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Apuntes de Historia Americana y Argentina, siglos XVI y XVIII


 2000, Mariano Santos La Rosa Editores, S. no A.
Queda rigurosamente permitida la reproducción total o parcial, por cualquier medio o procedimiento, comprendidos
la reprografía o el tratamiento informático y la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamos públicos.

APUNTES DEL TEMA IV DEL PROGRAMA DE HISTORIA COLONIAL

TEMA IV: EL DESENVOLVIMIENTO DE LA ECONOMÍA AMERICANA


a.1) El nexo Europa-América y su incidencia.
a.2) La revolución de los precios
a.3) Variantes en las políticas económicas
a.4) Estructuración del sistema comercial y su evolución
a.5) El comercio ilícito
a.6) Las producciones americanas: minería, ganadería, agricultura e industria.
a.7) Las transacciones y el sistema monetario

A.1) EL NEXO EUROPA-AMÉRICA Y SU INCIDENCIA:


América trasladó a Europa sobre todo vegetales: cereales como el maíz, leguminosas, porotos
(judías), tubérculos: papa y batata. Frutos como el ananá (piña), duraznos (melocotones), banana (plátano)
damasco (albaricoque) y cultivos industriales como el tabaco, girasol, maní, etc. Todo esto cambió la
alimentación europea.
Europa por su parte aportó a América muchas especies animales, sobre todo mamíferos: caballos,
cerdos, vacas, ovejas, y aves como las gallinas.

A.2) LA REVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS:


Desde 1480 a 1590, tras un siglo de descenso (el siglo XIV) y otro de estancamiento (el siglo XV),
los precios se multiplican varias veces, en tanto que los salarios no crecen con igual ritmo. El arribo de los
metales americanos estimulará más esta alza.
La revolución de precios fue una gran inflación provocada por la avalancha de metales preciosos
(fundamentalmente plata) procedentes de América, expandiéndose en círculos concéntricos desde su foco
en Sevilla, el puerto de entrada de las mercancías americanas.
El oro tomado a los aztecas e incas fue mucho menos valioso (y numeroso) que el producido por la
explotación de las minas americanas como las de Zacatecas, Guanajuato y Potosí.
Las nuevas técnicas de explotación provocan un mejor aprovechamiento del metal, aunque en
algunos aspectos las técnicas siguieron siendo rudimentarias. La mina de Potosí fue explotada siguiendo
las vetas principales, por lo que no se siguió una técnica racional y pronto surgieron problemas.
El tratamiento tradicional para los metales era la fundición. Para esto se enviaron fundidores
alemanes a América. Pero la plata extraída directamente de la mina contiene muchas impurezas. Cuando
se incorporó a la explotación de la plata el método de amalgama por azogue (por mercurio), la plata
purificada ahora sí pudo ser exportada en pasta y posteriormente en forma de moneda (amonedada) o en
chafalonías (en su acepción antigua eran los metales preciosos trabajados en forma artesanal). Esto
provoca un gran movimiento de metales hacia España, que desencadenan la revolución de los precios. Sin
embargo, este metálico va a parar a los grandes centros financieros como Amberes. Paradójicamente,
España termina financiando el desarrollo de sus futuros competidores.

A.3) VARIANTES EN LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS:


Según Pietchman, en un principio, la Corona más bien trató de fomentar el desarrollo económico y
favorecía tanto el cultivo de productos agrícolas europeos como la formación de distantas ramas de
oficios, sin consideración de los intereses de exportación de los reinos europeos. Ciertamente las regiones
ultramarinas dependían en un grado extremo de las importaciones europeas durante esta fase de
colonización inicial, pero esto era una consecuencia de las circunstancias y no el resultado de una política
orientada a crear tales dependencias.

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Esto comenzó a cambiar a mediados del siglo XVI. Bajo la presión de las dificultades económicas
de la metrópoli, la Corona recurría cada vez más a medidas proteccionistas para favorecer las
exportaciones castellanas a América. De este modo se limitó el cultivo de la vid, se arruinó la próspera
fabricación de seda, se sometió la industria del paño a restricciones y se redujo el intercambio comercial
interamericano. El establecimiento del sistema de flotas y galeones a mediados del siglo finalmente
posibilitó el oligopolio comercial, creado por la instalación de una corporación comercial privilegiada, el
Consulado de Sevilla. La formación de estos oligopolios que controlaban la vida económica no sólo fue
tolerada, sino incluso promovida por la Corona. Los mercaderes que participaban de este comercio no
tenína interés en aumentar la exportación sino en reducirla, lo que posbilitaba la obtención de ganancias
exorbitantes, al menos así fue a partir de principios del siglo XVII. (Pietchmann).
Sin embargo, existe un hecho que contrasta con esta hipótesis de Pietchman y es que la primer
institución creada para América fue de corte económico y de orientación mercantilista: la Casa de
Contratación.
El estado medieval ha cambiado, surge un nuevo sector social: la burguesía. La burguesía apoya a
la corona debido a su interés por mantener la paz interior. Se produce un desarrollo de la banca y de los
"papeles de comercio" que posibilitan el comercio a grandes distancias. Aparecen los seguros, las letras
de cambio, etc.
En Europa hay un cambio de actitud, vinculada con la aparición de la doctrina mercantilista, que
muestra un gran interés por el comercio exterior. Es una teoría económica fudamentada en el
atesoramiento, en la importancia de la acumulación de metales. Hay que favorecer la industria para
autoabastecerse y luego poder exportar. Para España, el metal es un producto, un elemento de
explotación.
El nuevo concepto de riqueza creado por el mercantilismo termina con la concepción feudal,
basada en la vinculación de tierra-casa-bienes, que son elementos materiales tangibles. A partir de ahora,
ya no estará allí el sentido de riqueza.
Al lado de los conquistadores iban los oficiales reales, encargados de la percepción de impuestos.
El gobierno central fuerte ahora necesita de muchos recursos para pagar la burocracia y los ejércitos.
Las políticas mercantilistas redujeron a las regiones ultramarinas al papel de abastecedoras de
materias primas y compradoras de manufacturas europeas. Sin embargo no se llevó a la práctica una
política mercantilista colonial coherente y planificada, sino que formaban parte de medidas dictadas por la
presión de los apuros financieros cada vez más pronunciados. El sistema de flotas y galeones cerró el
mercado europeo para la naciente industria y agricultura americana, de manera que sólo era posible
producir para n mercado interno muy limitado. Las tierras perdieron así su carácter de factor de
producción y en muchos casos se convirtieron en un mero símbolo de status.
Además, el favorecimiento estatal de gremios y corporaciones, la introducción de reglamentos del
mercado y de la vida económica municipal, eran normas que beneficiaban más a las fuerzas sociales
tradicionales que al empresariado capitalista temprano, que sólo podía desenvolverse libremente en las
minas y, en casos aislados, en el comercio y las plantaciones.
El éxito económico como medio para el ascenso social se conservó como mecanismo de
diferenciación social en mucho mayor medida en la sociedad colonial que en la metrópoli, al menos en la
época barroca.

A.4) ESTRUCTURACIÓN DEL SISTEMA COMERCIAL Y SU EVOLUCIÓN

a.4.1.- La política mercantilista:


El régimen comercial empieza a imponerse cuando se observa que existe un vínculo económico
importante con América. El régimen comercial español responde a la teoría económica de la época: el
mercantilismo. Como la doctrina señalaba el deber intervencionista del estado en la economía, así como
la importancia de tener una balanza comercial favorable (exportaciones > importaciones), se implementa
un régimen monopólico (sólo los españoles pueden comerciar con América) basado en un sistema de
puerto único, donde además se debía transportar todos los productos en barcos españoles. Sin embargo,
muchos españoles actuaron como testaferros de compañías extranjeras, a cambio de una determinada
comisión cnosignaban las mercaderías a su nombre. También, mercaderes de origen extranjero se
radicaron en Sevilla.
Fueron dos los principios reguladores de la política mercantilista española, según Ots Capdequi:

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- El exclusivismo colonial. Desde el punto de vista comercial, las colonias fueron consideradas
como un simple mercado complementario de la economía peninsular, reservado a los comerciantes de la
Metrópoli radicados en Sevilla. Por lo tanto, la economía de las colonias debía orientarse a la producción
de las mercaderías de las que carecía España, al principio oro y plata fundamentalmente.
- La teoría de los metales preciosos. Aquí, el intervencionismo del estado se dio en la forma de
proteccionismo hacia las actividades mineras
La producción industrial española, que no bastaba para satisfacer las exigencias del mercado
interno, mal podría cubrir las necesidades crecietnes de sus mercados coloniales. Entonces hubo
necesidad de acudir a otros centros de producción europeos y España tuvo que ceder su mercadería más
preciada, el oro importado de las Indias.

a.4.2.- El sistema de puertos y el establecimiento del monopolio sevillano:


Para la regulación del comercio se creó una Aduana en Cádiz el 29 de mayo de 1493. Muy pronto,
el 20 de enero de 1503 se estableció en Sevilla la Casa de Contratación. A fin de facilitar la nuevo órgano
administrativo el ejercicio de sus funciones, se estableció que todo el tránsito de ultramar había de pasar
por el puerto de Sevilla.
Durante el reinado de Carlos I se creó en La Coruña una Casa de Contratación de la especiería, ya
que el comercio de las especias se hacía en navíos de hondo calado para los cuales resultaba insuficiente
el puerto de Sevilla. En 1529 se habilitaron nuevos puertos peninsulares para el tráfico con las Indias: La
Coruña y Bayona (en Galicia); Avilés (en Asturias); Laredo (en Santander; Bilbao y San Sebastián (en el
País Vasco); Málaga y Cádiz (en Andalucía).
Pero en el reinado de Felipe II se produjo un retroceso en esta política de tendencia abierta y
liberal. Triunfaron con este monarca las tendencias centralizadoras, tan cercanas a su espíritu burócrata, y
a los intereses de los comerciantes de Sevilla. En 1579 se derogó la Real Cédula de 1529 (que permitía
el tráfico con las Indias a 9 puertos españoles) y así quedó Sevilla como el único puerto de partida y
regreso para el trafico comercial, de comunicaciones, de pasajeros, etc. entre España y América. En
América, sólo se habilitaron los puertos de Veracruz, Portobelo y Cartagena de Indias. Al arribar las floats
a las Indias, se celebraban grandes ferias, como la de Portobelo, Jalapa, Acapulco, etc. A partir de estos
núcleos arrancaba una serie de ramales que unía a todo el continente.
El monopolio comercial y marítimo de Sevilla también se debe a la incapacidad del Estado, a
principios de la Edad Moderna, para crear una organización administrativa amplia y adecuada en su
alcance a todas las exigencias de control (Pietchmann) Para controlar este comercio monopólico era
necesario que existiera un solo puerto de embarco en España (primero Sevilla, luego Cádiz), aunque
podían ser varios los puertos de destino en América (Cartagena, Portobelo y Veracruz)
El monopolio significaba que el comercio debía ser realizado exclusivamente por españoles,
aunque no precisamente sólo por la corona, sino que los particulares también estaban autorizados. Sí
existía prohibición en la comercialización de ciertos productos, que la corona se reservaba como
monopolio. El gobierno estancó (monopolizó) el comercio del tabaco, el mercurio, los naipes. Sin
embargo, a veces estos monopolios eran dados en concesión a particulares.
Al principio se importaba de América principalmente metales preciosos. Pero cuando la agricultura
y la ganadería se asentaron, comenzaron a traerse cueros, azúcar, cacao, lana, índigo, palo brasil, sebo,
etc. De España se enviaba aceite, vinagre, manufacturas, paños, objetos para el culto religioso, armas,
vinos, aguardientes, etc. Todo se registraba, todo debía pagar impuestos (gabelas).

a.4.3.- Primeros intentos de organizar la navegación:


Al principio, los navíos que se dirigían a América viajaban solos, individualmente. Sólo debían
obtener una licencia, que se otorgaba luego de que las autoridades de resguardo realizaran una primera
visita a la embarcación, donde debía constatarse que la embarcación reunía las condiciones de seguridad.
Obtenida la licencia, se pasaba a cargar la nave, cuidándose que se abonaran al fisco los tributos debidos
y de que no se introdujeran productos no autorizados.
Para cumplimentar todo esto, se debía llevar un registro donde se detallara todo lo que llevaba:
mercaderías, ranchos (era el alimento de la tripulación), pasajeros, la artillería que defendía la nave y el
nombre de sus tripulantes. En cada puerto se abría y cerraba el registro, a fin de que no se pudiera cargar
contrabando. Cerrado el registro, no se podía introducir en el barco nada más, ni mercancías ni hombres.
Cargado el navío, se efectuaba la segunda visita.

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Los barcos no podían salir de un puerto sin la autorización de las autoridades de resguardo. Luego,
comenzaba el barco a navegar por el Guadalquivir hasta llegar a Cádiz, donde se introducía el resto d ela
carga (el tercio de Cádiz) y se efectuaba la tercera y última visita. Preparado y cargado, el navío podía
navegar suelto (solo) o en conserva (con otros).
El peligro por los piratas y corsarios y el interés de la corona por controlar aún más el comercio,
hizo que se tratara de organizarlo mejor. Lo primero que se logró fue que los buques salieran "en
conserva", es decir en convoyes, a fin de que estuvieran reunidos. Sin embargo, los distintos tipos de
buques, sus diversos pesos, etc. hacían que la velocidad de cada embarcación fuera diferente, por lo que
estos convoyes generalmente se dispersaban en el camino.
En 1521 se creó la Armada de Averías, cuya finalidad era proteger a la navegación indiana. Junto a
esto se creó el impuesto de avería, a fin de costear el mantenimiento de esta armada. Dicho impuesto
debía ser abonado por los comerciantes. Esta armada es la base de la Armada Real de la Guardia de la
Carrera de Indias (se llamaba Carrera de Indias al vínculo naviero entre América y España.)
En 1526 se prohibió que las naves mercantes españolas navegaran aisladamente. Se estableció así
un régimen de flotas, ya que esta armada acompañaba a los buques comerciales, pero sólo hasta alta mar,
donde los dejaba de escoltar. Desde este momento tenemos un tráfico con convoyes protegidos.
Luego, en 1547 se organiza el sistema de navegación en conserva en "tiempos fijos" (fechas
establecidas para que los buques zarparan) y con tonelajes estipulados y similares para todos los buques
que comerciaran con América. Se prefiere a los de 100 toneladas y los meses de marzo y septiembre son
considerados como los ideales para zarpar. Todo esto para evitar la dispersión de los convoyes.

a.4.4.- El Sistema de Flotas y Galeones:


A partir de 1561 y 1566 el sistema de flotas queda establecido con una estructura clara, con dos
flotas anuales:
- Una destinada a Nuevas España e Islas del Barlovento (las Antillas). Era el sistema de flotas
- La otra, destinada a la Tierra Firme (América del Sur, con base en el istmo de Panamá. De allí se
pasaba al Perú). Era el sistema de galeones
En 1569 se legisla que los barcos destinados a la Nueva España zarpen en abril, mientras que los
que se dirigían a Portobelo lo hicieran en agosto. Todas las unidades disgregadas debían reunirse en el
puerto de La Habana para efectuar el retorno a España, donde debían esetar hacia el 10 de octubre.
Barcos avisos daban la noticia de que una flota indiana se acercaba a la península. Entonces
zarpaban naves protectoras que escoltaban a la flota e impedían los trasbordos y desembarcos
fraudulentos en las costas del sur Ibérico. Sin embargo, el mal tiempo, los piratas y las guerras hicieron
que el sistema de flotas y galeones sufriera alteraciones y a veces pasaban años sin que salieran las flotas.
La cantidad de naves que integraban las flotas disminuyó mucho en el siglo XVII, por el aumento
del tonelaje de los navíos y por la disminución del volumen de los cargamentos.

a.4.5.- Los Navíos de Registro y Aviso:


Con el tiempo, el sistema de flotas y galeones dejó de responder a las necesidades americanas.
Entre 1695 y 1721 solamente se envió una expedición a Tierra Firme. Por esto se trató de revitalizar el
comercio con un nuevo "Proyecto para Galeones y Flotas del Perú y Nueva España, y para Navíos de
Registro y Avisos que navegen a ambos reinos". Por esto, comienzan a considerarse los navíos sueltos. A
la presencia de una nueva ideología liberalizadora se unía la presión ejercida por una burguesía que se
veía perjudicada por el monopolio gaditano.
En 1735 el gobierno comenzó a atacar al sistema de flotas. Se suspendió temporalmente el
despacho de galeones a Tierra Firme y aunqeu continuaban las flotas a Nueva España, ahora se veían
restringidas a unas 7 u 8 naves.
En 1739, con la caída de Portobello, el sistema de galeones sufre un rudo golpe y abre el camino a
los navíos de registro sueltos. En 1740 se aprovecha la coyuntura trágica y se suspenden todas las flotas.
A partir de ahora y naves suelatas, con licencia de la corona, comenzaron a abastecer a las colonias.
Sin embargo, los monopolistas de Cádiz no se rindieron sin luchar y en 1754 las flotas se
restituyeron oficialmente, comenzando a navegar nuevamente hacia Nueva España en 1757, continuando
en forma intermitente hasta 1789, cuando se abolió finalmente el sistema.

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a.4.6.- Las Compañías de Comercio:


Otra novedad de la primera mitad del siglo XVIII fue la implantación y el desarrollo de compañías
mercantiles. Con ellas, se dispersaba un poco el monopolio de los grupos mercantiles de Sevilla y Cádiz,
ya que pudieron participar nuevas minorías de privilegiados. Estas compañías se fundaron sobre todo con
capitales vascos y catalanes, recibiendo especiales ventajas en el comercion con alugnas zonas menos
desarrolladas de América y donde el contrabando extranjero era un grave problema.
La Compañía de Caracas, creada en 1728 y beneficiada por el monopolio del intercambio con
Venezuela, fue la primera y mas importante de estas compañías. Cuando inició sus operaciones,
Venezuela era una provincia sumida en la miseria y una carga para España. La compañía aumetnó la
producción de cacao y Venezuela se convirtió en la provincia con superavit.

a.4.7.- El Correo hispanoamericano:


En 1514 la Corona tomó las primeras medidas para organizar en las Indias el correo, creando el
oficio de correo mayor, encargado de organizar las comunicaciones postales entre el territorio peninsular
y las Indias, tomando como centro a Sevilla. La misión de este correo era recibir y despachar la
correspondencia entre las autoridades y entregar y recibir toda esta correspondencia y la particular a los
capitanes de navío por intermedio de los oficiales de la Casa. Se ordenaba que la correspondencia tuviera
un estilo claro y escueto, y que debía ser inviolable, no teniendo ni siquiera derecho la Inquisición a
intervenir o detener cartas, salvo licencia dada al efecto.
Desde entonces, las cartas embarcadas en España eran administradas por el Correo Mayor, sito en
Sevilla, que daba cuenta a la Casa de Contratación y se encargaba de expedir a cada correo de las Indias
la correspondencia de la localidad. En las Indias había correos mayores que tenían jurisdicción en toda la
demarcación y contaban con voz en la Audiencia y voto en el cabildo. Barcos rápidos, los avisos, llevaban
la correspondencia, que a veces estaba cifrada en clave. Pese a la criptografía, los capitanes tenían
órdenes de arrojar al mar los pliegos si su nave era apresada.
Los avisos eran barcos correo ocasionales, que llevaban los papeles oficiales, comerciales, etc;
pero no era un correo estructurado.
En 1706, Felipe V expropió todos los oficos de Correo Mayor, que pasó a ser una función del
Estado a través de al Real Renta de Correos, Estafetas y Caminos de España y de las Indias.
Sin embargo, sólo hubo regularidad en el servicio posta entre España y las Indias en 1764, cuando
se estableció el "Reglamento Provisional del Correo Marítimo de España a sus Indias Occidentales", por
el que oficialmente se estructuraba una línea de navegación regular con América. Cada mes zarpaba una
nave correo de La Coruña para La Habana y esto fue luego complementado por un servicio similar cada
dos meses a Buenos Aires.

a.4.8.- El reglamento de comercio de 1765:


Los economistas abogaban con creciente insistencia por los principios de no coartación e igualdad
de oportunidades. Argumentaban que era inútil mantener leyes contra las mercancías extranjeras mientras
los productores nacionales no pudieran satisfacer las necesidades de la península y menos aún las de las
colonias. Lo mejor para combatir el contrabando sería permitir el libre cambio entre todos los individuos
de nacionalidad española, sobre bases iguales. La forma más eficaz para eliminar el comercio de
contrabando era hacer más atractivo el intercambio legítimo, o sea, reducir los onerosos gravámenes
sobre el comercio español y los impuestos aduaneros sobre la mercadería extranjera, así como promover
el tráfico intercolonial.
La desastrosa derrota de España en la guerra de los siete años apresuró el programa de reformas.
En 1765 se produce la primer gran apertura en materia comercial, con la implementación de lo que
se llamó la "libertad de comercio" que, rompiendo el sistema monopolista, abre paulatinamente al
comercio una cantidad de puertos en España (Málaga, Alicante, Gijón, La Coruña, Santander) y América
(fundamentalmente en el Caribe: Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, Margarita y Trinidad).
En virtud de este decreto, además se eliminaron molestos trámites para la salida de barcos, ya que
a partir de ahora el despacho de navíos no requería una liencia especial de la corona. Al mismo tiempo, se
reemplazaba gran parte de los impuestos más onerosos para los artículos del comercio colonial,
reemplazado por un derecho ad valorem del 6 o 7%, recaudado en la metrópoli.

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Con tales medidas se pretendía favorecer el desarrollo insular, pero también se desligaba a las islas
del régimen continental, afectado todavía a medidas restrictivas. Además, el término comercio libre
significaba simplemente libertad para todos los españoles denro de la estructura monopolística nacional.
El gobierno español se interesaba más por el aumento de los ingresos que por cualquier teoría de libertad
económica, y la progresiva aplicación de la política de intercambio más libre era un recurso de última
hora adopatado después de haber fallado todos los demás.
Posteriormente, esta medida se fue ampliando, tanto en la región peninsular (incluso Tenerife en
las Canarias y Palma de Mallorca en las Baleares) como en el resto de América. En 1768 se extiende a
Luisiana, colonia fronteriza recién adquirida; en 1770 a Campeche y Yucatán; en 1776 se incorporan
Santa Marta y Ríó de la Hacha en la costa de Nueva Granada y el 2/2/1778 al Río de la Plata.

a.4.9.- El Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre, de 1778:


El 12 de octubre de 1778 se promulgó en España el "Reglamento y Aranceles Reales para el
Comercio Libre de España y las Indias", que alcanzó a amplias zonas de América, siendo excluídas
Nueva España y Venezuela, recién alcanzadas en 1789. De esta manera se terminó definitivamente con el
monopolio gaditano. Sin embargo, este reglamento no tuvo vigencia efectiva ya que en 1779 comenzó la
guerra con Inglaterra, que recién concluyó en 1783.
Este reglamento abrió al comercio interoceánico a 9 puertos mayores (Buenos Aires y Montevideo,
La Habana, Cartagena de Indias, Valparaíso, Cencepción, Arica, Callao y Guayaquil) y 13 menores
(Puerto Rico, Santo Domingo, Santiago de Cuba, Trinidad, Margarita, Portobelo, Montecristo, Campeche,
etc.) en América; a la vez que 13 puertos españoles (Sevilla, Cádiz, Barcelona, Málaga, Cartagena,
Alicante, Santander, Gijón, La Coruña, Almería, Tortosa, Palma de Mallorca y Tenerife) quedaban
habilitados para comerciar con las Indias.
Con este reglamento se dio también una remodelación impositiva, que tendió a la simplificación,
basada en el cobro de los derechos de alcabala y almojarifazgo. Muchos productos venidos del exterior,
por el solo hecho de recibir algún tipo de tratamiento en la Península, pasaron a ser considerados de
elaboración local, pero esto formaba parte de la política tendiente a generar estímulos a las actividades
manufactureras. También se declaró libres de todo impuesto por 10 años a una gran cantidad de productos
promocionales con destino a América, al igual que gran número de productos americanos como carnes y
pescados salados, lanas de vicuña, alpaca, guanaco, pieles de lobo marino, vicuña; sebo en pan, yerba del
Paraguay, etc. se incluían en la nómina de frutos exentos de impuestos.
A la remoción de restricciones en el comercio transatlántico la acompaña una reducción
igualmente considerable de las limitaciones en el tráfico entre las mismas colonias.
Pese al fin del monopolio, sus efectos no fueron negativos para la ciudad de Cádiz, ya que no sólo
no disminuyó su comercio con América sino que lo incrementó hasta 1796, año en que comienza una
nueva guerra con Inglaterra. Cádiz siguió siendo el principal puerto, debido a su estructura comercial y
financiera, la experiencia adquirida en el manejo de las vinculaciones coloniales, etc. Pero Cádiz
principalmente actúa como importador de productos extranjeros (alrededro del 60% del total de su
comercio), a diferencia el resto de los puertos españoles, donde las mercancías extranjeras para comerciar
no llegan al 30%. Barcelona (que durante el siglo XVIII experimentó un desarrollo sostenido) ocupa el
segundo lugar entre los puertos peninsulares que comercian con América.
El Comercio Libre es distinto del librecambismo. Este comercio es libre y restringido, según las
palabras del rey Carlos III. Puede ser realizado sólo entre españoles y americanos, pero sin la existencia
de ningún monopolio como fue el de Cádiz. Esto ha sido definido por Nunes Días como "mercantilismo
ilustrado", ya que sería sólo un aggiornamiento de viejas prácticas comerciales, una transición del
mercantilismo tradicional al liberalismo económico.

A.5) EL COMERCIO ILÍCITO:


Se dificultó por todos los medios el comercio directo entre las distintas regiones americanas, sobre
todo cuando se trataba de artículos que pudieran hacer la competencia a los que España exportaba. Esta
política monopolizadora motivó el desarrollo de una fuerte corriente comercial clandestina. Los focos
más poderosos de este comercio de contrabando fueron las costas del mar Caribe y el puerto de Buenos
Aires.

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A.6) LAS PRODUCCIONES AMERICANAS: MINERÍA, GANADERÍA, AGRICULTURA E INDUSTRIA


Entre 1580 y 1630 el método de mercurio aumentó la exportación de plata en un 1.000 %.
No hay certeza de cuanto metal salió ilegalmente. Si existen suposiciones en base a las denuncias y
las detenciones al respecto. Pero si hay algo que es seguro es que las minas se convirtieron en motores del
desarrollo americano.
Pronto surgen los códigos de minería y se da un sistema de comercialización y transporte del oro y
el mercurio.
Los propietarios de la tierra no eran dueños de la riqueza del subsuelo, que sólo podía pertenecer al
Estado, aunque los particulares podían explotarlas en forma de arriendo, pagando a la corona el quinto
real.

a.6.1.- La riqueza minera (M. Padrón, Manual de Historia Universal, Tomo II):
Las minas se consideraban como regalías, es decir, como propiedades de la corona. Con el objeto
de fomentar las explotaciones mineras suele conceder, no obstante, su propiedad al particular que las
descubre y pone en explotación, sin exigir a cambio más que una parte de los beneficios bajo la forma
jurídica de impuestos. El más importante sería el quinto de las fundiciones (V. Vives, Hist. de España y
América, Tomo III, p. 417)
La influencia de la minería en la colonización española de América fue trascendental. Era
característico de todos los centros mineros su rápido crecimiento demográfico. Nacía como un hongo en
torno a la mina una población que muchas veces tenía su época de grandeza y esplendor y luego entraba
en franco declive hasta convertirse en un "pueblo fantasma". Charcas quizá sea la zona modelo en todo
esto. El hinterland en torno al centro minero se convertía en zona de aprovisionamiento: los valles
aledaños a la ciudad de La Paz y la región de Cochabamba, Chuquisaca y Tarija se constituyeron en zonas
de avituallamiento de los centros mineros.
La plata necesitaba mercurio, el cual se importaba de la Península con los consiguientes gastos y
retrasos. De ahí que constituyera una gran noticia el hallazgo de azogue en Huancavelica, cuando ya en
Potosí se había acumulado tanta ganga mineral desaprovechada que formaba otros pequeños cerros, de los
que se podía obtener más plata mediane el sistema de amalgamiento.
La producción minera hizo posible el desarrollo de un gran comercio con España, y fue desde
entonces el principal agente del desarrollo económico de las Indias (V. Vives, Hist. de España y América,
Tomo III, p. 418)
El 60% de los metales preciosos salía de España por cuenta de los particulares o para pagar los
gastos de la corona en el exterior. Lo que restaba iba a las ferias de Valladolid, a Sevilla, a Cádiz y
Madrid. Además, parte de los metales preciosos no se acuñaba sino que se convertía en objetos de arte
(M. Padrón, Manual de Historia Universal, Tomo II, p. 535).

a.6.2.- La Agricultura y Ganadería (M. Padrón, Manual de Historia Universal, Tomo II):
La ganadería fue otra fuente importante de riqueza, pero suspuso, en contraste, un elemento
perturbador al establecerse una lucha sorda entre agricultores y ganaderos, debido al arbitraje de sus
pastos y sementeras, y los consiguientes destrozos que en las segundas podían hacer los ganados sueltos.
(V. Vives, Hist. de España y América, Tomo IV, p. 374).
La introducción del trigo supuso un refuerzo considerable en la producción de alimetnos, pero al
mismo tiempo un gran avance en la técnica de irrigación de los campos, ya que el trigo necesitaba un
riego que no se podía dejar a expensas de los fenómenos atmosféricos, por lo cual hubo que transformar
el sistema desviando ríos, construyendo una eficiente red de canales y acequias de riego, notable
realización especialmente manifestada en las grandes haciendas dedicadas expresamente al cultivo del
trigo. (V. Vives, Hist. de España y América, Tomo IV, p. 372).
En cuanto a los cultivos industriales, hay que hacer constar la insignificancia que tuvieron los
cultivos que se realizaban en la península, como el olivo, la morera, el cáñamo, el lino y la vid. No existía
ninguna ley que lo prohibiese, pero los que podían realizar intensivamente estos cultivos se abstenían para
evitar los celos de la metrópoli. Las producciones de caña de azúcar, algodón, café, cacao, vainilla, tabaco
y añil constituyen la faceta productora de plantas industriales, objeto de un importante comercio exterior
y extraordinaria fuente de riqueza radicada en el suelo. La mano de obra utilizada era fundamentalmente
negra en las Antillas, pero en Méjico era indígena (V. Vives, Hist. de España y América, Tomo IV, p. 373).

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La caña de azúcar llegó de Oriente a la península Ibérica y a las Maderas. De allí fue llevada a las
Canarias y luego a las Antillas. El más importante de los cultivos tropicales era la caña de azúcar, muy
desarrollado desde fines del siglo XVI por dejar mejores ganacias que el resto de los cultivos. Mientras
que el precio del trigo era tasado y limitado por las autoridades, el del azúcar quedaba libre por no ser un
artículo de primera necesidad. (V. Vives, Hist. de España y América, Tomo III, p. 510). Toda la vida
económica antillana giró en torno a este monocultivo hasta que en el siglo XVIII el Brasil le hizo la
competencia en unión de algunas colonias extranjeras del mismo Caribe.
Los cultivos de cacao, artículo casi de primera necesidad y de uso general en Indias, cuyo
consumo implantan y extienden los indianos en España en el siglo XVII. (V. Vives, Hist. de España y
América, Tomo III, p. 510). En el siglo XVIII ya no se producía cacao en Méjico (su país originario) sino
en Guatemala, Venezuela y Ecuador (V. Vives, Hist. de España y América, Tomo IV, p. 373).
El cultivo de café estaba especialmente localizado en la isla de Cuba y en Venezuela y fue
producto típico de exportación, puesto que el consumo efectuado en la América hispana era muy pequeño
(V. Vives, Hist. de España y América, Tomo IV, p. 373).
El cultivo del tabaco, monopolizado por el Estado desde 1764, sufrió una rápida decadencia. Se
necesitaba un permiso especial para plantarlo y además, el cultivador tenía que venderlo íntegramente al
Estado, al precio que este le fijase, con el consiguiente retraimiento de los cultivadores y la inmediata baja
en la producción. El principal centro productor fueron las Antillas y en especial Cuba (V. Vives, Hist. de
España y América, Tomo IV, p. 374).

a.6.3.- La Actividad Industrial (M. Padrón, Manual de Historia Universal, Tomo II):
Debido al proteccionismo que la corona dispensaba a las industrias peninsulares es que el Estado
prohibió la industria pañera en Perú u ordenó destruir las fábricas que destilaban ron en Venezuela.
En reiteradas ocasiones fueron sacrificados los intereses vinculados a los territorios americanos a
favor de los grupos oligárquicos predominantes en algunas ciudades marítimas españolas. Estas
oligarquías utilizaron su riqueza e influencia política para impedir una eficaz política de fomento
industrial indiano (V. Vives, Hist. de España y América, Tomo IV, p. 377).
Las principales industrias virreinales fueron la platería, la sal, las fundiciones y casas de moneda.
El azúcar, los tejidos, las maderas, cigarros, ron. Los cueros, el sebo, las mantecas, las salazones, las
conservas de carne, la pesca de ballena y la fabricación de zapatos.
La Habana y Campeche fueron los dos grandes astilleros indianos que, especialmente en el siglo
XVIII, facilitaron múltiples navíos a la decadente marina española.
Quizá la industria de máximo desarrollo fuese la textil. Una de las industrias que más auge alcanza
durante el siglo XVIII es la de curtidos. La razón radica en la multiplicación de estancias ganaderas,
especialmente en el norte de Méjico y en el Río de la Plata (V. Vives, Hist. de España y América, Tomo
IV, p. 379).
De la pesca derivaron importantes industrias conserveras, de modo especial en el Pacífico y
posteriormente en la Patagonia bajo el impulso de la Real Compañía Marítima de Pesca de Barcelona, que
estableció industrias derivadas del aprovechamiento de la ballena (V. Vives, Hist. de España y América,
Tomo IV, p. 380).

a.6.3.1. Los Obrajes (M. Padrón, Manual de Historia Universal, Tomo II):
La orden de 1548 que prohibía que los habitantes del Nuevo Mundo pudieran adquirir géneros
europeos pretendía disminuir el precio de los paños, pero también fomentó indirectamente el
establecimiento el establecimiento de fábricas en América, máxime cuando contaban con espléndidas
materias primas como el algodón, lana de diversas clases, etc. Así nacieron los obrajes, que contaban con
antecedentes en la costumbre de los encomenderos de exigir el tributo en hilaturas y ropas a los indios.
Los misioneros propagaron el arte del tejido y en los grandes centros misionales se extendió
rápidamente la industrialización. Con todo, los tejidos de lana americanos no consiguieron superar a lso
europeos, por lo que esta producción hubo de quedar reducida al consumo americano. Un caso contrario
fue el de la seda. Durante el siglo XVIII se introdujo masivamente el hilado de la seda, que entró en
competencia con la de Extremo Oriente y sobrepasó el consumo a la producción, por otra parte estorbada
por los intereses peninsulares (V. Vives, Hist. de España y América, Tomo IV, p. 378).

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Los obrajes fueron la forma inicial de la actividad manufacturera en América. Eran centros de
producción donde se concentraba a un número de operarios u obreros obligatoria o voluntariamente. Los
obrajes establecidos con licencia real podían trabajar con indios mitayos, cuyo número les era tasado al
dársele el permiso de fundación. Los que no disponían de tal autorización debían funcionar con obreros
voluntarios, a los cuales se les abonaba el salario fijado en las ordenanzas correspondientes. Se daba
también el caso del indio, negro, mestizo o blanco condenado a cumplir trabajos forzados en los obrajes.
Este sistema de castigo fue más frecuente en Méjico que en Perú.
Lo que más se ha criticado al sistema de obrajes ha sido su carácter de prisión. Al margen de las
disposiciones legales, los dueños mantenían encerrados a los obreros, los castigaban, no les pagaban lo
debido, los alimentaban pobremente, etc. Para evitar todo esto se redactaron leyes y se enviaban
periódicas visitas a cargo de oidores que han dejado elocuentes testimonios.
En el siglo XVII, los obrajes subsistieron y prosperaron, aún en pugna contra las leyes del
monopolio comercial que pretendían abastecer los mercados americanos desde España, y contra las leyes
protectoras de los indios, que con frecuencia se hallaron en estos talleres sometidos a un régimen laboral
opresor (V. Vives, Hist. de España y América, Tomo III, p. 511).

a.6.3.2. Los Gremios (M. Padrón, Manual de Historia Universal, Tomo II):
Organizadas la economía y la sociedad con moldes de Europa, resulta lógico que también en las
Indias se estableciesen los gremios o agrupaciones de artesanos que disfrutaban el derecho exclusivo de
ejercer una profesión de acuerdo con unas ordenanzas iguales a las de los gremios metropolitanos. Sin
embargo, no fueron organismos independientes que se autoadministraban ya que el gremio vivió bajo la
tutela municipal.
Desde la segunda mitad del siglo XVI, cada grupo de artesanos se cohesiona en su gremio.
Agrupados los hombres de un mismo oficio, redactaban sus ordenanzas que les daban el derecho
exclusivo a ejercer su profesión. Los mercaderes, agrupados en consulados representaban la clase más
alta. El gremio de los plateros ocupaba el segundo lugar y a causa de su prestigio no permitían el ingreso
de gentes de color. Los pintores, escultores, aprendices y herradores también fueron reacios a admitir
gente de color alegando la nobleza y prestigio de su oficio.
El móvil de todo gremio es obtener privilegios sociales y económicos para sus afiliados, haciendo
valer la categoría artística de su oficio o su utilidad. Su objetivo último es el monopolio del oficio, pero
esto jamás lo lograron por escasez de artesanos europeos y abundancia de gentes de color diestras en
muchos oficios y que conseguían trabajar por su cuenta, sin control eficaz por parte del gremio. De ahí
que el gremio no llegara en Indias a desempeñar papel político alguno ni tuviese importancia económica
(V. Vives, Hist. de España y América, Tomo III, p. 543).

TEMA IV: EL DESENVOLVIMIENTO DE LA ECONOMÍA AMERICANA


b.1) Política, estrategia, producción y comercio en la transformación de las provincias del
área rioplatense.
b.2) Conformación regional. Ciudad y Campaña
b.3) La ganadería y la agricultura: formas y etapas de producción.
b.4) Las industrias
b.5) Los puertos y el tráfico exterior. Las reformas borbónicas, los conflictos bélicos y la
problemática económica del Río de la Plata

B.1) POLÍTICA, ESTRATEGIA, PRODUCCIÓN Y COMERCIO EN LAS TRANSFORMACIONES DE


LAS PROVINCIAS DEL AREA RIOPLATENSE
Las políticas peninsulares con respecto a estas regiones estuvieron movidas, más por la reacción
ante la posibilidad de perder su preeminencia y aún su soberanía, frente a la presencia de otras potencias,
que por crear condiciones para un adecuado desarrollo.

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b.1.1.- El comercio ilícito en el Río de la Plata y las relaciones con el Brasil:


El Río de la Plata había interesado inicialmente en función de zona de paso hacia las islas
Molucas, pero al quedar en manos portuguesas, el estuario platense quedaba sin atractivos ya que
tampoco funcionaba el camino del estrecho, al ser sustituido por el istmo de Panamá. Hubo intentos por
colonizar otros puntos de la costa atlántica sudamericana, pero al fracasar, el Río de la Plata quedó como
una isla. Entonces comienza a surgir un comercio ilegal con el Brasil, a fines del siglo XVI. Se importan
hierro, seda, paños, lienzos, azúcar, conservas y esclavos; a cambio de harina, bizcocho, vino, sebos,
mantas y plata. Por todo esto, en 1595 se clausuró el puerto de Buenos Aires, aunque se permite introducir
esclavos africanos para ser vendidos en Tucumán y Charcas.
El comercio clandestino con el Brasil se fue consolidando en el siglo XVII, gracias a la unión de
España y Portugal. En 1602 se autorizó a Buenos Aires a comerciar con el Brasil, Guinera y otras zonas,
aunque en forma restrictiva y temporaria. En 1618 se permitió el tráfico entre Buenos Aires y Sevilla, vía
Brasil. Los bonaerenses podían enviar productos al Brasil (antecedente del tráfico con colonias
extranjeras, en 1795) donde serían negociados por azúcar, palo brasil y otros artículos de interés para la
plaza sevillana. En la península se adquirían ropas y otros elementos que retornarían a Buenos Aires sin
ningún tipo de escalas, cerrando el círculo comercial. Pero a la vez, se instalaba una aduana seca en
Córdoba, en la que se recargaba con un 50% las mercaderías y se impedía el paso de todo tipo de metal.
La separación de España y Portugal, en 1640 va a significar un duro golpe para la economía de
Buenos Aires, que se había acostumbrado a la interrelación con Brasil. En 1680, cuando los portugueses
funden Colonia del Sacramento aumenta notablemente el contrabando, al disponer un sólido punto de
apoyo en la orilla oriental del Río de la Plata.
La puerta portuguesa era adecuada para la introducción de los artículos manufacturados ingleses, a
pesar de que en las posesiones portuguesas regían restricciones similares a las de las colonias españolas,
el tratado de 1654 entre Inglaterra y Portugal le había abierto las puertas como contrapartida por la
protección que los ingleses dieron a la Casa de Braganza. Pronto se convirtió en un gran almacén
destinado al contrabando.
Por otra parte, tanto el interés por la pesca de la ballena y la caza de pinnipedos en las zonas
australes, como la valorización de la ruta del Cabo de Hornos, acrecentó la presencia de naves extranjeras
e incentivó un contrabando que pesó cada vez más en la política y estrategia de la corona española. Por
esto, en 1696 se determinó el cierre del puerto de Buenos Aires, lo que significó un triunfo más del
régimen monopolista y de las pretensiones de su beneficiario directo en sudamérica: el comercio limeño.
La gran cantidad de contrabando originado desde Colonia motivó que las autoridades hispanas
decidieran poner fin a esta situación en repetidas oportunidades, pero cada negociación de paz europea
terminaba con la devolución de Colonia a los portugueses.
Por esto, como una medida para tratar de poner fin a la expansíon portuguesa en la Banda Oriental,
se fundan en 1726 Montevideo y Maldonado.
Finalmente, con la creación del Virreynato del Río de la Plata en 1776, la toma definitiva de la
Colonia del Sacramento en marzo de 1777 y el Reglamento de Comercio Libre hicieron pensar que se
romperían los nexos comerciales ilegítimos a través del Brasil. Sin embargo, la guerra hizo que se debidar
recurrir a Portugal como nación neutral, a fin de mantener el comercio entre América y España.

b.1.2.- Los asientos extranjeros y el contrabando:


Otra vía se había abierto en 1702 al ingreso de mercaderías de contrabando. Los franceses habían
obtenido en aquel año el monopolio de comercio de esclavos a través de la Compañía de Guinea. Con el
justificativo de atender a las necesidades de los esclavos, se introdujeron mucha ropa y víveres de fácil
venta, en una maniobra en la que estaban involucrados hasta las más altas autoridades rioplatenses, entre
ellas el gobernador Valdés e Inclán.
También como consecuencia de la Paz de Utrecht, se da la concreción del Tratado de asiento de
negros, de marzo de 1713, por el cual se concedía a los ingleses, por el término de 30 años, el comercio
de esclavos por el atlántico. También, tras esta fachada se introdujeron fuertes cantidades de mercancías
de contrabando.
Sin embargo, este comercio favorecía a un pequeño sector de la burguesía inglesa, porque el rey
británico había dado la exclusividad de este asiento a la Compañía del Mar del Sur. De allí que otra gran
cantidad de comerciantes ingleses excluidos de este beneficio se las ingeniaran para mantener un intenso
tráfico ilícito con Hispanoamérica.

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b.1.3.- Las Compañías de Comercio en el Río de la Plata:


En el Río de la Plata se instaló la Real Compañía Marítima, con privilegios monopólicos que no
permitían ejercer la pesca a otros particulares españoles.

B.3) LA GANADERÍA Y LA AGRICULTURA: FORMAS Y ETAPAS DE PRODUCCIÓN

b.3.1.- La Agricultura:
En la región del litorial, la agricultura tenía un sentido de subsistencia más que de exportación.
Además, la gran cantidad de ganado cimarrón o aquerenciado hacía que frecuentemente se introdujeran
en las tierras cultivadas, que carecían de delimitaciones como el alambrado.

b.3.2.- La Ganadería:
El ganado, hasta el siglo XVIII apenas explotado, adquirió valor comercial y tuvo salido a los
mercados externos y este incentivo fue el causante del desenvolvimiento de las famosas vaquerías, donde
al principio se fenaba al ganado únicamente por los cueros y luego, al tener asegurado un mercado en
Europa, por el sebo y la cecina.
El primer sistema de explotación del ganado vacuno en el litoral fue la vaquería, la caza del
ganado cimarrón (salvaje). También se implementó el sistema del arreo, que consistía en la recogida del
ganado salvaje, común a partir de 1715, cuando comienza a escasear el ganado cimarrón.

1- Las Vaquerías:
Las vaquerías eran expediciones con la finalidad de cazar ganado cimarrón. El procedimiento era
realizado por un grupo de hombres a caballo (ayudados por gran cantidad de perros) que salían al
encuenro de los animales, a los que perseguían para bolearlos, enlazarlos o desjarretarlos (era el
procedimiento más común y consistía en cortar los tendones de las patas posteriores del vacuno, con una
especie de hoz atada a la punta de una caña). Una vez volteadas un número suficiente de reses,
comenzaban a faenarse los animales, sacándoles el cuero, la grasa, el sebo (a veces también la lengua),
quedando el resto del animal a merced de las aves de rapiña y los perros cimarrones.
Las vaquerías se originan en 1609, cuando ante la gran cantidad de ganado salvaje (cimarrón) se
presentan dos interesados para hacer la matanza del mismo. En los primeros años del siglo XVIII se
incrementaron esta matanzas debido al aumento de la frecuencia de llegada de navíos de registro y al
nuevo comercio establecido a través del asiento de negros de la South East Company. Esto, sumado a que
muchos vecinos de Córdoba, Mendoza y San Juan también comenzaron a explotar el ganado cimarrón (a
realizar "sacas" de ganado) en jurisdicción del cabildo bonaerense, provocó hacia 1715 una dramática
disminución de este ganado.
Los campos se agotaron de tal manera que las vaquerías se convirtieron en expediciones
antieconómicas. El ganado estaba tan disperso que era dificil hallarlo. La tardanza, la extensión de los
trayectos y el poco provecho que se obtenía y ano compensaban los grandes gastos en caballos, aperos y
peonada. El cabildo, en 1715 pide al gobernador el cierre por cuatro años de las vaquerías, por lo que los
vecinos de la ciudad podían recurrir mientras tanto al ganado de la otra orilla del río.
Los primeros en explotar el ganado cimarrón de la Banda Oriental fueron los indios Tapes, de las
Misiones Jesuíticas. Posteriormente se sumaron los vecinos de la ciudad de Santa Fe. A partir de 1715 se
suma Buenos Aires, surgiendo así una agria disputa por la posesión del ganado. En enero de 1721 se llegó
un acuerdo entre las tres partes, firmándose una "concordia" por la que se acordaba permitir la realización
de solamente una recogida anual de cada parte. Pero cuando llegó la oportunidad de aplicarla, Santa Fe,
que se creía con mayores derechos sobre aquellos ganados, decidió anular lo actuado por sus
representantes. Entonces, tras una fuerte disputa, Buenos Aires y las Misiones llegaron a un acuerdo por
su cuenta, en noviembre de 1722. En abril de 1723 llega una Real Cédula a Buenos Aires donde se
confirma la concordia anterior. Debido a todo esto, y ante la urgente necesidad de ganado, Santa Fe
decide ceder.
Sin embargo, pese a todas estas disputas, el sistema de vaquerías generales anuales en la Banda
Oriental se extiende hasta 1729, debido a la escasez de ganado que poco a poco se va experimentando en
la Banda Oriental. La fundación de Montevideo y la reinstalación de los portugueses en Colonia habían
agregado dos actores más entre los interesados en el ganado cimarrón. Por esto, pese a todos los
esfuerzos, hacia 1742 se observa la casi desaparición de este ganado en la Banda Oriental.

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2- La nueva estancia colonial:


Sin embargo, la desaparición del ganado cimarrón no significó la destrucción de la ganadería sino
el establecimiento de un cambio en el sistema de explotación del ganado. De la antigua estancia destinada
a la vaquería (cuya base principal la constituían caballos y mulas), se pasa a la estancia colonial,
cimentada sobre la base del valor de la tierra, cuya fertilidad y productividad eran un elemento esencial
para la explotación del ganado vacuno, ahora doméstico.
La condición más significativa de la estancia colonial, que la une a la acción del Cabildo, es la
recogida del ganado alzado, existiendo una preocupación estatal porque el ganado vacuno permanezca
aquerenciado, pese a la inexistencia de alambrados. En las recogidas intervienen algunos oficiales del
cabildo, encargados de comprobar que el ganado tomado por cada propietario fuera de su propiedad,
correspondiente con su marca y no de otros.
La estancia colonial posibilitó la consolidación de una clase terrateniente y el surgimiento del
verdadero peón de campo, que ya no es un peón "golondrina" como en el caso del de las vaquerías, sino
que trabaja en forma estable en la estancia. Los negros también pasaron a ocupar un lugar importante en
estas estancias, ya que resultaba más baratos que el peón asalariado.
Todos estos cambios provocaron el acercamiento del indio a los centros de población, con la
finalidad de apoderarse del ganado doméstico.

3- El Abasto:
El cabildo, mediante subasta pública debia designar al obligado, encargado del abasto de carne de
la ciudad, que ejercía el monopolio de la matanza y del expendio de la carne. Para admitir una postura y
efectuar el consiguiente remate, se tenía en cuenta el precio, los fiadores y la calidad del ganado que se
traía al matadero. Muchas veces el equilibrio entre los tres criterios fue dificil de lograr, por lo que se
recurría al arbitraje del gobernador. Pero por lo general, la subasta se inclinaba hacia quien hiciera la
mejor oferta en el precio, ofreciendo la carne a un menor costo. El remate generalmente se hacía por un
año.
Para hacer frente a las temporadas en que nadie se ofreciera como postor, el cabildo ordenaba a los
hacendados tener en sus rodeos ganados invernados que le permitieran sacar adelante cualquier situación
de desabastecimiento. Esta obligación era muy cuidada, pues de ella dependía el mantenimiento de la
ciudad en tiempos de crisis. Además, en más de una oportunidad los obligados no cumplieron con su
deber de traer ganado, lo que constituyó un grave problema, dado que la carne era la base principal del
mantenimiento de la población. Con la construcción del matadero, se logró una mejor organización del
abasto

B.4) LAS INDUSTRIAS DEL VIRREYNATO DEL RÍO DE LA PLATA


1- Industrias de la Región del Alto Perú:
Era la región más poblada del virreynato, por lo tanto, poseía un gran mercado de consumidores.
En esta región la producción que se destacaba era la minería, aunque la producción de tejidos rústicos
también era muy importante, principalmente para solventar las necesidades de los sectores más pobres de
la población.
Los depósitos de minerales estaban situados a mayor altura qu la que permite la agricultura, por lo
que los densamente poblados centros mineros de Potosí y Oruro debían ser aprovisionados desde el
exterior, desde las zonas agrícolas y ganaderas circundantes.

2- Industrias de la Región del Tucumán:


Ni el Alto y el Bajo Perú podían satisfacer la demanda de los centros mineros. El ganado era
escaso por la falta de pastos y las minas consumían toda la mano de obra indígena que podía ser destinada
a la agricultura. En estas condiciones, las provincias interiores del Río de la Plata se convirtieron en
proveedoras del Alto Perú, razón ésta de toda la prosperidad que gozaban. Tucumán suministraba
algodón, cereales y carne. En Córdoba era más variada la economía: cerca de la ciudad estaban los fértiles
valles de las sierras, con suficientes cursos de agua para el regadío. Aunque no prosperó el algodón, allí se
cultivaba con relativa intensidad el trigo, el arroz, el maíz, la viña y toda clase de legumbres. Alrededor
del 1600, los cordobeses comenzaron a exportar mulas a Potosí y a mediados del siglo XVIII podía
obtenerse buenas ganancias comprando mulas jóvenes en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, se las
engordaba en Salta y luego se las exportaba a Perú.

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El camino real, que conectaba a Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy y Potosí, era
la arteria principal del comercio, (este sistema dejó aún más marginadas a dos regiones como Catamarca y
La Rioja, ya que las comunicaciones no pasaban por allí). El comercio de mulas pasaba por este camino.
Las mulas eran criadas en el litoral y en Mendoza, invernadas en Córdoba, luego llevadas a Salta donde
se las engordaba por segunda vez. En Salta se realizaba una importante feria de ganado, que llegó a reunir
de 60.000 hasta 200.000 mulas.
La contrapartida de este comercio era la venida de metales, que luego tenían salida desde el puerto
de Buenos Aires o Montevideo.
Otras industrias con las que contaba la región eran los ponchos artesanales; las maderas duras de
Tucumán, con las que se fabricaban fuertes carretas; caña de azúcar, también en Tucumán; viñedos en
Catamarca y La Rioja, con los que se hacía aguardiente.
Además, en Córdoba, Catamarca y Corrientes se fomentaron las manufacturas de distinto tipo,
como lienzos, géneros de lana y mantas.

3- Industrias de la Región de Cuyo:


La corona española prohibió la vitivinicultura en América en beneficio de la producción
peninsular, mas en la práctica existía la libertad de cultivo a pesar de la prohibición. La producción de
vino y aguardiente alcanzó un alto grado en Mendoza, San Juan, La Rioja y Catamarca.
La principal industria era la vitivinícola, que no sufrió los embates de la revolución industrial ya
que el vino artesanal posee más calidad que los comunes, por lo tanto, siempre tienen demanda. La
vitivinícola fue la primer industria de suplantación y era una de las industrias más antiguas del país.

4- Industrias de la Región del Paraguay:


Las principales producciones eran la yerba mate y el tabaco. A veces se lo mezclaba con tabaco
venido del Brasil. Otra actividad era la maderera. Existían importantes astilleros donde se hacían barcos
de gran porte en Corrientes.
En las misiones jesuíticas de Moxos y Chiquitos se producían considerables cantidades de géneros
bastos.

5- Industrias del litorial rioplatense:


Del numeroso ganado vacuno se obtenía:
- Carne, que era el alimento básico de la población
- Cuero, que constituyó la base del comercio. A nivel doméstico fue industrializado para realizar
sogas y guascas, muy necesarias para las tareas del campo y para construir sacos que permitieran
resguardar el trigo de la humedad, insectos, etc.
- Grasa, muy utilizada para cocinar.
- Sebo, para la confección de velas.
- También eran aprovechadas las crines y los cuernos del ganado vacuno.
La carne vacuna podía ser procesada en dos formas:
- Carne seca, denominada charqui o tasajo
- Carne húmeda, que generalmente era colocada en toneles para su comercialización.

B.5) LOS PUERTOS Y EL TRÁFICO EXTERIOR. LAS REFORMAS BORBÓNICAS, LOS


CONFLICTOS BÉLICOS Y LA POLÍTICA ECONÓMICA DEL RÍO DE LA PLATA

b.5.1.- Los Puertos y el Tráfico Exterior:


En el siglo XVIII, el estuario del Río de la Plata poseía 4 puertos habilitados: el de Montevideo y
Maldonado en la Banda Oriental, y el de Buenos Aires y el de Ensenada (cerca de la actual ciudad de La
Plata), en la orilla occidental.
La caída de Portobelo en 1739 fue trascendental para el proceso hacia la ampliación del tráfico
marítimo rioplatense y marcó un nuevo camino para el comercio con el Pacífico, a través del Cabo de
Hornos, ya que a partir de 1740 se permitió la navegación directa al Perú a través del Cabo de Hornos.
Buenos Aires, tradicional competidora de Lima, se fue convirtiendo en punto obligado de recalada de los
navíos destiandos al Pacífico por esta vía. Además, Buenos Aires y luego Montevideo aparecen como
trampolines para la reexportación de productos provenientes del Pacífico.

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Al desaparecer las rutas comerciales artificiales por la vía de Panamá y Lima, el consumidor
colonial podía conseguir sus efectos más directamente y más baratos. En consecuencia, se inició la
emancipación del Río de la Plata del dominio económico de Perú, acompañada por una sostenida
campaña de protestas y presiones por los mercaderes de Lima.

b.5.2.- Las Reformas Borbónicas:


Durante el gobierno de Felipe V (1700-11746) se redujeron las barreras aduaneras internas entre
los reinos constituyentes, se establecieron fábricas modelo, se protegió con derechos y subsidios la
naciente industria y se promovieron reformas en la finanza pública.
La insurreción catalana de 1705 suministró el pretexto para terminar con las inmunidades locales y
se destruyó la libertad jurídica de Aragón, Cataluña y Valencia, reemplazándose los viejos organismos de
la autonomía regional típica del sistema de los Habsburgo, por capitanías, intendencias y audiencias. Se
intensificó el absolutismo por la ausencia de todo freno institucional.
Durante el gobierno de Carlos III surgieron numerosas juntas, comisiones, institutos y sociedades
para estudiar los problemas del desarrollo económico racional. Entre éstas las sociedades económicas
semioficiales fueron las más importantes. Su finalidad era simplemente la prosperidad del país, ante todo
mediante la ciencia aplicada. Pero debido a la penetración del enciclopedismo de Francia, todo el
movimiento fue condenado por los tradicionalistas hispanos por heterodoxo y desviacionista.
El virreinato de Nueva Granada queda definitivamente establecido en 1739, cuando el desarrollo
del poderío inglés en el Caribe hizo necesaria la presencia de un jefe militar a menor distancia que Lima.
En 1731 las provincias de Venezuela ya habían sido elevadas a Capitanía General, que en 1777 se
emancipa de la dependencia de Nueva Granada. Cuba se convirtió en Capitanía General en 1764 y poco
después, la capitanía general de Guatemala se convirtió en casi autónoma del virreinato de Nueva España.
Para el norte del virreinato de Nueva España, el ministro de Indias Gálvez ideó un esquema totalmente
nuevo, creando en 1776 las Provincias Interiores de Nueva España a cuyo frente colocó a un Comandante
General, virtualmente independiente del virrey y directamente responsable ante la corona.
Sin embargo, la reforma que provocó un cambio más profundo en el orden administrativo y de
gobierno fue la creación del sistema de intendencias.

b.5.3.- La Política Económica en el Río de la Plata:


b.5.3.1. La Carrera de Buenos Aires
El Reglamento de Correo Marítimo, que en 1764 estableció un nexo continuo entre La Coruña y
La Habana, que en 1767 se amplió al Río de la Plata, a través de la "Carrera de Buenos Aires", aunque en
realidad los barcos llegaran a Montevideo. Desde allí, la carga se transportaba en embarcaciones menores
hasta Buenos Aires, empleando habitualmente la zona de Barracas o la Ensenada de Barragán. Al
principio eran 4 fragatas anuales, que luego pasaron a ser 6 en 1771, debido al gran éxito que tuvo este
sistema. Eran veloces y artilladas, siendo enviadas en forma regular. En estos barcos se llevaba
correspondencia privada y estatal, metálico, productos diversos, pasajeros, etc.
La rapidez y seguridad de estas naves, hizo que comenzaran a enviarse caudales por intermedio del
Correo Marítimo. Comienza a notarse en los registros un importantísimo volumen de plata y oro,
amonedados, en pasta o en chafalonías.
Todo esto nos señala que, antes de abrirse esta región al "libre comercio", el Río de la Plata en
1778 ya tenía establecido un contacto regular con España, que efectivamente rompió el monopolio
comercial (aunque no estableció una libertad de comercio como la que se dio a las islas del caribe en
1765). Sin embargo, no debemos olvidar que la rapidez de estos correos hacía que la capacidad de sus
bodegas no fuera muy grande.
Pronto se produce todo un reacomodamiento del flujo de información al organizarse las carreras
terrestres, que quedaban sujetas a la Administración Principal de los Correos Marítimos de Buenos Aires.
En 1771 quedaban establecidas:
- La Carrera General de Potosí que, partiendo de Buenos Aires, pasaba por Córdoba, Santiago del
Estero, Tucumán, Salta, Jujuy y Potosí. La ruta de Buenos Aires hacia el Alto Perú marchaba primero a
Santa Fe, desde donde había bifurcaciones rumbo a Asunción y hacia Córdoba. Desde Córdoba,
convertida en verdadero centro de comunicaciones con su aduana seca (desde 1623), el camino proseguía
hacia Mendoza y Santiago de Chile; o hacia Tucumán, Salta, Jujuy, Potosí, Charcas, Cuzco.
- La Carrera General de Chile que, luego de pasar por Córdoba y Mendoza, llegaba a Santiago y se
extendía hasta La Serena.
- En 1776 se suma la Carrera General del Paraguay, pero esta por vía fluvial.

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Todo esto resulta de significativa importancia para comprender no sólo el desenvolvimiento


económico sino también el político de los territorios que en un futuro constituirían el Virreynato del Río
de la Plata

b.5.3.2. La creación del Virreinato del Río de la Plata y las primeras medidas económicas de
Ceballos:
Ceballos fue el primer virrey de la región y en poco tiempo tomó dos medidas muy importantes
que van a ratificar la vigencia del virreynato en el orden económico:
- Tráfico de metales (08/07/1777): prohibe en todo el virreynato la exportación de oro y plata no
amonedado, o sea en barras (en pasta, según la terminología de la época) fuera de los límites del
virreinato, a excepción de que fuera conducido a Buenos Aires, que podía exportarlo en barra. De esta
manera, le quita al Perú el manejo de la plata de Potosí.
Ceballos ordenó que todo el metal producido en el Alto Perú fuera acuñado en Potosí, taera que
sabía imposible. Así, la aguda escasez de moneda junto con las restricciones sobre el metal en barras
bastaron para paralizar el tráfico entre el bajo y el alto Perú y modificar el curso de la corriente de metales
preciosos desde Lima a Buenos Aires.
- Acta de libre internación (11/07/1777): Ceballos determina la libertad de intercambio entre
Buenos Aires y las provincias del interior del virreinato, inclusive las del Alto Perú y Chile. En realidad
esta fue una verdadera extensión de la libertad de comercio ya que permitía el ingreso de las mercaderías
al interior del virreynato, incluso de aquellas provenientes del exterior y fue un adelanto a una medida
real del 02/02/1778 por la cual se integraba al Río de la Plata al sistema de libre comercio.

b.5.3.3. El Reglamento de Comercio Libre y sus antecedentes


Finalmente, el 2 de febrero de 1778, el reglamento de libre comercio de 1765 fue ampliado para
incorporar al Río de la Plata, Chile y Perú. Esto se hizo bajo el pretexto de que al no pertenecer más la
Colonia del Sacramento a Portugal, ya no existía la causa principal que motivó la prohibición de
comerciar con el Perú a través del estuario del Plata.
Pocos meses después, el 10/12 de ese año es sancionado el "Reglamento y Aranceles Reales para
el Comercio Libre de España y las Indias", que abre al comercio 9 puertos mayores entre ellos Buenos
Aires y Montevideo
Sin embargo, este reglamento permitió la vinculación comercial entre varias regiones
latinoamericanas. Por ejemplo, el Río de la Plata se vinculó con Cuba, que había transformado su
tradicional economía ganadera en una de cultivos. Por esto necesitaba gran cantidad de mano de obra
esclava, que necesitaba ser alimentada. Entonces, el Río de la Plata encontró una salida para sus carnes y
esto permitió el desarrollo de los saladeros. De Cuba se traía aguardiente (caña), azúcar, café, algodón,
pero todos estos productos también se producían en el Brasil, lo que complejizaba el panorama.
La apertura de febrero de 1778 y el reglamento de octubre motivaron de inmediato medidas
complementarias. A la aduana de Buenos Aires, se le sumó en febrero de 1779 la de Montevideo.

b.5.4.- Los conflictos bélicos:


b.5.4.1. La guerra de 1779 y el tráfico neutral portugués
La participación de España en la guerra de independencia norteamericana hizo que el Reglamento
de 1778 prácticamente no pudiera ser aplicado. Los efectos de la guerra se hicieron sentir rápidamente y
para mantener el comercio, se tuvo que recurrir a convoyes escoltados con naves artilladas y a la
intermediación de una nación neutral, Portugal, para que a través de sus buques se pudiera continuar
realizando los intercambios con la península ibérica.
Si bien la navegación en convoy representaba cierta seguridad frente a la posibilidad de ataques
ingleses, el sistema era pesado y no respondía a las espectativas de los comerciantes. De ahí que en los
últimos meses de 1781 comience a darse una serie de permisos para navegar en forma independiente,
aunque con la obligacióñ de cargar solamente frutos y efectos regionales. Además, en febrero de 1781
también se recurrió al sistema de transportar mercaderías y metálico a España por la vía de Portugal. De
esta forma, pronto se dieron dos tipos de tráfico neutral:
- El Informal: al margen de las leyes, generalmente el comercio se realizaba bajo el sistema de
"arribadas forzadas" de barcos portugueses supuestamente averiados o en peligro de hundimiento.

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- El Formal: en este, la corona española expedía autorizaciones especiales para traficar al amparo
de la bandera lusitana, lo que otorga legalidad a este comercio. Los permisos tienen como denominador
común la utilización del pabellón neutral con la finalidad de ocultar la verdadera pertenencia de la
carga y su destino. Cada barco debía tener una autorización especial para comerciar.
Pese a todo esto, la neutralidad lusitana debía ser tomada con cautela, debido a la tradicional
alianza que ligaba a Portugal e Inglaterra. Sin embargo, este fue un momento muy importante en la
organización y afianzamiento de los vínculos económicos entre portugueses y españoles, para sentar las
bases del desenvolvimiento que tendrá lugar con la implementación del libre tráfico negrero y el comercio
por vía de ensayo con colonias extranjeras.
El fin de la guerra en 1783 debía traer la implementación del Reglamento de Libre Comercio y el
fin del tráfico de neutrales, tratando de terminar con las actividades clandestinas de los portugueses. Sin
embargo, durante 1783 todavía se da una presencia masiva de naves portuguesas. Por esto, pese a la
tradición del derecho de gentes y de ayuda humanitaria, en 1784 se resuelve eliminar todo tipo de permiso
de arribadas, aún cuando verdaderamente una embarcación sufriera el riesgo de hundirse. Todo esto se
hizo debido al renacimiento del pensamiento utópico, de la esperanza de romper los vínculos económicos
ilegales con las posesiones portuguesas del Brasil.

b.5.4.2. El Libre Tráfico de Negros y el Comercio por Vía de ensayo con Colonias Extranjeras
La finalización de la guerra con Inglaterra fue fundamental para el Río de la Plata, que pareció
despertar al tráfico con España, aprovechando las reglamentaciones del comercio libre de 1778, hasta el
punto que el comercio de esta región llega a constutuir el 12% del total negociado entre las colonias
americanas y España. Este comercio se dio a través de tres rutas:
- La ruta de Cádiz
- La ruta del mediterráneo español, con puertos catalanes como Barcelona y Málaga
- La ruta del Noroeste cantábrico, con puertos gallegos como La Coruña, Vigo, Santander y Gijón
Sin embargo, pese a la existencia de una balanza comercial netamente favorable al Río de la Plata
en sus intercambios con la Península, debemos tener en cuenta que en las cifras de las exportaciones se
incluía la plata y el oro quie salían por el puerto de Montevideo, conjuntamente con los "frutos" de esta
región. A todo esto se suman las reexportaciones por el Atlántico de productos como el cacao de
Guayaquil, la cascarilla y el cobre chileno. La exportación de productos del mar también se hacía presente
en los envíos a la Península, por medio de la Real Compañía Marítima.
La convergencia de la paz con la plena vigencia del Reglamento para el Comercio Libre provocó
una verdadera avalancha de importaciones y exportaciones, de ahí que en poco tiempo, la imprevisión y
el ansia de lucro provocaron la saturación de los mercados y el desencadenamiento de una severa crisis en
1787, que en el Río de la Plata se manifiesta en 1788 y 1789. Los precios sufrieron los efectos de la
competencia y de la necesidad de lograr ventas. Todo esto provocó una gran cantidad de quiebras de
empresas comerciales.
Con la llegada al trono de Carlos IV, se dan una serie de disposciones reformistas importantes
como el Libre Tráfico de esclavos en 1789 y el comercio "por vía de ensayo" con colonias extranjeras.
En 1791 se extiende el Libre Tráfico de Negros al Río de la Plata, que no va a estar relacionado
con una autorización especial como la de los asientos. En general se prefería traer esclavos desde Brasil y
no de Africa, que, pese a que eran traídos desde un lugar más cercano, eran más caros debido a que ya
estaban adaptados a América y no debían pasar por la gran mortandad en los buques de esclavos traídos
de Africa.
En 1795 se da otra resolución importante, que es la autorización del comercio con colonias
extranjeras, denominado "Comercio por vía de ensayo con colonias extranjeras". Se denominaba por vía
de ensayo para resaltar su carácter experimental, que luego adquirió carácter permanente. En el caso del
Río de la Plata, esta medida estaba claramente relacionada con el comercio con la colonia portuguesa de
Brasil.
La recuperación de la crisis de 1787 provocó un importante movimiento mercantil con la
Península, que culmina con la guerra de 1796.

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b.5.4.3. El Tráfico de Neutrales de 1797:


La nueva guerra con Inglaterra, desatada en 1796 sacudió las bases del intercambio imperial
español y provocó fuertes transformaciones en el tráfico colonial y una tremenda estagmación del
comercio. Tanto la acción de la armada inglesa como los corsario afectaron duramente el comercio de
ultramar. La flota inglesa bloqueó muchos puertos españoles, principalmente Cádiz. Entonces se buscan
nuevas soluciones para mantener el comercio, de allí que los mismos comerciantes de Cádiz solicitaran al
rey que se les concediera autorización para recurrir al tráfico de neutrales.
Entonces, en 1797 se autoriza como recurso extraordinario que se hicieran expediciones en buques
neutrales desde puertos españoles o extranjeros que mantuvieran neutralidad, lo que se denomina el
"Tráfico de Neutrales" para toda América. Sin embargo, había una claúsula que no se cumplió: era la que
obligaba al retorno de los barcos que realizaran este comercio a los puertos peninsulares.
Inmediatamente aparecen en el Río de la Plata (principalmente en el puerto de Montevideo)
buques norteamericanos, portugueses, genoveses, prusianos, daneses, hamburgueses e incluso otomanos.
Esto era una liberalización general, ya que además no era necesaria la autorización para cada uno de los
barcos mercantes. Todas estas medidas permitieron que se abriera el Río de la Plata a un amplio tráfico
internacional, en el que participaron activamente comerciantes y navieros de diversa nacionalidad.
Sin embargo, el nuevo movimiento promovía una seria competencia con quienes ejercitaban sus
transacciones al amparo de las normas tradicionales, por lo que surgieron una serie de impugnaciones
tendientes a trabar esta apertura, que a su vez trajo los siguientes problemas:
- Incremento del contrabando al amparo de los permisos otorgados para el comercio con
extranjeros.
- El incumplimiento del retorno obligado a la Península, que desvirtuaba la propuesta gaditana
para la instalación del tráfico de neutrales.
- La introducción de manufacturas del enemigo inglés, al amparo del nuevo sistema.
Esta autorización había sido concebida para posibilitar un adecuado tráfico con la Península. De
ahí que, ante la falta de retorno obligado y la ilegalidad de muchas operaciones comerciales, el Consulado
de Cádiz solicitara la anulación del tráfico de neutrales, que logra en abril de 1799. La repercusión fue
grande y en el ámbito rioplatense se afectó no sólo a los comerciantes incorporados al nuevo sistema sino
también a la polbación que sufría las consecuencias de una contienda originada en Europa y soportada en
América. Aquí también se enraizan los problemas generadores del clima revolucionario que estallará a
fines de la primera década del siglo XIX.
Ni las condiciones externas ni las internas estaban dadas para abandonar un servicio que venía a
paliar las restricciones impuestas por la guerra y que, como sistema, era promovido ideológicamente opr
la nueva corriente librecambista. De allí que, bajo diversos pretextos, muchos navíos fueran aceptados
debbido a la actitud complaciente de algunos altos funcionarios.
La reimposición de restricciones llevó de inmediato a la búsqueda de formas colaterales de
evadirlas. Una de ellas fue simular la nacionalización del navío que transportaba la mercadería y el
cambio de objetivo y ruta una vez despachado el barco.
Todo esto evidenció que la situación de las colonias y en particular del Río de la Plata requería una
actitud más complaciente respecto al tráfico exterior. Por ello, la corona otorgó permisos especiales y en
septiembre de 1801 odenó el retorno al comercio con neutrales, aunque termianda la guerra angloespañóla
en 1802, teóricamente el sistema impuesto para la coyuntura debió cesar nuevamente. Efectivamente, el
interregno de paz de 1802 a 1804 mostrará una gran reactivación del tráfico del Río de la Plata con
España, aunque permanece una asidua presencia de naves extranjeras.

b.5.4.4. La españolización y portuguización de navíos:


- La guerra de 1796 y la españolización de navíos:
Uno de los artículos del Reglamento de libre comercio de 1778 establecía que todos los navíos
destinados al tráfico con América debían pertenecer enteramente a vasallos de la corona española, sin la
participación de extranjeros. Pero como enseguida estalló la guerra con Inglaterra, la corona tuvo que
adoptar medidas de emergencia, dentro de las cuales se encontraba el uso de naves neutrales con pabellón
portugués.
La españolización consistía en una operación de traspaso del dominio de una embarcación, con el
consecuente cambio de bandera y de matrícula. El motivo de esta medida era tratar de incrementar la flota
española a través de la compra de navíos extranjeros, cambiándoles la nacionalidad.

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Sin embargo, pronto se generaron ilicitudes al amparo de medidas promotoras del comercio como
las que incentivaban la adquisición de navíos con el objeto de incrementar la flota mercante española. Se
dieron muchos casos de embarcaciones que pasaban por portuguesas en Brasil y por españolas en el Río
de la Plata. El comprador y el vendedor se ponían de acuerdo para defraudar a la corona española, por lo
que el "comprador" español actuaba como testaferro del "vendedor" extranjero, prestando su nombre
como nuevo propietario del navío. Si hubieran estado en el puerto de Buenos Aires todos los barcos
comprados, éste se hubiera encontrado abarrotado.
Al españolizar un navío, el 50% de la tripulación debía ser española, pero luego, al llegar a otros
puertos, la misma era bajada.
En el caso de los navíos nacionalizados con el objeto de realizar el tráfico con el Brasil, era
habitual que los navíos comprados no desaparecieran luego de hacer sus primeras incursiones, como sí
ocurría con los navíos "comprados" a los norteamericanos o a otras naciones. Particularmente entre 1796
y 1805 se registraron gran cantidad de españolizaciones, siendo su justificativo principal el destinarlas al
comercio negrero.
Se implementaron muchas medidas protectoras que generaron contradicciones en más altos niveles
gubernamentales. Mientras que por una resolución de 1793 se autorizaba que la tripulación de barcos
negreros debía ser en un 50% extranjera, otra de 1798 se permitía la totalidad de la tripulación de las
embarcaciones fuera extranjera.
- La guerra de 1804 y la portuguización de navíos:
Al reanudarse la guerra en diciembre de 1804, el poderío naval inglés se había incrementado y el
Río de la Plata sintió sus efectos. De allí la trascendencia de la reanudación del tráfico con neutrales y la
recurrencia a medidas de excepción como la "portuguización de navíos". Sin embargo, la limitación del
tráfico con la península no significó un estancamiento como el de 1797 para el Río de la Plata. Ya se
había ido montando toda una estructura para mantener los vínculos con el comercio internacional, cada
vez más activo. En 1805 y particularmente 1806 se incrementaba nuevamente la presencia de navíos
extranjeros, con procedencia y destino hacia los más diversos puertos del mundo.
A diferencia de la españolización, donde el Estado español trataba de regularizar la situación de los
barcos comprados en el exterior, a través de la portuguización la corona promovió el uso de
documentaciones falsas para dar seguridad al tráfico y mantener abiertas las vías comerciales. Ya no se
trataba de emplear barcos portugueses en calidad de neutrales, sino de dotar a navíos españoles de patente
y bandera portuguesa, con el objeto de proteger no sólo a la embarcación, sino también la carga. Se
trataba del ocultamiento de la pertenencia del navío para evitar su apresamiento. El Virrey Sobremonte
autorizó el uso masivo de la portuguización, con el objeto de resguardar el comercio exterior y los
vínculos económicos con el Brasil. Esta medida recibió la aprobación real en agosto de 1806. Las
autoridades tomaron distintas medidas para acabar con el contrabando, aplicando tanto medidas muy
duras como el indulto a los contrabandistas, según las distintas tentativas. A veces, los funcionarios que
aplicaron estrictamente el cumplimiento de las leyes, fueron luego sancionados y castigados, como en el
caso del Virrey del Pino.
Con las portuguizaciones se incrementaron las relaciones comerciales luso-hispanas,
particularmente dando continuidad al tráfico con colonias extranjeras. Mientras tanto, los norteamericanos
lograron una influencia cada vez más notoria y en 1806 prácticamente habían monopolizado el tráfico
entre Montevideo y La Habana.

b.5.4.5. Las invasiones inglesas, la guerra contra Francia y sus consecuencias:


Un nuevo acontecimiento vino a complicar la situación rioplatense: las invasiones inglesas. La
nueva colonia inglesa del Cabo de Nueva Esperanza sirvió de trampolín para las invasiones. Entre junio y
agosto de 1806 se produjo una ocupación que dejó profundas huellas en esta región. El 12 de agosto, con
apoyo de fuerzas de Montevideo, los invasores fueron expulsados de Buenos Aires, que entonces
decidieron bloquear el Río de la Plata, hasta que en marzo de 1807 logran apoderarse de Montevideo.
Esto provocó un gran deterioro en los vínculos económicos con la Península. En julio intentaron
nuevametne apoderarse de Buenos Aires pero fueron nuevamente derrotados y como consecuencia de su
rendición, tuvieron incluso que retirarse de Montevideo
En junio de 1808, Francia invadió la Península Ibérica. Esto provocó que Inglaterra se
transformara en la gran aliada. A partir de entonces volvió a implementarse el tráfico con España gracias
al libre tránsito por los mares para los buques españoles, que permitieron los ingleses.

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A los problemas internacionales se sumó el enfrentamiento entre Buenos Aires y Montevideo,


originados en una competencia económica y política. Esto se agudizó con el permiso que se dio el 2 de
noviembre de 1809 a los buques de naciones aliadas y neutrales para que pudieran comerciar con Buenso
Aires, sujetos a las mismas formalidades que los españoles. Buenos Aires se convierte así en la base del
movimiento mercantil vinculado al extranjero, mientras que Montevideo mantuvo fuertes lazos con
España.
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TEORÍA DE LA HISTORIA:
∙ La Historia y el Espacio:
La Historia es el estudio de los hechos del hombre, en el tiempo y en el espacio. Se da una especie
de continuidad y contigüidad de los espacios:
1- El espacio terrestre
2- El espacio marítmo
3- El espacio subterráneo: la legislación española plantea que el Estado es dueño del subsuelo, a
diferencia de la anglosajona.
4- El espacio subacuático: ¿Quién protege este espacio en aguas internacionales? ¿Quién establece
las normas?
5- El espacio aéreo
6- El espacio extraterrestre

∙ Planos de la Historicidad: son los siguientes:


- Lo histórico: es el plano de lo que pasó, el pasado humano susceptible de ser reconstruido
- Historia: es el plano de la reconstrucción de lo histórico
- Historiología: es el plano de la interpretación de lo histórico a partir de su reconstrucción
- Metahistoria: son las especulaciones que se realizan sobre la base de la historia.

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