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KEFIR

El kéfir es originario del este de Europa y suroeste de Asia y su nombre procede de la palabra
turca keyif, que significa “sentirse bien” después de comer.

El kéfir es el nombre con el que se designa tanto al conjunto de microorganismos que se


utiliza para elaborar el kéfir como a la propia bebida de kéfir.

Los tibicos popularmente conocidos como kéfir de agua, son una mezcla
de bacterias y levaduras que se encuentran en una matriz de polisacáridos creada por bacterias.
Así como con los granos de kéfir (búlgaros), los microbios presentes en los tibicos actúan
en simbiosis para mantener un cultivo estable, semejantes a masas gelatinosas compactas de color
blanquecino o amarillento, translúcidas u opalescentes de forma irregular y tamaño variable. Los
tibicos pueden fermentar en diversos líquidos azucarados, alimentándose del azúcar para
producir ácido láctico, etanol y dióxido de carbono, lo que hace que el agua esté carbonatada.

MICROORGANISMOS
Los tibicos típicos tienen una mezcla de Lactobacilos, Estreptococos, Pediococos y Leuconostoc con
levaduras Saccharomyces, Candida, Kloeckera y posiblemente otras. El Lactobacillus brevis ha
sido identificado como la especie responsable de la producción del polisacárido dextrano que forma
los granos y que está dispuestos en dos capas. La capa externa es compacta y en ella se
encuentran embebidas bacterias y levaduras, mientras que la interna presenta una estructura
esponjosa debido a la acumulación de CO2 producido durante la fermentación.
ORÍGENES E HISTORIA
El origen de los tíbicos como producto medicinal ancestral se basa a través de los conocimientos de
los Monjes del Tíbet.
El descubrimiento de estos hongos provienen de una maravillosa leyenda del siglo XII, esta dice que
un día cuando los monjes estaban en el bosque recolectando frutos para alimentarse, vieron a un
oso agonizante, el cual estaba frotándose y comiendo una mucosidad proveniente de la orilla de un
árbol. Lo que más les llamó la atención es que luego de unos días vieron que el oso había mejorado
como por efecto de un milagro. A causa de esto, los monjes investigaron este producto de la
naturaleza, detectando que este probiótico se cultivaba y desarrollaba con humedad y formas de
azúcar encontrada a través de vegetales y frutos. El uso de esta bacteria se utiliza hasta nuestros
días para mejorar enfermedades de monjes y gente de los pueblos de todo Asia que utilizan la
medicina tradicional del oriente.
Otros antecedentes más actuales también denominan estos hongos como descubiertos en el
Cáucaso y Bulgaria en el caso de Europa, Japón en contraposición al origen Chino e incluso México
como denominación de origen en el continente Americano.

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MICROBIOLOGIA BONDADES Y APLICACIONES DEL KEFIR
PROPIEDADES DE LOS HONGOS TIBICOS

Los hongos tibicos son los encargados de producir la preparación comúnmente conocida
como kéfir, una bebida probiótica con alto contenido de levaduras y bacterias beneficiosas para el
sistema digestivo e inmune. Estas preparaciones se realizan colocándolas en un medio líquido (agua
o leche) y siendo alimentados con azúcar, del mismo modo que alimentamos la levadura con azúcar
para levar panificados.

El kéfir preparado con hongos tibicos contiene minerales y vitaminas como fósforo, magnesio,
calcio, vitaminas B, vitamina C y vitamina K, además de aminoácidos para formar proteínas. A su vez
son una gran fuente de antioxidantes y bacterias saludables que contienen cumplen una
importantísima función para el correcto funcionamiento del sistema inmune: ayudan a mantener en
óptimo estado la flora intestinal, fundamental para evitar enfermedades y para tener una buena
absorción de nutrientes.

Además de estimular el organismo para tener una excelente salud intestinal, los preparados de
kéfir con hongos tibicos se utilizan específicamente para ayudar en dolencias como:

 Dolores de cabeza y migrañas


 Insomnio
 Mareos
 Prevención de problemas cardíacos
 Control de los niveles de colesterol
 Destrucción de cálculos
 Prevención de metástasis
 Fortalecimiento de bronquios y pulmones
 Cura de asma, reducción de flema y tos
 Regulación del peso corporal
 Herpes
 Cataratas
 Inflamaciones
 Eliminación de toxinas
 Diarrea
 Salud de arterias y venas

CÓMO USAR LOS HONGOS TIBICOS

Los hongos deshidratados puedes conseguirlos en tiendas especializadas de alimentos naturales,


aunque también puedes obtenerlos de una persona que cultive estos hongos. Al realizar kéfir,
regularmente los hongos comenzarán a multiplicarse naturalmente, lo que los hace óptimos para ser
compartidos.

Para preparar kéfir, necesitarás: 1 litro de agua o leche, 250 gramos de hongos tibicos y 250
gramos de azúcar (integral es mejor, pero puedes usar también azúcar blanca o morena). Utiliza
utensilios de plástico o madera para revolver -nunca de metal- y un recipiente únicamente de vidrio o
plástico.

Disuelve el azúcar en el agua y luego agrega los hongos, revolviendo ligeramente. Cubre con una
gasa fina y deja reposar entre 24 a 72 horas. Cuanto más tiempo pase menos dulce será la bebida,
pero más gasificada será por causa de la activación de las levaduras y bacterias. Durante el proceso
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puedes agregar unas rodajitas de jengibre o un poco de bicarbonato al agua para acelerar el proceso
de formación de burbujas. Cuando lo creas conveniente cuela los hongos. Si no vas a utilizarlos para
preparar otra bebida en ese mismo momento consérvalos en un frasco con agua y azúcar en el
refrigerador. Es probable que cada vez que prepares kéfir, los hongos tibicos se vayan
multiplicando.

Puedes agregar a cada botella de kéfir que prepares sabores naturales como pasas de uva, frutos
disecados (duraznos, peras) o una cucharadita de extracto natural de vainilla. Agrega estos
elementos al principio de la preparación y retíralos al colar los hongos.

USOS, BENEFICIOS Y PROPIEDADES


Entre los múltiples beneficios de los hongos tibetanos a la salud podemos encontrar la capacidad de
aliviar y mejorar varios sistemas de nuestro organismo, desde músculos y articulaciones hasta el
sistema endocrino. Entre sus beneficios podemos encontrar alivio y/o mejora para cefaleas,
infecciones estomacales, infecciones urinarias, artritis, reducción de peso, diabetes, además de
ayudar a aliviar molestias del estomago, problemas de cansancio, estrés, ansiedad y crisis de
pánico. Si deseas conocer en más detalle las propiedades de los tíbicos, puedes ver nuestro artículo
al respecto
CONTRAINDICACIONES Y EFECTOS SECUNDARIOS DE LOS HONGOS TIBETANOS O
TÍBICOS, MANIPULACIÓN Y PREPARACIÓN CORRECTA
No olvidemos que los hongos tibetanos o tíbicos, son una mezcla de bacterias que crecen a través
de la fermentación de un cultivo estable de probióticos por lo cual es muy importante hacer la
preparación de los hongos de manera correcta.
La limpieza al manipular los tíbicos y el líquido que debemos beber es sumamente fundamental.
Una mala manipulación puede comprometer nuestro organismo frente a infecciones estomacales
que pueden provocar afecciones a otras parte del organismo.
PERSONAS CON DIABETES
Un punto muy importante es el uso de estos hongos en personas con diabetes, cualquiera sea su
nivel.
PERSONAS CON PROBLEMAS ESTOMACALES
En personas con problemas de gastritis y/o úlceras estomacales, los tíbicos pueden provocar
muchos malestares al comenzar el tratamiento, sin embargo, su uso prolongado puede mejorar las
dolencias y malestares a través de sus propiedades de limpieza del sistema digestivo y cicatrización
de heridas internas. Muy importante en personas con estos problemas es probar con dosis más
pequeñas al iniciar el tratamiento; consumir medio vaso de líquido de hongos al día, sólo después
del desayuno. Una vez vean una mejora o alivio de malestares consumir un vaso completo al día.

BEBÉS Y MENORES DE EDAD


No recomendamos el consumo de estos hongos en bebés y/o lactantes, sin excepciones. Para
menores en edad, igualmente el consumo no es recomendable, aunque pueden existir excepciones
en niños enfermos de edad cercana al desarrollo completo. Estos organismos limpian el cuerpo a
nivel completo y pueden provocar malestares y problemas que entorpezcan el crecimiento natural de
un niño en desarrollo. En niños que usan tíbicos, es deber de los padres controlar el consumo.

EMBARAZADAS
No se recomienda el consumo en mujeres embarazadas, en etapa de lactante o nodrizas.

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