Vous êtes sur la page 1sur 243

ANGELES Y ARQUETIPOS

PREFACIO: CÓMO CAPTURAR UN ANGEL pg 2


¡NO LEA ESTE LIBRO EN ORDEN! pg 7
DE DONDE VINIERON LOS HOMBRES DE LOS ANGELES pg 7

1 ZADQUIEL - ¿Qué espera usted de la vida? pg 8


2 RAMAELA - ¡Alegría, alegría! pg 15
3 RAFAEL - Lo bello es la cura pg 20
4 SOQUED HOZI - La confianza pg 25
5 MIHR - El reconocimiento de la semejanza por la desidentificación de la diferencia pg 29
6 FORTUNATA - Sé y prospera pg 34
7 ZACARAEL - La entrega de sí a sí mismo pg 40
8 URIEL - Lo bueno de lo malo pg 47
9 AMARUCHIA - Todo lo que es, es una bendición pg 51
10 KAEILARAE - La paz pg 57
11 METATRON - Pierde el miedo de pensar pg 63
12 RAZIEL - El conocimiento pg 68
13 GALGALIEL - La vibra-acción de dios pg 72
14 PASCHAR - La visión del límite de sí pg 78
15 JAMAERÁ - La manifestación de la visión pg 84
16 ÁNGEL DE LA GUARDA - ¿A quién no le gustaría tener un ángel de la guarda? pg 88
17 REMLIEL - El despertar a través de la luz del desespero pg 90
18 REMIEL - La misericordia de dios pg 97
19 MICÁ - El gozo es un plan divino pg 105
20 AMITIEL - El lado oscuro de la luna pg 109
21 ARIEL - La naturaleza del ser, el ser de la naturaleza pg 113
22 NISROC: De la "aprobación de sí" a la libertad de ser pg 118
23 HAMIED - El milagro de la libertad de opinión pg 124
24 SANDALFON - El poder del amor o el amor al poder pg 129
25 CHUCHIENAE - La pureza inconcebida pg 138
26 CERVIEL - El coraje de cambiar pg 143
27 OONIEME - La gratitud pg 146
28 STAMERA - La alquimia del rencor pg 154
29 ONGKANON - La comunicación pg 157
30 CHEQUINÁ - El esplendor de la unidad pg 165
31 HADRANIEL - All you need is love pg 172
32 CHARMIENE - El camino del medio pg 175
33 ANANCHEL - El estado de gracia pg 183
34 NATANIEL - La llama pg 188
35 JOFIEL - Del miedo de ser al poder de recrearse pg 192
36 IOFIEL - La belleza de todo valor, el valor de toda belleza pg 196
37 CHAMUEL - La adoración o el poder del amor pg 205
38 MIGUEL - La confianza, es la protección pg 212
39 GABRIEL - El poder de resurrección a través del amor propio pg 216
40 UZIEL - La fe en sí pg 221
41 ANAEL - Dios y el sexo pg 226
42 FANUEL - ¡Mas voy hasta el fin! pg 219
43 ISRAFEL - Yo soy el tono pg 236
44 ZAGZAGEL - La sabiduría se refleja en la imbecilidad pg 238

EPILOGO - Creer para ver / Todos somos ángeles pg 244

1
PREFACIO

COMO CAPTURAR UN ÁNGEL

manual para quien cree, quien no cree, o quien simplemente, duda...

Bien que el título del presente libro podría haber sido ese de ahí encima, cara lectora, caro lector.
Mas me pareció un poco "provocador" para figurar así, luego "de cara".
Entre tanto, el propósito de este estudio es, realmente, enseñarle a "capturar" un ángel, o suministrarle
elementos para perfeccionar su método de "captura".
Utilizo la palabra "captura", y no un término mas "civilizado" como "captación", para no inducirlo en la idea
de que el presente trabajo tenga un cuño religioso o místico, como podría dar a entender un estudio sobre
ángeles.
"Capturar un ángel" es aquí una alusión a algo como capturar un pensamiento, una mariposa, o alguna
cosa que por naturaleza es libre como el aire.
No olvidemos que aproximarse de la esencia de lo "volátil", de lo "etéreo", "capturarlo", poder serlo, "volar",
es también uno de los arquetipos humanos, uno de sus anhelos.
No vea, entonces, cara lectora, caro lector, en la palabra "captura" una falta de respeto a la religión o a la
imagen del ángel.
Trátase antes de un tono afectivo y una manera descontraida de abordar lo sagrado, sin proselitismo, mas
sin tampoco "desacralizarlo".
Al final, si los ángeles existieran, lo esencial para ellos sería que cada uno de nosotros buscase una
comunicación con ellos de la manera que nos fuese posible, incomodándose poco porque sea el lenguaje
de los arquetipos el vehículo de esa comunicación.
Y si los ángeles no existen, no olvidemos aquí, cara lectora, caro lector, que ellos representan, incluso así,
potentísimos arquetipos de la mente humana, presentes en prácticamente todas las culturas, bajo varios
nombres distintos.

Ya la palabra "arquetipo", prestada de C. Jung, nosotros la utilizaremos en un contexto más popular, sin
pretensión alguna del estudio de la noción de arquetipo en sí.
Consideraremos simplemente como "arquetípica" toda noción que sea común a varias culturas, como la
noción de ángel.
"Capturar un ángel" significa, entonces, en el presente estudio, aprender a activar potentísimos arquetipos
de la mente humana, contenidos en palabras como: "verdad", "coraje", "amor", "sabiduría", "cura" o
"belleza".
Para quien no es de sensibilidad religiosa, la utilidad de la palabra "ángel" acaba en la indicación del
arquetipo a ser estudiado.
Incluso así, ella conserva todo su valor en términos de arquetipo, pues desde los principios de la
humanidad, el hombre atribuyó un "ángel" para representar cada una de las cualidades humanas más
nobles.
Incluso la elección de la palabra "arcángel" en el título del libro, es para remarcar bien el aspecto
"arquetípico" de la propia noción de ángel, ya que un arcángel representa un ángel que sintetiza toda una
gama de matices desarrollada por varios ángeles, dentro de una "jerarquía" que concierne mas al
desarrollo, a la explicación de una misma "cualidad", que un simple sistema de "obediencia al jefe".
Arcángeles son, entonces, "arquetipos" dentro del propio arquetipo del ángel.
Pues así como un arquetipo es una idea común, una idea de fondo que es reinterpretada por cada individuo
a su manera, de su forma personal, el arcángel es el arquetipo de un principio como "amor" o "coraje", que
se "encarna" en varias formas distintas de "ángeles", según, entre otros, el estudioso de ese asunto, Daniel
Maziarz.
El interés mayor del modelo de ese estudioso de la mitología esénica, es que la idea de "dios", o de "todo",
o de "principio de todos los principios", puede ser considerada como siendo el "arquetipo de base" de un
"holos" que se desdoblaría en "arquetipos de segundo orden", que serían los arcángeles, viniendo,
después, los de "tercer orden", que serían los ángeles y, enseguida, los hombres.
Ciertamente otros estudiosos del asunto incluirían a los "genios" en ese desdoblamiento.

2
Ya otros alegarían que "dios" es el "arquetipo" contenido en la "santísima trinidad", mas todos ellos apuntan
para esa relación entre una idea "arquetípica" y las múltiples formas que pueden tomar sus
"encarnaciones", o quien les sirve de "avatar".
Nuestra intención, claro, no es defender esa interpretación de la idea de "arcángel" u otra cualquiera, sino,
simplemente, mostrar la correlación entre tales interpretaciones, como la de Daniel Maziaz, la del
desdoblamiento del principio divino en la santísima trinidad católica, o en la trinidad "Brahma, Shiva y
Vishnu" de la India, y la idea mas moderna de Holos, o de arquetipo, donde el "todo" está en todas las
partes.
Podríamos, también, utilizar una idea antiquísima que trata igualmente de esa interacción "holistica" entre
el todo y sus partes.
En efecto, el dios egipcio "Thot", equivalente al "Hermes Trismegisto" de los griegos, declara: lo que está
en lo alto es como lo que está abajo, así como lo que está abajo es como lo que está en lo alto.
Alusión clara a esa idea de que el principio del "arquetipo" (lo alto) está contenido en todas sus
interpretaciones (lo bajo).

Una vez explicitada la importancia de la idea de "arcángel" para entender su analogía con la idea de
"arquetipo", utilizaremos en este estudio corrientemente la palabra "ángel", y no el término "arcángel".
La razón de esa elección es que, en realidad, la palabra "ángel" es más "universal", más "arquetípica" en
el lenguaje común que la palabra "arcángel".
Y como nuestro interés en el presente estudio es únicamente remarcar la analogía entre la idea de
"arcángel" y la idea de "arquetipo", y no argumentar sobre la "verdad" o no de cada idea en si, espero que
el lector de sensibilidad religiosa nos perdone, si no tenemos en cuenta si el "ángel-arquetipo" estudiado
es considerado un "arcángel" o un "simple" ángel, según los estudiosos.

A pesar de que este estudio intenta situarse en la frontera de la creencia y de la razón, espero, entretanto,
que las personas de sensibilidad religiosa puedan sacar provecho, en provecho mismo de la religión, del
presente estudio, que fue concebido también para profundizar en la "psicología" transportada por cada
"personaje" que representa un determinado ángel, lo que puede contribuir a una mayor devoción.
La "técnica de captura" de un ángel-arquetipo, que es como llamaremos a las entidades aquí estudiadas,
consiste, simplemente, en profundizar en nuestro conocimiento sobre la "cualidad" que cada uno de ellos
representa.

Tal vez, cuando usted acabe la lectura de ese libro, tenga la sensación de no haber capturado ángel
alguno.
¡Lo que no significa que usted o yo hayamos fallado!
Pues los ángeles a veces llevan bastante tiempo para hacerse reconocer...
Tal vez usted ni siquiera esté interesado realmente en capturar ángeles, o ya los haya capturado sin
saberlo.

O, simplemente, no crea en ángeles.


Tampoco se preocupe con eso, pues los "ángeles" no son más que "arquetipos".
A no ser que usted prefiera creer que los "arquetipos" son simplemente "ángeles".
En ambos casos, tendrá razón, pues así como ningún "arquetipo" intentaría convencerlo de que no es un
"ángel", ningún ángel intentaría convencerlo de que no es un arquetipo.

Ese es un punto común entre ángeles y arquetipos:


Ambos, por ser lo que son, respetarían las creencias humanas.
Además, ambos nos hablan respecto a las creencias humanas.

Cada uno de nosotros tiene el derecho de reivindicar su propia versión de la verdad, pues vivimos en un
mundo donde solo hay versiones de la verdad.
Toda nuestra ciencia está basada en el "cómo", no en el "por qué" de las cosas.
Si Dios existe o no, viene de una creencia personal, no de un "hecho" científicamente demostrable.

Basado en eso, caro lector, permítase entonces acoger a los ángeles como una de las versiones de la
verdad, aunque no sea la suya, aunque no crea en ellos.
Respetando la creencia ajena, no solamente respetamos nuestra propia creencia, como liberamos a la
ciencia de debates que no la conciernen, por lo menos hasta el presente momento.

¿Puede la ciencia afirmar que toda verdad está contenida en ella y que no hay ninguna verdad en
ninguna creencia?
3
¿Sería esa "extrapolación" compatible con la metodología científica?

Permítase pensar que, si los ángeles existiesen, ellos deberían tener un mínimo de inteligencia para
comunicarse inclusive con personas que no creen en ellos, pues supongo que usted se comunica con
personas que no comparten sus convicciones personales.

En ese caso, considere a los "ángeles" simplemente como "arquetipos", para utilizar ese término junguiano,
o sea, como criaturas imaginarias que encarnan parámetros reales de consciencia.
Pues como hay el "ángel" de la sabiduría, del pensamiento, de la belleza, o de la alegría, entre tantas otras
características de nuestra mente, usted tiene perfectamente el derecho de emitir la hipótesis que, a fin de
relacionarse mejor con sus propias facultades intelectuales, luego, accesibles a su consciencia, mas
emocionalmente ancoradas en el inconsciente, o sea, en lo “desconocido”, en lo irracional, el hombre
imaginó criaturas que encarnasen un modelo idealizado de estas características, para asimilarlas cada vez
mejor, gracias a ese modelo aportado por su creencia.

Permítame, entre tanto, que yo le haga una pregunta, caro lector:


Si usted fuese un ángel ¿permitiría que alguien, que no cree en ángeles, se aproximase a su "realidad
angelical" a través de sus propias creencias individuales y gozase así de su ayuda?
¿O usted solo se comunicaría con quien cree en usted?
¿Usted impondría su presencia delante de una persona que aún no estaría preparada para encontrarlo?

Supongo que si usted fuese un ángel, usted actuaría con los hombres como los hombres actúan con los
niños, o sea, sin romper sus creencias, dándoles subsidios para que ellos se aproximen a la realidad de
los adultos según su ritmo infantil y sin peligro.

Si no es abusar mucho de su condición de lector, permítame una segunda pregunta:


En el caso que su razón considere la hipótesis de la existencia de ángeles, una hipótesis absurda, ¿ qué
encuentra más racional de su parte? :
¿Salir por ahí intentando imponer dogmáticamente su versión de los hechos, como lo harían los religiosos
fanáticos de los ángeles, o respetar la creencia ajena?
Al final, si usted es realmente verdadero con usted mismo, tendrá que admitir, como ser racional, que la
razón humana aún no es capaz de aportar respuestas exactas sobre la naturaleza de la razón, o sobre la
razón de la naturaleza.

Por eso, amado lector, precisamos todos aprender a escuchar puntos de vistas contrarios a los nuestros,
pues solo ellos pueden enriquecer lo que pensamos.
De lo contrario, seremos simples máquinas que repiten puntos de vistas incuestionables, luego
dogmáticos, luego muertos.

Sea usted entonces un adepto de los ángeles o alguien que se limita a lo que la razón limita, este libro va
a interesarle, pues trata de lo que es creencia y de lo que es razón, de cuáles son las grandes
características psico-afectivas de la mente humana, o los grandes "arquetipos" de nuestra consciencia, así
como varios ejercicios simples y sugestiones, que podrán ayudarlo a utilizarlos mas operacionalmente.
Cada texto intenta aportar subsidios de cómo no confundir razón con opinión y cómo permanecer un ser
de razón sin perder contacto con el mundo afectivo y con lo que es conocido como "intuición".

La razón humana es construida a partir de metáforas y de analogías.

La palabra "ángel" puede así ser aprendida en ese contexto como una simple metáfora para abordar las
grandes facultades psico-afectivas humanas, en el caso que usted prefiera orientarse en la vida
únicamente a través de lo que es demostrable en términos de razón pura.
Y si acaso usted tiene la convicción intima de que los ángeles existen, considere que abordar los aspectos
más universales de nuestra consciencia puede ser también una metáfora, una manera de enseñar la
comunicación con los ángeles a personas que temerían un contacto directo con tales criaturas.

¡Solo no me pregunte, por favor, si yo "creo" en ángeles o en arquetipos!

Tendría la tentación de responderle que, personalmente, no creo en absolutamente nada que me parezca
inútil.
Mas acepto cualquier creencia que contenga alguna utilidad, pues al final, tratándose de "creencia":
¿Puede haber una creencia más "creíble" que otra, a no ser por inclinación afectiva y personal?
4
La razón no se ocupa de las creencias.
Las creencias no se ocupan de la razón.

Necesitaría ahora colocarle aún una ultima cuestión...


Sé bien que esta costumbre de cuestionarle ya se está volviendo una manía de mi parte, al final, si usted
está leyendo ese libro, supongo que es en busca de respuestas, pues preguntas... ¡ya debe tener un
montón en la cabeza!
Solicito así una vez mas su reflexión sobre ese punto capital de la relación entre la "creencia" y la razón:

¿Tiene usted certeza, amado lector, que sabe realmente hacer la diferencia entre las dos?
¿Sabe usted diferenciar lo que realmente existe en términos de "razón", de lo que solo es "hipótesis",
"opinión", "intuición", "creencia", "fe", "imaginación", o falta de imaginación?
¿Tiene certeza?
¿O "cree que sabe", simplemente porque aún no "sabe que cree"?

Pues es difícil realmente afirmar algo sobre la existencia de algo, cuando todas las cuestiones que
conciernen a la existencia restan inaccesibles a la razón, condenada a especular al respecto de lo
"existente", por incapacidad de afirmar.
Aún por encima, la ciencia, portavoz oficial de la razón, afirma que todo lo "existente" en el universo no
pasa, en ultima instancia, de una "sopa" altamente compleja de partículas, de cuarks y electrones.
Todo lo que la ciencia sabe, es que no sabe mas que eso, es que no sabe por qué el universo existe, ni
para qué.

La ciencia es hija de la filosofía. Y la filosofía considera como su acto simbólico de nacimiento la


condenación a la muerte de Sócrates. Sócrates es considerado hoy como el primer "filósofo", en la
concepción actual de la palabra, ya que en su época el término no existía. Y Sócrates sacrificó su vida
para ayudar a los hombres a entender mejor que ellos confundían creencia con saber, que ellos "creían
saber" porque "no sabían que creían".

Solo para darle una idea de la real dificultad nuestra en separar la creencia personal del saber, o sea, de
la razón, considere, caro lector, que cuanto más una persona defiende en una discusión sus creencias y
convicciones intimas, mas discutirá, claro, en un estado emocional alterado.
Y cuanto más alguien se basa únicamente en términos de razón, menos tendrá necesidad de alterarse
emocionalmente en una discusión, pues solo confiará en lo que la razón demuestra.
E incluso que, por una cuestión de temperamento, alguien solo sepa argumentar emocionalmente alterado,
él hará el esfuerzo de no confundir un enfrentamiento de ideas, regido por la razón, con un combate entre
las personas que las defienden, regido por creencias personales.

Sócrates fue nuestro gran maestro en ese arte de no confundir lo que se sabe, con lo que se cree que se
sabe.
Para dejar bien claro el poco alcance de nuestro real saber sobre lo que es "real" y lo que deja de serlo, él
declaró:
"Solo sé que nada sé".

Después de eso, se hizo difícil afirmar:


"Sé que sé "... e intentar fundamentar ese "saber" en términos de "razón" y no de creencia personal.
Nuestro "saber" es realmente limitado al "cómo" y deberíamos estar atentos a no extrapolarlo al "por qué"
de una existencia, ya que el "por qué" de una existencia es tributario, hasta el presente, de nuestras
creencias personales.

Que usted esté imbuido de un fuerte sentimiento religioso, de una "fe" dudosa, o sea un ateo convicto,
acepte entonces, caro lector, acompañarme en este viaje hasta las fronteras de la creencia y de la razón.

Descartes, en el comienzo del siglo 17, mucho contribuyó para un análisis "racional" del mundo y para la
evolución de la ciencia, colocando la duda de todo lo que no fuera demostrable por la razón, como precepto
básico de toda reflexión.
Mas de ahí derivo un de las mayores confusiones mentales del hombre moderno, pues, claro, duda no es
sinónimo de certeza, es incluso el antónimo!
Entretanto, suponiendo basarse en la duda cartesiana, el hombre moderno supone que todo lo que no es
demostrable por la razón, todo lo que es sujeto a las "dudas", no existe.
5
Lo que es, desde el punto de vista incluso de la razón, un absurdo.
Ya que no es porque la razón no consigue demostrar la existencia de algo, que ya está demostrada su no-
existencia!
La razón humana evoluciona exactamente como el universo del cual ella es, hasta prueba de lo contrario,
tributaria.
No transforme, entonces, cara lectora, caro lector, la duda en su única certeza!
Aprenda a aceptar el principio de base de la razón, que indica que algo sólo es verdad, o deja de serlo,
hasta prueba de lo contrario.
Lo que condena toda verdad a una existencia relativa, sujeta a reformulaciones.
Eso equivale a decir que no constatamos la "verdad" sino, únicamente, versiones de ella.

No transforme, entonces, cara lectora, caro lector, "su" razón en un simple abogado de sus creencias sobre
ella.

Deje que "ángeles" y "arquetipos" crucen su espíritu sin fijarlos en su creencia sobre ellos.
No huya, si fuera ateo, de la palabra "Dios" como el diablo huye de la cruz.
Usted puede ver en esa palabra un simple sinónimo de la palabra "energía", tal y cual ella es utilizada en
ciencia
O simplemente acepte substituirla por términos como: "creencia última del hombre".
Al final, ser ateo es creer que Dios no existe en la forma que esta palabra se presenta a usted, mas
innegablemente usted tiene un "Dios", o sea, un valor central a partir del cual se alinean los demás.
Aunque su valor central sea la "nada", o el "acaso".

Finalmente, amado lector, permita que yo lo trate durante esa exposición de "mi amor".

Claro que no es nada "personal", pues no me dirijo aquí a usted específicamente.


Se trata simplemente de un recuerdo a mí mismo.
Esa será mi manera, sea usted quien fuera, de comunicarme con usted desde lo mas profundo de mi
sinceridad. Dirigirme a usted a través de "mi amor" por usted, será mi manera de acordarme, a cada
párrafo, que a pesar de la tentación inevitable que tengo, como todo ser dotado de creencias, de
convencerlo de mis convicciones, de volver antes de nada a mi más profunda sinceridad y el más profundo
respeto a su punto de vista, sea él cual fuere.

Entonces:
¿Vamos juntos a capturar un ángel, "mi amor"?

6
¡¡ NO LEA ESTE LIBRO EN ORDEN!!

Pues, siendo un todo, un "holos", este libro no puede tener un orden lineal:
Todo en él es comienzo, medio y fin.
Si usted está acostumbrado a leer una página detrás de la otra, no se preocupe, léalo de esa manera,
pues, incluso en ese orden, no habrá orden lineal, verá que estará mas en contacto con una idea global
que con el relato de un romance, donde hay claramente un comienzo, un medio y un final.

Mas, sobretodo, este aviso inicial está destinado a desobligarlo de leer todos los arquetipos, si acaso haya
uno de ellos que no entienda, con el que no esté de acuerdo o no le guste lo que lee.
Por tratarse de arquetipos, basta que entre en resonancia con uno de ellos para que ya se encuentre en
contacto con "el todo" de ellos.

¿DE DONDE VINIERON LOS NOMBRES DE LOS ANGELES?

Por no ser un especialista en la materia, confieso que tendría mucha dificultad en responder a esa
pregunta.
Si la coloco, es apenas para demostrar que la cuestión de los nombres aquí no tiene absolutamente
ninguna importancia, ya que buscamos únicamente entender el principio "arquetípico" que cada nombre
aquí usado nos trae.
Los nombres de los ángeles aquí citados fueron sacados del libro de Kimberly Marroney "El tarot de los
ángeles".

El orden jerárquico de estas entidades no fue tenida en consideración, justamente para privilegiar el
carácter global, holístico, arquetípico, de lo que conocemos bajo la designación de "ángel".

Son 44 el número de ángeles estudiados.

Pero, si hubiésemos utilizado 19 entidades arquetípicas, o 77, exactamente todas las informaciones aquí
contenidas, también estarían, aunque tal vez de una forma demasiado densa, o demasiado extensa.

Este libro es entonces, caro lector, un convite para que usted aprenda a adaptar cada idea a usted y no
adaptarse a ella. Al final:
"El sábado fue hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado".

7
1 - ZADQUIEL: ¿QUÉ ESPERA USTED DE LA VIDA?

La vida es lo que tenemos de más familiar, de más intimo y al mismo tiempo, es lo que parece más distante
de nosotros mismos, mi amor.
La vida nos parece próxima, porque nos parece propia, teniendo cada uno de nosotros la sensación de
tener su propia vida.
Entretanto, como sabemos que podemos perderla a cada instante, tenemos igualmente la sensación de
que nuestra propia vida no nos pertenece.

Nuestra apropiación de la vida propia de cada uno de nosotros y la "desapropiación" que la propia vida
realiza, a través de la muerte, privándonos de lo que parece ser nuestro "bien", es la noción mas central
y más "conflictiva" que rige cada vida humana.

Pues, a fin de cuentas:


Nuestra vida nos pertenece ¿o no?

¡Cuantas respuestas ya fueron propuestas a esa pregunta!, ¿no es así, mi amor?


¡El número de respuestas corresponde ciertamente al número de humanos, pues cada uno de nosotros
posee su propia versión!
La "vida" es, ciertamente, la más simple y la más corriente concepción que el hombre utiliza para
experimentar la idea de "dios".
Podemos considerar estas dos palabras como sinónimos, no en términos de forma, sino en términos de
fondo.
Para unos, la vida es dada por un "dios" inmaterial.
Para otros, "dios" no es más que la propia naturaleza, regida por leyes materiales.

Mas, que consideremos la noción de "dios" en términos materiales o espirituales, la condición humana
queda en testimonio ocular de su propia fragilidad.
Que creamos en "dios" o no, mi amor, lo efímero de nuestra condición nos transforma en viajantes errantes,
tímidos, temerosos y culpabilizados, en la barca de la vida.
Tímidos o desesperados, pues el desespero es la catarsis del miedo y de la timidez.

Debido a ese sentimiento de fragilidad, ninguno de nosotros se siente, en el fondo, realmente merecedor
de la vida, merecedor de amor.
¿Ya percibiste, mi amor, cuán indigno de amar, de amor, se siente cada uno de nosotros realmente, en el
fondo de sí mismo?
Esa culpabilidad humana delante del amor podría ser resumida a través de una conocida oración cristiana:
"Señor, yo no soy digno que entréis en mi casa, mas decid una sola palabra y mi alma será salva".
Esa oración está inspirada en el encuentro de Jesús con un poderoso romano que fue a pedirle que salvara
a uno de los suyos en estado moribundo.
El romano no quiso que Jesús se desplazase hasta su casa, pues se sentía indigno de recibir a alguien
de la pureza de Jesús.
Mas su fe en Jesús era total: pedía tan solo que Jesús aceptase salvar a un ente querido, con la certeza
de que la simple aceptación de Jesús tendría valor de ley para él.
Se cuenta que Jesús aceptó y el enfermo agonizante en cuestión se salvó.

Tal como ese romano, nosotros también nos sentimos impuros delante del amor, mi amor.
Ateos o religiosos, buscamos el amor, buscamos su protección, su bendición, su inspiración, mas nos
sentimos indignos de recibirlo directamente en nuestros corazones.

Podríamos creer que la culpabilidad es una consecuencia de la cultura judeocristiana, mi amor, mas todas
las culturas paganas, desde la aparición de las primeras civilizaciones humanas, utilizaban el sacrificio
para aplacar la cólera de sus dioses.
Lo que demuestra que estos hombres ya se sentían culpados ante ellos.

La noción de "pecado a ser redimido", es así indisociable del sacrificio ritual y de la culpa humana delante
de "Dios", de la "naturaleza", o de quien se juzgue que tiene el poder sobre la vida y la muerte.

Con el término "Dios" no me refiero entonces a una noción estrictamente religiosa, mi amor.

8
Recuerdo únicamente el contexto de esa palabra, ya que la noción de "dios" siempre está asociada a
nuestra impotencia delante de la muerte y la incómoda sensación interior de "culpa" y "rebelión" que esa
impotencia genera.

No es mi intención, evidentemente, reducir la noción de Dios a esa sensación humana, mi amor.


Tampoco sugerir que "dios" no sería mas que el reflejo de nuestro miedo de morir, buscando un alivio
para sí.
Aunque cada uno de nosotros sea libre para pensarlo, hasta prueba de lo contrario.

Mas, mi objetivo aquí, es únicamente destacar que el hecho de sentirnos "culpados", "pecadores", o
simplemente impotentes delante de la muerte, denota que nos gustaría que el poder total y absoluto de
nuestras propias vidas reposase únicamente en nuestras manos.

Sé que es muy difícil admitirlo, mi amor, mas nuestro "temor" de Dios, o nuestra búsqueda científica
desesperada de medios para prolongar la vida e incluso inmortalizarnos, indica que competimos con "dios",
competimos con la vida, queremos el poder absoluto sobre nuestros propios destinos.

Así nos comportamos delante de nuestros padres y educadores desde la infancia, nuestra "rebeldía" o
nuestro "mutismo", refleja esa voluntad visceral de autonomía.
Querer ser dueño de la propia nariz, es sinónimo de ser humano.
Mas, así como tememos el poder de nuestros padres de castigarnos por nuestra desobediencia, tememos
el poder de "dios", de la "naturaleza", o de la vida, por nuestra voluntad de buscar una autonomía, que
suponemos ser contra su voluntad.
Nos sentimos entonces culpados e indignos.
La impotencia, o el "infierno", parecen ser el castigo que corresponde a esa nuestra sed humana de
independencia.

En principio, amamos a "dios", cuando creemos en él.


Y todos nosotros amamos la vida.
Mas ese sentimiento disimula mal nuestro propio miedo de la muerte y del sufrimiento.
Nuestra ansia de no sufrir, ni morir, hace de nosotros los concurrentes involuntarios que somos de "dios"
o de la "vida".
Queremos entonces ser iguales a "dios".
Queremos tener el mismo poder sobre la vida que ella tiene sobre cada uno de nosotros.

Tenemos vergüenza de confesarnos tales sentimientos.


Nos sentimos así repletos de miedo, miedo que oculta el odio de nuestra no-aceptación de nuestra
condición de mortales, delante de quien parece tener un poder sobre esa condición.

Mala intención, mentiras, cobardía, mezquindad, son algunas de las emociones "negativas" que encuadran
ese conflicto entre nosotros mismos y la vida, entre la "criatura" y el "creador", entre el espécimen humano
y su propia especie.

"Indignos", "impuros", "culpados" son así los sentimientos que expresan ese conflicto.
Aceptar esa rebeldía en si, por comprender que no hay cómo ser humano y no vivir ese conflicto, es el
primer paso que cada uno de nosotros tendrá que aprender a dar:

"Padre, si es posible, aparta de mí ese cáliz sin que yo lo beba, mas que sea hecha tu voluntad y no la
mía".
Estas palabras de Jesús ilustran bien ese conflicto entre la criatura y el creador, entre la voluntad del
"hombre" y la voluntad del "hijo de Dios".

Todo humano realiza a cada instante esa misma oración, mi amor.


Sea lo que sea que esperemos de la vida, sea cual sea nuestra concepción de ella, siempre esperamos,
"rezamos", para que nuestros deseos, nuestros votos, sean realizados.
Tan solo los más sabios entre nosotros aceptan inclinarse delante de los hechos, cuando estos no
corresponden a sus deseos.

Solo el entendimiento del pensamiento Zen nos demostrará un día, que desear algo o su contrario, da
exactamente lo mismo.
9
Mas, ¿para qué fingir aquí que somos "Zen", no es así, mi amor?
Bastaría que alguien nos insultase copiosamente, incluso sin la intención de clavarnos en una cruz, para
tener la certeza de lo poco "Zen" que somos.

No hay pues ningún "mal" en sí en la rebeldía, en la busca de autonomía, en la "tentación" de la


"desobediencia", mi amor.
El propio Jesús, uno de los mayores líderes religiosos de la humanidad, expresaba así en la oración
anterior, en un acto de honestidad digna de un gran hombre, ese conflicto interior que se encuentra en el
fondo de todos nosotros, por no saber donde comienza la aceptación justa de los hechos que nos
contrarían y donde termina la pasividad, la cobardía, la connivencia masoquista con el propio sufrimiento.

Y el final de esta oración: "mas que sea hecha tu voluntad y no la mía" denota mas una aguda inteligencia
de la realidad humana que una "obediencia pasiva".
Pues, si analizamos bien los hechos como ellos se presentan a nuestra condición humana, mi amor:
¿Quién acaba imponiendo su "voluntad" a quién:
Nosotros a la vida, o ella a nosotros?

Aceptar la "voluntad" de la "vida", de la "naturaleza" o de "dios", no es una cuestión de opción, mi amor,


mas si de inteligencia, es una cuestión de construir, de reconstruirse si fuera el caso, a partir de lo que
existe y dejar de continuar batiendo con la cabeza contra el muro.

Existen hombres tontos hoy en día, mi amor, que creen que si dominan el código genético, alcanzarán la
inmortalidad, rivalizarán con la naturaleza, si liberarán de ella.
¡Claro que debemos continuar haciendo progresar nuestra ciencia, mi amor!
Mas otra cosa es creer que la ciencia humana pueda ser un día algo más de lo que realmente es:
Una de las partes de la ciencia natural que la engloba.
Que la comprende naturalmente y que, naturalmente, es incomprendida por ella.

Que tontos somos, ¿no es así, mi amor?


Imagina el drama de ese nuevo humano "inmortal" en carne y hueso:
Tener que salir rapidito de nuestro planeta, que explotará "ya-ya", en cuatro billones y medio de años.
Lo que no es nada, para un "inmortal".

Imagina después el "estrés" que no va a ser, mi amor, avanzar tecnológicamente lo suficiente para
neutralizar la fuerza de gravitación de un "agujero negro" cualquiera, que devoraría nuestra recién
conquistada "inmortalidad", bien indiferente de ella.

¿Cómo podemos ser tan tontos y arrogantes hasta el punto de creer que, siendo una simple y minúscula
parte de un contexto, podríamos un día ser mayor o igual a lo que, por definición, es mayor que nosotros,
por englobarnos?
Mas la ola humana quiere tiene un poder sobre el océano que la impulsa. .
La forma humana quiere ser el fondo del fondo que la formó.
La "rebelión", el "odio", la "discordia", son así reacciones mas que naturales delante de ese conflicto entre
lo que queremos y lo que podemos.

Y poco importa los términos con los cuales las expresemos, que estos sean dulces y lúcidos como los de
Jesús en su oración, o que sean dictados por un desespero y un dolor que nos llevarían a la voluntad de
destruir, espejo de nuestra sensación de estar siendo destruidos.

No tenemos que "culpabilizarnos" por nuestra rebeldía, mi amor, por nuestra "desobediencia", ya que ella
es inevitable en la condición humana.
El mismo Jesús, en otra parábola titulada "el hijo pródigo", relataba la vuelta de un hijo a la casa del padre,
después de constatar que la casa del padre le daba mucha mas autonomía y libertad que el mundo "libre",
como él pensaba cuando se fue.

Tan solo tenemos que utilizar más consciente y operacionalmente nuestra fuerza de rebeldía y de
obstinación, para no ser víctimas de la autodestrucción y del auto-castigo que nosotros mismos nos
infligimos, por orgullo herido y desespero, cuando la "vida" o "dios" no obedece a nuestra voluntad, o a
nuestras "oraciones".

10
Al final, tal vez el único castigo que nos espera por nuestra "desobediencia", como sugiere la parábola del
"hijo pródigo", sea el auto-castigo.

Pues seria poco probable y hasta muy contradictorio, que "dios" o la "vida" nos castigasen por buscar esa
autonomía y ese libre albedrío.

¡¡Al final, fueron ellos que nos crearon así!!


Y como representamos en nosotros mismos ese conflicto entre la vida y su emanación, entre el creador y
la criatura, o el espécimen y la especie, ya que formamos parte de los primeros, mas nos identificamos
con los segundos, cada uno de nosotros precisa mantener el diálogo con esas dos partes de sí mismo.

No aceptar ese conflicto, esa dualidad intrínseca a la naturaleza humana, es de una cierta forma alejar de
sí mismo uno de los puntos de vista de sí mismo, negando o reprimiendo la rebelión personal, como hacen
muchos adeptos de la religión extremamente culpabilizados, o negando el enraizamiento inevitable del
hombre en el contexto que lo engloba y que lo mantiene, como tiende a hacer hoy una cierta concepción
del ateísmo, que niega aún que la materia solo es una simple manifestación de la energía, según la ciencia.

Negar así una de las partes de sí, uno de los aspectos del conflicto típico del hombre contra su propia
especie, es una forma de "esquizofrenia" moderna, que nos vuelve parciales y referentes a nuestros
miedos.
Somos, en ese caso, más frágiles que los que aceptan ese conflicto interior, como Jesús:
"Padre, si es posible, aparta de mí ese cáliz".

"Dialogar consigo mismo" es entonces un acto de lucidez, pues la verdadera "locura" sería negar que cada
uno de nosotros vive en profundo conflicto consigo mismo, eternamente dividido entre dos voluntades, dos
"imperativos":

"Todo el día solo pienso en poder parar, medio día solo pienso en decir no, después pienso en la vida
para llevar, y me callo con la boca de fríjoles", canta Chico Buarque.

Toda oración a "dios" traduce así ese diálogo consigo mismo, mi amor, si consideramos que "dios" es lo
que nos engloba, lo que gobierna nuestras vidas, nuestra naturaleza, la naturaleza en sí, todo el universo.
Formamos parte de ese universo, luego, en nuestro conflicto con él, llamamos de "dios" a esa parte de
nosotros mismos que parece exterior a nosotros mismos, que parece gobernarnos desde fuera de nuestro
campo de consciencia y de identificación personal.

Sé que voy a desagradarte aquí, mi amor, si crees en Dios, asimilando tu oración a Dios a un simple
diálogo contigo mismo.
Sé también que voy a desagradarte, si eres ateo, colocando "subliminalmente" la noción de "dios" entre
nociones más aceptables racionalmente, como vida, naturaleza, o universo.
Como ves, mi amor, no tengo la opción de no desagradarte.

Mas, ¿qué puedo hacer con eso, sino aceptar que, en un caso o en el otro, acabaré desagradándote,
contrariándote, mas pronto o mas tarde?
¿No es de esto mismo que estamos hablando aquí, mi amor, de ese conflicto entre dos partes nuestras?

Entre tanto, mi amor, poco importa en ese contexto, que prefieras creer que, hablando con "dios", hablas
tan solo contigo mismo, o que sientas que Dios es algo que ultrapasa la insignificancia de tu conflicto
humano, delante de un universo que vive tan lejos de tu conflicto.
Y aparentemente sin dejarse paralizar por él, ya que somos apenas uno de sus innumerables recursos.
En ambos casos, espero que admitas conmigo la necesidad de dialogar con estas partes conflictivas entre
sí.
Espero que aceptes que es imperativo para cada uno de nosotros, si queremos mantener nuestro equilibrio
mental y la consciencia de nuestra dinámica interior, no perder de vista lo proprio de nuestro conflicto
interior.

Ese "diálogo consigo mismo" es lo que necesito aquí llamar de "oración", mi amor.

Pues, como explicaré con mas detalles mas adelante, como tu consciencia es la detectora de tu identidad,
de lo que tu crees que eres, pero es tu "inconsciente", o tu "inconsciencia", si prefieres, quien determina
11
realmente lo que ocurrirá contigo, ya que eres comandado mas por tus automatismos reflejos y pre-
programados en tu mente desde la infancia, que por tu voluntad consciente, sería mas operacional para
ti, al realizar ese diálogo que aquí llamo de "oración", que realmente te dirigieses a tu inconsciente como
si él fuese autónomo, independiente de tu consciencia.

Lo que corresponde mas a los hechos que tu ilusión de que puedes controlar conscientemente todos tus
actos.

Y que te lleva a un estado de desespero e impotencia cuando ese "control" falla.


Esperar, orar, rezar, desear, son así actos que poseen en común el hecho que todos traducen ese "diálogo"
que mantenemos con nosotros mismos, utilizando como soporte nociones como: "medio ambiente",
naturaleza, o "dios", a fin de que ese diálogo no se convierta en un simple monólogo auto-referente de
nuestros propios valores conscientes.
En realidad, podríamos decir que se trata de un diálogo con el "mas allá de nosotros mismos", con el
"irracional", con el "inconsciente" o con el "desconocido".

Como todo humano espera algo, mi amor, mejor seria que establecieses claramente para ti mismo "lo que
esperas" y "de quién".
Solo que no creas que no esperas nada de nadie, mi amor.
Estarías ciertamente mintiéndote a ti mismo.

Si te diste el trabajo de leer este texto hasta esta frase, ciertamente es porque buscas algo y crees que
puedes encontrarlo con la ayuda de esta lectura.
Aprende entonces, o re-aprende, a esperar, a pedir, a "orar", mi amor.
Entiende que ese acto no es mas que un encuentro fundamental contigo mismo, con tus propios deseos.
En realidad, nadie "pide" nada en especial a "dios", incluso en las iglesias, mi amor.
Pues si Dios es quien sus fieles creen que es, ¿cómo no sabría Él, mejor que cualquiera de sus
suplicantes, lo que es "especialmente" mejor para cada uno de ellos?

Si los fieles piden algo a "dios", mi amor, es con el objetivo de clarificar para ellos mismos lo que representa
el mas profundo de sus propios deseos.

La "oración" es un acto girado hacia sí mismo, mi amor, la oración es un acto de autoconocimiento.

Pues el hombre necesita "pedir".

Poco importa que su pedido se dirija a la "vida", o a "dios".


El pedido es necesario, antes de nada, para que cada uno de nosotros clarifique para sí mismo quién es
él y lo que espera de la vida.
Un hombre reza con la intención de conocer sus propios deseos, esperando antes de nada poder contar
consigo mismo.

Un hombre ora para afirmar su voluntad en la dirección de una espera dada, de una esperanza.
No te preocupes entonces "de quién" puedes esperar algo, con quién puedes contar, mi amor.
Si crees en Dios, claro que es a él que debes dirigirte.
Mas si no crees en Dios, aprende así a convertir tus esperas y esperanzas en pedidos, en "oraciones", mi
amor.
Aprende a reconocer en la "oración" un potentísimo instrumento de clarificación y de autoconocimiento.

"Inventa" un "dios" para ti, "créalo", si ya no crees en uno, mi amor.

Poco importa que tu "dios" sea real o no, mi amor, en el momento en que te concentres en tu dios
"imaginario", estarás dirigiendo tu consciencia al centro de tus propios intereses, clarificando para ti mismo
tus propias aspiraciones.
No te escandalices conmigo, mi amor, si posees una fe profunda en Dios y yo parezco aquí reducirlo a
simple imaginación humana.

Recuerda simplemente que Dios ciertamente no dudaría en ayudar a una de sus criaturas que lo buscase,
incluso no creyendo en él.

Te recuerdo que el principio de este libro no es el de convertir o invertir la creencia personal de cada uno
12
de nosotros, es simplemente demostrar el paralelismo entre nociones psicológicas, como arquetipo y
nociones religiosas, como "ángel" o "dios".

Si eres entonces ateo, mi amor, me gustaría que entendieses aquí la importancia de la oración, en términos
de operacionalidad y de optimización del diálogo interior.

Rezando a "dios", haciendo una oración y una entrega a una "voluntad superior" a la tuya, como mínimo
estarás programando a tu "inconsciente" para que reúna en ti todas las fuerzas capaces de ayudarte a
concretizar un proyecto que te interesa.

Al final, tienes perfectamente el derecho de creer que "dios" no es más que tu inconsciente.

Guarda tu creencia, mas no subestimes el valor para tu propia salud que representaría un pedido tuyo a
ese "dios" imaginario.

Tu concentración en los factores de cura dependientes de tu estado psíquico es altamente estimuladora


para tu sistema inmunitario, diminuyendo el estrés y favoreciendo emociones que activan la reposición de
energías y el reposo físico y mental.
Y la sensación de estar solo, aislado, abandonado y sin recursos es mucho más nociva a tu salud y más
irracional que una "oración" dirigida a tu dios imaginario.
Ganarías en salud, conservando aún por encima la lucidez de la duda indispensable a la claridad de la
razón.
A fin de cuentas, ninguno de nosotros puede afirmar con certeza absoluta que "todo está perdido", ni que
todo es como suponemos que es.

Ese es el fundamento mismo de la razón, o la creencia en ella misma.

Conservar la duda, imperativa a todo acto de razón, te libraría así de la irracionalidad masoquista,
narcisista y "autista", que te aprisiona en el calabozo de tus lógicamente frágiles e insostenibles
convicciones.

¡Al final, no creas que el hecho de no creer en dios te da el derecho de creer que eres el dueño de la
verdad!

Eso solo demostraría la poca inteligencia de tu arrogancia, que negaría a "dios" con la intención no
asumida de auto-proclamarse "dios", o el detentor en sí de la verdad en sí.
Incluso la oración que realizarás a tu dios ficticio en nombre de la salud, del bienestar, del éxito o de la
protección de terceros, no son ni inútiles ni ridículas, mi amor.

Pues, orando en pro de otros, estarás desarrollando tu capacidad de servirles de apoyo afectivo y moral,
estarás, con la estimulación de tu propio inconsciente, ayudándolos a encontrar en sí mismos recursos de
cura.

¿Entiendes entonces, mi amor, si eres ateo, por qué esa necesidad de "orar a dios" de los humanos existe
desde el principio de la humanidad y por qué la "racionalidad" nada puede hacer para neutralizarla?
Se trata de un lenguaje emocional, luego irracional y directo, traducido bajo el nombre de "fe", que toca
factores del inconsciente absolutamente ajenos a nuestra lógica racional.

"Orar a dios" representa para nuestro diálogo con nuestro propio inconsciente el equivalente del
entrenamiento de un yogui, que consigue influenciar voluntariamente sus latidos cardíacos, u otras
funciones neuro-vegetativas.

No olvides, entonces, si eres ateo, ese arquetipo tan viejo como el hombre, mi amor:

La oración.
Aprende a sacar provecho de él.
Habla con tu inconsciente como si no formase parte de ti, al final, no estarás con eso tan lejos de la realidad.
Y no dudes de hacerlo de forma imaginaria, como si hablases a "dios".
Al final, tu inconsciente, por ser irracional, es mucho más sensible a tus fantasías que a tu creencia en lo
que te parece "lógico".

13
Si acaso crees en Dios, mi amor, ¡tal vez estés escandalizado con todo lo que escribí hasta ahora!

Te recuerdo apenas, criatura de Dios, que Dios no dudaría en socorrer a uno de sus hijos solo porque éste
se comunica con él como si fuese una fantasía de su imaginación.
Como persona que tiene fe en Dios, sabes perfectamente que Dios necesita que cada persona recurra a
Él, con el fin de que Dios pueda, durante el acto de ayuda, respetar el libre albedrío dado a cada persona
por Dios "en persona".

Considera entonces mi explicación anterior sobre el "inconsciente" y otros términos psicológicos, como
una simple "astucia" de mi parte, a fin de permitir que los ateos realicen un primer paso en dirección a
Dios.
Considera mi "psicologización de lo divino" como una disculpa para que los ateos contengan su orgullo
personal y su miedo en la relación con su creador.

Y, si eres ateo, mi amor, considera lo que acabo de decir como una simple manera de ayudar a personas
de "fe" a no perder la fe en sí mismos, en sus inconscientes.
No deseo divertirme a tu costa con ese juego ambiguo y cruzado entre materialismo y espiritualidad, mi
amor.

Mi intención es únicamente resaltar que todas nuestras creencias religiosas pueden ser explicadas en
términos de arquetipos y que todo arquetipo puede ser considerado como la racionalización de una actitud
religiosa y que ningún elemento racional consiguió hasta hoy demostrar la veracidad de una versión o de
otra.
¡Seria entonces muy tonto por nuestra parte, mi amor, no utilizar estos "arquetipos", o estos "ángeles" en
provecho proprio!

Y como el arquetipo que es objeto de ese estudio es precisamente el "pedido", el "deseo", el "ansia", o la
"espera" que cada uno de nosotros posee con relación a la propia vida, vamos a utilizarlo para liberarnos
de esa frontera inútil que colocamos entre nuestra "lógica" y nuestra "fe", o nuestro "inconsciente".

Comencemos entonces pidiendo, "orando", a ZADQUIEL, o el ángel-arquetipo de la "oración", para que


nos guíe en ese permiso que necesitamos otorgarnos a nosotros mismos, a fin de realizar ese diálogo
entre nuestro consciente y nuestro inconsciente. Permitámonos entonces lanzar, desde la isla irracional y
"egoica", que representa nuestra creencia en nuestros límites racionales, botellas con mensajes al mar de
la inconsciencia y la irracionalidad que nos circunda, en el interior de nosotros mismos.

Dejemos que ese "ángel-arquetipo" nos guíe, a través de esta serie de estudios, precisamente sobre la
correlación entre ángeles y arquetipos, que iniciamos aquí.
Zadquiel será así el recuerdo de esa necesidad humana de comunicar con una "sabiduría" que nos habita,
en términos de "arquetipo inconsciente", o "ángel".

Zadquiel será el mensajero de nuestro pedido, de nuestra intención, de mantener siempre nuestra
consciencia en los límites de la razón.
Sin, entre tanto, limitar la razón a los límites de nuestra consciencia de ella.

Zadquiel será el recuerdo de que poco importa lo que digamos, o en lo que creamos, nuestra intención
común será siempre de ofrecernos lo mejor de nosotros mismos, antes de nada a nosotros mismos, o:

"Al prójimo como a sí mismo".

¡Buen "rezo", entonces, mi amor!

14
2 - RAMAELA - ¡ ALEGRÍA, ALEGRÍA!

"Caminhando contra o vento, sem lenço e sem documento, no sol de quase dezembro:
EU VOU!"
(Caminando contra el viento, sin pañuelo y sin documento, en el sol de casi diciembre: YO VOY)

¿Quién de nosotros no cantó nunca ese verso de Caetano Veloso, no es así mi amor?
¿Quién de nosotros no encuentra, como Vinicius de Morais, que "es mejor ser alegre que triste"?
Vinicius es el embajador de nuestros corazones, cuando dice que " la alegría es así como la luz del
corazón".
La receta que él y todos los poetas nos dan, es utilizar nuestro "gran poder" para transformar el dolor en
alegría.

Mas, ¡qué difícil es pasar de la tristeza a la alegría!, ¿no es así, mi amor ?

La tristeza parece residir allá en el fondo de nuestros corazones.


A veces tenemos la impresión de que estamos hechos de ella.
Todos sabemos como es mucho más fácil mantenerse en la tristeza que mantener una alegría.

¿"Cómo", entonces, pasar de la tristeza a la alegría sin la sensación de traicionarnos, de mentirnos?

Si seguimos el consejo de los poetas, la "receta" consiste en expresar la tristeza, no huir de ella, al
contrario, dejarla hablar a través de nosotros, no censurarla, concederle todas sus razones.

Artistas y poetas la transforman en versos, en cuentos, en música, en pintura o escultura.


Ellos no huyen de ella, al contrario, la acogen como a una gran inspiradora.
Actúan como si intuyesen que ella es la propia intuición de la alegría.
Artistas y poetas, en realidad, no diferencian una de la otra, no las separan, en el fondo no "prefieren"
realmente una a la otra.
Crean con ellas una pieza, un "drama", en el cual siempre se destaca la BELLEZA que emana de toda
EXPRESIÓN y que sirve de hilo conductor emocional, de alimento "afectivo", de hilo entre estos dos
extremos de nuestros sentimientos, polos de nosotros mismos, tan conocidos como "el miedo y la ira",
bifurcaciones del laberinto propio de la tristeza.

Si seguimos el ejemplo de los artistas y de los poetas, el secreto de "pasar" de la tristeza a la alegría
consistiría en nunca huir de la tristeza, al contrario, servirla como su embajador y servirse de ella para
expresarse y nunca intentar mantenerse en la alegría, al contrario, dejarla traernos su otra cara, o su "raíz",
que es la tristeza.

Pues tristeza y alegría funcionan como si una tuviese el poder de crear a la otra.

Hacemos exactamente lo contrario de los artistas y de los poetas ¿no es así mi amor?.

Artistas y poetas actúan con relación a estos sentimientos y a los demás en general, exactamente de
manera opuesta al común de los mortales: ellos los atraviesan y se enriquecen de ellas, en vez de dejarse
empobrecer por la eterna huida del sentir.

"Sabios" y "terapeutas", que son "sabios" en una escala más "modesta", preconizan la misma cosa, mi
amor.
Ambos nos incitan a servirnos de nuestros sentimientos.
Los primeros como medio de llegar a nuestra verdad.
Los segundos como medio de "cura".

¡Que pena que no seamos ni artistas, ni poetas, ni sabios y ni siquiera "terapeutas"!, ¿no, mi amor?
Mas ¿quién hace de un "artista" un artista? ¿O de un "poeta" un poeta"?
¿Y por qué separo aquí los dos, si todo poeta es un artista y todo artista es un poeta?
¿Y quién hace de un "sabio" un sabio?
¿Y de un "terapeuta" un terapeuta?

15
¿Quién hace que seamos vistos como somos vistos?
Son los que nos ven, ¿no es así mi amor?.

Imagina que lástima, mi amor, si nadie hubiese "visto" a Van Gogh.


O si nunca nadie hubiese escuchado a Beethoven.

Ciertamente ellos no serían "artistas", ya que no habrían sido reconocidos.


Mas ¿no te parece extraño que el TALENTO de ellos dejase de existir, solo porque no había un publico
para reconocerlo?

Es entonces la solución del enigma:


Lo que hace de uno un "artista", o un "poeta", o un "sabio", o un "terapeuta", ¡es el TALENTO!
Y.. .
De preferencia. . .
Reconocido.
¡Que pena, pues no tenemos ni el reconocimiento y ni al menos el "talento"!, ¿Verdad mi amor?
Mas ¿no te parece extraño, que no tengamos NINGUN talento, luego, que no seamos ni un poquito
artistas"?

La palabra "artista", viene de la palabra "arte", que viene de la palabra "artesanado", que viene finalmente
de la palabra "acto".

Sócrates se quejaba ya en su época, del RAPTO de la palabra ARTE.


Rapto ejecutado, según él, en "favor" de los "artesanos de la expresión", que mas tarde serían conocidos
como "artistas y poetas" en detrimento de los demás artesanos.
Rapto que tal vez haya sido simplemente perpetrado por el público en general, que sacrificó la expresión
del acto al acto de expresión.

Lo que decía Sócrates, es que en el principio de los "tiempos", donde las palabras aún existían en función
de sus etimologías, ARTISTA era alguien que ejecutaba un acto cualquiera y que los que hoy
consideramos "artistas" solo son los relatores del acto, o sea, del ARTE, según la etimología.
En otras palabras, Sócrates decía que es mas artista quien consigue hacer un excelente pan que quien
lo pinta, o que quien hace una linda poesía a partir de él.

Será muy difícil para cada uno de nosotros llegar nuevamente a la esencia del arte, o sea, del acto.

Si ya en la época de Sócrates, hace dos mil quinientos años atrás. . . el arte ya había sido, y hacía mucho
tiempo, desviado del acto a su expresión, la tendencia actual muestra qué poco el ejecutor de un acto
cualquiera va a "osar" reivindicar su derecho etimológicamente legítimo a ser considerado un "artista".

Sé que los artistas actuales no se sienten agredidos con lo que expresaba Sócrates, ya en aquella época
mi amor.
Sé que un artista "auténtico" no se siente mas "artista" que tu o yo, mi amor.
Sé que un artista "auténtico" crea, o sea, se ENTREGA a la ejecución de un ACTO, por la preeminente
necesidad de EXPRESAR, MATERIALIZAR LO QUE SIENTE.

Pues lo que todos consideramos como "arte", inclusive los artistas, no es más que el ABANDONO de
alguien a un acto, es el acto de entregarse completamente a una ejecución, pues toda ejecución debería
ser "capital" para quien la ejecuta.
Sé incluso, mi amor, cuanto SUFRE un artista "auténtico" de no aceptar cada uno de nosotros nuestro
propio ARTE, el que vive para incitarnos a eso a través del suyo.

Pues solo es artista "auténtico" en la concepción actual de la palabra, quien no ve absolutamente ninguna
diferencia entre actos, quien sabe sentirlos y expresarlos TODOS, quien se sumerge en lo que siente de
propio cotidiano como cualquiera de nosotros y no teme mas expresarlo, expresándose al mismo tiempo
a través de él.

Incluso cuando un artista "crea" a partir de lo fantástico, de lo excepcional, apenas reproduce nuestros
propios fantasmas más banales, el "surrealismo" de lo "cotidiano", o de la fuga de él.
16
Él apenas exagera lo "cotidiano" y sus "márgenes" a través de su propia lupa emocional y lo refleja en un
"impresionismo", o en un "cubismo" al cuadrado.

Mas no voy a continuar cansándote, mi amor, intentando demostrarte que también eres un artista, que
también eres un poeta, un sabio, un terapeuta.

Sinceramente, no me cansaría de escribirte mas y mas y aún mas sobre el tema.


Temo tan solo ser pesado.

Y si la palabra "artista" parece indebida cuando es aplicada a ti, incluso ridícula, si escondes mucho de ti
tu propia convicción de serlo, si aún finges que tus actos cuentan tan poco para ti mismo, ¿aceptarías al
menos que reconozcamos juntos la universalidad de las palabras "acto" y expresión"?

Pues, al final, seria imposible vivir sin actuar y actuar sin experimentar algo en ese acto, ¿estás de
acuerdo?

Dejemos entonces la apreciación de los actos y de las expresiones a cargo de los gustos y de las modas,
mi amor.
Al final, ¿cuántos artistas del arte "moderno" o "contemporáneo" no son víctimas de los que no aprecian
su arte, así como Monet y los demás "impresionistas" lo fueron en su época?

Toda esa larga circunvolución en el "acto", en su "expresión" y en el "arte" para aterrizar en la ALEGRIA,
mi amor.

Pues solo cuando aceptamos EXPRESAR, o sea, colocar en ACTOS, o sea REPRESENTAR nuestras
emociones, es que conseguimos captar la alegría.

¿Ya notaste eso, mi amor?


¿Que a veces damos carcajadas de nuestras propias boberías?
¿Qué a veces una cosa que poco antes nos parecía super enfadosa o aborrecida, o incluso aterradora, de
repente nos hace reír?
¿Incluso a carcajadas?

Ese es el secreto del ARTE, mi amor.


En ese corto lapso de tiempo, somos los artistas en escena de una platea en la cual a veces solo nosotros
mismos estamos presentes.
Algunos son artistas tan tímidos e intimistas, que solo osan mostrar sus obras a sí mismos.

Mas todo lo que se destaca es "arte" en el sentido "moderno", post-socrático de esa palabra, mi amor.
Y cuantas veces en la vida nos "destacamos" a nuestros propios ojos, mi amor.

Esa es entonces mi sugestión a ti en lo que concierne a la "tristeza" y a la "alegría":


NO HUYAS DE LA PRIMERA, NO INTENTES APRISIONAR LA SEGUNDA.

Intenta ser artista, en el sentido primario de la palabra y colocar tu emoción en actos, en "ex-presión".
Crea a partir de ellas sea lo que sea.

Y, si en medio de la creación te diviertes, te alegras:


¡¡¡¡¡¡ESTATE CIERTO QUE CAPTURASTE UN ÁNGEL!!!!!!!

Pues cada vez que un ser humano se divierte, es que fue capturado por RAMAELA y viceversa.

Ramaela es la alegría en estado puro.


Ramaela es un ángel juguetón, que va a aproximarse a ti en medio de tu rabia, de tu agonía, o de tu
dolor y va a intentar proponerte una manera mas divertida y más creativa de pasar por allí sin que sufras,
transformando incluso en fuente de placer lo que antes era un pozo de dolor, enseñándote a moverte del
dolor al placer otra vez.
Ramaela respetará entretanto tu "dolor", que es tu manera de no respetarte a ti mismo, mas aún no sabes
de eso.

17
"Ella" , pues se trata de una "ángela". . . solo se permitirá divertirte cuando entiendas la "di-versión" como
otra versión, otra expresión, tan válida como el sufrimiento, de tu propio mal estar, de tu tragicomedia de
vida.

Ramaela es el SER en acción.


Lo que es pleonasmo, pues solo se puede "ser" en acción y no hay mayor "acción" que la inercia, si la
consideramos como expresión de un movimiento interior absoluto.

Mas no voy a divagar mas aquí a través de estas elucubraciones sobre lo que es "ser", lo que es "acto"
y lo que es "expresión", mi amor:
¿Vamos tan solo a divertirnos en capturar un ángel?

Pues Ramaela, como te dije, ¡no resiste a ayudar a los humanos a transformar sus dolores en riquezas
creativas y de preferencia DIVERTIDAS!

Ramaela ríe.
De todo y de nada.
No por ser idiota, si no exactamente por no serlo.

Ramaela vive en un espacio donde la forma solo está allí parla ser MODELADA, pues, como todo ángel,
Ramaella vive en el espacio de la "trans- forma- acción".
Pues la acción es el "trans", o el movimiento que atraviesa toda forma.

Y eso es super divertido, mi amor:


Cambiar de forma, o sea: CREAR.
Como en el carnaval cuando nos disfrazamos.
Como cuando contamos un chiste que caricaturiza una reacción humana.
Como cuando un actor nos hace llorar, o un cuento nos absorbe.
Como cuando un pájaro vuela, un sapo canta, o un niño sonríe.
Como cuando un pájaro sonríe, un sapo vuela, o un niño canta.
Como cuando hacemos una buena cagada.
Cuando algo nos sorprende y nos transporta a lo mágico, a la magia del sentir y que acabamos
sintiéndonos bien simplemente por dejar de sentirnos mal.
Ramaela va a estar ahí en estos momentos, mi amor.

¿VAMOS A CAPTURARLA?

Prepara una red de capturar ángeles.


Es igual a aquellas de capturar peces, o mariposas, que también se mueven como si fuesen sueños.
Solo que nuestra "red de ángeles" estará tejida con pensamientos y emociones y no con hilos de algodón
o de nylon.

Si estas sintiéndote bien, de hecho ya capturaste a Ramaela, basta que oses reconocer que a veces
también sueñas despierto como los niños y te permites imaginar que en medio de tu bienestar hay un
ángel que no resiste a no estar en el bienestar.

Si estás sintiéndote mal, laméntate.


Insulta, desahógate.
"Maldice" inclusive, se lo encuentras necesario.
No economices tu mala fe, o tu odio.
O entonces húndete cada vez mas en la postración, mas HAZLO, EJECUTA la postración:
VUÉLVETELA PROPIA.

Resumiendo :
VIVE el sentimiento que cualificas de "negativo", en lugar de intentar huir inútilmente de él, manteniéndote
así en el mismo lugar, como un desesperado idiota, o un idiota desesperado que nada contra la corriente.

Luego constatarás que ningún sentimiento perdura en acción, mi amor.


Pues toda acción no es mas que una "trans-forma-acción", o sea:
El "gran poder" que "transforma el dolor".

18
Desde que aceptes vivir lo que la vida propone, verás que aquella "proposición" no era mas que un inicio,
no un fin.

Cuando captures a Ramaela, mi amor, habrás capturado a todos los ángeles, pues la usarás como cebo
para "pescar" a los demás, pues nunca vi una gente que no aguanta estar "separado" igual a los ángeles,
mi amor:
¡Donde está uno, están todos !

¡Buena pesca, mi amor.


Buena "acción", buena "expresión", mi artista preferido!
¿Cómo?
¿Preguntas si no exagero un poco llamándote de "mi artista preferido"?
Mas ¡¡qué sería de la vida sin el arte, mi amor, y, qué sería del arte sin la exageración!!
ALEGRIA! ALEGRIA!

3 - RAFAEL: LO BELLO ES LA CURA

Lo bello está siempre presente, mi amor.

Sea donde fuera que estemos, hay algo de bello allí.


Sea como fuera que nos sintamos, hay algo de bello pidiendo para ser sentido.
19
Incluso cuando nos sentimos perdidos, hay algo de bello pidiendo para ser encontrado.

Mas, ¡cuan insensibles somos a la belleza! ¿no crees mi amor ?

Bastaría que anotásemos durante un único día la cantidad de veces que nos sentimos bien y cuantas
veces nos sentimos mal.
Y cronometrásemos el tiempo que pasamos en un caso y en otro.
Veríamos como nuestra alma es "negra" como la de Orfeo:
"La tristeza no tiene fin, la felicidad sí".

¿Que será que hace que lo "feo" nos atraiga?


¿Por qué lo "sórdido", lo "siniestro", lo "insano" tiene un poder de captar y mantener la atención de la
mayoría de nosotros, la mayoría de las veces?
¿Por qué valorizamos mas nuestro dolor que nuestro placer?

Tal vez hayas leído varias veces el párrafo anterior, mi amor, para ver se entendiste bien esta serie de
preguntas.

Tal vez dudes aún que lo "feo" te atraiga mas que lo "bonito", o discordes que prefieres tu dolor a tu placer.

Si fuera el caso, haz el ejercicio entonces, mi amor:


Cuenta.
Cuenta el número de veces en un día en que te atormentas con casi nada, el número de veces en que te
irritas con casi todo y el número de veces en que te permites gozar.

Antes que me respondas "porque" te encuentras con mas frecuencia en situación de rabia o de lloro, que
de risa, déjame intentar adivinar:
Sufres mas por que las "ocasiones" de sufrir son mas frecuentes que las ocasiones de reír.
¿Es eso, mi amor?
En eso creemos la mayoría de nosotros.
Tenemos hasta un conocido dicho para eso:
"La risa es abundante en la boca de los imbéciles".

Mas cuando no decidimos hacer lo que queremos con una "ocasión", mi amor, es porque decidimos que
ella hará con nosotros lo que ella "decida".

Y como tememos tener una voluntad propia, por temer asumir las consecuencias de nuestra propia
voluntad, dejamos que los eventos o las personas envueltas en ellos decidan en nuestro lugar.
Así podemos utilizarlos como "chivos expiatorios" de nuestro infortunio.

Apenas por esa razón, por nuestro abandono delante de los hechos, por el no-ejercicio de nuestra
voluntad, es que las "ocasiones" portadoras de displacer parecen mas frecuentes que los momentos de
placer.
Mas todo y cualquier momento es neutro, mi amor.

Pues todo momento depende de nuestra PERCEPCIÓN de él.


Y la percepción no es un hecho, mi amor:
No percibimos "hechos", percibimos SIGNIFICADOS.

Vivimos en un mundo de símbolos mi amor:


Cualquier forma percibida, dentro o fuera de nosotros, o significa algo para nosotros, o no es percibida,
por ser "insignificante".
Y somos nosotros mismos quienes atribuimos el significado de lo que percibimos, mi amor.

De ahí que no puede existir una "ocasión" que tenga "en si" el poder de llevarnos al dolor o al placer.
Pues cada situación apenas nos conduce al significado que damos a ella.

No insistiré una frase mas sobre ese tema, mi amor, pues sé cuán difícil nos es percibir que nuestra
percepción de los "hechos" no depende "de ellos" sino únicamente de nosotros mismos.

Tal vez ya me entiendas perfectamente.


20
Tal vez aún te revuelvas y luches en ti mismo contra ti mismo.

Que te encuentres en el entendimiento o en la lucha, te convido aquí a dejar la averiguación de esa relación
entre el hecho y su percepción para una otra ocasión.
Pues ya podemos concordar con el "hecho" que siempre nos es posible al menos ORIENTAR nuestra
atención para un aspecto dado de los eventos.
A veces nos mantenemos consternados, hundidos en una situación dada porque si desviásemos nuestra
atención de ella tendríamos la sensación de huir, de mentirnos y con eso reprimir un mal que seria mayor
oculto en nosotros mismos que expresado.

Y tenemos razón en actuar así, mi amor, ya que cuando nuestra percepción nos significa el dolor que
sentimos delante de lo que encontramos, lo mejor siempre es expresarlo, dejar que el dolor salga de
nosotros por donde pueda: lagrimas, gritos, quejas, catarsis físicas, "insultos", o incluso "maldiciones".

Mas una cosa es dejar el dolor salir a través de la queja, de la tristeza o de la rabia.
Otra cosa es mantenerse en permanencia ahí.

Todo dolor que "no pasa", es una mentira, mi amor.


Pues estamos en una dimensión temporal y todo lo que hace parte de esa dimensión tendrá que nacer,
vivir y morir.
Que sea "de bueno" o "de malo".

Todo dolor "crónico" nos engaña, mi amor, haciéndonos creer no somos mas que lo que él es:
Ya que todo sentimiento intenso tiende a reducir lo que somos a lo que él es.

Lo mejor a hacer cuando un sufrimiento intenso toma cuenta de nosotros, es procurar ayuda.
Procurar un espacio de palabra, de sentimiento.

Buscar personas que nos ayuden a pasar por nuestro dolor hasta que él pase por nosotros.
Mas así que "pase", sino el dolor, por lo menos la necesidad de reprimirlo, ya podremos entregarnos a:

LA CURA REAL, mi amor.

Pues nada en ese mundo, ni nadie en ese mundo podrá realmente curarnos del dolor que sea, sea el físico
o moral, si no nos curamos antes de la ATRACCIÓN que el dolor ejerce sobre nuestra consciencia,
paralizando en él nuestros sentidos, mi amor:

El dolor atrae nuestros sentidos que atraen el dolor que atrae nuestros sentidos.
Circulo vicioso, mecanismo "infernal", "samsara" o "rueda del karma", mil nombres son propuestos a este
fenómeno, mi amor.

SOLO LO BELLO TIENE EL PODER REAL DE CURARNOS DE ESA ATRACCIÓN DEL DOLOR SOBRE
NUESTRA CONSCIENCIA.

En cuanto no tomemos la decisión de buscar lo bello, permaneceremos enfermos de cuerpo y de espíritu.

Pues lo "bello" es lo "bueno", mi amor, es lo que "hace bien" y el "bien" es lo" justo".
Ya lo justo es lo que se encuentra mas allá de todo juzgamiento.

Mas antes de proseguir el estado de esa relación entre lo "bello" y la "cura", volvamos a algunos puntos
básicos de la relación entre "sufrimiento y automatismo" para mejor detectar donde podremos modificar
esa dinámica.

Cuando algo nos toca, que nos parezca venir de los sentidos o de lo que sentimos en el interior de nosotros
mismos, somos llevados a una sensación de placer o de displacer en grados variados.

Si sentimos "displacer" y huimos de esa sensación, la reprimimos.


Y el "displacer" crece alimentado por la represión.
Pues, como vimos, si no permitimos el "dolor" o "placer", que solo están allí de pasaje, "pasar", entramos
en el círculo vicioso de nuestra atracción por lo "feo".
Pues es ese círculo el que nos hace creer que:
21
"La tristeza no tiene fin, la felicidad si".

¿Dónde entonces buscar lo "bello", mi amor, cuando la tristeza parece no tener fin?
¿Cómo encontrar "fuerzas" para eso?.

Solo hay un medio de encontrar el medio de encontrar la cura:


Interferir en el automatismo del dolor, en el circuito cerrado en el cual el sufrimiento nos aprisiona.

Para eso tenemos que aprender a accionar conscientemente nuestra busca de lo "bello", lo que veremos
luego enseguida, para enseguida constatar su poder de cura.

Lo "bello" a lo cual hacemos alusión aquí, como vimos, es el "bien" que podemos hacer a nosotros mismos,
por ser lo "justo" , por ser "justamente" lo que nos hace bien, encontrándose así mas allá de cualquier
juzgamiento.

Pues si nos ponemos a juzgar un sentimiento, ya nos aislamos de él, mi amor.

Precisamos entonces aprender en primer lugar a dejarnos conducir por lo que nos produce esa sensación
de "bello", aceptando que ese "bello" es necesariamente "justo", por hacer justicia a nuestro sentimiento
de "bueno".

Precisamos enseguida aprender a habitar nuestra consciencia, a direccionarla.

Pues en el día a día nos dejamos invadir por automatismos mentales que nos hacen pasar larguísimos
momentos inapercibidamente en contacto con sentimientos negativos vacíos de contenido, simples
"suposiciones", "vídeo tapes" de "ficción futurista", donde imaginamos todo tipo de catástrofe que "podría"
acontecer a nuestro alrededor.
O entonces accionamos automáticamente "videos tapes" de situaciones pasadas, removiendo situaciones
que apenas nos hacen sufrir mas, sin traer ninguna comprensión nueva.

En estos momentos es que necesitamos ejercitar nuestra voluntad consciente para focalizar lo "bello", lo
"bueno", lo "justo" que está allí presente y que busca nuestra atención sumergida inconscientemente en
emociones negativas.

Sin ese entrenamiento de no revolcarnos más en un sentimiento negativo que no es mas que nuestra
manutención inconsciente en una sensación de dolor automatizada y que nada tiene a ofrecernos sino una
repetición irracional, no iremos muy lejos en nuestra "cura por lo bello".

Ese es entonces un paso que exige muchas repeticiones:


Debemos, cada vez que encontramos en nosotros mismos un sentimiento de dolor, preguntarle:

¿Qué tienes a proponerme para solucionar ese sufrimiento que indicas?

Pues nuestro sentimiento de dolor siempre nos hace creer, mi amor, que somos nosotros que tenemos de
encontrar "soluciones" a lo que "él" se queja.
Entre tanto...
El se queja siempre...
y de todo...
Mal acabamos de "solucionar" un problema, luego nuestra cabeza pone otro en su lugar.
Si nos abandonamos inconscientemente a ese AUTOMATISMO, mi amor, siempre habrá dolor y
sufrimiento en nosotros, pues siempre nuestra sensibilidad se dejará atraer por lo que puede causarnos
dolor y sufrimiento:
"La tristeza no tiene fin..."

En el momento en que aceptamos encontrar todo tipo de dolor en nosotros mismos, mas IMPONIENDO
la condición que solo continuaremos ese contacto consciente con el dolor en cuanto él pueda indicarnos
una posibilidad de remediar el dolor en cuestión, constataremos el increíble tiempo y la incalculable energía
que desperdiciamos con automatismos mentales estériles que nada mas son que "vídeo tapes", cintas
grabadas" sin vida y que parasitan nuestras vidas.

¿Qué tienes a proponerme para solucionar ese sufrimiento que indicas?


22
Esa es la pregunta que debemos repetir incesantemente al sentimiento de dolor que surge en nosotros,
pues:

¡NO SOMOS NOSOTROS QUE TENEMOS QUE TENER RESPUESTAS AL DOLOR, ES EL DOLOR QUE
TENDRÁ QUE CONDUCIRNOS A LAS RESPUESTAS DE LAS CUALES ÉL ES EL INDICADOR!

Ese es otro punto de confusión frecuente en nuestras cabezas, mi amor:


Cuando sufrimos, culpabilizamos.
En vez de utilizar la energía del sufrimiento como el vehículo que nos conduce a su propia solución,
culpabilizamos de sufrir y no direccionamos la energía en si que representa todo sufrimiento hasta su
fuente, hasta su causa, que nos indicaría así sus posibles soluciones.

En la culpa, simplemente sufrimos y nos paralizamos.

Y cuanto más nos paralizamos, mas sufrimos, perdiendo así el contacto con lo que el sufrimiento
realmente es:
Un medio, un vehículo que nos transporta de una situación obsoleta, "muerta", a una nueva situación,
VIVA, creadora de soluciones y de vida.

¿Qué tienes a proponerme para solucionar ese sufrimiento que indicas?

Precisamos aprender a utilizar esa pregunta siempre que encontramos el dolor, mi amor.
Y cuando constatamos que el dolor no nos lleva a ninguna solución, constataremos al mismo tiempo que
se trata de una "grabación", de una repetición, de un mecanismo sin vida propia que paraliza nuestra
consciencia por estar fuera de ella, por estar inconscientes, "adormecidos".

A partir de esa constatación se volverá más fácil sentir lo "bello" que nos busca, direccionar nuestra
consciencia hasta él y dejar que él NOS CURE.

Pues, mi amor, lo bello nos cura simplemente por ser bello.


Ya que, repitiendo una vez mas: lo bello" es lo que hace "bien".

Cuando conseguimos direccionar nuestras consciencias a lo "bello", seremos auténticos artistas, mi amor.
Pues "artista" es aquel que sabe direccionar todo y cualquier sentimiento a lo "bello", a la CURA.

Claro que solo podremos constatar el poder de cura de lo bello cuando sepamos direccionar
conscientemente nuestra atención sobre él.
Y solo sabremos direccionar nuestra consciencia a lo "bello" cuando, delante del dolor, no olvidemos mas
la pregunta:

¿Qué tienes a proponerme para solucionar ese sufrimiento que indicas?

RAFAEL, en la mitología de los ángeles, mi amor, corresponde al arquetipo de la "cura".


Y Rafael nos "cura" trayendo lo "bello" hasta nuestras almas amargadas.

Como digo frecuentemente, acuérdese que captar el auxilio potencial de un ángel-arquetipo es un proceso
que ya se inicia con nuestra aceptación de tratar el tema abordado.

Basta que meditemos sobre la reflexión aquí propuesta entre el sufrimiento y el automatismo mental, lo
bello, lo bueno y la cura.

Al hacer eso, de la forma más "racional" posible, ya estamos en contacto con Rafael sin darnos cuenta,
pues él no niega su ayuda a los "escépticos":
El solo no puede ayudar a quien no quiere ser ayudado, por no intentar ayudarse a sí mismo.

¿Qué tienes a proponerme para solucionar ese sufrimiento que indicas?

Medita sobre esa cuestión, mi amor.


Aprende a utilizarla.
Verás la enorme potencia creadora y CURADORA que ella contiene.
23
Y ya estarás en contacto con lo bello, mi amor...
Pues el ya te habrá " percibido", antes mismo que puedas percibirlo...

4 - SOQUED HOZI: LA CONFIANZA

La confianza es algo un tanto raro y desconocido, mi amor.

En realidad, ninguno de nosotros confía realmente ni en sí ni en nadie.


Como ignoramos nuestro origen y nuestra finalidad, el miedo y la desconfianza forman parte de las
principales características de nuestro carácter.

Entre tanto, mi amor, por poco que sea nuestro grado de confianza, sin ella no sobreviviríamos.

24
Pues así como es imposible sobrevivir físicamente sin oxígeno, agua o alimento, es imposible sobrevivir
mentalmente en la más absoluta desconfianza.

Alguien que perdió, por una razón cualquiera, la confianza en si, comenzará a desconfiar cada vez mas
de su prójimo, por no poseer mas criterios internos que lo ayuden a discernir la fiabilidad o no de las
informaciones que recibe.

Un "loco", mi amor, es así alguien que, por perder totalmente la confianza en si, se aisló completamente
de los demás en un mundo interior fantasmagórico.

De ahí la importancia para cada uno de nosotros de rodearnos de personas a quien amamos.
Pues, no te ilusiones, mi amor, "amamos" porque confiamos y no lo contrario.
Alguien que despierta nuestro amor, es alguien que nos inspira confianza, alguien a quien osamos abrir
nuestros corazones.

Sin tales personas, nuestra facultad de sentir o de pensar se deteriorarían, nos volveríamos "locos", nos
convertiríamos en "sistemas autoreferentes", como dicen los matemáticos.

¡Que felicidad es entonces, mi amor, cuando encontramos a una persona por la cual nos sentimos
aceptados, seamos como seamos, sea cual sea nuestro pasado o nuestros sueños!.

Digo "una" persona, mi amor, porque tal intensidad de encuentro generalmente solo es conseguida entre
dos personas, incluso si una de ellas o las dos consiguen la misma intensidad con otras personas, pero
generalmente es en una situación de cara a cara, o de corazón a corazón, que esa intensidad es posible.

Una relación así es "sagrada" mi amor, una auténtica relación "santa".

"Amigo es cosa para guardarse en el lado izquierdo del pecho", canta Milton Nascimento.
Pues llamamos "amigo" a una persona así que nos comprende, que nos acepta como somos, que nos
asiste en nuestras confesiones de nuestras vergüenzas y culpas, una persona a quien osamos relatar
nuestros sueños y planos más íntimos.

Mas. . .
¿Cuántos de nosotros siente realmente una confianza absoluta en su "amigo", mi amor. . .?
¡Cuantas veces nos sentimos traicionados, incomprendidos, o hasta abandonados en los momentos en
que mas precisábamos de ayuda y consuelo!.
Los buenos y leales amigos son tan raros que la mayoría de nosotros comete el engaño de creer que la
amistad depende del acaso, de la suerte, o de una "gracia".

Mas la amistad solo depende, UNILATERALMENTE, de nuestra capacidad de confiar, mi amor.


Claro que muchas personas, por no soportar vivir en un mundo en que reinase la confianza, se
aprovecharían en la primera ocasión de nuestra buena voluntad para "traicionarnos" o explotarnos.
Lo que nos incitará enseguida a ser más "amargos" y menos "tontos", menos "crédulos".

Existen entonces dos sistemas posibles con relación a la confianza, que crean dos tipos de "círculos", o
"espirales", diametralmente opuestos, en la cuales cada uno de nosotros vive:

El sistema auto referente y el sistema hetero referente.

El más común, utilizado por la mayoría casi absoluta de las personas, es el sistema auto referente.
La palabra "auto referente" designa en matemática una propiedad que queda injustificada, pues se
"explica" únicamente a partir de ella misma.

Cuando utilizamos expresiones del tipo "las personas no merecen confianza", o "dime con quien andas y
te diré quién eres", y simplemente nos contentamos con nuestro "buen sentido" para avalar estas
"verdades", somos víctimas de la "auto-referencia", mi amor.
Pues apenas si estuviéramos abiertos al diálogo y en permanente cuestionamiento de nuestras propias
posiciones escaparemos a la auto referencia, mi amor, o a esa manía tan humanamente nuestra de
creernos. . .

"Dueños de la verdad" . . .
25
Una metodología que escapa por excelencia a la auto referencia nos fue propuesta por Sócrates, que a
través de la expresión "dialéctica" expresaba cuanta necesidad tenemos del punto de vista de nuestro
interlocutor para que juntos podamos tantear en dirección a la "verdad".
Mas, con el correr de los siglos, la palabra "dialéctica", como tantas otras, fue extirpada de su contexto
original y utilizada para otros fines.

Como subestimamos la necesidad del punto de vista contrario al nuestro para su perfeccionamiento, como
confundimos un debate de ideas con un enfrentamiento entre personas, como nos mentimos para
guardarnos nuestras razones, sin preocuparnos de si éstas son pertinentes o nos son nocivas, nos
referimos únicamente a nosotros mismos prácticamente todo el tiempo.
"Dogmatizando" nuestras "certezas", somos cada uno de nosotros, en la mayoría de los casos, sistemas
mentales auto referentes que se comunican tan solo con quien pensamos que piensa como pensamos.

Podríamos llamar igualmente a ese nuestro aislamiento mental en torno de personas que no son críticas
con relación a lo que pensamos, de "círculo de desconfianza", o "circuito cerrado".
Eso explica por qué confiamos en tan pocas personas y abrimos nuestros corazones apenas a ellas e,
incluso así, tan pocas veces y tan solo parcialmente.

La mayoría de nosotros se contenta con ese círculo cerrado y admite a pocas personas en él.
Nos sentimos inclusive de una cierta forma "propietarios" de estas personas a quien nos "dignamos" ofertar
nuestra confianza y tenemos varias exigencias y expectativas con relación a ellas.
Mas nuestros corazones no alcanzan ni siquiera el mínimo de la capacidad que poseen de sentir y de
amar en tales círculos, mi amor.

Pues ese circuito cerrado genera miedo, paranoia, tiranía y posesión sin cesar, que son auténticos venenos
del corazón. Los componentes de tales circuitos se "sectarizan" en "familias" o "clanes", se aíslan de los
demás, absolutizan sus relaciones y se vuelven así "auto- referentes" en una relación entre varios, mas
también en una amistad "a dos", mi amor.

Esa "folie à deux" desnaturaliza la real característica de la confianza, mi amor, que tiene la vocación de
expandirse, de brotar en un número cada vez mayor de corazones.
E incluso que su intensidad máxima se presente en un contacto entre dos personas, si hay realmente
confianza, no habrá tiranía o posesión, que ya son en si señales evidentes de desconfianza.

El segundo círculo de la confianza es el sistema abierto, "dialéctico", o "hetero referente", mi amor.


En ese caso, por más intensa que sea la confianza de un compañero en el otro, por más grande que sea
la alegría de estar juntos, por mayor que sea la felicidad disfrutada en esos momentos de encuentros, por
mayor que sea la tentación de guardar al compañero "solo para sí", en el sistema hetero referente cada
compañero sabe que la "salud" de la relación depende de su apertura, de su capacidad de expansión.

La confianza lleva a la evidencia de que cada compañero precisa reciclarse en otras fuentes, para que la
relación pueda enriquecerse del exterior y no asfixiarse del interior.

Sabiendo que me refiero aquí a la confianza, no al sexo, mi amor.


Pues compañeros sexuales pueden muy bien ser fieles y no abrir sus corazones entre sí y hasta tener mas
confianza en personas con las cuales no nutren relaciones carnales.

El sexo es precisamente lo que más puede potencialmente perjudicar una relación de confianza entre dos
personas, mi amor, pues como el sexo tiene una fuerte connotación de posesión física, raramente
compañeros sexuales consiguen vencer todo su miedo de perder a la persona "amada" al punto de abrir
sus corazones enteramente a ellas.

Evidentemente, si más allá de una confianza entre dos personas existe un vinculo sexual actuando, no
como impedimento, si no como refuerzo de esa confianza y de esa voluntad de desear al compañero el
máximo de felicidad, sea como sea y con quien sea, entonces la intensidad de esa relación es inigualable.

Por eso mismo dejemos de lado el aspecto sexual de la cuestión, mi amor, refiriéndonos aquí
indistintamente a la confianza, sea en el caso de "amigos" que sean "amantes" o no.

26
Hasta porque puede haber casos en que somos más celosos de un amigo que de nuestro compañero
sexual. . .

Confiar, es compartir, mi amor.


Confiar es ofrecer a quien confiamos toda posibilidad a nuestro alcance para que sea él mismo, para que
encuentre lo que precise, para que consiga cumplir su proprio destino.

Confiar es sinónimo absoluto de amar, mi amor.

La confianza, como el amor, solo brotan así del suelo de la libertad, donde no hay mas miedo.

De ahí la UNILATERALIDAD a la cual me refería antes con relación a la amistad, mi amor.


Pues solo poseeremos la confianza en nosotros mismos cuando sepamos confiar en la propia confianza:
cuando aceptemos confiar unilateralmente.

Cuando perdamos el miedo de ser traicionados, cuantas veces fueran necesarias en ese aprendizaje de
confiar.
Cuando perdonemos a nuestros amigos "traidores", comprendiendo que mucho mayor que el pánico de
confiar, es nuestro pavor de que confíen en nosotros mismos.
Pues ¿cómo recibir la confianza de alguien cuando no confiamos en nosotros mismos?.

Antes de que juzgues a quien te traicionó, mi amor, medita sobre el hecho de que tu confianza debería
haber sido para él un fardo demasiado pesado, ya que todo "traidor" de cierto no confía en sí mismo y
necesita que lo vean como traidor, para que él mismo no olvide que es a él mismo a quien siempre
traicionó, en primer lugar.

No será entonces, mi amor, la precaución y el cuidado llevados al extremo, lo que evitará que seamos
traicionados.
Al contrario:
El exceso de control aumenta la inseguridad, la paranoia y la desconfianza, que son los principales factores
que contribuyen a la aparición de la traición.
Luego, cuanto más precavidos seamos, cuanto más cuidadosos, mas ocultaremos nuestros corazones de
nosotros mismos por un lado y más desconfiaremos de los otros, por otro lado.
Entre tanto, si intentamos ser sinceros el mayor número de veces posible con el mayor número de personas
posible a nuestro alrededor, se formará a nuestro alrededor un circulo de confianza que producirá cada
vez mas confianza.

Al final, mi amor, ¿cómo podría la desconfianza generar otra cosa que desconfianza?
¿Y cómo podría la confianza no generar ella misma, si no renunciamos a ella?
¿Cómo puede el árbol de la desconfianza dar otros frutos que miedo, traición y paranoia?
¿Y cómo el árbol de la confianza podría dar otros frutos que no fuesen paz, alegría, amor y gozo intensos?

Prepárate entonces para confiar cada vez mas y UNILATERALMENTE, mi amor.

Pierde el miedo de ser traicionado, pues, de traición en traición, llegarás a tu destino, conseguirás la
reciprocidad de la confianza que ofrecerás sin desanimar.
Y ya tu" precaución" sistemática solo te traerá miedo, desconfianza y soledad.

Acepta el ridículo de ser engañado, tratado de tonto.


No temas que "abusen" de ti.
Antes teme que nunca sientas toda la riqueza que la confianza guarda pacientemente para ti.

Cuando aceptes confiar, incluso bajo el riesgo de que seas víctima de escarnio público por tu ingenuidad,
mi amor, el potente arquetipo de la confianza, mas conocido en la mitología de los ángeles como SOQUED
HOZI, revelará en ti fuerzas, bellezas y una capacidad de autoprotección, que no osarías siquiera imaginar,
mi amor.

Ese arquetipo también es conocido como el "ángel compañero", mi amor.


Mas esa designación no significa nada para quien aún no reflexionó sobre el hecho de que el
compañerismo es únicamente una cuestión de confianza.

27
Soqued Hozi, o la confianza en su estado puro, es el mayor liberador posible de nuestras potencialidades
humanas, mi amor.
No te preocupes así con el número de "engañadores" que encontrarás en tu camino, busca únicamente
confiar.
No te digo que no utilices ningún discernimiento, ningún criterio y confíes en absoluto e indistintamente en
todo y en todos, mi amor.
Verás entre tanto un día, en la medida que confíes cada vez mas en la confianza, ¡que hasta eso será
posible!

Mas lo que te pido aquí es más simple, mi amor, es simplemente:


Abre tu corazón mas aún a quien ya confías.
Utiliza eso para intentar enseguida ir cada vez mas lejos en la confianza con un número cada vez mayor
de personas.
Intenta revelar tus sentimientos más íntimos y tus vergüenzas más inconfesables a aquellos que ya están
contigo en la trayectoria de tu vida hace algún tiempo.
No temas sus juicios, pues si temes que te condenen, es porque con certeza ya te condenaste y será con
ayuda de ellos que conseguirás perdonarte.

La confianza, es todo, mi amor.

No la negligencies en tu día a día.

No la subestimes, pues sin ella no obtendrás absolutamente ningún progreso humano, no disfrutarás del
gozo y de la felicidad inimaginables que solo ella puede ofrecer a los humanos que somos.

Soqued Hozi espera por ti, mi amor: ¡Captúralo!


Para eso:
Confía en la confianza.

Medita mas y mas sobre ella a partir de este modesto e incompleto panfleto en su favor y en su gloria.
Procuré aquí no ser elocuente, mi amor, procuré no utilizar palabras rebuscadas, pues la confianza, por
ser la más potente de las virtudes, es la más humilde.

Por ser la mas intimidante, es la mas intimidada.

No puede haber belleza mayor que la confianza, mi amor.

Pues la confianza es la esencia misma de la belleza.

5 - MIHR: EL RECONOCIMIENTO DE LA SEMEJANZA


POR LA DESIDENTIFICACION DE LA DIFERENCIA.

Todos creemos que buscamos las cosas que nos son "semejantes" mi amor.

Pensamos que nos gustan las personas que gustan de lo que nos gusta y que detestamos a las personas
que detestan lo que amamos.
28
Mas ¿será así, mi amor?

¿Será que buscamos la SEMEJANZA y huimos de la DIFERENCIA?

Vamos a reflexionar aquí sobre esa cuestión, reflexionando primero sobre nuestra manera de reflexionar.

¿En que nos basamos para reflexionar, mi amor: en las semejanzas o en las diferencias?

No busques desesperadamente la respuesta, mi amor, pues si no ves aún la "diferencia" entre


"semejanzas" y "diferencias" en lo que concierne a reflexión, ¡¡no podrás reflexionar!!
Pues es innegable, mi amor, que tenemos primero que crear, obtener, "ver" diferencias, para solo después
buscar semejanzas.

Ninguno de nosotros consigue pensar a partir de semejanzas, mi amor, pues nuestro pensamiento necesita
de distinciones, de referenciales claros para basarse a partir de ellos.

Piensa por ejemplo, mi amor, si hiciésemos los faros semejantes a las rocas:
¿Cómo irían los navíos a orientarse a través de los faros para orientarse a través de las rocas?

¿Se entiende ya con eso que, para entender, tiene que haber básicamente una "discrepancia", una
"diferencia", un "desentendimiento", una "nuance", un "contraste", como sea que lo llamemos, pero que
en todos los casos sólo razonamos A PARTIR de una DIFERENCIA preestablecida?.

De ahí nuestra gran ilusión, mi amor, de creer que buscamos "semejanzas", cuando toda nuestra
construcción mental, todo nuestro pensamiento está basado en diferencias. . .

Pues antes de nada creamos diferencias, mi amor :


"Yo y tu". " La forma y el fondo". "El bien y el mal", etc.
Y solo después buscamos lo que puede haber de "semejante" entre estas "diferencias" preestablecidas.

Y como NOS IDENTIFICAMOS a través de la DIFERENCIA que creamos entre "yo" y el "otro", nos
condenamos, desde los fundamentos mismos de nuestra manera de pensar A TRAVÉS DE LA
DIFERENCIACIÓN, a hacer que nuestra IDENTIDAD sólo sea una OPOSICIÓN al "otro".

Pues "yo" solo sé que soy "yo" porque creo saber que el otro es "él", o sea, que él no es "yo".

Eso parece conversación de locos, ¿no es así mi amor?


Da ganas de preguntar:
¿Para qué tanta confusión?
¿Para qué toda esa "masturbación mental"?

¿Pero de que nos sirve creernos que somos "claros", creernos que "pensamos", si no somos siquiera
capaces de pensar aquí sobre la manera como pensamos?

Prosigo entonces con ese discurso aburrido, mi amor, pues si hacemos el esfuerzo de reflexionar sobre la
manera como reflexionamos, ciertamente nuestra reflexión se ampliará.

Nuestra IDENTIDAD es entonces fruto de una DIFERENCIA, ¿está claro mi amor?

"Yo" solo sé que soy "yo" porque creo saber que el otro es "él", o sea, que él no es "yo".

Si yo dudase que el otro pudiese ser "yo" TAMBIÉN, o sea que no hubiese mas una diferencia CLARA
entre "él" y "yo", ¡"yo" no tendría siquiera condiciones de continuar "pensando"!
Pues no tendría parámetros, referencias y DIFERENCIAS, para guiar "mi" pensamiento.

Como no tendría siquiera medios de saber si soy "yo" mismo que pienso, o si es el "otro" que piensa en
"mi" lugar . . .

De ahí la ventaja de orientarse a través de diferencias:


Puedo " sentirme" por "sentirme DIFERENTE" del otro.
29
Pues si no hubiese esa "diferencia" simplemente moriríamos de miedo.
O enloqueceríamos.

Mas la desventaja es también considerable, mi amor, pues si nuestra identidad se construye en función de
la diferencia entre "yo" y el "otro" eso significa que :

CADA IDENTIDAD INDICA NO LO QUE "YO" SOY, SI NO LO QUE "YO NO SOY" CON RELACIÓN AL
OTRO.

Pues lo que "yo no soy" es exactamente lo que el "otro" es.


Siendo ese "otro" cualquier persona o fenómeno con el cual yo me encuentre en relación, o sea, en
"situación de definición" CON RELACIÓN a él, que sea un amigo, un animalito o una nube.
Que sea todo el universo, o "tu", mi amor.

De ahí lo ABSURDO, en el sentido literal de la palabra, de nuestra "identidad personal" mi amor.

Pues no hay nada mas fácil que saber "lo que yo no soy":
"Yo" no soy "tu", claro, si no sería un loco de estar aquí "escribiéndote", pues solo estaría
"escribiéndome"...
"Yo" no soy esa computadora que utilizo para " escribirte".
No soy esa casa donde me encuentro ni la ciudad donde ella se encuentra.
Tampoco soy el país, el planeta, o la galaxia donde me encuentro, pues "me" ENCUENTRO ahí por no
serlo.

Mas :

¿QUIÉN SOY "YO"?

Solo "sabría" decir:


"Supongo" que soy "bonito" por encontrar a la mayoría de las personas más "feas" que "yo". . .
"Supongo" que soy "modesto" por encontrar a los otros más presuntuosos. . .

Mas . . .
Si no hay mas el "otro", para "yo" ENCONTRARME". . .
Para "yo" "encontrarme" "mas" o "menos" alguna cosa que él:

¿QUIÉN SOY "YO"?


¿QUIÉN SOY "YO" sin el "otro"?
¿Sin compararme en nada con "él"?

¿Sabes tu decir algo sobre ti que no sea en RELACIÓN, en FUNCIÓN, en COMPARACIÓN a "algo",
"alguien", o alguna "cosa", mi amor?

Ni siquiera pierdas tu tiempo buscando, mi amor.


Pues toda definición es tributaria de por lo menos una cualidad y toda cualidad es tributaria de por lo menos
una RELACIÓN:
Algo solo puede ser DEFINIDO si fuera CONSIDERADO "caliente", "bueno", o "bonito" con relación a algo
que es considerado como siendo "frío" "malo" y "feo".

Imagina la llama de una vela, mi amor:


Con relación a ti, es caliente, pues puede quemarte un dedo, por ejemplo.
Mas con relación a la lava de un volcán es "fría", por increíble que eso nos pueda parecer, pues:
Por ser la lava mas caliente que ella en TERMINOS DE TEMPERATURA la llama de la vela es fría con
RELACIÓN a la lava.
Y tanto la lava como la llama son "frías" con relación a la temperatura que reina en el centro de la tierra,
que es "fría" con relación a la temperatura de una estrella . . .y así consecutivamente.

Observa entonces, mi amor, cómo todo nuestro sistema de definición es tributario de cualidades y toda
cualidad es tributaria de una RELACIÓN, de una COMPARACIÓN.

30
Toda y cualquier cosa, todo ser, mi amor, es definido no por lo que él es, sino por lo que NO es, o
sea:

TODO FENOMENO ES DEFINIDO CON RELACIÓN A UN "CONTRARIO" .

De ahí, nuestra "identidad" pasa a ser una "no-identidad" mi amor, literalmente UN ABSURDO.
En el sentido que ella no se basa en lo que sabe de ella misma, en lo que ella afirma que "es", si no en lo
que afirma que "no es".

Inquietante, ¿no, mi amor?


Tan "inquietante", que la mayoría de nosotros ni siquiera se da el trabajo de " pensarse" hasta aquí donde
llegaste en esta lectura, mi amor.

Cuando uno de nosotros comienza a leer reflexiones así como estas aquí expuestas... la cabeza comienza
a rodar, a distraerse.
Da sueño, confusión, irritación. . .

Mas ¿no es mejor tener claro que nuestras identidades, así como nuestros pensamientos SE FUNDAN en
DIFERENCIAS y NO en SEMEJANZAS, mi amor?

Pues solo podremos realmente RECONOCER LA SEMEJANZA entre los diversos fenómenos que
percibimos cuando estemos DESIDENTIFICADOS DE LA DIFERENCIA.

No propongo que salgamos por ahí encontrando todo semejante a todo, sin diferenciar lo que somos de lo
que las cosas son, mi amor.

Eso seria simplemente una locura, una DESPERSONIFICACIÓN PSICOTICA.

Lo que sugiero, es que comencemos por aceptar que en cuanto no integramos la DIFERENCIA del otro
en lo que somos, o sea:
En cuanto no demos al "otro" EL MISMO DERECHO A SU PUNTO DE VISTA QUE CONCEDEMOS AL
NUESTRO, no seremos la afirmación de lo que somos, solo seremos la negación de lo que él es.

Es la "semejanza" aquí propuesta, mi amor:

DERECHOS IDENTICOS, RECIPROCOS, BILATERALES Y SIMETRICOS A :


"TENER RAZON".

Mientras sólo sienta que estoy "cierto" cuando alguien está "errado", no habrá nada "cierto" en mí, mi
amor, que no sea el simple contrario de lo que encuentro "errado" en el otro.

En cuanto no encontremos que el "otro", visto "de él", está tan cierto como "yo", visto de mí, continuo sin
opinión en MI, mas con una opinión que aún es una simple función de lo "fuera de mí".
Incluso cuando el otro está en desacuerdo punto por punto con todo lo que "me" parece "sensato",
"bueno", honesto", "humano" etc. , aun así, solo mi aceptación de su derecho, simétrico al mío, a un
punto de vista proprio, garante que mi punto de vista no se reduzca a una simple negación del suyo.

En cuanto yo no pueda dejar de REACCIONAR actuando impulsivamente frente a lo que me parece justo
o injusto "fuera de mí", por decisión propia, no tendré ACCIÓN, solo tendré RE-ACCIÓN.

Mas no sé si es más difícil discurrir sobre la "teoría de la identidad a través de la identificación con la
diferencia", mi amor, como intenté en el comienzo de este texto, o si es aún más difícil proponer a alguien
que acepte la DIFERENCIA del "otro", como intento ahora, para que lleguemos

A TRAVÉS DE ESA ACEPTACIÓN A LA NOCION DE SEMEJANZA. . .

En este estudio sobre la relación entre ángeles y arquetipos, donde se trata de entender los principios más
fundamentales que conciernen al ser humano, MIHR es el "ángel", o el "puro aspecto de Dios", o el
arquetipo" que corresponde a ese estudio de:
31
COMO LLEGAR A NUESTRA SEMEJANZA, DESIDENTIFICANDONOS DE NUESTRA DIFERENCIA, A
TRAVÉS DE LA ACEPTACIÓN DE ESTA.

MIHR es el poderosísimo ángel-arquetipo del RELACIONAMENTO, mi amor.


Todo lo que concierne a la relación entre tres o mas personas, concierne a MIHR.
El arquetipo del relacionamiento tanto puede ser considerado en su dimensión bipolar, o sea, en la unión
de dos puntos de vista, como en su dimensión global, donde todo punto deberá, y podrá, ser tenido en
cuenta.

SOQUED HOZI es el ángel-arquetipo que actúa en el compañerismo entre dos amigos unidos por un
intenso sentimiento de estima y de cooperación mutua, o en la relación entre una pareja que vive un amor
carnal intenso, o un amor sublimado y "sublime".
Ya MIHR, este ángel-arquetipo, concierne a las relaciones que envuelven a las personas mas allá de
intereses recíprocamente bipolares.

Mihr prepara nuestra condición humana para ir al encuentro de la condición humana.

Mihr actúa en los vínculos familiares creando amor, cooperación y confianza.


Sé bien que, debido a la "exogamia", sabemos que toda familia se destina siempre a la separación, al
desmembramiento, a fin de que nuevas familias puedan ser creadas y que todas se enriquezcan
recíprocamente.

Mas el campo de actuación esencial de este ángel-arquetipo, es entre individuos que se unen mas allá de
los intereses familiares, mi amor, en un objetivo común de conocerse mejor, de aprovechar mejor su
complementariedad, de crear lazos de confianza tan potentes que las verdades, incluso las mas duras,
puedan ser dichas en un sentido de ayuda y no en una intención de destrucción.
Mihr impulsa a cada uno de nosotros a encontrar tales círculos que nos correspondan, mi amor.

Nuestro circulo de ayuda mutua puede presentarse bajo la simple forma de un circulo de "amistad".
Puede tener la apariencia de un club de Bridge.
O ser compuesto de "colegas" de trabajo.
Así como puede encontrarse en el seno de una congregación religiosa, de un trabajo directo de auto
conocimiento.

Mihr nos guiará, en función de nuestras necesidades.


Y según nuestro grado de consciencia en lo que concierne a nuestra necesidad, para ser lo que somos,
de aceptar lo que el otro es.
Como también, claro, en función de nuestra capacidad de soportar que existan personas a nuestro lado
que estén completamente en desacuerdo con lo que pensamos. . .

Mihr nos guiará así, mi amor hasta que no dudemos mas de nosotros mismos al punto de tener que
afirmar, a todos y a toda costa, nuestra diferencia:

"Yo pensé que tendría que probar para todo el mundo que no tengo que probar nada para nadie", canta
un grupo musical brasileño.

Pues, observa bien, mi amor, ¡el tamaño de nuestro pánico de no encontrar mas la "diferencia" entre lo
que somos y lo que el otro "es"!

Ese pavor hace que nos relacionemos con aquellos nuestros "semejantes" que no nos parecen "tan
semejantes", únicamente a través de "monólogos cruzados", o de un "diálogo entre sordos":
Cada uno defendiendo su punto de vista por el ataque de la visión del otro.
Cada un afirmando su "diferencia", su "afirmación de sí".

No soportamos escuchar sin discrepar, sin "complementar".


Para mantener la sensación de existir necesitamos "atacar" al "otro", relativizarlo o ignorarlo.

Como si dejásemos de ser lo que somos si no discrepásemos de lo que son los otros, los que "no son"
como somos.

32
Ve ahí donde está "tu" circulo de aprendiz de "reconocer la semejanza desidentificándose de la
diferencia", mi amor.
Cuando estuvieres ahí, piensa en Mihr, pues ese ángel arquetipo ciertamente estará ahí, pensando en ti
en el sentido literal del término, mi amor.
Pues desde que pienses en reconocer la semejanza que une todo a tu alrededor, desidentificándote de la
diferencia que te separa de esa semejanza común, estarás pensando a través del arquetipo conocido en
la mitología de los ángeles bajo el nombre de Mihr, mi amor:

"Cómo puedo pensar ser brasileño, encontrar mi propia diferencia, si mirando alrededor veo la inmensa
semejanza ligando el mundo entero"

Este texto de la canción "Semen" del grupo musical brasileño "Mestre Ambrosio", traduce el impacto de la
visión de Mihr.
Pero no te preocupes, mi amor, ese potente ángel-arquetipo sabrá guiarte entre estas dos polaridades de
ti mismo, que son la "diferencia" entre tu y el mundo, que hacen de ti quien crees que eres y la "inmensa
semejanza ligando el mundo entero", que acabará revelándote que eres "semejanza", "espejo", pues todo
lo que existe te es semejante.

Mihr es, así, tu propia conciencia de que, en el fondo de ti mismo, tú mismo eres esa "inmensa semejanza
ligando el mundo entero".

6 - FORTUNATA: SEA Y PROSPERE

Ser pobre, es no ser, mi amor.

Sentirse pobre, es no "sentirse".

Pensamos que la fortuna no depende de nosotros mismos, que algunos nacen para ser pobres y otros

33
son mas afortunados. Qué difícil es, mi amor, entender que recibimos lo que pedimos, encontramos lo
que buscamos, poseemos lo que pensamos que merecemos.

Ese mundo está tan orientado por la avidez material, que buscar valores humanos parece cosa de gente
infantil y flaca. ¡¡Y los que se refieren a tales valores son generalmente los que menos creen en lo que
dicen !!

Pues, ¿cuál sería el sentimiento que esperaríamos de parte de quien cree realmente en valores humanos
o espirituales con relación a los que acumulan bienes materiales?
¿Reprobación?
¿Condenación?
¿Desprecio?

No, mi amor.
Alguien que realmente vive de la búsqueda de valores humanos, solo podrá tener compasión de quien es
insensible a ellos.
Si alguien es feliz en el alma, no puede no sentir dolor de quien vendió la suya.

Toda condenación de la busca de bienes materiales...


No es más que envidia no asumida, mi amor.
Pues ¿cuál es el efecto de alguien que condena la avidez?
Valorizarla a los ojos de quien la busca.

Imagina un segundo solo, mi amor:


Imagina que tú eres una persona rica y poderosa. Andas en un coche lujosísimo, mientras los demás se
amontonan en transportes comunes.
Tus ropas son caras y vistosas contrastando con la simplicidad de los demás.
Llevas ornamentos de oro, otros poseen como máximo un reloj modesto.
Imagínate entonces paseando en medio de estas personas humildes.
Intenta ahora sentirte como si ellas te observasen con compasión, como se viesen a un miserable, un
mendigo, un ignorante.
Imagina que todo tu brillo no atrae, todo tu oro no reluce e los ojos de los que te contemplan.

¿Aún te sentirías "rico", en una situación así?

Claro que no, ¿no es así, mi amor?.

Pues la riqueza material no existe por lo que ella es, solo vive de lo que hacen de ella los que la codician.

Si nadie valorizase tu fortuna, ni te condenase por poseerla, ni quisiese matarte para robarla :

¿Que valor tendría?

He ahí el "valor" de las cosas, mi amor:

No depende de lo que las cosas son, si no de lo que hacemos de ellas.

Mas, si eres rico, quédate tranquilo, mi amor, pues no hay peligro de que los hombres dejen de poner tu
vida en peligro, lo que retiraría el valor de lo que piensas poseer.
Y es más fácil que pierdas tu vida por causa de tus bienes, que pierdas tus bienes por causa de tu vida.

Pues si por ventura eres rico, mi amor, en cuanto te acusen de ser rico, en cuanto te llamen de "explotador",
de "capitalista", en cuanto denuncien tu falta de generosidad, jamás tus denunciadores conseguirán
convencerte de que no codician secretamente tus bienes y que no tienen coraje de asumir sus propias
ambiciones.

En ese mundo de conquistas materiales que es el nuestro, mi amor, la felicidad parecer depender de lo
que nos falta, no de lo que poseemos.

Y entre tanto:
Alguien puede tener poco y que no le falte nada.
34
Alguien puede tenerlo todo y que todo no le sirva de nada.

Mas no vamos a "nadar contra la corriente", mi amor.


¿Las personas piensan que son infelices porque les falta algo?
¡Vamos a estudiar aquí los medios de obtenerlo!

¿Qué te falta, mi amor?


¿Tú lo sabes?
Pues mientras no sepamos exactamente lo que nos falta y nos dediquemos resueltamente a obtenerlo,
¿de qué nos quejamos?
¿Tienes certeza, mi amor, que hubo algo que te faltaba realmente y que realmente intentaste obtenerlo y
no lo conseguiste?
Si respondes "si" a esa cuestión, aún a riesgo de contrariarte enormemente, afirmo que te engañas.
Sé que esa afirmación te parecerá pretenciosa, infundada e indefendible, mi amor, mas corro menos riesgo
de desacreditarme a través de ella de lo que imaginas.

Pues en el centro de todos nuestros problemas con relación a la frustración está nuestra gran dificultad de
sentir, luego, determinar, lo que realmente nos falta.

Nuestra consciencia de nuestras reales necesidades es mas que confusa, es el punto de nosotros mismos
que mas tememos encarar.
En realidad, ninguno de nosotros sabe lo que le falta realmente, mi amor, porque ninguno de nosotros
sabe realmente lo que tiene.

El comercio vive de eso, mi amor, de crear mercados creando necesidades a partir de la necesidad de las
personas de ser necesitadas.
Somos todos unos grandes insatisfechos, mi amor.
No porque nos falte algo, sino porque no sabemos lo que poseemos.

Jamás podremos obtener lo que aún nos falta, mi amor, en cuanto nos falte lo que ya poseemos.

Pues, ¿cómo saber lo que nos falta si aún no sabemos lo que tenemos?
¿Tienes la certeza de que sabes lo que tienes, en el sentido que utilizas, usufructúas, plenamente, de lo
que tienes?

Si la respuesta es sí:
¿Tienes la certeza de que alguien puede usufructuar plenamente de lo que tiene y quejarse de lo que no
tiene?.
La respuesta aquí tendría que ser inevitablemente "no", mi amor.
Pues solo siente falta de algo, solo se siente "pobre", solo se queja, quien no disfruta de lo que tiene.

Tal vez estés tu imaginando: Aquí viene él a nublar mi cabeza con algún principio tonto, estilo:
"¡Conténtate con lo que tienes y vive feliz!"
No, mi amor.
No perdería aquí tu tiempo y el mío con tan poco.
Si tuviese que enunciar bajo forma de principio lo que aquí expongo, ese principio seria:

¡"Goce de lo que tiene y obtenga cada vez mas"!

Pues lo que nos impide el obtener, es lo mismo que nos impide de usufructuar:
No tenemos porque no aceptamos usufructuar...
Así como no usufructuamos porque no aceptamos poseer...

"Poseer" algo aquí no se refiere únicamente a un pedazo de papel testamentario que diga que tal o tal
objeto nos pertenece, o a otro documento que afirma que tal persona es nuestro esposo o esposa.
Al final, a veces la esposa pertenece mas al amante que al marido, así como un bosque pertenece mas al
empleado que acostumbra "pikniquear" en él, que al propietario que nunca lo visitó.

Afirmo entonces mi amor, que quien usufructúa cada vez mas de lo que posee poseerá cada vez mas de
lo que usufructuar y quien no usufructúa de lo que ya tiene, cuanto más tenga, menos usufructuará.

35
Tal vez lo que yo afirmo aquí te parezca "loco", o "infundado", mi amor.
Mas por lo menos podemos concordar en un punto:
No encontrarás a nadie que pueda quejarse de lo que le falta afirmando al mismo tiempo que la falta que
siente es únicamente falta de coraje para usufructuar de lo que tiene.
En otras palabras:
Todas las personas que se quejan de precariedad, material o afectiva, discordaran unánimemente de mí,
si les afirmo que no obtienen lo que les falta porque les falta gozar de lo que ya obtuvieron, ¿no crees?.

Estamos entonces todos "condenados" a mantener nuestra opinión, mi amor...


Pues yo no voy a dejar de pensar como pienso solo porque otros no estén de acuerdo, pues sé que dejé
de sentirme carente cuando descubrí que cuanto más yo era capaz de gozar de lo que ya tenía, mas me
venía.
Y los que se quejan no van a creer en mis palabras cuando estas parecen en contradicción con su propia
experiencia de vida.

En principio, yo nada tengo a ganar yendo desde mi punto de vista al punto de vista de los que se quejan,
por dos razones:
La primera es obvia, mi amor, pues tendría que ser bastante idiota y masoquista para salir de mi estado
de contentamiento con lo que tengo y que me trae mas aún, para entrar en un estado de queja y de
frustración, que me haría no solo perder el gusto en lo que gusto, si no que encima me traería el disgusto
de lo que pienso que me falta y que, ya que no gusto de lo que tengo, no me contentaría cuando lo
obtuviese.

El segundo motivo por el cual yo no me colocaría en el lugar de los que se quejan, es porque sé que ellos
tienen enteramente razón.

Durante muchos años yo también pensé que lo que me hacia infeliz era lo que me faltaba.
En esa época yo también era incapaz de creer que lo que me faltaba era la capacidad de gozar de lo que
tenía.
Mucho menos habría yo creído a alguien que me afirmase que cuanto más yo supiese gozar de lo que ya
estaba a mi alcance, mas y mas cosas maravillosas vendrían a mi encuentro.
¡Y sin que tuviese siquiera que buscarlas, ni mucho menos que luchar por ellas!

En esa época, leyendo lo que aquí escribo, yo habría ciertamente pensado:


¡" Eso es idiotez pura! Además no tiene NADA de realmente bueno esa vida mía pesada, sacrificada y
monótona"!.
Y con ese "argumento" daría simplemente la discusión por cerrada.

Tal vez yo no hubiese siquiera continuado la lectura de un texto así hasta aquí, mi amor.
Mi irritación y mi orgullo herido habrían ya abandonado con desdén ese tema, de la forma como él es aquí
abordado.

Por eso no insistiré mas con argumentos, pues debo antes de nada un gran respeto por los que sufren de
afecto o de los medios financieros que les faltan y que se quejan de eso.
Lo que ellos precisan antes de nada es que les comprendan, que los acepten como son, ya que ellos
mismos no se aceptan.
Y eso es lo que más les falta:
Aceptación de sí.

No hay como transcender lo que "somos" en cuanto no aceptamos lo que creemos ser, mi amor.
Sea lo que fuera.
Sea la que sea la falta que juzguemos haber cometido.
Sea la que sea la miseria, la fealdad, la falta de inteligencia, la falta de salud que juzgamos nuestra.

Ser lo que se es, he ahí la receta de la felicidad y de la prosperidad.

Sin la aceptación de sí, nada en sí evolucionará.

No porque nadie estaría dispuesto a auxiliar a quien no se auxilia.


No porque nada estaría a nuestra disposición.
36
Si no porque nuestra auto condenación, que nos sentencia a una negación de auto ayuda, nos impediría
reconocer y menos aún aceptar lo que la contrariase.

No hay entonces argumentos o medios que puedan ayudar a alguien que ni siquiera sabe que no se deja
ayudar, porque ni siquiera sabe que no se ayuda a sí mismo, mi amor.

Mas alguien que ya llegó realmente a las profundidades de la frustración, que ya sintió toda la intensidad
de sentirse miserable, alguien que ya perdió inclusive el orgullo herido de sentirse fracasado o inferior a
los demás, ese podrá intentar la experiencia de cambiar.

Cambiar, no cambiar de punto de vista, ya que no se cambia así de convicción, mas intentar cambiar de
experiencia.

Lo que quiero decir con "cambiar de experiencia", no es nada "mágico", "revolucionario", ni siquiera
"nuevo".
Me refiero a algo común y banal que todos conocemos.

Pues todos nosotros, en momentos de profunda tristeza, somos intensamente gratos a la más mínima
demostración reconfortante.

Un gatito que viniese a arrimarse a nuestra pierna en un momento nuestro de intensa sensación de
abandono, de soledad y de desespero, nos haría deshacernos en lágrimas de tanto que aquel gesto
"animal" nos haría bien.
Nuestra capacidad de gozar de casi nada en esos momentos en que nos falta casi todo, nos lleva a su
punto culminante.

Simplemente, cuando nos sentimos "mejor", nos volvemos mas... exigentes...


¡Ya no nos contentamos con "poca cosa"!
¡Que extraños somos, mi amor!
Cuando no tenemos casi nada, un "casi nada" que nos dan es "bueno" y cuando tenemos casi todo, casi
todo lo que nos dan es "malo"...

Volviendo entonces a la "experiencia" que aquí propongo, mi amor, consiste en iniciar un examen
minucioso de toda la riqueza que poseemos, tanto en el plano afectivo como material.

Con el término "riqueza" no me refiero a una escala de valores exterior a nosotros mismos, llamo de
"enriquecedor" a aquello que nos hace felices, que nos proporciona placer.
Pues alguien podría estar muy feliz en tener un coche viejo y alguien tener mucha vergüenza de su coche
nuevo, por ser éste menos valioso que el del vecino.
En ese caso, la primera persona debería contar su coche viejo entre sus "riquezas", en cuanto la segunda
no debería contabilizar su coche nuevo entre sus tesoros.

Como ves, mi amor, no se trata de sugerir aquí:


¡"Conténtese con lo que tiene y viva bien"!
La experiencia de más obtención a través del placer de lo que ya se ha obtenido, solo puede ser iniciada
a partir de lo que realmente representa una satisfacción.

En compensación, el más ínfimo gesto que trae bienestar, como cuidar de una planta casera, o masticar
un pan calentado, deben ser escrupulosamente contabilizados y practicados con el gusto que realmente
proporcionan.
En el plano material igualmente, todo lo que fuera posible adquirir, incluso que el poder adquisitivo proceda
de la mendicidad, debe ser hecho no con el pensamiento volcado para todo lo que aún falta, si no para el
placer que proporcionará lo que está siendo adquirido y con la firme intención de aprovechar el máximo y
lo mejor posible de la adquisición.

La experiencia consiste finalmente en no dejar al sentimiento de frustración desmoralizarnos,


desmotivarnos, robar nuestros momentos posibles de placer, para consagrarnos enteramente al placer ya
disponible, creando así espacio mental y abertura para que nuevas fuentes de placer puedan ser
percibidas y conquistadas.

Si te dieras el trabajo de intentar esa experiencia, mi amor, puedo afirmarte que no solamente te
37
espantarás con el número de fuentes de gozo y placer que ya posees y no usufructúas, sino que verás
"milagrosamente" tu patrimonio material y afectivo expandirse espontáneamente.

Personas que ni siquiera sospechas te ofrecerán una ayuda que ni siquiera pediste.
¡Los comerciantes te ofrecerán reducciones en artículos sin que tú tengas que regatear!

Increíble, ¿no, mi amor?


Tal vez estas pensando: "debo estar leyendo a alguien muy tonto, muy mentiroso, o tal vez loco".

¡ A no ser que se trate de una broma!

Mas no es broma, mi amor.


No intentaría contradecirte, se crees que soy tonto, mentiroso y loco, incluso todo al mismo tiempo.
Mas puedo asegurarte que si intentas la experiencia, constatarás lo que afirmo.

No dudo del resultado de esa experiencia, mi amor.


Donde puede haber fallo, es en mi capacidad de hacerte entenderla lo suficiente, en mi don de demostrarte
que lo que aquí digo es únicamente lo "obvio" que nos negamos a ver.

En el caso de que intentes la experiencia, mi amor, intenta ser muy honesto contigo mismo para no
impedirte sentir todo lo que ya puede realmente darte placer.
Conságrate únicamente al placer, apartándote por algún tiempo del culto al dolor.

Y en ese caso, puedes estar cierto que capturaste a "Fortunata".

FORTUNATA es el arquetipo de la receta de la prosperidad inviolablemente ligada a lo que hay de mas


profundo en nosotros mismos.

Ese "arquetipo" es un "ángel" que vive con quien vive en el placer.


Pues quien no vive en el placer, optó por el displacer, mas no se da cuenta de eso aún.
Fortunata no sabe no estar donde está el placer, pues su placer es hacer todo placer prosperar,
expandirse, extrapolar incesantemente sus propios límites.

Intenta entonces, mi amor, en un momento espontaneo de placer, captar bien la memoria de ese
sentimiento en sí, pues es un cebo bastante eficaz:

Fortunata no se resiste a él.

Así, basta que te dirijas mentalmente a esa memoria del placer, para que Fortunata dirija tu inconsciente
inmediatamente a una fuente de placer que estaba allí a tu disposición y no habías aún percibido.

Fortunata intensifica y enriquece todo placer, sea espiritual, carnal, lúdico, o el que concierne a bienes
materiales.
Lo que interesa a ese "ángel", es que aquello que te haga sentirte bien no solamente te sea otorgado si
no intensificado.

Si es dinero lo que te da placer, tendrás cada vez mas.


Si es sexo, ¡prepárate físicamente!
Si ya alcanzaste el gozo espiritual, Dios te será revelado.

¿ Que tienes a perder en intentarlo, mi amor, a no ser tu miedo de que sea cierto?

38
7 - ZACARAEL: LA ENTREGA DE SÍ A SÍ MISMO

¿"Qué" inspira la "acción", mi amor?

¿A partir "de qué" decidimos actuar?

¿Será que lo sabemos?

A veces es un sentimiento, ¿no es así, mi amor?


Algo que da placer, por ser bueno, o bello, nos da voluntad de decir o hacer algo que corresponda a ese
placer, que lo prolongue.

39
Mas puede ser también algo "malo" lo que nos impulsa a "re-actuar".
Pues cuando nos dejamos llevar por nuestros sentimientos hablamos de "re-acción" emocional.

Otras veces es una larga reflexión lo que nos lleva a la acción, meditamos días o años antes de tomar una
decisión.

Mas, acción reflexionada o reacción emocional, acto "premeditado" o acto "irracional":

¿"Quién", o "qué" en nosotros "inspira", "decide" ese pasaje del deseo al acto?

"Yo" podría decir que soy "yo" quien decide, mi amor.

Mas. . .
"Yo" tengo tantos aspectos contradictorios dentro de mí. . .
un día quiero una cosa, otro día ya no quiero mas. . .
¿"Que" aspecto mío DECIDE por mí:
¿El Dr. "Frankestein" o su "criatura"?
¿El Dr. "Jekill" o "Mister Hyde"?.
¿El "hombre" o el "hombre-lobo?
¿La "bella" o la "bestia"?
¿El "príncipe" o el "sapo"?

Pues la literatura abunda de ejemplos, mi amor, mostrando la complejidad del ser y.. . del no ser humano:

"SER O NO SER, ESA ES LA CUESTIÓN" . . .

Pues a veces decidimos "ser", decidimos reír y gozar, o sufrir y lamentar.


Otras veces nos gustaría desaparecer, no ver mas a nadie, que todos nos dejasen en paz y hasta incluso
que nos dejasen dormir eternamente.
No hay nada más difícil que "decidir", mi amor.

El peor peso humano, es la voluntad propia, mi amor.

Nos volvemos fieras cuando tocan en nuestra voluntad, desde pequeños queremos poder chupar
caramelos "a voluntad". . .
Mas no hay nada más difícil que ejercer la propia voluntad, identificarla en primer lugar, para. . .
Asumir sus consecuencias después . . .

De ahí nuestra necesidad apremiante de "chivos expiatorios", mi amor:


Como no asumimos nuestra propia voluntad, necesitamos que alguien sea "culpable" por las
consecuencias de nuestras indecisiones.

En el "hit parade" de los "chivos expiatorios" está ciertamente "Dios" en primerísimo lugar.

En segundo lugar es "mi madre", en tercero "mi padre", en cuarto "mi mujer o mi marido". ( ¡Si bien que el
segundo, el tercero y el cuarto lugar son disputadísimos y se invierten con frecuencia! ).
Otros fortísimos y frecuentes candidatos en ese "top ten" son "el gobierno", "el patrón", la "situación
económica", el "socialismo" o el "liberalismo", según nuestras tendencias, la "iglesia", la "industria" o la
"devastación del medio ambiente", el "armamento", etc.

Mas sea cual sea el motivo por el cual creemos que somos infelices, la única cosa que puede impedirnos
ser felices es impedirnos actuar, mi amor.

Pues, al final, reclamamos muchas cosas.


Alguien en una misma conversación y casi en una misma frase seria capaz de "acusar" a ese "top ten"
anterior de todos sus males.

Mas:
¿Puede alguien estar realmente en la acción, o sea: en la CREACIÓN y sentirse realmente infeliz?

Claro que no, mi amor.


40
Pues toda acción es una creación y toda creación es un acto de placer.
En el sentido que sabemos que estamos haciendo algo, CREANDO ALTERNATIVAS, para que una
situación que PODRIA aprisionarnos en la "infelicidad" entre en una dinámica CREATIVA.
Transformamos así una "fuente" potencial o efectiva de malestar, de insatisfacción, de displacer o de dolor,
en "fuente de energía" y de motivación.

Pues todo sufrimiento será utilizado o como disculpa a la inacción, o como una INSPIRACIÓN A LA
ACCIÓN.

Mas solo podemos realmente actuar, mi amor, cuando aceptamos no quejarnos mas de algo o alguien
para HACER ALGO NOSOTROS MISMOS POR NOSOTROS MISMOS.

Eso significa que aceptamos asumir nuestra VOLUNTAD y las consecuencias de ella.

Pues en cuanto alguien se queja, mi amor, sea quien sea, sea de lo que sea, sea por el motivo que sea,
e incluso:
SEA CUAL SEA LA EXACTITUD DE LA QUEJA, esa persona tan solo está dándose, a través de la queja,
una disculpa para no actuar:
¿Cómo puedo ser "feliz" , si hicieron, están haciendo, o harán "eso" "conmigo" ?

¡Claro, mi amor, que ninguno de nosotros es una "máquina"!

RECLAMAR, y muy fuerte y muy alto y siempre que dé ganas y de cuanto dé ganas, no solamente es
humano, sino que además es de lo más CREATIVO.

Creativo en el sentido que libera la acción, pues reclamar ya es el inicio de la acción, ya es lo que va a
motivarnos a actuar.
Cuando digo que reclamar sea cuando sea, sea de la forma que sea, siempre es una disculpa para no
actuar, me refiero a las personas que no PASAN DE AHÍ.

Mantenerse en estado de critica semi-permanente es renunciar a la voluntad propia, es dejar que los
eventos y las personas ejerzan sobre nosotros sus voluntades, por miedo de las consecuencias de poseer
una voluntad personal.

De ahí la necesidad de "chivos expiatorios" que pagarán por nuestra "infelicidad".


Aunque nuestra infelicidad nunca venga de lo que hicieron con nosotros, sino siempre de lo que no
hacemos por nosotros mismos.

Quien acepta el dificilísimo peso de actuar, por aceptar ser el único "responsable" de la dirección que toma
su propia vida, cargando con las consecuencias de lo que él mismo decidió para sí, teniendo en cuenta
las circunstancias de los eventos, renunciando a recurrir a "chivos expiatorios" para mantenerse en
situación de indecisión, acabará descubriendo una pura maravilla de la naturaleza, mi amor:

Lo "malo" es raíz de lo "bueno".

Sé que dicho así parece chocante, mi amor, como si tuviésemos que recurrir a lo "malo" para crear lo
"bueno".

Mas no me refiero a eso, mi amor, pues en términos absolutos ninguno de nosotros encontró ni lo "malo"
ni lo "bueno".
Apenas me refiero a nuestro JUICIO.
Pues ninguno de nosotros puede impedirse de juzgar las cosas como siendo "buenas" o siendo "malas",
según nuestro propio punto de vista.

Como solo existimos con relación a alguien o a algo, nuestro mundo es relativo.

"BUENO" y "MALO" no quieren decir nada en TERMINOS ABSOLUTOS, mi amor, apenas en términos
relativos:
"BUENO" y "MALO" es una simple cuestión de opinión, de circunstancia y de momento.

41
Ninguno de nosotros duda realmente de eso:
"Hay males que vienen para el bien".
"Dios escribe recto por líneas torcidas".

LA "ALQUIMIA" que tanto fascinó y aún fascina a los hombres, es el arte de transformar metal en oro, o
sea, de obtener algo de mucho valor a partir de algo de mucho menos valor. Los budistas utilizan como
símbolo la flor de loto, para indicarnos que algo tan puro, lindo y delicado como esa flor se enraíza en la
materia en descomposición del fondo de los lagos.
El mito milenario y pluricultural del pájaro "fénix", pájaro único de su especie, que renace de las propias
cenizas, indica que tendremos que pasar tantas veces cuantas sean necesarias a través de las cenizas
de nuestras propias ilusiones para que renazcamos en nuestras nuevas versiones de la "verdad".

Todas estas indicaciones "esotéricas", bajo forma de mitos y leyendas, son en realidad una incitación, un
aliento de asumir nuestra propia voluntad, mi amor.

Pues será la propia acción la que nos conducirá a su propia secuencia.


Nuestros errores serán los maestros de nuestros aciertos.
Nuestros dolores serán el suelo fértil en el cual germinaran nuestras alegrías.
Nuestra guerra contra nosotros mismos será el fundamento de nuestra paz interior.
Pues actuar es aceptar la propia voluntad, es crear, es dar vida, es contribuir a la vida, es optar por la
felicidad.
No actuar es renunciar a la propia voluntad, es optar por la muerte, es no aceptar ser feliz.

Mas. . .
Lao Tse, gran sabio oriental, preconiza la "no-acción". . .
En homenaje a esa enseñanza, G. Gil canta una canción: "pop wu wei":
"El movimiento está para el reposo así como el sufrimiento está para el gozo". . .

¿Sería entonces el " no actuar" lo "cierto" y el "actuar" lo "errado" ?

Mas la "no-acción" enseñada por Lao Tse nada tiene que ver con "estar parado" y "no hacer nada", mi
amor.
Lo que ese gran maestro de la humanidad nos indica, cuando habla de "no-acción" es que confundimos
ACCIÓN con AGITACIÓN.

Pues en la mayoría de los casos nos agitamos para hacer ver que actuamos.
Estamos siempre corriendo.
Para un lado y para otro.
Con prisa.
Prisa para llegar.
Prisa para salir.
Prisa para comenzar.
Prisa para acabar.
Prisa para vivir.
Prisa para morir.

Si hay una sola frase que deberíamos retener de Lao Tse y de su enseñanza de la "no-acción", seria esa:

"PARA ACTUAR, BUSQUE LA OPORTUNIDAD".

Pues ¿de qué sirve actuar cuando no es "oportuno", mi amor?

Todos sabemos intuitivamente de eso.


Mas nos obstinamos en darnos con la cabeza contra el muro.
Ninguno de nosotros sabe realmente reposar en la hora de reposar y actuar en la hora de actuar.
Vivimos tan oprimidos por el miedo del peso de la responsabilidad de las consecuencias de nuestra propia
voluntad... ¡que vivimos exhaustos!.
Lao Tse es así un bálsamo para quien lo entendió.
Pues quien lo entendió reposa todo el tiempo en el cual una acción no es oportuna.
Y.. .
Cuando una acción es oportuna. . .
42
Tenemos la sensación de . . . no actuar . . .

Pues ¿qué hay de difícil en comer cuando se tiene hambre y hay comida?
¿En dormir cuanto se tiene sueño y las circunstancias lo "permiten" ?

Imagina entonces, mi amor:


Si en vez de estar todo el tiempo exasperados, inquietos, irritados, tensos, angustiados, con lo que "es
preciso hacer", con lo que "puede acontecer de malo", con lo que "van a decir o pensar de nosotros", con
las "consecuencias de nuestros actos" etc., ¡imagina entonces que en vez de eso utilizásemos toda esa
energía que desperdiciamos ahí para producir!
Pues una energía al servicio de la pre-ocupación con todo, es una energía que no produce nada, que no
CREA ninguna ACCIÓN.

Mas, comúnmente confundimos "pre-ocupación", que es una inacción que no conduce a ninguna acción,
con "pre-videncia" o con reflexión, que es mirar actos concretos y no simplemente mantener una
"preocupación".
Pues ninguna pre-ocupación por las "catástrofes" las "previenen", las evitan, al contrario:
Las favorecen.
¡Pues nos agotamos antes de PODER actuar!

Imagina entonces, mi amor, que en vez de ese enorme desperdicio de energía, estuviésemos allí, prontos
para actuar así que fuese POSIBLE, o sea: "oportuno". . .
Imagina, mi amor la GANANCIA de energía que eso representaría!
¡EL ALIVIO!
¡LA PERDIDA DEL MIEDO!
¡LA LIBERACIÓN DEL ENTUSIASMO!
¡LA VOLUNTAD DE AMAR!
¡DE SER FELIZ!
¡DE HACER FELIZ!

Mas. . .
En vez de eso. . .
Reclamamos y nos paralizamos. . .
O entramos en agitación por miedo de la ación. . .
Nos pre-ocupamos por miedo de ocuparnos. . .

¿Entiendes ahora como la "no-acción" de Lao Tse es la ACCIÓN VERDADERA y nuestra acción es solo
agitación, mi amor ?

Mas la principal lección que nos da Lao Tse, mi amor, es:


"COMO ASUMIR LA PROPIA VOLUNTAD SIN TEMER SUS CONSECUENCIAS".

Pues desde que aceptemos actuar únicamente en función de lo "oportuno", ya no tendremos mas que
temer, apenas tendremos que colocarnos en estado de "ATENCIÓN", o sea de: "A-TENSIÓN".
Pues si estamos tensos no estamos guiándonos por las oportunidades que se presentan delante de
nosotros, sino por el miedo que nos paraliza o por la agitación que nos ciega.
El alivio, el REPOSO EN LA ACCIÓN, o sea, LA "NO-ACCIÓN", viene así de la aceptación de lo "oportuno"
como guía, mi amor.
Mas, somos tan orgullosos, que:
O sentimos que decidimos lo que queremos cuando queremos e independientemente del contexto donde
nos encontramos, o tenemos la sensación de que no tenemos mas "voluntad", que son las "circunstancias"
las que deciden en nuestro lugar.

La inmensidad de nuestra propia arrogancia y de la ignorancia y estupidez que ella comporta, nos
sorprenderá, cuando nos demos realmente cuenta de ella, mi amor.
Nuestra arrogancia es la expresión de nuestro orgullo desmesurado.

No queremos componer con nada, mi amor.


Siempre buscamos imponernos a todo.

43
Pues en toda nuestra vida, solo tenemos que aprender, cuantas veces sean necesarias, a tomar una única
decisión:

O "yo" decido:

1 -Que no CO-ACTUARÉ con lo que está en "mi" alrededor y decidiré únicamente en función de "mí
mismo". . .
2 -O "yo" comprendo que en cuanto una decisión mía desfavorece a alguien ella estará también
desfavoreciéndome, pues mas pronto o más tarde las consecuencias de ese "desfavorecimiento" me
alcanzarán.

Ése es el largo aprendizaje de lo "oportuno", mi amor.


Solo quien trabaje mucho esta cuestión sabrá discernir lo "oportuno" de sus propias "conveniencias".

Pues escoger en función de lo "oportuno" no es evidentemente caer en la tentación de ser "oportunista".


..
"Oportunista" es alguien que siempre va a utilizar toda "oportunidad" a "su" favor, por ignorar que el
"desfavor" de los otros en ese momento, será su propio "desfavor" después.

Y lo que llamamos aquí de "actuar en función DE LO oportuno" es exactamente lo contrario de actuar en


función de sus intereses en cuanto espécimen humano a costa de sus propios en cuanto especie.
Actuar en función de lo "oportuno" no es actuar "en favor propio" ni "contra" sí.
Reconocer lo oportuno es reconocer que en cuanto yo OPONGO mi voluntad a las demás "voluntades"
que CREAN las circunstancias en las cuales me encuentro, sufriré.
En cuanto yo no sepa COMPONER con lo que COMPONE "mi" situación, o sea el espacio-tiempo en el
cual yo me sitúo, solo podrá haber para mí parálisis, agonía, trabajo de Sísifo, dolor y soledad.
La soledad sufrida de quien nada contra la corriente.

Actuar según lo "oportuno" es saber que solo yo decido lo que haré con lo que "circunstancias adversas"
hicieron de mí.
Ya que no siempre puedo impedir que las "circunstancias" hagan de mí lo que quieran, mas nadie puede
impedirme hacer lo que quiero de lo que ellas hicieron de mí.

Lo que Lao Tse llama de "no actuar", o de "actuar según la oportunidad", el "buen sentido" popular llama
de . . .
Buen sentido. . .

Todas las grandes filosofías, todas las grandes religiones intentan cada una a su manera enseñarnos la
misma lección, mi amor:

O Componemos con lo que compone nuestra situación y actuaremos felices.


O nos oponemos a lo que nos compone y seremos infelices.

Sócrates dice:
"Solo sé que nada sé".
Y a partir del reconocimiento de su ignorancia él se permitió aprender de los eventos.
Krishna, avatar del Dios Hindú, dice:
"Actúa, mas no reivindiques el fruto de la acción"

Con eso él no quiso retirar ni los beneficios ni el mérito de nuestras acciones, sino aliviarnos de su peso,
incitándonos a confiar en las "circunstancias", que en ese caso no serían mas que la confianza en el mismo
Krishna, pues para los religiosos las "circunstancias" tienen un nombre: Dios.

Esa confianza en las "circunstancias" en cuanto guía de las decisiones que tenemos que tomar a cada
instante toma la forma de ENTREGA A DIOS, para quien "osa" llamar así a las "circunstancias" mi amor.

QUE SEA HECHA LA VOLUNTAD DE DIOS, es la frase que resume, en términos religiosos, la "filosofía"
de Sócrates o el "no actuar" de Lao Tse.

Mas que aprendamos a componer con lo que compone nuestra situación "porque" entendemos que no
podemos actuar en situaciones que impiden esa acción, o "porque" dejamos que el contexto sea nuestro
44
guía en la comprensión de los eventos, o "porque" nos entregamos a "Dios", mi amor, en todos esos casos
se trata en el fondo de una RECONCILIACIÓN CONSIGO MISMO.

Se trata de una ENTREGA DE SÍ A SÍ MISMO.

Pues como vimos antes, mi amor, por más paradójico que nos parezca, es cuando estamos mas rebotados
contra las personas o las circunstancias, que delegamos a ellas decisiones que nos competen asumir.
Cuando confiamos en nosotros mismos, cuando nos entregamos a nosotros mismos, dejamos de intentar
imponernos a las circunstancias para componer con ellas, no permitiendo mas así que otra persona que
nosotros mismos interfiera en nuestro destino.

Que llamemos a las circunstancias de "fatalidad", de "acaso", de "destino", de "naturaleza", o de "Dios". .


No cambia en nada el hecho de que estamos componiendo con lo que compone nuestro momento.

Todos los grandes maestros de la humanidad nos enseñaron que cuanto mejor asimilamos las "leyes" que
rigen un evento, mas podremos apoyar nuestros pasos sobre ellas.
Entregarse a sí es no hacer de ninguna circunstancia y de ninguna persona un enemigo personal, sino un
aliado.
Entregarse a sí es saber "alquimizar" lo que nos parece "negativo" en "benéfico".
Entregarse a sí es renacer de sí mismo, es convertir errores pasados en aciertos presentes.

Finalmente, entregarse a sí es entregarse a "Dios", si ya aceptamos que ese nombre sea dado a la
naturaleza de nuestra naturaleza, mi amor.

Pues "Dios" nada mas podría ser que lo que sería más beneficioso para nosotros mismos.

"Dios" es el nombre que damos para toda y cualquier "circunstancia" que daría a nosotros mismos lo mejor
de nosotros mismos.
En este nuestro estudio sobre la relación entre ángeles y arquetipos, ZACARAEL es el emisario de esa
ENTREGA A DIOS, palabra que, para ti, si eres ateo, podríamos sustituir por la expresión "lo mejor de sí
mismo", mi amor.
Zacarael es el arquetipo de tu confianza inconsciente en la naturaleza madre de tu naturaleza, mi amor.

Zacarael nos enseña que el "peligro", o el "miedo", o el "error", o los sufrimientos y desilusiones que ellos
engendran ¡ NO DEBEN PARALIZARNOS!

Zacarael nos incentiva, nos ayuda a proseguir nuestro camino, a confiar mas y mas en nosotros mismos,
a no renunciar a nuestra voluntad sino al contrario, fortificarla y accionarla mas.
Y más conscientemente.
Zacarael no interfiere en nuestras creencias individuales, él nos da coraje, al contrario, para consolidar
mejor nuestra auto estima y nuestro amor propio.
Pues ese ángel-arquetipo sabe que sólo aquel que no teme mas darse a sí mismo lo mejor de sí mismo
será capaz de entender que es ese "mejor de sí mismo" lo que los hombres llaman "Dios".

Zacarael sabe que aquel que confía absolutamente en sí, confía absolutamente en todo.

Y que ningún hombre antes de confiar en si podrá confiar en Dios.


Y aquel que se entregó a sí mismo, que ya ofrece para sí mismo lo mejor de sí mismo, ya se entregó a lo
que billones de humanos designan a través de la palabra "Dios", que lo sepa o no.
Este hombre, que ya es el mejor aliado de sí, es mejor servidor de su prójimo.

Pues ese hombre entendió que solo puede ser "oportuno", que solo puede ser "bueno para sí" lo que es
igualmente "bueno para el prójimo":

Tal hombre entendió la única ley existente y que rige toda y cualquier acción en busca de una "oportunidad"
de ser feliz:

"Ama al prójimo COMO A TI MISMO".

45
8 - URIEL: LO BUENO DE LO MALO

Todo lo que es malo es bueno y todo lo que es bueno es malo, mi amor.

Eso es así, porque nuestro mundo está hecho de contrarios que interactuan obligatoriamente.
Para vivir, por ejemplo, tenemos que matar algo, ni que sea un poco de ensalada, pues nadie consigue
alimentarse sin llevar la muerte a algún punto de la cadena de la vida. Los seres vivos se alimentan de
seres vivos, siempre fue así y difícilmente viviremos en un futuro un día sólo de substancias minerales.
Y.. .
Ciertamente, si tal día llegara. . .
Acabaríamos descubriendo que lo mineral también vive. . .

46
No hay cómo disociar una cosa de su contrario, mi amor, la ley de los "contrarios alternantes" rige en todos
los fenómenos existentes en nuestro universo dual, fruto de la relación entre la materia y la energía.

Por ejemplo, cuando una estrella explota en el cielo:


1 - Una parte de su materia es expelida a altísima temperatura.
2 - Esa materia se enfría en el espacio sideral.
3 - Esta forma enseguida nuevos astros, a través de la fuerza de la gravedad que atrae toda materia a
"baja" temperatura.
4 - Esa misma fuerza de gravedad contraerá cada vez mas la materia central de esos nuevos astros,
creando un calor tan intenso, que será capaz de hacer que nuevas estrellas exploten de calor, reiniciando
el ciclo.
Ve entonces mi amor que "el calor crea el frío y el frío crea el calor".
Y literalmente.
¡Lo que es espantoso, es que Heráclito haya podido hacer esa afirmación hace 2.500 años, cuando no
había ni siquiera ciencia, cuanto mas astrofísica para demostrar eso!

Todo nace de su contrario, mi amor.


Eso, en nuestra dimensión universal, es ley.

Los chinos llaman eso "la vía del tao", donde principio activo y principio pasivo se crean alternadamente.
Yang y Yin, son los nombres que ellos dan a los principios contrarios que se crean por alternancia.

No hay entonces ningún error posible en afirmar que "hay males que vienen para el bien"
Deberíamos incluso afirmar, que TODO "mal" es potencialmente un bien.

No voy a abordar aquí mas detalladamente el hecho de que, recíprocamente, todo bien puede ser un mal.
Supongo que tu tienes mucho mas interés en transformar lo que es malo para ti en un bien que lo contrario,
¿no es así?
Apenas te recuerdo que, como todo en este mundo tiene un fin, cualquiera que sea nuestra felicidad, ella
será interrumpida por la muerte, que vista desde nuestra condición humana, siempre significa dolor y
pérdida.
Deberíamos meditar largamente, muy largamente incluso, sobre ese hecho, mi amor:
Todo en la dimensión de nuestro universo es reconvertible en su contrario y complemento.

Eso fue demostrado por la famosa fórmula de Einstein: E=MC² .


Así, toda materia acelerada al cuadrado de la velocidad de la luz se trasforma en energía pura y toda
energía "lentificada" por debajo de esa velocidad se convierte en materia.

En nuestro espacio psicológico, esa demostración es más fácil aún, pues la ciencia trabaja con hechos y
la psicología con percepciones.
Eso significa que no percibimos nada de manera "objetiva", ya que lo vemos todo desde un punto de vista
subjetivo.

La idea que tenemos de una "realidad" depende de quién somos y de cómo pensamos.
Luego, se vuelve aún más fácil en nuestro universo subjetivo-perceptual cambiar de punto de vista, o el
ángulo de visión de una "realidad", ya que, como vimos otras veces, no trabajamos con "verdades" o
"realidades", sino únicamente con nuestras versiones de éstas.

La mayor de las enseñanzas, la mayor lección que podremos aprender en nuestra dimensión humana es
esa, mi amor:
1 - Todo sufrimiento psíquico es únicamente subjetivo.
2 - Todo sufrimiento psíquico es convertible en una felicidad mayor que nuestro estado antes de su
aparición.

Eso es ley, mi amor.


Esa ley solo no funciona cuando no nos interesamos en ella, luego su aparición queda sujeta al acaso, a
la aparición aleatoria de " Hay males que vienen para el bien".

Repito entonces, mi amor: medita mas y mas largamente sobre ese texto inicial, hasta entender que no
hay cómo no estar de acuerdo con él, ya que se basa en las leyes que rigen tanto la física, como la
metafísica y las ciencias humanas.
47
No hay como no estar de acuerdo con él racionalmente, ni por la fe, mi amor.

A no ser que la razón descubra un día otros parámetros, actualmente inexistentes, para concebir la relación
entre la materia y la energía, o sea, los "contrarios" que rigen a todo lo demás que compone nuestro
universo.
Solo la irracionalidad, o el desconocimiento del interés de esa ley de los contrarios que se crean por
alternancia, podría hacer que descuidásemos su inestimable valor para nuestra felicidad en los más
banales actos del día a día.
Pues, si todo es reversible en su contrario, "matemáticamente", todo "mal" contiene un bien mayor.

Repito de nuevo, mi amor, si no convertimos siempre y sistemáticamente todo mal en un bien mayor, no
es porque haya excepción, conocida por la ciencia, a esa ley.
La única cosa que podría impedirnos de apoyarnos en la ley de los contrarios, para crear un "bien" a partir
de un "mal", es nuestra creencia personal. (Observa si ocurre así, mi amor)

Pues todo en nuestra dimensión subjetiva funciona según nuestras creencias personales, percibimos
siempre el aspecto "positivo" o negativo" de un evento según la creencia del momento que determina
nuestra percepción.
Sabemos que cuando estamos de buen humor encaramos todo con buenos ojos, mientras que, cuando
dudamos, todo parece inestable y amenazador.

Tu dolor, mi amor, sea cual fuera, sea cual sea la "justificación" de él, lleva en sí el germen de una gran
felicidad.

Siempre que digo eso, siento la necesidad de aclarar en seguida que no me refiero a ninguna técnica de
"pensamiento positivo", mi amor.
No se trata aquí de repetir algo como una afirmación animosa y ni tan siquiera de intentar ver un evento
por otro ángulo y menos aún "verlo con buenos ojos".

Se trata de una LEY, mi amor.


Luego, si es "ley", tendrá que realizarse independientemente de mi "buena voluntad" o de cualquier forma
de "cooperación" de mi parte.
Basta que entendamos esa ley y que decidamos aplicarla.
Basta que aceptemos cuestionar el fundamento de nuestra creencia en lo "negativo", que aceptemos
verificar que lo "negativo" es más frecuente que lo "positivo" en nuestras vidas, porque sobrestimamos lo
"malo" y subestimamos lo "bueno", sin jamás cuestionarnos sobre lo que de potencialmente "mejor que
antes" podría venir de un "mal" que acaba de acontecer.

El "método" es entonces extremamente simple, mi amor.

Primero tienes que reflexionar largamente sobre la veracidad o no de esa ley para ti.
Pues, claro, en cuanto mantengas tu creencia que "un mal es un mal" y que "un bien es un bien" y que
solo habría pasarelas ocasionales, aleatorias y excepcionales entre estos dos polos de la misma realidad
universal, nada podrá cambiar en tu capacidad de convertir el polo "negativo" en algo extremamente
"positivo" para ti.
Nada podrá ayudarte a encontrar el bien mayor que todo mal lleva en sí.
Ya que tu percepción continuará "scaneando" toda la realidad, pues ella la percibe filtrándola, para sólo
tener en cuenta lo que corrobora tu creencia.

Mas en el momento en que concuerdes que todo "mal" es potencialmente convertible en un bien, esa
comprensión pasará no solamente a formar parte de tus creencias, sino que tendrá el poder de accionar
tanto tu percepción como tu inconsciente para aspectos de tu realidad, tanto interna como externa, que
eran "borrados" hasta el presente de tu consciencia por no corresponder a lo que creías que era "verdad".

El segundo paso consiste únicamente en que utilices tu DERECHO a gozar de esa ley de conversión de
los contrarios, mi amor.
Basta que te bases en la CERTEZA de que todo mal contiene obligatoriamente un bien y que dejes que el
"site de busca" de ese bien sea accionado conscientemente, para enseguida volverse un "hábito"
inconsciente.

48
Como todo entrenamiento, en el principio no sabemos bien cómo o qué hacer y no nos sentimos aptos a
obtener resultados.
Mas, con el tiempo, aprenderás poco a poco a detectar las indicaciones que vendrán de tu "inconsciente"
y que te llevarán a modificar situaciones drásticas de manera tan positiva, espectacular e inequívoca, que
acabarás preguntándote si los milagros no son, finalmente, una realidad.
Mas, en realidad, puedes continuar tranquilamente en tu posición de ateo, mi amor, pues ese "milagro"
es absolutamente explicable por el enorme potencial mental que no utilizamos por dejarnos desanimar
por nuestra creencia que de lo malo sólo puede venir lo peor.

El título de ese texto podría ser:


" Utiliza lo peor para alcanzar lo excelente".

Él es absolutamente el fruto de una comprensión racional de las leyes que rigen en nuestra condición
humana:
Tanto en el mundo físico, como en la dimensión psíquica.
Es la utilización de un conocimiento racional, la ley de indisociabilidad de los contrarios, para reprogramar
lo irracional de nuestras creencias, regidas por nuestra creencia en los argumentos irracionales del miedo,
que nos programa para ir de mal en peor.

Toda mente que comprende y aplica la ley de los contrarios alternantes e indisociables, conseguirá
convertir cualquier situación tenido como "negativa" por la disponibilidad mental a percibir aspectos de la
situación antes negligenciados, por nuestra necesidad de no contradecir nuestra creencia personal en lo
"negativo dictado por el miedo".

"Antes lo malo conocido que lo bueno por conocer", es como funciona habitualmente nuestra mente.

Por eso tendremos que comprender dos puntos:


1 - La conversión reciproca de polos contrarios es una ley.
2 - Nada tenemos que temer por intentarlo.

Se trata de la activación de un importante arquetipo humano, aquel que hace que cada uno de nosotros
intuya que una calma mental profunda despierta una capacidad de acción y reacción insospechados.

Entre tanto, mi amor, como ya dije algunas veces en estos textos sobre la relación entre los ángeles y los
arquetipos, lo que nunca sabremos es si son los místicos que utilizaron el mito de los ángeles para
revelarnos estos arquetipos, o si son los ángeles que inventaron esa historia del arquetipo para no herir a
nuestro orgullo de creernos pensadores libres y autónomos. . .
Poco importa, ¿no es así mi amor?
¡¡No cuesta nada intentarlo!!

URIEL es el ángel arquetipo de esa conversión entre contrarios, mi amor, que lleva del rencor al perdón a
sí mismo.

Así que ese asunto te interese, ya habrás capturado a Uriel.


Uriel es mas conocido como ángel de la enseñanza, mas ese es el aprendizaje que rige todos los demás
en nuestro universo y sobre él, mi amor.

Los ángeles, como los arquetipos, no tienen absolutamente ninguna necesidad de que se crea en ellos,
mi amor.
Ambos se accionan de la misma manera, o sea, por la comprensión de un aspecto de nuestra mente y por
la decisión de accionarla.

¡Buen viaje en el mundo de la conversión, mi amor!

49
9 - AMARUCHAIA: LA ACEPTACION ES LA MADRE DE TODA
BENDICION

TODO LO QUE ES, ES UNA BENDICIÓN

¿Es como para aceptar una tal afirmación, mi amor, cuando estamos absortos en nuestra vida cotidiana?
Claro que no, ¿no es así, mi amor?
Pues, como todo humano, tememos el peligro.
Y:

Donde hay peligro, no puede haber aceptación, mi amor.

50
Como hay peligro en todo, no hay aceptación en nada.
Somos animalitos amedrentados, mi amor, conejitos que temen el vuelo de las águilas en el descampado.
Todo puede representar un peligro.
Todos nosotros sabemos de eso:
¿No tienes dinero?
Pasarás necesidades.
¿Tienes algún dinero?
Temerás a los ladrones.
¿Nadie te ama?
Te sentirás infeliz.
¿Alguien te ama?
Temerás perderlo.

Como no sabemos de cierto cuál es el peligro efectivo o potencial de algo, como no sabemos de donde
puede venir el "peligro", o de que forma puede surgir, vivimos permanentemente en estado de semi-alerta.
Por no decir en estado permanente de recelo y tensión.
Por no decir en estado permanente de no-aceptación de sea lo que fuera, por ser incapaces de evaluar el
peligro real de sea lo que sea.

La incerteza nos mantiene así en estado permanente de no-aceptación "de hecho" de lo que vivimos o
hacemos, prontos a defendernos, en estado de "paranoia" potencial.

¡Cómo parece distante de nosotros mismos la afirmación:

TODO LO QUE ÉS, ES UNA BENDICIÓN!.

Es difícil "aceptar" que vivimos, sin aceptar realmente nada todo el tiempo, mi amor,
Pero, más difícil aún, es realmente aceptar vivir de otra manera.

Pues, ¿quién en este mundo, a no ser una criatura inocente o un "idiota" vive "des-pre-ocupado"?
"Un sabio". . . tendrías tal vez tú la tentación de responderme, mi amor.

"Un sabio". . .

En el fondo, no aceptamos realmente que tales personas existan, pues ellas nos hacen sentirnos criaturas.
O idiotas. . .

Detestamos a los "sabios", mi amor, apenas encubrimos nuestra envidia de ellos bajo el manto de la
vergüenza, de la culpa y del miedo.
Mas, suponiendo que la "sabiduría" fuese accesible a algunos humanos:
¿En que consistiría, mi amor?

Ciertamente en la capacidad de "ofrecer la otra mejilla" . . .

Sabes a que me refiero, ¿no es verdad, mi amor?


Una de las más famosas, controvertidas y enigmáticas frases de Jesús:
"Si alguien te abofetea, ofrece la otra mejilla".
Jesús indicaba así que el camino de la sabiduría consiste en la aceptación incondicional de lo que acontece
con nosotros:

TODO LO QUE ES, ES UNA BENDICIÓN.

Mas ¡cuántos de nosotros pierden su "sabiduría" junto con la "sangre fría" por mucho menos que una
"bofetada"!

Por eso mismo es que "yo" no osaría defender aquí tal parámetro de "aceptación", mi amor.
Antes de eso aprenderé primero a "curar leprosos", transformar agua en vino, andar sobre las aguas,
resucitar. . .

Hablando mas seriamente, mi amor, antes de aprender a aceptar "dar la otra mejilla", creo que precisamos
aprender lo que realmente significa "aceptar".
51
No creo que "aceptar" sea sinónimo de "ser bueno", ni siquiera de "estar de acuerdo con", pues el maestro
de aceptación al cual aquí nos referimos, o sea, Jesús, no encontró muy bueno ser crucificado:
"Padre, si posible aparta de mí ese cáliz sin que yo lo beba".

Aceptar, en el caso de las lecciones de Jesús, si oso aquí una interpretación, se asemeja mas a "no oponer
resistencia":
"Padre, si posible aparta de mí ese cáliz sin que yo lo beba, mas que sea hecha tu voluntad y no la mía".

"No oponer resistencia a lo que acontece".


Es algo que parece realmente fuera del alcance de nuestro entendimiento humano:

TODO LO QUE ÉS, ES UNA BENDICIÓN.

No resistir a lo que "no aceptamos", a lo que nos parece "malo", eso nos parece mas cobardía, resignación
y demencia, que no virtud.

El propio Jesús opuso resistencia a los mercaderes del templo, expulsándolos de allí.
Su enseñanza fue una oposición tan radical a lo que antes era enseñado que le llevó a la crucifixión.

Luego, en esa proposición: "no oponer resistencia a lo que acontece", aún debe faltar algo para que la
"aceptación" nos parezca "aceptable", para colocarla a nuestro alcance humano, para tornarla
comprensible.

Sugiero entonces un adjetivo:


"No oponer resistencia INEFICAZ a lo que acontece".

¿Que quiero decir con "ineficaz"?


Respondo a la pregunta a través de varias otras:
¿Cuál es la "eficacia" de la "venganza"?
¿Del "ojo por ojo y diente por diente"?
¿De "lavar la honra"?
¿De la "lógica de guerra"?

¿Cuál es el ejemplo en la historia que demuestra que un pueblo ya se sometió definitivamente a la voluntad
de otro?
No hay ejemplos de "sumisión" en la historia, mi amor, pues alguien solo se "somete" esperando la
venganza.
Donde dos "voluntades" se afrontan en una lógica donde "tener razón", o "no dar el brazo a torcer" se
vuelven sinónimos de "sobrevivir", o sea: cuando nuestras vidas nada más son un instrumento al servicio
del orgullo narcisista, podemos esperar una guerra sin fin y sin treguas, mi amor.

Mas si dos voluntades se afrontan en nombre de la EFICACIA, ambas estarán prontas a ceder para obtener
lo más eficaz.
Pues :
O ambas acabarán constatando que lo "más eficaz" solo será eficaz si lo es para ambas, o ellas aún no
llegaran a la comprensión de lo que es más eficaz para ellas mismas.

Mas es preciso mucha madurez para saber si es más "eficaz" pagar el precio de ganar una "guerra" o el
precio de perderla, el precio de morir luchando por la vida o el de continuar vivo para no ser cómplice de
la muerte.

Jesús, por ejemplo, sabía que pagar con la misma moneda a quien le abofeteara no sería de
absolutamente ninguna eficacia, pues sería una simple reacción de violencia que perpetua la violencia.
Mas ese nivel de "eficacia" en el arte de la "aceptación" realmente está muy lejos de nuestras pobres
capacidades humanas, mi amor.
Pues siempre estamos prontos para retornarnos al mínimo ataque.

De tanto que la incerteza delante de todo nos asusta y nos HUMILLA.


Apenas cito la colocación de Jesús para que aceptemos al menos meditar sobre ella como un lejano
parámetro, una "línea de horizonte", que solo nos guiará si conseguimos distinguirla de una idiotez, de una
cobardía cualquiera, lo que parece ser en un examen más superficial.
52
Entretanto, "dar la otra mejilla" es un objetivo inalcanzable a corto plazo para el común de los mortales.
Ya que si nos pusiésemos a "dar la otra mejilla" sin habernos trabajado la "aceptación" lo suficiente,
simplemente seriamos arrogantes, o sea, falsos humildes, ocultando detrás de una demostración
orgullosa, cobarde y deshonesta de "aceptación", toda nuestra ira de ser vulnerables.

Pues si intentamos llegar a conceptos que nos parecen "nobles" como "amor", "compasión", generosidad",
"solidaridad" y "aceptación", antes de integrar conceptos que nos parecen más "vulgares", "mezquinos" y
"calculadamente egoístas" como "eficacia", corremos el altísimo riesgo de simplemente ahogarnos en un
mar de odio, desespero y humillación delante de todo lo que a nuestros ojos se asemeje a una injusticia.

Si ya consigues, mi amor, sinceramente y sin mentirte, no ceder a la voluntad de ser intolerante con los
intolerantes, injusto con los injustos, impiedoso con los impiedosos, entonces la explicación que va a seguir
no es para ti.
Pues si consigues realmente no ceder a la tentación de hacer justicia con tus propias manos, entonces ya
eres un sabio, ya entendiste en lo más profundo de ti mismo lo que es la aceptación.

Luego, sabes muy bien lo que es eficacia.

Esa lección de "EFICACIA que conduce a la aceptación" no te será entonces personalmente de ninguna
utilidad.
Mas si lo que consideras injusto aún te hace saltar, si sientes que serías deshonesto contigo mismo y, peor
aún, injusto, si no contribuyeras a combatir lo injusto, entonces medita bien sobre la noción de eficacia.

Pues tenemos la sensación de que "eficacia" no es un concepto "noble" que puede ser asociado a causas
"nobles".
Personas "nobles" como los que predican la paz entre los hombres, nos parecen ser personas que tienen
"horror" a la guerra y a su búsqueda de "eficacia".

¡QUE ENGAÑO, MI AMOR!


¡¡¡SOLO LOS AUTÉNTICOS GUERRERROS ENTIENDEN DE PAZ!!!

Pues :
¿Cómo va a entender de paz quien teme la guerra?
¿Cómo va a no temer la vida quien teme la muerte?
¿Cómo va a ser maestro de sí quien acepta ser esclavo?

La paz solo podrá ser defendida realmente por los más valientes de entre todos los guerreros, mi amor.

Solo quien está absolutamente dispuesto a las peores guerras, solo quien no teme ningún sacrificio delante
de lo que juzga una causa justa, solo quien prefiere la muerte a la esclavitud, solo quien no acepta
sobrevivir sin vivir, podrá entender de EFICACIA, luego, de ACEPTACIÓN, luego, de PAZ.

¿Ya estás ahí, mi amor?


¿Ya no temes más morir, si ese es el precio de intentar vivir y salir de tu "sobrevivir esclavo del miedo de
vivir"?
¿Ya sabes hacer la diferencia entre el coraje que viene de la lucidez y de la insensatez, la arrogancia que
nace del desespero y de la cobardía?
¿Ya sabes "combatir" al otro en nombre de lo que quieres construir con él y no entrar en guerra
simplemente movido por la cobardía, usándolo para destruirte?

Si tienes certeza que entiendes perfectamente el sentido de todas estas cuestiones y puedes estar de
acuerdo con ellas, estarás apto a estudiar la "eficacia" que lleva a la "aceptación".
"Aceptación" que lleva a la única bendición digna de ese nombre:

LA PAZ.

En caso de que tu corazón aún vacile, aún dude, aún se cuestione, mi amor, "acepta" simplemente revisar
una vez más tus sentimientos, recordar tus resentimientos sin juzgarlos, permitirte sentir todo el odio del
mundo por el mundo, todo el desprecio del mundo sin juzgarte.
53
Innumerables son las "metáforas" de "ángel" que pueden ayudarte en eso, mi amor.
Escoge simplemente una o dos de ellas.
Aquellas que más te tocan personalmente y métete en ellas.

Olvida entretanto esa lección de "aceptación y bendición", pues solo te traerá más desespero, llevándote
a una sensación de impotencia y confusión.
Te sentirías aquí "juzgado".
Como si dijera "yo" aquí que eres un "incapaz", si no te sientes capaz de concordar calmamente con esa
avalancha de preguntas de arriba que, además, vistas desde nuestro miedo, parecen muy agresivas.

Agresivas como la frase:


"Deja que los muertos entierren a los muertos".
Frase pronunciada por el "dulce" y "pacífico" Jesús, delante del pedido de un seguidor suyo para
ausentarse con el propósito de enterrar a su propia madre.

Mas si ya te sientes apto a "enfrentar" la "aceptación", medita entonces sobre esa noción de "eficacia", mi
amor.
Intenta entender cómo los "grandes" hombres de paz siempre fueron grandísimos guerreros.
Intenta entender que solo podrá proponer realmente paz, quien conoce las últimas consecuencias de la
guerra y puede desde ahí constatar su total ineficacia para obtener lo que se espera de ella.
Intenta entender como solo va a la guerra quien aún no sabe para donde va.
Intenta entender que la real cobardía no es no retornar, sino retornar sin interesarse con el resultado del
"retorno".

Si entiendes lo que está expuesto ahí encima, mi amor, ya entiendes de eficacia.

Si no entiendes, mi amor, solo me resta pedirte una vez más disculpas por mi falta de habilidad en volverte
comprensible esa lección sobre la eficacia que lleva a la aceptación, aceptación que lleva a la bendición
de la paz.

En el caso que no me entiendas, mi amor, o no concuerdes conmigo, conserva tu opinión contraria a la


mía como tu más precioso bien y no hables mal de ella hasta que argumentos más convincentes o mejor
elaborados a tu entendimiento lleguen ti.

Mas, para que ellos puedan realmente llegar a ti, necesitas solicitarlos, mi amor.

Camina entonces en este mundo con ojos y oídos bien atentos.


Haz de tu recelo delante de las incertezas del camino un don, un bien, una ventaja para ti:
Sin ceder el más mínimo terreno de tus convicciones a dudas infundadas, examina y reexamina todo
argumento que te fuera propuesto, nunca estés absolutamente seguro, ya que no estás seguro de nada,
de que tu punto de vista es lo mejor para ti mismo.

No te identifiques con lo que piensas:


Intenta ser siempre fiel a ti mismo y, para eso, tendrás frecuentemente que ser infiel a lo que pensaste
antes de llegar a un nuevo y más EFICAZ punto de vista.
Haz de tu SER un "templo de solicitación de bien estar" a tu proprio SER, mi amor.

Crea tu proprio "ceremonial" interno de solicitar en permanencia lo que te pueda llevar a un bienestar
mayor.

AMARUCHAIA representa el "ángel-arquetipo" de esa "solicitación de estar bien", de SER el bienestar, mi


amor.
Aquellos que ya sienten una vinculación directa con la noción de "ángel" y que ya viven en un estado de
levedad interior crearan "altares" a ese ángel.
Ofrecerán flores, agua, incienso, velas, oraciones y otras ofrendas más para contactar Amaruchaia, o la
bendición del bienestar personal.

Mas no vamos aquí a resucitar la vieja riña entre Caín y Abel, ¿no es así, mi amor?

Pues la mayoría de nosotros encuentra ese tema de "don" y de "ofrenda" ridículo, o falso, o demasiado
idiota, o demasiado infantil, o demasiado supersticioso.
54
Muchos encuentran incluso que es hasta una falta de coraje o de dignidad personal ponerse así
"camelando" a los cielos. . .
¡Muchos de nosotros rechazarían incluso entrar en un "cielo" donde solo fuesen admitidos "cameladores"!

¿Son "cameladores" e "hipócritas" los que participan de rituales y ceremonias más elaborados y con
ofrendas?
¿Son "orgullosos", "mezquinos" e "ingratos" los que no aceptan dar para recibir?

¿Qué tal, si en vez de intentar responder a estas cuestiones, nosotros intentásemos simplemente ser
coherentes con lo más profundo de nuestros sentimientos?

Quédate entonces tranquilo en cuanto a tu "ceremonial" de solicitación de la "bendición", de tu "bien estar


personal", o de la "comprensión", o de la "paz", o de como quieras llamar a lo que deseas para ti mismo,
mi amor.

El TEMPLO auténtico de esa solicitación, nada más es, en ultima instancia, que tú mismo.
El objeto de tu solicitación también no es otro, en el fondo, que el reencuentro contigo mismo, con el SER
que habita en ti.

El "culto", el "ritual", la "ceremonia" de esa solicitación de reencuentro contigo mismo no pasa, en el fondo,
de tu comprensión de que siempre tendrás que estar abierto para examinar y reexaminar imparcialmente
toda y cualquier circunstancia, todo y cualquier argumento, toda y cualquier situación.
Pues de la misma manera que nunca sabrás de "dónde" y bajo "qué forma" podrá venir el "mal", tampoco
sabrás identificar "qué forma" tendrá que tomar el "bien" para llegar hasta ti.

Solo cuando llegamos realmente a esa comprensión y a esa PRACTICA, que es la palabra que resume
todo "culto", todo "templo", todo "ceremonial", es que nos aproximaremos al fin de la afirmación:

TODO LO QUE ÉS, ES UNA BENDICIÓN.

DEFINE entonces, mi amor, qué forma tomará tu "práctica", tu TEMPLO y tu CULTO dedicado a la
búsqueda de tu evolución.
Todo templo, toda forma de culto a lo "válido", es válido.
Basta que aceptes que tu templo no puede ser otro que tu forma de ser y aceptes instalarte en él, para
que te conduzca a su propia evolución.

Construye tu templo, tu casa, en lo que tú eres.


AMARUCHAIA te ayudará a transformarla en una bendición.
Tu bendición.

Cuando habitares en la bendición, claro, solo podrás constatar la veracidad de la afirmación:

TODO LO QUE ES, ES UNA BENDICIÓN.

55
10 - KAEILARAE: LA PAZ

Vivimos irritados, mi amor.

Todo nos irrita, pues todo nos amedrenta, pues nos sentimos responsables por todo, luego culpados de
todo error.
Nuestra actividad permanente es encontrar un chivo expiatorio que alivie nuestra culpa y nuestra
irritabilidad.

No hay cómo cambiar, en sí, este estado de tensión y de estrés permanente; es la consecuencia de
nuestra educación, que mira de hacer de nosotros ciudadanos "responsables".
La complejidad de la dinámica social genera una inconmensurable presión sobre nuestras pulsaciones
individualistas, nos sentimos entonces culpables cuando surgen y las reprimimos, nos frustramos, nos
irritamos, y la busca de chivos expiatorios es la última posibilidad de alivio que nos resta, antes de entrar
en proceso de auto agresión, a través de la depresión, o de la destrucción de nuestra salud física.

Toda dinámica social compleja es regulada a través de rituales de sacrificio de chivos expiatorios.

Esta práctica es tan antigua como el hombre, mi amor.

56
Siempre hubo en las grandes sociedades primitivas sacrificios de víctimas para aplacar la cólera de los
Dioses.
El término "chivo expiatorio" designa una costumbre judía.
En tiempos remotos esa comunidad acostumbraba a abandonar un chivo en el desierto, a fin de que él
cargase con los pecados de la población, pero lejos de ella.
El propio Abraham escuchó a Dios pedirle el sacrificio de su propio hijo y solo renunció a ese sacrificio en
el último instante, cuando escuchó a Dios pidiéndole que parara.

Ninguno de nosotros sabe realmente vivir en sociedad sin recurrir al sacrificio de chivos expiatorios para
aplacar su sentimiento de culpa y la violencia que él genera, mi amor.

Basta observar el comportamiento de los motoristas en el tránsito.


O el discurso de los políticos.
O lo que piensan los hombres "religiosos" de otras religiones.
Ni siquiera los grandes debates científicos escapan a esa regla absolutamente sin excepciones.

Puedo parecerte excesivo, mi amor, pregonado ese absolutismo en un mundo relativo.


Busca entonces tu mismo la excepción, mi amor.
Intenta encontrar un solo hilo de la cadena social que escape a la regla del sacrificio del chivo expiatorio
como medio de mantener su cohesión.

En el seno de una familia, nos enseña la psicología, será siempre el miembro más sensible el que cargará
el síntoma de grupo, que será inconscientemente sacrificado, para que los otros guarden una estabilidad
relativa.

Podría disertar aún mas sobre varios otros aspectos de esa necesidad imperativa de sacrificios rituales,
mas dejo a tu cargo encontrar la excepción, mi amor.
En el caso de que esa dinámica del sacrificio de chivos expiatorios te interese, te aconsejo buscar las
obras de René Girard, gran especialista en ese tema.

Mas, el primero que nos alertó para lo absurdo de esa práctica de chivos expiatorios como regulador social,
fue precisamente un judío, conocido bajo el nombre de Jesucristo.
Pues, para que un sacrificio sea válido en cuanto regulador de tensiones sociales, nos recuerda R. Girard,
es necesario que la víctima sea unánimemente designada.

Esa unanimidad fue obtenida en la condenación de Jesús.


Mas gracias a la continuación de la acción de Jesús a través de sus discípulos, el sacrificio perdió su
unanimidad, luego, su legitimidad.
Y, con eso, su valor de cimiento, moderador de la discordia popular.
Como los discípulos clamaban la inocencia de su maestro, invocando la resurrección, la función de
aplacador momentáneo de la culpabilidad del pueblo hebreo intentada a través del sacrificio de Jesús,
perdió toda su credibilidad.

Principalmente porque, con la desaparición del cuerpo, se hizo imposible probar realmente que Jesús no
resucitara, como había afirmado que lo haría.

Jesús fue así la primera "víctima" famosa que consiguió demostrar la injusticia de todo sacrificio.
Mas, aunque la unanimidad del reconocimiento del sacrificio haya sido rota, el sacrificio en sí se volvió
contra el propio pueblo judío, que pasó enseguida a ser el chivo expiatorio del sacrificio de Jesús.
Y como si eso no bastase, algunos de sus propios seguidores alimentaron siglos después esa "tradición",
ejecutando víctimas durante la inquisición.

Coloco aquí estos hechos, que marcaron nuestra historia humana mas allá de occidente, mi amor, apenas
para dejar constancia del impacto de esa práctica de los sacrificios rituales.
Mas no es mi intención defender ningún aspecto, ni atacar otras interpretaciones de estas narraciones.
Apenas pongo en evidencia que, de hecho, toda y cualquier acusación, sea a quien sea, sea por el motivo
que fuera, es un sacrificio ritual de un "chivo expiatorio", mi amor.

Pues por mas que un humano sea reconocido responsable de un error gravísimo, no será su sacrificio,
su "castigo", lo que corregirá el error:

57
Todo error solo podrá ser corregido si nos preocupamos menos con quién lo ejecutó y más con los factores
que propiciaron esa ejecución.

Hay una ley científica que dice:


"Las mismas causas producen siempre los mismos efectos. "

En cuanto desviemos toda nuestra atención a los "criminales", que son efectos de una dinámica humana,
no tendremos energía suficiente para buscar las causas que los producen.
No creas que ataco aquí el criterio de justicia, o que propongo que los malhechores no sean
responsabilizados y castigados por sus actos, mi amor.
Lejos de atacar la justicia aquí, yo la defiendo.
Pues, en esa dinámica social de "chivos expiatorios", ¡la justicia y las leyes son ellas mismas las primeras
víctimas!

Ya que esperamos de la policía, de la justicia y de los hombres políticos que erradiquen la criminalidad
erradicando a los criminales, sin un interés mayor en aprender las causas que los producen.
Sacrificar dirigentes, porque no acaban con el hambre y el crimen, es otro ritual de sacrificio típico de las
democracias.
Mas ¿qué político sería elegido proponiendo un programa de reflexión sobre las causas del hambre y del
crimen?
Los políticos solo son elegidos si prometen lo que no pueden cumplir.
Los electores mismos son los que piden ser engañados, para poder después sacrificar a los que ellos
mismos eligieron.

Mismas causas, mismos efectos. . .


En cuanto solo nos interesemos por el sacrificio de los ejecutores del "mal" nada cambiará en lo que los
produce.

Como ninguno de nosotros posee recursos capaces de influenciar a corto plazo esa dinámica de sacrificio
ritual en una escala social tan amplia, vamos antes a contentarnos con encontrar dónde una mejor
comprensión de ese fenómeno podría ayudarnos en nuestra vida cotidiana, mi amor.

Volvamos al inicio:
"Todo nos irrita, pues todo nos amedrenta, pues nos sentimos responsables de todo, luego culpables de
todo error".

Nuestra actividad permanente es encontrar un chivo expiatorio que alivie, a través de un ritual de sacrificio,
nuestra culpa y nuestra irritabilidad.
Renunciar simplemente al ritual de sacrificio no es la mejor solución, mi amor.
Pues cuando no descargamos nuestra violencia contra los demás, ella se convierte inmediatamente en
auto-agresión:
Quien renuncia a utilizar "chivos expiatorios", se vuelve el propio.

La solución a ese dilema reside antes en la comprensión de la "ley de la reciprocidad", mi amor.


La "reciprocidad" es una consecuencia de una ley de la física, que demuestra que :
"Toda acción genera una reacción igual y contraria. "

En el plano físico, no hay duda, mi amor.


Si dudas, acaricia el tronco rugoso de un árbol y siente como éste parece devolverte tu caricia.
Después, si aún dudas de la ley, golpea el tronco con una cierta fuerza y siente como la agresión te es
inmediatamente devuelta.
La ley de la "reciprocidad", o el "retorno del boomerang", es utilizada por los chinos no solamente en el
plano físico, sino igualmente en el plano psíquico.

Mas, pocos entre nosotros creen realmente que serán pagados "con la misma moneda".
La cita bíblica: "quien con hierro hiere, con hierro será herido", parece una afirmación errónea e infantil de
tanto que nuestra humanidad parece regida por la falta de respeto fundamental de los derechos humanos
y gobernada por la injusticia.

Entretanto, mi amor, los injustos solo nos parecen impunes porque desconocemos la naturaleza mas
profunda del bien y del mal.
58
Pues ¿qué es el "mal", mi amor?
La más unánime definición seria ciertamente:
"Todo lo que nos hace sufrir".

Si tenemos en cuenta el refrán que dice: "hay males que vienen para el bien", tendremos entonces que
considerar, en función de la definición anterior de "mal", que un sufrimiento solo es un "mal" si consigue
mantenernos en su poder, imposibilitándonos de convertirlo en un "bien".

¿Cómo entonces no ser víctima permanente del sufrimiento?


¿Cómo convertirlo en un "bien" estar?
¿Cómo no ser víctima de la injusticia, de la agresión inmerecida, de la indiferencia?
¿Cómo soportar que personas insensibles al sufrimiento ajeno cometan crímenes e injusticias sin ser
aparentemente incomodados?

Antes de entender por qué la injusticia es aparentemente "permitida" a algunos, mi amor, necesitamos
primero intentar entender cómo nos volvemos víctimas permanentes del sufrimiento.
Pues la ley de "boomerang" solo ocurre en el ámbito psíquico porque cualquier persona, normal y sana,
se culpabiliza al realizar un acto que transgrede sus valores humanos.
Esa culpabilidad será el motor inconsciente que accionará un "castigo" destinado a aliviar la culpabilidad.
He ahí como funciona la ley de la reciprocidad a nivel psíquico en todos nosotros.
La excepción a esa regla son aquellos humanos que se deshumanizaron a tal punto, que no sienten ya
ninguna culpabilidad en cometer injusticias.
Luego, no buscarán inconscientemente un castigo para aliviar una culpa que está desactivada en ellos.

Tales humanos pueden, potencialmente, cometer grandes injusticias.


Entretanto:
¿Pueden ellos atacar a un justo"?
Y ¿qué llamo yo aquí de "justo", mi amor?

"Justo" es simplemente aquel que, entendiendo la ley de la reciprocidad, sabe que es imposible perjudicar
a alguien, o incluso a algo, sin ser víctima al mismo tiempo del mismo perjuicio.
Ser "justo", contrariamente a lo que se piensa comúnmente, mi amor, no es una cuestión de "bondad".
Ser "justo", es una simple cuestión de inteligencia.
"Justos" y "deshumanizados" tienen un punto en común, mi amor:
Ambos están exentos de culpa.
Los primeros porque no cometen injusticias, los segundos porque no se culpabilizan por ellas.

"Justos" y "deshumanizados" nunca se encuentran, mi amor, pues los deshumanizados temen


naturalmente a los justos, mucho mas que lo contrario.
Si nosotros tememos a los deshumanizados y sus actos bárbaros, mi amor, es porque aún somos, en
parte, parte de ellos.
Y porque sabemos, en el fondo de nosotros mismos, que la culpa jamás nos dejará ir muy lejos en la senda
del crimen.
Por eso es que somos todos nosotros víctimas potenciales de los "inhumanos".
Por eso tememos tanto el "mal", mi amor, pues como sabemos que podemos cometerlo, no tenemos
defensa contra algo que aún forma parte de nosotros mismos.

Solo produciremos "anticuerpos" eficaces para defendernos del mal, mi amor, cuando nuestra mente
pueda identificarlo como algo ultrapasado de nuestra naturaleza.

En ese caso, por estar plenamente identificados a la ley de la reciprocidad, solo recibiremos el bien que
enviamos y alguien que intente actuar con mala intención sobre nosotros recibirá él mismo lo que intentó
enviarnos.

"Dios te dé el doble de todo aquello que me deseares", es lo que está escrito en el parachoques de algunos
camiones brasileños.
Escrito ciertamente por personas que descubrieron intuitivamente la ley de la reciprocidad.

Ahora es pues el momento de responder:


¿Cuál es la real naturaleza del "bien"?
59
El "bien" es un espejo.
El "bien", es el reflejo de lo que somos, mi amor.

Debido a eso, es literalmente imposible atacar el bien, pues, siendo el espejo neutro e inocente que recibe
todo lo que en él se refleja, no tiene cómo procesar el mal que le fue enviado, no tiene cómo "identificarlo"
como "mal", por no haber mas identificación con el "mal" en él, siendo toda acción negativa retornada
inmediatamente a quien la envió.

Una acción negativa solo actúa en aquellos que la juzgan negativa, mi amor, en aquellos que se
culpabilizan por lo que hicieron antes, o por lo que tienen voluntad de hacer ahora, delante del "mal" que
identificaron, luego, al cual aún están identificados.

Todos los que actúan según la ley de la reciprocidad, se ocuparán apenas en convertir lo que recibieron
en un bien.
Y no hay cómo no conseguirlo.
Pues solo la busca del castigo, debido a la culpa de sentirse "malo", de aún sentirse identificado a él,
puede mantenernos en un estado de sufrimiento castigador.

Así, los "deshumanizados" evitan a los "justos" y buscan a los "culpabilizados", mi amor.

Pues saben intuitivamente que el justo siempre convertirá la situación, en cuanto el "culpado" se ofrecerá
como víctima, para disminuir su culpa.

Lo contrario de la culpa, es la paz, mi amor.

Solo quien entendió la ley de la reciprocidad, sabrá habitar la paz que reside dentro de cada uno de
nosotros y que se revela a aquel que entendió que el "mal" es una simple cuestión de ignorancia, de idiotez:
"Feitiço é bomerangue perseguindo la feiticeira" ("Hechizo es el boomerang persiguiendo a la hechicera"),
nos enseña el cantor Lenine (no confundir con el famoso líder comunista).

Si esa paz te interesa, mi amor, "captura" entonces a KAEILARAE, o el ángel-arquetipo de la paz.


Para "capturarlo", basta que medites, cuanto fuera necesario, sobre esa ley de la reciprocidad, también
conocida como "ley del karma", por los místicos.
Comienza no inquietándote mas con la aparente impunidad de los que no se culpabilizan, pues en cuanto
eso te fascine, significa que estás con envidia de ellos, luego, cultivas aún tu identificación con la
ignorancia, o con el "mal".
Deja que las respuestas a estas cuestiones más complejas lleguen a ti mas adelante, cuando ya puedas
no identificarte mas con la violencia.
Quizá los budistas tengan razón y los "malos" contraigan un karma que pagarán en otra vida.
Quizá tu reflexión sobre el problema te revelará ángulos de percepción hasta ahora ocultos por tu
identificación con la cadena de la violencia.

Mas de nada sirve aquí especular sobre creencias, mi amor.


Con el tiempo, con la experiencia de renunciar al ciclo de la violencia, tus propias certezas surgirán.

En el momento en que puedas renunciar al precepto de "ojo por ojo y diente por diente", constatarás por
propia experiencia cómo las cosas malas pierden poco a poco el poder sobre ti.
Verás como todo "maleficio" y todo sufrimiento se convierte, sin ningún esfuerzo de tu parte, en algo
benéfico y provechoso.

Intenta esa experiencia, mi amor.


Nada tienes a perder.

No te propongo aquí, como sugiere Cristo, que ofrezcas la otra mejilla cuando te abofeteen .
Esa lección vendrá a su tiempo, cuando tengas capacidad para entenderla.

Propongo apenas que no abofetees de retorno, para no perpetuar el ciclo de la violencia sobre ti mismo.
Nada hay de "místico", o de "bondad", ni siquiera de cobardía, en esa proposición, mi amor.
Cualquier ateo justo, movido por el buen sentido, puede entender que la violencia solo genera violencia.
Nunca ninguna violencia generó paz, felicidad o prosperidad en la historia de la humanidad.

60
Repito, no responder al mal con el mal, es una simple cuestión de inteligencia.
No te propongo ni siquiera silenciar, "aguantar" callado.
Pues hay mil maneras de defenderse mas eficazmente de una agresión que la revancha.
Y sin mantenerse preso en su ciclo.
La Biblia cuenta que el propio Jesús, cuando fue abofeteado, dijo a su agresor:
"Si digo algo errado, corrígeme, si no lo digo, ¿por qué me abofeteas"?

En el momento en que ya consigas renunciar a agredir, mi amor, verás como surgirán espontáneamente
en tu mente mil formas de defenderse de la agresión.
Y más eficaces que la revancha, que te mantiene prisionero de ella.

Cuando estés de acuerdo con eso, intenta escuchar mejor todos los pensamientos en ti que claman por
venganza, que quieren hacer de ti una víctima perpetua del ciclo de la agresión, mi amor.
Observarás cómo se trata de pensamientos automatizados, sin vida propia, simples mecanismos mentales
que se repiten sin ningún otro fundamento que no sea el de mantenerte en el ciclo del sufrimiento.
Constatarás cómo tales pensamientos funcionan como una grabación independiente de ti y de tu voluntad.

Si dudas de eso, mejor aún, mi amor.


Pues para probar que miento, anota entonces todo lo que te pasa por la cabeza en los momentos de dolor,
de tristeza, de rabia, de inseguridad, de incerteza.

Constatarás entonces que los pensamientos se repiten, palabra por palabra, en tu cabeza.
Las mismas frases, los mismo argumentos desfilan como zombis.
Verás que estos "argumentos" no resisten a ningún análisis lógico.
Podrás observar que se mantienen así en ti simplemente porque renunciaste a accionar tu espíritu crítico.

Por eso sería tan maravilloso para ti, por puro espíritu crítico y de contradicción, que anotaras tus
pensamientos en los momentos que clamas por justicia o por seguridad.
"Rebelándote" aquí contra mi afirmación, verías entonces cómo obedeces como un autómata a órdenes
interiores absolutamente desprovistas de contenido y de pertinencia.

Mas, si concuerdas de antemano conmigo, intenta no ser tan perezoso y camina por un tiempo con una
hoja de papel y un lápiz en el bolsillo, mi amor.
Aprovecha entonces aquellos momentos "terribles" en una cola o en otra situación de espera, para anotar
los "argumentos" de las reclamaciones que invaden tu espíritu.

KAEILARAE, o el arquetipo de la paz, te acompañará en estos momentos, mi amor.

Aprenderás poco a poco a movilizar en ti la potencia que hizo que Mahatma Gandhi "expulsase" de la
India a la poderosa armada inglesa sin disparar ni siquiera un tiro.

No hay nada más poderoso que la paz, mi amor.

El Maestro Ueshiba, creador del Aikido, ilustra ese propósito con la frase:
"Nadie puede retirar mi fuerza, porque yo no la utilizo. "

61
11 - METATRON: ¡PIERDA EL MIEDO DE PENSAR!

Pensar, da miedo, mi amor.

Si pensamos un poco mas atentamente, acabaremos constatando ese hecho.


Nuestro miedo de pensar viene de nuestra creencia que podemos influir a través de nuestros pensamientos
en el desarrollo de los eventos.
Cuéntase que el propio Freud, por tanto uno de los grandes pensadores de la humanidad, no toleraba que
se pronunciase la palabra cáncer delante de él ,en la fase terminal de su enfermedad.
Muchos enfermos menos célebres y aparentemente más supersticiosos que el padre del psicoanálisis
tienen el mismo comportamiento con relación a sus males.
No se trata simplemente de evitar el recuerdo de algo doloroso:
Las ideas que emanan de nuestro pensamiento nos parece que tengan el poder de concretizarse en actos
y hechos e independientemente de nuestra voluntad.
Evitamos así pensar en desastres.
Tenemos miedo que nuestros miedos se concreticen.

En realidad, no pensamos, nunca pensamos, apenas pensamos que pensamos.


Pues, ¿qué seria pensar ?
Pensar, seria poder pensar en todo.
Y siempre que fuese necesario y de la forma que fuese necesaria.

Pensar, sería poder tener voluntad de matar, cuando se sintiese voluntad de matar.
Pensar sería permitirse tener consciencia de nuestros sentimientos, los más viles y los más mezquinos,
cuando estos atravesasen nuestra consciencia.
Pensar seria abordar todas las hipótesis posibles:
Freud ¿es aún creíble en cuanto "pensador", en el momento en que el se niega a pensar y escribirnos
directamente sobre su propio cáncer?
62
Dios, ¿existe o no?
Y, si existe, ¿es un sádico o un sabio?
Los hombres que creen en Dios ¿son imbéciles o aventurados?
¿Será que el bien es mejor que el mal?
¿Un hombre tendría mas ventajas sirviéndose a sí mismo, a Dios, o al diablo?
Obedecer las leyes, ¿es un mérito o una idiotez?
¿Gana mas quien da mas o quien recibe mas?
Loco, miserable y cobarde ¿es quien se suicida o quien acepta una condición de vida degradante?

Podría aún colocar aquí mil cuestiones que darían miedo a mucha gente de pensarlas.

Pues, pensar es chocante, mi amor.


Por eso afirmo que no pensamos, pues no nos permitimos abordar libremente toda y cualquier hipótesis.
No nos permitimos estudiarlas, analizarlas, ver lo que hay de constatable en ellas o lo que resta únicamente
del dominio de la suposición, de la creencia, de la fe, del deseo, del temor.

Y lo que nos impide pensar, es el miedo que tenemos de las consecuencias de nuestros pensamientos,
mi amor.
Por eso limitamos nuestro pensamiento a las fronteras de nuestro miedo:
Nadie es capaz de pensar sobre lo que le da miedo.

Podemos entonces detectar quién es el mayor "enemigo" de nuestro pensamiento, mi amor:


Es el miedo.
Miedo de las consecuencias.

De nada sirve entonces que yo tema que mi pensamiento de "odio" atraiga "odio" para mí, o que mi
pensamiento en cosas negativas cree condiciones propicias para que yo me precipite en ellas.
Pues si el precio a pagar para no incurrir en tales errores es el de controlar, inevitablemente, el propio
pensamiento:
Nada mas haríamos, a través de tal control, que reforzar inevitablemente nuestro miedo de pensar,
atrayendo así, según el propio principio de control, más miedo y represión aún para sí, ya que control
mental y temor están intrínsecamente ligados.

Nuestra inocencia, nuestra "pureza de espíritu", o sea, el fin de nuestro sentimiento de culpabilidad,
dependen entonces de nuestra libertad de pensar todo sobre cualquier punto de vista, y no de censura o
de control de las ideas "malas".

Mas...
Para poder pensar libremente...
Tenemos primero que perder el miedo de las eventuales consecuencias de lo que pensamos.

Y, para perder el miedo de las consecuencias de lo que pensamos, tenemos que constatar lo obvio, o sea:
Las consecuencias dependen no de pensamientos, sino de sus secuencias, o sea, de actos.

Imagina el numero de personas que desean que el Papa muera, u otro dirigente mundial importante.
Si el pensamiento matase, ¿quien aún estaría vivo en esta tierra?

Mas, por más racionales que seamos, por más ateos y menos supersticiosos que seamos, todos tenemos
miedo de enfrentar el miedo de pensar lo que nos da miedo.

No serán los religiosos que nos ayudarán a perder el miedo de pensar, mi amor, pues, según sus propias
creencias, ellos nos insinuaron que si pensamos cosas "malas" iremos al infierno, o entonces que
crearemos un "karma", etc.
Tampoco los terapeutas pueden ayudarnos a perder ese miedo, pues ellos nos dirán que nuestros
pensamientos son condicionados por las condiciones socioculturales de nuestra infancia, y pasaremos
nuestras vidas desprogramando nuestra programación infantil, regidos por el miedo de no conseguir dejar
de ser los robots teleguiados de nuestras identidades infantiles.
Además, religiosos, terapeutas y otros pensadores, atizan nuestro miedo de no pensar más por nosotros
mismos, de apenas cambiar nuestro papá biológico por papá Freud, de seguir teleguiados por la creencia
de nuestros terapeutas o nuestros gurus.

63
Tampoco serán los filósofos o los artistas los que nos ayudarán a vencer nuestro miedo de pensar.
Pues, como en los casos anteriores, en cuanto tengamos miedo de pensar lo que nos da miedo de pensar,
siempre pensaremos que lo que pensamos es una influencia del pensamiento de alguien y no nuestro
propio pensamiento.

Ve entonces, mi amor, cómo el miedo de pensar puede fácilmente inducirnos a una conducta paranoica.

La reacción más común que adoptamos para conjurar el miedo de ser influenciados por el pensamiento
de los otros, es la tendencia a ser "lo contrario", para sentirnos autónomos e independientes, pues todos
nosotros pasamos por una fase en que aspiramos a ser "libres", "originales".

Esa fase, es la fase de adolescencia de nuestro pensamiento.


Durante ella tenemos la tendencia a estar en desacuerdo con todo y con todos para probarnos que lo que
pensamos es único, luego, nuestro.
Mal nos damos cuenta en esa fase, que estamos tan poco seguros de lo que pensamos y con tanto miedo
de pensar, que nuestro pavor de concordar con algo es la prueba misma de cuanto no poseemos ningún
pensamiento propio que resistiría a una "concordancia", como un cantor que no reconocería mas su propia
voz en una coral.
El miedo de pensar cuando nos refugiamos en esa "autonomía" es tanto, que seríamos capaces de comer
mierdas y hallarlas buenas.
Solo para tener certeza que aquel "gusto" es solo nuestro. . .

Nadie puede entonces ayudarnos a pensar lo que nos da miedo, mi amor.


Ni siquiera nosotros mismos, pues ni siquiera sabemos quienes somos para confiar en nosotros mismos.
Ni siquiera Dios, pues sabemos aún menos quién es Él. . .

¿Desesperante no?
Si en mis relatos anteriores no sospechabas aún que yo pudiese ser medio exagerado, medio loco o las
dos cosas, creo que aquí estarás curioso para ver como voy a conseguir dar secuencia a esta narración.

¿Significaría entonces que no hay solución?


¿Estamos todos condenados a mantener los límites de nuestro pensamiento dentro de los límites de
nuestro miedo?

En cuanto no aceptamos que tenemos miedo de pensar lo que nos da miedo, mi amor, será ese miedo
oculto, inconsciente, que gobernará nuestro pensamiento.

Ese miedo se presentará delante de nuestras consciencias como un sentimiento de rabia o de indignación
delante de lo que nos parece vil, sórdido, o injusto.
Confundiremos entonces la legitimidad de esos sentimientos válidos y humanos, mas que utilizarán
argumentos pseudo racionales, con la razón que nos convida a ir más allá de nuestros sentimientos y
concienciarnos de los factores que actúan para que tales eventos que nos tocan se produzcan.
Pues esa es la única misión del pensamiento:
Guiarnos en la descubierta de los parámetros que participan de un evento.

Y, para hacerlo, tendremos que optar entre juzgar y entender.

Pues en cuanto utilicemos nuestro pensamiento para juzgar, no entenderemos lo que juzgamos.
Y, cuando entendemos, ya no nos es más necesario juzgar.

Jesús dio una lección práctica de ese hecho, en una escena de lapidación publica.
Él propuso a las personas que estaban preparadas para lapidar a una mujer juzgada culpada de adulterio,
que dejasen que tirase la primera piedra aquel entre ellos que nunca había pecado.
Con esa proposición, Jesús provocó una reflexión que impidió todo juzgamiento posterior de la mujer en
cuestión.
Lo que no impidió a algunos de sus seguidores de quemar "brujas" en su nombre.
Vas a ver que los que así procedieron estimaron que poseían realmente la pureza inmaculada de quien
nunca pecó en sus corazones y que esto les daba el derecho de encender la primera llama de la hoguera.

Es entonces la opción, mi amor:


O juzgamos lo que pensamos, o pensamos lo que juzgamos.
64
En cuanto juzguemos que nuestros pensamientos pueden causar males o ser juzgados, nos mentiremos
a nosotros mismos para ocultarlos de nosotros mismos.
Haremos ver que pensamos y repetiremos como papagayos o grabadores disculpas racionales que se
harán pasar por argumentos de razón.

Solo si aceptamos pensar el bien mal y el mal.


Lo justo y lo injusto.
Lo cierto y lo errado.
Solo si no colocamos ningún freno representado por el mínimo juzgamiento de lo que puede pasar por
nuestras cabezas, es que nuestro pensamiento se liberará de la prisión de nuestro miedo de pensar.

Pensar más allá del miedo, es pensar más allá del juzgamiento, mi amor.

Por eso es que el pensamiento libre es una cosa casi humanamente imposible pues un mínimo de
honestidad para consigo mismo nos incitaría a confesar que juzgamos todo lo que ocurre con nosotros y
a nuestro alrededor.
Y eso todo el tiempo.
Vivimos y actuamos en función de criterios como "bueno o malo", "cierto o errado", "justo o injusto".

"Juzgar", no es pensar, mi amor.


Juzgar es precisamente el miedo que nos impide de pensar.

Pues :
¿Quién se sentiría autorizado a juzgar si entendiese que no se autoriza a pensar?.
¿Y quien se autorizaría a pensar, si entendiese que solo consigue pensar según lo que gusta o lo que halla
cierto?.

Gran desafío, gran ejercicio de modestia, mi amor, ese de parar siempre para pensar sobre el hecho que
no pensamos nunca. . .

Solo de ahí, de la renuncia de juzgar, inclusive lo que pensamos, puede haber una liberación del miedo de
pensar.

METATRON es el ángel en la mitología que representa el pensamiento, mi amor.

¡No puede haber ángel más difícil de "capturar", arquetipo más difícil de "captar", que ese!

Pues todo nuestro pensamiento está al servicio de nuestro miedo.


Y, en la mitología de los ángeles, el "miedo" es representado por otro "ángel", el "ángel caído" de nombre
"Satán".
Hay entonces una grandísima confusión en nuestro pensamiento en torno del pensamiento "metatrónico",
que está más allá del juzgamiento de sí y el pensamiento "satánico", que se resume a él.
Enfatizo sobre ese punto del "juzgamiento de sí", pues en ultima instancia todo juzgamiento es un
juzgamiento de "sí mismo", mi amor, ya que no tenemos defensa contra una sentencia que nosotros
mismos promulgamos.

Pues :
Si no fuese por el hecho de juzgarnos cuando juzgamos a través de nuestro pensamiento:
¿Qué podría darnos miedo de pensar?

Para perder el miedo de pensar, mi amor, tenemos que perder el miedo de juzgar.
Juzgar a quien sea o por lo que sea:
A nosotros mismos, a nuestro prójimo, deseando el mal para nosotros mismos, para nuestro prójimo.
Pues solo si aceptamos que esos juzgamientos puedan emerger hasta la luz de nuestra consciencia,
podremos entender, a través de nuestro pensamiento, cuáles son los factores de nuestra educación que
nos condicionaron emocionalmente y que aún nos obligan a mantenernos en un nivel de auto condenación,
incapaces de utilizar nuestra energía para crear soluciones.

Perder el miedo de juzgar, pasa entonces inevitablemente por una necesidad de odiar.

65
El "odio", la "rabia", la "cólera", la "ira", la "indignación" o la "rebeldía" son la otra cara del miedo, mi amor,
son su evacuación a través de una catarsis emocional.

Pues toda rabia exteriorizada oculta un miedo y todo miedo exteriorizado oculta una rabia.
Mas en cuanto el miedo nos paraliza, la rabia nos pone en acción.
La primera reacción contra el miedo es entonces la rabia, la rebeldía, mi amor.

Alguien puede pasar toda su vida, o incluso varias de ellas, según los budistas, sirviendo de yoyo al miedo
y a la rabia.
Cuando conseguimos rebelarnos, vencer nuestro miedo, nos sentimos "todo poderosos" orgullosos de
nosotros mismos, nos damos mucha importancia personal.
Si utilizamos los arquetipos de los ángeles y de la mística, diríamos que en esa fase de exceso de confianza
en sí, estamos en nuestra fase "luciferina".
"Lucifer", que significa literalmente "portador de luz", es en la mística el "ángel caído" que no habría
soportado ser el simple soporte por donde la luz transitaría y habría "caído" por causa de su deseo de
retener la luz, de tener poder sobre ella, al contrario de darle el poder sobre sí.

Ya cuando nuestros proyectos fallan y dudamos nuevamente de nosotros mismos, entramos en una fase
de miedo, en un espacio "satánico" de parálisis.
Pues "Satán" sería el ángel que habría "caído" por intentar mantener un control, un poder sobre otras
criaturas a través del miedo y de la inseguridad.

Todos nosotros conocemos esos estados emocionales alternantes entre depresión y euforia en nuestras
vidas, mi amor, pues por juzgarnos a veces "los mayores" es que nos juzgamos otras veces "los menores",
o los mayores aún, mas al revés, si preferimos. . .
La fase en que podemos liberarnos de ese circulo, digamos. . . "infernal". . . se presenta delante de
nuestra rabia, durante nuestro periodo de euforia, de rebeldía, de auto-confianza exacerbada, pues en ese
periodo, si ya pasamos por él varias veces y ya conocemos lo suficiente la trampa del exceso de auto-
confianza que conduce fatalmente a la depresión, podremos aprovecharnos de la auto estima que
gozamos, no para reducirnos narcísicamente a ella, sino para profundizar en nuestro pensamiento en
puntos que antes nuestro miedo y nuestra autodepreciación nos impedirían.

El propio proceso de intentar entender lo que nos lleva al miedo o a la cólera, nos conducirá sutilmente a
la comprensión que reside más allá de todo juicio. Y cuando podamos mantenernos en un estado de
reflexión que no dependa de nuestro estado emocional, o sea, cuando no dejemos mas que nuestros
miedos y nuestros odios resentidos bloqueen el curso de nuestro pensamiento, este sabrá conducirnos a
su propia evolución.

Pues a partir de ahí las ideas podrán revelarnos lo que nuestros juicios nos impiden de comprender en
nuestro propio funcionamiento afectivo-mental.

El momento en que comenzamos a pensar, es el momento en que perdemos el miedo del miedo.

O mejor, para llegar hasta el pensamiento claro, a la comprensión que se encuentra más allá del juicio,
es perder el miedo de tener rabia, de odiar, de juzgar, de insultar, para llegar a comprender como tales
sentimientos pueden producirse.
Y de ahí llegar a comprender que ellos son ineficaces en términos de acción, más inevitables en términos
de catarsis.

Solo cuando perdemos el miedo del miedo es que METATRON, o el arquetipo del pensamiento más allá
del juzgamiento, puede revelarse a nosotros, mi amor. Antes de eso, nuestro pensamiento es guiado por
el miedo, es confuso, literalmente irracional, bajo la apariencia de racionalizaciones, no nos viene de una
voluntad de entender, sino de una necesidad de juzgar.

Ese pensamiento "pre-metatrónico", es nuestro pensamiento "satánico" de prácticamente todos los


momentos del día, donde no elegimos la comprensión mas sí el miedo como consejero.

Mas no debemos ni siquiera tener miedo de darnos cuenta que pensamos prácticamente todo el tiempo,
únicamente lo que el miedo nos dice de pensar. Lo que podemos, es ir preparando discretamente, si aún
somos tímidos de más, nuestras crisis de rabia que nos llevarán a una catarsis cada vez mas completa de
miedo.
66
"Metatrón" nos orientará, mi amor, desde que nos decidamos a enfrentar el miedo de juzgar, de no
corresponder afectivamente a los patrones que nos parecen impuestos . . . por el miedo de los "otros", o
de la "sociedad".
A no ser que prefiramos llamar aquí a ese ángel de arquetipo de la "razón", o de la "lucidez", que es como
lo conocen quienes no creen en él.

Piensa ahí entonces, mi amor, en qué fase de tu pensamiento te encuentras, si ya ultrapasaste la fase de
juzgamiento, si todavía te mantienes en el miedo, o si aún eres un prisionero de la rebeldía.
El punto de inicio de ese camino en pro de la liberación del miedo de pensar es:

No te juzgues.
Ni siquiera por juzgarte.

Esa es la "tela" mental con la cual capturarás a Metatron y verás tu raciocinio y tu lucidez prosperar, mi
amor.

12 - RAZIEL: EL CONOCIMIENTO

"Conocer", significa etimológicamente "co-nacer", o "nacer con", mi amor.

Eso significa, que solo si nos liberamos de toda opinión previa, de toda imagen anterior de algo, en fin, de
todo y cualquier juzgamiento y aceptamos ser nuevos, con lo que es nuevo para nosotros, llegaremos al
"co-nacimiento", al conocimiento.

Generalmente confundimos "conocer" con "catalogar", pues confundimos conocimiento con re-
conocimiento.
Ignoramos así que solo el reconocimiento depende de la memoria, ya que solo "re"-conoceremos
evidentemente lo que conocíamos previamente, a través de datos archivados en la memoria.
Mas cuando se trata de conocimiento, la memoria no es de ninguna utilidad y es incluso formalmente
contraria y nociva al conocimiento.
El conocimiento es, por definición, un encuentro con algo nuevo para nosotros, o sea, algo que
desconocíamos hasta el presente y que por eso mismo no depende de la memoria y solo depende de
nuestra presencia actual, nueva y entera.
Co-nacemos entonces allí en el presente, en la presencia que a nosotros se presenta.

Mas ¡qué difícil es prescindir de la memoria!, ¿No es así, mi amor?

67
Necesitamos asociar, sistemáticamente, algo nuevo con algo viejo, en una tentativa de ¡re-conocerlo antes
incluso de conocerlo!
Damos pocas oportunidades para que algo de realmente nuevo se presente a nuestra percepción. pues
luego comparamos, asociamos por analogía, recurrimos a metáforas, en fin, reducimos sistemáticamente
lo nuevo a lo viejo, lo que acabó de llegar a lo que se encuentra archivado de antemano en nuestras
memorias.
Acabamos así repitiendo, imitando, en vez de iniciar, de crear.

Pues hay también una gran confusión en nuestros espíritus con relación a la imitación y a la creación.
Estamos convencidos que crear, ser original, innovador, iniciador, es posicionarse de manera diferente
con relación al pasado.
Eso hace que destruyamos sistemáticamente los pasos de nuestros ancestrales, ignorando el valor de
toda experiencia y conocimiento que ellos nos legaron, en la intención de "crear" algo que nos parezca
"nuevo".

Mas no es cuando nos oponemos a nuestra herencia que somos creativos, y sí cuando sabemos asimilarla
y llevarla aún mas lejos.

Destruir lo "viejo", aún sólido y válido, para construir lo "nuevo", es la eterna imitación de "originalidad", ya
descrita en el antiguo testamento en la narración de los "ángeles caídos".
La auténtica creación se fundamenta en el presente, mi amor.
Ella no se "hace" a partir de un "nada", que no es mas que la negación de lo que hay.

Para crear, no necesitamos destruir lo que hay, mi amor, necesitamos encontrarlo, conocerlo, co-nacer en
él y con él.

Destruyendo lo que hay, conservamos nuestros patrones antiguos, imponemos nuestro modelo a la
realidad.
Mas no por eso somos creativos.
Simplemente repetimos nuestros antiguos patrones preexistentes, imitamos viejos esquemas anteriores y
preconcebidos.
De ahí la importancia, mi amor, de no confundir conocer con reconocer, memoria con presencia, crear con
destruir.

En la creación, en el conocimiento, hay siempre memoria, mi amor, hay siempre reconocimiento.


En la imitación, hay apenas destrucción del presente y una búsqueda estéril de "originalidad".
Lo "nuevo" no es el "enemigo" de lo viejo, mi amor.
Ni siquiera es su "sucesor".
Lo "nuevo" es la prolongación, la evolución, la expansión de lo "viejo" , mi amor.

Uno de los mayores frenos al avance humano es exactamente esa sed, tan humana, de ser "diferente",
original.
Mas ¿dónde comienza el psicoanálisis y dónde termina el "conócete a ti mismo", del oráculo de Delphos?
¿Dónde comienza la ciencia y dónde termina la filosofía ?
¿Puede haber una filosofía sin ninguna ciencia?
¿O una ciencia que no transporte ninguna filosofía?
¿Quién creó algo realmente NUEVO en la historia de la humanidad?
¿Puede haber un "copy right", en términos de ideas, que sea coherente con otra "lógica" que no sea la
lógica mercantil?

Las ideas pertenecen a quien las asimila, no a quien las profesa, mi amor.
Todo modelo nuevo, que representa un avance en la comprensión humana, es obligatoriamente tributario
de los modelos anteriores que permitieron su emergencia.
Mas todo "creador" humano intenta siempre conservar la originalidad de su innovación en detrimento de
la fuente que le permitió realizarla.
Sea en ciencia, en filosofía o en religión, y hasta incluso en el mundo artístico, asistimos a una guerra de
modelos, a una batalla de clanes, que intentan acreditar su punto de vista desacreditando el del vecino y
apagando toda memoria de su propio pasado, de su creación.

68
Imagina, mi amor, si todo creador conservase los trazos de la emergencia de su innovación:
¡Podríamos seguir la evolución de las ideas desde los principios de la historia humana!
¡Sabríamos así cómo una idea evolucionó, cómo ella toma FORMAS distintas, mas, en el fondo, continua
siempre siendo la misma !
Pues las ideas son in-formaciones, mi amor, o sea:
Formas que nos transmiten un mensaje, una significación.
¿Ya notaste, mi amor, que toda y cualquier forma siempre es, en sí, una "in"-formación?
¿Ya observaste como toda forma informa, transmite, "dice" algo?
¿No es curioso eso, mi amor, que el universo entero es un "alfabeto", un "código", en el sentido que cada
una de sus formas nos informa de algo?
Sherlock Holmes deducía cosas que los otros eran incapaces de "leer":
"Elemental, mi querido Watson". . .
Nuestros astrofísicos consiguen transformar en gráficos y curvas, detalles luminosos captados por
telescopios, de astros distantes billones de años luz de nuestro planeta.

Todo lo que concebimos, todo lo que se encuentra presente en nuestro mundo, son formas, mi amor.
Y toda forma ya es, en sí, un conjunto de informaciones, un código inteligible para aquel que, decidido a
conocerlo, aprenderá a "leerlo".

Encontrar, crear, mantenerse evolucionando, expandiendo, compartiendo, "co-naciendo", son así


sinónimos de conocer, mi amor.

Tenemos simplemente que renunciar a reconocer antes de conocer, lo que parece lógicamente evidente,
mas que en la realidad es prácticamente imposible a cualquiera de nosotros.
Pues si no reconocemos casi instantáneamente algo que se presenta a nuestra percepción, si algo delante
de nosotros no corresponde de inmediato a nada equiparable a los datos de nuestros archivos de memoria,
entramos simplemente en pánico, mi amor.
Lo desconocido nos asusta y es asociado inmediata e irracionalmente al peligro.
Si reconocemos una barra de pan, la comeremos sin recelo, incluso si está envenenada.
Mas rechazamos conocer algo que no corresponda a nada de lo que reconocemos. . .
Bella paradoja, ¿no es así, mi amor?

Siempre queremos colocar nuestra memoria antes de nuestra presencia, de nuestra inteligencia.
Siempre juzgamos antes de enterarnos de los hechos.
Primero "juzgamos", después hacemos preguntas. . .

Es entonces la proposición, la "información" de esa forma de arquetipo humano conocida bajo el nombre
de "conocimiento", mi amor:
"Acepta encontrar.
Olvida lo que piensas saber.
Deja que lo nuevo te renueve.
Pierde el miedo de lo que desconoces, pues el peligro está en lo que tu crees que conoces y no en lo que
desea abrirse para ti.
Confía en tu presencia, no en tu memoria".

El conocimiento es así un eterno presente, un constante viaje, mi amor.


Un camino que no te tortura con innumerables, enigmáticos, "opacos", "esotéricos", "místicos", o
"metafísicos" y tortuosos pasos que te llevan a un "final feliz":
El conocimiento es el gozo perpetuo del encuentro.

Acepta que solo sabes que nada sabes, como nos demostró Sócrates, mi amor.
Estarás así preparado a saber, a conocer cada encuentro presente que no confundas con el pasado.
Sal de la rutina, mi amor, de la repetición, de la imitación irracional de patrones pseudo-racionales,
estériles, "pre-grabados".
Sal de la "rueda del karma", como llaman los budistas a este ciclo de repeticiones del pasado en el
presente:
"Yo veo el presente repetir el pasado, yo veo un museo de viejas novedades, el tiempo no para", cantaba
Cazuza.

Acepta que cada mañana sea una nueva mañana, que cada beso sea un nuevo beso, que cada sonrisa
69
tenga un nuevo sabor, que cada limpieza de la casa sea la llegada de una nueva morada, que cada día
de "trabajo" sea un nuevo encuentro con algo que no habías percibido antes.
Acepta que solo hay monotonía cuando te cierras en lo que crees saber y conocer de las cosas, mas que
proyectas en ellas tus viejos, antiguos y carcomidos patrones de juzgamiento:
"Yo prefiero ser esa metamorfosis ambulante, que tener aquella vieja opinión formada sobre todo",
cantaba Raúl Seixas.
"Si quieres entrar en el reino de los cielos, tendrás que ser como uno de esos pequeñines", nos decía
Jesús, alertándonos para el hecho de que son los niños quienes podrán enseñarnos a deshacernos de
nuestros juzgamientos y preconceptos.

Conocer, es entonces co-nacer, es compartir presencia y presente, es encontrar el gozo a cada paso y no
"después", es renovarse, nacer de las propias cenizas, de las certezas pasadas e inútiles al presente, es
vivir, para dejar de sobrevivir a través de esquemas mentales, es pensar, al revés de catalogar ideas.

Si aceptas perder el miedo de encontrar lo desconocido, de dejar de ser "un muerto entre los muertos"
repitiendo el reconocimiento de patrones pseudo-conocidos, si aceptas co-nacer con y en el eterno
presente, conocerás el conocimiento, mi amor, encontrarás a RAZIEL.

Raziel es el ángel-arquetipo del conocimiento, aquel que nos guía cuando perdemos el miedo de saber,
cuando renunciamos a nuestras opiniones, a nuestras creencias, a nuestros patrones de memoria
preestablecidos y sin vida.
Raziel es el maestro del movimiento, del encuentro, de lo que vive.

Deja entonces, mi amor que, por un lado, tus patrones de comportamiento socioculturales continúen
orientándote en lo que concierne a tu día a día. Mas medita mas frecuentemente sobre tu ignorancia en
lo que concierne al porqué de todo lo que te rodea, medita sobre tu ignorancia inclusive sobre ti mismo.
Vive la vida del mundo humano como el mundo humano es, mas medita sobre el automatismo inútil de la
mayoría de nuestras acciones en sociedad:

"Da al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios".


"Deja que los muertos entierren a sus muertos", nos enseñaba Jesús, instruyéndonos sobre esa diferencia
entre lo que es memoria muerta, mercantil, ligada a patrones rituales automáticos de manutención y lo que
es memoria viva creadora, volcada al conocimiento.

Con tiempo, con el trabajo de tus meditaciones cotidianas en los instantes "muertos" de espera en una fila,
en la contemplación de nuestra verborrea mental, en el silencio de nuestras cabezas o en grupo, verás
como tu actitud cotidiana cambiará, sin que tengas que tomar medidas drásticas y radicales para eso.
Aprende a desconfiar mas de toda mudanza brusca y pomposa, aprende a confiar mas en lo que se
construye poco a poco, con el tiempo, con mucho tiempo.
Y de manera casi imperceptible.

Así trabaja Raziel, o el arquetipo del conocimiento, mi amor.


El te induce a mudanzas mas que sutiles en tu manera de observar, en tu presencia en el mundo.
El te ayuda a perder poco a poco tu miedo de reconocer que ignoras todo sobre todo, que no sabes
absolutamente de nada sobre nada, ni tú, ni quien pretende saber de algo.

Raziel crea así las bases racionales para que tu intuición y tu razón no sean víctimas de tus delirios de
interpretación, de tus fantasías, que te hacen creer que sabes de algo, aunque ese "saber" no sea mas
que una protección que oculta tu pánico delante de tu propia ignorancia.

Entre tanto, será el conocimiento de tu propia ignorancia lo que te llevará al conocimiento del mensaje
que todas las formas del universo tienen para darte, mi amor.
Simplemente, tendrás antes que reconocer que eres un analfabeto que finge saber leer, delante de otros
analfabetos que fingen lo mismo, para que la información que cada forma representa llegue hasta ti sin
que te pierdas en tus delirios interpretativos.

Basta apenas y únicamente que medites sobre tu propia ignorancia, hasta reconocerla de hecho, mi amor,
para que el espíritu dialéctico de intuición y razón que guió a Sócrates y toda la filosofía y ciencia a partir
de él, lleguen a ti.

70
Basta que reconozcas que eres un niño que ignora todo sobre el mundo en el cual habita, para que el
espíritu "sano" y "santo" te orienten.

Medita sobre tu ignorancia, mi amor.

¡Y haciéndolo, acreditarás, si puedes, que jamás estuviste tan próximo del conocimiento!

13 - GALGALIEL: ¡VIVIR ES VIBRAR!

Los seres humanos fueron creados para vibrar, mi amor.


Somos vórtices de energía.
Remolinos, espirales, huracanes, terremotos, maremotos de emociones.

No existen emociones "buenas" y emociones "malas".


Lo que existe, eso si, es una dificultad consciente nuestra de direccionar la emoción que nos atraviesa:
Sea el odio y la voluntad de matar, o el amor y la voluntad de proporcionar placer.

El miedo, mi amor, es la emoción que nos impide direccionarnos conscientemente a los demás.

Vale entonces la pena aquí, mi amor, comprender mejor cómo el miedo fue asfixiando poco a poco el
emocional del ser humano.

En el momento en que comenzamos a tener la "consciencia de ser", que es lo que hace de nosotros los
seres humanos que somos, inmediatamente comenzamos a sentirnos perdidos dentro de esa nuestra
consciencia de ser. De ser:

Un "yo".

71
Pues nuestro "yo", nos dice que no somos lo que hay "fuera" de nosotros, por ser precisamente lo que hay
"dentro" de nosotros:

"Yo" soy "yo" porque "yo" no soy el "otro".

Y ese "otro", es todo lo que está "fuera" de nosotros, mi amor, mas allá de nuestra piel:
¿Cómo no sentirse amenazado por el exterior de "sí", mi amor?
¿Cómo no tener miedo de la masa humana, ella misma prisionera del miedo, que nos circunda?
¿Cómo no tener miedo de los animales capaces de devorarnos, o de los virus capaces de infectarnos?
¿Cómo no tener miedo de las plantas capaces de envenenarnos o de esconder animales y hombres que
nos amenazan?
¿Cómo no temer a volcanes y terremotos?
¿Cómo no temer a los meteoros que se dirigen incesantemente y de todas las partes del universo en
dirección a la tierra?
O, miedo aún mas sofisticado: ¿cómo no temer ser deglutidos por un "agujero negro", con galaxia y todo?

El miedo llegó al centro de la existencia del hombre al mismo tiempo que este tomó consciencia de ser, mi
amor.

El miedo es la consecuencia más directa y más inmediata de la consciencia de ser.

Basta que observemos a los animales:


Ninguno de ellos parece realmente tomado por un miedo existencial.
Por el contrario, ellos parecen siempre ocupados, atentos sí, mas nunca pre-ocupados.
La prueba es que una gacela puede tranquilamente deleitarse con hierbas de un pasto delante de un león
saciado por haber acabado de devorar a su hija, o su madre.
No hay pre-ocupación de la gacela con el ataque del león, ella sabe que él no tiene hambre.
No hay rencor tampoco, pues así como no hay pre-ocupación, no hay "post"- ocupación:
La gacela no lo juzga porque él haya saciado su hambre a costa de uno de los suyos.

Pero, cuanto más una especie evoluciona, más ella se aproxima de nuestra preocupación existencial:
Los chimpancés luchan permanentemente por el poder.
Y de un modo constante, que ya recuerda mas la lucha por el poder del hombre, con trucos, estrategias y
alianzas, mas que las abejas, por ejemplo.

Y en el hombre la pre-ocupación es tan constante, mi amor, que ya substituye literalmente a la ocupación.

Si somos honestos, mi amor, tendremos que confesar que nuestras ocupaciones sólo están ahí para que
olvidamos nuestras pre-ocupaciones.
Estamos todo el tiempo preocupados, mi amor:
Con las consecuencias de lo que estamos diciendo o haciendo, o de lo que alguien dice o hace con
nosotros o con quien amamos.
Con las consecuencias de lo que decimos o hacemos, o de lo que alguien dice o hace con nosotros o con
quien amamos.
Con las consecuencias de lo que diremos o haremos, o de lo que alguien dirá o hará con nosotros o con
quien amamos.

Por una razón o por otra estamos siempre preocupados.


Luego, por una razón o por otra, estamos siempre con miedo.

El miedo reina así, sin concurrencia, sobre nuestras emociones, mi amor.

La única salida que encontramos al miedo, es la rebeldía a él, la revolución, la desobediencia a lo que él
nos susurra todo el tiempo dentro de nosotros mismos:
"¡Estese quieto!"
"¡No desee, no peque, no reivindique!"
"¡Eso es feo!"
"¡Eso es "malo!"

Nos volvemos así hipócritas, cobardes y represores de nuestros propios deseos e incluso de nuestras
72
necesidades, mi amor, direccionando nuestra frustración permanente contra nosotros mismos bajo forma
de "dolencia", de auto-agresión.
Educamos a nuestros niños de la misma manera, en la casa, en las escuelas:
"¡Estese quieto!"
"¡No desee, no peque, no reivindique!"
"¡Eso es feo!"
"¡Eso es "malo!"

O entonces nos revelamos contra eso, mi amor, contra el "sistema":

El pueblo contra la aristocracia, en la revolución francesa.


Los operarios contra la burguesía, en la revolución rusa.
La juventud contra los adultos, en la "generación James Dean", en el rock and roll de Elvis Presley.
La lógica de guerra contra la lógica de paz, como en el movimiento Hippie nacido sobre el choque de la
guerra del Vietnam.
O el capitalismo contra la repartición de bienes, hoy en día.
La revolución, sea cual sea la forma en la cual ella se presente, mi amor, es la primera y más segura
señal que uno o varios seres humanos no aceptan mas la tiranía del miedo sobre sus vidas.

Y eso es lo que es importante que entendamos en primer lugar, mi amor, en todo miedo experimentado
bajo forma de rebeldía, de odio.

Pues solo un ser, GUIADO POR UN EXTREMO CORAGE, no olvidaremos ese detalle, osa decir o hacer
algo que el miedo intenta impedirle, paralizando cada fibra, cada célula de su cuerpo:

"¡Estese quieto!"
"¡No desee, no peque, no reivindique!"
"¡Eso es feo!"
"¡Eso es "malo!"
Que juzguemos que el grito de desespero así lanzado contra la "voluntad" del miedo es justo o no, "santo"
o "diabólico", eso no es mas importante:
Lo importante es que aprendamos nosotros mismos a escuchar ese grito de rebeldía en nosotros mismos
y que aprendamos a dirigirlo para algo de bueno para nosotros mismos y para nuestros semejantes.

Pues:
¿En qué difiere la ación de un Buda, de un Jesús, de la acción de un Hitler o de un "serial killer"?

En los cuatro ejemplos, el punto común es que hay una voluntad de no callar, voluntad de salir, de hacer
lo que se piensa que va a resultar en un efecto de descarga, de alivio de una tensión interior.
Solo que Buda y Jesús direccionan esa voluntad de salir que los anima para algo que será directamente
provechoso a billones de humanos durante siglos.
En cuanto Hitler y un "serial killer" restan insensibles al mal que sus acciones causarán a innumerables
personas.

Jesús y Buda supieron transformar perfectamente su "miedo por la humanidad", la preocupación de ellos
con nuestro bienestar, en algo de grandiosamente benéfico.
Ambos pasaron por un proceso de transformación interna, antes de pasar a la acción.
Esa transformación interior, anterior a la acción, hizo que la firmeza y la fuerza de voluntad colocada en
sus actos germinasen en la dirección de un mensaje de paz y amor.
Como lo comprueban los siglos.
En cuanto tanto Hitler cuanto un serial Killer, mi amor, quedaron presos en el odio, que es apenas la cara
expuesta del miedo.
Mas es cuando el miedo sale de nosotros mismos, mi amor, incluso bajo forma de odio y rebeldía, que
comenzamos a:

VIBRAR EMOCIONALMENTE.

Pues solo hay acción, cuando hay la vibración emocional que vibra la ación, mi amor.

Mas, por más paradójico que parezca:


Salir del miedo... da miedo...
73
De ahí esa nuestra dificultad, tan humana, de acoger SIN MIEDO a alguien que está liberándose de su
miedo:
"¡Estese quieto!"
"¡No desee, no peque, no reivindique!"
"¡Eso es feo!"
"¡Eso es "malo!"

Parece que solo escuchamos eso dentro de nosotros.


Parece que solo sabemos decir eso a quien expresa rebeldía y odio delante de nosotros.

Galgaliel es el ángel-arquetipo que nos es imprescindible EN ESOS MOMENTOS DE MIEDO DEL MIEDO,
mi amor.

Pues el miedo, en sí, no es una vibración, es exactamente la parálisis de nuestra vibración.

Y el miedo del miedo tiende a llevarnos a una depresión disimulada, más profunda, que emerge en nuestro
día a día bajo forma de cansancio, de inercia.
Sentimos, entonces, una falta de placer y de iniciativa, un estado de postración, una "catatonia", que nada
mas es que vibración, nada mas es que energía acumulada bajo forma de tensión, de rigidez muscular y
emocional, que traduce nuestra rebelión contra el miedo.

Mas, se trata de una rebelión contenida… por miedo del miedo…


Nuestra energía, que tendería a manifestarse bajo forma de cólera, es, entonces, "congelada",
transformada en "coraza muscular", según la expresión de W. Reich.
Como vimos antes, la única manera de "salir" del miedo del miedo, de escapar de su poder, es
exactamente "moverse", sea como sea, "reactivarse", hasta conseguir vibrar de nuevo emocionalmente y
de la forma que ya sea posible.
Y esa forma generalmente se traduce en una catarsis de lloro o de rabia, como si hubiésemos tomado un
alimento nocivo, "traumatizante", que paraliza nuestro estómago y el único medio de evitar que nos
envenene fuese vomitarlo.

Las personas que no consiguen "vomitar" una experiencia traumatizante y que intentan digerir el "veneno"
de un traumatismo que los paralizó debido al miedo del miedo, mas allá de eliminar las "toxinas" del miedo
a través de dolencias crónicas y autoagresivas, ligadas a estados de tensión crónicos y auto agresivos,
buscan mantener una reactivación física automatizada, bajo forma de tics nerviosos, de gestos ritualizados,
u "obsesivos compulsivos", que llegan a grados extremos en psicóticos, que pasan horas sentados,
oscilando el tronco para adelante y para atrás.
En casos psicóticos más extremos, puede inclusive haber una postración catatónica, una rigidez que lleva
a una paralización muscular total.

Estos ejemplos, entre otros, indican cómo el miedo es la negación de toda vibración vital y cómo nuestro
organismo se empeña en un combate furioso de supervivencia, reactivándose como sea posible para
escapar al "frío" del miedo que lo paraliza, que lo "congela".

La idea de vibración es, entonces, uno de los arquetipos mas presentes en todos los momentos de nuestra
vida, por ser el más vital.

Galgaliel representa ese arquetipo, él es la vibración, la vibra-acción que fundamenta toda vida, todo
movimiento en el universo.

Este arquetipo, por ser en sí movimiento, no "teme" una de sus formas, no teme nuestra "furia", y nos
ayuda a perder todo temor que tengamos de nuestra propia furia, o de la furia de nuestro prójimo.
Él nos ayuda a atravesar todo deseo "malo", que, en sí, nada mas es que una vibración bajo forma de
desespero, que intenta, justamente, desesperadamente escapar a la parálisis del miedo del miedo.
Galgaliel es la vibración, la vibra-acción de Dios bajo forma de ángel.
Galgaliel no teme nuestra furia, y nos ayuda a perder todo temor que tengamos de nuestra propia furia o
de la furia de nuestro prójimo.
Él nos ayuda a atravesar todo deseo "malo".

74
Que detectemos ese "mal" deseo en nosotros o en uno de nuestros semejantes, que ese deseo sea apenas
expresado o ya haya sido ejecutado, como el deseo de robar, de mentir, de matar, de hacer el mal, de
odiar.
Galgaliel representa la conciencia de estar, en ese exacto momento, entrando en acción:

¡¡ESTAMOS VIBRANDO EMOCIONALMENTE, ESTAMOS LIBERÁNDONOS DEL MIEDO DE VIBRAR!!

Galgaliel, por ser exactamente el ángel-arquetipo de la vibración, no se deja impresionar en absoluto por
la forma horripilante que toman nuestros primeros pasos fuera de la prisión del miedo.

Al contrario:
Él representa la toma de conciencia de la necesidad de realizar una catarsis emocional previa, que nos
permitirá enseguida salir libres del miedo, y nos da coraje para ¡sentir más, y aún más fuerte!

Él nos da coraje para realmente dejar salir a través de nuestras consciencias todo el mal que deseamos a
nuestro prójimo, todo nuestro deseo de herirlo, de traicionarlo, de odiarlo, de humillarlo, de torturarlo y
finalmente matarlo en las mas lentas y crueles atrocidades.

Galgaliel sabe que:

¡¡ESA NO ES REALMENTE NUESTRA INTENCIÓN!!

Galgaliel sabe que vibramos emocionalmente en esa franja de horror simplemente porque el miedo nos
aterrorizó tanto que nuestra rebeldía contra el nos cegó, junto con nuestra culpa de sentirnos impotentes
ante al miedo, y que apenas por eso utilizamos cualquier pretexto que nos de uno de nuestros hermanos,
en uno de sus actos guiados por su propio miedo y expresado en odio o indiferencia, para que lo
ataquemos en nuestro lugar, para que lo utilicemos como "chivo expiatorio" de nuestras propias culpas,
dirigiendo a nuestro prójimo el juicio y la sentencia que de hecho infligimos a nosotros mismos.

Galgaliel puede en esos momentos ayudarnos a superar el horror que sentimos de nosotros mismos y la
agresividad que dirigimos a nuestros semejantes para desviarla de nosotros mismos y convertir lo que
parece un infierno de maldición en una bendición de acción.
Galgaliel sabe como dar secuencia a nuestra liberación del miedo, ya comenzada por Cerviel, o el ángel-
arquetipo del coraje, que nos da valor para revolvernos contra el miedo.
Aunque el miedo salga de nosotros bajo la asustadora forma del odio y de la rebeldía contra todo lo que
creemos que nos oprime.

Galgaliel representa, entonces, la vibración del miedo transformado en odio, miedo que transcendió a sí
mismo, que alcanzó la esfera del ángel-arquetipo Nataniel, símbolo del "fuego", fruto de toda vibración
intensa.
Este fuego simbólico "quemará" después nuestra rebeldía, consumiéndola, reduciéndola a "cenizas",
posibilitando así que la vibración iniciada bajo forma de odio y de mala intención pueda renacer bajo forma
de amor, ya en la esfera del ángel-arquetipo Hadraniel, símbolo de la vibración bajo forma de amor.
El sentimiento que traduce nuestro sentimiento de unión de nuestra vibración con la vibración del universo,
es el ESPLENDOR, mi amor, como comentamos más largamente en el estudio del ángel-arquetipo
Chequiná.
Y una vez que nuestra vibración afectiva personal hará la experiencia de vibrar en sintonía con la esencia
misma de toda vibración, la experiencia de comunión con la fuente de todo movimiento disipará nuestro
miedo de que nuestro universo se mueva, que las cosas "cambien", pues confiaremos hasta en el
movimiento de transformación y no temeremos mas que sea nuestro "enemigo".

A partir de ahí, toda vibración pasa a ser "música" para nosotros, el universo pasa a ser una inmensa
orquesta sinfónica, "escucharemos" en todo movimiento la melodía de "Israfel", que representa el ángel-
arquetipo de la vibración melódica, armónica, donde todo movimiento es percibido no mas a través de
nuestro miedo, sino en función de su función universal, cada día un poco mas decodificada por nuestros
hombres de ciencia.

La "música" de esa vibración armónica del universo, una vez que ya no es mas deformada en su sonoridad
por nuestro miedo, se traduce en cada uno de nosotros a través de un sentimiento de confianza, de
gratitud y de amor.

75
Estaremos entonces listos para encontrar el ángel-arquetipo de la abundancia, conocido bajo el nombre
de Fortunata.
Ya nos permitiremos entonces brindarnos a la vibración melódica, a la vida, con nuestros hermanos que
co-participan de ella, inclusive bajo formas "no humanas".
Confraternizaremos, compartiremos, a través de nuestra vibración personal, con toda forma de vibración
universal.

Nuestro universo "personal" reconocerá entonces todo lo que vibra como su "semejante".

Ese reconocimiento de toda vibración a través de nuestra vibración propia, se traduce en un


reconocimiento personal, un agradecimiento a la riqueza y a la abundancia antes oculta por el miedo.
"Reflejaremos", entonces, ese esplendor vibracional a través de nuestro propio esplendor, fruto de nuestra
pérdida del miedo, por nuestra certeza de nuestra unidad indisoluble con toda vibración, sea cual sea la
forma a través de la cual ella se manifieste.

Toda MANIFESTACION será entonces percibida como una manifestación de amor, como una forma de
vibración que solo podría aún aterrorizarnos en cuanto no confiamos en el movimiento, en la vibración
que mantiene todo el universo, incluyendo a cada uno de nosotros mismos.

JAMAERÁ es el ángel-arquetipo que representa esa confianza profunda y fundamental que cada uno de
nosotros posee en toda MANIFESTACION de movimiento, en toda transformación, confianza que guiará
nuestras vidas, mas que permanecerá oculta, en cuanto su "melodía" sea deformada por la parálisis anti-
vibratoria del miedo.

Qué pena, mi amor, que aparentemente tan pocos humanos aún sean conscientemente sensibles al
arquetipo de la vibración, a Galgaliel, a la encarnación de la vibración "emocional" del amor.

Qué pena que tantos tiranos de la historia de los hombres, y tantos otros desesperados anónimos, no
hayan alcanzado sensibilidad suficiente para vibrar junto con "Galgaliel", ¿no, mi amor?

Mas no utilicemos eso como pretexto para cerrarnos en la incomprensión, en el miedo y en la rebeldía, mi
amor.

Al final, según los budistas, el hombre dispondría de varias vidas para aprender a encontrar la real
grandeza que siempre estuvo y siempre estará dentro de él mismo, apenas esperando que venza el miedo
y entregue la vibración del odio, que comenzó a hacer vibrar su miedo, a Galgaliel, para que el gran viaje
interior sea accionado.

¿Vamos entonces, mi amor, a perder el miedo de vibrar emocionalmente?


¿Vamos a confiar en el ángel-arquetipo Galgaliel?
¿Vamos a confiar, mi amor, en la vibración que habita, mueve y mantiene la más mínima partícula cuántica,
así como la más inmensa de las nebulosas galácticas?

Pero...
Vamos a "confiar" por lo menos, mi amor:

En principio, solo en aquello en que nuestro miedo ya nos "autorice".


Vamos por lo menos constatando que nuestro miedo es simplemente nuestro miedo de ser, miedo de
vibrar, por haber creído que, para ser, para vibrar, tendríamos que negar la existencia del "otro", de algo o
de alguien, tendríamos que negar toda vibración que pareciese amenazar la nuestra.

Pues, visto desde el miedo, todo en el mundo parece indicar que, para que algo o alguien "sea" el tendría
que aniquilar nuestra existencia, de "devorarnos", de robar a quien o lo que amamos, destruir lo que
construimos, utilizar nuestra "estructura" para fabricar la suya.

Confiemos en Galgaliel:

VIBREMOS !!!!!! mi amor

Poco a poco, el arquetipo de la vibración en nosotros mismos nos presentará a tantos otros aspectos de
la vibración del universo, que acabaremos aprendiendo a verlo con los ojos del amor y no con la ceguera
76
del miedo o del odio que, por deformar a través de la parálisis, o de su catarsis, necesaria mas caótica,
todo lo que vemos, transforman nuestro mundo en una pesadilla hecha de caos y de horror.

Aceptemos vibrar, aceptemos sentir, mi amor:


Aceptemos detestar, odiar, sufrir, lamentarnos.

Mas aceptemos, también, dejar de juzgar esas emociones y dejar igualmente de juzgar el mundo que
observamos y que, a nuestros ojos, parece causarlas.

Vibremos lo mas intensamente, lo mas enteramente posible, mi amor, como recién nacidos desamparados.

E invoquemos en ese momento la presencia de Galgaliel, la fuerza de nuestra vibración primordial,


"arquetípica".

Claro que es difícil imaginar, cuánto mas describir, la maravilla que es el encuentro con la esencia del
movimiento, con ese ángel-arquetipo, mi amor.

Pero él es visible y palpable en todos los ruegos, en todas las maldiciones, en todos los gritos de gozo, en
todos los gemidos de lamentación, en todas las almas, en todo lo recóndito, donde algo vibra.

14 - PASCHAR, O LA VISION DEL LÍMITE DE SÍ.

Cuántas veces en nuestras vidas perdemos la esperanza en todo, mi amor.

Qué inútiles nos parecen todos los " buenos consejos" en estas horas:
Inadecuados, inaplicables, engañosos, consuelo de idiotas.

No sirve de nada que nos digan, o decirnos a nosotros mismos en estas horas:
¡"Vamos a la lucha"!
¡"Eso es solo "vagancia"! .
O : ¡"Eso es solo cobardía"!
O aún: ¡"Eso ahí es solo tu orgullo herido, que te encierra dentro de él, tu herida narcisista de niño mimado!

¿Por qué quieres que el mundo te obedezca?


¿Por qué quieres mandar en todo?
¿Por qué quieres ser Dios?
O, peor aún, cuando nos dicen:
¡"Ten fe en Dios"!

Cuando hablan así con nosotros, cuando hablamos así con nosotros, cuando creemos que es eso lo que
nos dicen o que nos decimos, mas aumenta nuestro sufrir, mas nos sentimos incomprendidos.
Incomprendidos en nosotros mismos, hasta por nosotros mismos...

¿Quién de nosotros no conoce ese estado, mi amor?


Dicen que hasta Cristo lo habría dicho, como penúltima frase antes de entregarse a su Padre eterno:
"Padre, ¿por qué me abandonaste?"

77
Si hasta alguien de esa fe en Dios dijo eso, imagina los "hombres de poca fe" que somos...

Cuando nos hallamos apenas en la INFELICIDAD de llegar a nuestros límites del dolor de esa
incomprensión, es porque TENEMOS QUE retroceder, de tan insoportable que es ese sentimiento.
Para "retroceder", nos distraemos con la primera idiotez que aparece:
Bebiendo, fumando o drogándonos con drogas "duras".
O drogas "dulces", como por ejemplo:
Anestesiándonos con un programa de televisión concebido por quien no tiene narices, para quien nació
sin narices, o quiere librarse de las que aún le restan.
Escuchando la verborrea de un amigo que habla para no ser escuchado; o ahogándonos en una actividad
deportiva, manual, o en una faenita cualquiera...

AUNQUE ESO CALME EL DOLOR DE LA INCOMPRENSION, sabemos que esa incomodidad mas
pronto o mas tarde resurgirá, que mas pronto o mas tarde sentiremos nuevamente esa total desesperanza
y esa total falta de coraje de recomenzar.

¡Que tortura que es, mi amor, llegar a estos LÍMITES DE SÍ MISMO y no sucumbir al suicidio, a la depresión
permanente, a la voluntad de salir por ahí peleando con todo el mundo, matando a todo el mundo, como
en un "serial killer".

Mas es precisamente en estos momentos que sentimos realmente el "límite de nosotros mismos", mi amor.
Momentos de intenso desespero, o de intensa alegría o placer, mas... "la alegría y el placer" son más raros
en nuestras vidas que "el dolor y el sufrimiento"...

¿A qué llamo aquí de "límite de nosotros mismos"?

Nuestro "límite" es aquello que creemos que somos en relación con aquello que creemos NO ser.
No hablo aquí de carne o de huesos, mi amor.
No hablo aquí de lo que se puede tocar o ver, escuchar, oler o saborear.

Estos son nuestros "límites sensoriales" y en cuanto tengamos carne y huesos, tendremos que comer y
defecar, depender de mas o de menos salud, en fin depender de los límites de nuestros cinco sentidos y
de los órganos con los cuales ellos interactuan.

Cuando me refiero a "nuestros límites", me refiero a nuestras "creencias personales":


La creencia de que "podemos eso, no podemos aquello, somos feos o bonitos, inteligentes o burros,
capaces o incompetentes, etc.

Todos sabemos que nuestros límites, esas "fronteras" de nuestro "yo", oscilan permanentemente.

Tanto es así que a veces sentimos que podemos realizar algo y otras veces la misma cosa nos parece
fuera de nuestro alcance.
A veces nos hallamos horribles, otras lindos.
A veces podemos creer que somos brillantes o hasta geniales.
Y otras veces estamos seguros de que ganaríamos la medalla otorgada al mayor idiota del mundo.

A pesar de tantos cambios, y tan radicales, ninguno de nosotros consigue meditar sobre ese fenómeno de
las "fronteras oscilantes de sí", el tiempo que sería necesario, para llegar a la certeza de cuán inciertas
son nuestras "certezas", mi amor.

Tanta CONTRADICIÓN: " soy, no soy; puedo, no puedo; sé, no sé".


Y todo eso, "finalmente", nos parece "normal".

Mas hay también estos momentos emocionales intensos, fugaces:


Momentos de intenso, intensísimo dolor.
Momentos en que osamos realmente abandonarnos al gozo o a la alegría.

En estos momentos, mi amor, durante algunas fracciones de segundos, sentimos esa sensación de
"frontera de nuestras creencias " casi de manera FISICA.

78
Digo "casi" simplemente porque en estos momentos no osamos realmente TOCARLAS, de tan REALES
que parecen a nuestra sensación de si, a nuestra sensación de ser.
En estos momentos es como si fuésemos "otra persona", radicalmente diferente de la que somos
habitualmente:
Más lúcida, más consciente de lo que pasa.

Tales estados emocionales nos encuentran cuando nos hallamos en una gravísima situación de urgencia,
de supervivencia, o de quien se embriagó, o tomó drogas alucinógenas.

Pues ninguno de nosotros se permite realmente ultrapasar las propias fronteras de lo que cree ser en la
vida común, mi amor.

Siempre tenemos "nuestro papel" a representar:


Si hallamos que somos vistos como "pesados", allá vamos nosotros a agotar la paciencia de nuestros
semejantes.
Si creemos que somos buenecitos, dejamos a la tierra entera que nos explote y nos contentamos con
aquella frasecita que confirma lo que pensamos de nosotros mismos:

"No se como agradecerte! ¡Qué amable eres!"


Si hallamos que somos gentiles y pesados... etc...

Mas, en esos momentos de excepción, donde el dolor, la desesperanza, la urgencia o el intenso placer
nos hacen creer que nada mas tenemos a "perder", o... a "ganar"... esa "frontera de si" nos parece
"tocable", "alcanzable", "alcanzada", mi amor, de tanto que parecemos ser otra persona en esos
momentos, en relación a la persona que somos habitualmente.

Tenemos la sensación de haber "pasado al otro lado del espejo".


De contemplarnos desde "fuera de nosotros mismos".

En los grandes estadios deportivos, en los conciertos de los grandes artistas, o simplemente extasiados
delante del éxtasis inocente de un niño, también somos llevados a esa sensación.

Mas rápidamente ocultamos de nosotros mismos esa sensación de... "desidentificación con nuestros <yo>
usual", mi amor, por miedo de "despersonisación" o, dicho mas llanamente, simplemente miedo de
volvernos... "locos"...
Pues si salimos "por ahí" comportándonos de una manera inhabitual sin estar embriagados o sin el
pretexto del "carnaval", o de la compañía lúdica de un niño, si simplemente nos comportamos de modo
diferente a nuestro modo habitual, tenemos la sensación de ser mirados de manera extraña y de
encontrarnos con frases como:
"Qué diferente estás!"
"Tu hoy pareces <otra persona>..."
O, mas "asesino" aún:
"¿Estás seguro de que te encuentras... <bien>?"..

Por eso "nos metemos" en nuestro "papel cotidiano", mi amor, el que esperan de nosotros, o suponemos
que esperan de nosotros.

De ahí el valor de esas fracciones de segundos en que nos percibimos desde fuera de nosotros mismos,
como si hubiésemos ultrapasado nuestros propios límites.
No debemos en esos momentos intentar mantenernos ahí a cualquier costa, a cualquier precio, mi amor.
Pues todo esfuerzo quebrará lo natural de la situación y luego estaremos simplemente fingiendo,
representando que "cambiamos".

En vez de ese esfuerzo inútil de intentar ser lo que no somos, o lo que no somos MAS, deberíamos utilizar
mas conscientemente esa energía de nuestra consciencia, que nos permite estar más conscientes de esa
nuestra "entrada" y de nuestra "salida" en esa "consciencia de sí", en esa "observación de si mismo".

El "observador de sí" es la llave de toda evolución "consciente" de la consciencia de sí, mi amor.

Un pensamiento Zen afirma :

79
"No puede haber observador, ni de si ni de nada, porque en el vacío no hay nada: no hay ni observador,
ni nada a observar.

Esa "observación" puede atrasar mucho el progreso que podemos realizar a través del "observador de si",
mi amor.
Pues solo un "observador" muy distraído repetiría una tontería de esas, mi amor, ya que alguien que logró
tal estadio de vacuidad con relación a observaciones estériles, ni siquiera perdería su "tiempo" con tal
"observación".

Eso ahí no es Zen, mi amor, sino una caricatura del Zen .


Solo discurre así sobre "observación sin observador" quien habla "de la boca para fuera", mi amor.
Y...
El Zen..
es hablar "de la boca para dentro"...

Solo alguien que ya ultrapasó DE HECHO el "observador de sí", "hablaría" algo así.
"Hablaría"...
Mas no hablará...
Pues alguien así ni siquiera tendría una compañía cualquiera para comentar lo ocurrido...

Tenemos, pues, que observarnos, mi amor.


Mas no como "paranoicos", o como "policías detrás del ladrón", o como perros que saltan para intentar
morderse el propio rabo:
Observarse no es, NO PUEDE SER, UN ACTO VOLUNTARIO, mi amor.

Eso ahí ya es artificial, ya es fingimiento, ya es mecánica de limitación, de huida de la real observación de


los límites de sí.

Por eso insistí tanto en la descripción de estos momentos de excepcional EMOCION:


Dolor intensísimo, embriaguez, droga psicodélica, situación de urgencia o de supervivencia, oración
fervorosa, éxtasis delante de una criatura, alegría deportiva intensa, profunda ligación con la música, gozo
de la carne indescriptible.
Pues en momentos así nuestra "consciencia de sí", ultrapasa nuestro modo de ser habitual y, durante
fracciones de segundos, somos "otra persona" que observa a la persona que somos habitualmente.

Estos momentos no son tan raros, mi amor.


Nuestro coraje sí es que es raro en esos momentos.
Coraje de mantenernos duraderamente en esa observación de nosotros mismos sobre nosotros mismos.
Pues necesitamos mucho coraje para observar, en estos momentos de "excepción" en los cuales nuestra
emoción vibra en una intensidad y una frecuencia inhabitual, la tristeza de nuestra condición de vida
habitual, restringida a los LÍMITES EN LA CAPACIDAD DE SENTIR que nos imponemos a nosotros
mismos.

Cuentan personas que estuvieron durante algunos segundos seguras de que iban a morir, que vieron toda
su vida desfilar a una velocidad vertiginosa delante de sus ojos:
He ahí un ejemplo de observación intensa de sí tal y cual yo desearía poder explicarte aquí, mi amor.

Mas seamos menos dramáticos y más simples:


Todos nosotros tenemos esa sensación de que no siempre damos lo mejor de nosotros mismos, que por
vergüenza, timidez o "despecho", no vamos al fin de nuestra capacidad de sentir, o de entregarnos
emocionalmente a alguien y a nosotros mismos en un momento donde eso era posible.

Ahí ya está ese "germen" de nuestro "observador de sí", de nuestra "consciencia de ser" que nos dice
como "somos" o como "nos" percibimos.

Si en vez de juzgarnos en esos momentos, mi amor, si en vez de procurar saber si lo que sentimos en
relación con nuestro propio sentir es "cierto" o "errado", "verdad" o "ilusión", si apenas nos dejamos guiar
a través "de lo que sentimos sobre lo que sentimos", o sea, dejarnos guiar a través de esa "reflexión" sobre
nosotros mismos, a través de ese "espejo subjetivo" de nosotros mismos, en ese abandono a la
observación espontanea de si, aumentamos nuestra probabilidad de conocernos "a fondo", de tocar el
"fondo" de nosotros mismos, mi amor.
80
En ese caso nuestra real "VISIÓN" comenzara a liberarse del VELO que representa los límites que
imponemos normalmente a nosotros mismos, mi amor.

Esa "intensa VISIÓN de sí", esa consciencia de sí que nos lleva a una plena y lúcida consciencia de los
límites artificiales que nos imponemos a nosotros mismos, que nos lleva a la unión profunda de cada uno
de nosotros consigo mismo, que nos conduce después a nuestra unión con todo lo que nos rodea, que
UNE finalmente el "observador" en nosotros mismos, no solo consigo mismo, sino con todo lo "observable",
esa VISIÓN, mi amor, tiene en la mística de los ángeles un nombre:

PASCHAR

Paschar es, en la mística, el ángel o puro aspecto de Dios que representa lo que llamamos en psicología
el arquetipo de la VISIÓN, mi amor.

La "visión" que intentamos aquí "visualizar" en términos de arquetipo, no tiene nada que ver con uno de
nuestros cinco sentidos, mi amor.

Esa VISIÓN no concierne "pedazos", "fracciones", "partes", "aspectos" de nosotros mismos o de la


"realidad".

En cuanto "vemos" así, mi amor, no tenemos VISIÓN, tenemos CONFUSIÓN.

Confundimos habitualmente todo con todo:


Separamos los actos de sus contextos, los condicionamientos de sus condiciones, los eventos de lo que
los vuelve eventos, la forma del fondo, lo que pensamos de lo que hacemos, lo que sentimos de lo que
expresamos.
Tal "visión" solo es un amontonamiento de ambigüedades reinterpretables "sofísticamente" de manera
infinita.

La visión es total, global, "holistica", o no es VISIÓN, mi amor.

Mas no nos es posible VER así 24 horas por día, mi amor.


Pues por ser humanos, o sea, por poseer una CONSCIENCIA, estamos sujetos a sus variaciones.

Esas variaciones emocionales tan humanas, que modulan en nuestra percepción consciente, es lo que
hace que una intensa agonía turbe la consciencia de un gran VISIONARIO como Jesús, que "teme" que
su Padre le haya abandonado en el momento más "crucial" de su crucifixión.

Primero deberíamos meditar largamente sobre lo que aquí es expuesto, mi amor, para "ver" si ya
conseguimos "ver" lo que aquí es expuesto.
Si la respuesta es NO, la "culpa" es evidentemente del "expositor", ese tu humilde servidor, mi amor, que
no consiguió aún esta vez hacerte "ver" lo que él "cree" ser la VISIÓN.

Mas si la respuesta ya es SÍ, entonces mi amor:

Comienza a indagar mas y mejor estos momentos donde hay una "falla" en tu propia manutención de tus
propios límites, que nada mas son que los límites de tu propio MIEDO.
Comienza a habituarte a verte mas, mejor y más "naturalmente".

Acepta que esa VISIÓN va y viene según un ritmo QUE TE ESCAPA:


Sobretodo no intentes aprisionarla, reducirla a tu pseudo-voluntad.

Cuando ya consigas eso sin esforzarte "mucho", cuando eso se vuelva ya un "habito" en ti, cuando
consigas darte cuenta mas y mas frecuentemente y mas y mas naturalmente que estás observándote
MAS ALLA de tus límites habituales, cuando pierdas el miedo de hacerlo, "rompiendo" esa tu "diversión
meditativa" sobre ti mismo, así que ella se vuelve "incomoda", extraña", cuando puedas observarte desde
fuera de tus límites habituales sin "droga" sin "esfuerzo", ni siquiera a través de ruegos, mas sobretodo
SIN MIEDO:

Entonces, mi amor:
81
INVOCA A PASCHAR.

Acepta dialogar con el arquetipo de la visión como si él fuese "un ángel", o acepta hablar con ese ángel
como si fuese un "arquetipo".
Repito, una vez mas, "ángeles" y "arquetipos" emanan de nuestro inconsciente y no dependen de nuestra
creencia en ellos para que actúen.
Basta que mantengamos un diálogo con nuestro inconsciente, invocando comprensiones inherentes a su
propia existencia y que Jung cualificó de "arquetipos", para que la sabiduría y la comprensión que ellos
contienen afloren a nuestra consciencia.

Tal práctica es realizada cotidianamente por todos nosotros y bajo diversos nombres, mi amor.
Algunos la conocen como "invocación", otros hablan de "rezo".
Ya hay quien la llama "meditar".
Podríamos simplemente llamarla "reflexionar", pues tal práctica, tal diálogo con el propio inconsciente, es
inherente al proprio acto de pensar.
Muchos de nosotros "hablan a solos", hablan consigo mismo, en el mismo intento de captar partes
inconscientes de su propio conocimiento.

Todas estas formas y otras mas de contactar consigo mismo son aquí sintetizadas en la metáfora del
diálogo con los ángeles.
Utilizamos aquí el arquetipo de "ángel" para direccionar esa actividad de buscar la riqueza de la percepción
inconsciente.

Recordamos aquí que el "ángel" es innegablemente un patrimonio de los arquetipos humanos, presente
en múltiples culturas, a veces bajo forma de "santos", otras como "guías espirituales".
Ellos pueden ser considerados en el presente contexto, por quien así lo necesita, como simples metáforas
de esa emanación de nuestra sabiduría inconsciente.
El "arquetipo" de ángel representa aquel consejero que a todos nosotros nos gustaría tener en las horas
difíciles, de duda, vacilación y desespero.

Que consideremos personalmente que "ángeles" son simplemente arquetipos, o sea, que nuestros
"arquetipos" son verdaderos "ángeles", o que estemos convencidos de la existencia real de los ángeles,
estas u otras posiciones "místicas", "agnósticas", o "racionales", no conciernen a la observación y la
constatación del fenómeno de la emanación de una sabiduría inconsciente en sí, pero sí a su
interpretación, únicamente.

Además, la cuestión de saber si tales entidades son "reales" o puramente "imaginarias", no es el propósito
del presente libro, que deja al lector la libertad de mantenerse en la creencia personal que le convenga.
Todos los ejercicios aquí propuestos no se destinan a comprobar la veracidad de la existencia de los
ángeles, ni tampoco reducirlos a la simple condición de "arquetipos".

Se trata de verificaciones experimentales, que cualquiera de nosotros puede realizar, sea cual sea nuestra
creencia personal, destinadas a actualizar en nosotros mismos lo que cada uno de nosotros lleva
potencialmente en sí.

Que se trate de ángeles, de arquetipos, o que el lector prefiera cualquier otra "explicación", queda el
fenómeno constatable, que el diálogo directo con el inconsciente revela a cada uno de nosotros soluciones
y oportunidades inhabituales, que solo se presentan cuando aceptamos ultrapasar la frontera de nuestras
pseudo certezas, que no son más que rituales mentales "obsesivo-compulsivos", que conjuran y ocultan
nuestro miedo delante de la incerteza inherente a la condición humana.

Para verificar la pertinencia de la manifestación de la " sabiduría inconsciente", intenta entonces ese
contacto directo con la "visión", invoca a "PASCHAR", mi amor.

Intenta "ver la visión", intenta ver tus propios límites como los límites de "tu" MIEDO, y no como tus límites
"reales".

A partir de ahí, mi amor, nada mas tengo a decirte.


Pues solo PASCHAR podrá guiar a los que ahí llegarán.

82
15 - JAMAERÁ: LA MANIFESTACION DE LA VISION
LA UNICA CREENCIA PELIGROSA AL SABER, ES LA CREENCIA EN EL SABER

Algunos relatos personales, realizados por hombres de ciencia sobre la manera como ellos llegaron a sus
descubrimientos, son bastante curiosos, mi amor.

Todos conocemos el anecdótico relato de Arquímedes, corriendo desnudo por las calles de la Grecia
antigua y gritando "¡eureka!", después de haber descubierto, gracias a un baño en la bañera, una ecuación
que buscaba hacía ya mucho tiempo.
Otros científicos afirman que soñaron con la solución que buscaban, o que tuvieron una "visión" de ella.

Innumerables soluciones científicas fueron también consideradas en principio como absurdas e


irracionales.
Y muchos hombres de ciencia tuvieron en primer lugar la intuición de una pista de trabajo, una firme
convicción interior, que solo se convirtió en "razón" y en "ciencia" en un segundo momento, cuando ellos
buscaron apoyo lógico a lo que intuían.

Todos nosotros poseemos esa "visión interior", esa intuición de algo, y solo después buscamos una
explicación racional a lo que intuimos, mi amor.
Cultivar la propia intuición nada tiene de "irracional", pues la razón funciona mas bien como caución lógica
de una hipótesis, que como un motor de busca.

La verdadera frontera entre la creencia y la razón no se sitúa en la interdicción de "intuir", mi amor, mas sí
en el reconocimiento de nuestras propias creencias personales.
El primer acto racional, mi amor, es hacer un repertorio en sí mismo de todo lo que es del dominio de la
creencia.

Infelizmente, gran parte de los hombres de "razón" se avergüenzan de sus creencias y las ocultan de sí
mismos.

83
Cometen así el más irracional de los actos y servirán intelectualmente a la más irracional de las creencias:
La creencia de no poseer ninguna creencia.

Pues es imposible vivir sin creencias, mi amor.


Creencia, es sueño, mi amor.
Mas, creencia es igualmente hipótesis, creencia es suposición, es todo y cualquier modelo científico, que
solo es "verdad" hasta prueba de lo contrario.
Creencia, es simplemente sinónimo de...
Percepción...

Pues la percepción nada mas es que justamente esa "intuición", esa visión "interior" que tenemos del
mundo y de sus fenómenos y que dialoga constantemente con nuestra razón, que confirma o desmiente
lo que creemos o intuimos ser "verdad".

Mas la razón no es sinónimo de "verdad", mi amor.


La razón solo consigue pronunciarse sobre el "cómo" de una existencia, ignorando todo el "por qué"
existencial de ella.

Todo creador, en ciencia, en política, en arte, en religión, en filosofía, o donde quiera que sea, es antes de
nada un visionario, un "utópico", mi amor.
Todo innovador busca nuevas combinaciones a antiguos patrones, busca precisamente lo que escapó
hasta el momento a la "razón" y que podrá después ser corroborado y adoptado por ella.

Solo cuando perdamos el miedo de nuestro "visionario" interior, mi amor, es que...


paradójicamente...
Conseguiremos liberar nuestra razón de nuestras creencias y supersticiones.

Una técnica de raciocinio y creación que obtiene bastante éxito, es conocida bajo el nombre de "brain
storming" ("tormenta de ideas"), mi amor.
En ese método, se debe dejar que toda y cualquier idea que nos venga a la mente, en la busca de una
solución, sea aceptada, en un primer tiempo, sin ninguna censura.
Solo después es que el conjunto de hipótesis emitidas, será racionalmente analizado.
Lo que se constata con tal método, mi amor, es que frecuentemente son las sugestiones que inicialmente
parecían las más absurdas o impracticables, que acaban aportando la solución deseada, gracias a
algunas modificaciones.
Otras veces, estas proposiciones tenidas como absurdas a primera vista, permiten una transición a
soluciones que partirán de ellas.

En realidad, nuestra mente funciona naturalmente en términos de "brain storming", mi amor, tomando todo
tipo de solución en cuenta en la fase inicial y haciendo una selección únicamente en la fase final, ya más
próxima de la adopción de una estrategia de acción.

Este modo de funcionamiento es típico de los sistemas altamente organizados y complejos, como el
cerebro, y es descrito por la "teoría del caos", según la cual, toda dinámica supuestamente "aleatoria" de
los sistemas de regulación sofisticados y evolucionados, es regida por una variable oculta (designada en
inglés de "strange attractor"), que reordena y coordina innumerables acciones aparentemente "caóticas".

La "racionalidad" solo es, entonces, mi amor, esa "variable oculta" que coordina el sinnúmero de
operaciones mentales, "caóticas" e "irracionales", que realizamos a cada instante.
En su fase mas interna, nuestra mente es una fuente sin censura de ideas e hipótesis, un "océano
irracional e inconsciente", cuyas ondas van a quebrarse en los arrecifes de nuestra consciencia
ordenadora.
Razón e intuición, lógica y "visión interior", son así las dos caras de esa "variable oculta" que es nuestra
mente.

La irracionalidad es entonces el laboratorio de la racionalidad, mi amor.


Sin ella, la razón se convierte en la única creencia realmente nociva al saber: el dogma.

Las personas que más combaten la "irracionalidad" de las religiones, de la astrología o de la mística, son
en realidad personas dogmáticas, prisioneras de un altísimo nivel de creencia y de irracionalidad
reprimidas, que manifiestan a través de ese combate contra la creencia "del otro", la proyección del propio
84
miedo del irracional auto-censurado, mas perniciosamente activo, pues la única creencia realmente
peligrosa al saber, es la creencia en el saber, mi amor.

Quien "sabe que cree", mi amor, siempre estará vigilante, siempre utilizará su racional para evaluar sus
intuiciones.
Mas quien "cree que no cree", o sea, quien "cree que sabe", jamás podrá llegar desde su creencia en el
saber al saber de sus propia creencias.
De ahí la "furia" de muchos intelectuales contra lo "irracional", mi amor:
Se trata de un combate interior contra lo irracional desconocido en sí mismo.

Si queremos llegar a la razón, mi amor, aceptemos entonces a nuestro visionario!

JAMAERÁ es ese arquetipo de la MANIFESTACION de la "visión interior", mi amor.


Ese "ángel" es el encargado de despertar a nuestro "visionario", a nuestra intuición, de conducirla
enseguida a la razón, a la APLICACIÓN CONCRETA de nuestro universo visionario, "utópico", así que
este encuentra un punto de apoyo lógico en nuestra dimensión material.

Vale la pena insistir aquí, de nuevo, mi amor, sobre el hecho que la "visión interior" corresponde a nuestro
modelo personal de "realidad", a nuestra interpretación de nuestra "creencia subjetiva" en ella.
Pues, como vimos en el estudio del arquetipo de la belleza, Iofiel:
No sentimos lo que percibimos, y sí percibimos lo que sentimos.
Nuestra percepción del mundo, solo es la MANIFESTACION de nuestra "creencia".
En el inicio, "vibra" dentro de nosotros una emoción, una "intuición".
Esa vibración emocional básica se condensa, después, bajo forma de "visión", de concepción de una
acción, y será nuestra creencia en esta visión que nos conducirá a su MANIFESTACION, a su
transformación en actos concretos.

Así, la vibración emocional de base, estudiada con mayores detalles en el arquetipo de Galgaliel, nos
conduce al arquetipo de la "visión interior", estudiado en Paschar, que culmina con su MANIFESTACION,
representada arquetípicamente por Jamaerá.
Es inútil entonces, incluso imposible, coartar nuestra "visión interior", nuestra creencia, ya que siempre
encontrará medios de MANIFESTARSE en el concreto.
Ni que sea bajo forma de protesta, de postración, de auto-agresión.

¡Pierde entonces el miedo de soñar, mi amor!

Un hombre tendrá mucha dificultad en vivir apenas de sus sueños.


Mas, un hombre sin sueños, ya es un hombre muerto, mi amor.

Nuestros sueños son el auténtico motor de nuestra realidad.


El deseo del descubrimiento es quien lo realiza.
Los hombres siempre conseguirán sobrevivir sin ciencia.
Mas solo los robots sobreviven sin poesía.

¿Quieres utilizar tu mente?


¿Quieres accionar tu razón?
Libera tu corazón, sueña, mi amor.

Sueña despierto, imagina lo que quieres hacer de tu vida, sueña la vida que quieres, osa tener la visión de
ti que, en realidad, vive en el fondo de ti mismo, que aceptes verlo o no.
Deja que la razón sirva a tus sueños, mi amor, no que ella sea su túmulo.

Haz esa experiencia, mi amor:


Sueña.
Sueña con la vida que quieres, con el mundo que ansías , con el tipo de relación que deseas mantener
con las personas.
Utiliza después tu razón, no para criticar lo "ridículo" o "absurdo" de tal o cual fantasía tuya, si no para
adaptarla a las circunstancias presentes.
No desperdicies tu energía mental juzgando, invierte toda ella en la busca de los medios para realizar lo
que anhelas.

85
Deja que tus sueños sean los maestros de tus proyectos y que tu mente sea simplemente lo que ella es:
La responsable de la adaptación y de la ejecución.

Solo no confundas "sueño" con "realidad", mi amor.


Pues lo propio de un sueño es saber transformarse, renacer de sus propias cenizas.
El sueño es el imposible que sabrá enraizarse en lo real, de la manera que le sea...
Posible...
Si te obstinas a "realizar" tu sueño tal y cual él se presenta en tu visión, es porque aún confundes sueño
con realidad, luego, ya no estás mas "soñando", la palabra mas cierta en ese caso sería...
"delirio"...

Pues el "delirio" es un sueño que olvidó que es un sueño, mi amor.


El delirio es un sueño que olvidó transformarse en realidad, por miedo de realizarse, prefiriendo
transformarse en...
Pesadilla...

¿Entiendes tal vez mejor ahora, mi amor, por qué no debemos temer a nuestros sueños, al contrario,
deberíamos soñar cada vez mas y cada vez mas "locamente"?
La función del sueño es buscar lo imposible, lo intangible, lo inexistente, mi amor.
Y la misión de la razón es enraizar esa fuerza creativa en la materialidad.

La razón es así la mayor amiga del sueño, de la visión, de la intuición.


Pues, sin la intuición, la razón nada mas seria que una mecánica, mi amor, una inteligencia "artificial".
Tu razón te está implorando para que sueñes, para que exageres, para que creas, para que crees, para
que intentes, para que aceptes errar.
Mas tu miedo dio un "golpe de estado" en tu estado mental, volviéndose el censor de tus sueños,
haciéndose pasar por tu razón, cuando es la propia negación de ella, pues ¿donde se vio que un "miedo"
de vivir, de intentar, pueda justificarse racionalmente?

Tu razón suplica para que oses, para que no pares de desear, de vivir, mi amor.
Solo así ella podrá conducirte a su cima, desde donde contemplarás el mundo no como un frustrado de lo
que no vivió, sino como un Buda que, habiendo recorrido todos los principios del placer, alcanzó el sublime
placer de ser.

Pues, en el comienzo, tus sueños buscaron el placer, mi amor.


Mas esa busca ya es la negación implícita del placer que ya está en ti, negación de hecho, que tu ser en
si nada mas es que placer.

Solo viviendo la busca del placer, podrás descubrir el placer que ya vive en ti, mi amor, simplemente porque
vives.

Si ya me entiendes, mi amor, acepta entonces esa mi explicación como una inyección de valor mas en tu
vida.
Si no estás de acuerdo conmigo, si no me entiendes, mi amor, diseca mi texto, utiliza de él apenas lo que
te convenga.
Al hacerlo, yo he tomado la precaución de concebirlo apenas como un sueño, apenas como una visión.

Y, siendo la visión una aspiración, un movimiento, ella es un todo, mi amor, un "holos" que renace de
cualquier fragmento suyo.
Aislando la discordancia, conservarás la concordancia, mi amor, pues visión es placer y placer es
concordancia.
Así, donde quiera que se sitúe tu discordancia o incomprensión en cuanto a la afirmación aquí de la
importancia fundamental de la "visión" a la propia razón, en el primer momento de placer que te concedas,
entraremos en concordancia otra vez, pues tu "visionario", tu "Jamaerá" estará allá, presente, guiando tu
sueño de placer, buscando despertarte para la realidad del placer, pues todo placer solo es un sueño, mi
amor.

Mas, todo placer solo será un sueño, en cuanto tu miedo haga de tu realidad una pesadilla.

No temas el temor, mi amor.


Busca lo que ya te da placer.
86
Ahí está el secreto de la visión.
Ahí está la verdadera luz de tu razón.

16 - ANGEL DE LA GUARDA:
¿A QUIEN NO LE GUSTARIA TENER UN ANGEL DE LA GUARDA?

Que legal, no es así, mi amor, si cada uno de nosotros tuviésemos un ángel que nos "guardase".

!Bastaría que dijésemos:


"Mi ángel de la guarda, ayúdame ahí a resolver tal o tal problema"!
Nosotros nos concentraríamos entonces en su sabia y permanente presencia y él inspiraría nuestros actos,
nos prevendría de los errores que estamos por cometer.

Con el tiempo, aprenderíamos a detectar cada vez mejor esa presencia invisible a nuestros ojos, pues si
los ángeles de la guarda existiesen, ciertamente sólo serían "visibles" al corazón.
Ciertamente, él nos enviaría "señales" de reconocimiento, como un olor, o un sonido, que "surgirían",
indicándonos así que "él " desea decirnos algo.
Estaríamos así menos "solos", incluso en nuestra soledad, ¿no es así, mi amor?

Quién sabe, podríamos hasta obtener datos "personales" de nuestro protector invisible y alado, pues un
ser así tan íntimo y personal, ciertamente debe tener su propia historia.
¡Que tranquilidad seria entonces, no tener que estar paranoicamente controlando todo para no hacer nada
muy errado!.
¡Que alivio, no tener que estar con miedo de tomar decisiones, pues nuestro "amigo" nos alertaría, si ellas
no fuesen buenas!.
¡Y si acaso estuviésemos "sordos" a sus avisos, e hiciésemos algo "errado", él nos ayudaría a corregirlas!

Que pena que tal cosa no exista, ¿no es así mi amor?

Pues ese deseo parece mas invención de niño asustado y carente huyendo de la responsabilidad de las
propias decisiones.
No es como para considerarlo digno de ser abordado por la razón.

Mas, como la razón sabe que su peor "enemigo" es el miedo, vas a ver que debe haber sido por eso que
los hombres inventaron ese cuento del ángel de la guarda, mi amor, para calmarse a sí mismos delante
del miedo de existir por sí mismos.

Vencer nuestro miedo de razonar, gracias al auxilio de seres imaginarios, puede parecer hoy en día
"irracional", a los seres dotados de razón que somos, mi amor.

87
Vamos a ver entonces si conseguimos entender mejor el "por qué" de ese cuento tan difundido y tan
multicultural, sobre ángeles y, particularmente aquí, sobre "ángeles de la guarda":

Dime aquí, solo entre nosotros, una cosita, mi amor:


Si tuvieses que optar entre la existencia o no de los "ángeles de la guarda", que preferirías tu?

No me harás nunca creer, mi amor, que preferirías estar solo y abandonado a tu propia suerte en los
momentos más difíciles, mi amor.
Pues si afirmas eso, afirmo que nunca encontraste el dolor y el desespero cara a cara.
Afirmo que hasta hoy huiste del horror de la pérdida.
Si afirmas eso, tu orgullo personal es aún mayor que la consciencia de tu propia dolor.

¿Puedes imaginar a alguien ahogándose que no se agarraría hasta a unos excrementos para no hundirse?
No, ¿no es así, mi amor?.

¿Cómo entonces imaginar a alguien en el más absoluto desespero que rechazaría la ayuda, ni que ella
venga de un ser alado, lleno de penas en las espaldas e...¿Inexistente?

¿Dónde se vio a quien está totalmente prisionero del pánico, negarse a recibir ayuda, sea de quien fuera?.
¿Quién es que va a preguntarse, en la hora del miedo, si la ayuda que recibimos viene de quien existe o
no, de quien esta vivo o muerto, de quien es bueno o malo?

Tales cuestiones, mi amor, solo conciernen a quien desconoce la profundidad del dolor.
¿Sabes donde quiero llegar con eso, mi amor?
Quiero llegar a la evidencia que, aunque seas ateo, por ser humano, no tienes nada contra la existencia
de los "ángeles" de la guarda, simplemente tal idea te parece lógicamente absurda.

Estoy de acuerdo contigo, mi amor, pues visto desde el punto de vista estrictamente racional, parece medio
ridículo y medio loco que las personas recurran a tales artificios imaginarios, a no ser que tu tengas una
intuición tan sólida, que sería capaz de hacerse respetar hasta por tu razón.

Mas mientras no haya ningún fundamento lógico que nos indique que los "ángeles" de la guarda existen,
no hay igualmente ningún fundamento lógico que nos indique que no sacaríamos ningún provecho de
crearnos un "ángel" de la guarda...
Imaginario...

Por el contrario:
Si activas tu imaginación en el sentido de "dialogar" con un ser capaz de aconsejarte en tus peores
momentos, mi amor, verás como cederás mucho menos al pánico, como tu razón funcionará mas
ordenadamente, como tu atención aumentará, así como tu poder de discernimiento.

Pues el tiempo que llevarás "concentrándote" en la respuesta que el ser que imaginaste te daría, es el
tiempo que tu cerebro precisará para mantenerse en un estado de calma y serenidad mínima
indispensables a la articulación de cualquier raciocinio productivo.

Pues, en realidad, mi amor, los antiguos sabios inventaron esa historia del "ángel" de la guarda, para que
los hombres no pierdan la calma en los momentos más críticos.
Ellos inculcaron así, desde niños, ese "contacto" con un protector imaginario en nuestras mentes, aún
plásticamente maleables, a fin de que pudiésemos disponer de un suplemento de esperanza de mas en
las horas difíciles.

Basta entonces que utilicemos por nuestra propia cuenta ese vieja "receta" de nuestros ancestros!

Imagínate entonces un ángel de la guarda, mi amor.


Dale un nombre, imagina un olor o un sonido apaciguador que recordarás de manera automática y refleja,
cada vez que sientas que estás perdiendo confianza en ti.
Invoca entonces a tu ángel imaginario.

¡¡Verás que el rendimiento de tal artificio estará mucho mas allá de tus expectativas!!

Al final, ¿qué te cuesta intentarlo?


88
¿O prefieres ser víctima de tu propio aislamiento mental, manteniéndote apartado de las capacidades
mentales que solo están al alcance de quien alcanza una calma profunda en la hora en que se estima en
peligro?

Solo hay un inconveniente menor en esa utilización de un ángel de la guarda imaginario, mi amor. Pues
como la aplicación de tal estratagema de tranquilización funciona matemáticamente, ya que la reflexión,
los reflejos y la capacidad de acción, son directamente proporcionales a la calma e inversamente
proporcionales a la ansiedad, en realidad nunca sabrás si estás realmente utilizando la creencia en ángeles
de la guarda para estabilizar tu mental en los momentos en que no consigues hacerlo por medios, digamos,
mas racionales, o si es tu ángel de la guarda que está utilizando esa técnica que tu crees "imaginaria",
para entrar en contacto contigo sin herir tus creencias personales.

Espero que tu miedo de no poder responder racionalmente a tal pregunta, no sea tan grande, ni tu orgullo
tan tonto, al punto de privarte de un método multicultural y plurimilenar de calmar la mente y volverla más
productiva.

Piensa entonces ahí sobre esa posibilidad, ¿no es así mi amor?

17 - REMLIEL: DESPERTAR A TRAVES DE LA LUZ DEL DESESPERO

Desespero es luz, mi amor.

Mas no sabemos lo que es luz, porque no sabemos lo que es desespero.

Decimos que estamos "desesperados", que alguien está "desesperado", cuando en realidad se trata
apenas de una expresión, de una manera de hablar.
Pues la "desesperanza" tiene que ser entendida en el sentido literal, mi amor:
Falta total y absoluta de esperanza.

Alguien en ese estado no habla mas con nadie, no comparte sentimiento ninguno con nadie.
Ni siquiera a sí mismo.
La falta de esperanza es un estado absolutamente hermético, en el sentido que alguien que está
absolutamente desesperado no se comunica mas, ni siquiera consigo mismo.
Pues todo perdió realmente el sentido para una persona desesperada.
O entonces ella no está realmente desesperada.
Ya que alguien que tiene aún fuerzas para llorar, reclamar, suplicar, acusar, lo hace porque aún espera
algo con eso.
Y en el desespero no se espera nada más.
Ni de sí, ni de nadie.
La única "solución" que se presenta delante de quien realmente perdió toda esperanza, es el suicidio en
la locura o la locura del suicidio.

Confundimos el real desespero con la "banal" "afliccioncita" de quien acabó de saber que está con cáncer,
o que se quedó ciego, o que perdió las dos piernas, o que falleció el gran amor de su vida.

Debo sorprenderte, mi amor, llamando nuestra emoción delante de hechos de esa gravedad de "banal
afliccioncita".
Mas, mi amor, para quien ve el mundo desde dentro de la real "desesperanza", sentir dolor es un gran lujo.
Desde dentro de la desesperanza, no hay mas dolor DETECTABLE, DIFERENCIABLE DE NOSOTROS
MISMOS, mi amor:
Todo es dolor, somos el propio dolor.
La desesperanza es un auténtico "agujero negro" en el sentido que su fuerza de gravitación, de atracción,
impide a toda y cualquier cosa de salir de ella, de ser expresada.

Ve entonces, mi amor, que pasamos nuestras vidas evitando la desesperanza real.


89
Tanto es así que desde que una "alerta" mas seria se presenta, desde que algo que podría llevarnos
realmente a la desesperanza ocurre, como un de los hechos gravisimos arriba citados, nos ponemos
inmediatamente en situación de catarsis, intentamos por todos los medios, con todos los trucos y tretas
posibles, no entrar en desespero.

Pues confundimos un desesperado, con alguien que está justamente evitando entrar en desespero.

Vamos entonces a dar mas detalles aún del estado de quien cayó en el desespero, mi amor, de quien no
consiguió evitarlo.
En el desespero, la persona deja de ser "persona", pierde su identidad, deja de sentir "dignidad", "amor
propio".
Alguien así se aisló completamente de sí mismo, luego de los demás.
En ese estado se "toca", casi en el sentido físico de la palabra, la locura y el suicidio.
Largas "negociaciones" consigo mismo intentan evitar el objetivo único de la desesperanza, que es la
supresión de "sí".

Generalmente solo consiguen evitar el suicidio o la locura propios del desespero, personas que llegan a
ese estado habiendo realizado antes una larga preparación interior en lo que concierne a frustración, para
poder soportar el estado de frustración absoluto que representa la desesperanza.
O alguien que posee lazos afectivos extremamente potentes con otras personas: hijos, padres, conyugues,
amigos, o una fuerte creencia religiosa, y que pueden en ese momento hacer ceder a la apremiante y
absoluta necesidad de supresión de sí de la persona en desespero, por respeto al dolor del otro.

Mas basta ver el gran número de tragedias que ocurren en nuestro día a día: crímenes, "accidentes" de
coche e incluso suicidios directamente, para hacernos una idea de la enorme frecuencia del desespero
en nuestras vidas.

Generalmente, incluso frecuentemente, entramos en las márgenes del desespero, mas evitamos caer en
su abismo central.
A partir de experiencias así, vivimos atemorizados por la certeza que volveremos allí nuevamente.
Evitamos entonces toda sensación fuerte, positiva o negativa, por el miedo de que ella nos conduzca al
"pozo sin fondo" del desespero.
Casi siempre encontramos los márgenes del desespero muy jóvenes: después de los tres y antes de los
diez años.
Muchos de nosotros infelizmente conocieran el desespero incluso antes de poder pensar algo sobre él,
pues aún no pensaban, solo sentían.
Muchos aún bebitos fueron "víctimas" de padres ya desesperados, que no supieron transmitir la más
mínima protección a sus recién nacidos.
A partir de ahí, pasamos nuestras vidas huyendo de toda emoción, luego, de todo afecto, mi amor, por
miedo de encontrarnos otra vez en los bordes del precipicio de la desesperanza.

¿QUE TAL ENTONCES, MI AMOR?


¡¡YA QUE ESA NARRACIÓN SE VOLVIO TAN SINIESTRA!!
¿VAMOS AL MENOS A INTENTAR HACER ALGO, ATRAVES DE ESTA LECTURA, PARA SABER LO
QUE HACER POR SI ACASO NOS ENCONTRAMOS, O ENCONTRAMOS A NUESTRO PROJIMO, EN
LA VERTIGINOSA CAIDA SIN FIN DEL DESESPERO?

Primera cosa a hacer, mi amor:


INTENTAR NO HACER NADA.

Mantenerse simplemente lo mas calmo posible, o delante de un desesperado, o dentro del desespero.
Pues conviene recordar: si alguien aún se agita, es porque aún no está desesperado, pues espera algo a
través de la agitación, luego, agitarse solo tiene sentido para evitar el desespero, no para solucionarlo.

A partir de la calma de ese nada hacer, intentar llevar a sí mismo, o al otro, la "mecánica de reanimación
psíquica".

Explicando eso mejor:


En la desesperanza, como de ella no se espera ya nada, en ella no se hace nada.
Incluso saber nuestro nombre o en que día de la semana estamos, parece completamente innecesario.

90
Necesitamos entonces mantener una mecánica de gestos cotidianos aparentemente "banales", pero de
un poder curativo extremo, pues serán estos gestos los que ayudarán a la persona en desespero (nosotros
mismos u otra persona) a atravesar los primeros momentos de inacción, de inanición, de parálisis, que son
los más difíciles de atravesar.
Suponiendo que la mecánica cotidiana ya pueda ser mantenida, el riesgo de sentirse "loco" y la tentación
de suicidarse, van dando paso con el tiempo a la reflexión necesaria sobre la propia desesperanza.

Pues en cuanto no entendamos LO QUE REPRESENTA LA DESESPERANZA, ella se presentará directa


o indirectamente delante de nosotros.

Sé lo desgastante que es hablar de ese tema, mi amor.


Sé cuanto preferiríamos reír, hablar de cosas bellas, ya que la real cura es LO BELLO.
Mas infelizmente, mi amor, será lo "feo" lo que nos enseñará a utilizar LO BELLO como terapia...
Y no hay nada más "feo" que el desespero auténtico, mi amor.

Mas, finalmente:
¿¿QUE ES EL DESESPERO??

El desespero es la propia herida del "sí", del "yo", mi amor.


Pero tan absoluta, que ella toca la propia VITALIDAD, del "sí", del "yo", del "ego", del "self", del "alma",
del "espíritu", de la "consciencia", o como que queramos llamar-NOS.
Pues me refiero a una herida que atañe a lo mas profundo, a lo más esencial de NOSOTROS MISMOS.
Independiente del nombre que las diversas creencias religiosas, filosóficas o científicas atribuyen a lo que
constituye la esencia del SER humano.

Y... ¿qué nos lleva al desespero?

La respuesta va tal vez a sorprendente, mi amor, puede incluso no agradarte, mas lo que hace que
nosotros los humanos que somos, seamos capaces de entrar en la más absoluta desesperanza, es...
El orgullo...

La mayoría de nosotros desconoce que desespero es orgullo herido, mi amor, porque la mayoría de
nosotros desconoce el papel central del "orgullo de ser" en la estructura de nuestro ser.

No pretendo aquí discurrir sobre la esencia de la naturaleza humana, mi amor, pretendo únicamente poner
en evidencia el papel del "orgullo de ser" en nuestra motivación de vida y luego en nuestra desmotivación
absoluta, que se traduce en desespero.

Tomemos el ejemplo de una criaturita.


Observemos cómo ella se pone contenta y orgullosa de mostrarnos algo que cree que realiza bien: un
diseño, un garabato.
Observemos cómo el adulto así solicitado por la "obra" de la criaturita, adoptará inmediatamente una
postura de espanto y admiración: ¡"Que lindo"!
Los adultos no lo hacen así para engañar a los niños, simplemente comprenden intuitivamente que lo que
el niño pide no es un juicio crítico de sus reales aptitudes, él pide apenas una dosis de coraje, él nos pide
que aceptemos e impulsemos su orgullo de ser lo que él es y como él es.

Cuando entramos en desespero, mi amor, es ese entusiasmo infantil el que nos abandonó, es la capacidad
de obtener un mínimo de placer con sea lo que sea que nos pareció haber sido una ilusión y la desilusión
es lo que nos conduce a la desesperanza de reencontrar ese orgullo de ser lo que somos.

Pues en el desespero, estamos delante de la mayor auto condenación posible:


No solamente nos hallamos incompetentes, sino que nos hallamos culpables al mas alto grado, de no
haber podido encontrar o mantener la felicidad a nuestro lado.
Todo desesperado, que lo sepa o no, se encuentra una persona "mala", una persona que está "pagando"
por lo que hizo, aunque todavía ni siempre sepa lo que hizo para pagar tanto.

Mas, nunca esta de mas recordar: el desesperado no reclama mas, pues solo se lamenta quien aún
espera algo, y quien espera no está aún desesperado.

91
Mas que sentirse una persona "indigna" o mala, mi amor, el desesperado se halla literalmente un
monstruo.

Pues, evidente, el desespero solo aparece en el momento que no somos mas capaces de ocultarlo de
nosotros mismos.
Y en ese momento, todas las mentiras, todas las omisiones, todas las injusticias, todas las negligencias,
todas las manipulaciones, todas las "maldades" que podemos cometer para evitar de encontrarnos
confrontados a nuestro desespero, aparecen límpidamente en nuestras consciencias.
Y nuestro autojuzgamiento es sin apelación:

"Tú eres un monstruo".

Solo ese juicio de sí mismo, puede hacernos comprender la dureza de la pena que nos infligimos en
estado de desespero:
Suicidio a través de la locura o locura a través del suicidio.

Es un circulo vicioso terrible, mi amor:


Para escapar al desespero, nos engañamos a nosotros mismos cada vez mas y no retrocedemos delante
de ningún acto que pueda darnos la mínima esperanza de interponerse entre nosotros y el desespero.
Como nos volvemos con eso cada vez más incoherentes, mas disminuye nuestra confianza y nuestra
autoestima y más nos sentimos "monstruos".
"Monstruos" de cobardía, de frialdad, de egoísmo, de crueldad, de falsedad.

Todo desesperado conoce esa sensación de ser un "monstruo", mi amor.

Lo que ningún desesperado consigue entender, es que todas estas reacciones son inherentes a todo
humano y que, delante de lo que nos parece un peligro supremo, todos nosotros flaqueamos y perdemos
nuestro coraje:
"Padre, se es posible aparta de mí ese cáliz sin que yo lo beba", dice Jesús expresando temor delante del
terrible suplicio que lo esperaba.

Mas Jesús no se abandonó, no se juzgó un "monstruo" de "cobardía" por rechazar su crucifixión.


Ciertamente, Jesús ya tenia resuelta antes la cuestión del desespero en su vida, mas no es nuestra
intención discurrir sobre eso.

Lo que todos nosotros debemos saber, caso estemos confrontados a nuestro propio desespero o al
desespero de uno de los nuestros, es que el mayor peligro en ese caso es la autocondenación.
Lo que tenemos que resistir en esos momentos es aplicarnos una sentencia, siempre la misma:
La locura del suicidio o el suicidio en la locura.

Si nuestra estructura afectivo-socio-familiar, o si nuestro trabajo personal previo nos lo permiten, habremos
entonces obtenido la infinita gracia de consentir que un ser tan "vil" como nosotros nos sentimos, continúe
con vida.

Si a pesar de eso, nuestra fuerza interior nos permite de mirarnos cada vez mas "cara a cara" con nuestra
propia "monstruosidad", alcanzaremos la gracia siguiente, más rara aún, que es esa comprensión aquí
explicitada, o sea:
La monstruosidad no es un "maleficio" que toca a algunos humanos.
Cada uno de nosotros puede potencialmente, cuando se siente acusado, presionado por el pavor, cometer
actos de los cuales difícilmente conseguirá perdonarse después.

Antiguos soldados no se perdonan por haber dado muerte a sus semejantes.


Muchos de los que cometieron atrocidades en el Vietnam, o que fueron simples testigos acobardados e
impotentes, cayeron en desespero y no consiguieron perdonarse por eso.

Bendito aquel entre nosotros que consigue suspender todo juicio de sí, todo auto-castigo de sus actos
pasados, para consagrarse enteramente a aprovechar las lecciones de sus errores en beneficio propio y
en beneficio de sus semejantes.
Alguien que consagra su vida a mejorar lo que antes no pudo hacer mejor, sea por la razón que fuera, ya
está muy próximo de la GRACIA ABSOLUTA, mi amor, que es :

92
LA LUZ DEL DESESPERO.

Pues solo el desespero "ilumina" plena, absoluta y definitivamente al ser humano, mi amor.
En cuanto no sabemos lo que es un desespero DE VERDAD, en cuanto aún tenemos fuerza para llorar,
para lamentar, para quejarnos, para acusar, para agredir, para mutilarnos, aún no estamos en el
desespero, mi amor, aún lo estamos evitando.

Solo quien no pasó aún a través del desespero, se juzga a sí mismo o a su prójimo, mi amor.

Quien vivió el desespero y sobrevivió a él, dejó definitivamente de juzgar, sea a quien fuera o lo que fuera.
¡Que gracia rarisima es sobrevivir al propio desespero, mi amor.!
La fuerza de quien observa el mundo con los ojos de la supervivencia al desespero, es inimaginable, mi
amor.
Su gozo ultrapasa toda concepción mental, emocional o carnal que atribuimos a esa palabra.

Quien sobrevivió al desespero, entiende perfectamente el significado de expresiones como:


"Despierto".
O "Iluminado".
O "hijo de Dios".

Mas quien sobrevivió al desespero no está mas preocupado con significados mi amor, porque se ocupa
de sí y, ocupándose de sí, se dedica enteramente a su prójimo.

Pues solo quien aún intenta evitar el propio desespero, se siente "herido", "injusticiado", "ignorado".

Quien vive más allá del desespero, sabe la dádiva que es todo lo que es, pues sabe hacer de todo lo que
es, una dádiva.

REMLIEL es el ángel-arquetipo que representa nuestro DESPERTAR de la pesadilla del desespero, mi


amor.
Si los ángeles existen, puedes creerme, ¡ese tiene que ser "milagroso" para poder acompañar a los
desesperados!.

Imagina, un ángel...
Encargado de acompañar a descreyentes y ateos...

Pues todo desesperado es un ateo convicto, mi amor, pues evidentemente quien espera aún algo de Dios,
incluso a través de una queja, aún no llegó al desespero:
"Padre, porque me abandonaste?"
Es la ultima "queja" y la penúltima frase de Cristo antes de la expiración.
"Padre en tus manos entrego mi alma".
Es la frase que lo movió de la queja; no al desespero, sino la vuelta a la confianza, a su confianza habitual
en Dios.

Eso es lo difícil, mi amor, volver a la confianza en alguien, en algo, volver a... esperar, después de caer en
el desespero.
Qué difícil es, mi amor, alcanzar la luz que se encuentra más allá de la más absoluta oscuridad.

Remliel es el arquetipo de esa luz, mi amor:


La luz del desespero.

Terrible luz, ultima oportunidad, la cual solo poquisimos humanos en desespero realmente alcanzan.
Ojalá los budistas tengan razón, mi amor, y todos los desesperados, todos los suicidas, todos los "locos"
obtengan esa gracia de disponer de tantas vidas cuantas sean necesarias, para atravesar con éxito la
durisima prueba del desespero.

Pues esa suerte extrema, esa ultima y inimaginable LUZ, que se encuentra mas allá de toda y cualquier
esperanza ("padre, por que me abandonaste") es igualmente la única posibilidad de realmente encontrar
una fuente de fuerza propia, de vivir del "amor a sí" y, consecuentemente, del "amor al prójimo".

93
Esa LUZ aparta definitivamente las tinieblas de nuestro pavor del desespero, nos libera de una vida de
sueños y mentiras.
Sueños y mentiras que utilizamos para no encontrarnos con nuestro miedo y nuestra vergüenza de lo que
somos capaces de hacer para no encontrarnos el desespero.

El encuentro personal de uno de nosotros con la fuerza que nace del desespero es una experiencia única,
mi amor, algo extremamente gratificante, extremamente aliviante, pacificador.

Probablemente tu no te encuentras en ese momento en un estado de desespero profundo, mi amor, pues


una persona completamente absorta por el desespero, no encontraría fuerzas para realizar esa lectura
hasta aquí.
Mas tal vez tengas la sensación de no estar tan lejos de ese estado.

Si fuera el caso, mi amor, permíteme ahora darte un consejo mas, que ciertamente te será de bastante
utilidad, si acaso te encuentras un día en ese estado.

La mejor "arma" para trascender todo estado de desespero es …


El sentimiento de gratitud, mi amor.
Claro que estoy perfectamente consciente de la dificultad que representa, para alguien que se encuentra
sin la más mínima esperanza, encontrar fuerzas en si para agradecer sea lo que sea, sobretodo cuando
estamos absolutamente convencidos que no hay nada que agradecer, cuando estamos delante de la nada.
Sé que mi proposición parece, a primera vista, por lo menos ingenua y tal vez hasta perversa.
Pero una vez más me gustaría recordarte, mi amor, que estamos aprendiendo, a través del estudio de
estos ángeles-arquetipos, en primerísimo lugar a contactar con nuestro inconsciente.

Repito entonces:
Angeles y arquetipos se comportan como entidades que accionan tu inconsciente.
Y poco importa que creas en estas "entidades" o no, pues tu inconsciente es refractario a los argumentos
de tu razón y, por eso mismo es que es … inconsciencia y no consciencia.

Luego, mi amor, no busques en ti "razones" para agradecer pues, claro, si estás realmente en el más
completo desespero, ¡ciertamente no encontrarás ninguna!

Lo que te propongo es más simple, es simplemente que acciones una MECANICA mental, dialogando con
tu inconsciente, activando las imágenes arquetípicas que él contiene.

Repito lo que ya dije otras veces, procediendo de esa manera no estarás tan lejos de la verdad, pues, para
efectos prácticos, tu inconsciente es refractario a tus argumentos conscientes y racionales.
Entretanto, tu inconsciente te "entenderá", si le envías un mensaje bajo forma de diálogo en el "lenguaje"
de él, activando "arquetipos", "esperanzas", "mitos" y "leyendas", que representan la materia de la cual
está constituido y a la cual es sensible
¡Y TU TAMBIEN, MI AMOR, SINO NO IRIAS AL CINEMA, NI LEERIAS ROMANCES!

Utilizando entonces un material "mítico", "arquetípico", tu inconsciente, exactamente como un "site de


busca" de Internet, procurará recursos en si para ayudarte a encontrar medios de enfrentar el estado en
que te encuentras y dirigirte las posibles soluciones.
Dialogar con el inconsciente, es sobretodo, obstruir el mecanismo del miedo que paraliza el raciocinio, que
nos hace creer que "todo está perdido".
Lo mejor para contactar ese arquetipo de la "luz que se encuentra mas allá del desespero", es utilizar la
figura que lo representa en la mitología de los ángeles:
REMLIEL.

No creas que desconoces ese arquetipo, o que él surge raramente en la vida humana, mi amor.
Observa un poco la mayoría de los filmes, romances y cuentos.
Constatarás que la mayoría describen personas que luchan en situaciones que parecen perdidas,
totalmente desesperadas.
Si alguien propusiese un film, o un romance, relatando la "hazaña" de un "héroe" que realizó una "proeza"
que tu o yo fuésemos capaces de realizar, algo de absolutamente banal y cotidiano, nadie iría a ver ese
film, ni leer ese romance, ¿no es así, mi amor?
Filmes, cuentos y romances, casi siempre relatan el encuentro de alguien con el arquetipo de esa "luz que
se encuentra mas allá del desespero".
94
Hay, en ellos, siempre un héroe que realiza hechos extraordinarios, que cree en sí mismo al punto de
luchar mas y aún incluso cuando todo parece perdido.

Ese es el arquetipo al cual aquí me refiero, mi amor.

No te sorprendas, entonces, en el caso que no creas en ángeles, si me dirijo ahora a Remliel como si ese
ángel-arquetipo fuese una entidad "real".
Apenas utilizo ese nombre para que busques este personaje, ficticio para ti, mas "real" para tu inconsciente,
que conoce ese arquetipo.
Remliel solo es un nombre.
Podrías, claro, escoger cualquier otro nombre, el efecto seria el mismo.
Mas no intentes estar "en contra", mejor seria que elijas un nombre que ya posee una "tradición" en
lenguaje arquetípico, empleado por millones de humanos antes de ti.
En el caso que creas en ángeles, mi amor, no te sorprendas del tratamiento que les reservo arriba.
Acuérdate que Remliel no dudaría en ayudar a alguien que lo invocase bajo el nombre de "Paco", o "Pepe".
Si crees en ángeles y quieres, intenta la experiencia, mi amor.
Para ti, que ya crees en ángeles, podría ser útil constatar que los ángeles no se "ofenden" cuando son
reconocidos e invocados como si fuesen simples arquetipos.
¡Verás como Remliel es capaz de reconocer tu pedido, aunque utilices un apodo!

Vamos ahora a lo que te propongo como modelo genérico de "agradecimiento", mi amor.


Claro que las palabras aquí sugeridas son un simple indicativo, destinadas únicamente a contactarte con
el sentimiento de gratitud, que a su vez te conectará con "Remliel".
Podrás modificarlas a voluntad, según tu propia sensibilidad.
Vamos allá:

"Gracias, Remliel".
Te agradezco aquí en nombre de todos los desesperados que conseguirán, a través de esfuerzos
indecibles, no renunciar en esa última etapa del camino.
Te agradezco en nombre de los que conseguirán, mas allá de la desesperanza, encontrar tu luz.
Incluso cuando había en ellos una "certeza absoluta" que eso nunca iría a acontecer.
"Gracias, Remliel".
Por guiarnos a través de todas nuestras injurias, blasfemias, descreencias y "crueldades", actos de
desespero que solo entiende quien perdió todo.
Y más allá de lo que el mismo podía imaginar.

Simple y breve, ¿no, mi amor?

Mas, si agradecemos juntos a ese ángel-arquetipo, permíteme ahora, mi amor, ¡agradecerte!

"Gracias" entonces, a ti, amiga o amigo que enfrente al desespero inherente a nuestra condición humana.
Gracias por darte el trabajo de leerme hasta aquí.

En nombre de tu coraje es que me permito llamarte aquí de "mi amor".


Pues, para mí, tu representa "mi" amor:
Mi amor por mí, que es el mismo amor por ti.

"Gracias" por tu coraje de aún estar vivo o de aún no estar loco.

No intento reconfortarte o traerte esperanza , mi amigo, "mi amor".


Apenas espero que esa reflexión pueda conducirte a la constatación que la luz realmente capaz de iluminar
el camino de un hombre, puede encontrarse mas allá de sus últimas esperanzas.

¡¡Y ojalá así sea!!


Pues, si la última de nuestras esperanzas dependiese de nuestro juicio personal, el desespero nos
impediría sistemáticamente alcanzarla, mi amor,
Solo la LUZ que se encontraría mas allá de nuestras fuerzas, más allá de nuestro juicio personal, sería
capaz de sobrevivir a él, siendo así realmente capaz de guiarnos a través del desespero, hasta llegar a
su transcendencia.

Coraje, amigo, coraje, hermano, coraje, mi amor.


95
18 - REMIEL: LA MISERICORDIA ES LA FUENTE DE TODO GOZO

El fundamento de toda transformación humana, de toda evolución de nuestras consciencias, es la


compasión, mi amor.
No hay una característica, un "arquetipo", más imprescindible a cada uno de nosotros que ese.

Todos los demás serán incomprensibles, si no estuvieren basados en él.

Buscar el autoconocimiento, estudiar la condición humana, olvidando la compasión, ignorando la


misericordia, es desconocer lo esencial.
Entretanto, lo que siempre hacemos es huir de ella, mi amor.

Buscamos, antes de nada, el contacto con la verdad, con la paz, con el amor, con el coraje y con tantos
otros arquetipos lindos y conocidos nuestros, mas, en el fondo, rechazamos admitir que todos ellos solo
son aspectos de la compasión.

Pues, sobretodo, lo que no queremos encontrar, lo que no queremos constatar, lo que no queremos "tener",
es...
Misericordia.
Se que esa afirmación puede sorprender tu piedoso corazón, mi amor, sobretodo si ya es sensible a la
cuestión de la compasión.
Iré, entonces, directo a lo esencial:

¿Estás seguro de que tienes compasión de ti mismo?


Pues, ¿como podrías ofrecer lo que no posees para ti?
¿Cómo sabrías enseñar a los demás lo que no sabes ni siquiera utilizar en beneficio propio?

"En casa de herrero, cuchillo de palo", dice un viejo refrán, intentando indicarnos cómo estamos tentados
a rechazar para nosotros mismos lo que ofrecemos a otros.

Nuestra "buena" educación nos enseña que "debemos" misericordia a los necesitados, haciéndonos creer
que la fuente de todo placer, que es la compasión, sería un "deber".
Mas, cuando la compasión a los demás se transforma en "obligación", no solamente nos culpabilizamos,
cuando no la sentimos, sino que ignoramos que toda misericordia que no fluye espontáneamente en
dirección a los demás, no es más que el reflejo de que ella está siendo negada a sí mismo.

Pasamos, entonces, secretamente, a odiarla, como odiamos todo lo que nos parece "obligación".
Acusamos a los demás delante de la más mínima infracción a la "regla" de la compasión, sin percibir que
esa acusación es autodirigida, que es porque negamos la misericordia a nosotros mismos, no dándonos

96
lo mejor de nosotros mismos (en casa de herrero, cuchillo de palo…), que la indiferencia de los demás a
los necesitados nos incomoda, hasta el punto de cambiar nuestro comportamiento:
Delante de ella, nos transformamos, pasando de samaritanos piadosos a acusadores impiedosos de quien,
en principio, más necesitaría nuestra piedad, que son aquellos que juzgamos impiedosos.

Pues, ¿quien está mas necesitado?, ¿Quién no tiene qué ponerse al estómago, o quien está con el corazón
vacío?
¿Quién debería tocar mas nuestros corazones, quien pide compasión, o quien ignora que la necesita?

Presencié una vez una cena en el metro, que ilustra ese hecho, mi amor.
Un viejo "clochard", vagabundo francés de unos 70 años, estaba caído en un de aquellos pasillos del
metro.
Pasaron por él todos los pasajeros de un metro que acababa de llegar.
Nadie miró siquiera la escena.
Mas de 100 personas hicieron ver que no veían nada.
Yo era de los últimos.
Habría hecho probablemente lo mismo con dos excelentes disculpas:
La primera es que estaba aún con mis patines en los pies, luego poco habilitado a levantar una persona
de unos 70 kilos, cuando había tantos otros pasajeros más habilitados que yo.
Mi segunda disculpa, la misma que estaba utilizando toda esa masa humana de pasajeros, es que se
trataba de un "clochard" y esos tipos siempre beben y caen y hasta duermen allá mismo donde cayeron.
Ponerlos de pie, es verlos caer dos pasos después.
Mas, en realidad, la realidad de porque casi dos centenas de personas fueron indiferentes al "clochard",
es que un "clochard" apesta.
Y apesta mucho.
Cuando duermen en uno de los bancos del metro, nosotros, los "civilizados", no aguantamos siquiera estar
en el mismo vagón que ellos, pues nos invade en hedor de jugo sudado mezclado con orina de meses,
irrespirable.
Todo parisiense conoce y ya fue víctima de ese olor.
Es el motivo real porque nadie fue a tocar al "clochard".
Mas ni siquiera tuve tiempo, en el momento mismo de la escena, de tejer todas estas elucubraciones
mentales, pues una mujer joven, acompañada de una amiga, poco antes que fuese mi vez de pasar
indiferentemente delante del "clochard" fingiendo no verlo, no resistió la escena, cayó en la culpa o en la
obligación de mostrarse compadecida y se puso de rodillas a ayudarlo.
Mas era muy fácil saber que ella estaba apenas reprimiendo su culpa y su rabia, de no osar hacer como
los demás, pues así que se puso de rodillas delante de aquel humano nauseabundo y pestilente, que
comenzó a gritar alto y fuerte, para que todos nosotros viésemos, cuánto el mundo estaba compuesto de
humanos degenerados, cuán nosotros todos éramos indiferentes, tanto los de delante, que ya habían
escapado al "clochard", como los que venían atrás.
Aquella joven estaba obligándose a tener compasión, odiaba eso y acusaba a los demás, a su vez, de una
insensibilidad que ella envidiaba.
Si no fuera eso, el acto mismo de ayudar, de compartir, hincharía su corazón de una alegría de una
intensidad que ningún placer carnal, que ningún divertimento pueden ofrecer.

Ahí está entonces el drama de la misericordia, mi amor:

Por ignorar lo que realmente es y puede hacer por cada uno de nosotros, nos la negamos a nosotros
mismos.
Por ignorar el placer que es ofrecerla a sí mismo, desconocemos el éxtasis que es compartirla.

Cuando la ofrecemos a los demás, es siempre por obligación, obligación dictada por la culpabilidad o,
mejor aún, como la joven en cuestión, para echar públicamente esa culpa de "tener que" ocuparse de algo
desagradable porque unos despiadados (léase, más cínicos con relación a la culpa) no lo hicieron, para
que "yo" no tenga que hacerlo, porque no tengo el coraje de soportar mí culpa, de ver en el abandono de
ese clochard, el abandono de mi a mi mismo.

Padre... si es posible aparta de mí ese cáliz sin que yo lo beba...


Bien que esa frase de Jesús podría ser confundida con cobardía, o con mala fe, si no significase antes
una clara y bien merecida misericordia de sí.
Pues la frase pudo muy bien ser entendida como:
"Padre, no siento satisfacción alguna en hacerme crucificar. Pero... si no hay remedio... "
97
En todo caso, la misericordia de sí es la fuente de toda auténtica misericordia, mi amor.

Puede parecerte increíble, mi amor, mas una de las maneras más comunes a través de las cuales
ocultamos nuestro odio de nosotros mismos, es…
Ayudando a nuestro prójimo…
Muchos de nosotros se lanzan en una ayuda al prójimo por abandono a si, mi amor.

Nuestra compasión muchas veces oculta una depresión.


No se trata aquí de condenar a quien ayuda por negarse ayuda.
No se trata de desvalorizar el don de sí, aunque sea por depresión.
No se trata de sugerir que la fuga de sí a través de la ayuda al otro no seria un desvío noble, necesario e
útil, que podrá, inclusive, conducirnos más rápido a nosotros mismos.
Se trata de sensibilizarnos a la esencia de la misericordia, que es la misericordia de sí.
Y, sobretodo, a la esencia de la misericordia de sí, que es la fuente de todo placer.

Para descubrir esto, algunos de nosotros tendrán que pasar por el desvío de ofrecerla a los demás antes
de entender que, con eso, estarán apenas castigándose a sí mismos.
Otros endurecerán sus corazones, llegarán al fondo de la insensibilidad, pues solo desde ahí conseguirán
creer en la autenticidad de la misericordia.

Mas sea cual sea el camino, e incluso que lleve "vidas", como dirían los budistas, cada uno de nosotros
acabará entendiendo que toda forma de misericordia es una forma de misericordia a sí, y que toda ella
contiene todo real placer que podamos tener.
Hasta los más "carnales" de los placeres, mi amor, será sentido y vivido de una manera extremamente
pobre por alguien que es "duro" de corazón para consigo mismo.

Mas...
Pocos de nosotros se dan realmente el tiempo de meditar largamente sobre eso, ¿no es así, mi amor?

Cuando insensibilizamos nuestros corazones, la compasión parece cosa de gente débil, emocionalmente
afectada y mentalmente frágil.
Además, hay realmente una cierta confusión generalizada entre las palabras "misericordia" y "culpa".
Y la primera pregunta que debería colocarse quien desea encarnar el arquetipo de la misericordia, sería:

¿Sería posible llegar a la misericordia no teniendo compasión de los que aún no la alcanzaron?

Esta pregunta, calma, larga y francamente colocada, seria suficiente para llevar a quien la responde,
lógicamente, al sentimiento que revela, que toda falta de misericordia, refleja una negación de la
misericordia a sí mismo.

Una vez que entendemos que las personas que culpabilizamos y acusamos de falta de compasión son
apenas el reflejo de nuestra falta de misericordia para con nosotros, podremos abordar la pregunta
siguiente ligada a la misericordia, que es su exploración por personas que abusan de la buena fe y de la
culpabilidad derivadas de una compasión decretada como "deber", como "obligación".

Jesús usó palabras muy duras para indicar la hipocresía de una actitud generosa en apariencia, mas
culpabilizadora en el fondo.
Tales personas fueron llamadas por él "sepulcros blanqueados", que designaba con ese término la
disimulación de un corazón duro, culpabilizado y culpabilizante, bajo una apariencia de bondad.

Por formular así, "sin pelos en la lengua" y públicamente, la actitud de "mercaderes del templo" de
explotadores de la culpabilidad y buena fe de aquellos líderes religiosos, Jesús en mucho "contribuyó" a
su crucifixión.

La cuestión de la misericordia tiene, entonces, que ser abordada a partir de la misericordia negada a sí,
mi amor.
Solo de ahí entenderemos como explotamos a los demás a partir de ella, pues todos somos "sepulcros
blanqueados", y como nos dejamos, igualmente, explotar por quien niega la propia compasión a sí mismo.

Muchos humanos quieren que les demos a ellos la misericordia que no nos damos
98
El humano que te pide tu piedad, en ese caso, sabe que dándole a él lo que él mismo rechaza de darse,
tu también estarás robándola de ti y sabe que tanto tu como él sois ladrones de sí mismo.
En el fondo, mi amor, cuando un humano pide tu piedad, lo que quiere es que tu le demuestres tu piedad
a ti mismo.
Mas ¿quién entiende eso?
¿Quién sabe reflejar eso?
¿A no ser quien ya siente realmente misericordia de sí?

Solo que él, el que recibe tu misericordia, sabiendo que la ofreces para continuar negándotela, se divierte
con ese robo de sí mas que tu, pues al menos echa fuera la de él y la tuya, y acabará un día descubriendo
el vampiro de atención, de afecto insaciable que es, cuando dejaremos de ser los masoquistas idiotas
constatando que "echamos perlas a los cerdos", según la fórmula de Jesús para designar la actitud de
quien da a quien no quiere recibir.

Mas quien se divierte, o se venga, explotando la compasión ajena, o haciendo de la culpabilidad un


comercio, estará, evidentemente, aún más distante de la misericordia, luego, de la fuente de todo placer.
En compensación, quien así actúa, está más consciente de su falta de compasión para consigo mismo,
que quien la practica movido por la culpa.

Este último reclamará doblemente de su suerte:


Primero, porque estará obligándose a dar al otro lo que en el fondo no quiere dar.
Segundo, porque no estará recibiendo lo que da al otro para no dar a sí mismo.
Mas, una larga meditación sobre el sentimiento de culpa, puede llevarnos a la constatación de que cuando
actuamos movidos por ella, en realidad solo estamos vengándonos impiedosamente de nosotros mismos.

Pero lleva mucho tiempo y, sobretodo, mucha reflexión, hasta que entendamos que el arquetipo de la
misericordia solo se expande a partir de nosotros mismos, cuando lo utilizamos básicamente en causa
propia.
En principio, toda idea de ocuparse de los propios intereses, nos parece sospechosa de "egoísmo", mi
amor.
Y solo después de mucho tiempo de meditación, acabaremos entendiendo que las personas que
aparentemente mas buscan para sí, incluso perjudicando a los demás, son, en realidad, las que menos
misericordia de sí mismas tienen, las que menos se aman, las mas miserablemente pobres, pues aunque
lo posean todo, aún tendrán el sentimiento de no poseer nada.

Toda persona "extrema", mi amor, se trate de un "miserable" o de un "necesitado", que precisa poseer
mucho mas de lo que necesita, solo es, en el fondo, alguien que aún no es consciente de que se niega a
sí mismo la dádiva y los dones del arquetipo de la misericordia.
Comienza, entonces, a meditar sobre lo que podría ser realmente tener compasión de sí, mi amor.
Mira a tu alrededor.
Observa como las personas se lamentan de lo que no recibieron, mas como continúan negándose toda
posibilidad de cambio, alegando "miedo", "imposibilidad", pero manteniéndose en situaciones de
sufrimiento, sin decidirse ni a asumir donde están, ni a cambiar.

La misericordia es el mayor de los arquetipos, mi amor, el mayor de los presentes.


Tal vez por eso mismo sea lo que más ignoramos…
Aún…

Medita, entonces, largamente sobre ella, mi amor.


Me gustaría no tener que afirmarte, de "prometerte" que, haciéndolo, encontrarás tu mayor tesoro.
Pues ese tesoro, que siempre estuvo, y siempre estará, en el fondo de ti mismo, solo podrá ser tuyo cuando
aceptes experimentarlo.
Palabras y promesas nunca te conducirán a ninguna realidad, mi amor.
Vive lo que piensas que "debes" vivir:

Tu experiencia es tu único y auténtico maestro.

No salgas por ahí, entonces mi amor, echando "perlas a los cerdos".


Busca antes entender, que en cuanto te obstines en dar a quien no quiere recibir, estás apenas ocultando
de ti mismo que das a quien no quiere recibir porque lo niegas a ti mismo.
99
Acepta las perlas de la misericordia antes de nada para ti mismo, mi amor.
Solo eso te volverá apto para compartirlas.
Solo eso liberará la fuente de todo placer en ti.

Solo esa constatación puede curarnos de nuestra megalomanía tan humana, mi amor, de creer que el otro
precisa de nuestra "compasión" por otro motivo que el de negarla a si mismo.
Llamo a ese engaño de "megalomanía" pues confundimos la misericordia que emana de si, con la pseudo-
misericórdia que representa dar al prójimo, negándose a si mismo.

Y nuestra "megalomanía" consiste en no querer entender que la misericordia es un patrimonio "arquetípico"


de la humanidad, no un don que solo algunos poseen.
Nuestra "megalomanía" consiste en no entender que nadie que no esté negando misericordia a si mismo
necesitaría de nuestra "compasión".
Que sea una "víctima", un "pobre", que se trate de un "necesitado", o de un "verdugo".

Mas, cada vez que ofrecemos nuestra misericordia a alguien, no pensamos que se niega la misericordia a
sí mismo, creemos que no la posee en si y que depende de la nuestra.

Para entender eso mejor, te propongo un escenario imaginario, mi amor:


Supónte que "dios" existe, poco importa aquí que creas en él o que seas ateo, y que él habría ofrecido a
cada humano el "don", el "arquetipo de la misericordia de sí, como fuente de permisión, de
desculpabilización, de "perdón a sí mismo", en fin, de placer.
Imagina que la enigmática frase "ama al prójimo como A TI MISMO", sea un indicio de eso.
Supónte, en fin, que el "Dios de amor" no habría negado a ninguna de sus criaturas el don del amor a sí
mismo, fuente de todo amor compartido.
"Consciente" de tu posesión de la misericordia de sí, así como cada uno de tus semejantes, ¿qué dirías tu
delante de un "necesitado"?

Será que dirías:


"He ahí mi misericordia que Dios me ofreció a mí (pero que no la quiero para mí...) que te ofrezco, pobre
miserable, a quien Dios no dio ninguna misericordia de sí".

O, antes, dirías:
¿Qué? ¿Qué hizo esa criatura de la misericordia de sí que Dios le ofreció?
¿Dónde escondió este "don" dentro de él mismo, para estar ahí en esa miseria negra, afectiva y/o moral?

¿Ves porque sugiero que toda misericordia irreflectida es … "megalomanía", mi amor?


Si "ayudamos" sin dar al otro una posibilidad de auto-ayuda, no solamente atrofiamos su potencial humano,
sino que sugerimos implícitamente que no es tan capaz como nosotros.
Luis Gonzaga, refiriéndose a la "ayuda" de los órganos federales a la sequía del nordeste del Brasil, utilizó
versos en los cuales deberíamos meditar mas largamente, mi amor:
"Mas, doctor, una limosna, para un hombre que es sano, o lo mata de vergüenza, o lo vuelve "viciado" y
dependiente de esa ayuda…"

Ayudar, sin dar al otro una oportunidad de preguntarse PORQUE se permitió llegar a la decadencia total,
o es explotarlo, mantenerlo en situación de dependencia, o es utilizarlo, ayudándolo, para continuar
negando ayuda a si mismo.

Hay también aquellos que cerraron sus corazones a toda auto y hetero-ayuda.
Estos encontraron un medio más "eficaz" aún de rechazar el arquetipo de la misericordia de Dios:
Se contentan con observar la enorme "payasada" que es, desde su punto de vista, la "hipocresía" "farisea"
de la misericordia, que reducen a la manipulación de la culpabilidad y credulidad ajena, ya descrita antes.
Tales "observadores perciben muy bien como los "ayudadores" no quieren ayudar, observan como los
"ayudados" no quieren la ayuda que fingen pedir y, se sienten mas expertos que los demás por entender
eso...

Silencian...
No dan, no piden ayuda.
Se cierran en una frialdad... "protectora", ciertos de que así se protegen de la hipocresía de hacer circular
una misericordia entre quien no la quiere.
100
Estos se sienten más dignos, mas expertos, más justos que los demás.
Se dejan tratar de fríos, de crueles, de egoístas, por los "fariseos" agachados en un corredor de metro
delante de un clochard pestilente, por estar convictos de la hipocresía de los que solo son buenos de
fachada.
Estos no creen mas en la ayuda, ni de sí a sí, ni de otro a sí.
En realidad, estos son los más miserables, mi amor, los que están más distantes del arquetipo de la
misericordia.

Vamos, entonces, todos nosotros, mi amor, seamos quien seamos, sea cual sea la descripción en que nos
encontremos de ese repudio, de ese rechazo nuestro al don de la misericordia a sí, base de toda auto-
ayuda y de todo gozo, vamos todos ahora a buscar el contacto con ese "arquetipo", o con ese "ángel".

Vamos a procurar tener "misericordia" de nosotros mismos, compasión de nosotros mismos, piedad de
nosotros mismos.
Mas, no, evidentemente, con la intención de lamentarnos, aunque lágrimas incontrolables siempre llegan
en ese reencuentro de nosotros con nosotros mismos.
Lo que vamos, eso sí, es a tener misericordia con nosotros, para comenzar ¡AQUI, AHORA Y YA, a
ayudarnos, y REALMENTE!
Vamos a interesarnos por lo que realmente necesitamos, dejar de intoxicarnos, de castigarnos con todo
tipo de "drogas" que usamos para no estar atentos, disponibles a nosotros mismos.

Vamos a apartarnos despacito de las cosas que dejamos que nos invadan y nos envenenen, solo para
castigarnos, solo para continuar negándonos la misericordia a nosotros mismos, la ayuda a nosotros
mismos, bajo el pretexto tan usado y abusado, que nos parece tan válido cuando lo evocamos debajo de
soluciones...

Pretexto, que nos dice que nadie nunca se interesó realmente por nosotros, que nuestros padres y madres
fueron los primeros a no vernos, a negar nuestra esencia, a no darnos el amor, la atención y la protección,
que crearan las oportunidades que necesitábamos para aprender a cuidar de nosotros mismos, etc. etc.

Todos nosotros conocemos estos pretextos, los empleamos y somos "expertos" en detectarlos en los
demás.
Mas...
¿Estamos nosotros mismos dándonos a nosotros mismos nuestra oportunidad SIEMPRE?

¿Aceptamos recomenzar para aprender?


¿Nos concedemos, delante de nuestros errores, la misericordia de que reclamamos?
¿O continuamos abandonándonos, como nos enseñaron a hacerlo desde pequeños?

Pues el hecho de que todo niño se siente, inevitablemente, desprotegido e incomprendido por sus
educadores, forma parte de su educación, de su madurez personal y de su individuación.
El sentimiento de abandono es un arquetipo de "rito iniciático" de pasaje a la edad adulta.

Mas el abandono será vivido como un "maleficio" en cuanto no entendamos su función de factor de
maduración de nuestro carácter.
El arquetipo del abandono se vuelve, así, el motor, la "disculpa" que utilizamos, ya en la edad adulta, para
también abandonarnos, para no asumir la responsabilidad de nuestras propias vidas.

Ese abandono de sí se traduce a través de nuestro comportamiento impiedoso para con nosotros mismos:
Odiándonos, repudiándonos y castigándonos con todo tipo de miseria y de cosas que hacemos e
ingurgitamos, sabiendo, conscientemente, que estamos haciéndonos mal y continuando, para llevarnos al
disgusto total de si, a la náusea, al vómito, para odiarse al máximo.

Ese odio de sí nos llevará, después, al desprecio de los demás.


Ignorando que somos los únicos responsables de nosotros mismos en la edad adulta, acusaremos a
nuestros padres, al gobierno, a nuestro país y a todos aquellos a quien atribuimos la responsabilidad de
nuestras propias decisiones: el "destino", dios", el "diablo", el "acaso" o la "nada", alguien tendrá que ser
responsable por nuestra propia responsabilidad no asumida.

101
Para girar a nuestro favor esa sensación de abandono, de "azar" o de "fatalismo", basta que meditemos
seria y largamente, sobre la necesidad imperativa de no abandonarnos por sentirnos abandonados, basta
que constatemos el arquetipo de la misericordia de sí, basta que "capturemos" a REMIEL.

Pues Remiel es el nombre de ese ángel-arquetipo, mi amor.

Cuanto mayor sea nuestro desespero, mayor la posibilidad de activar la misericordia de si, mi amor.
Ella se amolda exactamente a nuestros más profundos deseos, nos acompaña en nuestros momentos de
profunda soledad, está siempre a nuestro lado, aunque nuestro orgullo, en cuanto nos domina, nos impide
sentirla.

Para constatar lo que aquí afirmo, pregúntate ahora, mi amor:


¿Qué hago cuando me "desespero"?
En el fondo, cada uno de nosotros, a su manera, hace siempre lo mismo:
Protesta, berrea, patalea, conjura, maldice, odia a todo y a todos, comenzando por si mismo, se descabella,
agrede, fuma, se embriaga, se mata, hasta silenciar todo en si, por agotamiento, hasta callar, conseguir la
postración.

Y haces muy bien en hacer eso, mi amor: ¡¡ese es el camino!!

Si no hubieses actuado así siempre que necesitaste "extravasar", defenderte, ni siquiera estarías hoy
leyendo este mensaje.

Mas, ya que llegaste hasta aquí, pregúntate si ya no es tiempo de comenzar a substituir ese método
desgastante, por la misericordia de sí.

Intenta aprender, despacio, y sin reprimirte, a substituir toda catarsis a través de la cólera, por la acción de
ocuparte, concretamente de ti.
Aprende a consagrarte el tiempo que necesitas, ofrecerte cosas simples, mínimas, pero que te llevarán,
poco a poco, a reencontrarte contigo mismo.

Si acaso no lo consigues, aún, si acaso maldecirte sea mas fuerte que bendecirte, puedes estar seguro
que el hecho de no haber suspendido la lectura de este mensaje aún, ya es prueba de que la misericordia
de sí está siendo activada en ti en este momento mismo.

Tu "curiosidad" viene del hecho de que todos nosotros "sospechamos" lo que aquí expongo bajo el manto
del arquetipo de la misericordia a si, mi amor.
Todos nosotros "intuimos" la presencia del ángel-arquetipo Remiel en nuestras vidas, principalmente
cuando más nos castigamos.

Aunque jamas hayamos pensado conscientemente al respecto del asunto.


Aunque nunca hayamos oído hablar de esto.
Aunque cuando lo oímos decir nos reímos de tamaña idiotez.
Aunque solo finjamos creer en eso, para mejor negarnos, sabotearnos sistemáticamente la auto-ayuda.

Todos intuimos la realidad y la necesidad de la misericordia de sí:


Ayúdate y el cielo te ayudará, dice un viejo refrán.

Sea, entonces, cual sea nuestra opinión al respecto del arquetipo de la misericordia, él siempre nos
acompaña.
"Remiel", el ángel-arquetipo conscientizado por aquellos que no se abandonan más si mismos, incluso en
la más negra sensación de soledad y abandono, estará a nuestro lado, mi amor, solo esperando que
tengamos REALMENTE dolor de nosotros mismos, que aceptemos presentarnos con la misericordia de
sí, eliminando, poco a poco, todos los auto-flagelos que nos infligimos.

Tal vez ya hayas encontrado tu propia manera de hacerte feliz, de tener misericordia de ti mismo.
Gloria a ti, entonces, mi amor, que encontraste tu "paraíso".
Pues que el "cielo" sea para ti una realidad metafísica, o apenas una metáfora referente al sentimiento de
felicidad, puedes tener certeza de que se inicia en "Remiel", o sea, en la misericordia de sí.

102
Tal vez sufras desesperadamente, mi amor, mas eres aún demasiado orgulloso para apiadarte de tu
propio sufrir.
Si fuera el caso, mas desespero aún tendrá que venir en tu auxilio, pues testarudo como eres, mi amor,
solo bastante sufrimiento podría ayudarte a superar el orgullo de pedir ayuda a sea quien sea.
Cuando nuestro orgullo es desmedido, solo un intenso desespero consigue despertar a "Remiel" en
nuestros corazones.

¡Tal vez ni siquiera sepas aún que vives desesperado!


Sigue, aunque así sea, tu camino sin inquietud, mi amor, pues un día te darás cuenta de que tu estado
refleja tu propio abandono de ti mismo, comprenderás que escondes aún una recriminación a ti mismo.
En el fondo, aún no te juzgas digno, merecedor de amor.
Toda y cualquier queja, mi amor siempre refleja nuestra falta de amor propio, nuestra inmadurez afectiva,
nuestra espera de que hagan por nosotros lo que nos negamos a hacer por nosotros mismos.

Mas, cuando tememos el ridículo de pedir ayuda para alcanzar la auto-ayuda, menos que el ridículo de
sufrir, el potente arquetipo de la misericordia será activado dentro de cada uno de nosotros, mi amor.

"Remiel" podrá, entonces, venir en nuestro auxilio, mi amor, mostrándonos, a cada paso, como utilizar a
nuestro favor lo que, hasta el presente, utilizábamos contra nosotros mismos.

103
19 - MICA - EL GOZO ES UN PLAN DIVINO

"Eu quiz amar, mas tive medo. Eu quiz salvar meu coraçao. Mas o amor sabe un segredo: o medo puede
matar o seu coraçao".

El miedo de amar debe ser el mayor impedimento que encontramos al gozo, ¿no es así, mi amor?

En los versos anteriores, Vinicius dice lo que cada uno de nosotros siente, mas reprime.
Tenemos tanto miedo de sufrir, de ser abandonados, de no estar a la altura de quien amamos
intensamente, que huimos corriendo en la dirección opuesta a lo que más ansiamos.
Todos nosotros somos así, mi amor, no sirve de nada mentirse.
Alguien que dice que no tiene miedo de amar, aún no alcanzó toda la profundidad de ese sentimiento.

¿Por qué tanto miedo de una cosa tan buena?


La respuesta a esa pregunta es infinitamente más fácil que ponerla en practica, mi amor:
Tenemos pánico delante del amor, porque él nos muestra claramente que no "cabe" dentro de ninguna
persona.
El amor que sentimos, cuando lo sentimos sin reprimirlo, explota literalmente nuestro interior.

Nadie puede amar con la intensidad que le gustaría.


Nadie puede recibir la intensidad de un amor incondicional que le es enviado.
Entre tanto:
Nadie puede contener, parar, "defenderse" de ese fenómeno.

En la práctica, el amor es una experiencia personal tan devastadora, que, a no ser en cuentos de hadas,
todo relato de un gran amor entre mortales, o incluso entre "dioses", acaba en tragedia.
Cada vez que focalizamos ese sentimiento sobre una persona "física", él nos transborda, haciendo que
no seamos mas capaces de contenernos, haciendo que el otro se sienta sumergido, asfixiado, por la
intensidad de un amor que no puede recibir.
Pues ni todo el universo podría recibir toda la intensidad del amor.

Ni siquiera "Dios" puede retener "en sí" toda la intensidad del amor, mi amor.
Pues lo que es amor, no tiene límites.
Y lo que tiene límites, no es amor.

Djavan canta:
"Por ser exacto, el amor no cabe en sí.
Por ser amor, invade y fin".

Incluso cuando un humano dirige incondicionalmente su capacidad de amar no a otro humano, no al


universo entero, sino a Dios "en persona", no consigue contenerse, no consigue contener el amor dentro
de sí.
Santos como Santa Teresa de Avila, son ejemplos de estas personas que perdieron toda capacidad de
estructuración personal, inclusive a nivel físico, por amor.
La inmensa mayoría de estos amantes incondicionales, que proyectaron la intensidad del amor que sentían
en Dios, ni siquiera tuvieron el consuelo de ser santificados como Teresa de Avila o Francisco de Asís,
acabaron como locos anónimos en asilos anónimos.

Se entiende mejor por qué el amor da tanto miedo, ¿no es así, mi amor?
Pues ¿cómo dejarnos invadir por algo que no cabe dentro de nosotros, por algo que no cabe ni siquiera
dentro de sí mismo?
Visto desde el hombre, el amor es un monstruo peligrosísimo, mi amor.
104
Para defendernos de su furia destructora, de toda nuestra estructura afectiva, nosotros lo parcelamos, lo
"compramos" a crédito, amamos "mas" unas cosas", "menos" otras, y salimos por ahí fuera en la vida,
llamando de "amor" a lo que solo es la contención de él.

En realidad, utilizamos el miedo para defendernos del amor, mi amor.

Mas, como advierte Vinicius:


"El amor sabe un secreto: el miedo puede matar su corazón".

Como todo poeta, Vinicius exagera, pues es imposible matar un corazón, mi amor.
Pues, como el "corazón" en cuestión no es el órgano central del sistema sanguíneo, mas si la alusión al
órgano central del propio amor, no tiene miedo que destruya el foco mismo de la capacidad de amar.

Mas que el miedo paraliza, adormece, congela el "corazón", eso sí.


Como el "corazón" en cuestión es una alusión a la capacidad misma de SENTIR, o sea, de amar,
ciertamente no está hecho de músculo y debe existir en la dimensión de los afectos y no en la de los
cuerpos físicos.
Y el afecto se deja reprimir, sí.
Pero...
No se deja morir...

Los cuerpos físicos sí, estos se dejan morir de amor, en cuanto intentan poseer el amor, por miedo aún de
dejarse poseer por él.
De ahí nuestra necesidad, auténtica, legitima y real, de "amar a prestado", mi amor.

Quien tenga la bendición de no ser tocado aún por un amor que lo ciega todo, que lo invade todo, que
desorienta todo sentido en todos los sentidos, debe retardar ese encuentro con esa furia del amor
devastador, lo máximo posible.

Pues, como es imposible escapar al amor, por el hecho de que él desconoce todo límite, cuanto más cada
uno de nosotros fortifique su propia estructura interna, mas sabrá acompañar con GOZO y madurez, la
llegada de esa onda infinita de sentimiento en estado puro.

Mas si tu ya fuiste tocado por la bendición contraria, o sea, si el amor ya devastó tu ser, si tu construiste
diques y barreras y fortalezas fortuitas, para contener temporalmente un amor furioso que invadió tu
pecho y lo dejó en cenizas, date el tiempo para rehacerte.

Tu ya sabes que huir del amor es imposible, pues él te toca independientemente de tu voluntad.
Luego, aprovéchate de la experiencia adquirida en ese primer contacto, para fortificarte aún mas
personalmente, a fin de recibir una nueva "descarga" amorosa en condiciones más favorables:

¡¡CREA UNA "TOMA DE TIERRA"!!

Quien no posee una "toma de tierra" capaz de descargar el "voltaje" de un amor sentido desde el fondo
del pecho, mi amor, será simplemente "electrocutado" tantas veces como sean necesarias para la
fabricación de la "toma de tierra" personal.

¿Que llamo yo aquí de "toma de tierra", mi amor?

Me refiero a la forma más "terrena" que toma el amor, que es el GOZO.


No solamente el gozo sexual, mi amor.
Ese ahí es super-potente, cierto, mas es apenas una preparación a otros gozos mucho mayores.

Si aún eres joven, mi amor, tienes que "consolarte" aunque sea con la forma sexual del gozo, pues ella te
atormentará a través de los ardores de tu juventud.
Y mucho más de lo que te atormentarían tus dones artísticos, por mas talento que puedas tener.

Mas, a medida que envejezcas, si aceptas envejecer, constatarás que el gozo está en todo, que todo es
"orgasmo" y que la aparente fragilidad de tu cuerpo viejo y cansado, retira el ansia y la calentura que
sentías en tus días más jóvenes y que te impedía realmente gozar, realmente entregarte al gozo.
105
Mas, que seas "joven" o "viejo", mi amor, intenta realmente no olvidarte de que el gozo es la única cosa
literalmente DIVINA en la tierra.

El gozo te lleva al amor a través de pasos seguros.


Absórbelo como puedas, hasta aprender a dejarlo penetrarte en goces sutiles y delicados.
No juzgues la forma como gozas, o lo "que", o "quien" te hace gozar.
Acepta simplemente gozar.
Si es una flor que te hace gozar, goza de ella.
Si es un deporte de combate, entrégate a él.
Si es la lectura, sumérgete en los libros.
Si es una causa, consagra tu vida a ella.
Si es el sexo, ¡¡no te economices!!

Quien realmente goza, tendrá que sentirse alegre, feliz, bendito, en el "cielo".
O entonces está confundiendo el gozo con la descarga emocional que lo prepara.
Pues a veces tenemos voluntad de sentir rabia, de golpear o incluso de matar.
No porque eso haga a alguien "gozar", si no porque tal persona no se había permitido gozar por mucho
tiempo o por toda la vida.
Tal persona tendrá entonces primero que liberar esa energía contenida a través de una catarsis, preparada
de preferencia de una manera que no traiga perjuicios ni a él ni a los demás, descargando la energía
contenida con ayuda de un terapeuta, o de amigos, o incluso solo, si no hay otro medio.

Cualquier forma de descarga, de catarsis, que no sea perjudicial es válida:


Una reflexión solitaria sobre la propia vida.
Una reflexión "tranquila" en el diván de un analista.
Gritos en una sesión de "rebirth".
Golpear almohadas, gritar dentro de ellas, morderlas, hacerlo en un descampado, en fin, escoger el objeto
de recepción de la descarga transferida, de manera que haya el mínimo "precio" a pagar después.
Si descargas tu frustración rompiendo platos, mi amor, mejor sería divertirse con eso, o sea, comprar
previamente platos más baratos para ya comenzar a descargarse con la risa de ti mismo, anticipada.

Una vez que estés seguro que no retiene mas tu frustración, mi amor, estarás apto para no retener mas
tu gozo.

El gozo, bajo todas sus formas, es así la "toma de tierra" que nos prepara para la gran descarga del amor,
mi amor.
Pues el amor está mucho mas allá de la noción de gozo, que solo es su encarnación.

Permitirse gozar, de todo y de nada, permitirse estar bien, es el único medio para cada uno de nosotros
de aceptar el amor en sí que nos llevará al "sí", al "self", del propio amor.

Todo gozo es "divino", mi amor, pues el gozo, siendo la esencia misma de lo que podríamos calificar de
"divino", en todos los sentidos de esa palabra, es nuestro más auténtico lazo con él.
Todo lo que no sea gozo, evidentemente no es divino, no tiene el poder de conducirnos al amor.

Olvidemos entonces los "juicios", mi amor.


Olvidemos las "amenazas", los "miedos", las "recriminaciones" y dejémonos conducir por la dulce
sensación de gozo.
Pues en cuanto la sensación es "dulce" y es gozo, es divina, es el camino del amor.
Si se volvió "amarga", es porque alguna transformación está por ocurrir, tendremos que confiar en nuestra
sensación de gozo para que ella nos lleve a otro lugar, a otras personas, o hasta a otra forma de vida
completamente diferente de la que tengamos antes.

Si confiamos en nuestra capacidad de gozar, ella nos enseñará cómo liberarnos del miedo de amar, como
no utilizar el sufrimiento, la auto o la hetero flagelación, como barrera contra el amor.

El gozo es EL plan divino, mi amor.


El gozo es voluntad del AMOR para los hombres.

MICÁ es el ángel-arquetipo que traduce la senda del gozo, que nos conduce al amor.
106
Pues innumerables veces perderemos contacto con el gozo, perderemos nuestra "fe" en él, sea bajo la
forma de gozo que se presente a nosotros mismos: amor a Dios, amor a un humano, amor al arte, a la
tierra, etc.

Micá es así el ángel-arquetipo del gozo, mas igualmente el ángel de la "desolación".


Pues innumerables veces estaremos desolados, desesperados incluso, por haber perdido contacto con el
objeto de nuestro deseo.

Esa desolación es inevitable, mi amor.


Ya que antes que podamos realmente dejarnos arrebatar absolutamente por el amor puro, tendremos que
pasar por los túneles y laberintos que construimos en nosotros mismos para huir del amor.
Nuestra propia estructura mental no es mas que una inmensa barrera "anti-amor" que construimos.

Lo que llamamos de "razón", no es más que nuestro miedo de amar.

Cuando podamos sentir la "razón" del amor, entenderemos lo que Freud quiso decir con "racionalizar", o
sea, dar crédito a argumentos que parecen lógicos, mas que están allí apenas para evitar que sintamos
nuestros auténticos deseos.

Vamos entonces a entregarnos al gozo, ¿no es eso, mi amor?


Seamos fieles apenas a él, no dejemos que el desamor, el miedo, o la rabia sean nuestros consejeros.
Cuando sentimos que perdemos contacto con lo que antes nos hacía gozar, cuando lo que antes era placer
se volvió dolor, es porque llegó el momento de pasar a un gozo aún mayor.

Por eso debemos confiar en el gozo, mi amor.


Y no en la forma como se presenta.

Pues ninguna forma puede proporcionarnos el gozo indefinidamente.


Una mujer, por ejemplo, que no podrá mas gozar sexualmente de su marido que accidentalmente se volvió
impotente sexual, no dejará de amarlo.
Mas sólo ella sabrá, si confiar en su capacidad de gozar, si dejarse orientar a través de esa capacidad,
si ya está apta al gozo mayor que es transferir toda la carga emocional que había en la sexualidad del
matrimonio, a los mas ínfimos gestos de la vida cotidiana, o si apenas se volvería con eso una enferma
afectiva, prisionera del miedo y de la hipocresía, "racionalizando" una frustración reprimida.

Pues donde no hay gozo, no puede haber amor, mi amor.


Eso es obvio, mas vivimos para negar lo obvio a nosotros mismos.

Vamos entonces a entregarnos a Micá, mi amor, o sea, entregarnos al gozo.


Y cada vez que el placer de un momento nos parezca "divino", sabremos que "capturamos" aún mas a ese
ángel-arquetipo encargado de conducirnos a un amor creciente, exponencial, infinito, ejecutando así, el
plan de "Dios-Amor".
"Plan", ese, que no es más que ayudar a los hombres a dar lo mejor de ellos mismos a ellos mismos.

Y cada vez que suframos, estemos confiados que Micá, nuestro ángel-arquetipo capturado en momentos
anteriores de placer, estará conduciéndonos a un gozo mayor y que es apenas nuestra ceguera en la
forma, lo que nos impide apreciar la belleza que está siendo activada en el fondo de nosotros mismos.

107
20 - AMITIEL: EL LADO OSCURO DE LA LUNA

Nosotros solo observamos una mitad de la luna, mi amor.

Hay otro lado, dicho "oscuro", que nunca se muestra a los hombres, pues la luna gira en torno de la tierra
siempre con la misma cara girada para ella.
Intrigante...
Pero, más intrigante aún: ¡Esa metáfora ahí se aplica perfectamente a los humanos!

Pues todos tenemos un "lado oscuro" en nuestra personalidad que nunca es iluminado por el "sol" de
nuestra consciencia:
Innumerables cuentos, fábulas y romances nos alertan de eso:
La Bella y la Bestia, Dr. Jekill y Mr. Hide, el Dr. Frankstein y su criatura, el Principe-sapo, el Hombre-Lobo.
La mayoría de las religiones se basan en la batalla entre el "bien y el mal" que se traba en el seno del
hombre.
La propia historia de los ángeles hace referencia a "ángeles caídos", que se habrían rebelado contra Dios
y los otros ángeles.

La mayoría de nosotros cree que la "crueldad" percibida en ciertos humanos que marcaron la historia de
la humanidad, no es inherente a la naturaleza humana, sino únicamente un desvío "genético" de algunos
de entre nosotros.
Otros, percibiendo cuánto pueden ser duros y egoístas, se sienten tan culpables que se paralizan y se
castigan por eso.

Creo que seria mas justo y mas útil, si toda la humanidad aceptase que, potencialmente, cualquiera de
nosotros es capaz de cometer las más atroces barbaridades y que es únicamente una fusión de varios
factores, entre los cuales está la evolución socio-cultural humana, de la cual todos nosotros nos
beneficiamos, lo que nos impide ceder a nuestros instintos mas primarios.
Al final, hasta la época de la inquisición, un de los divertimentos preferidos del pueblo era asistir al suplicio
de los condenados.
Y la única diferencia realmente moderna de ese "pasatiempo", es que hoy en día la ejecución de humanos
se pasa por televisión y con actores pagados para representarla.
¿Cuántos cadáveres exhibe de media por minuto un "buen" film de "acción"?

Advierte que criticamos la violencia, sin reconocer que ella está presente en el fondo de cada un de
nosotros.
¿No somos animales racionales?
¿No legitimamos la muerte en las guerras y en las ciudades, cuando es perpetrada por soldados o policías,
en defensa de nuestros valores sociales?
¿La muerte de un asesino es menos cruel que la muerte de su víctima?
¿La crueldad depende de quien la juzga?
¿Serían entonces los aliados los "crueles" y los "asesinos", si Hitler hubiese ganado la segunda guerra
mundial?

Es el gran drama humano, mi amor:


Aceptar la crueldad primitiva, animal, que cada un de nosotros carga en el fondo de sí mismo.

Lejos de favorecer o de "tolerar" la violencia, esa posición haría que la reprimiésemos menos y la
liberásemos de forma más operacional, transformándola en una "furiosa" búsqueda de soluciones pacíficas
a los grandes problemas, como nos demostró el "furiosamente pacifico" Gandhi.
Pero, cuanto más nos sentimos "evolucionados", más negamos formar parte de esa humanidad venida de
humanoides bárbaros y más dejamos la parte mas desfavorable de nuestros ciudadanos, expuesta a la
108
catarsis de la violencia, debido al desespero de sus situaciones económicas, o psicológicas.
No pienses que me refiero con eso a los económicamente "pobres", mi amor.
Los "mas desfavorecidos", con relación a la catarsis por la violencia a que me refiero, incluye, cierto, los
más "pobres" entre nosotros, pero principalmente los más "ricos".
Pues una análisis simple e imparcial demuestra que las grandes violencias solo son posibles cuando hay
grandes medios financieros disponibles.

Nuestros "ricos" precisan mas de nuestra ayuda y de nuestra compasión que nuestros "pobres", mi amor.
El drama, es que no hay aún cómo crear recursos de ayuda social a su aislamiento de la raza humana y
la "riqueza" los anestesia del dolor de no ser mas sensibles a la alegría esencial de nuestra raza:
El compartir.

Mas que seamos ricos, pobres, o "clase media", el drama de la violencia como "solución" está inscrito en
nuestros genes, mi amor.
Violencia física, violencia moral, violencia a través de la indiferencia, la violencia no combate a la violencia
:
La violencia tiene mil caras. la violencia es el "lado oscuro" de nuestra alma-luna.

¿Osaremos un día mirar para "atrás", o sea, para "dentro" de nosotros mismos y reconocer que todo ese
horror de "crímenes contra la humanidad" es cometido diariamente, en las mas variadas latitudes de esa
escala, por cada uno de nosotros mismos?
¿Osaremos un día reconocer que la más mínima agresión, incluso que sea nuestra indiferencia general a
la situación económica de un trabajador, que nos aporta un trabajo menos "noble", ya es un crimen contra
la humanidad entera?
¿Osaremos un día admitir que la humanidad, o es ENTERA, o no es humanidad?

¿Sientes culpa por lo que aquí expongo?


¿Sientes rabia de mí, por recordarte eso?
Te pido sinceramente perdón, mi amor, no era esa mi intención.

Pues sé en qué medida estás ya harto de escuchar discursos moralistas, que intentan manipular
hipócritamente tu culpabilidad a su favor.
Mi intención no es ni siquiera motivarte para acciones más amplias en solidaridad con tu prójimo.
El "prójimo" que propongo que ayudes aquí, eres tu mismo, mi amor.

Pues si consigues entender que la violencia que es utilizada para cometer tantos maleficios, a sí mismo y
a los demás, es la misma que puede ser utilizada para construir la felicidad y el placer, comprenderás que
de nada sirve combatir el "mal", denunciarlo, o tener vergüenza de encontrarlo en si mismo.

"Bien y mal" son formas de energía, mi amor.


Ambos no dependen de la energía en si que los moviliza, y que es la misma, sino de su utilización.

Confucio dice:
"Si vieras un hombre bueno, procura imitarlo. Si vieras un hombre malo, examina tu corazón".

Confucio nos alertaba así que, ese "mal" que percibimos fuera de nosotros, solo puede ser percibido
porque es el espejo del mismo "mal" que llevamos dentro de nosotros.
Quien descubrió el mal "en si", y consiguió perdonarse por él, entendiendo que es inherente a nuestra
condición animal, mi amor, no perderá mas su tiempo juzgando a las personas que hacen mal, sino que
procurará los medios a su disposición para ayudarla a aprender con sus propios errores.
Pues es ese "mal", ese "horror", que sabemos que cometemos o que podríamos cometer, el que nos dará
la energía necesaria para ayudar a los demás a hacer el mismo descubrimiento, intensificando así una
reacción en cadena en la humanidad, ya iniciada desde sus principios y más avanzada de lo que
imaginamos.

El "bien", mi amor, no es más que el reconocimiento, en sí, del mal.

Negar el "mal", en si, es el auténtico mal en sí, mi amor.


Reconoce entonces, mi amor, que no eres perfecto.
Que mientes.
Que ya traicionaste a muchas personas muchas veces.
109
Que ya robaste.
Que algunas veces solo no mataste a tu prójimo por miedo de las represalias.

Pedro, el creador de la iglesia de Cristo, le negó públicamente tres veces durante el suplicio.
Todos somos "Pedro", mi amor.
Y si no fuese yo mismo un mentiroso cobarde, afirmaría incluso que todos somos "Judas".
Mas me falta aún coraje para decirlo sin temer tu ira, además de que tendría miedo de culpabilizarte con
eso y sentirme igualmente culpado de eso.
El ciclo del miedo, de la culpa, de la rebeldía y de la ira, es "infernal", mi amor.
Todos somos prisioneros de ese "samsara" o "rueda del Karma", como lo llaman los budistas.

Como toda lección de humanidad, el descubrimiento de la violencia inherente a nuestra condición humana,
es una durisima lección, que solo puede ser asimilada por las personas que la alcancen soportando el
dolor del descubrimiento.
El camino para reconocer el "lado oscuro" de sí mismo, es largo y doloroso, mi amor.

Mas la recompensa que representa el poder "perdonarse" a sí mismo, por ser los humanos limitados que
somos, y la energía que es recuperada y reorientada, a través de ese "perdón a sí", de la violencia
destructiva a la "violencia" constructiva, vale todos los sacrificios del camino que nos lleva a la aceptación
de nuestra insuficiencia humana, mi amor.

Esa es la "verdad" mas oculta por los humanos de ellos mismos:


La verdad de la violencia de la condición humana.

Negamos el "egoísmo" de nuestros "egos", como si un "ego" pudiese ser otra cosa que "ego-ista".
Poseemos entonces una doble naturaleza, mi amor, ya que podemos reconocer nuestro "mal" a través de
nuestro "bien".
Podemos así hacer tanto el "bien" como el "mal".
Y en cuanto neguemos que poseemos el "mal" en nosotros mismos, por mas que seamos "buenos",
"misericordiosos" y "generosos", continuaremos haciendo el mal a todas las personas que acusamos
indirectamente, con nuestra "bondad", de ser "malos" y malos hijos de Dios.

Solo cuando reconozcamos el mal en nosotros mismos, mi amor, estaremos en condiciones de hablar de
igual a igual con nuestros... semejantes.

Solo cuando entendamos la crueldad potencial que llevamos en nosotros y el número de veces que, ni que
sea por indiferencia, hemos cometido actos de maldad por omisión, solo ahí podremos ser útiles a nuestro
prójimo, que aún no consiguió librarse de la culpa de sentirse una persona mala.
Y los que inconscientemente se recriminan y por eso mismo cometen actos crueles públicamente, están
de hecho suplicando para ser condenados, suplicando así una sentencia, un castigo, a fin de sentirse
menos culpables.

No es "castigándolos" que ellos se redimirán, sino ayudándolos a reparar sus errores.


Solo así ellos conseguirán perdonarse a si mismos.
La "verdad" comienza ahí, mi amor, en el reconocimiento de nuestra doble naturaleza y en la utilización
de nuestro lado "oscuro", ya que nunca llevamos nuestra consciencia hasta él, para que él nos sirva, para
que nos ceda la energía de su violencia, en pro de lo que nuestro lado "luminoso" puede construir.

Reconocer el mal, en si, jamas será un mal en si, mi amor.


En absolutamente ninguna circunstancia.

Mas no hay cómo no propagar el mal si lo reconocemos fuera de nosotros y lo negamos dentro de nosotros
mismos.
"Perdonar", o no... a alguien, por una falta que cometió contra nosotros, es señal de una gran arrogancia
y de una aún mayor ignorancia, mi amor.
Pues liberar a alguien del mal que nos provocó, es únicamente liberarnos de nuestros males cometidos:
"Perdona nuestras ofensas así como perdonamos a los que nos han ofendido", nos enseñó Jesús,
contorneando sutilmente la ceguera de nuestro orgullo humano, que denuncia "la paja en el ojo ajeno"
para ocultar "la viga" en el propio ojo.

Es la "verdad", mi amor:
110
Solo podremos ser "buenos", en caso que eso nos interese, cuando aceptemos lo "malos" que también
somos.
Todo ser humano es semejante a sus semejantes, mi amor.
Todo lo que es humano, tanto lo bueno como lo malo, se encuentra potencialmente en "mi".
Sólo cuando esa constatación forme parte de nuestra experiencia personal, podremos perdonarnos por
ser como somos.

AMITIEL es el guardián de esa verdad, mi amor.


Él es, de hecho, el guardián de la verdad en sí.
Mas esa verdad es fundamento de las demás, aquí en nuestra dimensión humana.

Ese ángel representa el arquetipo de ese conocimiento del hombre sobre si mismo:
"Conócete a ti mismo", sugería el oráculo de Delphos.
Es lo que él quería que nosotros mismos descubriésemos:
Toda maldad que nos horripila, que denunciamos, que combatimos, reside potencialmente en nosotros
mismos.

"Captura" entonces a Amitiel, mi amor.

Comienza a poner la luz de tu consciencia en aquello de ti mismo que más te avergüenza, que más
temes, que más niegas.
La manera más práctica de hacerlo, es seguir el consejo de Confucio :
"Si vieras un hombre bueno, procura imitarlo. Si vieras un hombre malo, examina tu corazón".

Tanto Confucio, como el oráculo de Delphos, entre tantos otros, sabían perfectamente cuánto es
doloroso el descubrimiento de nuestra doble naturaleza, por eso estas cosas son propuestas siempre de
manera indirecta, un poco "esotéricas", o en forma de "cuento", mi amor.
No porque no puedan ser dichas claramente, sino porque no pueden ser escuchadas.

Confucio ya nos propone abiertamente utilizar a nuestro prójimo como si él fuese literalmente el espejo
de nosotros mismos, sugiriendo directamente, como Jesús, que "la paja" que vemos en el ojo del vecino
no es más que el reflejo de la viga que nos ciega.

Amitiel, o el arquetipo de nuestra ascensión interior del "mal" al "bien", a través de la "alquimia" de la
energía del primero, en la realización del segundo, es el verdadero fundamento de toda y cualquier
acción que pueda beneficiarnos a nosotros mismos, beneficiando automáticamente a todo a nuestro
alrededor.

Somos el "hijo pródigo".


Volvamos al "hogar del padre", realicemos nuestra naturaleza humana, pues no hay otra "morada" para
el hombre que no sea en el seno de la humanidad, gozando del compartir de todo con ella, celebrando
nuestro retorno al hogar, después de perdernos en las sendas oscuras e infelices de nuestro egoísmo.

111
21 - ARIEL: LA NATURALEZA DEL SER, EL SER DE LA NATURALEZA

Hoy nuestro "ego" está de moda, mi amor.

Hoy en día solo se habla de él:


En las terapias, en la mística, incluso en las religiones más tradicionales, hasta en las conversaciones de
botiquín, se habla del "yo".
El "yo" se consolidó como noción universal en el siglo veinte, ciertamente debido a la influencia
psicoanalítica.

Mas ¿qué es realmente el "yo"?

En lugar de perdernos en consideraciones teóricas, vamos simplemente a llamar aquí de "yo" a todo
aquello que un individuo considera como su ser, o su "si", o "self": "himself", "my self", dirían los
anglosajones.

Cada vez que digo "yo", me refiero así al que considero como siendo "yo", mi amor.

Ya cuando digo "tu", hablo de tu "yo".

Mas : ¿y a partir de ahí ?

¿Qué es REALMENTE el "yo" ?

O, mejor dicho:
¿QUIÉN soy "yo"?

Esa es la cuestión que no se debe nunca hacer a un humano, mi amor, bajo pena de crear una enemistad...
Pues... hasta hoy ningún humano, ningún "yo", dio una respuesta satisfactoria a la cuestión:
Ni a nivel genérico, ni a nivel personal.

Ninguno de nosotros sabe precisamente "quién" es, en el sentido de poder "reconocer" su propio origen,
ya que ninguno de nosotros sabe exactamente de donde viene ni para donde va.
Luego, ninguno de nosotros sabe lo que está haciendo aquí.

Y si existen textos como este es porque buscamos en toda y cualquier lectura, así como en todo y cualquier
momento, una indicación cualquiera que nos diga "por que", o "para que" vivimos.

Cuando uno de nosotros afirma, con gran convicción, conocer la respuesta, sea para él mismo, sea para
los demás, es "examinado" con mucha minucia por los demás.
Intentamos saber si tal criatura que afirma saber "quien" es , miente, "delira", o simplemente es un
estúpido.
Si no conseguimos encuadrarlo en una de estas categorías, comenzamos a sospechar que tal vez se trate
de un ser "superior" a los humanos comunes : Un "maestro", un "guru", un "profeta", un "ángel salvador",
un "Mesías", un "extraterrestre" o, por lo menos, un "genio" ...

Como ningún Mesías, ningún "avatar", ningún visionario, consiguió convencer unánimemente a la
humanidad de la justeza de su visión, y como la ciencia no tiene nada a declarar sobre el "por que" o "para
que" de la existencia de los fenómenos, ya que su campo de actuación, de credibilidad, se restringe
únicamente a cómo los fenómenos actúan, de qué materia están compuestos y cómo se interrelacionan
entre si.
Todo lo que concierne al origen y a la finalidad del hombre y del mundo, no pasa, desde el punto de vista
de la razón, de hipótesis incomprobables, por lo menos hasta el presente.

Luego, mi amor, toda respuesta al "por que" de la vida y de "mi", tendrá que ser considerada como
112
formando parte del dominio de la suposición, de la intuición, de la creencia o, resumiendo, de la "fe", si me
permites utilizar esa palabra para abarcar todo lo que creemos, pero no conseguimos demostrar
racionalmente.

Entre tanto, mi amor, la ciencia posee "pistas" muy potentes para darnos al menos una idea de lo que
podría ser el "yo" humano.

Para la ciencia, el hombre es un "sistema abierto", o sea, en interrelación con otros "sistemas" igualmente
"abiertos", como el medio ambiente, la tierra, o nuestra galaxia.

Entre tanto, en el ámbito subjetivo, consideramos nuestro "yo" como un sistema "hermético":
"Yo" soy "yo" y el "otro" es el "otro".

Aunque "yo" me interrelacione constantemente con mis semejantes y con el medio ambiente,
intercambiando ideas y emociones, consumiendo la materia del medio ecológico para fabricar la mía
propia, siempre tendré la sensación de ser siempre "yo" mismo.

Mas desde que examinamos esa certeza de nuestro "yo" de siempre, sea "lo mismo" a la luz de la ciencia,
las cosas se complican...

Pues para la ciencia todas las cosas, inclusive el hombre, están compuestas de energía y de materia.
Siendo que, para la ciencia, materia y energía no son más que la misma cosa, el mismo principio de :

VELOCIDAD.

Pues según Einstein, la energía es igual a la materia multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la
luz, según su famosa fórmula :
E=MC²

Lo que significa, en la teoría, que cualquier cuerpo que alcance la velocidad de 300.000 Km./segundo al
cuadrado, deja de ser materia y se convierte en energía pura.
Solo que eso no es una simple teoría, mi amor, pues todos los días los científicos convierten materia en
energía y energía en materia a través de los aceleradores de partículas.

A no ser que supongamos que somos "otra cosa" "diferente" de las "cosas" que nos circundan, tenemos
que admitir, que también estamos compuestos de los mismos átomos que componen todo el universo.
Eso significaría que nada hay de "especial" en nosotros que no esté presente en el resto del universo.
Ese es el punto de vista "oficial" de la ciencia sobre el hombre, mi amor:

Somos un sistema "autoregulado", como una hormiga o una galaxia, pero compuesto de la misma
substancia y regido por las mismas leyes.
Científico o no, ningún humano se siente bien con esa perspectiva de no ser "diferentes" a lo que nos
circunda, nosotros que nos sentimos "diferentes" hasta de nuestros "semejantes"...

Pues nuestro "yo" insiste en hacernos creer que él es "único" en el universo.

Mas ... para la ciencia...


Solo somos una "complejidad orgánica extrema", en un universo que se expande de lo "infinitamente
pequeño" a lo "infinitamente grande", teniendo como punto central lo "infinitamente complejo",
representado por la vida en general y por el hombre en particular.

Por extraño que pueda parecer, ese punto de vista estrictamente científico, no contradice esencialmente
ningún punto de vista religioso fundamental.
Pues es mas bien una sensación terrestre, sensorial, "egoica", la que nos hace creer que somos algo
separado del resto de los fenómenos existentes.

Para los taoístas, el universo o la VIA, como ellos lo llaman, es un único y mismo FENOMENO percibido
por nosotros en sus múltiples aspectos, en un permanente juego entre el principio activo, o "Yang" y el
principio pasivo, o "Yin".

Krishna, gran avatar del Dios supremo de la India, encarnaba tanto el "bien" como el "mal", siendo así
113
absolutamente omnipresente hasta en la dimensión terrestre, hasta en sus aspectos considerados por
nosotros como los mas abyectos.

Para las grandes religiones monoteístas, solo hay un Dios de donde todo emana.

Así como la ciencia considera todo lo existente como constituido de "quarks" y "electrones", los taoístas
consideran todo lo existente, o la VIA, como una dinámica entre el "Yang" y el "Yin", los hindúes consideran
el universo como un "soplo" del gran Dios Brahman y los monoteístas como la creación de Dios, "Jehová"
o "Alá".

El principio "único", el factor de "unión", o incluso la preservación de la UNIDAD, no es el objeto de


discordancia mayor entre las diferentes religiones, ni entre ellas, ni con relación a la ciencia.

Apenas la "denominación" o la FORMA de llamarlo o de concebirlos cambia:


Para la ciencia, la unidad se encuentra en la relación entre la materia y la energía, fenómenos tributarios
del movimiento, o sea, de la velocidad.
El TAO representa esa unidad para los chinos, y Dios es el principio único para los monoteístas, siendo el
"vacío" que encarna ese principio en el budismo.
La "gran divergencia" resulta entonces mas una cuestión de forma que de fondo, mi amor.
Donde actúan nuestras creencias personales, es en la cuestión de saber si existe o no un principio creador,
si está dotado de inteligencia, si comunica con los humanos, sobre cuales serían sus "leyes" y cosas así.

Pero, que consideremos el universo desde un punto de vista científico o religioso:


Todos los hombres concuerdan con el principio de que hay una interrelación innegable entre los diversos
fenómenos y que ninguno de ellos existe aislado de los demás, sino en permanente interrelación con ellos.

Es extraño ¿no, mi amor?, que los hombres se disputen tanto, cometan crímenes en nombre de sus
creencias apenas por cuestiones de forma, pues, EN EL FONDO, todos concuerdan en que todas las
cosas emanan de la misma "fuente", sea ella "divina", "energética", un "big bang" , un "vacío" o "aleatoria".

Pero las guerras, los crímenes, los sufrimientos, los desgastes que nos infligimos a nosotros mismos, a
nuestros semejantes y a nuestro medio ambiente, solo podría ser una cuestión de forma, mi amor, no de
fondo.
Pues es exactamente nuestra "forma" de ser, mas comúnmente conocida hoy bajo el nombre de "yo", esa
palabrita consagrada en su uso popular y universal por el psicoanálisis, la que necesita excluir a las otras
formas de ser, para sentirse... ser...

Pues nuestro "yo" es "xenófobo", mi amor, en el sentido que todo lo que le parece "extraño", "extranjero"
a lo que él es o piensa que es, todo lo que no concuerda con lo que él hace, todo lo que lo "contraria",
simplemente por ser lo contrario de lo que él es, le parece "errado", "incorrecto" y, frecuentemente, incluso
"peligroso".

Para nuestro "yo", mi amor, el "bien" es lo que concuerda con sus creencias sobre lo que, según él, "es"
o "debe" ser.
Y el "mal" es aquello que no concuerda con él...

Felizmente, mi amor, que sea en ciencia o en religión, la humanidad en peso realiza un gran esfuerzo en
favor de la tolerancia.
Tolerancia que lleva a la protección de nuestras "diferencias" aparentes, que hacen nuestra riqueza
"personal".
Tolerancia que asegura derechos iguales a las personas, independientemente de sus edades, color de
piel, sexo, o condición social.
Derechos que se extienden al derecho de existencia y de la protección ambiental, que conciernen a todas
las otras especies "no humanas", de la flora y de la fauna.
Protección, en fin, que abarca todo lo que existe, tanto en la tierra como en el universo, protección de la
cual depende, además nuestras vidas:
Nuestra supervivencia.

Claro, mi amor, todos estas "declaraciones de derechos", que sea del hombre, de la mujer, del niño, de
los animales, de las selvas y de la flora en general, del medio ambiente etc., aún están en su inicio.
Tal vez hasta, "ya sea demasiado tarde"...
114
Como algunos más alarmistas o más pesimistas afirman.

Mas, como todo en la vida, mi amor, lo que cuenta es continuar intentando evolucionar, compartiendo
nuestro esfuerzo común, recomenzando cuantas veces fueran necesarias una misma lección, hasta que
ella nos lleve a la siguiente, pues vivir es " la belleza de ser un eterno aprendiz", como canta Gonzaguinha,
y la vida es ese eterno recomenzar de ciclos:
Ciclos de días, de años, de rotaciones, de encuentros y desencuentros, de nacimientos y muertes.

¿Vamos entonces a dar gracias a lo que ya tenemos y a trabajar para obtener lo que aún nos falta aún?

Continuemos esa nuestra toma de consciencia, de la necesidad de componernos con lo que nos compone,
o sea:

¡TODO A NUESTRO ALREDEDOR!

En la mística de los ángeles, mi amor, el ángel que se refiere a esa relación entre la naturaleza de todo y
el ser de toda naturaleza es

ARIEL

Ariel representa el arquetipo de LA NATURALEZA, mi amor.

Tanto de la naturaleza del hombre, como lo que llamamos de "naturaleza" y que nos circunda.
En una visión mas restrictiva de ese ángel-arquetipo, las personas buscarán la presencia de Ariel en los
fenómenos naturales: agua, tierra, fuego y aire.
Intentaran contactar con ángeles, céfiros, diosas o "pre-ángeles", en todos los fenómenos llamados
"naturales".
Buscaran brisas, lluvias y rayos de sol, para comulgar con la naturaleza, con "Ariel" y con los ángeles
ligados a estos fenómenos.

Mas eso es una visión aún reducida del arquetipo que representa Ariel, mi amor
La misión de este ángel-arquetipo, no es de simplemente proporcionarnos un medio ambiente agradable,
una atmósfera "despolucionada".

Ariel, o el arquetipo de la naturaleza que nutre permanentemente nuestra propia naturaleza, nos dice:

¡¡RECONÓCETE EN LO QUE VES!!


¡¡RECONÓCETE EN LO QUE TOCAS!!
¡¡RECONÓCETE EN LO QUE ASPIRAS!!
¡¡RECONÓCETE EN LO QUE SABOREAS!!
¡¡RECONÓCETE EN LO QUE OYES!!
¡¡RECONÓCETE EN LO QUE PIENSAS!!

Y Ariel continua :
"Tu no estás "separado" de este aire que te circunda: tu formas parte de él, cuando lo respiras, cuando
refresca tu piel, así como él forma parte de ti, cuando tú lo expiras, modificado de como lo inspiraste."

"Tu no está separado de nada de lo que te circunda, de nada que te llegue a través de tu pensamiento y
de tus cinco sentidos !"

Por eso mismo, mi amor :


Ariel es el ángel-arquetipo más competente para respondernos correctamente cada vez que nos
preguntamos :
"¿Quién soy yo?"

Cuando no temamos mas la respuesta, Ariel nos indicará "quienes" somos, mi amor, haciéndonos
descubrir la delicia indescriptible que es COMPARTIR nuestra existencia, compartir lo que somos con el
SER de las demás formas de existencia, mi amor.

Tal vez, previamente a ese encuentro nuestro con Ariel, ya hayamos "intuido" nuestra unión con todo el
universo, considerando nuestro origen común con las estrellas.
115
Habremos entonces contactado con CHEQUINA, o el arquetipo que nos señala, desde el inicio de la
conciencia humana, LA UNIDAD QUE TODO FORMA CON TODO.

Chequiná es la certeza que reside en el fondo de cada uno de nosotros, mi amor, de que somos UNO con
todo lo que existe.
Que consideremos aquí a Chequiná como un potente "ángel", como nuestro "yo" superior, como un puro
aspecto de "Dios" o, que consideremos Chequiná como un simple mito humano recurrente de nuestra
intuición de unidad, si nuestra creencia es más sensible a los aspectos materiales de la existencia, poco
importa, mi amor:

La tolerancia comienza con nuestro derecho a creer en lo que nos parece "verdad" y de aceptar toda
versión que "contradiga" la nuestra propia.

Y, eso ahí ya es la presencia de Chequiná...

Mas tal vez sea ese nuestro encuentro con Ariel, el que precisamente nos llevará a Chequiná, mi amor.

Ariel es, en todo caso, mas que un simple "guardián" de los elementos naturales, "vivos" o "minerales" :
Ariel es la constatación practica de que conseguiremos saber realmente quienes somos, en la medida en
que permitamos a nuestras consciencias, tomar consciencia de la consciencia que hay en cada "cosa" y
que nos escapar, debido a nuestra ignorancia, a nuestra arrogancia infantil, de creernos los únicos seres
dotados de "consciencia".

¿Quién soy "yo" ?

Ariel conoce la respuesta, mi amor.

Mas solo cuando seamos "pobres de espíritu" osaremos preguntarlo.


Mientras creamos que sabemos algo, mientras seamos "expertos", "inteligentes", "cultos", "ricos" de
espíritu, ese "algo" que creemos saber, será el VELO que mantendrá nuestro "saber" reducido a los límites
de nuestras creencias.

Como en todos los casos, mi amor, lo que nos impide "saber", "conocer", no es mas que el miedo de la
"des-ilusión", miedo de ver que todo aquello que creíamos que era "verdad", no es más que nuestra ilusión
de "verdad", pues nos obstinábamos a considerar como "verdaderos", en lo que percibíamos solo lo que
nos parecía "verdadero" de lo que percibíamos, apartando así, metódicamente, de nuestras consciencias,
todo lo que puede contradecir nuestras creencias y opiniones.

Vamos despacio entonces, ¿no es así, mi amor?


Vamos apenas a respirar la pureza del aire, a apreciar la belleza de una puesta de sol, a ofrecernos los
primeros rayos de la mañana, a refrescarnos en la dulzura de los ríos y de los mares.
Y, quien sabe...
En uno de esos momentos de entrega, tal vez sintamos la presencia amiga de Ariel susurrando a nuestra
intuición:
"No te asustes, amado hermano, pero esa agua que baña tu piel, es la misma que baña el interior de tu
ser.
Pierde el miedo:

¡¡RECONÓCETE EN LO QUE VES!!


¡¡RECONÓCETE EN LO QUE TOCAS!!
¡¡RECONÓCETE EN LO QUE ASPIRAS!!
¡¡RECONÓCETE EN LO QUE SABOREAS!!
¡¡RECONÓCETE EN LO QUE OYES!!
¡¡RECONÓCETE EN LO QUE PIENSAS!!

22 - NISROC: DE LA "APROBACION DE SÍ" A LA LIBERTAD DE SER


116
¿Será que existe alguien que no se sienta culpable de nada, mi amor?

La psiquiatría catalogaría un individuo así entre los "psicópatas".


En principio, todo individuo que no siente culpa delante de un error que cometió, solo se mantiene
insensible a la culpa en cuanto consigue transferirla a otra persona.
Y cuando alguien consigue mantenerse en ese proceso de transferencia continua de su sentimiento de
culpa al mundo, la psiquiatría encuadra esa sistemática dentro de las "psicopatías".

¡Qué poder tiene la culpa en nuestras vidas!, ¿no es así, mi amor ?

Sufrimos de ella.
La Infligimos a los demás.

En realidad, mi amor, todo en nuestras vidas gravita en torno de la culpa.

No es una tontería que la iglesia católica hable de "pecado original".


Imagina solo, mi amor:
¡¡un pecado que "cometemos" por el simple hecho de existir !!
¿Cómo podría existir entonces un solo punto en nuestra existencia que no fuese regido por esa "culpa"
originaria?

Mas no vamos a caer aquí en la trampa de "acusar" a la Iglesia o al Cristianismo, o incluso al Judaísmo,
de ser "culpables" de habernos inculcado durante milenios ese sentimiento de culpa, mi amor.
Eso solo sería alimentar el ciclo de nuestra propia culpa, transfiriéndola de nuevo a quienes creemos que
nos la inoculó. Civilizaciones como la japonesa, que practica el "hara-kiri", o la china, con el suplicio de
los condenados, o como el "confucianismo", que no son siquiera monoteístas, son asoladas por el
sentimiento del "deber", luego, de la culpa en el "no-cumplimiento" de la "ley", o del "dharma".
El sentimiento de "culpa por ser lo que somos", está igualmente presente tanto en el sistema Hindú de
castas, donde hay la subcasta de los "intocables", renegados totales, como en los pueblos más primitivos,
indios o "bárbaros", donde el código de "honra", palabra que solo tiene sentido delante de la palabra
"culpa", rigen todo el sistema social.
Vírgenes e inocentes siempre fueron sacrificados en estas sociedades para aplacar la furia de los Dioses,
atribuida a errores de los hombres.

Luego, mi amor, la noción de "culpa", refleja un arquetipo inherente a la condición humana, un arquetipo
de la dinámica de regulación social, amplia y de carácter universal.
Ese arquetipo no se limita a una connotación cultural que sería típica de la sociedad occidental.
Acusar a las iglesias de inculcar la culpabilidad, ya es en sí recurrir a la culpa, mi amor, ya es en sí aplicar
la técnica de la "condenación" , de la "expiación", del "sacrificio", ya es infligir a las iglesias el tratamiento
de que las acusamos de infligirnos, ya es hacer de ellas el "chivo expiatorio" de la culpa, ya es alimentar
el ciclo de la culpa, reintroduciéndola en la dinámica social.

La noción de "pecado original", inculcada por la iglesia católica, no es más que el reflejo judeo-cristiano-
occidental de ese "arquetipo", pues la "culpa", en si, no es más que el reflejo de la fragilidad humana, de
nuestro miedo delante de nuestra impotencia, de la recriminación que dirigimos LOS UNOS A LOS
OTROS, por no saber cómo gobernar las fuerzas de la naturaleza que nos gobiernan.

Como nos sentimos impotentes, asimilamos nuestra ignorancia a un "error".


Y del sentimiento de haber cometido un "error" nace el sentimiento de culpa.
Mas, como veremos mas adelante, la culpa deriva de una dinámica social que consiste en conjurar el
miedo del peligro a través de una expiación ritual, del sacrificio de una víctima, de la inmolación de un
"chivo expiatorio".

Y lo que nos interesa aquí es constatar la UNIVERSALIDAD del sentimiento de culpa, mas que
cuestionarnos de donde viene.

Ser humano, es reconocerse culpable delante del error.

117
Ningún animal vive la sensación de haber errado de forma tan EXISTENCIAL como el hombre.
De ahí, mi amor, nuestra prisión dentro de las terribles garras de la "aprobación de sí".
Ninguno de nosotros consigue vivir sintiéndose culpable, mi amor.
Y, AL MISMO TIEMPO:
Ninguno de nosotros consigue vivir sin sentirse culpable.

No te inquietes, mi amor, si lees el párrafo anterior y encuentras que cometí un enorme error lógico,
afirmando que dos cosas absolutamente contrarias pueden coexistir en el mismo espacio-tiempo.

Somos esa "contradicción" , mi amor . . .

No conseguimos vivir sintiéndonos culpables, porque la sensación de culpa enflaquece todas las demás
sensaciones.
Si "somos" culpables, somos culpables de todo:
De sentir placer cuando otros sufren.
De reír cuando otros lloran.
De comer cuando otros tienen hambre.

Vivir en la culpa no es vivir, es sobrevivir a pesar de ella.

Entre tanto, basta que nos rebelemos, que no aceptemos "expiar nuestros errores a través de la culpa",
basta que nos permitamos ser felices al lado de la desgracia ajena, o, peor aún, gracias a ella, para que
seamos aniquilados por la presión social.
Pues no sentirse culpable por los propios errores, no es un comportamiento socialmente aceptado, aunque
el arrepentimiento sea solo de "fachada", nada mas que un acto "político".

La "confesión" de los propios errores, pública para los hombres públicos y particular para los anónimos,
en los confesionarios o en los divanes de analistas, es la solución preconizada por la sociedad para
aliviarnos de nuestra culpa.

Entre tanto, mi amor, ningún perdón nos satisface en cuanto ese perdón "a si" no sea dado "a sí" mismo
por cada uno de nosotros.

Y solo hay una manera de crear los fundamentos que nos permitirán después "perdonarnos", mi amor:
En primer lugar, ENTENDER que el error no es el "mal", sino el BIEN.
El "error" es el BIEN y no el "mal", mi amor, pues solo el error conduce al acierto, como ya analizamos en
otras ocasiones y por eso no reanalizaremos cada vez la cuestión.

Mas en cuanto uno de nosotros encuentre que un error cometido, sea el mal para quien sea, el sistema de
la culpa y del "chivo expiatorio" de la culpa se mantendrán,

Nadie vivirá en tal sistema.


Todos apenas "sobrevivirán".
Y.. .
MAL. . .

¡Mas, LEJOS DE MÍ, mi amor, la más mínima intención aquí de proponer soluciones al problema de la
culpabilidad, en el seno del hombre!
Muchos grandes benefactores de la humanidad ya propusieron brillantisimas soluciones:
Jesús, Moisés, Maomé, Buda, Krishna, Lao Tse, Confucio, Sócrates, Gandhi, K. Marx, S. Freud, O. Reich,
R. Girard, entre tantos otros.
Cualquiera de ellas es válida, desde que tengamos la convicción de que corresponde a nuestro ser mas
profundo.

Mi intención aquí es más modesta, me gustaría tan solo llamar tu atención sobre un parámetro esencial
en esa dinámica de la culpabilidad:

Alguien solo puede "sentirse" culpable con relación a otro "alguien".

Explicándolo mejor, mi amor:


118
Si existiésemos "solos" en la tierra, o si no fuese lo propio del ser humano el hecho de "pasar cuentas" de
sus propios actos a sus semejantes, nadie podría "SENTIRSE" culpable.

¡Puede parecer increíble, mi amor, mas nadie "SE" siente culpable !


"ME" siento culpable, es solo una manera de hablar.
Claro que ya forma parte de nuestra psicología, orientarnos teniendo en cuenta lo que el otro piensa "de
mí".
Ya "introyectamos", como diría la psicología, la opinión del otro dentro de nosotros, tiene hasta un nombre
propio, esa opinión del "otro", en psicoanálisis, se llama de "super-ego".
"ME" siento culpable, solo si creo que "alguien" que no sea yo mismo "me" encuentra culpable.

Generalmente son los padres de una persona, ese "alguien" que la persona en cuestión juzga que la juzgan
"culpable", mi amor.
Forma parte de la psicología humana "introyectar" la opinión de los educadores sobre sí y considerarla
como formando parte de "sí".

Mas ninguno de nosotros vive la propia culpabilidad de esa manera aquí elaborada, mi amor, pues como
nos consideramos "adultos", consideramos que la opinión que tenemos sobre nosotros mismos viene de
nosotros mismos.

Por eso es tan difícil percibir esa "CULPA POR INTROYECCIÓN", mi amor.
Por eso es tan difícil entender que nadie puede "sentirse" culpable con relación a sí mismo, a partir de
parámetros "personales".
Incluso años y años de terapia no remueven ese "juicio de sí por introyección de la opinión de los padres
sobre sí", mi amor.

Mas ese punto puede ser el puente para un cambio radical en nuestra manera de vivir, si nos damos el
trabajo de meditar sobre él tanto como se merece.

Propongo un ejercicio para eso, mi amor:


Imagina realmente que tu volviste a una "vida pasada" tuya:
Ahora tú eres un hombre prehistórico.
Reina la "ley de la selva", o el "sálvese quien pueda", o la "ley del mas fuerte".
Claro, no hay religión, ni código tribal, luego, ninguna "moral" a no ser : "todo es válido para mantenerse
vivo".
Intenta realmente imaginarte en ese escenario ahí, mi amor.

Interrumpe incluso, por lo menos algunos segundos, esta lectura e intenta captar un poco algunas
imágenes mentales de tu imaginación elaborando esa ficción.

Y entonces: ¿ya te sientes un "australopiteco"?


Bueno, si ya es el caso, responde ahora :
¿"El qué", o "quién" en ese tu mundo prehistórico podría hacerte "culpabilizar"?
Intenta seriamente, largamente, imaginar qué tipo de situación o qué tipo de acto podrías tu cometer para
sentirte culpable.

O tu no encontrarás NINGUNA situación capaz de culpabilizarte, o aún no te transportaste en tu


imaginación a la época aquí descrita, mi amor.

En el caso de que hayas conseguido realmente realizar el ejercicio, estarás plenamente convencido de
que es imposible culpabilizar con relación a "sí" mismo.
Constatarás que la culpa no es un sentimiento que emana de un juicio de sí mismo, preexistente a una
dinámica cultural, como todos nosotros creemos, sino una función, un regulador, de la dinámica social,
una emanación de la opinión del "otro": y en función de lo que pensamos que los otros piensan de nosotros
que nos sentimos culpables.

El enjuiciamiento de "sí", es un enjuiciamiento aprendido, mi amor:


Nos juzgamos con los parámetros con los que nos sentíamos juzgados cuando niños.

¡"Interesante"! podrías tu estar diciendo ahora, mi amor:

119
¡"SI yo fuese un australopiteco no "me" juzgaría, PERO como no SOY un australopiteco, "me" juzgo y "me"
siento culpable e, "introyección" o no, el efecto, la sensación, es la misma!
¿Que utilidad PRACTICA y ACTUAL puede tener entonces tu demostración"?

Claro que no voy a proponer aquí que volvamos a la "ley de la selva", al "cada uno por si", mi amor, pues
estoy de acuerdo que SI el precio a pagar para sentirse humano, o sea, sensible al "prójimo", FUESE la
culpabilidad y que si la única solución para no sentirse culpable, fuese dejar de sentir a su semejante, o
sea, dejar de sentir a los demás para no introyectar la opinión de ellos sobre nosotros mismos, confieso
que preferiría continuar "humano", aunque "culpable".
Mas hay otra manera, y más eficaz que la "ley del mas fuerte", mi amor, de utilizar ese punto de partida
de nuestro "australopiteco" para realmente liberarnos a fondo de nuestras culpabilidades.

Pues:
¿Dónde está ANCORADA nuestra culpabilidad?
En el juicio que creemos que el "otro" tiene de nosotros.

Sea ese "otro" nuestros padres, aunque estos hayan ya fallecido, o nuestro cónyuge, nuestros hijos,
nuestra religión, nuestro "Dios", nuestro "deber cívico", etc.
Hasta ahí creo que estarás de acuerdo conmigo, mi amor, o sea, que nos culpabilizamos porque, según
los parámetros que nos enseñaron y a los cuales nos adherimos, consciente o inconscientemente, nos
sentimos indignos de nuestro prójimo, de nuestra patria, o de Dios.

Y:
¿qué hacemos, mi amor, para disminuir nuestro sentimiento de "culpa" ?

Todos hacemos siempre lo mismo, mi amor.


Solo cambia la forma, mas en el fondo, delante de la culpa, siempre salimos de la misma manera.
¿Sabes cual es esa manera, mi amor?
No quiero aquí alargar este texto inútilmente, mi amor, pues de hecho todos tenemos una gran pereza
mental de pensar un poco mas a fondo sobre las situaciones, lo que nos hace desperdiciar más nuestro
tiempo que aprovecharlo.
Intenta ver lo que hacemos, siempre que nos sentimos culpables.
Inténtalo, inténtalo a pesar de mi insistencia aquí, que parece obsesiva y desmedida,
Entonces, mi amor:
¿Ya tienes una idea de lo que todos hacemos delante de la "culpa"?
Pues delante de la "culpa", buscamos una "dis-culpa".
¿No es siempre así, mi amor?

¿Conoces a alguien que, delante de la vergüenza de haber fallado, no busque una "explicación", fuera de
él, del fallo?

Y esa "explicación", ¿no es mas frecuentemente como una "justificación", subentendiendo "no fue culpa
mía". . .?

Y esa "justificación", ¿no deriva también frecuentemente en dirección de una "sugestión" de que "alguien"
es culpable de lo ocurrido?

Así somos, mi amor.


El dolor de la culpa es tan fuerte, que nuestra primera reacción es pasarla, o dividirla con alguien.

Y es ese punto ahí, el que puede LIBERARNOS de una vez por todas de la culpa, mi amor.
Pues en cuanto sigamos solo el reflejo irracional de retransmitir la culpa que sentimos, de pasarla a un
"chivo expiatorio", evidentemente nuestro "alivio" será de corta duración.

Lo que tenemos que hacer, mi amor, es LIBERAR al otro, sea él quien sea, de la "culpa" que "juzgamos"
que tiene, sea de lo que sea, mi amor.
Hitler, por ejemplo, es considerado por una mayoría de humanos como "culpable" y como un "gran
criminal".
Pues yo te afirmo, mi amor, que en cuanto tu corazón culpe a Hitler de sea lo que sea, tu estarás
condenándote a ti mismo también a sea lo que sea, pues siempre aparecerá un soporte cualquiera, una
"falta" cualquiera, para retransmitirte la "culpa" que enviaste.
120
No me refiero aquí a la "ley de los hombres", mi amor.
Y mucho menos aún a la "ley de Dios".

No me refiero a la "ley de los hombres", pues puedes muy bien ser juez o promotor y aplicar la ley que los
hombres decidieron que debería ser aplicada sobre ellos mismos, sin que tu corazón sea envuelto en el
juicio, pues los hombres decidieron en sus leyes que juzgarían a partir de la razón y no de la emoción.

Tampoco me refiero a la "ley de Dios", mi amor.


¡¡Quién soy "yo", para saber qué leyes dejó Dios para los hombres!!

Me refiero aquí a una simple dinámica interior, que es del orden de una experiencia subjetiva,
absolutamente reproducible por cualquier persona que se dé el tiempo y el trabajo de ejecutarla, y que
consiste en analizar cómo el hecho de renunciar a juzgar a cualquier persona, el hecho de retirar toda y
cualquier culpa de sea quien sea, sea por lo que sea, libera al portador de esa resolución de toda culpa
con relación a él mismo.

Como no creemos en eso, seguimos en un círculo vicioso universal, si bien bastante banal y poco
"glorioso", para seres que se creen dotados de "inteligencia". . .

Pues, como no aguantamos sentirnos culpables, buscamos "chivos expiatorios", o sea, personas o
situaciones que sean "culpables" en nuestro lugar.
Y, como enviamos la culpa fuera de nosotros, aceptamos que también nos culpen y luego aparecerán
personas o situaciones que nos utilizarán como "chivo expiatorio" de la culpa que sienten.
Y luego buscaremos a otros o los mismos "chivos expiatorios" para aliviarnos por algunos segundos de la
culpa que nos transmitieron.
Etc.
Etc.
Etc.

Intenta entonces esa experiencia de retirar TODA la culpa que envías a los demás, sea quien sea, sea por
lo que sea.
INTÉNTALO, mi amor.

Incluso que en el comienzo casi explotes de "tu" culpa, no aliviada ya vía "chivos expiatorios".
Incluso que en el comienzo te sientas un perfecto idiota, viendo a todo el mundo echar toda la culpa en ti
y tu allí, sin culpabilizar a nadie y sin siquiera culpabilizar a los que te culpabilizan del hecho de que te
culpabilizaron.

Intenta eso, mi amor.


Te garantizo que no vas a arrepentirte.
Te garantizo que un poco de persistencia te mostrará más rápido de lo que esperas el INCREÍBLE
bienestar que es no sentirse más culpable.
Te garantizo que entenderás por primera vez en tu vida el sentido de la palabra LIBERTAD.
Te garantizo que verás que tu UNICA PRISION, es tu búsqueda de aprobación y, como no puedes darte
a ti mismo una aprobación personal, por no tener parámetros en ti para tener certeza de ella, el único
medio de liberarse de la terrible cadena que es la eterna busca de aprobación de los demás, es renunciar
tú a que los demás dependan de tu aprobación, para no sentirse culpables.

Inténtalo, mi amor.
No sabría decirte cuánto esa experiencia vale la pena.
Mas creo que continuar insistiendo aquí con palabras no te ayudará mas.

Solo tu puedes ahora decidir si te liberas de la terrible culpabilidad que resientes y de la infelicidad que ella
genera, o si prefieres guardar tu poder ilusorio de mantener personas infelices, porque te sientes culpable
de buscar tu propia felicidad.

NISROC es el ángel-arquetipo que va a ayudarte, mi amor, si intentas renunciar a culpar sea a quien sea,
de sea lo que sea.

121
Como ya te dije, mi amor, los "ángeles", o los "arquetipos", no buscan a quien los busca, los ángeles y los
arquetipos ayudan a quien se ayuda.
Alguien que cree en ángeles, pero se comporta de manera culpabilizante con relación a sí o a los otros,
no conseguiría captar la ayuda ofrecida por un ángel, aunque lo invocase día y noche.

No porque los ángeles "juzguen" a las personas y a sus pedidos, mi amor.


Mas en cuanto nos juzguemos a nosotros mismos o a quien sea, no conseguiremos la sintonía de ayuda,
estaremos siempre desfasados por lo que sentimos de lo que pedimos.
Y siempre, por sentimiento de culpa, no nos sentiremos merecedores o dignos de cualquier tipo de ayuda.
Siempre daremos un giro para sabotearnos, expiando así, nuestro sentimiento de culpa.

Entre tanto, aunque seas "ateo practicante", mi amor, si estás de acuerdo en dejar de juzgar, NISROC,
como todo ángel-arquetipo, asumirá mil formas para venir en tu auxilio, en concordancia con tu creencia
personal.
Llamarás de "suerte", de "destino", de acaso", las maravillas que te serán concedidas en el momento en
que tu renuncia al juicio de tus semejantes, te liberará de "tu" propio "juicio por introyección" que te
mantiene en la peor de las condenas, en la peor de las miserias:
La miseria de sentirse indigno de ser feliz.

Nisroc es el ángel-arquetipo de la libertad, mi amor.


La única libertad que nadie jamás podrá retirarte:
La libertad interior.
Una libertad que se traduce por un intenso sentimiento de alegría, de realización personal y de paz.
Una libertad que solo tu mismo puedes concederte, cuando entiendas que eres víctima de la culpabilidad
que tu mismo propagas.

Que Nisroc, o el arquetipo de nuestra aspiración legítima a la libertad, te acompañe en tu meditación de


esta exposición, mi amor.

23 - HAMIED, EL MILAGRO DE LA LIBERTAD DE OPINION

122
Lo que hay de más milagroso en la naturaleza humana, es la capacidad que poseemos de recrear nuestra
propia naturaleza.

Pues nuestro ser no se reduce a una pre-programación instintiva y genética, como los individuos de las
otras especies.
Ni siquiera estamos condenados a vivir siempre en función de las condiciones psico-socio-culturales que
nos condicionaron:
Podemos analizarlas y diferenciarnos de ellas.

Ser humano, es ser diferenciado, es poseer la capacidad de diferenciarse individualmente, no solamente


en función de los otros individuos de nuestra especie, sino incluso diferenciarse de sí mismo,
evolucionando, cambiando de opinión.

Pues ser humano es mas que "tener" una opinión, es SER una opinión, es encarnarla.

Somos la única especie que presenta tal grado de diferencia entre especímenes:
Cada humano es "único", diferente de sus semejantes.

Ninguno de nosotros soportaría perder esa milagrosa libertad que la naturaleza nos concede de poseer
una forma propia de ser.

Esa libertad alcanza en el hombre tal profundidad, que somos los únicos seres que viven en función de su
imagen personal:
Ningún animal busca un espejo para mirarse al despertar, antes de salir para sus actividades cotidianas.
Ningún humano soporta no tener una imagen propia, esa imagen de sí tiene incluso su propio nombre, se
llama :
"YO".

Tenemos tanto celo de nuestro privilegio entre las especies, que ni siquiera admitimos que otras especies
puedan también tener un "yo" propio.
Para delimitar bien nuestra particularidad egoica, nuestros "yo" construyeron filosofías y religiones que
aseguran nuestra singularidad en la naturaleza.
Gracias a nuestras filosofías y religiones, atribuimos incluso un carácter inmortal a nuestro "yo", a nuestra
consciencia de ser, que en ese contexto es llamado de "alma" , o de "espíritu".
A pesar de que ningún "yo" humano haya podido hasta hoy aportar a sus semejantes un fundamento
lógico y unánimemente reconocible por el "yo" de los demás, que clarifique la diferencia entre el "yo", el
"alma", el "espíritu", el "sí", el "self", el "SER", el "yo" superior.

Y paro por aquí.


Pues seria imposible intentar aportar aquí una lista exhaustiva de todas las denominaciones que utilizamos
para diferenciar nuestra naturaleza de la madre naturaleza.

El hecho es que vivimos en función de esa imagen de sí.


Sea cual sea el nombre con el cual la designamos.

El relato de la "Torre de Babel" explica bien ese fenómeno de la lucha del hombre contra la naturaleza en
busca de una naturaleza propia.
En esa narración, la naturaleza creadora es llamada "Dios".
Y "Dios" habría tenido envidia de la fuerza de los hombres que, unidos, estaban construyendo una torre
para expandir su reino terrestre hasta el reino de los cielos.
Tal audacia no habría sido tolerada por "Dios", que para desunir a los hombres, dividió su sistema de
comunicación en varias lenguas, lo que trajo después desunión e incomprensión entre ellos.

Ese relato, representa simbólicamente lo que en psicoanálisis se llamaría de proyección, donde el miedo
del hombre de separarse de la naturaleza para dominarla, es vivido por él mismo con miedo de que la
naturaleza lo castigue por su deseo de separación.
Teme así las represalias de la naturaleza contra su insubordinación a ella.
A su vez, la represalia temida es, en sí, la proyección en la naturaleza de la propia agresión del hombre
contra la misma:
El hombre teme que la naturaleza ejerza sobre él, la misma dominación que él cuenta ejercer sobre ella.
123
Somos entonces la única especie en lucha contra la propia naturaleza, en busca de una naturaleza propia.

El hombre es un combate entre el espécimen y la especie, entre su deseo de ser único (vivido como una
insubordinación contra la naturaleza) y su pavor de la soledad (vivido como una represalia a ese deseo).

El "complejo de Edipo" es función de esa dinámica de la "insubordinación reprimida por miedo de la


represalia".
Solo que Freud describió esa dinámica en el contexto de la relación entre el padre y el hijo, vista desde el
hijo, en lucha inconsciente por la "posesión" de la madre.
Mas se aplica igualmente a la dinámica relacional entre el hombre y su medio ambiente, a su lucha por
la dominación de las leyes que rigen el universo, lo que le daría plena posesión de su "madre naturaleza".

Nuestra voluntad propia es la mayor de nuestras bendiciones, el punto culminante de la especialización


de la naturaleza, que se ramificó, se especializó a tal punto, que sus propias criaturas no se reconocen ya
en ella.
Mas, al mismo tiempo, mi amor, la voluntad propia es nuestra mayor maldición, pues solo sentimos nuestra
propia voluntad cuando la diferenciamos de las demás.

Ser "diferenciados" nos obliga a ser diferentes, mi amor.


Y ser "diferentes" nos incita a oponernos a todo, para que nos reconozcamos a través de nuestra
diferencia.

En la bendición de la voluntad propia, recibimos al mismo tiempo la maldición de la separación.

Por tener una voluntad autónoma, sufrimos de dos grandes males.


El primero es esa condenación de oponer nuestra voluntad a las demás para poder sentirla como "nuestra".
Y el segundo es el peso de la responsabilidad de poseer una voluntad, pues todo lo que pasa con nosotros,
pasa a ser nuestra voluntad, visto que siempre podemos decidir qué hacer, con lo que hicieron de nosotros.

Vivimos así en constante lucha para afirmar nuestra propia voluntad oponiéndola a las voluntades de los
demás , actuando únicamente en función de ella.
Mas, al mismo tiempo, negamos tener una voluntad propia:
Para escaparnos al peso de la responsabilidad de tener que asumir lo que viene de nuestra voluntad,
siempre atribuimos a otros la responsabilidad de nuestras propias decisiones.
Por ejemplo, casados que no se entienden, afirman que solo no se separan por causa de los niños.
O aún :
Nos quejamos de la sociedad o de Dios por la vida que llevamos, mas no hacemos nada para cambiarla.

Podemos continuar en ese conflicto indefinidamente, mi amor.


O durante "vidas", como dicen los budistas.

Podemos, pero más pronto o más tarde, tendremos que confrontarnos al dilema siguiente :
Si tenemos una voluntad propia, todo lo que nos acontece, que supongamos que venga de nuestra
voluntad inconsciente, de la voluntad de Dios o del acaso, puede ser remodelado por esa voluntad.
No hay entonces de qué quejarnos, ya que podemos decidir que no seremos mas ni los cómplices, ni los
ejecutores de nuestra propia sentencia de desgracia.
Mas si suponemos que no tenemos una voluntad propia, deberíamos entonces dejar de oponernos a la
"voluntad" que "decide" sobre nuestro destino en nuestro lugar, pues "oponernos" ya es una señal de
poseer una voluntad que mantenga esa oposición.

Como vemos, mi amor, precisamos de mucho infantilismo, o de mucha mala leche, para no constatar que
nuestro destino está en nuestras manos, pues quejarnos ya es una prueba de poseer una voluntad.
Y poseer una voluntad es tener siempre la posibilidad de CREARNOS nuestra felicidad a partir de lo que
nos llega y en función de lo que nos llega.

Pues, por tener voluntad, somos al menos CO-creadores de nuestra propia vida, de nuestro destino, mi
amor.
El milagro de la libertad de opinión es ese, mi amor:

Nadie puede impedirnos de crear nuestro propio mundo.


124
Goethe escribió:
"No me avergüenzo de cambiar de opinión, porque no me avergüenzo de pensar".

Nuestro "yo" es esa opinión que tenemos de nosotros mismos y del mundo, mi amor.

Ninguno de nosotros vive en un "mundo común", mi amor.


Para cada uno de nosotros, no hay otro "mundo" que su propio mundo.
Pues nuestro universo personal es el universo de nuestra persona, el universo de la manera como
percibimos el universo.

No vivimos en el mismo universo, mi amor.


Cada uno de nosotros vive en el universo de su propia percepción del universo.

Pues ¿cuál, de hecho, conoce EL dolor, o LA rabia, o EL amor, mi amor? .


Lo que sabemos de los sentimientos, es tributario de lo que conseguimos sentir de ellos :
Alguien que sobrevivió a una gran carnicería, tiene una idea del horror completamente diferente de una
persona que nunca vio ni siquiera un cadáver.
Y alguien que perdió el brazo vive la pérdida de manera diferente de alguien que asistió a la escena.
Además de que perder un brazo no tiene el mismo significado para dos amputados.

Nuestro mundo es percibido en función del sentimiento que nos habita:


Nada es percibido de la misma forma por dos individuos distintos.

La idea de que vivimos aislados unos de los otros, cada uno de nosotros prisionero en su propio mundo,
limitado a las fronteras de su percepción personal, nos inquieta y nos asusta mucho, mi amor.
Tememos tanto percibir los límites aislantes de nuestra propia percepción, que evitamos toda reflexión que
nos pueda aclarar mas sobre nuestra condición de prisioneros de nuestras propias opiniones.
La idea que nuestro mundo, por ser un mundo subjetivo, no pasaría de una gran ilusión sensorial, o
"maya", como es conocido en la India, nos es extremamente desagradable.

Mas hay "el otro lado de la medalla", mi amor.


Pues todo lo que en este mundo es "defecto" por un lado, es cualidad por otro.
Nada en este mundo es absolutamente negro o absolutamente blanco, todo aquí es un juego de negro en
el blanco o de blanco en el negro.

El hecho de encontrarnos aislados del mundo a través de nuestra percepción del mundo, el hecho de no
percibir ningún fenómeno con relación a su significado, en función de su contexto, sino en función del
significado que le atribuimos en función del nuestro, significa que bastará que cambiemos de percepción,
de punto de vista, para cambiar literalmente de mundo.

Pues si el universo en que vivimos no es un universo objetivo y sí nuestra percepción subjetiva de él,
cambiarlo solo significa cambiar nuestra percepción de él.

Lo que aquí comento es mucho más banal y a la altura de nuestra experiencia cotidiana de lo que pueda
parecer en esa formulación anterior, mi amor.

Pues:
¿Cuantas veces ya estuvimos absolutamente convencidos de que habíamos oído o visto algo y después
constatamos que estabamos engañados ?
¿Cuantas veces confiamos en alguien y fuimos traicionados?
¿Cuantas veces juzgamos a alguien antipático o incluso nuestro enemigo y después constatamos nuestro
error?

Todos nosotros ya nos engañamos innumerables veces en la vida en nuestras evaluaciones, mi amor.
Como Goethe, deberíamos no avergonzarnos de eso, pues reconocer un error es rectificarlo y aprender la
lección que él trae.
Y cuanto más permitimos que nuestra percepción cambie, evolucione, en función de la acuidad de nuestra
propia consciencia, mas nos distanciamos del universo en que antes vivíamos, más vivimos en un mundo
enteramente diferente.

125
Cuanto más cambiamos, mas cambiamos de universo.

Bastaría que nos consagrásemos, mi amor, a ser cada día más honestos con nosotros.
Que intentásemos realmente diferenciar lo que realmente sabemos, de lo que es apenas suposición o
creencia.
Que constatásemos cómo toda limitación que sintamos, depende no de lo que vemos, sino de cómo
vemos.
Que dejásemos a la razón guiarnos en lo que es de la orden de la razón, y a la "intuición" conducirnos en
lo que escapa a la razón y que es del dominio de la "creencia".
Que no intentásemos exigir que nuestra razón se pronuncie acerca de hipótesis que ultrapasan su dominio.
Que aceptásemos que muchas cosas escapan aún a nuestra razón y que "creer" que es posible vivir en
este mundo, basados únicamente en la razón, es la más peligrosa de las CREENCIAS.
Pues quien no sabe en lo que cree, nunca sabrá diferenciar su creencia de su saber.

Todos estos puntos son simples y obvios, mi amor, al alcance de cualquier persona que desee desarrollar
una lógica realmente eficaz y libre de creencias.
Reconocer sus límites subjetivos, es reconocer sus creencias personales, es liberar la razón de ellas.

Si nos diéramos el trabajo de constatar no los límites de nuestra razón, sino los límites de nuestras
creencias, que se mezclan con nuestra razón y la empobrecen, veríamos nuestra capacidad de percibir,
realizar progresos que nos parecen imposibles en cuanto mezclamos creencia y razón.

Pues nuestra razón sola conoce los límites que nuestras creencias imponen.

Aumentar el campo de la razón, es viajar en el espacio de nuestras creencias, de nuestras opiniones sobre
lo que percibimos, mi amor, constatando cuánto afirmamos cosas basados en simples suposiciones,
deseos o temores.
Esa migración de un universo perceptivo a otro, nos lleva a descubrimientos que nos darían aún miedo,
mi amor, en cuanto no diferenciamos lo que es saber de lo que es creencia.
Nuestro poder de cambiar de universo, cambiando de percepción, es demasiado espantoso para que nos
aventuremos a utilizarlo, antes que una razón muy bien fundada pueda conducirnos a través de lo que
nuestra intuición nos indica, sin que nos perdamos en la confusión entre lo que es una simple proyección
de nuestros miedos y deseos y lo que resulta de un nuevo enriquecimiento de nuestra capacidad de
percibir.

Intentemos entonces, en primer lugar, ser lógicos y racionales, liberando nuestra razón de nuestras
creencias, mi amor.
Y, para eso, seamos honestos:
Admitamos que poseemos creencias personales, sea la creencia de que Dios no existe, o la creencia de
que no se puede responder a esa pregunta, mas evitemos afirmar, alegando a la razón, lo que la razón
no puede confirmar.

Cuando consigamos alcanzar esa honestidad para con nosotros, habremos capturado a HAMIED, o el
ángel-arquetipo de la expansión de la percepción, mi amor.

El contacto con ese ángel-arquetipo, se desarrolla en las personas que intentan ser lo mas
escrupulosamente honestas consigo mismas, con relación a lo que sienten y a lo que afirman.
Tales personas consiguen captar progresivamente los límites que se imponen a sí mismas a través de sus
creencias personales.
Gracias a la ayuda de Hamied, que guía a quien así procede, personas realmente de razón, que no
encubren mas "racionalmente" sus creencias, evolucionan en versiones del universo muy diferentes de
las precedentes.
Tales personas se habitúan así al evolucionar de un universo subjetivo a un otro, en la medida que
evolucionan en sus opiniones.

Si posees el don raro y precioso de la fe, Hamied ya te contactó hace mucho tiempo, mi amor, pues él es
la propia fe, la fe que mueve montañas.
Ese ángel-arquetipo es conocido también como el ángel de los "milagros", de tanto que los cambios que
ocurren en el universo nos parecen milagrosos e increíbles, en la medida que aceptamos cambiar, cada
vez que reconocemos que nos engañamos de opinión.
126
Si tu contacto con Hamied nace de tu fe, o si tu contacto con él ocurre en el ámbito de "intuición", o aún
si deseas únicamente considerarlo como un "arquetipo", intenta captar la esencia de ese ángel-arquetipo,
mi amor, de la forma que te parezca más adecuada.
Sea cual sea tu creencia, contacta con Hamied, pidiéndole que te indique qué cambios ya puedas percibir,
ampliando así tu concepción actual de un "hecho".

Llámalo de "Hamied".
Incluso si no crees en ángeles.
Te recuerdo aquí una vez mas, que tu inconsciente es mucho mas fácilmente activado por personajes
"imaginarios", que por tu "lógica" racional, pues si él fuese sensible a lo que tu consciente es sensible, el
no seria tu "inconsciente".

"Hamied" seria, entonces, para ti, mi amor, si eres ateo convicto, solo el símbolo, la señal, el "activador"
del arquetipo de la liberación de tu razón de los límites de tu creencia.

No seas entonces irracional, hasta el punto de querer contactar tu irracional a través de la razón.
Utiliza el "misterio", lo "desconocido", el "arquetípico" para accionarlo, que proviene de la misma fuente
que él.

Aceptar la fluctuación de la propia percepción, no confundirla con la realidad, ya es en si invocar a Hamied.


Deja entonces que él te guíe hasta lo que actualmente aún parece increíble, imposible, o de la orden de
un milagro para ti.

Si acaso estuvieras en un gran desespero y no sepas que hacer, debido a una enfermedad o un accidente,
invoca entonces directamente a Hamied, mi amor, aunque seas ateo convicto, pues eso te conducirá de
nuevo a ese estado de consciencia en que somos permeables a los cambios que esperan apenas que
aceptemos que ellos se operen.

Acepta cambiar, mi amor, pues todo en torno de ti cambia todo el tiempo.

24 - SANDALFON, EL PODER DEL AMOR Y EL AMOR AL PODER

Amor y poder son indisociables, mi amor.

No es posible que exista alguna forma de poder, sin que haya alguna forma de amor.
Pues todo poder es nutrido por una gran motivación.
Todo poder es tributario de un culto, de una devoción, de una dedicación sin falla.
Una persona poderosa no mide esfuerzos y sacrificios en pro de la causa a la cual se dedica:

127
Poder, es pasión.
Que esa pasión sea ayudar al prójimo, coleccionar sellos, investigar enfermedades, construir ciudades,
someter países o prostitutas, o conquistar mercados.

La palabra "pasión", en este contexto, mi amor, solo significa amor intenso.


Claro que "amor intenso" es un pleonasmo, ¿cómo seria amor lo que no es intenso?
Mas encontré mejor utilizar en el párrafo anterior la palabra "pasión", para resaltar esa connotación de
fuerza, justamente, de poder, que posee el amor.
Pues con el correr del tiempo, los hombres reservaron la palabra "amor" para cosas que parecen más
"puras", más "buenas", más "loables" y, de una cierta forma, "demonizaron" la palabra "pasión" que se
volvió casi sinónimo de "amor desenfrenado", "sin medida", tolerada en el mejor de los casos cuando es
aplicada al amor carnal.

Y nuevamente caemos en la confusión de los pleonasmos, pues "amor desenfrenado y sin medida", es
redundancia también.
¿Quién imaginaria un amor "frenado"?
¿O un amor "medido"?

Si insisto tanto sobre la importancia de esa indisociabilidad entre amor y pasión, obviamente no es por
una simple cuestión de semántica, mi amor, si no porque, sin entender claramente que estas dos palabras
son indisociables, no llegaremos a la indisociabilidad entre el amor y el poder.
Amor es fuego, es rayo, es ciclón.
Amor es furia, mi amor.
En medio de la furia de un huracán hay un centro que lo domina en estado de calma absoluta.
Solo un amor "furioso" a Dios, conseguiría hacer que un hombre atravesase los más humillantes y
dolorosos suplicios en un estado de tranquilidad y lucidez absoluta, como el Nazareno crucificado.

¿Entiendes, mi amor, que cuanto más alguien se permite amar algo, mayor es su poder sobre ese "algo"?
Gengis Khan, Julio Cesar, Napoleón, Hitler, Alejandro, ningún gran conquistador podría haber realizado
las hazañas que realizó y obtenido el poder que obtuvo, sin estar movido por un intensísimo amor a lo que
hacían.

Y no cambia nada que amemos o que repudiemos lo que estos grandes líderes amaron, mi amor.
No se trata aquí de juzgar el bien o el mal que estos hombres causaron a la humanidad; se trata de
entender que sin un amor, una devoción incluso y una dedicación absoluta a la causa que abrazaron, tales
hombres no habrían escrito paginas de nuestra historia.

Creo que no deberíamos dudar que alguien pueda adherirse a una causa en la cual no crea o que no la
juzgue digna y cierta.

Un "asesino", un "ladrón", jamas conseguirían realizar sus planes, si dudasen un segundo siquiera de la
justeza de sus actos.

Que antes o después de un acto haya dudas e incertezas sobre él, todos nosotros conocemos ese
fenómeno.
Mas la ejecución sistemática de actos de gran envergadura, exige una adhesión total del ejecutor a su
obra.
Y esa adhesión al acto es imposible de ser obtenida en el momento en que una persona está en intenso
conflicto consigo misma.

Toda realización es así un acto de poder y todo poder es fruto de una dedicación, de un amor a una causa.

Entre tanto, mi amor, a pesar de que "amor y poder" son indisociables, no son sinónimos y sí polaridades.

El amor es un gran poder, fue lo que vimos hasta ahora.


Pues hasta un criminal, si "ama" realmente el crimen, acabará realizando hazañas criminales de gran
repercusión, así como un coleccionista de tapones de garrafa que se dedique con todo amor a lo que hace,
puede obtener un reconocimiento internacional.

Tenemos que acostumbrarnos, mi amor, a llamar de amor a toda "motivación" que lleva a una
128
concretización. Tenemos que acostumbrarnos a no confundir nuestro juicio de una obra, con el juicio de
su autor, que la hizo por amor por lo que hace, si no no lo habría hecho, aunque ese "amor" tome la forma
de "horror", tanto para él como para los demás.

Amor, pasión, fascinación, hasta el horror, son los reales motores de cualquier concretización.

Hay el caso extremo del amor por el amor, mi amor.

En ese caso, es amar que una persona ama, es descubrir mas y mas y aún mas lo que es amar, cómo es
amar, cómo se actúa por amor, cómo se siente mas amor, cómo se enloquece en él, de él, por él. Tal
ejemplo se aplicaría a los grandes amantes, inmortalizados por Sheakespeare bajo los nombres de Romeo
y Julieta.
Como también se aplicaría a los amantes de Dios, como Francisco de Asís o Teresa de Ávila.
O a los amantes de los hombres, como los innumerables benefactores de la humanidad.
O aún a los que luchan por la naturaleza, o por los animales.

En realidad, todos los que realizan cualquier obra, intentaron a través de ella amar el amor.
El objeto de su amor sirvió solo de soporte para expresar ese amor, que tomó una forma particular, pues
todo en el mundo toma una forma particular.
Si todos los que realizan una obra cualquiera siguiesen su amor a la obra y no a la obra en sí, la cual solo
es el soporte y el vehículo de ese amor, acabarían descubriendo el amor bajo formas cada vez más
universales, cada vez más distantes de aquella forma inicial.

Puedo garantizarte, mi amor, a riesgo de sorprenderte mucho con eso, que incluso los más abominables
criminales, si siguiesen el amor y el empeño que colocan para poder realizar sus actos incalificables, en
lugar de dejarse absorber, distraer por el acto en sí, descubrirían mas y mas el poder de la pasión, de la
fascinación en si.
Verían entonces que ese poder, siendo el propio poder en sí, los conduciría a actos cada vez más
universales.
Tales actos, venidos del amor en sí y no mas de una de sus formas, crearían así una harmonía creciente
en torno de esa persona, que estaría cada vez mas fascinada por la sensación de crear y crearía así obras
que, en lugar de ser "excluyentes", como el crimen, serían "incluyentes", como todo acto que beneficia a
su autor porque beneficia a otras personas.

El amor es así el propio poder en sí, mi amor.

¡Vas a ver que hice dar un vuelco a tu cabeza!

Algunas frases antes, afirmé que amor y poder no son sinónimos sino polaridades; ¡¡ahora afirmo que el
amor es el propio poder en sí !!
Los dos son verdad, mi amor, dame ahora un poco de tiempo y de paciencia para explicarte eso.
Nadie siente el amor en si, no es así, mi amor?

En el mejor de los casos, llamamos el "amor" de Dios y decimos :


¡"Dios es amor"!
Lo que da derecho a otro humano cualquiera de decir a su vez:
¡El sexo es amor!
O: ¡el dinero es amor!
O aún: ¡el crimen es amor!

Pues si algunos humanos se autorizan a decir que "Dios es amor", a menos que ellos se crean "dueños
de la verdad", luego, dueños de todas las versiones posibles de la "verdad" de "Dios", luego, mayores o
como mínimo del mismo tamaño de Dios "en persona", nada los autoriza a prohibir a otros humanos de
poseer sus propias versiones de Dios y del amor.

Quiero decir con eso, mi amor, que sea bajo forma de "Dios", de "diablo" o de lo que sea, el amor siempre
se presenta a nuestras formas humanas de la forma que esas formas puedan captarlo, sentirlo.

Y que si un humano se concentra únicamente en el amor que siente, mas pronto o mas tarde transcenderá
su forma inicial de sentirlo, para recibirlo de innumerables otras formas, independizando así de la forma
"en si", para encontrar el amor "en si" y. . .
129
¡Bajo todas las formas!

Pues toda forma es una forma de amor, mi amor.


Nosotros somos los que no estamos "formateados" para recibirlo así, "en si" , luego, bajo todas las formas.

¿Entiendes ya mejor por qué el amor en sí es el poder en sí, mi amor?


Pues aquel que persigue el amor, no dejándose ilusionar por una de sus formas transitorias, ya que "forma
transitoria" es pleonasmo, este amante del amor acabará reconociéndolo ¡hasta en la cara de sus
enemigos!

No hay poder mayor que ese, mi amor:


El amor por el amor.
Nada es mas fuerte que la búsqueda apasionada del descubrimiento del amor bajo toda y cualquier forma.

Alguien arrebatado por ese poder, puede realmente lo que su voluntad quiera, pues solo verá amor en lo
que hace y, no estando mas dividido por conflictos, sus fuerzas estarán siempre concentradas y
multiplicadas en su objetivo presente.

Mas. . .
Como el amor es el mayor de los poderes, él es también el mayor de los peligros. . .

No hay un solo humano, mi amor, que descubriendo el poder infinito del amor bajo una de sus formas, no
sucumba a la fascinación de ese poder en sí.

Recapitulemos:
Todos los humanos hacen lo que hacen, por amor a lo que hacen, como vimos antes.

Confundiendo el amor de hacer, que permitió la confección, con el amor de poder, todo humano polariza
el amor y el poder, olvidando inmediatamente que fue porque él amó que pudo y creyendo que es porque
el puede, que ama.

No creas que me divierto en liar tu cabeza con palabras que dan vueltas en torno de un eje confuso, mi
amor.
Si utilizo aquí los mismos términos en remolino, es porque si yo utilizase sinónimos para las palabras
"amor" o "poder", crearía con eso una disociación imaginaria, cuando lo que quiero es demostrar una
indisociabilidad inevitable.

Todos los hombres poderosos de nuestra historia aman, amaron y amarán el poder, mi amor.

Todos ellos comenzaron por amar intensamente lo que hacían.


Ya de niños, estas personas estaban fascinadas por el poder de la fascinación, sabían que cuando se
dejaban fascinar por algo, extraían de sí fuerzas insospechadas, mucho mas allá de sus propias
capacidades habituales.
Se dirigieron así, naturalmente, a lo que les fascinaba naturalmente y aumentaron así, naturalmente, su
poder de fascinación.
Acabaron descubriendo en qué sectores su fascinación era mayor : arte , filosofía, religión o ciencia, y
adquirieron cada vez mas poder, a través de ese amor a lo que hacían, sobre lo que hacían.

A partir de ahí, mi amor, todos ellos perdieron el poder del amor, por transformarlo en amor al poder.
No sabría como enfatizar cuan difícil es para los mortales que somos, mi amor, descubrir "el poder de la
fascinación", sea lo que sea que "poseamos", a través de él, y conseguir escapar, después, a "la
fascinación del poder".

Pues poder realizar algo da poder, mi amor:


Nos da nuestro poder de adquisición, en función de lo que podemos alcanzar en términos de "jerarquía"
social.
El poder oratorio, puede llevar al poder de los abogados delante de los tribunales, de los grandes
narradores de radio y televisión, o al poder político.

Poder, sea de lo que sea, nos da poder, somos admirados o pagados por eso, recibimos favores,
deferencias.
130
Lo que antes era una fascinación, un amor por una creación, pasó a ser un poder que ejercemos a través
de ella.

No insistiré mas en argumentar, mi amor, aunque insista una ultima vez sobre la importancia capital, para
cada uno de nosotros, de llegar a una comprensión profunda de esa relación indisoluble entre el amor y el
poder.

En cuanto no alcancemos esa comprensión, seremos víctimas de uno de los mayores arquetipos de
"trampa mental" y que llamaremos aquí de "complejo de Lucifer" , como explicaré mas adelante.
Esta "trampa arquetípica" a la cual me refiero y que concierne a cada uno de nosotros, se inicia con nuestro
poder de amar, poder de "fascinarnos" por alguien o por algo y que nos lleva al poder de crear.

Mas, el poder de amar, que crea el poder de crear, creará después el amor al poder:
El poder del amor que crea, crea, inevitablemente, el amor al poder.

Perdidos en el amor al poder, perderemos con eso el poder del amor que crea.
Solo nos quedará entonces la ilusión de poder.
Y ni siquiera nos daremos cuenta que, prisioneros de nuestra obstinación ciega, narcisista y
megalomaniaca, que mantiene nuestra ilusión de poder, ya caímos en el poder de la ilusión…

Una de las "leyendas" más antiguas y más difundidas en la humanidad es el "mito" de "Lucifer".

Lucifer, que literalmente significa "el portador de la luz", seria, según las narraciones que se refieren a él,
un ángel extremamente poderoso, como su nombre indica, que por poseer el poder del amor, habría
sucumbido al amor al poder, no soportando mas portar la luz, buscando serla.

Ese relato ilustra la "trampa mental" que intenté describir antes, donde el poder de la fascinación lleva a
una "claridad mental" que se transforma en poder de creación.
Mas, una vez que nos sentimos "portadores" del poder de crear, no aceptamos mas ser simplemente su
"canal", su "medio de transporte", su "médium", queremos tener poder sobre ese poder, no soportamos
mas ser simplemente su soporte, no aceptamos simplemente "encarnarlo", queremos serlo.
Y como solo somos simples emanaciones de la vida, simples "avatares" de la consciencia, simples formas
de un fondo, de una fuente común, simples creaciones del poder de creación, solo una gran arrogancia
nos hace caer en la gran ilusión que nos hace creer posible poseer lo que, por definición, nos posee.

Mas, nunca deberíamos subestimar el poder que ejerce esa ilusión sobre cada uno de nosotros, mi amor,
desde que por nosotros transita el poder de creación.
El "mito" de "Lucifer" ilustra perfectamente el alcance de esa "trampa mental" verdaderamente
"arquetípica", ya que ella concierne a todo ser humano.

Jesús representa otro ejemplo "arquetípico" de nuestra relación con esa "trampa", pero que ilustra un
comportamiento opuesto al de "Lucifer", pues su historia relata la vida de alguien que supo protegerse de
ese peligro.
Para eso, él nunca se refería a su propia voluntad, sino siempre a la voluntad del "Padre".
"Sea hecha tu voluntad" es la frase que resume la oración que él enseñó a los hombres.

La Biblia cuenta incluso que habría sido tentado por el "demonio", que lo incitó a utilizar su poder infinito
de crear, para crear en beneficio propio, transformando piedras del desierto en panes.
Algunos esotéricos afirman incluso que fue el propio "Lucifer" el "demonio" instigador de esa tentación.

¿Será que esa tentación de "desvío de un poder destinado a un bien común en beneficio propio", tendrá
alguna cosa que ver con el comportamiento de algunos de nuestros grandes líderes, mi amor?…

131
Según los mismos esotéricos, la famosa frase "Vade retro Satanás", fue dirigida por Jesús a un segundo
"tentador", que encarnaba el poder de la ilusión.
"Satanás", también conocido en la mitología bajo el nombre de "Satán" habría pedido poco antes que
Jesús lo "adorase", o sea que adorase su propia ilusión de poder desviar para sí un "poder" que solo tiene
poder cuando está insertado en el contexto que alimenta ese poder.

"Lucifer" y "Satán" representan, así, en la "mitología" esotérica, respectivamente la ilusión de poder y el


poder de la ilusión.
Varios místicos emplean la figura mítica de Lucifer para ilustrar un ser completamente ciego, debido a su
"narcisismo", prisionero de la su ilusión de poder, sin percibir que él simplemente está en el poder de la
ilusión, representado por la figura de "Satán".
"Lucifer" sería, en esta ilustración, el esclavo de "Satán".

Goethe, en su famosa obra "Fausto", substituye la figura de "Lucifer" por la del "Dr. Fausto" y la de "Satán"
por la de "Mefisto".
El "complejo de Lucifer" del Dr. Fausto, su amor al poder, habría sido curado y se habría liberado del poder
de la ilusión de "Satan-Mefisto" gracias al amor de una mujer

Evidentemente, mi amor, el único interés de tales ejemplos en el contexto de este libro, es el de ilustrar
esa relación, que concierne a cada uno de nosotros, entre el poder del amor y el amor al poder.
Amor al poder este que transforma nuestro poder en una ilusión de poder, apartándonos del poder del
amor y haciéndonos caer en el poder de la ilusión.

¡Y, poco importa en el contexto del libro que estás leyendo, mi amor, la veracidad de todas estas
narraciones!

Si las cito aquí, repito, es únicamente para servirme de ellas allá donde ellas nos sirven a nosotros como
metáfora de nuestro propio comportamiento.

Pues gran parte de nuestros grandes pensadores y creadores defienden sus ideas no por el interés propio
de ellas, sino por su propio interés en ellas.

Y así como el "Lucifer" de la narración rechazó servir a la luz para servirse de ella, cayendo en la ilusión
de poseerla, sin percibir que estaba simplemente siendo poseído por esa ilusión, varios de nuestros
grandes líderes, políticos, filósofos, religiosos, o científicos, se sirven en interés propio de las ideas a las
cuales creen servir.
Y es esa ilusión de poder utilizar en uso propio un poder que solo se mantiene cuando es compartido, que
nos lleva a adorar el poder de la ilusión, a caer, a través de la ilusión de poder en el "poder de la ilusión".

No quiero absolutamente insinuar que las personas que sucumben a esa "tentación" son "deshonestas" o
"incompetentes", mi amor, tan solo afirmo que ¡cometemos mucho mas "abuso de poder" del que podemos
imaginar!
El intento del presente estudio es evidentemente el de comprender, para ayudar a corregir, y no el de
"denunciar", para "juzgar" y "condenar".

El detector de cualquier poder siempre estará tentado a desviarlo en uso propio, mi amor.

Poco importa que utilicemos relatos verídicos o narraciones legendarias para entender esa "trampa", lo
que importa es que no subestimemos el poder que la ilusión de poder ejerce sobre el "tirano" potencial que
se encuentra "arquetípicamente" inscrito en cada uno de nosotros y al cual necesitamos transcender, para
justamente no aislarnos de la fuente real del poder que emana de nosotros, pero que transciende, ella
misma, todo lo que somos.

La figura de Jesús representa ciertamente un buen ejemplo de esa precaución contra el abuso de poder.
E independientemente, mi amor, que creamos en él o no.

El relato del desierto ilustra perfectamente esa lucha del hombre contra sí mismo, en lo que concierne al
uso y al abuso del poder.
Imagina solo, mi amor, que estás hace cuarenta días en un desierto, en una meditación que haría de ti el
"Cristo", o sea, un ser en unión tan absoluta con la emanación de todo poder, que todo poder te seria, así,
conferido.
132
Después de cuarenta días sin comer, o comiendo poco, ¿no te parecería "natural" un poco de pan y de
"milagro" en causa propia?
¿No te parecería, que ese acto no es un "pecado" tan grande, sino incluso un uso necesario?

Dice la Biblia que Jesús resistió a esa "tentación".


¿Resistirías tú, mi amor?

Podemos entonces interpretar esa negación de Jesús en usar para sí mismo sus dones, como la
consciencia que él tenía de la necesidad de no confundir el poder del amor con el amor al poder, no
utilizando en beneficio propio lo que se destinaba a los demás.

Como un ejemplo más de esa confusión que todos nosotros hacemos entre el poder del amor y el amor al
poder, podemos citar aún en la vida de Jesús, la discordia entre él y Judas.
Según la versión de algunos místicos, no autentificada por la propia Biblia, Judas era del ramo de los
"Zelotes" del pueblo Judío y ese pueblo era partidario, como lo son aún hoy los judíos ortodoxos, del
restablecimiento del trono de Salomón.
Los Zelotes eran guerreros que luchaban por eso.

Según estos místicos, desesperados con el hecho de que Jesús no deflagrara una revolución después
del domingo de ramos, donde toda Jerusalén estaba dispuesta a seguirlo, Judas habría "traicionado" a
Jesús vendiéndolo a los Romanos, por juzgarlo un "traidor" de la causa judía, ya que Jesús afirmaba que
su reino no era "de ese mundo", y rechazaba así el expulsar a los romanos de la "tierra prometida".

¡Lejos de mí la intención de crear una polémica de interpretaciones bíblicas, mi amor!

Repito, poco importa, en el contexto presente, la "veracidad" de esta o de otras interpretaciones.


Podremos perfectamente utilizar cuentos y leyendas absolutamente reconocidos como tales, o incluso
personajes de romances en lugar de los ejemplos que fueron aquí utilizados.
Basta que ilustren igualmente estos comportamientos universales, "arquetípicos", que intentamos
comprender aquí.
Tu mismo, mi amor, deberás encontrar muchas correspondencias personales y conocer relatos, verídicos
o imaginarios, que tratan del mismo tema.

Tan solo utilizo el patrimonio de la mística, rico, como todo patrimonio humano, aunque menos conocido y
menos apreciado que la mitología griega, en la ejemplificación de comportamientos arquetípicos.
La razón de esta elección, es que el "complejo de "Lucifer" ilustra muy bien el arquetipo de la fusión entre
dos potentes arquetipos descritos por los griegos:

El primero de estos arquetipos es "Narciso", prisionero de la propia imagen, arquetipo de nuestras


tendencias egocéntricas, que nos lleva a la megalomanía y, de ella, a la "tiranía".
Ese arquetipo es entonces indispensable para que entendamos nuestra identificación con el poder,
cayendo en la ilusión de poder.

El segundo es "Edipo" que, asesinando a su padre y casándose con su madre, representa el arquetipo de
nuestra lucha contra el poder en si, alusión al combate del espécimen contra la especie, referencia al
deseo humano de independencia que no es más que un aislamiento, un desconocimiento de los propios
orígenes y de la fuerza permanente que estos le ofrecen, una busca de individualidad que, desconociendo
quien realmente es, no dudaría, para realizarse, en matar a quien le dio la vida.

"Edipo-Rey" es el arquetipo de los actos que podemos perpetrar cuando estamos totalmente ciegos,
prisioneros del poder de la ilusión.
"Edipo" es así la consecuencia de "Narciso" y ambos resumen el "complejo de Lucifer".

La figura de Jesús ilustra igualmente otro arquetipo, el del poder del amor, en cuanto la de Judas nos da
un buen ejemplo de amor al poder.
Citaré aún una última ilustración inspirada en la mística, mi amor.

Pues la fuerza de estas narraciones no reside en nuestra creencia en su veracidad, ni en la posibilidad de


una verificación científica de ellas.
El principal interés de tales relatos es que, independientemente de su comprobabilidad, resisten a los
milenios mas que toda "verdad" científica, que cambia, como mínimo, a cada siglo.
133
Y si tales relatos resisten al tiempo, es menos porque no se puede demostrar su irrealidad y si porque
ellos contienen mensajes metafóricos de nuestro propio comportamiento en el día a día.
Tales narraciones, así como las tragedias griegas o los cuentos infantiles, nos incitan a encontrar los
arquetipos o grandes líneas que rigen nuestro comportamiento, bien humano, bien "tierra a tierra", lejos
de la magia imaginaria.

Esta ultima narración que aquí cito, mi amor, se refiere al comportamiento de algunas jerarquías de
ángeles.
Entre estas jerarquías, una de las más poderosas es la de los Serafines.
Varios relatos sobre ángeles afirman que muchos de esos Serafines se culpabilizaron hasta tal punto de
tener mas poder y más éxito que otros, que por miedo y culpa perdieron sus poderes y se convirtieron en
...
Humanos. . .

Observa una cosa, mi amor:


Tal vez, según esa "leyenda", ¡¡tu seas uno de esos Serafines!!
Habrías sido entonces fuerte, poderoso, habrías podido asumir la forma que necesitabas y mil otras
fachadas que los ángeles saben hacer.
Mas como habrías tenido vergüenza de tu fuerza, de tu éxito que entristecía y humillaba a tus camaradas,
habrías entonces, por culpa y disgusto, renunciado a tus poderes, descuidándolos, hasta el punto de estar
leyendo ese relato sobre ti, bajo forma de "cuento". . .

Que historia, ¿no crees, mi amor?


¿Tu imaginarias tal cosa?

¿Quién podría creer que criaturas que viven dentro del poder del amor y de él, podrían perderse en el
amor del poder ?
Pues, entonces, mi amor:
¿Cómo explicar que un Serafín se ponga "triste" porque su colega es más potente que él, si no por amor
al poder?
Pues si él continuase en el poder del amor, ¡solo sentiría alegría delante de aquel hermano que llevaba el
amor tan lejos y tan brillantemente!

¿Y como explicar que un Serafín brillante se culpabilice por su brillo si no igualmente por amor al poder?
Pues si él, a su vez, siguiese apenas el poder del amor, ¡continuaría resolutamente sirviendo al amor y no
a su culpabilidad delante de la tristeza de sus compañeros que, por amor al poder, no servían al amor tan
bien como él!

Bueno, en función de estas reflexiones, te propongo ahora un juego divertido, mi amor.


Para realizarlo, parto del principio que estás de acuerdo conmigo, o sea, que crees que la mejor manera
de mantener el poder, sea cual sea el poder que quieras mantener, es servir al amor, es amar mas y
mas lo que se hace, sea lo que sea lo que se ame hacer, no cayendo así en la "tentación" de amar el
poder.

Ya que amar el poder es perder el poder de amar.


Y perder el poder de amar es perder el poder de crear, como intenté demostrar antes.

Repito, mi amor, que no es necesario que nos interesemos en la cuestión de saber, si lo que tu amas es
hacer el "bien", o hacer el "mal".
Ya que el amor a lo que haces tendrá que tener el poder de conducirte al poder del amor en sí.
No te preguntes entonces si lo que haces es "bueno" o "mal", pregúntate únicamente si amas realmente
lo que haces, o si estás solo mintiéndote a ti mismo.

Suponiendo que estés de acuerdo, te propongo que solo actúes a partir de entonces "en nombre del amor".
Pues como no sabes de cierto lo que es cierto o errado, pero puedes saber mas acertadamente lo que
amas y lo que odias, vas entonces a olvidar lo que odias, para concentrarte en lo que amas.

Solo actuarás entonces, mi amor, en nombre del amor que sientes.


Si no sientes amor, si sientes odio o "obligación", no actúes.

134
Conserva en el comienzo de ese ejercicio, mi amor , aquellas "obligaciones" inevitables, como lavarte los
dientes, ser gentil con los policías para no ir preso, trabajar para comer, para vestir, para... poder comprar
libros como este, etc.

Limita entonces tu ejercicio a cosas más simples, como ir o no a una fiesta o a un cinema.
Encontrar a un amigo o no , fumar un cigarro o no , reír de un chiste sin gracia o no .

Comienza entonces, para todas las cosas más simples, a ejercer el poder de tu voluntad "en nombre del
amor".
Te aconsejaría que no comenzaras queriendo curar enfermos, o restituir la visión a ciegos, sino con cosas
más simples como : "en nombre del amor quiero conseguir no empacharme con esa comida que adoro".
Si estás realmente muy gordo, mi amor, comienza con algo más fácil aún...

Intenta divertirte con eso, mi amor, siguiendo los pasos de todos los grandes benefactores de la
humanidad, que crearon sus obras en nombre del amor a ellas.
¿Quién sabe si un día transformarás el plomo en oro, o el agua en vino, "en nombre del amor"?
¿Quién sabe si acabarás descubriendo que tu habilidad a ganar poder en nombre del poder del amor es
tan grande, que tal vez seas uno de esos Serafines "humanizados"?

Sea cual sea tu caso, ese entrenamiento es el medio ideal de no caer mas en la trampa de confundir el
poder del amor con el amor del poder, lo cual destruye, a medio o largo plazo, todo poder, como la historia
lo confirma.
Mas, en el caso de que no recobres tus poderes "serafínicos", mi amor, ni hayas podido ni siquiera fabricar
un vino razonable a partir de óptimas uvas, puedo garantizarte que, mas allá de la diversión que te
proporcionará tal juego, estarás trabajando para incrementar tu poder de crear y para tu realización
personal, mas de lo que serias capaz de imaginar en este momento!

Si crees en ángeles, te digo que así que empieces a alinear tu voluntad en la voluntad del amor, así que
exijas que las cosas se realicen no mas según tu titubeante voluntad, si no en función de la voluntad del
amor, habrás capturado un gran príncipe de los Serafines:
SANDALFON.

Sandalfon es, en la mitología de los ángeles, la encarnación del arquetipo del poder del amor, mi amor.
Él está encargado de realizar toda tu voluntad que sea voluntad de amor.
Pues según los ángeles, tú eres el propio amor encarnado y tu voluntad de amor es para ellos una orden.
Por eso no precisas decir "por favor".
Los ángeles no necesitan que seas "refinado", mas si determinado a amar.

Si te entregas a esa determinación, tu voluntad es una orden para ellos.


Y, para que te habitúes a eso, exige, para que entiendas que no pides ningún favor, pues la ejecución de
la voluntad del amor no es un favor, es simplemente la ejecución de la voluntad real.

Si no crees en ángeles, mi amor, ni en Dios o en todas estas "baboserías" místicas, considera lo que yo
dije en el párrafo anterior como una manera de insuflar confianza en gente crédula y irracional.
Mas intenta utilizar igualmente al "Serafín" Sandalfon como un recordatorio en ese ejercicio.

¡Vuelve a la infancia!

Imagina que ese ángel está ahí a tu lado para ejecutar todo lo que tu amor por sea lo que sea, le ordene
de hacerlo.

Eso te ayudará a dialogar, vía el personaje irracional del ángel, con tu inconsciente.
Pues, por ser tan irracional como el ángel en cuestión, tu inconsciente jamas sabrá si crees en ángeles o
si estás apenas manipulándolo para que te ofrezca lo mejor de él mismo, en función de lo que deseas
realizar.

Intenta, entonces, ese juego, mi amor.


Te garantizo que te ayudará a encontrar soluciones para una infinidad de cosas "serias" . . .

135
25 - CHUCHIENAE : LA PUREZA INCONCEBIDA

¿La pureza es inconcebida, o inconcebible, mi amor?

Cualquiera que sea tu respuesta, no cambiaría el hecho, que la pureza no parece ser de este mundo.

Lo que vemos en la tierra, son guerras, hambre y desolación.


Cada uno de nosotros se siente un poco culpable por eso.
Contaminamos la tierra y nos sentimos un poco "sucios" por eso.
Nos sentimos un poco mentirosos, un poco cobardes, un poco deshonestos.
Nuestras religiones nos enseñan que somos pecadores.
O "pobres diablos", sometidos al ciclo infernal de deseo y de apego.

¿Cómo concebir la noción de pureza, respirarla, en tal clima ?

136
Nos precipitamos así sobre los bebés, escrutamos el mas mínimo de sus gestos.
Maravillados.
Nostálgicos de nuestra inocencia perdida.

O entonces los odiamos, por recordarnos lo que perdimos.


Los niños son nuestra mas próxima concepción de la pureza humana, mi amor.
Incluso un leoncito es tierno, nada tiene de feroz.
La cuestión de inicio avanza así un paso en dirección a la respuesta:
La pureza no es inconcebible, ella está en el mirar de todo niño.

¿Será ella entonces inconcebida?


O, dicho en términos cristianos : ¿"concebida sin pecado" ?

Ciertamente, mi amor, pues donde hay pureza, ¿cómo podría haber "pecado"?

Todo animal es puro, inocente, mi amor.


Él actúa únicamente en obediencia al instinto, en función de su naturaleza.
Ya todo hombre se siente impuro, culpable, mi amor, por haber perdido el contacto con el instinto, luego
con la naturaleza.
Podríamos llamar aquí "instinto y naturaleza" de "Dios", pues "Dios" es el creador y el guía de los hombres
que lo buscan, como el instinto y la naturaleza son los creadores y los guías de los animales.

No pretendo reducir la noción de Dios a las nociones de instinto y naturaleza, mi amor.

Muchos se sorprenderían con eso y afirmarían incluso que, dejando el instinto y la naturaleza animal,
nosotros nos lanzamos en la aventura de nuestra "re-ligación" con nuestra naturaleza divina.
Solo deseo dejar constancia, con esa comparación, de cómo el hombre se encuentra perdido sin instinto,
luego, sin contacto directo con la naturaleza.
Y cómo se siente culpable, sucio, impuro y abandonado por eso, clamando a Dios por su misericordia, o
resignado a un existencialismo humano confinado entre el nacimiento y la muerte.

Al buscar nuestra propia naturaleza, perdemos el contacto con la propia naturaleza.

El "yo" humano es ese acto de separación entre cada uno de nosotros y lo que lo circunda, mi amor.
¿Cómo podríamos respetar la naturaleza, si toda nuestra evolución humana representa un combate para
liberarnos de ella?
El "yo" nos hace sentir que somos quienes somos, mi amor.
Mas nos hace sentir "sucios", criminales", por haber asesinado a nuestra madre naturaleza como precio
de nuestra autonomía.
Podríamos hasta rastrear la pérdida de nuestra inocencia y localizarla en el momento preciso en que
comenzamos a decir "yo" para referirnos a nosotros mismos.
Todos conocemos la delicia que es dialogar con un niño que aún se refiere a sí mismo a través de su
nombre, por desconocer aún el uso de la palabra "yo" en uso propio.
Utilizamos su propio nombre para citarla, no utilizamos el pronombre "tu".
Cuando un niño afirma su propio "yo", comienza para él el infierno de asumirlo todo, pues ese pronombre
lo separa de todo el resto, le priva del último resquicio de comunión uterina con el mundo.
A partir de ahí, el niño tendrá que aprender a forjar sus propios conceptos en función de ese "yo".
El no vivirá ya en función de lo que lo circunda directamente, si no en función de las concepciones de ese
"yo" sobre lo que lo circunda.

De ahí que sea la pureza inconcebida, a nivel humano, mi amor, pues ella se encuentra mucho antes de
cualquier concepción humana.

"Si quieres entrar en el reino de los cielos, tendrás que ser como un niño".

Estas palabras de Jesús, indican dónde reside nuestra inocencia eterna, mi amor: en el eterno niño que
reside en el seno de cada uno de nosotros.

No hay como "manchar" la inocencia, mi amor.


No hay como "perderla".
137
Ella nunca nos abandonó.
Ella reside en el fondo de cada uno de nosotros.
La "camada egoica", mas conocida en psicoanálisis bajo el nombre de "super ego", que la "civilización"
colocó sobre la pureza fundamental e inicial de cada sentimiento humano, la aprisionó detrás de los
barrotes de las "normas y preceptos" dictados por el miedo, sacrificando nuestra libertad individual más
allá de una necesidad social.
Mas, la represión no podrá retener indefinidamente a la pureza, que es la fuente real de todo sentimiento,
mi amor, pues la inocencia desconoce los barrotes de una prisión.
Mas pronto o mas tarde la veremos delante de nosotros, sonriendo como un niño.

No afirmo, claro, que toda norma y todo precepto son nocivos, mi amor.
Estamos aún aprendiendo a conciliar lo individual y lo colectivo en nuestro seno y si tuvimos de contener,
en el inicio de nuestra historia humana, el barbarismo de toda acción exclusivamente individualista a través
de normas, tendremos ciertamente que rectificar esa posición, liberándonos de muchas imposiciones
sociales superfluas y preconceptuosas.
Mas estas normas jamas podrán ser corregidas por nuevas normas.
¡Eso solo acarrearía un exceso del exceso de normas ya existentes!
Solo nos libertaremos del exceso de normas, cuando nuestra inocencia consiga ser concebida por
nosotros mismos más allá de la edad infantil.

Pues, repito, como la inocencia desconoce el concepto de barrotes, de barreras, de fronteras, ella está
siempre delante de nosotros, sonriendo como un niño.
Nosotros no la vemos, porque aún somos incapaces de concebir que somos inocentes.

La inocencia, que fue nuestro pasado, será así nuestro radiante futuro, mi amor.

Bien sé que esa afirmación te da el derecho de pensar que soy un soñador ingenuo, mi amor, un utópico,
que no debo tener el sentido práctico, objetivo de las cosas.
Tienes todo el derecho de creer que no quiero abrir los ojos y asumir el mundo concreto y real delante de
mis ojos y que me refugio detrás de quimeras e ilusiones.
Supondrás tal vez que soy adepto de alguna forma de religión, o un militante del mundo de "Imagine",
música de J. Lenon.
Como mínimo, un ecologista ingenuo, un vegetariano, un adepto de la astrología, o un practicante "new
age".

Aunque yo fuese todo eso junto, y mucho mas, o mucho menos, me gustaría que recordáramos ambos
aquí, mi amor, que nuestro contrato personal en estos textos sobre estos ángeles-arquetipos, es de no
favorecer ninguna creencia personal, ni utilizarlas en guisa de argumento.

Se trata, en este nuestro presente ejercicio de reflexión, de permitirnos utilizar como referencial de nuestro
pensamiento, únicamente lo que nuestra lógica común, común a todo y cualquier humano, pueda
identificar como "propio", o sea "lógico".
Pues lo que no nos parece lógico, nos parece obligatoriamente absurdo, como la afirmación que lo redondo
es cuadrado.
Así como nadie estará en desacuerdo que es necesario respirar, pues los muertos no discuten.

La afirmación de que la inocencia es nuestro futuro, para mí es de ese orden, mi amor.


Me queda probarte, en el caso que no este de acuerdo con eso, que para ti también lo es.

Mas no voy a intentar obtener tu concordancia a través de una argumentación, mi amor, no trabaré aquí
una lucha de ideas contigo.
No es que yo esté en contra de ese método.
Al contrario, la "dialéctica" es la mejor solución para tantear juntos en dirección de la verdad.
Llamo el debate de ideas de "dialéctica", pues fue así que lo llamó Sócrates, aquel que lo llevó a su más
noble utilización y demostró la genialidad imprescindible de ese método de expandir nuestras consciencias.

Simplemente:
¡¡es imposible llegar a la inocencia argumentando !!

Yo podría hasta convencerte de la próxima venida de ella a la humanidad, haciéndome pasar por un "guru
futurólogo", mas mi demostración no te aproximaría en nada a su realidad.
138
Prefiero entonces proponerte un ejercicio simple y práctico que te ayudará a contactarla.
Así, si estás en contra de mi afirmación, tendrás la elección o de probar a ti mismo que me engaño,
realizando el ejercicio y no obteniendo ningún resultado con él, o simplemente concluir de antemano que
ni siquiera será necesario realizarlo.
Quien sabe si te interesará en otra ocasión de tu vida.

El ejercicio en cuestión, tratándose de nuestro reencuentro con nuestra inocencia olvidada, estará basado
en el único modelo humano que tenemos de inocencia realmente pura, que son los niños.
Pues ya debes haber notado, mi amor, que un niño jamas hace lo que no le da placer.
Desde que una actividad no es placentera, el se desconcentra, se distrae.
Niños de menos de un año son tan intensamente llevados por el placer, que cambian de actividad sin
cesar, desde que un nuevo foco de interés se presenta a sus sentidos.

Como no podemos en la práctica realizar únicamente lo que nos da placer, pues forma parte inalienable
de nuestra condición de adulto la noción de deber, tendremos que substituir la idea de placer por la idea
de decisión, de voluntad.
No pienses aquí que comienzo a desviar, verás como la segunda lleva a la primera.

Entonces, comienza a realizar, en tu día a día, sólo tareas que realmente tienes voluntad de hacer.
Coloco la palabra voluntad en la dimensión adulta, en el sentido que nadie tiene "voluntad" de sufrir una
grave operación quirúrgica, mas tenemos menos voluntad aún de morir antes de la hora.
Realizar una tarea cotidiana super aborrecida y monótona, mas imperativamente necesaria, forma
entonces parte de las actividades que realizarás por decisión, o sea, por voluntad adulta.

Una vez que decidiste, no permitas a tu mente de enredarte con comentarios que solo irán a agravar tu
mal humor.
Mas, sobretodo, no prosigas la actividad intentando reprimir la reclamación mental y renuncies también a
realizar el acto boceando y descargando la rabia con gestos violentos, como yo personalmente adoro
hacerlo.

En lugar de eso, suspende la actividad inmediatamente, así que la reclamación surja en tu mente.
Pregúntale entonces :
¿Que hacemos?
¿Paramos esa porquería aburrida?

Espera un momento a que la respuesta te sea dada.


¡NO INTENTES TU MISMO LLEGAR A LA RESPUESTA !
Identifícate antes con el "idiota", el "esclavo" que está penando en aquella rutina y deja que la reclamación
responda ella misma si debes o no parar.

Si surge en ti un sentimiento profundo de que no debes continuar aquello y, sobretodo, si estás dispuesto
a pagar el precio de no hacerlo, suspende entonces la actividad inmediatamente, mi amor.
En el caso que resistas a responder tu mismo a esa cuestión y dejes que la respuesta venga de lo más
profundo de ti mismo, con poco tiempo verás cuántas actividades inútiles y fatigantes podrás eliminar de
tu vida cotidiana.
Constatarás también cuánto placer podrás sacar de actividades que antes te parecían penosas, en el
momento en que las "reclamaciones" no consigan reunir en ti fuerzas suficientes para bloquear la actividad.

El "secreto" para realizar con éxito esa primera parte del ejercicio, mi amor, es entonces:
¡¡NUNCA DECIDIR !!

En otras palabras :
Siempre dejar que sea el interior de ti mismo que haga emerger la decisión, que tu sentirás como un
SENTIMIENTO, no como una "lógica", aunque ese sentimiento pueda estar apoyado en una lógica,
demostrable o no para ti mismo.

Una vez que paraste diversas veces la actividad en curso, pidiendo a la fuerza en ti que reclama su
suspensión que reúna fuerzas y argumentos en lo más profundo de ti mismo para cesar la actividad, para
abolir la situación incómoda, decide entonces interrumpir lo que haces, una última vez.
Interrumpe así cualquier acción el tiempo que sea necesario para que tengas la certeza de que nada
emerge del fondo de ti mismo capaz de liberarte de la situación.
139
En el caso de que no venga una respuesta clara en ese sentido, concluye entonces la tarea que
comenzaste.

Y no te dejes mas, bajo ningún pretexto, interrumpir por tu reclamación interior, ya que ella demostró que
es incapaz de obtener la "mayoría relativa" en tu "parlamento interior".

Todo y cualquier pensamiento que intente entonces desviarte de lo que estás haciendo, podrá ser
considerado por ti como tu "enemigo", enemigo de tu integridad, semejando un terror interno inocuo, estéril
y que te paraliza.
No le des mas oídos.
En el caso que tales pensamientos persistan de manera ensordecedora, para una vez más y exige que se
reúnan fuerzas dentro de ti para cesar la actividad.

Aprenderás así poco a poco, mi amor, lo que significa realmente PENSAR.


Distinguirás así el auténtico pensamiento de lo que es nada más que un revoltijo mental estéril de restos
de pensamientos mal digeridos, que se autonomizaron en tu mental, impidiéndote realizarte como
individuo.

No es un ejercicio tan difícil, ¿no crees, mi amor?


Creo que estarás de acuerdo también que puede ser extremamente útil y eficaz, independientemente de
mi afirmación de que te llevará a tu inocencia.

Al final, podrías preguntarte ahora:

¿Como puede la realización de una actividad en principio desagradable, conducirme al placer y a la


inocencia de un niño?

La respuesta está en el hecho, mi amor, que pasas tu vida entera reclamando y haciendo lo que no quieres
hacer.
No realizaste completamente la transición entre el niño y el adulto.
Asimilaste la dimensión adulta a un mundo constituido de deberes y de responsabilidades y el mundo de
niño a un universo de placeres pueriles y estériles.
Todo eso porque nunca osaste asumir tu propia voluntad, luego, desconoces el gozo de poseerla.

Intenta, entonces, el ejercicio, mi amor, verás como tu voluntad se afirmará cada vez mas dentro de ti
mismo. Dejarás así de reclamar de lo que encuentras que "tienes que" hacer y, repito, verás cuántas cosas
y situaciones no placenteras puedes eliminar de tu vida.
Verás como el ejercicio de la VOLUNTAD te llevará siempre e inevitablemente al PLACER, como tu mundo
no será mas regido por la dualidad "placer-deber", ya que todo lo que realizarás te traerá un enorme placer,
pues en fin sabrás lo que ganas realizando algo.

Llegamos así entonces a la noción de placer, mi amor.


Puedo hasta afirmarte, que el mundo de un adulto que llegó a la plenitud de su voluntad, es mucho más
placentero que el de un niño, pues este tendrá que pasar por la frustración impuesta por sus educadores.
Frustración inevitable para que él consiga adquirir nociones indispensables para su propia supervivencia
y que no se revelan únicamente a partir de la noción de placer.

La noción de inocencia es aún más fácil de demostrar en ese ejercicio, mi amor.


Pues, como el ejercicio pleno de tu voluntad hará que tengas la certeza absoluta que estás dando lo mejor
de ti mismo, en cada uno de los mas mínimos gesto que realizas en tu vida cotidiana, ningún error tendrá
mas la fuerza suficiente para culpabilizarte, mi amor.

Te sentirás siempre inocente, redimido de cualquier culpa.


Tus errores pasarán entonces a ser tus mayores amigos, consejeros y aliados, verdaderas "cajas negras"
de tus "naufragios", prontos a enseñarte lo que tendrás que aprender para ser aún más feliz y obtener aún
mas placer y éxito.

Haciendo el ejercicio, habrás capturado "CHUCHIENAE", mi amor, o el ángel del arquetipo de la pureza.

Este ángel-arquetipo accionará tu voluntad propia que, aunque aún dudes, es sin límites.

140
Él limpiará primeramente tu mente de toda "suciedad" que representa el sentimiento de culpa, que dejará
de ser tu "enemigo" para volverse uno de tus más preciosos aliados.
Pues tu pureza, representada por la certeza que siempre das lo mejor de ti, incluso cuando "fallas",
transformará lo que antes sería "culpa y recriminación", en una inmensa voluntad de construir y de hacer
que evoluciones personalmente, gracias a la corrección de tus errores.
El ángel-arquetipo de la pureza te conducirá, después, al sentimiento de comunión, lo cual te enseñará
que es cuando puedes compartir con los demás tus riquezas, que eres aún más rico y más feliz.

El te ayudará. en fin, a limpiar todo y cualquier resquicio que aún reste entre ti y la naturaleza que te
alimenta, te abriga y te ofrece gratuitamente todos sus placeres.

Eres un ser puro, mi amor.


Basta que te decidas a verlo.
Basta que te decidas.

26 - CERVIEL: EL CORAJE DE CAMBIAR


¿PARA DONDE IR? ¿CÓMO Y POR DONDE IR?

¿Quién sabe donde nos lleva la vida, mi amor?

La respuesta más escuchada a esa cuestión es :


Todos vamos al cementerio. . .

Muy bien, pero ¿qué hacer mientras esperamos nuestra vez?

Desde nuestro punto de vista humano, la muerte es el más temible de los "cambios", mi amor.
Ella es y parece ser el ultimo cambio, el "definitivo", el menos comprendido y menos aceptado por nuestra
razón.
Sobre ella, solo hay hipótesis y "certezas" que dependen de la intuición, o de la fe.

La muerte representa así la metáfora mayor del termino "cambio".


Y mejor seria incluso decir que todo cambio no es más que una metáfora de la muerte.
Por eso es que nuestra resistencia a cambiar cualquier cosa de bueno y hasta incluso de malo en nuestras
vidas, desde que estamos largamente habituados, identificados a ella, tiene que ver con nuestro temor de
la muerte.
141
Pues todo cambio representa la "muerte" de lo que había antes.

Como la muerte está "delante" de nosotros, como todo cambio parece recordarla, pues significa "pérdida"
y pérdida significa muerte, todos nosotros nos instalamos en hábitos y rutinas sin cuestionar mucho si
aquello corresponde o no a lo que necesitamos.
Pues, antes de nada, necesitamos tranquilizarnos con relación a la muerte.

De ahí la importancia de meditar atentamente la cuestión de la muerte, mi amor, pues es esa cuestión
que determina, queramos o no, el sentido de nuestra vida.

Mas, que creas en una vida después de la muerte, o que estés convencido que todo acaba en ella, hay
un punto con el cual todos nosotros podremos estar de acuerdo :
Solo muertos tendremos la comprobación, o no, de nuestra suposición sobre la muerte.

Puede parecerte paradójico, mi amor, que en una frase yo recomiende una meditación larga y minuciosa
sobre la muerte y que en la frase siguiente sugiera que el problema sea definido cuando estemos,
digamos, "viviendo". . .

La meditación será útil para que tengas mas claro cual es realmente tu posición con relación a la muerte,
mi amor, pues solo así comprenderás mejor tu posición con relación a los cambios inevitables de la vida.
Y la proposición para que aceptes dejar la comprobación en abierto, hasta tu encuentro con ella, es
simplemente una cuestión de utilidad práctica:
Pues si pasas tu vida pensando en la muerte, ¿cuando vivirás?

Para qué vivir, por qué vivir, son cuestiones que obtuvieron múltiples respuestas distintas, desde el
comienzo de la humanidad, dadas por pensadores todos dignos de nuestra admiración y de nuestro
respeto.

Mas, una respuesta a una cuestión tan absoluta, solo puede evidentemente ser relativa.
Poco importa cual haya sido tu elección personal, sea ella transcendente o materialista, lo importante es
que aceptes que no es el "don de la verdad" y que incluso con relación a tu creencia, hay mil maneras
distintas de concebirla.
Basta mirar las innumerables y contradictorias versiones que hay, tanto del cristianismo como del
marxismo.
Incluso en el seno de una misma "iglesia".

Tolerar otras versiones de la verdad que no correspondan a la tuya, mi amor, muy lejos de enflaquecer tu
posición, solo podrá traerte una fuerza insospechada e insospechable, pues tu creencia no vivirá mas
gracias a la negación de las demás, sino de lo que llegará, para reforzarla, de lo mas profundo de ti mismo.

Llegamos así a la primera cuestión formulada en el inicio :


¿Para donde ir ?
Poco importa, mi amor.

Pues lo que importa, es que sepas que siempre podrás cambiar de dirección, ya que trabajas con datos
relativos y "dónde" ir es una cuestión absoluta, que solo revela su dirección paso a paso:
Dice el refrán, que "Dios escribe derecho por líneas torcidas".
Luego, que sea Dios o el acaso que guíe tus pasos, nunca sabrás con certeza "por donde" ni "como"
tendrás que proseguir, lo que responde a las dos ultimas cuestiones iniciales.

No te desanimes con esa incerteza inherente a nuestra condición humana, mi amor.


Esa "revelación paso a paso" de nuestro camino, sea cual fuera nuestra creencia sobre la vida y sobre la
muerte, tanto puede ser destructora de nuestra fuerza, de nuestros ideales, ¡como puede nutrirlos !

Basta que entendamos que vivir es cambiar constantemente.


No sirve de nada apegarnos a nuestras certezas o a nuestros hábitos, pues cuanto más ellos serán
solicitados por la ley del cambio, mas sufriremos al querer inútilmente conservarlos.
Resistir a un cambio "inaceptable" es humano, mi amor.

Es más, solo resistiendo podremos comprobar que es inevitable.

142
Mas permanecer en el dolor de la pérdida más allá del periodo inevitable de "luto", permanecer identificado
a lo que fue, negando lo que es, es negar vida a la vida, es optar por vivir la muerte antes de hora.

Claro que siempre habrá una ganancia en ese sufrimiento, mi amor, pues todo esfuerzo inútil nos volverá
mas fluidos, más móviles, ya que todo esfuerzo inútil es un aprendizaje para dejar de realizar esfuerzos
inútiles.
Sé bien que nuestra testarudez nos obligará a repetir durante años, o "vidas", dirían los budistas, bajo
formas distintas esa misma lección. . .

¿Sabes por qué sufres tanto con ciertos cambios en tu vida, mi amor ?

No es porque ellos te priven de algo insustituible, como crees, sino porque no aceptas ni siquiera ver lo
que te fue dado a cambio.
Y, en cuanto creas que no podrás mas vivir sin lo que perdiste, jamas podrás ver lo que ganaste.

En la pérdida, todos nosotros rechazamos ver otra cosa que no sea el dolor de la pérdida.
No hay nada que decir sobre eso.
No actuar así, no es humano.
Mas, obstinarse indefinidamente sobre el dolor, ¿evita el cambio?

A partir de ahí, sale nuestro orgullo y nuestra arrogancia, que monopolizan y ciegan nuestra percepción,
haciéndonos creer que sabemos "para donde" y sobretodo "como y por donde" estamos yendo.
Como vimos antes, toda respuesta a esa cuestión es una simple suposición.
Luego, el dolor de la pérdida solo se prolongará en cuanto neguemos el camino, fijándonos en lo que fue
apenas uno de sus pasos.

Cuando encuentres el dolor de la pérdida, acepta ser más humilde, mi amor, acepta reabrir tus ojos turbios
de lágrimas cuando te sea posible.
Busca entonces el increíble presente que la vida te ofrece y que tu miedo de ser feliz te impide disfrutar
plenamente de él.
Pues no es la pérdida de una felicidad lo que nos vuelve infelices y apegados al dolor, mi amor, sino
nuestro miedo de ser plenamente felices.

Solo se camina paso a paso, mi amor.


En cuanto no abras los ojos, ciegos de dolor, el camino te parecerá amenazador y vano.
Cuando aceptes simplemente caminar, verás que es el proprio camino que te conduce, no hay otro guía.

No puede haber cambio que no sea para mejor, mi amor.

Mas estaremos mucho tiempo aún lamentando nuestra desgracia, antes de tener ojos para observar la
gracia que alcanzamos a través de ella.

Si lo que aquí digo te irrita profundamente, mi amor, o te da una sensación de tristeza y de "incompetencia",
es porque esa lección aún no es para ti, aún necesitas conocer mejor el "luto" y la pérdida, que te llevaran,
por su "paroxismo" al paso siguiente a ellas.

Ignora entonces temporalmente esta lección.


Ya tomaste conocimiento de ella una vez mas aquí.
Volverás a ella ciertamente.
Y ciertamente antes de lo que imaginas.

Mas si este texto te estimula, despierta tu curiosidad en saber si lo que aquí afirmo puede ser constatable,
o sea, si te interesa averiguar que todo cambio es obligatoriamente un cambio para mejor, entonces ¡estás
en tu hora de dar un paso mas en esa dirección, mi amor!

Basta para eso que aceptes relativizar tu creencia de que realmente sabes cual es tu camino, o siquiera
los pasos que te conducen a él, afirmación que sería una mentira de tu parte, para que enseguida estés
abierto para componer tu mundo a partir de lo que ya está presente en él y no mas a partir de lo que tu
supones que tendría que estar obligatoriamente ahí.

143
Lejos de encontrar un simple "consuelo", la utilización de los propios medios del camino para llegar al paso
siguiente del mismo, te conducirá a una plenitud de vida que no serias capaz de creer posible.

Solo hay un medio de verificar eso, mi amor:


Intentándolo.

Digo mas: intentando probar que el "mentiroso" soy yo, mi amor, pues no debe habérsete escapado que
te llamé de "mentiroso" pocas líneas atrás. . .

Acepta entonces ese "desafío", si tu curiosidad ya te estimula a él.


Repito, en el caso que no haya un mínimo de curiosidad y solo desolación en esta lectura, respeta tu dolor,
aún no es el momento de transponerlo.

Mas, si estás dispuesto a dejar tu dolor y tus quejas de lado por un momento, para concentrarte únicamente
en lo que llega, en lugar de en lo que lamentas que se fue, o que no llegó, si aceptas componer con lo
que está presente en tu mundo, si comienzas a reflexionar como podrás utilizar los datos de una situación
para conducirla a otra, si estás de acuerdo en no lamentarte por tus errores y fracasos en estas tentativas,
para utilizar la lección que cada una de ellas te trajo, si te concentras únicamente en lo que estás haciendo
sin alterarte con el resultado obtenido, utilizando siempre un nuevo error para preparar el próximo acierto,
entonces solo podrás constatar que tengo razón.

Habrás entonces capturado a CERVIEL, o el coraje de cambiar, mi amor.

Y no hay otro coraje que no sea ese, mi amor.


Pues como el término "coraje" está relacionado con el término "enfrentar", son únicamente los cambios
que requieren nuestro coraje de enfrentar:
Coraje de cambiar, coraje de cambiarse para lo que cambió, coraje de realizar nuevos cambios.

El arquetipo del cambio es ciertamente uno de los más necesarios en nuestra existencia y en nuestra
supervivencia, pues es de él que depende el éxito de nuestro caminar en esta vida.
Cerviel es el ángel que representa ese arquetipo, mi amor, es el que nos acompaña desde que nos
decidimos a mirar lo que está a nuestro alrededor, no preguntándonos mas si gustamos de aquello o no,
mas aceptando componer con lo que se presenta, accionándolo en dirección a lo que pretendemos
obtener.
Invocar a Cerviel, "capturarlo", es únicamente intentar el "desafío" que aquí propongo.

Salir de la reclamación para entrar en la acción, es Cerviel en acción.

27 - OONIEME: LA GRATITUD

Todo ser humano tiene un gran problema con la gratitud, mi amor

Pues es muy difícil REALMENTE agradecer.

Muchas religiones y técnicas de psicoterapia, e incluso reglas de "buen vivir", aconsejan agradecer como
un potente remedio de gran poder curativo.

De ahí que agradecer se convirtiera en manía, habito, casi un "adiestramiento".


Nos forzamos a sentir gratitud por las ínfimas cosas que recibimos.

Nos forzamos a ser "buenos", "humildes", "simples", en fin : "agradecidos" por toda y cualquier ínfima cosa
que recibimos.
Lo que esperamos con eso, es que acabaremos acostumbrándonos tanto a agradecer, que la gracia de
la gratitud acabará derramándose sobre nuestras vidas, mi amor.

144
Mas...
Infelizmente...
Esa vía solo tiene realmente sentido para los más sensibles entre nosotros, mi amor.
Aquellos que saborean y, así, conservan la pureza de sus corazones, a pesar de los sinsabores que
encontraran en la vida.
Estos si, sabrán dar gracias al mínimo signo de gracia y la gracia que ofertan les será rendida con una
intensidad que ningún humano puede realmente soportar.
Hay otro caso típico también donde la gratitud actúa en nosotros, mi amor: es cuando ella toca a los más
infelices entre nosotros, aquellos que vivieron un drama terrible y que se vuelven "milagrosamente" salvos.

En ese caso si, alcanzamos la gracia de agradecer desde el fondo del corazón.
Y la enorme dádiva de la gratitud consigue dinamizar nuestros corazones , limpiarlos de sus rencores,
miedos y amarguras.

Mas, para la mayoría de nosotros, ese "agradecimiento automatizado" suena como "deshonesto" , mi
amor, pues nos parece ser apenas "de boca para fuera" .
Ese "agradecimiento" no suena, para muchos de nosotros, como un real AGRADECIMENTO.

Entretanto :

NO HAY NADA MALO EN AGRADECER POR AGRADECER, EN AGRADECER MECANICAMENTE,


POR "GENTILEZA" O POR MIEDO DE REBELARSE.

Cualquier forma de pedido de gracia, lleva a la gracia, mi amor. y el hábito de agradecer mecánicamente
a toda y cualquier cosa, y siempre que es posible, es una técnica potente para limpiar nuestros corazones
de sus dolores y resentimientos.

Mas, seamos francos, mi amor:


¿Cuantos de nosotros alcanzaron realmente la gracia de la gratitud?
¿Cuantos de nosotros agradece realmente de corazón?
Y, ¿con qué frecuencia ?

Poquisimos humanos hacen eso, ¿no es así, mi amor ?

La mayoría de nosotros, y la mayoría de veces, encuentra muchos mas motivos de lamentarse, de


quejarse, o hasta incluso de MALDECIR, a sí o a su prójimo, que razones reales de agradecer.

De que vale entonces decir a quien así se siente en esos momentos :


"¡Vea la cosa "también" por el lado positivo"!
¡"Tenga un poco mas de "calma", de "paciencia", de "esperanza" de "fe" ..."!

¿Habrá alguna cosa que nos irrite mas, mi amor, cuando nos sentimos perdidos, rabiosos, o angustiados,
que un mensaje idiotamente reconfortante ?
No hablo de los momentos de real desespero, mi amor, pues en esos momentos cualquier cosa nos
consuela, pues ya llegamos al fondo del dolor y estando ahí cualquier reconforto es un bálsamo.

No me refiero a estos raros y dramáticos momentos, sino a la mayoría de los momentos de sufrimiento
intenso que atravesamos en el día a día y que todo reconforto nos parece mas un insulto que una ayuda.
Imagina entonces nuestra voluntad de "agradecer" en estos momentos ...

Por eso comencé esa reflexión sobre la gratitud con la frase :


"Todo ser humano tiene un gran problema con la gratitud, mi amor"

Y no sirve de nada en estas horas de sufrimiento que nos vengan a decir que somos "ingratos" , que
preferimos envenenarnos y envenenar a los otros con nuestro mal humor, que "hacer el esfuerzo" de...
"aceptar los malos momentos", como "todo el mundo hace".

Eso solo aumentará nuestro odio, fruto del desespero, de sentirnos incomprendidos.
En estos momentos, cualquier abordaje moralista o piadoso del tema, solo nos ahonda mas aún en la
arena movediza de nuestra "in-gratitud".
145
Mas es precisamente en estos momentos, que la gratitud podría sernos de alguna valía, mi amor.
Pues, afirmo, ¿qué "mérito" hay en ser grato, cuando ya se posee el mérito de ser sensible naturalmente
a la gratitud?
¿Y que mérito hay en ser grato cuando nos sentimos salvos de una situación desesperante ?
¿Quién de nosotros no se sentiría, sintiéndose "salvo", inmediata y naturalmente invadido de un enorme
sentimiento de gratitud?

Luego, mi amor:
¡LA GRATITUD, EN MOMENTOS DONDE HAY LO QUÉ AGRADECER, NO TIENE NINGÚN VALOR DE
"CURA" !

Ella ahí es natural.


Surge porque no puede dejar de surgir.
¡Mas ahí ella no es útil a los desesperados, a los que no pueden aún beneficiarse de su gracia!

La cuestión entonces es, mi amor :


¿Cómo recurrir a la gratitud cuando más necesitamos de ella, o sea :
CUÁNDO NO TENEMOS NINGUNA VOLUNTAD DE AGRADECER NADA NI A NADIE?

¿Cómo agradecer cuando todas las fibras de nuestro cuerpo nos piden para maldecir?

En estos casos si, mi amor, la gratitud estaría rindiendo un preciosisimo servicio a los hombres, pues no
es posible que un don tan grande como el de DAR GRACIAS, pueda contentarse con ser un simple proceso
mecánico, repetitivo, una dádiva que solo se destina a quien no precisa de ella, pues que ya está pronto
para agradecer, para dar gracias, ya está en ella, no tiene que ser transportado mas hasta ella.

Pues entonces, mi amor:


¿Cómo llevar la gracia a quien precisa darla para tenerla y no se da cuenta de eso ?

¿Cómo hacer entender a quien no da gracias, que solo cuando pueda darlas constatará que las estará
dando únicamente a sí mismo ?
¿Cómo hacer entender a alguien en desespero que dar gracias a Dios es dar gracias a sí ?
¿Cómo hacer creer a los descreyentes, que la gratitud suprime el objeto del dolor y de la queja?

Visto desde el sufrimiento, esa afirmación parece infantil, mentirosa, engañadora, propia para flacos, para
crédulos, para "pobres de espíritu"...

Nuestro dolor endurece nuestros corazones, mi amor, fortalece nuestro orgullo y se fortalece de él.
No sirve de nada intentar en esos momentos colocar "paños calientes" como se dice, en una herida que
nos parece grave.

Lo mejor incluso, en esos momentos, es no recurrir a nuestros sentimientos asfixiados en nuestros


corazones, sino concentrarnos en el único aspecto de la razón al cual somos más sensibles precisamente
en ese momento de dolor o de rencor:

LA SINCERIDAD.
LA HONESTIDAD para consigo mismo.

Pues alguien que sufre cree sinceramente en las razones que le hacen sufrir, sino no sufriría.
Solo si pudiésemos demostrar sinceramente cómo la gratitud puede ayudarnos :
¡Y en los momentos en que estamos mas tentados a "maldecir" !
Solo ahí es que la gratitud podría ser aceptada por quien sufre.
Pues todo sufrimiento es una "herida narcisista", dicen los psicoterapeutas, refiriéndose al hecho de que
nos sentimos humillados dentro del dolor, o de la dolencia.

Mas ¿qué nos hace realmente sufrir, sino nuestra no-aceptación de un acontecimiento?

SUFRIMOS CUANDO NO ACEPTAMOS

146
No aceptamos una dolencia, una pérdida, o alguna cosa que acontece con nosotros o en torno de nosotros
y que nos parece INADIMISIBLE.
Pues alguien puede estar mortalmente doliente y no estar sufriendo con eso, POR ACEPTAR LA
SITUACIÓN, en cuanto otro puede estar en una fiesta opulenta y completamente infeliz porque un detalle
en ese decorado no corresponde a lo que él esperaba y NO ACEPTA eso.

Pues es posible aceptar cosas que parecen inaceptables para muchos de nosotros, sin que eso sea un
signo de flaqueza, de resignación, como es posible también sufrir y morir por motivos que no afectan a la
mayoría de las personas :
La aceptación es un aspecto subjetivo e intransferible, propio de cada uno de nosotros, específico.

Desde que nos encontramos en una situación "aceptable", hay un sentimiento de gratitud subyacente, mi
amor, aunque él no sea explicitado, o ni siquiera nos sea consciente.
A su vez, toda situación que nos parece inaceptable, nos lleva a un sentimiento de rechazo con relación a
ella, de "in-gratitud" con relación a lo que ella nos ofrece.

La Gratitud corresponde, entonces, a la aceptación de una situación, y la in-gratitud equivale a rechazarla.

Mas, si la gratitud es tributaria de la aceptación...


¿Como ser "grato" cuando no "aceptamos"?
O sea, ¿cómo aceptar lo que nos parece inaceptable?

Ahí parece que el "pez se muerde la cola", mi amor…


Parece que podemos dar vueltas y más vueltas en ese tema, sin llegar a ningún lugar.

¿Será que habrá un punto común a cualquier "no-aceptación"?


¿Será que podríamos desarmar el miedo que nos da de aceptar una situación que solo parece llevarnos
al dolor, a la pérdida y al sufrimiento ?

Si pudiésemos TENER CERTEZA , mi amor, que aquello que tememos perder, o que estamos perdiendo,
que aquel dolor que sentimos no es mas que la anunciación de algo realmente mejor para nosotros
mismos, ciertamente pasaríamos mucho mas tranquilos por nuestro "dolor", sin desespero, sin rencor,
simplemente siguiendo la transmutación que hace que lo que ya no nos sirve mas, sea transformado en lo
que nos va a ser aún mas útil y aún mas querido.
Mas...
En la hora del dolor...
¿Cuál de nosotros tiene REALMENTE certeza de eso ?

"Padre, porque me abandonaste?"


Estas fueron las penúltimas y amargas palabras de Jesús antes de entregar su alma a su Padre eterno y
expirar. Hasta en los últimos instantes de esa vida de unidad con Dios, el Cristo dudó de la presencia de
su divino Padre a su lado.
En la flaqueza de la agonía, no fue capaz de reconocerlo por algunos segundos, a través del horrible
martirio que vivía.
Imagina al común de los mortales que somos, mi amor...
Poder dar gracias, a "Dios" o a lo que sea, nos parece imposible incluso cuando solo sentimos un vano
dolor de cabeza que no viene ni siquiera de una corona de espinas, sino de una gripe trivial ...

Pues el "miedo" que siente cualquier humano en circunstancias mucho menos drásticas, es el mismo que
sintió Jesús en ese momento, mi amor :

MIEDO DE SER ABANDONADO.

Cuando algo nos acontece, o nos es retirado y que no nos sentimos en condiciones de aceptarlo, tememos
que la "suerte" nos abandonó, que a partir de ahí, de esa "pérdida", seremos infelices.

¿Quién consigue agradecer por la pérdida de lo que ama, en la certeza de que lo que substituirá la pérdida
será aún mejor ?

¿Y cuantas veces pasamos años y años en el dolor de la pérdida ?


147
¿Cuantos de nosotros mueren en ella ?

Y es aquí donde la sinceridad, la honestidad para consigo mismo es crucial, fundamental, esencial, mi
amor.

Pues, si preguntamos a alguien que está atravesando un largo luto de una pérdida que lo marcó
profundamente, o peor aún, a alguien que se debate dentro de un dolor agudo :

"¿TIENES CERTEZA QUE ESTÁS DANDO LO MEJOR DE TI PARA TI MISMO?"

¿Cuál seria la respuesta, mi amor?


La "respuesta" es que no habría respuesta, mi amor.
Alguien que encuentra el dolor, para de razonar para sentirlo, lo que es inevitable.

Mas, después, pasada la sorpresa inicial, él para de sentirlo para huir de él.
Sintiéndose incapaz de escapar de él, para de intentar resolverlo para maldecirlo, maldecirse, maldecir a
quien él pueda volver culpable de su dolor.

La "deshonestidad" que los que "sufren" podrían sentir con relación a los que agradecen mecánicamente
a "Dios", incluso en situación de sufrimiento, tiene como equivalencia la "deshonestidad" de quien sufre y
no intenta dar lo mejor de sí a sí mismo, mi amor.

Claro que no es fácil no ceder al odio del dolor, mi amor, a la negación absoluta de cualquier forma de
sufrimiento, pues todas parecen inaceptables.

Mas, si nos abandonamos a nosotros mismos en nuestros peores momentos: ¿cómo podemos recriminar
a los que nos abandonan, sin estar recriminándonos a nosotros mismos?

"¿TIENES CERTEZA QUE ESTÁS DANDO LO MEJOR DE TI PARA TI MISMO?"

Vamos a ser honestos, mi amor, de una vez por todas:


La respuesta, en TODOS LOS MOMENTOS DE NUESTRA VIDA:
ES...
NO...

NUNCA damos lo mejor de nosotros mismos, mi amor.


Ni siquiera a nosotros mismos...
Imagina a los demás...

Siempre nos "economizamos", tememos amar, reír, dormir lo que precisamos, comer a voluntad, pues
siempre comemos de mas o de menos.
Es ahí el real punto de reflexión sobre la cuestión de la "gratitud", mi amor:
"¿TENEMOS CERTEZA QUE ESTAMOS DANDO LO MEJOR DE NOSOTROS PARA NOSOTROS
MISMOS?"

Vale la pena detenernos aquí para meditar largamente sobre esa cuestión, mi amor.
Pues nada podemos hacer por alguien que atraviesa un dolor agudo.
Que seamos esa persona, que se trate de alguien que no es próximo.
Mas, una tristeza crónica, una depresión, no son más, en el fondo, que la disimulación de un rencor, mi
amor.

Delante de un dolor agudo, solo podemos respetar el dolor ciego que allí se presenta, ayudar a quien sea
a gritar, a soltar su ira:
Sea como sea.
Sea de quien sea.

Pues solo así sus sentimientos volverán a vibrar y, a partir de ellos, se restablecerá su capacidad de
razonar, de ver las cosas bajo el prisma de la sinceridad y no bajo la óptica irracional del dolor.

Mas, una vez pasada la fase aguda, ¿de qué sirve instalarnos "inconfortablemente" en el dolor, mi amor?

148
¿No sería mas útil si nos preguntásemos, en estos momentos:
"Ya que me quejo de no haber recibido de los demás lo que juzgo que necesito:
¿TENGO CERTEZA QUE ESTOY DANDO LO MEJOR DE MÍ PARA MÍ MISMO?"

Esa reflexión solo es válida, claro, mi amor, para personas que no están en fase aguda de dolor.
Y una larga, calma y franca meditación sobre esa pregunta nos revelará que la respuesta siempre es …
No…

Cuando el dolor crónico y el rencor que él fomenta nos permiten, a través de una larga meditación sobre
ese tema, de no mentirnos mas a nosotros mismos, mi amor, y aceptarnos que la respuesta SIEMPRE es
NO, entonces entenderemos el "por qué" del dolor, si no porqué comenzamos a sufrir, al menos porqué
nos mantenemos en él, porqué lo alimentamos.

Pues, si analizamos sinceramente nuestros momentos pasados de sufrimiento, entenderemos que


preferimos apegarnos a cualquier DISCULPA que nos DISCULPE de una eventual responsabilidad nuestra
en el dolor que sentimos, que realmente encontrar una solución para él.
La primera de las protecciones que buscamos en los momentos de dolor, físico o moral, mi amor, es
librarnos de toda "culpa" con relación a él, sentimiento de culpa que lo agravaría aún más.
El dolor nos impide aceptarnos, asumir cualquier participación nuestra, cualquier responsabilidad ligada
a él.
Incluso cuando el dolor que sentimos es … "consentido" como después de una operación, o en la silla del
dentista.
"Padre, ¿por qué me abandonaste?"
Clamó Jesús, bajo el peso del dolor, poco antes de la muerte.
Podemos, si, luchar para darnos a nosotros mismos lo mejor de nosotros mismos.
Mas no podemos soportar el PESO de la RESPONSABILIDAD del RESULTADO, mi amor.

Krishna, el Dios Hindú, ya indicaba a Arjuna, su discípulo, representante de los humanos que somos :

"Actúa, mas no te apoderes del fruto de la acción"

Parece "mezquino" de parte de Krishna, pedir a un humano para "actuar" y no obstante no reivindicar el
resultado de su propia acción,
Mas "Dios", a través de su avatar "Krishna", entiende perfectamente nuestra dificultad en actuar cuando
nos sentimos RESPONSABLES del RESULTADO de la acción.

Ahí está entonces el "secreto" de esa pregunta, mi amor :

"¿TIENES CERTEZA QUE ESTÁS DANDO LO MEJOR DE TI PARA TI MISMO?"

Pues si se tratase únicamente de dar lo mejor de sí para sí mismo :


¿Quién de nosotros seria tan idiota de no hacerlo y todo el tiempo ?

Si no damos lo mejor de nosotros a nosotros mismos, mi amor, es simplemente porque eso nos
RESPONZABILIZARIA del resultado.
Es, entonces, la llave de la gratitud, mi amor:

SOLO SENTIRSE RESPONSABLE DE LO QUE SE PUEDE Y NO DE LO QUE SE "DEBE".

Cuando podamos dar lo máximo de nosotros mismos a nosotros mismos, seremos gratos a nosotros
mismos por lo que hacemos por nosotros mismos.
Un refrán dice : "Ayúdate y el cielo te ayudará".

Aunque seamos "ateos" y descreyentes del cielo, mi amor, el "cielo" realmente nos ayudará cuando
aceptemos ayudarnos a nosotros mismos.

Cada uno de nosotros solo puede hacer lo que puede hacer.


Dicho así, esa frase parece estúpida.
Sin ningún interés.
Un simple lugar común de lo obvio.
149
Mas es porque queremos hacer lo que pensamos que "debemos" hacer que no hacemos lo que podemos,
mi amor.
Negamos así a nosotros mismos, lo mejor de nosotros mismos, temiendo la RESPONSABILIDAD del
"resultado" de nuestros actos.
Nos limitamos entonces, prefiriendo quejarnos, "acomodados" en el dolor, mas que concentrarnos
exclusivamente en lo que realmente nos permitirá transformarlo.

Inténtalo así, mi amor:


Intenta dar a ti mismo lo mejor de ti mismo.
Inténtalo de nuevo.
Y una vez más.

No te dejes impresionar por el fracaso.


Examina el "fracaso", haz de él un aliado, extrayendo de él el "error", la lección que te permitirá no repetirlo.
Verás entonces surgir del fondo de ti mismo un sentimiento de solidaridad para contigo mismo, un
sentimiento de amor propio, Y:
DE GRATITUD.

Serás grato a ti mismo por no "haberte" abandonado.


Esa gratitud te dará la fuerza para continuar la "lucha", en cuanto no seas capaz de no responsabilizarte
de lo que aún no puedes, de lo que aún no sabes.
Mas cada "error" tuyo estará allí presente, no mas como un "enemigo", sino como un precioso aliado que,
gracias a tu sinceridad para contigo mismo, te ayudará a ir mas lejos en lo que deseas y ...
Gracias a tus propios esfuerzos.

Ese sentimiento de gratitud para contigo mismo, te revelará un "secreto" que solo quien no se abandona
mas descubre, mi amor:

Somos el único obstáculo a nuestros propios objetivos!

El miedo de la RESPONSABILIDAD DE SÍ, que nos paraliza, impidiéndonos darnos a nosotros mismos
lo mejor de nosotros mismos, es el único obstáculo existente entre nosotros y lo que pretendemos obtener,
mi amor.
Cuando aceptamos dar lo mejor de nosotros mismos a nosotros mismos, el "universo" en peso "conspira",
mi amor, para que consigamos lo que creemos que será bueno y positivo para nosotros.
Mas el descubrimiento mayor aún está por venir, mi amor:

¡NO HAY OTRA GRATITUD, SINO LA GRATITUD A SÍ MISMO !

Pues "Dios" no precisa de nuestra "gratitud", mi amor.

No necesitamos dar "gracias a Dios", pues basta que aceptemos dar gracias a nosotros mismos, para que
el propio cielo se sienta gratificado y agradecido, mi amor.

Cuando sentimos la profunda gratitud con relación a nosotros mismos por el hecho de no abandonarnos
más, veremos que el "cielo" siempre estuvo a nuestro lado, siempre esperó que creyésemos en nosotros
mismos para conmemorar con nosotros el mérito personal de nuestra victoria.
Dios no "necesita" que le agradezcan, mi amor, a él le gustaría agradecer a cada uno de nosotros por no
abandonarse.

"Padre, ¿por qué me abandonaste?"


Hasta los mayores espíritus dudan de sí y de Dios, mi amor.
En el momento de le agonía, la "carne es flaca".
Y, en esos momentos, incluso un hombre de una fe infinita en Dios puede parecernos un "hombre de poca
fe".

Mas aquel que no se abandona nunca, incluso sintiéndose abandonado por todos, reencuentra su camino.

Vamos entonces, mi amor, a entrenarnos mas y más en ese aprendizaje de no abandonarse nunca mas.
O, cuando nos abandonemos, acordémonos de continuar a nuestro lado, procurando siempre:

150
DAR LO MEJOR DE NOSOTROS MISMOS A NOSOTROS MISMOS.

Sabremos que conseguimos eso, mi amor, en el momento en que sintamos la ayuda a nosotros mismos
viniendo de todas partes, pues todo conspira a nuestro favor cuando no necesitamos mas responsabilizar
ni a nosotros mismos, ni a nadie mas, de ningún resultado, por estar enteramente concentrados en la
ACCION que nos llevará a él.

Entre los potentes aliados que notaremos a nuestro lado en ese momento, mi amor, entre los primeros
estará ciertamente OONIEME, el arquetipo de la Gratitud.

Gratitud de nosotros mismos a nosotros mismos, mi amor.


Pero también del universo en pleno, e incluso de "dios", a nosotros mismos, por habernos dado lo mejor
de nosotros mismos a nosotros mismos, por no habernos abandonado.

Pues Dios, en el caso que creas en él, nos lo agradecerá antes de que tengamos condiciones de
agradecerle.
Nos agradecerá por habernos ayudado a nosotros mismos, antes de que seamos capaces de recibir
directamente su ayuda, luego de agradecerle por ella.

Pues ni Dios puede ayudar quien no se ayuda, mi amor,

Si tu crees en Dios, mi amor, de cierto sabes que es su voluntad que tengamos nuestra propia voluntad.
¿Como podría él entonces ayudarte, si tu mismo no te ayudas?
¿Como podría él ofrecerte lo que te niegas a ti mismo?

Solo a partir de la auto ayuda, quien cree en Dios tendrá el placer de agradecerle, mi amor.
Y quien en él cree, entenderá que todo le es ofrecido por él, pero que solo recibimos lo que nos juzgamos
merecedores de recibir.
Mas, que creamos en Dios o no, mi amor, en cuanto nos abandonemos, tendremos la sensación que, ¡no
solamente "dios", sino la tierra entera nos abandonó!

Y nuestra gratitud a nosotros mismos se traducirá después en una gratitud a todo el universo, un deseo
de dar lo mejor de nosotros mismos a quien podamos, mi amor.

OONIEME es, entonces, ese arquetipo de nuestra "gratitud a nosotros mismos", mi amor.

Él estará con nosotros en nuestros momentos de aflicción, esperando que podamos hacer algo por
nosotros mismos, para que el sentimiento de gratitud, fruto del no abandono a sí, intensifique y direccione
nuestra auto ayuda.
Esta experiencia personal será complementada y desenvuelta, mi amor, en la medida que sepamos
colocarla a disposición de nuestros semejantes, ayudándolos a aprender la auto ayuda, o el no abandono
de sí.

A partir de ahí, mi amor, acompañados de Oonieme, de nuestra gratitud a nosotros mismos, toda ayuda
que refuerce nuestra auto-ayuda será integrada, nuestro camino acabará siendo radiante.

Entenderemos que el amor es la única presencia real en nuestras vidas, incluso cuando solo vemos horror,
solo sentimos dolor, pues entenderemos que lo que no es amor, solo es un pedido de amor.

151
28 - STAMERA: LA ALQUIMIA DEL RENCOR

El rencor es el más importante de los sentimientos, mi amor.

Esa afirmación puede parecerte extraña a primera vista, pues buscamos el amor, el perdón y huimos del
rencor.
Mas, precisamente por eso, es que el rencor es el más importante de los sentimientos, mi amor, pues
cuando descubrimos el tesoro que él guarda para cada uno de nosotros, bien en el fondo de lo que uno
es, ascendemos a través de su fuerza a los sentimientos llamados "nobles".
Pues es el rencor el que ennoblece cada uno de nuestros sentimientos, una vez que hayamos tenido el
coraje de meditar largamente sobre él.

Hay dos maneras muy comunes de encarar el rencor:


La primera, la mas frecuente, consiste en negarlo a sí mismo, ya que el rencor es ciertamente uno de los
sentimientos mas "mal vistos" socialmente.
La segunda opción consiste en cultivarlo, reinvindicarlo abiertamente.

Mas, en ambos casos, no estamos realmente en contacto con la naturaleza del rencor, que solo se revelará
a nosotros cuando no precisemos más ni huir, ni nutrirnos de él.

¿Vamos a intentar dar una miradita en el amago de ese sentimiento, mi amor?


¿Qué hay en el fondo del rencor?
Aparentemente algo, o antes alguien, que nos decepcionó profundamente.
Mas ¿por qué aquello nos toca tanto?
Parece que no hay respuesta genérica a esa pregunta y todo rencor nos parece, claro, plenamente
justificado.
152
En cualquier caso, el rencor es precisamente una reacción de protección contra una situación que nos
frustró de algo que juzgamos ser nuestro derecho:
Sin "derecho" no puede haber "rencor".

He ahí la "alquimia", el "punto de mutación" del rencor, mi amor:


El "derecho".
El rencor es el mas fiel indicador de nuestra aspiración al DERECHO de ser feliz.
El rencor nos indica que algo o alguien nos retiró ese derecho.
Por lo menos es así que pensamos cuando lo sentimos.

Y si reivindicamos, a través de nuestro rencor, nuestro derecho a la felicidad, ¿no seriamos nosotros
mismos los primeros que tendríamos que ofrecer a nosotros mismos ese derecho?

He ahí el problema, mi amor:


El derecho a la felicidad, nadie puede dárnoslo, nadie puede retirárnoslo, a no ser nosotros mismos.
La persona que sirve de objeto a nuestro rencor, solo es la traducción de ese derecho a la felicidad que
nos negamos a nosotros mismos, ella representa nuestra propia negación de nosotros mismos.
La felicidad consiste en seguir lo que nos hace feliz, distinguiéndolo de lo que nos hace sufrir.
¿Quién bebe en la lava al lado de una fuente?

He ahí porqué es tan difícil largar el rencor, mi amor, no por lo que él nos hace perder, sino por lo que no
nos damos el derecho de ganar.
La mayoría de nosotros sufre por lo que no tuvo, mi amor, mas ¿cuantos de nosotros sabe lo que tiene?

El rencor oculta el derecho que no nos damos.


Él es la disculpa para realizar un castigo contra nosotros mismos sin tener que culpabilizarnos por ello.

No insistiré mas sobre ese punto, mi amor, pues cualquiera de nosotros se siente atacado, llamado de
"incompetente", cuando otra persona, como en el caso presente, lo enfrenta con lo que su propio rencor
esconde.
Antes volveré a la invitación para que medites mas atentamente en todos tus rencores, mi amor.
Busca el por qué de tu fascinación por él.
Pregúntate cómo puede algo desagradable ocupar tus días y tus noches, cuando lo que es bueno parece
tan fugaz y efímero.
Resiste a la tentación de sentirte un idiota colocando tales preguntas.
Deja que tu odio se manifieste, permite que se vuelva contra ti mismo, que maldiga, blasfeme, injurie,
desee el mal.
Procura únicamente no apartarte de esa reflexión meditativa :
¿Por que el rencor fascina?
¿Por que tiende a ocupar todo el espacio mental?

Si persistes, acabarás constatando que tu rencor nada tiene que ver con la situación en la cual él se
proyecta, mi amor.
Él viene de antes.
De mucho antes.
Viene de un tiempo remoto en el cual dejaste de sentirte digno de ser feliz.
Y de eso hace mucho, mucho tiempo, mi amor.

Tal vez tengas hasta la intuición de ese momento, podrías incluso llegar a la certeza de aquel instante en
que te sentiste culpable de algo y no conseguiste perdonarte por tu falta.
Mas te engañas, mi amor.
La "herida" siempre está mas allá de la memoria y nunca será alcanzada por ella.
La mayoría de nuestras imágenes de niños son elaboraciones "a posteriori" de los eventos que
reinventamos a medida que el tiempo nos aparta de ellos:
La memoria es un sueño.

Si insisto aquí sobre ese aspecto de la recreación de nuestro pasado, es para liberarte del peso de tener
que acordarte exactamente cómo, dónde y por qué te sentiste indigno de tu propio perdón.
Todos nosotros no nos perdonamos por algo, mi amor, sino no perderíamos tiempo sufriendo de rencores.
Si no fuese así, simplemente nos daríamos el derecho de encontrar la felicidad y seguirla ya a partir de
donde ella se presenta a nosotros y no insistiendo en creer que podría estar asociada a lo que nos hace
153
sufrir.

La felicidad no es un brazo ni una pierna, mi amor.


Si no, serías feliz, teniéndolos.
No es tener lo qué comer, son los bien nutridos los que se suicidan mas frecuentemente.
Tampoco es a quién amamos, pues ningún amor dura, si no estuviera fundamentado en el amor a sí.

Y el amor a sí depende del perdón a sí, mi amor, depende de la capacidad de ofrecerse siempre una nueva
oportunidad, sean cuales sean las circunstancias.

El rencor traduce exactamente nuestra negación de nuestro derecho a una nueva oportunidad.
A través del rencor, manteniéndonos en un estado de desgracia gracias a él, dejamos que otra persona
ejecute la sentencia que pronunciamos contra nosotros mismos.
Mantenemos nuestra desgracia, gracias al odio que cultivamos de nuestro "reo".

Tal vez te acuerdes que tu padre o tu madre te decían cuando eras pequeño :
"¡Tú no haces nada derecho!"
O : "¡Tu nunca prestas atención a lo que haces!"
O cosas así, que acabaron transfiriendo el miedo y la culpa de nuestros padres a nosotros mismos, sin ni
siquiera haber sido esa su intención, pues intentaban únicamente amarnos a través y a pesar de sus
desesperos.

El rencor acaba haciendo que pasemos delante de esa sensación de malestar que nos marcó en tales
situaciones infantiles.
Ahora, el "errado" es otra persona.
Y siempre necesitaremos que alguien sea culpable de algo, en cuanto no nos perdonemos a nosotros
mismos por no sentirnos a la altura de las expectativas de nuestros educadores a nuestro respecto.

Medita calmamente sobre eso, mi amor.


Toma el tiempo que precises, pues eso te hará ganar mucho mas tiempo de lo que imaginas, si tomas en
cuenta el tiempo y el placer que el rencor te hace perder.

Así que sientas que entendiste y estés de acuerdo con lo aquí expuesto, pregúntate :
¿De que aún no me perdoné para necesitar odiar a tal o cual persona ?

Trabaja primero con tu mental, con tu lógica, mi amor.


Procura entender cómo el rencor depende de la autocondenación.
Puedes confiar que tu pensamiento te llevará al sentimiento de indignidad que ocultas de ti mismo.

Solo así concluirás un día que, seas tu quien fueras, mi amor, sea cual sea el crimen oculto del que tu
mismo te acusas, solo si te dieras una nueva oportunidad de concertarlo, de hacerlo mejor, de ayudar a
otros a evitarlo, de dar coraje a quien está preso en él, a también darse una nueva oportunidad, solo así,
conseguirás sentirte redimido, expiado de la culpa que cargas y que ni siquiera osas encarar.

He ahí la gran dádiva del rencor, mi amor.


Si sientes rencor, ya hay ahora motivo para alegrarte, pues con un poco de "trabajo", de comprensión,
podrás transformar tu rencor en la más maravillosa de las fuentes de gozo:
El perdón a sí.

Verás que, cuando te perdones, no tendrás mas tiempo para construir cadenas mentales que aprisionen
a tus enemigos, aprisionándote en ellos.

STAMERA es ese potente arquetipo del perdón, mi amor.


Stamera te ayuda a llegar al perdón a sí, mi amor, que todos confunden con el perdón al otro.

Mas no tenemos a quien perdonar cuando nos perdonamos, mi amor.


Y toda nuestra buena voluntad, todo nuestro empeño, todo nuestro esfuerzo, no serán potentes o
suficientes para remover la más mínima parcela de nuestro rencor de alguien, cuando no nos damos una
nueva oportunidad de ser felices.
Pues perdonarse no es más que nunca negarse a sí mismo una nueva oportunidad.

154
Stamera se dejará fácilmente capturar por ti, mi amor, desde los primeros momentos en que comiences a
reflexionar sobre la relación entre el rencor a alguien y la negación del perdón a sí mismo.
Por eso Stamera es también conocido como el ángel-arquetipo del "perdón".
Mas está palabra está tan desgastada, mi amor, que quiere decir hoy en día todo y nada.

Perdón, es únicamente perdón a sí, mi amor.


Y perdón a sí, es únicamente entender que, en cuanto no nos demos una nueva oportunidad, no estaremos
castigándonos por algo "errado" que hicimos, al contrario, estaremos cultivando el "error", rindiéndole un
culto y perpetuándolo con eso.

No aceptes mas la culpa, mi amor, en cuanto ella no te sirve de motor para transformar lo que ella te acusa
en redención.
Siempre hay concierto, cuando no hay mas sentencia.

29 - ONGKANON: LA COMUNICACIÓN

¿Dónde hay mas dificultad entre los hombres, sino en la comunicación, mi amor?

Hoy en día, la información es el producto más valioso y la arma mas temida:


"Quien no comunica se atasca", decía un comunicador brasileño.

Producir, re-producir una información en masa, a escala planetaria, controlar y orientar su flujo, es el real
objetivo de cualquier super potencia actualmente.

DESINFORMAR :
Es la más terrible de las armas, todo vehículo de información utiliza la desinformación para que sea
entendido apenas lo que el bien desea.

El debate actual sobre alimentos transgénicos, por ejemplo, lanzado sobre la cuestión de saber si son
peligrosos o no a nuestra salud, o aún si son más resistentes a las plagas (que en realidad se adaptan a
las nuevas modificaciones transgénicas) esconde en realidad otro debate de fondo, que es el de saber si
las grandes compañías petroquímicas deben o no poseer el "copy right" de todo tipo de simiente agrícola,
ya que la intención de los productores de alimentos transgenicos es hacer que la producción en masa de
trigo, arroz, mijo, trigo o soja, pase por granos fabricados por ellos.
Y los granos transgénicos producen plantas que no se reproducen, haciendo que todo agricultor esté
obligado a comprar simientes nuevas del detentor de los derechos de la simiente en cuestión, lo que
pondría la reserva natural de alimentos no en la libertad de la naturaleza, sino en la privacidad de los
productores de alimentos transgénicos.

155
Esa es la pregunta.
Mas la pregunta no es lanzada así, mi amor.

La pregunta es entonces :
Buscar donde está la real pregunta ...

Mas, sinceramente, mi amor:


¿Quien de nosotros se interesa en saber CUAL es la REAL pregunta?

Todo el tiempo colocamos mil preguntas para huir de las preguntas que realmente nos conciernen y que
tememos tener que responderlas.

¿" Que hay para comer" ?

Esa formula es a veces empleada por algunas personas en medio de un debate que nada tiene que ver
con comida o yantar, para señalizar que en la discusión presente se está huyendo del debate real, para
escamotearlo con preguntas que no llevaran a las soluciones necesarias.
Actuamos como niños que se apartan de lo que les desagrada : ¡"no quiero limpiarme los dientes"!

Mas los niños no son capaces de ligar la falta de cuidado de los dientes con la aparición de caries.
Por eso luego dicen : ¡"no quiero ir al dentista"!
Pues todo niño desea no limpiarse los dientes, comer bastantes caramelos, no tener caries y no tener que
ir al dentista.

Llamamos a esa facultad nuestra de ocultar la relación causa-efecto entre nuestros actos y sus
consecuencias de :
"Técnica del avestruz", por la creencia conocida que un avestruz, al ver un cazador que mira en su
dirección, intenta defenderse escondiendo la cabeza en la arena...

De hecho, tememos saber.


Preferimos creer que sabemos, para no constatar que creemos saber.
Preferimos creer que las cosas se harán solas, confundimos lo "natural" con lo pasivo.
Creemos que podemos ser omisos, ausentes de lo que pasa con nosotros.
Queremos creer que lo que hacemos no tendrá consecuencias.
O, por miedo de las consecuencias de lo que hacemos, optamos por no hacer nada.

Confundimos el "no actuar" de Lao Tsé, que de hecho significa actuar en función de lo natural, sin
esfuerzos inútiles, con nuestra parálisis mental provocada por el miedo de la acción.

Disimulamos todo el tiempo de nosotros mismos lo que realmente sentimos, mi amor.


Preferimos no saber dónde está realmente el problema, para no tener que enfrentar el miedo de que tal
vez no haya solución para él ...
Pues todos nosotros ocultamos lo que tememos.

De ahí nuestro enorme problema de comunicación, mi amor, pues como disimulamos todo el tiempo
nuestros propios miedos , tememos todo el tiempo que los otros también disimulen lo que realmente
piensan o realmente tienen intención, en lo que nos concierne.

Y, como no confiamos ni siquiera en la comunicación que mantenemos con nosotros mismos, ¿cómo
iríamos a confiar en lo que los otros nos comunican ?

Dicen que los ángeles se comunican sin palabras, mi amor.

Ellos habrían optado por ese modo de comunicación, porque así transmiten directamente lo que pasa con
ellos en el momento mismo en que algo pasa.
Así, la comunicación es directa, "telepática" de "mente a mente", o mejor : "de corazón a corazón", ya que
se trata de expresar lo que realmente se siente.
Y los hombres, habrían optado por palabras, por símbolos, situados entre lo que sienten y lo que
transmiten, para poder así modular la transmisión y solo dejar transparentar en ella lo que quieren que sea
visto de ellos.

156
Otra leyenda dice incluso que los hombres se comunicaban a través de símbolos, después que Dios
habría tenido envidia de la potencia de ellos, en el famoso episodio de la "Torre de Babel".
Los hombres habrían tenido la intención, a través de la construcción de esa torre, de ligar la tierra al cielo.
Dios entonces, "temiendo" la potencia humana, habría hecho que los hombres hablasen lenguas distintas,
"simbólicas".
Así, ellos jamás conseguirían entenderse, luego, unirse.

¡Ve solo, mi amor, hasta dónde va el miedo irracional humano!


Pues :

¿Como iría "Dios", que por definición sería la fuente de todo, temer lo que emana de ella misma?

¿Como iría "Dios" a temer la potencia de los hombres, cuando esa potencia solo podría ser el fruto mismo
de su propia voluntad?
¿Cómo iría el "Dios del amor" a ofrecer al hombre una potencia "humana", de cualidad "inferior", guardando
para sí mismo una potencia "divina"?

Si Dios existe, mi amor, por definición, tendría que ser amor.

Un "Dios" que no poseyese esencialmente, como su única verdad y única voluntad el amor, no sería "Dios",
pues solo el amor es capaz de estar presente, omnipresente, en todo y en todos, por no existir nada capaz
de oponerse a él, ya que la única fuerza del amor es no poseer "opuestos".
Pues el amor no se opone a ninguna otra forma de "fuerza", ya que toda fuerza emana de él.

Pocos hombres entienden que la grandeza del amor es realmente el poder de dar todo de sí, de no retener
nada en si, de darse todo y por entero.

Y es eso lo que los hombres mas temen, mi amor:


La grandeza del amor en sí.
Todo hombre teme la potencia vertiginosa que representa la voluntad del amor, la voluntad de amar.

Podemos hasta "desde aquí de la tierra", imaginar lo que habría sido el "diálogo" de creación de ese "Dios
amor puro" con su criatura, pura emergencia de ese amor:

¡"Sea hecha TU voluntad"!


Es la única frase que el amor creador podría decir a la criatura fruto de la VOLUNTAD de ese amor, mi
amor.
Y, qué podría responder una criatura así creada por esa voluntad del amor, sino :
"Si, sea hecha TU voluntad"!

Pues , ¿qué podría ser la VOLUNTAD del hombre, fruto del amor, si no la VOLUNTAD del amor en si, que
hace que el hombre tenga su propia VOLUNTAD ?
¿Y que podría el hombre responder al "amor" que le dio su propia voluntad, sino :

¡"SI, QUE SEA HECHA TU VOLUNTAD DE QUE SEA HECHA MI VOLUNTAD"!


¡SI, QUE LA TU VOLUNTAD SEA HECHA, YA QUE ES TU VOLUNTAD QUE YO TENGA VOLUNTAD,
YA QUE ES TU VOLUNTAD QUE MI VOLUNTAD SEA HECHA !

Es el diálogo imaginario que, incluso los humanos mas resueltamente adeptos del amor, difícilmente
osarían imaginar que es el que nutre sus propias llamas, mi amor.

Pues pocos hombres entienden que realizar la propia voluntad, no es mas que realizar la voluntad del
amor.
Incluso cuando esa "voluntad" parece dirigirse contra él, como en la crucifixión de Jesús, o en nuestra
indiferencia cotidiana delante del sufrimiento... "ajeno"...

Mas, indiferencia o compasión, todo acto, o es un acto de amor, o un acto de pedido de amor.

El amor rige así toda forma de "voluntad", mi amor, ya que toda voluntad, en el fondo, es únicamente
voluntad de amor.
157
Incluso cuando la súplica de amor se presenta bajo forma de crímenes hediondos y bárbaros.

Dice la Biblia, que "Dios" nos creó a su imagen y semejanza, mi amor.


Tendríamos entonces que poseer una voluntad de amar semejante a la de nuestro creador, ¿no
encuentras, mi amor?

Mas, tal vez, Dios ni siquiera exista, mi amor.


Tal vez Dios sea solo una invención del hombre para calmar su crisis existencial, su miedo de la muerte.

Mas, ¡es curioso, mi amor, que sea exactamente nuestra voluntad de amar, la voluntad que nos da mas
miedo !
¿Simple coincidencia?
Tal vez, mi amor.
Entre tanto, es curioso como las personas que son más felices, las que más emanan una real y auténtica
fuerza interior, son las que más perdieron el miedo de amar...

"Voluntad" y "amor", siendo indisociables, mi amor, ya que, como vimos, todo ejercicio de voluntad es una
búsqueda de amor, nuestras mentes permanecerán divididas, en cuanto no concibamos esa
indisociabilidad.

Así:
Si somos adeptos del amor, condenaremos a quien juzgamos que no actúa en su nombre, quien lo profana,
quien hace lo que según nuestros criterios es "malo", por no saber leer en aquel acto "maléfico" el pedido
de amor de su ejecutante.
Y, si nos sentimos víctimas de maldades e injusticias, descuidaremos el poder del amor, que nos parecerá
cosa de gente flaca, cobarde, ingenua o incluso idiota.

Bastaría entonces, mi amor, que osásemos accionar cada vez mas profundamente nuestra voluntad de
amar, para descubrir que nuestra voluntad es, en sí, infinita, mi amor.
Pues nada resiste al amor.
Y todo se rompe en el miedo de él.

¿Entiendes mejor ahora, mi amor, dónde está nuestro PROBLEMA DE COMUNICACIÓN?


Mas allá de nuestro propio temor de saber lo que realmente sentimos:

¡TEMEMOS SENTIR LA GRANDEZA DEL AMOR QUE SENTIMOS !!

Tememos la grandeza del amor, de nuestra propia capacidad de amar, del "amor en estado puro", no
sometido a una "forma" especial de amor, de amar.

Tememos eso, mi amor, tememos nuestra capacidad, nuestra VOLUNTAD de amar.

De ahí que nos refugiemos "dentro" de un "yo" que nos aísla del "otro", del mundo y, de dentro de ese "yo",
destilemos pequeñas dosis de amor, mezquinas parcelas, a quien nos da menos miedo, a quien nos inspira
un poco de confianza.

Tememos el amor, mi amor.


Tememos amar.

Nuestra comunicación con el amor, o con "Dios", si no rechazas esa palabra, estará cortada, mi amor, en
cuanto no asociemos toda forma de voluntad a toda forma de amor, o de su búsqueda.
Pues, como la única cosa que podemos realmente recibir, es amor, y la única cosa que podemos realmente
ofertar es igualmente amor, en cuanto nuestra voluntad no corresponde al amor, estará perdida en su
búsqueda.

"No es aquel que dice "señor, señor" el que entrará en el reino de los cielos, sino aquel que hace la voluntad
del Padre".
En esa afirmación, Jesús indica claramente que el amor solo reconoce actos perpetrados en nombre de
su voluntad, no siendo sensible a aclamaciones desprovistas de voluntad.

158
He ahí porqué todo rechazo de la palabra "Dios" es tan irracional como toda tentativa de "imposición" de
esa palabra, mi amor.

Pues si "Dios" es amor, como dicen los que en él creen, ese amor se comunica a través de su propia
esencia, no a través de una de sus designaciones.
Un "ateo" que ama, según Jesús, entraría así en el "reino de los cielos" por realizar a través del amor la
"voluntad del Padre", antes que alguien que solo clamara "señor, señor" en una de las iglesias dedicadas
al culto del amor.

¿Vale entonces la pena preguntarse si "Dios" existe o no, mi amor?


¿No seria mas operacional entender lo que es amor, entender qué somos amor y así realmente practicarlo?

Si "Dios" es amor, mi amor, ¿cómo podríamos NO enviar amor, sea cual fuera la forma que tome nuestra
voluntad, sea cual fuera la forma que escogiéramos para comunicarnos con el mundo?

Alguien que odia a "Dios", por ejemplo, solo lo odia por creerlo injusto, luego, está clamando justicia,
actuando así en nombre del amor.
Alguien que ignora a "Dios", solo lo ignora porque se siente ignorado por él.
Y solo con el tiempo descubrirá que se ignora a sí mismo.
Solo con el tiempo descubrirá que ignora el amor.
Solo con el tiempo osará imaginar la grandeza de un amor que nada ignora, pues todo lo recibe.

Pues bastaría que intentásemos una comunicación directa con el amor, incluso a través de nuestra
negación de él, incluso a través de nuestros desesperos, de nuestras blasfemias, de nuestras injurias, de
nuestro odio de él, para que él nos recibiese y nos respondiese con un abrazo, trayendo en sí mismo un
amor tan infinito, que fundiría en lágrimas la peor de nuestras maldiciones lanzadas sobre él, la peor de
las maldiciones lanzadas por nosotros mismos sobre nosotros mismos, o a uno de nuestros hermanos, un
amor que desharía el peor de los desesperos.

Mas...

Ahí está nuestro, problema de COMUNICACIÓN...


Mentimos...
Disimulamos...

Nos mentimos a nosotros mismos.


Mentimos cuando hacemos ver que queremos entendernos a nosotros mismos, o entender a nuestro
prójimo.
Y si mentimos ya en ese punto, imagina, mi amor, la mentira que es cuando fingimos creer que queremos
la "ayuda" de "Dios", cuando fingimos que osamos comunicarnos con el amor en su estado puro:
El Amor de Dios ...
Si tu alma de ateo me permite aquí este pleonasmo, mi amor...

Los católicos, ya previendo ese nuestro temor de dirigirnos a Dios, esa nuestra sensación de no estar
"limpios" de corazón , crearon esa oración:

"Señor, yo no soy digno que entréis en mi casa, mas decid una sola palabra y mi alma será salva".

Infelizmente, como siempre acontece con las palabras, que son apenas símbolos, luego, posibles de
infinitas interpretaciones, esa bella y humilde oración puede ser entendida por algunos de nosotros como
la prueba misma de que el Dios-amor tiene "enojo" de nosotros, "asco" de nuestras flaquezas y "pecados".

De ahí... continuamos mintiendo ...

E incluso cuando intentamos comunicarnos con el amor de "Dios", empleamos las mismas mentiras que
empleamos comúnmente para disimular nuestros sentimientos, mi amor:
Fingimos que buscamos contacto, mas cerramos nuestros corazones, para así "constatar" que, "una vez
mas", no fuimos escuchados...
Y solo por eso, únicamente por eso, es que, incluso cuando creemos en Dios, nuestra comunicación con
él se establece tan rara y difícilmente :
159
Fingimos que estamos intentando, cuando en realidad continuamos cerrados en nuestra simulación de
comunicación.

Por eso, mi amor, es que solo las personas que vivieron un sufrimiento hasta el último grado de su
intensidad, consiguen realmente comunicarse con el amor.
Que ellos llamen a ese amor, de "Dios", de "naturaleza", o de lo que sea, poco importa en este contexto.

Visto de ese prisma, "Dios" parece un ser sádico, cruel, exigiendo que los hombres sufran mas y mas, y
de las peores atrocidades, hasta no poder más, para que él entonces "se digne" a escucharlos.
"Dios" puede así parecernos insensible a nuestros dolores, distante, únicamente procurado y...
En vano... por los agonizantes, por los blandos, por los enfermos, por los moribundos, por los infelices.
"Dios" puede parecernos indiferente a nuestras alegrías, envidioso de personas felices.
Puede parecer que "Dios" solo se interesa por los desesperados, exigiendo ruegos y mas ruegos,
lamentaciones y mas lamentaciones para manifestarse.
Las iglesias son los lugares que recogen y concentran esa avalancha de dolor, ese "valle de lágrimas".
Los judíos crearon el "muro de las lamentaciones", donde ese pueblo va a implorar la piedad de Dios.

¡"Dios" parece muy insensible visto desde ahí, mi amor !!

Mas somos nosotros que no accionamos realmente nuestros corazones en dirección del amor.
Somos nosotros que, de tanto fingir, de tanto disimular, de tanto DESINFORMARNOS nosotros mismos
de nuestro propio estado interior, creemos que estamos comunicándonos, cuando estamos apenas
huyendo...
A través de nuestros lamentos ...
A través de nuestro propio dolor ...

Una de las escenas que mas me cortó el corazón, mi amor, fue una visita en un hospital, que hice un día
a una niñita de 7 años, que acababa de despertar de una anestesia.
Como la anestesia fue calculada para ser de corta duración, la niña se despertó prácticamente al mismo
tiempo que acabó la operación.
Así que ella pudo recuperar el raciocinio, y que una cortisima pausa en el inmenso dolor físico le permitió
expresar algo, la niñita me dice :

"¡Ahora está doliendo de verdad!"

Aquel : "Está doliendo DE VERDAD", realmente me perforó el corazón de dolor, mi amor.


Pues la niña se daba cuenta, al mismo tiempo que me confesaba, que todas las otras veces en su tan
corta vida, mas ciertamente tan larga en pequeños sufrimientos, nunca realmente había sentido DOLOR.
O que ese "dolor" ahora era tan fuerte, tan superior a los demás, que todos los otros parecían mentira,
junto a él.
Ella confesaba también, sin darse cuenta realmente de eso, cuánto ella manipuló su dolor antes, gritando
y llorando a voluntad para llamar la atención sobre ella, para aborrecer, para vengarse, para perturbar, etc.

"¡Ahora está doliendo de verdad!"

He ahí lo que cada uno de nosotros dirá, cuando encuentre aquel dolor que le hará comprobar cuánto
disimula el dolor de sí mismo, mi amor.

El dolor que no conseguiremos mas disimular de nosotros mismos, será el primer dolor que aceptaremos
realmente COMUNICAR al amor.
O a "Dios", si lo prefieres, mi amor.

En cuanto no nos encontremos cara a cara con ese dolor, mi amor, estaremos condenando, a través de
nuestra propia disimulación del propio dolor a nosotros mismos, a lamentarnos en nuestras iglesias, en
nuestros muros de lamentaciones, en la soledad de nuestros corazones, en el desespero de los "hombres
de poca fe" que somos, o en la ira de nuestra rebeldía atea.

ONGKANON es el arquetipo de esa COMUNICACIÓN auténtica con el amor, mi amor.

Ese "ángel-arquetipo" surge en nosotros cuando el dolor que sentimos, por sentirnos aislados del amor,

160
debido exactamente a nuestro miedo de amar, miedo de aceptar el amor, nos llega a la consciencia
SIMBOLIZADA por otro dolor cualquiera :
La pérdida de un ser querido.
La pérdida de la salud, de la belleza, o de la juventud.
O cualquier otra pérdida que sea capaz de causar un dolor que nos transporte, por analogía simbólica, a
ese dolor terrible que sentimos de nuestro miedo de amar :

AMAR REALMENTE SIN RESTRICCIÓN, SIN TEMER DONDE ESE AMOR NOS LLEVARÁ, SIN
ESPERAR NI SIQUIERA CORRESPONDENCIA, SIN TEMER PERDERSE EN ESE AMOR.

Ve entonces, mi amor, que por la dimensión de ese amor, ningún humano podría realmente soportar
ofrecer un tal amor a otro humano, como también ningún otro humano conseguiría igualmente recibir una
tal carga de amor sin sentirse amedrentado por la sensación de no estar a la altura de un amor tan
grandioso.
Por eso es que toda gran historia de amor entre humanos siempre es tan trágica, mi amor.
Interrumpida por sentimientos de posesión o de celos, atacada por la envidia de los demás.

Todo inmenso, intenso, "infinito" amor entre humanos, es trágico, mi amor:


Romeo y Julieta, Marco Antonio y Cleopatra, Sansón y Dalila, Orfeo y Eurídice, Tristán e Isolda.

Por eso los humanos mas expertos siempre aman un poquito menos de lo que pueden, de lo que
desearían.
Conservan así la relación, manteniendo siempre un mínimo margen de autonomía entre sí y su amado, lo
que permite, a través de unas peleitas... de vez en cuando... reencender el amor, hacerlo renacer de sus
propias cenizas.

Pues solo el amor al propio AMOR puede ser sin límites :


Solo el amor al amor en si, puede ser de esa naturaleza absoluta mi amor :

REALMENTE SIN RESTRICCIÓN, SIN TEMER DONDE ESE AMOR NOS LLEVARÁ, SIN ESPERAR NI
SIQUIERA CORRESPONDENCIA, SIN TEMER PERDERSE EN ESE AMOR.

Solo cuando llegamos al fondo de nuestro propio dolor, descubriremos lo que ese dolor realmente oculta,
mi amor:
Nuestro miedo de amar.

Solo de ahí comunicaremos con el amor, comunicaremos con amor.


Pues nada mas hay para comunicar, toda comunicación que no sea una voluntad de amar, nada mas es
que una preparación a ella.

Ongkanon, el ángel-arquetipo de la comunicación real, directa, sin subterfugios, de "corazón", espera así
entonces, mi amor, pacientemente, que hayamos llegado al fondo de nuestro propio dolor, al fondo de
nuestra maldición a nosotros mismos, al fin de nuestra condenación de nosotros mismos y de nuestros
"chivos expiatorios " :
Nuestro prójimo, el "diablo", o el propio "Dios", para que pueda acogernos como una criatura que confiesa:

"¡Ahora está doliendo de verdad!"

Pues, solo delante de ese dolor, dejaremos de disimular nuestro dolor delante de nuestra
incomunicabilidad del amor que realmente somos, mi amor.
Dejaremos entonces de reclamar del dolor, de intentar huir de él, de intentar maldecirlo :
A él y a quien creemos que lo causó, que sea otro , el "diablo", "Dios" o nosotros mismos.
Pues el dolor será tan intenso, tan entero, mi amor, que apenas tendremos fuerzas para llorarlo, ni siquiera
intentaremos huir de él, dejaremos simplemente que nos transporte en su mar de lágrimas.

El dolor dejará así de ser nuestro enemigo, para tornarse nuestro transporte al MAS ALLA DEL MISMO.

Ongkanon estará firmemente con nosotros en ese momento, mi amor.

Ese arquetipo de la comunicación del amor que somos es, en realidad, nuestra propia COMUNICACIÓN
con nosotros, mi amor.
161
Escucharemos el amor, sentiremos la presencia del amor, cuando seamos capaces de ultrapasar nuestras
propias mentiras y decirnos a nosotros mismos:

"¡Ahora está doliendo de verdad!"

FELIZMENTE, mi amor, si conseguimos, a través de ese raciocinio, largamente desarrollado aquí, tocar
nuestros corazones, sensibilizarnos para esa disimulación permanente que realizamos de nuestros
sentimientos.

ONGKANON podrá mas fácilmente acceder a nosotros, comunicarse con nosotros, sin que tengamos que
sufrir hasta las últimas y atroces consecuencias de la indiferencia que tenemos hacia nosotros mismos, de
nuestra falta de amor propio, por falta de contacto con el propio amor, luego, con lo propio del amor.

Pues no podría ser verdad, mi amor, que estuviésemos condenados por un "Dios" frío e impiedoso a sufrir
en este mundo.

Tampoco podría ser verdad, mi amor que el "acaso", la "fatalidad", el "karma", el "diablo" o cualquiera que
fuera, tuviera el poder de condenarnos al sufrimiento.

Ongkanon, el ángel-arquetipo de nuestra comunicación con el amor, espera pacientemente que


aceptemos ver que no aceptamos ver :
Que nos mentimos constantemente a nosotros mismos, que no nos comunicamos ni siquiera con nosotros
mismos.

Ongkanon, espera que no esperemos hasta las ultimas consecuencias de los dolores del desespero para
buscarlo, para intentar comunicarnos con el propio arquetipo de la comunicación y...

¡¡ A PESAR DE NUESTRAS MENTIRAS !!

Pues basta entender esa evidencia elemental, mi amor:


Un "Dios" que no sería mas que la pura esencia del amor, jamas permitiría, CON SU VOLUNTAD, que
cualquiera de sus criaturas sufriese ni siquiera el más mínimo dolor.

Si sufrimos, mi amor, seamos ateos o cristianos, es únicamente porque aún tememos amar al propio amor.
Sufrimos porque tememos nuestra propia capacidad de amar.
Y, temiéndola, nos disimulamos de ella, sufriendo el inestimable dolor de la ilusión de haberla perdido.

He ahí porque "Dios" parece hacer tan poco caso de tantos ruegos que le son dirigidos, mi amor:
En realidad, oramos para disimular que tememos ser escuchados...

Mas, vamos a entender mas y mas eso, ¿no es así, mi amor ?


Vamos a aceptar que no aceptamos el amor, que aún lo tememos.
Vamos a pedirle que se aproxime a nosotros despacito, solo mostrando de él lo que ya osamos de él sentir.

Vamos a entender que, cuando nuestros ruegos no son escuchados, no es porque "Dios" sea frío o sordo,
si no porque nuestro miedo de ser escuchados aún es mayor que nuestro deseo de liberamos de lo que
nos incomoda y por lo cual pedimos.

Ongkanon es el mensajero del amor, mi amor.


Ongkanon es el mensajero de Dios-amor.

Vamos a contactar ese "arquetipo" mas y mas frecuentemente, a hablar con él mas y siempre mas, hasta
perder el miedo de escucharlo.
Comenzaremos por notar mucho mas "buen sentido", mucha mas "lucidez", "claridad", en nuestra voluntad
y, a través de ella, mucha mas "lucidez", "claridad", en lo que pensamos, decimos o hacemos.
Desde ese punto, ya estaremos más próximos de la consciencia del amor, de la consciencia de que somos
únicamente amor y que todo lo que queremos es amar, todo lo que necesitamos es amor:

"ALL YOU NEED IS LOVE", nos cantaran los Beatles.

162
Ongkanon es el mensajero, la comunicación de ese amor.

Hablar con él, aceptando que aún tememos escuchar la respuesta, es dejar que nuestro miedo del amor
se deshaga, antes incluso que tengamos que llegar a las ultimas consecuencias de la experiencia del
dolor.

30 - CHEQUINA: EL ESPLENDOR DE LA UNIDAD

La búsqueda de la unidad, de la unión, ocupa todo el tiempo de todo ser vivo, mi amor.

Pues ser, estar vivo, orgánicamente hablando, significa antes de nada aislamiento, desunión.
Pues un ser, para estar orgánicamente "vivo", mi amor, tendrá que proteger lo que él es, o sea, su "ser", a
través de una membrana, o de una piel.
Ningún ser puede continuar orgánicamente vivo, si no es capaz de delimitar lo que él es, de lo que lo
circunda, si no aísla su contenido del medio ambiente que lo mantiene.

Por eso mismo, mi amor, toda actividad de un ser orgánicamente vivo consiste en rehacer esa unión con
el ambiente del cual tuvo que aislarse para estar vivo.

Nutrirse, procrear, respirar, combatir, reposar, son todos actos que regulan ese cambio continuo entre un
ser y su medio.
Todos estos actos y cualquier otro, apuntan a un restablecimiento de la unión entre un ser y su medio.
Que se trate de un ser unicelular, o de un ser humano, todo ser, toda forma viva, busca una unión, una
comunión, una religación con su medio ambiente, que es su fuente, fondo común de todo lo que vive, de
todo lo que es.

Esa búsqueda de re-ligación con la fuente de la vida, que es el medio ambiente de lo que vive, es traducida
por el termino "religión", que en latín significa religación, reunión.

Mas no vamos aquí a polemizar sobre la "naturaleza" de la naturaleza, ni asimilarla a la "naturaleza" de


Dios, ¿no es así, mi amor?
Al final, como ya tuvimos la oportunidad de abordarlo innumerables veces en estos estudios sobre la
analogía entre arquetipos y ángeles, toda y cualquier afirmación sobre la naturaleza de sea lo que fuera,
no pasa de ser una hipótesis, una creencia, ya que la razón humana no consiguió, por lo menos hasta el
presente, establecer en términos lógicos la naturaleza de un fenómeno, o el "porque" de su existencia.

Vamos solo a notificar que todo acto de un ser vivo puede ser considerado como un "ritual religioso", en el
163
sentido mas amplio de este término, si consideramos este acto como una búsqueda de comunión del ser
con su fuente.
Lejos de "profanar" el espíritu religioso, o de ofender a las religiones, tal generalización las engrandece,
mi amor.
Pues comprenderíamos así que la actividad única del ser vivo, esté dotado de "razón", o no, es una
actividad religiosa, una búsqueda de reunión, mi amor.

Mas estoy convencido, mi amor, que muchos religiosos y muchos "ateos", se reunirían contra esa
afirmación para negarla, manteniendo así la separación que hace de ellos los humanos aislados unos de
los otros que son.

Sin embargo, resta asimismo la idea y la polémica inevitable que ella genera, mi amor, pues toda idea de
unión genera una polémica.
Al final, el Cristo fue crucificado exactamente porque quería que judíos, romanos y paganos se uniesen,
se amasen unos a los otros.

Entre tanto, si hiciésemos una abstracción de esa asimilación que hago aquí, entre la búsqueda de unión
con el medio de todo ser vivo y la búsqueda religiosa de unión con Dios del ser humano, resta la evidencia,
que todo acto "vivo" es un acto de religación entre el ser y el medio, entre la forma y el fondo que la forma.
Ese acto de re-unión, es un acto de amor, mi amor, pues el amor, en sí, no es mas que la búsqueda de
unión.

El amor desconoce la separación, mi amor.


El amor vive del y en estado de "gracia".
Y, "gracia", es unión.
Y el sentimiento que expresa la gracia, la unión, el amor, es el esplendor, mi amor.

¿Puede haber cosa más terrible que la pérdida del amor, mi amor?
¿Y puede haber ESPLENDOR mayor que la presencia de lo que, o de quien amamos ?

En el primer caso, nada nos consuela.


En el segundo, nada nos trastorna.

El esplendor del amor es eso, mi amor, es la sensación de "no-pérdida", o sea, la sensación de unión.
El esplendor es el brillo del amor, que es la realización de la UNIDAD, de la UNIÓN.

No hay cómo no estar unido al amor, mi amor, solo hay cómo ignorarlo.
¿Cómo no estar unido al amor, si el amor es la propia unión ?
¿Cómo puede haber otra "verdad" que el amor, si todo acto que parece negarlo, sea a través del miedo,
del odio, de la soledad o de la tristeza, no es mas que un pedido de amor?

El AMOR, por ser la única VERDAD, mi amor, tiene el poder de mantener la UNIDAD de todo, pues todo
emana de él.

Pues:
No hay unidad sin amor, mi amor.
Tampoco hay amor sin unidad.
Y eso hace que solo lo que se encuentra en unión, o sea, en estado de amor, sea verdad.
Lo que parece distante del amor, no es verdad, es la ignorancia de ella.

Mas, también, no hay amor sin verdad, mi amor.


Así como no hay verdad sin amor.

Y, como ambos son inseparables, ellos son "UNO".

Igualmente, jamas conseguiremos entender lo que es "LA" verdad, si no la concebimos como una UNIDAD,
mi amor.
Claro, que cada uno de nosotros posee "su" versión personal de la verdad, y la encarna.
Eso demuestra que es imposible que uno de nosotros encarne "LA" verdad, por ser todos precisamente
todos los aspectos de ella, sus varias apariciones, bajo forma de hombre, nube, o estrella.
164
Mas eso no nos impide entender que solo habrá realmente VERDAD, cuando haya tolerancia y respeto
DE VERDAD, por la "verdad" de cada uno de nosotros.
Pues, o formamos todos parte de la "verdad", cada cual a través de su versión de ella, o perdemos todos
el derecho a ella.

Esa VERDAD ahí, mi amor, que UNE la "verdad" de cada un de nosotros, nos hace entender que formamos
parte de la especie humana, que es ella misma parte del universo.

Esa "verdad que nos une", es el amor, mi amor.

Amor, verdad y unidad, son así los tres aspectos de una trinidad que forman una sola unidad, mi amor.
Pues la unidad mantiene la equivalencia entre la verdad y el amor, siendo así el "tercer" aspecto de los
dos.

Esa es la fuente creadora de todo, mas conocida entre los religiosos por el nombre de "Dios".
Mas ¿cambia algo, mi amor, si la llamamos de "acaso", "determinismo", "nada", vacío", "absurdo", u otra
apelación cualquiera?
¿"En qué", el nombre de algo puede influenciar en la esencia de algo?
¿No son los "nombres", mi amor, únicamente transportes, medios, de llegar a un conocimiento?
¿No serán las designaciones tan ajenas a la naturaleza de lo que ellas designan, como una foto es ajena
a la naturaleza del árbol que representa ?
¿Por qué iríamos a pelear por símbolos, rituales y representaciones, mi amor, si solo sirven para
conducirnos a la esencia?
¿No seria más lógico, racional e incluso mas honesto, si dejásemos a cada uno utilizar el "transporte", el
símbolo, la creencia que mejor le convenga, para aproximarse a esa unión que todos nosotros anhelamos?

Pues todos nosotros ansiamos eso, mi amor, ese reencuentro nuestro, en el seno de esa UNIDAD que
formamos con el AMOR y la VERDAD.

Cuando vislumbramos esa unidad, mi amor, nos sentimos tocados por una profunda paz.
Y por poco que ese estado dure, nos hará vivir el ESPLENDOR que emana de esa unión.

Entre tanto:

Casi siempre percibimos apenas uno de los aspectos de lo que percibimos, mi amor:
Cuando percibimos la unidad de las cosas, ignoramos que esa unión no es más que la manifestación del
amor.
O entonces percibimos la verdad de algo, mas olvidamos que lo que percibimos no es "LA" verdad, sino
simplemente una de sus manifestaciones y luego queremos imponer a los demás "nuestra" verdad,
asfixiando con ella otras versiones de lo "verdadero".
O aún más, nos encontramos en una relación de amor y queremos que esa relación, luego, ese "relativo",
sea absoluto:

Queremos "prender" lo que amamos, a nosotros mismos y prendernos a él, olvidando que el amor, por
ser amor , o sea, la UNIÓN DE VERDAD, no puede ser reducido a una unión que se volvería un
impedimento a otras uniones, pues la verdadera unión de amor, es aquella capaz de expandirse en la
dirección de todas las otras y no la unión que solo es un obstáculo a las demás.

Por eso, el amor nunca cabrá en la unión de la "carne", mi amor, pues el amor en la "carne" pide la
exclusión de los demás cuerpos, para que se realice, en cuanto el amor en el corazón pide presencia de
otros corazones, para que la unión sea infinita en su gozo.

¡Qué difícil es, entonces, mi amor, percibir desde dentro de la carne nuestra UNIDAD con el AMOR y con
la VERDAD!.

Unidad que hace que solo lo que es amor sea verdad.


Verdad que hace que solo lo que es unión sea amor.
Amor que hace que solo lo que es verdad sea unión.

¡Qué difícil es, mi amor, percibir todo eso AL MISMO TIEMPO!.


165
Cuando nos sentimos en una unión de verdad, olvidamos la verdad de la unión, confinándola a los límites
de nuestra capacidad de amar.
Cuando nos sentimos en unión con la verdad, olvidamos la unión de la verdad , utilizando nuestra "verdad"
contra la verdad de los demás.
Cuando sentimos un amor de verdad, olvidamos nuestro amor a la verdad, negando en nosotros mismos
y en quien amamos, todo lo que tememos y que podría turbar ese amor, hasta que la carga acumulada de
rabias y decepciones reprimidas, desbordan sobre nuestra relación y la asfixian, si ella no estuviera
preparada para trabajarlas.

Nuestra dificultad en percibir la unión del amor con la verdad, como un todo y al mismo tiempo, nos pone
en un espacio de duda, angustia, soledad, miedo y desespero, que nos conduce después a la ira, al odio
y a la sublevación.

Buscamos entonces, mi amor, movidos por la fuerza del desespero, ese estado de unidad, de unión con
el amor y con la verdad.
Nos volvemos agresivos, crueles, cobardes o falsos.
E incluso así, por todos los medios, estamos clamando que la verdad del amor se presente nuevamente
delante de nuestros ojos, exhaustos de llorar.
Clamamos esa unión con lo que sea amor y verdad, mi amor.

Lo que ignoramos, mi amor, es que ese clamor en si ya es la presencia del verdadero amor que habita en
el fondo de cada uno de nosotros.

Toda furia, toda agresividad, toda tristeza, es un encuentro ignorado con el amor, mi amor.

Nuestra furia, nuestro desespero, ya es en sí la anunciación de esa presencia aún ignorada.


Pues, por increíble que nos pueda parecer, mi amor, es imposible para alguien vivir lejos del amor y de la
verdad.
Bastaría que entendiésemos que la soledad que sentimos es la compañía del profundo amor en nosotros,
que aún no reconocemos, para que ese estado fuese convertido por CHEQUINÁ inmediatamente en lo
que él es :
LA PAZ Y SU ESPLENDOR.

Pues Chequiná es el nombre del arquetipo de la UNIDAD, en la mitología de los ángeles, mi amor.
Cuando no sentimos la unidad a través de sus manifestaciones de paz y amor verdaderos, esa unidad se
manifiesta como el negativo de un film, que invierte los colores de origen.

Bastaría que aceptásemos que nuestra UNIDAD con el amor no puede ser deshecha, para que el
desespero y la soledad que nos atormentan se giraran 180 grados en torno de ellas mismas y mostrasen
que todo desespero no es más que la paz ignorada.
Bastaría que aceptásemos el desarrollo natural de las cosas, para que estas acabasen por revelarnos que
nada puede separarnos de lo bueno, de lo justo, de lo cierto, de lo seguro, del gozo, de la calma, del
amor, de la paz.

Pues nada puede hacer que eso deje de ser VERDAD.


Pues nada puede deshacer nuestra UNIDAD con el amor.

Acontezca lo que acontezca con nosotros, mi amor, todo estará siempre "cierto", pues el desarrollo natural
de cada evento, contiene en sí una mejora y una evolución.
Esta "mejora" solo no se activa cuando, por pánico, interferimos en la evolución natural de cada evento.
Pues, ¿cómo podríamos reconocer las proposiciones del amor, mi amor, si nuestro "consejero" no es la
paz de espíritu y sí el miedo?
¿Y como no confiar en lo "natural"?
Al final, ¿no fueron billones de años de evolución "natural" del universo que forjaron el ser humano que
hoy somos?
¿"En que" contribuyó el hombre a su propia evolución, antes de su propia aparición en la evolución "natural"
de la naturaleza?

¡Lejos de mí la intención de condenar aquí la tecnología y el progreso, mi amor!

166
Simplemente, deberíamos antes decidir si la naturaleza es nuestra "enemiga" o nuestra aliada.
Pues, si la evolución "natural" de las cosas es nuestra "enemiga", estaríamos condenados a un combate
"edípico" sin fin contra nuestra propia "madre" naturaleza.
Mas, si la naturaleza es nuestra "madre", luego, nos ama, ciertamente habrá lugar para una acción
conjunta, de nuestros esfuerzos conjugados a los suyos, en pro de nosotros mismos, o sea, en unión con
todo lo que existe.

Volvemos así al tema de la unión como expresión del amor y del amor como expresión de la verdad, mi
amor.

Chequiná es ese poderoso ángel-arquetipo, mi amor, que representa nuestra unión indisoluble con el amor,
que nada mas podría ser que la naturaleza misma de toda naturaleza.

Él es lo que hay de mas profundo, de más verdadero en nosotros mismos.


Chequiná es, literalmente, nuestro "yo superior", mi amor, que comunica con nuestro "yo exterior" a través
de ese desespero que sentimos, cada vez que nos sentimos "exteriores" al amor.

Mas no pretendo aquí reabrir otra polémica con definiciones "separatistas" entre un pretendido yo
"superior" y otro "yo" menos superior a él, mi amor.
Considera esta formula mas en un sentido pedagógico, recordándonos que, cuando no olvidemos que
nuestra unión con el amor y la verdad es indisoluble, estaremos en lo que hay de mas "superior" de nuestro
"yo".
A partir de esa memoria podremos fácilmente alcanzar la paz y la inspiración necesarias en nuestros actos
mas banales.

Entre tanto, cuando perdemos esa memoria, o aún no llegamos a ella, funcionamos en un nivel "inferior"
al primero, en el sentido que nuestros "consejeros" serán entonces el miedo o su catarsis, la ira.
Tales "inspiradores" de nuestras acciones harán que estas sean obligatoriamente de cualidad inferior a las
de una mente apaciguada y tranquila.

"Yo superior", mi amor, no quiere entonces decir aquí otra cosa que esa íntima convicción, después de
una larga, lenta y exhaustiva meditación, de que la razón solo alcanza su propia dimensión cuando no
está sometida a la presión del miedo.
Tenemos así que aprender, mi amor, a atravesar todo y cualquier estado interior, incluso los más
angustiantes, para que nuestra razón alcance una calma y una paz que no sean una simple fuga de sí
mismo, una negación de nuestros propios temores, una represión de las "tinieblas" que nos habitan.

Acontezca lo que acontezca, mi amor, que sintamos odio o miedo, todo estará siempre cierto, siempre
estaremos evolucionando "naturalmente", que lo sepamos o no, rumbo a la paz y la razón, si aceptamos
que nuestra unión con nuestra fuente de vida no puede ser deshecha por nada que no sea pura
imaginación, "sueño" de separación.

Chequiná es el arquetipo de esa certeza de la verdad de nuestra UNIDAD indisoluble con el amor.
Bastaría, mi amor, que consiguiésemos decirnos, siempre y todo el tiempo :

ACONTEZCA LO QUE ACONTEZCA, ESTÁ TODO CIERTO.

Bastaría que callásemos por algunos instantes nuestros juicios sobre lo que vemos, sobre lo que sentimos,
sobre lo que "pensamos" y dijésemos :

ACONTEZCA LO QUE ACONTEZCA, ESTÁ TODO CIERTO.

Bastaría que consiguiésemos mantenernos enteramente ahí por fracciones de segundos, para que la
acción de "Chequiná", para que la influencia del arquetipo de la unidad sobre nuestros juicios, nos diese
otra visión sobre lo que creemos ver.
Bastaría que el recuerdo de nuestra indisolubilidad con el amor y con la verdad nos diese el coraje y la
presencia de espíritu para repetir otra vez :

ACONTEZCA LO QUE ACONTEZCA, ESTÁ TODO CIERTO.

167
Para que "Chequiná" nos mostrase la otra cara de lo que asistimos, la otra visión que nuestra ceguera
ocasionada por el temor nos impide de RE-conocer.

Mas, ¿quién de nosotros nunca vio una criatura atemorizada delante de una máscara?
¿Quién de nosotros no sintió cuan difícil es explicar a una persona en pánico, que no hay peligro en lo
que ella teme, cuando ignora lo que nos da la certeza que lo que ella teme es inofensivo?

ACONTEZCA LO QUE ACONTEZCA, ESTÁ TODO CIERTO.

Ese es el entrenamiento que deberíamos osar, para llegar a "Chequiná" , o al arquetipo de la UNIDAD,
nuestra unidad con la verdad y con el amor, mi amor.

No creas que soy un adepto de formulas "irracionales", "sugestivas" o "positivantes", mi amor.


Mi intención, proponiéndote este ejercicio, es únicamente que constates la diferencia inimaginable que
hay entre una mente que "escucha" las restricciones negativas e irracionales, impuestas a ella por el miedo
y la capacidad de creación infinita que posee una mente que, ignorando todo "hipnotismo paralizante"
impuesto por el miedo que nos desmoraliza, destruye nuestra autoestima, encuentra en si misma recursos
los cuales jamas sospecharía poseer durante la fase en que se encuentra prisionera del miedo.

" ACONTEZCA LO QUE ACONTEZCA, ESTÁ TODO CIERTO.", es entonces aquí únicamente un artificio,
una estratagema, para cortar el "barullo" ensordecedor que el miedo crea en nuestros pensamientos,
impidiéndonos razonar claramente.
Poco importa que ya creas o no que, acontezca lo que acontezca, estará todo cierto MISMO, mi amor.
Lo que importa es que no dejes que tu miedo guíe tu pensamiento.
El valor secundario de esta formula, contrariamente a otra cualquiera, que cortaría igualmente
mecánicamente la influyente y negativa presión de la mente sobre la razón, es que cuanto más la utilices,
mas podrás constatar cuanto eso en si es un hecho verificable, pues verás cómo tu mente puede
transformar todo lo que juzgas "errado" en un "cierto" superior al "cierto" de antes.

Luego, mi amor:
ACONTEZCA LO QUE ACONTEZCA, ESTÁ TODO CIERTO.

Millares de veces intentaremos ese ejercicio, mi amor.


Y millares de veces nuestro miedo, o ira, expresión última, catártica, de nuestro pavor, interferirán con sus
juicios desorientándonos, llevándonos a la precipitación, al desespero, a la agresión, a la fuga, en vez de
dejarnos simplemente continuar "naturalmente" dedicarnos a la ación que nuestra calma y nuestra lucidez
nos indican como siendo la mas adecuada a la situación de impaciencia, de sufrimiento o de peligro al cual
nos sentimos sometidos.

ACONTEZCA LO QUE ACONTEZCA, ESTÁ TODO CIERTO.

Siempre que nos acordemos, siempre que nos sea posible, osemos concentrarnos en esa frase, mi amor.
Osemos invocar directamente a nuestra UNIDAD, con nosotros mismos y con todo a nuestro alrededor.
Osemos entrenar mas y siempre mas nuestra ligación con la firmeza de "Chequiná", mi amor.
Osemos ver lo que los ojos de certeza de ese "arquetipo" ven, saliendo de la pesadilla de nuestra ceguera,
ceguera de nuestra ignorancia. que nos lleva inevitablemente al pavor y al desespero.

Mas...
Que tu hagas o no ese ejercicio...
ACONTEZCA LO QUE ACONTEZCA,...
ESTÁ TODO CIERTO, mi amor.

Confía simplemente en tu camino, pues no hay otro camino "tuyo" que no sea este, en el cual ya te
encuentras.
Tal vez tu no te sientas aún "entero", tal vez no te sientas un "in-dividuo", tal vez aún te sientas dividido
entre partes interiores conflictivas.
No te atormentes tanto en encontrar la unidad, mi amor.
Pues, acontezca lo que acontezca, todo siempre estará "naturalmente" cierto, pues la unidad siempre
estará en ti.
Incluso cuando tu no estés en ella.
168
CHEQUINÁ (CONCLUSION):
LA UNIÓN ES LO OBVIO

Que la vida es una consecuencia de la unidad, de la unión, de la simbiosis entre un organismo y su medio,
es lo obvio, mi amor.
Que la aparición del hombre es la consecuencia de la evolución del universo, es lo obvio, mi amor.
Al final, a todo instante solicitamos la materia del universo, la luz del sol, el oxígeno del aire, para
mantenernos vivos.
Que deberíamos confiar naturalmente en la naturaleza que nos creó, es lo obvio, mi amor.

Al final debemos nuestras vidas a ella, a cada instante.


Que deberíamos aprender a evolucionar armoniosamente con ella, vivir en simbiosis con ella, en lugar de
utilizarla como un parásito que ataca el organismo del cual depende, es lo obvio, mi amor.

Mas...
Olvidemos lo obvio...

169
El gran “descubrimiento”, que el hombre está aún por realizar, es el redescubrimiento de lo obvio, es
“iniciar” nuestra consciencia, nuestra razón, en lo que es obvio para la intuición y para el infinito.

La “iniciación por lo obvio” es el tema de un lindo cuento musicado por Caetano Veloso, titulado “El indio”.
Utilizando el personaje mesiánico de un indio, Caetano llega a la siguiente conclusión:
“Y aquello que en ese momento se revelará (a través del “indio”) a los pueblos, sorprenderá a todos, no
por ser exótico. Sino por el hecho de poder haber siempre estado oculto cuando habrá sido lo obvio”.

El secreto mas “herméticamente” bien guardado de la humanidad es, entonces, lo obvio, mi amor.
La propia palabra “hermético” viene de “Hermes Trismegisto”, cuya enseñanza mayor podría ser resumida
aquí en la fórmula: “lo alto es igual a lo bajo, lo de dentro es igual a lo de fuera, todo está contenido en
todo”.
Esa enseñanza de Hermes fue, durante siglos, el secreto iniciático mas “herméticamente” bien guardado
por las escuelas iniciáticas esotéricas.
Hoy en día, a pesar de ser público, continua “esotérico”, pues es lo obvio.

Mas ¿quién de nosotros ya es capaz de ver lo obvio?

31 - HADRANIEL: "ALL YOU NEED IS LOVE"

"Todo lo que necesitas, es amor"

Cuando los Beatles cantaron eso, mi amor :


¿Como será que cada uno de nosotros entendió esa frase?

" Todo lo que necesitas, es amor", da a entender que precisamos encontrar el amor, pues el amor es
todo lo que precisamos.
Mas la frase podría también ser leída de otra manera, mi amor:
"Todo lo que necesitas, es amor", porque todo es amor.

Lo que significaría que si yo precisara sufrir, el amor tomaría la forma de sufrimiento para encontrarme. Si
yo lo precisara, el amor tomaría hasta la forma de crimen.
El amor sería entonces lo que no condenaría mis necesidades, fueran las que fueran, para encontrarme
a través de ellas.
El amor sería en ese caso el fondo que me acoge independientemente de la forma como yo lo busque.
El amor asumiría toda y cualquier forma que yo necesitase que él asumiese, para que se revelara a mí.
170
En ese caso, todo lo que yo precisara entonces, me seria ofrecido por el amor, que no juzgaría lo "cierto"
o lo "errado" de mi necesidad, ofreciéndose a mí de la forma que yo ya pudiera recibirlo.

A cada uno de nosotros nos gustaría que eso fuese verdad para sí mismo, ¿no es así, mi amor?
A cada uno de nosotros nos gustaría no ser juzgados nunca por el amor, tenerlo siempre a su disposición,
jamás sentirse aislado de él, abandonado por él, castigado por él, por haber sido malo, tonto, mentiroso, o
cobarde.

Tendríamos, no obstante, una cierta dificultad de conceder tal gracia a todos e indistintamente.
Muchos de nosotros no aceptarían que el amor tomase la forma de un crimen para encontrar criminales.
Ni que tomase la forma de robo de nuestros bienes, para encontrar alguien que, por no creer en si, se
condena a robar.
Nos gustaría recibir un amor incondicional, mas no nos gustaría ofrecerlo.
No nos gustaría que el amor se extendiese hasta las personas y las cosas que condenamos.

Mas es probable que el amor, por ser amor, alcance límites que aún no alcanzamos, mi amor.
Y no conseguimos ver lo que él ve, porque no conseguimos vivir en él o vivir de él.
Debemos entonces ignorar muchas cosas de su extensión y tal vez el amor, por ser amor, realmente
tenga el poder de convertirse en cualquier necesidad humana, para acompañar a cualquier humano en
sus momentos de necesidad, sean estos cuales sean, sin condición, sin juicios.

Al final, se hay condición y juicio, ¿puede aún haber amor ?

¿Que hay mas a decir sobre el amor, mi amor ?

Personalmente yo no sabría decir nada más.


Solo que a mí realmente me gustaría que me acogiese por lo que soy y como soy, ya que yo mismo aún
me juzgo y no me acepto como soy.
Seria entonces magnifico que él hiciese por mí, lo que yo mismo aún no sé hacer, mostrándome así el
camino.

Para recibir tan inestimable bendición, yo estaría hasta dispuesto a no juzgarlo cuando no condenase a
las personas que condeno.
Al final, si el amor rechazase a alguien, yo correría siempre el riesgo de verme rechazado por él.

Mas veo que me refiero al amor como si fuese una persona, ¿no es así, mi amor?
¡Que bobada la mía!
¡Todos nosotros sabemos que no existe el amor desencarnado, que siempre sentimos amor "por" alguien
o por algo!

Debería entonces antes decir :


Me gustaría encontrar una persona que fuese tan amorosa, que consiguiese aceptarme como soy, a pesar
de todos mis defectos, para que yo pudiese inspirarme en esa no-condenación de ella por mí y, a pesar
de "no perdonarme", por lo menos aceptar mejor todas mis faltas, de las cuales aún me avergüenzo.

Mas, no es verdad, mi amor.


No me gustaría encontrar a tal persona.
Ella haría que me sentiese aún menor, aún más miserable y mezquino.
Su belleza, reflejada en tal capacidad de amar, haría sentirme aún mas avergonzado de mi egoísmo y de
mi mediocridad, de mi incapacidad de amar tanto como ella.

Prefiero entonces referirme al amor como si fuese una entidad propia, como si pudiese "encarnarse" en
personas, pero que siempre las transcendiese.
Así, yo no tendría que tener vergüenza y envidia delante de quien "juzgo" que ama mas y mejor que yo,
luego, posee mas amor en sí que yo.

Si el amor fuera una entidad aparte, un fondo común donde todos nosotros podemos rehacernos, en lugar
de tener envidia de quien estimo que ama mas que yo, bastaría que yo lo observase mejor, para entender
que tal persona apenas me ama a mi, su prójimo, tanto como ella se ama a si misma.
Yo podría así descubrir el secreto del amor: amarse a sí mismo.
171
Y podría entender por qué el amor es la única necesidad: es porque toma la forma de todas las demás.

¡Acabo de tomar consciencia de que hablo aquí todo el tiempo de como "yo" veo el amor!

¡¡Mas tal vez tú lo veas de una manera completamente diferente de la mía!!

Si es el caso, ¿quién de nosotros tendría razón, mi amor?


Si el amor es lo que yo pienso que es, aunque tu no estés de acuerdo con mi versión de él, ciertamente
yo continuaría teniendo razón, mi amor.
Pues el amor, tal cual yo lo veo, se convertiría en tu necesidad de verlo como lo ves.

Como ves, mi amor, aunque tu tengas razón, yo continuaré también teniéndola, pues en lo que concierne
al amor, o tú lo ves diferente de mí y de donde yo lo veo puedo verte viéndolo, o tu lo ves de donde yo
lo veo y puedes verme viéndolo.

No hay cómo ver el amor diferente de lo que es, mi amor, pues transciende toda diferencia.

Mas, también, no hay como ver el amor de la misma manera, pues puede ser visto de todas las maneras.

Quédate entonces con tu versión del amor y déjame con la mía, ¿no es cierto, mi amor?
Y no te preocupes, siempre será el mismo amor, pues no es él que cambia, lo que cambia es nuestra
necesidad de que él cambie, de que sea ahora de una forma, ahora de otra.

HADRANIEL es ese extraño personaje, en la mitología de los ángeles, que encarna el arquetipo del amor,
mi amor.

Hadraniel, para encontrarnos, no cuestiona nuestras necesidades, mas se encarna en ellas.

Podemos así pedir todo al amor, mi amor, pues todo es transformable en amor, ya que el amor, por ser
amor, es transformable en todo.
Hasta porque algunas personas solo podrán encontrar el valor de la vida cometiendo los crímenes más
atroces.

El amor estará allá con nosotros, sea cual sea nuestra necesidad, pues como sabe que la única cosa que
necesitamos es a él, acabaremos constatando que todo acabará en él.

No hay entonces ángel más fácil de capturar que Hadraniel, mi amor.


Pues, sea lo que sea que hagamos, porqué lo hagamos y de la manera como lo hagamos, estará a nuestro
lado apoyándonos.

Basta que perdamos el miedo de cumplimentarlo :


"¡Hola Hadraniel! ¡estás por aquí! ¿Todo está bien contigo?"

Tal vez en el comienzo nos sintamos unos idiotas o unos locos, hablando con seres "imaginarios",
¡principalmente si somos ateos practicantes y militantes marxistas!

Mas no te preocupes con eso, mi amor: ¡llévalo todo con humor!

Pues o esa especie de ángel es solo un medio para entrenar aquí nuestro contacto con arquetipos y
encontrarnos aquí con el arquetipo del amor y, ese arquetipo es un medio potentísimo de evolucionar
personalmente, o ese asunto del ángel es para valer y el máximo que tu arriesgas es ver a un ser "plumoso"
y alado cumplimentándote de nuevo...

Mas no te preocupes, en cuanto te murieras de miedo de eso, ¡Hadraniel te dejará en vida!

172
32 - CHARMIENE : EL CAMINO DEL MEDIO

Nuestro mundo, como tantos pensadores ya lo dijeron, es regido por la ley de los contrarios, mi amor:
"El frío crea el calor, el calor crea el frío".

Heráclito resume en esa fórmula, la dinámica entre los polos opuestos que regulan todo movimiento de
transformación en nuestro universo.

Toda definición en nuestro universo es así realizada a través de una relación indisociable entre
"cualidades" opuestas, o sea:
Algo es grande con relación a otra cosa que es considerada "pequeña", algo es caliente en comparación
a otra cosa en temperatura menos elevada, y así en adelante.
Los chinos llaman a estos dos polos contrarios e indisociables, que crean la realidad del otro en alternancia
a su propia realidad, de "Yang" e "Yin".
Solo el arquetipo, que en nuestro lenguaje cotidiano llamamos de "amor", escapa a esa ley de los
contrarios, mi amor, por no poseer algo contrario a sí mismo.

Mas, para que esa afirmación anterior no se quede desprovista de una argumentación que la fundamente,
tendré que proceder antes a una explicación técnicamente un poco mas detallada de esta dinámica entre
polos contrarios y alternantes, que los chinos llaman de "Yang" e "Yin".

Nuestro cerebro, por ejemplo, regula la fisiología activando el polo simpático o parasimpático del sistema
nervioso, que estimula la actividad física o el reposo, según la necesidad presente del organismo.
173
La fisiología hormonal regula igualmente a su propia producción, estimulándola cuando su nivel está bajo
y reduciéndola cuando está alto.
Este proceso de autorregulación es conocido en cibernética como "retroalimentación", donde el efecto,
como en el caso de la producción de hormonas, inhibe su propia causa cuando comienza a haber exceso
y la estimula cuando hay un inicio de escasez.
Los termostatos de nuestros aparatos eléctricos domésticos e incluso la descarga de agua de nuestros
sanitarios, funcionan según ese mismo principio de "retroalimentación" o "feed back".
Hasta la regulación de los sistemas galácticos y la vida de las estrellas es regulada a través de la
retroalimentación, mi amor.
En ese caso, es la fuerza de la gravedad que crea el calor intenso en el centro de las estrellas, que acaba
transformándolas en "supernova", preparadas a explotar.
Después de la explosión, la materia expelida se enfría, hasta que la bajada de la temperatura permite a la
gravedad aglutinar esa materia dispersa, iniciando así un nuevo ciclo de estrellas y planetas.

Hay dos tipos de "feed back" en la naturaleza, mi amor.


Todos los ejemplos descritos encima son llamados de retroalimentación "negativa", ya que el exceso de
efecto inhibe su propia causa y la escasez la estimula, o sea :
En el "feed back negativo", lo "mas" crea lo "menos" y lo "menos" crea lo "mas".

El término "negativo" se refiere entonces a esa posibilidad de INVERSION sistemática que poseen los
sistemas más complejos y evolucionados, sean naturales o programados por el hombre, de conectar el
efecto deseado a su propia causa, regulando así el nivel deseado, creando mas cuando hay menos y
menos cuando hay mas. .

La inversión sistemática en los sistemas regulados por retroalimentación negativa, indica que dos polos,
el "positivo" y el negativo", o el "calor" y el "frío", por ejemplo, se crean un al otro en alternancia continua.
Uno de ellos es así siempre o la causa o el efecto del otro, ya que ambos se transforman sistemáticamente
el uno en el otro.

Mas hay también el caso dicho "positivo", en que la retroalimentación intensifica una tendencia en el
sistema, en vez de alternarla, mi amor.
Ese feed back "positivo", donde el "mas" crea el "mas" y el "menos" crea el "menos", o sea, donde el efecto
estimula su propia causa cuando ya hay exceso y que continua inhibiéndola cuando hay escasez, es
propio de la reacción en cadena de la explosión atómica, donde cuantos mas átomos son escindidos, mas
habrá cisión nuclear.
La producción de las células cancerígenas, donde la producción acelerada de células de este tipo
estimulará sin cesar la propia producción, obedece igualmente a una dinámica de regulación tipo
"retroalimentación positiva".

Mas tanto la retroalimentación "negativa" como la "positiva" son útiles a la regulación de los sistemas y a
la organización de la propia vida, mi amor.

Sin feed back del tipo "negativo" no podría un sistema mantenerse, pues se desintegraría, o por exceso,
o por escasez.
Mas si no hubiese retroalimentación del tipo "positivo", ningún sistema podría crecer, evolucionar, en fin,
moverse, ni tampoco reposar, o alimentarse, pues durante la fase de reposo o de acción, el organismo,
o cualquier sistema organizado, tiene que estimular todo lo que facilite la acción o la manutención.

Así, mi amor, el feed back positivo regula la dinámica de evolución del sistema .
Mas esa retroalimentación está contenida en un sistema más amplio, de forma "negativa", que regula la
manutención, la sobrevenida del sistema, conteniendo cualquier exceso que amenace la estructura del
sistema.

Volvamos ahora a mi afirmación inicial, de que el amor no obedece a esa dinámica de contrarios, por no
poseer algo que le sea "contrario".

Si lo que aquí afirmo fuera considerado como válido, el amor tendría entonces que ser considerado como
el punto equidistante e inamovible entre contrarios alternantes, sería el "vacío", en término de fuerzas
conflictivas, sería equidistante de todo punto de vista, el radio de la circunferencia englobando todo lo que
hay, el centro absoluto de todo espacio-tiempo, de cualquier dimensión, la armonía del eterno presente.

174
Para eso, comencemos analizando una frase de Buda que, como sabemos, predicaba el "camino del
medio", luego el camino de lo que aquí llamamos de "amor".
Es la frase en cuestión:

"Buenos pensamientos producirán buenas acciones y malos pensamientos producirán malas acciones.
El odio jamas cesa por el odio.
El odio solo cesa por el amor"
Buda

Si aplicamos las nociones que describimos arriba, constataremos que el Buda se basa aquí en un sistema
de regulación tipo "positivo", donde lo "bueno" produce lo mismo. Idem para lo "malo".

O sea:
Cuanto más hubiera buenos pensamientos como causa, mas el efecto será la producción de buenas
acciones.
La afirmación de que "el odio jamas cesa por el odio", indica claramente que este también se encuentra
en una dinámica de regulación "positiva", donde una cosa intensifica y favorece la emergencia de lo que
ella misma es. Idem para el odio. "

La frase siguiente es bien enigmática:


"El odio solo cesa por el amor"

Podríamos creer que estamos aquí delante de un caso de feed back del tipo "negativo", ya que, según la
afirmación anterior, el amor tendría el poder de cesar la producción de odio.
Mas, para que tal regulación estuviese presente en la relación entre el amor e el odio, el segundo tendría
que tener igualmente el poder de cesar el amor.
Y eso no está contenido en la afirmación de Buda, ya que el no explica que "el odio cesa el amor".

Al final, si se tratase de una simple alternancia, ¿qué valor tendría la frase de Buda?

"El amor cesa el odio así como el odio cesa el amor". . . "Buda" . . .

Un poco simplista y sin valor humano, seria tal afirmación, ¿no crees, mi amor?

¿Cómo entonces tendría el amor el poder de cesar el odio, mas de no hacerse paralizar por él?
¿Cual es esa lección singular que el Buda intenta aquí transmitirnos?

Vamos a seguir entonces la pista de esa "asimetría" de poder entre el odio y el amor, mi amor.

En principio, según el modelo de la regulación por retroalimentación, o una cosa produce solo a ella misma,
en un sistema tipo "positivo", o dos contrarios se alternan, en el tipo "negativo"

Mas, si el amor cesa el odio : ¿por que el odio no cesa recíprocamente el amor?

Tendremos que comenzar analizando mejor el papel, la SITUACIÓN del amor.


Generalmente consideramos el amor como lo contrario del odio :
Amamos algunas personas, detestamos a otras ("detestar" es la palabra púdica que utilizamos para no
usar directamente la palabra "odio" que seria un "detestar" al extremo).
Mas, para demostrar que el amor no es lo contrario del odio, comencemos demostrando cual es el auténtico
contrario del odio, mi amor.

O sea, comencemos por buscar qué tipo de sentimiento se convierte alternadamente en odio, funcionando
así ambos según el principio de regulación a través de una retroalimentación tipo "negativa".
El amor no tiene, no puede tener contrarios.

Recordemos simplemente aquí, que si el amor tuviese algo contrario a él, seria apenas una realidad de
mas de ese mundo dual que vivimos, donde algo es grande en comparación a algo que es pequeño.
Algo es feo en comparación a otra cosa que encontramos bonita, etc.

Si el amor no es entonces lo contrario del odio, ¿quien seria entonces ese contrario?

175
El único y real opuesto del odio, el único sentimiento que se alterna indisociablemente con él, no es el
amor y sí el miedo, el temor, mi amor.

Pues odiamos lo que tememos y tememos lo que odiamos, mi amor.

Cuando amamos, no odiamos.


Cuando odiamos, no amamos.
No es posible amar realmente ocultando un odio a lo que amamos.
Aunque sea posible ocultar un amor detrás de un odio.
Lo que Chico Buarque llama, en la canción "Atrás de la puerta" de adorar al revés", como veremos mas
detalladamente mas adelante.

La relación entre amor y odio queda así asimétrica, en el sentido que el amor queda exento de odio en su
esencia, en cuanto el odio puede ser comprendido como una de las formas de experimentar amor.
En realidad, visto bajo ese ángulo, el odio no sería ,más que un pedido de amor.

Ya la relación entre el odio y el temor es simétrica e indisociable.

Pues expresar odio, es sentir temor a lo que odiamos.


Así como expresar temor es no osar odiar.

Por eso los perros atacan a las personas con miedo.


Los cachorros deberían dejar a las personas con miedo en paz :
¿Ya no estás con miedo?
¿Ya no indican con ese temor que reconocen la superioridad del perro con relación a ellos?
¿Por que aún atacan?
Simplemente porque los perros saben, mi amor, que nuestro temor de ellos no es más que la expresión
de nuestro odio a ellos.
Así, una persona que demuestra un gran temor frente a un perro, tiene muchas mas posibilidades de ser
mordida por él, que alguien que consigue estar lo más calmo posible y simplemente parar todo su
movimiento, calmamente, dejar que el perro decida si aún hay motivo para atacarlo o no, ya que esa
decisión, finalmente, solo depende del perro. . .
El ataque de un animal depende de su miedo frente a nuestro miedo de él que , y él lo siente muy bien,
esconde nuestro odio de él, odio de nuestra impotencia frente a su agresión potencial.

Odio y temor son entonces contrarios y alternantes, mi amor, en el sentido que cuando un está siendo
expresado es porque el otro está reprimido.

Debido a esa indisociabilidad de todo sistema alternante e bipolar, es que el odio y el miedo son. . .
Igualmente la misma cosa :
Son idénticos, por ser las dos caras de una misma moneda.
Son idénticos, cuando los vemos desde el punto de vista de la moneda.
Solo son "diferentes" si ignoramos lo que realmente son:
Los dos lados de la moneda.

Ya el amor no se comporta así, de la manera como se comportan temor y odio.

El amor "aparece" y "desaparece" de nuestro campo sentimental.


Creemos que odiamos a alguien que antes amábamos, porque nos ha abandonado, traicionado, o algo
así.
Mas, muchas veces en una sola vida, nos damos cuenta de que aquel "odio" que sentimos expresa mucho
mas nuestro dolor de la pérdida del objeto amado, nuestro sufrimiento por el abandono, por la soledad,
por la traición, que el fin real del amor que sentíamos.
Muy al contrario, ese "odio" que parece que substituye al amor que antes sentíamos, no es más que otra
manera de testimoniar nuestro amor a esa persona.
Una especie de "amor por al revés", como relata de manera muy pertinente Chico Buarte en la canción
"Atrás de la puerta" :
"Me puse a maldecir nuestro hogar, para manchar tu nombre, humillarte y vengarme a cualquier precio,
adorándote por al revés, solo para probar que aún soy tuya".

176
Por eso, mi amor, el odio que substituye en nuestros corazones al amor que sentíamos antes, no es más
que amor aún, aunque sea el "amor por al revés".
Y eso es difícil de entender, pues como vemos que amor y odio se alternan en nuestros corazones varias
veces durante nuestras vidas, suponemos que uno es contrario del otro, o que ambos son la misma cosa,
como vimos para el odio y el temor.

Mas no es así, mi amor.


Reexaminemos el caso del odio :
En toda circunstancia que lo expresamos, es el fruto de un temor oculto:

¡El temor es la única raíz del odio !

¿Por que odiamos ?


Unica y exclusivamente porque tememos:
Tememos la agresión, la soledad, el sarcasmo, la indiferencia, la pérdida, el dolor.
¿Y por que tememos ?
Porque odiamos.
Odiamos ser agredidos.
Odiamos la soledad.
Odiamos el sarcasmo de los otros.
Odiamos la indiferencia general a nuestra persona en particular, de las personas que no nos son
indiferentes.
Odiamos perder lo que cuenta para nosotros.
Odiamos sufrir.

Luego, cuando expresamos miedo, o tristeza, siendo la tristeza ya un manto mas para ocultar nuestro
temor, estamos ocultando el odio que sentimos en el fondo de nosotros mismos de encontrarnos en esa
situación y de sentirnos IMPOTENTES para salir, para escapar de ella.

Temor es, sobretodo, temor de expresar nuestro propio odio de algo que nos desagrada profundamente
y por lo cual nos sentimos amenazados e impotentes de enfrentarlo.
El odio que expresamos también es la expresión de ese miedo, miedo que llegó a su desespero y que se
desahoga catárticamente bajo forma de odio:
Pues cuando nos permitimos odiar es porque ya no tememos mas perder, por ya estar en el desespero de
haber perdido.

El odio es siempre la expresión de un temor máximo, llevado al desespero, es una última y desesperada
tentativa de escapar al terror de lo que nos amenaza.

Vi una vez una escena terrible, mi amor.


Filmaron una vez un macaquito siendo perseguido por una pantera.
El animalito corría desesperado intentando escapar.
El pánico que sentía era de cortar el corazón.
Llegando delante de un roquedal, su pánico llegó al punto máximo.

Como no podía avanzar mas, vimos entonces, en la escena siguiente, aquel animalito lanzándose , con
la furia del desespero, al encuentro de la pantera, como se quisiese intimidarla, convencido, en el
desespero de su locura, que podría destrozarla con sus frágiles mandíbulas.
¡Y vimos enseguida aquel enorme animal recular algunos pasos!
Pues la pantera temía que el macaquito le arrancase al menos un ojo, en su embestida furiosa.
¡El temor, pasó, durante algunos segundos, del macaquito a la pantera!
Él entró en el odio generado por el pánico de ella, ella en el temor generado por el ataque de él.
He ahí un ejemplo mas de esa dinámica de retroalimentación del tipo "negativo", mi amor.
Claro que un combate tan desigual no seria de larga duración, pues la pantera consiguió atacarlo sin temer
mas por sus ojos y lo estranguló sin dificultades.

Ahí está entonces, mi amor, el "secreto" de la relación entre el temor y el odio:


Odio es temor explicitado.

177
Temor que viene siempre cuando creemos que algo que nos pertenece, o que debería pertenecernos, que
nos fue o nos va a ser negado, retirado o disputado.
Odio es el miedo de la pérdida de una posesión, que tememos que nos sea retirada, o que tememos no
obtener.
Odio y miedo retratan así nuestra relación con la "relación de posesión": de alguien o de algo.

Claro que la tristeza, la envidia y los celos son apenas variantes de ese juego entre el miedo recogido y el
miedo explicitado bajo forma de odio.

Mas en ningún caso el odio es lo contrario del amor, mi amor.

Analiza largamente la cuestión.


Date realmente el tiempo de pensar en ella con calma e imparcialidad.
Constatarás que siempre encontrarás un miedo como motor, como motivador de una situación de odio.
Así como siempre encontrarás un odio, reducido a un estado de impotencia, como instigador de una
situación de miedo.

Intenta ahora el mismo ejercicio substituyendo el miedo o el odio por el amor, mi amor.

Verás que jamas conseguirás encontrar una situación de amor explícito, incluso un banal amor carnal,
incluso un amor mercantil, "prostituido", o interesado, que sea realmente movido al odio.
El amor siempre es movido por él mismo, o sea, por amor bajo forma de algún placer, por ver satisfecho
un interés personal cualquiera nuestro.
O entonces, mas prosaicamente , el amor será la expresión de un sentimiento profundo de paz, placer,
gozo, contentamiento, alegría, euforia, alivio, gratitud, sosiego, en fin, cosas que son todas afines al amor,
que nada tienen que ver, directa o indirectamente con odio o miedo, mi amor.

El amor solo tiene que ver con el amor.

Por eso es que el amor cesa el odio, mi amor.


Así como el amor cesa el miedo.

Mas, ni el odio ni el miedo pueden parar el amor, mi amor.


Odio y miedo apenas interrumpen nuestra consciencia del amor.
Mas él continua allá, impasible, en el fondo de nosotros mismos, esperando la calma, el fin de nuestra
tempestad de odio o miedo, para retornar a la superficie de nuestras consciencias.
Él retorna siempre.
Imperturbable, seguro de sí, en sí.
Pues es la certeza misma de que, en el fondo de nosotros mismos, estamos mas allá del odio y del miedo,
estamos siempre en él, en el amor :
Que lo sepamos o no.
Que lo aceptemos o no.
Apenas se mueve del fondo de nosotros mismos a la superficie de nuestras consciencias, mas nunca nos
abandona.
Nunca puede abandonarnos, pues es lo que en el fondo de cada uno de nosotros realmente es:

AMOR

El amor es el centro real de lo que somos, mi amor.


El amor es el centro real de todo lo que es.

Mas, antes de examinar ese centro de nosotros mismos, recordemos aquí, una vez mas, lo que Buda dice
:
"El odio solo cesa por el amor".

Ahora sabemos porqué, pues no estando implicado directamente con el odio, el amor sí puede cesarlo,
ya el odio no tiene ningún poder de cesar el amor, pues el amor es inalcanzable por él, dirigiéndose hacia
el centro de nosotros mismos, donde reside, desde que nuestro miedo no confesado lanza a nuestras
consciencias en el odio, que está allí para librarnos del miedo, para intentar encontrar una solución por la
178
violencia, ya que nuestro miedo no nos deja encontrar soluciones mas pacificas.
Entonces, cuando conseguimos llegar al amor, ya no precisamos mas del odio para buscar soluciones,
pues el amor se torna un consejero más eficaz que el odio, como todos nosotros sabemos, por haber
alternadamente recorrido el uno y el otro.

El amor es firme y no nos hace vacilar.

Ya el odio nos recuerda todo el tiempo, el miedo que intentamos esconder de nosotros mismos.
Miedo que nuestros "enemigos" descubran que los odiamos.
Miedo, cuando niños, que nuestros padres descubran nuestro odio hacia ellos cuando nos contrarían y
que puedan así rechazarnos, privarnos de amor.
Ya el amor nada teme, por no estar enraizado en el miedo y sí en él mismo.

Por eso Buda dice :


"El odio solo cesa por el amor".
Podríamos pensar que él podría haber dicho :
"El miedo (también) solo cesa por el amor".

Mas Buda sabia que el odio no es más que el miedo explicitado y que un corazón prisionero del miedo, o
peor aún, de la tristeza que disimula el miedo, difícilmente aceptará encontrar el odio dentro de sí, que
es raíz de ese miedo o tristeza exteriorizado.
Ya una persona en estado de odio, estará mas inclinada a reconocer su miedo, si algo puede indicarle que
el objeto "odiado" y , en el fondo, temido, no tiene ningún poder real de perjudicarlo.

Mas alguien que siente miedo, difícilmente conseguirá admitir que siente odio, ya que el miedo solo es,
en el fondo, el miedo de que descubran su odio y que el objeto que él teme lo castigue por ese odio.

Por eso solo del odio podemos deshacer la dualidad : "odio/miedo".


Desde el miedo, como su nombre indica, tenemos "miedo" de ver nuestro odio.
En realidad, en el miedo lo tememos todo, incluso al propio miedo.

Volviendo entonces al amor, mi amor:


¿Por qué sería nuestro centro ?
¿No sería eso una simple hipótesis argumentada, cierto, mas inverificable ?

Mas ve, mi amor, si odio y miedo son los dos extremos entre los cuales todo ser humano se debate todo
el tiempo, fuera de los raros momentos en que se permite amar o ser amado, en estos rarisimos momentos
en que no se siente amenazado por algo, en él o fuera de él, y siendo el amor algo que no tiene contrario:
¿Donde podría estar sino fuera de los extremos ?

¿Y donde podría estar algo que está fuera de los extremos, sino ENTRE ellos ?

Tu entiendes, mi amor, porqué el amor, por no tener algo que sea su contrario, se encuentra en el centro?

De ahí que sea el amor el centro de todo , mi amor, no solo de nosotros mismos, sino de cualquier realidad
fundada en el principio de los contrarios.
Buda predicaba el "camino del medio", mi amor.
Y ese "camino del medio", dicen los budistas, taoístas y practicantes de zen, es el vacío.
Y tienen razón, mi amor:
El amor es realmente el vacío.
Mas . . .
El vacío de contrarios, mi amor.

Para evidenciar que Dios es amor y que el amor no posee contrarios, luego, diferencias, los cristianos
dicen que Cristo es el "hijo único" de Dios.
Pues si el Dios-amor hubiese tenido dos o mas hijos, ellos se verían diferentes, alternantes, contrarios, de
algún modo , o sea portadores de una diferencia cualquiera que los diferenciaría.
Pues si no fuesen "diferentes", diferenciables : ¿cómo serían "dos" ?

179
Y si fuesen diferentes, ¿cómo uno de ellos no estaría carente de lo que sería la especificidad del otro?.

¿Entiende entonces , mi amor, por que Dios tiene un hijo UNICO? :


Es porque todo hijo de Dios es el UNICO hijo de Dios, por ser todos los hijos de Dios absolutamente
iguales.

Visto desde nuestros egos, mi amor, eso parece enfadoso, monótono, muerto, parado, amenazador y sin
gracia.
Mas solo lo sentimos así, mi amor, porque conocemos muy bien la vida bajo el reino de la diferencia, de
la alternancia, de la lucha entre contrarios, de la amenaza incesante de uno sobre el otro.
Mas desconocemos todo de la vida en la semejanza, en la fraternidad, en el COMPARTIR, que es la
esencia, la real naturaleza del amor.

El AMOR es entonces ese centro vacío de contrarios, mi amor.

Mas no juzgues aún el gozo, o lo monótono que debe ser ese centro vacío de contrarios, que acoge dolor
o placer con el mismo estado de espíritu.
No juzgues eso aún aquí, mi amor, desde la tempestad entre alternancias donde vives.
Deja que el amor te conduzca dulcemente a ese centro, CUANDO NO TENGAS YA MIEDO DE
HACERLE UNA VISITA , para que juzgues, estando allá, cómo es vivir ahí, ver las cosas desde ese centro,
desde esa "consciencia crística", como diría la mística cristiana.

Antes medita sobre ese hecho de que el amor no tiene contrarios, pues son el miedo y el odio que son los
dos contrarios que atormentan sin cesar a los humanos.
Piensa bastante sobre eso, mi amor.
Largamente.
Sin prisa.
Innumerables veces.
Tantas cuantas fueran necesarias, hasta que eso no salga mas de tu memoria, de tu consciencia, de tu
vida, de tus actos.
Y, sin que siquiera te des cuenta, mi amor, CHARMIENE, o el arquetipo de la armonía, estará inspirando
tus pensamientos, guiando tus pasos.

Charmiene es así, en la mitología de los ángeles, el portador de la misión de conducirnos, a través de la


armonía, al "camino del medio", como lo llamó Buda, al amor, al centro ignorado de nosotros mismos por
nosotros mismos.

El contacto directo con ese arquetipo de "armonía" o de "ponderación", no necesita obligatoriamente


revestirse de un lenguaje "místico", "metafísico".

Basta intentar entender que el amor realmente no tiene contrarios y que es por eso que :

1 - Sólo puede estar en el centro, equidistante de cada polo de nuestra realidad dual y alternante.

2 - Solo él, desde ese centro, puede cesar el odio, fruto literal de nuestro miedo.

3- Ese amor, centro de todo, está vacío de contrarios, vacío de otra cosa que él mismo, y por eso mismo
puede acoger con la misma equidistancia cualquier extremo, que nos parezca "bueno" o malo", benefactor
o amenazador.

4- Basta intentar entender estos tres puntos, para entrar en el "cielo", en el amor, en el mundo de "Dios",
en la esencia de lo que es y de lo que existe.

Pues todo lo que existe es regido de forma perfecta y armónica por el compartir, ya que todo exceso creado
por la activación imprescindible de la retroalimentación "positiva", acabará siendo compensado por la
manutención de la retroalimentación "negativa".

¿Existiría un "ángel", un "arquetipo" mas amigo nuestro, mas a nuestra disposición, más accesible que
Charmiene, mi amor?
Ciertamente no.

180
Buen viaje en él y con él, mi amor.

Y para eso, basta que lo olvides.


Intenta apenas entender lo que es extremo en ti, y lo que es centro en ti.
Déjate absorber ahí por esa pesquisa , mi amor.
Olvida despreocupadamente a Charmiene.
Pues él nunca se olvida de ti.

33 - ANANCHEL : EL ESTADO DE GRACIA

Paradójicamente, el estado de gracia es uno de los conceptos religiosos más adoptados en el vocabulario
"profano", mi amor.

Digo paradójicamente, porque la "gracia" se sitúa en el centro mismo del espirito religioso, puesto que
representa el estado de comunión con Dios.

En lenguaje lego, la gracia es asociada a una felicidad intensa, mas sin referencia directa a lo divino.
"Dios" parece así una hipótesis absolutamente innecesaria para explicar el estado de gracia.
Es más, todo pensamiento religioso parece desprovisto de razón para mucha gente, mi amor.
La manifestación de la gracia, la exaltación de lo divino, en mucho contribuyó para asociar la religión a lo
irracional.

Muchas personas huyen del pensamiento religioso, porque la "razón" en ellos rechaza el éxtasis del estado
de gracia, que les parece a primera vista una simple catarsis histérica de emociones desviadas de la vida
cotidiana, fruto de una total desesperanza en esta vida concreta, una incapacidad de enfrentarla que se
pone irracionalmente en la esperanza ciega de otra vida...

"Hipotética"...

181
Condenar esa posición del "ateo", sin mayores reflexiones, seria contrario al principio de la religión, mi
amor.
Tal condenación sumaria, sería incluso la prueba de que la religión no toleraría ningún debate a nivel
estrictamente racional.
Los religiosos deberían entonces reflexionar dos veces antes de criticar a alguien que critica, o incluso
que se burla del sentimiento religioso, o de la fe.
Afirmar simplemente que tal persona será fatalmente "castigada" por Dios por esa "ofensa" a él, denota el
miedo y la poca fe de las personas que practican una religión en sus propias creencias, mi amor.

Pues lo propio del sentimiento religioso, lo propio del amor, tendría que ser el deseo de ayudar a tales
personas a entender lo que puede haber detrás de una glorificación a Dios aparentemente "desmedida" a
sus ojos.
Aceptar, simplemente, la "fatalidad" de que las personas que se ríen de ese sentimiento, por ignorarlo,
sean castigadas por eso, corresponde mas a una mecánica vengativa que al espíritu del estado de gracia,
que es un estado de comunión.

Muchas personas portadoras de ese sentimiento de exaltación a Dios, tienen por eso mismo un gran pudor
en abordar ese tema, mi amor.
O por miedo de la ironía de los descreyentes, o para no sorprenderles.
Mas, en realidad, las personas que sienten la gracia de Dios difícilmente consiguen contener un estado de
euforia, mi amor, como también es verdad que la pérdida de ese estado llevó a muchos "fieles" a la
depresión y a la locura.

De un modo general, la pérdida de la felicidad, de la "gracia", es algo insoportable para nosotros los
humanos.

Son momentos terribles estos de post-gracia, de... "des-gracia", mi amor.


Solo para tener una idea del impacto real de la "gracia" en nuestras vidas, basta ver cómo toda pérdida
de felicidad es asociada a la palabra desgracia, mi amor.

Ningún término religioso es más popular que la gracia.

¿Cuantas veces al día hablamos ú oímos hablar de "eucaristía", por ejemplo?


¿Quién emplearía una palabra así fuera de un contexto religioso?
Y, entre tanto, la eucaristía es la manutención de la gracia propuesta en el ritual católico, como veremos
más adelante.
Ya la palabra "gracia" y la de su pérdida, la "desgracia", forman parte de los términos que todo humano
utiliza corrientemente.
Lo que indica el impacto del sentimiento de poseerla y el dolor de perderla.

Mas, finalmente, ¿qué es el "estado de gracia" ?

¿Qué es la "gracia"?

¿"Cuál" es la gracia?, decimos en portugués, donde "gracia" es lo que tiene el poder de hacernos reír.
Visto desde las cosas del día a día, la gracia, la alegría, la felicidad en fin, pueden surgir bajo muchas
formas.
Pues, en el mundo del día a día, peleamos con la "forma" de algo y no con el "algo" de la forma.
Pues el "algo" de una forma es el fondo que la forma, la esencia de donde ella emerge y que, para nosotros,
resta inaccesible.

Peleamos con formas y no con el fondo que las forma.

Peleamos con las "representaciones" que sentimos, mas no sentimos lo que ellas representan en el fondo.
Peleamos con presencias, mas, ignorando que ellas son apenas presencias, luego, pasajeras por
definición, no sabemos pelear con el presente.
Y en el fondo, mi amor, cualquier forma de gracia está vinculada a un estado de permanencia en el amor.

El amor es la gracia, mi amor.


La gracia es la permanencia en el amor.
182
Perdemos la gracia cuando perdemos la capacidad de sentirnos queridos, amados, por alguien, luego de
reenviar a nuestro "amado" el amor que sentimos por él y viniendo de él.
La gracia es así un estado de amor, mi amor.
Y la "des-gracia" es un estado de "des-amor".

Mas el desamor no es lo contrario del amor, mi amor.


Pues el amor no tiene nada que le sea "contrario", como lo bonito, que se define en comparación a lo que
hallamos feo, o lo bueno, que es lo contrario de lo que juzgamos malo.
El amor es exactamente el centro equidistante entre los contrarios, como vimos en el estado de Charmiene,
el arquetipo de la armonía.

Cuando consigamos entender el amor como el centro de todo, equidistante de todo juego entre contrarios
alternantes, o sea, cuando consigamos reconocer el "camino del medio", como lo llamó Buda, y surcarlo,
podremos permanecer largos momentos en contacto con el amor.
Y esa capacidad de mantenerse en estado de amor, es lo que conocemos bajo el nombre de estado de
gracia, mi amor.

La gracia es la prolongación de la armonía.


La armonía es la permanencia en el amor.
"Ananchel", es la prolongación, la expansión de "Charmiene".

Mas, evidentemente, para mantenerse en estado de amor, es preciso saber mantenerlo en si, o sea :
Saber nutrirse, alimentarse de él.

Y, como la fuente de todo amor es impersonal, pues toda forma de amor se nutre del mismo "fondo", de la
misma "fuente", fuente mas conocida en las religiones bajo el nombre de "Dios", quien no sabe nutrirse
de esa fuente en si, verá apenas el amor bajo sus formas y apariencias fugaces :
Un amante, una casa confortable, el amor a los hijos, a los padres, al país, o a su ciudad, la alegría de la
propia juventud, etc.
Claro que cuando perdemos así el contacto con el objeto de nuestro amor, perdemos la gracia, entramos
en "des-gracia".
Sin contar con nuestro miedo permanente de perder el objeto del cual depende nuestro amor, nuestra
alegría, nuestra gracia, pues tememos en permanencia por lo que amamos, pues no hay como negar que
toda forma es fugaz y pasajera.

Jesús es un ejemplo "humano" de alguien en carne y hueso que se sentía UNO con la fuente de todo
amor, que para él, evidentemente, representaba su "Padre" celestial, o "Dios".

Mas otros hombres llegaron al mismo sentimiento de gracia permanente, en el momento en que se
sintieron en contacto permanente, no mas con una forma especifica de amor, sino con lo especifico del
amor.

Ese contacto con la "fuente" del amor forma parte de una de las metáforas de Cristo, a través de la cual él
intentó enseñarnos a "beber" de esa fuente, afirmando que quien bebiese de ella, de la cual él se sentía
el representante, "jamas tendría sed" otra vez.

Hay, en esa afirmación, una alusión a la diferencia entre la forma y el fondo.


Para que "jamás tengamos sed", tendremos que encontrar el amor en sí, mas allá de sus apariciones.
Pues en cuanto solo consigamos amar a través de uno de los aspectos del amor, que sea la belleza de la
naturaleza o de un ser humano a quien amamos particularmente, nuestra "sed" de amor permanecerá.

Y, en cuanto no consigamos amar directamente la fuente de todo amor, de toda "belleza", la belleza que
se presenta a través de toda y cualquiera de sus emanaciones, sea cual sea su "avatar", en cuanto no
amemos el amor en sí, nuestra "sed" de él no será saciada.

"Ama a Dios sobre todas las cosas", nos "ordena" el primer mandamiento judeocristiano.
Esa "orden" es una invitación a que descubramos y amemos el amor en sí.

Entre tanto, la "belleza", el "amor", siempre emanan bajo una forma cualquiera, pues en este mundo de
formas, solo percibimos formas.
183
Mas en cuanto la forma es impermanente y fugaz, el amor en sí se "trans-forma", se "trans-porta" a nuevas
formas, renaciendo siempre de sus propias "cenizas", de su propio "polvo", o sea, en la materia, de la
materia.

En nuestra dimensión dual y humana, el amor nos convida a ese perpetuo renacer, a ese continuo co-
nacer, en cuanto presencia, en el presente.

Ese es, entonces, el secreto del amor, mi amor, el secreto que puede llevarnos al estado de "gracia", a la
permanencia en el amor en sí :
Él APARECE bajo toda y cualquier forma que podamos detectar a través de nuestros sentidos.
Él está presente en sus propias apariciones, mas no es la "aparición" en sí.
El no es la forma en si y sí el fondo que la encarna, luego, la transciende.
El amor no es la forma, es lo que la hace vivir.

Por eso es que la forma no está en el amor, en el sentido que él no cabe en ella, no haciendo más que
atravesarla, sin que esa pueda detenerlo en su expansión a través de ella.

A todos nosotros nos gustaría detener, parar en nosotros mismos el amor, reducirlo a lo que somos, mi
amor.
Reducir lo "infinito" del amor al "finito" de nuestra forma humana, intentar retenerlo en sí, en lugar de dejarlo
transportarnos, querer dominarlo, en lugar de guiarnos por él forma parte de lo que llamamos en el estudio
de los ángeles-arquetipos "Sandalfon", de "Complejo de Lucifer".

Eso demuestra que el amor está en nosotros, mas nosotros no estamos en él, pues, si estuviésemos, no
sentiríamos ni la necesidad de controlarlo, ni el miedo que nos "abandone".

"Sepa que yo estoy en usted, mas usted no está en mi".


En estos términos, en el texto religioso hindú conocido como Bagavad Gita", el avatar de Dios conocido
bajo el nombre de "Krishna" explicaba a su discípulo "Arjuna" la diferencia entre la forma y el fondo que la
forma.
Krishna enseñaba así a Arjuna, que el amor, en cuanto fondo, o fuente, atraviesa nuestros "egos"
humanos, luego, está presente en ellos.
Mas nuestro "yo", a su vez, no está presente en el amor :
Ya que, por ser limitado, el "yo" humano solo siente presencias limitadas, solo sabe relacionarse con el
que tiene igualmente límites.
Tendríamos aquí que hablar de "yo superior", para referirnos a esa intuición "humana" del amor en cuanto
fuente, tal y cual ella es enseñada por Krishna, Cristo, o Buda.
Como ese término suscita enormes polémicas y no es imprescindible para la comprensión del texto
presente, que se limita a aproximarnos a los límites de la relación entre la forma y el fondo que la forma,
no insistiremos en ese concepto.

El arquetipo de nuestra "intuición" de formar parte de un todo, de ser UNO con todo, corresponde al estudio
del ángel-arquetipo "Chequiná".

El "hecho" es que, por no tener límites, por ser fondo, el amor no cabría en ningún "yo", en ninguna forma,
en ningún límite, en ninguna definición.

Para ser exactos, el amor no cabe siquiera en sí mismo, como nos recuerda el cantante brasileño Djavan.

Por eso nuestra persona humana, limitada, se siente tan desamparada ante al infinito del amor.
Por eso nos es tan difícil mantenernos en estado de felicidad, de "gracia", pues tendríamos que confiar
permanentemente en el amor.
Tarea imposible a cualquier humano, limitado por definición.
El propio Cristo preguntó, poco antes de entregar su alma a Dios:
"Padre, ¿por qué me abandonaste"?

Imagina entonces, mi amor, si hasta Jesús, que se sentía UNO con Dios, vacilaba en su confianza al amor,
qué no pasará con nosotros, "hombres de poca fe" ¡y, a veces, hasta de ninguna!

Entonces, mi amor, cada vez que luchamos para "guardar" el amor, para "conservarlo", para "obtenerlo",
nuestra actitud mental ya demuestra que no confiamos en él, luego, que ya perdemos el contacto con él.
184
Mas, ¡qué difícil es, mi amor, qué difícil simplemente aceptar que el amor se dirija siempre a nosotros,
nosotros que no sabemos como dirigirnos a él!.

El amor es una PRESENCIA mi amor, mas no es la forma bajo la cual se presenta.


El amor es una encarnación, mi amor, mas no es carne.

Cuando decimos entonces "mi amor" , mi amor :

¿A quien estamos realmente dirigiéndonos ?


¿Al objeto de nuestro amor?
¿O a lo que él nos transmite ?
Nosotros creemos que cuando decimos "mi amor" estamos hablando con personas o objetos, o sea con
formas, humanas o no.
Entre tanto, el término "mi" amor solo es una indicación de lo que "me" permite amar, mi amor.

"Mi amor" no se refiere a nadie en especial, mi amor.

Si bien todos creamos que sí, por confundir una forma con lo que ella nos transmite, con lo que ella
transporta hasta nosotros.
Pues "mi" amor indica únicamente que siento amor.
O, mejor dicho: que siento la PRESENCIA del amor.
"Mi amor" indica que mi "yo" captó la presencia del amor en aquel objeto, en aquel ser al cual mi "yo" se
rindió.

Mi "yo" va así a confundir durante mucho tiempo el amor sentido con el ser que encarna ese amor sentido.
Jesucristo llegó hasta a encarnar para nosotros simbólicamente ese alimento divino que es el amor,
cuando, en la ultima cena, dice a sus discípulos, ofreciéndose a ellos simbólicamente bajo forma de pan y
vino :
"Ese es mi cuerpo, comedlo, esa es mi sangre, bebedla"

Esa proposición puede parecer chocante, "caníbal", cuando no entendemos que Jesús se refería no a algo
material, sino al amor en si, el amor de "Dios", para quien posee una relación personal con ese término,
simbólicamente representado por él : un hombre hecho de carne y sangre como los demás, mas totalmente
identificado a la transcendencia de su propia "materialidad".

Ese fenómeno, que los católicos llaman de "eucaristía", donde la hostia se vuelve el cuerpo de Cristo y el
vino su sangre, no es mas que el símbolo que nos recuerda que la fuente real y única de la vida, es el
amor , mi amor, y no una de sus encarnaciones.

Solo quien entiende que sólo el amor en si alimenta realmente el amor que sentimos en las infinitas formas
de la naturaleza, solo quien acepta alimentarse de amor, o sea, de "Dios", en el caso que esa palabra
forme parte de tu vocabulario, mi amor, conseguirá alcanzar el estado de gracia, o de manutención en el
amor.
Así , mi amor, siempre que sentimos que caemos en "des-gracia", basta acordarnos que estamos
nuevamente confundiendo el amor con una de sus apariciones.

ANANCHEL es el arquetipo de nuestra permanencia en estado de amor, en estado de "gracia", mi amor.


Ananchel es el "ángel" guardián de ese recuerdo de amor, permanentemente presente en el fondo de cada
uno de nosotros, mi amor.

Y del que debemos acordarnos para que nos recuerde siempre que la sensación de desgracia, de
desamor, solo es nuestro olvido, o nuestra ignorancia, de que la fuente real de todo lo que somos, es el
amor.
Cada ser que nuestros sentidos perciben representa una encarnación fugaz y temporal de esa fuente de
amor, que es conocida en la tierra, por billones de humanos, bajo el nombre de "Dios", mi amor.

EL AMOR ES MI ALIMENTO.

Es la exhortación, la "oración" que nos enseña Ananchel, guardián de nuestro estado de gracia.
¿Ya sientes el amor como tu fuente, mi amor?.
185
Entrena entonces el contacto directo con la protección de Ananchel, recitando para ti mismo esa "verdad",
para quien ya consigue captarla :

EL AMOR ES MI ALIMENTO.

No dudes en repetir para ti mismo eso mil veces mil, mi amor.


O más :

EL AMOR ES MI ALIMENTO.

Basta que tengamos un vislumbre de esa sensación, que es el propio amor que alimenta nuestro amor y
no una de sus apariciones, para que "Ananchel", o el arquetipo del estado de gracia, venga en nuestro
auxilio, mi amor, extendiendo el manto de la gracia bajo nuestros pasos, floreciendo nuestro camino
milagrosamente con paz, alegría y gratitud.

Ama entonces, mi amor.


Ama en cristiano, ama en ateo, ama en pagano.
Ama en redimido, ama en pecador.
Ama cuando te deleitas, ama cuando odias.
El amor siempre te comprenderá.
Aprende a sentirte comprendido por el amor, mi amor.
Verás como eso es mucho más importante que comprenderlo.

34 - NATANIEL: LA LLAMA

Si yo dispusiese de una sola imagen para caracterizar al ser humano, diría que somos llamas, mi amor.

Diría incluso que somos centellas, o mejor, chispas.


Y como es posible subdividir siempre mas el "fuego", diría que somos aún menores que las más minúsculas
subpartículas energéticas.
Somos menos aún, mi amor, yo continuaría subdividiendo infinitamente cada nueva micro vibración, como
si quisiese reducirla al cero absoluto.
Perdería todo miedo de encontrar la nada, el vacío, de eliminar todo y cualquier trazo de pulsación de vida
y subdividiría nuevamente cada infinitesimal porcióncita de la llama humana, intentando retirarle toda
substancia, toda duración en el tiempo, toda ocupación de espacio.

Solo así, libre del miedo de acabar con todo lo que constituye lo humano, podría constatar la real maravilla:
Pues, por mas que yo intentase reducir y aún reducir, retirar y retirar de nuevo y aún mas, subdividir
repetitiva e incansablemente lo que somos, siempre quedaría "algo".

No hay cómo "acabar" la dimensión de un ser humano, mi amor.

Si me permites, prefiero no pronunciarme sobre la muerte física, ya que supongo que estás en el mismo
caso que yo y que toda la humanidad, pues nuestra razón no tiene acceso a ese espacio, luego, no
podemos afirmar si los muertos, si los suicidas, consiguieron dar fin a la llama que los hacía existir.

186
Mas, en el espacio de la vida, asistimos cotidianamente a esa subdivisión frenética de sí mismo, mi amor.
Funcionamos como una bolsa de valores:
Unos días, nuestra cotización está "allá encima", otros días, "allá abajo". . .
La "cotización" en alta tiene límites, pues por mas que nos sintamos magníficos, hay siempre un resquicio
de duda de fondo, que enfría la inflación narcisista.

Mas el "pozo" de la autodepreciación parece no tener fondo :


Siempre caemos mas bajo de lo que creeríamos.
Siempre nos sentimos mas ridículos de lo que soportamos ver.
Siempre nos deprimimos mas de lo que conseguimos disimular.

Entretanto, mi amor, a menos que optemos por la creencia absolutamente irracional de que, acabando
con nuestro cuerpo, acabaremos con nuestro sufrimiento moral, por mas que nos sintamos menos que
menos que nada, continuamos mentalmente vivos.
Y es ese detalle ínfimo el que demuestra nuestra grandeza infinita:

Somos indestructibles, mi amor.

Claro que solo podrá constatarlo quien, desde el fondo del desespero, renuncie a destruir su propio cuerpo,
aceptando intentar antes destruir su espíritu.
Por mayor que sea el desespero, si resistimos a la tentación de huir de él a través de la eliminación física
del cerebro que lo capta, veremos surgir, del fondo tenebroso de la más absoluta confusión y descreencia,
la más aguda y cristalina lucidez.

No pienses que es tan difícil para mí probar la veracidad de esa afirmación, mi amor.
Si reflexionas calmamente sobre la cuestión de lo que turba nuestra clareza mental, constatarás que la
única cosa que nos impide poseer una facultad lógica y intuitiva, próxima de lo absoluto, es nuestro miedo
de que nuestras esperanzas no se concreticen.

Pues siempre esperamos algo, mi amor :


De la sociedad, de la persona amada, de la vida, de Dios.
Y vivimos reprimiendo el miedo permanente de que lo que esperamos nunca venga.
La música que lanzó la carrera de Chico Buarque en el Brasil se llama : "Pedro pedreiro" (Pedro el albañil)
y cuenta precisamente el devaneo de ese esperar infinito y agonizante.

Todo terapeuta te comprobará, mi amor, cómo él asiste, atónito e impotente, a personas adultas que
esperan que aquella protección, aquel consejo, o aquel amor que les faltó de parte de los padres cuando
eran pequeños, les sean ofrecidos por la persona amada, por el gobierno, por el patrón, por Dios en
persona, o por un ángel, como mínimo.

No sirve de nada explicar que aquella "insaciedad", que aquella "carencia" infantil, no será "compensada",
en la edad adulta, por otra persona :
Tal y cual "Pedro pedreiro", esperamos una cosa "mas linda que el mundo, mayor que el mar".

No sirve de nada explicar que ni Dios en persona puede suplir aquella falta de lo que el niño no tuvo.
No sirve de nada contar con el famoso "luto psíquico", arma psicoanalítica para remover "psico-
cirurgicamente" el dolor.

En el fondo, el dolor quedará.


Bajo forma de nostalgia.
Bajo forma de cinismo.
Bajo forma de conformismo.
Bajo forma de racionalismo ateo, en realidad un irracionalismo que cree que no creer en Dios es "razón"
y no una creencia aún más ingenua que las demás, ya que las otras invocan la fe, en cuanto la creencia
de que Dios no existe, invoca la razón, confundiendo la razón con una de sus hipótesis.

Sea entonces cual fuera el artefacto, el subterfugio, la piedosa mentira que invoquemos, que ella sea
pseudo-racional o se apegue a la creencia en otra vida paradisiaca, todo humano es "empujado para
abajo" permanentemente, mi amor.
Atraído por un estado de ánimo "deprimente".

187
El miedo, la depresión, la tristeza, el desespero, son para nuestras mentes lo que la gravedad es para
nuestro cuerpo:
En cuanto no conseguimos llegar al fin del fin del dolor, al fin del fin de la esperanza, nuestras mentes no
encontraran un suelo firme en el cual apoyarse.
Seremos únicamente "Pedro pedreiro esperando el tren que ya viene". . .

Solo cuando no esperemos absolutamente nada más, menos nuestras mentes podrán dejar de raciocinar
en función de nuestras expectativas, para reflejar únicamente en función de lo que se encuentra delante
de nosotros, o dentro de nosotros.

No tener mas miedo de encontrar sea lo que fuera, por no esperar nada de sea quien fuera, es el único
medio de obtener una razón que no se reduzca al miedo de pensar.
"Quien procuró un camino y lo siguió, ya es descreyente de un día feliz" afirma Vinicius de Morais,
encontrará de nuevo "el amor, la sonrisa y la flor".

No soportamos el dolor, mi amor.


Así que lo encontramos, huimos de él.
Mas continuará en el fondo de cada uno de nosotros :
A pesar de nuestras terapias "bien trabajadas", convertidas inclusive en "profesión".
A pesar de nuestra fe en Dios.
A pesar de nuestra lucha en pro de un futuro mejor.

Todos nosotros somos grandes charlatanes de nuestro propio sufrimiento, mi amor.


Pues por ser tan grande, tan inmenso, tan desesperante, tan insoportable, inventamos mentiras para
calmarlo, creencias basadas en la fe o en un racionalismo pseudo científico.

Cuando lo más simple, lo mas obvio, seria constatar, nuevamente como nos indica Chico Buarque, que
es "inútil ilusionarse", porque. . .
"El dolor no pasa". . .

Quien ya consiguió llegar al menos a la lucidez de constatar que la mente miente permanentemente a si
misma, para calmar el miedo de su proprio desespero, podrá entonces dejarse hundir en la depresión.
No en aquella depresión "psiquiátrica", donde nuestra consciencia es ofuscada por el miedo.
Mas si en la "depresión" que es la consciencia lúcida de ese miedo.

Me refiero aquí a una depresión que es exactamente lo contrario de aquella que nos lleva al psiquiatra,
una depresión que eleva nuestro nivel de consciencia, que nos lleva precisamente a la consciencia de que
no tenemos "suelo" lógico, que ningún humano puede saber, en el ámbito de la razón, porqué y para qué
existe, lo que vuelve ridícula y absurda cualquier acción.

"Cómo puedo saber de donde yo vengo (luego, quien soy, por qué o para qué vivo) si la simiente profunda
( o sea, mi propio origen ) no lo toqué", canta el grupo Mestre Ambrosio en la música "Sêmen", ilustrando
ese sentimiento.
"Solo sé que no sé nada", es la fórmula de Sócrates, que transforma ese "caos", ese estado de "depresión",
en fundamento de toda "razón".

Ese ahí es el suelo, el piso, el solar, el fundamento de la razón, mi amor.


También es la base de la intuición, mas no hay contexto aquí para demostrar que la auténtica razón es
intuición y que la auténtica intuición es razón.
Solo de ahí, del "fondo de sí", podremos constatar eso.

Mas ya podemos intuir que, quien "pensa" o quien "intuye", a partir del punto donde no hay nada mas a
esperar, tendrá que saber destruir, por la razón, toda "intuición" que sea una simple fuga, por miedo del
dolor y de la decepción.
Ya podemos suponer que las únicas ideas "intuitivas" que resistirían a la acidez corrosiva de una razón
sin concesión, serían las que conseguirían consolidarse, encarnando la "materia" lógica de la más pura
razón, en la medida que avanzan en nuestras consciencias.

Mas, en cuanto huimos del dolor, ni la razón, ni la intuición, tendrán la más mínima consistencia en nuestras
consciencias, mi amor.
188
Ellas solo nos harán conocer la agonía.
Bajo todas sus formas.
Unos días nuestras mentiras nos harán un poco más felices.
En otros nos avergonzaremos de haber creído en ellas.

Solo la dureza de la desesperanza total y absoluta puede aportar la solidez necesaria a la razón.

Solo desde ahí, desde ese punto de solidez total, podremos constatar que somos realmente
indestructibles, mi amor.
Pues de él veremos brotar una fuerza que no teme mas fantasmas, que no se deja mas hipnotizar por
simbologías cabalísticas o místico-esotéricas.
Mas tampoco se contenta de un racionalismo mediocre, ingenuo, que intenta reducir la razón del mundo,
a la razón de nuestro mundo personal.

De lo mas extremo de nuestra pequeñez, de nuestra mediocridad intelectual y afectiva, de nuestra


impotencia a ni siquiera saber quienes somos, por que somos, o lo que somos, descubriremos nuestra
indestructibilidad, mi amor.
Y por mas que descendamos a las profundidades del infierno de la auto depreciación, constataremos que
aún existimos y que nuestra capacidad de raciocinar asciende, indiferente a nuestras débiles y parciales
opiniones.

Esa "llama de vida" que nosotros somos, es así indestructible, mi amor, inatacable por nuestro miedo y
por nuestras ilusiones, sueños, creencias y otras falsas certezas.
Somos esa fuerza que, cuanto más diminuye, cuanto más es atacada, cuanto más es reducida a nada,
pulverizada, desintegrada en polvo, en polvo del polvo del polvo, mas crece, mas se levanta, mas se
corporifica, mas se conscientiza, mas se energiza, mas ÉS.

Somos, mi amor.

Y punto final.

NATANIEL, en la mitología de los ángeles, representa ese arquetipo de nuestro "fuego", que es más
potente que el más potente de los arquetipos:
La certeza de la indestructibilidad de nuestra llama, mi amor.
Certeza que espera por nosotros, en lo mas profundo de nuestras incertezas.

Cuando decidas descender hasta lo más hondo de tus infiernos interiores, "él" te acompañará.
Bajo forma de ángel o, si así lo prefieres, bajo forma de clareza, de lucidez, de "luz".
El te ayudará a "quemar", a "clarear" la obscuridad de toda ilusión que, por ventura, aún caigas en la
tentación de, por miedo, apegarte a ella.

Lo que te espera allá en lo más profundo de ti mismo, claro, solo tu mismo podrás descubrirlo, mi amor.
Mas, sea lo que fuera que descubras sobre ti, verás que será bello e indestructible.

Si aún tienes miedo de descender hasta el fondo del fondo de ti, no te entristezcas, mi amor.
Si leíste este texto hasta aquí y estás de acuerdo con él, de cierto las fuerzas de tu inconsciente continúan
preparando ese viaje.

Los frenos inconscientes que aún te impiden proseguirlo, quieren tan solo que tú lo realices en las mejores
condiciones de éxito posibles.

Si tienes la impresión de que ya realizaste centenares de veces ese viaje y volviste de él cada vez mas
desolado que antes:

¡Alégrate!
¡Falta menos de lo que crees para el desenlace!
Pues tu "no-éxito", significa nada más que, cuando llegas casi al final, aún te asfixias en tu propio miedo y
tienes que volver a la superficie de tus propias mentiras sobre ti mismo, para disminuir una tensión que tu
cuerpo físico aún no aguanta soportar :

¡¡FALTA AUN LA TOMA DE TIERRA CORPORAL!!


189
Diviértete entonces, sal, aunque sea artificialmente, pero conscientemente, de tu amargura por la risa, de
preferencia :
Ríete de ti mismo.
Verás que no tomarte en serio será lo que mas podrá ayudarte a llegar a lo mas profundo de ti.
Pues, tal vez no me creas, mas las carcajadas están a años luz de mas profundidad y mas sabiduría que
las lágrimas.

La risa es el fundamento de la técnica iniciática conocida bajo el nombre de "zen", mi amor.


La risa, es lo "serio" que se ve y que se ríe de lo que ve.
Mas…
Solo se ve a sí mismo…
Quien ve que no se veía…

Y no se veía porque tomaba en serio sus propias mentiras, erigidas como barreras contra el miedo de
verse, de saberse sin "caos", de descubrirse "solo sabiendo no saber nada"…
Como el zen, la risa transciende toda palabra, toda descripción, la risa es el propio "fuego" de nuestra
llama indestructible.

Entretanto, precisas llorar todo lo que precisas llorar, para llegar a la risa eternamente presente dentro
de ti.

35 - JOFIEL: DEL MIEDO DE SER AL PODER DE RECREARSE

La vida es un mar de dudas, mi amor, he ahí nuestra única certeza.

Tenemos tantas dudas recurrentes y persistentes y tan pocas certezas y , aún así, tan fugaces, que la
duda se ha vuelto la única certeza del hombre "moderno".
Y tener "dudas" se ha vuelto sinónimo de "pensar", y tener "certezas" se ha vuelto sinónimo de "fanatismo"
o "imbecilidad", si haces una diferencia entre los dos, mi amor.
Cualquier persona nos citaría hoy, mi amor, el conocido dicho :
" Lo que el sabio busca, el tonto ya lo encontró".

Y eso es una manera más de dar a entender que "razón" es sinónimo de "duda" y "certeza" sinónimo de
"irracionalidad".

Mas, ¿será que conocemos DE VERDAD, la diferencia entre duda y certeza?

Ciertamente no, mi amor.


Como millares de otros conceptos que utilizamos corrientemente, "duda y certeza" parecen tan obvios y
evidentes "en si", que nadie "duda" que sabe lo que "son", luego todos tenemos la "certeza" de que
sabemos utilizarlos.

Gran engaño, mi amor . . .

Veamos esa CONFUSIÓN que quiero aquí denunciar mas atentamente, mi amor.

190
¿Qué es una "certeza"?
Por definición, algo que no está sujeto a dudas.
Y ¿qué es la "duda" ?
Todo aquello que tiene el poder de "amenazar" una certeza, de cuestionarla.

Creo que no hay "dudas" en cuanto a la definición que propongo de los dos términos, mi amor.
Podemos incluso deducir, sin que tampoco haya margen para dudas sobre eso, que desde el punto de
vista estrictamente RACIONAL no existen certezas, en el sentido estricto de esa palabra, ya que toda
certeza "racional", solo es "certeza", hasta prueba de lo contrario.
La propia ciencia, representante "oficial" de la razón, ya tuvo que revisar sus propias "certezas"
innumerables veces.
Tanto es así, que la ciencia no trabaja directamente con "certezas" o con "verdades", sino únicamente con
MODELOS, con los que ella DEDUCE de las experiencias reproducibles y únicamente de éstas. Hasta
que nuevas experiencias contradigan las antiguas, hasta que la física cambie Kepler por Copérnico, o
Newton por Einstein.

Visto entonces que lo que nos parece "certeza", incluso en el ámbito científico, solo es "certeza" hasta
prueba de lo contrario, bien podrías ahora estar pensando, mi amor :
¿Que "mal" habría entonces en pensar que la única "certeza" es la duda ?

Mas hay un gran mal en eso, mi amor.


Ese mal, y repito la palabra : MAL, es que olvidamos :
"LA PRUEBA DE LO CONTRARIO".

Suspendo aquí por un párrafo mi demostración, para hacer una comparación. Jesús dice :
"AMA AL PRÓJIMO COMO A TI MISMO".

¿Cuál es el cristiano, el adepto de Jesús, que está realmente interesado en ese "como a ti mismo", mi
amor ?
Poquisimos.
La mayoría intenta "amar al prójimo" "des-amándose", violándose y mintiéndose a sí mismo.

La mayoría intenta dar lo que no tiene, lo que no puede.


Muchos intentan incluso ser como San Francisco de Asís, dando "todo lo que tienen" .
Mas. . .
Olvidándose de DARSE a Dios antes. . .

¿Tiene sentido dar al prójimo lo que no se da a sí mismo, y creerse "seguidor" de Jesús, mi amor?
Mas ¿cuantos de nosotros, si se examina REALMENTE, se ama a sí mismo ?

Pues, volviendo a la noción de "certeza", la cuestión de la "certeza hasta PRUEBA de lo contrario" obedece
al mismo RIGOR LOGICO que la frase de Jesús.
Ya que, así como Jesús sabia que era imposible dar amor al prójimo cuando se odia a sí mismo, es
imposible poner una "certeza" en duda, SIN PRUEBA.

Y eso es LEY, mi amor.


Hasta en el ámbito humano, jurídico, eso es ley :
Todos sabemos que nadie puede ser condenado sin pruebas.
Para que alguien sea condenado, tiene que haber un mínimo de índices concordantes que ultrapasen de
manera inequívoca la "ley" de la probabilidad.

Mas :
¿Actuamos realmente así en nuestras propias vidas, mi amor ?
¿Solo cambiamos de "certeza" a partir de una PRUEBA de lo contrario ?

¿Son realmente nuestras certezas, "certezas hasta la prueba de lo contrario"?


¿O reina en nuestras cabezas un estado de terror y de confusión irracional, donde cualquier duda puede
derribar cualquier certeza sin aportar la más mínima prueba ?

¿Sabemos en QUE se basan nuestras certezas ?


Y, si no lo sabemos :
191
¿Cómo pueden defenderse de los ataques infundados de las dudas infundadas ?.

¿Tenemos REALMENTE consciencia de la necesidad de establecernos eso de una vez por todas y de
manera clara e inequívoca, sin el que todo acto de "pensar" no es más que una caricatura, un simulacro
irracional de "razón" ?.

Tengo CERTEZA de que no, mi amor.


Tengo certeza de que no nos ocupamos realmente de estas cuestiones.

Dejamos que nuestras "certezas" sean "desrespetadas", desnaturalizadas en lo que ellas son, por
cualquier "dudita" que pase por nuestra cabeza en un momento bajo de nuestra autoestima.
"Bajón" mas conocido como . . .
"Momento de duda". . .

Entretanto :
¿Desde cuando la duda es "prueba" de algo, mi amor?

Mas:
¿Será que esperamos que haya PRUEBA o indicio de prueba para entrar en "duda" ?

De nuevo tengo CERTEZA de que no, mi amor.


Tengo certeza de que la mayoría de nosotros, la mayoría de las veces, se guía mas por un SENTIMENTO
de "inferioridad" que por la "intuición" de que algo está "errado" en nuestra "certeza".

¿Que seria entonces PEOR para la razón humana, mi amor?:


¿Seguir una certeza que no encontró la "prueba de lo contrario" hasta encontrarla, o paralizarse en una
duda que hace todo y nada para parecer indiferenciable, confuso, muerto, "amenazador" ?

Duda, sin prueba, o sea : SIN RAZÓN, en todos los sentidos de esa palabra, es MIEDO puro, irracionalidad
pura, mi amor.

Mas, repito, incluso pareciendo agotador :


¿Quién de nosotros se interesa realmente en constatar eso, o sea :
Que toda duda QUE NO PUEDE APORTAR PRUEBAS , SIMPLEMENTE ES ILEGITIMA?.

Por eso , tenemos que seguir obstinadamente nuestras "certezas" para que ellas nos lleven a la prueba
de lo contrario, mi amor.
Pues alguien que no confía en sus certezas jamas se deshará de ellas, simplemente las renombrará de
"dudas", "hipótesis", "cuestiones", mas continuará orientándose a través de ellas sin poder nunca
abandonar la nebulosa permanente de la confusión entre la duda de la certeza y la certeza de la duda.

Pues hasta un ciego aprende a "ver" con los oídos, con el olor, con el sabor o el tacto.
Y cualquier idea idiota, "ciega", cuando sea aplicada honestamente, revelará la prueba de sus deficiencias.
Mas quien deja que su mente le "ciegue" y no sigue lo que le parece certeza, quien por miedo se paraliza
en la "duda" sin ni siquiera procurar saber qué "prueba" fundamenta su duda, ese es el "peor ciego", pues
como dice la frase: "El peor ciego es aquel que no quiere ver".

Miedo de errar, es CERTEZA de permanecer en el error, mi amor.

Solo perderemos el miedo de ser, cuando aceptemos construir nuestras "certezas" a partir de las cenizas
de certezas pasadas, dejando así de autocondenarnos a la nebulosa genérica y RACIONALMENTE
ILEGITIMA de la duda, mi amor.
Solo así perderemos el miedo de SER y entenderemos que SER no es más que " RECREARSE"
permanentemente, mi amor.

Medita entonces sobre esta reflexión hasta aquí formulada, el tiempo que precises, mi amor.

Puedo garantizarte que nada tienes de mejor o de más importante a pensar en tu vida, que procurar la
PRUEBA DE LO CONTRARIO de lo que aquí afirmo, luego, de lo que aquí establezco como "certeza"...
hasta "tu" prueba de lo contrario...

192
Si aún eres de aquellas personas que no soportan las dudas de especie ninguna, que detestan que
contradigan sus "certezas", necesitas meditar aún mas sobre lo que aquí afirmo, mi amor.
Pues lo que aquí afirmo NO es que "no se deba dudar".
Tan solo afirmo que, quien no fundamenta su duda a partir de pruebas o indicios, y que en lugar de
confrontar "pruebas y certezas" se mantiene en la duda por "miedo de errar", aún no construyó su propia
opinión, su propia individualidad.
Tal "persona" no es aún un individuo, no posee aún existencia propia .
Tal persona piensa que piensa a partir del miedo, cuando es simplemente y literalmente PENSADA por el
miedo.
Si aún "eres" así, mi amor, simplemente "no eres" mas que miedo, pues es el miedo el que "es" en ti y en
tu lugar.

Toda CREATIVIDAD, es un don del error, mi amor.

Quien perdió el miedo al error, hizo de él su mayor aliado.


Quien huye del error, se condena a la duda y a la ignorancia "eternas".
Si hay un "infierno" he ahí una de sus principales salas de torturas...

Quien se lanza al "ridículo" de sus "certezas" y transforma el orgullo herido no en castigo, sino en energía
de recreación de sí, quien "se perdona", por sea lo que sea, en nombre de su coraje de intentar, este
descubrirá el DON DE RECREARSE.

JOFIEL, en este nuestro estudio de los arquetipos humanos bajo forma de ángeles, mi amor, es el poder
de la creatividad.

Jofiel nos incita a seguir a lo que creemos que es "bueno", "bien", o "bello" para nosotros.
Ese potente ángel-arquetipo nos ayuda a romper con la duda que esconde el miedo que nos paraliza.

Pues el miedo se oculta detrás de la duda, y de una pseudo-racionalidad, haciendo de toda certeza algo
tonto y ridículo, utilizando la crítica del error como arma para destruir.
A sí y al otro.

A su vez, la "certeza" que sale en busca de las pruebas que la contraríen, utiliza las mismas criticas del
error, que el miedo usa para destruir, para reconstruir, para renacer de las cenizas, para RECREAR.
A sí y al otro.

Perdamos entonces el miedo de actuar, mi amor.


Perdamos el miedo de ser "ridículos".
Perdamos el miedo a que nos condenen.
Perdamos el miedo de "pagar" por nuestros errores, pues lo que realmente cuesta caro es pasar por la
vida y no vivir por miedo de vivir.

En estos momentos de "certeza", de CREACION DE SÍ, despertamos a "Jofiel", o arquetipo de la


creatividad en nosotros mismos, mi amor.

Así que una proyección mental nuestra, bajo forma de CERTEZA, sea transformada en ACCION y
corresponder a nuestro "bien", Jofiel, o el poder de la creatividad, buscará los medios de materializar, a
partir de nuestra energía de acción, lo que deseamos.
Por otro lado, así que nuestra elección sea "errada", así que la duda nos conduzca a la evidencia de que
nuestra acción comporta "daños" para nosotros o para los demás, la creatividad activada nos inspirará, a
fin de sacar las lecciones del "error", para sacar provecho de él y construir, gracias a las lecciones del
"error", algo aún mayor de lo que pretendíamos.
El arquetipo del arcángel Jofiel es así el "secreto" de la dinámica, entre la "certeza" y la "duda".
Y ese "secreto", es a su vez la llave que acciona toda creatividad.

¿"Dudas" aún de lo que aquí afirmo, mi amor?

Te entiendo.

193
Al final, estamos tan acostumbrados a ser ridículamente esclavos dóciles y pasivos de la parálisis que
llega de la duda, duda que llega del miedo, que cualquier "certeza" y... peor aún... cualquier "entusiasmo"
que provoque, nos parece infantil y tonto.

Mas cada uno escoge su ridículo, mi amor :


El ridículo de errar por intentar, o el ridículo de errar por omisión.

En apenas uno de los casos el error sirve de lección, mi amor, pues toda "lección" es fruto de una
experiencia y no de una suposición, mi amor.

Mas no voy a "revelarte" en cual de esos dos casos el error es una lección y en cual de ellos el error es
una condenación.

Voy a dejarlo así. . .


Voy a dejar esa "duda" en el aire. . .
Vamos a ver si tu llegas ahí a una de esas "certeza hasta prueba de lo contrario".

Si la "duda" permanece, pregunta a Jofiel, mi amor.


El te revelará ciertamente la respuesta. . .
¿Quién sabe si así llegarás a la certeza de que lo habrás capturado?.

36 - IOFIEL: LA BELLEZA DE TODO VALOR,


EL VALOR DE TODA BELLEZA

¿Será que la belleza es una cuestión de forma, o una cuestión de fondo, mi amor ?

Muchas personas ligan la belleza a la estética, a la apariencia, a la forma como se presenta algo o alguien.
Ya otros están más atentos a lo que emana de dentro de una persona, del "fondo" de ella.
Incluso con relación a los objetos, la pregunta permanece :

¿Lo bello es lo que se ve con los ojos o lo que se siente con el corazón?

Pero es difícil distinguir lo que los ojos ven de lo que el corazón siente, mi amor, pues, si examinamos esa
cuestión mas minuciosamente, constataremos que :

Los ojos solo ven lo que el corazón siente...

Hay un famoso dicho que dice :


"Ojos que no ven, corazón que no siente", refiriéndose a una traición de la cual no sufriremos cuando sea
cometida en nuestra ausencia.
Mas antes deberíamos decir :

"¡Lo que el corazón siente, los ojos lo ven!"

Pues solo creemos en lo que siente nuestro corazón, solo "vemos" lo que el corazón siente.
Ve solo si no es así, mi amor :

194
Cuando desconfiamos de alguien, cuando SENTIMOS que una persona no nos inspira confianza, poco
importa que nos parezca leal y fiel delante de nosotros, pues "algo" en ella , en su "manera de ser",
continuará inquietándonos.

Un poco de reflexión sobre esa relación entre los sentidos y los sentimientos, un poco de observación de
nuestro comportamiento del día a día, o de la manera de hacer dos nuestros semejantes, acabará de
convencernos de que son los sentimientos los que modulan lo que vemos y no lo contrario, mi amor.

Pues la percepción no es un HECHO.

Sólo es un punto de vista subjetivo :


"Vemos" lo que CREEMOS que vemos.
Tanto es así, que nuestro punto de vista sobre algo o alguien, cambia frecuentemente durante nuestra
existencia.
A veces algo que encontrábamos horrible acaba tornándose bonito a nuestros ojos.
Algunas personas que detestábamos, acabamos simpatizando con ellas.
Otras que amábamos, que encontrábamos interesantes, lindas, sensuales, puede acontecer que después
de un cierto tiempo no tengamos nada que conversar con ellas.
¡Y hasta que nos parezcan feas, que nos desagrade hasta tocarlas!

Mas, lo que es más increíble aún, lo que vuelve aún más obvio que los sentidos obedecen a los
sentimientos, es que :
¡¡Una misma persona puede en ciertos momentos parecernos simpática, adorable, linda y sensual y en
otros momentos nos parece fea, desagradable e insoportable !!

Todo eso, que todos nosotros ya vivimos o nos fue relatado cien veces, demuestra, mi amor, que son los
sentimientos los que moldean los sentidos y no lo contrario .

Todo pasa en nosotros como si VIERAMOS CON EL CORAZÓN Y NO CON LOS OJOS:

"Lo Esencial es invisible a los ojos"


Dice una famosa frase de Saint-Exuperry, en el "Pequeño príncipe".

"El gusto no se discute", es otro dicho corriente.


O :" Que seria del rojo si todos gustasen del amarillo".

Nuestros sentimientos influencian así nuestros sentidos permanentemente:

¡EL SENTIMIENTO ES LA CAUSA, EL SENTIDO ES EL EFECTO!

Sé que nos cuesta mucho creer que el sentimiento sea la causa de los sentidos, mi amor, pues "sentimos"
como si fuese lo contrario, o sea, como si los sentidos determinasen los sentimientos, no que los
sentimientos determinasen los sentidos.

Todos creemos que son nuestros ojos, nariz, boca, oídos y tacto, los que provocan lo que sentimos, que
estimulan "desde fuera" de nosotros mismos los sentimientos que ellos nos evocan.

En realidad, como acabamos de constatar, una misma percepción de algo o de alguien va a ser sentida
enteramente diferente según sea nuestro estado de espíritu:

Un enamorado que acaba de recibir un "si" de su amor danzará radiante bajo la lluvia, que le parecerá
"linda", "bienhechora".
La misma persona, días después, puede maldecir a la misma lluvia, que será percibida como "una
desgracia mas", si su amada acaba de romper la relación...
Luego, mi amor :

NO SENTIMOS LO QUE PERCIBIMOS Y SI PERCIBIMOS LO QUE SENTIMOS!

¡Y, más increíble aún, mi amor, nuestros sentimientos determinan no solamente nuestra percepción, o sea
nuestros sentidos, sino que determinan igualmente nuestro raciocinio, nuestro enjuiciamiento!

195
La propia ciencia constató que hay una interacción inevitable entre el observador y el fenómeno observado,
lo cual hace del observador uno de los parámetros fundamentales de la experiencia que desea realizar.
Toda experiencia, incluso la más "científica", depende entonces de quien la ejecuta.

Así, mi amor, incluso en la ciencia, la observación no consigue ser absolutamente neutra, objetiva.

Mas hablábamos de belleza, mi amor.


Y como este es el sujeto aquí directamente abordado, se hace más fácil aceptar nuestra interferencia
personal en la "belleza", más que en la ciencia.

Pues, en teoría, todos nosotros aceptamos que todo lo que toca la estética, el arte, siempre será una
cuestión subjetiva.
Lo curioso, mi amor, es que en la práctica, nuestro comportamiento demuestra lo contrario, pues no
aceptamos tan naturalmente que nuestras "verdades", o incluso nuestros "gustos", sean únicamente una
realidad subjetiva, sin ningún valor objetivo.

Ninguno de nosotros acepta realmente que el valor en el cual creemos, se trate de "ciencia" o de "arte",
no sea "verdad" en términos absolutos, no pueda ser universalmente demostrable, unánimemente
aceptado.

Pues cada uno de nosotros, por creer en sus propios valores, deja de percibirlos en términos relativos a
su propia persona y pasa a creer que tienen un valor absoluto, o sea, que son válidos para "todo el
mundo".

Propondría aquí, mi amor, que resumiésemos en la noción de "valor" las nociones de "belleza" y de
"verdad", partiendo del principio que, tanto la "verdad" como la "belleza" representan nuestros "valores" ,
o sea, forman parte de lo que "valoramos".

Entonces, cuando nos encontramos delante de algo que representa uno dos nuestros "valores",
reconocidos o aúna desconocidos, una "química", una "alquimia" se opera, uniendo lo "exterior" a nuestro
"interior".
Pues, lo que valoramos en lo más profundo de nosotros mismos es despertado, reactivado, por algo que
nos "toca" viniendo del "exterior".

Llamamos aquí de "interior", todo lo que se refiere a la escala de valores personales que fundamenta
nuestra identidad individual.
Este "interior", esta "escala de valores", esta "identidad", es afirmada y confirmada cada vez que
pronunciamos la palabra "yo".
"Exterior" pasa a ser entonces lo que el "yo" de cada uno de nosotros no reconoce como siendo propio a
sí mismo, que pasa entonces a ser el "fondo", el "medio ambiente" donde ese "yo" habita y con el cual es
capaz de interactuar.

La dinámica de interacción entre cada "yo" y su "exterior" es siempre la misma:


Algo "exterior" despierta nuestro interés, resuena dentro de nosotros, revela un sentimiento que emana de
nuestro "interior" y que va al encuentro de esa "encarnación exterior" que lo refleja.

Incluso el paladar, el olfato, la audición, o el tacto, están sometidos a la misma cuestión de "sensibilidad",
de "valor" interior.
Entretanto, ninguno de nosotros acepta realmente no estar en contacto con una realidad "exterior" a sí, y
únicamente en contacto con la interpretación de esta "realidad", percibida en función de la escala de
valores del "yo" que la percibe.

A pesar de ser este el punto de vista de la ciencia, que constata que toda observación es tributaria del
observador, como vimos antes.
A pesar de tener la "prueba" de eso, repetida por innumerables dichos populares, constatado con
frecuencia a través de innumerables ejemplos, diarios y corrientes.

A pesar de todo eso, si somos absolutamente honestos con lo más profundo de nuestros sentimientos,
tendremos que admitir que lo que pensamos, lo que sentimos hasta en el fondo de cada uno de nosotros
es que :
196
Lo que es verdad para "mí"…
TIENE QUE ser verdad para la tierra entera...

Aceptamos mal que no acepten nuestros valores.


Como nos es difícil, mi amor, aceptar que lo que es "verdad" para nosotros, pueda no serlo para otra
persona.

Eso demuestra cuanto nos cuesta creer que nuestras creencias son SUBJETIVAS, y no OBJETIVAS.
Siempre procuramos "olvidar" que cada persona ve lo que siente.
Y siente según su punto de vista.
Buscamos inconscientemente, mas … sistemáticamente… "olvidar", que quien ve de donde ve, no ve de
donde vemos.
Y que es porque el otro es el "otro", que yo soy "yo".
Y que, siendo así, lo que vemos, sentimos, y creemos, TIENE QUE ser distinto.
Si no, no seríamos distintos, "ni yo seria "yo", ni el otro seria "él", ambos seríamos "nosotros".
Un "nosotros" donde no habría mas ni "yo" ni "tu".
Lo cual es imposible en la carne, dentro de los límites del cuerpo, mi amor.

Si ya es difícil aceptar que no gusten de lo que gustamos, si ya es difícil tolerar que nuestros valores más
banales sean ignorados, imagina la dificultad que es, mi amor, para que aceptemos que una persona
pueda precisar de otro "dios" ¡¡que no sea el "nuestro"!!

Utilizo la palabra "dios" aquí como una metáfora de la idea de "valor central", mi amor.
No quiero con eso insinuar que "dios" exista de "verdad", mi amor.
Simplemente sitúo esa palabra en su contexto, más amplio, menos "subjetivo", pues todos nosotros
estamos obligados a admitir que hay un valor central en la escala de valores que identifica el "yo" que
somos.
Y ese "valor central" corresponde a la palabra "dios", a la idea que esa noción transporta, si consideramos
esa palabra no en función de la forma que cada uno de nosotros le da, sino en función del "valor central"
que ella representa para todos los que creen en su existencia.

A partir de ahí, claro, cada uno de nosotros concebirá su "valor central", o su "dios", en función de sí.
Pues, así como toda experiencia científica es "antropomórfica", en el sentido que estará influenciada por
el humano que la realiza, como lo demuestra la propia ciencia, toda experiencia de "dios" es también
personal e intransferible, mi amor.

Recordemos aquí que ninguno de nosotros percibe nada igual a su… "semejante" por ser…
Distintos los unos de los otros, sometidos a una identidad personal, tributaria de una escala de valores
única, singular, que hace que seamos el "yo" que somos, o sea, que seamos quien nuestra escala de
valores nos hace creer que somos.

Todos nosotros tendríamos que admitir entonces, que todos nuestros valores son relativos, que incluso
nuestra percepción de un valor "absoluto" como "Dios" es relativa, que jamás podremos reducir ese "valor",
o cualquier otro, a nuestra percepción de él.

Mas, cuantas guerras, mi amor, cuanto sangre no fue ya derramada, e, infelizmente, aún estará por
derramar, solo porque algunos "hombres de poca fe" quieren imponer, a la fuerza, a otros hombres, "su"
propio "dios", o su "valor central".

Utilizo la expresión bíblica :"hombres de poca fe", refiriéndome a la guerra entre… "religiosos"… pues ¡lo
que es más increíble aún, más paradójico aún, mi amor, es que un hombre solo intenta imponer su "dios"
a otro hombre, cuando duda de é!
Si no dudase, no lo impondría, a la fuerza, a nadie, TENDRIA FE EN ÉL:
Y dejaría que la fuerza de "su" Dios se revelase en la claridad de la no-violencia.

Mas, así somos nosotros, mi amor:


Cuanto menos estamos convencidos de nuestra "razón", mas intentamos imponerla a los demás, y cuanto
mas dudamos de lo que pensamos, más fanático será nuestro comportamiento.
Mas, cuanto mayor es nuestra fe en lo que viene del fondo de nosotros mismos, cuanto más nítido sea
nuestro contacto con nuestro "valor central", mas dulce, tolerante, e indulgente, será nuestro
197
comportamiento frente a alguien que no siente lo que sentimos, que no "comulga", que no comparte con
nosotros nuestros valores.

Pues, cuanto más sentimos que lo que sentimos viene, realmente, del fondo de nosotros mismos, siendo
así "central" a todo lo que somos y que "valoramos", menor será nuestra necesidad de convencer a nuestro
prójimo.

Nadie intenta convencer a nadie de lo que tiene certeza.

Solo intentamos convencer a alguien de algo cuando dudamos, nosotros mismos, y nos negamos esa
duda a nosotros mismos, proyectándola en quien duda de nosotros.

No necesitamos convencer a nadie de lo que para nosotros no es mas objeto de duda ninguna, mi amor,
pues sabemos que estamos, en esos momentos, en contacto con lo más profundo de nuestra "realidad"
subjetiva, y todo lo que podemos desear a nuestros semejantes es que ellos constaten, A SU MODO ,
ese mismo PLACER de sentirse en SINTONIA consigo mismo.

Pues ese es el valor común al valor central de cada uno de nosotros, mi amor:
El crea una sintonía, una armonía de cada uno de nosotros consigo mismo.
Por revelarnos nuestra propia belleza, nuestro propio valor, nos revela lo propio del valor y de la belleza,
nos hace transcender la forma, la apariencia, transportándonos a la belleza de todo valor y al valor de
toda belleza.

Mas, en cuanto no nos sintamos en profunda sintonía con lo que viene del fondo de nosotros mismos,
desconoceremos ese valor capaz de revelar la belleza de todo valor y el valor de toda belleza.

Viviremos en y del "feo", del "displacer", mi amor.


Pues continuaremos una lucha incesante y absurda contra lo que sienten los demás, persistiremos en
querer imponer nuestros valores a los otros, lo que es la prueba misma de que desconocemos la
coherencia, la sintonía con nosotros mismos, buscando en ellos, sea por la intimidación, sea por la
imitación, la fuerza interior que solo obtendremos indagando cada vez mas profunda y honestamente en
lo que hay de mas profundo y honesto en nosotros mismos, en nuestros sentimientos.

Por no haber alcanzado aún el placer del contacto con nuestro intimo, con el "amar a sí mismo" que nos
conduciría a "amar al prójimo", imponemos a los demás nuestro desencuentro personal, nuestra "duda de
sí" disfrazada de fanatismo, en verdad que no se siente verdad por su propio poder de ser verdad para sí
misma, sino por su capacidad de imponerse a otras versiones de la verdad.

Esta sintonía consigo mismo, este contacto con el valor más central que ya somos capaces de alcanzar,
con nuestra versión actual de "dios", crea una armonía que transciende toda lucha interna, que se revela
como una sensación de placer, mi amor.
Y, en cuanto lo que venga del fondo de nosotros mismos no sea PLACER, no estaremos en sintonía, en
concordancia profunda con lo que somos, mi amor.

Pues lo que parece decirnos, del "fondo" de nosotros mismos, que no somos dignos de placer, no es, aún,
el "fondo", la esencia de nosotros mismos, mi amor.
Ese sentimiento de infelicidad, de malestar, de "hechos" y "fatalidades" que se acumulan en nuestro día a
día, "probándonos", a cada instante, que somos "feos, "malos", o indignos de amor, mi amor, prueban, tan
solo, que aún no estamos sintonizados con nosotros mismos.
Se trata, en estos casos, de la superficie de nuestra consciencia, que, no encontrando aún el eco del fondo
de ella misma, nos expresa, bajo forma de dolor, ese desencuentro con el interior de sí, con el valor central
en si, capaz de armonizar todo valor dentro de "sí", entre ellos y con los valores "fuera de si".

El desencuentro de cada uno de nosotros con el exterior de nosotros mismos, no es mas que el reflejo de
nuestro desencuentro con nosotros mismos, mi amor.

Solo somos infelices cuando perdemos el contacto con nuestro interior, con nuestro "valor central", con
nuestro "DIOS", mi amor.

Pues, por más difícil que nos parezca creer, si amamos realmente a nuestro "dios", el "valor central" que
nos guía, que nos orienta y nos armoniza con nosotros mismos, tendremos que aceptar que "el", nuestro
198
"dios", se manifiesta a los otros, claro, de "otras" formas, de la forma que ellos pueden recibirlo, de la forma
que ya les proporciona placer.

Mas... confundimos "amar", sea a "Dios", sea a una "criatura", con... "poseer"...
No aceptamos que "nuestro" Dios "nos traicione" y se presente a "otros" bajo "otra" forma, en la cual no
lo reconocemos, como no aceptamos que aquel a quien "amamos" conserve su derecho de amar, sea lo
que o a quien sea, de la misma forma que nos ama.

Por no estar todavía en contacto con nuestro "valor central", con nuestro "dios", erigimos nuestro "yo" en
valor central.

El primer mandamiento intrínseco a toda religión monoteísta es :


"Ama a Dios sobre todas las cosas".

Como es exactamente eso lo que nuestro "yo" exige de quien "amamos", o sea, que seamos "amados",
"comprendidos" "aceptados" y "preferidos" sobre "todas las cosas", nuestro "yo" se erige así en valor
central de todo lo que él cree que tiene que gravitar en torno de sí.
Nuestro "yo" se vuelve nuestro único "dios".
Unico y absoluto.
"Posesivo y vengativo".

El displacer y el resentimiento serán nuestros sentimientos más profundos, mi amor, pues los "yo" que nos
circundan exigen la misma cosa de nosotros mismos….
Esta resistencia nuestra en aceptar que otros sean quien creen que son, revela que aún no aceptamos
quien creemos que somos.

Nuestro "yo" continuará auto erigiéndose en "dios único", en cuanto no encuentre al "único dios" capaz de
armonizarlo consigo mismo, que es la aceptación de la relatividad propia a cada uno de nosotros y que es
lo propio de cada uno de nosotros.

Solo desde ahí, de la experiencia concreta de nuestra propia relatividad individual, vivida en el ámbito de
sentimiento, o sea, "de la boca para dentro" y no como palabras, "de la boca para fuera", solo entonces,
después de curarnos de la enorme "herida narcisista" que representa la vivencia de ese descubrimiento,
el placer de ser, de permitirnos ser lo que somos, se realizará en el placer de permitir a los demás ser lo
que son.

Percibiremos desde ahí todo placer de toda percepción individual, que, por no luchar más consigo misma,
ya no lucha mas contra lo que la hace individual, que es la percepción del otro, bella en si, por revelar el
"si" del cual emana.

Y que ese "si" sea un humano, una flor, un cristal, un rayo de sol, una estrella, todas estas formas de ser,
todos estos "si mismo", se revelan a nosotros mismos, desde que podamos aceptar quien somos, desde
que hayamos aprendido ya a amarnos a nosotros mismos.

Poco importa entonces lo que nos revela cada fenómeno en sí, mi amor.

Poco importa el "sí mismo" , el "valor central" de un hombre, en un momento dado de su vida.
Poco importa que sea el dinero, el poder, o incluso el crimen, lo que lo inspira, ya que tendrá que ser ese
valor que conducirá su vida, hasta que otro valor se le revele como siendo aún "mas central" a él mismo.

Finalmente, poco importa cual sea de hecho ese valor central en si, mi amor, lo que importa es que estemos
conscientes de él, que sepamos a qué dios" servimos.

Pues un hombre solo evolucionará siendo fiel a lo que cree.

Si somos coherentes en nuestras acciones, realizadas en función de nuestro valor central conocido y
asumido, o sea, si somos fieles a nuestro "dios", "el" siempre nos indicará el camino, mi amor.
Quien es fiel y coherente con lo que cree, siempre podrá aprender de sus errores, mas quien oculta de sí
mismo a qué "dios" realmente sirve, nunca podrá entender la relación entre lo que ocurre en su vida y su
elección mas profunda.

199
No hay entonces como uno de nosotros "juzgar" la elección, el valor de otro de nosotros, mi amor.
Somos incapaces de juzgar el valor que alguien escogió para sí, porque somos incapaces de evaluar el
camino que tendrá que recorrer para llegar a sí mismo.

"No juzguéis para no ser juzgados".

"Quien con hierro hiere... con hierro será herido..."

Estas frases de la Biblia nos recuerdan eso, mi amor.

Jesús dice que un buen pastor deja todo un rebaño en el campo para ir a rescatar la oveja que se perdió.

¿Y que forma podría tomar ese "buen pastor" para aproximarse a la "oveja perdida", sino una forma en la
cual esta pudiese sentirse reconocida y protegida por ella?

Solo nuestra ignorancia, disfrazada de nuestra arrogancia, nos autoriza a juzgar a nuestros semejantes,
mi amor.

Todavía, solo nos permitiremos juzgar, en cuanto no entendamos que todo juzgamiento de los valores de
otra persona, no es más que el reflejo de nuestra duda sobre nuestros propios valores.
Para no ver que dudamos de nuestro "dios", o sea, de nuestro valor central, referencial de los demás, nos
sentimos obligados a criticar el camino de nuestro semejante, que escogió otra senda para sí.

Y ahí está el auténtico secreto de la belleza, mi amor, ella revela nuestro camino y nos orienta en dirección
a lo que hay de mas profundo en nosotros mismos.
Por eso es que ella cambia, evoluciona en nuestras vidas, pues a medida que descubrimos un valor aún
mas "central" a lo que somos, nuestro criterio de belleza se readapta en función de él.

El sentimiento de "belleza", belleza que da "placer", revela mas un encuentro nuestro, con nuestro "valor
central", con nuestro "dios" del momento.
Cuanto más nos habituemos a estos encuentros, mas evolucionaremos rumbo a nosotros mismos, mas
encontraremos nuestra energía interior, fruto de una profunda aceptación de sí.

Y solo quien se acepta, aceptará a su semejante también, mi amor.

Quien recrimina a alguien, está, de hecho, proyectando en él su propia recriminación de sí mismo.

LA BELLEZA SOLO VE BELLEZA.


LA FEALDAD SÓLO VE FEALDAD.

He ahí el secreto de la belleza, mi amor:


SINTONIA CONSIGO MISMO.

De esa armonía consigo, descubrimos "la belleza de todo valor y el valor de toda belleza".
Comprendemos que cada uno de nosotros sigue una forma, un patrón, un valor, que hace con seamos
únicos en nuestra manera de concebir y que sea cual sea la forma con la cual se presente el valor central
de uno de nosotros, se hará reconocer a través de una sensación de armonía que se traduce bajo forma
de belleza .

IOFIEL es el arquetipo de la belleza que emana de ese encuentro nuestro con nuestro valor central, mi
amor.

Este arquetipo es uno de los más difíciles de captar, por ser uno de los más fáciles.
¿Por que "fácil"?
Porque donde esté un hombre extasiado delante de lo que le parezca "bello", allí estará "Iofiel" con él.
¿Y por que "difícil"?
Porque no confiamos en el "ángel", en el arquetipo de la "belleza".
Al contrario "diabolizamos" lo "bello", mi amor.

200
Eso porque olvidamos que toda belleza, siendo un atributo que indica nuestra ligación con nuestro valor
central, con nuestro "dios", es nuestra única guía, en la superficie de nuestros sentimientos, a lo mas
profundo de nuestros sentimientos.

Pues :
¿Cómo llegaríamos, al amor, sino a través de lo que amamos?
¿Y por que tener miedo de engañarse, de amar la idea , el ideal, o la persona "errada", si es únicamente
ese error el que puede conducirnos a su transcendencia, a su acierto, revelando nuestra condición
humana, según la parábola de Jesús, de "hijos pródigos"?

Pues, que un hombre crea en Dios, o sea ateo.


Que el acto de ese hombre pueda ser juzgado, por su prójimo, como siendo un acto bueno y piadoso, o
que nos parezca un crimen odioso.
Que ese hombre vea belleza en servir a su prójimo, o que su placer sea el de torturar niños:

¿Que "ángel", mi amor, que "arquetipo" seria el mas indicado para acompañar a todo y cualquier hombre
y, sobretodo, cuando estuviera perdido, aislado de su propia condición humana, como seria el caso de
este infeliz torturador de inocentes del ejemplo anterior,
sino su relación con la belleza en si, o sea "Iofiel"?

Luego, incluso en ese caso bárbaro y cruel, solo la fidelidad al "placer", revelador de nuestra ligación con
nuestro valor central" del momento, conducirá al practicante de un acto mas rápidamente a la interrogación
de lo que considera como placer o desplacer para él mismo.
"Placer y belleza" mi amor, revelarán a cada uno de nosotros quien realmente son y quien realmente
somos, cuando dejemos de juzgarlos, para simplemente sentirlos.
Pues el placer y la belleza no nos juzgan, mi amor, simplemente se revelan a cada uno de nosotros, de la
forma que ya somos capaces de concebirlos.

¿Entiendes mejor, mi amor, por que es la belleza y el placer que de ella emana el guía mas seguro para
cada uno de nosotros, principalmente en nuestros momentos más cruciales de "error" y "desatino"?
Pues ellos no juzgan "lo que" nos da placer, mi amor, ellos nos dejan evolucionar, hasta percibir por
nosotros mismos nuestros engaños, libres de recriminaciones y culpabilidades que solo harían
reprimirnos, llevándonos al miedo y a la rebeldía oculta, no a la transcendencia del "placer prohibido".
Pues todo "placer prohibido", solo dejará de ser "placer", no cuando deje de ser "prohibido", sino cuando
deje de ser placer, mi amor.

Poco importa entonces, que nuestro placer sea inclusive "invertido", "pervertido", mi amor.
Si somos coherentes con él, acabaremos siendo coherentes con nosotros mismos, detectando toda
inversión, toda confusión que haría que sintiésemos placer en el displacer que proporcionamos, a nosotros
mismos o a alguien mas.

Aprovecha entonces nuestra entrada en este tema de la confusión entre placer y desplacer y evalúa ahora,
mi amor, tu propio grado de "masoquismo"…

Medita sobre la cuestión, busca descubrir si por ventura no te "pervertiste", s no te estás eludiendo a ti
mismo y confundiendo, asimilando cosas que te perjudican al sentimiento de placer y cosas que te hacen
bien con el sentimiento de insatisfacción, o… monotonía…
Pues la mayoría de nosotros describiría al bárbaro asesino de niños anterior como un "sádico", mas en
realidad, ¿qué busca un "sádico", sino a alguien que también se dé el derecho de colocarlo en la posición
del masoquista?

¿Quién puede recoger, del sufrimiento que inflige, otra cosa que la voluntad ajena de "reparación",
"justicia", o venganza"?

Medita entonces sobre el hecho, mi amor, que incluso alguien que tenga "placer en el desplacer" de sí o
de otros, será conducido, por ese "placer pervertido", a su propia transcendencia, mi amor.
Pues nuestra relación con nuestro "valor central" no es estática e inmóvil, es inherente a nuestra propia
condición de seres en evolución.
Como el "buen pastor" de la parábola de Jesús, nuestra concepción del "valor central" vendrá a nuestro
encuentro, acogerá nuestra visión temporaria de "placer y belleza" sin juzgarla, evolucionará con nosotros,
guiándonos a través de todos nuestros tormentos, evolucionando, a medida que evolucionemos.
201
Repito entonces, mi amor:
¿Que "ángel", que "arquetipo" seria el mas indicado para acompañar a todo y cualquier hombre, cuando
estuviera mas perdido, sino su relación con la belleza, con "Iofiel"?

Pues todo hombre encuentra placer en algo, mi amor.


Ni que sea... en el desplacer...
Aunque un placer que nos parezca "pervertido", "diabólico", como el "placer" de engañar, de destruir, de
torturar, o de matar, incluso ahí estará la belleza", estará "Iofiel", guiando a nuestro hermano ahí perdido,
mi amor.

Mas Iofiel, por ser el arquetipo de lo bello, el prototipo mismo de la belleza que transciende toda forma, no
estará ahí para "juzgar" el objeto del placer "perverso", mi amor.
El no estará ahí ni siquiera para cambiar aquel placer, sino para acoger el SENTIMIENTO que de él emana.

Iofiel sabe que :


SOLO LO BELLO ES FUENTE DE PLACER.

Él acompañará así a cada hombre en aquello que él encuentre "bello", placentero, siguiendo su "valor
central", su "Dios" del momento y ayudándolo a intensificar aún mas su contacto con lo que le parezca
"bello", hasta que ese SENTIMIENTO tenga el poder de vibrar en todo su ser, conduciéndolo a una sintonía
profunda consigo mismo.

Y, en el fondo de cada uno de nosotros, solo hay amor, mi amor.


Todo sufrimiento, incluso aquellos que nos "dan placer", acabaran guiándonos a la belleza, al placer que
los transciende.
Aunque en el desespero de nuestra soledad, encontremos "útil" o "bello" sufrir, o hacer sufrir, aun así este
"placer en el dolor" se fundirá, mi amor, delante de la fuerza que emana del no-juzgamiento, de la fuerza
que emana del amor.
Amor que reclama nuestro propio dolor, incluso cuando aún lo desconoce, incluso cuando se confunde
con el placer.

Iofiel está así presente a nuestro lado, desde que sentimos algo "bello", mi amor.
Sea lo que fuere, o porque fuere, que ese algo nos parezca "bello".
Iofiel estará a nuestro lado ayudándonos a sentir mas y mas lo "bello", dejándonos mas y mas extasiados
con ese sentimiento.
Iofiel sabe muy bien que la belleza, siendo una cuestión de corazón, aquel que se entrega a lo que halla
bello, ciertamente encontrará su corazón, así que confía completamente en esa entrega.

Y la belleza del fondo de nuestros corazones ultrapasa lo que podemos imaginar de ella, mi amor.
La belleza del Amor, revelada por Iofiel, no es mas que nuestra propia belleza interior, fruto de nuestra
voluntad del amar en nosotros.

Sé bien que "voluntad de amar" es un pleonasmo, mi amor, ya que lo propio del amor es la voluntad y lo
propio de la voluntad es el amor.
Mas todos nosotros desconocemos aún esa relación intrínseca entre amor y voluntad en toda su plenitud,
mi amor, porque ella, en si, ultrapasa todo lo que cada uno do nosotros podría imaginar.

Tendremos que seguir el viaje rumbo a nuestro propio corazón, mi amor, siguiendo todo lo que podremos
hallar "bello", acompañados de la presencia discreta, firme y amiga de Iofiel, para que el esplendor de la
belleza del amor se revele a nosotros.

¿Vamos entonces a entregarnos COMPLETAMENTE a lo que hallamos "bello", mi amor?

¿Vamos a perder el miedo de extasiarnos con la belleza que resplandece a nuestros ojos, sea cual sea la
forma bajo la cual la captamos mi amor?

¿Vamos a "olvidar" a Iofiel, mi amor?


Pues ese ángel no necesita que nos concentremos en su "forma" para que lo captemos.
202
Al contrario, mi amor : cuanto más olvidemos de Iofiel para entregarnos al placer de lo bello, mas su
amiguísima presencia nos conducirá al fondo de nuestros corazones, al fondo de nosotros mismos, a Dios,
al amor, mi amor.

37 - CHAMUEL : LA ADORACION, O EL PODER DEL AMOR

¿Qué es lo que tu hallas más fácil, mi amor, detestar o adorar ?

Pienso que tu, como todos nosotros, mi amor, detestas mejor y más frecuentemente de lo que adoras.
Las cosas y las personas que adoramos parecen raras.
Y aquello o aquellos que no soportamos. . . tan frecuentes. . .

Entre tanto, los niños se encuentran mucho más frecuentemente en situación de adorar que en situación
de "detestar".
A pesar de que, o...
Tal vez porque...no esconden nunca de sí o de los demás, lo que "detestan", como nosotros que lo
hacemos casi todo el tiempo y ya de manera refleja, automática e inconsciente.

Es que los niños viven permanentemente en estado de adoración, mi amor.

Mas antes de que busquemos una explicación a eso, debo confesar aquí que mi pregunta inicial era una
trampa para ti, mi amor.

Pues en realidad , por mas que eso se nos escape en el día a día :

¡¡ DETESTAR ES EL PRIMER PASO EN DIRECCIÓN A LA ADORACIÓN !!

¡Vamos a ver si consigo darte argumentos para entender lo que aquí pretendo, antes de que te pongas a
"detestarme" de tanto que estés en desacuerdo con lo que aquí afirmo !

Mas ve solo, mi amor, si no estás de acuerdo con eso :

Adorar, es entregarse entera y absolutamente a un sentimiento de bienestar y de placer que nos atraviesa,
inspirado por algo que nos hace muy bien y que nos transporta hasta ese sentimiento, colocándonos en
una alegría que, de tan intensa, se convierte en "adoración".

203
Adoramos así algunos raros momentos de nuestras vidas :
"Flashes", o instantes con la naturaleza, con una actividad , o con la compañía de personas.

Mas, seamos honestos, mi amor, incluso cuando creemos que "adoramos" algo o a alguien, no se trata de
una "ADORACIONSOTA", sino más bien de una "adoracionsita". . .

Basta que utilicemos como referencial, como medida, la comparación entre nuestra alegría delante de lo
que amamos y la de un niño cualquiera en situación idéntica:
¿Quién de nosotros osa realmente dar "saltitos" y "grititos" de alegría cuando algo realmente nos agrada?

Y no me vengas a hablar del fenómeno de los "fans", mi amor.


Pues la "histeria de masa", como algunos la clasifican, no es aceptada por nosotros mismos de la misma
manera que aceptamos la alegría infantil.
No somos indulgentes delante de fans exaltados, en la mayoría "mujeres", que se desviven delante de
Michel Jackson, como antes delante de los Beatles.
Ni con los "mamarrachos" que van a esconderse entre ellos en sus estadios de fútbol para poder
desahogar sus niños gritando :
GOOOOOOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Mira bien para esas personas en los dos casos, mi amor :

Tanto "se ve" que hay algo de "afectado", de exagerado" en esas situaciones, con relación al "natural" de
un niño, que la mayoría de las personas critica tanto el "fanatismo" deportivo, como a las personas que
"salpican", "se zambullen" de sus emociones todos en torno de ellas en situaciones comunes de la vida.
Las emociones fuertes expresadas por los adultos nos irritan y nos incomodan en la mayoría de los casos.
Y mucho mas de lo que nos "conmueven" o nos "contagian".
En cambio, en los niños casi siempre nos conmueven.
Casi unánimemente.
Ellos liberan a nuestros niños internos, nos dan la disculpa de hablar de nuevo imitando voz de un niño,
con juegos en los cuales, sin la presencia cómplice de ellos, nos sentiríamos ridículos.

Y los raros adultos que encontré y que "no soportan a los niños", mas pronto o mas tarde me confesaron
su amargura de haber tenido una infancia triste, o de no poder haber sido padre o madre de un niño.

Lo que nos conmueve en los niños, mi amor, es la capacidad que tienen de abandonarse enteramente
a lo que sienten, sin cuestionarse si eso es bueno o malo :

Pues solo somos "niños" en cuanto no interrumpimos lo que sentimos para interrogarnos sobre lo que
sentimos.

Por eso los niños viven en estado de "gracia", o sea, inmersos en un sentimiento permanente de adoración.
Pues :

ADORAR NO ES MAS QUE PERMITIRSE SENTIR, mi amor.

¿Porque no adoramos verdaderamente, mi amor ?


Simplemente porque no odiamos verdaderamente.

Estamos todo el tiempo controlando, reprimiendo, disimulando de nosotros mismos nuestros sentimientos.
Nos permitimos sentirlos un poco mas cuando nos parecen "buenos" o, en el peor de los casos,
"aceptables" o "justificables".
Mas, desde que una emoción, incluso si ella expresa un auténtico sufrimiento, puede causarnos una
vergüenza profunda, o tememos ser juzgados o rechazados por ella, la reprimimos incluso antes que
alcance nuestras conciencias.

Por eso es que nuestras alegrías son tan pobres, casi "tristes", mi amor, nuestra ternura tan "tierna" y
"muerma", nuestro entusiasmo tan temeroso.
Pues tememos sentir lo "bueno" en toda su intensidad , mi amor, de miedo de que lo "malo" reivindique
ese mismo "derecho" de expresión. . .

204
Fuimos "entrenados" para "vigilar" nuestros sentimientos, mi amor.

Para solo dejar pasar algunas gotas de sentimientos "convenientes". . . "moderadamente". . . como si
fuese posible SENTIR moderadamente. . . y utilizar nuestra vigilancia racional para controlar los "malos"
sentimientos. Confundimos ser adultos con ser maquinas o piedras, "adulto" pasó a ser sinónimo de
"insensible".

De ahí que cuando uno de nosotros se rebela e intenta sentir DE VERDAD, siempre haya una gran
confusión en torno de él.
Tal persona, que desea realmente sentir, nos parece "loco", agresivo", irrespetuoso de los límites ajenos
y cosas así.

Lo que ocurre en realidad , es que la persona que se deja así de repente llevar por lo que siente, está poco
acostumbrada a sentir, así como su medio social está incapacitado a acompañarla.
Alguien que está realmente SINTIENDO, no puede no comenzar por "vomitar" todo el miedo acumulado
bajo forma de "odio", rencor y agresión, en una catarsis que desestabiliza nuestro modo de comunicación
"afectivamente pasteurizado", emocionalmente "aséptico".

Imagina solo, mi amor, si San Francisco de Asís, o Santa Teresa de Avila no estuviesen "locos" por Dios,
pero que manifestasen la potencia de la fuerza del éxtasis y de la ADORACIÓN que poseían, no
direccionadas a "Dios", si no a un humano, a la patria, a la ciencia, al arte, o a un club de fútbol, mi amor.

La sociedad jamas soportaría que uno de sus miembros expresase un éxtasis de adoración de esa
intensidad , INCLUSO BIEN INTENCIONADA sobre uno de sus componentes.
Basta que procuremos ejemplos en la historia de la humanidad , mi amor:
Todo ardor, toda pasión que se dirigió de forma ilimitada a su objeto, acabó en tragedia.
Que sea el amor entre humanos, o el amor de un humano por un aspecto de la vida:

Como Van Gohg, que se sumergió enteramente en la luz de los colores, creando un "contraste visual" no
mas entre lo claro y lo obscuro, si no entre la luminosidad de un color con relación a la luminosidad de
otro.
Mas, él acabó perdiéndose en esa pasión de un mundo de luz, sin contrastes "oscuros".
Tales personas, cuando no mueren, o son asesinadas, son tratadas como locos, como Camile Claudel, y
son "internados".

Ya la "locura de Dios", representada por un estado de éxtasis o de adoración intensa, mi amor, cuando
estas no representan una amenaza social directa, consiguen ser "toleradas".
Incluso por los ateos.

Mas, ¿cuántos crímenes no fueron perpetrados por los "locos de Dios", mi amor, que se dan el derecho
de asesinar a quien duda de sus creencias?.
¿Y quién de nosotros duda que tales crímenes continuarán aún, infelizmente, alimentando guerras?.

He ahí porque la emoción fue reprimida hasta tal punto en los hombres, por el propio hombre, mi amor :
ella puede llevarnos a auténticos actos de "locura" que amenazan nuestra integridad y la de nuestros
semejantes.
Esa forma de locura emocional, mas conocida bajo el nombre de "fanatismo", puede incluso amenazar a
todo el planeta, mi amor, como en la "paz armada" que nos condujo a la "guerra fría", bajo la permanente
amenaza de una catástrofe nuclear.

Entretanto, mi amor. . .

Extasis y fanatismo, adorar y odiar, son una única y misma cosa :

VIBRACIÓN EMOCIONAL NO INHIBIDA.

Y no puede haber "mal" mayor para un ser humano, no puede haber "muerte" más flagrante e "irreparable",
que la inhibición emocional que lleva a la "muerte" emocional.

205
Todos nosotros deberíamos reflexionar sobre nuestra capacidad de sentir, mi amor.
Pues si vivir consiste únicamente en evitar sentir, para evitar sufrir, francamente, mi amor :

¿Puede aún tal "vivir" ser considerado un VIVIR?

Vinicius de Morais tenia ciertamente razón cuando cantaba:


"Ay de quien no rasga el corazón, ese no va a tener perdón"
Pues quien no se permitió SENTIR, jamas consentirá en perdonarse por eso, mi amor.

Basta que escuchemos a los ancianos, que nos confiesan que se lamentan mucho mas de lo que no
tuvieron coraje de hacer, que de cualquier cosa que hicieron.

Todos nosotros deberíamos buscar ayuda para resucitar a nuestra asfixiada capacidad de sentir, de vibrar
emocionalmente.
Desde ahí, serán los estadios y los palcos, los cines y las fiestas, incluso las terapias, excelentes lugares
para entrenarnos en esa liberación de nuestro emocional exsangüe, "sin presión", de tanta represión.

Toda emoción intensa, mi amor, que lleva a una vibración intensa de nuestro ser, no es más que la
expresión de nuestra propia voluntad de ser.
Pues toda voluntad es, en ultima instancia, voluntad de ser, voluntad de vivir.
Si conseguimos sumergirnos a fondo en una emoción nuestra cualquiera, mi amor, incluso en las llamadas
"negativas", incluso en las consideradas como "suicidas", constataremos ese hecho.

Basta que realmente nos abandonemos a lo que sentimos, que aceptemos seguir un sentimiento hasta
donde él pueda llevarnos, sea una pasión descubierta por algo o alguien, sea la pasión por el arte o por la
ciencia, o por una modalidad de deporte, por un "hobby", jardinería, colección de sellos o mariposas, por
la escucha, o por la práctica musical.

Y aunque se trate de una emoción "negativa":


Un odio, un rencor, una amargura, una tristeza, una voluntad de practicar el "mal" y hasta incluso una
voluntad de morir.

Mas, solo podremos seguir un sentimiento con total intensidad, hasta su amago, mi amor, si no
confundimos "sentir" con "actuar", pues a veces sentimos voluntad de "matar" a alguien, mas no es por
eso que somos "asesinos", pues sentirlo no nos obliga a hacerlo !
Nuestras mentes son el palco donde desfilan un sinnúmero de emociones contradictorias, auténticas
fantasías emocionales.
Se trata de proyecciones mentales que, únicamente cuando son reprimidas, pueden llevarnos a actos
impulsivos e irreflexivos.

Entretanto, cuando decidimos volverlas conscientes, cuando "viajamos" mentalmente en ellas,


prácticamente todas se desvanecen, revelando lo que realmente son: simples fantasías, sin ninguna otra
utilidad, que la catarsis emocional de un sueño.
Los terapeutas usan ese método de vivencia y descarga emocional, gracias a una adaptación de las
técnicas de teatro, pues el teatro es uno de los medios de catarsis pública más antiguos.
El "psicodrama", técnica terapéutica de Moreno, es una de las precursoras modernas, de esa descarga
emocional a través de actos simbólicos, o representados.

Mas, sea cual sea el medio que utilicemos para alcanzar lo más profundo de nuestro sentimiento, que sea
el psicoanálisis clásico, o la meditación milenaria, si partimos de la emoción más presente y dejamos que
ella nos conduzca a las demás, mas reprimidas, para en fin alcanzar nuestro paroxismo emocional,
constataremos que toda emoción intensa, que lleva a una vibración intensa de nuestro ser, no es mas que
nuestra propia voluntad de vivir.

Constataremos eso, mi amor, una vez que dejemos de TEMER nuestra propia voluntad de vivir, sea cual
fuera la forma como ese "temor" se presente a nuestros ojos :
Aunque se anuncie como su propio "contrario", o sea: como "voluntad de morir".
Aunque se presente como la propia parálisis de sí, o sea : como monotonía, enfado, desinterés crónico y
generalizado.

206
Aunque se presente como la negación de sí mismo, o sea : como nuestra "descreencia", nuestra "ironía",
nuestro "sarcasmo" dirigido a los "idiotas felices".
Aunque parezca ser la prueba metódica y sistemática del : "nada vale la pena".

Pues entonces, mi amor, encontraremos la real voluntad de vivir:

CUANDO SEAMOS CAPACES DE ABANDONARNOS A UNA EMOCIÓN, HASTA QUE ELLA NOS
REVELE QUE CUALQUIER EMOCIÓN O CUALQUIER NEGACIÓN DE UNA EMOCIÓN, NO ES MAS
QUE LA PROPIA ENCARNACIÓN DE LA EMOCIÓN, DE LA VOLUNTAD, VOLUNTAD DE VIVIR. . .

A partir de ahí, mi amor, sabremos direccionarnos en cualquier circunstancia emocional que se presente
a nuestros ojos.
A partir de ahí, mi amor, entenderemos que toda "emoción", así como toda "ausencia" de emoción, No es
mas que una preparación a :

LA ADORACIÓN

Pues no hay cómo explicar, a quien aún teme sus emociones, el EXTASIS que es abandonarse a ellas.

Y solo tememos nuestras emociones, mi amor, cuando aún no intuimos que GUIAS POTENTES están en
PERMANENCIA A NUESTRO LADO, prontos para ayudarnos a atravesarlas, sean ellas consideradas
"buenas" o "malas" por nosotros mismos o por nuestro medio sociocultural.

Pues, la mente humana posee potentísimos arquetipos que nos sirven de guías, de guiones
"arquetípicamente" preestablecidos en estos momentos, algo similar al instinto animal.
En este estudio analógico entre arquetipos y ángeles, diríamos, mi amor, que varios "ángeles" están
apostados, para eso mismo, en permanencia a nuestro lado.
Y los ángeles, nunca está de más repetirlo, no son mas que aspectos puros de "Dios".

"Dios" significando aquí en este estudio, si eres ateo, meu amor, "el principio de todo".
Pues todos nosotros poseemos una intuición "arquetípica", que formamos parte de un todo con todo lo que
representa nuestro medio ambiente, se trate de lo que nos nutre, de lo que nos rodea, o de la más lejana
galaxia.

Esa intuición encuentra cada vez mas eco en la ciencia actual, para la cual, materia y energía nada mas
son que los dos polos de una misma realidad.
Los "ángeles", serían así, para las personas que no se orientan según la fe religiosa, los arquetipos de
cualidades mentales en estado puro, como la "belleza", la "alegría", o la "verdad".
No olvidemos que, desde nuestra dimensión "terrestre", "dual", "relativa", solo podemos captar aspectos
relativos, se trate de "Dios", o de otro aspecto cualquiera de lo que para nosotros constituye la "realidad".

Y poco importa, mi amor, se creemos o no en ángeles.


Pues, en el caso que existan, que los consideremos "reales" o simples "fantasías", ¡los ángeles ciertamente
no se dejarían orientar o "desorientar" por nuestras "creencias"!

Esta ayuda, que nos permite sumergirnos en lo más hondo de nuestras emociones, nos es ofrecida a todos
y más allá de nuestras creencias individuales.
Basta que un ser humano se dé una "disculpa" cualquiera que le permita sumergirse cada vez mas en su
dimensión emocional, para que su iniciación en dirección a la adoración comience.

La simple creencia en un partido político, el amor a un club de fútbol, la pasión carnal, o otro "dinamizador
emocional" cualquiera, podrán ser la "disculpa" suficiente que permitirá a uno de nosotros abandonarse
enteramente a una emoción y, repito, sea ella juzgada "buena" o "mala".
Basta que un hombre intente ese abandono, para que encuentre el ángel-arquetipo de la "adoración" y
que este lo guíe en su "viaje" mental a través de la dimensión emocional.

Un ángel-arquetipo es accionado y se orienta a través de la confianza, del abandono, de la SINCERIDAD


EMOCIONAL QUE HACE QUE NUESTROS CORAZONES SIENTAN, QUE PERMITE A CADA UNA DE
NUESTRAS FIBRAS VIBRAR, mi amor.
Un ángel-arquetipo no se orienta por "buenos sentimientos", sino simplemente por SENTIMIENTOS
AUTÉNTICAMENTE VIVIDOS.
207
Veamos el ejemplo de María Magdalena, mi amor, una de las mayores figuras del cristianismo.

Ella era en principio una mujer "adultera", una "pecadora" una "prostituta" a punto de ser apedreada.
Y acabó siendo una de las personas a quien el Cristo resucitado se reveló.
Si el ángel-arquetipo de la adoración no hubiese sido accionado en aquella mujer, en aquel momento
emocional intenso de su salvación de ser lapidada, ella, que se reía poco antes de "ángeles" y de "Mesías",
¿cómo podría haber sido acompañada, hasta que pudiese entender que el Mesías no era nada de lo que
ella pensaba antes de él?

¿Y San Pablo, mi amor?. ¿No era un romano persecutor de cristianos ?


¿Cómo podía el convertirse de persecutor de fieles al Cristo, a uno de sus más ilustres fieles, si no fuese
por oír la AUTENTICIDAD de sus sentimientos ?
Cuando perseguía cristianos, Pablo, que en la época era Tarso, creía plenamente en lo que hacía y no
economizaba su energía y sus esfuerzos en sus acciones.
Lo mismo para María Magdalena, que se dedicaba a la "fornicación" con el mismo ahínco que dedicó
después a su maestro Jesús.

Poco importa entonces, mi amor, lo que REALMENTE sentimos, si realmente SENTIMOS.

CHAMUEL, es el ángel-arquetipo de la adoración, mi amor.

Adoración a la vida, pues vida es amor, mi amor.

CHAMUEL es un ángel arquetipo que coordina una cantidad impresionante de "orientaciones mentales",
o...ángeles, mi amor, según tu creencia personal, todos competentes para transportarnos a la adoración a
través de nuestros odios, de nuestras amarguras, de nuestros dolores, de nuestros miedos , así como de
nuestras alegrías desenfrenadas, o de nuestras pasiones carnales.

Todos estos ángeles-arquetipos nos conducen a entender a Chamuel o sea : a la adoración o EL PODER
DEL AMOR, mi amor.

Pues la adoración es la propia fuerza del amor.


Es la pérdida del miedo de VIVIR , de SENTIR.
Sentir primero todo miedo, todo rencor, toda amargura, toda rabia que sentimos de aquellos que no nos
permitieron sentir, que asfixiaron a nuestros niños, convirtiéndonos en pseudo adultos, en robots
automáticos que fingen vivir, fingen sentir, simulan placer y contentamiento, para continuar ocultando la
miseria emocional de sus soledades, y el odio de si y de los demás que su "pulidez" disimula mal.

Después de pasada la "tempestad" emocional, mi amor, después de que perdamos el miedo de sentir,
volveremos a sentir de nuevo como sienten los niños :

"Si quieres entrar en el reino de los cielos, tendrás que volver a ser inocente como estos pequeñines", dice
Jesús a un atónito seguidor suyo, que espantado preguntó:
"Cómo Señor, ¿quieres decir que tendré que regresar al vientre de mí madre ?"

Mas Jesús se refería a ese estado de gracia, a esa confianza inocente, "inconsciente", al SENTIMIENTO
que mantiene a un niño permanentemente dispuesto a sentir el éxtasis así que él se presente.

Cuando podamos ultrapasar la barrera del miedo de sentir, mi amor, entraremos en la ADORACIÓN.

Pues la "adoración" no es mas que nuestro "dar gracias" permanentemente a la gracia permanente.

La adoración es el reconocimiento de la vida bajo todas sus formas.

Todo hombre "sabe" de eso, mi amor.


INTUYE eso.
Busca eso.

Algunos creen que la "felicidad " la "paz", es abandonar todo deseo.


Muchos creen incluso que fue el propio Buda que nos aconsejó eso.
208
Entretanto : "Desear abandonar todo deseo", ya es un deseo en sí. . .
No seria el Buda quien nos aconsejaría "desear no desear". . .
Hay ahí en esa interpretación de Buda, una confusión evidente entre "deseo" y "apego".
Lo que Buda si nos alertó, fue sobre la inutilidad de APEGARSE a un deseo, a identificarse con él, hasta
el punto de ignorar que todo en este mundo es efímero, todo en este mundo es impermanencia.

Mas quien perdió el miedo de sentir, sentirá que, sintiendo, se elevará cada vez mas a un sentimiento
mucho mayor que las banales polaridades cotidianas : "bueno/malo" "bonito/feo" "inteligente/idiota".
Quien se entrega de cuerpo y alma al SENTIR, quien pierde el miedo de atravesar todo y cualquier
sentimiento, sentirá a pesar de todo y cualquier sentimiento :
Llegará a la ADORACIÓN

Uno de los más eminentes maestros del Zen, el maestro Dögen, nos enseñaba :

"Estad siempre atentos a la ACTUALIZACIÓN !" "Aceptad que lo "bueno" y lo "malo" se ALTERNEN en
vuestros corazones! "Aprended a atravesar TANTO LO UNO COMO LO OTRO SIN APEGO Y SIN
RECHAZO"
"Es el secreto de la VIDA, es el secreto de la VIA".

La adoración es eso, mi amor:


¡¡LA PÉRDIDA DEL MIEDO DE LOS ESTADOS ALTERNANTES!!

Quien perdió el miedo de sentir sea lo que fuera, quien aceptó "rasgar el corazón", como diría Vinicius, o
quien "lloró, lloró, y tanto que su llanto ya se secó" aún de ese compositor, quien llegó al fin de la sensación
de sufrimiento, encontrará la sensación de la ADORACIÓN, mi amor.

No la adoración a un Dios narcisista que crearía criaturas para adorarlo.


No la auto adoración de humanos narcisistas que se erigen en Dios de sí mismos.
No la adoración de los miedosos, de los que fingen adorar para no ver que odian.
No la adoración de los que ni siquiera saben el qué o por qué adoran.

Mas si la adoración que solo se siente cuando ya se perdió el miedo de sentir.

Pues no puede haber sensación mas sublime, mi amor, que la sensación de no temer mas ninguna
sensación.

He ahí Chamuel, mi amor, o el auténtico poder del amor.

Fuente de las más insospechables e inimaginables delicias y milagros.

Confiar y sentir, mi amor, es confiar en "Chamuel", es encaminarse al éxtasis de la ADORACIÓN.


Se "crea" en eso o no. . .

209
38 - MIGUEL-JORGE : LA CONFIANZA, ES LA PROTECCIÓN

La primera de las actividades de un organismo, es la defensa de "sí", mi amor.

Eso ahí ni se discute, pues quien no consigue defenderse, no consigue mas "ser".
En el ser humano, la defensa de sí pasó del plano físico, común a toda naturaleza, al plano psíquico.
Todo organismo ya nace con un esquema instintivo de cómo defenderse de un ataque físico.
Mientras que, a nivel "emocional", nuestra defensa personal es más indecisa, menos eficaz.

Distinguimos mal lo que es y lo que deja de ser un ataque a "sí", para volverse una ayuda.
Y como distinguimos mal, no tenemos confianza en nuestra evaluación.
Compensamos esa deficiencia a través de un exceso de retención afectiva, de agresión y de desconfianza.

"Paranoia" seria incluso la palabra más cierta para describir esa "compensación".
Mas... tratar a alguien de "paranoico"... ya es enviarle agresión y desconfianza, pues la paranoia genera
más paranoia.

La "desconfianza" de sí mismo, efecto de nuestra dificultad de distinguir, causa de nuestros


comportamientos "paranoicos", es uno mas de esos círculos viciosos "infernales", el círculo de la
"paranoia" :
La dificultad de distinguir, engendra desconfianza de sí, que engendra desconfianza del otro, que engendra
mas dificultad de distinguir aún.
De ahí surge otra gran paradoja humana, mi amor, difícil de ser entendida :

La única protección real y eficaz es la confianza en sí.

Mas, ¿cómo "distinguir" la pertinencia de esa afirmación, cuando es la "desconfianza de sí" la que está
encargada de esa distinción ?

Pienso que los budistas deben tener razón con esa historia de "reencarnación", mi amor, pues solo para
entender y aplicar una paradoja de esas, vamos a precisar incluso de vidas, ¡una sola es poco !
Si no podemos ni siquiera confiar en lo que distinguimos, como confiar en el "distinguidor" ?.

210
Para intentar facilitar un poco esa "misión imposible", vamos a colocar la "confianza en si", no como un
"suelo firme" donde apoyaríamos los pies, sino como una línea de horizonte.
Pues si intentamos en primer lugar una confianza "ciega" en nosotros mismos, lo máximo que obtendremos
es mas "paranoia". . .

Colocada como línea de horizonte, se vuelva más fácil entender que la confianza en si, cuando va
aumentando progresivamente, paso a paso, lleva a cada uno de nosotros a una actitud más segura, luego
mas lucida, mas descontraida, mas abierta, más flexible delante de los eventos.
Podremos así constatar, progresivamente, la eficacia de sus efectos en términos de defensa de sí, de
protección.

El segundo paso para traer la confianza de sí de esa línea de horizonte hasta nuestros pies, puede
parecerte "paradójico", o incluso contradictorio, mi amor.

Entretanto, como dentro de una paradoja siempre cabe otra :


Poder accionar al "paranoico" es también una forma de confiar en sí, pues el "paranoico" puede volverse
un consejero eficaz.
Además, como él es el primero a presentarse a nuestras consciencias, debe ser el primero a ser
escuchado.
Escuchemos entonces atentamente lo que nuestro "paranoico" tiene a decirnos.
No olvidemos que no es nuestro enemigo, al contrario :
Es la propia aflicción en intentar suministrar a sí mismo una defensa eficaz.

Si escuchamos atentamente lo que nos dice nuestro "paranoico" sin entretanto ceder al "miedo" y a veces
al "pánico" que él conlleva, ya que él es la voz del miedo, recibiremos consejos ricos y sabios, innumerables
veces.
Pues, el "enemigo" del "paranoico" en nosotros mismos, no es en nada nuestro amigo", ya que se trata de
la "arrogancia".

Quien se opone, en nuestro seno, a nuestra tendencia paranoica de manera ciega, es nuestra
"megalomanía", una forma de autosuficiencia que nos hace creer que no tenemos nada a temer, que
podemos enfrentar todo y vencerlo todo solos.
"Paranoia" y "megalomanía", a pesar de que se combaten aparentemente, siempre andan juntas, mi amor,
una disimula siempre a la otra.

En realidad, "orgullo" y "arrogancia" no son mas que el revés del miedo y del pánico.

Mas como la "cara" difiere de la "cruz", a pesar de tratarse de la misma moneda, vamos a contentarnos
aquí solamente en señalizar esa correspondencia y vamos a examinar mejor el combate entre estos dos
polos de nuestro "yo", que son la "osadía desmedida" y la "paranoia paralizante".

Si utilizamos aquí la mística y la mitología como "arquetipos" del comportamiento "humano", diríamos que,
cuando nos perdemos en el "miedo" : teniendo miedo o pasando miedo hacia los otros, estamos en el
espacio del "ángel caído" de nombre "Satán".
Pues es ese "ángel" el que representa la prudencia convertida en "paranoia", en "control", en "poder".
Ya cuando hallamos que nuestra "luz" puede hacerlo todo, obtenerlo todo, entramos en el "arquetipo" del
"ángel caído" de nombre "Lucifer".

Lucifer significa "portador" de luz, o sea "medio de pasaje" de ésta.


Según la "leyenda", Lucifer habría confundido su "misión" de ser portador de luz, de "encarnarla", con su
deseo de "serla".
Y él se habría perdido así en las "tinieblas" de ese "miedo", que es el revés del orgullo herido. . . de no
ser luz, de tener que confiar en la luz, de llevarla en sí, sin realmente serla.

Mas es preferible que volvamos a términos más comunes y más eficaces, a arquetipos más universales.
Pues ¿para qué llamar al miedo de "Satán" y al orgullo y la rabia de "Lucifer", si "miedo y rabia" son tanto
más arquetipos, o sea, unánimemente reconocidos y fáciles de entender ?

Entonces :
211
Para que evitemos precipitaciones y errores debidos a una mala evaluación de la complejidad de una
situación y de sus dificultades, el "paranoico" es un excelente consejero.
Él va a "aconsejar" mucha prudencia, mucha desconfianza y, si se siente escuchado por nosotros mismos,
ya se sentirá un poco menos . . . "paranoico". . .
Una vez que escuchamos la voz de nuestro miedo, escuchemos entonces la voz de nuestra rabia, nuestra
"osadía".
Ella nos incitará a salir, a combatir, a enfrentar.

Intentemos después situarnos en el centro de estos dos extremos y colocar el peso de la evaluación en
ese "camino del medio", como nos enseñó Buda, retirando cada vez mas el poder decisivo de una de las
polaridades.
Si las dos opiniones divergentes en nosotros mismos, sienten que están siendo desposeídas de su poder
de iniciativa en favor de una coordinación centralizada, ambas ceden poco a poco su fuerza a ese centro,
pues ambas solo se alimentan de su propia oposición, o sea :

Cuanto más intentemos ser prudentes, mas deflagraremos, mas pronto o más tarde, un comportamiento
absolutamente agresivo e irracional.
Y cuanto más intentemos resolver las cosas en el grito y en la imposición, mas crecerá en nosotros un
miedo, una fragilidad paranoica, más tenderemos a la postración.

Una vez que ya poseamos una cierta habilidad de negociar interiormente con nuestros propios extremos,
veremos que nuestra confianza personal creció, apoyada en esa habilidad.
A partir de ahí, ya no es más necesario dar indicaciones aquí sobre cómo aumentar aún mas esa confianza
en sí.
Comprobaremos simplemente, cada vez más, lo que fue dicho en el inicio, o sea, que la confianza en si
es la única defensa realmente eficaz.
Constataremos que la confianza en si es capaz de desenvolverse a partir de la simiente que plantamos
en el CENTRO de nosotros mismos.
Los propios resultados en términos de defensa obtenidos por la confianza en si, transformarán el círculo
de la "paranoia" en circuito de confianza:
Cuanta más confianza en sí, mejores serán los resultados en términos de defensa de sí.
Y cuanto más "resultado", mas confianza tendremos en la confianza en sí.

Pues todo lo que hagamos a partir del principio de la confianza, mi amor, se convertirá en un beneficio.
Ya que, incluso que nos traicionen, que abusen de nuestra confianza, los propios actos de traición nos
servirán de guía.
Ni siquiera tendremos que apartar de nosotros mismos a personas incapaces de aceptar nuestra
confianza, ellas marcharán solas.

He ahí otro punto muy difícil de entender, mi amor :


Las personas no abusan de nuestra "buena fe", las personas solo abusan de la "mala fe" que escondemos
detrás de nuestra "buena fe" de fachada.
Si intentamos ser siempre de buena fe y en todas las situaciones, las personas de mala fe no tendrán
cómo soportar nuestra presencia.
Solo nos permitimos ser "malos" con quien sospechamos que es "malo", y éste se permitirá también ser
"malo" con nosotros :

"Esa gente" que vive repitiendo que "esa gente" no tiene ningún valor, debería meditar mejor a quién se
refiere cuando se refiere a "esa gente". . .
Mas alguien que no abandonará la intención de no perjudicar a nadie, de no vengarse de nadie, solo podrá
constatar como atraerá en torno de si personas con la misma intención y como las personas con "malas"
intenciones tendrán dificultades en gravitar en torno de tal círculo.

Entretanto, quien se autoriza a hacer justicia con los propios medios, quien halla que toda traición debe
ser castigada, atraerá para si no un círculo de construcción a partir de errores, sino de paranoias y
omisiones personales debido al miedo, de cada uno de nosotros, de servir de "chivo expiatorio".

MIGUEL es el más potente de los arcángeles, luego de los arquetipos, mi amor.


Puesto que es el arquetipo del guerrero.

212
Este arquetipo simboliza nuestro combate interior contra la serpiente del miedo y de la paranoia y el
"dragón" del odio y del orgullo.
A través de él, vencemos el miedo de SER.

Miguel es el ángel-arquetipo del guerrero, que nos enseña la confianza en sí.


Es "San Jorge" en el catolicismo brasileño.
Es Ogum en el candomblé.

"Yo estoy vestido con las ropas y las armas de Jorge.


Para que mis "enemigos" tengan pies y no me alcancen", canta Caetano Veloso.

Solo la confianza en si protege del miedo de sí mismo, mi amor.


Pues solo nuestro miedo puede causarnos daños.

Vencer nuestro miedo de actuar, que genera acciones irreflexivas, "asesinas" y "suicidas", he ahí la meta
de quien realmente está interesado en una defensa personal eficaz.

Todos nosotros formamos parte del "ejército" de Miguel-Jorge, mi amor.


Nuestro único "enemigo" es nuestro propio miedo de nosotros mismos, proyectado en nuestro prójimo,
que a su vez proyecta sobre nosotros su propio miedo de sí. . .

Seamos entonces "GUERREROS" mi amor.


Seamos "SAMURAIS", "CABALLEROS", "SOLDADOS" y "CANGACEIROS".

Aceptemos esa guerra "santa" que es la guerra contra nuestro propio miedo de SER.
No hay otra "guerra", a no ser en la ceguera del miedo de los hombres, mi amor, que la guerra contra la
desconfianza de sí.

Perdamos el miedo de contactar al arquetipo de nuestro valeroso guerrero interior que, inspirado en Jorge-
Miguel, triunfará en nosotros de lo que es en nosotros apenas la ilusión del miedo.

Basta que te decidas realmente a hacerlo, mi amor, para que puedas constatarlo y verás como ese potente
ángel-arquetipo emerge cada vez mas de tu inconsciente, inspirándote calma y tranquilidad, guiando tu
lucidez, indicándote medios y recursos que antes eras incapaz de percibir.

213
39 - GABRIEL : EL PODER DE RESURRECCION
A TRAVES DEL AMOR PROPIO

Amarse a sí mismo parece algo fácil y común, mi amor.

"Fulano es egoísta, egocéntrico, narcisista, megalomaniaco, mitomaniaco, orgulloso, vanidoso".

Todas estas designaciones son entendidas como una recriminación a alguien que tuviera un exceso de
amor a sí mismo, hasta tal punto que esa persona solo pensaría en ella misma, en sus propios intereses.
Mas, es porque es tan fácil creer que un egoísta se ama en exceso, que es difícil entender que, cuanto
mas una persona es egoísta, menos se ama a sí misma.

AMAR A SÍ MISMO :

He ahí lo que ninguno de nosotros sabe realmente hacer, mi amor.

¿Cómo podríamos decir que una persona que se pone permanentemente en situaciones de conflicto "se"
ama?
¿Y podríamos suponer que alguien puede ignorar los intereses de los demás sistemáticamente, sin
colocarse sistemáticamente en conflicto ?
¿No hay ahí una enorme contradicción, mi amor?
¿Creer que alguien puede declarar la "guerra" al mundo, ignorando las necesidades de los demás por ...
"amor" a sí?.
Esa ansia, esa necesidad de poseer, de ser visto, admirado, reconocido, ¿no seria antes una señal de
carencia afectiva ?
¿No seria eso, antes de nada, la exteriorización de un DESAMOR a sí mismo ?
Pues, ¿cuando tenemos tendencia a ser más egoístas, mi amor ?:
¿Cuando confiamos en nuestras propias capacidades ?
¿O cuando no confiamos en nosotros mismos para obtener lo que estimamos ?

¿El amor a sí se reconoce mas en la generosidad y en la solidaridad, o en la lógica de "cada uno por sí"?

¿No es curioso, mi amor ?


A pesar de que todos nosotros sabemos, en el fondo de nosotros mismos, que todo egoísta, todo narcisista,
NO SE AMA,
¡nos obstinamos a creer lo contrario !.
214
Y si confundimos "amor propio" con "orgullo" y "egoísmo", mi amor, no es tanto porque seamos pésimos
observadores de nuestra propia naturaleza, sino porque nuestro desamor a nosotros mismos, nos duele
de una manera indescriptible.

Todos nosotros sufrimos de desamor a sí mismo, mi amor.

Cuando tenemos sobresaltos de amor propio, no hacemos mas que reaccionar en función de nuestro
orgullo herido, en función de nuestra "herida narcisista", como dicen los terapeutas.
Alguien que acusa a alguien de no amarlo, de maltratarlo, de ignorarlo, de menospreciarlo, aparenta estar
" amándose".

Mas...
Infelizmente...
Alguien que reclama de falta de amor de alguien, está solo escondiendo su propia falta de amor a si mismo,
ocultando la falta del amor que no se da, bajo la queja del amor que no recibió.

No sugiero aquí que "amarse" sea "darse" placer, " masturbarse", física o mentalmente, mi amor.

No basta que "yo" me dirija a mí mismo declaraciones de amor calurosas, para que "yo" llegue al amor
propio.
Amarse a sí mismo depende mas bien de la capacidad de cada uno de nosotros, de detectar la causa de
lo que puede "hacerme daño".
Y la única "cosa", o la única persona que tiene el poder de realmente " hacerme daño" , soy "yo" mismo,
mi amor.

No me refiero a los niños, a menores, mi amor, pues como estos dependen de los adultos, están sometidos
a las fallas y a las deficiencias de ellos.
Mas cualquier adulto que se queja de otro adulto, nada mas está haciendo que negando su condición de
adulto.

"No es lo que entra por la boca lo que puede hacernos daño, si no lo que sale de nuestra boca", decía
Jesús, indicando que el mal no puede afectarnos viniendo del exterior de nosotros mismos, si no
únicamente viniendo del nuestro interior.

Entretanto, como nos sentimos todos como niños mal amados, permanecemos con frecuencia en esa
actitud infantil de exigir del mundo el amor que no obtuvimos de nuestros padres.
Olvidando que esa "exigencia" no es mas que una disculpa para mantenernos prisioneros de situaciones
que nos hacen sufrir, en lugar de asumir la responsabilidad de ir a buscar nuestra propia felicidad, allá
donde ella pueda encontrarse.

Mantenerse en una situación de queja, es agotar en ella la energía que podría ser usada para encontrar
soluciones.

El amor propio es, en primer lugar, la capacidad de no ser cómplice del propio sufrimiento, mi amor.

Alguien que fuma y se queja de la dificultad que es dejar de fumar, que tiene exceso de peso y sufre con
eso mas no consigue mantener un régimen, que es infeliz en una unión y no tiene fuerzas para deshacerla,
o que sufre sea de lo que sea y se satisface de autopiedad, tendría mucho a ganar si consiguiese repetir
para si mismo, todos los días y a cada instante que sufriese :

YO..... NO ..... ME .... AMO.

Imagina, mi amor, alguien que se repitiera, cada vez que sintiese dolor o sufrimiento, esa frase :

YO..... NO ..... ME .... AMO.

Alguien que perdiese el mínimo tiempo posible en sus rabias, lloros y desesperos que, tan solo llegase un
mal estar, ya dijese :

YO..... NO ..... ME .... AMO.


215
¿Te puedes imaginar, mi amor, los progresos fantásticos, sublimes, gozosos y de una rapidez mas que
espantosa : MILAGROSA ! que tal persona haría?
¿¿¿Te lo puedes imaginar , mi amor ???
No, mi amor.
No te lo puedes imaginar.
¿Y sabes por que, mi amor?

Porque si alguien, así que apareciese la más mínima contrariedad, miedo o decepción en su vida, se
pusiese a repetir :

YO..... NO ..... ME .... AMO.

Si alguien que se sintiese víctima de una injusticia, grave o incluso levemente doliente, víctima de un
accidente, o de un mal cualquiera se dijese a sí mismo :

YO..... NO ..... ME .... AMO.

En la segunda o tercera repetición, esa persona se sentiría más miserable aún, más infeliz aún y, en lugar
de hacer algo por si misma, se pondría a auto castigarse conscientemente, tal vez a golpearse, tal vez a
mutilarse y tal vez se suicidase.

Así somos, mi amor:


Reclamamos a los demás por no recibir lo que nos negamos a nosotros mismos.
Mas si llegamos a reconocer lo poco que nos damos...
Nos damos menos aún ...

Tal vez entiendas mejor por qué insisto tanto sobre esa dificultad gigantesca que es amarse a sí mismo.
Jesús debió tener mucho humor, mi amor.
Tal vez hasta una cierta dosis de "humor negro".
Pues lanzaba frases así:
"Ama al prójimo como a ti mismo"...

Tengo dicho a algunas personas , mi amor :


"Vista la manera como te tratas a ti mismo, si sigues a Jesús y amas a tu prójimo "como a ti mismo",
¡¡prefiero que no me ames !!"

Pues el "amor propio" de algunos de nosotros deja bastante que desear, mi amor.
Y si es ese "amor" que vemos la mayoría de nosotros darse a "sí mismo", el que nos será ofrecido...
francamente, mi amor... ¿hacemos realmente un "buen negocio" siendo amados por personas que no se
aman ?

Vuelvo al ejercicio de :

YO..... NO ..... ME .... AMO.

No puede haber un ejercicio más eficaz para tomar consciencia de nuestro desamor a nosotros mismos e
incrementarlo al mismo tiempo, que repetir para nosotros mismos, así que nos sentimos en la tentación
de mantenernos en una situación incómoda y en una actitud de queja :

YO..... NO ..... ME .... AMO.

Mas poquisimos de entre nosotros ya estaría apto a practicar tal ejercicio así directamente.
Basta intentarlo, y constataremos que ya después de las primeras repeticiones de :

YO..... NO ..... ME .... AMO.

Nuestra auto estima baja mas aún.

Tiene que haber mucha reflexión, mucha más incluso, de parte de cada uno de nosotros, sobre nuestra
falta de amor propio, para que tal ejercicio pueda ser positivamente estimulante.
216
Además, solo cuando ya intuyamos cuánto nos hacemos mal frecuentemente y ya podamos tener un
mínimo de certeza de que ya conseguimos amarnos, será que tal ejercicio podrá ser de alguna utilidad.
Pues alguien en desespero profundo, se perdería aún mas en el desamor a sí, se intentase "pegarse"
permanentemente a esa constatación.

En situaciones de desespero intenso, incluso a riesgo de parecer mentirosos e idiotas, mejor es intentar
exactamente lo inverso, adoptar el principio de "pensamiento positivo" y lanzarse en repeticiones intensivas
tipo :
"yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, etc."

Eso será en esos casos más benéfico.


De una manera general, es más eficaz repetir para sí mismo "yo me amo" que decir "yo no me amo",
Solo que ...
Si vivimos "forzándonos" a creer que "nos amamos", pero vivimos mal, "crónicamente" infelices, más crece
el riesgo de hacer crecer en nosotros, un desamor a nosotros mismos.

Complicada la vida, no crees, mi amor?.


Pues tantas personas viven por ahí repitiendo :
"yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, etc."
Y en realidad nada mas hacen que volverse :
"Sepulcros callados"...
"Muertos que entierran a otros muertos"...
Ya otros, que parecen unos "malditos" que viven repitiendo a sí mismos:

YO..... NO ..... ME .... AMO.

Estos acaban descubriendo que, lo que realmente desean, es realmente amarse.

Mas, vamos a dejar a cada uno de nosotros con su método de predilección, ¿no es así, mi amor ?

Pues muchos de nosotros encontrarán "mentiroso e hipócrita" estarse repitiendo :


"yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, etc."
Estos ya detectaron la profunda carga de odio a sí mismo que cargan y preferirán llegar al amor propio,
indicándose a sí mismos, cada vez que estuvieran negándose el amor de sí a si mismos :

YO..... NO ..... ME .... AMO.

Y otros encontrarán un horror y un autoflagelo exagerado, repetir una barbaridad de esas a si mismo y
evolucionarán mucho mas y mejor repitiéndose :
"yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, yo me amo, etc."

Vamos entonces a respetar aquí la libertad de cada uno de nosotros de llegar a la auto estima de la
manera que mejor le convenga.
La única cosa que interesa aquí y ahora, es meditar sobre el hecho de que, desde el momento que somos
adultos, nada nos impide, a no ser nosotros mismos, buscar nuestra propia felicidad.

Toda y cualquier "explicación" o "justificación" a nuestra manutención de una situación de sufrimiento, no


es mas que complicidad con nuestros "carroñeros" y desamor a sí.

El "amor propio" es entonces, y literalmente, mi amor :

NUESTRO PODER DE RESURRECCIÓN.

Alguien que se ama en todas las circunstancias, no "se" abandonará en ninguna de ellas.

Pueden todos abandonarnos, mi amor.


Pueden todos "traicionarnos", cometer "injusticias" contra nosotros mismos :
Mas ¿por qué eso "explicaría" o "justificaría que los imitásemos, que nos tratásemos de la manera que
reclamamos que somos tratados?

217
Varias veces en este estudio sobre ángeles y arquetipos, he vuelto a la penúltima frase de Jesús antes de
expirar :
"Padre, ¿por qué me abandonaste ?"
Utilizándola una vez mas y colocándola en el contexto de este estudio actual, constatamos que, incluso en
el auge de su agonía, incluso sintiéndose perdido en medio de su dolor y sintiéndose abandonado hasta
por el amor de Dios al cual él dio su vida, Jesús no se abandonó.
El no se "maldijo".
El no se "condenó".
Simplemente expiró, entregando su alma al "Padre", sometiéndose al juzgamiento de el, sin aislarse por
sentirse "indigno".

Mas nosotros nos juzgamos, mi amor.


Nosotros nos sentimos indignos.
Y cuanto mas reclamamos, mas exigimos, mas luchamos para obtener, más indignos nos sentimos :
Por saber que reclamamos para negar a nosotros mismos que nos negamos a nosotros mismos lo que
acusamos a los demás de negarnos.

Gran cuestión, esa del "amor propio", mi amor.

Nunca estará de más meditar largamente sobre ella.

Solo cuando experimentemos el amor propio, entenderemos lo propio del amor, mi amor, llegando
naturalmente al "amor al prójimo".
Pues:
¿Como hablar de "amor al prójimo" a quien no se ama?
¿Como explicar el poder de resurrección del amor, a quien está emocionalmente "muerto", de tanto
desamor a sí?
¿Como constatar el poder de resurrección del amor, en cuanto nos negamos ese amor a nosotros mismos,
por sentirnos culpables del odio que sentimos hacia quien juzgamos que no nos ama, o por sentirnos
culpables por el amor que juzgamos que no fuimos merecedores?

Cuando cada uno de nosotros se dé el tiempo necesario para constatar lo mucho que recibe, con lo poco
que se ama, acabará entendiendo que el camino de "amar al prójimo", es amarse cada vez mas a "sí
mismo", para poder :
"Amar al prójimo como a sí mismo".

Cuanto más aumenta nuestro amor propio, mi amor, mas entendemos lo que significa "RESURRECCIÓN".

Pero comencemos por aprender a renacer de las "cenizas" de nuestros "errores", ¿no, mi amor?.
Comencemos por aceptar que aún no lo aceptamos todo.
Comencemos por aceptar que no nos aceptamos.

Quien ya llegó hasta esa "aceptación de la no-aceptación de sí", llegó al arquetipo de la resurrección, llegó
a GABRIEL, mi amor.
Ese ángel-arquetipo del "amor a sí mismo" nos acompaña y nos orienta durante nuestro descubrimiento
de nuestro "amor propio".
"Gabriel" nos lleva a nuestro "renacer" de las "cenizas" de nuestras propias ilusiones.
"Gabriel" nos conducirá hasta nuestra "resurrección" de la "muerte" que representa la autocondenación,
enseñándonos el amor a sí mismo.

Pues quien no se ama, mi amor, está TAN MUERTO que siquiera se da cuenta de eso.

Y es por eso que, quien ya aprendió a amarse, mi amor, llegará a una nueva comprensión de la palabra
"resurrección".

Invoca entonces a Gabriel, mi amor .


Dirígete al arquetipo de la resurrección como si fuese un personaje autónomo.
Aunque lo consideres tan solo fruto de tu imaginación.
Aunque solo sea "como un juego".
Incluso sin "creer".
218
Verás como tu poder de entender el poder que te da el poder de amarte, evolucionará.
Cuando empieces a entender lo que es realmente "amar a sí mismo", entenderás cada vez mejor la
potencia del arquetipo de la "resurrección".
Pues la "resurrección" comienza en nuestro renacer de las cenizas de nuestro desamor, mi amor.
Una vez realizado ese primer paso de tu propia resurrección, él te conducirá hasta donde tu confianza en
el amor a ti mismo te vaya permitiendo llegar.

40 - UZIEL, O LA FE EN SÍ

Fe es una cuestión de "creencia", no de "saber".

Todos nosotros sabemos de eso, ¿no es así, mi amor?


Mas lo que todos nosotros NO queremos saber es que todo nuestro "saber" TAMBIEN no es mas que una
cuestión de creencia...

Ese es el gran drama del ser humano mi amor:

¡SABERSE CONDENADO A NO SABER!

La propia ciencia "sabe" que no sabe", mi amor.


Todo hombre de ciencia digno de ese nombre, sabe que trabaja apenas con MODELOS.

Todo investigador sabe que lo que hoy le parece ser una "verdad demostrable científicamente", puede
mañana dejar de serlo.
Muchas veces ya ocurrió eso en la ciencia, muchas veces fue "demostrado" lo contrario de lo que se
"pensaba" saber.
Mas, sobretodo, lo que todo hombre de ciencia sabe es que nada sabe sobre el POR QUÊ de las cosas y
solo conoce el "cómo".

Sabemos COMO extraer la energía de los átomos, mi amor.


Mas no sabemos como CREARLA.
Imagina saber POR QUE "existe"…

Pues, como lidiamos con energía y con materia, sabemos que ambos "existen", que "algo" los hizo "existir"
en el tiempo y en el espacio, mi amor.
Aunque ese "algo" sea para nosotros la "nada".
O el "acaso".

Mas ¿cambia algo CREER que fue "Dios", el "acaso", o la "nada", lo que hizo que TODO existiese, mi
amor?
¿Somos mas... "inteligentes"?
¿Mas... "racionales"?
¿Menos... "crédulos"?
¿Si CREEMOS que Dios "no existe", que creyendo en El?
¿Somos mas... "lúcidos", si creemos que no se puede demostrar la existencia de Dios?

219
¿"EL QUE", "QUIEN" en nosotros, o QUIEN DE NOSOTROS está habilitado para juzgar la diferencia entre
dos creencias?

¿No serán las CREENCIAS todas IGUALES SEGUN LOS CRITERIOS DE LA "RAZON"?

Que drama terrible ese nuestro drama humano, ¿no crees, mi amor?

¡¡¡CONDENADOS A CREER Y ANSIANDO POR SABER!!!

Un humano una vez dijo:


"SOLO SE QUE NO SE NADA".

Por afirmar alto y claro lo que todos nosotros "sabemos", mas fingimos no saber, que es el saber que solo
sabemos que nada sabemos, Sócrates fue condenado a beber veneno.
La filosofía occidental nació de ese acto de LUCIDEZ valiente de Sócrates.
Y la ciencia se inspiró en esa filosofía que hasta hoy no fue derrumbada:

"SOLO SE QUE NO SE NADA".

Mas ¿cuantos humanos, sean ellos hombres de ciencia o no, viven de acuerdo con esa VERDAD HASTA
PRUEBA DE LO CONTRÁRIO, mi amor?
¿Cuantos de nosotros se orientan según el "hecho" que…

CREEMOS SABER, PARA NO TENER QUE SABER QUE CREEMOS?

Poquisimos humanos tienen el valor de saber que "solo saben que nada saben", ¿no es así, mi amor?

Todos nosotros salimos "arrogantemente" por ahí vanagloriándonos de nuestros "descubrimientos", de


nuestras "verdades", cuando, "en verdad", apenas hablamos de nuestras SUPOSICIONES o, para ser mas
claro, aunque mas cruel aún:
CADA UNO DE NOSOTROS SOLO HABLA DE SUS CREENCIAS, HACIÉNDOLAS PASAR POR UN
"SABER".

Vale la pena demorarnos un poco mas aquí en la "leyenda" que envuelve la vida de Sócrates, mi amor.

Cuenta esa "leyenda" (pues es mejor llamar de "leyenda" a todo aquello que no es posible de ser
constatado históricamente) que vivía Sócrates tranquilamente en Atenas como un simple estudioso
aplicado, uno mas en aquella estudiosa y aplicada ciudad.
Y que un amigo suyo, en una visita a Delphos, donde había el famoso ORÁCULO, preguntó a este:
¿"Quién es el hombre más sabio de Atenas?"
"Sócrates", escuchó como respuesta que era él y sin duda del oráculo de Delphos.
Felicísimo por ser amigo del hombre mas sabio de Atenas, allá se fue a anunciar la noticia por toda la
ciudad.
Sócrates se puso furioso, pues no estaba de acuerdo en absoluto que fuese él el más sabio de aquel lugar.
Mas ¿cómo contradecir al oráculo, principalmente ese de Delphos, regido por el poderoso, admirado,
temido y acreditado Dios Apolo?
Sócrates tramó, entonces, un plan:
Iría a interrogar a todos los sabios de la ciudad.
Habría, ciertamente, por lo menos uno que sabría mas que él, lo que demostraría el engaño de Apolo, o
de su amigo escuchando a Apolo a través del oráculo.
Mas, para su gran estupefacción, yendo a interrogar meticulosamente a todos los grandes sabios de
Atenas, Sócrates pudo constatar que estos solo hablaban de lo que suponían, de lo que CREIAN saber,
mas que en realidad:

¡¡¡NO SABIAN QUE CREIAN, POR CREER QUE SABIAN!!!

De ahí Sócrates concluyó que el oráculo tenía razón, que él era, inevitablemente, el hombre más sabio de
Atenas, por ser el único que SABIA QUE NO SABIA.

Esa es la "leyenda" de Sócrates, mi amor.


Después de eso...
220
Después que Sócrates fue envenenado...
Los hombres volvieron tranquilamente a creer que sus creencias eran un saber, de pavor de saber que
sus "saberes" no eran mas que creencias...

He ahí nuestro drama, mi amor.


Que seamos hombres de "fe" o hombres de ciencia, ateos "practicantes" o cristianos no practicantes,
budistas o agnósticos:
Somos todos creyentes.

Todo nuestro saber, EN LO QUE CONCIERNE AL POR QUÉ DE LAS COSAS, no es mas que una
creencia personal.

Estamos todos "condenados", queramos o no, lo sepamos o no, estemos de acuerdo con eso o no...
A tener "fe"... en algo… ni que sea en la descreencia…

¡Qué espantoso es, entonces, mi amor, cuando encontramos hombres que afirman "no creer en nada"!.
Ni siquiera dicen ellos:
"Mi creencia es que en nada creo".

Pobre del hombre que desconoce no tener otra opción que tener fe, pues la fe es la única cosa que todo
hombre realmente posee, mi amor.
Pobre del hombre que desconoce su propia fe.

Pues cuando un hombre descubre, como Sócrates descubrió, que "solo puede saber que nada sabe", a
partir de ahí puede dejar de mentirse a sí mismo, de hacer ver que sabe de algo, de obstinarse a procurar
a alguien que sepa "mas" que él en medio de personas que, como máximo, pueden "saber que nada
saben".
Como él.

Tal hombre que descubrió que cree saber, por miedo de saber que cree, que aceptó pasar por el miedo
de "saber que nada sabe", lejos de perderse en el miedo, en la "oscuridad", en el "vacío" y en el
"desespero", estará, MUY AL CONTRÁRIO:

LIBRE PARA PENSAR SIN REDUCIR SU PENSAMIENTO A LOS LÍMITES DE SU CREENCIA


PERSONAL.

Tal hombre, mi amor, estará libre para mirar toda creencia, sea ella la que sea, con los ojos de la tolerancia
de quien sabe que toda creencia es una necesidad momentánea de un hombre, de ligarse a un aspecto
del universo para seguir camino en él.
Tal hombre, mi amor, comprenderá que, como está comprendido en/por el universo, jamas podrá
comprenderlo.

Tal hombre tendrá FE en SI, mi amor.

Tendrá fe en su propia fe.


Buscará las cosas que su "fe", su "intuición" o su "creencia" le indican que son "buenas" para él, y no
dudará en "cambiar de fe" cuando constate que aquella "fe" que depositó en una de sus creencias ya no
le sirve mas, o incluso le es nociva.

Goethe consagró esa libertad del hombre que se permite reconocer su propia "fe", su propia "opinión" y de
modificarla tantas veces cuantas sean necesarias, a través de la fórmula:

"NO ME AVERGÜENZO DE CAMBIAR DE OPINION, PUES NO ME AVERGÜENZO DE PENSAR".

221
Esta reflexión de Goethe, resume perfectamente el comportamiento de todo hombre que aprendió con
Sócrates que "solo sabe que nada sabe".

Tal hombre sabrá que su opinión, su creencia, su hipótesis, o su modelo científico, solo están allí
provisoriamente, evolucionando con él en función de sus progresos personales.
Pues ninguna de nuestras concepciones permanece estática, mi amor, la manera de encarar el mundo y
hasta incluso a "Dios", progresa a la medida que maduramos.

Como no hay cómo escapar de la hipótesis, del modelo, como no hay certeza que no sea posible ser
cuestionada e incluso rectificada, no hay cómo escapar de la creencia, o sea, de la "fe", si tu me permites,
mi amor, utilizar esta palabra aquí en un contexto mas amplio que lo habitual.
Todo acto humano comporta una incertidumbre, mi amor.
Y es ese grado de incertidumbre que cualifico aquí de "fe", ya que no estamos absolutamente seguros de
nada.
Y si esperásemos tener certeza absoluta del resultado para salir, simplemente no habría ninguna acción.

El ángel que representa el arquetipo de la fe, o de la "confianza" que libera nuestra capacidad de actuar,
que nos permite realizar un viaje "confiando" que no habrá desastre, o alimentarnos "confiando" que la
comida no está envenenada, este ángel-arquetipo se llama "UZIEL, mi amor.

Que lo "queramos" o no, que lo sepamos o no, para todo lo que concierne a nuestra orientación, es la FE,
que aquí utilizo como sinónimo de "confianza", y no el SABER, que es nuestro guía.
Y hasta que alguien demuestre que SABE, y que puede TRASMITIRNOS EL POR QUÊ de las cosas, solo
nos resta nuestra fe para guiarnos, como lo hacemos cotidianamente y en los más banales actos, mi amor.

Uziel es, entonces, el ángel-arquetipo que representa nuestra "fe" cotidiana en la ejecución de los más
simples actos, sin que estemos sometidos al miedo permanente del peligro.
Pues cualquier acto solo se ejecuta a partir de una "fe en sí", mi amor.

Uziel es esa confianza "arquetípica" que nos ayuda a no vacilar en nuestro camino en función de nuestras
terribles dudas, debidas a nuestra "ignorancia", a nuestro "solo saber que nada sabemos".

Gracias a "Uziel", no nos paralizamos delante de la duda y aceptamos que lo que nos parece "verdad",
sea verdad…

HASTA LA PRUEBA DE LO CONTRARIO…

Uziel es, entonces, la creencia, la "fe", sea en lo que sea, sin la cual ninguno de nosotros sobreviviría, mi
amor.
Y cada uno de nosotros solo sobrevivirá si acepta defender su creencia.
Entre tanto, para evolucionar, tendremos que reconocer que se trata solo de una creencia, de un "modelo",
posible de corrección y de evolución.

Uziel simboliza, así, nuestra necesidad profunda de creer en algo, por no tener certeza de nada.
Estamos obligados a "creer", incluso en el "escepticismo", incluso "fanáticamente", incluso "fanáticamente
en el escepticismo".

No hay cómo no creer, solo hay como ignorar que creemos.

Aunque nuestra creencia sea "nociva" para nosotros mismos o para los demás, será ella la que consolidará
nuestra fe en nosotros mismos y nos transportará a lo mas profundo de nuestra naturaleza, de nuestra
ligación indisoluble con todo y con todos.

Pues la FE en SI es la raíz de la FE en TODO.

Infelizmente, cuando constatamos que nos engañamos con relación a nuestro proyecto de vida,
volviéndonos amargos, nos condenamos duramente y, a veces, hasta nos dejamos morir por nuestros
"errores".

222
En este caso, aún no estamos realmente preparados para dejar que la vida, a través de nuestros errores,
nos enseñe a vivir.
En este caso, nuestro orgullo y nuestra arrogancia son la verdadera causa de nuestros sufrimientos, pues
nos falta humildad para recomenzar, no aceptamos corregir nuestras creencias, queremos creer que
tenemos la "verdad".
En este caso, dejamos de ser humildes como los hombres de ciencia, que tienen consciencia de que solo
trabajan con "modelos" y no con "verdades".

El ángel-arquetipo Uziel podrá, también, en este caso, sernos de una preciosa ayuda, mi amor.
Puede propiciarnos la humildad imprescindible a los grandes espíritus valientes, insuflándonos el aliento,
la "fe" en un nuevo comienzo, ya que esta vida no es más que un eterno recomenzar.

Una vez que aceptamos nuestra fe en nosotros mismos, mi amor, estaremos en contacto con lo que hay
de mas profundo, de mas auténtico, de mas sincero en nosotros mismos.

A veces no nos damos cuenta inmediatamente de eso, mi amor, mas esa unión consigo mismo,
representada aquí por el ángel-arquetipo Uziel, o la "fe en si", ya es el preludio de nuestro encuentro con
la intuición de nuestra unidad con todo, representada en este estudio por el ángel-arquetipo "Chequiná".

La "fe en si" nada mas es, entonces, mi amor, que la raíz común que cada uno de nosotros posee con el
movimiento de la vida, fuente de todo lo que somos, fuente de todo lo que es, sea cual sea el nombre
que nuestra "fe" escoja para designarla.
Pues que llamemos a la fuente de la vida de "Dios", de "naturaleza", de "acaso", o de "amor", por ser ella
el fondo común a todas las formas, sea cual sea el nombre que escojamos para designarla, nada sabremos
sobre ella, nuestro contacto con ella continuará siendo una cuestión de fe.
Antes de nada, fe en si, fe en si que nos conduce a la fe, a la confianza, en el "misterio" de nuestro origen.

Tener fe en si ya es, en si, contactar con el arquetipo conocido a través del nombre de Uziel, mi amor.

Y enraizarse en la fe en si ya es aceptar la gozosa unión de sí con todo, ya es permitir que esa unión nos
conduzca a lo más profundo, a lo mas auténtico de nosotros mismos, es perder el miedo de amar, es
perder el miedo del amor.

223
41 - ANAEL: DIOS Y EL SEXO

¿Será que Dios tiene sexo, mi amor?

Jesús le llamaba de "padre", vas a ver que él es de sexo masculino...


¡No grites conmigo, mi amor!
No pretendo aquí ser "machista", mas ¿por qué Jesús no llamó a Dios de "madre" ?
Mas vas a ver que él es mujer, pues las mujeres están cada vez mas presentes en las decisiones del
rumbo de la tierra, a ejemplo de innumerables sociedades matriarcales antiguas.
A no ser que sea hermafrodita...
O...
Múltiplo, como creen los politeístas.
Tal vez vacío... como creen los budistas.

Claro que estoy aquí divirtiéndome un poco con todas esas elucubraciones sobre el sexo de Dios, mi
amor, mas la cuestión es humanamente pertinente, pues el sexo es una de las cosas que más separa a
Dios de los hombres.

Hay las religiones que predican la abstinencia sexual estricta :


El sexo, solo para procrear.
Estas, pierden cada vez más adeptos...
Hay también algunos "gurus" que predican sexo libre y a voluntad como glorificación de Dios.
Estos, como se reservan a sí mismos los mejores "privilegios" en esa área, son bastantes sospechosos
de predicar en causa propia...

Tal vez haya un medio de saber si hacer sexo solo por placer es "malo" o "bueno", si Dios es "chico",
"chica", los dos, o ninguno de los dos :
Es contactando a Dios en persona.

Pues si crees en Dios, mi amor, tengo certeza de que la sexualidad es una de las cuestiones que más
temes abordar directamente con él.
Y si no crees en Dios, no te preocupes, mi amor, verás que puedo utilizar esa metáfora de lo divino, para
abordar ese potente arquetipo que es la sexualidad.
Y sin perderme ni confinarme en los límites de la mística.
224
Pues no creas que por ser "ateo" o "emancipado" estás libre de problemas en el área sexual, mi amor:
No hay ni siquiera un humano sin complejos en el área sexual.

Pues:
¿Tu te juzgas perfecto, mi amor?
¿Sin ningún defecto?
¿Incluso al despertar por la mañana, no tienes ningún recelo de tu mal aliento besando a la persona
amada?
¿Todo tu cuerpo te parece suficientemente gracioso a los ojos de quien amas?

Si respondes si a todas estas preguntas, mi amor, ciertamente entiendes perfectamente dónde quiero
llegar, pues para llegar ahí donde estás, tuviste que vencer múltiplos y innumerables complejos, ¿no es
así, mi amor?
Mas, lo mas probable es que respondas "no" a todas estas preguntas, como la mayoría de todos nosotros,
mi amor.

Pues, por ser tan difícil de ser practicado en toda su pureza, es que el sexo es uno de los más potentes
representantes de lo divino en nosotros, mi amor.
Antes de que te enfurezcas conmigo si eres religioso, mi amor, creyendo que blasfemo contra Dios, o que
sospeches, si eres ateo, que yo quiera "venderte" a Dios envolviéndolo bajo el manto de la "sexualidad",
déjame antes explicarte mejor a lo que me refiero.

Cuando afirmo que " el sexo representa lo divino en nosotros", quiero decir con eso, que cuando amamos
realmente a alguien en la carne, que seamos casados y practicantes fervorosos o ateos, sentimos tanta
voluntad de darle lo mejor de nosotros mismos, que jamas nos sentimos a la altura de lo que realmente
desearíamos ser para el otro.
Nos gustaría ver sus ojos brillar siempre de una intensisima alegría mirándonos.
Nos gustaría proporcionarle un gozo tan perfecto, que tal vez hasta llorase de placer.

Mas siempre recelamos de abandonarnos enteramente, pues nunca nos juzgamos "a la altura".
Y es ese "a la altura" ahí, que representa lo divino en la sexualidad, mi amor.
Quien ama, sabe perfectamente cuánto el amor es sagrado.
Hacer el amor, para quien ama, nunca es un acto como los demás, hay algo allí que ultrapasa todo lo que
pasa en lo cotidiano.

Hacer el amor a quien se ama, es encontrar lo sagrado en sí.

Hacer el amor a quien se ama, es elevarse "a las alturas".


De ahí, mi amor, la importancia de utilizar todos nosotros, ateos o religiosos, el arquetipo de lo divino a
través de la sexualidad, para alcanzar lo más noble, lo más "sagrado" que poseemos en nosotros mismos.

No creas que intento inducir nociones de "tantra", de ascensión de la "kundalini", o cosas así mi amor.
Acuérdate que no pretendo aquí dirigirme a un tipo de "creencia" en especial, sino que utilizo la metáfora
de los "ángeles-arquetipos" como aspectos de nuestra mente, con la intención de que comulguemos, todos
juntos, del mismo impulso de llegar, cada uno de nosotros, al más estricto respeto de su creencia personal,
a lo mas intimo de nosotros mismos y de allí expandir lo que somos a los demás, transbordando sobre el
mundo nuestra propia felicidad, ser quienes somos.

Y el sexo es uno de los más potentes reveladores de nuestras flaquezas, de lo que nos impide de gozar
plenamente de lo que somos.
Pues no hay una sola situación en la cual nos sintamos más frágiles que en la entrega sexual, donde nos
gustaría no tener ningún defecto, físico o moral, que sorprendiese a la persona amada.

Permíteme entonces aquí, mi amor, si eres ateo, de utilizar entonces la metáfora de "Dios", para alcanzar
lo que la sexualidad tiene de sagrado para quien la practica por amor.
Luego comprenderás la utilidad práctica de esa "metáfora".

Si eres ateo, considera simplemente que estoy me dirigiendo a lo que hay de mas intimo en ti, a la esencia
misma del "sí mismo" de cada uno de nosotros.

225
Pues, aunque seas ateo, tendrás que estar de acuerdo en que desconoces ese "sí mismo" mas profundo
en ti.
Ciertamente evolucionas en su dirección, mas como cambias frecuentemente de dirección, como vacilas
y dudas, eso prueba que no contactaste aún lo esencial, el "fin ultimo" de sí.
Y tal vez ninguno de nosotros nunca lo contacte, como afirman gran parte de los sabios y pensadores,
argumentando que lo importante son los pasos y no el fin del camino.

Si eres, entonces, ateo, acuérdate que cuando digo "dios" solo me refiero a lo mas intimo y mas "sagrado"
de ti mismo.
Es más. escribiré "dios" entre comillas, cada vez que utilice ese término hablando contigo, para impactar
menos en tu brío de ateo, mi amor.

Mas, si tu crees en DIOS, mi amor, acuérdate que incluso entre comillas, incluso crucificado y negado, el
aún es DIOS.
Acuérdate que él es siempre el último, porque jamas podría no ser el primero.
Acuérdate que él es humilde, por saber ser menor que la menor de las criaturas.
Acuérdate también que no puede ser que esté distante de ti, sino que eres tu que pones una distancia a
través de tu "yo", sin percibirlo, entre tu y él.
Acuérdate del concepto de "hijo de DIOS", o de "YO superior" y no te escandalices que yo trate a DIOS
aquí como una simple "metáfora" de lo esencial en nosotros mismos, pues en nada eso hiere el encuentro
que cada persona de fe tendrá que hacer con lo más profundo de sí, pues solo desde ahí se puede
realmente contactar a DIOS.
Y como pondré comillas en la palabra "dios" cuando me dirigiré a los ateos, escribiré ese nombre en
mayúscula, cada vez que hable contigo, que crees en él, mi amor.

Bueno, una vez que me disculpé y me justifiqué delante de los deistas, de los agnósticos y de los ateos,
vamos al tema :
DIOS Y EL SEXO.

Siendo el sexo el mayor revelador de nuestras flaquezas, de nuestra timidez, de nuestros complejos, en
fin, de todo lo que nos intimida en situaciones de intimidad profunda, puede ser de gran utilidad para que
te perfecciones en cuanto persona, mi amor.
Mas no podrás profundizar tu capacidad de entrega, de confianza y de abandono de sí, únicamente
practicando sexo con la persona amada, mi amor.
Intentaré explicarte porqué.

Por mas que la persona amada te diga que eres magnifico(a), que todos tus defectos son seducciones,
que el/ella te adora, eso no te será suficiente, mi amor, pues sufres de tu auto imagen, de la opinión
negativa que tienes de ti mismo.

Por eso, para que asciendas a lo mas intimo, a lo más profundo de tus complejos personales, es
IMPERATIVO que dialogues con lo más esencial de ti mismo.
Como eso parece medio loco, algo como hablar consigo mismo, te propongo que imagines que hablas con
tu "creador", con el "origen", la "raíz" de ti mismo.
Y, que creas que tu creador es "dios", el "acaso", u otra cosa, guardaremos aquí entonces, como
combinado, la palabra "Dios".

Para que tu puedas entonces, mi amor, sumergirte en lo más profundo de tus complejos, tendrás que
alcanzar lo más profundo de ti mismo, tendrás que "hacer el amor" contigo mismo.
No creo que "masturbarse" fuera un buen comienzo, mi amor, pues con eso te dirigirías para "fuera" de ti,
o sea, para tu carne.

Creo que tengo una proposición mejor a hacerte:


Intenta hacer el amor directamente con "dios", verás que equivale a hacer el amor contigo mismo.
Mas, no te concentres en tus órganos genitales para eso, pues no necesitamos aquí utilizarlos para saber
lo que nos impide utilizarlos plenamente.
Busca antes lo que te impide usar plenamente tus funciones genitales en la carne, o sea, examina, en una
calma meditativa, todos tus "defectos".
Indaga íntimamente en tus complejos, en tus mentiras, en tus miedos, en tus iras, en tus imperfecciones
físicas y entrega todo eso a "Dios", como si él fuese una basura.

226
Si eres ateo, mi amor, debes estar adorando la idea, pues podrás así descargar sin culpa todo lo que
sientes negativo en ti.
Si crees en DIOS, podrás en principio pensar que "blasfemo" queriendo hacer de DIOS una "basura".

Mas, criatura de DIOS, si no fuera DIOS el mismo que recibirá todas tus miserias, ¿quien lo hará?
¿O crees que DIOS tiene "enojo" de ti, o de algo en ti?
Tú si, te enojas de muchos aspectos tuyos.
Lo que para ti es "enojo", vergüenza", "culpa", para DIOS es la inmensa alegría de verte retornando al
hogar.
Lo que para ti seria una falta de respeto imperdonable, entregar a DIOS todo que lo que en ti no tiene
valor a tus ojos, para él sería la mayor prueba posible de confianza en él de tu parte.

Pues DIOS precisa de tu confianza absoluta, mi amor.


DIOS precisa que no tengas miedo de desnudar tu alma por entero delante de él, mostrándole todas
aquellas "imperfecciones" de las cuales te avergüenzas mas.
Espero entonces, mi amor, que entiendas que, en cuanto no seas capaz de entregar a DIOS hasta el más
vil de tus defectos, eso será un obstáculo entre tu y él.

Si eres ateo, mi amor, tal vez pienses ahora que huí del tema "dios" y el sexo, que lo que aquí propongo
se asemeja mas a una confesión en una parroquia que a una orgía, o una bacanal.
Puedes incluso dudar que lo que propongo tenga la más mínima cosa que ver con la sexualidad, pues tal
vez esperases, cuando me referí a "hacer el amor con "Dios", algo como tener una erección, o sentir un
orgasmo vaginal.

Mas si así piensas, mi amor, es porque olvidaste el inicio de este tema, donde coloqué que lo que nos
impide abandonarnos totalmente en el acto sexual son nuestros complejos.
Teniendo en cuenta que tu origen, o "Dios", nunca se presenta a ti directamente bajo una forma carnal, es
preferible que hagas sexo con él entregándole lo que te impide de hacer sexo en la carne y que guardes
tu sexo hecho de carne al que es hecho de carne, ¿no encuentras?
Miedo del sexo, ya es sexo.

Nunca olvides eso, mi amor:


El sexo se inicia en tu miedo de el.

Si aún no te abandonas al amor, es porque te sientes aún indigno de él, porque te sientes "sucio".
Y es esa tu "suciedad" que te propongo aquí que entregues enteramente a "Dios".

Utiliza entonces "dios", o DIOS, como el gran transformador de tus miedos, mi amor.
Como aquel amante que te ama a tal punto, que podrá amar las peores cosas de ti.

Confía en ese amante "ficticio", o "real", e imagina que él te ama enteramente, exactamente como tú eres,
sin dejar de gozar de ningún aspecto de ti mismo.

¡Imagina el alivio de poder ser como se es, sin ser rechazado por eso!

Entregarte entonces entero en ese amante ideal, mirar para ti mismo sin ninguna vergüenza delante de él,
sin ninguna escamoteación, sin ningún disfraz, sin ningún maquillaje y sentirte aceptado, amado.

Tal vez ya hayas percibido mi "táctica", mi amor.


Debes tal vez estar pensando que en realidad poco me importa aquí que "Dios" exista o no, lo que intento
con esta proposición es que cada uno de nosotros se sienta amado enteramente y eternamente como es.
Debes pensar que, haciendo que cada uno se imagine amado, yo crearé grandes oportunidades para que
cada uno se acepte realmente como es y que, finalmente, esa aceptación total, pedida a "Dios" e
imaginaria, nos ayudaría así a llegar mas cerca de una aceptación real de si mismo.

No estás lejos de la verdad, mi amor.


Falta apenas un "detalle":
Ninguno de nosotros conoce la verdad, pues poseemos únicamente versiones personales de ella.

227
Entonces, que seas ateo o religioso, no te olvides de ese "detalle", mi amor, pues sin él eres solo un loco
aislado de la verdad a través de tu versión de ella.

Luego, no estoy utilizando aquí realmente ninguna "táctica", mi amor.


Me dirijo a ti en la humildad de un hombre que intenta aceptar tu creencia sin ni siquiera conocerla, que
jamas aceptaría imponerte su propia "creencia".
¡Y en defensa de ella misma!.
Pues no imponerte mi creencia, es reunir fuerzas en mi para no dejar jamas que, ni tu ni nadie, me imponga
la suya.

Intenta entonces el ejercicio, mi amor, de imaginarte aceptado por "dios" o por DIOS, en lo que más temes
de revelar a ti mismo.
Y no te preguntes si tu razón podrá un día corroborar este tu encuentro con tus complejos, revelándote
que se trata de un encuentro solo consigo, o un encuentro realmente con DIOS.
Te recuerdo que la razón, hasta prueba de lo contrario, nada sabe sobre el "por que" de las cosas, ella
solo conoce parcialmente el "cómo", cuando este se refiere a las aplicaciones concretas, materiales,
tangibles por las leyes de la física.

Los matemáticos saben de la incoherencia que representa todo sistema "auto-referente", o sea, que se
define a sí mismo a través de sí mismo.
Todo hombre que se cree "dueño de la verdad", que no acepta la versión de la verdad de su prójimo, que
solo se refiere a sí mismo, es apenas un loco, mi amor.

El proprio Jesús utilizaba el "Padre" como referencia y no a sí mismo.


Para él, hacer la voluntad del "Padre" correspondía, en grado tan absoluto, a su propia voluntad, que se
sentía UNO con él.
Eso es entonces, sobretodo, mi amor, a lo que se dispone el ejercicio aquí propuesto:
A que salgas de tu locura de "auto-referencia", a que abandones la insanidad de solo referirte a ti mismo
y al que te rodea en función de tu auto-imagem, a que te liberes de tu propio juzgamiento fatal, definitivo y
negativo sobre ti mismo.

Creando un diálogo "imaginario" con "dios" o DIOS, dejas de ser auto-referente y creas una abertura para
que la realidad, para ti, pueda ser otra cosa que tu imaginación de ella.
Al final, mi amor, reflexionando mas atentamente, intenta responder:
Si la "realidad" fuese "imaginable", ¿por qué precisaríamos de dos palabras para designar la misma cosa
?
¿No seria entonces esa "realidad imaginable" apenas un aspecto de la imaginación?
Si existe una "realidad", ella tendrá que ser literalmente inimaginable, mi amor.

¿Ya entiendes mejor, mi amor, el peligro de la autoreferencia para nuestra razón, que seamos ateos o
no?
Deja entonces siempre un margen en tus convicciones, mi amor, para que puedas cambiarlas, en el caso
de que algo o alguien te convenza de esa necesidad.

¡Peléate siempre "dialécticamente" con toda idea que contraríe la tuya !

Mas no defiendas mas tu idea, si sientes que ella se volvió indefendible.


Adopta la "vencedora", pues las ideas pertenecen a quien las comprende, no a quien las profesa.

Caso aceptes intentar el ejercicio de entregar a "dios", o en DIOS, todo lo que te impide de sentirte el mas
digno, el mas lindo y mas puro de los amantes, entonces serás acompañado por el ángel-arquetipo de
nombre ANAEL, mi amor.

Anael es, en la mística de los ángeles, el arquetipo de la sexualidad, el correspondiente de Venus, para
los griegos.
Ese ángel-arquetipo utilizará tu deseo sexual para hacer de ti una persona con una imagen de sí positiva,
deseosa de aprender con sus errores y utilizar las cualidades de sus defectos.
Pues todo defecto tiene su lado de cualidad, así como toda cualidad, en ciertas ocasiones, puede ser un
enorme defecto:
Nada es absoluto en esa nuestra dimensión relativa, mi amor.

228
Acepta entonces ese diálogo con el "dios" o el DIOS interior en ti mismo, mi amor.
Verás como eso es la llave para que puedas realmente dialogar con el "exterior", escapando del monólogo
auto-referente.

42 - FANUEL: MAS VOY HASTA EL FIN

"Quando eu nascí veio um anjo safado.


Um chato de um Querubim.
Que decreto que eu estava prédestinado, a ser errado asiiiiiiim.
Ja de saìda a minha estrada entorto. . .
Mais vo hasta o fim !!"

("Cuando yo nací he venido un ángel cabrón.


Un plasta de Querubín.
Lo cual decretó que yo estaba predestinado, a ser errado y asííííí!!!!!.
Ya en la salida mi camino se estropeó. . .
Mas voy hasta el fin !!")

Creo que todos adoramos esa música de Chico Buarque, mi amor, y no solamente porque sea divertida.
En realidad, todos nosotros nos reconocemos un poco en ese personaje tragicómico que él describe, un
poco torpe, sin suerte, medio perseguido, que se ríe de sí mismo, mas sin encontrar es eso mucha gracia.
Pero, sobretodo, el personaje en cuestión decidió que nada va a pararlo, nada le hará desistir de proseguir,
sea para donde sea, sea por lo que sea, sea como sea.

Dice el refrán que la esperanza es lo ultimo que muere.


Analizando el personaje en cuestión, diríamos que no vive mas de la fuerza de la esperanza, pues en
realidad ni siquiera contesta a la "maldición" del Querubín sobre él.
El simplemente sigue como puede, no como "espera" y aún menos como quiere.
Podemos decir incluso, que su fuerza está mas allá de la esperanza ("un buen futuro es lo que jamas me
espero").
Esa fuerza de "ir hasta el fin", está mas allá de la propia desesperanza, pues el desespero nos incita a
destruir hasta lo cierto, en cuanto el personaje hace lo que puede, como puede y con lo que puede a fin
de mantenerse optimista ("yo bien que tengo ensayado un progreso, ya soy incluso un cantante en las
calles).

El personaje en cuestión está mas en la categoría de los obstinados, de los testarudos, de los que nunca
renuncian.
229
Por un lado el personaje parece super humilde, simple, ridículo.
Mas, por otro lado, demuestra una fuerza de carácter literalmente descomunal.
Pocos humanos consiguen realmente no dejarse desmoralizar por ningún obstáculo.
Esa es sin duda la ambición máxima que osaría tener un humano:
No dejarse paralizar por nada ni por nadie.
Por ningún "diablo".
Ni siquiera por Dios en persona (cuanto más por un "cabrón" de un Querubín. . . ).
Todos nosotros tenemos siempre una disculpa a punto para justificarnos, porque renunciamos a cada uno
de nuestros sueños, a punto de renunciar a soñar.
El sinsabor nos parece menos amargo que renunciar al sabor.

Mas una vida sin sueños es una pesadilla, es una vida irreal, inhumana.
Pues todo sueño es, en el fondo, una forma de encontrar la forma de llegar al fondo de sí mismo.

Todos los hombres que hicieron que la humanidad avanzase, así como aquellos que se sintieron realizados
en sus vidas, poseen esa cualidad de "no renunciar a sí" bajo ningún pretexto, o sea, de adaptarse a todas
las asperezas del camino, del "sueño" que conduce a sí mismo, mi amor.

¿Posees esa cualidad, mi amor?


Si acaso estás en duda, es porque ciertamente aún no la posees.
Ese escrito aquí es para ayudarte a cultivarla, mi amor, pues ella yace en el fondo de ti, y sin ella, es tu
propia vida, ahora y siempre, la que aquí yace.

La "cualidad" en cuestión es conocida por varios nombres, mi amor, sin que ninguno de ellos pueda, como
siempre, traducir su esencia.

Su nombre más universal es esperanza.

Mas, como vimos antes, después de la esperanza viene siempre la desesperanza y tenemos mucha mas
gente en la tierra desesperada que gente esperando, mi amor.
Seria justamente en la fase de desesperanza, que la "cualidad" a la cual nos referimos tendría su mayor
utilidad.
Y si la llamamos aquí de "esperanza", no seria de ninguna valía, en el caso de que estés desesperado, mi
amor, pues pensarías que me refiero a algo que ya dejaste para atrás.
Otro nombre muy corriente al que aquí me refiero es fe.
Mas. . .
Fe. . .
Eso es realmente una cosa que no seria de ninguna utilidad, en el caso que seas ateo, mi amor.
Además de que. . .
Cuanta gente buena ya perdió la fe . . .

La principal característica de la "cualidad" a la cual aquí me refiero, mi amor, es precisamente ¡¡que es


IMPOSIBLE perderla !!

Por eso, palabras como fe y esperanza la definen tan mal.


Pues quien decidió que realmente va "hasta el fin", no reculará mas delante de ningún tipo de obstáculo
que encontrará en su camino.
Tal persona proseguirá.
"Cómo", y "en qué estado", es para ella tan solo un detalle.
Esperanza o desesperanza, fe o descreencia, placer o dolor, quien decidió que proseguirá, no tiene mas
tiempo que perder con lo que no pueda ayudarlo a avanzar.

Yo osaré citar aquí al Jesús del camino del calvario como otro ejemplo de esa "cualidad" aplicada, mi amor.
La percepción de Jesús y la del personaje de la música de Chico, son ciertamente muy diferentes.
Mas la determinación es idéntica en los dos casos.
Cuando Julio Cesar, dando inicio a una importante batalla, lanzó su famosa frase :
"La suerte está echada", estaba imbuido de la determinación a la cual me refiero.

DETERMINACIÓN.
VOLUNTAD.
230
DECISIÓN.

He ahí tres palabras que definen esa esperanza mas allá de la desesperanza, esa fe que mueve montañas.
La determinación es así la pura emanación de la voluntad, el fruto de una auténtica decisión, el único
soporte válido tanto de la razón, como de la esperanza o de la fe.
Pues quien está determinado no se desanima con los obstáculos, al contrario, los utiliza como energía
para avanzar mas y mejor.
Llegar a la determinación no es una cuestión de "coraje", mi amor, llegar al coraje sí, es una cuestión de
determinación.

Llegar a la determinación es una cuestión de dejar de mentirse a sí mismo.


Dejar de utilizar a "Dios" o al mundo como disculpa, como chivo expiatorio del miedo de asumir la
responsabilidad de la propia vida.
Dejar de culpabilizarse por el fracaso, convertir la energía de la culpabilidad y del dolor en mas motivación
aún para buscar soluciones.
No hay como parar de avanzar, mi amor.
Nuestra elección no consiste en evolucionar o no.
Tenemos que escoger entre evolucionar aumentando nuestro dolor por el rechazo de él, o evolucionar
utilizando la energía del dolor para buscar alivio de él.

Nuestra gran ilusión, mi amor es la ilusión de "parar".


Nada está parado en el universo, mi amor, todo en él es movimiento.

Mas los humanos racionalizan a partir de formas, de señales, de referenciales, de parámetros, auténticos
faros que guían nuestros pensamientos como faros que guían barcos en los agitados mares de la reflexión.
Necesitamos certezas, sean estas racionales o creencias, que permanezcan fijas.
Así, nuestros pensamientos pueden circular entre ellas y guiados por ellas.

Esa característica de reflexionar a partir de puntos fijos nos da la ilusión que la inercia es un hecho, que
algo puede no estar en movimiento, cuando hasta nuestras propias certezas se mueven, evolucionan.

La principal consecuencia negativa de esa ilusión de inercia se opera cuando nos sentimos derrotados,
fracasados.
Nos gustaría en esos momentos pararlo todo, descansar, relajar, dormir, morir.

Creemos que podemos paralizar el flujo de los eventos, por creer que la inercia es posible, por ignorar que
aunque aniquilemos nuestro cuerpo, nada nos garantiza que nuestro movimiento de vida también se
acabará.

¿Quién puede afirmar que la muerte es el fin?


¿Quién puede diferenciar la creencia en otra vida de la creencia en la nada?

En términos estrictos de la razón, las dos creencias son absolutamente idénticas mi amor, por ser ambas
creencias.
Mas, en términos de la razón, sabemos que el movimiento del universo es omnipresente, uno e indivisible.
Sabemos que el movimiento del universo, es siempre el mismo, desde su inicio.
Ese impulso inicial habría venido de lo que acostumbramos a llamar de "big bang".
Mas, que admitamos esa teoría, o que prefiramos otra, es él, en todo caso, que "trans-forma" las formas
que él mismo forma.
A su vez, en términos de ciencia, todas las formas de la materia no son más que sus propagaciones, sus
emanaciones.

El movimiento transforma, habita, atraviesa, todo cuerpo.


Mas, no "para" en ninguno de ellos, no pertenece a ninguno de ellos.
Ni siquiera nuestros átomos nos pertenecen, mi amor.
Ellos son los mismos que ya fueron formados hace billones de años y que ya fueron utilizados por muchas
otras "formas" de ser antes de la nuestra.

Ya que no somos propietarios de nuestro propio movimiento, de nuestro propio impulso de vida:
¿Cómo podríamos tener certeza que, destruyendo nuestra propia materia, destruiríamos el movimiento
que la mantiene?
231
¿Quién cree que, aniquilando a los portadores de una idea, destruye la idea en sí?
¿Quién podría aún hoy creer que, destruyendo un aparato de televisión, interrumpiría la emisión que está
captando?
Es un hecho que no hay ninguna prueba científica definitiva, actualmente, a favor de la idea de que los
cerebros sean simples emisores-receptores de contenidos lógico-afectivos, mi amor.

Mas no hay igualmente ninguna prueba científica que derrumbe actualmente la hipótesis de que toda
manipulación neuro-hormonal no pasa de una intervención, una "perturbación" , en el ámbito de la
transmisión de informaciones, no en el ámbito de su fuente emisora.
Pues sabemos por donde nuestras informaciones psico-afectivas circulan a nivel del cerebro, sabemos
donde se activan, se amplifican, se lentifican, se desvían, mas no sabemos porque ni de donde son
emitidas.

Para eso, tendríamos que conocer la fuente emisora de informaciones en el universo entero, pues el
universo entero es información.
Y el movimiento del universo es el vehículo da su "in-formación".
Ese movimiento, como ya dijimos, es uno, indivisible, omnipresente y del cual la ciencia tanto desconoce
el origen como es incapaz de prever el fin.

Podrías preguntarte ahora, mi amor:


¿Cual es la importancia de eso con relación a este escrito sobre la "decisión" de ir hasta el fin?.

Decidir seguir su propia evolución, en vez de caer en la ilusión de poder paralizarla, suicidándose por
ejemplo, es optar por seguir el movimiento de la vida, en vez de resistirse a él, lo que intensificaría aún
mas el dolor, que ya viene en si de una resistencia, de una "desistencia" anterior.

Medita entonces mucho más si fuera necesario, mi amor, sobre esa cuestión de saber si está en nuestro
poder o no paralizar el movimiento de vida que nos trajo hasta aquí:
¿Somos seres absolutamente autónomos, propietarios de nuestro movimiento de vida?
¿O somos simples olas en el mar del movimiento universal?

La ciencia, o sea, la razón humana, optó por la segunda hipótesis, mi amor.


Lo que significa que parar un cuerpo no significa parar lo que lo mueve.
Lo que significa que el "suicidio", hasta prueba de lo contrario, no soluciona necesariamente lo que
atormenta nuestra consciencia, pues no hay nada que compruebe científicamente que nuestro movimiento
de consciencia sea tributario de nuestra materia corporal.
La hipótesis de que la consciencia sólo se expresa a través del cuerpo sin reducirse a él, no es hasta hoy
demostrable, mas tampoco lo contrario fue demostrado.

El hecho es que la razón no se reducirá a la materia, hasta prueba de lo contrario.

La decisión, la determinación, el acto de voluntad de seguir su propio movimiento de vida, e "ir hasta el
fin", es así un acto de razón, mi amor.
Pues la razón no actúa a partir de especulaciones infundadas.
Así, delante de un problema doloroso, optará por explorar su propio campo, el campo de la consciencia.
Ella siempre intentará encontrar nuevas soluciones.
Y tantas veces como sean necesarias.
No cederá a la tentación irracional de confundir el fin de un problema con el fin de ella misma, ya que lo
desconoce todo de su origen, luego, nada puede saber sobre su propio "fin" :
¡¡A no ser yendo hasta él!!

Esa es la real decisión racional, mi amor :


Ir, a través de la razón, hasta el fin de la razón, alcanzar y realizar plenamente su "finalidad".
Luego, ir hasta el fin de la vida, ir hasta el fin del movimiento de la consciencia, hasta el fin del sentimiento,
ir hasta donde sea posible ir.
Y, del fin del posible, comenzar nuevo viaje hasta lo "imposible", o hasta sea donde sea.
Mas la razón sólo parará, solo descansará, cuando alcance la serenidad de su finalidad.

Ojalá esta larga reflexión te incite a meditar un poco mas sobre esa decisión de "ir hasta el fin" y sobre la
inutilidad de bloquearse, pensando que así se sufre menos, mi amor.
232
FANUEL es el "ángel" que sigue a los que siguen hasta el fin, mi amor.

Este potente arquetipo de la mente humana, ese infatigable movimiento de expansión y de evolución de
nuestras conciencias, que siempre guió a nuestros hombres de ciencia, a nuestros líderes espirituales, a
nuestros filósofos y nuestros artistas, representa la mas profunda expresión de la voluntad del ser, de la
voluntad de SER.

¿Quieres "capturar" a Fanuel, mi amor?


Decide asistir al fin de tu propio "filme" y no aceptes morir en la víspera, tal como el pavo en Navidad.
Verás que tu determinación en proseguir aumentará por el simple hecho de que recuerdes que esta es tu
decisión innegociable.
La presencia de tu decisión, es la propia presencia de Fanuel, de tu voluntad, o de como quieras llamar a
ese ángel-arquetipo, mi amor.

Fanuel representa la victoria contra el "diablo", mi amor.


Y el "diablo" es todo aquello que consideras como "malo", "nefasto" para ti.
Así, la idea que tienes de Dios puede representar tu "diablo" mi amor.
O la idea que tienes de la religión, o de los religiosos, o de la ciencia.
Tu "diablo" puede hasta ser un "ángel cabrón", mi amor, un "plasta" de querubín. . .

Poco importa bajo que forma se presenta tu "diablo", mi amor, lo importante es que no te dejes
desmoralizar, paralizar por él, que decidas irrevocablemente "ir hasta el fin":
¡Con gritos.
Con lágrimas.
A trancas y barrancas!

Basta que no olvides el único consejo que Fanuel desea darte :


El único poder del "diablo" sobre ti, es el que tu mismo le das a él, renunciando a tu propio viaje.

Mas, si no renuncias a "ir hasta el fin" verás, a medida que avanzas, que nadie puede privarte de descubrir
tu propia grandeza.
Que creas en ella o no.

Algunos conocen a Fanuel como el ángel de la esperanza.


Mas, Fanuel es el ángel-arquetipo de la afirmación de sí, de la no-renunciación ilusoria a sí, pues no hay
cómo no ser, mi amor:

Ser o no ser, he ahí la cuestión . . .

Y. . .
Para descubrir la respuesta:

¡¡VE HASTA EL FIN, MI AMOR!!

233
43 - ISRAFEL: YO SOY EL TONO

Todos deberíamos afinar nuestros instrumentos musicales en la nota "si", mi amor.


"Si" mayor, "si" menor.
"Si" disonante, "si" bemol, "si" sostenido.

El "si" es el sonido emitido por cada uno de nosotros, que cada uno de nosotros escucha cuando está en
"si".
Dependiendo de la proximidad de otras notas, cada nota se modifica, mezcla la tonalidad de las vecinas
con la suya y exhala otro perfume, hace resplandecer en otro color, acaricia el alma con un nuevo sonido.

Claro que el "si", al cual aquí me refiero, podría ser un "la".


Este "si" podría ser incluso un "do de si".
Claro que el "si" en cuestión no es una de las siete notas musicales, y sí tu propia nota musical, tu propia
vibración, mi amor.

Somos sonido, mi amor.


Emitimos, recibimos sonidos.

Claro que podría haber dicho :


Somos colores", mas nuestros sentidos son menos sensibles a nuestros colores que a nuestros sonidos.
Para captar nuestros colores, tenemos que escuchar nuestras emociones y verlas con el corazón.

Mas, en la mayoría de los casos, somos sordos, no damos oídos a lo que sentimos.

Mas ¿cómo no ver el ruido, si nos quejamos de él todo el tiempo y cerramos los ojos para no verlo?,

Un sordo, escucha con los ojos.


Un ciego, ve con los oídos.

Somos ciegos y sordos, mi amor.


No escuchamos lo que vemos, no vemos lo que escuchamos.

Lo que queremos ver, nos ciega.


Lo que queremos escuchar, nos ensordece.

Pues está todo al contrario, mi amor:


Son nuestros ojos los que escuchan.
234
Son nuestros oídos los que ven.

Mas, no me preguntes como funcionarían nuestros sentidos así invertidos, mi amor, yo también soy ciego
y sordo.
Si quieres aprender , aprende a ver como los ciegos y a escuchar como los sordos.

Corta el sonido de la televisión y escucha lo que las personas dicen.


Después pon el sonido de nuevo y cierra los ojos para verlos.

No te propongo aquí un estado avanzado de locura, un concurso de adivinanza, un curso de mística, un


buen chiste, u otra cosa que no sea luz, lucidez, comprensión, razón, mi amor.

Pues, por fingir que comprendemos algo, tan solo repetimos mentalmente esquemas, pensamientos
estereotipados, que tranquilizan nuestra ignorancia.

Detestamos lo que nos contradice, por revelarnos que mentimos.

Escucha, entonces, tu propio sonido, mi amor.


No te preocupes en producirlo, pues no puedes evitar hacerlo.

No te preocupes con su afinación, con su armonía, ni con los acordes y la melodía.


Todo eso, solo no está aún en su lugar, porque no te escuchas.

Solo ocúpate en escucharte y ya lo verás todo.

"Dicen" en la mística de los ángeles, que ISRAFEL es quien emite el sonido más presente.
Mas hablar de eso es pérdida de tiempo, pues el presente solo se escucha cuando paramos en su
movimiento.

¿Tu ya notaste que el presente está siempre presente, mi amor ?

Israfel es el nombre que las personas que creen en ángeles dan al presente, a la presencia, mi amor.
Materialistas y ateos lo llamarían de acto ( por eso los terapeutas "nos" llaman de "acto fallido", por no
estar presentes al presente).
Artistas y filósofos, refiriéndose a él, hablarían de "presencia de espíritu", de "inspiración".

Los científicos lo conocen muy bien, pues primero INTUIEN sus "ciencias" y solamente después las
"piensan".
Mas no tendrían como admitirlo "científicamente". . .

¿Quieres ser tu mismo, mi amor ?


Captura a Israfel.

¿Quieres capturarlo ?
No te juzgues.

¿Quieres aprender a no juzgarte?


No te preocupes con lo que dices o haces, eso es juzgar.

Apenas escucha tu presencia.

235
ANTES DEL FIN...

LA SABIDURIA

Reservé la sabiduría como último ángel-arquetipo en este nuestro estudio, cara lectora, caro lector.
Encontré que la sabiduría debería ser abordada aquí como siempre es comúnmente abordada, o sea, bajo
forma de cuento.
Al final, ella siempre nos llega a través de un romance, de un "mito", o de una "leyenda" o, entonces,
viniendo de un libro "sagrado", bajo forma de simbología "esotérica", o como "parábola".

À veces está condensada en las palabras de los sabios.


Otras veces está contenida en el silencio del zen, de la meditación, de la oración.

Mas su impacto supera realmente los siglos y se inmortaliza en el tiempo, siempre que se encarna en un
cuento que, a primera vista, nada tiene de "racional", de "lógico", de "serio", de "sabio".

Pues los cuentos parecen existir tan solo para que los "niños" de todas las edades puedan divertirse.
¿Sería, entonces, la sabiduría, antes de nada, "divertida"?...

En todo caso, sigue ahora un cuento más sobre ella.

44 - ZAGZAGEL: LA SABIDURIA SE REFLEJA EN LA IMBECILIDAD

Dicen que hubo un tiempo en el cielo en que los ángeles sintieron una cierta monotonía, mi amor.

Todo iba muy bien en el paraíso :


Solo paz y alegría.
Fiesta todo el día.
Nadie tenía de qué quejarse pues nada faltaba.
Mas un día, un ángel que ya se había divertido durante un montón de eternidades con todas aquellas
cosas maravillosas : luz, paz, placer, alegría, luz, paz, placer, alegría, se preguntó :
236
"Veamos: ¿que me falta aún conocer del cielo?"
Buscó.

Buscó y no encontró nada que faltase, pues aparentemente ya lo había conocido todo.

Primero pensó en volver durante algunos billones de eternidades mas a los placeres de la luz :
Amor, paz, placer, alegría, risa.
Mas, pensándolo mejor, decidió verificar mas minuciosamente si no faltaba aún algún aspecto del divino-
maravilloso por conocer.
No encontró nada que faltase.

Preguntó a los ángeles que ya estaban en el paraíso desde hacía mas eternidades que él:
"¿Que me falta aún por conocer?"
"Nada", respondieron los ancianos.
Y completaron la respuesta con una explicación:
"Aquí, todos lo conocen todo y gozan de todo. Pues estamos hechos de luz, nuestros cuerpos y nuestro
medio ambiente son luz pura, todo está siempre presente, no busques lo que falta, pues no lo encontrarás".

Mas tal explicación no era suficiente para Zagzagel, era así como llamaban a ese ángel, pues era tan
entusiasta y tan lleno de energía, que estaba hasta medio agitado y andaba en zigzag, para penetrar aún
mas la deliciosa materia luminosa.
Zagzagel se quedó entonces meditando durante algunas eternidades sobre esa cuestión:
¿Como puede no faltar nada si yo busco algo?
Lo "diabólico" es que no sabia lo que buscaba, luego no sabia ni siquiera cómo buscar.

Mas el hecho de que sintiese falta de algo, ya era para el una pista suficiente para persuadirlo de que algo
tenía que faltar.
Muchas eternidades de reflexión después, aún no sabia de qué sentía falta.
Hasta que un día, ¡Eureka ! vio la luz en la luz:
"¡Aquí falta la falta!"
"Es por eso que nadie encontraba lo que faltaba, pues era el faltar lo que faltaba !!"

Ningún ángel entendía bien el porqué de toda aquella agitación de Zagzagel.


Al final, nadie sabía ciertamente lo que era "faltar algo".
Mucho menos se sabía para qué servia esa tal "falta", pero como allí era el cielo y tenía que haber de
todo, Zagzagel tenía razón, esa tal "falta" ellos la desconocían.
Lo peor es que, con el tiempo, ¡¡ellos comenzaron a sentir falta de falta sin siquiera conocerla !!

Un poco inquieto con la situación, Dios convocó a los ángeles e intentó explicarles que realmente no hacía
falta que faltara algo en el cielo, que era bueno que faltase la falta.
Dios habló y habló entonces de todas aquellas cosas bonitas y convincentes que Dios sabe decir.

No es que los ángeles desconfiasen que su amoroso creador hubiese dejado que faltara la falta por
maldad, o por descuido, o incluso por exceso de luz, mas digamos que la curiosidad de conocer la falta, la
carencia, lo desconocido, no abandonaba ya sus espíritus.

Dicen las malas lenguas presentes en aquella época, que Dios se puso hasta medio irritado con el
descubrimiento de Zagzagel.
Él habría incluso pensado, hasta en crear un infierno para colocar en él, en cuarentena eterna, a tal ángel
"infernal".
Mas, en su infinita bondad e inteligencia y, sobretodo, como el mal se expandía, decidió optar por una
medida mas adecuada.

Convocó a Zagzagel y le dijo:


"Pues bien, voy a satisfacer tu curiosidad, ángel de la curiosidad".
Pues Zagzagel era el ángel de esa "cualidad" que, como ustedes deben ahora suponer, a partir de ahí
paso a ser un defecto...

"Voy a transformarte en un ser humano".


"¿Ser humano ?"
"¿Que es eso"?, preguntó Zagzagel, más curioso que inquieto.
237
"Luego lo sabrás", respondió medio lacónico, medio misterioso, el eterno creador.

"Cierra los ojos y concéntrate en tu sentimiento de falta de la falta" , prosiguió Dios.


Zagzagel obedeció.
"Imagina ahora que todo tu mundo será regido por ese sentimiento".
Zagzagel se zambulló en lo más hondo de esa sensación.
"Ahora abre los ojos".

Con los ojos abiertos, Zagzagel ya no reconocía nada de lo que veía.


No sabia donde estaba.
Y, peor aún, ¡ni siquiera sabia quien era!.

Mas no tuvo tiempo de dedicarse a tales preguntas, pues al instante se sintió amenazado por individuos
hostiles y descubrió, por primera vez, la necesidad de huir de sus semejantes.

Seria demasiado largo contar aquí toda la saga de Zagzagel.


Hasta porque, encarnado en su nuevo cuerpo originado del sentimiento de falta, Zagzagel hizo y rehizo
ese cuerpo opaco a la luz innumerables veces, siempre retornando a su sentimiento de falta y recreando
a través de él un nuevo cuerpo, que reflejaba su búsqueda.

En la búsqueda, lo que encontró fue el desespero.


Innumerables veces Zagzagel se preguntó qué estaba buscando y como la respuesta siempre cambiaba,
tuvo que constatar que ni siquiera eso sabía.

En aquel universo donde él se encontraba, la realidad de Zagzagel se constituía de criaturas que buscaban
sin saber lo que buscaban, como él.
Y que se devoraban entre ellas, en lo figurado y en lo literal, intentando saciar temporalmente el demonio
del tiempo, de la carencia, del hambre y de la sed.

Un día, su desespero fue mayor que los otros.


Mayor incluso que innumerables otros días anteriores, que cuando surgían, obligaban a Zagzagel a
destruir su cuerpo hecho de carencia, de tanto que el sentimiento desesperante de falta destruía su propio
cuerpo, representante del sentimiento.

Mas en ese día de desespero, Zagzagel ni siquiera pensaba mas en destruir, o en huir de una búsqueda
que parecía infinita.
El dolor ahora era demasiado.
Zagzagel paró de buscar.
Paró hasta de buscar alivio al dolor de la falta.
Paró de preguntarse sobre lo que le faltaba, o ni siquiera si algo le faltaba, si le faltaba faltar, tener, o dejar
de tener .
En aquel espacio paradójico de un dolor que ya no huye de sí mismo, Zagzagel tan solo observaba,
apenas escuchaba, ya no esperaba nada mas.

La primera frase que escuchó en ese espacio de dolor paradójico fue :


"Ahora abre los ojos"
Encontró aquella frase extraña, pues ya estaba con los ojos abiertos.
Mas él no sentía ya mas la curiosidad de descubrir fuese lo que fuese, o de pensar sobre frases y sus
coherencias.

Simplemente consideró que sus ojos estaban cerrados y los abrió.

Delante de él estaba Dios, sonriente, que le preguntó:


¿"Encontraste lo que buscabas"?
"No", respondió Zagzagel, "no encontré lo que no existe".

El lacónico diálogo entre Dios y el ángel acabo allí.


De vuelta al seno de los demás ángeles, muchos estaban curiosos en saber en qué consistía esa tal falta
que Zagzagel había, gracias a Dios, penetrado en su interior.
Y muchos ansiaban vivir la experiencia que Zagzagel vivió.

238
Sin hacerse de rogar, el ángel del saber, pues era así como llamaban ahora a Zagzagel, se contentaba en
repetir a los interesados las palabras de Dios :
"Imagina ahora que todo tu mundo será regido por ese sentimiento".
Cuando Zagzagel pedía, a continuación, al candidato al viaje en la dimensión de la falta, que reabriera los
ojos, todos los que habían vivido la falta estaban de acuerdo en que la única función de la falta, era
demostrar que no hacía falta.

Tal vez tu seas uno de esos ángeles que aún no abrió los ojos, mi amor.

¿Sientes falta de algo?


¿Tienes miedo de perder alguna cosa?
¿Sientes a veces una melancolía, como si aún faltase algo en tu vida?

Si respondes "si" a los tres síntomas de arriba, de cierto tú eres uno de esos ángeles de ojos cerrados que
no sabe, ni que es ángel, ni lo que es visión.

Una última pregunta, para quitar la ultima duda:


¿Puedes afirmar con certeza que no eres un ángel?
¿Sabes en que hechos basas esa certeza tuya?
Si hay duda, ¡es ciertamente porque no debes estar muy lejos de abrir los ojos !

Mas ...
¿Cuanto tiempo se necesita para llegar a un "no muy lejos" que aún no se ve, mi amor ?

¿Un segundo?
¿Una vida?
¿Vidas?

No busques la respuesta, mi amor.


No caigas en la trampa de colocar una búsqueda dentro de la otra.
Sigue el consejo de Zagzagel y escucha, tan solo.
Si no llegaste aún al "desespero paradójico", si aún eres un aprendiz de la desesperanza y apenas
consigues llegar a la indiferencia, a la somnolencia, pon de nuevo toda tu energía paralizada en la
expresión de tu frustración:
Grita, llora, berrea, insulta.

Sabrás que llegaste al paroxismo del dolor cuando este te lleve a él mismo, cuando no haya ni siquiera
mas lagrimas, ni siquiera mas demencia, y todo tu ser sea apenas una única escucha de tu dolor.

Llegando ahí, no te mientas mas a ti mismo, no finjas ser lo que no eres, sentir lo que no sientes, buscar
lo que no sabes ni siquiera como buscar.

Intenta no avergonzarte mas de tu imbecilidad en mentirte.


Intenta no avergonzarte mas de la imbecilidad de castigarte por no conseguir lo que aún no puedes.
Escucha tan solo el dolor de tu impotencia y de tu impotencia para soportar tu impotencia.

La sabiduría no es más que la contemplación de la propia imbecilidad, mi amor.


Ella es la hija del dolor y la madre de la risa.

Y el dolor es hijo de la imbecilidad y nieto de la ignorancia, pues imbecilidad es ignorancia no asumida:


Errar es humano, permanecer en el error es imbecilidad.
Y la mayor de las imbecilidades, la mayor de las ignorancias, es buscar lo que falta.
Pues quien busca lo que falta nunca encuentra lo que tiene.

Mas ¿quien va a parar para gozar de lo que tiene, si le falta algo ?

¿Eres tú una de esas personas que dejas de gozar de lo que tienes para sufrir de lo que crees que te falta?
Entonces ciertamente tú eres uno de esos ángeles de ojos cerrados delante de Zagzagel, mi amor.

¿Te lamentas?
239
¿Crees que eres incapaz?
¿Encuentras el destino injusto contigo?
¿Anhelas una felicidad y una paz que no encuentras ?
¿Falta salud, dinero, realización, amor, belleza , o juventud en tu vida ?
Ciertamente eres un ángel de ojos cerrados.

¿Crees que te engañan?


¿Que la vida es "seria" y "dura" ?
¿Que escritos así son producidos por idiotas y/o mentirosos como yo ?
Debes, en este momento mismo, estar cerrando los ojos con mas intensidad aún.

No intentes entonces abrir los ojos, mi amor, pues no vas a conseguirlo.


Acepta que estás jugando a ser ciego y sordo, aunque no halles ninguna gracia en el juego... Aún...
Acepta que fallaste en todo lo que intentaste para recuperar tus ojos y tus oídos, para encontrar una
manera de ver y escuchar lo que te parece insoportable de ver y escuchar.

Acepta tu impotencia en salir de donde no se puede entrar, en ese tu juego inconsciente de vivir en un
agujero sin salida.

Acepta maldecir de nuevo, patalear de nuevo, insultar de nuevo, pensar en matar y matarte de nuevo.
Mas deja salir tu visión, digo, tu emoción.
Disculpa si en la frase anterior confundí la palabra emoción con la palabra visión, bobada de gente
distraída, mi amor, pues si la emoción fuese la solución, hace tiempo que tu dolor ya se habría auto
solucionado, ¿no es así, mi amor?

Mas, a riesgo de ser aún mas ridículo, intentando ser un poco menos cobarde, afirmo sin mas rodeos que
la solución está en la visión de la emoción.

El arquetipo del ángel Zagzagel es la sabiduría que brota de la imbecilidad de no tener lo que se tiene,
para buscar lo que no se puede tener , por ya poseerlo, mas no reconocerlo, por no aceptar gozar de lo
que se tiene.
Y la imbecilidad es creer que necesitamos lo que no tenemos y no ver que tenemos lo que necesitamos.
Y la imbecilidad viene de una ceguera emocional de sentir la falta como una sensación real y la plenitud
como una ilusión, transformando así toda plenitud en falta y toda falta en plenitud.

¿Ya consigues reírte a veces de tu propia imbecilidad, mi amor?


¿Ya consigues al menos reírte de la imbecilidad de tu semejante, espejo de la tuya?
En el caso de que sea así, ya estás bien próximo de la sabiduría, mi amor.

Pues el único saber que realmente es un saber, es el saber reírse de sí.

En el caso que continúes no encontrando ninguna gracia aún, mas ya consigas observar tu dolor
calmamente y sin que esa calma sea un fingimiento, una demencia, entonces :
¡PREPÁRATE PARA ESCUCHAR !

En el comienzo, no escucharás nada.


Después, creerás que los sonidos comunes son mensajes codificados de otro mundo.
Estarás convencido de escuchar la melodía eternamente presente de Israfel.
Enseguida te darás cuenta de que eres un tonto manipulador en busca de lo fantástico, de lo metafísico,
de lo que no está a tu alcance, por no tener coraje de gozar del milagro de lo físico, del placer que ya te
toca.
Llegará el momento en que ya no te preocuparás en escuchar, serás la propia escucha.
Ya no te preocuparás en encontrarte, pues sabrás que es donde estás que tu te encuentras.
Y entenderás el gran chiste de la búsqueda.

Si no entendiste nada de lo que escribí hasta aquí, considérame simplemente como el grandisimo idiota
que soy y acepta mis disculpas por hacerte perder tu tiempo, mi amor.

Déjame apenas concluir el epílogo de la historia de Zagzagel, ex-ángel del zigzag, ex-ángel de la
curiosidad y actual ángel de la sabiduría.

240
Dicen que, de vez en cuando, el también cierra los ojos para entrar en el mundo de los ángeles que
cerraron los ojos, para entrar en el mundo de la búsqueda de lo que no les falta.
Ya captaron innumerables veces, la presencia de él en el tiempo, pues es así como ya llaman a la falta del
presente y ausencia de presencia.
Hasta dicen que una serie de ángeles se especializaron en ese acompañamiento de ángeles que
abandonan lo que tienen para sufrir de lo que no les falta.
Siempre habría así uno cerca de ti, mi amor, ayudándote a pasar por donde no necesitas pasar, pero que
aún pasas, porque aún crees que si, no sufres, no eres, pues con los ojos cerrados solo se ve en negativo.

Bodidharma, creador del Zen, fue uno de esos "humanos" que se sospecha fuertemente haber sido, si no
el propio Zagzagel, ciertamente uno de esos ángeles que explican la falta desde dentro de ella, que ponen
en palabras absurdas la búsqueda absurda de buscar lo que ya se tiene, por ignorar, con los ojos cerrados,
que ya se tiene lo que se busca.

Bodidharma dice :
"Las sombras nacen de las formas (que, con los ojos cerrados, ignoran que viven de la luz, volviéndose
así opacas).
El eco responde (repite) a la propia voz.
Los que juegan a perseguir la propia sombra hasta quedar exhaustos, sus cuerpos ignoran aún que el
cuerpo es la propia sombra.

Los que buscan al Buda rechazando a los seres, buscan el eco callando la voz.
Sabed entonces que la ilusión y su despertar son una única y misma vía.

Lo que hace que la idiotez y la sabiduría sean absolutamente idénticas.


Por haber dado nombres a lo innombrable, inventamos el ser y el no ser.
Por establecer principios y fines a lo que es sin principio ni fin, vimos prosperar la ceguera y las disputas.
Si las transformaciones pasajeras, por no ser más que la pura ilusión de la impermanencia, no son
verdaderas:

¿Quién estaría errado, optando por una de ellas y quién, estando en otra, tendría razón?
¿El error siendo irreal, lo que existe y lo que deja de existir ?"

241
EPÍLOGO

CREER PARA VER

¿Será que ya dio para entender, cara lectora, caro lector.


Que un ángel es...
Como mínimo...
Un "arquetipo" dentro de usted?
¿Y que un arquetipo es...
Como mínimo...
Un "ángel" que vela por usted?

¿Será que ya dio para entender, que no es lo que vemos que creemos, mas sí lo que creemos que vemos?

Como último "viaje" en este estudio, permítame que yo le proponga, en estas últimas líneas, abordar
nuevamente este tema en un estilo mas próximo al espíritu de la poesía que al del racionalismo cartesiano.
No hay otra intención en el título que sigue: "somos todos ángeles, mi amor", que la de recordar que la
frontera de la razón y de la creencia nos permite tanto utilizar el arquetipo del ángel para llegar al hombre,
si partimos de la razón, como utilizar los arquetipos del hombre para llegar al ángel, si partimos de la
creencia.
Para entender en la práctica esta relación, basta, cara lectora, caro lector, que aceptemos ver en lo que
creemos.
Entraremos, así, en la razón que esclarece nuestras creencias.
Y, de ahí, constatemos que solo se ve lo que se cree...
Volvemos al dominio de la creencia...

242
SOMOS TODOS ÁNGELES, MI AMOR

Somos todos ángeles, mi amor:


Caídos o alados.
Fallidos o hablados.
Somos todos ángeles, niños del “Brejo da Cruz” que se olvidaron que se alimentan de luz.

Si no:

¿Cómo, entonces, explicar nuestra búsqueda desesperada de nuestra diferencia personal, sino por la
certeza absoluta de nuestra semejanza?
¿Cómo, entonces, explicar tanta capacidad nuestra de vivir y hacer el o mal, sino por la voluntad de
probar la indestructibilidad de nuestro bien?
¿Cómo, entonces, explicar tanto dolor que nos damos recíprocamente, sino como la revelación por la
paradoja que es el amor lo que queremos?
¿Cómo explicar la fragilidad da nuestra voluntad, sino por la dificultad de nuestros cuerpos a lidiar con lo
absoluto de ella?
¿Cómo explicar nuestro aislamiento absoluto, sino como nuestra duda incluso de lo absoluto de nuestro
aislamiento, que nos conduce a la certeza de nuestro contacto con lo absoluto?
¿Cómo explicar tanta desesperanza, sino como la memoria de la paz olvidada?
¿Cómo explicar tanto miedo de la muerte, sino como nuestra indisociabilidad de la vida?
¿Cómo explicar nuestras mentiras, sino como nuestro deseo por la verdad que somos?
¿Cómo explicar nuestra mala fe explícita, sino como testimonio de que, en esa realidad dual de contrarios,
guardamos la buena fe en el fondo de nosotros mismos?
¿Cómo explicar nuestra alma de ateo, sino por el sentimiento de que somos Dios y que Dios no precisa
creer en él mismo, ya que no hay otra cosa en que creer?

Somos todos ángeles, mi amor.


Basta creer, para ver.

Te amo, mi ángel
Te amo, mi amor

243

Vous aimerez peut-être aussi