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Introducción
Esta indefinición acarrea ciertos problemas para los casos en que las sentencias
revisadas sean absolutorias: ¿Cómo podemos garantizar el doble conforme si no hay
reenvío? ¿No habría una violación del ne bis in idem en caso de que se retroceda a
etapas precluidas para que se dicte un nuevo pronunciamiento en perjuicio del
imputado?
Tanto el nuevo CPPN aprobado por ley 27.063 que aún no ha entrado en
vigencia3, como su proyecto de reforma4, plantean diversas soluciones que corresponde
analizar.
1
Artículo 470 del CPPN
2
Artículo 471 del CPPN
3
Su aplicación fue suspendida por el Decreto Nº 257/2015
4
Presentado al Congreso por el Poder Ejecutivo en septiembre de 2016 en el marco del Programa
“Justicia 2020”.
1
El recurso de casación previo al fallo “Casal”
La casación penal tuvo sus orígenes en la Revolución Francesa y fue creada con
el objeto de que la cámara ejerciera un control respecto de la interpretación de las leyes
que eran emanadas de la legislatura. Este fin eminentemente político encontraba su
explicación en que la flamante burguesía, que ya comenzaba a ejercer el poder sobre el
parlamento, desconfiaba de la interpretación que pudieran hacer de ellas los jueces
aristócratas que aún se mantenían en sus puestos.
Siguiendo la tradición francesa, en nuestro país fue creada como una institución
compleja compuesta por un tribunal y un recurso, los cuales fueron concebidos para
asegurar la unidad del derecho objetivo a través de la unificación de la interpretación
jurisprudencial (finalidad política o extraprocesal de la casación) y posibilitar ese
control al otorgar al agraviado un medio de impugnación para lograr la eliminación de
una sentencia jurídicamente errónea que la perjudica (finalidad procesal de la
casación).5
En primer lugar, esta exigencia trae la dificultad de tener que dilucidar entre
cuestiones de hecho y de derecho -si es que esta distinción efectivamente existe y es
posible hacerla con precisión- y por otro lado, supone una limitación en perjuicio del
interés individual a que sean revisados todos los casos planteados que, como ya se
divisaba en aquél entonces, no respondía más que a los resabios de aquella finalidad
política con la que había sido concebido el recurso.7
5
Daniel R. Pastor, “La nueva imagen de la casación penal”. Editorial Ad-Hoc. Buenos Aires, Primera
edición, octubre de 2001, pág. 12.
6
Jorge R. González Novillo y Federico G. Figueroa, “El recurso de casación en el proceso penal”. Editorial
Ad-Hoc. Buenos Aires, Segunda edición actualizada y ampliada, junio de 2001, pág. 11.
7
Daniel R. Pastor, “La nueva imagen de la casación penal”. Editorial Ad-Hoc. Buenos Aires, Primera
edición, octubre de 2001, pág. 14.
2
enjuiciamiento y de la inmediación y concentración de la actividad de quien dicta la
resolución.8
8
Daniel R. Pastor, “La nueva imagen de la casación penal”. Editorial Ad-Hoc. Buenos Aires, Primera
edición, octubre de 2001, pág. 169.
9
Fallo “Jáuregui” de la CSJN (311:274).
10
Artículo sustituido por art. 2° de la Ley N° 23.774 B.O. 16/4/1990.
3
de esa norma y la posterior reforma constitucional del 94’ ya mencionada, mantener esa
postura violaba las responsabilidades internacionales que había asumido la Argentina.
Entonces, para dar cumplimiento a las disposiciones que emanaban del citado
fallo, se planteó el interrogante de si sería necesaria la creación de un nuevo recurso de
carácter amplio y ordinario que pudiera revisar sentencias con las menores limitaciones
posibles, o si simplemente se readecuaría uno ya existente a estas nuevas exigencias.
Ello último fue lo que ocurrió con el de casación a partir del fallo “Casal”.
11
Marcelo A. Solimine y Jorge D. Pirozzo, “Recursos y otros remedios para el control de las decisiones de
jueces y fiscales”, Editorial Ad-Hoc. Buenos Aires, primera edición, agosto de 2008, pág. 157.
12
Ídem 11.
4
Ahora bien, esta modificación en materia recursiva que sin dudas significó un
avance hacia el ideal de debido proceso legal, trajo consigo un problema de
indeterminación que es el que motiva la elaboración del presente trabajo.
Así las cosas, al no haber lineamientos que surjan del ordenamiento procesal, la
decisión acerca de si la sentencia debe ser casada positiva o negativamente resulta
discrecional por parte de los jueces intervinientes. En consecuencia, los criterios podrían
ser de los más diversos, pudiendo vulnerar así el principio de igualdad para cuando
mismos supuestos generen diferentes soluciones.
Ante una sentencia absolutoria anulada, ¿sería preferible que proceda el reenvío
para que el imputado pudiera tener un nuevo recurso ante la casación? ¿Sin embargo
ello no traería problemas de ne bis in idem? Aún más grave, ¿cómo podría garantizarse
el doble conforme si la casación fuese positiva?
En cualquier caso, que ello no se encuentre determinado por ley con un criterio
uniforme para cada uno de estos supuestos, genera una situación de inseguridad jurídica
y podría dar lugar a resoluciones injustas.
13
Conforme artículos 470 y 471 del CPPN.
5
Problemas de ne bis in ídem y de doble conforme
14
Alberto M. Binder, “Introducción al derecho penal”. Editorial Ad-Hoc, segunda edición, Buenos Aires,
junio de 1999, pág. 167.
15
Ídem 14.
6
Es decir, que si bien al no encontrarse firme la sentencia absolutoria emanada de
un tribunal oral como para que se dé una expresa y clara violación a la garantía
constitucional del ne bis in idem, una interpretación más amplia de este principio, ya
como una garantía procesal, impediría la posibilidad de regresar hacia etapas precluidas
en contra del acusado.
Además, una eventual reedición del juicio podría vulnerar también el derecho a
ser juzgado en un plazo razonable.
Ello así, ya que a pesar de los problemas descriptos, al menos el reenvío permite
un nuevo recurso ante la casación, mientras que al no existir un recurso de revisión
ordinario que proceda ante una sentencia emitida por la propia casación, no quedarían
institutos procesales que salvaguarden la garantía del doble conforme.
Posibles soluciones a estos conflictos son las que proponen el nuevo CPPN
aprobado por Ley 27.063 y en mayor medida su proyecto de reforma, que aún se
encuentra en discusión parlamentaria, las cuales analizaremos a continuación.
Si bien el nuevo CPPN aprobado por Ley 27.063 establece como regla que los
jueces deberán casar positivamente todos los casos, el artículo 317 continúa y reza que
sin embargo procederá el reenvío “si éste fuere inevitable”.
16
Arts. 8.2.h de la CADH y 14.5 del PIDCP.
17
Cambiando el criterio que había adoptado en “Jáuregui”, la CSJN en el fallo “Duarte” cumple con las
directivas que había dado la CIDH en “Mohamed”.
7
Parecía una oportunidad para definitivamente eliminar el reenvío y terminar con
los problemas de indeterminación, pero resulta difícil entender a qué refiere el
legislador por “si este fuere inevitable” y de esta forma, a partir de esa extraña fórmula
de difícil interpretación, se desvirtúa la contundencia con la que se negaba el reenvío en
su frase anterior. Aquí nuevamente tendríamos un problema de indeterminación, que
volvería a darle un nuevo margen –aunque más acotado– de discrecionalidad a los
jueces.
Por otra parte, y con buen criterio, se prohíbe la reformatio in peius en el caso de
que el recurso sea planteado por el imputado o por el propio fiscal pero en favor de la
defensa, evitando que pueda aplicarse en el nuevo juicio una pena superior a la que se
había impuesto en el primero. Además, expresamente dispone que si se alcanza una
segunda absolución, esta ya quedará firme.18
Con respecto al problema del doble conforme que señalamos ante la posibilidad
de que se declare procedente el recurso acusador contra una sentencia absolutoria y que
esta sea casada positivamente, el artículo 316 establece que el imputado podrá solicitar
su revisión ante otros tres jueces.
Por su parte, el proyecto de reforma al código aprobado por Ley 27.063 también
recepta esta solución bajo el título de “doble conforme” y a su vez resulta superadora su
redacción del artículo 317, al establecer que “los jueces de revisión deberán resolver sin
reenvío”, zanjando así toda posibilidad de indeterminación19.
18
Art. 317 del nuevo CPPN aprobado por Ley 27.063
19
Art. 317 del proyecto de reforma del nuevo CPPN aprobado por Ley 27.063
20
Antecedentes del proyecto de reforma al nuevo CPPN aprobado por Ley 27.063 presentado por el
Poder Ejecutivo.
8
Además, invocaron una exigencia que puede ser clave para desvirtuar eventuales
planteos de falta de inmediación, que es aquella de que las audiencias –de juicio– deban
ser registradas en soporte audiovisual, de modo que en la instancia de revisión puedan
ser rememoradas vívidamente.21
Por último, cabe destacar que tanto en el nuevo CPPN como en su proyecto de
reforma ya no se hace referencia a la casación, sino genéricamente al recurso de
revisión y a jueces de revisión, probablemente pensando en un sistema que se adapte a
una posible reorganización de la justicia.
Sin dudas que aún entrando en vigencia estas nuevas disposiciones quedan
posibles críticas dignas de analizar, como así también diferentes respuestas que merecen
ser consideradas.
21
Ídem 20.
22
Pablo Rovatti, “Casación positiva contra reo. El paradójico derecho de recurrir condenas sin juicio”, en
la obra dirigida por Ángela Ledesma, “El debido proceso penal”, tomo II, editorial Hammurabi, primera
edición, Buenos Aires, 2016, pág. 113.
9
También queda pendiente de desarrollo la propuesta de eliminar los recursos
acusadores, que aún en un contexto en el que la víctima continúa tomando cada vez más
protagonismo en el proceso, podría ponerle fin de forma terminante a los problemas que
hemos visto.
Es por eso que si bien resulta imperioso que las reformas legislativas planteadas
se materialicen, ya que permiten resolver gran cantidad de los problemas que fueron
motivo de desarrollo en el presente trabajo y suponen avances en comparación a la
situación actual, ello no debe obstar a que se sigan planteando cuestionamientos que
puedan dar lugar a una reforma integral del sistema judicial, incluso mediante su
reorganización, para lo cual los nuevos cuerpos normativos parecieran estar adaptados.
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