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Extracto de la intervención del Magistrado Felipe de la Mata Pizaña en el

expediente SUP-REP-129/2017

Con pleno reconocimiento al profesionalismo de la ponente votaré en contra de su


proyecto, por las razones siguientes:

Un régimen democrático se caracteriza por favorecer una dinámica de


comunicación abierta y plena, ajena de interferencias o restricciones que trastoquen
el libre flujo de la información.

La situación descrita adquiere mayor relevancia en los procesos políticos y


electorales, en los cuales resulta fundamental potenciar todos los instrumentos y
herramientas que favorezcan la libre manifestación de ideas.

A mi juicio la formación de una opinión pública libre e informada no implica la


potestad de un ente gubernamental para señalar qué es una noticia o cómo debe
difundirse.

La tarea del juez constitucional radica en salvaguardar las condiciones que


permitan a la ciudadanía, en general, el más amplio acceso a la información. Ello
sólo se consigue con una protección reforzada a la labor periodística tanto de
los individuos como de las empresas que difunden las noticias.

Desde mi labor como Magistrado en la Sala Especializada, en un asunto


muy semejante, vinculado con difusión de cápsulas informativas relativas al Jefe
de Gobierno de la Ciudad de México, también en una entrevista radiofónica, me
posicioné a favor de las premisas siguientes:

a) Cualquier labor periodística goza de una presunción de licitud; y

b) Los agentes noticiosos gozan de un ámbito discrecional en la forma en que


difunden y comunican las piezas informativas que resulten relevantes para su
auditorio.
La libertad editorial es consustancial a la libre circulación de ideas. Definir cuáles
serán las noticias que se emitan, el formato de las mismas y la manera de
transmitirlas tanto para difundir el mensaje adecuadamente como para hacerlas
atractivas al auditorio, es una actividad que corresponde esencialmente a los
periodistas, quienes deben estar en condiciones de ejercer libremente su labor.

Imponer parámetros generales para la difusión periodística puede equivaler de


algún modo, a una forma de censura, con el consiguiente detrimento de la
transmisión de la información que se busca con un ejercicio responsable del
periodismo democrático.

Pretender analizar el contenido de las piezas periodísticas nos podría conducir


a un análisis que lejos de generar certeza y seguridad jurídica, podría incluso
tener un efecto inhibitorio del trabajo de los reporteros y las cadenas
informativas.

En mi punto de vista, son determinantes los aspectos siguientes:

1. Estamos frente a una entrevista realizada en el genuino ejercicio de libertad de


expresión y periodística.

2. En ejercicio de su libertad editorial, la empresa radiofónica utilizó un esquema


comercial de cápsulas informativas para difundir la noticia.

3. En autos no hay elementos objetivos que permitan sostener de manera


contundente que exista una indebida adquisición y/o contratación de tiempos en
radio y televisión.

En suma, considero que los jueces estamos encargados de velar por la libre
expresión, pero no debemos calificar la línea editorial de las empresas para
difundir las noticias; a efecto de no poner en riesgo la pluralidad y diversidad del
flujo informativo.
Por todo lo anterior, votaré en contra del proyecto de cuenta, porque a mi juicio
debe revocarse el acto impugnado.

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