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Acidificación del mar.

Las emisiones del dióxido de carbono (CO2) no sólo contaminan el aire que
respiramos sino también ocasiona la acidificación del mar y los océanos, un proceso que no solo
destruye corales y moluscos, sino que podría afectar a otras especies marinas e incluso acelerar el
cambio climático. Los niveles de acidez cambian dependiendo de las condiciones meteorológicas y
del oleaje, sin embargo se ha comprobado que el pH del agua de la superficie del mar ha disminuido
casi un 25% desde el inicio de la industrialización, lo que amenaza la supervivencia de muchas
especies marinas.
Daños que provoca
Esta acidificación puede dañar los organismos marinos. Los experimentos han mostrado que
cambios tan pequeños como de 0,2 a 0,3 unidades pueden perturbar, en organismos marinos
cruciales como los corales y algunas especies de plancton, la capacidad de calcificar sus esqueletos,
los cuales se generan a partir de minerales de carbonato sensibles al pH. Grandes áreas oceánicas
están en peligro de exceder estos umbrales de cambio del pH a mediados de siglo, incluyendo los
hábitats de los arrecifes coralinos como la Gran Barrera de Arrecifes de Coral de Australia.
La mayoría de los organismos marinos vive en las soleadas aguas superficiales, que a su vez son las
aguas más vulnerables a la acidificación por CO2 a medida que continúan las emisiones. Para evitar
que el pH de las aguas superficiales disminuya más de 0,2 unidades, las emisiones de dióxido de
carbono tendrían que ser reducidas inmediatamente.
Aunque la respuesta química del océano a niveles más altos de dióxido de carbono es relativamente
predecible, la respuesta biológica encierra más incertidumbres. El pH del océano y la química de
los carbonatos han sido notablemente estables durante millones de años, mucho más estables que
latemperatura.
Se sabe que la acidificación dañará a los corales y a otros organismos, pero es casi imposible
predecir cómo esta acidificación sin precedentes afectará a ecosistemas completos. La reducida
calcificación perjudicará sin duda a los mariscos tales como las ostras y los mejillones, con graves
repercusiones sobre la pesca. Otros organismos podrían prosperar en las nuevas condiciones, pero
estos pueden incluir especies comparables a las malas hierbas, o directamente causantes de
enfermedades.
Aunque la mayoría de la atención científica y del público ha sido dedicada a los impactos climáticos
de las emisiones humanas de carbono, la acidificación del océano es una crisis tan inminente y
potencialmente severa como el Cambio Climático.
Acidificación
El CO2 disuelto en el agua incrementa también de concentración del ión hidrógeno en el océano,
descendiendo así en pH oceánico. Desde el comienzo de la revolución industrial, se ha estimado
que el pH de la superficie del océano ha caído desde poco menos de 0.1 unidades (en la escala
logarítmica de pH. Nótese que, aunque el océano se acidifica, su pH es aún superior a 7 (el del agua
neutra), de manera que se puede decir también que el océano se está haciendo menos alcalino.
La acidificación impide por ejemplo a los corales fabricar carbonato cálcico, lo que forma el
armazón del coral. La absorción por los océanos de cantidades crecientes de dióxido de carbono
aumenta el nivel de acidez e inhibe, por lo tanto, la transformación de calcio necesaria para la
supervivencia de los moluscos y el plancton calcáreo, ostras, almejas y mejillones que son las
especies que corren un mayor peligro.
El Ciclo del Carbono
En el ciclo natural del carbono, la concentración de dióxido de carbono (CO2) muestra un balance
de flujos entre los océanos, la biosfera terrestre y laatmósfera. Las actividades humanas tales como
los cambios en los usos del suelo, la combustión de combustibles fósiles, y la producción
de cemento ha supuesto un nuevo aporte de CO2 a la atmósfera. Parte de este aporte ha
permanecido en la atmósfera (donde es responsable del aumento de las concentraciones
atmosféricas), parte se cree que ha sido tomada por las plantas terrestres, mientras que otra parte ha
sido absorbida por los océanos. Cuando el CO2 se disuelve, reacciona con el agua para formar un
equilibrio entre especies químicas iónicas y no iónicas: el dióxido de carbono libre en disolución
(CO2(aq)), el ácido carbónico (H2CO3), el bicarbonato (HCO3-) y el carbonato (CO32-). La
relación entre estas especies depende de factores tales como la temperatura del agua de mar y la
alcalinidad.
Posibles impactos
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La acidifiación afectará severamente a los océanos quizás hasta haciendo perder los grandes
arrecifes coralinos causando un impacto en lanavegación, pesca yalimentación.
Mientras que la absorción natural de CO2 por los océanos mundiales ayuda a mitigar los efectos
climáticos de las emisiones antropogénicas de CO2, se cree que el descenso resultante en pH tendrá
consecuencias negativas, principalmente para los organismos calcáreos. Éstos usan los polimorfos
del carbonato cálcico, la calcita o el aragonito, para construir cubiertas celulares o esqueletos. Las
especies calcáreas abarcan en la cadena trófica desde autótrofos a heterótrofos e incluyen
organismos tales como los cocolitofóridos, los corales, los foraminíferos, los equinodermos, los
crustáceos y los moluscos.
En condiciones normales la calcita y el aragonito son estables en las aguas superficiales dado que el
ión carbonato se encuentra en concentraciones sobresaturadas. No obstante, a medida que el pH
desciende, lo hace la concentración de este ión, y cuando el carbonato pasa a estar en insaturación,
las estructuras hechas de carbonato cálcico pasan a ser vulnerables a la disolución. Diversas
investigaciones han encontrado que en corales, algas cocolitofóridas, foraminíferos y mariscos se
detecta la reducción de la calcificación y el incremento de la disolución cuando son expuestos a
CO2 elevados.
Mientras que las consecuencias ecológicas finales de estos cambios en la calcificación son todavía
inciertas, parece claro que las especies calcáreas se verán desfavorablemente afectadas. Hay
también algunas evidencias de que en particular el efecto de la acidificación en los cocolitofóridos
(que están entre el fitoplancton más abundante del océano) puede ocasionalmente exacerbar el
cambio climático, mediante el descenso del albedo de la tierra a través de sus efectos sobre la
cobertura de nubes oceánicas.
Aparte de los efectos sobre la calcificación (y específicamente sobre las especies calcáreas), los
organismos pueden sufrir otros efectos adversos, tanto directos como en cuanto a la su fisiología y
su reproducción (p.ej. la acidificación de los fluidos corporales inducida por el CO2, conocida
comohipercapnia), o indirectamente a través de impactos negativos en los recursos alimentarios. En
todo caso, tanto por la calcificación, como por las demás causas, no existe aún un completo
entendimiento sobre estos procesos en los organismos y ecosistemas marinos.
Las consecuencias de la Acidificación del Mar

Una de las especies más afectadas son las ballenas, aunque todas las especies principales para la
alimentación sufrirán mientras que unas pocas se verán beneficiadas.
Este proceso hace parte de la naturaleza debido a que en el Ciclo del Carbono la absorción oceánica
era parte fundamental, pero con las emisiones de más generadas por los procesos industriales
humanos, ocasionaron una sobrecarga en este ciclo natural, que está causando un grave daño
ambiental debido a que muchos organismos marinos dependen de la concentración de cierta
cantidad de compuestos del carbono (carbonato cálcico, la calcita o el aragonito) para la formación
de sus cubiertas celulares o esqueletos tal como los corales y seres unicelulares, y al acidificarse el
mar es poco probable que puedan tomarlo del exterior de manera correcta llegando al caso tal de
desaparecer; estos seres son el principal eslabón de la vida marina puesto que son el principal
alimento en este ambiente, por lo tanto, muchas especies marinas de la cual el hombre se alimenta,
podrían también desaparecer generando una crisis alimentaria mundial.
Este fenómeno también puede generar riesgos para la navegación, porque al morir los arrecifes
coralinos se convierten en rocas y si hay un aumento desmesurado de las rocas oceánicas, podrían
presentarse encallamientos cercanos a la costa por cambio de profundidad, o causaría, por
acumulación excesiva de sedimentos: que zonas antes navegables de manera natural necesiten de
dragados para seguir siendo navegables.

Para 2100 el nivel de dióxido de carbono doblará el de la época preindustrial o de cualquier otro
tiempo de los últimos millones de años debido a las emisiones de origen humano. Esto acidificará
las aguas de los océanos con inciertas consecuencias para la vida marina. Un anticipo de lo que va a
pasar con los océanos terrestres se puede ver ahora en las cercanías de la isla italiana de Ischia,
donde se ha realizado un estudio recientemente. En los fondos marinos de esa región los escapes
volcánicos vierten 2 millones de litros de CO2 diarios al mar. Como resultado el dióxido de carbono
se combina con el agua para producir ácido carbónico de manera similar a como ya está sucediendo
en todo el mundo, aunque, de momento, en el resto de mar se da a un ritmo inferior. El producto
obtenido, ácido carbónico diluido, es similar a la gaseosa o agua mineral con gas que los humanos
bebemos algunas veces.
En esos lugares el agua alcanza una acidez igual a la predicha a nivel mundial para los océanos
terrestres hacia final de siglo. En ese momento el nivel de dióxido de carbono doblará el de la época
preindustrial o de cualquier otro tiempo de los últimos millones de años. Esto acidificará las aguas
de los océanos con inciertas consecuencias para la vida marina.
Por otro lado, también descubrieron que la acidez variaba según el tiempo atmosférico y el oleaje,
que temporalmente devolvían al agua a su pH habitual.De este modo para percebes y lapas la vida
en un océano ácido quizás sea posible, ya que viven en zonas de fuerte oleaje y podrían construir
sus conchas en periodos de baja acidez.
Peces en peligro por la acidificación
Por ahora sólo se ha experimentado con peces payaso y damiselas, pero la mayoría de los peces
marinos sufriría problemas similares. Perder la capacidad de oler el peligro sería la consecuencia de
las elevadas concentraciones de dióxido de carbono en el agua. Es la llamada acidez de los océanos,
producida cuando el CO2 se disuelve en el mar, y además de causar otros daños en el ecosistema,
ahora sabemos que también afectará al olfato de los peces. Su impacto será grande pues, hoy por
hoy, el aumento de la acidificación parece imparable. Lógicamente, esta incapacidad para oler a los
depredadores amenaza gravemente su supervivencia, ya que en océanos ácidos, los peces dejan de
oler el peligro y se convierten en mucho más vulnerables.
¿Qué es la acidificación de los océanos?

El proceso de acidificación de los océanos es sorprendentemente simple. De la misma manera que


el dióxido de carbono, procedente de la quema de combustibles fósiles, se acumula en la
atmósfera y causa el calentamiento global, también se acumula en los océanos, donde cambia la
química del agua. Cuando el dióxido de carbono entra en el océano, este reacciona con el agua de
mar para formar ácido carbónico. Desde el comienzo de la revolución industrial, hace 150 años, el
mar ha absorbido aproximadamente una cuarta parte de todo el dióxido de carbono proveniente
de combustibles fósiles, lo cual es equivalente a 500 mil millones de toneladas. Por lo tanto, el
promedio de acidez ha aumentado un 30 por ciento. En peso, esto es equivalente a 500 mil
millones de Volkswagen Escarabajos vertidos en el mar. Las actividades de los humanos están
innegablemente vinculadas a los cambios en la acidez de los océanos. Además de ser indiscutible
el efecto que produce la acidificación del dióxido de carbono, el CO2 que se produce por la quema
de combustibles fósiles se puede identificar y medir en el agua del océano.

La acidificación del océano es un peligro oculto causado por el aumento de las concentraciones
atmosféricas de dióxido de carbono (CO2). Recientemente, los científicos han demostrado que la
quema de petróleo, carbón o gas, transforma rápidamente la química básica de los océanos, lo
que hace que el agua sea más ácida. Cada día hay más evidencia de que la acidificación afecta la
vida marina en todo el mundo y que dentro de unas décadas valiosos ecosistemas marinos pueden
ser dañados o destruidos.

Acidificación de los océanos:

El otro problema de CO2. El experimento químico más grande del mundo

Una preocupación primordial por el aumento de la acidez de los océanos es que reduce la
disponibilidad de carbonato, una molécula que es utilizada por decenas de miles de especies
marinas para formar sus conchas, caparazones y esqueletos. Se ha demostrado que en muchas de
las especies estudiadas sus caparazones eran más débiles y su crecimiento más lento. Si el nivel de
acidez se eleva, el agua del océano se torna corrosiva, lo que literalmente disuelve las conchas. La
capacidad de desarrollo del organismo afectado estaría en peligro y a largo plazo lo llevaría a la
extinción. La acidificación del océano podría resultar en una “osteoporosis global”, perjudicando
no sólo importantes mariscos comerciales, como las langostas, los cangrejos y los mejillones, sino
también a las especies claves en las redes tróficas marinas.

Los impactos en la cadena alimenticia pueden afectar a peces, aves y mamíferos marinos. Existe
evidencia de que la acidificación ya está afectando la vida marina por todo el mundo. Por ejemplo,
las ostras del Pacífico no se han reproducido con éxito en su hábitat natural desde 2004 y en una
isla de la costa de Washington las algas suplantan a los mejillones en una zona intermareal. En el
otro lado del planeta, una especie de coral en la Gran Barrera de Coral de Australia registró un
descenso del 14 por ciento en la calcificación desde 1990 y en la Antártida el peso corporal de una
especie de plancton es de un 30 a un 35 por ciento menor de lo ha sido históricamente. Si los
niveles de emisiones de dióxido de carbono no se reducen de manera drástica, los resultados de
este estrés se multiplicarán y la vida marina seguirá desapareciendo.

La acidificación del océano: el problema bajo las olas Los modelos científicos indican que el
promedio de la acidez de los océanos se duplicará para finales del siglo si no disminuimos la
velocidad a la que quemamos los combustibles fósiles. Los científicos predicen que el Ártico será
corrosivo para algunos organismos con caparazón o concha dentro de unas décadas y la Antártida
a mediados de siglo. Esto es solo química, los caprichos del cambio climático no se aplican a esta
previsión.

Se espera que la acidificación de los océanos ponga en riesgo la pesca comercial mundialmente, la
cual es una industria de miles de millones de dólares. Por lo que, también amenazaría una de las
principales fuentes de alimentos para cientos de millones de personas. En Estados Unidos, el
turismo relacionado con los océanos, la recreación y la pesca generan más de 2 millones de
empleos. Muchos tipos de mariscos se verán afectados directamente, lo que repercutirá en los
peces que se alimentan de ellos.

Por ejemplo, los pterópodos, caracoles marinos pequeños que son particularmente sensibles al
aumento de la acidez, representan el 60 por ciento de la dieta de los salmones jóvenes rosados de
Alaska. Esto podría afectar a las dietas más arriba en la cadena alimenticia, pues una baja en la
población de salmón resultaría en menos pescado sobre nuestras mesas. Los arrecifes de coral
serán especialmente afectados por la acidificación del océano. A medida que aumente la acidez de
los océanos, los arrecifes de corales se corroerán más rápidamentede lo que pueden crecer, por lo
tanto se teme que las estructuras de los arrecifes desaparecerán por todo el mundo. Los
científicos predicen que para el momento en que las concentraciones atmosféricas de dióxido de
carbono lleguen a 560 partes por millón (ppm), un nivel accesible para mediados de siglo ya que
estamos llegando a 400 ppm, los arrecifes de coral dejarán de crecer, e incluso comenzarán a
disolverse. Las áreas que dependen de arrecifes saludables para la alimentación de la gente, la
protección del litoral, el turismo y otras industrias lucrativas, se verán profundamente afectadas
por su pérdida.

Soluciones para salvar nuestros mares: la lucha contra la acidificación requiere reducir las
emisiones de CO2 y mejorarla salud general de los océanos ¿Qué podemos hacer? Tenemos que
mover nuestras vidas sin emitir grandes cantidades de dióxido de carbono. Para acelerar nuestra
transición a un futuro de energía limpia, tenemos que promulgar una exhaustiva legislación
climática y adoptar una política energética que invierta en la eficiencia y acelere el desarrollo de
las fuentes de energía renovable. Pero también podemos ayudar a defender los océanos
asegurándonos de que sus ecosistemas estén completamente sanos. Así como las personas con
sistemas inmunes comprometidos son las más propensas a morir de enfermedades comunes
como la neumonía y la gripe, también los organismos marinos son los primeros en sucumbir a las
presiones, como la acidificación del océano. La implementación de una fuerte política nacional
para proteger, mantener y restablecer la salud de los ecosistemas marinos, poniendo fin a la
sobrepesca, además de crear áreas marinas protegidas, como parques marinos nacionales, son
tres pasos esenciales para la restauración de los asediados recursos marinos de nuestra nación y
nuestro planeta.

La acidificación del océano: la advertencia final Piensa en la acidificación del océano como una

“advertencia final” porque estamos cambiando fundamentalmente la forma en que funciona el


planeta. Ya hemos comprometido la atmósfera del planeta y el presupuesto de calor por la quema
de combustibles fósiles. Teniendo en cuenta que los océanos representan un sistema mayor de
500 veces el peso de nuestra atmósfera, los cambios en la química del océano señalan una
interrupción masiva. El futuro del planeta azul está en juego.

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