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CAPíTULO 1

POSIBILIDAD Y NECESIDAD DE LA
DEMOSTRACION

"

1. EL CONOCIMIENTO ESPONTÁNEO DE LA EXISTENCIA DE DIOS

Como ya se aludió, el hombre puede conocer a Dios por


las solas fuerzas de la razón natural. En el conocimiento natu-
ral de Dios hay varios grados; un primer grado es un modo de
conocimiento precientífico o espontáneo; el segundo es cientí-
fico o metafísico. Aunque de lo que se trata aquí es de justifi-
car racionalmente el conocimiento de Dios, es decir, nos inte-
resa el conocimiento científico o metafísico, sin embargo, alu-
dimos en primer lugar al conocimiento espontáneo, que es
paso obligado para el segundo,
Sin necesidad de una demostración elaborada de modo
preciso, se da un conocimiento natural espontáneo de la exis-
tencia de Dios, como lo prueba la experiencia continua y
universal. «Hay una especie de espontánea deducción, total-
mente atécnica, pero absolutamente consciente de su propio
significado, en virtud de la cual cada hom bre se encuentra a sí
mismo elevado a la idea de un Ser trascendente por la mera
visión en la naturaleza de su impresionante majestad. En un
fragmento de una de sus obras perdidas, el mismo Aristóteles
observa que los hombres han deducido su idea de Dios de dos
TEOWGIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

fuentes: sus propias almas y el movimiento ordenado de las se por el porqué del ser de los entes. «No se puede llegar al
estrellas. De cualquier forma, el hecho en si mismo está fuera Dios verdadero, en el conocimiento natural, por medio de una
de duda, y las filosofías descubrieron con retraso la idea de ciencia particular, como la lógica, la física, la antropología o la
Dios c... ). Es un hecho que la humanidad, siglo tras siglo, tiene matemática. Mientras no se considere el ser de los entes, no se
cierta idea de Dios; los hombres, sin cultura intelectual alguna plantea adecuadamente la exigencia de la Primera Causa»2.
se han sentido oscura, pero fuertemente convencidos de que Que el conocimiento espontáneo tenga alcance metafísico
el nombre de Dios se refería a un ser realmente existente; y . y pueda acceder a la cognoscibilidad de Dios no significa que
aún hoy, innumerables seres humanos llegan a la misma con- tal conocimiento sea inmediato; una tal cognoscibilidad es
vicción y formándose la misma fe sobre la única base de su también mediata y discursiva, aunque no lleve consigo una
personal experiencia»'. demostración en sentido estricto. En esa inferencia espontá-
Este conocimiento espontáneo de Dios no sólo no debe nea de la existencia de Dios intervienen -o pueden intervenir-
considerarse como irrelevante, sino que es piedra de toque factores indiYiduales, sociales o históricos, que en cierto modo
para el conocimiento metafísico. Importa mucho tener en cuen- pueden condicionar esa convicción espontánea.
ta que siempre las mayores profundizaciones de la filosofía Por otra parte, no puede olvidarse que el conocimiento de
deben ser continuación del recto conocimiento espontáneo. Dios no es una cuestión exclusivamente intelectual, pues a él
Este tiene también alcance metafísico: puede llegar a la solu- ya unido el sentido mismo de la vida: por eso influyen mucho
ción de las cuestiones más altas, como la existencia de Dios, la en su adquisición las disposiciones interiores de la voluntad.
inmortalidad del alma, el reconocimiento de la ley natural.
Cortar con la experiencia, con el sentido común natural, con el
conocimiento espontáneo invalida siempre una filosofía, pues 2. LA EXISTENCIA DE DIOS NO ES EVIDENTE POR :.Í MISMA

el primero es regla para la segunda, y no viceversa. Cuando el


recto conocimiento espontáneo es invalidado como precientí- Que el recto conocimiento espontáneo pueda llegar y lle-
fico y vulgar, se producen graves consecuencias a corto plazo gue de hecho al conocimiento de Dios no significa que la
en el terreno filosófico. Como de cero no se puede empezar, la existencia de Dios sea una verdad de evidencia inmediata para
filosofía si no tiene su inicio en la experiencia y en el conoci- el hombre. Por el simple hecho de que hay ateos se comprue-
miento espontáneo, lo tendrá en otra cosa, como, por ejemplo, ba la inevidencia de Dios, ya que si Dios fuera naturalmente
la ciencia positiva, la reflexión sobre la conciencia, etc. Aplica- evidente no podría haber necios que dijeran en su corazón: no
do al tema de Dios, quiere ello decir que del reconocimiento hay Dios (Cfr. Ps 52, 1). O mejor todavía, precisamente por la
de lo más común y evidente de las cosas que el hombre puede no evidencia inmediata para el hombre de la existencia de
contemplar, a saber, que son, de ahí puede accederse a Dios, Dios se da la posibilidad real de que el hombre niegue a Dios.
pues el conocimiento natural espontáneo de la existencia de A lo largo de la historia, sin embargo, ha habido autores
Dios tiene su fundamento en el paso del conocimiento del que han afirmado que la existencia de Dios es una verdad de
mundo como efecto al conocimiento de Dios como Causa. evidencia inmediata. No es necesario demostrar la existencia
de Dios, porque sería inmediatamente conocido.
Cometido de la filosofía es perfeccionar, precisar, distin-
La cuestión sobre la evidencia inmediata de Dios la re-
guir, hacer explícito ese conocimiento espontáneo. Si lo más
suelve Santo Tomás con la distinción entre evidencia quoad se
conocido de las cosas es que son, la filosofía deberá preguntar-

2. SANGUINETl, J.1., La filosofia de la ciencia según Santo Tomás. Pamplona


1. GILSON. E., Elementos de filosofia cristiana. Madrid 1969, p. 66. 1977, pp. 345·346.

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y evidencia quoad nos. Los conocimientos evidentes, que no para resolver el problema de la existencia de Dios estriba en
necesitan demostración, son proposiciones inmediatas o per se proceder por vía de demostración. El conocimiento natural de
notae: que se conocen por sí mismas. Ahora bien, «una propo- Dios es el·término de un proceso discursivo.
sición puede ser evidente de dos maneras: en sí misma, pero
no con respecto a nosotros, o en sí misma y también para
nosotros. La causa de que una proposición sea evidente es 3. EL ONTOLOGlSMO

porque el predicado está incluido en el concepto del sujeto,


por ejemplo, 'el hombre es animal', pues animal entra en el
Por ello, la primera cuestión que la teodicea debe solven-
concepto de hombre. Si, pues, todos conociesen la naturaleza
tar es justamente la cuestión de la existencia de Dios. En las
del sujeto y la del atributo de una proposición cualquiera, ésta ciencias particulares no se cuestiona la existencia del objeto;
sería evidente para todos, como lo son los primeros principios, esto es algo que ya Kant advirtió en su obra precrítica El
cuyos términos ser y no ser, todo y parte, y otros parecidos, único argumento posible para una demostración de la existencia
son cosas tan sabidas, que nadie las ignora. Pero, si hay quie- de Dios (1763). La existencia de tales objetos es evidente: no es
nes ignoran cuál es la naturaleza del sujeto :' la del predicado, necesario demostrarlos. Pero en el caso del objeto de la teodi-
la proposición en sí misma será, sin duda, eúdente, pero no lo cea, Dios como primera causa del ente finito, no aparece la
será para quienes ignoran aquellos extrem05»3. evidencia directa e inmediata, lo cual lleva consigo la necesi-
¿Qué sucede con la proposición Dios es.:'Efectivamente, es dad de la demostración. El problema de la inevidencia del
una proposición evidente en sí misma, por cuanto el predica- Absoluto equivale al problema de la necesidad de su demos-
do está contenido en el ~ujeto: incluso, como veremos, se tración.
identifica absolutamente C'Q,nél. Dios es es una proposición La postura que mantiene la evidencia inmediata de la
evidente quoad se. Más todavía; debe decirse que la suprema existencia de Dios es denominada genéricamente con el nom-
verdad es esa: Dios es. Sin embargo, no pudiendo el hombre bre de ontologismo. Quizá la definición más clara del ontolo-
acceder a la naturalezq divina, conocer lo que Dios es, quoad gismo ha sido la formulada por Fabre d'Envieu en su obra
nos es inevidente la afirmación de la existencia de Dios. A ella Defensa del ontologismo: «El ontologismo es un sistema en el
se llega a partir de sus efectos. «La .proposición 'Dios es', en sí que después de haber probado la realidad de las ideas genera-
misma, es evidente, porque en ella el predicado se identifica les, se establece que estas ideas no son formas ni modificacio-
nes de nuestra alma, que no son nada creado, sino objetos
con el sujeto, ya que, como más adelante veremos, Dios es su
necesarios, inmutables, eternos, absolutos; que se concentran
mismo ser. Pero con respecto a nosotros, que desconocemos la
en el ser simplemente dicho, y que este Ser infinito es la
naturaleza divina, no es evidente, sino que necesita ser demos-
primera idea captada o asida (saisie) por nuestm espíritu, el
trada por medio de cosas para nosotros mas conocidas, aun- primer i11teligible, la luz en la que vemos todas las verdades
que por su naturaleza sean menos evidentes, a saber, por sus eternas, universales y absolutas. Los ontologistas dicen, pues,
efectos»4. Unicamente en la visión beatífica se podrá conocer que estas verdades no pueden tener realidad fuera de la esen-
con evidencia lo que Dios en sí mismo es: únicamente enton- cia eterna. De aquí concluyen que no pueden subsistir sino
ces el hombre podrá llegar a saber con evidencia inmediata unidas a la sustancia divina, y que, por consiguiente, es en esta
que Dios es. En la condición actual del hombre, el camino sustancia en la única en que nosotros podemos verlas»5.

3. SANTO
4. Ibid. TOMÁS. S. Th., 1, q. 2, a. 1. 5. FABRE D'ENVIEU, Défense de I'OnlOlogisme. París 1860. p. 1. Los subrayados
son míos. Cfr. GONZÁLEZ ALVAREZ, A., O.C., p.66.

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TEOLOGIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

Como término técnico del lenguaje filosófico fue emplea- ontologistas, después de su inicial aserción, proporcionan ar-
do por primera vez por V. Gioberti en su Introducción al estu- gumentos demostrativos de Dios.
dio de la FilosofíaS; en oposición al psicologismo, que según Los más importantes representantes del ontologismo son
Gioberti es un sistema que deduce de lo sensible lo inteligi- Malebranche, Gioberti y Rosmini. A continuación se señalan
ble, y la ontología de la psicología "llamaré ontologismo al algunos aspectos de la doctrina malebrancheana.
sistema contrario que enseña y expresa cabalmente el camino Como es sabido, la filosofía de Malebranche se caracteriza
oportuno a quien quiere filosofar correctamente». La más im- por la combinación del cartesianismo y la tradición platónico-
portante pretensión del ontologismo es el acceso al conoci- agustiniana, intentando llevar a cabo una metafísica teocéntri-
miento de Dios, sin trabas o mediaciones que desvirtúen, se- ca. Acepta la dicotomía cartesiana entre espíritu y materia,
gún él, su realidad. Esta postura filosófica considera, por tanto: pensamiento y extensión; no es posible una influencia de uno
1) Dios es la intuición a priori de nuestro conocimiento, y en otro (la mente no mueve el cuerpo; éste es una máquina
2) esta visión inmediata de Dios condiciona la posibilidad de adaptada al alma por Dios, pero no informada por ésta)8.
cualquier otro conocimiento humano. Dios sería el ser prima- Según Malebranche, ni científica ni metafísicamente se puede
rio no sólo de la realidad existente, sino del conocimiento. Esa conceder una eficacia causal a las criaturas. La única causa
perfecta correspondencia entre el orden óntico y el orden verdadera es Dios. Desde toda la eternidad Dios ha querido -y
lógico se refleja en el propio término «ontologismo». continúa queriendo eternamente-, quiere sin cesar lo que ocu-
Para el ontologismQ, pues, "el conocimiento de Dios es rrirá en el transcurso del tiempo.
original, esto es, el primero de todos nuestros conocimientos, Tal teoría de la causalidad de Dios y las criaturas se
y originario, es decir, fuente de todos los demás conocimientos denomina ocasionalismo. El teocentrismo de esta doctrina etio-
humanos. No es sólo que el hombre conozca primeramente a lógica llevado a sus últimas consecuencias desemboca en el
Dios en sí mismo y después conozca los demás seres, también ontologismo. En efecto, para Malebranche la mente es una
en sí mismos; se afirma más bien que todo cuanto el intelecto potencia pasiva; no produce ideas, sino que recibe ideas. Y
humano conoce, lo conoce en Dios. El intelecto humano, pues, ¿cómo llegan a nuestra mente las ideas? No pueden provenir
tiene una visión inmediata de Dios, y esta intuición, esencial a de nuestro espíritu, porque si así fuera -afirma- seríamos
nuestro espíritu, es la fuente de todo otro ulterior conoci- creadores; mucho menos podrán ser producidas por los cuer-
miento»7. pos. La única explicación plausible de nuestras ideas es que no
El ontologismo está estrechamente emparentado con el son distintas de Dios, o mejor, según Malebranche «vemos
todas las cosas en Dios». «Todas nuestras ideas claras están en
argumento ontológico (de hecho, todos los ontologistas admi-
Dios en cuanto a su realidad inteligible. No es sino en El
ten ese argumento); sin embargo, la recíproca no es cierta; no
donde nosotros las vemos ... Si nuestras ideas son eternas,
todo partidario del argumento ontológico es ontologista.
inmutables, necesarias, se comprenderá que no pueden encon-
Mientras el argumento ontológico, en sus diversas variantes, -
es una prueba que pretende demostrar a Dios por puros con-
ceptos, el ontologismo pretende que la existencia de Dios es
8. "Me parece enteramente cierto que la voluntad de los seres espirituales
inmediatamente evidente, con lo que su demostración sería, es incapaz de mover el más pequeño cuerpo que exista en el mundo. Porque
en rigor, superflua. Por eso no .se entiende bien por qué los es evidente que no hay una conexión necesaria, por ejemplo, entre nuestra
voluntad de mover un brazo y el movimiento efectivo de éste. Es verdad que
el brazo se mueve cuando yo quiero, y yo soy así la causa natural del movi-
miento de mi brazo. Pero las causas naturales no son, en absoluto, verdaderas
6. Bruselas 1844,2." ed. causas, sino solamente causas ocasionales que únicamente obran por el poder
7. GONZÁLEZ ALVAREZ, A., o.C., p. 54. y eficacia de la voluntad de Dios». Recherche de la verilé, 6, 2, 3.

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TEOLOGIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

trarse más que en una naturaleza inmutable,,9. Es patente que inherente o constitutivo de los entes que contemplamos. y
la visión en Dios de todas las cosas lleva consigo la visión de efectivamente todos los entes que tienen el ser en diversos
Dios, hasta el punto de que se puede decir que El es el lugar grados remiten al fundamento que es el único Ser subsistente,
de los espíritus, del mismo modo a como el espacio es en como veremos. Pero de ahí a afirmar que el Ser se encuentra
cierto sentido el lugar de los cuerposl0. implícito ~n cualquier intelección media un largo trecho; Dios
El ser infinito no puede ser visible por una idea que le no puede identificarse con o ser incluido en el esse commune.
represente; ninguna de las ideas -finitas- puede representar al Es verdad que res sunt, ergo Deus est, pero esa inferencia no es
infinito; el infinito solamente puede verse en sí mismo. Más inmediata, pues supone varios pasos entreverados antes de
todavía: lo finito se ve en lo infinito, las criaturas no se ven alcanzar a Dios13.
primariamente en sí mismas, sino en Dios. Dios es lo único Cuando nosotros afirmamos que cualquier cosa tiene ser,
que necesariamente existe; como dirá Malebranche «si se esas cosas de las que afirmamos el ser son cosas finitas; ahora
piensa en Dios, es necesario que exista. Talo cual ser, aunque bien, el ser no está necesariamente comprendido en ninguna
conocido, puede ser que no exista; podemos ver su esencia sin esencia finita. Las naturalezas de las cosas no son el ser que
su existencia, su idea sin él. Pero no podemos ver la esencia tienen, las cosas no son el ser que poseen, ya que si fuera de
del infinito sin su existencia, la idea del ser sin el ser: porque otra manera, el ser entraría en el concepto de cualquier esen-
el Ser no tiene ninguna idea que le represente. Carece de un cia, lo cual es falso porque la esencia de cualquier cosa se
entiende sin entender si ésta es14. No hay ninguna existencia
arquetipo que contenga toda su realidad inteligible" 11. Todas
las cosas que están presentes a nuestra mente pueden estarlo creada que entre a formar parte del contenido de su esencia.
Por el contrario, Dios se distingue absolutamente de cualquier
precisamente porque Dios lo está, y El ilumina nuestra mente
ente. «El ser divino, que es sustancia, no es el ser común (esse
de infinitos modos12. Para el ontologismo, pues, la afirmación
con1l1ume), sino un ser distinto de cualquier otro ser. En conse-
del ser implica inmediatamente la noción de lo divino. Nues-
cuencia, por su mismo ser Dios difiere de cualquier otro
tra primera intelección sería la del Ser mismo, sería Dios. A
ente,,15. Y precisamente se llama ente a lo que participa finita-
esta pretensión hay que responder que la intelección del ser,
mente el ser, yeso -señala Tomás de Aquino- es lo que es
qu'e se da en todo conocimiento real (por ejemplo: A es; o A
proporcionado a nuestro entendimiento, cuyo objeto es lo que
es B), no es conocimiento implícito del Ser divino. Lo que de
es; pero Dios es el mismo ser, por lo que habría que decir que
modo inmediato se capta no es el ser siendo en sí, sino entes
está por encima del entendimiento, en el sentido de que re-
que son, que tienen ser. El ser lo captamos únicamente como
quiere demostración y que, una vez demostrada su existencia,
no se aferra completamente su esencia. El presupuesto funda-
mental de la doctrina ontologista no puede sostenerse en pie.
9. Entreriens sur la Méraphysique, l, 10. Es simplemente falso, por muchos razonamientos 'de una co-
10. Cfr. Recherche de la verité, loco cil.
11. Emreriens ...,n, 5. herencia formal indudable que puedan hacerse, que el hom-
12. Una de las consecuencias que se siguen de aquí es la desaparición de bre tenga intuición de Dios. Si así ocurriera, si la intuición de
las fronteras de lo natural y lo sobrenatural, al hacer nacuralla visión beatífica. Dios fuera directamente consciente, todo el mundo debería
Malebranche se defendió de esa acusación, señalando que, aunque el hombre
tiene una visión directa de Dios y ve todas las cosas en Dios, sin embargo no tener una tal intuición. Pero más bien parece que hay dema-
ve la esencia diYina, pues ,da esencia de Dios es su ser absoluto, y las mentes
no ven la substancia divina considerada absolutamente, sino sólo en tanto que
relativa a las criaturas o participable por éstas». Recherche ..., loc. cil. Sin
embargo, esa sutil distinción malebrancheana no puede tener ningún sentido 13. Cfr. GONzALEZ,
A.L., Ser y Pa rticipació '1. Pamplona 1979, p. 136 ss.
real, y es difícilmente comprensible desde los propios presupuestos de 14. Cfr. SANTOTOMAS,In II Sent., d. 1, q. 1, a. 1.
Malebranche. 15. De Paremia, q. 7, a. 2.

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TEOWCIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

siada gente que afirma no tener dicha intuición. Téngase en (1825-1895) en 1869, en su trabajo Agnoslicism (1889)19; tenía el
cuenta, finalmente, que la pretensión ontologista consiste pre- significado de «renuncia a saber», es decir, oponerse a la
cisamente en invertir el modo de acceso al conocimiento de pretensión de saber las cosas que no pueden saberse porque
Dios: mientras Dios es la fuente ontológica de las cosas crea- trascienden las posibilidades del conocimiento científico en
das, son las cosas creadas la fuente cognoscitiva de nuestro un mom'ento determinado. Teóricamente se distingue del es-
conocimiento de Dios. cepticismo en que éste niega taxativamente el conocimiento
El camino ascendente hacia Dios requiere necesariamente de realidades trascendentes, mientras que el agnosticismo
demostración16; como ya fue aludido, Dios es evidente o per se «simplemente» se abstiene de conocerlas o renuncia a ellas. El
nolum, porque su esencia es su ser, en sí mismo considerado y término ha dado lugar a la doctrina que establece la imposibi-
en absoluto; pero respecto a nosotros -quoad n05-, como no lidad de conocer las verdades metafísicas y la existencia de
podemos concebir lo que es, no es evidente17. La condición una realidad trascendente a lo sensible (que algunos han lla-
del entendimiento humano ante las cosas más evidentes en sí mado precisamente «lo incognoscible»); dic'fas realidades ca-
mismas o más claras por naturaleza es parecida, como señaló recerían de sentido, puesto que -más allá de los datos de nues-
Aristóteles, al estado de los murciélagos ante la luz del día' 8. tra experiencia no sabemos nada.
La existencia de Dios, desde un punto de vista racional, sólo En rigor, el agnosticismo no es lo mismo que el ateísmo.
puede hacerse patente mediante demostraciones. El agnóstico no niega, en principio, la existencia de Dios, como
hace el ateo; lo que rechaza es la capacidad del hombre para
probar argumentativamente dicha existencia. El lema de esta
4. EL AGNOSTICISMO actitud podría ser el famoso apotegma de Du Bois-Reymond,
en su obra sobre los límites de la conceptuación científica:
Ignoramus el ignorabimus.
En el punto anterior se ha discutido la evidencia o 'inevi- La mayoría de los agnósticos suelen hacer profesión de su
dencia inmediata del Absoluto, y se ha establecido la necesi- no ateísmo; si bien Dios no puede ser alcanzado por las fuer-
dad de la demostración de la existencia de Dios. Ahora bien, la zas naturales de la razón humana, podría llegarse a El a través
necesidad de demostrar dicha existencia no lleva consigo su de otros medios, como puede ser el sentimiento religioso
posibilidad, pues podría suponerse que para la afirmación de (Modernismo), la razón práctica (Kant) etc.; otros agnósticos,
la existencia de Dios sería necesaria' algún tipo de prueba, por su parte, una vez declarada esa imposibilidad especulativa
pero la razón humana no tiene capacidad de realizar dichas se colocan en un «prudente neutralismo» entre la afirmación y
pruebas. la negación respecto a todos los problemas que el tema de
La negación de la posibilidad de demostrar metafísica- Dios lleya consigo .. La cie~~s.tahl.eceriaJ.~ ~!:!~xis~!!cia
mente la existencia de Dios recibe el nombre de agnosticismo. de Dios, pero tampoco su existen.sit\ (positivismo). Es sintomá-
Este vocablo fue usado por primera vez por Th. H. Huxley -tico: S1nemoargO,--que -loit-a:Jerentes tipos de agnosticismo
comportan
de obseryarseun ~criltoateísmo
en os resultadosmásy oconclusiones
menos larvado, como
de los pue-
diferen-
16. "Lo que el hombre directa y propiamente entiende no es Dios, sino lo tes tipos de agnosticismo.
finito; el principio operativo con el cual emiende no es Dios, sino el propio y es que en verdad es muy fácil el tránsito de la afirma-
intelecto; aunque el intelecto esté causado por Dios, Dios no cae de ningún ción de que no podemos saber nada de lo que trasciende
modo in rarione obiecri y mucho menos in rarione subiecri". FABRO, c., Inrrodu-
zione all'areismo moderno. Roma 1969, t. l, p. 69.
17. Cfr. CC., l, 11.
18. Cfr. Merafísica, 993 b, 9. 19. Cfr. HUXLEY. Th. H., Collecred Essays, t. Y, Londres 1889.

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TEOWGIA NATUR4L LA EXISTENCIA DE DIOS

nuestra experiencia a esta otra: no existe nada más allá de teoría de la existencia y del conocimiento de la existencia22.

-
nuestra experiencia. Referido al temaae 151~:erasertode que Lo que Hegel llamaba «el principio fundamental de la filosofía
eTagnosticismo consistiría no en la yoluntad expresa de que kantiana» es la exigencia de una síntesis entre el producto de
Dios no exista, sino solamente en no echar de menos a Dios, las funciones del pensamiento y el resultado de las afecciones
vivir en la finitud, etc., eso equivale en el fondo a un tácito provenientes de la experiencia sensible. Ha sido señalado que
ateísmo.
esta estructuración supone -en cierta forma- un sustitutivo de
No faltan en la antigüedad e incluso en la Edad Media
la composición metafísica de esencia y ser; pero tras el aban-
formulaciones escépticas que llevan consigo un agnosticismo. dono del sentido original de esa estructura en el racionalismo
Bastaría con recordar la conocida afirmación de Protágoras:
y en el empirismo, en los que el ser no es ya el fundamento
«Respecto a los dioses, ignoro si existen o no existen y qué
real de los entes, sino que queda disuelto en el puro pensa-
figura tengan»20. y en la Edad Media la doctrina de Guillermo
miento (esencia, posibilidad: racionalismo) o en la existencia
de Ockham según la cual las pruebas de la existencia de
como mera facticidad empírica situada en la experiencia in-
Dios no tienen más que una certeza que él denomina proba-
ble2'; los continuadores del nominalismo ockhamista -Nicolás mediata (empirismo). La encrucijada racionalista-empirista
de Ultricuria y Juan de Mirecuria y Pedro AilIy- terminarán fue resuelta por Kant estableciendo un nuevo y radical funda-
por considerar que la existencia de Dios pertenece solamente mento para una concepción del ser como posición del pensar.
a la fe, y de ningún modo entra a formar parte de las verdades Ese fundamento está constituido precisamente por las accio-
que la razón humana puede alcanzar. nes del pensar puro, que se integran en el sujeto trascenden-
taF3.
Sin embargo, las típicas actitudes agnósticas se encuen-
tran en la filosofía moderna y contemporánea, en la que se Para Kant, los conceptos a priori -acciones del pensar
desarrollan agnosticismos de muy di\'erso cuño. Dividiremos puro- son de suyo vaCÍos. Las condiciones formales de la
este estudio en los siguientes epígrafes: experiencia no proporcionan más que una mera posibilidad.
Así reza el Primer postulado del pensamiento empírico en gene-
a) el agnosticismo kantiano
ral: «Lo que conviene con las condiciones formales de la expe-
b) el agnosticismo fideÍsta y modernista
riencia (según la intuición y los conceptos) es posible»24. Pero
c) el agnosticismo positivista
no puede olvidarse que lo posible en Kant únicamente sobre-
d) Wittgenstein y el neopositivismo
pasa la mera noción adquiriendo el "alor de concepto cuando
e) la posibilidad de demostrar la existencia de Dios. Críti-
esas nociones formales lo son de la experiencia, ya que la
ca .del agnosticismo.
posibilidad de la experiencia es lo que proporciona a todos
nuestros conocimientos a priori realidad objetiva25. Ello es así
A. El agnosticismo kantiano porque «si un conocimiento ha de tener realidad objetiva, es
decir, referirse a un objeto y tener en él significación y senti-

La crítica kantiana a la posibiHdad de una demostración


de la existencia de Dios por vía teórica se fundamenta en su 22. Véase para todo este apartado sobre la ontología y la noética de la
existencia según Kant, GONZÁLEZALVAREZ,A., o.C., pp. 91·97. Más adelante, a la
hora de estudiar la crítica de Kant al argumento ontológico, veremos la peculiar
noción de existencia kantiana.
20. DIOGENES LAERCIO,IX, 51. 23. Cfr. LLANO,A., Metafísica y lenguaje. Pamplona 1985, p. 265.
2!. Cfr. GONZÁLEZ,A.L., Intuición y escepticismo en Ockham, en «Anuario 24. Crítica de la Razón Pura, A 218, B 265.
Filosófico» X, 1 (1977), pp. 105-129. 25. Cfr. Crítica de la Razón Pura, A 156, B 195.

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TEOWGIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

do, debe el objeto poder ser dado de alguna manera,,26. Darse una demostración, puesto que, como es sabido, los postulados
un objeto es, pues, referir su representación a la experiencia. de la razón práctica, según la doctrina kantiana, sólo pueden
Dice el segundo postulado: <do que está en conexión con ser utilizados en su uso práctico, no alcanzan un valor trascen-
las condiciones materiales de la experiencia (de la sensación) dente, ni valen por tanto para fundar un conocimiento que
es real". La existencia de la cosa está en conexión con nuestras supere lo sensible. Kant quiere creer que existe Dios; querer
percepciones; por tanto, allí donde alcance la percepción, allí creer: son los dos aspectos fundamentales de la exigencia dé la
también alcanza nuestro conocimiento de la existencia de las divinidad que Kant planteará. Ese querer creer es un volunta-
cosas. No es posible averiguar la existencia de una cosa cual- rismo y una fe; un voluntarismo tan neto que bien puede
quiera si no se empieza por la experiencia o si no se progresa decirse que lo de menos es que Dios exista o no, lo capital es
según las leyes de la conexión empírica de los fenómenos. que yo quiero que Dios exista, es decir, en el fondo soy yo
Por tanto, únicamente «podemos llegar a una existencia quien proporciona realidad a Dios. Y es una fe, pero no una fe
que por algún lado debe estar comprendida en el nexo de la objetiva, ni una creencia en algo -Dios, en este caso- que
experiencia, de la cual la percepción es una parte; de donde exista más allá de la razón práctica, sino que es una certeza
resulta que la necesidad de la existencia nunca puede ser subjetiva que sirve para la vida práctica o moral. Kant termi-
conocida por conceptos, sino sólo por el enlace con aquello nará por afirmar que Dios no es más que una mera idea en mí,
que es percibido según leyes universales de la experiencia,,27. es decir, la razón práctica moral autolegisladora30.
Ahora bien, Dios no está comprendido ni en el nexo de la Según la última filosofía kantiana contenida en el Opus
experiencia ni enlazado con lo percibido; en consecuencia, Postumum -como ha puesto de manifiesto espléndidamente
no es posible su conocimiento teórico. Llano- hay Dios porque hay imperativo moral. pero esa exis-
• tencia de Dios no es la de un ser exterior al hombre3'; al final.
Especulativamente hablando, Dios es el ideal de la razón
Dios y la razón práctica coinciden. Y de lo suprasensible no
pura, es una idea a la que no corresponde un correlato en la.
hay ciencia sino, en sentido estricto, fe: « Una fe (un Credo) que
realidad. Con esos presupuestos ~o'él:icos, Kant pasó revista no proporciona ninguna enseñanza objetiva sobre la efectivi-
crítica a todos los argumentos que ha habido a lo largo de la dad de su objeto, porque examina la cosa suprasensible sola-
historia para demo.strar la existencia de Dios (y que redujo a mente según lo que nosotros pensamos de ella. Entonces re·
tres: ontológico, cosmológico y teleológico)28. La certeza de la sulta que las ideas de Dios y de una vida futura reciben por
existencia de Dios . vendrá únicamente por vía de la razón medio de la ley moral una realidad objetiva, no teórica, sino
práctica. Cuando afirma que es absolutamente indispensable
que uno se convenza de la existencia de Dios, es menos nece-
30. Vid. a este respecto la conclusión de R. VERNAUX. Crítica de la "Crítica
sario que se lo demuestre29, lo que hace el regiomontano es de la Razón Pura». Madrid 1978, titulada Creer y saber (pp. 253-263).
colocar un autoconvencimiento no racional de la existencia de 31. Cfr. KANT.E., Opus Postumum, XXII, 55 Citado por LLANO,A., Fenómeno
y trascendencia en Kant, Pamplona 1973, p. 319; véase el apartado 6.4 entero: El
Dios, que desembocará elf aquel postulado de la razón prácti- alcance trascendente de la razón práctica (pp. 310-323). A renglón seguido señala
ca que exige la existencia divina. Pero el postulado de la LLANO:"Es cierto que no puede negarse que Dios exista, pero no puede
moralidad que exige a Dios no es trascendente, es decir no es afirmarse que exista fuera del pensamiento racional del hombre: en él -Kant
recuerda la sentencia de San Pablo-vivimos, actuamos v somos. Es lo eterno,
lo divino en el hombre. No hay otra epifanía de la divinidad que la que se da
en la vivencia ética del sujeto racional. Para encontrarle, no debemos salir
26. Id., A 155, B 194. fuera de nosotros, sino buscarle en lo más profundo de nuestra interioridad
27. Id .. A 277, B 279. (Es indudable que las concepciones éticas del regiomontano hunden sus raíces
28. Serán estudiados en qtros apartados más adelante. en una religiosidad luterana. El Dios de los reformistas es ante todo el Dios für
uns, y consideran el Dios für sich como aristotélico y no-cristiano. Lo trascen-
29. Cfr. KANT.E., El único argumento posible para demostrar la existencia de dente en cuanto tal, y los caminos que a él conducen, quedan marginados: lo
Dios, trad. cast., Barcelona 1972, p. 159.
importante es el Dios de la fe, de la vivencia moral, el Dios-para-m{)>>.

40
41
TEOLOGIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

simplemente práctica, porque nosotros obramos como si Luis de Bonald (1754-1840) sistematizó el tradicionalismo;
hubiera otro mundo; y debemos comportamos como si supiéra- el punto de partida o "hecho primitivo» es el lenguaje. En
mos que esos objetos fueran efectivos,,32. En realidad, esos su obra La legislación primitiva señala que el hombre no ha
objetos no existen fuera de la idea que de ellos nos podido inventar el lenguaje para expresar su pensamiento,
hacemos -terminará por aseverar Kant-; y es que la fe no puesto que no se puede inventar nada sin pensar, y no se
proporciona ningún dato sobre la existencia o realidad efectiva, piensa sin algún tipo de lenguaje, que no es otra cosa sino una
sino que según el regiomontano establece o pone su realidad expresión natural del pensamiento. El hombre es hombre por
en general; es el sujeto, en su máximo grado de potenciación el lenguaje; es éste un don primitivo dado por Dios al hombre
objetivante, quien concede realidad objetiva a Dios33. cuando le concedió la existencia. De Dios ha recibido el hom-
Tres negaciones fundamentales correspondientes a su pe- bre el don del lenguaje y del pensamiento. La doctrina del
culiar gnoseología conducen a la valoración crítica de la doc- origen divino del lenguaje primitivo postularía la existencia de
trina kantiana: Dios. Los conceptos básicos y las verdades primeras fueron
a) negación de la abstracción, que imposibilita el acceso entregadas por Dios al hombre en una primitiva revelación;
al ente en cuanto tal (y a su ser), puntO de partida de una ese conjunto de verdades primeras se transmite en el lenguaje;
prueba de Dios éste nos permite conocer esas verdades transmitidas por tradi-
b) negación del valor metafísico de nuestros conceptos ción. La tradición es la regla objetiva de la verdad; la razón no
primarios, ya que sólo es cognoscible lo que consta a los podría causar ningún tipo de verdad o certeza.
sentidos Es también tradicionalista H. F.-R. de Lammenais (1782-1854);
c) negación del valor metafísico del principio de causali- en su Ensayo sobre la indiferencia en materia de religión postula
dad, fundamento de una auténtica prueba de Dios34. No es que la completa incapacidad de la razón individual para alcanzar
Kant niegue la causalidad, pero ésta pertenece a otro orden, al cualquier verdad; el hombre no podría por sus solas fuerzas
orden de la libertad. No es un principio ontológico, ni tampo- asegurarse plenamente de ninguna verdad, porque no puede
co se deriva de la experiencia; es una categoría del entendi- mediante sus fuerzas darse ni asegurarse en el ser. Si la razón
miento, correspondiente a los juicios de relación (hipotéticos). es incap¡¿.z, más incapaces son los sentidos. En consecuencia,
para no incurrir en el escepticismo es preciso conceder la
B. El agnosticismo fideísta y modernista. Fideísmo y regla o norma de la verdad al consentimiento común o univer-
tradicional ismo sal, o mejor, la razón general que se expresa en ese sentir
común de la humanidad. El consentimiento universal tiene su
El fideísmo no admite las pruebas racionales de la exis- primera yerdad en la afirmación de la existencia de Dios, que
tencia de Dios. A la existencia de Dios únicamente se llega por el hombre posee por una revelación primitiva; mediante ésta
la fe; és1á sería la única verdadera fuente de conocimiento; se conoce la existencia de Dios y todas las demás verdades y
ningún tipo de conocimiento, sea racional o sensible, propor- certezas fundamentales de la vida, que son el núcleo común a
ciona certeza. Todas las creencias derivan de una revelación todos los espíritus. Lo mismo que Bonald había señalado que
primitiva de Dios al hombre y que llega a nosotros por tradi- la filosofia debe comenzar con la fe, Lammenais considera que
ción. De ahí que el fideísmo devenga tradicionalismo. el primer artículo del símbolo de todo el género humano es
creo en Dios, creador del universo. No hay aquí demostración,
sino fe; la única filosofía sería la que procede de una revela-
32. LLANO, A., id., p. 317. Véanse allí las citas correspondientes de los Fons- ción primitiva transmitida por tradición.
chrilte de Kant.
33. Cfr. id., p. 316. Para el fideísmo y el tradicionalismo no cabe una demos-
34. Cfr. GONZÁLEZ ALVAREZ, A., a.c., p. 97. tración de la existencia de Dios haciendo abstracción de la

42 43
TEOWCIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

Revelación. El tradicionalismo de Bautain (1796-1867) y Bon- y no hay nada de lo que es constatable por la experiencia que
netty (1798-1879) hizo que el magisterio de la Iglesia tuviera sirva de apoyo para elevarnos a la demostración de que Dios
que explanar la doctrina, pacíficamente poseída hasta enton- existe; al no existir ningún acto de Dios que se muestre como
ces en el catolicismo, de que la sola razón puede dar una hecho a mi experiencia, la cuestión teórica acerca de Dios no
verdadera demostración de la existencia de Dios independien- alcanza soluciones reales.
temente de la Revelación (contra Bautain, en 1840, y frente a Los modernistas rechazaron la acusación de agnosticismo,
Bonnetty en 1855). "El fideísmo es insostenible. Comienza afirmando que a pesar de aceptar las conclusiones del agnosti-
por negar validez a la razón no apoyada en la fe, y termina por cismo kantiano, creen poder superarlo: piensan no renunciar
defender a la fe apoyada en la razón. El fideísmo es el raciona- al conocimiento de Dios, porque consideran que llegan a él
lismo de la fe. Se propone a sí mismo como la verdad funda- por otros medios. Estos, en último término, se reducen a uno:
mental, negando la validez de las verdades de razón; pero la inmanencia vital; ésta sería el único camino que conduce al
defiende con la razón la verdad, que debiera ser no-racional, conocimiento de Dios. El origen de la idea de Dios en nosotros
del fideísmo»35.
es explicado por la inmanencia vital, por un sentimiento que
es producido en nosotros sin juicio intelectual previo; la inma-
nencia vital, que lleva a la inmanencia religiosa, es un fideísmo.
El agnosticismo modemista

C. El agnosticismo positivista
El modernismo es una doctrina filosófico-teológica surgi-
da a finales del siglo XIX en Francia y que en poco tiempo
adquirió considerable relevancia. Sus más importantes repre- La tesis fundamental del agnostICIsmo positivista es la
sentantes fueron A. Loisy (1857-1940), J. Tyrrell (1861-1909), imposibilidad de trascender los fenómenos. Por caminos dis-
A. Fogazzaro (1842-1911), A. Buonaiutti (1881-1946); en lo que a tintos aboca a la misma tesis kantiana. El positivismo es here-
la filosofia respecta sus dos principios fundamentales son: a) el dero del nominalismo y afirmará que los sentidos son la única
agnosticismo; b) la inmanencia vitaP6. fuente de conocimiento, y no nos proporcionan ningún dato
El modernismo admite sin lugar a dudas el agnosticismo sobre la existencia de Dios.
kantiano: Dios no puede ser objeto de ciencia especulativa El precedente de las doctrinas positivistas de los siglos
pura; la razón humana está recluida en el ámbito de los fenó- XIX y XX es Hume. En el último párrafo de su Investigación
menos y no tiene poder para t~aspasar los límites de la apa- sobre el entendimiento humano, afirma: "A mí me parece que
riencia que presentan las cosas y las formas de esa apariencia. los únicos objetos de las ciencias abstractas o de la demostra-
ción son magnitudes y números, y que todos los intentos de
ampliar estas ciencias, las más perfectas de todas, más allá de
35. GONZALEZ ALVAREZ. A., a.c., p. 103.
esos límites, son sólo fuegos de artificio y engaño. Las restan-
36. La mejor síntesis de la doctrina modernista se encuentra en la encícli-
ca Pascendi (1907) de S. Pío X, que condenó dicho movimiento. El rechazo de tes investigaciones del hombre se refieren a hechos de existen-
la indemostrabilidad de Dios es expresado así: «Empezando por el filósofo, el cia, los cuales, evidentemente, no son susceptibles de demos-
fundamento de la filosofía religiosa lo ponen los modernistas en la doctrina tración».
\'ulgarmente llamada agnosticismo. Según esto, la razón humana está absoluta-
mente encerrada en los fenómenos, es decir, en las cosas que aparecen, sin Puestas esas premisas, Hume extrae su conocida conclu-
que tenga derecho ni poder para traspasar sus límites. Por tanto, ni es capaz sión: "Examinemos llevados por estos principios nuestras bi-
de
que levantarse
se ven ••. hasta Dios ni puede conocer su existencia ni aún por las cosas bliotecas. ¡Qué estragos no tendríamos que hacer! Saquemos

44 45
_. _.
TEOWGIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

Como Dios no es un hecho, cualquier intento de demos- lógica43, pues el lugar del sentido es el lenguaje, que está
tración de su existencia está abocado al fracaso; más todavía, formado por el conjunto de todas las proposiciones. « En esta
debe decirse que es contrario al modo como se ejerce el doctrina de Wittgenstein, relativa al sentido de las proposicio-
conocimiento humano. Sin embargo, con ese decidido agnosti- nes es donde nace el famoso 'principio de verificabilidad'.
cismo, Comte no quiere incurrir en ateísmo, e incluso elabora- que es uno de los principios fundamentales del neo-positivismo:
rá una religión: la religión de la humanidad. El Gran Ser, que una proposición está dotada de sentido cuando es verificable y
es la Humanidad, sustituye al Dios del estadio teológico. Lo sólo cuando es verificable ... y el sentido de una proposición se
que es cuestionable es si, dentro de los propios postulados identifica con el método de su verificación»44. Pues bien, si se
positivistas, la religión de la Humanidad no es una nueva analiza el sentido de las proposiciones filosóficas, según Wittg-
manifestación del estadio teológico o metafísico. enstein, es preciso calificar/as como sinsentidos45, porque son
Ciertamente, Comte no deseó ser tachado de ateo; consi- su'praempíricas. "Las proposiciones que versan sobre lo supra-
deraba al ateísmo como algo provisional, que debía ser supe- empírico no figuran nada, son sinsentidos. Las proposiciones
rado, para instaurar un positivismo sistemático en el que no de la metafísica son pseudoproposiciones. Sólo se puede ha-
cupiera ninguna creencia en Dios, un sistema en el que Dios blar de los hechos, y este nivel es cubierto por las ciencias
esté ausente sin más y en el que no tenga cabida una posibili- empíricas. La metafísica, en cambio, ha pretendido falsamente
dad de planteamiento del problema. Por eso, muchos autores establecer un saber acerca de lo supraempírico, un lenguaje
consideran el agnosticismo comtiano un ateísmo inexorable. que supere el plano fáctico».
El ámbito del lenguaje significativo se restringe al plano
de lo empírico; por ello "la totalidad de las proposiciones
D. Wittgenstein y el neopositivismo verdaderas es la ciencia natural total (o la totalidad de las
ciencias naturales»> (TractaluS, 4.11 )... La filosofía wittgenstei-
La figura más relevante de la llamada filosofía del lengua- niana, como aclaración lógica del lenguaje, es fundamental-
je es L. Wittgenstein (1889-1951). Su Tractatus logico-philoso- mente terapéutica. El quehacer filosófico estriba en mostrar el
phicus se configura como el punto del que parten todas las sinsentido de las proposiciones y problemas filosóficos. Tal
investigaciones neopositivistas, pues señalará el ámbito en actividad consiste en disolver los problemas, al mostrar que
que debe moverse la filosofía: "toda filosofía es crítica del estan mal planteados. Se trata, no de responder, sino de disol-
lenguaje»4o; el fin de esa obra es trazar unos límites al pensa-
miento, delimitando lo que es pensable y lo que es impensa-
ble; y delimitar el campo del pensamiento es determinar el 43. "El objeto de la filosofía es la aclaración lógica del pensamiento.
campo del lenguaje. El mundo está constituido por el conjunto Filosofía no es una teoría sino una actividad. Una obra filusófica cunsisl~ en
de los hechos41, y el conjunto de las proposiciones constituye elucidaciones. El resultado de la filosofía no son 'proposiciones filosóficas' sino
el esclarecerse de las proposiciones. La filosofía debe esclarecer y delimitar con
el lenguaje. Es preciso delimitar el ámbito de lo que se puede precisión los pensamientos que de otro modo serían. por así decido. opacos ~.
decir, el ámbito del sentido, pues lo que no se puede decir no confusos». Traetatus. 4.112. .
se puede pensar; y lo que no se puede decir o pensar, carece 44. LADRIERE. J.. Ateismo .v neopositivismo. En VV.AA., El aleismo eO/ltempo-
ráneo. Madrid 1971, p. 396.
de sentid042. La filosofía se va a convertir en clarificación 45. "La mayor parte de las proposiciones y cuestiones que se han escrito
sobre materia filosófica no son falsas, son sinsentidos. Por esta razón, no
podemos en absoluto responder a las cuestiones de este género. si~o solamen-
te establecer que están desprovistas de sentido. La mayor parte de las proposi-
40. WITTGENSTEIN. L., Traelalus logieo-philosophieus, 4.031.
41. Cfr. id., 1.1. ciones y de las cuestiones de los filósofos provienen de que no comprendemos
42. Cfr. id., prólogo. la lógica de nuestra lenguaje ... Y no es sorprendente que los problemas más
profundos no sean propiamente problemas». Traetatus. 4.003.

48
49
TEOWG1A NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

ver la pregunta filosófica misma»46. Las proposiciones metafí- problema de Dios es un pseudoproblema; las proposIciones
sicas dicen lo que no puede ser dicho, son imposibles. Es con las que se podría intentar formularIo son sinsentidos ...
claro, con estas afirmaciones, que toda proposición referente a Pero lo que es un sinsentido desde el punto de vista del
Dios, como toda proposición metafísica, sería un abuso, por- lenguaje no es un sinsentido de forma absoluta ... No hay dis-
que se diría lo que no puede ser dicho, ya que se estaría cursos sob,re el fundamento. No obstante, sólo rehaciendo con
pensando allende el lenguaje. el lenguaje la experiencia del mundo, nos elevamos a la apre-
Ahora bien, si todas las proposiciones referentes a Dios o hensión de sus articulaciones y de su fundamento, nos aproxi-
a la teodicea en general deben ser erradicadas del ámbito del mamos a la experiencia de lo que lo trasciende absoluta-
pensamiento y del lenguaje, no por ello hay una completa mente»51.
ausencia de Dios en Wittgenstein. En el propio Tractallls, en La postura de Wittgenstein es agnóstica por cuanto recha-
frases aparentemente enigmáticas, aparece Dios. «Existe lo za de plano la posibilidad de una demostración de la existen-
inexpresable. Esto se muestra, es el elemento místico»47. «Con- cia de Dios. Del Absoluto se puede tener, en cambio, una
templar el mundo sub specie aelerni es contemplado en cuanto certeza inefable, mística. La conclusión del Tractatus, «De lo
totalidad, pero totalidad limitada. El sentimiento del mundo que no se puede hablar, mejor es callarse», es, por así decido,
en cuanto totalidad limitada constituye el elemento místi- trascendida, pues hay una experiencia de lo incondicionado,
CO»48. «Cómo sea el mundo, es completamente indiferente para de lo místico, que se muestra en el lenguaje, aunque éste no
lo que está más alto. Dios no se revela en el mundo;,49. «Creer puede decirl052. El «hablar» de lo místico es un «hablar»
en Dios significa ver que los hechos del mundo no son el fin de mudo: se muestra, no se dice53.
la cuestión»50.
Es importante subrayar, por otra parte, que el segundo
Se trata de una experiencia inefable, «mística». Dios no Wittgenstein propugna una teoría pragmática de los juegos de
puede aparecer en el mundo, no puede ser dicho en el lengua- lenguaje, en la que desaparece el elemento místico. Sus Inves-
je. Sin embargo, puede mostrarse, desvelarse en un sentimien-
tigaciones filosóficas se van a considerar como un punto de
to. Echado por la puerta del lenguaje, aparece Dios por la partida para poder hablar de lo religioso por una gran corrien-
ventana metalingüística de lo místico. te de filósofos analíticos, en contra del positivismo lógico de
Un acertado resumen del agnosticismo de Wittgenstein se Carnap y Ayer, que consideran todos los problemas referentes
encuentra en las siguientes frases: «Hay una certeza de Dios, a Dios y a la teodicea como enteramente carentes de significa-
no un saber de Dios (ni de su existencia, ni consiguientemente ción. La doctrina pluralista de los juegos de lenguaje ha con-
de sus atributos), al menos si se entiende por «saber» lo que ducido a la defensa de las proposiciones sobre Dios, puesto
puede constituir el, objeto de un discurso dotado de sentido. que éstas tendrían sentido en un determinado juego de len-
Como Dios está en el orden de lo indecible, no se puede guaje, que se justifica por su uso: su significado vendrá dado
plantear pregunta alguna a propósito de él; 'una pregunta por el uso del lenguaje; los juegos de lenguaje tienen su funda-
existe sólo cuando puede decirse algo' (Traclatus, 6.51). El mento en las formas de vida, se verifican en su uso.

46. VICENTE ARREGUI. J., Acción y senIido en Willgenslein. Pamplona 1984.


pp. 49 -50. 51. LADRIERE, J., o.C., p. 400.
47. Tractatus, 6.522. 52. Cfr. SPAEMANN.R., MisTica e ilUSTración, en "Concilium •• 85 (1973), p. 253.
48. Id., 6.44. Spaemann relaciona la postura wittgensteiniana con la de los grandes místicos
49. Id., 6.432. de los siglos XVI y XVII: la presencia inmediata de Dios como ausencia, una
50. Notebooks 1914-16, ed. de G.E.M.~sCOMBE y G.H. VON WRIGHT, Oxford ausencia clamorosa. Cfr. la obra citada de VICENTE ARREGUI. 1., p. 92.
1961;p.74. . 53. Tractallls, 4.1212: "Lo que se puede mostrar, no puede decirse ••.

50 51
TEOLOCIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

El positivismo lógico explanación más nítida del positivismo lógico, señala que la
existencia de un Dios trascendente no puede ser probada
El grupo de positivistas lógicos del Círculo de Viena, ini- demostrativamente, por cuanto decir «Dios existe» es realizar
cialmente agrupados en torno a M. Schlick (1882-1936), están una proposición metafísica, que no puede ser verdadera ni
influidos por el Traclatus de Wittgenstein. Sin embargo, el falsa, sino desprovista de sentido. Ninguna frase que pretenda
criterio empírico de sentido es aplicable a todo absolutamen- describir la naturaleza de un Dios trascendente posee ninguna
te; todas las afirmaciones metafísicas deben quedar radical- significación literal. La afirmación de un Dios es una afirma-
mente erradicadas. Y en éstas estarían incluidas también to- ción metafísica y, por tanto, no significante en virtud del prin-
das las aserciones wittgensteinianas relativas a lo místico. cipio de verificación. Por eso, según Ayer, no es agnosticismo
«Los neopositivistas rechazan resueltamente las proposiciones ni ateísmo. «Nuestro punto de vista de que todas las expresio-
del Traclaws relativas a lo inefable, a las que aplican la misma nes acerca de la naturaleza de Dios carecen de sentido, lejos
crítica que aplica Wittgenstein a los enunciados de la metafísi- de ser idéntico, 'ni de prestar siquiera apoyo alguno a estas
ca tradicional. Sin duda, Wittgenstein mismo nos previene conocidas posiciones, es, en realidad, incompatible con ellas.
sobre el carácter peculiar, paradójico, de estas proposiciones Porque si la afirmación de que hay un Dios carece de sentido,
rigurosamente desprovistas de sentido, pero que apuntan más entonces la afirmación de los ateos de que no hay un Dios
allá de sí mismas. Esta especie de segundo poder del lenguaje carece de sentido también, porque sólo una proposición signi-
es lo que rechazan precisamente los neopositivistas en nom- ficante puede ser significativamente contradicha»55. Y -sigue
bre de un estricto análisis lógico de las condiciones del discur- Ayer- por lo que concierne al agnosticismo, éste callaría o no
so dotado de sentido. A sus ojos, el problema de Dios está se decidiría ante las proposiciones 'existe Dios' o 'no existe
desprovisto absolutamente de todo sentido, incluido el senti- Dios', pues no tendríamos forma de saber cuál de las dos es
do indecible que se transparenta en el fondo de las expresio- verdadera; ahora bien, el positivismo lógico debe rechazar ese
nes dotadas de sentido. El campo de lo racional se identifica agnosticismo, por cuanto esas expresiones no son proposicio-
con el campo del discurso, y en el discurso no hay lugar ni nes en absoluto, no poseen sentido o significado. Contra Ayer,
para el concepto de Dios ni para la afirmación de su existen- hay que señalar que la doctrina del positivismo lógico es un
cia ... No se puede decir ni que. Dios existe ni que Dios no cierto tipo de agnosticismo, aunque no sea el corriente, por
existe, sencillamente porque la cuestit>n m'isma a la que ambas cuanto Dios y todo lo que con Dios se relaciona ha quedado
proposiciones pretenden responder est~desprovista de senti- excluido a priori; para el agnosticismo no se necesita más que
-do. Incluso no se puede hablar de una actitud de neutralidad la declaración de la imposibilidad de un conocimiento o de-
con respecto a este problema; no está puesto entre paréntesis, mostración racional de Dios. Incluso podría decirse que esa
reservado a un examen ulterior o a métodos de los que el exclusión completa de Dios es ateísmo radical o conduce a él.
neopositivismo profesaría no ocuparse»54. La doctrina de Ayer y de todo el positivismo lógico des-
Se trata de un agnosticismo peculiar. Por una parte no es cansa, como se ha señalado, en el principio de verificabilidad,
ateísmo, ni tampoco, a tenor de la doctrina expuesta,' un ag- que afirma que el sentido de una proposición está en su
nosticismo estrictamente dicho, que señalara que no hay razo- verificación de verdad o falsedad, proceso que se manifiesta
nes suficientes para la aceptación o el rechazo de Dios. La únicamente en la experiencia empírica (real o posible). Sola-
obra de AJ. Ayer, Lenguaje, verdad y lógica (1936), quizá la mente serían significantes aquellas proposiciones verificables

54. LADRIERE. 1., o.C., p. 401.


55. AYER. A.J., Lenguaje, verdad y lógica. Barcelona 1971, p. 135.

52
53
TEOWGIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

científicamente (en el sentido de ciencia positiva). De ahí la Además de la experiencia sensible hay otras formas de
crítica a todo lenguaje metafisico (y, por tanto, a la teodicea). conocimiento o pensamiento; éste puede acceder a lo inteligi-
Ha sido especialmente Carnap56 quien ha llevado a cabo la ble; alcanza lo inteligible apoyándose en lo sensible. La
más amplia crítica a los términos y proposiciones metafisicas. inteligencia humana puede penetrar más allá de los fenómenos
En su uso metafisico el término Dios está desprovisto de sensibles; precisamente su objeto propio es la esencia de las
sentido; todo término se determina por el enunciado elemen- cosas sensibles, que alcanza al menos confusamente; como
tal más simple (en ese caso por la forma proposicional «x es señala Santo Tomás, «bajo los accidentes se oculta la naturaleza
Dios»); pero «la metafisica no ofrece la categoría sintáctica de en sí de la cosa sustancial, como bajo las palabras sensibles se
la variable x que figura en el enunciado elemental 'x es Dios'; oculta su verdad sensible ... y cuanto más fuerte es la luz de la
no indica si esta variable puede reemplazarse por un término inteligencia, tanto más penetra en lo íntimo de las cosas»59. El
que designe un cuerpo, o una propiedad corpórea, o una conocimiento no es sólo sensible; el ámbito de lo científico no
relación entre cuerpos, o un nombre, etc ... Las definiciones es solamente el de las ciencias experimentales. La inteligencia
que ella ofrece (para dar un sentido al término 'Dios') no son humana tiene valor metafísico, puede alcanzar verdades que
más que pseudodefiniciones: o bien son conjuntos de palabras trascienden lo sensible y perseguir y obtener conocimientos
que no constituyen una proposición, o bien son proposiciones metafenoménicos.
que utilizan términos como los de 'causa primera', 'absolu-
to', 'ser por sí mismo', a los cuales no se puede aplicar ningún
proceso de verificación»57. Y si pasamos a los enunciados, E. La posibilidad de demostrar la existencia de Dios.
todos los eny.nciados metafisicos son pseudoproposiciones; Crítica del agnosticismo
sólo los enunciados de las ciencias experimentales estarían
dotados de sentido, porque sólo ellos son verificables empíri- Una eficaz refutación del agnosticismo tiene que poner de
camente58.
manifiesto la admisión de la metafísica del ser, y especialmen-
La crítica del lenguaje metafisico, con base en el principio te las nociones de ser y de causalidad. Todas las formas de

~--
de verificabilidad empírica, acarrea la suerte de la teodicea.
agnosticismo coinciden en la negación de la metafísica. Si bien
Sin embargo, ese principio es un postulado injustificable.
---de lo sensible, sin em argo, puede conocerse -----------
es cierto que el conocimiento humano-narte del conociñ1íeñto
a DLos_como
56. Cfr. su Übenvindung der MeIaphysik durch logische Analyse der Sprache. .éau3a p}iffieraa"ftlo sen~.llit_y .....
m,L~lener-eñ:Zuenta...que.
Su criterio de verificabilidad cambió con posterioridad a su Die logische Symax ño se llega ~l C..Q!1.ocíiñlellto
de la exi.s.teI1ciad.e Dios preguntaD-
der Sprache, haciéndose más matizado (debido sobre todo a la crítica de do q-¡;¡e' es~ cómo es el muñdo'--Nuñ~a encon traremos_a Dios.en
Popper en su Die Logik der Forschlll1g); así en TesIability and meaning propone
di\"ersas formulaciones del criterio empirista: 'experimentabilidad completa, ..el".térmi...ijo-de uña resolucióñ" e-s'eri-¿raCCle'hs-é~~~·-sino· en la
confirmabilidad completa, experimentabilidad y confirmabilidad; sin embargo cúspide_.ck_una-reductio .ad fundarrLentum de su ser. Contem-
en ninguno de ellos hay cabida para la metafísica. Cfr. LADRIERE, J., o.C., - pIando todas y cada una de'i~lscosas del universo, preguntán-
pp. 406-418.
57. LADRIERE.J., o.C., p. 404. . donas por qué son, y viendo que su esencia no corresponde a
58. CARNAP se detiene también a considerar los enunciados de existencia nuestra pregunta «hace irrupción el problema metafísico por
(p.e. "Dios es») en su Superación de la merafísica por medio del análisis lógico excelencia, porque si, como dice Chesterton, lo más increíble
del lenguaje, en "Erkenntnis» II
(1932). pp. 219-241, al estudiar la triple diversi-
de los milagros es que acaezcan, lo más asombroso de las
ficación del ser: existencia, predicación e identidad. La propia filosofía analiti-
ca posterior ha criticado la postura unilateral de Carnap de considerar a la
existencia como el único uso aceptable de ser. Cfr. a eSIe respecto, el capítu-
lo II (Los senridos del ser) del libro de LLANO.A., Metafísica y lenguaje. Pamplo-
na 1984. 59. S. Th. II·ll, q. 8, a. 1.

55
54
TEOLOGIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

cosas, de eso real que nos es dado inmediatamente como El agnosticismo tiene en su raíz la crítica a la metafísica, y
siendo, no es que sean tal o cual cosa, sino que sean. Esas en concreto la negación del valor metafísico de la noción de
cosas que nacen y mueren, que empiezan y terminan, que ser y de la noción de causalidad, como consecuencia de la
son sólo eso y no lo demás, que actúan de este modo y no de negación de la capacidad abstractiva del entendimiento huma-
otro, que aparecen subordinadas en su causalidad y dirigidas no; la única' fuente de conocimiento sería la intuición. Pero
por una finalidad que las trasciende, esas cosas que son bue- una adecuada fenomenología del conocimiento puede mostrar
nas o verdaderas o bellas sólo hasta cierto punto ..., todas esas la existencia (e incluso la inevitabilidad) de la abstracción
cosas son. La existencia del universo no se explica por sí como modo propio del conocimiento humano, y el valor del
misma. Que existe es evidente, más ¿por qué? Esa existencia ser y de las más importantes nociones metafísicas, como la
no es más que un resultado, pero un resultado ¿de qué? 'Decir causalidad. Sobre el ser y la causalidad pivota toda prueba
que esa existencia se justifica por sí misma, y que no hay por racional de Dios6'.
qué asombrarse, es pensar que la existencia del universo es
ontológicamente suficiente: que el universo existe por sí mis-
mo' (Tresmontant, c., Comme se pose aujourd'hui le proble- Nota sobre la doctrina del Magisterio de la Iglesia respecto
me de l'existence de Dieu. París 1966, p. 55). Y esto ya no nos es de la posibilidad del conocimiento de Dios
dado en la experiencia. La experiencia nos da la existencia del
universo, y nos la da como el hecho de ser: nos dice sin lugar a Además de la doctrina emanada contra los tradicionalis-
dudas que las cosas son. Pero luego, al comprobar que no son
absolutamente en ningún sentido, que lo que son no hace que tas, a la que ya se aludió, el Magisterio de la Iglesia ha debido
salir en defensa de la razón para acceder a Dios proclamando
sean y que, por tanto, son y no son, nos vemos inducidos a
buscar fuera de ellas la razón por la que efectivamente son y, la cognoscibilidad natural de Dios en los siguientes términos:
en consecuencia, por la que son lo que son y así, finalmente, «La misma santa madre Iglesia mantiene~eña-'lue...lli.os,
existen»6o. _~ y=tiiLª~ ...!S@:~las cosa~_"pU(~acser conocido--con
Ese es el camino metafísico para demostrar a Dios: de los certeza por la luz natural de la razón humana a partir de las
- cosas creadás~62. .' ._ ..00' •• ----- - •••• - - • -

efectos conocidos por experiencia remontarse a Dios como


causa. El agnosticismo trunca el camino metafísico a radice, De esa-'for~ulación se desprende, en síntesis, lo siguiente:
por c,uanto no lo admite, aferrándose a la ciencia (experimen- - El objeto que puede conocer la razón humana natural
tal) como la única vía científica. Si efectivamente no hubiera es Dewn W1.wn et verum, creatorem et dominul1l nostrw11. Y del
más ciencia que la experimental, no podríamos demostrar la conocimiento natural que el hombre puede tener de Dios
existencia de Dios; pero el conjunto de las ciencias experimen- como su fin se siguen para el hombre una serie de obligacio-
tales no agotan la vía científica; 'por encima de ellas está la nes para con El, que son también cognoscibles naturalmente.
ciencia metafísica, única que permite el acceso a la demostra-
ción racional de la existencia de Dios. Es preciso volver a
recordar el viejo dicho aris'totélico: un conocimiento es ciencia 61. Además de la crítica que se ha ido haciendo a los supuestos del
cuando da razón del por qué, cuando proporciona la razón de agnosticismo a la hora de explanado, cfr. GONZÁLEZALVAREZ.A., a.c.,
pp. 104-106, Y GARRIGOu·LAGRANGE, R., Dios, t. 1.: Su exislellcia. Madrid 1976,
ser necesaria de lo que sostiene, y así la metafísica es la pp. 64-71; 100-122 y 169-196.
ciencia más alta. 62. Concilio Vaticano I, Constitución Dogmática Dei Filius; Denzinger
1785. El canon correspondiente a ese parágrafo afirma: "Si alguno dijese que
el único y verdadero Dios, creador y Señor nuestro, mediante las cosas que
han sido hechas, no puede ser conocido con certeza por la luz natural de la
60. CARDONA,
C., Metafísica ... cit., pp. 50-51. razón humana, sea anatema». Id., 1806.

56 57
"\

TEOLOGIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

Los atributos que señala el Concilio para precisar la noción de ateísmo práctico en quien -sin elaboraciones teóricas- se com-
Dios que puede alcanzarse, expresan que no se trata de que la porta como si Dios no existiese, es decir, «sin preocuparse
razón humana pueda llegar solamente a un primer principio, para nada de su existencia y organizando la propia vida priva-
vago y abstracto, sino que lo que puede alcanzarse es un Dios da y pública prescindiendo de la existencia de cualquier Prin-
vivo y personal, un ser supremo personal, distinto del mundo, cipio absoluto trascendente a los valores del individuo y de la
del que el mundo, y por tanto también el hombre, depende y especie humana»63. Y hay un ateísmo teórico, el de quienes
al que debe tender como fin suyo. Esos atributos están conte- niegan la existencia de Dios, como conclusión de un proceso
nidos en la idea que la razón humana puede formarse de Dios: intelectual.
la noción que se alcanza es la del Dios verdadero, que lleva <,La posibilidad de un ateísmo práctico, al menos tempo-
consigo esos atributos. ral, parece estar fuera de toda duda; la presión de los proble-
- Respecto a los términos «por la luz natural de la razón mas concretos de la vida, la efervescencia de las pasiones, un
humana», hay que señalar que se afirma que el hombre posee ambiente familiar indiferente y una educación laica pueden,
medios slificientes-eneJ-:-orde-Ilna:tuTa-IlJ-ara erconocimiento durante cierto período de la vida, desviar el interés del hom-
~Di~,ji~ue- se-t-rata de un conoci~ieñto inlependientede bre del problema de Dios, aunque no para siempre, al menos
toda Revelación. Enn'e'dio subje'tivo para el conociiniento es la para cuantos viven en contacto con la sociedad, en la que pa-
raz'ón, que es considerada como la facultad que posee el hom, rece inevitable el planteamiento del problema, debido a las
bre para conocer la verdad. La palabra natural hace referencia exigencias de competición y de lucha religiosa y política. Por
a cualquier estado en que la naturaleza humana pueda encon- otra parte, lo que la historia de las religiones atestigua en rela-
trarse (por tanto, también después del pecado original). El ción con los pueblos puede afirmarse también respecto a los
medio que permite a la razón humana acceder al conocimiento individuos: en especial, los grandes fenómenos de la naturale-
de Dios es la Creación. Se establece positivamente que se trata za con los asombrosos espectáculos de su grandeza y los terro-
de un conocimiento mediato. ríficos ante la sobrecogedora amenaza de destrucción; los he-
- La certeza de que habla la definición del Vaticano 1 es chos decisivos de la existencia humana, como el nacimiento y
una certeza absoluta, y no más o menos probable. Esa certeza la muerte, el problema más angustioso de la vida humana; el
absoluta al ser mediata y racional indica una demostración a sufrimiento del justo en este mundo y la frecuente buena suer-
posteriori. te del malvado, todo esto debe plantear, tarde o temprano, a la
conciencia humana el problema de una causa y de una justifi-
cación que, en definitiva, es el problema de Dios,,64.
5. LA \'EGACION DE DIOS: EL ATEÍSMO El ateísmo práctico se confunde en ocasiones con el indi-
ferentismo, si bien en éste hay algún tipo de elaboración inte-
A. Noción y tipos de ateísl11.o lectual, la que conduce precisamente a la consideración de
que el hombre no tiene necesidad de Dios, o que no hay por
De la no evidencia inmediata para el hombre de la exis- qué preocuparse de semejante problema. El indiferentism065
tencia de Dios, junto- con la falibilidad del conocimiento y la
influencia de la libertad' en la adquisición de la certeza especu,
63. FABRO. c., Drama del hombre y miSlerio de Dios, cit., pp. 47-48.
lativa, se deriva la posibilidad real de que el hombre niegue a 64. Id., pp. 49·50.
Dios. 65. ZUBIRI, X., en El hombre y Dios. Madrid 1984, pp. 275·280 ha caracteriza·
Es ateo quien afirma la no-existencia de Dios. En líneas do bien la actitud del indiferente y despreocupado distinguiéndolo del agnósti·
co y del ateo. Véanse estas frases: «No es que no hava proceso intelecti\'o sino
generales, el ateísmo puede ser práctico o teórico. Hay un que hay un proceso intelectivo que llega a la il1diferel1cia ... Esta indiferencia

58 59
TEOLOGIA NATURAL

es, a mi juicio. un tipo de ateísmo teórico, que podría denomi- cho, cada vez se pone más de manifiesto la falsedad de la idea
narse negati\'o. El ateísmo práctico es la postura en la que se originada en el siglo XVII de que en el comienzo de la historia
vive como si Dios no existiese. en la que Dios no se tiene en habría existido un hombre sin religión (o fetichista o politeís-
cuenta para nada, la situación llena de la ausencia del Absoluto. ta): al principio de la historia no hay formas de ateísmo; cuan-
El ateísmo teórico positivo. en cambio. niega expresa y di- do éste aparece es una reacción contra la creencia en un de-
rectamente a Dios, intentando aportar pruebas de su no exis- terminado Absoluto.
tencia o de su imposibilidad. Se ha discutido mucho la posibi- El áteísmo no constituye una actitud originaria, pues en él
lidad metafísica del ateísmo teórico. Blondel negó esa posibili-
está implícito un cierto conocimiento de lo que se niega. Zubi-
dad; Lagneau considera que la negación motivada de Dios úni- ri ha señalado que el ateísmo no es posible sin un Dios68; no es
camente alcanza a las concepciones inadecuadas del Absoluto; cierta la consideración, que en ocasiones se postula, de que el
sería como un juicio sobre la insatisfacción que produce la ateísmo es la actitud primaria y todas las demás actitudes que
idea habitual de Dios; pero eso no sería la negación de la reali·
dad de Dios. la cual, teóricamente. sería imposible; únicamen- apeiasen a una realidad fundante serían opciones que necesi-
te cabría un ateísmo práctic066. Sin embargo. es indiscutible tarían justificación69. y no lo es porque también el ateísmo es
que en todas las épocas han existido ateos no sólo prácticos una interpretación de la realidad y de la vida. «En la persona
a-tea acontece un proceso intelectivo sobre la totalidad de la
sino también teóricos (algunos sofistas. epicúreos, estoicos.
ilustrados. idealistas. etc.). vida ... Ló que sucede es que, tal vez sin darse cuenta, da una
Por otra parte. el ateísmo teórico no puede constituir una solución a este problema; la da por la vía delaí~ticidad. Aho-
actitud inicial, «natural»; «no puede ser una situación origina- ra bien, ... resolver el problema de la fundamentalidad de la
ria, sino que se "explica como un fenómeno reflejo; como la vida en la pura facticidad significa ~ que la facticidad del
'conclusión' de un determinado proceso racional, que se dedu- poder de lo real es una interpretación, tan interpretación
ce de ciertas premisas; pertenece a la conciencia refleja propia como es la admisión de la realidad de Dios ... El que admite la
de la filosofía o de la ciencia con ropaje de filosofía»67. De he-
68. Desde su doctrina de la religación. ZUBIR1,X. ha escrito en Naturaleza.
tiene muchos matices, desde admitir la realidad de Dios inteligida indiferente- Historia. Dios. Madrid 1981. pp. 392-393: "La existencia que se siente desligada
mente, hasta en el extremo opuesto, una cierta indiferencia respeclO de la es una existencia atea, una existencia que no ha llegado al fondo de sí misma.
realidad misma de Dios, pasando por la idea de la ociosidad divina ... Esto no La posibilidad del ateismo es la posibilidad de sentirse desligado. y lo que
agota la actitud del que se desentiende de la realidad de Dios. Porque en esta hace posible sentirse desligado es la 'suficiencia' de la persona para hacerse a
actitud no sólo se suspende en indiferencia el proceso intelectivo sino que a sí mismo oriunda del éxilO de sus fuerzas para vivir. El éxito de la vida es el
una con ello se vive despreocupado de la realidad de Dios ... Con lo cual gran creador del ateísmo. La confianza radical, la entrega a sus propias fuerzas
parecería que el desentendido vive sin opción ninguna respecto de Dios. Ahora para ser y la desligación de todo. son un mismo fenómeno ... Así desligada. la
bien, esto no es más que apariencia .... el despreocupado siente que tras su persona se implanta en su vida, y la vida adquiere carácter absolutamente ab-
no-ocuparse está latiendo la sorda presencia de aquello de que no se preocupa; soluto. Es lo que San Juan llamó, en frase espléndida, la soberbia de la vida ... Es
por tanto está soterradamente dirigido hacia ello ... El despreocupado vive más bien la divinización o el endiosamiento de la vida. En realidad, más que ne-
dejándose vivir porque por encima de su indiferencia fundam'ental lo que hace gar a Dios. el soberbio afirma que él es Dios. que se basta totalmente a sí mis-
es afirmar enérgicamente que vive y quiere vivir. Su desentenderse del mo. Pero. entonces. no se trata propiamente de negar a Dios. sino de ponerse
problema de Dios es una actitud tomada en aras de la vida .... quiere que loa de acuerdo sobre quién es el que es Dios ... El ateo. en una u otra forma. hace
indiferencia de la realidad fundalllental no sea un impedimento para la vida ... de si un Dios». Cfr. para la correcta intelección de esas expresiones zubiria-
Los dos aspectos de esta actitud, el dejarse vivir y la voluntad de vivir. tomados nas, las pp. 392-397.
unitariamente, definen una única voluntad:. una voluntad de vivir,que 69. Cfr. ZUBIRl,X., El hombre y Dios, cit., p. 281; Zubiri resume así a conti-
pudiéramos llamar penúltima: es la penultimidad de la vida ... El desentendido nuación esa actitud: "El ateismo sería, por tanto. la actitud primaria. v toda
de Dios vive en la superficie de sí mismo: es vida constitutiv.amente penúltima». otra actitud de referirse a Dios en cualquiera de sus formas (creencia. agnosti-
66. Cfr. LAGNEA1I. Célebres leqons et fragments. París 1950. pp. 229-231. Cfr. cismo. despreocupación) necesitaría justificación: la conditio possidel1lis, que
FABRO,C., Imroduzione al/'ateismo moderno. Roma 1969, t. 1, pp. '17-19. diría un jurista. sería el hecho de la vida a-tea. Lo demás son opciones. y en
67. FABRO.C .. Drama del hombre y'misterio de Dios. cit.. pp. 50-51. consecuencia. sólo 'lo demás' es opcional».

61
60
TEOWGIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

realidad de Dios tiene que dar sus razones ...; pero tiene que diante sucesiyas radicalizaciones se intentará reducir toda la
darlas también el que ve el poder de lo real como pura factici- realidad al interior del hombre. Así, para Feuerbach Dios no
dad. El ateísmo no es, pues, la actitud primaria, la conditio pos- es otra cosa que la reunión de las perfecciones de la naturale-
sidentis, sobre la cual tendría que justificarse quien admite la za humana; lo que los hombres denominan Dios es el hombre

---
realidad de Dios, sino que el ateísmo necesita exactamente de
una homóloga justificación: no es actitud primaria ... El ateÍs-
mo consiste, pues, no en no tener problema sino en entender
mismo: el hombre es Dios para el hombre. Sin embargo, «esta
reducción de Dios al hombre no es aún en Feuerbach comple-
ta. Se han eliminado las abstracciones del idealismo de Hegel,
el poder de lo real, esto es, la fundamentalidad de la vida, pero a costa de sustituirlas por otra abstracción: el hombre, lo
como pura facticidad~_ único divino, que es considerado como especie, no como indi-
Pero además, el ateo lleva a cabo una opción. La factici- viduo. Queda, pues, todavía una tarea concreta para Marx: la
~d del poder de lo real es una posibilidad personal, y su reducción del hombre al hombre concreto, al individuo singu-
apropiación por opción es justo vivir la vida como algo que se lar surgido de las puras cosas terrenas. Y así agregamos ahora
basta a sí misma: es aurosuficiencia de la vida. Es autosuficien- la obra de Nietzsche, que elevando al hombre sobre sí mismo,
cia no en sentido eyorativo, sino en el sentido etimológico pregona el reino del Superhombre, que es, sin embargo, sólo
de algo que se basta a sí mIS o en su línea: una vida que es lo hombre, quedará el ciclo completo. Si hubiera Dios, yo sería
que es y como es y nada más. La autosuficiencia de la vida es
Dios; luego no hay Dios. La inmanencia es ahora absoluta" 72.
la opción por la facticidad del poder de lo real. Y por ser op-
ción es entrega personal a la facticidad, es fe en la facticidad. En gran medida, pues, el ateísmo contemporáneo es un
El ateísmo es justo la fe del ateo" 70. En este sentido puede de- ateísmo constructivo, no meramente destructivo, como lo ha
cirse que el ateísmo es una teodicea al revés7'. sido, en líneas generales, hasta la aparición del marxismo. La
destrucción de Dios no es en el mundo contemporáneo un fin
sino un medio; un medio para la realización de un humanismo
B. Características del ateísmo en la filosofía contemporánea constructivo. Con una voluntad prometeica. el hombre preten-
de alcanzar la más plena grandeza humana. construir el reg-
num hominis; la eliminación de Dios sería necesaria para la
A diferencia de los ateos de épocas pasadas (versiones so- construcción de ese humanismo ateo; derribar a Dios es derri-
fística, materialista, racionalista, iluminista del ateísmo), el bar un obstáculo para conquistar la absoluta libertad; la gran-
ateísmo contemporáneo es un ateísmo que, con Scheler, po- deza de Dios debe pasar al hombre73. Obsén'ese que lo que se
dría ser denominado como postulato/-io. El ateísmo o la radical intenta en el fondo es un cambio de absoluto; ahora se tra-
superfluidad de Dios sería el presupuesto para la posibilidad taría de una absolutización o divinización del hombre; como
de la plena realización del hombre.
diría Marcel, el ateísmo se constituye como «una caricatura de
El ateísmo contemporáneo es, en buena parte, un ateísmo aseidad,,74.
de postulado teórico-práctico: la negación de Dios como punto
de partida para la afirmación del hombre y del mundo. No se Las características del ateísmo contemporáneo son, como
trata ya de una negación de la poS'ibilidad científica de 'un es- . ha señalado Fabro, las siguientes: a) InmediaTe:; b) Universali-
tudio sobre Dios como ocurre en el positivismo, sino que me-

72. GO!'\ZÁLEZALVAREZ,A., a.c., p. 21.


70. ZUBIRJ. X., id., pp. 283-284. 73. Cfr. DE LLtl ..••
C. M., El drama del humanismo aleo. Madrid 1949, p. 24.
71. Cfr. MARCEL, G., Journal Melaph."sique. Pans 1927, p. 132. 74. MARCEL. G .. Don el liberté, en "Giornale di Melafisica» 2 (I947), p. 194.

62 63
,- TEOLOGIA

dad; c) Positividad y constructividacf75•


NATURAL

Resumo con palabras


LA EXISTENCIA DE DIOS

puede ser una modificación o producto de la conciencia del


del propio Fabro. hombre. Es patente que el abandono de los presupuestos de la
«Inmediatez. El ateísmo en la cultura y en la sociedad con- metafísica del ser, la disolución de su punto de partida -el co-
temporánea no es, como en las épocas anteriores hasta el posi- nocimiento ,de los entes- hacen imposible el ascenso a Dios.
tivismo materialista, un punto de llegada, sino que se ha con- Cuando el comienzo radical se establece en la conciencia, y es
vertido en fundamento y punto de partida, constituyendo el ésta quien pone la realidad, la cual únicamente tiene existen-
clima y el ambiente de la cultura ... Evidentemente, no se trata cia en mí, se bloquea automáticamente el paso a la trascen-
de una inmediatez primaria, o sea, de una evidencia sensible dencia del Ser subsistente. «Admitido que el cogito sea el co-
de la ausencia de Dios, como la evidencia de la oscuridad en mienzo absoluto, sin presupuestos, serán los sucesores de Des-
las tinieblas, sino de una evidencia secundaria, firmemente cartes, por medio de sucesivas y variadas radicalizaciones, los
operante en el sentido de que la ausencia de Dios constituye la que se encargarán de probar que, por lo menos, el hombre no
plataforma desde la cual se mueve, y en la cual se desarrolla puede saber nada de Dios: ni lo que es ni siquiera si es» 77. Es
toda actividad social... De este modo, el mundo, que ha queda- significativo que todos los autores inmanentistas hayan sido
do desierto de toda señal de Dios, ha pasado a ser presa com- acusados en vida de criptoateísmo (asÍ Descartes, Spinoza,
pleta de la hybris del hom bre. Kant, Fichte, Schelling y Hegel), aunque la explícita proclama-
La segunda característica del ateísmo moderno, y espe- ción de ateísmo no empezara hasta Feuerbach78.
cialmente del contemporáneo, es la universalidad. Mientras en A cada una de las progresivas radicalizaciones del princi-
el pasado, hasta la llegada de Nietzsche y de la izquierda hege- pio de inmanencia (reducción del ser a su posibilidad, a su ser
liana unida al positivismo y ahora a las filosofías de lo fínito, el conocido, al pensamiento, a la praxis, etc.) corresponde parale-
ateísmo se limitaba a posiciones de secta entre filósofos, libre- lamente un grado en la curva moderna hacia el ateísmo. AsÍ, el
pensadores, miembros de sociedades secretas ..., como una pro- panteÍsmo de Spinoza, el panteísmo idealista de Hegel, el
fesión de élite, hoy día envuelve a las masas ... ateísmo materialista de Feuerbach, el ateísmo militante (o an-
La tercera característica que resume y potencia las dos an- titeÍsmo) -teórico práctico- del marxismo, el absurdo radi-
teriores es la positividad y constructividad del ateísmo contem- cal del existencialismo de Sartre que lleva anejo el punto de
poráneo ... De hecho se'afirma (como se dirá, es el principio di- partida ateo.
rector de la edad moderna) que el hombre tomará posesión de Un estudio de la raíz especulativa del ateísmo moderno y
su propio ser en la medida en que eche de sí y de la sociedad contemporáneo, localizada en el principio de inmanencia, no
la conciencia de Dios. Por eso se habla de ateísmo humanista y puede ser llevado a cabo aquF9. Aludiremos brevemente a dos
de humanismo ateo como recuperación de la esencia humana autores contemporáneos: Nietzsche y Sartre; otros sistemas y
mixtificada por la alienación religiosa»76. pensadores serán tratados, al hilo de otros temas, en capítulos
El principio filosóficóde inmanencia es la raíz común de posteriores.
los diversos tipds de ateísmo moderno; una vez afirmada la
primacía de la conciencia sobre el ser, se afírma que Dios sólo
77. CARDONA. C., Metafísica de la opción intelectual, cit., p. 192.
78. Cfr. id., p. 194.
79. Puede verse para ello el exhaustivo estudio llevado a cabo por Fabro
75. Cfr. su trabajo Génesis histórica del ateísmo cOl1lemporáneo. En VV.AA., en su citada obra I11lroduzione all'ateismo moderno, y su trabajo de síntesis,
El ateísmo contemporáneo. Madrid 1971, t. n, pp. 19-65. Se trata de una síntesis también citado, Génesis del ateísmo contemporáneo, y la voz h1manencia de la
de su magna obra, ya citada, Introduzione all'ateismo moderno. Gran Enciclopedia Rialp. Cfr. también, la magnífica síntesis de CARDONA. c.,
76. Id., pp. 21-22. O.c., pp. 184-221; DEI NOCE.A., Il problema dell'ateismo, Bolonia 1965, etc.

64
65
LA EXISTENCIA DE DIOS
TEOLOGIA NATURAL

una conjetura, una hipótesis; pero yo quiero que vuestras hi-


C. Nietzsche y la muerte de Dios
pótesis no vayan más allá de vuestra voluntad creadora. ¿Po-
dríais crear un Dios? Entonces no me habléis de dioses. Pero
Según Nietzsche (1844-1900), la muerte de Dios es el acon- muy bien podríais crear el superhombre». Para que surja la
tecimiento más grande de los tiempos modernos; por eso, se- nueva auror<;t del superhombre se necesita el crepúsculo de
ñalará que lo que es ateísmo hoy será religión mañana; y se Dios. Nietzsche considera antitéticos a Dios y a la libertad del
convertirá en el "profeta de un eclipse, de un entenebreci- hombre; ésta, según él, se vería limitada por Dios; por ello, imi-
miento del sol que probablemente no tuvo paralelo en el pasa- tando a Prometeo que en su hybris se rebeló contra los dioses,
do», como él mismo se autodefinióBo. querrá enfrentar su libertad titánicamente contra el poder de
La muerte de Dios era un tema al que habían aludido, en- DiosB3. "Yo revelo todo mi corazón, amigos míos. Si hubiese
tre otros, Hegel y Heine; sin embargo, el sentido que le dará Dios, ¿cómo soportaría el no serlo?»B4.
Nietzsche es nuevo en sí mismo. El famoso parágrafo 125 (el Digamos con Siegmund, antes de continuar, que "en el
hombre loco), de La gaya ciencia condensa esa doctrina; la bús- instinto de rebeldía que no permite poner en tela de juicio el
queda de Dios no tiene ya sentido alguno, porque Dios ha rango metafisico del propio ser, que prohíbe reconocer el don
muerto, somos los hombres quienes le hemos matado; no se de la existencia, en esta concepción empobrecida que rechaza
había realizado jamás una acción mayor, y todo el que nazca de plano toda confianza en el ser establecido y una respuesta a
después de nosotros (Nietzsche escribe en 1882) pertenecerá la voluntad que en él se revela, se ve realizada la conclusión
ya, gracias a esta acción a una historia superior a todas las que espasmódica de la autodeificación, para lo cual no existe justi-
han existido hasta ahora. La muerte de Dios es un aconteci- ficación válida. Por eso, una decisión semejante no se justifica
miento monstruoso aún en camino, y todavía no ha llegado a con razones»B5.
los oídos de los hombres, aunque es una acción que ellos han Nietzsche encontró, .en primer lugar, como sustitutivo del
realizadoB'. dios muerto, la vida dionisíaca, una vida exuberante, una exis-
Para Nietzsche el ateísmo radical es un punto de partida; a tencia donde todo lo existente está deificado, sea malo o bue-
ese ateísmo está ligado el nihilismo. La interpretación que no. Es su concepción del ser como vida, consecuencia de la
hace Heidegger del 'Dios ha muerto' nietzscheano señala que transmutación de todos los valores acaecida con la muerte de
el nihilismo se ha extendido cada vez másB2 (¿No es verdad Dios. Por ello, para esa vida, volvemos a reiterarlo, la existen-
que andamos errantes como a través de una infinita nada?, se cia de Dios es superflua, y el ateísmo se constituye como una
preguntaba el loco). Nihilismo quiere decir aquí que todos los catarsis para que viva el superhombreB6. La vida no tendrá
valores existentes hasta ahora han periclitado con la muerte más referencia que a sí mismaB7. Y eliminado Dios, el hombre
de Dios. Se tratará ahora de ocupar el trono vacante de Dios, será el creador de los nuevos valores.
de llenar el vacío con nuevos ideales y valores.
Todo lo que hasta ahora se ha puesto en Dios quiere
Nietzsche reivindicarlo como propio del hombre; forja así su 83. Cfr. SIEGMUND.G., o.C., p. 259. Ya en sus escritos juveniles había dicho:
"Mi corazón altivo no soporta que los dioses ... lleven el cetro"; "para mí está
doctrina del Superhombre en su Así habló Zaratustra. "Dios es hecha la gloria de la acción Iremenda".
84. Así habló ZaralUstra. Buenos Aires 1951, p. 92.
85. SIEGMUND.G., ibid.
86. Cfr. FABRO. c., Introduziol1e all'aleismo modemo, cit., t. n, p. 915.
80. Cfr. G. SIEGMUJ\D.Ateísmo y vilalismo. En VV.AA., El ateísmo contempo- 87. "La vida existe, es decir, vive como referencia a sí misma, tiene el prin-
rál7eo, cit., t. n, p. 254. cipio de ser en sí misma, y por ello, expresa la esencia del ser en su totalidad".
81. Cfr. NIETZSCHE.F, Die frohliche Wissel1scha(r, 125. FABRO. c., id., p. 918.
82. Cfr. HElDEGGER. M., H olzwege. Frankfurt 1950, pp. 197 ss.

67
66
TEOWGIA NATURAL
LA EXISTENCIA DE DIOS

La vida dionisíaca se transformará en voluntad de poder. «El fin de Nietzsche -ha escrito Siegmund- nos inspira
Este mundo es la voluntad de poder, y nada más; el hombre es
una compasión trágica y dramática. Se esforzó como un gigan-
solamente voluntad de poder y nada más, aseverará Nietzsche.
te en conmover los pilares del ser, pero fue un esfuerzo inútil
La voluntad de poder es la esencia de \"ida. Todo lo que se
que se volvió contra él hasta el punto de que su ser quedó
oponga a esa voluntad debe ser expulsado; así, el concepto
trastornado. Tuvo que abandonar el suelo de la realidad para
Dios, que es un repudio de la vida, y al que el hombre ha tras- convertirse en un iniciado de su dios Dionisos, para ser una
ladado esos sentimientos cuando en realidad son suyos; y sola- misma cosa con él. Este estado de éxtasis fue su final en la lo-
mente cuando el hombre pierda de vista definitivamente a
cura. Sus apuntes pertenecientes a esta época nos brindan in-
Dios podrá surgir el superhombre en el que se actúa esa vo-
dicaciones esclarecedoras. Según ellos, Nietzsche se creía en
luntad como poder.
realidad el dios Dionisos; a veces firma como «el crucificado».
Como ha señalado Fabro, en Nietzsche <da voluntad no se
El es todo el mundo, todos los hombres, cada uno de los vivos
mueve a otra cosa sino que deviene ella misma, procede siem-
y de los muertos. Tanto la creación como la historia universal
pre en sí misma, hacia lo que es ella misma ... y por esto es se hallan en sus manos. Por eso, Nietzsche hace todo lo posi-
«querer el querer» y es «voluntad de querer», es decir, de au-
ble por apartarse de la realidad aún en el vértigo de la tiniebla
toafirmación, que se intensifica mediante sí misma en el espiritual. Toda la realidad se sumergiría en una noche caligi-
proyecto de un indefinido acrecentamiento de poder»88. La in- nosa antes que se cerrara el cúmulo de los fantasmas de su lo-
manencia del pensar cartesiano ha devenido en Nietzsche ig- cura y él -un loco- pudiera presentarse corno «sucesor del
manencia del querer. Dios muerto»9'.
El mismo Nietzsche señalará en un poema, Entre aves de
rapiña89, la motivación más profunda de su ateísmo: el orgullo,
la hybris, el «seréis corno Dios» con que la serpiente tienta a D. El ateísmo existencialista de Sartre
Adán y Eva. La soberbia se constituye como la naturaleza pro-
pia del hombre: «La totalidad de nuestro moderno ser no es También para Sartre, como para Nietzsche, el ateísmo no
más que hybris y ateísmo ... hybris es nuestra postura ante la es un punto de llegada sino de partida. La diferencia con
naturaleza ... hybris es 'nuestra postura ante Dios ... hybris es Nietzsche es que no se tratará ya de transmutar los valores,
nuestra postura ante nosotros mismos»9o. La propia filosofía una vez declarada la muerte de Dios, sino que ahora, con la
de Nietzsche no tiene salida natural; terminará en una inquie- afirmación de la inexistencia de Dios, ya no hay valores. «Si
tud progresiva e incurable, puesto que la voluntad de vivir y Dios no existiese, todo sería posible», había escrito Dostoyevs-
de querer y de poder es querer la nada, es decir, no pararse en ki; Sartre hace suyo ese lema: como Dios no existe, todo está
nada, sino ser en devenir y querer el devenir en su totalidad permitido. El hombre es libertad pura; no hay nada fuera del
corno algo perfectamente encadenado en el interior de la ne- hombre al que éste pueda aferrarse: el hombre «está condena-
do a ser libre»92.
cesidad; es el amor fati, el amor al destino.
Las implicaciones ateas del principio de inmanencia son
nítidas y radicales en Sartre93. En El existencialismo es un hu·
88. Cfr. FABRO. C., a.c., p. 925.
89. ,,¿Por qué te aventuraste / en el paraíso de la serpiente antigua? / ¿Por
qué te encerraste en ti, en ti? .. / Ahora estás enfermo emponzoñado de serpen- 91. SIEGMUND. G., a.c., p. 271. Cfr. para una más amplia valoración crítica
tina veneno». <:;'fr.SIEGMUND. G., a.c., p. 270. las pp. 271·275.
90. Vol. VII, 416 de las obras de Nietzsche según la Klassikerausgabe, Leip- 92. L'exiseerzrialisme ese un humanisme, París 1946, p. 37. Cfr. FABRO. c.,'o.c.,
zig 1889·1912; cfr. SJEGMUND. G., p. 263. p.980.
93. Cfr. para este tema la obra citada de FABRO. pp. 974-979.

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TEOLOGIA NATURAL LA EXISTENCIA DE DIOS

manismo dice: «El existencialismo no es más que el esfuerzo El hombre es un ser que proyecta ser Dios, o en su termi-
por sacar todas las consecuencias de una posición atea cohe- nología., un en-sí-para-sí, causa sui. Ser hombre es tender a ser
rente. El existencialismo no es así un ateísmo en el sentido de Dios, o si se prefiere, el hombre es fundamentalmente deseo
que se esfuerce por demostrar que Dios no existe. Más bien de ser Dios98. Dios sería un en-sí-para-sí. pero la unión del
declara: aunque Dios existiese, eso no cambiaría nada; he aquí en-sí con el para-sí es imposible y contradictoria para Sartre.
nuestro punto de vista. No es que creamos que Dios existe, Y, por ello, no es sólo Dios quien desaparece. sino también el
sino que pensamos que el problema no es el de su existencia, hombre. Paladinamente lo declara Sartre: «Cada realidad hu-
sino que es necesario que el hombre se encuentre a sí mismo y mana es, a la vez, proyecto directo de metamorfosear su pro-
se persuada de que nada puede salvarle de sí mismo, aunque pio para-sí en en-sí-para-sí y proyecto de apropiación del mun-
fuese una prueba válida de la existencia de Dios»94. do como totalidad de ser-en-sí, en la especie de cualidad fun-
La inexistencia de Dios le parece a Sartre tan necesaria damental. Toda realidad humana es una pasión, en cuanto
como el respirar, ha dicho Jolivet. «El ateísmo es una empre- proyecta perderse para fundar el ser y para constituir a la vez
sa cruel y de largo alcance: creo que la he llevado hasta el fon- el en-sí que escapa a la contingencia, a ser su propio funda-
do», asevera en Les mOlS. Para la afirmación y construcción del mento, al Ens causa sui que las religiones llaman Dios. Así, la
hombre (o de la libertad humana) resulta Dios un obstáculo. pasión del hombre es inversa a la pasión de Cristo, ya que el
Dios sería incompatible con el hombre; si hubiese Dios, el hombre se sacrifica en cuanto hombre para que nazca Dios.
hombre no sería, como tal, hombre. Y Sartre razona así: El Pero la idea de Dios es contradictoria y nos sacrificamos en
hombre existe, luego Dios no existe. Sólo hay hombres y rela- vano; el hombre es una pasión inútiJ,,99. El proyecto humano
ciones entre los hombres.
termina en fracaso, en un absurdo radical. Como él mismo se-
Sartre afirma que si Dios no existe, hayal menos un ser en ñaló, la supresión de Dios conduce a la consecuencia de que la
que la existencia precede a la esencia, que existe antes de po- vida no tiene ningún sentido 100. Esa es la definitiva consecuen-
der ser definido por un concept095. Esto significa que no hay cia de un ateísmo definitivo.
una naturaleza humana, sino que el hombre con su vida tiene
que ir conquistando su 'esencia, determinándose; por ello, el «Tal es el significado del humanismo en el pensamiento
hombre no es más que lo que llega a ser, lo que hace de sí mis- contemporáneo: éste ya no se pierde, como los -clásicos del ra·
m096. La pura existencia que es el hombre, completamente cionalismo, en prolijas discusiones y controversias: sino que
desprovisto de contenido esencial, hace que el hombre sea li· proclama que el hombre es ley y fin por sí mismo y que la po-
sición de trascendencia o heteronomía es inmoral. El ateísmo
bre, o mejor: el hombre es libertad97, está condenado a la li-
bertad. El proyecto original que quiere encontrar el hombre es definido, por esto, como la sustitución tanto de la religión
es un proyecto de ser; ese proyecto no debe remitir a ningún como de la metafisica y de sus consecuencias en todos los
otro. no atañe a nada más que a sí mismo, no hace referencia campos de la vida mediante un Ethos, el Elhos de la seguridad
ni a la vida ni a la muerte ni a ningún carácter particular de la humana racional. Es un retornar al prometeísmo, o sea, asu-
condición humana; como señala, el proyecto original de un mir el riesgo sin motivo o el ser sin fundamento, la autonomía
para-sí no puede apuntar sino a su propiQ ser. incondicional que implica el abandono de toda experien-

94. L'exislenlialisme eSI un humanisme, Cit., pp. 94·95. 98. Cfr. El ser y la nada, P. IV, C. 2, pp. 199·201 de la trad. casI., Buenos Ai·
95. Cfr. id., p. 21. res 1961.
96. Cfr. id., p. 22. 99. Id., pp. 271·272.
97. Id., p. 36. 100. L'exislentialisme ..., cit., p. 89.
TEOLOGIA NATURAL

cia» 101. No sé si se habrá colmado la experiencia todavía; pero CAPÍTULO II


el fracaso del ateísmo enraizado en el principio de inmanencia
o de conciencia debe conducir al rechazo de ese principio y a LAS PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS
asentar de nuevo el fundamento en la metafísica del ser, que,
contra las consecuencias deducidas por el ateísmo contempo-
ráneo, permite alcanzar a Dios como plenitud de ser, y propo'r-
cionar al hombre un sentido para su vida, con la participación
de aquella plenitud de ser en la que consiste Dios.

A. INVALIDEZ DE LAS PRUEBAS A PRIOR!.


EL ARGUMENTO ONTOLOGICO
1. RELEVANCIA HISTORICA DEL ARGUMENTO Y EXPLICACION
DEL NOMBRE

San Anselmo de Canterbury (1033-1109) formuló por pri-


mera vez el argumento que se conoce con el nombre de onto-
lógico, que tanta fascinación habría de tener a lo largo de la
y.

historia. Fácilmente se subraya esa fascinación con la simple


mención de los filósofos que lo han defendido, matizando la
versión anselmiana o reproponiéndolo con algunas variantes.
Así, de un modo u otro, ha sido defendido por S. Buenaventu-
ra, Escoto, Descartes, Leibniz y Hegel. Entre los grandes filóso-
fos que lo han criticado se encuentran Tomás de Aquino y
Kant.
El argumento anselmiano se conoce con el nombre de on-
tológico desde Kant; en la Crítica a la Razón Pura indica que es
prueba ontológica aquélla que prescinde de toda experiencia e
101. FABRO, c., Géne!/is del ateísmo cOnlemporáneo, cit., p. 64. infiere, completamente a priori, partiendo de simples concep-

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