidad, un diseño que permita
desmentir. Es típico el estratagema del adivino de predecir vagamente para que la
predicción no fracase, haciéndola irrefutable, reinterpretándola buscando forzosa
conformidad, dándole así un ´sesgo concordista´.
■Para Wittgenstein el psicoanálisis pretende ser científico defendiéndose con conjeturas y
las conjeturas preceden a las hipótesis…”Si uno recuerda ciertos acontecimientos del día
anterior y los conecta con lo que ha soñado, esto ya cambia las cosas, transforma el
aspecto del sueño. Si después la reflexión sobre el sueño nos lleva a recordar ciertos
hechos de la primera infancia, esto dará al sueño un aspecto nuevamente diferente. Y así
sucesivamente” (Ibid, 204). Al interpretar un sueño no se sabe cuándo parar el proceso de
asociaciones; se detiene arbitrariamente cuando el analista le encuentra el sentido que
busca; como esto no siempre resulta obvio aparece la cadena de simbolizaciones que
sustituyen la representación directa. Además los símbolos son polisémicos: pueden
forzarse varias interpretaciones hasta encontrar la ´adecuada´.
■Ernest Nagel concluye que las neurosis como represión instintiva de raíz infantil de cuya
toma de conciencia depende la corrección del síntoma, no es sino una persuasión
interpretativa. Las ´certezas emocionales´ son más bien ´prejuicios emocionales´ que se
derivan del hecho de que resultan ´convencidos´ al ser sometidos a un análisis de
entrenamiento pedagógico por parte de un experto. Esta fabricación interpretativa,
especialmente cuando se trata de análisis de sueños y experiencias de la infancia, se
presta a ambigüedad, a confusión y deformación dejándose mucho campo a las creencias
tanto del analista como del analizado.
■Eysenck afirmaba que el psicoanálisis trata de comprender más que de explicar; por
consiguiente ha de ser juzgado en términos de fe y creencia más que en términos de
pruebas y verificaciones. Habitualmente no se presentan estadísticas que permitan hacer
contrastaciones; sus conceptos se fundan en datos no confiables, en ideas preconcebidas
sin la comprobación crucial de la hipótesis con desdén “de los grupos de control que
suministren la parte negativa del argumento inductivo” (Id. 245-246).
8.2 El Contexto de Descubrimiento
La psicología aborda su objeto de estudio no de un modo directo sino a través de un
paradigma metafórico: usa símiles para comprender sus fenómenos. La metáfora no es
algo abstracto sino algo concreto que emplea sentidos traslaticios para poder entender lo
que no entendemos.
Eckhart parte de la idea de que cuerpo y alma son sustancias distintas como lo sostuvieran
Descartes, Spinoza y Leibnitz, e, influido por los estudios de Harvey sobre la circulación
sanguínea, presenta al cuerpo con una fisiología hidráulica: un fluido al modo del vapor de
una máquina impulsa sus movimientos. En La Pasión del Alma, “expone cómo la sangre al
dilatarse en el corazón, produce unos fluidos muy tenues (los espíritus animales sometidos
a las leyes de la hidrodinámica), estos fluidos se encuentran atrapados en los poros del
cerebro, desde donde, a través de los nervios llegan a los músculos y producen sus
contracciones; antes de salir del cerebro pasan por la glándula pineal, donde el alma
interacciona con ellos” (Mosterín, 2006; 138).
Así como la psicología cognitiva toma hoy por metáfora al computador, Freud lo hizo con la
máquina a vapor: era la mente en un modelo termodinámico e hidrodinámico. Recogió de la
física la idea de energía y pensó que como la energía eléctrica había una energía psíquica,
a la cual llamó libido. El cuerpo recibe energía procedente del entorno y de las gónadas y la
transmite al cerebro, “que resulta sometido a presión de toda esta energía que le resulta
desagradable y tiene que mantener a un nivel descargándola a través del coito que
consume los excesos de energía”. Wilhelm Reich exacerbó la propuesta al hablar de biones
y orgon y crear una máquina captadora de la energía del cosmos, origen de la energía
libidinal.
“Nosotros sabemos ahora que el cerebro no recibe ni almacena, ni envía energía de ningún
tipo, sino solo señales, información. El cerebro envía a los músculos la orden, la
información de contraerse. La energía de los músculos para contraerse no la reciben del

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cerebro, la tienen ellos mismos, en forma de ATP, que tienen las células musculares. De
hecho, todas las células producen energía que necesitan para sus actividades,
descomponiendo el ATP que previamente acumulan mediante la respiración. No hay
tránsito de energía entre el cerebro y las partes del cuerpo” (Ibid; 143).
8.3 El Libro Negro del Psicoanálisis
Lo que da unidad a este texto dividido en 5 partes pareciera un acuerdo para dar sepultura
al psicoanálisis y para el resaltamiento de las ciencias neurocognitivas, frente a las que
Freud parece imprudente y falaz.
El libro se queja así del psicoanálisis:
►elabora leyendas y mistificaciones y fabrica falsas curaciones a partir de sus propios
pacientes con historiales distorsionados: Bertha Pappenheim no se habría curado de
ningún síntoma. La enfermedad y curación del pequeño Herbert Graf no fue tal, como
tampoco las de Aurelia Kronich o Ida Bauer. El Hombre de los Lobos, 60 años después,
seguía siendo víctima de ideas obsesivas y ataques de depresión profunda;
►se presentan casos inducidos de depresiones y suicidios que constituyen actos de
negligencia médica o de abuso profesional,
►se inventan datos o teorías con ocultamiento alevoso de hechos,
►presenta una ética acomodaticia de beneficio lucrativo,
►es un movimiento con rasgos de sectarismo en sus instituciones,
►muestra ausencia de metodología científica y creación de equivalentes fantasiosos.

CONCLUSIONES y REFLEXIONES
■ El Psicoanálisis es producto de las características de la época y la sociedad en que
surgió a través de las posibilidades y restricciones de sus científicos. Freud aborda tópicos
controversiales respecto de las represiones de ese momento: eso que la sociedad niega o
esconde pasa a ser motivo central de su pensamiento. En esa época hubo científicos y
pensadores que trataron sus temas (Kraft Ebing y Havellock Ellis para la sexualidad y
Nietszche y Hartmann para el inconsciente). Freud toma y desarrolla esas ideas
ampliándolas pues estaban como circunscritas, encubiertas o marginadas debido al
prejuicio moral de la ciencia y la sociedad de su tiempo.
■Respecto de la historia del psicoanálisis puede decirse que: unos discuten, se oponen y
se apartan de la ortodoxia freudiana; otros desarrollan sus principios o conceptos
ampliando sus ideas y aplicaciones; otros las mezclan o integran con otras posiciones
teóricas; otros las abandonan por propuestas que consideran más razonables o
fundamentadas; otros lo critican severamente reservándole el calificativo de pseudociencia.
La frondosidad de las teorías psicodinámicas puede explicarse por su alto grado de
subjetividad debido a una arquitectura conceptual sin un referente concreto material
registrable (como cuando se trata de la conducta o del estudio del cerebro): esta ausencia
de delimitación y concretitud hace que las ideas descarrilen hacia lo exagerado, lo
fantástico y hasta lo absurdo.
■Freud utilizó, como médico, el método clínico para la exploración de la mente,
adecuándolo en la forma de asociaciones libres. Pero éstas no son sino un conjunto
desordenado de ideas que pueden sistematizarse psicoanalíticamente o de cualquier otra
manera. Porque allí donde hay desorden podrían darse múltiples modos de imponer un
sentido. El analista se detiene en aquello que tiene, preconcebidamente, significado para él
y que supone puede utilizar en la terapia.
■Hay una manera de evitar estos deslices: Por ejemplo ¿cuál es el mejor modo de tratar
una fobia o una depresión? El nivel de eficacia es lo que esperaría sensatamente tanto el
paciente como el terapeuta. Es decir ¿logra o no logra el objetivo que se propone? Por lo
que el criterio de la práctica o de la aplicación -si se quiere de la utilidad-, no debe ser
desdeñado, pues de lo contrario aumentarán las dificultades para deslindar el valor de una
teoría: si todas pueden alcanzar a su estilo los objetivos que aceptamos para la psicología,
todas valen igual, si alguna lo logra con mayor eficacia, con mayor rapidez y con mayor

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estabilidad, esa tiene su ventaja: se trata de una armonía de atributos entre la comprensión
que genera y los cambios que logra.
■Los éxitos terapéuticos adjudicados al psicoanálisis podrían deberse a: efecto placebo
(impacto sugestivo) o recuperación espontánea (así como el S. ha adquirido síntomas sin
proponérselo, también puede desintomatizarse sea por el paso del tiempo que disminuye la
ansiedad o porque aparecen inesperadamente experiencias correctivas). Experimentos en
Implosión e Inmersión revelan un bajo margen de efectividad a la catarsis; del mismo modo,
no parece cierto que la eliminación de un síntoma dé por consecuencia una sustitución por
otro.
■La ideología del científico altera la percepción de lo eficaz y pertinente dejándolo ´ciego´ a
los errores propios y a los aciertos de teorías ajenas. Para Lakatos, tras la línea heurística
de instrumentación de hipótesis de la teoría, está el cinturón protector que pretende
validarla a como dé lugar o transige de modo que el núcleo de los principios se mantenga
indemne y sobreviva a pesar de sus anomalías (como en la creación del Neopsicoanálisis o
del Neuropsicoanálisis). Siguiendo el punto de vista de Reichenbach y Bachelard podría
verse el psicoanálisis como una ruptura epistemológica, pues irrumpe en las construcciones
cognitivas de la época presentando un nuevo modo de percibir algunos eventos y
problemas humanos. Y en ideas de Kuhn sería un paradigma que sufrirá de las anomalías
que lo lleven a su final, pues nuevas alternativas resolverán los problemas que no pudo.
■Desde el contexto de descubrimiento, también es posible considerar que su resistencia
tiene como sustento un criterio elitista apoyado en la capacidad financiera de sus
instituciones y profesionales (la defensa de su comunidad científica).
■Las metáforas son un apoyo a la compresión de los fenómenos psíquicos: la metáfora no
es el fenómeno tanto como el mapa no es el territorio. Es de esencial interés reconsiderar
la caracterización precisa del objeto de estudio en sus sustentos aparentes y subyacentes,
externos e internos y en sus referentes tanto biológicos como ambientales. Los factores
históricos no carecen de importancia: la época victoriana de Freud era fuertemente
represiva. Cada época tiene sus mitos y metáforas que sólo se descubren tras una
perspectiva histórica (podría ser que nuestro mito post moderno sea la ciencia cognitiva, la
manera de reducir la incertidumbre de los científicos de hoy, a través de analogías
computacionales). Como los tiempos cambian y con ello los conocimientos y sus
aplicaciones, las teorías amplían sus interpretaciones o las ajustan; de lo contrario
caducan, pues sus limitaciones y equivocaciones se irán haciendo cada vez más evidentes.
■Es preciso explicar el fenómeno de la conciencia satisfactoriamente: no es suficiente tratar
de neurotransmisores, hormonas y redes neurales porque definitivamente no es eso lo que
experimentamos: es preciso sondear la encrucijada entre el objeto-situación y el símbolo y
su representación en el cerebro; estudiar la sociedad y el organismo y su nexo simbólico en
términos de su configuración filogenética e histórica, el proceso de su traslado al cerebro y
el efecto interactivo en las transformaciones orgánico-mentales tanto como social-
culturales.
■Ciertamente mucho de la experiencia social es producto de la significación atribuida a las
situaciones y este fenómeno requiere de estructuras cerebrales; pero este solo hecho no
explica satisfactoriamente la vivencia, es decir la subjetividad en su composición cognitivo-
afectivo-conativo-social. El símbolo circula en la cultura, el cerebro lo capta y hace posible
el fenómeno de su comprensión para influir en su conducta de modo complejo e interactivo.
■Un elemento central de la Psicología es la relación entre experiencia y vivencia. La
experiencia al modificar la conducta modifica igualmente sus sustentadores hormonales y
neurales, acompañándose de comprensión y aprendizaje que reorganizan las conexiones
sinápticas. Lo psíquico es una reciprocidad de proporciones compuestas, no una entidad
aislada: es una relación de muchos elementos aprehensibles a través de los signos en que
multiplicidad de eventos se organizan de un determinado modo generando comprensión
respecto de una situación o una meta, lo cual no se entendería con sólo tratar de las
relaciones entre el sistema límbico y el cortex o de la dopamina y los neuropéptidos; tanto
como no se entenderá desvinculándose de estos fenómenos físico-químico-neurales-

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cerebrales para dejar a los símbolos correr por su cuenta sin freno alguno ni buscar el
medio de ajustarse a hechos interpretables que den cuenta de un cierto cambio en una
dirección en alguna medida previsible: por ello, se hace necesario poner en su lugar los
valores que corresponden tanto al raciocinio inductivo-deductivo como al transductivo en la
comprensión y explicación de la dinámica persona - ambiente en su adaptación y su
desarrollo.
■Una cosa sí es segura: el Psicoanálisis ha influido sustantivamente no sólo en psicólogos
sino en filósofos, antropólogos y sociólogos; la epistemología le reserva un lugar en el
contexto del sistema cualitativo-hermenéutico y ha dado lugar a creaciones artísticas del
estilo surrealista y a formas de usar la publicidad; todo lo cual -más allá o más acá de sus
resultados concretos- ha estimulado la reflexión y la crítica.

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