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Pidiendo la información
Todos los organismos públicos que están sujetos a esta Ley deben tener a la vista en sus
portales web un banner de acceso a la sección de transparencia y/o un banner directo a la
opción “Solicitud de información”. Para solicitar información vía formulario online
tenemos que buscar esta opción en el organismo al que queremos hacerle la consulta,
ingresar y seguir los pasos para completar nuestra solicitud.
Los organismos sujetos a esta Ley pueden ser:
Asociaciones Municipales
Corporaciones Municipales
Empresas Públicas
Fundaciones
Ministerios y Presidencia
Municipalidades
Organismos con autonomía constitucional (como el Tribunal Constitucional y el
Poder Judicial)
Organismos con autonomía legal (como el Consejo para la Transparencia)
Universidades
Así como cada una de estas instituciones cuenta con su banner para ir a la sección de
transparencia, también existe un sitio en el que se centraliza toda esta información. Ese
sitio es el “portal de transparencia”. Un sitio muy útil para nosotros.
En este sitio podemos encontrar toda la información respecto de la Ley 20.285, cuáles son
los requisitos, datos sobre cómo se hace una solicitud, cómo realizar reclamos por
incumplimiento y la jurisprudencia del Consejo para la Transparencia (CPLT), entre otras
cosas. Pero lo más importante es que nos permite acceder al directorio de organismos
sujetos a la Ley de Transparencia y, desde ahí, realizar nuestras solicitudes.
Esto nos facilita la búsqueda del portal indicado, ya que para llegar a él ingresamos al
Portal de Transparencia, vamos a la opción “Directorio de Organismos”, elegimos la
opción (por ejemplo, Ministerios) y luego de eso podemos elegir el ministerio para
finalmente seleccionar el servicio puntual al que queremos hacer la solicitud.
Sin embargo, no todos los organismos piden esta información. A nivel internacional se
está pidiendo que los Estados no exijan tanta identificación, ya que se entiende el derecho
a la información como un derecho universal, por lo que sería innecesario tener
identificado con exactitud quién es el solicitante. Se está pidiendo que baste con indicar
una dirección de entrega.
Según el Artículo 13, en caso de que el organismo requerido no sea competente para
ocuparse de la solicitud de información o no posea los documentos solicitados, es decir,
en caso de que nos equivoquemos de organismo, será el mismo organismo el que enviará
de inmediato la solicitud a la autoridad que corresponda, informándonos debidamente de
ello. Si no se identifica a la institución responsable, también se nos informará en el plazo.
Muchas veces esto no sucede. Hay ocasiones en las que el organismo se toma los 20 días
hábiles para al final respondernos: “la información no pertenece a este organismo” o “no
existen dichos registros” o “la solicitud es poco clara” o “por ley estamos incapacitados
para entregar dicha información”. En esos caso, si es que el organismo no deriva la
solicitud, tendremos que hacer tooooda la solicitud de nuevo y esperar denueeeevo los 20
días hábiles (a veces es más de un mes).
Para evitar estas situaciones tenemos que crear solicitudes a prueba de fallos. Es decir,
solicitudes redondas y completas que no den pie a equivocaciones o problemas de
disponibilidad…
Debemos tener claro los datos que vamos a solicitar o al menos la información que
necesitamos para satisfacer las exigencias de nuestro reportaje o investigación.
Para esto tenemos que preguntarnos lo que queremos y, cuando lo respondamos con
claridad, identificar el ámbito en el que estamos trabajando, la temática puntual y las
variables que podrían componer una posible base de datos.
Una vez que tenemos claro lo anterior, tenemos que pensar dónde podrían estar esos
datos o qué organismo debiese tener la responsabilidad de medir esta realidad.
Esto es complejo. Como ciudadanos no tenemos idea si es que lo que queremos está o no
en los registros de la Administración Pública.
Una vez que tenemos definido el tema (con el subtema específico que abordaremos y los
datos necesarios), el organismo al cuál tenemos que solicitar los datos y estamos seguros
que existe esta información, debemos establecer un período de tiempo para realizar
nuestro análisis. El período de tiempo puede ser cierta cantidad de días, un mes, un año,
cinco años, diez, veinte o lo que nosotros queramos. Pero es importante que lo definamos
claramente.
Pocas veces estamos 100% seguros del período de tiempo que nos conviene analizar.
Quizá, sin darnos cuenta, nos encontremos con datos importantes fuera del período que
establecimos originalmente. Por eso, aquí es recomendable tomar un período de tiempo
lo más amplio que podamos.
Junto con entender el tema y los datos específicos que necesitamos, tenemos que
identificar qué elementos componen esta información para hacerla completa.
Por ejemplo: Si queremos saber “cuánto ha destinado el Estado chileno a subsidios
habitacionales en los últimos cinco años” nuestras variables serían:
Período temporal (“últimos cinco años”)
Espacio/Territorio (chile/estado chileno)
Ítem medido (subsidios habitacionales)
Valor de medición (montos subsidios – pesos chilenos)
De esta manera estamos identificando los distintos niveles que componen este conjunto
de información y al mismo tiempo hacemos un importante ejercicio de comprensión del
trabajo que vamos a hacer y la relación entre las distintas variables.
Una vez que tenemos claros los elementos que componen la información que
necesitamos, tenemos que traducirlos en variables. Es decir, tenemos que identificar qué
tan desagregada queremos la información y que variables tenemos que definir para
obtenerla así de diseminada.
Siguiendo con el ejemplo anterior, supongamos que lo que queremos saber es: “cuánto ha
destinado el Estado chileno a subsidios habitacionales en los últimos cinco años, mes a
mes y por cada región del país”. En este caso, nuestras variables serían:
Año
Mes
Región
Tipo de subsidio
Monto asignado en pesos chilenos
Así nos aseguramos de recibir una base de datos con cinco columnas bien definidas; una
para cada variable. De esta forma, además, podemos hacer cálculos reales sobre los datos
recibidos. Por ejemplo: Hacer sumas por región o por tipo de subsidio, identificar
promedios regionales, etcétera.
7. Definir formato
Tenemos que dejarle claro al organismo que lo que queremos es una base de datos para
hacer cálculos; un archivo modificable y que pueda ser leído por software de análisis de
datos. ¡No nos sirve un pdf! No nos sirve un decreto o un presupuesto impreso en papel.
Necesitamos la BBDD.
Por eso, es importante dejarlo claro en nuestra solicitud, tipo: “solicito la información en
una planilla de datos tabulada por columnas, idealmente en formato Excel”.
8. Especificar formato o variables sustitutas
MAL EJEMPLO
Solicito:
Subsidios habitacionales entre el 2010 y el 2015.
¡Gracias!
BUEN EJEMPLO
“Solicito:
Esta persona, en cambio, recibirá una base de datos con cinco columnas, tal como lo
solicitó. Esta persona será una persona feliz