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TEXTOS, OBJETOS, SITUACIONES Y FORMAS DE VIDA.

LOS NIVELES DE PERTINENCIA DE LA SEMIÓTICA DE LAS CULTURAS

Jacques Fontanille

La siguiente propuesta es una contribución al actual desa- En cambio, referente a los niveles pertinentes del plano de
rrollo de una semiótica de las culturas, la cual se basa sobre la expresión, nada está menos claro hoy. Se supone que es
una jerarquía y un recorrido de integración de los niveles de necesario apoyarse, para comenzar, sobre los modos de lo
pertinencia semiótica. Ella se esfuerza además en la reconsti- sensible, sobre la aparición fenomenal y su esquematización
tución de una continuidad que recientemente parecía impli- en las formas semióticas, pero eso no es suficiente para defi-
cada entre, por una parte, la semiótica modal y actancial que nir los niveles del análisis, y, más precisamente, la jerarquía
estaba en la fundamentación de la semiótica de las situacio- de los objetos-semióticos constitutivos de una cultura. Si se
nes, y, por otra parte, la semiótica de lo continuo y de las ten- parte de la “aparición” de los fenómenos que se ofrecen a los
siones graduales, así como en la de la unión, del contagio y de diversos modos de la captación sensible, la solución que
la estrategia. podría resultar de esto consistiría, entonces, en preguntarse
Los niveles pertinentes del plan del contenido son ya co- sobre los niveles de la experiencia y bajo qué condiciones
nocidos, puesto que corresponden al curso generativo de la pueden ser convertidas en niveles pertinentes del análisis
significación: la existencia semiótica, en suma, una vez con- semiótico.
vertida en el “contenido de la significación”, se analiza en La historia reciente de la semiótica proporciona ya algunas
estructuras elementales, en estructuras actanciales y narrati- indicaciones en este sentido, particularmente el paso, en los
vas, en estructuras modales, etc. Cualquiera que sea el estatu- años 70, de una semiótica del signo a una semiótica del texto.
to que uno concede a esta declinación en niveles de articula- De hecho, definir al signo o al texto como nivel pertinente del
ción, así como al recorrido que los reúne, se trata, en todos los análisis semiótico es decidir sobre la dimensión y la naturale-
casos, de los “niveles de pertinencia” para un an{lisis del za de la unidad expresiva considerada para realizar las con-
plano del contenido. mutaciones, las segmentaciones y las catálisis que lanzarán
los significados y los valores. En un caso, esta dimensión es

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aquella de las unidades mínimas (los signos) y, en el otro ca- arte, estos aspectos sensibles y materiales podrán, si presen-
so, aquellas de los “conjuntos significantes” y de los textos- tan algunas regularidades, ser asignados a una “estética” o a
enunciados. Pero en términos de la experiencia, la diferencia un “estilo”. Pero el paso al nivel de pertinencia superior,
se hace así de fácil porque, en el primer caso, se segmenta, se aquel del “texto” y del “discurso”, integra todo o parte de
selecciona y se identifican las figuras, mientras que, en el otro, estos elementos sensibles en una “dimensión pl{stica” y el
se intenta captar una totalidad entera bajo la forma material análisis semiótico de esta dimensión textual puede reconocer
de datos textuales1 (verbales o no-verbales). o atribuirle directamente formas del contenido, axiologías,
He aquí dos niveles de la experiencia de los que derivan incluso roles actanciales. En suma, los elementos sensibles y
dos tipos de entidades pertinentes: de un lado, la experiencia materiales de la imagen llegan a ser pertinentes desde un
figurativa de la que se extraen de los signos, y la experiencia punto de vista semiótico solamente en el nivel superior, es
textual de la que se extraen los enunciados. Se puede obser- decir, en el momento de su integración en “texto-enunciado”.
var inmediatamente que el segundo tipo incluye el primero y Podemos ahora continuar con la presentación de otros tres
que está constituido por la integración de las características niveles de la experiencia cuyos correlatos semióticos fueron,
de ese mismo primer tipo de entidades. Por otra parte, como al menos, previstos o postulados por este u otro autor: (i) el
se puede demostrar en un ejemplo tradicional, esta integra- nivel de los objetos (Zinna, Deni2), (ii) el de las situaciones
ción transforma en elementos pertinentes de las propiedades (Landowski3), que abarca los fenómenos de la interacción, y
que pasaban por accesorias, materiales y puramente sensibles (iii) de las formas de vida (Greimas, Fontanille4), que subsume
en el nivel precedente. al conjunto y que proporciona las configuraciones constituti-
Este ejemplo es el de la invención de la “dimensión pl{sti- vas de las culturas. Los “objetos” que forman una instancia
ca” de los objetos-semióticos, particularmente de las “im{ge- intermedia entre los textos y las situaciones, específicamente
nes”. Si se selecciona, de hecho, como el nivel de la pertinen- en su configuración como objetos-soportes, permiten a los tex-
cia el de las unidades significantes elementales, de signos o tos y a las imágenes no sólo jugar un papel en las situaciones,
figuras de representación, todos los aspectos sensibles de la sino de figurar en ellas como instancias enunciativas encar-
imagen son reenviados a la sustancia, incluso a la materia del nadas, en interacción con los otros cuerpos-actantes que par-
plano de la expresión, y ello conducirían a un estudio de la ticipan en la misma situación. Con respecto de las “formas de
historia de las técnicas y de las prácticas pictóricas; en el me-
2 Michela DENI, dir., La semiotica degli oggetti, Versus, n° 91/92, Milan, Bom-
jor de los casos, y desde el punto de vista de la historia del
piani, 2002. Alessandro ZINNA, Síntesis para la habilitación a dirigir la
investigación, Universidad de Limoges, 2001.
1 Las “figuras” se pueden criticar según el caso como, la “unidad minimal”, 3 Eric Landowski, La sociedad reflexionada, Paris, Seuil, 1989.

“morfema”, etc. El “texto” incluye también los textos verbales así como los 4A.J Greimas & J. Fontanille, « El bello gesto », in RSSI, « Formas de vida»,

textos no-verbales, las imágenes u otros. J. Fontanille, dir., 1992.

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vida”, éstas constituyen la instancia englobante y genérica La dificultad que se encuentra al abordar el afiche desde
que recoje las tendencia, las continuidades y las identidades un punto de semiótico se explica fácilmente por los límites
que se desprenden de las situaciones reagrupadas en series o sucesivos del nivel del análisis, en la historia reciente de la
en clases homogéneas; las formas de vida constituidas de este disciplina. El estudio del afiche, de hecho, como todos los
modo forman, consecuentemente, las configuraciones direc- otros modos de la publicidad y de la comunicación promo-
tamente pertinentes para la caracterización de las culturas. cional, progresa en el mismo curso que los otros acercamien-
Como estos tres niveles de la experiencia son menos fre- tos semióticos: desde los primeros análisis dichos, según el
cuentemente tomados en cuenta en el análisis semiótico que caso, “retóricos” o “semiológicos”, y que apuntaban a la iden-
los dos primeros que se benefician de una mayor anteriori- tificación de las unidades minimales, verbales e icónicas, y a
dad, merecen aquí una reflexión más precisa. Además, este la extracción de sus valores denotativos y connotativos, hasta
corte de niveles propuesto a priori debe ser discutido en sí el análisis plástico y figurativo de su composición total trata-
mismo, validado o invalidado. da como un “texto-icónico” unificado. Pero, para hablar del
En fin, para contestar a la pregunta propuesta por esta me- afiche sería necesario, por lo menos, poder considerar las
sa redonda, particularmente desde el punto de vista de la ayudas del afichaje; es decir, pasar a una semiótica de los ob-
“transversalidad” del sentido, esta proposición se relaciona jetos: de las diferentes clases de vallas, de las columnas de
también con el lugar de la semiótica en el concierto de las Wallace, del quiosco o de la vitrina.
disciplinas contiguas. Pero se observa inmediatamente que esta extensión se de-
be continuar más allá de los objetos-soporte, porque cada uno
El texto, el objeto y la situación de éstos es en sí mismo inseparable del entorno en el cual se
implanta y el cual le procura su eficacia enunciativa y
Si se toma como primer ejemplo el caso del afiche, tenemos pragmática: la calle, la pared, la acera, el metro, etc. Y este
que hasta este momento los estudios de tipo semiótico se han “entorno” incluye también los recorridos de los espectadores
tratado casi exclusivamente el afiche en sí mismo, sus géne- potenciales, sus expectativas y sus competencias modales y
ros, sus temáticas y su composición interna, en suma todo lo pasionales. Interesarse en el afiche no es sólo pasar del “tex-
que podría llamarse el “texto icónico”. La reflexión sobre el to” al “objeto”, sino al conjunto de la situación semiótica que le
afiche propiamente dicha parecía, por otra parte, reservada a permite al afiche funcionar según las reglas de su propio
otros puntos de vista disciplinarios: los de la psicología, de la género y de regular específicamente la interacción con los
sociología y del urbanismo, particularmente, y en general trayectos y los usos de los espectadores. Si se considera por
desde el punto de vista inmediatamente operacional. ejemplo el papel que cumple un cartel puesto en una vitrina
del almacén, y que anuncia la disponibilidad de un producto

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nuevo o de un producto de la estación, la relación enunciativa proposición, y que conduce a un eventual arbitraje, coincide
específica de este cartel será engastada necesariamente en una entonces con la rotura del sobre.
práctica más compleja y heterogénea (“hacer las compras”, El texto lleva así el enunciado de la propuesta, así como las
para el caso). marcas eventuales de la enunciación enunciada, pero el sobre
Otro ejemplo permitirá ilustrar concretamente cómo se expresa directamente los roles y los actos enunciativos: se
hace la integración del texto al objeto y por qué este despla- sella para restringir el campo de los destinatarios y no es
zamiento implica otro hasta llegar al nivel de la situación. Se abierto sino por aquel que posee la competencia para zanjar
trata de las tablillas de arcilla con contenido comercial, jurídi- en un posible desacuerdo. En este caso, es necesario articular
co o político que circularon en la antigüedad del Medio conjuntamente, por un lado, la lectura y la interpretación del
Oriente5; algunas de estas tablillas no fueron destinadas para texto registrado y, por otro, el sentido del objeto-soporte, que
el intercambio comunicativo, sino para el archivo institucio- es una de las fases de la interacción enunciativa entre las par-
nal: la tablilla lleva entonces el texto del contrato comercial o tes de este intercambio.
de un tratado diplomático y el sello que lo legítima, pero ellas Pero se ve inmediatamente que el mismo texto (más o me-
es puesta en una especie de envoltorio de arcilla sellado de la nos extenso o condensado) está inscrito en dos porciones di-
arcilla sobre el cual queda inscrito un resumen más o menos ferentes de objeto-soporte, la tablilla y el sobre, y que esta
extenso del texto inscrito sobre la tablilla. duplicación del objeto y de la inscripción (y no del texto)
El sobre es sellado por el oferente, en presencia del desti- permite engastar dos situaciones y dos temáticas de procesos
natario, pero solamente podría ser roto por un actor “legíti- diferentes: la proposición/aceptación/ realización del contrato,
mo”, con la presencia de una de las partes interesadas, de un por un lado y, por el otro, la validación/ archivo/ comproba-
tercer árbitro o de un juez o administrador. Además, el sobre ción del mismo. Es decir no es el texto el que permite diferen-
sería roto solamente en caso de la contestación de una de las ciar entre los dos tipos de interacciones enunciativas, sino
partes. A lo largo de la duración de la realización del contrato más bien la naturaleza del soporte de inscripción, y, para el
y del programa que éste contiene, y también durante el tiem- caso, la doble morfología del objeto de escritura.
po en que las partes se consideren satisfechas, el contenido El objeto de la escritura desempeña así dos roles: por un
queda accesible a través del resumen que facilita también el lado, es el soporte del texto y, por el otro, es uno de los agen-
archivo de los documentos. El acto que consiste en conocer la tes de la situación semiótica; además, su morfología compues-
ta, que determina la manera en que es captado, contribuye a
la modelización de esta interacción. En tanto que soporte,
5Ejemplo proporcionado por Isabelle Klock-Fontanille, en el momento de
modaliza, de hecho y constriñe al sistema de inscripciones;
su conferencia “Escrituras, entre la ayuda y la superficie”, Limoges, el no- en tanto que objeto material, presenta ciertas características
viembre de 2003, actos que aparecerán en Harmattan.

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de consistencia y de solidez relativa que imponen una praxis ejemplo, para entender la significación de las inscripciones
específica para el logro de los actos enunciativos como solici- jeroglíficas monumentales en Egipto, no basta con descifrar el
tar la validación o la anulación, la comprobación y la decisión texto, ni apreciar el tamaño y la disposición de él (vertical):
jurídica. también es necesario considerar en la situación los elementos
Aparece aquí entonces otro nivel de la pertinencia que específicos de una comunicación con los dioses, lo que se ma-
funciona como una interfase entre el nivel de los objetos y el nifiesta particularmente con la altura y las proporciones de
nivel de las situaciones en general: el de las prácticas, aquí: las inscripciones. Igual sucede con los inmensos rastros orga-
prácticas de escrituras, prácticas comerciales, prácticas de nizados que se encuentran sobre las planicies andinas, y que,
manipulación de objetos. a este respecto, causaron más extrañas las especulaciones (cf.
La experiencia de los objetos es, pues, la de los “cuerpos el rol concedido por algunos “exegetas” a los posibles visitan-
materiales” destinados a un uso cualquiera, y la experiencia tes extraterrestres).
de estos cuerpos-objetos en parte funcionales se convierte en Éric Landowski definió la semiótica de las situaciones co-
formas de la expresión: por un lado, una forma sintáctica lo- mo el resultado de una “semiotización del contexto6”, hecho
cal (la superficie o el volumen de inscripción), susceptible de necesario por la proliferación “de las variables ad hoc y de las
recibir las huellas significantes (en tanto que soporte de los sobredeterminaciones externas” que se pueden observar en
“textos”) y, por otra parte, una forma sintáctica global que les los acercamientos pragmáticos y empíricos de las interaccio-
permite jugar un rol actancial o modal en la situación, en el nes sociales cuando éstas se basan solamente en la teoría de
nivel superior de la pertinencia que es primeramente el nivel los actos de habla. Él propone considerar la armazón modal
de las prácticas. En síntesis, aunque los objetos se dejan cap- de las interacciones como el núcleo organizador de las situa-
tar en su autonomía material y sensible, su funcionamiento ciones semióticas. Esta proposición hoy debe ser completada
semiótico es inseparable del nivel superior de pertinencia: el en dos direcciones:
de las prácticas. En la jerarquía que proponemos, las prácticas (i) en el sentido de la generalización: de hecho, en cada
corresponden a una semiótica de las situaciones. nivel del análisis, el principio de la pertinencia retiene
elementos que pueden constituir la “forma” buscada y
Situaciones y formas de vida trata a las otras como accesorios y contextuales; por lo
tanto, es en el siguiente nivel que, por la integración
Una situación semiótica es una configuración heterogénea con otro principio de la pertinencia, los elementos con-
que reúne todos los elementos necesarios para la producción textuales del nivel precedente serán “semiotizados”;
y la interpretación de la significación de una interacción co-
municativa. Pero no se limita a las interacciones sociales. Por
6 Op. cit., p. 199.

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(ii) en el sentido de la especificación: muchos otros ele- “situación-estrategia”), en la medida en que la situación se-
mentos vienen a incorporarse al núcleo actancial y miótica es más o menos previsible, o inclusive programable,
modal de la situación y se puede intentar articularlos y, de modo más general, porque cada escena predicativa se
más explícitamente. debe ajustar8, en espacio y tiempo, con las otras situaciones
Debe estar claro que la situación no es el contexto; es decir, concomitantes.
no es el entorno más o menos explicativo del texto considera- La dimensión predicativa de la situación se obtiene gracias a
do como el único nivel del análisis pertinente, sino más bien la conversión de una experiencia práctica en dispositivo de la
otro tipo de conjunto significante diferente del texto, otro ni- expresión semiótica. Ella se organiza alrededor de un proceso
vel de pertinencia. (de unos o más predicados), de los actos de enunciación que
implican los roles actanciales, jugados entre otras cosas por el
LA SITUACION-ESCENA Y texto o la imagen de ellos mismos, por el soporte, por los
LA SITUATION-ESTRATEGIA elementos del entorno, por el pasante, el usuario o el obser-
vador, todo aquello que forma la “escena” típica de una
La situación semiótica está en sí misma organizada en dos práctica. Ella consiste también en las relaciones entre los dife-
dimensiones principales. De hecho, experimentar una situa- rentes roles, esencialmente las relaciones modales. El conjun-
ción puede entenderse de dos maneras: sea como la experien- to, roles, actos y modalización, constituye este primer disposi-
cia de una interacción con un texto, a través de sus ayudas tivo. Lo que se llama generalmente una “situación de la co-
materiales (es la llamada situación en generalmente y, a falta municación” no es otra cosa que una práctica entre otras que
de otro término, de “comunicación”), sea como la experiencia se caracteriza frecuentemente por la preponderancia del tex-
del ajuste entre varias interacciones paralelas, complementa- to-enunciado, e incluso, en última instancia, por el carácter
rias o concurrentes (es la situación-coyuntura parecida al con- intangible o por el olvido del objeto-apoyo. Sería quizás más
junto de las circunstancias pertinentes). cómodo, en lo inmediato, perpetuar esta expresión y reservar
La primera constituye la dimensión predicativa de la situa-
ción (la “situación-escena”, en el sentido en que la lingüística
una forma pertinente del plano de la expresión, obtenida por la conversión
de los años 60 se habló de la predicación verbal como “pe- formal de la experiencia de una “escena”.
queña escena”7). La segunda es la dimensión estratégica (la 8 En la cuestión de la estrategia, en semiótica, y particularmente sobre la

distinción entre las estrategias de la programación y el ajuste, para ver a


Erik Bertin, “para pensar la estrategia en el campo de la comunicación. Un
7Para hablar sobre la predicación como “escena”, así como lo hace Tesniè- acercamiento semiótico”, NAS Nº 89-90-91, Limoges, Pulim, 2003, así como
re, Fillmore, y como lo hacen también otros hoy, consiste justamente en la la advertencia de Eric Landowski, “de la estrategia, entre la programación y
restauración, a la hora de definir un nivel de análisis pertinente (aquel del el ajuste”.
enunciado frástico), una dimensión de la experiencia: la sintaxis frástica es

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el término de “pr{cticas” a los casos donde el objeto es por sí tivo de expresión de los actos de proposición y de la acepta-
mismo predominante, pero entonces se perdería de vista la ción del intercambio, así como de la verificación y del arbitra-
jerarquía de los niveles de pertinencia; además, desde el pun- je, por medio de los dos actos de “sellar” y de “romper” que
to de vista de una antropología cultural, la “comunicación” pertenecen a la práctica. Pero también funciona en la dimen-
no se limita a la de los mensajes y desde el momento en que sión estratégica, puesto que es necesario aquí manejar la con-
se considera la comunicación de bienes económicos y de las junción de varias escenas: la solidez material del sobre (el
líneas de parentesco, como lo hace Lévi-Strauss, la comunica- objeto como cuerpo material) es un compromiso de la resis-
ción reencuentra su car{cter de “pr{ctica socio-semiótica”. tencia en tiempo y en el espacio, resistencia a las manipula-
La dimensión estratégica resulta, por lo demás, de la conver- ciones y al transporte, pero también a todas las tentaciones y
sión en dispositivo de la expresión de una experiencia de coyun- maniobras más o menos indiscretas que buscarían desviar o
tura y de ajuste entre escenas o entre prácticas. Ella consiste en un falsificar la propuesta. Esta “solidez” es, ciertamente, una
despliegue figurativo, espacial y temporal de la situación “promesa” de la resistencia y perpetuidad, pero es sobretodo
(particularmente en términos de anclaje deíctico o no- un factor de clasificación entre, por un lado, los portadores y
deíctico), así como en las diversas coerciones (modales e responsables del archivo y conservación de estos objetos y
isotópicos) inherentes al ajuste con el ambiente. La situación- que pueden, pero no deben, romper el objeto y, por otra par-
estrategia reúne prácticas para hacer nuevos conjuntos signi- te, los destinatarios legítimos que son los únicos autorizados
ficantes más o menos previsibles (usos, ritos, programación para hacerlo. Pero esta solidez expresa también un contenido
de los recorridos o ajustes en tiempo real). temporal, la duración que separa el cierre y la rotura del so-
Devolvámonos a los dos ejemplos que hemos retenido has- bre; es decir, el plazo o la espera entre la elaboración del con-
ta ahora. En el caso del afiche, cada “escena” local debe ajus- trato y su confirmación/anulación.
tarse con otros afiches, cada “escena” local debe articularse De la misma manera que la integración al objeto procura
particularmente, de un modo u otro, con otras escenas, ig- una forma significante a los aspectos materiales y sensibles
norándolas, dominándolas, recubriéndolas, circundándolas, considerados como no-pertinentes para el análisis del texto,
poco importa, pero también debe hacerlo con el conjunto de se observa que la situación en tanto que configuración semi-
los dispositivos topológicos y figurativos que constituyen el ótica integra también en un nivel superior de pertinencia, al
entorno. mismo tiempo, todas las unidades pertinentes de los niveles
En el caso de los objetos de escritura, como las tablillas de precedentes, así como los aspectos materiales y sensibles que
arcilla, el objeto funciona, por la integración en el nivel supe- no habían sido tomados todavía en consideración por la se-
rior, en las dos dimensiones de la situación. En la dimensión miótica de los objetos.
predicativa puesto que, como soporte, el objeto es el disposi-

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La jerarquía considerada inicialmente como hipótesis debe ficos (los portones, las máquinas de perforación, etc.), de los
ser revisada ahora, puesto que la noción de “situación” da “objetos-máquinas” en general y, finalmente, los objetos que
lugar a dos niveles de pertinencia diferentes: el de las prácti- son más que soportes para toda suerte de inscripciones (co-
cas (bajo la forma de escenas predicativas) y el de los ajustes mo la señalética10, las reglamentaciones, la publicidad, etc.).
al entorno (bajo la forma de estrategias). Las zonas críticas convocan así a los niveles inferiores de la
pertinencia: signos y figuras, textos e imágenes y, especial-
SITUACIONES, ESTILO ESTRATÉGICO Y mente, a varias categorías de objetos están jerarquizados en-
FORMAS VIDA tre ellos mismos: los objetos-lugares pueden abarcar a los
objetos-máquinas que pueden, a su vez, incluir objetos-
Un último paso debe franquearse con el nivel de las formas soporte. A cada una de estas zonas críticas le corresponde
de vida que subsumen las estrategias. Uno de los estudios más una “escena predicativa” típica (informar, orientar, prescribir,
famosos de Jean-Marie Floch, aquel que él dedicó a los usua- prohibir, seducir, persuadir, etc.), que pertenece a una prácti-
rios del metro parisiense, nos permitirá ilustrar no sólo la ca específica. Estas zonas son “críticas” por la simple razón
pertinencia de este último nivel, sino también del conjunto de que ellas, o sea, con otra práctica: el problema por resolver
la jerarquía de las instancias tratadas hasta aquí. De hecho, el procede, entonces y primeramente, de la situación-estrategia,
problema tratado por Jean-Marie Floch en ese estudio es el de es decir, del ajuste entre las escenas predicativas y entre las
los diferentes actitudes-tipo que los usuarios del metro adop- prácticas semióticas aferentes.
tan con respecto de la composición de los itinerarios que les Se sabe que, según si el curso del usuario es continuo o
son propuestos, y particularmente del conjunto de lo que discontinuo, si su paso es rápido o se retarda, si su modo de
podría llamarse las “zonas críticas” y que, por esta razón, estar n las zonas críticas es atento o desatento, él recorrido
deben ser “negociadas” por estos usuarios (o como se dice: mismo toma distintas formas. Floch dibuja una tipología de
“negociar una curva”9) para ajustarlos a su propio recorrido. los usuarios: agrimensores, profesionales, errantes y sonám-
Estas zonas críticas pueden ser discontinuidades en el espacio bulos que cohabitan en los pasillos del metro. La agrimensu-
(escaleras, paradas de transportes y el interior de vagones y ra, el errar, el sonambulismo y el profesionalismo son las
coches, zonas atiborradas) que se podrían caracterizar como formas típicas extraídas de las estrategias del ajuste entre el
“lugares-objeto”, pero también se trata de objetos más especí- curso limpio del usuario y los apremios, las proposiciones y

9 Aquí se hace referencia a la negociación que los peatones o conductores de


automóviles realizan para decidir quién pasa primero y por dónde cuando 10Señalización en lugares públicos y privados, sobre superficies diversas
se encuentran en una curva del camino, en lugares estrechos o en sitios de (nota de la traducción).
tránsito difícil (nota de la traducción).

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los obstáculos que caracterizan el conjunto de las zonas críti- Resumamos:
cas de la ruta. (i) El metro es un lugar en donde, obviamente, “los sig-
No hay así más negocio con una situación o una estrategia, nos” y las figuras de todas las naturalezas proliferan y
sino con una clase de estrategias, y una clase compuesta en solicitan todos los canales sensoriales;
dos criterios limitados por un sistema semi-simbólico de la (ii) Estos “signos” y figuras se organizan en “texto-
relación: “estilos rítmicos”, por un lado, que expresan, por enunciados” (los pagos, los carteles, los pictogramas,
otro, “actitudes” de valorización o desvalorización de las es- los nombres de direcciones y de estaciones, las instruc-
cenas-obstáculos. Pero estas mismas clases estratégicas, y ciones de las máquinas, las declaraciones de adverten-
particularmente debido a las isotopías que los caracterizan, y cia o de información sobre el tráfico, etc.;
que son del tipo modal y pasional (según el querer-hacer, el (iii) Estos “textos” se colocan en “objetos”, paneles de pa-
saber-hacer, el deber-hacer, etc.), pero también de los tratos red, wickets, máquinas de perforación, paredes, las
rítmicos estilísticos que constituyen su dispositivo de la ex- pantallas de la fijación electrónica, etc.;
presión, caracteriza tanto una manera de la vida en general (iv) Cada uno estos “objetos” pertenece a una o m{s “prac-
como el uso común, reservado, específico del transporte ticas”, compuestas de las escenas predicativas sucesi-
público: los mismos criterios de identificación funcional para vas, que determinan exactamente las “zonas críticas” a
otros cursos, y en otros lugares compuestos y complejos (la negociar en el transcurso;
exposición, el hipermercado, la estación, el centro de com- (v) Estas “escenas predicativas” y estas pr{cticas se deben
pras, etc., o aún, porqué no, el libro, el catálogo, el dicciona- ajustar por un lado, los unos con los otros, y por otro
rio, o el sitio de Internet). con el curso de desplazamiento del usuario, según un
En general, el tipo figurativo del curso, y el sistema de te- estilo de la negociación que caracteriza la “estrategia”
mas que define el lugar se implican muy levemente en la ca- actual y provisional del usuario;
racterización de los estilos estratégicos de los usuarios. Y es pre- (vi) La estrategia del usuario conecta otras estrategias de-
cisamente por eso que son generalizables, y que pueden tam- ntro de una clase más general y más estable en el tiem-
bién caracterizan fácilmente los usuarios de un supermerca- po, y se da como una “forma de vida”.
do, o los estilos de la navegación virtual en la tela. De hecho, El experiencia subyacente, la sensación de una identidad
estos “estilos estratégicos” pertenecen a las formas de vida, que del comportamiento, la percepción de una regularidad en un
incluyen sus estrategias, y que lanzan las constantes de una conjunto de procedimientos del ajuste estratégico, es por lo
identidad y algunas “valencias” a partir de las cuales los tanto la experiencia de un ethos; esta experiencia se convirtió
usuarios califican y valorizan los lugares, las rutas y sus zo- en un dispositivo de expresión pertinente (un estilo que ex-
nas críticas. presa una actitud), da lugar a una forma de vida, que es sus-

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ceptible a integrar la totalidad de los niveles inferiores para texto, recordó que los datos del lingüista están al lado de la
producir globalmente una configuración pertinente para el naturaleza heterogénea, y esta observación del principio se
análisis de las culturas. utiliza como punto de partida para la distinción entre las se-
mióticas denotativas y connotativas y las metalingüísticas.
LA HETEROGENEIDAD Y EL CURSO DE LA INTEGRA- Plantear la heterogeneidad del objeto del análisis, es también,
CIÓN desde otro punto de vista, poner una pregunta central, refe-
rente al lugar de la semiótica entre las otras disciplinas que
El “concierto de las disciplinas” y la resolución de heterogeneidades están interesadas en tales o tal elemento del texto, del objeto,
de la situación o de la forma de vida.
El paso de los signos a los textos, de los textos a los objetos,
de los objetos a las prácticas, de las prácticas a las estrategias, Instancias material-sensibles e instancias formales
y finalmente de las estrategias a las formas de vida se basa en
una serie de desplazamientos donde el estatuto debe ser in- Es necesario ahora que examinemos más exactamente
terrogado ahora. cómo, al momento de definir cada nivel óptimo de pertinencia,
La heterogeneidad a que el analista se debe enfrentar no funciona la resolución de heterogeneidades. A este respecto,
está ligada a la diferencia entre qué constituye su objeto, y aparece ahora una distinción básica necesaria.
cual sería el principio homogéneo, y por lo tanto tendría ne- Consideremos para comenzar el objeto. Sugerimos ya la
cesidad de dar cuenta, y qué será de otra naturaleza, o qué distinción entre el objeto como ayuda y el objeto como figura
obedecería a otros principios de pertinencia. La heterogenei- material y significativa, que distinguiremos ahora, respecti-
dad está en el objeto del análisis, lo constituye precisamente vamente, como ayuda formal y ayuda material. Si uno desea
como el objeto a analizar, y como problema hermenéutico a por ejemplo poder interpretar los gestos de un signeur (que
resolver. practica la “lengua de las signos”), o aún los de un bailarín, se
Este principio no pertenece a cualquiera de los ejemplos conducen, independientemente de la naturaleza material de
particulares que evocamos (los afiches, las escrituras, las apli- los cuerpos y de los lugares, y se representa en una estructura
caciones de espacios públicos), ni se iguala con el de las inter- espacial “figurativa”, donde los ejes directrices, las orienta-
acciones sociales, que son el tema principal del trabajo de Eric ciones y las dinámicas serán utilizados como soporte formal de
Landowski. La heterogeneidad de la que se ocupa cualquier la gestualidad. De la misma forma, independientemente de la
análisis semiótico debe plantearse como un principio general, naturaleza material de una computadora y de una pantalla, es
que al considerarse, bajo ciertas condiciones particulares, necesario plantear inicialmente la estructura de una “p{gina
podría construirse como homogéneo. Hjelmslev, referente al

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de la pantalla” para poder escribir o leer un archivo sin espe- La diversidad de las características significativas y de las
cificar. aplicaciones de la ayuda material no se dedica necesariamen-
“Formal” significa aquí “figurativo” o “esquem{tico”: la te a la insignificancia, puesto que se integra en una práctica: si
extracción de las características pertinentes es de hecho un el soporte debe jugar un rol actancial en la escena predicativa,
procedimiento de esquematización, que lanza las característi- por ejemplo la ropa que lleva el pictograma “que se lava a la
cas y las estructuras “figurativas” a partir de las característi- mano”, entonces puede estar solamente como objeto-apoyo
cas significativas y materiales del nivel precedente, y por material. Es así entonces que la “escena predicativa”, resulta
ajuste con los apremios impuestos por el objeto material. Por notablemente de la esquematización de las características
lo tanto, es necesario comprender “material” en el sentido de significativas y fraseológicas del objeto material, que toma el
figurativo, sensible y no esquematizado (Cf. “materia del sen- estatuto de práctica formal.
tido” en Hjelmslev). Del lado de la situación general, tendremos que hacer otra
La ayuda formal es de hecho constituida por una superficie vez la distinción entre la práctica formal (escena predicativa) y
de la inscripción, y las reglas que hacen posible la interpreta- la práctica material. El ambiente de la escena forma la práctica
ción de las figuras registradas; es un conjunto de característi- material en toda su complejidad. Dentro de este ambiente,
cas, figuras y características que se extraen de la ayuda mate- algunos principios de la pertinencia permiten construir o
rial para definir las condiciones de la inscripción, recepción o identificar la estrategia, que recolecta y unifica en una sola
establecimiento del texto, la imagen, o cualquier otra configu- forma el conjunto de los elementos pertinentes para explicar
ración semiótica: tipo topológico del apoyo de la inscripción, el carácter del uso, del rito o del programa, del ajuste entre las
2D o 3D, límites, segmentos y formato, reglas y características prácticas: estos criterios de la pertinencia son sobre todo los
de la sintaxis de la inscripción. En cuanto al soporte material, se de las formas espacio-temporales, de los actos y estrategias
da para tomar, por otra parte, en toda su complejidad signifi- enunciativas.
cativa, y en la diversidad de sus aplicaciones canónicas o des- De la misma manera, se habría podido distinguir el signo
viadas. Tiene toda la semiótica de las características de un formal y el signo material, el texto formal y el texto material.
cuerpo, y particularmente las características modales y sensi-
bles, espaciales y temporales, figurativas e icónicas (particu- Materias, sustancias y formas
larmente el sobre y la estructura interna) unidas a su natura-
leza corporal. Éstas son las características que determinan, El curso de la integración que proponemos aquí reposa en
entre otras cosas, el tipo de práctica y el sentido fraseológico un principio constante: la esquematización, en un nivel dado,
en que el objeto es susceptible de participar. de las propiedades materiales y sensibles que fueron miradas
como no relevantes en el nivel precedente. En general, se trata

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de la conversión de un modo de la experiencia en el disposi- pictograma que se coloca en las etiquetas de la ropa, y que se
tivo de la expresión semióticamente pertinente, es decir aso- ilustra por la declaración “lavar m{ximo a 40°”.
ciado a un plano del contenido. Pero esta presentación por las Entonces la “escena predicativa” incluye varios roles que
etapas oculta un hecho obvio: en el primer nivel de experien- pertenecen a diversas modalidades semióticas diferentes: el
cia, todo el material y características sensibles están ya pre- pictograma expresa una circunstancia del pleito; objeto-apoyo
sentes, toda la unidad, en un conglomerado que corresponde - ropa - un objeto del agente del pleito; el usuario observador
a la materia de la expresión. Y por lo tanto la investigación del - quién no es obligatoriamente el usuario de la ropa - juega el
nivel óptimo de la pertinencia, para cada proyecto del análi- rol del actante – sujeto; sería necesario por otra parte agregar
sis, que hace la división entre por un lado, las instancias forma- un rol de enunciación, el “prescripteur”, que permanece im-
les, las que sean pertinentes para el nivel seleccionado, y de personal y solamente presupuesto, pero que aparece a través
las instancias materiales y sensibles, las que sean pertinentes de la fijación de la etiqueta. La imagen (modalidad plana y
para el siguiente nivel: se puede entonces considerar que es- gráfica), la ropa (modalidad tridimensional y corporal), el
tas autoridades materiales, seleccionadas por su correlación usuario (modalidad de prácticas diarias), el prescripteur
con las instancias formales, constituyen la sustancia de la expre- (modalidad de los estándares técnicos, institucionales o co-
sión. merciales) pertenece a cada uno de los sistemas semióticos
Además, la constitución de un nivel de pertinencia integra diferentes y ya constituidos, que están hasta cierto punto
el conjunto de los niveles inferiores y todas las características “montados” y articulados conjuntamente en la situación se-
que fueron ya seleccionadas allí. El curso de la integración, miótica.
que pasa de la materia a la sustancia y de la sustancia a la Pero la heterogeneidad de la situación se soluciona y se es-
forma, es un proceso extenso de la resolución de heterogeneida- tabiliza en una sola configuración tan pronto como se consi-
des, y particularmente de la heterogeneidad de los modos de dera que el pictograma, para “hacer” algo, y aún simplemen-
la semiótica, es decir las “sustancias”. te para “significar”, se debe integrar en una escena predicativa
Para tomar un ejemplo banal, se sabe que está en razón de en donde otros roles pertenezcan a otras modalidades semi-
su relación con los soportes y con los objetos que los llevan, óticas: entonces se reconstituye la indicación de un predicado,
que los pictogramas, incluso simplemente informativos, po- ocupada por un acto de habla, que varios actantes constitu-
der simplemente “predicar”, es decir indicar algo para un yen el pictograma, el soporte, el observador y el objeto. Se
usuario; es suficiente, para convencerse, observar que, en la sabe ahora que el “significado pertinente de la unidad” no es
mayoría de los casos, la ayuda corresponde a la que está en el pictograma, sino la escena predicativa que se extrae de una
los agentes del predicado, y el pictograma, a otro agente, o a práctica, es decir en este caso un segmento heterogéneo del
otra circunstancia del proceso: es el caso, por ejemplo, del mundo natural, configurado, gracias a una inscripción, en el

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sitio de la indicación. Pero se puede agregar que cada elemen- (iii) cada nivel de pertinencia se puede acercar con el con-
to de esta situación, cada una de sus modalidades semióticas junto de los elementos del análisis del curso generativo
diferentes, se podrían acercar a otras disciplinas (la psicología del contenido: de hecho hay del narrativo, del modal,
social del trabajo y de las actividades diarias, la ergonómica del pasional y del figurativo en cada uno de estos nive-
de la representación visual descriptiva, el estudio de los les de pertinencia.
estándares de la comercialización, etc.). Pero solamente la En general, no se trata aquí de redorar el blasón deslustra-
semiótica puede intentar tomar la significación del conjunto do de algún pragmático que sea, sino al contrario, demostrar
de la situación, bajo condiciones que faltan por especificar. que, en cuanto se tiene sistemáticamente en cuenta, y de ma-
En general, en cada nivel, el análisis considera la heteroge- nera coherente, el conjunto de los niveles pertinentes de una
neidad de los datos que se tienen en cuenta, y convierte esta cultura, y según los principios específicos del curso de inte-
unidad heterogénea en “unidad del significado”: así, sucesiva- gración que proponemos, son entonces embargables, desde el
mente, el texto, la imagen, el objeto de la escritura, el panel de punto de vista de las estructuras del contenido, por el análisis
exhibición, la escena predicativa del uso de un objeto o una semiótico.
imagen, la estrategia total son tratados como los “conjuntos
significantes”, del cual se puede proponer una descripción EL CONCIERTO MULTIDISCIPLINARIO
actancial, modal, pasional, figurativa y enunciativa, cualquie-
ra que sea el nivel de pertinencia donde se ubique. En cada nivel de la pertinencia, se distinguirá así uno infe-
Este jerarquización de los niveles de pertinencia no se da rior, y una “instancia material”, que ser{ integrada en el nivel
sin evocar, por lo menos en su principio, lo propuesto por superior.
Wittgenstein en las Investigaciones Filosóficas: la unidad lin- En todos los casos, el car{cter “material” (ie “no formal”)
güística es integrada en un enunciado, que en sí mismo esta del apoyo o de la situación aparece como el lugar por exce-
integrado en un juego del lenguaje, él mismo finalmente in- lencia para la colaboración entre las disciplinas, puesto que
cluido por una forma de vida. Pero, además los niveles de la está en cada uno de estas materialidades y de estos fenóme-
pertinencia no son idénticos, ni por su número, ni por su de- nos que cada disciplina corte su propio objeto. La instancia
finición, la diferencia principal se debe a la naturaleza qué lo material y sensible (fenomenales) es así, en cada nivel, al
jerarquizó, y el tratamiento analítico que lo propuso: mismo tiempo el lugar de la reunión de varias disciplinas y
(i) Los diferentes niveles son conectados por un curso de de la heterogeneidad que se solucionará, y, en contra parte, la
la integración de las sustancias y de las formas; instancia formal es el producto del proceso de la resolución.
(ii) los diferentes niveles son caracterizados por su modo de El análisis semiótico comienza así cuando se empieza a
la expresión, y no por la naturaleza de su contenido, poner la cuestión de la significación de estos conjuntos mate-

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riales o fenómenos heterogéneos, y continúa examinando el La pertinencia de un análisis del paisaje que quisiera ser limi-
proceso de la resolución (operaciones retóricas, constitución tado a la única descripción de los fenómenos de la orden sig-
de las isotopías, distribución de los roles actanciales y los va- nificativa sería aún más dudoso que la de un análisis del cua-
lores modales, organización de las relaciones espaciales y dro que ignoraría toda la técnica ilustrada y la historia del
temporales, particularmente). El objeto de la semiótica no es arte. Pero, además, no se puede satisfacer de la solución de la
así, a este respecto, ni “transversal” ni “general”. Es al mismo “enciclopedia” en la que el espectador dibujaría ad libitum
tiempo “subsiguiente” (situado posteriormente) y “formal” para una lectura que sólo sería entonces todo lo demás de una
(esquematizado); “subsiguiente”, porque el punto de vista de vaga e incontrolada cadena de inferencias explicativas.
los “conjuntos significantes” ubica la semiótica en el lado de Por el contrario, la perspectiva de una semiótica de las si-
la resolución de heterogeneidades, y por lo tanto en una fase tuaciones, en el caso del paisaje, obliga a distinguir para co-
última con la heterogeneidad (sensorial, modal, disciplinario, menzar dos campos substanciales, y que son caracterizados
etc.); “formal”, porque la constitución de un significado de la por la heterogeneidad sensorial, temática y disciplinaria: el
unidad (según el nivel: un texto, un objeto, una práctica, una campo de la “existencia”, que incluye todos los cursos y sis-
estrategia, una forma de vida) funciona, como se ha visto, por temas temporales de los temas que hacen paisaje lo que es, y
la esquematización en un nivel dado de la instancia material un campo del “experiencia”, que incluye todos los fenómenos
del nivel precedente. sensibles que un observador puede recoger. La reunión de los
La semiótica sería así, desde este punto de vista, una “in- dos campos, gracias a la selección recíproca de los elementos
terdisciplina formal posterior”. pertinentes, permite conectar un plano de la expresión (que
resulta del campo de la experiencia) y un plano del contenido
PARA TERMINAR, EL CASO DEL PAISAJE (que resulta del campo de la existencia).
Pero esta reunión, y especialmente las selecciones que la
Un último ejemplo, es el del paisaje, nos permitirá sugerir hacen posible, sucede bajo el control de una situación, que está
algunos progresos potenciales de esta posición. La significa- en el nivel de las prácticas o de las estrategias.
ción de un paisaje no se puede publicar a priori, a partir de De hecho, un paisaje no significa, cualquiera que sea su es-
las únicas sensaciones que consigue, y sin ninguna considera- tructura geológica y su aspecto sensible, si entra en interac-
ción para los varios procesos temporales que la formaron. ción con el observador; y, a este respecto, no se debe olvidar
Incluso la identificación de las figuras canónicas que la consti- que un paisaje del significado es siempre una promesa o una
tuyen (el bosque, el valle, la colina, la aldea, la tierra, etc.) invitación para el despliegue temático y figurativo, incluso
implica un conocimiento (incluso mínimo, incluso implícito), pasional, que van de la contemplación a la caminata, del ocio
del tipo geológico, geográfico, incluso histórico y económico. al trabajo, de la visita al hábitat, y que, por lo tanto, estas

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promesas y las invitaciones entran en la interacción con las el contrario, se podía ver allí una jerarquía metodológica del
esperas y las preocupaciones del observador. análisis.
En la experiencia incluso, se forman los elementos de una Tenemos actualmente seis niveles: los signos o figuras, los
escena con sus roles, sus métodos, sus actos enunciativos y sus textos, los objetos, las escenas y prácticas, las estrategias, y las
eventuales efectos emocionales. En la existencia, además, se formas de vida; en cada nivel, el principio de pertinencia dis-
resolverá los cursos temáticos y figurativos, espaciales y tem- tingue una instancia formal-estructural y una instancia mate-
porales, también del paisaje mismo, tales como su morfología rial-sensible; así cada nivel [N+1] integra la instancia material-
actual les de para tomar o para interpretar, del espectador, sensible del nivel [N] a su propio principio de la pertinencia.
con sus esperas, sus preocupaciones del momento, sus pro- No se ve, por otra parte, cómo cada nivel de pertinencia
gramas anteriores y sus capacidades y su disponibilidad para podría “inventar”, para su entorno exclusivo, nuevas propie-
un ajuste posible a la situación actual. dades materiales y sensibles: las figuras y los textos, en los
Es entonces la “situación”, escena y estrategia incluidas, lo niveles inferiores, están siempre sumergidos en un universo
que permite el conjunto de los fenómenos dispares que com- fenomenal, material y sensible, en donde la mayoría de las
ponen un paisaje para comenzar en un proceso de resolución, propiedades parecen no mantener ninguna relación con ellas.
y llegar a ser así significante y susceptible de alcanzar el esta- Es precisamente el desarrollo progresivo de la experiencia
tuto de “objeto- semiótico”. que lanza la variación de los niveles sucesivos, y al mismo
tiempo revela sus enlaces con los objetos del análisis del nivel
Conclusión: la jerarquía de los niveles de la pertinencia inferior: experiencia figurativa, experiencia interpretativa y
semiótica textual, experiencia práctica, experiencia de las conjeturas y
de los ajustes, experiencia de los estilos y los comportamien-
La presentación de la cuasi – historia que hicimos para tos.
comenzar los “niveles pertinentes del an{lisis” refleja hasta Se podría considerar así que este curso donde se configu-
cierto punto el curso de las preocupaciones sucesivas de dos o ran gradualmente los niveles de pertinencia, a partir de un
tres generaciones de semióticos. Por otra parte, este curso no horizonte material y sensible, es un curso generativo del plano
implica obligatoriamente que los niveles anteriores de perti- de la expresión. Estos niveles son todos constituidos por “los
nencia, que son progresiva y temporalmente abandonados no conjuntos significantes”, y el análisis tiene como objetivo so-
sean más que ninguna manera pertinente. Absolutamente por lucionar el nivel superior de la heterogeneidad.

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TIPO DE EXPERIENCIA INSTANCIAS INSTANCIAS MATERIALES
FORMALES
Figurativo Signos Propiedades sensibles y materiales de las figuras

Interpretación Textos-enunciados Propiedades sensibles y materiales de los textos

Corporeidad Objetos-apoyo Propiedades sensibles y materiales de los objetos

Práctica Escena-predicativa Propiedades sensibles y materiales de las prácticas

Conjetura Estrategia Propiedades sensibles y materiales de las estrategias

Ethos y comportamiento Formas de vida Propiedades sensibles y materiales de las formas de vida

Identidad espacio-temporal colectiva Cultura [Forma de vida]11

Publicación en red: 28 de mayo de 2004

11 Nota de la traducción, por Horacio Rosales para la Maestría en Semiótica de la Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia, junio 2010.

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